historiadelainfancia carli
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7/30/2019 Historiadelainfancia Carli
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S r R I AD E L A I N F A N C I A :U n a m i r a d a a l a l ~ l a c i n e n t l ~ c u l t u r a , e d u c a c i n ,s o c i e d a d y p o l t i c a e n A l ~ e n t i n a , *
S A ND R A C A R L I',.--~-~-:-~
Introduccin:
En este artculo pretendemos desplegar algunas re-
flexiones, avances de investigacin e hiptesis sobre la
problemtica de la niez y los conceptos de infancia desde
una perspectiva histrica que alimente nuestra mirada de
la situacin actual.
D at os de l pr es en te
En nios y adolescentes se inscriben hoy en la Argen-tina muchos de los sntomas crticos de nuestra historia
social y cultural. Las dificultades de la sociedad adulta
argentina para "hacerse cargo" de la niez, como los
muestran numerosos ejemplos. revela el grado de profun-
didad de nuestra tragedia. Pichon Riviere y Quiroga sea-
lan que uno de los elementos a evaluar en la maduracin
adulta es el sentido de generativldad', o sea la capacidad
de gestar a la generacin subsiguiente, de intervenir en sus
formas de constitucin, de construirla socialmente. Cabe
preguntarse dnde habr quedado sumergida la nuestra
despus de tantos acontecimientos trgicos vivdos por
nios y adolescentes en las ltimas dcadas.
'J En buena medida tambin las reflexiones y conceptua-
lizaciones en torno a la niez suelen tener lmites estre-
chos. Los nios han sido tradicionalmente mentados y
escenificados a partir de representaciones universalistas:
el concepto infancia oper durante bastante tiempo como
un enunciado privilegiado que alude a un tiempo comn y
lineal transitado por todos los nios sin distinciones socia-
les. Casi como un estado de gracia especial (que oculta las
desgracias particulares), la infancia es objeto de inversin,
Licenciada en ('il'llua~
de la Educacin. Cursa Estu-
dios de doctorado la en Facul-
tad de Filosofa y Letras, VBA.
Docente de lactedra de Histo-
ria de la Educacin Argentina.
Becaria de Perfeccionamiento
del CONICET. Directora debeca: Dra. Adriana Puiggrs.
Este artculo sintetiza avances realizados en el marco de un proyecto
de investigacin apoyado actualmente por una beca de perfeccionamientodel CONICET.
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proteccin, controlo represin. Gene al .. las tas por sus transformaciones histricas,h ' 1f Ir' r mente tensadas omtdo ~iun . S'
d~~~~as u~u~~sa~~~~l1~:s ::;~~esr~p~;;~tS1f'O C a ~ n i e c l l i s " " " o d b ' " rIl'lCer"'vla'l!ii},'porslJslm-a"'tc"ti~d-:po""CO!"'!rm~su~~:s~~:::~~~~t~~I~~~~o:;~f~~~~~
d d al l goen e sen ,.o . .SaCIe a en gener a argo plazo de all l ]' ]' f . ','''. das y en partICular su memona escolar,constantes al tema, en lo que F.' Dolto
Idas a~ aCI?nes astlDanC13
tSVIV
lascharlas familiares, en los recuerdos de
" 1 dI '"2 L '- enommana el es presen e en "cu to e n1110 . os runos mientras tanto '1 b' d fantasa Y deseo de cada generacin, en las
I 11 de las ci d d se extravan os o ~elOs e 1, ."entre ~s ca nh e italcm a es, se aburren en las aulas clases que dictamos, en las apelaCIones a que antes erasobreviven en ospit es desmantelados. . diferente". .
Como si conformara un estrato nacido en el' E t h'storicidad constitutIva fundamenta, desde el
1. la ni vacio, se s a I li..d b
sue ~ auLtonOlTIlzarl
a a nme.z de sus orgenes e historia punto de vista de la investig~cin, e InICIO ~ un~ u~q ue-propia, os conc ave~ mundiales y regionales han tenido da enealgca", en el sentido de rastrear historiogrfica,
h t dg " ,
mue as veces es e canz y operan e talforma que desvinc _ mente los discursos de una epoca S1l1 suponer un sujetoIan el objeto de la trama social u destinatario preconstitudo. Si
de la cual forman parte: la rr " apelamos al sentido de "in-desnutricin no remite, desde {#"";',."vencin" de la pedagogaestos mbitos, a una historia .t~~\' como saber ordenador de unasocial de generaciones " ~:' poca y cargado de futuric.
hambreadas en ciertos pases dad. en este mismo registro,/
(abuelos, padres, hijos) por debemos ubicar el concepto
las polticas de ajuste, sino a de nio como sujeto de la
la ausencia de sensibilidad educacin. Deconstruir las
social hacia los menores, El marcas de identidad infantil
correlato de esto es la recu- presentes en los discursos
rrencia de los pases en imple- educativos de maestros, pol-
mentar polticas hbridas, re- ticos, funcionarios, junto con'
presivas o conservadoras o aquellas diseminadas en otros
llanamente en la ausencia de espacios (familia, calle, opi-
polticas, cuya traduccin en nin pblica) permite poner
la realidad es por ejemplo la sobre la mesa las piezas de un
reciente masacre de nios en andamiaje no siempre perfec-
Brasil. to: la ineficasia de las estrate-
Sin embargo, en el otro gias disciplinarias de la ins-
extremo de esta universali- truccin pblica, los lmites
zacin estrategias globales de sociales del discurso escola-
organismos como UNICEF o novista, o la segmentacin delas prcticas de grupos de la la minoridad y la moderniza-
sociedad civil avanzan en una cin pedaggica centrada en
visin de la opresin infantil el nio, evidencian problemas
que es particular y que se que hacen a una mirada social
especifca sin distinciones de orgenes sociales, porque los sobre la niez que nunca puede ser homogenizadora si
nios son en un nivel objeto de una explotacin especial, pretende ser efectiva.
ntergeneraconal. Precisamente las temas educativas han escindido mu-
chas veces pedagoga poltica y realidad social infantil.o o ,
pretendiendo subsumir y fundar un sujeto desde una POSI-
cin epistemolgica que avanza hacia la metafsica pero
que est inmersa en las condiciones de su tiempo. Ensp
ineficasia y caducidad, en los resquicios abier~os ~;~
paso del tiempo, los lmites de la "educabilidad" I~fantl~
revelan implacablemente y escenifican dramatJc~mCl!~
realidades soslayadas durante tiempo. La violencI~ ~.~. d 11 pero tambin ~
maestros y alumnos es un ejemplo e e o"aprendizajes ficticios, los otros saberes infantile: (c~~logfa'r ' ' ) bili d por la ensenanza adulmtormauca, etc no canta I Iza os
ta. I'", d f cin de milo comEn el caso de la pedagoga la e JI1 .. ,.
, , " d aluluno caractefJ7.41dOpesujeto educable la condlclon e' .
, " , esarios no rcrnuc a usus aprendizajes prescnptos y ncc .'. .
o d de las ncpcntes cehallazgo o fundacin tragmenta a .
Los co nce pto s de in fa nci a
como construcciones histricas
La educacin es en una de sus dimensiones vincula-
cin entre generaciones, y en este sentido ha sido siempre
portadora de conceptualizaciones sobre la niez. Ocuparse
de ello supone abordar algo que se considera obvio y es a
la vez obviado;' los significante niez/infancia son recu-
nentes en la literatura educativa sin que por ello se haya
generado una deconstruccin de los significados que por-
taba. Este carcter de obvie dad ha dejado sentado un
concepto de infancia como objeto dado desde siempre e
inmutable, ahistrico y simple, cuya versin incorporada
en estudios de diverso tipo. es tal y tan lograda que ha
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cas de la educacin del siglo XIX y primeras dcadas del
presente. La conformacin de lo que Frabboni denomin
la identidad de la infancia institucionalizada (alianza
entre la familia reproductora y la escuela)' en los estados-
naciones modernos fund la necesidad de la educabi-
bilidad infantil: en suma del educando. Pero tambin la
existencia de una cada vez ms numerosa poblacin infan-til en pases en crecimiento y en proceso de industrializacin
constitua el dato previo para la planificacin de polticas
alfabetizadoras, de asilamiento o de incorporacin al
mundo del trabajo que contuvieran a ese sujeto. Las
categoras de infancia nos llevan invariablemente a los
nios, al sujeto posicionado en la trama histrico-social e
institucional y a los proyectos polticos.
Hoy podramos decir que aquella identidad infantil
familiar-escolar, institucionalizada, est en crisis: "escue-
la pblica" y "familia nuclear" son trminos historicos
insuficientes para condensar la situacin actual y la iden-
tidad infantil est ms que nunca sujeta a otras interpela-
ciones, que en muchos casos denotan el fracaso de la
interpelacin escolar. El trmino mismo "estado" requie-
re una deconstruccin- que articulada a la de "familia" y de
"escuela" de cuenta de las fisuras presentes en las polticas
pblicas y en las estrategias de la sociedad civil en lo
relativo a la situacin de la niez.
P. Aris marc el momento de descubrimiento histo-
riogrfico de la infancia como objeto", Este autor conside-
raba que exista una estrecha correlacin entre el concepto
de infancia y la escuela", El proceder de la familia hacia
una mayor intimidad, la mejora de la escuela y el hecho de
que haya sustitudo al aprendizaje tradicional, son los
factores que histricamente han estado, para el autor,
ligados a una mayor sensibilidad hacia la infancia en la
modernidad. Esta actitud ms centrada en el nio en la
modernidad sin embargo, es criticada no slo por el mismo
Aris, que la concibe como propia de un divorcio entre las
esferas socio-comunitaria y privado-familiar, sino tam-
bin por otros autores que consideran que los avances en
la especificidad infantil condujeron a la gestacin de un
estatuto de minora para la niez.
Si en la modernidad el nio era el centro de la escena
familiar y escolar, en este fin de siglo su centralidad en las
imagenes que transmiten los medios masivos de comunica-
cin es indicativa de los lmites del sistema moderno.
Podemos afirmar que el reconocimiento social de lainfancia estuvo ausente en la mirada de los historiadores,
pedagogos y dems especialistas durante mucho tiempo:
segregada de la historia general, no fue posible dar cuenta
de los mltiples sentidos construdos en prcticas de
crianza, experiencias educativas, discursos filantrpicos,
instituciones, que no slo remiten a la niez en s misma
sino a las formas de crecimiento, reproduccin y transfor-
macin de una sociedad.
Pe~in estuvo ausente en la sociedad, hasta el
momento en que fue notoria la "puesta en escena" por
parte, no del estado, sino de periodistas, padres, organiza-
ciones, adolescentes y nios, de una realidad que remite ala sociedad en su conjunto. Realidad con rivetes tan
trgicos que genera lIn mayor inters por la formulacin de
nuevas polticas hacia la niez (eventos sobre el tema se
han repetido en estos ltimos aos) o lo que podramos
llamar polticas generaconales.
La distincin entre niez e infancia resulta til para
problematizar nuestra reflexin. Mientras niez indica un
sujeto concreto, Ios.nios transitando un perodo histri-co-biogrfico que como tal existi siempre; la "infancia"
significa segn el diccionario "primer estado de una cosa
despus de su nacimiento o ereccin ...". Primer estado
de una generacin, de un conjunto de nios que en el
devenir por ese estado se constituyen como tales (como
nios), pero tambin primer estado de una sociedad en un
momento determinado de su tiempo histrico. Niez alude
a "principio de cualquier cosa": niez-infancia son con-
ceptos que necesariamente se articulan con el futuro,
siendo las mediaciones (familiares, educativas, socio-
culturales) las que ensayan histricamente una construc-
cin posible.
Qu valor social y poltico tiene hoy la "infancia" de
una generacin? Las utopas del siglo XVIII incorporaban
en un lugar central de su imaginario a los nios, que objeto
de una intervencin (pedaggica, comunitaria, etc), apare-
can como los sujetos de un orden futuro deseable. Esas
utopas abonaron la visin de los clsicos.
N i os y generaciones: la mirada socio-educativa
La sociologa y el socialismo han aportado enunciados
que hacen a una forma histrica de concebir a la infancia
como etapa de significacin poltica futura, que remite a
aquel paradigma familiar-educativo que planteaba Aris.
As ciertos conceptos fundan tes han operado desde la
poltica en las vinculaciones entre las generaciones y han
invadido la escena educativa.
E. Durkheim afirmaba que "el nio debe ser preparado
en vistas a la funcin que ser llamado a cumplir'", dando
sentido al presente infantil, a la generacin en formacin,
en su proyeccin social y poltica futura. Al prioritar la
ubicacin de los nios devenidos adultos en un orden
imaginario futuro, el modelo durkhemniano jerarquizaba
por un lado la necesariedad de la planificacin de las
intervenciones adultas y por otro subsuma la diversidad
infantil para garantizar la eficasia del modelo. "Cierto
ideal de hombre", forjado por la sociedad poltica,unilateralmente deba transmitirse a los nios, inundando
el concepto de infancia. En su conocida definicin de
educacin Durkheim deshistoriza a las "generaciones
adultas" como a las generaciones "que no estn maduras
para la vida social" (los nios), sentando una abstraccin
o un elemento sustancialista que universaliza el discurso
liberal y sus estrategias educativas e incide en una visin
sobre la infancia, que redunda en una identidad basicamente
escolar. Mentada como generacin, como proyecto, desde
la niez se disuelven diferencias sociales y se legitima la
poltica. .
La posibilidad de intervencin sobre el destino de las
futuras generaciones, la autoridad conferida al estado para
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- ,"7'~, _. '. . '4 ~ ~ " " " ; " . . ~ t:: 1 rs
_ ",>~.; ." , 'O'.' ,.,.~.,." ...,.,~;.,:~';~~;~\1t'/l~i;l'f;,
hacerlo "segn la conveniencia de la nacin", parta para
Durkheim de una concepcin moderna de familia. La
familia deja de ser un segmento social con importante
grado de autonoma para con~ertirse en un "rgano social"
que puede ser regulado. Encargado de "funciones espe-
ciales" y "susceptible de tener repercusiones generales'?',
la familia se convierte en objeto de inters y autoriza el
ejercicio sobre ella de "una accin moderadora o en
algunos casos excitadora?". La regulacin educativa, in-
dispensable para garantizar uh cambio social equilibrado,
concentrar entonces sus esfuerzos en la familia, y desde
all en los hijos.
En cierta medida Marx tambin necesit dar materia-
lidad terica e histrica a la cuestin infantil y familiar. En
forma similar a como analizaba la categora "poblacin"
en el sentido de que deba darse cuenta de las clases que la
..umpoman para evitar una abstraccn", Marx sostena
que la idea de lamilia tiene ..que tratarse y desarrollarse
con arreglo a los datos empricos existentes y no ajustarseal "concepto de familia" misma como se suele hacer en
Alemania", De esta operacin de historizacin emergen
las diferencias de clase en el mbito privado:
"No hay por qu hablar de "la" familia en
general. La burguesa imprime historieamente a
la familia el carcter de la familia burguesa, que
tiene como nexo de unin el hasto y el dine-"14ro... .
La sacralizacin del concepto burgus de familia se
disolva en el proletariado:
"All no existe para nada el concepto de familia,
mientras en ocasiones nos encontramos, en cam-
bio, con verdadero afecto familiar, basado en
condiciones extraordinariamente reales?".
Tanto Marx como Durkheim dieron cuenta de la insta-
lacin y de la niez en la trama social, variando en ambos
casos la significacin otorgada al factor de clase en la
diferenciacin social, pero valorando en forma comn la
importancia poltica de actuar sobre ella, de convertirla en
objeto de una accin educativa comn. Sin embargo Marx
avanza ms an al denunciar las condiciones de explota-
cin laboral de los nios por los padres en las familiasproletarias. como consecuencia de la divisin del trabajo.
Esto permite sentar un antecedente de consideracin espe-
cfica de la cuestin infantil, desagregable de la lectura del
fenmeno de clase: an la familia proletaria puede oprimir
a los nios. La situacin laboral infantil lo llev a Marx a
postular la inclusin del mismo en una estrategia educativa
estatal".
Enfrentados al nuevo siglo, tanto Marx como Durkheirn
tradujeron la complejidad propia de las nuevas formas de
organizacin econmica, social y poltica del capitalismo,
remitindose entre otros temas a las transformaciones de la
familia. Como bien seala Robertson, el estado incluy. apartir de la Revolucin Francesa, un inters paternal
como rgano regulador de todos los ciudadanos. y con
posterioridad se reconoci que la propia seguridad del
estado dependa de la existencia de una clase de ciudada-
nos sanos, absorviendo responsabilidades sobre todos los
hijos'?
La niez se instal como objeto de consideracin
social. de polticas pblicas. siendo resignificada en el
nuevo contexto de la divisin del trabajo y en las crisis
emergentes. En el caso de Marx para denunciar las violen-
cias ms profundas del capitalismo industrial, la fragmen-
tacin social de la infancia. la explotacin del trabajo
infantil y su dignificacin en un orden comunista; en el de
Durkheim para rastrear las primeras formas de cohesin
social y volver ms eficases los procesos de socializacin
infantil.
A pesar del impacto de los nuevos conflictos que G.
Mendel denominara "de edad" en el marco del capitalis-
mo avanzado, las denominadas teoras reproductivistas
focalizaron los procesos de socializacin de la niez pero
subordinndolos a una lgica poltico-ideolgica implaca-ble y tambin intergeneracional, La mencin de Mendel
nos aporta un dato insoslayable de la poca: la puesta en
crisis de la continuidad intergeneracional que se tradujo en
fenmenos como el mayo francs. La explosin de mani-
festaciones de lo que este autor denomin la "clase de
edad infancia-adolescencia" lo condujo al reconocimiento
de la necesidad y urgencia de incorporar la cuestin de
edad en las relaciones sociales y educativas. Sealaba:
"La infancia no puede desarrollarse como clase
y como estado especfico ms que con la asisten-
cia de los adultos?".
Sin embargo Althusser sobreimprimi las VISIones
sociolgicas de la poca. Representante paradigmtico del
reproductivismo socio-educativo, podemos afirmar cierta
coincidencia con la tesis de Aris sobre el privilegiamento
de la infancia como consecuencia del establecimiento de
la escuela y la consolidacin de la familia nuclear, a partir
de su sealamiento de la primaca de la pareja Familia-
escuela".
Las primeras formas de constitucin de sujetos se
localizan para Althusser en las relaciones entre generacio-
nes, en las que habra continuidad y no diferenciacin:
"Ya antes de nacer el nio es por lo tanto ya-
sujeto, est destinado a serlo en y por la configu-
racin ideolgico-familiar especfica en la cual
es "esperado" despus de haber sido concebi-
dO"20,
Los procesos de sujecin y preasignacin ideolgica
no slo atraviesan las prcticas de crianza sino que los
anteceden: las generaciones adultas sellan el sentido de la
historia infantil que carecera de ella segn la tesis althus-
seriana de que la ideologa no tiene historia. Habra
entonces continuidad intergeneracional porque la ideolo-
gfa articula en una misma lnea los tiempos histricospropios de cada generacin nueva. De edad en edad. la
ideologa interviene en la formulacin de formas de
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interpelaciones que "sujetan" a los nios a la trama socio-
poltica. Esta intervencin anula las diferencias entre
adultos y nios, diluye los choques entre tradicin cultural
e innovacin, entre repeticin y rupturas emergentes.
Sujeto todo el sistema social a lo que llamaba una "parti-
tura nica de clase" olvid escuchar los gritos de los
estudiantes franceses.
Hacia una his to ri a de la in fa ncia
Si bien el historiador empez tardamente a ocuparse
del estudio de la infancia, como admite De Mause", los
trabajos realizados en las ltimas dcadas revelan una
rigurosidad y riqueza que los convierten en indispensables
para los avances en otras disciplinas.
Aris, De Mause, Snyders, Dolto, Mendel, Frabboni,
Badinter, Donzelot, entre otros, reconstruyen la historici-
dad de la cuestin infantil desde perspectivas particulares.
Tanto Aris como De Mause coinciden en afirmar que lahistoria de la infancia y la historia de la educacin se
encuentran estrechamente conectadas en varios niveles".
Lo cual genera la pregunta de por qu se retrasaron tanto
los estudios que abordaran dicha relacin. La historia de la
educacin ha prioritado la reconstruccin de las institucio-
nes ocultando cmo stas se han montado y edificado sobre
una concepcin de la niez.
Las producciones de los historiadores han comenzado
a otorgar a los nios un lugar en la construccin de la
historia, incluyndolos desde el punto de vista conceptual
de diversas maneras, sin por ello alterar los presupuestos
ideolgicos desde los cuales se hace historia de la educa-
cin. Como bien seala Filkenstein la perspectiva del
aprendizaje y del que aprende pocas veces est presente".
La mirada sobre lo infantil coincide con un vuelco
sobre la esfera de la vida privada, sin embargo tambin
debe ser la esfera de lo pblico sede de anlisis de lo
infantil, en la medida en que los nios son objeto de
polticas.
De Mause seala en "Historia de la Infancia" sus
diferencias con Aris, referente bsico en los estudios
sobre el tema:
"La tesis central de Aris es la opuesta a la ma:
el sostiene que el nio tradicional era feliz por-
que poda mezclarse libremente con personas dediversas clases y edades y que en el comienzo dela poca moderna se "invent" un estado espe-cial llamado "infancia" que dio origen a unaconcepcin tirnica de la familia que destruy laamistad y la sociabilidad y priv a los nios delibertad imponindoles por vez primera la frula
y el castigo'?'.
De Mause cuestiona el cracter de invencin moderna
y sostiene una perspectiva psicogentica de las relaciones
patcrnofiliales:
"Y mientras los historiadores suelen buscar en
las batallas de ayer las causas de las de hoy,nosotros en cambio nos preguntamoscmo crea
cada generacin de padres e hijos los problemas
que despus se plantean en la vida pblica?".
La historia de la infancia se convierte para el autor en
la historia de las aproximaciones entre adultos y nios, en
las que se suceden ansiedades, reacciones, proyecciones,
producto de la mayor o menor distancia psquica existente
entre ambas generaciones. Las prcticas de crianza seran
una de las estrategias creadas por los padres pata reducir
estas tensiones. La evolucin de las relaciones paterno-
filiales y de los cambios psicogenticos de la personalidad,
se convierten para De Mause en fuerza principal del
cambio histrico, con suficiente grado de independencia
del cambio social y tecnolgico.
En la perspectiva de De Mause est impresa la huella
del psicoanlisis como teora que alter radicalmente la
visin sobre la infancia. Freud situ la cuestin infantil
apelando a lo histrico y destac la relacin infancia-
adultez:
"La memoria de la mayor parte de los hombrespresenta una laguna en lo que se refiere a losprimeros aos de su vidainfantil, de la cual solo
conservamos algunos recuerdos fragmentarios.Puede afirmarse que el psicoanlisis ha llenadotal laguna,suprimiendoesta amnesia infantil de
los hombres?".
Podra afirmarse que las dificultades de la memoria
adul ta para recuperar su propia infancia tambin es tn
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presentes en los estudios histricos. Francoisc Dolto en
este sentido realiz un esfuerzo importante por dar cuentade la presencia constante de la infancia en la historia y
argument dichos dificultades en la oposicin entre ima-
ginacin y razn:
"El campo imaginario de la infancia es absoluta-
mente incompatible con el campo de racionalidad
a travs del cual el adulto asume su responsabi-
lidad sobre el nio.?"
El "olvido" de la memoria de edad en la reconstruc-
cin histrico-educativo puede interpretarse como un pre
dominio de la mirada racional y homogenizadora que
inunda a la pedagoga y a la enseanza.
El campo de la niez en la historia social y
educativa argentina: discursos, conceptos de
infancia y posiciones infant iles
Este recorrido por las conceptualizacones portadas
por distintas teoras y enfoques, nos permiti dar cuenta de
cierto estado de arte del tema, que si bien no pretende ser
exhaustivo despliega las huellas de nuestro propio punto
de partida.
Bourdieu seala que todos los enunciados que tienen
por objeto un colectivo (pueblo, Universidad, clase, escue-
la) suponen resueIta la cuestin de la existencia del grupo
correspondiente, de all que dados los abusos propios del
lenguaje de la razn poltica la sociologa debera comen-
zar por ocuparse del problema de la existencia y modo de
existencia de los colectivos". El colectivo niez puede
ubicarse como un significante utilizado recurrentemente
pero sin explicitar sus modos de existencia. Nuestro
propsito ms general en la investigacin desarrollada
hasta ahora fue avanzar en este sentido, prioritando el
anlisis de la trama discursiva que en relacin a la infancia
fue constitutiva de ella en la primera mitad del siglo XX en
Argentina.
En forma de sntesis desplegaremos algunas hiptesis
centrales con las cuales hemos venido trabajando.Desde la trama discursiva conformada por teoras
pedaggicas, prcticas jurdico-polticas, estrategias so-
ciales, experiencias educativas, discursos feministas, etc.
rastreamos y analizamos la constitucin de un campo
especfico de la niez, cuya gnesis y transformaciones y
el impacto de discursos mltiples explicita la significacin
poltica de la infancia en los procesos de construccin de
la hegemona. La configuracin de lo que denominamos
como campo de la niez'". entendiendo por ello un
espacio estructurado de posiciones, en el que se producen
luchas, por la legitimacin de los significados dominan-
tes", debe situarse como parte de estrategias ms ampliasde controlo proteccion social, reproduccin de la cultura,
diseo de imaginarios futuros o fundacin de nuevas
hegemonas.
Partimos de entender que todo sujeto se constituye
como tal en una trama de discursos y no fuera de ellos,
entendiendo lo discursivo como una dimensin de lo
social. Al ser los nios protagonistas de una primera
inscripcin simblica en el espacio social, los modos de
sta inscripcin a travs de las mltiples interpelaciones
que generan medios de comunicacin, padres, docentes, y
las formas de respuesta a las mismas por parte de los nios,
permiten leer de manera nueva didcticas, polticas y
procesos culturales. Descentralizando la mirada y
focalizando las formas de nombrar a los nios y de
convertirlos en objeto de instituciones, manifestaciones
pblicas o eventos, una multiplicidad de significados
emerge.
Cuando hablamos de discurso nos referimos a todo
hecho social en tanto que fenmeno de significacin".
Sostenemos el carcter discursivo de los objetos y de toda
configuracin social", y en este sentido los conceptos de
infancia deben entenderse como objetos discursivos.
Por otro lado existen entre los discursos regularidades
y elementos de dispersin. Segn Foucault cuando existe
una regularidad en un conjunto de enunciados dispersos,
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podramos hablar de una form~cin discursiva cuyos obje-
tos estn sujetos a las mismas reglas de formacin". La
constitucin de un discurso de la minoridad o de una
formacin discursiva especfiamente referida a la niez
en el peronismo, es el resultado de la articulacin de las
posiciones de sujeto (prexstentes y emergentes) disper-
sas" que refieren a la niez. tomo ejemplo el concepto"menor" condens posiciones infantiles dispersas (hur-
fanos, vagabundos, delincuente) en tomo a un dispositivo
de minoridad que en la dcada del 30' alcanza una confi-
guracin institucional ms definida. Las posiciones de
sujeto deben entenderse como posiciones discursivas",
Las referencias a la identidad infantil son recurrentes
en estudios de diverso tipo. Cuando hablamos de identi-
dad de un sujeto, en un anlisis histrico, nos referimos al
conjunto de posiciones de sujeto articuladas en tomo a un
ncleo o polo especfico que funciona como punto nodal",
Los discursos proponen siempre al sujeto modelos de
identificacin. Desde sta perspectiva toda interpelacin
es una proposicin de un modelo de identidad, siendo la
identificacin el proceso constituyente de identidades
sociales.
M atr ic es de in fa nci a en la hi st ori a so ci al y
educativa argentina. Algunas hiptesis.
El trmino matriz aplicado a la cuestin de edad me
fue sugerido por algunos autores", resultando til para dar
cuenta de la convergencia de mltiples procesos que
intervienen en la construccin social de la infancia. La
nocin de matriz remite a su vez a la idea de gestacin, y
por tanto a la de historicidad, en este caso de las generacio-nes que transitan su infancia en momentos particulares de
la historia de una nacin. A lo largo de la investigacin
pudimos reconstruir ciertas matrices de infancia: la del
perodo 1880-1916 cuyas caractersticas bsicas se extien-
den hasta 1930~ la del perodo 1945-1955; y la de la poca
actual. En cada matriz histrica se combinan discursos,
prcticas institucionales, dispositivos, acontecimientos.
La investigacin desarrollada hasta ahora nos permite
concluir algunas cuestiones que remiten a cmo histrica-o
mente la niez y la infancia fueron objetos construdos
poltica, cultural, educativa y socialmente, indicativos de
procesos de ms amplios de construccin de la hegemona.
a) En la etapa fundacional de la historia moderna de la
educacin argentina en la que se configura el dispositivo
de la instruccin pblica, se despleg una concepcin
moderna de infancia construda por Sarmiento que sobre-
U"i':,:'''Jc:\livos posteriores y que
es portadora ms ampliamente de una poltica cultural
generacional. Ideal de familia burguesa y escuela pblica,
pero tambin otros espacios (Cunas pblicas, salas de
asilos, escuelas de artes y oficios, asociaciones civiles),
configuraron la institucionalizacin moderna del nio,
que se va adquiriendo forma hasta 1930, con bordes ms
o menos democrticos. El nio entendido como menor sin
derechos propios, queda subordinado a la autoridad docen-te y paternal.
Esta hiptesis nos permite vincular la historia de la
infancia con la historia de la educacin. Maestros sern
en la mayor parte de los casos los creadores de didcticas,
asociaciones y discursos especficamente centrados en la
niez, ya sea en sus versiones de control social, proteccin
o rescate socio-cultural.
b) Nuevas formas de reconocimiento y puesta enescena de la situacin infantil, de aquellos nios situados
en el margen del discurso sarmientino, estuvieron a cargo
de mujeres durante el perodo 1890-1930. Las prcticas y
discursos de las mujeres desde fines del siglo XIX hasta
1930, particularmente de militantes anarquistas, socialis-
tas y liberales democrticas, intervinieron signifi-
cativamente en la construccin de posiciones discursivas
infantiles que traducen condiciones de existencia social de
la poca y las grietas de la institucionalizacin escolar-
familiar: figuras del nio trabajador, vagabundo, desertor
escolar, hurfano, se disearon en eventos y acontecimien-
tos de diverso tipo, as como alternativas posibles para su
atencin.
Esta ltima hiptesis nos permite articular historia de
la infancia con historia de la IDujer en Argentina. Sujetos
de una comn opresin, los primeros hitos de la historia de
las mujeres coinciden con un reconocimiento conjunto de
la problemtica de gnero y de edad.
c) Los procesos de modernizacin pedaggica escolar
y de institucionalizacin estatal de la niez no escolarizada
(1919-1930), a partir del discurso escolanovista y el dis-
curso de la minoridad respectivamente, permiten articu-
lar las transformaciones del estado con una historia de
la infancia en la Argentina. El estado yrigoyenista que se
ampla, que protagoniza la primera experiencia de demo-cratizacin del pas, contiene a la vez la modernizacin del
sistema educativo escolar a partir de las innovaciones
escolanovistas, y la delegacin de la institucionalizacin
del menor en un dispositivo de internacin a cargo de
asociaciones oligrquicas o religiosas, aunque subordina-
do a la tutela del estado sobre los menores". La escisin del
sujeto de acuerdo a su orgen y condicin social-familiar
adquiere forma durante una etapa democrtica. La
agudizacin de esta escisin se produce en una etapa
crtica del estado, la de la dcada del 30', en la cual
"desercin escolar" y "miseria social infantil" denuncian
los lmites y la crisis de la matriz de infancia de la etapa
liberal.
d) La experiencia del peronismo en el poder y su
sistema de interpelaciones a la infancia, nos permite
articular la historia de la infancia con los procesos de
construccin de la hegemona. A travs de la constitucin
de una formacin discursiva especfica dirigida a los nios,
el peronismo resignific la infancia como objeto del estado
y el significante "nios privilegiados" tradujo una volun-
tad hegemnica. La transformacin de los dispositivos
institucionales heredados (sistema escolar y sistema
minoridad) debe entenderse dentro de dicha resignifica-
cin que a la vez contiene la diversidad infantil creando
consenso (todos los nios sin distinciones son "privi-legiados"), e introduce un elemento ideolgico estructu-
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rantc en la Ionnacin infantil (principio de identificacin
doctrinaria).
A m odo de ci er re :
El llamado "siglo de los nios" est por terminar. Con
l las conceptualizaciones sobre la infancia construdas
histricamente estallan en fenmenos y crisis de diverso
tipo. La creciente poblacin infantil en la calle es un dato
de este tiempo, pero en forma ms amplia las transforma-
A S O C IA C IO N D E G R A D U A D O S
E N C I E N C I A S D E l A E D U C A C I O N
M xic o 8 7 1 , 9 Q p is o ,o ts . 3 6 /3 7 , C a p ita l (1 0 9 7 )
(S E D E P R O P IA )
T e ! .: 3 4 2 5 0 3 6M e n s a je s la s 2 4 h o ra s
ciones de la institucin familiar revelan la c~sis del
modelo de familia nuclear como clula de la sociedad:
familia ampliada, nuevos modelos paterno-maiernales
que no se estructuran sobre la identificacin ~ sexo,
mltiples nociones de "hijo" en el imaginario social que
combina avances en la gentica y fertilidad con suicidios
y embarazos precoses adolescentes, mayor nmero demujeres sostn de hogar, experiencia de vida autnoma
infantil. Pero tambin es indicativo de esta etapa la clau-
sura del discurso estatal que protega a la familia pobre,
intentando equilibrar la injusta distribucin social con
subsidios o legislacin. El menemismo llama "usurpadores"
o "carenciados" a las familias pobres, y los grupos econ-
micos invierten, no en beneficencia sino en actividades
culturales. Las familias migrantes que el primer peronismo
incluy discursivamente, intentando suprimir la escisin
social heredada y sumndolas a los beneficios de la moder-
nidad, son hoy objeto de una exclusin que incorpora
nuevos sectores sociales.
La crisis del sistema de instruccin pblica, sobre lo
cual poseemos una precisa radiografa, completan este
cuadro (agregamos el desmantelamiento del sistema de
salud pblica). siendo los nios los que parados sobre sus
fisuras articulan reclamos, violencias o deserciones. y
construyen otros saberes con una lgica discursiva que
desborda las paredes de la escuela.
Esta crisis de la familia. de la escuela, y del estado. que
ha dado lugar a formulaciones nuevas sobre todo en el seno
de la sociedad civil, genera cotidianamente identidades
infantiles que cortomean imprecisamente la configura-
cin socio-cultural de una generacin en crecimiento. Es
necesario conocer y estudiar dicha configuracin,
deconstruir nuestros propios discursos educativos, resca-
tar de nuestra historia social y cultural las experiencias ms
interesantes de trabajo con los nios, y comenzar a ensayar
una integracin intergeneraconal (social, educativa, cultu-
ral) que vincule avances en el conocimiento, discursos y
saberes de edad y mejores condiciones de vida. Desde la
articulacin entre poltica y saber es posible y urgente
trabajar con seriedad en este tema.
Not as
1Pichon Riviere, E. y Quiroga, A., Psicoanlisis de la vida cotidiana,
Bs. As., Nueva Visin, 1985, p.43.
2 Dollo, F., La causa de los ni/os, Paids, Bs, As., 1991, p.41.
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4 Foucault. M., "Nieszche, la genealoga, la historia", en Foucault. M.,
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'Frabboni,F., La educacin del ni/o de O a 6 alas, Cincel, Madrid,
1984, p.l O .
6 Utilizamos la idea de deconstruccin de Derrida en el sentido de
"agravar las fisuras" que presenta un sistema, de "marcar y aflojar sus
lmites", de "debilitar las certidumbres que sostienen la historia" (Ferro,
R. , Escritura y deconstruccin. Lectura (h)errada con Jacqucs Derrida,
Biblos, Bs.As., 1992, p.115 Y 123).
7 Ulivieri, S., "Historiadores y socilogos en busca de la infancia", en
Revista ac Educacin NQ281, Ministerio de Educacin y Ciencia, Madrid,
septiembre/diciembre 1986, p.63.
8
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10
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10DUlkheim, E., La divisin del trabajo social, tomo 1, Planeta-
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"lbidem, p.249.
"Marx, K.,lntroduccin a la crtica de la economa poltica. Polrni-
C:l. Bs.As .. 1974. p.15.
13 Marx, K.. La ideologa alemana. Ed. Pueblo Unidos. Montevideo.
1968. p.208."Lbidem, p.207-208.
'5Ibidem, p.208.
16Marx. K.,Crtica del Programa de Gotha, Obras escogidas, tomo Il,
Progreso, Mosc, p.28.
17Robertson, P., "El hogar como nido: la infancia de la clase media en
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18Mcndel, G. La descolonizacin de/nio, Ariel, Barcelona. 1974,
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2lhiJem. p.7!.
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educacin", en Revista de Educacin, op.cit., p.20.
25 Filkcnstcin, B .. op.cit .. p.21.;, De Mause.Ll., op.cit., p.22.
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32 Buenfil Burgos, R., Anlisis de discurso y educacin, Conferencia
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"Zild-, c . ; . F.lsublime o"j~rode la ideologa, Siglo XXI, p.142-3.
37Jess Maltlll ll<w-.,, 1utiliza para dar cuerua de la relacin entre
matrices culturales y pr""c:sos de: comunicacin en A.Latina. yArgumcdo.Alcira para la reconstruccin de matrices de pensamiento
nacional y latinoamericano.
"Carli, S., op.cir.
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