la mujer en pascual duarte

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La Mujer en Pascual Duarte

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  • 'LA BSQUEDA DE LA MADRE" EN LA FAMILIA DE PASCUAL DUARTE,

    DE CAMILO JOS CELALUCIE PERSONNEAUX

    Pascual Duarte, el hroe de la novela de Camilo JosCela,1 nos sorprende por su carcter incoherente, su con-ducta muchas veces absurda, sus razonamientos contra-dictorios. Sin embargo, si se le estudia en sus reaccionespsicolgicas frente a los que le acompaan en la vida, yesencialmente en sus relaciones con su madre, el personajecobra cierta unidad.

    La bsqueda de la madre nos parece ser una estructuraque permite comprender mejor la evolucin del hombre yresolver algunas de sus contradicciones aparentes.

    Aparece el conflicto en el desarrollo de la personalidadde Pascual cuando se da cuenta de que su madre en nadacorresponde con la imagen de buena madre que la sociedadde su tiempo le impone, una mujer hermosa, sana, limpia,dulce, cariosa, llena de vida, de alegra y de virtudes.

    En cambio, su madre le parece larga y chupada (p. 30),medio machorra (p. 34) con pechos vacos y con bigotillocano por las esquinas de los labios (p. 31). Tiene la tezcetrina y las mejillas hondas (p. 30). Pascual la ve tambinsucia y aficionada a la bebida, desabrida y violenta (p. 30),blasfemadora, descreda y mala cristiana (p. 34). Segn laopinin del hijo, no tiene ninguna virtud, ni siquiera la desaber llorar, virtud que le parece constituir la esencia dela buena madre. Nos dice que la mujer que no llora es comola fuente que no mana, que para nada sirve (p. 52) yemplea una comparacin con la alimaa que es interesante,porque vemos que, para Pascual, es tan necesario rechazara las malas madres como a los animales dainos. Y com-prendemos desde luego su imposibilidad de establecer larelacin normal entre hijo y madre.

    Pero esta relacin no cristalizada origina una verdaderaobsesin en el personaje. En varios captulos de sus me-morias trata de analizar cmo le naci el odio y por qucreci con tanta rapidez, convirtiendo a su madre en unenemigo.

    Es intil subrayar que el ansia por hablar de sus senti-mientos nace de un amor que no se quiere nombrar. Asomaalgunas veces en el relato, por ejemplo, cuando, al volverde la crcel, se estremece de alegra slo al or la voz de sumadre, o cuando, desde la ventana de su celda, al ver a unamadre con su nio, se siente lleno de emocin y felicidad:bien distinta era de mi madre, y sin embargo, por qusera que tanto me la recordaba? (p. 61).

    Tratando de resolver su conflicto, Pascual desplaza elamor que su madre no merece a otros personajes femeninosque lo rodean, su esposa Lola o su hermana Rosario.

    De su primera mujer Lola, nos dice que se siente delantede ella como delante de una madre (p. 56) y que la quiereverdaderamente, con hijo en el vientre (p. 65) o dndolede mamar a la criatura (p. 87).

    Entre las mujeres de su familia se desprende con vivafuerza el personaje de su hermana Rosario, el nico afectosincero que en mi vida tuve (p. 140), confiesa Pascual connostalgia. Despus de la muerte de Lola, cuida a su herma-no como madre y como esposa, y antes de irse de casa, lebusca una esposa.

    Notamos que la mujer que le atrae coincide siempre conla imagen de madre estereotipada: nos pinta a Lola con elhijo en el brazo como una santa Mara (p. 8) y envuelvelos aires de madre montaraz (p. 51) de Rosario con unvirgneo color azul como el del cielo.

    La bsqueda de una mujer-madre se acompaa en elpersonaje de un deseo violento de afirmarse virilmente.Vive con la angustia constante de no corresponder con laimagen perfecta del varn que le impone la sociedad: unhombre que se precie no debe dejarse acometer por loslloros, como una mujer cualquiera (p. 62), no debe serdemasiado blando como una marica (p. 47) y su condicinde hombre no le permite ser generoso (p. 121). As escomo, al sentirse juzgado siempre por la mirada ajena,Pascual tiene que emplear la violencia, ser cruel y noperdonar a los que le ofenden.

    Su papel de padre es para Pascual otra afirmacin virily la nueva relacin padre-hijo constituye cierta solucina su problema personal. As se explica su apego obsesivoal nio y el drama que ser para l la muerte del hijo.

    En este episodio importante del relato, vemos que lasindividualidades de las mujeres que lo rodean no cuentanpara l. Asistimos a una asimilacin total entre las tresmujeres, la madre, Lola y Rosario, o mejor dicho, a unamultiplicacin fantstica de la imagen de la mala madre,cuando nos dice: all estaban, enlutadas como cuervos,las tres mujeres, calladas como muertos, huraas, seriascomo carabineros (p. 95).

    Sin hijo, y cerca del personaje nico y mltiple a la vezde la mala madre, se siente totalmente desamparado, y en-tonces comprendemos que la bsqueda de la madre es tam-bin para Pascual bsqueda de un refugio.

    En ciertos momentos de su vida amarga, algunos re-fugios, smbolos maternos, le dieron intensa felicidad:su casa, a la que vuelve siempre con alegra; la casa deMadrid, el palomar (p. 113), en la que pas una temporadaagradable; el cuarto de la posada del Mirlo (p. 73), durantesu viaje de novios con Lola, cuarto que deja ms huella ensu alma que el recuerdo de su mujer; la crcel, en la queencuentra la paz y un gozo nunca experimentado en todoslos aos anteriores (p. 104); por fin se imponen tambincon aureola de refugio feliz las imgenes de la ermita (p.105) y del convento (p. 126). Se siente seguro en un espaciocerrado y protegido; pero nace su angustia fuera del re-

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  • fugio, cuando se queda indefenso ante todo lo malo (p.133).

    El refugio no es slo un lugar inscrito en el espacio, estambin, para Pascual, un olor o una sensacin tctil. Porejemplo, se siente protegido por el olor de su casa, sin elcual nos dice que le entraban unas angustias como demuerte (p. 25), o por unos objetos que son imgenes delregazo materno, sillas o piedras en las que le gusta des-cansar. A pesar de los aos pasados, guarda en la crcel elmullido recuerdo de unas sillas de su cuarto de Mrda (p.74) y de la piedra del camino en la que suele sentarse, acom-paado de su perra. La descripcin de esta piedra tienemucho inters; nos da una profusin de detalles: redonday achatada como una silla baja (p. 27), era ancha y algohundida y cuando me sentaba se me escurra un poco eltrasero ...y quedaba tan acomodado que senta tener quedejarla (p. 27). Cuando se marcha, se despide de la piedracomo si fuese una persona y aade: hubo un da que debiparecerme tan triste por mi marcha, que no tuve mssuerte que volver sobre mis pasos a sentarme de nuevo(p. 28).

    Esta actitud bastante sorprendente de Pascua! nos parecems clara si pensamos que la asimilacin entre la piedray el regazo materno es total. Y, si tuvisemos la imagi-nacin de un psicoanalista, diramos que este episodio esuna representacin perfecta de la nostalgia del regreso a lamadre.

    El regreso a la madre cobra carcter ms trgico cuandoPascual mata a su madre en un acto de violencia que estambin acto de amor. El captulo de la muerte de la madre,en que notamos las incoherencias del personaje en susvacilaciones y sus decisiones contradictorias, lleva fuertearmazn ntima: el deseo desesperado del hijo de un en-cuentro con la madre, aunque este encuentro sea una luchade muerte. Con nitidez, vemos en el momento en que seabalanza sobre su madre, que obedece a un impulso surgidode lo ms hondo de su inconsciente.

    La lucha con la madre es, despus de tantos aos de odioy de alejamiento, el primer encuentro tctil entre los dos:la lucha de muerte es tambin lucha ertica.

    Es interesante comparar esta escena con el primer en-cuentro ertico entre Pascual y su mujer Lola: es la mismalucha feroz. Pascual emplea, por ejemplo, los mismosverbos; de su mujer, dice: forcejeaba, se escurra (p. 58)y de su madre: forceje, se escurri (p. 156). La imagen dela muerte aparece tambin en la lucha con Lola, ya quetiene lugar en el cementerio en que acaban de enterrar alhermano de Pascual.

    La lucha con la madre sigue exactamente el esquema deun encuentro ertico, y en el momento culminante de lalucha, cada uno da al otro una herida significativa: la madrele arranca de cuajo un pezn y Pascual en el mismo instantele clava la hoja en la garganta (p. 156).

    Despus de tanta violencia, encuentra Pascual dos sen-saciones de suavidad: la dulzura tctil de la sangre de sumadre cuando dice: estaba caliente corno un vientre, y ladulzura gustativa, cuando aade: saba lo mismo que lasangre de los corderos (p. 157). Su madre le da, por fin,suavidad," calor y gozo profundo.

    La paz que lo invade despus es seal de un segundonacimiento. Su confesin termina con las palabras podarespirar (p. 157).

    Tal es pues el itinerario de Pascual: una bsqueda in-cesante y apasionada de la madre, en su mujer Lola, en suhermana Rosario, o en los objetos-refugios que son sm-bolos maternos. Pero todos sus intentos fracasan y lo llevana la explosin final en a escena-clave de la obra, escenacuyo anlisis nos permiti descubrir esta estructura funda-mental; la bsqueda se resuelve de modo trgico por lamuerte de la madre.

    Asustado por el futuro, inadaptado en el presente yacorralado por la vida (p. 162), se hunde en el pasado conla vuelta al refugio original que es la madre.

    Universit Paul Valry

    1 Camilo Jos Cela, La familia de Pascual Duarte (Madrid: EdicionesDestino, 1973), Coleccin Destinolibro, vol. 4; las referencias de pginairn en adelante a continuacin de cada cita.

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