imagina uno de esos lugares donde nunca pasa nada…
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Imaginaunodeesoslugaresdondenuncapasanada…
Carlos es un abogado de éxito que debe acudir a un pueblo de Alicantecuandolecomunicanquesupadre,conquien llevabaañossinhablar,sehasuicidado. Pero la tragedia se transforma en sospecha cuando encuentra unmensajeocultoenunatorredeajedrez.
Imaginaqueestamuertefuerasoloelprincipio…
Una sencilla investigaciónde suicidio se convierte enunapeligrosa caceríacuandounasesinoenserieempiezaacometeratroceshomicidiosqueparecenestarrelacionadosentresí.¿Podríaestarlaclaveenalgoterriblequesucediómuchotiempoatrás,enesepueblodondenuncapasabanada?
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BlasRuizGrau
NomentirásePubr1.0
Titivillus23.04.2019
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Títulooriginal:NomentirásBlasRuizGrau,2019Editordigital:TitivillusePubbaser2.1
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Índice
Notadelautor
Capítulo1
Capítulo2
Capítulo3
Capítulo4
Capítulo5
Capítulo6
Capítulo7
Capítulo8
Capítulo9
Capítulo10
Capítulo11
Capítulo12
Capítulo13
Capítulo14
Capítulo15
Capítulo16
Capítulo17
Capítulo18
Capítulo19
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Capítulo20
Capítulo21
Capítulo22
Capítulo23
Capítulo24
Capítulo25
Capítulo26
Capítulo27
Capítulo28
Capítulo29
Capítulo30
Capítulo31
Capítulo32
Capítulo33
Capítulo34
Capítulo35
Capítulo36
Capítulo37
Capítulo38
Capítulo39
Capítulo40
Capítulo41
Capítulo42
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Capítulo43
Capítulo44
Agradecimientos
SobreBlasRuízGrau
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AMariyaLeo,porquecuandoabráislosojos,osprometoqueestaré
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¿Por qué nos caemos, Bruce? Para aprender alevantarnos.
ThomasWayneaBruceWayneBatmanBegins
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Notadelautor
Estimado lector, quería contarte queMors sí existe. Evidentemente, no conestenombre,peronocreoqueteseademasiadodifícilubicarlosiinvestigasun poco. Lo que sí quería contarte es que, a pesar de que sus calles soncalcadas a las del pueblo real, incluidas plazas y lugares remarcables, lospersonajessonunainvenciónmía.Nisiquieraestán«basadosen»,porloquesi este libro lo leen laspersonasquedesempeñanesa labor en el verdaderoMors,esperoquenosientanningunaofensa,puesenverdadnotienequeverconellos.
Los asesinos en serie citados como referencia en este libro sí existen.Todosmenosuno.Nocreoqueteseacomplicadoaveriguarcuál.
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Miércoles,7deoctubrede2009,23.25h.
«Son nuestros actos los que decidirán, en un futuro, si podremos dormircuandocaigalanoche».
Lafrasepodríaserunaidiotez.Nosaliódelamentedeningúnsabio.Quéva.
Esincreíbleladevecesqueoíamipadrepronunciarestaspalabras.Creoque,duranteun tiempo,nohacíamásque repetir enbucle ladichosa frase.Porunosañosdesaparecierondemirecuerdo.Desdehaceunassemanas,nooigootracosaenmicabeza.
Ojalápudierasacarlasdeahí.Supongoque,aligualquepasóconél,hellegadoaesepuntoqueyano
tieneretorno.Esemismopuntoquelehizoparecerunloroquesepasabatodoeldíarepitiendolomismo.Comosinosupieradecirotracosa.
Qué curioso que ahora, precisamente ahora,me acuerde tanto de él.Mipadre, ese maldito hijo de puta. Pensar que tenía razón me enfurece yentristece.Puedequeseandossentimientosquesecontradicenelunoalotro,peroyonopuedoevitartocarambospolosconunamismamano.Lopeordetodo fueron los años en losquepenséquemehabíahechoamímismo sintenerunareferenciaclara.Unespejoenelquemirarme,quedecíanmuchos.Claro que no había espejo. En realidad, lo que soy es una extensión de supersona.Unaprolongaciónenlaqueesdifícildistinguirdóndeacababaélydóndeempiezoyo.Susombra,susuciasombra.Tambiénsoyunmalditohijodeputa.
Tratardeengañarmeycreerqueesfaltadeamorpropioesunaidiotez.Deestosiempreheidosobrado.Quizáhastaelpuntoenelqueloúnicoquemehahechohasidotraermemuchosproblemas.Demasiadosproblemas.
Melevantodelsofácondeterminación.Másdelaquepensabaquepodríatener en un momento así. No sé la de horas que llevo postrado en él. He
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perdidolanocióndeltiempo.Comienzoa caminar lento,muy lento.Parezcoun idiotamirándome las
piernascomosiquisieraqueanduvieranmás rápido.Nopuedo.Heperdidopartedelempujequepensabaque tendríacuandomehe levantadocomounmuelle del sofá. Es tanto el peso que acarreo que cada paso cuesta darlo.Parezcounmulo cargadohasta los topes al queya le flaquean las patas.Apesardeesto,comoelmulo,nomedetengo,séloquetengoquehacer,yalohepostergadodemasiado.Yanohaymarchaatrás.
Vuelvo a comprobar el teléfono móvil. Lo llevo en el bolsillo con labateríacargadaalamitad,almenoseslasuficienteparaloquenecesito.Mehacostadodosdías comprender la explicacióndeese jovende la tiendadetelefonía sobre cómo programar el envío demensajes de texto.A pesar deello,meheaseguradodequelohehechobienrevisandopasoapasolahojaquemedioescritacuandoelmuchachoyaestabadesesperadoconmigo.Henecesitadodosminutosparaescribirseispalabras.Seispalabrasenlasqueentodassemehacoladoalgunaletra.Malditatecnología,quémalmehellevadosiempre con ella. Seis palabras que se enviarán al número que tanto se haempeñadolapolicíalocalquetengamostodoslosvecinosparaavisarlosantecualquier emergencia. La orden se realizará a las seis de la mañana. Unmensajeclaroyconciso.Sinadornos.Comolosúltimosañosdemivida.
Quiénmehavistoyquiénmeve.Si quisiera ocultar lo nervioso que estoy, mi respiración me delataría.
Parezco un corredor después de acabar una maratón. Por si esto no fuerasuficiente, el corazónme late a un ritmo casi inhumano, parece que quiereabandonarmicajatorácicaysequieresalirdelcuerpo.Puedequetodoestosea porque soy un hipocondríaco, pero no puedo evitar pensar estas cosas.Además, juraría que siento el riego de la sangre fluir pormis venas a unavelocidadendiablada.Comosifuerauncochedealtagamaenunaautopistaparausoydisfrutedeélsolo.Mismanosnodejandesudar,lassientofríasysinvida,lasmuevoinstintivamenteparacomprobarquesiguenperteneciendoamicuerpo.QuienmevierapensaríaquesoyunsheriffdelOesteapuntodedesenfundar su arma. Una nueva oleada de recuerdos, con sentimiento deculpabilidad incluido, me golpea a traición.Me damucha rabia porque nopuedoevitarlos,notengoesacapacidad.Nilosrecuerdos,ni laculpabilidadquemeprovocan.Másbien,noséhacerlo.Soyunputoinútil,lomiremospordonde lo miremos. Lo que más me fastidia de esto es que anduve erradomuchosañospensandoqueenmíresidíaelpoderdecontrolarlos,quepodíamantenerlosaraya.Yomismolollamaba«mibarrera».Esaquemecreaba,
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segúnyodecía, parapoder defender esos casosqueotros consideraban«detenermuchoestómago».Crasoerror.Nohabía talbarrera.Asíeracomoyollamaba al dinero queme pagaban y que hacía que nome importara quiénhabíahechoquéyporqué.No,cuandohabíabilletesdepormedionohabíasentimientos.Noloscontrolaba,eraquenosabíaniqueexistieran.Otroerrormásqueañadiramiextensalista.
Ahoralossientohastatalpuntoquequeman,duelen,meempujan,chillan,muerdenconrabia…
Hedemostradoserunimbécil,esosí,peronocaeréenlaequivocacióndepensarquenomerezcoesto.
Lomerezco.Nadielomerecemásqueyo.Esincreíblequeenunadistanciatancortamehayadadotiempoapensar
tantascosas.Almismotiempoquecruzoelumbralde lapuerta,notocómounanuevaarcadamesubedelestómagohaciaelesófago.Es imposiblequepueda vomitar más aunque, quién sabe, esto mismo pensé las últimas dosveces y mi váter se llenó de sangre mezclada con bilis. O algo parecido,porqueaquelloolíaatodomenosahumano.Meparoytratodecontrolarelansiaporsalircorriendohaciaelcuartodebaño.Enrealidad,controloelansiaporsalircorriendo,engeneral.Noquierovolveraabrazarmealataza.Séquepodría servirme como excusa para retrasar lo que voy a hacer y no quierodarmemotivosparaesto.Tocaya.
Me agarro al marco de la puerta e intento controlarme tragando salivavariasveces.Unavezleí,omedijeron,nosé,quetragandomuchasalivaunopodíacontrolarlasnáuseas.Lomásseguroesquesolosirvaparaqueunosesugestione.Seacomosea,nosécuántotiempopasa,peroconsigoreprimirlasganasdeecharlotodo.Avercuántomedura.
Loprimeroquehagoalpasaralcuartoesmiraramialrededor;todoestádispuesto. Puede que haya objetos que jueguen un papel fundamental, peroestoysegurodequelomásimportantedetodoeslomáspequeñito:elpapel.Tiene gracia, porque el resto pone la piel de gallina con solo mirarlo.Meolvidodeestoymecentroenelpapel.Vuelvoaleerlo.Mehubieragustadopoder ver tu cara cuando te lo notifiquen. Bueno, en realidad me hubieragustadoverlaengeneral,nosé,peroenestasituaciónhayunañadidoquenomegustaperderme.Podríallamarlomorboafectivoocualquiergilipollezquesemepuedaocurrir,perocómomegustaríacomprobarsitodavíaquedaalgodecariñoentuinteriorhaciamí.
Sé que hacemucho lo hubo, pero ahora, sinceramente, lo dudomucho.Seguroqueelodioquesienteshaciamíesinmenso.Noteculpo,notepuedo
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culpar. ¿Cómohacerlo?Elque lo jodió todo fuiyo.Yo la cagué,yome locargué todo. También es verdad que tuve mis motivos. O, al menos, esoquierocreer.Ojaláalgúndíapudierasentenderlos.Medaigualsicompartesonoloquehice,peroquealmenoslosentendierassímegustaría.Fíjatequenopuedomás.Noseríatanestúpidodebuscartuperdón;quizá,comomucho,tucomprensión.Seacomosea,soytancobardequenolovoyaver.Quégraciacreermesiempretanvaliente,tandecidido,tandesaberloquesiemprequeríayenrealidadloúnicoquefuiesuncobarde.Unputocobarde.Sinofueraasí,noestaríaapuntodehaceresto.
Quédiferentessomosdecomocreemosser.Miro hacia arriba, parece que aguantará. La silla está colocada con
precisión.Pensarestoesunaespeciedeeufemismo,porqueotrapersonaqueme hubiese visto moverla hasta cuarenta veces solo unos milímetros paracolocarla en el lugar exacto pensaría que he desarrollado un TOC tardío.Antesdesubirmeaellatococonlasyemasdelosdedosmibolsillo.Ahíestá,laúnicafotoquetrajeconmigo.Yaviejayarrugadadetantomanosearla,todamivida,todoloquemeimporta,estáenesaimagen.Lasacoconcuidadodeno estropearla todavíamás. Lamiro una última vez pensando que arrojaréalgunalágrimasobreella,comotantasveces.Meesimposible,mehesecadodetantollorar.
Sí, otra cosa que apenas había hecho a lo largo de todami vida y queahoranoparodehacer.Ladevueltasquedatodo.
Conlafotoenlamanoy,conciertocuidado,colocomiotraextremidadenelpomosuperiorde lasillaparadespuésapoyarmipiederechosobreelasiento. Me cuesta unos segundos tomar la decisión definitiva, pero no lopienso más y aplico el impulso necesario para colocarme de pie sobre elmueble. Se tambalea algo, pero caerme ahora sería elmenor demismales.Conmimanolibre,buscolasogasinnisiquieramirarla;elvalordehacerlose ha esfumado y sé que si abro los ojosme puedo arrepentir. Sobre todoteniéndolatancercademicuello.Entoncessíquenosabréquéhacer.
Al tocar la cuerda, siento cómo todo el vello demi cuerpo se eriza. Sutactome recuerda supropósitoy consigueque laspiernasme tiemblenconviolenciadenuevo.Noesmomentodeflaqueos.Yano.Respiroprofundounpardevecesconlosojoscerradosynotoque,sinquerer,dobloalgolafoto,actoqueintentosolucionardeinmediato.
Nolopiensomásy,sorprendiéndomeamímismo,metolacabezaenellazo que yomismo he preparado hace unosminutos.Agarro la instantáneahaciendounaespeciede tijeraconmisdedosanularymeñiquepara,conel
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restode losdedosdeesamanoy todos losde laotra,adaptarelnudohastaquetoqueminuca.
Aprietofuertelospárpados,yanoquieroabrirlosmás.Lahabitación,gris,tristeyconoloraviejo,nohacesinoacompañaralaescena.Elolorapolvomezclado con la humedad de la estancia no sería agradable para un olfatocualquiera, pero para mí son muchos años de costumbre los que me haninmunizado. No he elegido el lugar por ninguna particularidad, peroreconozcoquepareceelmarcoidealparaponerfina todo.Asíhansidolosúltimosveinteaños.Quedanbienrepresentadosconlasparedesdelaestancia.Grisesytristes.Sinnadaquedéuntoquedevitalidadatodoesto.
Nosiemprefueasí.Quéva.Aunque lejano, todavíamequedaguardadoalgúnrecuerdodeloqueprometíaserunavidafeliz.Unavidapróspera,conlamujerideal,conunniñofueradeserie,conuntrabajoquetraíaanuestrainmensacasadineroaraudales.Comidascongenteimportante,palmadasenlaespaldacasiadiario,viajesdeensueño…Unavidaqueyomeencarguédedestrozar.No tenía que haber entrado en todo ese juego.Ojaláme hubieraconformadoconloqueyatenía,queeramucho.
Sí,yolodestrocétodo.Yorompímipropiafamilia.Lohiceyo.Yoysoloyo.Respirohondoporenésimavez.Llegóelmomento.Piensounaúltimavez
enti.Soloesperoquesepasdarlospasoscorrectos,creoqueloharás.Quierocreerqueloharás.Porfavor,nomedejescomoauncasoperdido.Creequealgobuenoquedaenmí.Siguelospasos.
Sinolohaces,nadadeestotendrásentido.Pobreiluso…¿Aquiénpretendoengañar?¿Esquelotiene?Rozoconmidedoíndicelafotografía,nonecesitomirarlamás,tengola
imagengrabadaafuego.Nosoloenmimente,tambiénenmialma.Micerebrocomienza,sinqueyoselopida,unacuentaatrás:5…4…3…2…—Losiento.1…
Tansolounossegundosdespués,lafotografíacayóalsuelo,justodebajodeunospiesquehabíanquedadosuspendidosenelaire.Semovíanconunleve
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ysiniestrocontoneo.
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Jueves,8deoctubrede2009,06.40h.Madrid.CasadeCarlosLorenzo
—¿Ya te vas?—Suvoz, a pesar de que se acababa de despertar, le seguíasonandoangelical.
Éllamiróysonrió,siemprehacíalamismapregunta.Nosabíasiesqueera algo que le divertía o que, simplemente, no le sentaba nada bienmadrugar.
—Yalosabes.Todos losdíasvoyunratoalgimnasioantesde trabajar.Necesito activarme antes de comenzar a soportar soplapollas —respondióvolviendoadarlelaespalda.
—Túsíqueeresunsoplapollas.Tienesunputogimnasioenelsótanoyprefieresiracomerteelsudordeotros.¡Quéasco!Conloquehueleeso…Yalo de rarito se te queda corto—replicó ellamientras giraba la cabeza y laapretabacontralaalmohada.Noquedabanirastrodeltonoangelical.
Una nueva sonrisa se dibujó en su cara. Esperó unos segundos hastahablar.Sabíaqueestolaponíanerviosa.
—No es lomismo.Ver a otros sudar la gota gordame anima.Llámalomotivaciónoloquetedélagana,peroesasí.Queatinotedélaganamoverelculonoquieredecirquenodebahacerloyo.
Ellanocontestó,peroéllaoyósoplarfuertehaciaelalmohadón.—Cuando sumajestaddecida levantarse—continuóhablando—,deberá
saberqueElviralehabrápreparadounsuculentodesayuno.Ricoencalorías,como a su majestad le gusta. Después de esto podrá usted darse unareconfortanteducha,tocarseunratitopensandoenmísudandoenelgimnasioy laverémás tardeen laoficina.Claro, sia sumajestad leapetece trabajarhoy.
—Vetealamierda,Carlos—balbuceósinvolverlacabezahaciaél.
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Lamiróporúltimavez,embelesado.Suespalda,desnuda,bailabaconlafinasábanadeseda,queasuvezdibujabaelrestodesucuerpoyhacíaqueCarlossintieradenuevolaexcitaciónensuentrepierna.Semetíamuchoconella con esto de estar o no en forma, pero lo cierto es que no necesitabamoldear ni un centímetro de su cuerpo. Era perfecta. Parecía esculpida sinhaberdejadoniunsolorescoldodesufiguraalazar.Todomedido.RefrenóeldeseoqueGalaprovocabaenélydiomediavuelta.Nohabíatiempoparamássexo.Yahuboencantidaddurantelanocheyahoratocabaseguirconsurutinadiariatrasundescansomedidodeseishorasexactas.
SaliódelahabitaciónendirecciónalvestidorasabiendasdequeGalanoharíanadadeloqueéllehabíaindicado.Aceptartodoloqueélleproponíaseríacomoadmitirqueambos teníanunarelación,yestoeraalgoquea losdoslesdabaauténticagrima.Nisiquieraqueríandefinirseasímismoscomofollamigos, como ahora se llamaba al sexo sin compromiso. Odiaban lasetiquetas, tan solo se acostabancadavezque lesvenía enganay almismotiempopodíanseguirdisfrutandodeunavidaplenaelunosinelotro.
Almenosesoqueríancreer,yaqueningunodelosdosteníaintencióndebesarporelmomentootroslabiosquenofueranlosmutuos.Algoraro,peroque ambos aceptaban de buena gana sin haber llegado a ningún tipo deacuerdohablado.
Abrióelarmario.Localizóelchándalquesolíavestirlosjuevesenelgimnasio,losacóyse
loenfundóconunacamisetatécnicademangacortabajolachaqueta.HizolopropioconlasdeportivasNikequesolousabaesedíaenconcreto.Sabíaqueenelexterior,aesashoras,elfríoseríapalpableapesardequedentrodesuvivienda disfrutara de una temperatura envidiable. El moderno sistema declimatizaciónquesubíadesdeel sueloseencargabademantener losgradosjustosencadamomentodeldía,conunadiferenciadedosgradoscentígradosentre la noche y el día.Ni frío ni calor.A él le gustaba así.Miró el reloj,tambiéndelamarcaNike,queseacababadecolocarenlamuñecaizquierdautilizandoel terceragujerode lacorrea.Noesquesintierapredilecciónporaquellamarca,esqueesedíatocabaloqueseestabaponiendoencima.
Muchosnoentenderíantodoloquehacía,perolociertoeraqueestassoloeranunaspocasdesusmilmanías.
Las6.48.En apenas unos diez minutos abriría el gimnasio. La conversación con
Galahabíasidobreve,peroaunasílehabíahechosalirdeltiempoqueteníaasignadoparacadaunodesus rituales.Seapresuróaentrarenelcuartode
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bañoylavórápidosucara.Actoseguidofuedirectohacialacocina.Elvira,comocadamañana,yateníalistosudesayuno.Tomódeuntragoelzumodenaranja—contresnaranjas,paraserexactos—reciénexprimido,pegóunpardebocadosaunadelastostadas—sololegustabacomerlapartedearribadelpan, no la de abajo— y dejó el resto encima del plato. Sin perder tiempoagarró labolsaconel trajeembolsadoqueélmismohabíaelegido lanocheanterior y se dirigió hacia la parte trasera de la vivienda para tomar lasescalerasqueloconduciríanhastaelgaraje.
Ese día utilizaría elMercedes SLK 350 de color gris. Era el coche queconducía los miércoles, jueves y viernes. Entró en el vehículo, como erahabitualenél,primero introduciendoelpiederecho,girándoseydespuéselizquierdo.
Arrancó el motor del coche pasados diez segundos exactos desde quemontó en él y cerró la puerta. Presionó el botón del mando con su manoizquierda y esperó a que la puerta estuviera abierta del todo. Contó cincosegundosysalió,pulsandoelbotóndenuevoconsumanoizquierda.
Llegóalgimnasioensus treceminutoshabituales.Unavezallí,duranteunahorajustahizoelmismorecorridoenlosaparatosquehacíacadajuevesdesemanapardelmes.Comocadadía,intentabaconcentrarseenelejercicioquerealizabaynopensarenabsolutoenaspectosdesutrabajo,pero,tambiéncomocadadía,leresultabaimposible.Quizáelnopoderalejarsedeloscasosquellevabaentremanoslehacíasertaninfalibleenlosuyo.Aunquetambiénpuedequefuerasuobstinaciónenconseguirtodoloqueseproponíasiempre.Lomásseguroesque,alfinal,fueraunamezcladetodo.Bajódelacintadecorrer,secóelsudordesufrente,caraycuelloymirósureloj.Porhoy,yateníasuficiente.
Unavezduchado,peinadoconsuhabitualestiloPeakedSide-Crop—tupélevantadohaciaarriba,deformadiscretayladeada—yenfundadoensutrajedeArmaniderayadiplomática,sedaylanasoho,decidióquehabíallegadolahora de dirigirse hacia donde todos los días pasaba la mayor parte de lajornada.
Subióhastasuoficina,situadaenlaplanta treintayochodelaTorredeCristal,delcomplejoconocidocomoCuatroTorresBusinessArea,enloqueantes fuera la ciudad deportiva delRealMadridC. F., junto al Paseo de laCastellana.UnletreroenelquesepodíaleerLORENZOYASOCIADOSanunciabaelque,casicontodaseguridad,eraelmásprestigiosobufetedeabogadosdetodalacapitalespañola.
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Yestonoeraalgoquesedijeraasímismoparaconvencersedesuéxito,sino que varios premios y distinciones que recibían casi anualmente así locertificaban.
LosquecreíanconoceraCarlosLorenzodecíanqueasus treintayseisañoslohabíaconseguidotodo,peroélnimuchomenospensabaparecido.Laambiciónporquerersuperarsecadadíamáslehabíahechollegarhastadondeestabay,casicontodaseguridad,haríaquesutechoestuvieramuchomásaltodeloquemuchospudieranpensar.Carlosloqueríatodoyestabadispuestoaconseguirloabasedesudor,esfuerzoymuchaslágrimas,comohabíahechodesdequeacabólacarreraconhonorescumlaude.
Entróensudespacho—elprincipaltrasaquelentramadodepuertas,porsupuesto—después de haber realizado el ritual de los saludos de rigor contodo el que se encontró por el camino. La estancia era inmensa como paracaber cinco mesas de trabajo y todavía quedar espacio para armarios concientosdearchivadores,encambio,parecíacasivacíaalosojosdetodoaquelque entraraporprimeravezy, sobre todo, no conociera a su inquilino.Lasparedes apenas presentaban decoración, a excepción de dos cuadros. Alcontrario que los despachos de sus socios, él no lo tenía todo lleno deestanteríasconlibrossobrederecho.Creíaenunnuevotipodeabogacíaenelquetodoestabainformatizado.Noqueríaperdertiempobuscandoenpáginasde libros lo que podía tener en apenas unos segundos tecleando en unbuscadorpersonalizadoquelehabíaprogramadoelinformáticoqueteníanennómina en el bufete. Carlos examinó su mesa. Perfecta, pulcra, ordenada,como él necesitaba tenerla. Estaba hecha por encargo. No buscabaexclusividad, pero sí máxima comodidad en un mueble —junto a laimponentesilladedespachodecuerocurtidoamano—enelquepasaría lamayor parte de sus jornadas. Recordó la cara del propietario deHellmans&Maurff cuando este le comentóqueningunode los imponentesmodelos que tenía le servía y que necesitaba algo que fuera más allá. Elresultadoeraunaelegantemesaesquinadadecaobanaturalyotrasmaderasnoblesafricanasquesuperabalosveintemileuros.Unainversiónnecesaria,asujuicio.Enunaesquinadelamisma,lacualélmismohabíadesignadoparatalcometido,quinceinformes—niunomás,niunomenos—esperabanasusojos para ser revisados. Sus secretarias sabían que hasta que él no diera laorden, no podían llevarle otros quince, perfectamente ordenadosalfabéticamenteygrapadosauncentímetrodelbordedelaesquinasuperiorizquierda.
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Él se ocupaba de los casos que consideraba de mayor envergadura,mientrasqueGala,asícomoelrestodelossociosyotrosabogadosqueteníaennómina,lohacíandelosotroscasos.
Noesquenoconfiaraenellosparaqueseocuparandeloscasosqueélmismoelegía.Eraqueéleralacabezadetodoaquelloyporalgúnladoteníaquequedardemostrado.Poralgosuapellidoaparecíaenlosletreros.Además,que también por algo los clientes pagaban sus honorarios. Y no eranprecisamentecalderilla.
Antes de ponerse con los informes se acercó hasta el café que cadamañanateníaquetenerpreparadoencimadesuposavasospersonalizadoconel logo de la empresa. Los becarios estaban avisados de que a las sietecuarenta y cinco de la mañana, el café tenía que estar a noventa gradoscentígrados justos, hecho con una presión de ocho bares—que uno de lossensoresdelamodernacafeteraseencargabademedir—,llenoaunsetentaycincoporcientodelvasoycon lamezcladecafésqueélmismocomprabaporinternetprocedentedeColombia,deunaplantacióndeconfianzaqueunodesuspropiosclientesteníaenelpaís.
Queesecliente,ademásdelcafé,sededicaraaotrotipodeplantacionesyaeracosasuya.ACarlosno le importabael trasfondode lashistoriasquecada uno llevaba detrás. Esto lo aprendió de alguien hacía mucho tiempo.Para él, todo esto quedaba atrás cuando alguien cruzaba el umbral de subufete.Apartirdeesemomento,sololeimportabanlosmotivosquelohabíanllevadohastaaél.
Tomóel café en cuatro sorbos, como siempre,mientrasmirabahacia elmismo punto de todas las mañanas. A pesar de la altura en la que seencontrabaubicadosudespacho,loveíaperfectamente.Unpuestodechurrosqueestabaahídesdeelmismodíaenelqueélsetrasladóaesecomplejo.
Uno como el de toda la vida, de color blanco y en el que los años noparecían pasar, pues, a pesar de las modernísimas cafeterías que loflanqueaban,elpuestosiempreestabahastalostopesdetipostrajeadosalosquenolesimportabalaingestadecolesterolygrasaqueestabanapuntoderealizar.Carlossiempresonreíamientraslomiraba;provocabaenélunefectorelajante.Nolorecordabaconexactitud,peroquizáalgúnbuenrecuerdoconese tipo de puestos de cuando era pequeño había quedado anclado en susubconsciente.
Lomejoreraqueteníaclaroquenolegustaban.Pornadadelmundoseecharíaenlabocaunadeesasmáquinasdeprovocarinfartos.
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Unavezseacabóelcafé,dejólatazasobrelaesquinaenlacual,encincominutosexactossegúnsureloj,entraríalabecariadepelorubioyliso—delaquenorecordabaelnombre—ylosacaríadesudespacho.Nolehablaría,nolediríanada.Nilosbuenosdías.Elmomentoparasaludaryahabíapasado.Entoncessícomenzaríasujornada.
Peroalgosucedióquelosacódesuspensamientosydesuhabitualrutina.Alostresminutosllamaronalapuertadesudespacho.Sintióquetodossusmúsculossetensabanyaqueaquelloerainadmisible.Todossabíanquejamásdebíanhacerlo.Leimportabatrespitosqueestuvieraelreyesperándoloenlarecepción.
LapersonaqueaguardabafuerasabíaquelareaccióndeCarlosseríadesorpresaabsoluta,porloqueoptóporentraralnoencontrarrespuesta.
—SeñorLorenzo—dijosusecretaria,laprincipal,nadamásentrar—,séquenodeseasermolestadohastadentrodedosminutos,peromehevistoenlaobligacióndehacerlo.Hepreferidonoutilizar el comunicadorpara esto,puesmeparecealgodesumaimportancia.
Carlospasóporaltosusansiasdehabermandadoalacalleaesamujer.Llevaba muchos años trabajando para él y nunca había sido así deindisciplinada. Ni siquiera cuando llegó, nueva. Es por esto que obvió elgravísimoincidenteydecidióescucharla.Algomuygravedebíadeser.
—¿Ybien?—Tengoenesperaunallamadaquelereclama.Setratadelapolicía.Carlos no pestañeó. Su secretaria no podía hablar en serio. Recibía a
diario llamadas desde la policía. Se pasaba el día hablando con ellos, dehecho. No le importaba el caso que fuera, ¿de verdad consideraba aquelloimportante?
—¿Y?—volvió a preguntar haciendo uso de toda su paciencia ante elmisticismoqueparecíamostraraquellamujer.
—No sé muy bien cómo decírselo, señor. Le he explicado que eraimposiblehablarconusted,lehedichoquenorecibellamadashastalas10.37de cada día, pero ha habido algo que me ha hecho pensar que sí debíapasársela.
—Joder,¡habladeunaputavez!—Setratadesupadre.ACarloslecambióeltonodesutezhaciaunblancocasiinmaculado.No
reaccionódeinmediato,peroenapenasunossegundossegiróydiolaespaldaasusecretaria.
—Cuélgales.
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Remedios, que llevaba casi diez años trabajando para Carlos y creíaconocerlobastantebien,noesperóesareacciónporpartedesujefe.Tampocoesquepretendieraquesalieracorriendocomounacolegialaanteesallamadadesuamorplatónicodeinstituto,perotampocoeserechazoabsoluto.
—Pero…—¡Hazloquetedigo!Noseatrevióareplicar.Conlacabezagachadiomediavueltayregresó
sobresuspasos.Elabogadoquedódenuevosoloensudespacho.Respirabafuerteyhondo.Queaquellamujerhubieranombradoasupadre
lohabíapuestomuynervioso.Solíacontrolarcadasituacióndesuvida,cadaminutoquepasaba,peroesasensacióndeahogoseleescapabadelasmanos.Selevantóyfuehacialamáquinadeaguaqueteníaenunadelasesquinas,extrajounvasodeplásticoyvertióunpocodeaguafríaenél.Aflojandoalgoel nudo de su corbata, pegó un sorbo largo. Dio media vuelta y volvió arespirarprofundo.Necesitabacalmarse.
Comenzó a observar el cuadro que siempre miraba en momentos detensión.Noteníaniideaacercadequiéneraelartistaquelohabíarealizado,seguramenteseríaundonnadie,peroteníaalgoquelerelajaba.Almenoscasisiempre.Eraverdadque,cuandosucedía,solíaserconcasosquellevabaentremanos,noconalgopersonalquelehabíapasadoaél.Másquenadaporqueaélcasinuncalepasabanadapersonal.Siempredecasaaltrabajoydeltrabajoacasa,pasandoporelgimnasio.Mirarelcuadronosirviódenada.Observósumano,lateníatemblorosa.¿Quéeraloqueleestabapasando?Fuehacialaventanayvolvióafijarseenelpuestodechurros.Cerróyvolvióaabrirlosojos en varias ocasiones, tratando de dejar la mente en blanco. Nada. Laspalabrasdelasecretariaresonabanunayotravezdentrodesucabeza.
Atomarporelculo,sedijomientrasavanzabarumbohacialapuerta.Laabriódegolpeybuscóconlamiradaelpuestodesuayudante.—Remedios, devuelve la llamada a donde me has comentado y me la
pasasamidespacho.Estalomirósorprendidayselimitóaasentir.Carlosregresóhaciasumesaytomóasientosindejardemiraralaparato
telefónico.Solíainstalarseelmanoslibressobrelaorejaalas10.37decadajornada, pero si aquello ya escapaba a lo típico, sus actos a partir de ahoratambién.
Elteléfonocomenzóasonar.—¿Sí?—dijonadamásdescolgar.
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—Le paso, señor. La persona que le llama atiende al nombre de JuliánRamírez.
Carlosasintió,aunqueRemediosnoloviera.Esperódossegundos.—¿CarlosLorenzo?—preguntósuinterlocutoramododesaludo.—Elmismo.Hable.—Verá,minombreesJuliánRamírez.Soyjefedelapolicíalocaldeun
pueblollamadoMors,enlazonabajadeAlicante.¿ElnombredesupadreesFernandoLorenzo?
Carlossintióunapunzadaensuestómagoaloíresenombre:hacíatantosañosquenolohacíaquecreíahaberloolvidado.Estabacomprobandoqueno.
—Sí.¿Quéocurre?—Sientoseryoquientengaquecomunicarleestoy,sobretodo,sientoser
tandirecto,pero,verá,supadrehafallecido.El abogado, que en el fondo intuía una noticia de tal calibre, no supo
identificar el torrente de emociones que fluyó por todo su cuerpo. Le eraimposibledefinirsiaquelloerarabia,pena,alegríaounaindiferenciafingida.Elcasoesquetodosuinteriorquedórevueltocasialinstante.
—Señor, ¿sigueahí?—preguntóelpolicía alnonotarninguna reacciónporpartedeCarlos.
—Sí—selimitóaresponder.—Bien, en ese caso le rogaría que viniera a Mors lo antes posible.
Debemosaclararalgunascircunstanciasyustednospodríaserdegranayuda.Así, de paso, puede hacerse cargo si quiere de su funeral. Su padre era unhombresolitarioydudomuchoquealguiendelpueblolohaga.
—Losiento, tengomucho trabajoymevaaser imposiblepoderasistir.Mandaré un cheque a la dirección que me diga para cubrir los gastos delentierro,peronopuedopersonarmeallí,meesimposible.
Hubounossegundosdesilencioqueincomodaronbastantealabogado.—Verá,hayalgoquenolehecontadoyquepuedequelehagacambiar
deopinión.Semehaceduro,créame.Carlostragósaliva.Respiróprofundotomandoaireporlanariz.—Dispare.El policía aguardó unos segundos antes de hablar. Como si estuviera
midiendosuspalabras.—Supadresehasuicidado.Carloscerrólosojosycolgóelteléfonocontalfuerzaquecasipartióel
auricularendos.
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Jueves,8deoctubrede2009,07.37h.Alicante.CalleGarcíaAndreu
Nicolás cerró la puerta de su recién alquilado piso, guardó las llaves en elbolsillodelafinachaquetaquellevabaysuspiróalgonervioso.
La vivienda se encontraba en el barrio alicantino de Benalúa, más enconcreto, en la calle García Andreu. El patio de colegio que tenían justoenfrente semostraba tranquilo en aquellosmomentos, como esperando a lamarabuntadeniñosqueyaestaríanpreparándoseensuscasasparaentrarenunratoarevolucionarlotodo.
Era lo más cercano que había encontrado de comisaría. El alquiler enaquella zona no era precisamente barato, pero al compartir vivienda conAlfonso,selehacíamuchomásllevaderoestegastoque,desdeluego,élsolonohubierapodidoafrontar.Siqueríacomer,claro.Sí,eraconsiderablementecaro, y eso que la vivienda no era gran cosa. Sin reformar prácticamentedesde que había sido construida, allá en el pleistoceno, como no paraba derepetirAlfonso,todoenelinmuebleeraantiguo:desdelaparedquedabaalacalle,pasandoporelpropio rellano,hasta,cómono,el interiordelpiso.Almenos era amplio, eso sí, y aunque solo convivieran en su interior dospersonas, ambos podían estar a sus anchas teniendo su propio espaciopersonal. La única pega que ambos ponían era la cocina, ya que hubieranpreferido un par de habitaciones menos con tal de haber podido pasar defrente—ynodelado,comoteníaprácticamentequehacer—porelinteriordeesta.
Nadamásponerunpieenlacalle,dejóqueelvientodelevantegolpearasurostro.Nosabíaporquésentíaesenervio.Noeraunnovatoenelcuerpo,aunque sí lo era en el cargo que estaba a punto de empezar a desempeñar:inspectordepolicía.
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Atrásquedabanlaslargashorasestudiandolaoposición,losdosañosenla academia deÁvila y, sobre todo, las largas horas patrullando unMadridquecadadíaestabapeor,segúnsujuicio.Ahora,yaenposesióndesutítulode licenciado en Ciencias Policiales, todo no hacía más que empezar y, laincertidumbre de si valdría o no para el puesto, hacía que las piernas letemblaran.
Pero esto no podía mostrarlo al exterior, claro. Había ensayado variasveces frente al espejo su cara de que todo iba a salir bien. Más o menosconseguía ponerla, aunque no podía evitar que de vez en cuando se leescaparaalgúnatisbodehumanidad.
Yesque,segúnsuamigo,esteerasupeordefecto:suhumanidad.Luegoestabalootro.El tiempopasabaynopodíasacarlodesucabeza.
La terapia que le obligaron a hacer en su día no había servido para nada,aunquetardóuntiempoendarsecuentadeesto,yaquealprincipioélmismose engañaba con que sí. Muchas noches se despertaba recordando aquelmomento,sudando,creyendoestarahídenuevo.Siempreintentabaanimarsepensando que algún día acabaría superándolo, pero mientras, el recuerdoseguíadoliendocomositodohubieraocurridoayermismo.Sobretodoteníamiedodequevolvieraaocurrir.No teníaporqué, claro,peroelmiedoahíestaba.Presente,conél,delamano.
LavozdeAlfonsolosacódesuensimismamiento.—¿Otravez?—AlfonsoconocíalahistoriadeNicolásdesobra.—Qué va, no—mintió el inspector a la vez que esbozaba una sonrisa
nerviosa—,solosientoelclimamediterráneo.—Claro,ÁlexUbago.Bueno.¿Vamosoqué?Elinspectorasintió.Ambos comenzaron a andar. Nicolás se sorprendió cuando Alfonso se
detuvoalladodesucoche,aparcadoenbateríaaunosmetrosdelapuertadeledificio.Elcocheparecíahabersidofabricadohacíacienaños,perosabíaquesu amigo lo cuidaba como si lo hubiera comprado la semana anterior. Suaspecto siempre era impecable y el olor que había dentro del vehículo eraembriagador.Cuandoundíaélsecomprarauno,querríacuidarlolamitaddebiendeloquesuamigolohacía.
—Alfonso,venga,nome jodas,estamosacientocincuentametrosde lacomisaría,¿deverdadvamosairencoche?
—Terecuerdoqueyanosomosagentes,socio.Ahoranotenemoscochepatrulla,ysi tenemosquedesplazarnosacualquierpunto, lo tendremosquehacerennuestropropiovehículo.
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—No digas tonterías, hay coches en el parque móvil para lo quenecesitemos. Además, ¿acaso piensas que haremos otra cosa que no seapapeleo?
—Deverdad,cuandoteponesnegativo,nohayquienteaguante.Yomevoyenmicoche.Tengoganasdeaparcarloenun lugarque los inspectorestengamosasignado.Empiezaapensaralogrande,hombre.Yanosomosunosdonnadie,chaval.Ahorasomosgenterespetable.
Nicolás sonrióalmismo tiempoquemontabaenelasientodelcopiloto.Alfonsolohizounossegundosdespuéstraspasarlapalmadesumanoporeltechodelvehículo.
Arrancó el motor y puso rumbo hacia la calle Foglietti, por la cualcontinuó unos metros hasta girar hacia la calle Alona. Un giro más y yaestaban en su destino, en la calle Isabel la Católica. Alfonso no utilizó elaparcamiento que tenían habilitado ya que tuvieron la enorme suerte deencontrarun lugar a escasosmetrosde la entradaprincipal.Ambosbajarondelcocheymiraronlaimpresionantefachadadesunuevolugardetrabajo.
El edificio, revestido de zócalo y con cuatro imponentes plantas conamplios ventanales, estaba diseñado paramostrar almundo su importancia.Lascarasdeambosinspectoresdemostrabanque,desdeluego,sucometidolocumplía.Parecíanuevo,comosilofueranaestrenarellos.
—¿Preparado?—preguntóAlfonsoasuamigo.Este se limitó a asentir. Elmomento había llegado. Sumomento había
llegado.Con decisión subieron la rampa de acceso y entraron previo saludo al
agentequecustodiabalaentradaconunfusilenlasmanos.Alfonso se dirigió a un mostrador con una mampara aparentemente
blindadaquedaba labienvenida.Asusespaldas,elbulliciode lagentequeesperabapararenovarsusDNIypasaporteslehizoalzarlavozalgomásdelonormal.
—PreguntamosporelinspectorjefedelaUDEVLucasMontalvo,somoslos inspectores Alfonso Gutiérrez y Nicolás Valdés, comenzamos hoy atrabajaraquí—dijoesteaunapolicíavestidadeuniformequeestabasentadatras esa mampara. No quitaba la vista de una pantalla de considerablesdimensiones que mostraba lo que veían las cámaras ubicadas en losalrededoresyenzonasprincipalesdeledificio.
—Muybien,¿meenseñansusplacas?Alfonso asintió e instó a Nicolás a que también lo hiciera. Los dos la
enseñaron y la agente hizo un gesto afirmativo con la cabeza a la vez que
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apuntabaalgoenunahojadepapel.—Está bien, suban por esas escaleras de ahí hasta llegar a la primera
planta.Tomanelpasillohacialaderechayalfondoestásudespacho,veránsunombreen lapuerta.Bienvenidos—contestóa lavezquevolvíaamirarhacialapantalla.
Losdosinspectoreshicieroncasoysubieron.Unavezenlaplantasuperior,laactividadenelladistabamuchodeloque
en un momento habían podido imaginar: había más tranquilidad que otracosa. Nada que ver con la comisaría de la que ambos provenían, en plenocentrodelacapitalespañolayenlaquesiemprehabíaalguiencorriendodeunladoparaotro.Lacantidaddecrímenesyreyertasqueseatendíanadiarioeraasombrosa,todolocontrarioaloqueseveíaenlasnoticias,queapenasmostrabannada.
Ambossemiraronypusieroncaradeasombro.Seencaminaronhaciaellugarquelaagenteleshabíaindicado.
Al llegar, Nicolás tocó de forma suave la puerta acristalada con susnudillos.
—Pase—sonóunafuertevozdesdeelinterior.Nadamás entrar, los dos inspectores comprobaron que el inspector jefe
Montalvoeraunhombreentradoenañosy,porquénodecirlo,encarnes.Supeloblanco—ysucara,algoarrugadaya—delatabaquenodebíadequedardemasiadoparaqueesehombredejara laplacay lapistola,y sededicaraapartirdeesemomentoasusquehaceres.
—¿SonValdésyGutiérrez?—preguntósinnisiquierasaludarlos.Asintieron.—Bien, tomenasiento—continuó—.Supongoqueyasabránquesoyel
inspector jefe Montalvo, por lo que no me andaré con tonterías depresentaciones. Creo que la pregunta de por qué coño han elegido estacomisaríaesobligatoria.
—¿Perdón?—Nicolásnopudoocultarsusorpresaantetalespalabras.—¿Ustedes?—NicolásValdés.—Creoquehe sido claro, inspectorValdés.Necesito saberporquéhan
escogido esta comisaría.El comisarioyyonos lo hemospreguntadovariasvecesdurantelosdosúltimosdías.
—Mire, inspector jefe, siento decepcionarle si espera otro tipo derespuesta. Nosotros vimos que había dos plazas y no lo pensamos ni un
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segundo.Noesfácilencontrarlasasícomoasí.Queríamosseguirtrabajandojuntos.
Montalvoarqueóunacejaantelasinceridaddelinspector.—¿Quéson,noviosoalgoasí?—No,coño,somosamigosynoscompenetramosbien,esoestodo.—Nolodigopornada,meimportaunamierdaaloquesedediquenfuera
de aquí, pero aquí tenemos un códigomuy estricto con las relaciones entrecompañerosdetrabajo.
—Noesnuestrocaso.Loquenoentiendoesporquéconsidera tanraroquehayamosqueridooptaraestedestino.
—Porque me cuesta creer esto que dice, pues sé de buena tinta quehubieran tenido plaza si lo hubieran querido en su comisaría, en el distritocentrodeMadrid.ConozcoalcomisarioHuertasyhehabladoconélacercadeustedes.Entiendoqueenlacapitallascosassonalgomáscomplicadas,pordecirlodealgúnmodo,peronoesperenencontrartranquilidadaquí.Todolocontrario.Tenemoslocalizadasnumerosasbandaslatinas,mafiasyunsinfínde hijos de puta. Lo más sensato sería que hubieran escogido algo mástranquiloparacogeralgodebagajecomoinspectores.Noseránlosprimerosque vienen a Alicante dispuestos a tomar el sol y se encuentran con laprovinciaconmayoríndicedecriminalidadporhabitantedetodaEspaña.
Nicoláslosabía,sehabíainformadomuybienantesdellegaracercadesunuevo destino. Aunque era sincero con su respuesta, pues no había otrasplazas juntas disponibles en todo el país para dos inspectores nuevos.También era cierto eso de que en Madrid hubieran tenido plaza con totalseguridad,perono se sentíapreparadopara ir tandeprisa.Necesitabaandarpasoapaso,siemprelohabíanecesitadoentodoslosámbitosdesuvida.Nosolíaasustarlenada,perolacautelaeraunadesusmayoresvirtudesy,antesderegresaralacapital,asuantiguacomisaría—yporquénosoñarlo,aunamás grande como la Unidad Central de Homicidios y Desaparecidos en elComplejoPolicialdeCanillas—,necesitabaganaralgodeexperiencia.
De formapaulatina, estaba segurodeque la lograríaenaquel lugar.Nodudaba de eso que le había contado el inspector jefe acerca del índice decriminalidad, pero sí sabía que allí serían al principio como unos simplesbecariosdispuestosacomersetodoeltrabajosucio—papeleos,sobretodo—,y esto les ayudaría a habituarse. A empezar poco a poco. Supuso que debuenas a primeras no se les asignarían casos de importancia, aunque unaminúscula parte en su interior, la que todo elmundo tenía y le empujaba ahacerciertascosassinpensar,deseabaquesílesdieranalgodeacción.
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Esaeternaluchaconstanteentreelsíyelnoeralaqueletocabasoportarcasiadiarioentodoslosaspectosdesuvida.
—Bueno, ya le digo yo que no hemos venido para tomar el sol, se loaseguro.Ahoraandanocupadosconuncasountantoespecial,¿meequivoco?—preguntóAlfonso.
—Veoqueustedtambiénhahecholosdeberes.Sí,estamosocupadosconuncasodemierdaquesirvemásparajustificarelpocosueldoquenospaganqueparaotracosa,temasdelasaltasesferasdeaquí.Bueno,esounamitaddemishombres,laotraseencuentratraslospasosdeunciudadanoitalianoquedegollóasuesposaenlacosta,enTorrevieja.CreoqueunadelaszonasquemáslesvanasorprenderesTorrevieja—sonrió—,allíesdondedeverdadsecurtenmishombres,aunquesolonosllamanparaactuacionesmuyconcretas;el resto lo lleva la Guardia Civil. Eso sí, la ciudad deAlicante es nuestra,como ya sabrán. Demomento irán familiarizándose con las denuncias quehemos recibido en estas dos últimas semanas.Cuandoya lo hayanhechoyconozcantodoestounpocomás,comenzaréaintroducirlesencualquieradeestosdoscasosasignándolesalgúncometido.
—Bien,nospondremosaellodeinmediato.—Unaadvertenciaalosdos—añadiócambiandoelgestodesurostro—:
si algo no soporto es a los aduladores. No quiero que me besen el culo,limítenseahacersutrabajodelamejorformaposibleynosllevaremosbien.Comosiempresehadicho:elcaminosedemuestracaminando.
Ambosasintieron.—Yahora,alsalir,diríjansealaprimerapuertaquehaytrasesta,dentro
estáelsubinspectorGómez.Díganlequiénessony lesacompañaráa loqueserán sus respectivos puestos de trabajo. Cada mañana les esperaré en elbriefingparacomentarporencimacómoserála jornada,aunqueaquínuncasesabecómovaaireldía.
Dichoesto,agarróelratónqueteníacercadelamanoycomenzóamirardeformafijalapantallaplanadesuPC.Elrecibimientohabíaacabado.
Nicolás y Alfonso salieron sin despedirse, estaban seguros de que nohubieranobtenidorespuestadehaberlointentado.
—Menudogilipollas—comentóAlfonsoenvozbajanadamássalir.—Nose lo tengasencuenta.Haceunpapel, si senosmuestracomoun
amigo, creerá que podemosperderle el respeto.Aquí ya sabes que hayquedemostrarlosgalones.
—Nosomoscríos,coño.Sécómotenemosquerespetaraunsuperior.
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—Ya,peroélnoteconoce.Nopuedesdarporhechoqueél losepa.Lodicho,vamosahacernuestro trabajobienyyaverás comoal final todovasobre ruedas.Supongoque lo iremos conociendo con el tiempo.Puedequehastaseacomouncachodepan.Estaremosbien.Yaverás.
—Mástevale,porqueyoenMadridestabalahostiadebien.Simevinefueporti,quelevenderíashieloaunesquimal,cabrón.
Obedecieron a su superior y el subinspector Gómez les indicó dóndeestabansuspuestosdetrabajo.
Dos puertas más a la derecha se encontraba el despacho en el quetrabajarían.Erabastanteamplioyaqueenélcabíanasusanchasseismesasdetrabajocomolasqueyahabían.Todasteníanunapantalladeordenadoryuntecladoademásdeunratóny,aunqueestabanvacíasencuantoapapeles,parecían tener actividad reciente. Ambos supusieron que serían de suscompañerosinspectores.Alllegarasumesa,lamásalejadadelapuertaysinmásobjetosquelosdelrestodelasmesas,NicolásemitióunbufidosinqueAlfonso lo pudiera ver —este se estaba acomodando en su nuevo puesto,situadojustoenelotroextremodelasala,cercadelapuerta—.Nosabíamuybiencómo ibaa ser todoapartirdeesemomentoyesto loangustiaba.Pormás que intentaba agarrar la sartén por elmango, se le resbalaba. Se habíapreparado a conciencia enÁvila para el puesto que iba a desempeñar, perounacosaeralateoríayotrabiendistintalapráctica,larealidad.
Deseó que esta realidad no le golpeara directamente en la cara, puestodavía no se sentía preparado del todo y podía salir noqueado de esecombate.MiróhacialamesadeAlfonso,élsonreía.Sabíaque,apesardesusquejas,estabamuyilusionadoantesunuevocargoypormásquelointentaranolopodíadisimular.ANicoláslehubieraencantadopodersentiresapasiónque emanaba su amigo, pero había algo en su interior que no paraba deremoversedeunladoaotro.
Decidiótomárselotodoconcalma.Loquetuvieraqueser,sería.OcupósuasientoypusoenmarchaelPC,cuyatorreseencontrabafrente
asuspiernas.Supusoqueenalgúnmomentodeldíaalguienlellevaríaalgúninforme con esas denuncias que había comentado el inspector jefe ycomenzaríaatrabajardeverdad.Mientrastanto,teníadecididofamiliarizarsecontodoaquello.
Miró a su alrededor: la amplitud de aquel despacho era directamenteproporcionalalasoledadquesentíapordentro,apesardelacompañíadesuamigo.Noquisodesesperarse,erasuprimerdíaytodoteníaqueirlento.Este
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eraelguion.Aunquereconocíaquelohubierarotoalinstantedehabertenidooportunidad.Otravezeseimpulsodelocura.
Loquenopudoimaginaresqueibaaestrenarsetanpronto.Muchomenosel verse envuelto en algo de semejante magnitud que lo cambiaría parasiempre.
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Jueves,8deoctubrede2009,11.22h.CaminoaMors
Carlosnopodíacreerloqueestabahaciendo.No sabía, ni siquiera, a qué velocidad iba. Poco o nada le importaba la
multa que pudiera caer tras semejante demostración de rapidez. Algoimpropioenél,puesenautopistasiempreestablecíaunavelocidadfijaconelcontroladorynosolíavariarlanunca.Sihubieratratadodebuscareldichosobotón,no lohubieraencontradonienunmillónde intentos.Sucerebro,enesosmomentos,ibaporlibre.
Tantoque en su cabeza era imposible encontrar ni un solopensamientolúcido. Lo único que tenía claro era el nombre del lugar al que se dirigía.Todo lodemás loguardabaenunabolsa llenadedudas,donde imperaba lapregunta:¿porquélohacíarealmente?Sabíaque,porelmomento,leibaaserimposibleencontrarunarespuestacoherente.
Tampoco conseguía arrancar de ese amasijo de imágenes y palabras sinsentidolacaradeGalacuandoéllecontócuálerasupropósito.Apesardelometódicodesudíaadía,estabaacostumbradaalatípicallamadaimportantequedabaaltrastecontodoyhacíaqueCarlostuvieraquereescribirsuagendaunascincovecescadajornada.Peroaquellosuperabacualquiersituación.
Solo las palabras «Mi padre ha muerto, tengo que ir a un pueblo deAlicante. Volveré lo antes que pueda» sirvieron como explicación para suausencia repentina. En realidad, ni intentándolo durante diez minutos lehubieransalidootras.Ella tampocohabíapodidocontestarlemientras loviodesaparecerporlapuertaatodavelocidad.
Ya llevaba casi tres horas al volante, el GPS le indicaba que apenasquedabanunoskilómetrosparasudestino.
¿AquévelocidadhevenidoporlaA31?
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Continuó conduciendo atento a las indicaciones del aparato electrónico.Sinél,lehubierasidoimposibleencontrarellugaralquesedirigía,másquenadaporqueparecíaestarperdidodelamanodeDios.
Observóelpaisajemientrasconducía.Erararo,porquenolohabíahechodesde que había salido de Madrid. Parecía que algo de consciencia habíavuelto a él una vez empezó a transitar por esas carreteras secundarias queahora pisaba. Esto le hizo levantar el pie del acelerador de maneraconsiderable. Así, al menos, conseguiría llegar hasta su destino con vida.Habíabastantesoledadsobrelosterrenosqueibadejandoatrásconelcoche.Lamayoríadelosterrenoserantierrasyermas,algunasconunpocomásdevegetaciónqueotras, quehacíanque todo aquello parecieramásunpaisajedesértico que otra cosa. Las otras, las cultivadas, también le llamaron laatenciónporquehabía una importante cantidaddehuertos conunos árbolesqueparecíanserlimoneros.Losuponíaporque,enverdad,nuncahabíavistouno de cerca.De todosmodos, todo esto no es que lo disgustara del todo.Reconocía que, acostumbrado a hileras de cristales y hormigón armado,aquelloeraunaalgomuyagradableparalossentidos.Tranquilidadysoledad,conceptoshastaahoracasidesconocidosparaél.Sintiómuchoelnopoder—oquizánosaber—apreciaraquellaimagencomoenverdadsemerecía,perosereconocíaasímismocomounanimaldejunglaurbana.Preferíacientosdeveces el ruido, la contaminación, ignorar a la gente y ser ignorado y, engeneral,elcaostípicodeMadrid.Sí,eraunbichoraro,peroloteníaasumidodesdehacíayamucho,porloquenoleafectaba.
Hastadondeélconocíaasupadre—oélpensabaconocer,vistolovisto—,creíaqueeraigual,peroparecíaserqueno,pueselcambiodeairesquesehabíadadohabíasidobrutal.Eracomohaberpasadodelanochealamañana.
El aparato lo fue guiando a través de las angostas carreteras hasta quellegóasudestino.Unviejocartel rectangulardecolorblanco,conelborderojoyconlasletrasennegro,asíloconfirmaba.Estabaubicadojustoantesdellegar a una fábrica de considerables dimensiones y con aspecto de estarabandonada.Buenrecibimiento.Nonecesitabaleerelcartel:nohabíadejadode pensar en el dichoso nombre desde que se lo había dicho el jefe de lapolicíalocal.
Mors,menudonombrecitoparaunpueblo.Nosupoporqué,peroesepensamientotrajoconsigounescalofríoquele
recorriótodalaespalda.Lomaloesquenohabíadejadodehacerloentodaslasvecesquehabíarecordadoelnombredelalocalidad.
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No tenía ni idea de en qué calle había vivido estos años su padre, peroaquellonoeraproblemaporque,trasunanuevallamadaporteléfono—algomás calmado, al menos en su exterior—, había quedado con el jefe de lapolicíalocalensusdependencias,ubicadasenlaplazaprincipaldelpueblo.
ElGPSleindicabaquelaPlazadeEspaña—queasíeraelnombreexactodel punto de encuentro—estaba apenas a unos ciento cincuentametros.Alavanzar por el centro de la localidad, notó que la gente con la que se ibacruzando no le quitaba ojo al coche y, por consiguiente, al conductor. Eraalgoque lesolíaocurrirconfrecuenciadebidoa losvehículosdealtagamaqueconducía,peroaquelmirareradistinto.Noeraenvidia,parecíahaberalgomás. Se asemejaba más a la desconfianza, o algo así. Además, por muypequeño que fuera el pueblo no vivían en cavernas y seguro habrían vistodecenasdecochesparecidospaseandoporsuscalles,por loquetodavíaeramásextraño.
TrasungiroalaizquierdamientrasavanzabaporlacalleMayor,avanzóunospocosmetroshastaencontrarunbuenlugardondepoderdejarelcocheaparcado.Justoentreotrosdoscoches.Apesarde laprisaqueélmismosehabía autoimpuesto, no descendió del vehículo hasta que tuvo la certezavisual de encontrarse a lamisma distancia del coche de delante que del deatrás. La tensión podría estar por las nubes, pero había cosas en él que nopodíaevitar.
Cerrólapuertadelvehículosinningúninterésendetenerseaobservarlabellezadel lugar.Enél,parecíanohaberpasadoel tiempoendécadas.Unafuente de un material muy parecido al mármol, al menos en lo estético,presidíamajestuosaelcentrodelaplaza.Eracuriosoporquesuaspectoeradefuente, pero dentro, lejos de tener agua, estaba repleta de plantas muycuidadas.Sobreellasdestacabanunasfloresdecoloresrojoyblanco,sibiennoteníaniideadeaquéespeciepertenecían.Otracuriosidaddelafuenteeraque en sumismísimo centro había una columna y en lo alto reposaba unaimagendeunavirgen.Carlos,quenoeramuycatólico, leyócondesinterésque se trataba de la virgen de la Inmaculada.Alrededor de la falsa fuente,variosbancosdabanlaaparienciadeprotegerla,comosifueralalideresadeun ejército y ellos los soldados que la flanqueaban. Dos de ellos estabanocupadospor lugareñosdeavanzadaedadquenodejabandemiraraCarlosmientrasmurmuraban cosaspor lo bajo.Carlos estuvo segurodeque aqueldebía de ser un día atípico para ellos y de que la presencia de cualquierextrañopodríasernomuybienrecibida.Bordeandoelconjunto,unaseriedepalmerasbastantealtasseerguíandelimitandoelperímetrodelaplaza.
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Eldíahabíaamanecidoradianteen lacapital,peroenMors,encambio,las nubes no dejaban ver ni un solo rayo de sol. La sensación térmica eradistinta, el calor era húmedo,muy húmedo. Casi podría definirse como unbochorno insoportable. Esta sensación hacía que el traje que llevabaenfundadoselepegaraalcuerpoyleprodujeraunasensacióndeasfixiaquenunca había sentido antes.No supo si la situación también tendría que veralgoconesto.Apesardeello,prefiriómantenerlacomposturaynisiquieraseaflojóelnudodelacorbata,queahoraparecíaquererahogarlo.
Trasunrápidovistazo,localizólaentradaalajefaturadelapolicíalocalgraciasauncartelblancoconletrasazulesqueteníaencimadelapuerta.Sedirigió hacia allí sin poder dejar demirar el conjunto al que pertenecía.Alparecer, el mismo edificio hacía las veces de ayuntamiento, jefatura de lapolicía local, hogar del pensionista y auditorio municipal. Carlos quedóasombradoconlaeficienciadelquedecidióconstruiresto.
Cuandoseplantófrentealapuerta,tratódeentrarycomprobóqueestabacerradoconllave.
Sin saber muy bien qué hacer ante tal contratiempo, se giró sobre símismoyobservóquehaciaélveníaunpolicíaatodaprisa.Notardóenllegardondeélestaba.
—¿EsustedCarlosLorenzo?—preguntócasiconlalenguafuera.Elabogadoselimitóaasentir.Quedóalgosorprendidoalverlajuventud
del muchacho. Parecía haber cumplido recientemente los veinte años, eraimposible que tuviera más edad. Lo que sí era evidente eran las horas degimnasio que este se habíametido entre pecho y espalda, el atuendo no lecedíaniunsolocentímetro.Hastaelpuntoqueparecíaquelacamisetaleibaa reventar.Susojos se fueronacontinuaciónenbuscade susorejas,dondevariosagujeros—enlosqueahoranohabíapendientes—demostrabanquesujuventudnoeraunamerasuposicióndeCarlos.
—Mi nombre es Francisco Pons, junto con Julián y un compañeromásformamoselcuerpodepolicíalocaldeMors.
A Carlos le sorprendió mucho la manera de hablar del agente. Era unacentoextraño,parecidoalmurcianoperoalavezmuyalejado.Eraesto,yeltonoqueempleaba, loque lehacíaparecerqueestuvieramáscantandoquehablando.
—¿Solosontrespolicías?—preguntóextrañadoelabogado.—Esunpueblomuypequeño, señor.Tenemos censados algomenosde
cincomil habitantes.Nuestra figura es unamera formalidad. Lo único quehacemoses turnarnosa lo largode todoeldíaparahacerpatrullajesconel
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coche y poco más. EnMors nunca tenemos problemas de ningún tipo.—FranciscosepercatódelerrordesuspalabrasalrecordarelmotivodelavisitadeCarlos—.Bueno,casinunca, lamentomucho loocurrido.—Le tendió lamano.
—No se preocupe —respondió el abogado al mismo tiempo queestrechaba la mano del joven con un apretón firme que tenía más queensayado—. Había quedado con su jefe aquí mismo, ¿podría, de algunaforma,hacerlesaberquehellegado?
—Dudoquetarde.Estáenunpueblovecinoprestandodeclaraciónparaelinforme que está elaborando la Guardia Civil sobre el incidente. Me hamandadosalirasuencuentromientrasélregresa.
Carlosahogóunsuspiroderesignación,noqueríaparecerdescortésanteelmuchacho.Loquesínecesitabaeraacabarcontodoaquellocuantoantesyvolver a su vida.Apenas llevabaunosminutos en aquel puebloy ya sentíaunapresiónfuerteenelpecho.Noestabahechoparaestetipodesituaciones.Sindarsecuenta,metiólasmanosensusbolsillos.Jamáslohacía,esaimagendenotabainseguridad.Aldarsecuentalassacóconrapidez.
—¿Dónde está el cuerpo de mi padre? —soltó de repente, dejando alpolicíacasinoqueadoporelimpactodelapregunta.
—Si nome equivoco está enAlicante, enMedicina Legal, pero nomehaga mucho caso porque no lo sé a ciencia cierta. En cuanto llegue misuperiorpodrápreguntarle todoloquenecesite.Esmás,olvidequeselohedichoporqueen teoríanoestoyautorizadoparacontarnadaanadieyaquetodavíahayunainvestigaciónabierta.Nisiquieraausted.Discúlpeme.
El abogado no reprimió esta vez el bufido. Entendía la posición delpolicía,peroaquellasituaciónloestabadesesperando.
Pasaroncasi cincominutos enun incómodo silencio.Eneseperíodo, élmirabasurelojcasicadaquincesegundosyelmuchachoconsultóenvariasocasionessuterminalmóvil;parecíaquechateabaconalguienporlaestúpidasonrisaquedibujabaensuboca.Almadrileñoleparecióunafaltaderespeto,pero no dijo nada, aquello no era de su incumbencia. Además, estabaacostumbrado a que la nueva sociedad tecnológica actuara de manera tanmaleducada.
—Ahílotiene—dijoelpolicíarompiendoelmomento.Carlossegiróhacia laposiciónhacia laquemirabaelagente.Conpaso
decidido,seacercabaunhombrevestidoconelmismoatuendoqueFrancisco,pero que reflejaba en su rostro bastante más experiencia —además de ungalón en sus hombros—. Su cara ya estaba algo arrugada y la gorra no
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conseguíaesconder lascanasquepugnabanporsermayoríaenunpeloqueanteshabíasidonegro.Estehombrealmenossíteníaaspectodepolicía,node bombero de calendario. Aunque una prominente barriga hacía a Carlosdudar de su rápida respuesta ante una situación complicada. Veníaacompañadodeunguardiacivildemejoraspectoqueelpolicíalocal.
—Buenosdías, señorLorenzo.Hemoshabladopor teléfono.Soyel jefedepolicíaJuliánRamírez,leacompañoenelsentimiento.
El acentodel jefedepolicía era elmismoqueelde su subordinado.Alparecer,eraelpredominantedelazona.
—Gracias —contestó sin saber muy bien en qué sentimiento leacompañaba.
—Le presento al sargento de la Guardia Civil Gonzalo Pedrosa. Es elencargadodelainvestigaciónporlosucedido.
Ambossedieronlamano.—Sino le importa,pasemosal interior.Esunpueblopequeño,perosus
habitantessonalgochismososynomegustaríaqueloquehablemosseatemadeconversaciónenlacarniceríaolapeluquería.
—¿No vamos a casa de mi padre? ¿Está allí aún? —Carlos hizo esapreguntacontodalaintencióndelmundo.Enocasiones,hacerseeltontoerauna de las mejores armas para obtener información. Y en eso él tenía unmáster.
—No,sucuerpoestáenMedicinaLegal,enAlicante.Noshanprometidoque pronto podrá disponer de él ya que la causa de lamuerte parece estarbastante clara.Después, simepermite el atrevimiento, lo conveniente seríallevarloauntanatoriocercano.Peronosepreocupe,habrátiempoparatodo.Primero,elsargentoPedrosanecesitahablarconusteddealgunascosas.
Carlosasintióyaceptó,nolequedabaotra.Pasaronal interiordeledificio,unasimplepuertadecristalconunestor
dealuminiofinodabalabienvenida.Dentronohabíamuchomás:dosmesastipo escritorio con sendos ordenadores de sobremesa y una estantería conarchivadoreserantodaladecoración,ademásdeuncalendarioconelescudodelpueblocomoúnicafotografíaenél.Elabogadoestabasorprendido,habíaestado en decenas de dependencias policiales, tanto locales comodemayorenvergadura,pormotivoslaboralesyestonoseparecíaennadaaningunadeellas.
—¿Notienennisiquieracalabozo?—quisosaberCarlosmuycuriosoanteloqueveíansusojos.
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—¿Para qué? Aquí nunca tenemos ningún tipo de problema, todos nosconocemosynadiesededicaaincordiarnos.Encasoderequerirse,actuaríalaGuardiaCivildelpueblodeallado—dijomirandoalsargento—olaPolicíaNacionaldeOrihuelaoAlicante,segúnlamagnitudyeltipodecaso.Aunquecreoquenoloshemosnecesitadonunca.Ahora,sinoleimporta,vayamosalgrano.Tomeasiento.
—Meparecebien.Carlosseagarróelpantalóndelasrodillasantesdesentarse.Siemprelo
hacía,eraunaformademantenersuaspectopulcroentodomomento.Paraél,eraindispensable.
—Comprendoqueesunmomentodifícilparausted—comenzóahablarelsargentoPedrosa—,peroesnecesarioque lehagaestaspreguntas.Comoabogadoquees,conocesusderechos,peroquieroquesepaquesonsimplescuestiones rutinarias que haríamos a cualquier hijo de fallecido encircunstanciasespeciales.Comosabrá,deberíagrabarlaconversaciónconsutestimonio,perono loveonecesario. Igualmentesinoquiereonosesientecon fuerzas para responder, lo comprenderé. ¿Ha entendido todo y estádispuestoarespondersilaspreguntasselopermiten?
—Sí—contestóCarlossintitubear.El sargento extrajo un papel doblado de una carpeta de color azul que
hastaahoraCarlosnohabíavisto.Lodesdoblóycomenzóaleer.—ComoyalehaindicadoporteléfonoRamírez,supadresehaquitadola
vida. Lo ha hecho mediante una improvisada horca y esto ha llevado a laintervención de la Policía Judicial. Antes de seguir, también me gustaríainformarle de que el caso lo lleva el Juzgado de Instrucción Número 1 deOrihuela,paracualquiertemalegalquenecesite.—Hizounapausa—.Bien,dichoestoprocedamos:¿Sabedealgúnmotivoquelehayallevadoacometertalacto?
—Notengolamenoridea,mipadreyyonoestábamosmuyunidos.—¿Aquéserefiere?—Hacedieciochoañosquenosénadadeél.—¿Poralgúnmotivoenespecial?—Preferiríanohablardeello.Elsargentolomiróduranteunossegundos,sinpestañear.—Como desee, pero necesito que sopese si algo de esto podría tener
relaciónconloocurrido.—Lodudo,¿tienemáspreguntas?
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—Emmm, sí… —dijo extrañado el guardia civil—, ¿había tratado deponerseencontactoconustedenlosúltimosdías?
—No,almenosqueyosepa.—¿Estáseguro?Carlos levantó una ceja, no entendía la insistencia de aquel hombre,
estuvoanadademandarloa lamierda,peronoeraelmomentoni el lugarparaponerseasí.PrefirióaguantarestoicamenteaquellapantomimayvolveraMadridcuantoantes.
—Sí,loestoy.—Estábien,elrestodepreguntasnomevalenparanada.Sidicequeno
tenía relación con él, no podrá responderme, son todas acerca de sucomportamiento en los últimos días. Para eso querría informarle que unexpertoenpsicologíaforensetratarádeindagarenlosúltimosmesesdevidadesupadre.Tambiénledigoqueloharácomounameraformalidadynosésillegaráaaveriguaralgo.Ahorabien,hayalgoqueempiezaanoencajarmeentodoesto,yconellocomprenderáelénfasisenlaúltimapregunta.¿Nosehapreguntado cómo hemos dado con usted si, según me ha dicho, no teníarelaciónconél?SegúnmehacomentadoRamírez,enelpuebloconocíanbiena su padre y, al parecer, nadie sabía que tenía un hijo, ni siquiera queestuvieracasado.
ACarlos,estaúltimapartenolesorprendía.Alguientancobardedehacerlo que hizo no iría contando por ahí datos de su anterior vida. Ante lapreguntanegóconlacabeza.
—Supimosqueteníaunhijoporalgoquevoyaenseñarle.Estoysegurodequelohubiéramosacabadoaveriguandosinesto,perodigamosquelohaacelerado.
El guardia civil volvió a abrir la carpeta azul y metió la mano dentro.Extrajounpardepapeles,alparecer,fotocopias.Carlossepreguntósiduraríamuchotiempoeljuegodeextraerlascosasconcuentagotasynotododeunavez.
—Le explico porque puede que sea difícil de entender, todavía másdespuésdeloquemehacontado.Enesteprimerpapel—dijoalavezquelocolocabaencimadelamesa,decarahaciaCarlos—,puedeverunafotoqueparecíasostenerensumanoenelmomentodelsuicidio.Lopensamosporlaposiciónenlaqueestabaelcuerpoyladelapropiafoto.
Elguardiacivil,consuspalabras,demostrabaserunapersonacarentedetacto alguno para hablar. A Carlos no le importaba demasiado, dada su
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especialsituaciónconsupadre,peropensóensiseríaigualconpersonasmássensiblesqueél.
Elabogadomiróbien la fotoy la reconocióal instante.Hacíadieciochoaños que no la veía, justo los mismos que hacía que su padre se habíamarchado,perolarecordócontotalprecisión.Lastrespersonasqueaparecíanenlainstantáneaeranél,sumadreysupadre.Lafotofuetomadaeneljardínde la casa familiar que tenían en las afueras de la capitalmadrileña, en untranquilo barrio donde los inmuebles no eran precisamente baratos. Sintióalgoparecidoaunapunzadamientraslaobservaba:nuncahubieraimaginadoque su padre se hubiera llevado la foto consigo. Tampoco que él hubierasentidoesedoloralvolveraverla.
—En el reverso de la foto —siguió hablando el sargento mientrasseñalabalaotraimagenqueteníaelfolio—,comopuedever,estáescritoelnombredelostresqueaparecenenella,asícomolaubicacióndedondefuetomada.Lafotooriginalselahanllevadoacomandancia,aAlicante.Nopornada,perotenemosquetenerlauntiempohastaquelajuezaloautoriceydéelcasoporcerrado.Bueno,ustedestoseguroqueyalosabe.Elproblemaesqueyolahevistoconmispropiosojosylatintaparecíamuyreciente,comosi su padre lo hubiera anotado anoche mismo, antes de ejecutar tan duradecisión.Además,ensumanoderechahabíarestosdetintadebolígrafo,porloqueconcuerda.
Carlosmiróalguardiacivilconlabocaunpocoabiertaysinsercapazdearticularpalabra.Aquelloloestabadescolocando.
—¿Quémequieredecir?—Creo que es bastante evidente, era como si su padre quisiera que
pudiéramos localizarle con suma facilidad.Comosinosallanarael camino.De hecho, gracias a esto no ha sido difícil.Hemos buscado, a través de sunombre,sunúmerodeDNIgraciasanuestroprogramaSIGO,queaccedealaDGT y localiza los permisos de conducir, entre otras cosas. Una vezconseguido todo esto, nos hemos topado de bruces con su fama comoabogado en la capital. Esto no lo esperábamos porque, ya le digo, nos haservidoparatenerelteléfonodesubufeteconrelativafacilidad.
—Todoesoestámuybien—comentóCarlosponiendofinatodoelalardede trabajo de investigación del que estaba haciendo gala el sargento.No leimpresionabaenabsolutoyporfinparecíaquecomenzabaasalirdelafalsasensacióndeshockenlaquehabíaentrado—.Peroestonomeaclaranadadeporqué lohizo,no tienesentidoalgunoquedejaraminombreescritoen lafoto.Comoyalehedicho,nonoshablábamos.Nomecabeenlacabezaque
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quisieraquemelocalizarantanrápido.Pensabaqueseríaalaúltimapersonaenelmundoalaquequerríaquebuscaran.
Elsargentodelaguardiaciviltomóaireantesdehablar.—Siestonotienesentido,prepáreseparaloquelevoyamostrar.Dichoesto,cogióelotrofolioylocolocóencimadelprimero.Carlosno
se frotó los ojos para comprender si aquello era real o no porque tenía aaquellosdoshombresdelantedeél.
Aquelloteníaqueserunsueño.Ounapesadilla,másbien.Unanota,manuscritaalparecertambiénporsupadre,decíalosiguiente:
EnloscimientosdelaTorreBlanca,comienzaelcaminohacialaverdad.
—¿QuécoñoesestodelaTorreBlanca?—¿Nosabequésignificaesto?—preguntóelsargento.Carlosmiró sorprendido al guardia civil como si fuera evidente que no
teníalamenorideadeloquepodíasereso.Elsargentocomprendiódeinmediatolamirada,porloquenoinsistióal
abogado. El sonido del teléfono móvil del primero interrumpió aquelmomentoincómodoquesehabíaformado.
Contestó.Carlosnopodíaapartarlosojosdelosdosfoliosqueteníaenfrente,como
si lo hubieran hipnotizado. ¿Sería verdad que su padre había facilitado lalaborpolicialañadiendosunombrealafotografíaparaqueasílesfueramásfácillocalizarlo?¿Conquéfin?Despuésdeloocurrido,¿pensabaqueleibaaimportarsufallecimiento,fuerancualesfuesenlascircunstancias?Paraélyahacíamuchoquehabíamuerto.Si se encontraba enMors eraparahacer locorrectoyhacersecargodelosgastosdelfuneraldeesehombre.Mejorestoquetirarloaunacuneta,comoenverdadpensabaquemerecía.
Lospensamientosseagolpabanensucabezacuandolavozdelsargentolosacódeellos.
—La llamadaveníadeMedicinaLegal.Vana trasladar el cuerpode supadrealtanatorio.
—Pero¿yalehanhecholaautopsia?—Claro.Por lohabitualnosesuelenhacerencaliente,bueno,creoque
ustedyasabeloqueesesto—Carlosasintió—,peroalnohabervolumendetrabajo enMedicinaLegal y, ante indicios tan claros de suicidio, ya la hanrealizado. Como comprenderá, los resultados llegan directos al juez, perosupongoquesihubieraalgoqueremarcarmelohabríandicho,yleaseguro
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quenohasidoasí.Detodasformaslosresultadosdetóxicostardanenllegar,porloquesupongoquenodispondrádelinformedeljuzgadodeinstrucciónhastapasadasunassemanas.
—Nosepreocupe.Nomecorreprisa.—De igualmanera el informepreliminar le servirá como certificado de
defunción.Supongoquedeestesídispondrápronto.¿Tienealgunapreguntamás?
—Sí.¿Cómolohanencontradotanrápido?—Vale,errormío,tendríaquehaberledichoqueloraronoacababaconlo
quelehecontadoantes.Hasidoatravésdeunmensajedetextoquesupadreenvióalnúmerodeteléfonomóvilquetienelapolicíalocal.
Carlos estaba sentado,perodenohaberlo estadohubieranecesitadoesasilla.Escuchabatodoestocomounlejanoecoensucabeza.Comosinofuerareal.Porquenopodíaserlo.
—¿Me está diciendo quemi padre envió unmensaje de texto antes demorirparaqueloencontraranrápido?Meestátomandoelpelo,supongo.
—No,señor,nobromearíaconalgoasí.Sobresuprimerapregunta:síyno—matizóelsargento—.Lasprimerasconclusionesdelforensedeguardiahansidoquellevabaunashorasmuertopornoséquéfenómenoscadavéricos,porloqueintuimosqueprogramóelmensajeparaqueseenviaraaunahoraenconcreto.
Carlosno sabíaquédecir, aquello ibaperdiendoelpoco sentidoqueyateníasegúnpasabanlosminutos.
—Venga,nomejoda.¿Cómoesperaquemecreaesto?¿Mipadredejaunmensajedetextoprogramadoparaqueencuentrensucadáver?¿Yquémásledabaquelohicieransiyaestabamuerto?
—Yo, señor Lorenzo, como comprenderá… no le puedo decir más.Tampocoeslógicolodelafoto.Noséquépretendíasupadrecontodoesto,loqueestáclaroesquequeríaqueloencontraranrápidoyqueleavisáramosausted.
Elabogadobajólamiradayempezóadarlevueltasatodo.Noentendíanada.Nadateníasentidopormásqueselobuscara.
—Pormiparte—sentencióelsargento—,pocomáspuedoañadir.Siestanamable,ahoradésuteléfonomóvilaJulián,asípodrélocalizarleencasoderequerirloantecualquiernovedad,peropordesgraciametemoqueno lahabrá.Todoestáclaroencuantoalascausasdelamuertedesupadre.Ahíeshasta donde podemos intervenir nosotros.—Se puso en pie y le tendió lamano—.Deverdad,sientoloocurrido.
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Seestrecharonlamano.Carlosnodijonadamásyelguardiacivilsalió.Elabogadosequedósoloenelhabitáculoconeljefedelapolicíalocal.
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Jueves,8deoctubrede2009,12.39h.Mors.PlazadeEspaña
Carlos montó en el coche patrulla junto con Julián Ramírez, el jefe de lapolicía local. Tras mantener una breve conversación en las diminutasdependenciasdelcuerpodeseguridaddeMors,esteúltimolehabíaindicadoque era la hora de dirigirse, si quería, al tanatorio al que llevarían en unosminutos el cuerpo sin vida de su padre. Ramírez le había comentado quetardaría en llegar alrededor de media hora, pero que sería conveniente irsaliendoyahaciaallí.
Elabogadohabíaaceptadosinsabermuybienquéleestabadiciendoesehombre; su cabeza en ese momento no estaba en lo que nadie pudieracontarle.Nodejabadepensarentodoloextrañoquerodeabaelsuicidiodesupadre.Lafotoconsunombre,lanota,elmensajedetextoprogramado.¿Quéclasedelocurasehabíapasadoporlacabezadeesehombreparahaberhecholascosasdeestamanera?ACarlosnoleimportabaquesehubieraquitadolavida,yaestabamuertoparaél,perolascircunstanciasquerodeabansumuertehacíanquenopudieradejardedarlevueltasatodo.
Nisiquierasediocuentadelmomentoexactoenelqueelcochecomenzóaandar.Abandonaronlaplazadondeestabaubicadoelpequeñodespachoycontinuaron recto unos doscientosmetros hasta llegar a un colegio que losobligabaagiraraizquierdaoderecha.Eljefeoptóporladerechaycontinuórecto hasta que llegó a la salida del pueblo. Carlos no prestaba atención anada.Detodoslosdetallessorprendentesquelehabíanombradoelsargentode la Benemérita, el que más lo removía por dentro era la extraña notamanuscrita que habían encontrado. Las palabras escritas en ella se repetíanunayotravez,enbucle,dentrodesumente.
Estas, en un principio, eran claras, nada rebuscado, pero él no lograbaencontrarlesunsentidológico.
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«En los cimientos de la Torre Blanca, comienza el camino hacia laverdad».
Un primer impulso le había llevado a preguntar al agente por lamencionadatorre.Noteníaniideadeaquéserefería,nohabíaoídohablardetaltorreensuvida.Almenos,noeraalgocercanoalpueblo,esoseguro.
Miraba ensimismado el paisaje. Los huertos de limoneros se seguíansucediendo, alternándose, tal y como había visto cuando estaba llegando alpueblo, con otros paisajes casi desérticos. Ese contraste parecía quepredominabapor todaaquellazona.Enmuchosdeesos terrenos sincultivohabía tractores arando la tierra con cientos de garzas a su alrededor,dispuestasaecharseunbuengusanoalabocaencuantolovieranasomartrasellabriego.Carlosextrajounpañuelodesedadesubolsilloyselopasóporlafrente.Elpolicíateníaelaireacondicionadodelvehículoenmarcha,peroaunasíelcaloreraasfixianteparaelmadrileño.
—Supongoqueeslaprimeravezquevienepornuestrazona—comentóRamírez al percatarse del gesto del abogado—.Sí, el calor es asfixiante, lahumedad es tan elevada que en agosto nos cuesta respirar una barbaridad.Aunque,bueno,estosegúnelaño,tambiénledigo.Esteenconcretohasidoinfernal.Supongoque enMadrid tambiéndisfrutaránde temperaturas altas,peronimuchomenosescomoaquí.Cuandoestamosacuarentagradosnosepuede salir a la calle. Y créame que en las casas no hay aparato de aireacondicionadoquesirvaparaestoscasos.Cuandosemezclalahumedaddelambienteconel fríodel aparato, secreaunacombinaciónquehaceque lasgargantassiempreesténmal,asíquehayqueelegirentresudorofiebre.Unalocura.
Carloshizocasoomisoalmonólogodeljefedepolicía.Noleinteresabaenabsolutoloqueleestabacontado.Ensucabezaseguíapresentelanota.
Deigualmanera,seguíasinsacarnadaenclaro.Tras apenas diez minutos de trayecto —o menos, el abogado había
perdidolanocióndeltiempo—porunacarreteraenlaqueCarlosnoestuvoseguro de si llegaron a cruzarse con algún coche, se encontraron en eltanatorio.
Elpolicíaaparcómuycercadelaentrada.Apartedesucochesolohabíaotro más, por lo que Carlos entendió que la cosa estaba tranquila. Ambosbajarondelvehículo.Entraronenelcomplejo,revestidodepiedradeuntonomuyparecidoalbeis.Noerademasiadogrande.Supusoquealestarrodeadodepueblosdepocoshabitantes,nosenecesitabamás.
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Pordentropredominabaelmármol, loque leconferíaunaspectosobrioque,casicontodaseguridad,eraloqueandabanbuscandoensudiseño.
Unhombreconprofundasentradasenelpelosedirigióhaciaellosnadamás verlos entrar. Estaba perfectamente afeitado y su aspecto era pulcro eimpoluto.Eltrajenegroquellevabaeraacordeallugarenelquetrabajaba.
—Buenastardesya,Julián—dijodirigiéndosealagente—.Supongoqueesteseñoresfamiliardeldifunto.
—Exacto. Le presento a Carlos Lorenzo, hijo de Fernando. SeñorLorenzo,esteesMatíasGómez,dueñoygerentedel tanatorio.Estáal tantodetodoloquehapasado.
—Leacompañoenelsentimiento.Sientoconocerleenestasituacióntancomplicada—dijoMatíastendiendolamanoaCarlos.
Este la aceptó de buen gradomientras asentía levemente y apretaba subocaintentandomostrarunasonrisalomáscordialposible.
—Porlapartedelpapeleo,nosepreocupe—volvióahablarelhombre—,ya lo tenemos casi todo arreglado. Solo nos falta un par de preguntas y yaestarátododispuestoparacuandonosllegueelcuerpodesupadre.
—Bien,dígame.—¿Querrávelatorio?Supongoquealagentedelpuebloqueconocíaasu
padrelegustaríapoderveniradespedirsedeély,yadepaso,darleaustedelpésame.Esloquesuelehacerseenestoscasos.Contamosconunospaquetesde servicios que van desde lo más básico, como alquiler de la sala,acondicionamientodel familiaryunbonitoataúddemaderade roble,hastaalgo más personalizado, siempre dentro de sus gustos. Por otro lado, lonormal es darle sepultura en el cementerio municipal, nosotros nosencargaríamosde…
—Disculpe, ¿ha dicho que se llamaba Matías? —preguntó de repenteCarlos sinesperaruna respuestaycortandodemanera tajantealhombre—.Leserésincero,Matías,no teníarelaciónconély,aunque todoesoquemecuenta está genial, no me interesa en absoluto. Desconozco cuál era lavoluntad demi padre respecto a este punto, pero yo no tengo tiempo paraquedarmeaquí.Creoquelomásrápidoseríaqueloincinerasenypunto.Noquierovelatorios,noquieropésames,noquieronada.Esosí,yocorreréconlosgastosquetodoestoconlleve.Ydeverdad,disculpequeseatandirecto.
El gerente de la funeraria levantó una ceja levemente y trató derecomponerse rápido. Cuando lo hizo, Carlos comprendió que ya estabacurtidoenmilbatallasdebidoasutrabajo,porloquenolecostónotorcerelgesto.
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—No se preocupe, aquí estamos para cumplir con sus deseos. Si ustedquiere loquemehacomentado,asíserá.Peroocurrealgo: tantoparapoderdarle sepultura como para incinerarlo, si no me equivoco, necesitamos laentrada en el RegistroCivil que certifique la defunción de su padre.Antesteníamos la figura del médico asistencial, que lo firmaba en el propiolevantamiento, pero ahora no quieren pillarse los dedos con eso y solo lohacen con cadáveres de muy avanzada edad o en casos muy concretos deenfermedadconocida.¿Esasí,Julián?
—Sí,yme temoque,pordesgracia,hastamañanaaprimerahoranoseproducirálaentradaenelRegistroCivil.Conelpropioinformepreliminardeautopsia vale como certificado de defunción, pero mientras el forense lorellenayeljuzgadodeinstrucciónlofirma,yaledigoqueparahoynovaaestar. Por las tardes los jueces no hacen nada, a no ser que sea un caso deextrema gravedad y, con todos los respetos, este no lo es. Supongo que elforense no tardará en enviar el certificado al juzgado, pero no será hastamañanacuandotengamoslaaprobación.
Carlosnonecesitabalarespuestadelpolicía,eraalgoqueyasabíaél.Enloscasosdesuicidio,aunquetodaslaspruebasfueranevidentesyapuntaranaesteacto,nuncapodíandescartarquehubieraalgodetrásquenecesitabaunainvestigación.Eraporesoquesehacíaautopsiaenelanatómico forensedeturno.Después, semandaba el informe con las conclusionesmédicas de lacausadelamuerteal juez,asícomouninformepreliminarelaboradoporelcuerpo de seguridad encargado del caso que certificara que apuntabaclaramentealsuicidoyquesepodíainhumarelcuerpo.
Esto lo enfurecía, ya que ni siquiera lo había pensado y ahora tenía unproblema.
—¿Puedo,dealgunaforma,dejarlotodoarregladoparanotenerqueestaraquímañanaypodervolveralascientosdecosasquetengoquehacer?
El dueño del tanatorio suspirómirando al policía: ese hombre era algocomplicadodetratar.
—Muchome temo que no.Bueno, usted puede hacer durante el día dehoyloquequiera,volverasuscosasoloquequierahacer,peronecesitarésuautorizaciónmañana,unaveztengamoselconsentimientodeljuez.
—¿Y de verdad que no puedo dejar nada firmado? Dejaré midocumentación aquí si hace falta y enviaré a quién sea a recogerlamañanamismo.
—Lo siento… Como le digo, un familiar directo tiene que firmar elconsentimiento con losdatosde registroquenos enviará el juez.Nopuedo
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hacerlo de otra manera porque sería una irregularidad. Comprenda miposición.Nomelapuedojugarcuandohayunprocedimientojudicialdetrás.
Carlosdejósalirunaimportantecantidaddeaireporsunariz,aquellonoentraba dentro de sus planes y notaba que su sangre comenzaba a hervir.Hacíatansolounashorasniseacordabadesupadredespuésdetantosañosy,ahora,seencontrabadecidiendoquéhacerconsusrestosmortales.
Elasuntonopodíapintarpeor.—¿Ysiloentierroenvezdequemarlo?—Me temo que es igual, señor. Si no lo hiciera, el cuerpo pasaría de
nuevo a Medicina Legal, a una cámara, a la espera de lo que haga ladiputaciónconél.Entiendolapartedequenosehablaraconsupadre,peronosésiquerríaquesupadreacabaraasí.Olvidadohastaacabarenunafosacomún.
Elabogadoibaacontestaracercadepordóndesepasabaélsusopiniones,peroprefiriónohacerlo.
—Señor Lorenzo—intervino el policía para rebajar en cierto modo latensiónqueestabacreciendoenelambiente—,nosésiquerráhacerloono,perolapreguntaesobligatoria.¿Loquerrávercuandovenga?
Aquello no pilló tan de imprevisto al abogado como hubieran supuestoaquellosdoshombres;veníapreparadoparaesto.Lecostabahacersealaideade volver a ver el rostro de su padre casi veinte años después, pero era untragoquedebíaafrontar,pues,apesardeldolorpor todoloquepasó,sabíaque el pensamiento de no haberlo visto cuando tuvo oportunidad loperseguiríasiempre.Aunquefueraenesascircunstancias.
Tomó aire de nuevo mientras lo volvía a pensar a fondo; quería estarseguro.Finalmente,moviósucabezaenungestodeasentimiento.
—Perfecto.Supongoquedebedeestarapuntodellegar.Sinosdejaunosminutos para que lo acondicionemos un poco, lo podrá ver enseguida. Siquieren,puedenpasaralasalaunodevelatorios,estávacía,bueno,todasloestánhoy.Elcasoesquenoseránmolestadospornadie.
—Gracias,Matías—contestóRamírez.El policía le indicó al abogado, con la palma de sumano abierta hacia
delante, la dirección que debía tomar. La sala uno, como era lógico, era laprimeradelasochodisponiblesparavelatorios.Ambosentraronensilencioy,delamismaforma,tomaronasientoseparadoselunodelotro.
Elpolicíasacódesubolsilloelteléfonomóvilyleechóunvistazorápido,porsiteníaalgúnaviso.Carlos,quehabíadesviadotodassusllamadasaGala,selimitóamirarlaestancia,puessabíaquenoteníanadaenél.Lasobriedad
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reinabapor encimade todo.Lapared,blanca e inmaculada, parecía aportarpaz.Aél,nodemasiada,peronosecerrabaenbandaypensabaqueaotrossílo haría. Él era demasiado complicado para todo aquello. Miró hacia elenormecristalqueahora teníaunacortinadecolorverdeoscuro tapando loquehabíatrasél.Seimaginóporunosinstanteselféretrodesupadretraselmismoylasalallenadegente.Gentealaqueélnoconocía,puesnoteníaniideade cómohabía sido suvida en losúltimosdieciocho años.Ni siquierateníalacertezadequefueraavenirnadieadespedirsedeél.
El tiempo siguió corriendo mientras continuaba absorto en suspensamientos.El dueñodel tanatorio entró con cautela en la sala ymiró aljefedepolicía.Actoseguidohizoungestodeasentimiento.
—Estábien,¿podemos?—preguntóRamírez.—Claro,sisontanamablesdeacompañarme…Ambos comenzaron a seguir al hombre. Este caminaba con paso firme
hacia una puerta que parecía hecha demaderas nobles. Pasaron a través deellayllegaronaunasalaconunaexposicióndeataúdesyurnas.Otrapuertasimilar a la anterior, pero conun cartel deprohibido el paso en el centroyunasletrasenlasquesepodíaleerlapalabraPRIVADO,lesesperaba.
Alpasarporella,llegaronaunahabitaciónqueseparecíabastanteaunasala de autopsias, como las de las películas policíacas.Las paredes estabanrevestidas de azulejos blancos, sin dibujo. Una mesa de metal presidía elcentro de la estancia. Varias mesitas con todo tipo de artilugios laflanqueaban. Cómo no, una puerta gigantesca de lo que parecía ser unacámara frigorífica era lo quemás llamaba la atención.Pensabaquehabríancámarasindividuales,comoenlasmorgues,peroalparecerteníanunacomúnparatodosloscadáveresquetuvieran.
—Es una sala multiusos. Muy de vez en cuando, el juez nos autorizaalguna reconstrucción menor en casos de accidente. Tenemos untanatopractor bastante bueno para esos casos. Además, aquímaquillamos alosdifuntos.Loquevaaverahoraesduro,seloadvierto.Supadrehasidomaquillado rápido para disimular el tono azulado que había adquirido surostrodebidoalaasfixia.Sucaraestáalgohinchada,peronodemasiado.Porlo que me han contado los mozos que lo han traído, la autopsia ha sidosencillaynohabíaindiciosdenadaquehicierapensarotracosasinoquesupadre había decidido quitarse la vida, aunque supongo que ya le habráadelantadoalgo laGuardiaCivil.Noquieroquepiensemaldemí,no lohepreguntadopormorbo,respetoatopeloquehasucedido,peroqueríasaberloporquenoencontrarnadararonosgarantizasucremaciónmañanamismo.Si
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enalgúnmomentoquieregirarseoquevuelvaaguardarelcuerpo,nodudeenhacerloopedírmelo.Comprendotodaslassituacionesquepuedandarse.
Carlos,denuevo, se limitóamover sucabeza.Estabapreparado.Oesoqueríacreer.
Matías tiró de lamanilla que abría la cámara en la que, supuestamente,acababandemeterelcuerposinvidadelpadredeCarlos.LapuertaseabrióyelhombreentróparavolveralospocossegundosempujandounacamillaenlaqueestabapostradoelcuerposinvidadeFernandoLorenzo,cubiertoporunasábanablanca.
EldueñomiróaCarlosyalnoobtenerunanegativacomenzóaretirarlasábana.
La cara que vio por última vez hacía dieciocho años estaba de nuevofrenteaél.
Carlosnosintiónadaalverelrostrodesupadre.Eraexactamentecomolo recordaba, solo que con el evidente paso del tiempo en unas marcadasarrugas y alguna que otra cana en el pelo.Ni siquiera el aparatoso hilo decolor negro que había servido para volver a juntar la parte superior de sucráneo tras laautopsia llamaba laatencióndelabogado.Soloeserostroquehacíatantoquenoveía.Nosabíasieraloquerealmentequeríahacer,peronodejabademirarlo.Enverdad, tenía la cara algohinchada, perono era algoqueprovocaraningúnefectorepulsivoenelabogado.
A su mente acudieron, de manera incontrolable, varios recuerdos.Ningunodeellossuscitónipenanialegríaensuinterior.Enaquelinstantesesentía indiferente, como si aquello no fuera con él, como si en realidad lapersonaqueteníadelantefuerauncompletodesconocidoapesardenopoderdejar de mirar su cara. A pesar de los recuerdos. Puede que en verdad lofuera.Encasiveinteañoshabíanpasadomuchascosasensuvidayesteseñorselohabíaperdidotodo.Quizánimerecieraqueestuvieraahíconéleneseprecisomomento,eneseprecisoinstante,eneseprecisolugar.
—Puedevolveraguardarloenlacámara—comentócontodalafrialdadqueencontródentrodeél.
Elhombreasintióyobedeciólaorden.Enaquellosmomentos,elfamiliarmandaba.
—Bien,mañanaestaréaquíparafirmaresemalditopapel,tambiénrendirécuentasconustedportodoslosgastos.Supongoquetendréelavisoporpartedeljefeenelminutoexactoenelquedispongandelaorden.
Juliánselimitóaasentir.—Enesecasonomequedanadamásquehacerporaquí.
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Matíascomprendióqueaquelencuentrohabíafinalizado.Losacompañóhastalasalidaysedespidiódeformacortésdelosdos.
Volvieron amontar en el coche y emprendieron de nuevo rumbo haciaMors.
Duranteeltrayectonohablaronniunapalabra.Carlosnopensabanadaenconcreto.Lanotavolvióasumente,perosemezclabaconlacaradesupadrefallecidoyladudasobrequéhacerenaquellosinstantes.
Bajaron del coche en el mismo punto de la plaza en el que se habíanmontado.
—¿Quévaahacer?—quisosabereljefedepolicía.—Tendré que buscarme alojamiento, supongo que habrá algún tipo de
hotelporaquícerca.—En el pueblo no. Hay algunas casas rurales a las afueras, pero en el
mismopueblono.Sibuscaalgomástipohotel,comolosdelaciudad,tienevariosaunosoncekilómetrosporlamismacarreteraporlaquehemosvenidoahora.No sé si habrá oído hablar alguna vez deOrihuela, cuna deMiguelHernández.
Carlosasintió.Claroquehabíaoídohablar.—Pues bien —prosiguió el policía—, allí encontrará los mejores
alojamientosdelazona.Noesunaépocacondemasiadoturismo,porloquenocreoqueleseamuydifícilencontrarcama.
—Bien,puesallíiré,aunquehubierapreferidoestarmáscercaparaacabarcuantoantesunavezmellame.
—Entonceshayotraopciónquenosésisehaplanteado,¿hapensadoenquedarseencasadesupadre?
Carlosnosupoquéresponder.No,nolohabíapensado.—Supongo que no será plato de buen gusto —continuó hablando el
policía—,peroparapasarunanochenoestanmalasolución.Leaseguroquenoveránadarelacionadoconel incidenteque lehagasentirse incómodo, laGuardiaCivilhaenviadoaunequipodelimpiezastraumáticas.Lohepedidoyomismo.
Elabogadoconocíaaesosequiposquemencionabaelpolicía.Sepodríadecirquesededicabanahaceruntipodelimpiezaespecialdeescenariosenlos cuales se había producido un homicidio, un suicidio, un accidente ocualquier otro infortunio que pudiera causar un problema psicológico a losfamiliaresdelavíctimaalverloeneseestado.
Sopesó las palabras del jefe. No era tanmala idea, desde luego. No lerepresentabaelmenorproblemaelquedarseallí.Alnohaberningúntipode
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sentimiento,nopensabaquenada leafectara lomásmínimo.Además,estarcercaleibamejorparaacabaraldíasiguienteconaquelparipécuantoantes.
—Está bien, me quedaré aquí. Supongo que no habrá ningún tipo deproblemajudicialporhacerlo.
—En absoluto. Todo está ya muy claro. Perfecto entonces, este es elnúmero de mi teléfono móvil. Si es tan amable de darme el suyo por sinecesitoalgo,seloagradecería—dijomientrasleentregabaunatarjeta—.Sinecesita cualquier cosa, llámeme. Las llaves de la casa las tiene Adela, ladueña del bar de enfrente de la casa de su padre. Le acompañaré hasta lapuerta, está aquí al lado. Puede dejar el coche aquí mismo si lo desea,prometo echarle dos ojos, pero puede estar tranquilo, en este pueblo nuncapasanada.
Carlosasintióylediotambiénunatarjetaquellevabadentrodelacartera.Siemprellevabadiez,porloquesidabaalguna,lassolíareponerenseguida.En esa ocasión no iba a poder.Aquello le generaba algo de ansiedad.Peroquizáeseeraelmenordesusproblemas.
Elpolicíacumplióconlopactadoylollevóhastalapuertadelacasadesu padre.Durante el trayecto, una vezmás, no se dirigieron la palabra. Enefecto,estabacercadelaplaza,apenasaunoscienmetrosdeellatirandomuyporarriba.Conlamiradaleindicóelbaralquedebíadirigirse—aunqueenrealidad no hacía falta, ya que era evidente que el negocio era ese— y sedespidióargumentandotenercosasquehacer.Lafachadadeesteevidenciabael paso de los años. Las letras que anunciaban el local eran enormes y enrelieve,muyantiguas,también.
Carlosnoperdióniunsegundoyentróenelbar.El negocio eramás grande de lo que esperaba y, para su sorpresa, sus
entradasdabanadoscalles—por laqueélhabíaentradoysuparalela,queresultabaserlacalleMayor,porlaquehabíapasadoyahacíaunashorasendireccióna laPlazadeEspaña—.Laentradapor laqueaccedióparecíaserunamezclaqueaunabaunreservadoconunapartadoal fondoquehacíasufunción de almacén de productos no perecederos. Cinco estanterías largascomponíanelconjuntodedecoraciónenlapartequehacíadealmacén.Todaspresentaban homogeneidad en cuanto a orden de productos. Esto le causóciertapazinvoluntariaconsigomismo.Veresetipodeordenleproporcionabaplacer. El conjunto de mesas y sillas —donde un grupo de hombres quesuperabalasetentenajugabaunapartidaaldominó—dabapasoaunapuertaacristaladapor laqueseaccedíaa loquesepodría llamarelverdaderobar.Una jovenqueno tendríamásdeveinticinco años estabadetrásde labarra
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pasando un paño húmedo por ella.Un grupo de personas de unos cuarentaañostomabacañasdecervezaenelotroextremodelamisma.Manteníanunacharlaanimadaenlaquelarisaestabasiemprepresente.ACarloslellamólaatenciónlamuchacha.Noeraexcesivamenteguapa,peroteníaalgoquehacíaquetequedarasmirándoladuranteunrato,sinpestañear.Elabogadollegóapensarqueeraporesosintensosojosmarrones,conunaspestañasquesegurorozaríanunasgafasdesol.Sunarizerachiquitita,yesohacíaquesuslabiosparecieran más carnosos de lo que en realidad eran. Su pelo, de un tonocastaño tirando más bien a rubio era el idóneo para su rostro. En esosmomentos estaba peinada con una trenza algo ladeada que caía sobre suhombroderecho.Noeranialtanibaja.
—¿EsustedAdela?—preguntóCarlosamododesaludo.—Bien,acabadeecharmetreintaañosencima.No,esmitía,¿quéquiere?
—respondiódemanerabruscayseca.—Verá,minombreesCarlosLorenzo,soyhijodeFernando,suvecinode
enfrente. El jefe de la policía localme ha indicado que podía venir aquí arecogerlasllavesdelacasademipadre.¿Sabeustedalgodeeso?
ElrostrodelajovenseablandóaloírlarespuestadeCarlos.—Perdone,noteníaniideadequefueraustedhijodeFernando.Sí,mitía
mehadichoqueledieralasllavesaquienvinierapidiéndolas.Leacompañoen el sentimiento. Aquí, todos teníamos aprecio a su padre, era un granhombre.
Carlossonriósinsabercómotomarseestecomentario.Siellasupiera loquehizo,seguramentenopensaríaigual.PeronoestabaallíparamantenerundebatesobrelavidaymilagrosdeFernandoLorenzo.Anadieleimportabasuverdaderacara.Mejor se laquedabaparaélmismoyqueotrospensaran loquelesdieralagana.
La joven se agachó buscando algo detrás de la barra. Acto seguido sereincorporómostrandounmanojodellavesyselasentregóaCarlos.
—Gracias,esmuyamable.—No me las dé. Si necesita cualquier cosa, mi tía y yo estaremos
encantadasdeayudarle.Carlosmirólasllavesantesdecontestar.Noseledabandemasiadobien
lasrelacionescordialesmásalládeloestrictamenteprofesional.—Gracias,decorazón.Estavezsísonrióconsinceridad.Laamabilidaddelajovenbienlovalía.
Ambos se despidieron y la muchacha volvió a lo que fuera que estuvierahaciendo.
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Carlos salió del bar y fue directo hacia donde el policía local le habíadichoqueestabalacasadesupadre.Antesdeabrirlapuertarespiróhondo.Casiveinteañossinsaberdeélsereflejabandentrodelinmueble.Apesardenosentirnada,aquellonoerafácil.
Trasestodiodospasosatrásymirólafachada.Lacasa,decolormarrónsuaveconalgunostonosmásoscurosalrededordelasventanas,seencontrabaen un bajo que tenía tres plantas de pisos encima. Se preguntó si viviríaalguienenellos.Observóque laspersianasdelprimeroestabanbajadasporcompleto.Lasdelsegundo,asícomolasdeltercero,tambiénloestaban,peromostrabanunaspectountantodestartalado.Parecíaqueno,novivíanadieenesospisos.Enverdadnoeraalgoqueleimportarademasiado,asíquedecidiócentrarseenaquelloaloqueiba.
Introdujo la llave en la puerta. Era de aluminio lacado en colormarrónconunoscristalesopacosdecolorverdeemplomados.
Entró.La casa no era nada del otromundo.Un amplio recibidor en forma de
comedorfueloprimeroqueencontró.Echóunvistazoasualrededor.Niunafoto,niunrecuerdodesuvidaanterior,tampocodelaactual.Nadasalvounpardeestatuillas,unajedrezconpintadepocouso,dostrofeos—asaberdequé—yunparde librosdesgastados en losqueni sepodíaver siquiera eltítulo.Enestosíqueparecíahabercambiado,puesrecordabaasupadrecomoa un gran amante de la lectura. En concreto de novela negra. Adoraba aVázquezMontalbány suPepeCarvalho.Se acordóde laque fue,quizá, laúltimavezquepensóensupadre:eldíaquevioenlasnoticiasquemoríaelprolíficoescritor.Creíaquecorríaelaño2003.Seisañosdespuésnuncahabíavueltoasuspensamientos.Hastaeldíadehoy,claro.
Siguiócaminandoporelinteriordelacasasinperderdetalledeloquesusojos veían. Nada que le llamara algo la atención, tan solo una viviendaantigua a la queparecía haberle dadounamanodepintura blancanohacíademasiado.Olíamuyfuertealejía.Seguroqueeradebidoalacompañíaesade limpieza que había nombrado Ramírez. Al parecer no solo se habíanlimitado a la habitación donde había ocurrido la tragedia, sino a la mayorpartedelacasa,puesestaseveíalimpia.Aunquequizáhubierasidosupadreel encargado de tenerla como los chorros del oro. Le costó imaginar a supadre,alqueélrecordaba,pasandolaescobaporesesuelo.Quizáeraciertoesodequelagentecambiabasegúnlascircunstancias.Nosabíacómohabíasido su vida durante todos estos años, pero parecía que había tenido queadaptarseyreiniciarseaélmismo.
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Fuerahacíacalor,perodentroaquelloseasemejabaaunasauna.Segirósobre sí mismo para saber cómo se las apañaba su padre para no acabarderretido.Miró hacia la izquierda y comprendió que el aparato de aire quehabíaencimadeunapuertaquesalíahaciaunaviejacocinadeexteriorservíaparaencontraralgodealivio.Aunque,siloquedecíaeljefedelapolicíaeracierto,nosabíahastaquépuntoaquelloeraunasoluciónviable.
Volvióalcomedorytomóasientoenunsillóntapizadoencoloressuaves.Ahorasolo leapetecía reordenarsumenteyaclararsuspensamientos.Algoharto difícil dadas las circunstancias, pero necesario al fin y al cabo.Sobretodoparatratardeencontrarsignificadoalanota.
Apesardepareceratentoaotrascosas,todavíanohabíapodidodejardepensar en ella. Analizaba cada palabra por separado como si así fuera aencontrarunaclavequenisiquierateníaclaroqueexistiera.Detodosmodos,noqueríadejardeintentarlo,aunquefuerapormeracuriosidad.
Unapersona tanmeticulosa comoCarlos necesitaba saber cuáles iban asersussiguientespasosadar.Enestecasonofueronotrosquepasartodalatarde allí, sin salir.No le apetecía relacionarse con nadie ni que lomirarancomoaunbichoraro,comocuandohabíallegado.Compraríacualquiercosaparacenarencualquiersitioytrataríadedormirlomástempranoposible.Nosabíasilograríaestoúltimo,peronecesitabaquellegaraprontoelnuevodíaparadejartodoaquelloatrásyvolverasuordenada,rectaytrazadavida.
Unacosaeraloquequería,otrabiendistintaloquepasó.
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Viernes,9deoctubrede2009,07.36h.Mors.CasadeFernandoLorenzo
Amaneció.Quizánotanrápidocomoaéllehubieragustado,perodeformainevitable,elnuevodíayaestabaaquí.
Lecostóconciliarelsueño.Noquisohacerusodelacamadesudifuntopadre;sentíaaquelactocomounaespeciedevínculoquenoestabadispuestoaadoptar.Prefirióacomodarsecomobienpudoeneldurosillónyahímismotratardedormir.Apesardeloincómodoqueestaba,tuvoquereconocerquehabía dormido durante toda la noche y, según recordaba, no se habíadespertadoniunasolavez.
Estabaalgocansadoantetantaemociónrara.YahabíallamadoaGalaparaasegurarsedequetodoibatalycomotenía
que ir enMadrid. Era la sexta vez que lo hacía desde que había llegado aMors,aunquelaprimeradeesedía.Ellaencadallamadalotranquilizabaunayotravezcontándolequeeneldespachotodoestababajocontrol.Élsiemprerespiraba aliviado, aunque nunca quedaba del todo satisfecho. A menudotenía que recordarse a sí mismo que a sus órdenes estaban los mejoresabogados de toda la capital, no necesitaba un látigo constante para quetrabajarandeformacorrecta.Porsuertecadaunosabíaloqueteníaquehacer.Además,habiendodelegado las responsabilidadesmayoresaGala, sesentíamuchomás seguro.Gala era la persona quemás lo conocía y la única quepodíahacerlascosastalycomoéllasharía.Estoúltimoesloquenoparabaderepetirseaélmismo,aunquenotenerelcontrolabsoluto,bajosusmanos,loteníabastanteagobiado.Necesitabasalirdeallícuantoantesparavolveratomarlasriendas,comoaéllegustaba.
Lo que peor estaba llevando era esa sensación de estar como fuera delugar. Al encontrarse en un sitio totalmente desconocido para él, no podíaseguir de manera milimétrica sus pautas habituales de rituales mañaneros.
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Aquellolodesquiciaba.Teníaprogramadocómoeracadaminutodesuvidatanto si estaba en Madrid, en casa, como si se encontraba de viaje encualquier hotel. Pero para estar ahí no. Llevaba la misma ropa que el díaanterior,norecordabahaberhechoesonunca.Entodasuvida.
Algoaturdidosepusoenpie.Mirabael teléfonomóvilacasicadapasoquedaba.Estabaansiosoporqueel aparato comenzara a sonar en señaldequeyapodíaacabarcontodoaquello.
Quenollegarasolohacíaqueesasensacióndeahogoqueapretabafuertesu pecho fuera cada vez más intensa. Tanto que creyó haber rebasado sulímiteyavariasveces.
Fuedirectoalaseoyorinó.Actoseguidosegiróhaciaellavaboyseechóalgodeaguaenlacaradespuésdehaberselavadolasmanos.Nopudoevitarecharunojoalosproductosdehigienepersonaldesupadre.Norecordabasiantesusabaesosmismosoparecidos,aunqueenverdadloquenoteníaclaroera si no lo hacía porqueno se acordaba, o si había hechoun esfuerzo porolvidarestosdatos.Miróelcepillodedientesyrespiróprofundo.Enlavidase lehubieraocurridoutilizarunoqueno fuera el suyo.Dehecho, rebuscóentreloscajonesconlaesperanzadeencontrarunonuevoderepuesto.Alnoteneréxitonolequedómásremedioqueutilizarelqueestabadentrodelpocohigiénicovaso.Nolohubierahechosinosehubierasaltadoyadoscepilladosyotracrecienteoladeansiedadnoestuvieracreciendoalladodelahogoqueyaleproducíalapropiasituaciónqueestabaviviendo.
Tratódeserenarseintentandoenfocarsuspensamientoshacialadireccióncontraria.
En un rato podrás irte de este pueblucho, Carlos, todo volverá a lanormalidad.Sedijo.
Saliótratandodedominaresacrecienteansiedad,aunquemásquehacerloseestabaengañandoasímismo.Nopodía.
—¿Cuándocoñovaallegarlaputallamada?—dijoenvozalta.Volvióamirarelterminalporsiloqueocurríaesquenoteníacobertura.
Sítenía,porloquevolvióadejarlo.Observósobrelamesalosrestosdeunalasaña precalentada que había comprado en una tienda muy pequeña quehabíaapenasaunosmetrosde lacasa.Nosolíacomerese tipodemierdas,perodadaslascircunstancias,tampocopodíaponersedemasiadoquisquilloso.Loimportanteerapasareltrámiteyya.Cuandosalióacomprarla,secruzódenuevo con la joven del bar. No recordaba bien cómo había dicho que sellamaba esa muchacha tan guapa. Se pararon y hablaron durante unossegundos.Enrealidad,másbienhablóella.Elúnicodatomedio importante
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que le reveló fueque su tía todavíanohabía llegadoyqueno se la podríapresentartodavía.
Nolaconocería.Tampocoleimportaba.Quedóunossegundospensandosidesayunaralgoono.Lociertoeraquenoleapetecíademasiado,peroeldíaparecía presentarse duro y sabía que tenía que aportar algunas calorías alcuerpoparapoderafrontarlo.
Todavía pugnando con sus pensamientos sobre qué hacer, el teléfonocomenzóasonar.Suestómagoseencogió.
Porfin.—¿Sí?—Buenosdías,señorLorenzo.—Buenosdías.¿Puedoiryaafirmareldichosopapelito?Creorecordarel
camino,porloquepuedoiryoconmicoche.Unsilenciomuyincómodovinoacontinuación.Elabogadonosupopor
qué,perointuyóquealgonoandababien.—¿Hola?—insistió.—Señor,aver…ir,debeir,peronoaeso.Escúcheme,nosécómodecirle
esto…haocurridoalgo.ElcorazóndeCarloscomenzóabombearsangreatodavelocidad.—¿Q…Q…Qué…?—acertóadecir,nervioso.Eljefedelapolicíamunicipallerelatólosucedido.Carlosnecesitósentarse.Estabablancoysinpoderarticularpalabra.
08.01h.Alicante.ComisaríaProvincialdelaPolicíaNacional
Nicolásllegóasusegundajornadadetrabajoteniendobastanteclaroloqueibaahacerdurantetodoeldía.
Papelesymáspapeles.Supusoqueseríaalgotemporalyaque,sideverdadqueríanquecogiera
algoderodaje,tendríanqueasignarlealgúntipodecaso.Laideadeirpocoapocoenestepuestocomenzabaaesfumarsey sucuerpo lepedíaalgomás.Volvió a pensar en esodel índicede criminalidadde la provincia y supusoque tarde o temprano le tocaría pasar a la acción. Esperó que fuera en elfamoso caso del empresario que tenía a casi toda la comisaría patas arriba.Seríaunbuencomienzo.Algonodemasiadocomplicadoyquerequeríaunainvestigacióndetodoelentornodelavíctimaafondo.Noestabamal.Volvió
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a pensar y a autoconvencerse de que era una buena decisión no habersequedadoenMadrid.AunqueenAlicante—sobretodoenlacosta,comohabíapodido comprobar con los informes de denuncia que estaba revisando—hubierauníndicemayordecriminalidad,estoeradebidoaqueteníamuchosmenoshabitantesque lacapitalespañola.Esto se traducíaenque,pasara loquepasase,elnúmerodecrímenesviolentossiempreseríamayorenMadrid,aunque el índice seguiría siendo mayor en Alicante al dividir entre menoshabitantes.
Madrid era otra cosa, eso estaba claro, pero ahora estaba en Alicante.Entrepapeles.
Además,noera imbécil.Sequejabaensuspensamientospor la faltadeacción,peroseguramenteeraelansiapropiadelnovatoquequeríaestrenarsupuesto a toda costa. Pero ¿estaba realmente preparado? La respuesta laconocíadesobra.Eramejorirpocoapoco.
Unnuevovaivénensuspropiospensamientos.¿Cuántosibanya?Además, esto le había hecho pedir la guardia de un día festivo como
aquel. Veía como un disparate descansar ya el segundo día de trabajo, pormuyfiestaquefueraenlaComunidadValenciana.Asíqueallíestaba.
Ya había conocido al resto de los ocupantes de las otras mesas deldespachoy,consinceridad, lehabíaparecidoqueeranbuenagentey,sobretodo, buenos compañeros. Supuso que con el tiempo los iría conociendomejor,perolaprimeraimpresiónhabíasidobuena.
Llevabaunosveinteminutossumergidoentretantaletracuandounagenteuniformadoseacercóhastasumesa.
—¿EsustedelinspectorValdés?—Afirmativo—respondió.—ElinspectorjefeMontalvoquiereverle.Nicolásasintióintentandonomostrarcaradesorpresa;tratabadenegarlo
queenrealidadsentía.Sinperderunsegundofuehastaeldespacho.Ibaagolpearconsusnudillos,perolavozdesujefeseleadelantó.—Pase,nosequedeahícomounpasmarote.Elinspectorobedeció.—¿Cierro?—Sí,porfavor.Tomeasiento.El inspector jefe esperó hasta que Nicolás lo hiciera para comenzar a
hablar.
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—Tengoun caso para usted—dijo a la vez que arrojaba sobre lamesauna carpeta blanca con el logo de la Policía Nacional, justo enfrente deNicolás.
—¿Paramí?—Ahorasíquenopodíaocultarsusorpresa.—Para eso ha pedido venir, ¿no? Aquí resolvemos casos. Somos la
policía,¿recuerda?Nicolás respiró hondo. Tenía preguntas de auténtico novato. Con aquel
hombre debía andar con ojo y tener algo más de cuidado al elegir suspalabras.Ysobretodonomostrarflaqueza,esonunca.
—Abralacarpeta,ahíestáelinformedelcaso.Asílohizo,unaúnicahojaeratodoloquehabía.—Como puede observar, hay tan poco porque acabamos de recibir el
aviso.YahayunapatrullaallídeOrihuela.Leesperanparacomenzarconlainvestigación.Científicatambiénhasalido.Creoqueyasabecómotienequeproceder. Ahora no está en la academia. Según he visto, sus notas fueronbrillantes,demuéstremequenoesbuenosolo sobreelpapel. ¿Tienealgunapregunta?
—Sí,unamuybásica.¿EstecasonodeberíallevarlolaGuardiaCivilporserdondees?
—Así es, peropasandos cosas.Eldueñohahechouna llamadaal112,hanllamadoa laGuardiaCivilpordemarcación,peronoséenquémierdasandael cuartelillomás cercano, así que el operadorhapasadoel aviso a laPolicíaNacionaldeOrihuela.Asíqueacudiremosnosotros.Dehecho,yahayunzetaallí.Debetenerencuentaquelainvestigacióninicialdeestecasolallevaronacabolospitufos,asíquenoquieroningúntipodehostiasconellos.No nos interesa. Si llegan reclamando el caso, usted cierra la boquita y seviene.Nosésisepersonarálajuezaallí,hoyesfiesta,perosiva,usted:ver,oírycallar.LoquedigaellavaalVaticanoyvuelve.Eviteenfrentamientosporelcaso,queyahemostenidocositasconellosyyaloquenosfaltaba.
Nicolássintiódegolpeelpesodelaresponsabilidadsobresushombros.Sesentíacapaz,peroalsersuprimercasocomoinspector,elmiedoseestabaapoderandodetodo.Echóunvistazomásafondoalinforme,conlosnerviosantelaasignaciónnisehabíafijadobienenporquélosrequerían.Intentónoabrirlosojosmásdelacuenta,peronopudo.
—¿Estoesverdad?Montalvoasintiódosveces.—Joder…Voyparaallá.Consupermiso.—Nomedecepcione.
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—Noloharé.Nicolásestabaapuntodesalircuandoelinspectorjefeledijoalgo.—Valdés.Vuelvoarepetírselo,silaGuardiaCivilloreclama,paraellos.
Noquierotonteríasdenovato.Yaséquepuedellegaralfondodetodo,peronoqueremoshistorias.
Nicolásasintióydiomediavuelta.Saliódeldespachoconunamezcladeemociónycautelaante loque se
ibaaenfrentar.Aquelparecíaseruncasogordo.Lesorprendióquetanprontole fuera asignado algo de tal aparente magnitud. Necesitaba el coche deAlfonso.Paraotroscasosquizásítomaraunodelparquemóvil,peroacababade llegar y no le interesaba llamar demasiado la atención entre suscompañeros.Sacóestospensamientosdesucabezaysecentró.Ahoratocabademostrar que nadie le había regalado nada e intentar esclarecer qué habíasucedido.
Dentro del despacho, el inspector jefeMontalvomaldecía por haber tenidoque asignar semejante caso a un inspector novato como Valdés. No habíatenido otra opción. Por un lado era festivo y tenía a la mayoría de susefectivosdescansando.Porotro,teníaasusmejoreshombrestraslapistadelasesinodeunconocidoempresarioalicantinoyalaotramitadtraselitaliano,en colaboración con laUCO.En el primer caso habíamucho poder de pormedioynopodíaapartaraesoshombres;enelsegundo,menos todavía.Élmismo estaba implicado en lo del empresario por petición expresa delcomisario, así que solo le quedaba Valdés y el otro nuevo. Lo decidió asuertes.Esperóqueestesupierahacersutrabajoporelmomento.Encuantotuvieralibreaalgunodesushombres, loapartaríaypondríaaotroalfrentedel caso.Oquizá, conunpocode suerte, loharía el juezy santaspascuas.CuandodecíaquenoqueríaqueValdésseenfrentaraanadieporelcaso,enverdadloquehacíaerasuplicarquelaGuardiaCivilloacabarareclamandoyélnotuvieraqueteneraunnovatofrenteaalgoasí.
Ahora,aesperaraverquéseencontrabaValdésallí.
08.53h.Tanatoriocomarcal
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Carlosllegóconelcorazónenunpuñoaltanatorio.EnlapuertaloesperabaRamírez fumándose un cigarro. Su rostro reflejaba la angustia que parecíatenerporteléfonocuandolohabíallamado.ObservóqueuncochepatrulladelaPolicíaNacionalestabaaparcadoaunosmetrosdelsuyopropio.
Eljefetiróelcigarroalsueloy,sinapagarlo,hizounaseñalconlacabezaaCarlosyleindicóquelosiguierahaciadentro.
—¿Quécojoneshapasado?—dijoelabogadoamododesaludo.—Sé lo que usted sabe. Y créame, estamos igual de sorprendidos —
respondiósindarselavueltaysindetenerelpaso.—Pero¿acasoestamos locosoqué?—insistió—.Dígamequemeestán
tomandoelpelo.Estonopuedehaberpasadodeverdad.Ramíreznorespondió,entendíalaactituddeCarlos,nohabíaexagerado
aldecirqueestabatansorprendidocomoél.Siguieron andando hasta llegar a la puerta de la sala donde el tanatorio
teníamontadalaexposicióndeataúdes.Ahora,dosagentesuniformadosdelaPolicíaNacionalcustodiabanlaentrada.Matías,eldueñodeltanatorio,estabasentadoenuntabureteconruedas,conlasmanosenlacabeza.
—¿Quéhapasado?—dijoCarlosamododesaludo—.Quieroverlo.—Nopodemospasarhastaque losde laPolicíaCientífica indiquenque
podemos hacerlo —contestó levantando la cabeza—. Yo mismo lo heintentado varias veces y me han tirado para atrás. Tampoco puedo decirlenada más de lo que ya sabe. Joder—volvió a echarse las manos sobre lacabeza—,miren—lesmostrólamano—,estoytemblando,hostias.
Carlospusolosbrazosenjarrasygirósobresímismo.—Tranquilo,Matías,todoseaclarará—intervinoeljefe.—¿Enseriolopiensas?¿Quéclasedeexplicaciónvoyadaryoahora?Si
estotrasciende,lagentevaadejardeconfiarennosotros.Eselfin,¡elputofin!¡Nosepuedesaber!¡Estonopuedesalirdeaquíonosvamosalaputaruina!
Ramírezpusolamanosobreelhombrodesuamigoytratódeconsolarlo.En verdad temblabamucho.El problema no solo era este, ya que, además,estabablancocomoun folio sinpalabras.Entendía suposturay,aunquenopodíahacernadaparaqueestese relajara,almenosqueríadarleaentenderqueestabaahíparaloquenecesitara.
Carlos,porsuparte,seguíasindarcréditoalosucedido.¿Quénaricesestabapasando?¿Aquelloeradeverdadotodavíadormíaen
elincómodosillóndelacasadesupadre?Esmás,¿loestabahaciendoensuplacenterocolchóndelátexenMadridytodoformabapartedeunapesadilla?
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Nopodíasercierto.Imposible.—Estonopodíamospreverlo,señorLorenzo—ledijoeljefe—,perode
todosmodosmetimoslapataenalgo,señorLorenzo.Carloslomirósindecirnada.—Ayer, cuando le dijimos que hoy tendría los papeles, lo hicimos
demasiadorápido.Norecordamosningunodelosdosquehoyesfestivoylosjuzgados no trabajan de la misma forma. Solo servicios mínimos. No memalinterprete, no digo que esto no lo sea, pero dependía del juez que sequedaradeguardiaparaquepudiéramosdisponerde laautorizaciónantesodespués.Aunque,bueno,supongoqueestoeslodemenosahora.
Carlos suspiró ymiró hacia delante.No.Esto no importaba unamierdaahora.El dichoso papelito había pasado de ser sumayor preocupación a lamenorenapenasunosminutos.
Unavozlosacódesuspensamientos.—Buenosdías.Todossegiraronhacialavoz.Era un hombre joven, vestido con unos pantalones vaqueros algo
desteñidosyunacamisetademangacortadecolorverdeconunasletrassinsentido en el centro. Tenía el pelo corto, los ojos azules y una barba deaspectosemidescuidado.Eraaltoyalgocorpulento,nodemasiadoperosílojusto. Al parecer le gustaba pasar parte de su tiempo en el gimnasio. Susemblantesedebatíaentrelaseriedadyelnerviosismo.
—SoyelinspectorNicolásValdés,delaUDEVdelaPolicíaNacionaldeAlicante. Me envían de la comisaría provincial. Soy el encargado de estecaso.¿QuiéndeaquíesMatíasGómez?
El dueño del tanatorio se levantó enseguida. Todavía tembloroso, seacercóyleestrechólamano.
—Segúnmiinformación,ustedlohaencontrado,¿esasí?—Sí,hesidoyo.—¿Puede relatarmecómoha sucedido todoantesdequepuedaentrary
verloyomismo?Matíastomóaireytragósaliva.—Verá,estanochenoheestadoyoaquí.Tenemosotrodifuntoenlasala
tres,setratadeunaseñoramayor.Muertenatural.HedejadoaLaura,aunade mis empleadas, al cargo toda la noche. Esto acostumbra a estar muytranquiloy,aunquehastaaltashorasdelamadrugadasuelehabergenteyendoyviniendo,nuncapasanada.Yohevenidoaprimerahora, será fiestaperoaquínosabemosdeeso.Además,estábamospendientesdequeencualquier
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momento llegara la orden para poder mandar al crematorio el cuerpo delseñorLorenzo.Alentrarenlasala,comocadamañana,meheencontradolaescenaqueverá.Antesdenada,heidoapreguntaraLauraquequéhacíaestoasí, y ellano sabíadequé lehablaba.Recuerdoperfectamenteque, cuandomefuiayer,todoestabacomoteníaqueestar.Vamos,lonormaldetodoslosdías.Concautela,sinentendernada,meheacercadoyhemirado.Yasabeelresto.
Sinquenadie loesperara, elhombre seechóa llorar.Aquello loestabaafectandosobremanera.Noeraparamenos.Ramírezvolvióaponerlelamanosobreelhombro.Estabaalbordedeunataquedeansiedad.
—¿Ynotieneideadecómopuedehaberocurrido?¿Notienecámarasdeseguridadquepuedanmostraralgunaimagendelosucedido?
—¿Bromea?Estoesuntanatorio—respondióconlágrimasenlosojosaltiempo que levantaba la cabeza—. ¿Para qué querría yo cámaras deseguridad?¿Quiénpodríaimaginaralgoasí?Losmuertosestánmuertos.Nosevanaponerenpie.
Nicolás sopesó la respuesta del hombre. Tenía razón. Otra preguntaestúpidaquehabíaformulado.Aversiempezabaapensaryaunpocomáslascosas.
—Estábien,voyavercómovanlosdeCientífica.Todavíanosésipuedopasaryomismo.
—¡Unmomento!—exclamóCarlos—.Yotambiénentro.—¿Yustedes…?—EsCarlosLorenzo,hijodelfallecido—seadelantóeljefedepolicía.—Esimposiblequepuedaentrar,espereaquehagamosnuestrotrabajo.—Nomehaentendido.Noleestoypidiendopermiso,esmipadreyvoya
entrar.Nicolássequedómirandofijamenteaaqueltipo,nolegustabanadaque
nadie lo desafiara,muchomenos ahora que debía hacerse respetar.Decidióquitarlehierroalasuntoypasarporaltolaafrenta.
—No se lo digo porque no quiera, hasta que los de Científica no loconsideren oportuno, no puedo entrar ni yo mismo. Tendrá que esperar ydejarnoshacernuestrotrabajo.
—Esotienesolución—dijounavozqueproveníadelapuertacustodiadaporlosdosagentes.
La voz pertenecía a un hombre vestido con un mono blanco, calzas ygorrodelmismocolor.Llevabaunasenormesgafasdeplástico,comolasquese usan en muchos trabajos con riesgo de que salte algo hacia el ojo. Al
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parecerhabíasalidohacíaunossegundosdelasalayesperósuoportunidaddepoderhablar.
—¿InspectorValdés?—preguntóalmismotiempoquesequitabaunodelosguantesdenitrilo(llevabadosparespuestosparaircambiandosololosdefuera,segúnelindicioconelquetrabajara)—.SoyelsubinspectorGregorioZapata,jefedelaPolicíaCientífica.Unplacerconocerle,aunqueseaenestascircunstancias.
Nicolásleestrechólamanoconfirmeza.Lesudabanunpoco.—¿Puedopasarya?—quisosabereste.—Sí,noshemosaseguradodeestableceruncaminodeseguridadqueya
hemosprocesadosinencontrarnadarelevante.Poreltipodeestancia,hemosconsiderado oportuno hacer un barrido en espiral, pero todavía no estamosseguros de que el suelo esté libre del todo de indicios. Sime sigue, puedeecharunvistazoalaescenacomonoslahemosencontradonosotrosantesdequesigamosconlabúsqueda.
NicolássegiróhaciaCarlos.—Lepidodisculpasperohedehacermitrabajo.Leprometoqueenbreve
podráverasupadresilodesea,tansololepidountiempoprudencial.Elabogadonoencontró réplicaporqueel inspectorno ledio tiempo,ya
que se estaba colocando un traje estéril igual que el que llevaba elsubinspectorZapata.Actoseguidopasóalinterior.
La siguiente hora se le hizo eterna al abogado.No entendía por qué nosalíanadiedeahídentroparadecirlequepodíapasaraverasupadre.Porunlado leextrañabasentirestaansia,pues seguía sinencontrarunsentimientopositivohaciasupersona,peroporotronecesitabaverlo.Loúnicoqueteníaclaroeraquelasituaciónestabahaciendoestragosensusubconsciente.
Lapuertaseabrióyporellasalierontreshombresymujeresataviadosdelamisma formaqueel inspectorZapata,quesalió trasellosconunenormemaletínmetálico.AlcabodeunminutosalióNicolás,vestidoigualqueellos.
—Estábien,puedepasar,peroseestáquietecito,dondeyolediga.Usted—dijorefiriéndosealgerente—,siestanamabledeproporcionarsushuellasal equipo, nos ayudaría muchísimo en la investigación. Además,necesitaríamoslasdetodoslosquetenganaccesoalasinstalaciones,incluidoelequipodelimpieza.
Matíasasintióyobedecióalapetición.ElinspectorofrecióuntrajeestérilyunascalzasaCarlos.Este,extrañado,
selocolocótodo.¿Nohabíanterminadoyaconaquello?¿Paratantoera?
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Una vez ataviado,Nicolás pasó dentro.Caminaba recto, sin desviar suspasos.Carloshizolopropio.
—Nosehapuestounosguantesporquenovaatocarnada.Científicahahechounabúsquedabastantegeneralizadadentrode lahabitación,peroesonosignificaquenopuedahaberalgomás.Continuaránenseguida—comentóelinspector.
Carlosnodijonada,selimitóaseguiralpolicía.Nicolásseacercóhastalacámara.Estabaabierta,conlapuertadeparen
par, con la camilla fuera y con la sábana que tapaba el cuerpo sin vida delpadredeCarlosretiradahaciaunlado.
—Colóqueseamiladosiquiereverasupadre.Lerepito,notoquenada.Carlosrespiróhondo,sabíaqueesaimagenibaaserdura,peronecesitaba
verlo. Había evitadomirar en todomomento, pues no tenía del todo claroestarpreparadoparaloquesupuestamenteibaaver.Obedecióalinspectorysecolocóasulado.Volvióarespirar,decididoamirar.
Lohizo.Sintióquelaspiernaslefallabanalcomprobarqueloquelehabíandicho
porteléfonoeraverdad.Hastaelmomentolehabíasidoimposiblecreerlo.Alguienlehabíaarrancadolosojosasupadreyseloshabíallevado.
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Viernes,9deoctubrede2009,10.23h.Tanatoriocomarcal
Carlosregresódelcuartodebañoandandomuydespacio.Estabapálido,muypálido. Apenas se podía ver algo de color en su rostro y sus ojos estabaninyectados en sangre por el esfuerzo. Sudaba en exceso, vomitar tres vecesseguidasnolehabíasentadonadabien.Pero¿aquiénlesentaríabien?
Cuandollegóhastalaposicióndelosotroshombres,estosnolequitabanojo,preocupadosporsuestadoenesosmomentos.
—¿Se encuentramejor?—LavozdeNicolás le sonó lejana, a pesar dequelehablabaapenasaunmetrodedistancia.
—No.—Necesitohacerleunaspregun…—Nome hablaba conmi padre, no sabía nada demi padre, no sé qué
coñoestápasando.¿Necesitasaberalgomás?Elinspectorsequedóinmóvil,mirandoalabogado.Entendíaqueeneste
tipodesituacioneselfamiliarestuvieramuyafectado,peroensucasoparecíadistinto. Veía dolor en su mirada, aunque quizá otro tipo de dolor. Máscercanoalodiomezcladoconlaincomprensiónporloqueestabasucediendo.La última frase escupida por Carlos puede que explicaramejor este mirar.Puede que lo quemás le doliera de todo era que algo tan horrible hubieraocurridoestandopadreehijoentalsituación.Eraalgoque,desdeluego,noleibaapreguntar.
—Está bien. El jefe de la policía localme ha comentado que usted noresideaquí,queviveenMadrid.¿Quéplanestiene?
Carlos enarcó una ceja. Aguardó unos segundos hasta poder hablar.Estabaagotadodelesfuerzoenelaseo.
—Ahoranosénada.Comocomprenderá,esunasituaciónexcepcionalynosénicómoactuar.Estoescapadetodalógica.
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—Nolequitorazón.Selopreguntoporsabersipuedocontarconustedmientras en el cuerpo investigamos lo sucedido. Me ha dicho que no sehablabaconsupadre,peroestonoquieredecirnecesariamentequenoquierasabercómosigueelcursodelainvestigación.¿Meequivoco?
Elabogadoquedóunosinstantespensativo.—Sí…quierosabercómovatodo,peroahoramismonosésiserádesde
aquíodesdemidomicilio.Noséabsolutamentenada—contestócondesgana.—Bien, en cualquier caso, tome mi tarjeta. —La extrajo del bolsillo
traserodesupantalónvaqueroyselaentregó—.Noimportalahoraquesea,llámemeparaloquenecesite.Siustednolohace,yonotengosunúmero,porloquenolemolestaré.Ladecisiónessolosuya.
Carlosguardólatarjetaenelbolsillosinnisiquieramirarla.Nicoláslededicóunamediasonrisadedespedidaydiomediavueltapara
regresardenuevoalasaladondeestabaelcuerposinojosdesupadre.ElabogadosedirigióhaciaJuliánRamírez,quehablabaconeldueñodel
tanatorio.Este, al parecer, ya estaba algomás recompuesto tras el desastre.Carloscomprendióqueelvasitoconrestosdetilaquehabíasobreunamesadecolorbeishabíacontribuidoaesto.
—Yoaquínopintonada.Memarcho.—Comodesee,¿quévaahacerahora?—Demomento iré a casa demi padre.Necesito sentarme en soledad y
pensar.Noséqueharédeaquíaunrato.Lellamarécuandolodecida.—Estábien.Esperosullamada.Carlosasintió,diomediavueltayseencaminóhacialasalida.Una vez fuera, dejó que el viento golpeara su cara. A pesar de ser un
vientoalgocálidoparalaépocadelañoenlaqueestaban,estolediovida.Montóensucocheintentandotomarunadecisiónsobrequéhacerapartir
deahora.Enestosmomentoseraincapazdepensarconclaridad.Esperódarconlasoluciónantesdeacabarperdiendoporcompletolacabeza.
10.39h.Tanatoriocomarcal
—Entonces,resumiendo,¿quéesloquetenemoshastaahora?—quisosaberNicolásnadamásentrar.EnelinteriorestabaelsubinspectorZapataechandounúltimovistazoantesdedarporfinalizadosutrabajoenlaescena.
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—Nada fuera de lo común, de momento. La cantidad de huellas quehemosencontradoes impresionante.Hemos tomadouna reseñaalgerenteyen un rato tendremos la del resto de los trabajadores. Creo que en ellaboratorio va a costar clasificarlas y sacar algo en claro. Aunque no loparezca,segúnmehacomentadoeldueñodeesto,aquídentropasanmuchaspersonasyme temoque tendremosunbuennúmerodemuestrasdubitadas.Estonosvaafastidiarbastante.Porlodemás,nada.Haycabellos,haymierdadetodotipo…Esunlugarbastantepulcro,peroesinevitablequehayarestosquenotengannadaqueverconlainvestigación.¿Loquehadichoantesaquídentroibaenserio?
Elinspectorlomirósindecirnada.Nosabíaaquéserefería.—¿Vaasolicitaraljuezunanuevaautopsia?Nicolás suspiró.Estaba claro que algo turbio había en todo aquello.Un
nuevovistazoleindicabaqueelcadáverestabaimpoluto,comosilapersonaquehabíarealizadotalactohubieraaparecidode lanada,hubieraarrancado—conunaprecisiónsorprendente,alparecer—losojosdelhombreyhubieravueltoavolatilizarse.¿Conquéfin?Siaquellohabíasidounsuicidiocomoindicabanlosinformesdelamuerte,nodeberíahaberocurridoaquello.
—Creoquesí.Necesitounnuevopuntodevistatrasloocurrido.—Enmihumildeopinión,hacebien.Aunqueestovaaenfadaramucha
gente,sobretodoalosforensesqueyalahanrealizado.Esosí,siquieremipuntodevista,hayalgoquenomehuelebienentodoesto.Tampocoseríatangravequelosforenseslohayanvistotanclaroquenohayanmiradomásalláporsihabíaalgomás.
Nicolás asintió. Es justo lo que pensaba él. Ni mucho menos queríadesmerecereltrabajodelosforenses,peroélmismosabíaquesihuelealecheysabealeche,nopuedeserotracosaqueleche.Poresolosforensespodríanhabersedejadollevaralnohabervistoningunalesiónextrañaninadafueradelo común a simple vista que indicara que no era otra cosa que un suicidio.Puedequenosacaranadamásenclaro,peroaunasíqueríaintentarlo.
—Regresoacomisaría,dejaréa lapatrullahastaque sepamossi el jueznosautorizaonounanuevaautopsia.Porcierto,¿dóndeestará?¿Esquenosepiensapersonaraquí?
Zapatacomenzóareír.—Perdonequemería,peroniporasomovaaaparecerhoyporaquí.Creo
queyasabráquehoyesfiesta.—Sí,eslacantineladetodoshoy.
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—Pues así es. El juez de guardia estará en su despacho echándose unsolitarioycagándoseentodoporquehoylehatocadopringar.Además,estoesuncasomenor.Nidecoñapisahoyesto.
—¿Menor?—preguntóNicolássorprendido.—Paraellossí.Sinohayasesinatooviolenciademostradanoponenun
pie en un escenario.Y a veces ni eso, puesmandan al secretario judicial ylisto.Esparaenfadarse,desde luego,peroal finalunoseacostumbraaestadesidia.
El inspectorno supoquécontestar.EnMadrid, almenos, élhabíavistootracosa.Sibieneraciertoquenuncahabíaasistidoaningúncasoenelquesehubieraproducidounrobodeunapartedeuncuerpohumano,supusoquesísepersonaríaeljuez.Oesoqueríacreer.
—Bien,seguiréconloquelehecontado.Pedirélaordenparaunanuevaautopsia,aversicuela.Porcierto,¿dóndeestáMedicinaLegal?
—No esmuy complicado llegar desde nuestra comisaría, pero esmejorqueledenlasinstruccionesdesdeallí,parasituarsemejor.
—Perfecto.EsperoentonceslosresultadosdeDactilografía.Elcriminalistaasintió.Sihabíaalgo,noselesescaparía.Nicolás salió del edificio habiendo repartido previamente una tarjeta a
Ramírez, que todavía estaba allí, y a Matías, el gerente. Tenía pocaexperiencia todavía como inspector, pero era lógico saber que cualquiertestimonio,del tipoquefuera,podríaser fundamentalpara la resolucióndelcaso.
Montó en el coche algo aturdido.Acababa de llegar y ya tenía un casoaparentemente complicado en sus manos. Agradeció no haber tenido, demomento,problemasconlaGuardiaCivilsobreelcaso.Aunqueeljueznoloconsideraraasí,estepodríaserungrancaso.Siaquellonoledabaexperienciacomoinspector,nadaloharía.
ArrancóelmotorypusorumbohaciaAlicante.
11.12h.Mors.CasadeFernandoLorenzo
Carlosaparcójustoenfrentedelapuertadelacasadesupadre.Sesorprendióasímismodesucapacidaddeorientación,puesniélsabíadeella.Recorrióelpuebloyllegóasudestinosinapenascomplicaciones.Claroqueelmunicipionoerademasiadogrande,peroaunasí,nosabíaqueteníaesedon.
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Abriólapuertaypasódentro.Sedejócaersobreelsillónenelquehabíadormidolanocheanterior.Su
cabezaeraunabsolutocaos,supechorespirabaatodavelocidadysucorazónlatíaaunritmodesenfrenado.Noestabaacostumbradoanotenerelcontrol,aquelloloestabasumiendoenunaespiraldedesesperaciónenlaquenuncasehabíavisto.Almenosenloqueéleracapazderecordar.
Masajeó sus sienes con las yemasde susdedos.Lohizodespacio,muydespacio.Ledolíahorrores lacabeza.Necesitaba tomaralgopronto,yaquepadecía demigrañas y sabía cómo se las gastaba ese tipodedolor si no loatajaba pronto. Pero en esemaldito lugar no tenía lamedicación que solíatomarynisiquierasabíasisupadretendríaalgo,loquefuera.Tendríaqueiracompraralgoenlafarmaciadelpuebloantesdemarcharse.
Laimagendesupadresinglobosocularesloasaltóatraición.Esaimagensin expresión, vacía de vida, le taladró el cerebro haciendo que una nuevanáuseavinieraa todavelocidad.Podíaparecerquehaberlovisto sinvidaeldíaanteriorlohabíainmunizadoantealgoasí,perounacosaeracomoestabaen esa ocasión, con los párpados cerrados, simulando estar dormido, y otrabien distinta haber visto sus cuencas vacías. Era, sin duda, la imagen máshorriblequehabíavistonunca.
Movióaambosladoslacabezasinimportarleeldolor.Elestómagolerugióacontinuación.Era imposibleque tuvierahambredespuésde las emocionesvividas.Es
más,eraimposiblequevolvieraatenerhambreensuvida.Perosí,sustripasclamabanporalgodealimento,ademásconinsistencia.Selevantóyfuehacialacocinainterior—habíaotrajuntoalpatioquea
la vez servía comoalmacénpara guardar un coche inexistente—.Abrió losarmariosparaversisupadreteníaalgoyaqueporlanochenilohabíahecho.Tan solo un paquete de galletasMaría abierto. Por su aspecto, no parecíanestarenbuenestado.
Pero¿estehombredequécoñosealimentaba?Quizáfueraunabuenaideavolverdenuevoalatiendaalaquehabíaido
latardeanteriorycompraralgoparacomer.Oquizáinclusomejorpediralgorápidoparacomerenelbardeenfrente.
Ensumentecadavezpredominabamáslaideadesalircorriendodeesepueblo demalamuerte.Alejarse de todo aquello puede que fuera lamejorsolución.Nosabíadefinirlobien,perosentíaunhaloopresivoeneseairequerespiraba. Jamáshabía creído en esode huir de los problemas.Esmás, eraunaideaquelerepugnabaprofundamente.Peroporunavezy,sinquesirviera
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deprecedente,estabadispuestoasaltarsesuestúpidocódigoysalirdeallíloantes posible. Correr.Huir. Lejos de allí acabaría enterándose de lamismamaneradequéhabíasucedidoconlosojosdesupadre,siacasoeseinspectorera capaz de averiguar algo. Mientras tanto, seguiría con su apacible —yajetreadaporigual—vidaenlacapitalmadrileña.Estelugarnoestabahechoparaél.
Al fin y al cabo, ese hombre se había despreocupado de él durante losúltimosañosdesuvida,¿porquéseibaapreocuparahoraél?Leimportabatres pares de narices si estaba siendo unmal hijo y si no debía emplear elfamoso«ojoporojo».Loúnicoquequeríaeraolvidarprontoaquelepisodiodesuvidaypasaraotracosa.
Casiconvencidodeloqueibaahacer,saliódelaviviendaendirecciónalbar.Eralaopciónmásrápidaparapoderecharsealgoalaboca.
Alentraresperóencontraralamuchachaquelehabíaalegradolavistaeldíaanterior,peroensulugarencontróaunamujermayor.Carloscalculóquetendría unos sesenta años almenos. Pelo rubio—sin duda producto de untinte—conalgunascanas,peroconunapielbastantefina.Eraalgocorpulentasinllegaraserlodemasiado.Vestíaconropasqueniélmismorecordabaqueexistieran,disimuladasconundelantalblancoimpoluto.
Al ver que estaba ordenando varias barras de pan en un expositor amedidaquelassacabadeunsacodepapel,seleocurrióloquepodríacomer.
—Buenosdías,porloqueveopreparaustedbocadillos,¿meequivoco?—Enabsoluto.Ynosoloeso,sinoquepreparolosmejoresbocadillosde
todalacomarca,seloaseguro.Carlos sonrió ante aquel alarde de poderío de la mujer. Le gustaba la
genteseguradesímisma,talycomoloeraél.—Enesecasonomepuedonegar…—Perfecto,puesentoncessolotienequedecirmeconquéloquiere.—¿Quémerecomienda?De pronto, el rostro de la mujer cambió y se quedó parada por unos
instantes.MirabaaCarloscomosiestuvierafrenteaunextraterrestre.—¿Ocurrealgo?—preguntóestesinentenderlareaccióndelamujer.—Usted…tú…EreselhijodeFernando,¿verdad?El abogado quedó sin habla. De repente cayó en la cuenta de que su
sobrinapodríahaberlerelatadosuencuentrodeayer.Detodosmodosy,hastadonde él sabía, no se parecía demasiado a su padre. Tampoco a sumadre,perodesdeluegoasupadreno.
—Asíes—dijoalfin.
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—Hijo,nosabescuántosientoloquehapasado.Enelpueblo,engeneral,lo apreciábamosmucho, pero como comprenderás, nosotras le teníamos uncariño especial.Eraunapersona estupenda.Siempre amable connosotrasyconunasonrisaenlaboca.Aunqueúltimamentelahabíaperdido,nosécómoexplicarlo.Yanoeraélmismo.
—Gracias,hasidounmazazo—MintióCarlos,peroesquenoteníaganasdeexplicarporenésimavezquenosehablabaconél.
—Desde luego. Menuda desgracia. Nadie podía sospechar que todoacabaríaasí.Nohepegadoojoentodalanoche.Cualquiermuerteestrágica,peroesto…—Hizounalevepausamientrasagachabalacabezahaciaelsuelo—.Perdona,nodeberíahaberdicho laúltima frase,peroesqueestoymuyafectada.Pero,claro,quétevoyacontarati.Además,habíahabladoconéleldía anterior y no podía sospechar lo que iba a acabar haciendo. No sé,supongoqueestetipodecosasdeberíanverse…Aunque,bueno,puedequesíquesecomportaraalgoraro.
—¿Aquéserefiere?—Seguramente sean tonterías que yo misma quiero creer, pero lo noté
distante, como si quisiera irse y no seguir hablando más conmigo. Y, deverdad, esto en él era rarísimo. Supongo que siempre hay días que noslevantamos torcidos, pero… no sé. Al menos conmigo siempre había sidomuyamable,muycordial,muysonriente.Peroesedíaparecíaestardemalaleche.Peroerasuactitud,nosuspalabras…Nosésimeexplico.
—Sí—contestóunpensativoCarlos—.Creoquelaentiendo.—Porcierto,mehepuestoatutearteyesperoqueahoranopiensesquela
groserasoyyo.Peroesqueerescomodelafamilia,¡yesoquenoteconozco!Amítambiénmepuedestutear.
—Preferiríanohacerlo,porrespetoasuedad.Yno,nomeimportaquemetutee.Esmás,loprefiero—dijosonriendo.
—Senotaquenosoisdeporaquícerca.Eresigualitoatupadre.Igualdeeducado.Madremía.Asídagusto.
EstofuecomounaespeciedemazazoparaelpropioCarlos.—Ydime,¿tevasaquedaraquí,enelpueblo?—Enprincipiono, tengomucho trabajoy aquí yanopuedohacer nada
más.Mipadrevaaserincineradoporqueasíloquería—volvióamentir—.En cuanto todo haya acabado,marcharé de nuevo aMadrid, que es dondevivo.
—Teentiendo.Perdonaporhabertecortadoensecoconlodelbocadillo,perohasidovertusojosysaberqueeraselhijodeFernando.Ambostenéisla
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mismamirada.Ahoraelmazazosíhabíasidodeverdad.—Mira, vamos a hacer una cosa. Olvídate del bocadillo. ¿Te gusta el
arrozycostra?—¿Perdón?—Vale,meolvidabadequeenMadridnoteníaisniideadeloqueesla
buenacomida.Oscoméisuncocidoquedapenaverlo,sinpelotasynada.LacaradeCarloslodecíatodo.Nosabíadeloqueleestabahablando.—Sitequedarasunosdías,ibasasaberloqueesuncocidoconpelotasen
condiciones,perohoytengoarrozycostra,queestáigualomásrico.Bueno,¿quieresunplatoparaprobarlooqué?
Carlosasintió.Sinmás,lamujersegiróyfuedirectaaloqueaparentabaserlacocina.
Desde donde estaba, Carlos no la veía demasiado bien, pero no se veíademasiadogrande.Supusoque lesbastabaasí,peropor lasdimensionesdelbar esperaba algomás.A los pocosminutos,Adela volvió con un plato deplásticoenelquehabíaunagranmontañadearrozapelotonadaenalgoquenosupobienquéera.
—Aquítienes,hijo.Queaproveche.¿Telovasacomeryaotelotapoconpapeldealuminio?No teasustesporqueestéhecho tan temprano.Entiendeque hoy es un día especial y esto seme llena de gente enseguida. Prefierotenerloyahechoyluegocalentarloparaquienquiera.Alaunayaempiezaallenarseestoparaelaperitivo.
—No, me lo voy a comer ya, estoy hambriento. No se ofenda, pero…¿qué?
—Eshuevoalhorno.Deahíquelollamemoscostra.Paraquetequedestranquilo,esarrozconcarnedeconejoyembutido.Cuandoestáyahecho,leechamoshuevoyalhorno.Teaseguroquenohasprobadoalgoasíentodatuvida.
LacuriosidaddeCarlosestabaalalza.Desdeluegoolíaquealimentaba.—Dígamecuántoes.—Porfavor,nimepreguntes.ElhijodeFernandonopagaaquíunplato
decomidaporquenoquieroyo.—Pero…—Insisto.Nomedalagana.Faltaríamás.¿Quieresalgodebeber?Tengo
cervezafrescaenlacámaradeahí.Tambiénhayrefrescos,siasílodeseas.—No,no,asíestábien—comentó forzandounasonrisa—,enestecaso
muchísimasgracias.
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—Notienesporquédármelas.Porfavor,antesderegresaraMadridpasaadespedirte.Esunapenaquenotequedesuntiempo.Morsesprecioso,muytranquilo.Acabamosdesalirdelasfiestaspatronalesymuchagentevieneadesconectardetodo.Esunpuebloenelquenuncapasanada.
Carlossepreguntócuántasvecesyahabíaoídoestasmismaspalabras.—Vendréadespedirme.Graciasdenuevo.Sonrió y salió del bar. Adela era una bonachona, esto no admitía
discusión.Enciertomodo,lerecordóasumadreyhastalehizosentirbien.Yaerahora,despuésdetantoahogo.
Entró otra vez en la casa. Fue hasta la cocina, localizó dónde tenía supadrelosvasosysesirvióunoconaguadelgrifoparaacompañarelplatodecomida.La suerte es que no la llegó a probar, porque hubiera comprobadoqueeralapeoraguaquehabíabebidonunca.Antesdecolocarelplatoencimadeunabandejadeplástico,conuntenedortomóalgodelarrozmezcladoconelhuevocuajadoalhornoyseloechóalaboca.Eralomásricoquehabíaprobado en toda su vida, sin lugar a dudas. Enmedio de ese éxtasis de supaladar,regresóalsalónparatomarasientoenelsofáycomérselotranquilo.Depronto,vioalgoquellamósuatención.
Al ladode lapuertaprincipal,muycercadeunpilar,habíaalgoblancoqueparecíaserunpapel.
Alprincipionosupoquéhacer,sequedóunosmomentosenblanco,perodecidióactuaryextrajounpañuelodesubolsillo.Dejólabandejaconelplatode comida y el vaso sobre un mueble viejo. Se acercó extrañado hasta elpapel. Se agachó, lo agarró y lo giró una y otra vez,mirándolo extrañado.Estabadobladoendos.
Lodesdobló.Habíaunmensaje.
ParqueJuanCarlosI,papeleracercanaaloscolumpios.
Sintió cómo su corazón se aceleraba de nuevo. ¿Qué narices hacía estanotaahí?¿Habíaestadotodoeltiempoolaacababandeponer?Supusoquelomáslógicoeraquelahubieranintroducidopordebajodelapuerta,peroyanosabía ni qué creer. Pensó enque realmente no se había fijado en ese puntodesde que había entrado en la casa y en que podría haber estado yaesperándoloalllegar.Además,eratanchiquititaqueapenaseravisiblesinotefijabasexpresamenteenella.
Pero¿quéimportabaestoahora?Quienquiera que se lo hubiera dejado, quería decirle algo. Algo muy
concreto,además.
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Dudóduranteunossegundossobrequéhacer.¿Avisabaalapolicíasobreesto?Pensóquehacerloerauna tontería,¿basándoseenquépodríaseralgomalo?Llegóadudarlohastaenunpardeocasionesmás,perosedecantóporsalirdelaviviendayacudirallugarindicadoenlanota.Necesitabaaveriguarquéera.Elplatodearrozycostradeberíaesperar.
Tardóapenasunosminutosenllegarasudestino.Unprimerimpulsocasilo llevóalbarapreguntarporeseparque,peroenseguidarecordóelGPSypensóqueeramejornomezclaranadieentodoaquello.Sobretodohastaquenoestuvierasegurodeloquesetrataba.
Bajódelcocheymiróasualrededor.Porsuertenohabíanadiecerca.Seveía una tienda demayores dimensiones que la que había visitado la tardeanterior, cerca de la casa de su padre, a unos treintametrosmás omenos.Parecíatranquilaenaquellosinstantes.Todalazonaparecíatranquilaenesosmomentos.
Localizóatodaprisaloscitadoscolumpios.Surespiraciónseentrecortabaaveces:eraunapersonaquesolíamentalizarseantesdedarcadapasoensuvida y aquello se le estaba yendo de lasmanos.Demasiada improvisación.Demasiadaemoción junta.Noteníani ideadecómogestionar todoaquello.Eranuevoparaél.
Trasunrápidoescáner,encontrólapapeleraalaqueteníaquereferirselanota. Debía ser esa porque la siguiente más cercana se encontraba algoretirada.
Apesardequesuspiernasparecíannoquererandar,fuehaciaellaatodaprisa.Notóciertosudorfríorecorriendotodasucolumnamientrasandaba.
Llegóasudestino.Letemblabatodoelcuerpo.Otravezpensóenllamaralapolicía.Seguroqueeralomássensato,peronadaentodoaquelloestabadentrode
loslímitesdelasensatez.¿Ysierapeligroso?¿Ysieraunatrampayalguienaparecíaparahacerledaño?Intentósacartodosestospensamientosdesucabeza.Siquienfueraquele
hubiera dejado la nota hubiera querido, ya le habría hecho daño. Además,hacerle daño a él ¿por qué? Si todo estaba relacionado con su padre, él noteníaculpadenada,fueraloquefuese.Élsoloestabaenesepueblodepasoparahacersecargodelosrestosmortalesdequienundíalediolavida,nadamás.Siestabametidoenalgúntipodelíoeracosasuya,nodeCarlos.Quizáhastapudieraexplicaraquienfueraqueélnoteníanadaqueverconsupadre.
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Ysiteníaalgúntipodedeuda,hastagustosolapagaríacontaldequeaéllodejaranenpaz.Nolegustabanadaestarmetidoenhistoriasdeesetipo.
O quizá lo que estaba haciendo era montarse una película demasiadorápidoensucabezaporquenosabíanada.
No lo pensómás e introdujo lamano.Había unabolsa de basura negradentrodelapropiabolsadelapapelera.Laextrajo.
Ladejóenelsuelo.Respiróhondovariasvecesconlosbrazosenjarrasobrelacintura,estaba
al borde del ataque de nervios.Miró una y otra vez a su alrededor por sialguienloestabaobservando.Puedequequienlehabíadejadolanota,quienqueríaqueestuvieraahí,anduvieracerca. Intentófijarsesien loscochequehabíaaparcadosmásomenoscercadeaquellugarseveíaaalguienasomadoaunadelasventanillas.Perono,noseveíanada.Además,nohabíanadiealavista.Dabamiedodelosoloqueestaba.
Abriólabolsaconteniendoelaire.Tambiénestabaalgoasqueadoporloqueestabahaciendo.
Dentro había una cajita de madera, no tenía decoración alguna. Eraparecidaalacajadeunaplumaobolígrafocaro,soloquealgomásanchaymásgruesa.
La giró varias veces. No había nada escrito en ella. Ningún logo quepudieraidentificarla.Nada.
Antes de abrirla echó un nuevo vistazo dentro de la bolsa. Tampococonteníanadamás.
Conelcorazónlatiéndoleacasidoscientaspulsacionesporminutoquitóelpequeñocierrede lacaja.Simulabaserdeoro,aunqueseveíaa la leguaquenoloera.
No miró directamente el contenido. Le costó bajar la mirada paracomprobarlo.
Alverloquecontenía,nolopudoevitaryvomitóunaenormecantidaddebilis.
Suerte que logró apartar la cabeza a tiempo para no hacerlo sobre elcontenidodelacaja.
Losojosdesupadreparecíanmirarlocomosituvieranvidapropia.
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Viernes,9deoctubrede2009,12.50h.Mors.ParqueJuanCarlosI
Nicolásbajódelcocheconlosnerviosaflordepiel.Acababa de aparcar en los aledaños de la comisaría cuando su teléfono
sonó:unnuevoysorprendenteavisollegabadesdeMors,elpuebloenelquevivíaFernandoyqueestabacercadeltanatorioenelquehabíaocurridotodo.
Sindudarloysinni siquieraentrareneledificio,montódenuevoenelvehículoyatodaprisafueparaelpueblo.Cuandollegó,justocuandocruzóel cartel blanco con los bordes rojos que anunciaba el nombre del pueblo,sintióunescalofríoquenoesperaba.Nisiquierahabíareparadoenlocuriosodelnombredelapoblación.Estabatancentradoenotrascosasquenosedabacuentadeestospequeñosdetalles.Otropuntoacambiarsiqueríaserunbueninvestigador.
Miró el parque, a pesar de lo que pudiera esperar, ningún curioso seencontrabaenlascercanías,tansolounapatrulladelaGuardiaCivil,unzetade la Policía Nacional, el jefe de la policía local y lo que parecía ser otroagentedelapolicíadelpueblo.
YelseñorLorenzo,claro.SiaquellohubierasucedidoenMadrid,decenasdeviandantessehubieran
detenidoamirar loqueocurría.Quizánohabíapasadonadiecerca,pero leextrañaba. Mirando hacia una tienda de dimensiones más o menosconsiderables, pudo observar que una mujer y un hombre parecían hablarentreellosyseñalarhaciadondeseencontraban.Encimadelatiendahabíaunbloquedeedificiosdondetambiénseasomabanalgunaspersonas.Eracomosilesdieramiedosaberloquehabíasucedido.Eraextraño.Fueracomofuese,lazonayaestabaacordonadaynoseríanmolestados.
LaunidaddeCientíficanohabía llegado todavía,pero supusoque seríacuestióndeminutosquelohiciera.
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El verdadero problema se le presentaba con esa patrulla de la GuardiaCivil allí. Si se habían personado, podrían reclamar el caso para ellos y élquedarse fuera. No quería bajo ningún concepto que sucediera esto, perocomolehabíadichosujefe:sisedabalasituación,ver,oírycallar.Noqueríalíostanpronto.
Se lo quedara él o no, aquel estaba resultando ser un segundo día detrabajomovidito.Yahora,talycomohabíadichoantesZapata,aquelloyanoerauncasomenor,porloqueesperabaqueeljuezaparecieradeunmomentoaotro.
—Buenastardesatodosdenuevo.Todos saludaron al inspector salvo Carlos, que parecía consternado,
sentadoenelbordillodelaacera,alejadodeunacajitapequeñayunabolsanegraqueestabantiradosenelsuelo.Teníalasmanosenlacabeza.Parecíamuyafligidoporloqueacababadesuceder.Noeraparamenos.Nosabíasisurtiríaefecto,peroelinspectordecidiójugarseeltodoporeltodoytomarelmandodelasituación.Quizáasílodejaranquedarseconelcaso.
—Antesquenada,sepárensetodoloquepuedandelosobjetos,puedequeCientífica encuentre algo alrededor.Colóquense cerca de los accesos a estaplazaeimpidanquenadiesepuedaacercar.—Diomediavueltaalcomprobarque todos (incluida laGuardiaCivil, que no tenía por qué y esto le alegróenormemente) le obedecían y se dirigió hacia Carlos—. ¿Podría ser tanamabledeexplicarmeporquéhaactuadoasí?Esusteduninconsciente.
Este levantó la cabeza y miró al inspector, sorprendido por larecriminacióntandirecta.
—Yo…nopensé…—Vamos,nomejoda.Leteníaporalguienmáslisto.Además,segúnhe
podidosaber,ustedesabogado,¿no?Yasabecómofunciona todo.Losabemejor quenadie.Entiendo suvínculo emocional, sea cual sea, pero le pidoporfavorqueactúeconcabezaapartirdeestemomento.Haestadoapuntono solo de fastidiarnos un indicio que podría incriminar a alguien, sinoademásdeponersupropiavidaenriesgo.¿Esquenohapensadoestoúltimo?¿Estanvalientequeaccedeaunaprovocacióncomoestasinpensarenloquepodríaencontrarseaquí?
Carlosnosabíaniquédecir.Estabaenshocktodavía.Nicolás decidió dejar la reprimenda para otro momento, pues no iba a
conseguir nada. Aquello era más importante de lo que parecía y tenía queponersemanosalaobracuantoantes.
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Buscó con lamirada la cajita queCarlos había dejado caer al suelo deformainstintiva.Losojosnohabíansalidodeellaapesardelgolpealcaer.Eradesagradablesoloelhechodepensarlo,perosupusoqueeraporlapropiaviscosidaddelosojos.
También era consciente de que no podía acercarse demasiado a ella ycontaminarmáslaescenaantesdequelaprocesaran,pero,aunasí,nopudoevitarlo.
Conelmayordeloscuidadosyasegurandocadapasoquedabasecolocóaescasoscentímetrosdelobjeto.
Seagachóyechóunprimervistazosin tocarnada.Sintióunescalofrío.No esperaba que los ojos aparecieran tan pronto. Bueno, en realidad noesperabaniqueaparecieran.Muchomenosdeaquellamanera.
Miles de hipótesis habían pasado por su mente mientras estaba en eltanatorio,conelcuerpodeldifuntodelante,perolaquemásfuerzadetodasteníaeraladelmercadonegro.¿Queporquésehabíanllevadolosojosynootras partes u órganos más valiosos? A esto no podía darle respuesta.Además, tampocosabíaquévalorpodrían tenerendichomercado,peroeraunadelasprimerascosasquequeríainvestigarunavezestuvierasentadoensupuestodetrabajo.Detodosmodos,estoyadabaigual.Suteoríasehabíadesmontadodegolpe.Nosehabíanllevadolosojosparavenderlos.
Asíqueempezóa elucubrarunanueva teoríaque, laverdad, legustabamuchísimomenosqueladelmercadonegro.
LevantólavistadelosojosyvioqueelsubinspectorZapataysuequipoacababandellegar.Elsubinspectorpasóelcordónyfuedirectoalinspector.
—Menudo día —dijo Zapata a modo de saludo—. La verdad es queúltimamentenoparamos,enveranosenosquintuplicaeltrabajo,yhastaquenoentrabienelinvierno,nodecaelacosa.Aunquesilesoysincero,solemostrabajarmásporlacostaqueporestetipodepueblos.Noesalgousual.Yonirecuerdocuándofuelaúltimavezquepisamosestazona.Adecirverdad,nisiquierasésilahabíamospisado.
—Pues ya—contestó Nicolás—, a mí, al menos, me han recibido contodosloshonores.
Zapatasonriólevementeantesdecolocarselamascarilla;elrestodeltrajeyalollevabapuesto.
—Esto será fácil. En exteriores y, más aún, en lugares como este, nopodemoshacerdemasiado.Tomaremosmuestrasenunradiodediezmetroscon epicentro en la caja.Para ellousaremos la técnicadebarridodepeine;creoqueyasabecómoes.
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Nicolásasintió.Eraunatécnicatanliteralensunombrequenonecesitabademasiadaexplicación.Sedelimitabaunazonaenlaquebuscar indicios,secolocabantodoslostécnicos,unosalladodelosotros,ycomenzabanaandaralavezpeinandotodalazonaacotada.
—Detodosmodosestovaaseralgoinútil.¿Unparqueinfantil?Nosemeocurre lugarmáscontaminadoqueeste—continuóhablando—.Después, sieso,peinaremosunosmetrosmása la redondaenbuscadecualquier rastrosospechosohaciendounaligeraespiral,pero…—Hizoungestoconsucaraindicandoqueibaasermuycomplicado.
—Hagaloquepueda,soyconsciente.—Demomento nos centramos en recoger lo que sí tenemos. Zaragoza,
proceda.Uno de los técnicos se acercó al lugar y comenzó a tomar fotografías
desde todos los ángulosposibles colocandoun testigométrico al ladode lacaja.
Una vez hubo tomado un número suficiente de instantáneas, Zapata seagachóyagarrólacajaconsuspropiasmanos—enfundadaspordosparesdeguantesdenitrilo—mientrasotromiembrodesuequipopreparabaunabolsadepruebas.Laobservóporfueracondetenimiento.Nadafueradelocomún.HizoqueZaragozatomaraunasfotografíasmásdespuésdehaberlacolocadoenmejorposiciónenelsuelo.
Luegolavolvióaagarraryechóunvistazoasuinterior.Enunprincipionovionadayyaestabadispuestoaintroducirladentrodelabolsadepruebas,perodeprontoseparóydenuevomiróconatenciónelinterior.
Había algo en el fondo. Parecía un papel que había sido encajado ycolocadocomosifueraelmismísimosuelodelacaja.
—Fotografíeesto—indicó.Elpolicíaobedeció.Despuésdeeso,elsubinspectorintrodujounaspinzas
yextrajolanotaconcuidadodenotocarlosojosconellas.Aunqueyaestabamanchada.
Volvióapedirinstantáneasdelpapelmientraslosujetabaconlamano.—¿Quiereabrirloaquíolohacedespuésdeprocesarlo?Nicolás dudó unos instantes. Sabía cuál era el procedimiento—que no
dejabadudasyestablecíaqueprimerosesometíaelobjetoa lospertinentesanálisis, luego se veía lo que era— pero también entendía la pregunta deZapata. Esa nota iba dirigida al abogado, por lo que debía aprovechar lasituacióndetenerlocercaporsinecesitabahacerlepreguntas.
—Ábrala.
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El subinspector tomó una de las esquinas del pliegue de abajo conextremocuidadocon susdedos índiceypulgar.Con laspinzasque todavíallevaba,agarrólaesquinasuperiordelplieguedearribaylaabrió.
Losojosdeambosseabrieroncomoplatos.Girósucabeza,hacialaposicióndeCarlos.Noesperabaningúnmensaje
enconcreto,perodesde luego loqueacababade leer lohabíadescolocado.Sindudarlouninstante,sedirigióhaciaelabogado,queseguíaensumundo.
—Necesitoquemedejelanotaquelehatraídohastaaquí.Tenemosqueanalizarlaenbuscaderastros.Además,quierocomprobarunacosa.
Carlosse incorporódegolpeante lapeticióndeNicolás.Metió lamanoenelbolsillo,extrajolanotayselaentregóalinspector.
Estelaleyócondetenimiento.—Estámanuscrita, algomuy poco común en estos casos. Dentro de la
caja,habíatambiénunanota.Subinspector—dijogirándosehaciaZapata—,tráigala, por favor. —Volvió a girarse hacia Carlos—. Mírela condetenimiento.Nolatoque.
Selamostró.Estelaleyóenvozalta.—«Estosojoslovierontodo»…¿Quécoñoesesto?—Esperabaqueustedmelodijera.—¿Yo?¿Yquécojonesvoyasaberyo?¿Esquenomehaoídocuandole
hedichoquenosabíanadasobremipadre?—Perfectamente—respondió lomás tranquiloquepudoNicolás ante el
aumentode tonodeCarlos—. Igualmente,necesitopreguntar.Entiendaquetodo estome esté desconcertando. ¿De verdad que no sabe a qué se puedereferir?
—No,yoquécoñovoyasaber…Nicolásemitióunbufido lento,algodesesperado.Lasituaciónseestaba
empezandoadescontrolarynosabíacómorecuperarlasriendas.Lafaltadeexperiencia,supuso.Aquellonoleestabagustandoenabsoluto.Loúnicoquesí tenía claro es que ese mensaje le indicaba claramente que la cosa noquedaba ahí, que algomás sucedería a continuación.Notó cómo una ciertadosis de ansiedad le recorría el pecho. No podía enfrentarse a aquello. Noestabapreparadotodavía.QuizánofueratanmalaideaquelaGuardiaCivilse hiciera cargo del caso. ¿Cómo iba a tener un caso de semejantesdimensionessisoloeraunnovato?
Además, esto de las dos notas manuscritas se podía interpretar de dosmaneras: o que la persona era estúpida y estaba, de manera inconsciente,
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dejandounapistaqueseguircongrafólogos;oquenoteníamiedoanadaytodoestoleparecíaunjuego.
Porelbiendetodosesperóquefueralaprimeraopción.Aunqueestoeracorrerdemasiado.¿Eseímpetudelnovatoleestabahaciendovercosasdondenohabíanada?
—Estábien,nosepreocupe—dijoalfin—.Vuelvaasentarsesiquiere.NicolássegiróycomenzóaandaracompañadodeZapatadenuevohasta
elpuntodondetodavíaestabalabolsanegratiradaenelsuelo.—Continúen,porfavor.Dichoesto,elsubinspectorysuequiposiguieronprocesandoelescenario.Nicolásnotabaquesusnervioscomenzabanajugarleunamalapasaday
suespaldacomenzabaasudar.Andabaalgoperdido.Conocíaalaperfecciónlospasosadarencasoscomoeste,soloquenosentíaquesucerebrolofueraaacompañarduranteelduroviajequeestabaapuntodeemprender.
Osetranquilizaba,oaquellonoibaallegarabuenpuerto.Estuvotentadodeirélmismoahablarconlosguardiascivilesparaexplicarleslasituación.Yanoqueríaelcaso.¿Osí?¿Quéhacía?Decidióhacerusodelpocoaplomoquepudoencontraryecharlevalor.
SevolvióbuscandoaljefedepolicíadeMors.Estabahablandoconunosvecinosqueya sehabíanacercadoa la escena.Esperópor elbiende todosquenofueraunbocazas.Sedirigióhaciadondeestaba.Aunospocosmetroslollamó;necesitabaalejarlodeloscuriosos.
—¿LaGuardiaCivilhaexaminadolacasa?Ramírezlevantóunaceja.—Nomemireasí,responda.—Hastadondeyosé,no.Nocreoquehagafalta.Tengoentendidoqueen
uncasodesuicidio,cuandoeljuezdecretalaorden,sedaelcasoporcerradoypunto.EnMorssí,peroenEspañanocreoqueseaelúnicocasodesuicidio,ysi tuvieranqueinvestigarseafondotodos,nosedaríaabasto.Aunasímedijeronqueunexpertoenpsicologíaforensevendríaalpuebloainvestigarlosúltimos meses de Fernando. Pero también me dijeron en el puesto de laGuardiaCivilqueparaqueesosucedierapodríanpasarmeses,asíque…
—¿Ysinolohasido?Elpolicíamunicipalsonrióentrecerrandolosojos.—Permítame la grosería de decirle que creo que ha visto demasiadas
películas.Yomismovi la escena.Dehecho, fui el primeroque entró en lacasa. Pormucho que quisiera empeñarme en imaginar que todo había sidopreparado,muchome temoqueno.Supongoque todoestode losojosabre
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unavíadiferenteenlainvestigación,esoyalodiráusted,peroloúnicoclaroesqueelseñorLorenzosehasuicidado.¿Porqué?Dudoquelosepamosconfacilidad.Nisupropiohijo losabe.—MiróaCarlos,queestabasentadoenunodelosbordillosdelparque,cabizbajo.
Nicolás se sintió mal por unos instantes al tener ganas de atizarle unpuñetazoaesehombreentodalanariz,peroandabaalgoperdidoyloúltimoque necesitaba era que alguien le vacilara. Mucho menos que se mostraracondescendiente con él. Esto sí que no. Miró de nuevo a los técnicos deCientífica, que hacían su trabajo buscando indicios por varias zonas de losalrededores.
Pensó que quizá el pasomás lógico en esemomento era pedir sinmásdemora la orden para una nueva autopsia. Con la aparición de los ojos endichascircunstancias,eljueznoselapodíanegar.Ademásdeesto,necesitabaunregistrodelacasadeldifunto,perosabíaquelasdosórdenesnoleibanaserconcedidasdemanerainmediataypreferíaoptarporladelaautopsia.
Llamó a comisaría y, tras una breve explicación al inspector jefe —explicaciónqueescuchómuyatento—,esteaccedióahablarconelcomisarioparapedirlaorden.Insistióvariasvecesenmandaraotroinspector,aunqueno estuviera de servicio, para ayudarlo con todo aquello, pero Nicolás senegó.Queríaseguirintentándolo.
Alcolgar,probóalgoqueseleacababadeocurrir.SedirigióhaciadondeseencontrabaCarlos.—¿Puedoacompañarleacasadesupadre?—Estoybien—dijosinalzarlacabeza.—Insisto.El abogado levantó lamiraday observó la cara del inspector.Tenía los
ojosmuyabiertos.Nosupoporqué,peroderepentecomenzóaasentir.Se levantó y se dirigió hacia su coche, Nicolás hizo lo propio hacia el
suyo habiendo indicado previamente a Zapata los pasos a seguir. El juezseguíasinapareceryélnoseibaapasarahílamañanacomounpasmarote.Susórdenesalsubinspectornofuerondemasiadoconcretas,puesconfiabaenqueellos sabríanhacerbiensu trabajo.Unavezdentrodelvehículo, indicóconlamiradaaCarlosqueiríatrasél.
AmbosemprendieronlamarchaantelaatentamiradadeJuliánRamírez,eljefedelapolicíalocaldeMors,queacababadeencenderseotrocigarrillo.Su gesto eramuchomás serio que hacía unosminutos. Tiró el cigarro trasdarleunasolacalada.Expulsóelhumopreocupado.
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14.25h.Mors.CasadeFernandoLorenzo
Aparcaronfrentealapuerta,enunacalleenlaquealparecersiemprehabíadonde dejar el coche. Carlos no pudo evitar pensar en lo distinto que eraaquellodeMadrid.
Nicolás se acercóhasta el abogadoy sedetuvoen secoa su lado, justoenfrentedelapuertadeentrada.
—Supongo que, como abogado que es, sabe que sin una orden yo nopodríaaccederalinteriordelavivienda.
—Amenosqueyoleinviteapasar,claroestá.—Veo que ya ha salido del shock y que me comprende. Perfecto, le
necesitoasí.Lohagoporadelantartrabajo,créame.Séqueandaconsternadopor lo que está sucediendo, que son demasiadas emociones en muy pocotiempo,pero leseré todo lo francoquepuedo:nohayqueserun lumbrerasparasaberquehayalgodetrásdelamuertedesupadre.Nodescartoqueenrealidad fuera un suicidio, pero nome joda, ¿después de suicidarse ocurreesto?Losiento,nomepresentéaestepuestoporquecreaenlascasualidades.Además,lanotaerabienclara:supadrevioalgoqueleimpulsóasuicidarse.Enelcaso,comoyadigo,dequesesuicidara.
Carloslomirósorprendido.—Essolounahipótesis,nomemireasí—añadióNicolás,quesepercató
enseguida de que quizá estuviera hablandomás de la cuenta, otro error denovato—, pero cuantas más cosas vayamos descartando, más posibilidadestendremosdedarenelclavo.
—Estábien,pase—dijoelabogadocongestocansado.NadamásaccederalinteriorycerrarCarloslapuerta,Nicoláscomenzóa
observarlo todo. Andaba muy despacio por el salón, como si estuvieraanalizandocadamotadepolvoquepudierahaberenlacasa.
—¿Sabesitodoestáensusitio?—preguntódándosecuentaenseguidadequehabíavueltoahacerunapreguntaestúpida.
Elabogadodecidió, estavez,darleuna respuestamáscalmadaymenosborde.
—Es la primera vez que vengo. Tuve un problema hace años con mipadre,nosabíaniquevivíaenestepueblo.
—Entiendo…—comentóNicolásmientrasseguíacaminandodespacioalmismotiempoquelomirabatodo.
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—Alparecer—añadióCarlos—,todoocurrióaquí.Pulsóelinterruptorquehabíaalladodelapuertaymostróalinspectorla
habitacióndesupadre.Alentrar,Nicolásobservóque lahabitaciónnopresentabaningúnsigno
quelelevantarasospecha.Elcuartoeraparcoendecoración,lasparedestansoloestabanrevestidasconunfinogoteléyningúncuadrolasadornaba.Unacamagrande,conuncolchónalgogordo,presidíaelcentrodelaestancia.Unmueble con cajones que parecía haber sido comprado hacía demasiadasdécadasdescansabaenfrentedeella.
—¿Puedo?—preguntóNicolásmirandohaciaelmueble.—Adelante,yonohetocadonada.Nisiquieraséquéhayahídentro.Extrajounpardeguantesdenitriloquellevabaderepuestoenelbolsillo,
seloscolocóytiródelosenganches.Ropainterior.Maldoblada,además.Rebuscóalgo,tratandodenodesordenarnada.Nadaquellamarasuatención.Probósuerteconlosdoscajonessiguientes.Camisetas,camisasypantalones.Nadaqueremarcar.Nicolássoplódesesperado.Esperó,comoenlaspelículas,encontraralgo
queleesclarecieratodo,unapistadefinitiva.Ensulugarsolohallóropa.Segiró,seagachóymiródebajodelacama.Nada.Seincorporódenuevo.MiróaCarlostratandodeocultarsudesesperacióndenosaberquéhacer.
Perolecostabahorrores.—Hayunfuerteolora lejíaoalgún tipodedesinfectante.¿Ha limpiado
usted?—No,laGuardiaCivilenvióayerunequipodelimpiezastraumáticas.El
jefedelosmunicipalesmedijoqueélmismoselohabíarecomendadoaellos.Nicolásenarcóunacejaanteesteúltimocomentario. IntentóqueCarlos
noselonotara.—Joder,entoncesaquínohagonada.Encasodehaberalgunapista,yase
lahancargado.DudodequeelequipodeCriminalísticadelaGuardiaCiviltuvieraenconsideraciónotraposibilidadquenofueraelsuicidio,porloquenocreoquepeinaranafondolaescena.
—Bueno,supongoqueenunprincipionosepodíapensarenotracosa.
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—No me malinterprete, no les culpo de esto. Yo mismo hubieradictaminadoqueloeraencasodehaberestadoaquí.Deesonotengoduda.
Nicolás anotó mentalmente el llamar al cuartel que atendió el caso ypreguntarporestedato,aunquesospechabalarespuesta.
—Enfin—continuóhablando—,detodasmaneras,siustedvieraalgo,lomásmínimoqueleparecierasospechoso,porfavor,avíseme.Noséquéhará,perodebidoalcarizquehatomadotodo,talvezdeberíaquedarseuntiempoen este pueblo; puede sernos de ayuda. Tómeselo como unas vacaciones oalgoasí.Quizáseaelmomentodereconciliarseconsupadre,oalmenosconsumemoria. Igualmente, haga lo que quiera, pero si decide irse, hágamelosaber, por favor. Puede que tenga que localizarle para cualquier cosa quesurja. Si alguien ha intentado ponerse en contacto con usted para queencontraralosojosdesupadre,podríaconvertirseenunapiezafundamentalenestainvestigación.
—¿Serefiereauncebo?Nosésimehacedemasiadagraciaesto.—No,no,perdoneperoestoyalgotorpeconmispalabras.Másbien,un
enlace.Detodosmodosnosesientapresionadoconesto.Hagaloquequierahacer.
Carlossequedóunossegundospensativo.Estode lasvacacionesno ibaconél,nuncahabíaidoconél.Perosídebíareconocerqueaquellasituaciónera excepcional. Más que tomarlo como unas vacaciones, quizá debierahacerlocomoalgonecesarioparaaveriguarlaverdad.Lepicabaungusanilloquenuncaanteshabíasentidoynosabíacómoactuarfrenteaél.Aunque,encasodepoderacercarsealaverdad,¿querríaaveriguarla?
—Nosé,puedequemequedeunosdías.Lovoyapensar.Seacomosea,porfavor,téngamealcorrientedetodo.
—Seráelprimeroensaberloquepuedacontarle,yasabecómofuncionaesto.Ni siquiera sé cómo actuará el juez con el sumario a partir de ahora,puedepasardetodo.Porcierto,ahorasímegustaríaquemedierasuteléfonomóvil.Sino,mevaaserimposiblelocalizarlo—contestóNicolás.
Dicho esto se encaminó hacia la salida quitándose los guantes yguardándoselosenelbolsillo.Justoalllegaralapuerta,segiróyofreciósumanoaCarlos.
—Espero que esto se resuelva pronto y atrapemos al indeseable que leestámolestando.
—Esperoqueasísea—dijoCarlosaltiempoqueleestrechabalamano.Nadamássalir,suteléfonomóvilcomenzóasonar.Lallamadaprovenía
decomisaría.Comoesperaba,eraelinspectorjefeMontalvo.
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—ElcuerpoirádecaminohaciaMedicinaLegalenunosminutos,loestánpreparando. El juez no ha puesto problemas, debido a la situación. Comotambién es algo excepcional, la autopsia se hará ahora. Si no, tendría quehacersemañanaaprimerahoray,segúnseestánponiendolascosas,nosésiseríaunabuenaidea.Persóneseallí,esmuyfácilllegar.¿ConocelaavenidaAguilera?EslaperpendicularalaavenidadelaRENFE.
—Sí,claro,esaancha.—Esoes.Puesdebeseguirlaendireccióna la salidadeAlicante.No la
dejehastallegar…¿TieneGPS?—Sí,claro.—Puesbusque«TanatorioLaSiempreviva»yquelelleveél.Nicolásnopudodisimularsusorpresa.—¿LaSiempreviva?¿Enserio?—Sí, lo sé. Y supongo que también estará sorprendido de que sea un
tanatoriodonde leenvío.Unavezallí le explicaránporqué. ¿Saleyahaciaallí?
—Afirmativo.—Bien, cuando acabe, viene y me cuenta. Espero que sean buenas
noticias.NicolásmontóenelcocheyemprendiórumbodenuevohaciaAlicante.
Esperabatenermássuerteensusiguientepasodelaquehabíatenidohastaelmomento.Lapartepositivaeraque,almenos,sesentíaanimadoparaseguiradelante.
14.42h.Mors.CasadeFernandoLorenzo
Carlos,unavezsolo,creyóquelomejorenaquelmomentoerallamaraGalay explicarle la situación. Así lo hizo, esta no daba crédito a todo lo queescuchabaporelauriculardesuteléfonomóvil.
—Deverdad,¿quieresquevaya?—insistióunasegundavez.—Yatehedichoqueno,demomentonecesitoestarsolo.Oreordenomi
cabezaomedaráalgo.Yameconoces,necesito tenerlo todobajocontrolyestoesjustolocontrario.Putocaosdeloscojones.
Galaaguardóunosinstantesantesdehablar.Seleoíarespirarprofundoalotroladodelalínea.
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—Estábien, sabesque estoy a una llamadadequepierda el culo en ir,¿no?
—Sí.—Pero¿cuántotiempotevasaquedar?—No lo sé, ni siquiera sé todavía si quiero hacerlo o no. Déjame que
pienseunrato.Lomismosemecruzanloscables,lomandotodoatomarporelculoymevuelvo.
—Siendo egoístamegustaría que hicieras eso.Pues no te digomás, yasabes.Unbeso,vecontándome.
—Chao.Colgó.Enrealidadsesentíasolo,mássoloquenunca,peronecesitabade
verdadrecuperarelcontrol.Sieraposible,claro.Conelteléfonotodavíaenlamano,sintiólanecesidaddehacerusodelcuartodebaño.
Cuando ibadecamino,casidemanera inconsciente, suvistaseposóenalgo.
Recordó de pronto la primera nota que su padre le había dejado, justoantes de suicidarse. La que por circunstancias obvias había desaparecidomomentáneamentedesucabeza.
Sintió que, por enésima vez, su corazón se aceleraba. Corrió hacia elobjetoyloagarróenseguida.
Noseequivocó.Supadrelohabíamandadojustoahí.Latorreblanca.
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Viernes,9deoctubrede2009,14.45h.Mors.CasadeFernandoLorenzo
En sumente había una imagen tan nítida del papel con el texto que habíadejado su padre tras ahorcarse, que parecía que fuera ahora cuando loestuvieramirandoconsuspropiosojos.Lascircunstanciashabíanhechoquelohubieradejadoapartadoaunlado,peroahoraocupabatodoelcentrodesuspensamientos.
«En los cimientos de la Torre Blanca, comienza el camino hacia laverdad».
Tanfácil,taninsultantementesencillo…Tansiniestroyterroríficoalavez…Sucabezahabíahecholomáslógico,loqueharíaelnoventaynuevepor
cientodelosmortales:elaborarcientosdeteoríasestúpidasysinsentido.Irseporlosderroterosmásinverosímilescuandolasoluciónestabatancerca,tanamano.
Tanto,queestabaenlassuyaspropias.Miró lapiezadeajedrezunavezmás.Ledio lavueltaparaobservarde
nuevolanotaquehabía,dobladaeintroducidaconextremahabilidad,dentrodelobjeto.Repasóelrestodelaspiezasunaauna.Eralaúnicaqueteníaalgoasí, por lo que no había lugar para las dudas. Su padre había arrancado elplásticocirculardelabaseparapodermeterelpapel.
No sabía qué hacer tras la mala experiencia con la nota que lo habíallevadoalparqueJuanCarlosI.Elpolicíahabíasidomuyclarosobrecómodebía haber actuado, pero, claro, ahora eramuy distinto porque no tenía niideadequiénhabíadejado laotra,yencambioeraevidentequeestahabíasidosupadre.Eradiferente.Nocorríaelmismotipodepeligro,¿no?
Estuvodudandovariosminutos.Eldebateentreelsíyelnoeraintensoyrepleto de buenos argumentos por ambas partes. Los del primero lo
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convencieronylasacódesuescondite.Suspiróantesdeabrirla.Elcosquilleonerviosodesuestómagolerevelabaque,fueraloquefuese,
aquello no lo iba a dejar indiferente. ¿Le revelaría por qué narices habíaocurrido,mejordicho,estabaocurriendoalgotanmacabro?
Solohabíaunaformadeaveriguarlo.Conlabocaylagargantasecadetantoaspiraraire,comenzóadesdoblar
lahojadepapel.Alhacerlo,comprobóquenoerademasiadogrande.Leyóeltexto,escritoalparecerdepuñoyletraporsupadre.Sucaligrafía
eraminúscula.Quizá algonecesariopara escribir todo esto enunpapel tanpequeñito.
Portuseguridadyladeotros,nopuedorevelarquépasó,perosípuedesaveriguarportimismolaverdad.Yo,cuandoestabadesesperado,siempremirabahaciaDios.Y,porfavor,noconfíesennadie.
LacaradeCarlosalleereltextoeraunpoema.Teníalanarizarrugadaylosojosalgoentrecerrados.Noentendíanada,noseexplicabaporquéa supadrelehabíadadoporhablarenclaveanteunasituaciónasí.
¿Porquénolecontabadeunamalditavezquéhabíapasadoparallegaraesepunto?¿Deverdadconsiderabaqueelasuntoeratanpeligrosocomoparahacerloasí?Comprendíaqueloshechosahoraestabanhablandoporsísolos,pero¿élsabíaquepodríallegarapasaresto?
Entendióque,niensuspeorespresagios,supadrehubieraimaginadoquealguien le sustraería los ojos del cráneo y los utilizaría para enviar tansiniestromensaje,peroestono implicabaquenosupieraquealgooscuro lerondaba, si se acabó quitando la vida.Entonces ¿por qué no hablar claro ydejarsedeestúpidasadivinanzas?
Además, ¿esto ibadirigidoa él? ¿Cómosuponíaque tendríaquequereraveriguarnadadespuésdehaberlodejadoabandonadocomoaunperro?Sieraasí,supadredabaporhechodemasiadascosas.Lomáslógico, teniendoen cuenta el cómo debería actuar no un hijo, sino una persona que habíasufridoundespreciodesemejantemagnitud,eraquenisiquierahubieraidoaesepuebluchodemalamuerteparahacersecargodeél.Fuerancualesfuesenlascircunstanciasquerodearansufallecimiento.Porotrolado,tampocodebíahabersupuestoquefueraaquedarseporquetampocoentrabaen loracional.Parecía que su padre se habíamontado una película élmismo y hasta quenadadetodoloqueestabasucediendofuerareal.
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Inmediatamentecomenzóapensarsinohabríaperdidolacabeza,loqueexplicaría muchas cosas. La primera, que se hubiera suicidado. Quizá sucerebronodisponíadelsuficienteriegoyestoexplicaríaquecomenzaraaverfantasmasentodoslados.Unosfantasmasqueloperseguíanyquelohabíanllevadoadejarlasnotitasycolgarsedeunasoga.Puedequehastafueraunallamadadeatención.El reclamodeunviejoqueyaestabachochoyquesehabíaquedadosoloenlavidaporunaseriedemalasdecisiones.Lomaloesque todo esto se disipó al recordar la imagende los ojos dentro de la caja.Puedequesupadreintentaraprotegerlodequienlehubierahechoesto.Quealguienloestuvieraacosandoporalgúnmotivo.Lopeoresqueestolehacíaplantearsenuevaspreguntasquenoibanapodersercontestadas.
¿Protegerloporqué?¿Sabíadeverdadquealgoasípodríaocurrir?Si losabía,¿porquénosehabíaprotegidoélpidiendoayudaalapolicía?¿Prefirióquitarselavidaantesdequeleocurrieraalgopeor?
Quizáfueraquehuireralasoluciónmássencilla.Huirotravez,claro.Sialguien era experto en quitarse de en medio antes de enfrentarse a susproblemas,eseerasupadre.Lopeoresquenoteníaniideadesiesosmismosproblemasque le hicierondesaparecer unaprimeravez eran losquehabíanconseguidoqueseapartaradel todo.Parasiempre.Queríaodiarloporhaberhechoesto,peronolesalía.Nopodíarecriminarleelhaberacabadoconlospiescolgandosobreelsuelo,pues,frenteaunahipotéticasituacióncomolaque podría estar pasando su padre, no sabía cómo hubiera actuado él. Dehecho, sin ir más lejos, el día anterior mismo pensaba desaparecer y dejartodoaquellodelado,desentenderse.Endefinitiva,huirdeunproblemaque,legustaraono,tambiénleconcerníaaél.Sino,¿porquéalguienhabíahechoqueencontraralosojosextirpadosdesupadre?Nosabíadequémanera,peroélestabainvolucradoentodoaquello.
LasdudasdesillamaronoalinspectorValdésvolvieron.Lapromesadecontarlecualquiercosaquerecordaraoaveriguaraseguíavigenteparaél.Apesardeloquepudierapensarlagentesobrelosabogados,éleradelosquecumplíansuspromesas,perolasúltimaspalabrasescritasenlanotaleestabanhaciendoreplantearsesienverdaderaunabuenaopciónhacerlo.
«Porfavor,noconfíesennadie».Pero claro, era un policía, y si no confiaba en la Policía, ¿en quién lo
haría?Tambiénexistía laposibilidaddeguardarsepara símismoel secretoun
tiempo, hasta que viera de qué manera se iban desarrollando losacontecimientos. Total, nadie sabía que había descubierto la nota.Además,
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así daría tiempo a Valdés de ir arrojando algo de luz sobre todo aquello.Aunque sus ojos demostraban lo perdido que iba, quizá el inspector sacaraalgo en claro en breve y aquella nota, en realidad, no llegara a servir paranada.
Creyóque esa era lamejor opción.Tal vez tambiénporqueno sabía nicómoempezaradarlesentidoaesaspalabrasdesupadre.
Además, pensar que todo aquello le llevaría a algún punto deesclarecimientoerademasiadosuponer.Quizásedevanaralossesosytodolellevarahaciaeldesvaríodeunpobreloco.Puedequelodelosojosformarapartedeunabroma—demasiadomacabra,esosí—.EnverdadhabíavistouncasosimilarocurridoenMadrid,dondeunperturbado,conelúnicopropósitodemolestaraunosvecinoscon losquenose llevabanadabien,entróenelcementerio de la Almudena, profanó una tumba y se llevó unos huesos deella.Actoseguido,loscolocóenfrentedelportaldesusvecinos,haciendoqueestos se llevaran el peor susto de su vida. Recordó la investigación que seabrió tras esto, donde sus fuentes en la policía le contaron que las cábalashastalesllevaronacreerqueerauntipodemensajesatánico.Nadiepensóenlasoluciónmássencilla,quenoeraotraque ladeunpobreperturbadoquesoloqueríamolestaryquenopasaríadeahí.
¿Por qué no podría ser algo parecido? Puede que su padre le hubieratocado los cojones a alguieny esta personahubiera aprovechado sumuerteparasacarsuladomásfriki.Ojaláfueraeso.
Volvió a doblar la nota tal y como estaba, la introdujo de nuevo en lapieza de ajedrez, limpió esta última de huellas—aunque sabía que la notatambién tendría algode su identidad—por si acasoy lo dispuso todo tal ycomoestabaantesdeencontrarla.
Teníaunamemoriafotográfica,unacualidadquehabíadescubiertodesdebienpequeñoyque le había traídomuchas alegrías en épocade exámenes.Era por esto que no necesitaba volver a leerla. Sabía que no olvidaría sucontenido.
Decidió, aunque no le apetecía demasiado, salir a dar un paseo por elpueblo.Lanecesidaddeairepuroimperaba,pero,sobretodo,puedequenolevinieramaldeltodofamiliarizarseconlascallesdelmunicipio.Sentíamiedotraslanotarecibidaquelollevóalparque,sí,peroCarlosLorenzonohabíallegado donde estaba dejándose amedrentar por pirados de tres al cuarto.Quizáunavueltapor lascallesdelpueblo le ayudaraadespejar lamenteyaclarar en ciertomodo esa bruma que le impedía ver qué era lomejor que
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podía hacer a partir de ahora.Además de todo lo anterior, la nevera estabavacía.Asínopodíaseguir.
15.18h.Alicante.InstitutodeMedicinaLegal.TanatorioLaSiempreviva
Nicolásentrópor laparte traseradelcomplejo,pordondeentrabanysalíanloscochesfúnebres.Tuvoqueaguardarunossegundosaqueleabrieranunapuertacorredizaautomáticadecolorblanco,quesedesplazóconparsimoniamientrasélgolpeabaconpacienciaelvolanteconsusdedos.Cuandopasó,nosupomuy bien dónde tenía que aparcar. Un espacio reservado frente a unmuroenelquesepodíaleerIMLfueelescogido,puessupusoqueahíeraellugaridóneo.Bajódelvehículoysedirigióalaentrada,queeraunapuertadealmacéngigantescaqueestabaabiertadeparenpar.
Iba un poco perdido, por lo que preguntó a una de las personas quepasaron por allí vestidas con un polo de color azul claro y las letras de laempresa que controlaba el tanatorio. El joven, que tenía el pelo algoenmarañado,peroconunaspectodebonachónbastanteimportante,seofreciógustoso a ir a buscar a unode los forenses para que lo recibiera allí abajo.Nicolás le dijo que no hacía falta, que élmismo iría al lugar en el que seencontrara,peroesteinsistióenirabuscarlo.
Tras un par de minutos, un hombre de mediana edad, con barba, pelopeinadohaciaatrásaloMarioCondeyconcarasonrienteseacercóhastaél.
—¿Es usted el inspector Nicolás Valdés? —preguntó a la vez que leofrecíasumano.
—Asíes,¿ustedes?—Leestrechólamano.—JuanLegazpi.Paraservirle.—Puesencantado.Supongoqueesustedelforensequesevaaencargar
delaautopsia.¿HallegadoyaelcuerpodelseñorLorenzo?—Metemoquetodavíano.Peroesonomevienedeltodomal,¿sabe?Su
inspectorjefemehallamadoymehacontadoqueesustednuevo.Aquínosgusta tratar bien a las nuevas incorporaciones, más que nada porque nosabemoscuándonospodemosnecesitarlosunosalosotros,porloquecuantomejorsealarelación,mejorseresolveránloscasos.
—Estoydeacuerdo.
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—Puede parecerle normal estar de acuerdo, pero le sorprendería la decompañeros suyos que no parecen entender esto. Pero bueno, esto es comotodo, supongo. Al final todos somos personas de un padre y una madredistintos, por lo que te puedes encontrar conun capullo en cualquier lugar.Inclusoaquí—dijosonriendo.
Nicolás también lohizo.Legustaba laactitudy la jovialidaddeldoctorLegazpi.Éltambiéncreíaenlabuenarelaciónparauntrabajomásefectivo.
—Bien,mientrasesperamos,comoledecía,podríaenseñarleelcomplejo.Estaeslaformaquetenemosdeestrecharlazosconlosnuevos.¿Leapetece?
—Adelante.Eldoctorgiróyfuehaciasuladoderecho,izquierdoparaNicolás,quelo
siguió hasta que pasó por la primera puerta a la izquierda con la que setoparon.Eraunasaladeautopsiasmuypequeña,conunamesametálicaenelcentroyconalgomásdeventilaciónqueunasalanormal—almenoslasquehabíavistoNicoláshastalafecha—.Enunodeloslados,enelopuestoalqueestabalamesaconelinstrumental,habíaungrancongeladorconunaformasimilaraladeunataúd.
—Estaeslasaladeputrefactos,comolallamamos.Creoquenohacefaltaexplicar para qué es ni para qué es esa gran campana extractora del techo.Supongoquealgunaveznostocaráhacerlaaquíjuntos,porestoselaenseño.El olor que hay aquí dentro…bueno, es el que es.También es verdad quepodríamosdecirqueesahoracuandoenverdadhuelebien.Yasabe,estoesloquehay.
Nicolásasintió.Nolemolestabademasiado,perosíeraciertoquehabíaunciertotufilloamuerteinconfundibleparaquienhabíavistouncadáverconvariosdíasasusespaldas.
—Y ahora, si me acompaña, ahora sí le enseño nuestras instalacionesverdaderas, ya que aquí abajo, sobre todo, es donde trabajan lostanatopractoresdelafuneraria.
Ambossedirigieronhaciaelascensor.Lasubidafuealgoincómoda,puesles tocósubirconunoperarioque trasladabauncadáverdentrodeunataúdhacia una de las salas de la primera planta, la que hacía la función detanatorio.Unavezparóysalió,elmédicohabló.
—Supongoqueunadelascosasquemáslesorprendeesquetrabajemosaquíenvezdeenunasdependenciassoloparanosotros.
—Desdeluego.—Pues todavía deberíamos agradecerlo porque, aunque este lugar es
espantosoparatrabajar,almenostenemosalgomásomenosencondiciones.
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Otradelasopcionesquesenosdiofueladelcementerio,asíqueimaginesiestoestámejorono.Laempresaquegestionaestetanatorioofreciógustosaestas instalaciones a la Consellería, por lo que aquí estamos. Tendríamoshasta que dar las gracias. También tenemos un pequeño apartado en losjuzgados deAlicante, pero es tan pequeño y viejo que aquí le aseguro queestamosmejor.Enfin.NodisponemosdeunasinstalacionestanmaravillosascomoenValenciaoMadrid,porponeralgunosejemplos,peroalmenosnoestamosdemasiadomal.
El ascensor se abrió por segunda vez y salieron de él. Estaban en lasegundaplanta.
—Esta planta es enteramente nuestra. Esto sí se podría decir que es elIML. Aunque, bueno, como verá tampoco es que haya demasiado queenseñar. Ahí —señaló con sus dedos hacia una puerta doble— es dondehacemos las autopsias.No se la enseño ya porque en unosminutos la verámejor. En esa cámara de ahí solemos tener a los pendientes de autopsias.Detrásdeellahayotraquesirvecomocongeladorpara losqueesperanunaordenjudicialparaverquésehaceconsuscuerpos.
—¿Se refiere a los cadáveres sin familia o los que esperan a serrepatriados?
—Exacto. El segundo caso es fácil, pero el primero es uno de losmáscruelesquesepuedevivir.Nosoportoeltemadelasfosascomunes.Peroenfin,enalgúnlugartendránquedescansarenpaz.
Nicolásasintió.—Y si me acompaña le enseño nuestros pequeños laboratorios de
histopatología.Nosongrancosa,peronossobra.—¿Hacenanálisisdetóxicos?—UstedvienedeMadridodeBarcelona,¿verdad?Nicolássonrióantelapregunta.—Madrid.—No.Lasmuestras lasguardamosenlacámaraquelehedichoantesy
las enviamos a Barcelona. Aquí apenas podemos saber si en sangre teníaalcoholypocomás.SupongoquesihavisitadoyaelAnatómicoForensedeMadrid,todoestolepareceráunamierda—rio—,peroesloquetenemos.
—No,no—contestóapurado—,noqueríadecireso.—Nosepreocupe.EstuveunañoenMadridyséloqueeseso.Aunquea
mi favor diré que es más viejo y que el olor a cocido permanente esrepugnante.
—¿Cocido?
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—Sí, no me diga que no lo ha olido. Es por la parte de antropologíaforense.Muchasveces,parapoderestudiarloshuesosdeuncadáverhayquesepararlosdelacarne.Yestosehacecociéndolos.
Nicolásnopudoevitarponercaradesorpresaysonreír.—Y,yaporúltimo,nuestrodespacho.Lepresentaré al restodel equipo
queestáhoydeguardia.Antesdepasar,Nicolásposósumiradasobreuncartelquehabíaencima
de la puerta. Estaba impreso en un folio. En él se podía leer: «La técnicanecrópsicaseacomodaráalosprocelososdesigniosdeldestino».
—¿Yesto?¿Quiénlodijo?¿Esundicho?—preguntóelinspector.—No,unacenadeempresayunanochedeborrachera.Accedieronalinterior.Dentro,lasalaeraincreíblementepequeña.Trespersonassededicabana
susquehaceresenlamisma.—Os presento al inspector Nicolás Valdés, de la UDEV de Isabel la
Católica.EstaesladoctoraGarcía,ellaesPepi,nuestraauxiliardeautopsiasyesteeseldoctorGonzaloGiner,quecreoquetieneunaspalabrasparausted—comentósonriendo.
—Así que es el inspector que tumbómi autopsia de ayer con el señorLorenzo.
—No,yo…—contestóunapuradoNicolás.—Esunabroma.—Riocasideinmediato—.Nosecreaqueeslaprimera
vez que pasa que damos por hecho algo, por todo lo que rodea a lascircunstanciasdelamuerte,ytraslaaparicióndenuevaspistastenemosquerepetirla bajo otro punto de vista. Por eso queremos hacer siempre lasautopsiasaldíasiguientedelfallecimiento.
—Amínomepasa—comentóconsornaLegazpi—,hablaporti.—Bueno,poresoharástúahoralaautopsia,listillo.Todos rieron. Incluso Nicolás, que se sentía extrañamente bien en ese
lugar.Alguiengolpeólapuertaconlosnudillos.EldoctorLegazpiseasomóy
entróconunsemblantealgomásserio.—Ha llegado la hora. Pepi, ayuda al mozo, por favor. Inspector, ¿me
acompaña?Ambos salierondeldespachoy secolocaron justoenfrentede loque se
suponíaque era la salade autopsias.El doctor empezó a colocarseun trajeestéril y animó también a Nicolás a hacerlo. Una vez ambos estuvieronvestidos—guantes,calzasymascarillasincluidos—,pasaronalinterior.
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La sala no distaba demasiado de lo que Nicolás había visto en otrasocasiones.Dosmesasmetálicasconplanchasdealuminioparalacolocacióndelcadáverpresidíanlaestanciayeraloquemásllamabalaatencióndesuinterior. Lo siguiente, aparte del instrumental dispuesto de maneraincreíblemente ordenada, era una pizarra que había en una de las paredesdonde, al parecer, el doctor iba haciendo las anotaciones que creyesenecesarias en el proceso de la autopsia —peso de los órganos, tallaje delcadáver,enfermedadesconocidas,anomalías…
ElcuerpodeFernandoLorenzoreposabaencimadeunadelasmesas.Suaspecto era diferente respecto a cuando lo había visto en la cámara deltanatorio.Larazóneraquelohabíanlavadoafondoparaelprocedimientoalque iban a someterlo y había perdido el maquillaje que le había puesto eltanatopractor.Estohacíaquehubiera recuperadoel tonomoradoque su tezdebíadetenertodavíatraslaasfixiaconlahorca.Eldoctorseacercóaélcondeterminación.Pepi,laauxiliar,lomirabaexpectante.
—Puede acercarse si quiere, conmigo no tendrá problemas en estesentido. Me gusta comentar con la policía los aspectos que van surgiendodurante la autopsia. Me ha pedido, según su solicitud, que me centreprincipalmenteendospuntos,¿no?
—Correcto, en cómo murió y en todo lo que me pueda contar de laextraccióndelosojos.
Eldoctortomóaireantesdehablar.—Bien,de loprimeropuedocontarlevariascosassoloviendoelcuerpo
demaneraexterna,ningunadefinitivaporsupuesto,peromejuegolabarbaaqueseacercaránbastante.Paraconfirmarlasnecesitaremosque lasmuestrasque tomómi compañero nos arrojen resultados definitivos, pero bueno, yasabequeestonoestáenmanosdenuestro laboratorio.Deigualmodo,sieljuezquiere,meteráprisa.Asíquesupongoquenotardarándemasiado.Pero,mire,lacianosisesevidenteentodoelcuerpo.
Nicolásasintiósindejardemirarelcuerpo;erajustoenloprimeroquesehabíafijado.
—Comocreoquesabrá—continuó—,esunodelossignosmásevidentesde lamuerteporasfixia,queconcuerdacon laprimeravaloración.Alhaberpasadootrodíaesmuchomásevidentequeenlaprimeraautopsia.Deahíquesiempre queramos hacerla al día siguiente y no en caliente, como ha dichoGonzalo en el despacho. De todos modos, basarnos en solo esto es muyprecipitado,asíqueparamedioconfirmarlovoyaverotraseriedesignosquesíloevidenciarían.Espere.—Sealejóyvolvióconuntermómetrodigitalde
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oído.Letomólatemperatura—.¿Ve?Unodeellosmeloconfirma,comoesel enfriamiento lento del cadáver. Aquí—dijo señalando el informe—memuestraqueayerteníaapenascincogradosmásdetemperatura.Lasmuertesporasfixiaconllevanunenfriamientomuchomáslentoquelasnaturalesolasprovocadasdeotra,digamos,manera.Haberpodidoversusojosmehubieraayudadoaconfirmardeltodomihipótesis,lapresenciadepetequiasenelloshubiera sido algo casi definitivo, pero aunque parezca increíble, todavía nome han llegado, por lo que habrá que esperar. De todas formas, lascondiciones en las que se hayan conservado pueden haberlas hechodesaparecer.Perocuenteconquehasidoporasfixiaalnoventaynueveporciento.
Nicolássemordióloslabiosantesdehablar.—Lapreguntadelmillón:¿creequehamuertoporvoluntadpropiao le
han,digamos,obligadoahacerlo?Eldoctor enarcóunacejamientrasmiraba fijamente al inspector.Había
algoensusojosqueledecíaquelegustabaquenodieranadaporhecho,pormuyevidentequefuera,yquesehicieraestetipodepreguntas.
—Esprontoparaasegurarestotambién.Tendréquelevantarlelapielparaevidenciar que no hay coágulos en algunas partes de su cuerpo quedemuestrenalgúntipodeluchaogolpe,peronocreoqueaparezcan.Sifueraun cuerpo de una persona de color nos podríamos sorprender, pero en estecasometemoquenoloshabrá.Nohaymarcasdeagresionesensucuerpo,ninadaquemehagapensarquehasidoobligado,pero laexperienciamediceque nunca se sabe. Una de las cosas en las que me centraré será en labúsqueda de señales que me puedan hacer pensar que ha sido amenazadomedianteunobjeto,llámesearmablanca,defuegooloquesea,pararealizarelacto.Quizácuandolevantelapielenlazonadelacabezaencuentrealgo,encasodeserasí,peromesigoresistiendoacreerestahipótesis.Yolediríaquehamuertopordecisiónpropia.
Nicolástragósaliva.Entonces ¿por qué coño se han llevado los ojos de alguien que se ha
quitadolavida?,sepreguntóasímismo.—Sobreelsegundodelospuntosquemehapedido—continuóhablando
elforense—,sepuedesaberbastanteechandounsimplevistazoconestalupacon luz. Veamos. Se aprecian dos leves heridas en los laterales de lascavidades.Tengo que observarlas con unmayor detenimiento, pero le diríaque los ojos los han sacado con unas pinzas quirúrgicas de un tamañomediano.Comoestas.
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Legazpilemostrólaspinzasqueteníajuntoasumaterialdetrabajo.—Las introdujo tal que así—hizo una demostración acercándolas en la
posibleposiciónalascuencasdeldifunto—,tiródelglobohaciafueray,unavezenelexterior,cortóelnervio.Previsiblemente lohizoconunarmaconmucho filo y sin sierra, pues el corte parece limpio. —Hizo una pausamientras observaba lomejor que podía el nervio óptico—. Le dirémás, elcorte,pordesgracia,meindicaquelapersonasabíaloqueestabahaciendo.
—¿Esocómolosabe?—Observe aquí. El corte es demasiado limpio. Es homogéneo a simple
vista.Estosignificaquelohizosinvacilar.Unapersonainexpertautilizaríaelobjetocortantecomosideunasierrasetratara,aunqueelobjetocortantesealiso. Así.—Imitó el movimiento con sumano—. Eso dejaría una serie demarcasimperfectasqueaquínoseaprecian.Enunratoharéunaseccióndelmismoyloobservarévíamicroscópica,peronodudoenquesehayahechosinvacilación.Yestomepreocupa,nosésiausted.
Y tanto que le preocupaba.Nimás nimenos quería decir que no habíasido cualquiera para gastar una broma. El responsable era consciente de loque quería hacer y tenía preparación para ello. Esto podría englobarlo confacilidadenungrupodepersonasquehubieranestudiadootuvierannocionesdemedicina,aunqueeradifícilyarriesgadoaventurarseenalgoasí.
—No he leído el anterior informe de autopsia. Bueno, no lo másimportante, solo algunas cosas que necesitaba saber ahora para adelantar yquenoinfluiránenelnuevo.Nolohehechoparanodejarmellevarpor lasconclusionesquehayaexpuestoGonzalo.Noquierodecirleconestoquehayahechomalenpedirunasegundavaloración.Entiendosuposición,dadaslascircunstancias.
—Gracias,nopretendojuzgaranadie.Solointentohacermitrabajo.—Porelmomentoyhastaquenometraiganlosojos—continuóeldoctor
—,nopuedodecirlemásenunprimerexamenpreliminar,perocreoqueyaesbastantesabercómoyconqué.Elporquéyelquiénserácosasuya,porloquesientonopoderayudarlemásporelmomento.Prometoinformarledelosresultados que vaya obteniendo según los tenga, pero por ahora, no puedohacermás.Sololepidopaciencia.Quieroserextremadamenteminuciosoenelnuevoanálisisyesto requiereun tiempoprudente.Puedequemepaseelrestodeldíarealizandolaautopsia.
Nicolás entendió aquello como una invitación amable a abandonar lasdependencias.Posiblementealforenselegustabatrabajarensoledad.
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—Gracias,doctorLegazpi,mehasidodegranayuda.Cuentoconustedparasabermásy,sobretodo,paraesclareceralgotodoesteasunto.Ledejomitarjeta—extrajo una y se la dio—, llámeme ante cualquier dato nuevo quetenga.
—No dude en que lo haré. Y, de verdad, ha sido un auténtico placerconocerlo.Esperoquenuestrasfuturascolaboracionesseantanbuenascomoesta.Valoromuchoeso.
Nicolásvolviósobresuspasosconlasatisfaccióndehaberencontradounbuen grupo de profesionales. Para nada importaba cómo eran susinstalaciones porque el equipo humano prometía ser fantástico. Ahora solofaltaba que arrojara resultados en la investigación. Por lo pronto tocabaregresara la comisaríayallí, conalgodemáscalma, repasaría todo loquesabíahastaelmomento.Noparecíaserdemasiado,peroquizáhabíaalgoqueseleescapaba.Yaloveríaallí.
17.05h.CallesdeMors
Carlosllevabaandandounbuenratoya,nosabíacuánto: ibamáspendientedesuspropiospensamientosquedemirarsuRolex.Elsolibayvenía,aunqueeramayor el predominio de nubes que de claros.El calor seguía apretandocon fuerza a pesar de todo. A esas horas, enMadrid, tenía que haber unatemperaturaenvidiable.Oquizánotanto,peroalmenosnoharíaunbochornotanintensocomolohacíaallí.
Apesardeestarabsortoensuscosas,noquitabaojodecadalugarporelquepasaba.Nopodíanegarqueelpuebloteníaalgodeencanto.Noeraquizásu idealparavivirenél,demasiada tranquilidad,pero teníaalgo.Lascasas,salvo alguna excepción, parecían tener décadas en sus ladrillos. El policíalocallehabíadichoquehabíaunascincomilpersonascensadas,aunqueaélnoledabaesasensacióndurantesupaseo.Apenassehabíacruzadocontresocuatromientrascaminaba,yestolehacíadudarsobreesedato.
Quizásupadrenecesitaraesatranquilidad.Lomaloesque,alparecer,apesardehaberlaencontrado,habíaalgoque
lo perseguía y que había conseguido que hubiera acabado con los piesbalanceándose sobre el suelo. De todos modos, ¿era esa soledad lo quebuscaba?
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¿Habría abandonado a su madre y a él sin dar explicaciones porquenecesitabaestarsolo?¿Tanhartoestabadesuvida?¿Habríapodidoelestrésconélylohabíamandadotodoapaseoparacomenzardecero?Entendíaenparteesaacumulacióndeestrésquepodíallevarsobresuespalda,dehecho,éltambiénsolíavivirestresado,peronoporelloseimaginabaabandonandoasu familia—en caso de haberla tenido— y desapareciendo tantos años sindejarningúnrastro.Deigualmanera,siaquelloyaeraunactodeporsíraro,dejar señas para que encontraran a su hijo una vez él hubiera muerto sellevabalapalma.
¿Oeraque,envezdesoledad,loquebuscabaeraescondersedealgoodealguien?
Noteníarespuestasparanadadeesto.Dehecho,loúnicoqueconseguíaeraplantearsemáspreguntas,comoporejemplo:sihuíadealguien,dealgúnproblema, ¿se había quitado la vida porque lo había vuelto a encontrar?Porque,claro,¿porquéquitarselavidaahoraynoantes?¿Quéhizoquenolohicieraduranteestosdieciochoaños?¿Porquéahora?
Y por si fueran pocos interrogantes, luego estaba el asunto de los ojosrobados.¿Quiény,sobretodo,porquésehabíallevadolosojosdesupadreparaluegohacerqueéllosencontrara?¿Quéteníaqueverélcontodoesto?
Estabaclaroquealguientratabadedecirlealgo,aunquequizásoloqueríaasustarle.Perosiesteerasuempeño,desdeluegoloestabaconsiguiendo.Concreces,además.
¿Quéclasedeperturbadosededicabaahacercosasasí?¿Seríacapazdemás?
Las preguntas se amontonaban en sumente y no lo dejaban pensar conclaridad. No había logrado descifrar el sentido de algo cuando una nuevacuestión lo inquietabay lovolvía a atormentar.No recordabacuándohabíasido laúltimavezque sehabíavisto enuna situaciónpsicológicaparecida,pero seguramente no había estado así durante los casi veinte años deabandonoporpartedesupadre.
Seguíasumidoensuspropiasydisparatadashipótesisy,almismotiempo,observabacadalugarqueibadejandoatrás.Unatiendadetodoauneuro—era increíblecómohabíacambiadoel conceptodel«todoacien»graciasalredondeo—,variosterrenossinedificarconelhuecoexactoparaunacasanodemasiadogrande, amplios garajes con la puerta abierta quedesde fuera seveíanarreglados,comosisusdueñoshicieranvidadentrodeellos…
Laverdadesque,dealgunamaneraextrañaysinencontrarelmotivo,sesentíaalgomásrelajadoquehacíaunrato.¿Eraporverque,apesardeuna
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desgraciaasí, lavidaseguíacomosinadahastaenunpueblo tanpequeño?Quizá hasta esto último podía ser considerado como una filosofía de vida.Aunque también era verdad que él mismo se veía imposibilitado para nisiquiera intentarlo. Era de los que le daban muchas vueltas a las cosas.Demasiadasvueltas.
Pasóporlapuertadeunacarnicería.Enlaentrada,unhombrealgoobesoy con un mandil blanco aspiraba el humo de un cigarrillo encendido. Locuriosodeaquellaimageneraquelacarniceríaestuvieraabiertayaque,segúnlehabíanrepetidoporactivayporpasivaunascuantasvecesya,esedíaerafestivo en laComunidadValencianay lamayoríade los comercios estabancerradosalpúblico.
Niestandoconlacabezatanhechaunlíoconseguíaolvidarsusmilyunamanías. Bueno, quizá a esto no lo podía llamar manía, sino más bien unatradición:cenarcadaviernesdosfiletesdeterneraacompañadosdeunpardecopasdevinotinto.Loprimeroempezóahacerlocuandosumadreaúnvivía.Losegundoloañadióconelpasodelosaños.Noestabaensuhogar,dondese sentía cómodo haciendo esto, pero no por ello no iba a dejar de actuar,dentrodeunos límites lógicos,comocadadía.Másquenadaporque,sino,hacíaactodepresenciaunagrandosisdeansiedad.
Se acercó a la entrada y agachó ligeramente la cabeza. Dibujó un leveasentimientoquesirviódesaludoalcorpulentohombre.
Este lomiró de arriba abajomientras echaba humo por la nariz. En unprimermomentonosemoviódesusitio,comodiciendoalabogadoquenoeraunbuenmomentoparaentrarensuestablecimiento,comosiesedescansofuera sagrado. Al ver que Carlos no se movió de su sitio, dio una últimacaladaalcigarrilloylotiróimpulsándoloconsudedocorazón,ayudadoporelpulgar.
Diomediavueltaysemetióensunegocio.Andabadeladoalado,parecíaque le costaba mover semejante tonelaje. Por detrás dejaba entrever unacoronillalibredepelo,rondaríaunaedadparecidaalpadredeCarlos.
—Usteddirá—dijoal fincuandoconsiguió llegardetrásdelmostrador.Al abrir labocaparahablar,Carlos comprobóque le faltabanunoscuantosdientes y los que le quedaban no estaban precisamente limpios. A puntoestuvodesalirporloquelerepugnóesaimagen,peroqueríalacarne.
—Buenastardes—antetodolaeducación—,póngameunpardefiletesdeterneradeclaseA.Nodemasiadogordos;loscocinaréenlaplancha.
El carnicero no dijo nimedia palabra. Se agachó para coger la ternera,afilóuncuchilloehizounaseñalencimadelacarne.
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—Asíestábien—comentóCarlos.Cortóelpardefiletes.—¿Algomás?—No,porelmomento.¿Cuántoes?Elcarniceroselequedómirandofijamenteconlosojosentrecerrados.—¿Esusteddeporaquícerca?Elabogadodecidiópasarporaltolagroseríadepreguntarletanasaco.—No,vivoenMadrid,peropasaréunosdíasenMors.—Elcasoesquesucaramesuena—dijoelcarniceromientrasserascaba
lamejilladerecha.—Dudo queme haya visto por aquí. ¿Cuánto le debo?—Carlos quería
marcharsecuantoantesdeaquellugar.El dependiente inspiró y pulsó unas teclas en la balanza que tenía
enfrente.—Cuatroconsesenta.Carlosextrajounbilletedecincoeurosdesucartera.—Quédeseconelcambio.Diomediavueltaysedispusoasalir.—Un momento. —La voz del carnicero lo paró en seco—. ¿Es usted
familiardeFernandoLorenzo?Carlossuspirósindarse lavuelta.Odiabaque lepreguntaran tanto,pero
supusoqueaquelloeraloquetocabaenesosmomentos.Seguroquenoseríalaúltimavezquelepreguntabandurantesuestanciaallí.
—Sí,soysuhijo—respondióalavezquegirabalacabeza.Alhacerlocomprobóqueelsemblantedelcarnicerosehabíatornadoalgo
másserio.Siacasofueraposible.—No sabe cuánto siento lo que ha pasado. Estamos todos jodidos.
Entonces¿pasaráunosdíasenMors?—Sí,yasabe,arreglodepapeleos—mintió.—Ya.Sientoquesuvisitaalpuebloseaporalgoasí.Detodasmaneras,si
necesitaalgo,solodígamelo.MinombreesJavierCuliáñez,peroaquítodosmellaman«elPancetas».Lodicho,sinecesitaalgo, loquesea,nodudeenpedirme ayuda. Y disfrute de la tranquilidad deMors, el pueblo en el quenuncasucedenada.
El carnicero calló de golpe. Quizá se dio cuenta de que sus últimaspalabrasnohabíansidoacertadas.
—Gracias —Carlos intentó quitarle hierro al infortunado comentariofingiendounasonrisa—,ahorahedemarcharme.
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—Hastaluego.Volvió a girarse y salió a la calle. Creyó que ya estaba bien por el
momentodepaseosy,sobretodo,deinterrogatorios.Necesitabadescansar.Sisehubieragiradoenesemomento,hubierapodidoverqueelcarnicero
nolequitabaojomientrassurostromostrabaverdaderapreocupación.CuandoCarlosyasehubomarchado,elcarnicerobuscósuteléfonomóvil
ymarcóunnúmeroquenolecostódemasiadoencontrar.Cuandosuinterlocutorcontestó,elcarniceronoseanduvoconrodeos.—¿Quécoñoestápasandoaquí?—preguntó.
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Viernes,9deoctubrede2009,19.29h.Alicante.Comisaría
Nicoláspensóentirarsesobresuasiento.Dehaberlohecho,conlasillaquelehabíanasignado,sehubierarotolaespalda.Yquizáhastalasilla.
Enunactomáspasionalquemeditado,habíaacudidodenuevoaMorsyhabíapasadounosminutosenelparque,observandocadaesquinadelmismoyesperandoqueunrayode luz lecolocara lasoluciónfrenteasusojos.Lazonadelimitadahacíaunashorasparalainvestigaciónyahabíasidolevantadaysepodíaaccederalparqueconnormalidad.Lavisitanohabíaservidoparanada,peroeratalsudesconciertoquenosabíaquécaminoelegir.
Era su segundo día y ya estaba metido hasta las trancas en un casocomplicado. Las dudas de si estaba preparado o no lo seguían asaltando.Hastaahoranosehabíapreguntadosihabíasuperadoaquelnefastocapítulodesuvidaanterior,peropormomentosseibadandocuentadequequizánoeraasí.Leseguíapersiguiendoencadapasoquedaba,ahoramásquenunca.
Yloúltimoquepodíapermitireraqueaquello leafectara talycomolohizolaotravez.Deserasí,noestabanisegurodepodercontinuardentrodelpropiocuerpopolicial.
Echó lacabezaparaatrás.Nadamásentrarhabíavisto lacarpetaque leesperabaencimadelamesa,peroprimeronecesitabarelajarse.Sinlamentedespejadanoseríacapazdenada—yaunasíseguíadudandodequepudiera.
Recordólatécnicaquelehabíaenseñadolapsiquiatraalaquetuvoqueir—obligado— unas cuantas veces después del incidente. No creía en esosmamarrachos sacacuartos—como él mismo los llamaba—, pero reconocíaqueaquellolehabíaayudadoenmásdeunaocasión.
Levantó su mirada al cielo y respiró, muy despacio, hasta en tresocasiones. Sabía que aquello carecía de base científica, pero fuera como
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fuese,aéllefuncionaba.Ycuandonolohacía,sololequedabaalgoqueraravezfallaba,peroquepordesgraciaahoranopodíahacer.Quizáencasa.
AlagacharlacabezavioasuamigoAlfonso.Lomiraba,entredivertidoypreocupado.Éltambiénhabíaidoatrabajarapesardeserfestivo.
—¿Otravez?—ledijoamododesaludo.Estabansoloseneldespacho.Nicolás apretó sus labios y lanzó aire por la nariz. Esto debería haber
servidocomorespuestaalinspector,peroaunasínopudocallarse.—¿Todos los díasme tienes que repetir la frase?No todami vida gira
alrededordeeso.—Ya.Aotroloboconesecuento,Caperucita.—¿Queríasalgo?—preguntóuntantohastiado.—Pues sí, ya que me lo preguntas, quería decirte que eres un cabrón.
Llegas y triunfas. Ya tienes un caso gordo entre manos y yo, como unimbécil, todoeldíaentrepapeleosymierdas.Dehecho,estoyesperandoelmomentoenelquemediganquemevuelvaaponereluniformeyquevayaaregistrartuguriosenbuscadedrogas.Creoquelehasgustadoaljefe.
—Lodudo—respondióNicolásmirándoloporelrabillodelojoyconunavozquedemostrabasucansancio.
—Tú verás, pero prueba de ello es que te espera en su despacho. Estáenamoradodeti.Lotienesloco.Nopuedepasarsinverte.
—Joder,nomeacordaba…Nicolás agarró la carpeta y de un salto se puso en pie. Puso rumbo al
despacho.—Luegomecuentas,PhilipMarlowe.LavozdeAlfonsolesonabalejanamientrasibaderechoalhabitáculo.Elinspectorgolpeóconsusnudillosenlapuerta.—Pase.Asílohizo.—Tomeasiento.Obedeció sin dejar de mirar a los ojos a su jefe; no quería mostrar la
flaquezaquesentíaenesemomento.—Cuéntemealgoquenosepa—dijodirecto.—No sé lo que sabe, pero dudo de que pueda contarle nada nuevo.
Tenemosmuypocotodavía.—Leseré franco,Valdés.Acabode leersuexpedienteypuedequeeste
casoselevayadelasmanos.Desconozcosihasuperadoelincidentequetuvoy,viendoelcarizqueestátomandoestecaso,quizáseaconvenientequeotroinspectortomelasriendas.Esosí,puedetrabajarconélyempaparsedetodo
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lo que pueda. Esto le dará experiencia y le hará curtirse para futurasinvestigaciones. No creí que esto llegara tan lejos, si le soy sincero, peropuedequenosenfrentemosaalgomuyserioytengomisdudassobreusted.¿Entiendeesto?
Nicolásmirósorprendidoalinspectorjefe;noesperabaqueleretiraratanprontolaconfianza.Unacosaerasupropiainseguridad,queibapordentro,pero otra muy distinta que no creyesen en sus posibilidades en su propiotrabajo.
—¿Ybien?—quisosabersujefe,queseguíaesperandounarespuesta.—Creoquesoyelinspectoridóneoparaestecaso.Sí,hesuperadoesoa
loqueserefiere.Quedaenmipasado,todostenemosunoyelmíoesese.Nopiensoobviarlo,peroahoravivoelpresente.Leaseguroquesisigoalfrentedel caso llegaréhasta el final, cueste loque cueste.Si aun así usteddecideapartarme y dárselo a otro, por supuesto que permaneceré dentro de lainvestigación.Creoquepuedoaportarmuchoynoquieroquedarmecomounmeroespectador.Perosimedaaelegir,quieroestecaso.
Eljefequedóatónitoantelarespuestadelinspector.Esperabaquedeunmomentoaotrosevinieraabajoyseapartara.Puedequefueraesoloquelehizotomarlasiguientedecisión—opuedequefueraquehacíaunosminutosqueacababadehablarconelcomisarioHuertas,elantiguojefedeNicolásenMadrid.
—Estábien,continuaráalfrentedelcasoperomecomunicarácadapasoque dé al instante. Quiero conocer cada detalle de lo que sucede y vaaveriguando, ¿entendido? Comprenda mis dudas al apenas conocerle.Demuéstreme de qué está hecho, tendrá pocas oportunidades como esta.Además,cuandotomoladecisióndeponeraunnovatocomoustedfrenteaalgo tan importante, esmi culo el que pende de un hilo. Si usted falla, yofallo.Ynosésisabequéesloquesignificaráesto.
—Porsupuesto—contestósinvacilación.—Yleaseguroque,aunqueno loparezca, soymuycomprensivo.Sien
algún momento piensa que no puede llevar a cabo una investigación encondiciones, me lo dice. No puedo permitirme ningún titubeo. La JefaturaNacional estámuy encima de ciertas comisarías y no quiero que la nuestrapaseaengrosarlalista.Vivimosmuytranquilossinojosencimadenosotros.Yyaescomplicadocontantaviolenciaanuestroalrededor.
—Nodudaré,perosilohago,seráelprimeroensaberlo.—Bien,dichoesto,cuéntemetodo.
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—Estoy a la espera de que vayan llegando los resultados deCientífica.Entiendo que al tener dos escenarios se les haya amontonado un poco eltrabajo. Del parque no espero mucho. Sé que no han encontrado nadarelevante,sinoelsubinspectormelohubierahechosaber.Misesperanzassebasan en el análisis de las huellas halladas en la cámara frigorífica, en lapropiacamillametálicaoenelinstrumentalqueutilizanlostanatopractores.Segúnmehacontadoelforense,esmuyprobablequeelobjetoutilizadoparala extracciónde los ojos sea unas pinzas quirúrgicas, por lo quepuedequeobtengamosresultadoscuandolasanalicen.
—Bueno,algoesalgo.¿Nadamás?—Porelmomentono.—Estábien,puederetirarse.Tráigameresultadospronto.Nicolásasintió.Selevantóyfuedirectoalapuerta.—Valdés.—¿Sí?—Nomedecepcione.Nicolássonrióysevolvióagirar.Saliódeldespacho.Unavezfuera,sesentódenuevoensumesayabriólacarpeta.Lacharla
con su jefe le había dado alas, aunque se conocía y sabía que puede quefueranmomentáneas.Queríademostrarloquevalía,costaraloquelecostase.
Clasificólosinformesentrespequeñaspilas,separandodeclaraciones,losresultadosdeCientíficayloquehabíallegadoporelmomentodelforense.
Enlasdeclaracionesnoobservónadaquenosupiera.Teníaladeldueñodel tanatorio y la de la empleada de la noche. Concordaban con lo que élmismohabíaescuchado.
Pasóaotrosinformes.De Científica, a pesar de no tener nada esclarecedor, sí tenía algunos
detallesquelehacíanirponiendolascosasmásclaras.Nohabíasangre—almenosreciente,puessehabíausadoelluminolparatratardesacarlaalaluz—enunodeloslavabosquehabíadentrodelapropiasalaparaadecuaraloscadáveres.Esto indicabaqueel autordel robonohabíausadoesapilaparalavarlaspinzas,encasodehaberlasusadoparalaextraccióndelosojos.Enel otro sí había restos, pero tampoco es que pudiera ser algo concluyente,porque si ahí se solía lavar el instrumental, tendría su lógica. También eraprobable que lo hubiera podido limpiar con un pañuelo o similar.No teníanoticias de que se hubiera encontrado nada así en la papelera. Centraría la
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búsquedadehuellas en la zonaque sí tenía sangredel lavabo,perodudabasacarnadaenclarodeallí.
Pisadas y huellas había unas cuantas. Pisadas no tantas como huellas.Segúnhabíadeclaradoelgerente,elsuelosefregabatodoslosdías,peronopodíadecirlomismodelalimpiezadelacámara.Ahísehabíanencontrado,almenosdemaneraevidente,cincohuellasdactilaresdiferentes.
Aunqueerancompletas,tampocoesperabaquesirvieranparamucho,puesprevisiblemente,habiendomanipuladouncadáver,lapersonallevaríaguantespuestos.Seríalológico.
Tambiénsehabíanencontradorestosdecabellosydemásrastros,peroenunsitioalqueaccedíatantagenteydondesemanipulabancadáveres,lorarohubierasidonoencontrarlos.
Enelinformetambiénsepodíaleerquesehabíanenviadolosdospapelesmanuscritosencontradosaunexpertografólogo,pasando,claroestá,primeropor Rastros, por si había algo en ellos. Lo del grafólogo no le llamaba laatención.Sí,lesdiríaquelapersonaquelohabíaescritoeradetalmaneraocontalpersonalidad,peroesonovalíaabsolutamentenadayaquereduciríasubúsquedaamillonesdepersonas.
Teneresoynadaeralomismo.DecidióllamaraZapataparavercómoibanlosanálisis.Buscóelnúmero
enellistadoqueteníaenunarchivodeWord,enelescritoriodesuPC.Trasmarcarlaextensión,esperóunossegundos.
—¿Científica?—dijounavozalcontestar.—¿EsustedelsubinspectorZapata?—Afirmativo.—Soy el inspector Valdés, ¿tiene algo nuevo, aparte de lo que me ha
puestoenelinforme?—Sí y no. Hemos identificado todas las huellas del escenario del
tanatorio.Hasido fácil,puescoincidenensu totalidadcon los trabajadores.Pertenecen al gerente, la encargada del turno de noche, la limpiadora, untanatopractor que ayuda a reconstruir accidentes menores y unatanatomaquilladora.Nohayningunadubitadaya.Estomehacepensarque,sialguien ajeno entra a ver un cadáver familiar o algo así, tiene las manosquietecitas.Unatontería,perocurioso,adecirverdad.
—Joder…Bueno,yahabíapensadoen laposibilidaddequequienhayahechoestosehayapuestoguantes.Alfinyalcabomanipulabauncadáver,ynocreoqueapetezcahacerloconlasmanosdesnudas.Enfin.¿Harevisadoelinstrumentalquirúrgico?Meinteresansobretodolaspinzas.
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—Esto es un pocomás complicado.Referente a lo dactilar nos ha sidomuy sencillo. Solo tiene unas huellas impresas en ellas y son deltanatopractor.Peroeneltemaderastrosnovaasertanfácil.Elmaterialeslavadoydesinfectadoconcadausoyestono facilita lascosas.Tambiénesverdadquetodavíanonoshemospuestoconestoúltimo,peroseráloprimeroquehagaencuantocuelgue.EsbastanteprobablequeobtengaADNdeellasylomandaréaMadridparaqueseaanalizado.Intentaréquelocomparenconeldeldifunto,perohaydemasiadosfactoresennuestracontraparaqueestonos pueda ser útil. Hablamos de que pueden tardar semanas en analizar lamuestra,dependiendodel trabajoque tengany laprisaque lesmetandesdelos juzgados,quenocreoyoque seamucha.Se toman su tiempo.Porotrolado, loquesehallepuedeestar tancontaminadoqueseaimposibleobtenerunacertezadeesamuestra.Peroporprobar…
—Estábien—contestóValdésresignado—.¿Tienealgomás?—No,porelmomento.—Llámemeaestaextensiónsiencuentraalgo.Loquesea.—Estábien,inspector.Colgó.Tras los datos dados por Zapata, lomás lógico hubiera sido dirigir sus
sospechas hacia el tanatopractor, pues sus huellas coincidían tanto en lacámaracomoenel instrumental,ademásdeser lasúnicasquehabíaenesteúltimo, pero una rápida hojeada a las declaraciones de los trabajadores lesirvió para desechar esa idea: había estado toda la noche de guardia en elHospitalGeneral deAlicante.Aunasí haríauna llamadapara comprobarlo,pordejarloreflejadoenelinformeypocomás.
Masajeósussienesdespacio.Ledolíalacabeza.Demasiadopensamientoporsegundoenmuypocoespaciodetiempo.
Suteléfonomóvilsonó.Eraelforense,eldoctorLegazpi.Enlallamadanolecontónadaquenolehubieradichoantes,exceptoque
habían llegado los ojos a las dependencias y confirmaban sus sospechas:muerteporasfixiayglobosocularesextraídosconunaspinzasquirúrgicas.
Seguíaconlabúsquedadealgúnrastrodebajodelapieldelacabezaquelehubierallevadoapensarquehubierapodidoseramenazadoparaobligarloalsuicidio.Peroniélmismosecreíaesateoría.
También le contó que esperaban los resultados de los análisis de susniveles estimadosde adrenalina a la hora de lamuerte, que confirmarían simurióenlaimprovisadahorcayquesetratabadeunsuicidio.Peroasimple
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vista, el tipodemarcasdejadasenelcuello sídemostrabanvitalidaden lostejidos una vez empezó el ahorcamiento. Lo que desechaba que la asfixiahubierallegadoporotrocauceysehubieradisimuladoconlahorca.
Nicolás suspiró. No es que quisiera que fuera un asesinato, pero quizátodotendríaalgomásdesentido,porpocoquefuera,silamismapersonaquehubieraacabadoconlavidadeFernandoLorenzolehubierarobadolosojos.Lootrocarecíadetodalógica.
Ademásabríaunaseriedepreguntasqueteníanmenoslógicatodavía.¿Lapersona que le había robado los ojos había esperado al suicidio para poderhacerlo?Esdecir,¿habíasidounactoplaneadoconanterioridad?¿HabíasidocasualporlapropiacausalidaddelactodeFernando?
Selevantóyfuedirectoalamáquinadecafédelaesquinaparatratardehuirdelaoladepreguntasquelevenía.Previopagodetreintacéntimos,pegóunsorboalvasodeplástico.Noescupióloquetomóporpurorespetoasuscompañeros.Conelcafévertidoenellavabodelcuartodebañoregresóasumesa. Repasó de nuevo las fotos en el ordenador. Estas, a su vez, estabanubicadas en una carpeta del servidor a la que solo podían acceder él, elsubinspector Zapata como encargado de Científica, el inspector jefe y elcomisario.
Seguíasinvernadaquehicieraquesonaraunacampanillaensucerebro.Miróalcieloenrepetidasocasiones.¿Sunuevopuestodetrabajoeraasí?¿Mirar, observary esperar aque se le apareciera lavirgeny le revelara
quéhabíapasado?Comenzóanotarque laansiedadseestabaapoderandodeél justoenel
momentoenelquecomprobóquesusdedosgolpeaban,unoauno,lamesa.Miróelreloj;todavíalequedabanunosminutosdetrabajo.
Tratódetranquilizarseporenésimavez,asínoibaaconseguirnada.Optó por buscar en el navegador de su PC información acerca de otros
casossimilares.Trasuntiempoyunadecenadepáginasabiertas,comprobóque,almenosenEspaña,nohabíaningúncasocomoelqueahoraleocupaba.Nisiquieraparecido.
Pensó en las palabras que ese perturbado había dejado anotadas en elpapeljuntoaltrofeoquesehabíallevado.
«Estosojoslovierontodo».¿Qué habían visto exactamente esos ojos? «Todo» era una palabra
demasiadoamplia,enrealidadnoqueríadecirnadaquepudieraaportaralgoalcaso,almenosdemomento.
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SopesólaposibilidaddequeFernandoLorenzohubieracometidounactodelictivo en algúnmomentode suvida.Algunoquequizá lehubiera traídoestasconsecuenciasahora.AsíquenodudóenbuscarsunombreenlabasededatosconocidacomoPERPOL.Enellafigurabaelnombreyeltipodedelitodetodociudadanoquehubierainfringidolaleyenterritorioespañol.
Tras unos segundos comprobó que su nombre no aparecía, por lo quedescartóestahipótesis.
En aquel puzle faltaban piezas, desde luego.No tenía la certeza de quealgúndíaaparecieranyestolefrustraba.Erasuprimercasocomoinspectoreibaaacabarsinresolversinoconseguíaatarloscabos.Conectarlospuntos,comodecíaSteveJobsensufamosodiscurso.
Fueracomofuese,daríaeltodoporeltodo.Silaverdadnosalíaalaluz,almenosnoseríapornohaberlointentado.
Necesitaba alejarse un poco de aquello; sabía que la propia frustraciónhacíaquesuspensamientosno fueranclaros.Repasóenvariasocasiones loquetenía,perosintratardeforzarseparallegaraunaconclusión.
Asípasóeltiempoquelequedabahastapoderirseacasa.Mañanaseríaotrodía.Yquédía.
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Sábado,10deoctubrede2009,07.42h.Mors.CasadeFernandoLorenzo
Esanochesísehabíaacostadoenlacamadesupadre.Necesitabadescansarcomoeradebidoyelsillónnoeraunaopcióncompatibleconloquebuscaba.Al menos si quería levantarse pareciendo un violinista sin violín. Tantaemoción lo había dejado agotado durante la jornada anterior, por lo quedecidió dejar de lado el pudor que le provocaba el acostarse allí. Le costóbastantecerrarlosojos,lasimágenessesucedíanensumenteylomanteníanalerta,comosialgomalolefueseasucederaél.Unavezqueloconsiguió,nohabía vuelto a abrirlos hasta esa misma mañana. No recordaba qué habíasoñado,nuncasolíahacerlo,perohubieradadotodosudineroporsabersiloacontecidoduranteeldíaanteriorhabíaaparecidoensusubconsciente.
Sobre todo porque tenía el cuerpo agarrotado, como si solo hubierasufridopesadillas.
Nadamás levantarse tomó una ducha. Por la noche ya no había hechotanto calor como durante el día, pero aun así parecía haber sudado encantidad.Dudóvariasvecessihacerloono,perovolvióadejarde ladosusreticencias y se puso ropa interior de su padre, algo holgada para sucomplexión,peronoteníaotracosa.Conresignaciónsecolocóelmismotrajeycamisaportercerdíaconsecutivo.MandóunSMSaGalaconladirecciónde lacasaparaque leenviarapartede su ropa—asuelección,yaqueellaconocía su gusto y susmanías, aunque a ser posible algomás adecuada alcalorylahumedaddelazona—.Paraelloleindicóqueutilizaraunserviciode mensajería ultrarrápido. Si iba a pasar varios días en aquel pueblo, lonecesitaba.
Teníaalgodehambrey,apesardequeseguroqueenMorsnoconoceríansulechedesojaaltaenproteínastraídadeSingapur,nisusmagdalenasbajasenhidratosperocontodoelsabor,algoteníaqueecharsealcuerpo.
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Laopciónmásrápidaysencillaeradesayunarenelbardeenfrente.Noleapetecía demasiado encontrarse con tía y sobrina, pues no tenía demasiadoánimoparapreguntas,peronolequedabaotraqueusarlapocaestoicidadquelequedaba.
Saliódelacasayfuedirectoalbar.Al entrar comprobó que, en aquella ocasión, tanto tía como sobrina se
encontrabanenel local.Ningunade lasdoshablabacon laotra, tansolosededicabanasusquehaceres.Alpareceracababandeabrirelnegocio.
Elabogadoseacercóalabarra.—Buenosdías—saludóCarloseneltonomásamigablequeencontró.Adela levantó la vista. En esos momentos se encontraba rellenando, al
parecer, lascámaras frigoríficasconbotesde refrescos.Aliciaestabacon lacabezaagachadafregandounosvasosamano.
—Buenos días, hijo. ¿Todavía sigues aquí? Pensé que habías vuelto aMadridperomeextrañóquelohubierashechosindespedirte,comomedijiste—comentólamujer,algoseria.
—HedecididopasarunosdíasenMors.Hacetiempoquenodisfrutodeunasvacacionesyhepensadoquepodríaestarbien—mintió.
DesconocíasiAdelasabíaloquehabíapasadoconlosojosdesupadre.No tenía ni idea de cómo se propagaban las noticias en ese pueblo, perosupusoque,denosaberlo,notardaríaenconocerloshechos.
Alicianimirabahacia laposicióndel abogado,yesto le extrañó.Hacíados días se había mostrado como una joven dicharachera, o al menos estaimpresiónlehabíadado.Puedequetuvieraunmaldía.
—Esunalástimaquehayaselegidotanmalmomento,hoy…—contestólamujerconunsemblanteoscuro.
Carlos miró de pronto a Alicia, que comenzó a derramar lágrimas ensilencio.
—¿Hapasadoalgo?—quisosabereste,algoalarmado.AdelamiróaAlicia;eracomosilecostaraquelaspalabrasfluyerancon
naturalidad.—Esquenoséqueestápasandoúltimamenteenestepueblo,estoparece
másunapesadillaqueotracosa…—Porfavor,hable.Adelanopudohablar.FueAlicialaque,entrelágrimas,soltólanoticia.—Hanencontradomuertoalcarnicero,alPancetas.Carlos no entendió muy bien por qué, pero tardó unos segundos en
asimilar las palabras de la muchacha. Era como si no comprendiera el
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significadodelafrase,comosiaquellaspalabrascarecierandesentido.Pero fue justo cuando sí lo encontró, cuando sintió que sus piernas le
fallaban a la vez que la cabeza le comenzaba a dar vueltas.Un torrente depreguntaslevinoalmismotiempoqueseagarrabaconsumano,temblorosa,alabarrametálicadelbar.
AdelaseechóparadelantealertadaporelflaqueoqueacababademostrarCarlos,perosetranquilizócuandovioqueesteserecomponíarápido.
—¿Cómoquehamuerto?—acertóapreguntar.Lamujertardóunossegundosencontestar,alparecertratabadeencontrar
laspalabrasparahacerlo.—ElPancetasnunca fallaenabrir sucarnicería,nunca.Lohace incluso
en fiestas, aunque sea medio día. Sin ir más lejos, acabamos de pasar lasfiestaspatronalesdelpuebloy,hastadondeyosé,nohacerradoniunsolodía.Siempreabrealassietedelamañana.Sufrasefavorita,unaquenoparaderepetir,esquesialgúntrabajadorquierecarnedeldía, tieneelderechoapodercomprarlayllevárselaasutrabajo.Estamañana,alnoestaralassieteymediasupersianalevantada,Rodolfo,elmecánico,queteníallavesdesucasaparacualquieremergencia,haidoaverquéocurríay…selohaencontrado…
—Pero…¿hasidomuertenatural?¿Uninfartooalgo?Adela negó con la cabeza. Esto hizo que los niveles de adrenalina de
Carlos creciesen hasta el límite aguantado por el ser humano. No creía enDios, pero rezaba internamente para que no le confirmase la siguientepregunta.
—¿Se ha…—le costaba pronunciar la palabra— suicidado? ¿Comomipadre?
Adelavolvióanegar,estavezconlosojosanegadosdelágrimas.Este gesto hizo queCarlos abriera los ojos hasta que pareció que se le
ibanasalirdelasórbitas.Soloquedabaunaposibilidad.Saliódelbarcorriendoantelamiradaatónitadetíaysobrina.
09.17h.Mors.Casadelcarnicero
Nicoláslevantóelcordóndeseguridadquehabíancolocadoenlapuerta.Nopodíanegarqueestabanervioso,peroeraalgoqueelexteriornodebíasaber.Reconocía haber dudado que su jefe lomandara a aquel escenario. Sí, eraciertoqueélseestabaencargandodelroboyposterioraparicióndelosojos
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de Fernando Lorenzo, pero aquello era otro cantar. El caso habíaevolucionado,apeor,claramente.
Unnuevonivelquepondríaapruebasuaplomoysuvalíaensu reciénestrenadopuestodetrabajo.
Pensóenlacasualidaddequesehubierandadodossucesosdesemejantemagnitudenunpueblotanpequeño,entanpocoespaciodetiempoy,sobretodo,conlaaparentetranquilidadqueparecíarespirarseensuscalles.Apesarde esto, y con lo poco que sabía, no quería establecer una relación entreambos casos.Aunque su jefe sí parecía haberlo hechomandándolo a él.Oquizáno,porqueleseguíaextrañandoestaralfrente.
De todosmodos no quería correr demasiado.Debíamantener la cabezafría y tratar ambos hechos como casos aislados.Quizá al final uno acabaraconectandoconelotrodemanerainevitablepero,hastaquenosucedieraesto,noteníannadaqueverentresí.
Maldijo su suerte. Había decenas de curiosos en los alrededores de lacasa.Supusoqueeranormal,nocreyóquetodoslosdíaspasaraalgoasí.Nisiquieraenkilómetrosalaredonda.Además,unacosaeraelhallazgodelosojos, ocurrido en un paraje algo más solitario, y otra bien distinta aquelescenario, en pleno centro del pueblo, rodeado de casas. Por suerte no vioprensa por ningún lado, si bien, aunque fueran televisiones locales, supusoquealguienacabaríallegando.
Nadamás entrar observó que en una silla de madera había un hombresentado.Teníaelcuerpoechadoparadelanteylasmanospuestasenlacara.Casi con toda seguridad era quienhabía encontrado el cadáver.No lloraba,pero el inspector pensó que parecía haber estado haciéndolo de formaabundante.Unagenteuniformadoestabaasulado.Noleofrecíaconsuelo,nohubieraservidodenada.
Elinspectortratódeencontrareltonomásamigablequepodíaofrecer.—Buenosdías,minombreesNicolásValdés,soyinspectordelaUDEV,
de la Policía Nacional de Alicante. ¿Usted es…?—preguntó a la vez queextraíaunapequeñalibretaquehabíatomadodelacomisaríayunbolígrafoconellogodelaPolicíaNacional.
Elhombrelevantólacabezaylomiró.Teníalacaramuyrojaylosojosllenosdelágrimas.Estoconfirmabaquehabíaestadollorandoabasedebien.
—Bu…buenosdías…MellamoRodolfoPérezMarhuenda…Nicolásloanotó.—¿Esustedquienlohaencontradoyhadadoelaviso?—Sí,señor,hesidoyo—respondiótitubeante.
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—Bien—prosiguióel inspectora lavezqueanotaba—.Séqueesduro,peronecesitoquemerelate,contodotipodedetalles,cómohasidodesdequehadecididoentrarhastaquehemosllegado.
Elhombretragósalivaantesdehablar.—Yosoy…era…joder…—Hizounapausa.—Tranquilo,esnormal.Tómeseeltiempoquenecesite.—Yoera—comenzódenuevodesoyendoelconsejodeNicolás—muy
amigodeJavier.Eraunsolterodetresparesdecojones,siemprehabíapasadode echarse novia, nos gustaba a ambos ir… bueno, ya me entiende, conseñoritasdecompañíaenunclubcercano.Lomismoestono importa,peromegustaríaqueentendieraporquévivíasolo.Bueno,yo tambiénvivosolopor lo mismo que Javier.—Hizo una pausa. Nicolás observó que pensabamuybiencadapalabraantesdepronunciarla—.Losdosnosdimosllavesdenuestrascasasporsialgúndíanoshacíafaltaentrarsinavisar.Élsiempremehacíabromasconquesiundíanoteníaabiertalacarniceríaalassieteycincominutosentrara,porqueestaríamuerto…
Comenzóallorar.Nicolásseagachóycolocósucarafrentealadelafligidohombre.—Yentonceshaentradoylohaencontrado—continuóelpolicíaamodo
deayuda.—Sí…—¿Ynoshallamadodirectamenteohahechoalgunaotracosa?—Nopodíahacernadaporél,es…evidente…Estabamuyasustado.He
sacadomiteléfonomóvilyhellamadolomásrápidoquehepodidoal112.Ni siquiera sabía qué teclas pulsar, estaba agilipollado. La policía local havenidomuyrápido,luegounaambulanciaymástardeustedes.
—Esmuyimportanteparalainvestigaciónquerecuerdesihatocadoalgo,loquesea.
—Nada,nohepodido.Nicolásanotótodoenlalibreta.—Bien,sientomuchotodoloqueestápasandoperohaactuadodemanera
correcta. En estas situaciones, créame, no es fácil. Salga fuera, a laambulancia,pidaque ledenalgoparacalmarse.Enun ratovuelvoahablarconusted.Elagenteleacompañará.Sinecesitaalgo,nodudeenpedírselo.
Elhombreasintió.Ayudadoporelagente,seincorporó.Nicolásseacercóaloídodelpolicía.
—Queno hable connadie,manténgalo en la ambulancia hasta que estécalmado del todo y le volvemos a tomar declaración, para ver si dice lo
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mismo.Elpolicíaasintió.Nicolás miró su libreta al mismo tiempo que ambos salían al exterior.
Suspiró y se dirigió a uno de los miembros de la Policía Científica queacababadesalir.Noharíademasiadoquedebíandehaberllegado.
—¿Enquépuntoseencuentran?—quisosaber.—Yahemosestablecidounazonadelimitadaparaevitarcontaminaciones.
Esunescenariocomplicado,porloquehemostenidoquecolocarflechasdepapelenelsueloindicandoelcaminoaseguirparanollevarnospordelantenada importante. Están sobre todo en los bordes, aunque hay una zonacompletamentelibrecercadelcadáver.
—Entoncesyapuedopasar,¿no?—Asíes,inspector.Se colocó un par de calzas estériles sobre los zapatos, un traje blanco
inmaculado, un par de guantes, una mascarilla en la boca y accedió a laescena.EnellayatrabajabanelsubinspectorZapataylossuyos.Alparecer,yaseencontrabantomandolasúltimasinstantáneasdelcadáverylaescena.
El salón era quizá muy típico para un tipo de su edad que vivía solo.Apenasdecoraciónylaquehabíanosepodíadefinircomomuyrefinada.Noteníaapenaslibrosenlasestanterías,salvovariasguíasdelaligaespañoladefútbolquevendíaunconocidoperiódicoyotroquehablabasobrelahistoriade Di Stéfano. Eso sí, el televisor de plasma era gigantesco. Había variosmuebles con cajones, pero parecían estar en su sitio.El robo iba perdiendofuerzacomomóvildelasesinato,siesquealgunavezlatuvo.Otracosaenlaque se fijó el inspector era la cantidad de polvo que se veía en dichasestanterías. Al parecer, la limpieza no era su fuerte. El hedor a sangre eraevidenteaunconlamascarillapuesta.
Seacercótodoloquepudoalcadáver.Ahíestaba,tiradoenelsuelo,bocaabajo, casi en el centro exacto de la habitación.Nohacía falta ser un linceparaadivinarconcasi totalseguridadlacausadelamuerte.Si losrestosdesesosderramadosunpardemetrosasualrededornolohacían—mezcladosconastillasdehuesosyalgunaqueotrapiezamásgrandeyensangrentada—,el orificio que se veía en el cuello, rojo oscurode la sangrey negropor eltejidoquemadoporloqueprobablementeeraunabala,seencargabadeello.
Lehabíandisparadoenlabasedelanuca.Nicolásanotóensulibretaqueteníaquepreguntaralosvecinossihabían
oído un disparo. Era imposible que no lo hubieran hecho. También anotócomprobarquiénesteníanlicenciadearmasenelpueblo.
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Puedequeestoayudara.Sumirada sedesvió casi de inmediatohaciadospuntosquedestacaban
porencimadelresto.Elprimerodeellos,quizáeldemenosimportancia,eraunnaipequehabíasidocolocadoencimadelaespaldadelcadáver.Aquelloletrajorecuerdossobreuncasoquehabíaestudiadoafondo,eldelconocidocomo«asesinodelabaraja».
Quienfueraquehubierahechoesto,¿pretendíaimitarlo?Podríapensarsequesí,pues tantoelnaipecomolasupuestacausadela
muerte—undisparoenlacabeza—concordabaconlasmuertesqueprovocóensudíaAlfredoGalánSotillo,perohabíaundetallequenoteníanadaqueverconestecaso.
AJavierCuliáñezlefaltabanambasmanos.Esteeraelsegundopuntoquelellamólaatención.
Con un vistazo rápido observó que no se encontraban en la mismahabitación. Nicolás imploró mentalmente para que no aparecieran con unmensajito,aunquealgoledecíaqueasísería.Tambiénmuyasupesar,estoparecía confirmarle que ambos casos estaban, de alguna manera,relacionados.
Noeracomplicadosaberconquésehabíancortadolasmanos,puesunaespeciedehachapequeña,puedeque laqueusaba Javierpara cortar carne,estabatiradaalladodelcuerpo.Estabaensangrentada,asíquenodejabalugaradudas.
Unavozfemeninasacódesuspensamientosalinspector.—¿Quépuedecontarmeenprimerasinstancias?Algirarse,vioqueunamujerdeunoscuarentaaños lehablabadesde la
puerta de la entrada al salón.Era bajita y algometida en carnes.Vestía unelegantetrajededospiezasconfaldaychaquetadeuncolorazulado.Supelo,recogidoenunmoñopordetrásdelacabeza,erarubioplatino.Unasenormesgafasdepastadecolorblancollamabanmucholaatenciónyleconferíanunaspectomoderno.Ibaacompañadaporunhombrejoven,deunostreintaañosrecién cumplidos como mucho. Se estaba colocando el mono estéril y lascalzas.Yallevabapuestalamascarillaylasgafas,porloquenopudoverlebienlacara.
—Soy la juezaTeresaFernández,del Juzgadode InstrucciónNúmero1deOrihuela—dijoestaalobservarqueNicolásnodecíanada.
—Perdone. Yo soy el inspector Nicolás Valdés —contestó esteacercándose con cuidado hacia su posición y posteriormente tendiéndole lamano.
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—Encantada.—Ella le devolvió demanera cortés el saludo—.Me hancontadoqueesustednuevoaquí,enlaComisaríaProvincialdeAlicante.
—Así es.Hace apenas unos días que llegué y ya estoymetido hasta elcuelloenunlíodenarices.—Sonriónervioso.
—Loharábien,estoysegura.Ahoracuéntemeloquesepa.Nicolástomóaireantesdehablar.Eralaprimeravezquehablabacaraa
caraconunjuezcomoresponsabledeunainvestigaciónynoqueríaparecerloqueprecisamenteera,unnovato.
—Nopuedocontarle,demomento,másdeloqueustedmismapuedever.Alparecerlamuertesehadebidoaundisparoenlabasedelcráneo.Quienlahayaprovocadohadejadounasdecorazonesysehallevadolasmanosdelavíctima.Meatrevoaaventurarquelashaseccionadoconelhachaquepuedeverahímismo.
—Perfecto,¿hatomadodeclaraciónaquienloencontró?—Demanerainformal,sí.Ahoramandaréaunagenteahacerlodeforma
oficialyselapasaráparaquelaleayfirme.Pormipartetratarédeaveriguarsiteníaalgúntipodedeudaoestabametidoenalgúntipodelíoquelehayallevado a esto. La forma de actuar se parece mucho a la de un ajuste decuentas,perolodelnaipemedesconcierta.
—¿Un imitador?—preguntó la juezaa sabiendasdea loque tratabadereferirseNicolás.
—Puedequesí.Loquenoentiendomuybieneselfindeesteacto.Habráque averiguar también cómo entró el agresor en la vivienda. Iremostrabajando habitación a habitación hasta conocer este dato. Si no hay nadaforzado,querrádecirquelavíctimaconocíaasuagresorysereduciráalgoelcírculo.
—¿Creequetienerelaciónconelincidentedeayereneltanatorio?—Es difícil de saber. Hay un nexo común, en ambos casos ha
desaparecido una parte del cadáver, pero Fernando Lorenzo se suicidó. Lasegundaautopsiaasílohaconfirmado.
—Losé,yomismalaautoricé.—Ah,pensabaque…—contestóalgoruborizado.—Le dijeron el juez y no la juez, ¿verdad? Tranquilo, me pasa
constantemente.Losañospasanylasmujerestodavíanostenemosquehacervalerparaquesimplementenosreconozcan.
Nicolássonrió.Sabíaqueteníarazón.—Porcierto,noleshepresentado.EsteeseldoctorGálvez,eselforense
deguardiaenMedicinaLegalparaestazonahoy.
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Ambosasintieronamododesaludo.NicolástratóderecordarelapellidodelotrodoctorquelepresentóeldíaanterioreldoctorLegazpi,peroprontorecordó que su apellido sonaba algo más valenciano y descartó que ya loconociera.
NicolássegiróparalocalizaraZapataconlamirada.Estabajustoalladodelcadáver,buscandoindiciossinllegaratocarlo.
—Subinspector,¿puedeactuaryaelforense?—Unminutoydejolibreestazona.Esperaronpacientesaqueelsubinspectordieraelvistobueno.Unavezlo
tuvieron, el forense comenzó a hacer su trabajo. Extrajo una grabadora delbolsillodesumonoblancoycomenzóahablar.
—EstoyenMorsconelexpedientenúmero155674—recitódememoria—. Varón, de cincuenta y cinco a sesenta años. A falta de confirmaciónoficial, su nombre es Javier Culiáñez. Yace en posición de decúbitoabdominal con brazos y piernas en extensión. En un primer vistazo seaprecian con claridad dos cosas. Una: ha recibido un disparo, al parecer aquemarropa, por el tipo de quemazón que se aprecia en la zona del cuerocabelludo. Aunque eso habrá que confirmarlo en posterior estudio. No setiene claro si la bala ha salido o no por la posición del cadáver; en ellevantamiento lo podré comprobar. Dos: le han seccionado las manos a laaltura de la muñeca. Se diría que se ha usado un hacha de carnicero. Enposterior estudiodeterminaremos siha sidoasí.Por laposicióndel cadáverprefiero no utilizar el termómetro hepático. Me guiaré por los fenómenoscadavéricosapreciablesparaaproximarlahoradelamuerte,aunqueseráenposteriorexamencuandosedataráconexactitud.
Seacercóhastaelcadáverytocósusbrazos.—Miembrossuperioresrígidos.—Tocósumandíbulayluegosuspiernas
—.Mandíbulatambién,miembrosposteriorestodavíano,aunquepareceestarcomenzando.
Levantó levemente el torso del hombre sinmoverlo de la posición y lelevantóalgolacamiseta.
—Hay lividez en el torso, lo aprecio al levantarle la camiseta.No sé sitiene los ojos abiertos y no quiero moverle la cabeza por la rigidez de sucuello,peroapostaríaaquetienelamanchaescleróticadeSommer-Larcher,debidoalrestodesignos.Confirmaciónenposteriorexamen.
Hizounapausayparecióreflexionarmientrasmirabaunrelojdemuñecaquellevabaocultotraseltrajeestéril.
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—Murió aproximadamente a las tres de la mañana, en una primeradatación.
El inspector pensó en las palabras del forense.A las tres de lamañanaalguientendríaquehaberoídoundisparo.Elestruendoerademasiadofuertey,aundurmiendo,lagentetendríaquehabersedespertadoporqueelsilencioaesashorasdebiódeacentuarladetonación.
—Yeso¿quées?Todossegiraronhaciadondelajuezaindicabaconeldedo.Encimadeunamesahabíaunsacoarrugado.Nicolásseacercóaélconextremocuidadodenopisarlazonadelimitada.—¿Hanfotografiadoesto?—preguntóengeneralalequipodeCientífica.
Alobtenervariasseñalesafirmativas,sevolvióhaciaelobjeto.Agarróel sacoconcuidadodeno fastidiarcualquier tipode indicio.Lo
giróparaobservarsiteníaalgodepeculiar.Lepareciódelomásnormal.Erade tela, le recordó a su infancia, cuando su abuelomaterno, el que no erapolicía, en el pueblo, guardaba las patatas que él mismo sembraba en unoparecido.
Loabrióconsumacautela;podíaencontrarsecualquiercosa.Sinembargoensuinteriornohabíanada.Segiróhacialajueza.—Puede que simplemente lo guardara ahí y no tenga nada que ver con
esto.Detodosmodos,seprocesaráporsicontienealgúnresto.Seloentregóaunmiembrodelequipoque,sinperdertiempo,lometióen
unabolsadeconsiderablesproporcionesyloetiquetódemanerapertinaz.—Sihanterminadoconelcuerpoenlaescena,yapuedenprocederconel
levantamiento del cadáver. Ordenaré que la furgoneta de Medicina Legalponga su parte trasera justo en la puerta de la casa, así evitaremos que losvecinostenganquecontemplarningunaimagendesagradable.
Dichoesto,salióunosinstantespararegresaracompañadadedoshombresque, con sumo cuidado, colocaron el cuerpo sin vida de Javier CuliáñezdentrodeunamortajaparasuposteriortrasladoalafurgonetaquelollevaríahastaAlicante.
Conlaescenaalgomásdespejada,elequipocriminalísticosesintiómáslibreparapoderseguirtrabajando.Nicoláslosmirabaatento,noqueríaperderdetalledeloqueveía.EltrabajodeCientíficaloapasionaba.Cuandotuvoqueelegirquécaminotomarenloprofesional,dudóduranteuntiemposiqueríaformar parte activa de la parte judicial —a la que pertenecía— o de lacientífica. Se decantó por la primera, pero no por ello había dejado de
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interesarlelaotra.Observóqueyaloestabanempolvandoprácticamentetodoconcerusa,elreactivoblancoque,porresbalamiento,revelabahuellasocultasalosojosdetodoelmundo.Tuvieroncuidadodenohacerlotodavíacercadela mesa donde habían hallado el saco, ya que aún estaba el subinspectorutilizando la técnicade luzrasante—queconsistíaenponeruna linternadeladopara,con la luznodirecta,poderencontrarobjetosadheridosalcristalcasiinvisiblesalojohumano(cabello,fibras,etc.)—sobresusuperficie.
—Tenemos el proyectil—dijo de pronto una voz que hizo queNicolássaliera de su ensimismamiento—. Estaba alojado en esa pared de ahí —comentómientrasseñalabaconsudedoíndice.
Elpolicíalososteníaconunaspinzasparamostrarloasussuperiores.—Perfecto. Fotografíelo con la pinza primero, luego con un testigo
métrico,guárdelo en labolsay sigabuscandopor si encuentra el casquillo.Esonospuedeayudarmucho.
El inspector observó un tiempomás el procedimiento de Científica. Elescenario daba para mucho, por lo que aquello iba a ser eterno. Además,quedabaprocesarelrestodelacasaaunquefueraagrandesrasgos.
—Creo que ya tengo suficiente para empezar con la investigación. Yasabencómoproceder.Jueza—segiróhaciaella—,esperopodercontarconustedpara loquevayanecesitando, intentaréresolverestecasoloantesquepueda.
—Séquelohará.Dicho esto, salió.Necesitaba algo de aire. El olor amuerte se le había
metido hasta casi el cerebro. Le era imposible cerrar los ojos y no ver laenormemanchadesangresecaquesehabíaformadoenelsuelo.
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Sábado,10deoctubrede2009,10.35h.Mors.Exteriordecasadelcarnicero
Carlos se asomó entre la muchedumbre. La gente no paraba de hablarelaborando sus propias hipótesis, cada cual más disparatada. Ya llevabamucho tiempo ahí,mezclado entre el gentío, pero losminutos volaban a lavezqueloscientosdeimágenesquesupropiacabezaelaborabasobreloqueestaríaocurriendoahídentro.Viosaliraalguien.Esperabaquefueraél.
Tuvosuerte.Loera.Unacámaradeunatelevisióncomarcal—yahabíanllegadodosunidades
detelevisióndiferentes—loenfocódirectamente.Nohabíaunreporteroparapreguntarle nada, por lo que nadie fue hasta su posición. Este caminabamirandohaciaelsuelo,alparecer,metidoensuspropiospensamientos.
Carlos se acercó hasta el punto en el que había divisado el coche quehabíaconducidoeldíaanterior,sabíaquesedirigíaallí.Cuandollegó,ambosseencontraron.
—¿Quéhapasadoahídentro?—preguntósinrodeos.Nicoláslevantólavistayvioalabogado.—Parecequememintieronalcontarmequeustedesunodelosmejores
abogados de Madrid, no sé cómo me pregunta eso. Sabe que no puedocontarlenada.
—Dígame,almenos,quenotienenadaqueverconlodemipadre.—Solopuedodecirlequeesmuyprontoparahablar—dijocontonoseco
alavezqueabríalapuertadelcoche.Carlosnonecesitóunarespuestamásconcisa.Supoenseguidaquesí,que
algotendríaquever,sinoelpolicíalehubieradicholocontrario.—Ahora, si me disculpa, tengo que ocuparme de seguir con la
investigación.—Meprometiótenermealtanto.
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Nicolás respiró profundo antes de hablar.No supo por qué, pero variasimágenes de su pasado acudieron a su cabeza. Necesitó unos cuantossegundospara serenarseydejarlasenstandby, yaque sabíaquevolverían.Comosiempre.
—Yasíloharé,soyunhombredepalabra.Peroahoranotengonadaquecontarle.Hedeirme.Tengapacienciaporqueestoparecequevaparalargo.
Dichoesto,montóenelcoche,loarrancóysalióendirecciónaAlicanteantelamiradaatónitadelabogado.
10.44h.Mors.CasadeFernandoLorenzo
Carlos llegó a casade supadre, cerró la puerta y pegó la espalda contra elcristal que tenía esta en su parte central.Acto seguido echó su cabeza paraatrás.Estabaabatido.
—¿Quécojonesestápasandoenesteputopueblo?—dijoenvozalta.Alguiensehabíacargadoalcarniceroyestabasegurodeque teníaalgo
queverconloquelehabíasucedidoasupadre.Nosabíadequémanera,peroalgoteníaquever.
¿NoeraMorselpuebloenelquenuncapasabanada?Puesestopodíaserunameracasualidad.Como ya venía siendo habitual, las preguntas empezaron a taladrar su
cerebro.Ycomotambiéneracostumbreya,lafaltaderespuestasprovocabaenélunaansiedadqueconseguíaqueelairelefaltaraensuspulmones.
¿Acasosupadreyelcarniceroteníanalgúntipoderelaciónextraalaquepodríantenercomocomercianteycomprador?
Puedequeunaamistadoalgoasí.Otodolocontrario,quiénsabía.Necesitabaaveriguarlo.Lonecesitabaya.Pensó en cómohabía salido corriendodel bar de enfrente.TantoAlicia
comosutíahabríanquedadoconlabocaabiertaantesureacción.Teníaqueinventarunaexcusaopensaríanquenoestabaensuscabales.
Pero¿esqueacasonoestabaperdiendopocoapocolacabeza?Recordó las varias sesiones de tratamiento psiquiátrico a las que hacía
años se sometió.Lamarchade su padre hizo que entrara en una espiral demalascontestaciones,denecesidaddesoledad,derebeldíaycabezoneríaquetan solo la psiquiatra supo comprender. Dio gracias a que no necesitódemasiado tiempo y rápido pudo encauzar su vida. Centró toda esa ira en
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sacarse la carrera con honores para, después de las prácticas comobecario,montarsupropiobufetedelanadaycrearloqueahoraeracasiunimperio.Nosediocuenta,perosumáximaenlavidaeralogrartodoloquesupadrehabíalogradoperonodestrozarlo,comoélhizo.
Pensado así, podía parecer que casi no le había costado esfuerzoconseguirlo,perolociertoeraquehabíatrabajadoysudadocomonadieparallegaralpuntoenelqueestaba.Lomaloesquesedabacuentadequetodoestonoimportabaahora,eneselugar,enaquellasituación.Allínoeranada,no era nadie.Ni siquiera llegaba a peón en un tablero de ajedrez con unasnormasdejuegoquenocomprendía.
Saliódeesospensamientos.Noalcanzabaaentenderporqué losestabateniendoenunmomentocomoaquel.Acababandeasesinar aunhombreyposiblemente todo aquello tenía relación con lo que le había sucedido a supadre.
Quizásíestuvieravolviéndoseloco.Puedequeestuvieranegando sentimientosque se agolpaban tratandode
salir a la luz, sentimientos que estaban removiendo su barrera emocional yque pugnaban por dominar una indiferencia que intentaba ser la ganadora,peroquepocoapocoperdíafuerza.
Fuera como fuese, necesitaba averiguar qué relación podía tener elPancetasconsupadre.Noteníaniideadecómohacerlo,peroahíteníaqueestarlaclavedetodo.
11.15h.Alicante.ComisaríaProvincialdelaPolicíaNacional
Nadamásllegar,Nicolásfuedirectoaldespachodesujefe.—Adelante—contestóeste.Elinspectorentróytomóasiento.—Cuéntemecómohaidolainspecciónocular—quisosabersujefe.Nicolásselorelatótodoconpelosyseñales.—Vaya—comentóelinspectorjefemientrasserascabadetrásdelaoreja
—.Reconozcoquehaconseguidoquesemeericeelvello.Veoqueyasabepordóndeempezar,almenos.Compruebetodoloquemehacomentadodel«asesinodelabaraja».Nosésiserácasualonoshasalidounimitador.Nuncamehe enfrentado a algoparecido, perohe leídoque, enmuchasocasiones,simplementelohacenparadespistar.Necesitoqueinvestiguesobretodoesto.
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—Se recostó en su asiento—.Noquiero sonar repetitivo, pero este casohacrecidodemasiadoparaunnovatocomousted,¿podrá?
—Podréy,disculpelaimpertinencia,nonecesitoquecadadosportresmeestépreguntandosiestoybienysielcasonoesdemasiadograndeparamí—contestó tratandodeocultaralgosumolestia,peroa lavezsonando todo loclaro que pretendía. Entendía las reticencias de su jefe, aunque no podíaseguirasí.
Elinspectorjefepareciódudarunosinstantes.Alfinalhabló.—Estábien,sinecesitacualquiercosa,yasabe,nilodude.Hombres,más
medios, sin pasarse, pero atrape a quien haya hecho esto. Necesito, sobretodo, que averigüe si el autor del crimen ha sido una persona cuidadosa otorpe.Estopodríacambiarlotodo.
Nicolásasintióaltiempoqueseechabaparadelanteantesdecontestar.—Verá,enrealidad,sínecesitoalgo…Másbien,aalguien…
11.25h.Alicante.ComisaríaProvincialdelaPolicíaNacional
—Nosésidartelasgraciasounahostia.NicolássonrióalavezqueayudabaaAlfonsoajuntarlamesadeestecon
lasuyapropia,unaenfrentedelaotra.—¿Nodecíasqueyoeraunafortunadoportrabajarenuncasoasí?—Ya,perounacosaesquemedenuncasocomoeltuyoyotraesqueme
conviertaentuayudante,mamón.—Notienesquesermiayudante,trabajaremoscodoconcodo.—Puesnoesesoloquehadichoelremilgadodeldespacho.«Gutiérrez,
Valdésmehapedidosucolaboraciónenestecaso.Apartirdeahoratrabajaráconél.Esbuenosiempreestablecerunajerarquíaencadagrupo,por loquenodaráunpasosinqueloautoriceValdés,queasuvezmeconsultaráamí.¿Entendido?»—repitióAlfonsoimitandolarudavozdelinspectorjefe.
—No lehagas caso.Lode la jerarquía esuna idiotez.Ya sabesque lesgustadefinirbienlasvocesdemandoencadacosaquehacen.Aunqueluego,en realidad, todos quieren mandar y no manda nadie. Si le he pedido quetrabajemos juntos es porque sé de lo que eres capaz. Esto me quedademasiadogrande.
Alfonsolomiróyaprovechóparaanalizarlaexpresióndesurostro.—¿Espor…eso…?—preguntóesperandoqueNicolásnosemolestara.
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—No lo sé, supongoque esunamezclade loquepasó conque soyunnovatoentodoesto.Reconozcoqueestoymásnerviosodeloquedebería.
—Pues,tío,nodeberíasestarlo.Yocreoquevalesdesobra.Ysitúeresnovato,quealmenosyahaspisadolacalle,imaginayo,quenohesalidodeaquíentresdías.
—Tampocoexageresconestoúltimo.Y,sobrelootro,ya,¿túquémevasadecir?Ybueno,supongoquenodeberíaestarnervioso.Deberíarelajarmeparaasípodercentrarmeentodaestamierda.Alfinyalcabo,yoheelegidoesto.
Alfonsoasintió.—Bueno—añadióesteúltimo—,peroreconocelaverdaderarazónporla
quemehaselegido.—Sorpréndeme.—Levantóunaceja.—Estáshasta loshuevosdeconducir,quieres irdecopilotoyqueyo te
lleveatodoslados.Nicolássonrióalavezquecolocabaenlínealasmesas.Yaestabanlistosparaponerseatrabajarjuntos.—Puesusteddirá,jefe.—Alfonsorecalcóconsornaestaúltimapalabra.—Centrémonosprimeroenelentornodelcarnicero.Averigüemossitenía
algún tipo de antecedente. Esto puede que nos haga comprender un pocomejorporquéhasucedidotodoesto.
AlfonsoasintiómientrasabríalabasededatosdePERPOLparabuscarsiteníapasadodelictivo.
—LosdeCientíficasiguenenlacasa,hanenviadounaremesadeindiciosa laboratorio para que las cadenas de custodia se cumplan, pero todavía noestándisponibles.Lesquedamuchotiempoallí.Asíquevoyatranscribir ladeclaracióndeltestigoqueloencontró,aunquesiprefiereshacerlotú…
—No,soytusubordinado,notusecretaria.Venga,dale.Trasunosinstantesobservandolapantalla,Alfonsohabló.—¿Cómodicesquesellamabasuamigo?Nicolás había dejado para lo último apuntar el nombre y apellidos del
testigo—asícomosuDNI,direcciónyotrosdatosdeinterés—.Esporestoquetuvoqueleersusnotasparaencontrarlo.
—Espera,aquí.SellamaRodolfo…—¿PérezMarhuenda?—Sí—contestóNicolásextrañado—.¿Cómolosabes?—Porquealparecernofuedeltodosincerocontigo.Mira.
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Nicolásse levantódesuasientoysecolocófrentea lapantalladelotroinspector.
EchóunvistazoaloqueAlfonsoindicabaconeldedo.—HayvariasdenunciasporpartedeRodolfo…—comentóNicoláspara
símismo—.Tres sonpor agresiones,unadeellasporquediceque lehabíarobadomileuros.Interesante.
—Bien,puesahí lo tienes.Ladenunciaporrobodatadehacemenosdeunmes.Siestonotepareceunmóvil…
—Nosé,hayalgoquenomeencajaentodoesto.—Joder, Nicolás, no me jodas. No empieces. ¿Qué no te encaja? El
carnicero le debía dinero porque, según el otro, le había robadomil euros.Este va a cobrárselos a su casa y se lo carga. En un último instante, se dacuenta de lo que ha hecho y de lo que le puede pasar si la justicia le caeencima,porloquedecideimitaraunfamosoasesinoenserieparadespistar.Comonoesmuyavispado,recuerdaalúltimoquehuboaquíenEspaña,«elasesinodelabaraja»,ysevaasucasaacogerunacartaconlaquesolíajugarelchinchón.Estoysegurodequesivamosyrebuscamos,nosencontraremosel resto de los naipes y faltará el que habéis encontrado en la escena. Unchapuzas,loqueyotediga.
—¿Yporquésellevalasmanos,segúntú?—Yyoquesé,lohabráhechoparatocarseconellaporlasnoches,nosé.
Haygentemuyrara.—Sigodiciendoqueaquíhayalgoquenomeencaja.Cuandohabléconél
nodabaelperfildehaberpodidocometeruncrimenasí.Parecía,nosé,pocacosa.Senecesitafrialdadparacometerlo.
—¿Yquiénsídaelperfil?EstonoesHollywood,Nicolás.Nosetratadequeseaunperturbadodequienabusaronsuspadresyquetieneelcadáverdesuabuelamomificadoeneltrastero.Setratadealguienque,enunarrebatodeira,se lahaidolamanoyahoratratadeocultarlo.Además,sihablamosdefrialdad,podríamossuponerquecon lamismaquehacometidoelasesinatopodríahabertementidoati.Refútameeso,anda.
Nopudo.—Detodosmodos,dudodequesupieraalgodelincidenteconlosojosde
Fernando Lorenzo —insistió Nicolás—. ¿No es demasiada casualidad dosmutilacionesentanpocoespaciodetiempo?
—Túlohasdicho,podríaserunacasualidad.Además,¿nohubierasidomáslógicoquesehubierallevadolosojosencasodeestarenlocierto?¿Porquélasmanos?Queno,queesteesunlisto,queyoentiendodeeso.
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Nicolás quedó pensativo durante unos instantes tras las palabras deAlfonso.
—Sea como sea, vamos a tener quehacerle unavisita para preguntarle.No tenemos ninguna prueba contra él. A ver cómo reacciona ante laspreguntas.
—Vale,yoselasharé—dijoelinspectorGutiérrez.—No,queteconozco.Eresmásbrutoqueunarao.—Bueno,ahoralohablamos.Vamosparaelcoche,anda,LuisMoya.Nicolásechólacabezaparaatrásysuspiró.—¿Qué?—quisosaberAlfonsomientrasselevantabadesuasiento.—Que esto acaba de empezar y ya estoy harto de tanto viajecito a ese
pueblo.Medaunmalrolloimpresionante.
12.31h.Mors.CasadeRodolfoPérez
Nicolás acababa de salir de la casa del carnicero. El equipo de Científicaseguía conelprocesamientode todoel inmuebley estequeríaqueAlfonsoviera con sus propios ojos el escenario. No había ninguna novedad queremarcar. Lo que sí llamaba la atención es que no hubiera señales deforzamiento enningunode los accesos.La teoríadeque lavíctimahubieraabiertolapuertaasuasesinocobrabamásfuerza.
Esto,asuvez,hacíacadavezmásinteresantelacharlaqueibanateneracontinuación.
El inspector tocóel timbrede la casadeRodolfo.Esperópacienteunosinstantes.Advirtióquepor lamirilla alguien losobservaba.Lapersonaqueestabadentrosepercatódeestoynotuvomásremedioqueabrir.
—¿Necesitanalgomás?—preguntóelhombreconsemblanteserio.—LepresentoalinspectorAlfonsoGutiérrez.Nosésimehepresentado
antescuandohemoshablado.SoyelinspectorNicolásValdés.Le tendió lamano. Tuvo que esperar unos segundos hasta queRodolfo
decidieradársela.—¿Quéquieren?—Tenemosalgunaspreguntasquehacerle.—Yaleshecontadotodo.Estoysegurodequenosemehaolvidadonada
sobrecómoheencontradoaJavi.Ahora,sinolesimporta,megustaríaestar
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solo, con mis cosas. No me apetece hablar con nadie. No tengo más quecontar.
—Ya…noeseso.Setratadeotrotipodepreguntas.ElrostrodeRodolfocambióvisiblemente.—¿Cómoquierequeselodiga?Notengonadaquecontarles.Nada.Ysi
no les importa, nome encuentro demasiadobien, en la ambulanciamehandadonoséquémierdayestoyalgomareado.Necesitodescansar.Eldíaestáresultandoserunaputamierda.
Dicho esto, trató de cerrar la puerta. Alfonso, al ver elmovimiento, seanticipóycolocósupieparaquelapuertanopudieracerrarsedeltodo.Unavezloimpidió,diounpasoalfrente.
—Verá —dijo—, esto lo podemos hacer de dos maneras. O bien nosinvita a pasar y charlamos como amigos o nuestra relación pasa a ser depolicía-detenido.Hemosencontradoalgunascosasquepuedenhacerleviajara comisaría. No creo que en el juzgado se opongan a dictar una orden dedetencióncontraustedbasándoseenloqueyatenemos.Usteddecide.
Elhombreapretó lamandíbulay,conunaevidente resignación, soltó lapuertadandomediavueltaypasandoalinterior.
Ambos policías entraron. Nicolás cerró la puerta a sus espaldas, muysorprendido por el método hollywoodiense que había empleado su amigo.Paraqueluegodijeraqueaquellonoseparecíaaunapelícula.
Rodolfoentróensusalónparaactoseguidotomarasientoenunsillóndecolorverdealgoapagado.Sureposoenélfuetotal.Tantoquecerrólosojos,parapasmodelosdosinspectores.
—Tomenasiento.Ustedesdirán.Ambos obedecieron. Nicolás no pudo evitar echar un vistazo a su
alrededorysorprenderseporlasimilituddeaquelsalónconeldelcarnicero.Denoserporunospequeñosdetalles,hubierajuradoqueseencontrabaenlaescenadel crimen.Parecía serque ese era el estiloque se llevaba entre lossolteros «de tres pares de cojones» —según había definido Rodolfo alcarniceroesamismamañana.
—Bien. —Nicolás tomó la palabra—. No sé por qué ha omitido estamañana que había tenido problemas con Javier Culiáñez. Nos constan tresdenuncias.Ensudeclaraciónhabíadichoqueerasumejoramigo.Yo,amimejor amigo no lo denunciaría en comisaría, intentaría hablar las cosas yresolverlasdeunmodocivilizado.
Rodolfosonriólevementeantesdehablaralmismotiempoqueabríalosojos.
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—Asíqueeraeso.Esasdenuncias sonunagilipollez.Si se laspuse fuepara darle un escarmiento, no para otra cosa. Sí, es mi mejor amigo, perotiene…tenía…unamalahostiacasitangrandecomoél.Habíadíasquenospasábamosconlabotellayaélseleibalacabeza.Discutíamosportonterías,pero siempre acababa metiéndome un par de hostias. Era un animal muybruto. Llegó un punto en el que me cansé de esto. Pensaba que con lasdenunciasselequitaríanlasganasdevolverahacerlo.Perono.Siemprequebebíamos,igual.
AlfonsomiróaNicolás,extrañadoanteestadeclaración.—Aver.Yhaciendousodeunalógicaaplastante…¿Habíanpensadono
ponersehastaarribadealcoholparaevitarestosconflictos?Rodolfosonrió.—¿Qué otra cosa nos quedaba? Por favor, miren a su alrededor. ¿Les
parece que esto es una casa de una persona feliz? Emborrachándonos yyéndonosdeputasnosengañábamospensandoqueteníamosunavidamejor.Sé que no lo van a entender, ustedes dos son policías y esto debe de seremocionantede lahostia.Detrás todoeldíade losmalos.Peronosotrosnoteníamosnadadeesto.Vivimosenunpueblodemierda,ganamosunamierdade dinero y las mujeres no se acercan a nosotros ni aunque tuviésemos lapichadeoro.Bueno,acercársenossenosacercaban,perodentrodelputiclub.Ysí,sisenosibalamanoconlosgin-tonics,acabábamosahostiasyyaestá.Tampoco creo que sea algo tan grave. Somos amigos, copón. Éramos —rectificó.
Nicolásnodabacréditoaloqueoía.—Pero¿quéson?¿Niños?Nopuedehablarenserio.—Puesmire,sinoloquiereentendernolohaga,peroesasí.—¿Yladenunciaporelrobodelosmileuros?—Yolosteníaescondidosyundía,sinmás,noestaban.Eranmisahorros,
nodemasiado,comove,perotengoquereconocerqueesporquenomesueloprivardenada.Puseladenunciaporquesolopodíaserélelqueseloshubierallevado. Aquí no ha entrado nadie, nada más que él. Pensé que así searrepentiríaymelosacabaríadevolviendo.Perono.Fueunhijodeputahastaelúltimomomento.
—¿Ypor esodecidiócobrárselosustedmismo?—preguntóAlfonso sinmiramientos.
Nicolásleechóunamiradainquisitiva.Yasehabíapasado.—¿Qué coño insinúa? ¿Eh? ¡¿Qué coño insinúa?! —comenzó a gritar
mientrasselevantabadelsillón.
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—Cálmese,porfavor.—Nicolásintentórebajarlatensión—.Disculpelabrusquedaddemicompañero.Necesitoquemecuentequéhacíaanocheentrelasdosylascuatrodelamañana.
—Tendríaquemandarlos a tomarpor el culo,peromire, llevanplacayseguroquenoacababienlacosa.AsíquelediréqueestuveenelclubPinkLadies,esunlocalquehayenlacarreteranacionaldeAlicanteaGuardamardel Segura. Pueden preguntar ahí, siempre estoy con Lorelei, una putacolombiana de tetas caídas que no es gran cosa, pero complace por pocodinero.Hastalasseisdelamañananohevueltoacasa.Meheacostadounahoraymehelevantadopeorqueestaba.AhíhasidocuandoheidoacasadeJavi.
—Entonces,nohabráoídoeldisparoninadaparecido.—Yalehedichoquenoestuveporaquí.Enserio,siquieren lesdoyel
númeroyllamanyamismo,delantedemí.Nicolás miró a Alfonso. Aquello no llevaba a ninguna parte.
Comprobaríansucoartada,queseguramenteseríacierta,ypocomás.—Una última pregunta. ¿Sabe si Javier estaba metido en algún lío de
drogasodejuego?Algoquepudieratraerunaconsecuenciacomoesta.Sierasumejoramigo,debedesaberalgo.
—Noqueyosepa.Noalgogordo,quierodecir.Javiechabaalgunoseurosa las tragaperras. Con las drogas había tonteado lo justo, alguna vez noshabíamosmetidoalgúntirodecocaenalgunaqueotrasalida,yasabe,paraanimarnos un poco. Pero no pasábamos de eso. Somos viejos, ¿sabe? Esopodía jodernosyacabar reventándonoselcorazón.Queyosepa,ni ledebíanada a nadie ni tenía líos así gordos. Alguna pelea con dos hostias de pormediodevezencuando,peronormalmenteacababallorandoabrazadodelapersonaalaquehabíapegado.
Nicolásrespiróhondo.Noteníamáspreguntas.—Está bien. Si recuerda algo más, algo que crea que debamos saber,
díganoslo.Rodolfoselimitóaasentir.Actoseguidoacompañóalosdosinspectores
hasta la puerta. Cuando salieron de la vivienda, pegó su espalda contra lamadera y suspirómuyhondo.Tocó su bolsillo para comprobar que losmileurosseguíanahí.
No estaba bien lo que había hecho, desde luego, pero por su amigo nopodíahacernadamás.Asíquecuandoloencontróenesascircunstancias,loprimeroquehizofuedirigirsealúnicolugarenelquepodríatenerescondido
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eldinero.Trascomprobar su suertey recuperarlo, llamóal112, talycomohabíarelatado.
Esperó que recuperar lo que era suyo no le trajera problemas y loincriminaranporalgoqueélnohabíahecho.
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Sábado,10deoctubrede2009,12.51h.Mors.BardeAdela
Carlosentródenuevoenelbar.AliciaestabapasandounpañoporuncristalyAdeladespedíaaunoshombresque salíancharlandoanimadamenteentresí.Elabogadoseextrañódeque, tras loocurrido,alguienpudieramantenerunaactitudtandespreocupada.Élnopodía,aunquetratabadedisimularlo.
No sabía qué cara poner. Durante los últimos dos minutos se habíadedicadoaensayarlaexcusaparajustificarsuhuida,peroalentrarenellocalsehabíaquedadoenblanco.Noservíaparajugaralpóquer.
—Hola,señorLorenzo—seadelantóAliciaalverqueesteteníacaradenosaberquédecir.
—Hola…Sientolodeantes…yporfavor,llámameCarlos.—No tienes que disculparte —intervino Adela, que ahora estaba
ordenandounasbandejasmetálicasqueteníacolocadasdentrodeunpequeñorefrigeradortransparenteencimadelabarra—,escomprensible.Despuésdelamuertedetupadreesnormalqueestascosasteimpactendeestamanera.Yo todavía no puedo creer que esto esté sucediendo de verdad. Aquí laspersonasmuerendeviejas,¿meentiendes?Nosésimeequivoco,peronuncaanteshabíamos tenidounsuicidioyun…loquesea…—Lamujer tratódeevitar nombrar la palabra, puede que le sonara demasiado fuerte—. ¿Se hadichoalgocercadelacasadelcarnicero?¿Hayalgonuevo?
Carlosnegóconlacabezaapretandoloslabios.Agradeciómentalmentealamujerelhaberlosacadodeaquelembrollodeexplicacionesabsurdas.
—Espero que haya sido un hecho aislado y el mal no haya venido anuestropequeñopueblo.
—Tía,nodigastonterías—comentóAliciasindejardelimpiarelcristal.—Nosontonterías,recuerdaelprogramaesedelatelequevimosdelos
misterios. Muchas veces el mal llega a un lugar y comienzan a pasar
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desgraciascomoesta.Nomedirásquenoesextrañoquehayapasado todoestoentanpocotiempo.¿Casualidad?Yonocreoeneso.Creoenelbienyelmal.Yaquí,ahora,hayalgomalo,entrenosotros.Además,haceunosaños,tuabuelamecontóunahistoria sobreunmalparecidoqueacabóconmuchosniñosentodaestazona.MecontóquetuvieronquevenirvariossanterosdefueradeEspañaporqueningunodelosdeaquíestabacapacitadoparaacabarconél.Lescostó,peroalfinalloconsiguieron.Puedequesealomismo.
—Tía, en serio, ¿nohaspensadoque igual fueuna epidemiade algo loqueacabóconesosniños?
—No,Alicia.Claroquenolocreo.Además,encasodeserlo,¿quéhizoquellegaraaquí?Unmalsuperior.Créemeporquesédeloquehablo.
Carlos la miraba sin pestañear. No sabía qué contestarle porque ni élmismo sabía qué pensar o creer. Todo lo que estaba sucediendo lo estabadejandonoqueadomentalmente.Decidiócambiardetema,eralomejor.
—Que sea lo que tenga que ser —dijo—. Lo único que quería eradisculparmepormiactituddeantes.Ahoramevoy,quequerríapasarporlatiendaallevarmeunascosasquenecesitoparalosdíasquepasaréaquí.
Aliciadejóloqueestabahaciendoysedirigióalabogado.—Yotambiéntengoqueiraporunpardecosas.Siquieres,teacompaño.
Merche, la dueñade la tienda, esunpocobrusca con losdesconocidos, asíquesiteveconmigoseguroquetetratamejor.
Carlosnosupoquédeciranteelofrecimiento.Élhabíaestadoenlatiendayno lehabíadadoesa impresión,perosiella lodecía,esque teníaquesercierto. Asintió tarde, ya que la joven ya se había acercado hasta él y loesperabaparaqueecharanaandar.SedespidiódeAdelalevantandosumanoderecha.
Salierondelbaryfuerondirectosalatienda.Apesardelapocadistanciaque separaba ambos negocios, al abogado se le hizo eterna, pues leincomodabairconlamuchachaynotenernadadequehablar.Noesquenohubieratemasensí,esqueenverdadnoleapetecíademasiado.
Cuando llegaron,Alicia se ofreció voluntaria para buscar las cosas queCarlosleibadiciendoquenecesitaba.
Al mismo tiempo, Carlos fue dictándosementalmente lo que creía quepodíahacerfaltaencasadesupadre.Estenoteníadenada,casiniproductosde limpieza. Él no era un especialista en tareas del hogar, apenas sabíaprepararse un par de comidas sencillas; y en cuestión de limpieza y orden,hacerse,comomucho,lacama.SedejóaconsejarporAliciaenestesentido,
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llegando a llenar seis bolsas de plástico grandes entre comida y otrosproductosnecesarios.
—Tengoquellevarmelamitadyvolveraporlaotra—comentónadamáspagarmientrasmirabapreocupadolacantidaddebolsas.
—No,paranada,yoteayudoallevarlasatucasa.Nomecuestanada—dijoAlicia,queseadelantóyagarródosdelasmáspesadas.
—Pero…—Nada.Carlos sonrió con sinceridad. Una de las primeras veces que lo hacía
desde que había llegado a ese pueblo. Agarró las otras cuatro y saliódespidiéndosede la tendera,queasuvezsonreía también.Aélno lehabíaparecidounamujerdifícil,desdeluego.
Elabogadoabriólapuertadelacasadesupadreydejópasarprimeroalamuchacha.Pasóéldespuésycerró.
—¿Dóndelasdejo?—quisosaberlajoven.—En la cocina mismo, ya me encargo yo de ordenarlo todo. Soy un
poquito maniático con el orden, así que más vale que coloque cada cosadondemicabezadigaopuedoacabarvolviéndomeloco.
Aliciasonrióanteelcomentario.—Puesperdonaqueseatanbrusca,perosiconloquehapasadonotehas
vueltoya,nadaloconseguirá.Yonosécómoactuaríaentusituación.Carlos no dijo nada. Quiso contestar, pero no encontró el impulso
necesarioparapoderhacerlo.Comenzaronaandarhacialacocina.—Tienesqueperdonarami tía—comentó la jovensinveniracuentoe
insistiendoenentablarunaconversación.—¿Cómo?—Poresoquedicedelodelmalyesaschorradas.Estámuyafectadapor
lo que está pasando, todos lo estamos. Tiene razón en eso de que enMorsnuncaocurrenada.Ymiratúpordónde.Noestamosacostumbradosaestascosas.
—Creoquenadiepodríaestaracostumbrado,aunquelasvieraadiario.Dejaronlasbolsasencimadelamesadelacocina.—¿Aquétededicas?—preguntólajoven.—Soyabogado.—Vaya, entonces, tú eres de ese grupo que has nombrado, ¿no? Por tu
trabajo las verás a diario.Ahora se explica que puedas seguir adelante conesto.
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—No. No te creas. Sí, he visto asesinatos, he defendido a familias devíctimas,perotambiénalosmismísimosasesinos.
Alicialomiróconlosojosmuyabiertos.—Nomemiresasí—continuó—,esmitrabajohacerlo.Además,hiceun
juramentealacabarlacarreraquemeobligamoralmenteahacerlo.Unacosaesloprofesional,otramuydistintaloqueyopienseenrealidaddelapersonaalaquemehatocadodefender.Hepasadoauténticasangustiasmentalesensegúnquécasos.Por suertehan sidopocas lasvecesquemehe tenidoqueencargardedefenderaunasesino.Noessencillo.Normalmentemecontratanpersonas adineradas de la capital y alrededores para asuntos de divorcios,herencias y cosas así.Aunque te aseguro que en algunos casos de ese tipotambiénsepasamal.Perobueno, si tedigo laverdad,heaprendidoacrearunabarreraquemeimpiderebasarlopersonalymepermitecentrarmeenmitrabajo.
—Vamos,quetutrabajoesunamierda.Carlossonrió.—Para nada. Lo adoro. Además, ¿existe la ocupación perfecta? Todo
tienesusprosysuscontras.—Viendoelcochequeconduces,supongoqueeseseráunodelospros.Carlosahorario.—Seganadinero,nomepuedoquejar.Peronoloheganadodelanochea
lamañana,hetratadodelabrarmeunareputación.Hansidomuchosañosdesacrificio y mucho sudor. Ahora es cuando por fin puedo dormir por lasnoches.Bueno…hastahaceunosdías…
Aliciaagachólacabeza,entendíaaquésereferíaCarlos.Eltimbresonó.Carlos miró extrañado hacia la puerta. Evidentemente no esperaba a
nadie.Lasúnicaspersonasque se leocurríanerano lospolicíaso la tíadeAlicia.
—Teacompañoarecibiraquiénseaymemarchoalbarconmitía.Sinovoy pronto, así como se están poniendo las cosas, hoy puede que le dé unataquealcorazón.
FueronhacialapuertayCarlosabrió.Unjovencongorragrisynaranjayunpolodelmismocolor le sonrió.Llevabaunpaqueteen lamano.Eradelservicioultraexprésdeunaagenciadetransporte.
—JoderconGala…Estoeseficiencia…—soltóenvozbajasinentendermuybiencómolehabíadadotiempo.Eramaterialmenteimposible.
—¿CarlosLorenzo?—preguntóelmuchacho.
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—Asíes.—¿Me firma aquí y me escribe su DNI, por favor? —dijo mientras
señalabaunaPDA.Carlosobedecióyenpocossegundoscumplióconlapetición.Elchavalle
entregóelpaquete,despuéselresguardoyvolviópordondehabíavenido.ElabogadomiróaAliciaylemostróelpaquete.—Ropa.MelahaenviadoGala,unacompañeradetrabajo.—Puespocatehaenviado.Carlos miró el paquete y comprendió lo que Alicia le decía. No era
demasiado grande, la verdad. Bueno, algo cabría, pero desde luego nodemasiada ropa. ¿Serían solo sus calzoncillos? ¿Habría mandado dospaquetes y el otro todavía estaba por llegar? Aquello desde luego pesabapoco.
Extrañado,dejóelpaqueteenelsueloytiródelacintaadhesivahastaquelaarrancó,llevándoseunpequeñorastrodecartónconella.Abriólassolapas.Dentrohabíamuchoplásticodeburbujas,comoelqueseusabaparaenvolverobjetosdelicados.
Carlos empezó a sacarlo despacio, pues ya no creía que dentro hubieracalzoncillos.Puedequefueraalgofrágil,poreltipodeenvoltorio.Encasodeserasí,noqueríaqueserompiera.
Ambosmiraronelinterior.Aliciaemitiótalgritoqueseoyó,prácticamente,entodoelpueblo.
13.29h.Alicante.ComisaríaProvincialdelaPolicíaNacional
—Esunputoasesinoenserie.Alfonso se había levantado a buscar aguapara ambosmascullando esas
palabras. Sentía algo inexplicable en el estómago, pero desde luego no erauna sensación agradable.Era lamismaque llevaba sintiendoNicolás desdequehabíaentradoenelcaso.
Había mandado a un subinspector junto a la mitad del equipo deCientíficaque todavía se encontrabaallí, enMors.Teníademasiado trabajopordelanteparainvestigaryelviajesoloibaaretrasarlomás.Además,sabíade sobraque, eneste caso,no iba adilucidarnada.Todoestabademasiadoclaro.
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No debían de tardar demasiado en llegar a la casa del abogado; teníanórdenestajantesdeenviarlasfotosdeloqueencontraranenseguida.AunqueNicolásyasehabíahechounaideamental.
Despuésdeesto,lasmanosseríanenviadasaMedicinaLegalparainiciarlacorrespondienteinvestigación.Elcadáveryadeberíaestarcasilistoparalaautopsia, que otra vez se haría en caliente, por lo que Nicolás esperaba lacorrespondiente llamada para salir por piernas.Que la autopsia se realizaraesemismodíateníaundoblesignificadoparaNicolás,yaqueentendióquelajuezahabíaotorgadoalcasounaespecialrelevancia.Primero,pornoesperaraldíasiguienteparaconocer losdetallesquepudieraarrojarelcuerpoen lamesa metálica; segundo, porque era sábado y esto, en el IML de Alicantesignificabaquenadadeautopsiashastalunes.Agradeciómentalmentequelamagistrada hubiera acelerado el proceso porque, por el cariz que estabatomando todo aquello, parecía que el tiempo era una piezamuy importantedentrodelapartida.
AlfonsoregresóconunabotelladeBezoyabajolaaxila.Lahabíasacadodelamáquinaquehabíajustoalladodelasescaleras.Nicolásfueelprimeroen beber un sorbo. Tenía la boca seca por el evidente nerviosismo que lerecorríaelcuerpo.TrashacerlomismoAlfonso,volvióatomarasientoparasimular que ambos estaban haciendo algo con sus ordenadores porque, enrealidad,ningunodelosdospodíaconcentrarseennada.Solopensabanenloqueacababadesucederyenqueojalállegaraprontoelmailconlasfotosparapoderverloconsusojos.
UnzumbidoprovenientedelosaltavocesdelPCdelinspectorValdéshizoqueelnudodelestómagosehicieramásevidenteenlosdos.
Alfonso se levantó, agarró la silla y la empujó hasta llevarla al lado deNicolás.Esteabrióelmail.Eraelqueesperaba,delsubinspectorGaloa,queeraelqueseestabaocupandodelainspecciónocular.
Descargólasdieciochofotografíasyabriólaprimera.Laimagenqueteníanenmenteseparecíamuchoaloqueveíansusojos.
Lacajadecartónestabaabiertacon lassolapashaciaarriba.Unplásticodeburbujasensangrentadoenvolvíaalgoque,hacíaunashoras,seguroqueteníauntonoalgomenosmorado.Eranlassupuestasmanosdelcarnicero.
Nicolás suspiró almismo tiempo que comenzaba a pasar fotos tomadasdesdedistintosángulos.Sedetuvoen loque le interesaba.Unanota,de lasmismasdimensionesquelahalladaenelparquejuntoalosojosdelpadredelabogado.Enella,manuscritotambién,sepodíaleerelsiguientemensaje:
Estasmanos,lotocarontodo.
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Elinspectordioundurogolpeconelpuñoenelescritorio,haciendoqueotrodesuscompañeros,queenesemomentoestabanensuscosas,segirarahaciaelpuntoenelquelosdostrabajaban.
Alfonso levantó la vista y vio que los miraban como a bichos raros.Todavíanohabíanestablecidolazos,apartedelsaludoderigorcadavezqueseveían,ynoqueríaquepensarandeellosqueestabanlocos.
—Tranquilízate, coño. Si perdemos la calma, lo perdemos todo —comentóAlfonsoconeltonomássosegadoquefuecapazdeencontrar.
—¿Cómoquieresquemecalme?¿Cómonosenfrentamosaesto?—Estamos preparados, Nicolás. Quien coño esté haciendo esto quiere
jugar. ¿No?Pues juguemos.Pero tenemosque ser capaces de ver toda estamierdaconperspectiva.Sinosofuscamos,yatedigoyoloúnicoquevamosaconseguir.Ynoesnadabueno,no.
—No, Alfonso, no te equivoques. No estamos preparados. ¿Cómo lovamosaestarparaunasesinoenserie?Tío,queacabamosdeempezar,comoaquelquedice.
—Vale, coño, pero no somos novatos en la policía. Tú ya tienesexperienciaenesto…—Cuandosediocuentadeloquehabíadicho, lavozdeAlfonsoseapagó—.Losiento.
—No,daigual,nolosientas.Sí,algosé,peronoeramiresponsabilidaddetenerlo,yalosabes.Ahoraesdiferente.
—Bueno,aver,míralodesdeotraperspectiva.Tío,nomealegroporlasmuertes, pero ¿qué probabilidades hay de que un inspector de la PolicíaNacional se tope conun asesino en serie?Nulas.Estono es como la gentepiensa.NomedigasquenosoñabasconestaralfrentedeuncasoasícuandoveíaspelículascomoSeven,Resurrecciónytodasesasquetegustantanto.
—¿Eres tonto, tío?Queeso sonpelículas,mongolo.Estoes la realidad.Además, una cosa es imaginar yotrabiendistintavernos aquímetidos.Yovoyahablarconeljefe,queledenelputocasoaunodelosveteranos.
Hizoelamagodelevantarse,peroAlfonsoloagarródelbrazoyloobligóapermanecersentado.
—Estate quieto ahí, cojones. O te doy dos hostias. Sabes que lo haré.¿Cómo coñovas a rechazar el caso después de haber insistido en que sí loquerías?¿Quépretendes?¿Serelhazmerreírdeestacomisaría?¿De toda laPolicía?Vamosacentrarnosyyaestá,peroelcasoestuyo.Nuestro.Comoloquierasdecir.
Nicolásrespirabaacelerado,estabaalbordedeunataquedeansiedad.Sehabíaestadopreparandoduroparaunmomentocomoaquel,perolateoríano
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teníanadaqueverconlapráctica.Ahorahabíavidashumanasdepormedio.Sihabíaunasesinoenserieinvolucradoenelcaso,podríamorirmásgente.¿Cómoibaaevitaresto?
—Estábien,centrémonos—dijosinhabersecalmadodemasiado—.¿Quéesloquerealmentetenemos?
—Varias cosas. Primero, que no sabemos que sea un asesino en serie.Recuerdaladefiniciónqueaprendimosenlaacademia:unasesinoenserieesaquelqueacabaconlavida…
—…detresomáspersonas,dejandountiempodeenfriamientoyenunlapsode tiempomayor a unmes.Vale,Alfonso, esto ya lo sé, peronomejodas,esaloquehueletodoesto.Además,túmismolohasdicho.
—Ya,aver, esblancoy sabea leche,peroni se teocurraponeren losinformes que es un asesino en serie. No todavía. Aunque si quieres, entrenosotros,lollamaremosasí.
—Vale.¿Quémáscosas?—Puesqueconestoqueacabadeocurrirconfirmamoslarelaciónentrela
muerte del padre del abogado y la del carnicero. Puede que una haya sidosuicidio y la otra asesinato, pero el envío de ambos «trofeos» al abogadoestableceunarelacióndirecta.
—Pero¿porquéseloslleva?Creoquetendríamosquellegaraesefondoparatratardeentendermejorsusmotivaciones.
—¿Entender? ¿En serio? Yo no necesito entenderlo, necesito atraparlo.Meimportatresmierdassisellevaesosobjetosparamasturbarsemientraslosmiradurantetodalanoche.Loqueimportaesestablecerpautasdesimilitudentre unamuerte y otra. Tiene que haber alguna relación entre Fernando yJavier.Alafuerza.
—Aver,estáclaroquelatienequehaber.Ylodeentenderlodigoporqueesto escapa a toda lógica en cuanto a los psicópatas, digamos, habituales.Cuandosellevanuntrofeoespararecordarseasímismosloquehanhecho.Comobienhasdicho,podríanmasturbarseinclusomirándolos.EdKemperlohacía.Pero loquenohacenesenviárselosanadie.Ese trofeoesparaellos,paranadiemás.
—Esto no hacemás que confirmar que seguro que es alguien que estátocandoloshuevos.
—Joder,¿matandoaunapersonaycortándolelasmanos?—Yoquesé,coño.Yanoséniquédecirteparaquenosalgascorriendoa
darleelcasoaotro.
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—Vale,queno lovoyahacer—comentóNicolásmientras tomabaotrosorbodeagua.Seguíamuynervioso—.Sigamosconesto.Encuanto tengastiempo,llamaalclubesequehanombradoelvecinodelcarniceroyconfirmaqueestuvoallíanoche.Habríaqueaveriguartambiénquéhizolanochequedesaparecieron los ojos de Fernando Lorenzo, pero creo que estamos deacuerdoenquenohatenidonadaquever.Essolounpobreimbécil.
Alfonsoasintiómientrastomabanotaconunbolígrafoyunfolio.—Además de todo, voy a pedir a la jueza una orden para consultar las
llamadas enviadas y recibidas por ambas víctimas. Puede que una llamadaentreellosmismosenlasfechaspróximasasusmuertesnosesclarezcaalgo.
—¿TambiéndelRodolfoese?—quisosaberAlfonso.—Nosé,yocreoquecon lodel club sobra, aunquenonoscuestanada
pedirlastambién.Alfonsolevantólamiradaysequedópensativoporunosinstantes.Habló.—De todas formas, si lo piensas, no sería nada raro que se hubieran
llamadoentreellos.LoseríasiunovivieraenLasRozasyelotroenAranjuezy no tuvieran aparente relación. Pero macho, eran vecinos, yo que sé, sepodrían haber llamado para algo. Yo te he llamado a veces para que metraigasalgoestandoyoenelsalónytúentuhabitación.
ElinspectorValdéssopesólaspalabrasdesuamigo.Quizátuvierarazónenesto,perodeigualmodonopodíadejardeladoesaposibilidad,siqueríahacerbiensutrabajo.
—Lomássensato—dijoNicolásconlamiradaalgoperdida—seríaquenos moviéramos primero por el ramal del «asesino de la baraja». Sondemasiadas coincidencias. Si es un imitador, puede que sepamos cómoactuaría en caso de volver a hacerlo; si era solo para despistar, también lopodemossaberasí.
—Ok,¿dequémeocupoenestaparte?Nicoláspensóantesdehablar.—Comprueba las licencias de armas de los censados enMors, primero
nosmoveremos sobreeste radio.Luego, sihace falta, lo ampliaremosa lospueblos colindantes, pero algo me dice que ha tenido que ser alguien delpueblo.Además,tratadelocalizarquiéncoñohaenviadoelpaquete,dequécompañía proviene, y averigua si pueden contarnos algo. Esto no se hamaterializadodelanada.Alguienhatenidoqueenviarlo.
—¿Ysobreelabogado?—Sí, claro, tenemosque averiguarporqué a él.De todosmodos, yo le
creocuandodicequenoteníarelaciónalgunaconsupadre.Esaformaenla
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quelodecía…Nohabíamentiraenella.—Puesporalgoselohanenviadoaél.Nomecreoquelohayanescogido
al azar. Puede que la persona que lo esté haciendo considere que su padredebíapagarporalgoy,dealgunamanera,seloestéhaciendopagaraél.
—Es una posibilidad.De todosmodos, lo dicho, no nos confiemos connadaeinvestiguemossuentorno,susúltimosdíasytodoloquepodamosparasabersiescasualohasidoelegidoporalgunarazón.
Alfonsoasintió,llevólasilladenuevofrenteasuPCycomenzóconlascomprobaciones.
Nicolásaccedióalosarchivoscentralesparabuscarelcasodel«asesinodelabaraja».Lainformaciónaparecióenpantallaycomenzóaleer.
AlfredoGalánSotillo,másconocidocomo«elasesinode labaraja»,fuecondenadoa142añosytresmesesdeprisiónporseisasesinatosytresintentosdehomicidio.MatóasusvíctimasconunapistolaTokarevTT-33quese trajoaEspañadesupasocomomilitarporBosnia.Esconocidoporsucuriosamanerademarcarsusasesinatosconnaipes.
Todassusvíctimasfueronasesinadasaquemarropa,loqueexplicaporquénoreaccionaron.Siempredisparabaenlacabeza,lanucaolaespalda.
Nicolás fue bajando el scroll de la pantalla y anotando cada dato deinterésacercadeltema.Habíamuchascosasqueconocíadelcaso,yaqueleinteresó en sumomento, pero otras tantas que no. Por ejemplo, no tenía niidea de que el propio Galán fue a entregarse y no lo creyeron porquepensabandeélqueeraunpobrediablodrogadoyborracho.Necesitóacudiruna segundavez y dar detalles de la investigación que él solo podría saberparaquelocreyeranylodetuvieran.Nicolásdeseócontodassusfuerzasquesu asesino también lo imitara en esto.También leyóqueAlfredo estuvountiempo en tratamiento psiquiátrico por estrés postraumático de cuando fuemilitar. Lo quemás le impresionó fue un extracto de su propia confesión,dondedecíaquelodelosnaipesseleocurriócuandoencontraronunoalladode suprimeravíctimaypensaronquehabía sido el asesino el que lo habíahecho.Apartirdeahí,lotomócomounaseñadeidentidadquehacíaquesuegoaumentarapormomentos.
SaliódelahistoriadeGalánysecentróenloqueteníaquehacerahora.Necesitaba los informes de Balística para confirmar el tipo de pistolaempleadaenelasesinato,yapesardequeen laboratorio teníanórdenesdemáxima prioridad con el caso, sabía que los resultados no iban a llegar deinmediato.
Suteléfonofijosonó.EralaextensióndelinspectorjefeMontalvo.—InspectorValdés—dijoNicolásamododesaludo.
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—Elforensevaacomenzarconelreconocimientoyposteriorautopsiadelcarnicero por orden expresa del juzgado de Orihuela. Supongo que querráestarpresente.
—Claroquesí.Gracias,jefe.Nicolás colgó. Sabía que esa llamada era una orden directa de ir hacia
MedicinaLegal.Sinellahubieraacudidoigualmente.—Alfonso,nosvamosdeexcursión.Comemosalgoencualquierbarpor
elcamino.Luegoseguimos.Oempezamos,nosé.
14.07h.Mors.CasadeAdela
CarlossirvióunvasoaAliciayotroaAdela.Nosabíalosgustosencuantoaedulcorantesdecadauna,porloqueoptópornoecharnadaalatilaysi lonecesitaban,siempreestabanatiempo.Éltambiénhubieranecesitadouna,yaqueletemblabanlasmanostantoquehastaeraincapazdeverterellíquidoenel vaso sin derramar nada; peroquizá el ver el estadode histeria en el quehabíaentradoprimerolajoven,seguidoporeldesutíaalenterarsedeloquehabía sucedido en casa de su padre, le hacía mantenerse asombrosamentefirme.Tembloroso,perofirme.
Los tresseencontrabanen lacasadonde lasdosvivían, justoarribadelbar. Tras el incidente no habían dudado en cerrarlo al público. La PolicíaCientíficatrabajabatodavíaconelpaqueterecibido.Carlosnopodíaimaginarqué era lo que estaban haciendo durante tanto tiempo, pero en el fondo ledabaigual.¿Cómoleibaimportarestoconlaqueleestabacayendo?
Sucabezanoeracapazdepensarconnadadelucidez.¿Porquélehabíanmandadoaélesto?¿Quiéndelpueblosabíaqueestabaencasadesupadre?¿Estaba siendo vigilado? Las preguntas eran las mismas que se habíaplanteado tras haber encontrado los ojos de su padre, pero es que eran laslógicasqueunopodíahacerseenunmomentoasí.De todosmodos,noporello no le incomodaban, ya que cada pensamiento le provocaba unmolestosudorfrío.Lasensacióndeagobioleapretabafuerteelgaznateeimpedíaquepudieserespirarconnormalidad.Además,tambiénledolíalacabeza.Lopeoresquesabíaque ledolíamáspor laspreguntasqueseagolpabandentrodeellaqueporlasmigrañasquedevezencuandosufría.
Ojaláfueraporestoúltimo.
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Carlosobservabaalasdosmujeresyvioqueambassetomaroncasideunsorbolatila.
—¿Mejor?—quisosaber.—¿Túquécrees?—respondióAliciademalasmaneras.Elabogadonorespondió;entendíaloestúpidodesupregunta.Serecordó
a símismomidiendo, hacía tan solo una semana, cada una de sus palabrasantesdepronunciarlaspara,encadamomento,expresarsejustocomoquería.Odiaba pronunciar una frase tonta o que diera lugar a algún tipo deambigüedad. Hasta en esto era un maniático. Ahora era incapaz. El librealbedríosehabíaapropiadodesumente.
—¿Por qué cojones te han mandado por mensajería las manos delcarnicero?—insistió lamuchacha—¿Melopuedesexplicar?Enserio,¿porquéa ti? ¿Qué tienesquever con todoesto?¿Espor esopor loque salistecorriendo?¿Loconocíasdealgo?Yanoséquécoñopensardeti.Noséniporquétehedejadosubiraquí,connosotras.—Lavozdelajovensonabarota.Aliciarespirabarápido,muyseguido,demasiado.Elabogadotuvomiedodequehiperventilaraycayeraalsuelomareada.
Carlosnegóvariasvecesconlacabeza.Nopodíaresponderalamayoríadelaspreguntasquesubocadisparabacomounametralleta.Aligualqueella,noentendíanadadeloqueestabapasando.Enlapuntadelalenguatuvoelcontarlesloquehabíasucedidoconlosojosdesupadre,peronoseatrevíaahacerlo.Nosabíasiseríancapacesdedigerirlo.Nosabíanisiélmismoeracapazdehacerlo.Tampocoteníaclaroquelofueranacreer.
—No,noloconocíadenaday,no,noséquécoñoestápasando.Peromedanganasdesalircorriendodeaquí.
Ibaadecirquepensabaqueenesepuebloestabantodoslocos,peroahísíconsiguiófrenarseatiempo.Agradecióasucerebroelhaberlohecho,porqueloúltimoqueleapetecía,dadaslascircunstancias,eraunaconfrontacióncontíaysobrina.Prefiriócallaryseguiresperandoaquelatilahicieraefectoenellas.Mientras, los policías terminarían en casa de su padre y se llevarían«eso».Aunquenosabíasiseríacapazdevolveraponerunpieallí.
Reconsiderólaideadesalircorriendodeallí.Noregresarnunca.Queledieranalaverdad.Noqueríasaberla.
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Sábado,10deoctubrede2009,14.34h.Alicante.InstitutodeMedicinaLegal
Nicolásgolpeóconsusnudillosnuevamenteenlapuerta.Eralasegundavezquevisitabaaquellugarenuncortoespaciodetiempoyalgoledecíaquenoseríalaúltimaenlospróximosdías.Porincreíblequepareciera,eracomosiloconocieradesdehacíaaños.Alfonsonodisimulósusorpresaalverellugar.Quizá,comoél,loimaginabadecualquierformamenoscomoenrealidadera.
—Adelante.—Lavozdelforensesonabasolemne.Pasaron al interior después de vestirse de forma adecuada. El médico
anotaba cosas en su libreta y al mismo tiempo en la pizarra de la paredmientrasmirabadecercalacaradelfallecido.AsuladoseencontrabaPepi,la auxiliar.Al llegar a lamesa de autopsias, otra vez la del fondo,Nicoláscomprobó que, sin ropa, el difunto abultaba todavía más de lo que habíapodidoverenunprincipio.Susojosfuerondirectosasurostro,desfiguradodebido al orificio causadopor la salidadebala.Acto seguidomiró el cortelimpiodelasmuñecasyasumentevinolafotografíadelasmanos.
—Doctor… ¿Legazpi? —La pregunta sirvió como respuesta al mismoinspector—,esteesAlfonsoGutiérrez, inspector,al igualqueyo.Meayudaconelcaso.Alfonso,eldoctorLegazpi.
—Encantado—contestóestealgomenosdicharacheroqueeldíaanterior—.Andaque…luegoleexplicanustedesdosamimujerehijosporquénoles he llevado hoy a TerraMítica, tal y como les prometí hacemás de unmes…
—Doctor,yo…—comentóunavergonzadoNicolás.Atravésdelamascarillasevioqueelmédicosonreía.—Es broma, hombre.No niego queme fastidie venir a trabajar enmis
díaslibres,perosilessoysincero,elcasomeestáempezandoapreocupary
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entiendoquelajuezasehayapuestolaspilasconél.Además,¿quénarices?Mehanevitadocolasinsufriblesyunospreciosqueparaqué.
Nicolássonrióante talcomentario.Legustabaestehombreysuextrañohumor.
—Bueno,empecemos.Comoven,nohacefaltaquemecentreenquehanencontradounabalaalojadaenunadelasparedesdelacasaparaconfirmarque el proyectil entró y salió—comentó el forense a la vez quemiraba elboquetedelacabeza.
—Ya veo, ya. Bien, vayamos por partes —dijo Nicolás a la vez queextraía la pequeña libreta del bolsillo que tenía el traje estéril—. Antes denada,¿enquépuntoseencuentradelainspecciónocular?
—Noheempezadotodavíaconloquemáslepuedeinteresar,supusequequerríaestarpresente.EldoctorGálvezmehaayudadoconlasfotografíasyadesvestirlo.Acabadeiraentregarlabolsaconlaropaaunapatrullaparaqueselalleveasulaboratorio.Nohabíanadaenlosbolsillos.Ademásdeesto,lohemospesadoymedido.—Segiróymiróhacialapizarradelapared—.Supeso es de ciento cuarenta y siete kilos con cuatrocientos gramos. Ni quédecir que su obesidad es espantosa. Temo la grasa que podamos encontrardentro de su cuerpo y que nos dificulte el análisis histopatológico de susórganos.—Hizounapequeñapausaymiróelcadáverduranteunossegundos—.Mide un metro y setenta y dos centímetros. Hemos hecho también unestudio radiográfico y hemos comprobado que no hay más rastros deproyectil,porloque,casicontodaseguridad,loquehanencontradoesloquehay.Tampocohemoshalladoniunsolorastroensucuerpo.Hayocasionesenlasque encontramos fibras, cabelloso restosdepiel.En este caso, nadadenada.Esporesoqueyahemoslavadoelcadáverparapoderhacerunmejortrabajodeinspecciónocularenbuscadehematomassuperficiales.
Nicolásobservóelaguaensangrentadaqueyacomenzabaasecarseyquesehabíacoladoporeldesagüequehabíaenelcentrodelasaladeautopsias.
—EldoctorGálveznoshablódelastresdelamañanacomounaposiblehoradelamuerte.¿Noslopuedeconfirmar?
EldoctorLegazpifruncióelceñoalavezquesegiróhaciaelcadáver.—Comoyasabrá,elrigormortisencondicionesnormalesquealparecer
aquí sedan,alcanzasupuntomáximoen tornoa lasdocehoras.Puedeverqueelcicloescompleto,porloquepuedoafirmarqueyahanpasado.Cuandohemos empezado a trabajar con él no lo era del todo, así que he visto elmomentoenelquehaalcanzadoestepunto.Nohetenidotiempodehacerlela prueba de concentración de potasio en el ojo. La del humor vítreo—se
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explicó al comprobar que los inspectores tenían cara de no saber de quéhablaba.Cuandovioque laexpresiónnovariaba,siguió—.Nolahehecho,más que nada, porque está lleno de sangre y primero debo emplear unosreactivos para descontaminar la muestra, pero calculo que efectivamentemurió en torno a las tres de la madrugada. Supongo que no tardaré enconfirmárseloalcienporcien.
—¿Lacausaesclara?—Talcuallavennuestrosojos.Undisparoquehaentradoporlaregión
occipital y ha salido dos centímetros por encima del ojo izquierdofragmentandoprácticamentetodoelfrontalyhaciendoalgomáscomplicadosvariosanálisis.
—Mipreguntaesmásclaratodavía.¿Lohizoaquemarropa?Eldoctortomóalientoantesdehablar.—Sinduda,mire.—Agarróelcadáverdeloshombrosylogirósobreuno
deellos.Larigidezayudabaaquegiraracomounobjetosinarticulaciones—.Elorificiodeentradapresentaquemazón.Simiraalrededor,veráestecolornegruzco, es humo. Además, hay restos de fulminante. Le dispararon aquemarropa.Nohaydiscusiónposible.
TantoNicoláscomoAlfonsotragaronsaliva.Lamuertecoincidíacasialcienporcienconlasprovocadasporel«asesinodelabaraja».Lopeoresqueel autor parecía haberse documentado bien sobre el caso, ya que podríahaberle disparado a distancia y no desde tan cerca.Había que tenermuchasangrefríaparapoderhacerlo.
Estonohacíasinoempeorarlasituación.El doctor Gálvez entró en la sala. No llevaba mascarilla como en la
escena,porloqueNicoláspudoverquesurostroparecíamáseldeunjovendeinstitutoqueeldeunmédicoforense.Subarbasecomponíadeunospocospelosmal organizados que conferían al rostro todavíamás aspecto de estarviviendolapubertad.TraselpertinazsaludoalosdosinspectoressecolocólamascarillaysepusoadisposicióndeLegazpi.
—Elforensepresenteenellevantamientonosueleestarpresentedurantelaautopsia.Peroquécoño,aquíhoynoestánnilaságuilaspararecriminarnosnada —explicó el doctor Legazpi para justificar la presencia de sucompañero.
—Cuéntemealgosobrelamutilacióndelasmanos—quisosaberNicolás.—Esloprimeroconloquevamosatrabajar,peroantestengoqueextraer
unaseriedemuestras.Yasabránqueesnecesariosabersihayalgúntipodefármaco,alcoholodrogasensusangreparaexplicarenpartesumuerte.De
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todos modos también sabrán que esto no es definitivo. Podría haberlastomadoélporvoluntadpropia,peroaunasísenosobligaarealizarunanálisisde tóxicos en esta tipología de violencia. Si es tan amable, doctor —dijorefiriéndoseaGálvez.
Este obedeció y extrajo una muestra de sangre ayudado por unajeringuilla.Actoseguidotomóotradeorinapinchandoconotrajeringaenlabasedelpubis.Ambosinspectoresentendieronqueeraasíporqueahíestabalavejiga.
Unavezhechoesto,eldoctorsecentróenlaheridadelasmuñecas.—Creoqueesevidentequeelcortesehizoconelhachaqueestabajunto
al cuerpo.No es extraño, pues según he visto en las fotos, con algo así nosería tan difícil hacerlo. De igual manera, la sangre nos dirá si el ADNcoincide,aunquecreoqueyasabencómofuncionaesto.EnMadridpuedentardar semanas en darles un resultado; depende de la pila de trabajo quetengan y de las ganas de hacerlo. Podríamos enviarlo a Valencia, perometemo que todavía tardaríanmás.Así que tengamos paciencia. Aunque sigopensando en que no es lo más importante. Volviendo a las heridas, por laformalimpiadelcortediríaquehasidoungolpeseco,certeroysintitubeos.Esomeponelapieldegallina.Nuestroasesinonodudaensusacciones.Nolohizoenlaextraccióndelosojosdelcasodelsuicidioynolohahechoeneste,desdeluego.Porqueentendemosquesetratadelamismapersona,¿no?
El inspector exhaló.A él también le hacía tiritar este dato y solo podíalevantarloshombrosparaserlomáscorrectoposiblesindecirquesindudasí.
—Tomaremosunamuestradetejido,unfragmentodeepidermisyotrodemúsculo para mandarlos a histopatología, pero todo apunta a que laamputación se hizo post mortem. No parece haber reacción vital en lostejidos, pero mejor esperar a ver qué nos dice el microscopio. Nuestrolaboratorionoeselmásavanzado,peroalmenosparaestonosda.
—Sí,quehubierasidopostmortem lo teníacasiclaro—dijoNicolás—.Supongoquesihubierasidoantemortemlacantidaddesangreenlaescenahubierasidomuchomayorconlasangrebombeando.
—Asíes.Ahoradebería trabajar con laheridadel cráneo,perocomo latécnica del peel off me va a llevar algo de tiempo por las condiciones deldisparo, siquiere le anticipoel contenidodel estómago,por sihubieraalgorelevanteenloquehabíatomadoantesdequeocurrieraesto.
—Porfavor.
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El doctor procedió y agarró su bisturí. Hizo la incisión de la maneraclásica,enformade«Y»empezandodesdeloshombrosyconcluyendoenelabdomen.Abriólapielyrevisólascostillas.
Hablóhacialospresentesperoendirecciónalmicrófonodelagrabadoraqueacababadeagarrardelamesitadeinstrumentos.
—Noseapreciancostillas rotas.Tampoconingúnhematomaen la zonade la piel que acabo de levantar. En realidad ninguna parte de su cuerpopresenta signos de lucha, por lo que parece que el agredido no pudodefenderse. Retiramos caja torácica y pasamos a revisar hígado, corazón ypulmones.
La forma en la que cortó las costillas para tener accesible esa zona losdejósinaliento.Yesoqueyalohabíanvistounavez,cuandoenlaacademiales«obligaron»apresenciarunaautopsiaenel IMLdeÁvila.Lascortabancon un gigantesco cuchillo de sierra. O algo muy parecido. Después deserrarlas,sacabaneltrozoconlascostillasdeunasolavez.
Una vez hecho, el doctor Gálvez tomó una nueva muestra de sangredirectamente del corazón. Después Legazpi comenzó a extraer los órganosuno a uno y a pasarlos aGálvez, que los pesaba a la vez que tomaba unamuestra de cada uno por separado.Mientras lo hacía, les explicó que estetrabajo lo solía hacer, en casi todos los IML, el técnico de anatomíapatológica,peroqueahíestabantanlimitadosquenoteníanaunoenaquellosmomentos.Despuésdehaceresto,anotabaelpesoenlapizarradelapared.
Llegóelturnodelestómago.El doctor lo extrajo y lo pesó con cuidado de no derramar nada de su
contenidosobre laantiguabalanzademetalqueseseguíautilizando.Anotólosresultadosyprocedióasuvaciadoenunacubetaespecialqueteníasoloparaesto.
Una gran cantidad de líquido viscoso mezclado con trozos de los queparecíacomidapocomasticadahizoactodepresencia.Unaarcadaenambosinspectorestambién.
—Parece ser quehabía comido justo antes de lamuerte, puesto que losácidosnohabíanhechotodavíasutrabajo.Estonoesnadarelevante,perosícurioso. La hora no es nada habitual para una persona normal. Pero, claro,viendo su tamaño tampoco es de extrañar. Habría que analizar bien elcontenido,peroenunsimplevistazonohaynadaquellamelaatención.
—¿Puede que víctima y asesino cenaran juntos antes de la muerte delprimero?—preguntóAlfonsoaNicolás.
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—Nolosé.Decualquiermodo,silohicieronnofuealgopreparadoenlacasa.Yomismohevistolacocinaynohasidoutilizadaenlosúltimosaños.Te lo aseguro. También cabe la posibilidad de que cenara fuera de casa.Habrá que preguntar en los posibles lugares del pueblo a los que hubierapodidoirsifueasíono.Doctor,¿hayalgomásquenospuedacontar?
—Me temo que no, por el momento. Ahora nos vamos a centrar en laheridadebala.Iremosdisecandolapielporplanosyasípodremosseguirlatrayectoriade labala sinprovocarningúncambioen lamorfología.Veré sitienealgúntipodeinfiltradohemorrágicoyalgúnotrotipodeindicadoresdelesionesdevitalidad.Luegotomarémuestrasdeloccipitalyalgunavértebracervical. Con eso procederemos a su esqueletización y así podremoscaracterizarlaslesionesconlaayudadeunantropólogoforense.Aunquemetemo que tendrá que ser de fuera de nuestro instituto porque nosotros nodisponemosdeninguno.CasiconseguridadtendréquetirardeMadrid.
—Perfecto, no he entendido la mitad de lo que me ha contado, perohágalo. Si es tan amable, vaya haciéndome llegar los resultados según losvaya teniendo.Me interesa sobre todo saber qué tenía en la sangre cuandomurió.Puedequeestuvierasometidoenelmomentodeldisparo.
—Sinproblema,supongoquedemanerapreliminarlopodrátenerennodemasiado tiempo. Si necesita algún análisis específico, por favorcomuníquemeloparalasolicitudquemandaréaBarcelona.Sino,mecentraréenlassustanciastípicas.Ledeseosuerteparaatraparaesehijodeputa.
Nicolás y Alfonso volvieron por donde habían llegado sin tener nadademasiadoclaro.
—Me gusta ese tipo —comentó Alfonso mientras bajaban por lasescaleras.
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Sábado,10deoctubrede2009,15.54h.Mors.CasadeAdela
Carlostenía lacabezaagachadadesdehacíaunbuenratopuesnosabíaquécara tenerparacuandoAliciaosu tía lomiraran.Rascabacon lauñadesudedoíndiceelsuelo.Nopretendíanadaconesemovimiento,sololiberaralgodetensióncuando,devezencuando,laapretabaconfuerza.
Tampoco sabíaporqué seguía ahí, con ellas.Las relacionespersonales,aparte de las estrictamente laborales, no eran lo suyo y, por lo habitual,intentabaevitarestetipodesituacionescadavezqueteníaoportunidad.Peroahora no podía.No sabía definir exactamente elmotivo que le empujaba aestar allí, pero ni siquiera sentía la necesidad de salir corriendo de aquellavivienda.Erararo,muyraro.Sepreguntósienrealidadhabíacambiadotantodesde que había puesto un pie en aquel pueblo. La respuesta parecía serevidente, pero no quería admitirla porque esto le enfurecía.Reconocer estecambioeracomoasumirunaderrotacontraunasfuertesconviccionesqueélcreía que lo acompañaban desde hacía una ingente cantidad de años. Todoesto parecía haberse derrumbado de golpe. No entendía cómo nunca habíavariadosumaneradeseryahora,sinmás,estabaactuandocomoensuvidapensóque lo fuerahacer.Dehecho, todos susdías erancomosi estuvieranprogramadosparasersiempreigual.Ylomejoresqueélerafelizasí.Ocreíaserlo; tampoco se paraba a preguntarse si era así o no. No sabía si era lasituación.Quizáeraelpueblo.Osusgentes.Noteníani ideade loqueera,pero le aterraba este cambio tan repentino. Por supuesto, tampoco queríareconoceresto.
Levantó la cabeza y miró a Adela de reojo. Seguía con el rostrodescompuesto por lo que había sucedido. No era para menos. No podíaesperarotraexpresiónporpartedelamujer,eracomprensible.BuscóaAliciaconlamirada,nolaencontróenlacocinaenlaquecreíaqueestabanlostres
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sentados,cabizbajos.Nosehabíadadocuentadeenquémomentosehabíamarchadodeallí.¿Tanensimismadoestaba?Susojossedesviaronenseguidahacia una puerta que parecía dar acceso a una especie de terraza. Estaba amedio cerrar. Puede que hubiera salido de forma silenciosa por allí. Quizánecesitabaaire.Éltambiénpensóqueseríaunabuenaidea.
Selevantóyprobósuerte.Adelanilomiró.Allíseencontraba.Estabafumandouncigarrillo.La terraza era más bien pequeña. Además, las tres macetas de grandes
dimensionesqueconteníantresplantasigualesnocontribuíanadarsensaciónde amplitud en ella. Aun así, los dos cabían sin problema respetando elespaciovitaldelotro.Unespacioqueerafundamentalparaelabogado.
Lealiviópensarquetodavíanohabíacambiadotanto.—Nosabíaquefumaras—comentóCarlospararomperelhielo.Alicialomirómientrassacabaelhumo.—Nofumo.Sondemitía.Estomeparecerepugnante.—¿Yporquélohacesentonces?—Esunactoabsurdo.Casitanabsurdocomotodoloqueestásucediendo
estos días en este pueblo. Tan absurdo como queme estés ocultando algo.Valequenoquierascontarlodelantedemitía,peronomecreoparanadatuhistoria.Ahorabien,notepuedoobligaracontarmenadasinoquieres.Esosí,aléjatedemíentalcaso.Nomeinvolucressinovasacontarmelaverdad.Déjametranquila.
Carlos sintió una punzada en el estómago. Intentó disimularla mirandohaciadelante.Observó lapuertade lacasadesupadre.Estabacerraday lafurgonetaenlaquehabíallegadolapolicíacientíficayanoestaba.Teníanelconsentimiento para marcharse una vez hubieran terminado simplementecerrandolapuerta.Elabogadointuyóqueyanoestaban.
—Noséaquéterefieres…—Me sigues tomando por una imbécil. Entiendo que me ves joven y
debes de pensar que soy estúpida solo por esto.Haz lo que quieras, nomeconocesdenada.Yoatitampoco,perocreoque,despuésdeloquehevistohoy,merezcounaexplicaciónmásomenoscoherente.¿Quieresquemecreaque tu padre se suicida, tú decides quedarte aquí en vez de seguir con tumaravillosavida,matanalcarniceroy teenvíansusmanosa tucasa?Vale,puedoaceptarestamierdasiasí lodeseas,peronotecreo.Ytelovuelvoarepetir.Mepuedestomarportodomenosporimbécil.Nolosoy,soydetodomenosignorante.
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Carlosrespiróprofundoantesdehablar.Noesquenoquisiera,esquenosabíapordóndeempezar.
—Noestansencillo,nisiquierayoséquéestápasando.—Quizásiprobarasacontármelotepodríaayudar—dijolajovenalavez
quetirabaelmediocigarrilloquelequedabaporelbalcón.Elabogadonopudoevitarmirarasustadoparaabajoconmiedoaquele
hubieradadoaalguien.Nofueasí,peronopudoreprimirsucaradeespanto.Actoseguidomiróasualrededorunayotravezantesdehablar.
—Aquíno,entiéndeme.—Vale,comoquieras.Diomediavueltayentródenuevoenlacocina.Carloslasiguióporpuro
instinto.—Tía,voyaacompañaraCarlosacasadesupadre.Elpobretienemiedo
deentrarsoloyamínomeimportaacompañarlo.—¡¿Ytúnotienesmiedo?!—preguntóAdela,alertadaantelapetición.—¿Porquédeberíatenerlo?Estonovaconmigo,nicontigo,escosasuya.
Leacompañoysubo,¿estarásbien?La mujer no supo ni qué contestar, sorprendida ante la actitud de su
sobrina.AlicialotomócomounsíysegiróhaciaCarlos,quelamirabacomosi
tuvierafrenteaélaunextraterrestre.¿Deverdadlamuchachaibaadejarsolaasutíaeneseestadodepánico
enelqueestabasumida?—Vamos.Yanolequedódudadequesí.Norechistóysaliódeallí.
16.23h.Mors.CasadeFernandoLorenzo
Carlos cerró lapuertade casade supadre en cuanto la jovenhubopasado.Colocó las llaves en la cerradura por dentro, lo hizo con sumano derecha,como siempre. Dio dos vueltas y esperó que lamuchacha pensase que, enrealidad, lohacíapormiedo,noporquefueraunmaníacoyquisierahacerlealgomalo.Aunqueenverdaderaporsumaníadetenersiemprelapuertadecasacerradadesdedentro.
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El gesto no pareció importarle a Alicia, cuyo rostro mostraba unaimpresionanteserenidad.Sinpedirpermiso,tomóasientoenelsofádelsalón.Comenzó a mirar fijamente al abogado. Él se sintió incómodo enseguida.Nuncalohabíanmiradoconunacaraasí.
—Yaestamossolos.Cuenta.Carlosresoplóyseacercóhastaella.Normalmentelegustabalagentecon
unaaltadeterminacióna lahorade realizarcualquieracto,peroenaquellascircunstancias,quizápor todo loquehabía sucedido,estono leempujabaasertotalmentesinceroconella.Aunasípensabaqueteníarazónencuantoaquemerecía una explicación.No sabíamuybienpor qué, pero se la debía.Puede que uno de los motivos principales fuera la imagen terrible que sequedaría grabada para siempre en la retina de la muchacha: las manosamputadasdelcarnicero.Soloporhaberpresenciadoestomerecíasaberquéeraloqueélsabíahastaelmomento.Además,contarlopuedequeleliberaraalgodelacargaquesinquerersehabíaechadosobrelaespalda.Carlostomóasiento también. Lo hizo titubeante, sin rastro del aplomo que solíacaracterizarlo.Muyalejadodeél.Sesentóenelsillóndondehabíadormidohacíadosnoches.Previamentesehabíaestiradoelpantalónporlapartedelasrodillas,cómono.Apesardeestarsentadoynonotarlatensióndetenerqueaguantarelpesodesucuerpo,todavíasentíacómosuspiernasletemblaban.Supusoquelasituacióndecontarlotambiénloponíanervioso.Todoloponíanerviosoya.Sedecidióahablar.
—Estábien,teprometoquetelovoyacontar.Loúnicoesquequieroquesepasquetodoestoesreal.Telorelatotodoydespuésyajuzgastúmisma.
Ellaasintió.Suexpectaciónrebosabayasuspropioslímites.Carlos cumplió con su promesa y relató con pelos y señales todo lo
sucedido desde el mismo momento en el que, en su despacho, recibió lallamadaque lehizo llegaraesepuebloenelquecomenzaronapasarcosastansiniestrascomoelepisodiodelosojosoeldelasmanos.
LacaradeAliciafuevariandosegúncadafasedelahistoria.Enunprimermomentomostrabaescepticismo,quizálógicoalnosabersiloquelecontaríatendríapiesocabeza.Seguidamente llegó la incredulidad.Elepisodiode lafotoconsunombreylanotaquedejósupadretuvieronlaculpa.Suúltimamuecafuedeterror.Noeraparamenos,trasescucharloquesucedióconlosojosdesupadreeneltanatorioylaformaenlaqueéllosencontró.Esacarayanocambiócuandolesiguiórelatandolopocoquesabíadelcarnicero.
Cuando Carlos acabó de contárselo, el rostro de la muchacha era muydifícildedefinir.Unamezcladeangustia,terror,ascoymiedo.
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—¿Ydices que te dejó unanota en el ajedrez, oculta?—quiso saber lajoven.
ACarlosleparecióincreíblequesehubieraquedadoconesapartedelahistoriatrasloshorroresqueacababaderelatarle.
—Asíes,peronoconsigoentenderla.Séquemequieredeciralgo,peronoséelqué.Tampocoesquehaya tenidodemasiado tiempodeponermeapensarprofundamenteenella.Conladecosasqueestánpasandoenesteputolugarmeesimposiblecentrarme.¿NodecíaisqueMorseselpuebloenelquenuncapasanada?
—Tejuroqueesasí.Aver,quenacíymehecriadoaquí.Aquísemuerelagente,perodevieja.Siesquepornohabernohaynipeleas.Esteesunlugartranquilo.
—Puesvayaconelpueblecitotranquilo.—Y, escucha, ¿no has pensado en pasárselo a la Policía Nacional?
Supongoqueellosdebende tenerexpertosparaeste tipode jeroglíficos,nosé.Puedequeseancapacesderesolverlo.
—Esoesenlaspelículas,Alicia.Enlavidareal,unapersonacomotúycomo yo tiene que ponerse a pensar de la misma forma que lo haríamosnosotros.Notienenunapreparaciónespecíficaparaestetipodejuegos.Aquísolovalelarapidezmental,yestosetieneonosetiene.Aunque,bueno,medaamíqueahoramismoyonotengodeeso.Estoyespesísimoynopuedopensarnadaconclaridad.
Ambosquedaronunosinstantesensilencio.Pensaban.Nadaenconcreto,peropensaban.
—¿Y no sería más fácil haberte contado directamente el secreto en elmismo papel? —insistió la muchacha—. ¿Tiene que jugar a jueguecitos?Joder,queestámuriendogente.
—¿Cómo sabemos que mi padre podría saber que esto acabaríasucediendo? ¿Cómopensarlo siquiera?Aver, yo no tengo dudas de que loquelehapasadoalcarnicerotienealgúntipoderelaciónconelsuicidiodemipadre.Estáclaro,mehanenviadoyadospartesdecadáveres,coño,peronotengoniideadesitienequeverconesesupuestosecreto,sino…Lalógicanospodríadecirquesí,peroyoquésé.Estoesunamierda,noconsigopensarconclaridady, sino lohago,novoya llegar aningunaparte.Yo tampocoentiendoporquénomelocuentadirectamente.Esquenomepuedometerensucabezaporquellevodieciochoañossinsaberdeél.Nomeacuerdonidecómoera,elmuyhijodeputa.Loúnicoquetengoclaroesque,sinoloha
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contado,esquedebedehaberunarazóndepesodetrásdetodoestoparaquenolohaga.
—Pues qué quieres que te diga. Me cuesta creer que hayan razoneslógicasdeningún tipodetrásde todaestamierda.Porcierto,¿porqué te lomandanati?
Carlosseencogiódehombrosmientraslamirabacansado.Llevabatodoel día haciéndose esa pregunta en bucle. Alicia se dio por respondida ysuspiró,a lavezquecolocaba loscodossobresusrodillasyseagarraba lassienesconlaspalmasdelasmanos.
—Vale,tranquilo,ahoramelohascontadoypornaricesestoycontigoenesto.
—Oye,perdona,túmelohaspedido.—No,noqueríadecírteloasí.Sinoquetalvezpuedaayudarte.—¿Tú crees?—preguntó Carlos con cierta condescendencia. No quería
quesonaratanevidente,perolohizo.—Sí,señorabogado,nosoylatípicaniñitatontadepueblo.Oparaloque
vosotros es típica,porqueyo todavíanomeheencontradoaquíniuna solamujertonta,perobueno.Aquí—dijotocándoseconelíndicelacabeza—hayalgo.Quizáentuvidadeesnobnohayasconocidoamuchascomoyo,perocreoquetepodríassorprender.
—Aver,queyonohedichonada…—No hace falta que lo digas. A ver si te crees que eres el primer
madrileñoque conozcoquevienepor aquí con sus airesy su señorío.Y lopeoresquenohacefaltaquevengáisdeMadridparateneresaactitud,yaquehasta gente que se fue de aquí a vivir a Alicante regresa mirándonos porencimadelhombro.Enserio,¿quéoshabéiscreído?¿Quetiramoscabrasporelcampanario?
—Enserio,queyonohedichonada.—Vale,puesporsiacasoesmejordejarlascosasclaras.Soydepueblo,
sí,peroamuchahonra.Estonoquieredecirquenosepaleernisientapasiónalhacerlo.
Carlosprefiriónodecirnadamás.EstabaverdaderamentesorprendidoporlareaccióndeAlicia.Puedeque,sinquerer,suactitudconellasíhubierasidotal y como ella la describía.Después de su alegato, desde luego que no latomaríaportonta.
—Vale—continuóAlicia—,¿mepuedesenseñarlanotadelajedrez?Carlosasintióa lavezqueselevantabaysedirigíahaciadondela tenía
escondida.Elmismolugarenelquesupadrelahabíadejado.
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Se la entregó a Alicia. Esta la leyó en voz alta mientras él volvía asentarse.
—«Por tu seguridad y la de otros, no puedo revelar qué pasó, pero sípuedes averiguar por ti mismo la verdad. Yo, cuando estaba desesperado,siempremirabahaciaDios.Yporfavor,noconfíesennadie».
Elabogadolediounosinstantesdemargen,peronofuedemasiadorato,yaqueestabadesesperadoporconocersuopinión.
—¿Quépiensas?—quisosaberansioso.Aliciasetomósutiempoparacontestar.Buscabalaspalabras.—¿Dios?¿Deverdad?—Así me quedé yo. Mi padre, hasta donde yo lo recuerdo, no era
creyente.Aunquecualquierasabe.Comotehedicho,hacetantoañosquenosédeélqueyanisécómoera.
—Teadviertoqueyotampocolosoy—dijoAliciamientrasmirabahaciala ventana—, pero sí es cierto que hay ciertas cosas que pasan y que, derepente,noshacencreer.Notehablodemí,¿eh?Perohevistomuchoscasosaquíenelpueblo.Gentequenopisabalaiglesianiequivocándosey,cuandounfamiliarsuyoestabaenfermo,salíalaprimeraenlaprocesión,alladodelavirgen.Noseránielprimeronielúltimoqueseagarraaunafeantecualquierproblema.Puedequeloquetupadreocultalohiciera.
—¿CreesqueesesecretolehizocreerenDios?Yoquésé,meparecetanraro…
—La verdad es que no lo sé, pero tampoco es que sea una locura.También están los casos que funcionan al revés.Bueno, si yo te contara loreligiosaqueeramitía…Perodelasqueibantodaslastardesamisadesiete.Puesundíadejódecreer.¿Quépasó?Mimadremurió.
—Sientooíresto.—No, si no te lo digo por nada. Era para que veas que si una persona
puededejardecreerporunproblema,¿porquénohacerloalrevés?—Ya,siyaséquenoes tanraroquepase…Anochelleguéapensaren
estomismoquehasdicho.Inclusoconsiderévisitarhoylaiglesiaporsiallíencontrabalasrespuestas,perodejédeverlesentidoenseguidayhepensadoquemejorno.Peroesquetodasmisideassonahoraasí,deiryvenir.Loquemeparecebienahora,endosminutoslomandoafreírespárragos.
—Bueno,tampocoestanraroquetepase.Enelratoqueestoyaquí,niteimaginas la de cosas que se me están pasando por la cabeza. Ante unasituaciónasí,loquemenossepuedeesperarespensarconclaridad.
Carlosasintió.Nopodíamásquedarlelarazón.
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Aliciasecallódepronto.Arrugóelentrecejoymovíasubocadespacio,como si estuviera hablando en pensamientos consigo misma. Parecía estardándolevueltasaalgo.
—¿Quépiensas?—quisosaberCarlos.—Esqueenrealidadtodopuedetenersiempremuchossentidos…—Claro,nomejodas…—Nomeinterrumpas,anda.Digoquequizánoseestuvierarefiriendoalo
quepensamos,aloevidente.Elabogadomiraba fijamentea la joven, esperabauna respuesta,pero la
muchachaparecíametidaensuspropiospensamientosynodecíanada.—Enserio,noséquémedices.Claroquetodotienemilinterpretaciones,
peroesquesinosponemoseneseplan…—comentóeste.—Shhh—selimitóadecirlajovensindejardemiraralfrente.Elmadrileñoarrugó lanariz.¿Se lehabíaocurridoalgo tanrápido?Eso
era imposible.Había pensadomás demil veces ya en la dichosa nota y, apesar de todas sus elucubraciones, tenía claro que ninguna de ellas teníaningúnsentido.Salvoladevisitarlaiglesia.Aunque,¿quéesperabaencontraryendo al templo? ¿Su padre le había dejado un mensaje oculto dentro? Yoculto,¿porqué?¿Ydónde?
Las preguntas seguían asaltando su mente, no le daban tregua. Esto lehacía sentirse cansado, hastiado ya de tanta incógnita sin una posiblerespuestacertera.Derepente,Aliciahabló.
—A ver, Carlos, piensa por unos instantes, ¿dónde se supone que estáDios?
—¿En todas partes? —Aunque no pretendía que su respuesta pudieraparecerunvacile,sonabaasí.
—Muygracioso—respondiósinmostrarnimediasonrisa—.No,¿dóndese dice siempre que está Dios? ¿Dónde quiere ir la gente cuando muereporque,segúnellos,allíseencontraránconDios?
Carlos calló durante unos segundos para poder pensar. En condicionesnormalesestabasegurodequetendríalarespuestadeinmediato,peroestabamuyespeso.Comosiguieraasí,cuandoregresaraaMadrid,ibaaperdertodoloconseguidoenunsantiamén.NecesitabaquevolvieraelCarlostiburón,noelcorderito.
—¿Enelcielo?—respondióypreguntóalavez.—Exacto.Tupadretedicequemiresalcielo.Alaquemirófueaellasinentendernada.Sealegródequeélnohubiera
perdido la cabeza tan rápido como parecía que lo estaba haciendo ella.
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Empezabaacansarsedeestejueguecitoquelamuchachahabíacomenzadoyqueparecíadivertirla.
—¿Y?—Pues menos mal que la de pueblo no iba a ser capaz de ayudar al
superabogadodelacapital.De pronto comenzó amirar fijamente hacia un punto.Carlos, sin saber
muybienquéhacía,siguióconsusojoshaciadondeteníaplantadoslossuyosAlicia.Entonceslocomprendió.
—¡Joder!—exclamó.—Porfinloentiendes.Noestoysegura,peropodríaser.—Ytantoquepodría—contestóelabogadoalavezquecorríaaporuna
silla—.Esmás,nadadepodría,¡es!Lacolocófrentealajedrez.Sesubióapoyandoprimerosupiernaderecha,
levantólosbrazosyapartólaplacadeescayoladeltecho.ElrazonamientodeAliciahabíasidoexquisito.Supadre,conlametáfora
deDios, le estaba indicando quemirara hacia arriba.Dado que el papel lohabíahalladoenesepunto,nopodíareferirseaotrolugarquenofueraelquese disponía a comprobar. Tan complicado y a la vez tan sencillo. Lo másseguroesquehubierapensadodesdeunprimermomentoelesconderelpapelahí, en el falso techo, pero, claro, ¿cómo lo iba a encontrar Carlos? ¿Quépodría decirle para que fuera a buscar en un punto tan complicado comoaquel?Siloenviabaprimerohaciaelajedrezconelsímildelatorreblanca,tanambiguoytanclaroalmismotiempo,despuéspodríahacerlomismoparaquemirarahaciaarribayse toparacon loque lehabíadejado.Eraalgoasícomoun:siguelasflechas.Algorebuscado,esosí,perocontodoelsentidodelmundosinoqueríaquenadieencontraraloquefueraquehabíadejado.
Con algo de miedo por lo que pudiera encontrar, introdujo el brazo ycomenzó a palpar, a ciegas. En un principio no notaba nada inusual, solopolvo y algunas piedrecitas de poco tamaño. Decidió dar una segundaoportunidad y hacerlo de manera un poco más pausada. Siguió palpandoaunque esta vezmás despacio, hasta donde su brazo era capaz de alcanzar.Quizásehubieraaventuradodemasiadoyesaplacanofueralaqueteníaquehaberquitado.Aunqueporasegurarsedequesupadrenolequeríadeciresto,hubierasidocapazdequitartodaslasdelsalón.Deprontosumanosedetuvoenalgo,parecíaunpapeloalgosimilar.Loagarróconciertadificultady,conmuchocuidado,losacó.
Quenoestuvieratanllenodepolvocomotodoloquehabíaahídentroyafueuncomienzoesperanzador.Habíasidocolocadoeneselugarhacíapoco
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tiempo.Bajódesuimprovisadaescaleraylodesdobló,denuevotemblorosoy con una incipiente sensación de nerviosismo creciéndole en la boca delestómago.
Carloslomiróconlosojosmuyabiertosy,sinpoderarticularpalabra,seloentregóaAlicia.Esta tampocopudodisimular su sorpresaalobservar loqueteníaenlasmanos.
Unacarta.
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Sábado,10deoctubrede2009,16.53h.Alicante.Comisaría
Porloquereflejabansuscaras,tantoNicoláscomoAlfonsonoparecíanestardemuy buen humor. Apenas habían hablado el uno con el otro durante eltrayectodevuelta.Cadaunoibasumidoensuspropiospensamientos.
Nicolás no dejaba de dar vueltas al asunto del «asesino de la baraja».Demasiadas coincidencias, demasiado en común. ¿Pero qué sentido teníaaquello?Detodosmodos,losaspectosenlosquecoincidíaelcrimentampocoeran del otro mundo, ya que una simple búsqueda con un navegador deinternet bastaba para obtener la información necesaria para copiarlos. Lobuenoesquehabíadetallesquenosehabíanreveladoalosmediosyquenoaparecíanreflejadosenestecaso,porloqueelcasooriginalnoibaadarungiro de ciento ochenta grados a pesar de la confesión de Galán. Pero estoabríaotrasvíasnomáshalagüeñas.
Del nuevo caso le preocupaban varios puntos en concreto, pero ahoraestabacentradoendos.
Uno,quealguienseestuvieratomandotantasmolestiasparadisfrazaruncrimen de otro. No era lo habitual, claro estaba. Aunque quizá, desde elmomentoenelqueserobaronlosojosdeFernandoLorenzoeneltanatorio,tododejóde serhabitual.Lo segundoeraque lepreocupabaenexcesoquefuera un imitador, no solo por lo primero, sino porque en muchos casosconseguían incluso superar al original, ya que trataban de no cometer losmismoserrores.Solíasergentequeconocíaaldedillohastaelúltimodetalleacercadesureferencia,yestoincluíalosfalloscometidos.Este,almenosdemomento, lo estaba demostrando.No era algo tan poco común, sobre todofueradeEspaña,peroloquenoencajabadentrodelamentedelinspectoreraporquéelasesinohabíaelegidoMors.
¿Porquéeselugar?
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Era verdad que el nombre del pueblo acompañaba a los sucesos queestabanocurriendo,peronoporelloaquelloteníalamásmínimalógica.Losasesinos en serie —o imitadores— solían actuar en núcleos urbanosconcentrados, no en pueblecitos dejados de la mano de Dios con apenashabitantes.Aquelloteníaunaexplicaciónsencillaqueasuvezsedividíaendos.
Porunladoestabaelecoquegenerabansusactos.La conducta narcisista que solía tener en la mayoría de los casos el
homicidahacíaqueestebuscaranotoriedad,provocarcaosyquesunombreresonaraenbocadetodos.JustamenteestoesloquebuscóAlfredoGalánconsusasesinatos.QueríaquesehablaradeélyporestoeligióunagranciudadcomoMadrid.Nohaynadacomodarunmazazoenlagranciudadparaquelaprensahabledeti.
Porotrolado,solíanescogernúcleosurbanosgrandespara,precisamente,eso:pasardesapercibidosentre tantagente.Muchos incurríanenelerrordepensar que a un psicópata se le veía venir a la legua.Nadamás lejos. Lospsicópatas son gente experta en camuflarse entre los demás. Son padres defamilia,trabajadoresincansablesymiembrosactivosdelacomunidad.Nadade esos personajes creados por la ficción quemuestran al hombre solitarioque vive atormentadobajo el yugode su ancianamadre.Mientras cometensusactos,quierenpasardesapercibidos,quenadierepareenellos.Deahíquenecesitenalagranciudadparaello.
Aunque, si bien era cierto que ahora todo el mundo en el pueblo sepreguntaríaquéeraloqueestabasucediendoyque,probablemente,laprensanacional acabaría haciéndose eco, no encajaba con el patrón lógico. Y, dehecho, esa falta de lógica era lo que lo hacía extremadamente peligroso.Difícildeprever.Yanohabíapatróndecomportamientosestudiadosquelespudieraayudaradardospasospordelante.
Los pocos esquemas que Nicolás pudiera haber hecho en su cabezaestabanquebradosgraciasaeso.
Ya en comisaría y tras las pertinaces explicaciones a un incréduloinspectorjefeMontalvo,ambostomaronasiento.
EnlamesadeNicoláshabíadosinformes.Unodeelloseradelforense.Losprimeros análisis de sangre realizados al carnicero confirmabanquenoteníarastrodealcoholodrogasdeprimerordenensucuerpoenelmomentodelamuerte.Estoempeorababastantelasituaciónporqueañadíamásfuerzatodavíaalateoríadequeestehabíaabiertolapuertaasuasesino.Loconocía.Sino,¿cómoentróensucasaatanaltashoras?¿Cómoloacabósometiendo
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parameterle un balazo por la nuca?Tenía que haber cierta confianza entreambos.Estoapuntabaclaramenteaalguiendelpueblo.
ElotroinformeeradeCientífica.—Elanálisisdelabala—anuncióuninspectoraotroagitandolacarpeta
yhaciendosonarlospapelesdesuinterior.—¿Ybien?Nicolásloabrióycomenzóaleerparasímismo,peroenvozalta.—Blablablabla… analizada la bala… blablablabla… con dimensiones
7,62por25milímetrosensutotalidad…blablablabla…concluimosaun97porcientoquelamuniciónempleadapertenecealagama7,62Tokarev.
—Espera—dijoAlfonsoalavezquemirabaalgoensuordenador.El inspector aguardó unos instantes mientras su compañero miraba la
pantalla.—Estabaclaro,esamuniciónseusaprincipalmenteenlapistolamodelo
TokarevTT-33.Nicolás puso los ojos en blanco a la vez que sentía un pinchazo en el
estómago.Necesitóunossegundosparapoderhablar.—Osea, que es el putomismomodelode armaqueusóAlfredoGalán
Sotillo.Yanohayduda,tenemosunimitador.—Mierda,yahora¿quéhacemos?—Yo estoy por salir corriendo de aquí. ¿Por qué una persona se toma
tantamolestiaenimitaraotra?¿Quées,unfanáticodellocoaquel?—Nolosé, tío.Puedequetengamosquepedirunaordenpararevisarla
correspondenciadeGalánenlacárcel.¿Esosepuede?—Yoquésé,yocreoqueno.Esquenuncamehabíaplanteadoalgoasí.
Detodosmodos…Nicolássecalló.Parecíapensarenalgo.—¿Qué?—¿SabesquenuncaseencontróelarmadeGalán?—¿Yquéestáspensando?¿Queeslamismaarma?Esoesimposible.—Anoser…—No.Nicolás,novayasporahíporqueno.—¿Porquénopodríahaberleayudadoalguien?—¿Yconfiesaélsolo?¿EselaireestehúmedodeAlicante loque teha
ablandadoelcerebro?—No es tan descabellado. Piensa queGalán quería la fama. Puede que
fuerandos,peroélsellevótodaslasculpas.¿Porquéno?
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—Porqueseteestáyendolacabeza.Bájatedelasnubesporqueparecesyo con tanta tontería.AGalán no lo ayudó nadie.Además, ¿por qué iba avolverahora?¿Quéhace,seisaños?
—Sí.Ynolosé.Esporintentardarlealgodesentidoatodoesto.—Vale,vale,siyoteentiendo.Perocreoqueahíestásmetiendolapata.
Lateoríadelimitadorlaacepto,peroesodequefuerandos,sepillarasoloaunoyelotroahoravuelva…Demasiadorebuscado.
—Vale, pero como necesitamos confirmarlo, vamos a centrarnos en lascosasquepodemoshacerporahora.
—¿Comoqué?—Por lo pronto, y asumiendo que no fuera la misma pistola de los
anteriorescrímenes,rastrearlaentradaenelpaísdeesaarma.Nosefabricaaquí,porloquedealgunaformahatenidoqueentrar.VoyapedirqueenvíenlabalaaMadridparaqueseaanalizadaenelIBISycompruebendoscosas:sies lamismaarmaque laqueutilizóGalán,asínosquitamosdeencimaesateoríadelayudante;y,encasodenoserlo,sielarmaquesehautilizadoahoraha estado implicada en algún otro crimen.De todosmodos, volviendo a lahipótesis del imitador, puede que el arma viniera de Bosnia, como la deAlfredo.Éleramilitaryselatrajodeallí,asíque…
—¿Creesqueelimitadortambiénloes?—No necesariamente. Recuerda que los imitadores recrean los actos
delictivos,nolavidadelcriminalensí.Poresoesmuyprobablequesíhayacomprado el arma en el mismo lugar, para ser fiel en la realización delcrimen. En serio, vamos a centrarnos en buscar las entradas legales de esaarmaprocedentesdeesepaís,medaigualqueseaatiendasoaparticulares.Sigamoscualquierrastroporquequizánospodamosacercarasí.
—¿Demaneralegal?—preguntóenarcandounacejaAlfonso.—Sí,Galánlohizolegal,porloquenuestroimitadortambiénlohará.Si
diera la casualidad de que además fueramilitar el que lo ha hecho así, yatendríamosanuestroasesino,peronopongamostantasesperanzasenesto.
—¿Ves?—¿Qué?—QueesteNicolás,noelparanoico,megustamás.—Anda,tira.Ambossepusieronmanosa laobra,accedieronal registrodearmasdel
MinisteriodelInterior,previopermisodelcomisario—solicitadoatravésdelinspector jefe—ydecidierondividir los resultados arrojadospor la basededatosendos,paraocuparsecadaunodeunoyasíagilizaralgolabúsqueda.
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Sorprendidos de ver la cantidad de unidades de ese modelo que habíaentrado en el país en el último añoprocedentes deBosnia—al parecer allíhabía una fábrica—, dividieron los resultados en clubes de tiro privados,tiendasdearmasconlicenciaparaesetipodepistolasyparticularescontodoslospapeles en regla.La lógica lesdecíaqueesosúltimosera en losque seteníanquecentrar.Laesperanzadequealgunodeellostuvierasudomicilioen un radio demenos de cien kilómetros se desvaneció enseguida. ElmáscercanoseencontrabaenCuenca.Untotaldeseisreferencias—divididasenpersonas físicas y empresas— fueron el objetivo de ambos inspectores,repartidasentresparacadauno.
Tras un buen rato rastreando movimientos de cuatro de ellos, fuerondescartados,pues lograron localizara laspersonasy, sin levantar sospechasdentrodesuentorno, lasconsiguieronubicardemasiadolejosdelcrimenenlashoraspreviasalmismo,porloqueeraimposiblequelocometieran.Hubodos que les costó algomás. Eran empresas. Una de ellas, en concreto, fuerechazada al poco tiempo, pues Alfonso averiguó que, tras ella, había uncoleccionista excéntrico de casi noventa años, sin descendencia y conmovilidadlimitadadebidoaunavanzadolupusqueloteníaensilladeruedasdesdehacíaunadécada.Decidieroncentrarse en laúltimaquequedaba, sinllegar,porsupuesto,adesechardeltodoelrestodelasposibilidades.
—Tiene que ser esta.Mira—dijoNicolás, instando aAlfonso a que seacercara hacia sumonitor—, compró una unidad de esa pistola y solo seisbalas. Según he leído, a la Tokarev se le puede poner varios modelos demunición y coincide en su totalidad con la del escenario, ¿no es muchacasualidad?
Alfonsoasintió,sindecirnada.—Además,¿soloseis?—prosiguió—.Esmuyraro.Siquisierairaalguna
galería privada de tiro hubiera comprado más, ¿o solo va a realizar seisdisparos?Ysifueraparacoleccionar,¿paraquéquererlasbalas?
—Detodasmaneras,haycoleccionistasquesíquepidenbalasaunquenolasvayanadispararnunca.YoconozcoelcasodeuntipoenMadridquelohace así. Me ha preguntado mil veces sobre cómo hacerse con algunosejemplares antiguos de la Policía Nacional. Casi siempre quiere una balaacompañándolasparaañadirlaalacolección.
—Ya,Alfonso,perounabala.Noseis.—Bueno…Siaesolesumamosquesuformadematarescertera,conun
solo disparo a quemarropa, tendría sentido pedir solo seis balas—admitióAlfonso,dándosecuentadepordóndequeríairsuamigo.
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—Exacto. Puede que el asesino planee cometer cinco crímenesmás.Esdecir…¿cinconaipesmás?
Elinspectorsopesólaspalabrasdesucolega,perosolopudoencogersedehombroscomorespuesta.Siestabaenlocierto,yapodíancorrerparaintentardetenerlo.
—Ybien,¿quétenemosdelaempresa?—quisosaberAlfonso.—Esto es lo que refuerza mi teoría. Apenas nada. Se llama Global
Import&Export,peroaquínofiguraquiénestádetrásdeella.Solohayunadirección,queseencuentraenExtremadura.Apuestoaqueesfalsa.
—Vale, déjame unos segundos, buscaré información en el RegistroMercantil. Anota todo en tu dichosa libretita —dijo con una sonrisasocarrona.
Nicolás obedeció sonriendo a su amigo y comenzó a escribirlo todo,mientras,Alfonso,ensuPC,intentabareunirtodalainformaciónacercadelaempresa.
Nolefuedemasiadocomplicado,apenastardóunosminutosenlocalizarloquebuscaba.
—Nicolás,agárratealasilla.Este miró al inspector con gesto preocupado, ya se esperaba cualquier
cosa.—La empresa, como decías, está inscrita en el Registro Mercantil de
Extremadura,peronotevasacreerquiénestádetrásdeella.ConDNIytodo,confirmado.
—Dilo,coño.—FernandoLorenzo,conresidenciaenMors.
19.07h.Mors.CasadeFernandoLorenzo
CarlosacompañóaAliciahastalapuertadesucasa,queestabajustoenfrentededondeseencontraban.Ladistanciaeraridícula,peroparecíaquesesentíamás seguro haciéndolo de esta manera. Ambos habían intercambiado susnúmerosde teléfonomóvil.La joven teníaordendemandarunSMSconelestadoemocionaldesu tía,porqueCarlossehabíaquedadopreocupadoporella.
Aunque más preocupado estaba por lo que la muchacha quería hacercuandollegaralanoche.Estosíqueeraunacompletalocura.
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En parte lo veía como una opción lógica, pues si querían descubrir laverdad, teníanquehacerlo.Porotra, lo consideraba lamayorgilipollezquehabíahechoentodasuvida,incomparableacualquierotroacto.
Yadentrodelacasadesupadretomóasiento.Nosabíamuybienporqué,pero había escondido la carta en uno de los laterales de ese sillón, entre elreposabrazos y el cojín grande. Bueno, quizá sí lo sabía. Tenía miedo, unmiedoquenohabíasentidoentodasuvida.Unmiedoquenuncaseimaginósintiendo.
Sacóelpapelylovolvióaleer.Noteníadudasdequeladestinatariadelamisivaerasumadre.
Nosénicómodirigirmeati,conquéapelativo,asíquemelimitaréadecirteunsimplehola.
Hola:Tepreguntaráscómo tengo ladesfachatezdeescribirtedespuésde todo loquehapasado.
Supongoquepensarásquesoyunserdeleznable,noteculpoporello.Yotambiénmesientoasí.Megustaríapodercontartetodoloquesemehapasadoporlacabezaduranteestetiempo,peronohabríapapelsuficienteenelmundoparapoderrecogerlotodo.Imposible.
Loquesítengoeslacaraduraparadartelasgraciasporhaberguardadosilenciotodoestetiempo.Loquehicefueimperdonable,aunasí,callaste.Quieropensarquefueporamor,aunquesialgoquedabaentideesesentimiento,supongoqueacabódeesfumarsetrasmimarcha.
Jamástepediríaqueentendierasmismotivos.Tratédeexplicártelosmuchasveces,peronohabíapalabrasenelmundoquepudierandarsentidoamisactos.Nomeescudoenello,soloqueteprometoquenoséhacerlo.
Dudoquenisiquierapuedasleerestacartaporquenosésitelaharéllegar.Sinohetenidovalortodoestetiempoparahablarcontigo,¿porquéibaahacerloahora?Daigual,estaslíneasestánsirviendoparaaliviarunosminutosmiansiedad.Almenosunosminutos…
No sé cómo acabará. Tu silencio es importante, pero todo lo es. Tenemos el papeljuramentado,aunquemepreocupalafotoquetieneelPancetas.Éldicequenopasanada,peronospuederelacionardirectamenteconloshechosy…
Joder,noséquécoñohagoescribiendoestaslíneas.Pensarásquesoy…Bueno,nopodráspensarpeordemíya.
Seacomosea,quieroqueentiendasquemepreocupoportiyporelfrutodenuestroamor,aunquenoloparezca,aunquememarchara.
Siempretequerré,créeme.FERNANDO
UnalágrimacayóporelrostrodeCarlos.Hacíamuchísimosañosquenolloraba,tantosquenilorecordaba.Aquellasituaciónestabahaciendoaflorarsentimientos que él mismo se había esforzado en tapar con el paso de losaños. No se reconocía a sí mismo, y aunque todavía seguía siendo esemaniáticoempedernido, insoportabley controlalotodo, en realidadnoera lamisma persona que había llegado aMors, tal y como había pensado ya envariasocasiones.Todoaquelloloestabadejandofueradejuegoenuntiemporécord.
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TrasreleerlacartacomprendióqueelplanpropuestoporAliciaquizásíeralaúnicaopciónposible.
RecibióelSMSprometido.Lecostóalgodescifrarlo,pues lamuchachahabía acortado varias palabras haciendo que estas perdieran su significado.Aunasí, loentendió.Sutía,aunquetodavíavisiblementealterada,yaestabaalgomástranquilaquehacíaunrato.
Ahoratocabaesperaraquellegaralahoraacordada.Teníaunnudoenelestómago.
Nuncasehabíacoladoencasadenadieyseibaaestrenaralogrande.
19.08h.Alicante.Comisaría
—Esimposible,¿cómoqueFernandoLorenzo?Alfonsosehabíalevantadodesuasientoyhabíacomenzadoaandardeun
ladoaotroconlosbrazosenjarras.Suscompañeroslomirabancomosideunlocosetratara.
—¿Hasidoélquiénlohaorquestadotodo?—preguntódesdeladistancia.—Reconozcoquenomeloesperaba,peronolocreo,bueno,nosé…Esto
me está desconcertando. ¿Cómo va a ser él? Puede que el asesino hayautilizadosu identidadparadespistarnos,mecuestacreerqueélmismohayasido el artíficede todo esto.Aunque con el suicidiodepormedio…Puedeque la culpa lo estuvieramachacandoyhubierapagadoa alguienparaque,una vez muerto él, se cometieran esos asesinatos. O no… Joder, estoyperdido,coño.
Alfonsoregresóhastasuasiento.—Saldremosdedudasenalgo.Pediréeldocumentodeconstitucióndela
sociedad.Segúnveoen tupapelesunaS.L.U.,por loque lohizoél solo.Esedocumentoiráacompañadodeunafirma.AlmismotiemposolicitaremosaDocumentaciónCentralsurúbricadelDNI,pediréunanálisisgrafológicoyconesosabremossienrealidadfueélolohizootrapersonasuplantandosuidentidad.
Nicolásrespiróaliviadoporlasoluciónpropuestaporsuamigo.—Eresungenio—dijoalfin.—Nopienses que no lo sé.Ese cabrón es listo, pero nosotros lo somos
más.Yseguroquehastamásguapos.Mirósureloj.
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—Haceunahoraquedebíamoshabernosido,hastaellunesnotendremosloquevoyapedir.Mañanaesnuestrodía libre.Descansemosunpoco,nosvendrábien.
Nicolás asintió mientras miraba el mail que le acababa de enviar elsubinspectorZapata.Laúnicahuelladubitadahalladaenlaescena,enlacasadelcarnicero,yateníapropietarioyeradelpropiocadáver.Teníatambiénuninformeacercadelprocedimientoquehabíanutilizadoparabuscarrastrosenlacarta—reactivodevaporesdecianocrilatopara lashuellas,debidoaqueeraunpapelplastificado—ynohabíanencontradonada.Alfonsoteníarazón.Quizáundescansoeraloquenecesitaba.
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Domingo,11deoctubrede2009,01.17h.Mors.Exteriordelacasadelcarnicero
Carlosmirabahacia arriba, preocupado.No entendía cómoAlicia pretendíallegarhastaahí.Loveíaimposible.
—Nosécómomehedejadoliarporti.Podríamosiralacárcel—susurróCarlos.
—Túlohasdicho,podríamos,perono loharemosporquenadiesevaaenterardeesto—respondióenuntonomásomenosparecido.
Carlosdiounpasoatrásycolocó losbrazosen jarrasmientrasvolvía amirarhaciaarriba.Resoplóantesdeseguirprotestando.
—Esquenomecreoqueestemosaquí,joder.Yanoessoloallanamientode morada, es que, además, estamos queriendo entrar en la escena de uncrimen. Hasta que un juez no lo dicte, nadie puede entrar en esta casa,podríamoscontaminaralgún indicio.Bueno,ynosoloeso,podríamosdejarnuestro rastro. Te recuerdo que están buscando algo que les lleve hasta elasesino.Entoncesnosacusaríandeobstrucciónalajusticiaymanipulacióndeindicios. Esto y otras cosas más. A mí me van a echar del colegio deabogados.Siesqueestonopuedesalirbien.Estoyporvolvermepordondehemosvenido.
Alicialomiróconexpresióndemuycansada.—¿Quieresdejardedeciridioteces?MadredeDios,meestásponiendode
losnervios.—Joder,entiéndeme.Estonoestábien.—Esta tarde no pensabas igual. Ahora no nos queda otra que seguir
adelante.Ohacemosestoonoconoceráslaverdadsobreloqueseaqueestápasando.
Carloscerrólosojosysuspiró.Apenasconocíaalamuchachayyasabíadeellaqueeraunadelaspersonasmástozudasconlasquehabíatopadoen
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todasuvida.Tantoomásqueélmismo.Miró a su alrededor. Todo despejado. Supuso que no era algo tan raro
debido a lo intempestivo de la hora.Almenos tuvieron la suerte de que laoscuridadsehubieradecididoaunirseaellos.Lanocheerabastantecerrada,yaqueunasnubesnodemasiadoamenazanteshabíancubierto todoelcielo.Lalunaestabadesaparecida,por loque tambiénayudabay,siestonofuerapoco,dosdelasfarolasdelacalleestabanapagadas.Asíquelaoscuridadnoera total, pero sí muy intensa. Lo bueno era que, gracias a ella, era pocoprobable que alguien se asomara a su ventana tras escuchar algún tipo deruido y les pudiera reconocer.A pesar de esto, su nivel de nerviosismo nodecrecía.
—Estábien.Túdirásquéhacemos.—¿Ves este pequeño saliente para el agua?—dijo Alicia a la vez que
señalabahaciaarriba.—Sí.—Vale, impúlsateyagárrateenél a lavezquepones tuspiesarribade
estos zócalos.—Señaló la pared. El zócalo que se iniciaba en el suelo, decolormarrónmuyclaro, acababamásomenosaunmetroveintedealtura,dejando un mínimo espacio que Carlos consideraba imposible para quecupierasucuarentaycuatrodepie—.Unavezestésenganchadoenlosdossitios,sueltasunamanoy teagarrasarriba,en labalaustrada.Confuerza teimpulsas,yyaestásenlaterraza.Haydosventanas,arribayaveremoscómoentrar.Peroloprincipalesllegarhastaarribadeltodo.
El abogado escuchó la explicación atónito. Parecía mentira que Aliciahubiera orquestado este plan.A simple vista era demasiado perfecto. Salvoporque él no se veía haciendo el Indiana Jones de unamanera tan sencillacomolohabíanarradolajoven.
—Todo esto está muy bien sobre el papel. También me podrías haberdichodesubirdeunsolosalto.Yapuestos…
Alicia cerró los ojos algo desesperada ante tantamuestra de pesimismoporpartedeabogado.
—Coño,déjame—dijoalavezqueapartabaaCarlosconsuhombro—.Mirayaprende.
Deunsaltollegóalsaliente,colocandoasuvezlospiesarribadelzócalo,con su brazo izquierdo alcanzó la balaustrada y luego con el derecho. Unimpulsoyyaestabaarriba.
—¿Ves?—comentó triunfante—,ahora tú.Noes tandifícil,ya te lohedemostrado.
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Carlos suspiró varias veces sin dejar de mirar todos los elementos quedebíautilizar.Ellajugabaconventajaporquepesaría,almenos,unostreintakilosmenosqueél.Cerrólosojos,losabrióeimitóasumaestraenestodelparkour. Consiguió llegar hasta arriba con menos esfuerzo del que enprincipiocreía.
Unavezalcanzaronsuprimerameta,respiróaliviado.—Vale,¿yahora?Aliciaseacercóhastaunadelasventanas.—Ayúdame,anda.Peroprimeroponteesto.Alicia extrajo del bolsillo de atrás de su pantalón un par de pares de
guantesdelátex.Noparecíandemasiadoprofesionales,peroparaalmenosnodejar huellas bastaban.El abogado agradeció que lamuchacha estuviera entodo;élestabatannerviosoquenoeracapazdepensarconclaridad.Cadavezteníaunasensaciónmásfuertedequelaibaafastidiarhaciendoloqueestabahaciendo.Peroyanohabíamarchaatrás.Asíquetratódedejarlosmiedosaunladoalavezquesecolocabalosguantes.Mientraslohacía,sediocuentadeloqueletemblabanlasmanos.Nosabíasiestabamásnerviosoporloqueibaahaceroporloquesepodríaencontrarahídentro.Ladichosaverdadlepodíacostarmuycara.
Conlosguantesyapuestos,ayudóaAliciaasubirlapersianaconcuidadode no hacermucho ruido. Imaginaban que los vecinos estarían susceptiblesdespuésdeloocurridoymuypocosdormiríanapiernasuelta.
—Bingo.Laventanaestáabierta.Sosténlapersiana,entroyoyteabro.Carlosnodejabademirarhaciaamboslados.Sesentíaundelincuentey,
conociendo como conocía la ley, le era imposible encontrar algo de calmapara un momento tan delicado como aquel. Nunca, en toda su vida, habíarealizadounactoqueestuvieraalmargendelaley—siobviabaquemuchasvecessesentíaundelincuentedefendiendoapolíticosquehabíanmalversadodinero—. Incluso recordaba una vez que, siendo pequeño, había robado unchicleenunatiendaconunamigoyvolvió,muyarrepentido,apedirperdónal tendero y devolver el botín. Por cierto, si llega a saber el monumentalenfadoqueagarróeldueñodelatienda,nohubieravuelto.Fueracomofuese,nocreíavalerparaeso.
Lapersianacomenzóalevantarsemuydespacio.Carlospudoentrar.Lahabitaciónporlaqueaccedieronerauncompletodesastre, todallena
deenredosytrastosinserviblesamontonadosencajasqueacumulabanpolvoa raudales.Elabogadosedesilusionóbastantealverla,puessiyacreíaqueestabanbuscandounaagujaenunpajar,estoloempeorabatodo.
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—¿Cómo suponíasque laventana iba a estar abierta? ¿Noera jugártelademasiadoaciegas?
—¿Qué a ciegas ni qué narices? Este hombre, como ves, era un putocerdo.Lode«Pancetas» tedigoyoque leveníademuchomásalládequevendiese carne. Sabía que los de la policía dejarían alguna ventana abiertaparaquesepudiera respiraraquídentroporeloloramierdade lacasa.Lomáslógico,paraquenoentrasenadieporlasdeabajo,eraquefueranlasdearriba.Miratúquééxitohantenido.Hemosentradoysigueoliendoamierdapura.
Carlos no supo qué contestar. Estaba abrumado por el proceder de lajoven.Sudeterminaciónenuncasocomoesteloestabadescolocandoyyanosabíaniquéteníaquepensardeella.
—Creoquedeberíamosbajaralsalón—propusoAlicia.—¿Estás loca? Ahí es donde lo han matado, no podemos. —Dio una
vueltasobresímismoconlosbrazosenjarras—.Meveoenlacárcelmañanamismo.Unacosaesentraraquí,queyaessuficientedelito,yotrabajar.Nopiensohacerlo.
—Joder,Carlos,nosé tú,pero laspersonasnormales suelenguardar lasfotos en álbumes y en cajones. Yo he estado en esta casa y he visto losmueblesdelsalón.Hayunaenormecajonera,apuestotodoaqueestáahí.Elcarniceroeramuybásico,noloveoocultandocosasenlaescayolacomotupadre.Sucabezanodabaparatanto.
CarlossopesólaspalabrasdeAlicia.Quizátuvierarazón,perolaideadepisarelescenariodelcrimenlohorrorizaba.¿Peroquéremedio lequedaba?Decidióacatar.
—Estábien,pero sécuidadosa.Lodigoporelbiende tu tía,noquieroquetevayaavisitaralacárceldemujeres.
Aliciasonrió.Nosabíasieraunabromadelmadrileño,peroera lomásparecidoauna,queellahubieraoídodesubocadesdequelohabíaconocido.
Aliciabajóprimero,seguidamuydecercaporél,quenocesabademirara los lados.Nisiquieraseacordódesumaníadecomenzarsiempreabajarunaescaleraconelpieizquierdo.Elmiedoaserdescubiertonolodejabaserélmismo.
Llegaron hasta lo que se suponía que era el acceso al salón. Carlos sepreparóparalopeor:loimaginabatodollenodesangre,conunfuerteoloramuerte.Aliciaaccedióalavezquerespirabahondo.Carloslaimitó.
Lo que encontró en el interior fue justo lo contrario a lo que esperaba.Puedequeyahubieranacabadodeprocesartodoelescenarioporquenohabía
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unasolagotadesangreporningúnlado.Tampocoolíaamuerte.Encambio,unfuertearomaaalgocítrico lo llenaba todo.Parecíaserqueunequipodelimpieza, como el que se había encargado de la casa de su padre, habíaacudidoadejarlo todocomo los chorrosdel oro.El resultado, desde luego,eraimpecable.
Alicia,tambiénsorprendida,comenzóaandarendirecciónalmueble.—Creoqueeslavezquemejorhaolidoestacasadesdequelaocupóel
jabalíglotón.—Joder,Alicia,unpocoderespeto,quelohanasesinado…—¿Respeto? Este no sabía lo que era eso. Menudo elemento.
Deslenguado, socarrón,maleducado, salido, borracho…Tenía todo lomaloquepuedesesperardeunapersona.
—Algobuenotendría,elpobrehombre.—Sí,que eraun trabajadornato.Esto loúnico.Yque su carne erauna
maravilla. Todo lo cerdo que era él, todo lo rica que estaba la carne quevendía.Perovamos,quecuandoabríalabocadabanganasdenoentrarmásporque soltaba alguna de las suyas, de sus visitas a burdeles de toda lacomarca,cosaquenoocultabaydelaquesesentíamuyorgulloso.Yadiós.Y, bueno, luego estaban las veces que llegaba hasta el culo de todo y nodudabaenmirartedearribaabajo,deteniéndose,esosí,enlastetasduranteunbuenrato.Tepuedoasegurarquenohevistonuncapeorcaradecerdoquelaqueteníaestetíocuandoibaasí.Y,bueno,quememireamímedaigual,yasoymayor de edad, pero este no se cortaba con niñas de catorce y quinceaños.Séquenuncahapasadodeahí,demirar,peroestonoquitaquefueraunserasqueroso.
Carlossequedóunosinstantescallado.EstoúltimoquelecontóAlicialehabíarevueltolastripas.
—No sé qué decir…No lo llegué a conocer bien, solo le compré dosfiletesdeterneralatardeanterioraquelomatasen.Aunque,laverdad,desdeunprimermomentonomediobuenaespinaelhombre.Nosé,memirócondespreciocasitodoeltiempo.Inclusomellegóareconocer.
—¿Lohizo?—preguntósorprendida.—Sí. Ahí me dio la impresión de que cambiaba algo su actitud. De
pronto,lamardeamistosoyofreciéndomedetodo.Pero…nosé,yoesquesoyalgodesconfiado…
—¿Qué?—Puesqueparecíaquelohacíaimpostado.
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—Hombre,simpáticonuncahasidoconnadie.Si lohizo,ya tedigoyoqueerafingido.
—Bueno,daigual.Supongoqueestoyanoimporta.Alicianodijonada,selimitóaseguirandandoporelsalónmirandodeun
ladoaotro.—NomeimaginoalPancetasconunagrancoleccióndefotos,porloque
si tienealgunaporaquí,debedeser laqueestamosbuscando—comentólamuchachamientrasabríaelprimercajón.
Una cubertería sin uso alguno apareció en él. Lo cerró y probó con elsegundo.
Enélsíhabíapapeles,porloquelafotopodríaestarentreellos.Trasunosminutosrevisándoloscasiunoauno,noencontraronnada.Locerróyabrióelterceryúltimocajón.Enél,solohabíaunacajitadepurosdemadera.Alicialaabriócon la esperanzadequeestuvieraahí,pero soloencontródentro loquesepodríaesperar:puros.
Desanimada,volvióaguardarlacajita.SedisponíaacerrarelcajóncuandoCarlosleagarrólamano.—Espera,déjamequecompruebealgo.Agarró la caja, la abrióycomenzóamanipular el interiorde la tapade
arriba.Alverquenopodíahacernadaconél,perosegurodelactoqueestabarealizando, comenzó a golpear suavemente la tapa por arriba.Una pequeñaplanchadechapamuyfinacayó,dejandoalmismotiempoquecayesealgoalsuelo.
Antes siquiera de mirar si era la ansiada foto, Alicia no pudo evitarpreguntaraCarlosporloquehabíahecho.
—Muy fácil. Yo tenía una cajita igual que me dieron en un bautizocuando dejaron de repartir puros. Recuerdo que quitaba esa chapa paraguardarnotitasysecretosquenoqueríaquemispadresencontraran.Imaginéqueseríaunbuenescondrijo.
—Mehasdejadoimpresionada,seríasundetectivealucinante—comentólajovenparadespuésmirarhaciaelsuelo—.Ybien,¿hacestúloshonores?
Carlosseagachóyrecogióelobjeto.Enefecto,eraunafoto.
01.25h.Alicante.CasadeNicolásyAlfonso
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Nicolás bebió agua y cerró la nevera.Dentro no había gran cosa aparte dealgunaslatasdecerveza—paraAlfonso—,otrastantasdeNestea—paraél—ydosbotellasdeagua.Unaparacadauno.Nosolíancomernicenarenesacasay,cuandolohacían,traíancomidapreparada,porloqueteneralimentosdentrohubierasignificadoqueseecharanaperder.Enlatelevisiónnodabannada interesante, como casi siempre. Era por eso que no solía verlademasiado, por no decir nada. Si acaso alguna serie de vez en cuando. Legustabanlasdecrímenes,quizáporsuprofesión.Peroquizátambiénporesonolassoportabademasiado,puesmostrabaneltrabajopolicialcomouncoserycantar,enseñandounarealidadmuydistintaaloqueenverdadera.Sí,quizáeramuyquisquillosoconestoyloúnicoqueteníaquehacereradejarsellevarmientras lasveía,peronopodía.Leera imposible.Yahabíaestadoun ratoasomadoenelbalcón,hacíamuchoquenosolíaconcentrarseenlalecturadeuna buena novela y ya no sabía qué más hacer. Comenzó a andar por elpasillo,sinrumbo,dandolavueltacuandollegabaelfinalyvolviendoahacerelrecorrido.Así,unayotravez.SeoíaroncaraAlfonso;élsídescansabaconplacidez. Era por esto que trataba de andar de puntillas por él, para nomolestarlo.
Eraya la terceranochequeno conseguíapegarojo, almenosde formacontinuada.Hacíamuchotiempoquenoestabaasí,lidiandodenuevoconelinsomnio.Enconcretodesdequeocurriótodoaquello.Sepreguntabasiestecasonoestabahaciendoquelosfantasmasvolvieranaasomarse.Deseabaquenofueraasí,peroeraalgoquenopodíacontrolarpormuchoquelointentara.
Trataba de no pensar en el caso, necesitaba dejar todo aquello encomisaría, pero en cuanto bajaba la guardia, las imágenes del cuerpo delcarnicero le venían a lamente.No era, ni por asomo, el primer cuerpo sinvida—yenunascircunstanciasespeciales—queveía,perosíeraciertoqueeraelprimeroqueestaba,pordecirlodealgúnmodo,bajosuresponsabilidad.Noseacusabaaélmismodelamuertealnohaberpodidoprevenirladespuésdel episodio de los ojos—no era imbécil, nadie hubiera podido hacerlo—,perosípensabaquecadamuertequeocurrieraenestecasollevabaunpocodesusellotambién.Seguíatanalejadodelasesinocomoenelmismomomentoenelquecomenzóelcaso.Notenía,prácticamente,ningúnhilodelquetirar.La frustración apretaba tanto por esto. Lo peor era pensar que en aquellosmomentos el asesino podría estar actuando y él no podía hacer nada paraimpedirlo.Ledolíaadmitirquenohabíasidocapaznidereducirunpoquitolaextensalistadeposiblessospechosos,quebásicamenteeratodoelmundo.Podríasercualquiera.Sinexcepción.
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Puedequefueraestoloquenoledejabacerrarlosojos.Pensóque,siloscerraba,alguienmoriría.Eraunatonteríaestareneseestadodealerta,peronodependíadesuvoluntadelhacerloono.
Suspiró.Estabacansadodeandar,peronolosuficientecomoparadormir.Entródenuevoensuhabitacióny tomóasientoensucamadeshecha.Sacódel cajón de su mesita de noche el pequeño aparato de MP3 que habíacompradohacíaunassemanasenunaconocidareddetiendasdeelectrónica.Antesquenada,palpódentrodelcajónylocalizóelblísterdeOrfidalquelehabían recetado hacía unos años.Hacía tiempo que no lo tomaba,más quenadaporquenohabíasentidolanecesidad,peroahoraempezabaadudar.
Loestuvopalpandoduranteunossegundos.Nosabíaquéhacer.¿Tomarseunoeraadmitirquetodoestabapudiendoconéltanpronto?Reconocíaqueelcaso tenía su aquel y no era lo que se podía considerar como uno de losnormales.Esquehabíatenidolabuenaylamalasuertedeestrenarseportodolo alto. Deseó ser como Alfonso. No es que a él no le importara nada, nimuchomenos,perosabíagestionarsusemocionesdeotramanerayenestosíloenvidiaba.Queríapoderhacerlo,apartaraunladoesaangustia,descansaryvolverelpróximodíadetrabajoconenergíasrenovadas.Peronopodía.No,sin ayuda. Y la única que tenía amano era ese contenedor plastificado depastillas. Antes de colocarse una debajo de la lengua comprobó que noestuvieran caducadas por el tiempo pasado —aunque de haberlo estado,tambiénlahubieratomado—.Cuandonotóquelapastillasehabíadeshecho,tomó un sorbo de agua de la botella que tenía al lado. No es que elmedicamento tuviera un sabor demasiado fuerte, es más, apenas eraperceptible para su paladar, pero sí lo suficiente como para no querer quequedaraningunahuelladeélensugusto.Actoseguido,colocólosauricularesensusoídosyapretóelbotóndeencendido.
Después de esto se echó para atrás y reposó su cabeza sobre elalmohadón.
Sabía perfectamente qué canción iba a sonar la primera. Lo teníaprogramadoparaquesiemprefueraasí.
Este era el únicométodo efectivo para poder encontrar la calma en lospeoresmomentos. No siempre funcionaba, como hacía un rato, pero ahoraestabasegurodequesíloibaahacer.
LasprimerasnotasdeCarrie,deEurope,comenzaronasonar.Cerrólosojosysedejóllevar.
Whenlightsgodown,Iseenoreason,foryoutocry,we’vebeenthroughthisbefore.
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Ineverytime,ineveryseason,godknowsI’vetried,sopleasedon’taskformore.Can’tyouseeitinmyeyes,thismightbeourlastgoodbye.Carrie,carrie,thingstheychangemyfriend,carrie,carrie,maybewe’llmeetagainsomewhereagain
Sindarsecuenta,alterminarelprimerestribillo,estabadurmiendo.
01.39h.Mors.Casadelcarnicero
CuandoCarloslepasólafotografíaaAlicia,estanopudoevitarquelamiradaselefueraalmismositioquesehabíaidoladelabogadonadamásverla:alpedazoquehabía sidoarrancadode la instantánea.Nadaestaría fuerade lonormaldenoserporqueenlafotohabíasietepersonasyeltrozoquefaltabacorrespondíaaldeunaoctava.
—Pero¿quécoño…?—acertóadecirAlicia.—Reconozcoamipadreenlafoto,eseldeladerechadeltodo,justoal
ladodelpedazoquefalta.La joven miró hacia donde le indicaba Carlos. Era verdad, ese era
Fernando,soloqueconunoscuantosañosmenos.—¿Cuántotiempohabrápasadodesdequesetomóestafoto?—Puedequeunosveinteoveinticincoaños.Recuerdocuandomipadre
teníaesteaspecto.Yotendríaunosquinceañosmásomenos,porloquenodebodeandardemasiadodesencaminado.
—¿Esedeahíeselcarnicero?Carlos miró hacia donde Alicia tenía el dedo. Sí, era él, bastante más
delgado, con todos losdientesyno tandesmejorado.Aunque solo lohabíavistounavez,eserostroerainconfundible.
Lamuchacha no disimulaba en su aversión hacia élmientrasmiraba lafoto.
—Nohaydudadequelafotoesesta—comentóelabogadosindejardemirarla—. No sé quiénes son estos, pero no me da muy buena espina.Además,¿quiéncoñofaltaenlafoto?Logroveralgoderopaallado,peronodistingonada.
—Seguro que el resto es gente del pueblo—contestóAlicia—,pero notengoniideadequiénesson.Enlafoto,lamayoríallevabarbaobigoteyasí
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están irreconocibles.Puedequepreguntandoami tíanosdé la identidaddetodos.
—No, ¿estás loca? ¿Cómo vas a involucrar a tu tía en esto? ¿Cómo leexplicaríascómotehashechoconestafoto?Yalahasvistoesta tarde,estámuyafectadaporloqueestápasando.Supongoquecomolamayoríadeloshabitantesdeestepueblo.Noesbuenaidea,losiento.Tenemosqueandarconpies de plomo.Te recuerdo que estámuriendo gente.Además, va a pensarquetodoes ideamíaaunquele juresyperjuresqueno.Memataráamísinpensarlo.Ynolequitorazónparaquererhacerlo.
—Entonces¿cómoquiereshacerlo?—No lo sé, necesito pensar. Desde que he llegado aquí no he podido
hacerlotodavíaconclaridad.Joder,nomereconozco,siempreloanalizotodoyahorasoy incapazdehacernadaconunmínimode lógica.Necesitoestartranquilo, al menos un día. Necesito recuperar la capacidad de valermementalmentepormímismooestoysegurodequeacabaréloco.
Aliciadiomediavueltaycomenzóadirigirsealasalidadelsalón.—Comoquieras, descansamañana si quieres, pero al parecer el tiempo
correentucontra.Túverásloquehaces.Estoyconvencidadequevaamorirmásgente.
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Lunes,12deoctubrede2009,07.57h.Mors.CasadeFernandoLorenzo
Despertósobresaltado.Laúltimapesadillahabíasidopeorquelasanteriores.Soñócon supadre.La imagende susojos se le aparecíaunayotravez ensueños, recordándole que, en verdad, la realidad era bien parecida a undelirio.Avecesnipodíadistinguir si se encontrabaenunmomentouotro.Peroesesueñohabíasidoespecialmentesiniestro.Estabaenunaespeciedeparaje solitario. El terreno le recordó a esos campos yermos que habíaatravesadodecaminoaMors.Estabansolos,élysupadre,unoenfrentedelotro.Habíaunadistanciaprudenteentreambos.Semirabansinpestañear.Eracuriosoporquelaimagenqueveíadesupadreeraconelaspectoconelquelohabía visto por última vez, en el tanatorio. Vestía bien, pero su expresióncarecíadevidaysurostroestabaamoratadoehinchado,aunquesíteníaojos.Lo sabía porque, a pesar de la distancia, los veía. De pronto, amboscomenzaronaandar.Élnisabíaporqué,perolohacía.Lagrandistanciafuesuperada en apenas unos pasos, cosas de los sueños, supuso. Una vezestuvieronaunosescasoscentímetros,unofrenteaotro,supadrealargóunamano y quiso darle algo. Él dudó, pero colocó la suya para aceptarlo. SupadreledioloquepretendíayCarlossemirabalamanocerrada,ansiosoporsaber loqueera.Laabrióyeran losojosdesupadre.Carlos,asustado, losdejó caer ymiró hacia el rostro de su padre.Efectivamente, le faltaban losglobos oculares y una gran mancha de sangre le cubría toda la cara. Elabogadodiodospasosparaatrás,presodelpavor.Silacosahubieraacabadoahí,yahubierasidomásquesuficienteparaél,puessuhorrorhabíarebasadotodos los límites, pero supadre lehabló.Esto lo terminóde romper enmilpedazos.
—Todoesculpatuya.
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Lavozconlaquelehablónoerasuya,esoestabaclaro.Sonabalúgubre,ronca, tétrica…Nosabíadescribirlacon laspalabrasexactas,perohizoquetantoensueñoscomoenlarealidadsuvelloseerizara.
Loúltimoquerecordabadelsueñoesquecomenzóadarvariospasosdeespaldasyquecayóal suelo.Fueahí cuandodespertóycomenzóadar lasgraciasporhaberlohecho.
Se incorporóalgoen lacamayseabrazóasus rodillas.Necesitóvariosintentosparaconvencersedequeaquellonohabíapasadodeverdad,dequenoerareal.
Estaba tembloroso y sudando a mares, empapado. Precisaba una duchaurgente.
Selevantóconmiedoaqueelcuerposelequebraraendosmitadesyfuedirectoalcuartodebaño.Sedesvistióypasóalplatodeducha.
Dejóunratoqueelaguacorrieraportodosucuerpo,quieto,sinmoverse.Sesentíacansado,agotadomentalmente.Necesitabaqueelagualopurificara,que le ayudara a sentirsemejor, que recorriera todos susmúsculos sinmáspretensiónquedejarpasareltiempomientrasseempapabaconelagua.Estoynadamás.Comosielmundohubieradejadodeexistirfueradeesemetrocuadrado en el que estaba. Lo malo venía cuando sabía que esto no eraverdad.
Aunque tambiéneraciertoqueeldíaanterior lehabíavenidomuybienparareencontrarseconsigomismo.Noalcienporcien,esoyaerademasiado,perosíenparte,almenos.Estoúltimolosabíaporquelamejorideaquehabíaconseguidotenereraladedarseunavueltaporelpuebloaversiconseguíareconocerlosrostrosdelafotografía.Puedequenofueraunadesusmejoresocurrencias,pero¿quéhacíaparanoinvolucraranadiemás?
Noteníaniidea,peroalmenosestabaalgomáscalmadoyquizáestoleayudaraapensar.
Yahabíasalidodeladuchayseestabasecando.SolíautilizartrestoallasparahacerestocuandoestabaenMadridy,allí,tuvolasuertedepoderseguirhaciéndolo, pues supadre teníavariaspreparadasdentrodeun armario.Yahabía acabado con la de la cabeza y la que utilizaba para el torso, y seencontrabasecándoseconladelaspiernascuandosuteléfonomóvilsonó.
—¿Cómoestás?—dijounavozconocidanadamásdescolgar.—Estoy,punto.—Vaya,nosé,esperabaotrotipoderespuesta.—Losé,perdona,Gala.Este jodidopueblomeestávolviendo loco.Me
sientooprimidoaquí.
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—Lasoluciónesmuysencilla:vuelve.Carlosquedóunosinstantesensilencio.—Nopuedo,ojalápudierahacerlo,estoesmuycomplicado.Nosiquiera
sécómopodríaexplicártelo.—¿El qué es complicado? Prueba a hacerlo, quizá sí que te entienda.
Mira,pasodetodo,mevoyparaallá.Nopiensodejartesolo.—No.Deverdad.Necesitoque temantengasalmargen.Sivienes…—
vacilóeneltono—corres…—¿Quécorro?Carlos,¿dequécoñoestáshablando?—Nada, en serio, estoy cansado, duermo pero no descanso. Tengo un
taladroresonándometodoelputotiempoenlacabeza.Oenlosoídos,nosé.Mira,hacemosunacosa,voyaintentaraguantaryosolo,teprometoquesitenecesitotellamoytevienes,perodéjame,hedellevarestoensolitario.
—Perovamosaver,Carlos.¿Quéesloquetienesqueaguantarsolo?Esque si nome cuentas nada, no te puedo ni comprender. Almenos podríastenerladecenciadedarmeunamínimaexplicación.Séquenomedebesnada,perocreíaqueéramosamigos.
—Ylosomos,Gala.Precisamenteporesonotepuedocontarnada.Yaloharé,tranquila.
—Hostia,Carlos. Sabes que cuandome dices que nome puedes contarnada, lo respeto. Pero, joder, llámalo intuición femenina o lo que te dé lagana,peroséque tepasaalgoraro.Quenoescomo lasotrasvecesquenoquieres contarme algo. Por favor. Déjate tus putas manías de lado ycuéntamelo.
—Noesningunamanía.Noinsistas,porfavor.Ahorano.Galanocontestó.—¿Siguesahí?—insistióCarlos.—Sí—dijo al fin lamadrileña—.Haz loque tedé lagana.Siempre lo
haces.Colgódejandoalabogadoconlapalabraenlaboca.Parecía molesta, y aunque ella no lo entendiera, tenía que dejarla al
margen.Almenosdemomento.¿Cómometerladentrodetodoestefollónsinpodergarantizarlequenoleibaapasarnada?Sinisiquieraélmismopodíacomprender lo que estaba sucediendo, ¿cómo explicarlo?Conocía aGala ysabíaqueelenfadoapenasleibaadurar.CuandotodaestalocuraacabarayregresaraaMadrid,podríaexplicárselotodo,conpelosyseñales,yentoncesentendería por qué no le había contado nada. Se sorprendió a sí mismoteniendounpensamientopositivodeltipodequetodoibaaacabarbien.Que
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todoseibaaresolversatisfactoriamenteeibaapoderretomarsuvidanormal.La pregunta que se planteaba ahora era: ¿lo haría siendo el mismo o esepuebloyloqueestabapasandoloibaamarcarparasiempre?
Sumidoenestospensamientos, leparecióqueel timbrede lacasahabíasonado.
Se vistió a toda prisa—con elmismo traje. ¿Cuántos días hacía que lollevabaya?Unadelascosasqueechabaenfaltaenelpuebloeraunamalditatiendaderopa—ysaliócorriendoendirecciónalaentrada.
Alabrirlapuerta,unmensajerolesaludó.—TraigodospaquetesparaCarlosLorenzo.Estesequedómomentáneamentesinhabla.Setemíalopeor.—¿Señor?—Eh…sí,soyyo.Pero¿hoynoesfiesta?¿Cómoesquereparten?—Hayenvíosquesepaganparaquelleguenseafiestaono.Esteesuno
deellos.Muybien,puessiestanamabledefirmaraquíyescribirmesuDNI,selosdejoaquímismo.
Carlos lohizoconel recuerdodelpaquetedeldía anteriormetidoen lacabeza.Elchaval sealejóy fuehastael camión,que teníaaparcadoaunosmetrosdelapuerta.Alpocoregresóconunpaquetedegrandesdimensionesy lo dejó con cuidado en el suelo.Al poco, dejó el otro, visiblementemáspequeño.
Carlosmirólospaquetessinsaberquéhaceryconelcorazónretumbandomuyfuerteensupecho.Elrepartidorsemarchósindecirnada.
Carlosdudóunosinstantessobrequéhacer,peroenestaocasiónparecióactuarlacordurayfueabuscarsuteléfonomóvilalcuartodebaño.Conélenlamanoyapuntodeavisaralinspectoresequeestuvoenlacasa,sefijóenqueencimadeunodelospaqueteshabíaunalbarándeentrega.Seagachóycomprobó,aliviado,quelosdospaquetesproveníandeMadrid.Enconcreto,losenviabaGalaRoch.
Erasuropa.Porfin.Cerrólosojosyrespiróconlamanosobresupecho.Siseguíaconestos
sobresaltos,lamuerteibaallegarabuscarloantesdetiempo.Cerrólapuertadeldomicilioymaldijosuniveldeparanoia.
Eltimbrevolvióasonar.Debíadeserelmensajero,quesehabíaolvidadodealgo.
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08.55h.Alicante.Comisaría
Nicolás llegó acompañado por Alfonso a la comisaría. Antes de hacerlohabíanparadoadesayunarenunbarquehacíaesquina,cercanoasulugardetrabajo.Cuandoentró,notóquehabíaalgodealboroto,demasiadoparaserunlunes—ademásde festivonacional,aunquevolvíana«comerse» laguardiaporsernovatos—,peronoledioimportancia.
Eldíalibrenohabíaservidopararecargarsuspilas.SílasdeAlfonso,quepor su rostro parecía despreocupado.No era así en el caso deNicolás. Eraincapazdesacarseniunsegundoelcasodelacabeza,quizáfueraporquenilohabía intentado.No lopudohacerdurante toda lanoche: laspastillasnohabíanservidoparanadayviopasarsinremediotodaslashorasdelreloj.Lasucesión de imágenes de ahora y las de hacía unos años no le daban unrespiro. Comenzaba a pensar seriamente que iba a acabar desquiciado. Seprometióasímismotratardecrearunabarrera—otravez—quesirvieraparadejar lo del trabajo dentro de esas paredes. Supo que iba a ser muycomplicado conseguirlo por sumanera de ser. Si no había podido las otrasveces…Aunasí,queríaintentarlo.Selodebíaaélmismo.
Subieronasuplantay,comoesperaban,aquellosíqueestaba tranquilo.Eraposiblequesoloestuvieranellosdosallí.
Llegó a su mesa y miró desde la distancia el PC, sin sentarse. Pordesgracia,labúsquedaeninternet,afaltademásresultados,eraloúnicoquetenía.AlmenosesperóquefueranrápidosenconseguirleseldocumentodelRegistro Mercantil, el análisis de la firma podría aclarar muchas cosas.También necesitaba la orden de la jueza para averiguar la procedencia delpaqueteenviadoalabogadoconlasmanosdelcarnicero,asícomounregistroexhaustivodellamadasdesusteléfonosmóviles.Sabía,porexperiencia,queesto también solía tardar unos días y los días de fiesta de por medio noayudaban nada. Tanta espera y tanta historia interminable lo estabandesesperando. De pronto, miró hacia su izquierda y vio venir como unaexhalación a su jefe. ¿Hoy también había venido a trabajar? ¿Es que estehombrenodescansaba?Lomaloeralacaraquetraía,parecíaqueseloibanallevarlosdemonios.
—¿Paraquécojonesquierenelteléfonomóvil?—preguntóenfurecido.Nicoláslomiróperplejo,nosabíaaquéserefería.—Llevodosputashorasintentandolocalizarles,joder.
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Nicolásmetió sumano en el bolsillo y, al sacarlo, vio que su iPhone 3estabaapagado.Habíaolvidadoencenderlo.Nosabíacómolehabíasucedidoesto,yaquesiempresolíallevarloencendidoporsilellegabaunavisoyhabíaquesalircorriendo.Noesquealgunavezlehubierapasado,peroimaginabaqueporsupuestodebía tenerlosiempreasí.PorelgestodeAlfonsodedujoqueéltampocolollevabaencendido.Sintióunapunzadaenelestómagoporunfallotantonto.
—Losiento,hasidounerror—dijoavergonzadoantelareprimendadesujefe—,suelollevarloencendidocasisiempre.
—Pues qué casualidad que ahora no. Con un caso así entremanos, nopuedennoestarlocalizables,coño.Heestadoapuntodellamaraotrodesuscompañerosyapartarlosdelcaso,porpapanatas.MóntenseenelputococheyvayanechandohostiasaMors.
09.23h.Mors.CasadeFernandoLorenzo
Alicia entró en la casa sin ni siquiera dar los buenos días. Su rostro estabadescompuesto.
—¿Quépasa?—preguntóelabogadosorprendidoporquefueraella,perosobretodoporlaformaenlaquehabíaentrado.
Esta andaba de un lado para otro incapaz de articular palabra. Estabanerviosa, muy nerviosa. Casi tanto como hacía dos días cuando ocurrió elincidenteconlasmanosdelcarnicero.
Carlos, viendo que aquello se le estaba yendo de las manos y noreaccionaba, la agarró de los hombros y trató de tranquilizarla.Lo hizo sindemasiadoaplomo,yaquesusmanos temblabancasi lomismoque todosucuerpo.Setemíalopeor.
—Estábien,respirahondo.Cálmateycuéntame,muydespacio.¿Quéhasucedido?
Ella obedeció y comenzó a respirar por la nariz y lanzar el aire por laboca,aunquenodabademasiadoresultado.Elabogadoesperópacienteaquelohicieraunascuantasveces,hastaqueparecióalfinserenarse.
—Yahora—siguióhablando—,cuéntamequéhapasado,porfavor.Alicia lo miró directamente a los ojos. Los párpados le temblaban
también.Élsintióquenopodíaaguantarmásestatensión,leibaadaralgo.
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—Sehancargadoalcartero,mecagoen laputa, ¡se lohancargado!—logródecirentresollozos.
AhoraelquenopodíadecirnadaeraCarlos.Sequedóinmóvil,sinmoverunmúsculo.No supo cuánto tiempo estuvo así, con las piernas ancladas alsueloyconelcuerpopesándolemásdeunatonelada.
—Estonopuedeestarpasando.Nopuedeestarpasando—serepitió.Alicialomirabaconlosojosllenosdelágrimas.Buscabaunconsueloque
Carlosera incapazdepoderofrecerle,yaqueestabaenestadodeshock.Sucuerpo ya no temblaba, parecíamás bien un seísmo, como si le estuvierandandopequeñosespasmos.Sentir cómoel cuerpodelabogadoparecíaestarpasandoporlomismonolaayudaba.Esmás,losuyoporlovistoeramuchopeor porque él no reaccionaba. Estaba como en otra parte. Alicia dejó quepasaran unos segundos y, al ver que él seguía sin recomponerse, decidiótomareltoroporloscuernos.
—Carlos,acércamelafotodelcarnicero.Necesitomirarsuscarasyversiesunodelosquesalenenella.Aunqueestoyseguradequeloes.
Carlos no reaccionóde inmediato, le costó horrores salir del infierno alque había bajado. Cuando lo consiguió, corrió hacia el armario dondeguardabatodoloqueteníaqueverconaquellahistoria,agarrólafotoyvolvióveloz.
Ellalaagarróyselaacercómuchoalacara.Necesitólimpiarelreguerode lágrimasquebrotabadesusojosparapoderdistinguir loqueobservaba.Empezóamirar,unoauno,losrostros,arrugandolanarizmientraslohacía.
Sedetuvoenuno.—Tienequesereste.—Señalóconsudedoaunhombreconelpeloalgo
largo y una prominente barba—.Ahora está…estaba…calvo y no llevababarba,peroporlosojos…tienequeserél.
—¿Estássegura?—No,joder,¡perocasiloestoy!—Nosetratadecasionocasi.Oesélono.—¡Quesí,coño!Carlosmiró hacia la ventana con un evidente gesto desencajado por el
devenirdetodoaquello.—¿Sabesalgodeloquehapasado?—preguntómirándolaaelladenuevo
—.¿Sabesloquelehanhecho?—No,hasidoenterarmeyvenirmecorriendo.Mitíanosabenada,estáen
lacamaconundolordecabezaterrible.Yohecerradoelbarymehevenido
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corriendo. No había nadie dentro ahora. ¿Quieres que vayamos a su casa?Seguroqueyaestántodaslasputasmarujasfuera.
Carlos asintió sin dudarlo. Necesitaba ver con sus propios ojos lo queestabapasando.
Salieronycomenzaronaandarendireccióna lacasadelcartero.SegúnAlicia, se encontraba a cuatro manzanas de allí, no merecía la pena ir encoche.Queríancorrer,peroningunosesentíadispuestoyaquenocreíanquesuspiernasestuvieranahoraparaesto.Apenassedirigieronlapalabraduranteelcamino.Ningunodelosdoseracapazdesalirdesuspropiospensamientos.Cuandollegaron,evidentemente,habíagentealrededordelcercopolicialquesehabíamontado,peronotantacomoquizáhubieranesperado.
Alicia, extrañada por esto, preguntó a unamujer de avanzada edad quemiraba sin cesar hacia el interior de vivienda, tratando de poder ver algo.Parecíaquelaconocía.
—Montse,puedequelesueneextrañoloquelevoyapreguntar,peroparaloqueparecequehapasado,¿nohaypocagenteaquífuera?
—Seestányendo,hija,yyotambiénmevoydeaquí.Nohaceniveinteminutos que he llegado y he escuchado cien veces ya la frase: «No piensoquedarmeenestemalditopuebloniun segundomás».Aquí todoelmundotienemiedo, yo tengomiedo,VirgenSantísima.He llamado ami hijo, quevivecercadeValencia,yvieneapormí.Encuantollegue,mevoycorriendo.Estepuebloestámaldito.Madremíadelamorhermoso…
Alicialocomprendió.Aunquequizánofueraunasoluciónalproblema,almenoseralógicoquelagentedeMorsquisieraalejarsedelpuebloanteloqueestabasucediendo.Lejosdelproblema,almenos,conservaríanlavida.Estabademostradoquenadieestabaseguro,aunquerecordandolafotoyaceptandola teoría que se había autoimpuesto creer, las mujeres no tenían de quépreocuparse, pues no había ninguna en la instantánea. Sintió el impulso dedecírselo. Era tal el miedo reflejado en el rostro de la mujer que tenía lanecesidaddetratardecalmarla.Pero¿cómohacerlosinquelatomaraporunachalada?Opeoraún,¿cómoexplicabaqueteníalafotosinmeterseenningúnlío? Lo habían hecho fatal, quizá, pero lo hecho, hecho estaba. Y la únicaopciónviableeranodecirniunapalabra.Asíque,muyasupesar,tuvoqueoptarporguardarsilencio.
MiróaCarlos.Él,asuvez,mirabahaciadoshombresquesesaludabanconcaradepocosamigosconeljefedelapolicíalocal.Parecíaconocerlos.
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09.42h.Mors.Casadelcartero
Elinspectoranotólafechaensulibretautilizandounanuevahoja.Aquellayaeraunasegundavíctima,tercerasicontabaconelpadredeCarlos,delcual,por cierto, Alfonso ya había pedido los papeles con las rúbricas para quepudieran ser comparados por un grafólogo, ya que había llegado lo quenecesitabadelRegistroMercantil,apesardeserfiesta.
—¿Qué tenemos? —preguntó Nicolás al jefe de la policía local,queriéndolohacerpartícipeyasífacilitarlascosasenlainvestigación.Sabíadesobraquehabíaquellevarsebiencontodoelmundo.Aunqueesehombrenoesquelecayerademasiadobien.
Estehizocomoquemirabaunahojaquesesosteníaenunacarpetaconunclip en su parte superior, no necesitaba leer nada para saber de quién setrataba.
—Agustín Bastias, cincuenta y nueve años. Cartero de la localidad. Sumujersequedaporlasnochesconsumadreparacuidarla,semanasí,semanano.Alparecerseturnaconunahermanaparaesto.Alvolverhoytemprano,se ha topado con la desagradable sorpresa.Un testigo afirma haber visto aAgustínenelbardeJoaquín,quenoestádemasiadolejosdeaquí,sobrelasonceymediadelanoche.Noibaborrachoninada,dijoquesololoviotomarunacopayquedespuésloperdiódevista.Encuantopuedameacercaréalbaraconfirmarlo.
Nicolásibaadecirlequeestonoeracosasuya,queeratrabajodeellos,peronoquisoquitarle la ilusiónalpolicía local.Siasí sesentía importante,¿paraquéprivarledelplacer?
—¿Sabesienelpueblohatenidoalgúntipodepercanceconalguien?—Sihasidoasí,yonosénada.—Esinevitablequelepreguntesileconstasiteníaalgúntipoderelación
directaconelcarnicero.Merefieroasieranamigoso,todolocontrario,sinoloeranenabsoluto.
—En este caso no puedo ayudarle. Supongo que el carnicero tendría lamismarelaciónque tenemos todosconelcartero,decordialidad.Siyaeranamigosonoescosasuya,yonolosé.
Nicolássoltóunbufido.Onosabía,onoqueríasaber.—¿Alguienhatocadoalgo?¿Sumujer?—LaGuardiaCivilhasido laprimeraen llegar traselavisoal112,por
aquellode la proximidad.Nohan tocadonada, son conscientesdeque este
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caso no es para ellos ya que la jueza parece haberse decantadopor ustedespara la investigación y ellos están de acuerdo.Hasta donde yo sé, lamujertampoco ha tocado nada. Es imposible de saber a ciencia cierta, pero ellaasegura que no. Aunque muchas veces, ante situaciones así, se actúa demanerainconscienteylamentebloqueaesosrecuerdos.
Elinspectorsesorprendióporlademostracióndepsicoanálisisbaratoqueacababademostraraquelhombre.
—Lo sé —se limitó a contestar, obviando aquello—. Gracias por suayuda.Si necesito algo, nodudeenque se lopediré—dijo a lavezque letendíalamanoamododeclaradespedida.Unacosaerasercortés,otrabiendistinta es que quisiera que estuviera dentro en la inspección ocular de laescena.
Elpolicíaselaestrechóysealejódeaquelpunto.NicolásyAlfonsollegaronhastalaentradadelsupuestoescenario.Como
era habitual, un policía custodiaba el acceso. Reconoció al inspector, pueshabíaestadohacíadosdíasenlacasadelcarnicero.Sintenerquedecirleunapalabra,seapartódesucamino.LaPolicíaCientíficahabíallegadohacíauntiempoya,porloqueelinspectorconfióenqueyatuvieranacotadalazonalibredeacceso.
NicolásmiróaAlfonso,este ledevolvió lamiradaconelañadidodeungesto afirmativo: tocaba entrar. Era la primera escena de su amigo comoinspectoryNicolás supoque esto impactaba.Él lohabíavividohacíaunosdíasensuspropiascarnes.
Unmiembro de Científica manipulaba el maletín que siempre llevabanconsigoantecualquieraviso.Tomabaunostestigosmétricos.Levantólavistaantelallegadadelinspectorylosaludó.SepresentócomoelagenteCasals.Zapataestabadentrotodavía,porloqueelagenteseofrecióparadarelavisodequehabíanllegado.
—Nohace falta, entramosnosotrosmismos—comentóel inspectora lavezqueentregabaaAlfonsountrajeestérilparaqueselocolocara—.Porqueyasepuede,¿no?
—Sí,claro.Hemos tenidoquedelimitarconflechasdenuevoelcaminolibre. Esto está lleno de sangre por todos lados y es una escena un tantocomplicada.
Nicolásasintiómientrasterminabadevestirseparapoderacceder.Cuando hubo acabado, miró a Alfonso. Este se colocaba la mascarilla
para,actoseguido,asentirconlacabeza.Tocabapasar.
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Tras el anterior asesinato y con la sospecha de que no sería el último,ambosinspectoresteníancasiclarocómoseríaloqueibanaencontrarenelinteriordelaestancia:uncadáverconundisparoabocajarro,unnaipesobreél y un miembro amputado que acabaría recibiendo el abogado de algunamanera.
Nadamáslejosdeloqueencontraron.
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Lunes,12deoctubrede2009,09.51h.Mors.Casadelcartero
A Alfonso le costó, más de lo que en un primer momento había creído,reprimir la arcada.Necesitó ponerse lasmanos sobre la boca porque sentíaqueibaaarrojareldesayunoahíenmedio.Actoseguidocerrólosojosytratódeaspirarairelimpio,peroelhedorasangrefrescanocontribuíaaello.Nosupo cómo describirlo bien, pero si tuviera que definir cómo olía aquello,hubiera puesto el símil de una carpintería metálica, con su característicoaromaahierro.Nicolás,encambio,mirabasinpestañearhaciaelcadáverynoparecíaarrugarseantelodantescodelasituación.
Aquellohabíasidounaauténticacarnicería.Ante el gesto de asco por parte del inspector, uno de los integrantes de
CientíficaquesehabíapercatadodeelloseacercóhastaaAlfonsoylepasóunboteminúsculoconalgodecremaparaqueselopusierapordebajodelanariz.
—Eseucalipto—explicó—.ComoelVicksVapoRubdetodalavida.Nohace milagros, pero esto ayuda a que sea algomás llevadero el estar aquídentro.
Alfonsoaceptódebuengradoyseloaplicópordebajodelamascarilla.Después se lo ofreció a Nicolás, que lo rechazó sin prestarle demasiadaatención.
Noquitabalavistadelcuerpo.Al contrario de lo que esperaba en un principio, Agustín Bastias, el
carteromunicipal deMors, no habíamuerto por un disparo en la base delcráneo, como Javier Culiáñez. Es más, no parecía haber recibido disparoalgunoenningunapartedesucuerpo.Losenormescortesquetenía,almenosde manera visible, en el cuello y el abdomen—que dejaba salir parte delintestino delgado fuera de su lugar habitual— parecían haber provocado la
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muertedelfuncionario.Elcuerposeencontrabaconlosbrazosencruzsobreuncharcoconsiderabledesangre.
—Menudo escenario tenemos hoy, inspector —dijo el subinspectorZapataamododesaludomientrasseacercabahaciaNicolás—.Nocreoquelo sepa, pero nome gustameterme en la parte que a usted le corresponde.Estoselodigoporquehastaahorahabíaestadocallado,peroahoranopuedohacerloynecesitopreguntarle siusted tambiénpiensaqueesunasesinoenserie.
El inspector lo miró. El subinspector no lo veía, pero tenía el rostrodesencajadopordebajodelamascarilla.Tardóunossegundosenhablar.
—Ahoramismonolosé.Creíaquesí,pero…—Yotampocoséquépensar.Estonotienenipiesnicabeza.¿Unasesino
enserieenunpueblocomoeste?Seríayalonuncavisto.Nicolássuspiróynodijonada.Éltampocodabacrédito.Extrajolalibreta
del bolsillo, colocó la punta del bolígrafo en modo escritura y comenzó aandarenlínearectaytratandodenopisarningunodelosincontablesrastrosde sangre que había por toda la habitación. Una serie de flechas de papelcolocadasenelsueloporelequipodeCientíficaleindicabalospasosjustosque debía dar para no entorpecer la recolección de indicios. En caso dehaberlos,claro.
—¿Creesquelodelosbrazosencruzesporalgo?¿Habráalgúnmotivoreligiosodetrás?—preguntóAlfonso.
—Nolocreo,parecequelohaextendidoparahacermejorsutrabajo.Paralacerarmejorelvientre.
—Joder. Pues casi que prefiero que sea un asesino satánico, al menosjustificaríatodoesto.
Nicolásbordeólahabitaciónsinquitarojoalavíctima,perosindejardevigilarsuspisadas.Laescenaerasiniestra,mucho,aunquenoeraesoloquelepreocupaba.Eraquenoseparecieraencasinadaalaanterior.Nisiquieraelescenario,apesardeserunsalóncomedor,seasemejabaaldelcarnicero.
Lahabitaciónparecíahabersidosacadadeunadeesasseriesdetelevisióndeépoca,conmueblesantiguos,cortinasdecoloresimposiblesyestanteríasrepletasdeenciclopediasdesactualizadasdesdehacíamucho.Encimadeunamesa de madera con un mantel —que por cierto parecía haber sidoconfeccionado a mano— de color blanco, había varias fotografías sobrediferentes épocas en la vida de la pareja. No había demasiada luz en laestancia,peroNicolásentendióqueenesosmomentoseranecesariotrabajarenesascondiciones,puesmuchosdelosrastrosinvisiblesalojohumano—
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cabello,fibrasyotros—solíanaparecercontécnicasenlasquesenecesitabadeestascondiciones.Cuandoacabaranconellolevantaríanlasventanasparatrabajarmejoryasídepasoayudaraqueelambienteestuvieraalgomenoscargadodemuerte.
Miró hacia la puerta, vio que la jueza Fernández ya había llegado a laescenaacompañadadelforense.Nose tratabadeldoctorGálvez;puedequenofuerasuturno.Lajuezallevabalamascarilladerigorpuesta,peroaunasísetapababocaynarizconunpañuelodesedablanco.
—Buenos días, inspector. ¿Me puede decir qué está pasando en estepueblo?
—Sientodecepcionarla,señoría,perono.Nolosé.Comenzó a andar hacia ella. Zapata entendió ese gesto como una señal
paraqueempezaranahacerdeverdadsutrabajo.Organizóasuequipoparaesto.
—¿Hayalgoque relacione lasdosmuertes?—preguntó lamujer con lavozalgodistorsionadaporelpañuelo.
—A primera vista no. No parece haber herida por arma de fuego. Sihubiera sido a quemarropa como la anterior, el proyectil hubiera acabadosaliendopordelanteynoesasí.Además,comove,elcuerpoestáentero,nosehallevadoningunaparte.Hepreguntadoporlarelaciónquepodríantenerambas víctimas, pero el jefe de la policía local no me lo ha sabido decir.Supongo que en un pueblo en el que se conocen todos, si tuvieran unarelaciónestrechasesabría.
—¿Ysiteníarelaciónconelprimercadáver,eldelsuicidio?—Estotendréqueaveriguarlo.Aguardaronpacientesaque laPolicíaCientíficahicierasu trabajo.Acto
seguidoentróenjuegoelforense.—Esprontoparaaventurarse—comenzóahablarconlagrabadoracerca
desubocaysinatenderalgestodedesesperacióndeNicolástraspronunciarla manida frase—. El cuerpo yace en posición de decúbito frontal. Es unvaróndecincuentaynueveañosqueatiendealnombredeAgustínBastias.Razablanca,sinnoticiassobreantecedentesmédicos.Se tratadeunvistazofrontal,perodiríaquelacausadelamuertepodríaser,obienlaheridaenelcuello o la que tiene en el abdomen. En el levantamiento miraré su parteposterior, pero no tiene pinta de haber recibido ningún balazo como laanterior víctima. Aprovecharé que la propia heridame facilita el camino eintroduciréeltermómetrohepáticoparadeterminar,demaneraaproximada,lahoradelamuertesincausarunanuevaherida.
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Extrajo de su maletín el termómetro y, con cuidado de no alterar ladisposicióndelosórganos,selocolocóalcadáver.
—Elenfriamientocadavéricomeindicaquemurióhaceunassietehoras,másomenos.Imposibledeconcretarmejordebidoalaexposicióndepartedelosórganosalfríograciasala laceracióndelabdomen.Surigidezespropiadeestosdatosylalividezqueseapreciaenlaparteposteriordelcuerpoasílorefuerza. Por mi parte solo puedo certificar su muerte y esperar a ver quéresultadossearrojanenelposteriorexamen.
Apagó la grabadora y volvió hacia la puerta. El inspector Valdésagradeciómentalmentequecertificaralamuerte.Undatomásquenecesarioenaquellosmomentos.
—Entonces ¿calcula que murió sobre las dos de la madrugada? —preguntóNicolásalmédicoforense.
—Pareceserquesí.Peronosefíe,conelabdomenabiertoytantapérdidade sangre es complicado de saber; el ciclo varía según qué casos y quécondiciones.
—Entonces,loúnicoquecoincideconelotrocasoeslahoraaproximadadelamuerte—lecomentóNicolásaAlfonso—.Apartedeesto,nohaynadaquemehagapensarqueeselmismoasesino.Noesloquepensábamos.Tienequeserotro.
—¿Otro?—Alfonso no pudo evitarmostrar sorpresa ante la posibilidadplanteadaporNicolás.
—¿Nolocrees?Losasesinosenserienocambiansumodusasícomoasí.En la primera muerte estaba imitando claramente a Galán, ¿por qué iba acambiarahorasumodusoperandi?Estoescapaatodalógica.Noeslamismapersonalaquehahechoesto.
—Vale, en esto estamos de acuerdo —comentó Alfonso mientras serascabalacabeza—,perodeahíaquehayaotroasesino…¿Noesdemasiadacasualidad?Joder,dosmuertesviolentasenuncortoespaciodetiempoenunmismopueblo.Sinoesobradelamismapersona,yonoloentiendo.
—Puedequeesténcompinchados.O inclusopuedequehayamásdeunperturbado aprovechando el caos que se está apoderando del pueblo paraajustarviejascuentasycamuflarloenotroscrímenes.
Alfonsomiróconunacejaenarcadaasuamigo.—Estoyasíquemesuenaapelículamala,Nicolás.Esalgorebuscado.—Peroposible.—Sí,siposiblees…peronosé.Mejordejemosquelosdatoshablen,no
emitamosjuiciosbaratosporquenospodemosllevarunasorpresa.Ymetemo
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quenadaagradable.Nicolásasintió.Alfonsoteníarazón:eraprontoparadictaminarnada.—¿Creesquelecortódepieocuandoyaestabatiradoenelsuelo?Alfonsolopensóunosinstantes.—Creo que primero le rajó el cuello, de pie, de ahí las salpicaduras de
sangreenaquelladirección.Lomaloesquedeberíamos saberquéposicióntenía lavíctima inicialmenteparadeducir si el atacante era zurdoodiestro.Conelbombeodelcorazónylaposiciónerguida,todasestassalpicadurassonlógicas —dijo señalando el reguero—. Una vez cayó al suelo, le rajó elabdomen. Como has dicho antes, es muy probable que lo colocara en esaposición para facilitar su trabajo en la barriga. ¿Con qué fin?Ni puta idea.Peroesteactodemuestrasadismoyesomeponelospelosdepunta.Oye—hizounapausayentornóalgolosojos—,¿puedequesehayallevadoalgúnórganoyporesolalaceración?
Nicolás segiróhacia el forense.Él habíavisto la heridamuchomásdecercaqueelinspector.
—Comonoparoderepetir,tendremosqueesperaralaautopsia.Apesardetenerpartedelosintestinosfuera,noparecequeseaasí.Perolodicho,espronto.Lasorpresapuedesermayúsculaenlamesa.
Todosvolvieronagirarsehaciael equipodeCientífica.La juezaestabafirmando en esosmomentos los papeles para el levantamiento. Uno de lospolicíasseacercóhaciaNicolásconalgoenlamano.
—Mire,inspector,estabadebajodeaquellamesa,ladelasfotos.Nicolás agarró el objeto, era un bote de cristal con algo dentro. Estaba
abierto.—¿Lohanfotografiadoensuposiciónnatural?Elpolicíaasintió.Nicolásseacercóelbotealanariz,paraolerlo.—Parece algún tipo demermelada o algo parecido—dijo arrugando la
narizdespuésdehaberloolido.Alfonso,conelmismocuidadoquehabíallevadoNicolás,seacercóhasta
élycomprobóelcontenidodelbote.—¿Calabaza?—Creoquesí.¿Estolohabrádejadoelasesinooyaestaríaaquí?—Niidea,perosilohahechoelasesino,noveoelfin.Desdeluegopara
maquillareloloramuertequehayaquínoes.ElhedorasangrenoloquitaniDiosdeaquí.
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—Tápenloconfilmtransparenteyloprocesantambién.—Selodevolvióalpolicía—.Habráquepreguntarlealamujer.Porcierto,¿dóndeestá?
—Enelhospital—intervinoZapatadesdeladistancia—.Selahantenidoquellevarporqueparecíaqueleestabadandoalgodelosnervios.Notengoniideadecómoestará,perolacosanopintabanadabien.
DostrabajadoresdeMedicinaLegalaparecieronenescenaparallevarseelcadáveralasdependenciasdeAlicante.Elsubinspectorlesindicópordóndepodíanpasar y enmenosde cincominutos la escenaquedómásdespejada.Una de las cosas que pudieron comprobar era que el cadáver no tenía, contodaseguridad,ningúnorificiodeentradadebala.
—Inspector Valdés —dijo la jueza—, reconozco que esto ya me estáempezandoamosquear.OrihuelaesdiezvecesmásgrandequeMorsyaquíyahanllegado,endosdías,alnúmerodecrímenesviolentosdeunañoenteroallí.Necesitoquecuantoantesarroje luzsobresieselmismoasesinoono.Mepreocupayabastantequehayaunlocosueltocomoparaqueahoraseandos.Manténgamealcorrientecon loquesea.Anoteminúmerode teléfonoporsimenecesitaparacualquierformalidad,tratarédeallanarleelcaminoenloquepueda.
Nicolás agradeció ese gesto por parte de la jueza. Saltarse el tener quepedir las órdenes a su jefe y que este tuviera que hacerlo a través delcomisarioenverdadsífacilitabalascosas.Almenosenloquealtiempodeesperaserefería.
—Muchasgracias,señoría.¿Podríapedirleyaunfavorparaagilizaralgomáselasunto?
—Sí,pediréaljefedelserviciodeMedicinaLegalqueenvíeaunodelosforensesparaempezarlaautopsiacuantoantes.Nadadeesperaramañana.
—Gracias—dijosinceramentealcomprobarlarapidezmentaldelajueza—,estonosayudarámucho.
Trasesto,lamujersaliódelescenariodejandoalosdosinspectoresjuntoalequipodeCientífica.
—Nocreoquepodamoshacermás.Ni siquierapodemospreguntar a lamujerdelfallecido.
—Bueno—dijoAlfonso—,siquieresvamosparaelhospitaly…—No,ladejaremosdescansaryrecuperarsedelshockporqueasínovaa
ayudarnos nada.Mejor nos vamos para comisaría a esperar la llamada delforense y a seguir trabajando. Tenemos mucho que hacer —comentó elinspectoramododedespedida.
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Alfonsonopudomásqueasentir.Eracierto.Allípocomáspodíanhacer.Menudopanoramateníanencima.
10.34h.Mors.Exteriordelacasadelcartero
Carlosllevabaunbuenratomirandohacialapuertadeentradadeldomicilio.Necesitaba hablar con el inspector para que le contara, en lamedida de loposible,quéhabíapasado.Ahorahabíaalgomásdegentequeantes,peronola esperada, quizá, ante un hecho de semejantemagnitud. Puede que fueracierto lo que había dicho la mujer de que la gente tenía miedo y estabaempezandoahuirdeMors.Laprensa,cómono,síquehabía llegado. Igualquehacíadosdías,soloerantelevisioneslocales,peroantecómoseestabandesarrollando los acontecimientos, Carlos no dudó en que pronto llegaríanmedios nacionales para cubrir la noticia. Aquello se pasaba de todo loconsideradocomonormal.
ViosaliralapersonaqueacompañabaalinspectorValdésenelmomentode su llegada. Es probable que fuera otro inspector. Instantes después fueNicoláselquesalió.Nodudóenirasuencuentro.Alicialosiguiósinsaberquépretendía.
—Inspector—dijoamododesaludo.—SeñorLorenzo—contestóeste.—Sabequenolevoyapreguntarpordetalles,nosoyimbécil.Pero¿qué
cojonesestápasandoaquí?Nicolásmiróasualrededorenvariasocasiones.—Bajeeltono,silajuezamevehablandoconusted,semecaeráelpelo.
Le prometí tenerlo informado pero esto no implica que tenga que saberlotodo.Sololediréalgo:creoquenotienequeverconelcasoanterior.
LacaradeCarlosparecíaunpoema.—Sí,losé,estoesdelocos,peropareceserasí—añadióelinspector—.
Deme unos minutos y prometo llamarlo al móvil para que nadie me veahablando con usted. Váyase de aquí, no quiero que nadie escuche laconversación, si lemantengo informadoesporque sehavisto implicadoentodoesto.
Carlosasintió,sedioporsatisfechomientrasdabaunospasoshaciaatrás.
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11.13h.Mors.CasadeFernandoLorenzo
Alcabodeunosveinteminutossonósuteléfono.Lohabíadejadoencimadelamesa pequeña que había enfrente del sofá del salón de su padre y no lehabíaquitadoojoenningúnmomento.Aliciasehabíamarchadoareabrirelbar, necesitaba mantener por el momento a su tía alejada de todo esto.Aunque sabía que tarde o temprano se acabaría enterando.Habían quedadoparacomer juntosen lacasadelpadredeCarlos,asíeste lecontaría loquesabíasobrelamuertedelcarteroyambospensaríanquéhacerapartirdeesemomento.Elabogadoagradecíaelapoyodelamuchachaentodoaquello.
Contestó la llamada. No había guardado el número todavía, peroreconociólosdígitos.
—Cuénteme—dijosinmás.—El crimen no se parece en nada a lo anterior.—Nicolás también fue
directo—.No se han llevado ningúnmiembro. Elmodus operandi ha sidototalmente diferente. No puedo darle ningún detalle, pero los crímenes separecencomolanocheyeldía.
Carlos no sabía ni qué responder. Esperaba otra cosa, todo aquellotambién loestabadesconcertando.Quizádebieracontarle lode lacartay lafoto,alfinyalcaboelinspectorseloestabacontandotodoaélsintenerlaobligacióndehacerlo.Pero¿ysiselorelatabaynoconseguíallegarhastaelfondodelsupuestosecretoqueestabahaciendoqueestoocurriera?Puedequedemomentofueramejorquecadaunoseocuparadesusasuntos.Nicolásdelasmuertesyélmismodesacarlaverdadalaluz,poraterradoraquefuera.
—Igualmente —prosiguió el inspector Valdés—, he pensado algo.Mandaréaunagentedepaisanoparaquevigiledecercasudomicilio,nomefío,dudoqueleenvíennadaporquenohaynadaquemandar,pero…porsiacaso.
—Gracias, inspector.Estome tranquiliza.Sigo sin entenderporquémehan mandado a mí los dos anteriores, digamos, trofeos, pero la presenciapolicialmehaceestaralgomástranquilo.
—Estamosparaayudarenloquesepueda,recuerde.—Gracias.—Le dejo, cualquier cosa, ya tienemi número. No se preocupe que le
llamaré para que se quedemás tranquilo en caso de confirmar que esto hasidounhechocasualyaislado.Aunquenolocrea,deseoestoyotambién.
—Nomásqueyo.Muybien,seguiremosencontacto.
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Colgó.Dejó el teléfono encima de lamesa de nuevo y se recostó en el sillón.
Menudosdíasestabapasando.
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Lunes,12deoctubrede2009,13.56h.Mors.CasadeFernandoLorenzo
Cuandosonóeltimbredelacasa,nosupodecirsisehabíadormidoohabíaentradoenunestadodesemiinconscienciaprofunda,por llamarlodealgunamanera.Todoleseguíapareciendounextrañosueño,inclusosabiendoqueyateníalosojosabiertos.
Deseóqueenrealidadlofuera.Unnuevotimbrazolosacódeestospensamientos.Puedequeyafuerala
horadecomer.LaquellamabateníaqueserAlicia.Reconocíaqueelespírituyelímpetudelachicalehacíallevarlotodoun
poco mejor. No solía contagiarse de las emociones ajenas, aprendió hacíamuchotiempoaseparartodoestodeéldebidoengranparteasutrabajo,alasconductasmiserablesyruinesqueveíadíatrasdíaenél,perolajovialidaddelamuchacha le inyectabaalgode la fuerzaque tantonecesitabaenaquellosmomentos.
Diodoblevueltaalallaveyabriólapuerta.NoeraAlicia.—Buenastardesya,señorLorenzo.—Eljefedelapolicíalocalletendió
lamanosintitubeos.—Buenastardes,¿ocurrealgo?—No,verá,hevenidoparaasegurarmedequetodoestábien.Teniendoen
cuenta la prisa que tenía el otro día para marcharse, ¿cómo es que se haquedadoapasarunosdíasaquí,enMors?
Carlos dudó unos instantes antes de responder. Había estado endemasiadosjuicioscomoparanoreconocereltonodelapreguntadelpolicía,que además había estado bastante torpe a la hora de formularla. No habíadiscusión en que lo consideraba sospechoso. Puede que no fuera algo tandescabellado,pueshabíasidollegarélalpuebloycomenzarapasardetodo.Entendía la posición del policía, que solo cumplía con su trabajo—aunque
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también era verdad que se estaba extralimitando, ya que en realidad esetrabajo correspondía a la PolicíaNacional, no a su cuerpo local—.Decidióquitarle hierro al asunto y colaborar lo máximo posible; lo único que lefaltabayapararematarlasemanaerandosacusacionesdeasesinato.
—He estado pensandomucho, ¿sabe?—contestó por fin el abogado—.Mipadresehasuicidadoyyonomehablabaconél.Ahoranecesitosaberunpocomásdesuvidayreconsiderarlosmotivosporloscualesnosseparamoshacecasiveinteaños.Estaraquímeayudaaeso.Meestoydandocuentadequetodoloquecreíasabersobreélnoeracierto.Queeraunapersonamuydistintaalrecuerdoqueguardabadeél.
—Bien. En realidad no sé qué idea tenía usted de él. Yo lo conocía lojusto,dehablaralgunavezconél,peromedabalaimpresióndequeeraunbuenhombre,asíquemeparecegenialloqueestáhaciendo.Creoqueesunpasológicoelquehadado,supongoqueyo,ensupellejo,actuaríaigual.Loúnico queme fastidia es que tenga que conocernos a nosotros y a nuestropuebloentanjodidascondiciones.Noséquécoñoestápasando,nisiquieraenlosalrededoreshabíasucedidoalgoparecido.
Carloslevantóloshombros.—Noséquédecirle.Créamecuandoledigoqueestoytanasustadocomo
lagentequeestáhuyendodelpueblo.—Sí, se ha ido demasiada, pero no les puedo culpar por estar tan
asustados.Yausted,¿noleentranganasdehuircomoalrestodelosvecinos?Carlossiguióaguantándoleelpulso.Decidiórespirarantesdehablar.—Comoyalehedicho,necesitohaceresto.Meconozco.Séquesivuelvo
aMadrid,conloajetreadodemidíaadía,novoyavolver.Esahoraonunca.Dealgúnmodoselodeboasumemoria.
—Leentiendo.Deacuerdo, soloquería asegurarmedequeestábien.Sinecesitademí,paracualquiercosa,yasabe.Nolodude.
—Noloharé.Tengaustedunbuendía.—Igual.Diomediavueltaysefueendirecciónalajefatura.Carlossedisponíaa
cerrarcuandoviollegaralajoven.Llevabadosbolsasdeplásticoenlamano.—¿Quéhacíaeseaquí?—preguntósinquitarojoalpolicía.—Nada,lonormal.Havenidoaintentarrelacionarmeconloscrímenes.—Claro, pero tu condición de abogado implacable no te habrá dejado
ceder ni un poquito ante su empuje. ¿Me equivoco, letrado? —contestósocarrona.
—Sí,algoasí.
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AliciaentróyCarloscerrólapuertadenuevoconlallave.Ellafuedirectaalacocinaadejarlasbolsas.Éllasiguió.
Enellastraíalacomidapreparada.—Encuantoledijeamitíaquevendríaacomercontigosepusomanosa
la obra y, con dolor de cabeza incluido, nos ha preparado este cocido conpelotas.
—¿Cocidoconqué?—Conpelotas.Talcualsuena.Asíllamamosaquíalasalbóndigas.—Entonces¿escocidoconalbóndigas?¿Esamezclaeslegal?—En serio, me dan ganas de estamparte contra una pared, abogado.
Cuandolopruebesmedirás.—Vale, vale. Luego me acercaré a darle las gracias a tu tía por las
molestias.Porcierto,¿sehaenterado?—¿Túquécrees?Aquílasnoticiasvuelan—dijomientrassacabaunpar
deplatoshondosdelarmario—.NonecesitanibajaralbarparaenterarsedetodoloquesucedaenMors.Aloscincominutosdellegaryo,lahallamadopor teléfonoRemedios,unaamiga suya.Se loha relatado todoconpelosyseñales,lamuyhijadeputachismosa.
—Joder—comentómientrasayudabaaAliciaaponerlamesa—.¿Cómoselohatomado?
—Psé, no sabría decirte, creo que no lo ha asimilado. Yo creo que elshockporlodelcarniceronolehadejadodarsecuentadeloquehaocurridohoy.Haactuadoconnaturalidad,comosinadahubierapasado.Elcarteronolecaíanadabien, eraunhombremásbienarisco,demuypocaspalabrasymuy estúpido la mayoría de veces. Pero de ahí a ni inmutarse… Es algoextraño.Yocreoqueniseestáenterando,quesucerebrobloqueatodoestoyquenopuedeasimilarlo.
—¿Y la has dejado sola?—preguntó el abogadomientrasmostraba sintapujossuasombro—.Podríashaberledichoqueviniera.
Aliciariomientrasnegabaconlacabeza.—Conozcoamitía.Nuncahemosvividoalgoparecido,perosímomentos
enlosque,porloquesea,hemostenidoundisgustobastantegrande.Cuandopasaalgoasí,lomejoresdejarlasola.Sino,madremía,seponeinsoportable.Ellamismaloreconoce.Asíquenomeha tenidoque insistirdemasiado—admitiósindejardesonreír.
Tomaronasientoyempezaronacomer.Ademásdelcocido,Aliciahabíatraídounabarradepandehogazaconunaspectosuculento.Comonosabíaqué tipo de postre podría gustarle a Carlos, había optado por natillas de
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vainilla,unpardeflanesydostarrinasdearrozconleche.Todoellocaseroy,segúnlehabíaexplicado,salidodelaspropiasmanosdesutía.
—Joder—comentóelabogadotrasprobarunacucharadadelplatoquelehabíaservidoAlicia—,¡estoestábuenísimo!
Carloshabíadudadodeecharselaprimeracucharadaalaboca.Laverdadesquelamezclaleparecíademasiadorara.Enelplatoteníadosalbóndigasde tamañoconsiderable,nocomolasqueélacostumbrabaaver,garbanzos,patatasyhastaunapatadepollo.Elsabornoseparecíaennadaalcocidoqueélhabía comidodesde siempre enMadrid, perodesde luegono sequedabaatrásdeaquel.
—Si es que, como te he dicho antes, tendría que estamparte contra unapared.¿Siempreeresdejuzgarantesdeconocer?
—Sí.—Puesasí te tienequeir,hijomío.Muchodineroytodoloquequieras
perotefaltalomásimportante.—Y,segúntú,¿quées?—Pueslacapacidaddequetesorprendan,leches.Unodelosdichosdemi
tíaesque,sidejasdesorprenderte,dejasdevivir.—Puessí,puedequetutíatengarazón.¿Vivesdesdesiempreconella?—Sí,aver,almenosdesdequetengousoderazón.Nolleguéaconocera
mi madre, bueno, mejor dicho, no tengo recuerdos de ella. Murió por uncáncer cuandoyo tenía solodos años.Eramuyguapa,por las fotosquehepodidoverdeella.Mitíamecriosola.Ellanuncallegóacasarse,porloquehe sido lomás parecido a una hija que podría tener.De hecho, yo la tratocomo si fuera mi propia madre. No tenemos más familia aquí, ellas sonoriginariasdeSantander, por loquehayquehacerunos cuántoskilómetrosparaencontraralgúnprimomío.
—¿Y tu padre? —preguntó con algo de cautela, sabiendo la propiahistoriaquehabíatenidoélconelsuyo.
—Tampoco lo conocí. Mi tía me contó que mi madre se quedóembarazadaporerror,ellanoqueríaestarconmipadre,porloquenuncalecontónada.CreoqueviveporSevilla.Oenalgúnsitiodelsur.
—¿Nuncalohasbuscado?—¿Paraqué?¿Paradecirle:«Hola,soytuhija,alaquenovesdesdehace
másdeveinteañosydelaquenosabíasnisiquieraqueexistía.¿Mepuedesquerercomounpadre?»?No,enrealidadnosabríaniquédecirley,además,hevividotodamividasinél.Yameheacostumbradoanotenerunafigurapaterna en mi vida. No la necesito. Para vosotros, los hombres, es
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inconcebiblequeunamujerpuedasaliradelantesinunreferentemasculino.Estípico.
—Oye,queyonohedichonada.Además,terecuerdoqueyotambiénmehecriadocasisinpadre.
—Bueno,Carlos,perdonaperonoes lomismo.¿Cuántohacequedicesquesefue?
—Dieciochoaños.—Puesyaestá,todatuvidaanteriorvivisteconél.Yonuncalovi.Nime
importa,teloprometo.Paramí,mitíaloestodo,madreypadre.Ycréeme,hacerdetodoestoconmigonoessencillo,nuncahesidofácildetratar.
Carlosnopudoevitarsorprenderseanteesaafirmación.—Sí,nomemiresasí—dijonadamásdarsecuentadelacaraquehabía
puesto—. No siempre he sido tan simpática y agradable como ahora. —Sonrió picaronamente—. He causado muchos problemas, era algo rebelde,contestona.SipreguntarasaRamírezsobremí,tediríaunpardecositas.Perobueno, todo pasa, mi tía supo tener paciencia conmigo. Me trató con unamezclademanoduray riendasueltamuydifícildeexplicar,perograciasaesologréenderezarme,comodiceella,yhaceunpardesemanascomencéungradodepsicologíaporlaUNED.AcabandeimplantarlosestemismocursocontodaestahistoriadelPlanBolonia.
—¿UNED?¿Porquéadistancia?¿Noprefieresenpersona?—A ver, no te digo que no sería mejor si fuera en persona, claro. De
hecho podría haber ido a Alicante a estudiar de manera presencial, peronecesitoagradecerdealgúnmodoamitíatodoloquehahechopormí,porloqueestudiodenochey trabajodedía.Además,ellamepagó lamatrículayloslibros.Tecaeríasparaatrássisupierasloquecuestatodoesto.
—Vaya—comentó Carlos tras beber un sorbo de agua—, no todas laschicasdetuedadestántancentradascomotú.
—¿Centradascomoyo?¿Quétienes,setentaaños?—¿Aquéterefieres?—Aquehablascomounabuelo.—Joder, tampocoes tan raro loque tedigo.Nosé, tenía la ideadeque
unapersonade tuedadestaríamáscentradaensalirconsusamigas,en loschicos,enpasarlobienyenesascosas.
—Madre mía, ¿te oyes? Eres estereotipolandia en persona. ¿En loschicos?Podríaserlesbiana.
Alabogadoseleatragantólacucharada.Laverdadesquenohabíaestadofino.
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—Yo… —trató de disculparse—. Solo pretendía decir que me hassorprendido.Noponíaenteladejuiciotuspreferenciasninadadeeso.
—Nosoylesbiana.Sitelohedichohasidoparadarteunligerocorte.Siesquenosepuedesermásrancio,macho.Quenoestántancentradas,dice…Ni todos lo de tu edad son tan pedantes ni maniáticos, ¡señor! Me estásponiendodelosnervioscontusmanías.
Carloslevantóunacejaanteesafrase.—¿Tecreesquenomedoycuentadetusfijaciones?—añadióAlicia—.
Otracosaesqueno te lasdiga,peroesqueeres lahostia.Porejemplo,nopuedes estar dentro de la casa sin echar la llave. Para sentarte, tienes queagarrarteelpantalónporlasrodillas.Cuandoteincorporas,siemprelohacesconelpiederechoprimero.Antesdeecharteunacucharadaalaboca,aunqueesté fría, como es el caso ahoramismo, tienes que soplar tres veces lo quelleve,¿sigo?
Elabogadonosabíaniquédecir.Eramuyconscientedetodassusmanías,paraesoeransuyas,perolagentequesesolíamoverasualrededorjamáslascomentaba con él. Las veían, las acataban y callaban. Así era siempre. NisiquieraGala,unadelaspersonasquemásloconocía,selorecriminaba—almenos en lo habitual—.Quizá fuera el ímpetu de alguien tan joven lo quehabíallevadoaAliciaahacerlo.
Quizánecesitaramáspersonas comoella a su alrededor, quenodijeransiempreaménatodo.Gentemásauténtica.
—No hace falta que contestes—añadió ella al ver la impasibilidad deCarlos—. No pasa nada porque tengas estas peculiaridades. A mí, porejemplo,nadiemepuedetocarlaspalmasdelamanos.Loquepasaesqueavecestepasas.
—Tomo nota —se limitó a decir antes de soplar tres veces sobre lacuchara.
Alicianopudoevitarreír.—Y ahora que te he contadomás omenos todami vida, cuéntame tú.
¿Porquénotehablabascontupadre?ACarlosnolesorprendiólapregunta,sabíaquetardeotempranolaibaa
formular.—Essencillo,éldesaparecióundía.Nosdejóamimadreyamítirados
como a perros. Me costó varias sesiones de terapia poder asimilar que nohabíasidomiculpaqueélsemarchara,queelúnicoculpablehabíasidoél.
—¿Tesentisteculpable?
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—Sí.Noparabadepensar en si habíahechoalgomal, si había sidounmal hijo.Yo era tu némesis, ¿sabes?Era aplicado, nunca contestaba, habíarecibido una educación exquisita y se podría decir que era lo que se suelellamar el hijo perfecto.Luegono podía entender qué había hechomal paraquemipadresefuera.Pasécercadeunañoconestesentimiento,mezcladedudaydeculpa.Fueentoncescuandomevolvíunpococomocomentasquetúeras.Unrebeldesincausa.Hastaquemimadremepagóunaterapeutaquemeayudóacomprenderlaverdad.Mipadresehabíamarchadoporsupropiavoluntad.Sinosabandonófueporquequiso.Nopormiculpa.
—Yesotehizogenerarunodioquetehaduradohastahoy.—No,esosolofueunaparte.Mimadreentróenunadepresiónynunca
pudosalirdeella.Dejódecomeryenfermóenrepetidasocasiones.Cuandono tenía una cosa, tenía otra. A los dos años, dos meses y dos días de sumarcha,ellamurió.Estosímehizoodiaramipadre.Mimadresepusoasíporsuculpa,mimadremurióporsuculpa.Aquímeimportabatresparesdenaricesloquemedijeralaterapeuta.Fuesuculpa.Punto.
Alicia no dijo nada, solo miraba a Carlos de manera tierna. Enseguidacomprendió que puede que compartieran más de lo que pensaban. Ambossentíaneldolordelapérdidadelosprogenitores.Ellanilospudoconocer,élsí,perovioalosdosmarchar.Nosabíacuáldelasdoshistoriasdolíamás.
ElrostrodeCarloshabíacambiado.Habíaperdidopartedeesaseguridadque parecía tener siempre, hasta cuando estaba asustado, como hacía dosnochesencasadelcarnicero.Puedequehicieramuchísimoquenoseabrieraa nadie de aquella manera, puede que lo llevara enquistado y necesitarasacarlo.Encualquiercasosealegrabadequelohubierahecho.
—¿Haspensadoalgunavezquelafechaenlaquemuriótumadrefueraeliniciodetusobsesiones?—preguntóderepentelajoven.
—¿Aquéterefieres?—Alaexactitud.Dosaños,dosmesesydosdías.Puedequeesotehiciera
generar algo en tu cabeza que sintiera esa necesidad de tenerlo todocontroladoaldedillo,conexactitud.
—¿Me estás examinando? ¿Es esto lo que te enseñan en la carrera?—preguntóriendo.
—No.Bueno,sí,peronoesaloquemerefiero.—Ellatambiénrio—.Esqueesdelógica.
—Pues te equivocas. De pequeño tenía tres colecciones de cómicsordenadas por año de publicación y en orden alfabético. Tenía una ropapreparada para cada día, que yomismo elegía los domingos por la noche.
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Pedía amimadre queme sirviera la pasta conmedio bote justo de tomatefrito.Podríaseguir,perocomoverás,siemprehesidounbichoraro.
Lajovencomenzóareír.Yahabíanterminadodecomer,ahoratocabaelpostre.Hacíamuchoquenosesentíaasídebien.Carlosigual.
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Lunes,12deoctubrede2009,16.04h.Alicante.Dependenciasforenses
NicolásdabavueltasnerviosoeneldistribuidorquehabíafrentealascensoryquedabaaccesoatodaslasdependenciasdelIMLdeAlicante.Alfonsoyélyasehabíanataviadoconlostrajesquirúrgicosqueelservicioofrecíasobreuna mesita metálica que había en la entrada de la sala de autopsias. Alinspector Valdés se le veía la angustia reflejada en el rostro. Intentabadisimularla, pero era tan evidente que le resultaba imposible. Además, losconstantes resoplidos no ayudaban a ocultarla. Alfonso lo miraba sinpestañear.Noesqueélnoestuvieranerviosoporloimportantedelcaso,soloqueélsabíatomarselascosasdeotramaneray,porlohabitual,nodejabaquelo afectaran demasiado. Era solo trabajo. ¿Se consideraba peor policía porpensarasí?Enabsoluto, lodaba todoencadacasoqueparticipaba,peronoporelloibaadejarquelasmuertesquepresenciabalocomieranpordentro.Sobretodoteniendoencuentaquetendríaqueasistiraalgunasdelasquedeverdad dolían si tenías sentimientos. Con esas ya no sabría cómo iba areaccionar.Llegadoelmomento,vería.Teníael teléfonoenmodovibraciónparanomolestar,asíquecuandonotóqueelaparatosemovíacomolocoensubolsillolosacó.
—Gutiérrez—dijonadamáspulsarelbotónverdeycolocarloensuoreja—.Ajá,sí…¿Confirmado?¿Yesomelopueden…?Sí,preguntepormíencomisaríaylodejaencimademimesa,estáalfondo.Sonlasúnicasdosqueestánencaradasunafrentealaotra.Enunratoleecharéunojo.Graciasporsuayuda,mehaservidodemucho.
Colgóalavezqueempezabaamaldecirenuntonoinaudibleparaelserhumano.
—Notelovasacreer,eraelgrafólogoexternoquecolaboraconnuestracomisaría.
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Nicolásenarcóunacejaantesdepreguntar.—¿Hatrabajadohoy?Joder,pero¿noesfiesta?—¿Túestástrabajando?¡Yyoquécojonessé!Digoyoqueestolopodrá
hacerensuputacasaylohabráhecho.Loqueimportaesqueyatenemoslosresultados.LosdelRegistroMercantilhanenviadolosdatosdecreacióndelaempresaylosdeCientíficahancorridoparaenviárselosalgrafólogo.
—¿ConfirmamosentoncesquelaempresasíesdeFernandoLorenzo?—No, confirmamos que nos están tomando el pelo. Las firmas no
coinciden.Alparecersoncomoelblancoyelnegro.Deigualmanerasehahechoelanálisis,yaquehaygentequelacambiaalolargodesuvidaporlosmotivos que les salgan de las pelotas. Nada, los trazos son diferentes.Además, Fernando era zurdo, y la persona que ha falsificado esosdocumentos, al parecer, diestra. El grafólogo se ha tomado la libertad decompararesafirmafalsaconlanotaquetúleenviastehaceunosdíasydicequelaformadelostrazoscoincide.FueelasesinoelqueregistrólaempresaanombredeFernandoLorenzo.
—Joder.¿Yahora?—Ahoranada.TejuroquenomeexplicocómoenelRegistroMercantil
sontaninútiles,macho.Nomepuedocreerqueaceptaranunaconstitucióndeempresacuandolasfirmasnisiquieracoincidíanentreellas.
—Puesoquienlohizosabíaquenoibanacomprobarlo,onuestroasesinoes muy listo para unas cosas y estúpido para otras, aunque ahí ha tenidosuerte.Peroloqueverdaderamentemepreocupaesqueseestétomandotantamolestia a la hora de realizar estos actos. Joder, tío, ¿esto no se nos quedaalgo grande a nosotros dos? Que acabamos de llegar como quien dice ytenemosaunjodidopsicópatatocándonoslasnarices.
—Oooootra vez, Nicolás.Madre mía con la cancioncita. ¿Crees que alrestodelosinspectoresno?
—No lo sé. Puede ser que no. Pero para estos casos envían a los deHomicidios y Desaparecidos de Canillas, ¿no? Que se ocupen ellos, tío.Imagínatequenosomoscapacesdeseguirlelapistayacabacometiendounamasacre.
—Entonces¿vuelvesaadmitirquetenemosaunasesinoenserie?—No.Digoqueelsuicidioyelprimerasesinatosíestánrelacionados.El
segundo,nolosé.Perosoloporlosdosprimeroscasosyaestádemostrandouna psicopatía clara. ¿En serio ha buscado la misma arma, con la mismaprocedencia y con la misma munición que utilizó Alfredo Galán solo porimitarle? ¿En serio se ha molestado en crear una empresa, a nombre del
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primerfallecido,quehamandadoatomarporculosoloparapodercomprarlasinrastro?Tío,esunjodidopsicópata.Actúacomounpsicópata.Elsegundonohasidotanmeticuloso.Noesél.
—Vale,quesí.Loentiendo.DetodosmodoslosdeCanillassoloentranenelcasosinuestrocomisarioselopide,Nicolás.¿Quieresdarlugaraeso?¿Deverdadtesientestaninútil?Telohedichovariasveces,tevasaquedarmarcadodeporvidacomoeseinspectorquesequitódeencimauncasoalasprimerasdecambio.¿Quiereseso?
—Nolosé.Nosénada,mierda.—Aver, tranquilízate.Teconozco.Si alguienpuedearrojar algode luz
sobreestoerestú.Essoloquetienesquecalmarteycreermásenquepuedes.Y no me hagas decirte todas estas mariconadas porque sabes que no vanconmigo.
—Vale,vale.Losiento.Intentarécentrarme.Ambossequedaronunratomirandohacialapuertadeentradaalasalade
autopsias.—Aquí,loúnicoclaroesqueseestáriendodetodos.Quémalahostiame
entra—comentóAlfonsopensandoenvozalta.—Mirémoslo por el lado positivo. Ahora al menos sabemos que la
personaquebuscamosesdiestra,segúnelgrafólogo.—Qué bien. ¿Y eso es bueno? Me tranquiliza mucho saber que a ese
pobrehombrelehansacadolastripasrajándoloconlamanoderecha,claro,porqueconlaizquierdacambiatodoynopodríamoslocalizarlonunca.
—Joder, Alfonso, luego soy yo el que le saca peros a todo. Yo sí loconsideroalgopositivo,creoquecadadatoquetengamosnospodríaacercarunpocomásél.Luegonomevengasamíconlahistoriadequemecreaunpocomás loquehago.Estoesunpococomoel juegoesede las carasquehabíacuandoéramospequeños.
—¿ElQuiénesquién?—Ese. Es un poco ir bajando las fichas de los que no coinciden con
nuestroperfil.Coneltiemposoloquedaráunaenpiey:gameover.—Vistoasí…Elproblemaqueveoyoesquetenemosdemasiadasfichas,
comotúlasllamas.Nisiquieracontamosconuncercoestrechado.Pensamosquepodríaseralguiendelpueblo,pero¿ysinolofuera?
NicolássopesólaspalabrasdeAlfonso.Conloqueteníaneraimposibleasegurarestedatoacienciacierta.
—Nolopodemosconfirmar,perosinolofueraseríamuycomplicadoquehubieradejadoestasnotitas,pornohablardelosrecuerdosquesellevódelos
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dosprimerosescenariosymandóalhijodeFernando.Tienequeconocerlodealgunamanera.
—Yahoravolvamosa la teoríade losdosasesinos.No tedigoquemerepitaslodeantes,sinoquemedigasquépiensassisupiéramosconseguridadquetenemosadoshomicidasactuandoenunlugartanpequeño.
—Esqueasícomomeloplanteassuenademasiadoinverosímil.Peroencasodesercierto,estaríamosdoblementejodidos,claro.Detodosmodossigopensando que no es tanmalo que un asesinato esté tan alejado del otro encuanto amodusoperandi.El segundoparecemás impulsivo, como si fueracometidoporunhomicidadesorganizado.
—¿OtravezlafilosofíaRobertRessler?—No,enserio.Loveoasí.Elprimerasesinatoesdeunperfilclaramente
organizado.Yalohemosvistocontodolodelaempresa,lapistolaytal.Elsegundosedejallevarylohacetododeunaformamásalocada.Lecortaelcuelloyluegoleabrelabarriga,comosinecesitaraensañarseconél.Comosiloodiaraporalgo.Parecemáspasional.
—Unmomento,nomeestarásdiciendoquepiensasquelamujer…—Nodigonada,Alfonso.Solofaltaba.Peronopodemosdescartarnada.
Puedequenoseamalaideaaveriguarquéhacíaestehombrecuandosumujerseibaacuidarasumadre.Puedequeasíresolvamosestapartepronto.
Oyeronungolpeteodenudillosdesdeelotroladodelapuerta.Elforenselesreclamaba.
—¿Pasamos?Alfonsoasintió.Amboslohicieron.En lamesadeautopsias,comosuponían,el forense losesperabaal lado
del cadáver del cartero.A pesar de que no parecía haber empezado con elexameninterno,lagranlaceracióndesuabdomenhacíaparecerqueasíera.Nicolássequedómirándolofijamente.Exceptuandoelcharcodesangrequehabíabajolavíctimaylaposicióndelosbrazos,laimageneramuysimilaraloquesehabíanencontradoenelescenariodelcrimen.Elambienteeraalgomásfríodelonormal.Nicoláscomprendióenseguidaque,alestarelcadáveren semejantes condiciones, el frío ayudaría a evitar un poco el olornauseabundoquedesprendíansusentrañas.
De igual manera, antes de acercarse, ambos se echaron un poco debálsamodeeucaliptodebajodesusfosasnasalesdeuntarroquehabíajustoenlaentradadelasala.Habíanaprendidolalección.
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—Buenas tardes, doctorLegazpi.Haga el favor de darme alguna buenanoticia.
—Buenos tardes, inspectores. La buena noticia es que es el día de laVirgen del Pilar y yo solía irme con la familia demimujer a comer a unamontañacercanaquehayaquíy,graciasaesto,nolohehecho.
—Lo sentimos —dijo Nicolás a modo de disculpa—, pero pensé queretrasarlaautopsia,alritmodemuertesquellevamos,nohabríatraídonadabueno.
—No, no. Si lo digo en serio. Es una buena noticia. La familia de mimujeres repugnante,mehanevitado tenerquesoportaramicuñadoconelpalillo en la boca arreglando el país mandando al paredón a todos lospolíticos.Ohaciéndolosnocobrarhastaquesepusierandeacuerdoenalgo.Tambiénmehanevitadoelardordedosdíasporlacomidademisuegra.Lesdebo la vida. Mi jefe me preguntó si no me importaría venir y no lo hepensado.Gracias.
Nicolás y Alfonso sonrieron ante este comentario. Algo de humor noveníamalpararebajarunpocolatensiónpropiadelmomento.
—Por lo demás, la entrega del cuerpo se ha retrasado algo más de loprevisto,noséqué líohan tenidodepapelesynohepodidoponermehastahace cincominutos. Solo he tenido tiempo de fotografiarlo con el sudario,luego con él fuera, y de quitarle la ropa. Me ha costado un poco porquealgunos tejidossehabíanadheridoa lasangrey,alhabersesecado,puesyameentienden.Hehechounainspecciónocularpreliminarenbuscadealgúnindicioclaroadheridoenelcuerpoyhasidonegativo.Despuéslohevueltoafotografiar. Iba a lavar el cadáver en cuanto el doctor Gálvez llegara, quedebíahabersidohacecincominutos.Pepinoestáhoy,comoverán.Nosésilosaben,pero,almenosenesteIML,a losauxiliaresnose lespaganiunasolahoraextra.Aunqueséquesiselohubierapedido,hubieravenido,perotambiénpuedoapañármelassolo.
Casinolehabíadadotiempoaterminarlafrasecuandoaparecióelotrodoctorporlapuerta.Entrócomounaexhalaciónalavezquesecolocabaunabatadecolorverde.
—Perdónporelretraso,meheentretenidomásdelacuentaencasa.Mimujercasimematacuandolehedichoquenoibaaestarconsuhermanaymicuñado.Nosabendelaquemehanlibrado.
—Mira,otro—comentóLegazpiriendoclaramente.—Yaheleídocomiendoelinformepreliminardelforensedeguardia—
dijo Gálvez al mismo tiempo que terminaba de prepararse—. ¿Lavamos el
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cuerpo?El doctor Legazpi asintió. Acto seguido comenzaron con el lavado del
cadáver.Nicolás yAlfonsoobservabanpacientes durante este proceso.UnavezhubieronacabadoytrasunanuevaoleadadeinstantáneastomadasporeldoctorGálvez,eldoctorLegazpipusoenmarcha lagrabadoraycomenzóahablar.
—Expediente 155676… —Paró la grabadora de golpe—. Esto no lopuedograbar,perosinolodigoreviento.Estoesmuyraro,peroestavíctimanocorrespondealmismoasesino.Elmodusoperandiestotalmenteopuesto.Elotro fueunhomicidio,por llamarlodealgúnmodo, limpio.Estohasidoobradealguienqueestámuyenfadado.
—Esomismopensamosnosotros—comentóNicolás—.Así,enunprimervistazo,¿nohaynadaquelerecuerdealaanteriormuerte?
—No. He apagado la grabadora porque no se nos permite hacerconjeturas,nosotrosvamosaloquevamosylisto.Nuestrotrabajoacabaenloestrictamentemédico,peroaplicandopsicologíacriminal,lediréqueestoesprácticamenteimposible.
—Eso es lo que nos desconcierta, doctor. El otro homicidio fueorquestado por alguien frío, calculador, metódico… este parece obra dealguienquehaactuadoencaliente,llevadoporunimpulso,sinningúntipodecuidado.
—Se lo voy a decir sin miramientos, doctor —intervino Alfonso—.Nicoláspiensaquepodríahabersidosumujerenunarrebatodeira.
Eldoctorcavilósobreesto.—Nosuena tanmal. Inclusosi fuera lamujerconcordaríaconalgoa lo
quellevodándolevueltasunrato.—¿Aqué,doctor?—Aesto,miren.—Seacercóhastaelcuerpoyseñalóelabdomende la
víctima—.¿Nosehanpreguntadocómopudohacerestalaceración?Esdifícilemitirunjuiciotanpronto,peromirenestasmarcas.—Señalóconsuíndiceelcomienzo superior de la herida—.Se dividen en cuatro con una separaciónexactaentreellas.Esonosehahechoconuncuchilloosimilar,laseparaciónentre las hendiduras es demasiado perfecta. El problema es que la pielarrancada se hamezclado con…Bueno, ya lo ven. El doctor Gálvez y yotendremosquehaceraquímaravillasparasepararlotodoyanalizarlosjironesarrancados.Peroaloquevoyeslamarcaensí,cómocomienza.
—Parece algo así como un rastrillo. No demasiado grande, claro —comentóAlfonso.
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—Correcto, podría ser incluso uno de esos rastrillitos que se usan enjardinería.Peromirenesto.—Seacercóhastalacabezayseñalóelcuello—.Laheridadelcuellotambiénpresentalamismamarca,perosoloseapreciandos hendiduras. Puede que solo le enganchara con media arma porque laformaesidénticayapostaríaaquesehahechoconlamisma.
—Lavíctimanoteníajardínencasa,porloquehemosvisto—comentóNicolás—. Pero, según recuerdo, la vivienda sí tenía algunas plantas detamañoconsiderable.
—Por loquepuedeque lapersonaque lomatóno tuvieraque irsemuylejosparatomarunarma—añadióAlfonso.
—Por lo que podría haber sido producto de una discusión y que elasesinatonohayasidopremeditado—completóNicolás.
—Por loque sí,podría ser lamujerporqueella sabríadóndeestabaeserastrillo—sentencióelforense—.Puedequediscutieranyse lefuerade lasmanos.
—Ojaláseaasí—dijoNicolásesperanzado—.Nodeseoquesealamujer,claro, pero no estaría mal quitarnos este homicidio de en medio rapidito.Quierocentrarmeenelotro,quepintamuchopeor.Porfavor,doctor,procedaconloqueibaahacer.
Legazpiasintió.Elmédicocomenzóarealizarsutrabajoconlaayudadelotroforense.
Nicolásmirabaexpectante.Nosabíasiestabaenlociertoono,perohabíaalgoquelomanteníainquieto,comosinecesitarademaneradesesperadaunaconfirmaciónporpartedelosforensesqueledijeraqueestabaenlociertoyque había sido la mujer del fallecido. Alfonso, en cambio, parecía mástranquilo.Nicolássepreguntabaavecessi solose tratabadeunaposeoenrealidad conseguía llevar todo aquello con la frialdad que aparentaba. Enamboscasos,elinspectorValdésloenvidiaba:éleraincapazdecontenersusemociones en aquellos momentos. Y sus emociones no eran precisamentepositivas.
Elmédico empezó primero con la búsqueda de restos bajo las uñas demanos y pies. Un proceso al que llamaban hisopado subungueal y quecomenzó cuando le quitaron las bolsas protectoras que solían poner en esazona para que no se perdiera ningún indicio que pudiera haber. Al noencontrarnada,supieronquenopudodefenderse.Mástarde,conunalupadegrandesdimensionesqueempujódesdeunaesquinadelahabitaciónenlaqueestabaapartada,comenzóamirardesdeabajohaciaarribacadarincóndelaparte frontaldelcuerpodel fallecido.TantoNicoláscomoAlfonsosupieron
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que era para buscar cualquier rastro no visible en la primera inspecciónocular, como pequeños hematomas u otras heridas que pudieran tenerrelevanciaenelcaso.
Se detuvo en varias zonas del cuerpo para mirar más a fondo, pero alparecer no halló nada de importancia para el caso. Al no encontrar golpesevidentes se podía presuponer que la agresión había sido por sorpresa.Nicolásloimaginabacomounataqueinesperadodirectoalcuelloqueacabócon suvida en cuestiónde segundos, para luegoensañarse conel abdomenunavezlavíctimaestabainerteenelsuelo.
Después tocó el turno a losorificios.Primero, el ano.Luego, losoídos.Mástarde,letocóelturnoalanariz.Nada.Porúltimo,laboca.
Alabrirla,eldoctorabriósusojoscasitantocomoestaloestaba.Ambosinspectores,demanerainstintivaysinpensarlo,seacercarontodo
lo que pudieron hacia donde estaba el médico forense, que ya parecíarecuperarsedelmomentáneoshock.
—Señores…—logródecir este con ciertadificultad—.Tengounamalanoticiaquedarles.Aunqueescapeatodalógica,metemoquesísetratadelmismo asesino que actuó hace dos días y que, además, le quitó los ojos alhombrequesesuicidó.Puedencomprobarloustedesmismos.
Ambosseasomaronalaboca.Noeraunindicioquelesaseguraraalcienporcienloqueeldoctorlesacababadedecir,peroaquellodejabapocolugaralasdudasyparecíaquenoestabaequivocado.
Sí, tenía que ser él. Los detalles de la muerte anterior no habíantrascendido todavía a la prensa, por lo que era imposible que otra personasupieraestoaún.
Tantosieraunasolapersonalaquehabíarealizadoelacto,comosieranvariascompinchadas,estabaclaroqueambosasesinatosteníanrelación.
Alcadáverdelcarterolefaltabalalengua.
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Lunes,12deoctubrede2009,16.51h.CalledeMors
Carlos llevabaunbuenratodandovueltasporelpueblo.La temperaturanoera tan alta como en días anteriores, pero esto no importaba ya que lasensación térmica molestaba al abogado. El sol acababa de empezar aladearse ligeramente pero, aun así, todavía estaba en el punto más alto ycéntrico del cielo, haciendo casi imposible encontrar una sombra en la queguarecerseaesashoras.Aliciahacíatiempoquesehabíamarchadoasucasaa descansar un poco y a comprobar el estado de salud de su tía.Carlos nohabía querido ir a ver cómo estaba por expreso deseo de la muchacha. Elargumento de la necesidad de soledad lo convencía. Él también necesitabaestarsoloenesosmomentos.
Dudóseriamenteensisalirapasearoquedarseencerradoenlacasa.Lasensación de que las paredes empezaban a aprisionarlo decidió por él y nodudóenhacerloprimero.Sibieneraciertoqueentresuscostumbres—porno llamarlo de nuevo manías— en su vida diaria no se encontraban lospaseos, reconocía que esto no lo estaba disgustando demasiado. Esmás, leagradaba la sensación que le otorgaban estos recorridos por el pueblo. Leayudabanapensarconalgomásdeclaridad.Yanohabíadudaalgunadequeestar pasando esos días en ese pueblo lo estaba cambiando por dentro. Nosuposiamejoroapeor,peroelcambioyaeraevidente.
Diovueltas sinsentidopor lascallesdeMors.Todavíanoconocíamuybien su trazado, pero más o menos sabía moverse fijando referencias. Seorientabagraciasalugarestalescomolaplazadelayuntamiento,lacasadesupadre o la propia carnicería—cerrada, como era lógico, desde hacía unosdías.
Apesar de la supuesta paz que sentía en estos paseos, de su cabeza nopodíasacar loqueestabasucediendo.Tampocoesque fuera tanextrañono
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poder hacerlo.Además, no solo era eso. Por si el cambio interior no fuerapoco, su vida, en general, también había dado un giro de ciento ochentagrados.Norecordabacuándofuelaúltimavezquehabíaestadomásdedosdías sin pisar su oficina—sin contar algún viaje de trabajo—.A sumenteacudíanlosinnumerablesdomingosquehabíapasadoencerradoenellahastalas tantas de la madrugada, trabajando duro en casos complicados querequerían de todo su esfuerzo.Casos que, gracias a esa propia lucha, habíaganado casi sin despeinarse, incluso cuando todo apuntaba en contra de sudefendido. Y ahora ni siquiera recordaba qué llevaba entre manos cuandorecibió lamaldita llamada que en esemomento le hacía estar andando poraquelpueblo.
Al menos sabía que, con Gala al frente, su negocio estaba en buenasmanos.Hacíatiempoquelahabíanombradosociadelbufete,peronoporqueseacostaranjuntos.Nocreíasentirnadaporella,porloqueestonoinfluyó.Si lohizofueporsubrillantezcomoabogada.No lo reconoceríanuncapororgullopropio,perosabíadesobraqueellaeramejorqueél,queteníaalgoquemuypocostenían.UnalgoqueantiguosabogadosdeMadriddecíanqueposeíasupadreyquehacíaqueél tuvieraqueapretarfuerte lospuñoscadavezqueselorecordaban.
Fueracomofuese,ahoraestabaallí,enunpuebloperdidodelamanodeDios y con un asesino o dos sueltos que se estaban cargando, al parecer,personasquecompartíanalgoconsupadre.Genialtodo.
Continuóandando.Apenashabíagenteconlaquecruzarse.Alfinalibaaser verdad eso de que estaban huyendo del pueblo. Carlos tenía ganas deexplicarles que, si no tenían nada que ver con su padre, no les iba a pasarnada,peroclaro,niélmismosabíaestoacienciacierta.
Justo cuando pasaba enfrente de lo que parecía ser una tienda defotografía—puesunprominentecarteldeKodakladelataba—,tuvoquedarun paso atrás porque estuvo a punto de chocarse con un hombre de gruesobigote.Aunqueelbigotenoeraloúnicogruesoenél,yaqueparecíagustarleelbuencomer.
—Disculpe, casi le arrollo, no sabía que pasaba alguien—se excusó elhombreconunadelasvocesmásgravesquehabíaoídoCarlosensuvida.
—Nosepreocupe,yotambiénibaamiscosas.Elabogadodesviósumiradahacialamaletaquellevabaelhombreenla
mano.—¿Ustedtambiénsemarcha?—quisosaberelmadrileño.
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—Comoparanohacerlo,estepuebloestámaldito.MevoyaCallosadeSegura, a casademihermana.Pero…ustedno es de aquí, ¿verdad?Yo leconocería…
—No,nolosoy,estoydevacacionesenelmunicipio.—Puesvayamomento,hijo.Váyaseyadeaquí.Siyofuerausted,hubiera
salidoporpiernas.—Dehecho,lovaahacer…—Sí, tengo una familia, tengo hijos, tengo una nieta de apenas cinco
meses,noquieroquenospasenada.—DerepenteseparóycomenzóamiraraCarloscomosiloconocieradealgo—.Sucaramesuena,mucho.¿Nonoshemos visto antes? —añadió mientras entrecerraba los ojos y acercaba surostroparavermásdecerca.
Carlosdecidiócontarlelaverdad,total,muchosenelpuebloyalosabían.—Mipadreviveaquí.Bueno,vivía,murióhaceunosdías.Elhombresepusoblanco.—¿E…ereselhijodeFernando?—preguntótragandosaliva.—Sí…¿Ocurrealgo?—Hijo, sime permites un consejo, huye, cuanto antes.Vete de aquí si
quieresseguirviviendo.Sinmás,agarró lamaletaycomenzóaandarconprisashaciasucoche.
Carlos lomiraba totalmente perplejo. El hombre echó lamaleta dentro delvehículo,comosinopesaranada,ysemontórápidoenél.
Elabogadosalióde su sorpresaycorrióhacia laventanilla.Comenzóagolpearlacondeterminación,necesitabaunaexplicación.
Elhombrelabajóunpoco.Parecíamuynervioso.—¿Quéhaqueridodecir?—Nohagaspreguntas,portubien.Cuantomenossepas,mejor.Todoslos
quelosabíanestáncayendo,yyopuedoserelsiguiente.—Pero¿aquécoj…?No ledio tiempoapreguntarmás.Elhombreaceleróconbrusquedady
saliótanrápidoconelcochequeCarlossequedóconlapalabraenlabocayunacaradenoentendernadaenabsoluto.
Acto seguido y sin darle tregua, el móvil de Carlos sonó. No iba acontestar,peroeraAlicialaquelollamaba.
—No te lo vas a creer—dijo ella desde el otro lado sin preámbulos—,perocreoqueséquiénessonlosdelafoto.¿Unacenitaencasadetupadreylohablamos?
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—Sí… claro…—contestó el abogado sin saber muy bien por qué lascosassucedíantanrápidoytodasjuntas.
—Muy bien, a las nueve y media estoy allí. Yo llevo la cena. No tepreocupes.Chao.
ColgósindejardespedirseaCarlos.Estesequedómirandoelmóvil,todavíaatónitoporelepisodioconaquel
hombreeintentandoasimilarlallamadadeAlicia.Quizáporesto,nopudodarsecuentadequeunosojosloobservabansin
apenaspestañear.
17.22h.Alicante.Comisaría
ANicolásyaAlfonsonolesdiocasitiempoaentrarenlacomisaría.Nadamásponerunpie enella, unaagente les informóqueel inspector
jefequeríaverlosdeinmediatoensudespacho.Entraronconmiedoaque lescayeraalgúnchaparrón.Lacaraque tenía
Montalvonoindicabaquenofueraaserasí.—Siéntense.Lohicieron.Notardóenhablar.—Tenemosdosmuertesyun suicidioenunmismopueblo.Meha sido
imposible detener a la prensa en esta ocasión y los medios ya se estánempezandoahacerecode lanoticia.He intentadoconvencerlosdequehansido accidentes fortuitos, pero en ese puto pueblo la gente tiene la lenguademasiado suelta y han largado que son asesinatos. Mañana saldrá en elInformación, en La verdad y en Las provincias. Esto sin contar lastelevisiones locales, autonómicas y puede que nacionales que seguro quetambiénquerráninformar.Tengoalosdeprensatrabajandoatodalecheparaofrecerlesunaversión lightde loqueestápasando,perotodossabemosquenosevanadeteneraquí.¿Sabenquésignificaesto?Quedesdearribaquierenmishuevos.Ymirenustedespordóndeque,si se los llevan,nose llevaránsolodos,sellevaránseis.Nosésimecomprenden.
—Pero…—intentódecirAlfonso.—Niperos,nihostias—continuóconlareprimenda—.Confiéenustedes
envezdeponeramismejoreshombrestraselcaso.Másenconcreto,confiéenusted—dijomirandoaNicolás—.Todavíano tengoun resultado sólidosobre la mesa, solo conjeturas de mierda que no llevan a ninguna parte.
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¿Quierenque le presente conjeturas al comisario a ver quénosdice?Estoymuydecepcionado.Y encabronado.Comonome traigan resultados a la deya, quedan fuera del caso.Y si quedan fuera del caso, no esperen ningunomásquepasedelaenvergaduradelroboenunafrutería.
Ambossepusieronblancos.Alfonso se dispuso a hablar para contar lo que habían averiguado en el
forenseperoNicoláslediounapatada.—Entendido.Ahora, si nos disculpa, volvemos al trabajo. Le traeremos
resultados—dijoesteúltimo.—No,Gutiérrezvuelvealtrabajo,ustedsequeda.Quierohablarleasolas.Ambos inspectores no pudieron evitar mirarse. Nicolás indicó con la
miradaasuamigoquesaliera.Obedeció.Yasolos losdos,el inspector jefese levantódesuasientoy fuedirecto
hacialacafeteradecápsulasqueteníaencimadeunmueblemarrónclaro,deaspectosimple.
—¿Café?—leofreció.—No,gracias.Metióunacápsulayesperóaqueelproductoestuvierapreparadotrasel
ruidoinfernalqueemitíaelaparato.—El café es unamierda, amíme gusta reciénmolido, ¿sabe? Pero no
tengo tiempo para eso, por lo queme tengo que tragar esta porquería. Soycapaz de tomar unos diez al día. Llámeme adicto, nome importa, pero sinesos diez cafés no soy capaz de levantar un brazo.Y últimamente necesitomuchafuerza,noséquéestáocurriendoenestejodidomundo.
—Coneldebidorespeto,nocreoquemehayadetenidoaquíparahablardecaféydelomalqueestáelmundo,inspectorjefe.
—No.Nicolás—elinspectorlevantóunacejaalescucharsunombreynosuapellido—,ustednoestábien.
—¿Aquéserefiere?—contestó intentandomantenerel tipoasabiendasdequenopodría.
—Miresucara, joder.Pareceunmuertoviviente.Desconozcohastaquépuntodescansa,alláustedconloquehacefueradelacomisaría,pero,unavezdentro,ustedesresponsabilidadmía.Nopuedoteneraalguienocupándosedeestecasoestandocomoestá.Ynosoloeseso.Siempretienecaradeangustia,comosilasituaciónlequedaragrande.Nolepidoquedisfrutedelcaso,nosexigen cero empatía con lo que sucede a nuestro alrededor y, coño, somospersonas.Perocreoqueloquelesucedenotienenadaqueverconlaempatía.
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Creo que le recuerda demasiado a lo que ocurrió hace unos años. Séamesincero.
Nicolás notó que su corazón bombeaba a más ritmo del que estabaacostumbrado. Sabía que su rostro no era elmejor estos últimos días, perodesconocíahastaquépuntoeraevidente.Puedequesujefetuvierarazónyélno estuviera bien. Apenas dormía por las noches y el constante estado detensión le estabacomenzandoaagotarpsicológicamente.Decidió respirarynoocultarloqueenrealidadsentía.
—Sí,noselopuedonegar.Noestoybien.Yahemoshabladodemasiadasvecesdeestoycreoquesoycapazdellevarelcasoadelante,peromecuestaunpocomásdebidoalflujodeimágenesconstantesquevienenamicerebro.Peroquierollegarhastaelfinal,séquesoycapazdeatraparaesehijodelagranputa.
Montalvorespiróhondoyquedópensativo.—Igualqueustedha sido sincero,yo lo seré conusted.Ledi este caso
porquepenséqueseríaunagilipollez,peroamedidaquehaidocreciendo,hacrecidomiconfianzaenusted.Tienealgo,noséquécoñoes,perotienealgoquedespiertaenmíunasensacióndeseguridad.Esealgomehacepensarquesí,que llegaráhastael final.Noquerría sonarprepotente,perome recuerdamucho a mí, cuando comencé con esto, ¿sabe? Decían de mí que teníaperspectiva,algoqueotrosno.Notardémuchoenconseguirestepuesto,peroahorameocupomásdetrámitesburocráticosydeponerlacaraenlosmediosquederesolvercasos.Laacciónparamípasóaunsegundoplano.Noquieroquelecuenteestoniasucompañero,peroenpocosdíashedescubiertoquepodríaustedserunodemismejoreshombres.Noquierodecirqueelmejorporrespetoapolicíasqueconozcodesdehacemuchosaños.Lepareceráquevalento,perootros,ensulugar,hubierantardadosemanasendescubrirlodeGalán.Tiene intuición, utilícela.—Hizo una pausa—.Pero ahora queda uninconveniente:suestado.Nopuedopermitirquecontinúeasídentrodelcaso,porloque,siquiereseguirconél,nomequedamásremedioquepedirlequevisiteaunapersona.
Nicolásenarcóunaceja,setemíalopeor.—SupongoqueelnombredeLauraVílchezlesonará.Nicolás sintió cómo el corazón ya no daba más de sí. Y tanto que le
sonaba.—Por su rostro veo que sí —continuó—. Laura se encargó de usted
cuandosucedióaquello.Segúnmehancontadoensuantiguacomisaría,entródestrozadoasuconsultaysaliósiendootrapersona.Nosésiseráeldestinoo
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no,peroellaahoraviveaquí,enAlicante.Nocreoen lasseñales,peroestáclaroquelatienequevisitar.Ymássiquiereseguirenlainvestigación.Enelcasocontrarioyaunquemejoda,tendréqueasignárseloaotroinspector.Lopeordetodoesquesilohagoyelaborouninformedeporquéhetomadoestadecisión,esmuyprobablequelodejenfueradelaUDEV.
Nicolásresopló,malhumorado.—Vamos,quenotengoopción—dijosindejarderespirarhondo.—No.—Estábien,veréaLaura.Ustedgana.—No se trata deganar operder.Se trata deque lo necesito al cienpor
cien.Mehepermitidoel lujodepedirleunacitamañanamismo,a lasdocedel mediodía. Trate de sacar algo positivo de esa visita. Ahora váyase ytrabajeenloquehayanaveriguado.Comosiempre,cuénteme.
—Deacuerdo—dijoresignadoyamododedespedida.Saliódeldespachodesujefeconganasdepegarunpuñetazocontrauno
deloscristalesquerevestíanlapartesuperiordeesedespacho,perodecidiódejarsusnudillosintactos,almenosporelmomento.
Fuedirectoasumesa, indignadopero,porotraparte,conciertohalodepositivismopor laspalabrasde su jefe.Sabíadebuena tintaquedosde losinspectores veteranos se encontraban ahora sin caso al haber detenido alpeligrosociudadanoitaliano,porloquesisujefeseguíacontandoconél,eraporalgo.
AlllegarseencontróaAlfonsoleyendoelinformequelehabíadejadoelgrafólogo.
—Impresionante,siesquenohacíafaltatenerestudiosenestoparasaberque son dos personas distintas, coño —dijo este sin levantar la vista delinforme.
Nicolásnegóconlacabeza.Yanadalesorprendía,pordesgracia,dadoelfestíndetretasquehabíadesplegadoelhomicida.
—Porcierto,¿cómohaidoahídentro?—Te puedes imaginar. Pendemos de un hilo. —El inspector prefirió
guardarseparaéllaconversaciónqueacababadetenerconMontalvo—.Memataquehoyestétodotanparado.Seguimossinsabernadadelascompañíastelefónicasyde ladeenvíosparaelprimerpaquete,no tenemosni ideadecómolesvaalosdelaUDEFconlascuentasbancariasdelosdosprimerosfallecidos.Ahora,nocontentosconeso,añadimosotronombrealalista.Novanadarabasto.Esqueesimposible.Y,mientras,élsigueahí,asusanchas.
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—Tío,estoyunpocohastalaspelotasdetodoesto.¿Nosvamosatomaralgoydejamosporhoyestozanjado?
Nicolássedebatióduranteunossegundosentrehacercasoasuamigoodedicarle más horas al caso, aunque ya llegara el fin de su turno de díafestivo. Tras pensar que poco más podría hacer con el país paralizado, sedecantóporlaprimera.
Optaron por no irse demasiado lejos y entraron en un bar que quedababastantecercadelacomisaría.Nohabíademasiadagenteensuinteriorylosquesíestabanhablabansinmuchoentusiasmoentreellos.Ambosinspectorestomaronasientoenlabarracasijuntoalasalidadelmismo.Nicoláspidiósutípico Nestea y Alfonso, al comentarle el camarero que solo teníanCruzcampocomocerveza,prefiriótomarunaCoca-Cola.
—Madremía—comenzóahablarAlfonso—,parecementira loquenoshacostadosentarnosatomaralgocomodospersonasnormales.
—¿Porquécreesquecambiadepatrón?—soltóValdéssinhacerlemuchocaso.
—Joder,Nicolás,¿enserio?¿Nidosputosminutospodemoshablarsobrealgoquenoseaelputocaso?
ElinspectorValdésnocontestó.Sololemanteníalamirada.—Nolosé,enserio—respondióAlfonsodándoseporvencido,almismo
tiempoquetomabaunosfrutossecosqueelcamareroleshabíaservidojuntoalabebida.
—Si lo piensas no tiene sentido. Los psicópatas tienden a obsesionarsecon algo. Y este algo lo llevan hasta el extremo. Lo único que sueleobservarse en estos casos es un perfeccionamiento de sus técnicas, unaevolución,peronouncambiotandrástico.
—Pues eso demuestra que los manuales no valen para nada, Nicolás.Parecementiraquetengaqueexplicartequecadapersonaesunmundoyquegeneralizarnoesnuncabueno.
—Es evidente que no. Pero en el caso de los psicópatas y asesinos enserie,estámásquedemostrado.Aquíhayalgoquenomeencaja.
Alfonsodiounsorboasuvasoantesdehablar.—Contodoelcariño,tío.Atisiemprehabráalgoquenoteencaje.Atite
puede venir mañana el asesino, presentarse ante ti como en Seven encomisaríaytúdiciendoquehayalgoquenoteencaja.
—Eseejemplonovale,comoves.SihubieranpensadoquehabíaalgoquenoencajabaenSeven,nohubieraacabadoasí.
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—Eseeselproblema,Nicolás,quesíhabríaacabadoasí.Terecuerdoqueloteníatodoplanificado.Puesmásomenosesasíconnuestrohomicida.Yaesmalasuertequeaparezcaunasesinoenseriecadacincoañosmásomenosen este puto país y nos haya tenido que tocar a nosotros. Manda huevos.Porquedescartamosqueseandospersonasactuandojuntas,¿verdad?
—Totalmente. La idea de dos asesinos en serie trabajando juntos mepareceilógica.Aquímandaelego,seríaimposible.
—Puesmiraquébien.Ambospasaronun ratoensilencio,bebiendodesusvasosymetidosen
suspropiospensamientos.—Tenemosqueinvestigarmásafondoelentornodetodoslosfallecidos
—comentóNicolás sindejardemirar hacia el frente—.Ahí esdonde tienequeestar laclave.AveriguarquérelacionaalcarteroconelcarniceroyconFernandoLorenzo.Nometragoesodequeseanmuertesalazar.Silofueran,lapuestaenescenanoseríatanelaborada.
—Enesotienesrazón.Además,estaremosdeacuerdoenquealfinal,situviéramosquetomarunpuntodereferencia,tendríamosquehacerloconelhijo de Lorenzo. Él recibió los ojos, él recibió las manos, él recibirá, casiseguro,lalengua.¿Haspuestolavigilancia?
—Sí, pero servirá de bien poco. Si la persona que lo entrega es unrepartidor de una compañía, poco o nada se puede hacer con él. Es unmandado. Además, si el asesino es alguien del pueblo, como vea la másmínimavigilanciacercadelacasadelabogado,seandaráconpiesdeplomo.Estúpidoyahademostradoquenoes.
Alfonsoasintió.Teníaganasdequellegaraeldíasiguienteparaquetodoslosdepartamentosempezarana funcionarconnormalidad.Habíademasiadoqueaveriguaryeltiempocadavezcorríamásdeprisa.
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Lunes,12deoctubrede2009,21.06h.Mors.CasadeFernandoLorenzo
Carlos abrió la puerta nada más oír el sonido del timbre. Esperaba ver aAlicia,yaAliciaseencontró.Estopodríaparecerunatontería,peroconladesorpresas que se estaba llevando últimamente, agradeció no tener ningúnsobresalto. Igual que almediodía, esta llevaba un par de bolsas de plásticoconlacenapreparada.
Ambossesaludarony, sindecirnadamás,pasarondirectosa lacocina.Lodispusierontodoparacenar.
Alicia había traído dos ensaladas con lechuga, atún, cebolla, queso endadosymaízdulce.
—Parecemosunaparejadecasados,peroenverdadnoteconozcoynoséquétegusta—dijonadamássacarlasensaladasdelabolsaycolocarlassobrelamesa.
Carlossonriólevemente.—¿Hoynometraesningunacomidatípicadeporaquí?—Aver,quevamosacenar.Noquerrásmeterteotrococidoentrepechoy
espalda,queluegonohayquienduerma.—Estoyaestábien,megustacomersanosiemprequepuedo.—¿Nopuedeshacerlosiempre?—Pormi trabajo no. Bueno, losmediodías. Lamayoría de ellos acabo
comiendocualquiermierdadelbarquehaydebajodemidespachoencincominutos.Almenoslascenassílasrespeto.Peronocreoquelacomidaseaeltemaestrelladelaconversacióndehoy,¿no?
Aliciaasintió.Terminó de prepararlo todo y comenzaron a cenar.Ninguno de los dos
habló prácticamentemientras acababan con lo que tenían en sus platos.No
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querían que se les quedara nada en el tintero, por lo que, sin decirse nada,acordaronhablarcuandohubieranfinalizado.
Unaveztodoestuvorecogido,salieronalsalónytomaronasiento.Carlossacólafoto,selapasóaAlicia.—Desdeelmismomomentoenquelavi—comenzóadecir—,suscaras
semequedarongrabadas.—¿Memoriafotográfica?—No,quémásquisierayo,mevendríagenialparaestudiar.Supongoque
habervistoyaestosrostrosmehaayudado.Yatedijequehancambiado,elpasodeltiempohasidoevidenteentodos.Elpeloquellevaban,lasbarbasybigotes no ayudaban, pero al fin y al cabo los rasgos siguen siendo losmismos.
—Puescuéntameporquenopuedomás.—Habíamosdejadoclaroqueeldeladerechadel todoestupadre.Este
deenmedio,elcarnicero.Este,elcartero.Faltanestoscuatro—dijomientraslosseñalabaunoauno.
—Yelqueestáarrancado.—Conesenopodemoshacernada,novemosnadadeélquenospueda
ayudar, pero de los otros sí. Saqué un viejo álbum de fotos de mi tía. Enalguna fotode las fiestas del pueblohe conseguidover losmismos rostros.Enseguidacaíenquiénessonperomehicelatonta,semedagenialhacerlo,ycomosimeinteresaransusviejosálbumes,lehepreguntadoamitía.
Carlostragósaliva,estabadeseandodesvelaresemisterio.—Aver, este de aquí—dijo señalando al primero de la izquierda— es
BenitoJaén,elquiosquero;esunhombreamable,yoloheconocidotodamivida así, conuna sonrisa en la bocay conpalabrasbiensonantes.Recuerdoque,depequeña,ibamuchoasuquioscoacomprarchucheríasvarias.Luegolascambiéporrevistasyyaaloúltimodejédeir.Supongoqueeselciclodelavida.Mecuestacreerqueestéinvolucradoencualquierasuntoturbioporlobuenagentequees,peronotantoelsiguiente.
Carlos levantóunmomento lavistade la instantánea.Nosabíaaquésereferíalajoven.
—EsteesdonMario.Todamivida lehepuestoel«don»,¿tepreguntasporqué?Fuepárrocodelpueblohaceunoscuantosaños.Ahoraestáretiradoyviveaquímismodespuésdehaberpasadounosañosenotrasparroquias.Esunhombrededifícilcarácter,conbuenasvoluntadesyeso,peroalgodictadorencuantoasusideas.SoloDiospuededecidirquéocurreencadamomento,segúnél.Ayudadevezencuandoalnuevopárroco,donDamián,peroyate
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digo,estáretirado.Ymenosmal,porquelaIglesialoquemenosnecesitasonsacerdotescomoél.Ypordesgracia,todavíaabundan.
—Uncura…Vaya…—comentóelabogado,sorprendido.—Esto no es lo peor, espera al último —continuó—. El tercer
desconocido es Ramón Berenguer. Tiene una tienda de fotografía a unascuantascallesdeaquí…
—Espera,espera—CarlosinterrumpióaAlicia—.¿Hasdichofotografía?—Sí,¿por?—Joder, lo he conocido hoy. Casi me topo con él cuando salía de su
tienda.Huía.Mehadichoelnombredelpuebloalqueseiba,peronoconsigorecordarlo.
—¿Almoradí? ¿Benejúzar? ¿Orihuela? ¿Callosa de Segura?—preguntóhaciendomemorialamuchacha.
—Ese,eseúltimo.—Puesnosehaidomuylejos…perohacebien.Siyoestuvieraretratada
aquí —dijo señalando la foto—, también me iría. A un búnker o algoparecido.
—Elcasoesque…hapasadoalgo…nosé,extraño.Alicialomiróconinterés.—Derepente, sinmás,mehapreguntadosiyoeraelhijodeFernando.
Supongoquealgúnairetendrédemipadreparaquehayadichoeso.Cuandole he contestado que sí, se ha puesto blanco yme ha contestado que huya.Teníaciertaprisapormarcharsedesdeunprimermomento,perocuandohaocurridoestosehalargadoatodavelocidad.Heintentadoquemeexplicaraalgoymehadichonoséquédequeestabancayendo.Supongoqueserefierealosdelafoto,sabiendoahoraqueéltambiénsaleenella.Estabaaterradoytemiendoporsuvida.
—Joder…—fueloúnicoqueconsiguiódecirAliciamientrassentíaqueelvellodesubrazoseerizaba.
—El caso es que me pasó algo parecido cuando fui a la carnicería. Elcomolollaméis me identificó también. Es como si, de algún modo,identificaranmirostroconeldemipadreysintieranqueestoeraalgomalo.
—¿Intentasdecirmequecreesque,enrealidad,dequienteníanmiedoeradetupadre?
—Esquenolosé.¿Ysifueraasí?—Dos cosas: primero, te recuerdoque tu padre se suicidó. ¿Quémiedo
podríantenerdeunapersonaquesehasuicidado?Porque,perdonaporloquetevoyapreguntar,pero…lovistemuerto,¿verdad?
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—Claroquelovi.—Yeraél,¿no?—Sí. Los años han pasado pero su cara era su cara.No tengo ninguna
duda.—Vale,puesentoncesnotendríanporquétenerlemiedo.Segundo,joder,
quenoesqueloshayavistoirsedefiesta,perosíhecoincididocontupadreenlacarniceríayteaseguroquelarelacióndeamboseracordial.Sinmás.Nosé cómo sería con el cartero, pero tanto o más de lo mismo. Y si encimatenemosencuentaqueaparecenenlafoto,podríamoshastaasegurarqueenalgúnmomentode susvidashan sido amigos.También es ciertoque ahoraparecequeyanoloeran.
Carlossepasólasmanosporlacara.—No sé, puede ser que tengas razón. De todas maneras he pensado
muchoenquemipadresepudosuicidarpormiedoaacabarcomoellos.Lomismo sabía algo que ellos no y lo puso en alerta. Puede que prefirieraquitarse la vida antes de que se la quitaran.Un acto cobarde pero a la vezvaliente,nosé.Creoqueenelfondoseguimossinsabernadadenada.
—Bueno, aunque sigamos sin saber nada, las cosas empiezan a cobrarsentido.
—Tambiénpuedeque algunode ellos sea el que se está cargandoa losotros.Comosifueraalgúntipodevenganzaporalgoquesucedióentreellos.
—Me cuesta creer eso, bueno… —Alicia se detuvo unos instantes apensar.
—¿Qué?—Quepodríastenerrazón.Sobretodoteniendoencuentalaidentidaddel
últimoquemequeda.Míralobien,¿nosabesquiénes?Carlos se fijó en la persona, pero por más que miraba, no conseguía
reconocerlo.—Aver—dijoAlicia aldarse cuentadequenoavanzaba—.Quítale la
barba,ponlemuchamásbarrigaytíñelebastantescanas.Elabogadosevolvióafijarhaciendoelesfuerzodeseguirel juegoa la
joveneimaginarloqueellaledecía.Entonceslovio.Supoquiénera.
22.25h.Mors.ExteriordelacasadeFernandoLorenzo
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Pasó con las luces del coche oficial apagadas por delante de la puerta. Noquería dar pistas de su presencia allí. Iba a una velocidad ridícula con elcoche,nadaextrañoparalasgentesdellugar,tratándosedequienera.
Al pasar por la casa vio las luces encendidas.Lapuerta tenía un cristalgordo enrejado que permitía ver algo del interior, aunque fuera de formaborrosa.Parecíaquehabíagentedentro.Seríalonormal,peronosefiaba.
Dudabasobresiactuarono.Algoleimpulsabaahacerlo,aunquelarazónlo tenía atado de pies ymanos, almenos demomento. Lo que sí hizo fuepararunosmetrosmásadelante.
Saliódelcochey,sindejardemirarlacasa,seapoyósobreél.Metiólamanoensubolsilloysacóelpaquetedetabaco.Deél,extrajouncigarroyloencendió.
Trasunalargacalada,eljefedelapolicíalocal,JuliánRamírez,dudódenuevosobresiactuarono.
Mejorno,decidió.Tenía paciencia de sobra para seguir esperando. Se había preparado
concienzudamentedurantelosúltimosañossiacasollegabaestemomento.Expulsóelhumoporsunarizalmismotiempoquedibujabaunasiniestra
sonrisaensurostro.Tiróelcigarro.
22.27h.Mors.CasadeFernandoLorenzo
—Nomepuedocreerqueseaél—dijoCarlosconlasmanosenlacabeza.—Notengodudas,viunafotoenelálbumdemitíaenelquesaleconel
mismoaspecto,telodigoenserio.Lepreguntéquiéneraeseynopensóniunsegundo su respuesta: Julián Ramírez, el jefe de la policía local. De todasmaneras,míralo,sonsusojossinduda.Tienelamismamiradadehijodeputaquetieneahora.Lospelospuedencambiar,peroestosojosno.
—Empiezoaintuirquenotecaebien.—Notepuedesimaginarcómoes.Enestepuebloeslomásparecidoque
tepuedesencontraraunsheriffquejamásverásentuvida.Peorquelosqueves en las películas. Él es la ley aquí, es policía, juez y verdugo. Muchocuidado con su cara amable porque solo la muestra cuando va a sacar laverdadera en todo su esplendor. Es por esto que me he mosqueado esta
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mañana cuando lo he visto aquí. Ahora que sé que sale en la foto, memosqueamuchomás.
—Ya,peroaver,nopuedesacusarloasí,sinmás.—Puesbienquelohaceélcuandolesaledelaspelotas.Mira,esverdad
quetehecontadoque,haceunosaños,yoeraunabalaperdida,peroesqueélundíameacusó,porquesí,dealgoquenohabíahecho.
—¿Cómo?—Comolooyes.Resultaqueundíaaalguienledioporlanzarlimonesa
una casa que hay cerca de un huerto llegando al polideportivo. La dueñallamóalapolicíay,sinmás,elsubnormalestevinoapormí,albardemitía.Mira,porquemitíatienemáscojonesdelosquetendráelmierdaesteentodasuvida,poresonomemovídelbaryelasuntoseacabóolvidandoapesardelasamenazasdeRamírez,quesino…
—Pero¿túhabíashechoalgoparaquevinieraaporti?—Lamáximagamberradaquehiceyoenesostiemposfuepintargrafitis
conunespraydecolorazulquecompréenlatiendadetodoauneuro.Comocon esto sí me pillaron, ya era culpable de todo lo que sucedía aquí en elpueblo.¿Quealguientocabatimbresysalíacorriendo?Alicia.¿Quealguiense saltaba las clases del colegio y fumaba porros? Alicia. ¿Que alguienlanzabalimonescontraunacasa?Alicia.Élqueríaunculpableymetomóunamanía tremenda.Así que le importaba tres cojones si yo lo había hecho enverdadono.Mira,sihastaconvencióaunchavaldelpueblomenorqueyoparaquedijeraquemehabíavistoconloslimonescercadelacasa.Eraunaputamentira.
—Vale,perojoder,deahíaqueseaunasesino…—Carlos, no sé qué decirte. Puede que el asesino sea él, puede que el
asesinoseaelquefaltaenesafoto,puedequeseaunatercerapersona.Peroconociéndolotedigoquetienemuchaspapeletas.Esunmalditohijodeputayescapazdetodocontaldesalirseconlasuya.
Carlos pensó en las palabras deAlicia. Él no conocía a Ramírez comoparaemitirunjuicioparecidoalqueacababadehacerlajoven,perojustoporesonopodíadescartarlo.Noloconocíadenada.Igualquealosotros.
—Vale—dijo este—, ¿y ahora qué hacemos?No puedo ir a la policíaporqueestámetidaenesto.Siinvolucroalosnacionales,nomefíodequeleacabendiciendoalgoaél.Peronopuedodejarmoriraesagente,ytampocopuedohacernadapararemediarlo.
Aliciaseencogiódehombros.Nosabíaquédecirleporqueella tambiénhabíatratadodepensarencómoactuarsindilucidarnada.
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—¿Hay alguna hemeroteca en este pueblo? ¿Algo queme pueda servirparainvestigar?—preguntóelabogado.
—Enlabibliotecaseguardan,sinomeequivoco,periódicosenloscualesdeunaformauotrasenombraalpueblodeMors.Yorecuerdohaberhechounaactividadenelinstitutoconesto.¿Quépretendesencontrar?
—Lafotolaubicamosmásomenoshaceunosveinteoveinticincoaños,¿no?Puedequesalieraenlosperiódicosalgúnhechoocurridoenesetiempoenelqueellosesténinvolucradosensecreto—contestóCarlos.
LamuchachamiróaCarlosescéptica.—Nome suena convincente, pero allá tú.—Volvió amirar al frente—.
¿Noprefieresalertaralasposiblesvíctimas?—¿Sin saber si alguna de ellas es el asesino? Coño, Alicia, piensa un
poco.Imaginaquemetopodebrucesconlapersonaquehaprovocadoestecaosparaadvertirledequeséquealgopasa.Micabezaseríalasiguienteenrodar.
Lajovenencontróalgodelógicaenloqueledecíaelabogado.—Bueno,hazloquequieras.Creoquelabibliotecaabresobrelasnueveo
nueve y media. No te puedo acompañar porque mañana recibimos pedido,peromantenme informada, haz el favor.Y lleva cuidado, de verdad, puedequetuvidaestéenpeligro.
Conesaspalabrasdieronsuencuentroporfinalizado.Carlosacompañóala muchacha a la puerta. Una vez se hubo marchado, y con la puerta yacerrada,cerrólosojos.LasúltimaspalabrasdeAliciaresonaronensucabeza.Nopudoevitarsentircómoleflaqueabanlaspiernas.
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Martes,13deoctubrede2009,08.57h.Alicante.Comisaría
LasnotasdeCarrieresonabantodavíaensucabeza.Nohabíapegadoojoentoda la noche, salvo alguna cabezada de apenas unosminutos.Alfonso ibaconsuhabitualcharlataneríadentrodelcoche,peroNicolásnoloescuchaba.Su voz resonaba en el fondo del todo de su cabeza, como si la oyesemuylejos.Eraincreíbleloqueeracapazdehablarenapenaselminutoquedurabaeltrayectoencoche.Quizálopeornoeraeso,sinolamúsicaranciaquesolíallevar puesta, nada más y nada menos que en cintas de casete. José LuisPerales cantaba a su velero favorito en aquellos momentos, aunque, porsuerte,conunvolumenapenasaudible.
Noquisocontarleasuamigoquehabíavomitadoyadosveces,noqueríapreocuparlo puesto que ya sabía que en realidad no le pasaba nada grave.Todoeraproductodelaansiedad.Nosehabíamiradonialespejoalsalirdesupisocompartido;supusoquesucaraseríaunaobradePicassoenaquellosmomentos.
Leimportabaunamierda.Aparcaronenlazonahabilitadaparatrabajadoresybajarondelvehículo.
Elhechodequenohubieranrecibidoavisoalgunodeotrohomicidio,yaeraunabuena señal.Nicolásno estaba segurodepoder enfrentarse aunnuevocadáversinnisiquierahaberconseguidoarrojar lamásmínima luzsobre lamuerteanterior.
Habíapasadogranpartede lanoche tratandodeaveriguarcuáles seríanlospasosmáslógicosadarparanoperder tiempoenla investigaciónyquesus esfuerzos cayeran en saco roto. No había logrado tenerlos claros, puescambiabadeideaconstantemente.
Antesdesalirdecasa,habíatomadouncafédemaneraalgoprecipitadaynotabaensuestómagoquenolehabíasentadodemasiadobien.O,almenos,
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con este pensamiento se engañaba a sí mismo, pues sabía que lo que enrealidadlepasabaeraquenadalepodíasentarbienconelcrecienteniveldenerviosismoquehabitaba en su interior.Sedisculpó conAlfonsoydecidióentrar en el cuarto de baño a echarse algo de agua a la cara.Quizá esto lehicierasentirsealgomejor.
Ya dentro, pasó varios minutos mojándose el rostro en repetidasocasiones.Devez encuando tambiénpasaba lamanohúmedapor sunuca.Estolehacíasentirsebien.Yaalgomásrecompuesto,volvióaldespacho.
Yahabíanllegadovariosdesuscompañeros,queasuvezhabíanocupadosusrespectivospuestosdetrabajo.Alfonsononecesitópreguntarleparasaberde dónde venía o,mejor dicho, de qué.Acto seguidomiró un paquete quehabíaencimadesumesa.
—Mira,hallegadoesepaqueteparati—comentómientrasseñalabaunacajadegrandesdimensionesquedescansabaencimadelamesadelinspector—,¿haspedidoalgoaunafruteríaonline?¿Enserio?¿Ahoraeresveguinodeesos?
Nicolás lomirócomosi estuviera loco,pero, enefecto,unacaja conellogo de una fresa en la que se podía leer «tusfrutasonline.com» se veía entodoellateraldelacaja.
—Sedice«vegano»,yno,nohepedidonada.¿Quiénha traídoeso?—preguntóNicolásmirandofijamenteelpaquete.
—El mismísimo ministro del Interior en persona. Joder, Nicolás, unrepartidordeSeur,ahítieneselalbarán.
Nicolás locomprobóextrañado.Enefecto, lohabía traídoelserviciodemensajería.Loprimeroquelesorprendióesquenoteníaniideadeporquélehabíallegadodeunafruteríaonline.¿Enserioexistíaestetipodenegocios?Eralaprimeranoticiaqueteníasobreellos.Actoseguido,susojossefuerondirectosalremitente.Ahífuecuandocasicayóalsuelo.
FernandoLorenzo.—LlamaaArtificieros,¡corre!—¿Quécojones tepasa?—preguntómuysobresaltadoAlfonsoa lavez
quepegabaunbrincodesuasiento—.¿TepiensasqueaquípuedenmeterunaCanillas?Aquínohayartificieros,melón.
Nicolásnosetranquilizóconeso.¿Quénariceslehabíanmandadoquealpasarunescánernohabíalevantadoningunaseñaldealarma?
—¡Dameunosputosguantes!—leordenó.—¿Qué?—¡Rápido!
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Alfonsocorrióyalcabodetreintasegundosvolvióconunosguantesdenitrilo.Suscompañerosdelasmesasdealrededor,queyasehabíanalarmadofrente a la actitud del inspector, no dudaron en levantarse y acercarse a laposicióndelpaquete.
Nicolás se colocó los guantes y con un cúter de su propio escritoriocomenzóacortarlacintatransparentequepegabalasdossolapas.Conmiedolevantóuna,paraluegohacerlopropioconlaotra.
Eraunacalabazadeconsiderablesdimensiones.Nicolás metió las dos manos para extraerla. Cuando la giró, no fue la
macabra cara tallada lo que hizo que sus piernas temblaran, fue la lenguaincrustadaenlabocadelacalabaza.
Lalenguadelcartero.Nadie pestañeaba dentro del despacho de los inspectores de la UDEV.
Pasaronapenasunossegundosqueamásdeunoseleantojaroncomohoras.Apesardeestarpreparadosparaencontrarsecualquierescenarioposible
cuando recibían un aviso, no lo estaban para que ese escenario fuera en supropio lugarde trabajo.Alguienquesí reaccionó fue rápidoaavisaral jefeMontalvoyalcomisario,alqueNicolássolohabíatenidolaoportunidaddevereldíaque loentrevistaronparaelpuesto.Nisiquiera lovioeldíaenelquecomenzóatrabajar.
—¿Quécoñohapasadoaquí?—quisosaberdeinmediatoelcomisario.—Eslalenguadelaúltimavíctimadelcasoquellevoentremanos—se
atrevióadecirNicolásnosabiendomuybiensi larespuestadebíavenirporsuparteoporladesujefe.
El comisario se quedó mirando el objeto que Nicolás portaba en lasmanos.Respiraba acelerado; no había visto nunca algo tanmacabro en susmuchosañosenelcuerpo.
—Nosequedenahíparados.Reaccionen.Esehijodeputanovaavenirareírseaquídemí,enmipropiacasa.Atrápeloaladeya,inspector.
Diomediavueltayregresósobresuspasos.Al inspector le sorprendió la actituddel jefe de todos los allí presentes.
Peroquizáfueralógicasureacción:eraelquemásejemploteníaquedar,ysiperdíalacalma,nadiedeallílaencontraría.
Acto seguido y sin soltar la calabaza, Nicolás miró a su jefe. Este ledevolviólamiradaysegirótambién.Nohacíafaltaquedijeranada.
El inspector se volvió hacia dos agentes que tenía cerca, que habíansubidoalarmadosporelescándaloquesehabíamontadoenpocossegundos.
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—Rápido, corran a la segunda planta, al laboratorio de Científica, ytráiganme una bandeja de plástico, de las grandes, de las de archivo depruebas.
Los agentes reaccionaron enseguida y fueron a por lo requerido. Notardaronmásdedosminutosenregresarconlabandeja.
Nicolásdepositó lacalabazasobre lamismayordenóaunsubinspectorquelallevaraallaboratorio.NosabíasiZapatayahabríallegadoasupuesto,si libraría o quién narices habría hoy por allí. Pero esperó que quien fuerahicierasutrabajobien.
—Quieroqueprimeromirensitienealgunareseñadactilar,quieroquesefijenbienenesto,inclusoantesdebuscarrastrosenella.Necesitotenerunahuella de ese cabrón. No se les ocurra llamarme sin una puta pista queofrecerme.Si no la encuentran, la siguenbuscandohasta el fin de los días.Tienequehabercometidoalgúnerrorpornarices.Tambiénquieroquehaganelmismoprocesoconlacaja.
Elsubinspectorasintió,diomediavueltaysemarchórápido.—Alfonso —añadió dirigiéndose a su amigo—, ocúpate de rastrear el
envío, por favor. Ponte en contacto con la compañía y averígualo todo.Nopuedeserqueesehijodeputaestécampandoasusanchas.Averiguainclusosi alguien de Seur vive en Mors o alrededores; hasta podría ser nuestrohombre.Quetepasenconladelegaciónquesupuestamente lohaservido,yen caso de que lo haya llevado personalmente, que intenten recordar algo.Asegúrate de si tienen cámaras de vigilancia o no. Consígueme algo, porfavor.
Alfonso asintió e instantes después se colocó frente a su ordenador ycomenzóconelrastreo.
Nicolás,por suparte, sequitó losguantesy tomóasiento.Teníamuchoporhacer,demasiado.Lopeoreraquecuandoqueríaponerseconalgo,seleabría un nuevo frente que no le daba tregua y empezaba a conseguir queestuviera harto. Y aún peor, dentro de un rato tenía lo de la psiquiatra.Aunquevistolovisto,puedequeesavisitanofueratanmalaidea.
Tras un rato de desconcierto en el que el despacho fue volviendo a lacalma demanera paulatina—aunque afirmar eso era demasiado—,Nicoláspudo hablar con la UDEF, que le confirmó que las cuentas de todos losfallecidos tenían un aspecto aparentemente sano. Esto descartaba, en unaprimera instancia, el móvil económico, aunque en realidad nunca habíaapostadoseriamenteporél.
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AlfonsoofrecióuncaféaNicolás,quelorechazóenunprimermomento.Alratofueaporuno—apesardequepreferíabeberaguadeuncharco,yaquetendríamejorsabor—,puesnecesitabaalgomásdecafeínaenelcuerpoocaeríaalsueloenbreve.
Nicolástomóasientoconelcaféysedioasímismodosotresminutosderespiro,mientrasAlfonsoapenashabíapodidoaveriguaralgorelevantesobreelenvíodelospaquetes.Loúnicoquesabíaeraquelaoficinaenlacualsehizoentregadelpaquete,parasuposteriorenvío,abríaalasseisdelamañanaal ser central de delegaciones y que la entrega—en la propia oficina— sehabía hecho a esa hora, nada más abrir. Se encontraba en el polígonoindustrial Las Atalayas, a las afueras de la ciudad y no tenía cámaras devigilanciaensuoficinaderecogidas.Estabaesperandoarecibirensucorreoelectrónicounacopiadelalbarándeentrega.Además,habíatratadodehablarconlaempleadaqueatendióelenvíoenvariasocasionessinéxito.Necesitabaalgo tan simple de ella como saber si recordaba el aspecto de quien habíamandadoelpaqueteconlalengua,alserelmásreciente.Sobreelotroenvío,elquehabíanhechoalabogado,nosacónadaenclaro.Laempresanohacíamás que darle largas diciéndole que no encontraba el recibo. Algo muyextraño,perotendríaqueteneralgomásdepaciencia.
Nicolás,hartodeverquenoconseguíaqueningunapiezaencajaraconlaotra, elaboraba en esos momentos un esquema con el ordenador sobre losaspectos en los que necesitaba profundizar y en cómo llegar hasta ellos.Mientrashacíaesto—másenconcreto,anotaba laspreguntasqueharíaconun tacto infinito a la viuda del cartero, a la que ya había descartado comosospechosa—,una agente se acercóhasta sumesay le dejó una carpeta decolormarróncerradaconunagoma.
—Gracias,agente—comentóNicolássonriendoconunamueca.La abrió almismo tiempo queAlfonso regresaba con otros dos cafés y
dejabaunoencimadelamesadelinspectorValdés,quehizocasoomiso.—¿Quéeseso?—quisosabersuamigo.Nicolásloleyóafondoantesdecontestar.Suentrecejosearrugómientras
lohacía.—EsuninformedeRastrosyHuellas.Hananalizadoelbotequehabíaen
elsuelo,elquecreíamosquenoeranada.—¿Yquéesloquellevabadentro?—Esarrope.Oalgoasíponeaquí.¿Quécoñoeselarrope?Elmismoagentequehabíallevadoelinformehablabaahoraconunode
losinspectoresdeldespacho.AloírlapreguntalanzadaalaireporNicolás,se
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giróhaciaellos.—Perdone que me entrometa—dijo—. El arrope es un tipo de dulce,
aunquenollevaazúcar.Miabuelalohacía,meacuerdodeestocomosifueraayer.Recuerdoquecocía…creoqueeramosto…hastaquesehacíacarameloañadiéndolefrutassegúnleapeteciera.Elquemásmegustabaamíeraeldemelocotón,peroaellaleencantabaeldecalabaza.
Esa última palabra hizo que todos los poros de la piel del inspector seestremecieran.
—¿Hadichocalabaza?Elagentelomiróextrañado.Nicolássesorprendióporquealparecerera
el único en toda la comisaría que no se había enterado de lo del dichosopaquetitomacabro.
—Sí,claro…Aver,creoqueeldecalabazaeselmáspopular…El inspector Valdés seguíamirando al agente como si hubiera visto un
fantasma,nosemovía,nisiquierasepodíasabersipensabaalgoono.Al ver la cara de su amigo, al borde del colapso, Alfonso le echó un
capote.—Muchasgracias,agente,nosabeloquenoshaayudadosuexplicación.EsteasintiósindejardemiraraNicolásysuextrañareacción.—¡Quéhijodeputa!—exclamóelinspectorValdés.—Mecagoen laputa—el inspectorGutiérrezpuso losbrazosen jarras
mientras comenzaba a dar vueltas sin sentido por el despacho—, somos sumejorentretenimiento.Vale,almenosahoratenemosalgoclaro…
—Quedejóeltarroadrede.Noestabaallíantesdelasesinato,porloquetiene que tener algún significado. ¿Has recibido el mail de la agencia detransporte?
Alfonsolocomprobó.—Sí,aquílotengo.Espera,lodescargoyveolafirma.Alfonsorecordabaalaperfecciónlarúbricaquebuscabayaquellonose
parecíaennada.Esmás,parecíahechaporunniñodeapenascincoaños,conunosgarabatosininteligibles.
—Noeslamismafirma,esotradiferente.Yavantres.AquídicequeleatendióunatalMarisa.Voyallamarlayverquécojonesmecuenta.Esperoqueestaveznomediganqueestáocupadaporquesoycapazdeplantarmeallímismoymeterlesatodoselpieporelculo.
Nicolás asintió intentando asimilar todavía lo de la calabaza. Nocomprendíael juegomacabroquese llevabaentremanoselasesino,perosiqueríaponerlonervioso,desdeluegoqueloestabaconsiguiendo.
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MientrasAlfonsohablabapor teléfonosiguiómirandoel informe.Eneltarro había huellas parciales. La búsqueda no había sido demasiadocomplicadaporquepertenecíanal carnicero.El asesino lashabíadejadoahíparaconfirmarélmismolarelaciónentreloscrímenes.
Esto no sorprendió del todo a Nicolás: la vanidad que esperaba de élestabasaliendoaluzpocoapoco.Algotantontocomoestedetallelohacíaalgomáshumano,yaquenosealejabadelpatrónesperadoparaalguiendesucalaña. Una de sus máximas era la de ser reconocidos por sus actos. Nopermitíanquenadiesepudieraapropiardeellos,puesmuchossolobuscabanese reconocimiento, pasar a la posteridad aunque fuera de una forma tansiniestra.Dehecho,sehabíandadocasosdeasesinosenseriequeseacababanentregando ante la ineptitud de las autoridades a la hora de atraparlos. Esemiedoaquesusactosnollevaransunombreyapellidosenlosanaleshacíaquedesistieranymostraranlacara.Sinirmáslejos,elcasodel«asesinodelabaraja»volvíaa lapalestraporquehizoexactamenteesto.Seguíaempeñadoen que, a pesar del cambio demodus, solo era una persona la que habíaparticipadoenambosasesinatos.Elegovolvíaaserlarazóndemáspesoparaapoyar su teoría.Elproblemaera, ahora, averiguarporquéhabíacambiadoesemodusoperandi.Eratanimpropioquelodesconcertaba.Teníaentendidoque,traselperíododeenfriamientodeunasesinoenserie,cuando,digamos,se sentía «satisfecho» por haber calmado momentáneamente sus ansiashomicidas, el asesino intentaba replantearse sumétodo para perfeccionarlo,pero sin salirse de ese patrón con el que había actuado antes. Es decir, lológico sería que hubiera sido más cuidadoso—si se podía— a la hora deimitaraAlfredoGalán,inclusopodríahastahaberintentadoquecoincidieranmáslosperfilesdelasvíctimas,queeraloquefallabarespectoalotrocaso…peronocambiarradicalmentelaformaenlaqueacabóconlavidadelcarterodeMors.Nadateníasentido.¿Porqué?¿Cuántosporquésllevabaya?
Sucabezaeraunmardedudas.Puede que todavía fuera pronto para pensar en perfiles criminales, pero
puede que trazando uno tuviera una idea más aproximada de a lo que seenfrentaba.ElproblemaesqueNicolásnoeraunexpertoenperfiles,eraalgoquesiemprelehabíaatraídoyteníaalgunasnocionesbásicas,peronocomopara hacer algo totalmente fiable. Se preguntó por qué la Policía Nacionalestabatanlimitadaenestesentido,sinungrupoespecíficoquesededicaraaestascosascomolo tenía laGuardiaCivildesde1994.ElSACD—SeccióndeAnálisis del Comportamiento Delictivo— ayudaba en casos de asesinosmúltiples,enmasa,violadoresycasos,pordecirlodealgúnmodo,extraños,y
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su colaboración se había demostrado que era inestimable. Nicolás sabía deexpertos en su cuerpo que podrían formar un equipo todoterreno, pero ahíestaban, dedicados a otrosmenesteres sin prestar todo su potencial a casoscomoelqueleocupaba.
Con sus conocimientos no le costó demasiado elaborar un perfilmás omenos aceptable, aunque por la forma en que mataba se le quedaba muyincompleto.Deestoestabaseguro.Conelperfilenfrente,volvióacomenzaradarle vueltas a todo. ¿Qué clase de persona asesinaba a otra, le cortaba lasmanos,tomabauntarroconmermeladadenoséquéeimpregnabaeltarrodehuellasparadejarloenotroescenariodondevolveríaamatarymutilara lavíctima? Ese punto de sadismo, de ser tan retorcido—bien reflejado en elperfilqueteníadelante—,hizoqueelvellodesucuerposeerizara.
La voz de Alfonso lo sacó de sus pensamientos. Acababa de colgar elteléfono.
—LatalMarisa,porfin,dicerecordarconclaridadalapersonaquedejóelpaqueteenlaoficina.
—¿Cómo que lo recuerda con claridad? Supongo que a esa oficina noacudiráunapersonacadatreshorasadejarunpaquete.
—Yotambiénlorecordaría.Dicequeeramuyparecidoaunmendigo.Suoloreranauseabundoysuaspectodesaliñado.Dicequeapenassabíasujetarelbolígrafoparahacerlafirma,loquejustificaloinfantildelamisma,yquele costó algo recordar el número de su DNI, aunque al final lo dijo decarrerilla.Pagóporunenvíourgentededoshoras.
—¿Yteniendodelanteunpersonajeasícogeelpaquete,sinmás?—Ellanoespolicía,Nicolás.Sutrabajoesrecogerpaquetesy,segúnme
ha contado, le pagó en efectivo. Debe limitarse a cumplir con susobligaciones.Además,mehadichoquemesorprenderíalacantidaddegenteconesteaspectoquehaceenvíosdeDiossabequé.
—Resumiendo, que nuestro hombre ha pagado a alguien para que lehicieraeltrabajosucio.Yparalocalizarlo,tenemosquebuscaraalguienquehuelamaly conaspectodesaliñado.Porque supongoqueelDNI lodijodecarrerillaporqueseloestabainventando.Genial.
—No deja un puto cabo suelto. De todosmodos, voy a comprobar esenúmeroporsiesreal,peronocreo.
Nicolásasintióapesadumbrado.Actoseguidomirósureloj.—Alfonso,tengoquemarcharmeaesamierdadelapsiquiatra.Noséni
quédecirtequeinvestigues.Trataderelacionarlamermeladaesadecalabaza
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conlosasesinatos,ocongentedelpueblo.Compruebasialguiensededicaaproducirla.Yoregresaréencuantopueda.Cojotucoche,¿ok?
—Todotuyo—dijoestemientrasleofrecíalasllaves.
10.32h.Mors.ExteriordelabibliotecadeMors
Carlos miró bien el edificio antes de entrar. Le sorprendió, la verdad. Laslíneas arquitectónicas distaban demasiado de la armonía semianticuada quemostrabaelpueblodeMors.Unaenorme fachadablanca, condecoracionesen forma de libro abstracto hechas demetal, era lo quemás le llamaba laatención.Lasenormesletras,tambiénfabricadasenmetal,nodejabanlugaradudasdedondeseencontraba.
BIBLIOTECAMUNICIPALDEMORS
Elabogadolassolíavisitarconasiduidad.Eraunrománticodeloslibrospasadospormuchasmanos.EraunadelasqueGalaconocíacomo«maníaspositivas»,algopococomúnenelmadrileño,peroquealfinyalcaboestabanahí.
Carlosteníamuyclarodóndequeríabuscar,loquenoteníatanclaroeraquéeraloquequeríaencontrar.Puedequealgunanoticiaquehicieraquesuinstintocomenzaraaagitarse.
Entró,elolordellugareraagradable.Nada más acceder a la inmensa sala, un mostrador con una mujer que
mirabasinpestañearhacialapantalladesuordenadorledabalabienvenida.Carlosleechabaunoscincuentaycincoaños,aunquesediríaquesecuidababien.Teníaelpelorizado,muyoscuro,yunasgafasqueparecíansacadasdeunaseriede televisiónde los setenta.Uncordónservíaparapoder llevarlascolgadas del cuello siempre que le viniera en gana. Sus ojos se fueroninevitablementehaciaunaslargasuñasdecoradasdemaneraimposibleconundibujo demasiado perfecto para un espacio tan reducido, aunque parecíahechoamano.
—Buenosdías.—Hola, ¿qué necesita? —La voz de la mujer era muy nasal. Carlos
recordó enseguida al cantante Bob Dylan, porque su voz parecía un calcoexacto.
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—Verá,tengoentendidoqueguardanejemplaresdeperiódicosenlosquesenombraalpueblo.Megustaríapoderecharlesunvistazo.
Labibliotecarialomiróenarcandounaceja.—¿Detodos?—preguntó.—Bueno,enconcretomeinteresanlosquehayadelañoochentaycuatro
alnoventayseis.—Pero…sonmuchos…—Bien —comentó Carlos intentando no perder la paciencia. En
circunstanciasnormales,unarespuestatajantehubierabastadoparaqueellaledieralosperiódicosyya—,noimporta,tengotiempo.
Lamujerasintiósindejardemirarlo.Diomediavueltaycomenzóaandarporelcentrodelasala.
—Sígame.Carlos obedeció. Fueron dejando atrás varias mesas y estanterías que,
aunquenodemasiadopobladasdelibros,síconteníanunimportantevolumen.Labibliotecariasedetuvoenunaligeramentemásanchaqueelresto.
—Aquílostiene.Sírvaseustedmismo.Lacolecciónseempezóahacerenmil novecientos ochenta y dos, por lo que los que busca estarán de losprimeros,alaizquierdadeltodo.Porfavor,unavezhayaterminadoconellos,colóqueloscomo loshaencontrado.Fíjeseen laparte superior izquierdadecada uno, llevan un número, están organizados desde el uno hasta el…—miróelúltimoquehabía—trescientosveintitrés.Simedisculpa,hedevolveramipuesto.Nosacabandeinstalarelsistemainformáticoytengoquemeter,unoauno,todoslosvolúmenesdeestelugar.
ACarlos le sorprendió bastante lo que le acababa de decir lamujer: siteníaquehacerlo sola, aquello le llevaríameses.De todosmodosnoera suproblema.
Conunasonrisafingidasedespidió.Unavezcomprobóqueestahabíavueltoasuasiento,sefijóenelrango
defechasquequeríayextrajolosejemplarescorrespondientes.Fueron cuarenta y cuatro en total. Más de los que esperaba en un
principio.Conlosperiódicosenlamano,sedirigióaunamesadelasqueestaban
vacías.Enrealidad,solodosestabanocupadas:unaporunamuchachadenomás de dieciocho años que parecía estar estudiando y otra por un chico deunostreintaoasí,conbarbacorta,peloenpuntayunacamisetadeBatman,queparecíadocumentarseparaalgoalavezquetomabanotasensuportátil
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MacbookPro.Puedequefueraescritor,porloqueCarlospudoverdereojoenlapantalla.Pobredeél,siqueríaganarselavidaconello.
Ya sentado, abrió el primer periódico.Había decidido ampliar su rangohasta el ochenta y dos, para no descartar que pudiera haber algo en esosdiarios.
Fue pasando páginas intentando leer por encima lomás rápido posible.Necesitabaencontrarelnombredelpuebloparadetenerseyyaleerconalgomásdeatención.Alllegaralamitad,encontróalgo.
Unatontería.Hablaba sobre la inauguración del nuevo ayuntamiento deMors. En la
fotovioquenoeraelmismoqueahorahabíaenlaplazacentraldelpueblo.De todosmodos, le sonaba haber pasado por el edificio que aparecía en lainstantánea.Ahoraeraunmuseodealgodelpueblo.
Pasólapágina,yahablabadeotrascosas.Enestenohabíanada.Repitióconelsegundodiario.Cuando llegóa lanoticia referidaalpueblo, entornó losojosalverque
esta hablaba sobre lo contento que estaba el alcalde con el nuevoayuntamiento.Eradeldíasiguientealprimerperiódico.
Carlos comprendió enseguida lo pesado que iba a ser aquello. En sucabezatodoibaasermuchomássencillo.
Aun así nodesistió y siguióhojeando, uno a uno, todos los ejemplares.Mientras lo hacía tomaba algunas notas en su teléfono móvil sobre lasnoticias quemínimamente le llamaban la atención, como una explosión degasquehuboenelochentaycuatroyunaccidentedecocheenelquefallecióunafamiliaenteraenelochentaycinco.
Ensu interior sabíaquenadadeesoera loqueandababuscando.Teníaunacorazonadadequedebíadeseralgomuchomásimpactante.
LashorasfueronpasandoentreletrasyCarlosnoencontrabanada,yaseacercaba a los últimos ejemplares y su esperanza se desvanecía pormomentos.Nodejabaderesoplarymoverlapiernaderechasinparar,comohacíacadavezqueestabanervioso.Almismotiempojugabaconelbolígrafoquehabíatraídodecasadesupadrepasándolosincesardemanoamano.
Ya estaba con el último ejemplar que había cogido en su mano, losánimospor lossuelosydoshorasdesu tiempoperdidasenaquel lugar.Loabrió y buscó la ansiada noticia. Al encontrarla y comprobar que hablabaacerca de la rehabilitación de la plaza del pueblo, cerró el periódico,malhumorado.
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Dejócaerlacabezahaciaatrásycomenzóarespirarfuerteparacalmarse.Le apetecía gritar. Alicia tenía razón, aquello no había servido paraabsolutamentenada.Lopeoresqueensuinteriorsabíaquetodoaquellonoteníani pies ni cabeza, pero, por desgracia, no se le habíaocurridounhilomejor del que poder tirar. Esto solo quería decir que en la vida llegaría alfondodelasunto,quemásvalíaquedesistiera.
Apesadumbrado,comenzóarecogerycolocarporordenlosdiarios,talycomolehabíapedidolamujer.Parahacérselomásfácilasímismo,lohizoutilizandolosnumeritosdelaesquina.Cuandollegóalnúmeroveintiséissedetuvo,noencontrabaelveintisiete.Estuvorebuscandoduranteunbuenrato,peronada,noaparecía.
Extrañado,quisoencontrarelveintiocho.Nada.El veintinueve tampoco apareció, el siguiente que sí estaba ahí era el
treinta.Contrariado,terminódeordenarlosejemplaresy,conellosenmano,fue
directohacialabibliotecaria.—Disculpe,peromeacabodedarcuentadequefaltantresejemplares.Lamujerlomiróconfusa.—¿Estáseguro?Esimposible.—Aquínoestán.Faltaelveintisiete,veintiochoyveintinueve.Sindecirunapalabra,lamujerfuedirectahaciaelrestodelosejemplares,
los que todavía estaban en la estantería. Carlos comprendió que queríaasegurarsedeque,enrealidad,noestuvieranmalordenados.
Aélnoselehabíaocurrido.Por la cara de esta comprendió que no, que sí estaban ordenados y que
faltabanesostres.Sindecirnadadenuevo,volvióasupuesto.—Esmuyextraño.Nuncanadiemehadichoquefalten.Aunque,claro,no
esalgoquesesuelaconsultarmuyamenudo.Lostenemoscomocuriosidadporordendelconcejaldeculturaquehabíaenesaépoca.
—¿Y no tiene un registro de las personas que hayan consultado estosperiódicos?
—Señor—contestófrunciendoelceño—,noséquéclasedebibliotecasepiensaustedqueesesta,peroesunlugarmuyhumilde.Aquílagentesoloseregistrasisellevaunlibro,estelugaresdelibreaccesoyconsultaparatodoelmundo.
—¿Ynoloshabránsacado?
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—Siempreheestadoacargodelabiblioteca,tantoaquícomoensusdosantiguosemplazamientos.Yno,jamásnadiehasacadounperiódico;yonoselopermitiría.Sonlosúnicosejemplaresquetenemos.
Carlosseempezabaadesesperarantelaimpertinenciadelamujer.—¿Tiene algún tipo de registro para saber qué periódicos son los que
faltan?—Sí,peroesunalistaenpapel.Todavíanomehepodidoponerconeso
en el ordenador, por delante tengo una infinidad de libros. Tendría quebuscárselaporquenotengoniideadedóndeestáahora.
—¿Seríatanamablede,cuandolohaga,avisarmeporteléfonoparaversilos puedo localizar por otro lado? —preguntó sin perder la paciencia; seestabasorprendiendoasímismo.
Lamujerlomirólevantandolacejaporenésimavez.Agarróunpapelyun bolígrafo y se lo pasó a Carlos. Este anotó su número, su nombre y ledevolvióambascosas.
—Tengapaciencia—comentólamujer—,nopuedocontodoyosola.Lellamaréloantesposible.
Carlosseloagradecióconunasonrisadenuevofingidaysaliódeaqueledificio.
No sabía qué podrían contener estos tres ejemplares, ni siquiera el año,puesdejabanunvacíodesdeel90hastael92,peroestabasegurodeque larespuestaasuspreguntasteníaqueestarpublicadaenellos.
Ahora, sobre todo, lemosqueabano saber quién se los había llevadoy,másaún,porqué.
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Martes,13deoctubrede2009,11.56h.Alicante.ConsultadeladoctoraLauraVílchez
Nicolásbajódelcoche.HabíaaparcadorelativamentecercadelacalleMartinLuther King, en la que, supuestamente, la doctora había ubicado su nuevaconsulta.Trasandarunosmetrossupoqueestabaenellugarcorrectoporqueunamarquesinaincrustadaenlapareddeledificiomostrabaelnombredelapsiquiatra.
Antes de tocar el timbre respiró profundo. Parecía una tontería, peronecesitaba armarsedevalorparadar esepaso.Trasunos segundoapretó eltimbrequeseñalabalaconsulta.
Sinoírsenadaporelinterfono,lapuertaemitióunchirridoyseabrió.Subióhastalaterceraplantausandoelascensor.Lapuertadeaccesoala
viviendaestabaabierta.Nadamáspasar,ladoctorafuearecibirlo.—Creo queme han dicho que ahora tengo que dirigirme a usted como
inspector,Nicolás—dijoamododesaludotendiendosumano.—Asíes.¿Yustedhasubidoderangooyaeracinturónnegroenlosuyo?
—contestóamododebromaparaliberaralgodetensiónmientrasrecibíasumano.
Estasonriófugazmenteydiomediavuelta.—Sígame.Nicolás obedeció y siguió a Laura por el pasillo, decorado de manera
exquisitaconvariasfigurasdeformaimposible.Ella apenas había cambiado nada. Salvo que tenía el pelo un pocomás
blancoqueensuúltimoencuentro.Nicoláscalculabaquetendríaunossesentaaños, pero su tipo eramás bien el de unamujer de treinta. Ya le llamó laatenciónensusanterioressesiones.Eraevidentequeladoctorasepreocupabapor su imagen,pues siempre ibaperfectamentemaquilladayconunasuñas
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decoradas con variopintos dibujos. Unos tacones de al menos quincecentímetrosnohacíansinorealzarleunpocomáslafigura.
Accedieron tras un largo pasillo a lo que debería ser el salón de lavivienda, reconvertidoendespacho improvisado.Varios librosconnombresde lo más dispares colmaban las estanterías y conferían a la estancia unaspectodelomásprofesional.Dossillonesenaparienciaigualespresidíanelcentrode lahabitación.Habíaunamesadedespacho fabricadaencristal alfondo,muycercadelaventanaquedabahacialacalle.
—Siénteseenelqueleapetezca.—Haycosasquenocambian—dijorefiriéndosealrecuerdoqueteníade
lassesionesanteriores,cuandolapsiquiatrahacíaexactamentelomismo.—Sialgo funciona,¿porquécambiarlo?Sabequemegustadejaramis
pacienteslalibertaddepoderelegir.Igualqueunovienedeformavoluntaria,sesientadondeledalagana.
—Vamos, no me joda, sabe perfectamente que en ninguna de las dosocasiones he venido por mi propia voluntad. No tenía elección. Vamos ahacernosunfavormutuoynosdejamoselcinismoenlapuerta,¿vale?
Ladoctorahizounapausaparatenerclaralarespuestaquedarle.—No estoy de acuerdo con usted, Nicolás. Claro que tenía elección.
Podríahabernovenidoyhaberseatenidoalasconsecuencias.Creíaqueustedyasabíaque todosnuestrosactosyelecciones las tienen.Venir tendráunasconsecuencias,aligualquelastieneelnohacerlo.Ensusmanoshaestadoelpoderdedecisióndeenfrentarseaunasoaotras.
Nicolás odiaba a esta mujer con todas sus fuerzas. No creía en lospsiquiatras. Sin embargo sí creía, con firmeza además, que cada cual eracapazde llevarsupropiacarga,al finyalcaboerasuya.Pero loquesobretodoodiabaeraque,enelnoventaynueveporcientodelasocasiones,tuvierarazónenloquedecía.Estoselocomíapordentro.
—Estábien,dejémonosdefrasesfilosóficas,mesentaréaquí—dijoalavezquetomabaasientoenelmáscercanoalasestanteríasyquedabadecaraalaventanaexterior.
Lapsiquiatrahizolopropio.—Bien,cuénteme,¿cómoseencuentraadíadehoy?—Podría dar vueltas diciéndole que bien, pero me andaré sin rodeos,
estoyjodido.—Su jefe me ha puesto al corriente del caso para intentar saber hasta
dóndesehapodidoverustedafectado.Yotambiénmedejaréderodeos,¿loestárelacionandoconloqueocurrióenMadrid?
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—Sí.—¿Yporqué?Reconozcosimilitudes,peronocreoque tenganadaque
verelunoconelotro.—Sonprácticamenteiguales.—Aver,noloson.Pero,encasodeserlo,¿dequétienemiedo?—Denosaberreaccionardenuevo,dequemepaseloquemepasólaotra
vez.Temoporlavidademicompañero.—¿Havueltoustedatrabajarconcompañero?—preguntósorprendida—.
No sabe lo importante que es esto en su propio desarrollo personal. Hayocasionesenlasquelosafectadosporcasoscomoelsuyolosrechazandeporvida.Estomedemuestraqueesustedunvaliente.
—Yonolocreoasí,esmás,meconsiderouncobarde.CreoqueelegíaAlfonsoporqueélmepodíaprotegerdemispropiosmiedossindarmecuentadeque,enrealidad,loquepodríaestarhaciendoescondenarleaéltambién.
—Ydígamealgo,¿lehaservidoparaloquemecomenta?¿Sesientemásseguroasulado?
Nicoláshizounapausaparapensarsurespuesta.—No—dijoalfin.Ladoctorahizounas anotaciones en la libretaque tenía al lado, enuna
mesitadereducidasdimensiones.—Déjeme decirle que este caso no tiene nada que ver con el anterior
porqueustedmismonoes lamismapersonacuandoaquelloocurrió.Ahoraestámás instruido, yano es unnovato.La experiencia es ungradoy estoyseguradequenohaaccedidoaestepuestodeinspectordorandolapíldoraalaspersonasadecuadas.Ustednoesasí.Tengoelconvencimientodequeselohaganadomerecidamente,Nicolás.
—Ysinosoyelmismo,¿porquémesientoigual?Lauraseechóparaatrásyparecióbuscarlaspalabrasexactas.—Porque pensar que un miedo se puede destruir es de ilusos. No, no
podemos levantarnosundíayhaberperdidoelmiedoaalgo,másquenadaporquenopodemosvivirsinellos.Sonnecesarios.Loquepodemosaprendergraciasalosmismosesaenfrentarnosyusarlosennuestrofavor.Utiliceesemiedoaquepasealgoparecidoparadarlotododeustedmismoylograrmeterentrerejasaeseasesino.Sinoleteme,nolepodrádarcaza.
—Paraustedesfácildecirlo…—Mire, Nicolás, usted pensará que tengo un discursito preparado para
cada paciente, y no es así. Tengo la suerte de conocerlo bien, y no veo enustedaesechavalnovatoquevinoamíhaceunosaños,asustado,horrorizado
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por lo que acababa de vivir.De hecho, creo recordar que le di la razón encuantoasuformadesentirse.Eranormal,eralógica.Ahora,encambio,veoaunapersona adulta, con la preparaciónnecesaria para enfrentarse a esto.Elmiedoseguiráconusted.Lepido,además,quenolopierdanuncaporqueleharásiempreandarconcautelaynotomardecisionesprecipitadas.Encasoscomoesteesnecesario.Enfrénteseaélconsumiedo.Consuerte,elasesinonolotendráyestoseráloquelehagacometerunerror.Usteddecide.¿Estátomandoalgunamedicaciónparaelinsomnio?Tieneunacarahorrible.
Nicolássonrióanteeldesparpajodelaafirmacióndelapsiquiatra.—Laqueustedmismamerecetóhaceaños.VoyalternandoelOrfidaly
elLexatin.—Vale, pues no la tome más. Por su aspecto veo que poco le está
ayudando,por loquesi tampocovaadormir,nosemedique.Leayudaráaestarconelcerebromásdespejadopara loque realmente importa.Atrapeaese malnacido, no deje que esos fantasmas de su pasado le persigan.Enfrénteseaellosyderrótelos.Enestaocasión, tieneelpoderdecambiarlotodo.Nolodesperdicieconlamentos.
Nicolássiguiócharlandounbuenratomásconladoctora.Nosabíahastaquépuntoibaavenirlebienestacharla,puesmarcaríaunantesyundespuésenlainvestigación.
14.14h.Alicante.Comisaría
Llegóalahoradecomer.Comoeralógico,Alfonsonoseencontrabaensupuesto.Había salido al bar de la esquina a tomar elmenú diario que ya seestaban acostumbrando apedir.Él no teníahambre, puedeque fuerapor lainyección de moral que tenía puesta en esos momentos, así que pasó decomer:necesitabaponerseconesarenovadafuerzaconelcaso.NosedemoróensentarsefrenteasuPCycontinuarconlainvestigación.
HabíaunanotadeAlfonsoencimadesutecladoenlacualsedisculpabapornohaberpodidohallarrelaciónconningunaproductora,nidearropenidecalabazas,enlazonaquelespudieraindicaralgo.Sialguienenelpueblolohacíadebíadeserporsucuenta,porloquepodríasercualquierpersona.
Nicoláspensóque,apesardeesto,nosedetendríaahíconestepuntoenconcreto. Si hacía falta iría vivienda por vivienda para saber quién sededicabaalaproduccióncaseradeesteproducto.
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Sabíaquelodelarropeeramuyimportante.Noestabaahíporcasualidad,mucho menos habiendo dejado las huellas impresas del carnicero. Dudabaqueelasesinolohubieradejadocomoprefaciodelenvíodelacalabaza,puesesto último le pareció más un acto burlesco que otra cosa. Esa especie demermeladateníaalgúnsignificado.Yélloibaaaveriguar.
Buscóalgodeinformacióneninternetsobreesto,peronadahizoquesuinstintoreaccionaralomásmínimo.Comprobósucorreoelectrónico,vioqueel forense le había remitido el informe completo de la autopsia del cartero.Nadarevelador,apartedeloqueyasabían,comoocurrióconlaprimera.
Lalenguahabíasidocortadaconalgoquepodríaserunatijeradepodarosimilar. El corte se había producido post mortem, pues no se apreciabanrasgos de vitalidad alrededor de la herida. Los análisis practicadosconfirmaban una enorme subida de adrenalina justo en el momento de lamuerte, fijada sobre las 3.30 de la madrugada. Esa subida podría haberseproducido en el momento en el que fue atacado en el cuello. Además, laherida,alcontrarioqueconlalengua,símostrabasignosdevitalidad.Ladelabdomenno,porloquetambiénerapostmortem,talycomosuponían.Ensusangre no había restos de ninguna sustancia tóxica. Su nivel de alcohol eramínimo.Apesardeello,seremitiríanmuestrasaBarcelonaparaunanálisismásexhaustivoycentradoenotrotipodesustanciasconcretas.Aunqueestose demoraría algunos días y él no tenía tiempoque perder.No considerabaquefuerarelevanteparaelcaso.
—¿Quétaltucharlaconlaloquera?—LavozdeAlfonsohizoquepegaraunpequeñosaltoensuasiento.
—Joder,quésusto,¿túnoestabascomiendo?—Si no me das conversación, me aburro rápido—contestó con ironía
debidoaqueúltimamenteNicolásnihablabamientrascomía.—Bien,haidobien.Hemoscharladounratoyyaestá.Nicolásnoquisocontarlequesesentíaalgomejordespuésde lacharla,
preferíaguardarseestesentimientoparaélyaquenoestabasegurodecuántotiempoleduraría.Sienverdadseencontrabamejor,Alfonsoyaseacabaríadandocuenta.Noerademasiadodifícildever.
—¿Ya está?Menuda mierda. Con la de trabajo que tenemos aquí y tehacenperdereltiempoentonterías,enfin.¿Cómovas?
—Bien.Estoyleyendoelinformedelforense.Nadaquenosepamos,todoseconfirmasegúnlasprimerashipótesis.
—Esto está bien, pero seguimos sin saber por qué ha matado de estamanera, el puto cambio de modus me va a volver loco. Si no logramos
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meternosensumente,novamosapillarniunresfriado.—Espera—dijo Nicolás mientras levantaba la mano—, esto no me lo
esperaba…Alfonsosequedómirandoasuamigo.—Aquí dice que, por la fuerza de las incisiones, puede que el arma la
llevaraincrustadaenlapropiamano,quesujetándolaesimposibleatacarcontantafuerza,puessolocontabilizatrestajazosprecisosenelabdomen.
—Unmomento.¿Qué?Osea,quesilallevabaincrustada…quieredecirquelohizoconalgoasícomo…¿unagarra?
—Algo así como una garra —contestó Nicolás confirmando lo quetambiénélpensaba.
—Eh…¿Hola?¿AndamosdetrásdeFreddyKrueger?Nicolásnopudoreprimirlarisaanteelcomentariodesuamigo.Hastaen
losmomentosdemáximatensióneracapazdetenergracia,elmuyjodido.—No sé, pero esto me mosquea mucho —dijo una vez recuperó la
compostura—. Me preocupa bastante que haya sido capaz de ponerse unagarraparahaceresto.Esteactosobrepasaelsadismo,yocreo.Esalgoasítipofetichista.
—Niputa idea, pero tienes razón.Nomegusta un pelo el cariz que vatomandotodoesto.Pero¿dedóndecoñohasacadounagarra?Osea,¿eneltodoacienvendengarrasparaesto?
Nicolássequedócalladounosinstantes.Teníalavistafijaenlapantallade su ordenador, parecía estar embobado, aunque en realidad no la estabamirando.Esosí,nopestañeaba.
—¿Estásbien?El inspectorValdés no dijo nada. Seguíamirando pero, a diferencia de
antes,cadavezfruncíamáselceño.—Nicolás,¿pasaalgo?—Mecagoenlaputa,¡mecagoenlaputa!—¿Qué?—preguntóAlfonsoalarmado.—Dameunosinstantes,necesitocomprobarunacosa.Actoseguido,comenzóateclearantelamiradapasmosadesuamigo,que
no entendía nada. Según iba haciendo clic en su ratón, su rostro ibacambiando,empezabaaentenderlotodo.
—¿Mevasacontarquécojoneshaces?—insistiódesesperadoAlfonso.—Ya sé qué está pasando aquí. Ya sé cómo va a morir la próxima
víctima.Alfonsonopodíaarticularpalabra,aquelloeraimposible.
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—Cuéntame,coño.—Venaldespachodeljefe,notengoganasdedardosexplicaciones.Alfonso,conelcorazónlatiendocadavezmásdeprisa,siguióasuamigo,
quesehabíalevantadodeunsaltodesuasientoyhabíacomenzadoaandaratodaprisahaciaeldespachodelinspectorjefe.
Alllegar,estesalíaporlapuerta,consuhabitualcaradepocosamigos.—Jefe,creosabercasialcienporciencómoserá lapróximamuerte—
comentóelmadrileño.Montalvo,envezdealegrarseporloquelecontabaelinspector,lomiró
congestosombrío.—¿Quéocurre?—quisosaberNicolás.—Que tendrá la oportunidad de comprobar muy pronto si tenía o no
razón.Haaparecidootravíctima.—Joder,¡mecagoenlaputa!¿QuéestápasandoenMors?Sujefetragósalivaantesdehablar.—No,estaveznosedirigenaMors.
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Martes,13deoctubrede2009,14.25h.Alicante.Afuerasdelacomisaría
Alfonsonopodíaesperarmásparasaberquées loquehabíaaveriguadosuamigo.Sujefe,debidoapresionesincesantesdelcomisario,nohabíapodidopararaescucharlasexplicacionesdelinspector,porloquetendríaqueesperaraqueregresaranparahacerlo.Eltiempoapremiaba.
Gutiérrezarrancóelcoche,esperóaqueValdéssemontaraynoaguardóniunsegundomás.
—Dispara.—Haestadodelantedenuestrosojostodoestetiempoynohemossabido
verlo. Ya nos dejó una pista esclarecedora en la primera víctima y no nosdimoscuenta.Somosunosnovatosdemierda.
—¿Quépista?—Elsaco.Alfonsolomiró,desentendiéndosemomentáneamentedelacarretera.—¿Elsaco?Yaloprocesaron,noteníaniunrastro,nisiquieraunafibra
queindicaraquealgunavezsehubierapodidoutilizar.Estabanuevo.—Eselsacoensílapista.¿Atinuncatehanasustadocon«elhombredel
saco»?Alfonsonosabíasiresponderono.Comenzabaapensarqueasuamigo
selehabíaidolacabezadeltodo.—Emmmm,sí…—¿Ysitedijeraquelaleyendaestábasadaenalgoreal?Antesdenada
quiero que sepas que todo esto lo sé porque, cuando estudiaba en launiversidad, estuve colaborando con una revista que se creó en clase. Yoescribíadosieressobrefamososasesinosenserie.Deahíque,bueno,másomenossepaalgunascosas.Enfin,comotedecía«elhombredelsaco»existió.Noquizácomonoshancontadodesdepequeñosparaasustarnos,perosí,está
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basadoenlafiguradevariospersonajesqueinfundieronmiedoensudía.Esteenconcreto,alquemerefiero,esunpersonajequeduranteelsigloXIXmató,quesesepa,atrecepersonas.Todasmujeresyniños.
—Nomesuenahaberoídonuncaesto.—Sítesuena,loquepasaesquesinotedigosunombre,notevendráala
mentelaimagendeManuelRomasanta.—¿ElSacamantecas?—Elmismo.Pasóalahistoriaconesenombre,peroaligualqueconlode
«elhombredel saco»,hubovariospersonajesen lahistoriaa losquese lesllamó «sacamantecas». Sin ir más lejos, está el vitoriano Juan Díaz deGarayo.Todounpersonaje.
—Lo sé…Pero ¿no se le llamaba así porque se llevaba el sebo de susvíctimasparavenderlo?Lovienunapelícula.
—Sí,aunquenoséquétieneestodecierto.Elcinetiendeadistorsionardemasiadas cosas. Fíjate en nuestro trabajo.Todos piensan que tenemos unequipodeCSI detrás de nosotros que nos resuelve el caso solo viendounaescena del crimen. Sea como sea, no se ha llevado el sebo de su víctima,comosesuponequehacíaelotro,porquenoleinteresaparanada.EseeraelpropósitodeRomasanta,eldenuestrohombreesotromuydistinto.
—¿Ycuáles?—Joder,Alfonso,silosupieratelodiría.Supongoqueloúnicoquebusca
esimitarlamuerte,nosusmotivaciones.—¿Ycómocoñohasllegadoaesaconclusión?—Hasidoporelarrope.Bueno,enrealidadlodelarropemehaayudadoa
saber sobre lo que nos encontraremos donde vamos.Almeterme dentro deesta hipótesis, al aplicarla a la muerte anterior, me he cruzado con lo deRomasanta. ¿Sabías que fue el primer caso de licantropía clínicadocumentada?
—Vale, ¿esoqué coño es?—dijomirando a su compañeroyperdiendootravezdevistalacarretera.
—Es sencillo. Romasanta se creía un hombre lobo. Lo primero que tellevaapensarestoesqueestáloco,yotambiénlopensaría.Pero,unavezquelo atraparon, varios estudios determinaron que, en realidad, tenía estaenfermedad que te he dicho.No deja de ser un síndromepsiquiátrico, peroestáreconocidocomoenfermedad.Esdecir, lapersonanoseríaconsideradacomo un demente, sino como un enfermo. Él de verdad creía que era unhombreloboporquesumenteeraincapazdepensarenqueeraotracosa.
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—Amíquenomejodan,esoesdeputos tarados.Hombres lobo, tócateloshuevos.Además,enfermoydementeesprácticamentelomismo.
—Sí y no. No hace falta irnos muy lejos para rebatirte esto. Mira laspsicopatías.Bueno, lo que importa es quemataba a sus víctimas utilizandosuspropiosdientesymanos,comosifueraunlobo.Sedicequesedejócrecerlasuñasylasafilóparaqueparecierangarras.Otros,encambio,cuentanqueselasfabricóélmismo.
EstaúltimafrasehizoqueseencendieraalgoenAlfonso.—¿Hasdichogarras?¿Fabricadasporélmismo?—Exacto,como lasquesesuponequesehanutilizadoparadestriparal
pobre cartero. Nuestro homicida no ha tenido tiempo de dejarse las uñaslargasyafilarlas,comounadelascreencias,peroencambiopareceserquehafabricadoocompradoalgoquelehaservidoparaelmismocometido,quesería la otra opción.Además, hemirado algo en internet y entoncesme heacojonado.Anochehabíalunallena.Nosésiesproductodelacasualidadoloteníatanestudiado,peroseacomoseameponelapieldegallina.
—Pero a ver, Nicolás, recapitulemos. ¿Me estás diciendo que estamosbuscando a un tipo que se cree hombre lobo? Venga ya, si en la primeramuertenohabíanadadelafilantropíaesadeloscojones.
ElinspectorValdésmiróparadelanteysonrió.—Es licantropía. No seas idiota, no—respondió—. Lo del bote con la
mermeladaesararameconfirmaqueno.—Joder,cómotegustahacerteelinteresante,¿mequierescontarlascosas
deunavez?Nicolásmiróporsuventana.Comenzabanacaergotitasdelluviajustoen
elmomentoenelqueuncarteldemetallesanunciabalasalidadelaautovíaendirecciónaCallosadeSegura.Estabanapuntodellegaralpueblo.
—Estoconfirmaqueesunpsicópatayque,en realidad,nosehasalidodel patrón, pues este engloba varios patrones. En este caso creo que habráactuado el Arropiero. Tenemos a un imitador de los asesinos en seriemásbrutalesdelahistoriadenuestropaís.
Alfonsotardóbastanteenreaccionar.Nopodía.Necesitódetenerelcocheen una estación de servicio que había justo al salir de la autovía. Miró aNicolásytragósaliva.
15.12h.Mors.BardeAdela
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—¿Ydicesquefaltantresperiódicos?Joder,quéyuyudaeso—comentóAliciamientrasapilabaunacajadebotesderefrescosencimadeotra.
El bar estabamuy tranquilo a esas horas. Apenas un grupo demujerestomaba café en una de lasmesas del fondo. Estemomento de tranquilidadsolían aprovecharlo Alicia y su tía para reorganizar algo el apartado queusabancomoalmacén.Elabogadosehabíaofrecidoaayudaralamuchachaenesta labor, total, no teníanadamejorquehacery semoríadeganasporcontarleloquehabíaaveriguado.
—Sí,yahorametocaesperar.Labibliotecarianoteníamuchoánimoparaayudarme.Creoqueno lehe caídobien—contestóCarlosmientras echabaunamanoaAliciaconunacajadeFantadenaranja—.¿Aquíestábien?—preguntóindicandoconsusojosunhuecoantesdedejarla.
—Sí.Yrespectoa lodecaerbien,miraqueesraro.Conlosimpáticoyabiertoquetúeres.
—Ja,quégraciosa.Soysimpáticoconquienlotengoqueser.—Ydime,¿conmigoloeres?—Contigo soymuy simpático,o sea,que imagina conquiennomecae
biencómosoy.Aliciarioanteelcomentario.—Vaya,soyunaafortunada.Volviendoal tema,meparecemuyextraño
esto queme cuentas. Esmás, apostaría todo a que si todavía están enterosesos periódicos, tienen que estar en casa de alguno de los involucrados entodaestahistoria.
—Vale,entratúabuscarlosencasadelpolicíayyoenladelresto.Lajovenlemostrósudedocorazón.—Supongoqueloúnicoquetequedaesesperar.Carlos suspiró ante tal afirmación. Tenía razón, era lo único que podía
hacerenaquellosinstantes.Siguieron apilando cajas. Después el abogado la ayudó a reponer el
congeladomientrasellalimpiabalabarraqueteníadentrodelacocina.Ungrito desgarrador se oyó en la calle. Parecía provenir de unamujer.
Instantesdespuéssevolvióaoírotroigual,estabahistérica.Losdosdejaron loqueestabanhaciendoysalierona todaprisadelbar,
seguidosporlasmujeresqueestabanallídentro.Miraronhaciaunladoyotroy lavieron.Unamujer llorabadesconsoladamientrasdoshombres, tambiénalertadosporelgrito,corríanhaciaellaparaverquélesucedía.
Sin importarle dejar el bar abandonado, Alicia también echó a correr.Carlostardóalgomásenreaccionar,perohizotambiénlomismo.
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Al llegardondeestaba lamujer,unode loshombres laagarrabapor loshombrostratandodesonsacarlequélepasaba.Estallorabaamocotendidoycadadospor tresemitíaungritodesgarrador.Teníael teléfonomóvil en lamano.
—¿Qué ha pasado, María del Carmen?—preguntó Alicia, que parecíaconocerla.
Perolamujernocontestaba,porloquevolvióainsistir.—Cálmate,porfavor,¿quéhapasado?Lamujermiródesesperadaalajoven,comosiloqueibaadecirnoselo
pudieracreerniellamisma.—¡Hanasesinadoamihermano!—logródecirentrebalbuceos,perocon
determinación.Alicia la soltó, poniendo cara de incredulidad. Los dos hombres se
acercarondenuevoalamujerycomenzaronaavasallarlaapreguntas.Unaspreguntas que ni ellosmismos entendían y que nimuchomenos ella podíaresponder.
LamuchachasegiróhaciaCarlos.Esteestabacompletamenteblanco,nohacíamásquetragarsalivayrespiraralgoacelerado.Necesitóunosinstantesparapoderencontrarlaspalabras.
—¿Quiénessuhermano?Alicialomiróconlágrimasenlosojosybastantetemblorosa.Agarrólas
manosdeCarlos,apretófuertelospárpadosycontestó.—RamónBerenguer.Elfotógrafo.ElqueayerhuyódeMors.
15.23h.CallosadeSegura.CasadeElisaBerenguer
Nicoláslevantóelcordónpolicialconsumanoizquierda.Alfonsoaprovechóestegestoparapasaréltambién.Allísíhabíaunbuennúmerodecuriososenlapuerta,nocomoenelanteriorcrimenenMors.Seguramente,estosvivíanalgoajenosaloqueallíestabasucediendo.Noseexplicócómo,sienrealidaderanpueblosvecinos.
Losrecibióunguardiacivil.Nicolás nopudo evitar pensar en la devecesque le habíanhabladodel
receloquesolíahaberentrelaGuardiaCivilylaPolicíaNacional.Lomuchoquelescostabacolaboraraunosconotroserasiempreeltemacentraldeesasconversaciones.Laverdad,dentrodesuexperiencia,nohabíavividonadade
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esto.Enloscasosenlosqueélhabíaestadoinvolucrado,launióndeamboscuerpos había sido plena. Pudo comprobarlo más en primera persona quenunca en la primeramuerte, la de FernandoLorenzo, un caso quea priorihabíallevadolaGuardiaCivilyquehabíapasadoamanosdelinspectorsinningúnimpedimento.
—SargentoPérez—sepresentóestetendiéndoleslamanoaambos.—InspectoresNicolásValdésyAlfonsoGutiérrez.Cuénteme.—La casa pertenece a Elisa Berenguer, hermana del fallecido. Se
encontraba de viaje y ha regresado hace tres o cuatro horas, no séexactamente. Al parecer su hermano llegó ayer por la tarde aquí. Se habíaseparadodesumujerhacíaunoscuantosañosyay sushijosestáncasados.VivenfueradeAlicante,loquenoséesdónde.Élnoesdeestepueblo.
—EsdeMors,¿verdad?—Enefecto,¿yaselohandicho?—Nohacefalta.Continúe.—Bien,¿pordóndeiba?Ah,sí,alllegarlahermana,pensandoqueestaría
aquídentrohaestadotocandoel timbreparanoutilizarsullave.Alverquenoabríahasupuestoqueestaríadormidoyhaentrado.Sehaencontradoestoquevanaver.
—¿Alguienmáshaentrado,apartedeustedes?—Sí, por desgracia a ella la acompañaban su marido y sus dos hijos.
Tienenquinceydiecisieteaños,lohanvistotodo.Hemostrasladadoalosdosal cuartelillo. No está demasiado lejos de aquí, por si quieren tomarlesdeclaración,peronosésiseráalgonecesario.
—Noloserá,yahansufridosuficiente.Nolesincordiaré.Séquenohacefalta que lo diga, pero proporciónenles toda la ayuda psicológica quenecesiten. Si quieren, nosotros nos hacemos cargo de ese gasto, pero noescatimen.
Pérezasintió.Asíloharía.—Pasemosy,bueno,hagansutrabajo.Nicolásasintióysiguióal sargentoPérez.El inspectorandabadecidido,
bastantemásqueensuanteriorvíctima.Puedequefueralacharla,puedequefuera lo que había descubierto sobre la relación entre los casos, pero unanuevaconfianza le empujabaa andar conesadecisión.Conunaplomoquedebería haber llevado con él desde la primera vez que había pisadoMors.Esperabaqueledurara.Leharíafalta,porelbiendelasvíctimas.
Alentraren la sala, la imagenqueencontrónodistabademasiadode loque esperaba. Sus pesquisas eran ciertas. Tirado, casi en el centro de la
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habitación,unhombreestabaacostadobocaarriba.Teníalosojosabiertosdeparenpar, con losglobosocularesapuntode salirsede lasórbitas.Estabamorado,porloquelacausadelamuerteparecíabastanteclara.Siacasoestonoerasuficiente,lospantisdemujerquellevabaenredadosenelcuelloasíloconfirmaban.Zapataysuequipotrabajabansinpausaenlaescena.
—Muerteporasfixia,talycomolohacíaelArropiero—comentóNicolásnadamásentrar.
—¿Cómodice?—quisosaberelsargento.—Perdone,leagradezcosucolaboraciónporencimadetodo,peroahora
metocahacermecargodelasituación.Meencantaríacontarconsupuntodevistasobretodoesto,peroyasabecómofuncionaestoynospodemosbuscarambosunlío.
—Nosepreocupe,loentiendo.Simenecesitaparacualquiercosaestaréfuera.
Nicolásasintióyelguardiacivilsaliódelaestancia.—¿Confirmamosentonces?—quisosaberAlfonso.—Nohayduda.Meesperabaesto,demasiadacasualidadsería.—Vale,reconozcoquetodoestoempiezaaacojonarme,¿cómodetenera
alguienquecambiacadadosportresdeidentidad?—Ciñéndonos a los indicios que descubramos. Ya hablamos de lo
complicado que era encontrarnos con un asesino en serie, ya que son pococomunes. Imagina las probabilidades de que fuera ritualista y vanidoso. Seempeñaconstantementeendemostrarquevaunpasopordelantedenosotros.Creoquesiguepensandoqueestamosperdidos,porloquenosvaadejarunindicio que se relacionará con la identidad de su próximo verdugo.Nos loquiere poner fácil en este sentido para que nuestra desesperación por noatraparlo seamayor. Esto que te voy a decir sé que suena peliculero total,perojuegaconnosotros.
—Te ha faltado decir: nos sermonea. Bueno, por lo pronto, ya se hallevadosutrofeo.
—Ya nome pilla por sorpresa—comentó el inspectormientrasmirabahaciaelgrancharcodesangrequehabíaenellugarenelquedeberíanestarlospiesdelavíctima.
—Hayalgoquenologroentender.¿Porquéaquí?¿PorquésehasalidodeMorsparamataraalguiendeallí?
Nicolásnodudóenlarespuesta.—Estáclaroque tieneuna lista.Ya tieneelegidaa lagentequemorirá.
Nolaeligealazar,comohabíamospensado.Siestehombresentíamiedoyha
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huido, el asesino ha ido tras él. Tengo entendido quemucha gente lo estáhaciendo. No quiere cambiar ni un trazo de su plan.Me jode que sea tanperfecto,perolodequenomatealazarnosdicemuchísimodeél.Lotienetodomuyestudiado.
—¿Piensasquedentrodeesalistasiguealgúntipodepatrón?—Aver.Todoshansidohombres.Todos tienenmásomenos lamisma
edad.Yodiríaquesí.Loquenosécuálesesepatrón.—Lo averiguaremos, compi. Voy a llamar para ver dónde coño está la
juezayelforense.Comosiempre,llegantarde.Nicolás asintió al tiempoque segiraba sobre símismoparaobservar el
escenario.Distabadelosdemásenquelaviviendaparecíaestardecoradaconalgomásdegustoquelasanteriores.Lamodernidaderapalpableencadaunode los rincones en los que se fijaba. Figuras de extrañas formas daban unasensacióndeexquisitezquelostonospasteldesusparedesrealzabantodavíamás.Unsofádecuerodestacabaporencimadetodoelconjunto.Esteestabaencarado a lo que parecía ser un carísimo televisor de plasma de tamañodescomunal.Nicolásnosupocalcularlaspulgadasquetendría,peropodíaserperfectamenteeldobledelasdesutelevisor.Enunodeloslateraleshabíaunamesaacristaladaconpatas,alparecer,deacero.Sumiradasedesviórápidohaciaelobjetoque,seguramente,lerevelaríalaidentidaddelpróximoasesinoasuplantar.
Sabíaquenoestabaahíporcasualidad,yaqueseencontrabaenelmismolugarque el de losdos anteriores.Lomiró condetenimiento, todavíano lopodíatocar,puesCientíficaindagabaenbuscadeindiciosasualrededor.
Eraunguanteviejo,conlosdedoscortados.El subinspectorZapata acabócon loqueestabahaciendoy se acercóal
inspector.—¿Quécoñoestápasandoenestazona?AyerlehubieradichoenMors,
peroahorahetenidoqueampliarloazona.—Ojalápudieradecírselo,Zapata,ojalá.Ymetemoquesiguesiendoen
Mors.Estehombreeradeallí.¿Tienealgodignodecontar?—Vaya, no tenía ni idea…En cuanto a lo de contar, le diré lo que ya
sabe,queestamosanteunodelosmayoreshijosdeputaconlosquehetenidolamalasuertedetoparme.Elmuycabróndejalaescenatalcuallodesea.Nimás, nimenos.Supongoquepara asesinar utiliza unmonoparecido al quellevoyopuesto.Esimposiblequenodejeniunafibra,niuncabello,niunaputamotadesualientoentodoelescenario.Nuncameheenfrentadoaalgoasí.Siemprehayalgo, siempre. Joder, estoy entrenadopara encontrar cosas
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dondenoparecequelashaya,peroenestosasesinatosnuncahaynada.Sololo que quiere que encontremos. Estoy hasta los cojones ya. Temo que ladesesperaciónnomedejeverloquenecesito.
—Todos tememos esto, subinspector, pero no nos dejemos llevar porestospensamientos,queal finalvaaserciertoquenosvanapasar factura.Algunavez tienequecometerunerror.Noesundios.Ynosotrosvamosaestarahíparapillarlo.Despuésdeestolemeteremosunapiernaporelculo.
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Martes,13deoctubrede2009,16.04h.Mors.CasadeFernandoLorenzo
Carlosseencerróenlacasadesupadre.Porenésimavez,necesitabarebuscaren todos loscajonesconel findeencontraralgoque ledemostraraporquéseguía en ese lugar a pesar de todo lo que estaba sucediendo. Jamás habíaexperimentadolasensacióndequesuvidacorrierapeligro,perolamuertedelfotógrafo, justo después de haberle advertido que saliera pitando de allí,estabaprovocandoenélesesentimiento.
Pormásque lo intentabano lograba sacarseesemomentode la cabeza.Laspalabrasresonaban,unaauna,enlomásprofundodesucerebroynosecallaban.Parecíanundiscorayado.
«Hijo,simepermitesunconsejohuye,cuantoantes».Cadavezquelasrecordaba,unescalofríodelomásdesagradablerecorría
todo su cuerpo. Teníamiedo,muchomiedo,más del que había sentido entodasuvida.
Vacióunodeloscajonesdelsalóntirandotodoslospapelesqueconteníaalsuelo.Rebuscóentreellosperosoloeranfacturasdeluz,teléfonoyaguadelosañosanteriores.Nadarelevante.Alnoobtenerresultados,fueaporotro.
Vaciólacajoneraenterasinhallarnada.Trasestosiguiórebuscandoentodoslosrinconesdelacasadurantemás
deveinteminutos.Nodejabaniunsolometrodondenoparecieraquehabíapasado un huracán arrasándolo todo. En su búsqueda no le importaba tirarjarronesviejosyfeos,queseacabaronrompiendoendecenasdepedazosalcaeralsuelo.
Levantóinclusoloscojinesdelsofá,arrojándolostambiénjuntoatodoelcaosquesehabíaformado.Colocólasmanossobresucabezaylaechóhaciaatrás ahogando un grito que, seguramente, hubiera sido ensordecedor.Aquello loestaba trastornando.Sinpensarlodemasiado, fuecorriendoapor
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unasilla, lacolocóenelcentrodelahabitaciónysesubióaellacasideunsalto,sinimportarlenisiquieralaposiblecaída.
Una vez arriba, comenzó a levantar placas de escayola y, según lasapartaba, se aupaba un poco más para meter su cabeza dentro del techo.Necesitabaencontraralgopero,apartedeoscuridad,noveíanadamás.Congranpartedeltechodesmoronadosebajódelasillaypensóenquequizásupadre tuviera una linterna guardada en algún lugar. Recordó —o creyórecordar—que,cuandovivíanjuntos,siemprehabíaunaenlacocina,asíqueallí fue con la esperanza de poder encontrar una. Ya allí, rebuscó en lacajoneradeloscubiertos,dondelasimágenesfugacesledecíanqueanteslaguardabaallí.Peroapartede loquepor fuerzaencontraría enesecajón,nohabíanadamás.Aprovechóysesirvióunvasodeagua,estabatemblando.Surespiraciónera tan fuertequesepodíaoíravariosmetrosdeél.Bebiósolomediovaso,pueselrecipienteselecayóalsuelo.Sesentíamareado,puedeque estuviera hiperventilando. No le importaba lo más mínimo, necesitabaseguirbuscando,necesitabaconocerlaverdad.¿Oeramejorhacercasoaesepobrehombreysalircorriendodeallí?Pero¿ysierapeorysellevabaelmalconél,aMadrid?¿Quiénlegarantizabaquehuiribaahacerqueacabaraconsusproblemas?El fotógrafosehabíamarchadoynohabíaservidodenada.Fueraloquefueseloquehabíaacabadoconsuvida,porqueestabasegurodequeunserhumanonoera,lohabíaperseguido.Noimportabaqueelfotógrafosehubieraescondido.Loencontró.No.Loimportanteeradescubrirlaverdad.Conocerlaysaberquiéneraelqueestabadetrásdetodaestalocura.Quizáasífuera la única formade detener estemal y conseguir salir con vida de allí.Conesaidea,siguióbuscandoalgoquelepudieraacercaraesaverdad.Ahorafueelturnodelasollas.Puedequefueraunaidiotez,perosumadreguardabadinero en efectivo dentro de una de ellas, por lo que ¿por qué su padre nopodría guardar algo para hacerlo más difícil de encontrar?, aunque dudabaquelashubierausadonunca.Pordesgracia,nohallónadadentrodeellas.Enun arrebato de ira, tiró al suelo todas las que había dejado encima de laencimera,causandoungranestruendo.
Saliódelacocinayfuealaseo.Puedequeahí…Como había hecho en salón y cocina, comenzó a arrojar todos los
productosdesupadrealsuelo.Estaveznoestabanisiquierasegurodeestarbuscandoalgo,pensóqueyatirabapor tirar.Aquí tuvoalgodesuerte,puesningunodelosrecipientesdecristalserompióenlosmilpedazosesperados.Miró en el armario de las toallas, las sacó una a una de su lugar y fuedesdoblándolasporsihabíaalgoocultoenellas.
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Volvióalascajoneras.Estabanvacías,peroseguíaensuempeñodequedebíadehaberalgoocultoenellas,porloquelassacó.Alcomprobarquenoteníannada, lasarrojóal suelo, fueradesí.Unadeellassepartióenvariospedazos; el impacto había sido brutal.Volvió a colocar lasmanos sobre sucabezayestavezse tiró fuertedelpelo.Nosuposi fueporeldolorqueseinfligióosifueporlarabiaqueleestaballevandoacometeresteacto,peroahorasígritóy,sinningunaduda,fueoídoenalmenosmediopueblo.
Después de esto, todo se volvió negro mientras caía al suelo sinconocimiento.
16.51h.CaminoaAlicante
—Tenotoalgocallado.Bueno,máscalladoquedecostumbre.—Estoypensando,nopuedodejardepensar.—¿Piensasenelguante?—quisosaberAlfonso.Nicoláscallóunosinstantesantesderesponder,miróporlaventanilladel
coche.Lalluviacaíaahoraconalgomásdefuerza.Porfinparecíarefrescaralgo después de tantos días de calor insoportable. La lluvia le gustaba.NollevabatantotiempofueradeMadrid,peroeraunadelascosasqueechabaenfalta. No es que Madrid fuera Galicia, pero comparado con el litorallevantino…Observaba las distintas formas que las gotas creaban al chocarcontraelcristal.Nosabíaexplicarporqué,peroesto loestabarelajandounpoco.Hastacasillegóaconseguirnopensarmásdedossegundosseguidosenlomismo.
—Sí—dijoalfin.—Daremosconelsignificado,notepreocupes.Almenosyasabemospor
dóndetirar.Detodosmodos,porunmomentohellegadoapensarquenuestroamigohabíavariadosupatrón,estavezdeverdad,alahoradeactuar.
—¿Cómo?—Nicolássaliódesuensimismamiento.—Me refiero a que, si lo piensas, es la primera vez que no vamos a
primerahoradeldía.Penséquehabíaactuadoaplenaluz.Estohubierasidouncambiosignificativoensuproceder.
—Yahas visto lo que ha dicho el forense de guardia.Además, quemeperdonenpor lo que voy a decir, pero estaba tieso comoungarrote.Murióanoche.Enestonovaría,almenos.
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—¿CreesquedeberíamostenermásunidadespatrullandoporlascallesdeMors?Noesunpueblodemasiadogrande.
—No,yatenemosdosypiensoqueesunapérdidadetiempo.Elasesinonoactúaen lacalle.Anoserquese lesaparezca laVirgeny loencuentrenentrandoenunacasa,nosirvenparanada.Además,yahasvisto,estavezhaactuadofueradeMors.Con ladegentequeestáhuyendodelpueblo,ahorapodríaactuarencualquierlugar.Aceptandolahipótesisdelalista,claro.
—Yomelacreo.—Yyo,peronopodemosdarnadaporhecho.Yahemosvistodeloque
escapaz.Silosubestimamos,nosdaráunmazazo,deesoestoyseguro.—Sí,bueno,ahoratocaceñirnosaloquetenemosconestanuevavíctima.
¿VoydirectoaMedicinaLegaloesperoaquenos llamen?Supongoqueelcadáver tardará un rato en llegar, no demasiado, pero quizá tengamos queesperar.
—No, ve a comisaría, no necesitamos estar presentes en el análisisforense, sé loquenosvaa revelar.SupongoqueMontalvo loentenderá.Eltiempocorreennuestracontra.Notenemosniputaideadecuándovolveráaactuar.Pongámonosatrabajarconlodelguanteeintentemosadelantarnosasus pasos. Intentemos también seguir buscando una relación entre lasvíctimas.Tienequehaberalgo.
—Guay,oye,unacositaquenotienequeverconelcaso,bueno,unpocosí,¿sabessilajuezatienepareja?Creoquemehapuestoojitos.
Nicolásseechóareírmientrasmirabaasuamigo.—Alfonso,cadavezquenoscruzamosconunamujer,estateponeojitos
—comentódivertido.—Chico,¿quéquieresquetediga?Noesmiculpa,seráquelesrecuerdo
aPaulNewman.—Claro.Seráeso…Nicolásriofuerteconunacarcajadamuysonora.Eralaprimeravezque
lohacíaenmuchotiempo.
16.54h.Mors.CasadeFernandoLorenzo
ElsonidodelosfuertesgolpesenlapuertadespertaronaCarlos.Nosabíaquéhabía pasado, ni siquiera por qué le dolía tanto la cabeza. Se incorporólentamente, los golpes en la puerta cada vez sonabanmás fuertes. Alguien
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estabadandopuñetazosenella.Tratódeponerseenpie,peroelmareoeratangrandequelecostóhorrorespoderhacerlo.Tambaleándose,consiguióllegarhastalaentrada.Antesdegirarlallaveyquitarelpestillo,colocósumanodenuevo en la zona que más le dolía de la cabeza. Estaba algo hinchada,posiblementesehabíadadoungolpealperderelconocimiento.Pero¿porquése había desmayado? Era la primera vez, que recordara él, que le habíasucedidoalgoasí.
Girólallavedosvecesydespuéstiródelamanilla.EraAlicia.—¿Qué ha pasado?—Tenía el rostro desencajado, su preocupación era
evidente.—Creoquemehedesmayado—respondióél,nosindificultad.—Joder,Carlos,quésusto,¿yelgrito?Carloshizomemoriayasumenteacudieronlasimágenesdeloquehabía
sucedidoantesdecaeralsuelo.—Creoquehe sufridoun ataquede ansiedado algoparecido.No sé lo
queesporquenuncamehabíapasadoesto.—Coño, creía que te habían atacado. He estado a punto de llamar a la
policía pensando que te pasaba algo. ¿Te encuentras bien? ¿Por qué no tesientas?
Carlosdecidiónorechistar.Seguíamareado,necesitabasentarse.Alicialoayudóagarrándoleelbrazoyacompañándoloenelcortotrayecto
hastaelsillón.Demaneralenta,tomóasiento.—¿Quétehallevadoaeseataque?—preguntósindejardemirarloalos
ojos.Entoncessediocuenta.Conlapreocupacióndesilehabíaocurridoalgo,
nosehabíapercatadodelaspectodelsalón.Estaba todopatasarriba,Alicianopodíacreerquehastahubieralevantadomásplacasdeescayoladeltecho.Todoestabahechoundesastre,conobjetosrotosdesperdigadosporelsueloytodo.
—Nosénisiquieraquéesloqueestababuscando.Teníalaesperanzadequeaparecieranlosperiódicos,uotracosa,nosé.
—Macho,creoqueestásperdiendolacabeza.Carlosnoteníaréplicaparaesto.Éltambiénlopensaba.—Aver,creoqueestoseteestáyendodelasmanos.Piensoquedeberías
marchartedeaquí.Todoestonopuedeacabarbien.—¿Temesportuvida?—preguntóelabogadosinmiramientos.
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—¡Queva!—respondióextrañadaporlapregunta—.Yonosalgoenesafoto,tútampocosales,porloquenodeberíaspreocuparteporesto.Nocreoquevayanapor ti.Además,perdonaporser tandirecta,perocreoquesi tequisieranmataryalohabríanhecho.
—Entonces¿porquémehanmezcladoamíen todoesto?¿Porquémeenviaronlosojosdemipadreylasmanosdelcarnicero?
—Nopuedoresponderteaesto,Carlos.Nolosé.Seacomosea,esejuegoparecehaberparado.Nosésidelasotrasvíctimassellevaronalgoono,peronotehallegadonada,porloquepareceserquetehadejadofueradetodaesamierda.
Carlosnosupoquéresponder.Nolohabíavistodesdeesepuntodevista.Pero de igualmanera, que ahora lo hubiera dejado fuera tenía el mismo omenossentidoquesuspensamientosanteriores.
—Loquedeverdadmequitaelsueño—continuóhablandoAlicia—estusaludmental.Noestásbien,Carlos,estoquehashechonoesnormal.
Elabogadomiróasualrededor.Aliciateníarazón.—Supongoquehasidounmomentodebajón.Normalmentenosoyasí,
soymásfrío,menosvisceral.—No, Carlos, creo que sí que eres así. El problema es que intentas
aparentartodoelratoquenoteimportanada,quenadapuedecontigo.Joder,ereshumano,nopasanadaporquealgotesupere.Noeresunsuperhombre.Yasabesquetodavíanodeberíasaberunamierdadepsicologíaporqueacabodeempezarlacarrera,peroheleídodecenasdelibrossobreeltemayalgolocontrolo. Esto viene a decir que creo que desde que tu padre se fue hasintentadotapartodoloquesientesyahoraestáaflorando.ElCarlosdeestosdieciochoañosanterioreseraunaarmaduraquetúmismotecreasteyahoraestáscomportándotecomotúmismoeres.Creoquenirecordabascómoerasenverdad.Ylopeoresqueveoquenolosabesllevarbien.
CarlossesorprendióantelamadurezdeldiscursoqueleacababadesoltarAlicia. No imaginaba a una joven de veinte años diciendo estas palabras.Aunquelachicayahabíademostradoconcrecesnoser,digamos,normal,élnopodíadejardeadmirarse.
—Vale, reconozco parte de lo que dices. Sí, todami vida he intentadoreprimirme.Enlosúltimosañoslohellevadomuchomejor,supongoquemeheacabadocreyendoalpersonaje,perosíesciertoquealprincipio,cuandosemarchó,mevolví…nosé…difícil.Tambiénesverdadquetodoestomehahecho llegar donde estoy, soy consciente y no me arrepiento de haberlohecho. Quizá hasta tenga que agradecer a mi padre el duro golpe porque,
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graciasaél,soyquiensoy.Y,bueno,sí,esverdadquehoyheperdidoalgolosnervios,perojoder,parecequeelasesinomeobservaysecargaaquienaparezcaenlafotoyhableconmigo.Elcarnicero,elfotógrafo…
—¿Hablastetambiénconelcartero?—quisosaberlajoven.—No,queyosepa,peroyanoséniquépensar.—¿Ves? Tu teoría se va a la mierda. Quiero que te quites hipótesis
conspiranoicasdelacabeza.Lascosasestánsucediendotalycomoquiereelasesino que sucedan. Tú no tienes nada que ver con esto. Eres el hijo deFernando, nada más. Además, piensa que podrías no haber venido a estepueblo.Llevabassinhablarcontupadrelatiradeaños,podríashaberpasadodelasunto.Tudecisiónnopuedeentrarenlosplanesdenadie.Estuyaydenadiemás.Nocreoquetengasnadaqueverconquematenaunosuotros.Y,sobre lootro,da igualqueestéscontentopor todo loquehayasconseguidohastaahoraporquemetemoquenoimporta.Situverdaderoyoestásaliendoahoraaflote,nosésivolverásaserelmismo.
Carlosseechólasmanosalacarayrespiróprofundo.Yasesentíaalgomejor,aunquetodavíalequedabanrestosdelmareo.
—¿Yahoraquéhago,Alicia?—Hacemos. Yo estoy contigo, no te olvides. Y no lo sé, ojalá te lo
pudieradecir.Perotevuelvoarepetirlomismo:sienalgúnmomentosientesquenopuedesmás,antesdequetevuelvaapasarlomismo,recogestuscosasycarreteraymanta.Notequierovermásasí.¿Ok?
Elabogadoasintió.—¿Cómoteencuentras?—Mejor,aunquealgomareadotodavía.Puedequeunaduchameayudea
recobrarlapartedemíquesigueaturdida.—Buenaidea,dateunaducha.Yoempezaréarecogertodoestedesastre.
Aunque lasplacasde escayola laspondrás tú cuando se tehayapasadodeltodo;nosoyprecisamenteSabonis.
Carlossonrió,noimaginabaquelachicapudieraconoceratodaunaviejaleyenda del baloncesto. Sin más, se levantó, entró en la habitación pararecogeralgoderopaparacambiarseyfuedirectoalcuartodebaño.
Elaguacomenzóarecorrersucuerpoyvolvióasentirsangredentrodeél. Lo había pasadomal durante unos instantes, lo reconocía. QuizáAliciatuviera razónydebiera alejarsede todoaquello.Loque fueraque supadrehubierahecho,hechoestaba,élnopodíahacernadaparacambiarelpasado.La idea de que ahora estuviera apartado del macabro juego que parecióempezarhacíaunosdíasconlodelosojosenviadoslehacíareconsiderarcon
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fuerzaestaopción.Casi con toda seguridad seguiríaviviendo suvidacomomásomenoslahabíadejado.Tendríapesadillasdurantemuchotiempo,esosí,peroalmenos,alejadodelfocodeellas,serecuperaríaytodovolveríaalanormalidad.Aduraspenas,entorpecidoporelsonidodelaguagolpeandoenelsuelo,oyóquesuteléfonomóvilempezabaasonar.
—Alicia—vociferó temiendoque fuera algo importante—,haz el favordecontestar.
Ellaobedeció,dejólospapelesqueestabaorganizandoycogióelmóvil.Nosalíanombreenlapantalla,peroelnúmeroeradeMors,yaquereconocióelprefijo.Pulsólateclaverde.
—Dígame.—PreguntoporelseñorLorenzo—contestóunavozconocidaparaella,
peroquenosupoidentificarenunprimermomento.—Disculpe,peroestáenladucha,¿quieredejarlealgúnrecado?Suinterlocutoradudóunosinstantes.—Sí,estábien.Dígalequeyasécuálessonlasfechasdelosejemplares
delosperiódicosdesaparecidos.¿Tomanota?—Eh…sí,demeunosinstantes.—Aliciaagarróelprimerpapelquetuvo
amanoyunbolígrafoquehabíaencimadelmueble—.Ya.La muchacha escuchó atentamente lo que la bibliotecaria le decía y lo
anotó.Colgósindespedirse.Miró lo que había escrito. No podía creer lo que estaba viendo.
Temblorosa,dejóelpapelyelmóvilencimadelmuebleyseacercóhastalapuertadelcuartodebaño.
—Carlos,hedeirme,nosvemos,¿vale?—Vale—dijolavozdeestedesdedentro.El abogado se tomó su tiempo para salir, no le apetecía en absoluto
andarseconprisas.Surecentísimoataquetodavíahacíaquesucorazónlatieraalgo acelerado.Al salir del cuarto de baño, Carlos fue directo hacia dondeteníaelteléfono,queríasabersiquienhabíallamadohabíadejadounrecado.
Enefecto,habíaunpapel.Carloslomiróexcitado.Aparecíanlasfechasexactasyelnombredelos
diariosdesaparecidos.Fue tantoelsubidónpor teneralgoa loqueaferrarsequenosefijóenlarepentinamarchadeAlicia.Tampocoenquehabíadejadotodocomoestaba,sinrecoger.
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Martes,13deoctubrede2009,17.29h.Mors.CasadeFernandoLorenzo
Carlos colgó el teléfono. Había llamado a uno de esos números deinformación telefónica para que le dieran el teléfono de La Verdad y deInformación de Alicante, que eran los dos diarios de los que faltabanejemplares.Unavezloshuboconseguido,losmarcóyesperó,dealgúnmodo,poderhacerseconesosejemplaresycomprobarsisucorazonadaeraciertaono.
Peroenningunolecogíanelteléfono.Supusoqueeraporlahora.Puedeque el teléfono correspondiera a alguna centralita de información, y quetrabajaransolodemañana.Noseríatanraro.
Decidióquelomejoreraintentarloaldíasiguiente.Suteléfonomóvilsonó,eraunmensaje.Loabrióyviosorprendidoque
eradeAlicia.Enesemomentofueconscientedesurepentinamarcha.Estabatanmetidoensuspropiospensamientosyconjeturasqueelmundofueradesucabezadejabade existir.Puedeque sehubiera enfadadoypor eso sehabíamarchadoasí.Loquenoentendíaeraporqué,sicuandosemetióenladuchaparecíaestarbien.
Leyóelmensaje.
Carlos,llamaatuamigoelpolicíaycuéntaletodo.HazloYA,hazmecaso.Mñntcuento.Nomintenteslocalizarhoy.Bss.
Carlosnoentendíanada.¿Porquéesecambiorepentinodeactitudde lajoven?¿Porquélehabíaescritoquenolaintentaralocalizarsihacíaunratolehabíadichoque ambos estaban juntos en esto?Comoconcada cosaquepasabaúltimamenteensuvida,laspreguntasseleamontonabanenelcerebroy no era capaz de obtener ninguna respuesta. Necesitaba saber qué habíapasado.MarcóelnúmerodeAlicia.Elteléfonoestabaapagado.
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Seasomóporlaventanatratandodeversiestabaonoenelbar.Trasunratomirando,solofuecapazdeverasutía,porloquellegóala
conclusióndequeAlicianoestabaallí.¿Dónde se había metido? ¿Estaría en peligro? ¿Por qué se había
marchado?Hizo memoria. Lo único que pudo haber causado su marcha era la
llamada,pero¿porqué?Habíasidolabibliotecarialaquelahabíahecho.Noentendíanada.
Suprimerimpulsofuesalirabuscarla.Talvezfueralomáslógico,peroporunavezysinquesirvieradeprecedente,pensóquequizálomejorfuerahacerle caso y contarle toda la verdad al inspector Valdés. A Carlos se lehabíanagotadolasideas—sibienningunadelasquehabíatenidohabíasidobuenahastaahora—yquizáfueraelúnicoquepudieraayudarlos.
17.39h.Alicante.ComisaríaProvincialdelaPolicíaNacional
—¿Pordóndeempezamos?—quisosaberAlfonso.—Ocúpate de las relaciones entre los fallecidos, busca un nexo común,
seacualsea.Loselegidosnopuedensercasuales.Yomeocupodecontarlealjefelonuevo;estaráansiosoporsaberconquénoshemosencontrado.
Alfonsoasintióysepusomanosalaobra,aunquesiendosincero,noteníamuchaideadepordóndebuscar.
Nicolás,porsuparte,fuedirectoaldespachodelinspectorjefe.—Pase—dijolavozdesdedentro.Alentrar,Nicolásnopudoocultarsucaradesorpresaalencontrardentro
deldespachoasujefeconeljefedelapolicíalocaldeMors.—Oh,vaya—acertóadecirelinspector.—Creoqueyaseconocen,¿esasí?—Sí, claro, encantado de volver a verle—dijoNicolás en el tonomás
amableposible.—Elplaceresmío,aunqueseaenestascircunstancias.—¿Quéletraeporaquí?—Lecomentabaasujefequecreoquelespuedoserdegranayudaenla
investigación. Tengo grandes sospechas de quién puede ser el asesino queestájodiendolavidadelosvecinosdemipueblo.
Nicolásenarcóunacejaytardóunossegundosenresponder.
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—¿Ah,sí?—Así es, inspector. El jefeRamírez sospecha directamente del hijo del
hombrequesesuicidó.Sunombreera…—Fernandoeldelpadre,Carloseldelhijo—seadelantóRamírez.—Exacto.—¿Yaquésedebeesasospecha?—quisosaberNicolás.—Todocomienzaconlamuertedesupadre.Sesuicida.Segúnmecuenta
llevaañossinhablarseconély¿derepente,sinmás,sequedaenelpuebloviviendoen lacasadel fallecido?Esque,siestonoessiniestrodecojones,que a mí me lo expliquen. A partir de ahí comienzan las muertes, quécasualidad.Opinoquecreeque losquesehacargadodespués llevaronasupadreasuicidarse,creoqueesunactodevenganza.
—¿Quierequedeclaresospechosoalhijodeunodelosfallecidosporqueusted tiene una corazonada? —preguntó Nicolás a punto de mandar a lamierdaaaquelhombre.
—No es una corazonada. Lo he estado observando un tiempo. Da lacasualidaddequeentodaslasmuerteshablóconelfallecidoeldíaanterior.Bueno, leserésincero,conelcarteronolovi,peronomeimporta.Cuandohablóconelfotógrafo,seguroquelecontóquesemarchabadelpueblo,yporesosabíadóndeestaría.Estehijodelagranputaseestácargandoamigente.Tienenquedetenerlo.Cuantoantes.
—Mire, le comento.No suelo creer en las casualidades, pero esto tienequeserunadeellas.Suprimerahipótesisseladesmontoyoenunperiquete,yaquesequedóenMorsporqueyomismohabléconélparaquelohiciera.No es que lo convenciera, pero sí es cierto que cuando lo hice estabadispuestoasalircorriendodelpueblo.Estabaasustado,muyasustado.Yoledijequesetomaraaquellocomounasvacaciones,comounaoportunidaddereconciliarseconlamemoriadesupadre.Loúnicoquepretendíaeratenerlocerca. El asesino le acababa de enviar los ojos de su padre y quería veradóndemellevabaestoyquétipodeconexióntenía.Luego,nosésisabequetambién le envió lasmanos de Javier Culiáñez, por lo que conmás fuerzanecesitaba encontrar ese nexo. Solo quiero al abogado en el pueblo paraintentar atar esos cabos, nada más, pero el señor Lorenzo no ha matado anadie,hagaelfavordenodecirgilipolleces—lerecriminóelinspector.
—Aver,cálmense—intervinoelinspectorjefe—,nopodemosdescartarninguna hipótesis. A mí también me suena inverosímil lo de que ese talCarlosseaelhombrequebuscamos,yloquecuentaelinspectorValdéstienemuchosentido.
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—Gracias.—Pero a pesar de ello no podemos pasar nada por alto —continuó
hablando el inspector jefe—. Hoy día ninguna posibilidad es losuficientementedescabellada.Muchomenoscon laqueestácayendoenesepueblo.
—Puesestaposibilidadsíesdescabellada,inspectorjefe.ElasesinonoesCarlosLorenzo.Porfavor,quégilipollez.Hagaelfavordededicarseahacersu trabajo y dejarnos a nosotros hacer el nuestro —le dijo a Ramírez—.Pasaréporaltoqueestávigilandoporsucuentaaunapersonay,porlotanto,interfiriendoenunainvestigaciónqueesnuestra—recalcólaúltimapalabra—.Nosésisabequeunallamadaalajuezayustednosevuelveavestirdeuniformeensuputavida.
—¿Cómoseatreve?—contestóRamírezalzandolavoz—.Cuandoustedtodavíajugabaconsusamigosenlacalle,yoyaestabaluchandoparaquemipueblotuvieralapazqueteníamosantesdequellegaraeseabogado.
—¿Paraquesupueblotuvieralapazquetenían?Pero¿quésepiensa,queviveenelputoBronx?Despierteyvealarealidad,queustedespolicíalocalenunpueblodemierda,noquieracreerseloquenoes.¿Quéestá,frustradoporhaberqueridosermásenlavidayporquesehatenidoqueconformarconponerpazenpeleasdeborrachosenunbar?Puesmireloquedigo,nosabecómomealegraquenollegaraamás.Loquenosfaltabaenelcuerpoesunputosheriffquesecreemierdaynolleganiapedo.
—Si usted estuviera haciendo bien su trabajo, yo no tendría que estaraquí,yahabríallegadosolitoalaconclusiónalaqueyomismohellegado…
—¡Señores!—intervinoMontalvo—.Todosestamosnerviososporloqueestá sucediendo, no nos dejemos llevar por la desesperación porque todosestamos en elmismo bando. Los dos se estánmidiendo la polla y parecenniñosasí.
Derepente,elteléfonomóvildeNicoláscomenzóasonar.Mirólapantalla.Eraprecisamentelapersonamenosesperada:Carlos.Joder,menudomomento,pensó.Aunqueteníaquecogerlo.Habíaalgunapiezaquenoencajabadentrodel
puzle,habíaalgoqueleolíaachamusquina.—¿Me disculpan? Es del forense —mintió sin dejar de mantener la
miradadesafiantealpolicíalocal.Ambos asintieron y siguieron hablando sobre la hipótesis de Ramírez.
Nicolásseseparóunpocodeellosycontestó.—¿Sí?
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—Inspector,necesitohablarconusted,esmuyurgente.—Eh…ahoranoesunbuenmomento.—Losientoperotienequeserya.Mejorenpersona,¿leesperoencasade
mipadre?Nicolás no supo qué responder. Miró primero a ambos policías, que
seguíanhablandodelosuyo.ObservóbieneljuegodeMontalvo,queparecíadarlecanchaalpolicíaadmitiendosuhipótesisaunqueélsabíaquenose lacreía.Seguramenteloseguíaqueriendocomocolaborador,porloquepudierapasar.Volvióacentrarseenlallamada.Conlaqueestabacayendo,lonormalhubierasidodecirlequeno,quenoeraunbuenmomentoparaverse,perosuinstinto le indicaba lo contrario.Estaba segurodequeCarlosno teníanadaquevercon lasmuertes,peroparaconfirmarlodel todo teníaquesaberquéeraloquequeríacontarle.
Iría.—Perfecto,puesvoyya,notardarédemasiado.Graciasporsullamada.Colgó.—Me han de disculpar, ya ha llegado el cuerpo a las dependencias
forenses.Quiero estar presente en el examen, como en los anteriores.A lavueltalecuento,jefe.
—Estábien,vaya.—Buenastardes,agente,leprometoinvestigarloquemehacontado,pero
no creo que seanmás que sospechas infundadas.Disculpe sime he puestonervioso, pero como comprenderá, este caso es bastante peliagudo y nopodemosandarnoscontonterías.Aunqueleprometoquelomirarébien.
Ramírezlededicómediasonrisa.Nodijonada.Sinmás,Valdésdejó a losdoshombreshablandoy saliódel despacho.
Fuedirectoalsuyo.—Déjametucoche,tengoquecomprobaralgo.—¿Eh?—soltóAlfonsoconevidentegestodesorpresa.—Luegotecuento.Sinohellegadoalahoradesalir,veteandando.Yo
irédirectoalpiso.—Vale…—respondiósincambiarsurostro.Nicolás salió.Preferíanocontar a su amigodónde ibaparaqueesteno
tuviera que mentir a su jefe. Una vez estuviera seguro de lo que estabapasando,selocontaríatodo,comosiempre.
Habíaunnudoquedeshacer.
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18.46h.Mors.CasadeFernandoLorenzo
Carlosabriólapuerta.ElrostroqueteníaelinspectorValdésnoeraeldeunapersonaqueestabadebuenhumor.
—Pase,porfavor.¿Quierealgodebeber?—No, le agradecería que fuera al grano.No tiene ni idea de la queme
estoyjugandoalestaraquí.—Bien,enesecasotomeasiento.Loquelevoyacontarescomplicado.Nicolásobedecióysesentóenunodelosdossillones.Carloslohizoen
elsofáquehabíaperpendicularaellos,paraestarlomásdefrenteposiblealinspector.
—Usteddirá.—Verá,nolehecontadoestoantespormiedo.Nosémuybienenloque
estoymetido, ni siquiera si estoy en peligro. ¿Recuerda elmensaje quemedejómipadreenelmomentode…yasabe…elsuicidio?
—Ahoramismono.Tengodemasiadascosasenlacabeza.—Elquehablabasobreunatorreblanca.—Ah,sí.Disculpe,perocomoledigo,tengounbarullomentalquepara
qué.—Nosepreocupe.Pues…verá,descifréloquequeríadecir.Nicolás no comentó nada, solo fue capaz de poner una cara que
demostrabasuescepticismo.—¿Hablaenserio?¿Yquéqueríadecir?—Eramás sencillo de lo que parecía.Me indicaba que fuera hasta ese
ajedrezque tienedetrás—Nicolás segiróparamirar,Carlosaguardóaquevolvieraasuposiciónnaturalparaseguir—ymiraraenlapiezadelatorredecolorblanco.Metidoenellahabíaotropapelconotromensaje.MeinstabaamiraraDiosparaaveriguarlaverdad.
—¿ADios?—Bueno,enestecasoerahaciaarriba.—El inspectormiróhaciaarriba
—.Oculto, tras lasplacasdeescayola,encontréestacarta.—Carlos lasacódesubolsillotraseroyselaofrecióaNicolás—.Enella,comopodráver,mipadresedisculpaconmimadreporhabernosdejadoabandonados.Tambiénhabladeunafotoquetieneelcarnicero.Estabasegurodequeenesafotoserevelaríamuchosobreloqueestabapasando.Nomeequivoqué.
—Espere,espere.¿Quéfotoycómolaconsiguió?
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—Nos colamos en casa del carnicero. La encontramos sin muchosproblemas.
Nicolásnopodíacreerloqueestabaescuchando.—¿Noscolamos?—Aliciayyo.Aliciaeslasobrinadeladueñadelbardeenfrente.Esmuy
buenachica,muyinteligenteymeestáayudandomucho.Lafotoesesta.—Se levantóy fuehacia el armariodonde laguardaba, la cogióy se ladio aNicolás.
—¿Secolóen lacasadelcarnicero?¿Ustedesconscientedeldelitoquecometióalhacerlo?
—Porfavor,olvídesedel temajudicialporunmomentoycéntreseenlafoto.
Nicoláslomiróconunacrecienteira.Decidióhacerlecaso.—¿Quiénessonestos?—Mipadreyvariosdelosquehanidomuriendo.Nicolás se levantó hecho una furia, apretando su puño derecho. Tenía
ganasdeestampárseloaCarlosenlacara.—¿Se da cuenta de lo grave del asunto? Ha ocultado información a la
policíaduranteunainvestigacióncriminal,estosincontarquesiguemuriendogente.¿Quierequelodeclarecómplicedelasesino?¿Enquémundovive?¿Yustedeselfamosoabogadoquedicen?¡Ustedloqueesgilipollas!Haréquelodetenganporobstrucciónalajusticia—dijosinparardeescupirconcadapalabraquesoltaba;estabafueradesí.
—Inspector—CarloshabíasopesadounaposiblereacciónasíporpartedeNicolásyestabapreparadoparaello,porloquecontestótratandoderebajarla tensióndelmomentoe intentandonodarmotivosparaquese lo llevaranpreso—, hay una razón por la que no le he dicho nada.No sabía en quiénconfiar.UnadelaspersonasquehayenesafotoesJuliánRamírez,creoqueloconoce.
Nicolásabriómucholosojosyobservólafototratandodelocalizarlo.Nolecostódemasiadoreconocersumirada.
—Noséquéesloquepasaconlosmiembrosdelafoto,algohicieronenel pasado y alguien les está haciendo pagar sus pecados. Alicia cree quepuedeserelpolicía.Dicequeesunhijodeputainimaginable.Tengomiedodequemepuedapasaralgo.Oaella.
Elinspectorrespiróhondo.¿Quéestabapasando?Enmenosdeunahoraambos sehabíanacusadomutuamentede ser losculpablesde loqueestabasucediendo.Tratóde serenarse.Él jamáshubieraactuadocomoel abogado,
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pero en caso de ser verdad lo que le contaba, comprendía levemente susmotivosdesilencio.
—¿Yahora por qué ha decidido contármelo?—quiso saber.Necesitabaentenderalgo.
—No lo sé—contestó omitiendo elmensaje deAlicia—, creo que sonvariaslasrazones.Laprincipalesquetengomiedo.Estoyacojonado.Nomeda vergüenza admitirlo. Por otro lado, como le he dicho, al estar Ramírezimplicado, no sabía si tendría o no demi parte a la policía, pero creo quepuedoconfiarenusted.Porestolehellamado.Además,quieroquehagaalgoporesagentedelafoto,laquetodavíavive.Noquieromásmuertessobremiconciencia. Lo que le pediría es que llevara este asunto con discreción.Imaginemos que Ramírez se entera de esta conversación. No le acuso denada,perosifueraélelasesino…¿Ysicometeunalocura?
Nicoláspusolosbrazosen jarrasyechólacabezaparaatrásmirandoaltecho. Carlos había vuelto a colocar bien las placas de escayola mientrasesperaba a que el inspector llegara desde Alicante. El resto del revoltijotambién había sido reordenado y ya no parecía que hubiera ocurrido undesastrenaturalenesesalón.
—No se preocupe por eso, pensaba tenerlo vigilado y ahora tengomásmotivosparahacerlo.
—¿Loibaavigilarya?—Olvídese de esto. Cosas mías. Ahora indíqueme, una a una, las
identidadesdelafoto.Hayquehaceralgoparaprotegerlos.CarloslohizosegúnrecordabadelaexplicacióndeAlicia.ANicolásno
selepasóquefaltabaunaidentidad,laqueestabaarrancada.—Notengoideadequiénes.Podríaserelasesinooalguienquetambién
morirá.Imposibledesaber—comentóelabogado.—Bueno,centrémonosahoraendarprotecciónalosquesiguenvivos.Yo
trabajaréenlaspistasquetengosobreelasesinoy,además,vigilarédecercaaRamírez.Reconozcoquehayalgoquenomegustaenesetipo.—OmitiólaacusaciónquehabíahechosobreCarlos,unatécnicahábil,porotraparte—.Debopedirlequesequedequietecito.Alfinal,silesigueprovocando,vendráaporusted.Nodélugaraeso.
—Nopuedepedirmeesto—dijoCarlosalmismotiempoqueselevantabade golpe del sofá—. Estoy muy cerca de averiguar la verdad. Mañanaintentaré conseguir tres periódicos en los que puede que haya algo escritosobre lo que sucedió en este pueblo. Alguien se los llevó de la biblioteca.Puedequeelasesino.
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Nicolásnopuedoocultarsumuecadesorpresa.Aquelloparecíasacadodeunapelícula.
—Porfavor—insistióCarlos—,déjemeseguirconmisinvestigaciones,lepuedoayudarmásdeloquepiensa.Nodiganadaanadiedequeleayudo,asíleevitaréunproblema.
—Estábien,peronohagaquemearrepienta.No lequieroencimade lamesadeautopsias;sentiríasumuertesabiendoquelahabríapodidoevitar.Yporfavor,ocúpesedesuamiguita,noquieroundisgustoconellatampoco.
—Loharé.—Ynovuelva aocultarmenada.Leprometí que le contaría siempre la
verdad,porloquehagaustedlomismo.Estoyjugándomeelpuestoconfiandoen usted. Si llega a oídos de alguien esta conversación, ambos estaremosacabados.Nosésimecomprende.
Carlosasintió.—¿Ahoraquévaahacer?—quisosaberelabogado.—Ahoratengoquebuscaralcura,alquiosqueroyalpropioRamírez.A
losdosprimeroslesdaréprotección,alúltimoloquierotenerbastantecerca.
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Martes,13deoctubrede2009,19.26h.Mors.ExteriordelacasadeFernandoLorenzo
Nicolás salióde la casa tembloroso.Elgiroque acababadedar el caso eraasombrosoysucerebroeraincapazdeprocesarmásinformacióndelaqueyamanejaba.Unsolodatomásyleexplotaríaosebloquearíasinposibilidaddereinicio.Necesitódeunossegundosparaasimilarbienloquehabíaescuchadoahídentro.Conunaideamásclara,sacóelteléfonomóvildesubolsilloconla intenciónde llamaraAlfonso.Susorpresaaumentócuandovioqueteníacuatrollamadasperdidasdesucompañero.¿Quéhabríapasadoahora?
Marcósunúmeroyesperó.—Notevasacreerloqueacabodedescubrir—dijoAlfonsoamodode
saludoenuntonoapenasaudible.—¿Porquéhablastanbajito?—Porque tu amigo el policía local está todavía por aquí, haciendo de
turistaporlasinstalaciones.Noquieroqueoigaestoporquetienerelaciónconél.
Nicolásvolvióapensarensucerebro,ensupobrecerebro.Leharíahuecoaesto,comofuera.
—Dispara—comentóansioso.—Ha llegado el registro de llamadas de todas las víctimas, también del
mecánico,elquevisitamosensucasa.Enprimerlugartecuentoquedeesteúltimo no parece haber nada interesante. De Fernando Lorenzo, tampoco.Pero en cuanto a los otros, las víctimas, todos, y escúchamebien lo que tedigo:todoshicieronunaúltimallamadaaunmismonúmero.Yestallamadafuehorasantesdesumuerte.Yadivinaaquiénperteneceelteléfono,nomehasidonadadifícillocalizarlo.
—Nomelodigas,aRamírez.—Bingo.
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—Joder…—Deigualmodo,estonoquieredecirnada.Eseljefedelapolicíalocal
deMors,por loquesisintieronpeligronoesunalocuraquesepusieranencontactoconél.Yolohubierahecho.
—Ya,peroenestecasomepareceamíquenoeraporesto.—¿Aquéterefieres?Nicoláslerelató,porencima,loquehabíaaveriguadoenlacasadelaque
acababadesaliryloquenecesitabaahora,apartirdeesemomento.—¿Porquénohasllamadoprimeroaljefe?Tío…—No lo he llamado porque sospechaba que seguiría estando con el
gilipollasdeRamírezytúmeloacabasdeconfirmar—contestóNicolás.—Macho,comotepillenactuandoportucuentalavasaliar.Terecuerdo
que, en el fondo, somosunosnovatos aquí. ¿Quieres buscarte un lío así debuenasaprimeras?QueestonoesunapelideHarryelsucio.EstoesEspaña,la PolicíaNacional y tú un pringado, comoyo—le recordóAlfonso en untonoapenasaudible.
—¿Mevasaayudarono?—Mecagoenlaputa,cabezón.Escuchasloquetesaledeloscojones.Ya
loquemefaltaba…Lopeornoesquetebusqueslaruina,mamonazo,esquemelíasamí.
—Alfonso…—Nohaydiosquetehagaentrarenrazón.¿No?—No.—Madremía.Vale.Puesyaestá.Sinosechan,quenosechenalosdos.
Másvalequetengasrazónyquesepasjustificartodoesto.Meveoponiendomultas.Espera,anda.
Nicolás suspiró, lo que menos le apetecía era esperar ni un segundo.Necesitaba actuar, necesitaba actuar ya, pero entendía que Alfonso tardaraalgoenencontrarloquelehabíapedido.Pasaronunpardeminutosqueselehicieroneternos.
—Escucha,yalotengo.Aver,elcura,esetaldonMario,viveenlacalleJoaquinaTomásnúmerodos.EstoyconsultandoGoogleMapsyestáalladodelaiglesia,enuncallejónestrecho.—Hizounapausa—.BenitoJaénviveenlaplazadeEspañanúmerocinco,pisotercero,letraA.Siteponesdecaraalayuntamiento,suedificioestáentuderecha,encimadeunacajadeahorros,que a su vez está al lado de una pizzería.El otro vive en la calle FedericoGarcíaLorcanúmerocuatro,esunacasadedosplantasquetieneenlapartedeabajounacochera.Estáen lasalidadeMorshaciaCallosadeSegura,el
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puebloalquehemosidoestatarde.Enlamismacarreteraquesale.Notienepérdida.
—Perfecto,hetomadonotadetodo.Voyaverquépuedohacer.—Vamos a ver,Nicolás, fuera de coñas, lleva cuidado.Cuando veas lo
másmínimo,llamaaunaputapatrulla.Noquierotonterías,¿meentiendes?—Vale,mamá.—No,enserio.Haz lascosasmedianamentebien.Nos jugamosmucho.
Todos.—Quesí.Tecuento.Chao.—Adiós.Colgó.Nicolás fue directo a la casa del exsacerdote. Según sus cálculos era la
quemáscercalequedaba,porloque,apartedeesto,noteníaningunarazónmásparairenesteorden.Aparcóenlacalleanterior,pueselcallejóneratanestrecho que le era imposible dejar el coche más cerca. Durante el cortotrayectointentópensarenquédecirunavezlotuvieraenfrente,peronoteníalamente tandespejadacomolehubieragustadoynoteníadel todoclaroelpoder afrontar aquella situación con solvencia. Ojalá su capacidad deimprovisaciónlesacaradeaquelatolladero,aunquenoconfiabademasiadoenella.
Golpeó dos veces en la puerta sin percatarse de que en el lado derechohabíaunpulsadordetimbredemuypequeñasdimensiones.Lapuertaerademadera,muyantigua,raídaporelpasodelosañosyconaspectodevenirseabajoconunpardegolpesmás.Enverdad,todalacasaofrecíaesasensación.Susparedesnoteníanniunasolacapadepintura.Elmismorevestimientodelcementoconelqueenlucieronlosladrillosservíacomocapaexterioraojosdelrestodelmundo.Estonoeraunproblemaensí,yaquenoeralaprimeraconstrucción que optaba por esto, solo que ese revestimiento había sidocolocado, al parecer, hacía décadas y todavíamostraba su cara original. ANicoláslellamólaatenciónporqueelconjuntodecasasquehabíaalrededornoesquefueranelcolmodelamodernidad,perosí,almenos,parecíanhabersido construidas durante este siglo o a finales del anterior. La fachada decementoeracomounamanchaenunapareddeaspectobastantedecente.
Mientraspensabaestopasaronunossegundosenlosqueesperópaciente.Como no obtenía respuesta, pulsó el timbre hasta en tres ocasiones más.Nadieaparecíaalotrolado.
La posibilidad de que no hubiera nadie no era tan rara pero, dados losacontecimientos,puedequehubieraalguiendentroquesenegaraenrotundoa
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abrir movido por el miedo. Tratando de escuchar algo, pegó su oreja a lapuerta.Eratanviejacomodelgada,porloquesindudapodríaoírhastaunarespiracióncontenida.Peronolohizo.
Seseparóunospasosymiróasualrededor.Nosabíaquéhacer.Mirando,sediocuentadequeunavecinaseestabaasomandoporlaventanadelacasacontigua a la del sacerdote. Lo más seguro es que ante la insistencia delinspectorensusllamadashubierasalidoafisgonearquésucedía.
Nicolás lededicóunamediasonrisa, tratandodemostrarseamistoso.Lamujer relajó su expresión, que en un primer momento parecía ser dedesconciertototal.Notardóenhablar.
—¿BuscabaadonMario?—Emmm…sí.—Yodiríaquenoestáensucasa.Llevadosdíassin ira lamisade las
siete y nopor nadapero eso esmuy extraño en él. Siempre se sienta en elmismolugarenelbanco,porloqueesfácilverquenoestá.
La alarma deNicolás se disparó enseguida, aunque intentómantener lacompostura.
—¿Insinúaquepuedequesehayamarchadodelpueblo?—¿DonMario?¡Quéva!—Bueno,noseríatanextraño.Haymuchagentequesehaido.—Ya,perono,donMariono.Bueno,creo.Mehubieradichoalgo,¿sabe?
Son muchos años como vecinos y, aunque hemos tenido nuestros más ynuestros menos, tenemos una relación estupenda. Yo le ayudaba en todocuando era sacerdote. Es verdad que ahora no es como antes, pero esimposiblequesehayamarchadosinavisar.Almenosmehabríadichoadiós,porladeañosquehemosestadojuntosenlaiglesia.
Nicolás meditó las palabras de la mujer. No le gustaba como pintabaaquello.Pensóenlaposibilidaddeque,sieraciertoqueellalohabíaayudadotanto tiempo en la iglesia y, además, eran vecinos, tuviera una copia de lallaveparapoderaccederal inmueble.Enpocossegundosconsideróqueno,queloúltimoquequeríaeralevantarpolvo,asíquenopodíahacerloasí.
—Bien,pues…muchasgracias,volveréenotromomento.Seguroquehasalidodelpuebloparacualquiercosayvuelve.
—Esoespero.Adiós.Elinspectorasintió.Lavecinasemetiódenuevoenlacasa.Nicolássequedóparado,otravez
nosabíaquéhacer.
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Elinstintoledecíaqueteníaqueentrarenlaviviendadealgúnmodo.Larazón, en cambio, que no podía hacerlo sin una orden o un requerimiento.Acababa de ascender al puesto de inspector y ya se lo estaba jugando conunos actos tan irresponsables. Primero, con la visita a alguien que su jefeestabapensandoenconsiderarcomoposiblesospechoso,yahoradudandodesientrarenlacasadeunaposiblevíctima.Pero¿ysiestabamuertoencasa?Nopodíaobviarlo,así,sinmás.
Aunque,almismotiempo,siencontrabaelcadáverdelsacerdote,¿cómopodríajustificarelhaberentradoabuscarlo?¿Porqué?Atodacostateníaqueevitar contar lavisita al abogadoyno sabíaquéexcusapodría inventar.Lavecinaparecíapreocupadadeverdadporlaausenciadelsacerdoteenlamisadiaria,porloque,siloencontrabamuerto,élpodríahablarconellayhacerleentenderquenecesitabaquedeclararaquefueellalaquelollamópreocupadapornosaberdeél.
No le sonaba creíble ni a él, pero esto hizo que desoyera la voz que lehacíaactuarcomoinspectorydecidióhacerlocomounagentedepolicía.
Elbalcónde laplantasuperiorestabarelativamentebajo.Siapoyabaunpie en el saliente de la pared que había más o menos a unos cuarentacentímetrosdelsuelo,podríallegarhastaélsinproblemas.
Miróasualrededor,nopasabanadiecerca.Nosehabíafijadoenlapocaspersonas que solía ver por las calles de Mors hasta este momento. Loagradeció.Observódereojolaventanadelavecina:siestabaasomada,debíadeestarbienescondida,puesnolograbaverla.
Actuó.Deunsaltoseagarróalacornisadelbalcóny,apoyandosupieizquierdo
enelsaliente,seaupóhastaquelogróplantarseenelsuelodelpropiobalcón.Habíaunapersianaquellegabahastaelsuelo,vieja,comoelrestodelacasa.Contodassusfuerzaslalevantó.Tuvomuchasuerte:nofuenecesariorompercristales porque la ventana doble cedió con facilidad a su empuje con lasrodillas.
Sinpensarloentró.Lahumedaddelahabitacióneramásqueevidente,aquelloparecíallevar
cerrado un tiempo. La cama estaba hecha, la decoración no pasaba de unsimplemuebleviejoquehacía la funcióndemesilla denocheyun austerocrucifijo pegado en la pared detrás de la cama. Nicolás echó en falta el irpreparadoconunalinternao inclusounjuegodeguantes,yaqueseguíasinestar convencido de cómo narices iba a justificar lo que estaba haciendo.
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Aunque,bienpensado,no importabaahora.Loúnicoque lepreocupabaerasaberquéhabíasidodelhombre.
Bajólasescaleras,sigiloso.Intentabaquesuspasosnolodelataran,perola escalera estaba revestida, deuna formaun tanto cutre, conunos azulejosantideslizantesquecrujíanconcadaunodesuspasos.Enverdaddudabaquehubieranadie,almenosvivo,en lavivienda,peroaunasípreferíanohacerruido. Al llegar abajo entró primero en la cocina. Nada, todo muy bienordenado,sinrastrorecientedequealguienhubierahechousodeella.Miróenelcuartodebaño.Vacío.Abajoseguíaoliendoahumedad.Almenosesteolornoeraparecidoaldelamuerte,queyahabíaaprendidoadistinguirconclaridad.
Actoseguidopasóalsalón,dondesintióquelaspiernasletemblabanconmayorintensidad.Sindudaesperabaqueahíestuvieraeldesastre.
Estaba vacío. Una tele de tubo que a saber los años que tenía, un sofáajado y una estantería desconchada con varios libros eran los únicosinquilinosdelaestancia.Desdeluego,elsacerdotesehabíatomadomuyenseriolodelvotodepobreza.
Nicolás respiró hondo, aliviado. Sus peores presagios no se habíancumplido y puede que el hombre en verdad hubiera salido por piernas deMors.Noteníaniideadesielloseranconscientesdelverdaderopeligroqueparecíancorrer,perodeserasí,noloculpabaporhaberlohecho.Quenosehubiera despedido de la vecina solo le venía a decir que quizá la relaciónentre ambos no fuera como ella le había descrito. Fuera como fuese, estoahora daba igual.No encontrarse con una escena desoladora le insufló unanuevadosisdeánimo.
Decidió salir por la puerta principal, pues era preferible que lo vieranhaciéndolo por allí que descolgándose del balcón. Si alguien lo descubría,haría uso de su placa para salir indemne. Esa placa era un salvoconductoasegurado,aunquepreferíaseguirllevándolaguardadaenelbolsillo.
Nohaberseencontradoconelinfiernoallídentronoqueríadecirquetodoestuviera bajo control. De hecho no sabía dónde estaba y no era la únicapersonasometidaaunasupuestaamenaza.Esporestoquedecidióirabuscaralquiosquero.
Montó de nuevo en el coche y puso rumbo hacia la plaza de España,aunqueapenasestabaaunosdoscientosmetros.
Aparcóenfrentede laentradadeledificioque le interesaba.TalycomoAlfonsolehabíacontadoporteléfono,esteestabaentreunasucursaldebancoyunapizzería.Bajódelcocheysedirigióhaciaelporteroautomático.Pulsó
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repetidasveceseltimbrequeteníaanotado,peroigualquelehabíasucedidohacíaunosminutosalladodelaiglesia,noobtuvorespuesta.Decidióprobarconeltimbredeallado.
—¿Sí?—preguntólavozdeunamujer.—Policía—necesitaba entrar, por loqueno se anduvoconchiquitas—,
¿puedeabrirmelapuerta?Esparacomprobaralgoconunvecinosuyo,noseasuste.
Sinmás, se oyó el sonidode apertura.Nicolás pasó al interior.Decidióusarlaescalera,siempreeramásrápido.
Subió al tercero, localizó la puerta A y tocó el timbre varias veces, demanerainsistente.
Notuvorespuesta.Nicoláscomenzabaasentirsedesesperado,¿dóndesehabíametidotodoel
mundo?Golpeóconsusnudillosdeformarepetida,cadavezconmásinsistenciay
mayor fuerza. En varias ocasiones, tal y como había hecho en la casa delsacerdote,pególaorejaalapuertatratandodeescucharalgo.Niunsoloruidoseoíaensuinterior.
Desesperadoalnocontestarnadie,segiró.Unojolomirabaporlamirilladelapuertadeenfrente.Confirmóqueloobservabanalverlasombradelaspiernasdealguienpordebajodelapuerta.
—¿Puedeabrirunsegundo?—ledijoalapersona.Se oyó sonido de un pestillo. La puerta se abrió. Era la mujer que,
presuntamente,lehabíapermitidoaccederaledificio.—¿Enquépuedoayudarle?—preguntótitubeante.—EstoybuscandoaBenitoJaén.—Esesapuertadeahí.—Ya,yalosé,peronoabrenadie.¿Sabesisehamarchadodelpueblo?—Nosénada,nosolemoscoincidirenloshorarioslaborales,porloque
apenasloveo.—¿Sabesiestácasadooalgo?¿Tienehijos?—Sumujermurióhaceunpardeañosotres,norecuerdobien.Sushijos
viven fuera, se fueron a la universidad. Vive solo. Puede que esté en elquiosco, sería lomás lógicoa estashoras.No sé si lohavisto, está aunosmetrosdelaentradadeesteedificio.
Nicolásagradeciómentalmenteesedato:eratantalaprisaporcomprobarsiestabasanoysalvoencasaquenisehabíadadocuenta.
—Muchasgracias,echaréunvistazoallí.
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Diomediavuelta,conlaesperanzadeencontraralquiosquero.—¿Hapasadoalgo?—preguntólamujerdesdesupuerta.PeroNicolásyabajabaporlasescaleras.Efectivamente,elquioscoestabaaunospocospasosdelaentrada,enla
acerade enfrente, ya en laplaza.Lo rodeó,pero comprobóapesadumbradoqueestabacerrado.
Soltóunbufido.Lasituaciónestabaempeorandopormomentos.Un hombre bastante mayor se le acercó al verlo parado frente a la
ventanilladelquiosco.Vestíaconunospantalonesdepinzadecolorgrisy,apesardelcalorquehacía, llevabaunjerseynodemasiadogruesodeunrojomuyoscuro.
—Llevadosdíassinabrir—dijoconvoztemblorosa.—¿Perdón?—preguntóNicolásalgirarse.—Que hace dos días que no abre. Se habrámarchado del pueblo, otro
mierda que huye. Llevo toda mi vida en Mors, no me fui cuando losnacionalesquisieronmeternossusescopetasporelculo,mevoyairahora…Ya sabe, los camisas azules, como los llamábamos por aquel entonces.Entrabanenelpuebloconcamionetasycadenasenlamano.Peroyonomeachantéanteeso.Aunqueaquímetieronunavezunapalizatangrandeaunajoven que acabaronmatándola. Su novio apareció en el últimomomento ymatódeunapedradaaloshijosdeperraesos.Hastacreoqueseescribióunlibro. Pero no, yo no huyo por eso ni por nada. No. La gente es cobarde.PensabaqueBenitoestabahechodeotrapasta,peroesotromierda.
—Pero¿sabeustedacienciaciertasisehamarchado?—Puesclaro,nuncacierraelquiosco.Abredelunesadomingo,inclusoel
día deNavidad yAñoNuevo. Esto es lo último que le quedaba desde quefalleciósuMaruja.Mecuestacreerquehayasidotancobarde,perootroperroquehuye.Mejor,estepuebloesparagenteconcojones,nomierdas.
Nicolássequedópensandomientraselviejoseguíasoltandoimproperios.Sieraverdadloqueestedecía,sielquioscoeraloúnicoquequedabaensuvida,eraimpensablequesehubieramarchadoasí,sinmás.Aunqueclaro,sisentíaquesuvidacorríapeligro,porotraparte,teníasulógicaquelohubieradejado todo y se hubiera marchado para conservar el pellejo. En realidadtampocosabíanadadeloquerepresentabaesequioscoenél.
Perotambiénestabalodelsacerdote.Demasiadascasualidades.Estabasegurodequeenestecasonopodíatratarsedeuna.Aunquepoco
podía hacer en esos instantes. Estaba atado de pies y manos. Pensó en no
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contarnada,demomento,alinspectorjefe.Sabíaquelepodíacaerunabuena,peronoteníademasiadoclarosi tomaríaenserioonolaexplicaciónquelehabía dado Carlos. Además, antes de contarle nada, necesitaba comprobaralgoporsucuenta.AquellamismanocheregresaríaaMors.
20.23h.Mors.¿¿??
A no tanta distancia como hubiera creído el inspector, Benito Jaén, elquiosquero,luchabaporliberarsedesusataduras.Habíaperdidoyalacuentadelasocasionesenlasquelohabíaintentadoya.Nisiquierasabíaporquéloseguíahaciendoyaqueestabaclaroqueanteslesaldríanalas.Apesardeello,habíaalgoque leempujabaamover lasmuñecasdeun ladoaotrocomosieso fuera a servir de algo. No quería abandonar ese pequeño halo deesperanza.
Estabamuyoscuro,peroaunasídistinguíamuycercadeélotrasillaconalguien tambiénamarradoaella.Nopodíaverquiénera, la siluetanodabapara tanto. Tampoco podía preguntárselo porque la mordaza le impedíaarticular sonido alguno.Aunque tenía que ser unode ellos, de esono teníaduda.Nosabíaquiénestodavíaseguíanconvida,peroloqueestabaclaroeraqueestabancayendounoaunoyparecíaquenadaninadiepodríaimpedirlo.Oíapasarcochesdevezencuando.No teníani ideade laubicaciónexactadelalmacénenelqueseencontraba,peroestabaconvencidodequenohabíasalidodelpueblo,puesloscochesnopasabanaunavelocidadmuynotable.Un fuerte olor a pintura impregnaba la estancia, no supo identificar si eraporquehabíabotesoporquelasparedesestabanreciénpintadas.Encasodeserloprimero,lehubieradichobastanteporquepodríatratarsedelalmacéndeunpintor.Aunqueesto,enrealidad,lodesconcertabaalgomás,puesconocíabienalospintoresdelpueblo,losquepodríantenerunalmacénasí,yestabaseguro de que serían incapaces de cometer la barbarie a la que se estabaviendosometidoMors.De todosmodos,Benito,queseconsiderabaun tipointeligenteapesarde las tonteríasquehabíahechoa lo largodesuvida,sedecantabamásporotraopción.¿Ysielasesinoteníabotesabiertosdepinturaparadisimularelolorquesehabíageneradoahíadentroporculpadelorínylas heces que tanto él como su acompañante habían arrojado fuera de suscuerpos? Puede que fuera la idea inicial, pero a pesar de esto, nada
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ensombrecía el fuerte olor a amoníaco que pugnaba por convertirse en elpredominantedelaestancia.
En circunstancias normales esto le hubiera importado. Era muyquisquilloso con los olores y, en general, bastante aprensivo. De hecho,cuandoalguienseacercabaasuquioscoconlaintencióndecompraralgo,élintentabaatenderloaunadistanciaprudentequeleimpidieraolersualiento.No solo con esto, también se consideraba especialito con los olores dealimentoscomoelchorizo,elplátanoosimplementeunalatadeatún.Yendoun pocomás allá, reconocía que casi no podía abrir la nevera sin sentir elempujedeunaarcadaquequeríaconvertirseenotracosa.Eracuriosocomonadadeestoleimportabaahora.
Maldijo su suerte y se odió a sí mismo por no haber hecho caso a lallamada telefónica de su hijo advirtiéndole que se marchara del pueblo.Cuandocolgó,hastaseriodelahisteriamostradaporsuhijo,casirogándolequesefuerajuntoaél.Ahoraseveíaahíyledolíaeldoble.Ynosololedolíael orgullo y su cabezonería, también el pecho, ymucho. El recuerdo de latásersacudiéndoleunadescargade treintay tresmilvoltios lehabíadejadounamarcaquejamásseborraría.Esosuponiendoquesalieradeahíypudieravérsela algúndía reflejada enun espejo, algoque casi descartabaviendoelcarizqueestabatomandotodo.
Searrepintióunavezmásdeloquehabíasucedidohacíaaños,lohizoalinstante,perodenadaservíaya.Lohecho,hechoestaba.
Ahoratocabapagarporsusactos.En el fondo, sabía que este día acabaría llegando. Lo que realmente le
sorprendía eraquehubierapasado tanto tiempodesdeque todo sucedió.Susuerteerahaberpodidovivirtantosaños,conlaconcienciamanchada,esosí,peroalmenosvivoycoleando.
Teníamuchísimahambre.Nohabíacomidonadadesdehacíadosnoches,momentoenelquefuesorprendidollegandoalportaldesuviviendadespuésdepasarsetodoeldíametidoenelquiosco.Suerteteníaquelanocheanteriorsucaptoryfuturoverdugosehabíaacercadohastaélylehabíahumedecidoporfueralamordaza.Almenoshabíapodidobeberalgo,aunquesolofueranunasgotasdeagua.Noteníaniideadecuántotiempopodíaestarunapersonasin comer,perohabíaoídoque, sinbeber, nodemasiado.Tenía lagargantatansecaqueestabasegurodeque,siesemalnacidoledejababeberunpocodeagua,seríaalgoparecidoaecharseuncubodealfileresalaboca.
Cerró los ojos y deseó haberle podido ver el rostro a quien le habíallevadohastaesasilla,peroelpasamontañasnodejabavernadamásqueno
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fueran unos ojos que apenas tuvo tiempo demirar y unos labios que no ledecíannada.
Osí…No estaba seguro.Ahora solo le quedaba esperar a que su hora llegara.
Sabíaquenotardaríademasiadoenhacerlo.Puedequeestoúltimonofueraalgotanmalo.Ahoraaesperar.Soloesperar.Nadamás.Estoyelsilencio.Sucompañerohacía ratoquehabíadejadodemoverse tras, también,un
vano intentopordesatarse.Puedequeestuvieramuerto.Ojaláél también loestuvieraya.
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Martes,13deoctubrede2009,21.55h.Alicante.CasadeNicolásyAlfonso
—¡Quéhijodeputa!—exclamóAlfonsounavezhuboescuchado,conpelosyseñales, lahistoriaque lecontóNicolás—.Yonosécómoaguantaste sinmeterle una buena hostia en toda la nariz. ¿Y cómo sabes que te dice laverdad?Podríasercierta laacusacióndelpolicíadelpueblo,¿cómosabesaquiéncreer?Esque,tío,luegodicenquelosabogadostienenmalafama.Mecagoen lahostia, si esque son todos igualdementirosos.Creoqueesunaprofesiónconunaltoporcentajedepsicopatías.Menudosbastardos.
Elinspectorpensómuybiensurespuesta.Enverdadnodebíahacerlo,yaqueteníamuyclaroporquéestabaactuandotalycomoloestabahaciendo.
—Aver, sobre estoúltimono te digonada.Puedeque sí hayabastanteporcentajedepsicópatas,peroahoramedaigual.Sobreporquénolemetíunguantazo,puesnosé,memuevoporintuición.Nopongolamanoenelfuegoporelabogado,peroeseRamírezme inspiramuchadesconfianza.Siaestoañadimoslodelasllamadas,¿paraquémás?Además,vi lafoto,yesciertoqueaparecentodosenella,incluidoél.Miintuiciónmedicequesitengoqueapostarporunodelosdos,medecantoporelabogado.
—Pero es que yo no creo que tengas que inclinarte por uno. ¿Por quétenemosquedarpor sentadoqueunode losdoscuenta laverdad?Yocreoqueambossonunoshijosdeputamentirosos.Recapitulaporquecreoquenolovesclaro.—Tomóun sorbode subotellíndecerveza—.NodigoqueelRamírezeseseatrigolimpio,enserio,yotampocometragonadadeloquesalgaporsuboca,peropiensoenelabogado.Tehamentido, tehaomitidoinformacióny,lopeor,nosolouna,sinovariasveces.¿Porquécoñotevieneahoracontándotelotodo?
—Tienemiedo,loviensusojos,esimposiblequefinja.
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—Esabogado, coño.Nomehagas repetirte lo de los psicópatas porquemepongodepeorhostia.Tío,sonseresa losquesolo les importa lapasta.Paraconseguirlahanaprendidoanotenerescrúpulos,aunquealgunoyatraíaestodecasa.Queno,tío,quenoquieroaningunocerca.Quenomeloscreo.Ymenosaeselerdo.
—Ya lo sé,pero teaseguroquesumiedoera real.Además, te recuerdoqueleenviaron losojosy lasmanos.Creoque intentanacojonarloy lohanconseguido.Nomehabíacontadonadaporque,deuna formauotra,queríallegara laverdad.Essupadreelquesehasuicidado,son losamigosdesupadrequienesestánmuriendo.Quiere llegaral trasfondodetodo.Quelohahechomal,sí.Quehaqueridosermierdacuandonolleganiapedo,sí.Nohaconfiadoennadie,nisiquieraenmícuandoleofrecítodamiconfianza,peroahora lohahecho.Tarde,pero lohahecho.Suhistoriamesuenaverosímil.Piensaquesinestonotenemosabsolutamentenada.
—Joder,noséquédecirte.—Bebióotrotrago—.Fíatedetuinstintoyyaestá,soloesperoquenoteequivoques.
—¿Ytúqué,hasaveriguadoalgo?—Síyno.No,porqueheestadoinvestigandotodoloquehepodidocon
censos y tal, he mirado registros mercantiles en los que aparezca Morstratando de encontrar alguna sociedad, algo que relacionara las víctimas.Nada.Nisiquieraparienteslejanos.
—Ysí¿por?—Tehehecholamitaddeltrabajo,osea,queyaséquiénseráelpróximo
asesinoaimitar.Nicolásabriómucholosojos,sorprendidoporlaeficienciadesuamigo.Alfonso sacó un papel de su bolsillo trasero del pantalón; se lo había
apuntadoparanoolvidarse.—Antes de nada, quiero que sepas que la noticia es jodida, no podría
haberotropeor.Setratade—leyó—FranciscoGarcíaEscalero.—¡Me cago en la puta!—exclamó Nicolás reconociendo al instante el
nombre—.¿ElMatamendigos?Alfonso se limitó a asentir. Comprendía que su amigo se había dado
cuentadelogravedelasunto.—Joder,peroesefueunodelospeoresdetodalahistoria.—Es, todavía vive, está encerrado en la penitenciaría psiquiátrica de
Fontcalent aquí, enAlicante, segúnhe investigado.Y sí, esmuy jodido, hevistoquepracticabanecrofiliaycanibalismo,unputodemente,delopeor.
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—Sí, a este no lo traté enmi trabajo, pero sí que recuerdo haber leídosobreél.Leíalgodeque,depequeño,legustabafrecuentarelcementeriodeLaAlmudenaporlasnochesyhacerdetodoenél.Madremía,casinada.
—Sí,enserio,heleídobastantesobreélydabaescalofríos.Porloquehevisto,Escaleroeslavivaimagendelasesinoenseriedesorganizado.Nohaynadiequehayaactuadomásporimpulsoseiraqueél.Muchomásinclusoqueel Arropiero, que a pesar de elegir sus víctimas al azar, al menos eramáscuidadosoen susactos.Estenoactuabaasí, está jodidamente loco.Bastabacon llevarle la contraria en algo para que te reventara la cabeza de unapedrada.¿Sabesqueunamujerconsiguióescapardeél?
Nicolásasintió.Noconocía lahistoriacon todo lujodedetalles,pero síteníaconocimientodeella.
—¿Ycómohas llegadoa laconclusióndequeeraél?—Segúnhacía lapregunta, se dio cuenta de la respuesta—. Claro, el guante. Se podíainterpretar como un guante de mendigo. Buen trabajo, Alfonso, estoy tanmetidoenmismierdasquenoheconseguidoverloantes.
—Eh,eh,notefustigues,cadaunoconlosuyo.Somosunequipo,¿no?Nicoláslededicóunasonrisa.—¿Hasdichoqueestáencerradoaquí,enAlicante?—Sí.EstáenelpsiquiátricodelacárceldeFontcalent.Hepreguntadopor
élyestámedicadoytranquilo.¿Esquequiereshacerleunavisita?—Nosé,situviéramostiempoparaalgolaharía.Puedequesirva,puede
queno.Pero, joder,poderhablar cara a caraconunpsicópatade sucalañatienequeseracojonante.
—Eresunenfermo,enserio.—Losé.Porcierto,¿hasvistoalgodelaautopsia?¿Algoqueremarcar?—Sabesqueestásalmando,asíquelainformaciónllegaatucorreo.Soy
cotilla,peronohastaesepunto.—Enfin,mañanaloveremos.—Bien—añadióAlfonso—,¿yahoraquépiensashacer?Elinspectorlerelatósuplan,noeranadadelotromundoperosíloúnico
quepodíahacerenaquellosinstantes.—Bueno, si no se te ocurre algo mejor, puedes contar conmigo —
comentóelinspectorGutiérrez—.Ahoradescansaunpoco,creoquelanochevaasermuylarga.
22.43h.Mors.CasadeFernandoLorenzo
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Carlos,preocupado,presionóelbotónrojodesuteléfonomóvil.Aliciaseguíasin dar señales de vida y él no tenía el valor para presentarse en su casa apedirle explicaciones. Si ella así lo disponía, tenía que intentar respetarla,aunque se estuviera saltando esto a la torera por haberla llamado hasta enquince ocasiones. Le parecía todo tan raro que no podía evitar estarpreocupadoporella.Esperabaqueesaausenciafueraporsupropiavoluntadynoencontradeella.Aunque,porlopocoquelaconocía,habíamuchasmásposibilidadesdelaprimeraquedelasegundaopción.
Dejóelteléfonosobrelamesitaconelsonidoactivado,porsiacasoelladecidíadarseñales.Segúnserecostabasobrelacama,Galavinoasumente.Hacíademasiadoquenosabíadeella,algotampocodemasiadocomún,peroaellasílaconocíabienysuespíritulibrenonecesitaballamadasdecontrol.Aunquepuedequeporlamañanaseanimaraahacerloconlaexcusadesabercómoibatodoporsubufete.
Con la cabeza llena de pensamientos cerró los ojos. La sensación decansancio siempre ibaconél,de lamano, supusoqueerapor lucharcontratantaemociónjuntayseguida.
Notardóendormirse,mañanaleesperabaundíainteresante.
Miércoles,14deoctubrede2009,02.34h.Mors.CalleFedericoGarcíaLorca
—Terecomiendoquevayamoscambiandoelcochedeposicióndevezencuando.Sisiempreestamosenlamisma,nospuedendescubrir.
—No es el primer seguimiento que hago, te lo recuerdo —contestómolestoNicolás.
—Losé,losé,peronuncahabíamoshechounojuntos.Nosécómoeresenesesentido.
El inspectorno lo escuchaba.Mirabahacia fuera conel cuello alargadocomosiesosirvieraparaampliarsucampodevisión.
—Voyallamar—dijo.—¿Ya?—Sí, necesito saber si esto va a servir para algo. ¿Cómo era eso del
númerooculto?—Marca asterisco, treinta y uno y almohadilla. Después su número de
teléfono.
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—¿Yestofunciona?—Quesí,hazmecaso.Llamédosvecesamiexdeestamanera.NicolásmarcóelnúmerodelfijodeRamírez.Noleshabíasidodifícilde
conseguir,puesveníaen lasPáginasBlancas.EnMorssolohabíaunJuliánRamírez.
Elteléfonodiotono,unaluzseencendióenlavivienda.Nicolástapóelauricular.—Estamossegurosdequevivesolo,¿no?—Confirmado,estásolteroysinhijos.Vivesoloyademásnotieneturno
estanoche—contestóAlfonso.Alguiendescolgóelteléfono.—¿Diga?—LavozeradeRamírez,nohabíaduda.Elmadrileñocolgó.Confirmabaquealmenoselagenteestabatodavíaen
sucasa.Esperóquenosedieracuentadelajugadaquehabíanhecho.Nicolásconfió en que no. Cualquier policía avispado lo hubiera notado, dada lasituación,peronoveíaalagentecapazdeesto.
Esperóunossegundoshastacomprobarquelaluzseapagaba.Parecíaquehabíavueltoalacama.—Vale, sí está en casa. El edificio no tiene otro acceso, por lo que
podemoscomprobarsisaleoentraalguien,incluidonuestroamigoRamírez.Sisaliera, loseguiremosdondevaya.Apartedeunasllamadasquenodicennada, no tenemos ninguna prueba de que pueda ser él quien está causandotodoestealboroto,porloquesilofuera,nuestraúnicaopciónespillarloconlasmanosenlamasa.
—¿Ysinoactúa?—preguntóAlfonso.—Se está estrechando el cerco. Él lo sabe y está nervioso, podría no
concluir su obra y esto le provoca ansiedad. El asesino actuará hoy, comomuchomañana.Notenemosnadamásqueesto.Asíqueconfiemos.
Alfonsosuspiró,sabíaquelanocheibaaserlarga.
03.07h.Mors.CalleFernandoelCatólico
Habíavistoelcochedelospolicías.Nosepodíasermáschapuzasqueellos:miraquemontarundispositivodevigilanciacercadelaentradaprincipaldelavivienda…Entendíaquefueranunosnovatosenlacomisaría,pero¿acaso
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también loeranenelcuerpocomoparaestarcometiendounerror tan tontocomoeste?
Es ciertoque estohacíaque suplan tuvieraque ser dibujadodenuevo,peronoporelloibaasermenosefectivodecomoteníaprevistohacerlo.
Entróporlacasaqueestabadeespaldasaladesudestinofinal.Nolefuecomplicado abrir la puerta, como en otras ocasiones. El curso intensivo deaperturadecerrojosconganzúaquehabíarecibidoenlasúltimassemanasamano de aquel caco muerto de hambre estaba dando sus frutos a laperfección. Ahora no había llave que le impidiera poder acceder a lo quequisiera.
Habíadejadoelcoche—alquiladoanombredeFernandoLorenzoenunrent a car del aeropuerto deAlicante— aparcado justo en la entrada de sunuevo acceso. Era un coche modelo Ford Fiesta de color azul oscuro conalgunos años a sus espaldas. Esto sí le había sido difícil de localizar, puesahoratodaslasoficinasdisponíandemodelosnuevosyélnoqueríaesto.Sucochedebía ser antiguo—quenoviejo—yen el quenadie fuera capazdefijarse.Lecostó,peroahílotenía.Noleeracómodoalahoradecargarloscuerpos, pero el maletero que tenía era más que suficiente para lo que élnecesitaba.Loteníaaparcadoenlamismapuertaporquesusalidateníaqueserveloz,perosinlevantarsospecha.
Dejó el salón atrás, habiendo pasado previamente por la cocina y, a suvez, habiendodejado la puerta del pequeñopatio abierta por si lasmoscas;subióporlasescalerasintentandoquesuspasosnoseoyeran.Tuvoéxitoenesto.Pasódepuntillasporlashabitaciones;lafamiliadormíaenellas.Sintióun ansia casi irrefrenable de entrar y sesgar el cuello de todos los allípresentes;susansiasdederramarsangrecadavezeranmásfuertesysentíaeltemordenopodercontrolarse.Quizáhubierasidolomásfácil,porqueélsehubierasentidosatisfechoytodohubierasidomuchomássencillo.Eracomoelque teníamuchahambreypor susnaricespasabaunsuculentoplatoquepodríallevarsealaboca.Perosilohacía,tododejaríadetenersentido,yestaideayanolegustabatanto.Eramejoresperaralplatoquecontantoesmeroestabacocinando.Esporesoquedejóatrásestedeseoyselimitóadarlesaprobar el pañuelo que previamente habíamojado en cloroformo. Ahora nohacíaruido,peroenunosinstantesnoseríaasíynopodíaarriesgarseaquesedespertaran. Así que el cloroformo aspirado de forma involuntaria le daríaunossimplesperovaliososminutos.Rioalrecordarlaefectividaddellíquidoenlaspelículas,cuandoinclusoantesdesercolocadoenlabocalasvíctimasyacaían.Siesosespectadoressupieranquesenecesitabanunoscincominutos
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de aspiración para conseguir una anestesia total, ya no lo verían todo tansencillocomosiempresequeríamostrar.Cuandodespertaran, losmiembrosde la familia tendrían un horrible dolor de cabeza y unas ganas locas devomitar,peroestoyanoeraproblemasuyo.Sedirigióhacia laventanadelaseo.Noerademasiadogrande,perocabíasinproblemaporella.Elplanerasencillo:saltaríadesdeellahastaelbordedelmuroqueseparabalospatiosdeambascasas.Para lavuelta, susaltoseríamás fácil,peroenelpatiodeesafamilianohabíanadaquelepudieraservirparaimpulsarseynolequedabamásremedioquehacerloasí.Aunqueeraciertoque,unavezconsiguierasupremio,noseríatansencillo,peroloteníatodopensado.Habíaagarradounasábana en lahabitaciónde lospadresyya lahabía lanzadopor encimadelmuro.Ahíladejaríahastaquevolvieraconsutrofeo.
Saltósinpensarlodosveces.Llegóasumetasinpercancesydescendióconcuidadoalpatio.Colocólasábanademaneraestratégica.Eratanlargayresistentecomonecesitaba,almenosenteoríayesperabaqueenlaprácticafueraigual.
Comoyasabía,yaquelohabíacomprobadodurantedosnochesmientrasestuvo de guardia, la puerta del patio que daba acceso a la cocina estabacerrada sin pestillo. Menuda confianza tenía el tipo, dado lo que estabapasando.Mejorparaél.Peorparaél.
Accedióalinmuebley,sinvacilar,fuedirectoalahabitación.Seasomócon suma cautela, pues la televisión estaba encendida. Los ronquidosconfirmaronquedormía.
Sonrió mientras agarraba el pañuelo y lo rociaba con algo más decloroformo del pequeño frasco que llevaba oculto en el bolsillo de supantalón.Loacercótodoloquepudoalanarizdesuvíctima.Ahoradebíaserpaciente.Lobuenoeraquebastabanunossegundosdeaspiraciónparaquesucuerpoquedaraatontadoeincapazdereaccionarcomonormalmenteloharía,mientras seguía aspirando demanera involuntaria. Aunque le hubiera dadotiempoadespertarse,pocoonadahubierapodidohacer.Detodosmodos,ibapreparado para cualquier cosa y sus músculos estaban en alerta. Mejorprevenirquecurar.
Ramíreznisemovió,seguíadormidocomounamarmota.Lo tuvo aspirando durante casi diez minutos. Necesitaba una
inconscienciatotalylomáslargaposible,porloquenodudóenrociarvariasvecesmás el pañuelo con el compuestoparaque su efectonodisminuyera.Cuandoyaconsideróquehabíapasadoelsuficiente tiempo,dejóelpañuelo
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encimadelamesitadenocheyagarrósucuerpoporlasaxilasconbastantedificultad:esehombrepesabaunabarbaridad.
Loarrastróescalerasabajo.Intentóqueelsonidodesuspiesalgolpearlosescalones fuera elmínimo posible, pero aun así no podía evitarlo del todo.Dudabamuchoqueestoalertaraaalguien,y lospolicías seguían jugandoaserlodentrodesucocheyeraimposiblequeoyerannada.Siguióarrastrandoelcuerpoysaliódenuevoalpatio. Irguiócomopudoa suvíctimay rodeóconlasábanasusbrazosyespalda.Esperóquesuplanfuncionara.Sinsoltaralhombre,arrastróunamesadehierroalgopesadaqueteníacercaylacolocódetrásdeJulián,dejándolopegadocontralaparedysinposibilidaddecaerse.Lamesaaguantabadesobrasupeso.
De igualmanera,el subirseparasaltardenuevoalotro ladosirvióparahacermáspeso.Casillegandoarribadeltodo,agarrólasábanacontodassusfuerzasyconsupiernaderechaempujóelbordedelamesaparamoverlaparaatrás.Sinsoltareltrapodescendióhaciaelotrolado.Elmomentomáscrucialhabíallegado.Comenzóatirarcontodassusfuerzasparaelevarelcuerpoypasarloporelmuro.Sabíaqueseestaríamagullando,pero la integridaddelagente no era su principal preocupación.Conmucho esfuerzo—y tras dosatascos—consiguióqueeste llegarahastaarriba.Siguió tirandoysecolocódebajo,con laespaldadobladahaciadelante,paraquesucuerposirvieradeamortiguación.Sabíaperfectamentequesusbrazosnosoportaríanelpesodelagente.Tiródeéldenuevoysepreparóparaelimpacto.Sintióelgolpedelcuerpo cayendo encima y, acto seguido, el golpe contra el suelo. Su planhabíafuncionado.Nisiquieralehabíahechodañoelchoquedecuerpos,tansolohabíaconseguidoqueseledoblaranunpocolasrodillas.
Loagarródenuevopordebajodelasaxilasylometiódentrodelacasade sus vecinos. Sin perder tiempo salió por la entrada principal, eso sí,asegurándosebienpreviamentedequenadieleviera.
Introdujo el cuerpo en el maletero del Ford y ató al hombre de pies ymanos.Despuéssemontóenelcocheypusorumbohaciaelalmacénconlasatisfaccióndehaberrealizadounbuentrabajo.
Al igual que con la familia, podría habermatado en su propia cama alagentedepolicía,claro,hubierasidolomásfácil.Asíhubieracumplidoconsuplanysuansianoestaríaallímite.Peroparaélteníareservadoundestinomuchomás interesanteyquehacíaque todomerecieramuchomás lapena.Tantoesfuerzoseveríarecompensado.Prontollegaríasuhora.
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08.03h.Mors.CalleFedericoGarcíaLorca
Alfonsomirabasurelojcadacincominutos,surostroreflejabaelcansancioysus constantes aperturasdebocanodabana entenderotra cosa.Apesardeque habían acordado turnos para dormir que se iban alternando cada hora,ningunohabíaconseguidoconciliarelsueño.Demasiadaexpectaciónporversiocurríaalgo.
Perolashorasfueronpasandoynadaocurría.Apenasllegaronaverdospersonaspor la calle en toda lanoche,y estaban segurosdequenoeranelasesinodebidoasuevidenteestadodepsicotropíayaqueeranjóvenes.
—Son las ocho de lamañana, entramos a trabajar en una hora.Macho,necesitoalmenosuncaféantesdepresentarmeencomisaría.Sino,novaasersolounanocheperdida,tambiénloseráeldía.
Nicolás no dejaba de mirar por la ventana del coche. Su gesto era deevidentecansanciotambién,perohabíamuchomásensumirada.Quizáesadecepcióndesaberque,aunqueeraunplanuntantodescabellado,confiabaalcienporcienenélynohabíadadoresultadoalguno.
—Estábien,vámonos,nocreoqueactúeyaa lahoraquees.Supatrónsiemprehasidoentornoalastresocuatrodelamañana.Enfin,puedequeestanocheseadiferente.
Alfonso lanzó a su amigo unamirada fulminante: si esperaba que él loacompañaraenesagilipollezunanochemás,lollevabaclaro.Aunqueprefirióno decirle nada todavía.Necesitaba de verdad ese café para ser persona denuevo.
Arrancóelcocheydio lavuelta.TomólaavenidaprincipaldeMors, laque tenía por nombre Miguel Hernández y luego pasaba a llamarse calleMayor,paraacabar siendoavenidade laLibertad.La iglesia les esperabaamitaddecaminoenellargotramodelamismaantesdetomarunacurvaalgopronunciada y bastante rara, pues la iglesia formaba parte de ella. Elcansanciolessumíaenunestadodesemiinconscienciaconsciente,perohuboalgoqueleshizosalirdegolpedeél.
—¿Quéeseso?—preguntóAlfonsoseñalandoconeldedo.Nicolásmiróhaciadonde indicaba:porencimadelcampanariosepodía
verunacolumnadehumonegro.—Nosé—contestó—,algoseestáquemando.Altomarlacurva,sedierondebrucesconelmismísimoinfierno.—¡Para,para!—gritóelinspectorValdés.
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—¡Joder!¿Quécojoneseseso?Sindecirnadamás,Nicolásbajódelcoche.Casinoseleveíanlaspiernas
de lo que corría.Un cuerpo ardía tirado en el suelo, enfrente de la entradaprincipaldelaiglesia.
Instintivamente,sequitólafinachaquetaquellevabaycomenzóagolpearlasllamasconella.Alfonsoloimitó,sabíaqueeralaúnicaformadesofocaraquello.Cuando consiguieron reducir considerablemente el nivel del fuego,ambos tiraron sus chaquetas encima del cuerpo de la víctima y el fuego seextinguiódeltodo.
Ambossudabancomonolohabíanhechoensusvidasyteníansuscarascubiertasdeunhollínnegroquedabaescalofríosverlo.Sonidosdepersianascomenzaronaoírse:losvecinos,anteelalboroto,seestabanasomandoaverquéhabíasucedido.
Lomásaterradordeaquellaimagennoeraelcuerpoensí,calcinado,sinolasorpresaqueaguardabaalladodelmismo.
Unacabezaseparadadelrestodelcuerporeposabaenelsuelojuntoadospies también cortados que sin duda no pertenecían a la víctima, ya quetodavíaconservabalossuyos.Nicolássupoenseguidadedóndehabíansalidoestos.
Enfrentede losdos siniestrosobjetoshabíaunpapel enelque sepodíaleerlosiguiente:
Estos pies dieron muchas patadas. Mientras, en esta cabeza, no hubo ni un mínimo deconciencia.
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Miércoles,14deoctubrede2009.08:15h.Mors.Plazadelaiglesia.
—¡Rápido! Llama para que manden unos diez agentes. Que vengan desdeOrihuela a toda hostia.Necesito acordonar por completo la zona, no puedeacercarseniDios.DialosdeCientíficaquetraiganelcamiónlaboratorio,notengo ni puta idea de si está preparado o no, perome importa unamierda.Necesito que las pruebas lleguen lo antes posible y sin contaminar. Estaescenanomegustaunpelo.
AlfonsoobedeciólaordendeNicolás,sacósumóvilysolicitórefuerzos.Unadelasvecinasquesehabíanasomadosalióalacalley,sindudarlo,
se acercó a ver qué había pasado. Era la vecina del exsacerdote, la queNicoláshabíaconocidoeldíaanterior,cuandofueapreguntarporél.
Cuandovioelpanoramacomenzóagritarcomounaposesa.Nicolás corrió rápidamente a apartarla del escenario, Alfonso lo cubrió
poniéndosedelantedelavíctimaintentandoevitarquenadieseacercara.—¡Esél!—gritócomosiestuvieraloca—.¡Esél!—Señora,escomplicado,peronecesitoquesecalme,¿aquéserefiere?—¡Esél!¡EsdonMario!—Lamujerseñalabacomounaposesalacabeza
desmembradaalavezquehiperventilabaypataleabasincesar.Nicolásentrecerrólosojosalavezquetratabadeempujaralamujercon
suavidad para alejarla de la escena. Esta se resistía, fruto del propionerviosismoquelasituaciónlegeneraba,peroalfinalacabócediendo.
—Señora,métasedentrodesucasa,porsubien.Soyinspectordepolicía,mi nombre es Nicolás Valdés, ese es mi compañero, Alfonso Gutiérrez.Déjenoshacernuestrotrabajoyatraparemosaesemalnacidoloantesposible,selojuro.
La mujer estaba en shock, había dejado de gritar y tenía los ojos muyabiertos. Nicolás comprendió esa reacción y la aprovechó para empujarla
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haciasupuerta.—Hágame caso. No salga, déjenos trabajar a nosotros, le prometo
resultados.Tómeseunatilaeintentecalmarse.Esta, sin decir nada, se metió dentro de su vivienda. Echó el pestillo,
advirtióelinspector.Resoplando y con las piernas todavía temblando por lo que acababa de
vivir,regresóhacialaposicióndeAlfonso.Esteúltimolomirabapreocupado.Nicoláspensóqueeraporlasituación
que acababan de atravesar, pero en realidad era por el objeto que habíaencontradojustoalladodelcuerpoquemado.Unobjetoquehabíaagarradoysehabíaguardadoenelbolsillo,intentandoevitarqueNicoláslovieraysinimportarlelacontaminaciónconsushuellas.
Pasaraloquepasase,Nicolásnopodíaverlotodavía.Transcurrieronveinteminutosde intensaesperaen losque tuvieronque
lidiar con varios curiosos que enloquecían cuando se daban cuenta de lamagnitudde loocurrido.Alfonsonihablaba,estabamuypreocupadopor loquehabíaencontrado.Muchomásqueporloqueacababandevivir.
Una vez estuvieron los agentes, acordonaron la zona y se distribuyeronparaimpedirqueningúncuriososeacercara.CortaronlacalleMayorygranpartedelasperpendiculares,necesitabanaislamiento.Elprotocoloestablecíaquealmenosunoscienmetrosa la redondaestuvierandelimitados, aunqueesto,debidoaldibujodelascallesdeMors,eraimposible.Aunasí,trataronde que nadie ajeno pudiera acercarse a ver el espectáculo y, sobre todo, acontaminarcualquierposibleindicio.
Elequipoforensenotardóenllegaracompañadodelajuezaydealguienconcaradequererasesinaralosdosinspectores.
Elinspectorjefe.—¿Quécojoneshapasadoaquí?—preguntósinnisiquierasaludar.—Yave.Nohemosllegadoatiempoparapillaraesehijodelagranputa,
aunquehemosestadoapunto.—Pero,aver,¿quéhacíanaquí?¿Cómohanllegadotanrápido?—Anoche—intervinoatodaprisaAlfonso,puessabíaquesuamigotenía
que pensarmás susmentiras—, el inspectorValdésme propuso venirmuytempranoyhacerunarondapersonalmente,paraversiconnuestrospropiosojos podíamos descubrir algo. Evidentemente, no hemos visto nadasospechoso. Cuando ya nos retirábamos para volver aAlicante, nos hemosdadodebrucesconesto.Nohabíanadiecerca,porloquenohemospodidover nada aparte de lo que usted ve. Bueno, con alguna llama que otra. Lo
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hemos sofocadonosotrosmismos, por lo queno será raroquehayan fibrasnuestrasenelcuerpo.
LucasMontalvodiounavueltasobresímismo.Eraelprimerescenariodeese demente que veía en persona, la cabeza cortada y los pies loimpresionaron.Unintensoescalofríorecorriótodasucolumnavertebral.
—Joder,menudo desastre.Me quedaré con ustedes a ayudarles en estainvestigación,hayqueaveriguarporquéhahechoesto—dijoresoplandoalavezqueseechabalasmanosalacabeza.
—HaimitadoalMatamendigos—contestóNicolás.—¿Qué?—FranciscoGarcíaEscalero,aliaselMatamendigos.—Séquiénes,nosoyimbécil.Pero¿aquéserefiereconesto?—Escalero,envariosdesusactos,decapitóasuvíctimayluegoquemó
sucuerpo.Haimitadoloqueestehacía.Esunimitadordeasesinosenserieespañolesfamosos.Uncopycat.
—Pero ¿qué cojones me está contando? ¿Sabía usted esto? ¿Cuándopensabacontármelo?
—Nohepodido,lointentéayerporlatardeendosocasiones,peroenunatuvimosquesalircorriendohaciaeltercerescenarioy,después,estabaeljefedepolicíaensudespacho;noibaacontarleloquesédelantedeél.Porcierto,¿dóndecoñoestá?¿Nodeberíaestaraquí?
LostresmiraronasualrededorbuscandoconsumiradaaljefeRamírez.A lo lejos vieron a alguien vestido de uniforme, pero parecía bastantemásjovenquesuhombre.
—¿Puedesirypreguntarle,Alfonso?Esteasintióysaliócorriendo.
08.49h.Mors.CasadeFernandoLorenzo
Carlosdespertósobresaltado.Elalborotoeraevidenteenlacalle,lasvocesseoían casi como si las tuviera dentro de la propia habitación. Se levantóbastante alterado, no recordaba qué había soñado, pero sí sabía a cienciaciertaquehabían sidopesadillas.Tenía elmal cuerpopropiodecuando lassolíatener,pero¿quéotracosapodíasoñarconlaqueestabacayendoenesepueblodemalamuerte?Sinpensarlodemasiado,secolocóunafinachaquetaysalióa lacalleconelpijama.Habíamuchagente.Muchos lloraban,otros
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teníanlasmanosenlacabeza,elrestosimplementeteníacaradenocreerseloqueestabasucediendo.
Se abrió paso entre el tumulto. La calle estaba cortada por un cordónpolicial, peropudoverque loque fueraquehubierapasadohabía sucedidoenfrentedelaiglesia.Nolograbaverelqué,perononecesitabahacerloparaaveriguar que había aparecido otra víctima más. Se sintió desesperado,necesitaba confirmar si era uno de los retratados en la foto. Se colocó depuntillas y pudo ver a lo lejos a Nicolás. Cuando quiso hacerle una seña,alguienloagarródelbrazo.Erasucompañero.
—Hazmecaso,veteacasade tupadre.Cuantomenos teveanporaquí,mejor.
—¿Quiénhamuerto?—Notelopuedocontar,perosí,unodelosquetúyasabes.Carlossintióqueelmundoselecaíaencima,estabaaunnoventaynueve
porcientosegurodequelavíctimasaldríaenlafoto,perolaconfirmaciónledolió tanto como un cuchillo clavado en la espalda. El inspector no habíallegadoatiempodesalvarlo.
Ahoranosabíaquéhacer,susinstintosprimariospugnabanconlalógicaynosabíaacuáldeellosdebíahacercaso.
—Necesito hablar con el inspector Valdés. Necesito saber cómo hapasadoestosiayerlecontéloquesabía.¿Esquenomecreyó?
Alfonso vio su estado desesperado y decidió dedicarle algo más depaciencia.
—Siguemi puto consejo, te prometo que le diré que te llame después.Pero ahora vete a casa, puedes llevarte una sorpresa desagradable si no lohaces.Hazmecaso,coño.
CarlossequedómirandofijamenteaAlfonsosinsaberquédecir.Decidióseguirsuconsejoyvolveracasadesupadre, total,ahínohacíanaday losgritosdelagentesoloconseguíanquesepusieramásnerviosodeloqueyaestaba. Además, aunque la situación no invitara a tener ganas de nada, leesperaba unamañana ajetreada con lo del periódico y una nuevamuerte loúnicoquehacíaesquesintieraunansiamayorpordesenmascararlaverdad.Tambiénquería localizaraAliciaparasaberquémosca lehabíapicado.Yanopodíahacernadaporlavíctima,quizáporlasfuturassí.
08.55h.Mors.Plazadelaiglesia
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AlfonsoregresóalaposicióndondeloesperabanNicolásysujefe.—Lehepreguntadoal agente.Diceque loha llamadovariasvecesesta
mañanaalteléfonomóvil,queledatono,peroquenocontesta.Piensaquesepuedehaberquedadodormido,quenoseríalaprimeravez.Tieneunjuegodellaves en su oficina.Va a su casa a despertarlo en persona.Le he dadominúmerodemóvil,porsiacaso.
Nicolásya lehabíaexplicado todos losdetallesdesu investigaciónasujefe,obviandolapartedesuencuentroconCarlosylavigilanciadelanocheanterior.Montalvo,apesardeencontrarseconla imagenquequedabaasusespaldas,comenzabaaestarsatisfechoconeltrabajodelinspector.Reconocíaque no era fácil haber llegado a sus conclusiones, y actos como el queacababade suceder solohacíaque reforzarlas.Deseópara sus adentrosquesiguieraavanzando:nopodíanpermitirsemásmuertes.
—Es muy extraño que no haya dejado nada para indicar su siguientemuerte—comentóNicolás.
—Puedequeestahayasidolaúltima,puedequeelnombredeestepobrehombreseaelúltimodesulista.
ElinspectorValdéssequedóconganasderesponder,dedecirqueno,quemínimohabríaunamás suponiendoque fueraRamírez el causantede todo.En caso negativo, serían dosmás. Pero se calló y se limitó a encogerse dehombros.
Alfonso,quehabíaescuchadolasdudasdesuamigoalnoencontrarnada,sintióunapunzadaenelestómago.Tocósubolsillo,elobjetoseguíaahí.Demomento,eraelmejorlugarenelquepodríaestar.
Suteléfonocomenzóasonar.—Gutiérrez—dijoamododesaludo.Escuchóatentoaloqueledecíasuinterlocutor.Colgó.—Eraelpolicíalocalqueestabaahí,dicequeRamíreznoestáensucasa,
tampocoenlaoficina.Sucocheestáenlapuertadeldomicilioyesimposiblequesehayamarchadoaningúnlugar.Intentaráseguirlocalizándolo.
El jefe asintió ante la explicación de Alfonso, pero Nicolás y él nopudieronevitarmirarseconciertodisimuloaunquemuypreocupados.
Puedequeelasesinohubieraaprovechadoelmomentodeincertidumbreycaosgeneradoparaasaltaralagente.
Eraimposibledesaber.—Jefe —comentó Alfonso—, aquí no podemos hacer nada, pero sí
podemosseguirlainvestigaciónencomisaría.Eltiempoesoro,yasabe.¿Leimportaquenosotrosnosmarchemosaponernosmanosalaobra?
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—Enabsoluto.Váyanse,buentrabajo.Cacenaesehijodeperra.Yomequedopara firmar lospapelesyvercómova la inspecciónocular.Vaa sercomplicado, muy complicado. Al estar al aire libre puede volverse algotedioso.Y,bueno,almenoshoynollueve,comoayer.
Despuésdedespedirsedesujefe,losdossemontaronenelcoche.Estabaparado enmedio de la carretera, dentro del cordón.Les abrieron paso parasaliryemprendieronrumbohaciaAlicante.
—Gracias,lonecesitaba—comentóNicolásasuamigo.—Nohaydequé,estoymuycansadoyloúltimoquemeapeteceesesto
ahora.Además, así como tenemos lamente tú y yo, lo único que podemoshaceresentorpecer.Mejordespejarnosalgo.
—Te entiendo. Oye, ¿crees que le habrá pasado algo a Ramírez o quesimplementeseesconde?
Alfonsotomóaireporlanariz.Losoltóporelmismositio.—Niidea.Tengolamentedivididaalcincuentaporciento.Piensoqueel
asesinoeslapersonaesaquemecontastequefaltaenlafoto.Nicoláslosopesó,sehabíacentradotantoenRamírezquehabíaobviado
eso.—Puedequetengasrazón—contestóalfin—.Estosolosignificaríaque
noshaganadoenunnuevomovimiento.Puedequeahoramismoelpolicíaestéenpeligro.Nosé.
—Pues ya sabemos lo que toca: trabajemos a muerte para intentaraveriguar su siguiente paso. Ya sabemos mucho de cómo actúa, a ver sisomoscapacesdeusarloennuestrobeneficio.
—Joder—comentóNicolásmientrasmirabaporlaventana—,nosésiesquenohemosmiradobieno si no lehadado tiempo,peromeparecemuyraroquenohayadejadonadaparasacarselapollaydecirnoscómovaasersu siguiente asesinato. Esto es lo que más nos podría ayudar. También esposiblequesesientaamenazado,quenoquieradejarpistaspormiedoaquenosacerquemosmásdelacuenta.Yocreoqueestáacojonado.Porfin.
Alfonsotragósalivaantesdehablar.—Nicolás,respectoaeso…Elinspectordejódemiraralacarreteraycomenzóamirarasuamigocon
elceñofruncido.—¿Qué?—Verás,síhabíaalgo.Notelohedichoporquenosésipodrássoportar
esto. No quiero que te enfades conmigo, apenas te lo he ocultado unosminutos,peronecesitaba,almenos,queestuviéramossolosparamostrártelo.
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—Alfonso,¿dequécoñohablas?Elqueibadepilotometiólamanoenelbolsillodesupantalónyextrajo
el objeto. Una caja de cerillas, con las que previsiblemente había prendidofuegoalexsacerdote.SelasdioaNicolás.
—Tepidocalma,cazaremosaesehijodeputaantesdequeactúe.Nicolásdiolavueltaalpaquete.Unnúmero,unsimplenúmeroquehizo
que todoelpesodelcielo se levinieraencima.Todosupasadocayócomouna losa sobre su cabeza. Se sintiómareado, no podía ni hablar.No podíacreerqueaquelloestuvierasucediendodeverdad.
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Miércoles,14deoctubrede2009,09.36h.Alicante.RedaccióndeldiarioInformación
Carlos entró en el edificio muy tembloroso. Pensaba que su mente no eracapazdeaguantarmás,quelalocuraestabaapretandotanfuertealacorduraqueyaquedabapocoparaecharladesucabeza.Noteníaniideadecuálerasuprincipalpensamientoopreocupación.EstabalodeAlicia,lodelamuertequehabíasucedidoenMorshacíaunrato,loquepuedequedescubrieraenellugarenelqueseencontraba…Endefinitiva,todo.
Buscó en su interior algún resto de la seguridad que le caracterizaba,supusoquesehabíamarchadojuntoatodoloqueélconsiderabapositivodesu personalidad. Ahora solo imperaba el miedo. Miedo y dudas. Muchasdudas.
Miró a su alrededor, aquello era más simple de lo que esperaba. Seríaporquenuncahabía estado en la redaccióndeunperiódico, o quizá tuvieraculpa la imagen que nos transmitía la televisión sobre estos lugares, peroaquello era demasiado simple. Apenas cuatro mesas de despacho conordenadores, ocupadas por cuatro personas aparentemente jóvenes quemiraban atentos a sus monitores. Nada del bullicio que pensaba que seencontraría allí dentro.Nada de tipos corriendode un lado a otro, hojas enmano, exclamando que se parasen las rotativas pues tenían un bombazo deultimísimahora.No.Allí soloparecíahaberestudiantes reciénsalidosde launiversidadconmáspintadepulposenungarajequeotracosa.Tambiéneraciertoqueúltimamentehabíaaprendidoque,prácticamente,nadaera loqueparecíayquelepodríandarunaleccióndeprofesionalidadybuenhacer.
Una recepción hecha demadera fue lomás cercano que encontró. Trasella,unamujerdeavanzadaedadtambiénmirabasinpestañearsumonitor.
—Buenosdías—saludóelabogado.
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—Buenos días —contestó la señora, sin levantar la mirada de suordenador.
—Mepreguntabasimepodríaayudar.—Usteddirá.—Ahorasílomirabaalacara,almenos.—Necesitaría consultar dos ejemplares de su periódico, estas son las
fechas.Carlos le dejó el papel encima del mostrador. La mujer lo agarró y lo
observódesconfiada.—¿Acasoustednodisponedeinternet?—¿Cómodice?—Podría haber consultado en la hemeroteca digital que tenemos en la
páginawebdelperiódico.Carlosestuvoapuntodedarseuncabezazocontraelmostrador.¿Cómo
nohabíacaídoenesto?Sucerebroseestabasecandopormomentos,suformadeactuarnoseparecíaenabsolutoacomoélsolíaser.
—Notengointernet,estoydevacaciones—mintióconalgodehabilidad—,ycomopasabaporaquí,medije,nomecuestanada—volvióamentir.
—Bueno,puesenesecaso…Lecuento:sí,tenemosunahemerotecacontodos los ejemplares impresos, pero es de acceso restringidoypara nuestrousopersonal.Losiento,peroenesesentidonolepuedoayudar.
Carlossintióqueunaoleadaderabialerecorríaelcuerpo.Otramás.Lehubieracantadolascuarentaalamujer,peronosesentíaconfuerzasniparaeso.Estabaagotadomentalmenteylomásseguroesquenotuvieranirazonesparahacerlo.
—¿Nopodríahaceruna excepción?Soloquiero consultar algo rápidoyque esdevital importancia.Puede estar ustedpresente, comprobaráquenotengootraintención.
—Yalehedichoquenopuedeser.Estansimplecomoqueencuentreunordenadorconinternetyconsulteloqueledélagana.
Carlos suspiró desesperado, estaba harto de contratiempos. Sus últimosdíasnoeranotracosa,contratiempotrascontratiempo.Estabacansadoya.
—¿Ocurrealgo?—dijounavozdetrásdelaespaldadelmadrileño.Estesediolavuelta,peroelpropietariodelavozyasehabíacolocadoal
ladodeCarlos.—Nada,leexplicabaaesteamableseñorquenopuedeconsultardeforma
presencialnuestrahemeroteca.Sonórdenessuyas.Elhombre,queteníaunasenormesgafasdepastayelpeloalgolargoy
alborotado,sequedómirandofijamenteaCarlos.
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—¿EsusteddonCarlosLorenzo?Carlosnoentendíanada,¿cómoleconocíaesehombre?¿Tambiénerade
Mors?Yaseríaelcolmodelascasualidades.—Nomerecordará,haceunpardeañosnecesitédesusservicios.Tuve
unlíolegalconunaempresadediseñográficoquemequisodemandar,ustedpuso amidisposiciónuna abogadamuybuena.Una talGala.Todo llegó abuenpuertograciasaella.
Carlos sonrió al oír el nombre deGala.Nunca se había dado cuenta decuánto la necesitaba hasta aquellos días. El solo oír su nombre leproporcionabaunapazquenolellegabadeningunaotramanera.
—Lesoysincero,nolerecuerdo—contestóCarlos—,peromealegrodequenuestrosserviciosleayudaran.Nosabecuánto.
—¿Quéhadichoquenecesitaba?—Consultar dos periódicos de los años noventa. —Carlos soltó su
enésimamentira—:Esparauncasoconelquemeencuentro.—Porfavor,elseñorLorenzoesVIPaquí—soltóexagerandolodeVIP
coneldedoenalto—,yomismoleacompañaré.Ustedtendráloquenecesitedenosotros.
—Gracias,nosécómoagradecérselo.—Yalohizoensudía.Acompáñeme.Carlossedespidiódelarecepcionistaconunasonrisatriunfal.Estatenía
lacabezagacha,avergonzadaporeldesarrollodelosacontecimientos.AmbosllegaronaunapuertaenlaquesepodíaleerlapalabraARCHIVO,
acompañada de una señal de prohibido que impedía el paso a toda personaajenaalperiódico.
PeroCarlosyanoeraajenoaaquelperiódico.—Nosésileherecordadominombre,soyLuisLópezNievas,directorde
todaestaparafernaliaqueveaquí.—Encantadodevolvera conocerleeneste caso—comentó sonriendoy
dandogracias,porfin,porhabertenidoalgodesuerte.—¿Quéfechaes?Carloslemostróelpapel.—Añonoventayuno—comentóparasímismoLuismientrasmirabaen
las estanterías perfectamente organizadas—. A ver, aquí. Ahora,septiembre…aquí.Yahoraelveinteyveintiuno…Yalostengo.
Extrajodosejemplaresyloscolocóencimadelamesa.—Todosuyos.¿Buscaalgoenparticular?Porsilepuedoayudar.—BuscocualquiernoticiarelacionadaconelpueblodeMors.
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—Mors…—El hombre se quedó pensativo—. ¿Mors? ¿Mors es dondeestánpasandotodosesosasesinatos?
—Sí,nolepuedocontardemasiado,perocolaboroconlapolicía.—¡Vaya!—exclamó excitado el director—. Pero eso es genial, quiero
decir,poderayudarenlainvestigación,noqueestémuriendogente.—Puescuantoanteslolocalice,mejor.—Yoleayudo.Tomeustedeldeldíadespués,yo,elanterior.Carlosasintió.Llegadosaesepunto,nopensabarechazarningunaayuda
quelepudieranproporcionar.Losdosabrieronsuperiódicoycomenzaronabuscar.El abogado estaba nervioso, sabía que había algo, lo que no podía
imaginareraelqué.Pasaba páginas con cuidado de no estropear el ejemplar pero decidido,
porquesabíaqueestabamáscercaquenuncadeconocerlaverdad.—Creo que tengo algo —comentó el director mientras miraba fijo el
papel.Carlosseacercó,muynervioso,conelcorazónlatiendoaunritmocada
vezmayor.Llegóasentirquedeunmomentoaotrose le ibaasalirpor laboca.
Cuando leyó el titular, supo que no se había equivocado, que sucorazonadaeracierta.
10.04h.Alicante.Comisaría
AlfonsoprefiriónohablarconNicolásduranteelrestodeltrayecto.Intuíaloquepasabaporsucabeza,porloqueprefiriódejarloconsuspensamientosynoagobiarlo.Yabastantedebíadeestarpasando.Apuntoestuvounpardevecesdeintervenir,yaquecomprobóque,endosocasiones,estuvoalbordedelataquedeansiedad.Peroserecuperó.
Nicolás era fuerte, Nicolás era, quizá, la persona más fuerte que habíavisto jamás.Élnosecreíacapazdeaguantar todo loqueestabapasandosucompañero.Suadmiraciónporélcrecíaacadasegundoque transcurría.Yasabíadesuexcepcionalidaddesdehacíamuchotiempo,casidesdecuandoseconocieron,peroesteseempeñabaendemostrarloconcrecesunayotravez.
Aparcóyesperópacientementeaquesuamigosalieradelcoche.Tardóalgomásdelonormalperonopodíareprocharlenada.Unavezamboshabían
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dejadoelvehículoentraronenlacomisaría.Alfonsodecidióhablar.—Estoypensandoenquequizádebamostomarnoseldíalibre,seguroque
eljefeloentiende.Estamosmuytensosyasíesimposible.—No.—Vale,respetoquenoquieras,pero,tío,tehabloentotalconfianza.Así
nopuedes trabajar, tucabezaestarápensandoenesoypuedesentorpecer lainvestigación.¿Meescuchas?
PeroNicolásnoreaccionaba.Estabablanco.—¿Quétepasa?—quisosaberAlfonso.De pronto, el inspector Valdés cayó al suelo alarmando a toda la
comisaría,queselanzórápidamenteensusocorro.
10.09h.CaminoaMors
Carlos conducía rápido, muy preocupado por lo que acababa de encontrar.Luis le había permitido hacer fotocopias a las dos noticias, a la que habíaencontrado este y a la que aparecía el día posterior hablando del mismohecho.
Elabogadomiróde reojoambospapeles.Estosdescansabanencimadelasiento del copiloto. Sintió una nueva punzada en el estómago. Tenía quelocalizaraAlicia,teníaquehacerlocuantoantes.
El manos libres de su coche comenzó a sonar sacándolo de suspensamientos.
EraGala.Loque sintió en el estómago ahora era distinto a la punzada.Algomássatisfactorio.
—Dime—contestóCarlos.—Eresungilipollas.—¿Perdón?—Si tengoqueesperaraqueme llames, estoy lista. ¿Dequécoñovas?
¿Desaparecesylisto?Eresimbécil,haygentealaqueleimportas,¿sabes?—Joder,Gala—contestóavergonzado—,losiento,deveras.Esto sorprendió aGala. ¿CarlosLorenzo pidiendo perdón? ¿Qué estaba
pasandoporsuvida?—Nopasanada—dijo lamadrileñasuavizandosuspalabras—,perono
me hagas esto. ¿Qué sucede, Carlos? ¿Por qué estás tan desaparecido y…raro?
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—Todo se complica por momentos, hay gente muriendo a diestro ysiniestro en este puto pueblo y yome estoy volviendo loco. Ya no sé quéhacer,parezcounputodementecorriendodeunladoparaotro,buscandonosémuybienqué.
—Yalohevistoenlasnoticias.Hablanmuchoperonocuentannadaenrealidad.Carlos,regresa,porfavor.
—No puedo… Estoy cerca de averiguar la verdad, me lo debo a mímismoy,sobretodo,selodeboamipadre.
—¿Atupadre?—preguntósorprendida—.¿Aesemismoqueodiabascontodastusfuerzasyalqueculpabasdetodostusmales?
—Lacosahacambiado.Yanoestoysegurodenada,ni siquierademissentimientos.
—Mierda ya, Carlos,me tienesmuy preocupada, ¿quieres que vaya yoallí?
Galayaconocíalarespuesta,peroteníaqueintentarlo.—Sí…—¿Hasdichosí?—preguntósincreerloqueacababadeoír.—Te… necesito… Cada día me siento más pequeño. Contigo estoy
segurodequetodoiráamejor.AGalalecostabahablar,nopodíacreerlaspalabrasdeCarlos.—Voyparaallá.—No,espera.Yasabescómosoy.Sivienesydejastodosinorganizar,me
daráunataquealcorazón.Esprecisoquedejestodoenbuenasmanos.Noséeltiempoqueestarásaquí,porloquenecesitosentirlotodobajocontrol.
—PeroCarlos…—Sinperos.Dejaorganizadanuestraausencia,por favor.Delega loque
puedasenSmitchtz,perosolo loestrictamentenecesario.Unavez lo tengastodo,tevienes.Medaigualqueseamañana,medaigualqueseapasado,perosolo te pido este favor. Enmi ordenador está todo el trabajo pendiente, novengassincumplirestalista.
—Está bien… —contestó apesadumbrada—. Y por favor, tómate lascosas de otra forma, en breve estaré allí, no me jodas y tranquilízate, quecuandolleguevasaserunmuertoviviente.
—Teloprometo.—Unbeso,tellamoantesdeir.—Perfecto.Chao.Carlos quiso decirle que la quería, pero jamás en su vida había
pronunciadoestaspalabras.Noestabapreparadoparadecirlas.
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—Chao.Secortólacomunicación.NoquedabandemasiadoskilómetrosparallegaraMors.Alritmoqueiba
con el coche, llegaría apenas en unos minutos. Tras esta charla tenía laconcienciaalgomástranquila.Ahora,suúnicoanheloeraencontraraAliciayhablar con ella. Solo la muchacha podía ayudarlo con todo aquello en esemomento.
10.12h.Alicante.Comisaría
—Parecequeyavuelveensí,dejadleespacio.ANicolásleparecióoírlavozdesuamigoAlfonsoensueños,pero¿en
realidaderaaquellounsueño?Laluzsefueapoderandodetodo,undestellocegóalinspector.Enseguida
comprendióqueestabatumbadoenelsuelo.Lehabíanpuestolaspiernasenalto,pensóquelohicieronparaquelellegaramejorlasangrealacabeza.Sesentíadesconcertado,sinsabermuybienquéhabíapasado.
—¿Teencuentrasbien?—Ahorasísentíaclaralavozdesuamigo.—¿Quéhapasado?—acertóadecir.—Tehasdesmayado.Suertequemeteníascercayteheagarrado,pues,
segúnhascaído,lahostiahubierasidoimpresionante.Nicolás se incorporó lentamente, ayudado por Alfonso. Comprobó que
toda la comisaría estaba pendiente de él, hasta la gente que había ido arenovarseelDNIoelpasaporte.Sintióalgodevergüenza.Desdequehabíallegado,yahabíaprotagonizadodosepisodiosenlosquetodoslomiraban.Yesoquehacíamuypocotiempoqueestabaahí.
—Gracias por preocuparos, chicos, pero dejadnos solos. El inspectornecesitaalgodedescanso.
Pocoapocosefuerondispersando,volviendocadaunoasusquehaceres.—Menudosustomehasdado,cabrón.—Noséquémehapasado.—Quenoduermes,joder,quenodescansas,quetodoesasesino,asesino
yasesino.Asínosepuedevivir,queparecestonto.—NoselocuentesaMontalvo,porfavor—balbuceó.—Alfinalmevasahacerpensarquesíquetehasdadofuerte.¿Creesque
Montalvonosevaaenterar?PorDios,sitehavistotodoelmundo.Ahorano
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creoqueseaesalamayordetuspreocupaciones.DeprontovinotodoalamentedeNicolás,todoloquehabíasucedidole
golpeóconfuerza,peroloquemásdurogolpeófueelúltimoacontecimientoquehabíavividoenelcoche.
—Lacajadecerillas…—acertóadecirmedioenshock.—Deja laputa cajadecerillas apartadade tuspensamientos.No séqué
coñoquieresatraparsinoerescapaznidepermanecerdepie.—Nopuedodejarloahora,Alfonso,noahora.—NicolásValdés,nomevaapasarnada,nome tienesqueprotegerde
nada,mesécuidarsolito.—Noqueríadecireso.—Sí querías decirlo, tío, soy consciente de lo que pasó, joder. Lo viví
muycercadeti,recuerdaquetodostedieronlaespaldayyoseguíatulado.No te voy a dejar ahora, pero no puedes trasladar todo tu puto pasado alpresente.Asíno.
—¿Y qué puedo hacer?—preguntó desesperado, al borde de derramaralgunalágrima.
—Veaverlaotravez,ellasabráquéhacer,yonotepuedodecirnada.—Ya,peroelcaso…—Sinovas,nohabrácaso.Yomeencargodehablarconeljefecuando
vuelva,lovaaentender.Sobretodoahora,tío,solotúpuedesatraparlo,perotienesqueactuarconcabeza,dejaqueella te la liberedel todo.Además, sihayalguienquesepaporloqueestáspasandoahoramismoesella.
Nicolássuspiró,sintió lanecesidaddeabrazarasuamigo,perosabía loqueestelediríarespectoaesto.Teníarazón,necesitabahablarunavezmásconellaacercadeél,soloasípodríadespejarsucabezaydarlotodo.
Ahorapartíaconunaventaja,teníaqueaprovecharla:conocía,quizámásquenadie,elasesinoporelqueseharíapasaresehijodeputa.
Llegabalahoradejugarseeltodoporeltodo.Sacósuteléfonomóvilymarcóelnúmero.—¿DoctoraVílchez?SoyelinspectorValdés.Necesitoverla,yamismo.—¿Ha pasado algo?—preguntó extrañada al otro lado del teléfono—.
Ahoramismomeesimposible,estoyhaciendounascosas.CuandoNicolás leexplicóelmotivo, ladoctoranopudohacermásque
decirlequesubieraalcocheyvolarahaciasuconsulta.
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Miércoles,14deoctubrede2009,10.57h.Mors.BardeAdela
Alicia seguía sin aparecer. Carlos no conseguía que contestara al teléfonomóvil,porloquedecidióapostarlotodoyentrarenelbarensubúsqueda.
Talycomosetemía,estanoseencontrabaallí.¿Quéhabíapasadoconlamuchacha?Ocupándose del negocio se encontrabaAdela, su tía. Estaba ordenando
bolsas de hielo dentro de un arcón gigantesco con puertas transparentes.Carlosseacercóaelladecidido,mostrandotodalatranquilidadquepodíaenesosmomentos.Nosabíasiaotrosojosmostraríaeseresultado,peroélteníaqueintentarlo.
—Adela,buenosdías,¿puedopreguntartedóndeestáAlicia?—Alicianoestádisponible—respondióconuntonosecoysindejarde
hacerloquehacía.Elabogadodudóunosinstantesensiseguirinsistiendoonodespuésdela
tajanterespuesta.Alfinalpensóquesí.—Pero¿seencuentrabien?—Perfectamente.—Seguíasinlevantarlacabeza.Carlosnoentendíaquéestabasucediendo.Lamujernoqueríanimirarloa
lacara.¿Habíadichoohechoalgoquelehubiesemolestado?¿Alicialehabíacontadoalgo?Pero,encasodehaberlohecho,¿qué?Niélmismoteníaclaroelhaberhechoalgoquepudierahaberprovocadoestasituación.
—¿Pasaalgo,Adela?Estalevantólacabeza.Teníaunasojerasmuymarcadasysucaraestaba
demacrada. No parecía la misma mujer que había conocido días atrás. Noquedabanirastrodelabonachonasonriente.
—Dejad ya de remover la mierda, por vuestro propio bien. Agarra tusmaletasymárchatedenuestropueblo.Solotraesmuerte,¡vete!
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Lamujer comenzó a llorar demanera desconsolada.Carlos no entendíanada,nodabacréditoasullanto.Quisoacercarseaellaparaconsolarla,peroestapusosumanodelante.
—¡Atrás!No te lo repitomás veces, ¡vete!—Temblabamientras decíaeso—.Aléjatedenosotras,dejaderemoveroacabaremostodosmuertos.
El abogado creyó estar en una especie de pesadilla, aquello no parecíareal. Las piernas le flaqueaban y su espalda sudaba a mares. Una fuertepresión hacía de las suyas en el estómago. Oía llorar a Adela como siestuviera, en realidad,muy lejosdeél.Comosinoestuvieraahí, enelbar,como si nada de aquello fuera real. Sin entender nada y sin fuerzas parareplicar,abandonóelnegociodelamujer.NosoloseguíasinsaberdóndeseencontrabaAlicia, ahora también teníaquedigerir elmomentoqueacababadevivir.
¿QuémoscalehabíapicadoaAdela?Ahora, sinAlicia cerca, no tenía ni idea de cómo afrontar la situación.
Miró las fotocopias, las llevaba en lamano.Solo se le ocurrióunapersonacapazdeayudarleentodoesteembrollo.
Extrajosuteléfonomóvildelbolsilloymarcósunúmero.La mujer lo seguía mirando con una creciente sensación de ira
descontrolada a través de la puerta del negocio.Necesitó serenarse para noacabarcometiendounalocura.
Omejordicho,otralocura.
11.13h.Alicante.ConsultadeladoctoraLauraVílchez
Nicolás apagó su terminal antes de entrar en la consulta. Alfonso le habíadejadoconducirsoloconlacondicióndequesetomaraunatiladobleantesdepartir.Comosiesofueraahaceralgoconsusistemanervioso.Peropornoescucharlomás,lohizo.
Ladoctoralorecibióconunevidentegestodepreocupación.—Pase.Nicolásobedecióyambosfuerondirectosalasaladeconsultas.Estavez,
ladoctoranoseanduvoconjueguecitosdesillas,tomóasientoyesperóaqueelinspectortambiénlohiciera.
—Está bien, para poder entender qué está sucediendo, necesito quemecuentetodo,conpelosyseñales.Noomitanada.
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—Comocreoqueya sabe, el casomevinonadamás incorporarmea lacomisaría—comenzóarelatar.
Durante los siguientes veinte minutos, Nicolás contó con hasta el másmínimo detalle todo lo que había sucedido desde su llegada aAlicante. Enmomentos determinados, la doctora Vílchez no pudo disimular su enormeaperturadeojos, segúnquédatos leofrecía.Noomitiónada,como lepidióella.Le relató todo lodeCarlos, lode la fotografía, lode laspersonasqueaparecían, lodequenopudo llegara tiempodeponerlosasalvo,hastaquellegóelturnodelapartemáscomplicada,laquelehabíaconducidohastaesesalón. Sabía que la doctora era de plena confianza para el cuerpo y que susecretoprofesionalleimpediríarevelarnadadeloqueallílehabíacontado.
—YAlfonsoencontróelobjetoquenoshabíadejadoparaindicarnossupróximamuerte.
—¿Yera?—preguntóella.—Una caja de cerillas, con el número cinco pegado en ella. Lo había
puestoencimadesuverdaderadecoración,quenosécuálesnimeimporta.Habráqueanalizarlapegatinadeencimaantesderetirarla,peronocreoquetenganadainteresante.Loimportanteestáarriba.Enelnúmero.Lodemásesmierda.
—¿Yestásegurodequeesunaalusiónaél?—Nome joda,doctora,usted lo sabe igualqueyo.Conoceel casoa la
perfección.—Sí, claro que lo conozco. Es solo que quiero queme lo cuente usted
todo,necesitoquehablesobreello.—Vale —contestó resignado—, pero le pido que se deje ahora de
jueguecitos de psiquiatría. Sí, sí estoy seguro de que hace alusión a él. Elcinco,¿quéotracosapodríaser?
—Estábien,aceptemosqueestáenlocierto.Serefiereaél,¿quécreequeesloquepasaráahora?
Nicolásrespiróhondo,nocreíatenerlarespuestaatalpregunta.Oeso,oledabamiedopensarla.
—Notengoniidea—respondió—.Nosésiestádiciendoquevaapormí,quevaaporAlfonso,oquesimplementesevaaceñirasuguion.
—¿Guion?—Sí, estoy convencido de que todo lo que hace lo tiene calculado al
milímetro, es por eso que es tan perfecto, no deja nada a la improvisación.Puedequenoseacapazdeactuarsegúnsepresentenlascosas.Ustedcreoque
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tambiénentiendebastantedeesto.Esunpsicópataorganizado,delopeorquetepuedesecharalacara.
—Entonces,ustedtieneunpuntoasufavor.—¿Cómo?—Claro,ustedsíescapazdeeso.—¿Dequé?—De improvisar según la situación lo demande. Lo ha demostrado no
una,nidos,lohahechomuchasveces.Enocasiones,eldondesabermoversesegúnsopleelvientoesunaclaraventaja.Siélya tieneescrito loquevaapasar,ustedpuedeleereseguionyanticiparseaél.
—Ya, pero ¿dónde está ese guion? ¿Cómo puedo leerlo? No tengo lamenorideadecómoseguir.
—Elguionlotienemáscercadeloquepuedaimaginar.Alalcancedesumano.
—Joder,ohablamásclaroonolaentiendo.—Tienequepensarcomoél.Nicolásresopló.—¿Esoestodoloquemevaadecir?¿Lamismafrasequemerepitieron
en clase una y otra vez?Si yo no supiera esto no creo ni quemehubierandejadoascenderainspector.Vamos,nomejoda.
—Noleestoydiciendolomismo,seloestoydiciendodeverdad.Enestesentido,tieneotraventaja,puedeconsultarlapropiafuente.Inclusoenelcasode Escalero lo podría haber hecho. No sé si sabe que está preso aquí, enAlicante.
Nicolás comenzó a ponerse nervioso ante lo que trataba de sugerir ladoctora.
—Nocreoque…—Sí,novaavolverapasarlomismo.Creoqueustedestáconfundido.Si
como dice lo tiene todo guionizado, no pretenderá creer que incluir a estemaníaco en su lista a imitar lo hace por usted. Esto lo tendría planeado deantes. Si busca asesinos famosos y sanguinarios en la historia de este país,estenombreteníaqueapareceralafuerza.
—Puedequetengarazón,pero…—Nada de peros. Deje de pensar que en todo esto usted es la víctima
porquenoesasí.Estoes,precisamente,loquenoledejallegaralfondodelasunto. Creo que ha confundido su papel en toda esta historia.Usted es elbueno,elquetienequeacabarcontodoloqueestáocurriendo.Nicolás,noeselcentrodetodo,lehatocadoestecasoporpuracasualidad.Sinoestuviera
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investigandoloestaríahaciendootroyelguionseríaelmismo.Austednolevaapasarnada,ni a sucompañero, lahistoriano se repetirá.Pero si actúacomoesdebidopuedesalvarlavidadeunapersonaque,hayahecholoquehaya hecho, no se merece la muerte.—Se puso en pie—. Espere aquí unmomento.
—¿Dóndeva?—preguntóalavezqueselevantabadeformaapresurada.—Empieceporhacercasodeunavez.Siénteseyespereaquí.Nicolás obedeció a regañadientes mientras la veía marchar hacia el
pasillo.Acto seguido oyó varios ruidos, entre ellos el de un microondas que
parecíacalentaralgo.Pasadosunpardeminutos,ladoctoraregresóconunatazadecolorverde
claroenlamano.Soplabasuinterior.—Tómeseesto.—Verá,doctora,yahetomadounatiladobleencomisaríaynada.Estas
cosasnoestánhechasparamí.—Hágamecaso—insistióporenésimavez—.Estosíleharáefecto.Nicolás,escéptico,pegóunsorbo.Quemabamuchoysabíaarayos.—¿Unpocodeazúcar?—preguntóelinspector.—El azúcar es estimulante. Esto tiene que tomarse así. Parece un niño
pequeñocontantaqueja.Nicoláspegóotrolevesorboynodudóenmostrarsucaradeasco.—Sinoselotomaenteronolecalmarálosnervios—comentóladoctora.El inspectorhizoelesfuerzoy, trasvariossorbos,consiguióacabarseel
líquido.Ledejóunsaborhorribleenlaboca.—Ya verá cómo se siente mejor en un rato. Ahora, escúcheme
atentamente.Tienequehacerloqueledigo.Tengodosrazonesparacreerqueserálomejorparausted.Laprimera,queseenfrentarádirectamentealaraízdesusmiedosytemores.Esmuyprobablequedespuésdehacerlosesientade otra manera. Nomejor, ni peor, pero sí de otra manera. Esto será algopositivo,puessaldrádeeseestadoenelquellevasumidotantotiempo.Debeenfrentarseaél.
—Ya, algo así como el claustrofóbico que se mete en un ascensor degolpe.¿No?
—Así es. Hay que enfrentarse a los miedos de golpe. Nada de poco apoco.Terapiadechoque.
—Doctora,haymuchagente,mejordicho,muchosprofesionalesquenocreenenesodelaterapiadechoque…
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—Ustedestáenmiconsulta.Aquísehaceloqueyodiga.Loqueyocrea.Nicolásrespiróhondo.—¿Ylasegunda?—Que puede dar pasos de gigante en la investigación hablando
directamentecon lafuente,comoya lehedicho.Imagine lo importantequehubierasidopoderhablarconelArropierooconRomasanta.O,comolehedicho, que se le hubiera ocurrido ir a hablar con Escalero, que sigo sinentenderporquénolohahecho.Ustedmásquenadiesabeloimportantequeesobtenerinformaciónsinfiltros.Cabelaposibilidaddequehubierapodidoir un paso por delante del asesino. Ahora no lo sabremos, pero estamos atiempodecomprobarloantesdelasiguientemuerte.
Nicolás sopesó las palabras de la psiquiatra. Quizá tuviera razón, pero¿tendríaelvalorparahacerlo?Algoensufuerointernoledecíaqueno,queera un auténtico cobarde y que se iba a pasar la vida huyendo de susproblemas.Peroclaro,ahoranoerasololavidadelqueaparecíaenlafotolaquecorríapeligro,ynadasacabadesucabezalaposibilidaddequeAlfonsopudiera sufrir en sus carnes el ataque del asesino. La doctora hablaba demeterseenlacabezadelpsicópata,yloquemásleaterrabaeraque,cuandolohacía,veíaaAlfonsosinvidaenelsuelo.Ojaláestuvieraequivocado,porquenosolonopodríasoportardenuevolamuertedeuncompañero,enestecasoseríaladesumejoramigo.Ladesuhermano.
Mientras pensaba comenzó a notarse cansado en exceso. El peso de nodormirdurantetantotiempoytenerlacabezatanllenadehistoriasempezabaaserbastanteimportante.Sentíaunaespeciedeescozorenlazonadelosojosquehacía que le costara cadavezmás tenerlos abiertos del todoyno estarparpadeandoconstantemente.
—Estábien—claudicó—.Loharé,hablaréconél.La doctora no dudó enmostrar satisfacción en su rostro.Nicolás pensó
queella,dealgunaforma,sehabíainvolucradoemocionalmenteenaquelloynopodíadisimularsualegría.
—Es muy importante lo que va a hacer, inspector, me siento muyorgullosa.Quevayaesunpasoesencialparasutotalrecuperación.
—Esoespero—comentómientrasabríalabocademanerainvoluntaria.El cuerpo le pesabamás que de costumbre.Apenas podíamantener los
ojos abiertos, se le cerraban solos con más fuerza que antes, todavía. Losbostezossesucedíanunotrasotro,altiempoquelosojoslellorabansinpodercontrolarlos.
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—Doctora—comentóalarmadoante loqueestabasintiendo,enun tonomuchomásbajodelohabitual—,noséquémepasa,nomepuedomover.
LadoctoraVílchezsonriómientrasNicolásterminabadecerrarlosojos.Estecayóhaciaatrásyquedópostradoenelsillón,amerceddelapsiquiatra.
Alospocossegundosborrólasonrisadesurostro.Ya había hecho lo fácil, lo difícil iba a ser la siguiente parte.Marcó el
númerodeteléfonoquelahabíallamadohacíaunosinstantes.Alfonsocontestó.Esperabaabajo,enlacalle.
12.02h.Mors.CasadeFernandoLorenzo
CarlosdesistiódeintentarlocalizartantoalinspectorValdés,comoaAlicia.Sesintiósolo,solocomohacíademasiadotiempoquenosesentía.Noeraelrey de las amistades, de hecho, no tenía ningún amigo de confianza con elcualpoderhablarsobresuscosas.Preferíaguardarsetodoparasímismo.Perosíeraciertoque,almenos,teníaaGala.
SinellaenMors,habíaencontradoenAliciaesacompañera,oamiga,quenolehicierasentirsequeestabasolo.
Era como si hubiera sustituido esa pieza que tanto necesitaba, aunquehastaahoranosehabíadadocuenta.Esapiezaqueleayudabaamantenersecuerdodentrodesuinfinitoarsenalmaniático.Esapiezaqueactuabacomolavozdelaconcienciaqueélnuncacreíahaberescuchado.
Esa pieza que le hacía ser un ser completo.No como se sentía en esosmomentos.
Ahora,sinellatambién,nosabíaquéhacer.Miró el papel, deseó poder descifrar a quién pertenecían las iniciales
MCCP,peronoteníaniideadecómohacerlo.
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Miércoles,14deoctubrede2009,17.21h.CaminoaMadrid
Nicolás abrió los ojos de manera gradual. Estaba extrañamente relajado ysentía algomuy parecido almovimiento constante. No iba desencaminado,puesibamontadoenelasientodecopilotodealgúncoche.
Lecostabamuchomoverlacabeza,peroconsiguiómirarhaciaelladodelpiloto.Estaba asustadoyno tenía ni ideadequéhacía ahí.De cómohabíallegadohastaahí.
Su sorpresa fuemayúscula cuando vio a la doctora Vílchez al volante.Ellamirabahaciadelante,atentaalacarretera.Parecíadebuenhumor.
Semiróelcuerpo.Noestabaatadoninada,aunasí, lecostabahorroresmover sus extremidades, como si pesaran tres veces lo que en verdadpesaban.
¿Quécoñohabíapasado?—Nosepreocupe,unavezquesedespiertasetardaunratoenrecuperar
lamovilidadtotal,peroenapenasunosminutospodrámoverseconabsolutanormalidad—dijolapsiquiatrasinquitarojodelacarretera.
—¿Qué coño me ha dado? —preguntó Nicolás cerrando los ojos confuerzaenvariasocasiones.Suvisióndejabadeserborrosapocoapoco.
—Nadaperjudicialparasusalud,inspector.Esunamezcladehierbasquemeenseñómiabuela:sumealapersonaquelatomaenunprofundosueño.Según ladosis administrada, así pasarán lashoras aseguradasde sueño.Nomepregunteporquenolerevelarélacomposición,todoquedaenfamilia.
—Perotodoloquehapuestoalmenoseslegal,¿no?Ladoctoranocontestó.Solosonrió.—¿Yporquélohahecho?—Porqueseniegaadescansar.Sucompañeromellamómientrasustedse
dirigía ami consulta,me contó su problema yme pidió ayuda urgente. Le
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expliquéloquepodíamoshacer.Élmehaayudadoaecharloenelcoche,yosolanopodría.Además,nosoloeraeldescanso.Losdos teníamosmiedoaquesenegaraahacerestavisita tannecesaria.Ustedescomounamontañarusa.Peronosoloporlosvaivenesdesuestadodeánimo,sinoporlapropiavelocidadquesusemocionestomanyquehacenquepasedearribaaabajoenmenosdeunsegundo.
—Cabronazo… —dijo para sí mismo—. ¿Y se puede saber adóndevamos?¿Cuántotiempoheestadodormido?
—Lehedadoladosiscalculadapara,almenos,unascincohoras.Esustedun maldito reloj, se ha despertado justo al pasarlas. Vamos de camino aMadrid,másenconcretoaNavalcarnero.Estamosllegandoya.
—Vamosaverlo…—comentóNicolás,queyacomenzabaamoverconsolturasusextremidades.
—Sí.Yo no entraré, no seme permitemezclarme en una investigaciónoficialsinunospapelajosdepormedio,peroleprestaréapoyomoralunavezsalga. Bueno, y antes de entrar. Su compañero se está encargando de todoparaquetengapreparadalavisitanadamásllegar.
Nicolás tiritó alpensar loque le esperaba.Era enfrentarsedegolpecontodoloquelehizoestarcomoestabaenesosmomentos,conlaraízdetodossusmiedosy temores.Con la razóndeporqué sehizo inspector—aunquefueraalgoconloquesiemprehubierasoñado,trasaquellodecidióqueeraelmomento.
—Recuerdeque tieneunasmedidasde seguridadexcepcionales, austedno le pasará nada. Estará todo el tiempo acompañado por tres funcionariosque vigilarán su integridad. Además, todo ocurrirá en una sala especial, elúnico lugardondepodríarecibirvisitas.Estaránaisladoselunodelotro,nopodrátocarlo.
—Meparecebien,aunquenocreoquetengaintencionesdetocarme.—Habloporusted.Laseguridad,enestecaso,esparaél.Nopuedocorrer
elriesgodequesedejellevarporsusinstintosprimarios.Seríaalgohumano,noleestoyllamandomonstruo.
El inspector sopesó las palabras de la psiquiatra. Quizá tuviera razón,puedequesedejarallevaryacabaraarrancándolelacabezaaesemalnacido.Aunquedudabadequefueraasí,eramiedoloquesentíaporesteencuentro.
—Otracosa—añadiólapsiquiatra—,siseagobia,sisientequenopuede,cuentehastacinco,despacio.Sidespuésdehacerlosiguesintiendolomismo,abandoneautomáticamentelaestancia.Estamoshablandodesusaludmental.Estopuedesertanbuenocomomaloparausted.
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—Joder,estonomelohabíadicho.—Perdón.Semepasó.Nicolásmiróalfrente.Ahorateníaganasdematarlaaella.Alacabarlacharla,justo,llegaronalcentropenitenciario.Los dos bajaron del coche.Nicolás, titubeante; la psiquiatra, expectante
porverlareaccióndelinspector.Ladoctoraseacercóalcontrol,dio losnombresy, trasuna llamadapor
partedelguardiacivilquehabíadentro, lesdioaccesoal interioryórdenesprecisasdeadóndeteníanquedirigirse.
Laura no dejaba de mirar a Nicolás. Este apenas pestañeaba y movíamucholosdedosdesumano;eraevidentesuniveldenerviosismo.
Tras un paseo solos por una larga pasarela acristalada y con el suelometálico, llegaron hasta una puerta enrejada, la primera de muchas queencontrarían.Lesestabanesperando.Unfuncionariolesabriólapuertayleshicieronentrarenunasaladondelespasaronundetectordemetalesportodoelcuerpo.Unavezcomprobaronquenollevabannadasospechosoyhubieronfirmadovarios papeles, les entregaron a cada unouna acreditación especialparaaccederalmóduloquenecesitabanvisitar.
Eldemáximaseguridad.Un funcionario con barba y alguna que otra cana se ofreció a
acompañarlos hasta allí. Fueron andando por una infinidad de pasillos ypuertas,hastaquellegaronalameta.
—Esaquí,yonopuedoacompañarlesmás.Ahora,dentrodelmódulo,seles llevará a una sala especial de visitas. Estarán acompañados en todomomento por dos funcionarios y dos guardias civiles. Uno de losfuncionarios,denombreLeonardo, lesexplicará lasprecaucionesquedebentomar.Lesveoenlasalida.Hastaluegoyquevayatodobien.
—Hasta luego —respondió la doctora, que no quitaba ojo a Nicolás.Estabarígidocomounpalo—.Inspector,recuerdeloquehemoshablado:noquieroqueseagobie,ysi lohace,respireyveasiescapazustedmismodecontrolarlasituación.Sinoloes,fuera.¿Entendido?
Nicolásasintió.Sinmás.Ladoctoratocóeltimbrequehabíaalladodelapuerta.Alospocossegundosseabrió.Amboscomprendieronquelacámaraque
les apuntaba directamente en una de las esquinas había servido paraidentificarlos.
—Buenastardes,soyLeonardo,jefedeseguridaddeestemódulo.Ahorame acompañarán a una sala, previa inspección rutinaria. Sé que ya les han
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hecho una, pero es el protocolo. Las normas son sencillas pero estrictas.Cuandoandemosporelpasillo,a sus laterales tendránceldas.Oigan loqueoigan, no contesten. No tenemos locos, al menos diagnosticados, pero hayalgunoqueesunabuenapieza.Cuandoentremosenlasala,esperará,sinohatomadoasiento todavía,aqueel recluso lohaga.Después loharáusted.Esmuy importanteestoúltimo.Tendránunfuncionarioyunguardiacivilasulado cada uno, no se preocupe porque estarán separados por unamamparaantibalas y el recluso estará atado a su asiento. No le revele nunca datospersonales,bajoningúnconcepto.¿Lohaentendidotodo?
—Sí—comentóNicolássindejardemiraralfrente.—Perfecto,dicholocual,esperenunsegundoyvamos.Elfuncionariolesvolvióapasareldetectoraambos.Comoeralógico,no
pitó, ya que habían dejado todos sus objetos personales en la entrada de lapenitenciaría.
Leonardolesindicóconlamiradaquelesiguieran.Ladoctorasequedóahí,puestoquenoteníaautorizaciónparacontinuarporesepasillo.
Estaleguiñóunojoalinspector.Éltomóunabocanadadeaireycomenzóaandar.Nohabíamarchaatrás.
Pasaron por el pasillo que daba acceso a la sala sin ningún incidente.Nicoláspensóqueenesosmomentoseraprobablequelosreclusosestuvierandescansando.Prefiriónopreguntar,yateníabastanteconlosuyo.
Cuandollegaronalasalaespecial,Nicolásaguardóaqueelfuncionariolaabriese.Lesudabalaespalda,elcorazónlelatíaadosmilporhorayteníalaboca algo seca. Cerró los ojos e hizo caso al consejo de la doctora: contóhastacincorespirandopausadamente.
Alabrirlosseencontróconlapuertaabierta.Habíallegadolahora.Pasó.El portazo a sus espaldas le hizo darse cuenta de que aquello era
real.La sala era tal cual la había imaginado, austera, sin decoración alguna,
soloelrevestimientodelasparedesyunamamparagigantequeladividíaendos.Unamesaqueservíaparalosdosladosconsendassillasaguardabaserocupada.
Una puerta cerrada al fondo indicaba por dónde iba a entrar su peorpesadilla.
Notardóenabrirse.Elinspectortragósaliva.Primeropasóunfuncionario,mástardeentróél,seguidomuydecercapor
unguardiacivilqueloapuntabaconalgoparecidoaunaescopeta.
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Nohabíapasadotantotiempodesdesuúltimoencuentro,perosuaspectoeradistinto.Estabamuchomásdelgadoquelaúltimavezquesevieroncaraacara. Su pelo ahora estaba rapado casi al cero y una barba de pocos díasasomaba en su rostro.Susojos eran losmismos, unosojosquepasaran losañosquepasasennopodríaolvidar.Noporsucolor,pueserantannormalescomolosdelsetentaporcientodelapoblación,sinoporsuformademirar.Unaformaquedemostrabaque,almargendeloquepasase,siempreteníalasarténagarradaporelmango.Inclusoestarahí,recluso,parecíaserpartedeunplanminuciosamente trazado.El inspector no sepodía fiar de él lomásmínimo.Loconocíademasiadoysabíadeloqueeracapaz.
Mientras su peor enemigo caminaba, Nicolás aguantaba el tipo; nopensabamostrardebilidadfrenteaesemonstruo.Sabíaquequerríasacarledequicio,porloquenecesitabamostrarselomásserenoposible.
Esperóaqueelmonstruotomaraasiento.Elfuncionarioloencadenóalasillaaprovechandosupropioencadenamientodepiesymanos.Eraimposiblequeselevantara.
LeonardolehizoungestoaNicolás.Yapodíatomarasiento.Estelohizosinmostrartitubeos.Semiraronalosojos.Elinspectorpudosoportarlosinproblemasapesar
deesamirada.Aguantaronsinmoverseduranteunaconsiderablecantidaddetiempo.SiesehombreesperabaaqueNicolásagacharalacabezalollevabaclaro.
—Vaya, vaya —comenzó a hablar el preso—. Soy una persona muypositiva,¿sabe?Todoslosdíasmedespiertopensandoenquelajornadamepuededepararunasorpresa.Ladehoy,desdeluego,notieneprecio.¿Cómoseencuentra,agente?
—Inspector Valdés, si no le importa —contestó tratando de mostrarcarácterensutono.
—¡Oh!,quégratasorpresa.Pareceserquerecogióeltestigodequiénnosdejó.
Primeraprovocación,Nicolásestabapreparadoparaesto.—No,seguílospasosypromocionécomoloharíacualquieragente.—Peroustednoescualquieragente,Nicolás.—No, no lo soy, Domingo —contestó para seguirle el juego de los
nombres.—¿Yquéesloqueletraepormihumildemorada?—Nada en particular —mintió—, me apetecía verlo después de tanto
tiempo.
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Elhombresonrió,mostrandounasonrisaperfectaymacabra.—Nosabecuántoagradezcoqueseatanconsiderado,pensabaquenunca
tendríaelvalordehacerlo.Peronosepreocupe,leentiendo,debedeserduromirarme a la cara después de lo que sucedió.Aunque estoy seguro de quecadanoche,cuandoduerme,vemirostro.Porqueduerme,¿verdad?
—Cadanoche,plácidamente—volvióamentir.—Yono,bueno,sepodríadecirqueduermopoco.¿Quieresaberporqué?
Porquecuandocierrolosojosveosuscaraspidiéndomeclemencia,quenolesquite lavida,quemeapiadedeellos,queno loscorteenpedacitos.¿Sabe?Anoche soñé con su compañero, me desperté sobresaltado porque me viarrancándolelastripasconmicuchillo.Nosésihabráolidounasentrañaspordentro,peroesunolornauseabundo.Enelcasodesucompañero,eramuchopeor.Quizáporlagrasaquelesaquéprimero.
—Yabasta…—Perobueno,esunasuertequesemeaparezcaélensueñosynousted,
porque sabráquemicuchillo tenía sunombregrabado.Fueuna suerteparaustedquesucompañero,elinspectorSánchez,sehicierapasarporustedyseprestaracomoceboparaatraparme.
—Nosiga…—Recuerdoesanochealaperfección,intentarontendermeunatrampaen
su domicilio, pero yo fui más inteligente y acabé rajando y cortando encachitos a la persona que confió en usted para atraparme siendo un simpleagente. Recuerdo su cara cuando trató de actuar y se quedó bloqueado,recuerdocómomemirabamientrashundíamicuchilloportodoelcuerpodequién creyó en usted… Supongo que cada día piensa que pudo haberloevitado y no lo hizo por pusilánime. Espero que haya mejorado en esto,porquesino,nosémuybienaquiénpretendeproteger,Nicolás.
—¡Basta!—gritó levantándose de pronto y golpeando con sus puños elcristal.
TantoLeonardocomoelguardiacivil,asícomolosotrosdosqueestabanalotrolado,sepusieronenalerta.
DomingoGámezreíacomoundemente,leestabaencantandoelcarizqueestabatomandolasituación.Leteníaensusmanos,talycomoaéllegustaba.
UnamanotocólaespaldadeNicolás.EraladeLeonardo,quelomirabapreocupado.
Elinspectorcerrólosojosycontóhastacinco.Alabrirloscontemplóquetodoseguíaigual,elmonstruoreíayaquellonoibaaningunaparte.
Deprontoelhombredejódereír.
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—Reconozcaqueleencantaríaquenonossepararaestecristal—comentóel que la prensa apodó el «asesino del cinco» con semblante serio—.Reconozcaqueleencantaríaqueestuviéramossolos,sincámarasnivigilanciaalguna. Con un cuchillo y yo esposado, como ahora. Reconózcalo. Leencantaríacortarmeenpedacitosamí.Lomerezco,¿verdad?Claroquesí.Loquepasaesqueyosíquetengohuevosparareconocerlascosasyustedno.Esta ha sido la gran diferencia que siempre nos hamarcado a ambos. Loshuevos.Si los hubiera tenido en sumomento, su querido inspector seguiríavivo.Esamujertendríamaridotodavíayesoshijos,unpadre.Dígame.¿Quéledijoelladespuésdesaberquemuriópor suculpa?¿Leescupióa lacaracomomerecía? ¿O aprovechó su ausencia para tomar su lugar y follárselacadanochecomosi suquerido inspectorSáncheznohubieramuerto rajadocomouncerdo?
Nicolás lo miró enfurecido y apretó fuerte los puños. Tenía razón, sihubieran estado solos y sin esa mampara hubiera acabado con él. No lehubiera hecho falta un cuchillo porque lo habría desfigurado solo con suspuños.Respiróhondoytratóderelajarse.Liberólafuerzadesusnudillosysediolavuelta.
—Esto no merece la pena. Ha sido un error venir —dijo mientrascomenzabaaandarhacialasalida.
—Muybien,váyase.Hasidounplacerrecibirsuvisita.Esperoqueatrapeaeseasesinoimitador.Silohace,quelodudo,delerecuerdosdemiparteymi enhorabuena por haber llegado a este punto sin cometer un solo error.Reconozcoqueestoysorprendido.
Nicolássedetuvoenseco.¿Cómosabíaéltodoaquello?Miró al funcionario, también estaba perplejo. Levantó sus hombros
indicandoquenosabíacómopodíasabereso.Susituacióndeaislamientoeratotal.Ni televisión,niprensa.Sabía ademásqueningúnotro funcionario sehabríaatrevidoacontarlenadadelexteriorporqueesosuponía laexpulsióninmediatadeesetrabajo.
Nicolássegiró,sindecirnada.—Veosorpresaensurostro,inspectorValdés.—Vamosadejarnosdejueguecitos,dígamecómosabeustedesto.Gámezsonrióypusocaradesuperioridad.Estabaclaroquenoseloibaa
ponerfácilalinspector.—Siénteseycharlemos,puedequelecuentealgo.
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Nicolás inspiró por la nariz tratando de tranquilizarse, sus ansias deestampar la cara de aquel cabrón contra el cristal crecían como la espuma.Obedecióytomóasiento.
—Dígamequécoñoquiere.—Quieroquemecuentequé siente, qué legustaríahacermeparapoder
tenersuconcienciatranquila.—Miconcienciaestátranquilamientrasustedestéaquídentro.—Sí, todo eso está muy claro. Pero quiero saber cómo se sintió, si se
sintióunafortunadoporconservarsuvidaoundesgraciadoporacarrearconlamuertedesucompañero.
Nicolásdudósisersinceroono.Seinclinóporlaprimeraopción.—Imagine cómome sentí. León decía que tenía algo que no tenían el
resto de los agentes. Es por eso que pidió el permiso especial para que yopudiera acompañarlo en la investigación siendo un simple agente de a pie.Peroalahoradelaverdad,nolotuve,fuegraciasalarápidaintervencióndemis compañeros por lo que pudimos atraparle, si no, estoy seguro de queustedtambiénmehubieramatado.
—Ni lo dude, querido. Además, mi objetivo era usted, ya sabe. Ustednació un cinco demayo, al igual que el resto demis víctimas.Matar a sucompañeromedescolocóalgolosprimerosdías,hastaquedescubríquehabíanacidoen1965.Esomecalmó.
Nicolás procesó las palabras del maníaco. Aunque tenerlo a la cara leproducíapavoryascoporpartesiguales,pensóqueleencantaríapoderteneruna charla de verdad con él para poder adentrarse algo en su mente ycomprendermás por qué un psicópata actuaba como lo hacía. Tal y comohizoResslerenlosañossetenta.Detodosmodossabíaqueesehombrequeteníaenfrenteposeíalacapacidaddepasardelaverdadalamentiracasisininmutarse.Eraunpsicópatafueradelohabitual,peroenestosíseparecíaatodos. Era un maestro de las mentiras y no había que tomarse nunca suspalabrascomociertas.Siemprehabíaqueanalizarlasparatratardeencontrarlaverdadenellas.
—Yalehecontado—sentencióelinspector—,ahoradígamequésabe.Elpresolomiróentrecerrandolosojos.—Nose lovoyadar todomascado.Conozco la identidaddequienestá
provocándoledoloresdecabeza.Conozcotodosuplan.Revisebienmicasoporque actuará tal cual lo hice con mi cuarta víctima, lo hará de maneraidéntica.Puederespirartranquilo,noiráaporusted.Aún.
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Nicolás abrió los ojos como platos. Había tratado de olvidar todo lorelacionadoconaquelcaso,por loquenorecordabatodoslosdetalles.Perosabía el lugar exacto al que debía dirigirse para consultarlos con la mayorrapidezposible.
—Gracias,mehasidodegranayuda.—No hay de qué. Me divertirá saber si consigue detener sus pasos,
aunquemeparecequeesmásprobablequenolohaga.—Esoyaloveremos.Esperoquedisfrutedesuestanciaaquí.—Yalohago,querido.—Adiós—dijo el inspectormientras se levantabay daba la vuelta para
salir.—Hastapronto—replicó el presoconunaamplia sonrisa en laboca—,
hastamuypronto.
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Miércoles,14deoctubrede2009,19.02h.CentrodeMadrid.ComisaríadelaPolicíaNacional
LauraVílchezhabíaaceptadodebuenaganallevaraNicoláshastaeselugar.Nopodíanegarleesefavor,muchomenoshabiendollegadohastaesepunto.
Estaba orgullosa del inspector. No podía evitar empatizar con él, puesrecordaba con claridad cuando apareció por primera vez en su consulta enMadrid.Estabadestrozado,perdido,completamentedesquiciado.Éleramuycabezón,senegabaarecibir todotipodeayuda,casicomoahora,peroalgomástestarudo.Creíaquesusvisitasnoservíanparanada,queeltrabajodeunpsiquiatranoibaconloqueaél lesucedía.Perosindarsecuentayenmuypocas sesiones consiguió asomar la cabeza del pozo y tener la valentía detratar de promocionar en lo suyo y llegar a inspector. En una de susconfesiones le contó que siempre había querido serlo, pero que en esemomentolodeseabamásquenuncayaquequeríaevitarquepersonascomoDomingoGámezsededicaranadestrozarvidas.
Ahorahabíacogidoasumiedoporelmismocuello,sehabíaenfrentadoaélcaraacara,mirándoloalosojos.Nocreíaqueestuvieracuradoalcienporcien,perodesdeluegoelpasodadohabíasidogigante.
Estemuchachonodejabadesorprenderla.Aparcaronenlosaledañosdelacomisaría.Nicolás le pidió que lo acompañara dentro. Se negaba a que esperara
fuera.Alentrar,fuereconocidoenseguida.—¡Coño!—dijo uno de los agentes que pasaba cerca de la entrada—.
¡Miradaquiéntenemosaquí,chicos!—Hola,Sonseca,cuántotiempo,¿eh?Este se acercó a estrecharle la mano, Nicolás le devolvió el gesto,
encantado.
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—Ytanto,joder.—¿Cómovatodoporaquí?—Comosiempre, sinparar.Madridesuna jodida jauladedelincuentes.
Notenemosundescanso,yasabes.¿Ytú?SerumoreaporaquíqueahoraeresunpesopesadoenAlicante—comentósonriendo.
—Esoquisierayo.Sigosiendounpringado,peroconmayorgraduación.—Sonriótambién—.Oye,¿estáelcomisarioHuertasporaquí?
—Seguroqueensudespacho.Tío,mealegrounmontóndeverte.Ojalávuelvasprontoporaquí,noteibaafaltaracción.
Nicolás sonriómientras pensaba que eso era precisamente lo que no lefaltaba.
—Gracias,voyahacerleunavisita.Atravesó la comisaría saludando sin parar a todo el que reconocía e
intentandonodetenerse a charlar, pues el tiempoapremiaba.Llegóhasta lapuertaygolpeóconsusnudillos.
—Adelante—contestóHuertasconsuhabitualvozdura.—Buenastardes—dijoNicolásamododesaludomientrassonreía.—¡Dichosos losojos!Dígamequehavenidoparaquedarse.No tieneni
idealapandadeinútilesquemetocadirigiraquí.—Ojalá,comisario,meencantaríavolver.Dehechocreoque loharéde
aquíauntiempo,aunquepuedequelohagaaCanillas.MellamabastantelaatenciónlaUnidadCentraldeHomicidiosyDesaparecidos.Aunquenosésiellospensaránlomismodemí.
—Bobadas.Además,enconfianza:sinopasanada,dentrodepocoserécomisariodejudicialallí,enCanillas.
—¡Nomediga!—Asíes.Asíquepresionaréaquienhagafaltaparaquetrabajeconmigo.
Necesitoamásgentecomousted.—Muchasgracias,deverdad.Peroahora,pordesgracia,elmotivodemi
visitaesotro.CreoqueyaconocealadoctoraVílchez.Elcomisario,quesehabíacentradoenNicolás,reparóenella.Alverlano
pudoevitarmostrarsusorpresa.—¿Haocurridoalgo?—preguntódirecto.—Metemoquesí,déjemequelecuente.Nicolás le relató toda la historia, desde el principio, aunque trataba de
resumirparaperderelmenortiempoposibleconexplicaciones.ElcomisarioHuertas no ocultaba su sorpresa según la historia iba aumentando deintensidad.
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—Medejasinpalabras—dijoalfinalizarlaescucha—.Noséquédecir.Heestadosiguiendoelcasoen la televisiónperonocondemasiado interés.Noséporqué,peronoimaginabaquefueraustedelqueestabadetrásdelainvestigación.Además,silesoysincero,nopensabaquefueraparatanto.
—Estoy, creo, por pura casualidad. Lo bueno es que el inspector jefeMontalvohadecididodejarmealfrentedelainvestigación.Silaprensanohacontadotantonilehadadosuverdaderaimportancia,esprecisamenteporquenuestrogabinetedeprensaseestádejandoloscuernosparaquenocundaelpánico más de lo necesario. Aunque tampoco creo que haga falta ser unlumbrerasparaverqueloqueestápasandoesdetodomenosnormal.
Elcomisarioasintió.—Primerodéjemefelicitarleporsutrabajo,perosobretodoporloqueha
hechoestatarde.Esustedunvaliente.—Gracias.—Segundo, por supuesto que le ayudaré, deme unos segundos y tendrá
aquímismoelinforme.Descolgóelteléfono,marcóelnúmeroycuandolecontestaronsolicitólo
queNicolásnecesitaba.Mientrasesperaban,MáximoHuertaslepreguntóalapsiquiatraporlosmotivosdelcambiodeaires.
—Necesitabahuirdelagranciudad,supongo—comenzóaexplicar—.Sibien es cierto que nomemarché precisamente a un pueblo,Alicante no escomoMadrid.Lagentesetomalavidadeotramanera,esmástranquilo,serespiramejor…Yatengociertaedad,lacapitalyamehadadotodoloquemepodíadar.Además,losproblemasdelagentepersisten,perosonotros,nosésimeentiende.
Elcomisarioasintió.Ytantoqueloentendía.Hablaronduranteunosminutosmásdeasuntospersonales.Lapuertadel
despachodelcomisarioseabrió.Unamuchachajovenvestidadeuniformepolicialpasóalinteriorconuna
carpetaenlamano.—Gracias—dijoelcomisarioamododedespedidahacialajoven.Cuandocerrólapuerta,HuertasleofrecióaNicoláselinforme.—Sabequenolopuedesacardeaquí,almenoseste,perofotocopietodo
lo que necesite. Esto quedará entre nosotros. Además, la investigación lorequiere,quécoño.
—Gracias,comisario.Voyrápidoalafotocopiadora,mehasidodegranayuda.Leprometoquevolveréaquísiendouninspectorexperimentado,esmiúnicametaenestosmomentos.
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—Confíoenqueasíserá.Suerteconelcasoyatrapeaesehijodelagranputa.Lohará,estoyseguro.
Ambosseestrecharonlamano.LadoctorayHuertasrepitieronelmismogesto.Salierondeldespacho.
Nicolás fue directo a la fotocopiadora, sabía donde estaba. El informeconstaba de unas cincuenta páginas, mecanografiadas con todo tipo depruebas,pesquisas,posiblesperfilespsicológicosydatos,muchosdatos.Peroal inspector solo le importaban once páginas, las referentes a la cuartavíctima. Las fotocopió lomás rápido que el aparato le permitió y salió decomisaría acompañado de la psiquiatra, despidiéndose de todo el que secruzabaconél.Prometíaatodossuvuelta.Sabíaquealgúndíaseríacierto.
Ahora,porelmomento,tocabaunlargoviajehaciatierrasalicantinas.
22.44h.Alicante.CasadeNicolásyAlfonso
Nicolásentróensuviviendaagotado.Loquemásleapetecíaeratirarseenlacamaypasarselospróximosdosdíasdurmiendo,perosabíaqueeraalgoqueporelmomentonoocurriría.Alfonsoestabasentadodelantedesuordenadorportátil.Noquitabalavistadelapantallasalvoparadarunsorboasubotellíndecerveza.
—¡Hombre! Por fin vuelves, ¿qué tal el viaje? —preguntó mientrasmirabasupantalla.
—Eresuncabronazo,menudaencerronamehaspreparado.—Esperoquealmenostehayaservidodealgo.Nicolás agitó los papeles que llevaba en su mano haciendo ruido con
ellos.—¿Quéeseso?—preguntósuamigo.—Lasdirectricesdelapróximamuerte,asíocurrirá.—¿Qué?—dijoalavezqueselevantabadeunsaltodesuasiento.Nicolás le contó todo. Alfonso no pudo evitar soltar una sonrisa de
victoriaalescucharlahistoriaqueleestabarelatandosucompañerodepiso.—Ysupongoquetehabrásleídolosfolios—quisosabereste.—Enrealidadnomehahechofalta.Hasidorecordarcuálfueesamuerte
ymehanvenidotodoslosdetalles.Losrecuerdoalaperfección.—¿Ybien?
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—Esextraño—dijomientrastomabaasientoysequitabalachaqueta—,el asesinodel cincomatóadiezpersonas,de todasellasnuestroasesinohaelegidoalamásatípica.
—Normalenél.—No,nolodigoenesesentido.Haelegidolaquesesalíadelpatróndel
restodemuertes.Domingosiemprematabaundíaquetuvierauncincoenél:elcinco,elquince,elveinticinco…alascincodelamañana.Esolocumplióa rajatablaconestamuerte,pero todo lodemásno:envezdeasesinaraunhombre,enestecasomatóaunamujer;noteníaningúncincoensufechadenacimiento, todas sus víctimas sí. Pero el tipo demuerte fue igual que lasdemás.Comonohabíatrascendidotodavíaenprensa,supimosenseguidaqueeraél,pueseraimposiblequenadiemásconocieralosdetalles.
—¿Yseconfirmóqueeraélquiénactuó?—Sí,confesóelcrimenunavezfuedetenido,comoelrestodelosquese
le atribuían.Cuando lepreguntaronporquéesa fuediferente, solo contestóqueeraunencargo.
—¿Unencargo?—Sí,nuncasesupodequién,nuncasesupoporqué.Peroloqueestaba
claroesquealguienledijoquemataraaesamujeryéllohizoasumanera.—Joder—dijo Alfonso con la boca algo abierta y sin pestañear—, ¿y
quiéncoñoleharíaeseencargo?Quizátengaquevercontodoesto.—No,nocreoqueestoseaimportante.Almenosenelcasoanterior.En
estotengoclarasdoscosas.Una,queelasesinatosesaldrádeloquehemosvisto hasta ahora. Dos, que el que lo ha encargado es Domingo. No mepreguntesporqué,perolosé.
—Tienesentido,joder,puesmiremosquiéneshanvisitadoaDomingoenlacárcel;unodeellostienequesernuestrohombre.
—¿Creesquehabráidoavisitarlo?Nocreoqueseatanestúpido.—Bueno,sinohaidoél,puedequealguiendesuentorno.Noperdemos
nadapor intentarlo.Además, tieneque tenerun régimen superestrictode lahostiaconlasvisitas.Nocreoquehayarecibidomuchasentodoestetiempo.
—Vale,¿mehacestúesefavor?Necesitounaducha.—Sí,sí,dátela,haréunpardellamadas.
22.49h.Mors.CasadeFernandoLorenzo
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Carlos cenó un trozo de pan con atún en aceite vegetal. Apenas conseguíatragar loque seechabaa laboca.Estabamuypreocupadoporcómoestabasucediendo todo. Había perdido toda la tarde pensando en cientos deconjeturasquenolellevabananingunaparte.NopodíadejardepensarasuvezenAlicia,noentendíanadadeloqueestabaocurriendo.Habíapasadodeconvertirseensuúnicoapoyoenesepuebluchodemalamuertea,alparecer,odiarlooalgoparecido.
Las dudas se golpeaban entre ellas en sumente, no tenía nada claro, nicreíatenerloacortoplazo.DeseabaqueGalallegaracuantoantesypoder,almenos,refugiarseenella.Puedequejuntandosuscabezaslograranaveriguaralgo. Tenía ganas de que la jornada acabara, el día estaba resultando sernefasto,porloquedecidióacostarseadescansar.Estabamolido,cadadíamáscansado, aquello le estaba absorbiendo la energía vital. Se arropó sin tenernada de frío, cerró los ojos y pensó una última vez en Gala. Ojalá llegaramañana.
Ojalá.
22.58h.Alicante.CasadeNicolásyAlfonso
Laduchalesentógenial,lanecesitabaynoescatimóagua.Apesardeestarconcienciado con el medio ambiente, pensó egoístamente en él. Nunca lohacía,porunaveznoibaapasarnada.
Al salir,yaconunpantalóndechándalyunacamisetademangacorta,tomóasientomientrasAlfonsoterminabadehablarporteléfono.
—Gracias,loespero—dijoamododedespedida.—¿Hasconseguidoalgo?—quisosaberelinspectorValdés.—No tanto como esperaba, pero puede que sí lo consiga.A ver, no ha
recibidoniunasolavisitaenlacárceldeNavalcarnero.Niunasoladesdequeingresó.Nidefamiliaresninada.
—Joder,¿entonces?—Nocorras.Antesdeentrarenesarecibióalgunavisitaenlaanteriorque
estuvo.—Joder,nomeacordabadequeestuvoenpreventivaenSotodelReal.—Asíes.Elfuncionariorecuerdaquealgunavisitasíquerecibió,perono
recuerdadequién.
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—Coño,perohabrá,digoyo,un registrodevisitas.Amímeha faltadoquemepidanunamuestradesangrehoy.
Alfonsorioanteelcomentario.—Sí,claroquehayunregistro,peroelfuncionarioqueseencargadeeso
noestádeturno.—Ufff,¿estaesnuestrasuerte?—No te precipites, entra a las tres de lamañana.Hacen turnosdedoce
horas por lo queme lamandarán al correo electrónico. Lomalo es que hetenidoquedareloficial.Nomedejabanaotroquenotuvieralaextensióndelapolicía,porseguridad.
—Puesiremosacomisaríaestanochesihacefalta.—No,noharáfalta.Déjamequellameparalocalizaraesechavalraroque
llevalainformáticadecomisaría,nosécómosellama,peroalguienlosabrá.Damedosminutos.Configuraréelcorreoenmiportátily listo.Cuandomellegue el mail trabajaremos enseguida en ello. Puede que lo pillemos atiempo.
—Más nos vale, casi no nos queda tiempo. A partir de las doce de lanocheserádíaquince.
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Jueves,15deoctubrede2009,04.07h.Alicante.¿¿??
Miróhaciaelquesupuestamenteera supiso.La luzestabaencendida.Estopodría plantearse como un contratiempo, pero prefería considerarlo unpequeñoobstáculo sin importancia.Noerahorapara estar despierto, por loquepuedequesehubieradejadolaluzolvidada.Estopasabaaveces.
Fueracomofueseloibaacomprobarenbreve.Dejóelcochedealquileraparcadoaciertadistanciadelavivienda.Sabía
quenadie lo identificaría, pero aunasí, todaprecauciónerapoca.Elplanaseguirerasencillo,nohabíanecesitadodemasiadotiempoparaelaborarlo.Laexperienciaqueestabacogiendomuertetrasmuertelefacilitabalascosas.
Vivíaenuntercerodenodemasiadofácilaccesoanoserqueseentrarapor la galería, que daba a un patio de luces. Sabía de sobra que el piso deencimaestabadeshabitado,porloqueaccederíaaesaviviendaporlapuertade entrada normal y se descolgaría de una galería a otra. En caso de estarcerrada con pestillo, ya había ensayado con la de arriba hacía unas cuantasnoches.Tenía una cerradura simple que podría abrir sin problemas con susganzúas.
Accedióalportal sindemasiadacomplicación.Subiópor laescalera,noquería hacer elmásmínimo ruido usando el ascensor. Llegó al cuarto y semetióenélconelmismocostedelapuertadeabajo.Además,lohabíadejadosinpestilloensuúltimavisitaparafacilitarletodavíamáslascosas.Atravesóelpisodandopasossuaves;eramuy importantequenoseoyeranadaen laviviendadeabajoyaque,estandovacío,hubierasidoalgomuyextraño.
Salió por la galería y se descolgó por el saliente que daba al patio deluces,lefuebastantefácilllegarhastaelotrosalienteapoyandosupieenél.Bajódelmismoytratódeentrarconextremocuidado.
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Nopudocreersusuertealcomprobarquelapuertaquedabaalacocinaestaba abierta. Quizá no se esperara que alguien pudiera colarse por estepunto.
Crasoerror.Entró de puntillas. Sus zapatillas nohacíannadade ruidoy esto era un
puntoasufavor.Conextremocuidadoseasomóalpasillo.Laluzdelsalónestabaencendida.Estabatrabajandoenalgo.Menudashorasparahacerlo.
Ledabaigual.Seríalaúltimavezquesusojosvieranalgodeluz.Extrajo el cuchillo de su funda. Lo miró. Sintió una gran dosis de
excitación.Sí,enefecto,aquellamuerteno teníanadaquevercon lo trazadoensu
plan.Osí,segúnsemirara,peroenelloradicabaprincipalmentelagracia.Noselotomabacomounjuego,nimuchomenos,perosíeraciertoquesalirunpocodelamonotoníalehacíamantenersevivoeilusionadoporloqueestabahaciendo.Paraqueluegodijeranquegentecomoélnoexperimentabaningúntipodeemoción.¿Quésabríanellos?
04.31h.Alicante.ViviendadeNicolásyAlfonso
Durmieron, uno en el sofá, el otro en uno de los sillones. Alfonso habíadejadoelportátilencendidoyconelvolumenatopeenelcentrodelamesa.Cuandosonaraelavisodelmaillooiríanalinstante.
Nicolásnohabíanecesitadolaspastillasparapoderconciliarelsueño:apesardelnerviosismodesaberqueaquellanochesucederíaalgo,nolecostódemasiadocerrarlosojos.Nosupodecirsihabíasidoporelpropiocansancioacumulado,sieraporquesesentíaalgomejorconsigomismotraslavisitaalasesinodelcincoocualquierotracosa.Elcasoesqueesashorasdedescanso,aunqueinsuficientes,loestabanresucitandopordentro.
AAlfonsonolehabíasidodifícilconfigurarsucorreoconsudireccióndelacomisaría.Siguiendolasdirectricesdelinformático,denombreRafa,nolehabía costadonada.Habíanecesitado el consentimientodel comisario, perodadalasituación,selehabíaconcedidosinproblema.Aunqueapuntoestuvodenohacerlo,yaquehabíaestadotodalatardesoltandoimproperiosalsaberque Alfonso había ocultado la prueba de la caja de cerillas para que noimpactara tantoenNicolás.Montalvo tuvoqueconvencerlodeno retirarlosdelcasodebidoasusavances.
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Eltimbredeavisodenuevocorreosonó.Ambossaltarondesusrespectivoslugaresdedescanso.Sepodíaescuchar
el sonido de sus corazones retumbando a toda pastilla dentro de sus cajastorácicas.
—¿Es de Soto del Real? —quiso saber Nicolás mientras emitía unbostezo.
—Sí,ysolohan tardadounahoraymediadesdequecomenzóel turno,coño—contestóAlfonsocongrandesdosisdeironía.
Este abrió el archivo adjunto, era un escaneo del registro de visitas delpreso2134-A,denombreDomingoGámezGálvez.
Solohabíarecibidodosvisitas,perolasdoserandelamismapersona:LadoctoraLauraVílchez.Nicolás pegó un salto y corrió a buscar su teléfonomóvil.
Marcóelnúmeromuynervioso,lecostódosintentosdarconelcorrecto.Esperóaquecontestara.
—Vamos…vamos…contesta…Peronoobtuvorespuesta.
Aunaciertadistanciadesudomicilio,elteléfonodeladoctoraLauraVílchezse iluminaba. Pero al estar en silencio y sin vibración, como lo ponía cadanoche,noseenteródelallamada.
—¡Joder!—exclamó—.Nocontesta.—Noestanraro,estarádormida.¿Quéhacemos?—Vamos—contestóNicolásmirandosureloj.—¿Pidorefuerzos?—Sí, pero que esperen a nuestra orden con las luces apagadas cerca.
Entraremosnosotros.Noquieroquelajodan,quenosconocemos.Dicho esto, Nicolás se vistió rápido mientras Alfonso pedía varias
patrullas.ActoseguidoytrasvestirseAlfonso,salieronatodavelocidadhacialacasadelapsiquiatra.Confiaronenquelashorasqueeranayudaranaquenohubieranadadetráfico;necesitabanllegarloantesposible.
04.48h.Alicante.ConsultadeladoctoraLauraVílchez
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Nopodíadormir.Puedequepor las emocionesvividasdurante todo el día,puede que por algo que hacía que sintiera inquietud.No sabía el qué, perohabíaundatoenlahistoriaquelehabíacontadoesedíaelinspectorValdésqueledespertóalgoquenosabíaidentificarbien.
Estabasentadafrenteasuescritorio,conlaluzdelalamparitaencendiday cavilando un buen rato. No conseguía dar con lo que fuera que leinquietaba,perosabíaquealgosehabíaremovidoenellayteníaqueserporalguna razón en concreto. Repasó mentalmente la historia una vez más.Llegadoaundeterminadopuntodelamisma,sintióunescalofrío.
Yacreíasaberquéera.Consultó algo en suminiportátil, un cacharrito con apenas prestaciones
pero de gran utilidad para llevar de aquí para allá. Como estuviera en locierto, sabría casi con toda seguridad quién era la persona que estabasembrandotodoelterrorenMors.
Alleerloqueteníafrenteaella,yanolequedabandudas.Fue corriendo a por su teléfonomóvil, lo tenía encima de sumesita de
noche.Cuando lodesbloqueóvioque teníauna llamadadenohacíamuchotiempodelinspectorValdés.Estohizoquesesorprendieramuchomás.
Fue de nuevo hacia su asiento, marcó el número y esperó que estecontestara:teníaquecontarleloquehabíadescubierto.
Loquenopudoimaginaresqueunosojos lamirabanfijamente.Niqueesapersonaquelaobservabacomenzóaandarsigilosamentehaciaella.
04.58h.Alicante.ExteriordelaconsultadeladoctoraLauraVílchez
ElteléfonodeNicolássonó.Alverqueeraladoctora,sintióungranalivio.Estabaviva.
—Doctora—contestóemitiendoungranbufido—,nosabelaalegríaquemedaoírsuvoz.
—Lamismaquemedaamí.Ymásalegríalevaadarcuandolecuentealgo.
—Escúcheme,debemarcharsedeahícuantoantes.Alfonsoyyoestamosaquíabajo,ábranoslapuertaysubiremosaescoltarla.
—¿Cómodice?—Nohaytiempoqueperder,abra,porfavor.—Peroyoqueríacontarlequeséquiénes…
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Deprontoseoyóunruido.Eracomosielteléfonohubieracaídoalsuelo.—¡Doctora!¡Laura!—gritóel inspectoralaparato—.¡Mierda,Alfonso!
¡Estáconella!—¡Aparta!Alfonsomirólapuertadeentradaaledificio,eradecristalconbarrasde
metal hacia abajo. Con un buen golpe podría romperla. Su pie cupo sinproblema,peroelcristalnoserompió.Tomóalgomásdeimpulsoyvolvióalacarga.Comenzóarajarsealgo.Unanuevarepeticiónconsiguióqueunodelos paneles de cristal saltara en decenas de pedazos y quedara un enormehueco.AlfonsoseapartóyNicolásmetiósumanoyconsiguióabrirlapuertasinperdertiempo.
—Subeporelascensor,noledejemosvíadeescapeporestapuerta—ledijoNicolásaAlfonsomientrascomenzabaasubirescalones.
Lossubíadedosendos,comosiapenaslecostaraesfuerzo.Laadrenalinaquerecorríatodosucuerpocontribuíaaello.Llegóalapuertadelaviviendayconsulta.LapuertadelascensorseabrióyaparecióAlfonso,armaenmano.
Nicolás hizo lo propio y desenfundó la suya. Nunca había disparado anadie, pensó que ese día no le importaría estrenarse. En esa ocasión, fueValdéselquetomóelimpulsoparadarleunapatadaalapuerta.Peroestanocedía.
—Quita, lohevistoenmuchaspelículas.Hazteparaatrásycúbrete,noseaquerebote.
Alfonsosecolocójustoenlapuertadeenfrente,asuladoteníaaNicolás.Apuntóconelarmaydisparóunpardevecesentreelmarcodelapuertaylacerradura.Abrióunbuenboquete,seveíatodoelsistemadeapertura.
Ahorasí, trasunacerterapatada, lapuertacedióyambosentraronen lavivienda.
Apesardelaprisapordarcazaaesehijodelagranputay,porsupuesto,desocorrera ladoctora,caminabandespacio;aquellopodíaseruna trampa.Ambos se cubrían las espaldas con el arma preparada para la acción.Despejaron las primeras habitaciones, el aseo, más tarde la cocina, losiguiente era el salón que la psiquiatra utilizaba de consulta.Había una luzencendida.
Seocultaron tras laparedqueprecedíaa lapuertadeentrada,ambossemiraronyNicolásasomólacabeza.
La imagen de la doctora, tirada en el suelo, desangrándose, le hizoolvidarsedetodolodemásylanzarseensuayuda.
—¡Joder!Laura,¿meoye?
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Peroestaapenaspodíaabrirlosojos.Estaballenadesangrequesalíadevarios orificios. Tenía el abdomen prácticamente destrozado, con losintestinosporfuera.
Alfonsoentróenelsalóntrasasegurarsedequeenlaotrahabitaciónquefaltaba no había nadie.No tenía ni idea de cómo, pero estaban solos en lacasa.
Almirarhacialaventanaquedabaalexteriorcomprendióporqué.Estabaabierta.
Seasomó.Justoalladodelamisma,elcartelluminosoqueanunciabalaconsultapsiquiátricadeladoctoraVílchez.Lomásseguroesqueelasesinolohubierausadoparaimpulsarseyaccederalbalcóndellado.
Saliócorriendoporelpasillo,puedequetodavíaestuvieraahí.Al llegar al rellano, vio que la puerta de la vivienda que antes estaba
cerradaahoraestabaabiertadeparenpar.—¡Mecagoentuputamadre!—gritómaldiciendosusuerte.Unavezmáshabíasidomásastutoqueellos.Alfonsovolviócorriendohacialavivienda;teníamuyclaroquenoloiban
adeteneraquellanoche.Cuando entró en el salón, vio a un desesperado Nicolás haciendo un
masajecardíacoaladoctoraeinsuflandoaireenunabocatotalmentellenadesangre.
Estabamuerta.—Déjalo,amigo,nopuedeshacernada.Peroestenohizocaso.—Nicolás —insistió—, escucha, ha fallecido. Con ese masaje solo
consiguesquesalgamássangre.Seguíasindetenerse.—Nicolás. —Le puso la mano en el hombro. El inspector reaccionó
girándoseconbrusquedadygolpeandolamanodesuamigo.Acto seguido y ante la incredulidad de Alfonso, se levantó y, llorando
comounniñopequeño,seabrazóaél.Alfonso no dudó en devolvérselo. Lloraba desconsolado, la situación
estabapudiendoporcompletoconél.Lomismosucedíaconélmismo,perotenía quemostrar fortaleza, pues si no su amigo acabaría rompiéndose deltodo.
Pasaronmásdedosminutosabrazados,hastaqueNicolásseseparó.—Ha conseguido escapar, amigo, pero hemos estado muy cerca. No
quieroqueteculpesdeloquehasucedido,loquemehascontadodelacárcel
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demuestra que esto estaba preparado de mucho antes. Pediréresponsabilidadesalfuncionarioquemehamandadoelinformetarde,quizáhabríamospodidoevitarlo.
—¿Paraqué?Yahamuerto, esono le va adevolver la vida—contestóNicolássecándoselaslágrimas.
—Ya…nosé.Estoydesesperado.—Queríacontarmealgo—dijomientraslamiraba—.Creoquedealguna
formahabíadescubiertoquiéneraelasesino.—¿Túcrees?—Estoyseguro.—Pero¿cómo?—No tengo ni idea.—Comenzó a girarse sobre símismo hasta que se
detuvomientrasmirabaelescritorio—.Puedequeeneseordenadorquefaltaestuvieraloquehabíaencontrado.
Alfonsomiróhaciadondemirabasucompañero.Elcabledeuncargadordesconectadoyunratóndemuyreducidasdimensionesdescansabasobre lamesa.Enunprincipiolecostócreerqueelasesinohubieraidoporlaventanacon un ordenador a cuestas, aunque cuando vio las dimensiones de losperiféricoscomprendióqueeraunodeesosminiportátiles.
Actoseguido,sacósuteléfonomóvilymarcóelnúmerodelacomisaría.Otravíctimamás,otrainspecciónocularquehacer.
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Jueves,15deoctubrede2009,06.02h.Alicante.ConsultadeladoctoraLauraVílchez
ElequipodeCientíficanotardóenllegar.Tuvoqueintervenirgentedelturnode noche así como del turno de día, pues también había que realizar unainspección ocular en la vivienda contigua, por la que había escapado elasesino.
Alfonsosehabíaaseguradodequesusocupantesestuvieranbien.Eraunapareja joven, al parecer recién casados. Puede que hubieran hecho lo másinteligentecuandooyeronunosruidostanfuertesenlaviviendadealladoydecidieronno salirde suhabitación.Cuandoesos ruidos se trasladarona lasuya actuaron todavía mejor, pues se escondieron dentro del armarioempotradoypermanecieronocultoshastaqueoyeronlassirenas.
Porfinunabuenanoticia.Una psicóloga del cuerpo los estaba tranquilizando en esos momentos.
Aunqueestabaclaroquesusvidasnoseríanigualesapartirdeahora.Conelequipollegóel inspector jefe,ademásdelcomisario.Debidoa la
magnitudquehabíacogidoelcaso,ningunodelosdosquisoestarausenteensemejante escena. Al poco llegó la jueza Fernández, acompañada delsecretariojudicial,unhombreconaspectodepedante,ademásdelforensedeguardia,queotravezsetratabadeldoctorGálvez.
—¿Hanllegadoaverlo?—quisosaberelcomisario.—Negativo,señor—respondióNicolás—.Noshasidoimposibleacceder
antesalavivienda.Comoverá,noshatocadoreventarpuertas,yniaunasí.Elcomisarioresopló,nopodíaecharlesnadaencaraporlomismoquele
habíadichoelinspectorjefeesatarde:estabanavanzandoenelcasocuandopensabaqueotrosnoseríancapaces.
—Nopierdanlaconcentración,sololespidoeso.Afinenunpocomássussentidos,estánhaciendounbuentrabajo,intentenlapróximavezadelantarse
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unpasomásaél.Yacasiletienen.Ahoraintentemosseguirjugandoconlaprensa.Siactuamoscontacto,podemosmostrarestocomounhechoaislado.Comolesigandandocancha,estovaaacabarcomoelrosariodelaaurora.
Dichoestoysindaroportunidadalaréplica,segiróycomenzóahablarcon la jueza,que teníaen sumano lacarpetacon lascertificacionespara irrellenándolasyacelerartodoslostrámitesburocráticos.
—¿Cuálessusiguientepaso?—preguntóelinspectorjefe—.¿Necesitanalgúntipodeayuda?¿Menecesitanamí?
—No, jefe, creo que podremos solos, no se moleste —contestó elinspector Valdés—. ¿Ahora? No sé, parece que siempre nos damos cuentatardedelascosas.
El inspector jefe no supo qué responder. Estaba agotado mentalmenteaunquenoselocontabaanadie,hacíavariasnochesquenodormíadebidoalcaso.Queríaentrarenél,perosupropiojefenoledejabaporqueestabaensupropia cruzada personal intentando sacar algo en claro de la muerte delempresarioamigosuyo.Esteeraeldueñodeunacadenadehotelesyhacíayadosmesesdesumuerte.Aquellonoibaaningunaparteporqueademásestabasegurodequeselohabíancargadosuspropiosempleadosyaqueeralomásparecidoauntirano,peronoteníapruebasquelosustentaran.
—Enfin,denlotodo,esperoporelbiendelasvíctimasqueasílohagan.El inspector jefe dio media vuelta y fue hacia el corrillo que habían
formadoelcomisario,lajuezayelsecretario.—¿Yahoraquéhacemos?—preguntóAlfonso,casideformaretórica.—Laclaveestabaeneseordenador.Sihubieraalgúnmododeaveriguar
quéera…—Porloquesé,sisuconsultafueatravésdeinternet,sepuederastrearsu
IPyverquétipodebúsquedasharealizado;ahípuedeestarloqueencontró.Siencambiolohizooffline,nohaynadaquehacer.Peroporprobar…
—Bueno,algoesalgo.—Porcierto—eralavozdesujefe,quevolvíadenuevohastasuposición
—, ha pasado algo muy extraño. Han declarado desaparecido a JuliánRamírez,eljefedepolicíadeMors.
Nicolás sintióunnudoenelestómagoaloíresto.Demanera instintiva,miróaAlfonso.
—Puede que sea la siguiente víctima. Quiero que tengan vigilado alabogado,nomefíonadadeél.Esperoqueaparezcaconvida.
—Loharemos—seadelantóAlfonso—,nolequitaremosojo.
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Cuandodenuevosediolavueltayvolvióconlosotrostres,AlfonsosedirigióaNicolás,envozbaja.
—¿Cómocoñolohace?—NodescartesaRamírezcomoasesino—contestóNicolás—.Mecuesta
creer que nadie tenga secuestrado a ese cabestro. Vimos luz en su casa,contestó al teléfono, tuvo que irse por su propio pie en cuanto nos fuimosnosotros.
—En ese caso es imposible que sea el asesino,Nicolás. Si no lo vimossalir,¿cómolediotiempoaprepararelespectáculodeenfrentedelaiglesia?
—Nolosé,notengoniidea,Alfonso.Nosénada.Nada.Dichoestodiomediavueltaysedispusoaabandonarelsalón.Necesitaba
salirdelaviviendayrespirarairefresco.Laconversaciónconelasesinodelcincosobreelolorquedesprendíanlasentrañasdeunapersonahabíallegadoasumenteatraición.Desdeluego,aquellonosepodíasoportar.
—Disculpen, inspectores—dijo una voz a sus espaldas. Era uno de losmiembrosdelequipodeCientífica.
—¿Sí?—Hemos encontrado esto detrás de la pata de lamesa.No creo que se
haya caído, está demasiado bien colocado, y además, de haberlo hecho, sehubieraroto.
Nicolás miró el objeto que el hombre tenía dentro de la bolsareglamentariaparaindicios.
Unadentadura.Lauraeraunamujermadura,peroNicolásnoteníatanclaroquelapieza
pudieraperteneceraella.Eraporeso—yporlaposiciónenlaquelahabíanencontrado—quesabíaqueesaeraunaalusiónalasiguientemuerte.
NiaNicolásniaAlfonsoleshizofaltaperderniunsegundoparasaberquiéneraelpróximoasesinoenactuar,paraestosehabíanleídolalistaylascaracterísticasdelosmásimportantesdelahistoriadeEspaña.
Elpróximosería:JoséAntonioRodríguezVega,aliaselMataviejas.
07.49h.Mors.CasadeFernandoLorenzo
Carlos tomó una reconfortante ducha. Hacía unos minutos que se habíadespertado y, a pesar de la hora que era, sentía que lo necesitaba. Laspesadillascontinuaban.Creyóhabersoñadoconsupadre,conelmomentoen
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el que se fue y dejó abandonados a él y a su madre, sumidos en la másabsolutadesesperaciónalnoentendernada.Noestabasegurodehabertenidoestesueñoono,peroloquesísabíaesquesehabíadespertadoconelcuerporígidoyestonopodíadeberseaotracosa.
Estabayacansadodetantapesadilla.Secó su cuerpo y se vistió. Solo tenía leche de soja ymagdalenas para
desayunar.Lehubieraapetecidocompraralgomás,peroteníalasensacióndeque empezaba a ser una persona non grata en cualquiera de losestablecimientosdelpueblo.Noentendíaporqué,peroloera.
En la ducha se había planteado, por enésima vez, si en realidad no eramejordejaratrástodaestamierdayrecuperarsucontroladavida.Sefijóenqueniélmismoeralamismapersonaquehabíallegadoallí.Nosoloporlaconstanteinseguridadporlaqueandabadesdequepusounpieenelpueblo,sinoporqueinclusohabíadejadoatrásmuchasdesusmanías.Alparecersucerebro estaba ahora ocupado con otras cosas que no fueran la temperaturaexacta de la leche, la cantidad de azúcar que le echaba o el beberla con lamanoderechayeldedomeñiquelevantado.Ahoratodoaquelloleimportabatres pares de cojones. No supo decidir si aquello era algo bueno o malo.DejaríaaGalaquelojuzgasealllegar.Desdeluego,seibaasorprender.
Gala.Nunca pensó que podía tener tantas ganas de verla. Habían estado
separadosdurantemástiempoqueahoraportemasvacacionalesdeella,porloquesupoquenoeraeltiempoloquelehacíapensarasí.Teníaquehaberalgo más. Puede que ella simbolizase la estabilidad necesaria que noconseguíaencontrarenaquellajauladegrillos.Quizáfueraelúniconexoconla realidad que le quedaba.Con su antigua vida.La que quería recuperar atodacosta.
Sintiólatentacióndellamarla,perosabíaqueeramejordejarlaasuaire.Además,élmismolehabíadadolaordendenoiraMorshastaqueenMadridnoestuvierantodosloscabosbienatados.Ynoeranpocos.
Se sorprendió a sí mismo preocupándose por su negocio en esosmomentos. Puede que, después de todo, no hubiera perdido toda supersonalidad.
Estolehizosonreír.Suteléfonosonó,unmensajedetexto.TeníaqueserdeGala.Cuandololeyó,casiseatragantóconunamagdalena.EradeAlicia.
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Nos vemos para cenar. Tengo que contarte algo.Mi tía no se puede enterar de que nosvemos.Cuandotehagaunaperdidamedejaslapuertaabierta,bajaréyentrarérápidoentucasa.
A.
09.02h.Alicante.Comisaría
Entrarontodosjuntosencomisaría.Tantoelinspectorjefecomoelcomisariohabían ido en coches patrulla a la escena, por lo que regresaron junto aAlfonsoyNicolás.Ningunohablóduranteel trayectodevuelta.Todos ibanmetidosensuspropiospensamientos.
Nicolás,apesardeque,comodecíasuamigoAlfonso,todoparecíaestarorquestadodeantesdequeélllegaraalpueblo,nopodíaquitarsedeencimaese sentimiento de culpabilidad por lo que le había pasado a la doctoraVílchez.Seguíasincreerenlascasualidadesaunqueaquellotuvieralapintade serlo. Ella había visitado hacía años al psicópata en la cárcel, quizápreocupadaporeldevenirdelosacontecimientoscuandoNicoláscomenzóavisitarla, así que puede que ahí fuera cuando Domingo dio la orden dematarla. Eso sí, le sorprendía que hubieran pasado tantos años. Nada teníasentido.Muchomenosesto.
Trató de recomponerse. Necesitaba centrarse en el caso y dar eltrescientos por ciento de su capacidad como inspector, se lo debía a lapsiquiatra.Ellahabíaapostadoporél,puesnoteníaporquéhacertodoloquehabíahecholatardeanterior.Ahoradebíaaprovecharensufavoresanuevafuerza adquirida tras la salidade lapenitenciaría.Atraparía a esehijode lagranputa.Aunquefueraloúltimoquehiciera.Elcomisarioleshabíacitadoencincominutosensudespacho,tantoaNicoláscomoaAlfonso,yestaríanacompañadosporelinspectorjefe.
Yasentados,hablóelcomisario.—Señores, nos enfrentamos a algo sin precedentes en esta comisaría.
Tenemosmuyencimaa laprensa, todos los telediariossehacenecoyamíme han entrevistado una decena de veces. No sé ya qué decirles. Aunque,comoleshedicho,vamosa intentardesviarestecasodemomento.Aunquesupongoque,tardeotemprano,todoacabarásaliendoalaluz.Necesitoqueloatrapencuantoantes,debemosdetenerestabarbarie.¿Quétienen?
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—Hadejadounadentadurapostizaenlaescena,yaestáenRastrosparabuscaralgúnrestodeADNporsipertenecealadoctora,peroyaséqueno.DeigualmodonecesitaremosunapeticiónespecialporsuparteparaqueenMadrid se den la mayor prisa posible en ese análisis. Total, solo es unacomparacióndealelos.
Elcomisarioasintió.—Siguiendoconlodeladentaduracomoobjeto,estoysegurodequeesla
pistaquenoshadejadoparaindicarnosqueelpróximoasesinoaimitar,seráelMataviejas.
—He oído hablar de él, pero no conozco el caso en sí—reconoció sinpudorelcomisariomientrasatusabasuimponentebarbablanca.
—Actuó por los años ochenta, no sé decirle en qué fechas exactas—comenzóarelatarNicolás—.Matóadieciséisancianas,quesesepa.Antesdeeso violó a unas cuantasmujeres y estuvo ocho años en prisión. Las solíamatarporasfixia,porloquesupongoqueactuarádelamismamanera.Perohay algo que me desconcierta en todo esto, este hombre solo asesinó aancianas,¿acasoquieredecirquesecargaráaunamujermayordelpueblo?—preguntó omitiendo que en realidad conocía al cincuenta por ciento laidentidaddelpróximocadáver.
—No lo sé. Al cambiar tanto de personalidad no podemos seguirle elpatrón—repusoelinspectorjefe.
—¿Han elaborado un perfil psicológico del asesino? —quiso saber elcomisario.
—A ver, en este sentido hemos hecho lo que hemos podido, pero nopodemos esperar algo altamente profesional salido de nosotros. De todosmodos,meparecequeesto importapocoporquehademostradoseruncasofueradelocomún—contestóNicolás.
—Siacasolonecesitan,conozcolaidentidaddeunperfiladorexquisitoenMadrid, llevatiempopeleandoparaquesecreeunaunidadespecializadaenesto,talycomolatienelaGuardiaCivilocomoelmismísimoFBI.Esmuybueno, ha creadométodos propios. ¿Lo necesitan? Incluso podríamos pedirayudaaVicenteGarrido,elcriminólogo.Creoqueyasabenquiénes.
—¿Esosepuede?—No. Bueno, no de manera oficial. La figura del criminólogo aquí en
España,sinoseespolicía,valemásbienpoco.Esalgohartoinjusto,yaqueentodoslospaísesselestieneenmayorconsideraciónysuayudaavecesesfundamental.
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—Pues vaya, lo cierto es que cualquier ayuda no estaría de más —contestóelinspector—,peroenestecaso,yaledigo,nosésillegaríaaservirdealgocontantocambiodepersonalidad.
—¿Piensan que se cree ser la persona o que simplemente la imita?—añadióelcomisario.
—A mi modo de ver, creo que en estos momentos se cree el propioasesino,adecuándolo,esosí,asuplan.Creoqueelasesinotieneuntrastornodepersonalidadmúltiple.
Todosasintieronalunísono.—Bien, investiguen todo acerca de a quien va a imitar. Quiero que
ustedes también piensen como él. Métanse en su jodida cabeza yencuéntrenlo. Tráiganmelo vivo porque pienso darle una patada en loscojonescuandolotengacaraacara.Respectoaladesaparicióndeljefedelapolicíalocal…¿Quéopinióntienensobreél?
—Descubrimosquetodaslasvíctimashicieron,comoúltimallamada,unaaljefe.Esopodríaserimportanteono,sobretodoteniendoencuentaquehadesaparecido.
—¿Sospechandeél?—Sí,claro.Peroenestosmomentoshaylasmismasposibilidadesdeque
esté en un bando como que lo esté en el otro.No hay nada que incline unpocolabalanzaaunladouotro.
—Mierda…Investigueneso…Pondréaotroinspectorparaquelesayudeconladesaparición.Esimportanteacabardandoconél.Esperoquevivo.
Ambosasintieron,lesquedabaundurodíapordelante.
21.32h.Mors.CasadeFernandoLorenzo
Carloshabíamiradounainfinidaddeveceselreloj.Quizáesefueeldíamáslargodetodasuvida.PerotodollegabaysabíaqueelmensajedeAlicianotardaríademasiadoensonarenelmóvil.
Nadamáshacerlo, corrióhacia lapuertaparaabrirlacomoella lehabíaindicado.
Como si de una fugitiva se tratase,mirando hacia todas direcciones, lajovenentróencasadelpadredelabogado.
—Dichosos los ojos —soltó este tratando de romper el hielo desde elminutocero.
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Ellanodijonada.SequitóunafinarebecayseladioaCarlosparaqueladejaradondele
placiera.Cuandoelabogadoregresó,nopudoesperarmás.—¿Mevasacontarquéestápasando?—preguntódepronto.—Así no, cenemos, esto es complicado. Tenerte ahora delante me está
poniendomuynerviosa.Carlos prefirió no presionarla. No se imaginaba la magnitud de lo que
ocurríaporquedebíadeseralgomuycomplicado:nohabíavistoaAliciaconesacaradesdequehabíallegadoalpueblo.Susojosestabanhinchados,comosi hubiera estado llorando sin consuelo durante mucho tiempo. Carlos sesintiónervioso,cadavezmás.
Preparó la mesa en un periquete. Alicia no había traído nada como enocasionesanteriores,peroya lohabíaprevistoy teníapreparadasunpardepizzas congeladas que había comprado en el súper que había al lado de laplazadondehabíaencontradolosojosdesupadre.Noseatrevíaaentrarenlatiendaquehabíacercadesucasa.
Metiólaspizzasenelhornoyesperóaquesehicieran.Ambosmirabanembobados el electrodoméstico, como conmiedo a hablar de lo que estabasucediendo.
Alcabodeunosveinteminutoslaspizzasestabanhechasyenlamesa.Comenzaronacomer.Tras dos bocados a una porción y teniendo claro que no le entraban,
Carlosvolvióainsistir.—Alicia,creoquenomemerezcomuchodeti,puesapenasteconozco,
peroalmenosunaexplicacióndequéestápasandosí.Depronto,desapareces.Comprenderásquenoentiendanada.
—Nosénipordóndeempezar,Carlos.—Prueba por el principio. Te fuiste estando yo en la ducha, cuando
cogisteel recadode labiblioteca indicando la fechade losperiódicos. ¿Porquétefuiste?
—Teníaquecomprobaralgo.—Joder, qué poco habladora estás hoy. Intentaré sonsacarte con
preguntas.¿Esealgoteníaqueverconlafechaquemedieron?—Sí—respondiósinlevantarlacabezadesuplato.—Supongo que esa fecha tiene que significar algo para ti, ¿estoy en lo
cierto?—Sí.—Vamosavanzando.¿Quésignificaesafechaparati?
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Levantó la cabeza del plato y miró a Carlos directamente a los ojos apuntodeecharseallorar.
—¿Fuisteenbuscadeesosperiódicos?—preguntóobviandolapreguntadelabogado.
—Claro,¿cómonoibaair?—¿Tehastraídoalgunacopiaoalgo?Quieroleerlo.—Claro—respondióCarlosmuyextrañado—.Esperaunmomento.Saliódelacocinayfuedirectoalarmariodondehabíaguardadoelparde
papeles.Losagarróylosllevóhastalacocina.—Aquílostienes.Leeymecuentas.Así lohizoAlicia.Según iba leyendo, las lágrimascomenzabanahacer
actodepresenciaensurostro,cadavezconmásintensidad.—¿Quépasa,Alicia?Estacomenzóaleerenvozalta.—«…SehaencontradoelcuerpodelamujerdenombreMCCPsinvida,
todoapuntaalsuicidiocomocausadelamuerte…».—Sí,aldíasiguienteelperiódicohabladelaconsternaciónenelpueblo
por la muerte de la mujer, dicen incluso que nunca antes nadie se habíasuicidado.Ahoramipadreengrosaesalista.¿Conoceslasiniciales,tesuenandealgo?
—Sí—respondióentresollozos—.MCCP.MariCarmenCruzPérez.Eramimadre.
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Jueves,15deoctubrede2009,22.18h.Alicante.CasadeNicolásyAlfonso
—¿Quépiensas?—quisosaberAlfonsomientrasserecostabasobreelsofá.Nicolássaliódesuensimismamientoconlapreguntadesuamigo.—Ensiestamosactuandodelamaneracorrecta.—¿Aquéterefieres?—Estoquetedigo,lodigopormí,peronosésivalgoparaesto.—Macho,eresunamontañarusa.¿Telohandichoalgunavez?Lomismo
estásarribapensandoquepuedescontodo,quedespuéstodopuedecontigo.Claroquevalesparaesto,cojones.
—Sí, lode lamontaña rusame lodijo,precisamente,Laura.Ysobre lootro,nolosé,yanosénada.
—Vale.Quieresquetedorelapíldora,¿no?Sinquesirvadeprecedente,loharé.
Nicolássonriólevemente.—No—contestó—,noquieroeso, esqueveoque solodamospalosde
ciego.—PeroNicolás,¿quéteesperabas?¿Quellegáramosaquí,sinexperiencia
alguna, y resolviéramos un caso completo como hacen en CSI en un solocapítulo?Tío,pensabaquesabíasdistinguirrealidaddeficción.Aquítodovalento,elprocesamientodeunsimpleindiciotardasiglos.UnanálisisdeADN,cuandomuchos piensan que son horas, son a veces semanas. Es imposiblequepodamosirmásrápido.
—Lo sé, pero la gente muere mientras estamos aquí, rascándonos labarriga.
—Ya, tío, pero no podemos hacer nada. Demasiado nos estamosacercandoa él.Bueno, tú lohaces, yo sí quemepregunto aveces si tengomaderaparaesto.Siyoestuvieraalfrentedelcaso,nohubierallegadoniala
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mitad que tú. Y no lo digo para que me vengas ahora con adulaciones einyecciones de ánimo porque no las necesito. Soy consciente de miscarencias, pero trabajaré duro para ir sorteándolas poco a poco. No tengoprisa,esoesloúnicomaloquesepuedetenerennuestrotrabajo.Laprisa.Séquemueregente, claro, loveo,pero ano serquenos convirtamosen seresdivinosoestoresulteserunamalaserieamericana,nopodemoshacernadahasta que los cabos no terminen por atarse. No desesperes porque lo estáshaciendodeputamadre.
Nicolás miró a su amigo. Era extraño, pero siempre encontraba esaspalabras tan necesarias para él. No era muy dado a tener amigos por sucomplicado carácter, pero en Alfonso había hallado ese apoyo que tantonecesitaba pero que trataba de ocultar a ojos de los demás. Sus dudas nodesaparecieron al instante, la vida no funcionaba así, pero gracias a estaspalabras,almenos,elefectodevastadorqueprovocabanensuinteriorhabíapasadoaserunaligerabrisa.Aunquesabíaquedespuésvolveríaeltifón.
—Creo que deberíamos dar una vuelta por el pueblo esta noche. Havariadosusactuacionesyahora lashacemásseguidas.Estoysegurodequeestanochematará—comentóelinspectorValdés.
—Yotambién locreo,pero¿sabesqué?Sinquerersernegativo, tedigoquevaamatarigual,vayamosono.
—Ya,peromequedarémástranquilosihacemosalgoalrespecto.—Hazme caso,Nicolás, lo estamos dando todo.Descansa,mañana será
otro día. Si quieres hacer todo lo que esté dentro de tus posibilidades,másvalequetengaselcerebroaplenorendimiento.Soloasípodrás.
Nicolásasintió.Ledolíareconocerquesuamigoteníarazón.Máslevalíaestarmásdescansado.Mañanaseríaotrodía.
22.21h.Mors.CasadeFernandoLorenzo
Carlostardóunbuenratoenreaccionar.Eracomosiporseparadoentendieseunaaunacadapalabra,perolafrasecareciesedesentidoparaél.Oeso,osucerebronoestabapreparadopararecibirsemejantenoticia.
Aliciaseguíallorando,noteníaconsuelo.Quizálológicohubierasidoqueel abogado se hubiera levantado de su asiento para estrecharla entre susbrazosyofrecerleesaspalabrasquenoservíanparamucho,peroquesiempredebíandecirse.
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Perono,ahíestaba,inmóvil.Alfinalpudohablar.—¿Cómoquetumadre?Pero¿tumadreno…?—Sí—respondió secándose las lágrimas con la servilleta—.Mi tíame
habíacontadoquehabíamuerto trasunaenfermedadfulminante,uncáncer,aunquenuncapreguntédequé.Nomepareciónecesariosaberlo,¿paraqué?Estabamuerta,dabaigualsihabíasidoporestooporlootro.
—Entonces,tutíanotecontólaverdad—dijocomoparaélmismo,peroenvozalta—.Pero¿porquénolohizo?Osea,entiendoquenolohicieradepequeña. Es duro contarle a una niña que sumadre se ha quitado la vida,¿peromantenerlamentirahastaeldíadehoy?¿Porqué?
—Esoquiseyosaber.Nadamásverlasfechasenelperiódico,supequetenía algoquever con ella.La fecha era lamismaque la de sumuerte.Almenosenestonomemintió.Esporesoquefuiapreguntarledirectamenteamitía.Secerróenbanda,medijoquemimadremuriódeuncáncerypunto.Quenopreguntaramás,quedejaraalosmuertosenpaz.
—Perotúnolohiciste.—No, supe que había algomás. Así que, aprovechando que ella había
salido a dar un paseo después de cerrar para respirar aire puro,me puse arebuscarportodoslados.Nuncalohabíahecho,quizáporesomitíasehabíaconfiado y no había escondido demasiado sus secretos más personales. Loencontré todo en una cajita que guardaba en una caja fuerte que tieneescondidaenelarmario.Lacombinacióneraeldíademicumpleaños,nomefuedifícilsacarla.
—¿Yquéhabíaenesacaja?—Adivina.—¿Losperiódicos?—Sí.—Jo-der —contestó el abogado poniendo énfasis en cada una de las
sílabas.—Sí, fue ella quien se los llevó de la biblioteca. Era como si quisiera
ocultar lo que ocurrió a los ojos del pueblo, como si no lo supieran ya.Supongo que siempre ha tenidomiedo a que alguienme lo hubiera podidocontar.Loúnicoquequeríaeraprotegerme.
—Noséquédecir,Alicia.Porunapartelaentiendo,perocreoquenohaobrado bien ocultándote eso. Además, te repito lo de antes, cuando eraspequeña sí, pero ahora que puedes tomarte las cosas de otra manera, ¿nohubierasidomejorquetecontaralaverdad?Supongoquelohabríasencajado
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mejor. A ver, en eso sí que tengo experiencia, se pasa muy mal cuandoalguien cercano se quita la vida, pero creo que somos adultos para sabersobrellevarlo.
—Sí, hubiera sabido encajar la noticia, pero hay algo más. En la cajaencontréalgo,algoquepuedequelocambietodo.
Carlos la miró expectante. No sabía a qué se refería, pero dados losúltimosacontecimientosocurridos,podríaesperarcualquiercosa.
—Cuéntame—dijoalfin.—Mejorlee,toma.Alicia se incorporó levementepara sacarde subolsillo traserounpapel
doblado.LorecompusoyseloofrecióaCarlos.Comenzóallorardenuevo.
Hola.Meprometíquenuncamásjuntaríaesascuatroletrasparadirigirmeati,peroaquímetienes
denuevo,escribiéndoteesapalabra.Puedeparecerlamássimpledelmundo,peroamímedueledecirla,sobretodocuandoaquienvadirigidaesati.Prefieroutilizarsucontraria,utilizarladeunavezportodas,perounavezmás,nosoycapazdehacerlo.
Hola.Hacetiempoquenoteescribo,másquenadaporquenopiensoquemerezcasquelohaga.
Notemerecesnisiquieraquepienseenti.¿Poresohedejadodehacerlo?Niunminuto,siempreestásenmicabeza.Deberíaseralgopositivo.Dicenquenohaynada
másbonitoqueelamor,dicen.Yohayvecesqueconfundoesesentimiento.Mees imposiblesaber si te quiero o te odio. Hay momentos en los que desearía estar abrazada a ti, comohacíamosantes.Hayotros,encambio,quedesearíaquetellegaralahora.Notepuedomentir.Nomesale.
Nuestrahijacrecebien,feliz,yahadadosusprimerospasos.Estremendamenteinteligente,como su padre. Doy gracias a que no haya sacado ni una facción tuya, creo que no podríasoportarverensurostroeltuyo,esloúnicoquemereconforta.
Mihermananosayudaentodo,siemprelohizo.Eslaúnicaquesabeloqueocurrió,peroconfíoenella,séquenuncahablará.Delaquenoconfíotantoesdemímisma.Estomepesamucho,demasiado,cadanochecuandocierro losojosveo lamisma imagen,mees imposibleolvidarlo.Ymiraquelointento.
Muchas veces he dudado de ellos, demasiadas, no sé si serán capaces de tener cerrada laboca.Heidovariasvecesalpeñascoaversiseguíaahí,enterrado.Séqueesunatonteríaporquesoloyoséqueestáahí.Acordamosqueasíseríapormotivosdeseguridad.Comonotevoyaenviaresto,nisiquieralosabrástú.Mehequedadotranquilaalcomprobarquesí,peroesoseme pasa enseguida con cada jornada que amanece.No confío en ellos, del quemenos es deJulián,yasabesquenosoportoaesehombre.Nosécómoloharásdesdeallí,perotepidoquelotengascontrolado,escapazdecualquiercosa.Yaloconoces.
Quieroconfesartequemesientocomounaestúpidaescribiéndoteestas líneas,puesnomeatreveréamandarteestacarta,nuncalohago.Posiblementeacabequemándolacomohagoconel resto. Eso últimome hace gracia.Me contómi hermana que las cartas que se queman elvientolasllevaasudestinatario,puedequehayasrecibidoentoncestodaslasanteriores.Siesasí, no me contestes, preferiría saber que sigues viviendo ajeno a todo. Prefiero no saber sipiensasenmíono,sipiensasenella.Ellanopiensaenti,nuncalohará.Supadresefueparasiempre,nuncasabrádetuexistencia.Sialgunavezleyerasesto,loúnicoquetepediríaesquesiguierasiendoasí.NoquieroquelapequeñaAliciallegueasabernuncaquiénfuesupadreyquéhizo.
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Protégelacontuausencia.Medespido, tengoaquímismouna fotode losdos, lamirocadadía.Hepensadomuchas
vecesenromperla,nosoycapaz.Empiezoapensarqueheperdidolacabeza.Tediríaadióspero,comosiempre,nosoycapaz.Hastaluego,seguroquetevolveréaescribir,aunquemicabezamedigaqueno.
MARICARMEN
—Vaya…—comentóCarlosdespuésdeleerlacartadesumadre.Alicianodijonada,seguíallorando,conalgomenosdeintensidad,pero
sindejardederramarlágrimas.—Mehequedadosinpalabras.¿Creesquetumadresequitólavidaporla
penaquesentíaanteelabandonodetupadre?Aliciaseencogiódehombros.—¿Quéesesoquenombradelpeñasco?Dicequehayalgoenterradoahí.—Si es lo que yo creo que es, es una zona que hay ya casi fuera del
pueblo, pasado el polideportivo. Siempre lo hemos llamado así, por lo quecreoquedebedesereso.
—¿Sabesloquepienso?Puedequeloquehayaenterradoenesepeñascoseauncuerpo.Puedequedelapersonaquefaltaenlafoto.Siloquehicierones tangravecomopara justificar loqueestásucediendoahora,mataraotrapersona desde luego lo es. Me cuesta creer que mi padre estuvierainvolucrado en esto pero, visto lo visto, ya no puedo poner la mano en elfuegopornadie.Tenemosqueiraesepeñascoaaveriguarloquehay.
—Siquieresvamosmañana,allínohayningúntipodeluz.Esunazonamuyapartada,nocreoquenosveanadie.
Elabogadoasintió,conforme.—Carlos,hayalgomás.Éllamiróextrañado.—¿Aquéterefieres?Aliciarepitiólaacciónanterior.Seincorporólevementeparaintroducirla
manoensubolsillotrasero.Extrajodeélalgoyselopasóalabogado.—¿Recuerdasquemimadrenombrabaunafoto?Élasintióalavezquecomenzabaamirarla.Depronto,todosumundoseparalizó.—Esa es la foto que nombra, esa es la persona a la que va dirigida la
carta.Eseesmipadre.Carlosnopestañeaba,eraincapazdehablar.Laspalabrasnolehubieran
salidoaunquelohubieraestadointentandodurantediezaños.
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—La carta que encontraste dentro de la escayola no iba dirigida a tumadre, iba a la mía. Carlos, el de la foto es tu padre. Tú y yo somoshermanos.
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Jueves,15deoctubrede2009,23.02h.Mors.CasadeFernandoLorenzo
Carlos se sentía muy mareado. Quizá más que en toda su vida. Notaba elcaucedeunríorecorriéndoletodalaespinadorsal,lacabezaledabavueltasylosdedosdelamanoletemblabancomonuncalohabíanhecho.Teníalabocaextremadamente seca y notó cómo sus oídos se taponaban. Su respiración,profunda y rápida, solo contribuía a que esta sensación de que el mundoenterosetambaleabaseacrecentaracadavezmás.CuandolamuchachaviolacaradeCarlosvolversepálida, se levantódesuasientoy fueensocorrodeeste,yaqueparecíaquecaeríadelasilladeunmomentoaotro.
MojósusdedosenelvasodeaguaqueteníadelanteylospasóporlanucadeCarlos,queagradecíaestegestoalsentiralgodealivio.Aunquenoparecíasersuficiente.Ellapermanecióasulado,repitiendounayotravezlomismohasta que vio cómo poco a poco recuperaba algo de color en su tez.Finalmente, leofrecióelvasoenelqueestabamojando losdedosparaquebebiera.Pasaronunosminutoshastaqueconsiguió recomponerse algomás.Lo supo porque parecía temblar menos y su respiración ya no era tanexagerada. Sin embargo, lo que era su rostro, seguía estando totalmentedescompuesto.Eraunshockevidente.
La joven le ayudó a levantarse y a caminar.Dejó que se apoyara en suhombromientrassedirigíanhaciaelsalón.Alllegar,tomóasientoenelsofá,nosindificultad.
—¿Estásmejor?—seinteresóellaconunaevidentepreocupación.—Sí…supongo…¿Quécoñomeacabasdedecir?—Séqueescomplicadodeasimilar,peroesasí.—¿Estássegura?—preguntóconelrostrodesencajado.Alicianohablódeinmediato.Carlosnolosupo,peroenrealidadloque
hacíaerabuscaralgunapruebaquerefutaraloqueleacababadecontar.Nola
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tuvo.Laverdaderalaqueera.—Sí,claro.Mimadrenombrauna fotoy la fotoestaba juntoa lacarta.
Ese es tu padre, de eso no me cabe duda. Al principio estaba como tú,intentando asimilar todo esto, sin poder creérmelo. Hasta que me armé devalorylepreguntéamitía.Necesitabaconocerlaverdad.
—¿Quétecontóella?—No mucho, no creas que ha sido fácil sacarle nada. Apenas me
confirmómissospechasypocomás.Medijoquenoqueríahablardel temaporquehabíamuchodolordepormedio.Noquiererecordarnadadeaquello.
—Entoncesporesomehatratadoasíenelbar,noquierequemeacerqueati.Peroyonohehechonada,notengoculpadetodoloqueestápasando.
—Losé,créeme.Lohaceparaprotegerme,oesocreeella.Loúltimoquemedijotraslacharlaesquenoqueríaquetevieranuncamás.Podríahaberlecontestadoquesoymayordeedadyquehagoloquemesaledeahí,perovitanto dolor en su cara que preferí callar.Está destrozada con todo esto.Lopeoresqueséquesabeperfectamenteloqueestásucediendo,peronopuedopreguntarle. No puede soportar tanto dolor.Me damiedo que haga algunatontería.
Carlosselevantódeprontodesuasientoysedirigióhacialapuerta.—Alicia, tenemos que preguntarle. La vida de personas está en juego,
quizá podamos saber losmotivos por los que ocurre todo esto y frenar yamismolabarbarie.Omejor,llamaréalinspectorValdés,élsabráquehacer.
—¡No!—gritómientras corría a detener a Carlos—. No tienes ni putaidea de por lo que está pasando.Mi tía ya es unamujermayor, lleva casiveinteañossufriendoynopuedemás.¿Quéquieres,matarla?
—Quizáhablarleayude.—No, no lo creo. Carlos, por favor, mañana iremos a ese lugar e
investigaremos por nuestra cuenta. Te prometo que si no hallamos nadahablaremos con ella, pero déjala almargen demomento. Igual que ella haqueridoprotegermeamí,yotambiéndebovelarporella.Novoyahacerquelopasepeordeloqueyaloestápasando.Meniego.
Elabogadorespiróhondo.SuinstintoledecíaquedebíadesoíraAliciaycorrerenbuscadelaverdad.Quizáfuelarazónlaquelehizoreconsiderarsuposiciónyentenderquepuedequefueracierto,quesifustigabaalatíadelamuchacha, lo único que conseguiría sería que se cerrara en banda y leacabaría provocando más dolor. Trató de calmarse mientras mirabadirectamente a los ojos de la joven. Estos suplicaban una especie de
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clemenciaalaquenopudomásquedoblegarse.Volvióhaciasuasiento,laspiernastodavíaletemblaban.
Alicia,alverlomáscalmado,lesiguió.—Asíque somoshermanos.Ohermanastros. ¿Cómoes esto?Esque te
juroqueesrarísimoparamí.—Joder, Carlos, imagina para mí. Y sí, seríamos hermanastros. Yo
tampoco sé ni qué pensar. Te juro que de pequeña soñaba con tener unhermano o hermana cerca, pero sabía que eso era imposible. Ahora, derepente,meencuentroquetengounoynoséquésentir.¿Podríaserporestoquehemosconectadotanpronto?
Elabogadoseencogiódehombros.—Noséquédecirte.Supongoque tengoqueasimilar todoesto.Esque,
coño,yamecostaríaaunsiendolaúnicanoticiarecibidaenlosúltimosdías.Despuésdetodoloqueestápasando,creoquemicabezayanoescapazdeprocesar más información. Más sorpresas. Es que, joder, esto parece unanovelamexicanadeesasdelatelevisión.Esmuyfuerte.
Alicianopudomásqueasentir.—Entonces—continuó hablando Carlos—,mi padre nos abandonó por
esto.—Yotambiénlohepensado.Túyahabíasnacido,esoestáclaro,porlo
queestabacasadoyconunhijocuandomimadresequedóencinta.Nosédequéformaseenteróde lodelembarazoyminacimiento,perosupongoquefueunpaloparaél todoesto.Nosupocómoreaccionary lodejó todoparavenirseaquícerca.
Carlos sopesó laspalabrasdeAlicia, puedeque tuviera razón.Entoncescayóenlacuentadealgo.Nosupodequémaneranicómo,peroparecíaquelamuchachatambiénsehabíadadocuentadeesoalavezqueél.
—¿Cuandoosabandonótupadre?¿Enquéfechaexactamente?Alabogadonolehizofaltahacermemoria:teníalafechagrabadaafuego
ensumente.—Elveintiséisdeseptiembredemilnovecientosnoventayuno.—Cincodíasdespuésdelsuicidiodemimadre…CarlossequedómirandoaAlicia.—¿Sabesloquesignificaeso?—preguntócasisinmoverloslabios.Lajovennegóconlacabeza.Carlosnosupoidentificarsieraporqueno
sabíaoporquenoqueríasaber.—Que nuestro padre —Carlos utilizó esta palabra sin poder creer él
mismoquelohiciera—volvióalpuebloparacuidarte.Soloqueríaestarcerca
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deti.Alicianopudoevitarromperdenuevoallorar.
23.57h.Mors.CasadeFernandoLorenzo
Carlosseacostóenlacamaconelcorazóntodavíaacelerado.Nopodíacreerel vuelco que había dado todo y de quémanera. La noticia sobre lo de supadre lo había pillado desprevenido aunque empezaba a asimilar, poco apoco,queAliciafuerasuhermanastra.Ynoleerafácilyaque,niensusmáslocas elucubraciones, hubiera imaginado toda esa historia. Lo peor es queestabarompiendounapromesaquesehizoasímismo,yeraladeperdonarasupadre.Todoloquehabíadescubiertoexplicabasumaneradeactuar.Nolocompartía,perotampocopodíaasegurarqueélnohubieraactuadoasíenunasituaciónsimilar.Nocreíaquehubierapodidollevarunadoblevidayquizáhubiera tenido que elegir una de las dos.Hiciera lo que hiciese, creyó quenuncasehubieraquedadosatisfecho,pues implicabadejaraunodesusdoshijosdesamparado.Quizátodoseresumieraenalgoasícomounabalanzadeldoloren laquesabesque,hagas loquehagas, todovaahacerdaño,por loquenotequedamásremedioqueseguirelcaminoquecreesqueserámenoscostoso. Y, claro, Alicia se había quedado sinmadre, cosa que él, en esosmomentono.
Legustaraonoloquehizo,supusoqueactuódecorazón.Alicia hacía un rato que había marchado de nuevo a su casa. Su tía
pensabaqueestabaencerradaensucuarto,como lohabíaestadoduranteeldíaanterior.Ahoratocabacolarsedenuevoenlavivienda,ahurtadillas,paranoseguirdándolemásdisgustos.
Carlos ahora entendía su actitud con él en su negocio. Ver al abogadosuponíagolpearsedefrenteconelpasado,yestodebíadedolerledemasiado.Alparecerhabíaintentadofingir,perosusobrina—yél—habíallegadotanlejos desenmascarando el pasado que ya le era imposible poner buena caraestandoélcerca.
Detodosmodosélseguíapensandoque,apesardeserparteimplicadaenaquelembrollo,noteníaculpadecómosucediótodoenelpasado,asíquenodebía tomarla con él. Los actos de su padre sus actos fueron.Recordó unafrasequesolíarepetirmuyamenudo,algoquetambiéncomentabaelsinpardesuabuelo.Teníaqueverconloquehacíacadaunoyconsucapacidadde
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dormirporlasnochestrasesto.Pormuchoqueestuvieraendesacuerdoconélendemasiadascosas,enestoteníamucharazón.
Apartóestodesumenteysecentróentratardeentenderlosmotivosquepudo tener la madre de Alicia para haberse quitado la vida. Por más queintentaba, al igual que con su padre, no podía imaginarlos. Sobre todoteniendoencuentaqueteníaunaniñapequeñaasucargo.
Élnuncaseimaginóconniños.Noentrabaensusplanes,sinmás.Perosísehabíaplanteadoendiversasocasiones,tratandodeverenojosdeotros,loque tendría que sentir un padre por una criatura que había salido de él. Lopensómuchasvecesintentandoponerseenlapieldesupropiamadre.¿Quénohubieradadoellaporél?Pensándoloasí,elescalofríoaltratardeponerseenlapieldeMariCarmenalahoradehabersequitadolavidaconunbebéasucargofuemuchomayor.¿Quénohubieradado,seguramente,ellaporsuhija?¿Tantoeraeldolorquetuvoqueacabarcontodoasí?Silopensabaconfrialdad,susuicidioyeldesupadrepocoteníanqueverencuantoadureza,pues este últimoya había gozado de una larga vida.Quizá era algo frívolopensardeaquellamanera,perosiseobligabaacompararlolosentíaasí.
En el fondo, por el bien de Alicia, daba gracias a que todo hubierasucedidocuandoellaapenasteníaconcienciadeloqueocurríaasualrededor.Menudopalosiellahubierarecordadoestemomentodeporvida.
Lo de tener una hermanastra le seguía sonando rarísimo. Toda su vidapensandoqueerahijoúnicoyahoraparecíaserquenoeraasí.Serecordabaasímismo,depequeño,jugandosoloyanhelandotenerunahermanitoconelquepodercompartirsuscosas.Casitodosenclaseloteníanyélsesentíaunpoco el bicho raro. Le entristecía escuchar las redacciones de otros niñoscuando les tocabahablar de su familia.Muchosde ellos decíanodiar a sushermanos porque se pasaban el día fastidiándolos. Él envidiaba sentir, almenos, ese fastidio.Ahora que sabía que sí tenía una, no sabía ni cómo sesentía.Todoera tan raroquenoeracapazdedistinguirentre los límitesdesueñoorealidad.Opesadilla.
Sintió algo en el estómago. Sabía que el día siguiente iba a ser muyimportante, quizá el quemás. Sentía la verdad tan cerca que casi la podíarozar con sus dedos. Lo malo es que no tenía claro del todo si queríaconocerlaono.Desdequehabíapuestounpieenesepueblo,ningunadeellashabíasidoagradable.Deestanoesperabaalgodiferente.Omejordicho:deestaesperabalopeor.
Decidió tratar de cerrar los ojos e intentar dormir; necesitaba estardescansado.
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Aunque algo dentro de él le decía que no iba a descansar nada por lasmalditaspesadillas.Sepreguntócuándodejaríadetenerlas.
Notardódemasiadoendormirse.
Viernes,16deoctubrede2009,04.18h.Mors.¿¿??
Siduranteeldíaseveíamásbienpoco,ahoraquesuponíaqueeradenoche,muchomenos.A pesar de ello tenía claro que su compañero de cautiverioestaba muerto. El silencio allí dentro era tal que sus respiraciones eran loúnico que lo podía romper algo. Nada. Un silencio absoluto. Casienloquecedor.Esecabrónsehabíallevadoalotro.Cuandoéldespertóeneselugarhabíados,porquepudodistinguirlassombras.Porlógica,debíandeserodonMariooBenito.Nosabíaacuáldelosdossehabíallevado.Tampocoqueríapensarenparaquélohabíahecho,aunquenohacíafaltaserdemasiadolistoparaintuirlo.
Nadadeestoimportabaya.Teníasumuerteasumida,dabaigualelturnoen el que lo hiciera. Puede que fuera el siguiente, puede que no. Lo únicoclaroesquesuvidayanovalíanada.
Estabahambrientoysediento.Silasituaciónyadeporsínoteníanadadehumano,aquelloladeshumanizabatodavíamás.Sugargantaestabatansecaque aunque no estuviera amordazado no hubiera podido hablar para pedirayuda.SabíaqueestabaenMors,porqueeseloconoselohabíallevadofueradelpueblo,peroapesardeestosesentíacomoamilesdekilómetrosdesuhogar.Searrepentíadenohaberpodidoformarunafamilia.Nuncatuvonoviaformal, ni siquiera de las informales. Lasmujeres, si no era pagándolas—algoquenuncalehabíasupuestounproblema—,noqueríanacostarseconél.
Puede que lo encontraran repugnante. Nunca le importó demasiado eseaspecto, aunque sí era cierto que él no se consideraba un ser repulsivo.Aunqueahorasíseplanteabaquépodíahaberfalladoensuvidaparallegaraestepunto.
Siempre supo que su personalidad, complicada donde las hubiera,contribuía a eso. Eso estaba claro, pero como para no haber conseguidocongeniarnunca conningunamujer, era algo exagerado.Quizádebíahaberllevadootravida.Quizádebíahabersidomásamableconlaspersonasqueundía lo rodearon, esasmismasqueacabarondándole la espalda.Esasqueun
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díasecomportaroncomoverdaderosamigosya losqueél, sinduda,habíamenospreciado.
Enmediodetodossusarrepentimientosdeseónohaberestadoaqueldía,en aquel lugar. Deseó que nada de aquello hubiera sucedido. Deseó haberpuestoalgodecabezaeneseasunto,cuandonadielapuso.Puedequefueraloqueseesperabadeél,unagentede la ley.Perono,aquellohabíasucedido.Eramuyreal.Aquellomismoqueahoralehacíaestaratadoaesadurasilla.Pero no podía cambiar su pasado. Estaba ahí y ahí seguiría.Ni siquiera sumuerteserviríaparaenmendareseerror.
Se planteó sin en verdad se arrepentía o era algo relacionado con lasituación que estaba viviendo. Hasta ese mismo día no había sentidoremordimientoalgunoporloquepasó.Porsupuestoqueseacordabadevezencuando,perohastaqueesosactoscomenzaronasucederseenMorsnolopensabaconlaintensidadconqueahoralohacía.
Yadabaigualtodo.Solodeseabaalgo:poderverlacaradelhijodeputaquelohabíallevado
hastaeselugar.Oyópasosacercarse.Cuandolapuertadelalmacénseabrióylaluzseencendió,pudovercon
claridad el lugar en el que se encontraba retenido.Habíamuchos cubos depintura, estaban abiertos. Entendió eso como una forma de disimular elhediondo olor que se había formado con los orines —y posiblementeexcrementosenelcasodesucompañero—quehabíabajoellos.Pudogirarlacabeza y vio una estantería en la que había algo parecido a un guante congarrasmetálicas,igualqueelquellevabaciertovillanodepelículasdeterrordel que no recordaba el nombre.No sabía si sería para utilizarlo con ellos,peroelsimplepensamientolehacíatemblar.
Entoncesmiró al frente y vio el rostro que tanto deseaba observar. Nollevabapasamontañas,ibaacaradescubierta.
Nopodíacreerloqueveíansusojos.No supo si le aterró más la cara o lo que llevaba en cada una de sus
manos.Unapesadillahubierasidomenosterroríficaqueaquello.
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Viernes,16deoctubrede2009,10.04h.Alicante.Comisaría
Hacíaunahoraquehabíanllegadoalaoficina.TantoNicoláscomoAlfonsoandabanalgoperdidosentrerevisionesdeinformesforensesyotrostantosdedistintosdepartamentosdellaboratoriocriminalístico.LosanálisisdebalísticadeMadridhabíanllegadoyrevelabanqueelarmadelprimercrimen,eldelcarnicero, no se había usado en ningún otro acto criminal. Algo que en elfondonolesrevelabanada,peronecesarioparaunjuiciocuandoatraparanaesemalnacido.Elrestodelosinformessolomostrabaresultadosnegativosencuanto a coincidencias o similitudes con alguna otra muestra dubitada. Loverdaderamenteimpresionantedelasuntoesquenisiquieraconseguíanenlaescenaunahuella parcial dubitadaquepudiera pertenecer al asesino.Nada.¿Cómo era posible que alguien fuera capaz demoverse así? Parecía que elasesinofueraunfantasma,unentequesecolabaenlascasasdelasvíctimas,lesquitabalavidasinapenasesfuerzocomoaélledabalaganaysindejarrastroalgunovolvíaasalir.
Ambos inspectores habían estudiadomil escenarios posibles durante suformaciónyunamáximaqueselesrecordabaantesdecadaestudioeraqueelasesinosiempredejabaalgúntipoderastro.Porinvisiblequepareciera.
Pues bien.A ver quién era el listo que encontraba algo que no hubieraqueridodejaréladrede.
Pormás que le dieran vueltas, hasta en losmás célebres y enrevesadoscasos el homicida había dejado —por error— algún indicio que podríaacercarlosonohastaél,peroquealmenosdemostrabaqueerahumanoyqueno era perfecto. Este no era el caso, y era lo que de peor humor ponía aNicolás.
Alfonso tenía en sus manos el informe que demostraba que no habíarastrosdeADNenladentaduraencontrada.Parecíaquenohabíasidousada
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nunca,porloqueclaramentesehabíadejadoparaindicarlasiguientemuerte.Nada nuevo, al fin y al cabo. Pero a través de eso surgían otras preguntas:¿Cómolahabíaconseguido?¿Podríanseguirunrastroatravésdeeso?Seleocurríanmilesdeenrevesadasposibilidadesqueseguramentenoconduciríana ninguna parte. No era tan fácil seguir el camino recorrido por un objetocomonosdejabanentreverlaspelículasamericanas.
—La buena noticia es que nos ha dado un día de margen —comentóAlfonsosinlevantarlavistadelospapeles.
—Ynocreasqueestonomepreocupa—repusoNicolás—,cambiatantodepatrónqueasíesimposible.Habíacomenzadoaasesinartodaslasnoches.Si esta no lo ha hecho, debe de ser por algo. Tengomiedo de que se estéreforzando para algo todavía más gordo. Como si nos fuera a meter elhachazodefinitivo.Elactofinal.
—No lo sé. Puede que se esté desinflando. Está loco, tío, quizá hayacambiadodeideayahoraselaestécascandomientrasmiraporsuventanayselecaelababa.
Nicolássonriólevemente,peroenseguidasurostrovolvióalaseriedad.—Nocometaselerrordellamarloloco.Yoloheestadohaciendodesdeel
mismo día en que robó los ojos del padre del abogado. Lo hacemos conmenosprecioynos sacamuchaventaja.Ese locoha resultado serungenio,aunquenospese.Demomentoestámuyporencimadenosotros.
—Oh, sí, un genio. Hagamos algo: cuando lo pillemos, si es que lohacemos, le abrimos el tarro y lo mandamos a los científicos para queestudiensucerebro.PuedequeesténconeldeEinstein,peroseguroquelesinteresamáseste,queesungenio.
Nicolás negó varias veces con su cabeza mientras sonreía. Alfonso noteníaremedio.
Peroélsícreíafirmementequeeltipoeraungenio.Alfonsoeraungañán,peroteníanimásnimenosqueunCIde152.ElsuyoNicolásnilosabía,perono se consideraba precisamente imbécil. Si entre los dos no conseguían niacercarseaéldebíadeserporalgo.Lesllevabaunaventajakilométrica.
—De todosmodosnoes tanmaloque estépreparandounacto final—comentóAlfonso.
—¿Aquéterefieres?—Joder,nohayquesermuylisto.Siesunactofinal,seacabó.Vale,no
hemos sido capaces de detenerlo a tiempo y ha muerto gente, pero ya novolveráamataryesoesunaespeciedetriunfo.
—¿Deverdadlocreesasí?
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—Puesclaroque sí.Lo importante esque se encierre en su cuevaynovuelvaasalir.
—Sidieraporciertoloquedices,quenolodoy,noseríaningúntriunfo,tío.Hahechoexactamenteloquequería.Ahoralotenemostodomásomenoscontrolado,peroestoacabarátrascendiendoalaprensaalogrande.Entoncessecrearáalrededordeélunafiguradeculto,yasabescómovaesto.Hastaselepondráunnombrajoridículodemierdaysunombreseráleyenda.Negra,peroleyenda.¿Creesqueestoharáquesequedeencerradoenunacueva?Nide coña. Es que ni aunque no trascendiera y nadie supiera de su figura.Cambiarátodaslasvecesquequieradeidentidadalahoradematar,variaráelpatrónasuantojoconlamaestríaquelesalgadeloshuevos,peronodejadeserunpsicópatayactúaporunarazón.
—¿Yes?—Saciar una necesidad que siempre va a estar ahí. No digo que no lo
sacieduranteunbuentiempo,peroelhambrevolverá.Siempreestaráahí.Lapsicopatíano tienecura,ya losabes.Siemprevaasercomoesy,conotrasrazones, lasque él crea, volverá amatar.Asíquenoesningún triunfo, tío.Hayquepillarlo.Hayquepillarlocomosea.
ElteléfonomóvildeAlfonsocomenzóasonar.Contestó.—Hola,Marcos—dijoamododesaludo.Escuchóloqueesteledecía.—Perfecto,¿quéplantaera?Ah,ok,menosdos.Voyenseguida.Colgó.—¿Quépasa?—quisosaberNicolás.—Era el cerebrito que la Brigada de Investigación Tecnológica nos ha
dejado para uso y disfrute de los alicantinos. Lo mandaron anoche a todahostia de Madrid. Ya tiene la IP y ha conseguido comunicarse con lacompañía telefónicaparaquenosdenaccesoalhistorialwebde ladoctora.Te loestoyexplicandode formasencilla,peroen realidaddicequeha sidocomplicadodelahostia.Mehadichoquetienealgo,peroqueestácodificado.Necesita un rato pero cree que puede sacar qué estuvo viendo con claridadporquesíhuboconsultaseninternetaesahoradelanocheconsuIP.Mebajoconél,quieroestarpresenteporqueestonospuedeallanarmuchoelcamino.Aprovechemosquelamañanaestátranquila.Porunaputavez.
—Venga,corre.Ojalásaquealgoenclaro,estolopuedecambiartodo.Lavozdelinspectorjefeirrumpiódegolpejustoalladodeellos.—Señores,seacabóeldescanso,lasituaciónsehacomplicadobastante.
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—¿Perdón?—preguntóelinspectorValdéssinsaberbiensihacerloono.—Hansidoprofanadasdostumbasencementerios.UnaenMors,laotra
enCallosa de Segura, el pueblo en el que apareció el fotógrafo. En amboscasos se han llevado los cadáveres, pertenecían a señoras que superaban laochentenayque,casualmente,nohacíatantodesumuerte.
—Mecagoenlaputa, loquefaltabaya—selamentóNicolás—,iremosparaallá.
—No,yahemandadoadossubinspectoresyavariosagentes.Esoeslode menos, créanme. Ya sabemos por qué todo ha amanecido tan tranquilocuando esperábamosmarcha.Han sido halladas dos señorasmuertas en unbanco de la plaza de España, en Mors. Nadie se había percatado porquepareceque simplementedescansanenél, sentadas.Aeso sí quequieroquevayan. Puede que sean los cadáveres que han sustraído. Esto es una putalocura.
—Iremos.AhítenemosalMataviejas.—Perfecto,manténgameinformado,porfavor.Mecagoenlahostia…Saliómaldiciendodeldespacho.—Eso,vuelveatusillaquenosotrosharemosel trabajosucio,enfin—
comentóAlfonsomientraselinspectorjefesealejaba—.¿Vamos?—No, te prefiero junto al informático. Aquello puede ser vital y estoy
hastaloshuevosdequetardenunaeternidadencomunicarnoslascosasquese hallan. Siempre estamos perdiendo tiempo con las comunicaciones.Cuandovolvamos,recuérdamequemequejedeestoaMontalvo.
Alfonsodudóunosinstantes,peroNicolásteníarazón.—Sí, te va a hacer un caso…Pero bueno, de acuerdo,me quedo. Pero
estateatentoalmóvil,queavecesnoséparaquécoñolollevas.El inspector asintió mientras abría el cajón y extraía su arma
reglamentaria.Lacolocóensufundaysepusounachaquetafinaquehabíatraído.Podíaestar todoloatentoquequisieraalmóvil,peroconundosporcientodebatería,yaquelanocheanteriorsehabíaolvidadodecargarlo,seríapormuypocotiempo.
10.25h.Mors.CasadeFernandoLorenzo
RecibióunSMSbientempranoenelqueAlicialedecíaque,cuandopudiera,escaparía para que ambos fueran al dichoso peñasco para una inspección.
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Carlosnoteníaprisaparair,asíquetomóasientoenelsofáyesperópacienteaquelamuchachadecidieramandarleelmensajeparairallugar.
11.15h.Mors.PlazadeEspaña
Nicolás aparcó el coche en los alrededoresde la plaza.Yahabía algúnqueotrocuriosomirando,puesaunqueelcordónpoliciallevantadofuerabastanteamplio,elmerohechodeestarpuestoinvitabaaello.
El inspector lo traspasó accediendo por debajo del mismo y se dirigióhaciaelbancoenelque lasdosmujeressinvidaparecíanesperarsentadas.Unagentellegóasuencuentro.
—Cuénteme—soltóNicolássinnisiquieraesperarunsaludo.—Ha dado la alarma una vecina del pueblo. Al parecer, pensó que era
alguna conocida suya y se acercó a saludar. Su sorpresa fue mayúsculacuandovioqueningunadelasdossemovía.
—¿Sabesihatocadoalgo?—Segúnella,alverqueningunadelasdossemovíallamórápidoal112.
Ellos han sido los que nos han puesto en alerta. Es curioso porque, porproximidad,deberíanhaberllamadoprimeroalaGuardiaCivil,perocreoqueya conocen tanto el caso que nos remiten a nosotros. A lo que iba, llegóenseguida una de las patrullas que tienen asignadas aMors para vigilancia,son esos dos agentes de ahí—dijo señalando con el dedo—y aseguran nohaber tocadonada tampoco.El forense ya está aquí, la jueza ha enviado alsecretario por no poder personarse ellamisma.Como puede ver, Científicatambiénhallegado.
—¿Creequesonlasmujeresfallecidascuyosataúdeshanprofanado?—¿Quéotracosapodríaser?Estomeponelapieldegallina.—Yamí.Nicoláslevantóelcuelloymiróasualrededor.Laescenaeratalcualle
contaba.—Gracias,agente.Buentrabajo.Mantengaalagentearaya.Elpolicíaasintióyseretiró.Elqueseacercóahoraeraelforensedeguardia.Norecordabasunombre,
pero lo había visto en el segundo o tercer escenario, no supo en cuál conexactitud.
—InspectorValdés—dijoamododesaludo.
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Esteselimitóainclinarlacabezacomorespuesta.Ambosseestrecharonlamano.—Curiosasmuertesestas—comentódirectoalgrano.—No me diga más. No han sido asesinadas. Ya habían fallecido, han
robadosuscadáveresenelcementerioyloshancolocadoaquí.Elforenselomirómuyraro,conelceñofruncidoysinparecerentender
nada.—No, aunque…esto explicaríamuchas cosas.Acompáñeme,por favor,
Científicallevaunbuenratotrabajandoyyanospodemosacercaralcadáver.Nicolás,contrariadoalhaber falladounaexplicación tanevidentepor lo
quelehabíacontadosujefequehabíapasado,obedeció.—Mireustedmismo.El inspector se vistió como debía primero y después obedeció
asegurándosedeque,consuspasos,nosellevabaalgúnrastropordelante.Seacercótodoloquepudoaellas.Estabansentadascadaunaenunextremodelbanco,quenoerademasiadoancho,perosílosuficienteparaquecupieraotrapersona entre ellas dos. Y eso que eran considerablemente corpulentas.Demasiado.Ambasteníanlacarahaciaabajo,comosimiraranhaciaelsuelo.Laverdadesque,vistodepasada,noalertabaparanada,puesparecíalatípicaescena de dos mujeres mayores que simplemente dejaban pasar el tiempomientrastomabanalgodesol.
Nicolássefijóenlasmanosdeunadeellas.Esasmanosnoerandemujer.Hizolopropioconlaotra.Lomismo.
Entoncesloentendiótodo.Necesitabaverleslascaras.—¿Hayalgúnriesgoenquelevantelacabezadeunadeellasunpoco?—No—contestóelforense—.Suscarasestánlimpias.Apoyósusdedosíndiceycorazón—ayudándosetambiéndelpulgar—en
lafrentedelamáscorpulentadelasdosyconextremocuidado—aunqueconalgodeesfuerzopueselrigoryahabíahechoactodepresenciaenesazona—levantóalgolacabeza.
La devolvió a su posición resoplando. Desde el mismo momento quehabíavistoquelasmanosnoerandemujerlotuvoclaro.
Era el jefe de policía local, Julián Ramírez. Aunque no sabía qué caratenía,nolehacíafaltaverelotrorostroparasaberqueeraeldelquiosquero.
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A no demasiada distancia del punto en el que se encontraba el inspectorValdés,comounodetantoscuriososqueseibanacercandoalaescenaaverquéhabíasucedido,observabasinpestañearlosmovimientosdeNicolás.
Eraextraño,habíaaparecidosinelotroinspectorysabíadeprimeramanoquehabíanidoatrabajarjuntos:yallevabadosdíassiguiendosuspasoscasilasveinticuatrohorasyesamismamañanaloshabíavistoentrarencomisaríaalasnuevedelamañana.
Sintióunnudoenelestómago,elplanaseguirsetorcíaalgo,peroquizáno tanto.Podríaserdivertido.Pensóque lomejoreraqueel ríosiguierasucauce con el inspector Valdés. En cuanto hallara el objeto actuaría de unaformapredeterminada,estabaclaro.
Encambio,alnosaberporquéelotronohabíavenidoledejabaalgoenfuera de juego. Podría aprovechar esta oportunidad para localizarlo yneutralizarlo;estolofacilitaríatodomuchomás.
Sonrió,diomediavueltay,sinquenadierepararaniensupresencianiensuausencia,comenzóaandarhaciaelcoche.Semontó,arrancóypusorumboaAlicante.
Justo al comenzar a andar hizo una llamada a comisaría. Uno de losagentes, despistado al ser una llamada de lomás inocente, le confirmóqueAlfonsonohabíaabandonadolasdependencias.
Crasoerror.
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Viernes,16deoctubrede2009,11.50h.Alicante.Comisaría.LaboratoriodelaBIT
Alfonso estaba desesperado ya, no sabía hacia dónde mirar porque noentendíanipapade loqueel informáticoestabahaciendocondospantallassimultáneas.El inspectorhacíasuspinitoscon la informática,peroestosnopasabandesabergrabardiscosdemúsica,chatearporelMessengerobajarsealgunapelículaoseriedemanera ilegal.LoqueestabahaciendoMarcos,eltécnicodelaBIT,leparecíasacadodeunapelículadecienciaficción.
Tecleabasobreunapantalladefondoblanco;laotrateníaelfondonegroylasletrasdecolorverde.Lavelocidadalaquelohacíaerademencial,pueseracapazdeescribirmilesdecaracteresporminuto.
Lo peor de todo era que, al mismo tiempo que lo hacía, trataba deexplicarle aAlfonso lo que estaba haciendo en cadamomento. Como si élfueraaentenderlomásmínimo.
Hacía exactamente cuatromeses y tres días que había dejado el tabaco.Llevaba la cuenta clavada en sumente, pero en todo este tiempo nunca lehabía apetecido tanto un cigarrillo como en aquellos instantes. Decidióaguantaryserfuertetraslaenésimavezqueelinformáticoledijoqueestabaa punto de conseguir su propósito, aunque él solo viera una y otra vez lomismoenlasdospantallas.
Los segundos seguíanpasando,peroaél leparecíanaños.Le fastidiabamucho no haber podido acompañar a Nicolás a Mors. Perderse la acciónmientrasmirabacomounboboesosmonitoresno ibaconél.Quizá, loquemás le provocaba ese fastidio era nopoder ver con sus propios ojos la quehabíapreparadoaquelpsicópata.
De todas las imitaciones, aquella era la quemás lo desconcertaba. Losotros asesinos habían matado a un target concreto, como por ejemplo amujeres,enelcasodeRomasantaomendigos,enelcasodelMatamendigos,
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másquedeotro.Peroalfinyalcabotodoshabíanasesinadoagentefueradeese grupo. Romasanta también habíamatado a niños y elMatamendigos amujeresquenoestabanenla indigencia.PeroelMataviejasno,estesolosehabía cargado a ancianas. Esto rompía demasiado el único esquema queestabasiguiendo.Quizáinclusosihubieraelegidoimitaraotroasesinotodotendríaalgomásdelógica.Siesqueaaquelloselepodíallamarlógica.Siloadvertidoporelabogadoeraciertoylospróximosenmorirseríanelpolicíayelquiosquero,noteníaningúnsentido.Aunquelaposibilidaddequeambosmurieran era la más potente, pues los dos se encontraban en paraderodesconocido.
Y todo estovolviendo a la posibilidaddequeningunode ellos fuera elmalomalísimo.
Entre tanto pensamiento confuso, el informático le avisó de que subúsquedahabíadadofrutos.
Excitado,elinspectorseacercóhastalapantalla.—Puedeparecerquemehayasidocomplicado,peroparanada. Internet
deja huella de todo lo que hacemos y, por suerte para nosotros, la doctorautilizabaunprogramadebasededatosenMySQLquehacíalosbackupsenuna nube de internet. Así podría acceder a toda la información aunqueformateara suPCo desde cualquier otro ordenador, utilizando su usuario ycontraseña.Lasnubessuelenserbastantesegurasenlamayoríadeloscasos,pero en este, para nada.Antes de reventar la contraseña he probado con larecuperaciónconpreguntasdeseguridad,ylapsiquiatranopodíahabersidomásbásicaenello.¿Ledigocuálhasidolarespuesta?
—No.Nohacefalta.Y,vale,heentendidoalgo,¿entonceslotienes?—Por supuesto, lo difícil ha sido descodificar la maraña de caracteres
aplicando la extensiónqueutiliza elprogramaencuestión,deahíquehayatardado algo más. Pero aquí lo tiene. Esta entrada a la base de datos fueconsultadaalascuatrocuarentayocho.
—Tienequeseresa,déjamever.Alfonso se acercó a la pantalla del ordenador. Aquello parecía ser un
informepsiquiátricodealguien.Loleyóenterosinpestañear.Nopodíahacerestoúltimoporquelosdatosqueleíanoledejabanhacerlo.Porunosinstantespensóquenopodíaserreal,queaquellascosassolopasabanenlaspelículas.Volvióaleerelinforme.
—¿Esteteléfonodeaquíhacellamadasexternasosolointernas?—Inspector,yonosoydeaquí,perolohabitualesqueenlossótanosde
lasDGPsolosehaganinternas,puessuelenserlugaresdeanálisis…
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Pero Alfonso no lo escuchaba ya. Sin más echó a correr. No teníacobertura ahí abajo, por lo que tenía que salir a toda prisa al exterior ydisponerdeella.NecesitabaavisarcuantoantesaNicolás.
No se despidió ni agradeció la ayuda al informático, pero sabía queentenderíasusprisasrepentinas.
Cuando salió del ascensor, comprobó la cobertura de su teléfono. Yavolvía a tener. Marcó rápido el teléfono del inspector. Esperó apenas dossegundos.
Lesalióelcontestador.—¡Mierda,Nicolás!¡Nomelopuedocreer!Probódenuevoallamar.Nada,debíadetenerloapagado.—¡Me cago en la puta! ¿Por qué coño apagas el teléfono ante una
situaciónasí?Tenía que avisarlo y rápido, por lo que fue hasta la agente que se
encargabadel registrodecochespatrullay lepidióunode los reservadosaoficiales.Ellaleindicóquelaentradaalacocheraestabaporfuera,doblandolaesquinadelacalle,asíqueAlfonsosalióatodaprisayfueensubúsqueda.
Cuandosolohubocaminadounospocosmetrossetopódebrucesconunamujer.Estalloraba,estabaderodillasenelsuelo.
Su primer instinto, algo que no hubiera hecho jamás en circunstanciasnormales, fue pasar de ella y seguir corriendo, era demasiado importante.Perosuconcienciaactuóporél,diomediavueltaysedetuvoalladodeella.
—¿Señorita,ocurrealgo?—seinteresó.Lamujernilomiraba,seguíallorandoarrodilladaenelsuelo.—¿Estábien?—insistiódenuevo.Seacercóaellaagachándoseunpoco.Derepente,sinqueloesperara,estaselevantómuyrápidopropinandoun
cabezazoalinspectorquehizoquecayerahaciaatrás.Algolpearselacabezacontraelsuelo,quedóinconsciente.
Lamujer sonrió.Ledolía lacabeza,pueselgolpehabía sido tremendo,perohabíamerecidolapena.
Teníaelcochejustoal lado,porloquenolefuedemasiadocomplicadoechar el cuerpo del inspector dentro. Hubiera deseado tener unas bridas amano,perocomonolastenía,cerróconllave.
Miró hacia la puerta de la comisaría, nadie la había visto actuar.Posiblemente, las cámaras que enfocaban hacia donde estaba sí habrían
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captadoelmomentoyseríanutilizadasensucontra,peroyadabaigual.Nadapodríadetenerlalíneayaqueyaestabatrazadadesdehacíamucho.
ArrancóelcocheyvolvióhaciaMorssonriendo.
12.54h.Mors.CasadeFernandoLorenzo
Por fin sonó el timbre de la casa del padre de Carlos. Parecía que esemomentonoibaallegarnunca.
Carlosabriólapuerta.Aliciapasócomounrayosinmiraratrás.—Esperoquenosehayadadocuenta,joder—dijoestaamododesaludo.Elabogadonodijonada,selimitóamirarporlaventana.—¿Dóndetieneselcoche?—preguntóella.—Aldoblarlaesquina.—Joder,me puede ver. Sal tú por aquí, yo saldré por la ventana de la
cocina.—Nocreoqueteveanadie,noestáalavista.—Daigual,nomelaquierojugar.Hazmecaso.Carlossonrió,agarró las llavesdelcocheysaliópor lapuertaprincipal,
dejandoalajovendentrodelavivienda.Al salir fue hacia el coche, lo abrió y esperó dentro con el motor
arrancado.Lamuchacha,talcomohabíadicho,salióporlaventana.Ladejóabierta.Pero esono importó al abogado, tenía cosasmás importantes en sucabezacomoparapreocuparsedeesto.
—Tienes que ir todo recto, hasta que llegues al polideportivo, yo teindicarédespuéselcamino.Esalgocomplicadoyestámuyescondido,peroséllegardesobra.
Élobedecióyempezóaandar.Laverdadlesesperaba.
13.14h.Mors.PlazadeEspaña
Nicolásmirabapacientemientraselequipode laPolicíaCientíficahacía sutrabajo.Losdossacosdemortajayaesperabana lasdosfalsasancianas.Elinspectoryahabíapodidover con toda claridadelmacabro espectáculo.Se
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preguntó varias veces hasta dónde era capaz de llegar el ser humano en sumaldadparaprovocarunaestampacomoaquella.
Elsecretariojudicialestabaasulado,tampocosalíadesuasombro.—Pero¿quiénoquéescapazdehaceralgoasí?—preguntóelhombresin
dejardemirarloscuerpos.—Alguienquenotemeanada.—¿Seestáriendodenosotros?¿Esunaburla?—Hayocasionesenlasqueopinoquesí,hayotrasenlasquepiensoque
tratadedeciralgo.—¿Deverdadcreeeso?¿Quécoñovaaintentardecirnos?—Silosupiera,yaestaríaentrerejas,supongo.Nolosé,enlaacademiaa
uno lo preparanpara casi todo, nos pusieron en casos extremos, pero estoysegurodequenuncaselespasaríaporlacabezaaesosinstructoreseltoparseconunserasí.Estoescapaatodoraciocinio.
—Ustedme dirá si escapa. Joder, ha disfrazado a esos dos hombres deancianas.¿Porqué?
—Paraseguirconsuplandeimitaraasesinosenseriefamososdenuestropaís.Nosabíacómoactuaría,eradifícildeimaginar.Loqueyaeraimposibleerasaberqueibaarobardoscadáveresdeancianas,desvestirlos,quitarleselmismísimo cuero cabelludo y colocarlo todo a sus dos próximas víctimas.Estonoloimaginaríanadie.
—Puesyavequesí.Pero¿porquéhamatadoados?Heestadomirandodecaboaraboelexpedienteysiemprehaactuadodeunoenuno.¿Creequehayalgoenespecial?
Nicolásrespiróprofundoantesdecontestar.—Creo —dijo— que ha llegado al final de su lista. Supongo que ha
precipitadolasmuertesporquesehasentidoamenazado.Estuvimosapuntode cogerle en Alicante, en casa de la doctora, puede que no esperara quellegásemostanprontoporquesecreíaconventaja.Sisehavistoacorraladoyquería dar un número determinado demuertes, lo tenía que cumplir a todacosta.Enestecasohansidodos,perosilehubieranquedadocinco,puedequehoysehubieracargadoacinco.
Elforenseseunióaellos.—Aunque es pronto para decir nada, creo que han muerto esta
madrugada,almenoselqueusteddicequeeseljefedelapolicíadeaquí.Elotro parece llevarmás tiempomuerto. Será lamesa de autopsias la que loconfirme,perotodopareceindicarqueeljefedelapolicíalocalhamuerto…
—Estrangulado—terminólafraseNicolás.
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—Sí,¿cómolohasabido?—PorqueelMataviejasactuabaasí.—En efecto —continuó el forense—, aunque yo me he basado para
deducir esto mismo en sus ojos, ya que se muestran petequias en ellos.Ademásdel tonoazuladodel rostro,aunqueestosepodríaconfundircon laexposicióndelcuerpoal fríoqueyavahaciendopor lamadrugada.Pero loquedeverdadmeindicaelestrangulamientoeslamarcaalrededordelcuello:apretaronylohicieronmuyfuerte.SepuedenverlasmarcasdelospulgaresalaalturadelanuezdeAdán.
—¿Acasoelotronohamuertoasí?—Me temoqueno.Hemosvisto que, en el casodel policía, había sido
atadoconbridasalbanco,paranocaer.Elotrosemanteníasolodebidoaunrigormortisdeaproximadamenteunasquinceaveintehorasbasándomeenlapropia lividez de las piernas acompañado de la nada fiable temperaturacorporal.Yadigoquetodopuedevariar,estabaenelexterior,perodiríaqueinclusomuriósentado.Noesfáciladaptarunaposicióncuandoelcuerposeencuentra en tal estado. Sus labios me indican que puede que murieradeshidratado, pero igual que en la otra víctima, se confirmará enMedicinaLegal.Loquesíesremarcableesqueelasesinodebedetenerunafuerzaporencima de lamedia.No debe de ser fácilmaniobrar con estos dos cuerposdebidoasusdimensiones.Muchomenosconelrigoravanzadoquepresentalasegundavíctima.
—Gracias, muchas gracias —dijo Nicolás dándose la vuelta hacia elsecretariojudicial—.Bien,creoqueestoconfirmaelporquédeserdos.Unoya estabamuerto.Es tan cabezónque seguroquenoquisodar otro tipodemuertealagenteRamírez.Teníaestareservadaparaélyasídebíaser.Enesecasonosédecirlesilasmuerteshanacabadoono.
—Esodependerádeusted,desiloatrapaono.Nicolás se esforzó por no mandar a la mierda a ese hombre. Tenía
educacióndesobraparanohacerlo,peroelcansanciomentalqueatravesabapodíajugarleunamalapasada.
Enlugardehacerloquesucorazónquería,asintió.—Creoquetodoestáhechoporaquí,yahefirmadolosinformes,regreso
a Alicante. El inspector Gutiérrez estaba con algo importante, puede quetengamosalgoenfirme.
—Suerte,inspector.Nicolásnodijonada.Saliódelazonaacordonadayvolvióhaciasucoche.
De camino sacó su teléfono móvil: necesitaba saber si Alfonso había
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encontradoalgo,necesitabaunaluzentretantaoscuridad.—¡Mierda!—exclamóalversuteléfonoapagado.Ahorateníamásmotivospararegresaratodaprisa,noteníacargadorde
coche y puede que Alfonso lo estuviera intentando localizar. Compraría eldichosocargadorencualquierbazarchinonadamásteneroportunidad.
Cuandollegóalvehículo,algollamósuatención.Habíaunsobredoblado,deunasdimensionesalgomásgrandesde lonormal,metidoentre lamanijaparaabrirloylapuerta.
Miróasualrededorsinentendernada.Porahícercanohabíanadie.Porsihabía alguna confusión, su nombre escrito en la parte delantera le indicabaque,sinduda,eraparaél.
Sintiendoqueelcorazónlelatíacadavezmásdeprisa,loabrió.Eranpapeles.Losextrajoycomenzóaleerlos.Sequedósinsangreentodoelcuerpodelaimpresión.
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Viernes,16deoctubrede2009,13.29h.Mors
Habíatrespapeles.Unodeelloseraunacartamanuscrita.Otroparecíaseralgoasícomoun
mapa, con las calles de Mors dibujadas, también a mano. El otro era uninformepsiquiátrico,escritoporladoctoraLauraVílchez,impreso.
Había leído ya la carta una vez, pero necesitó volver a hacerlo paracomprenderla.
Hola,inspectorNicolásValdés.Sepreguntaráporqué,despuésdeloqueustedhacorridodetrásdemí,ahoralepongolas
cosastanfácilesyledigodóndevoyaestar.Esmuysencillo:yahecumplidoconmipropósito.Asíquenomequedaotraqueconvertirestacartaenuna invitaciónformalalqueserámi
actofinal.Sí,séqueustedtambiénlohallamadoasí.Noseasuste,noestoyensucabeza,esqueseríalomáslógico,¿no?
Noolvidemosqueambosnosmovemosenelmundodelospsicópatas,esetanpredecible,sibienesciertoqueacadaunodenosotrosnosha tocadovivirlodesdecada ladode labarrera.Aunque,bueno,notengodeltodoclaroqueenrealidadseaasí,pero¿quiénsoyyoparaandarrompiendoetiquetas?Tengomejorescosasquehacer.
Seguroqueustedestanlistoquesabráporquélohehecho,oalmenoslointuirá.Sí,todoslosfallecidoscometieronhaceveinteañosunactoque,apesardequesiempreloshaperseguidoensuscabezasysueños,nuncasehanatrevidoaconfesarpormiedoaloquepudierasuceder.
Menudapandadecobardes.Cobardesehijosdeputa.Perodejémonosde tonterías,nocreoquequieraque leexplique todoenunasimplecarta,
mejorhacerloenpersona.Tranquilo,leesperaréparadarmuertealaúltimademisvíctimas,lapeordetodas,laque
tienetodalaculpadequetodoestoestésucediendo.Leesperoenelpeñasco.Comoséquenosabrádóndeseencuentra,ledejounmapaconelqueleseráfácilllegar.Disculpemisdibujos,soymejortrazandoconelcuchillo.
Ah,porcierto.SéquequerrámandarhastaalosGEOSparadetenerme,perosilohace,mivíctima morirá antes de tiempo, yo me quitaré también la vida y no acabará sabiendo losmotivos que han impulsado todo este juego. Para asegurarme de que, a pesar de ello, deciderealizarunsacrificioconmiúltimavíctimacontaldevermemuerto,hedejadounoscabosmuybienatadosparaqueestacartallegueadondetengaquellegarysesepaqueustedpudohacer
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másparaevitarunamuerteynolohizo.Nosepreocupe,estotambiénleserviráparajustificarquenotuvoelección.Quetuvoquehacerloquelepedíaparatratardesalvarunavida.
Nodejequemuera.¿Podrávivirconesoensuyaatormentadacabeza?Usteddecide.Nosvemosenunrato.
P. D. Le adjunto algo que paramí esmuy especial. En ese informe se explicanmuchascosas.LaverdadesquesuamigaLauralohizomuybienconmigo,lástimaquenadielatomaraenserioensudía.
Nicolásmiróelmapa.Sí,parecíaindicarconclaridadadóndedirigirse.Acontinuaciónmiróelcitadoinforme.Cuandololeyócreyóquetodoaquelloeraunabromamala.Nopodíaserreal.
Enunprimermomentonosupocómoactuar.Lalógicaledecíaquedebíaavisaralasautoridades,perodadalaespecialsituaciónysabiendoquepodíaequivocarse, semontóenel cocheycomenzóa seguir las instruccionesdelmapa,comosifueraunGPS.
EsperópoderllegaratiempoyponersobreavisoaCarlos.
13.34h.Mors.Aledañosdelpeñasco
Alicia y su acompañante acababan de llegar al lugar en cuestión. Habíansalido del coche y estaban inspeccionando el terreno. Era árido y lavegetacióndelconjuntotansoloeranmatojossecos.Elabogadollevabaunapalanuevaqueportabaenelmaleterodesuvehículo,lahabíacompradoesamisma mañana en la ferretería del pueblo. Era de los pocos lugares quetodavíapermanecíanabiertosenMorsdespuésdeloqueestabapasando.
Carloshablabapoco.Normalmenteeraserio,peroenesemomentoloeraalgo más que de costumbre. Alicia tampoco hablaba mucho, parecíapensativa.
Siguieronandandoentrelamaleza,elterrenoestaballenodeella.Puedequeestodificultaraalgolabúsqueda,peronoporellodejabandeandarhaciasudestino.
Él seguía aAlicia, que caminaba segura, como si hubiera estado en eselugar decenas de veces. Ambos se daban lamano si la zona andada así lorequeríaparanocaer.Nohabíanvueltoahablardel temadesuparentesco,parecíacomounaconversacióntabúquedejabanparaotromomento.
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Cuando llegaron a una enorme piedra que se elevaba casi dos metroshaciaelcielo,Aliciasedetuvo.
—Aquíes,elfamosopeñasco.—¿Yahora?—preguntóélrascándoselaorejapordetrás.—No sé, si enterraron algo, no se me ocurre otro punto de referencia
mejorque lapropiapiedra.Creoquedeberíamosprobarpor aquí, pero concuidadodenorompernadaenelcasodequeseaunobjetofrágil.
Elabogadoasintióy,sindecirnada,sepusoacavarconlapalacercadesuspies.Trasvariospalazos sinéxito,volvióaprobarmásomenosmediometromásaloeste.
Obtuvoelmismoresultado.—Estonospuedellevarunavida—comentóAlicia.—Siesaquí,nohaytantospuntosdondeexcavar,ynocreoqueseamás
allá.—Ya, pero ¿cómo sabemos que no es más allá? Es que es mucho
suponer…—Losé—respondiócortándolademaneratajante.Dicho esto, volvió a intentarlo en otro punto cercano. Tocó algo duro.
Nada,eraunapiedra.Nodesistió.Volvióaintentarlounpocomáscercadelapiedra.Trasdosgolpesdepalaconsucorrespondienteextraccióndetierra,creyó
habertocadoalgo.Eramásblandoqueunapiedra.Conciertaparsimoniasetiróderodillasalsueloycomenzóaexcavarcon
suspropiasmanos.Fueapartandotodalaarenaquepudohastaquelogróqueapareciera un objeto rectangular. No demasiado grande. Era una caja dezapatos.Continuóapartandoarenaalrededordelacajahastaquepudometersusdosmanosenloslateralesylapudosacar.
Alicialamiróconojoscomoplatos.Abriólatapaymirósucontenido.Sintióexcitaciónalverlo.
13.46h.Mors.Aledañosdelpeñasco
Nicolásaparcóelcocheenlaentradadelúltimocaminoquelequedabaporrecorrerparallegarasumeta.Noqueríaadvertirdesupresencia,porloqueoptó por ir andando este tramo. Era una soberana estupidez, le estabaesperandocasicon todaseguridad,peroqueríaquemarsuúltimabala.Sacó
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su arma e intentó recorrer a pie el mismo camino trazado en el mapa,escondiéndose cada vez que le era posible por si le aguardaba una feasorpresa.Yapodríapasarledetodoynopensabadarpieaningúnerrorporsuparte.
Confió en que ese psicópata mantuviera su palabra y esperara a quellegaraél.
Una vez allí, pondría a prueba unas habilidades negociadoras que élconsiderabanulas.NocreíaenDios,perosesantiguó.
13.49h.Mors.Elpeñasco
Aliciaextrajolacarta.Eraunadeclaraciónfirmadaportodoslosquehabíanmuerto sobre lo que había sucedido. Aparte de esto había una foto. Era lamismaquehabíanencontradoenlacasadelPancetas,soloqueenestasísepodíavercontodaclaridadquiéneralapersonaquefaltabaenlaotrafoto,yaquenoteníaningúntrozoarrancado.EraMariCarmen,lamadredeAlicia.
Estacomenzóaleerlacarta,Carlossecolocóasulado.
Losabajofirmantesdeclaramoslosiguiente:Queeldía20defebrerodelaño1988,enestemismolugarenelqueseencuentraenterrada
esta carta, debido al alcohol y al abuso de ciertas sustancias estupefacientes que nonombraremos(aunquenadadeesojustificanuestrosactos)forzamosatenersexoyagredimosconvarios golpes a la señorita que aparece junto a nosotros en la foto, de nombreMaría delCarmenCruz Pérez.Confesamos esto en esta carta para que ninguno de nosotros lo haga demanera particular nunca, ya que de acuerdo con la señorita y tras obtener su perdón,mantendremosesteactotanrepudiablecomoindignoensecreto.Ella,acontinuación,esconderálamismaenellugarquecreaconvenientesincomunicaralrestosuparadero.Asíseasegurarádequeningunoactúeporsucuentaporquetodosacabaríamosconelpesodelaleyencima.Trassaber que el bebé que esperaba en el momento de dicho error permanece en perfectascondiciones y podrá nacer sin problema,manifestamos que, en caso de que ocurriese algo alfeto, nosotrosno tendríamosnadaquever conello.Ni siquiera el padrede la futura criatura,implicadotambiénentandeshonrosoacto.
Asímismomanifestamosque los nombres de cadaunodenosotros y nuestroDocumentoNacional de Identidad son verdaderos, sabiendo que si cae uno en las manos de la justicia,caeremostodos.Losfirmantessomos:
JuliánRamírezNegrete74567890EMarioHurtadoLópez74231865TFernandoLorenzoRodríguez74354722YJavierCuliáñezGarcía74333526RAgustínBastiasGiménez746700134HBenitoJaénMuñoz74973462R
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RamónBerenguerSáez74218002T
P. D.Manifestamos que solo esta copia es auténtica y debido a eso la acompañamos denuestras firmas. Cualquier intento de copia falsa traerá consigo el desenmascaramiento de laoriginal.
Alicia respirabamuy fuerte y rápido. Parecía contener un ataque de iraquesehacíacadavezmáspresentepormomentos.Dejócaerlacartaalsuelo,teníaganasdevomitar.
Él,enlugardecomprobarelestadodesuhermana,tomóasientoencimadeunpedruscodeconsiderablesdimensiones,comenzóacogerpiedrasmáspequeñitasyalanzarlasalhorizonte.
—¿Novasadecirnada?—preguntóAliciaconlágrimasenlosojos.—¿Quéquieresquetediga?—Tu padre violó a mi madre, pero no solo eso, permitió que otros
también lohicieran.Y lopeoresqueyaestabaembarazadademí. ¡Yél losabía!Teenterasdetodoesto,¿ytútequedastantranquilo?
Carlos no le hizo caso, siguió lanzando piedras mientras le daba laespalda.
—¡Carlos!—leincrepóellamientras leagarrabadelhombroytirabadeél.
La cara que vio a continuación puede que fuera la más siniestra yterrorífica que había visto en toda su vida. El abogado sonreía de oreja aoreja,mostrandomucholosdientesyconlosojosinyectadosensangre.
Aliciacayóparaatrásdelaimpresión.Elabogadoselevantó.—Eres una maldita zorra, ¿lo sabes? —comenzó a decir sin quitar la
sonrisa del rostro—.Noparo de pensar en que ojalá te pasara a ti lo de laviolaciónenmasa.Creoquelomerecerías.Esosí,siempreycuandoluegotemataranytedescuartizaran.
—Pero,Carlos…—logródecirmuyasustadamientras llorabay andabahaciaatrásconmanosypiesalmismotiempoqueesteavanzabahaciaella.
—¡NomevuelvasallamarentuputavidaCarlos!—gritóescupiendosinparar—.¡Carlosestámuerto!¡Hamuertoparasiempre!
Aliciaseguíallorandosinentendernada.Aquelnoparecíaelmismotipoquehabíaconocidohacíaunosdíasyquehabíaresultadosersuhermano.Esehombrequeteníaenfrenteestabacompletamenteloco.
Deprontoesteseabalanzósobreellaylaagarródelcabello.Despuéslalevantóenvolandassinqueellapudieraofrecerresistencia;estabaparalizada
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delmiedo. Él sacó un cuchillo no demasiado grande de su bolsillo y se locolocóenelcuello.
—Mipadrenonosabandonóporquequisieracuidarte, listilla.MipadrevolvióaMors,lugardelque,porcierto,eraoriundo,porculpadelsuicidiodetumadre.Ellanopudosoportarlacargadequesuprimeramordelainfanciayahoraamantehubieravueltoconsumujerehijotrascometertalaberración.Tumadreveíaen ti aunaniñaquehabíanacidoporerror,unaniñaquenisiquieratrasunaviolación,conpatadasypuñetazosincluidos,sucumbió,sinoque acabó naciendo. Fíjate que hasta creo que tu madre provocó que laviolaranparaver si asímorías,yni conesas.Eresunaputaaberración.Notendríasquehabernacidonunca.
—¿Yporquéhasestadoactuandotodoeste tiempo,Carlos?—preguntósin poder creer todavía lo que escuchaba—. ¿Por qué has estado fingiendoquenosabíasnadayquequeríasconocerlaverdad?Dime,Carlos,¡dime!
—¡QuenomellamesCarlos!—legritóeneloídodejándolasinaudiciónpor ese lado durante unos segundos—. Carlos es un puto blando, un putomaníacodelordenydesusputasexcentricidades,incapazdedarsecuentadeloquesucedeasualrededor.Sinofuerapormí,nuncahubieraconocidolaverdad.
—¿Qué? —preguntó Alicia sin entender nada—. ¿Se te está yendo laolla?¿Teestásescuchando?
—¡Suéltala!—gritóunavozalolejos.EraNicolás,queapuntabaconsuarmahacialaposicióndeambos.—Hombre,elquefaltaba—comentódivertidoelagresordeAlicia.Nicolásavanzódespaciohastalaposicióndelosdossindejardeapuntar
consupistola.Sabíaqueesedementenoloibaadejarescaparvivodeestasituación,peroteníaqueintentaratodacostasalvarlavidadelamuchacha,yaquenohabíapodidohacerloporlosintegrantesdelafoto.
—Quería haber llegado a tiempo de hablar conCarlos y haberlo hechoentrarenrazónsobreloqueestabasucediendo,peroveoquenohasidoasí.¿Cómoquieresquetellame?
—Porminombre.LlámameFernando,FernandoLorenzo.Nicolásloentendiótododegolpe,eraporestoquesiemprefirmabacon
ese nombre. No se estaba riendo de ellos, estaba siendo él mismo.Sencillamenteperfecto.
—Vale,Fernando,tútieneselcontrol.¿Vasamatarlasinmásolevasaexplicarloqueestásucediendoaquí?Creoquelomerece,ytodatuobrano
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tendríasentidosinofueraasí—dijointentandoganartiemposinsabermuybienquéhacerparasalvarla.
—Cómono—contestódivertido—,perolovaahacerustedmientrasbajaelarma.Meimportaunamierdaquememate,peroantesmelallevoyoaellapordelantey,comolehedicho,todosesabrá.Lotengomejoratadodeloquecree.
—Está bien, está bien.—Levantó lasmanosmientras ponía su arma alrevésenganchándolaasudedoymostrándolaentodomomento—.UstedeslaseñoritaCruz,¿verdad?
Alicia asintió levemente. No le salía ni la voz, además de que le dabamiedopincharseconelcuchillo.
—Perfecto. Fernando tiene cierto problema psiquiátrico, tratado hacedieciochoañosporunadoctoraque,casualmente,murióanoche.FernandoyCarlosson lamismapersona,aunqueCarlos lodesconoce.Padece trastornode identidad disociativo, o como lo conocemos todos: doble personalidad.¿Meequivoco,Fernando?
—Enabsoluto.Prosiga.Alicia no podía creer lo que estaba escuchando. ¿Acaso esas cosas que
habíavistoenciertaspelículaspasabanenlarealidad?¿Carlosera,enverdad,dospersonasenuna?
—Enel trastornode identidaddisociativo,paraque laotrapersonalidadsalgaalaluz,muchasvecesesrecurrenteeltemadelahipnosis,puesraravezaparecesinutilizarla.Haypocoscasos,comoelsuyo,enlosque,trasentraren fase REM, actúan ciertas enzimas que hacen que el cerebro esté en unestadosimilaraldelahipnosis,segúnheleídoenelinformedeladoctora.Nosiempreesasíysale lasegundao inclusomáspersonalidadesa la luz,perousted lo tiene tan desarrollado que casi siempre lo hace cuando se quedadormido. Ahora es como si usted lo estuviera, pero es capaz de actuar ypensar incluso conmás frialdad que estando en estado normal.Además, escapaz de imponer su voluntad sobre la otra personalidad sin que el otroindividuo sea consciente. Incluso podría acabar predominando sobre la otrapersonalidadydecidirquedarsesiempre.Aunque,siledigolaverdad,esperoqueestonoocurra.
—Desdeluego,ladoctoraeramuybuenaenlosuyo—comentódivertido—.Enciertomodomedoliórajarlelabarrigahacedosnoches.Ellatratódeayudarme en su día, en su consulta en Madrid, pero lo mío era unaenfermedadtandesconocidaycontanpocoscasosennuestropaísquetodoel
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mundopasódeellayacabódesistiendoensuayuda.Puedequesilohubierahecho,nadadeestohubierapasado,peroquéselevaahacer.
—Ahoravieneloqueyocreoquehaocurrido—prosiguióelinspector—.Enunodesusdesdoblamientosdepersonalidad,usted,nosédequémanera,descubrióloquehabíahechosupadre.LapersonalidaddeCarlosloodiabaytratabadenopensar en él, pero la suya erabiendistinta.Ustedquería a sumadreporencimadetodoyloculpódirectamentedesumuerte.Esporesoque comenzó a amenazarlo. Su padre no sabía de dónde venían estasamenazas y decidió acabar con su vida; no lo podía soportar. Fue entoncescuando usted decidió poner enmarcha su plan de ir matando uno a uno atodos los que participaron en este acto. Carlos no tiene ni idea de suexistencia,porqueladoctoralepreservóparaquenuncalosupiera,perosílecontóausted,despuésdesesionesdehipnosis,loqueestabasucediendo.Enlamayoríadeloscasos,laamnesiaquevaconestaenfermedadhaceolvidarlas cosas que hace la segunda personalidad o que le cuentan, pero en estecaso,estaidentidadhaconseguidohacerseunhuecohastaconvertirsecasienla principal. Usted influye en las decisiones de Carlos, como por ejemploquedarseenMors.Austedleveníadeperlasparallevaracabosuplan.EstoysegurodequeelpobreCarlosqueríairse,irsemuyrápidodeaquí,peroustednolodejabademanerasutil.UstedhacontroladoaCarloscomosifuerasumarioneta.Esalgocomúnquesuelenhacerlospsicópatas,soloqueestavezdeunamanerauntantoespecial.
Fernandosonrióampliamente.—Mesorprende.Noesdeltodoasíloquehacontado,perohadadoenel
clavoconcasitodo.—¿Quénoesdeltodoasí?—Esoyaseacabarásabiendo,inspector.Notengatantaprisa.Nicolás semordió el labio.No comprendía a qué se refería, pero quizá
estofueraloquemenosimportabaenesemomento.—Pero por favor—insistió el inspector tratando de ganar algomás de
tiempo.Nosabíamuybienparaqué,peromejoresoquemorirtanpronto—,ilústrenossobrecómoacabóenterándosedeloquehabíahechosupadre,estapartenologroesclarecerla.
—Siselocontaranolocreería,inspector,peropordesgraciaesunasquemequieroguardarenlamanga.Nosepreocupe,leprometoquellegaráeldíaenelquelosabráyenelquenecesitarábebermuchoparacreerqueloquesabeescierto.Peroyadigo,dejemosalgodemisterioentodoestotodavía.
—¿Esquepiensaseguirasesinando?¿Suplannohaacabado?
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—¿Deverdadquierequitarlemagia al asunto?De todosmodos, yaquequiere saber, le contaré cómoempecé con lasvisitas aMors.El imbécil deCarlosysusmaníasmeloponíantododemasiadofácil.Enépocasdetrabajoduro,queeracasitodoelaño,habíadíasqueteníalacostumbredeirsealacamaalasnueveymediadelanoche.MadridyMorsestálejos,¿verdad?Nosi se viene a más de doscientos por la autopista. Se llega en apenas treshoritas.Lociertoesqueunavezaquínomequedabademasiadotiempo,puestenía que volver para que Carlos continuara con su vida, pero visitasfrecuentes durante un buen tiempo dieron para mucho. En ellas averigüémucho sobre las costumbres de los implicados en la violación. Siemprehacíanlomismo,cadanoche.Estofacilitabamuchísimolascosas.Lasnotanfácilesnohasidocomplicadoderesolversiseestápreparado.Yloestaba.Enmis últimas visitas fue cuando comencé a dejar notitas amenazantes a mipadre,pordebajode lapuertadesuvivienda.Enellas ledecíaquesabía loquehabíasucedidoyqueibaaporél.Elmierdaapenasaguantóy,bueno,yasabéiscómoacabó.Conlospiescolgandosobreelsuelo.
—¿Tuvistealgoqueverdemaneradirectaensuahorcamiento?—Nomeimportaríadecirtequesí,perono.Yadigo,unmierda.—Entonces, a partir de ese momento —añadió Nicolás—, comenzó a
asesinarunoaunoalosimplicadosenloocurrido.Muchospensaránquehaactuado demanera tan rebuscada por llamar la atención, pero no, usted esabogadoysabíaquehaymil formasdepoderecharleelguanteencima.Hacambiado en cadamuerte, imitando a los asesinosmás famosos de nuestrahistoria con el único fin de tenernos ocupados devanándonos los sesosbuscando un porqué. Cuando el porqué no se encontraba en su forma deactuar,sinoensufin.
—¡Vaya!Meimpresiona.¿Cómoescapazdesabertodoestoynisiquierapudoacercarseamíparaatraparme?
—Le recuerdo que sí lo hice, hace dos noches, en el apartamento de ladoctora.
—¿Eso?Nome haga reír.Llegó porque yo quería que llegara.Yo hiceque su querido Domingo Gámez le dijera cómo iba a actuar. Todo hasucedido porque yo he querido que así fuera. También podría haberleesperado y haberle rajado la garganta a usted y a su compañero sin que sedieran cuenta. Pero no me interesaba. ¿No se ha llegado a plantear cómoDomingosabíaesascosas?Nisiquierasemolestóencomprobarelnombredesuabogado.Nopuedodarlelascosastanmascadasyquenosepahacerusodeellas.Asínuncapodráserelinspectorquepretendeser.
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Nicolástratódeescondersusorpresa,peronopudoevitarabrirmucholosojos.
—Claro, coño.Si lohubierahechomehubieran trincado.Eso sí,yamecuidéyodequeCarlosnolovisitaraenlacárcel.Solollamadastelefónicasyjuicio. Juicio en el que usted estuvo presente, por cierto. Si hubierancomprobadoquemuchasdeestas llamadasseprodujeronpor lamadrugada,puedequehubierantenidoalgunapistamássobretodoesto.Domingologróhablar conmigo, conFernando, sin él conocer esta identidad.Le sorprendióbastantecuandomepresentécomoloqueenrealidadsoy.Esosí,tardóalgoencreermealpensarqueeraunaputaencerrona.Cuandocomprobóquenoloera, comenzó a confiar en mí mientras el gilipollas de Carlos defendía loindefendible.¿Aqueyanosesientetanbuenpolicía?
—Nome diga cómome he de sentir.Una persona que no puede sabercómosesienteellamismanodeberíaemitirestosjuicios.
—Emitolosjuiciosquemedalagana.Nosésihavistoeljuicioqueheemitidocontodosloshijosdeputaquesalenenlafoto.Yomismolosjuzguéylosdeclaréculpables,lajusticianuncaloharía.Sí,podríahaberlesmetidoun tiro a todos ellos en la cabeza, pero ¿qué clasedediversiónhubiéramostenido todos?Además, leheentrenadocomo inspector, jamásensuvidaseencontrará con un caso como este. Ha recibido un curso acelerado por miparte.Deberíaestarmeagradecido.
—Nodigaidioteces.Hubieraacabadoencontrándoledeunaformauotra.—Estosíqueesgracioso.¿Acasonorecuerdaqueestáaquíporqueyohe
queridoqueesté?Lehedejadopistasentodomomentoparapoderolermeelculoyno lohahecho, amigo.Soloqueríaquepresenciara el espectáculoyque, cómo no, formara parte de él. Le he demostrado ser mejor que losmejores asesinos en serie de la historia de este país.No he cometido ni unsoloerror,cuandoustedysuamiguitonohacíanmásquedarpalosdeciego.Estosintenerencuentaeltiempoquesehapasadollorandoporqueelcasoleabrumaba.¿Asípretendeserunbueninspector?Lasmuertesdeberíanpesarle,amigo,podríahaberlasevitadoperonoestuvopreparadoparahacerlo.Esunputonovatoyhaactuadocomotal.
El inspector se quedó mirándolo con la rabia inyectada en los ojos.Deseaba apretar ese gatillo por encima de todo, pero quería salvar a lamuchachaynohabíaningunagarantíadepoderhacerloasí.Necesitabaalgomásdetiempo.Nosabíamuybienparaqué,perolonecesitaba.
—Sigo sin entender por qué se tomó la justicia por sumano. Si segúnusted,culpaaAliciaya sumadrede todos susmales,noentiendoporqué
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ahorahaactuadocomosilaestuvieravengando.—Muy astuto por su parte. ¿Esto qué es, para ganar tiempo, o es de
verdadunintentoburdodequelecuentetodasmisrazonessindejarlugaralamagiadelmisterio?
Nicolásnosabíaniquédecir.Eselocoteníalasarténporelmango.—Ahora, le aconsejo quememate, porque si no lo hace escaparé y le
buscaré;yleacabaréencontrando,nolodude.Carloshamuertoparasiempre,nopiensodejarlosalirnuncamás,esamierdadedormirydelahipnosisyanovaldrá conmigo. Su personalidad jamás volverá a salir a la luz. Ya meencargaréyodeeso.
Nicolássabíaqueestopodríapasar.Esloquemástemíaladoctoraensusobservaciones.Decíaclaramentequeunapersonalidadsepodíaimponeralaotrayacabarperdiendolaverdadera.Sustemoressebasabanenestoyaqueen muchos casos era la segunda la que acababa ganando. De ahí susconstantesinsistenciasparaquelehicierancaso,porqueveíaquelasegundaeraunapersonalidadviolentayconunafaltadeempatíaevidente.
—Vale —dijo el inspector volviendo a empuñar el arma y apuntandonuevamenteaFernando—.Yamehecansadodejugar.Acabemosdeunavezconesto.
—Metemo,inspector,quenovaaserasí—dijounavozfemeninatrasélmientrasNicolássentíaelfríoacerodeuncañónenlanuca—.Acabaremosconesto,peronoasumanera.
Fernandosonrióampliamenteantesdesaludarasucómplice.—Hola,Gala,cariño.
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Viernes,16deoctubrede2009,14.19h.Mors.Elpeñasco
Hacía un buen rato que Alfonso se había despertado de su estado deinconsciencia. Al principio no supo dónde se encontraba, pero al instante,debidoalruido,comprendióqueestabaenelmaleterodealgúnvehículo.Loúltimoque recordabaerahaber intentadoayudaraunamujerque lloraba, apartirdeahísetornótodonegro.
¿EstaríaenmanosdeCarlosode suálterego,o loestabadeesamujerquenoteníaniideaquiénera?
Haberpodido leerel informede ladoctorahabíahechoque todo loquecreía imposible ya no lo fuera tanto. ¿En verdad existía un trastorno así?Entonces,enefecto,Carlosnosabíanadayhabíaactuadodemaneranaturalmientras,por lasnoches,elpsicópataquehabitabadentrodeélhacíade lassuyasenlascallesdeMors.Siselocontabannoselocreía.
Intentó varias veces abrir el maletero para poder escapar pero no tuvoéxito,puesparecíaestarcerradoconllave.Seleocurrióotraideaqueesperóquefuncionara.
Parallevarlaacaboaguardóaqueelcochesuhubieradetenidodeltodo.Oyóqueunadelaspuertasseabrióparadespuéssercerradayrezóparaqueenelcochesolohubieraunocupanteapartedeél.Apesardelpocoespacioquetenía,logrócolocarsedetalformaquepodíamoverconbastantesolturalas piernas. Comenzó a dar patadas con todas sus fuerzas a los asientostraseros.Elsonidodeunmuelleforzándoselehacíateneralgodeesperanza.Nosabíadóndeestaba,perosiquienocupaseelasientodelpilotoregresabayseencontrabaconque tratabadeescapar, le ibaameterun tiroentrecejayceja,yaqueconlopocoquepodíapalparseélmismo,nonotabasuarmaporningúnlado.Seguramenteselahabríanarrebatado.
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Trasvarios intentosdandopatadasconsiguióqueel asientocedieray élpudosalirporelestrechohuecoquequedaba.Sequedóalgodesorientadoyaturdidoencuantorecibióelgolpedeluz,peroleparecióverqueestabaenmediodeunparajesemidesértico.
Volvió a palparse para tratar de encontrar su pistola. Con resignaciónaceptóquenolallevaba.Estocomplicabaunpocomáslascosas.
Saliódelcochepor laventanilladeunade laspuertasdeatrásque,porsuerte,erademanivela.
Una gran sorpresa le esperaba fuera. Su propio coche estaba aparcadojustoalladodelquehabíalogradoescapar.Nicolástambiénseencontrabaenese lugar.No supodistinguir si esto era en realidad buenoomalo, pero suinstintoledecíaqueseguramentedebíainclinarsemásporlasegundaopción.Acudióasucocheconlaesperanzadequesiguieraestandoahíloqueibaabuscar.
Abrió la puerta y se agachó. Comenzó a palpar debajo del asiento y lanotó. Ni siquiera Nicolás sabía que guardaba una semiautomática ahí. Lohubiera llamado loco y él solo la llevaba por si acaso. No era su armareglamentariayestolepodíaacarrearalgúnproblema,peroahorapuedequelesalvaralavida,ynadaleimportabamásqueeso.
Comenzó a andar por el angosto camino arma en mano. Este parecíaacabarse justo cuando se podía divisar una fila de árboles alineados. Leparecióoírvoces.
14.25h.Mors.Elpeñasco
AlicianopodíacreerquelafamosaGala, laqueenalgunaocasiónlehabíanombradoCarlos,estuviera tambiénmetidaen todoaquello.Si todoesoeraunapesadilla,queríadespertarcuantoantes.
—Gala—dijoFernando—,cuéntalesaestepardealmascándidascómomehasayudado,lesencantarásaberlo.
Estasonrió,parecíaquetambiénledivertíaeljuego.—No hay mucho que contar. Comencé acostándome con Carlos hace
algunosaños.Laverdadesquesiempremeatrajosufísico,peronadamás,nopodía soportar todas esasmierdas demanías que tenía para todo. Peromegustaba follar conél, punto.Siempreme iba a casadespuésde cadapolvo,pero él se fue encaprichandodemí y empezó a pedirmequemequedara a
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dormir.Laprimeranochequelohice,reconozcoquemeasusté,puesabrílosojosylovisentadoenunsillón,mirándomefijamenteysonriendo.Penséquelohacíaparareírsedemí,perodeprontoempezóacontarmesusecreto.Alprincipiopenséquemeestabatomandoelpelo.¿Quéotracosapodíapensar?Peroeraverdadquehabíaalgodistintoensumaneradehablar,ensumanerademirarme…Noséquémepasóperomeatrajoparasíparasiempre.Cadanoche,despuésdefollarmealotro,esperabaaquesedurmieraparadisfrutardeFernando,alguienquedesdesiempremehavueltoloca.Cuandomecontólode supadreycomprendí elorigende todos susmales,decidíquequeríaayudarlo.Loharíaatodacosta.Milaborhasidomuysimpleperoefectiva,hevigilado cadamovimiento que han hecho ustedes para permitir a Fernandomoverseasusanchas.Selomerecía,merecíahacerjusticia.
—¿Ynohabía otramanera?La justicia nunca puede ser tomadade esaforma.Nosepuedeirporahídecidiendoquiéndebeviviryquiéndebemorir.
Galacomenzóareír.Fernandosecontagiódeesarisa.—¿De verdad se cree esa mierda? Precisamente por eso apoyé a
Fernando.Aestaspersonasnolesibaapasarnada.Undelitodehacetantosañosahoraquedaríaenapenasunafaltaconunosbuenosabogados.No,esanoeralaforma.HicecreertodoestetiempoalbobodeCarlosquevendríaaestarconélnadamáspudierahacerlo.Loconozcodemasiado,loquemásleimporta es su trabajo. Sabía queme diría que dejara sus casos bien atadosantesdeaparecerporaquí.Estolehicecreer,mientrasmedediquéavigilarleaustedyasucompañero,queporcierto,estáenelmaleterodemicoche.
Nicolássintiócómoelcorazónseleacelerabaalescucharesaspalabras.—¿QuécoñolehashechoaAlfonso?—quisosaber.—Quieto,gallito,todavíanada.PeronoteprometoqueFernandonovaya
asaludarlounavezhayamosacabadocontigoyconlamocosa.ElabogadocomenzóareírdescaradamenteantelafrasedeGala.Surisa
erasiniestra,macabra,NicolásnopudoevitaracordarsedelJoker,elvillanodeloscómicsdeBatman,alverestacara.
El inspector sintióque la sangre lehervía.SabíaqueunmovimientoenfalsopodríaacabarconsuvidayconladeAlicia.Teníaquepensarrápido,estabancayendolosúltimosgranosdearenadentrodelreloj.Nosabíacuántotiempodevidalesquedaba.
Miró a su derecha moviendo solo los globos oculares. Nada de lo quepudieraayudarse.
Miróasuizquierda,haciaunalíneadeárboles.Entonceslovio.
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14.36h.Mors.Elpeñasco
Alfonsoestabatiradoenelsuelo,escondido.Estabamuynerviosoporquenoteníaatiroaningunodelosdosyaqueambosestabancubiertosporlachicaypor Nicolás, y necesitaba que este lo mirara para indicarle rápidamente sumovimiento. Pero no lo hacía. No llegaba a oír bien de lo que estabanhablando, pero le importaba tres narices. Solo quería sacar a Nicolás y lachica jovendeaquello.Era imposiblequeestuvieranviviendounasituacióncomo esta. Esperó con toda la paciencia que pudo encontrar dentro de él,reprimíasuinstintodeapretarelgatilloyquefueraloqueDiosquisiera.Nopodíadejarsellevar,larazóndebíadeimponerse.PeroNicolásnolomiraba.
Depronto,lohizo.Alfonsoleindicóconelbrazocómoteníaqueactuar.Habíanpracticado
unadocenadevecesestasituaciónenlaacademiaporsienalgunaocasiónseencontrabannegociandodecercaconundelincuentearmado.Nuncapensaronqueestecasopudieradarse.
¿Cómoimaginarlo?Peroahíestaban.Tocabaactuar.Eraelmomento.
14.38h.Mors.Elpeñasco
Nicoláscomprendió loquepretendíahacersuamigo.Sabíaqueeraahoraonunca. Si dejaba pasar más tiempo, la situación podía torcerse y entoncespodría irse todo a lamierda. No lo pensó, sabía queAlfonso esperaba esemovimiento.Comounrayosaltóendiagonalhacialaderecha.Galanoesperóquelohicieraynosuporeaccionara tiempo,yaqueAlfonso le incrustóunbalazoenelcostadoquehizoquecayeradebrucesalsuelo.
Fernando, que tampoco lo esperaba, reaccionó echándose hacia delante,movimiento que aprovechóNicolás, que se había colocado con el arma enalto y disparó hacia él teniendo bastante más ángulo que en su posiciónanterior.Labaladiodellenoensuhombroehizoquesoltaraelcuchillotraselimpacto.Sinpensarlounsegundocomenzóacorrerhaciaél,quesedolía
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enelsuelo,yseabalanzóencima.Elforcejeoentreambosnofuetal,yaqueFernandoseretorcíadedolorenelsueloyNicoláscontabaconlaventajadeestar entero. Tras esto, consiguió apresarle las manos y colocarle conhabilidad unos grilletes que guardaba en la parte trasera de su cinturón.Despuéssedejóllevarmomentáneamenteporlarabiaylepropinóunpardepuñetazosquemás tarde justificaríacomopartedel forcejeo.Lonecesitaba.Miró hacia el punto en el que estaba la cómplice deFernando y comprobósatisfechoqueAlfonsohabíalogradohacerlomismoyseencontrabaencimadeella.Este,encambio,miróaNicolásehizoungestoconelpulgarhaciaabajo.Elimpactodelabalahabíaacabadoconsuvida.
Fernando,que todavíasedolíapor labalayquenohabíasidocapazdereaccionar tras su detención por parte de Nicolás, levantó como pudo lacabezayvioelgestodeAlfonso,alquerespondióconungritomuyagudoyestridente. Comenzó a patalear con mucha fuerza, intentando liberarse deNicolás.Pero toda la fuerzade esteúltimoestaba empleada enque estonopudierasuceder.
TantoCarlos comoél estaban enamorados de lamismamujer, deGala,aunqueesta solocorrespondieseaunodeellos.Alpeorde losdos.Nicoláspensóque,alfinal,estoeraunreflejodecómoeracasisiempre,dondeelladorebelde,elmal,atraíamuchomásquelaluz.
—¡Hijodeputa!—Siguiógritandoyescupiendobabacomounauténticodementemientras se revolvíaunayotravez—. ¡Tevoyamatar! ¡Tevoyasacarhastalaúltimagotadesangredetuputocuerpo!¡Temataréatiyatuamigo!¡Tambiénaella,lojuro!
Nicolásno lopensóygolpeócon laculatadelarmaen lasiendeaquelloco. En las películas, esto solía dejar noqueado al que recibía pero, en larealidad,loúnicoqueconsiguióeraquesecalmaraalgoporelprofundodolorquesentía traselgolpe.Alfonsofuecorriendoyayudóa tenercontroladoaFernando,yaqueconGalanohabíanadaquehacer.
Nicolásselevantóy,sinperderdevistaasupresa,sedirigióhaciaAlicia.Estabatiradaenelsuelo,llorando.Nohabíaconsueloparaella,pero,aunasí,elinspectortratódeofrecérselo.
—¿Estásbien?Estatiritaba.Nicolásletocóelcuello.Teníaalgodesangreperoparecía
ser una herida superficial, nada importante. Se recuperaría, al menosfísicamente,enseguida.
—¿Llevaselteléfonomóvilencima?
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Alamuchachalecostócomprenderlapeticióndelinspector,peroalfinalasintió.
—Déjamelo,porfavor.Pediréayuda.AliciaobedecióyleprestóelteléfonoaNicolás.Estellamódirectamente
acomisaría,solicitandorefuerzosyunaambulancia.Parecíaserquelapesadillahabíaterminado.Aunqueyafueratardepara
muchos.
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Viernes,16deoctubrede2009,15.27h.Mors.Elpeñasco
Hasta cuatro patrullas se desplazaron a la zona. No tardaron demasiado enllegar,puesyaestabanallíenMorscuandorecibieronelaviso.Elcomisarioyel inspector jefe no dudaron en hacerlo también, aunque llegaron algomástarde.Lanoticiadeladetencióndeunodelosasesinosmáscruelesdetodalahistoriarecientedelpaísnopodíasermenospreciadaasícomoasí.
UnaambulanciaatendiódeinmediatoaldementedeCarlos/Fernando.Laheridaporelimpactodebalahabíasidolimpiaynisiquierahabíatocadoelhueso.Serecuperaríademanerafácilysincomplicaciones.
Ningunode losallípresentessupoplantearseconclaridadsienrealidadaquelloeraalgobuenoono.
El psicópata no dejaba de mirar hacia donde el forense manipulaba elcuerpodeGala.Nolloraba,nomostrabaemociónalguna,solomiraba.
Nicolás,asuvez,lomirabaaél.Preferíanopensarsobrequéselepasabaporlacabeza,puedequealgúndíavolveríaaquedarlibrey,sinduda,iríaaporélylossuyos.Estaríapreparadoparaentonces,aunquetodavíaquedabamuchoparaesto.
FuehastadondeestabaAlfonso.Estabatambiénmuycallado.—¿Quépiensas?—quisosaber.—Encientosdecosasalavez—contestósindejardemiraralfrente—.
Nuncahabía temidopormi vida comohoy, ¿sabes?Mehedado cuenta demuchascosas.
—Esoeshoy,quehapasadotodoesto.Mañanavolverásaserelmismocapullodesiempre.
Alfonsolomiró.—Nodisparéamatar,¿sabes?Erréeltiro.
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—Soncosasquepuedenpasarennuestrotrabajo.Yalosabíamoscuandonosmetimosenesto,¿no?
—Tengoqueseguirpracticandomitiro—dijomirandodenuevohaciaelfrente.
Nicolás no dijo nada más. Estaba claro que a Alfonso le afectaba elhaberlequitadolavidaalachicapero,enunmomentoasí,eraellaoellos.Nopodíajustificarestamuerte,perotampocolamentarla.Sobretododespuésdelcomplicadoentramadoquesehabíanmontadoambosdelincuentesparallegaraestasituación.
Decidió dejar a su amigo solo con sus pensamientos y se acercó hastaAlicia,queestabaconunadelaspsicólogasdelcuerpo.
—¿Nosdisculpaunmomento?—ledijoalapsicóloga.Estaasintióysealejódeambos.—¿Cómoestá?—Nolosé, todavíapiensoenqueestoesunapesadilla.Nopuedocreer
quetodoestohayapasadodeverdad.Enningúnmomentomehabíaplanteadoque pudiera ser esa persona, la misma que me miraba con esos ojos tanpreocupados,laquehubierasembradotodoestecaos.
—Escomplicadodecreer.Inclusoyotengomisdudasdequeestopuedaser realono.Peromuchome temoque sí.LadoctoraVílchez lo averiguó,tratódecontármeloperonolediotiempo.Yanosésitodofueproductodelamáspuracasualidadoélmismoesperóaquesedieracuentaparamatarla.Esquedavértigopensarencómosehadesarrolladotodo.
—Pero es que he sido tonta al creerme todo lo queme contaba.Mehausadocomosi,nosé,comosiyofueraunamarioneta.Nomelopuedocreer.
—NosientaesoporquelapersonaquelehablabaeraCarlos.Todoloqueél le decía, se lodecíadeverdad.Supreocupaciónporhallar la verdad erareal. Es cierto que su otra personalidad le empujaba a hacerlo, ya que yomismo vi en sus ojos un ansia de querer salir corriendo del pueblo deinmediato.Ahorameloexplicotodo,peroensumomentonolopensé.DudodequeFernandolehayahabladoalgunavez.Yo,almenos,estoysegurodeque las veces que había hablado con él lo había hecho con el abogadomaniático, no con el psicópata. Esto es muy complicado. Pasará muchotiempoysupongoqueseguiremossincreerhabervividoalgoasí.Esquetienenariceslacosa.
—Esloquedigo,unapesadilla.—Nocreaqueyonolosientoaveces,peropareceserquetodohallegado
asufin.
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—¿Iráalacárcel?—preguntólamuchachamirandohacialaambulancia.—No lo creo. Debería, pero seguro que tendrá un buen abogado de su
bufeteasu ladoquealegue todoel temade ladoblepersonalidad.Supongoqueiráaunapenitenciaríapsiquiátrica.Puedequeaquímismo,enAlicante.Estotampocoesmalodeltodo,porquepodríaestarencerradodeporvidaenellasitodosegestionadelamaneracorrecta,aunquenoséyo…
—Vamos,queviviráacuerpoderey.—Bueno,nomuydistintoacomoviviríaenlacárcel,estoesEspaña.Al
menos,yendoalpsiquiátricoseevitaquelomatenenlacárcel.Estetipodepersonalidades no sonmuybien recibidas en los penales.No sé si sabes loquelepasóalMataviejas,unodelosespejosenlosquesehamirado.
Ellanegóconlacabeza.—Puesquecomosoncomoson,pueslesencantaalardeardeloquehan
hecho.Estánmuyorgullososdesusactosy,muchasveces,estonoseperdonaen la cárcel.AlMataviejas lomataronpor eso.El quemata aunpsicópatatambiénsehacefamoso.Estoesunpocolapescadillaquesemuerdalacola.
—Vaya.Entonces,dentrodelomalo,hastalehasalidobienlajugadaaél.En fin, debería llamar ami tía.Hedesaparecidodel barydebede estarmuypreocupada.Nosécómocontarletodoesto.
—Ojalálapudieraayudaryomismo,peronotengoniidea.Esosí,cuenteconnuestrapsicólogainclusosilanecesitaparasutía.Todoloqueestéenmimanolovaatener.Hayqueseguirparaadelantecomosea.
—¿Enrealidadcreequeesposible?—Unabuenaamigamehizocreerquesí—respondiópensativo.—Gracias.—Nomelasdé.Nicoláscomenzóaalejarse,perodeprontoseparóydiomediavuelta.—Porcierto,hasidoustedmuyvaliente.Conozcopocagentequepueda
soportar una situación como la que usted ha vivido. Es una personamagnífica.Téngaloencuentaparatodoslosaspectosdesuvida.
Alicialededicóunasonrisasincera.Elinspectorpasópordelantedelaambulancia,sinmiraraldetenido.Este,
encambio,nolequitóojo.Nicolásfuehastaelcírculoquehabíanformadoelcomisario,lajuezaque
acababadellegarysujefe.—Parecequetodohaacabado—dijonadamásllegar.—Mienhorabuena.—Elcomisarioseadelantóofreciendosumanopara
serestrechada.
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Nicoláslaaceptódebuenaganaysonriómientraslohacía.—Gracias,hasidoalgocomplicado,peroyahaacabadotodo.Sientono
haber llegadohastaél antes, teníaquehaberlovisto.Al finalRamírez teníarazón.Ahoraélestámuerto,podríahaberevitadotodoesto.
—No se disculpe, inspector.Es la primera vez en todami larga carreraqueveoalgoparecido.Creoquenadiehubierasidocapazdellegarhastaél,dadaslascircunstancias.Loimportanteesqueestanochedormiráentrerejasyque,bueno,acabeenunsitiooenotro,losveinteañosrealesalasombranoselosquitanadie.
—Esperemos.—¿Puedohablarconustedasolas?—preguntóelinspectorjefeaNicolás.—Claro.Simedisculpan.Lajuezayelcomisarioasintieron.Ambossealejaronunosmetros.—Está mal que lo diga, pero no me suelo equivocar. Confié en usted,
usted lo ha apresado. No puedo más que darle mi enhorabuena. Hademostradoquepara ser unbuenpolicía no se necesitan años a la espalda,sino saber observar bien los detalles y, cómo no, tener ese instinto del quetantosehabla.
—Ya,perohamuertodemasiadagente.Nopuedosentirmefelizporello.Ojaláeseinstintomehubierahechofijarmeenciertascosasquemehubieranayudadoaatraparloyevitaralgunamuertequeotra.Esosupongoquesílodalaexperiencia.
—Sí,losé,peroyaledigoyoqueesaexperiencianoesgarantíadenada.La experiencia es una forma de llamar a lo que aprendemos a base derepetición.Paratenerlaenesto,tendríaquehabervividomuchoscasosasíyme temo que esto sí que es imposible, gracias a Dios. Ya ha oído alcomisario,hahechousteduntrabajoexcelente.Hanhecho,mejordicho.
—Sí —dijo girando la cabeza hacia Alfonso—. Está algo afectado,haberlequitadolavidaalamujerlehadejadoalgotocado.Mehadichoquenodisparóamatar.Aunquenosécuálhubiera sidoel resultadoencasodeque ella hubiera seguido con vida. Puede que no estuviera aquí ahora,hablandoconusted.Creoquelascosashansalidodelamejormaneraposible.
—LodeGutiérrezesnatural.Yotampocolehequitadolavidaanadieyno llego a comprender cómo se puede sentir.Hagamos una cosa. Tómensehoyyel restodel finde semana libre.Emborráchenseyel lunes lesesperoparahacer todoel informeyprepararlo todoparael juicioquehabrácontraeste cabrón.Tenemos que asegurarnos de que los indicios se conviertan en
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pruebasirrefutablesyquedejenbienclaroquenodebevolveraverlaluzenmuchotiempo.Ahoranopiensenennadamás.Deverdad,gracias.
Este le estrechó la mano. Nicolás se sintió orgulloso de sí mismo porprimeravezenmuchosaños.
Puedequesíestuvierahechoparaestetrabajo.Conlaheridadelhombroyadesinfectadayestabilizada,habíallegadola
hora de meter al detenido en el furgón blindado y trasladarlo a prisiónpreventivahastaqueeljuezdictaminaraquéhacerrealmenteconél.
Nicolásnopudoevitarmirarlodirectamentealacara.Fernando ledevolvió lamiraday leañadióunasonrisa.Actoseguido le
guiñóunojo.Elinspectorsintióunenormeescalofrío.Sabíaquetardeotempranovolveríanacruzarse.Loquenosabíaeraquetodavíaguardabaunasenlamanga.Lapartede
lahistoriaquehabíaomitidocontaryqueexplicabaelverdaderomotivoporelquehabíadecididotomarselajusticiaporsucuenta.Unajusticiaque,porotrolado,nohabíahechomásqueempezar.
Peroestoeraalgoquetardeotempranoacabaríaaveriguandoelinspector.Deloquesíestabaseguroeradequenoleibaagustarlaformaenlaque
loharía.Nadahabíaacabado.Laruedaseguiríagirando.
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Agradecimientos
Y llegó lapartequemásmegustaymásdetesto.Seguroque tepreguntas:¿cómopuedesereso?Essencillo,estoyagradecidísimoamuchagenteymegustaríaexpresarloenestas líneas,peroelproblemavienecuandoesagentecrecedíaadíaynecesitaríacuatronovelasmásparapoderincluirlosatodos.Esporestoquevoyatratardecentrarme,directamente,entodoslosquedealgunamaneramehanayudadoconestanovelaolostengoenmidíaadía.
Enprimerlugar,comosiempre,aMari,misol;yLeo,miluna.Nohaydíaque no haya luz gracias a vosotros. Sois el sentido de todo. Gracias poraguantar esas veces que estoy fuera de casa y esas que me pongoinsoportable,queescasitodoeltiempo.Graciasporestarenmivida.
Alrestodemifamilia,muyenespecialamimadre,porcreersiempreenqueundíapodría.Hepodido.
AChusporhaber luchadodurantemucho tiempopor llevar estanoveladondeambossabíamosqueteníaqueestar.Llegamos.
A Carmen Romero, mi editora. Por mandarme esemail donde empezótodo.Porcreerciegamenteenmíyapostartanto.PoresosbrainstormingvíaWhatsApp.Porloquevendráenunfuturoenelquequieroseguirtrabajandocontigo.
AlrestodeprofesionalesdePenguinRandomHouse.Amiostraazul:JuanGómez-Jurado,CésarPérezGellida,GabriRódenas,
LuisEndera,BrunoNievas,BenitoOlmo,RobertoLópez-HerreroyGonzaloJerez.Pordejarmeaprenderdevosotros.
ALeandroPérez yArturoPérez-Reverte, capitanes de un transatlánticollamado Zenda. Por darme la oportunidad de aprender de losmás grandes,empezandoporvosotrosdos.Gracias,jefes.
A Sergio Pisa, por esos interminables mails, WhatsApp, llamadas yencuentros donde solo hacías que responderme mil dudas sobreprocedimientopolicial.Tedebotantoquenohaylíneasparaexpresarlo.Eresungranamigo,tío.
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AlosdoctoresJoséManuelMuñozyXimenaArean,forensesdelIMLdeAlicanteyAlmeríarespectivamente,quenodudaronenmostrarmecómoerasu lugar de trabajo y sus procedimientos forenses, además de atender milpreguntasdeunpesadocomoyo.
Al doctor Álvaro Herrero (en redes@Ordinarylives), por lo mismo dearriba,peromuchomás.Porsiempreestardispuestoacontestarmecualquierduda, por inverosímil que sea. Por hacerlo de manera profesional y porhaberte convertido en mi amigo. Sé que nuestros encuentros seguiránllegandoyyolosaplaudiré,porqueeresúnico.
Al inspectorSerna,de laComisaríaProvincialde laPolicíaNacionaldeAlicante. Por mostrarme la realidad policial y sus procedimientos en laprovincia.Graciasportuamabilidad.
Al inspector jefede laSeccióndeAnálisisde laConductade laPolicíaNacionalJuanEnriqueSoto.Porqueteadmiro,porqueteabristedeparenparamíymedejasteverenprimerapersonacómolohacéisen laSAC.Esunhonorquenuncaolvidaré.YporlavisitaaCanillas,unsueñocumplido.
A los integrantes de las unidades centrales de Homicidios que me hanayudado también conmuchas dudas.Me pedisteis anonimato, pero aun asíqueríaagradeceroseldejarmeconocervuestrotrabajo.
AMario,JoséyCarlosJG,delaGuardiaCivil.Porvuestraamistadyporlomismo,portantaytantaytantaytantaytantaayuda.
Amis amigasMariaJo, Silvi, Olga, SoniaM. y Silvia (ozziluz). Sobretodo,porvuestraamistad,perotambiénporhaberhechodebetasycontarmevuestrasimpresionesantesquenadie.
Al restodebetas.Porprimeravezhabéissidomuchosyyameeshastaimposible nombraros, así que, para no dejarme a nadie, no lo voy a hacer.Solome encantaría destacar aAlbertoSierra, un tipo capaz de hacerse unaporradadekilómetrosincontablesoloparatomarsealgounamañanacontigoycharlarunbuenrato.Esungenio.
Y,endefinitiva,aesos lectoresqueestáisdesdesiempreya todosesosnuevosquellegáiscadadía.Lomásimportanteesque,graciasavosotros,nosolosoyescritor,mesientoescritor.
Ahora es el momento en el que me dejo a alguien y me tiene queperdonar,peroesquelalista,comoves,eslarga.Sitehedejadofuerahasidosinquerer,seguroquemelosabrásperdonar.
Si quieres contarme algo, lo que sea, búscame en redes sociales, dondecasisiempreusoelmismonick:@blasruizgrau.Teatenderéencantado.
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BLASRUIZGRAU,Mors2015–Almoradí2019
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BLAS RUIZ GRAU nació en 1984 en Rafal (Alicante). Autopublicó suprimeraobra,Laverdadoshará libres,en2012,conun inmediatoéxitodeventas.Sustresnovelassiguientes—Laprofecíadelospecadores,KryptosySiete días de marzo— han alcanzado los primeros puestos en las listas deventas de libros digitales, conquistando a cientos de miles de lectores.Tambiénesautordelensayosobre investigacióncriminal¡Quenadie toquenada!yasiduocolaboradordelawebliterariaZenda.es.
Twitter:@BlasRuizGrauInstagram:@blasruizgrau
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