julio piñeiro, fundador de la asociación la gota de leche

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A los nueve años ingresa en LaMisericordia, donde transcurre suprimera juventud. Todavía re-cuerda el aprendizaje con el ‘Mé-todo Álvarez’, una especie de en-ciclopedia que contenía todas lasmaterias de estudio; al mismotiempo aprendió a tocar el saxo-fón alto, lo que le vino muy bienpara futuras experiencias. Supera-dos los estudios primarios, pasa-bas a aprender un oficio. Tras untest de habilidades le destinaron alas artes gráficas, una labor arte-sanal muy apreciada en aquel mo-mento. Ya con diecisiete años em-pezó a trabajar en Gráficas Re-cord, a la vez que tocaba en la Or-questa Brisas, muy conocida en laépoca. Pero como compaginarambas cosas era agotador, apostópor la música, formando parte

(junto a Rafa Alkorta, aita del ju-gador, entre otros) del grupoAmeli y Orquesta. En 1983 –elaño de las inundaciones– dejó es-ta actividad para emprender nue-vos retos (viajante, visitador mé-dico e incluso marchante de arte)hasta que en 2011 se jubila, a cau-sa de algún ‘problemilla’ de sa-lud.

Experiencias atrevidasA lo largo de su vida, Julio ha

demostrado ser una persona osa-da, que no ha dudado en arries-garse a organizar las cosas másatrevidas que se pueda uno imagi-nar, como por ejemplo un campe-onato de mus acuático llevando a36 parejas jugando a bordo delferry Pride of Bilbao, un torneode fútbol sala para taxistas o con-

seguir ¡nada menos que el recordGuiness! montando la cesta denavidad más grande del mundo.Lo hizo en colaboración con Ra-dio Nacional para un programanavideño presentado por JoaquínPrat al que llegaron miles de pos-tales para participar en el sorteo,siendo curiosamente el agraciadoun parado bilbaino, que tuvo queacudir a llevarse su premio convarias furgonetas, ya que habíatantos regalos donados por multi-tud de empresas –algunos de ellostan valiosos como un magníficoabrigo de visón–, que la cesta (cu-yo valor se estimó en unos seismillones de las pesetas de la épo-ca) llenaba por completo la terra-za del bar El Muelle del Hotel Sil-ken Indautxu.

A raíz de su jubilación, con mástiempo libre y la misma inquietudsolidaria, se le ocurre promover elreconocimiento al ‘Personaje Si-lencioso Villa de Bilbao’, que seotorga anualmente “a quienesdestacan por su eficaz dedicacióna procurar el bien de sus conveci-nos sin preocuparse por obtenerni fama ni compensaciones acambio”, siendo el primer galar-donado el doctor Martínez deBourio y el último el P. Román ylos voluntarios de San Felicísimode Deusto. Desvela que el próxi-mo será para Enma Jiménez y suesposo, Joaquín Achúcarro. A lavez, y pensando en tanta gentecercana que necesita de nuestraayuda –especialmente a raíz delos apuros económicos de los últi-mos tiempos–, se constituye laasociación La Gota de Leche Bil-bao, a través de la cual se llevan acabo iniciativas como la de ‘Invi-ta a desayunar a un niño’, ideadapara recaudar fondos y poder ad-quirir alimentos (galletas, leche,zumos…) destinados a niños defamilias en riesgo de exclusiónsocial. También, a lo largo de es-tos últimos años y gracias a la so-lidaridad de los bilbainos, se hanrecaudado ¡más de 90.000 euros!para sufragar productos básicospara familias necesitadas.

Evidentemente todas esas cosasno se consiguen “sin el apoyo demultitud de amigos y empresas”que han confiado en las buenasintenciones –y el buen hacer de-mostrado– de este bilbaino al-truista, que tan solo persigue en-dulzar un poco la vida de quienesla mala suerte les ha llevado a ro-zar la pobreza y, entre todos ellos,muy especialmente la de los máspequeños de la casa.

B i lbao34 2017ko abendua SEMBLANZAS BILBAINAS

LAGotadeLecheBilbaotienesusedeenelHotelSilkenIndautxu,acuyasinstala-cionesseencuentraadosadoelpalaceteoriginal enelqueen1906 se instaló laantigua institución social, la cual teníapor objeto remediar los problemas dedesnutrición y mortalidad infantil queasolabaamultituddefamiliascuyasma-dresnopodíanamamantarasushijos.Diciembre es el mesmásmovido del

año.Eldía5seabriránpúblicamentelascuatrocientas huchas distribuidas porcomerciosdelaVillaycuyarecaudacióncostearálosalimentosque,díasmástar-de–el22–,seentregarána680familiasenexclusiónsocial.Seránlosbomberosde Bilbao quienes se encarguen deltransporte.Yeldía26,Olentzerovisitarádichasederepartiendojuguetesyrega-losamásdedoscientascriaturas,loque

sepodrállevaracaboconlostxines obte-nidosdelaventadeloteríanavideñare-partidapormásdedoscientosestableci-mientoscomerciales.Atodoestohayquedecirqueloscomponentesdelaasocia-ción no solo se encargan de conseguirfondossinodecomprarjuguetes,clasifi-carlospor lotes, envolverlosy repartir-los.Todounejemplodecompromisoso-lidario.

Al jubilarse, con más tiempo librey la misma inquietud solidaria,promueve el reconocimientoal ‘Personaje Silencioso de la Villa’“

Julio Piñeiro, un bilbaino altruista

José Serna Andrés

DICEN que allí donde acaba lajusticia comienza la solidaridad.Lo que denominamos justicia so-cial, económica…, no llega a to-dos los rincones de la ciudad, ni si-quiera a los de Bilbao, la mejorciudad del mundo. Y puede estaren discusión, incluso si debería lle-gar. ¿Podemos dejar a las institu-ciones la resolución de todos losproblemas? Vale, las institucionesson elegidas por toda la ciudada-nía. ¿Por toda? ¿En los programaselectorales se agotan todos los de-talles de la vida o sólo los que seencuentran escritos con brochagorda?

Asociarse, crear vínculos, favo-recer a otras personas aprueba elexamen de alteridad. Es cierto queun nivel alto de paro o condicioneslaborales esclavizantes reflejan elperfil de una sociedad profunda-mente injusta. Hay que cambiar lasleyes laborales. Pero eso no signi-fica olvidar que en un cambio de lalógica matemática quien tiene cin-co y da dos tiene siete. Que quienmás da más tiene. Que el creci-miento del voluntariado y el aso-ciacionismo miden el pulso de unasociedad desde parámetros de hu-manidad.

Hay miles de asociaciones, fun-daciones, ONGs… en Bilbao,grandes y pequeñas, deportivas,musicales, literarias, de coopera-ción, artísticas, sociales, de terceraedad, vecinales, religiosas, reivin-dicativas, de economía social, soli-darias con personas desfavoreci-das…. Quizá no siempre las quemás subvenciones reciben son lasmás humanitarias, pero no se pue-de despreciar nada ni a nadie. Ha-cen falta subvenciones y hacen fal-ta personas que son capaces de sa-car adelante una organización es-pecialmente si no hay subvención.¿Se puede aplicar el test a algunaasociación que desaparecería si nohay subvención?

Hay mucha buena gente en lasasociaciones, y eso no significaque no existan conflictos, espe-cialmente cuando interfiere en suproyecto gente no tan buena, perola solidaridad abierta, no siemprela corporativa, supone responsabi-lidad y sensibilidad hacia los pro-blemas de otras personas o grupos,y sus lazos tienen fuertes vincula-ciones con los conceptos de frater-nidad, altruismo y compromisomoral.

Se afirma muy a menudo que lasociedad actual es profundamenteindividualista. Esa verdad se com-pleta con los datos de otra verdaden la que brillan las aguas de mu-chas personas solidarias que tienenuna fuerte conciencia colectiva.¿O no?

Solidaridadabierta

Navidadesalegres

José Mari Amantes

ATRAVESAMOS tiempos con-vulsos en los que la dichosa crisisha dejado unas caóticas secuelas.Hoy día, ayudar a quien lo nece-sita no es únicamente pensar ensocorrer a personas alejadas denosotros porque, a veces, dentrodel entorno más cercano tenemosgente que necesita de nuestroapoyo. Afortunadamente vivi-mos rodeados de almas genero-sas. Aunque ser altruista “es algocon lo que se nace”, según opinaJulio Piñeiro, coordinador gene-ral de la asociación benéfica LaGota de Leche Bilbao.

Tiempos de escasezPiñeiro nació en La Materni-

dad y los padrinos de su bautizofueron la famosa bailarina PilarínMuñoz y su marido, Julio, pro-pietarios del prestigioso club Ba-taclán. Su infancia discurrió fe-lizmente alrededor de la calleDos de Mayo, un castizo lugarbilbaino donde vivían personajestan populares como el conocidoboxeador Benito Canal, aquelque declaraba que “la vida damás golpes bajos que el boxeoporque hay demasiada gente sinescrúpulos”. De aquella etapa re-cuerda “la sencillez de las cosascon las que se era feliz”, comojugar al fútbol en la calle utili-zando un bote como pelota –yaque el balón era un artículo de lu-jo– o ir a pescar los desechos quetiraban los comerciantes delMercado de La Ribera. Con ape-nas nueve ‘añitos’ accedían a loscircos que visitaban la Villa –elAtlas o el Americano– comoayudantes, para extender y reco-ger las alfombras de la pista y deese modo poder disfrutar del“mayor espectáculo del mundo”sin tener que pagar la entrada. Yasí se buscaban la vida aquellosintrépidos chavales en tiemposde tan escasos recursos económi-cos, durante la década de losaños cincuenta donde, por otraparte, en el entorno de San Fran-cisco y Las Cortes había más ci-nes y locales de espectáculo queen cualquier otro lugar de la ciu-dad; así que, cuando se podía, cu-curucho de cacahuetes y a eva-dirte de problemas disfrutandode la sesión continua. Eso sí, “lopoco que se tenía se compartíacon los demás”; quizá esas vi-vencias infantiles son el germende un altruismo que conservas elresto de tu vida.

Julio Piñeiro, fundador de la asociación La Gota de Leche Bilbao

Un altruista de nacimiento

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