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Ryszard Kapuciski: visin integradora de unreportero. Clasificacin, construccin y
recepcin de su obra
Aleksandra Wiktorowska
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Ryszard Kapu!ci"ski: visin integradora de un reporteroClasificacin, construccin y recepcin de su obra
Aleksandra Wiktorowska
TESIS DOCTORALUNIVERSITAT DE BARCELONA
2013-2014
Directores: Dr. Francesco ArdolinoDr. Pawe!RodakTutora: Dra. Marisa Siguan BoehmerPrograma de Doctorat EEES:Construci i Representaci d"Identitats Culturals
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ndice
INTRODUCCIN 10
PRIMERA PARTE 18
CLASIFICACIN DE LAS OBRAS DE RYSZARD KAPU"CI#SKI 18
I Los libros monogrficos de Ryszard Kapu$ci%ski 22
1. Lajungla polaca (1962, 2008) 22
1.1. Introduccin. En el semanario Polityka. 22
1.2. La primera edicin de La jungla polaca 27
1.3. Distintas ediciones y distintos contenidos 29
1.4. Rasgos caractersticos de La jungla polaca 31
1.4.1. Los protagonistas 31
1.4.2. El lenguaje y la mmesis 37
1.5. Ejercicios de la memoria. Ensayo para empezar. 40
1.6. La jungla polaca. Reportaje africano para terminar. 41
2. Czarne gwiazdy [Estrellas negras] (1963, reeditado en 2013) 42
2.1. Historia del libro 42
2.2. La primera edicin de Estrellas negras 43
2.3. Estructura del libro 44
2.4. Rasgos caractersticos de Estrellas negras 45
2.4.1. Los protagonistas 45
2.4.2. Orgenes de la epistemologa del Otro 46
2.4.3. El lenguaje y el estilo 48
2.4.4. El lector modelo de Estellas negras 50
2.4.5. El seor Kapuchkinchi, comunista 51
2.5. La recepcin de Estrellas negras en Polonia 53
2.6. La ausencia de reedicin antes del 2013 54
3. Kirgiz schodzi z konia [El kirguizo se apea del caballo] (1968) 54
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3.1Historia de la publicacin 54
3.2. Historia de los reportajes 55
3.3. El estilo 59
3.4. El lector modelo
603.5. La temtica de los reportajes 61
3.6. La invitacin a Georgia y la entrada al desierto 62
4. Gdyby ca!a Afryka... [Si toda frica...] (1969, reeditado en 2011) 64
4.1. Introduccin 64
4.2. La construccin de Si toda frica... 66
4.3. Los protagonistas 69
4.4. La ideologa 71
4.5. Otra frica 72
4.6. El periplo de algunos reportajes 73
4.7. Si toda frica... 75
5. Por qu mataron a Karl von Spreti (1970, 2010) 76
5.1. La introduccin 76
5.2. La recepcin del reportaje 77
5.3. La construccin de Por qu mataron a Karl von Spreti 78
5.4. Los protagonistas 78
5.5. Sobre la visin del mundo 80
5.6. La reedicin del libro y de sus fragmentos 81
6. Un da ms con vida (1976, 2003) 82
6.1. La historia del libro y sus ediciones 82
6.2. La construccin del libro 84
6.2.1. Cerramos la ciudad 84
6.2.2. Escenas del frente 86
6.2.3. Cablegramas 886.2.4. ABC 90
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6.3. La posdata del libro 91
6.4. Los rasgos caractersticos 92
7. El Emperador (1978, 1989) 94
7.1. El poder absoluto en tres cuadros
947.2. Era un perrito muy pequeo, de raza japonesa. Se llamaba Lul. 95
7.2.1. Los inicios 95
7.2.2. No volver a escribir as nunca 97
7.3. En un lugar fronterizo 98
7.3.1. La construccin del libro 99
7.3.2. Los protagonistas 100
7.3.3. El lenguaje 102
7.3.4. La antropologa del poder 103
7.4. En la corte alegrica 104
7.5. La historia de una inspiracin literaria 105
8. El Sha (1982, 1989) 106
8.1. Prolegmenos y sinopsis del libro 106
8.2. El Sha. Construccin del libro. 107
8.2.1. Introduccin 107
8.2.2. Cartas, caras, campos de flores 108
8.2.3. Daguerrotipos 110
8.2.4. La llama muerta 114
8.3. Analoga polaca 115
8.4. El seor Ferdousi 116
9. El Imperio (1993, 1994) 117
9.1. La historia del libro 117
9.2. Los rasgos especficos de El Imperio 118
9.2.1. La construccin del libro 118
9.2.2. Las lneas temticas 119
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9.2.3. Las fuentes y el estilo 119
9.3. Los viajes por el Imperio 120
9.3.1. El viaje sentimental 120
9.3.2. Grandes viajes por el Imperio 121
9.3.3. Viaje al futuro 126
9.3.4. Puente entre culturas 126
9.4. La gran metfora 128
10. bano (1998, 2000) 128
10.1. Introduccin 128
10.2. La nueva perspectiva 13010.3. Los temas principales y los Leitmotiven de bano 132
10.4. Los protagonistas del libro 137
10.5. El reportero como antroplogo 138
10.6. La gran metfora 139
II Loslibros recopilatorios de Ryszard Kapu$ci%ski 140
1. Cristo con un fusil al hombro (1975, 2010) 140
1.1. La historia de la publicacin 140
1.2. La construccin del libro 141
1.3. Los protagonistas de Cristo con un fusil al hombro 142
1.4. El espritu revolucionario 143
1.5. Las botas como Leitmotiv caracterstico 143
1.6. Los rasgos particulares de Cristo con un fusil al hombro 145
2. Laguerra del ftbol (1978, 1992) 147
2.1. Historia del libro 147
2.2. Plan del libro que podra empezar en este lugar (o mis peripecias nuncaescritas) 150
2.3. El Leitmotiv caracterizador: el escritorio 152
2.4. Amrica Latina 153
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2.5 La guerra del ftbol 154
2.6. El final del libro 156
2.7. El nuevo mtodo 156
3. Viajes con Herdoto (2004, 2006) 1573.1. La historia del libro 157
3.2. Construccin de Viajes con Herdoto 159
3.3. Los temas principales 161
3.3.1. La memoria y la historia 161
3.3.2. Los mtodos del trabajo de Herdoto y los del corresponsal 162
3.3.3. Los Otros 163
3.3.4. Los Leitmotiven caractersticos 164
3.3.5. Las grandes metforas 166
3.4. Es posible describir el mundo? 167
4. Lapidarium, la potica del fragmento 168
4.1. Introduccin 168
4.2. Construccin del libro 170
SEGUNDA PARTE 176
CONSTRUCCIN DE LAS OBRAS DE RYSZARD KAPU"CI#SKI 176
I. Ryszard Kapu$ci%ski reportero 177
0. Introduccin 177
1. El reportero 180
2. El reportaje en Polonia y su gnesis 182
3. El reportaje en la tradicin occidental 186
4. Conclusiones 187
II. Ryszard Kapu$ci%ski autor 189
1. El autor y su vida 189
1.1. Kapu$ci%ski poeta 190
1.2. Kapu$ci%ski periodista 191
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1.3. Kapu$ci%ski filsofo 192
1.4. Kapu$ci%ski historiador 193
1.5. Kapu$ci%ski corresponsal 194
1.6. Ryszard Kapu$ci%
ski fotgrafo
1951.7. Kapu$ci%ski escritor 196
1.8. Kapu$ci%ski antroplogo 197
1.9. Conclusiones 199
2. El mtodo de trabajo 199
3. Reportajes migratorios 201
4. El autor como artista y la creacin artstica 203
III. Elgnero de las obras de Ryszard Kapu$ci%ski 205
1. Crtica de la obra 205
2. Los gneros literarios 206
3. El reportaje integrador 210
3.1. Introduccin 210
3.2. Cuestiones terminolgicas 211
3.3. Innovacin y originalidad 214
3.4. El lugar del reportaje integrador dentro la teora de gneros 215
TERCERA PARTE 218
RECEPCIN DE LA OBRA DE RYSZARD KAPU"CI#SKI 218
I La recepcin en Espaa, Amrica Latina e Italia 219
0. Introduccin 219
1. La recepcin de la obra de Ryszard Kapu$ci%ski en Espaa 219
1.1. Las obras de Kapu$ci%ski llegan a Espaa 219
1.2. Sobre la recepcin de bano 221
1.3. Fenomenologa de mritos 223
2. El reconocimiento de su obra en Catalua 229
2.1. El editor 2307
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2.1.1. Entrevista a Jorge Herralde 230
2.2. Los traductores 238
2.2.1.Entrevista a Agata Orzeszek 239
2.2.2. Entrevista a Jerzy S$awomirski 244
2.3. Profesores de periodismo 246
2.3.1. Entrevista a Roberto Herrscher 246
2.3.2. Entrevista a Albert Chilln 251
2.4. Los reporteros 254
2.4.1. Entrevista a Lltzer Moix 254
2.4.2. Entrevista a Bru Rovira 2623. Larecepcin de Ryszard Kapu$ci%ski en Amrica Latina 268
3.1. La llegada de Kapu$ci%ski a Amrica Latina 268
3.2. Maestro Kapu 269
3.3. Causas de la popularidad de Kapu en Amrica Latina 273
3.4. Amrica Latina para Kapu$ci%ski 274
3.5. Las obras de Kapu$ci%ski en Amrica Latina 276
3.5.1. Introduccin 276
3.5.2. Entrevista a Juan Villoro 276
3.5.3. Entrevista a Maria Dembowska 283
4. Larecepcin de Ryszard Kapu$ci%ski en Italia 285
4.1. La llegada de las obras de Kapu$ci%ski a Italia 285
4.2. Fenomenologa de mritos 287
4.3. Encuentro con Andrea Semplici 290
4.4. Encuentro con Vera Verdiani 293
5. El ABC de la popularidad de Ryszard Kapu$ci%ski 295
5.1. Introduccin 295
5.2. La tradicin viajera, los descubrimientos geogrficos, el colonialismo 298
5.3. La ideologa 298
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5.4. El catolicismo 300
5.5. La recepcin de las obras de Kapu$ci%ski desde una perspectiva terica 301
II Ryszard Kapu$ci%ski y el postcolonialismo 303
1. El postcolonialismo 3031.1. Definicin del trmino 303
1.2. El postcolonialismo como ideologa poltica 305
1.3. Siguiendo los pasos de Ernesto Che Guevara 307
2. La perspectiva de Ryszard Kapu$ci%ski y la perspectiva postcolonial 311
3. El Otro de Ryszard Kapu$ci%ski y el subalterno 315
4. Ryszard Kapu$ci%ski. Un escritor postcolonial? 320
CONCLUSIONES:VIAJE CON RYSZARD KAPU"CI#SKI 322
BIBLIOGRAFA 325
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INTRODUCCIN
La ruta me llevaba, a veces, a aldeas cercanas a alguna frontera. Pero no muy amenudo, pues a medida que uno se aproximaba a la frontera, la tierra se volva cada vez msdesierta y menguaban las posibilidades de toparse con personas. Aquel vaco acentuaba elmisterio de aquellos lugares. Tambin me llam la atencin el silencio que reinaba en las zonasfronterizas. Aquel misterio unido al silencio me atraa y me intrigaba. Me senta tentado aasomarme al otro lado, a ver qu haba all. Me preguntaba qu sensacin se experimentaba alcruzar la frontera. Qu senta uno? En qu pensaba? Deba de tratarse de un momento degran emocin, de turbacin, de tensin. Cmo era ese otro lado? Seguro que diferente. Peroqu significaba diferente? Qu aspecto tena? A qu se pareca? Y si no se pareca anada de lo que yo conoca y, por lo tanto, era algo incomprensible e inimaginable? Pero en el
fondo, mi ms ardiente deseo, mi anhelo tentador y torturador que no me dejaba tranquilo, erade lo ms modesto, pues lo nico que me intrigaba era ese instante concreto, ese paso, eseacto bsico que encierra la expresin de cruzar la frontera.1
1. Perspectivas y planteamiento
La idea inicial de nuestro trabajo se basa en la voluntad de responder a una serie de
preguntas en apariencia muy sencillas: quin fue Ryszard Kapu$ci%ski?, cmo
podramos denominar su obra?, a qu gnero literario pertenecen sus textos?
Sin embargo, a Ryszard Kapu$ci%ski no le hace falta presentacin. Escritor,
reportero, periodista, viajero incansable, historiador, autor de muchos libros y
publicaciones, goza de una vasta popularidad tanto en su pas natal como en el
extranjero. Sus obras, traducidas a treinta y siete idiomas, han sido y siguen siendo
comentadas en el mundo entero; an ms, su trabajo ha sido comparado con el de otros
grandes escritores-reporteros como Truman Capote o Ernest Hemingway, por citar solo un
par de nombres ilustres.
Sin embargo, hasta ahora su obra no ha sido analizada en Espaa por la crtica
literaria, porque aqu sigue siendo clasificada y catalogada como literatura periodstica y,
por lo tanto, circunscrita a este enfoque.
En Lapidarium IV encontramos esta declaracin de Kapu$ci%ski:
Desde hace siglos, desde siempre, la mayora de nosotros aparece y desaparece de
este mundo sin dejar rastro. Las historias contadas y descritas se limitan a las huellas de pocas
10
1Ryszard Kapu!ci"ski, Viajes con Herdoto, trad. de Agata Orzeszek, Barcelona, Anagrama, 2009, pp.16-17.
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personas y de otras tantas naciones, esparcidas por el ancho e inmenso camino trillado porincontables millones de caminantes annimos.2
El rastro que ha dejado el autor; es decir, su herencia literaria, no solo deviene de un
valor incalculable para los lectores no especializados, sino tambin para los estudiosos y
especialistas en literatura y relaciones interculturales, ya que Kapu$ci%ski, en sus escritossobre el Tercer Mundo, encerr experiencias e historias que narran esa realidad tantas
veces silenciada y omitida por los medios de comunicacin. As, pues, uno de los
principales propsitos de este trabajo consiste en situar en el territorio que les
corresponda tanto sus textos que se encuentran recluidos en la penumbra en las
facultades de filologa espaolas, como su faceta de escritor, que en Espaa y hasta el
momento no ha sido reconocida como tal.
La cita que a modo de lema abre esta introduccin no es casual, ya que, aparte dehaber cruzado las numerosas fronteras que separan los territorios de sus viajes por el
mundo, Kapu$ci%ski haba logrado traspasar aquellas entre varios gneros literarios
reportaje, literatura de ficcin y de no ficcin, relatos de viajes, etc. De este modo
consigue crear un gnero propio y proporcionar, a la vez, una tarea interminable para
lectores y estudiosos de sus obras, quienes an hoy intentan catalogar y clasificar sus
obras.
2. Acerca del ttulo
En el ttulo de nuestro trabajo, sirvindonos del nombre del oficio que l mismo
consideraba ms adecuado, describimos al autor como un reportero, porque l mismo
deca que nunca dejara de serlo y porque pensaba que para un reportero no exista la
idea de la jubilacin: este oficio no es solo un trabajo, sino un modo de vida, una manerade pensar y de ver el mundo a la que l no habra renunciado jams.3
Es por ello por lo que aqu hemos optado por un anlisis desde una ptica alejada
de la meramente periodstica, en realidad ms propio de los Cultural Studies, desde una
perspectiva amplia que, por otra parte, se asemeja muchsimo ms al mbito de la
antropologa cultural que al del campo especfico de los estudios literarios. Esta
11
2Id., Lapidarium IV, trad. de Agata Orzeszek, Barcelona, Anagrama, 2003, p. 92.
3Id., Autoportret reportera, ed. e intr. de Krystyna Str%czek, Krakw, Znak, 2003, p. 139.
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perspectiva hemos concluido denominarla visin integradora, por incorporar diferentes
perspectivas procedentes de varias disciplinas humansticas.
El subttulo Clasificacin, construccin y recepcin de su obra refleja, por otro lado,
tres modos diferentes de acercarnos al legado de Kapu$ci%ski. Estos nos servirn para
investigar y presentar tanto sus libros como su taller y nos valdremos de tres lneas paraformar un nico nudo conceptual; ms concretamente, las tres partes mencionadas no
solo hacen referencia a perspectivas diferentes, sino que tambin ilustran el proceso de
nuestra investigacin en la bsqueda de una unidad epistemolgica. Esta triparticin
refleja asimismo el modelo semitico de la comunicacin, en cuyo eje de atencin se
encuentran emisor, mensaje y receptor. De igual modo, aqu nos interesar el autor de la
obra, la obra en s y cmo esta se transfiere finalmente a los lectores.
La primera parte est dedicada a las obras de Kapu$ci%ski. Hablamos primero desus libros monogrficos (respetando el orden cronolgico original), luego de los
recopilatorios (siguiendo el mismo orden) y cerramos la descripcin con Lapidariumcomo
un caso aparte.
Exponiendo uno por uno todos los ttulos de su obra, estudiaremos la historia de
cada volumen, sus rasgos caractersticos, la recepcin que tuvo y la crtica que suscit.
Para ello, partimos de la perspectiva propuesta por uno de los principales representantes
de la sociologa del texto, D. F. McKenzie, segn el cual un libro nunca es simplemente unobjetoextraordinario, sino el producto de la actuacin humana en contextos complejos
y altamente voltiles que una investigacin cabal tiene que intentar recuperar si desea
entender mejor la creacin y la comunicacin de significados como caracterstica
definitoria de las sociedades humanas.4
Partiendo de esta premisa, nos acercamos al texto en tanto que objeto material, una
forma registrada, y nos ocupamos de comparar sus respectivas ediciones. Al analizar
cada obra, examinamos cmo fue escrita, bajo qu circunstancias, qu cambios sufrieronsus reediciones y por qu. Asimismo, prestamos especial atencin a cmo algunos de los
textos migran de un libro a otro.
Discutiremos tambin acerca de cmo cambiaban la perspectiva del autor y su
escritura, incidiendo en responder a cuestiones como: a qu prestaba ms atencin,
cules eran sus intereses, cules los rasgos ms caractersticos de cada uno de sus
volmenes, qu tienen en comn y qu los diferencia, etc.
12
4D. F. McKenzie, Bibliografa y sociologa de los textos, trad. de Fernando Bouza, Madrid, Ediciones Akal,2005, p. 22.
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La segunda parte del trabajo abarca la cuestin de la construccin creativa. Aqu nos
ocupamos principalmente de la faceta de reportero de Kapu$ci%ski, para ms adelante
ahondar en una especie de gnesis del reportaje polaco y compararla con su equivalente
en la tradicin occidental. Segn una mxima china, el artista es como un rbol, porque
con sus races brota de la tierra madre y con sus ramas abraza al mundo entero. A partirde esta imagen hemos iniciado el recorrido de la evolucin del reportaje en Polonia (y sus
peculiaridades), para mostrar a la vez que Ryszard Kapu$ci%ski &que en su tierra natal
sigue siendo valorado como uno de los grandes representantes de la llamada escuela
polaca del reportaje!, bebe de esa tradicin e integra en su escritura los rasgos
imprescindibles que hanfundamentado el itinerario histrico de este gnero.
Al hablar del Kapu$ci%ski-autor, resaltamos la influencia de todas aquellas disciplinas
que practic a lo largo de su trayectoria, porque tanto su vida como su creacin leproporcionaron diferentes vas de desarrollo que nutrieron su escritura. Ms adelante nos
centramos en su mtodo de trabajo que asemeja al reportero a un escritor o a un
antroplogo, ms que a un periodista, evidenciando en ltima instancia su faceta de
creador.
Acto seguido, nos detenemos en una visin global de sus textos a partir de una
perspectiva concreta: hasta ahora ninguno de los trminos propuestos por sus crticos y
estudiosos ha podido acotar satisfactoriamente la totalidad de su produccin. Por ello,otro de los cometidos de esta tesis es intentar hallar un trmino que, a travs de un
denominador comn, sirva para definir su obra.
En la segunda parte del presente trabajo pretendemos demostrar que Kapu$ci%ski
era un escritor de la prctica y no un terico; en trminos de Gayatri Spivak: Theory
always norms practice. When you practice, as it were, you construct a theory and
irreductibly the practice will norm the theory, rather than be an example of indirect
theoretical application.5
Consideramos que, con la prctica en este caso la composicinde sus textos, Kapu$ci%ski invent un mtodo de escritura propio; esto es, el gnero que
nos ocupa. Por lo tanto, hemos querido seguir sus huellas empezando por su obra,
centrndonos posteriormente en sus aportaciones tericas con la intencin de recrear su
modo de trabajar bien como reportero, bien como escritor que haba construido su propia
teora inductivamente.
La tercera parte de esta tesis est dedicada a la recepcin de su obra en los
diversos territorios donde Kapu$ci%ski adquiri un mayor reconocimiento. Sera imposible
13
5Gayatri Chakravorty Spivak, Post-Colonial Critic: Inteviews, Strategies, Dialogues, Sarah Harasym (ed.),New York&London, Routledge, 1990, p. 44.
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hablar de la fortuna de su obra por todo el mundo, si recordamos que algunos de sus
libros fueron traducidos a ms de treinta idiomas y publicados en numerosos pases. Por
ello, decidimos destacar en un mapa aquellos puntos que sobresalen del resto por la
densidad de obras. Ello se ha medido teniendo en cuenta: el nmero de ttulos
traducidos y publicados, el de ejemplares impresos vendidos, el de premios otorgados, lapresencia de crticas de su obra en la prensa nacional, la participacin en acontecimientos
culturales (inauguraciones, festivales literarios, talleres, conferencias, etc.).
En el estudio de la recepcin de la obra por parte de lectores y crticos, nos hemos
basado tanto en la documentacin existente (archivos de prensa, artculos, reseas,
crticas, actas de jurados de premios, libros publicados al respecto et similia) como en la
informacin obtenida de primera mano de expertos capaces de explicar el fenmeno de
su popularidad; concretamente, personas que conocen su obra y/o que tuvieron un tratodirecto con el autor.
Finalmente, hemos examinado los rasgos que comparten Espaa, Amrica Latina e
Italia para responder a la pregunta de por qu all y no en otra parte Kapu$ci%ski ha
cosechado los mayores xitos?. Y aqu la clave para ofrecer una argumentacin
satisfactoria al interrogante la hemos hallado en la teora postcolonial.
3. Acerca de la metodologa
3.1. La investigacin anterior y la presente
El origen de esta investigacin se remonta al ao 2007, concretamente a la
elaboracin de un trabajo sobre ftbol e identidad para la asignatura Antropologa de la
etnicidad del grado Antropologa social y cultural, de la Universidad de Granada, estudio
para el cual partimos de La guerra del ftbol y otros reportajes.Ms tarde, se imbricaron dos factores fundamentales que derivaran en este inters
por la biografa del reportero, su inters por el periodismo y sus inicios en el oficio: por un
lado, los diversos contactos con jvenes periodistas espaoles e iberoamericanos
interesados en la figura del reportero polaco cuya muerte se produjo el 23 de enero de
2007; y, por otro, el encargo de la revista digital Correo extranjero de realizar una
pequea investigacin sobre Kapu$ci%ski, que dio como resultado el texto Nace el
maestro del reportaje, publicado en enero de 2008.
Inmersos en la investigacin en la Universidad de Varsovia, concretamente en la
Facultad de Culturologa carrera, por cierto, bastante parecida a la de Humanidades en14
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Espaa, fuimos ampliando cada vez ms el mbito de inters. As, empezamos a
analizar las obras de Kapu$ci%ski desde un punto de vista antropolgico, cayendo en la
cuenta de que sus libros y reportajes constituan una fuente de informacin de primera
mano sobre distintos pases y sus sociedades, en definitiva, sobre distintas culturas. Fruto
de este trabajo fue la tesina final de carrera titulada Ryszard Kapu"ci#ski comoantroplogo y su frica. All, basndonos en la bibliografa africana (desde Estrellas
negras y Si toda frica... hasta Un da ms con vida, La guerra del ftbol y bano),
quisimos mostrar la faceta de antroplogo de Kapu$ci%ski, comparando,
simultneamente, sus reflexiones con las de Bronis!aw Malinowski y Claude Lvi-Strauss.
Tres aos ms tarde, en el mster Construcci i Representaci d"Identitats
Culturals de la Universitat de Barcelona, continuamos nuestra investigacin, pero
centrndonos esta vez en la recepcin de la obra kapu$ci%skiana en los paseshispanohablantes. Ah insistimos en su trabajo de reportero a partir de sus textos
centrados en Latinoamrica (Por qu mataron a Karl von Spreti, Cristo con un fusil al
hombro, La guerra del ftbol y otros reportajes) y en su actividad como traductor (en dos
sentidos de la palabra: literal y metafrico), estableciendo paralelismos biogrficos entre
Kapu$ci%ski y Garca Mrquez, en tanto que dos grandes maestros del reportaje y de la
literatura.Todo esto nos condujo a elaborar el trabajo final de mster tituladoKapu"ci#ski
entre Espaa y Amrica Latina.Al ao siguiente, 2012, gracias a la Borsa d$Estudi Generalitat de Catalunya,
concedida por el Institut d$Estudis Catalans, llevamos a cabo el estudio Ryszard
Kapu"ci#ski als Pasos Catalans.
Finalmente, al iniciar el proyecto de tesis en el marco del programa de doctorado
Construcci i Representaci d"Identitats Culturals de la Universitat de Barcelona, y a
partir de las conclusiones extradas en esas investigaciones previas, tomamos la
ambiciosa decisin de examinar todo el corpus de nuestro autor; esto es, abrazar cualrbol todas las obras de Kapu$ci%ski publicadas.
3.2. El trabajo de campo
Con esta idea en mente, nos sumergimos en el trabajo de campo, uno de los
mtodos empleados para confeccionar esta tesis doctoral, que consisti en visitar
diversas editoriales (Anagrama, Feltrinelli y Czytelnik, entre otras); consultar los archivos
del Centre de Cultura Contempornia de Barcelona (CCCB); y zambullirnos en diversas
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hemerotecas de prensa espaola, iberoamericana e italiana, tanto en soporte papel como
en el digital.
El trabajo de campo prosigue con numerosos viajes que nos han permitido recorrer
parte del itinerario de Kapu$ci%ski y de su legado. As, debemos sealar estancias en la
Ciudad Condal y en Varsovia, desplazamientos a Italia (tanto a Roma como a Florencia) ytambin una visita a Ciudad de Mxico; todas ellas con el fin de investigar la huella que
nuestro autor ha dejado en estas ciudades y recabar la mayor cantidad de informacin
posible.
Por otro lado, la otra gran parte de este trabajo recae en el anlisis de los textos de
Kapu$ci%ski, descosindolos y comparndolos entre s. Cedamos la palabra a Fredric
Jameson:
"Analysis" I take to be that peculiar and rigorous conjuncture of formal and historicalanalysis that constitutes the specific task of literary and cultural study; to describe this further asthe investigation of the historical conditions of possibility of specific forms may perhaps conveythe way in which these twin perspectives (often thought to be irreconcilable or incommensurablein the past) can be said to constitute their object and thereby to be inseparable.6
Siguiendo esta definicin, para averiguar el mtodo de escritura de nuestro autor,
hemos estudiado sus obras tanto desde el punto de vista formal como desde el histrico,
mostrando cmo estas dos visiones devienen inseparables, complementndose
mutuamente. A la vez, ha sido preciso examinar crticas, reseas y artculos de opinin
&todos ellos publicados en castellano, cataln, ingls, italiano y polaco&, para llegar a
entender cmo se ha ido desarrollando y a qu se debe el fenmeno Kapu$ci%ski.
Asimismo, habra que aadir varias conversaciones y entrevistas, fuente de mucha
informacin nueva, indita, que nos han servido de fruto de inspiracin constante para
revisar, corregir o reforzar las posiciones iniciales adoptadas.
Dijo Kapu$ci%ski:
Como soy un gran partidario de las citas, creo muy digna de atencin laobservacin de Walter Benjamin de que el libro de las citas sera el ms perfecto de loslibros. [...] Al citar importantes y fascinantes reflexiones de otros no slo enriquecemosnuestro texto sino que tambin lo dotamos de plasticidad. Gracias a las citas nuestrolibro se convierte en una especie de obra colectiva.7
16
6Fredric Jameson, Postmodernism, or The Cultural Logic of Late Capitalism, Durham, NC, Duke University
Press, 1991, p. 298.
7Wojciech Grecki, El reportaje y la permanencia, Res Publica Nova, n. 7-8, 1993, enRyszardKapu!ci"ski, El mundo de hoy, ed., intr. y trad. Agata Orzeszek, Barcelona, Anagrama, 2004, p. 82.
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A lo largo de nuestro trabajo, hemos seguido este consejo y hemos intentado dar voz
no solo al protagonista, sino tambin a escritores, estudiosos, crticos, periodistas y
traductores que escribieron sobre l y sobre sus textos. En definitiva, hemos pretendido
dar espacio a aquellos que lo conocieron y se convirtieron en especialistas en su obra y
contribuyeron a su xito. Y por ello somos conscientes de que esta tesis, cual reportaje,es una obra colectiva en la que han participado todas aquellas personas que nos
brindaron la oportunidad de compartir informacin y opiniones que nos han ayudado a
desvelar parte de lo que se oculta entre el ramaje de ese frondoso rbol que es Ryszard
Kapu$ci%ski.
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PRIMERA PARTE
CLASIFICACIN DE LAS OBRAS DE RYSZARD KAPU'CI(SKI
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0. Para empezar
Ryszard Kapu$ci%ski es autor de centenares de reportajes publicados en diferentes
diarios y revistas a lo largo de su vida (1932-2007). Asimismo, escribi cientos de
boletines como parte de su trabajo como corresponsal de la Agencia de Prensa Polaca
(PAP), primero desde frica y, ms tarde, desde Amrica Latina. En vida, public varios
libros de autora propia, pero sus amigos, colegas, crticos e investigadores recopilaron y
editaron otros muchos textos, discursos y entrevistas concedidas en numerosasocasiones y en diferentes lugares (tanto en su Polonia natal como en otros pases que
con frecuencia visitaba como periodista, corresponsal, maestro del reportaje y traductor
de culturas). Hoy en da contamos tambin con charlas y discursos inaugurales o de
clausura que pronunci en diversas universidades del mundo sobre el periodismo: la vida
del reportero, el reportaje, el papel de los medios de comunicacin. Tambin sobre temas
que giran en torno a: el Otro y el Tercer Mundo (de este ltimo fue considerado un
verdadero especialista).Ahora bien, debido al volumen de su produccin, analizar todos sus textos deviene
una ardua tarea, casi imposible. Pero este trabajo pretende algo distinto: es un intento de
hablar del conjunto de la obra del gran reportero. Por eso, cada vez que aqu utilicemos
genricamente el trmino obras, se entender que se trata del corpus de todos sus
libros publicados en Polonia, gran parte de los cuales fue traducida al castellano.8 Para
ello, debido a la diversidad de temas tratados por el periodista polaco en sus reportajes,
se ha dividido el corpus en tres partes (aunque solo las dos primeras sern objeto deanlisis, debido a que la tercera se compone del Kapu$ci%ski hablado), para abarcar de
una forma ms prctica su totalidad.
La primera est constituida por los libros monogrficos, es decir, los que estn
relacionados solamente con una regin geogrfica. Entre ellos destacaremos La jungla
polaca (1962), el primero y, a la vez, el nico libro que trata sobre Polonia, y Estrellas
negras (1963), el primer libro dedicado al continente africano, publicado despus de un
par de viajes a frica: uno tuvo lugar entre finales de 1959 y principios de 1960, cuando
19
8Citaremos siempre a partir de las ediciones en castellano. En caso de que no existan, y siempre que nohaya otra indicacin, la traduccin se considerar nuestra.
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Kapu$ci%ski visit Ghana, el Reino de Dahomey y Nger, en calidad de corresponsal del
semanario Polityka. El segundo, que empez a finales de 1960 en el Cairo, lo llev, a
travs de Sudn, hasta el Congo. Otra monografa que se incluye en este apartado es El
kirguizo se apea del caballo (1968), fruto del trabajo de campo en las repblicas asiticas
de la Unin Sovitica, durante tres meses. Si toda frica... (1969) es un volumen querecoge las noticias sobre la actualidad de la poca que Kapu$ci%ski escribi y mand
como corresponsal desde diversos pases de ese continente. Por qu mataron a Karl von
Spreti (1970) esun reportaje sobre el secuestro y ulterior asesinato del embajador alemn
en Guatemala, en abril de 1970. Un da ms con vida (1976),un libro sobre la guerra de
Angola, es considerado el texto ms ntimo del escritor. El Emperador (1978), dedicado al
tema del poder absoluto, representa, a su vez, una falsa biografa del emperador etope
Haile Selassie. El Sha o la desmesura del poder (1982) es unvolumen sobre la cada delsha Mohammad Reza Pahlevi, la subida al poder del ayatol Jomeini y la revolucin iran.
En El Imperio (1993) Kapu$ci%ski escribe sobre los mecanismos que desembocaron en la
disolucin de la Unin Sovitica, analizando la vida de los habitantes de sus repblicas y
el imperialismo sovitico. Finalmente, bano (1998)es sultimo librodedicado a frica,
donde rene sus andanzas por el continente hechas a lo largo de su vida.
La segunda parte la forman los libros recopilatorios; es decir, aquellos volmenes
cuyo hilo conductor no es geogrfico sino el tema del que tratan. Entre ellos puedenenumerarse: Cristo con un fusil al hombro (1975), La guerra del ftbol (1978) y Viajes con
Herdoto (2004).
El ciclo de Lapidarium no se inscribe en ninguna de las dos partes, no obstante,
debido a su inters, ser estudiado como un caso aparte.
La tercera parte la constituyen, como queda mencionado, los libros hablados, que,
aunque no sern examinados en detalle en este trabajo, se resumen brevemente. En este
grupo destacan los publicados en lengua castellana, entre ellos Los cnicos no sirven paraeste oficio, aunque originalmente fue publicado en italiano. Este es un libro donde se
recopilan una conversacin con John Berger y dos entrevistas a Kapu$ci%ski: la primera
realizada por Maria Nadotti y la segunda, por Andrea Semplici. Las tres se centran en el
oficio de periodista, sobre cmo ser un buen reportero, etc., y aparece alguna pincelada
sobre la historia profesional del maestro. Luego, debe citarse El mundo de hoy, editado
por Agata Orzeszek, donde constan citas y largos fragmentos de los reportajes del
periodista y partes de entrevistas concedidas tanto a periodistas polacos como a
espaoles (sin traduccin al castellano hasta la fecha). Se incluye tambin Los cinco
sentidos del periodista (estar, ver, or, compartir, pensar), fruto de los talleres que20
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Kapu$ci%ski imparti en Buenos Aires en 2002, invitado por la Fundacin para un Nuevo
Periodismo Iberoamericano (FNPI). A esos se le aadieron las intervenciones en otro
taller realizado en la sede de FNPI en Cartagena de Indias en 2000, as como una
conferencia que imparti en 2001 en la Universidad Iberoamericana de Mxico. En El
encuentro con el otro, se renen cuatro conferencias (en realidad seis, pues son tres lasvienesas): El encuentro con el Otro como reto del siglo XXI pronunciada en
Barcelona en 2005, al recibir el doctorado honoris causa por la Universitat Ramon Llull;
Conferencias vienesas (I, II y III), ledas en 2004; El Otro en la aldea global, dictada
durante la inauguracin del curso acadmico en la Escuela Superior de Europa Jzef
Tischner en Cracovia, en 2003; y Mi Otro, en ocasin del Simposio Internacional de
Escritores celebrado en Graz en 1990.
En resumen, de la ingente produccin de Kapu$ci%ski, este trabajo se centra en lasdos primeras partes y se excluye la tercera por una razn: la oralidad. El hecho de nacer
de numerosas conversaciones, entrevistas y discursos (gran parte de ellos pronunciados
en un idioma distinto a su polaco materno) no fueron pensados como libros por nuestro
autor, ni tampoco escritos como tales. Adems, su edicin, en muchos casos, se la
debemos a terceras personas. Con todo, estas obras se encuentran en la bibliografa del
presente trabajo y sern citadas y mencionadas cuando corresponda, porque son una
ingente fuente de informacin acerca de la vida, la obra, el pensamiento y el taller denuestro escritor y reportero.
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I Los libros monogrficos de Ryszard Kapu!ci"ski
1.La jungla polaca
(1962, 2008)
La Duna tiene dos hermanas: la primera se llama Shara y lasegunda, Gobi. No hay ser humano que atravesase a pie la distancia entreel Shara y la Duna.
RYSZARD KAPU'CI(SKI: La jungla polaca
1.1. Introduccin. En el semanario Polityka.
Kapu$ci%ski lleg a la redaccin del recin creado semanario Polityka en 1958.
Beata Nowacka y Zygmunt Zi)tekafirman que fue uno de sus colegas de la redaccin del
Sztandar M&odych,9 Dariusz Fikus,quien lo convenci para que aceptase el nuevo puesto
en la seccin de reportajes y se librase as de su execrable trabajo de escritorio en la
PAP.10
Otra explicacin la propone Artur Domos!awski, el autor de Kapu"ci#ski non-fiction,quienapunta a Marian Turski, apartado del puesto de redactor jefe del Sztandar M&odych,
como la persona que se llev a un grupo de periodistas al recin creado semanario entre
los cuales estaba Kapu$ci%skique se haban solidarizado con l presentando su dimisin
en protesta por su fulminante destitucin.11
Por su parte, Magdalena Horodecka menciona la sonada renuncia del periodista a
su puesto en el Sztandar M&odych en apoyo a sus colegas Andrzej Berkowicz (a quien
dedic el reportaje Danka de La jungla polaca)y Krzysztof K)kolewski. Ambos fueron
despedidos por el secretario general del Partido Obrero Unificado de Polonia (POUP) a
raz de la publicacin de un artculo en el cual acusaban directamente al gobierno de
cerrar uno de los ms importantes semanarios de estudiantes y de la joven intelligentsia,
22
9Sztandar M!odych [Estandarte de la Juventud] fue un peridico publicado entre 1950 y 1997. En un primerperiodo, hasta 1957, fue el rgano de la Unin de Juventudes de Polonia (UJP).
10Beata Nowacka y Zygmunt Zi%tek, Kapu"ci#ski. Una biografa literaria, trad. de Francisco Javier
Villaverde, Madrid, Coleccin Malabares, Biblipolis, 2010, p. 84.
11Artur Domoslawski, Kapu"ci#ski non-fiction, trad. de Francisco Javier Villaverde Gonzlez y AgataOrzeszek, Barcelona, Crculo de Lectores, 2010,p. 150.
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el Po Prostu [Simplemente]. Pero l no qued impune: por mostrar su inconformidad con
los despidos, Kapu$ci%ski fue sancionado por las autoridades y tuvo prohibida la
publicacin de textos durante un ao. Fue precisamente entonces, terminada esa breve
fase, cuando entr en Polityka.12
Independientemente de quin lo convenci para que trabajase en el semanario o decmo lleg a la redaccin y bajo qu circunstancias, cabe sealar que Kapu$ci%ski
empez en Polityka a los veintisis aos: ya no era un aprendiz, sino un joven reportero
con una dilatada trayectoria profesional.
Su carrera profesional haba empezado alrededor de 1950, en el mismo Sztandar
M&odych, si bien interrumpi sus colaboraciones durante casi cuatro aos, concretamente,
entre octubre de 1951 y mayo de 1955. En ese nterin, curs estudios de filologa polaca
en la Universidad de Varsovia, carrera que abandon para pasarse a Historia, en la quese licenci en 1955. Volviendo a Sztandar M&odych, en dicho peridico public varios
reportajes, entre ellos el clebre La otra verdad sobre Nowa Huta, por el cual el
gobierno le acab otorgando la Cruz de Oro al Mrito (1956). Ese mismo rotativo le
mand al extranjero en varias ocasiones, empezando por Kiev, en agosto de 1956, al
congreso de la Federacin Mundial de la Juventud Democrtica; y a la India, en
septiembre del mismo ao, su primer viaje largo. A su regreso, debido a un bloqueo en el
canal de Suez, no pudo volver por va martima, sino que se vio obligado a hacer escalaen Kabul. Desafortunadamente, la falta de visado supuso su encarcelamiento y, en
consecuencia, se vio forzado a quedarse unos das en Afganistn. Tras este episodio, en
julio de 1957, visit Mosc para cubrir el VI Festival Mundial de la Juventud y los
Estudiantes. En agosto del mismo ao, inici un viaje de medio ao a China, pasando por
Tokio y Hong Kong, aunque regres a Polonia en el ferrocarril transiberiano antes de lo
previsto a causa de la complicada situacin, anteriormente reseada, que se estaba
viviendo en el Sztandar M&odych.Al llegar a la redaccin de Polityka, fue enviado a trabajar sobre el terreno. Podemos
suponer que sus viajes por la Polonia rural o por numerosas fbricas en zonas ms
urbanas en una bsqueda constante de temas interesantes podan parecerse a sus
primeros pasos periodsticos en el Sztandar M&odych. Sobre ellos escribi en Viajes con
Herdoto:
Era un reportero principiante: mi cometido consista en viajar por el pas siguiendo rutas
marcadas por las cartas que llegaban a la redaccin. Sus autores se quejaban de la injusticia y
23
12Magdalena Horodecka, Zbieranie g!osw. Sztuka opowiadania Ryszarda Kapu"ci#skiego, [Recogiendovoces: El arte de narrar de Ryszard Kapu!ci"ski], Gda"sk, s$owo/obraz terytoria, 2010, p. 25.
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la pobreza, de que el Estado les haba quitado su ltima vaca o de que en su aldea an nohaba luz elctrica. Como la censura haba aflojado, la gente poda escribir cosas como, porejemplo, sta: En el pueblo de Chodw, cierto que hay una tienda, pero siempre est vaca, nohay manera de comprar nada. El progreso consista en que, mientras Stalin estaba vivo, no sepoda escribir que una tienda estaba vaca: todas tenan que estar perfectamente abastecidas,llenas de productos. As que recorra yo el pas con ms pena que gloria, de aldea en aldea, devillorrio en villorrio, en un carro de adrales o en un autobs desvencijado, pues los turismos
eran una rareza. Ni siquiera era fcil hacerse con una bicicleta.13
Teniendo en cuenta su experiencia, a finales de 1959, el redactor jefe del semanario,
Mieczys!aw Rakowski, decidi mandarlo a frica. Pero por qu enviar a Ghana a un
periodista recin contratado y sin conocimientos especficos sobre el continente africano?
Segn Rakowski:
Probablemente el mismo Rysiek [diminutivo de Ryszard] segua las noticias de la prensa
internacional y los comunicados de las agencias mientras trabajaba en la PAP, y se dio cuentade que en frica se vivan momentos histricos. Vino a verme y me convenci de que el asuntomereca la pena.14
El propio Kapu$ci%ski rematar el clavo mucho ms tarde:
Me empec a inclinar por frica tambin porque Asia me haba intimidado desde elprimer momento. Impona, y mucho. Las civilizaciones de la India, de China y de la GranEstepa para m eran gigantes que exigan toda una vida para acercarse a cualquiera de ellos,ya sin pretender conocerlo aunque slo fuese por encima. frica, en cambio, se me antojabams desmenuzada, diversificada y, en su multiplicidad, miniaturizada, y por lo tanto ms fcil decaptar, ms asequible. Durante siglos, todo el mundo se haba visto atrado por el aura de misterio que envolvaal continente: en frica deba de haber algo nico, oculto, algn punto flgido que brillaba en laoscuridad y al que era muy difcil llegar, siempre y cuando fuera posible tal cosa. Y muchos, porsupuesto, intentaron poner a prueba sus fuerzas en su aspiracin a encontrar y desvelar estemisterioso y enigmtico algo.15
Durante el viaje a Ghana, recin independizada de Gran Bretaa, es testigo del
proceso de descolonizacin. Visita tambin el Reino de Dahomey (la actual Repblica de
Benn) y Nger. Y entre febrero y mayo de 1960 el semanario Polityka publica el ciclo de
reportajes Ghana de cerca, fraguados durante esos viajes.
Al volver a casa, no soporta permanecer quieto y despus de escribir el ciclo de
reportajes acerca de Ghana busca algn pretexto para volver a frica. Rakowski, en
24
13R. Kapu!ci"ski, Viajes con Herdoto, trad. de Agata Orzeszek, Barcelona, Anagrama, 2006, p. 16.
14A. Domoslawski, Kapu"ci#ski non-fiction, op. cit, p. 156.
15R. Kapu!ci"ski, Viajes con Herdoto, op. cit., pp. 117-118.
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cambio, le encarga que recorra el pas y escriba reportajes sobre la Polonia rural.16Fruto
de este recorrer sern los textos que se publicarn principalmente en Polityka a lo largo
de 1960: estos, junto con otros, escritos antes y despus del viaje, formarn su primer
libro.
En el Plan del libro que podra empezar en este lugar (o mis peripecias nuncaescritas, recopilado dentro de La guerra del ftbol, Kapu$ci%ski dejar escrito:
1. Vuelvo a Polonia, dejando atrs frica: un salto del horno tropical a un paisaje nevado.Qu moreno ests, has estado en Zakopane? Ser posible que nuestra imaginacin no seacapaz de ir ms all de P!ock, Siemiatycze, Rzeszw, Zakopane? Trabajo en Polityka. Miredactor jefe entonces Mieczys!aw F. Rakowski me enva al interior del pas, a trabajar sobreel terreno; s, debo seguir viviendo en la selva, pero esta vez en la nuestra, la verncula, lajungla polaca. En algn lugar, tal vez en Olecko o quiz en Orneta, leo que en el Congo haestallado un gran conflicto que puede alcanzar escala mundial. Son los primeros das de julio
de 1960. El Congo, el ms hermtico, desconocido e inaccesible pas de frica, ha obtenido suindependencia, pero justo despus de su proclamacin se ha rebelado el ejrcito, y se producela huida de los colonos y la intervencin de los paracaidistas belgas; reinan el caos y la histeria,y las matanzas se suceden. Los peridicos dedican sus primeras planas a las descripciones deaquel mar de confusiones. Compro un billete de tren y vuelvo a Varsovia.
2. Solicito a Rakowski que me enve al Congo. Ya me ha entrado la fiebre de escrutar entodo aquello.
3. El viaje resulta imposible, pues entretanto han sido expulsadas del Congo todas laspersonas procedentes de los pases socialistas. Portador de un pasaporte polaco, no tendra nila ms mnima posibilidad de entrar en el pas. Para consolarme, el consejo de redaccin meproporciona el billete y las divisas necesarias para viajar a Nigeria. Pero a m qu demoniosme importa Nigeria? All no pasa nada (por el momento).17
Cuando es enviado a frica, primero se detiene en Egipto, ya que alguien le ha
comentado que en El Cairo se encuentra un periodista checo, Jarda Bou*ek, que quiere
llegar hasta el Congo atravesando la selva. Al llegar a la ciudad logra localizarlo y, junto
con otro periodista checo, Du+an Provaznk que se convertir en gran amigo y traductor
de sus obras, los tres viajarn en avin hasta Yuba, en Sudn del Sur. Desde all
recorrern ms de mil kilmetros en un destartalado Ford hasta penetrar el interior del
Congo. Las peripecias de este viaje (a lo largo del cual fue encarcelado, condenado a
muerte y rescatado casi milagrosamente por los soldados de la ONU), Kapu$ci%ski las
describir en un texto que no ver la luz hasta 1978. Tras este periplo, el reportero vuelve
a Polonia en febrero de 1961 y, en primavera, aparece en las pginas de Polityka el ciclo
El Congo de cerca,que, despus de algunas modificaciones, se publicar en el libro
Czarne gwiazdy [Estrellas negras].
A tenor de lo dicho, en La guerra del ftbol,Kapu$ci%ski apunta:
25
16A. Domos$awski, op. cit.,p. 161.
17R. Kapu!ci"ski, La guerra del ftbol y otros reportajes, trad. de Agata Orzeszek, Barcelona, Anagrama,1992, p. 36.
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Volv a Varsovia. Deba preparar una nota relatando lo que haba visto en el Congo.Describ la lucha, el desmoronamiento, la derrota. Al hacerse pblica, recib una convocatoriapara comparecer ante un camarada del Ministerio de Asuntos Exteriores. Qu demonios haescrito?, me espet, indignado. Llamar anarqua a la revolucin! Cree que Gizenga dejar elcampo libre y Mobutu se har con el poder, eh? Las suyas son unas teoras perniciosas!
Vaya all y valo con sus propios ojos, le contest con un hilo de voz, agotado como estaba,sintiendo en mis huesos todava Stanleyvillle y Usumbura, y le deseo que vuelva vivo. Lolamento, me dijo el camarada dando por terminada nuestra conversacin, pero usted nosirve para hacer de corresponsal en el extranjero, porque no entiende los procesos marxista-leninistas que se desarrollan en aquellas partes del mundo. De acuerdo, me mostrconforme, aqu tambin tendr de qu escribir.18
Finalmente, vuelve a la redaccin de Polityka, recorre otra vez Polonia, escribe
varios artculos, hasta que le llega la propuesta de la editorial Czytelnikde publicar todos
sus reportajes en un nico volumen:La jungla polaca, el nico libro dedicado a su pas
natal y el primero en su carrera como periodista y escritor.Barbara Chlabicz, que por entonces trabajaba en Czytelnikcomo editora y correctora
de estilo, recuerda el momento en que Kapu$ci%ski lleg a la redaccin en 1962; por
entonces era un joven periodista ya conocido por sus numerosos viajes por pases
exticos. Entr vestido con unos vaqueros y una camisa informal de color gris azulado;
sonrea a todo el mundo como si les conociera de siempre, y se puso a hablar con el jefe
de la seccin de libros de memorias y periodismo, Kazimierz Bidakowski, acerca de la
posibilidad de publicar sus reportajes sobre Polonia. La editorial tom esa decisinteniendo en cuenta no solo su actualidad, los valores documentales en la descripcin de
la realidad polaca de entonces, sino, y sobre todo, su indiscutible valor literario. No
obstante, los problemas surgieron ms tarde, cuando la censura empez a interesarse por
el volumen.Debido a ello, el jefe de la seccin tuvo que visitar varias veces la calle Mysia
en Varsovia, sede de la Oficina Central de Control de Prensa, Publicaciones y
Espectculos: las dudas las haba suscitado ya el propio ttulo, La jungla polaca, una
evidente falta de optimismo respecto de la realidad socialista del momento, difcil deaceptar por parte de los guardianes de la ideologa. Pese a todo, gracias a la
determinacin de Bidakowski, el libro lleg a las libreras en 1962 ganndose muchos
lectores.19
26
18Ibid., p. 75.
19Barbara Chlabicz, W Polsce, czyli w Buszu [En Polonia, o sea, en la Jungla], en R. Kapu !ci"ski, Buszpo polsku, Warszawa, Agora, Biblioteka Gazety Wyborczej, 2008, pp. 5-6.
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El propio Kapu$ci%ski confes que haba escrito esos textos cuando an era un
joven y principiante reportero;20 recin licenciado, se senta seducido por el gnero del
reportaje: le interesaban especialmente las expediciones en el curso de las cuales pudiera
ver con sus propios ojos la transformacin del campo polaco producida a raz del cambio
de sistema poltico. Escriba sobre la Polonia que entonces ms le fascinaba: lospequeos pueblos, las aldeas... En esa poca tena que trabajar sobre el terreno y dormir,
la mayor parte de las veces, en hacinas de heno, ya que en las zonas rurales no haba
hoteles. Cabe sealar que la remuneracin era modesta y apenas daba para sobrevivir,
pero el trabajo le gustaba y le produca una enorme satisfaccin.
Seala Domos!awski que, durante el trabajo en Polityka, tendr lugar uno de los
hechos ms significativos en la carrera de Kapu$ci%ski: l y unos cuantos reporteros ms
van a conformar una corriente periodstica de posguerra que alcanzar el calificativo de"escuela polaca del reportaje".21 Esta es explicada por Kapu$ci%ski al describir la
situacin del momento, haciendo hincapi en el papel de la censura y en la libertad de
expresin. El autor, valindose de algunas historias particulares adentrndose en una
dimensin ms individual, puede criticar y desesperanzarse; es decir, articula una crtica
que en otro caso sera polticamente incorrecta (usando la expresin al uso) y, por ello,
posiblemente censurada. Esta nueva forma de narrar fue bien acogida por el pblico
lector, que saba muy bien sobre qu se estaba escribiendo en realidad y qu se queradecir con ello. De esta forma, fue posible que el gnero proliferase y floreciera, hasta tal
punto que los aos cincuenta, en Polonia, estn considerados la poca dorada del
reportaje.
1.2. La primera edicin de La jungla polaca
En la primera edicin del libro, publicado cuando el autor estaba en frica trabajandocomo corresponsal de la PAP, encontramos los veinte reportajes escritos entre 1959 y
1961, a saber:
! El ltimo desfile de la quinta columna,
! Lejos,
! La balsa de salvacin,
27
20La declaracin de Ryszard Kapu!ci"ski acerca de La jungla polaca puede consultarse en la pgina web
dedicada a su obra: http://wyborcza.pl/Kapu!ci"ski/1,104867,7500751,Busz_po_polsku.html [consultada el15.04.2012].
21A. Domos$awski, Kapu"ci#ski non-fiction, op. cit.,p. 155.
http://wyborcza.pl/kapuscinski/1,104867,7500751,Busz_po_polsku.htmlhttp://wyborcza.pl/kapuscinski/1,104867,7500751,Busz_po_polsku.html -
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! Pi)tek en Grunwald,
! Anuncio de la pasta de dientes,22
! Mide tus fuerzas por tus intenciones. Aunque no fue publicado previamente, en
Politykaconsta un reportaje algo parecido en cuanto a la temtica, pues trata sobre
esa generacin de estudiantes universitarios que se comprometen en la vidapoltica del pas. Concretamente, fue publicado bajo el ttulo Malowanie
portretu [Pintando un retrato] el 14.11.1959, en el n 46.
! La Duna,
! Inquilinos de los bajos,
! Sin direccin,
! El gran lanzamiento,
! La soleada orilla del lago,! El carcamal,
! La impasible cabeza de un rezagado,
! Danka,
! Nadie se ir de all,
! El rapto de El,bieta,
! La casa,
!
El Tieso.23
! Con los rboles en contra. Es una fusin de dos reportajes publicados
anteriormente en Polityka bajo los ttulos Zbirka w$rd drzew [Asamblea en
medio de los rboles] y -o!nierze [Soldados].24
! Y, finalmente, La jungla polaca, que haba formado parte del ciclo Ghana de
cerca.25
Todos estos textos, escritos a lo largo de tres aos y entre los dos viajes alcontinente africano que tanto enriquecieron al reportero, tienen en comn el hilo
conductor y sus protagonistas.
28
22Todos publicados en Polityka, respectivamente en: n 39, del 30.09.1961; n 29 del 22.07.1961; n 16 del18.06.1960; n 30 del 23.07.1960; n 41 del 14.10.1961.
23Respectivamente: n 50 del 16.12.1961; n 21 del 23.05.1959; n 46 del 12.11.1960; n 48 del 28.11.1959;n 32 del 8.08.1959; n 28 del 9.07.1960; n 23 del 6.06.1959; n 34 del 20.08.1960; n 32 del 12.08.1961; n9 del 3.03.1962; n 52 del 24.12.1960; n 31 del 1.08.1959.
24En el n 15 del 11.04.1959 y en el n 16 del 18 .04.1959.
25En el n 12 del 19.03.1960.
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Ahora bien, durante su trabajo en Polityka, Kapu$ci%ski escribi muchos otros
artculos que fueron excluidos a la hora de confeccionar el volumen.26 Quizs la razn
quepa hallarla en el hecho de que el autor buscase un referente comn dentro de sus
escritos y lo encontrara precisamente en su tema: no le interesan las fbricas ni los
astilleros, sino los obreros y los trabajadores; deja de ocuparse de los aspectosrelacionados estrictamente con el periodismo .los grandes eventos, los ms importantes
acontecimientos polticos. para hablar de los habitantes de la Polonia profunda (de sus
problemas, de su mentalidad) y describir cmo est cambiando su realidad gracias a los
nuevos inventos tecnolgicos. Es ms, los episodios fundamentales de la historia de
Polonia se convierten de vez en cuando en el fondo de los hitos contemporneos sobre
los que escribir (como la Segunda Guerra Mundial, presente en El ltimo desfile de la
quinta columna; o la clebre batalla de 1410, en Pi)tek en Grunwald), pero losreportajes dan primaca a las historias ms cotidianas. Por eso, en La jungla polaca no
hallaremos grandes historias: ni de sublevaciones, ni de guerras, ni noticias de distintos
frentes.
Y es ah, en La jungla polaca, dondetropezamos con los rasgos caractersticos de la
prosa de Kapu$ci%ski: su inters por el Otro, esa empata con la que describe a la gente
con la que muchas veces se topa por pura casualidad a lo largo de sus viajes por la
Polonia profunda; su esfuerzo por tratar de entender a los protagonistas de sus textos,ponindose en su piel y describiendo los hechos desde la perspectiva de ellos, a travs
sus ojos. Para ello, el reportero se servir de un particular modelo de narracin: se
apropiar del lenguaje cotidiano y de las palabras que utilizan sus protagonistas, para
acercar esta realidad distinta a sus lectores.
1.3. Distintas ediciones y distintos contenidos
Curiosamente, aunque son varias las ediciones que existen de estos reportajes, no
fue hasta 2008 cuando la edicin completa de los veinte reportajes vio la luz por segunda
vez. Debido a los cambios hechos por el propio autor, la segunda edicin publicada por la
misma editorial en 1975, dentro de la coleccin Biblioteka Literatury Faktu XXX-
lecia [Biblioteca de la Literatura de los Hechos de las Tres Dcadas de la Polonia
Popular], contiene nicamente diecisiete de los veinte reportajes de la edicin original.
29
26 Entre ellos cabe destacar: &ory i spory [&ory y controversias] del n 20 del 16.05.1959, Inna nazwaziemi [Otro nombre de la tierra] del n 39 del 26.09.1959 y Malowanie portretu [Pintando un retrato], yamencionado anteriormente, del n 46 del 14.11.1959.
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Faltan los tres textos que Kapu$ci%ski probablemente consider de menor fuerza, o como
mnimo as lo sugiere Ma!gorzata Szejnert.27 Otra teora acerca de estas supresiones la
expone Magdalena Horodecka, quien destaca que la omisin de Mide tus fuerzas por tus
intenciones, La soleada orilla del lago y La casa quiz se deba al tono poltico
imperante en la Polonia de W!adys!aw Gomu!ka (1956-1970). Era una realidad que en losaos setenta .cuando se preparaba la segunda edicin de La jungla polaca. resultaba
anacrnica, pues el tono optimista y de excesiva fe en el mundo construido por el
socialismo, ya no estaba en boga.28
An ms: la tercera edicin del libro, publicada por Czytelnik en 1979, contena
solamente diecisis reportajes, pues el autor decidi extraer tambin El rapto de
El,bieta, un reportaje bastante controvertido en cuanto al papel de la Iglesia en Polonia.
Ma!gorzata Szejnert subraya el dramatismo del reportaje y seala que su supresinestaba relacionada con la situacin poltica. Crtico con la Iglesia catlica, el texto y el
autor, segn Szejnert, debi de darse cuenta de ello podra haberse utilizado para
abundar en el odio oficial a la Iglesia.29 Agata Orzeszek, en cambio, opina que el autor
decidi retirar el texto despus de enterarse de que algunas campesinas metidas a
monjas se haban sentido dolorosamente retratadas al reconocerse en la El,bieta del
reportaje.30 Segn Domos!awski, en la citada biografa de Kapu$ci%ski, sobre dos
reportajes del volumen, La Duna y El rapto de El,bieta, se ciernen sombras desospecha de que fueron encargos polticos.31
A su vez, la cuarta edicin apareci publicada en la coleccin Wrzenie $wiata [El
mundo en ebullicin]32 por la misma editorial en 1988. La jungla polaca se public junto
con Bloc de notas (un libro de poemas editado por primera vez en 1986). Esta vez se
compilaron diecisiete reportajes, pues le fue aadido el texto Ejercicios de la memoria,
escrito en 1985.
30
27Ma$gorzata Szejnert, Busz po 15 latach [La jungla despus de quince aos], Literatura, n 3,15.01.1976.
28M. Horodecka, Zbieranie g!osw. Sztuka opowiadania Ryszarda Kapu"ci#skiego, op. cit., p. 30.
29M. Szejnert, Postscriptum. Busz po 46 latach [Postscriptum. La jungla 46 aos ms tarde], en R.Kapu!ci"ski, Busz po polsku, Warszawa, Agora, Biblioteka Gazety Wyborczej, 2008, p. 123.
30A. Orzeszek, Introduccin a R. Kapu!ci"ski, La jungla polaca, op. cit., pp. 9-10.
31A. Domos$awski, Kapu"ci#ski non-fiction, op. cit.,p. 178.
32La coleccin Wrzenie !wiata [El mundo en ebullicin] se compone de cuatro volmenes; cada unocontiene dos libros: El kirguizo se apea del caballo yCristo con un fusil al hombro el primero,La guerra delftbol y Un da ms con vidael segundo, El Emperador y El Shael tercero y La jungla polaca y Bloc denotasel cuarto. La serie vio la luz en el 1988 y fue publicada por la editorial Czytelnik.
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Por ltimo, todas las ediciones siguientes tanto la quinta, de 1990 (que fue a la vez
la segunda edicin dentro de la coleccin Wrzenie $wiata), como la sexta (2007), la
sptima (2008) y la octava (2009) mantendrn el mismo contenido que la cuarta.
En 2008, en la Biblioteka Gazety Wyborczej, en la coleccin Obras selectas de
Ryszard Kapu$ci%ski, se publicaron diecisis obras, entre ellas La jungla polaca,ampliadaahora con los reportajes suprimidos de las ediciones anteriores: Mide tus fuerzas por tus
intenciones, La soleada orilla del lago,El rapto de El,bieta y La casa.
En la edicin espaola, se incluyen todos los textos de la primera edicin polaca
junto con dos ms, Ejercicios de la memoria y Paseo matutino. Este ltimo texto fue
publicado en la Gazeta Wyborcza del 25 de enero de 2007, dos das despus de la
muerte de Kapu$ci%ski, y en El Pas, el 18 de febrero del mismo ao.
1.4. Rasgos caractersticos de La jungla polaca
1.4.1. Los protagonistas
El reportero no es tan slo un tubo receptor que se llena con docenas de cifras, nombresy opiniones. A veces, tambin a l le gustara decir algo. Pero qu les iba a decir yo?Pertenecemos a dos mundos que nunca se tocan. Ellos viven en los bajos. Hay que vivir allpara, despus, hacerse el sabihondo hablando de ellos.33
El 11 de septiembre de 1961, dos mujeres, Augusta y Margot, deciden huir del asilo
de ancianos en el que viven, en Szczytno, y emprender el viaje hacia Olecko para
recuperar las dos casas que les pertenecan antes de la guerra. Consideradas por los
dems como dos chaladas, las ancianas alemanas viven en otra poca, en otro tiempo,
ancladas en el pasado. Su realidad es la de la guerra y, dado que oyen la msica de los
tambores constantemente, no se dan cuenta de que el conflicto blico ha terminado.
Sienten que el momento anhelado finalmente ha llegado y, por eso, deciden emprender
ese viaje.
El ltimo desfile de la quinta columna
Micha! Janiel es labrador y obrero de ferrocarril, al que Hegel [...] lo llamara un
chapuza. Pero Marx s [lo] comprendera. Hay ms protagonistas de esa tierra de viejos,
un sitio sin salida, donde la tierra huele a arena y a cinaga, para ellos, a Soir de Paris;
donde hace tan solo tres aos que lleg la corriente elctrica y una muchacha suea con
31
33R. Kapu!ci"ski, La jungla polaca, op. cit., pp. 91-92.
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comprarse unos zapatos italianos de tacn de aguja que valen 1 400 zlotys y con tener
una habitacin donde quepa una enorme alfombra mullida.
Lejos
Jzef Jagielski, un balsero, y dos jvenes profesores auxiliares de la universidad quele consideran el mayor de los filsofos, casi un dios: el primero transporta troncos de pino
por lagos y canales y, a veces, no toca fondo navegando, lo cual le impide manejar la
balsa; paralela y metafricamente, los jvenes, quetanto le admiran, hace tiempo que
han perdido pie, debido a la crisis moral y de valores, el fracaso de las instituciones
tradicionales y las verdades inapelables que, de repente, se cuestionan, hasta tal punto
que ni siquiera confan ya en lo que ensean.
La balsa de salvacin
Pi)tek, un campesino cojo a causa de una herida recibida durante la Segunda
Guerra Mundial, ajeno completamente a los hechos histricos de su pas, est
sumamente preocupado por la llegada a Grunwald el lugar de la clebre batalla de 1410
en la que el Reino de Polonia y el Gran Ducado de Lituania derrotaron al Estado Monacal
de los Caballeros Teutnicos de un nutrido grupo de estudiantes, temiendo que le pisen
los sembrados.Pi)tek en Grunwald
Los jvenes habitantes de la aldea de Pratki se divierten en una fiesta. No se lavan
los dientes, porque nadie les ha explicado nada al respecto. Por la noche, mientras bailan
al ritmo de los ltimos hits de moda, una anciana es expulsada de casa por su nieto y
emprende un viaje hacia un destino desconocido. Pratki, donde se han importado
mquinas de coser y corbatas de nailon, blusas de chifln y anchos canaps abatibles,pero nadie se ha tomado la molestia de inculcar all cuatro ideas elementales de la cultura
ms elemental. Que si la abuela, que si los dientes.34
Anuncio de pasta de dientes
Zenon Kmiecik, oriundo de la aldea /adzice, cerca de Radomsko, lleva nueve aos
viviendo en Varsovia. Corran los aos 50 cuando se matricul en la facultad de historia,
tiempos en que la universidad estaba inundada de jvenes que, como l, venan de
32
34Ibid., p. 69.
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pueblos y aldeas trayendo el olor a campo. Hace poco lleg a doctorarse en historia y
dice, repitindose inconscientemente el pensamiento de Hemingway: Siempre apuesto
por el trabajo. El trabajo no me fallar.35
Mide tus fuerzas por tus intenciones
Otros cinco hombres, Trofim, Rysiek, Sienkiewicz, Edek y Lipko, han salvado un
pedazo de tierra, una duna, y al hacerlo, se han salvado a ellos mismos.
La Duna
Es el turno de los obreros que han elegido el margen como lugar permanente y van
de una fbrica a una mina en una constante bsqueda de empleo. Despus de muchas
decepciones ya no esperan grandes cosas; se burlan de ese mundo que solo persigue elbienestar, porque a ellos lo que les interesa es currar-cobrar, librar-mamar.
Inquilinos de los bajos
Los estudiantes que fueron expulsados de la universidad se han quedado en la
capital gracias al cobijo de sus compaeros de residencia que les dan de comer e incluso,
a veces, les dejan dormir en sus habitaciones.
Sin direccin
Otra mirada es para el aficionado que acude a un estadio para ver al campen
olmpico de lanzamiento de disco, Edmund Pi)tkowski. Con su jersey gris, el aficionado es
el primero en llegar y aguarda a que Pi)tkowski repita el gran lanzamiento de sesenta
metros; pero realmente lo que le lleva al estadio no es su admiracin por el atleta, sino
verse a s mismo reflejado en el campen, contemplar al deportista que no pudo ser
porque, como tantos otros, en un momento determinado perdi su oportunidad.El gran lanzamiento
Ryszard Milejski, tras cursar tres aos de medicina, se present en 1957 en Ma!dyty,
un pueblucho obrero situado cerca del mazuriano Mor)g, para trabajar como mdico
auxiliar en el ambulatorio. Sin embargo, una vez all, decidi embarcarse en la tarea de
ocupar el tiempo libre de los jvenes del pueblo ms all de beber cerveza en los bares o
colocar petardos en las vas frreas. Fue as como logr formar la primera patrulla scout
33
35Ibid., p. 76.
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del lugar y, gracias a ello, ahora est construyendo en la orilla del lago, junto con otros, un
camping ideado para atraer a turistas en el futuro.
La soleada orilla del lago
Grzegorz St0pik, un colega del reportero en la Facultad de Historia de la Universidadde Varsovia, estudi la carrera con l y ahora ejerce de profesor de instituto en Augustw.
Llamado carcamal por sus estudiantes, a sus veintisiete aos St0pik no tiene vida
personal y no consigue salir de su permanente Waterloo pedaggico: a los estudiantes
de hoy no les interesan las cosas que ocurrieron hace tiempo; les interesa la rentabilidad,
los nmeros..., mientras que l sigue siendo un idealista enamorado de la historia y la
literatura clsica.
El carcamal
Misiek, un rezagado que se siente perdido; otro profesor de instituto que confa en
los libros, en la lectura; un ratn de biblioteca que no pertenece al mundo terrenal de sus
amigos, quienes estn sumergidos en los sagrados libros de la tcnica, porque lo nico
que cuenta para ellos son los resultados. Por eso leen las diferentes entregas de El
hechizo de las cuatro ruedas. En cambio l, aunque es tachado de dmod,se mantiene
fiel a la poesa y a Dostoievski.La impasible cabeza de un rezagado
Danka es una modelo bellsima que llega a un pueblo pequeo junto con su novio,
un escultor, a quien el cura encarga una figura de la Virgen. Se quedan a vivir en la
vicara, ignorando que la belleza de Danka y su comportamiento moderno, como andar en
bikini a orillas del lago, no es aprobado por las conservadoras mujeres del pueblo. stas,
al descubrir los rasgos de la joven en la figura de la Virgen, van a buscar a la muchacha yle propinan una paliza.
Danka
En una casa pende un hacha sobre la cabeza de cada uno de los miembros de una
familia: la del padre, la de la madre y la del hijo, al cual la tuberculosis le impide trabajar.
Los tres viven juntos pero nicamente se dedican a hacerse dao. Al padre le gustara
meter entre rejas al hijo, porque segn l no hace nada; a la madre le gustara encarcelar
al padre, y al hijo le encantara que ocurriese algo que cambiase la situacin. Es el
34
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infierno de los matrimonios de los pueblos pequeos que no saben convivir, pero a la vez
no imaginan otra vida.
Nadie se ir de all
Una mujer alta, muy flaca y con tuberculosis, y su marido, con una hipertensin de25 y un segundo infarto a cuestas, van acompaados por la hija de ambos, El,bieta, en
quien pusieron todas sus esperanzas: la chica se convirti en maestra e iba a estudiar en
la universidad. Cuando todava estaba en el instituto, las monjas de un convento cercano
la atrajeron y presionaron hasta que al final lograron raptarla: en 1961 ingres en el
convento. Nunca se interesaron por la salud de los padres de la muchacha. Muerto el
padre, la madre sufra la enfermedad sola y sin ninguna ayuda por parte de nadie,
mientras que El,bieta estaba en el monasterio, calentita y alimentada.El rapto de El,bieta
Los inquilinos de una casa recin construida en un suburbio del barrio de Mokotw
viven bajo el mismo techo por pura casualidad, pero son unos completos desconocidos.
Hay un matrimonio joven que trabaja en Radio Polonia y que tiene una hija pequea;
tambin una pensionista de setenta aos, antigua vigilante de obra; Jzefa Zyzek, que
trabaj en el elegante Hotel Europejski, y la tataranieta de Jan Kili%ski, lder de lainsurreccin popular de Varsovia de 1794 contra la guarnicin rusa que ocupaba la ciudad
desde la derrota polaca en la guerra ruso-polaca de 1792. Casi la mitad de los vecinos
fueron desalojados de sus hogares, catalogados como edificios destinados al derribo.
Pero entre ellos hay gente muy bien considerada en sus respectivos puestos de trabajo y
a quienes otorgaron esa casa como recompensa: la intelligentsia y los obreros ms
cualificados. En definitiva, todo un panorama de los ciudadanos de Varsovia de los aos
sesenta.La casa
Cinco mineros, junto con el reportero, emprenden un viaje desde la mina Alexandra
Mara de Silesia hasta Jeziorany, en Mazuria. Deben trasladar a su tierra natal los restos
del cadver de un joven de dieciocho aos, muerto durante una explosin controlada en
la mina, para que as el padre pueda enterrarlo en la tierra que lo vio nacer.
El Tieso
35
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Hry%cia y Grzywacz son dos personajes antitticos, dos polos opuestos. Gracias al
ejrcito, Grzywacz ha podido desprenderse de la sensacin de inseguridad que le
carcoma: ah se siente bien, le proporcionan una ocupacin, alimentan su estmago. En
cambio, Hry%cia es ms listo que el hambre y sus esfuerzos estn encaminados
nicamente a escabullirse del ejrcito para poder regresar a su tierra. Por ltimo, hay unhroe colectivo: soldados que nunca han visto la guerra y ni siquiera se la pueden
imaginar camuflados entre los rboles del bosque.
Con los rboles en contra
Todos estos personajes no encajan en la realidad que los rodea. Son gentes del
margen, los marginados por la sociedad; los que hoy denominaramos outsiders. No estn
en el punto de mira de los medios, ya que viven su vida de forma annima, sin grandesexpectativas, pasando desapercibidos. Todos ellos de alguna forma son dbiles, no tienen
fuerza para luchar por sus derechos; pertenecen a un segundo plano y ceden el
protagonismo a los dems. Probablemente a eso se refiera el ttulo del volumen, porque
en la verdadera jungla impera la ley del ms fuerte, la del ms poderoso.
El reportero muchas veces recupera el tema de la oportunidad que aguardan sus
personajes, pero que desaprovechan cuando llega. El mejor ejemplo de ello se halla en
El gran lanzamiento. Kapu$ci%ski escribe fijndose no en el campen olmpico, sino enel hombre que da tras da acude al estadio, deseoso de ver la repeticin del antiguo
xito.
En el primer reportaje, El ltimo desfile de la quinta columna, al describir la actitud
de la gente ante las dos ancianas alemanas, Kapu$ci%ski apunta:
A veces, un vecino le guiaba un ojo a otro en seal de que estaban ante unas chaladas.Esto se produce a menudo entre las personas: no saben escuchar al otro hasta el final.
Aprehenden sus diez primeras palabras, sin esperar a que llegue al punto. Y la fraseinterrumpida a medias se antoja sin sentido. As que enseguida sentencian: un chalado.36
De hecho, con esta frase podramos describir la mayora de los protagonistas de La
jungla polaca, pues muchos de ellos son vistos por otros como chiflados. Sin embargo,
el reportero va ms all al intentar demostrarnos que esos personajes son gente
totalmente normal. Lo que ocurre es que la vida los ha quebrado. Asimismo, muchas
veces estn presentados como personajes antitticos: el reportero contrapone un
individuo, o un grupo, a otro que no piensa igual, que disiente, que tiene otras creencias.
36
36R. Kapu!ci"ski, La jungla polaca, op. cit., p. 32.
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De este modo, aparecen protagonistas y antagonistas que, en su conjunto, describen
ntegramente la realidad de la poca; como el carcamal y sus colegas, o como Hry%cia y
Grzywacz de Con los rboles en contra.
1.4.2. El lenguaje y la mmesis
Concedo muchsima importancia a la lengua. La bsqueda de llaves lingsticas, depalabras no gastadas (diccionarios y ms diccionarios), se lleva la parte del len del tiempo quededico al trabajo en cada libro. Si alguien lee algn captulo y se limita tan slo a los problemasque en l expongo y no presta atencin a la lengua en que lo hago, lo vivo como un fracasopersonal.37
El lenguaje utilizado por el autor en La jungla polaca demuestra que narracin
equivale a creacin y que, aunque no llega a ser tan sofisticado como el que veremos enEl Emperador o El imperio .por citar algn ejemplo., su tcnica reside en describir
personajes empleando sus voces, su forma de hablar y expresarse; en definitiva,
mediante la polifona. En una entrevista, hablando de su oficio, Kapu$ci%ski explica:
Recoger material para m significa, sobre todo, llegar a la gente. Para lograrlo, siempreintento crear situaciones en las que mi presencia no se note y mis interlocutores se muestren loms naturales posible. Por eso me resulta tan importante el odo. No slo la vista, sino tambintal vez incluso en primer lugar el odo. No slo lo que dice la gente sino cmo lo dice.38
El modo de hablar de la gente, las palabras que emplea, cmo formula sus
pensamientos..., parece ser un elemento crucial para l. Tanto es as, que algunas veces
ni siquiera marca las citas para sealar la respuesta de su interlocutor, sino que
simplemente apunta en primera persona del singular lo que haba escuchado. Esto suele
provocar una confusin en el lector, puesto que no es capaz de distinguir si el que est
hablando es el narrador o uno de los protagonistas. Pero, gracias a ello, el autor comparte
voz con sus personajes, se identifica con ellos, se funde en ellos. En definitiva, deja deser un tubo receptor para convertirse simultneamente, y de forma bien visible a lo largo
de los textos, en narrador y protagonista de los mismos.
Este tipo de intervenciones literarias puede observarse ya en el reportaje
introductorio del volumen, El ltimo desfile de la quinta columna. En primer lugar, la
37
37R. Kapu!ci"ski (en conversacin con W$odzimierz Kalicki), En el vientre del monstruo, GazetaWyborcza, 23-24/01/1993, en Id., El mundo de hoy, trad. de Agata Orzeszek, Barcelona, Anagrama, 2004,
p.75.
38R. Kapu!ci"ski (en conversacin con Stanis$aw Bere!), Lapidarium: un texto nuevo, Odra, nm.6,1996, en Id., El mundo de hoy, op. cit., p. 30.
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constante repeticin del pronombre personal ellas, para referirse a las dos ancianas
alemanas, convirtindolo en apelativo, recoge perfectamente la actitud burlona de la
gente hacia ellas. Si al principio las hubiera presentado dando sus respectivos nombres,
probablemente apareceran ms cercanas, pero al no revelarlos hasta bastante ms
tarde, el autor consigue marcar una distancia, tratarlas como a unas extraas. Y as laspercibe el lector.
En segundo lugar, desde el principio, las protagonistas escuchan una msica. Tal y
como se apuntaba, oyen el redoble de tambores que les hace pensar que an no ha
terminado la guerra o que ha empezado de nuevo. Curiosamente, el propio lector, al leer
el reportaje, puede llegar a or algo muy parecido. Ello se consigue gracias al ritmo de las
frases: mediante la eleccin de unidades fraseolgicas cortas, Kapu$ci%ski explota la
musicalidad del texto, consigue que la palabra escrita tenga un ritmo, un comps que seasemeja a lacadencia de las percusiones.
En tercer lugar, se sirve de todo un abanico de recursos que le proporciona el
lenguaje, propio y ajeno, para elaborar sus descripciones de imgenes de tal modo que
permitan una recreacin de diversas situaciones: sirva de muestra el siguiente fragmento:
Las clulas bullen con el rumor de los tambores. El aullido de los tanques y la barrena desus motores taladran dolorosamente el cerebro. El agua canta en el cubo. Ellos estarn
sedientos, tendrn que beber. Dos viejas van a Olecko para palpar gargantas polacas. Dosviejas en un tren. Necesitan ayuda, necesitan proteccin. Dos mujeres de pelo blanco ycargadas de espaldas.39
Quin pronuncia estas frases?, las ancianas?, o quizs los otros, los que
observan su comportamiento? Es la conclusin a la que llega el reportero? O acaso
son las imgenes que recrean las mujeres en su mente? Este breve fragmento parece
estar citando a los pasajeros del tren que viajan con las ancianas. A la vez, intenta
descubrir lo que pasa por la mente de ellas y transmitir lo que Kapu$ci%ski est viendo
con sus propios ojos. En realidad, es un recurso poco comn entre los reporteros, pero
muy utilizado en la literatura. Tal enfoque del trabajo creativo recuerda muchas de las
teorizaciones del OULIPO (con sus respectivas puestas en prctica).40
En ltimo lugar, la creacin narrativa de Ryszard Kapu$ci%ski consiste tambin en ir
adoptando diferentes personalidades e identidades. En Ejercicios de la memoria, se
muestra como un nio adulto; concretamente, un nio de siete aos con la conciencia de
38
39R. Kapu!ci"ski, La jungla polaca, op. cit., p. 31.
40Ms concretamente, remitimos a Italo Calvino, Molteplicit, en Id., Lezioni americane. Sei proposte peril prossimo millennio, Miln, Garzanti, 1988, pp. 101-120.
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un hombre maduro capaz de sacar conclusiones e interpretar los acontecimientos de
forma adulta. En Danka, en cambio, percibimos a un reportero detective que intenta
hallar respuestas a sus preguntas encaminadas a encontrar la fuente del mal (la paliza
que recibe la protagonista), entrevistando a los habitantes del pueblo escenario de los
hechos narrados. En El Tieso, en cambio, se pone en la piel de uno de los participantesen una especie de cortejo fnebre. Como ltimo ejemplo, en Con los rboles en contra,
el autor se identifica con un recluta, o mejor dicho, con un grupo de reclutas.
1.4.3. Entre citacionismo e intertextualidad41
La jungla polaca es sumamente rica en referencias literarias, tanto polacas como
extranjeras, que se expondrn ms adelante. Por ejemplo, el lema que precede aEjercicios de la memoria est sacado de una poesa de Janusz A. Ichnatowicz; el
mismo reportaje terminar con unas frases del Fausto de Goethe. Pi)tek en Grunwald
se abre con un fragmento de Los cruzados de Henryk Sienkiewicz (1846-1916), clebre
novelista polaco galardonado con el premio Nobel de literatura en 1905. En Anuncio de
pasta de dientes es posible establecer pequeas similitudes con la obra teatral La boda,
de Stanis!aw Wyspia%ski (1869-1907), dramaturgo, pintor y compositor perteneciente a la
vanguardista Joven Polonia. En La Duna, el autor, refirindose a los cinco residentesde una tierra de nadie, dir: Eran tipos as los que buscaba Dostoievski.42 En El
carcamal, la diferencia de actitud hacia la historia y la vida en general entre el profesor
de instituto y sus estudiantes, se plasma a travs de la oposicin en cuanto a gustos
literarios: l ama a Miko!aj Rej (1505-1569), poeta y pensador polaco renacentista, ellos,
en cambio, prefieren a Joe Alex, seudnimo de Maciej S!omczy%ski (1920-1998), clebre
traductor (del Ulisses de Joyce, por ejemplo) y autor de novelas policacas, que
precisamente firmaba con ese seudnimo. En La impasible cabeza de un rezagado,Kapu$ci%ski cita unas frases de Los hermanos Karamzov,de Dostoievski. El ttulo Mide
por tus fuerzas por tus intenciones es, en s, la cita exacta de un verso de El canto de los
filaretes, del mximo representante del romanticismo polaco, Adam Mickiewicz
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41Se da por descontado que este ttulo vale por su valor metafrico: no entraremos aqu ni en los estudiosfundacionales de Kristeva ni en los distingos propuestos, entre muchos otros, por Genette. Ms bien setrata de perfilar, en la obra de Kapu!ci"ski, la intuicin de una red de significados que este libro abre a
comparaciones, implicndolo as en un juego metaliterario. De todas maneras, vase Julia Kristeva,Semitica 1 y 2,Madrid, Fundamentos, 1978 y Grard Genette, Palimpsestos, Madrid, Taurus, 1989.
42R. Kapu!ci"ski, La jungla polaca, op. cit., p. 82.
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7/24/2019 Kapuciski_Tesis
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(1798-1855), y el protagonista de este reportaje, Zenon Kmiecik, repite sin saberlo una
mxima de Ernest Hemingway: Siempre apuesto por el trabajo. El trabajo no me fallar.
Ninguna de estas referencias literarias es arbitraria. Por un lado, el inters de
Kapu$ci%ski por la tierra y la naturaleza hace que cite a uno de los padres fundadores del
romanticismo alemn y al introductor de esta corriente en las letras polacas, el arribamencionado Adam Mickiewicz, lo cual lepermite dejar constancia de su adscripcin a la
tradicin romntica europea. Por otro lado, tambin hay ecos de Dostoievski, conocido por
su inters por la psicologa humana y por que en sus obras, especialmente las primeras,
la pobreza y las injusticias sociales eran temas recurrentes. Asimismo, se halla un rastro
de Hemingway, con su conductismo literario y su fe en el trabajo.
1.5. Ejercicios de la memoria. Ensayo para empezar.
Ejercicios de la memoria es un texto diferente en cuanto al gnero, no solo porque
no pertenece al reportaje, sino porque tampoco puede considerarse un diario propiamente
dicho; quizs una memoria, pero de estructura fragmentaria, similar a la que elaborar
ms tarde en Lapidarium.
Es un ensayo repleto de digresiones, donde el autor emplea la retrospectiva
autobiogrfica para describir algunas escenas impactantes que presenci de nio. En untono ms bien ntimo y basndose en sus propias experiencias, Kapu$ci%ski habla de la
guerra en general, pero de la Segunda Guerra Mundial en partic
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