introduccion - ministerio de agricultura,pesca y alimentación
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INTRODUCCION
El arte de la construcción de madera, tanto por la antigiiedadde su origen como por la inmutahilidad v carácter, easi mítico, con
c{ue, d^e generación en gener^icín, ^enían transmitiéndose los artí-
fices de esta materia prima las reglas de su oficio, se encontró com-
pletamente desplazado y aislado cuando aparecieron las primeras
estructuras metálicas, due no sólo venían con el empuje de un rna-
terial nuevo, }', por el momento, de indudables ventajas, sino, loque era más importante, se acompañaban de unas normas científi-
cas que ^arantizaban el empleu racional v económico de sus sec-ciones re:^istentes y de la estabilidad de las construcciones levan-
tadas con dichos materiales metálicos.I'or otra parte, no pudieron en aqttellos momenlos los cons-
tructores en madera, por evidente. falta de preparación científica,
seguir los rápiQos progresos yue desde el primer momento realiza-
run los tnateriales metálicos, y vino, en lógica defensa, una m^^ryor
runcentración y un mayor aislamiento de la madera, respetados,
a su vez, por la nueva téc.nica que encontraba en esta materia pri-
ma insuperables difi'c:ultades de utilizrrción como consecucncia del
desconocimiento de su estructura anatómica y de su nt,anera de se,r.
Posteriormente, el propio avance de la técnica de la construc•-
ción ^^ de la industria en general vino a plantear problemas de in-
dudahle importancia ^^ de urgent^. soluci ĉín : costo de las obras, ]a-
cilidad de trabajo, ra^idew de ejecnción, resistencia a los ugerttrs
qui^n^^icos, etc., que obligaron a volver los ojos hacia acluel material
que liabía quedado olvidado, peru que, sin embargo, poseía mu-
cha5 de las cualidades que esigía la solucicín de estos problemas.
^
IO I\TROPCCC[i^\
^^sí ^•olvió la madera a tomar carta de naturaleza en el nuevocampo de la construccicín ; con ^xitos rotundos en unos casos, dis-
cutida en otros, pero _va sin dejarse arreh^ ► t^r sus prerrogati^^as _^•
a^^. ► nzanclo ^iempre en la nueva tc^cnica.Lus Estados l•nidos, con el impulso de sus riquezas y con el
nuevu concepro del tiempu }• de las dimensiunes ; Alem< ► nia, conel ejemplo vi^•o de sus anti};uas construcciones de madera, a lasque tanto trabajo le costaba renunciar, v los países del norte de^uropa, por su carácter fundamentalmente forestal, se colocaroninmediatamente a la cabeza de este movimiento de rehabilitacióndel viejo material.
Son los países que se asoman al ^iediterráneo precisamente los
^ actores principales de nuestra civilización, de esta civilización que
se ha hecho con v corttra el bnsyuc, lo; más refractarios a la nueva
técnica.
r Por falta de nohleza para reconocer pasados errores, hoy casiirremediables? ^ I'or falta de madera propia? ^• 1'or ese virus des-tructor que Ilevan en su subconsciente las masas y que con tant^ ►saña como eobardía irresponsable, a falta de las rtvuelt, ► s modc^r-nas, venían poniendo en práctica contra el ú nico elemento vivo
que tan dócilmente se prestaba a que se ]e destru}•esc? I^s posíhleque sea debido a un complejo en el que participen, en mayor umenor cuantía, tc^das estas causas.
Por otra parte, nu nos interesa analizar dich< ►s causas ; nos bas-
ta con apuntar sus efectos v se ►̀ ^alar a nuestra I'atria cumo una delas víctimas de sus propios errores.
Con la mitad de su suelo improductivo v degradado, rspaña
presentaba un caso tal de furinsa dendrofobia, que se ha necesita-do un si^*lo de actuación técnica y de verdadero apostolado delC'uerpo de In^enieros de 1lontes para, al mismo tiempo que sesalvaban los actuales jirones de nuestro esplc^ndido patrimoniu fo-restal de antaño, lograr que entrase en la médula del ;país la nere-sidad de ir a la repoblación de nuestras estepas y^rranías.
ITo}' son muchas las regiones españolas que sienten este pro-blema v que han llegado a crear masas maderables de gran impor-tancia económica, destacando entre todas la bella y sin par regiónf;allef;a. 1• no queremos se^uir adelante sin tributar, aunyuc vca des-de sitio tan moclesto <•omo el de estas páginas, el hom,enaje def^ido al
rxreoui•ccros ^ r
ilustre Ingenieru cle. ^luntes 1?xc•m^^. tir. U. I:afac^l :^reses, <cdsclid c14
la riclueza furestal d^ ciicha re^;icín.i?n este sentido, cuandu recihí la urden de dar una conferencia
en Santiago de Compustela run muti^•u de la celebracicSn del Con-
l;reso Agríc•ula de Galicia que había de tener lug;cr en el me5 de cx'-
tubre último, pensé yue el tema ;n^as interesante para una regi<ín en
camino de su tutal regeneracibn forestal haUía de ser ayuel yue,.empezando por examinar las diferentes fases por que ha pasado la
m^tdera de construcción, como estudio analíticu fundamental, ter-
minase poniendo al día las tíltimas aplicaciunes de este material y
su e^traordinaria impurtancia dentru de la economía mundial.
:1sí nació el tema : La evoluciór. de lu téc•nicu e^t el enrrleo y aj^li-
cuc•ionc^s ele lcr madc^ru de ronstriccrión para la cunferencia yue di c^l^iía 25 de octuhre en la l•ni^•ersiciad cc^mpastel;cn,t ; de rila cuntien•cc
jtmto rcl espíritu, tan uni^-ersal cumu españul, yue encarnan lus mcr-
nunrentus tle tiantiagu v del yu.° nos halrla la ciudad entera, el rc-
ruerdo de haber tenido el hunur de cxupar la c^itedra, pc^r niucl^usconc^eptus gluriosa, de dicha Uni^•ersidad.
I'osteriormente, se me hizu ^•er lrt cunc•eniencía cie cli^^ulgar
problemas de tlnto interés e impc^rtancia rumu lrtis yue plantea la
muderna técnica de la maclera, tratanclu c•un mas extensión en una
^^uhlicacicín de las cuestiones rxpuest^rs en la c^itada conferencia.- L'ste es, por consif;uiente, el ohjetu, tan modesto en su letra
como amhicioso en su fin, de este trahajo clue, aparte de estudiar
cíe^'de un punto cle ^•ista general lus cunceptus funcíamentales dela co^tstitucicín de la madera, preten^le dejar sent,aclu el prin^ipiude yue est^t materia p^rima no tiene solu'cicín de runtinuidad desd^.
su furmaciún en el munte, con ;uelo, clima ^• sel^•icultura propios
Itasta sus últimas aplicaciones ; e^ decir, que lal madera es una
m_tteria de origen ^•i^-o que se resiste hasta el últimu momentu a
renunciar u sus caracteres hiolbgícos, ^i tratamos dt• transfurmar-
la en un cuerpo inerte. l^ cumí^ cunsc•:ut^nria, yue es necesario se-
guir paso a hasn las reae•ciunes qur presenta su cumplej.c estrurtu-ra, ya yue el conucimientu de ésta es el úni ĉu c•aminu yue ha deindicarnos las nurmas más acleruadas para el tr<ctamic^ntu clur re-
yuieran las diferentes fases de las transformaciunes industrialc^5 cluc•
se prétenda alcanr_ar. I^e este mudu llef,*aremos, en muchus etrsos,
a la cunsecuencia de que para resol^•er el prohlema pl<cnteado he-
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mos de coadyuvar, desde el primer momento, con la naturaleza
hasta conseguir aquellos caracteres en la formación ^• desarmllo de
1a madera que exijan sus nuevas aplicaciones.De acuerdo con cuanto llevamos expuesto, hemos de mani-
festar, al mismo tiempo, el deseo de que la madera vuelva a ocu-par en nuestra 1'atria el rango científico que el adelanto de nues-
tra técnica y el despertar de nuestra industria exigen.Y por último, y antes de entrar de lleno en las teorías que a
continuacíón hemos de exponer, queremos dejar sentado, como prin-cipio de doctrina que ponga de manifiesto la continuidad existente en-
tre la poesfa del monte que dió vida al árbol y el trabajo y la técnica
yue a continuación lo transforman, la definicifin del cometido de cuan-tos a la madera dedicamos nuestras actividades : el arte de trabajar la
^nadera es d^e los ^m^ís nobles y bellvs que existen, y los ^roblemas
que su técnica nos plantea son del más alto interés científico. Tratar
de sacar del árbol la mayor utilidad posible dando nueva vida a la
rnadera que él creó cuando, Qor ley natural, deba rendir su tributo
a la naturalesa, es oficio de los que Ilevan en su esencia la nobleÑa
^le su o^rigen y de su fin ; es decTr, el or^ullo d'e su técnica.
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