izquierda clandestina en colombia: anÁlisis del...
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IZQUIERDA CLANDESTINA EN COLOMBIA: ANÁLISIS DEL GRAFFITI DEL
MOVIMIENTO BOLIVARIANO EN LA UNIVERSIDAD NACIONAL
AUTOR
EDWARD FABIAN OVALLE CLAVIJO
DIRECTOR
FERNANDO ARANGUREN DIAZ
UNIVERSIDAD DISTRITAL FRANCISCO JOSE DE CALDAS
FACULTAD DE CIENCIAS Y EDUCACIÓN
MAESTRÍA EN COMUNICACIÓN-EDUCACIÓN
Bogotá
2017
TABLA DE CONTENIDO
1. PRESENTACIÓN
2. INTRODUCCIÓN
3. EL PROBLEMA
3.1. Justificación
3.2. Antecedentes
3.3. Descripción del problema
3.4. Formulación del problema
4. OBJETIVOS
4.1. Objetivo general
4.2. Objetivos específicos
5. MARCO TEORICO
5.1. Conceptos básicos
5.1.1. Graffiti
5.1.2. Movimiento bolivariano por la nueva Colombia
5.2. Capítulo 1: Violencia y democracia en Colombia
5.2.1. Problemas estructurales de la democracia colombiana ligados a la
violencia bipartidista figurada tras el asesinato del caudillo liberal Jorge Eliecer
Gaitán y a la conformación del Frente Nacional
5.2.2. La constitución política de Colombia de 1991 como un referente para
pensar la democracia participativa
5.3. Capítulo 2: Movimiento Bolivariano por la nueva Colombia
5.4. Capítulo 3: El graffiti como canal de la beligerancia
6. DISEÑO METODOLÓGICO
6.1. Recolección de la información
6.1.1. Tipo de investigación
6.1.2. Entrevista semiestructurada profesor Carlos Medina Gallego
6.1.3. Entrevista semiestructurada integrante del Movimiento Bolivariano
6.1.4. Graffitis del Movimiento Bolivariano (2015- 2016)
6.2. Análisis de la información
6.2.1. Macro-proposiciones en la entrevista de “José Marcos Guerrero”.
6.2.2. Clasificación de los graffitis del MB
6.2.3. Matriz de síntesis de la información
6.3. Hallazgos
7. CONCLUSIONES
8. ANEXOS
8.1. Formato entrevista profesor Carlos Medina Gallego
8.2. Formato entrevista “José Marcos Guerrero” Militante del Movimiento
Bolivariano.
8.3. CD: Audio entrevistas y fotografías de los graffitis del Movimiento
Bolivariano.
9. BIBLIOGRAFÍA
1. PRESENTACIÓN
Este texto evidencia el proceso investigativo que se llevó a cabo en el marco de la maestría
en comunicación-educación en la línea de cultura política. Así pues, cabe aclarar que la
presente investigación “izquierda clandestina en Colombia: análisis del graffiti del
movimiento bolivariano en la universidad nacional” se compone de dos dimensiones, una
estético-comunicativa que se desarrolla a partir del análisis del graffiti, y otra bibliográfica
que da cuenta de los procesos históricos más significativos para la configuración de la
democracia colombiana.
En este orden de ideas, con respecto al ámbito estético-comunicativo se recopilaron algunos
graffitis del movimiento bolivariano (MB) con el fin de analizar su discurso (contenido) y
su puesta en escena (forma). Así mismo, la revisión bibliográfica de la investigación
involucró los elementos que sirven de marco histórico referencial para poder analizar los
graffitis del MB. Cabe destacar que los elementos que sirven de contexto histórico-político
son, (1) la democracia en Colombia en el contexto de los años 60 y el auge de la
conformación de los grupos alzados en armas; (2) el frente nacional y los problemas
estructurales legados a la democracia; y (3) la constitución de las FARC-EP y su relación
con la fundación del Movimiento Bolivariano, como un movimiento político amplio y
clandestino de izquierda a favor de la constitución de un nuevo régimen democrático
“sostenido en la tolerancia y el respeto por la opinión ajena, que garantice la verdadera
redistribución del ingreso, la ética en el manejo de la cosa pública, la soberanía nacional, la
justicia social y la solución pacífica de las diferencias” (Movimiento Bolivariano,2000,p.1).
En síntesis, en las páginas siguientes el lector encontrará dos ámbitos (estético-
comunicativo e histórico-político) que se integran para poder describir el panorama del
Movimiento Bolivariano, tanto en el marco de la historia política de Colombia, como en el
contexto de la universidad nacional-sede Bogotá.
2. INTRODUCCIÓN
No es casualidad que el tema de la relación entre violencia y democracia en Colombia haya
sido objeto de múltiples perspectivas y análisis, pues esta relación ha configurado la
realidad del país, a un punto tal en el que podemos decir que la vida política de Colombia
ha estado atravesada y determinada por la violencia de múltiples actores (estatales,
paraestatales, subversivos, etc.). Así pues, con el ánimo de retratar la diada “violencia y
democracia” en el trasegar histórico de Colombia, se hará una breve radiografía de tres
momentos específicos que son cruciales para pensar la democracia del país, a saber: (1) la
violencia del 09 de abril de 1948 que inicia con el asesinato del caudillo liberal Jorge
Eliecer Gaitán; (2) los problemas estructurales legados por el proceso del Frente Nacional;
y (3) la constitución de 1991 como un referente para pensar—en teoría—una democracia
social, amplia y participativa.
Una vez delineado el panorama histórico, es imprescindible observar el surgimiento del
Movimiento Bolivariano como un grupo de izquierda con un accionar político clandestino.
Aquí es importante observar el manifiesto de las FARC-EP en el marco de las
negociaciones de paz con el gobierno de Andrés Pastrana para el año 2000, pues allí se
especifican las características esenciales del movimiento en cuestión. Cabe mencionar que
en medio de la exposición del movimiento bolivariano se hará un análisis del mismo, con el
ánimo de comprender ¿por qué un grupo político amplio es a su vez clandestino?
Una vez delineados y expuestos los procesos históricos anteriormente señalados, es vital
observar qué representan los graffitis del movimiento bolivariano en el contexto de la
Universidad Nacional de Colombia, teniendo en cuenta el proceso histórico de la
democracia de este país. Para ello, será vital revisar qué es un graffiti en el sentido que aquí
se propone, es decir, graffiti como figuración o representación de lo prohibido. Luego, se
trata de observar ¿por qué es prohibido?; ¿por qué hay grupos excluidos del escenario
político legal que deben manifestarse por medio del graffiti (clandestinamente), para poder
expresar sus ideas?, ¿acaso no hay medios para expresar las ideas que se exponen allí? ,
¿qué tipo de ideas se exponen en el graffiti, para que solo puedan ser representadas en el
anonimato?, ¿qué sentido tiene expresar en la clandestinidad cuando la legalidad ofrece
escenarios públicos para ello?, lo anterior en relación a que se supone que en el marco de
un régimen democrático existen mecanismos de participación ciudadana incluyentes para el
conjunto general de la población, pero la realidad parece cuestionar esa idea, pues, ¿qué
sentido tiene proponer un movimiento amplio y clandestino como el MB, si la democracia
participativa Colombiana es, como se supone, el régimen ideal para cualquier propuesta
política?
En este orden de ideas, los interrogantes planteados serán desarrollados a partir de la
interpretación de los graffitis, las entrevistas, y los referentes bibliográficos que muestran el
marco histórico sobre el cual se elabora la presente investigación.
3. EL PROBLEMA
3.1. Justificación:
Antes de indicar concretamente las razones que validan y legitiman el presente trabajo, es
preciso enunciar el marco en el que se desenvuelve el mismo con el propósito de observar
mucho más claramente el porqué del ejercicio investigativo, así pues, es necesario enunciar
que este proyecto de investigación está inmerso en el contexto de la facultad de Ciencias y
Educación de la Universidad Distrital Francisco José de Caldas, y más precisamente, en la
maestría de comunicación-educación, en la línea de cultura política.
Luego, teniendo en cuenta estos elementos, es posible decir que, en consonancia con la
misión de la facultad de Ciencias y Educación el proyecto tiene cabida, pues la intención de
generar un análisis acerca de la situación política particular del Movimiento Bolivariano, es
poder pensar escenarios diferentes a los constituidos hasta el momento, es decir, se trata de
reconocer algunos procesos de la historia política de Colombia, a la luz del análisis de los
graffiti del Movimiento Bolivariano, para poder pensar un modelo de país distinto; donde
se reconozcan los problemas sociales, culturales y políticos del país desde el ejercicio de la
democracia.
Así mismo, teniendo en cuenta que la maestría de comunicación-educación, en la línea de
cultura política, se propone generar análisis acerca de los fenómenos comunicativos y su
relación en la conformación de la opinión pública, es posible decir que el proyecto que se
expone tiene gran acogida, pues una de las intenciones que llevaron a retratar el panorama
del MB a partir del graffiti en la universidad nacional, tiene que ver con la difusión y
comprensión de las ideas que están detrás de la capucha de los militantes bolivarianos, es
decir, sus motivaciones, e incluso las causas que llevaron a la constitución de un
movimiento de masas amplio pero a su vez clandestino.
Del mismo modo, cabe decir que el problema que se pretende analizar es válido, actual y
pertinente, teniendo en cuenta que tras la firma de los acuerdos de paz con las FARC-EP, la
academia está llamada a construir escenarios posibles para que la confrontación entre el
Estado y el grupo guerrillero continúe pero desde el diálogo, en la democracia, y sobre
todo, con el fin de la guerra; pues tras la firma de los acuerdos y la refrendación de los
mismos a través del congreso, aún queda el reto de la implementación, que es, sin lugar a
dudas, lo más complejo.
En el mismo orden de ideas, hay que resaltar que en el marco de una maestría de
comunicación-educación y cultura política, es sumamente pertinente el tema que se está
estudiando, pues aquí se pretende hacer una exposición sobre uno de los aspectos más
importantes de la cultura política de Colombia, a partir de la descripción del régimen
democrático, las fuerzas políticas de izquierda, y los procesos políticos que configuraron la
historia de la nación.
Para terminar, es preciso enunciar que reflexionar sobre los procesos que han configurado
el modelo democrático del país, es un paso para poder aportar desde el trabajo crítico a la a
la consolidación de un país diferente, mucho más moderno, justo, y por sobre todo, menos
violento. Y así mismo, hacer este estudio por medio del análisis de un fenómeno como el
graffiti, permite explorar desde la perspectiva de la cultura, un tema que hasta el día de hoy
se ha manejado preponderantemente desde la perspectiva del modelo económico.
3.2. Antecedentes:
El problema que se aborda en la presente investigación ha tenido un desarrollo importante
en términos generales, pues hay un gran número de trabajos que versan sobre las
alternativas políticas al sistema bipartidista, por ejemplo:
GALLON, G. (1989). “Las experiencias alternativas de tipo partidista, independientes del
bipartidismo”, en “Entre movimientos y caudillos-50 años de bipartidismo, izquierda y
alternativas populares en Colombia”. Bogotá: Editorial presencia Ltda.
AYALA, A (1996). “Alternativas políticas al sistema bipartidista nacional 1953-1957” en
“Resistencia y oposición al establecimiento del frente nacional”. Bogotá: Universidad
Nacional de Colombia.
SÁNCHEZ, R. (1996). “El bloqueo de las izquierdas como tercera alternativa” en “Las
izquierdas en Colombia”. Bogotá: Universidad Nacional de Colombia.
ARCHILA,M; COTE, J; DELGADO, A; GARCIA, M; MAGARIAGA, P; y PEGRAZA;
O (2009). “El movimiento estudiantil de 1971: Entre la homogeneidad y la heterogeneidad”
en “Una historia inconclusa: Izquierdas políticas y sociales en Colombia”. Bogotá:
Ediciones Antropos Ltda.
DUQUE, Javier (2011). “Creación de la unión patriótica y nuevos liderazgos de izquierda”
en “Los liderazgos partidistas en el frente anciano prolongado 1974-1986”. Bogotá:
Editorial la oveja negra ltda.
Entre otros, sin embargo, estos esfuerzos investigativos—primordialmente los del IEPRI
(Instituto de estudios políticos y relaciones internacionales de la Universidad
Nacional),CINEP (Centro de Investigación y educación popular), etc. —se destacan por
hacer un análisis histórico que presenta una relación entre la economía y el poder. En este
orden de ideas, la forma en la que se aborda el tema de estudio en la presente investigación
resulta particular, pues se trata de reconocer el trabajo historiográfico que se ha hecho sobre
la relación entre violencia y democracia en Colombia, a la par que se incorpora el
fenómeno comunicativo del graffiti como un elemento central del análisis, es decir, lo que
resulta particular aquí, es la investigación de la situación de la izquierda clandestina en
Colombia desde una dimensión cultural.
Así mismo, aunque hay un número importante de trabajos sobre las FARC-EP, lo cierto es
que en relación al Movimiento Bolivariano solo existe un ejercicio investigativo, a saber,
el anexo que se encuentra en el libro “FARC-EP: Notas para una historia política 1958-
2008” del profesor Carlos Medina Gallego, en donde se denota el surgimiento del
movimiento bolivariano en el contexto del proceso de paz que se adelantó entre las FARC-
EP y el gobierno de Andrés Pastrana en el año 2000.
Así pues, se considera que el problema central de la investigación ha tenido un desarrollo
importante en los términos que se señalaron con anterioridad, pero definitivamente, no hay
un abordaje académico de la facción del MB que se encapucha y cubre de graffitis la
universidad nacional en medio del tropel.
Por ende, es notorio que los antecedentes del problema son de orden general, y aunque
aportan elementos conceptuales vitales para la investigación, hay que buscar en el trabajo
de campo (observación y análisis del graffiti del MB en la Universidad Nacional de
Colombia-sede Bogotá) algunos insumos para terminar de precisar el problema que se
convoca, a saber, la situación del movimiento bolivariano como un movimiento de masas
amplio y clandestino, es decir, un movimiento político marginado del escenario político
legal.
En este sentido, reconociendo las generalidades del tema, hay que precisar que el trabajo es
nuevo en su género, pues no hay investigaciones de los militantes encapuchados del MB, ni
tampoco hay un análisis cultural de esta vertiente ideológica.
Finalmente, considero que el tema es sumamente pertinente en el marco de la maestría en
comunicación-educación y cultura política, pues, el fenómeno que se pretende estudiar, a
saber, el graffiti del MB en la Universidad Nacional de Colombia, es un fenómeno
comunicativo y político. Así bien, el estudio del graffiti resulta pertinente y crucial, porque
desde su lectura podemos describir el movimiento encapuchado más significativo (MB) de
la universidad pública de Colombia.
3.3. Descripción del problema:
Colombia ha sido un país en donde la política ha estado atravesada y determinada por la
violencia. Múltiples sucesos históricos han conformado esta relación que parece
indesligable, pues, por ejemplo, desde la instauración del Frente Nacional, el modelo
democrático del país afronta unos problemas estructurarles que se matizan en la
incapacidad de reconocer posturas políticas distintas a las tradicionales.
Así pues, una de las intenciones de la presente investigación consiste en exponer uno de los
problemas que dejó la consolidación de este tipo de régimen democrático en el marco de un
país pluriétnico y multicultural, es decir, el propósito es, en primer lugar, observar desde la
búsqueda bibliográfica, las causas de la conformación del Movimiento Bolivariano (MB)
como una expresión política de masas, amplia y clandestina. Y así mismo, se trata de
describir al MB en el contexto de la universidad nacional de Colombia-Bogotá por medio
del análisis de los graffitis del grupo; la entrevista a “José Marcos Guerrero” (militante del
MB); y la entrevista al profesor Carlos Medina Gallego quien ha sido un estudioso del
tema.
Luego, es claro que la investigación tiene dos momentos que pueden definirse
evidentemente. En principio, hay una búsqueda bibliográfica que sirve de mapa para
observar los factores y sucesos que han definido la historia política del país; y después, hay
un estudio exploratorio sobre el fenómeno del graffiti del MB en el contexto de la
universidad nacional (UNAL).
Por lo dicho hasta el momento, los supuestos e interrogantes que integran el problema de la
investigación son:
-¿Por qué hay grupos excluidos del escenario político legal, y en consecuencia deben
manifestarse por medio del graffiti y otras formas clandestinas para poder expresar sus
ideas?
-¿Acaso no hay medios para expresar las ideas que se exponen por medio del graffiti?
-¿Qué tipo de ideas se exponen en el graffiti, para que solo puedan ser representadas en el
anonimato?
-¿Cuál es el sentido de la propuesta política del MB y por qué lo hacen por medio del
graffiti en el marco de la clandestinidad?
-¿Qué sentido tiene expresar en la clandestinidad cuando la legalidad ofrece escenarios
públicos para ello?, lo anterior en relación a que se supone que en el marco de un régimen
democrático existen mecanismos de participación ciudadana incluyentes para el conjunto
general de la población, pero la realidad parece cuestionar esa idea, pues, ¿Qué sentido
tiene proponer un movimiento amplio y clandestino como el MB?
¿Cuáles fueron las causas para que el escenario político legal de Colombia se configurara
de un modo tal que no reconoce el pensamiento político de la oposición (MB)?
3.4. Formulación del problema:
Teniendo en cuenta los elementos estético-comunicativos que comporta el graffiti, y los
insumos histórico-políticos que se encuentran en la búsqueda bibliográfica:
¿Qué son y qué representan los graffiti del Movimiento Bolivariano en la UNAL, en el
marco de la democracia colombiana?
4. OBJETIVOS
4.2.1. Objetivo General: Describir el graffiti del movimiento bolivariano y el significado
de este en el marco de la democracia Colombiana.
4.2.2. Objetivos Específicos:
Describir los episodios que han configurado la historia política de Colombia
(bipartidismo, frente nacional, constitución política de 1991).
Exponer el graffiti como un fenómeno cualificado destacando los elementos que
resaltan en el mensaje del movimiento bolivariano.
Interpretar los mensajes graffiti del movimiento bolivariano en la universidad
nacional de Colombia.
Dar cuenta de la opinión de un militante activo del Movimiento Bolivariano, con el
ánimo de observar ¿Cuál es el sentido de su propuesta política y qué papel juega el
graffiti en medio del contexto universitario?
Identificar por medio de la revisión documental, las entrevistas y el análisis del
graffiti del MB; los factores que configuraron la marginación del movimiento del
escenario político legal.
5. MARCO TEORICO
5.1. Conceptos básicos:
5.1.1. Graffiti: El término “graffiti” es polisémico, sin embargo, para los términos de la
presente investigación, acorde a lo propuesto por Silva (1986) el graffiti es una forma
comunicativa visual, marginal, anónima, en ocasiones colectiva, y con múltiples
transformaciones estructurales según su contexto socio-cultural. En otras palabras, es claro
que por “graffiti” muchas formas de expresión tienen cabida, algunas ideas ligadas al Street
art, otras al muralismo, etc. Sin embargo, hay que resaltar que el fenómeno que se intenta
retratar en la presente investigación, es aquel que tiene como origen la revolución cultural
de mayo del 68¸pues es allí en donde los mensajes anónimos plasmados en las paredes de la
ciudad cobran una connotación macro-política. En este sentido el graffiti a investigar es un
fenómeno cualificado porque no cualquier mensaje se constituye como graffiti, sino que
este requiere de unas valencias (clandestinidad, crítica, etc.) para ello.
Dicho de otro modo, el graffiti es una forma de comunicación urbana que se configura
desde mayo del 68 como una expresión cultural prohibida, y que surge desde la
clandestinidad por la naturaleza transgresora que comporta. O sea, básicamente se habla de
una manifestación comunicativa subversiva, que comporta una imagen propia de su
contexto, ya que, como se puede percibir, el graffiti no puede ser desligado de su territorio
de producción, pues allí están inmersas sus normas gramaticales, estructurales, e
ideológicas.
5.1.2. Movimiento Bolivariano por la nueva Colombia: El Movimiento Bolivariano por
la nueva Colombia es un grupo político que surge del manifiesto bolivariano propuesto por
las FARC-EP en el año de 1997; allí se plantea la necesidad de la lucha de “todos los
sectores sociales por la independencia y soberanía del Estado y Nación colombiana (…) El
imaginario Bolivariano de unidad e integración latinoamericana fluye en el manifiesto
como una reivindicación histórica heredada del libertador, ligada a la necesidad de la
ciencia y la técnica para el desarrollo” (Medina, 2009 págs.360-361). Cabe resaltar que es
hasta el 29 de abril del año 2000 que “Manuel Marulanda Vélez” inaugura oficialmente el
MB en el marco de la octava conferencia de las FARC-EP. Este movimiento—indica
Marulanda Vélez en la conferencia—será dirigido por Alfonso Cano y tendrá que trabajar
de forma clandestina para no repetir la experiencia del genocidio de la Unión Patriótica, y
además, se centrará en ser un “movimiento sin distingos políticos, raza o credo, para que
los colombianos puedan agruparse para defender sus intereses económicos y sociales, con
la certeza de que están abriendo caminos a una nueva democracia sin el temor de ser
asesinados”. (Cfr. Marulanda, 2000).
Ahora bien, la presencia más visible del Movimiento Bolivariano se da en el contexto de la
universidad nacional de Colombia, pues allí la capucha permite que los integrantes del MB
se expresen por medio del tropel. Sin embargo, es muy importante resaltar que el MB tiene
una presencia mucho más amplia a nivel nacional, pues la clandestinidad del movimiento
no se limita a la capucha que se usa en medio del tropel universitario, es decir, la
clandestinidad hace referencia a una forma de actuar de los integrantes del movimiento en
todas las estructuras y procesos en los que están inmersos (movimiento estudiantil,
sindicatos, juntas de acción comunal, etc.). Dicho de otro modo, al proponerse ser un
movimiento amplio, los núcleos del MB están inmersos en procesos legales sin auto-
rotularse; pero gestionando y legitimando los ideales que se reivindican en el manifiesto
bolivariano: Justicia social, reforma rural integral, etc.
5.2. Capítulo 1: Violencia y democracia en Colombia:
Colombia ha sido un país demarcado por la violencia política, en donde la relación entre
violencia y democracia se ha constituido vertiginosamente, pues las mutaciones de la
violencia han hecho de este país un lugar complejo en el ámbito político. Así pues, tal como
lo enuncia Ramírez a lo largo del libro “violencia y democracia en Colombia”, “la
violencia y la democracia son dos fenómenos que se explican entre sí, en tanto que la
democracia en su trasegar histórico no ha podido contemplar la diferencia de otras fuerzas
sociales y políticas distintas a las tradicionales, es decir, es una democracia excluyente que
trae consigo problemas de representatividad importantes, y, es una violencia que ha sido
gestada y reproducida en las condiciones democráticas históricas que la sustentan” (Cfr.
Ramirez, 2004)
Ahora bien, pensar el conflicto requiere un esfuerzo teórico que vincula distintas áreas del
saber, y es por ello que para los términos del presente escrito, más allá de hacer una
reflexión propia de este fenómeno tan amplio, el interés radica en observar algunos puntos
que dilucidan muy bien una de las tesis que circundan las teorías de la violencia, a saber, la
tesis del paradigma del “cambio social”1, aunque es preciso resaltar que el trabajo no se
limita a ello, pues aunque se reconocen los trabajos teóricos del tema—que en su mayoría
analizan las relaciones poder y modelo económico—una de las características primarias de
la investigación, consiste en intentar mostrar desde un ámbito de la cultura (graffiti) cómo
se constituye el modelo democrático del país.
1 Este paradigma defiende la idea de que los conflictos tanto sociales como políticos tienen un origen en los
cambios sociales que están mediados o acompañados por el crecimiento económico. Aquí son fundamentalmente importantes las ideas de desequilibrio y cambio social, pues ambos conceptos dilucidan la problemática del asunto, es decir, ambos conceptos muestran una sociedad dinámica y cambiante pero irregular, ya que algunos sectores de la sociedad mutan drásticamente, mientras que otros siguen anclados a las dinámicas del pasado: Hay allí una confrontación entre lo tradicional o pre-moderno y la modernización. Es importante resaltar que este paradigma no asume únicamente a la pobreza como un referente del conflicto, sino que más bien, es el cambio en las estructuras lo que sirve de referente para pensar las razones del conflicto; en palabras de Garcia Duarte “…el paradigma del “cambio social”, en vez de centrar su atención sobre unas estructuras más o menos estáticas, la dirige más hacia la dinámica de la sociedad y hacia sus efectos perturbadores(…) Así, una explicación de los conflictos surgidos en las sociedades pobres y subdesarrolladas se orientaría a entenderlos, en primera instancia, no en razón del atraso y la pobreza, sino de los trastornos y necesidades creados por el crecimiento y la modernización siempre en un contexto de grandes diferencias sociales” (García y otros, 2014, p.19-20)
Teniendo en cuenta lo anterior, también hay que decir que para este primer capítulo se
matizaran tres momentos específicos de la historia de Colombia para poder pensar la
relación que ha existido históricamente entre violencia y democracia, con el propósito de
ver algunas de las configuraciones que se han dado en el marco de la historia política del
país, y en pro de observar críticamente el panorama político de la izquierda colombiana
representada por el movimiento bolivariano por la nueva Colombia.
En este orden de ideas, en primer lugar se examinará el periodo de la violencia bipartidista
figurada tras el asesinato del caudillo liberal Jorge Eliecer Gaitán. Más tarde se revisarán
los problemas estructurales legados a la democracia por el frente nacional, y así mismo se
observará grosso modo el surgimiento de los grupos guerrilleros y paramilitares en el
marco del periodo señalado. Por último pero no menos importante, con el propósito de
delinear el contexto histórico, se hará una breve revisión de los planteamientos que dejó la
proclamación de la constitución de 1991. Constitución como producto de la asamblea
constituyente en donde se reconocerían por primera vez en Colombia las voces de algunos
sectores sociales importantes que pretendían generar una constitución con un carácter
progresista.
Finalmente, cabe aclarar que la intención de este primer capítulo es mostrar la violencia en
Colombia como un fenómeno que es transversal a la sociedad, y como una realidad
inminente que nos plantea un interrogante crucial para la presente investigación, pues
queda la duda de si ¿es la violencia en Colombia una aberración del proceso histórico de su
democracia, o más bien, esta es consustancial a la estructura de la democracia?
5.2.1. Problemas estructurales de la democracia colombiana ligados a la violencia
bipartidista figurada tras el asesinato del caudillo liberal Jorge Eliecer Gaitán y a la
conformación del Frente Nacional:
“Ospina Pérez había propuesto a los liberales un gabinete de Unión Nacional como solución. Al
sentirse sin las ataduras del jefe del conservatismo, el presidente llama a Darío Echandia, ya en la
mañana del 10 de abril, y la lee por teléfono la lista de los nombres que integrarían el gabinete, en
el que el propio Echandia quedaría como ministro de Gobierno. Los liberales aceptan. El
mandatario, desde el punto de vista político, había ganado la batalla; con ese acuerdo comenzó a
gestarse lo que más tarde se conocería como el Frente Nacional. Con la división conversadora y la
ambición de poder de los generales, se gestaría también el golpe militar de Rojas Pinilla el 13 de
Junio de 1953.
Para el pueblo colombiano fue, en definitiva, una inmensa derrota en sus ilusiones, una dramática
frustración, porque aquella tarde se enterró un futuro cercano que ya se vislumbraba. Colombia
cambió su destino. Después vendría la oscura etapa de la violencia en los años cincuenta, y a las
espaldas quedaría como oscura y amarga visión, la inutilidad de tantos muertos. Como siempre, el
pueblo ofrendó su vida por unos ideales que quedaron sembrados entre las sombras de un brutal
olvido” (Alape, 1997, p.101)
El 09 de Abril de 1948 figura una situación lamentable para Colombia, pues más allá del
asesinato de Gaitán y consigo la desesperanza de quienes veían en él un gobierno pensado
en el pueblo, lo que allí se vislumbra es un futuro incierto para la democracia. La muerte de
Gaitán es antes que todo, un referente de la diada entre violencia y democracia en
Colombia, y además de esto, un referente para observar cómo se ha manejado la política en
Colombia por parte de los partidos tradicionales (liberal y conservador), pues basta con
mirar el epílogo de Alape para notar la forma en la que se ha manipulado al pueblo en pro
de la consolidación de unos intereses de élite encarnados en el bipartidismo.
En ese sentido, el asesinato de Gaitán sirve para pensar un problema cervical de la
democracia en Colombia, a saber, la relación entre violencia y democracia a la cabeza de
los gobernantes; una cuestión que se agudizará en el proceso del Frente Nacional, pero que
aquí ya tiene un arraigo político.
Después de la muerte de Gaitán comienza una especie de negociación liderada por el
presidente de Colombia de aquel entonces, es decir, Ospina Pérez inicia una conversación
con los liberales intentando promulgar el orden, sin embargo, en medio de esto el pueblo se
desangra a sí mismo, a un punto tal que se estima que en el periodo de la violencia
bipartidista, alrededor de 200.000 personas perecerían a causa de ello. El “bogotazo” deja
un saldo de muertos impresionante y agudiza el conflicto entre liberales y conservadores,
pero, esta violencia, tal como lo retrata Molano en “Trochas y fusiles (1994)” a partir del
relato de Isauro Yosa, es una violencia impuesta, es decir, es un conflicto al que se sumaron
personas de las masas porque no hubo más camino que tomar las armas.
Es preciso señalar que más allá de retratar sucesos tan importantes como la república
conservadora o la república liberal en el marco del bipartidismo, o cuestiones como estas
que ya están suficientemente desarrolladas en el campo teórico, lo importante para los
términos de esta investigación es mostrar que de un periodo de lucha entre hegemonías
conservadoras y hegemonías liberales se pasó al gobierno de un solo partido, en donde ya
no queda oculta aquella identidad que se había gestado entre las elites conservadoras y
liberales: Una unidad para la gobernanza, para asentarse en el poder, y para fundar su
modelo de control en donde por la vía legal no habría espacio para las otras fuerzas
políticas del país. Esto último fue sumamente problemático, pues como lo formula Gonzalo
Sánchez (2009) a lo largo de “Colombia: Violencia y democracia”, en las zonas donde la
guerra fue permanente, bien sea por la acción guerrillera o por la acción paramilitar, la
población civil vivió un contexto en donde el Estado no tenía el uso legítimo de la fuerza,
pues sus habitantes estaban a merced de sectores no oficiales que tenían el monopolio de la
violencia.
Cabe anotar que el auge de los grupos guerrilleros en Colombia se da en el marco de la
instauración y el desarrollo del periodo del Frente Nacional (1958-1974), pues el FN fue
una estrategia política en la que se creó un solo partido configurado por los conservadores y
los liberales, sin tener en cuenta que la realidad del país indicaba que habían otras fuerzas
políticas. En este sentido es comprensible que la constitución política de 1886 haya regido
largos periodos por el régimen de excepción ya que habían dos proposiciones de país: Uno
legal y otro real.
Ahora bien, es claro que el FN surge con el ideal de acabar con la violencia figurada tras el
asesinato de Jorge Eliecer Gaitán, pero el gobierno que se monta sobre esta “solución” no
fue el indicado para acabar con la violencia, pues tal como lo formula Ortiz:
“Las elites políticas desde los inicios estructuraron un sistema político corrupto y las cuotas
que exigían a los gamonales y caudillos para continuar respaldándolos y hacer los
nombramientos fueron continuamente menos eficientes. Esto trabajo consigo más
desempleo, una inflación de reconocida envergadura y produjo el colapso de las bases de
sustento del sistema bipartidista” (Ortiz, 2012, p.45).
Entonces, es claro que el FN crea un contexto de surgimiento para los grupos beligerantes,
y además de ello, instaura un régimen de represión militar que fortalece a la guerrilla, pero,
algunos argüirían que con “el desmonte del FN que se inició con la reforma constitucional
de 1968 y que se puso en práctica en 1974 una vez culminado el periodo de gracia, se
habrían acabado los problemas que se instauraron con el modelo de control político en
cuestión, sin embargo, el éxito del Estado en el marco del FN estuvo demarcado por la
continuidad de las tendencias económicas que hicieron que, así hubiera terminado el
periodo del FN , las clases políticas dominantes siguieran usufructuando la administración
estatal pese a la existencia de nuevos grupos sociales en este nuevo contexto. O sea que,
pese a la culminación del FN, los problemas siguieron estando presentes, y ejemplo de ello
fue la excesiva represión militar que creó el ambiente para el fortalecimiento de la guerrilla,
fruto del abuso de autoridad, primordialmente hacia los campesinos” (Cfr. Ortiz, 2012,
p.51).
Son múltiples y variadas las contingencias que han moldeado la cultura política del país,
pero el momento histórico que representa el Frente Nacional es crucial, pues allí se denota
la polarización política y consigo la exclusión de un sector presente en la realidad del país,
aunque marginado, perseguido, e incluso exterminado del escenario legal, como sucedió
con el caso de la Unión Patriótica.
Es decir, el periodo demarcado entre 1958 y 1974, en donde se vive la coalición entre
liberales y conservadores para perpetrarse en el poder, configuró gran parte de los
imaginarios del país, a un punto tal que la relación entre la conformación del frente
nacional y el surgimiento de las guerrillas colombianas es innegable.
Por ello, la cultura política se ve atravesada por el conflicto que existe entre la izquierda y
los sectores liberales y conservadores, pues, tal como lo dice Medina Gallego:
“El proceso del Movimiento Bolivariano por la Nueva Colombia se remonta a finales de
1997, cuando las FARC-EP dan a conocer internamente lo que en su momento se designa
Manifiesto Bolivariano. Allí plantean que Colombia está en crisis porque los gobernantes
liberales y conservadores han utilizado sus cargos para favorecer a los ricos y para su
propio beneficio personal, que sus gobiernos sólo han defendido la insaciable voracidad de
los dueños del gran capital, latifundistas y diferentes carteles del narcotráfico, y han
entregado la soberanía de la nación a los Estados Unidos de Norteamérica, en contravía de
la dignidad de todo el país” (Medina, 2009, p254).
Básicamente, la lucha que proponen las FARC-EP con el movimiento bolivariano es fruto
de un problema de representación en la democracia, pues aunque esta vertiente ideológica
tiene adeptos y podría haberse consolidado como un partido en el escenario legal, lo cierto
es que la historia política del país parece decir que la clandestinidad era la forma más eficaz
e inteligente para poder actuar en ese momento.
Finalmente, es importante resaltar que, el frente nacional y el bipartidismo son elementos
que ayudaron a consolidar la violencia en Colombia a partir del control político, pues tal
como lo dice Sánchez “en el país también ejercen una hegemonía sobre la vida política, y
en especial sobre el Estado, los dos partidos tradicionales: El liberal y el conservador. Los
medios masivos de comunicación (…) operan en la órbita del bipardismo” (Sánchez, 1996,
p.35). Es decir, así como existen dos partidos políticos preponderantes, así mismo los
medios se bifurcan en esa misma lógica, y esto agudiza el problema, pues si ya se conoce
que existen otras ideologías en Colombia pero estas no tienen un canal de difusión, no solo
se excluye del escenario político legal—en este caso—al MB, sino que también se le niega
la posibilidad de representarse mediáticamente. Quizá por esta razón, el MB se presenta
como un sector diferenciado del ámbito político polarizado, desde la clandestinidad y la
marginalidad que otorga el mensaje graffiti.
En efecto, la realidad política de Colombia ofrece un panorama sumamente complejo, pues
los procesos históricos del país han tejido un escenario en donde el bipartidismo legó unos
problemas estructurales de fondo a la democracia, y de ese modo, queda la pregunta sobre
si la solución que se planteó para ello es eficiente, es decir, si la posibilidad que planteó la
constitución política de 1991 de reconocer otras fuerzas sociales y políticas en Colombia es
pertinente, o es necesario otro mapa constitucional para que no suceda lo mismo que con la
constitución de 1886 en donde había una ausencia del Estado en las funciones que le
correspondían en su rol de legislar y gobernar conforme a la constitución política, cuestión
que deja por fuera cualquier posibilidad de lograr una legitimidad y una gobernabilidad que
concuerde con los principios democráticos de la nación. Es decir, hay que ver si se cumple
la tesis de Vásquez (1992) que dictamina que el FN se liquidó como sistema de gobierno
porque la conformación bipartidista que operaba en el país legal le cedió el paso al país
real con el propósito de sentar una nueva constitución que pudiera dar respuesta a una
nación de—en ese entonces—30 millones de habitantes.
5.2.2. La constitución política de Colombia de 1991 como un referente para pensar la
democracia participativa:
Uno de los debates que dejó el proceso de refrendación de los acuerdos de paz entre el
gobierno de Juan Manuel Santos y las FARC-EP fue el tema constitucional, pues después
del “no” de la mayoría de los colombianos en el plebiscito del 02 de octubre de 2016, se
pensó la posibilidad de una asamblea constituyente para poder dar cabida a la transición
legal del grupo guerrillero. Es decir, hace muy poco en Colombia se intentó crear un
escenario para poder generar una nueva carta política para la nación, sin embargo, el
argumento que se sostendrá en el presente escrito es que la constitución del 91 tiene los
argumentos necesarios para poder estructurar y sustentar en la práctica la democracia
participativa.
Para vislumbrar la tesis que se atisbó con anterioridad, es menester realizar un contexto
general sobre las causas que estructuraron el conflicto político, social y militar de
Colombia, pues, teniendo como referente tales causas, es posible formular el problema con
mayor claridad.
Así pues, se puede decir que hay dos grandes razones que configuraron el conflicto
colombiano. La primera de ellas tiene que ver con el no reconocimiento político de la
izquierda en el país, pues, para los años 60, Colombia estaba ampliamente polarizada entre
liberales y conservadores, y en el marco de esa disputa, una de las ideologías emergentes de
ese entonces se soslayó, a saber, el marxismo en sus distintas aristas de interpretación. Por
ende, el no reconocimiento de los grupos comunistas en la política ante el auge de esta
ideología a nivel mundial, llevó a la consolidación de guerrillas. Con respecto a este punto,
hay que aclarar que algunos afirman que las guerrillas colombianas no tienen razón de ser
después de la caída del muro de Berlín y la separación del bloque soviético, pues, según
ellos, las guerrillas del país se quedaron sin un sustento ideológico para la lucha armada, sin
embargo, existen causas políticas, económicas, sociales y hasta históricas de la lucha
armada, que mientras perduren, harán difícil la superación de esta realidad en este país; o
dicho de otro modo, “las causas y motivaciones de la lucha armada en Colombia
trascienden el escenario ideológico, pues en el conflicto hay otros factores que están en
juego, como por ejemplo, la lucha por la equidad social” (Cfr. Cárdenas, p.213).
Otra de las causas estructurales del conflicto colombiano está muy bien definida en el diario
El Espectador2, pues allí se relata que “…el conflicto social que padece Colombia es de
origen rural, donde es obvia la conexión del terrorismo con el debilitamiento del agro”, ya
que, la influencia de los grandes terratenientes en la política colombiana hizo inviable el
establecimiento de una reforma agraria que sirviera como herramienta para modificar la
estructura de la propiedad y de la producción de la tierra; y más específicamente, para
solucionar el problema de la concentración de la propiedad de la tierra.
Antes de continuar, hay que decir que el panorama es mucho más complejo, y las dos
causas que se expusieron deben ser desarrolladas mucho más para poder comprender un
fragmento del conflicto, ya que, como es obvio, fueron 52 años de un proceso que no fue
lineal, y por ende, el conflicto mutó en distintas formas, sin embargo, en términos
generales, las dos causas que se expusieron con antelación, dan cuenta de la estructura
general de la disputa, y en consecuencia, permiten elaborar un breve esbozo sobre el cual
pensar si la constitución política de 1991 permite pensar un modelo de país moderno, en
paz y con justicia social.
¿Es necesario reformular la constitución de 1991 para concebir un país moderno, en paz y
con justicia social?, se deben considerar varios puntos. En primer lugar, es preciso enunciar
que la constitución política de 1991 trajo consigo una transformación sustancial en
cuestiones jurídicas con respecto a la constitución de 1886, pues esta última nació como un
pacto de guerra en contra de los radicales, y además, lo más importante en esta era el poder
gubernamental (cultura autoritaria: presidencialista y centralista); mientras que la
2Diario de Colombia, del 17 de Agosto de 2003, pág. 18 A.
constitución de 1991 inspira una cultura democrática en medio de un contexto autoritario, y
pugna por un Estado social de derecho aunque también sustenta la liberalización de la
economía. Además, la constitución de 1991 intenta desarrollar una democracia
participativa con una Ley de mecanismos de participación ciudadana (ley 134 de 1994), y
desde la constitución se han construido otras propuestas posteriores para promover, por
ejemplo, la participación juvenil (ley 375 de 1997), escolar (ley 115 de 1994), y demás
escenarios que, tal como lo enuncia Guillermo Perry, sirven para hacer de la constitución
un equilibrio perfecto entre la liberalización del mercado y la protección de derechos de los
ciudadanos3.
Así mismo, en lo que respecta a los derechos que instauró la nueva constitución con
respecto a la de 1886, cabe resaltar que allí no sólo se menciona una nueva gama de
derechos que se divide entre los fundamentales, sociales y del medio ambiente; sino que
además de esto, la nueva constitución establece una serie de acciones constitucionales que
garantizan el efectivo cumplimiento de esos derechos (la acción de tutela, la acción
popular, etc.). Además, cabe resaltar que la nueva constitución creó dos organismos
esenciales para la defensa de los derechos, a saber, la corte constitucional y la defensoría
del pueblo.
En ese sentido, la constitución advierte lo que Jaramillo (2016) identifica como “la
revolución de los derechos”, es decir, la constitución de 1991 pugna por el reconocimiento
de la pluralidad (cultural, religiosa, etc.) en Colombia como un insumo para fundar las
bases para el establecimiento de una paz duradera. Dicho de otro modo, el reconocimiento
de las comunidades tradicionalmente olvidadas en el país (indígenas, afrocolombianos,
desplazados por la violencia, etc.) tenía como fin la proposición de un sistema heterogéneo
en donde cada persona, independientemente de su filiación religiosa, cultural, etc. Pudiera
ser titular de una serie de derechos, que además, podía exigir judicialmente.
En conexidad con el punto anterior, y en la misma línea argumentativa de Jaramillo, es
válido decir que la revolución de los derechos cobró significado y se materializó en
3 Hay que aclarar que teóricos como Oscar Mejía Quintana no concuerdan con esta tesis, pues desde su
punto de vista, hay una contradicción en la constitución política de Colombia, ya que al proponer lo que Perry identifica como “el equilibrio perfecto entre liberalización del mercado y protección de derechos de los ciudadanos”; lo que realmente hay de fondo son dos pugnas por dos modelos de estado diferentes: Uno neoliberal y otro socialdemócrata.
Colombia porque la constitución nació con el objetivo de lograr la paz, y desde el 91 ésta
ha servido como derrotero de la acción política orientada a crear escenarios pacíficos desde
la acción jurídica.
Otro factor que permite hablar de una revolución de los derechos está relacionado con la
independencia judicial que existe en Colombia, pues a la par que la constitución estableció
múltiples derechos y acciones judiciales para garantizarlos, también se promulgó un
sistema judicial débil ; y justamente de esa independencia entre las ramas de la justicia
colombiana, se crea un clima de credibilidad en las acciones judiciales que pretenden hacer
valer las normas constitucionales.
Finalmente, otro argumento que da cabida a la idea de revolución de los derechos está
representado por la creación del mecanismo de defensa de los derechos humanos más usado
por los colombianos, a saber, la acción de tutela, ya que este mecanismo permitió la defensa
de, por ejemplo, el derecho a la salud en conexidad con el derecho fundamental a la vida
por medio de una acción gratuita, ágil y eficaz.
Pese a todo lo que se ha dicho, en la coyuntura que el país vivió con respecto a los diálogos
de Paz con las FARC-EP surgieron varios interrogantes como por ejemplo: ¿Es realmente
fundamental iniciar un proceso constituyente para refrendar los acuerdos?, ¿es la
constituyente el mejor mecanismo para refrendar los acuerdos?, ¿es oportuno cambiar una
constitución que hasta ahora tiene 25 años?, ¿son más los beneficios o los inconvenientes
que una constituyente traería?, etc.
Con respecto a los interrogantes anteriores, hay que considerar que si se tiene en cuenta el
contexto político del país en medio del acuerdo, en donde no había una correlación de
fuerzas políticas para la construcción de una constitución mucho más progresista que la de
1991, es fácil notar que no era necesario generar una nueva constitución en ese momento,
pues si se observa que algunos de los factores que motivaron el conflicto tienen que ver con
la desigualdad social, entonces no es viable proponer una constitución que no puede ser
más progresista que la que se tiene ahora; o dicho de otra manera, a pesar de que la
constitución política de 1991 no es la panacea, en ese momento no había un contexto
político para pensar una constitución más comprometida con los derechos sociales de las
personas, y por ello es preciso reconocer la constitución del 91 para observar el modo en el
que esta ofrece argumentos para la consecución del país que se delinea tras la firma de los
acuerdos, a saber, un país en paz y con justicia social4.
En este sentido, si se parte de la misma mesa de diálogo en la Habana es posible decir que
la constitución política de Colombia tiene la fuerza suficiente para poder contemplar otras
fuerzas políticas distintas a las tradicionales, para así, poder lograr un país en paz, pues
basta con recordar que la guía programática de las FARC-EP en la mesa del diálogo de la
Habana estaba marcada por el prólogo constitucional en donde se dice que la constitución
surge con el fin de :“ fortalecer la unidad de la Nación y asegurar a sus integrantes la vida,
la convivencia, el trabajo, la justicia, la igualdad, el conocimiento, la libertad y la paz,
dentro de un marco jurídico, democrático y participativo que garantice un orden político,
económico y social justo” (Constitución política de Colombia de 1991, p.1), es decir, es
desde la misma constitución que se pugna por un país en donde se reconozcan en la
legalidad las otras fuerzas políticas distintas a las de los partidos tradicionales.
Otro argumento que muestra que la constitución del 91 puede convertirse en el referente
para pensar la democracia participativa, es que los diálogos entre las FARC-EP y el
Gobierno Nacional están amparados bajo el artículo 22 de la Constitución del 91, el cual
dicta que “La paz es un derecho y un deber de obligatorio cumplimiento” y por lo tanto,
todo esfuerzo que el Estado realice para acabar con cualquier brote de violencia será
tomado como un esfuerzo constitucional, y en este sentido no es necesario replantear una
nueva constitución, pues en este aspecto la constitución actual posibilita este escenario de
solución de conflictos.
Ahora bien, aunque aquí se defiende la idea de que la constitución es el derrotero para la
paz en Colombia, también hay que reconocer que aún quedan retos en la práctica, pues
aunque la norma formula un Estado pluralista, en la realidad Colombia aún no logra
reconocer lo heterogéneo de su contexto; ejemplo de ello es que la relación “violencia y
4 Cabe destacar que teóricos como Rosembert Ariza no concuerdan con la tesis de la correlación de fuerzas
políticas, pues desde su perspectiva, todo momento es bueno para el ejercicio del poder constituyente primario.
democracia” parece indesligable, ya que, aunque la constitución de 1991 pretendía abrir el
panorama público para otras fuerzas políticas y sociales desde la legislación, lo cierto es
que hoy día siguen asesinando líderes sindicales y miembros de movimientos sociales
como Marcha patriótica. Así mismo, otro de los problemas es la indiferencia ciudadana
(tradición abstencionista) pues esto hace inviable el establecimiento de la democracia
participativa en un nivel jurídico. Frente a este último punto, hay que dejar claro que el
meollo del asunto debería estar puesto en términos sociales, políticos y culturales, ya que
es una situación estructural grave que la gente no participe en el marco de un régimen
democrático que se supone participativo.
Conclusiones: Hay un problema de correspondencia entre teoría y práctica, pues aunque la
constitución política delinea un escenario para reconocer al adversario político, lo cierto es
que en la práctica el asesinato de los líderes sociales y defensores de derechos humanos
contradicen ese postulado.
Ahora bien, para que haya una revolución efectiva de todos los derechos constitucionales,
es necesaria la integración las distintas ramas del poder, sin embargo, la historia de
Colombia ha mostrado una continua independencia de la rama judicial con respecto al
legislativo y con mayor distancia del ejecutivo; la pregunta en ese sentido es, ¿si
dependemos de la integración de los distintos poderes para el desarrollo total de los
derechos constitucionales en el país, de qué forma es posible integrar tres ramas que
históricamente han estado profundamente distanciadas, y que incluso, de esa independencia
deriva la confianza de muchos colombianos en el sistema judicial?
Son más los interrogantes que las soluciones al respecto, pero por lo pronto es claro que la
lucha por los derechos va más allá de la expedición de la ley, y por ende la acción por la
consecución de estos aún debe proliferar, pues muchos colombianos todavía ven solo en el
papel los derechos que muchos otros ya han conseguido, gracias, en gran parte, a los
argumentos de defesa de derechos que se formularon desde la constitución de 1991.
5.3. Capítulo 2: Movimiento Bolivariano por la nueva Colombia
Hay una producción bibliográfica importante en torno a la guerrilla que surgió después del
bombardeo ordenado a la república independiente de Marquetalia en 1964 por el entonces
presidente Guillermo León Valencia, es decir, se cuenta con bastante información sobre el
origen y el desarrollo de las FARC-EP, sin embargo, una de sus estructuras es poco
conocida, a saber, el movimiento bolivariano por la nueva Colombia (MB).
Sobre el MB se encuentra información acerca de su origen, es decir, se puede rastrear que
este movimiento surgió de la estructura organizativa de las FARC-EP como un proceso que
se anunciaba desde la promulgación del manifiesto bolivariano en 1997, y que se
concretaría en el año 2000 en el marco de la VIII conferencia guerrillera, siendo Alfonso
Cano el encargado de dirigir los núcleos bolivarianos.
En ese entonces, Pedro Antonio Marín alias “Tiro fijo” o “Manuel Marulanda” desde San
Vicente del Caguan, en el marco del diálogo de las FARC-EP y el gobierno de Andrés
Pastrana, enuncia públicamente la creación de un movimiento político amplio y clandestino
por la nueva Colombia. Un grupo político de masas orientado a brindar una salida al
conflicto militar que afrontaba el país, es decir, el MB surge como un movimiento para
poder pensar una salida orientada a solucionar los problemas estructurales legados por el
frente nacional (exclusión de otras formas de política distintas a las del bipartidismo), y así
mismo, el horizonte de este grupo tiene que ver con la creación de una Colombia
democrática y con justicia social.
Cabe destacar que este movimiento se denomina amplio porque allí están inmersos
distintos sectores sociales; desde los estudiantes, pasando por los campesinos, hasta llegar a
los indígenas y afrodescendientes. Así mismo, es un movimiento clandestino porque, a raíz
de la fatídica experiencia de la unión patriótica, las FARC-EP proponen generar un
movimiento político amplio que no sea exterminado a manos de los grupos paramilitares, y
por ello, la clandestinidad es una bandera que se incorpora al Movimiento Bolivariano.
El MB tiene distintos campos de acción, pues la clandestinidad permite que los núcleos
bolivarianos actúen anónimamente en diferentes procesos sindicales, estudiantiles, etc. Con
respecto a los procesos estudiantiles, son varios los documentos que el MB dirige a la
juventud colombiana con el propósito de que se incorporen a las filas del grupo; uno de
ellos es un documento titulado “a los jóvenes y estudiantes de Colombia (2007)”, allí se
dice que:
“En esta hora decisiva para el futuro de la patria no hay espacio ni tiempo para "la voluntad
inocente" como la llamó el poeta. Se exige un compromiso histórico de parte del
movimiento juvenil del país. Para esto, los JÓVENES BOLIVARIANOS convocamos al
resto de nuestros hermanos a conformar el MOVIMIENTO JUVENIL BOLIVARIANO;
propuesta de organización amplia y clandestina que nos permitirá luchar junto al resto de
revolucionarios colombianos por la patria justa, libre y soberana que anhelamos.” (MB,
2007, p.1)
Aquí es importante resaltar que hay una relación entre MB y movimiento estudiantil, o más
bien, podemos anotar que los núcleos juveniles bolivarianos tienen acción dentro del
movimiento estudiantil sin que estos se identifiquen como integrantes del MB por obvias
razones. Sin embargo, si se tuviera que hacer una diferenciación clara y específica sobre el
MB y el movimiento estudiantil, habría que decir que el MB es más amplio, pues en su
manifiesto hay una proposición de un proyecto de país distinto, en donde no solo se
reivindica la lucha por el sector educativo, sino que también se pugna por múltiples
cambios en la sociedad a partir de la combinación de todas las formas de lucha. Así mismo,
hay otros documentos en donde se puede rastrear el sentir ideológico del MB en el contexto
estudiantil en donde siempre es reiterativa la idea de unidad que se estructura a partir de la
figura del libertador5.
Así mismo, en el canal de YouTube del MB, “Manuela Beltrán” indica que el trabajo del
grupo es clandestino debido a que la historia de Colombia muestra que los gobiernos han
acabado la oposición por medio del terrorismo de Estado, y el ejemplo más claro de ello fue
el genocidio a la Unión Patriótica; grupo político que se perfilaba como la opción de las
mayorías pobres, pero que con la denominada “guerra sucia” por parte del Estado en contra
de los movimientos progresistas con tendencia revolucionaria y de izquierda, fue borrado
5 Al respecto se puede consultar: MB (2004). “Bolívar y la unidad estudiantil”. Recuperado desde internet el
26 de marzo de 2017: https://www.resistencia-colombia.org/movimiento-fariano/movimiento-bolivariano/mjb/1170-bolivar-y-la-unidad-estudiantil
del panorama político público. En este orden de ideas, “Julián Rincon” militante del núcleo
bolivariano Francisco Miranda señala que la manifestación es clandestina para proteger la
vida sin dejar a un lado los ideales que se proponían desde los tiempos de la UP.
Las manifestaciones son de todo tipo, por medio del arte, la cultura, la academia, el
sindicato, el parche, el combo, e infinidad de expresiones que se plantean un solo fin, a
saber, la unidad de los sectores populares para la lucha y consecución de los puntos de la
plataforma bolivariana.
Ahora bien, aunque los integrantes del MB se vinculan a procesos legales (sindicatos, Mov.
Estudiantil, etc.) sin autodenominarse como militantes del movimiento, hay que decir que
en el contexto de la universidad pública, y con mucha fuerza en la universidad nacional de
Colombia, el MB se presenta como un grupo de encapuchados que se identifican por portar
overoles negros con un brazalete de la bandera de Colombia en su brazo izquierdo, y así
mismo portan banderas alusivas a bolívar o a las FARC-EP.
Más allá de las fronteras del movimiento estudiantil universitario: Si bien es cierto que
gracias a teóricos como Medina Gallego se cuenta con alguna información sobre los
orígenes del MB, es necesario acotar que sobre el MB en el contexto universitario poco se
conoce; quizá por la clandestinidad que promulga el grupo, pero, pese a ello, los militantes
del MB se presentan en el contexto de la universidad pública de Colombia encapuchados.
Los llamados “capuchos” a la luz de los foráneos de la universidad pública parecen iguales,
sin embargo, a pesar de que todos están encapuchados, hay distintos grupos con sentires
ideológicos variados, por ejemplo, en el contexto de la universidad nacional de Colombia
actúan los “camilistas” (nucleos del ELN); los “Klan-destinos”; movimiento bolivariano
(nucleos de las FARC-EP); etc6.
El grupo en cuestión, a saber, el movimiento bolivariano, se manifiesta bajo la seguridad
del anonimato que brinda la capucha en el tropel. “José Marcos Guerrero”, integrante del
MB indica que el tropel es un medio de lucha por el cual el grupo reivindica el combate que
las FARC-EP tienen en las montañas de Colombia, es decir, así como las FARC-EP
6 Al respecto se puede consultar el foro de acción colectiva violenta en el movimiento estudiantil:
https://www.youtube.com/watch?v=NK06ipRj1OQ&t=31s
combaten al ejército nacional colombiano, así mismo los núcleos bolivarianos luchan en
contra de lo que ellos denominan el aparato represivo del Estado (Policía Nacional y
ESMAD) en las ciudades.
Luego, es claro que la actividad clandestina del MB no se limita a la capucha, pero pasa por
allí, o dicho de otro modo, el MB reivindica el tropel como una forma de acción política
violenta, pero así mismo, el movimiento está inmiscuido en varios procesos sociales de
Colombia que intentan dibujar un modelo de país con justicia social. Al respecto “José
Marcos Guerrero” comenta que en este momento histórico, el MB está presente en todos
los procesos (brigadas de alfabetización, veeduría ciudadana, etc.) que acompañan la
implementación de los acuerdos de paz con las FARC-EP.
El Movimiento Bolivariano en el contexto de la implementación de los acuerdos: Las
FARC-EP, según indica “José Marcos Guerrero” no han dado una línea distinta a la que se
tiene hasta ahora para el trabajo del MB, es decir, la clandestinidad aún está presente, pues
la movilización7 al campo político legal aún no es posible por la dificultad de la
implementación de los acuerdos y la poca confianza tras el desentendimiento del gobierno
actual frente a la problemática del paramilitarismo en el país.
En ese sentido, a pesar de que el MB se siente victorioso en el campo ideológico, lo cierto
es que la firma de los acuerdos no se ve con triunfalismo, pues esta firma tan solo es—
como anota “José Marcos Guerrero”—el primer paso para empezar a trabajar en pro de la
consolidación de los intereses de los sectores populares, a la par que se vislumbran los
problemas que estaban ocultos por el boom mediático de la guerra. Dicho de otro modo, el
MB siente que no solo en sus filas existen los anhelos por un país con paz y con justicia
social, sino que estos valores que se impulsan desde el grupo han llegado a formar parte de
muchos más colombianos, sin embargo, esto no significa que ya todo está dado para el
grupo en el campo político, sino que más bien, esto prefigura el escenario público para que
se puedan discutir los problemas del país que estaban ocultos gracias a que los medios
visibilizaban más notoriamente problemáticas relacionadas al conflicto armado, dejando de
7 Es importante anotar que las FARC-EP, en contraposición al discurso oficial que habla de “desmovilización”
del grupo armado; proponen la idea de “movilización” al campo político pero con el mismo objetivo que se tenía en la guerra, a saber, la consecución del poder con el ideal de justicia social.
lado cuestiones que hasta ahora empiezan a cobrar fuerza como el caso de la corrupción
voraz en el ámbito público.
En este sentido, es claro que para el MB el tropel es un medio de expresión que busca hacer
frente a la forma en la que se maneja la protesta social en Colombia, es decir, el tropel de
entrada propone la misma respuesta violenta del Estado frente a las exigencias de la gente.
Conclusiones: Frente al contexto actual del MB, es notorio que este grupo continúa con un
trabajo clandestino, intentando unificar las luchas del pueblo para alcanzar un solo fin: La
justicia social. Sin embargo, si bien es cierto que “José Marcos Guerrero” formula que en el
contexto del pos acuerdo aún se piensa la posibilidad del tropel, hay que ser críticos frente a
ello, pues la apuesta de la organización de las FARC-EP debe ser fundamentalmente
política y legal, en el marco de lo que es constitucionalmente correcto, o de otro modo, no
se podrá construir un contexto realmente democrático en donde la palabra tome las riendas
que hace poco tenían las balas y las papas bomba. O dicho de otro modo, si las armas o las
piedras siguen teniendo el papel de ser “parlantes de hacer política”, entonces no habrá
cómo plantearse una salida real y efectiva al conflicto social, político y militar que afronta
el país.
5.4. Capítulo 3: El graffiti como canal de la beligerancia:
El graffiti es un fenómeno comunicativo difícil de explicar si se descontextualiza, pues bajo
el término “graffiti” se enmarcan múltiples y distintas expresiones. Sin embargo, hablar de
graffiti como un canal comunicativo beligerante disminuye el tipo de expresiones que se
pueden acotar bajo este término. Claro ejemplo de lo dicho es que en el contexto de la
universidad nacional de Colombia se pueden encontrar distintos graffitis, pero no todos
estos cobran un significado subversivo, sino que más bien adquieren otros matices, quizá
más poéticos, otros más artísticos, o de otra índole.
Pese a la pluralidad de mensajes graffiti en el campus universitario, el graffiti del
movimiento bolivariano es fácil de percibir pues tiene una intencionalidad política, y a
diferencia de muchos otros mensajes, casi siempre están firmados con las iniciales del
movimiento y el año en el que se producen (ver fotos 4, 5, 6, 7.). Ahora bien, a todas luces
es notorio que el proceso de recolección no puede dar cuenta de que, en efecto, todos los
graffitis hayan sido hechos por militantes del MB, sin embargo, la estructura semiótica de
las muestras recopiladas corresponde al modelo de graffiti que representan los núcleos
bolivarianos.
Silva (1986) ya había avanzado en la definición del graffiti político, haciendo alusión a que
este mensaje apunta a un propósito macro-social, y se filtra en cuatro bloques: Graffiti
político de partido, sin partido, académicos, y política ante la vida. En este orden de ideas,
es claro que el graffiti del MB es un graffiti político de partido pues el grupo tiene un
reconocimiento público aunque las caras de sus participantes no sean conocidas.
Ahora bien, el graffiti tiene una estructura semiótica, y el caso del Movimiento Bolivariano
no escapa a la misma, por lo cual, el mensaje graffiti del MB puede definirse más
claramente desde dos puntos de vista; el primero de ellos es según su función comunicativa,
es decir, desde su contenido; y el segundo es desde su función estética o forma de
expresión.
Clasificación del graffiti del MB por su función comunicativa: Reconociendo que todos
los graffitis del MB tienen un carácter político, hay que destacar que estos se subdividen en
cuatro grupos primordialmente. Hay graffitis propagandísticos, de exigencia o
reivindicación, sobre el proceso de paz y las FARC-EP, y de conformación icónica y/o
poética. A continuación se exponen los mensajes que pudieron ser registrados en el
periodo de 2015-2016, y que fueron agrupados según su contenido.
Propaganda: “José Marcos Guerrero” indica que todos los graffitis tienen un sentido
propagandístico y eso explica la firma en cada uno de los graffitis, sin embargo, hay un
grupo de graffitis que tienen este carácter de propaganda más claro que otros, pues su
intención es dejar en evidencia que hay un movimiento en el contexto universitario que
lleva “x” años en la escena política clandestina del país.
Estos mensajes están estructurados como una consigna política, siendo breves y dejando
claro que el movimiento está presente, y se sigue pensando la toma del poder a partir de la
combinación de todas las formas de lucha.
Ejemplos:
- MB-14 AÑOS
- CAMILO VIVE. MB 15 AÑOS
- Cdte- ALFONSO cano, Estamos cumpliendo
- “Ni un guerrillero más para la oligarquía” Mov. Bolivariano
- Seguimos en pie de lucha. Movimiento Bolivariano 16 años junto al pueblo…
- VENCEREMOS ¡MB! 16 AÑOS
- JURAMOS VENCER Y VENCEREMOS MIS HERMANOS MB
Exigencia o reivindicación: Hay graffitis en donde la intención comunicativa cobra un
significado más ideológico, pues aquí se señalan problemáticas de la sociedad colombiana
y exigencias o reivindicaciones del MB frente a las mismas.
Ejemplos:
- Multinacionales famacéuticas desangran nuestro país. MB 15 años
- SALUD Digna. MB
- MEMORIA, VERDAD Y JUSTICIA. MB 15 AÑOS
Proceso de paz y FARC-EP: Una corriente importante de graffitis gira en torno al proceso
de paz entre el gobierno de Juan Manuel Santos y las FARC-EP, estos mensajes, además de
dejar la firma del MB, también se remiten a guerrilleros de las FARC-EP, o incluso firman
a nombre de la guerrilla.
El anhelo de paz aquí se expresa como un sentir desde las filas de los guerrilleros, a la par
que vislumbran los puntos ideológicos de la lucha armada en el país, y la doctrina política
del MB, que va en contravía de los postulados de la oligarquía colombiana, y de la
intervención norteamericana en el país. Aquí es importante anotar que aunque también
podrían ser considerados como graffitis de reivindicación o exigencia, el mensaje central se
estructura a partir de la idea de “paz” en relación a los acuerdos que se gestaron en la
Habana.
Ejemplos:
- Yankis no pasaran FARC-EP
- La lucha nuestra es por la democracia, por la posibilidad de desarrollar una acción de
masas abierta, por los cambios revolucionarios y el socialismo. Y esta acción es la que ha
saboteado a tiros la oligarquía colombiana…” ALFONSO CANO. ¡PAZ PARA
COLOMBIA!
- ¡Reconciliémonos! VAMOS POR LA PAZ. MB 15 AÑOS
- La paz es de todos y todas. Metámosle a la PAZ
- VAMOS POR LA PAZ. MB 15 AÑOS
- Paz es : Tierra, trabajo, salud y educación. MB 15 años
- Por la paz, presupuesto para la ciencia. MB 15 años
- VAMOS X LA PAZ
- MB 16 AÑOS. La paz es luchando
- A las filas de las FARC me enrolo con sentimiento profundo de su lucha por la PAZ.
- F-EP
- Metámosle a la paz: Es de todos y todas
- Cdt. ALFONSO CANO. VAMOS POR LA PAZ
- La paz depende de la memoria y la reconciliación: Hay que demostrar la guerra del
corazón de Colombia
- PAZ es EDUCACIÓN gratuita, pública y de calidad. MB 15 AÑOS
- Proceso constituyente es gestar un movimiento para la paz y vida digna! FARC-EP
- Memoria, verdad y justicia. Metámosle a la PAZ. MB 15 años
De conformación icónica y/o poética: Aquí tenemos dos tipos de mensajes en donde
prima el carácter creativo del mensaje, sin embargo los de conformación icónica se
distinguen por tener más elaboración y quizá de ahí se deduce su minoría, pues al ser un
grupo clandestino, hay un peligro latente al estar tanto tiempo dedicados, por ejemplo, a la
pinta de un mural. Cabe destacar que de todos los mensajes recopilados, solo uno tenía un
carácter poético en términos literarios, sin querer decir que con esto se pierda su carácter
político, sino que más bien, desde un punto de vista más bello, se muestra cómo ha sido el
trasegar del MB desde el contexto de su fundación: “Somos testimonio de la lucha por la
vida, en medio de la muerte”.
Ejemplos:
- Somos testimonio de la lucha por la vida, en medio de la muerte
Clasificación del graffiti del MB por función estética: Esta función es precaria, pues
desde la muestra de graffitis se puede observar que solamente dos graffitis son de
conformación icónica, es decir, la función comunicativa prima sobre la estética, pues más
allá de la elaboración en cuanto a la calidad del graffiti, se trata de la intencionalidad
comunicativa de mismo.
Aun así se puede clasificar el graffiti en tres grupos. Los más precarios en cuanto a su
elaboración son informativos o contra-informativos, es decir, mensajes en donde solo se
escribe mediante el aerosol aquello que se quiere comunicar de manera marginal y fugaz.
También hay graffitis de conformación icónica, en donde hay más trabajo porque requiere
un diseño y una ejecución más lenta. Ejemplo de esto son los ojos de bolívar tras la bandera
de Colombia (ver foto No.1).
Finalmente se encuentran los graffitis mixtos, mensajes que no son tan precarios como los
“informativos o contra-informativos”, pero que tampoco llegan al grado de elaboración del
graffiti icónico, sino que se encuentra en el intermedio de estos dos mensajes, combinando
ambas estructuras (ver fotos 38 y 39).
¿Qué es el graffiti del Movimiento Bolivariano?: El graffiti tiene un efecto
desacralizador, crítico y subversivo; pero “¿Por qué hay ciudadanos que se atreven a
escribir sobre una pared pública y otros no?” (Silva, 1986, p.35), es decir, ¿Cuál es el
sentido que adquiere una persona para grabar en lo público—por medio del anonimato—
una idea con índole política?
Sin lugar a dudas, tal como lo señala Peñalosa (2005), con respecto al graffiti se teje una
cultura que no puede ignorarse si uno está interesado en los fenómenos comunicacionales
del entramado urbano, y por ello, es válido indagar sobre esta forma de expresión en la
universidad nacional de Colombia, pues allí es visible que muchos de los grupos que
manifiestan sus ideas por medio del graffiti, lo hacen porque se ven impedidos para
participar en los escenarios públicos legalmente establecidos, y esta forma de comunicación
clandestina, otorga un valioso modo de hacerse notar. Al respecto diría Umberto Eco: “Se
expresan a través del graffiti, aquellos mensajes que no es posible incluir en otros circuitos
de comunicación, por incapacidad de poseer un medio”. (Eco, citado en Peñalosa, 2005,
p.3).
Luego, la pregunta que se convoca aquí es ¿Por qué no hay medios para expresar las ideas
que se exponen por medio del graffiti? , quizá la respuesta de la pregunta planteada
vislumbra uno de los objetivos que orientan la presente investigación, pues ante todo, la
indagación sobre el graffiti del movimiento bolivariano en la universidad nacional de
Colombia, tiene que ver con el estudio de un fenómeno contra informativo, ya que este es
opuesto a la comunicación dominante, en tanto que con el graffiti pueden expresarse
aquellos que no tienen voz propia en los medios masivos de comunicación.
Para clasificar los graffitis del MB hay que precisar que este tiene un sentido político en
todos los casos aunque cobra diferentes matices según el graffiti tal como se explicó en la
clasificación por función comunicativa y la clasificación por función estética.
Hay que resaltar que en la estructura semiótica del mensaje graffiti del movimiento
bolivariano cobra más fuerza la función comunicativa (contenido) que la función estética
(expresión), pues la fugacidad del mensaje hace que cobre más importancia el qué del
mensaje antes del cómo del mismo.
En este sentido, el graffiti del MB es una expresión beligerante que da cuenta de que
aunque Bogotá no ha sido epicentro del conflicto militar con las FARC-EP, aquí también se
manifiesta el conflicto con el tropel y con los graffitis de la insurgencia. Así mismo, el
graffiti del MB es una propaganda que muestra y deja ver los propósitos del grupo, con el
ánimo de sumar empatía en la comunidad universitaria.
Nota: Las fotografías No.1 y la No. 37 fueron extraídas del vídeo del MB en donde se
conmemoraban los 50 años de las FARC-EP. Las demás son fruto del trabajo de campo de
la investigación que se llevó a cabo con la ayuda de las fotografías de Efrén Yamid
Rodriguez:
Fot. No.1
Fot. No.2
Fot. No.3
Fot. No. 5
Fot. No. 4
Fot. No. 6
Fot. No. 7
Fot. No. 8
Fot. No. 9
Fot. No. 10
Fot. No. 11
Fot. No. 12
Fot. No. 13
Fot. No. 14
Fot. No. 15
Fot. No. 16
Fot. No. 17
Fot. No. 20
Fot. No. 21
Fot. No. 19 Fot. No. 18
Fot. No. 24
Fot. No. 23 Fot. No. 22
Fot. No. 25
Fot. No. 26
Fot. No. 28 Fot. No. 27
Fot. No. 29
Fot. No. 30
Fot. No. 31
Fot. No. 32 Fot. No. 33
Fot. No. 34
Fot. No. 35
Fot. No. 36
Foto No. 37
Foto No. 38
Foto No. 39
6. DISEÑO METODOLOGICO
6.1. Recolección de la información:
Además de la consulta bibliográfica, se utilizaron algunos instrumentos para poder
recolectar información, así pues, la entrevista semiestructurada se seleccionó porque
resultaba muy útil a la hora de interpelar al entrevistado según las respuestas que iba
generando en medio de la entrevista, es decir, este instrumento permitía una conversación
flexible en la que el entrevistado podía dar mucha más información sobre los objetivos
señalados.
Sobre la recolección de la información también cabe aclarar que el registro fotográfico de
los graffitis fue realizado del año 2015 hasta el año 2016. Este proceso se efectuó con la
ayuda de algunos estudiantes de la universidad nacional de Colombia, pues al ser un
fenómeno efímero, muchas de estas pintas no duraban más de una semana en el campus
universitario.
6.1.1. Tipo de investigación:
Esta investigación se formula como un estudio de caso cualitativo, descriptivo,
exploratorio e inductivo.
En principio, la investigación es cualitativa por el tipo de comprensión que se hace de la
realidad, es decir, aquí se plantea una visión desde el marco de referencia del investigador
que realiza el análisis, además, esta interpretación se da con respecto a una entidad singular
y se apoya en un razonamiento inductivo que maneja múltiples fuentes de datos (reseñas,
entrevistas, graffitis, etc.). Así mismo, los métodos que se emplean son propios de la
investigación cualitativa, y los datos (graffitis) también son cualitativos, pues el objetivo es
“describir, comprender e interpretar los fenómenos, a través de las percepciones y
significados producidos por las experiencias de los participantes” (Hernández, 2014, p.11) a
la par que se contrasta esto con la teoría como un marco de referencia.
Así mismo, es preciso anotar que al ser un estudio de caso es contextual y generalizable sin
alguna pretensión estadística, o dicho de otro modo, la investigación profundiza en los
motivos de los graffitis del movimiento bolivariano, a partir de un análisis holista que
asume una realidad dinámica demarcada por el acontecer de los procesos socio políticos del
país. Luego, no se trata de explorar preguntas como “¿Cuántos integrantes del MB creen
que el graffiti es x o y”; sino que más bien se trata de profundizar en los datos obtenidos del
entrevistado en particular, que no cobra significancia como muestra estadística; pero que sí
lo hace desde el punto de vista de las “cualidades” del entrevistado.
Así bien, la presente investigación se propone describir los elementos que conforman el
problema a la par que se intentan comprender los supuestos que surgieron en el proceso, a
saber: ¿Por qué no hay medios para expresar las ideas que se exponen por medio del
graffiti?; ¿Qué tipo de ideas se exponen en el graffiti, para que solo puedan ser
representadas fugaz y marginalmente?, y así mismo, ¿Cuál es el sentido de la propuesta
política del MB y por qué lo hacen por medio del graffiti en el contexto de la UN?
Del mismo modo, los conceptos básicos serán descritos a cabalidad para poder plantearse
respuestas a pregunta como ¿qué sentido tiene expresar en la clandestinidad cuando la
legalidad ofrece escenarios públicos para ello?, ¿qué sentido tiene proponer un movimiento
amplio y clandestino en el marco de un régimen democrático?, etc.
Ahora bien, teniendo claro los elementos que componen el tipo de investigación que se
plantea, es necesario decir que más allá de verificar las hipótesis planteadas, se trata de
descubrir las relaciones y los conceptos que surjan en el proceso de investigación.
6.1.2. Entrevista semiestructurada profesor Carlos Medina Gallego:
¿Cuál es su percepción sobre el grafiti en la universidad nacional?: Pienso que los
grafitis han jugado a lo largo de la historia de la universidad, un papel importante en
relación con la lucha por el ejercicio pleno de los derechos, pero también en términos de la
presencia de organizaciones políticas y sociales que han utilizado el graffiti unas veces de
manera simplista, otras veces de manera estética en relación con sus propuestas para darse a
conocer…
¿Cuál es su perspectiva frente al sentido o la intencionalidad política del Movimiento
Bolivariano?: Creo que el MB es un movimiento político que ha ido evolucionado en el
tiempo, que hoy está en el mismo transito que se encuentra la organización armada de las
FARC, haciendo parte constitutiva del movimiento bolivariano, del trabajo realizado en el
escenario social y político por las FARC, este movimiento bolivariano tuvo su adhesión a la
organización pero igualmente se ha comenzado a notar que se ha desplazado hacia los
escenarios de la construcción política y democrática de la lucha reivindicativa social y
participativa en una redefinición de las formas de organización y de participación…
6.1.3. Entrevista semiestructurada integrante del Movimiento Bolivariano:
Una identificación general del Movimiento Bolivariano, y podemos hablar por
ejemplo de los orígenes del MB ¿qué sabe de esos orígenes, el contexto político de la
época?: Bueno, primero que todo me presento, mi nombre o mi seudónimo político es
“José marcos guerrero”, miembro del movimiento bolivariano por la nueva Colombia, la
patria grande y el socialismo. El origen del MB se remonta básicamente al proceso de paz
que se desarrolló entre las FARC-EP y el gobierno de Andrés Pastrana en los años 2000, y
el 29 de abril de ese mismo año se lanza como una propuesta de un movimiento amplio
pero a la vez clandestino. Una propuesta que está enmarcada en un momento especifico. Se
preguntará la gente “cómo así que amplio pero clandestino”, evidentemente el momento
correspondía a que esa era la orientación, para no poner en riesgo la vida de quienes
simpatizaban y se pensaban un modelo y un proyecto de país distinto…
¿Movimiento bolivariano por la nueva Colombia, a qué hace referencia ese enunciado,
es decir, cuál es la nueva Colombia, cuál es el modelo de país que se piensa, con qué
modelo político?: Como lo decía anteriormente, quien lea la plataforma bolivariana se dará
cuenta que allí hay un proyecto de país. Es clandestino, es amplio, todas las expresiones
rebeldes, todas las expresiones de inconformidad que vean que allí, que a partir de esos
doce puntos se puede construir país es bienvenido al Movimiento Bolivariano…
Usted enunció muchas de las razones por las cuales, muchos ciudadanos
colombianos se vincularían a este movimiento; en su caso específico ¿Por qué
vincularse a este y no a otro? ¿La forma en la que se acercó?, un grupo de estudio, un
amigo, o cualquier otro rasgo que usted considere importante enunciar?:
Personalmente me vincule cuando ingresé a la universidad, la universidad al ser un espacio,
es decir, de la universalidad del conocimiento, de la posibilidad de liberar frente a distintos
aspectos, desde la academia, desde las distintas ciencias darle una explicación a la realidad
pues uno puede lograr entender muchas de las razones por las que el país hace más de 50
años ha sufrido las consecuencias de la violencia como forma de solución los conflictos
políticos y sociales…
En los años que lleva el movimiento bolivariano, es decir se funda en el 2000, hoy 2017
qué balance crítico puede hacer del movimiento, es decir, “tienen esto, van por
aquello”, además en este nuevo contexto en donde estamos en una transición después
de la firma de los acuerdos: El movimiento si uno lo ve con el triunfalismo banal con el
que se suelen hacer a veces muchas lecturas políticas coyunturales, uno podría decir que
hoy es el mejor momento del movimiento bolivariano. Si uno lo mira con el optimismo de
la voluntad, uno puede decir que han sido más los avances…
Sin embargo en el contexto pos-acuerdo, expresiones como el tropel, la capucha, ¿qué
papel juegan, justamente, en este nuevo contexto?
Dentro de esas proyecciones de seguir trabajando hacia esa nueva Colombia, un propósito
es desdibujar esa idea del establecimiento que “con la firma del acuerdo van a desaparecer
todos los conflictos sociales, no”. Con la firma del acuerdo se quitan digamos que las rocas
más estorbosas para darle solución por la vía política a los conflictos sociales, pero eso
significa que se van a evidenciar, o sea, no de gratis la gente ya empieza a hablar del tema
de la corrupción en el congreso de la república, el tema de salarios, el tema de la reforma
tributaria, el tema de las revocatorias de mandatos en las alcaldías, digamos que allí está
nuestro papel, sigue estando nuestro papel…
En ese contexto del tropel, vemos por lo menos en las universidades públicas que es en
donde se gesta, y con mucha fuerza en la UNAL, la pinta de muchos mensajes, de
muchos graffitis, ¿qué papel juega el graffiti en ese contexto?: Los graffitis, igualmente
que el tropel son una expresión que responden a un momento específico. Hoy hay graffitis
por toda la ciudad, hablando de Bogotá, por toda la ciudad que hacen alusión a la necesidad
de seguir construyendo la paz con justicia social sin necesidad de nosotros mostrar digamos
que el papel del MB, sabemos que es trabajo nuestro, hay graffitis, para nosotros más que
graffitis es una tarea organizativa desde nuestras comisiones de cultura que tienen las
estructuras del MB es una necesidad hacer propaganda. Para nosotros la expresión como
usted dice “graffiti” es una expresión propaganda donde emanamos una línea política,
donde se expresa el momento especifico que vive la confrontación ideológica o como se le
quiera llamar…
6.1.4. Graffitis del Movimiento Bolivariano (2015-2016):
- La lucha nuestra es por la democracia, por la posibilidad de desarrollar una acción de masas
abierta, por los cambios revolucionarios y el socialismo. Y esta acción es la que ha saboteado a
tiros la oligarquía colombiana…” ALFONSO CANO. ¡PAZ PARA COLOMBIA!
- MB-14 AÑOS
- CAMILO VIVE. MB 15 AÑOS
- Cdte- ALFONSO cano, Estamos cumpliendo
- ¡Reconciliémonos! VAMOS POR LA PAZ. MB 15 AÑOS
- La paz es de todos y todas. Metámosle a la PAZ
- VAMOS POR LA PAZ. MB 15 AÑOS
- Metámosle a la paz: Es de todos y todas
- Cdt. ALFONSO CANO. VAMOS POR LA PAZ
- La paz depende de la memoria y la reconciliación: Hay que demostrar la guerra del
corazón de Colombia
- PAZ es EDUCACIÓN gratuita, pública y de calidad. MB 15 AÑOS
- Proceso constituyente es gestar un movimiento para la paz y vida digna! FARC-EP
- MEMORIA, VERDAD Y JUSTICIA. MB 15 AÑOS
- Memoria, verdad y justicia. Metámosle a la PAZ. MB 15 años
- Multinacionales famacéuticas desangran nuestro país. MB 15 años
- Paz es : Tierra, trabajo, salud y educación. MB 15 años
- Por la paz, presupuesto para la ciencia. MB 15 años
- Somos testimonio de la lucha por la vida, en medio de la muerte
- VAMOS X LA PAZ
- “Ni un guerrillero más para la oligarquía” Mov. Bolivariano
- Yankis no pasaran FARC-EP
- Seguimos en pie de lucha. Movimiento Bolivariano 16 años junto al pueblo…
- VENCEREMOS ¡MB! 16 AÑOS
- MB 16 AÑOS. La paz es luchando
- A las filas de las FARC me enrolo con sentimiento profundo de su lucha por la PAZ.
- SALUD Digna. MB
- F-EP
- JURAMOS VENCER Y VENCEREMOS MIS HERMANOS MB
6.2. Análisis de la información:
Para poder tener un orden de la información empírica recolectada, se diseñaron algunos
formatos con el propósito de hacer una síntesis de los datos. En este sentido, hay que
aclarar que la entrevista del profesor Carlos Medina Gallego no se sintetizo, pues en sí, la
entrevista fue muy corta y esto permitió el análisis de esta desde la lectura del mismo
instrumento de la recolección, sin embargo, con respecto a la entrevista del integrante del
MB “José Marcos Guerrero”, al ser una entrevista mucho más amplia, fue necesario
identificar macro proposiciones en el discurso del militante del grupo en cuestión, con el
ánimo de poder manejar esta información en la matriz de análisis que pretende hacer una
síntesis de toda la información recolectada, para poder llegar a los hallazgos y con estos a
las conclusiones.
Luego, En el mismo orden de ideas, la rejilla de clasificación de los graffitis políticos se
hizo con el propósito de definir un poco más el fenómeno de estudio para poder describir e
interpretar los mensajes del MB en el contexto de la UN.
6.2.1. Macro-proposiciones en la entrevista de “José Marcos Guerrero”:
Objetivo: Elaborar en profundidad los origenes del movimiento bolivariano, a la par que
se vislumbran las razones de vinculación de los militantes del movimiento y el papel del
graffiti en su propuesta política
1.
Identificación
general del
entrevistado
Edad: 25
Sexo: Masculino
Formación: Profesional universitario
Profesión: Profesor.
2. Orígenes
del MB
Movimiento amplio y clandestino (más allá del tropel)
Plataforma bolivariana y su papel en la construcción de un país
democrático con justicia social
Nexos con las FARC-EP y alusión al proceso de paz entre esta
organización y el gobierno Santos
3. Razones
personales de
su
vinculación
En el contexto universitario. Universidad como espacio de libertad.
Por ser un movimiento político que trasciende los intereses del
movimiento estudiantil.
4. Balance
crítico del
movimiento
Nuevo contexto del movimiento tras la firma de los acuerdos: Sigue
teniendo un carácter clandestino porque no hay garantías para el ejercicio
de la oposición.
Se han ganado disputas en el plano ideológico: Simón bolívar, nueva
Colombia, etc.
Reivindicación del carácter amplio del movimiento: Van más allá del
tropel y la capucha
Formas de lucha en relación al contexto: Diálogo, tropel, etc.
5. Graffiti
Graffiti como expresión contextual
Graffiti como tarea organizativa desde las comisiones de cultura del MB
para hacer propaganda.
Expresión de una línea política, y del contexto de la guerra.
6.2.2. Clasificación y descripción de los graffitis del MB:
Clasificación del graffiti político del MB
Propaganda
Exigencia o
reivindicación Proceso de paz y FARC-EP
De conformación
Icónica y/o
poética
- MB-14 AÑOS
- CAMILO VIVE. MB 15
AÑOS
- Cdte- ALFONSO cano,
Estamos cumpliendo
- “Ni un guerrillero más
para la oligarquía” Mov.
Bolivariano
- Yankis no pasaran
FARC-EP
- Seguimos en pie de
lucha. Movimiento
Bolivariano 16 años junto
-
Multinacionale
s famacéuticas
desangran
nuestro país.
MB 15 años
- SALUD
Digna. MB
- MEMORIA,
VERDAD Y
JUSTICIA.
MB 15 AÑOS
- La lucha nuestra es por la democracia, por la posibilidad de
desarrollar una acción de masas abierta, por los cambios
revolucionarios y el socialismo. Y esta acción es la que ha
saboteado a tiros la oligarquía colombiana…” ALFONSO CANO.
¡PAZ PARA COLOMBIA!
- ¡Reconciliémonos! VAMOS POR LA PAZ. MB 15 AÑOS
- La paz es de todos y todas. Metámosle a la PAZ
- VAMOS POR LA PAZ. MB 15 AÑOS
- Paz es : Tierra, trabajo, salud y educación. MB 15 años
- Por la paz, presupuesto para la ciencia. MB 15 años
- VAMOS X LA PAZ
- Somos
testimonio de la
lucha por la vida,
en medio de la
muerte
al pueblo…
- VENCEREMOS ¡MB!
16 AÑOS
- JURAMOS VENCER Y
VENCEREMOS MIS
HERMANOS MB
- MB 16 AÑOS. La paz es luchando
- A las filas de las FARC me enrolo con sentimiento profundo de su
lucha por la PAZ.
- F-EP
- Metámosle a la paz: Es de todos y todas
- Cdt. ALFONSO CANO. VAMOS POR LA PAZ
- La paz depende de la memoria y la reconciliación: Hay que
demostrar la guerra del corazón de Colombia
- PAZ es EDUCACIÓN gratuita, pública y de calidad. MB 15
AÑOS
- Proceso constituyente es gestar un movimiento para la paz y vida
digna! FARC-EP
- Memoria, verdad y justicia. Metámosle a la PAZ. MB 15 años.
6.2.3. Matriz de síntesis de la información :
Objetivo
Hipotesis desde el marco de
referencia teorico Fuente/ Información empírica Variables Hallazgos
Describir el
graffiti del
movimiento
bolivariano y el
significado que
este tiene en el
marco de la
democracia
Colombiana
Graffiti como una propuesta
comunicativa crítica. Un mensaje
que por su naturaleza solo puede ser
expresado anonimamente.
El graffiti es un mensaje efímero.
El graffiti político es una propuesta
estético comunicativa en donde la
valencia comunicativa prima, pues
el mensaje es fugaz y precario en
cuanto a su forma; aunque en el
fondo tiene una proposición
macropolítica.
El graffiti también es visto como
aquel mensaje que solo puede ser
representado en el anonimato, pues
su naturaleza es ser un mensaje
Entrevista “José Marcos Guerrero”:
Graffiti como expresión contextual.
Graffiti como tarea organizativa
desde las comisiones de cultura del
MB para hacer propaganda
Expresión de una línea política, y del
contexto de la guerra.
Entrevista Carlos Medina Gallego:
Los grafitis han jugado un papel
importante en relación con la lucha
por el ejercicio pleno de los derechos,
pero también en términos de la
presencia de organizaciones políticas
y sociales que han utilizado el graffiti
en relación con sus propuestas para
darse a conocer.
-Graffiti
-
Democraci
a
El graffiti del MB es una expresión
beligerante que da cuenta de que
aunque Bogotá no ha sido epicentro
del conflicto militar con las FARC-
EP, aquí también se manifiesta el
conflicto con el tropel y con los
graffitis de la insurgencia.
El graffiti del MB tiene una intención
macro-social.
En el graffiti del MB prevalece la
función comunicativa sobre la función
estética, pues la fugacidad hace
inviable proponer un mensaje más
elaborado estéticamente.
crítico y lesivo que no puede ser
expresado dentro de un contexto
formal.
El graffiti tiene un contexto. Esta
expresión no puede ser desligada de
su territorio de producción.
El graffiti es hoy una expresión
cultural, social y política de las
mayores elaboraciones estéticas, sin
embargo, en la universidad el graffiti
que ha evolucionado históricamente
hasta alcanzar el graffiti mural, tiene
muy importantes antecedentes en un
modelo de graffiti en el cual la
consigna y el reclamo crudo era
explicitado en el muro a través de
distintos ejercicios buscando
responder a las coyunturas políticas
de cada momento.
Hoy el graffiti adquiere una
dimensión superior, creo que tiene un
componente político y estético que le
dan una relevancia mayor.
Describir los
episodios que
han configurado
la historia
El Frente Nacional (FN) instaura
una nueva forma de control político
en américa latina. Una forma de
Entrevista “José Marcos Guerrero:
Plataforma bolivariana y su papel en
la construcción de un país
-Frente
nacional
-
Hay un problema de correspondencia
entre teoría y práctica, pues aunque la
constitución política delinea un
política de
Colombia
(bipartidismo,
frente nacional,
constitución
política de
1991).
control sui generis que deja con
problemas de representatividad
importantes a la democracia
colombiana.
“en el país también ejercen una
hegemonía sobre la vida política, y
en especial sobre el Estado, los dos
partidos tradicionales: El liberal y el
conservador. Los medios masivos de
comunicación (…) operan en la
órbita del bipardismo” (Sánchez,
1996, p.35)
La constitución de 1991 tiene un
equilibrio entre los derechos sociales
de las personas y la liberalización
del mercado.
La constitución de 1991 está
diseñada para dar solución efectiva a
los problemas presentados con el
bipartidismo y el FN.
democrático con justicia social. Aquí
se hace alusión al proceso de la Unión
Patriótica y a la “guerra sucia” en
contra de los partidos de oposición.
Alusión al asesinato de líderes
sociales en el Cauca.
Constituci
ón Política
De 1991
escenario para reconocer al
adversario político, lo cierto es que en
la práctica el asesinato de los líderes
sociales y defensores de derechos
humanos contradicen ese postulado.
Aún hay retos en la práctica, pues
aunque la constitución del 91 formula
unos derechos y unos mecanismos
para defenderlos; lo cierto es que
muchos colombianos aún no ven en la
práctica los derechos que otros
muchos pudieron conseguir gracias a
la instauración de la norma.
Caracterizar la
población del
estudio, a saber,
los integrantes
del MB, con el
ánimo de
observar ¿Cuál
es el sentido de
su propuesta
política y qué
papel juega el
graffiti en medio
del contexto
universitario?
El MB está presente en diferentes
esferas públicas: Mov.Estudiantil,
sindical, combo, etc.
Son personas que ocupan lugares
comunes: Padres, madres, jugadores
de fútbol, obreros, etc.
La propuesta de país se expone en la
plataforma bolivariana en donde el
ideal es generar unidad con un fin
que es la justicia social.
José Marcos Guerrero: Es profesor y
tiene 25 años. No se refiere a sus
compañeros, pero en general señala
que los miembros del MB están
presente en todos los procesos
sociales, sin distingos de raza o
religión, pues su unidad se estructura
a partir de la idea del libertador, con la
que buscan la consecución del poder
para lograr el ideal de justicia social.
-
movimient
o
bolivarian
o
-graffiti
-
democraci
a
-
universida
d pública
Los integrantes del MB son muy
reservados por la clandestinidad que
promulgan, sin embargo, al igual que
“José Marcos Guerrero”, los
integrantes del MB son profesores,
académicos, sindicalistas, etc. Es
decir, están presentes en los roles más
comunes de toda la sociedad.
El sentido del graffiti en el marco de
su propuesta política tiene un
significado propagandístico, es decir,
el mensaje está diseñado para darse a
conocer.
Identificar por
medio de la
revisión
documental, las
De entrada el MB se propone como
un movimiento clandestino por fuera
de la legalidad por la experiencia
vivida con la UP.
Entrevista “ José Marcos Guerrero”:
El movimiento bolivariano es una
propuesta amplia y clandestina por la
experiencia de la UP.
-graffiti
-
movimient
o
Las FARC-EP no pueden tener dos
formas de lucha al mismo tiempo, es
decir, no pueden proponer una
solución política abierta a la par que
entrevistas y el
análisis del
graffiti del MB;
los factores que
configuraron la
marginación del
movimiento del
escenario
político legal.
bolivarian
o
-
clandestini
dad
formulan una guerra de guerrillas.
Teniendo en cuenta esto, el MB es
una propuesta política clandestina que
busca dar salida al conflicto desde la
suma de empatías en las masas y
sectores populares primordialmente.
6.3. Hallazgos:
El graffiti es un fenómeno cualificado susceptible de ser teorizado, y en este orden de ideas,
es posible generar una comprensión de la sociedad contemporánea a partir del estudio de un
fenómeno que muestra la memoria a modo de graffiti en el contexto de la Universidad
Nacional. Es decir, este mensaje es un claro ejemplo de los imaginarios sociales de los
excluidos, y así mismo, es un fenómeno comunicativo que muestra una imagen propia de su
contexto histórico, político, social y cultural.
Sobres las FARC-EP, a pesar de que ya hay un proceso de transición a la legalidad, hay que
decir que como guerrilla no puede tener dos formas de lucha al mismo tiempo, es decir, no
pueden proponer una solución política abierta y legal a la par que formulan una guerra de
guerrillas como en los tiempos de la UP. Teniendo en cuenta esto, el MB es una propuesta
política clandestina que busca dar salida al conflicto desde la suma de empatías en las
masas y sectores populares primordialmente. Cabe anotar que esta propuesta debe ser
clandestina porque ya hay una proposición violenta desde las FARC-EP, y esto legitima el
asesinato de los miembros del partido que constituyan previo a su incorporación a la vida
civil.
Justamente, el graffiti del MB es una expresión beligerante que da cuenta de que aunque
Bogotá no ha sido epicentro del conflicto militar con las FARC-EP, aquí también se
manifiesta el conflicto con el tropel y con los graffitis de la insurgencia. Si bien es cierto
que no hay cómo asegurar que cada graffiti que está firmado con las siglas del MB o con
mensajes alusivos a las FARC, son, en efecto, mensajes hechos por miembros de la
guerrilla, lo cierto es que este tipo de mensajes afloran en el campus universitario, y esto
muestra que sigue existiendo una pugna por un país real que sea reconocido en el ámbito
legal.
Es necesario indicar que el graffiti del MB tiene una intención macro-social, y así, su
intención trasciende el contexto en donde está representado, aunque cobra sentido desde
allí. En el caso de la Universidad Nacional, cobran sentido los mensajes de los núcleos
bolivarianos porque allí se presentan encapuchados y mediante el discurso intentan mostrar
su propuesta política; pero es una propuesta que va más allá de los intereses particulares de
la universidad nacional, y en general del ámbito educativo, es decir, es una propuesta que se
estructura desde el contexto universitario pero que desborda las paredes y las
reivindicaciones del sector educativo para poder proponer un imaginario de país distinto
desde el pensamiento del libertador.
Así mismo, en el graffiti del MB prevalece la función comunicativa sobre la función
estética, pues la fugacidad hace inviable proponer un mensaje más elaborado estéticamente,
y por ende es más importante el qué del mensaje antes del cómo del mismo.
Para terminar, cabe decir que hay un problema de correspondencia entre teoría y práctica,
pues aunque la constitución política delinea un escenario para reconocer al adversario
político, lo cierto es que en la práctica el asesinato de los líderes sociales y defensores de
derechos humanos contradicen ese postulado, o dicho de otro modo, el diálogo que se gestó
en la Habana fue guiado por el prólogo constitucional actual, y esto plantea un interrogante,
pues ¿cómo es posible que un grupo ilegal defienda los parámetros constitucionales
actuales?, eso parece decir que los postulados no han trascendido a la práctica, y la
problemática está en un nivel político-social, más no jurídico.
En este sentido, aún hay retos en la práctica, pues aunque la constitución del 91 formula
unos derechos y unos mecanismos para defenderlos; lo cierto es que muchos colombianos
aún no ven en la práctica los derechos que otros muchos pudieron conseguir gracias a la
instauración de la norma. Y en los términos puntuales de la investigación, ese
reconocimiento de otras fuerzas políticas que se promulga desde la constitución aún no se
ha alcanzado, pues como es notorio, existen propuestas políticas como las del MB que aún
están en el escenario clandestino porque no hay medios para poder hacer política desde el
ejercicio del diálogo y la democracia.
Los integrantes del MB son muy reservados por la clandestinidad que promulgan, sin
embargo, al igual que “José Marcos Guerrero”, los integrantes del MB son profesores,
académicos, sindicalistas, etc. Es decir, están presentes en los roles más comunes de toda la
sociedad, y eso cuestiona el rol del villano que se ha construido socialmente frente a la
figura del disidente, pues el problema no es la disidencia sino la criminalización del
pensamiento crítico en Colombia.
Finalmente, cabe decir que no hay cómo representar los ideales políticos que se exponen en
el graffiti del MB en escenarios legales, pues su naturaleza es la beligerancia, y su sentido
es principalmente propagandístico, es decir, el mensaje está diseñado para darse a conocer
como grupo y sumar empatía en la comunidad universitaria.
7. CONCLUSIONES:
Han pasado más de 30 años desde que Armando Silva escribió “Una ciudad imaginada
(1986)”, un libro que sin lugar a dudas, indicó un punto de partida para poder hacer un
análisis teórico y académico del graffiti. Ahora bien, en aquel libro, una de las cosas que
Silva mostraba, era un tipo de graffiti que era muy cotidiano en el contexto de la
Universidad Nacional de Colombia, a saber, el graffiti político; un tipo de mensaje que
correspondía al momento histórico en donde el movimiento estudiantil estaba
comprometido con la militancia, y por ende afloraban los mensajes beligerantes a lo largo
del campus.
Sin embargo, de 1986 al 2017 el contexto político colombiano ha variado mucho, y las
paredes de la universidad nacional son reflejo de ello, pues, ya no hay pintas del E.P.L.
(Ejército popular de liberación), ni de la A.D.O (autodefensa obrera), ni del M-19, sino que
más bien, los graffitis con tinte beligerante que aun brotan en el campus universitario
provienen del Movimiento Bolivariano o del ELN. Así mismo, si bien es cierto que aún hay
grupos al margen de la ley que se expresan en el campus universitario, hay que observar
que los mensajes tienen otras características, pues en 1986 la muestra de graffitis políticos
de partido recopilada por Silva, expone ideas en torno a la revolución a partir del fúsil, el
combate para lograr la paz, y en general, del apoyo a la lucha armada; sin embargo, en el
contexto actual, los mensajes del Movimiento Bolivariano giran en torno a la idea de paz
con justicia social, impulsando el diálogo como forma de lucha. Es decir, el graffiti es un
mensaje propio de su contexto histórico que surge de la clandestinidad porque no existen
otros escenarios para representar aquello que se dice por medio de este mensaje.
En un nivel teórico, también es válido concluir que hay un problema de correspondencia
entre “teoría y práctica”, pues aunque la constitución política de 1991 delinea un escenario
para reconocer al adversario político, lo cierto es que en la práctica, el asesinato de los
líderes sociales y defensores de derechos humanos contradicen ese postulado, dejando en
evidencia que culturalmente, el otro es visto como un enemigo al que hay que derrotar. Es
decir, el pragmatismo político en Colombia debería ser el horizonte para el trabajo
mancomunado de todas las propuestas políticas, pero en el país los sectarismos y
radicalismos excluyentes se imponen.
Ahora bien, la carta constitucional tiene elementos vitales para poder hablar de una
revolución de los derechos, pero para que haya una revolución efectiva de todos los
derechos constitucionales, es necesaria la integración las distintas ramas del poder, sin
embargo, la historia de Colombia ha mostrado una continua independencia de la rama
judicial con respecto al legislativo y con mayor distancia del ejecutivo; la pregunta en ese
sentido es, ¿si dependemos de la integración de los distintos poderes para el desarrollo total
de los derechos constitucionales en el país, de qué forma es posible integrar tres ramas que
históricamente han estado profundamente distanciadas, y que incluso, de esa independencia
deriva la confianza de muchos colombianos en el sistema judicial?
Vale la pena decir que la lucha por los derechos va más allá de la expedición de la ley, y
por ende la acción por la consecución de estos aún debe proliferar, pues muchos
colombianos todavía ven solo en el papel los derechos que muchos otros ya han
conseguido, gracias, en gran parte, a los argumentos de defesa de derechos que se
formularon desde la constitución de 1991.
Ahora bien, frente al contexto actual del MB, es notorio que este grupo continúa con un
trabajo clandestino, intentando unificar las luchas del pueblo para alcanzar un solo fin: La
justicia social. Sin embargo, si bien es cierto que “José Marcos Guerrero” formula que en el
contexto del pos acuerdo aún se piensa la posibilidad del tropel, hay que ser críticos frente a
ello, pues la apuesta de la organización de las FARC-EP debe ser fundamentalmente
política y legal, en el marco de lo que es constitucionalmente correcto, o de otro modo, no
se podrá construir un contexto realmente democrático en donde la palabra tome las riendas
que hace poco tenían las balas y las papas bomba. O dicho de otro modo, si las armas o las
piedras siguen teniendo el papel de ser “parlantes de hacer política”, entonces no habrá
cómo plantearse una salida real y efectiva al conflicto social, político y militar que afronta
el país.
En el contexto de la universidad nacional de Colombia, el tropel que propone el MB surge
como una forma de acción colectiva violenta que corresponde a diferentes momentos:
Conmemoración, celebración, o reivindicación. Sin embargo, en cualquiera de los casos, se
trata de hacer frente al aparato represivo del Estado por medio de la violencia, dejando
claro que aunque en Bogotá no fue epicentro del conflicto militar con las FARC-EP, allíí
también hay expresiones beligerantes que manifiestan la inconformidad de un importante
sector social del país.
Por lo pronto, la clandestinidad sigue siendo una bandera de lucha, pues aunque la
constitución formula un país para todos los habitantes de Colombia, lo cierto es que en la
práctica el país está ampliamente dividido. Dicho de otro modo, hay una contradicción
porque la constitución enuncia un reconocimiento de la pluralidad, pero la verdad es que en
la práctica no ha podido contemplar la diferencia de otras fuerzas sociales y políticas
distintas a las tradicionales, es decir, en la teoría se tiene una democracia inclusiva, y en la
práctica se tiene una democracia excluyente que trae consigo problemas de
representatividad y gobernabilidad importantes.
Así mismo, es interesante ver que las paredes de la Universidad Nacional relatan la historia
de un movimiento político como el MB, pues el graffiti de este grupo es un mensaje
principalmente propagandístico, contra-informativo, y beligerante con una intencionalidad
política clara, ya que busca que se les reconozca públicamente a pesar de que actúan de
forma clandestina por las características históricas del país.
Y en este mismo orden de ideas, es claro que el MB es un grupo que actúa desde el
anonimato de la capucha en el tropel, a la par que presenta parte de su propuesta política
por medio de la fugacidad del graffiti en la Universidad Nacional, sin embargo, su apuesta
política no se limita a estas expresiones, pues como se puede observar en el discurso de los
militantes del MB, ellos están inmersos en distintas formas organizativas desde las que
buscan legitimar el ideario del manifiesto bolivariano.
Para finalizar y a modo de síntesis, se considera que el MB en el panorama de la historia
política de Colombia es un grupo que se auto determina como clandestino por las
características históricas de la democracia colombiana, y del mismo modo, el MB se
presenta en el contexto universitario clandestinamente con el ánimo de sumar empatía ante
unos ideales—justicia social, reforma rural integral, etc. —que defienden desde la
combinación de todas las formas de lucha. La más particular es la apuesta desde la cultura
mediante el mensaje graffiti que busca hacer un eco ideológico desde un mensaje fugaz y
marginal pero que resulta efectivo, pues este tipo de mensaje deja ver que aunque el grupo
ha sido marginado del escenario político público-legal, lo cierto es que hay brotes o
manifestaciones clandestinas que sacan a flote el país real desde el ámbito clandestino
porque la legalidad no ofrece escenarios para ello.
8. ANEXOS:
8.1. Formato entrevista Carlos Medina Gallego:
EJE TEMÁTICO POSIBLES PREGUNTAS
Graffiti ¿Qué es un graffiti?
-¿Cuál es el graffiti que más
recuerda y por qué?
-¿Cree usted que la Universidad
Nacional es el espacio adecuado
para la elaboración de estos
mensajes?
¿Cuál es el sentido de un graffiti?
-¿Quiénes cree que elaboran esos
mensajes?
-¿Qué implicaciones tiene cada
mensaje que se plasma?
Movimiento Bolivariano ¿Conoce al movimiento
Bolivariano?
¿Qué conoce sobre esto?
¿Cuál es su perspectiva en relación
al MB en el contexto de la UNAL?
8.2. Formato entrevista “José Marcos Guerrero” Militante del Movimiento
Bolivariano:
Objetivo: Elaborar en profundidad los origenes del movimiento bolivariano, a la par que se
vislumbran las razones de vinculación de los militantes del movimiento y el papel del graffiti en
su propuesta política
1.
Identificación
general del
entrevistado
Edad
sexo
formación
profesión
2. Origenes
del MB
¿Qué sabe de los orgines del MB?
¿Podría profundizar en el contexto político de la época?
¿Cómo podría entenderse un movimiento amplio y a su vez clandestino en el
contexto Colombiano?
Movimiento Bolivariano por la nueva Colombia, a qué hace referencia ese
enunciado? Cuál es la nueva colombia?
3. Razones
personales de
su
vinculación
¿Por qué vincularse a este movimiento y no a otro?
¿Cómo se vinculó? (por un grupo de estudio, por un amigo, o por cualquier
otro rasgo general?)
4. Balance
crítico del
movimiento
En los años que lleva el movimiento bolivariano qué balance puede hacer usted
de los logros y procesos emprendidos?
¿Cuál es el futuro y/o las perspectivas del MB ante la firma del acuerdo de
proceso de paz?
Cuál es el modelo de país que quieren y cómo lograrlo (alusión a la nueva
colombia desde el contexto de paz).
5. Graffiti
Alguna vez ha pintado un graffiti. En caso de que sí ¿Por qué?; y en caso de que
no, ¿cuál es su percepción de los graffitis del M.B.
Para qué cree que pueden servir los graffitis? O por qué pintar tantos dentro de
la universidad y no en otro contexto?
¿Qué pasará con los graffiti del MB en el contexto de paz que afronta el país?
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