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Boletín Oficial de la Agrupación Astronómica de la Safor
HUYGENS
AJUNTAMENT DE GANDIA
noviembre - diciembre- 2011 Número 93 (Bimestral)AÑO XVII
Dracónidas
Biografía del Sol (I) Félix “el gato”Ariadna
2
A.A.S.
Sede Social C/. Pellers, 12 - bajo
46702 Gandía (Valencia)
Correspondencia Apartado de Correos 300 46700 Gandía (Valencia)
Tel. 609-179-991WEB: http://www.astrosafor.nete-mail:cosmos@astrosafor.net
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con el nº 7434y en el Registro Municipal de Asociaciones de Gandía con el
num. 134
Agrupación Astronómica de la SaforFundada en 1994
EDITAAgrupación Astronómica de la Safor
CIF.- G96479340
EQUIPO DE REDACCIÓNDiseño y maquetación: Marcelino Alvarez VillarroyaColaboran en este número: Francisco M. Escrihuela, Marcelino Alvarez, Joanma Bullón, Josep Julià Gómez, Jesús Salvador, Angel Requena, Albert Capell, Enric Marco, , Maximiliano Doncel, Francisco Pavía.
IMPRIME DIAZOTEC, S.A.
C/. Conde de Altea, 4 - Telf: 96 395 39 0046005 - Valencia
Depósito Legal: V-3365-1999ISSN 1577-3450
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Asteroides:Josep Juliá Gómez (mpc952@hotmail.com)Planetaria:Angel Ferrer (palan100@hotmail.com)Arqueoastronomía:José Lull García (jose.lull@gmail.com)Cielo Profundo:Miguel Guerrero (guerrero_fran@ono.com )Efemérides:Francisco Escrihuela (pacoses@ole.com)Heliofísica: Joan Manuel Bullón (joanma_bullon@yahoo.es)Astrofotografía: Angel Requena Villar (arequenavillar@yahoo.es)
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SOCIOS NUEVOSSocio nº 147 David Cano Seguí
al que damos la bienvenida
Huygens nº93 noviembre - diciembre 2011 Página
Huygens nº 93 noviembre - diciembre - 2011 Página 3
Huygens 93noviembre - diciembre - 2011
42 Asteroides por Josep Julià por Josep Julià por
39 El cielo que veremos por www.heavens-above.com
40 Efemérides por Francisco M. EscrihuelaLos sucesos mas destacables y la situación de los planetas en el bimestre
36 Heliofísica por Joanma Bullón
38 Actividades sociales por Marcelino Alvarez
21 Fichas de Objetos interesantes: Perseo por Joanma Bullon
Fichas de objetos interesantes en diversas constelaciones. Encuadernables, mediante la separa-ción de las páginas centrales
5 Noticia-as por Marcelino Alvarez
Resumen de noticias que atañen a la AAS
3 Editorial
6 Briografía del Sol (I) por Jesús Salvador Giner
Vamos a iniciar un breve recorrido por el ciclo vital de nuestra estrella, un ciclo vital de 12.000 millones de años. Empezaremos repasando algunos detalles del Big Bang y de las fases previas a la aparición del Sol, continuaremos con la ignición de la estrella y el nacimiento del Sistema solar, así como la etapa de madurez de aquélla (secuencia principal)
25 Galería fotográfica por Angel Requena Parece ser que estamos de enhorabuena. Sin habernos despedido todavía del cometa Garradd ya tenemos nuevos objetivos astrofotográficos a la vista. Esta vez las “estrellas” invitadas son por una parte la superno-va descubierta en la galaxia M101 y por otra la inesperada lluvia de meteoros de las Dracónidas. Aunque se esperaba un máximo de unas 600 fugaces a la hora, al final nos tuvimos que conformar con algunas menos (aproximadamente la tercera parte de lo previsto).
14 Las incoherencias del “principio cosmológico” y las formulas de Fridman por Francisco Pavía
En el presente articulo abordaré otras “dos fórmulas de Fridman”, que nos muestran, de nuevo, lo incom-prensible de seguir conservando el citado “Principio Cosmológico” como paradigma sobre el que se sustenta “el modelo estándar” de la Cosmología.
34 De estrellas y hombres por Jesús Salvador Giner
La Luna llena provoca en nosotros un sinfín de emociones. Se dice (quizá sea cierto, o quizá sólo una paparruchada...) que con ella en el cielo se cometen más asesinatos y actos agresivos.
29 Ariadna: de Princesa de Creta a Reina del Espacio por Maximiliano Doncel
En la víspera de navidad de 1979 un enorme estruendo sacudió Kourou, una apacible población de la Guayana Francesa que cuenta con apenas 25.000 habitantes, tras ese estruendo una gran bola de fuego y humo se alzó sobre los cielos rugiendo como una fiera salvaje, en medio de este espectáculo surgió Ariadna o mejor dicho Ariane-1 el primer lanzador europeo
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BANCO O CAJA DE AHORROS..................................................................................................................................Cuenta corriente o Libreta nº ........... ............ ........ ....................................... Entidad Oficina D.C. nº cuentaDomicilio de la sucursal..................................................................................................................................................Población.................................................................................. C.P. .............................. Provincia ................................Titular de la cuenta .......................................................................................................................................................
Ruego a ustedes se sirvan tomar nota de que hasta nuevo aviso, deberán adeudar en mi cuenta con esta entidad los reci-bos que a mi nombre le sean presentados para su cobro por "Agrupación Astronómica de la Safor"
Les saluda atentamente (Firma)
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Boletín de afiliación a la Agrupación Astronómica de la Safor.
Aires de congreso
Desde hace poco tiempo, y por causas diversas, sin ninguna relación entre ellas, en los últimos meses estamos desarrollando nuevas actividades, (aunque algunas no son tan nuevas) que nos apor-tan nuevas ideas para diversificar el contenido del próximo Congreso Estatal de Astronomía.
Hace ya tiempo que la sección de Astrofotografía se muestra número tras número de Huygens con una gran participación, y fortaleza, además, de un nivel realmente alto. Ya tenemos convocado un con-curso de astrofotografía al que animamos a todos a participar
Pero por si esto fuera poco, dos nuevas tareas van a ocuparnos en los próximos meses.
La primera, tiene relación con la Radioastronomía, con la construcción de una antena para poder reci-bir las emisiones del Sol Júpiter, Saturno, y lo que se ponga por delante, como pueden ser satélites arti-ficiales, e incluso podríamos soñar con una comunicación con la ISS, durante la celebración del CEA. Si conectamos y podemos “hablar “ con los astronautas, sería la primera vez después de varios intentos en congresos y reuniones anteriores que lo conseguiríamos. De verdad os digo, que es emocionante. Mucho mas que ver la lucecita atravesando el cielo en plan mudo, y sin interacción con ella.
La segunda, es la incursión de la AAS, en la Astronomía de los espectros luminosos. Disponemos ahora de una red de difracción (star Analyser 100), con la que podemos realizar el espectro de las estrellas. La unión de la red de difracción, y el programa RSPEC – Real Time Spectroscopy, nos va a permitir realizar observaciones en las que podremos apreciar los componentes de la luz estelar, los desplazamientos al rojo de lejanos quasares, los espectros de supernovas, estudiar la espectroscopía solar, etc…
Ojalá que estas dos nuevas actividades, lleguen a convertirse en secciones fijas. Son dos ramas de la Astronomía en las que los aficionados también pueden colaborar y mucho, con los profesionales.
Y pensando ya en el congreso, como una de las intenciones es la continuación de la colaboración pro-am, (profesional-amateur) no estaría de más que muchos aficionados se enteren de esa nueva posibilidad. Y qué mejor que el congreso para darle publicidad.
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IV Jornada d’Historia de l’Astronomia i Meteorologia
Enric Marco, vicepresident de l’Agrupació Astronómica de la Safor, ha assistit a la IV Jornada d’Història de l’Astronomia i Meteorologia a la ciutat de Vic (Barcelona).
Aquesta jornada, que se celebra cada dos anys al seu Temple Romà, situat al centre històric de la ciutat, està organitzada per la Societat Catalana d’Història de la Ciència i la Tècnica, el Patronat d’Estudis Osonencs i l’Agrupació Astronòmica d’Osona (AAO). Es parlà de molts diversos temes. El més interessant va ser veure com la utilització de registres antics astronòmics o meteorològics per-met estendre el nostre coneixement del cicle solar o dels cicles climàtics per a èpoques en que no hi havia observadors professionals. Victor Navarro, de la Universitat de València, va tancar la Jornada amb la conferència: “El cultiu de l’astronomia a les decades centrals del segle XVII: circulacio dels coneixements i practiques entre els Països Baixos, Italia i Espanya”.
En acabar la Jornada vàrem ser invitats a visitar la seu de l’AAO pel seu president Miquel Amblas. En un edifici en el centre històric disposen de biblioteca catalogada, secció de revistes, sala d’informàtica i al pis superior una ampla sala de conferències. A més a més disposen d’un telescopi en una cúpula. Enric Marco, que va estar acompanyat per Pere Closas i d’altres membres d’Aster, Agrupació Astronòmica de Barcelona, va convidar tots els assistents a visi-tar Gandia en el XX Congrés Estatal d’Astronomia que organitza la nostra agrupació i que se celebra-rà del 6 al 9 de desembre del 2012.
Reunión CEA
El día 9 del 9 tuvimos la renión del CEA corres-pondiente al inicio de curso 2011 - 2012.
Después de todo el verano, sirvió para poner-nos al día con las nuevas noticias que sobre el congreso teníamos. La primera de ellas, fue ver el presupuesto que la Universidad Politécnica de Valencia nos había preparado, de acuerdo a nues-tras peticiones. A pesar de ser bastante elevado para nuestras posibilidades, “no pudimos rechazar la oferta”, porque supone realizar el congreso en el lugar idóneo: El Campus de Gandia de la U.P.V. .
Las facilidades que nos han dado hacen que se convierta en la mejor opción.
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1. El inicio y los tiempos previos
Como sabemos, hace alrededor de 13.700 millones
de años (figura 1), una gran explosión (el Big Bang)
supuso el inicio del Universo a partir de un primitivo
punto inextenso de altísima densidad e increíble tem-
peratura, que contenía comprimida toda la materia cós-
mica. Con anterioridad al Big Bang no existía absoluta-
mente nada: ni espacio, ni materia, ni luz, y el tiempo no
tenía sentido. La explosión, que permitió la distribución
de materia a través del espacio, se vio
magnificada por una fase de expan-
sión ultrarrápida (conocida como
inflación) que permitió incrementar
el volumen exponencialmente en una
fracción infinitesimal de segundo.
Al expandirse el espacio aumentó
su volumen y acabó por enfriarse1,
posibilitando las condiciones para la
formación de las primeras partículas
(llamadas quarks).
En esos primerísimos instantes de
vida del Universo ya se distinguían las
cuatro fuerzas principales que gober-
naban la materia convencional: gravi-
tatoria, electromagnética, fuerza nuclear
fuerte y fuerza nuclear débil. Sólo un instante después
(hablamos quizá de una millonésima de segundo...) se
crearon las circunstancias favorables para que los quarks
interaccionasen entre sí y formasen protones y neutrones
y, posteriormente, electrones. De ahí sólo hay un paso
(que duró aproximadamente unos tres minutos) hasta la
unión de protones y neutrones, constituyendo los pri-
meros núcleos atómicos de hidrógeno y helio. Cuando
este proceso finalizó el Universo estaba uniformemente
saturado de estos núcleos, y al disminuir aún más la
temperatura a causa de la expansión, las partículas se
desplazaron a menores velocidades, favoreciendo que
los electrones, hasta ese momento aislados, se aproxi-
maran a los núcleos de hidrógeno y helio. En un plazo
de un millón de años desde el Big Bang, los electrones
biografÍa del sol (i)Jesús Salvador Giner
jsginer@gmail.com
Vamos a iniciar un breve recorrido por el ciclo vital de nuestra estrella, un ciclo vital de 12.000 millones de años. Empezaremos repasando algunos detalles del Big Bang y de las fases previas a la aparición del Sol, continuaremos con la ignición de la estrella y el nacimiento del Sistema solar, así como la etapa de madurez de aquélla (secuencia principal) y sus primeras inestabilidades (gigante roja), hasta las últimas fases de la existencia del Sol (nebulosa planetaria, enana blanca y enana negra).
En esta primera entrega, acabaremos en el momento en el nuestro astro alcanza la madurez,reservando sus etapas finales para un nuevo artículo
Figura 1: evolución del Universo, desde los instantes primordiales a estrellas y galaxias.
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consiguieron anexionarse con los núcleos (ya que las
cargas opuestas se atraen y, como también sabemos, los
electrones tienen carga eléctrica negativa y los protones
positiva) y las fuerzas nucleares (que actúan a modo de
gancho) los mantuvieron estables y acoplados.
Así nacieron los primeros átomos del Universo, de
hidrógeno y helio, los constituyentes fundamentales
del mismo. Estos dos átomos estaban por todas partes
pero, debido a razones que aún hoy no comprendemos,
en lugar de permanecer uniformemente distribuidos
tendieron a agruparse en grupos multitudinarios. Al
aumentar la densidad atómica se formaron campos
gravitatorios2, cada vez más intensos a medida que la
zona de alta densidad iba ganando más y más átomos.
Esto organizaba nubes de átomos de hidrógeno y helio
de enormes dimensiones, rodeadas probablemente de
materia oscura que evitaba la disgregación de la
conglomeración.
Estas masas de gas gigantescas eran los embriones
de las actuales galaxias, formándose éstas por fusión
de varias de aquellas posteriormente. A menor escala
el proceso tendía a repetirse, formándose nubes más
pequeñas con sus propios campos gravitatorios intensos
que obligaban a la nube a contraerse. Su región más
densa (generalmente el centro, por motivos gravitato-
rios), formaba un denso núcleo, que se contraía cada
vez más rápido en virtud del enriquecimiento constante
de nuevo material. Su temperatura aumentaba sin parar
por la fricción entre sus partículas componentes y enton-
ces, en un momento crítico, el interior de la nube pudo
generar las condiciones necesarias para que se desarro-
llaran las primeras reacciones nucleares, permitiendo
que empezara a emitir luz propia como una estrella.
Tales estrellas, las primeras en brillar en el Universo
primitivo, se llaman por motivos obvios primitivas (o
también primigenias), y aparecieron probablemente
sólo unos pocos centenares de millones de años después
del Big Bang, mucho antes de la formación completa
de las galaxias. Sus características eran portentosas:
poseían una masa de entre 100 y 1.000 veces la solar,
un tamaño entre 5 y 15 el solar, brillaban entre 1 y 30
millones de veces más que el Sol y su superficie bullía
a 100.000 grados (la del Sol apenas alcanza los 6.0003).
Estos astros gigantescos fueron como los Adán y Eva
humanos: los primeros miembros de la estirpe estelar
del Cosmos.
La vida de toda estrella viene determinada por su
masa en el momento final de formación. Cuatro átomos
de hidrógeno pueden convertirse en uno de helio, proce-
so �denominado fusión nuclear� que habilita a la estrella
para brillar durante mucho tiempo. Una estrella primi-
genia, tan masiva, contenía en su seno enormes reservas
de hidrógeno; pero sus vidas fueron muy cortas, porque
pese a disponer de tanta materia en su interior brillaban
tanto que consumían ingentes cantidades de combusti-
ble nuclear, de modo que agotaban sus depósitos muy
rápidamente4. Los astros no forman otros elementos
químicos mientras consumen hidrógeno y lo convierten
en helio; pero cuando el hidrógeno se acaba el núcleo
estelar, muy caliente y denso, permite que los numero-
sos átomos de helio choquen entre sí a alta velocidad
y con frecuencia; algunos pueden entonces unirse con
otros, y si se ensamblan tres de ellos se forma un átomo
de carbono. Sucesivas combinaciones de átomos de
helio, posibles en función de las condiciones internas
de la estrella, forman otros elementos que hasta ese
momento no existían: cuatro átomos de helio integran
uno de oxígeno; cinco, uno de neón y seis átomos de
helio constituirían el magnesio. Así, poco a poco y a
medida que el interior de las estrellas incrementa su
temperatura, se forjan los elementos químicos con que
se moldea el Universo, y que posibilitará la formación
de otras estrellas, planetas, y materia viva. Pero, ¿cómo
se expulsan dichos materiales pesados al Cosmos?.
Cuando las estrellas primigenias generan en su fuero
interno elementos pesados sufren fuertes y terribles
desequilibrios y tras un corto tiempo el núcleo ya no
puede ofrecer más energía �ha consumido todo el helio,
convertido en los átomos pesados, y estos a su vez se
han fusionado para formar otros más masivos, que se
agotan velozmente�. En tales circunstancias la estrella
primigenia no puede mantenerse estable por más tiempo
y sus capas internas, sin combustible, padecen terribles
temblores que finalizan en el colapso final de la estrella.
Rebotando desde el centro hacia la periferia, las capas
internas alcanzan la superficie, el astro se desmorona y
desploma sobre sí mismo y estalla en forma de super-
nova5 (figura 2), lanzando quizá como agonía final un
infernal estallido de rayos gamma de enorme energía.
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Las explosiones tipo supernova en los primeros cientos
o miles de millones de años de vida del Universo
fueron enriqueciendo paulatinamente las densas nubes
moleculares de gas presentes en los brazos de la joven
la Vía Láctea, dispersando los metales que antaño
crearon en sus interiores las estrellas primigenias y
las generaciones estelares sucesivas. Los estallidos de
supernova suelen generar una onda de choque tal que,
al alcanzar a las nubes de gas y polvo, las comprimen
y elevan su temperatura (figura 3). Las estrellas
primigenias, que abandonaron el escenario de la Vía
Láctea hace muchos miles de millones de años, legaron
pues a sus descendientes el fértil material que moldearon
en sus núcleos. Astros posteriores de Población II, una
vez formadas las primeras galaxias, recogieron el
valioso testigo de metales y los añadieron a sus propios
constituyentes, produciendo estrellas masivas que, a
su vez, terminaron sus cortas vidas estallando como
supernovas. Nuevamente, estas explosiones nutrirían
las nieblas de gas galácticas dotándolas de abundantes
sustancias pesadas.
De este modo, gracias a la muerte explosiva de vie-
jas estrellas el espacio dispone de elementos pesados
que pueden arremolinarse en torno a una joven nube
molecular de gas y, tras la formación del astro principal,
servir de materia básica para la aparición de planetas,
los cuales precisan de dichos elementos pesados para su
constitución.
2. Origen de nuestra estrella y el sis-
tema solar
Si fuésemos espectadores externos a la
Vía Láctea y nos hallásemos en sus aledaños
exteriores hace algo más de 5.000 millones
de años, puede que por viéramos la explo-
sión, en forma de supernova, de alguna
de sus macizas estrellas de Población II.
Advertiríamos entonces a una joven Vía
Láctea repleta de brillantes regiones de gas
y polvo, nebulosas como racimos de luz
dispersos por sus brazos en remolino, y
entonces un punto de extraordinaria lumi-
nosidad atestiguaría el ocaso definitivo de
una estrella moribunda. Percibiríamos su onda de cho-
que (gracias a los efectos que produce en el gas) atra-
vesando progresivamente el espacio y alcanzando las
Figura 2: la explosión de la supernova 1987A, en la Gran Nube de Magallanes, en febrero de 1987. En la fotografía de la izquierda aparece la estrella pro-genitora señalada con una flecha, un débil astro llamado SK 202-69. A la derecha la misma estrella, que aumentó millones de veces su brillo al estallar como supernova. (Anglo-Australian Telescope)
Figura 3: imágenes tomadas por el HST en luz visible, el Telescopio Espacial Chandra en rayos X y en ondas de radio (Radiobservatorio ATCA), que muestran la evolución de la onda de choque de la supernova 1987A desde 1993 y cómo afecta, excitándolo, al material expulsado en la explosión [R. McCray (U. de Colorado), D. Burrows y S. Park (U. del Estado de Pennsylvania), y R. Manchester (Australia Telescope National Facility)]
Huygens nº 93 noviembre - diciembre - 2011 Página 9
proximidades de una desconocida nebulosa (de la que
emergería más adelante nuestro astro) rica en metales.
Al hacerlo, su material sufriría un aumento notable
en temperatura al ser intensamente comprimido, y el
campo gravitatorio de la nebulosa tendería a hacer caer
el gas hacia el centro de la nube, la zona más densa.
Esta nebulosa, la nebulosa solar primitiva, había
vivido hasta entonces sosegadamente, aislada de
influencias externas excepto por la constante y lánguida
aportación de materiales pesados procedentes de super-
novas anteriores, acumulando gas y polvo, compactán-
dose gracias al intenso campo gravitatorio y uniendo
cada vez con mayor celeridad a la materia en el centro
de la nube. Los átomos que la formaban ya no podían
escapar en gran número al espacio, aun calentándolos
a altas temperaturas, debido a la intensa fuerza gravi-
tatoria de la nebulosa, y la nube tendía poco a poco a
ganar tamaño gracias a la anexión del material presente
en sus aledaños. A medida que crecía, su campo gravi-
tatorio adquiría mayor intensidad, atrayendo sin cesar
más masa en una poderosa retroalimentación cósmica.
La protonebulosa solar había mantenido cierto equili-
brio, que duró tal vez millones de años, mientras las
supernovas explotaban a distancias lejanas; mas cuan-
do tuvo lugar una de ellas en sus cercanías (digamos,
a unas decenas de años luz), causó graves y terminales
inestabilidades en la materia arremolinada.
Entonces la temperatura del centro de la nebulosa
fue aumentando sin descanso. El aporte constante de
material y el fermento energético en forma de onda de
choque de la supernova cercana hizo que el corazón
nebuloso elevara la excitación de sus átomos a un nivel
de increíble actividad. La fricción entre ellos fue tan
elevada que el aumento de la temperatura se desbocó,
pasando de miles de grados a centenares de miles, y
más todavía, hasta que llegó un instante mágico en el
que el centro de la nebulosa alcanzó los quince millo-
nes de grados de temperatura convirtiéndose, final-
mente, en una estrella. Emitiendo los primeros rayos
de luz visible auténticamente suyos (hasta entonces tan
sólo escapaban de la protoestrella radiaciones menos
intensas, de tipo infrarrojo) y despidiendo ráfagas de
materia incandescente como señal de su despertar, el
recién nacido Sol entraba a formar parte de la familia
estelar de la Vía Láctea.
Aunque acabamos de desarrollar muy someramente la
formación del Sol a partir de la explosión de supernovas,
hay otros procedimientos6 para el nacimiento estelar
que esclarecen mejor el origen de estrellas en otras
condiciones físicas. Sin embargo, fuera cual fuera el
procedimiento por el que el Sol inició las reacciones
nucleares es innegable que la protonebulosa fue
enriquecida con materiales pesados; de lo contrario no
hubieran podido aparecer los planetas que acompañan
al Sol7 en su trayecto por la Vía Láctea, sobretodo los
rocosos como el nuestro, y la misma composición solar
sería radicalmente diferente.
Ahora sabemos ya cómo vino a la vida el Sol, pero
¿cómo lo hicieron, por su parte, los planetas? La idea
clásica de la formación de los planetas a partir del
colapso de una nebulosa en rotación tiene sus raíces en
el siglo XVIII8, y se debe al filósofo alemán Inmanuel
Kant (1724-1804, figura 4).
Casi hasta la época
de Kant apenas se
habían alzado voces
en contra de la visión
teológica de la crea-
ción del mundo. En la
Biblia se decía que “al
principio, Dios creó el
cielo y la tierra. La
Tierra estaba desierta
y sin nada, y las tinie-
blas cubrían los abis-
mos mientras el espí-
ritu de Dios aleteaba
sobre la superficie de las aguas”. Pese a la carencia en
los textos sagrados de evidencias o argumentaciones
para sustentar tal afirmación (el testimonio de los após-
toles, creían entonces, era suficiente argumentación),
esta doctrina estuvo en boga y fue corroborada por
filósofos y científicos de primera línea (como el mis-
mísimo Isaac Newton) prácticamente hasta mediados
del siglo XVIII.
Pero a partir de 1740 se inició un periodo de discu-
sión de las ideas e hipótesis orientadas, precisamente,
a la crítica de la ideología religiosa, y en particular a
la cosmogonía basada en la Biblia. Hacia mediados
del siglo XVIII Kant se hallaba en Prusia oriental
Figura 4: Inmanuel Kant, principal filósofo de la edad moderna. Fue el primero en elaborar una hipótesis sobre la formación de nuestro sistema solar a partir de una nebu-losa de gas en rotación.
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trabajando como profesor privado, y un día conoció el
libro de Thomas Wright “Una teoría original o nueva
hipótesis sobre el mundo”, de 1750, en el cual su autor
describía el Universo como sistemas de esferas y anillos
de estrellas encapsuladas dentro de la Vía Láctea, con el
Sol en su interior. Ésta idea estimuló a Kant y le llevó a
publicar su visión propia de la estructura del Universo,
desarrollando la hipótesis de que las nebulosas elípti-
cas que se veían en el cielo (como M31, que por aquel
entonces se consideraba como tal, y no una galaxia),
eran entidades externas a la Vía Láctea y alejadas de su
influencia. Ahora sabemos que Kant estaba en lo cierto,
pero la ciencia no pudo demostrarlo hasta fechas tan
recientes como 1920.
Aquella obra de Kant, impresa en 1755, se llamaba
Historia general de la naturaleza y teoría del cielo, e
incluía un apartado muy sugerente en el que se hacía
referencia a la formación del Sol y del sistema solar a
partir de una nebulosa de gas y polvo en rotación. Kant
escribió lo siguiente acerca de su teoría: “Supongo que
toda la materia que constituye las esferas de nuestro
sistema solar estaba al principio descompuesta en
sus elementos primarios y llenaba el espacio [...]. En
una región del espacio llena de este modo, un reposo
universal durará sólo un instante. La materia comien-
za inmediatamente a organizarse y a formarse por sí
misma [...]. Los resultados del proceso consistirán en la
formación de diferentes masas”, masas que correspon-
dían, según Kant, a los planetas. Una vez el Sol se había
originado en el centro de la nebulosa, ésta empezaría a
emitir una serie de anillos de material, a partir de los
cuales la materia se reorganizaría de nuevo y consti-
tuiría los planetas. Repitiendo el proceso a pequeña
escala, se podrían formar lunas en torno a los planetas.
Un aspecto fundamental de su teoría era que la nebulosa
tendría forma de disco plano y los planetas tenderían
a situarse en el plano del ecuador de la misma, lo que
corresponde muy bien a la realidad. Tal propuesta era
la primera hipótesis acerca del nacimiento del Sol y
los planetas elaborada sobre la base de una nebulosa, y
exenta además de artificios o factores teológicos.
Pese a ello, la teoría de Kant no tuvo demasiado eco
en la sociedad científica de su época, pues el editor que
publicó el libro quebró a los pocos días y la mayoría
de las copias de la obra se confiscaron para pagar a los
morosos. Pasó casi medio siglo antes de que un natu-
ralista francés, Pierre Simon de Laplace (1749-1827),
resucitara las ideas del alemán en su volumen Exposición
del sistema del mundo, de 1796. Pero Laplace no sólo
recogió la teoría kantiana; la dotó de un esqueleto
científico, apoyándose en expresiones matemáticas que
trazaban la física de la nebulosa, otorgándole un acaba-
do mucho más consistente. Laplace mejoró, además, la
hipótesis nebular, solucionando algunas de sus lagunas,
pero sin poder superar finalmente importantes proble-
mas dinámicos y físicos que generaba una nube de gas
rotativa y que, a la larga, supondrían el abandono de esta
hipótesis en el siglo XIX, cediendo entonces el protago-
nismo a otro tipo de teorías que se ajustaban mejor al
nuevo paradigma científico de la época.
En realidad estas nuevas teorías, de corte catastrofis-
ta, eran reelaboraciones de las antiguas ideas del conde
de Buffon. La propuesta original de Buffon suponía que
un cometa había pasado muy cerca del Sol (ya formado)
en tiempos pretéritos. Debido al encuentro cercano entre
ambos, el cometa (que Buffon estimaba de un tamaño
similar al solar) habría expulsado material propio y del
Sol al espacio, parte del cual se perdería y parte acabaría
reunido en globos incandescentes, que girarían en torno
a la estrella y constituirían más tarde los planetas. Sin
embargo, ya en la época de Laplace se descubrió que los
cometas tenían masas insignificantes, y que de ninguna
manera podían sustraerle al Sol el material necesario
para formar planetas; por tanto, si los cometas no ser-
vían para tal fin, había que buscar un astro de gran masa
capaz de semejante logro. La propuesta fue todo menos
imaginativa: un choque entre estrellas, naturalmente...
Si bien era imposible demostrar de alguna manera
cómo podía un encuentro próximo entre dos estrellas
descomponer parte de ambas para, con posterioridad,
formar con sus fragmentos nuevos mundos, la escasa
consideración que a los científicos les merecía la hipó-
tesis nebular de Kant-Laplace hizo que, con los años, se
sucedieran las revisiones y actualizaciones de la hipó-
tesis catastrofista, y sus fundamentos acabaron siendo
aceptados paulatinamente. Ahora bien, si para formarse
unos pocos planetas era necesario el encuentro cercano
entre dos estrellas, un acontecimiento que según las
leyes físicas y de mecánica celeste era harto improbable,
entonces la existencia de nuestro sistema solar era casi
Huygens nº 93 noviembre - diciembre - 2011 Página 11
un milagro; la posibilidad de hallar otros sistemas pla-
netarios, en consecuencia, era virtualmente nula.
Pero dado que no se disponía aún de una base teó-
rica firme que sustentara la propuesta general y como,
además, el posterior análisis matemático (ya en el siglo
XX) de tales circunstancias cósmicas demostró que un
proceso semejante no habría producido un sistema solar
como el nuestro, la hipótesis catastrofista también fue
con el tiempo perdiendo adeptos, por lo que a mediados
del siglo pasado había dos propuestas sobre el origen
del sistema planetario, pero ninguna de ellas resultaba
físicamente adecuada; de hecho, tras algunas discusio-
nes al fin ambas, la nebular y la catastrofista, fueron
completamente rechazadas. Y puesto que no se disponía
de otro marco teórico en el que basar las observaciones
y sin nuevas investigaciones sobre el tema, el asunto del
nacimiento de los planetas fue (literalmente) ignorado
durante más de una década.
Sólo a principios de los años sesenta los estudios
tomaron por fin nuevos rumbos y pudo vislumbrar-
se una solución al problema, a partir de una serie de
observaciones pioneras relacionadas con la detección
de nubes de gas y polvo en torno a otras estrellas, que
parecían contener, como señalaba la hipótesis nebular,
todo el material pesado necesario para la futura apari-
ción de planetas. Posteriormente se descubrieron en los
años ochenta discos de gas alrededor de ciertas estrellas,
gracias al exceso de luz infrarroja que presentaban y
que no cabía explicar sino como por la presencia de
materia caliente en rotación. La confirmación directa de
planetas formándose en discos de gas y polvo llegó hace
sólo tres décadas, en los casos de los astros jóvenes beta
Pictoris y Fomalhaut, lo que ha supuesto un apoyo defi-
nitivo para recuperar la teoría nebular de Kant-Laplace.
Modernizada con los últimos hallazgos realizados y
dotada del armazón matemático necesario para superar
las deficiencias originales, hoy es la que mejor describe
la formación del sistema solar, y la suscriben casi todos
los científicos.
El proceso sería, aproximadamente, el siguiente
(figura 5): una vez el Sol tomó forma como protoestrella
antes de condensarse definitivamente, el material restan-
te �alrededor del uno por ciento del total� de la nebulosa
de gas se organizó en un disco alrededor del astro aún no
nacido. El disco estaba constituido tanto por componen-
tes ligeros (hidrógeno y helio) como otros más pesados.
En un primer momento, la nebulosa era opaca y calien-
te. A medida que la gravitación condensaba el protosol,
la nebulosa se enfriaba, y pudieron fabricarse diferentes
sustancias químicas: los primeros fueron compuestos
de aluminio, calcio, magnesio y titanio; posteriormente
aparecieron compuestos de sílice, y al templarse todavía
más surgieron hielo y metano sólido. Todos ellos adqui-
rieron pronto la configuración de pequeños gránulos.
Estos compuestos, siguiendo órbitas independientes de
baja velocidad, sufrieron continuos choques unos con
otros y, con el tiempo, quedaron confinados en un disco
achatado, de alta densidad, todos ellos en torno al Sol.
El primer intervalo de choques recíprocos tuvo el efecto
de condensarlos en dicho disco plano; posteriormente
esas colisiones sucedieron en un espacio menor, los
grumos de materia giraron más rápidamente y pronto la
atracción gravitatoria entre ellos los aproximó, sufrien-
do impactos más violentos. Al poco constituían ya
bloques de cientos de metros de diámetro, dado que la
materia no se distribuía uniformemente, sino que tendía
a formar coágulos de mayor densidad. Este proceso fue
casi instantáneo: se cree que no duró más de mil años.
En consecuencia, había en la nebulosa primitiva un mar
de pequeños bloques de gases y compuestos químicos
rotando alrededor del sol nonato.
Los fragmentos estaban uniformemente repartidos
por todo el disco de material, pero diferían en su natu-
raleza dependiendo si se hallaban cerca o lejos del Sol.
Esta segregación se debió a las intensas radiaciones
que acababan de generarse en el centro de la nebulosa9,
señal de que las reacciones nucleares habían, por fin,
empezado, y de que la protoestrella se convertía, pues,
en estrella de derecho propio. En las proximidades del
astro se hallaban los materiales más densos y rocosos,
minerales metálicos y pétreos con diámetros muy varia-
bles (de centímetros a decenas de kilómetros), que for-
marían lo que podríamos llamar los antecesores de los
actuales asteroides; por otro lado, en las zonas lejanas,
donde las temperaturas eran muy bajas, habría un claro
predominio de pedazos de hielos y elementos volátiles
(por ejemplo, anhídrido carbónico congelado, meta-
no cristalino y amoníaco), que corresponderían a los
núcleos de los cometas. A este tipo de cuerpos sólidos
en los inicios del sistema solar se les llama planetésimos
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(o planetesimales).
Los planetésimos eran muy numerosos (probable-
mente varios miles de millones, o aún más) y al situarse
en una misma región ecuatorial sufrían constantemente
choques y colisiones entre ellos. Si la velocidad de cho-
que era alta y el impacto era frontal, los planetoides se
desintegraban; si por el contrario era baja y el impacto
se producía rasante, las colisiones permitían la posterior
agrupación y fusión de los fragmentos, formándose
un cuerpo de mayores dimensiones que el anterior.
Al repetirse este proceso, los planetésimos de grandes
dimensiones recabarían cada vez más y más material y
la población de los más pequeños empezaría a reducir-
se, adquiriendo aquellos (llamados planetoides) tama-
ños de centenares de kilómetros. El material residual
sería barrido por ellos en sus trayectorias alrededor del
Sol, realizando los planetoides un importante papel de
‘depuración’ y limpieza de restos gaseosos.
No obstante, los planetoides de que hablamos no
eran aún idénticos a los planetas que conocemos hoy.
Una vez formados, los planetoides sufrieron terribles
episodios de violentos impactos; hubo muchos que cho-
caron entre sí debido a su mutua atracción gravitatoria,
y dado que sus dimensiones no diferían demasiado, sólo
aquellos cuerpos de dimensiones mayores10 consiguie-
ron sobrevivir sin despedazarse. Tras este periodo de
acumulación de material los planetoides mayores super-
vivientes sufrieron la fusión total de su superficie por el
calor liberado por los grandes impactos, que fundieron
su interior y permitieron fluir a la lava hacia el exterior
por las grietas de la corteza. Al enfriarse y solidificarse,
los planetoides se convertirían al fin en auténticos pla-
netas. Una vez formados éstos y libre el sistema solar de
aquellos, los mundos de la familia solar no padecerían
más que heridas superficiales causadas por ocasionales
impactos de asteroides o cometas vagabundos.
La reproducción, a menor escala y con mayor laxitud,
del proceso que acabamos de describir formó, en los
planetas gigantes del sistema solar, sus satélites mayores.
Las demás lunas menores de los planetas gaseosos y las
lunas marcianas son muy probablemente asteroides
capturados11. El origen del Cinturón de asteroides, el
Cinturón de Kuiper y la nube de Oort se explica como
consecuencia directa del crecimiento de los gigantes
gaseosos (Júpiter, Saturno, Urano y Neptuno), en el
primer caso porque interrumpieron la acumulación de
planetésimos entre la órbita de Marte y Júpiter, y en
los otros dos porque expulsaron a muchos planetésimos
pequeños hacia el exterior remoto del sistema solar,
donde se reagruparon y constituyeron el refugio actual
de los cometas.
Así, pues, el Sol procede de una nebulosa antigua,
excitada por una supernova que estalló en tiempos
lejanos; la Tierra es el resultado de la acumulación de
materia sobrante en la creación del Sol; y nosotros, seres
humanos y toda la vida del planeta, estamos constituidos
por la misma materia que antaño se apropió la Tierra.
Figura 5: esquemas con las diferentes fases de formación del sistema solar.
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(Notas al pie)1 Como reza la Segunda Ley de la conservación de la
energía: “La energía ni se crea ni se destruye, sólo se trans-forma”; por tanto, a mayor volumen, menor densidad, y así, menor temperatura.
2 Puede definirse un campo gravitatorio como el medio a través del cual un objeto transmite su influencia debido a su masa. Toda partícula crea su propio campo gravitatorio; a medida que la masa del sistema es mayor, el campo es más intenso, de ahí que la Tierra tenga un campo gravitatorio menor que el del Sol, y el de este sea menor que el de la Vía Láctea.
3 Al referirnos a la temperatura siempre se emplean en astronomía los grados Kelvin. Para pasar a grados Celsius, sólo hay que sumar 273. Pero en temperaturas de miles o millones de grados, como las que usamos aquí, las diferencias entre escalas son insignificantes. Así, cuando se cite un valor de temperatura y no se especifique lo contrario, se referirá siempre a la escala Kelvin.
4 Las estrellas primigenias también se llaman estrellas de Población III. Esta denominación deriva de su composición, que no solía contener metales (es decir, átomos más pesados que el helio), pues sólo los creaban en sus postreras etapas vitales. Las estrellas pobres en tales metales (que hoy vemos como gigantes rojas, astros viejos) se denominan Población II, mientras que aquellas estrellas ricas en ellos (generalmen-te astros relativamente jóvenes y muy brillantes) se llaman Población I. Hoy en día ya no existen astros de Población III, y la Vía Láctea sólo los contiene de Población I y II. Nuestro propio Sol es de Población I, que se ha enriquecido, como veremos, con los elementos pesados expulsados al espaciopor generaciones anteriores de estrellas.
5 Una supernova es, pues, la muerte explosiva de una estrella vieja, un suceso violento que durante un instante hace brillar a una sola estrella más que toda su galaxia (que contiene alrededor de 100.000 millones de estrellas). Las supernovas son un fenómeno bastante infrecuente en nuestra galaxia, o por lo menos no hemos tenido mucha suerte, por-que la última que se observó fue en 1604.
6 Por ejemplo, una de estas hipótesis plantea que quizá estrellas como el Sol nacieron debido también a contracciones del gas primigenio dentro de los llamados glóbulos de Bok, regiones oscuras �debidas al polvo que las rodea, a modo de armazón protector� que quizá contengan en su núcleo el embrión de una futura estrella. Este proceso de nacimientos es útil en regiones de gas y polvo donde se están formando gran número de estrellas masivas que lanzan al espacio violentos “chorros” de materia (llamados vientos estelares), que podrían desprender completamente a la protoestrella de su disco de gas, desnudándola e imposibilitando la formación de planetas. Por otra parte, la hipótesis clásica del nacimiento del Sol considera que la nebulosa que dio origen a nuestra estrella empezó su colapso sin necesidad de elemento externo alguno (es decir, sin la acción de ondas de choque de supernovas o cualquier otro tipo de fenómeno cósmico que le indujera a la contracción), sino sólo como consecuencia de
inestabilidades gravitatorias que sufrió la nebulosa primordial por las condiciones físicas imperantes.
7 Por cierto, aunque hayamos descrito la formación del Sol como un astro solitario producto de la contracción de una nebulosa individual de gas, se piensa que es mucho más plausible (y así lo demuestran las observaciones llevadas a cabo en grandes regiones de formación estelar, las nubes moleculares) que las estrellas nazcan en racimos, en enormes zonas nebulosas en lugar de nichos nebulosos particulares. Una vez se crean, cada una de las estrellas del grupo iniciará su viaje interestelar individual a través de la Vía Láctea. Es posible que estrellas provenientes de la misma nube original estén hoy separadas muchos centenares o miles de años, como hermanas que se marchan jóvenes de casa siguiendo su propio camino y nunca se vuelven a encontrar. Para más información sobre las posibles “hermanas” del Sol remitimos al artículo que apareció en el número 88 (enero-febrero 2011) de Huygens, págs. 28-32.
8 Parece ser que el primer filósofo en proponer una hipótesis acerca del origen del Sol fue el filósofo francés René Descartes (1596-1650), quien creía que nuestra estrella se había formado a partir de un torbellino primordial de grandes dimensiones. Posteriormente, el importante naturalista francés George-Luis Leclerc, más conocido como el conde de Buffon, expuso su hipótesis de que el Sol nació de una colisión catastrófica con otro objeto de tamaño similar. La de Buffon fue la primera hipótesis racional sustentada por argumentos físicos sobre el origen del Sol y el sistema solar.
9 Existe, en estrellas similares en masa al Sol, una etapa conocida como “T Tauri”, en donde la estrella emite poderosas ráfagas de viento estelar y radiación capaz de eliminar el disco de gas que la rodea. Para que los planetas sobrevivan a dichas ráfagas deben haberse formado con rapidez, absorbiendo todo el material nebuloso preciso para su constitución antes de que éste fuera dispersado.
10 En la Luna aún pueden verse extensas regiones oscuras en su superficie: llamadas maria, son el resultado del impacto en el satélite de los últimos grandes planetésimos, hace 4.000 millones de años.
11 El origen de la Luna es un caso aparte: hay hipótesis que sugieren que fue capturada, de algún modo, por la Tierra, tras su formación; otras sostienen que se escindió de la Tierra en los primeros instantes de vida de ésta, y otras afirman que nació a causa del impacto de un cuerpo del tamaño de Marte sobre la Tierra... Pero se trata de posibilidades, no de certezas. El origen de la Luna todavía es un enigma.
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El inicio de la Cosmología moderna se produ-
jo el 25 de noviembre de 1915 con la conferencia
que impartió Albert Einstein en
Academia Prusiana de Ciencias,
titulada “Kosmologische
Betrachtungen zur allgemeine
Relativitätstheorie”.
Estas “Consideraciones
Cosmológicas” fueron publica-
das en febrero de 1917 en los
“Annalen der Physik”.
La Teoría General de la
Relatividad introdujo la
Ecuación de los campos gravi-
tatorios, que relaciona la geome-
tría espacio-tiempo con el tensor
energía-momento.
Einstein con ello había conse-
guido la “herramienta necesaria
e imprescindible”, para aproxi-
marse a una comprensión del Cosmos como un todo.
Pero el uso de la citada herra-
mienta resultó ser muy complejo,
las ecuaciones presentaban gran
dificultad en su resolución, pro-
vocando multitud de conflictos e
interpretaciones varias entre los
expertos.
El propio Einstein necesitó incluir
la “Constante Cosmológica” para
encontrarle sentido a su propia
ecuación.
Ello le condujo a la concepción
de un Universo estático y finito en
cuanto a lo espacial, pero sin inicio
y sin fin en cuanto a lo temporal,
además de una idea empequeñe-
cida en cuanto al tamaño, en que
las componentes del Universo eran
las estrellas y donde su totalidad
las incoherencias del “principio cosmolÓgico”
y las formulas de fridman Francisco Pavía Alemany
pacopavia@terra.es
En la revista HUYGENS Nº 90 (mayo-junio-2011), mostré la incoherencia existente entre el “Principio Cosmológico” y una de las formulas de Alexander Fridman.
Para impedir que el lector se forme una idea errónea, debo aclarar, que tanto en aquel articulo como en el presen-te, no se pretende cuestionar la Teoría de la Relatividad ni las ecuaciones de Fridman, como puede desprenderse de una lectura poco atenta, agravado por el modelo utilizado en la deducción, donde aparentemente se defiende un raciocinio que acaba conduciéndonos a un absurdo, y consecuentemente se obtienen conclusiones muy distintas de las esperadas según el inicio del proceso lógico.
En aquel caso las causas de las incoherencias mostradas residían en la hipótesis del “Principio Cosmológico”.
En el presente articulo abordaré otras “dos fórmulas de Fridman”, que nos muestran, de nuevo, lo incomprensible de seguir conservando el citado “Principio Cosmológico” como paradigma sobre el que se sustenta “el modelo estándar” de la Cosmología.
A pesar del rechazo que puedan provocar, he querido incluir las deducciones matemáticas para mostrar exactamente dónde se ha introducido la incoherencia en el proceso lógico, pero el lector que lo desee podrá saltárselas.
Espero que esto no le impida entender los conceptos e ideas que pretendo defender.
Huygens nº 93 noviembre - diciembre - 2011 Página 15
se reducía a nuestra y única Galaxia.
Con estas nuevas ideas, Albert provoca de alguna
forma casi el divorcio entre el espacio y el tiempo,
que tan sagazmente había conseguido unir en su Teoría
Especial de la Relatividad, al limitar el primero y consi-
derar infinito al segundo.
Transcurrido poco más de un mes de la publicación de
la conferencia de Einstein, a finales de Marzo del año
1917, De Sitter publico un artículo en que discrepaba de
Albert por la introducción de la Constante Cosmológica,
y que lo hiciese de una forma tan artificiosa.
De Sitter conocía el desarrollo del trabajo de Einstein,
en la fase previa a la introducción de la Constante por
conversaciones con él, y proponía una especie de espa-
cio-tiempo vacío para evitar dicha constante.
Pero el verdadero impulsor de una nueva concepción
del Cosmos fue el mate-
mático y meteorólo-
go soviético Alexandr
A l e x á n d r o v i c h
Fridman, ello como
consecuencia de
encontrar soluciones
para la ecuación de la
Relatividad General.
De esta forma
Fridman consiguió
sustituir la idea de un
Universo que carecía
de inicio en el tiempo
y que era estático, para
convertirlo en un Universo con un inicio temporal, ade-
más de encontrarse en un estado dinámico.
A estas ecuaciones actualmente las conocemos como
“Ecuaciones de Fridman”, siendo también muy fre-
cuente encontrarlas, debido a la traducción, bajo la
designación de “Friedmann” o de “Friedman”.
El primer articulo de Fridman sobre cosmología,
“Sobre la curvatura del espacio”, se publicó en 1922
en “Zeitschrift für Physik”.
En el siguiente año publicó un libro, “El mundo
como espacio y tiempo”, donde con mayor simplicidad
comentaba las soluciones de Einstein y de De Sitter y
exponía sus ideas respecto al universo.
En 1924 publicaba su último artículo al respecto, en la
misma revista que lo hizo en 1922.
Los trabajos de Fridman tuvieron poca repercusión en
su país aquellos años. En el exterior realmente pasaron
prácticamente desapercibidos.
Einstein, que recibió las publicaciones, le replicó su
primer artículo y luego tuvo que rectificar y aceptar su
propia equivocación.
En Rusia la situación política e ideológica no eran
favorables al trabajo de Fridman. Este tipo de estudios
no estaba de acuerdo con la ideología oficial.
Los estudios de Cosmología se asociaban a la ciencia
burguesa, al oscurantis-
mo clerical y a ideas de
enemigos saboteadores
del frente cultural cientí-
fico y económico ruso.
La temprana muerte
de Fridman, en 1925 a
los treinta y siete años,
le evitó vivir un periodo
de terror masivo que el
totalitarismo instituyó en
su país.
La falta de libertad de
pensamiento, incluso en
el aspecto científico, la
sufrieron diversos amigos y seguidores de Fridman.
M. P. Bronshtein fue arrestado y fusilado.
L. D. Landau tuvo graves problemas.
Otros como G. A. Gamov, tuvieron que exiliarse.
Y diversos compañeros suyos de la universidad y
algunos astrónomos murieron en los campos de concen-
tración.
Estas circunstancias provocaron que los trabajos de
Fridman permaneciesen menospreciados y olvidados
Matvei Petrovich Bronstein Leo davidovich Landau
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durante muchos años.
Sin conocer las publicaciones de Fridman, el abate
belga Georges Lemaître trabajó con relación a la reso-
lución de las ecuaciones de la Teoría General de la
Relatividad, y en la concepción de un Universo tempo-
ralmente finito y espacialmente en expansión.
Pero las pruebas inequívocas del estado de expansión
del Universo se obtuvieron por la vía de la observa-
ción.
Fue Hubble en 1923, quien percibió que algunas de las
“pequeñas nebulosas”, que hasta el momento solamen-
te servían para despistar a los buscadores de cometas,
y para librarse de ellas impulsaron a Messier la reali-
zación de su famoso catalogo, en realidad eran galaxias
compuestas por miles de millones de estrellas.
Unos años mas tarde, de nuevo Hubble, aportó la
prueba de que las citadas galaxias estaban alejándose
unas de otras, y que lo hacían con una velocidad propor-
cional a la distancia que las separaba.
Este hecho cambió completamente el concepto que
se tenía hasta ese momento del Universo y se inicio un
nuevo periodo en la investigación del Cosmos.
Todos estos cambios no llegaron a alterar el paradigma
del “Principio Cosmológico” que supone un Cosmos:
• Completamente homogéneo, a grandes escalas.
• Que es isotrópico desde cualquier punto, que care-
ce de frontera y de centro, en que cualquier punto
del Cosmos es su centro, siempre considerando
grandes escalas.
En un artículo anterior de esta misma revista
(HUYGENS Nº 90) desarrollamos una de dichas for-
mulas, la ecuación de Fridman de la velocidad.
ȧ2/a2 = 8πGρ/3 + K
donde ȧ representa la derivada de a respecto al tiem-
po.
Esta ecuación proporciona la velocidad de la varia-
ción unitaria del factor de escala en función de la den-
sidad y de una constante del Cosmos. Se obtuvo a partir
de la ley de conservación de la energía y relaciona el
valor de la Constante de Hubble en función de las carac-
terísticas del Cosmos.
H = ȧ/a
En el citado artículo pudimos mostrar la incompren-
sible e inadvertida incoherencia existente entre dicha
ecuación y la premisa del Principio Cosmológico, que
establece las características de homogeneidad y de una
isotropía total para el Cosmos, considerado a escalas
suficientemente grandes.
Esto nos plantea la necesidad de realizar una renova-
ción del concepto que nos han trasmitido del Cosmos.
Pero no nos vamos a limitar a esta única ecuación;
otros desarrollos de Fridman adolecen del mismo pro-
blema, debido a que la incoherencia ya había sido intro-
ducida conceptualmente en las ecuaciones de Einstein,
de las que estas provenían.
La ecuación de Fridmann de la aceleración:
ä /a = - 4 G π ρ / 3
Esta ecuación, como intentaremos mostrar, resulta ser
también incoherente con las premisas que establece El
Principio Cosmológico.
Veamos inicialmente su deducción:
Si expresamos una distancia R mediante el factor de
En un sistema isotrópico central:Las masas son atraidas hacia el centro de isotropíaLas lineas de fuerza son rectas que concurren en el centro de isotropíaLa energía potencial viene expresada por: Ep = -G Mm / RLas superficies esféricas equipotenciales tienen por centro el de isotropíaEl gradiente de la energía potencial es radial
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escala “a” de la forma siguiente “R = L a”
Podremos expresar la velocidad, V, del incremento de
esta distancia por “R ȧ/a”
Dado que
V = L ȧ = La ȧ/a = R ȧ/a
Y a la aceleración del incremento de esa distancia por
“R ä/a”
Mediante la ecuación de Newton podemos escribir:
F = -m R ä/a
Que según la ecuación de equilibrio de fuerzas expre-
saremos:
G M m / R2 = - m R ä/a
Dividiendo por “m R”
GM / R3 = - ä/a
Sustituyendo M por la masa de la esfera atrayente ten-
dremos:
4 G π R3 ρ / 3 R3 = - ä/a
Resultando la expresión que buscábamos:
ä/a = - 4 G π ρ / 3
Esta ecuación de Fridman también es conocida por la
ecuación de balance de fuerzas.
La incoherencia de la ecuación de balance de fuer-
zas o de la aceleración:
El mismo origen que ocasionó la incoherencia en la
formula de la velocidad o de la conservación de la ener-
gía, es decir una mezcla y confusión entre la isotropía
central y la isotropía total, es la causa de la incoherencia
de esta ultima expresión matemática.
En el caso de la isotropía central existe la fuerza F
producida por M sobre la masa m, y es la responsable
de la aceleración de m.
En el caso de isotropía total existe efectivamente la
fuerza F sobre la masa m, pero esta no es la única, ya
que sobre m existen familias de fuerzas con distribución
isotrópica con relación a m, cuya resultante tiene un
valor nulo.
Esto impide que exista aceleración alguna de la masa,
m, con esa consideración. .
Esto nos muestra de nuevo como a pesar de que
Fridman estableciese las premisas del Principio cos-
mológico desde el punto de vista de concepción del
Cosmos, en cuando dedujo las ecuaciones introdujo
inconscientemente la formula de la fuerza F propia de
un caso de isotropía central en vez de haber introducido
el valor correcto correspondiente a la isotropía total:
F = 0
Se repite la incoherencia y la causa que la introduje-
ra.
La tercera formula de Fridman:
Esta expresión es resultado de la aplicación de la
Ecuación de estado a la expansión de una parte sufi-
cientemente grande del Cosmos para poder aplicar el
Principio Cosmológico.
Este tipo de expansión se produce sin una transfe-
rencia neta de calor entre el volumen y su entorno, es
decir se podrán aplicar las ecuaciones de los procesos
adiabáticos de la Termodinámica.
Una de estas ecuaciones nos indica que en este tipo de
procesos se cumple la condición: “La variación de la
En un sistema isotrópico total:Cada masa es isotrópicamente atraída en todos los sentidosLa resultante de las fuerzas sobre cualquier masa es nulaEl gradiente de la energía potencial es nulo ∇ Ep = 0 Todos los puntos tienen la misma energía potencial. Ep = K Cualquier desplazamiento se realizará sobre una línea equi-potencial
Huygens nº 93 noviembre - diciembre - 2011 Página 18
energía interna del sistema, E, es igual al trabajo que
este produce, W”.
∆E = W
También sabemos que el trabajo producido es igual a
la presión, P, por la variación del volumen, ��.
W = - P • ∆θ
Por ello en forma diferencial tendremos:
dE/dt = - P dθ/dt
Desarrollando únicamente el primer término y utili-
zando el factor de escala, R = La, para el radio:
dE/dt=d/dt(Mc2)=d/dt(4πR3ρc2/3)=4πL3c2/3•d/dt(
a3ρ)
dE/dt = 4πL3c2/3•(3a2ȧρ+a3dρ/dt)
dE/dt = 4πL3c2/3 (3a3ρȧ/a+a3dρ/dt)
Desarrollando ahora el segundo término:
-P dθ/dt = -P • 4π /3 • d R3/dt = -P • 4πL3 /3 • (3a2 ȧ)
= -P • 4πL3 a3 ȧ/a
Igualando los dos resultados y dividiendo por 4πL3 a3
c2 ρ ȧ/a + c2/3 • d�/dt = - P ȧ/a
c2/3 • dρ/dt = - (P+ρc2) ȧ/a
Así obtenemos la tercera ecuación de Fridman:
dρ/dt = - 3 ȧ/a (P/c2 + ρ)
La incoherencia de la Ecuación de Estado de
Fridman.
Esta ecuación al igual que las otras que hemos
analizado también es incoherente con relación a la
hipótesis del Principio Cosmológico.
Cuando se ha establecido que el trabajo, W, es
igual a una presión, P, por la variación de un volu-
men, en realidad la presión, P, representa la dife-
rencia de presión entre ambas caras de la superficie
que limita el volumen.
Según el Principio Cosmológico Todos los puntos
son idénticos, tienen las mismas propiedades, no
pueden haber gradientes, no puede haber diferencia
de presión entre un lado y el otro de la “membrana
hipotética” que envuelve nuestro volumen en estu-
dio.
¿A que conclusiones nos conducen las incoher-
encias indicadas?
El análisis que hemos realizado de las ecuaciones
de Fridman pone de manifiesto que aunque este
matemático aplica para el Cosmos como hipótesis ini-
cial el Principio Cosmológico, es decir una isotropía
total, al deducir las formulas de una forma inconsciente
no es consecuente con sus premisas y aplica las condi-
ciones de una isotropía central.
Esto no quiere decir que las ecuaciones estén equivo-
cadas.
Como ya indicamos en el anterior HUYGENS no hay
que rechazar las formulas, lo que es necesario es revisar
el Principio Cosmológico, y tomar consciencia que el
campo de aplicación de estas ecuaciones ya no son con
relación a cualquier punto.
Que su aplicación solamente es valida con relación a
un único punto, al centro de isotropía del sistema.
En una expansión adiabática, la variación de energía interna (E) es igual al trabajo que se produce (W).El trabajo producido, es igual a la diferencia de presión (P) por la variación del volumen (∆θ)
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NOTA: Este artículo forma parte de un conjunto, caracterizado por indagar en aquellos puntos débiles de la
Cosmología estándar, según el criterio del autor.
OTROS ARTÍCULOS DEL AUTOR:
HUYGENS: F. Pavía Alemany
Nº - 47 Marzo-Abril 2004 Estereoscopia Lunar.
Nº - 49 Julio-Agosto 2004 mc2 versus m@2.
Nº - 53 Marzo-Abril 2005 La Itacoatiara de Inga.
Nº - 58 Enero-Febrero 2006 La Corteza del Cosmos.
Nº - 60 Mayo-Junio 2006 El Rey D. Jaime y el eclipse…
Nº - 65 Marzo-Abril 2007 De Michelson al COBE.
Nº - 66 Mayo-Junio 2007 La Radiación Cósmica de Fondo.
Nº - 67 Julio-Agosto 2007 El Principio de Equivalencia
Nº - 68 Sep.-Octubre 2007 El Cosmos másico y la anisotropía...
Nº - 69 Nov.-Dic. 2007 La Dinámica del Cosmos y la...
Nº - 74 Sep. -Octubre 2008 El Cosmos y el Conocimiento…
Nº - 75 Nov.-Dic. 2008 El Cosmos tiene Centro...
Nº - 76 Enero-Febrero 2009 Las Fuerzas de la Naturaleza...
Nº - 78 Mayo-Junio 2009 El “Génesis” según…
Nº - 83 Marzo-Abril 2010 El Desplazamiento al Rojo de…
Nº - 84 Mayo-Junio 2010 La Radiación Cósmica de Fondo…
Nº - 85 Julio-Agosto 2010 Einstein, Friedmann y el Centro del Cosmos
Nº - 87 Nov.-Dic. 2010 Dos cosas claras sobre la Energía Oscura
Nº - 90 Mayo-Junio 2011 La incoherencia de Einstein y de Fridman
Estos artículos pueden ser consultados también en la dirección: www.astrosafor.net
Huygens nº 93 noviembre - diciembre - 2011 Página 20
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Parece ser que estamos de enhorabuena. Sin habernos despedido todavía del cometa Garradd ya tenemos nuevos
objetivos astrofotográficos a la vista. Esta vez las “estrellas” invitadas son por una parte la supernova descubierta
en la galaxia M101 y por otra la inesperada lluvia de meteoros de las Dracónidas. Aunque se esperaba un máximo
de unas 600 fugaces a la hora, al final nos tuvimos que conformar con algunas menos (aproximadamente la tercera
parte de lo previsto). La Luna gibosa y tal vez una predicción demasiado optimista imposibilitó que disfrutáramos
de un gran espectáculo, como los de 1933 y 1946 en los que se contabilizaron unas 10.000 dracónidas por hora.
Coordinado por Ángel Requenaarequenavillar@yahoo.es
Supernova en M101Joanma Bullón sigue asombrándonos con sus magníficas fotografías. Esta vez ha conseguido fotografiar y estudiar la evolución de la supernova SN2011fe que el 24 de Agosto de 2011 se descubrió en la galaxia M101 (Osa Mayor). En la contraportada podemos apreciar mejor si cabe la diferencia de brillo de la supernova en apenas el intervalo de un mes. La cámara utilizada para esta doble toma fue una Canon EOS 350D modificada y un telescopio reflector de 305/1500 mm., a 1600 ISO y 120 s. de TE.
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Cometa Garradd (C/2009 P1)Albert Capell capturó esta curiosa imagen del cometa C/2009 P1 (Garradd) el 1 de Septiembre de 2011 desde su observatorio de Sant Pol de Mar (Barcelona). Se apre-cia claramente la coma del cometa así como una inci-piente cola de polvo. Aunque aún se encuentra lejos de su perihelio, su magnitud va en aumento cada día esperándo-se que alcance la 6ª-7ª mag-nitud a lo largo de los meses de Octubre, Noviembre y Diciembre
Cometa Garradd en HérculesJoanma Bullón capturó también el cometa Garradd el día 19 de Septiembre de 2011 desde Aras de los Olmos. El cometa entra en los domi-nios de la constelación de Hércules en la que estará todo lo que queda de año y los primeros meses del 2012. De hecho, en esta conste-lación alcanzará su perihelio (1.55 U.A.) el 23 de Diciembre de 2011. La toma la realizó con la cámara Canon EOS 350D modificada y el telescopio refractor 80/400 mm., a 1600 ISO y 377 s. de TE.
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Perigeo y apogeo lunarEn las siguientes tomas se pueden apreciar claramente la diferencia en tamaño aparente, un 30% más de superficie lunar, en dos momentos diferentes, el del perigeo ocurrido el 20 de Marzo de 2011 y el del apogeo acaecido el 12 de Octubre de 2011. Las tomas de la original superposición lunar fueron realizadas por Ángel Ferrer con una cámara Nikon D80 más un teleobjetivo de 300 mm., mientras que las tomas separadas fueron realizadas por Enric Marco con una Canon 1000D más un teleobjetivo de 300 mm. Otra observación interesante que se desprende de las imágenes (especialmente en las de Enric) es el fenómeno de las libraciones, el cual nos permite observar algo más de la mitad de la superficie lunar (un 10% más).
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Dracónida cazadaÁngel Ferrer tuvo también la fortuna de “cazar” esta dracónida, justo cuando pasaba por las inmediaciones de la Polar, el 8 de Octubre de 2011 a las 22:01 HL desde la Llacuna (Villalonga). Las Dracónidas, también denominadas Giacobinidas al estar causadas por el cometa 21P/Giacobini-Zinner, son meteoros bastante lentos y por tanto más “fáciles” de observar y fotografiar. No obstante, el principal problema en la observación de las mismas estriba en el hecho de que la mayoría son muy débiles. Si a eso le sumamos la presencia de una luna gibosa, casi llena, se entiende pues la dificultad de su observación y captura. La cámara utilizada fue una Nikon D80 a 18 mm., 1250 ISO, F/3.5 y 10 s. de TE.
Júpiter al detalleAlbert capturó esta magnífi-ca imagen de Júpiter el 6 de Octubre de 2011. Llama la atención la finura de los deta-lles capturados, entre los que destacan los dos cinturones ecuatoriales (el meridional, más ancho y el septentrional, más estrecho) y por supuesto la gran mancha roja. Como curiosidad comentaremos que hasta la primera mitad de este año el cinturón ecua-torial meridional estuvo prácticamente desvanecido, reapareciendo de nuevo en Mayo de 2011 en forma de un par de bandas de colores gris y marrón oscuro (el norte del planeta está arriba). Usó para obtener la toma una webcam y una barlow x2 acopladas a un Meade S/C de 10”.
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En la víspera de navidad de 1979 un enorme estruendo sacudió Kourou, una apacible población de la Guayana
Francesa que cuenta con apenas 25.000
habitantes.
Tras ese estruendo una gran bola de fuego
y humo se alzó sobre los cielos rugiendo
como una fiera salvaje, en medio de este
espectáculo surgió Ariadna o mejor dicho
Ariane-1 el primer lanzador europeo.
Ariane comenzó a gestarse en los pri-
meros años de la década de 1970.
Este cohete fue diseñado como una
evolución del lanzador Europa que voló
durante los años 60, operado por ELDO
que fue la organización precursora de la
ESA.
La familia Ariane consta de 5 miem-
bros que cosecharon innumerables éxi-
tos para la Agencia Espacial Europea, .
Destacar que el Ariane-1 un 2 de
Julio de 1985 lanzó de forma exitosa la
misión Giotto, la cual estaba destinada a
sobrevolar el cometa Halley. A esta nave
debemos la primera imagen del núcleo
ariadna: de princesa de creta a reina del espacio.
(PRIMERA PARTE)
por Maximiliano Doncelmaximiliano_doncel@yahoo.es
En la víspera de navidad de 1979 un enorme estruendo sacudió Kourou, una apacible población de la Guayana Francesa que cuenta con apenas 25.000 habitantes, tras ese estruendo una gran bola de fuego y humo se alzó sobre los cielos rugiendo como una fiera salvaje, en medio de este espectáculo surgió Ariadna o mejor dicho Ariane-1 el primer lanzador europeo.
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del cometa.
En tiempos recientes el cohete Ariane-5ES es quien
lanza la nave ATV (Automatic Transfer Vehicle – Vehículo
Automático de Transferencia) que reabastece periódica-
mente a la Estación Espacial Internacional en vuelo
autónomo, del mismo modo que la Progress rusas.
También hay que decir que en el vuelo 501 a cargo del
vehículo Ariane-5G, el primero de esta nueva versión,
ocurrió en error catalogado como el mayor error en la
historia de la informática, este fallo lo debemos lite-
ralmente a: “La última línea causó el desbordamiento,
donde la conversión de 64 a 16 bits de signo no estaba
protegida”
Este es el código que causó el fallo:
L_M_BV_32 := TBD.T_ENTIER_32S ((1.0/C_M_LSB_
BV) * G_M_INFO_DERIVE(T_ALG.E_BV));
if L_M_BV_32 > 32767 then
P_M_DERIVE(T_ALG.E_BV) := 16#7FFF#;
elsif L_M_BV_32 < -32768 then
P_M_DERIVE(T_ALG.E_BV) := 16#8000#;
else
P_M_DERIVE(T_ALG.E_BV) := UC_16S_EN_
16NS(TDB.T_ENTIER_16S(L_M_BV_32));
end if;
P_M_DERIVE(T_ALG.E_BH) := UC_16S_EN_16NS
(TDB.T_ENTIER_16S ((1.0/C_M_LSB_BH) * G_M_
INFO_DERIVE(T_ALG.E_BH)));
Fallos a parte, lo cierto es que los cohetes Ariane de 203
lanzamientos (a fecha Agosto’11), fueron exitosos 192
lo que deja una fiabilidad de 94,58%, las cifras hablan
por sí solas. Europa dispone de un lanzador potente y
fiable; este lanzador es operado por ArianeSpace, un
conglomerado de empresas europeas donde España
aporta el 2,01%.
Debido a la complejidad de las versiones Ariane 4
y Ariane 5, las cuales además de contar con una larga
historia detrás, son familias en sí mismos contando con
varios modelos dentro de la versión.
Aquí solo detallaremos los cohetes Ariane 1, Ariane 2
y Ariane 3 dejando para una segunda entrega los otros
lanzadores.
A continuación una breve descripción de los princi-
pales modelos de la familia Ariane:
ariane1- ariane2- ariane3 4 versiones Ariane 4 2 versiones Ariane5
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ARIANE 1
La recién creada ESRO (European Space Research
Organization, Organización Europea de Investigaciones
Espaciales), precursora de la ESA, basándose en el
lanzador Europa desarrolló el lanzador Ariane-1 de
cuatro etapas con capacidad para satelizar 1.400 kilos
a una órbita baja terrestre (LEO-Low Earth Orbit) y
1.850 kilos a una órbita de transferencia geoestacionaria
(GTO-Geostationary Transfer Orbit)
Esta versión estuvo operativa desde 24 de Diciembre
de 1979 hasta el 22 de Febrero de 1986, realizando
11 vuelos de los cuales 9 fueron exitosos arrojando
una tasa de fiabilidad del 81.82%
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ARIANE 2
Evolución del Ariane-1 y en teoría base
para la construcción del Ariane-3, aunque
fue lanzado antes el Ariane-3 que el 2,
curiosidades aparte este lanzador estuvo
operativo desde el 31 de Mayo de 1986
hasta el 2 de Abril de 1989.
En estos casi tres años se realizaron 6
vuelos de los cuales 5 de forma exitosa,
llevando al Ariane-2 a tener una tasa de
fiabilidad del 83.33%
Con una capacidad para satelizar hasta
2.175 kilos a una órbita de transferencia
geoestacionaria, superó al Ariane-1 en
325 kilos.
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ARIANE 3
El hijo que “nació” antes que el padre, derivado del
Ariane-2 realizó su vuelo inaugural el día 4 de Agosto
de 1984 y su último viaje al espacio ocurrió el día 12
de Julio de 1989.
Este cohete usaba una configuración estándar de 3
etapas, aunque en algunos vuelos se implementó una
4ª.
Era capaz de lanzar a una orbita GTO hasta 2.700
kilos.
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La Luna llena asoma desde el Plà de Lloret, Marxuquera (Foto del autor)
La Luna llena provoca en nosotros un sinfín de
emociones. Se dice (quizá sea cierto, o quizá sólo una
paparruchada...) que con ella en el cielo se cometen
más asesinatos y actos agresivos. En esto confieso mi
ignorancia, pero supongo que, si no enfado o cólera, al
menos la tez redonda de nuestra compañera a veces sí
puede causar un momentáneo lapso de desatino, una
cierta imbecilidad transitoria, un instante de tontorrona
ceguera en nuestras facultades cognitivas. Porque yo
no encuentro, para lo que pasó, otra explicación que
suponer que fue la Luna llena la causante del disparate
que comentaré a continuación. Ocurrió de día, pero doy
por hecho que los efectos lunares son los mismos para
nuestra psique.
Tuvo lugar hace mucho tiempo: allá por 1995, creo.
Yo estaba en plena adolescencia, con la cara punteada
por repugnantes granos y con la misión de aprobar todas
las asignaturas de aquel 1º de BUP en el Ausiàs March,
de Gandía; no en vano repetía curso... siempre he sido
un estudiante espantoso. Una de las clases que más me
gustaba era la de Ciencias Naturales, que impartía el
reputado y respetado Josep María Ferrairó, uno de los
mejores maestros (él merece esta calificación; otros son
solamente profesores...) que he tenido nunca.
El caso es que Ferrairó estuvo unas semanas de baja
debido a una operación en su rodilla, si mal no recuerdo.
Y, para suplirle, trajeron a un gato... Se llamaba Félix
(cómo, si no...), y tenía un rostro totalmente gatuno:
ojos pequeños y redondos, pelo muy espeso y abundan-
te (sólo en su cabeza, por suerte), una nariz que parecía
siempre húmeda (no paraba de sonarse, el pobre...), una
boca apenas distinguible con un par de finos labios, y
un mostacho del que sobresalían algunos pelillos en
varias direcciones... sí, o sea, como un gato.
Desde el principio Félix no me convenció dema-
siado, y creo que tampoco a los demás compañeros.
La figura de Ferrairó era inmensa (y no lo digo por
la complexión...), y sustituirle se antojaba tarea casi
imposible. Cuando escuchas a un maestro exponer, con
pasión y dedicación, los saberes que ha alcanzado la
humanidad, divulgando con destreza sus entresijos más
complejos y estimulando la imaginación de jovenzuelos
con descripciones del interior de una célula, la forma-
ción de los continentes, el origen del Universo, la evo-
lución de nuestra especie, etc., los que vengan detrás
tienen que ser muy buenos, fabulosos, para hacernos
fÉlix el gato y la “astrologÍa”
Jesús Salvador Ginerjsginer@gmail.com
La Luna llena provoca en nosotros un sinfín de emociones. Se dice (quizá sea cierto, o quizá sólo una paparrucha-
da...) que con ella en el cielo se cometen más asesinatos y actos agresivos.
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olvidar a su predecesor.
Félix, desde luego, no lo consiguió. No obstante,
como seguramente se había preparado a conciencia su
primera lección, quiso hacer una introducción general
acerca de la ciencia, su método y las distintas ramas o
disciplinas que la integran. Tenía un discurso, lo recuer-
do muy bien, bastante cargado: empleaba palabras
técnicas (supongo que para que viéramos cuánto sabía
de lo suyo...), largas frases que hilvanaba lentamente
(a veces las dejaba a medias, deteniéndose un instante
para hallar la expresión más grandilocuente, y proseguir
entonces cómo si hubiese logrado un gran éxito...), y
trataba de que su alocución terminara siempre con una
coda solemne, del tipo: “El Universo morirá con una
gran explosión, o con la expansión indefinida: en cual-
quier caso, morirá, y con él, todo lo que contiene”.
Yo podía soportar todo esto: su aspecto, su fisonomía
poco agraciada (o sea, era feo, las cosas como son...),
su afectada oratoria, la extraña sensación de que quería
demostrar demasiado... Así que me repantigué en mi
incómodo asiento y esperé. Desgraciadamente, no tardó
en meter la pata, y a partir de entonces, nunca más pude
tomarle en serio. ¿Por qué? Porque me di cuenta, yo,
un repetidor, un fracaso académico, que aún así sabía,
al menos, una cosa más que él (podía estudiar poco,
pero dedicaba mi asignación semanal a conseguir los
fascículos de “Astronomía” de Orbis Fabbri, que habían
salido a la venta no hacía mucho, y cuyas páginas sí
“estudiaba” con avidez...).
Félix se cubrió de gloria, aquella mañana de octubre
de 1995, cuando más o menos soltó lo siguiente: “Las
ciencias se denominan según el ámbito que estudian, y
todas, excepto un par de ellas, poseen el sufijo ‘logía’
que las identifica como tales”. Hasta ahí todo bien. “Las
excepciones”, prosiguió el Gato, “son las Matemáticas
y la Física-Química” (las mentó así, juntas, como si for-
masen una sola disciplina...). Me quedé algo incómodo,
porque había aún otro caso (todos sabemos cuál es,
¿verdad?), pero esperé paciente la enmienda del olvido.
Mas no llegó. “El resto sigue el esquema: Biología,
Geología, Antropología, Sociología, Paleontología...”.
Entonces quedó en suspenso, y yo creí que rastreaba
el depósito de esas fórmulas ampulosas suyas para
concluir con todo el relumbrón que la ocasión merecía;
pero no, me equivoqué. De repente, sus ojillos brillaron
como si hubiesen recordado una de las grandes verda-
des reveladas, y espetó a la bostezante audiencia: “¡Ah!,
y por supuesto, ¡la Astrología!”.
¡¡Aghh!! ¡¡Horror!! Creo que dije algo (quizá “Nooo,
joder”, o “Ala, ja l´ha cagat!”, o Dios sabe qué...)
mascullando entre dientes, y no entiendo cómo no me
abalancé sobre él y le abofeteé esa cara felina, repro-
chándole su torpeza y el flaco favor que hacía para la
correcta denominación de las ciencias. Pude haberle
rectificado allí mismo, y le habría dejado en ridículo...
Pero me reprimí. Sentí algo de lástima, la verdad, y
supuse que mis compañeros de clase no habían presta-
do demasiada atención al gazapo. Imagino la cara que
habría puesto Ferrairó, de estar presente y oír semejante
despropósito...
Si hay algo grave en esta anécdota (todos las tenemos
de parecidas, ¿a que sí?) es que se trataba de un pro-
fesor de Ciencias Naturales, quien supuestamente era
experto o gran conocedor de su materia de enseñanza.
¿Qué podía esperar de sus alumnos si él mismo presen-
taba unas carencias tan lamentables en la docencia de
su asignatura? Aquello no era un “error” o un desliz;
era, simplemente, no tener ni idea de la nomenclatura
científica, algo demasiado grave, en efecto, como para
poder olvidarlo con facilidad...
Ignoro que fue de Félix. Tras “diplomarse” con hono-
res en nuestra clase, unos diez días después Ferrairó
regresó al lugar en el que tanto se le echaba de menos,
y el Gato desapareció, para nunca más volver a saber de
él. Espero que fuera pronto consciente de su pifia y no
confundiera a demasiados alumnos hasta entonces...
No deseo buscar otra explicación: para mí todo se debió a la Luna llena, sin más.
Y, con ello, de momento duermo tranquilo...
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Notas importantes: 1. Es posible que se incluyan actos especiales, con colegios, público en general, o conferencias durante este año.
Se anunciarán oportunamente, y se comunicarán por medio de la lista de correos.2. Pueden haber cambios importantes. Confirmar siempre con la página web.
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15 -noviembre- 2011
22:00 Hora Local
15 - diciembre - 2011
22:00 Hora local
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EFEMÉRIDES Para NOVIEMBRE & DICIEMBRE 2011
Por Francisco M. Escrihuela pacoses@hotmail.com
LOS SUCESOS MÁS DESTACABLES DEL BIMESTRE
3 de noviembre: Lluvia de meteoros Táuridas.10 de noviembre: Marte (mag. 1.0) a 1.4ºN de Régulo (mag. 1.36) a las 05:31.
14 de diciembre: Máxima elongación vespertina de Mercurio E.(23º) a las 09:29 (mag. -0.18). 17 de noviembre: Lluvia de meteoros Leónidas4 de diciembre: Mercurio en conjunción inferior a las 09:51.
10 de diciembre: Eclipse de Luna Umbral a las 15:35. Entrada en sombra a las 13:44. Centro del eclipse a las 15:35. Salida de la sombra a las 17:14.
13 de diciembre: Lluvia de meteoros Gemónidas22 de diciembre: Solsticio de invierno.
23 de diciembre: Máxima elongación matutina de Mercurio W.(22º) a las 03:58 (mag. -0.29).
Planetas visibles: Mercurio, al atardecer. Venus, en los atardecer. Marte en la segunda mitad de la noche. Júpiter la primera mitad de la noche. Saturno, antes de amanecer. Urano, Neptuno la primera mitad de la noche. Plutón después de anochecer.
LOS PLANETAS EN EL CIELO
Mercurio estará visible a mediados de noviembre al atardecer sobre el horizonte Oeste apenas unos minutos dada su proximidad al Sol, y unos 2º por debajo de Venus. Volverá a estar visible la segunda quincena de diciembre en Scorpio sobre el horizonte Este-Sureste antes de amanecer.
Venus, con una magnitud en torno a -4.0, estará visible al anochecer durante estos dos meses, sobre el horizonte Suroeste, moviéndose entre las constelaciones de Libra, Escorpio, Ofiuco, Sagitario y
Capricornio.Marte estará visible en Leo durante la segunda mitad
de la noche, a partir de las 2 de la madrugada aproxi-madamente. Su magnitud variará desde la 1.1 a la 0.2 a finales de diciembre siendo esta última su mayor brillo de todo el año.
Júpiter, entre Aries y Piscis, y con una magnitud entre -2.9 y -2.7, estará visible durante casi toda la noche, ocultándose tras el horizonte Oeste la segunda mitad de la noche a finales de diciembre.
Saturno estará visible poco antes de amanecer a prin-cipios de noviembre sobre el horizonte Este-Sureste, y unas tres horas antes del alba a finales de diciembre, en Virgo con una magnitud en torno a la 0.8.
Urano y Neptuno, en Piscis y Acuario y magnitudes
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3.6 y 2.3 respectivamente, estarán localizables desde el anochecer sobre el horizonte Sur-Sureste hasta la segunda mitad de la noche a principios de noviembre, y hasta aproximadamente la medianoche a finales de diciembre.
Plutón en Sagitario y con una magnitud cercana a la 14.1, estará localizable a principios de noviembre sobre el horizonte Suroeste unas dos horas después de anochecer. A partir del año nuevo volverá a estar localizable poco antes de amanecer sobre el horizonte Sureste
Entramos en el invierno.
El 22 de diciembre, a las 06:29 se producirá el Solsticio de Invierno, momento en el cual el Sol se encon-trará en la posición más baja (-23,5º de declinación), al mediodía, de todo el año. Por ello, el día poseerá la menor duración, empezando a partir de esa fecha a ser cada día más largo.
DATOS PLANETARIOS DE INTERÉS(El 31 de julio o en el momento de mejor visibilidad para Mercurio y Venus)
Mercurio Venus Marte Júpiter Saturno Urano Neptuno PlutónMagnitud -0.16 -3.8 0.74 -2.64 0.8 5.79 7.91 14.15Tamaño angular 6.8’’ 11’’ 7.1’’ 48’’ 16’’ 3.6’’ 2.3’’ 0.097’’Iluminación 60 % 91 % 89 % 99 % 99 % 99 % 99 % 99 %Distancia (ua.) 0.990 1.516 1.321 4.145 10.394 19.664 30.140 32.643Constelación Ofiuco Ofiuco Leo Aries Virgo Piscos Acuario Sagit.
Lluvias de Meteoros
En este bimestre tendremos tres lluvias de meteoros: las lluvias Táuridas, las Leónidas y las Gemónidas. Las primeras desarrollarán su actividad entre el 20 de octubre y el 30 de noviembre, siendo el día de mayor intensidad el 3 de noviembre. La radiante se situará a 3h 44m de ascensión recta y a +22 grados de declinación. Para la noche del máximo, el meridiano pasará a las 01:57 TU y a 73º de altitud. En el momento del máximo, la Luna tendrá iluminada el 53% de su cara visible. Esta lluvia está rela-cionada con el cometa Encke. Las Leónidas desarrollarán su actividad entre el 15 y el 20 de noviembre, siendo el día de mayor intensidad el 17. La radiante se situará a 10h 8m de ascensión recta y a +22grados de declinación. Para la noche del máximo, el meridiano pasará a las 07:25 TU y a 73º de altitud. En el momento del máximo, la Luna tendrá iluminada el 67% de su cara visible. Esta lluvia está relacionada con el cometa Temple-Tuttle. Finalmente, las Gemónidas desarrollarán su actividad entre el 7 y el 16 de diciembre, siendo el día de mayor intensidad el 13 de diciembre. La radiante se situará a 7h 28m de ascensión recta y a +32 grados de declinación. Para la noche del máximo, el meridiano pasará a las 03:03 TU y a 83º de altitud. En el momento del máximo, la Luna tendrá iluminada el 94% de su cara visible. Esta lluvia está relacionada con el asteroide 3200 Phaethon.
BibliografíaPara la confección de estas efemérides y la determinación
de los sucesos y fases lunares se han utilizado los programas informáticos Starry Night Pro y RedShift y un calendario convencional.
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NOVIEMBRE/DICIEMBRE 2011por Josep Julià
APROXIMACIONES A LA TIERRAObjeto Nombre Fecha Dist. UA Arco Órbita 2011 UP63 2011 Nov. 1.06 0.06523 1-opposition, arc = 7 days
2011 UD64 2011 Nov. 1.70 0.02813 1-opposition, arc = 6 days
2009 WN6 2011 Nov. 3.03 0.007311 1-opposition, arc = 28 days
2009 VS44 2011 Nov. 4.57 0.04795 1-opposition, arc = 5 days
2005 XB1 2011 Nov. 8.94 0.07422 2 oppositions, 2005-2010
2005 YU55 2011 Nov. 8.98 0.002174 2 oppositions, 2005-2010
2011 TP6 2011 Nov. 10.23 0.04573 1-opposition, arc = 27 days
2000 WN10 2011 Nov. 12.43 0.1318 7 oppositions, 2000-2006
2011 UZ114 2011 Nov. 12.71 0.03290 1-opposition, arc = 5 days
2008 UR 2011 Nov. 13.88 0.04514 1-opposition, arc = 5 days
2001 WV1 2011 Nov. 14.52 0.154846 1-opposition, arc = 3 days
2011 UT91 2011 Nov. 15.04 0.02524 1-opposition, arc = 6 days
(10145) 1994 CK1 2011 Nov. 16.98 0.176677 7 oppositions, 1994-2006
2011 UA115 2011 Nov. 19.58 0.03711 1-opposition, arc = 1 days
2008 KC6 2011 Nov. 22.26 0.06862 1-opposition, arc = 4 days
2008 DG4 2011 Nov. 22.78 0.04024 1-opposition, arc = 7 days
2008 KT 2011 Nov. 27.81 0.06738 1-opposition, arc = 5 days
2009 WY104 2011 Nov. 28.64 0.09550 1-opposition, arc = 1 days
1994 XL1 2011 Nov. 28.66 0.1182 2 oppositions, 1994-2005
2005 AN26 2011 Nov. 29.63 0.09182 4 oppositions, 2004-2011
2011 UV158 2011 Nov. 30.20 0.08567 1-opposition, arc = 1 days
2008 KO 2011 Dec. 1.75 0.07686 1-opposition, arc = 4 days
2011 KG4 2011 Dec. 3.76 0.09263 1-opposition, arc = 7 days
2004 BG41 2011 Dec. 14.41 0.03350 2 oppositions, 2004-2008
2008 AA31 2011 Dec. 15.97 0.03203 1-opposition, arc = 6 days
1999 XP35 2011 Dec. 20.14 0.1991 5 oppositions, 1976-2006
2011 OV18 2011 Dec. 20.88 0.04955 2 oppositions, 2010-2011
2008 AF3 2011 Dec. 24.21 0.09159 1-opposition, arc = 6 days
2000 YA 2011 Dec. 26.16 0.007355 1-opposition, arc = 6 days
2003 AK18 2011 Dec. 28.73 0.05703 3 oppositions, 2003-2008
2001 YE4 2011 Dec. 29.32 0.058927 1-opposition, arc = 15 days
Fuente : MPCDatos actualizados a 30/10/11
La mayoría de éstos asteroides suelen tener pocas observaciones, lo que se traduce en órbitas con un elevado grado de incertidumbre. Por ello, es recomendable obtener las efemérides actualizadas en:
http://www.minorplanetcenter.org/iau/MPEph/MPEph.html
ASTEROIDES BRILLANTES Efemérides de los asteroides más brillantes (mag. ≤ 11; elongación ≤ 90) obtenidas para el día 15 de cada mes a las 00:00h TU.
NOVIEMBRENOMBRE MAG. COORDENADAS CONST.
(1) Ceres 8.6 23h30m09.16s -16 57’ 52.4” Aqr (12) Victoria 11.0 05h15m43.98s +19 55’ 02.5” Tau (14) Irene 10.3 03h14m43.04s +09 23’ 22.8” Cet
Huygens nº 93 noviembre - diciembre - 2011 Página 43
SERVICIOS MENSAJERÍA
URGENTE LOCAL PROVINCIAL REGIONAL NACIONAL
INTERNACIONAL
NOMBRE MAG. COORDENADAS CONST. (15) Eunomia 8.1 04h17m19.76s +38 01’ 52.7” Per (22) Kalliope 10.7 06h39m24.97s +28 47’ 16.4” Aur (27) Euterpe 10.4 00h14m17.94s -01 01’ 42.3” Psc (29) Amphitrite 8.9 02h23m06.98s +22 30’ 08.7” Ari (30) Urania 9.6 03h05m00.59s +21 27’ 00.9” Ari (31) Euphrosyne 10.4 02h08m08.71s +22 47’ 00.0” Ari (40) Harmonia 9.5 03h09m30.66s +12 04’ 34.5” Ari (68) Leto 9.9 02h57m28.90s +18 05’ 19.8” Ari (80) Sappho 10.5 05h01m10.62s +15 41’ 05.4” Tau (115) Thyra 9.7 03h28m40.29s +41 53’ 29.4” Per (192) Nausikaa 10.5 22h39m27.13s -03 25’ 08.5” Aqr (230) Athamantis 10.4 01h20m27.38s +15 28’ 50.3” Psc (270) Anahita 10.8 03h01m34.98s +19 06’ 05.7” Ari (1036) Ganymed 9.7 02h12m42.92s -00 36’ 02.5” Cet
DICIEMBRENOMBRE MAG. COORDENADAS CONST.
(6) Hebe 10.6 11h07m51.32s +07 07’ 07.1” Leo (12) Victoria 10.8 04h43m48.10s +17 34’ 13.1” Tau (14) Irene 10.8 02h49m36.25s +09 21’ 39.7” Cet (15) Eunomia 8.2 03h47m47.68s +34 04’ 17.8” Per (22) Kalliope 10.1 06h19m37.31s +32 10’ 49.0” Aur (27) Euterpe 10.9 00h25m09.37s +00 46’ 21.0” Psc (29) Amphitrite 9.6 02h05m38.29s +20 56’ 35.4” Ari (30) Urania 10.6 02h43m50.93s +19 18’ 26.2” Ari (39) Laetitia 10.5 07h51m29.97s +09 02’ 38.3” CMi (40) Harmonia 10.3 02h45m21.35s +11 48’ 51.6” Ari (68) Leto 10.9 02h35m55.34s +18 03’ 29.3” Ari (80) Sappho 10.5 04h30m33.55s +12 20’ 38.1” Tau (109) Felicitas 10.9 06h11m12.59s +39 03’ 16.5” Aur (115) Thyra 10.0 03h03m25.26s +37 11’ 21.9” Per (198) Ampella 10.9 05h17m52.31s +25 09’ 29.3” Tau (433) Eros 10.1 09h57m22.59s +37 00’ 10.7” LMi
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