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Innovación y Desarrollo Rural: Experiencias y reflexiones desde el contexto Cubano. 2ª edición.
Francisco Guevara Hernández y Luis Rodríguez
Larramendi Cita correcta: Guevara, H. F. y Rodríguez, L. L. A. 2011. Innovación y Desarrollo Rural: Experiencias y reflexiones desde el contexto Cubano. 2ª edición. IIA “Jorge Dimitrov”. UNACH. RED A. C. ACSUR Las Segovias. Tuxtla Gutiérrez, Chiapas (México). 174 p.
Innovación y Desarrollo Rural
Experiencias y reflexiones desde el contexto cubano
Francisco Guevara Hernández y Luis Rodríguez Larramendi
Editores
Innovación y Desarrollo Rural
Experiencias y reflexiones desde el contexto cubano
Francisco Guevara Hernández y Luis Rodríguez Larramendi
Editores
9 7 8 9 5 9 2 2 3 2 0 5 1
Granma
Cita correcta: Guevara H., F. y Rodríguez, L. L. A. 2011. Innovación y Desarrollo Rural: Experiencias y reflexiones desde el contexto Cubano. 2ª edición. IIA “Jorge Dimitrov”. UNACH. RED AC. ACSUR Las Segovias. Tuxtla Gutiérrez, Chiapas (México). Revisión, edición y corrección de estilo: Francisco Guevara Hernández Luis Rodríguez Larramendi Fotos de Portada: “Collage del CLIA-Granma” por Luis Rodríguez Larramendi Esta obra fue producida y editada bajo autorización de los autores y publicada por DR©. 2011; el Instituto de Investigaciones Agropecuarias “Jorge Dimitrov” de Bayamo (Cuba); la Universidad Autónoma de Chiapas, la Red de Estudios para el Desarrollo Rural A.C., el Consejo de Ciencia y Tecnología del estado de Chiapas de México (COCYTECH) y ACSUR Las Segovias (España). El contenido de este libro podrá ser reproducido total o parcialmente, almacenarse y transmitirse en sistemas de reproducción, siempre y cuando se cite la fuente. Contactos: lrlarra@dimitrov.cu francisco.guevara@unach.mx Segunda edición en español, Enero de 2011 Tiraje 500 ejemplares ISBN: 978-959-223-205-1 Impreso en México/Printed in Mexico
Índice Listado de figuras Listado de tablas Autores Agradecimientos Presentación SECCIÓN I. El pensamiento que sustenta la acción
1
1.1 La innovación como proceso social: de la teoría y los conceptos a las prácticas del desarrollo rural
Los conceptos detrás de la innovación Atributos que caracterizan la innovación Facetas de la innovación
Algunos tipos de innovación Grados de innovación Dimensiones de la innovación La innovación como proceso social del desarrollo rural Estrategias para generar innovaciones como proceso social
1.2 La nueva ruralidad desde el enfoque sistémico y la complejidad Qué se entiende por nueva ruralidad? La complejidad del proceso de desarrollo rural El enfoque sistémico
1.3 Del modelo convencional a la innovación como proceso social: el papel de la ciencia y los actores del desarrollo
La Investigación para el desarrollo rural. Un recorrido necesario por el contexto cubano Un imperativo para la búsqueda de enfoques alternativos La innovación social desde el desarrollo local El marco legal para la innovación social La innovación como proceso social en el contexto de Granma Consideraciones finales
1.4 Los Procesos de Innovación Rural y su relevancia en el contexto actual
El enfoque PIR Algunos conceptos relacionados Las características de los PIR Los elementos de los PIR
Investigación en Sistemas de Producción Investigación Participativa con Productores Evaluación Rápida de Sistemas de Conocimiento Agrícola (ERSICA) El enfoque de Modos de Vida Sustentables
El paraguas de los PIR Manejo Integrado de Recursos Naturales Investigación Agrícola Integrada para el Desarrollo El enfoque territorial para el desarrollo de Agro empresas rurales Sistemas Agrícolas y Empresas Competitivas
1.5 El Fitomejoramiento participativo en Cuba como antecedente del Programa de Innovación Agrícola Local
Un modelo en crisis Se cambió la historia: Empezando al revés El punto de partida del Fitomejoramiento Participativo en Cuba El Fitomejoramiento Participativo (FP) se expande en Cuba La promoción de la participación: no hay recetas…
La descentralización como principio de generar nuevas tecnologías El descubrimiento del sistema informal de innovación La organización del PIAL
1.6 Algunos transversales ineludibles del enfoque de Innovación local 1.6.1 El enfoque de género en los Procesos de Innovación Rural
Introducción Aspectos de género en la Innovación Las experiencias detonantes Producción artesanal de queso de cabras Conclusiones
1.6.2 Comunicación para la innovación rural. Entre retos y realidades Introducción La comunicación y el desarrollo rural Comunicación y transferencia de tecnología La comunidad en el centro de los procesos de comunicación Internet como espacio de comunicación: una red desde lo comunitario factible en la realidad cubana contemporánea
A modo de conclusión SECCIÓN II. Granma: el camino que nos lleva a Procesos de
Innovación Rural 81
2.1 El contexto rural granmense y los desafíos para la innovación Los primeros innovadores en la región Fundación de la Villa de San Salvador Comercio de contrabando, una alternativa económica local. Principio del siglo XVII y finales del XVIII
Neo-colonia, crisis económica y evolución agropecuaria Triunfo revolucionario de 1959 Período Especial en Cuba: la innovación local como modo de subsistencia
Granma en la actualidad La innovación local como estrategia de desarrollo
2.2 El camino hacia la innovación local desde las instituciones Introducción Innovación social La innovación social y la sostenibilidad institucional Reflexiones finales
2.3 El camino hacia la innovación social desde los proyectos Introducción La eficiencia de la gestión de proyectos. Un breve análisis Fomentar proyectos centrados más en la “gente” El papel de la cooperación desde los proyectos Consideraciones finales
2.4 El CLIA Granma. Un espacio para potenciar Procesos de Innovación Rural
Introducción El Centro Local de Innovación Agropecuaria de Granma. Antecedentes y perspectivas
Estructura y organización del CLIA Granma Lecciones aprendidas
SECCIÓN III. Experiencias en Procesos de Innovación Rural desde el ámbito local
112
3.1 San Apapucio: Una comunidad rural encaminada a la innovación social
Antecedentes El inicio de la colaboración
Los primeros pasos. El Sondeo Rural Participativo Caracterización de los sistemas de producción Rescate de la diversidad y desarrollo participativo de tecnologías agrícolas sostenibles
La primera Feria Los concursos de elaboración de platos a base de los cultivos expuestos: el espacio creado por las mujeres.
De las Ferias de diversidad a las Ferias de Innovación Local Los aportes de las ferias
La selección participativa de variedades Desarrollo participativo de tecnologías agrícolas. Introducción de esquemas de poli cultivos
Diversificación productiva Impacto social
La feria se convirtió en un espacio eficiente para la socialización de saberes
La feria constituyó un espacio para el fortalecimiento del capital social
Fortalecimiento de la identidad cultural comunitaria Reflexiones finales
3.2 El Rescate y conservación de la cabra criolla cubana. Una experiencia sobre la conservación de la biodiversidad desde la innovación local
Una introducción necesaria Evolución del Programa de conservación de la cabra criolla en la Comunidad ”26 de Julio”
El rescate y conservación de la cabra criolla en la Comunidad “26 de Julio”
Diagnóstico y proyección participativa Reunión con informantes clave Sondeo Rural Participativo Taller comunitario para la acción conjunta
La acción conjunta Conservación in situ y fomento de nuevos reproductores criollos en la comunidad
Programa de Educación Ambiental y capacitación con enfoques específicos a criadores, mujeres en general y niños
La Feria Ganadera Local La idea organizativa de la Feria
El apreciador comunitario Los animales de la Feria La evaluación y el juzgamiento
La dimensión social de la Feria Ganadera Local 3.3 La finca campesina como sistema de producción:
experiencias de un innovador
Introducción La Agricultura Urbana y su rol en la generación de alimentos Finca La Victoria: Un ejemplo de producción agro ecológica El comienzo Obstáculos y facilidades La experiencia innovadora: Caracterización y etapas
3.4 Comunidades San Rafael, Corojal y Santa Isabel: generando cambios hacia Procesos de Innovación Rural
Introducción Primeras acciones
Como nos insertamos Construcción de alianzas y visiones compartidas respecto al desarrollo comunitario
Acciones innovadoras desde lo local Principales resultados del proyecto Trascendencia de las acciones
SECCIÓN IV. Consideraciones y reflexiones finales 166 Innovación y desarrollo, más práctica menos teoría La provincia Granma, una visión desde su contexto, las instituciones y los proyectos
La reflexión final con base a la acción REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS 172
Índice de Figuras Sección I Figura 1.1 Ambientes condicionantes de la innovación rural. Figura 1.2 El proceso de innovación agrícola tecnológica propuesto por Rogers, conocido como el
modelo convencional o lineal. Figura 1.3 Tipos de investigación para el desarrollo de innovaciones. Figura 1.4 EL Modelo Lineal de Transferencia de Tecnología (TdT). Figura 1.5 Organización social de la innovación. Figura 1.6 Matriz de preferencia para la crianza de animales. Una visión de las mujeres de la
comunidad de “Julia” en Granma. Figura 1.7 Matriz de preferencia para la crianza de animales. Una visión de los hombres de la
comunidad de “Julia” en Granma. Figura 1.8 Modelo de comunicación participativo de los EMIREC. Figura 1.9 Internet, un nuevo espacio de comunicación con nuevos medios. Figura 1.10. Un sitio
WEB dinámico es un eficaz espacio para la comunicación participativa
Sección II Figura 2.1 El Círculo virtuoso de la sostenibilidad institucional. Figura 2.2 Diagrama de Venn en una comunidad de la provincia Granma, realizado en el marco del
diagnóstico del Convenio AECIDD - Cuba. Figura 2.3 Estructura del CLIA Granma
Sección III Figura 3.1 Mapa de la comunidad de San Apapucio elaborado por los propios comunitarios Figura 3.2 Diagrama de Venn de la comunidad de San Apapucio. Figura 3.3 Mapa base de la comunidad “26 de Julio”. Herramienta donde se ubican los criadores de
cabras y los recursos naturales más relevantes para su crianza. Figura 3.4 Diagrama de Ven de actores relacionados con el programa de conservación de la cabra
criolla en la comunidad “26 de Julio” Figura 3.5 Herramienta resumen de los objetivos de la crianza de cabras criollas en las estrategias
de vida de los criadores. Figura 3.6 Algunos elementos del modelo sistémico de un criador para el cual la crianza de cabras
tiene mucha relevancia en su estrategia de vida. Figura 3.7 Sistema para un criador que solo busca contribución a la auto-subsistencia. Figura 3.8 Manejo de las sub-poblaciones de cabras criollas dentro del rebaño núcleo para evitar la
depresión consanguínea.
Índice de Tablas Sección II Tabla 2.1 Planteamientos de desarrollo rural a través de esquemas de ejecución definidos y
mediante procesos de aprendizaje. Tabla 2.2 Organizaciones que conforman el CLIA Granma. Sección III
Tabla 3.1 Resultado de la selección participativa de variedades de frijol vigna. Tabla 3.2 Variedades seleccionadas para la elaboración de recetas culinarias. Tabla 3.3 Variedades de maíz seleccionadas en campo y porcentaje de selección. Tabla 3.4 Comportamiento de variedades de frijol vigna en la finca de Papito de la comunidad San
Apapucio. Tabla 3.5 Incremento en la diversidad de cultivos agrícolas antes de iniciar el proyecto y durante el
2007 en la comunidad de San Apapucio. Tabla 3.6 Matriz que sintetiza los criterios de selección de los criadores y su orden de prioridad. Tabla 3.7 Evolución de la producción de aves y conejos en las tres comunidades hasta el cierre del
proyecto en el 2008.
Autores INSTITUTO DE INVESTIGACIONES AGROPECUARIAS “JORGE DIMITROV” Luis Rodríguez Larramendi Manuel La O Arias Idalmis Fonseca Castillo Isela Ponce Palma Ramón Santiesteban Santos José Carbonell Castro UNIVERSIDAD DE GRANMA Soe Romero Suárez Alberto Almaguer Mojena Yanet Rosabal Navarro INSTITUTO NACIONAL DE CIENCIAS AGRICOLAS (INCA) Humberto Ríos Labrada UNIVERSIDAD AUTÓNOMA DE CHIAPAS, MÉXICO Francisco Guevara Hernández Adalberto Hernández López René Pinto Ruiz Heriberto Gómez Castro Francisco Javier Medina Jonapá Benigno Ruiz Sesma Paula Mendoza Nazar UNIDAD DE CIENCIA Y TECNICA. MINISTERIO DE CIENCIA, TECNOLOGIA Y MEDIO AMBIENTE, DELEGACION TERRITORIAL, GRANMA Maria de los Ángeles Fonseca Flores TV CRISOL DE LA NACIONALIDAD CUBANA (CNC) Alcides García Carrazana GABINETE DE ARQUEOLOGÍA PROVINCIA GRANMA José Manuel Yero Masdeu ASOCIACIÓN CUBANA DE PRODUCCIÓN ANIMAL (ACPA) Lorena Rodríguez Frometa
Agradecimientos Este libro ha sido posible gracias a los valiosos aportes de los campesinos y campesinas de las comunidades “San Apapucio”, “26 de Julio”, “Corojal”, Santa Isabel”, “San Rafael” y Sabanilla y en éstas a José Luis, Rosa y el resto de su familia, a Eduardo, Nardis, Papito, Mario Arias y su familia, Wilber Arias, Arturo, Inés, Olga, Idisgardis, Ricardo Serrano y su esposa Paula. A Adonis y los demás criadores de cabras criollas, a Chavela por su constancia e inteligencia al frente del proyecto de las “Tres comunidades” desde lo local. A Emiliano, quien apoyó este proceso desde su puesto de Delegado de la Circunscripción de San Apapucio. A todos ellos nuestro más sincero agradecimiento por los aportes que realizan día a día para del desarrollo rural sostenible. A los niños de la Escuela Primaria de “San Apapucio” y en especial a los integrantes del Círculo de Interés “Pequeños Innovadores”. A los técnicos, especialistas e investigadores que han trabajado como facilitadores de las experiencias que aquí se muestran y han brindado todo su conocimiento para el desarrollo participativo de tecnologías agrícolas a nivel local. A Ariel Verdecia, José Angel Pérez, Joel Vázquez, Juan Verdecia, Pastora Verdecia, Ramón Santiesteban, Eduardo Tamayo, Jovier Dieguez, Milvia Fonseca, Rosalba Zamora, Joel Batista y Emiliano Roblejo. A Teresa y Rigoberto Medina. La primera por su constancia y contribución a la práctica y conocimientos en la producción de queso de cabra y al segundo por el apoyo al desarrollo de esta actividad en la comunidad “Entronque de Bueycito” Al Gobierno del estado de Chiapas (México) que a través del Consejo de Ciencia y Tecnología (COCYTECH) ha hecho posible la publicación de esta obra como parte del estímulo otorgado al primer autor por pertenecer al Sistema Estatal de Investigadores. Particularmente se reconoce al Dr. Herminio Chanona Pérez y a la Lic. Brenda Jiménez Gordillo por las facilidades brindadas. A la ONG “ACSUR LAS SEGOVIAS” (España) y en especial a su coordinadora en Cuba, Eva Fernández, quien además de ser la gestora de la idea inicial para la escritura del libro, se ha convertido en protagonista del desarrollo agropecuario de Granma y una amiga entrañable del pueblo de Cuba y, en especial de los granmenses. A Isabel Cánovas, quien desde ésta organización revisó la etapa inicial del libro, aportó ideas valiosas y apoyó en todo momento este proceso. A la Universidad Autónoma de Chiapas y la Red de Estudios para el Desarrollo Rural A.C. (México), por el aporte valioso de ideas de parte de los colegas investigadores y facilitadores, los cuales siempre han demostrado compromiso con el desarrollo rural, la investigación científica y la formación de recursos humanos a través el uso de enfoques innovadores para el desarrollo de Chiapas y México en general. Su participación ha sido crucial para fortalecer el proceso desarrollado en Granma y otras provincias de Cuba. Al Internacional Centre for Developmet Oriented Research in Agriculture (ICRA) de los Países Bajos por la contribución en la formación de capacidades a lo largo de estos años y el aporte de sus materiales de aprendizaje al equipo PIR cubano. En especial al Dr. Leonardo Salazar Liendo, ex coordinador del ICRA para América Latina, por su interés en fomentar la alianza PIR en Cuba y América Latina.
A Jorman Rodríguez, Wilmer Armas y María Elena Morros del Instituto Nacional de Investigaciones Agrícolas de Venezuela (INIA). A todas las instituciones que conforman el CLIA Granma. El Instituto de Investigaciones Agropecuarias “Jorge Dimitrov”, en su condición de institución coordinadora y facilitadora de este proceso, la Universidad de Granma, la Asociación Cubana de Producción Animal (ACPA), la Asociación Cubana de Técnicos Agrícolas y Forestales (ACTAF), la Delegación Provincial del MINAG en Granma, la Asociación Nacional de Agricultores Pequeños (ANAP), la Delegación del CITMA en Granma, a la Delegación Provincial del Ministerio para la Inversión Económica y la Colaboración (MINVEC) en Granma y en especial a su delegado Pedro Vargas y a Eliécer Castro porque ya son parte de la familia del CLIA Granma. A Mayda Pérez, representante de la ONG Ayuda Popular Noruega (APN) quien también comprendió y alentó la idea de gestar los procesos de innovación y mostró desde el primer encuentro interés de apoyarla. A amigos y familiares que a veces sin entender totalmente lo que hacemos, nos han alentado en los momentos dificultades de este arduo trabajo de sistematización y edición. A los que creyeron y creen en nosotros, y por qué no, a los que no creen en los procesos de innovación como alternativa para lograr mayor impacto de las acciones de la Ciencia e Innovación Tecnológica en Cuba y México. Ellos, a través de sus críticas, han contribuido a las reflexiones que de manera constante enriquecen día a día nuestro trabajo. Todos ellos también han formado parte de las motivaciones de este libro.
Los editores
Bayamo, Granma; Enero de 2011
Presentación Este libro nace a partir de varias motivaciones tanto profesionales como personales de
todos y cada uno de los participantes. No vamos a profundizar en ellas ya que de una u
otra forma todas están plasmadas en las secciones y capítulos que aquí se abordan. Sin
embargo, vale la pena mencionar una en particular que es compartida por todos los
autores de este libro y que nos ha hecho reflexionar de manera permanente a lo largo de
estos años de trabajo intenso. Esa es, la preocupación latente sobre el papel que
desempeñamos como profesionales, académicos o científicos en el desarrollo
tecnológico, productivo y socioeconómico de un país, y que este no logre impactar, más
allá de los espacios institucionales a los que pertenecemos. Este es el caso que nos
ocupa en esta obra, demostrar que podemos ir más allá de esos nichos de trabajo, con
aprendizajes constantes, con aciertos y errores frecuentes, pero convencidos que el papel
de la ciencia de impacto es fundamental para contribuir a la seguridad y soberanía
alimentaria de las naciones.
El libro está estructurado de tal manera que permite al lector ubicarse en el contexto del
desarrollo rural granmense, previo esbozo de las ideas que sustentan los Procesos de
Innovación Rural (PIR) como antesala no sólo metodológica pero también de ejemplos
concretos de cómo buscar alternativas viables para lograr impactos visibles con la
investigación orientada a la innovación agropecuaria.
La mayor parte de nuestras inquietudes surgen a finales de la década de los 90, cuando
varios investigadores del Instituto de Investigaciones Agropecuarias “Jorge Dimitrov” y
profesores de la Universidad de Granma, con apoyo de varias organizaciones e
instituciones de varios países, comenzaron a apropiarse de métodos y herramientas que
resultaron clave en el logro de lo que hoy se conoce como la Investigación Agrícola
Orientada al Desarrollo (IAD).
Posteriormente, con la articulación de alianzas con instituciones nacionales y foráneas se
crean los primeros vínculos que permitieron la formación de redes informales para
concretar en la práctica los postulados teóricos que refutaban el inefectivo esquema lineal
de transferencia de tecnología; que presupone a los centros de investigación y de
enseñanza como las únicas fuentes de generación de conocimientos y tecnologías así
como a los productores como receptores pasivos de lo que se genera en dichas
instituciones. Así, la alianza fomentada con el ICRA (International Centre for Research
Oriented in Agriculture) de los Países Bajos, permitió en una primera instancia, fortalecer
las bases metodológicas en torno a lo que hoy conocemos como Procesos de Innovación
Rural (PIR) lo cual, como se develará a lo largo del libro, no es más que un conjunto de
ideas lógicamente organizadas y estructuradas que promueven el trabajo en equipos
transdisciplinarios y de multiactores como paso esencial e inicial para enfrentar los retos
del desarrollo a través de la investigación-acción. Como esta propuesta existen otras que
buscan lo mismo, una mejor articulación de actores del desarrollo y una eficiencia mayor
en sus esfuerzos cotidianos.
Otras alianzas creadas como parte de una estrategia de intercambio de experiencias, se
han convertido en imprescindibles para lograr impactos de largo plazo y que básicamente
se reflejan en este libro. Tal es el caso de los aportes filosóficos y metodológicos
importantes hechos por la Red de Estudios para el Desarrollo Rural de México, (RED,
A.C.) y la Universidad Autónoma de Chiapas (UNACH), con quienes se ha establecido
una importante asociación basada en principios de cooperación mutua y colaboración
desinteresada en el que ha primado el objetivo de promover un desarrollo rural sostenible,
tomando a los recursos naturales y el hombre en el centro de debate y atención. En ese
tenor, la alianza reciente con la Facultad de Ciencias Agronómicas campus V de la
UNACH, representa una fortaleza desde los ámbitos académico-productivos.
Con estas alianzas se ha cubierto lo que comúnmente considerábamos un vacío en las
aspiraciones de lograr un verdadero desarrollo. Es decir, al desarrollo local y el
fortalecimiento del conocimiento indígena o campesino así como apoyar procesos de
auto-desarrollo y aprendizaje de largo plazo pero desde la experiencia local. Esto se ha
logrado con el apoyo de una facilitación verdadera y efectiva, más allá de lo que
comúnmente se conoce como promotoría o manipulación.
La presencia en Granma de la ONG española “ACSUR LAS SEGOVIAS” ha resultado
clave en el establecimiento de alianzas estratégicas sobre la base de la cooperación a
través de los proyectos que dicha organización ha apoyado en el territorio granmense.
Lejos de ser una relación donante-proyecto-institución, la alianza ha resultado en una
interacción rica para compartir y discutir criterios sobre el cómo abordar el desarrollo
agropecuario bajo la perspectiva de la Soberanía Alimentaria, precisamente uno de las
secciones de este libro se dedica a la experiencia de un proyecto realizado en tres
comunidades de la provincia Granma con apoyo financiero de la Unión Europea y la
Comunidad Autónoma de la Región de Murcia, lo cual es una experiencia de la
intervención de ACSUR LAS SEGOVIAS en Cuba, que a la vez sirvió de nexo entre las
instituciones que promueven los Procesos de Innovación Rural y el resto de las
experiencias que se describen en este libro.
Es importarte resaltar que muchos de los enfoques actuales siguen utilizando una
perspectiva sistémica como marco conceptual, para compartir todas las visiones que los
actores del desarrollo tienen sobre la problemática (desafíos) a resolver. Esto ha servido
de preámbulo para proponer soluciones integrales y lógicamente argumentadas que
conlleven a cambios en términos de tecnologías, políticas, instituciones, estrategias de
desarrollo, y lo que es todavía mucho más importante, un cambio verdadero en el
comportamiento y las actitudes de las personas.
Así entonces, el libro aborda conceptos como desarrollo e innovación desde una
perspectiva de proceso social, que apunta hacia el papel de las alianzas
interinstitucionales, pero considerando a los productores rurales como los actores
esenciales del proceso. Aquí se crea un nexo entre la teoría que sustenta la acción con la
práctica presentada y analizada en los estudios de caso. El cómo proyectos que en un
inicio no partieron de la visión de proceso, buscan los puntos de coincidencia para
converger en un esquema que arroja e incorpora las lecciones y errores para una
enseñanza mutua, y el cómo estas iniciativas se han convertido en el mediano plazo en
alternativas viables para el desarrollo rural sostenible.
Los ejemplos del manejo participativo de cabras criollas descritas en el Capítulo 3.2 así
como la experiencia en la comunidad de San Apapucio (Capítulo 3.1) son evidencias de
que el desarrollo fomentado desde abajo resulta más efectivo que el denominado Top
down approach. En muchos casos se rompe también con el criterio de que la gestión de
fondos a través de proyectos internacionales es indispensable y la única vía para
promover el desarrollo como proceso. A menudo, ha sido más efectiva la reflexión
profunda para lograr una concientización y un cambio de actitud en las personas, que
buscar cambiar las cosas para que la gente cambie.
La experiencia con los PIR en Granma también nos presenta otros matices como el de
funcionar como plataforma o sombrilla que orienta las visiones de proyectos o
instituciones que buscan mayor eficacia en sus acciones de ciencia y técnica para la
innovación y el desarrollo. Esto necesariamente implica un ejercicio de reflexión colectiva
permanente, ya sea sobre la base de proyectos o de políticas que se diseñen para
mejorar los impactos de la ciencia. Esto demanda también la sistematización de dichos
procesos de desarrollo a diferentes niveles, desde una comunidad hasta una unidad
productiva del Ministerio de la Agricultura (MINAG) para contar, de manera ordenada, con
lecciones, éxitos y fracasos. Ejemplo de esto representa el estudio de la Finca “La
Victoria” en la que se ha logrado un impacto de forma integral con un efecto económico
evidente sobre la economía familiar y el desarrollo del entorno. Esto es sin mencionar el
aporte al rescate y conservación de la biodiversidad agrícola y pecuaria y lograr una
producción integrada con prácticas agroecológicas.
Este libro trata entonces de conjuntar y analizar las experiencias existentes en Granma,
bajo un mismo enfoque de reflexión y sobre todo resaltar las lecciones para aprovechar
tanto fortalezas como oportunidades, sin importar los enfoques operativos utilizados en
cada uno de los proyectos. Sin embargo, sí nos interesa llegar a perspectivas de
desarrollo compatibles con la realidad de nuestra provincia y sobre todo, contar con un
producto que nos identifique y nos sirva en la sistematización y difusión de nuestro propio
conocimiento sobre los cambios realizados sobre el desarrollo agropecuario en los últimos
años.
Sirvan entonces las reflexiones vertidas, la teoría abordada y los ejemplos ilustrados en
este libro como un aporte modesto de un grupo de profesionales, campesinos y
campesinas protagonistas de una propuesta de cambio que esperamos conlleve a
mejores impactos en la forma de hacer ciencia y de visualizar a la innovación como
proceso social en una realidad cubana que busca un desarrollo sostenible desde abajo.
Luís Rodríguez Larramendi y Francisco Guevara Hernández
Bayamo, Granma; Enero de 2011
1
SECCIÓN I. El pensamiento que sustenta la acción Resumen Esta sección plantea un breve análisis sobre lo que a nuestro parecer debiera ser analizado, discutido y compartido por los diferentes actores involucrados en el desarrollo rural. Aquí se abordan conceptos como desarrollo, innovación, participación, actores, etc. La intención es dar una pauta teórica-conceptual, a partir de la práctica, para las experiencias expresadas en los próximos capítulos de este libro. 1.1 La innovación como proceso social: de la teoría y los conceptos a las
prácticas para el desarrollo rural Francisco Guevara Hernández*
Adalberto Hernández López* René Pinto Ruiz*
Heriberto Gómez Castro* Francisco Javier Medina Jonapá*
Benigno Ruiz Sesma** Paula Mendoza Nazar**
*Profesores del Cuerpo Académico en Consolidación
en Agroforestería Pecuaria (CAAP) Facultad de Ciencias Agronómicas Campus V
**Profesores del Cuerpo Académico de Producción Animal Tropical Sostenible (CAPATS)
Universidad Autónoma de Chiapas. Contacto: Francisco.Guevara@unach.mx
Los conceptos detrás de la innovación En el mundo occidental, la innovación siempre ha estado estrechamente relacionada con
los grandes cambios sociales y el avance del desarrollo en dichos países. Sin embargo,
¿qué es la innovación? Aunque la innovación como producto ha sido ampliamente
estudiada y clasificada, existen tres aspectos que son importantes a considerar en su
definición: aplicación, novedad y contexto. De este modo, una invención o idea creativa no
se convierte en innovación hasta que no se aplica en atender una necesidad en particular
para cierto contexto determinado (Waitley y Tucker, 1989).
La innovación puede ser vista y estudiada desde diferentes ángulos de acuerdo a varios
autores. Por ejemplo, como un proceso de modificaciones, como sistema de información
que tiene utilidad práctica; como mecanismo que apoya la difusión de conocimientos y
tecnologías; como productos acabados; como proceso de aprendizaje individual y/o
colectivo (Rogers, 1983). Podemos entonces decir que la innovación supone un proceso
dialéctico y constructivista compuesto de una o varias ideas que se llevan a la práctica
para generar un cambio, satisfacer una necesidad o acelerar alguna actividad.
Sección I. El pensamiento que sustenta la acción 2
Ciertos estudios en innovación industrial aclaran que la innovación tiene que ver con la
intermediación de la sociedad a través de los procesos de búsqueda de satisfactores de
ésta. Por tanto, la creatividad está asociada con el patrón de conocimiento personal y a la
libertad de manifestación de esta. Por tanto, la creatividad está asociada con el patrón de
conocimiento personal y a la libertad de manifestación de esta. En este sentido es
importante señalar que nuestro sistema de conocimiento personal se rige por ambos
hemisferios del cerebro. El hemisferio derecho rige la parte de la creatividad, íntimamente
relacionado con la postulación de ideas innovadoras (Wycoff, 1999). En ese sentido, no
es extraño saber que muchos innovadores y artistas cuentan con un nivel alto de
desarrollo de dicho hemisferio. En ese contexto, la capacidad de contar con grandes ideas
para innovar también se conoce como el proceso de desarrollo de la inteligencia creativa
(Alder, 2003; Waitley y Tucker 1989). Sin embargo, por naturaleza todos somos
innovadores potenciales y esto se comprueba al analizar la historia del ser humano, ya
que por ejemplo ha existido innovación agrícola desde hace más de 9,000 años. Por lo
tanto, la innovación vista como proceso tiene consecuencias de cambio de tipo técnico,
socioeconómico, político, ambiental, cultural, etc., los cuales a su vez son también
factores determinantes de esta.
Las implicaciones técnicas o económicas detrás de la innovación tienen que ver con
procesos de cambio y estas deberían pensarse o anticiparse antes de iniciar con la
implementación de las ideas que conlleven a ella; por ejemplo, identificar los elementos o
contexto en los cuales se busca tener un impacto directo. En este sentido, una alternativa
tecnológica no necesariamente es una innovación, por lo que esta es única en un tiempo
y espacio determinados y puede tener consecuencias sociales de cambio positivas o
negativas.
Atributos que caracterizan la innovación
De acuerdo con Santiago (1985), algunos puntos importantes a considerar para definir la
innovación son:
• Innovar significa estar con lo nuevo, es decir, en constante cambio. Es una aventura
hacia lo desconocido o imprevisible.
• Es una idea que se lleva a la práctica, que busca mejorar lo ya realizado, hacerlo de
manera diferente y/o más eficiente.
• Es un producto nuevo que no se había hecho.
Sección I. El pensamiento que sustenta la acción 3
• Es algo que busca ahorrar esfuerzos, ser útil y satisfacer necesidades.
• Debe producir beneficios como reducir tiempo, esfuerzo, espacio, etc.
• Significa sumar y transformar energías. Es decir, es un esfuerzo coordinado de
actores donde se aplica y transforma la realidad para obtener un beneficio.
• Debe ser sencilla, compatible para que se utilice por mucha gente.
• Intenta ser ambientalmente amigable.
• Debe generar y/o aumentan ganancias, es decir, ser rentable e impactar
positivamente en el crecimiento económico.
Facetas de la innovación Rogers (1983) en su libro “difusión of innovations” plantea que la innovación como
proceso puede tener tres facetas:
a) Invención, como creación de una idea potencialmente generadora de beneficios, pero
no necesariamente realizada de forma concreta en productos, procesos o servicios.
b) Innovación en sí misma, que consiste en la aplicación de una idea. Así, innovar es
convertir ideas en productos, procesos o servicios nuevos o mejorados. Aquí se usa y
aplica toda la capacidad creativa del individuo o del colectivo y por consiguiente tiene
implicaciones sociales fuertes. Lo que se busca es el cambio substancial en la forma de
hacer las cosas, tanto en lo que se refiere a productos, servicios y la forma en que estos
se producen, organizan u ofertan.
c) Difusión, que supone dar a conocer al resto de la sociedad la utilidad de una
innovación.
En ese tenor, existe la tendencia general de pensar que entre menos recursos tenemos,
hay más capacidad inventiva. Ciertamente en contextos con situaciones apremiantes, la
capacidad creativa se usa al máximo y la generación de innovaciones para un contexto
local y determinado es mayor que donde recursos abundantes son utilizados como bienes
de uso directo.
Sección I. El pensamiento que sustenta la acción 4
Algunos tipos de innovación Senge (1999) y Waitley y Tucker (1989) señalan que existen muchos tipos de
innovaciones pero en general pudieran agruparse en tres grandes grupos:
Tecnológica. Esta surge tras la utilización de la tecnología como medio para introducir un
cambio en la organización social de los seres humanos. Este tipo de innovación
tradicionalmente se asocia a cambios en los aspectos más directamente relacionados con
los medios de producción. El único agente imprescindible para que exista innovación
tecnológica es la organización, ya que es la responsable de su utilización para introducir
el cambio. Dada su importancia, conviene aclarar brevemente el concepto de tecnología,
y diferenciarlo de otros tipos de conocimiento.
El concepto de tecnología resulta ambiguo, y con frecuencia se ha asociado a la
tecnología, máquinas y aparatos que funcionan, marginando los aspectos relacionados
con el conocimiento. No obstante debemos considerar que La tecnología es mucho más
que máquinas, ya que se trata de conocimiento práctico orientado a la acción, es decir,
supone la aplicación sistemática del conocimiento científico u otro conocimiento
organizado a tareas prácticas. Es un conocimiento cuya aplicación está orientada a un fin
concreto, a resolver problemas, y su objeto no es simplemente saber, sino actuar. Es un
conocimiento que se tiene no sólo cuando uno sabe, sino cuando sabe cómo hacer.
Comercial. Esta se usa mucho en el ámbito mercantil. Sin embargo, se da como
resultado del cambio de las diversas variables de la mercadotecnia de una organización.
El éxito comercial de un nuevo producto o servicio depende esencialmente de la
superioridad, originalidad y utilidad del mismo sobre los restantes; del conocimiento del
mercado que se tenga, así como de la eficacia de la puesta del producto desarrollado en
el mercado. Algunas innovaciones de este tipo son: nuevos medios de promoción de
ventas, combinaciones estética-funcionalidad, sistemas de distribución y formas de
comercialización de bienes y servicios. Un ejemplo de nuevas formas de comercialización
es el sistema de franquicias o el comercio electrónico.
Organizativa. En este tipo de innovaciones, el cambio sucede en la dirección y
organización bajo la cual se desarrolla la actividad productiva. Es un tipo de innovación
que posibilita un mayor acceso al conocimiento y un mejor aprovechamiento de los
Sección I. El pensamiento que sustenta la acción 5
recursos existentes. Existen dos tipos de innovaciones en este sentido: las que actúan a
un nivel externo y las que lo hacen a un nivel interno. A nivel externo, son aquellas que se
refieren a la constitución de redes entre organizaciones y otros actores del desarrollo para
favorecer la cooperación entre ellos. Al nivel interno, destacan aquéllas que se dirigen a
mejorar el trabajo en grupo, a través de la gestión de interfaces o del funcionamiento
interno del equipo.
Grados de innovación De acuerdo a Hagmann (1999) y Kostner (1994), los grados de innovación resultan ser
también otro tipo de clasificación pero vista como el resultado de un proceso de
multiactores. Sin embargo podríamos identificar dos tipos:
Innovación parcial. Se trata de pequeños cambios dirigidos a incrementar la
funcionalidad y la utilidad de las tecnologías o las organizaciones. Así, se observa cómo el
crecimiento y el éxito experimentado por muchas empresas tecnológicas en los últimos
tiempos responden, en gran parte, a programas de largo plazo caracterizados por una
sistemática y continua mejora en el diseño de productos y procesos. Un ejemplo es la
industria automotriz.
Innovación total. Estas implican una ruptura con lo ya establecido y son innovaciones
que crean nuevos productos o procesos que no pueden entenderse como una evolución
natural de los ya existentes. Aunque no se distribuyen uniformemente en el tiempo como
las innovaciones parciales, si surgen con cierta frecuencia. Se trata de situaciones en las
que la utilización de un principio científico nuevo provoca la ruptura real con las
innovaciones o tecnologías anteriores.
Dimensiones de la innovación No obstante, consideramos que la innovación tiene dos implicaciones más y que
normalmente quedan fuera de las revisiones conceptúales. Estas son la temporalidad y la
espacialidad.
Temporalidad: Las innovaciones tienen un tiempo, es decir, contienen una temporalidad
que resulta ser el periodo en que estas tienen la función de atender una problemática o
necesidad. En realidad la temporalidad implica un proceso el cual inicia desde la idea
Sección I. El pensamiento que sustenta la acción 6
inicial hasta que la innovación es generada y liberada. La temporalidad termina cuando lo
innovado es olvidado u obsoleto. Sin duda que al paso del tiempo las innovaciones
pueden fácilmente dejar de ser consideradas como útiles y por tanto consideradas como
tales. Es decir, estas pueden ser fácilmente enviadas al cajón de los “objetos olvidados”.
Otras llegan para quedarse y su utilidad y funcionalidad permiten a los usuarios hacerlas
que perduren. En casos excepcionales, los mismos usuarios se encargan de modificarlas
para adaptarlas a su contexto y pasar a una fase posterior con otro nombre u otra utilidad.
En este sentido otra implicación de las innovaciones es el de la espacialidad.
Espacialidad: Este término tiene mucho que ver con el contexto en que las innovaciones
son generadas, liberadas y/o utilizadas. Por tanto, es importante señalar que la
espacialidad de las innovaciones también juega un papel preponderante en su
posicionamiento, éxito o fracaso. La espacialidad resulta ser el dónde y por qué las
innovaciones se generan, usan, modifican o vuelven obsoletas. Es decir, la utilidad real
que estas tienen para atender una necesidad en cuestión bajo ciertas condiciones
determinadas. Sin embargo, es importante remarcar que algunas innovaciones pueden
quedar sin utilidad en contextos fuera de los cuales fueron creadas.
La innovación como proceso social del desarrollo rural Con frecuencia, extensionistas, investigadores, financiadores y otros agentes del
desarrollo hacen énfasis en expresiones como procesos de innovación, innovaciones
tecnológicas, innovación rural etc. Sin embargo, en sus dinámicas activistas, pocos han
hecho pautas para analizar o entender el significado de la innovación y su función como
componente social del desarrollo rural e ir más allá del significado tecnológico que esta
implica. Richards (2006) en su propuesta sobre estudios de tecnografía abunda en la
innovación como un proceso socio-antropológico en el cual la tecnología es a la vez un
medio y una resultante de la trasformación del desarrollo local y el entorno socio-
económico.
En la actualidad, se entiende a la innovación como parte de los esfuerzos humanos e
institucionales para fortalecer los procesos de desarrollo a diferentes niveles sociales. En
el ámbito rural, la innovación como proceso se inmersa en un contexto complicado y
diverso, donde los recursos locales, ideas, motivaciones, necesidades y problemas
individuales y/o colectivos se conjugan para afrontar una realidad dinámica. El proceso de
Sección I. El pensamiento que sustenta la acción 7
innovación por tanto representa un sistema complejo de ideas y acciones que integran un
cuerpo de actores, recursos, políticas, intereses, necesidades, etc., en permanente
dinamismo. Así por ejemplo, algunas tecnologías para el manejo de los recursos
naturales y sobre todo las actividades relacionas con la agricultura aun se basan en la
innovación local y en el uso del conocimiento tradicional, donde los actores locales son
fundamentales para el funcionamiento del sistema local de innovación (Guevara-
Hernández, 2007).
En este sentido, la innovación representa el proceso social de integración de nuevas
habilidades, conocimientos, técnicas y procesos, donde se involucran una serie de
actores. Además, está sujeta a un rango grande de factores (ambientes) del tipo natural,
social e institucional que se definen por una serie de patrones de comportamiento
individual y colectivo, así como de sus interacciones (Figura 1.1). Por tanto la innovación
como proceso social refleja la visión de una diversidad grande de actores y representa el
resultado de las interacciones, objetivos y metas de las diferentes organizaciones e
individuos involucrados en el proceso de desarrollo e implementación de una idea.
Figura 1.1 Ambientes condicionantes de la innovación como proceso social.
Una forma interesante de entender la innovación como sistema social en el desarrollo
rural es a través del análisis de las dinámicas e interacciones del sistema de innovación y
su entorno socio-cultural. De acuerdo con Richards (2005) esto se llama tecnografía. Para
ello, es importante entender que la realidad local es cambiante y dinámica, por lo tanto las
AmbienteAmbiente polpolííticotico((TomaToma de de decisionesdecisiones))
AmbienteAmbienteinstitucionalinstitucional((NormatividadNormatividad))
AmbienteAmbienteinstitucionalinstitucional((NormatividadNormatividad))
AmbienteAmbienteruralrural
((ProblemasProblemasa a atenderatender))
AmbienteAmbienteruralrural
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AmbienteAmbientenaturalnatural
((DeterminanteDeterminantede condiciones)de condiciones)
AmbienteAmbientenaturalnatural
((DeterminanteDeterminantede condiciones)de condiciones)
Espacio de acci
Espacio de acci óó n para la innovaci
n para la innovaci óó nn
Sección I. El pensamiento que sustenta la acción 8
ideas nuevas deben tener la habilidad de responder de forma rápida y efectiva a dichos
contextos. En este sentido el desarrollo de innovaciones especialmente las tecnológicas y
organizativas a través los procesos sociales, es el punto de entrada por demás crucial
para contribuir al desarrollo rural. Es por eso que la tecnología debe ser entendida como
la instrumentación humana (i.e. uso de herramientas, máquinas o procesos para alcanzar
los objetivos humanos).
Entonces, antes de iniciar cualquier propuesta que busque atender el desarrollo rural es
importante retomar los elementos que sustentan la acción. Esto implica considerar a la
innovación también como un proceso de aprendizaje donde conocimientos individuales o
colectivos previos se combinan para llevar a la práctica las ideas que permiten generar
conocimiento nuevo o desarrollar cambios en alguna tecnología, organización o cadena
productiva (Figura 1.2). En este sentido, la innovación se origina en el terreno de la
práctica pero con la fundamentación previa con relación al contexto y los factores que la
determinan.
Figura 1.2 El proceso de innovación agrícola tecnológica propuesto por Rogers, conocido como el modelo convencional o lineal. Fuente: Elaborado a partir de Rogers (1983).
A pesar de que el modelo de Rogers ha sido ampliamente criticado por su verticalismo en
el proceso de innovación, es importante remarcar que como marco conceptual sigue
Dependencias de Extensión:
Difunden las Alternativas
Productores Campesinos:
Proponen problemas y Adoptan las Alternativas
PROBLEMAS PRODUCTIVOS PARA
INVESTIGAR
RECOMENDACIONES TECNICAS Y
ALTERNATIVAS TECNOLOGICAS
PROGRAMAS DE EXTENSION Y CAPACITACION EN LA
IMPLEMENTACION DE LAS RECOMENDACIONES Y EL USO
DE LAS ALTERNATIVAS
Instituciones Académicas:
Generan Alternativas
Sección I. El pensamiento que sustenta la acción 9
teniendo validez por la propuesta que hace. En este caso se usa simplemente como un
referente.
Estrategias para generar innovaciones como proceso social Las estrategias de generación y/estimulación de procesos sociales de innovación a través
del conocimiento, pueden ser mediante la investigación para el desarrollo o a través de la
importación de las innovaciones, es decir, adquirirlo del exterior.
1) La investigación para el desarrollo (I&D): en el contexto de la innovación como proceso
social la I&D podría ser entendida como el trabajo creador sobre una base sistemática,
que tiene por objetivo aumentar el conocimiento científico y técnico para su posterior
utilización en nuevas aplicaciones. Es decir, es el mecanismo generador de
conocimientos y tecnologías con las que las organizaciones y otros actores del desarrollo
pretenden potenciar o mejorar sus productos, procesos y servicios. La amplitud de este
objetivo hace que la I&D, a su vez, deba incluir una serie de actividades que persiguen
resultados diferentes aunque conectados entre sí (Guevara et al., 2008a). La I&D
comprende: la investigación básica, que busca determinar nuevos conceptos o principios
científicos, aunque no posean una utilidad directa; y la investigación aplicada, encaminada
a buscar utilidad a los conocimientos adquiridos por la investigación básica, demostrando
cuáles podrían ser sus aplicaciones y ventajas sobre soluciones ya conocidas en el
proceso de innovación. No obstante, cabe la posibilidad de que las actividades de
investigación no pretendan otra cosa que descubrir la verdad o, su inverso, demostrar un
error; y, en segundo lugar, que la investigación no se conecte con el mundo productivo.
En este sentido la investigación adaptativa juega un papel muy importante. Sin embargo
en el proceso de adopción y/o adaptación local de las innovaciones, la experimentación
“in situ” juega su rol como detonante de la innovación y su utilidad real en la práctica
(Guevara et al., 2008b) (Figura 1.3).
2) La adquisición de tecnología del exterior. No todas las organizaciones pueden hacer
frente a las necesidades y demandas de innovaciones, por tanto estas como proceso no
pueden desarrollarse internamente debido a falta de recursos o conocimientos al
respecto. Sin embargo, coincidimos en que la generación de innovaciones tecnológicas
por ejemplo, no es una condición necesaria para la supervivencia de las organizaciones
ya que a pesar de esto se puede ser competitivo sin el desarrollo de dicha capacidad. No
Sección I. El pensamiento que sustenta la acción 10
obstante, algunas organizaciones e incluso países justifican el hecho que el desarrollo
tecnológico a nivel local o interno es la mejor alternativa para la buena conducción del
desarrollo. En este sentido, sentimientos y políticas nacionalistas pueden llegar a ser
estimulantes o incluso detonantes de procesos de innovación local. En el caso del sector
productivo de alimentos para el mercado internacional ver los casos de Holanda, Vietnam
o China.
Figura 1.3 Tipos de investigación para el desarrollo de innovaciones.
Finalmente, en las secciones y capítulos siguientes de este libro, las innovaciones locales
son vistas como parte de los procesos de innovación rural. Es decir, los casos
representan un sistema de innovación con componentes importantes como los
tecnológicos, sociales que determina las directrices y ambientales que se conjugan y
condicionan dinámicas locales que fortalecen o debilitan dichos procesos, y que
dependen del contexto Cubano, particularmente del oriente del país. Es por eso que el
conocer y analizar en detalle los casos a continuación expuestos, nos permitirá entender
con mayor detalle la innovación rural en el contexto de la nueva ruralidad y la realidad
cubana del siglo XXI.
Sección I. El pensamiento que sustenta la acción 11
1.2. La nueva ruralidad desde un enfoque sistémico y su complejidad
Manuel La O Arias Investigador
IIA “Jorge Dimitrov” Contacto: mlao@dimitrov.cu
¿Qué se entiende por nueva ruralidad? Abordar el término de nueva ruralidad parte de una redefinición de lo que se entiende por
rural. Este término tradicionalmente se ha establecido a partir de criterios demográficos
y/o sectoriales, es decir, pequeños asentamientos humanos dispersos cuya actividad
económica fundamental es la agricultura u otras actividades productivas primarias
(Echeverri y Rivero, 2002).
De esta forma, se crea una visión reduccionista y discriminatoria de lo rural, que además
de asociarse solamente a la actividad agropecuaria, se traduce también en lo atrasado. La
idea del progreso y el desarrollo generalizada, se asocia a lo industrial, moderno y urbano.
Se sobredimensiona además el sistema de ideas y valores urbanos con respecto a estilos
de vida, cultura, estética y costumbres del medio rural.
En un modelo de crecimiento y progreso bajo estos principios, lo rural se convierte en algo
periférico y residual, que se adapta pasivamente a las demandas de las áreas urbanas y
el sector industrial. Se reduce el proceso innovativo al aspecto tecnológico, en la
búsqueda de mayores rendimientos y productividad de la actividad agropecuaria a partir
de paquetes que artificializan el medio para sustituir los ciclos naturales del
agroecosistema sin una visión holística1 con respecto al manejo de los recursos naturales
y el proceso de desarrollo en sí.
En la práctica, la línea divisoria entre lo rural y lo urbano, es vulnerada constantemente
por una realidad donde ambos medios se penetran mutuamente. Actividades productivas
y servicios tradicionalmente asociados al medio urbano pasan al medio rural y viceversa.
Por otra parte los recursos naturales como el suelo, agua y diversidad biológica se
revalorizan en un contexto donde prácticamente se llegaron a considerar infinitos, y por
tanto, abusados de manera desmesurada. Hoy, estos recursos naturales atesorados
fundamentalmente en el medio rural, son un foco de preocupación para la humanidad.
1 Holístico: Es el estudio del todo, relacionándolo con sus partes pero sin separarlo.
Sección I. El pensamiento que sustenta la acción 12
Una percepción de lo rural; con una visión sectorial que trasciende a la agricultura, y una
visión demográfica como red de asentamientos humanos en interacción continua;
enmarcada en un área geográfica; sientan las bases para definir una nueva ruralidad,
como un espacio además de construcción socio-cultural con antecedentes históricos y
antropológicos trascendentales para una perspectiva sustentable del desarrollo.
Según Ceña (1993) el medio rural es “...el conjunto de regiones o zonas con actividades
diversas (agricultura, industrias pequeñas y medianas, comercio, servicios) y en las que
se asientan pueblos, aldeas, pequeñas ciudades y centros regionales, espacios naturales
y cultivados...”.
Además de las actividades citadas, están también la ganadería, la pesca, la minería, la
extracción de recursos naturales y el turismo. El medio rural es entonces una entidad
socioeconómica en un espacio geográfico con cuatro componentes básicos:
“...Un territorio que funciona como fuente de recursos naturales y materias primas,
receptor de residuos y soporte de actividades económicas.
Una población que, con base en un cierto modelo cultural, practica actividades
muy diversas de producción, consumo y relación social, formando un entramado
socioeconómico complejo.
Un conjunto de asentamientos que se relacionan entre sí y con el exterior
mediante el intercambio de personas, mercancías e información, a través de
canales de relación.
Un conjunto de instituciones públicas y privadas que vertebran y articulan el
funcionamiento del sistema, operando dentro de un marco jurídico determinado...”
(Ramos y Romero, 1993).
La perspectiva multi-sectorial del medio rural no niega la preponderancia de la agricultura
como actividad. En realidad asume nuevas actividades emergentes como parte de una
cadena para conferirle valor agregado a las producciones primarias fundamentalmente
enfocadas hacia la agroindustria. Surgen de esta forma, producciones secundarias y
terciarias; servicios demandados por estas nuevas actividades. En el nuevo contexto
global valen destacar los aportes que se pueden realizar en materia de conservación,
mejora y oferta de recursos naturales, paisaje, cultura y turismo.
Sección I. El pensamiento que sustenta la acción 13
En el contexto cubano, han emergido experiencias sobre diferentes Procesos de
Innovación Rural que han dejado un saldo positivo en cuanto a la conservación y mejora
de la diversidad biológica y otros recursos naturales. El Fitomejoramiento Participativo y el
Programa de Conservación de la Cabra Criolla Cubana son dos ejemplos de cómo el
medio rural puede asumir nuevos roles con beneficios ambientales, multiplicando varias
veces la diversidad de cultivos o conservando la agro-biodiversidad local. Constituye
todavía un reto para los que participan en estos procesos en Cuba, lograr el cambio en el
resto de la sociedad, que se sintetizaría en el reconocimiento y la retribución de estos
servicios y del valor agregado de los nuevos productos.
La complejidad del proceso de desarrollo rural Con la visión de la nueva ruralidad, se multiplica la complejidad de los procesos de
desarrollo rural. En estos procesos participa una plataforma cada vez más complicada de
actores, que interactúan entre sí y bajo un entorno socio-económico y agro-ecológico
complejo, esgrimiendo perspectivas diferentes y en ocasiones contradictorias sobre los
mismos desafíos.
En este caso, los agricultores y agricultoras son actores claves a los cuales los enfoques
convencionales de innovación, los reducen al papel de receptores pasivos. Sin embargo,
su participación es imprescindible, puesto que no son un grupo homogéneo. Cada uno
tiene una lógica muy particular para manejar su proceso productivo e interactuar con el
complicado entorno socioeconómico y el cada vez más espoleado e impredecible agro-
ecosistema.
Las instituciones científicas y otras con rol de facilitadoras del desarrollo, convierten
recurrentemente sus propuestas en el fin de su empeño y no un el medio para orientar el
desarrollo. Por esta razón tratan de generalizar, imponer o vender sus paquetes
tecnológicos, recursos genéticos mejorados y lógica en general. Con esta visión reducen
el problema del desarrollo, al aspecto tecnológico y agro-productivo. Luego de invertir
tiempo y recursos, la insostenibilidad surge, aportando más, a la complejidad que estas
mismas instituciones y organizaciones obviaron en la práctica.
Sección I. El pensamiento que sustenta la acción 14
No ser consecuente con la complejidad, comienza por la división de los saberes y el
estudio separado de las partes, bajo el supuesto de que al sumar se puede abordar el
todo, obviando las interacciones entre dichas partes, propiedades emergentes y sus
relaciones con el entorno. De esta perspectiva reduccionista surge lo que este autor
denomina “la ciencia de los óptimos” donde a partir de dos o tres variables se analizan
determinados procesos. Esto con la idea de buscar las mejores combinaciones, auxiliados
de ciertos análisis matemáticos para
corroborar su significación. Sin
embargo, estos estudios tienen un
innegable valor como referencia. La
cuestión está, en la pretensión de
traducirlos en conocimientos aptos para
ser introducidos en la práctica social,
sin un análisis real de los eventos que
se pudieran suceder al interactuar con
el resto de las variables que se
consideraron “controladas” en el diseño
de la investigación.
No se trata de negar los grandes aportes de conocimiento y beneficios sociales que el
reduccionismo, promotor de una mayor especialización, ha realizado (Wadsworth, 1997).
Lo esencial está en reconocer sus limitaciones cuando aborda la complejidad del
problema del desarrollo rural.
El enfoque sistémico El enfoque sistémico se fundamenta en el principio de que el todo es mucho más
complejo que la simple suma de sus partes. Es un esfuerzo por lograr una visión
interdisciplinaria de procesos complejos cuyas partes son tradicionalmente objeto de
estudio de disciplinas diferentes. En el caso de los Procesos de Innovación Rural se
produce un acercamiento entre las ciencias agropecuarias, biológicas, sociales y
económicas.
Aplicando este enfoque; los sistemas de producción agropecuarios, según Villaret (sin
fecha, ver recuadro) se caracterizan por sus elementos constitutivos; la existencia de
Sección I. El pensamiento que sustenta la acción 15
interdependencias entre estos elementos; la aparición de fronteras más o menos
permeables con el entorno; su estructura, es decir la combinación de estos elementos en
diferentes subsistemas y la existencia de diferentes flujos de energía, productos e
Informaciones tanto entre los diferentes subsistemas como entre el sistema y su entorno.
Los elementos constitutivos son: la fuerza de trabajo; los Instrumentos de producción; y el
medio explotado. De cada uno de estos elementos constituyentes, y de determinadas
interacciones entre ellos, emergen a su vez subsistemas que evolucionan en una
dinámica compleja en un entorno, que en el contexto de la nueva ruralidad, introduce
nuevos roles u oportunidades a varios de sus elementos constituyentes (tierra, material
genético, fuerza de trabajo) y cada vez más hostil por el comportamiento de las variables
del agro-ecosistema.
Este análisis tiene diferentes niveles que va desde el sistema de cultivo y crianza, hasta el
entorno nacional e internacional. En todos los casos el reto de todo proceso innovativo es
lograr que el sistema se reproduzca, que sea capaz de asumir y superar sus desgastes y
contradicciones internas para cumplir con un nuevo ciclo. Esta es la base fundamental de
la sostenibilidad vista en todas sus dimensiones (social, económica, tecnológica,
ambiental).
Sección I. El pensamiento que sustenta la acción 16
1.3 Del modelo convencional a la innovación como proceso social: el papel de la ciencia y los actores del desarrollo
María de los Ángeles Fonseca Flores
Directora de la Unidad de Ciencia y Técnica Delegación Territorial GRANMA
Ministerio de Ciencia, Tecnología y Medio Ambiente Contacto: mfonseca@citma.granma.inf.cu
Francisco Guevara Hernández.
Profesor del Cuerpo Académico de Agroforestería Pecuaria (CAAP) Facultad de Ciencias Agronómicas Campus V
Universidad Autónoma de Chiapas. Contacto: Francisco.Guevara@unach.mx
La investigación para el desarrollo rural El modelo neoliberal de desarrollo busca entre otras cosas, la globalización de la
economía a través de la libre circulación tanto de capitales y bienes, como de servicios y
personas. La forma agresiva en que este modelo ha sido implementado en muchos
países, exige actualmente atender una serie de problemas productivos, económicos y
ambientales recrudecidos en las últimas décadas, particularmente en las zonas rurales de
todo el mundo. Sin embargo, muchos países han tenido que enfrentar una problemática
compleja, como el proceso de competencia por el mercado global o la presión constante
ejercida sobre sus recursos naturales. Esto ha originado problemas ambientales con
efectos globales por demás preocupantes. Ciertos problemas de esa índole han tomado
directrices muy complejas, especialmente cuando involucran aspectos sociales y políticos
(Conway, 1998). Algunos casos dramáticos se han visto en países africanos como Sierra
Leona, Costa de Marfil, Congo, Somalia, Chad o Mozambique, entre otros.
En el contexto de la investigación y el desarrollo internacional (I&D2), tradicionalmente
vistos como sectores independientes, en años recientes han buscado funcionar como un
binomio inseparable para la formulación de alternativas a los problemas antes
mencionados. Países como Holanda, Alemania, Suecia, Noruega, Suiza y Canadá han
mostrado particular interés por apoyar una serie de políticas de financiamiento a la
investigación y el desarrollo en países del sur. En sí, han financiado iniciativas a través de
diferentes agencias internacionales y nacionales en todos los continentes.
2 Conocida en inglés como research and development (R&D).
Sección I. El pensamiento que sustenta la acción 17
En ese sentido, los dos tipos de propuestas más apoyadas son la investigación para el
desarrollo y la formación de recursos humanos a diferentes niveles profesionales. Ambas
han sido vistas –junto con el diseño de mejores políticas públicas de los países en
desarrollo- como estrategias fundamentales para atender las demandas urgentes de los
sectores productivos y sobre todo rurales. Ejemplos de iniciativas bajo estas
consideraciones existen por todo el mundo. No obstante, los enfoques utilizados en
dichas estrategias han sido variados y a veces contrastantes (Uphoff, 1986; Mosse et al.,
1998; Chambers, 1999). Las propuestas más interesantes y hechas para encontrar
alternativas para el sector rural, han puesto énfasis en enfoques más incluyentes -como
los participativos- o en la combinación de estos (Guevara-Hernández, 2007) para
implementar procesos locales de innovación. En dichos casos, el papel que han jugado
una serie de actores tanto institucionales (fundaciones, universidades, ONG y OG, etc.)
como individuales (investigadores/as, docentes, extensionistas etc.) es indiscutible.
No obstante, a nivel de países, la investigación para el desarrollo rural sigue siendo
cuestionada por algunos sectores de la sociedad. Dichas críticas se basan en el
argumento de su poca contribución directa a las soluciones de los problemas del sector y
el impacto limitado en generar innovaciones rurales. Por tal motivo, muchos países en
desarrollo han disminuido su financiamiento o incluso la han semi-privatizado. Por el
contrario, la presión ejercida sobre sus recursos naturales ha aumentado y se ha
convertido en una situación por demás preocupante. Por ejemplo, la apertura de espacios
nuevos para cultivos comerciales y áreas de ganadería extensiva en áreas naturales se
ha acelerado y los cultivos de exportación -mejor pagados en el mercado internacional- se
han convertido en el patrón de dichos paisajes. México, Brasil, Argentina, Sudáfrica,
China e India, entre otros, buscan intensificar sus actividades de investigación -sobre todo
privadas- y desarrollo industrial para la producción de bio-combustibles a partir de maíz,
caña de azúcar o soya. Sin embargo, este tipo de iniciativas parecen incrementar el riesgo
de producción y distribución de alimentos básicos así como aumentar el impacto
ambiental global en el mediano y largo plazo.
Tal parece que las políticas económicas mundiales han pasado a ser las rectoras del
desarrollo y desafortunadamente los esfuerzos internacionales para la I&D parecieran
quedar en vano en el contexto internacional. Por su parte, los países del sur, o no pueden
o no les interesa estimular la investigación centrada al sector rural -que por cierto es
Sección I. El pensamiento que sustenta la acción 18
mayoritario- pero sí otorgan apoyos y diseñan políticas nuevas a las grandes iniciativas de
moda. Esto sin duda, deja un campo totalmente abierto a la voluntad e intereses de los
organismos internacionales respecto a las políticas nacionales de investigación y
desarrollo.
A manera de conclusión preliminar, consideramos que el sector rural de nuestros países,
compuesto principalmente por productores pobres y de escala menor, cuya producción se
orienta a los cultivos básicos, seguirá relegado mientras no surjan verdaderos ejemplos
tanto nacionales como internacionales que demuestren que las cosas pueden hacerse de
manera diferente. Esta es una tarea que no solo los investigadores debemos asumir como
desafío, sino todos los actores involucrados en el desarrollo rural.
Mientras tanto, los apoyos mínimos que existen para el sector, seguirán desapareciendo
de las políticas nacionales o se irán transformando cada vez más en programas
paternalistas o electoreros. En el caso de México, por ejemplo, la falta de una atención
verdadera al sector rural, ha provocado un éxodo de personas de las áreas rurales hacia
las zonas más desarrolladas del norte del país, o de E.E.U.U. y Canadá.
Desafortunadamente, la migración masiva -con todas sus consecuencias imaginables- se
ha convertido en un fenómeno “normal” y el envío de remesas la, segunda fuente de
ingresos del país, después del petróleo. Mientras tanto, la investigación orientada al
desarrollo rural se ha vuelto un lujo para muchas instituciones.
Un recorrido necesario por el contexto cubano Antes de 1959 la actividad científica e innovativa en Cuba estuvo caracterizada más por la
transferencia y la adquisición de productos y servicios terminados, que por la generación
de conocimientos y tecnologías propias. La posibilidad de añadir valor agregado por
acciones de ciencia e innovación era limitada, lo cual no permitía potenciar el espíritu
emprendedor y la creatividad del pueblo cubano. En el campo tecnológico no existían
facilidades necesarias para la experimentación y la investigación. Las innovaciones de
cierta envergadura se generaban fuera del país y sin participación cubana. Las
tecnologías más modernas eran propiedad de empresas transnacionales (CITMA, 2003).
Entre 1960 y 1990, momento en el que se reduce la dependencia tecnológica externa, el
Estado Cubano promovió y estimuló la generación propia de conocimientos y tecnologías
Sección I. El pensamiento que sustenta la acción 19
nuevas. Para sustentar esta política se fundaron varios centros de investigación nacional
en la rama agropecuaria y que organizaron sus actividades a través de Programas
Científico-Técnicos Nacionales, orientados hacia la demanda tecnológica identificada en
el país. Bajo este enfoque se generaron varios Paquetes Tecnológicos para la producción
agropecuaria; el Manejo Integrado del Cultivo del Café es un ejemplo claro.
Esta etapa estuvo influenciada por la amplia colaboración con los países del llamado
“Bloque Socialista” de Europa del Este. De algún modo, en dicho período, la actividad
innovativa, fue también marcada por la transferencia de tecnologías y al mismo tiempo la
generación propia de conocimientos estuvo caracterizada por una alta disponibilidad de
insumos para las soluciones propuestas.
En este sentido se comenzó a delinear un enfoque para la innovación orientado más
hacia la evaluación, básicamente de opciones (productos, tecnologías) ya existente,
provenientes de otros contextos y con menos atención a las originadas localmente. Estas
condiciones, se mantuvieron hasta fines de los 80’s, y reforzaron un modelo de innovación
marcado por las experiencias de países con agricultura de altos insumos con orientación
hacia la maximización de la producción como principal objetivo.
En esa misma década, los insumos agrícolas comienzan a escasear, producto de la
reducción del mercado con el ex campo socialista. Entonces, la tendencia hacia una
producción con objetivos más diversos, que tomara en cuenta, además de los
incrementos productivos, la manera y los medios para lograrla es dinamizada por la
necesidad de buscar alternativas viables para las condiciones socio-económicas
impuestas. Esta situación estuvo siempre institucionalizada, a través de normativas y
decretos. Entre ello, la conciencia ambientalista, también fue institucionalizada a través de
decretos y normas.
Sin embargo, la generación y transferencia de conocimientos y tecnologías continuó
marcada por un enfoque en que el protagonismo y reconocimiento, en la búsqueda de
soluciones a los problemas de la producción agropecuaria continuó siendo una
exclusividad de los centros de investigación y las universidades agrícolas, aunque con
tendencias iniciales a la inclusión de otras fuentes generadoras de conocimiento. En esas
fechas también surgen movimientos populares innovativos (i.e. Forum de Ciencia y
Sección I. El pensamiento que sustenta la acción 20
Técnica) que se unieron a movimientos ya existentes de innovación en el sector
productivo, fundamentalmente industrial (como el caso de la Asociación Nacional de
Innovadores y Racionalizadores, ANIR) que luego fortalecieron a todos los sectores.
Sin duda que la situación decadente del mercado de insumos agrícolas aceleró la
generación de nuevos conocimientos, productos, servicios y tecnologías desde lo nacional
y en sectores claves de la economía, es decir, la actividad innovativa, necesariamente
dirigió una mirada más profunda hacia las opciones internas y locales. Inicialmente esto
fue para la búsqueda de alternativas agro-ecológicas, particularmente para la fertilización
y el manejo fitosanitario de las producciones agrícolas. El Frente Biológico, del año 1992
es un ejemplo que ilustra con claridad esta situación.
A pesar de las limitaciones de infraestructura para la investigación, se incrementó desde
diferentes fuentes (centros de investigación, sector empresarial y de servicios, Forum de
Ciencia y Técnica, etc.) la generación de alternativas acordes con el nuevo entorno
económico que enfrentaba el país. En este período se desarrollaron acciones que
contribuyeron a fortalecer las actividades de investigación orientada a la innovación en el
país, como fue la creación del Ministerio de Ciencia, Tecnología y Medio Ambiente
(CITMA), con la consecuente implementación del Sistema de Ciencia e Innovación
Tecnológica en 1994. En esta etapa se identificaron grandes potencialidades de
investigación científica y resultados relevantes, pero se identificó tardíamente una
capacidad insuficiente de negociación directa del denominado sector científico con el
sector de producción de bienes y servicios (CITMA, 2003).
Un imperativo para la búsqueda de enfoques alternativos Varios factores contribuyeron a impulsar la actividad innovativa, sin embargo no se
alcanzó el grado de eficiencia e impacto en el desarrollo empresarial y local en
correspondencia con las demandas sociales. Entonces, partiendo de los logros
alcanzados se reconoció la necesidad de buscar métodos, enfoques o vías que
permitieran potenciar más el papel de la innovación para el desarrollo social.
En el sector agropecuario los escenarios de investigación agrícola comenzaron a
moverse, desde los laboratorios y estaciones experimentales, hacia las unidades
productivas estatales y cooperativas. Sin embargo, la investigación generada desde los
centros de investigación en las unidades productivas, continuó siendo vertical y poco
Sección I. El pensamiento que sustenta la acción 21
inclusiva de los productores/as y otros actores, con características propias del llamado
Modelo de Transferencia de Tecnología (Figura 1.4).
Figura 1.4 EL Modelo Lineal de Transferencia de Tecnología (TdT).
Este modelo está impulsado por la tecnología e incluye principalmente a tres actores:
investigadores (quienes desarrollan tecnologías e innovaciones), a los extensionistas
(quienes “transfieren al tercer actor el “mensaje” estandarizado desarrollado por los
investigadores) y a los agricultores, quienes simplemente juegan el papel de los que
adoptan o rechazan las tecnologías desarrolladas por otros (Haverkort, 1991). Tiene
también como premisa la percepción de que todos los agricultores de cierta área tienen el
mismo tipo de problema y comparten las mismas condiciones (Cousins 1993). La
tecnología se ve como un objeto o intervención técnica en el mundo biofísico donde las
ciencias sociales no tienen contribuciones concretas dentro de esta perspectiva (Röling,
1996).
Las limitaciones de este modelo se hicieron más evidentes en los años setenta. Como
respuesta a las insuficiencias del modelo convencional y lineal de generación y
transferencia de tecnologías se plantearon modos de intervención tecnológica más
integradores, con enfoques de Sistemas Agrícolas, Investigación en Fincas, con
elementos de participación (Investigación Agrícola Participativa) pero básicamente de
productores/as. Parecía más bien como etiquetar vino añejo en botellas nuevas, el
modelo científico subyacente y el modelo de transferencia de tecnología continuaron
siendo los mismos.
En el sentido de la inclusión de los productores/as y su participación en los procesos de
innovación, Geilfus (1997), señala que se han utilizado diferentes definiciones de
participación. Unos llaman participación, a lo que otros manipulación o pasividad de la
gente. Considera además que la participación no es un estado fijo, sino es un proceso
Sección I. El pensamiento que sustenta la acción 22
mediante el cual la gente puede ganar más o menos grado de involucramiento en el
proceso de innovación y/o desarrollo. Ilustra la llamada “escalera de la participación”, que
va desde una pasividad casi completa (ser beneficiario) al control de su propio proceso
(ser actor del auto-desarrollo).
En este sentido, el modelo actual cubano de generar conocimientos, tecnologías,
productos y servicios muestra, en diferentes contextos, rasgos presentes en los diferentes
niveles de la llamada “escalera de la participación”, con predominio de los escalones
inferiores. Muchos de sus resultados se han validado e instrumentado a través de
Paquetes Tecnológicos y Normativas Técnicas que se aplican de manera generalizada en
contextos diferentes del territorio nacional. Sin embargo la correspondencia entre lo
generado y aplicable no corresponde aún en su totalidad con la demanda del entorno.
La necesidad de un nuevo enfoque y sobre todo una conceptualización para la
investigación agrícola y la extensión, a partir de la insuficiencia del modelo convencional
ha sido planteada por varios autores. Entre ellos, Hagmann y Guevara (2004) y Guevara-
Hernández (2007) quienes documentan ampliamente esta necesidad, y mencionan que
con las propuestas nuevas, existe una evolución de una ciencia positivista hacia una más
constructivista. En ese sentido, se considera a la innovación como el resultado de la
interacción entre diferentes actores -quienes son independientes y sin embargo actúan
según sus propios objetivos estratégicos- que realizan contribuciones complementarias y
enmarcadas en un proceso de mediano o largo plazo. El conocimiento es entonces, una
construcción social, resultado a la vez de un aprendizaje colectivo. Así entonces, las
tecnologías son por lo tanto una construcción social, no culturalmente neutras,
homogéneas o “transportables”.
Salomón y Engel (1999) consideran a la innovación social en el sector agrícola como una
búsqueda activa de los agricultores y otros actores, de relaciones que les permitan
aprender y realizar cambios en sus prácticas. Es decir, un enlazamiento de actores y
esfuerzos para la innovación rural (Figura 1.5).
Sección I. El pensamiento que sustenta la acción 23
Figura 1.5. Organización social de la innovación. La innovación social desde el desarrollo local Una visión de la innovación social desde el desarrollo local en Cuba lo ofrece Limias
(2004). En sus reflexiones identifica la necesidad de que la promoción del desarrollo local
tenga un alto contenido capacitador de los actores sociales. Esto es, teniendo en cuenta
la enorme diversidad de agentes del desarrollo y la decodificación de la vida cotidiana.
Con el objetivo de descubrir las contradicciones del desarrollo y develar las diferentes
fuentes de poder a partir de las desigualdades, realmente existentes en las comunidades.
Lo que permitirá el fortalecimiento de los valores políticos y morales como premisa
fundamental para construir el poder desde abajo, la superación de los impedimentos a
nivel de la estructura de la personalidad, el cambio radical en la relación entre las
comunidades y los centros de investigación y de información científica y tecnológica en
general. Esto mismo lo plantea Guevara-Hernández (2007) en el contexto socio-político
de comunidades indígenas y marginadas del sur de México.
Estos autores refuerzan en sus reflexiones, una visión de construcción del poder desde
abajo, es decir, un clima de innovación social donde se potencien las capacidades de los
actores locales. Donde simultáneamente se potencien sus habilidades para identificar
otros actores relevantes y gestionar los elementos necesarios del desarrollo en un
territorio en específico. Un desarrollo que no solo conduce a aumentar los niveles de
sustentabilidad y colectividad, sino también a un enriquecimiento de la madurez
individual. Un desarrollo que se implemente autónomamente en el marco de una
estrategia nacional y se construya no solo en torno a la búsqueda de financiamiento y
Sección I. El pensamiento que sustenta la acción 24
asistencialismo para atender los problemas posibles a diagnosticar. Es importante partir
de la noción de proyecto, de ideas concretas sobre acciones de desarrollo a emprender.
La innovación social, en cualquier nivel de búsqueda de soluciones y toma de decisiones,
no se da espontáneamente. En este sentido las Ciencias Sociales y humanísticas son
susceptibles de servir de unidad de interface entre las especialidades científicas con las
necesidades de la práctica social. En esto es clave la capacitación de los actores locales
por parte de los científicos del saber social y humanístico, que les permita conducir de
forma articulada los procesos y las redes de comunicación oportunas.
De este modo la aplicación de las Ciencias Sociales y Humanísticas al desarrollo local
debe estar encaminada en su quehacer, no al asistencialismo ni a la intervención
episódica, sino a movilizar a los actores sociales locales a elaborar diagnósticos,
estrategias y proyectos, promover la capacidad innovadora, valorizar los recursos propios
y potenciales del territorio, potenciar el concierto y enlaces mutuos entre los distintos
actores, la participación ciudadana y un clima de innovación social eficiente (Limias,
2004).
El marco legal para la innovación social En Cuba está “institucionalizada” la política para una innovación social y en este sentido el
Ministerio de Ciencia Tecnología y Medio Ambiente, en el documento “Bases para el
fortalecimiento y desarrollo de la innovación” (CITMA, 2003), señala que es incuestionable
la necesidad de producir transformaciones que potencien y dinamicen el papel de la
innovación como herramienta para el desarrollo estratégico de la empresa, la economía y
la sociedad en su conjunto. Sobre bases estratégicas que reconozcan los factores que la
favorecen y la limitan. Entre las limitaciones, se enfatiza en la insuficiente organización y
gestión de las estructuras de interface. Considerada esta, como una estructura
organizativa que debe favorecer y viabilizar el contacto y la interacción entre los centros
de investigación, el sector productivo, las universidades, las entidades financieras, los
clientes, los proveedores, los distribuidores y otros agentes de la innovación.
Alrededor de esta misma línea de acción, desde 1993 surgió una estructura organizativa
dirigida a fortalecer las alianzas enfocadas a problemas estratégicos del país como son
los llamados “Polos Científicos” que desde su creación han constituido un instrumento de
Sección I. El pensamiento que sustenta la acción 25
integración aplicado en la ciencia y la innovación tecnológica, cuya misión es garantizar la
vinculación entre sí de todos los actores requeridos para la generación y difusión,
comercial o con fines sociales, de resultados de la Investigación-Desarrollo y de otras
actividades tecnológicas competitivas y/o social y políticamente necesarios para la
solución de problemas complejos del país.
Sin embargo, este marco legal acompañante de la innovación social y las estructuras
organizativas que se derivan no han sido suficientes para concretar verdaderas y
efectivas alianzas para la implementación de estrategias particulares de innovación, y es
que la comprensión de la innovación social, debe partir de la sensibilidad y el compromiso
institucional, que pasa necesariamente por el compromiso individual con el desarrollo
social, del reconocimiento de la complejidad de los problemas que se enfrentan para
lograr el desarrollo deseado, y la necesidad de complementar las acciones con la
contribución de diversos actores claves para la situación en cuestión.
Entonces la innovación social enfrenta el reto de establecer alianzas efectivas para la
innovación local, las cuales habitualmente deberán darse entre actores con diferentes
orientaciones, intereses y objetivos sociales y al mismo tiempo, lograr la apropiación del
entendimiento de un paradigma de desarrollo considerado como un proceso autóctono,
para que la “gente local” se comprometa y pueda tomar responsabilidades en el
establecimiento por ella misma, de metas de desarrollo. Un desarrollo que no es un
avance en una sola dirección y con una sola meta, sino un proceso continuo de
adaptación, resolución de problemas y oportunidades. Es un proceso de aprendizaje
social centrado en la gente, cuyo resultado es una creciente capacidad para la resolución
de problemas y el auto gobierno más que un crecimiento económico directo (Hagmann y
Guevara 2004). Sin embargo, los marcos legales y estructuras facilitadoras de la
innovación social por si solas no garantizan el éxito de las alianzas para la innovación
social. Es necesario añadir actitudes y valores colectivos, relacionados tanto con
factores profesionales y humanos.
La innovación como proceso social en el contexto de Granma Los cambios en el nivel de la colectividad, como hemos dicho, se dan a través de lo
individual. Los profesionales e instituciones de investigación y desarrollo cada vez tienen
demandas extras y más complejas que imponen tanto la globalización, la revolución de
Sección I. El pensamiento que sustenta la acción 26
las comunicaciones y de la información y otros cambios que configuran la época y el
contexto de acción de estos actores. Quienes están, por tanto, llamados a manejar y/o
resolver problemas que van más allá de un simple cultivo o recurso natural a aquellos
más integrales como la seguridad y soberanía alimentaria y los sistemas de vida. Por
tanto, para responder a estos cambios las instituciones y profesionales del desarrollo
deberán ser más efectivos y relevantes en la aplicación del conocimiento a la solución de
los problemas complejos (ICRA, 2002).
En el contexto de Granma se ha iniciado un proceso de sensibilización hacia la innovación
social. Dicho proceso está siendo regido por la inquietud de individuos vinculados a la
investigación y la docencia en la rama agropecuaria, así como por un grupo de actores
que desde otros tipos de instituciones y organizaciones gubernamentales y no
gubernamentales, con los conocimientos y tecnologías agrícolas generadas para el
desarrollo agropecuario sostenible de la región. El Proyecto de “Fitomejoramiento
Participativo” desarrollado en Cuba por el INCA con la participación de instituciones de la
provincia y las experiencias adquiridas en interacciones con centros de investigación
internacionales y regionales, que promueven enfoques alternativos para la innovación,
propiciaron, en una primera etapa, evidencias de su efectividad en el manejo y la
promoción del acceso a la diversidad de cultivos a nivel local.
La participación de investigadores y profesores del Instituto de Investigaciones
Agropecuarias “Jorge Dimitrov” y la Universidad de Granma en el Programa de
“Formación de Capacidades”, auspiciado por el ICRA, en el curso de “Manejo sostenible
de árboles y bosques para un uso sostenible de la tierra” y el de “Manejo Integrado de
Plagas” en el Centro Internacional de Agricultura (IAC) de Holanda, los intercambios con
la Red de Estudios para el Desarrollo Rural A.C. (México), han facilitado los enfoques
metodológicos para viabilizar las motivaciones e inquietudes planteadas. Al mismo tiempo
la evolución del modelo de innovación convencional ha estado estimulada por agencias
de cooperación que actúan en la región como ACSUR LAS SEGOVIAS y Ayuda Popular
Noruega (APN), las cuales acompañan el proceso y buscan reforzar el apoyo para el
desarrollo en la región.
En este contexto, los cambios hacia la innovación social, han ocurrido con frecuencia en
algunos científicos, al decir de Ríos, en los que se encuentra la mayor resistencia hacia
Sección I. El pensamiento que sustenta la acción 27
procesos colectivos de innovación, “porque sencillamente tienen que compartir el
liderazgo….” (Romero, 2007), compartir resultados, valorar todo conocimiento,
contextualizar disciplinas, desarrollar comunicación más horizontal, negociar objetivos y
acciones colectivas, identificar actores claves, realizar análisis de actores, etc. Sin
embargo, estos cambios han estado promovidos por la adquisición de conocimientos y
herramientas que han facilitado la formulación y concertación de proyectos con enfoques
interinstitucionales, multidisciplinarios, multiactores.
El Programa de Innovación Agropecuario Local, los Proyectos: “Fortalecimiento de
capacidades para el desarrollo de Procesos de Innovación Rural, a través de la
Investigación Acción Participativa, en Granma y Camagüey”, “Innovación rural enfocada al
desarrollo agropecuario en la provincia Granma”, “Desarrollo Participativo Sostenible de
Pequeños Productores/as en la Provincia Granma”, “Rescate y Conservación de la Cabra
Criolla Cubana”, “Apoyo al Desarrollo Comunitario Integral de tres comunidades rurales de
la provincia de Granma” entre otros, ilustran desde sus evidencias un enfoque conceptual
y metodológico que apunta hacia procesos de aprendizaje colectivo para la innovación
social.
Es precisamente desde lo local, en Granma, donde la comprensión de la innovación social
se muestra con rasgos más genuinos y de un arraigo más probable. Históricamente, los
protagonistas naturales del desarrollo rural, los productores y productoras, han mostrado
apertura y necesidad de compartir con otros actores, la búsqueda de soluciones a los
problemas del “campo”. Sin embargo han encontrado dificultades para atraer de una
manera comprometida la participación de determinados actores claves a sus espacios
locales de interacción. Estos espacios locales son también los espacios naturales para los
procesos de innovación social, donde se dan de manera espontánea interacciones entre
actores locales y algunos externos orientadas a la solución de un problema de desarrollo
en particular. El contexto local de Granma, es espontáneamente innovativo. Las diferentes
estructuras organizativas para la producción agrícola y las condiciones socio-económicas
locales, marcadas también por las dificultades macro económicas, han propiciado un
ambiente innovativo local. Sin embargo la perspectiva no ha ido mucho más allá de
innovaciones centradas en los cambios tecnológicos y tangibles.
Sección I. El pensamiento que sustenta la acción 28
El logro de procesos locales de interacción, más orientados al desarrollo y más colectivos,
dependerá de una facilitación más eficiente de estos procesos. Las experiencias que
ilustran la evolución de la innovación social, desde lo local, y con una intervención
facilitante, se muestran en la sección III. En este se reflejan experiencias locales
enfocadas hacia la innovación social, donde sobresalen el rol facilitador de investigadores
y profesores (de diferentes disciplinas) y la inclusión de otros actores, que le confieren un
enfoque multiactores a las acciones. Se evidencia además una búsqueda de cambios en
el comportamiento y las actitudes como base fundamental para la sostenibilidad de los
procesos iniciados en varias comunidades de la provincia de Granma.
Consideraciones finales La evolución hacia la comprensión de la innovación como un proceso social en Cuba, en
los diferentes niveles, está influenciada y condicionada por diversos factores que han
marcado diferentes etapas. Caracterizadas, hasta la actualidad, por el predominio del
modelo convencional de innovación, el cual también en Cuba ha dado muestras de
ineficiencia para enfrentar los desafíos cada vez más complejos, que demandan un
desarrollo local sostenible. Un desarrollo basado en el acuerdo, la discusión y el
compromiso de los actores sociales por medio de sus organizaciones, políticas y de
masas, para una actividad transformadora.
La comprensión de la innovación como proceso social en Granma, es un proceso que se
da motivado por los fallidos resultados de la investigación para el desarrollo agrícola. Esta
a su vez se convierte en una inquietud en los actores comprometidos con el desarrollo
social de su país y de su región. Generando “puntos blandos” que irradian y contribuyen a
cambiar hacia maneras de actuar y pensar, y formas más incluyentes para la innovación,
dentro de las instituciones. Por tanto consideramos que el gran reto para el cambio de
paradigma es el cambio de actitud de los actores individuales. Sin embargo, el proceso
que se da en Granma, con acciones concretas a través de proyectos para la innovación
social, debe conducir finalmente a la apropiación por parte de los actores involucrados, de
una manera de pensar y actuar acorde con la innovación social. Las alianzas se han
iniciado a través de relaciones entre individuos, con sentido de pertenencia hacia sus
instituciones y hacia el desarrollo. Además con valores similares y compatibles con los
procesos de interacción. Sin embargo, vale la pena preguntarnos: ¿continuarán estas
alianzas, una vez institucionalizadas, siendo propicias para la innovación social?
Sección I. El pensamiento que sustenta la acción 29
1.4 Los Procesos de Innovación Rural3 y su relevancia en el contexto actual
Luis Rodríguez Larramendi Director de Investigaciones Agrícolas
Instituto de Investigaciones Agropecuarias “Jorge Dimitrov” Contacto: lrlarra@dimitrov.cu
María de los Ángeles Fonseca Flores
Directora de la Unidad de Ciencia y Técnica Delegación Territorial GRANMA
Ministerio de Ciencia, Tecnología y Medio Ambiente Email: mfonseca@citma.granma.inf.cu
El enfoque de PIR El enfoque PIR, es una actitud orientada al desarrollo, que permite reconocer que las
instituciones, organizaciones e individuos (actores) involucrados en el desarrollo, tienen
un rol necesario, implícito y peculiar que varía con cada situación contextualizada y que
se complementa a partir de las diferentes experiencias, responsabilidades y desempeños
de los actores involucrados.
Es también una premisa del enfoque PIR, para lograr una apropiación adecuada de su
esencia, la facilitación de una interacción efectiva y el manejo adecuado de las
potencialidades de los actores, para propiciar un pensamiento y una acción colectiva
orientados a una prioridad determinada.
Este enfoque facilita ubicar la situación priorizada en un contexto amplio, desde el punto
de vista de los diferentes actores, además de identificar su posición e interacción con los
diferentes elementos del contexto, las fuerzas y factores que lo dinamizan. De este modo
se identifica el área de análisis más factible para lograr cambios deseados. Es ahí, en esa
área donde se identifican colectivamente soluciones potenciales, las cuales se evalúan
tomando en cuenta los diferentes factores de sostenibilidad y compatibilidad con las
perspectivas y estrategias de los actores involucrados, así como su factibilidad frente las
fuerzas externas.
Este enfoque además considera las opciones potenciales de investigación y de servicios y
para definir ideas, propósitos, estrategias y acciones colectivas expresadas de manera 3 Este epígrafe se ha escrito tomando como base los recursos de aprendizaje preparado por Richard Hawkins, usando materiales preparados por los profesionales asociados y consultores del ICRA. El mismo forma parte de los recursos de aprendizaje del ICRA (ICRA learning resources).
Sección I. El pensamiento que sustenta la acción 30
coherente y lógica, teniendo en cuenta las contribuciones y compromisos de los actores
involucrados.
La forma de actuar que promueve el enfoque PIR para la solución de problemas
comunes, crea las bases y al mismo tiempo se fundamenta en colectivos de actores que
evolucionan a través de fases diversas de compromiso. Se facilita el intercambio de
conocimientos y la toma de decisiones, basados en la complementariedad, cooperación y
otros factores subjetivos, que tienen mayor influencia para los cambios institucionales.
Reconocer que el enfoque PIR es útil para resolver juntos prioridades comunes, es una
disposición mental para entender mejor lo que significa e implica la relevancia de los
actores del desarrollo rural. Sin embargo, dicha relevancia no está implícita, sino que se
da a través de un entendimiento y uso contextualizado por parte dichos actores. Esto es,
como enfoque incluyente que propicia la solución de problemas complejos sobre la base
de un compromiso colectivo de actores que analizan contextos amplios y dinámicos. Por
lo tanto, se deben definir áreas con más potencialidad para el cambio y establecer
acciones colectivas, teniendo en cuenta la dinámica de los contextos y las perspectivas
diversas.
En ese sentido, son varios los requisitos para que el enfoque PIR sea útil en la solución
de problemas complejos. Dicha utilidad depende de la capacidad de innovación de los
actores involucrados pero también de su forma de pensar y actuar como detonantes del
desarrollo (individuos, instituciones, organizaciones), más que en los procesos y métodos.
Si se entiende además que PIR es flexible y basado en la negociación y facilitación de las
diferentes perspectivas como una forma de construir acciones colectivas comprometidas.
A través del enfoque PIR, se puede reconocer la necesidad del cambio, se estimulan las
necesidades identificadas de dichos cambios y se facilita el entendimiento y la inclusión
de enfoques alternativos para el desarrollo rural.
La utilidad del enfoque PIR no está por tanto implícito en su conceptualización, es relativa
a las situaciones de entrada y por tanto su justo entendimiento por los actores. Se
construye a partir de sus experiencias y su aplicación en contextos específicos para
resolver problemas complejos del desarrollo, a través de un mejoramiento e innovación
Sección I. El pensamiento que sustenta la acción 31
en la forma de actuar, basados en la reflexión y re-planeación constante para la acción
colectiva orientada al cambio.
Algunos conceptos relacionados El término Procesos de Innovación Rural (PIR) se fundamenta en la base metodológica de
la Investigación Agrícola para el Desarrollo (IAD), el cual se ha desarrollado por el
International Centre for Research oriented in Agriculture (ICRA). Este concepto ha
evolucionado en la medida que se han desarrollado iniciativas nacionales para la
búsqueda de soluciones a problemas o desafíos del desarrollo rural pero que comparten
objetivos similares.
Desde el 2005, en América Latina, grupos asociados al Centro Internacional de
Investigación Agrícola Orientada al Desarrollo (ICRA por sus siglas en inglés), para
denotar la complejidad implicada en estos procesos, acordaron acuñar el término de
Procesos de Innovación Rural equivalente al usado por ICRA para identificar una serie de
conceptos y teorías que llevadas a la práctica propiciaran un desarrollo sostenible.
Es importante indicar que lejos de establecer normas para esquematizar dicho concepto,
lo importante es el enriquecimiento que hacia él mismo se haga de acuerdo con las
características del contexto agrario y socioeconómico en que se utilice. Es por esto que lo
esencial de la aplicación de este concepto, tal y como se describe en varios capítulos de
este libro, radica en estar conscientes de que los desafíos y problemas que se enfrentan
en la actualidad, son muy difíciles de afrontar y como consecuencia de resolverlos sin
establecer mecanismos de alianzas efectivas que permitan compartir las diferentes
visiones de cada actor del desarrollo involucrado.
Las estadísticas indican que en el mundo globalizado que nos ha tocado vivir, donde
alrededor de 2.200 millones de personas viven con menos de dos dólares por día, de
ellos, 1.000 millones subsisten con menos un dólar, se hace imprescindible un modelo de
desarrollo que encuentre alternativas para promover un progreso rural más sostenible.
Máxime si se tiene en cuenta que más del 60% de la población mundial reside en zonas
rurales y la mayor parte de ellos trabajan y dependen de las actividades productivas
relacionadas con la agricultura (Fernández, 2006).
Sección I. El pensamiento que sustenta la acción 32
Partiendo de esta reflexión y sin la intención de convertir las bases metodológicas de PIR,
en la panacea del desarrollo rural sostenible, queda claro que lo que se haga debe ir
encaminado a un proceso participativo a través de una visión compartida y a la vez
orientado hacia acciones colectivas que pongan énfasis en aprovechar las oportunidades
que nos brinda el entorno, resolver problemas complejos del desarrollo pero desde una
visión multiactores y transdisciplinaria.
Las características de los PIR En la medida que el concepto de PIR continúa su evolución y en que se aplican, modifican
o adecuan y sistematizan las experiencias, en el proceso de planificación – acción –
reflexión se han identificado un número de elementos que lo caracterizan, entre los cuales
tenemos los siguientes:
La complejidad inherente a los problemas o desafíos del desarrollo a los cuales nos
enfrentamos: Estos problemas o desafíos pasan a través de diferentes sectores en la
medida que los asuntos, la forma en que se manejan y las soluciones propuestas están
interrelacionadas con muchos factores fuera del campo tradicional de la investigación
agrícola per se. Frecuentemente, la propia naturaleza del problema u oportunidad (“reto o
desafío del desarrollo”) inicialmente no se percibe de forma clara o depende de los
actores involucrados en su interpretación.
El compromiso activo de un amplio espectro de actores interesados en sistemas de
innovación colectivos: Se requiere aprender de manera colectiva, definir necesidades y
oportunidades así como generar conocimientos a partir de la investigación o de las
propias experiencias locales para poder aprovechar tales oportunidades o enfrentar los
retos del desarrollo. Tal compromiso requiere el establecimiento de alianzas funcionales y
trabajo de equipo.
También puede que en muchos casos se requieran ajustar medidas para facilitar la
apropiación de poder a nivel local en donde por lo general existen los eslabones más
débiles en torno al acceso a recursos, toma de decisiones, etc.
La integración de perspectivas disciplinarias y análisis/acción a diferentes niveles
organizacionales (empresas, centros de investigación, universidades, finca, comunidad,
municipio, estado, nación, etc.). Tal integración comúnmente abarca el uso de conceptos
relacionados con el enfoque sistémico para explorar interrelaciones e interacciones entre
diferentes componentes y actores del sistema estudiado, entre los diferentes niveles,
entre esos sistemas y su contexto cambiante. Esta integración realizada correctamente
Sección I. El pensamiento que sustenta la acción 33
puede llevar a cambios sustanciales ya sea a nivel de políticas agrícolas, sistemas de
ciencia, innovación y cambios institucionales.
La integración de opciones tecnológicas, institucionales y políticas para apoyar
estrategias amplias de desarrollo: Dada la constancia del cambio, esas estrategias de
desarrollo necesitan ser suficientemente fuertes y flexibles para dar buenos resultados en
diferentes escenarios relacionados con las condiciones futuras ambientales, sociales,
institucionales, políticas y comerciales. Esto requiere sobre todo aprendizaje colectivo y
cambio en las instituciones.
La evaluación de resultados basados en un amplio espectro de criterios que van más
allá de simples incrementos en la productividad. Dichos criterios pueden incluir los efectos
sobre la magnitud, estabilidad, y sustentabilidad del talento humano, de los recursos
naturales, y del capital financiero y estructural.
La aplicación correcta del enfoque metodológico PIR implica una serie de cambios que
aunque no siempre se dan fácilmente, en la práctica constituyen un termómetro de la
evolución del proceso de desarrollo que se persigue. Un resumen de algunos de estos
cambios se muestra a continuación:
Un cambio en la generación de conocimiento visto desde una finalidad en sí misma hacia
un medio para construir o lograr un fin. De “investigación” a “investigación - acción”, de
enfocarse en la tecnología a enfocarse en la gente.
Principalmente, un cambio en el tipo de análisis. Pasar de enfoques reduccionistas
(entendiendo las partes) a un análisis sistémico e integral (entendiendo las relaciones e
interacciones entre partes y sus productos).
Un cambio que no sólo conlleve a interpretar o analizar sistemas duros (mejorando la
eficiencia del sistema) y que permita realizar “análisis de sistemas blandos” (determinando
la naturaleza del sistema y los resultados deseables).
Es preciso reformular el concepto de participación. Se debe pasar del tipo de participación
pasiva consultando a los beneficiarios a facilitarle el proceso a los protagonistas del
desarrollo en cualquiera de los niveles en que nos encontremos, ya sea desde lo local
hasta lo institucional. Este tipo de enfoque propicia una mejor interacción en el proceso de
análisis, planificación y ejecución conjunta, es decir un verdadero proceso de aprendizaje
social y colectivo.
Por otra parte se necesita un cambio de enseñar a aprender. De ser enseñado a aprender
cómo aprender. De aprendizaje individual a aprendizaje social y colectivo.
Sección I. El pensamiento que sustenta la acción 34
Sin embargo, cambiar actitudes y maneras de pensar no siempre resulta fácil. Se requiere
un cambio de mentalidad y esto, desde luego, requiere de un cambio del trabajo individual
a trabajar con otros, en equipos siempre cambiantes.
La práctica ha demostrado, y ha sido una lección aprendida en estos primeros años del
trabajo en Cuba, que el principal reto o desafío que se nos presenta en términos de
cambios de comportamiento hacia un esquema horizontal de obtención y transferencia de
nuevos conocimientos, ha estado paradójicamente en los investigadores. Y esto se debe
en parte a que en la mayoría de las veces los profesionales vinculados al desarrollo
agropecuario no salimos con una formación profesional que nos permita trabajar en
equipos ni con habilidades para el establecimiento y desarrollo de alianzas. Compartir el
liderazgo y el conocimiento es por tanto un reto para los que de alguna manera estamos
comprometidos con el desarrollo rural sostenible.
Los elementos de PIR PIR representa una síntesis continua construida sobre la base de un entendimiento
creciente de la complejidad de la innovación rural, las prácticas de la producción y del
desarrollo rural. Los enfoques de PIR han devenido y se han nutrido de una corriente de
fuentes metodológicas que han propiciado un enriquecimiento continuo. Entre estas
corrientes tenemos las siguientes.
• Investigación en Sistemas de Producción (ISP) Esta se desarrolló por la fallida adopción -por parte de productores/as pobres- de
tecnologías de cultivos y de producción animal generadas en estaciones experimentales.
Esto llevó a la concientización sobre la naturaleza interrelacionada de las actividades de
la finca y a la necesidad de una visión más holística, integrada y sistémica de la finca y de
los productos de la finca. La ISP consecuentemente enfatiza en la realización de análisis
interdisciplinarios, y la integración de aspectos técnicos, económicos y sociales. También
localiza el trabajo de la investigación en los campos de los productores y productoras, en
oposición a la investigación hecha solamente en las estaciones experimentales en las que
tanto los parámetros físicos como económicos son frecuentemente bastante diferentes.
• Investigación Participativa con Productores (IPP) La IPP profundiza sobre la necesidad de que los investigadores, investigadoras,
productores y productoras trabajen en una alianza más igualitaria, reconociendo que esto
no puede suceder sin una “apropiación de poder” por parte de los productores y
Sección I. El pensamiento que sustenta la acción 35
productoras. Aquí el énfasis está en facilitar procesos para que los productores y
productoras puedan hacer sus propios análisis y tomen decisiones, basadas en sus
propias percepciones y criterios. Esto, a su vez, lleva a una percepción de que los
profesionales de áreas rurales (investigadores, investigadoras y proveedores de servicios)
necesitan adoptar/desarrollar un papel más de “facilitador” que uno puramente técnico. La
Investigación Participativa con Productores/as también reconoce la necesidad de trabajar
con grupos de productores/as, tomando en cuenta que muchas decisiones son tomadas al
nivel de la comunidad o de grupo.
• Evaluación Rápida de Sistemas de Conocimiento Agrícola (ERSICA) Al aplicar esta metodología se reconoce que los sistemas de innovación rural son más
complejos que el modelo simple y lineal de “investigación-extensión-finca” el cual es
asumido implícitamente por muchas universidades, centros de investigación y
profesionales. El método ERSICA le da mucha importancia al análisis de los “sistemas
blandos” analizando las diferentes percepciones de los diferentes actores de un problema
complejo para definirlo mejor y formulando un objetivo común sobre el cual todos los
actores interesados puedan llegar a acuerdos negociados para trabajar colectivamente
hacia su logro. También enfatiza el análisis de las interrelaciones entre los actores en el
“sistema de conocimiento e información”.
• El Enfoque de Modos de Vida Sustentable El Enfoque de Modos de Vida Sustentable ha sido apoyado por el Departamento de
Desarrollo Internacional de Inglaterra (DDII), el Programa de Desarrollo de las Naciones
Unidas (PDNU) y algunas organizaciones no gubernamentales (ONGs). Este enfoque se
focaliza sobre el concepto de “modos de vida”, como las capacidades, capital disponible y
actividades requeridas para construir un medio de vida. Un modo de vida se considera
sustentable cuando puede enfrentar y recuperarse de presiones y choques, manteniendo
o aumentando sus capacidades y capital tanto ahora como en el futuro, mientras que no
disminuya su base de recursos naturales. El modo de vida enfatiza su atención en el
espectro de capital disponible (humano, social, infraestructura así como también
financiero y físico tal como la tierra), los riesgos y vulnerabilidades a los cuales la gente
pobre es más susceptible, así como también se centra en construir políticas y ambientes
institucionales que apoyen los modos de vida de los pobres
Sección I. El pensamiento que sustenta la acción 36
El paraguas de los PIR El enfoque PIR descrito aquí no es un enfoque único, tampoco es la “propiedad
intelectual” de ninguna institución. Tal y como refieren Salazar et al. (2006) el arsenal
metodológico que alimenta PIR no constituye un patrimonio único ni inmutable; por el
contrario reconoce que se nutre de los más variados métodos y técnicas y que estos
están en constantes y proactivo análisis crítico para ser enriquecidos, perfeccionados o
modificados según el contexto, los propósitos y objetivos de la acción innovadora en
cuestión. Más bien se considera como el resultado de la interacción de varias corrientes,
bajo las cuales se encuentran un número de enfoques con las características descritas
arriba. Entre ellas están:
• Manejo Integrado de Recursos Naturales (MIRN) Desarrollado por los Centros Internacionales del CGIAR, en la medida que se hizo
evidente que resolver los problemas complejos de las comunidades agrícolas requería de
estrategias que aumenten y protejan los recursos naturales y sociales. MIRN se ha
definido como “un enfoque que integra la investigación sobre diferentes tipos de recursos
naturales con procesos de manejo adaptativo e innovación guiados por actores
interesados para mejorar modos de vida, resiliencia de los agroecosistemas,
productividad agrícola y servicios ambientales a escala de intervención e impacto en la
comunidad, la eco-región y el mundo.
• Investigación Agrícola Integrada para el Desarrollo (IAID) El Foro para la Investigación Agrícola en África, en el contexto del Programa de Desafío
para el África Sub-Sahariana usa el término “Investigación Agrícola Integrada para el
Desarrollo, o IAID. Con esto ellos identifican: “Un nuevo enfoque integrado... en el cual
investigadores (nacionales, regionales e internacionales) trabajan juntos con pequeños
productores/as, agentes de extensión y la sociedad civil de tal manera que sus productos
puedan ser tanto lanzados al mercado nacional y regional como aumentar la base de
participación hacia comunidades vecinas. Un componente esencial de ese cambio de
paradigma es un proceso de innovación institucional en el cual una investigación más
integradora para el desarrollo pueda ser hecha simultáneamente con la implantación de
métodos participativos orientados a la acción para resolver problemas actuales.”
Sección I. El pensamiento que sustenta la acción 37
• El Enfoque Territorial para el Desarrollo de Agro-Empresas Rurales El Enfoque Territorial para el Desarrollo de Agro-Empresas Rurales ha sido formulado por
el Centro Internacional de Agricultura Tropical (CIAT) “para articular a los pequeños
productores a los mercados en expansión de tal manera que ellos puedan desarrollar
medios de vida sustentables en el sector rural.” Este enfoque pone “un énfasis nuevo en
los asuntos de organización social y las políticas que afectan el acceso a los mercados y
oportunidades de intercambio para los países en desarrollo” a través de identificar
mercados, análisis y mejoramiento de cadenas de mercado, y el fortalecimiento de los
negocios de servicios de apoyo.
• Sistemas Agrícolas y Empresas Competitivas (SAEC) El enfoque SAEC (en inglés CASE), estimula la intensificación agrícola y el desarrollo de
mercados usando un enfoque de cadenas de mercados. El principio central detrás del
enfoque SAEC es que las ventajas competitivas de regiones particulares se pueden
incrementar fuertemente a través de una estrategia de tres vías: (1) enfocándose en
“clusters” de industrias bien escogidos (p.e., grupos de empresas y servicios involucrados
en cadenas de valor particulares – localizadas dentro de la región); (2) Fortaleciendo
capacidades técnicas, de gestión y manejo, y organizacionales de los mayores actores
involucrados en proveer insumos, producción agrícola y ganadera, manejo post-cosecha y
mercadeo, y en el negocio relacionado de servicios para el desarrollo; y (3) facilitando
articulaciones eficientes entre ellos.
Sección I. El pensamiento que sustenta la acción 38
1.5. El Fitomejoramiento participativo en Cuba como antecedente del Programa de Innovación Agrícola Local
Humberto Ríos Labrada. Coordinador del Programa de Innovación Agropecuaria Local.
Instituto Nacional de Ciencias Agrícolas (INCA). San José de Las Lajas. La Habana. Cuba CP 32700.
Contacto: burumbun@yahoo.com Un modelo en crisis
Usualmente, para mejorar una finca (o lo que es lo mismo, producir o introducir nuevas
ideas o tecnologías con mejores resultados) los científicos y científicas cubanas en la
década de los ochenta experimentaban con diversidad de semillas o tecnologías en las
estaciones experimentales. Posteriormente, las mejores variedades de cultivos,
seleccionadas y aprobadas por un grupo de personas expertas nacionales, eran
diseminadas en las empresas de producción para ser cultivadas siguiendo las directivas
centralizadas. Los principales beneficios de este modelo se concentraban en inmensas
unidades de producción, con enormes áreas de monocultivo, con alta mecanización
donde las decisiones eran tomadas por un reducido número de personas.
Este enfoque de innovación y transferencia de tecnologías, que fue ampliamente
diseminado en Cuba asociado con el concepto de ciencia, emerge del modelo de
Revolución Verde. Esta manera de “hacer ciencia” de forma centralizada en la agricultura
presupone que los y las investigadoras profesionales conocen las prioridades de los
agricultores y agricultoras quienes debían adoptar las tecnologías diseñadas en las
instituciones de investigación. La propia división de las disciplinas y la especialización del
conocimiento excluían la posibilidad de que productores y productoras, clientela de la
innovación, pudieran liderar el diseño, la implementación y la diseminación de una nueva
variedad, cultivo o tecnología.
La idea de inventar, transferir y adoptar de forma centralizada las tecnologías
agropecuarias predominó en la mayoría de las instituciones de investigación agropecuaria
en Cuba. Este modelo fue muy exitoso en términos del incremento del rendimiento de los
cultivos. Sin embargo, no se consideró el costo energético de las producciones, ni el
deterioro ambiental que significó el uso indiscriminado de fertilizantes químicos,
pesticidas, piensos industriales para la alimentación animal, entre otras actividades
predominantes en la agricultura cubana de los años ochenta, la cual se desmoronó al
Sección I. El pensamiento que sustenta la acción 39
colapsar el campo socialista, principal proveedor de combustible fósil e insumos para la
producción de alimentos, lo que ocasionó un intenso periodo de crisis.
A raíz de la crisis económica, Cuba pasó, en tres años, de ser una de las regiones de
América Latina de mayor consumo de fertilizantes químicos y presencia de tractores por
hectárea, a una de las experiencias más masivas de agricultura orgánica del mundo.
El propio déficit de insumos para mantener los niveles de producción forzó a que se
produjeran significativos cambios en las maneras de producir alimentos y las formas de
controlar y decidir sobre la producción de los mismos.
Las formas de producción de alimentos y el estatus de vida de los investigadores e
investigadoras vinculados al sector disminuyeron drásticamente. La propia devaluación de
la moneda nacional y la dolarización de la economía del país afianzaron la bancarrota de
la economía familiar de los y las profesionales de la innovación y transferencia
tecnológica, lo que provocó un éxodo significativo de profesionales al extranjero para
emprender una nueva vida, o a las áreas rurales de Cuba para producir alimentos como
forma de subsistencia.
Aún cuando la voluntad política del país era la del incremento de la producción usando
métodos alternativos, la capacidad de establecer un suministro constante de nuevas ideas
en las fincas cubanas se hacía un tanto difícil. El déficit de combustible y la ausencia de
vehículos para trasladar los resultados de la ciencia y la técnica, la carencia de incentivos
económicos de los y las profesionales de la innovación y la propia lógica de que
investigadores e investigadoras profesionales son quienes lograban y difundían los
resultados científicos al campo cubano, comienzan a chocar con la cruda realidad de
carencias materiales que se sufría en la década de los noventa.
Sin lugar a dudas, ante la situación de crisis la ciudadanía cubana comienza a producir
alimentos de las más variadas formas, y esta misma situación facilitó la creación de un
conjunto de redes informales que permitió que de forma gradual cientos de mujeres y
hombres de las más disímiles profesiones se desplazaran al campo a producir alimentos
con el mínimo costo. Este despliegue popular de “inventar” se produjo de forma
inesperada y se generalizó por todo el país. En la práctica, aparece un mosaico de
Sección I. El pensamiento que sustenta la acción 40
nuevas y tradicionales formas de asociar los cultivos, los y las agricultoras comienzan
nuevamente a producir sus semillas, emergen nuevas maneras de mercado.
En este periodo se produce un crecimiento explosivo de organizaciones no
gubernamentales nacionales e internacionales que trabajaban en mitigar los efectos de la
deteriorada agricultura cubana. Y, cómo no, en el mundo de las instituciones de
investigación agropecuaria, una parte de sus profesionales de diferentes ramas de las
ciencias, se dirige a producir alimentos, mientras otra parte considera la alternativa de
involucrarse con los y las agricultoras para, de conjunto, salir adelante.
Se cambió la historia: Empezando al revés Ante el nuevo panorama socioeconómico ocasionado por la crisis de los insumos
químicos y el déficit de combustible fósil, algunas iniciativas, como la del Fitomejoramiento
Participativo, encuentran un espacio. ¿En qué consistió la experiencia?
A finales del siglo XX se colectan semillas de maíz en varias comunidades cubanas que
habían conservado la capacidad de producir sus propias semillas criollas. Estas semillas,
junto con algunas variedades comerciales, fueron sembradas en una de las estaciones
experimentales del Instituto Nacional de Ciencias Agrícolas (INCA) ubicado en el
municipio de San José de Las Lajas, Provincia Habana.
Con el propósito de estudiar la diversidad de semillas colectadas para su posible inclusión
en un programa de mejoramiento genético de la institución, se siembra esta diversidad de
semillas en una de las parcelas experimentales del prestigioso instituto. Debido a las
condiciones de crisis que afrontaba el país, esta colección de variedades criollas y
mejoradas por instituciones cubanas no se pudo ni fertilizar, ni regar artificialmente por la
carencia de fertilizantes, tuberías y combustible para bombear agua, hasta el punto de
que quienes habían promocionado dicha iniciativa ya casi daban por perdido el
experimento. Sin embargo, y para sorpresa de todo el equipo, esta diversidad de semillas
comienza a producir plantas de diferentes alturas y colores; mazorcas de diferentes tipos
que le daban al campo un panorama optimista, esperanzador. De este modo se decide
que un grupo de productores y productoras visiten la institución y seleccionen aquellas
semillas que les interesaban. El equipo de investigación se da cuenta de que los criterios
de selección de semillas son similares a los suyos en algunos casos, pero en otros son
Sección I. El pensamiento que sustenta la acción 41
completamente diferentes. Así que, una vez que campesinos y campesinas seleccionaron
las mejores mazorcas, atendiendo a su propio conocimiento, se les entregaron las
semillas para que las sembraran. A este hecho de sembrar en un campo diversidad de
semillas de un cultivo, invitar a productores y productoras para que seleccionen las
variedades atendiendo a sus prioridades y gustos, y que se lleven las semillas
seleccionadas para ser sembradas en sus fincas, se le denominó feria de diversidad.
Una parte de quienes participaron en la primera feria de diversidad de maíz no pudieron
conservar las semillas. La falta de envases para la conservación y el ataque de plagas,
entre otros factores, influyeron muy negativamente en ello. Se evidenció claramente cómo
en una parte de este grupo de campesinos y campesinas se había erosionado el
conocimiento tradicional de conservar sus semillas. Sin embargo, otra parte del grupo
pudo conservar las semillas que seleccionaron el día de campo del INCA, multiplicarlas y
diseminarlas, lo que les permitió obtener resultados económicos y culturales
impresionantes. De esta forma emergió una diversidad de semillas que combinaban
rasgos de los maíces provenientes de los sistemas formales e informales de innovación lo
que hizo posible recuperar el sabor de los tamales y producir maíz con rendimientos
aceptables sin alto régimen de riego y fertilización química.
Los buenos resultados obtenidos a partir del elemental acto de facilitarles diversidad de
opciones a campesinos y campesinas, estimular la experimentación en finca y la
diseminación de los resultados animaron a que estos principios practicados con el maíz
se aplicaran a otros cultivos. De este modo, y como parte de la estrategia del equipo de
investigación y productores y productoras pioneras de esta iniciativa denominada
Fitomejoramiento Participativo, se promueve que esta práctica de involucrar al
campesinado en la selección de variedades fuera recreada por organizaciones no
gubernamentales, así como otras instituciones gubernamentales de investigación-
desarrollo. Este naciente movimiento que involucra a agricultores y agricultoras en la
conformación de la estrategia de variedades de cultivos de interés económico provocó
una serie de opiniones favorables y, por supuesto, un “racimo” de cuestionamientos que
se centraban en la duda de si la mejora participativa de semillas era ciencia o un
“elemental” acto de difusión tecnológica, extensionismo rural o vulgarización de la ciencia.
Un hecho que sorprendió mucho al equipo pionero del proyecto de Fitomejoramiento
Participativo fue que la importancia de la participación de productores y productoras en la
Sección I. El pensamiento que sustenta la acción 42
innovación tecnológica fue pasando de boca en boca, al tiempo que se incrementaba su
aplicación en los cultivos de hortalizas, de granos, raíces y tubérculos e incluso de
frutales, por parte de diferentes actores. Simultáneamente, la idea de estimular la
participación de los y las agricultoras en la selección de variedades se venía gestando
como método de trabajo, no solo en organizaciones cubanas, sino también en China,
Siria, Honduras, Colombia y México entre otros países. En paralelo, aparecen publicados
algunos artículos en revistas científicas nacionales e internacionales reconocidas, así
como en otras de corte divulgativo. Los logros y limitaciones de la mejora participativa de
semillas y los cambios de actitud de los y las agricultoras, personal científico, políticos,
profesorado, etc. se convirtieron en un tema de debate en el mundo agropecuario
nacional e internacional.
El punto de partida del Fitomejoramiento Participativo en Cuba Uno de los lugares en que se habían colectado semillas para realizar la primera feria de
diversidad de semillas de maíz que se llevo a cabo en el INCA, era el Municipio La Palma,
de la provincia de Pinar del Río en Cuba; y para más precisión, las bolsas de semillas que
fueron sembradas venían etiquetadas con los nombres de las comunidades de origen: El
Tejar y La Jocuma.
El Tejar y La Jocuma se encuentran en el municipio La Palma, al norte de la provincia de
Pinar del Río, insertada en la Cordillera de los Órganos. Este municipio de
aproximadamente 15.000 habitantes cuenta con 3.000 campesinos/as que son
considerados pequeños agricultores/as (20-25 hectáreas per cápita) y siembran frijol,
maíz, malanga, yuca, boniato, tomate, plátano y tabaco, entre otros productos. En sentido
general, sus fincas se caracterizan por tener suelos erosionados por la propia topografía
montañosa del terreno y las limitadas medidas anti erosivas, lo que había provocado el
poco interés de la agricultura convencional de los años 80 en diseminar los paquetes
tecnológicos en esta zona.
A diferencia de comunidades que aplicaban un agricultura de altos insumos, cuando
colapsa el campo socialista y se provoca el subsiguiente paro del suministro de
combustibles y agroquímicos, estas comunidades rurales no se sintieron afectadas, sino
más bien todo lo contrario: el hecho de haber mantenido la capacidad de producir
alimentos con el mínimo de insumos hizo que las y los agricultores alcanzaran cierta
Sección I. El pensamiento que sustenta la acción 43
solvencia económica y reconocimiento social. Lo anterior fue el principal argumento para
que científicos y científicas, que históricamente se habían centrado en el fortalecimiento
de los sistemas industriales de cultivos, le prestaran atención a la manera en que los
habitantes de las comunidades de El Tejar y La Jocuma seguían produciendo alimentos.
Como ya hemos dicho, estas comunidades, por sus propias características topográficas y
la erosión de sus suelos, no fueron un objetivo importante de los modelos de Revolución
Verde diseminados con gran fuerza en Cuba en los años ochenta. Así los agricultores y
agricultoras de las comunidades de El Tejar y La Jocuma mantenían sus sistemas
tradicionales de cultivos lo que les había permitido mantener las semillas criollas en un
sistema de mejoramiento continuo frente a las adversidades climáticas y carencias de
insumos químicos.
La conclusión más importante en esta etapa fue que los y las productoras de las
comunidades estudiadas, tenían como base el intercambio de semillas entre el
campesinado, que año tras año seleccionaba las mejores mazorcas o plantas, y que
sembraban cualquier semilla que caía en sus manos y valoraban en qué medida éstas se
adaptaban a sus vegas (fincas, en el argot local). Era bastante común la continua
experimentación con las nuevas semillas y muy raro encontrarse productores de la zona
que sustituyeran las semillas que tenían por sólo uno o dos tipos de nuevas semillas. Más
bien trataban de convivir con la diversidad de éstas.
Considerando los hallazgos anteriores y en discusión con la comunidad se acordó
implementar un proyecto de Fitomejoramiento Participativo que contenía tres etapas:
diagnóstico, experimentación campesina y diseminación de los resultados. Al inicio del
proyecto, en la fase de diagnóstico, agricultores y agricultoras mostraban desconfianza
hacia el equipo de investigación, llegando hasta el punto de no permitir la entrada en sus
fincas, en clara actitud defensiva de los finqueros. Posteriormente, cuando tuvieron más
confianza, y ya sintiéndose líderes del proceso de innovación en la región, confesaron que
la presencia del equipo lo asociaban a un “cuento más” que los técnicos y técnicas
querían desarrollar “pa´ ganarse puntos”.
El elemento de cambio en la actitud de los campesinos y campesinas en las comunidades
hacia formas más colaborativas estuvo centrado en cuatro factores básicos: uno, se
relacionó con la composición del equipo que comenzó a trabajar en la región compuesto
Sección I. El pensamiento que sustenta la acción 44
por personas jóvenes recién graduadas que mostraron una actitud de continuo
aprendizaje y apertura hacia campesinos y campesinas. El segundo elemento fue que los
agricultores y agricultoras se sintieron identificados con el diálogo que se estableció y con
el que se pretendía identificar y reconocer el conocimiento acumulado por los hombres y
mujeres rurales. El tercer factor que influyó en el éxito de la comunicación establecida con
las comunidades participantes, fue que campesinos y campesinas se percataron que no
existían intenciones por parte del equipo investigador de establecer nuevos controles de
la producción y vida familiar. Y el cuarto, y no menos importante, fue la invitación que se
les hizo a estas comunidades a la feria de diversidad de frijoles del Instituto Nacional de
Ciencias Agrícolas (INCA) donde se mostraron más de ochenta variedades de frijoles en
la etapa de madurez y que quienes asistieron tuvieron el derecho de seleccionar los tipos
más atractivos, cuyas semillas, una vez cosechadas, fueron distribuidas en la comunidad.
Un hecho que fue clave en el caso de El Tejar-La Jocuma fue la actitud de un campesino
conocido como “Coco”, quien propone sembrar una amplia colección de frijoles en su
finca y convocar al municipio a hacer la feria de diversidad del frijol, o lo que es lo mismo,
movilizar a los productores y productoras del municipio La Palma para que vinieran a su
finca a seleccionar semillas y hablar de agricultura durante todo el día.
Llego el día y Coco y su familia junto con algunos miembros de la comunidad, habían
preparado el campo de variedades de frijoles con un diseño sorprendente. Las variedades
de frijoles perfectamente identificadas y organizadas en pequeñas parcelas en una de las
áreas de su finca facilitaron que decenas de personas se reunieran a seleccionar semillas
y a conversar sobre “guajiradas”, a pesar de que la noche anterior había caído un
torrencial aguacero y el fango entorpecía el acceso a la remota finca de Coco.
Posteriormente, se organizaron sucesivas visitas y talleres con el propósito de escuchar
los resultados de los experimentos de productores y productoras, sus fracasos y éxitos.
Sin duda, el detonante de un creciente embullo municipal de intercambiar y sembrar
nuevas semillas fue esta primera feria de diversidad organizada por un campesino en el
municipio La Palma; y resultó asombroso para el equipo ver cómo productores y
productoras, sin recibir formalmente ninguna lección de capacitación convencional,
comienzan a cambiar su léxico (quizá con el afán de mostrar lo que descubrían a través
de sus experimentos con diferentes variedades) y el intenso intercambio con
investigadores e investigadoras amplía y refuerza su vocabulario científico. Los y las
Sección I. El pensamiento que sustenta la acción 45
dirigentes de la región se quedaron estupefactos de que en menos de un año los hombres
y mujeres que producían los alimentos y que se asociaron a la idea del proyecto, utilizaran
el lenguaje científico para explicar las transformaciones que se producían en sus fincas y,
más que eso, que sus fincas producían más y estaban más diversificadas que antes. Era
como si “se aterrizara” algo concreto en el municipio La Palma: no era el discurso de
“hacer ciencia”, era “hacer frijoles” y buscar entre agricultores/as e investigadores/as los
argumentos que explicaban las variaciones de las plantas que eran inducidos por la
experimentación campesina.
En este intervalo de explosión de la experimentación campesina en El Tejar – La Jocuma,
la Universidad de Montaña, enclavada en el municipio La Palma, con mucho interés en
todo el proceso de experimentación campesina iniciada por los y las agricultoras del
Tejar- La Jocuma decide involucrase al proceso y organizan la primera Universidad
Campesina, en la que el campesinado y el profesorado elaboraron el currículo que
necesitaban para seguir avanzando en la idea de selección participativa de variedades y
comienzan a discutir los principios de la genética y mejoramiento de los cultivos sobre la
base de los experimentos campesinos.
El carácter ambulatorio de los encuentros, por el que cada reunión se organizaba en un
lugar diferente donde se pudiera aprender de la experiencia de los y las agricultoras, y la
libertad y flexibilidad para la participación de hombres y mujeres, favoreció que esta
primera Universidad Campesina reforzara el entusiasmo de la comunidad y el proyecto de
Fitomejoramiento Participativo ganara en credibilidad.
Unido a lo anterior y en plena efervescencia de la experimentación campesina surge la
oportunidad de un viaje de intercambio de experiencias campesinas sobre mejoramiento
de semillas en Centro América. Al evento celebrado en Nicaragua, acuden dos
campesinos y dos campesinas de la comunidad y el delegado de agricultura del
municipio, y con una mezcla de orgullo y temor, visitan la experiencia nicaragüense, lo
que les permite tener algunas referencias para evaluar su trabajo en Cuba.
La delegación municipal que visitó Nicaragua regresa cargada de emociones y regalos
para la familia y amistades, y con la alegría del regreso al seno de la familia reafirman su
interés de continuar sus prácticas experimentales. Este hecho de validar su experiencia
Sección I. El pensamiento que sustenta la acción 46
en un contexto internacional, claramente constituyó un fuerte apoyo en el proceso de
“abajo a arriba” que se venía operando en La Palma.
El apoyo político de la dirección del Partido Comunista del municipio fue también un factor
muy importante en el desarrollo de este movimiento. Desde el inicio se permitió y alentó el
desarrollo de la experiencia, lo que facilitó que el resto de los actores comenzaran a
formar parte del proceso. Por fortuna, la prensa nacional dedicó amplio espacio a realzar
la capacidad de los y las productoras de experimentar, conservar y diseminar semillas con
resultados impactantes en términos de rendimiento, incremento de los ingresos familiares
y sobre todo el fortalecimiento del papel del campesinado cubano como un colectivo de
genuinos experimentadores.
En aquellos días, el interés por la experiencia en el municipio de La Palma siguió
creciendo y se organizó un curso sobre Fortalecimiento de Sistemas Locales de Semillas.
Participantes nacionales e internacionales de formación técnica acuden a La Palma y se
preparan para la convivencia y el intercambio de experiencias con sus habitantes. El
método básico que siguió el curso de 10 días fue el de analizar las percepciones de los
actores respecto a cómo fortalecer un sistema local de semillas que tenía tan grandes
diferencias con los sistemas industriales. Para facilitar esto se llevaron a cabo varios
ejercicios participativos que promovieron el estudio de experiencias prácticas que se
desarrollaban en la zona y el debate sobre su mejoramiento. El curso tenía la
particularidad de que fue realizado en la comunidad y los y las participantes convivieron
en las casas de productores y productoras. Además, esta iniciativa contaba con pequeños
fondos financieros para apoyar propuestas que salieran de la iniciativa de quienes
participaban en el curso y que tuvieran como principio apoyar el desarrollo de los sistemas
de semillas del municipio de La Palma. Las propuestas fueron evaluadas por los
dirigentes de la agricultura del municipio y finalmente fueron ejecutadas.
Las personas que participaron en este entrenamiento desarrollaron iniciativas de apoyo a
la producción de piensos locales, introducción del cultivo de la papa y fomento de viveros
de frutales, así como la ampliación del núcleo de diversidad inicial de El Tejar- La Jocuma
hacia otras zonas del municipio. Al cabo de los años, este entrenamiento se convirtió en
una de las “células madre” de la promoción del mejoramiento participativo en Cuba,
Sección I. El pensamiento que sustenta la acción 47
México y Nicaragua y en una de las referencias metodológicas del equipo pionero de
Fitomejoramiento Participativo.
En paralelo, una parte del equipo comienza a sistematizar las enseñanzas del proceso y
conforman sus tesis de doctorado a partir de una mezcla de la denominada “ciencia dura”
con “ciencia blanda”, lo que le aportó mayor credibilidad por la comunidad científica
nacional e internacional al Fitomejoramiento Participativo.
Es de destacar las diferentes dudas y obstáculos académicos que se le plantean al equipo
desde los círculos convencionales de innovación, sobre todo cuestionando la calidad de la
ciencia que se estaba haciendo por parte del equipo de Fitomejoramiento Participativo,
hasta el punto de ser llamados jocosamente equipo de “psicomejoramiento participativo”
en referencia a la aparente locura del procedimiento de ceder decisiones a los y las
agricultoras para que fueran ellos y ellas quienes conformaran la política de variedades y
cultivos de su territorio en un contexto en el que tradicionalmente las instituciones
científicas nacionales decidían lo que se debía hacer. Aun así, la dirección del Instituto
Nacional de Ciencias Agrícolas (INCA) fue lo suficientemente valiente como para permitir
y promover esta idea, lo que contribuyó a que en el año 2007, a los 7 años de su inicio, el
proyecto de Fitomejoramiento Participativo fuera condecorado con uno de los premios
anuales la Academia de Ciencias de Cuba.
Por su parte, ya los pequeños productores y productoras pioneros del Fitomejoramiento
Participativo del municipio La Palma suministraban diversidad de semillas a Cooperativas
con mayores áreas para su multiplicación masiva de éstas.
Junto con la experiencia de La Palma, y con el propósito de entender los factores que
podían influir en un sistema participativo de mejoramiento de los cultivos, se trabaja en
paralelo en dos cooperativas, una en San Antonio de los Baños y otra en Batabanó que
habían sido Faros Agroecológicos en un proyecto anterior vinculado a la agricultura
orgánica. Estas cooperativas se diferenciaban de la experiencia de las comunidades del
municipio de La Palma por estar situadas en zonas llanas con facilidad para la
mecanización y el mercado y por ello habían tenido una fuerte tradición de empleo de
agroquímicos y semillas mejoradas durante los años ochenta, cayendo en bancarrota una
vez que el campo socialista de la Europa del Este dejó de suministrar insumos y
Sección I. El pensamiento que sustenta la acción 48
combustible a Cuba. La respuesta inicial del campesinado y la dirección de la cooperativa
fue positiva. Los agricultores y agricultoras organizaron sus bancos de semillas
conformados por variedades y cultivos locales y provenientes de los programa de las
instituciones de investigación nacionales e internacionales. A través de la continua
experimentación campesina, se lograron descubrir variedades y cultivos de mayor
producción y calidad, a la par que diversificaban sus sistemas productivos y los usos de
las nuevas y tradicionales especies cultivadas. Los casos de mayor éxito se registraron en
las Cooperativas de Producción Agropecuaria que estaban subdivididas por fincas y en
las que la finca que se dedicaba a la experimentación podía decidir cuáles eran las
mejores variedades para ser multiplicadas. Sin embargo, aún cuando las semillas
seleccionadas por agricultores y agricultoras presentaban superior calidad, el marco legal
(especialmente la certificación de las variedades y los precios no estimulantes fijados
desde el nivel central) impedía que se multiplicara de manera explosiva la iniciativa en
esta región, que a diferencia del Municipio de La Palma, tenía una significativa orientación
de mercado.
En este periodo se pudo constatar que, en la medida que otras formas de organización
campesina, como productores privados organizados en Cooperativas de Créditos y
Servicios (CCS), Cooperativas de Producción Agropecuaria (CPA) y Unidades Básicas de
Producción Cooperativa (UBPC) formaban parte de la iniciativa, se diseminaba con mayor
eficiencia el proyecto de Fitomejoramiento Participativo y se fortalecía su impacto.
Las comunidades pioneras del municipio La Palma junto con los municipios de Provincia
Habana que iniciaron el proyecto de Fitomejoramiento Participativo demostraron la alta
capacidad de experimentación y cómo en la medida que éstos y éstas se vinculan con
formas de organización para la innovación contribuían notablemente a aliviar el déficit de
semillas de calidad en la región.
El Fitomejoramiento Participativo (FP) se expande en Cuba El impacto del FP en los municipios de La Palma, Batabanó y San Antonio de los Baños
desmitificó el mejoramiento de plantas como rama de la ciencia manejado exclusivamente
por el mundo científico. De igual manera se demostró que el fomento de la participación y
la descentralización en el manejo de las semillas no era una amenaza ni política, ni
ambiental, ni productiva sino todo lo contrario: podía constituir una fortaleza que la política
Sección I. El pensamiento que sustenta la acción 49
local podía exhibir y diseminar. De igual modo, el aumento de la agrobiodiversidad influyó
significativamente en la disminución de plagas y enfermedades, aumento de la producción
de alimentos, disminución de los costos y por ende, mayores ingresos para las familias
participantes. Esto motivó la visita de productores y productoras y jóvenes investigadores
e investigadoras de otros lugares a la región con el objetivo de valorar la experiencia y su
posible irradiación a otros contextos.
A partir de estas visitas y la discusión sobre las ventajas y desventajas de construir
experiencias afines en otro contextos se fue redondeando y junto con el sostenido apoyo
del INCA y la ayuda financiera y metodológica de organizaciones internacionales como el
Centro Internacional de Investigaciones para el Desarrollo (CIID), la Cooperación Suiza
para el Desarrollo (COSUDE), Organic Garden (Organización no gubernamental del Reino
Unido) unido a la voluntad de los investigadores e investigadoras y productores y
productoras de otras regiones de Cuba en transformar la realidad rural, hicieron posible la
diseminación del Fitomejoramiento Participativo en el resto de Cuba.
Así, se comienzan a recrear los principios del Fitomejoramiento Participativo por la
Universidad Central de Las Villas, situada en el centro del país, con una fuerte tradición
académica en agricultura, y la Estación Territorial de Investigación, Agropecuaria de
Holguín (ETIAH, actualmente renombrada Unidad de Extensión, Investigación y
Capacitación de Holguín, UEICA) situada en el Noreste de la Isla y con alguna
experiencia en trabajo participativo.
En ambos escenarios se promueven las ferias de diversidad en los cultivos tradicionales
como frijoles, arroz y maíz. Un grupo de investigación y profesorado de Universidad
Central de Las Villas introducen diferentes tipos de trigo, chícharos, sorgo,… entre otros
cultivos relativamente nuevos para la región. Éstos organizan, además, el acceso a
diversidad de semillas de maíz a partir de las denominadas ferias ambulantes que, a
diferencia de las ferias de diversidad, consisten en llevar la diversidad de mazorcas de
maíz que se produjeron localmente a diferentes territorios para que productores y
productoras las observaran, escogieran y experimentaran en sus fincas e identificaran las
semillas de mayor adaptación y aceptación.
Sección I. El pensamiento que sustenta la acción 50
Por su parte, extensionistas de Holguín, retoman las ferias de diversidad e introducen las
ferias de diversidad tecnológica. A través de estas nuevas ferias se pretende facilitar el
acceso a productores y productoras de toda la tecnología disponible de los sectores
formal e informal de investigación para que los agricultores y agricultoras la introdujeran
con carácter experimental en sus fincas. La propia organización de los y las
extensionistas y su conocimiento acerca de metodologías participativas, así como la
conexión de la institución con programas internacionales de investigación (que le iban
suministrando un flujo continuo y diverso de nuevos tipos de frijoles) y el entusiasmo de
los campesinos y campesinas hicieron posible que se produjera la diseminación del
método a una gran velocidad en el territorio holguinero. Es precisamente en esta etapa,
en la que se discute la necesidad de pasar de la fase de Fitomejoramiento Participativo a
la implementación de un programa de innovación local que fuera más allá del
mejoramiento de las semillas.
A lo largo de todo este periodo, instituciones de enseñanza, investigación, representantes
de productores/as, investigadores/as y técnicos/as de 11 provincias cubanas (de las 14
existentes) se han convertido en promotoras de la iniciativa. En esta nueva fase se
evidencia que las ferias de diversidad, los talleres para la discusión de los resultados
experimentales y la discusión sobre las estrategias comunitarias de desarrollo son cada
día más frecuentadas por mujeres, y que éstas día a día ganan mayores espacios en la
conducción del proyecto, destacando su capacidad de desarrollar iniciativas que
favorecen el ámbito socioeconómico comunitario. La elaboración de artesanías,
conservas, producciones hortícolas, descubrimiento de nuevas pistas de mercado,…
entre otras acciones, proporcionan un nuevo aire a la idea de construir soluciones locales
para la producción de alimentos.
Por supuesto, que en todo este proceso de cambio de paradigma (donde el poder de las
decisiones agropecuarias ya no recae en un reducido número de individuos) ha
provocado un conjunto de dudas acerca del nuevo papel que debían jugar los diferentes
actores del desarrollo agropecuario cubano en términos de generación y reparto de
beneficios. Pero una vez más la realidad ha sido un elemento poderoso para mitigar estos
recelos e ir sumando instituciones y personas interesadas, a la vez de promover un
cambio de actitud en científicos/as, técnicos/as, campesinado, políticos/as,
funcionariado,… a favor de la participación de los actores locales en el diseño,
Sección I. El pensamiento que sustenta la acción 51
implementación y evaluación de variantes tecnológicas y por ende la necesidad de
construir modelos de desarrollo en que se integren los sistemas formales e informales de
innovación.
Una vez que se comienzan a recrear los impactos en algunos municipios de Pinar del Río
Provincia Habana, Villa Clara y Holguín, nuevas provincias como Ciudad Habana,
Cienfuegos, Sancti Spíritus, Camagüey, Las Tunas y Granma comienzan a realizar las
primeras actividades de acceso a la diversidad genética y tecnológica de los productores
y productoras y el debate sobre el papel de las instituciones públicas (como institutos de
investigación y universidades) en la innovación local comienza a tener lugar.
En la práctica, la realidad es superior a las ideas convencionales de hacer innovación en
las instituciones especializadas. El Fitomejoramiento Participativo demostró que la
innovación no era un fenómeno exclusivo de las instituciones especializadas de
investigación, que se podía fortalecer el conocimiento local a través del fomento de las
capacidades de sus ciudadanos y ciudadanas y que la participación de éstos y éstas en la
construcción de sus “deseos” era un elemento poco desarrollado en la agricultura cubana.
Hoy día, cerca de los diez años de la primera experiencia, se intenta integrar los principios
del mejoramiento participativo de semillas en otras disciplinas e instituciones en lo que se
conoce como el Programa de Innovación Agropecuaria Local (PIAL) con un refuerzo de la
participación de las mujeres en las decisiones coyunturales de la política agropecuaria
local y nacional.
El PIAL se esfuerza en fomentar la participación de los actores locales en el diseño,
implementación, evaluación de las estrategias de desarrollo agropecuario en Cuba a
través del fortalecimiento de las alianzas entre productores/as e investigadores/as
profesionales, así como la integración de los actores locales y nacionales en la
generación de beneficios a partir del conocimiento local, lo que presupone nuevos
reajustes entre las instituciones participantes, mercado, tecnologías y formas de gobierno
que reconozcan y fomenten la diversidad de percepciones a través del uso racional de los
recursos naturales y la cultura local.
La Innovación Local no excluye la introducción de elementos exógenos, sino que
promueve el intercambio dinámico intercultural, el desarrollo de plataformas locales,
Sección I. El pensamiento que sustenta la acción 52
nacionales e internacionales de concertación en pos de fortalecer la soberanía alimentaria
y la autonomía local.
El trabajo de investigación- acción desarrollado durante estos años ha permitido
considerar algunos principios que definen la innovación local como proceso de generación
de beneficios a partir de la participación de la diversidad de actores involucrados. Entre
los elementos claves del proceso destacan:
La promoción de la participación: no hay recetas… La experiencia del mejoramiento participativo de semillas y su transición al Programa de
Innovación Agropecuaria Local reconoce formas genuinas de participación individual y
comunitaria del campesinado, investigadores/as, funcionarios, decisores/as de políticas
(desde las instituciones municipales y provinciales, hasta los ministerios con sus
respectivas representaciones provinciales y municipales) que resulten eficientes para
fortalecer la Soberanía Alimentaria de las poblaciones metas. El programa facilita un
abanico de opciones de desarrollo a la diversidad de actores locales que se pueden
replicar por los campesinos y campesinas. En otras palabras: que los agricultores y
agricultoras tengan la posibilidad de construir sus propias recetas a partir del acceso a la
diversidad de opciones, la experimentación campesina y la difusión de las mejores
prácticas con impactos tecnológicos, ambientales, económicos y sociales.
La Innovación Agropecuaria Local promueve espacios de concertación para que los
actores locales, especialmente productores y productoras, puedan estar tomando
decisiones en el diseño, implementación y evaluación de nuevas tecnologías que puedan
ser replicadas, incluidas nuevas estrategias que promuevan cambios institucionales que
apoyen los beneficios generados por las comunidades y/o cooperativas participantes.
La Innovación Agropecuaria Local reconoce y promueve las formas culturales autóctonas
y las maneras de construcción y aplicación del conocimiento local y facilita que las
instituciones internacionales, nacionales o locales de investigación se fortalezcan a través
del fomento de redes de investigación y desarrollo que permitan formas más colaborativas
en el diseño, implementación y evaluación de las formas locales de investigar, producir y
comercializar los alimentos.
Sección I. El pensamiento que sustenta la acción 53
La descentralización como principio de generar nuevas tecnologías La experiencia acumulada evidencia que la descentralización en la toma de decisiones
tecnológicas a nivel local (familia, comunidad, municipio, región, provincia) puede
contribuir satisfactoriamente a la generación de beneficios siempre que se promuevan
espacios de concertación entre los diferentes actores (campesinado, personal científico,
profesorado, decisores/as de políticas, funcionariado) y formas democráticas de
negociación de las contribuciones públicas y privadas, de forma tal que ayude a la
construcción de un sistema de intereses que garantice la soberanía alimentaria, la
economía familiar y el reconocimiento social, que a fin de cuentas redundaría en la
autonomía de las poblaciones metas.
El descubrimiento del sistema informal de innovación En varios momentos de este capítulo se ha hecho referencia a los sistemas formales e
informales de innovación. Precisamente, esta diferenciación fue la que ayudó a
comprender cómo había sido posible sobrevivir a la crisis de insumos que sufre la
agricultura cubana a partir de los años noventa. Se ha podido distinguir claramente que
coexisten dos sistemas de innovación en la agricultura, uno del cual provenían los
investigadores e investigadoras del equipo y que se pudiera denominar sistema formal.
Este se caracteriza por la capacidad de construir o recrear nuevas tecnologías e ideas a
partir de la iniciativa de las instituciones de investigación-desarrollo, y presupone todo un
proceso de aprobación y discusión para construir y desarrollar las temáticas de interés
institucional. A partir de éstas, se generan los productos o resultados de la innovación que
son extendidos y se asume su adopción por los productores y productoras. En términos
generales este sistema requiere de una subvención o financiamiento aportado por el
estado y/o financistas internacionales y entre sus grandes ventajas se destaca su
capacidad de interactuar con las redes nacionales e internacionales de innovación
convencional. Su principal limitación estriba en la comunicación con las poblaciones
metas o clientes, por tanto se ve obstaculizada la identificación de la demanda y la
diseminación o aplicación de los resultados a la diversidad de agricultores, agricultoras y
sistemas productivos a mayor escala.
Por otro lado, fue extremadamente útil percatarse de la existencia de un sistema de
innovación informal con la capacidad de inventar nuevos productos, tecnologías,
variaciones tecnológicas, diseminarlas y evaluarlas a nivel local (familia, barrio, municipio,
Sección I. El pensamiento que sustenta la acción 54
etc.). Se destaca entre sus principales limitaciones la débil interacción con otros sistemas
de innovación formales e informales, nacionales e internacionales y su “bajo techo legal”,
lo que en ocasiones obstaculiza la diseminación de las mejores prácticas y productos.
La Innovación Agropecuaria Local considera esencial la integración de los sistemas
formales e informales de innovación como componente orgánico del sistema nacional y
promueve que su interacción sea legitimada por las diferentes instituciones (de
enseñanza, investigación, desarrollo, ministerios, organizaciones no gubernamentales y
formas de gobierno) reconociendo la diversidad de percepciones que se pueden gestar a
partir de la integración del conocimiento de ambos sistemas.
La Organización del PIAL El Programa de Innovación Agropecuaria Local (PIAL), continuador de la experiencia del
Fitomejoramiento Participativo, es un proyecto alternativo, una simple chispa que alimenta
el cambio de paradigma de las instituciones promotoras del desarrollo agropecuario de los
municipios participantes, a través del reconocimiento de fuentes informales de
conocimiento en su interacción con los sistemas formales de innovación nacional e
internacional.
PIAL comienza a implementarse a través del fomento de dos formas organizativas
básicas. Una, los Centros Primarios de Diversidad Genética y Tecnológica, constituidos
por una o un conjunto de fincas con capacidad de introducir, experimentar y diseminar los
productos de la innovación. La otra, los Centros Locales de Innovación Agropecuaria
(CLIA) que son formas de organización municipales y/o territoriales constituidas por los
diferentes actores de la producción, investigación, comercialización y consumo de
alimentos en un determinado territorio. Los CLIAs constituyen una plataforma que integra
a productores y productoras, comerciantes, autoridades políticas, gobierno, investigadores
e investigadoras, organizaciones no gubernamentales, representación de los ministerios a
nivel municipal,… que facilita el diseño, implementación y evaluación de estrategias
participativas de desarrollo en la agricultura a nivel local. ´
El CLIA pone especial énfasis en reforzar el papel de campesinos y campesinas en la
economía local. Otro de los elementos que se destaca en esta forma de organización es
la capacidad de promover y concertar diversos puntos de vista que integran el CLIA en las
Sección I. El pensamiento que sustenta la acción 55
distintas regiones. Por ejemplo, en algunas regiones ha existido una clara intención del
CLIA para construir mejores relaciones entre las instituciones de investigación y
educación superior con las diferentes representaciones de los ministerios y el tejido de
organizaciones no gubernamentales (ONG) y los nacientes Centros Primarios de
Diversidad Genética y Tecnológica (CPDGT). Otros CLIAs han optado por comenzar
fortaleciendo los Centros Primarios de Diversidad Genética y Tecnológica, y a partir de
sus resultados involucrar a los otros actores municipales y nacionales.
Los Centro Locales de Innovación Agropecuaria Local y sus correspondientes Centros
Primarios de Diversidad Genética y Tecnológica tienen como misión común ofrecer
evidencias que puedan ser recreadas de cómo se pueden producir alimentos de manera
local con la máxima eficiencia y de explorar formas de incentivar y reconocer a los actores
locales que desarrollan prácticas innovativas.
Tanto los CLIAs, como los CPDGT son formas de organización para la generación de
mayores beneficios socioeconómicos y ambientales que constituyen puntos de partida
para la integración de los sistemas formales e informales de innovación y que están
sujetos a continuas transformaciones a partir de las necesidades de cada región.
La propia dinámica de los actores nacionales y locales para resolver los problemas de
producción de alimentos agropecuarios de Cuba irá ofreciendo un abanico de opciones
que deben ser ingredientes de la construcción de las políticas locales y municipales que
fortalezcan la soberanía alimentaria en Cuba.
La crisis de los noventa, flexibilizó las respuestas de qué, dónde, quiénes y cuándo se
puede innovar, observándose nuevos ajustes tecnológicos, institucionales y financieros.
La sociedad cubana demostró en el tiempo de la más dura crisis económica, que se
puede producir alimentos, obtener resultados significativos en términos de aumento del
rendimiento y diversificación de la producción, lo que valida una vez más lo importante de
promocionar la iniciativa de los actores locales en la generación y reparto de mayores
beneficios.
El sistema de innovación agropecuario cubano necesita ser repensado, y en este
empeño, la creación de alianzas entre los diferentes actores formales e informales de
Sección I. El pensamiento que sustenta la acción 56
innovación pudiera redundar en interesantes formas más dinámicas para la generación de
beneficios sociales e individuales.
La capacidad de innovar, manifestada en el proyecto de Fitomejoramiento Participativo y
su nueva fase de Programa de Innovación Agropecuaria Local, ha tenido impacto, entre
otras razones, por el propio entrenamiento que han recibido sus gestores y participantes,
y que en ocasiones se contradice con el sistema legal, financiero y de reconocimiento
predominante. La legitimación de nuevas formas más participativas de organización de la
investigación, producción y comercialización necesita tener más espacio.
La simple idea que indujo el Fitomejoramiento Participativo de facilitar a los productores y
productoras cubanas el elegir sus semillas y construir sus sistemas tecnológicos ha
impulsado la necesidad de nuevas formas de promover el desarrollo rural en Cuba. Dicho
en otras palabras, es imprescindible aliviar la urgente demanda de fomentar la autonomía
alimentaría y sus estrategias aterrizadas como vía de mantener las conquistas sociales
obtenidas en los últimos cincuenta años.
En resumen, las experiencias derivadas de los proyectos implementados son tan variadas
como lo son los seres humanos. Lo que la vida cotidiana muestra minuto a minuto es que
la participación es un principio que puede ser establecido en la práctica agropecuaria
cubana y que puede empezar por el humano y auténtico acto de facilitar diversidad de
semillas, apoyar la experimentación con éstas en las fincas de los productores y
productoras e integrar el conocimiento de agricultores y agricultoras al sistema nacional
de ciencia y tecnología.
Que finalmente el sentido de la repetida frase de los cubanos y cubanas “estamos
luchando” tengan un espacio en la construcción de las estrategias de desarrollo
agropecuario en Cuba. De hecho, se acerca cada momento más, el día en que la
participación no solo sirva para llenar cuartillas en discursos o presentaciones académicas
o políticas, sino que se convierta en una herramienta potente para producir más, con
mayor calidad, sin el a veces molesto control centralizado. En fin, es buscar la felicidad de
miles de ciudadanos y ciudadanas empeñadas en mejorar sus sistemas productivos y sus
vidas.
Sección I. El pensamiento que sustenta la acción 57
El autor agradece a los cientos de campesinos/as, investigadores/as dirigentes y
funcionarios/as que generan día a día nuevas evidencias en torno a la innovación. A los
Ministerios de Agricultura, Ciencia, Tecnología y Medio Ambiente y al de Educación
Superior por el soporte institucional prestado para la generación de las ideas expresadas
en este capítulo. De igual manera, agradece el apoyo financiero y las discusiones
cotidianas de los argumentos expresados en esta contribución al Centro Internacional de
Investigaciones para el Desarrollo (CIID-IDRC), la Cooperación Suiza para el Desarrollo
COLUDE-SDC), USC Canadá, Organic Garden, La Agencia Canadiense de Desarrollo
Internacional (ACDI-CIDA), HIVOS, ACSUR- LAS SEGOVIAS, Agroacción Alemana,
Internacional Centre for Development oriented Research in Agriculture (ICRA) y el
Programa Fitomejoramiento Participativo en Meso América (FP-MA).
Sección I. El pensamiento que sustenta la acción 58
1.6 Algunos transversales ineludibles del enfoque de Innovación local 1.6.1 En enfoque de género en los Procesos de Innovación Rural
M. Sc. Idalmis Fonseca Castillo Especialista de Colaboración Internacional
IIA “Jorge Dimitrov” Email: Icastillo@dimitrov.cu
M. Sc. Isela Ponce Palma
Directora de Investigaciones Pecuarias IIA “Jorge Dimitrov”
Contacto: Iponce@dimitrov.cu Introducción Conscientes de que ninguna acción del desarrollo es neutral con respecto al género, se
puede considerar imprescindible incorporar esta perspectiva de forma transversal, o lo
que es lo mismo, dirigir la mirada hacia la equidad de mujeres y hombres en el proceso
de desarrollo rural.
En las últimas décadas, la discusión sobre el género como categoría de análisis y su
aplicación se ha ampliado y profundizado. Han surgido términos asociados tales como:
enfoque o perspectiva de género, roles y brechas de género, identidad de género, entre
otros (Álvarez et al. ,2004).
Desde este punto de vista, el género se convierte en una categoría social, que contribuye
a explicar lo que acontece en las relaciones entre seres sexuados diferentes y que devela
la forma como hombres y mujeres se comportan y se relacionan en una determinada
sociedad. Esta categoría trasciende las diferencias biológicas entre los sexos y se
concentra en las diferencias y desigualdades que existen entre hombres y mujeres por
razones de contexto socioeconómico, por las condiciones históricas y políticas, así como
por los patrones culturales y religiosos de las distintas sociedades en las cuales ellos y
ellas interactúan.
El género alude a funciones asignadas a lo masculino y lo femenino, a responsabilidades,
al comportamiento socialmente construidos; con el no se nace, sino que es un proceso de
socialización donde se transfieren un conjunto de rasgos que definen las formas de
conductas, valores y expectativas diferentes para hombres y mujeres.
Sección I. El pensamiento que sustenta la acción 59
Integrar el enfoque de género en los proyectos para promover la equidad de género
consiste en reconocer que las mujeres y los hombres tienen distintas necesidades y
prioridades, hacen frente a obstáculos diferentes, tienen distintas aspiraciones y
contribuyen de manera diferente al desarrollo.
El enfoque o perspectiva de género es una forma de observar y analizar la realidad del
desarrollo, en este caso rural, que permite visualizar y reconocer la existencia de
relaciones de jerarquía y desigualdades entre hombres y mujeres, expresadas en
opresión, injusticia, subordinación y discriminación hacia las mujeres en relación con los
hombres y a la inversa. Por tanto, aplicar este enfoque significa identificar:
• Las necesidades específicas de hombres y mujeres
• Las brechas existentes entre hombres y mujeres en cuanto al acceso y control de los
recursos y a las posibilidades de desarrollo en general
• Las posibilidades existentes para apoyar el desarrollo de habilidades, capacidades, y
de acciones afirmativas para el adelanto de las mujeres (Álvarez et al., 2004).
En los últimos años en Cuba, se han desarrollado muchas iniciativas para promover la
equidad de género, encabezadas por las autoridades de las instituciones cubanas, entre
ellas la Federación de Mujeres Cubanas (FMC) y actores de la cooperación,
implementando una serie de estrategias para influir en las políticas y programas, así como
para modificar los métodos y procedimientos de la planificación con el fin de integrar
mejor el enfoque de género. Muchos han sido los adelantos de la mujer en Cuba y los
logros alcanzados respecto a la igualdad de oportunidades y derechos de la mujer; sin
embargo el camino para transformar estereotipos, prejuicios y concepciones arraigadas
durante siglos es largo y difícil. Todavía queda mucho por hacer para logar nuevos
cambios en la subjetividad de las mujeres y los hombres.
Se pone en evidencia entonces la necesidad de la articulación de aquellas instituciones
que promueven, como parte de su misión o función social, la equidad género, con las que
proponen estrategias para el desarrollo rural y de la innovación local ya sea a nivel
comunitario o simplemente en entidades agropecuarias productivas. En otras palabras la
articulación de actores para la generación de alianzas efectivas no debe obviar, dentro de
su estrategia, la inclusión de hombres y mujeres, con sus propias visiones y aspiraciones.
Sección I. El pensamiento que sustenta la acción 60
Aspectos de género en la innovación Las mujeres rurales dedican 6 horas del día al trabajo reproductivo4 y 8 horas al empleo;
por lo que se deduce que las mujeres trabajan 14 horas seguidas al día, combinando
además la organización de estas tareas, durante 5 días a la semana, y 6 horas al día
durante dos días a la semana. Por tanto es serio hablar de que las mujeres realizan el 70
% de las horas trabajadas en el mundo y que poseen el 1 % de la propiedad mundial. Es
serio hablar de que las mujeres perciben solo el 10 % de los beneficios del trabajo que
realizan (Tamayo et al. 2003). El concepto de trabajo se sigue asociando a empleo y no
se considera como trabajo a todas las actividades relacionadas con el ámbito
reproductivo, que contribuyen a la creación de riqueza y el mantenimiento de la calidad de
vida de las familias (Tamayo et al. (2003).
Si bien en Cuba se han dado pasos importantes para favorecer la equidad de género (a
nivel legislativo, y de formación), se cuenta con una fuerza técnica femenina elevada y de
calidad. En el ámbito rural la mujer no ha podido equipararse al hombre en el acceso a los
puestos de trabajo y toma de decisiones. En el sector campesino, tradicionalmente el
papel masculino ha sido relevante en la producción de bienes y servicios y el papel de
la mujer se ha visto relegado al ámbito del hogar.
Históricamente la mujer campesina ha sido responsable del rol reproductivo de la familia,
asegurando la calidad de vida de las personas y como base sostenible de la economía
productiva. Sin contar con la valoración social y con poca autonomía económica ya que
ha dependido de lo que otros generan para la auto-subsistencia familiar y aún cuando la
mujer tiene participación en las diferentes actividades productivas de la finca.
Tradicionalmente el sector agropecuario se ha caracterizado por ser una actividad donde
el trabajo de las mujeres ha permanecido invisible o en un segundo plano respecto al
papel que ha jugado el hombre y en muy pocas ocasiones la mujer puede decidir sobre
los bienes productivos de la familia.
En los patios, es común que las mujeres trabajen, sean responsables y decidan sobre los
productos destinados a la auto-subsistencia familiar. Pero cuando estos productos son
4 Se entiende como trabajo reproductivo, las labores domésticas, tales como: el cuidado de los niños, ancianos y enfermos, lavar, planchar, limpiar etc.
Sección I. El pensamiento que sustenta la acción 61
destinados a producir un beneficio económico son generalmente decididos por los
hombres.
La innovación rural constituye entonces una oportunidad para la incorporación de la mujer
al desarrollo con una revaloración real de su aporte, ya que esta tiene en cuenta las
prioridades, necesidades o puntos de vistas de hombres y mujeres, contribuyendo
además a disminuir las brechas en las relaciones de género de la familia en cuanto a la
participación, acceso y control de los recursos y a las posibilidades de desarrollo de
manera general y apoya sin dudas, las habilidades, capacidades y acciones afirmativas
para el adelanto de las mujeres campesinas.
Las mujeres juegan un rol importante en la producción agrícola familiar. Foto: Luis Rodríguez Larramendi.
Hombres y mujeres, pueden tener diferentes roles, tareas y responsabilidades en el medio
rural. Las mujeres participan en la selección de las variedades de granos, tubérculos,
frutales y otros productos de la finca, ya que finalmente ellas son las responsables de
decidir el uso más conveniente en su cocina. Mientras los hombres generalmente trabajan
en el campo; quién mejor que la mujer conoce su patio, sus animales, cuál es el mejor
sistema de crianza para cada especie, y cuál se adapta mejor a sus condiciones
particulares. En muchos casos quién sabe mejor que ella como conservar las frutas, los
vegetales, qué tratamiento exigen las semillas de papas, malangas conservadas o el fríjol
de silo.
Sección I. El pensamiento que sustenta la acción 62
Los talleres artesanales han sido otro camino explorado por las mujeres de las
comunidades, en la búsqueda de valor agregado a sus productos, con beneficios
económicos y nuevas fuentes de empleo o trabajo.
En la práctica, las mujeres contribuyen también a evaluar las variantes más adecuadas en
la elaboración de concentrados para la alimentación de cada especie animal a partir de
sus propios recursos locales, para obtener mayor producción de huevos, leche, carne y
las variantes más económicas y cómodas para hacerlo en su traspatio. De igual manera
las mujeres de las comunidades rurales han jugado un papel importante en la búsqueda
de beneficios económicos, ya sea por el interés del valor agregado del producto obtenido
o por la introducción de nuevos productos al mercado.
Los talleres artesanales contribuyen además una fuente de empleo atractiva para las mujeres. Foto: Luis Rodríguez Larramendi.
Las experiencias detonantes La participación compartida de hombres y mujeres, niños y niñas, y su aporte al desarrollo
rural y la innovación proporciona beneficios mutuos a la familia. Logrando un aumento de
la producción y con ello los ingresos y bienestar de la familia. Se propicia la diversificación
de la producción de los diferentes cultivos teniendo en cuenta el criterio de la mujer
también; y lo más importante es el reconocimiento del valor de su criterio y su
participación en las decisiones familiares.
Sección I. El pensamiento que sustenta la acción 63
Existen evidencias a partir de experiencias locales en Cuba que demuestran que cuando
se involucran a hombres y mujeres por separado en la selección y priorización de
determinada práctica productiva se ha encontrado que ambos tienen una visión diferente
a cerca de lo que es más factible de producir.
Por ejemplo, en un ejercicio de diagnóstico encaminado a establecer preferencias de
hombres y mujeres por determinada práctica productiva se encontró que al decidir qué
tipo de cultivo prefieren las mujeres, éstas tienden a establecer un nexo con aquellos
cultivos que les benefician su actividad hogareña y el impacto directo que esta tiene en el
seno familiar como es la elaboración de alimentos. Al mismo tiempo sus criterios de
preferencia difieren de los planteados por los hombres, lo cual denota la importancia de
tener en cuenta ambos criterios para lograr éxitos en la fase de implementación del
proyecto.
La comunidad de “Julia” está situada en el municipio Bayamo de la provincia Granma. En
esta comunidad la producción agropecuaria se concentra fundamentalmente en la crianza
de ganados vacunos, ovinos, porcinos, avícolas y caprinos, los cuales se producen a
mediana y mayor escala, de acuerdo con las formas productivas en las que se concentra.
La crianza de aves se centra fundamentalmente en la escala familiar a nivel de traspatio.
Las producciones agrícolas están dominadas por el cultivo a gran escala de la caña de
azúcar, mientras que la yuca, el boniato y las hortalizas han sido cultivos tradicionales,
pero que en los últimos años se han visto afectados por carencias de insumos y recursos
materiales. Estos se concentran a una escala pequeña, ya sea en fincas campesinas,
unidades de producción cooperativa, la Agricultura Urbana o a nivel de parcelas
individuales.
Bajo estas condiciones, existen diferencias por la preferencia de hombres y mujeres en la
crianza de animales y el cultivo agrícola. Un grupo de mujeres para mostrar su preferencia
por la crianza de animales determinaron los criterios de la alimentación, el cuidado que se
debe tener y los ingresos económicos que generan cada una de estas especies. A partir
de una escala de valores desde 1 hasta 5 (malo y muy bueno), ellas determinaron que
prefieren la crianza de ovejos debido a que no son muy exigentes con la alimentación, no
necesitan cuidados extremos y son sumamente ventajosos desde el punto de vista
Sección I. El pensamiento que sustenta la acción 64
económico por las ganancias que generan. En segundo lugar prefieren los patos, los
cuales a pesar de que no generan muchas ganancias no precisan de mucho cuidado y
manejo y además de que se pueden alimentar con facilidad. En tercer lugar prefieren las
gallinas, las cuales se clasifican de forma similar a los patos con la diferencia que su
alimentación es un tanto más escasa si se quieren lograr propósitos de carne y huevo.
Figura 1.6 Matriz de preferencia para la crianza de animales. Una visión de las mujeres de la comunidad de “Julia” en Granma. (Escala: Muy bueno: 5 Malo: 1).5
Para el caso de los hombres, la visión que tienen de la crianza de animales difiere con
relación a las mujeres. Ellos determinaron que las especies que quieren criar son las
aves, cerdos, ovejos, chivos y vacas. A pesar de que coinciden en tres especies de
animales, las mujeres son más específicas a la hora de diferenciar las aves, pues en vez
de englobarlas dentro de esta clasificación prefieren dividirlas por especies (gallinas,
patos, guanajos) y no mencionan las vacas. Posiblemente debido a las pocas
posibilidades y tiempo que tienen para cuidarlas o quizás por la pobre cultura o tradición
en esta actividad.
5 Información correspondiente al diagnóstico realizado dentro del convenio de Soberanía Alimentaria en Cuba, financiado por la Agencia Española de Cooperación Internacional para el Desarrollo (AECIDD)
Animales
Gallinas
Cerdos
Ovejos
Patos
Guanajos
Alimentación Cuidado a tener
Economía Puntos
1
34 5
1 5
5 5 5
5 5 3
433
12
7
15
13
10
1
2
3
4
5
Rango
Sección I. El pensamiento que sustenta la acción 65
Figura 1.7 Matriz de preferencia para la crianza de animales. Una visión de los hombres de la comunidad de “Julia” en Granma4.
La matriz de preferencia de los hombres, mostró que en primer lugar prefieren criar vacas
y chivos sin diferencias en los puntajes, y luego los ovejos. Para ellos los cerdos no son
tan relevantes en esta zona, debido fundamentalmente que son muy costosos y precisan
de mucha alimentación y condiciones para su crianza. Mucho mayor que para el resto de
las especies seleccionadas por ellos.
Producción artesanal de queso de cabras En la Comunidad del “Entronque de Bueycito” mujeres y hombres trabajan juntos. Es por
esto que Teresa Sánchez Rosales una mujer quien además de estar vinculada como
especialista en el Instituto de Investigaciones Agropecuarias “Jorge Dimitrov” se dedica a
la crianza de animales y sobre todo siente placer cuando elabora platos u otros alimentos
a base de estos productos. Ella ha trabajado durante años y ha perfeccionado la
elaboración artesanal de quesos de leche de vaca y ahora ha tenido la oportunidad de
trabajar en el proyecto “Alternativas de producción ovina – caprina” vinculado al programa
de Producción Científico Técnico Territorial de Ganado Menor de la Provincia de Granma
que planteó la posibilidad de elaborar derivados de la leche caprina para incentivar su
producción entre las mujeres. Ella se sintió motivada y se unió al productor caprino
Rigoberto Medina y su esposa para iniciar juntos una búsqueda de productos de calidad
que gusten a los comunitarios y que abra un nuevo renglón para la alimentación y el
ingreso monetario de las familias.
Animales
Cerdos
Aves
Ovejos
Chivos
Vacas
Condiciones Alimentación Salud Costos
4
2 2 1
2 3
4 5 5
5 5 5
5 5 5
1
2
5
5
5
19
20
6
20
11
Puntos
3
4
2
1
1
Rango
Sección I. El pensamiento que sustenta la acción 66
La experiencia e inteligencia femenina les hizo entender que para garantizar una
producción estable de queso es necesario conocer cuál es la producción láctea del
rebaño y de cada cabra por semana. En general, esos son los primeros resultados que
exhiben como características del rebaño. De esta manera a partir de la producción de
leche caprina (cada cabra produce como promedio 700 mL) se fabrican quesos a nivel
familiar los cuales se comercializan con un nivel alto de aceptación dada su calidad de
elaboración y nutrimental.
La inteligencia de las mujeres se aprecia también en el desarrollo de mini industrias locales como es el caso de la producción de leche y queso de cabras. Fotos: Isela Ponce.
Conclusiones Sin duda, los procesos de innovación donde han participado hombres y mujeres, niñas y
niños, se contribuye también a disminuir las brechas en las relaciones de género,
partiendo ya no de una idea, sino de la realidad en que todos aportan y comparten los
roles de la familia, aportan económicamente y ambos tienen derecho a decidir sobre el
destino de los recursos de la familia. Sin embargo en la mayoría de los casos lo más
importante para las mujeres campesinas ha sido el reconocimiento, el estímulo social y
comunitario.
Cuando hombres y mujeres participan de manera conjunta en los procesos de innovación
agropecuaria, ambos obtienen beneficios de este proceso. El esfuerzo compartido en el
Sección I. El pensamiento que sustenta la acción 67
hogar, es el éxito más deseado de las familias cubanas, especialmente campesinas,
rompiendo tabúes, eliminando o reduciendo desigualdades sociales que afectan hoy a las
mujeres. Arraigos culturales que hemos heredado de generación en generación. Además
de propiciar cambios sociales creando condiciones de igualdad, donde la mujer va
ocupando su espacio en la familia, la comunidad y en la sociedad.
Sección I. El pensamiento que sustenta la acción 68
1.6.2 Comunicación para la Innovación Rural: entre retos y realidades
Alcides García Carrazana Periodista CNCTV
Profesor Asistente de la Universidad de Granma Contacto: alcidesg@enet.cu
Introducción La preocupación por el desarrollo rural, integra a profesionales de varias disciplinas
quienes convergen en el punto de cómo dinamizar las producciones, reducir la
emigración, el desempleo, y trabajar por el rescate de las identidades locales; que según
Arias (2006), es parte de una tendencia contemporánea de reconstrucción o vuelta a lo
comunitario, que se manifiesta desde lo sociocultural, lo político o lo científico.
En este contexto se insertan los Procesos de Innovación Rural6 que proponen un efectivo
acercamiento a las comunidades y sus problemáticas, para buscar soluciones apropiadas
e integrales. Para ello es imprescindible una efectiva articulación de actores y redes con
un flujo de comunicación horizontal, con enfoque inclusivo y con un liderazgo facilitador,
en aras de que llegue a los hombres y mujeres del entorno rural lo mejor del aporte de
cada actor involucrado, no como acción aislada, sino como resultado de un pensamiento
holístico y sistémico. Estas prácticas interactivas y participativas propician un aprendizaje
colectivo, en donde tienen relevancia los saberes locales, aquellos que la oralidad y la
práctica cotidiana y sistemática han mantenido de generación en generación.
Para ello resulta necesaria una adecuada comunicación a nivel interpersonal e
intragrupal, aprovechando los espacios comunitarios previamente identificados, y
trabajando con líderes formales e informales; es preciso, además, fortalecer las relaciones
institucionales y sus vínculos con la comunidad.
La comunicación y el desarrollo rural La innovación rural no puede verse sólo en el ámbito agropecuario. Los criterios que
definen la Nueva Ruralidad7 reconocen un enfoque más abarcador e integral, en donde
las relaciones humanas e institucionales van más allá de lo comunitario, como reflejo de la
propia complejidad de la sociedad contemporánea.
6 Ver Sección I. 7 Ídem I.
Sección I. El pensamiento que sustenta la acción 69
Enfoques epistemológicos contemporáneos de la comunicación demandan que los
estudios en la especialidad no se reduzcan a los vínculos tradicionales con los Medios de
Comunicación Masiva, sino que se replantea la necesidad de un entendimiento de las
relaciones comunicación-sociedad no sólo como coherencia teórica o pertinencia
metodológica, sino de validez histórica (Barbero, 2006).
Y es que las relaciones de comunicación contemporáneas superan las prácticas iniciales
en donde primaban los medios tradicionales, y la prensa, la radio o la televisión eran el
objeto de estudio principalísimo de la naciente Ciencia de la Comunicación. La actual
Sociedad de la Información y el Conocimiento, y el desarrollo tecnológico implícito,
impone su ritmo con nuevas prácticas y espacios de comunicación que no sólo es preciso
estudiar, sino conocer y apropiarse de ellas.
El propio Barbero (2006), indica que una Teoría Restringida de la Comunicación, aquella
que apunta sólo a la Comunicación Masiva, “…no puede llamarse seriamente teoría,
puesto que lo único que ha producido hasta ahora son modelos de diagramas para
relacionar entre sí los mundos del emisor, el mensaje y el receptor…”; y defiende la
pertinencia de una Teoría General de la Comunicación, con plena autonomía dentro de
las Ciencias Sociales, aunque sin segregar el vínculo y la importancia del resto de las
ciencias, e identifica “… las relaciones humanas con su componente comunicativo, esto
es al leer las relaciones sociales en puros términos de comunicación…”.
Comunicación y transferencia de tecnología Mucho se habla sobre la “transferencia de tecnología”, y sobre todo, los centros de
investigación la mantienen como práctica para llevar a las comunidades los resultados
científicos que puedan solucionar problemas locales. Este concepto se critica duramente
en los últimos tiempos pues “… un sistema basado en la transferencia de paquetes
tecnológicos uniformes tiene poca posibilidad de satisfacer las necesidades de
productores… la innovación en muchos casos viene de los productores mismos, a través
de su propia experiencia…” (Engel y Salomón, 1999).
No es posible una transmisión adecuada de información y conocimientos que coadyuven
a los procesos de innovación, si persisten inefectivos procesos de comunicación y
desarticulación de actores. Quienes critican hoy la forma lineal de transferencia de
Sección I. El pensamiento que sustenta la acción 70
tecnología y las insuficiencias del extensionismo, no hacen otra cosa que admitir fallas en
la comunicación que debió completar el sistema.
Respecto a este particular, Paulo Freire (González, 2003), critica el propio término de
extensión pues “se encuentra en relación significativa con transmisión, entrega, donación,
mesianismo, mecanicismo, invasión cultural, manipulación…”, y apunta que la extensión
debe ser una relación educativa entre iguales, sin dominación, donde prime el diálogo, la
transformación constante de la realidad.
“De ahí que las charlas se consideren, cada vez menos como método eficiente. El diálogo
problematizador se considera aquí aun más indispensable, para disminuir la distancia
entre expresión significativa del técnico y la percepción que de esta expresión tenga el
campesino” (González, 2003).
La comunidad en el centro de los procesos de comunicación Las relaciones sociales en la actualidad, vistas desde la perspectiva comunicológica,
están marcadas por una verticalidad enraizada en la manera de actuar y hasta de pensar
de las personas. La organización social y política, las relaciones de poder, las jerarquías,
las estructuras formales e informales, se manifiestan mediante el más elemental y lineal
diagrama de comunicación (Emisor-Mensaje-Receptor), típico de los medios de
comunicación e información, a quienes se les hace muy difícil implementar relaciones
verdaderamente dialógicas y democráticas.
Cambiar la manera de comunicarse en la sociedad y en la comunidad en particular,
incluye indefectiblemente un cambio en las prácticas comunicativas desde la esencia
misma de los actores que viven y siguen el proceso, para ello es preciso entonces facilitar
soportes mediante los cuales la información llegue y se construya desde estas personas y
puedan capacitarse para cambiar la mentalidad persistente de consumidores de
contenidos informativos a una de productores de contenidos locales factibles a socializar
en su entorno y fuera de él.
Sección I. El pensamiento que sustenta la acción 71
Es imprescindible cambiar los enfoques de comunicación predominantes. La Mass
Communication Research8, instauró el tradicional paradigma unidireccional, defendido por
los viejos esquemas de la gran prensa, la radio y la televisión, que se apropiaron y
distorsionaron el término “Comunicación” e impusieron una relación que desbordó a los
medios y vulneró a la sociedad toda, en donde un Emisor bien identificado factura
Mensajes intencionados para lograr Efectos previamente concebidos para un Receptor
pasivo, consumista, atomizado en una Sociedad de Masas que atenta contra el libre flujo
de la información, el conocimiento, la cultura y la identidad.
El propio concepto de comunicación está rescatando su verdadero postulado. Comunicar
no es informar, sino comunicarse, diálogo y participación, y es una necesidad universal
este cambio que impulsa un paradigma en asenso, participativo e integrador.
Las relaciones que subsisten en la actualidad, a decir de Kaplún (2003), es la del jefe a
sus subordinados, la del padre a sus hijos, el periódico a sus lectores y la radio y la
televisión a sus oyentes o televidentes. En todos estos casos, y muchos otros similares,
no existe verdadera comunicación, sino transmisión de información. Es preciso dejar de
mirar a los Receptores sólo como eso, consumidores de contenidos y posibilitar, espacios
para Interlocutores en un proceso bidireccional, horizontal, tal y como lo plantea el
paradigma de Comunicación Acción Participativa (EMIREC)9 que ve en cada actor la
capacidad y posibilidad de participar, de recibir, pero también emitir mensajes en el
proceso de la comunicación.
8 La Mass Communication Research hace referencia a las primeras teorías y modelos de la comunicación surgidas en los Estados Unidos con un enfoque unidireccional, jerárquico y de búsqueda constante de los efectos de emisores sobre receptores (Teoría Hipodérmica, Corriente empírico experimental, Estudios empíricos sobre el terreno y Teoría Funcionalista). 9 “Los participantes en un Seminario sobre Comunicación Social y Educación realizado en Quito en septiembre de 1982 con auspicio de la OREALC/UNESCO, retomaron en sus conclusiones estas definiciones y añadieron que el proceso de la comunicación debe realizarse de modo que dé a todos la oportunidad de ser alternadamente emisores y receptores. Coinciden en esta certera formulación con el canadiense Jean Cloutier quien, para mejor expresarla, acuñó un término nuevo: EMIREC, amalgama de Emisor y Receptor. Todo hombre debe ser visto y reconocido como un EMIREC, propone Cloutier; todo ser humano está dotado y facultado para ambas funciones; y tiene derecho a participar en el proceso de la comunicación actuando alternadamente como emisor y receptor”. Mario Kaplún. El comunicador popular. Tomado de Comunicación y Grupo. OB. CIT. p.9
Sección I. El pensamiento que sustenta la acción 72
Figura 1.8. Modelo de comunicación participativo de los EMIREC.
“Definir qué entendemos por comunicación, equivale a decir en qué clase de sociedad
queremos vivir” (Kaplún, 2003). Esta sociedad debe ser inclusiva y participativa, con
equidad y justicia, es por eso que Antonio Pascuali (Citado por Kaplún, 2003) dice que
comunicación es “…la relación comunitaria humana que consiste en la emisión/recepción
de mensajes entre interlocutores en estado de total reciprocidad”. Y Luis Ramiro Beltrán
(Citado por Kaplún, 2003) acota que es “…el proceso de interacción social democrática,
basada en el intercambio de signos, por el cual los seres humanos comparten
voluntariamente experiencias bajo condiciones libres e igualitarias de acceso, diálogo y
participación”. Esta es la comunicación que se quiere, y por ende, la sociedad que se
demanda. Esta es la relación de comunicación que debe predominar en los enfoques y
prácticas de la innovación, en la articulación de los actores, en la creación de las alianzas
y las redes necesarias para estimular el desarrollo comunitario en todos los niveles.
Estas pretensiones no se logran sólo con voluntad o postulados teóricos, sino en el
empeño sistemático, propiciando nuevas maneras de comunicación y diversos soportes
en donde se les facilita espacios a los verdaderos autores y protagonistas de los
contenidos informativos o de comunicación que circulan o pueden circular.
Pero no es sólo fomentar los espacios, sino capacitar a los actores para su adecuada
utilización, para que se apropien de sus lenguajes y sean usados con efectividad. En este
sentido la Educación Popular10 nos acerca a un aprendizaje mutuo, sistémico, sin dogmas
10 “Durante mucho tiempo hemos afirmado que uno de los aportes de la Educación Popular es la metodología que ha implementado para lograr que grupos sociales relegados social, cultural, política y económicamente, puedan comenzar a participar y a decir su voz; esa metodología permite iniciar una elaboración y producción a partir de la práctica de los sujetos, dando paso a procesos de teorización que los conducen nuevamente a su práctica, esta vez, transformada por
Sección I. El pensamiento que sustenta la acción 73
y adecuándose a las condiciones concretas, donde lo interactivo y participativo es regla
para avanzar en la conjunción de saberes y la construcción colectiva de conocimientos.
Encontramos entonces en la Comunicación Popular otra manera de pensar, ver y hacer la
comunicación, en donde el comunicador no es la figura omnipresente y omnipotente con
todo el poderío de la información y los medios, sino que se convierte en facilitador de la
transformación salida desde las entrañas y riquezas expresivas de la comunidad, y en
donde sus habitantes deciden y construyen los medios y mensajes de acuerdo a sus
expectativas, demandas y realidades.
El Comunicador Popular debe motivar, capacitar, incentivar, acercarse a la comunidad y
llevarla de la mano para que descubra sus fortalezas, para que paulatinamente abandone
la mentalidad consumista, de Receptor pasivo, y se convierta en Emisor, en actor
consciente y constante de la comunicación interactiva y participativa.
Para enfrentar este reto y desafío impuesto por los “grandes medios de prensa”, quienes
mayormente excluyen a las voces populares y las minorías, surgió y expandió sobre todo
en América Latina una corriente de Medios Alternativos que en su inicio avizoraron un
cambio en las relaciones de comunicación, al pretender y dar, en buena parte de los
casos, voz a los “sin voz”, pero que no han logrado el cambio y efecto necesarios,
fundamentalmente por falta de recursos financieros o escasa cobertura e impacto de sus
mensajes.
Estos medios alternativos, sobre todo emisoras, televisiones y periódicos comunitarios,
logran difundir mensajes representativos de su entorno, pero que en su mayoría lo que
hacen es replicar el paradigma tradicional de transmisión de información. No basta que el
medio alternativo estructurado radique y se construya por determinados actores de la
comunidad, a la postre, qué diferencias pueden haber entre un presentador o
presentadora de la CNN y otro u otra de una TV local, si el cambio se centra en la
estructura del medio y no en el proceso de construcción de los mensajes que este emita y
la manera en que interactúe con sus públicos. El cambio real está en una comunicación
accesible y equitativa respecto a los actores involucrados. Una salida efectiva la ofrece la esa teoría que pasa a convertirse en guía para la acción. Este proceso es reconocido por muchos como: Acción-Reflexión-Acción, Práctica-Teoría-Práctica”. Notas de Marco Raúl Mejía J. Educación Popular Hoy: entre su refundamentación o su disolución. CINEP.
Sección I. El pensamiento que sustenta la acción 74
perspectiva de la Comunicación Popular, en la que tanto el medio como los mensajes son
construidos por la comunidad, puede ser esta una mirada que aporte a la manera de
pensar y construir las prácticas de comunicación en la innovación local.
Es en este punto donde los llamados medios tradicionales (prensa, radio y TV) tienen
limitaciones a veces insalvables para lograr los niveles de implicación y participación
requeridos en un proceso efectivo y real de comunicación. Por otro lado, no puede uno
evadirse en el análisis del impacto de la sociedad globalizada en que vivimos, la “gran
aldea”, donde se derrumban fronteras y los mensajes viajan grandes distancias e
interactúan con públicos diversos en un brevísimo lapso de tiempo. Aprovechemos pues
la globalización pero sin perdernos en ella.
Hay que buscar formas expresivas, otros soportes y formatos que permitan una
comunicación efectiva, que posibiliten a la comunidad reflejar, reflejarse, interactuar,
participar con equidad.
Internet como espacio de comunicación: una red desde lo comunitario factible en la realidad cubana contemporánea Sin ser el centro del cambio respecto a la forma de enfocar e implementar las acciones de
comunicación participativa, desde hace 20 años, más menos, con la rápida expansión de
Internet se está afianzando un nuevo espacio de comunicación, con nuevos y efectivos
medios como el EMail, Chat, los Foros WEB, Portales, Buscadores, Comunidades
Virtuales y WEBBlog, que permiten romper la unidirecionalidad del proceso de
comunicación tradicional y abandonan el modelo clásico de Emisor-Mensaje-Receptor,
para pasar a ser Actores interactuantes en un proceso bidireccional, mucho más efectivo,
factible y económico, sobre todo cuando hablamos de grupos con limitados recursos
materiales y financieros.
Internet, el Ciberespacio, la Cibersociedad, son terminologías bastante empleadas
actualmente para definir las relaciones que dan en este nuevo espacio de comunicación,
que propicia dinámicas formas de interacción en franco proceso de estudio y desarrollo.
“… debemos tomar en consideración que los protagonistas del cambio deben ser los
sujetos –entendidos como colectivos humanos o individuales, evitando que el
advenimiento tecnológico se convierta en una fuerza intangible e imparable que, con sus
Sección I. El pensamiento que sustenta la acción 75
propias leyes y desarrollo, conlleve sus propias dinámicas, repercusiones y
consecuencias, al margen del control del hombre” (Ruiz, 2005).
Figura 1.9 Internet, un nuevo espacio de comunicación con nuevos medios. Adaptado de postulados teóricos de Ruiz (2005).
Es verdad que el acceso a estos soportes pasa por una real Brecha Digital11 en donde la
disponibilidad de teléfonos, computadoras y conectividad son muchas veces palabras sin
sentido para determinados grupos sociales o regiones enteras en el planeta. Por eso es
que decimos que no es la solución a todos los males, sino una alternativa más, de
probada eficacia.
Otra verdad es que cuando se habla de Internet, para acceder y participar como sujetos
productores de contenidos, y dejar de ser puros consumidores, se requiere de mucha
menos infraestructura y financiamiento si lo compramos con lo necesario para fomentar
11 La Brecha Digital es un término que intenta recoger la diferencia entre aquellas comunidades o personas que tienen acceso a Internet y aquellas que no. También habla de las diferencias que hay entre grupos de acuerdo a su capacidad para utilizar estos soportes, debido a los distintos niveles de alfabetización y capacidad tecnológica, lo que se ha denominado analfabetismo digital. Arturo Serrano y Evelio Martinez; "La Brecha Digital: Mitos y Realidades". México, 2003, Editorial UABC, 175 páginas, ISBN 970-9051-89-X. www.labrechadigital.org
Sección I. El pensamiento que sustenta la acción 76
una Radio o una TV comunitarias; sumando, además, las bondades del soporte WEB y
sus opciones comunicológicas.
Lograr este espacio, o mejor aún, facilitarlo para que la comunidad y todos los actores
hagan un uso efectivo del mismo, es un gran reto, pero podría ser una especie de luz al
final del túnel; sería parte de la innovación local en materia de comunicación, ya sea para
la articulación de actores o para la necesaria difusión de mensajes o para la gestión de la
información y el conocimiento que le es inherente.
La implementación de alternativas de comunicación participativa e inclusiva, es siempre
un auténtico reto, incluso en un país como Cuba que tiene una voluntad política clara y
objetiva de potenciar el desarrollo local y de poner los medios de comunicación a
disposición de la sociedad.
En comunidades donde se desarrollan las acciones del Programa de Innovación
Agropecuaria Local (PIAL) y específicamente las del Centro Local de Innovación
Agropecuaria (CLIA) de Granma, se han identificado diversas problemáticas relacionadas
con la comunicación, que son perfectamente visibles en el resto del país. A continuación
se resumen algunos de los problemas detectados durante el diagnóstico realizado en la
provincia Granma durante la fase de identificación del Convenio para la Soberanía
Alimentaria en Cuba:
- Pobre articulación de actores
- Visión y acción limitada del campo de intervención de la comunicación por parte de
los actores clave - Pobre infraestructura telefónica
- Insuficiente distribución de la prensa
- Insuficiente servicio de correo y telégrafos
- Insuficiente distribución de revistas especializadas
- Inexistente conectividad a Internet
- Inefectivas relaciones de comunicación en todos los niveles (interpersonal,
intragrupal, intergrupal, institucional y social)
- No existen acciones de capacitación orientadas a fortalecer la comunicación
comunitaria e institucional
Sección I. El pensamiento que sustenta la acción 77
- Insuficiente cobertura de los medios de prensa a los temas locales
- Inconformidad con los contenidos que se difunden respecto a la mujer campesina,
los temas agropecuarios, la identidad de las comunidades y el tratamiento a
aspectos de interés parea niños, adolescentes y jóvenes
- Predomina la mentalidad de consumidores de mensajes.
Para enfrentar estas problemáticas habitualmente se acude a los medios tradicionales de
comunicación. No se trata de dejar de usarlos en función de la comunidad, todos los
medios pueden aportar a una mejor y mayor comunicación, pero para hacer un empleo
adecuado de los mismos se precisa una planificación objetiva a partir de informaciones
claves como los tipos y características de los medios existentes y su cobertura en el área
de intervención, así como en estudios de audiencias que propicien una inserción
adecuada de los mensajes en los programas y horarios de mayor audiencia y aceptación
por los públicos meta, entre otros requerimientos.
Respecto a las Tecnologías de la Información y las Comunicaciones, y particularmente el
posible uso de Internet como espacio para que las comunidades inserten contenidos
locales, Cuba cuenta con una fortaleza en el Programa de Informatización de la
Sociedad,12 con una estrategia ordenada para facilitar el acceso y la participación con
equidad y responsabilidad a la Tecnología. Existe una Red de Clubes de Computación
que llevan a la comunidad, en espacios sociales, programas de capacitación para la
explotación de esta tecnología, y en las escuelas de todas las enseñanzas del Sistema de
Educación, diseminadas en toda la geografía, existen computadoras para enseñar desde
las edades más tempranas los rudimentos necesarios para el uso y apropiación de la
computación. De esta forma, se prepara a la sociedad para coexistir en la llamada
"Sociedad de la información y el conocimiento". Añadir a esto, que el país tiene una Red
Nacional bien estructurada, o Intranet con el .cu, que no se precisa una conexión pura a
Internet, sino que basta la Intranet Nacional para acceder a servicios, que bien diseñados
12 “…es el proceso de utilización ordenada y masiva de las Tecnologías de la Información y las Comunicaciones en la vida cotidiana, para satisfacer las necesidades de todas las esferas de la sociedad, en su esfuerzo por lograr cada vez más eficacia y eficiencia en todos los procesos y por consiguiente mayor generación de riqueza y aumento en la calidad de vida de los ciudadanos”. Ministerio para la Informática y las Comunicaciones. Programa de Informatización de la Sociedad Cubana. http://www.mic.gov.cu//hinfosoc.asp. Consultado: junio 16, 2006.
Sección I. El pensamiento que sustenta la acción 78
e implementados, posibiliten un espacio de comunicación e interacción factibles y que hoy
no explota todo su potencial.
Es por ello que Cuba tiene condiciones, políticas y tecnológicas, factibles y objetivas, que
devienen en envidiable “laboratorio gigante” para implementar nuevas prácticas
comunicológicas, bidireccionales, horizontales y participativas, incluso, desde las
comunidades.
Figura 1.10. Un sitio WEB dinámico es un eficaz espacio para la comunicación participativa
La WEB permite procesos de comunicación e información, la visualización de las
comunidades y las acciones allí ejecutadas, más allá de su espacio geográfico para
trascender lo municipal, provincial e incluso lo nacional. Posibilita la participación e
interacción de actores y decisores, y el intercambio directo de realidades y experiencias
entre actores de varias latitudes, participantes de otras experiencias, creando así una
comunidad virtual que expande las fronteras y los horizontes. La WEB dentro de un
proyecto en específico, es efectiva además para la capacitación, y es un espacio para la
sistematización y evaluación, en un proceso dinámico, sistemático y efectivo de Gestión
de la Información y el Conocimiento, conjugando los saberes institucionales con los
populares.
Estas opciones de comunicación contemplan un crecimiento factible a las comunidades,
de acuerdo a la estrategia de desarrollo nacional en Cuba, y puede ser perfectamente
aprovechable para fomentar una alternativa de comunicación que tenga en la Internet o la
Sección I. El pensamiento que sustenta la acción 79
Intranet cubana, un espacio prolífero de intercambio a muy bajos costes y elevada
efectividad.
Es factible a utilizar estas posibilidades que ofrecen las Tecnologías de la Información y
las Comunicaciones, haciendo sinergia con otras redes nacionales existentes como
RIMED (perteneciente al Ministerio de Educación) que puede llegar hasta las escuelas en
las comunidades; CUBARTE (del Ministerio de Cultura) que puede emplearse en las
instituciones de su subordinación; INFOMED (la red del Ministerio de Salud Pública) que
contempla a sus instituciones de salud, y más recientemente, una línea de trabajo de
conjunto con la Sociedad de Veterinaria y la Defensa Civil cubanas, en función de la
prevención de desastres que planea extender sus servicios hasta nivel de Consejos
Populares en todo el país.
Pero esta disponibilidad de redes, tecnológicamente hablando, aunque se logre
estructurar a nivel de la comunidad con todas sus bondades, por sí sola no resuelve el
problema de comunicación. Es preciso mucha capacitación y motivación de actores
claves para que se apropien de la tecnología y sus recursos expresivos, y logren reducir
la Brecha Digital existente, sobre todo la referida al "Analfabetismo Digital" (una
terminología que ya se emplea en los discursos actuales en relación a la Sociedad de la
Información y el Conocimiento); por otro lado, deben propiciarse medios interactivos en la
WEB, de fácil acceso y manipulación para que las personas no requieran elevados niveles
de educación para su uso y convertirse, de hecho, en productores de contenidos en la
WEB.
Es típico encontrar instituciones con abundante tecnología, acceso a Internet y con
especialistas que investigan o manejan contenidos factibles a ser socializados,
compartidos, sin embargo, sus producciones son escasas, y a veces, inexistentes,
dejando espacios que son cubiertos desde otras fuentes productoras, en ocasiones
contradictorias y falta de objetividad, originadas fuera de la nación. Una rápida búsqueda
en Internet a partir de palabras claves que tipifiquen temas locales arrojará múltiples
ejemplos de cómo sitios foráneos usurpan espacios que deben ser cubiertos por aquellos
protagonistas de los sucesos o temas narrados, quienes por derecho propio y
conocimiento pleno, están en mejores condiciones de aportar contenidos más ricos y
objetivos respecto a esos temas. En los actores locales está la fuente de la verdad, la
Sección I. El pensamiento que sustenta la acción 80
palabra legítima y la visión más fiel de la historia narrada, es preciso aprovechar esta
fortaleza.
A modo de conclusión
Si se quiere lograr una transformación real de los contextos rurales, teniendo a sus
hombres y mujeres en el centro de las acciones, es preciso hacerlo mediante una
adecuada articulación de actores y de efectivos procesos de comunicación, propiciando
espacios y medios que permitan a la comunidad autoreconocerse y reflejarse en los
diversos escenarios, respetando y potenciando su cultura e identidad.
Estos procesos deben ser debidamente articulados y planificados en una Estrategia de
Comunicación, sustentada en abundante información sobre los actores y contenidos o
líneas temáticas a trabajar, y que combine medios tradicionales y otros salidos de la
propia comunidad como contempla la Comunicación Popular, transformando la
mentalidad persistente de Receptores-Consumidores por la de Actores interactuantes en
un proceso de comunicación inclusivo, participativo y democrático.
Las Nuevas Tecnologías de la Información y la Comunicación, sobre todo Internet, o la
Intranet cubana, ofrecen un espacio para socializar experiencias y abrir el diapasón del
flujo de comunicación más allá del entorno rural. Sin embargo, para una apropiación
efectiva de esta nueva forma de comunicación, es preciso una adecuada capacitación y
voluntad política de los gobiernos para reducir la Brecha Digital que hoy impera en el
mundo globalizado en que vivimos.
81
Sección II. Granma: el camino que nos lleva a los PIR
Resumen Esta sección tiene la intención de ubicar a los lectores y lectoras en el contexto de la provincia de Granma, a partir de un bosquejo que recoge momentos históricos importantes del territorio que de alguna manera han sido el reflejo del desarrollo de la innovación local. Posteriormente se le da una mirada a la innovación desde la institucionalidad en la que se aborda el concepto de Sostenibilidad Institucional que determina la pertinencia de estos procesos. Se aborda la innovación desde los proyectos para culminar con los antecedentes, presente y futuro de la Red de actores de la innovación rural creada en Granma a partir del Programa de Innovación Agropecuaria Local en Cuba, el denominado Centro Local de Innovación Agropecuaria (CLIA-Granma).
2.1 El contexto rural granmense y los desafíos para la innovación
Alcides García Carrazana Periodista de la CNCTV
Profesor Asistente de la Universidad de Granma Contacto: alcidesg@enet.cu
José Manuel Yero Masdeu
Profesor Auxiliar de la Universidad de Granma Director del Gabinete de Arqueología de Granma
La innovación es inherente al ser humano y por tanto a su desarrollo y la evolución. La interacción constante de los hombres y mujeres con su entorno, la convivencia y desafíos presentados por los riesgos, amenazas, vulnerabilidades, carencias, y la propia necesidad de subsistencia les ha obligado a innovar constantemente. Por ello consideramos pertinente analizar el contexto histórico, las bases fundacionales del proceso de la innovación para entender sus especificidades. Los primeros innovadores en la región13 Aproximadamente unos 2000 años antes de la llegada de los españoles a estas tierras de América, hombres procedentes de las islas cercanas conquistaron el territorio de la isla de Cuba y del resto del Caribe; estas poblaciones poseían un amplio dominio de la geografía y sus recursos naturales, lo que perfectamente podría considerarse ahora como siglos de innovación para adaptarse a las condiciones del terreno.
13 Todas las palabras marcadas en letra cursiva son nombres aborígenes que perduran hasta nuestros días.
Sección II. Granma: el camino que nos lleva a los PIR 82
Los arqueólogos los clasifican como pertenecientes a la etapa Preagroalfarera, que en lo fundamental se dedicaban a la recolección, pesca y caza. Con posterioridad avanzaron sobre estas áreas grupos humanos que dominaban la agricultura y la producción de cerámica, conocidos como Agro-alfareros, que a través de un proceso de transculturación perfeccionaron su accionar en el entorno natural, son estos hombres y mujeres quienes reciben el peso fundamental del proceso de conquista y colonización, su población fue considerada por los españoles como la más numerosa de la Isla, junto a la que habitó la zona de Banes, en la actual provincia de Holguín. Estos grupos poseían dominio de las industrias de la piedra tallada y en volumen, de la cerámica, de la concha, de la pesca y la agricultura. Su mundo mágico religioso estaba formado por una compleja estructura de deidades y a estas se le rendían cultos y se tallaban ídolos, en diferentes materiales. Este poblamiento tiene su expresión hoy en la actual provincia de Granma, en la existencia de 192 sitios arqueológicos, la mayoría de ellos ubicados en las zonas costeras, del delta del río Cauto -el más largo de Cuba-, los alrededores de Bayamo y la meseta cárstica de Cabo Cruz. A pesar de la creencia generalizada de su rápida desaparición por el trato cruel e inhumano que recibieron de parte de los conquistadores, esta no fue la realidad absoluta, un número significativo de esta población sobrevivió a la conquista y dio un aporte significativo al proceso de transculturación, junto a españoles, africanos y en menor medida a la población de otras regiones. Sirva de ejemplo a lo antes expuesto las siguientes informaciones publicadas por Morel (1985) y Lago (1994), que aseguran la ocurrencia de levantamientos de indios durante los años de 1523 y 1547. Según informes del Gobernador de Santiago de Cuba, en 1542 se aprueban Las Leyes Nuevas y se aplican en 1553 las cuales establecen el fin de las encomiendas y se consideran a todos los indios, incluidos los alzados como vasallos libres de la Corona. Asimismo al visitar Bayamo el obispo de Cuba, Diego Sarmiento, en el año de 1544, informaba la existencia de 30 vecinos casados y por casar, 400 indios y 200 negros. Entre 1569 y 1570 el obispo Castillo realiza un censo que menciona a 80 indios casados y menciona la existencia de población aborigen viviendo en palenques. En 1608 el Obispo Fray Juan de las Cabezas, habla de la presencia de indios en arrabales de Bayamo, lo que nos obliga a aceptar el dominio numérico y, por supuesto, un alta influencia cultural. En 1616 un informe sobre la industria azucarera da cuenta de la existencia de 11 fábricas de azúcar operadas por negros esclavos e indios asalariados, por tanto la naciente economía colonial está empleando mano de obra aborigen En 1700 gracias a gestiones de un descendiente de indio llamado Miguel Rodríguez se funda el pueblo indio de San Pablo de Jiguaní para los indios que vagan sin tierra; en todo el siglo XVIII se mantiene el litigio por desalojar a los descendientes de los indios de sus tierras y en 1733 a los que vivían y monteaban las tierras realengas de El Horno, El Ciego y Mancabo, a raíz de la visita del obispo Morell de Santa Cruz a Bayamo, el mismo explica que La Villa nunca ha sido tomada por los piratas debido a su sistema defensivo que entre otras tropas disponía de tres batallones de indios de 50 hombres cada uno. Se
Sección II. Granma: el camino que nos lleva a los PIR 83
puede asumir entonces que la población aborigen sigue siendo significativa. En 1815, en una petición del ayuntamiento de Jiguaní se menciona la existencia de 10 000 personas y que todos estaban mezclados con blancos, el último documento que conozcamos que hace referencia al tema son los libros de la iglesia San Juan Evangelista que en 1804 tienen registrado bautizos, bodas y entierros de indios. Es significativo que en pleno siglo XIX la sociedad bayamesa sigue reconociendo entre sus pobladores a hombres y mujeres descendientes de sus primeros pobladores. De lo antes expuesto resulta casi imposible aceptar la desaparición total de la población primitiva, y mucho menos de su cultura material y espiritual y en alguna medida aportaron elementos sustanciales a la adaptación al medio geográfico de los conquistadores y la población posterior resultante de la mezcla. Desde luego hay que reconocer la rápida desaparición de su organización social, más no de los hombres y mujeres como tal y de su descendencia biológica y cultural. La conquista y colonización de Cuba por parte de los españoles, iniciada en 1511, hubiera sido imposible sin que asimilaran algunas de las prácticas que distinguían a los nativos, sobre todo respecto a su base alimentaria y manera de relacionarse con el medio natural. Muchos elementos del lenguaje y saberes técnicos han sobrevivido hasta nuestros días. Entre ellos está el cultivo y procesamiento de la yuca (Manihot esculenta Grant), el cultivo fundamental en su dieta. Los colonos españoles aprendieron de los indios cómo hacer el casabe (grandes tortas de harina de yuca, que sustituían al pan de trigo), el cual todavía se produce en algunos sitios del país. También aprendieron a cultivar y fumar tabaco, a hacer canoas de un solo tronco, a pescar de diferentes maneras, y a fabricar viviendas (bohíos) con el tronco y las hojas de las palmas. Estos, con varias modificaciones introducidas a lo largo de siglos, persisten entre los campesinos en algunos lugares de la isla. Las técnicas de cultivo de la yuca y el tabaco, utilizadas por los nativos cubanos, se mantuvieron sin modificación alguna, hasta mediados del siglo XVIII. Ya fueran indios Siboneyes o Taínos; dedicados a la casa, pesca y recolección, o al cultivo de varias especies como maíz, la yuca, ñame, frijoles, tabaco y otros; los nativos pusieron en práctica su ingenio para fabricar útiles de trabajo de piedra a base de sílex, tejer redes para la pesca, fabricar canoas y podían cazar con técnicas novedosas que aún hoy son muy utilizadas. Fundación de la Villa de San Salvador La villa de San Salvador se fundó en 1513 por el adelantado Diego Velásquez, en un sitio cercano al Golfo de Guacanayabo, en el territorio que hoy ocupa el municipio de Yara, aunque una decena de lugares se disputan el “privilegio” de este hecho histórico. En este sitio los españoles quemaron vivo al Cacique Hatuey, quien emigró al oriente cubano desde la isla caribeña de La Española donde ya estaban los conquistadores españoles y había conocido sus crueles métodos Este valiente guerrero alertó a los nativos sobre los
Sección II. Granma: el camino que nos lleva a los PIR 84
peligros que se avecinaban y se convirtió en una seria amenaza para el éxito de la conquista; es por ello que es perseguido, apresado y condenado a morir en la hoguera. Con su muerte, a decir de Velásquez, “se salvaba la conquista”, por ello el nombre de San Salvador dado a la villa, segunda fundada en Cuba luego de Nuestra Señora de la Asunción de Baracoa, en la porción más oriental de la isla. Posteriormente, en 1514 la Villa se trasladó de lugar hasta la región de Bayamo, buscando mejor posición y condiciones para la producción agrícola y ganadera, para las comunicaciones y en especial para el comercio. Se instaló entonces en las márgenes del Río Bayamo, en el cacicazgo de igual nombre, surgiendo así la Villa de San Salvador de Bayamo. Notorio esplendor adquirió la región siendo centro de la gobernación española por un tiempo, mucho antes que Santiago de Cuba y La Habana, villas fundadas posteriores a Bayamo. En esta región estuvieron las fundiciones de oro que luego llevaban a España, desde aquí se hicieron las primeras incursiones en tierra continental, y también desde aquí se exploró y dominó toda la región que ocupan hoy las provincias de Las Tunas, Holguín y Santiago de Cuba. Comercio de contrabando, una alternativa económica local: Principio de siglo XVII y finales de siglo XVIII Los españoles buscaban oro, lo que condujo al rápido agotamiento de los lavaderos en la región y la drástica reducción de la población nativa, y sobre todo de peninsulares que prosiguieron su paso conquistador a tierra firme en el continente americano, que motivó una inclinación a la ganadería como base económica. Las campañas de conquista demandaban recursos y provisiones, de las que la carne salada y los cueros eran mercancías de primer orden. Al unísono, el interés por la isla se desplazó entonces al occidente, sobre todo a La Habana, dejando a esta región y sus habitantes sin un sostén económico de fortaleza. Por los mares del Caribe proliferaban también corsarios y piratas que no podían tocar puertos oficiales para su abastecimiento. El Cauto y su poderoso caudal así como el Golfo de Guacanayabo permitieron una vía de comunicación factible y las puertas abiertas al comercio de contrabando dieron una salida lucrativa. El movimiento de personas y el fomento de la agricultura y la ganadería fundamentalmente para sostener estos fines, propiciaron un movimiento económico en ascenso en la región, interrumpido en la segunda mitad del siglo XVIII por el período de la Guerra de los 10 años (1868-1878). Acciones como el incendio de Bayamo en 1868, la emigración hacia otras regiones y la inestabilidad reinante, no permitieron el florecimiento y prosperidad de la región que ciertamente se convirtió en una constante zona de conflictos bélicos.
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Neocolonia, crisis económica y evolución agropecuaria El 28 de abril de 1898, las tropas al mando del General Calixto García liberan a Bayamo del poder español. La villa estaba en crisis total debido al desgaste provocado por la segunda gran guerra, la del 95. Desde el incendio y destrucción de Bayamo en el 1868, su población comenzó a emigrar, y la base productiva quedó en condiciones precarias tras la depauperación de la industria azucarera, la agricultura y ganadería en general. En 1899 la ciudad de Bayamo sólo contaba con 3.022 habitantes, es decir, el 70% del período de preguerra (Naranjo, 2008). En el período de posguerra, luego de la intervención militar en la Guerra Hispano-cubana-norteamericana que dio por terminada la dependencia colonial de España e iniciado el período de la República, Bayamo no contó con flujos financieros provenientes de las nacientes relaciones capitalistas de producción. El poco dinero (…) en manos de particulares sin espíritu corporativo, lo destinaron a la reposición del comercio, la ganadería y el tabaco (Naranjo, 2008). En julio de 1901 se registraban 3.504 cabezas de ganado y en octubre ya eran 8.510 (básicamente como resultante de la compra de animales). Las extensas áreas eran buenas para el pasto y la ganadería tuvo cierto florecimiento, en 1920 totalizaban 188.993 cabezas14. Respecto a la agricultura, el otro pilar económico de la región, creció paulatinamente; para el año 1899 el área cultivada era de 1.942 ha ya para el 1900 era de 3.200 ha. En noviembre de 1905, de las 49 000 caballerías existentes en el municipio, el 55,3% estaba en producción15. El cultivo de más rápido crecimiento en la comarca fue el tabaco, sobre todo en poblados como Veguitas, Barranca y Guisa, aprovechando los elevados precios en el mercado norteamericano. También se desarrolló la Apicultura, y aumentaron las plantaciones de caña y cultivos varios. La no diversificación de la economía, centrada en la agricultura, motivó que con la crisis global debido a la Segunda Guerra Mundial, la región se viera nuevamente envuelta en otro descenso. En los años sucesivos de la República, debido a los continuados gobiernos pro-americanos que favorecían la penetración de capital foráneo y el latifundio, la población se vio cada vez más afectada y desprotegida, cada quien buscaba sus propias maneras de supervivencia.
14 ---------------- p.23 y 63. Citando a (AHB). Archivo Histórico de Bayamo. Leg. 29, Exp. 489/ Leg. 96, Exp. 4128. 15 ---------------- p. 24, 27, 40. Leg. 65, Exp. 120/ Leg. 64, Exp. 1131/ Leg. 65, Exp. 1902.
Sección II. Granma: el camino que nos lleva a los PIR 86
Triunfo revolucionario de 1959 Para que sucediera el triunfo revolucionario en Cuba del primero de enero de 1959, fue preciso un largo período de lucha, que a decir del propio Fidel Castro, fue un sólo proceso ininterrumpido. La lucha iniciada por los pobladores y pobladoras de la isla contra los conquistadores, continuó siglos después en el ingenio Demajagua, en Manzanillo, por el Padre de la Patria16 el 10 de octubre de 186817; seguida por José Martí en la campaña de 1895; la toma de conciencia y rebeldía del proletariado durante la neocolonia y la seudorepública hasta mediados del pasado siglo; y retomada definitivamente por Fidel Castro desde el asalto a los cuarteles Moncada en Santiago de Cuba y Carlos Manuel de Céspedes de Bayamo en 1953, condimentada con la travesía del yate Granma 18 y la ingeniosidad del Ejército Rebelde en la Sierra Maestra, hasta la victoria definitiva de enero de 1959. En todas estas fases, se precisó de la innovación constante tanto en la táctica como en la estrategia, para desafiar el exilio y la adaptación a las condiciones del terreno en las guerras. Para la supervivencia nómada y guerrillera de los Mambises y del Ejército Rebelde, para construir desde la Sierra la nueva República Revolucionaria. Fue esta la base histórica de la que se nutre aún el pueblo cubano en sus desafíos y retos cotidianos. Ejemplos notorios fueron la Comandancia General del Ejército Rebelde en La Plata y la del Ché en La Mesa, verdaderos paradigmas de innovación, adaptación a las condiciones locales, cuidado del medio ambiente y sostenibilidad. En ambas se desarrolló un sistema de construcciones y servicios que permitieron el fortalecimiento de la guerrilla. En estos lugares se innovaron armas, sistemas de cultivo, se forjaron medios de prensa como la impresión del periódico El Cubano Libre (retomado de las luchas mambisas contra España) y la emisora Radio Rebelde, imprescindibles armas ideológicas. Período Especial en Cuba: la innovación local como modo de subsistencia El 7 de noviembre de 1989, en la inauguración del Combinado de Materiales de la Construcción "Juan Roberto Milián", Fidel Castro expresó: "A lo mejor un día tenemos que aplicar los conceptos de la guerra de todo el pueblo para la supervivencia de la Revolución y del país. Sí, esos conceptos, eso que llamamos Período Especial, porque nadie sabe qué tipo de problemas en el orden práctico, pueden sobrevenir."
16 Se refiere a Carlos Manuel de Céspedes, considerado el Padre de la Patria, cuando en medio de su rebeldía contra la colonia española le apresaron a su hijo Oscar y le amenazaron con matarle si él no abandonaba la lucha, a lo que Céspedes contestó: Oscar no es mi único hijo, yo soy el padre de todos los cubanos que luchan por la libertad. 17 Inicio de la Guerra de los 10 años. Fecha que se considera como el comienzo de las luchas por la libertad de Cuba. 18 El yate Granma fue la embarcación en la que hicieron la travesía 82 expedicionarios bajo el mando de Fidel Castro desde Tuxpan, México hasta Los Cayuelos en la zona de Las Coloradas en Niquero el 2 de diciembre de 1956. Hecho que dio nombre a la actual provincia de Granma
Sección II. Granma: el camino que nos lleva a los PIR 87
El 7 de marzo de 1990, en la clausura del V Congreso de la Federación de Mujeres Cubanas, señaló: "Hay dos períodos especiales: el período especial que se ha venido estudiando, analizando y preparando durante años en situación de bloqueo total del país, qué medidas tomar en esas condiciones... medidas y acciones militares. En este caso se le denominaría: Período Especial en Tiempo de Guerra... Pero surgió la nueva situación, que puede traer problemas tan serios que nos obliguen a un Período Especial en Época de Paz... si realmente se continúan deteriorando las relaciones económicas con esos países que fueron socialistas." 19 El derrumbe del Campo Socialista reportó notables perjuicios para el pueblo cubano y la economía nacional, dependiente en un 85% de las relaciones favorables que se establecieron en el marco de cooperación del CAME (Consejo de Ayuda Mutua Económica). Desde entonces y de forma abrupta, Cuba tuvo que comenzar a regirse por los precios del mercado mundial, desafiando un Bloqueo Económico unilateral impuesto por el gobierno de los Estados Unidos, agudizado en octubre de 1992 con la llamada Ley Torricelli. “En sentido general, las importaciones llegaron a un 70% de reducción. Un dato que ilustra esta situación, es que en 1993 los recursos que se pudieron importar representaron el 28% de los que se recibían cuatro años antes. Es decir, el país tuvo que desenvolverse con menos del 30% de los recursos con que funcionaba la economía.” 20 Un llamado, y más que eso, una urgencia, era la necesaria y rápida introducción de los resultados científicos enfocados a las nuevas y difíciles condiciones. También se adoptaron medidas para ir situando paulatinamente al hombre como centro del proceso de transformación, para lograr el incremento de la productividad del trabajo y la eficiencia en cada sector. La actividad científica debía dirigirse hacia la solución de problemas concretos, la aplicación y generalización de los resultados y el perfeccionamiento de los procedimientos racionalizadores e innovadores, a fin de convertir esta rama en un factor de avance significativo. Un terreno difícil pero necesario, lograr dinamizar las ciencias y llevarlas al plano productivo, cerrar el ciclo logrando no sólo que los avances demostrados se quedaran apresados en tesis, publicaciones y foros científicos, sino que fueran capaces de transformar la realidad social, necesitada de más respuestas que interrogantes. Fue entonces que la cooperación entre empresas y entidades estatales y la necesidad de jerarquizar producciones locales y secundarias, cobró auge. Aquellas soluciones
19 Tomado del sitio WEB del Centro de Información para la prensa (CIP) http://www.cip.cu/webcip/libros/p_especial/p_especial.html. Consultado el 8 de marzo de 2008. 20 (CIP) OP. CIT.
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nacionales, venidas “de arriba”, dieron paso a iniciativas locales, alternativas eficaces de gestión y avance, de adecuada articulación de actores clave en soluciones que eran imprescindibles ante los nuevos retos. El año 1993, fue sumamente crítico, además de los embates sabidos, se combinaron en esa época una sequía muy fuerte y el azote al país, en el mes de marzo, de la llamada “Tormenta del Siglo”, que representó pérdidas a la economía estimadas en mil millones de dólares. Ante semejantes desafíos, no existió otro atenuante que la ingeniosidad e innovación constante del pueblo cubano y las medidas adoptadas por el Estado para preservar la esencia de la sociedad en franco proceso de construcción. Las medidas adoptadas entre 1993 y 1994 apuntaban a:
Las grandes empresas estatales se convirtieran en Unidades Básicas de Producción Cooperativa (UBPC)
Se impulsaran las inversiones extranjeras Se creara el Mercado Libre Agropecuario al cual podían acudir los campesinos
individuales y las Cooperativas de Producción Agropecuaria (CPA) con una parte de su producción
Reorganizar el aparato central del Estado. De 50 organismos entre ministerios, comités estatales, institutos y otras instituciones centrales, quedaron 32
La tracción animal regresara a la agricultura, la cual había estado basada hasta esos momentos, en la mecanización, el uso de fertilizantes y productos químicos
Se decidiera impulsar al máximo el turismo Se aplicaran medidas para el saneamiento de las finanzas internas La despenalizara la tenencia de dólares El gobierno recortara los subsidios a las empresas no rentables
Para aliviar los problemas del transporte, ocasionados en gran medida por el déficit de combustible, se pusieron en práctica iniciativas de todo tipo. Más de 1,700,000 bicicletas empezaron a circular en 1990. Este período especial fue y sigue siendo innovativo por excelencia para los cubanos y cubanas, sobre todo en el momento de satisfacer necesidades elementales como la comida diaria en la que aparecieron toda clase de “recetas” y paliativos, fruto del imaginario popular y la grandeza de un pueblo que se nutre de su historia. Las limitaciones de esta etapa tuvieron particular incidencia en el sector rural debido, no solo a las limitaciones de tipo material, si no a la baja capacidad de respuesta que en este ámbito ha existido históricamente. Al dar paso la agricultura extensiva a iniciativas locales para buscar solución a las carencias productivas, las comunidades antepusieron sus recursos naturales que las convirtieron en magníficos escenarios para fomentar lo que hemos venido llamando Procesos de Innovación Rural.
Sección II. Granma: el camino que nos lleva a los PIR 89
El incremento del uso de las bicicletas fue parte de las soluciones locales a la crisis del transporte. Foto tomada del sitio WEB del CIP. Granma en la actualidad La provincia de Granma se constituyó en el año 1976 a partir de la última división política administrativa refrendada por la Constitución de la República de Cuba de ese mismo año y cuenta con 832.826 habitantes, distribuidos en 13 municipios: Bayamo, Jiguaní, Guisa, Cauto Cristo, Río Cauto, Buey Arriba, Bartolomé Masó, Manzanillo, Yara, Campechuela, Pilón, Media Luna y Niquero. Las ciudades principales son Bayamo, capital provincial y Manzanillo, segundo centro económico. Granma posee una extensión territorial de 599.9 miles de ha, de las que el 67% es agrícola; y de ello, el 35% pertenece a los sectores cooperativos y campesinos. La agricultura tributa el 23.4% de la producción mercantil y da empleo a más de 72.518 trabajadores. La producción agropecuaria está basada en: viandas y hortalizas, leche, carne, arroz, café y la caña de azúcar. Se desarrolla en 33 Empresas, 219 UBPC, 100 Cooperativas de Producción Agropecuarias, 207 Cooperativas de Créditos y Servicios, y 121 Granjas Estatales. 21 Granma es citada hoy con frecuencia como ejemplo a nivel nacional en cuanto a la gestión de sus recursos en función de un desarrollo integral, es decir, la mejora de la producción que permite elevar el nivel de vida y la autoestima del pueblo. Pero no existen recetas mágicas. En los últimos cinco años, el granmense asiste y participa de una transformación económica y social que tiene en el centro a sus hombres y mujeres, a partir de identificar y estimular las potencialidades locales, y que se observan los frutos en mayor bienestar y desarrollo. 21 Datos extraídos del Anuario Estadístico Provincial de 2006
Sección II. Granma: el camino que nos lleva a los PIR 90
La innovación local como estrategia de desarrollo Por todas estas y muchas razones más, cuando se habla de PIR en la actualidad cubana, para nada puede interpretarse como un concepto o filosofía externa a nuestro propio desarrollo histórico, la sabiduría de nuestros antecesores y sus acciones fueron innovadoras por excelencia, con esa capacidad de adaptación y cambio desde lo local en las diversas situaciones impuestas, y a la sistematicidad e interpretación crítica de cada momento histórico. En 2008, Cuba y los cubanos vivimos otro de esos momentos históricos trascendentales, analizado por el General de Ejército Raúl Castro Ruz, Presidente del Consejo de Estado y de Ministros de Cuba, durante la sesión del Parlamento Cubano el 24 de febrero de 2008: “la única fuente de riquezas de la sociedad está en el trabajo productivo, sobre todo cuando emplea con eficiencia los hombres y recursos…producir más y brindar mejor servicio, para esforzarnos por encontrar los mecanismos y vías que permitan eliminar cualquier traba al desarrollo de las fuerzas productivas y explotar las importantes potencialidades que representan el ahorro y la correcta organización del trabajo”. En otro momento del memorable discurso reiteró que: “…el país tendrá como prioridad satisfacer las necesidades básicas de la población, tanto materiales como espirituales, partiendo del fortalecimiento sostenido de la economía nacional y de su base productiva, sin lo cual, repito una vez más, sería imposible el desarrollo (…) Un ejemplo es la propuesta de medidas dirigidas a incrementar las producciones agropecuarias y perfeccionar su comercialización, las cuales se han analizado, provincia por provincia, con una amplia representación de los encargados de llevarlas a la práctica, incluidos los propios productores (…) está la tendencia a aplicar la misma receta en todas partes. Como resultado de ello y quizás su peor consecuencia, muchos piensan que cada problema exige medidas de alcance nacional para resolverse (…) La iniciativa local es efectiva y viable en muchas cuestiones22…” En esta nueva etapa que vive hoy Cuba, se impone mirar hacia lo local y sus iniciativas como una alternativa válida de potenciar las fortalezas existentes para encauzar el desarrollo económico y social.
22 En su discurso ante el Parlamento, el compañero Raúl hace referencia a la experiencia de la distribución directa de la leche, que abarca ya a 64 municipios de 13 provincias del país, 40 de ellos totalmente cubiertos. En los últimos meses de 2007, esta experiencia permitió ahorrar más de 6 mil toneladas de leche en polvo cuya adquisición hubiera excedido los 30 millones de dólares. Adicionalmente se redujeron gastos en divisas por un valor de 2,6 millones, incluidos en esta cifra unos 600 mil litros de combustible. Y apuntó Raúl que “pudieran citarse otros casos de diversos sectores, por lo que hay que continuar pensando en soluciones similares en todos los niveles de la administración”.
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2.2 El camino hacia la innovación local desde las instituciones
Osnelis Alberto Almaguer Mojena Profesor de la Universidad de Granma
Contacto: oalmaguerm@udg.co.cu
Soe Romero Suárez Profesora de la Universidad de Granma
Contacto: sromeros@udg.co.cu Introducción Cada día constituye un verdadero reto para los seres humanos la cuestión de cómo organizar social y económicamente sus vidas, para lograr una interacción cada vez más coherente y armónica entre sí y sobre todo, con las exigencias contemporáneas que traen consigo, en el orden político, social, económico y ambiental. En este sentido, las instituciones, tienen un papel preponderante como reguladoras de las acciones e interacciones humanas, a partir de lo que muchos estudiosos del tema han coincidido en llamar las reglas del juego. Que no son más que el conjunto de normas, valores y principios que moldean las sinergias entre los actores sociales a los diferentes niveles. Por tanto, el rol institucional en los procesos de desarrollo en general y del desarrollo rural y social de manera particular, resulta de suma importancia; pero, ¿qué sucede cuando los métodos y enfoques desde el punto de vista institucional han perdido relevancia e impacto en su entorno o escenario de acción?, ¿Qué ocurre cuando la innovación como proceso, solamente es vista desde el enfoque convencional, o sea desde los esquemas lineales de generación y transferencia de productos tecnológicos como modo fiable de concebir la acción? Sin lugar a dudas, cuando esto sucede comienzan a afectarse una serie de indicadores clave en el orden socioeconómico y ambiental que atentan contra el desarrollo sustentable, y que nos permiten comprender, la necesidad de buscar alternativas nuevas y enfoques innovadores para romper con la rigidez de esquemas convencionales y construcciones mentales que llevaron y siguen llevando en algunos casos, el sello del pensamiento mecanicista que marcó, durante varios años el comportamiento humano y su manera de interactuar con su entorno. En las últimas décadas, dada la creciente complejización del escenario mundial, un número importante de países han apostado por la aplicación de nuevos enfoques con métodos participativos para generar innovación a partir de los cuales se construyen nuevas formas de aprendizaje logrando: I) el fortalecimiento del conocimiento base de los agricultores y agricultoras y sus capacidades para enfrentar los problemas; II) la construcción y mejora de las capacidades locales para el desarrollo, a través de la facilitación; III) ir más allá del mero desarrollo de tecnologías, es decir, enfocarse más hacia aspectos de liderazgo, capital social, y el fortalecimiento y rescate de valores y
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actitudes (Chambers et al., 1993; Guevara et al., 2003; Hagmann, 1999; Hagmann y Guevara, 2004; Guevara-Hernández, 2007). Lo anteriormente planteado no solo cobra vitalidad en la experiencia cubana desde los centros de investigación e innovación orientadas al desarrollo, de las comunidades rurales, sino que además nos convoca constantemente a plantearnos nuevos enfoques y métodos que permitan generar procesos de innovación local, cuyos resultados tecnológicos sean transferibles a diversas escalas para garantizar un desarrollo sostenible en nuestros países. En el caso particular del contexto granmense, existen algunas experiencias que han ido atravesando por numerosos enfoques alternativos, tanto participativos como interinstitucionales hasta llegar al desarrollo de los Procesos de Innovación Rural. La creación y desarrollo del CLIA Granma, explicado en la sección 2.4 de esta sección, resulta un ejemplo de una propuesta de articulación entre instituciones que a corto plazo ha generado reflexiones y lecciones respecto al trabajo colectivo interinstitucional. Innovación Social Cuando pensamos en la innovación como un proceso social, es necesario primero comprender las limitaciones del esquema convencional de generación y transferencia de tecnología, según el cual se originan en los laboratorios de los centros de investigación, pasan por las manos de un extensionista, hasta llegar finalmente a los agricultores, como una “receta mágica”, capaz de dar solución a sus problemas, sin tener en cuenta las particularidades sociales, culturales y económicas de los contextos locales. A esto le añadimos que de esta forma quienes producen se convierten en actores pasivos y receptores de producto. Entender la innovación como un proceso social significa comprender la misma como resultado de otros procesos sociales, culturales, económicos y políticos, desde el enfoque sistémico. Es, además, el resultado de la interacción social de un determinado número de actores con intereses diferentes, pero que persiguen un fin común, enfrentando un reto que le impone el desarrollo. Creándose en éstas interacciones ciclos de aprendizaje desde una plataforma de relación horizontal a partir de la convergencia de múltiples saberes, tanto de carácter científico, como popular-tradicional. La innovación social y la sostenibilidad institucional Las instituciones en el marco de estas relaciones para generar la innovación deberán constantemente estar innovando en sus prácticas y flexibilizando las reglas del juego para estar a tono con las demandas y retos que les impone el contexto. Es necesario también, ser capaces de alimentarse y retroalimentarse constantemente de nuevos conocimientos y enfoques, sobre todo de aquellos que implementan y generan nuestros actores sociales e institucionales cercanos. Las instituciones más apoyadas por su entorno serán las que institucionalicen espacios para la participación de este entorno,
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en los procesos de definición de sus políticas y prioridades en la definición de problemas y desafíos del contexto (De Souza et al., 2001). Un ejemplo de esto se puede apreciar más en detalle en la serie de publicaciones generadas por el proyecto “Nuevo Paradigma” entre las cuales se presta especial interés al papel de las instituciones y a la reflexión sobre cómo lograr y mantener la sostenibilidad de estas. La Figura 2.1, muestra los elementos o factores que pueden conllevar a esta condición. Muchas veces pensamos que la sostenibilidad de las instituciones y su permanencia depende primeramente del grado de apoyo financiero y político del entorno que las rodea, pasando sucesivamente por el reconocimiento social, la satisfacción de los actores (clientes), los impactos y pertinencia de sus acciones así como la forma y el grado de interactuar de la institución y las necesidades y aspiraciones de su entorno. Nada más alejado de la realidad. En verdad, tal y como plantean De Souza et al. (2001) tal “recorrido” se debe realizar en sentido inverso a las manecillas del reloj. Primero, las instituciones deben preocuparse por los cambios que se producen en su entorno e interactuar con ellos de manera efectiva para lograr mayor sintonía entre sus aportes y las necesidades del entorno para así lograr los impactos esperados de manera que se satisfagan las necesidades y finalmente se logre un reconocimiento social que conlleve a una legitimización de sus acciones y se convierta en una institución creíble frente a su entorno. Figura 2.1. El Círculo virtuoso de la sostenibilidad institucional. Tomado de De Souza et al. (2001). Finalmente, cuando se cierre este círculo virtuoso (Figura 2.1), el apoyo político y financiero así como el reconocimiento social llegará indudable e inevitablemente, porque
Sostenibilidad institucional en organizaciones de desarrollo
Grado de apoyo político,
institucional y financiero por parte del entorno relevante
Grado y forma de
Interacción entre la organización y las necesidades, realidades y
aspiraciones de su entorno.
Grado de sintonía entre los aportes de la organización y las necesidades, realidades
y aspiraciones de su entorno relevante.
Grado de pertinencia entre los aportes de la
organización y os requerimientos de su
entorno relevante
Grado de satisfacción de los actores sociales del
entorno relevante
Grado de reconocimiento social, legitimidad política y credibilidad institucional de la organización frente a
su entorno relevante.
Sección II. Granma: el camino que nos lleva a los PIR 94
ese es el tipo de institución que se requiere en la época contemporánea de Cuba. De lo contrario, las mismas comenzarían a perder credibilidad entre los actores sociales e institucionales del país.
Enero 5 de 2008
CPA
FMC
ServComunales
CorreoEmp
Eléctrica ETECSA
Organoponico
TrabSociales
GobMcpal
UJC
Pan yDulce
PCC
PNR
Acueducto Ferrocarril
EmpAzucarera
Gastronomía VMI ViviendaViales TransporteTransporte
CDR
Área deSalud
Educación
ACRC
Bodega
Farmacia
UBPC Cultura
ACLIFIN ANCI
ANAP
INDER
Sala deVideo
CPJulia
D i a g r a m a d e V e n n . C P J u l i a . M c i p i o . B a y a m o . G r a n m a
Figura 2.2. Diagrama de Venn en una comunidad de la provincia Granma, realizado en el marco del diagnóstico del Convenio AECIDD - Cuba. El diagrama de relaciones institucionales que se presenta en la Figura 2.2, es un ejemplo de lo planteado hasta el momento. Como podemos apreciar, existe un conjunto de instituciones y organizaciones presentes en el entorno de la comunidad de Julia23 que, independientemente de ser consideradas, la gran mayoría de ellas, como muy importantes para el desarrollo de esta comunidad a partir de la visión de sus pobladores y pobladoras, también muchas de ellas en la práctica y relación cotidiana con la misma no logran el impacto deseado por los habitantes de ésta. De ahí la ubicación lejana que los comunitarios reflejan en el diagrama.
23 La Comunidad de Julia pertenece al municipio de Bayamo, provincia Granma, Cuba.
Sección II. Granma: el camino que nos lleva a los PIR 95
Este, entre otros muchos ejemplos, no lleva a reflexionar en qué medida nuestro ejercicio cotidiano, incluyendo la manera en que nos organizamos para dar soluciones a situaciones de conflicto presentes en nuestro contexto desde los diferentes niveles (individual, grupal, institucional y societal) están permeadas aún de los enfoques convencionales que han sido anteriormente objeto de nuestra crítica. Siguen siendo las instituciones, frutos de las ideas del hombre para moldear la interacción con sus semejantes. Sigue estando en nuestras manos la posibilidad de encontrar el camino más certero hacia una verdadera innovación social que dé respuestas a las necesidades y exigencias latentes y manifiestas de los actores sociales desde la base. Solo de este modo estaremos contribuyendo un verdadero desarrollo local sustentable en Cuba. Reflexiones finales Si queremos llegar a la innovación local desde las instituciones se hace necesario redefinir nuestros criterios y enfoques hasta ahora sostenidos, acerca del proceso de generación y transferencia de tecnologías y sustituirlos por nuevas estrategias de investigación, que nos permitan implementar metodologías con enfoques participativos y nuevos modelos de generar innovaciones. Se hace inminente concebir el trabajo a partir de alianzas estratégicas interinstitucionales e interorganizacionales que dinamicen verdaderamente los procesos de desarrollo rural, de modo que esto permita integrar saberes, y fortalecer capacidades institucionales y el capital humano, teniendo en cuenta los aspectos de orden cultural, social, económico político y ambiental. De manera que nos permita obtener una visión sistémica de nuestros contextos locales y generar procesos de desarrollo e innovación rural endógenos. Para lograr un proceso de desarrollo local sustentable las instituciones tienen que flexibilizar sus reglas del juego de manera que esto le permita estar a tono con los cambios constantes que se producen en su entorno relevante; pero antes de concluir valdría la pena preguntarnos ¿Estamos listos para cambiar nuestros enfoques y estrategias de organización para generar procesos de innovación local desde las instituciones?
Sección II. Granma: el camino que nos lleva a los PIR 96
2.3 El camino hacia la innovación desde los proyectos José Carbonell Castro
Especialista en Gestión de proyectos IIA “Jorge Dimitrov”
Contacto: jecarbonell@dimitrov.cu
María Fonseca Flores Directora de la UCT
Delegación Territorial del CITMA, Granma Contacto: mfonseca@citma.granma.inf.cu
Luis Rodríguez Larramendi
Director de Investigaciones Agrícolas IIA “Jorge Dimitrov”
Contacto: lrlarra@dimitrov.cu Introducción El contexto donde se desarrollan las principales acciones de proyectos agrícolas en Cuba y en Granma, está caracterizado por rasgos prominentes de vulnerabilidad. Resultados obtenidos a partir del proyecto “Análisis y cartografía de la vulnerabilidad a la Inseguridad Alimentaria en Cuba”, desarrollado durante los años 1998 y 1999, por el Instituto de Planificación Física de Cuba y con apoyo técnico y financiero del Programa Mundial de Alimentos, a través de un análisis a escala municipal, en las cinco provincias orientales del país, arrojó que existía vulnerabilidad en 81% de los municipios de la parte oriental del país. Esto representó para el gobierno una importante contribución para los planes de la economía y que se desarrollaran acciones pertinentes dirigidas a mejorar la seguridad alimentaria de la región a través de los sectores correspondientes. Más reciente en el país, y en la provincia de Granma dentro de éste, se han iniciado el desarrollo de alternativas socioeconómicas más adecuadas a las condiciones actuales de insuficiencia en la producción de alimentos, tomando en consideración reservas organizativas y de productividad, así como las posibilidades del empleo más eficiente de los limitados recursos materiales de que disponen. Considerando los dramáticos cambios que han ocurrido en el ocaso del pasado siglo e inicio del actual en las condiciones de la economía cubana, que han impactado negativamente el desarrollo agropecuario y motivaron, entre otras consecuencias, que la disponibilidad de fertilizantes disminuyera 6 veces, en 5 la de plaguicidas y en 3 la de combustibles. Además de que los equipos cayeron en 1.6 veces, se implementaron un grupo de propuestas para el reordenamiento del Sistema del Ministerio de la Agricultura para las esferas estatales y empresariales24. En este contexto se desarrolla la actividad investigativa e innovativa en la provincia Granma, organizada a través del Sistema Nacional de Programas y Proyectos. Este sistema facilita y orienta las acciones de investigación-innovación hacia prioridades, a partir de las demandas socio-económicas identificadas en el territorio y en función del bienestar social. Por tanto, la formulación y ejecución de proyectos se orienta a las 24 Medidas para impulsar la producción agropecuaria, 2008. Ministerio de la Agricultura. Documento de trabajo para la provincia de Granma. 15 p.
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prioridades nacionales, ramales y territoriales, definidas por los diferentes Programas de Ciencia e Innovación Tecnológica. En el desarrollo de los proyectos se identifican las instituciones que están relacionadas con la temática abordada, tanto las encargadas de las políticas, como las relacionadas con la actividad productiva e investigativa. La actividad de investigación por Programas y Proyectos, liderada por el Ministerio de Ciencia Tecnología y Medio Ambiente (CITMA), ha evidenciado, desde su organización, resultados superiores con respecto al sistema anterior. Ha propiciado una evolución hacia instituciones de investigación más enfocadas a la demanda, y el uso más eficiente del potencial científico-técnico en función de las prioridades del desarrollo. De igual modo, la disposición de presupuesto para la investigación y la innovación, ha fluido más hacia las cuestiones priorizadas en los diferentes niveles. Disminuyó la improvisación, arbitrariedad y las decisiones personales en la organización de la actividad científica en el sector agropecuario25. Se establecieron mecanismos de articulación, las llamadas instituciones y mecanismos de interface, que en su esencia deben promover los vínculos y la difusión de conocimientos e información entre el sector de investigación y productivo, y por tanto ser dinamizadores de los procesos de investigación-innovación dentro de los proyectos. Reconocer las fortalezas del actual Sistema de Programas y Proyectos, no excluye la necesidad de referirse a las potencialidades y desafíos sobre las que se debe reflexionar, buscando mejorar la eficiencia y la relevancia de los resultados de la investigación para el desarrollo socio-económico. Para tener una idea de la prioridad que presta el Estado Cubano a la actividad de proyectos basta con repasar brevemente las estadísticas del año 2007. En ese año, el país dedicó una cifra de 668.7 millones de pesos (635.3 millones de dólares) a la actividad de ciencia, tecnología y medio ambiente. Esta cifra significa un 2 % del PIB, lo cual refleja la prioridad que se le ofrece al desarrollo de la ciencia. Es en las investigaciones científicas y tecnológicas donde se concentra el 57,5 % del total de gastos del sector, dedicado a respaldar y financiar: 246 proyectos de Programas nacionales, 2.636 proyectos de Programas Ramales, 1.006 proyectos de Programas Territoriales, 1.496 proyectos no asociados a Programas y 1.389 proyectos institucionales. La eficiencia de la gestión de proyectos La Gerencia de Gestión de Proyectos Priorizados del CITMA (GEPROP) en Cuba, realizó un estudio para evaluar los factores que favorecieron y limitaron un mayor impacto de los resultados obtenidos en el período 1996-2004, al amparo de los Programas Nacionales Científico Técnicos, donde el país financió 162 millones de pesos para 764 proyectos y de
25 Resolución 85/ 2003 modificada en marzo 2008. establece los Procedimientos para la Gestión del Sistema de Programas y Proyectos, deroga la Resolución No. 85 de 29 de mayo de 2003 del citado Ministerio.
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donde se derivaron un gran número de resultados que en su introducción en la economía y la sociedad han alcanzado disímiles valores de éxito. El estudio arrojó que de un total de 354 proyectos considerados, el 35% de los resultados estaba totalmente introducidos, 31% parcialmente y un 21% que no tuvo ningún tipo de aplicación en la práctica social. Por prioridades, el por ciento más alto de aplicación ocurrió en los temas relacionados con las Ciencias Sociales. Este resultado es una evidencia de la necesidad de revisar y evaluar, en nuestras condiciones, desde los proyectos, los enfoques convencionales predominantes para la generación y transferencia de conocimientos, productos y tecnologías (ver Capítulo 1.3). Será necesario entonces revisar de qué manera se enlazan las instituciones y actores, que se identifican en los proyectos para abordar un problema. Cómo se identifica la demanda, de manera que se corresponda con las prioridades y potencialidades de los contextos específicos, en los cuales los proyectos desarrollan sus acciones. En qué grado los proyectos abarcan la complejidad de los desafíos de desarrollo, pasando de investigar o innovar sobre elementos tecnológicos aislados, a visualizar las interdependencias que se dan en los sistemas de producción, desde las diferentes dimensiones (económica, social, ambiental, etc.) y orientados hacia retos más generales como es la seguridad alimentaria. Con frecuencia, en los proyectos basados en métodos convencionales de transferencia de tecnología, ocurre que el entusiasmo y despliegue de argumentos “sólidos” por parte del extensionista acerca de las ventajas que la nueva propuesta tecnológica traería no llega a “contagiar” al productor y sólo la orientación (orden) de la instancia superior (empresa, ministerio, etc.) hace que se implemente lo nuevo, generalmente en un “área de referencia” donde muchas veces no trasciende y queda como muestra para visitantes. Cabe entonces hacernos las preguntas: ¿Es mala la tecnología propuesta?, ¿es ineficaz el extensionista?, ¿se escogió el productor inadecuado para la transferencia? A la luz de los enfoques alternativos para la innovación, basados en el aprendizaje colectivo, es válido decir que no existe tecnología mala, tampoco extensionista ineficaz y mucho menos productor inadecuado. Se puede decir que existe un planteamiento de desarrollo equivocado. Chambers (1993), citado por Hagmann y Guevara (2004), ilustran esquemas de ejecución de proyectos, desde planteamientos de desarrollo rural contrastantes (Tabla 2.1). En el planteamiento de desarrollo, dentro de los proyectos que se ejecutan en nuestro contexto, se considera todavía el desarrollo como un avance en una sola dirección y con una sola meta respecto al objetivo buscado y a la definición del problema, como sobre a quién debe intervenir más activamente y de qué manera. La identificación de instituciones, más que de actores, para participar en la ejecución del proyecto, en muchos casos, no pasa de ser una inclusión pasiva en el documento. A esto se añade que los desafíos de desarrollo son identificados, frecuentemente, desde espacios poco inclusivos y descontextualizados.
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Sin embargo, con frecuencia, el cuestionamiento o la reflexión sobre la baja sostenibilidad de las acciones o resultados alcanzados por los proyectos no se hacen básicamente desde una evaluación de los elementos intangibles (soft systems) y sí frecuentemente orientados hacia las insuficiencias objetivas. Tabla 2.1. Planteamientos de desarrollo rural a través de esquemas de ejecución definidos y mediante procesos de aprendizaje.
Fase Esquemas de ejecución definidos Procesos de aprendizaje
La idea se origina La ciudad capital La población Primeros pasos Recopilación de datos y plan Concientización y acción Diseño Estático, efectuado por expertos Evolutivo y dinámico e involucra
a la gente Organización de apoyo Existente, o creada de arriba
hacia abajo Creada de abajo hacia arriba, con expansión lateral
Capacitación y desarrollo del personal
En el salón de clase, didáctico. Aprendizaje, basado en el campo a través de la acción
Implementación Rápida, difundida Gradual, local, al paso de la gente
El manejo enfocado Gasto del presupuesto, terminar proyectos a tiempo
Mejoramiento y desempeño sostenido
Contenido de la acción Estandarizado Diverso Comunicación Vertical, órdenes hacia abajo,
informes hacia arriba Lateral, aprendizaje mutuo y experiencias compartidas
Liderazgo Posicional, cambiante Personal, sostenido Evaluación Externa, intermitente Interna, continua Error Escondido Comprendido y aprovechado Efectos Crea dependencia Empoderamiento Asociado con Profesionalismo normal Nuevo profesionalmente Fuente: Chambers (1993). Fomentar proyectos centrados en la “gente” Para un grupo de instituciones cubanas la implementación e institucionalización de un enfoque aplicado al desarrollo rural que promueve la innovación e investigación agrícola desde una perspectiva multiactores, transdisciplinaria y multiinstitucional, denominado Procesos de Innovación Rural, ha estado antecedida por estructuras y marcos legales que crean un ambiente facilitador de estos procesos. El Instituto de Investigaciones Agropecuarias “Jorge Dimitrov”, que desde 1980 ha estado involucrado en diferentes etapas de la ejecución de programas y proyectos de investigación para contribuir al desarrollo sostenible de la región oriental de Cuba, está mostrando, junto a otras instituciones y organizaciones la voluntad de transformación, con base a proyectos específicos, hacia este enfoque que promueve mayor inclusión y comunicación con los entornos institucionales más relevantes para enfrentar los problemas complejos del desarrollo.
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Algunos proyectos desde su formulación, ya incorporan la intencionalidad de trabajar con estos enfoques, mientras que otros se podrán ir adecuando a un pensamiento más flexible en la aplicación de resultados ya obtenidos y necesarios que lleguen a quienes van destinados en armonía con la forma de hacer de este. Desde el Ministerio de Ciencia, Tecnología y Medio Ambiente (CITMA) se promueven cambios en las exigencias o requisitos para la evaluación de proyectos, donde se considere el diagnóstico participativo y las evidencias de propuestas de acciones negociadas en un proceso colectivo entre los actores relevantes para la problemática en cuestión. Por lo tanto, la innovación local se constituye en uno de los principales elementos por donde acceder a la generación e implementación de tecnologías y conocimientos en el ámbito rural. También se observa en los proyectos de innovación tecnológica (IT), actividades como parte de un sistema de relaciones entre los actores locales, nacionales e internacionales dirigidos a promover los cambios continuos de los sistemas productivos para incrementar en cantidad y calidad los beneficios económicos, ambientales y sociales de las poblaciones metas. Estos beneficios son generados a partir de la toma de decisiones de los actores locales interesados en transformar la realidad agropecuaria. En la sección III se incluyen algunas experiencias, que ilustran estos cambios conceptuales y metodológicos que se están dando, desde las instituciones e individuos, que impactan en la formulación más contextualizada y sostenible de los proyectos. No basta con disponer del apoyo financiero e institucional, sino se concilian los intereses de aquellos donde se va a aplicar la acción de cambio o transformación. No se trata de quiénes van a recibir los beneficios, sino de quiénes participan en los beneficios, cómo se involucran, para ser protagonistas del proceso y por tanto influir y determinar sobre los alcances del mismo. De ahí que conocer las demandas de territorios, comunidades y bases productivas para el desarrollo de innovaciones es también admitir sus recomendaciones. El papel de la cooperación desde los proyectos En su libro “Soberanía alimentaria: objetivo político de la cooperación al desarrollo en zonas rurales”, Fernández (2007) hace un recuento sobre la evolución de las estrategias de la cooperación para las zonas rurales que a nuestro juicio son un verdadero reflejo del progreso que han tenido los enfoques y maneras de concebir la forma de intervenir en las zonas rurales. Esta progresiva marcha de estrategias de desarrollo en el medio rural se inicia con el enfoque de Desarrollo Rural Integral (DRI) promovido en la década de los 70’s, pasando por los proyectos sectoriales de los años 80 hasta llegar a los Programas de Desarrollo Rural Comunitario de los 90’s.
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El papel de la cooperación desde los proyectos en Granma, trasciende el rol de los agentes de las ONG como gestores de fondos para convertirse en parte de los procesos de innovación local. Foto. Luis Rodríguez Larramendi. Anteriormente a estas fases, en los años 50-60 se promulgaban los denominados Programas de Desarrollo Productivos Pecuarios que estaban centrados en la transferencia de tecnologías derivadas de las investigaciones. Esto trajo como consecuencia una metodología tecnocrática en el desarrollo de los proyectos que lógicamente fracasó. Con el fin de superar los enfoques tradicionales del desarrollo rural basados exclusivamente en incrementos en la productividad agrícola, se impulsan los anteriormente mencionados Programas de Desarrollo Rural Integrado (DRI). Estos programas tenían como cuestión positiva una concepción holística del desarrollo ya que se basaban en el aprovechamiento de las potencialidades de las economías rurales. Sin embargo, fallaban por su gran magnitud y complejidad técnica no acordes con la realidad local. Como consecuencia de los fracasos del DRI se regresa a los proyectos sectoriales, los cuales se concentraban en un sector específico del desarrollo. Se le pone entonces un acento a los ejes transversales de género y sostenibilidad. Fernández (2007) en su análisis, y citando un ejercicio de evaluación realizado por la Unión Europea en Zimbabue, señala que este tipo de enfoque tuvo dos grandes limitaciones: a) continuaban adoleciendo de su gestión centralizada y b) una inadecuada
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transferencia de conocimientos técnicos y organizativos a las instituciones locales, lo que ha comprometido el impacto final de las intervenciones. Finalmente los Programas de Desarrollo Rural Comunitario de la década de los 90’s hacen frente a los errores cometidos por los enfoques anteriores y centra su atención en la participación de las organizaciones de base en la gestión y control de las intervenciones de desarrollo, contribuyendo de esta manera al empoderamiento de los actores locales. Este tipo de programa se destaca por el uso de metodologías participativas como el Desarrollo Rural Participativo (DRP), el enfoque de sistematización de experiencias y el monitoreo y evaluación participativa así como el análisis de medios sostenibles de vida. Este tipo de programa, a decir de Fernández (2007), y en plena sintonía con lo expuesto a lo largo de este libro, propicia un proceso más eficaz y transparente de establecimiento de prioridades que al mismo tiempo se traduce en mayor pertinencia de las intervenciones al generar mayor sintonía entre lo que se demanda y lo que se planifica y ejecuta. Consideraciones finales Lograr que los Programas y Proyectos de impacto en el ámbito agropecuario incorporen la aplicación de los Procesos de Innovación Rural (PIR) significa avanzar hacia la efectividad de la innovación, la relevancia de las investigaciones para el desarrollo. Reconocer y hacer valer la contribución que implica que nuestros interlocutores (productores de cualquier nivel) participen, formen parte de los procesos, cuando construimos tecnologías para elevar los rendimientos, disminuir costos y mejorar la calidad de vida es, a fin de cuentas, un objetivo importante. Al mismo tiempo, junto a los cambios metodológicos para la innovación en el país, se plantea la transformación en el ámbito agrario, la estructura de tenencia y acceso a la tierra, el desarrollo de innovaciones tecnológicas y del conocimiento, el incremento de la cobertura de riego electrificado, la ampliación del acceso financiero, la dinamización de los mercados de productos agropecuarios, la inserción de esquemas de calidad en la comercialización y mercados y en el cambio de la matriz conceptual de la producción agroindustrial. Estas transformaciones, beneficiarán una evolución más consecuente de los PIR, desde los proyectos, propiciando una base tangible más factible de utilizar desde evaluaciones más colectivas y por tanto más acorde con las prioridades locales.
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2.4 El CLIA-Granma: un espacio para potenciar los PIR Luis Rodríguez Larramendi
Director de Investigaciones Agrícolas IIA “Jorge Dimitrov”
Contacto: lrlarra@dimitrov.cu
Francisco Guevara Hernández Profesor del Cuerpo Académico de Agroforestería Pecuaria (CAAP)
Facultad de Ciencias Agronómicas Campus V Universidad Autónoma de Chiapas
Contacto: Francisco.Guevara@unach.mx Introducción El papel de las redes para articular actores, así como su efectividad desde el punto de vista del fortalecimiento de cada unas de las instituciones que las componen para dar cumplimiento a sus misiones, ha sido un proceso que se ha desarrollado y acompañado por una evolución en las actividades del gobierno cubano para ir perfeccionando los mecanismos de participación popular y dar pauta a una descentralización del poder para un desarrollo sostenible. Esto se pone de manifiesto entre otras tantas acciones, a partir de la reforma de 1992 en la cual se amplía la base participativa del Estado Cubano con la creación de los Consejos Populares como constitución de las Asambleas Municipales. Aunque es un ejemplo perteneciente al modelo de gobierno participativo de la República de Cuba, presenta un conjunto de rasgos básicos, tales como: la no limitación en el tiempo, su gradualidad, la compensación para evitar los desequilibrios que afectan a la población de más bajos ingresos; entre otros que pueden ser aplicados al resto de las estructuras administrativas, entiéndase instituciones comprometidas con el desarrollo socioeconómico del país. Una de las ventajas de esta descentralización ha sido que la comunidad municipal ha ganado también mayor entidad e identidad, en la medida en que las instituciones del sistema político local y del gobierno en particular han logrado una mayor autonomía, se han hecho más representativos, y por tanto, se ha constituido una instancia nueva, más cercana a la comunidad donde han surgido dinámicas barriales. Es por esto que las redes interinstitucionales se erigen como una manera de fortalecer las funciones de las instituciones y permiten compartir sus visiones en una época de cambios y de globalización en la que el trabajo colectivo permite el logro de objetivos comunes para enfrentar los problemas complejos del desarrollo. Cecilia Linares (2006) en el libro, Desarrollo Local en Cuba, retos y perspectivas, hace referencia a lo local como construcción cultural e identitaria, que a nuestro juicio resulta clave para responder a la pregunta sobre el por qué promover un desarrollo desde lo
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local, en una época y circunstancias en que, por lo menos en el ámbito agropecuario en Cuba se habla de agricultura extensiva y una economía de mercado internacional. Y es que, tal como refleja la autora, entre el conjunto de propuestas alternativas, la promoción de estrategias de desarrollo con énfasis en la localidad ocupa un lugar destacado, ya que su premisa básica es fortalecer la capacidad y competencias de lo local en tanto espacio legítimo con posibilidades de proveer una inserción social y acceso al bienestar en conexión con otros niveles de resolución de mayor generalidad (Espina, 2004), y enfrentar las demandas particulares que modelos universales no han logrado atender suficientemente. Hernández (2004), al referirse a la noción de desarrollo local, afirma que éste gira alrededor de un conjunto de principios de transformación que resaltan la descentralización de determinados aspectos administrativos, políticos y fiscales; la participación comunitaria, el rescate y desarrollo de la economía local, así como la potenciación del rol del estado como agente facilitador. En este sentido existe total coherencia entre los principios del desarrollo local en Cuba y el Centro Local de Innovación Agropecuaria de Granma (CLIA Granma). Estudiosos en estos temas afirman que el desarrollo local no se reduce a la explotación de nuevos caminos y enfoques de crecimiento económico, sino que constituye un proceso producto del entrecruzamiento de diversas variables. Burin y Heras (2001), por su parte resaltan que aspectos relacionados con la comunicación e interacciones entre los participantes pueden definir el éxito o fracaso de experiencias de este tipo. Así mismo, como por la necesidad de atender a estos elementos para convocar a distintos actores sociales y poder construir redes, espacios y comportamientos de solidaridad colectiva (Camacho, 2001). El Centro Local de Innovación Agropecuaria de Granma (CLIA Granma) Fue en el marco de la planificación de la segunda edición del Congreso de Agricultura en Ecosistemas Frágiles y Degradados que organizó el Instituto de Investigaciones Agropecuarias “Jorge Dimitrov” en el año 2004, con los antecedentes de la participación en varios cursos de postgrado organizados por el International Agricultural Centre (IAC) y el International Centre for development oriented Research in Agriculture (ICRA) ambos de Holanda, que un grupo de investigadores de dicha institución de investigación iniciaron lo que en ese momento se denominó “INICIATIVA NACIONAL: Creando bases para la Investigación Agrícola Orientada al Desarrollo”. A esta iniciativa le siguieron varios talleres dedicados a profesionales involucrados con la investigación y la innovación en la agricultura. Se inició también todo un proceso de involucramiento de tomadores de decisiones a esta iniciativa, con el objetivo de crear conciencia de su rol para apoyar y/o conducir procesos de esta envergadura.
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Al año siguiente, en el Centro de Agricultura Tropical para la Investigación y la Enseñanza (CATIE) de Costa Rica, personas involucradas en procesos similares en varias partes del mundo se reunieron para discutir ideas que pudieran enriquecer el proceso y crear las bases de lo que a partir de ese momento se comenzó a llamar Procesos de Innovación Rural (PIR). El desarrollo de esta iniciativa en Cuba ha evolucionado desde diferentes perspectivas. Han existido a lo largo de toda la isla dos corrientes que además de enriquecer el propósito común de lograr un esquema de investigación-innovación-enseñanza más centrada en la gente y sus demandas, han evolucionado para consolidarse en la actualidad en un Programa de Innovación Agropecuaria Local (PIAL) en Cuba. Este programa, tal y como se describe en la sección 1.5 de este libro, persigue a corto y mediano plazo llegar a institucionalizar un esquema de innovación que rompa con el modelo tradicionalista y lineal de investigación. Esto con la intención de que no solamente se reconozca a los centros de investigación con la capacidad de crear nuevo conocimiento y el productor siga siendo considerado como un recipiente que tiene que adoptar lo que en los laboratorios o campos experimentales se genera. Se trata, además, de poner en la práctica los conceptos de conocimiento explícito y tácito, tal como lo refiere García (2006). Al reconocer que sólo el conocimiento explícito es válido estamos desaprovechando el saber hacer no formalizado consistente en habilidades, destrezas y talentos a menudo no reconocidos como tales. Por una parte, los PIR o simplemente Investigación Agrícola Orientada al Desarrollo (IAD), así como la Investigación Acción orientada al desarrollo local fueron el fundamento teórico metodológico que formó las primeras ideas de lo que hoy se conoce como Centro Local de Innovación Agropecuaria (CLIA) en Granma; mientras que en el occidente del país y liderado por el Instituto Nacional de Ciencias Agrícolas de Cuba (INCA) fue el Fitomejoramiento Participativo (FP) quien guió el trabajo, trazó las pautas y generó las evidencias que demuestran que el sistema nacional de semillas y de investigación en Cuba requiere de reformas que ofrezcan más oportunidades en la toma de decisiones del principal cliente de la innovación: los productores. Además, el trabajo del PIAL en Cuba se fortalece cada día. Hoy se cuenta en la isla con 10 Centros Locales de Innovación Agropecuaria, distribuidos en las zonas occidental, central y oriental, en los cuales se insertan productores y productoras a través de los Centros Primarios de Diversidad Genética y Tecnológica, mostrando evidencias locales en torno a la innovación y la experimentación campesina. Estos CPDGT evolucionan al mismo tiempo que se integran diversas formas productivas de los Ministerios de la Agricultura y del Azúcar y sus respectivas bases productivas, demostrando que también con es viable un modelo de innovación desde la heterogeneidad que brindan los escenarios del sector agropecuario del país. Hoy se cuenta en Granma con una red de actores clave que bajo las siglas de CLIA y con el apoyo de una plataforma de donantes liderados por las ONG ACSUR LAS SEGOVIAS
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y Ayuda Popular Noruega (APN), además de COSUDE y ACDI, quienes financian el Programa de Innovación Agropecuario Local (PIAL) tienen la vista fija en la innovación, donde la participación colectiva, la síntesis de visiones compartidas, las alianzas efectivas y focalizados en problemas y desafíos comunes podremos elaborar, sistematizar e institucionalizar un modelo de innovación e investigación que genere impactos sostenibles bajo las perspectivas económicas, ecológicas y sociales de nuestro contexto regional. Estructura y organización del CLIA Granma El CLIA es un sistema de relaciones entre los actores locales, nacionales e internacionales dirigidas a promover cambios continuos de los sistemas productivos para incrementar en cantidad y calidad los beneficios económicos, ambientales y sociales de las población meta. Estos beneficios son generados a partir de la toma de decisiones de los actores locales interesados en transformar su propia realidad agropecuaria. La coordinación general del CLIA en Granma recae en el Instituto de Investigaciones Agropecuarias “Jorge Dimitrov” y está organizada en seis ejes temáticos, cada uno de los cuales cuenta con un coordinador que organiza, dirige y proyecta las actividades que realiza el equipo de trabajo: A diferencia del resto de los CLIAs, éste cuenta con 6 ejes temáticos pues para nuestro criterio los ejes de comunicación y capacitación (los cuales en el PIAL se consideran dentro de un mismo eje) deben tener funciones y misiones diferentes. Bajo la perspectiva del CLIA Granma, el eje de Capacitación coordina, articula, planifica y dirige todas las acciones de capacitación; entiéndase el diseño y ejecución de currículum de enseñanza-aprendizaje a dos niveles: institucional y local. El primero de los niveles tiene concebido un Diplomado sobre Gestión de Procesos de Innovación Rural. A nivel local se usan diferentes métodos de aprendizaje, entre los cuales las Escuelas de Campo para Agricultores (ECA) ocupan en este momento un lugar preponderante. Estas acciones de capacitación han atendido la necesidad de buscar alternativas que promuevan un cambio en la mentalidad de los científicos y otros profesionales en relación a la forma de generación y transferencia de tecnología. Es por esto que ya se trabaja en la formulación de una Maestría sobre Gestión de Procesos de Innovación Rural que permita fortalecer las capacidades de profesionales e instituciones vinculadas con el desarrollo socioeconómico del país. A nivel local se está promoviendo la formación de líderes campesinos como promotores del desarrollo a través de la capacitación y uso de nuevas formas de enseñanza, más participativas y bajo el principio constructivista de aprender y descubrir haciendo. Asimismo, el resto de los Ejes Temáticos tienen definidas sus estrategias de trabajo. Por ejemplo el Eje de Producción animal, basa su fundamento metodológico en el Manejo Participativo de Recursos Zoogenéticos, basado en la experiencia del proyecto
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Conservación de la cabra criolla cubana, un recurso genético en peligro de extinción, Global Environment Fund (GEF). Por otra parte el Eje de comunicación es otro de los que ha definido con claridad su misión de comunicar con efectividad usando los canales existentes en las localidades así como con la creación de un Boletín trimestral que publica las experiencias llevadas a cabo en los Centros Primarios de Diversidad Genética y Tecnológica. Las instituciones que lo conforman son las siguientes: Tabla 2.2 Organizaciones que conforman el CLIA Granma.
Institución Tipo de organización, ministerio u organismos
de relación Instituto de Investigaciones Agropecuarias “Jorge Dimitrov” CIMTA Unidad de Ciencia y Técnica CITMA Universidad de Granma MES Delegación Provincial de la Agricultura MINAG Asociación de Técnicos Agrícolas y Forestales (ACTAF) MINAG Asociación Cubana de Producción Animal (ACPA) MINAG Asociación del Consejo Científico Veterinario MINAG Laboratorio Provincial de Sanidad Vegetal MINAG Asociación Nacional de Agricultores Pequeños (ANAP) MINAG ACSUR LAS SEGOVIAS ONG Ayuda Popular Noruega (APN) ONG Asociación Cubana de Comunicadores Sociales UNEAC
Centro de Gerencia de Proyectos y Programas Priorizados (GEPROP)
CITMA
Instituto Nacional de Investigaciones Agropecuarias de Venezuela (INIA)
Ministerio de Ciencia y Medio Ambiente
Internacional Centre for development oriented Research in Agriculture (ICRA)
OG
Instituto Nacional de Investigaciones Agrícolas (INCA) MES
Los ejes temáticos son los siguientes: 1. Diversidad Genética y Tecnológica 2. Sistemas Integrados de Producción Agropecuaria 3. Investigación y sistematización 4. Capacitación 5. Comunicación 6. Iniciativas locales para la producción animal En la actualidad los principales logros del CLIA Granma han sido la articulación de una Red con diversas instituciones locales y externas; así como el haber creado vínculos con varias comunidades y unidades productivas en las cuales se están gestando procesos de innovación, generación de conocimientos y transferencia de tecnologías apropiadas sobre la base de los principios de acceso a recursos fitogenéticos y tecnologías sostenibles replicables en el contexto y características de cada productor.
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Es interesante el rol que se le da a la municipalidad bajo este concepto de desarrollo local. Esta promoción del desarrollo desde lo local prevé dentro de la estrategia del CLIA la creación y fortalecimiento de las estructuras municipales a través de la instauración de CLIAs a este nivel. Esto permitirá una mayor efectividad en la articulación de las acciones entre los CLIAs municipales y los Centros Primarios de Diversidad Genética y Tecnológica (ver sección 1.5). La Figura 16 muestra un mapa mental de cómo se articulan estructuralmente los actores que conforman el CLIA. De esta manera, se promueve el fortalecimiento de las alianzas locales, una mayor incidencia de las instituciones tanto de investigación, enseñanza, tomadores de decisión, administrativas y de gobierno con las comunidades. Estas últimas son de una gran relevancia puesto que en el contexto rural granmense es dónde por lo general se desarrolla la actividad agropecuaria y por ende la labor innovativa de campesinos, campesinas, extensionistas e investigadores.
Figura 2.3. Estructura del CLIA Granma Lecciones aprendidas Aunque el trabajo con el CLIA es insipiente aún, ya existen evidencias de su funcionalidad dentro de un contexto de múltiples instituciones cuyas misiones tienen el objetivo común de generar y promover la innovación como un medio para lograr incrementos en la producción de alimentos, así como potenciar la investigación y la enseñanza. La existencia de estructuras verticales en Cuba, cuya replicabilidad trasciende el contexto provincial para llegar a los municipios, reafirma que el CLIA emerge como una red en su función de lograr mayor articulación de los actores del desarrollo local. Esto nos ha
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enseñado que a nivel municipal existen condiciones idóneas para lograr los objetivos y metas con mayor objetividad. Bajo este principio, aunque sin renunciar al CLIA provincial por su rol integrador de visiones y misiones institucionales, se promueve con gran fuerza la formación de CLIAs municipales para lograr mayor efectividad en las acciones que se planifiquen en los equipos que forman los ejes temáticos y consecuentemente en las acciones planificadas en los Centros Primarios de Diversidad Genética y Tecnológica, que son, bajo los principios del PIAL, las células básicas y funcionales donde se materializan la mayoría de las metas del proyecto. Esta mayor y efectiva operatividad que se le adjudica a los CLIAs municipales es muy probable que tengan que ver con los argumentos de Guzón (2006) quien plantea que es precisamente en el municipio donde comienza el espacio local, el espacio de lo cotidiano, de las relaciones interpersonales, de la diversidad, donde se produce y reproduce la vida y donde se alcanzan o no los niveles de satisfacción de individuos y grupos. Su evolución, en un sentido o en otro, impacta de manera determinante a la población que, en primera instancia, es habitante de ese espacio. A este análisis se unen un conjunto de potencialidades existentes en los municipios que se pueden aprovechar en el marco de los CLIAs para lograr mayor eficiencia en la gestión local: Guzón (2003) resume algunas de estas potencialidades entre las cuales se encuentran:
La suficiencia de la institucionalidad presente en cada uno y los niveles de representatividad: el diseño de los Órganos Locales del Poder Popular, sus funciones y atribuciones; los Consejos Populares como estructura de gestión por debajo de la instancia municipal y en tanto parte de ella; las Comisiones Permanentes de Trabajo como órganos auxiliares: la subordinación a la Asamblea Municipal del Consejo de la Administración y la representación en esa escala de los organismos centrales; la figura del delegado de base, nominado y elegido en su barrio, representando a esa población en la Asamblea y rindiéndole cuenta públicamente de su gestión cada seis meses.
Cultura de participación, con un marcado carácter movilizativo pero una alta propensión a la cooperación, así como los espacios y canales que existen para ello… y que no siempre se aprovechan adecuadamente.
Presencia de infraestructura básica de servicios, que se ha ido consolidando a través de programas nacionales.
Recursos humanos instruidos en cualquier lugar del país. Acceso a universidades, centros de investigación y otras organizaciones, portadores
de conocimientos y tecnologías apropiadas. Existencia de reservas productivas que pueden movilizarse y manejarse en la escala
municipal como fuentes viables de recursos.
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Los mayores obstáculos para el funcionamiento del CLIA provincial han estado relacionados con la falta de conciencia o entendimiento por parte de algunos decisores sobre la necesidad de las alianzas interinstitucionales para enfrentar los desafíos del desarrollo. Quizás la competencia por los recursos de los proyectos o la pobre cultura del trabajo en equipos sean algunas de las causas que frenen la formación de este tipo de redes o alianzas. Booth (2006) resume una serie de obstáculos para el logro de efectivas alianzas que bien pudieran argumentar los desafíos que enfrenta el CLIA Granma en la actualidad para su óptimo funcionamiento. Entre estos factores este autor refiere los siguientes:
o Existencia de diferentes objetivos y prioridades entre los actores que forman la alianza.
o Diferentes enfoques basados en los roles y cultura institucional. o Rechazo a compartir recursos. o Dificultades en la construcción de “puentes” entre las diferentes realidades de
cada actor. o Falta de entendimiento de las diferencias de cada actor. o Atmósfera crítica, conflictiva y competitiva. o Pobres antecedentes de desarrollo de alianzas. o Falta de interés y compromiso social y colectivo. o Falta de consenso. o Independencia intelectual y superioridad. o Confidencialidad. o Temor.
A estos se les pudieran adicionar otros obstáculos identificados por Guzón (2006) y que de alguna forma coinciden con los identificados en esta experiencia. Entre estos podemos mencionar los siguientes:
Funcionamiento paralelo. Estilos y métodos de trabajo que no facilitan la integración. Diagnósticos en paralelo. Esto trae como consecuencia dualidad de acciones y
desaprovechamiento de recursos financieros y materiales. Para concluir esta sección, hay que enfatizar que los decisores encargados de proyectar el trabajo de las instituciones deben revalorar su rol al frente de sus organizaciones y que entendamos que el conocimiento, tal y como lo refiere García (2006) además de adquirirse se intercambia. Es por esa razón, continúa el autor, que más allá del aprendizaje individual se tiende cada vez más a analizar el desarrollo organizacional, se estudian los cambios institucionales que habría que hacer para generar una verdadera innovación. En cuanto al rol e importancia de las alianzas, este mismo autor refiere que un nivel más complejo todavía de desarrollo de capacidades se relaciona ya no con individuos y sus instituciones, sino con la interacción entre estas, es decir, con redes y alianzas entre
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instituciones que permiten coordinar, coproducir, colaborar y multiplicar con ello, las capacidades respectivas. Finalmente, consideramos que el establecimiento de alianzas efectivas para la innovación no solamente se debe realizar con el objetivo de tener múltiples actores articulando acciones para la solución de problemas y la búsqueda de soluciones, sino que éstas se deben hacer siguiendo el principio de múltiples disciplinas. Esto es válido desde la organización de las plataformas nacionales que rigen el PIAL pasando por los CLIAs provinciales y municipales hasta los Centros Primarios de Diversidad Genética y Tecnológica. Aprovechemos las instituciones y fortalezcamos sus roles y misiones y veremos resultados no sólo mas integrales sino también con acuerdos colectivos y visiones compartidas.
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Sección III. Experiencias en Procesos de Innovación Rural desde el ámbito local
Resumen Con esta sección los autores/as reflejan a través de cuatro estudios de caso, las experiencias de desarrollo local desde diferentes perspectivas, siendo en todos los casos prácticas iniciales de lo que se pretende con el desarrollo rural sostenible. En cada estudio de caso ha estado presente el papel de las alianzas para fomentar las iniciativas planteadas. En dos de ellos se enfoca el rescate y conservación de los recursos genéticos tanto en la rama agrícola como pecuaria y en los otros dos, desde una perspectiva del concepto de Procesos de Innovación Rural, muestran su éxito en la búsqueda del desarrollo desde lo local a través de un enfoque agroecológico y del empoderamiento de los campesinos y campesinas. Todos los casos buscan sin duda una mejor producción agropecuaria a nivel comunitario haciendo énfasis en las alternativas para la comercialización. 3.1 San Apapucio: Una comunidad rural encaminada a la innovación local
Luis Rodríguez Larramendi
Director de Investigaciones Agrícolas IIA “Jorge Dimitrov”
Contacto: lrlarra@dimitrov.cu
Ramón Santiesteban Santos Investigador
IIA “Jorge Dimitrov” Contacto: rsantiesteban@dimitrov.cu
Osnelis Alberto Almaguer Mojena
Profesor de la Universidad de Granma Contacto: oalmaguerm@udg.co.cu
Antecedentes La comunidad de San Apapucio se ubica alrededor del cauce del Río Babatuaba en los
límites de los municipios Bayamo y Buey Arriba. Fundada en el año 1840 ha desarrollado
una rica historia que data desde la guerra de independencia contra el colonialismo
español en el año de 1895, pasando por los sucesos del período revolucionario
encabezado por Fidel Castro entre 1957-1959, hasta nuestros días, en los que un grupo
de mujeres y hombres encaminan su desarrollo tomando la innovación como herramienta
en su cotidiano quehacer.
Desde el punto de vista ecológico y ambiental la comunidad se ha debatido entre
alternantes y extensos períodos de sequía, así como inundaciones provocadas por
ciclones y tormentas tropicales que han desfavorecido el desarrollo y mantenimiento de la
cultura agropecuaria que caracterizó a dicha comunidad en años anteriores.
Sección III. Experiencias en PIR desde el ámbito local 113
Históricamente, San Apapucio fue rico en diversidad y se caracterizó siempre por el
cultivo de granos, entre ellos el frijol y el maíz, pero la crisis aguda del Período Especial,
como producto de la desintegración de la Unión Soviética y la caída del campo socialista
de los países de Europa del Este, provocaron la degradación de sus recursos naturales y
con ello la pérdida de recursos genéticos tradicionales como por ejemplo el cultivo del
frijol y el maíz, que habían sido parte del sustento de la economía y alimentación familiar.
Figura 3.1. Mapa de la comunidad de San Apapucio elaborado por las personas de la comunidad.
El inicio de la colaboración La intervención de de los investigadores a través de la aplicación de la ciencia y la
innovación tecnológica en la comunidad fue un hecho fortuito. Lo interesante del inicio de
esta acción fue que se produjo de manera contraria a lo que acostumbran a hacer los
centros de investigación científica. En vez de proponer recetas tecnológicas a los
productores, fue un campesino de la comunidad quien se acercó a un grupo de
investigadores del Instituto de Investigaciones Agropecuarias “Jorge Dimitrov”, quienes se
encontraban experimentando variantes tecnológicas en el cultivo del tabaco. Estas
investigaciones se perfilaban para lograr y proponer a corto y mediano plazo una
tecnología que integrara elementos agro-técnicos, nuevas variedades, estudios eco-
fisiológicos, manejo de la densidad de siembra, esquema de rotaciones de cultivo, entre
otras variantes. Bajo estos principios se perfilaba la introducción de dichos resultados en
Sección III. Experiencias en PIR desde el ámbito local 114
la práctica agrícola de las empresas y productores del territorio de la provincia Granma,
sin contar con las necesidades y prioridades de los campesinos productores de tabaco de
la localidad.
Experimento de tabaco, preámbulo para el inicio de la innovación en San Apapucio. Foto: Luis Rodríguez Larramendi.
El interés del campesino tenía como objetivo no sólo la demanda de conocimiento para
mejorar sus cosechas, sino compartir lo que de generación en generación había
aprendido de sus antecesores y campesinos vecinos.
Fue así como se inició este camino de aprendizaje social, el cual hasta la fecha ha
trascendido a lo que en nuestro estrecho marco conceptual considerábamos era lo más
importante para la ciencia: conocimiento y tecnología sin un enfoque social con el hombre
en el centro de las decisiones y reflexiones.
Los primeros pasos. El Sondeo Rural Participativo En el año 2005 se realiza un Sondeo Rural Participativo con una amplia participación de
la comunidad. Hombres, mujeres, niños y niñas, apoyados por un equipo de facilitadores
del Instituto de Investigaciones Agropecuarias “Jorge Dimitrov”, la Asociación Cubana de
Producción Animal (ACPA), la Asociación Cubana de Técnicos Agrícolas y Forestales
(ACTAF) y la Estación Territorial de Investigaciones Agropecuarias de Holguín (ETIAH),
así como el Instituto Nacional de Investigaciones Agrícolas de Venezuela (INIA), reflejaron
Sección III. Experiencias en PIR desde el ámbito local 115
con visión propia no solo las características de su comunidad sino también sus principales
problemas.
Este sondeo permitió caracterizar de forma participativa los principales renglones socio-
productivos del asentamiento poblacional, haciendo énfasis en la problemática que
frenaba el desarrollo agropecuario de la localidad. Fue una sorpresa y al mismo tiempo
una experiencia inolvidable, escuchar de parte de los propios protagonistas del desarrollo
de esa zona, los principales problemas que afectaban su desempeño, así como las
propuestas de soluciones locales y las necesidades de aprendizaje con los investigadores
y técnicos de las instituciones de investigación y enseñanza de la provincia.
Lejos estábamos de imaginar que gran parte de las soluciones a los problemas
identificados en la comunidad de San Apapucio se encontraban “almacenados” entre
oficinas y laboratorios del Instituto de Investigaciones “Jorge Dimitrov” y la Universidad de
Granma.
A continuación se listan los principales problemas detectados en este diagnóstico a partir
de los cuales se propuso una priorización para lograr un escalado en la solución
participativa de esas dolencias.
1. Bajos rendimientos agrícolas
2. Bajas producciones agropecuarias
3. Sequía
4. Pérdida de variedades de cultivos tradicionales (maíz y frijol)
5. Envejecimiento de los productores
6. Migración de jóvenes hacia la ciudad
7. Vías de acceso a la comunidad en mal estado
8. Robos frecuentes
9. Insuficientes recursos para la producción agropecuaria
10. Insuficiente maquinaria agrícola
11. Falta de mercado en la propia comunidad
12. Insuficiente disponibilidad de semillas
13. Pobre relación de la comunidad (campesinado) con instituciones de investigación y de
educación superior
Sección III. Experiencias en PIR desde el ámbito local 116
14. Baja diversidad de cultivos agrícolas
15. Baja diversidad de especies animales en fincas
A partir de estos problemas, la propia comunidad determinó de manera colectiva que los
problemas más acuciantes para ellos estaban relacionados con las bajas producciones
agropecuarias que se lograban en sus predios, la pérdida de la diversidad de cultivos y
animales y las afectaciones por eventos naturales adversos, como las intensas sequías.
Un grupo de mujeres, niñas y niños durante la elaboración del Diagrama de Venn de la comunidad de San Apapucio. Foto: Yorman Rodríguez
Sin embargo, existía un problema de otra índole pocas veces identificado e interpretado
de la manera correcta: la desarticulación que mostraban algunas instituciones
comprometidas con el desarrollo agropecuario del sector rural del territorio. Este problema
fue percibido a través de la construcción de un Diagrama de Venn que ilustra las
relaciones que se establecen entre las instituciones reconocidas por los productores y su
comunidad.
En total y en ese momento, un grupo de mujeres, niñas y niños de la comunidad
identificaron 15 instituciones que de alguna manera inciden en su desarrollo (Figura 3.2)
de ellas reconocen que son importantes seis, mientras que el resto son medianamente
importantes. Sin embargo, resulta interesante que de las instituciones clasificadas como
importantes, sólo el Consultorio Médico de la Familia y la Escuela tienen una estrecha
Sección III. Experiencias en PIR desde el ámbito local 117
relación con la comunidad, siendo la Universidad de Granma y el Instituto de
Investigaciones “Jorge Dimitrov” relegados a un segundo plano por considerar que a
pesar de estar geográficamente cerca de la comunidad no se relacionaban ni ejercían la
función social de lograr un impacto en el desarrollo socioeconómico de su entorno más
cercano.
Figura 3.2. Diagrama de Venn de la comunidad de San Apapucio.
Esta reflexión, en torno al papel de los actores locales y externos en el desarrollo de la
comunidad, fue punto de partida que contribuyó no solamente a fortalecer las acciones
dentro de la comunidad sino que al mismo tiempo evidenció la necesidad de crear
alianzas interinstitucionales y transdisciplinarias que condujo a lo que hoy se conoce
como Centro Local de Innovación Agropecuario de Granma (CLIA Granma).
Hoy, un conjunto de fincas de esta comunidad, por su carácter innovador forman parte de
los Centros Primarios de Diversidad Genética y Tecnológica (ver sección 2,4) que
contribuyen al rescate de la diversidad genética y a la introducción y generalización de los
resultados científico técnicos generados en los centros de investigación y la universidad
de la provincia, con la cooperación de las asociaciones de productores agropecuarios, la
Asociación Nacional de Agricultores Pequeños (ANAP) y las entidades del Ministerio de la
Agricultura (MINAG) que conforman el CLIA en la provincia.
Sección III. Experiencias en PIR desde el ámbito local 118
Caracterización de los sistemas de producción Con toda la información que permitió caracterizar -desde el punto de vista social- a la
comunidad y dado el carácter agropecuario de la misma era imprescindible profundizar en
el estado en que se encontraban los sistemas productivos. Para ello se formularon y
aplicaron encuestas con informantes clave que permitieran el logro de los objetivos
planteados realizar una tipología de fincas/familias campesinas.
Con la aplicación de las encuestas y del calendario de actividades agrícolas se pudo
comprobar que los sistemas de producción agropecuarios no estaban lo suficientemente
desarrollados para aportar y garantizar al menos el autoconsumo de productos
agropecuarios. El 100 % de los productores y productoras cultivaban una variedad de
maíz y de yuca como cultivos de subsistencia y solo tres cultivaban ocasionalmente el
frijol con el mismo propósito. En cuanto al destino de la producción agrícola, el 42%
vendía parte de la producción ya sea a la entidad comercializadora de la agricultura
(Acopio) en el territorio o a la propia comunidad.
En cuanto a la producción animal, el 100% de las fincas/familias entrevistadas tenían al
menos tres especies de animales, principalmente de corral o traspatio. El 93% criaban
ganado vacuno y el 29% vendía leche al estado o algunos animales menores en
mercados locales. El resto de los animales que se criaban eran: Ovejos (36%), Gallinas
(100%), Puercos (57%), Patos (57%), Guanajos (43%), Chivos (21%) y Caballos (21%).
De manera general no se observaban criterios innovativos para la producción
agropecuaria excepto un campesino que aplicaba en su finca el sistema de cultivo de
plátano extra-denso, logrando significativos ingresos económicos por hectárea.
Rescate de la diversidad agrícola y desarrollo participativo de tecnologías agrícolas sostenibles Con el propósito de buscar nuevas alternativas para el desarrollo agropecuario a través
de un enfoque participativo, para la selección y mejoramiento de cultivos así como la
diversificación de los mismos, se aplicó la metodología del Fitomejoramiento Participativo
y dentro de ésta las Ferias de Agro-biodiversidad ocuparon un papel protagónico. Estas
ferias han devenido en una nueva manera de promover la diversificación productiva y
estimular la participación activa de los pequeños productores. Aspectos de sensible valor
para nuestro entorno rural que aún mantiene baja la disponibilidad alimentaria, aunque
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con logros en algunos aspectos de la producción de alimentos agrícolas, en los que la
comunidad de San Apapucio representa un ejemplo para el resto de la provincia.
La primera Feria Como un medio para la solución del problema de la pérdida de la diversidad de
variedades de frijol, se desarrolló en el año 2005 la primera feria de biodiversidad. En esta
ocasión se pusieron a disposición de los productores -en la finca de un campesino de la
comunidad- 20 variedades de lo que popularmente se conoce como frijol “caritas” (Vigna
sp).
Esta feria fue una oportunidad en la que los productores y productoras conjuntamente
con técnicos, decisores de políticas, científicos y científicas pusieran en práctica sus
habilidades de selección de variedades e intercambiaran saberes y criterios para tal
actividad. Se seleccionaron de forma participativa un total de 6 variedades (Tabla 3.1) las
cuales fueron repartidas en pequeñas cantidades para su experimentación en fincas,
reproducción y conservación en las parcelas de los productores. En esta selección
prevalecieron los criterios: color del grano, resistencia a las plagas y productividad.
De esta forma, la pérdida de la diversidad agrícola como problema identificado que incidía
en las bajas producciones agrícolas de los productores y productoras de la zona quedó
resuelto con la participación de todo el campesinado y con la oportunidad que brindó el
Instituto de Investigaciones Agropecuarias “Jorge Dimitrov” al poner a disposición de los
campesinos su germoplasma de frijol vigna, el cual desde hacía varios años se
conservaba en cámaras refrigeradas.
Tabla 3.1. Resultado de la selección participativa de variedades de frijol vigna.
Variedades seleccionadas Color % de selección 86 D-715 Blanco 59 86 D-3577 Blanco 43 Cancarro Blanco 41 Codorní (variedad prospectada) Jaspeado 41 C-666 Negro 35 Viñales 144-A Negro 32
Sección III. Experiencias en PIR desde el ámbito local 120
Los concursos de elaboración de platos a base de los cultivos expuestos: el espacio creado por las mujeres Otras de las oportunidades que brindó la feria de diversidad del frijol vigna fue el acceso
de las mujeres a la pluralidad biológica para innovar en su uso a través de las prácticas
domésticas de la familia. Para esto, se les brindó a las mujeres la posibilidad de que
organizaran un concurso de elaboración de recetas culinarias a base de los frijoles que en
las parcelas de las fincas campesinas se exponían.
Esta actividad, además de impregnarles nuevos criterios de selección a las personas
sobre la base de los cultivos de interés agrícola, les abrió un espacio para la reflexión
colectiva. La creatividad de las campesinas de la comunidad se hizo evidente y atractiva,
lo cual marcó pautas para la repetición de esta experiencia en ferias posteriores. Las
variedades seleccionadas debido a que fueron las que más gustaron para la elaboración
de recetas culinarias se presentan en la siguiente tabla: Tabla 3.2. Variedades seleccionadas para la elaboración de recetas culinarias.
Variedades Color % de selección 86 D-715 Blanco 30 86 D-510 Blanco 30 86 D-3577 Blanco 27 Frijol garbanzo Crema 27 Cancarro Blanco 19 C-666 Negro 19 Viñales Negro 19
Concurso de recetas culinarias elaboradas sobre la base de variedades de frijol Vigna. Foto: Luis Rodríguez Larramendi.
Sección III. Experiencias en PIR desde el ámbito local 121
De las ferias de Diversidad a las ferias de Innovación Local La Feria de Innovación Local en sentido general, se presentó como un abanico de
oportunidades y opciones, que indudablemente hace aportaciones sustanciales con un
carácter holístico y que se ve reflejado a través de sus impactos a nivel comunitario.
Los aportes de las Ferias
Los aportes más relevantes de la ferias se dirigen hacia las diferentes dimensiones de la
vida social de la comunidad incluso en algunos casos trascendiendo los límites socio-
espaciales de la misma.
1.- Una primera dimensión es la técnico-productiva en la que se pueden visualizar los
siguientes aportes:
Campesinos, campesinas, investigadores e investigadoras de la provincia seleccionando variedades durante una feria de biodiversidad. Foto: Luis Rodríguez Larramendi.
• La selección participativa de variedades Es una de las nuevas opciones que ofreció la feria en su marco de realización. De este
modo los diferentes productores y productoras que son miembros de la comunidad
pudieron seleccionar las variedades de su preferencia a través de criterios de selección
que compartieron junto con los investigadores, investigadoras y especialistas del Instituto
de Investigaciones Agropecuarias ¨ Jorge Dimitrov ¨, el Instituto Nacional de Ciencias
Agrícolas (INCA), la Universidad de Granma, la Asociación Cubana de Producción Animal
Sección III. Experiencias en PIR desde el ámbito local 122
(ACPA), la Asociación Cubana de Técnicos Agrícolas y Forestales (ACTAF), la
Delegación Territorial del MINAG en Granma y la Asociación Nacional de Agricultores
Pequeños (ANAP). Mostrando de este modo nuevas formas de integración de saberes de
científicos y de productores y productoras.
La Tabla 3.3 muestra el resultado de la selección participativa de variedades de maíz. De
un total de 74 variedades expuestas en el campo se seleccionaron 5 variedades las
cuales oscilaron entre 62 y 24 % de aceptación. Los criterios que predominaron para su
selección fueron el tamaño de la mazorca, precocidad, rendimiento y cantidad de
mazorcas por planta, en ese mismo orden. Tabla 3.3. Variedades de maíz seleccionadas en campo y porcentaje de selección. Variedades seleccionadas % de selección P-7982 62 Tuzón 59 H-10 34 H-26 24 Tayuyo 24
Lo que resultó interesante fue cómo los criterios de selección de variedades fueron
enriquecidos integrando juicios “técnicos o científicos” dados por los investigadores e
investigadoras con los criterios brindados por los campesinos y campesinas que
participaron en la selección. Los criterios que prevalecieron entre los investigadores
fueron: resistencia a enfermedades ocasionadas por plagas, duración del ciclo productivo,
rendimiento por planta, entre otros. Los criterios provenientes de la experiencia y el
patrimonio cultural de los campesinos y campesinas estuvieron relacionados con el uso
de variedades que puedan estar más relacionada con las tradiciones alimentarias de la
comunidad, las variedades más resistentes atendiendo a tradiciones relacionadas con la
siembra de cultivos según las fases lunares, los recursos de cada productor y sus
potencialidades, etcétera.
Con ello se muestra una participación en la que el protagonismo no sólo lo tiene el
investigador, como propugnaba el modelo convencional de transferencia tecnológica, sino
que todos los saberes son válidos y útiles para el propósito en cuestión.
Sección III. Experiencias en PIR desde el ámbito local 123
• Desarrollo participativo de tecnologías agrícolas: Introducción de esquemas de policultivos
En la finca “La Catalina”, propiedad de José Luis, uno de los campesinos más
innovadores de San Apapucio, se mostraron dentro del marco de la Feria nuevos
esquemas de policultivos para el óptimo aprovechamiento del suelo. Bajo estos esquemas
en un mismo espacio se alternaban hasta tres cultivos diferentes. De esta manera
disminuían los efectos negativos de un tipo de cultivo como el maíz que extrae grandes
cantidades de nutrientes del suelo, con cultivos que aportan mayores elementos nutritivos
al suelo como el frijol. Se aseguran cosechas durante todo el año, se diversifica la
producción agrícola en las fincas y se mejoran las propiedades agroquímicas del suelo.
Esquemas de policultivo una vía para el aprovechamiento del suelo y diversificación productiva. Foto: Luis Rodríguez Larramendi.
Este esquema es muy útil para pequeños productores porque en primer lugar incrementan
la rentabilidad de sus tierras de una forma sostenible e incrementan la biodiversidad al
combinar o intercalar varios cultivos que además de ser de interés para la alimentación de
la familia, favorecen los ingresos económicos de la misma.
Además de lo antes expuesto y como parte del proceso de experimentación campesina se
realizó un experimento con la facilitación de especialistas del Instituto de Investigaciones
Agropecuarias “Jorge Dimitrov” y la Universidad de Granma y conducido por el campesino
Jorge Matamoros (Papito) en la cual se evaluaron 5 variedades de frijol vigna (Tabla 3.4).
Sección III. Experiencias en PIR desde el ámbito local 124
El comportamiento de las variedades arrojó como resultado que las mejor adaptadas, de
acuerdo con los rendimientos y los componentes descritos en la Tabla 3.4 fueron la
Cubanita, Cancarro y 86 D715 por ese orden con rendimientos que oscilaron entre 60 y
132 g/planta, los cuales son aceptables teniendo en cuenta que la experiencia se hizo en
condiciones de secano y sin fertilización mineral.
Tabla 3.4. Comportamiento de variedades de frijol vigna en la finca de Papito de la comunidad San Apapucio.
Variedad Vainas por planta
Granos por planta
Masa de 100 semillas
Rendimiento g/planta
86 D715 12,2 97,8 61,7 60,44 Cancarro 14,8 134,0 68,1 91,32 IITA Precoz 7,2 54,0 19,9 10,74 Trópico Yarey 16,2 141,4 20,5 29,09 Cubanita 7,6 56,0 23,6 132,4
Campesinos y técnicos del IIA “Jorge Dimitrov” experimentando en la finca de José Luis de la comunidad de San Apapucio, Granma. Foto: Luis Rodríguez Larramendi.
• Diversificación productiva La diversificación de cultivos no solo se mostró para el cultivo del maíz, donde fueron
exhibidas 74 variedades para su selección sino que también trascendió a toda la
producción de la finca en la que se encontraban hortalizas, granos, viandas, animales
(cerdos, pollos, vacas).
Sección III. Experiencias en PIR desde el ámbito local 125
En tal sentido, la feria se abrió como una vía importante de acceso a la biodiversidad con
los consabidos beneficios que la misma implica donde el carácter participativo le confirió
rasgos distintivos que hicieron más eficientes y directos sus aportes.
Impacto social 2.- La segunda dimensión es la social en la que los aportes fundamentales fueron:
• La feria se convirtió en un espacio eficiente para la socialización de saberes
Se pudo constatar cómo la Feria de Innovación Local es también un espacio formativo y/o
educativo, en este caso asume nuevas formas, en tanto, los productores y productoras
dejan de ser los actores pasivos y receptores de recetas preconcebidas en los centros de
investigación por especialistas, para convertirse en facilitadores de los procesos de
innovación local. De este modo se generan procesos de aprendizaje entre los sujetos
(productores/as-productores/as, productores/as-investigadores/as) y se extiende a toda la
comunidad.
Tabla 3.5. Incremento en la diversidad de cultivos agrícolas antes de iniciar el proyecto y durante el 2007 en la comunidad de San Apapucio.
Antes del proyecto Después del proyecto
Cultivos Variedades Variedades Yuca 2 5 Frijol vigna 2 20 Habichuelas 0 1 Plátano 1 3 Canavalia 0 1 Flor de Jamaica 0 1 Pepino 0 1 Frijol Phaseolus 2 116 Maíz 2 94 Tomate 1 17 Pastos 1 9
Uno de los ejemplos que grafican lo dicho, lo constituye el Círculo de Interés “Pequeños
Innovadores” de la escuela primaria “Pedro Pompa”, donde los niños incorporaron
nuevos conocimientos y prácticas en torno a la innovación agrícola local. Los niños
realizaron ejercicios de procesos de selección participativa de variedades y mostraron
sus pequeñas parcelas escolares de experimentación agrícola.
Sección III. Experiencias en PIR desde el ámbito local 126
De este modo los niños y niñas se convirtieron en motores impulsores de la innovación
atrayendo a sus padres a las actividades de la comunidad y contribuyeron -con la
participación de sus maestros- a la formación vocacional desde edades tempranas con la
intención de poder convertirse en hombres y mujeres innovadores y comprometidos con el
desarrollo de su comunidad (ver fotografía).
Niños y niñas en el Huerto Escolar, simulando un proceso de selección participativa de variedades de fríjol. Foto: Luis Rodríguez Larramendi.
• La feria constituyó un espacio para el fortalecimiento del capital social En el marco de las ferias, son tangibles las nuevas formas de integración que se producen
entre diversos actores tanto internos como externos a la comunidad (productores,
productoras, investigadores, investigadoras, decisores, académicos, comunicadores de
diferentes medios de difusión, entre otros, toda vez que convergen en un mismo
escenario social para realizar intercambios de experiencias en torno a los resultados
mostrados.
Es importante destacar que la feria se realizó bajo un enfoque de múltiples actores donde
convergieron diversas instituciones como las ONGs ACSUR LAS SEGOVIAS y Ayuda
Popular Noruega (APN), el Centro Internacional de Investigación Agrícola Orientada al
Desarrollo (ICRA) con sede en Holanda, la Universidad de Granma, ACTAF, ACPA,
ANAP, MINAG, el INIA de Venezuela, entre otras, que se organizan bajo los objetivos del
programa de Innovación Agropecuaria Local (PIAL) del cual forma parte el Centro Local
de Innovación Agropecuario de Granma. Este tipo de enfoque permitió una forma de
Sección III. Experiencias en PIR desde el ámbito local 127
organización en forma de red que opera bajo una visión compartida para la innovación
colectiva (ver sección II capítulo 2.4).
En esta se incorporaron nuevos productores y productoras de la misma comunidad. Se
establecieron vínculos para el intercambio de técnicas productivas con productores
innovadores de otras comunidades y se logró una mayor socialización de la experiencia
mostrada, ya que la misma obtuvo una mayor difusión por parte de los medios de
comunicación, reconocimiento de los decisores que participaron y de la comunidad en
sentido general.
Cuando yo sea grande quiero ser agrónomo Por: Daniel Hernández Estudiante de secundaria (Comunidad “San Apapucio”) Me llamo Daniel Hernández, tengo 14 años y estudio en la Secundaria Básica Evelio Saborit, que está situada cerca de la Universidad de Granma. Soy sobrino de Nardis Arias, maestra de la Escuela Pedro Pompa de la comunidad “San Apapucio”. Ella me ha enseñado a trabajar la lombricultura en su huerto, pues lo aprendió en un curso que recibió a través del proyecto PIAL. Yo me ocupo de alimentar las lombrices que serán útiles para fertilizar el huerto. Me gusta mucho el trabajo en la agricultura y ayudo cuando puedo a mi abuelo Mario Arias en su trabajo y a mi tío Wilber Arias, quien ahora ha sembrado plátano, maíz, ají chai y calabaza. Estamos haciendo un huerto familiar en el que también quiero ayudar. Yo me encargaré de echar el abono de la lombricultura para que la tierra se fertilice y crezcan mejor las plantas. También puedo limpiar y sembrar. Mi hermano y yo también ayudamos a mi abuelo con los animales y pastoreamos el ganado. Cuando termine la secundaria quiero estudiar agronomía y poder entrar después en la Universidad de Granma. Así en el futuro podré ayudar a mi abuelo y enseñarle lo que aprenda para que el tenga más producción. También podré enseñar a otros campesinos.
Artículo publicado en el Boletín CLIA Granma, No.3 Año 2008.
Sección III. Experiencias en PIR desde el ámbito local 128
3.- La tercera dimensión sistematizada desde la experiencia de la Feria lo constituyen los
espacios socioculturales, pocas veces visualizados en experiencias de este tipo, pero de
gran relevancia para la institucionalización de procesos innovadores que contribuyen al
desarrollo local.
• Fortalecimiento de la identidad cultural comunitaria La Feria constituyó un espacio para el rescate de tradiciones, para la animación
sociocultural comunitaria y para el fortalecimiento del capital cultural. Ejemplo de ello es el
hecho de que la Feria contó con espacios artísticos en la que miembros de la misma
mostraron sus aptitudes y talentos, desde los niños y niñas hasta los adultos. El concurso
de platos elaborados a base de maíz brilló por su diversidad, calidad y por constituirse en
muestra vívida de las tradiciones culinarias, los hábitos alimentarios de los comunitarios,
la participación y creatividad de las mujeres de la comunidad.
Los medios de comunicación indagan sobre la experiencia. Foto: Luis Rodríguez Larramendi. La diversificación productiva, específicamente el rescate de variedades de maíz y frijol
que eran prácticas tradicionales en la actividad productiva de la comunidad, emergió
como una experiencia cultural ligada a costumbres perdidas en nuevas actividades
productivas introducidas determinado, esto último, por factores de índole económico y
climatológicos, pero que permanecían latentes como parte del patrimonio cultural
comunitario. Rescatarlas ha sido percibido como un elemento positivo, de un valor
intangible pero altamente reconocido por los comunitarios.
Sección III. Experiencias en PIR desde el ámbito local 129
Mujeres participando en el concurso de platos elaborado a base de maíz. Foto: Luis Rodríguez Larramendi Reflexiones finales Las actividades de innovación, así como las ferias de diversidad, constituyen un momento
de consolidación de la evidente dinámica innovadora que emergió en productores y
productoras de la comunidad San Apapucio. Esto dio pauta a un fortalecimiento del
proceso local de desarrollo. La experiencia se fortaleció a partir de la interacción con
instituciones investigativas y académicas del territorio y otros actores que, en calidad de
promotores de este tipo de experiencia, participan y/o apoyan estos procesos en la
provincia.
La experiencia en sí reafirma las potencialidades de estos tipos de procesos como nuevas
formas de integrar prácticas y conocimientos que se constituyen en respuestas creativas a
situaciones de conflictos o problemas presentes en los contextos rurales locales, en lo
que podemos denominar como la organización social de la innovación en la cual la
calidad del mismo depende de la manera en que se organizan los diferentes actores para
impulsar los procesos de innovación local.
Las ferias, tanto de diversidad como de innovación, demuestran también como las nuevas
nociones, creencias y prácticas innovadoras van enraizándose en el sistema cultural de
los comunitarios, siéndoles otorgadas por los mismos una relación de significado subjetivo
que se concreta en nuevas maneras de hacer, construyendo una nueva institucionalidad.
Sección III. Experiencias en PIR desde el ámbito local 130
3.2 El Rescate y conservación de la cabra criolla cubana. Una experiencia sobre la conservación de la biodiversidad desde la innovación local
Manuel La O Arias
Investigador IIA “Jorge Dimitrov”
Contacto: mlao@dimitrov.cu
Una introducción necesaria Los recursos zoogenéticos son un componente muy importante dentro de los sistemas de
producción agropecuarios. El gran desarrollo de las ciencias aplicadas durante el siglo
XX, facilitó la aparición de tecnologías intensivas, altas demandantes de insumos y con
ellas, nuevos genotipos muy especializados y potencialmente productivos.
La alta especialización de los nuevos sistemas tendría un costo ambiental debido a la
artificialización del medio, con un material vegetal y animal “mejorado”, químicos,
energéticos y otros requerimientos que, además de las producciones esperadas, tendrían
un efecto residual con la pérdida de la diversidad biológica no solo de los cultivos y
animales domésticos. También se afectó toda la diversidad biológica de protistas, plantas
y animales que, aunque no generan beneficios productivos directos, garantizan la
realización de importantes ciclos y procesos dentro de los agroecosistemas.
Los cultivos y animales domesticados mejorados, trascendieron a los sistemas locales
tradicionales de producción agropecuaria y por cuestiones tan complejas como diversas,
lejos de enriquecer la diversidad genética comenzaron a desplazar a las variantes locales.
En Cuba, uno de los recursos zoogenéticos más afectados fueron las cabras criollas,
declaradas oficialmente en extinción en el año 2003 (Comisión Nacional de Recursos
Zoognenéticos en Animales de Granja, 2003). Sin embargo, desde el año 2000 varios
especialistas trabajaban en la localización de rebaños caprinos criollos en su escenario
natural. De esta forma se identificó la población de cabras criollas de la comunidad “26 de
Julio” del municipio Jiguaní en Granma como una de las mejores conservadas, aunque ya
con determinado grado de mestizaje. Uno de estos rebaños se encontraba bajo el amparo
de un convenio con la Empresa Genética “Manuel Fajardo” lo que facilitó la introducción
de los objetivos de conservación del recurso genético y la interacción con el resto de los
criadores. Surge entonces un programa para el rescate y conservación de la cabra criolla
en dicha comunidad.
Sección III. Experiencias en PIR desde el ámbito local 131
Evolución del programa de conservación de la cabra criolla en la comunidad “26 de Julio” Inicialmente el programa se concibió en dos fases:
1º. Caracterización morfológica y zootécnica de las cabras criollas.
2º. Conservación in situ, en un rebaño núcleo genéticamente controlado y sometido a un
programa de mejora.
En el año 2005 el esfuerzo de conservación adquirió un carácter comunitario y comenzó
a ser apoyado por el Programa de Pequeñas Donaciones del Fondo para el Medio
Ambiente Mundial (GEF). Se incorporaron criadores nuevos, así como criterios de
sostenibilidad ambiental y una tercera fase:
3º. Programa de Educación Ambiental con enfoques específicos a criadores, mujeres en
general y niños.
No obstante la dinámica del proceso pronto impuso las siguientes lecciones aprendidas:
• Los programas dirigidos a los recursos zoogenéticos en los sistemas locales de
producción no deben enfocarse a rebaños aislados ni a la atención diferenciada de
rebaños núcleos, puesto que estas prácticas aíslan a los animales de su medio natural, el
cual no es sólo el ambiente físico (temperatura, humedad etcétera), sino que este abarca
la integralidad del agroecosistema incluidos aspectos sociales, tecnológicos, económicos,
sus interacciones internas y con el entorno.
• Dada la gran diversidad de criterios de los productores para apreciar y seleccionar sus
animales, los programas dirigidos al manejo de los recursos zoogenéticos deben contar
con una visión compartida de los mismos para el rescate provechoso de prácticas
tradicionales en el manejo de los reproductores que evitan la erosión genética de los
rebaños.
• Estos programas deben incluir criterios de sostenibilidad en todas sus dimensiones a
partir de la mejora de los sistemas de crianza en armonía con la integralidad del
agroecosistema, visto con el enfoque particular de cada agricultor, por lo que esta mejora
debe provocarse por medio de la innovación e investigación participativa, evitando las
recetas tecnológicas.
Sección III. Experiencias en PIR desde el ámbito local 132
Estas lecciones tempranas le dieron la forma definitiva al programa, el cual quedó
resumido en una metodología que se utiliza para otras comunidades de Cuba sobre el
manejo y explotación sostenible de los recursos zoogenéticos.
El rescate y conservación de la cabra criolla en la comunidad “26 de Julio” Definitivamente el programa se enriqueció inicialmente con un diagnóstico y proyección
participativa, previa y paralela a la acción conjunta.
Diagnóstico y proyección participativa Durante el diagnóstico y proyección participativa se facilitó todo un proceso de
aprendizaje colectivo a la vez que se recabó toda la información necesaria para realizar
una proyección consensuada del trabajo comunitario. Durante esta etapa se incrementó
paulatinamente el nivel de participación de los criadores y la comunidad en general. Esto
se realizó a su vez en tres fases:
1º. Reunión con informantes clave.
2º. Sondeo Rural participativo (SRP).
3º. Taller comunitario para la planeación de la acción conjunta.
Reunión con informantes clave
Durante la reunión con informantes clave se recopilaron datos importantes de la
comunidad tales como:
• Un mapa base de la comunidad, a través del cual se comenzó a construir una visión
de la misma y sus recursos naturales, número de habitantes, familias, fincas y otros
elementos de interés.
• Un diagrama de Venn para identificar otros actores relevantes a tener en cuenta para
el desarrollo del proceso y sus interacciones con la comunidad.
• Una visión preliminar del estado de los recursos zoogenéticos de interés, con especial
énfasis en las cabras criollas.
Con el compendio de la información anterior se identificaron los productores para el sondeo.
Sección III. Experiencias en PIR desde el ámbito local 133
Figura 3.3. Mapa base de la comunidad “26 de Julio”. Herramienta donde se ubican los criadores de cabras y los recursos naturales más relevantes para su crianza.
Figura 3.4. Diagrama de Venn de actores relacionados con el programa de conservación de la cabra criolla en la comunidad “26 de Julio”
Sección III. Experiencias en PIR desde el ámbito local 134
Sondeo Rural Participativo
Durante el Sondeo Rural Participativo los criadores crearon una visión más consciente de
sus propios sistemas de producción. Se emplearon varias herramientas, pero en sentido
general lo fundamental estuvo en identificar el objetivo de la crianza, realizar un análisis
de su sistema de crianza, y por último identificar-priorizar criterios para la selección de los
mejores animales. Estos se convirtieron en sus animales de élite, que en lo adelante
jugaron un papel muy importante dentro del proceso.
La crianza se concentró en tres objetivos fundamentales:
1. Auto-subsistencia
2. Consumo en eventos familiares y sociales
3. Forma de ahorro y ahorro de dinero para determinadas inversiones o eventualidades
En este sentido, la carne resultó ser el principal producto esperado en los roles de
consumo y la leche en un nivel esporádico, sin embargo, para la comercialización se
utilizaban los animales vivos.
Figura 3.5. Herramienta resumen de los objetivos de la crianza de cabras criollas en las estrategias de vida de los criadores.
Con la aplicación de la herramienta de objetivos de la crianza de cabras se identificó que
la crianza de cabras criollas no constituía la fuente de ingresos principal de los criadores y
sus familias. Encontramos roles con diferentes relevancias y en correspondencia
estuvieron los sistemas de crianza, su complejidad e interacciones.
Los objetivos y metas de la crianza responden a factores complejos que pueden
evolucionar en la dinámica del proceso (Wadsworth; 1997). Como herramienta que
Sección III. Experiencias en PIR desde el ámbito local 135
resumió toda esta información se utilizó el modelo sistémico de finca. Estos modelos
sistémicos de fincas resultan irrepetibles. Cada criador tiene particularidades en su
estrategia de vida, nivel de acceso a los recursos naturales, medios y condiciones de
tenencia en general para la crianza. Esto no significa que no se puedan establecer
dominios de recomendación, que no son más que grupos de criadores con condiciones
más o menos similares a quienes realizarles recomendaciones afines.
En este caso, la clasificación de los criadores por grupos arrojó que existen tres dominios
de recomendaciones los cuales se describen a continuación:
• Los criadores de auto-subsistencia (7 de 10 criadores estudiados). Estos tienen
rebaños pequeños (menos de 20 animales); fuentes de empleo fuera de la finca; sin
tierras propias, instalaciones muy elementales, el objetivo fundamental de la crianza es la
carne para autoconsumo, eventos familiares y sociales.
• Criadores que le confieren peso económico a la crianza (2 de 10 criadores estudiados):
Son generalmente agricultores con acceso a tierras, sus rebaños son medianos (entre 30
y 60 animales) dedican mayor tiempo y esfuerzos a la crianza aunque su fuente
fundamental de ingresos está en otras producciones de la finca. La crianza para ellos,
además de cumplir con los roles de auto-subsistencia, es una forma de ahorro y
acumulación, capaz de incrementarse de forma natural, es además fraccionable puesto
que en dependencia de la necesidades puntuales se pueden vender uno o varios
animales.
• Criador de cabras criollas como principal actividad (1 de 10 criadores estudiados): Este
criador tiene acceso a tierras, rebaño relativamente grande (150 animales). Su sistema es
diversificado lo que indica que las cabras por si solas aún no suplen la demanda de
ingresos, aunque son su actividad fundamental. La crianza adquiere roles muy
particulares. Además de los objetivos de crianza que hemos visto en los grupos de
criadores anteriores; aparecen nuevos incentivos tales como el reconocimiento social. Se
considera un sistema atípico debido a las relaciones comerciales puntuales con la
Empresa Genética “Manuel Fajardo” y otros actores del sistema agrario que reconocen el
valor genético de los animales y el beneficio ambiental generado con la conservación de
este recurso zoogenético.
Sección III. Experiencias en PIR desde el ámbito local 136
Taller Comunitario para la acción conjunta
El taller comunitario para la acción conjunta sirvió de contexto para que los criadores y
facilitadores compartieran y cumplimentaran la información obtenida hasta el momento y
de manera colectiva trazaran un programa para mejorar sus rebaños y sistemas de
crianza.
Figura 3.6 Algunos elementos del modelo sistémico de un criador para el cual la crianza de cabras tiene mucha relevancia en su estrategia de vida.
Figura 3.7. Sistema para un criador que solo busca contribución a la auto-subsistencia.
Sección III. Experiencias en PIR desde el ámbito local 137
Para la mejora de los rebaños se propusieron identificar los mejores animales de la
comunidad, con criterios de selección individuales (para cada finca) y colectivos (puntos
de coincidencia de los criterios individuales).
Los productores de forma individual analizan sus sistemas de crianza e identifican criterios propios para seleccionar los mejores ejemplares de sus rebaños. Foto: Manuel La O Arias
La identificación y priorización de los criterios de selección resultó ser un momento muy
importante. Sin duda los animales seleccionados son los que mejor responden a los
objetivos de la crianza en el ambiente que les brinda el sistema en el cual son explotados,
su visualización consciente, tuvo gran relevancia para cada criador en particular al sumir
que cada modelo sistémico de finca es irrepetible, pero también fue significativo para
todos los criadores con sistemas similares (dominios de recomendación) y en
determinado grado para el resto de los criadores de la comunidad puesto que el sistema
agrario a este nivel les impone un ecosistema y relaciones socioeconómicas con puntos
comunes.
Tabla 3.6 Matriz que sintetiza los criterios de selección de los criadores y su orden de prioridad.
Sección III. Experiencias en PIR desde el ámbito local 138
Los criterios identificados responden a caracteres de media y baja heredabilidad, sin
embargo como práctica continua esta selección repercutirá en la mejora permanente de
los rebaños.
El debate de las perspectivas individuales permite crear una visión compartida de los criterios de selección. El apreciador comunitario sintetiza estas visiones para realizar su labor posterior. Foto: Manuel La O Arias La acción conjunta La acción combinada de actores comunitarios y actores externos propiciaron las
siguientes actividades:
Conservación in situ y fomento de nuevos reproductores criollos en la comunidad.
Programa de Educación Ambiental y capacitación
Las ferias ganaderas locales
Conservación in situ y fomento de nuevos reproductores criollos en la comunidad
La conservación in situ como proceso se orientó según las visiones compartidas durante
el diagnóstico y el taller para el planeamiento de la acción y por tanto se respetó la lógica
las tipologías de sistemas tradicionales de crianza y se fortaleció un rebaño núcleo26. El
rebaño núcleo, fue el primer intento de agrupar una población de cabras criollas bajo
control genético; mediante la acción combinada del Instituto de Investigaciones
Agropecuarias "Jorge Dimitrov" y la Empresa Genética “Manuel Fajardo” a través de un
convenio con el criador Adonis Santiesteban Castro.
26 El rebaño núcleo se correspondió con el modelo sistémico donde la crianza de cabras constituyó la actividad fundamental en la estrategia de vida del productor.
Sección III. Experiencias en PIR desde el ámbito local 139
Figura 3.8. Manejo de las sub-poblaciones de cabras criollas dentro del rebaño núcleo para evitar la depresión consanguínea.
El criador agrupó su rebaño en sub-poblaciones denominadas troncos genéticos definidos
por sementales donde rota la descendencia hembra y auto-reemplaza los machos para
evitar la depresión consanguínea. En cada tronco genético, el propio criador, definió las
HEMBRAS mejores reproductoras según sus propios criterios, y las convirtió en madres
de los cabritos candidatos a reemplazar al padre. Por el rol ambiental del rebaño núcleo,
donde se lograron registrar oficialmente por primera vez en Cuba cabras criollas, el mismo
recibió el apoyo diferenciado del resto de los actores vinculados al proceso y esta
diferenciación definió la diferenciación de su sistema con respecto a los sistemas
tradicionales. De esta forma se convirtió en una necesidad vital su interacción con otros
rebaños.
Nueve rebaños más
Nueve criadores más se incorporaron paulatinamente al trabajo de conservación, con
pequeños y medianos rebaños, quienes comenzaron a intercambiar sus animales con el
rebaño núcleo. Estos rebaños incrementaron paulatinamente los ejemplares criollos bajo
el incentivo de que las cabras criollas pueden revalorizarse como recurso zoogenético a
partir de la selección de los mejores reproductores en sus propios sistemas y la
interacción con el resto de la población existente en la comunidad.
Mejora de los sistemas de crianza
Los criadores por su parte introdujeron cambios importantes en sus sistemas de crianza al
mejorar las condiciones de tenencia y la base alimentaria. Rediseñaron sus instalaciones,
Sección III. Experiencias en PIR desde el ámbito local 140
participaron ferias para la selección participativa de nuevas variedades de pastos y
forestaron áreas con algarrobos para mejorar la disponibilidad de alimentos durante el
periodo seco.
Miembro de la comunidad, durante la selección participativa de especies y variedades de forrajes. Foto: Luis Rodríguez Larramendi Programa de Educación Ambiental y capacitación Este programa se realizó de forma paralela a todo el proceso. Su objetivo fundamental fue
actuar en el entorno donde se desarrollan estos rebaños y convertir a las cabras criollas
en “patrimonio cultural comunitario”. Se complementó la capacitación según las demandas
del proceso con un programa cultural a partir de las tradiciones locales (la poesía
improvisada en forma de décimas, deportes como el béisbol y carreras de caballos, las
artes plásticas y la cultura culinaria). La capacitación dirigida a los criadores se basó en
principios básicos de genética, manejo y explotación sostenible del ganado caprino y el
control parasitario.
En la medida que el programa avanzó se verificaron procesos de construcción colectiva
de conocimientos donde el ejemplo más relevante lo tenemos cuando se estableció entre
criadores y técnicos un patrón fenotípico para la cabra criolla cubana que hoy se reconoce
en las ferias ganaderas que se realizan en las distintas regiones de Cuba.
Sección III. Experiencias en PIR desde el ámbito local 141
Las Ferias Ganaderas Locales
La Feria Ganadera Local marcó un hito en el proceso, resumió toda la actividad que le
precedió, pero en realidad fue un punto de partida En esta feria se visualizaron los
animales que mejor respondieron a los objetivos de su crianza en los sistemas locales de
explotación.
Organización de la Feria Ganadera Local
El apreciador comunitario
Para el juzgamiento de las cabras participantes en la feria se capacitaron apreciadores
comunitarios. Su misión fue rescatar el conocimiento tradicional en lo referido a la
apreciación de los recursos zoogenéticos. En segundo lugar el apreciador vinculó los
criterios de los criadores actuales con los criterios convencionales de apreciación y
juzgamiento.
Si asumimos la gran variabilidad de estos sistemas, podemos entender el valor puntual de
estos ejemplares localmente adaptados, que una vez visualizados, en el propio contexto
de la feria o posteriormente a esta, los criadores los buscarán para la mejora de sus
propios rebaños. Esta es la motivación esencial para estimular el intercambio, compra-
venta, tanto de los mejores sementales y reproductoras como de su descendencia,
provocando de esta forma una revalorización progresiva y sostenida de los recursos
zoogenéticos locales.
Los animales de feria
La inscripción de un animal en la feria se acompañó de una ficha donde se reflejaron
datos de interés (edad, paridad, indicadores productivos y reproductivos entre otros). Los
criadores concurrieron a la feria con los mejores animales y su descendencia según el
conocimiento construido durante el diagnóstico y la proyección.
La evaluación y el juzgamiento
Este fue un momento decisivo para la continuidad exitosa del proceso. Se evitaron
actividades paralelas al juzgamiento para concentrar la atención de la comunidad y sobre
todo la de los actuales criadores. Cada criador se identificó con sus ejemplares ya sea en
una pista o en los propios corrales de muestra. Los apreciadores distribuyeron boletas
entre los participantes donde identificaron los mejores animales y los criterios de
selección.
Sección III. Experiencias en PIR desde el ámbito local 142
Para el juzgamiento se tuvieron en cuenta los criterios de los criadores y criterios
convencionales de juzgamiento.
La dimensión social de la Feria Ganadera Local
La Feria Ganadera Local puso a prueba la capacidad movilizativa y de acción coordinada
de la comunidad. Proporcionó autoestima y revalorizó lo local a la vez que preparó a
todos para asumir nuevos retos. En el caso de la comunidad “26 de Julio” la feria de la
cabra criolla se ha convertido en el más importante evento local desde el año 2006.
Reconocimientos Esta experiencia sobre el rescate y conservación de la cabra criolla demuestra la relevancia de la
acción coordinada de diferentes actores tales como el Instituto de Investigaciones Agropecuarias
“Jorge Dimitrov”, la Empresa Genética “Manuel Fajardo” y la Asociación Cubana de Producción
Animal. Consideramos decisivo el apoyo brindado por el Programa de Pequeñas Donaciones del
Fondo para el Medio Ambiente Mundial y en especial de su coordinador en Cuba, Fabio Fajardo
Moros. Finalmente reconocemos a los criadores, facilitadores y especialistas que protagonizaron el
proceso.
Equipo de facilitadores de Procesos de Innovación Rural
Equipo multidisciplinario especializado en pequeños rumiantes.
Criadores de cabras criollas.
Luís Rodríguez Larramendi Idalmis Fonseca Castillo María Fonseca Flores
Norge Fonseca Fuentes Pedro Costa Gómez Jaime Vázquez Aldana Niurkis Rojas. Magadalena Carrión Munchulí
Adonis Santiesteban Castro Javier Cedeño Castillo Leonardo González S. Fernando Blanco Ramos Andrés Román Barranco Dagoberto Quesada Amado Vega Zaes Luís Castillo Aguilar Erlis Vázquez Cardoso Ariel Román Barranco
Sección III. Experiencias en PIR desde el ámbito local 143
3.3 La finca campesina como sistema de producción: experiencias de un innovador
M.Sc. Soe Romero Profesora de la Universidad de Granma
Coordinadora de capacitación del CLIA Granma Contacto: sromeros@udg.co.cu
Introducción La contextualización de los PIR en Cuba y específicamente en la provincia de Granma,
pasa necesariamente por el análisis diacrónico de la realidad de nuestro país; desde sus
más lejanos antecedentes hasta la Cuba actual, con sus especificidades y atipicidades en
el sistema económico-productivo y sociopolítico. En lo relativo al modelo económico hace
hincapié en la dimensión del mismo que entronca las políticas y estrategias de desarrollo
aplicadas, tanto en espacios urbanos, semi-urbanos como rurales.
La agricultura sostenible, desde los disímiles enfoques en que ha sido empleada,
constituye una de las alternativas más atractivas para afrontar los problemas de
alimentación que indistintamente se han presentado a lo largo de la historia de Cuba.
La Agricultura Urbana y su rol en la generación de alimentos La Agricultura Urbana, como modelo de agricultura sostenible y orgánica, posee un
concepto dinámico, que comprende una variedad de sistemas agrícolas que van desde la
producción para la subsistencia y el procesamiento casero hasta la agricultura totalmente
comercializada. Se basa en un enfoque agroecológico para la sustitución de fertilizantes y
plaguicidas por abonos orgánicos, control biológico y otras herramientas que contribuyen
en el control de plagas. Desarrollada cerca de núcleos poblacionales, constituye una
fuente importante de alimentos nutritivos de alta calidad, con precios aceptables para toda
la población; proporcionando, a su vez, empleo a un gran número de personas y en cierta
medida, el objetivo de garantizar la seguridad alimentaria de la población.
Utilizada en el mundo desde tiempos remotos, en nuestro país adquiere trascendencia
luego de la década de los 80´ con la caída del campo socialista en los países de Europa
del Este y la consecuente crisis económica que ésta significó para los cubanos; como
posible alternativa para producir alimentos y promover el desarrollo a nivel local.
Comienza a implementarse a partir del año 1994, reuniendo en su seno una serie de
subprogramas (27 actualmente), que van desde el control, uso y conservación de la tierra
hasta la integración de sistemas de producción agroecológica.
Sección III. Experiencias en PIR desde el ámbito local 144
Finca La Victoria, un ejemplo de producción agroecológica En el marco de este movimiento, que hasta el 2007 vinculaba más de 384,000 personas
de diferentes niveles culturales en todo el país, encontramos la experiencia vivenciada en
la Finca “La Victoria”, ubicada en el municipio Bayamo, provincia Granma, como
respuesta a la necesidad que demandó el replanteamiento de la manera de producir
alimentos para los contextos urbanos y semi-urbanos, aplicando nuevas formas de
producir alimentos desde lo local.
El comienzo… La idea de crear una Finca Integral en la provincia Granma, que reuniera en su seno los
15 subprogramas de la Agricultura Urbana, entre los que se destacan la producción de
viandas -dónde la producción de plátano juega un rol fundamental-, cunicultura, ovino
caprino, uso de fuentes alternativas para la fertilización orgánica (lombricultura), Flores y
plantas ornamentales, crianza de aves, entre otros. Estos subprogramas eran los que en
el año 1999 poseía el Programa Nacional de la Agricultura Urbana en el país. Esta idea
representaba no solo un sueño de posible concreción, pero de dudosa sostenibilidad y
perdurabilidad, sino un encargo de gigantes. Con tan peliaguda encomienda le confieren a
Ricardo Serrano Masquida, un productor con formación universitaria en la especialidad de
Agronomía y con experiencia en dirección administrativa de empresas agrícolas, el
usufructo de una finca en la comunidad Sabanilla, perteneciente al municipio Bayamo.
Inicialmente, la producción fundamental estaba compuesta por el cultivo de flores de
corte, guayaba y otros cultivos hortícolas. La evolución de la finca con un componente
significativamente innovativo y experimentador dio paso al cultivo intensivo del plátano a
través de la generalización de la tecnología de producción de plátano a través de un
sistema de plantación en el que la densidad de siembra excede los marcos tradicionales y
que se conoce con el nombre de “extradenso”.
Este proceso evolutivo de la finca de Ricardito, como se le conoce en el argot popular,
estuvo acompañado por un reconocimiento político importante de los dirigentes tanto a
nivel provincial como nacional. Sin embargo, hay que decir que este reconocimiento llega
a materializarse luego de un largo camino de logros y fracasos de Ricardo y demostró que
a fuerza de voluntad y la perseverancia se pueden lograr grandes metas a partir de una
Sección III. Experiencias en PIR desde el ámbito local 145
real pertinencia y satisfacción de las demandas originadas por un entorno que cada vez
solicita mayor oferta de alimentos agropecuarios.
Obstáculos y facilidades…
El manejo integral de la finca aparece en este caso como alternativa idónea para dar
cumplimiento a la encomienda asignada por las instituciones políticas y del sector
agropecuario a Ricardo. Las ventajas ya conocidas de esta forma de aprovechar la tierra,
entre las que encontramos las garantías de tener una producción agropecuaria durante
todo el año y de poder hacer frente a las altas y bajas del mercado, el uso del espacio
aplicando criterios de sostenibilidad, la posibilidad de crear nuevas fuentes de empleo en
la zona, así como el rescate de la biodiversidad la afirmaban como oportunidad propicia
para la búsqueda de los niveles de eficiencia requeridos.
Sin embargo, varios obstáculos aparecieron para implementarla. El primero de ellos
estaba relacionado con la carencia de mano de obra para comenzar el trabajo, y el
segundo es el que guarda relación con la lejanía de las tierras de los posibles centros de
comercialización de la futura producción. Ambos factores, así como el hecho de no haber
vivido el productor en la zona hasta ese momento, determinaron que al principio existiera
escepticismo con la llevada a cabo de la iniciativa.
Es por esto que la creación de esta finca podría contribuir a crear nuevos puestos de
trabajo a hombres y mujeres de la comunidad y “acercarse” a los centros de investigación
y enseñanza para iniciar un proceso de aprendizaje social y colectivo. El problema de la
comercialización, en particular debido a la lejanía de los centros de comercialización
pondría un reto por delante a Ricardo para la búsqueda de soluciones de manera que las
producciones pudieran llegar a su objetivo final.
Otro de los obstáculos fue la carencia total de infraestructura para la producción
agropecuaria, lo que restringió la aplicación de nuevas alternativas para el manejo integral
de la finca.
Paralelo a los obstáculos existentes, se evidenciaron ciertas fortalezas para llevar a efecto
la creación de la Finca Integral. De esta manera encontramos la calidad de las tierras para
la producción agropecuaria y la buena ubicación geográfica para el riego por su cercanía
Sección III. Experiencias en PIR desde el ámbito local 146
a un canal de riego, así como la presencia de actores (Partido Comunista de Cuba,
Asamblea Municipal del Poder Popular, Delegación Provincial del MINAG) que asumieron
y apoyaron para encarar conjuntamente con Ricardo, los retos y riesgos existentes
movidos por la convicción de que era necesario producir alimentos para el pueblo.
El apoyo encontrado en los niveles de Dirección del Partido Comunista de Cuba y la
Delegación Provincial de la Agricultura fue importante. El respaldo no sólo fue de palabras
sino también en recursos financieros, técnicos y materiales que se destinaron a potenciar
las iniciativas que emanaban en la finca.
Las visitas de dirigentes de la Revolución han servido de reconocimiento y a la vez compromiso de Ricardo con su comunidad y la sociedad. Un punto aparte lo merecen Ricardo así como su esposa (Paula Rodríguez Camejo), los
cuales contaban con experiencia importante para el éxito: preparación en el sector
agroproductivo (ingenieros agrónomos), vasta experiencia de trabajo. El primero como ex-
dirigente de una Empresa de Cultivos Varios Bayamo por más de cinco años y la segunda
como investigadora en el Instituto de Investigaciones Agropecuarias “Jorge Dimitrov”.
Pero además, la tradición campesina por sus orígenes, quienes fueron los gestores e
impulsores de la idea innovadora.
Sus características personales fue otra de los factores que incidió en el éxito para lograr
las metas propuestas. La perseverancia, la capacidad de persuasión y de movilización;
añadido el convencimiento de la necesidad del cambio y de asunción de los riesgos,
Sección III. Experiencias en PIR desde el ámbito local 147
constituyó una fórmula importante que sirvió para minimizar los obstáculos. Además logró
potenciar las facilidades y favorecer la concertación con otros actores como la Asociación
Nacional de Agricultores Pequeños (ANAP), la Asociación Cubana de Técnicos Agrícolas
y Forestales (ACTAF), Asociación Cubana de Producción Animal (ACPA), la Universidad
de Granma, el Instituto de Investigaciones Agropecuarias “Jorge Dimitrov” y la ONG
española ACSUR- Las Segovias, fundamentalmente.
Otros actores involucrados son aquellos que interactuaron desde el inicio en el espacio
más local, dígase la Cooperativa de Créditos y Servicios Fortalecida “José Martí”, de la
cual es asociado Ricardo y los demás obreros que trabajan en la finca, así como el
Consejo Popular en el que la misma se encuentra situada. Todos ellos han aportado
nuevas características al tejido relacional recibiendo impactos positivos a favor de una
ruptura con la inercia tradicional.
En este caso aún cuando el movimiento a favor de la acción innovadora es más receptivo
que creativo. Que guarda, al mismo tiempo, una estrecha relación con el conjunto de
condiciones que propician o entorpecen su puesta en marcha en ése ámbito específico,
no es de despreciar el papel que desempeñaron a la hora de crear nuevas formas de
articulación no utilizadas por ellos con anterioridad para destinar las producciones
obtenidas a espacios no incursionados anteriormente, para aplicar formas de aprovechar
la tierra más eficiente, sostenible, con un enfoque agroecológico y propiciar la
capacitación e investigación tanto de campesinos como de estudiantes de pre y
postgrado, fundamentalmente. Aquí se destaca el rol desempañado por Ricardo en sus
predios al abrir las puertas de la finca a la formación de pregrado así como a la
experimentación local tanto a estudiantes de la Universidad de Granma como a
investigadores, investigadoras y técnicos del Instituto de Investigaciones Agropecuarias
“Jorge Dimitrov”.
La experiencia innovadora: caracterización y etapas Puesto que “la innovación es sobre todo, el encuentro de una necesidad social con una
solución (…) de nuevo tipo, definida por su relación con el contexto local en el que esta
acción se inscribe – y que - toda acción que responda a las necesidades particulares de
Sección III. Experiencias en PIR desde el ámbito local 148
desarrollo introduciendo nuevas soluciones es innovadora”27 ; tenemos que la experiencia
de la Finca “La Victoria” aporta como elementos fundamentales de innovación la
reevaluación de la Agricultura Urbana en su concreción o puesta en práctica. Se trata de
obtener producciones óptimas aunque no se encuentren representados en la finca todos
los subprogramas que agrupa la misma. La diversificación de la producción hacia el
interior de los subprogramas que se encuentran representados y la optimización del
aprovechamiento de la tierra a partir de la agroecología y de la aplicación de saberes
populares conjugados con los profesionales.
Las actividades llevadas a cabo para introducir dichos elementos requirieron la
incorporación de nuevas formas de hacer sin precedentes en este programa. Esto
permitió la optimización de la utilización de los recursos endógenos (materiales y
humanos) disponibles, una más eficaz gestión y novedosas vías de comercialización de
las producciones obtenidas.
Innovadora es también la manifestación del tejido relacional, tanto al interior de la finca,
como entre la misma y el entorno, (con empresas pertenecientes a la Delegación de la
Agricultura, la Asamblea Municipal del Poder Popular, el Partido Comunista de Cuba tanto
a nivel municipal como provincial, el Consejo Popular y el sector de la PNR de la zona).
La Construcción de un Punto de Venta para la comercialización de los productos de la finca ha favorecido este proceso así como el acceso del pueblo a sus producciones.
27 http/www: Rural. Europe Commission Europeenne_AEIDL.2000.b Rural Europe.
Sección III. Experiencias en PIR desde el ámbito local 149
De todo este proceso de cambio resultaron beneficiados directamente, además de la
familia, los obreros de la finca que vieron la garantía de mantenerse empleados y han
mejorado de forma considerable sus ingresos salariales, las condiciones materiales de
vida (sobre todo en la disponibilidad alimentaria en cantidad, variedad y calidad). Esto
repercutió directamente en el incremento de la satisfacción laboral.
Como otros beneficiarios directos de la experiencia se encuentran los grupos
poblacionales que tienen acceso a las producciones de la finca “La Victoria”. Entre estos
se están las mujeres gestantes del hogar materno del Consejo Popular Mabay, la Escuela
Primaria de Sabanilla, la casa de niños sin amparo filial de Bayamo y las personas que
acceden a los puntos de venta en los cuales se comercializan los productos.
La Finca resulta también beneficiada pues al poseer un aprovechamiento óptimo de sus
tierras y haber incrementado hasta aglutinar 21 de los 27 subprogramas que posee el
movimiento de la Agricultura Urbana en su haber es considerado como de las más
exitosas en el país.
La experiencia que se ha llevado a cabo en “La Victoria” ha transitado por momentos
trascendentes para su éxito. Los mismos pueden ser agrupados, de manera general, en
tres etapas, que pasan desde el inicio e implementación de la experiencia hasta la
actualidad:
1. Puesta en marcha de la idea: en esta primera etapa fue trascendente la declaración
de usufructuario de Ricardo de las 26.84 hectáreas de tierra que posee la finca “La
Victoria” en virtud de la Resolución 357 de 1999, que permitió la realización de un sueño
largamente acariciado por Ricardo y su familia de trabajar y producir la tierra. La
existencia de algunos factores limitantes convirtió la superación de los mismos en
momentos importantes en la experiencia. A saber, la instalación un sistema de de riego
para cuatro hectáreas en el año 2000 y posteriormente uno de diez, los que propiciaron el
acceso y manejo del agua de forma más eficiente de la tierra, aunque su implementación
se hizo difícil porque tuvieron que utilizar el servicio eléctrico de zonas aledañas a la finca
ya que no lo tenían en la misma. Por lo tanto la electrificación de la finca en el año 2002
con las consecuentes bondades que este servicio brinda fue de una alta connotación,
solventando algunos de los problemas afrontados y propiciando la posibilidad de
implementar nuevas ideas. La producción de flores, desde el mismo comienzo de la
Sección III. Experiencias en PIR desde el ámbito local 150
experiencia hasta la actualidad ha constituido una acertada decisión ya que, en un primer
período, generó una parte considerable de los ingresos que sirvieron para recuperar las
inversiones realizadas y actualmente sigue siendo una fuente rentable de los ingresos de
la finca. En esta primera etapa se comenzó también con la producción ganadera y la
comercialización de la producción derivada de la misma, obteniendo una producción de
18.700 litros de leche en el año con solo nueve reses, lo cual representa un rendimiento
de 5,8 litros de leche diarios por res, muy por encima del promedio que se logra en la
provincia. Este resultado sirvió para darle visibilidad a la experiencia. En esta etapa se
comenzaron los preparativos para la diversificación y la práctica de técnicas
agroecológicas, relacionadas con la selección de los tipos de producciones que se
añadirían, lo que incluyó además, la preparación de tierras para cultivos y la creación de
infraestructura para cría de nuevos animales.
La producción de flores y la lombricultura estuvieron entre las primeras acciones llevadas a cabo en la finca La Victoria. Fotos: Soe Romero. 2. Implementación de los cambios pertinentes: durante este período se comenzó con la
diversificación de la producción y la aplicación de la agroecología:
• Comienzo del cultivo del plátano (utilizando la tecnología del sistema extradenso),
fundamentalmente la variedad Fhiat 18,, el manzano y el vianda (Fhiat 21);
• De igual manera se comenzó a plantar frutales, entre los que encontramos coco,
mango, guayaba, aguacate. Esta práctica estuvo acompañada de la creación de un vivero
de frutales en los que se producían posturas de frutales con la aplicación de técnicas de
injertos.
• Siembra de las plantas ornamentales.
Sección III. Experiencias en PIR desde el ámbito local 151
• Perfeccionamiento del trabajo con las flores. Esto incluyó también la aplicación de la
técnica de injerto para la producción y comercialización de posturas de rosas, un cultivo
muy demandado en la provincia.
• Introducción de la producción avícola.
• Mejoramiento de la producción ganadera. Se incursiona en la calidad racial de los
animales a partir del trabajo genético con el ganado vacuno. (año 2006).
• La articulación con otros actores en la experiencia como fue la ONG ACSUR- LAS
SEGOVIAS y la Asociación Cubana de Producción Animal (año 2006). El primero por su
acción acompañante y parte del procero, más que su desempeño como gestor de fondos
para la colaboración.
• Introducción de otras especies de animales (conejos, gallinas y cerdos) para la
producción y comercialización.
• Introducción del sistema para la producción de energía renovable a partir del biogás,
con lo que quedó eliminado el problema de la cocina con leña, y el gasto de corriente
eléctrica y gas licuado para dichas funciones.
• Inauguración de las aulas para la capacitación, las cuáles se han considerado como
extensiones de la Escuela de Capacitación de la Agricultura, con capacidad para
capacitar de 25,000 a 28.000 campesinos anualmente (febrero del 2007).
La diversificación de la producción y el uso de fuentes alternativas de energía a través del biogás, son prácticas sostenibles que conforman la integralidad de la finca La Victoria. Fotos: Soe Romero.
Sección III. Experiencias en PIR desde el ámbito local 152
3. Consolidación y obtención de resultados: los resultados más importantes que se han
alcanzado están directamente relacionados con los niveles de producción alcanzados y la
implicación de distintos actores en el proceso; entre ellos podemos mencionar:
• Incremento de la producción de viandas, sobre todo de plátano, que alcanzó una
producción promedio anual de 17.000 a 19.000 quintales por caballería (140 t/ha).
• Diseminación de la tecnología del plátano extradenso, ya que la Finca ha sido visitada
por miles de personas tanto nacionales como extranjeros, desde campesinos hasta
funcionarios del Estado Cubano y se ha usado como un medio efectivo para la
capacitación.
• Cosecha de más de 60.000 docenas de flores (azucenas y gladiolos) por año, 80.000
docenas de rosas, que le son vendidas a la Empresa de Servicios Comunales y la
Empresa de Cultivos Varios para su distribución y comercialización.
• Plantación de más de 35.000 plantas de diversas especies y variedades.
• Siembra de más de 60 especies de plantas ornamentales.
• Producción de alrededor de 18.700 litros de leche al año.
• Incremento de la producción de conejos hasta la cifra de 1000 hasta el momento de
escribir este libro.
• Un hato ganadero de ovino-caprinos (36 ejemplares) y vacuno (8), con los que se
trabaja en su mejoramiento genético.
• Producción de 100 toneladas de Humus de Lombriz para el abono de las tierras.
• Capacitación de los campesinos y campesinas que trabajan en la finca
• Obtención de la categorías de Finca de Referencia Nacional (del 2005 al 2006) y de
Excelencia Nacional (del 2007 hasta la actualidad), los cuales son reconocimientos que
entrega el Grupo Nacional de Agricultura Urbana en Cuba.
Sección III. Experiencias en PIR desde el ámbito local 153
Comunidades San Rafael, Corojal y Santa Isabel: generando cambios hacia Procesos de Innovación Rural
Alcides García Carrazana Periodista TVCNC
Profesor Asistente de la Universidad de Granma Contacto: alcidesg@enet.cu
Lorena Rodríguez
Especialista Asociación Cubana de Producción Animal de Granma
Contacto: acpabay@enet.cu Introducción En noviembre de 2004 comenzó la ejecución en el municipio de Bayamo, provincia
Granma un proyecto de colaboración titulado: “Apoyo al Desarrollo Comunitario Integral
de tres comunidades rurales de la provincia de Granma” con fecha de finalización el 31 de
marzo de 2008, que tuvo como contraparte donante a la ONG ACSUR “LAS SEGOVIAS”,
financiado con fondos provenientes de la Unión Europea y la Comunidad Autónoma de la
Región de Murcia. Tuvo como contraparte local a la Asociación Cubana de Producción
Animal (ACPA).
El proyecto contribuyó en la mejora de las condiciones socioeconómicas de tres
comunidades rurales del municipio de Bayamo considerado entre las más vulnerables de
la Provincia, ellas son las comunidades de “San Rafael”, “El Corojal” y “Santa Isabel”.
Las acciones previstas tuvieron como prioridad la incorporación de la mujer a las
actividades económicas y productivas de sus comunidades, para la mejora de sus
ingresos y la consecución de una dieta más equilibrada con la incorporación de proteína
animal. Asimismo se realizaron un conjunto de acciones que mejoraron las condiciones de
habitabilidad, los servicios sociales y las vías de acceso a dichas comunidades. Las
acciones de capacitación realizadas aseguran la sostenibilidad del proyecto, así como la
incorporación de nuevas técnicas productivas que están acordes con la situación
económica del país.
Se trata de un proyecto de desarrollo local con un enfoque integral y participativo que tuvo
como objetivo impulsar acciones comunitarias generadas por los propios pobladores y
pobladoras que fueran demostrativas, innovadoras y replicables para otras comunidades.
Sección III. Experiencias en PIR desde el ámbito local 154
Primeras acciones… Entre las primeras acciones del proyecto estuvieron la realización de diversos talleres
participativos con la comunidad y en lo fundamental con los actores claves (grupos
comunitarios). Se logró una articulación e integración de todos los actores comunitarios
que facilitaron la gestión proporcionando el soporte organizativo de sus estructuras en la
comunidad para integrar a los diversos factores que se movilizaron en función de
garantizar la coordinación de las actividades a ejecutar y orientar la participación de la
población beneficiada.
Talleres de participativos con los Grupos Comunitarios de las 3 comunidades. Fotos de Archivos. Se realizaron diferentes intercambios entre los actores de las tres comunidades donde
fueron conociendo y reflexionando acerca del trabajo comunitario que realizaban desde
los diferentes contextos en que se desarrollaba en el proyecto. Se tuvo en cuenta que
cada comunidad tiene sus propias características y en la medida que se incorporaban
hombres y mujeres al proceso surgían acciones innovadoras interesantes que eran
diseminadas entre las comunidades.
Intercambios entre las comunidades. Fotos de archivos
Paralelo a todo este trabajo en las comunidades a nivel del Municipio de Bayamo se
realizaron también talleres participativos liderados y convocados por el Gobierno Local
con todos los actores municipales participantes en el proyecto. Estos actores
Sección III. Experiencias en PIR desde el ámbito local 155
representaban a las direcciones municipales de Salud Pública, Acueducto y
Alcantarillado, Educación, la Unidad de Inversiones de la Vivienda, la Delegación de la
Agricultura, las Empresas Pecuarias, Cultura, Planificación Física y otros que fueron
incorporándose en el proceso. Se crearon espacios de debate, articulación y reflexión
sobre responsabilidades con las diferentes acciones del proyecto.
Para las actividades de formación y capacitación se contó con la participación de la
Universidad de Granma y en lo fundamental con las Facultades de Agronomía y de
Veterinaria, la Escuela de Capacitación de la Agricultura y con el Instituto de
Investigaciones Agropecuarias “Jorge Dimitrov”.
Con todas estas instituciones se realizó una Estrategia de Capacitación que respondían a
los intereses de los resultados del proyecto, además de realizar algunos estudios de
investigación generados por la necesidad de resolver los problemas identificados en el
desarrollo del proyecto como fue la adaptación de especies y variedades de algunos
cultivos a la sequía y el enfoque de equidad de género como eje transversal a las
acciones del proyecto.
Como nos insertamos… Dentro del proceso de gestión del proyecto participó un equipo gestor integrado por una
codirectora, un técnico de seguimiento de la Asociación para la Cooperación con el Sur
(ACSUR “LAS SEGOVIAS”), una codirectora, un contador, un logístico y dos especialistas
agropecuarios de la Asociación Cubana de Producción Animal (ACPA).
Para este equipo gestor siempre fue muy interesante la integración con otras
instituciones, proyectos, programas y comunidades de la provincia que estuvieran
trabajando los temas de desarrollo local, experiencias innovadoras y replicables que
sirvieran para enriquecer el trabajo con las comunidades y multiplicar los resultados e
impactos a alcanzar en el proyecto.
Para ello se articularon acciones con la Sede Universitaria del Municipio de Bayamo de la
Universidad de Granma que estaba realizando una investigación con el Centro de
Estudios de Desarrollo Local en conjunto con la Facultad de Ciencias Sociales y con el
Grupo de Asesores de los Grupos Comunitarios del Gobierno Provincial y Municipal para
Sección III. Experiencias en PIR desde el ámbito local 156
apoyar con la formación y capacitación a los Grupos Comunitarios y con la
sistematización del proceso.
Se realizaron intercambios de experiencias con otras comunidades rurales que
desarrollaban acciones de gestión, coordinación y desarrollo comunitario que generaban
cambios y transformaciones en el medio natural.
Se abrieron espacios de intereses colectivos y a partir de otras experiencias que venía
trabajando ACSUR “LAS SEGOVIAS” en otros países, del Programa de Innovación
Agropecuaria Local (PIAL) en Cuba y que específicamente en la provincia un grupo de
Investigadores del Instituto de Investigaciones Agropecuarias “Jorge Dimitrov” venía
trabajando estos procesos con experiencias innovadoras y enriquecedoras a nivel
comunitario.
Aunque con perspectivas de diferentes contextos, compartir e intercambiar todas estas
experiencias innovadoras generadas desde lo local sirvió de retroalimentación a ambos
proyectos a multiplicar los impactos y contribuir de forma creadora al desarrollo rural
integral. En esencia fue el inicio de una alianza para la colaboración interinstitucional que
hasta la fecha sigue dando resultados positivos.
Construcción de alianzas y visiones compartidas respecto al desarrollo comunitario En enero de 2007, se materializó un taller de identificación de intereses colectivos para la
innovación en comunidades de la provincia de Granma, con la participación de
productores y productoras de El Corojal, San Rafael y Santa Isabel, las tres comunidades
donde se ejecutaba el proyecto, y otras donde actúa el CLIA Granma como La 26 de Julio
y San Apapucio.
El taller permitió identificar esos intereses para la innovación, se encontraron de conjunto
alternativas locales o externas para el desarrollo, se definieron necesidades de
aprendizaje colectivos, y el mejor resultado fue la creación de un espacio para la gestión
para el desarrollo comunitario.
Sección III. Experiencias en PIR desde el ámbito local 157
Intercambio de experiencias en la comunidad Las Caobas en Gibara, Holguín. Foto: Archivos del proyecto
La Gira de Campo en la comunidad “Las Caobas”, en la localidad de Gibara, en la
provincia de Holguín, permitió conocer la experiencia de ocho fincas de campesinos
innovadores quienes experimentan con 45 variedades de frijol común, compartieron
experiencias sobre el empleo de las micorrizas a partir de una cepa local en cuyo proceso
de obtención, participaron directamente los productores y productoras. Se intercambió
además sobre la manera en que experimentan los campesinos y campesinas con la
producción de semillas de cebolla y la evaluación de nuevas variedades de cultivos de
hortalizas y granos.
Con la participación y facilitación del Dr. Humberto Ríos del INCA, en el taller se trabajó el
concepto de innovación y sus experiencias en procesos participativos en Cuba, a la vez
que se listaron problemas por comunidades, su priorización y posibles soluciones.
La priorización de intereses para la innovación arrojó la necesidad de mejorar el abasto de
agua, incremento de la producción de hortalizas y especies de ganado menor, incremento
del alimento animal, y la producción y conservación de semillas, entre otros.
Sección III. Experiencias en PIR desde el ámbito local 158
Taller participativo con especialistas del PIAL, el CLIA Granma y productores y productoras de varias comunidades de Bayamo. Foto: Luis Rodríguez Larramendi.
Las posibles soluciones estuvieron orientadas a la creación de la infraestructura
comunitaria necesaria en sentido general, el fortalecimiento de huertos, fincas y las
capacidades locales, la gestión de semillas de hortalizas, granos y viandas. Un aspecto
importante fue que las soluciones estuvieron encaminadas a buscar hacia el interior de las
propias comunidades y explotar sus potencialidades en función de su desarrollo. Surgió
así la necesidad de mayor intercambio entre productoras y productores y entre estos y los
centros de investigación y otras empresas e instituciones.
En resumen, el Taller permitió la reflexión y construcción de conocimientos de forma
individual y colectiva, desde la vivencia de nuevas experiencias en el manejo de la agro-
biodiversidad, el intercambio con otras comunidades y sembró el concepto de los
Procesos de Innovación Rural entre quienes ejecutaban el proyecto ACSUR-ACPA.
En mayo del 2007 se realiza un segundo taller metodológico con la participación de
productores y productoras de las tres comunidades donde se explican conceptos,
principios y reflexiones sobre los PIR.
Con este taller se consolidaron los conocimientos sobre el tema y a partir de este
momento se generaron y diseminaron por los y las participantes otras acciones
Sección III. Experiencias en PIR desde el ámbito local 159
innovadoras en sus comunidades que sin lugar a dudas enriquecieron el proceso de
gestión del proyecto.
Taller participativo con especialistas del PIAL, el CLIA Granma y productores y productoras de las tres comunidades de Bayamo. Fotos: Archivo del proyecto. Acciones innovadoras desde lo local… Durante el desarrollo del proyecto se fueron generando por las propias comunidades
acciones novedosas y demostrativas, que permitieron lograr mayor organización y
coordinación de actividades comunitarias que desde lo local fueron surgiendo.
Acciones que muestran alternativas innovadoras de los y las participantes. Fotos de archivos. Estas actividades estuvieron siempre muy ligadas con el desarrollo productivo,
específicamente con los patios familiares que de forma integral permitieron la crianza de
aves y conejos, garantizando la alimentación de los animales y para el consumo de la
familia. Este fue unos de los resultados de gran impacto para los y las participantes del
proceso.
Sección III. Experiencias en PIR desde el ámbito local 160
En la medida que se fueron desarrollando estas crianzas surgieron alternativas
innovadoras generadas por las y los productores, desde la preparación de materiales
alternativos para la producción de animales de traspatio hasta una propuesta para la
comercialización de manera que le dieran valor agregado al producto obtenido.
Otras de las actividades novedosas que fueron generadas y organizadas desde lo local
fueron las “Ferias Comunitarias”. Estos eventos dinamizan las comunidades y se iniciaron
orientadas a productos que por su importancia se querían ofertar como resultado de las
producciones locales como por ejemplo: la “Feria del Conejo” donde se elaboraron por los
y las productores y productoras diferentes platos a base de conejos y aves acompañados
por otros alimentos. Esta iniciativa permitió el logro de valores agregados a sus
producciones y facilitaba la venta a precios más competitivos.
Campaña de sensibilización ambiental con la participación de niñas y niños. Fotos de archivo.
El trabajo con los niños y niñas como parte del desarrollo de una campaña medio
ambiental, fue otro de los resultados novedosos del proyecto. Este marcó un proceso de
cambio en la manera de pensar y actuar de este grupo de población. Resulta fundamental
formar ciudadanos y ciudadanas ambientalmente responsables, con nuevos valores,
conductas y actitudes positivas en sus relaciones con el entorno. Se trabajó en el ámbito
pedagógico, de gestión escolar y en sus relaciones con el entorno.
En el ámbito de gestión escolar, se utilizaron prácticas democráticas, espacios de
participación, reflexión y exposición de ideas con charlas educativas de diferentes
temáticas relacionadas con el medio ambiente (importancia de los árboles y bosques,
diversidad biológica, el medio ambiente, etc.), al término de cada charla educativa los
Sección III. Experiencias en PIR desde el ámbito local 161
niños y niñas realizaban una actividad práctica para reforzar los conocimientos
adquiridos. En sus relaciones con el medio ambiente es importante relacionar a los niños
y niñas con el entorno inmediato (natural, social, etc.) y la adquisición de conciencia de la
situación ambiental local.
Se formaron Círculos de Interés con diferentes temáticas relacionadas con su entorno. En
la Escuela Primaria “Idalberto Tamayo Maceo” de la comunidad “Santa Isabel”, la
temática del Circulo de Interés versó sobre “Las plantas medicinales de mi comunidad”. Esto constituyó una vía de rescatar conocimientos tradicionales y cultura
popular sobre el uso y preparación de las plantas medicinales, importante recurso en las
comunidades, además de asegurarnos de que esos conocimientos se transmitan a las
generaciones futuras.
El trabajo con la mujer ha aportado a la transformación de las relaciones de género hacia
una mayor equidad. Esto se logra mediante actividades que favorecen las relaciones
sociales en las comunidades y en el interior de la familia como las que se establecen en el
manejo de los animales en el patio familiar y en la toma de decisiones respecto a la
utilización de los ingresos económicos. Las mujeres, especialmente las clasificadas como
productoras han accedido a espacios productivos, públicos, a los que antes tenían muy
poco o ningún acceso. Desde este punto de vista los objetivos del proyecto introducen
cambios en las concepciones tradicionales que naturalizan desigualdades en la división
sexual del trabajo, de las obligaciones y de las oportunidades.
Como parte de los estudios e investigaciones del proyecto se realizo una evaluación de
impacto de la inclusión de la equidad de género. Estos se basaron en procedimientos
participativos, estructurados a partir de una concepción metodológica dialéctica, para
analizar integralmente la información obtenida a partir de criterios y percepciones de
hombres, mujeres, niños y niñas en cada una de las 3 comunidades involucradas. El
análisis de toda la información recopilada se realizó aplicando categorías básicas para el
análisis de género como son: las de necesidades prácticas y necesidades estratégicas,
niveles de participación, roles, división del trabajo, acceso y control de recursos y
beneficios y potencialidades para la transformación. A través de cada una de ellas se
examinó la situación inicial y actual y las acciones de implementación y se identificaron los
impactos directos e indirectos del proyecto.
Sección III. Experiencias en PIR desde el ámbito local 162
Participación de las mujeres en las actividades del proyecto. Fotos de archivo.
Principales resultados del proyecto Aunque el proyecto contempló varios resultados, los principales aportes y los de más
impacto fueron los encaminados a mejorar las condiciones socioeconómicas en las
comunidades a través de la rehabilitación de viviendas y el desarrollo productivo desde
los patios de las familias con las crianzas de conejo y aves garantizando la alimentación
con base proteica para el consumo de la familia. Se apoyaron dos áreas de desarrollo de
cultivos orgánicos en los que se realizaron diferentes investigaciones de variedades y
especies adaptadas a las condiciones del medio.
Se repararon 580 viviendas, de ellas, se sustituyeron 184 techos de “guano” (hojas de
palma cana) por tejas de zinc galvanizado, 301 pisos de tierra que fueron sustituidos por
cemento, y se construyeron 95 letrinas que estaban en pésimo estado higiénico.
En la parte agropecuaria, se fomentaron dos áreas para la siembra de hortalizas,
vegetales y frutales, con variedades resistentes a la sequía, cuyas producciones se
comercializan en puntos de venta construidos en las comunidades, en los que también
venden productos de las 371 granjas unifamiliares, como parte de los resultados del
proyecto (277 en la crianza de aves y 94 de conejos), además de otros productos
diversos, propios de la gestión local.
Sección III. Experiencias en PIR desde el ámbito local 163
Resultados productivos del proyecto. Fotos de archivo. Tabla 3.7. Evolución de la producción de aves y conejos en las tres comunidades hasta el cierre del proyecto en el 2008.
Años
Producción (unidades)
Aves Conejos 2005 1 400 80 2006 6 935 1 786 2007 9 600 3 000 2008 13 000 7 583
Estos resultados fueron posibles no por la introducción foránea de alternativas de
soluciones, sino mediante una estrategia para la capacitación de 360 beneficiarios/as en
técnicas agro-ecológicas y pecuarias, mediante diversos talleres participativos que
permitieron influir en un cambio de mentalidad, y la apropiación de experiencias
compartidas y del auto-reconocimiento de potencialidades locales factibles a desarrollar.
Otra práctica que permitió el intercambio efectivo entre productores y productoras, fue la
socialización de experiencias y el avance en las acciones, fueron las diversas ferias e
intercambios organizados como parte de los procesos de innovación local que han
despertado un espíritu emprendedor e innovador de gran impacto para las comunidades
beneficiadas.
Trascendencia de las acciones
• La experiencia de este proyecto comunitario se ha mostrado en varios eventos y
espacios de socialización con un alto nivel de aceptación respecto a las acciones
ejecutadas y resultados obtenidos:
Sección III. Experiencias en PIR desde el ámbito local 164
• Evento de Desarrollo Sostenible en la Ciudad de Guantánamo auspiciado por ACTAF,
APN y Consejo de Iglesias de Cuba. Noviembre 2007
• Taller de Sistematización con Enfoque de Género. Dado en la Ciudad de Gibara
Provincia Holguín Junio 2007. APN y “Consejos de Iglesias de Cuba”.
• Feria Agropecuaria Granma 2006 y 2007.
• Expo feria de Ciencia y Tecnología en Bayamo. Enero 2008. CITMA.
Feria organizada en la comunidad El Corojal donde se muestra el resultado de la producción avícola local. Foto: Archivo del proyecto.
Además se desarrollaron Talleres y Ferias Comunitarias: talleres de intercambio entre
productores, intercambio entre comunidades, Ferias Agropecuarias (Feria de la Cabra
Criolla, Feria del Maíz, Feria del Frijol Caupí festivales culturales y deportivos de
comunidades como la 26 de Julio del municipio Jiguaní, San Apapucio y Las Tamaras de
Bayamo, Las Caobas en la provincia de Holguín y con productores y productoras de la
Ciudad de Guantánamo.
Por todos estos resultados, al indagar entre beneficiarios y beneficiarias una vez
concluidas las acciones del proyecto sobre qué sucedería una vez concluido el
financiamiento del proyecto, las respuestas fueron: “nos enseñaron el camino”, “nos
demostraron que juntos podemos”, “ya tengo trabajo en mi propia casa y no tengo que
salir de la comunidad a buscar carne, huevo o vegetales, además, me gano mi dinerito”,
“debemos enseñar a otros y hacer crecer la experiencia”, “el proyecto puede terminar,
pero aquí estamos nosotros para darle continuidad a lo aprendido”.
Sección III. Experiencias en PIR desde el ámbito local 165
Si no se hubiese estimulado la innovación local y sólo se distribuyeran recursos
materiales, si no se hubiese cambiado la mente de los comunitarios respecto a sus
capacidades productivas, tal vez hoy, al término del proyecto “Apoyo al Desarrollo Comunitario Integral de tres comunidades rurales en la provincia de Granma”,
estuviéramos hablando del fin del trabajo y no del verdadero comienzo de una etapa más
fructífera.
Sección IV. Consideraciones y reflexiones finales 166
Sección IV. Consideraciones y reflexiones finales
Francisco Guevara Hernández Profesor del Cuerpo Académico de Agroforestería Pecuaria (CAAP)
Facultad de Ciencias Agronómicas Campus V Universidad Autónoma de Chiapas
Contacto: Francisco.Guevara@unach.mx
Luis Rodríguez Larramendi Director de Investigaciones Agrícolas
IIA “Jorge Dimitrov” Contacto: lrlarra@dimitrov.cu
Innovación y desarrollo: más práctica con menos teoría… Aún cuando todos coincidamos en que los aspectos de innovación y desarrollo rural son
abundantes y dependen de una gama de factores que determinan la naturaleza de sus
manifestaciones en cada contexto, vale la pena reflexionar en torno a lo que se ha querido
reflejar a lo largo de esta obra. Son muchas las teorías y conceptos desarrollados en torno
al desarrollo rural y la innovación. También son muchos los autores que han dedicado
parte de su carrera a profundizar sobre los fenómenos que determinan. Es por ello que
resulta mucho más importante -que seguir elaborando teorías nuevas- entender la
implicación de estos conceptos en la realidad de los países, regiones, provincias y más
aún, en las comunidades y sus sistemas de producción. Particularmente ahí, donde se
lleva a cabo y toma forma la innovación como proceso social.
Desde las teorías desarrolladas y enriquecidas en la primer sección del libro, hasta las
experiencias del desarrollo de los aquí denominados PIR en Cuba, los autores deseamos
que se hayan logrado reflejar los avances logrados hasta este momento, sobre todo con
las bases conceptuales de estos enfoques aquí expuestas desde una perspectiva
práctica. Es importante resaltar que a pesar de que algunos avances de proyectos son
aun incipientes, todos han demostrado su efectividad en establecer procesos locales de
innovación con diferentes componentes del desarrollo rural, incluyendo algunas
tecnologías que fortalecen los sistemas de producción local.
Por otro lado, también ha sido importante reflejar sintéticamente la evolución del concepto
de nueva ruralidad en el contexto de la innovación en el oriente cubano. Así mismo su
vínculo con el enfoque sistémico aplicado al medio rural y los sistemas
productivos/campesinos que se manifiestan de múltiples maneras, en ocasiones únicas e
irrepetibles.
Sección IV. Consideraciones y reflexiones finales 167
La innovación tratada desde el enfoque social como un proceso, se posiciona cada vez
más como una necesidad de nuestra época, exigiendo un cambio productivo desde las
bases y para lograr, primero la soberanía alimentaria de nuestro pueblo y después la
producción de bienes secundarios. Es indiscutible que con las experiencias aquí
mostradas, surge un grito del oriente, un llamado urgente para todos los actores locales y
regionales para seguir impulsado este tipo de acciones. Sobre todo a aquellos actores del
sector agropecuario y las entidades de Ciencia y Técnica en los cuales aún prevalecen
esquemas verticales de desarrollo y que como aquí se ha demostrado, limitan el trabajo
efectivo e impactos sostenidos al ignorar el papel de los productores, los cuales no solo
cuentan pero que también aportan -y mucho- al desarrollo rural.
En ese sentido, tal como se refiere en la sección I, la innovación debe verse como un
proceso socio-antropológico en el cual la tecnología es a la vez un medio y una resultante
de la trasformación del desarrollo local y del entorno socio-económico y ambiental. Esta
no es un asunto propiedad de nadie sino de todos, y no un mensaje unidireccional,
dogmático e invariablemente dictado por ciertos actores. Es tiempo de dejar el
protagonismo egocéntrico por querer adueñarnos de procesos ajenos, es tiempo de
aportar y construir colectivamente bajo una misma misión y una estrategia compartida. Lo
importante es que la innovación como proceso social nos enseña y nos re-direcciona
permanentemente y actualmente se está convirtiendo en un proceso de cambio, donde el
obstáculo más grande será el dejar que desencadenen y manifiesten todos los resultados
posibles en el corto y mediano plazos para el bien de nuestro pueblo. Y así, será la tarea
de todos los actores evaluar su propio desempeño e investigar permanentemente y
ajustar colectivamente cuando sea necesario, todos aquellos elementos que permitan
avanzar con mayor claridad y efectividad. Es decir, esto apenas inicia y es tarea de todos
estar conscientes de ello.
Por otro lado y una vez analizadas las experiencias en los casos aquí presentados, es
indiscutible que el enfoque de género en el ámbito del desarrollo ha dejado de convertirse
en un discurso retórico de convencimiento de donantes para transformarse en una
realidad práctica donde hombre y mujer hacen una unidad innovadora. Es decir, tanto el
hombre como la mujer han logrado insertarse en las estrategias de desarrollo de los
proyectos de innovación, balancear las relaciones de género con sus propias capacidades
en el ámbito innovador y crear sus propios espacios de acción para el bienestar de sus
Sección IV. Consideraciones y reflexiones finales 168
hogares. En ese sentido, más allá de “descubrir” o “re-descubrir” el rol que hombres y
mujeres tienen en los procesos locales orientados al desarrollo en estos casos ha sido
cuestión de apoyar el análisis que les permita despertar en ellos su motivación y darles a
entender su verdadero papel a desempeñar como unidad innovadora.
Pero la innovación rural como proceso social va mucho más lejos, es por ello que
debemos aprender a visualizar, entender e involucrar por igual a hombres, mujeres,
ancianos y niños en las estrategias de desarrollo local iniciadas. No importa quién las
inicia o quien las encausa pero si depende de nosotros aportar, apoyar y facilitar todos
aquellos momentos o ejercicios de reflexión individual y colectiva que permitan identificar,
construir y usar las herramientas correctas para lograr los objetivos previamente definidos.
Es por ello que el análisis colectivo de cada paso dado en el proceso de innovación,
permite un aprendizaje a través de la experiencia vivencial. El proceso y los resultados no
se olvidarán al día siguiente, sino que perdurarán como parte de sus vidas. En ese
momento podremos pensar en el escalamiento efectivo y la institucionalización con causa
de enfoques realmente trascendentales para el desarrollo rural.
Sin embargo, un componente importantísimo de estas experiencias y que sin duda es
fundamental en la dinámica de los procesos establecidos en las comunidades aquí
presentadas es la comunicación. Aunque se cataloga de antaño como elemento
trasmisor de mensajes codificados entre las personas, esta no ha sido valorada y aplicada
lo suficientemente intencionada acorde a sus principios rectores. En estos casos ha
impactado su utilidad como un medio catalizador que permite una mejor interacción entre
los individuos a partir de sus experiencias en los procesos de innovación.
Dentro del propio esquema PIR es preciso tomarla en cuenta de una forma más pro-activa
y efectiva, a través de medios eficaces que permitan hacer más eficiente el entendimiento
muto, el flujo de información y la implementación de acciones consensuadas dentro de
cada proceso de innovación establecido. Con este entendido, la comunicación adquiere
una doble connotación dentro del proceso en sí, principalmente una vez analizadas las
experiencias aquí presentadas.
En primer lugar la comunicación resultó ser imprescindible para establecer las alianzas
colaborativas y necesarias para el fortalecimiento de los procesos de innovación local. En
Sección IV. Consideraciones y reflexiones finales 169
este sentido, se ha demostrado en Granma, que la comunicación -más allá de intereses
personales- con principios sólidos de colaboración y transparente permitió la construcción
de equipos multidisciplinarios y funcionales entre las instituciones locales y regionales.
Dichos equipos son los que actualmente facilitan los procesos de innovación local de las
comunidades. En ese sentido, la flexibilidad institucional ha sido puesta a prueba y
frecuentemente desafiada por los requerimientos y demandas sociales. En estos casos, la
formalidad de las alianzas y los convenios interinstitucionales han pasado a ser un
resultado y no una condicionante.
Esto no quiere decir que la colaboración interinstitucional sea inadecuada sino que
debemos seguir buscando los mecanismos y las formas que atiendan y agilicen estos
procesos, donde los conflictos de intereses institucionales por recursos, liderazgo,
reconocimientos, etc., sean parte de un segundo plano que no afecten los procesos
locales. La lección es que todos debemos aprender a compartir visiones para enfrentar los
desafíos y oportunidades que el entorno nos presenta, donde el trabajo colectivo, resulta
ser más efectivo para enfrentarlos que de manera individual y aislada
En segundo lugar, la otra connotación de la comunicación es el cómo logramos comunicar
lo que hacemos de una manera efectiva. Cómo sistematizar nuestras experiencias de tal
forma que lleguen al usuario deseado. Muchas veces los medios utilizados no son los
más adecuados para trasmitir nuestras experiencias porque no tomamos en cuenta el
contexto real de las cosas, sobre todo en estos casos donde los procesos sociales que
circunscriben a la innovación son determinantes del éxito o el fracaso de los mismos.
La provincia Granma: una visión desde su contexto, las instituciones y los proyectos Se puede decir que en Granma, los procesos de transformación no sólo se han
concentrado en su desarrollo económico y social desde el entorno urbano. Este ha
traspasado los límites de lo urbano y lo rural para convertirse en parte de la revolución
productiva y que implica todo el contexto sociocultural, económico y ambiental de nuestra
provincia.
Este proceso complejo de cambios no ha sido fortuito. Desde la misma intervención
española y la fundación de la Villa “San Salvador de Bayamo”, se puede decir que aquí
existe una población con sangre innovadora.
Sección IV. Consideraciones y reflexiones finales 170
El propio Periodo Especial impuso, desafío y a la vez sacó a flote todas las dotes de
innovadores y racionalizadores. Muchos son los ejemplos que podríamos reflejar en el
amplio espectro de la sociedad en que nos desarrollamos pero en particular el medio
rural. La población y su capacidad de adaptación al medio ha sido la muestra de cómo se
enfrentan los obstáculos aquí en Granma, desde la obtención de alimentos para una
población creciente (actualmente cuenta con 832,090 habitantes) hasta la consecución de
algunos otros satisfactores básicos para persistir como sociedad.
En este sentido vale la pena mencionar que la contribución hecha desde las instituciones
y los proyectos que se ejecutan en el medio rural ha permitido un desarrollo armónico de
la misma. Sin embargo, también existen evidencias que demuestran un sentido
paternalista en muchas de sus acciones, centrándose en la asignación de recursos sin
promover un desarrollo verdadero de capacidades locales que permitan el
empoderamiento en las comunidades más aisladas de los grandes centros poblacionales.
Los ejemplos que se muestran en la sección II, esbozados desde la perspectiva
institucional y de los proyectos, reflejan con claridad que se requiere un cambio de
paradigma para el desarrollo. Es necesaria una articulación mayor de actores locales,
entre ellos y con las instituciones externas. Es decir, que se conviertan en facilitadores
legítimos del desarrollo y no los protagonistas o antagonistas del mismo. Para ello, es
necesario fortalecer sus propias capacidades de facilitación de procesos locales e
institucionales para el desarrollo, las cuales, afortunadamente ya hemos logrado construir
con mucho esfuerzo y claridad en este rincón del país y que ponemos a disposición de la
revolución. En este sentido debemos pensar en el cambio y la sostenibilidad institucional
como enfoque, para aprender a innovar más eficientemente, adaptarnos a la época de
cambios rápidos del mundo globalizado y no ser excluidos de manera injusta por el
modelo neoliberal.
La reflexión final a partir de la acción Los ejemplos que ilustran las alternativas de cambio que se buscan con la aplicación de
los PIR, su rápida diseminación y apropiación por los productores del campo apuntan a,
lejos de ser la solución única a los problemas del medio rural, una alternativa viable que
se debe considerar en los diferentes ámbitos de nuestro país. Sin embargo, es preciso
cambiar actitudes y promover aptitudes hacia el cambio institucional y personal. Es decir,
Sección IV. Consideraciones y reflexiones finales 171
buscar romper la inercia de la práctica cotidiana e histórica de un modelo de transferencia
de tecnología basada en la generación y difusión del conocimiento surgido en los centros
de investigación, como única forma y fuente de conocimiento válido.
No es cuestión de refutar y cambiar todo, si no de ponerlo en su contexto correcto y
retomar lo útil. Tampoco se trata de negar el rol que desempeñan la investigación tanto
estratégica como aplicada, sino fortalecer la cadena de la investigación científica para el
desarrollo, incluyendo obviamente a la investigación adaptativa y la experimentación local.
Es necesario reorientar la investigación hacia la demanda de un conocimiento nuevo,
aplicable a corto y mediano plazos.
Esto se evidencia en el éxito que ha tenido el Fitomejoramiento Participativo tanto en
Cuba como en Mesoamérica, sobre todo al generar y promover mayor acceso a la
diversidad genética a los productores a través de procesos locales de innovación donde la
ciencia y la práctica se han conjugado en un binomio por demás interesante. Esto ha
propiciado que los campesinos bajo un enfoque de innovación busquen y prueben, con un
mínimo de recursos, las vías y mecanismos para producir y promover una diversidad más
amplia de cultivos y/o variedades acorde a sus necesidades más sentidas, para también
repercutir en su bienestar tanto económico y productivo como ambiental y emocional; sin
mencionar el reconocimiento social que este proceso les trae consigo.
Es por eso que nos atrevemos a concluir que la innovación como proceso social para el
desarrollo rural representa un nicho donde se vale de todo con y para todos pero con
enfoque y métodos.
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