la eyaculación femenina

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La eyaculación femenina es un fenómeno real y no es debido a incontinencia urinaria.

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Biól. Alberto Rubio CasillasBiól. Alberto Rubio Casillasalberto-rubioc@hotmail.comalberto-rubioc@hotmail.com

Mtro. César Manuel Rodríguez Mtro. César Manuel Rodríguez QuinteroQuintero

cesarmanuel@hotmail.comcesarmanuel@hotmail.com

Psic. Ana Janeth Peralta UribePsic. Ana Janeth Peralta Uribeanjanper@hotmail.comanjanper@hotmail.com

Universidad de Guadalajara, Universidad de Guadalajara, Jalísco,MéxicoJalísco,México

Febrero de 2009Febrero de 2009

En la cultura Occidental este ha sido un En la cultura Occidental este ha sido un fenómeno poco conocido, mientras que en las fenómeno poco conocido, mientras que en las culturas Orientales es de conocimiento popular culturas Orientales es de conocimiento popular desde hace cientos de años. desde hace cientos de años. 

  La referencia más antigua de la que se tiene La referencia más antigua de la que se tiene conocimiento se encuentra en el texto erótico conocimiento se encuentra en el texto erótico Indú, el Ananga-Ranga, publicado en el siglo XVI Indú, el Ananga-Ranga, publicado en el siglo XVI a.C. (ver a Stifter, 1988; Wimpinssinger y a.C. (ver a Stifter, 1988; Wimpinssinger y col.,2007).col.,2007).

En la tribu Batoro, en Uganda, África, hay un ritual en el que las mujeres mayores enseñan a las jóvenes a eyacular. Este ritual es llamado “kachapati ” que significa literalmente “rociar las paredes” (Hicks, 2001). Al eyaculado femenino se le conoce como Amrita, o “ néctar de los dioses”. (Jones y Ryan, 2007). 

En el país africano de Rwanda, las mujeres son enseñadas a maximizar sus orgasmos, y la eyaculación femenina es considerada una norma. De hecho se piensa que si una mujer no eyacula no es sexualmente deseable (Longhofer, 2004).

Las primeras menciones en la cultura occidental corresponden a Aristóteles (384 a.c) quien observó que las mujeres expulsaban un fluido durante el orgasmo (Ladas, Whipple y Perry, 1982; Stifter, 1988) siendo esta  una manifestación que ha interesado a la comunidad científica desde los tiempos de Galeno e Hipócrates (Heath, 1984).

En el siglo XVII, el médico y anatomista holandés Regnier de Graaf fue el primero en describir y usar el término “próstata femenina” o corpus glandulosum, la cual expulsaba fluido, aumentaba la líbido, y producía placer. En sus hallazgos, él declara: 

 

La función de la “ próstata” es generar un jugo pituitoseroso que hace a la mujer más libidinosa… y la descarga por parte de la próstata femenina provoca tanto placer como la obtenida por la próstata masculina”.  

Desde entonces el tema de la eyaculación femenina nunca ha dejado de estar en controversia, y más aún porque se le relacionado con el Punto G (Levin, 2003). 

 

 Reportes anecdóticos describen a mujeres lanzando a chorros un fluido en el momento del orgasmo, a partir de la uretra.

El Dr. Ernest Grafenberg, en 1950 describió  “una zona erógena que puede ser demostrada siempre en la pared anterior de la vagina a lo largo del curso de la uretra. Análogo a la uretra masculina, la uretra femenina también parece estar rodeada por tejidos eréctiles como los cuerpos cavernosos del pene. En el curso de la estimulación sexual, la uretra femenina comienza a aumentar de tamaño y puede sentirse fácilmente, y se hincha grandemente al final del orgasmo''.

"Si hay la oportunidad de observar el orgasmo de tales mujeres, uno puede ver grandes cantidades de un líquido transparente, expelido no a partir de la vagina, sino de la uretra, en chorros. Al principio creí que el esfínter de la vejiga se había deteriorado por la intensidad del orgasmo. La expulsión involuntaria de orina ha sido reportada en la literatura sexual. En los casos observados por nosotros, el fluido fue examinado y no tenía carácter urinario".

“ Me inclino a creer que la “ orina “ reportada durante los orgasmos femeninos no es orina, sino solamente las secreciones de las glándulas parauretrales correlacionadas con la zona erógena ubicada a lo largo de la uretra en la pared anterior de la vagina. Más aún, las profusas secreciones expulsadas con el orgasmo no tienen una función lubricante, de otra manera serían producidas al principio de la relación sexual, y no en la cúspide del orgasmo” (Grafenberg,1950)

En 1953, Kinsey hizo una aseveración anatómica "Desde que la glándula prostática y vesículas seminales son solo estructuras vestigiales en las mujeres, ellas no eyaculan”, mencionando también que "las contracciones musculares de la vagina posteriores al orgasmo pueden en muy pocos casos expulsar las secreciones vaginales con cierta fuerza. Esto es frecuentemente referido por la literatura erótica como una eyaculación en la mujer, pero el término no puede ser utilizado estrictamente en ese sentido".

Similarmente, Marcus(1966) en su análisis crítico de la Pornografía Victoriana, menciona que existía la "fantasía de que las mujeres eyaculaban durante el orgasmo".

 

Masters y Johnson(1966), de manera cortante afirmaron que “la eyaculación era un concepto erróneo pero ampliamente difundido (p.135)”, basándose en los reportes subjetivos de algunas mujeres que referían una emisión de fluidos durante el orgasmo". Y en 1982 reafirmaron su postura negando el fenómeno de la eyaculación femenina.

  

Los médicos de la antiguedad asumieron  que, desde que los fluidos expulsados por las mujeres no portaban "semillas" (la palabra semen proviene del Latín  seminis, que significa "semilla" ), entonces la palabra " semen"  no podía aplicarse a estos fluidos, y sin semen femenino, tampoco podía haber eyaculación femenina. (Sevely y Bennett, 1978). 

Aplicando esta lógica afirmaríamos que un hombre vasectomizado no eyacula ?

En la historia reciente se generó una perspectiva que considera al clítoris como el elemento central de la respuesta sexual femenina, desde esa postura se niega entonces que existan otros centros generadores de placer sexual en la mujer.

Heat(1984) llama a esta posición el "paradigma de la clitoricentricidad", y menciona a varios científicos que contribuyeron a crearlo, empezando con Kinsey y col (1948), Kinsey y col (1953), Masters y Jonhson(1966) y Hite(1976); es decir, una  dominancia del clítoris en la comprensión científica de la respuesta orgásmica femenina.

“El hecho de que Masters y Jonhson hubieran aceptado la posible existencia de la eyaculación femenina y beneficiarse con la oportunidad de investigar el fenómeno patéticamente sugiere, por lo menos para nosotros, que es muy fácil mantener los viejos supuestos fundamentales para la perspectiva cultural, y que difícil es romper la caja del paradigma prevaleciente, particularmente en relación a la sexualidad humana “ (Sevely y Bennett, 1978).

En los 70´s, mientras trataban a mujeres que “supuestamente” presentaban Incontinencia Urinaria, el Dr. John Perry y la Dra. Beverly Whipple, hicieron un descubrimiento importante que los condujo al redescubrimiento del Punto G.

Típicamente, las mujeres que padecen de Incontinencia Urinaria tienen músculos pélvicos débiles o atrofiados. La fuerza de estos músculos puede ser medida por medio de un miógrafo (aparato de mide las contracciones de un músculo).

Perry y Whipple descubrieron que algunas Perry y Whipple descubrieron que algunas mujeres que mujeres que supuestamente supuestamente sufrían de sufrían de Incontinencia Urinaria tenían músculos pélvicos Incontinencia Urinaria tenían músculos pélvicos muy fuertes. Además, estas mismas mujeres con muy fuertes. Además, estas mismas mujeres con fuertes músculos pélvicos a menudo referían que fuertes músculos pélvicos a menudo referían que la única ocasión que ellas (accidentalmente) la única ocasión que ellas (accidentalmente) liberaban fluidos a través de la uretra era durante liberaban fluidos a través de la uretra era durante la relación sexual.la relación sexual.

Sobre la composición del fluido que se expulsa existen tres hipótesis:

1. Es orina diluida ( Schubach ,2003).

2. Es un líquido diferente a la orina,  en él se han encontrado los mismos componentes producidos por la próstata masculina (Wimpinssinger y col.,2007)

3. Orina y plasma prostático se unen durante la eyaculación femenina. (Zaviacic y col., 1986).

La determinación de un nivel más alto de La determinación de un nivel más alto de fructuosa en el eyaculado que en la orina fructuosa en el eyaculado que en la orina sugiere que el eyaculado no puede ser sugiere que el eyaculado no puede ser considerado simplemente como orina, aunque la considerado simplemente como orina, aunque la orina puede ser expulsada a veces durante la orina puede ser expulsada a veces durante la eyaculación femenina (Zaviacic y col.,1984; eyaculación femenina (Zaviacic y col.,1984; Zaviacic y col.,1986).Zaviacic y col.,1986).

La siguiente tabla compara los contenidos del eyaculado masculino y femenino, y el eyaculado femenino y la orina. El eyaculado femenino y la orina contienen las mismas sustancias encontradas en el eyaculado masculino. Estas sustancias comunes, el Antígeno Prostático Específico, la Fosfatasa Acida Prostática y la Fosfatasa Acida Prostática Específica, se encuentran en una concentración mayor en el eyaculado que en la orina. Esto demuestra que el eyaculado femenino y la orina no son lo mismo.

ConclusionesConclusiones La eyaculación femenina es un fenómeno real, y no La eyaculación femenina es un fenómeno real, y no

se debe a un problema de incontinencia urinaria, se debe a un problema de incontinencia urinaria, como lo afirmaron Masters y Johnson. como lo afirmaron Masters y Johnson.

Nuestra propuesta en este trabajo es que la Nuestra propuesta en este trabajo es que la eyaculación femenina sea reconocida como parte de eyaculación femenina sea reconocida como parte de la respuesta sexual normal de la mujer, y más que la respuesta sexual normal de la mujer, y más que ser un fenómeno raro, se considere como una ser un fenómeno raro, se considere como una habilidad olvidada a causa de nuestros prejuicios habilidad olvidada a causa de nuestros prejuicios culturales. Es tiempo de que las mujeres sepan que culturales. Es tiempo de que las mujeres sepan que es una capacidad que la mayoría puede desarrollar es una capacidad que la mayoría puede desarrollar con un poco de práctica. Es necesario romper con con un poco de práctica. Es necesario romper con los viejos paradigmas impuestos durante los últimos los viejos paradigmas impuestos durante los últimos 40 años en torno a la sexualidad femenina.40 años en torno a la sexualidad femenina.

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