jueves santo 11

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Meditación sobre el sentido del jueves santo

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EL AMOR EXPRESADO EN GESTOS EXTREMOS

Debiéramos preguntarnos seriamente qué tenemos que ver cada uno de nosotros, en nuestro diario vivir, con el AMOR del Jueves Santo, la MUERTE del Viernes Santo y la RESURRECCIÓN del Domingo de Pascua.

AMAR, MORIR, RESUCITAR, son como tres movimientos "in crescendo" de la Semana santa. Tres realidades que, sin duda, son las más importantes en la vida de cada hombre.

Los gestos de Amor infinito que Jesús querrá dejarnos como resumen y testamento de su vida, son tan profundos de significado, que el Jueves Santo se nos presenta como un arco iris de aspectos del Amor de Dios, por eso se celebran varias cosas en este día:

DIA DEL AMOR FRATERNOAsí se llama este día: El día del

amor fraterno. Habiendo acogido, acompañado, enseñado con paciencia, perdonado, escuchado, a cada uno de sus discípulos, les dice:

“Ustedes deben amarse unos a otros como yo los he amado. Hagan ustedes lo mismo”. (Jn.13.34)

AMAR es el verbo más conjugado de la historia. El hombre está sediento de amor. Cuando lo encuentra y cuando lo da, es feliz.

Pero amar como Jesús con su medida y con su finalidad, es vivir una calidad de amor que trasciende la vida de quien es amado así, y no es tan común.

Amar como El amó supone pensar en el otro y buscar su bien por encima de cualquier interés personal; supone olvidarse del egoísmo, vencerse.

Amar como amó Jesús supone considerar de verdad a los hombres, a todos los hombres, como hermanos y estar dispuesto a compartir con ellos la herencia, toda la herencia: La inteligencia, el afecto, la fe, nuestros conocimientos.

Hoy, pregúntate: Como FMA: ¿Tengo la costumbre de

brindar mis servicios de igual forma a la Directora, a las hermanas, a los docentes, al personal de servicios generales, a los administrativos, a las estudiantes, a los padres de familia?, ¿A aquel de quien saco beneficios como a aquel de quien no obtendré más que un “Dios le pague”?

¿Me he planteado la posibilidad de compartir gratuitamente mi tiempo, mis dones, mis cualidades algunas horas a la semana con las personas de escasos recursos?

No, no es fácil amar así. Y por eso no lo hacemos con frecuencia; por eso, nos cuesta mucho entender los gestos y hechos que Jesús realiza el Día del Jueves Santo: son acciones que nacen desde el amor más puro y gratuito que un ser humano puede experimentar.

AMAR ES SERVIR

Es el día del sacerdocio con el gesto del lavatorio de los pies:

Jesús puesto a los pies de cada uno de sus discípulos, como en su época hacía el esclavo, para acoger al caminante que llegaba de visita a una casa.

Es la imagen del servidor. El lavatorio de los pies representa para

Juan aquello que constituye el sentido de la vida  entera de Jesús: el levantarse de la mesa, el despojarse de las vestiduras de gloria, el  inclinarse hacia nosotros en el misterio del perdón, el servicio de la vida y de la muerte  humanas.

La vida y la muerte de Jesús no están la una al lado de la otra; únicamente en la  muerte de Jesús se manifiesta la sustancia y el verdadero contenido de su vida.

Vida y  muerte se hacen transparentes y revelan el acto de amor que llega hasta el extremo, un  amor infinito, que es el único lavatorio verdadero del hombre, el único lavatorio capaz de  prepararle para la comunión con Dios, es decir, capaz de hacerle libre.

También nosotros somos testigos de actuales formas de lavar los pies, y no está fuera de nuestro alcance hacerlo:

Es el gesto de una madre, que se pone de rodillas, ante la cama de su niño, y se abaja hasta él para cambiarle los pañales…

Es el gesto del voluntario que se abaja a la forma de entender de la comunidad indígena a la que alfabetiza.

Es el gesto del misionero, que se despoja de su cultura, estudios y criterios, y se “abaja” para vivir pobre con los pobres, y de esta manera les enriquece y se enriquece como ser humano.

Nosotras, Hijas de María Auxiliadoras, llamadas a ser auxiliadoras entre las jóvenes, qué gestos de lavar los pies tenemos con

Nuestras Hermanas Las jóvenes y niñas Los padres de familia Los docentes El personal de servicios generales y administrativos ….

INSTITUCIÓN DE LA EUCARISTÍA Y EL SACERDOCIO

“Durante la cena, Jesús tomó un pan, pronunció la bendición, lo partió, se lo dio y dijo: Tomen y coman, esto es mi cuerpo”

(MT. 26,26)  

El cotidiano e imprescindible pan equivale a la vida del hombre que de él se sustenta. Dar pan es dar vida. Dar tu pan es dar TU vida.

La palabra de Dios es, sin embargo, tan necesaria como el pan, puesto que el hombre no puede vivir y ser feliz sólo con lo material. Está sediento de trascendencia (Dt. 8, 3).

El vino, por su parte, expresa la alegría: “El vino, alegra el corazón del hombre”(Sal 104, 15) y da felicidad, por tanto, la amistad y el amor de aquellos con quienes se comparte.

El color rojo del vino tinto se asemeja a la sangre, símbolo de la vida, que sólo pertenece a Dios.

Las Palabras de Dios, que pronuncia Jesús, se convierten en alimento de vida, como Él mismo lo dirá: “Yo soy la Vida” (Jn. 14,6)

Hoy, es un día para contemplar el horizonte de vida que podemos alcanzar, como dice una frase que me llega mucho: “La vida se nos dio, y la merecemos dándola”, así es: nos sentimos vivos al compartir, al ser capaces de dar y recibir; somos llamados a ser referentes positivos en la vida de los demás.

Puede ayudarnos el responder estas preguntas: ¿Cómo doy en el día a día mi vida a los demás? En mis

gestos de amabilidad, de servicio, de humildad, de solidaridad…? En mi comunidad? Como hermana, amiga?

¿Comunico alegría, esperanza, amistad, sinceridad...? Hoy, podemos comulgar con Cristo, en nuestros actos

de servicio para con todos.

Haced esto en memoria mía (Lucas 22:19, 1Cor.11:24,25).

“Cuando terminó de lavarles los pies y se volvió a poner el manto, se sentó a la mesa y dijo: « ¿Entienden lo que he hecho con ustedes? Ustedes me llaman: el Maestro y el Señor. Y dicen verdad, pues lo soy. Si yo, siendo el Señor y el Maestro, les he lavado los pies, también ustedes deben lavarse los pies unos a otros.

Les he dado un ejemplo, para que hagan lo mismo que yo hice con ustedes.

Porque, en verdad, les digo: el servidor no es más que su patrón, y el enviado no es más que el que lo envía.

Pues bien, ustedes saben estas cosas: ¡felices si las

ponen en práctica! (Jn. 13, 12-17)

Jesús quiso necesitar de sus discípulos a lo largo de toda la historia para continuar perdonando; dándonos su Vida y su ser a través de la Eucaristía; bendiciendo el amor de las parejas en la formación de un hogar; acompañándonos en el dolor, y ungiéndonos para darnos fortaleza, para liberarnos del miedo a morir.

El sacerdote, es el ser humano, que desde sus fallos y pobrezas, como todos los demás, ha decidido consagrar su vida por amor a Jesús, y para actuar “En la persona de Cristo”, es decir: cuando el sacerdote consagra el pan y el vino, invocando al Espíritu Santo, y dice : “Tomen, esto es MI CUERPO, ….BEBAN, ESTO ES MI SANGRE”….no está hablando de él mismo, sino que está prestando su ser a Jesús, para que Jesús mismo nos hable a través de él y se realice este milagro, de estar nuevamente presente entre nosotros y actualizar su entrega total.

El sacerdocio, es el Ministerio del servicio por excelencia.

Hoy, OREMOS POR TODOS LOS SACERDOTES, pues Jesús y nosotros necesitamos de su fidelidad, de su generosidad, de su presencia, y ellos necesitan de nuestra oración, para ser fuertes en un mundo lleno de tentaciones y ofertas.

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