instituto tecnológico de costa rica universidad nacional...
Post on 27-Mar-2020
1 Views
Preview:
TRANSCRIPT
Instituto Tecnológico de Costa Rica
Universidad Nacional
Universidad Estatal a Distancia
Doctorado en Ciencias Naturales para el Desarrollo
Énfasis en Gestión de Recursos Naturales
EVALUACIÓN Y VALORACIÓN DE TIERRAS RURALES EN EL
MARCO DE LAS POLÍTICAS AGRARIAS DE GUATEMALA
Mario Eddy Díaz Visquerra
Instituto Tecnológico de Costa Rica
Ciudad de Guatemala, Marzo 2015
Instituto Tecnológico de Costa Rica
Universidad Nacional
Universidad Estatal a Distancia
EVALUACIÓN Y VALORACIÓN DE TIERRAS RURALES EN EL
MARCO DE LAS POLÍTICAS AGRARIAS DE GUATEMALA
Tesis sometida a consideración del tribunal evaluador como requisito para
optar al grado de Doctor en Ciencias Naturales para el Desarrollo con énfasis
en Gestión de Recursos Naturales
Sustentante:
Mario Eddy Díaz Visquerra
Director de tesis:
Dr. Eddi Alejandro Vanegas Chacón
Ciudad de Guatemala, Marzo 2015
Instituto Tecnológico de Costa Rica
Universidad Nacional
Universidad Estatal a Distancia
EVALUACIÓN Y VALORACIÓN DE TIERRAS RURALES EN EL
MARCO DE LAS POLÍTICAS AGRARIAS DE GUATEMALA
Tesis sometida a consideración del tribunal evaluador como requisito para
optar al grado de Doctor en Ciencias Naturales para el Desarrollo con énfasis
en Gestión de Recursos Naturales
Sustentante:
Mario Eddy Díaz Visquerra
Tribunal examinador:
1. Dr. Freddy Araya Rodríguez, quien preside
Postgrados _____________________
2. Dr. Eddi Vanegas Chacón, Director de tesis _____________________
3. Dr. Luis Sierra Sierra, Asesor de tesis _____________________
4. Dr. Ruperto Quesada Monge, Asesor de tesis _____________________
5. Dra. María Cascante Prada, Coord.DOCINADE _____________________
i
RESUMEN
En la República de Guatemala la tenencia, uso y acceso a la tierra es uno de los
principales móviles del desarrollo de los procesos político-sociales y económicos que iniciaron en
la Época Colonial 1523 a 1821, el establecimiento del latifundio- minifundio durante la Reforma
Liberal de 1871, la Revolución de 1944, la Reforma y Contrareforma Agraria de 1952 a 1955, el
conflicto armado de 1960 a 1996 y la firma de los Acuerdos de Paz, que conllevó a la creación
del Fondo de Tierras en 1999, institución que actualmente regula el acceso a la tierra rural. Sin
embargo, catorce años después, todavía se carece de métodos e instrumentos que permitan
evaluar y valorar las tierras rurales de manera técnica y científica para facilitar su acceso y
garantizar su uso racional.
Lo anterior permitió establecer el efecto de las políticas agrarias guatemaltecas sobre la
tenencia, uso y cobertura de las tierras rurales a nivel de casos de estudio. Bajo las premisas de la
Ley de Transformación Agraria entre 1964 y 2010 existió un cambio de uso y cobertura de la
tierra, de forestal a agropecuaria, en las comunidades izabaleñas de Sechina 42%, La Ensenada
46,2% y Cerro San Gil 48,6%, donde se promovieron sistemas de aprovechamiento agrario que
conllevaron al sobre-uso de las tierras en 42%, 78% y 30%, respectivamente. La adquisición de
tierras vía créditos, Ley de FONTIERRAS de 1999, a la fecha entregó 266 fincas a 20 000,00
beneficiarios, de las cuales el 46% fueron canceladas en los términos contractuales, siendo que el
restante generó deuda agraria de $ 41,3 millones por créditos no pagados. La capacidad de uso
de las tierras se constituyó en una de las principales causas de la deuda, cuya calidad agrológica
en promedio fue de 23,82% para agricultura sin limitaciones, 14,42% para agricultura con
mejoras y 61,76% para actividades relacionadas con otros usos. Consecuentemente, canceladas
las propiedades, 80% sufrieron cambios de tenencia colectiva a individual, 27,08% vendió alguna
fracción y 83,33% de los compradores fueron externos a los beneficiarios.
Ante la ausencia legislativa de métodos para evaluar tierras rurales por capacidad de uso,
se compararon las metodologías locales del Instituto Nacional de Bosques basada en aspectos
físicos del suelo y del Ministerio de Agricultura, Ganadería y Alimentación basada en cartografía,
mediante el estudio de 22 fincas ubicadas en los departamentos de Izabal y Chimaltenango. Se
consideró como variable el área correspondiente a cada una de las diferentes unidades de
capacidades de uso de la tierra, se realizó prueba de Levene para la igualdad de varianzas, prueba
ii
de t para la igualdad de medias y concordancia a través del coeficiente de correlación de Lin. Se
concluyó que la aplicación de una u otra metodología conlleva a resultados diferentes, lo que
puede afectar positiva o negativamente la planificación y desarrollo de proyectos productivos de
diversa índole.
Por lo que se propuso un protocolo de caracterización físico – química de los suelos y
estudio semidetallado de capacidad de uso de la tierra con base en las metodologías del
Ministerio de Agricultura y Ganadería - Ministerio de Recursos Naturales, Energía y Minas de
Costa Rica e Instituto Geográfico Agustín Codazzi de Colombia. Este se validó en Finca Sactelá,
Cobán, Alta Verapaz, se identificaron suelos de textura arcillosa, estructura en bloques, bien
drenados, sujetos a inundación en partes bajas. Suelos agrícolas de fertilidad potencial alta con
CIC >20 Meq/100g, con excelente condición microbiológica (materia orgánica > 5%) en perfil
diagnóstico, pH ligeramente ácidos (5,3-5,6), con baja saturación de bases. Se observó
incremento de arcilla y detrimento de nutrientes, materia orgánica y pH en función de la
profundidad del suelo. Las tierras por capacidad de uso se clasificaron en Clase III (23,55%),
Clase IV (20,49 %), Clase V (31,42%), Clase VIII (22,82%) y el restante son área urbana y
cementerio de la aldea Buena Vista.
Se determinaron modelos econométricos mixtos de valoración de tierras rurales, con base
en el estudio de 64 fincas a nivel nacional. Se estudiaron las variables cualitativas (región
geográfica, tipo de acceso, luz eléctrica, agua potable, fuentes de agua, centros educativos) y
cuantitativas (área, distancia a mercados municipales, departamentales, cabecera departamental,
ciudad capital, capacidad de uso de la tierra). Mediante el módulo GLM del programa de
cómputo SAS versión 9,1 se determinaron 12 ecuaciones para estimar precios considerando
región geográfica, tipo de acceso, área y distancia a cabecera departamental con α 5% y R2 de
0.80.
Finalmente se propuso el método de mérito y demérito sobre el precio comparativo de
mercado en función del valor de la tierra por capacidad de uso, validado en Finca El Rejón,
departamento de Sacatepéquez. Se determinó que existe variación entre el precio de mercado
$ 2 444 278,28 y el precio por capacidad de uso de la tierra $ 995 169,05, en términos teóricos,
equivalente al monto crediticio para el financiamiento de la finca, de conformidad con la política
de FONTIERRAS.
iii
ABSTRACT
In the Republic of Guatemala ownership, use and access to land is one of the main
motives for the development of political, social and economic processes that began in the
Colonial Period 1523-1821, the establishment of large estates-smallholding during the Liberal
Reform of 1871, the Revolution of 1944, the Agrarian Reform and Counter-Reform 1952-1955,
the armed conflict in 1960-1996 and the signing of the Peace Agreements, which led to the
creation of the Land Fund in 1999, the institution that currently regulates rural land access.
However, fourteen years later, it still lacks methods and tools to evaluate and appraise rural lands
from technical and scientific manner to facilitate access and ensure their rational use.
The effect of Guatemalan agricultural policies on ownership, rural land use and coverage
was studied through case studies. Under the premises of the Law of Agrarian Transformation
between 1964 and 2010 there was a change of use and land cover, from forest to agriculture, in
Izabal’s communities Sechina 42%, La Ensenada 46,2% and Cerro San Gil 48,6%, where
agricultural use systems led to land over-use in 42%, 78% and 30% respectively. Land
acquisition via credit, Law of FONTIERRAS 1999, to date delivered 266 farms to 20 000, 00
beneficiaries, from which 46% were canceled under contractual terms, the remaining being
generated agrarian debt of $ 41,3 million due to unpaid credits. The land use capability
constituted one of the main causes of debt, whose agricultural quality on average was 23,82% for
agriculture without limitation, 14,42% for agriculture with soil conservation practices and
61,76% for other uses. Consequently, canceled the properties, 80% were unchanged collective
tenure to individual, 27,08% sold some fraction and 83,33% of buyers were external to the
beneficiaries.
In absence of a legislation to evaluate rural land use capability, the local methodologies of
the National Institute of Forests based on soil physical aspects and the Ministry of Agriculture,
Livestock and Food based on mapping were compared, through the study of 22 farms in the
departments of Izabal and Chimaltenango. The variable was the area corresponding to each of the
different units of land use capability, Levene test was performed for equal variances, t test for
equality of means and concordance by the correlation coefficient of Lin. It was concluded that
the application of one or another methodology leads to different results, which can positively or
negatively affect the planning and development of productive projects of various nature.
iv
A soil chemistry and semi-detailed land use capability protocol was carried out based on
the methodologies of the Ministry of Agriculture - Ministry of Natural Resources, Energy and
Mines of Costa Rica and the Geographical Institute Agustín Codazzi of Colombia. The protocol
was validated in Finca Sactelá, Cobán, Alta Verapaz, clayey soils were identified, block
structure, well drained, subject to flooding in low areas. High potential soil fertility CIC> 20
Meq/100g, with excellent microbiological status (organic matter> 5%) in diagnostic profile,
slightly acidic pH (5.3 to 5.6), with low saturation of bases. Clay, nutrients, organic matter and
pH increased with soil depth. The land use capability was classified into class III (23,55%),
Class IV (20,49%), Class V (31,42%), Class VIII (22,82%) and the remaining area were urban
and cemetery of Buena Vista village.
Econometric mixed models to valuate rural lands were determined based on the study of
64 farms nationwide. Qualitative variables (geographic region, type of access, electricity,
drinking water, water sources, schools) and quantitative (area, distance to local markets,
departmental, departmental capital, capital city, land use capability) were statistically studied.
Using the GLM module of the computer program SAS version 9,1, 12 equations to estimate
prices were determined considering geographic region, access type, area and departmental
distance with α 5% and R2 of 0.80.
Finally a method of merit and demerit on the comparative market price versus the land
use capability price were compared. This method was validated in Finca El Rejon, department of
Sacatepéquez. It was determined that there is variation between the market price $ 2,444 278,28
and the land use capability price $ 995 169,05, in theoretical terms, equivalent to the loan amount
to finance the farm in concordance with the FONTIERRAS policy.
v
CONTENIDO
Página
Introducción general 1
Objetivo general 3
Capítulo I
Políticas Agrarias y su efecto sobre la tenencia, uso y cobertura de la tierra 4
I Introducción 5
II Marco Teórico 6
2.1 La situación agraria en la Época Colonial 6
2.2 La situación agraria en la Época de Independencia 8
2.3 La situación agraria en la segunda mitad del siglo XX 10
2.4 La política y el derecho agrario producto de los Acuerdos de Paz 12
III Objetivo Específico 14
IV Materiales y Métodos 15
4.1 Ley del INTA (1964-1999) 15
4.2 Ley del Fondo de Tierras (1999 a la fecha) 15
V Presentación y Discusión de Resultados 17
5.1 Ley del INTA (1964-1999) 17
5.2 Ley del Fondo de Tierras (1999 a la fecha) 21
VI Conclusiones 25
VII Referencias Bibliográficas 26
Capítulo II
Comparación metodológica de Evaluación de Tierras por capacidad de uso 29
I Introducción 30
II Marco Teórico 32
2.1 Evaluación de tierras rurales y uso sostenible 32
2.2 Evaluación cualitativa 32
2.3 Métodos multifactores 33
2.4 Evaluación cuantitativa 34
2.5 Metodología de clasificación de tierras por capacidad de uso del Instituto
Nacional de Bosques (INAB)
36
2.6 Metodología de clasificación de tierras por capacidad de uso USDA
Modificada para Guatemala (MAGA)
37
III Objetivo Específico 38
IV Materiales y Métodos 39
V Presentación y Discusión de Resultados 41
VI Conclusiones 45
VII Referencias Bibliográficas 46
Capítulo III
Método de caracterización físico-química de los suelos y estudio
semidetallado de capacidad de uso de las tierras
49
I Introducción 50
II Marco Teórico 51
vi
CONTENIDO
Página
2.1 Estructura del sistema de clasificación de las tierras por capacidad de uso 53
2.2 Presentación de las Clases, Subclases y Unidades de Manejo de clasificación
De las tierras por capacidad de uso
54
2.2.1 Clases de capacidad de uso 54
2.2.2 Subclases de capacidad de uso 56
2.2.3 Unidades de Manejo de capacidad de uso 57
III Objetivo Específico 59
IV Materiales y Métodos 60
V Presentación y Discusión de Resultados 62
VI Conclusiones 69
VII Referencias Bibliográficas 70
Capítulo IV
Modelos econométricos de valoración de tierras rurales a nivel nacional,
por región geográfica
72
I Introducción 73
II Marco Teórico 75
2.1 Mercado de tierras en Guatemala 75
2.2 La regionalización del mercado de tierras 75
2.3 El precio de la tierra rural 76
2.4 Oferentes y la oferta de tierras 76
2.5 La valoración de tierras agrícolas 77
2.6 Métodos de los precios hedónicos 78
2.7 El método estadístico multivariado, su interpretación y limitaciones 80
III Objetivo Específico 82
IV Materiales y Métodos 83
V Presentación y Discusión de Resultados 85
5.1 Relaciones Precio x Área 85
5.2 Modelación de escenarios de predicción 87
5.3 Análisis del efecto de las variables independientes sobre el precio de la tierra 88
5.4 La linealización del modelo potencial Precio x Área 89
5.5 Modelo económico multivariado con variables cuantitativas y cualitativas
Por región geográfica
90
VI Conclusiones 92
VII Referencias Bibliográficas 94
Capítulo V
Método de valoración de tierras rurales por capacidad de uso 97
I Introducción 98
II Marco Teórico 100
2.1 Perfil ideal del valuador 100
2.2 La práctica valuatoria 100
2.3 Fundamentos del valor 101
2.4 Enfoques y métodos de valuación de tierras rurales 102
2.4.1 Mayor y mejor uso 102
vii
CONTENIDO
Página
2.4.2 Los métodos de valuación de tierras rurales 103
2.4.2.1 Avalúo físico 103
2.4.2.2 Aval de productividad 103
2.4.2.3 Aval de mercado 104
2.4.3 Características específicas de las tierras rurales 105
2.5 Premisas sobre clasificación de tierras rurales por capacidad de uso 106
2.5.1 Valoración de las tierras por capacidad de uso 106
2.6 El informe del avalúo 108
III Objetivo Específico 109
IV Materiales y Métodos 110
V Presentación y Discusión de Resultados 113
5.1 Valoración física de finca El Rejón, Sacatepéquez 113
VI Conclusiones 117
VII Referencias Bibliográficas 118
Conclusiones generales 120
Anexos 122
viii
LISTA DE CUADROS
Página
Capítulo I
Políticas Agrarias y su efecto sobre la tenencia, uso y cobertura de la tierra
1 Situación de los créditos otorgados vía Fideicomiso de FONTIERRAS 1999
a la fecha ($1 equivale a Q 7,69)
21
2 Capacidad de uso y uso actual de la tierra de fincas adquiridas bajo la
política del FONTIERRAS, 1999 a la fecha
23
3 División y venta parcial de las fincas, ya canceladas 24
Capítulo II
Comparación metodológica de Evaluación de Tierras por capacidad de uso
1 Ubicación geográfica de las fincas estudiadas 39
2 Homologación de metodologías, en unidades de capacidad de uso de la tierra 40
3 Interpretación del coeficiente de correlación de Lin 40
4 Unidades de Capacidad de Uso de las Tierras de las fincas estudiadas, por
método INAB (2000) y MAGA (2002)
42
5 Intensidad de uso de las Tierras de las fincas estudiadas, por método INAB
(2000) y MAGA (2002)
44
Capítulo III
Método de caracterización físico-química de los suelos y estudio
semidetallado de capacidad de uso de las tierras
1 Variables para la categorización de la capacidad del uso de tierras 58
2 Descripción edáfica del perfil modal 65
Capítulo IV
Modelos econométricos de valoración de tierras rurales a nivel nacional,
por región geográfica
1 Información base para los escenarios de modelación de predicción de precios
(área en hectáreas y precio en Quetzales/hectárea; $ 1 equivale a Q 7,69)
87
2 Intercepto, Coeficiente del LN área, coeficiente del LN distancia a cabecera
departamental, por región geográfica, con o sin acceso asfaltado
91
Capítulo V
Método de valoración de tierras rurales por capacidad de uso
1 Factores de ponderación en fincas con base en la capacidad de uso de las
tierras
110
2 Factores de ponderación en la obtención del valor de fincas, considerando la
sub-clase de capacidad de uso de las tierras
111
3 Escala de valores de tierras según la situación y viabilidad de circulación 112
4 Demérito de la tierra por capacidad de uso 116
ix
LISTA DE FIGURAS
Página
Capítulo I
Políticas Agrarias y su efecto sobre la tenencia, uso y cobertura de la tierra
1 Comunidad Sechina, dinámica del uso y cobertura de la tierra, años 1964 –
2006 – 2010
18
2 Comunidad La Ensenada, dinámica del uso y cobertura de la tierra, años
1964 – 2006 – 2010
19
3 Comunidad Cerro San Gil, dinámica del uso y cobertura de la tierra, años
1964 – 2006 – 2010
20
Capítulo III
Método de caracterización físico-química de los suelos y estudio
semidetallado de capacidad de uso de las tierras
1 Factores de restricción del uso de la tierra 57
2 Ortofoto y delimitación de la finca (A), unidades de muestreo (B), unidades
de muestreo verificadas en campo (C)
64
3 Mapa de capacidad de uso de las tierras (A), mapa de zonificación física de
las tierras (B), finca Sactelá, Cobán, Alta Verapaz
68
Capítulo IV
Modelos econométricos de valoración de tierras rurales a nivel nacional,
por región geográfica
1 Relación Precio x Área para todas las fincas estudiadas 85
2 Precio estimado x Área por región geográfica 87
3 Linealización de la relación Precio x Área para todas las fincas 89
Capítulo V
Método de valoración de tierras rurales por capacidad de uso
1 Variación del tipo y de la intensidad máxima de utilización de la tierra sin
riesgo de erosión acelerada en función de las clases agrológicas
107
2 Capacidad de uso de la tierra Finca El Rejón, Sacatepéquez, Guatemala 115
x
LISTA DE ANEXOS
Página
1 Análisis estadístico de homogeneidad de varianzas y prueba de t por unidad
de capacidad de uso de las tierras con significancia bilateral del 5%
122
2 Descripción del perfil modal de las unidades de mapeo 2,3, y 4 de Finca
Sactelá, Cobán Alta Verapaz
123
3 Análisis de suelos, de cada perfil modal, Finca Sactelá, Cobán Alta Verapaz 126
4 Ubicación geográfica de la muestra de 64 fincas 130
5 Distribución por región geográfica de las 64 fincas muestreadas 132
6 Información base de las 64 fincas como “input” a la modelación
econométrica
133
1
I. INTRODUCCIÓN GENERAL
La estructura agraria de Guatemala es consecuencia de diferentes hechos históricos
ocurridos desde la Época Colonial hasta la actualidad. La situación de inseguridad jurídica sobre
la tenencia de la tierra sumado a la necesidad de acceso a la misma, reflejan parte de esa dinámica
compleja. Se careció de un catastro por más de un siglo a partir de la creación del Registro
General de la Propiedad en 1887, como consecuencia se ha generado una serie de problemas ante
formas variadas, contradictorias e imprecisas de integración jurídica-espacial de las tierras rurales
en el territorio nacional. Hace más de cuatro décadas se iniciaron los procesos de colonización de
tierras nacionales en la Franja Transversal del Norte y Petén, a través de Política de
Transformación Agraria de 1962, focalizándose en dotar de tierras del Estado a pequeños
productores. A partir de mediados de la década de los años 80, las políticas de entrega de tierras
públicas nacionales dan lugar a las políticas de acceso a la tierra por la vía del mercado, es decir
que el Gobierno pasa a comprar tierras que posteriormente son vendidas a grupos de campesinos
organizados, a quienes se les entregó únicamente títulos provisionales que nunca fueron inscritos
en el Registro General de la Propiedad, por lo que carecieron de seguridad de los derechos de
propiedad. Los Acuerdos de Paz suscritos entre 1991 y 1996, con la finalidad de poner fin
definitivamente al conflicto armado interno que azotó a la República de Guatemala y sus
habitantes durante más de treinta y seis años, pretenden ser el marco regulatorio de las relaciones
sociales, con el objetivo último de lograr el bien común y la igualdad de oportunidades para todos
los habitantes del país. Dentro de los Acuerdos de Paz se encuentran “Los Acuerdos sobre
aspectos socioeconómicos y situación agraria”, que son el marco para el desarrollo de una
política agraria y de regulación de la tenencia, uso y cobertura de la tierra en Guatemala. Los
acuerdos buscaron promover cambios legislativos para el establecimiento de un sistema de
registro-catastro orientado a la seguridad jurídica de la tenencia de la tierra, así como facilitar su
acceso por parte de las comunidades y sectores de la población que fueron más afectados por el
conflicto armado interno. Con base en lo anterior, después de la Firma de los Acuerdos de Paz se
creó el marco legal e institucional con el propósito de dar respuesta a estas aspiraciones sociales,
creando el Fondo de Tierras (FONTIERRAS) en 1999. El modelo promovido de acceso a la
tierra es vía mercado y se basa en el otorgamiento de créditos para la compra de tierras a grupos
campesinos organizados. El acceso a la tierra bajo las políticas agrarias anteriormente descritas,
2
muchas veces ha carecido de certeza jurídica y espacial de la propiedad, así como de estar sujetas
a fuertes críticas por la sobrevaloración económica de las mismas, las cuales no han resultado
adecuadas para la producción agrícola y el desarrollo de las comunidades, provocando
actualmente la “deuda agraria”. Años después de la creación de esta institucionalidad agraria en
el país, a la fecha, no existen los instrumentos y métodos que permitan evaluar y valorar las
tierras rurales de manera técnica y objetiva para facilitar el acceso, tenencia y garantizar el uso de
acuerdo a las capacidades agrológicas de la tierra y en armonía con el medio ambiente.
La presente investigación aporta instrumentos institucionales que permiten evaluar y
valorar tierras rurales bajo principios técnicos que garantizan la calidad agrológica de las tierras
ofertadas al FONTIERRAS y permiten un uso económico y ambientalmente sostenible. En el
Capítulo 1, se hace referencia a las políticas agrarias guatemaltecas desde la Época Colonial hasta
la actualidad, ilustrando a través de casos de estudio en forma cronológica, el efecto de las
políticas de la Ley del INTA y del FONTIERRAS sobre la tenencia, uso y cobertura de la tierra.
En el Capítulo 2, se comparan los métodos locales INAB y MAGA de capacidad de uso de las
tierras, con objeto de establecer fortalezas y debilidades en la aplicabilidad de la calificación de
tierras con fines de planificación agropecuaria y forestal. En el Capítulo 3, se propone un
protocolo de caracterización físico-química de los suelos y estudio semidetallado de capacidad de
uso de las tierras, para identificar de mejor manera las propiedades edáficas y calidad agrológica
de las tierras ofertadas al FONTIERRAS. En el Capítulo 4, se determinan modelos
econométricos de valoración de tierras rurales, a nivel nacional por región geográfica,
considerando variables cuantitativas y cualitativas como área, distancia a mercados y acceso,
entre otras. Por último en el Capítulo 5, se presenta una propuesta de valoración de tierras rurales
por capacidad de uso de las tierras, meritando o demeritando el precio de mercado de las tierras
en función de su calidad agronómica, con objeto de garantizar un precio justo al momento de la
compra y el uso agropecuario y forestal en función de las calidades de la tierra.
3
II. OBJETIVO GENERAL
Proponer métodos de evaluación y valoración de tierras rurales en el marco de las
políticas agrarias guatemaltecas.
4
CAPÍTULO I
Políticas agrarias y su efecto sobre la tenencia, uso y cobertura de las tierras
rurales
5
I. INTRODUCCIÓN
La tenencia, uso y cobertura de la tierra en Guatemala es producto de hechos históricos
paralelos al surgimiento y desarrollo del Estado, desde la época colonial. La tierra era
fundamental para la reproducción del Estado Colonial, ya que poseer tierra era tener el poder
económico, social y político, pues era el factor primordial para la satisfacción de las necesidades
de vida y fuente de riqueza (Bertrand, 1996). Razón por la que los monarcas castellanos
iniciaron un proceso de reparto de tierras, partiendo del principio de lealtad, que fue la afirmación
y confirmación de sus derechos jurídicos e inalienables sobre los territorios recién descubiertos,
de esa cuenta los indígenas fueron despojados de sus tierras y fueron obligados a reconocer un
nuevo orden legal, bajo el binomio de la propiedad comunal y privada de la tierra (Hurtado,
2014). Seguido de la propiedad clerical de la Época de Independencia 1821 (Cambranes, 1986).
Para finales del siglo XIX, bajo la Reforma Liberal de 1871 se reemplazó el modelo económico y
la tenencia de la tierra ahora por la relación latifundio y minifundio, que trajo consigo no solo
modalidades sobre la tenencia, sino también sobre el uso y cobertura de la tierra, así como de las
relaciones laborales en las áreas rurales del país (Palma-Murga, Taracena & Baumeister, 2004).
Modelo apadrinado por dictaduras militares, que concluyó parcialmente con la llamada
Revolución de Octubre de 1944. Posteriormente ocurre el periodo de reforma y contrareforma de
los años 1952-1955, que concluyó nuevamente en la relación latifundio – minifundio (Handy,
1996). Otras políticas son la Reforma Agraria de 1956, que estableció zonas de desarrollo para
establecer comunidades agrarias minifundistas, luego surge la Ley de Transformación agraria de
1962 y sus modificaciones, la firma de la paz y la creación del Fondo de tierras en 1999 (Palma-
Murga, 2007).
Políticas que han repercutido históricamente en efectos sobre la tenencia, uso y cobertura
vegetal del país, modificando el paisaje y generando conflictividad entre actores, que aun cuando
han sido promulgadas para asegurar un futuro mejor, no han cumplido a cabalidad con esa visión.
Esta investigación presenta casos de estudio de como las políticas agrarias de la Ley del
INTA, cambiaron la forma de tenencia, uso y cobertura de la tierra en las comunidades agrarias
de Sechina, La Ensenada y Cerro San Gil en Izabal y como la Ley de FONTIERRAS se ha
implementado como parte de los Acuerdos de Paz, en relación a la adquisición de tierras rurales
vía mercado, la sostenibilidad de las comunidades agrarias y el ¿por qué? de la deuda agraria en
Guatemala.
6
II. MARCO TEÓRICO
2.1 La situación agraria en la Época Colonial
Bajo el contexto de la Época Colonial, la Corona estableció cinco principios fundamentales
que determinaron el desarrollo del latifundismo en el reino de Guatemala (Arana, 2005):
a) El señorío de la Corona sobre toda la tierra de las provincias conquistadas en su
nombre: este principio no era otra cosa que el derecho de la Corona a la tierra por la conquista.
La conquista fue esencialmente un proceso violento de apropiación de tipo económico, por ende,
que suprimió automáticamente el derecho de propiedad de los nativos sobre sus tierras, pero que
no se lo dio automáticamente a los conquistadores, como podría suponerse. Sólo el Rey cedía o
vendía tierra, toda posesión se derivaba de una cesión o venta original de la Corona. Cualquier
tierra que el Rey no haya vendido o cedido era tierra realenga y le pertenecía al Rey y no podía
ocuparse ni usarse sin incurrir en delito de usurpación.
b) La tierra como aliciente de la conquista y la colonización: la Corona española,
imposibilitada para sufragar las expediciones de conquista como empresas estatales, las estimuló
como empresas privadas con el aliciente de ofrecerles a los conquistadores una serie de ventajas
económicas en las provincias que conquistasen.
c) La tierra como fuente de ingresos para la monarquía: pago a la Corona por posesión de
tierras reales o tierras indígenas usurpadas. La monarquía comenzó a dictar órdenes encaminadas
a que todos los propietarios de tierras que presentaran sus títulos. Las propiedades rústicas serían
medidas para comprobar si se ajustaban a las dimensiones autorizadas en aquellos documentos.
En todos los casos en que se comprobara que había habido usurpación de tierras realengas el Rey
se avenía a cederlas legalmente si los usurpadores aceptaban pagar una suma de dinero por
concepto de “composición”. En caso contrario, era preciso desalojarlas para que el Rey pudiera
disponer de ellas.
d) La preservación de las tierras de indios: para garantizar la reproducción de la fuerza de
trabajo y el pago de tributos. Este principio de la política agraria colonial fue la que propicio el
establecimiento de las “Tierras Comunales de Indios” al hacerse la gran organización definitiva
de las colonias, ya que fueron creados los pueblos de indios completamente distintos de los
poblados prehispánicos, que fueron desmantelados para crear estas nuevas concentraciones.
Todos los pueblos de indios fueron dotados desde su creación con dos clases de tierras: las
7
llamadas ejidos también de pastos y ejidos o montes y pastos, y las llamadas tierras comunales
también comunes de labranza, de sementera o de labranza y sementera.
e) Bloqueo agrario de los mestizos: operaba al margen de la ley, ya que las Leyes de Indias
en lo referente a las tierras no hacen discriminación de los mestizos, sin embargo, consistió en la
sistemática negación a que los mestizos gozarán de medios de producción y de la creación de
centros poblados especiales para los ladinos (Villas) al igual como le fueron dotados a los
pueblos de indios.
El proceso de producción estaba basado en la explotación de la tierra en latifundios para el
establecimiento de grandes estancias de ganadería y haciendas trigueras a favor de los
conquistadores y posteriormente colonos, mediante el trabajo forzado, pago de tributos y
formación de los pueblos de indios, características esenciales del modelo colonizador. El
latifundio era toda propiedad que se caracteriza por su gran extensión territorial,
independientemente de que estuviera total o parcialmente cultivada (Bertrand, 1996).
La política proteccionista colonial hacia los indios, derivan de las Leyes Nuevas de 1542
que establecieron (Cambranes, 1986):
a) El asentamiento nucleado urbano como prerrequisito para el ejercicio de los derechos y el
cumplimiento de las obligaciones. Estableció la República de españoles y la República de indios.
b) Separación étnica con su correlato geográfico: ciudades y villas para españoles, pueblos
para indios y barrios y pueblos para negros y mulatos.
Ricos comerciantes revalorizaron la propiedad agraria al organizar las primeras
explotaciones agrícolas como empresas agroexportadoras que se dedicaron a producir y
comercializar trigo, azúcar y añil a gran escala. En esta primera evolución pudo advertirse el
paulatino acaparamiento de buenas tierras por parte de los colonialistas pudientes que condujo a
una diferenciación entre los latifundistas, comenzando a destacarse entre ellos, aquellos que
pensaban más en la rentabilidad que en la productividad, ya que por medio de la inversión de
capital, introducción de tecnología apropiada y la aplicación de métodos empresariales de
comercialización se llegó a la época de oro del añil (Fernández, 2003). Este fenómeno
económico, aunque parezca prematuro, bien puede tomarse como el inicio de la modernización
de la agricultura que se da en el siglo XVIII y que toma un acelerado desarrollo con la
caficultura, en la segunda mitad del siglo XIX. El cambio de uso de la tierra para la producción y
exportación de estos productos extensivos, principalmente en las tierras de la Costa Sur,
8
influyeron definitivamente sobre la cobertura de la tierra, que pasó de bosques latifoliados a
monocultivos (Bertrand, 1996).
2.2 La situación agraria en la Época de Independencia
Durante la época de independencia del régimen Liberal (1821), existió un tipo de
propiedad poco investigada en la historia agraria de Guatemala, que también condujo al
desarrollo del latifundismo colonial, como lo fue la propiedad clerical. En este período de la
historia también destacaron las órdenes religiosas como los grandes terratenientes en 1818
(apenas tres años antes de la independencia), tendrían en su poder 914 haciendas y 910 trapiches.
Este latifundismo corporativo, llamado "de manos muertas" por Cambranes (1996b), igual que la
gran propiedad privada individual, tuvo su origen en la adquisición de tierras realengas,
operaciones de compras y composiciones, transmisiones y donaciones piadosas, lográndose
desarrollar gracias a las paulatinas usurpaciones de tierras comunales. Las favorables vías de
comunicación del período prehispánico, el clima, la existencia de recursos hídricos y ante todo,
poblaciones indígenas aptas de ser incorporadas al trabajo, favorecieron grandemente la
expansión de los latifundios religiosos coloniales (Palma-Urrutia, 1996).
El escenario histórico del desarrollo de la estructura de la propiedad de la tierra en
Guatemala en la primera mitad del siglo XIX, especialmente a partir de 1821, año en que el país
logra su independencia política de España, está marcado por la pugna por el poder entre liberales
y conservadores (Cambranes, 1996b). En 1824 se promulga la Constitución de la República
Federal de Centro América y en 1825 la Constitución Política del Estado de Guatemala, ambas
redactadas a la luz de la ideología liberal, estableciendo el principio de ciudadanía, reconociendo
como “ciudadanos” a los que ejercitan alguna profesión útil o tengan medios conocidos de
subsistencia de manera individual, lo que significa que deja fuera a la mayoría de la población
indígena (Cambranes, 1996c). El régimen liberal estableció los principios que justificaron la
privatización de las tierras comunales, las tierras baldías y las ejidales. Se emiten varios decretos
encaminados a eliminar las tierras comunales y ejidales, y se buscaba fortalecer la lógica de las
políticas liberales, cuyo principio fundamental era la propiedad privada de la tierra, se concebía a
la tierra comunal como un atraso y una causa de la baja productividad (Cabrera, 2002). En este
período de la historia de Guatemala surgieron los criollos terratenientes y la pequeña burguesía,
9
los latifundios y la burguesía agraria, todo esto en el marco de leyes conservadoras sobre la
tenencia de la tierra. El cultivo del añil y posteriormente el café, configuran el territorio en lo
económico y lo social (Cambranes, 1996a). Las tierras comunales son expropiadas y grandes
masas de campesinos son obligados a ocupar tierras de vocación forestal (Gramajo, 2008; Luján,
2008). Posteriormente, la legislación agraria de 1938-1940, buscó facilitar una relación
armoniosa entre Estado y las comunidades campesinas, se volvió a permitir a las comunidades
indígenas que mantuvieran sus ejidos y que adquirieran más tierras a titulo comunal (Cambranes,
1996b).
Según Palma-Urrutia (1996), las formas de propiedad en el período de 1825 a 1871
estaban constituidas por:
a) Cooperativa: propiedad comunal (ejidos y comunes), propiedad eclesiástica (latifundios).
b) Privada: latifundios de criollos y extranjeros (muchas veces en forma de sociedades
anónimas), medianas propiedades de criollos y mestizos o ladinos, minifundios
pertenecientes a mestizos o ladinos.
c) Estatal: baldíos, tierras de barbecho y bosque.
En 1871 entró en vigencia el régimen liberal, la situación agraria y latifundista cambió,
pero no favoreció al indígena o campesino guatemalteco y afectó en gran medida a la Iglesia
Católica, ya que la misma fue despojada de sus bienes, incluyendo grandes extensiones de tierras
que pasaron a poder de los cafetaleros y cultivadores de caña de azúcar, se desmantelaron los
pueblos de indios y se les arrebataron las tierras comunales de donde obtenían el recurso para el
pago de tributos. Es a partir de aquí, que se inició el proceso de desamortización de la propiedad
eclesiástica y especialmente, después de 1871 cuando los Liberales iniciaron el proceso de
expropiación de las tierras de las comunidades indígenas, la propiedad de la tierra experimentó un
salto cualitativo en su desarrollo, porque se liquidaron los restos feudales coloniales que
impedían la completa transformación burguesa de la propiedad rural. Fue la época en que se
comenzaron a formar los latifundios neocoloniales y las grandes plantaciones de café de carácter
capitalista, las llamadas “fincas” (Cambranes, 1996a). El capital extranjero, especialmente
alemán, se encargó a su vez, de convertir la gran propiedad de la tierra feudal colonial en
propiedad capitalista (Wagner, 2007). Como consecuencia de las medidas de la Reforma Liberal,
se consolida el binomio minifundio-latifundio. Es a partir de este contexto, que el gobierno de
Justo Rufino Barrios, emite el Reglamento de Jornaleros como ley que obliga a los indígenas a
10
prestar servicios agrícolas en las fincas cafetaleras y se impone el trabajo forzado para la creación
de infraestructura con la finalidad de facilitar el transporte de los nuevos productos de
exportación hacia los puertos marítimos. Según Palma-Urrutia (1996) en diez años el país quedó
convertido en un conjunto de plantaciones cafetaleras, el café se convirtió en el único producto de
exportación, para 1881 representó el 98% de las exportaciones. Aquí se configura la sociedad
liberal y el estado finquero, en 1873 se creó el Registro General de la Propiedad y con ello, se
promovió la privatización acelerada de la tierra y la ocupación de los baldíos y tierras comunales.
2.3 La situación agraria en la segunda mitad del siglo XX
A principios de los años cincuenta se planteó la Reforma Agraria en la República de
Guatemala, reforma demandada, no sólo en el interior del país, debido a la enorme desigualdad
de la distribución de la tierra (80% de las tierras estaban en manos de terratenientes y se
dedicaban a monocultivos para la exportación), sino también, por distintos organismos
internacionales (Brockett, 1996). En ese sentido, en 1949 los Estados Unidos Americanos
planteaban ante la O.N.U. la necesidad de realizar reformas agrarias en países subdesarrollados y
dos años después, señalaba que la reforma agraria era urgente en Guatemala. Dentro de este
contexto favorable el gobierno presidido por Jacobo Arbenz aprobaba en junio de 1952 la
Reforma Agraria que constituyó sin duda alguna, el fenómeno social más revolucionario de la
historia de Guatemala, ya que en su corto período de aplicación (tan sólo dos años) se logró
redistribuir cerca del 20% del total de tierras cultivables del país, beneficiando al 24% de la
población sin tierras (Palma-Cruz, 2007). Esta situación, unida al nuevo contexto internacional
de “Guerra Fría” y al temor de la propagación del comunismo ante los recientes sucesos
acaecidos en la República de Cuba hicieron que la respuesta no se hiciese esperar y en 1954 el
llamado “Ejército de Liberación” derrocaba el gobierno de Arbenz y ponía en práctica una
contrarrevolución en el sentido estricto, una total involución social, política y económica que
frenó el desarrollo democrático del país y retrotrajo a Guatemala a un pasado que se creía
superado (Handy, 1996). El nuevo orden establecido conllevó el abandono de reforma agraria y
el restablecimiento de la situación anterior, es decir, la expulsión de los colonos de los predios
recién adquiridos y su devolución a los finqueros. La impopularidad de esta medida y la
necesidad de pacificar a la población indígena y campesina, hizo que el nuevo gobierno militar
11
desarrollase un nuevo programa de distribución de tierras estatales. La Reforma agraria de 1956
y la Ley de Transformaciones Agrarias de 1962 (Ley del INTA) fueron los instrumentos legales
de las nuevas políticas agrarias. Una de las innovaciones era la creación de las zonas de
Desarrollo Agrario en territorios despoblados del norte del país, dando lugar a lo que
posteriormente se denominaría como la “Franja Transversal del Norte” (un cinturón de 9 000,00
km2 que comprende parte de los Departamentos de Izabal, Alta Verapaz, Quiché y
Huehuetenango. La Ley del INTA, que regulaba aspectos importantes dentro de la vida agraria
del país, definía por tanto una auténtica política de colonización mediante la expropiación de
tierras ociosas propiedad del Estado y en principio, poco adecuadas para el uso agrícola, ya que
su puesta en cultivo suponía la deforestación del bosque tropical húmedo (entre 1970 y 1992 más
de 752 000,00 ha de bosque cambiaron de uso), sin embargo, este nuevo reparto de tierras, lejos
de beneficiar al campesinado como había ocurrido durante la Reforma Agraria de Arbenz,
benefició a finqueros y oficiales del ejército, así como a determinadas multinacionales, como la
empresa Exmibal, filial de la Internacional Nickel Company, así como a otros grandes
productores de carne bovina, energía hidroeléctrica y producción de petróleo (Handy, 1988). Esta
situación y el deterioro del nivel de vida de la mayoría de las comunidades rurales durante los
años sesenta hicieron surgir una serie de organizaciones guerrilleras con el objeto de movilizar a
la población del campo y llevar a cabo una reestructuración radical de la sociedad guatemalteca.
La respuesta del gobierno a las demandas campesinas fue una política de represión que se
agudizó a finales de la década de los setenta, cuando se decidió utilizar una estrategia de “tierra
arrasada”, consistente en destruir las comunidades indígenas, asesinando a sus dirigentes y
expulsando a los supervivientes hacia la frontera mexicana o su reasentamiento en nuevos
poblados controlados por el ejército (Chicas, 2008). El resultado fue que en los treinta y seis
años que duró el enfrentamiento armado más de doscientas mil personas fueron asesinadas,
alrededor de un millón de personas tuvieron que buscar refugio en los países fronterizos y más de
cuatrocientas veinte aldeas fueron devastadas. Respecto a la política y el derecho agraria
impulsado por el Estado, la Reforma Agraria fue totalmente abandonada en beneficio de un grupo
oligárquico directamente vinculado con intereses comerciales internacionales, lo que supuso un
freno para el desarrollo económico, político y social de Guatemala condenándola a una situación
de subdesarrollo que se mantiene hasta la actualidad (Herrán, 2010).
12
2.4 La política y el derecho agrario producto de los acuerdos de paz
En diciembre de 1996 el Gobierno y la Unidad Revolucionaria Nacional Guatemalteca
firmaron los Acuerdos de Paz, dentro de los cuales tuvieron especial relevancia el Acuerdo
Socioeconómico y Agrario, en el que se señala la necesidad de facilitar el acceso a tierras
productivas a la población indígena campesina desposeída, así como los Acuerdos sobre
Identidad y Derechos de los Pueblos Indígenas y el de Reasentamiento, donde se subraya el papel
fundamental que tiene la tierra dentro del proceso de pacificación. A través de estos Acuerdos se
definen los objetivos básicos que deben tener las políticas agrarias nacionales (Herrán, 2010):
a) La necesidad de implantar un mercado de tierras que permita la transformación de la tenencia
y el uso de la tierra.
b) El fomento de la participación de organizaciones indígenas y campesinas como principales
beneficiarios en la toma de decisiones.
c) La conciencia de la importancia de la regularización en la tenencia y seguridad sobre la
propiedad de las tierras adjudicadas por el Estado en los últimos cuarenta años, por lo que es
indispensable fortalecer los derechos de posesión a través de instrumentos como el registro de la
propiedad y la formación de un catastro nacional.
d) La resolución de conflictos provocados por la tenencia de la tierra. Con esta finalidad se
formaría posteriormente la Dependencia Presidencial de Asistencia Legal y Resolución de
Conflictos (CONTIERRA)
e) La recuperación de las tierras estatales de la Franja Transversal del Norte de las que se habían
adueñado fraudulentamente los terratenientes y el ejército durante la dictadura militar, así como
la recuperación, compensación y resarcimiento de tierras comunales que habían sido despojadas
de las poblaciones indígenas.
Para la consecución de estos propósitos, un año después a la firma de los Acuerdos de Paz,
se creó la Comisión Institucional para el Desarrollo y Fortalecimiento de la Propiedad de la
Tierra “Protierra”, dependiente del Ministerio de Agricultura, Ganadería y Alimentación,
encargada de coordinar la política gubernamental y lograr la ejecución de los programas y
proyectos que se implementaron en ese sentido, entre ellos el catastro. Además se dictaron una
serie de leyes en las que debía basarse la política agraria y la construcción del nuevo Derecho
Agrario de la República, entre las que cabe destacar las siguientes (Herran, 2010):
13
a) Ley de Fondo de Tierras: cuya función era facilitar el acceso a la tierra mediante créditos
para la compra-venta voluntaria de las mismas, así como proporcionar asesoría técnica a los
beneficiarios para iniciar el proceso productivo en la tierra comprado. Esta ayuda económica
estaba principalmente destinada a la población desmovilizada y retornada.
b) Ley del Registro de Información Catastral: el proyecto de elaboración del Plan de Catastro
nacional tenía como finalidad la legislación y reglamentación de todos los bienes inmuebles del
país y la relación de sus propietarios o poseedores. Se trata de un proyecto a largo plazo que
requería una inversión multimillonaria ($ 300 millones de dólares americanos) por lo que era
conveniente el apoyo técnico y financiero de la cooperación internacional.
c) Ley de Regularización: el escaso desarrollo del concepto de derecho de propiedad y la
inexistencia de catastro, creaban múltiples problemas en el agro guatemalteco, de este modo,
aunque desde un punto de vista formal toda la tierra tenía dueño, no ocurría lo mismo desde un
punto de vista jurídico, por lo que cientos de miles de familias campesinas están ocupando tierras
de las que no tienen el reconocimiento de su posesión, ni mucho menos su legítima propiedad.
La Ley de Regularización acometía acabar con esta situación ya que toda vez que la elaboración
del catastro permitiese conocer cuál era la situación del terrazgo, debían promoverse una serie de
normas jurídicas que facilitaran acceder a la propiedad de la tierra, a todos aquellos que la venían
ocupando de forma precaria.
d) Ley de Jurisdicción Agraria y Ambiental: a través de esta se regulan las funciones del
Consejo Nacional de Áreas Protegidas, creado en 1989 y se establecen las medidas de protección
en la Reserva de la Biosfera Maya.
14
III. OBJETIVO ESPECÍFICO
3.1) Establecer efectos de las políticas agrarias guatemaltecas sobre la tenencia, uso y
cobertura de las tierras rurales.
15
IV. MATERIALES Y MÉTODOS
4.1) Ley del INTA (1964- 1999)
Para determinar el efecto de las políticas de transformación agraria sobre el uso y
cobertura de las tierras rurales, se realizó un estudio del uso y cobertura de la tierra entre 1964 a
1999 y su repercusión al 2010, en tres comunidades agrarias del departamento de Izabal: Sechina,
La Ensenada y Cerro San Gil. Se utilizaron indicadores espaciales de las fotografías aéreas
HUNTING 1962; DGC-1956, 1958 y 1960; MARK HURD 1964; IGN-1982; IGM-1984 y 1990;
JICA-IGN-2001; Ortofotos-2006; imagen satelital LANDSAT7-2010, para realizar un proceso de
fotointerpretación mediante estereoscopia que permitió la delimitación de los usos existentes de
las tierras, diferenciándolos en tres grandes periodos 1964 a 2006 y 2010. Las fotografías fueron
integradas de forma digital por medio del software Adobe Photoshop (versión 7) creando una
sola imagen, abarcando así la extensión del perímetro de cada comunidad. Se procedió a la geo-
referenciación de las imágenes mediante el software (ArcGis 9,3), proceso que permitió obtener
una transformación partiendo de la manipulación, el escalado y giro de la imagen digital para una
adecuación adaptada a la realidad espacial. Partiendo de las imágenes geo-referenciadas de cada
comunidad se crearon shapes de tipo polígono para delimitar los componentes de los usos y
coberturas de la tierra utilizando como base la información obtenida en el proceso de
estereoscopia, según la codificación: 1= bosque, 2= agricultura, 3= habitacional y 4= agua.
Finalmente se generaron mapas de cada comunidad sectorizadas en tres periodos, años 1964,
2006 y 2010, lo cual permitió establecer espacialmente y cuantitativamente la distribución de
usos y cobertura de la tierra. Así mismo, se realizaron estudios de capacidad de uso de la tierra
según Klingebiel y Montgomery (1961), para contrastarlos con el uso de la tierra y determinar la
intensidad de uso, identificando uso correcto, sub-uso y sobre-uso.
4.2) Ley del Fondo de Tierras (1999 a la fecha)
Para determinar el efecto de la política de acceso a la tierra vía mercado del “Fondo de
Tierras” a partir de 1999, se realizó una revisión de archivos en el propio Fondo de Tierras, con
lo que se efectuó:
a) Un análisis del estado del crédito de las fincas adquiridas vía mercado a través del
fideicomiso del Fondo de tierras: censo sobre el total de las 266 fincas.
16
b) Una identificación de las causas que han generado la deuda agraria.
b-1) Factores institucionales.
b-2) Capacidad de uso e intensidad de uso de la tierra: estudio de una muestra aleatoria
estratificada de 69 fincas en estado de mora crediticia, del total de 143.
b-3) Servicios asociados al desarrollo integral de las comunidades.
c) El seguimiento post-pago de la propiedad y destino de las tierras: estudio de una muestra
aleatoria estratificada de 65 fincas ya canceladas, del total de 123.
17
V. PRESENTACIÓN Y DISCUSIÓN DE RESULTADOS
5.1) Ley del INTA (1964 -1999)
El estudio de la dinámica del uso y cobertura de la tierra de las comunidades agrarias
Sechina, La Ensenada y Cerro San Gil, ubicadas en la franja transversal del Norte que fueron
beneficiarias de la política de transformación agraria, Ley del INTA se presenta a continuación:
a) Según el análisis de la dinámica del uso y cobertura de la tierra en la comunidad Sechina
para el año de 1964, cuando inicia la política de transformación agraria en el país, se tenía una
cobertura forestal del 91,6% de su área total, sin embargo en el año 2010, la cobertura forestal
ya se había reducido a un 49,6% de su área como resultado del avance de la frontera agrícola.
Según el estudio de capacidad de uso de la tierra, 1,68% es para sistemas silvopastoriles, 3,42%
para forestal de producción y 94,82% de vocación forestal de protección. La intensidad de uso
indicó que 68,98% están en uso correcto y 30,44% en sobre-uso por agricultura limpia,
principalmente maíz.
b) En la comunidad la Ensenada para el año de 1964 ya se tenía solo un 59% de su área total
con cobertura forestal; sin embargo al año 2010, la cobertura forestal ya se había reducido a un
13% de su área como resultado principalmente del cambio de uso del suelo para ganadería
extensiva. Según el estudio de capacidad de uso de la tierra el 8,6% de las tierras tienen
capacidad para sistemas silvopastoriles y el restante 91,46% son de vocación forestal de
protección. De conformidad con la intensidad de uso 36,10% % tiene uso correcto, 32,49%
sobre-uso, por ganadería extensiva y 29,12% están subutilizados
c) En la comunidad de Cerro San Gil, en el año de 1958, previo a iniciar la política de
transformación agraria en el país, se tenía una cobertura forestal del 98% de su área total; sin
embargo al año 2010, la cobertura forestal ya se había reducido a un 49% de su área como
resultado del avance de la frontera agrícola. Según el estudio de capacidad de uso de la tierra
17,58% son de vocación para agricultura con mejoras, 43,28% para cultivos agroforestales,
9,21% para forestal de producción y 29,92% para forestal de protección. Con base en el estudio
de intensidad de uso de la tierra, 38,93% está en uso correcto, 46,86% en sobre-uso y 40,35% en
sub-uso.
18
Año 1964 Año 2006
Año 2010 Resumen 1964 a 2010
Figura 1. Comunidad Sechina, dinámica del uso y cobertura de la tierra, años 1964 - 2006 - 2010
Fuente: Elaboración propia
19
Año 1964 Año 2006
Año 2010 Resumen 1964 a 2010
Figura 2. Comunidad La Ensenada, dinámica del uso y cobertura de la tierra, años 1964 – 2006 – 2010
Fuente: Elaboración propia
20
Año 1958 Año 2006
Año 2010
Figura 3. Comunidad Cerro San Gil, dinámica del uso y cobertura de la tierra, años 1964 – 2006 – 2010
Fuente: Elaboración propia
21
Durante el periodo de la Ley del INTA, las fincas Sechina, La Ensenada y Cerro San
Gil fueron degradadas y mal utilizadas, sin tener un programa de zonificación del uso
agropecuario y forestal de la tierra.
5.2 Ley del Fondo de Tierras (1999 a la fecha)
a) Con base en el Decreto 41-99, creación del Fondo de Tierras, se han adquirido
mediante créditos colectivos 266 fincas por un monto aproximado de Q 690 millones de
quetzales ($ 89,73 millones de dólares americanos). La figura jurídica que asumieron los
beneficiarios organizados para obtener inicialmente un crédito con el Fondo de Tierras fue la
de Empresa Campesina Asociativa (40%), Asociación Civil (40%), Comité (12%),
Sindicatos y Cooperativas (3%) y otras 5%. La forma de entrega de las fincas fue propiedad
colectiva. La distribución de las fincas de acuerdo a su estado crediticio para el periodo de
1999 a la fecha, se presenta en el Cuadro 1.
Cuadro 1. Situación de los créditos otorgados vía Fideicomiso de FONTIERRAS 1999 a la
fecha ($1 equivale a Q 7,69)
No.
de
fincas
Estado del
crédito
Monto
(Q)
% con
relación
al monto
Salida de
Capital
% con
relación al
saldo de
capital
123 Cancelados
totalmente
133 253 463,43 19,30 0,00 0,00
31 Con pagos al
día
103 414 03,29 14,97 24 304 808,31 7,65
14 En periodo de
gracia
17 862 301,13 2,59 8 327 960,73 2,62
61 En mora con
pagos
273 601 662,24 39,62 163 649 323,89 51,51
11 En mora sin
pagos
61 933 035,18 8,9 44 887 182,85 14,13
24 En cobro
administrativo
98 169 214,46 14,21 74 799 564,89 23,55
2 En cobro
judicial
98 169 214,46 0,34 1 711 261,03 0,54
266 Total 690 604 277,73 1,00 317 680 101,70 1,00
Fuente: Elaboración propia
22
De los 266 créditos otorgados a grupos organizados y/o comunidades agrarias, 123
fueron pagados (46%), utilizando parte del subsidio que FONTIERRAS les otorgó
complementándolo con recursos provenientes de los beneficiarios. Las otras 143 fincas se
encuentran en diferentes estados de crédito (54%), totalizando Q 317,6 millones de quetzales
($ 41,3 millones de dólares americanos). Un análisis más minucioso de los créditos en cartera
muestra que son 98 créditos que se encuentran en situación de mora (37%), de los cuales 24
ya se encuentran en cobro administrativo y 2 en cobro judicial.
b) Las causas que generaron la deuda agraria, mediante la política del Fondo de Tierras
fueron:
b-1) Factores institucionales
La implementación de un nuevo modelo de acceso a la tierra vía mercado representó un
proceso de aprendizaje institucional que se tradujo en adquisición de fincas que no han
resultado ser adecuadas para la producción agrícola sostenible y el desarrollo integral de las
comunidades. La falta de instrumentos técnicos y métodos para evaluar y valorar las tierras
para la compra provocaron que muchas de éstas fincas han carecido de certeza jurídica y
espacial de la propiedad, de capacidades productivas que limitan el manejo sostenible de las
actividades agropecuarias y forestales, así como de estar sujetas a fuertes críticas por la
sobrevaloración económica de las mismas. La institucionalidad ha funcionado en medio de la
falta de una Política de Desarrollo Rural Integral que ha limitado la provisión de servicios a
las comunidades creadas, en los territorios adquiridos por las poblaciones beneficiadas.
b-2) La capacidad de uso de las tierras de las fincas adquiridas
Se refiere a las variables físico, químicas, biológicas del suelo, condiciones topográficas
y biofísicas que determinan el mayor y mejor uso de las tierras con fines de conservación de
suelos. Se presenta los resultados de la capacidad de uso y uso actual de una muestra de 69
fincas que están en situación de mora y forman parte de la deuda agraria descrita
anteriormente. Se determinó que el área de estas 69 fincas es de 20 128,00 hectáreas; de las
cuales el 23,82% (Clase I y II) son aptas para agricultura sin limitaciones; el 14,42% (Clases
III y IV) para agricultura con mejoras; el 1,13% (clase V) para pastizales; el 12,80% para
sistemas agroforestales (Clase VI) y el 47,70% para uso forestal (Clases VII y VIII). Además
el 6,83% de estas fincas son improductivas, principalmente por problemas de inundación o
infertilidad de suelos, Cuadro 2.
23
Cuadro 2. Capacidad de uso y uso actual de la tierra de fincas adquiridas bajo la política del
FONTIERRAS, 1999 a la fecha
Capacidad
de Uso de la
tierra
Total
(ha) %
Agricultura
(ha) %
Cobertura
Forestal
(ha)
%
Áreas
Impro-
ductivas
(ha)
%
Clase I 23,90 0,12 23,90 0,12 0,00 0,00 0,00 0,00
Clase II 4 769,96 23,70 5 553,91 27,59 681,43 3,39 396,68 1,97
Clase III 2 675,24 13,29 1 696,29 8,43 651,57 3,24 94,84 0,47
Clase IV 227,66 1,13 139,20 0,69 19,11 0,09 38,45 0,19
Clase V 256,38 1,27 164,11 0,82 12,21 0,06 68,55 0,34
Clase VI 2 575,85 12,80 1 738,81 8,64 600,23 11,04 42,93 0,21
Clase VII 7 378,47 36,66 1 487,62 7,39 2 326,48 11,56 732,49 3,64
Clase VIII 2 221,41 11,04 709,89 3,53 1 442,21 7,16 1,44 0,01
Totales 20 128,86 100,00 11 513,73 57,20 5 733,25 28,48 1 375,37 6,83
Fuente: Elaboración propia
b-3) Servicios asociados al desarrollo integral de las comunidades
La falta de servicios básicos en algunas de las fincas adquiridas ha limitado la capacidad
de pago de las familias al verse obligadas a destinar parte de los ingresos generados para
satisfacer estas necesidades. Como resultado de esta insatisfacción de servicios básicos,
principalmente la del agua para consumo humano y luz eléctrica, provocó la deserción de
familias de los grupos originales, lo cual redujo también la capacidad de atender los
compromisos de la deuda crediticia.
c) Seguimiento post-pago de la propiedad y destino de las tierras
En relación a la división de la propiedad y/o venta total o parcial de las fincas, una vez
que estas ya fueron canceladas se determinó que de una muestra de 65 fincas, el 80% de
beneficiarios dividió las fincas en parcelas familiares y las tasas más altas se manifiestan en
las regiones de Occidente y las Verapaces, donde tradicionalmente debería existir mayor
tradición comunal, Cuadro 3.
24
Cuadro3. División y venta parcial de las fincas, ya canceladas
Cobertura por
región
No.
División de la
propiedad entre
beneficiarios
Se vendió
parte
de la Finca
Vendido
Comunero
Vendido
Particular
%
Particular
Si % Si %
Central 12 6 50,00 1 08,33 0 1 100,00
Izabal 3 1 33,33 0 0,00 0 0 0,00
Verapaces 18 14 77,78 1 08,33 0 1 100,00
Occidente 18 18 100,00 3 16,67 1 2 66,67
Petén 14 11 79,00 11 79,00 4 7 64,00
Total 65 42 80 16 27,08 5 11 69
Fuente: Elaboración propia
Del total de las 65 fincas estudiadas, el 27,08% ya vendió alguna fracción de la finca, en
el 83,33% de los casos la fracción de tierra fue vendida a particulares, es decir actores
externos a las organizaciones originalmente conformadas. Esto puede erosionar la estructura
productiva, social y cultural de las comunidades en vista de que se trata de actores con origen
e intereses distintos, a quienes adquirieron las tierras.
Con base a los resultados anteriores existe suficiente evidencia para intuir que paralelo a
las leyes y políticas agrarias del país desarrolladas durante la segunda mitad del siglo XX a la
fecha, faltaron mecanismos operativos que garantizaran la constitución de comunidades
agrarias, social y económicamente productivas de manera sostenible y amigable con el
ambiente. Debido a que en los últimos 70 años, la implementación de estas políticas solo
llevó a la satisfacción parcial de las necesidades de las comunidades beneficiadas, con alto
costo de degradación edáfica y forestal, en muchos casos irreversible. Se hace necesario que
exista un nuevo marco de redefinición de las políticas agrarias del país para dar respuesta real,
al clamor por la tierra y la esperanza de una mejor vida que no termina de llegar a las áreas
rurales del país.
25
VI. CONCLUSIONES
6.1) Bajo las premisas de la Ley de Transformación Agraria entre 1964 a 2010 existió un
cambio de uso y cobertura de la tierra de forestal a agropecuaria, en comunidad Sechina 42 %,
La Ensenada 46,2% y Cerro San Gil 48,6%.
6.2) Entre 1964 a 2010, las comunidades Sechina, La Ensenada y Cerro San Gil,
promovieron sistemas de aprovechamiento agrario que conllevaron al sobre-uso de las tierras
en 42%, 78% y 30%, respectivamente.
6.3) La adquisición de tierras vía mercado, Ley del FONTIERRAS de 1999 a la fecha
entregó a comunidades agrarias 266 fincas, de las cuales el 46% fueron canceladas en los
términos contractuales.
6.4) De 1999 a la fecha, la Ley FONTIERRAS generó una deuda agraria de Q 317,6
millones de quetzales ($ 41,3 millones de dólares americanos), por créditos no pagados.
6.5) La capacidad de uso de las tierras ofertadas a las comunidades agrarias se constituyó
en una de las principales causas de la deuda agraria, cuya calidad agrológica en promedio fue
de 23,82% para agricultura sin limitaciones, 14,42% para agricultura con mejoras y 61,76%
para actividades relacionadas con otros usos.
6.6) Canceladas las propiedades, 80% sufrieron cambios de tenencia colectiva a individual,
27,08% vendió alguna fracción y el 83,33% de los compradores fueron externos a la
comunidad beneficiada originalmente.
26
VII. REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS
7.1) Arana, E. N. (2005). Estudio socio-jurídico de la situación agraria en cuanto a la
tenencia y productividad de la tierra en el municipio de Patzún, departamento de
Chimaltenango, República de Guatemala. (Tesis inédita de Licenciatura). Facultad de
Ciencias Jurídicas y Sociales, Universidad de San Carlos, Guatemala. GT.
7.2) Bertrand, M. (1996). La lucha por la tierra en Guatemala colonial. En Cambranes,
J. C. (Ed). 500 Años de Lucha por la Tierra. (71-140). Guatemala: Facultad Latinoamericana
de Ciencias Sociales (FLACSO).
7.3) Brockett, C. (1996). Transformación Agraria y Conflicto Político en Guatemala,
1944-86. En Cambranes, J. C. (Ed). 500 Años de Lucha por la Tierra. (1-38). Guatemala:
Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales (FLACSO).
7.4) Cambranes, J. C. (1986). Introducción a la Historia Agraria de Guatemala, (1500-
1900). Guatemala: Serviprensa Centroamericana.
7.5) Cambranes, J. C. (1996a). Café y Campesinos: los orígenes de la plantación moderna
en Guatemala 1853 a 1897. Madrid: Catriel.
7.6) Cambranes, J. C. (1996b). Tendencias del desarrollo agrario en el siglo XIX y el
surgimiento de la propiedad capitalista de la tierra en Guatemala. En Cambranes, J. C. (Ed).
500 Años de Lucha por la Tierra. (279-348 ). Guatemala: Facultad Latinoamericana de
Ciencias Sociales (FLACSO).
7.7) Cambranes, J. C. (1996c). El clamor por la tierra, el clamor por una vida mejor, el
clamor por la reforma agraria. En Cambranes, J. C. (Ed). 500 Años de Lucha por la Tierra.
(279-348 ). Guatemala: Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales (FLACSO).
7.8) Chicas, J. A. (2008). Flujos migratorios qéqchiés hacia el Estor, Izabal, durante el
siglo XX. (Tesis inédita de Licenciatura). Escuela de Antropología e Historia, Universidad de
San Carlos, Guatemala. GT
27
7.9) Congreso de la República de Guatemala C. A. (1962). Ley de Transformación
Agraria y su reglamento, Decreto 1551- 1962. Palacio del Organismo Legislativo en la
Ciudad de Guatemala.
7.10) Congreso de la República de Guatemala C. A. (1996). Ley de reconciliación
Nacional, Decreto Número 14-96. Palacio del Organismo Legislativo, Ciudad de Guatemala.
7.11) Congreso de la República de Guatemala C. A. (1999). Ley del Fondo de Tierras,
Decreto 24-1999. Palacio del Organismo Legislativo en la Ciudad de Guatemala.
7.12) Congreso de la República de Guatemala C. A. (2005). Ley del Registro de
Información Catastral, Decreto 41- 2005. Palacio del Organismo Legislativo en la Ciudad
de Guatemala.
7.13) Fernández, J. A. (2003). Pintando el mundo de azul. El auge añilero y el mercado
centroamericano, 1750-1810. San Salvador, El Salvador: Dirección de Publicaciones e
impresos.
7.14) Gramajo, M.T. (2008). Análisis de la institucionalidad agraria en Guatemala después
de la firma de los acuerdos de paz 1996-2005. (Tesis inédita de Licenciatura). Escuela de
Historia. Universidad de San Carlos, Gutemala. GT.
7.15) Handy, J. (1988). The most precios fruit of the revolution: The guatemalan agrarian
reform. 1952-1954. Hispanical American Review, 68 (4), 675-705.
7.16) Handy, J. (1996). Reforma y Contrarreforma: Política Agraria en Guatemala, 1952 –
1957. En Cambranes, J. C. (Ed). 500 Años de Lucha por la Tierra. (379-400). Guatemala:
Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales (FLACSO).
7.17) Herrán, M. (2010). El problema agrario en Guatemala y el papel de la cooperación
oficial en la configuración del catastro nacional. Depto. De Geografía. Universidad de
Oviedo. España: Plan Regional de Investigación de la Consejería de Educación y Cultura del
Principado de Asturias.
28
7.18) Hurtado, L. (2014). La histórica disputa de las tierras del valle del Polochic: estudio
sobre la propiedad agraria. Guatemala: Serviprensa.
7.19) Klingebiel, A.A. & Montgomery, P.H. (1961). Land capability classification. USDA
Agricultural Handbook No. 210, Washington, D.C., United States of America: Government
Printing Office.
7.20) Luján, J. (20008). Inicios del dominio Español en Indias. Universidad de San Carlos
de Guatemala. Guatemala: Editorial Universitaria.
7.21) Palma-Cruz, A. R. (2007). Ley de Reforma Agraria. Dcto. 900. Análisis y vigencia de
las causas que la motivaron. (Tesis inédita de Licenciatura). Facultad de Ciencias Jurídicas y
Sociales, Universidad de San Carlos de Guatemala, Guatemala. GT.
7.22) Palma-Murga, G. (2007). Ensayo sobre la problemática Agraria ayer y hoy: cambios
y permanencias en uno de los ejes fundamentales de la sociedad guatemalteca. Guatemala:
AVANCSO.
7.23) Palma-Murga, G., Taracena, A. & Baumeister, E. (2004). Cambios en la tenencia de
la tierra: Tendencias Históricas. Guatemala: Artgrafic.
7.24) Palma-Urrutia, E. (1996). Una Mirada a la Historia Agraria de Guatemala.
Universidad de San Carlos de Guatemala, Facultad de Agronomía. Recuperado de
http://es.slideshare.net/140969neto/una-mirada-a-la-historia-agraria-de-guatemala
7.25) Wagner, R. (2007). Los alemanes en Guatemala, 1824-1944. Guatemala: Afanes.
29
CAPÍTULO II
Comparación metodológica de evaluación de tierras por capacidad de uso
30
I. INTRODUCCIÓN
La clasificación de tierras por capacidad de uso, en cada una de las unidades
cartográficas de un territorio, determina la utilización más adecuada y menos agresiva con el
entorno medioambiental, de acuerdo con las propiedades intrínsecas que caracterizan los
recursos biofísicos de un espacio determinado (Año, Sánchez & Antolín, 1997). La
consecución de este fin varía en función de los planteamientos metodológicos iniciales y el
proceso culmina con la evaluación de la idoneidad o aptitud de la tierra para favorecer ciertos
usos o sistemas de gestión específicos. A pesar de plantear objetivos teóricamente bien
definidos, los procedimientos metodológicos son muy variados y diversos de acuerdo con su
noción conceptual, entre otros: USBR, (1951); Klingebiel y Montgomery (1961); FAO
(1978); Sánchez, Couto y Buol (1982). En general, el panorama actual de la evaluación de
tierras en Guatemala se caracteriza por utilizar variantes metodológicas de las contribuciones
internacionales más significativas adaptadas a condiciones ambientales locales, o por la
aplicación directa de los criterios de evaluación de las metodologías más aceptadas
mundialmente. Esto es un indicador de que la temática de la evaluación de tierras ha sido
poco abordada técnica y científicamente, mostrando una evolución muy dependiente de los
sistemas de evaluación internacionales más relevantes, careciendo de un marco metodológico
propio. Recientemente, algunos esfuerzos se han realizado a nivel nacional mediante el
proyecto piloto de estudio de tierras por capacidad de uso a nivel departamental, utilizando
metodologías desarrolladas por el Instituto Geográfico Agustín Codazzi de Colombia
(MAGA-IGAC, 2010, 2013), sin embargo, aún se carece de un criterio estándar para
desarrollar este tipo de estudios, caso contrario la experiencia a nivel Centroamericano de
Costa Rica, que cuenta con una metodología aprobada por el legislativo para tal efecto
(MAG-MIRENEM, 1994). La mayor parte de los métodos tienen por objeto idéntico:
establecer el uso más adecuado de las tierras, utilizando, sobre todo, la información generada
por los reconocimientos edafológicos plasmada en mapas. Sin embargo, los criterios de
evaluación establecidos en estas metodologías no son homogéneos, provocando por un lado,
que a partir de la misma fuente de información (la cartografía edafológica) las lecturas sean
diferentes y por otro, que las conclusiones de la evaluación no sean idénticas, aunque el
objetivo sea similar. Las metodologías más utilizadas en Guatemala son las desarrolladas por
el Instituto Nacional de Bosques (INAB, 2000) y el mapa de capacidad de uso de las tierras a
nivel exploratorio de la república de Guatemala desarrollado por el Ministerio de Agricultura
Ganadería y Alimentación (MAGA, 2002). El primero se basa en principios físicos del suelo,
31
y es categorizado por región geográfica del territorio guatemalteco y el segundo, con base en
interpretaciones cartográficas compilado en el Atlas Temático de la República de Guatemala.
Se tiene por objeto desarrollar un estudio comparativo de los resultados de la aplicación de las
metodologías INAB y MAGA para la clasificación de tierras por capacidad de uso, el estudio
se desarrolló en 22 fincas productivas ubicadas en la parte Nor-Este y Central del país,
compradas por FONTIERRAS y vendidas a comunidades agrarias entre 1999 a 2012.
32
II. MARCO TEÓRICO
2.1 Evaluación de tierras rurales y uso sostenible
La evaluación de tierras es el proceso de determinación y predicción del
comportamiento de la porción de tierra usada para fines específicos, considerando aspectos
físicos, económicos y sociales. Esta evaluación considera los aspectos económicos del uso
propuesto, sus consecuencias sociales para la población del área y del país en general, y las
repercusiones benéficas o adversas para el medio ambiente (FAO, 1976). Es una de las
herramientas necesarias para una planificación del uso sostenible de los recursos naturales y
humanos, entendiendo que, el propósito de la planificación es que cada área de la propiedad
debe ser usada de tal manera que provea el máximo beneficio para la sociedad, sin una
degradación de los recursos naturales. Mundialmente se han desarrollado un gran número de
sistemas para la evaluación de tierras, con diferentes enfoques, desde los métodos
convencionales (cualitativos), hasta el desarrollo de índices de productividad y modelos de
simulación matemática. La Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la
Agricultura (FAO) propone el uso de una evaluación cualitativa combinada con modelos de
simulación en el cual, el primer método indica un análisis rápido para identificar las áreas
aptas para determinados sistemas de cultivo o las áreas con problemas, y luego, el uso de un
modelo de simulación para un estudio más detallado de las áreas de mayor interés o críticas.
2.2 Evaluación Cualitativa
a) Clasificación por Capacidad de Uso (USDA)
Desarrollado en los Estados Unidos Americanos, es uno de los sistemas más difundidos
a nivel mundial. Esta clasificación determina el uso más adecuado de la tierra teniendo en
cuenta únicamente los aspectos relacionados con este recurso, que intervienen directamente
en la producción (Klingebiel & Montgomery, 1961), sin considerar las distancias a los
mercados, el estado de las vías de comunicación, el tamaño y forma de las propiedades, la
tenencia de la tierra, la educación y nivel de vida de los campesinos y las políticas agrarias del
país.
b) Clasificación de Tierra para usos con riego (USBR)
Sistema de clasificación para evaluar proyectos de regadío. En la selección de áreas
para regadío se analizan en forma integrada los factores físicos, sociales y económicos. Las
33
nuevas tierras de riego se evalúan con base a la “capacidad de pago favorable”, la que
depende de una serie de factores, como costo global de las obras de riego y drenaje, prácticas
de manejo, precios de los productos en los mercados, administración y condiciones
climáticas, entre otras (USBR, 1951). El criterio financiero de la capacidad de pago favorable
es convertido en un juego de criterios físicos, como factores de suelos, drenaje y relieve, pero
sin especificaciones universales. Cada proyecto se debe evaluar bajo sus condiciones locales.
No es un sistema que de opciones al mejor uso: se evalúa solamente una opción de riego y las
alternativas no forman parte de la clasificación.
c) Evaluación de tierras (LESA)
Sistema de clasificación para la protección de tierras (USDA, 1983). El objetivo
principal es proporcionar a los tomadores de decisión locales un sistema objetivo y numérico
para determinar si la tierra es viable para un desarrollo y cómo puede ser protegida. El
componente LE está basado en una estimación de rendimiento para un cultivo de referencia
(factores in-situ), usando tecnología estándar de una zona y el componente SA está basado en
factores principalmente geográficos.
d) Ponderación potencial de tierras
Son clases que indican la calidad relativa de suelos para uso particular. Se considera: el
rendimiento, los costos relativos de tecnología para minimizar los efectos de las limitaciones
y los efectos negativos en valores sociales, económicos y medioambientales (USDA, 1983).
Es una ponderación apta para planificación, no para recomendaciones de usos de la tierra, de
aplicabilidad a los planificadores en la priorización de áreas para usos específicos.
2.3 Métodos multifactores
Son todos los métodos semicuantitativos en los cuales la relación entre la productividad
y las características de la tierra son expresados como factores ponderados en una función
matemática simple. El resultado de esta función se utiliza para valorar diferentes usos en un
área específica. Esta relación funcional es estática y principalmente basada en el conocimiento
“de expertos”. Tiene como principal limitación que no está basado en un enfoque de análisis
de sistemas integrados.
34
a) Índice de Tierra:
Es un índice multiplicativo desarrollado en los Estados Unidos Americanos con el
objetivo de expresar ponderaciones para una tasación de tierras. Es un índice para expresar la
influencia de factores de la tierra en conjunto sobre la productividad, en el cual es asignado a
cada factor de la tierra un porcentaje de valor ideal para luego multiplicarlos. El índice se
desarrolló originalmente para una clasificación de impuestos a la tierra. Actualmente en
muchos países se utiliza una adaptación para definir la calidad de la tierra.
Indice Sotie (IS) = A*B*C*X
donde:
A= factor de profundidad, permeabilidad y pedregosidad
B= factor de textura
C= factor de pendiente
X= misceláneos
En este método la selección de los factores y su importancia es flexible, lo cual implica
una subjetividad del mismo (FAO, 2003).
2.4 Evaluación Cuantitativa
Actualmente se colectan muchos datos puntuales en el espacio y el tiempo, los cuales
permiten realizar estimaciones cuantitativas de la relación entre tierras y usos, especialmente
para la relación entre la productividad y los factores edáficos, climáticos y de manejo. Para
ello se ha desarrollado una gran cantidad de modelos de simulación basados en el concepto de
sistemas analíticos. Algunos modelos integran la información física con la información
económica, pero la mayoría de los modelos de simulación está orientada a la cuantificación de
procesos físicos, relacionando algunas variables geo-bio-edáficas con la productividad o
tolerancia ambiental (FAO, 2003). Los modelos, en general, requieren de mucha información
sobre el nivel de manejo de cada cultivo y las especificaciones de los insumos dentro de estos.
El rendimiento está estimado con base en promedios de largo plazo y considerando su
variabilidad. Otra característica de los modelos es que requieren datos muy detallados y que a
menudo han sido probados en áreas muy específicas. Sin descartar su importancia, estos no
son siempre aplicables por falta de conocimiento e información cuantificada, siendo su
ventaja principal, la posibilidad de estimar la producción de cualquier cultivo en cualquier
35
lugar previa calibración y validación. Principalmente existen dos enfoques de modelación:
modelación empírica/estadística y modelación dinámica.
a) Modelación empírica/estadística
La idea básica de la modelación es cuantificar las relaciones observadas, para predecir
situaciones futuras. No es un método muy apropiado para evaluar nuevos usos con datos
insuficientes. Es un método apropiado para una evaluación de tierras de usos establecidos
con una larga historia de datos. La modelación estadística tiene como objetivo crear una
predicción generalizada, a partir de una cantidad de datos puntuales estimados. La aplicación
más común de la modelación estadística es la predicción de rendimientos para la cual se
cuantifica la relación entre la variable dependiente (rendimiento) y los factores de producción
(variables independientes), tanto de los recursos naturales (características edáficas) como las
opciones de manejo (por ejemplo, cantidad de fertilizante). La influencia de cada factor en el
rendimiento está representada por una función de regresión. La gran desventaja es la
extrapolación a valores (o muchas veces a áreas) fuera del rango de la calibración. El análisis
se hace por medio de diferentes métodos, tales como regresión lineal simple, regresión no
lineal (polinomiales), regresión lineal múltiple o componentes principales. Generalmente
existen dos tipos de grupos de datos: controlados (de experimentos de campo) y observados
(de estudios de recolección). El primer tipo de datos es el más confiable para entender la
relación causa-efecto. El segundo grupo a menudo tiene menor costo, pero tampoco contiene
el rango total de los efectos (por ejemplo, el nitrógeno observado en los suelos es entre 40 –
120 kg/ha, mientras que en experimentos específicos se puede extender hasta los 300 kg/ha).
Un ejemplo de modelación empírica/estadística es el USLE y más recientemente el RUSLE,
que toman información controlada y observada, sobre la erosión de los suelos.
b) Modelación Dinámica
Los modelos estadísticos tratan de describir la relación estática entre características de
la tierra y rendimientos o cualidad de la tierra. En muchas situaciones no es suficiente porque
falta un factor importante como lo es el tiempo (aspecto dinámico); por ejemplo el clima, o la
cantidad de días disponibles para plantar, etc. Estos modelos calculan el rendimiento con
base a procesos que controlan el crecimiento durante el período de desarrollo, como procesos
de transporte en el sistema suelo-agua-planta, transpiración, respiración, asimilación, etc. Es
importante destacar que cada modelo, en cada lugar, necesita su calibración y validación. Las
36
técnicas de modelación dinámica se pueden usar cuando el problema es principalmente
dinámico.
b1) Para modelar cualidades individuales de la tierra como por ejemplo, el estrés de agua.
Para esta cualidad el déficit anual no tiene ninguna importancia pero sí, el déficit en periodo
específicos dentro del ciclo del cultivo.
b2) Para modelar rendimientos de cultivos, como resultante de diversos procesos
fisiológicos que ocurren simultáneamente o en sucesión durante el periodo de desarrollo del
cultivo. Ejemplos son: modelos de balance hídrico y modelos de erosión, el problema
principal de los modelos de simulación es que generalmente no existen los parámetros
necesarios para un tipo de uso sobre grandes áreas geográficas. En este caso, el evaluador
tiene dos opciones: hacer estimaciones de los parámetros no medidos, o bien, derivar los
parámetros necesarios desde otros parámetros más fáciles de medir. Esta derivación se
conoce como funciones de transferencia, las cuales se deben calibrarse a la condición local,
por ejemplo, con funciones de regresión.
2.5 Metodología de clasificación de tierras por capacidad de uso del Instituto
Nacional de Bosques (INAB)
Tiene como propósito clasificar la tierra según su capacidad productiva o de
conservación, surge en el año 2000 por la necesidad de orientar y uniformizar el
procedimiento de certificación de la vocación forestal de las tierras guatemaltecas. Es
utilizado actualmente para las acciones regulatorias y de fomento forestal en los siguientes
aspectos: otorgamiento de Concesiones Forestales, ingreso al Programa de Incentivos
Forestales, procesos de adjudicación de tierras, autorización de cambio de cobertura y
procedimientos de registro de tierras forestales y estadísticas forestales.
Considera un primer nivel representado por la región geográfica, la cual está definida
por los límites que incluyen criterios geológicos, climáticos, edafológicos e hidrológicos. Con
base a lo anterior, se diferencias rangos en los niveles de los factores limitantes, según la
región geográfica en que se dividió el país. Las categorías de capacidad de uso presentan un
ordenamiento de mayor a menos intensidad de uso posible. Como factores que limitan la
utilización de las tierras están la profundidad efectiva del suelo y la pendiente del terreno,
ambos varían en sus rangos dentro de las regiones en que se dividió el país. Adicionalmente
se consideran los factores que afectan directamente a los usos forestales, tales como la
pedregosidad y el drenaje superficial (INAB, 2000). Por lo que se fundamenta en propiedades
37
físicas del suelo y reúne conceptos y procedimientos de otros sistemas, por ejemplo Sheng
(1974). El método es categorizado por regiones geográficas, entre las que se definen: Tierras
de la Llanura Costera del Pacífico, Tierras Volcánicas de la Bocacosta, Tierras Altas
Volcánicas, Tierras Metamórficas, Tierras Calizas Altas del Norte, Tierras Calizas Bajas del
Norte, Tierras de las Llanuras de Inundación del Norte. Se define las categorías: Agricultura
sin limitaciones (A), Agricultura con mejoras (Am), Agroforestería con cultivos anuales (Aa),
Sistemas silvopastoriles (Ss), Agroforestería con cultivos permanentes (Ap), Tierras forestales
para producción (F) y Tierras forestales de protección (Fp).
2.6 Metodología de clasificación de tierras por capacidad de uso USDA modificada
para Guatemala (MAGA)
Esta clasificación de tierras por capacidad de uso, del USDA modificada para
Guatemala se ha usado para fines de planificación agropecuaria y forestal, así como también
para identificar zonas que requieren protección y conservación de los recursos naturales. Este
sistema consiste en agrupar las diferentes unidades de suelos en grupos que tienen las mismas
clases y grados de limitaciones y que responden en forma similar a los mismos tratamientos.
Esta agrupación se basa en los efectos combinados del clima y de las características poco
modificables del relieve y de los suelos en cuanto a limitaciones para el uso, la capacidad
productiva, el riesgo de deterioro del suelo y los requerimientos de manejo (MAGA, 2002).
Otra limitante de este método de evaluación de tierras en Guatemala, es que se basa en el
análisis cartográfico del mapa de suelos de Simon, Tarano y Pinto, el cual se hizo desde 1965
a nivel de reconocimiento a una escala 1:250 000,00 sin tener la serie de suelos bien
definidas, principalmente porque en esa época no se tenía fotografía aérea para definir estas
series, por lo que nunca se realizó un levantamiento de suelos que respondiera
específicamente a este proceso, por lo que no especifica subclases y Unidades de Manejo. Se
encuentra compilado en el Atlas Geográfico de la República de Guatemala e identifica ocho
clases agrológicas (I al VIII), con base en la metodología propuesta por Klingebiel y
Montgomery (1961).
38
III. OBJETIVO ESPECÍFICO
3.1) Comparar métodos de evaluación de tierras por capacidad de uso.
39
IV. MATERIALES Y MÉTODOS
La ubicación geográfica de las 22 fincas en el departamento de Izabal (Norte-Este del
país) y Chimaltenango (Central), sujetas a evaluación de tierras, se detalla en el Cuadro 1. Se
utilizó el método INAB a través de trabajos de campo y los resultados del método MAGA
fueron producto de trabajos de gabinete por sobreposición de superficies de las fincas, sobre
el mapa de capacidad de uso de la tierra, utilizando el programa de computo ArcGis versión
9,3. El estudio de la capacidad de uso de las tierras estimó de forma independiente las áreas
correspondientes a cada categoría o clase según el caso. Adicionalmente, se determinó el uso
actual de la tierra en las fincas utilizando la metodología propuesta por SEGEPLAN (1994),
con objeto de determinar la intensidad de uso de la tierra por sobreposición de los mapas de
uso actual y capacidad de uso de la tierra, reconociendo tres intensidades: uso correcto, sub-
uso y sobre-uso. Previo al análisis estadístico, debido a que la metodología INAB, reconoce
siete categorías y el mapa de capacidad de uso de las tierras de Guatemala reconoce ocho
clases. En el Cuadro 2, se resume la homologación de categorías y clases, en unidades de
capacidad de uso, basada en experiencias prácticas en la realización de estudios de capacidad
de uso de las tierras en el país.
Cuadro 1. Ubicación geográfica de las fincas estudiadas
Fuente: Elaboración propia
No. NOMBRE DE LA FINCA AREA
(ha) MUNICIPIO DEPARTAMENTO
COORDENADAS GTM
X Y
1 Sechina Lote 15 1 350,92 El Estor Izabal 613901 1719778
2 Nacimiento Cerro San Gil 268,96 Livingston Izabal 678693 1736792
3 Popabaj 192,37 Patzún Chimaltenango 440399 1617548
4 San Bernardino 102,71 El Tejar Chimaltenango 469432 1625942
5 Finca La Ensenada (Lote 1) 12,4 El Estor Izabal 641281 1724860
6 Finca La Ensenada (Lote 2) 13,42 El Estor Izabal 641076 1724725
7 Finca La Ensenada (Lote 3) 15,32 El Estor Izabal 640912 1724739
8 Finca La Ensenada (Lote 4) 13,88 El Estor Izabal 640741 1724706
9 Finca La Ensenada (Lote 5) 15,28 El Estor Izabal 640579 1724701
10 Finca La Ensenada (Lote 6) 19,2 El Estor Izabal 640424 1724684
11 Finca La Ensenada (Lote 7) 14,5 El Estor Izabal 640305 1724617
12 Finca La Ensenada (Lote 8) 13,62 El Estor Izabal 640196 1724592
13 Finca La Ensenada (Lote 9) 15,39 El Estor Izabal 641165 1724724
14 Finca La Ensenada (Lote 10) 14,8 El Estor Izabal 641001 1724706
15 Finca La Ensenada (Lote 11) 16,88 El Estor Izabal 640824 1724696
16 Finca La Ensenada (Lote 12) 16,03 El Estor Izabal 640658 1724706
17 Finca La Ensenada (Lote 13) 12,87 El Estor Izabal 640500 1724674
18 Finca La Ensenada (Lote 14) 14,75 El Estor Izabal 640367 1724643
19 Finca La Ensenada (Lote 15) 13,99 El Estor Izabal 640243 1724603
20 Finca La Ensenada (Lote 16) 15,32 El Estor Izabal 640132 1724680
21 Finca La Ensenada (Lote 17) 14,11 El Estor Izabal 640079 1724661
22 Finca La Ensenada (Lote 18) 10,28 El Estor Izabal 640036 1724614
40
Cuadro 2. Homologación de metodologías, en unidades de capacidad de uso de la tierra
Unidad 1 2 3 4 5 6
Categorías
INAB A Am Aa Ss - Ap F Fp
Clases
Mapa MAGA I II III IV V - VI VII – VIII
Fuente: Elaboración propia
Se consideró como variable el área correspondiente a cada una de las diferentes
unidades de capacidades de uso de la tierra, para ello primero se realizó la prueba de Levene
para la igualdad de varianzas y posteriormente la prueba de t para la igualdad de medias. Así
mismo, también se evaluó la concordancia a través del coeficiente de correlación propuesto
por Lin (2000), cuya interpretación se presenta en el Cuadro 3. Para estos análisis estadísticos
se utilizó el componente modelos mixtos del programa de cómputo Análisis Genéticos
(Genstat), edición 15.
Cuadro 3. Interpretación del coeficiente de correlación de Lin
Concordancia Variable
Casi perfecta >0,99
Sustanical 0,95 – 0,99
Moderada 0,90 – 0,95
Pobre <0,95
Fuente: Lin (2000).
41
V. PRESENTACIÓN Y DISCUSIÓN DE RESULTADOS
La capacidad de uso de las tierras de las 22 fincas como producto de la aplicación de
los métodos INAB y MAGA, es sintetizada en forma de unidades de capacidad de uso en el
Cuadro 4. Como puede observarse aún después de la homologación de categorías y clases, en
unidades de capacidad de uso, existe bastante variabilidad en la asignación del número de
hectáreas correspondiente a cada unidad de conformidad con el método empleado. De
conformidad con el análisis estadístico de igualdad de varianzas y prueba de t para la
hipótesis nula de igualdad de área promedio para cada de las unidades de capacidad de uso de
las tierras (Anexo 1), se determinó que no existe igualdad de varianzas, para las unidades 1
a la 5 y tampoco igualdad de áreas con significación bilateral del 5%, para dichas unidades,
excepto en la unidad 6 que presenta homogeneidad de varianza e igualdad de áreas. La
concordancia evaluada a través del coeficiente de correlación de Lin, indica correlación pobre
para todas las unidades de capacidad de uso de las tierras. La homogeneidad de varianza y la
relativa alta correlación de concordancia (aun cuando es considerada pobre) de la unidad 6, se
explica porque agrupa la categoría forestal de protección (Fp) del método INAB y las clases
VII y VIII del método MAGA, que representan los escenarios de conservación de áreas de
cobertura vegetal y recarga hídrica, concepto predominante en ambas metodologías para la
categoría y clases agrupadas en la unidad de capacidad de uso de las tierras.
Algunos vacíos metodológicos son identificados en ambas metodologías, por ejemplo,
aquellos relacionados a la integración del concepto de la calidad del suelo y la productividad
agrícola (Doran & Parkin, 1996); mapas de unidades de suelo en escala grande, para sugerir el
mayor y mejor uso de las tierras basados en factores formadores de suelo y materiales
parentales (Sevilla & Comerma, 2008), la integración del conocimiento local del ambiente
con los atributos químicos y físicos del suelo y el uso de las tierras (Fernández et al., 2008), el
estudio de la variación microclimática sobre la productividad agrícola como mecanismo
derivado de la evaluación comparativa de métodos tradicionales de evaluación de tierras y la
idoneidad del uso de la tierras por los agricultores locales (Cools et al., 2003). Sin embargo,
se reconoce que son métodos prácticos, que deben aplicarse con discrecionalidad dependiendo
de los fines del programa de ordenamiento territorial a desarrollar. Entonces se afirma que
existen diferencias estadísticas significativas entre utilizar una metodología u otra, con fines
de planificación del ordenamiento territorial rural, lo que conlleva a diferentes
planteamientos de mejora agrícola, edáfica y consecuentemente ambiental por unidad de área,
lo que podría comprometer la sostenibilidad de los procesos productivos en las áreas rurales.
42
Cuadro 4. Unidades de Capacidad de Uso de las Tierras de las fincas estudiadas, por
método INAB (2000) y MAGA (2002)
Finca
Método/
Unidad 1 2 3 4 5 6
Área total
(ha)
Sechina (Lote 15) INAB 0,0000 0,0000 0,0000 22,7600 46,3000 1 281,8600 1 350,9200
MAGA 0,0000 0,0000 0,0000 0,0000 392,0000 958,9200 1 350,9200
Nacimiento
Cerro San Gil
INAB 0,0000 47,2900 0,0000 116,4000 24,7900 80,4800 268,9600
MAGA 0,0000 0,0000 0,0000 0,0000 0,0000 268,9600 268,9600
Popabaj INAB 0,0000 4,3300 11,0400 0,0000 27,9800 149,0200 192,3700
MAGA 0,0000 0,0000 0,0000 0,0000 60,0200 132,3500 192,3700
San Bernardino INAB 7,3600 1,9600 29,0600 48,7100 4,4700 11,1500 102,7100
MAGA 0,0000 1,6800 0,0000 5,8700 91,9900 3,1700 102,7100
La Ensenada (Lote 1) INAB 0,0000 0,0000 0,0000 0,0000 12,4000 0,0000 12,4000
MAGA 0,0000 0,0000 0,0000 0,0000 12,4000 0,0000 12,4000
La Ensenada (Lote 2) INAB 0,0000 0,0000 0,0000 3,5392 9,8848 0,0000 13,4240
MAGA 0,0000 3,6792 0,0000 0,0000 9,7358 0,0000 13,4150
La Ensenada (Lote 3) INAB 0,0000 0,0000 0,0000 1,9172 11,9595 1,4401 15,3167
MAGA 0,0000 4,1360 0,0000 0,0000 11,1792 0,0000 15,3152
La Ensenada (Lote 4) INAB 0,0000 0,0000 0,0000 0,9919 12,3800 0,5100 13,8819
MAGA 0,0000 2,2632 0,0000 0,0000 11,6209 0,0000 13,8841
La Ensenada (Lote 5) INAB 0,0000 0,0000 0,0000 0,9601 12,5581 1,7607 15,2789
MAGA 0,0000 3,8160 0,0000 0,0000 11,4602 0,0000 15,2762
La Ensenada (Lote 6) INAB 0,0000 0,0000 0,0000 2,6710 11,8033 4,7265 19,2008
MAGA 0,0000 8,4492 0,0000 0,0000 10,7519 0,0000 19,2011
La Ensenada (Lote 7) INAB 0,0000 0,0000 0,0000 0,0000 9,0579 5,4397 14,4976
MAGA 0,0000 5,2412 0,0000 0,0000 9,2588 0,0000 14,5000
La Ensenada (Lote 8) INAB 0,0000 0,0000 0,0000 0,0000 8,2355 5,3836 13,6190
MAGA 0,0000 5,0993 0,0000 0,0000 8,5179 0,0000 13,6172
La Ensenada (Lote 9) INAB 4,6144 10,7799 0,0000 0,0000 0,0000 0,0000 15,3943
MAGA 0,0000 3,2787 0,0000 0,0000 12,1155 0,0000 15,3943
La Ensenada (Lote 10) INAB 3,2353 11,5696 0,0000 0,0000 0,0000 0,0000 14,8049
MAGA 0,0000 4,5052 0,0000 0,0000 10,2997 0,0000 14,8049
La Ensenada (Lote 11) INAB 3,0169 13,8625 0,0000 0,0000 0,0000 0,0000 16,8794
MAGA 0,0000 6,6591 0,0000 0,0000 10,2203 0,0000 16,8794
La Ensenada (Lote 12) INAB 3,5042 12,5256 0,0000 0,0000 0,0000 0,0000 16,0298
MAGA 0,0000 4,8072 0,0000 0,0000 11,2226 0,0000 16,0298
La Ensenada (Lote 13) INAB 3,7507 9,1181 0,0000 0,0000 0,0000 0,0000 12,8687
MAGA 0,0000 1,6096 0,0000 0,0000 11,2591 0,0000 12,8687
La Ensenada (Lote 14) INAB 3,5038 11,2471 0,0000 0,0000 0,0000 0,0000 14,7509
MAGA 0,0000 4,7352 0,0000 0,0000 10,0157 0,0000 14,7509
La Ensenada (Lote 15) INAB 3,2297 10,7594 0,0000 0,0000 0,0000 0,0000 13,9890
MAGA 0,0000 5,0589 0,0000 0,0000 8,9302 0,0000 13,9890
La Ensenada (Lote 16) INAB 3,6797 11,6362 0,0000 0,0000 0,0000 0,0000 15,3158
MAGA 0,0000 5,9251 0,0000 0,0000 9,3977 0,0000 15,3228
La Ensenada (Lote 17) INAB 3,3276 10,7786 0,0000 0,0000 0,0000 0,0000 14,1062
MAGA 0,0000 5,4223 0,0000 0,0000 8,6869 0,0000 14,1092
La Ensenada (Lote 18) INAB 2,4823 7,8012 0,0000 0,0000 0,0000 0,0000 10,2835
MAGA 0,0000 3,4198 0,0000 0,0000 6,8567 0,0000 10,2765
Fuente: Elaboración propia
43
Al presentar ambos métodos ventajas y desventajas, se hace necesario la necesidad de
plantear un protocolo propio para el estudio de la capacidad de uso de la tierras que sea
realmente representativo a nivel local, que incluya aspectos físico-químicos del suelo y que se
realice a una escala de semidetalle (1:50,000), para que pueda ser utilizado para fines de
planificación y ejecución de proyectos agroforestales para el desarrollo comunitario integral
del país.
Así mismo, se recomienda prudencia, al momento de comparar ambas metodologías en
parámetros derivados, tal el caso de la intensidad de uso de la tierra, pues existe un
encubrimiento de la información base, ya que el uso actual de la tierra es expresión de la
tenencia de la tierra y de las políticas agrarias del país, y no de la calidad agrológica de la
tierra. El Cuadro 5, muestra los resultados de la intensidad de uso de las tierras de las 22
fincas determinados por ambos métodos y expresadas en hectáreas y %. El análisis de
varianza, para homogeneidad y la prueba de t (5%) para la igualdad de las medias es
significante según la prueba de Levene para el uso correcto (0,989) y sobre-uso (0,862), sin
embargo, es no para el sub-uso (0,336). El coeficiente de correlación de concordancia de Lin
indica correlación casi perfecta para el uso correcto (0,99) y sobre-uso (0,99), en el caso del
sub-uso no se observa correlación. En ambos casos de forma general el coeficiente de Lin
sigue la tendencia de la prueba t de medias.
44
Cuadro 5. Intensidad de uso de las Tierras de las fincas estudiadas, por método INAB (2000) y MAGA (2002)
No. Nombre Metodología Uso correcto % Sobre utilizado % Sub utilizado % Área urbanizada %
Área
total (ha) %
1 Finca Sechina Lote 15
INAB (ha) 931,89 68,98 411,20 30,44 7,83 0,58 0 0 1 350,92 100
USDA (ha) 933,97 69,14 416,95 30,86 0 0 0 0 1 350,92 100
2 Finca Nacimiento Cerro San Gil
INAB (ha) 104,70 38,93 46,86 17,42 108,52 40,35 8,88 3,30 268,96 100
USDA (ha) 204,55 76,05 55,50 20,63 0 0 8,91 3,31 268,96 100
3 Finca Popabaj
INAB (ha) 177,64 92,34 2,83 1,47 11,90 6,18 0 0 192,37 100
USDA (ha) 130,73 67,96 4,99 2,60 56,64 29,44 0 0 192,37 100
4 Finca San Bernardino
INAB (ha) 38,64 37,62 3,89 3,79 40,66 39,59 19,52 19,01 102,71 100
USDA (ha) 58,55 57,00 24,64 23,99 0 0 19,52 19,01 102,71 100
5
Finca La Ensena
(Lote 1)
INAB (ha) 1,52 12,23 10,88 87,77 0 0 0 0 12,40 100
USDA (ha) 1,52 12,26 10,88 87,74 0 0 0 0 12,40 100
6 Finca La Ensenada (Lote 2)
INAB (ha) 3,40 25,36 8,80 65,58 1,22 9,10 0 0 13,42 100
USDA (ha) 1,07 7,97 8,67 64,61 3,68 27,42 0 0 13,42 100
7 Finca La Ensenada (Lote 3)
INAB (ha) 3,99 26,04 11,13 72,65 0,20 1,31 0 0 15,32 100
USDA (ha) 2,18 14,23 8,99 58,68 4,15 27,09 0 0 15,32 100
8 Finca La Ensenada (Lote 4)
INAB (ha) 5,80 41,79 8,08 58,21 0 0,00 0 0 13,88 100
USDA (ha) 5,34 38,47 6,22 44,81 2,32 16,71 0 0 13,88 100
9 Finca La Ensenada (Lote 5)
INAB (ha) 3,31 21,66 11,97 78,34 0 0 0 0 15,28 100
USDA (ha) 2,36 15,45 9,11 59,62 3,81 24,93 0 0 15,28 100
10 Finca La Ensenada (Lote 6)
INAB (ha) 4,62 24,06 14,58 75,94 0 0 0 0 19,20 100
USDA (ha) 1,96 10,21 8,80 45,83 8,44 43,96 0 0 19,20 100
11 Finca La Ensenada (Lote 7)
INAB (ha) 3,47 23,93 11,03 76,07 0 0 0 0 14,50 100
USDA (ha) 1,67 11,52 7,59 52,34 5,24 36,14 0 0 14,50 100
12 Finca La Ensenada (Lote 8)
INAB (ha) 4,95 36,34 8,67 63,66 0 0 0 0 13,62 100
USDA (ha) 3,18 23,35 5,33 39,13 5,11 37,52 0 0 13,62 100
13 Finca La Ensenada (Lote 9)
INAB (ha) 11,84 76,93 0 0 3,55 23,07 0 0 15,39 100
USDA (ha) 1,37 8,90 11,30 73,42 2,72 17,67 0 0 15,39 100
14 Finca La Ensenada (Lote 10)
INAB (ha) 11,04 74,59 0 0 1,89 12,77 1,87 12,64 14,80 100
USDA (ha) 0,74 5,00 10,30 69,59 1,89 12,77 1,87 12,64 14,80 100
15 Finca La Ensenada (Lote 11)
INAB (ha) 6,15 36,43 0 0 9,27 54,92 1,46 8,65 16,88 100
USDA (ha) 2,57 15,23 7,45 44,14 5,40 31,99 1,46 8,65 16,88 100
16 Finca La Ensenada (Lote 12)
INAB (ha) 6,51 40,61 0 0 7,57 47,22 1,95 12,16 16,03 100
USDA (ha) 3,46 21,58 9,61 59,95 1,01 6,30 1,95 12,16 16,03 100
17 Finca La Ensenada (Lote 13)
INAB (ha) 6,06 47,09 0 0 6,13 47,63 0,68 5,28 12,87 100
USDA (ha) 2,48 19,27 8,78 68,22 0,93 7,23 0,68 5,28 12,87 100
18 Finca La Ensenada (Lote 14)
INAB (ha) 3,22 21,83 0 0 11,53 78,17 0 0 14,75 100
USDA (ha) 2,53 17,15 7,48 50,71 4,74 32,14 0 0 14,75 100
19 Finca La Ensenada (Lote 15)
INAB (ha) 4,74 33,88 0 0 9,25 66,12 0 0 13,99 100
USDA (ha) 0 0 8,93 63,83 5,06 36,17 0 0 13,99 100
20 Finca La Ensenada (Lote 16)
INAB (ha) 5,63 36,75 0 0 9,69 63,25 0 0 15,32 100
USDA (ha) 2,27 14,82 7,14 46,61 5,91 38,58 0 0 15,32 100
21 Finca La Ensenada (Lote 17)
INAB (ha) 5,14 36,43 0 0 8,97 63,57 0 0 14,11 100
USDA (ha) 0,74 5,24 7,95 56,34 5,42 38,41 0 0 14,11 100
22 Finca La Ensenada (Lote 18)
INAB (ha) 3,22 31,32 0 0 7,06 68,68 0 0 10,28 100
USDA (ha) 2,50 24,32 4,35 42,32 3,43 33,37 0 0 10,28 100
Fuente: Elaboración propia
45
VI. CONCLUSIONES
6.1) La clasificación de tierras por capacidad de uso utilizando los métodos INAB y MAGA, a
través de unidades de clasificación, conlleva a resultados estadísticamente diferentes en cuanto al
número de hectáreas asignadas a cada unidad de capacidad de uso.
6.2) La aplicación de una u otra metodología puede afectar positiva o negativamente la
planificación y desarrollo de proyectos productivos de diversa índole.
6.3) La intensidad de uso de las tierras, como unidad derivada de la capacidad de uso de las
tierras, no es aconsejable como criterio evaluador, pues tiende a encubrir la naturaleza de la
capacidad de uso de la tierra, debido a que el uso actual es expresión de la tenencia de la tierra e
influencia de la política agraria del país, y no de la calidad agrológica de la tierra.
6.4) Se evidencia la necesidad de proponer un protocolo local, basado en criterios que
considere aspectos físico-químicos del suelo y que se desarrolle a una escala de semidetalle.
46
VII. REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS
7.1) Año, C., Sánchez, J. & Antolín, C. (1997). Análisis y valoración de los sistemas de
evaluación de suelos en España. Evolución, tendencias actuales y perspectivas futuras. Estudios
Geográficos, 228, 331-353.
7.2) Cools, N., De Pauw, E. & Deckers, J. (2003). Towards an integration of conventional
land evaluation methods and farmers’ soil suitability assessment: a case study in northwestern
Syria. Agriculture, Ecosystems and Environment, 95 (1), 327–342.
7.3) Doran, J.W. & Parkin, T.B. (1996). Quantitive indicators of soil quality: a minimum data
set. En: Doran, J.W. & Jones, A. J. (Eds.), Methods for Assessing Soil Quality. Soil Science
Society of America, Special publication No. 49 (25–37). United States of America: SSSA.
7.4) FAO. Food and Agriculture Organization of the United Nations. (1978). Report on the
Agro-ecological zones project. World Soil Resources Report No. 48, Vol. 1: Methodology and
results for Africa. Rome: FAO.
7.5) Fernandez, L. A., Nascimento, P. S., D’Angelo, S., Dayrell, C. A. & Arruda, R. (2008).
Relação entre o conhecimiento local, atributos químicos e físicos do solo e uso das terras. R.
Bras. Ci. Solo, 32, 1355-1365.
7.6) INAB. Instituto Nacional de Bosques. (2000). Clasificación de tierras por capacidad de
uso. Aplicación de una metodología para tierras de la república de Guatemala. Guatemala:
Instituto Nacional de Bosques.
7.7) Klingebiel, A. A. & Montgomery, P.H. (1961). Land capability classification. USDA
Agricultural Handbook No. 210, Washington, D.C., United States of America: Government
Printing Office.
47
7.8) Lin, L. I. (2000). A note on the concordance correlation coefficient. Biometrics, 56 (1),
324-325.
7.9) MAGA. Ministerio de Agricultura Ganadería y Alimentación. (2002). Mapa de Capacidad
de uso de las tierras de Guatemala. En: Duro J. M., Monzón R.M., Vásquez Villatoro R.,
González Díaz G. R., García González G.P., Argueta Medina J.C., González Rivera O.R. (Eds).
Atlas Temático de la República de Guatemala, escala 1:250,000. Guatemala: MAGA.
7.10) MAGA-IGAC. Ministerio de Agricultura Ganadería y Alimentación-Instituto Geográfico
Agustín Codazzi. (2010). Estudio semidetallado de los suelos y capacidad de Uso de las Tierras
del departamento de Chimaltenango. Guatemala: MAGA.
7.11) MAGA-IGAC. Ministerio de Agricultura Ganadería y Alimentación-Instituto Geográfico
Agustín Codazzi. (2013). Estudio semidetallado de los suelos y capacidad de uso de las Tierras
del departamento de Sololá. Guatemala: MAGA.
7.12) MAG-MIRENEM. Ministerio de Agricultura y Ganadería-Ministerio de Recursos
Naturales, Energía y Minas. (1994). Metodología Determinación Capacidad Uso Tierras Costa
Rica: Decreto No. 23214.
7.13) Sánchez, P.A., Couto, W. & Buol, S.W. (1982). The fertility capability soil classification
system: interpretation, applicability and modification. Geoderma, 27(4), 283-309.
SEGEPLAN. Secretaría de Planificación y Programación de la Presidencia. (1994). Conceptos y
definiciones fundamentales de geografía temática para planificaión regional. Guatemala:
SEGEPLAN.
7.14) Sevilla, L. V. & Comerma, G. J. (2008). Caracterización de la Cuenca del Río Canoabo
en el estado de Carabobo, Venezuela. Agronomía Trop., 59(2): 149-160.
48
7.14) Sheng, T.C. (1976). Proyecto de clasificación de la capacidad de uso de la tierra
orientado hacia su tratamiento. Kingston, Jamaica: PNUD/FAO.
7.15) USBR. United States Bureau of Reclamation. (1951). Irrigated land use, Part 2: Land
classification. Bureau of Reclamation Manual, Vol. 5. Washington, United States of America:
Government Printing Office.
49
CAPÍTULO III
Método de caracterización físico-química de los suelos y estudio
semidetallado de capacidad de uso de las tierras
50
I. INTRODUCCION
La propuesta de un protocolo para la caracterización físico-química de los suelos y el
estudio de capacidad de uso de la tierra, responde a la necesidad de establecer un procedimiento
local que pueda ser utilizado como una herramienta práctica para procesos de compra y
financiamiento de fincas, dentro de la política agraria del acceso a la tierra vía mercado del
FONTIERRAS de 1999. Para lo que se propone un protocolo en tres fases:
a) Primera de gabinete, que conlleva la recopilación de información básica colectada en
gabinete y verificada en campo respecto a la localización geográfica, vías de acceso, servicios,
zona de vida, climatología y vegetación, hidrología y drenaje. Interpretaciones fotogramétricas,
análisis de ortofoto, delimitación del área de la finca, establecimiento de los criterios de
muestreo, definición de las unidades de mapeo, planificación del muestreo aleatorio estratificado.
b) Trabajo de campo, verificación de las unidades de mapeo en campo, muestreo,
descripción de unidades modales de suelos y la realización “per se” del estudio de capacidad de
uso de la tierra a escala 1:50 000,00 integrando criterios modificados para Guatemala, de la
metodología Soil Capability del servicio de reconocimiento de suelos de los Estados Unidos
Americanos (Klingebiel & Montgomery, 1961), y de sus versiones adaptadas para Costa Rica
(MAG-MIRENEM, 1994) y Colombia (IGAC, 2007).
c) Segunda de gabinete, análisis e interpretación de los trabajos de campo, resultados de
análisis de suelos, elaboración de mapas y descripción de su leyenda, e informe de los estudios.
Para que de forma práctica e incluyendo factores físico-químicos de los suelos más
aspectos biofísicos y agrológicos se puedan realizar estudios a nivel local para la planificación e
implementación de proyectos agropecuarios y forestales, que se constituyan en la base de
desarrollo económico de comunidades agrarias, bajo la premisa de adquisición de tierras vía
mercado, Ley del FONTIERRAS.
51
II. MARCO TEÓRICO
El levantamiento de los suelos comprende todas aquellas investigaciones necesarias para
determinar sus características más importantes, clasificarlos dentro de un sistema taxonómico,
delimitarlos, presentarlos en un mapa e interpretarlos desde el punto de vista de su aptitud para
usos agrícolas, pecuarios e ingeniería, y predecir su comportamiento y productividad bajo
diferentes sistemas de manejo (IGAC, 2007). Sin embargo, esta investigación se refiere a la
caracterización físico química de los suelos y el levantamiento semidetallado del uso de la tierra.
El nivel de generalización geomorfológico es la forma del terreno (morfografía, morfometría) o
complejos de formas de terreno (Zinck, 1988). Parte significativa del análisis se realiza durante
la etapa de fotointerpretación en la que predominan criterios geomorfológicos, aunque otros
como la cobertura vegetal y algunos rasgos superficiales del terreno, son también importantes.
Las unidades resultantes se caracterizan a través del reconocimiento de campo y el muestreo.
El propósito del sistema de clasificación de tierras por su capacidad de uso es el de agrupar las
tierras con base a su capacidad para producir plantas cultivadas, desde un punto de concepción
holística en forma sostenible y sin deterioro del suelo. La propuesta de la clasificación de tierras
por capacidad de uso presentada en esta investigación tiene como origen el sistema de
clasificación del Departamento de Agricultura de los Estados Unidos (Klingebiel & Montgomery,
1961) y su contextualización con base en experiencias compiladas mediante el estudio
bibliográfico y práctico de las aplicaciones de esta metodología en Costa Rica (MAG-
MIRENEM, 1994), Colombia (IGAC, 2007) y Guatemala (MAGA-IGAC, 2010, 2013).
La clasificación de las tierras por capacidad de uso se fundamenta en el análisis de las
características de los suelos que limitan el uso y generan riesgo de degradación de los mismos,
principalmente por erosión. Se enfatiza en la importancia de las prácticas de conservación de
suelos, así, a medida que se incrementa la clase de capacidad de uso, a partir de un uso deseado,
la diversidad de éstos disminuye y las prácticas de conservación aumentan, por ejemplo: a) tierras
arables, con capacidad para cualquier tipo de cultivo, con muy pocas prácticas de conservación
de suelos; b) tierras arables, con restricciones en la selección de cultivos, con prácticas de
conservación de suelos y c) tierras para ganadería con praderas mejoradas.
El sistema de clasificación, indica únicamente el rango de posibilidades de usos que en
condiciones naturales pueden ser destinadas a las tierras de una finca y no a especificar el mejor,
52
ni el más rentable de los usos, sin olvidar, que el manejo es el indicador por excelencia para
potencializar el uso de la tierra en función de su agrología (MAG-MIRENEM, 1994).
Las tierras se clasifican por su capacidad de uso principalmente con base en sus
limitaciones permanentes y para ello se tiene en cuenta el número y el grado de las limitaciones.
La regla general establece que si una limitación es severa, esto es suficiente para ubicar las tierras
en una clase baja, sin importar que las otras limitaciones sean de menor grado. La pendiente, la
textura, la profundidad del suelo, los efectos de retención de humedad, el tipo de arcilla, y otras
propiedades similares, son considerados como características permanentes del suelo. Además, las
limitaciones pueden ser, por su magnitud, generales y específicas; las primeras, indican las
limitaciones globales referidas a la degradación, la pendiente, el suelo, la humedad y el clima
ambiental; las segundas, identifican la clase de limitación específica dentro de la general, por
ejemplo: fertilidad, etc. Algunas de las limitaciones generales y/o específicas pueden corregirse o
atenuarse, en forma fácil o difícil; otras no, y por lo tanto son de carácter permanente. El grado de
las limitaciones expresa la intensidad de la desviación con respecto al suelo ideal. En general, se
consideran cinco grados de intensidad en las limitaciones: ligera, moderada, severa, baja, media,
alta, etc.
Existen ciertos criterios básicos sobre el sistema de clasificación de tierras por capacidad de
uso y que es importante enumerar (MAG-MIRENEM, 1994):
a) La clasificación por capacidad de uso es de carácter interpretativo y se fundamenta en los
efectos combinados del ambiente bio-físico y las características permanentes de los suelos, sobre
los riesgos de su deterioro, limitaciones en su uso y capacidad de producción y requerimientos de
manejo del suelo.
b) Las tierras de una misma clase por capacidad, son similares únicamente con respecto al
grado de limitaciones en el uso para propósitos agrícolas o, respecto al riesgo de deterioro cuando
se usan. Una clase de capacidad de uso puede incluir varias clases de suelos, que requieren
distintas prácticas de manejo; por lo tanto, al nivel de clase no se pueden hacer generalizaciones
válidas con respecto a cultivos específicos y prácticas de manejo.
c) El agrupamiento por capacidad está sujeto a cambios, en la medida en que se obtenga más
información sobre el comportamiento y respuesta de los suelos a las prácticas de manejo. Así
mismo, la clasificación por capacidad de uso de las tierras se puede modificar cuando se
53
implementen proyectos de recuperación que eliminen completamente las limitaciones y reduzcan,
por un periodo largo, los riesgos de daño al suelo o a los cultivos.
d) Las clases de capacidad agrícola difieren entre sí por el incremento en los grados de
limitaciones o riesgos de degradación de los suelos. Estas limitaciones o riesgos afectan los
requerimientos de manejo por un periodo relativamente largo para una agricultura permanente.
e) Los encharcamientos, el exceso o la falta de agua para la producción adecuada de
cultivos, la presencia de piedras y el peligro de inundaciones, no se consideran limitaciones
permanentes para el uso, siempre y cuando sea factible su remoción o control.
f) Los suelos cuyas limitaciones físicas como pedregosidad o mal drenaje determinen que la
cosecha de los cultivos deba realizarse manualmente, no se incluyen dentro de las clases
eminentemente agrícolas sin mejoras.
g) Para clasificar las tierras por capacidad en las diferentes categorías del sistema, es
necesario tener información proveniente de investigaciones, observaciones y experiencias de la
finca, de lo contrario deberán generarse o inferirse.
h) En la clasificación de tierras por capacidad de uso no se incluyen las distancias a los
mercados, la clase de caminos, el tamaño, la forma y la ubicación de las unidades de suelos, ni las
características socioeconómicas de las comunidades.
2.1 Estructura del sistema de clasificación de las tierras por capacidad de uso
Estructuralmente el sistema de clasificación comprende tres niveles: clases, subclases y
unidades de manejo. Dentro de su nivel tecnológico, incluye las prácticas de manejo y
conservación de suelos especificadas para cada clase de capacidad.
a) Clase de capacidad de uso: se define como grupos de tierras que presentan condiciones
similares en el grado relativo de limitaciones y riesgo de deterioro para su uso en forma
sostenible.
b) Subclase de capacidad de uso: las subclases son grupos de tierras dentro de una clase que
tienen limitaciones del mismo tipo.
c) Unidades de Manejo: Constituyen una subdivisión de las subclases de capacidad de uso,
que indican el o los factores específicos que limitan su utilización en actividades agropecuarias y
forestales. Estas tierras son lo suficientemente homogéneas como para requerir sistemas de
manejo y conservación similares.
54
El sistema consta de ocho clases representadas por números romanos, en las cuales se
presenta un aumento progresivo de limitaciones para el desarrollo de las actividades agrícolas,
pecuarias y forestales. Las clases I, II y III permiten el desarrollo de cualquier actividad
incluyendo la producción de cultivos anuales. El uso de las clases IV, V, VI se restringe al
desarrollo de cultivos semipermanentes y permanentes. La clase VII tiene limitaciones tan
severas que sólo permiten el manejo del bosque natural primario o secundario. En las tierras
descubiertas, debe procurarse el restablecimiento de la vegetación natural. La clase VIII está
compuesta de terrenos que no permiten ninguna actividad productiva agrícola, pecuaria o
forestal, siendo por tanto, adecuada únicamente para la protección de recursos naturales.
2.2 Presentación de las Clases, Subclases y Unidades de Manejo del sistema de clasificación
de las tierras por capacidad de uso
2.2.1 Clases de capacidad de uso
a) Clase I
Incluye tierras con pocas o ninguna limitación para el desarrollo de actividades agrícolas,
pecuarias o forestales adaptadas ecológicamente a la región. Se encuentran sobre superficies
planas o casi planas, con erosión nula, suelos muy profundos, textura media en el suelo y de
moderadamente gruesa a moderadamente fina en el subsuelo, sin piedras, drenaje bueno, sin
riesgo de inundación, periodo seco moderado y sin efectos adversos por neblina y viento.
b) Clase II
Representa limitaciones leves que solas o combinadas reducen la posibilidad de elección
de actividades o se incrementan los costos de producción debido a la necesidad de usar prácticas
de manejo y conservación de suelos. Las limitaciones que pueden presentar son: relieve
ligeramente ondulado, erosión leve, suelos profundos, texturas moderadamente finas o
moderadamente gruesas en el suelo y finas o moderadamente gruesas en el subsuelo, ligeramente
pedregosos, fertilidad media, drenaje moderadamente excesivo o moderadamente lento, riesgo de
inundación leve, con periodo seco fuerte o ausente, condición de neblina y viento moderados.
c) Clase III
Presenta limitaciones moderadas solas o combinadas, que restringen la elección de los
cultivos o se incrementan los costos de producción. Para desarrollar los cultivos anuales se
requieren prácticas intensivas de manejo y conservación de suelos. Entre las limitantes presentes
55
están: relieve moderadamente ondulado, erosión leve, suelos moderadamente profundos, texturas
en el suelo y subsuelo finas o moderadamente gruesas, moderadamente pedregosos, fertilidad
media, drenaje moderadamente excesivo o moderadamente lento, riesgo de inundación
moderado, con periodo seco fuerte o ausente, condición de neblina y viento moderados.
d) Clase IV
Presenta fuertes limitaciones, solas o combinadas, que restringen su uso a vegetación
semipermanente y permanente. Los cultivos anuales se pueden desarrollar únicamente en forma
ocasional y con prácticas muy intensivas de manejo y conservación de suelos. Las limitaciones
que se pueden presentar solas o combinadas: relieve ondulado, erosión moderada, suelos
moderadamente profundos, texturas en el suelo y en el subsuelo muy finas o moderadamente
gruesas, pedregosos, fertilidad media, drenaje moderadamente lento o moderadamente excesivo,
riesgo de inundación moderado, con periodo seco fuerte o ausente, condición de neblina y viento
moderados.
e) Clase V
Presenta severas limitaciones para el desarrollo de cultivos anuales, semipermanentes,
permanentes o bosque, por lo cual su uso se restringe para pastoreo o manejo de bosque natural.
Las limitaciones que pueden ocurrir, solas o combinadas cuando la pendiente es inferior al 15%
son: relieve moderadamente ondulado, erosión moderada, suelos poco profundos, texturas del
suelo y subsuelo pueden ser de finas a gruesas, fuertemente pedregosas, muy baja fertilidad,
drenaje muy lento o excesivo, riesgo de inundación severo, con periodo seco fuerte o ausente,
condición de neblina y viento fuerte. Cuando la pendiente oscila entre 15 y 30% son: relieve
ondulado, erosión moderada, suelos poco profundos, texturas en el suelo moderadamente gruesas
o finas y en el subsuelo de muy finas a gruesas, fuertemente pedregosos, muy baja fertilidad,
drenaje muy lento o excesivo, riesgo de inundación severo, con periodo seco fuerte o ausente,
condición de neblina y viento fuerte.
f) Clase VI.
Utilizadas para la producción forestal, así como cultivos permanentes como frutales y
café, aunque estos últimos requieren prácticas intensivas de manejo y conservación de suelos.
Las limitaciones que se pueden presentar, solas o combinadas son: relieve fuertemente ondulado,
erosión severa, suelos moderadamente profundos, texturas en el suelo de muy finas a gruesas, en
el subsuelo de muy finas a moderadamente gruesas, fuertemente pedregosos, muy baja fertilidad,
56
drenaje moderadamente excesivo o moderadamente lento, riesgo de inundación moderado,
periodo seco fuerte o ausente, condición de neblina y viento moderada.
g) Clase VII
Presenta severas limitaciones por lo cual sólo se permite el manejo forestal en caso de
cobertura boscosa; en aquellos casos en que el uso actual sea diferente al bosque, se procurará la
restauración forestal por medio de la reforestación. Las limitaciones que se pueden presentar
solas o combinadas son: relieve escarpado, erosión sufrida severa, suelos poco profundos,
texturas en el suelo y subsuelo de muy finas a gruesas, fuertemente pedregosas, muy baja
fertilidad, drenaje excesivo o nulo, riesgo de inundación muy severo, periodo seco fuerte o
ausente, condición de neblina y viento fuertes.
h) Clase VIII
Estas tierras no reúnen las condiciones mínimas para actividades de producción
agropecuaria o forestal. Son utilizadas sólo como zonas de preservación de flora y fauna,
protección de áreas de recarga acuífera, reserva genética y belleza escénica.
2.2.2 Subclases de capacidad de uso
En este sistema se reconocen como factores para definir subclases, limitaciones debidas a
erosión (e), suelo (s), drenaje (d) y clima (c). Para determinar las subclases se deben comparar las
condiciones del terreno con respecto a las permitidas en la clase I.
a) Erosión (e)
Es la pérdida actual o potencial de suelo provocada por la escorrentía superficial y la
acción del viento. La erosión actual ocurre por malas prácticas de manejo de la tierra y la
potencial según el grado de inclinación de la pendiente.
b) Suelo (s)
Se refiere a las limitaciones que se presentan, provocadas por uno o varios de los siguientes
factores: profundidad efectiva, textura, pedregosidad y fertilidad.
c) Drenaje (d)
Agrupa las limitaciones causadas por exceso o deficiencia de humedad en el suelo o por riesgo de
inundación.
57
d) Clima (e)
Son limitaciones debidas a las distintas características climáticas que afectan negativamente el
crecimiento de las plantas. Para caracterizar las limitaciones por clima, el sistema emplea el
período seco, el viento y la neblina.
2.2.3 Unidades de manejo de capacidad de uso
Las unidades de manejo constituyen una subdivisión de las subclases de capacidad de uso,
que indican el o los factores específicos que limitan su utilización en actividades agropecuarias y
forestales. Se representan por un número romano que indica la clase de capacidad, una o más
letras minúsculas que indican las subclases de capacidad y uno o más números arábigos como
subíndices a las subclases que corresponden a la unidad de manejo. Para definir los factores
limitantes específicos, se deben comparar con las condiciones establecidas para la clase I, para
destacar el o los factores de mayor limitación responsables de definir las unidades de manejo, el
subíndice respectivo se indicará subrayado. Las diferentes limitantes llevarán la siguiente
secuencia: e, s, d, c. Para las clases III a VII. Ver Figura 1 y Cuadro 1.
Figura 1. Factores de restricción del uso de la tierra
Fuente: MAG-MIRENEM (1994)
58
Cuadro 1. Variables para la categorización de la capacidad del uso de tierras
Erosión Suelos
Drenaje Clima
Profundidad
efectiva
Texturas
Pedregosidad Fertilidad Clase Pendiente
(%)
Erosión
Sufrida
Suelo
30cm
Subsuelo
30 – 120 cm
Drenaje Riesgo de
Inundación
Periodo seco Neblina Viento
e1 e2 s1 s2 s2 s3 s4 d1 d2 c1 c2 c3
I <3 Nula >120 Media Mod gruesas a
mod finas Sin piedra Alta Bueno Nulo
Moderado Ausente Ausente
II <8 Nula o leve >90 Mod fina a
mode gruesa
Finas a mod
gruesas
Sin piedra a
ligeramente
pedregoso
Media alta Mod. exces. a
Mod. lento Nulo a leve
Cualquiera Ausente o
moderado
Ausente o
moderado
III
<3 Nula o leve >90 Finas a muy
finas
Finas a muy
finas
Sin piedra a
ligeramente
pedregoso
Alta Mod. Lento a lento Nulo a
Moderado
Fuerte Ausente Ausente o
moderado
<15 Nula o
moderada >60
Finas a mod
gruesas
Finas a Mod
gruesas
Sin piedra a
ligeramente
pedregoso
Media alta Mod. exces. a
Mod. lento
Nulo a
Moderado
Cualquiera Ausente o
moderado
Ausente o
moderado
IV <30 Nula o
moderada >60
Muy fina a
mod gruesas
Muy fina a mod
gruesas
Sin piedra a
moderad
pedregoso
Media alta Mod. lent. a Mod.
Exces
Nulo a
Moderado
Cualquiera Ausente o
moderado
Ausente o
moderado
V
<15 Nula o
moderada >30 Cualquiera Cualquiera
Sin piedra a
pedregoso Cualquiera Muy lento a exces.
Nulo a
Severo
Cualquiera Ausente o
fuerte
Ausente o
fuerte
<30 Nula o
moderada >30
Mod gruesa a
fina Cualquiera
Sin piedra a
fuertemente
pedregoso
Cualquiera Muy lento a exces. Nulo a
severo
Cualquiera Ausente o
fuerte
Ausente o
fuerte
VI <50 Nula o severa >60 Cualquiera Cualquiera
excepto gruesas
Sin piedra a
fuertemente
pedregoso
Cualquiera Mod. exces. a
Mod. lento
Nulo a
Moderado
Cualquiera Ausente o
moderado
Ausente o
moderado
VII <75 Nula o severa >30 Cualquiera Cualquiera
Sin piedra a
fuertemente
pedregoso
Cualquiera Cualquiera Cualquiera
Cualquiera Cualquiera Cualquiera
VIII Cualquiera Cualquiera Cualquiera Cualquiera Cualquiera Cualquiera Cualquiera Cualquiera Cualquiera Cualquiera Cualquiera Cualquiera
Fuente: MAG-MIRENEM (1994), modificado para Guatemala
59
III. OBJETIVO ESPECÍFICO
3.1) Elaborar un método de caracterización físico-química de los suelos y estudio
semidetallado de capacidad de uso de las tierras.
60
IV. MATERIALES Y MÉTODOS
Se propone el siguiente protocolo para desarrollar la caracterización físico-química de los
suelos y el estudio semidetallado de capacidad de uso de la tierra, se ilustró a través del caso de
estudio finca “Sactelá”, Cobán, Alta Verapaz.
Primera fase de gabinete
4.1) Localización geográfica
Se indicó la localización de la finca, se enunció la aldea, municipio, departamento, según
la distribución administrativa geográfica del país, incluyendo la georeferenciación y elevación.
4.2) Acceso a la finca
Se explicó el tipo de vías de acceso, servidumbres de paso, su estado, limitaciones de
accesibilidad, durante el año y distancia a los poblados más cercanos y existencia de caminos
internos.
4.3) Servicios
Se enunció los servicios más importantes como: electrificación, telefonía, agua potable,
educativos, salud, acceso a mercados, seguridad pública, recreativos y religiosos de la propiedad
y poblados más cercanos.
4.4) Zona de vida
Se describió la zona de vida de acuerdo con el sistema de clasificación de Holdridge
(Cruz, 1982), escala 1:600,000, más verificaciones de campo para el semidetalle.
4.5) Clima y vegetación
Se describió el tipo de clima según la clasificación de Thornthwaite, a escala 1:50 000,00
según (DIGEGR-MAGA, 2009). La vegetación nativa se describió de acuerdo al mapa de
cobertura forestal (INAB, 2012).
4.6) Hidrografía y drenaje
Se describió las características que presenta la finca con respecto a la evacuación de aguas
de forma natural, los recursos hídricos, desde los cursos menores como nacientes y quebradas
hasta el cauce principal de la cuenca. Se enumeró la intermitencia o permanencia de caudales de
agua, cantidad aproximada y posibilidades para utilizarla en regadío (se evaluó la necesidad de
pruebas de infiltración “in situ” para aquellas áreas con pendientes < 12%, en aquellas zonas que
61
lo requieran). El drenaje se expresó por una descripción resumida acerca de la rapidez del
movimiento del agua a través del perfil del suelo, o bien por el escurrimiento superficial.
4.7) Interpretaciones fotogramétricas
Se analisó la ortofoto, se delimitó el área de la finca, se definieron los criterios del
muestreo y unidades de mapeo.
Trabajo de campo
4.8) Caracterización físico-química de los suelos
Se verificó las unidades de muestreo en campo, se efectuó el muestreo, se describieron las
unidades modales y se discutió e interpretó los resultados de los análisis físico-químicos de los
suelos por unidad cartográfica. Se enfatizó en textura, retención de humedad, fertilidad,
saturación de aluminio, saturación de bases y contenidos de materia orgánica.
4.9) Capacidad de Uso de la Tierra
Se realizaron recorridos de campo y se colectó la información necesaria según Cuadro 1,
para cada unidad de mapeo.
Segunda fase de gabinete
4.10) Se sintetizó toda la información de campo, el resultado de los análisis de suelos, se
realizaron los mapas a escala 1:50 000,00 indicando la clase agrológica absoluta y porcentual, la
subclase, la unidad de manejo y sus principales características y limitantes de uso, usos
recomendados y prácticas de manejo a través de la zonificación física de las tierras de la finca.
4.11) Conclusiones
Se concluyó sobre las características físico-químicas de los suelos, unidades de manejo de
la tierra, cobertura absoluta y porcentual.
4.12) Nombre, cargo y firma de quien realiza el estudio
El trabajo se identificó con datos del autor: nombre completo, cargo que ocupa dentro del
Fondo de Tierras, colegiado activo y firma.
4.13) Referencias bibliográficas
Es la bibliografía consultada y citada en el texto para la elaboración de los estudios.
62
V PRESENTACIÓN Y DISCUSIÓN DE RESULTADOS
Primera fase de gabinete
5.1) Localización geográfica
La Finca Sactelá está ubicada en el municipio de Cobán, departamento de Alta Verapaz
con coordenada en vértice superior oeste X: 491553-Y:1695693 a 1 300,00 msnm.
5.2) Acceso a la finca
De la ciudad capital a Cobán 212 Km; de la ciudad de Cobán hacia Secocpur 47,3 Km;
hasta aquí, la carretera es asfaltada. De Secocpur a la comunidad Bella Vista, ubicada en la Finca
Sactelá 21,8 Km de terracería, de buen estado en verano, pero de difícil acceso vehicular en
invierno. Total de 281 km desde la ciudad capital de Guatemala.
5.3) Servicios
Se cuenta con agua entubada, conducida por gravedad, no se cuenta con centros médicos,
ni escuelas. El centro poblado es de 7 ha que representa el 1,58% de toda la finca cuya extensión
es de 441,5 ha. Este poblado conocido como Aldea Bella Vista, sería desmembrado en caso de la
adquisición de la finca.
5.4) Zona de vida
La Finca está ubicada en la zona de vida Bosque Muy Húmedo Subtropical Cálido con
base en el sistema de clasificación de Holdridge (Cruz, 1982).
5.5) Clima y vegetación
La Finca Sactelá está ubicada en la zona climática Cálida Sub-Húmeda (DIGEGR –
MAGA, 2009), adaptada de Thornthwaite a escala 1:50 000,00. Se caracteriza por índice de
temperatura de 131-150, índice de humedad de 67-134, temperatura media anual de 24,4 a 27,8
°C, precipitación media anual de 1 001,00 a 2 000,00 mm, altitud de 0 a 600 m +/- 100. La
vegetación nativa es bosque latifoliado de mediana altura. Únicamente en los meses de febrero,
marzo y abril, existe déficit de humedad, por lo que puede indicarse que existe una buena
disponibilidad de agua de lluvia, no se hace necesario el uso de agua de irrigación en ninguna
época del año y se obtienen dos cosechas por año agrícola.
5.6) Hidrografía y drenaje
La Finca es atravesada de este para oeste por el río Icbolay, es un río de flujo permanente,
con un cauce de 30 a 50 m de ancho, navegable. Fuente de agua dulce y biodiversidad.
5.7) Interpretaciones fotogramétricas
63
5.7.1) Análisis de ortofoto
Con base en la ortofoto de 2006, escala 1:20 000,00 se identifica el área de la finca y se
delimita el polígono real para el desarrollo del estudio.
5.7.2) Delimitación del área de la finca
Usando el programa de computación Autocad se generó el polígono digital con base en las
coordenadas GTM de la finca. Posteriormente se realizó una sobreposición georeferenciada sobre
la ortofoto con objeto de establecer las unidades geomorfológicas.
5.7.3) Establecimiento de los criterios de muestreo
Para el semidetalle, 4 observaciones por cada 100 ha (densidad baja). El 30% de las
observaciones son de identificación (cajuela) y el 70% de comprobación (barreno). La densidad
de observaciones deberá ser al menos de una (1) detallada por cada tipo de relieve encontrado. Se
deberá describir como mínimo, un (1) perfil por cada suelo de tipo de relieve diferente.
5.7.4) Definición de las unidades de mapeo
Con base en la sobreposición del plano en la ortofoto se contrastó el mapa de relieve y la
ortofoto para definir las llamadas unidades de mapeo, basadas en áreas geomorfológicamente
homogéneas, teniendo que ser verificadas en campo. Se identificaron inicialmente 3 unidades de
mapeo: U-1: áreas de 15 a 30% de pendiente; U-2: áreas de 0 a 15 % de pendiente; U-3 áreas con
más 30% de pendiente.
5.7.5) Planificación del muestreo aleatorio estratificado
Los estratos se definieron como unidades con características similares (ej. forma del
terreno), posteriormente se colectó una muestra de forma aleatoria. Con la ayuda de un sistema de
cuadrícula de 10 ha por cuadro, se planificó el muestreo de tal manera de satisfacer los criterios
establecidos en el numeral (5.7.3).
Trabajo de campo
5.8) Caracterización físico-química de los suelos
5.8.1) Verificación de las unidades de mapeo y uso actual
Se identificaron en campo las unidades teóricas de mapeo y se corrigen por
caminamientos, se estableció un área de 30 m a cada lado del cauce del Río Icbolay y la laguna
que éste forma. Las Unidades reales de mapeo son U-1, áreas de cardamomo bajo sombra; U-2,
áreas de ganadería; U-3 lechos rocosos con bosque natural; se define una nueva unidad, la U-4;
áreas agrícolas sin riesgo de inundación, Figura 2.
64
Figura 2. Ortofoto y delimitación de la finca (A), unidades de muestreo (B), unidades de
muestreo verificadas en campo (C)
Fuente: Elaboración propia
5.8.2) Muestreo
Con base en los criterios de muestreo (5.7.3) y la planificación del muestreo (5.7.5), se
realizaron observaciones de identificación y comprobación. Para cada perfil modal, se colectan
muestras de suelos (600 g) por cada horizonte del perfil hasta la profundidad de 120 cm. Las
muestras correctamente identificadas son trasladadas al laboratorio de análisis de suelo para la
realización del análisis físico-químico.
5.8.3) Descripción edáfica por unidad modal, solo se muestra la Unidad 1. Las Unidades 2,3 y 4
se presentan en el Anexo 2 y los análisis de suelos de todas las unidades en el Anexo 3.
a) General
-Número de perfil: No. 1
-Orden del suelo: Molisoles
-Ubicación - coordenadas GTM-: (X): 493139 (Y): 1749900
-Forma del terreno: Plano de llanura, de las Tierras Altas Sedimentarias, planicies estructurales
de la Sierra de Chamá.
-Pendiente donde el perfil está situado: 5 %
-Uso actual de la tierra: Cardamomo bajo sombre.
-Clima: cálido subhúmedo
b) Información general acerca del suelo.
-Material de origen: Rocas Sedimentarias del cretácico y cretácico terciario
-Drenaje: Bueno.
-Profundidad efectiva: > 120 cm
65
-Profundidad de la capa freática (en metros): > 120 cm
-Pedregosidad o afloramientos rocosos: Sin pedregosidad
-Evidencia de erosión: Nula
-Presencia de sales o álcalis: Nulo, no visibles sobre la superficie del suelo
c) Breve descripción del perfil.
Suelos profundos con desarrollo de horizonte O, A, y B profundo bien desarrollados. Suelos de
color obscuro, textura arcillosa, estructura en bloques, bien drenados.
d) Descripción de cada horizonte del suelo, Cuadro 2.
Cuadro 2. Descripción edáfica del perfil modal de la Unidad 1
Profundidad y
nomenclatura Descripción de horizontes
0 – 15 cm
(0)
Color en húmedo pardo grisáceo muy oscuro (10YR3/2); sin manchas de color
evidentes, textura arcillosa, estructura en bloques angulares medios y moderados,
consistencia en húmedo friable, en mojado ligeramente pegajosa y plástica, sin
presencia de cutanes y cementaciones, pocos poros, sin fragmentos de roca, sin
presencia de nódulos minerales y capas endurecidas. Sin reacción al HCl, con evidencia
de raíces, ricos en materia orgánica 9,13, pH 5,1.
15 – 40 cm
(A)
Color en húmedo gris muy oscuro (10YR3/1); sin manchas de color evidentes, textura
arcillosa, estructura en bloques angulares medios y moderados, consistencia en húmedo
friable, en mojado ligeramente pegajosa y plástica, sin presencia de cutanes y
cementaciones, pocos poros, sin fragmentos de roca, sin presencia de nódulos
minerales y capas endurecidas. Sin reacción al HCl, con evidencia de raíces, materia
orgánica adecuada 3,55%, pH 5,0.
>40 cm
(B)
Color en húmedo pardo amarillento oscuro (10YR4/6); sin manchas de color evidentes,
textura arcillosa, estructura en bloques angulares medios y moderados, consistencia en
húmedo friable, en mojado ligeramente pegajosa y plástica, sin presencia de cutanes y
cementaciones, pocos poros, sin fragmentos de roca, sin presencia de nódulos
minerales y capas endurecidas. Sin reacción al HCl, sin evidencia de raíces, materia
orgánica baja 1,06%, pH 5,1.
Fuente: Elaboración propia
66
Segunda fase de gabinete
5.9) Interpretación de la fertilidad de los suelos
De conformidad con el protocolo de interpretación de la fertilidad de suelos (IGAC, 2007);
la fertilidad de los Molisoles de la finca Sactelá es considerada alta, no obstante, sus suelos son
ligeramente ácidos pH de 5,3-5,6; las relaciones Ca/Mg del orden de 0,8 a 2,5; en la mayoría de
los escenarios, los suelos poseen cantidades de materia orgánica por arriba de la media para
suelos fértiles; así mismo, la capacidad de intercambio catiónico es mayor de 20 (Meq/100 gr) en
los estratos superiores. Es importante mencionar que el manejo agronómico de la finca es muy
bueno, ya que se observa preservación de los ecosistemas de cardamomo con sombra, bosque
latifoliado primario y secundario; áreas de potencial hídrico (río Icbolay); preservación de fauna,
ejemplo: tortugas, aves acuáticas y cocodrilos. El 23,55% de la finca es propia para la agricultura
limpia; actualmente se encontraba en barbecho, pues existe rotación de cultivos y periodos de
descanso de la tierra. Debido a los pH ligeramente ácidos, podría haber desbalances de azufre,
calcio y magnesio; por lo que tendría que aplicarse fertilización mineral compensatoria.
5.10) Mapa de Capacidad de uso de las tierras y su leyenda
Para cada unidad de mapeo verificada en campo se evaluó los factores de erosión, suelo,
drenaje y clima, descritos en el Cuadro 1, realizando anotaciones complementarias de
conocimiento local de los actores. La Figura 3 (A). Presenta el mapa de capacidad de uso de la
tierra a escala 1:50 000,00.
5.10.1) Descripción de la leyenda del mapa de capacidad de uso de la tierra
a) Clase III:
Suelos profundos, bien drenados, planos, sin limitaciones de pedregosidad, sin riesgo de
inundación durante todo el año. Aptos para la producción de granos básicos.
b) Clase IV:
Suelos profundos, bien drenados, semi-ondulados, sin limitaciones de pedregosidad, sin
riesgo de inundación durante todo el año. Aptos para uso agroforestal.
c) Clase V e1:
Suelos con profundidad variada, nunca poco profundos, bien drenados, ondulados a fuerte
ondulados (limitación de pendiente, e1), sin limitaciones de pedregosidad, sin riesgo de
inundación durante todo el año. Aptos para uso silvopastoril.
67
d) Clase V d1:
Suelos con profundidad variada, nunca poco profundos, mal drenados (limitación de
drenaje, d1), moderadamente ondulados, sin limitaciones de pedregosidad, sin riesgo de
inundación durante todo el año. Aptos para uso silvopastoril.
e) Clase V d2:
Suelos con profundidad variada, nunca poco profundos, mal drenados, moderadamente
ondulados, sin limitaciones de pedregosidad, con riesgo de inundación en época de lluvias
(limitación d2). Aptos para uso silvopastoril.
f) Clase VIII:
Zonas de conservación y recuperación del bosque de galería del río Icbolay y su laguna,
así como conservación de lechos rocosos kársticos, cubiertos con bosque natural.
5.10.2) Zonificación física de las tierras de la finca
La zonificación física de tierras se determinó a partir de la caracterización físico-química
de los suelos y la clasificación de tierras por su capacidad de uso. Agrupa unidades de tierra con
limitaciones y aptitudes similares. El método para asignar el uso principal para cada una de las
unidades cartográficas es descrito por MAGA-IGAC (2010, 2013). Se identificaron las
vocaciones generales: agrícola, agroforestal y conservación. Los usos principales: Cultivos
transitorios intensivos (CTI); Cultivos permanentes semi-intensivos (CPS), silvopastoril (SPA),
Áreas de conservación de Recursos Naturales y Biodiversidad (ARNB), Figura 3(B).
68
Figura 3. Mapa de capacidad de uso de las tierras (A) y Mapa de zonificación física de las tierras
(B), finca Sactelá, Cobán, Alta Verapaz
Fuente: Elaboración propia
69
VI. CONCLUSIONES
6.1) Los suelos de la finca taxonómicamente son denominados Molisoles, como producto de
las variaciones altitudinales y cobertura vegetal se identifican Molisoles negros y pardos de
excelente trabajabilidad y ricos en materia orgánica, en especial en su estrato superior (0-25 cm).
6.2) Suelos de textura arcillosa, predominancia de estructura en bloques, bien drenados,
sujetos a inundación en las áreas de pastizales.
6.3) Los suelos agrícolas son de fertilidad potencial alta CIC >20 Meq/100g, con excelente
condición microbiológica (materia orgánica > 5%) en perfil diagnóstico, pH ligeramente ácidos
(5,3-5,6), con baja saturación de bases. Se observa un incremento de arcilla y detrimento de
nutrientes, materia orgánica y pH en función de la profundidad del suelo.
6.4) Las tierras por capacidad de uso se clasificaron en Clase III (23,55%), Clase IV (20,49
%), Clase V (31,42%), Clase VIII (22,82%) y el restante son área urbana y cementerio de la aldea
Buena Vista.
6.5) Esta zona geográfica presenta déficit de humedad únicamente por dos o tres meses al año.
Se pueden realizar dos cosechas al año sin necesidad de irrigación y mantener pasturas siempre
verdes durante todo el año. El río Icbolay atraviesa la finca en su totalidad de este a oeste, así
mismo, forma una laguna en la finca con agua todo el año en la cual existe una diversidad de
flora y fauna.
70
VII. REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS
7.1) Cruz, J. R. (1982). Clasificación de las zonas de vida de Guatemala a nivel de
reconocimiento. Guatemala: Instituto Nacional Forestal.
7.2) DIGEGR – MAGA. Dirección de Información Geográfica, Estratégica y Gestión de
Riesgo-Ministerio de Agricultura, Ganadería y Alimentación. (2009). Mapa de clasificación
climática de la República de Guatemala. Escala 1:50,000 adaptado del sistema Thornthwaite.
Guatemala: MAGA.
7.3) IGAC. Instituto Geográfico Agustín Codazzi. (2007). Metodología de clasificación de las
tierras por su capacidad de uso. Subdirección de Agrología, Bogotá D.C., Colombia: Instituto
Geográfico Agustín Codazzi.
7.4) INAB. Instituto Nacional de Bosques. (2012). Mapa de cobertura forestal de Guatemala
y dinámica de la cobertura forestal 2006-2010. Guatemala: MAGA.
7.5) Klingebiel, A.A. & Montgomery, P.H. (1961). Land capability classification. USDA
Agricultural Handbook No. 210, Washington, D.C., United States of America: Government
Printing Office.
7.6) MAGA-IGAC. Ministerio de Agricultura, Ganadería y Alimentación- Instituto
Geográfico Agustín Codazzi. (2010). Estudio semidetalado de los suelos del departamento y
Capacidad de uso de las tierras de Chimaltenango, Guatemala. Guatemala: MAGA.
7.7) MAGA-IGAC. Ministerio de Agricultura, Ganadería y Alimentación- Instituto
Geográfico Agustín Codazzi. (2013). Estudio semidetallado de los suelos y capacidad de uso de
las Tierras del departamento de Sololá. Guatemala: MAGA.
71
7.8) MAG-MIRENEM. Ministerio de Agricultura y Ganadería-Ministerio de Recursos
Naturales, Energía y Minas. (1994). Metodología Determinación Capacidad Uso Tierras Costa
Rica. Costa Rica: Decreto No. 23214.
7.9) Zinck, J.A. (2005). Geomorfología aplicada a levantamientos edafológicos y zonificación
física de tierras. Subdirección de Agrología, Bogotá D.C., Colombia: Instituto Geográfico
Agustín Codazzi.
72
CAPÍTULO IV
Modelos econométricos de valoración de tierras rurales a nivel nacional, por
región geográfica
73
I. INTRODUCCIÓN
La técnica que hoy conocemos como valoración de tierras rurales o agrarias es el resultado
de las aportaciones de las escuelas española, italiana y anglosajona, cuyos trabajos han derivado
en los actuales métodos de valoración, entre ellos, los métodos econométricos que asumen que el
valor de mercado de las fincas es el resultado de la agregación ponderada del valor que toman un
conjunto de variables explicativas (o independientes) que expresan características técnicas y/o
económicas (Alonso & Serrano, 2007). El precio de las tierras rurales es un indicador de las
perspectivas del negocio en el campo, perspectivas que son bien diferentes en función de las
características inherentes de las tierras y del medio donde se localizan, así como, de los bienes y
servicios ambientales que posean (Gracia et al., 2004; Lubowski et al., 2008). Los precios varían
fuertemente entre distintos predios de una misma región, así como entre regiones, los principales
factores que en principios teóricos deberían explicar este comportamiento son a) la extensión o
área; b) la distancia a mercados municipales, cabecera municipal y departamental; c) las
condiciones de acceso a las fincas, presencia o no de asfalto; d) la ubicación geográfica por
región geográfica, e) la disponibilidad de agua potable y de riego; f) la infraestructura productiva
interna y externa; g) los cultivos existentes y su condición y h) la capacidad de uso de las tierras y
la topografía. Ahora bien, es importante considerar la influencia que ejercen la especulación, la
disponibilidad de suficientes unidades productivas en situación de venta, la incertidumbre
macroeconómica, la existencia o no de respaldo legal sobre la propiedad, la inestabilidad
económica-social, etc., elementos que aportan una proporción específica, aún desconocida, en la
formación del precio de la tierra (CEPAL, 1998; Carrera, 2000). Con base en la premisa anterior
y de conformidad con los objetivos de desarrollo de las políticas agrarias del Fondo de Tierras, se
propone un proceso metodológico conducente a la obtención de modelos hedónicos, tipo
econométricos, que expliquen el valor de la tierra. Para ello se realizó un análisis de 64 fincas,
tanto aquellas ya financiadas por el Fondo de Tierras como aquellas en valor de mercado, para
estimar relaciones entre precio por unidad de área en función de su extensión, mediante modelos
del tipo potencial logarítmico. Así mismo, se evaluó si existe efecto estadísticamente
significativo de la ubicación de la finca respecto a la región geográfica, agrupándolas en: Tierras
del Norte, Altas Cristalinas, Boca Costa, Depresión de Izabal, Altas Volcánicas y Llanura Costera
del Pacífico, para cada una de ellas se determinan modelos econométricos que explican el valor
74
de la tierra. Se discute acerca del efecto combinado de la variación de las curvas Precio x Área en
relación a la ubicación geográfica. Se realizaron análisis de regresión múltiple de un conjunto de
variables independientes tanto cuantitativas como cualitativas, introducidas éstas últimas como
variables indicadoras o “Dummy” para determinar su efecto sobre el precio de las tierras, con
objeto de constituir un modelo multivariado que explique el precio por unidad de área a nivel
rural en el país.
Herramientas todas, que sin duda serán de gran utilidad para el desarrollo de los objetivos
de las políticas de adquisición de tierras vía mercado por el Fondo de Tierras, en lo que respecta
al fortalecimiento del proceso de negociación de las fincas para su financiamiento a grupos
organizados, constituyéndose, en el punto de partida para la consolidación de las comunidades
agrarias sostenibles.
75
II. MARCO TEÓRICO
2.1 Mercado de Tierras en Guatemala
De acuerdo con los registros existentes en diversos países y basados en los diferentes
regímenes jurídicos, se ha venido reconociendo la existencia de dos grandes mercados de tierras:
el formal y el informal. La Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la
Alimentación y el Banco Mundial establecen que ambos mercados se presentan en Guatemala
(FAO & Banco Mundial, 1998). Se entiende por mercado de tierras formal aquel cuyas
transacciones responden a los requerimientos del marco legal vigente. En este caso, la oferta y la
demanda se publican por medio de canales de información abiertos y transparentes y los precios
se fijan por el mercado. En el mercado informal las transacciones no se ajustan a los requisitos
del marco legal vigente, sino que se rigen por las reglas de confianza y aceptación comunitaria y
familiar. La información se mueve por circuitos familiares y comunitarios. Los precios no se
rigen exclusivamente por el mercado, sino que intervienen factores culturales y sociales.
En Guatemala las condiciones para la existencia de un mercado de tierras formal y
transparente son relativamente adversas. Se acepta el principio de propiedad privada y la libertad
para hacer contrato, pero hay limitaciones institucionales relacionadas con la seguridad jurídica,
las deficiencias del registro de la propiedad, un catastro en proceso y las frecuentes
modificaciones en la política económica y fiscal (Carrera, 2000). Otros elementos determinantes
en gran medida y complejos de estimar son la inestabilidad social y política, la violencia civil,
actividades ilícitas y todas sus implicaciones en el área rural.
2.2 La regionalización del mercado de tierras
La regionalización es un instrumento eficaz para diferentes fines, entre éstos la ubicación
espacial de los diferentes actores que intervienen en un mercado de tierras rurales y la
identificación de tierras homogéneas respecto a capacidad productiva, condiciones climáticas,
topográficas y de tipo de capacidad de uso. La regionalización ayuda a agrupar en forma
homogénea elementos importantes como los poblados, puertos y aeropuertos, la existencia de
infraestructura productiva y la provisión de servicios como energía eléctrica, agua potable,
hospitales, centros de salud, centros educativos y servicios complementarios. Aun cuando la
regionalización es una aproximación a cierta homogeneización, en términos de la unidad
76
productiva se manifiestan diferencias como calidad de la tierra, topografía de la finca, acceso y
existencia de agua para riego, existencia de mano de obra calificada, infraestructura interna y
otros factores concretos (Carrera, 2000). Asimismo, hay fincas que por su tamaño o posición
geográfica se encuentran en la interconexión de dos regiones y por lo tanto son transicionales. No
obstante que en Guatemala no se ha llegado a definir plenamente una regionalización para
estudiar el mercado de tierras, existen varios criterios, principalmente con base a los objetivos y
experiencia de los usos de producción extensiva de las tierras, a lo largo de la historia del país.
2.3 El Precio de la tierra rural
El precio de las tierras rurales es un indicador de las perspectivas del negocio en el campo,
perspectivas que son bien diferentes en función de las características inherentes de las tierras y
del medio donde se localizan, así como del tipo de orientación productiva a implementar (Gracia
et al., 2004). La información sobre precios es difícil de obtener, en especial del precio
efectivamente pagado por una propiedad. Se considera que, en términos generales, los precios
ofertados de las propiedades, superarían entre 10% y 30% al precio real (Carrera, 2000). Los
precios varían fuertemente en una misma región, así como entre regiones. Los principales
factores que motivan este comportamiento son: a) el área y las condiciones de acceso a las fincas;
b) la ubicación respecto de los principales mercados de productos agropecuarios; c) la
disponibilidad de agua para riego; d) la infraestructura productiva interna y externa de la finca; e)
los cultivos existentes y su condición; f) la calidad de las tierras y la topografía y g)
recientemente también los bienes y servicios ambientales que puedan ofrecer las propiedades
(Lubowski et al., 2008).
2.4 Oferentes y la oferta de tierra
La informalidad es probablemente la principal barrera para poder contar con un adecuado
conocimiento de la oferta de tierras. En general, los oferentes de tierras para la compra o
arrendamiento pueden agruparse de la siguiente manera (FAO & Banco Mundial 1998): a)
propietarios privados; b) usufructuarios privados con tierras adjudicadas por el estado que no han
finalizado el proceso legal de adjudicación; c) usufructuarios privados, sin título de propiedad, y
d) comunidades o municipalidades con tierras propias.
77
En Guatemala se considera que no existen tierras de propiedad pública o baldíos en
cantidad considerable como para reconocer la existencia de una reserva de tierra pública que
pudiera atender la demanda, y por lo tanto considerar al estado como un oferente de tierra. Los
propietarios privados son las personas físicas y morales que están registradas en el Registro
General de la Propiedad como titulares de las propiedades.
Varios elementos o factores condicionan a los oferentes y la oferta de tierras. a) la
rentabilidad de la actividad agropecuaria y el capital de trabajo; b) las invasiones, la violencia y el
clima de inseguridad personal; c) los conflictos existentes sobre la propiedad y uso de la tierra, y
d) la existencia de programas de apoyo al acceso al recurso.
La oferta de tierras está obstaculizada por los conflictos en cuanto a definición de derechos
de propiedad, los problemas de legalización de dominio, definición real de linderos, la existencia
de más de un título de propiedad sobre una misma propiedad, los pasivos laborales y la
usurpación de propiedades. Por último, los programas de apoyo a grupos de retornados en la
dotación de tierras, basados en los acuerdos de paz, han generado expectativas en muchos
propietarios de tierras, que se reflejan en el incremento de los precios y en un mayor dinamismo
del mercado formal, al tiempo que se ponen en evidencia los obstáculos para desarrollar un
mercado de tierras rurales más transparente y eficiente.
2.5 La valoración de tierras agrarias
La técnica que hoy conocemos como valoración agraria es el resultado de las aportaciones
de las Escuelas española, italiana y anglosajona (Caballer 1993; Alonso & Serrano, 2007) cuyos
trabajos han derivado en los actuales métodos de valoración, los métodos analíticos, los sintéticos
y los estadísticos o econométricos. Brevemente, se describe el objeto de cada uno como sigue: a)
Métodos sintéticos: explican el valor de una finca por su semejanza con otras fincas de
características similares. Se asume que la variable precio de mercado del bien y la variable
explicativa siguen la misma función de distribución, frecuentemente una distribución beta, siendo
la proporción entre el valor del bien y el valor de la característica no constante, o bien como
ocurre con el método sintético clásico, en el que el coeficiente de proporcionalidad entre ambos
valores sí es constante. La modelización de este método implica la determinación de las
variables con mayor capacidad explicativa de la variable dependiente, esto es, el valor de
mercado. Para una descripción detallada de estos métodos, así como de los métodos analíticos,
78
se refiere los trabajos de Alonso y Iruretagoyena (1990); Guadalajara (1996); Alonso y Serrano
(1998); García Pérez et al. (2002, 2003); Alonso y Serrano (2007). b) Métodos analíticos:
determinan el valor de la finca por la actualización de la renta, sin embargo, el problema de estos
métodos es la determinación del tipo de actualización que permita obtener el valor de mercado.
Por esta razón, el trabajo que se realiza va orientado hacia la obtención del tipo de actualización
que hace que el valor de capitalización sea igual al obtenido mediante los diferentes métodos
sintéticos. Con el método analítico podemos determinar los valores de mercado procedentes
tanto de la actualización de los flujos (renta + beneficio) como de la actualización de la renta y
por lo tanto, para poder aplicar el método, se tiene que calcular la tasa de actualización que
corresponde aplicar por región geográfica para los aprovechamientos agrarios que se puedan
producen. c) Métodos econométricos: asumen que el valor de mercado de las fincas es el
resultado de la agregación ponderada del valor que toman un conjunto de variables explicativas
(o independientes) que expresan características técnicas y/o económicas de la finca. Son
numerosos los trabajos que optan por los modelos econométricos para la estimación del valor de
bienes raíces, entre otros: Wise y Dover (1974); Sandrey et al. (1982); Mendelsohn et al. (1994);
Roka y Palmquist (1997); Calatrava y Cañero (2000); Plantinga y Millar (2001); Perry y Robison
(2001).
2.6 Método de los precios hedónicos
El método de los precios hedónicos, al basarse en los precios que obtienen las distintas
fincas en transacciones de mercado, se puede enmarcar dentro de los métodos sintéticos, en
particular entre los denominados econométricos, estadísticos o de regresión, que se caracterizan
por aplicar las herramientas de la estadística y la econometría. El modelo de los precios
hedónicos permite estimar los precios implícitos de las diferentes características que componen
un bien heterogéneo. El método se desarrolló originalmente para aplicaciones relacionadas con
el campo de la publicidad (Azqueta, 1994), aunque posteriormente se ha aplicado como uno de
los métodos de valoración ambiental más extendidos para obtener estimaciones monetarias del
valor de atributos o bienes sin mercado, junto con el método, el costo de viaje y el de valoración
contingente. La hipótesis de partida en este modelo es que las distintas características que
componen un bien heterogéneo se reflejan en su precio de mercado. Por ello, se asume que el
precio de dicho bien puede ser descompuesto en función de sus características o atributos, y una
79
vez, que se haya estimado la función de precios hedónicos, es posible asignar un precio implícito
o un precio sombra a cada una de dichas características. Una finca puede ser considerada como
un bien heterogéneo ya que su precio en el mercado dependerá del conjunto de las características
que la definen. En primer lugar, el precio dependerá de características físicas y agronómicas,
como la superficie, la calidad de la tierra, su orientación productiva (capacidad de uso), la
disponibilidad o no de agua de riego, su altitud y pendiente, etc. Pero también hay otros factores
que pueden influir en el precio y que están relacionados con la situación socioeconómica del
territorio donde se ubica, como la disponibilidad de mano de obra y capital, la rentabilidad de la
explotación o las expectativas de futuro, entre otros aspectos. Freeman (1992) presenta la teoría
formal de los modelos hedónicos, donde Y es el bien cuyo mercado es objeto de estudio – por
ejemplo –tierras rurales–, cualquier elemento de Y se puede describir por su vector de
características Q = (q1,...,qj,...,qk). Así, para cada elemento Yi de Y, su precio PYi puede
expresarse como una función de sus características constituyentes: PYi = PY(qil,...,qij,...,qik);
donde qij representa la característica j-ésima del elemento i-ésimo del bien Y. La función PY es
la «función hedónica de precios» de Y. Si PY pudiera estimarse a partir de las observaciones de
los precios y las características de diferentes elementos de Y, entonces podría calcularse el precio
de cualquier elemento de Y – tierras rurales – a partir del conocimiento de sus características.
Las formas funcionales más frecuentes que se han propuesto en la literatura, además de la
lineal, incluyen la logarítmica, la semilogarítmica o la doble-logarítmica, entre otras. El primer
paso para escoger la forma funcional es atender a lo que la teoría postula. Conforme a ella, la
función hedónica de precios es una forma reducida derivada de la interacción de las funciones de
referencia de los consumidores y de las funciones de costo o beneficio de los productores. Los
primeros investigadores ensayaron diversas formas para la función hedónica de precios
principalmente la logarítmica, semilogarítmica y doble-logarítmica, seleccionando una de ellas
sobre la base de criterios de ajuste del modelo (Freeman, 1992; Roka & Palmquist, 1997). No
obstante, otros autores han mostrado ventajas en el análisis de los modelos hedónicos al utilizar
formas funcionales más flexibles como las del tipo Box-Cox, tal como lo reporta Maddison
(2000).
80
2.7 El modelo estadístico multivariado, su interpretación y limitaciones
La metodología estándar proporciona una ecuación hedónica de precios que capta el efecto
de los distintos atributos individuales de la finca en la determinación de su valor de mercado. La
forma general del modelo utilizado es la siguiente: P = f (I, U, Z, S, E; w)
La variable P corresponde al precio de la finca (quetzales/hectárea), el cual se asume está
determinado por los argumentos de la función “f”. Los argumentos, por ejmplo, podrían
agruparse en las categorías:
I : características inherentes a la finca (superficie o área, capacidad de uso de las tierras,
superficie construida, aspectos de arquitectura, equipamiento, etc).
U : características de ubicación de la finca (área industrial, distancia geográfica y
accesibilidad a centros de importancia, etc.)
Z : características determinadas por la ubicación geográfica.
S : características determinadas por el nivel de equipamiento exterior, servicios e
infraestructura (agua potable, alcantarillado, electricidad, pavimentación, etc.).
E : externalidades presentes en el entorno en que se encuentra la finca (actividades
contaminantes, áreas verdes, vertederos de desperdicios, etc.)
w : conjunto de parámetros que acompañan a cada atributo y que constituyen los precios
implícitos (sombra) de cada característica de la finca.
La ecuación señala que el precio de mercado de la finca está determinado por el aporte de
las cantidades de los distintos atributos (pertenecientes a los grupos I, U, Z, S y E) que posee la
finca y que lo caracteriza y lo diferencia de otras fincas.
Es posible explicitar la forma estimable del modelo estadístico de la siguiente manera:
Pi = b0 + b1x1i + b2x2i + ........ + bmxmi + mi
donde k=1, 2, ....., m ; i=1,2,....., n
las m variables xki corresponden a los argumentos de la función “f” incorporados en los grupos
de atributos I, V, U, Z, E y S de la ecuación; los coeficientes b corresponden a los parámetros
incluidos en el set w de, y m es un error aleatorio, donde la transformación de la función lineal
dependerá del mejor ajuste (Gracia et al., 2004).
Entre las principales limitaciones del modelo hedónico, además del importante problema de
la elección de la forma funcional, que la teoría económica no resuelve, se plantean otros
problemas de tipo metodológico, como lo reporta Hanley et al. (1997). Por una parte, puede
81
producirse el sesgo de las variables omitidas cuando, por la razón que sea, no se incluye en la
función hedónica de precios alguna variable que afecte significativamente al precio y que, al
mismo tiempo, esté correlacionada con una de las variables incluidas en la función. En este caso,
el coeficiente estimado de la variable correlacionada estará sesgado. Por otra parte, puede
presentarse un problema de multicolinealidad entre algunas de las variables que se incluyen en la
función de precios. Por lo que habría que estimar ecuaciones independientes y separadas para
cada variable, ya que de otra manera sería difícil determinar los precios implícitos de las
características consideradas en el modelo. Otra alternativa para resolver problemas derivados de
la multicolinealidad es realizar un análisis de componentes principales, dado que éstos son
combinaciones lineales de las variables originales y son independientes entre sí. Los
componentes pueden usarse como variables independientes en modelos de regresión y dado que
no están correlacionados, se evita el problema de multicolinealidad.
82
III. OBJETIVO ESPECÍFICO
3.1) Determinar modelos econométricos de valoración de tierras rurales a nivel nacional, por
región geográfica.
83
IV. MATERIALES Y MÉTODOS
Mediante trabajos de campo y gabinete se determinó y recopiló información base para la
generación de modelos econométricos por región fisiográfica a nivel nacional de la siguiente
manera:
4.1) Se determinó mediante investigación de campo y documental el precio de mercado de 69
fincas categorizadas en tipos: Fondo de tierras (FT) y Venta de mercado (VM), el precio se
estableció sin considerar aspectos de infraestructura como forma de estandarizar la variabilidad
de los mismos.
4.2) Para cada finca se estableció su ubicación por municipio, departamento y coordenadas
GTM, ver Anexo 4, así como su representación por región geográfica, ver Anexo 5.
4.3) Se estableció como variables independientes: La ubicación geográfica, identificando las
Tierras del Norte, Altas Cristalinas, Boca Costa, Depresión de Izabal, Altas Volcánicas y Llanura
Costera del Pacífico. El Área o superficie total en hectáreas. La capacidad de uso de las tierras,
determinada por la metodología INAB identificando el área correspondiente a las siguientes
categorías: A (agricultura sin limitaciones), Am (agricultura con mejoras), Agroforestería con
cultivos anuales (Aa), Sistemas agrosilvopastoriles (Ss), Agroforestería con cultivos permanentes
(Ap), Tierras forestales para producción (F), Tierras forestales para protección (Fp). La distancia
al mercado más cercano en km. La infraestructura vial de acceso a la finca, variable cualitativa
identificada con asfalto, sí o no. La distancia a ciudad capital en km. La distancia a cabecera
municipal en Km. La distancia a cabecera departamental en Km. El servicio de agua potable,
variable cualitativa identificada como sí o no. El servicio de electricidad pública, variable
cualitativa identificada como sí o no. La presencia de centros educativos, variable cualitativa
identificada como sí o no. La presencia de recursos hídricos, variable cualitativa identificada
como sí o no.
4.4) Con base en la información de 64 fincas de un grupo original de 69 (cinco se eliminaron
previo a los análisis estadísticos por ser considerados puntos perdidos que incrementaban
grandemente la variabilidad de los datos), ver Aanexo 6. Se procedió a determinar una función
curvilínea entre el Precio y el Área. Se utilizó el programa de computadora SPSS, versión 21,
corriendo varios modelos predefinidos y escogiendo el de mejor ajuste, utilizando como criterio
el coeficiente de determinación (R2) ajustado.
84
4.5) De igual manera, se ajustaron modelos no lineales para cada una de las seis regiones
definidas a fin de precisar modelos de Precio y Área para cada región. Se utilizó el programa de
computadora SPSS, versión 21, corriendo varios modelos predefinidos y escogiendo el de mejor
ajuste, utilizando como criterio el coeficiente de determinación (R2) ajustado.
4.6) Se modeló un escenario de variación de precios estimados por los modelos del inciso
anterior (e), con objeto de observar las tendencias curvilíneas de los precios como reflejo de la
influencia de la región fisiográfica. Se utilizó el programa Excel.
4.7) Dada la relación no lineal entre precio por hectárea y área, así como entre precio y
distancia, se realizó la transformación de datos de precio y área a la forma logarítmica (logaritmo
natural), para cumplir el supuesto de linealidad en el análisis de regresión múltiple (modelo
hedónico tipo econométrico). Se utilizó el programa de computadora SAS versión 9.1.
4.8) Se realizó un análisis de regresión lineal múltiple utilizando un modelo completo y el
procedimiento GLM del programa SAS. El modelo completo utilizó el logaritmo natural del
precio por hectárea como variable dependiente y los logaritmos naturales de área, distancias y las
variables categóricas como variables independientes. Las variables categóricas se incluyeron
como variables indicadoras y sus interacciones con las variables independientes cuantitativas.
Posteriormente se utilizó un modelo reducido que excluyó del análisis a las variables
independientes que no mostraron significancia (P ≥ 0,05) o que mostraron índices de inflación de
la varianza superiores a 10. Se estimó además el efecto de cada variable independiente sobre la
variación de la variable dependiente usando el estadístico Eta cuadrado. Se utilizó el programa
de computadora SAS versión 9,1.
85
V. PRESENTACION Y DISCUSIÓN DE RESULTADOS
5.1) Relaciones Precio y Área
5.1.1) Para todas las fincas
Con base en la información de la muestra de 64 fincas, se estableció una relación
curvilínea que estadísticamente explicó la relación entre el precio de las fincas y su área. El
modelo es del tipo potencial, descrito de la siguiente manera:
𝑃𝑟𝑒𝑐𝑖𝑜 ∗ ℎ𝑎−1 = 𝐼𝑛𝑡𝑒𝑟𝑐𝑒𝑝𝑡𝑜 ∗ (𝐿𝑛 Á𝑟𝑒𝑎)𝐶𝑜𝑒𝑓𝑖𝑐𝑖𝑒𝑛𝑡𝑒
La Figura 1, muestra la tendencia de la curva. Se concluyó que el modelo explicó la relación
entre el precio de las fincas y su área, con un R2
corregido de 0,576 a un nivel de significancia del
5%.
𝑃𝑟𝑒𝑐𝑖𝑜 ∗ ℎ𝑎−1 = 559 807,321 ∗ (𝐿𝑛 Á𝑟𝑒𝑎)− 0,659
Figura 1. Relación Precio x Área para todas las fincas estudiadas
Fuente: Elaboración propia
5.1.2) Para las fincas de las Tierras del Norte
Con base en la información de la población de 13 fincas ubicadas en las Tierras del Norte,
se concluyó que el modelo explicó la relación entre el precio de las fincas y su área, con un R2
corregido de 0,570 a un nivel de significancia del 5%.
𝑃𝑟𝑒𝑐𝑖𝑜 ∗ ℎ𝑎−1 = 812 448,241 ∗ (𝐿𝑛 Á𝑟𝑒𝑎)− 0,754
PR
EC
IO Q
/ h
a
86
5.1.3) Para las fincas de las Tierras Altas Cristalinas
Con base en la información de la población de 04 fincas ubicadas en las Tierras Altas
Cristalinas, se concluyó que el modelo explicó la relación entre el precio de las fincas y su área,
con un R2 corregido de 0,708 a un nivel de significancia del 5%.
𝑃𝑟𝑒𝑐𝑖𝑜 ∗ ℎ𝑎−1 = 464 935,82 ∗ (𝐿𝑛 Á𝑟𝑒𝑎)− 0,541
5.1.4) Para las fincas de las Tierras de la Boca Costa
Con base en la información de la población de 15 fincas ubicadas en las Tierras de la
Boca Costa, se concluyó que el modelo explicó la relación entre el precio de las fincas y su área,
con un R2 corregido de 0,673 a un nivel de significancia del 5%.
𝑃𝑟𝑒𝑐𝑖𝑜 ∗ ℎ𝑎−1 = 598 581,929 ∗ (𝐿𝑛 Á𝑟𝑒𝑎)− 0,653
5.1.5) Para las fincas de las Tierras de la Depresión de Izabal
Con base en la información de la población de 10 fincas ubicadas en las Tierras de la
Depresión de Izabal, se concluyó que el modelo explicó la relación entre el precio de las fincas y
su área, con un R2 corregido de 0,749 a un nivel de significancia del 5%.
𝑃𝑟𝑒𝑐𝑖𝑜 ∗ ℎ𝑎−1 = 614 836,22 ∗ (𝐿𝑛 Á𝑟𝑒𝑎)− 0,981
5.1.6) Para las fincas de las Tierras Altas Volcánicas
Con base en la información de la población de 14 fincas ubicadas en las Tierras Altas
Volcánicas, se concluyó que el modelo explicó la relación entre el precio de las fincas y su área,
con un R2 corregido de 0,58 a un nivel de significancia del 5%.
𝑃𝑟𝑒𝑐𝑖𝑜 ∗ ℎ𝑎−1 = 432 858,438 ∗ (𝐿𝑛 Á𝑟𝑒𝑎)− 0,58
5.1.7) Para las fincas de las Tierras de la Llanura Costera del Pacífico
Con base en la información de la población de 08 fincas ubicadas en las Tierras de la
Llanura Costera del Pacífico, se concluyó que el modelo explicó la relación entre el precio de las
fincas y su área, con un R2 corregido de 0,639 a un nivel de significancia del 5%.
𝑃𝑟𝑒𝑐𝑖𝑜 ∗ ℎ𝑎−1 = 1 630 375,874 ∗ (𝐿𝑛 Á𝑟𝑒𝑎)− 0,703
87
5.2) Modelación de escenarios de predicción
Con objeto de observar la tendencia curvilínea de los precios de la tierra como expresión de
la región geográfica se realizó una modelación de valores estimados del precio de la tierra,
Cuadro 1 y Figura 2.
Cuadro 1. Información base del escenario de modelación de predicción de precios (área en
hectáreas y precio en Quetzales/hectárea; $1,00 equivale a Q 7,69)
Area Ln Area Todas Tierras
del Norte
Altas
Cristalinas
Boca
Costa
Depresión
De Izabal
Altas
Volcanicas
Llanuras
Costa Pacifico
1,1 0,0953102 2635031,3 4781065,3 1658359,38 2778085,7 6169128,3 1692174,329 8510455,613
50 3,912023 227848,44 290485,89 222281,7715 245632,31 161292,31 196224,4308 624927,3713
100 4,6051702 204625,46 256867,08 203505,9407 220812,76 137440,72 178510,3465 557219,1263
150 5,0106353 193557,15 241033,02 194424,5067 208974,65 126521,58 169984,0099 525125,4872
200 5,2983174 186565,64 231097,73 188640,251 201493,72 119778,84 164568,1807 504915,5419
Fuente: Elaboración propia
Figura 2. Precio estimado x Área por región geográfica
Fuente: Elaboración propia
88
Se muestra la dinámica de las curvas en función de la calidad agronómica de las tierras,
Llanura de la Costera del Pacífico, Depresión de Izabal, Tierras del Norte y Tierras de la Boca
Costa, Tierras Altas Volcánicas y Tierras Altas Cristalinas. Se visualiza punto de inflexión de las
curvas alrededor de (40-50 ha), esto se explica pues el valor de las tierras menores a una
caballería (45 ha), regularmente se comercializa por precio de hectárea, arriba de este punto, las
tierras se venden por caballerías. Así mismo, después de las 45 hectáreas para algunas curvas
existe un efecto combinado de (región geográfica) x (área), esto quiere decir que las curvas ya no
están por arriba o debajo de una línea media, pasado el punto de inflexión, más bien se combinan.
Por ejemplo, las tierras de la Depresión de Izabal, que antes de las 45 hectáreas son las segundas,
después son las últimas en relación a las tierras de las demás regiones geográficas, esto se debe, a
que en esta región las fincas demasiado grandes incurren en depresión de su calidad agronómica.
5.3) Análisis del efecto de las variables independientes sobre el precio de las tierras
En primera instancia se realizaron análisis separados para cada una de las variables
independientes, con el fin de estimar su efecto sobre el precio por hectárea. En el caso de las
variables independientes categóricas o cualitativas, se realizaron análisis de la varianza; en el
caso de las cuantitativas se realizaron análisis de regresión. Entre las variables cuantitativas
fueron significantes el área, la distancia a mercado más cercano, distancia a cabecera municipal y
departamental (únicamente se selecciona la distancia a cabecera departamental por ser la de
mayor significancia). La capacidad de uso de la tierra no es significante analizada como valor
individual en hectáreas o en porcentaje. Entre las cualitativas, el tipo de finca Fondo de Tierras
(FT) y las de valor de mercado (VM) es significante, encubriendo la región geográfica, sin
embargo, por el objetivo del estudio se eliminó el tipo de finca (FT o VM), entonces, pasa hacer
significante la región geográfica, el acceso asfaltado sí o no, es significante, servicio de agua
potable, electricidad pública, centros educativos y recursos hídrico son estadísticamente no
significativos.
89
5.4) La linealización del modelo potencial Precio x Área
Se procedió primeramente con el modelo potencial Precio x Área para todas las fincas, el
cual es transformado a la función logarítmica (logaritmo natural), es decir ln Precio x ln Área,
esto con objeto de linealizar el modelo, estudiar su r2 y posteriormente plantear el análisis de
regresión lineal múltiple. La Figura 3, muestra la linealización del Precio x Área, que indicó una
relación directa entre el precio y el área de las fincas con r2 de 0,576 al 5% de significancia, a
través de la expresión:
𝐿𝑁 𝑃𝑟𝑒𝑐𝑖𝑜 ∗ ℎ𝑎−1 = 0,659 𝐿𝑁 á𝑟𝑒𝑎 + 13,235
Figura 3. Linealización de la relación Precio x Área para todas las fincas
Fuente: Elaboración propia
Es interesante observar que el r2 (0,576) es el mismo del modelo potencial para todas las
fincas, sin embargo, se sabe que existe un efecto de región geográfica por lo que es necesario
realizar modelos independientes por región a nivel multivariado.
90
5.5) Modelo econométrico multivariado con variables cuantitativas y cualitativas por
región geográfica
Se realizó un análisis de regresión lineal múltiple utilizando un modelo completo con el
procedimiento GLM del programa SAS, versión 9,1. El modelo completo utilizó el logaritmo
natural del precio por hectárea como variable dependiente y los logaritmos naturales de áreas y
distancias a la cabecera departamental, el precio total de infraestructura y las variables
categóricas como variables independientes. Las variables categóricas se incluyeron como
variables indicadoras (Dummy) y sus interacciones con las variables independientes cuantitativas.
Posteriormente se utilizó un modelo reducido que excluyó del análisis a las variables
independientes que no mostraron significancia (P ≥ 0,05) o que mostraron índices de inflación de
la varianza superiores a 10. Se estimó además el efecto de cada variable independiente sobre la
variación de la variable dependiente usando el estadístico Eta cuadrado. Se determinó un modelo
estadístico tipo econométrico que incluye la relación del precio en función del área, la distancia a
cabecera departamental, la región geográfica y el acceso asfaltado, sí o no, expresado de la forma
general:
𝐿𝑁 (𝑃𝑟𝑒𝑐𝑖𝑜 ∗ ℎ𝑎−1) = 𝛽0 + 𝛽1𝐿𝑁 Á𝑟𝑒𝑎 + 𝛽2𝐿𝑁 𝐷𝑖𝑠𝑡𝐷𝑒𝑝𝑡𝑜
El efecto significativo de las variables explicativas sobre el valor del precio de las fincas,
obtenidos en esta investigación concuerdan con otros estudios realizados sobre modelos
econométricos de valoración de tierras rurales, en los que se determinó que el precio está
fuertemente influenciado por la región natural o zonificación fisiográfica y ambiental donde se
ubican las fincas (Calatrava & Cañero, 2000; James, 2013), el área o superficie de las fincas
(Segura et al., 1998; Arriaza et al., 2002), la distancias a cabeceras departamentales, como
condición de accesibilidad (Caballer, 1993) y la infraestructura vial de acceso a las fincas
(Stewart & Libby, 1998). Este modelo generó 12 diferentes ecuaciones de regresión múltiple,
como se muestra en el Cuadro 2, con R2 de 0,80 con una significancia de 5%. Así mismo, de
acuerdo con el análisis del parámetro Eta cuadrado semiparcial se pudo concluir respecto a la
proporción de explicación de la variabilidad del modelo, el área explica el 27,28%, la zona o
región el 6,81%, el acceso asfaltado el 4,98% y la distancia a la cabecera departamental el 2,99%.
91
Esto implica que el precio de la tierra rural en Guatemala es fuertemente influenciado por
un 57,94% por factores externos no estudiados, tales como condición socioeconómica del país,
inestabilidad social, especulación sobre precios de la tierra, etc.
Cuadro 2. Intercepto, Coeficiente del LN área, coeficiente del LN distancia a cabecera
departamental, por región geográfica, con o sin acceso asfaltado
Fuente: Elaboración propia
Región
geográfica
Acceso
asfaltado
Modelo estadístico
Tierras del
Norte
Si LN Precio/ha = - 0,58 LN (área) – 0,34 LN (Dcd) + 14,68
No LN Precio/ha = - 0,58 LN (área) – 0,34 LN (Dcd) + 13,76
Tierras Altas
Cristalinas
Si LN Precio/ha = - 0,58 LN (área) – 0,34 LN (Dcd) + 14,25
No LN Precio/ha = - 0,58 LN (área) – 0,34 LN (Dcd) + 13,32
Tierras de la
Boca Costa
Si LN Precio/ha = - 0,58 LN (área) – 0,34 LN (Dcd) + 14,87
No LN Precio/ha = - 0,58 LN (área) – 0,34 LN (Dcd) + 13,95
Depresión de
Izabal
Si LN Precio/ha = - 0,58 LN (área) – 0,34 LN (Dcd) + 14,27
No LN Precio/ha = - 0,58 LN (área) – 0,34 LN (Dcd) + 13,35
Tierras Altas
volcánicas
Si LN Precio/ha = - 0,58 LN (área) – 0,34 LN (Dcd) + 14,87
No LN Precio/ha = - 0,58 LN (área) – 0,34 LN (Dcd) + 13,95
Llanura
Costera del
Pacífico
Si LN Precio/ha = - 0,58 LN (área) – 0,34 LN (Dcd) + 15,86
No LN Precio/ha = - 0,58 LN (área) – 0,34 LN (Dcd) + 14,94
92
VI. CONCLUSIONES
6.1) Existe una relación potencial del tipo logaritmo entre el precio de la tierra rural y su área,
influenciada por un efecto de región geográfica de la siguiente manera:
Región geográfica Modelo estadístico
Tierras del Norte Precio/ha = 812448,241* LN (área)^ - 0,754
Tierras Altas Cristalinas Precio/ha = 464935,82* LN (área)^ - 0,541
Tierras de la Boca Costa Precio/ha = 598581,929* LN (área)^ - 0,653
Depresión de Izabal Precio/ha = 614836,22* LN (área)^ - 0,981
Tierras Altas volcánicas Precio/ha = 432858,438* LN (área)^ - 0,58
Llanura Costera del Pacífico Precio/ha = 1630375,874* LN (área)^ - 0,703
6.2) Existe un efecto precio x región geográfica sobre la tendencia las curvas de precios, con
punto de inflexión entre 40-50 ha. Esto se debe a que las tierras regularmente se
comercializan a precio de hectárea para extensiones menores a una caballería.
6.3) En la estimación del precio de la tierra rural las variables independientes cuantitativas de
mayor significancia fueron el área expresada en hectáreas y la distancia a cabecera
departamental expresada en kilómetros, ya que las variables cualitativas de mayor
significancia son la región geográfica y el acceso asfaltado (sí o no).
6.4) No se estableció significancia entre el precio de la tierra y su calidad agrológica (clases
agrológicas), disponibilidad de agua potable, servicio de electricidad pública, centros
educativos y presencia o ausencia de fuentes de agua superficial.
93
6.5) Se determinaron 12 ecuaciones que explicaron el precio de las tierras rurales por región
geográfica, con variables independientes: área, distancia a cabecera departamental (Dcd) y
presencia o no de acceso asfaltado, con R2 de 0,80 a nivel de significancia del 5%
Región
geográfica
Acceso
asfaltado
Modelo estadístico
Tierras del
Norte
Si LN Precio/ha = - 0,58 LN (área) – 0,34 LN (Dcd) + 14,68
No LN Precio/ha = - 0,58 LN (área) – 0,34 LN (Dcd) + 13,76
Tierras Altas
Cristalinas
Si LN Precio/ha = - 0,58 LN (área) – 0,34 LN (Dcd) + 14,25
No LN Precio/ha = - 0,58 LN (área) – 0,34 LN (Dcd) + 13,32
Tierras de la
Boca Costa
Si LN Precio/ha = - 0,58 LN (área) – 0,34 LN (Dcd) + 14,87
No LN Precio/ha = - 0,58 LN (área) – 0,34 LN (Dcd) + 13,95
Depresión de
Izabal
Si LN Precio/ha = - 0,58 LN (área) – 0,34 LN (Dcd) + 14,27
No LN Precio/ha = - 0,58 LN (área) – 0,34 LN (Dcd) + 13,35
Tierras Altas
volcánicas
Si LN Precio/ha = - 0,58 LN (área) – 0,34 LN (Dcd) + 14,87
No LN Precio/ha = - 0,58 LN (área) – 0,34 LN (Dcd) + 13,95
Llanura Costera
del Pacífico
Si LN Precio/ha = - 0,58 LN (área) – 0,34 LN (Dcd) + 15,86
No LN Precio/ha = - 0,58 LN (área) – 0,34 LN (Dcd) + 14,94
94
VII. REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS
6.1) Alonso, R. & Iruretagoyena, M. T. (1995). Valoración Agraria: Conceptos, Métodos y
Aplicaciones. Madrid, España: Mundi-Prensa.
6.2) Alonso, R. & Serrano, A. (1998). Valoración Agraria. Casos Prácticos de Valoración
Agraria. Madrid, España: Agrícola Española.
6.3) Alonso, R. & Serrano, A. (2007). Valoración Agraria: Casos Prácticos de Valoración de
Fincas. Madrid, España: Agrícola Española.
6.4) Azqueta, D. (1994). Valoración Económica de la Calidad Ambiental. Madrid, España:
McGraw-Hill.
6.5) Caballer, V. (1993). Valoración Agraria. Teoría y Práctica. Madrid, España: Mundi-
Prensa.
6.6) Calatrava Leyva, J. & Cañero León, R. (2000). Valoración de fincas olivareras de secano
mediante métodos econométricos. Investigación Agraria: Producción y Protección Vegetal, 15 (1-
2), 91- 103.
6.7) Carrera, J.A. (2000). El Estudio de Mercado de Tierras en Guatemala. Proyecto:
“Opciones de políticas para el fomento del desarrollo de mercados de tierras agrícolas, con el fin
de facilitar la transferencia de tierras a pequeños agricultores”. Naciones Unidas, Santiago de
Chile, Chile: CEPAL-SERIE Desarrollo productivo Nº 73.
6.8) CEPAL. Comisión Económica para América Latina de Las Naciones Unidas. (1998).
Tierra, mercado y estado: Unidad de Desarrollo Agrícola en Perspectivas sobre mercados de
Tierras Rurales en América Latina. Santiago de Chile, Chile: BID.
95
6.9) FAO. Food and Agriculture Organization of the United Nations. (1998). Mercado de
tierras: un análisis preliminar. Centro de Inversiones. Roma: Programa de Cooperación
FAO/Banco Mundial.
6.10) Freeman, A. M. (1992). El método hedónico. En Junta de Andalucía. Evaluación
económica de los costes y beneficios de la mejora ambiental. Monografías de Economía y Medio
Ambiente, Sevilla, España: Junta de Andalucía.
6.11) García Pérez, J., Cruz Rambaud, S. & Rosado López, Y. (2002). Extensión multi-índice
del método beta en valoración agraria. Economía Agraria y Recursos Naturales, 2 (2), 3-26.
6.12) García Pérez, J., Herrerías Pleguezuelo, R. & García García, L.B. (2003). Valoración
agraria: contrastes estadísticos para índices y distribuciones en el método de las dos funciones
de distribución. Revista Española de Estudios Agrosociales y Pesqueros, 199, 93-118.
6.13) Gracia, A., Perez, L., San Juan, A. & Hurlé, J. (2004). Análisis hedónico de los precios de
la tierra en la provincia de Zaragoza. Estudios Agrosociales y Pesqueros, 202, 51-69.
6.14) Guadalajara, N. (1996). Valoración Agraria: casos prácticos. Madrid, España: Mundi-
Prensa.
6.15) Hanley, N., Shogren, J. & White, B. (1997). Environmental economics in theory and
practice. London, Ingland: McMillan Texts in Economics.
6.16) James, R., Wasson, J., McLeod, D., Bastian, C. & Rashford, B. (2013). The Effects of
Environmental Amenities on Agricultural Land Values. Land Economics, 89, 466-478
6.17) Lubowski, R., Plantinga, A., Stavins, R. (2008). What Drives Land-Use Change in the
United States? A National Analysis of Landowner Decisions. Land Economics, 84, 529-550.
96
6.18) Maddison, D. (2000). A hedonic analysis of agricultural land prices in England and
Wales. European Review of Agricultural Economics, 27 (4), 519-532.
6.19) Plantinga, A. J. & Miller, D. J. (2001). Agricultural land values and the value of rights to
future land development. Land Economics, 77 (1), 56-67.
6.20) Roka, F. M. & Palmquist, R. B. (1997). Examining the use of national databases in a
hedonic analysis of regional farmland values. American Journal of Agricultural Economics, 79
(5), 1651-1656.
6.21) Sandrey R.A., Arthur L.M., Oliveira R.A. & Wilson W.R. (1982). Determinants of
Oregon farmland values: A pooled cross-sectorial time series analysis. Western Journal of
Agricultural Economics, 7 (2), 211-220.
6.22) Wise, J.O. & Dover, H.J. (1974). An evaluation of a statistical method of appraising rural
property. The Appraisal Journal, 42(1), 103-113.
97
CAPÍTULO V
Valoración de tierras rurales por capacidad de uso
98
I. INTRODUCCION
Como parte de la política del FONTIERRAS, uno de los puntos de partida y de discusión
sobre el financiamiento o no, de las fincas, es el avalúo, como producto del proceso de valuación
de las tierras rurales. Muchas son las experiencias que se han vivido en el Fondo de Tierras,
respecto a los avalúos de las Fincas ofertadas. Por lo que se considera necesario contar con un
instrumento que permita establecer de una forma sencilla basado en criterios técnico científicos
“el proceso de valuación”, en primera instancia, para entender los avalúos y posteriormente para
discutir y llegar a puntos de común acuerdo en las negociaciones sobre el precio justo de las
fincas, en función de sus propiedades intrínsecas. Así mismo, asesorar y hacer sugerencias a los
grupos de campesinos interesados en el financiamiento a través de FONTIERRAS de una
determinada finca, todo con objeto de establecer el precio real de las fincas ofertadas.
Entendiéndose por fincas, aquellas propiedades cuyo valor está integrado por la capacidad
productiva de sus tierras, topografía, drenaje natural, erosión, pedregosidad y la posibilidad de su
mecanización (DICABI, 2005).
Esta investigación proporcionó a los personeros de FOTIERRAS, elementos técnico
científicos traducidos en procedimientos y reglas para realizar estimaciones de valor confiables
de tierras rurales, considerando no solo el valor de la tierra, sino que, integrando los beneficios
que existen en ellas, por ejemplo: ubicación y accesibilidad, el clima de la región, la
trabajabilidad y fertilidad de los suelos, la disponibilidad de agua superficial, cercanía a mercados
y servicios sociales, construcciones existentes y vulnerabilidad ambiental.
Se sintetiza el proceso de valuación en físico, de mercado y de productividad. El proceso
de la valuación física de forma reducida se sintetiza mediante el estudio semidetallado de la
Capacidad de uso de las Tierras, propuesto en el Capítulo III. Posterior a ello, se realizan varios
análisis de valor de mercado a nivel de comparadores en la región de estudio. Una vez definido
el valor promedio de mercado, se procede a calificar las diferentes clases agrológicas en función
de su calidad o demérito, en función de criterios como cercanía a centros poblados, acceso,
prestación de servicios, topografía, capacidades de uso, entre otros. Cuando no existen
construcciones, las valuaciones físicas son equivalentes a las valuaciones de mercado. Es
importante también mencionar la valuación en función de la productividad de la tierra, ésta se
99
estima mediante el desarrollo de proyectos productivos a perpetuidad, que evidencian el mejor y
mayor uso de las tierras, cuyo valor lo define la utilidad del proyecto productivo.
Así mismo, se integran criterios de uso y conservación de los recursos naturales y el medio
ambiente, por ejemplo, fincas que aun cuando tengan grandes extensiones de tierras catalogadas
en función de topografía como Clase I, tendrán su valor fijado en función del estado degradativo
de las mismas, ya que éstas deberán ser consideradas como Clase V (Clases de tierras I, con
limitaciones de degradación ambiental), en cuyo caso su valor se ve ampliamente demeritado por
factores de estado de la tierra. Esto es el típico caso de las tierras de la Llanura Costera del
Pacífico, cuyos estados de degradación después de su uso intensivo son extremos. Caso contrario
aquellas fincas, donde su ubicación y condiciones de riqueza edáfica y conservación de los
recursos naturales e hídricos las hará meritorias respecto a su valor y precio de mercado.
100
II. MARCO TEÓRICO
2.1 Perfil ideal del valuador
El valuador debe ser una persona que siempre actúa apegado estrictamente a los principios
morales que le dicta la ética profesional, jamás efectúa y mucho menos cobra trabajos
innecesarios a los clientes, debe capacitarse continuamente para estar siempre actualizado
buscando la excelencia en su desempeño profesional, respeta a la competencia y prefiere guardar
silencio cuando no pueda expresar algo positivo de otros valuadores, posee una amplia cultura
interdisciplinaria que le permite corresponder panoramas macro y micro económicos que
contemple en cada caso, se responsabiliza de todos los trabajos que realiza y lo confirma al
firmarlos, no teme consultar a personas doctas o compañeros en alguna materia en que estén más
capacitados, se asocia en instituciones prestigiadas que elevarán sus conocimientos y por ende su
capacidad valuatoria. Así mismo, el valuador como parte de su código de ética profesional debe
cimentar su reputación en la honradez, laboriosidad y capacidad técnica, observando las normas
de ética más elevadas en todos sus actos, así como el debido decoro en su vida social y
profesional, contribuye al engrandecimiento de la profesión en la medida de sus posibilidades,
actuando con prioridad y buena fe y cumpliendo las normas del derecho vigente. No debe aceptar
la ejecución de un avaluó fuera de su especialidad sin tener los conocimientos y experiencia para
ello o en su defecto solicitar el asesoramiento correspondiente, debe sostener un criterio libre e
imparcial independientemente de los nexos de parentesco o beneficio personal, en su caso debe
declararlo así en el contenido de sus informes, debe ser veraz con respecto a lo que se ve y siente
de acuerdo a su leal saber y entender, en el momento de efectuar la valuación y no aceptar
influencias externas, presiones ni remuneraciones que hagan variar su criterio, tiene la libertad de
aceptar o rechazar la práctica de los avalúos que le soliciten, los honorarios que fije el valuador
deberán ser en todo caso, justos, racionales y equitativos (Cantu, 2013).
2.2 La práctica valuatoria
El avalúo es el acto o proceso de estimar un valor a un bien raíz. Los valuadores llevan a
cabo análisis y emiten opiniones y conclusiones relacionadas con su valor. El avalúo comprende
una investigación selectiva de áreas apropiadas al mercado, la recolección de datos o información
101
pertinente, empleo te técnicas analíticas correspondientes, la aplicación de conocimientos,
experiencias y juicio profesional, para obtener una solución apropiada a un problema de avalúo.
El propósito y uso del avalúo, es la razón por la cual el usuario requiere conocer el valor de
su propiedad, así como el enfoque que se le dará al avalúo: conocer el valor o asesoría sobre
decisiones sobre inversiones en el bien raíz. Siendo el objeto del avalúo, lo que constituye la base
de la valoración final, por ejemplo: Compraventa, financiamiento y crédito, litigios, asuntos de
carácter fiscal, asesoría en materia de inversiones. El avalúo sirve en caso de compraventa con la
finalidad de ayudar a posibles compradores a fijar los precios de sus ofertas, para ayudar a
posibles vendedores determinar los precios de venta aceptables, para establecer una base para
reorganizar la propiedad o fusionar múltiples propiedades, para determinar los términos del
precio de venta de una propiedad. Ya para el financiamiento y crédito sirve para estimar el valor
de la garantía ofrecida para un posible préstamo hipotecario, para proporcionar a un vendedor una
base firme para decidir si debe comprar hipotecas, bonos u otro tipo de valores, para ayudar a
determinar si debe asegurarse o suscribirse un préstamo sobre una propiedad real (Appraisal
Institute, 2002).
2.3 Fundamentos del valor
El valor puede tener muchas significados en los avalúos de bienes raíces, su definición
depende de su contexto y aplicación (Smith, 1977). Comúnmente el valor en el mercado se
percibe como la anticipación de beneficios a obtener en el futuro, puesto que el valor cambia a
través del tiempo, el avalúo refleja el valor en un tiempo dado. El valor, en un momento
determinado, representa el valor monetario de una propiedad, bienes o servicios para
compradores y vendedores.
“El valor de mercado” es creado por los patrones colectivos de mercado, refleja diversos
puntos de vista sobre precio de contado contra precio no de contado, derechos sobre propiedad
real contra derechos sobre bienes raíces, un precio contra otro precio más alto, pagados ambos
por el mismo bien, el precio más probable contra el precio más alto posible, el valor de equilibrio
contra el precio de mercado. El Appraisal Institute de los Estados Unidos Americanos define
“valor de mercado” como el precio más probable que una participación específica en una
propiedad real pudiera lograr bajo todas las siguientes condiciones: a) La consumación de la
venta ocurre en una fecha específica, b) Existe un mercado abierto y competitivo para la
102
propiedad valuada, c) Tanto el comprador como el vendedor están actuando con prudencia y
conocimiento de los hechos, d) El precio no se encuentra afectado por un incentivo indebido, e)
El comprador y el vendedor se encuentran típicamente motivados, f) Las dos partes están
procediendo de acuerdo con lo que consideran sus mejores intenciones, g) Los esfuerzos en el
mercado fueron adecuados y se concedió un periodo de tiempo razonable para dar a conocer la
propiedad en el mercado abierto, h) El pago se hizo de contado, con moneda local, i) El precio
representa el valor normal de la propiedad vendida y no se ha visto afectado por financiamiento
creativo o especial ni por concesiones de venta otorgadas por cualquier persona asociada con la
venta (Appraisal Institute, 2002).
“El Valor de utilización” es un concepto basado en la productividad de un bien económico.
El valor de utilización es el valor que tiene una propiedad determinada para un fin determinado.
Al estimar el valor de utilización, el valuador se enfoca en el valor que los bienes raíces aportan a
la empresa de la que forman parte, sin tomar en cuenta su mayor o mejor uso o la cantidad de
dinero que pudiera obtenerse de su venta. El valor de utilización puede variar, dependiendo de la
administración de la propiedad y de condiciones externas, tales como cambios en las operaciones
comerciales (Appraisal Institute, 2002).
“Valor de inversión” representa el valor de una inversión específica para un inversionista
determinado. Según se aplica en los avalúos, el valor de inversión es el valor que una inversión,
tiene para un inversionista determinado, con base en sus propios requerimientos. En contraste
con el valor de mercado, el valor de inversión es el valor para una persona en particular, y no
necesariamente el valor en el mercado. Refleja la relación subjetiva entre un inversionista
determinado y una inversión específica (Appraisal Institute, 2002), otras definiciones sobre el
valor de una propiedad en funcionamiento, como interés público, asegurable y catastral pueden
consultarse en la misma obra.
2.4 Enfoques y métodos de valuación de propiedades rurales
2.4.1 Mayor y mejor uso
Al identificar e interpretar las fuerzas locales y regionales del mercado que afectan una
propiedad determinada, el valuador puede determinar el mayor y mejor uso de dicha propiedad.
Es fundamental en el avalúo de bienes raíces porque enfoca el análisis del mercado sobre la
propiedad y viabilidad de un posible aprovechamiento alterno. Permitiendo al valuador
103
identificar el uso óptimo de la propiedad de acuerdo con las condiciones del mercado en una
fecha determinada. Refleja una suposición básica sobre el comportamiento del mercado de
bienes raíces y es que el precio que un comprador pagará o que un vendedor aceptará por una
propiedad se fundamenta en el empleo más provechoso del terreno. De esta forma las
propiedades son puestas al servicio de su mayor y mejor uso, sin embargo, no necesariamente
concordará con el uso que se le esté dando en ese momento. Para determinar el mayor y mejor
uso de una propiedad, se deben tomar en cuenta cuidadosamente las condiciones prevalecientes
en el marcado, las tendencias que lo afecten, cambios potenciales y el uso actual de la propiedad.
“El mayor y mejor uso” se define como el uso de una propiedad vacante o construida, que sea
legal, físicamente posible, que cuente con un respaldo apropiado, que sea económicamente viable
y que produzca el mayor valor (Apprasal Institute, 2002).
2.4.2 Los métodos de valuación de propiedades rurales
2.4.2.1 Avalúo Físico
También llamado de costos, se define como el procedimiento sistemático que supone que
la suma de los factores necesarios para reponer o reproducir un inmueble agropecuario permite
aproximarse a su valor, para lo cual las observaciones deben contemplar operaciones de mercado,
en cuanto a los terrenos y a los bienes distintos a la tierra, materiales que los componen e
insumos que los originaron. Por lo tanto, sustenta la tesis de que “los costos necesarios para
sustituir o reponer un inmueble, analizados con base a los conceptos que integran las partidas se
asemeja al valor real de mercado o valor comercial del mismo”. Para determinar el valor del
terreno, se efectúa una clasificación virtual con fines valuatorios, misma que puede o no
corresponder a los planos parcelarios, pero que debe ir de acuerdo con el uso actual de la tierra
(Cantu, 2013).
2.4.2.2 Avalúo de productividad
Se conoce con el nombre de método de la renta, método analítico y método de
capitalización de rentas. Supone el valor presente de beneficios futuros obtenibles del inmueble e
implica la investigación de características específicas para determinar productos en cada una de
las regiones productivas (agrícolas, pecuarias, forestales, etc.) y se hace obligatorio el considerar
el enfoque de costos (producción, operación y obtención), por lo tanto, el análisis por
104
productividad es el que soporta este método recurriendo a la observancia del mercado,
debiéndose distinguir con toda claridad entre la especulación y la productividad. En términos
coloquiales, es el método que sustenta la tesis que dice: "la tierra vale lo que produce o el ganado
que engorda".
No está por demás hacer énfasis en la necesidad de tener cuidado en diferenciar y estimar la
parte de ingresos atribuibles al productor (agricultor, ganadero, etc.) y la ganancia que le
corresponde al dueño por la renta del bien, aunque estas “dos personas” sean una sola. Los
beneficios o riquezas atribuibles al bien se pueden estimar por medio de la capitalización de la
renta directa que le produce el bien a su dueño, o a partir del flujo neto de efectivo que se genera
al hacer producir el bien, una vez deducida la parte que le corresponde al productor. Esta teoría
se basa en el principio de anticipación que señala que el valor actual de un inmueble es una
medida de los bienes futuros, supone que el capital representado por el suelo y sus mejoras o
accesiones, es susceptible de producir rendimientos o rentas, que una vez capitalizados, permiten
obtener el valor de este bien. Para aplicar el enfoque es necesario considerar los principios
teóricos de la capitalización de rentas, mismo que indica que para conocer el valor de un bien, se
deberán traer a valor presente los beneficios futuros o renta que genere el mismo, incluyendo en
su caso el valor de rescate del inmueble al final del plazo considerado. Las fincas se consideran
que pueden generar una “renta perpetua” y las construcciones en general pueden tener un periodo
productivo largo. Para llevar a cabo este método, se requiere un estudio económico y agrológico
detallado aunado a una investigación de rendimientos de productos agropecuarios durante los
últimos 5 años, por lo menos en la zona. Para llevar a cabo el estudio analítico, se requiere de: a)
Estimación de la Renta Líquida del predio en estudio, b) Capitalización de la Renta Líquida y c)
Deducciones que deben verificarse al capital deducido (Cantu, 2013).
2.4.2.3 Avalúo de mercado
Se conoce también con el nombre de método de comparación de mercado o simplemente
de mercado. Supone que el valor es equiparable al de un bien igual o similar a otro y que ese
valor hay que determinarlo a través de la comparación de ventas, así como de encontrar
inmuebles "comparables". Sin embargo, las características de las tierras rurales no están
determinadas por lotes típicos, densidades habitacionales, características de forma, frente, etc.,
que sirven como parámetros para premiar o castigar una propiedad y frecuentemente se complica
105
su tasación con problemáticas sociales, lo que es más por la misma naturaleza de los bienes
rústicos y agropecuarios, no existe uno similar al otro. Por este motivo la metodología resulta
también imprecisa y se opta por llamarla de mercado y muy contadas veces como comparativa de
mercado. El observar, medir y sistematizar, homologar y comparar, es trabajo del valuador
agropecuario y se hace necesario el análisis amplio de una zona para poder tener una visión
amplia y así emitir opinión de valor, por lo tanto, implica también el análisis del mercado. Este
enfoque supone que un comprador bien informado no pagará por un bien más del precio de
compra de otro bien similar. Se identificarán cuando menos tres bienes que presenten
características y condiciones iguales o parecidas a la del bien valuado en la zona de ubicación del
bien o en una zona similar y se especificarán claramente los factores de homologación que, en su
caso, se vayan a utilizar, tanto para terrenos, como para construcciones, maquinaria y equipo. Su
utilización se deberá justificar y el método se describirá dentro del avalúo. Al analizar la
estructura del mercado agropecuario se hace notar que este tiene complejidades que deben ser
ampliamente consideradas por el valuador. El análisis completo y exhaustivo necesario para la
identificación del valor de mercado realmente requiere un profundo conocimiento de la
economía, de las tendencias del mercado, usos actuales y potenciales, características de
ubicación, datos técnicos sobre los suelos, clima y el entorno, servidumbres, aspectos legales y
sobre todo acceso a una buena base de datos (Cantu, 2013).
2.4.3 Características específicas de las tierras rurales
En la valuación de tierras rurales es necesario investigar (American Society of Farm
Managers and Rural Appraisers, 2000):
a) La capacidad de uso de las tierras: se hace necesario conocer levantamientos de suelos de las
propiedades, el uso correcto de los mismos, su uso agropecuario y producción esperada. En
especial cuando se comparan propiedades rurales.
b) Drenaje y riego: se debe analizar el costo del suministro de agua y de los sistemas de drenaje a
largo plazo, así como la confiabilidad del suministro y servicio.
c) Clima: las condiciones climáticas en general y las temperaturas de cultivo pueden afectar la
producción de cosechas y por lo mismo el valor de la tierra.
d) Cosechas potenciales: las cosechas cultivadas en una propiedad se ven afectadas no solo por
los factores como clima, suelos, riego, sino también por la disponibilidad de mano de obra,
106
transporte y acceso a los mercados que trasforman, transportan y venden los productos derivados
de las cosechas.
e) Controles salud y de medio ambiente: los cultivos se ven influenciados por reglamentos sobre
pesticidas y fertilizantes, contaminación del aire, agua y protección a la fauna silvestre. Tanques
de almacenamiento subterráneo, uso de asbesto en edificaciones rurales que frecuentemente son
riesgos comunes para el medio ambiente. Así como, la degradación de los suelos por uso
intensivo irracional.
f) Otras consideraciones: la ubicación de minerales, hábitats de fauna silvestre, corrientes y lagos,
las distancias de los centros poblados y el potencial para usos recreativos de las propiedades
forman parte de los otros muchos factores que deben tomarse en cuenta al valuar terrenos
agrícolas. También deben investigarse las disposiciones tributarias, tales como impuestos
reducidos sobre propiedades agrícolas, etc.
2.5 Premisas sobre clasificación de las tierras rurales por capacidad de uso
De conformidad con Lepsch (1983), toda clasificación técnica de capacidad de uso de las
tierras debe estar fundamentada en un determinado número de premisas, establecidas en función
de los objetivos que se tienen en vista y de las condiciones socio-económicas del área de trabajo.
Los trabajos de colecta de datos edafológicos de campo se complementan con la interpretación
del levantamiento del medio físico, clima, riesgo de erosión, limitaciones de uso, capacidad
productiva y manejo de los suelos. Estas premisas fueron desarrolladas en el Capítulo III,
identificando clases, subclases y Unidades de Manejo agrológico de las tierras rurales.
2.5.1 Valoración de las tierras por capacidad de uso
El valor de las tierras está directamente relacionado con el aprovechamiento permitido y la
libertad de uso que propicia al propietario. Esto significa que cuando mayor el grado de
aprovechamiento, cuanto más intensivo y cuanto mayor la gama de uso que la tierra permita,
mayor será su valor. Este mayor valor puede ser analizado, en la Figura 1, para la Clase I, que
permite cualquier tipo de uso con las menores limitaciones.
107
Figura 1. Variación del tipo y de la intensidad máxima de utilización de la tierra sin riesgo de
erosión acelerada en función de las clases agrológicas
Fuente: Tomado de Kozma, (1984)
Así mismo, el valor de la tierra irá decreciendo a medida que disminuye la adaptabilidad y
libertad de escogencia del uso, e incrementando las limitaciones y los riesgos de uso. Este hecho
llevó a varios autores a postular valores relativos a cada clase de capacidad de uso,
escalonándolas en orden decreciente en función de los usos capaces de reflejar con apreciable
margen de seguridad, la renta de la tierra de cada clase de tierras (Vegni-Nery, 1976; Franca,
1983; Kosma, 1984). Se debe prestar atención en relación a las propiedades de gran extensión
con infraestructura y arriba de la media de la región. Normalmente las mejoras a las tierras
pueden eliminar valores restrictivos como erosión. Lo que permite clasificarlas en una subclase
de mayor valor, siendo la única manera de incluir la aplicación de tecnología en el valor de la
tierra. Las demás mejoras derivadas de esta infraestructura como pastizales y culturas de alta
rentabilidad deben ser evaluadas como ítems de “plus valía”, por unidad de área de la propiedad,
en relación a otras propiedades.
LIMITADO MODERADO INTENSIVO COMPLETO SIMPLESSIN DAÑO
APARENTE
V
VI
VII
VIII
Sentido
I
II
III
IV
CULTIVO INTENSIVO
PROBLEMAS DE CONSERVACIÓNCULTIVO
OCASIONAL
O LIMITADO
SILVICULTURA
PASTOREOVIDA
SILVESTRE Y
RECREACIÓN
CLA
SES
DE
CA
PA
CID
AD
DE
USO SENTIDO DE AUMENTO DE LA INTENSIDAD DE USO
AU
MEN
TO D
E LA
S LI
MIT
AC
ION
ES Y
LOS
RIE
SGO
S D
E U
SO
AU
MEN
TO D
E LA
AD
AP
TAV
ILID
AD
Y L
IBER
TAD
DE
USO
108
2.6 El informe del avalúo
En la práctica de avalúos se señalan requisitos mínimos para todos los informes, escritos u
orales, así como la responsabilidad del valuador, que revisa un informe. El informe debe
presentar: resultados de forma clara y precisa, de tal manera que no se preste a equivocaciones o
malinterpretaciones, revelar clara y acertadamente cualquier suposición limitativa que afecte
directamente el avalúo y señalar su impacto sobre el valor de la tierra. Los informes escritos
pueden ser limitados, resumidos o auto contenidos, incrementando en grado de detalle
respectivamente, no obstante cualquier informe según el Appraisal Institute (2002) requiere de:
identificación y descripción del bien raíz; el interés específico del avalúo; el tipo de valor a
estimar; declaración de la fecha de realización avalúo y la fecha de presentación del informe;
declaración de todas las suposiciones y condiciones limitativas que afecten los análisis, opiniones
y conclusiones; descripción de la información que se tomó en cuenta, los procedimientos que se
observaron y el razonamiento en que se fundamentaron los análisis, opiniones y conclusiones; la
opinión del valuador sobre el mayor y mejor uso de los bienes raíces que se están valuando;
explique y justifique la exclusión de cualquiera de los enfoques usuales de avalúo y certificación
firmada del valuador registrado. Otros criterios de presentación de informes de avalúos para
tierras rurales pueden consultarse en DICABI (2005).
109
III. OBJETIVO ESPECÍFICO
3.1) Plantear un método de valoración de tierras rurales por capacidad de uso.
110
IV. MATERIALES Y MÉTODOS
Mediante trabajo de campo y gabinete se determinó el valor físico de la finca El Regón en
el departamento de Sacatepéquez, considerando el precio de mercado, adquirido mediante
investigación comparativa en la región donde se encuentra ubicada esta finca. Posteriormente,
esta finca fue meritada o demeritada en función a sus aspectos intrínsecos con base en los
estudios de capacidad de uso de las tierras. Se procede a la clasificación agrológica de las tierras
con base en la metodología propuesta en el Capítulo III. Posteriormente se utiliza el método
comparativo directo propuesto por Franca (1983). Que parte de la premisa de que los principales
factores que determinan el valor de la tierra de las fincas son la capacidad de uso de los suelos y
la situación de la propiedad en relación a la región de influencia, sintetizada en los Cuadros 1 y 2.
Cuadro 1. Factores de ponderación en fincas con base en la capacidad de uso de las tierras
Situación
Clases Agrológicas
I
100%
II
80%
III
61%
IV
47%
V
39%
VI
29%
VII
20%
VIII
13%
Óptima 100% 1,000 0,800 0,610 0,470 0,390 0,290 0,200 0,130
Muy buena
95% 0,950 0,760 0,576 0,447 0,370 0,276 0,190 0,123
Buena 90% 0,900 0,720 0,549 0,423 0,351 0,261 0,180 0,117
Desfavorable
80% 0,800 0,640 0,488 0,376 0,312 0,232 0,160 0,104
Mala 75% 0,750 0,600 0,458 0,352 0,292 0,218 0,150 0,098
Pésima 70% 0,700 0,560 0,427 0,329 0,273 0,203 0,140 0,091
Fuente: Franca (1983), modificado para Guatemala
111
Cuadro 2. Factores de ponderación en la obtención del valor de fincas, considerando la sub-clase de capacidad de uso de las tierras
Situación
Clases y Subclases Agrológicas
I IIs IIe IIe,s IIIs IIId IIIe IIIe,s IVs IVe IVe,s Vd VIe VIes VIIe VIIe,s VIII
100% 88% 80% 74% 68% 64% 60% 56% 50% 47% 44% 39% 32% 26% 23% 17% 13%
Óptima
100% 1,00 0,88 0,8 0,74 0,68 0,64 0,60 0,56 0,5 0,47 0,44 0,39 0,32 0,26 0,23 0,17 0,13
Muy buena
95% 0,95 0,836 0,76 0,703 0,646 0,608 0,57 0,532 0,475 0,447 0,418 0,37 0,304 0,247 0,219 0,162 0,123
Buena
90% 0,90 0,792 0,72 0,666 0,612 0,576 0,54 0,504 0,45 0,423 0,396 0,351 0,288 0,234 0,207 0,153 0,117
Desfavorable
80% 0,80 0,704 0,64 0,592 0,544 0,512 0,48
0,448
0,4
0,376 0,352 0,312 0,256 0,208 0,184 0,136 0,104
Mala
75% 0,75 0,66 0,60 0,555 0,51 0,48 0,45 0,42 0,375 0,353 0,33 0,293 0,24 0,195 0,173 0,128 0,097
Pésima
70% 0,70 0,616 0,56 0,518 0,476 0,448 0,42 0,392 0,35 0,329 0,308 0,273 0,224 0,182 0,161 0,119 0,091
Fuente: Franca (1983), modificado para Guatemala
Subclases de capacidad de uso: se reconocen como factores para definir subclases, limitaciones debidas a erosión (e), suelo (s), drenaje (d). Para
determinar las subclases se deben comparar las condiciones del terreno con respecto a las permitidas en la clase I.
Erosión (e). Es la pérdida actual o potencial de suelo provocada por la escorrentía superficial y la acción del viento. La erosión actual o sufrida
ocurre por malas prácticas de manejo de la tierra y potencial según el grado de inclinación de la pendiente.
Suelo (s). Se refiere a las limitaciones que se presentan, provocadas por uno o varios de los siguientes factores: profundidad efectiva, textura,
pedregosidad y fertilidad.
Drenaje (d). Agrupa las limitaciones causadas por exceso o deficiencia de humedad en el suelo o por riesgo de inundación.
112
Sobre la ponderación de las clases y subclases agrológicas de las fincas, el precio base se
merita o demerita por criterio de acceso y viabilidad de circulación, según los criterios
establecidos por Caries (1978), modificado para Guatemala, Cuadro 3.
Cuadro 3. Escala de valores de tierras según la situación y viabilidad de circulación
Situación
Circulación
Tipo de carretera Importancia de
las distancias
Acceso durante
el año
Escala de valor
(%)
Óptima Asfaltada Mínima Permanente 100
Muy Buena Terracería Media Permanente 95
Buena Terracería Significativa Permanente 90
Desfavorable Servidumbres de
paso
Excesiva Ocasional 80
Mala Servidumbres
con acceso
limitado
Excesiva Con problemas
en la época de
lluvia
75
Pésima Interceptada por
riachuelos sin
puentes
Excesiva Con problemas
en época seca
70
Fuente: Caires (1978). Modificado a las condiciones de acceso y circulación de carreteras de
México y Guatemala (Secretaria de Comunicaciones y Transporte, 1984)
Finalmente se presenta el avalúo siguiendo el protocolo establecido por el Appraisal
Institute (2002), de forma resumida, para la Finca El Rejón, Sacatepéquez, Guatemala.
113
V. PRESENTACIÓN Y DISCUSIÓN DE RESULTADOS
5.1 Valuación física de finca El Rejón, Sacatepéquez.
a) Identificación de la propiedad
a1) Clase: Finca rústica de fines agrícolas intensivos, con prácticas de conservación de suelos.
a2) Nombre: Finca El Rejón
a3) Ubicación: Municipio de Sumpango, Sacatepéquez
a4) Vías de acceso: De la ciudad capital por la ruta Centro Americana CA-1 Occidente, hasta
Sumpango 42 Km asfaltados en buenas condiciones todo el año. De Sumpango a la Finca El
Rejón 5 Km por carretera asfaltada en buenas condiciones todo el año. Total de 47 Km.
a5) Coordenadas extremo nor-este: 14º 37´46´´ (Latitud norte) y 90º 43´53´´ (Longitud Oeste).
a6) Altitud de 1 985,00 a 2 160,00 msnm.
a7) Registro General de la Propiedad: Registro 3 517,00 - Folio 40- Libro 72- Departamento de
Sacatepéquez.
a8) Propietario: Inversiones Osol, S.A.
a9) Superficie: 125,31 ha
b) Descripción de la propiedad
b1) Geología: Rocas ígneas y metamórficas del Terciario y Cuaternario.
b2) Región Fisiográfica: Tierras Altas Volcánicas.
b3) Climatología: Templado húmedo. Precipitación media anual de 1 350,00 mm. Con exceso de
precipitación sobre evapotranspiración, en los meses de Mayo a Octubre. De conformidad con el
índice de sequía de Palmer (0,68), la propiedad está ubicada en una zona de disponibilidad de
humedad poco deficiente.
b4) Zona de vida: Bosque Húmedo Montano Bajo Subtropical (Cruz, 1982), verificao en campo.
b5) Suelos y Topografía: Andisoles, profundos bien drenados con horizonte A y horizonte B
profundo, texturas francas. Topografía ligeramente inclinada (12-26%), inclinada (26-36%) y
escarpada (36-55%), suelos con prácticas de conservación, Fotografía No. 2.
b6) Hidrología: En la propiedad no se encuentran fuentes de agua superficial. Se cuenta con 5
pozos artesianos, no aprovechables con fines de irrigación, por sus pequeños caudales, en
114
especial durante la época seca. Se compra agua en cisternas, para satisfacer los requerimientos
hídricos de las plantas.
c) Interés específico del avalúo
Determinación del valor de la tierra con fines de producción agrícola.
d) Propósito y uso del avalúo
Para solicitud de compra del bien raíz financiado, a través, de la política de acceso a la
tierra vía mercado del FONTIERRAS de Guatemala.
e) Valor a estimar
Se estima el valor físico de la finca.
f) Fecha del Avalúo y Fecha del informe
Los trabajos de campo fueron realizados en el mes de Junio de 2013, el informe se presentó
a FONTIERRAS el día 24 de Julio de 2013.
g) Productos de los trabajos de campo
g1) Determinación del precio de mercado. Mediante investigación de campo se determinó el
precio de 20 propiedades rurales, con características similares de situación y ubicación en la
región de estudio. Se calculó un Costo promedio de Q 150 000,00 por hectárea, equivalente a $
19 505,85 dólares americanos, para el municipio de Sumpango, Sacatepéquez.
g2) Capacidad de Uso de las tierras. La Figura 2, muestra la capacidad de uso de las tierras de
la finca El Rejón, se identificaron las clases agrológicas IIe (14,61 ha), IIIe (11,27 ha), IVe (23,08
ha), VIe (31,13 ha), VIes (45,23 ha).
115
Figura 2. Capacidad de uso de la tierra Finca El Rejón, Sacatepéquez, Guatemala
Fuente: Elaboración propia
Descripción de la leyenda:
Clase IIe. Para agricultura con prácticas de conservación de suelos (curvas a nivel y terrazas).
Propia para agricultura de secano bajo riego (ejote, arveja, tomate), o para agricultura de secano
(Cucúrbitas). Con limitaciones de erosión, si no son bien manejados.
Clase IIIe. Para agricultura con prácticas de conservación de suelos (terrazas). Propia para
agricultura de secano (mora) u otro tipo de cultivo arbustivo de alta rentabilidad. Con
limitaciones de erosión, si no son bien manejados.
Clase IVe. Para agricultura con prácticas de conservación de suelos (terrazas, barreras vivas y
muertas). Propia para agricultura de secano tipo de cultivo arbustivo de alta rentabilidad. Con
limitaciones de erosión, si no son bien manejados.
Clase VIe. Para establecimiento de sistemas agroforestales (combinación de granos básicos y
sistema pino-encino), con prácticas de conservación de suelos (barreras muertas). Con
limitaciones de erosión si no son muy bien manejados.
Clase VIes. Para cultivo de frutales con prácticas de conservación y suelos (terrazas), para
forestación y reforestación con fines de producción. Con limitaciones de erosión y factores
edáficos.
116
g3) Cálculo del demérito del valor de la propiedad por capacidad de uso de las tierras, propiedad
en situación “Óptima”, Cuadro 4.
Cuadro 4. Demérito de la tierra por capacidad de uso
Clase
Agrológica
Área ( ha) Precio
promedio Q/ha
Factor
(Franca, 1983)
modificado
Precio
Q/ha
Corregido
II e 14,61 150 000,00 0,80 1 168 800,00
III e 11,27 150 000,00 0,60 676 200,00
IV e 23,08 150 000,00 0,47 1 084 760,00
VI e 31,13 150 000,00 0,32 996 160,00
VI es 45,23 150 000,00 0,26 1 175 980,00
Total 125,31 150 000,00 7 652 850,00
Fuente: Elaboración propia
g4) Cálculo del demérito del valor de la propiedad estimado en (g3) por situación y viabilidad
de circulación.
El valor de la propiedad no registra demérito, pues se encuentra en situación óptima,
carretera asfaltada, distancia mínima a centros poblados (Sumpango y cabecera departamental de
Sacatepéquez), con acceso durante todo el año.
h) Definición del mayor y mejor uso
Para las clases agrológicas II, III y IV: Producción hortícola altamente rentable, bajo
irrigación, por ejemplo: tomate, arveja, ejote, mora, cucurbitáceas. O bien hortalizas de secano en
áreas con prácticas de conservación de suelos, por ejemplo: tomate, ejote y mora. Debido a la no
existencia de fuentes de agua superficial, es necesario incluir en los costos de producción riego
por camiones cisterna, por lo menos dos o tres veces por semana en los meses de déficit de
humedad. Para la clase agrológica VI, especies de reforestación arbustiva tipo pino, pinabete y
encino. Por las pendientes y tipo de prácticas de conservación, comúnmente se utilizan sistemas
agroforestales durante los primeros tres o cuatro años del crecimiento arbustivo.
117
VI. CONCLUSIONES
6.1) La clasificación agrológica de la finca El Rejón califica las tierras como Clase IIe (14,61
ha, equivalente al 11,6%), IIIe (11,27 ha, equivalente al 8,99%), IVe (23,08 ha,
equivalente al 18,42%), VIe (31,13 ha, equivalente al 24,84%) y VIes (45,23 ha,
equivalente al 36,09%).
6.2) Mediante estudio de mercado comparador, la finca el Rejón, Sacatepéquez es considerada
en situación “Óptima”, respecto a la viabilidad de circulación por lo que no aplica
demérito sobre su precio de mercado, por condición de acceso.
6.3) El estudio de mercado estableció que el precio de la finca el Rejón es de Q 18 796 500,00
equivalentes a $ 2 444 278, 28 dólares americanos.
6.4) El factor de demérito de precio por calidad agrológica fue para la clase Clase IIe (0,8);
Clase IVe (0,60); Clase VIe (0,47); Clase VIe (0,32); Clase VIes (0,26).
6.5) El precio la finca por capacidad de uso de las tierras y viabilidad de acceso y circulación
es de Q 7 652 850,00, equivalente a $ 995 169,05 dólares americanos.
118
VII. REFERENCIAS BIBLIOGRAFICAS
7.1) American Society of Farm Managers and Rural Appraisers. (2000). The appraisal of
rural property. Wisconsin University, Madison, United States of America: ASFMRA.
7.2) Caires, H. R. (1978). Novos Tratamentos Matemáticos em Temas de Engenharia de
Avaliações, Sao Paulo, Brasil: PINI.
7.3) Cantu, M. C. (2013). Valuación de inmuebles agropecuarios. Nuevo León, Monterrey,
México: Promotora Agropex, S.A.
7.4) Cruz, J. R. (1982). Clasificación de las zonas de vida de Guatemala a nivel de
reconocimiento. Guatemala: Instituto Nacional Forestal.
7.5) De Camargo, L. M. (2011). Avaliação de propiedades rurais. Universidade de Sao Paulo. Escola Superior de Agricultura “Luiz de Queiroz”. Departamento de Engenharia Rural,
Área de Topografia e Geoprocessamento. Sao Paulo, Brasil: USP.
7.6) DICABI. Direccion de Catastro y Avaluos de Bienes Inmuebles. (2005). Manual de
valuación inmobiliaria. Ministerio de Finanzas Públicas. Dirección de Catastro y Bienes
Inmuebles, Guatemala: DICABI.
7.7) França, G. V. (1983). Estudo agro técnico e avaliação das terras da Fazenda São
Sebastião Município de Santa Cruz das Palmeiras Estado de São Paulo, Levantamento
de Solos, Capacidade de Uso e Valor Relativo das Terras. Piracicaba, Escola Superior de
Agricultura Luiz de Queiroz, Sao Paulo, Brasil: USP.
7.8) Kozma, M. C. (1984). Engenharia de Avaliações (Avaliação de Propriedades Rurais).
Sao Paulo, Instituto Brasileiro de Avaliacoes e Pericias de Engenharia, Sao Paulo, Brasil:
PINI.
119
7.9) Lepsch, I. F. (Ed.). (1983). Manual para Levantamento Utilitário do Meio Físico e
classificação de Terras no Sistema de Capacidade de Uso. Campinas, Sao Paulo, Brasil:
Sociedade Brasileira da Ciencia do Solo.
7.10) Secretaria de Comunicaciones y Transporte. (1984). Normas de servicios técnicos.
Proyecto Geométrico Carreteras. D.F., México.
7.11) Smith, H.C. (1977). Value concepts as a source of disparity among appraisals. The
Appraisal Journal, 45(2), 203-209.
7.12) Vegni-Neri, G. B. (1979). Avaliação de Imóveis Urbanos e Rurais. Sao Paulo, Brasil:
Nacional.
120
CONCLUSIONES GENERALES
Esta investigación dio respuesta a la carencia de métodos e instrumentos para evaluar y
valorar tierras rurales, que a la fecha era apuntado como uno de los principales factores causantes
de la sobre valoración y restricto uso agrícola de las fincas que conllevó a la deuda agraria, en el
marco institucional del Fondo de Tierras de Guatemala.
En el Capítulo 1, se estableció los efectos inicuos de las políticas agrarias sobre la tenencia,
uso y cobertura de la tierra, enfatizando en la Ley de Transformación Agraria y Ley
FONTIERRAS. A nivel de casos de estudio se estableció que la implementación de estas
políticas públicas promovió cambios en la cobertura de las tierras rurales del país, principalmente
de forestal a agropecuario, conllevando perdida de grandes extensiones de bosques en su mayoría
latifoliados y posteriormente deuda agraria.
El Capítulo 2, identificó el vacío legislativo sobre el establecimiento de métodos
relacionados a la integración de criterios de la calidad del suelo y la productividad agrícola,
específicamente el estudio semidetallado de capacidad de uso de la tierra.
En el Capítulo 3, se propuso y validó un protocolo de caracterización físico-química de los
suelos y estudio semidetallado de capacidad de uso de las tierras, que permitió establecer las
potencialidades y limitaciones de producción agropecuaria de las fincas sujetas a nuevos créditos
en FONTIERRAS. Este protocolo se constituyó en base institucional para los procesos de
negociación y financiamiento de fincas, zonificación y planificación del uso de la tierra mediante
proyectos productivos y subsidio para capital de trabajo, garantizando el uso racional de las
fincas.
En el Capítulo 4, se determinaron modelos econométricos de naturaleza mixta para estimar
los precios de las tierras rurales a nivel nacional, considerando variables cuantitativas y
cualitativas con significancia estadística. Se concluyó que la región geográfica, el tipo de acceso,
el área y la distancia a cabecera departamental son las principales variables explicativas que
influyen sobre el precio de mercado de las fincas, por lo que deben ser los indicadores del
proceso de negociación de las nuevas fincas sujetas a financiamiento por el FONTIERRAS.
Por último en el Capítulo 5, se planteó el método de méritos y demérito sobre el precio
comparativo de mercado en función de la capacidad de uso de las tierras, por medio de la
integración de los resultados del Capítulo 3 (referente a la evaluación de tierras por capacidad de
121
uso) y el Capítulo 4 (referente a la estimación econométrica del precio de las fincas). Se
estableció diferencias entre el precio de mercado y el precio por capacidad de uso de las tierras,
definiendo así el concepto del crédito para el acceso a la tierra, con lo que se espera rediseñar los
avalúos comerciales que se hacen para estimar los precios de las fincas y coadyuvar la sobre
valoración de las propiedades ofertadas a FONTIERRAS.
Los resultados anteriores constituyen la base para redefinir las políticas de acceso a la tierra
por parte de FONTIERRAS, las cuales están orientadas a contribuir directamente al desarrollo
sostenible de las comunidades agrarias beneficiarias. Por lo que la aplicación de los métodos e
instrumentos de evaluación y valoración de tierras rurales aquí planteados facilitarán el acceso a
las tierras propicias para el desarrollo agropecuario, lo que permitirá a los beneficiarios hacer uso
económico y ambientalmente correcto de sus propiedades.
122
ANEXOS
1) Análisis estadístico de homogeneidad de varianzas y prueba de t por unidad de
capacidad de uso de las tierras con significancia bilateral del 5%
Ho: Se
han
asumido
varianzas
iguales
Prueba de Levene para
la igualdad de
varianzas
Prueba T para la igualdad de medias
F Sig. t gl Sig.
(bilateral)
Diferencia
de medias
Error típ.
de la
diferencia
95% Intervalo de confianza
para la diferencia
Inferior Superior
Unidad 1 99,146 ,000 4,163 42 ,000 1,90 0,46 0,98 2,81
Unidad 2 9,078 ,004 1,675 42 ,101 3,81 2,28 -0,78 8,40
Unidad 3 7,787 ,008 1,311 42 ,197 1,82 1,39 -0,98 4,63
Unidad 4 9,201 ,004 1,547 42 ,129 8,73 5,64 -2,66 20,12
Unidad 5 4,363 ,043 -1,369 42 ,178 -24,37 17,80 -60,30 11,56
Unidad 6 ,032 ,859 ,110 42 ,913 8,11 73,40 -140,02 156,23
123
2) Descripción del perfil modal de las unidades mapeo 2,3, y 4 de Finca Sactelá, Cobán
Alta Verapaz
2.1 Unidad de Mapeo No. 2
a) General
-Número de perfil: No. 2
-Orden del suelo: Molisoles
-Ubicación - coordenadas GTM-: (X): 492343 (Y): 1748358
-Forma del terreno: Plano de llanura, de las Tierras Altas Sedimentarias, planicies estructurales
de la Sierra de Chamá.
-Pendiente donde el perfil está situado: 3 %
-Uso actual de la tierra: Pastizales.
-Clima: cálido subhúmedo
b) Información general acerca del suelo.
-Material de origen: Rocas Sedimentarias del cretácico y cretácico terciario
-Drenaje: Lento.
-Profundidad efectiva: > 120 cm
-Profundidad de la capa freática (en metros): > 120 cm
-Pedregosidad o afloramientos rocosos: Sin pedregosidad
-Evidencia de erosión: Nula
-Presencia de sales o álcalis: Nulo, no visibles sobre la superficie del suelo
c) Breve descripción del perfil.
Suelos profundos con desarrollo de horizonte O, A, y B profundo bien desarrollados. Suelos de
color pardos, textura arcillosa, estructura en bloques, con drenaje lento, probablemente
compactados por pisoteo.
d) Descripción de cada horizonte del suelo. Profundidad y
nomenclatura
Descripción de horizontes
0 – 14 cm
0
Color en húmedo pardo (7.5YR4/3); sin manchas de color evidentes, textura
arcillosa, estructura en bloques angulares medios y moderados, consistencia en
húmedo friable, en mojado ligeramente pegajosa y plástica, sin presencia de
cutanes y cementaciones, pocos poros, sin fragmentos de roca, sin presencia de
nódulos minerales y capas endurecidas. Sin reacción al HCl, con evidencia de
raíces, con materia orgánica adecuada 5,59%, pH 5,3.
14 – 35 cm
A
Color en húmedo pardo oscuro (10YR4/1); sin manchas de color evidentes,
textura arcillosa, estructura en bloques angulares medios y moderados,
consistencia en húmedo friable, en mojado ligeramente pegajosa y plástica, sin
presencia de cutanes y cementaciones, pocos poros, sin fragmentos de roca, sin
presencia de nódulos minerales y capas endurecidas. Sin reacción al HCl, sin
evidencia de raíces, materia orgánica baja 2,38%, pH 5,4.
>35 cm
B
Color en húmedo pardo amarillento (10YR4/6); sin manchas de color
evidentes, textura arcillosa, estructura en bloques angulares medios y
moderados, consistencia en húmedo friable, en mojado ligeramente pegajosa y
plástica, sin presencia de cutanes y cementaciones, pocos poros, sin fragmentos
de roca, sin presencia de nódulos minerales y capas endurecidas. Sin reacción
al HCl, sin evidencia de raíces, materia orgánica baja 1,16%, pH 5,4.
124
2.2 Unidad de Mapeo No. 3
a) General
-Número de perfil: No. 3
-Orden del suelo: Molisoles
-Ubicación - coordenadas GTM-: (X): 491824 (Y): 1747673
-Forma del terreno: Plano de llanura, de las Tierras Altas Sedimentarias, planicies estructurales
de la Sierra de Chamá.
-Pendiente donde el perfil está situado: 3 %
-Uso actual de la tierra: Bosque natural.
-Clima: cálido subhúmedo
b) Información general acerca del suelo.
-Material de origen: Rocas Sedimentarias del cretácico y cretácico terciario
-Drenaje: Bueno.
-Profundidad efectiva: > 120 cm
-Profundidad de la capa freática (en metros): > 120 cm
-Pedregosidad o afloramientos rocosos: Sin pedregosidad
-Evidencia de erosión: Nula
-Presencia de sales o álcalis: Nulo, no visibles sobre la superficie del suelo
c) Breve descripción del perfil.
La muestra fue tomada al inicio y no dentro del bosque. Suelos profundos con desarrollo de
horizonte O, A, y B profundo bien desarrollados. Suelos de color obscuro, textura arcillosa,
estructura en bloques, bien drenados.
d) Descripción de cada horizonte del suelo.
Profundidad y
nomenclatura
Descripción de horizontes
0 – 14 cm
0
Color en húmedo pardo grisáceo oscuro (10YR3/3); sin manchas de color
evidentes, textura arcillosa, estructura en bloques angulares medios y
moderados, consistencia en húmedo friable, en mojado ligeramente pegajosa y
plástica, sin presencia de cutanes y cementaciones, pocos poros, sin fragmentos
de roca, sin presencia de nódulos minerales y capas endurecidas. Sin reacción
al HCl, con evidencia de raíces, con materia orgánica adecuada 4,10%, pH 5,6.
14 – 54 cm
A
Color en húmedo gris muy oscuro (10YR3/1); sin manchas de color evidentes,
textura arcillosa, estructura en bloques angulares medios y moderados,
consistencia en húmedo friable, en mojado ligeramente pegajosa y plástica, sin
presencia de cutanes y cementaciones, pocos poros, sin fragmentos de roca, sin
presencia de nódulos minerales y capas endurecidas. Sin reacción al HCl, con
evidencia de raíces, materia orgánica adecuada 3,03%, pH 5,3.
>54 cm
B
Color en húmedo pardo amarillento (10YR4/6); sin manchas de color
evidentes, textura arcillosa, estructura en bloques angulares medios y
moderados, consistencia en húmedo friable, en mojado ligeramente pegajosa y
plástica, sin presencia de cutanes y cementaciones, pocos poros, sin fragmentos
de roca, sin presencia de nódulos minerales y capas endurecidas. Sin reacción
al HCl, sin evidencia de raíces, materia orgánica baja 0,73%, pH 5,3.
125
2.3 Unidad de Mapeo No. 4
a) General
-Número de perfil: No. 4
-Orden del suelo: Molisoles
-Ubicación - coordenadas GTM-: (X): 491743 (Y): 1748141
-Forma del terreno: Plano de llanura, de las Tierras Altas Sedimentarias, planicies estructurales
de la Sierra de Chamá.
-Pendiente donde el perfil está situado: 6 %
-Uso actual de la tierra: Agrícola en Barbecho.
-Clima: cálido subhúmedo
b) Información general acerca del suelo.
-Material de origen: Rocas Sedimentarias del cretácico y cretácico terciario
-Drenaje: Bueno.
-Profundidad efectiva: > 120 cm
-Profundidad de la capa freática (en metros): > 120 cm
-Pedregosidad o afloramientos rocosos: Sin pedregosidad
-Evidencia de erosión: Nula
-Presencia de sales o álcalis: Nulo, no visibles sobre la superficie del suelo
c) Breve descripción del perfil.
Suelos profundos con desarrollo de horizonte A1, A y B. Suelos de color pardo amarillento,
textura arcillosa, estructura en bloques, bien drenados.
d) Descripción de cada horizonte del suelo.
Profundidad y
nomenclatura
Descripción de horizontes
0 – 16 cm
A1
Color en húmedo pardo amarillento (10YR6/5); sin manchas de color
evidentes, textura arcillosa, estructura en bloques angulares medios y
moderados, consistencia en húmedo friable, en mojado ligeramente pegajosa y
plástica, sin presencia de cutanes y cementaciones, pocos poros, sin fragmentos
de roca, sin presencia de nódulos minerales y capas endurecidas. Sin reacción
al HCl, sin evidencia de raíces, materia orgánica adecuada 3,54, pH 5,5.
16 – 50 cm
A2
Color en húmedo pardo oscuro (10YR4/4); sin manchas de color evidentes,
textura arcillosa, estructura en bloques angulares medios y moderados,
consistencia en húmedo friable, en mojado ligeramente pegajosa y plástica, sin
presencia de cutanes y cementaciones, pocos poros, sin fragmentos de roca, sin
presencia de nódulos minerales y capas endurecidas. Sin reacción al HCl, con
evidencia de raíces, materia orgánica baja 1,41%, pH 5,4.
>50 cm
B
Color en húmedo pardo amarillento oscuro (10YR3/4); sin manchas de color
evidentes, textura arcillosa, estructura en bloques angulares medios y
moderados, consistencia en húmedo friable, en mojado ligeramente pegajosa y
plástica, sin presencia de cutanes y cementaciones, pocos poros, sin fragmentos
de roca, sin presencia de nódulos minerales y capas endurecidas. Sin reacción
al HCl, sin evidencia de raíces, materia orgánica baja 1,40%, pH 5,3.
126
3) Análisis de suelos, de cada perfil modal, Finca Sactelá, Cobán Alta Verapaz
Procedencia: Fca. Sactelá, Cobán, Alta Verapaz
Calicata: Unidad de mapeo Uso actual: Cardamomo con sombra Norte
Análisis químico
Identificación pH ppm Meq/100 gr %
P Cu Zn Fe Mn CIC Ca Mg Na K SB M.O
RANGO ADECUADO 6-6,5 12-16 2-4 4-6 10-15 10-15 20-25 4-8 1,5-2 ----- 0,27-0,38 75-90 4-5
M-1 Ho, 0 0-15 cm 5,1 3,57 1,00 2,50 7,50 75,00 21,25 2,00 3,29 0,05 0,31 26,57 9,13
M-2 Ho, A 15-40 cm 5,0 2,23 1,50 1,00 15,50 58,00 17,08 1,00 0,41 0,04 0,13 9,25 3,55
M-3 Ho, B >40 cm 5,1 2,06 0,50 0,50 11,00 10,00 16,67 0,50 0,82 0,05 0,05 8,52 1,06
Análisis físico
Identificación %
Clase textural Arcilla Limo Arena
M-1 Ho. 0 0-15 cm 40,07 24,82 35,11 ARCILLOSO
M-2 Ho. A 15-40 cm 63,17 20,62 16,21 ARCILLOSO
M-3 Ho. B >40 cm 79,97 12,22 7,81 ARCILLOSO
127
Procedencia: Fca. Sactelá, Cobán, Alta Verapaz
Calicata: Unidad de mapeo 2. Uso actual: pastizales
Análisis químico
Identificación pH Ppm Meq/100 gr %
P Cu Zn Fe Mn CIC Ca Mg Na K SB M.O
RANGO ADECUADO 6-6,5 12-16 2-4 4-6 10-15 10-15 20-25 4-8 1,5-2 ----- 0,27-0,38 75-90 4-5
M-4 Ho, 0, 0-14 cm 5,3 2,45 0,50 1,00 12,50 24,50 17,08 3,74 1,64 0,04 0,21 33,02 5,59
M-5 Ho, A, 14-35 cm 5,4 2,00 0,10 0,50 12,00 6,00 19,17 2,99 1,23 0,04 0,11 22,87 2,38
M-6 Ho, B, 35-100 cm 5,4 2,17 0,10 0,50 8,50 1,00 17,50 1,00 0,41 0,04 0,05 22,56 1,16
Análisis físico
Identificación %
Clase textural Arcilla Limo Arena
M-4 Ho. 0 0-14 cm 58,97 18,52 22,51 ARCILLOSO
M-5 Ho. A 14-35 cm 79,97 12,22 7,81 ARCILLOSO
M-6 Ho. B 35-100 cm 84,17 10,12 5,71 ARCILLOSO
128
Procedencia: Fca. Sactelá, Cobán Alta Verapaz
Calicata: Unidad de mapeo 3. Uso actual: Bosque natural
Análisis Químico
Identificación pH Ppm Meq/100 gr %
P Cu Zn Fe Mn CIC Ca Mg Na K SB M.O
RANGO ADECUADO 6-6,5 12-16 2-4 4-6 10-15 10-15 20-25 4-8 1,5-2 ----- 0,27-
0,38
75-90 4-5
M-7 Ho, O 0-14 cm 5,6 2,77 1,00 3,00 7,00 40,00 19,58 4,99 17,27 0,08 0,36 >100 4,10
M-8 Ho, A 14-54 cm 5,3 2,51 1,00 1,00 8,50 27,00 17,08 2,00 3,70 0,07 0,11 34,41 3,03
M-9 Ho, B 54-120 cm 5,3 3,12 1,00 1,00 11,00 4,00 15,00 1,50 2,06 0,04 0,15 25,00 0,79
Análisis Físico
Identificación %
Clase textural Arcilla Limo Arena
M-7 Ho. O 0-14 cm 75,77 12,22 12,01 ARCILLOSO
M-8 Ho. A 14-54 cm 73,67 10,12 16,21 ARCILLOSO
M-9 Ho. B 54-120 cm 84,17 10,12 5,71 ARCILLOSO
129
Procedencia: Fca. Sactelá, Cobán, Alta Verapaz
Calicata: Unidad de mapeo 4. Uso actual: Área agrícola
Análisis químico
Identificación pH ppm Meq/100 gr %
P Cu Zn Fe Mn CIC Ca Mg Na K SB M.O
RANGO ADECUADO 6-6,5 12-16 2-4 4-6 10-15 10-15 20-25 4-8 1,5-2 ----- 0,27-
0,38
75-90 4-5
M-10 Ho, A1 0-16 cm 5,5 2,62 0,10 1,50 25,00 63,50 22,92 6,24 8,22 0,06 0,28 64,60 3,54
M-11 Ho, A2 16-50 cm 5,4 2,17 0,10 0,50 19,50 5,50 16,67 2,00 1,64 0,05 0,07 22,56 1,41
M-11a Ho, B >50 cm 5,3 2,00 0,10 0,45 17,80 4,45 14,56 2,0 1,64 0,04 0,06 21,56 1,40
Análisis físico
Identificación %
Clase textural Arcilla Limo Arena
M-10 Ho. A1 0-16 cm 48,47 18,52 33,01 ARCILLOSO
M-11 Ho. A2 16-50 cm 86,27 10,12 3,61 ARCILLOSO
M 11a Ho. B >50 cm 84,27 12,12 3,61 ARCILLOSO
130
4) Ubicación geográfica de la muestra de 64 fincas
No. NOMBRE FINCA /
PROPIETARIO AREA (ha) MUNICIPIO DEPARTAMENTO
COORDENADAS GTM
X Y
1 Las Mercedes 157,5 Ayutla San Marcos 321274 1632274
2 San Vicente 34,52 San Lorenzo Suchitepéquez 390730 1600271
3 La Pradera 203,92 Patulul Suchitepéquez 429147 1583852
4 Las Tecas 330,3 Cuyotenango Suchitepéquez 385716 1596596
5 San Marcos Niza 436,5 Cuyotenango Suchitepéquez 383504 1570084
6 Covadonga 270,11 Mazatenango Suchitepéquez 389040 1573497
7
San Francisco el Flor
2 y 4 192,86 San Andrés Villa Seca Retalhuleu 376992 1592559
8 Agrícola de Jesús 644,55 Champerico Retalhuleu 353773 1592717
9 José Rodrigo Tejada 4,82 Escuintla Escuintla 476252 1573845
10 Daniel Zamora 1,437427 Masagua Escuintla 460519 1570236
11 Fredy Mauricio 5,237193 Puerto San José Escuintla 465753 1544266
12 El Porvenir 67,385789 Puerto San José Escuintla 467113 1542430
13 Julio Batén 19,481948 Champerico Retalhuleu 352965 1601594
14 Mario Rene Amperez 7,860432 Champerico Retalhuleu 348666 1583457
15
Venezuela, Cánada y
La Plata 322,55 El Tumbador San Marcos 337481 1641046
16 Buenos Aires 135 San Pablo San Marcos 336953 1653945
17 Salvador Xolwitz 184,04 Nuevo San Carlos Retalhuleu 372574 1622165
18 Chical 3,80116 Mazatenango Suchitepéquez 392191 1609664
19 Buena Vista 11,813135 Mazatenango Suchitepéquez 392124 1609603
20 Seolaya 90,25 Panzós Alta Verapaz 585458 1694307
21 San Vicente II 89,99 Panzós Alta Verapaz 594053 1698639
22 san Vicente I 89 Panzós Alta Verapaz 594564 1701095
23 Gloria López 8,048291 El Estor Izabal 640511 1723213
24 Miltón Sosa Salguero 1,75397 Livingston (Río Dulce) Izabal 656049 1735028
25 Nicolás González 6,955478 Livingston (Río Dulce) Izabal 656281 1731193
26 Victoria de Castañeda 1,004001 Sanarate El Progreso 533172 1633968
27 Roberto Esteves 16,216155 Sanarate El Progreso 528779 1636425
28 Victor Orellana 47,57431 El Jícaro El Progreso 568054 1648344
29 Eduardo Montes 1,458428 Zacapa Zacapa 604705 1654735
30
San Francisco el Flor
2 y 4 553,27 Nentón Huehuetenango 387924 1771248
31 Cipa y Miramar 286,88 Nentón Huehuetenango 359849 1755433
32 Oliverio García Rodas 7,366057 Cobán Alta Verapaz 510176 1704375
33 María del Mar 9,72945 Cobán Alta Verapaz 512573 1706713
34 Elder Samayoa 23,274818 Cobán Alta Verapaz 508449 1708192
35 Aragón 7,847516 Cobán Alta Verapaz 515560 1711782
36 Sasay 8,578719 Cobán Alta Verapaz 515231 1710796
37 Francisco Molina 0,930981 Santa Cruz Verapapaz Alta Verapaz 508711 1702676
38 Germán Pinto 28,453871 Carchá Alta Verapaz 522910 1711872
39
Los Pimientales de
Andrea-Beatriz 25,080727 Chisec Alta Verapaz 518878 1746574
40 Miguel Angel Ortiz 4,541452 Chisec Alta Verapaz 511986 1746235
41 El Progreso 75,346478 Panzós Alta Verapaz 579199 1696373
42 Juan Santiago Xol 12,92508 El Estor Izabal 640664 1727703
43
Francisco Barillas
Vanegas 11,726253 El Estor Izabal 640835 1728494
44 Pampolvó 289,72 Tucurú Alta Verapaz 562285 1690685
45 San Carlos Huitzizil 311,9 Livingston (Río Dulce) Izabal 647045 1746340
46 Yalicar 540 Chisec Alta Verapaz 494503 1767174
47 Las Neblinas 90,26 San Pablo San Marcos 338513 1659362
131
No. NOMBRE FINCA /
PROPIETARIO AREA (ha) MUNICIPIO DEPARTAMENTO
COORDENADAS GTM
X Y
48 Nueva Escocia 225,34 Nuevo Progreso San Marcos 354667 1637083
49 El Tarral y Anexos 401,79 Guanagazapa Escuintla 484867 1579590
50 Oscuros Guatalones 554,17 Guanagazapa Escuintla 495384 1568082
51 Pretoria 451,31 Guanagazapa Escuintla 496158 1567752
52 San Juan I 9,73 Patzún Chimaltenango 441380 1623893
53 San Lucar Miramar 189,45 Yepocapa Chimaltenango 442926 1598699
54
San Antonio
Panimaquín 305,52 Patzún Chimaltenango 435534 1616154
55 Marina Alejos 26,65585 Amatitlán Guatemala 483415 1596293
56 Jorge Melgar 4,351154 Amatitlán Guatemala 485274 1595638
57
Edwin García
Mijangos 25,715658 Chiquimulilla Santa Rosa 516619 1563680
58 Santa Otilia 4,968419 Chimaltenango Chimaltenango 464698 1620029
59 Alfonso Escobar 15,108129 Tecpán Chimaltenango 448160 1631048
60 Jorge Puente 52,412294 Zaragoza Chimaltenango 456179 1622805
61 Salvador Solis 4,045897 San Andrés Itzapa Chimaltenango 460332 1609417
62 Luis Juarez 3,819395 San Andrés Itzapa Chimaltenango 461037 1610012
63 Colón 114,01 San Martín Sacatepéquez Quetzaltenango 378053 1627175
64 Santa Anita La Unión 62,69 Colomba Quetzaltenango 365785 1629235
132
5) Distribución por región geográfica de las 64 fincas muestreadas
133
6) Información base de las 64 fincas como “input” a la modelación econométrica
No.
PRECIO
(ha)
UNIDAD FISIOGRAFICA
AREA
ha
CAPACIDAD DE USO DE LA TIERRA (INAB, 2000)
ACCESO
ASFALTO
DIST.
Capital
DIST.
Municipal
DIST.
Depto.
AGUA
POTABLE
LUZ
ELECTRICA
CENTRO
EDUCATIVO
RECURSO
HIDRICO (A) (Am) (Aa) (Ss) (Ap) (F) (Fp)
AREA
(ha)
AREA
(ha)
AREA
(ha)
AREA
(ha)
AREA
(ha)
AREA
(ha)
AREA
(ha) si/no (Km) (Km) (Km) si/no si/no si/no si/no
1 13333.33 Tierras de la boca costa 157,50 145,00 5,00 0,00 0,00 5,00 0,00 2,50 no 342 7 90 si si Si si
2 37659.33 Tierras de la boca costa 34,52 34,52 0,00 0,00 0,00 0,00 0,00 0,00 no 174 3 9 si si Si si
3 20311.89 Tierras de la boca costa 203,92 0,00 32,23 30,60 0,00 39,87 95,35 5,87 no 140 14 67 si si Si si
4 21299.88 Tierras de la boca costa 330,30 177,30 0,00 0,00 143,00 0,00 0,00 10,00 si 184 11 19 si si Si si
5 22852.23 Llanura costera del pacífico 436,50 0,00 436,50 0,00 0,00 0,00 0,00 0,00 no 232 47 67 si si Si si
6 22953.61 Llanura costera del pacífico 270,11 270,11 0,00 0,00 0,00 0,00 0,00 0,00 no 227 60 60 si si Si si
7 19184.90 Llanura costera del pacífico 192,86 103,00 47,86 42,00 0,00 0,00 0,00 0,00 no 210 50 41 si si Si si
8 23183.62 Llanura costera del pacífico 644,55 625,20 0,00 0,00 19,35 0,00 0,00 0,00 si 211 20 21 si si Si si
9 67365.15 Tierras de la boca costa 4,82 4,82 0,00 0,00 0,00 0,00 0,00 0,00 no 67 8 8 si si No si
10 243490.63 Tierras de la boca costa 1,44 0,00 0,00 1,44 0,00 0,00 0,00 0,00 no 72 1 13 no no Si no
11 1336593.86 Llanura costera del pacífico 5,24 5,24 0,00 0,00 0,00 0,00 0,00 0,00 no 105 5 51 si si Si si
12 258214.68 Llanura costera del pacífico 67,39 67,39 0,00 0,00 0,00 0,00 0,00 0,00 no 92 4 47 si si Si si
13 256596.52 Llanura costera del pacífico 19,48 0,00 19,48 0,00 0,00 0,00 0,00 0,00 no 216 15 26 si si Si si
14 81420.46 Llanura costera del pacífico 7,86 0,00 7,86 0,00 0,00 0,00 0,00 0,00 no 228 3 38 si no Si si
15 25329.13 Tierras de la boca costa 322,55 27,64 9,92 101,60 61,19 0,00 31,53 90,67 no 307 6 55 si no Si si
16 22962.96 Tierras de la boca costa 135,00 0,00 0,00 35,00 0,00 100,00 0,00 0,00 no 298 6 46 si no Si si
17 19396.25 Tierras de la boca costa 184,04 0,00 60,01 0,00 0,00 46,64 29,27 48,12 no 204 11 17 si no Si si
18 920771.55 Tierras de la boca costa 3,80 0,00 0,00 3,80 0,00 0,00 0,00 0,00 no 169 2 2 si no Si si
19 573514.14 Tierras de la boca costa 11,81 0,00 0,00 1,68 0,00 0,00 10,13 0,00 no 169 2 2 si no Si si
20 8421.05 Depresión de Izabal 90,25 8,00 21,00 6,00 44,25 11,00 0,00 0,00 no 310 22 119 no no No no
21 6500.72 Depresión de Izabal 89,99 89,99 0,00 0,00 0,00 no 294 6 133 si no No si
22 6573.03 Depresión de Izabal 89,00 5,00 20,00 9,00 40,00 15,00 0,00 0,00 no 290 2 129 no no No si
23 347899.95 Depresión de Izabal 8,05 0,00 8,05 0,00 0,00 0,00 0,00 0,00 si 311 18 112 no no Si si
24 684162.21 Depresión de Izabal 1,75 0,00 1,75 0,00 0,00 0,00 0,00 0,00 si 306 6 107 si si Si si
25 28754.31 Depresión de Izabal 6,96 6,96 0,00 0,00 0,00 0,00 0,00 0,00 no 313 13 114 no si No si
26 318226.77 Tierras altas cristalinas 1,00 0,00 0,00 1,00 0,00 0,00 0,00 0,00 no 61 3 24 si si No si
27 185000.70 Tierras altas cristalinas 16,22 0,00 0,00 1,33 14,88 0,00 0,00 0,00 si 60 2 23 no no No no
28 36776.15 Tierras altas cristalinas 47,57 0,00 47,44 0,00 0,00 0,13 0,00 0,00 si 108 3 34 si no No si
29 479968.84 Tierras altas cristalinas 1,46 0,00 0,00 0,00 0,00 1,46 0,00 0,00 si 158 2 2 no no Si no
30 10399.57 Tierras del norte 553,27 0,00 19,15 259,76 143,43 0,00 0,00 130,93 no 392 20 135 si no Si si
31 9550.43 Tierras del norte 286,88 124,72 76,37 9,46 12,66 0,00 5,84 57,83 no 386 14 129 si no Si si
32 380121.96 Tierras del norte 7,37 0,00 7,37 0,00 0,00 0,00 0,00 0,00 si 214 5 5 si si Si si
33 77085.55 Tierras altas volcánicas 9,73 0,00 0,00 0,00 9,48 0,00 0,25 0,00 no 213 5 5 no no No no
34 453365.52 Tierras del norte 23,27 0,00 0,00 0,00 23,27 0,00 0,00 0,00 no 226 7 7 si si No si
35 802801.80 Tierras del norte 7,85 0,00 0,00 7,85 0,00 0,00 0,00 0,00 si 216 3 3 no no No si
36 1387153.49 Tierras del norte 8,58 8,58 0,00 0,00 0,00 0,00 0,00 0,00 si 217 2 2 si si No si
37 268533.94 Tierras del norte 0,93 0,00 0,93 0,00 0,00 0,00 0,00 0,00 no 209 5 12 no no No no
38 21086.76 Tierras del norte 28,45 0,00 0,00 0,83 0,00 27,63 0,00 0,00 no 229 2 10 si no No si
39 57414.60 Tierras del norte 25,08 0,31 0,00 0,01 0,00 2,73 22,03 0,00 si 290 3 71 si si No si
40 49543.63 Tierras del norte 4,54 1,53 0,00 0,00 0,00 3,01 0,00 0,00 no 289 4 70 no no Si no
41 22562.43 Depresión de Izabal 75,35 11,80 5,12 32,00 0,00 0,00 26,43 0,00 si 294 6 121 si si Si si
42 23210.69 Depresión de Izabal 12,93 6,27 0,00 3,40 0,00 3,26 0,00 0,00 no 308 21 109 si no Si si
43 21319.68 Depresión de Izabal 11,73 0,00 0,00 0,00 0,00 7,68 4,05 0,00 no 308 21 109 si no No si
44 2236.64 Depresión de Izabal 289,72 0,00 86,64 0,00 0,00 112,82 0,00 90,26 no 246 35 94 si no Si si
45 7254.81 Tierras del norte 311,90 0,00 0,00 150,92 95,48 0,00 0,00 65,50 si 317 17 100 si si Si si
46 3379.63 Tierras del norte 540,00 157,34 0,00 0,00 179,02 86,71 116,93 0,00 no 348 55 129 si no Si si
47 22269.00 Tierras altas volcánicas 90,26 0,00 0,00 12,28 0,00 37,78 40,20 0,00 no 306 14 54 si no Si si
134
No. PRECIO
(ha) UNIDAD FISIOGRÁFICA
AREA CAPACIDAD DE USO DE LA TIERRA (INAB, 2000) ACCESO
ASFALTO
DIST.
Capital
DIST.
Municipal
DIST.
Depto.
AGUA
POTABLE
LUZ
ELECTRICA
CENTRO
EDUCATIVO
RECURSO
HIDRICO (ha) (A) (Am) (Aa) (Ss) (Ap) (F) (Fp)
AREA
(ha)
AREA
(ha)
AREA
(ha)
AREA
(ha)
AREA
(ha)
AREA
(ha)
AREA
(ha) Si/no (Km) (Km) (Km) si/no si/no si/no si/no
48 16685.03 Tierras de la boca costa 225,34 0,00 28,75 67,79 0,00 0,00 61,01 67,79 no 330 14 78 si no Si si
49 9169.71 Tierras altas volcánicas 401,79 100,89 10,50 0,00 0,00 170,80 18,40 101,20 no 99 15 40 si no Si si
50 12739.77 Tierras altas volcánicas 554,17 338,10 0,00 77,80 38,90 77,37 22,00 0,00 no 75 10 47 si no Si si
51 9417.03 Tierras altas volcánicas 451,31 0,00 0,00 91,00 0,00 180,00 180,31 0,00 no 76 11 48 si no Si si
52 46248.72 Tierras del norte 9,73 2,02 0,00 0,00 0,00 5,69 1,22 0,80 no 89 6 36 si si Si si
53 13006.07 Tierras altas volcánicas 189,45 0,00 10,00 149,45 0,00 0,00 30,00 0,00 no 98 10 49 si si Si si
54 12110.50 Tierras altas volcánicas 305,52 0,00 0,00 66,05 0,00 139,20 68,07 32,20 no 98 15 45 si no No si
55 232594.35 Tierras altas volcánicas 26,66 0,00 6,02 0,00 0,00 0,00 14,45 6,19 si 34 2 34 no no Si si
56 229134.62 Tierras altas volcánicas 4,35 0,00 0,00 3,67 0,00 0,00 0,68 0,00 no 39 7 39 si si Si si
57 93017.26 Tierras de la boca costa 25,72 0,00 0,00 0,00 0,00 0,00 25,72 0,00 no 117 11 49 si si Si si
58 744703.70 Tierras altas volcánicas 4,97 4,97 0,00 0,00 0,00 0,00 0,00 0,00 si 64 6 5 no no No no
59 69499.01 Tierras altas volcánicas 15,11 15,11 0,00 0,00 0,00 0,00 0,00 0,00 no 91 3 39 no no No no
60 228858.52 Tierras altas volcánicas 52,41 9,27 0,00 40,34 0,00 2,80 0,00 0,00 no 70 6 17 si si Si si
61 57836.37 Tierras altas volcánicas 4,05 1,53 0,00 2,22 0,00 0,00 0,29 0,00 no 66 7 13 no no Si no
62 61266.25 Tierras altas volcánicas 3,82 3,82 0,00 0,00 0,00 0,00 0,00 0,00 no 65 6 12 no no No no
63 11402.51 Tierras de la boca costa 114,01 0,00 11,40 0,00 0,00 68,41 22,80 11,40 no 241 20 40 si si No si
64 23488.59 Tierras de la boca costa 62,69 13,09 0,00 0,00 0,00 49,60 0,00 0,00 si 249 5 48 si si No si
(A) = Agricultura sin mejoras; (Am) = Agricultura con mejoras; (Aa) = Agroforestería con cultivos anuales; (Ss) = Sistemas silvopastoriles;
(Ap) = Agroforestería con cultivos perennes; (F) = Tierras forestales para producción; (Fp) = Tierras forestales para protección; DIST. = Distancia.
top related