horien aurrean, eskorbutok hortzak erakutsi eta gauzak oso ... · dominado el cerebro / siempre va...
Post on 03-Nov-2018
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No solo de rumba vive el kinki. Los tormentosos años ochenta tuvieron también importantes prota-gonistas entre los trovadores locales. Al fin y al cabo la gran cantera que nutrió las bandas más emblemáticas de este periodo nacieron, en su mayoría, en los extrarradios de nuestras ciudades, fueron hijos del desarrollismo subde-sarrollante y del urbanismo demencial de los sesenta, al servicio de los especuladores de turno. Sus influencias llegaron de la cultura anglosajona pero también, y no en menor medida de otros grandes núcleos urbanos donde se hacinaban las familias más humildes en Madrid, Barcelona o Sevilla: Pata Negra, Leño, La Banda Trapera del Río... Se suele asociar a menudo al llamado “Rock Radikal Vasco” con movimientos políticos, pero buena parte de su contenido se basó también en crónicas sociales de la época. Se abre el melón, como no puede ser de otra forma, con un grupo formado en el centro de desin-toxicación de Las Nieves (Vitoria), como terapia de grupo: Cicatriz, una banda de fugaz biografía y potentes directos, recordada como una de las más demoledoras de la época. En “Aprieta el Gatillo”, incluida en su primera grabación colectiva, retrataban ya la filosofía inherente al delincuente anti-social:
“Enemigo público número uno, porque
no aguantas que te joda ninguno
Sin encontrar un puto oficio,
porque eres carne de presidio
¿Qué hacer? te preguntas
No vas a ser un pardillo
¡Aprieta el gatillo!
“Baldar” bat ez izatea, “ergel” bat ez izatea edota yankiek “loser” deitzen dutena ez izatea da, ezbairik gabe, kinki jarreraren eragileetako bat: “Ez dut ikasketarik izango, ez dut dirurik izango, baina potro bi dauzkat”. Noski, dirua lortu ondoren, asebetetzea ere ez dago bermaturik. Santurtzitik, Nerbioiko ezkerralde proletario eta metatuan, Eskorbutok honela adierazten zuen “Mi Degeneración” gaian (The Who taldearen “Mi Generación” abestiari egindako erantzun ironikoa):
Ey amigo, es mi degeneración
Ey amigo, es tu degeneración
En las calles no hay lugar donde ir
En los bares la cerveza me aburrió
Sin dinero no hay diversión
Con dinero: degeneración
Definitivamente, el macarra de barrio vivió buenos tiempos en los ochenta. Al menos su figura fue a menudo protagonista de canciones, películas y glosas de todo tipo. Los nuevos cantautores como Sabina o “Pulgarcito”, gustaban de retratar a este tipo de personajes y dar a entender que formaban parte de sus vidas cotidianas. En las canciones del rock vasco abundaban más bien los textos de onda comprensiva, donde venía a decirse aquello tan socorrido de “la sociedad es la culpable“. Vayan un par de ejemplos:
Eskola-porrotak ez du beti esan gura inteligentziarik ez dagoenik. Kinkiak, auzoko gaizkileak, punk-rock musika banda bati esker dirua lortzeko modua aurkitu zuen. Lehen beldur zietenak eta kritikatzen zituz-tenak orain, beraien aldamenean egoten dira, eta, sarritan, beraien laguntasunaz harro agertzen dira. Horien aurrean, Eskorbutok hortzak erakutsi eta gauzak oso garbi uzten dizkie “Cuidado” abestian:
Gentes ignorantes que antes nos tenían miedo
Cogen confianzas que nunca les dimos
Cobardes, que van de valientes
Hablando de nosotros mal ante la gente
Creéis que todo tiene un límite
Así estáis todos limitados
Cuidado, os avisamos
Somos los mismos, que cuando empezamos
Tu chupa de cuero claveteada,
de navajazos está rasgada
Tu vida es un hueco en el tiempo,
y vives como vive un muerto
¿Qué hacer? Te preguntas
¡Aprieta el gatillo!”
¿Por qué esperar una señal?
¿Por qué llorar en silencio
o vivir de rodillas?
Escondidos como ratas
Trabajando entre rendijas
Sólo oyes palabras duras
Un, dos, un, dos, tres, va
Daos prisa daos prisa
si queréis aplastarme ahora
Daos prisa daos prisa
Preparad la silla eléctrica
Hace ya mucho tiempo
que comenzó la partida
Somos carne de batalla
en una causa perdidita
Eres un malhechor
perseguido por la policía
Machacas furioso el asfalto
para borrar la pesadilla
Detened ya esta carrera
que el infierno se aproxima
Llevo una antorcha en
la mano porque la noche siem-
pre es fría
Ez daki zergaitik
duen bere kaltea,
izan nahi bazuen
mutilik jatorrena.
Gazteegia izanez
badaki gorrotatzen
odolaren ordez zainetan du pozoia.
Kolpeka Betí Ez!
Autor Roberto Moso
Estas “hagiografías” tuvieron también nombre propio. Personales reales o inventados, descritos siem-pre con todo lujo de detalles y que habitualmente están enganchados a alguna sustancia psicotrópi-ca. Lo cual no impide que se les dedique una canción con todo el cariño, como las irredentas Vulpess hicieran con un tal “Felipe”:
Tiene la cara amarilla / de hepatitis que ha pasado / Sus ojos reflejan
el vidrio de todo está cansado / Sus bolsillos llenos de anfetas / Le tienen
dominado el cerebro / Siempre va cargado de cadenas / Es esclavo de
su cuerpo / Felipe es un punk
El tiburón tiene dientes
Cuando ríe los enseña
El Maki tiene un cuchillo
que maneja con destreza
El tiburón nada sabe
Al tiburón qué le cuentas
El tiburón no es culpable
Es por su naturaleza
Mas dados al cómic y a la juerga, Tijuana in Blue, desde Iruña, recurre a un personaje de tinta para recrear a su chorizo favorito y convertirlo en un héroe en su:
Entre los más populares y coreados temas del rock radical vasco, estuvo sin duda el que La Polla Records, desde Agurain, dedicaron a un tal Txus, un personaje real que tenía gran afición a bebida (y muy mal beber):
Se ha vuelto una bronca, Txus es
tá
en el suelo,
Ahora está contento, ¡Muerto!
En su tumba hay latas de cerveza,
Txus no bebas tanto, no pierdas la cabeza
Txus no bebas tanto, no pierdas la cabeza
no pierdas la cabeza
Yo ya tengo novia
Ya encontré mi amor
La otra noche la besé
en un callejón
Es alta y morena
Siempre esta en mi mente
Su nombre me volvió loco
Su nombre es la muerte
Un día la muerte
se acerco hasta mi
Cuando me dió un beso
la reconocí y vi que era
bella. Me dijo “vámonos”
Yo no tenia fuerza,
y se marchó
Vitoria-Gasteiztik, Hertzainak taldearen lehen lanak ere gai hori bera jorratzen du, baina oso beste-lako ikuspuntu batetik. Gaizkilea preso sartu dute, eta, orain, lehen urteen ostean, erregimen irekiaz goza dezake. Baina noski... Kartzelara borondatez itzultzeko behar hori baino tortura handiagorik ba al dago? Zeure infernu propioan ate-joka ibiltzea baino gauza tristeagorik ba al dago? Horretaz dihardu, hain zuzen ere, “Infernuko Atean” abestiak:
Adi, dardaraz nago ate aurrean
jotzen, wiskiz guztiz erdoildurik
deitzen, hau da zigorrik latzena
iragan diren azken ordu hauek
aluzinazioa ote?
Mundua oraindik hor dagola
ahal gogoratu
Neska politak ikusi
Edozein bezala nabilela pentsa,
baina orain infernua berriz, nere
infernua berriz.
Orain berriz ze gehiago esango
Halaber, ez ziren falta izan substantzia psikotropikoen gaineko testuak. Laurogeiko hamarkadako euskal rock unibertsoan ez zen ohikoa “Un caballo llamado muerte” edo “Más chutes no” bezalako esamoldeak berariaz aipatzea. Aipamenak zeharkakoak, metaforikoak eta interpretazio anitzekoak ziren. RIPen “Enamorado de la muerte” (legioaren oroitzapen paradoxikoko titulua) abestia yonkien ereserki moduko bat bihurtu zen, nahiz eta, benetan, heroina ez den abesti osoan aipatzen:
Un domingo por la tarde
un muerto en la playa encuentran;
Y el Maki se está bañando
pero su coartada es buena
Han degollado a un chivato
La cuchillada está fresca
El cuchillo es del Maki
y la pasma ni se entera
Txus es un alcohólico, Txus está
nervioso tiene alucinaciones
De su ducha sale alcohol hirviendo,
esto no puede ser
Esto no hay quien lo aguante
Tiene que llevarse a alguien por delante
Txus está furioso, Txus esta violento
Alguien va a pagar sus nervios
dut, ondo nago kate honen
azpian askotan astunegia
dela pentsatzen dut
ta ezin dudala gehiago
Amets ederrak egiteko ere
gogorik ez.
Hemen bakarrik nago zuloan
oihukatzen, ezerezaren barnetik
nahiez, edozein leku non gerta
ezer, merezi duenik konta
Enamorado de la muerte
Su belleza
me atrapó
Día y noche está
en mi mente
Condenado a su amor
Enamorado de
la muerte
desde el día que la vi
Día y noche esta
en mi mente y es el fin
Insistiendo en la misma línea de autodestrucción y muerte está “Incorruptible”, esta vez la muerte se une con el alcohol:
Voy a abandonar
de una puta vez
Esto es la miseria
Me voy a cagar en la
sociedad Y en toda la gente
Viejos asquerosos a currar
para ganar una mierda
Mujeres podridas a barrer
para que vea la vecina
Niños programados para
aprender a llevar la
sociedad Y yo mientras
tanto en un café
Me voy a emborrachar
Me voy a emborrachar
Perros que imponen sus
putas leyes en las comisarías
Curas predicando mentiras
para ganarse la vida
Ministros incontrolados
engañan al personal
Y tú que eres un imbécil
les sigues por detrás
Os han convencido para
aceptar una ridícula vida
Y yo que no creo en nada
me voy a suicidar
Me voy a suicidar
Me voy a emborrachar
Me voy a suicidar
Volvemos a la industrial, caótica y, en los 70-80, también decadente margen izquierda del Nervión. La imagen del yonki que nos traslada Parabellum, carece aquí de cualquier sublimación poética, quizás porque en este caso no es un relato en primera persona (como el de RIP) sino más bien la descripción de un problema ajeno, pero que forma parte del paisaje cotidiano. Hubo en los ochenta un letrero dirigido a los heroinómanos que fue asumido por varios establecimientos hosteleros del País Vasco (especialmente en zonas de “marcha”) y que, si ya entonces resultaba duro de leer, ahora, con la perspectiva que da el tiempo, resulta de una crueldad inaudita: “Suicídate, pero no salpiques”. Era un mensaje directamente dirigido a aquel enjambre, hoy casi desaparecido, de famélicos buscadores de “potro”. Desde Barakaldo, los Parabellum lo cantaban así:
Alabaina, historia ez da laurogeiko hamarkadan amaitzen. Krisi berriek protagonista gazte berriak agerrarazten dituzte. Gero eta gazteagoak eta gero eta maltzurragoak. Santurtzitik, Subversión X taldeak, nolabait laurogeiko hamarkada hartako oinordekoak baina euren garaiko seme-alabak, “Niños Suici-das” delakoei buruz hitz egiten digu.
En su disco “De Ningún Sitio a Ninguna Parte”, los bilbaínos MCD (durante muchos años boicoteados por sus blasfemas iniciales) incluían el tema “Pringao”, todo un retrato del héroe de barrio obsesionado por huir de su perra suerte:
Corre, huye, no mires nunca atrás
No pares, no descanses.
Te van a machacar
Los tienes muy cerca,
te van a atrapar
Golpes, tiros, gritos.
Te van a destrozar
Eres un “pringao” de mierda,
de verdad
Llagas en tu piel, tu sangre podrida
Toda la verdad es sólo mentira
Y sales a la calle
Tu cuerpo pide, tu cerebro busca
No vives más que para ello
Tu cuerpo pide, tu cerebro busca
¿Dónde estás? ¿A dónde vas?
No haces nada bien, tu vida se apaga
Y tu compi es quien te roba la cara
Y sales a la calle
Tu cuerpo pide, tu cerebro busca,
No puedo confiar en ti
Tu cuerpo pide, tu cerebro busca:
Muerte.
Testosteronaz jositako panorama honetan, ezin ahantz dezakegu 1983. urtean aurrekaririk gabe-ko eskandalu mediatikoa sortu zuen Bilbo/Barakaldoko nesken talde bat: Las Vulpess. TVEk eman zuen “Me Gusta Ser Una Zorra” abestiaren bideoklipak frankismo garaiko prentsa nostalgikoaren erreakzio bizia eragin zuen. Estatuko Fiskaltza Nagusiak kereila aurkeztu zuen, eta “Caja de Rit-mos” programa berehala kendu zuten programaziotik. Zalaparta handia sortu zen, eta “Rock-Ola” mitikoaren aldageletan ultraeskuineko kideek jo egin zituzten. Eta hori guztiori –beste gauza batzuen artean-, yonki irudia goraipatzearen kontra zihoan letra bategatik.
Si tú me vienes hablando de amor
Qué dura es la vida,
el caballo me guía
Permíteme que de mi opinión.
Mira, imbécil, que te den
por el culo...
Me gusta ser una zorra
Eh Oh Ah Ah... Cabrón…
Pero si tuviéramos que escoger una sola canción que sintonice con el espíritu kinki-macarra-delincuente de cuantas canciones se han compuesto por estas latitudes, ésta sería sin duda “Esto Saldrá Bien”, de los Cicatriz. El tema nos sitúa directamente en la excitación previa a dar “un palo”. A pesar del título el golpe “no sale bien”, no al menos en lo que se refiere a la vida de los implicados. Su destino será similar al de la propia banda, cuyo único miembro superviviente, Goar Inurrieta, ha vuelto reciente-mente a los escenarios con un grupo-homenaje llamado “Goar Cicatriz”. “Esto Saldrá Bien” es el relato de una historia tan previsible como repetida:
Ya llegó el momento
Las cartas están echadas
Con el fusco en la mano
y la cabeza encapuchada
Tu colega está nervioso
y te agobian sus palabras
Pero la vida es muy dura
y es tu última jugada
Esto saldrá bien, no puede fallar
Todo este dinero para disfrutar
Esto saldrá bien, no puede fallar
Todo este dinero para disfrutar
La cosa ha salido bien
La partida está ganada
Con dinero en el bolsillo
Recuerdas la enmascarada
Y ahora todo el dinero
Está muy bien protegido
En la misma casa putas
Donde os jugasteis la cara
Esto saldrá bien, no puede fallar…
Ya la guita habéis pulido
y no os ha sabido a nada
Sin dinero en el bolsillo
planeáis otra jugada
Y después de cuatro tiros
en el suelo y por la cara
No sentís lo que habéis hecho
porque ya no sentís nada
Esto saldrá bien, no puede fallar
6
Tus huesos crujirán,
tu cabeza reventará,
Ellos no perdonan,
son bestias sin piedad
Que no te cojan borra-
cho,
sin documentar
La cárcel está helada
Mejor lejos de ella estás
La “goitibera” mi primer arma suicida
Bajar las cuestas, los coches pa’rriba y sube
la adrenalina
Ahí empezó la cuesta abajo de mi vida
a pie de asfalto se crían los niños suicidas
Niños suicidas, suicida suena el ritmo de su vida
Niños suicidas, van de eléctricos y desafinan
Niños suicidas el rock del viejo es parte de su vida
su mayor colocón chutarse rock & roll
Hay muchas maneras de vivir la vida
A la piscina te puedes tirar sin miedo a que este
vacía. En el depósito de cadáveres otro niño suici-
da fue cosido a balazos por la dueña de una joyería
Niños suicidas, suicida suena el ritmo de su
vida...
De mayor voy a ser niño suicida
y seré más perjudicial que el maldito SIDA
Erradicados en la historia por hacerle sombra
a Hitler, que a nuestro lado sólo
era un enano
Niños suicidas, suicida suena el
ritmo de su vida...
7
Hay quien se está dedicando a realizar “bancos de sonidos” para que no se pierdan los viejos ambientes. Se trata de poder escuchar de nue-vo la música de los afiladores y sus particulares silbatos o el ambiente de la subasta de pes-cado. Llega un día en el que muchos sonidos cotidianos desaparecen y no siempre es posi-ble recuperarlos. Espectáculos callejeros como el de los Charlatanes o los Titiriteros, pueden ser recreados gracias a la literatura, pero son muchos los matices a contemplar para hacer posible una recreación fiable y reconocible por quienes los vivieron. Uno de los ambientes difíciles de recuperar, es el de las “salas de futbolines” o “salones recreativos”. Aunque quedan contados locales que podrían denominarse así, estos ya no sirven para registrar lo que fueran los ruidosos y cargados billares de barrio entre las décadas de los sesenta a los ochenta. Una reconstrucción fiel requeriría juntar unos cuantos ping-pongs, un par de mesas de billar, cuatro o cinco máquinas de petacos y varios futbolines de los dos formatos conocidos: con una pata o dos pies. Importante también conseguir a uno de esos varones de edad indefinida que solían regen-
tarlos. Hombres suficientemente duros para que no les tomaran el pelo los macarrillas y lo bastante amables como para no recordar a los agrios profesores de la época. Hombres capa-ces de pasar largas horas de brazos cruzados, artistas del cambio exacto tras una comanda de 25 clases diferentes de chuches. Hombres expertos en abrir futbolines y billares con la colilla encendida en la comisura de los labios al rescate de la bola escurridiza. Señores dignos y poco habladores, a los que una vez podrías engañar, rara vez dos veces y, desde luego, un tercer intento te haría proscrito en el lugar. Y es que aquello era territorio varón. Nadie imagi-naba por ahí ninguna hembra que no fueran las neumáticas e insinuantes figuras dibujadas en las máquinas de petacos. Eran espacios extraescolares por libre, donde aprender arti-mañas para estirar los cuatro duros de paga. El cuaderno que se desliza para evitar que la bola se cuele por la portería, el alambre que se cuela por las tripas del “pinball” y te da varias partidas gratis, el imán que retarda el reloj del billar… Un mundo de picardías que no estaba al alcance de cualquiera, que trazaba la raya sutil entre el listo y el panoli en un paisaje de poses autosuficientes y ensayos de estilo.
8
Garai hartan ez zegoen “Goya”rik ez eta “Zinema Akademia”rik, baina bai, ostean, zine areto ugari eta askotan jendez gainezka eginda, ia auzo guztietan.
“Kinki”en pelikulak beste hainbat bezala, Frankoren heriotza ostean sortu ziren, gizarteak gauza berriak eta ordurarte debekatuak sentitzeko griña zeukanean.
Estatu Batuetako garaiko heroiak “Rocki” edota “Travolta” deitzen ziren, zenbait buru argiek bertoko prentsa horian aurkitu zuten alternatiba: “El vaquilla”, “El Jaro”,
“El Torete”… Gaizkileak protagonista bihurtu ziren. Miresmen hau ez da ezer berria ere, besteak beste, ejerzitoko konpainia madarika-
tuenetan edota far-westeko izen legendarioetan Aurki daiteke. Herri eta auzo askotan ezizen mitikoak ezagutu ditugu. Kinki-heroieii leporatzen zizkioten egindakoak eta egin
ez zutenak. Gure artean ere izen mitikoak izan ditugu: Katxeiro, Paletón Kung-Fu, Letxero, Lindosa, Pecho-Toro...
Kinkiena historio gazi-gozoa dugu, garai baten islada, gure amets eta beldurrik sakonenen oroitzapena.
KINKIAK: HAUZO IZARRAK
El Torete
El Vaquilla
“Perros Callejeros”, “Navajeros”, “Deprisa, deprisa”, “27 Horas”, “Yo el Vaquilla”… Ez dira zinemagin-tzaren titulu batzuk baino; horren urrun ez dagoen garai bateko testigantza dira, baina, gaur egun, alderdi asko ezin daitezke ia hauteman. Kinki zinea gainezka egon ohi zen auzoko zine-aretoetako funtsa zen, bai eta lehen bideoklub arrakastatsue-na ere; izan ere, goizeko tabernetan erakusketak bultzatzen ziren, Iberiar penintsulako biluzte beroa erakusten zuten zintekin txandakatuz. Jende as-koren zinea zen, eta prentsako titularretan agertu ohi zen askotan. Maila ertaineko betiko herritar lotsatiaren eguneroko beldurrei heltzen zizkieten filmak ziren, bai eta hirurogeiko hamarkadako baby-boomaren ondoriozko hurbileko heroien (jada hazita) eskariari ere. Kinkiak frankismoaren une latzenetan gaizkile bihurtutako kinkila-saltzaile haietatik hartzen du izena. Hain zuzen ere, “El Lute” izenekoak aurpegia eta irudi mediatikoa jarri zien, etengabe kartzelatik ihes egin eta erregimenaren “gaiaz” bestelako elkarrizketarako gaiez berba egiteko beharragatik. Hirurogeiko eta laurogeiko hamarkadetako delinkuentziaren ikono berriak lar gazteak dira, eta ez dira jateko beharrak bultzatuta mugitzen. Perretxikoen antzean ugaritzen dira hiri handietako mugetan altxatutako erlauntz-eremue-tan, eta euren partzelaren bila dabiltza paradisu kontsumistan; hain zuzen ere, bazter guztietan promesten duten hori, baina onarpen eskubidea erreserbaturik dagoela ohartarazi gabe.
Buena parte de los personajes que poblaban esas
películas eran también “manguis” en la vida real,
algunos incluso se hicieron después de su paso por el
cine. Cuando penetras en la intrahistoria de cada título,
te vas asombrando más y más. De cada una de las
películas se podrían sacar otras tantas sobre el destino
de sus protagonistas y el efecto que su fugaz estrellato
produjo en sus vidas.
La revisión de aquellas historias produce una inmensa
ternura. Son testimonio de una época en la que la calle
estaba muy viva, en la que muchos hijos de “buena
familia” gustaban de juntarse con el hampa. Muerto
el dictador, había llegado el tiempo de probar expe-
riencias. Ya se habían leído suficientes libros y artículos
de prensa, ya era hora de vivir nuestros “Woodstocks”
y nuestros “Mayos del 68”. Lo prohibido pasó auto-
máticamente a la categoría de interesante. ¿Para qué
queríamos libertad si no podíamos disfrutarla en toda
su intensidad? Ahí estaban, al alcance de la mano, el
sexo, las drogas, los coches. Sólo había que tener el
arrojo suficiente para conseguir la pasta como fuera.
El destino de tantos y tantos kinkis fue tercamente
similar. Tras una primera etapa de frenéticas vivencias
llegaba el reformatorio, la experiencia carcelaria y el
inevitable “caballo”. Contadísimos fueron los que pudie-
ron seguir la senda de “El Lute”, que se rehabilitó en la
cárcel y llegó a terminar una carrera universitaria.
Observado con la frialdad que da el paso del tiempo,
aquel cine kinki deja un regusto amargo. Parece la
crónica de una limpieza.
Kinki zinemako “heroiek” ez dute beraien jarrera justifikatu behar. Ez dago salbatu beharreko dontzei-larik edo bota beharreko tiranorik. “El Vaquilla”-k edo “El Jaro”-k delitu egiten dute gizartea horrelakoa delako; “hartzen” dutenekin zaude edo “ergelekin”. Cicatriz taldekoek abesten zuten bezala:
¿Qué hacer? ¿qué hacer?, te preguntas /
No vas a ser un pardillo / Aprieta el gatillo
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