guias mappa epi
Post on 01-Jun-2015
944 Views
Preview:
DESCRIPTION
TRANSCRIPT
Diagnóstico y tratamiento antibacteriano de
Enfermedad pélvica inflamatoria (EPI)Mancilla-Ramírez J (Coordinador del Grupo de Análisis), Lira-Plascencia J, Espinoza de los Monteros JA, Tenorio-Ramos J, Flores-Ramírez J.
Primera Actualización
Diagnóstico y tratamiento antibacteriano de
Enfermedad pélvica inflamatoria (EPI)
Documento de consenso de Actualización 2010 de las Guías MAPPA (Manejo Antibacteriano de Procesos infecciosos en el Paciente Adulto), llevada a cabo
del 26 al 29 de agosto de 2010 en Ixtapa, Guerrero México.
Avalado por la Academia Nacional de Medicina de México
©Primera actualización de las Guías MAPPAMR: 2011.
Dr. Alberto Lifshitz GuinzbergCoordinador general
Dr. José Luis Arredondo GarcíaCoordinador adjunto, Área Clínica
Dr. Alberto Carlos Amábile CuevasCoordinador adjunto, Área Microbiología
Dr. Javier Mancilla RamírezCoordinador del Grupo de Análisis
Manejo Antibacteriano de Procesos infecciosos en el Paciente Adulto
CoordinadoresDr. Alberto Lifshitz GuinzbergCoordinador generalMédico InternistaDirector General de Coordinación de Institutos Nacionales de SaludMiembro de la Academia Nacional de Medicina
Dr. José Luis Arredondo GarcíaCoordinador adjunto, Área ClínicaJefe de la Unidad de Investigación Clínica del Instituto Nacional de Pediatría (INP)Infectólogo PediatraInvestigador NacionalDirector, Livemed InstituteMiembro de la Academia Nacional de Medicina y de la Academia Mexicana de Pediatría
Dr. Carlos Amábile CuevasCoordinador adjunto, Área de MicrobiologíaDoctor en CienciasPresidente de la Fundación LUSARA para la Investigación Científica, A.C.
Coordinador del Grupo de Análisis Temático sobre Enfermedad pélvica inflamatoria (EPI):Dr. Javier Mancilla RamírezPediatra Neonatólogo, Infectólogo con Maestría y Doctorado en Ciencias Médicas (Inmunología). Director General del Instituto Nacional de Perinatología (INPer). Te-sorero de la Academia Nacional de Medicina de México.
Con la participación de los doctoresDra. Josefina Lira PlascenciaGinecóloga y Obstetra certificada por el Consejo Mexicano de Ginecología y Obste-tricia, AC. Profesora adjunta de la especialidad de Ginecología y Obstetricia, y de la subespecialidad de Biología de la Reproducción del Instituto Nacional de Perina-tología (INPer). Coordinadora de la Clínica de Medicina de la Adolescente, INPer.
Dr. José Ángel Espinoza de los MonterosProfesor adscrito a la Universidad de Guadalajara(UdeG), Coordinador de la Campa-ña contra el Virus del Papiloma Humano, UdeG, Guadalajara, Jal.
Dr. Javier Tenorio RamosCoordinador de Ginecología y Obstetricia del Hospital StarMédica, Morelia, Mich. Vicepresidente de la Asociación Michoacana de Endoscopia Ginecológica.
Dr. José Flores RamírezGinecólogo y Obstetra. Hospital Civil de Guadalajara “Dr. Juan I. Menchaca”, Univer-sidad de Guadalajara. Especialista en Medicina Materno-Fetal, INPER/UNAM. Pro-fesor del Curso de Vigilancia Fetal y Patologías del Embarazo, Nuevo Hospital Civil de Guadalajara. Profesor del Curso Teórico Práctico Doppler Obstétrico y pruebas de Bienestar Fetal, Instituto Mexicano del Seguro Social, Unidad de Medicina de Alta Especialidad, Centro Médico Nacional de Occidente.
Enfermedad pélvica inflamatoria (EPI)
Participantes en sesión plenariaDr. Manuel H. Ruiz de ChávezPresidente de la Academia Nacional de Medicina de México, 2009-2010.
Dr. Alberto Lifshitz GuinzbergCoordinador generalMédico InternistaDirector General de Coordinación de Institutos Nacionales de SaludMiembro de la Academia Nacional de Medicina
Dr. José Luis Arredondo GarcíaCoordinador adjunto, Área ClínicaJefe de la Unidad de Investigación Clínica del Instituto Nacional de Pediatría (INP)Infectólogo PediatraInvestigador NacionalDirector, Livemed InstituteMiembro de la Academia Nacional de Medicina y de la Academia Mexicana de Pediatría
Dr. Carlos Amábile CuevasCoordinador adjunto, Área de MicrobiologíaDoctor en CienciasPresidente de la Fundación LUSARA para la Investigación Científica, A.C.
Dr. Carlos Pacheco GahblerPresidente del Consejo Nacional Mexicano de Urología. Jefe de la División de Urolo-gía del Hospital General “Dr. Manuel Gea González”, SSA. Profesor de Postgrado de Urología, Facultad de Medicina, UNAM.
Dr. Anel Rogelio Aragón TovarJefatura del Servicio de Urología, UMAE No. 25, IMSS, Monterrey, NL. Delegado No-reste del Consejo Nacional Mexicano de Urología, AC. Expresidente de la Sociedad Mexicana de Urología, AC. Expresidente del Colegio de Urólogos de Nuevo León, AC. Miembro del Comité de Trasplante Renal en Monterrey, NL. Profesor de Pre-grado y Postgrado en Urología por la Universidad de Monterrey, NL. Hospital “San José”, Instituto Tecnológico y de Estudios Superiores de Monterrey.
Dr. Mauricio Cantellano OrozcoMédico adscrito a la División de Urología, Hospital General “Dr. Manuel Gea Gon-zález”, SSA, México.
Dr. Jorge Moreno ArandaExpresidente del Consejo Nacional Mexicano de Urología. Miembro del Colegio Mexicano de Urología. Miembro de la Junta de Consejo de Especialidad del Comité Normativo Nacional de Consejos de Especialidades Médicas, AC.
Dr. Jorge Moreno PalaciosResidente de Urología, Hospital de Especialidades Centro Médico Nacional “Siglo XXI”, IMSS.
Dr. Eduardo Alonso Serrano BrambilaJefe del Servicio de Urología del Centro Médico Nacional “Siglo XXI”, UMAE, IMSS. Coeditor del Boletín Mexicano de Urología.
Dr. Guillermo Montoya MartínezUrólogo certificado por el Consejo Mexicano de Urología, adscrito al Centro Médico Nacional “Siglo XXI”, UMAE, IMSS. Hôpital Henri Mondor (Creteil, Francia).
Dr. Efraín Maldonado AlcarazUrólogo postgraduado del Centro Médico Nacional “Siglo XXI”, UMAE, IMSS. Miembro del Colegio Mexicano de Urología. Certificado por el Consejo Mexicano de Urología.
Guías MAPPA: un recurso actualizado
Contribuir es un gran verbo: proyecta la idea de cooperación a partir de la convicción, del conocimiento sobre alguna causa, al-gún proyecto, alguna acción. En Bayer nos gusta involucrarnos en la conjugación de ese verbo, contribuir con nuestra cuota de es-fuerzo para hacer concreto algún proyecto que rinda beneficios a la comunidad.
Éste es el caso del proyecto Guías MAPPA, nacido hace algunos años como producto del deseo de ayudar al abordaje correcto de las infecciones que se presentan en los pacientes adultos. Ésta es la segunda edición de las Guías MAPPA; se trata de una edición exhaustiva, pero concreta y precisa, que los expertos médicos par-ticipantes han hecho para llevarnos al terreno de la actualización y de la incorporación de otras infecciones que no estuvieron inclui-das en las primeras Guías.
El mérito de todos los equipos médicos que intervinieron en la elaboración de cada Guía es digno de reconocimiento sin reservas, puesto que concretaron un trabajo que —sin duda— pone bases, objetivos y elementos de decisión al alcance de los lectores de las Guías para un abordaje más seguro y exitoso de las infecciones de los adultos.
Estamos convencidos de que la publicación de estas Guías, en su versión actualizada y ampliada, no será un acto más que se ex-travíe en el bosque de trabajos que, por desgracia, al ser rutina-rios, no destacan y tienen como rápido destino la indiferencia o el olvido. Basándonos en las múltiples peticiones que se formularon para entregar las primeras Guías a médicos en lo individual y a gru-pos organizados en lo general, creemos que estas Guías MAPPA, en su segunda versión, cubrirán las expectativas y serán decidi-damente aceptadas como un valioso recurso para seguir procedi-mientos terapéuticos acertados.
Esta última afirmación no es en lo absoluto presuntuosa e in-necesaria; se menciona porque, siendo testigos de las jornadas de discusión y acuerdos que los expertos vivieron para crear este tex-to, nos percatamos directamente de la vocación por la precisión y la exactitud, fundamentadas con toda seriedad, que cada grupo
Enfermedad pélvica inflamatoria (EPI)
de trabajo siguió y consolidó para llegar a objetivos, descripcio-nes, propuestas y conclusiones alejados de sesgos o descuidos no profesionales.
Por todo lo anterior, nos entusiasma colaborar con la edición y la difusión de las Guías MAPPA, y a la vez vivir el sano orgullo de constatar el interés social de la Academia Nacional de Medi-cina de México para realizar proyectos que llegan hasta lo ojos y la reflexión de millares de médicos mexicanos, inmersos en la inacabable trayectoria de superación y actualización. La Academia cumple, así, con su responsabilidad dirigente y vanguardista en la medicina mexicana.
Para cerrar este mensaje, no podemos dejar en el silencio nuestra expresión de compromiso que, como empresa responsa-ble ante la sociedad, externamos a los médicos mexicanos en el sentido de estar conscientes y decididos a proseguir con el respal-do activo a la educación permanente y creciente de los médicos de nuestro país, y a la vez desearles que estas Guías no sean un texto cerrado, sino que se abra todos los días para apoyo de su constante y loable trabajo en pos de la salud de los mexicanos.
Carlos Beck
Director de División Bayer Pharmaceuticals
Mensaje del Dr. Alberto Lifshitz Guinzberg
Director General de Coordinación de Institutos Nacionales de Salud, Miembro de la Academia Nacional de Medicina.
La amplia variabilidad que suele poseer la práctica médica tiene muchas veces su sustento en las diferencias individuales entre uno y otro paciente. No obstante, también puede obedecer a prefe-rencias caprichosas, a diferenciales en la información, a rutinas, accesibilidades y hasta a razones menos estructuradas. Hoy en día, la aportación de la medicina basada en evidencia permite trascender estas divergencias al proponer explícitamente que cada enfermo reciba la mejor alternativa existente, surgida de la investigación científica. La elección de esta opción no es cierta-mente sencilla, dado que no es posible para un médico ocupado posponer las decisiones que tiene que asumir ante un paciente hasta hacer una búsqueda bibliográfica exhaustiva, analizar la validez y confiabilidad de cada investigación y estimar si se pue-de hacer la transferencia del conocimiento al caso individual. La otra alternativa para ejercer una medicina basada en evidencia es verterla en guías clínicas que incorporen lo mejor de la investiga-ción científica, ya validada y seleccionada, en orientaciones para los médicos prácticos en beneficio de sus pacientes. Las guías se distinguen de las normas por su flexibilidad, pero aportan igual-mente lineamientos que tienen las condiciones de validez y confia-bilidad de evidencia. El Sector Salud de nuestro país está hacien-do un gran esfuerzo por elaborar guías clínicas para orientar a los médicos en los principales problemas de salud, aun a sabiendas que tienen una vigencia transitoria por la vertiginosa renovación del conocimiento y su rápida obsolescencia. Por supuesto que las guías no son exhaustivas ni abarcan al detalle muchas de las de-cisiones cotidianas de los médicos, pero resultan de valor como referente. También será obvio que tienen el riesgo de que halla quien les asigne un valor absoluto, que se manejen como normas, que no se permita la adaptación que la práctica clínica exige y que la resolución de demandas y reclamaciones se apoye rígidamente en ellas. El otro valor de las guías tiene que ver con la planeación de recursos e insumos: en la medida en que se pueda prever la necesidad de ciertos fármacos, por ejemplo, los gerentes y admi-nistradores pueden hacer acopio oportuno de ellos.
Enfermedad pélvica inflamatoria (EPI)
En el terreno de las enfermedades infecciosas comunes, la necesidad de contar con una orientación resulta particularmente importante, no sólo por la gran cantidad de alternativas que se ofrecen —con y sin fundamento científico—, sino por la constante variación de los agentes infecciosos y de su susceptibilidad a los fármacos antiinfecciosos. El uso de antimicrobianos, aun el buen uso, conlleva riesgos ecológicos que repercuten en los futuros pa-cientes. No se trata sólo de eficacia y seguridad para el paciente, pues las consecuencias los trascienden. La resistencia bacteriana se ha convertido en uno de los problemas sanitarios más impor-tantes del mundo y no se han encontrado los caminos apropiados para menguarlo, o éstos resultan absolutamente teóricos. Por su-puesto que este riesgo puede justificarse cuando se trata de salvar vidas o prevenir complicaciones y secuelas, pero no con el uso dis-pendioso, injustificado, equivocado, excesivo y mal seleccionado.
Una parte del problema es, ciertamente, la autoprescripción por el público, y en este sentido la autoridad sanitaria ha inicia-do la aplicación de medidas para reducirla. Sin embargo, la mayor proporción de usos inadecuados deriva de la prescripción profe-sional y de que los médicos no solemos utilizar correctamente los medicamentos. Ésta es, precisamente, una de las virtudes de estas Guías Mappa. Ponen al alcance del médico práctico, el que tiene que tomar decisiones ante el paciente, los elementos necesarios para elegir la conducta apropiada con sustento tanto en la evi-dencia científica reciente, debidamente ponderada, como en la experiencia de los verdaderos entendidos, con la flexibilidad que el caso requiere.
Ésta es la segunda edición de las Guías. La primera tuvo muy buena aceptación y asumimos que contribuyó con una mejor aten-ción de los pacientes por parte de quienes fueron sus lectores y seguidores. Esta edición no sólo actualiza los conceptos, sino que además adiciona otras infecciones frecuentes. Se trata de trascen-der la recomendación, el consenso, la inclinación, la predilección, el interés, para desviarlos hacia la orientación basada en eviden-cia científica. Nuevamente, es producto de jornadas de trabajo de expertos, bajo la guía de los coordinadores, con acceso a fuentes primarias de información y de largas discusiones y reflexiones que permitieron madurar un producto refinado que se somete a las pruebas de su aplicación exitosa.
Contenido
Alcances de la Guía
Objetivos específicos
Definición de la enfermedad
Epidemiología y etiología
Cuadro clínico
Diagnóstico clínico
Posibilidades de antibioticoterapia
Perfiles mexicanos de resistencia y su impacto en la antibioticoterapia local
Referencias bibliohemerográficas
8
8
8
9
10
11
12
14
16
8 Enfermedad pélvica inflamatoria (EPI)
Alcances de la Guía
Las recomendaciones proporcionadas en esta publicación están basadas en evidencia de la más alta calidad, con la finalidad de orientar la práctica clínica en términos generales, ya que el médico tratante es quien, a partir de su criterio profesional y las condi-ciones clínicas y sociales de cada paciente, determina el manejo individualizado específico.
Objetivos específicos
1. Recomendar al médico de primer contacto los principios básicos para diagnóstico, tratamiento y prevención de la enfermedad pélvica inflamatoria (EPI).
2. Revisar los diferentes esquemas de antibióticos para el tra-tamiento de la EPI.
3. Proporcionar al médico de primer contacto los elementos necesarios para la adecuada prevención de complicaciones y secuelas de la EPI.
Definición de la enfermedad
La EPI es una patología inflamatoria del aparato genital superior femenino generalmente causada por una infección ascendente de los organismos del endocérvix.1,2 Tal inflamación puede conducir a deterioro funcional e infertilidad. La infección puede limitarse a:
• Útero (endometritis).
• Salpinges (salpingitis).
• Ovarios (ooforitis).
• Ligamentos de soporte (parametritis).
• O bien, puede implicar a toda el área pélvica en su conjunto.
Esta guía incluye precisiones sobre diagnóstico y manejo de la EPI aguda, por lo cual no cubre los aspectos crónicos de la condi-ción ni a la endometritis postparto.
La evidencia empleada en esta Guía fue graduada para resumir los hallazgos más relevantes y su calidad de evidencia, tal y como se presenta en el Cuadro 1.
9
Epidemiología y etiología
Diversos factores se relacionan con una mayor prevalencia de EPI, especialmente los relacionados con las conductas sexuales, entre ellos:
• Inicio temprano de actividad sexual.
• Múltiples parejas sexuales.
• Nuevo compañero sexual en los últimos 3 meses.
• Antecedente de infección de transmisión sexual (en la pa-ciente o la pareja), o bien antecedente de EPI.
CUADRO 1Enfermedad pélvica inflamatoria (EPI): calidad de evidencia y grados de
recomendación empleados en la presente Guía.
Evidencia
Ia Evidencia obtenida de un metaanálisis de estudios controlados con asignación aleatoria
Ib Evidencia obtenida de por lo menos un estudio controlado con asignación aleatoria
IIa Evidencia obtenida de por lo menos de un estudio bien diseñado y controlado, pero sin asignación aleatoria
IIb Evidencia obtenida de por lo menos un estudio bien diseñado cuasiexperimental
III Evidencia obtenida de estudios bien diseñados, descriptivos no experimentales (estudios comparativos o de correlación o series de casos)
IV Evidencia obtenida de informes de comités de expertos, opiniones o experiencias clínicas de autoridades en la materia
Grados de recomendación
A Con base en estudios clínicos de calidad y consistencia adecuadas que se refieren específicamente a la recomendación e incluyen por lo menos un estudio aleatorio y controlado
B Basada en estudios clínicos bien ejecutados, pero sin que existan estudios aleatorios y controlados sobre el tema específico de la recomendación
C Opinión de expertos: la recomendación se hace a pesar de la ausen-cia de estudios clínicos de calidad adecuada directamente aplicables
10 Enfermedad pélvica inflamatoria (EPI)
Entre otros factores se encuentran la instrumentación y la al-teración de la barrera cervical; de éstos, pueden mencionarse los siguientes (Evidencia Nivel III, Recomendación Grado B):
• Interrupción del embarazo.
• Inserción de dispositivo intrauterino en las últimas 6 sema-nas.
• Histerosalpingografía o histeroscopia e inseminación intrau-terina o fertilización in vitro.
La frecuencia de la enfermedad en México no se conoce, pues el diagnóstico es clínico y algunas pacientes no manifiestan sinto-matología alguna; sin embargo, en otros países se sabe que afecta a 1 de cada 10 mujeres en edad reproductiva y que es más fre-cuente en la segunda y la tercera décadas de la vida. Las mujeres jóvenes y adolescentes son especialmente vulnerables, ya que tie-nen tasas más altas de infecciones de transmisión sexual. (Eviden-cia Nivel III, Recomendación Grado B).
En relación con la etiología de la EPI, se incluyen microorganis-mos de la microbiota vaginal, así como patógenos de transmisión sexual (e.g., Gardnerella vaginalis, estreptococos, estafilococos, Chlamydia trachomatis, Mycoplasma genitalium, Eschericha coli, Neisseria gonorrhoeae) y varios anaerobios (especies de Bacteroi-des, Peptostreptococcus y Clostridium) (Evidencia Nivel III, Reco-mendación Grado B).3
En otros países, tanto C. trachomatis como N. gonorrhoeae son los agentes causales más frecuentes de EPI. (Evidencia Nivel III, Recomendación Grado B).
Cuadro clínico
La intensidad de las manifestaciones clínicas varía de acuerdo con la gravedad o el estadio en que se encuentre la paciente; sin em-bargo, los datos sugestivos tempranos que indican EPI son:
• Dolor pélvico.
• Flujo vaginal anormal.
• Dispareunia (ante penetración profunda).
11
• Sangrado vaginal escaso (intermenstrual o postcoital).
• Hipertermia.
• Dolor a la movilización del cérvix y/o los anexos.
• Secreción purulenta por cérvix.
En los casos graves, puede encontrarse:
• Fiebre.
• Ataque al estado general (mialgias, artralgias, astenia, adi-namia).
• Diarrea.
• Náuseas y/o vómitos.
• Datos de abdomen agudo.
Es necesario aclarar que la búsqueda y la detección de estas manifestaciones clínicas carecen de sensibilidad y especificidad adecuadas; el valor predictivo positivo del diagnóstico clínico, cuando se le compara con la laparoscopia diagnóstica (a la que se le considera el estándar de oro), es de 65 a 90%.2 Los diagnósticos diferenciales que habrá que descartar son (Evidencia Nivel III, Re-comendación Grado B):
• Embarazo ectópico.
• Apendicitis aguda.
• Endometriosis.
• Síndrome de intestino irritable.
• Quiste ovárico con torsión o ruptura.
Diagnóstico clínico
El diagnóstico de la EPI es esencialmente clínico, aunque existen algunos métodos de diagnóstico viables.
• De laboratorio:
— Presencia de leucocitos en frotis en fresco vaginal.
— Cultivos bacteriológicos.
12 Enfermedad pélvica inflamatoria (EPI)
— Sedimentación globular elevada.
— Proteína C reactiva elevada.
— Prueba de embarazo (habrá que descartar embarazo ec-tópico).
— De ser posible, la paciente deberá someterse a pruebas de escrutinio para gonorrea y Chlamydia por métodos moleculares (por ejemplo, PCR) (Evidencia Nivel III, Re-comendación Grado B).
• De gabinete:
— Ultrasonido ginecológico.
— Tomografía axial computarizada.
— Resonancia magnética.
— Laparoscopia diagnóstica (estándar de oro).
La realización de ultrasonido ginecológico puede ser de ayuda en caso de dificultad diagnóstica (en adolescentes, en las cuales no es posible la realización de revisión pélvica), ya que puede orientar con hallazgos tales como líquido libre en cavidad, salpin-gitis y/o absceso tuboovárico. La tomografía axial computarizada y la resonancia magnética pueden ser de utilidad, pero la eviden-cia al respecto es limitada (Evidencia Nivel III, Recomendación Grado B).
Posibilidades de antibioticoterapia
Las pautas terapéuticas se orientan en función de los estadios clí-nicos de EPI, según Moniff (Evidencia Nivel IV, Recomendación Grado C).1
• Estadio I (leve). Salpingitis aguda sin pelviperitonitis.
• Estadio II (moderada). Salpingitis aguda con pelviperitonitis.
• Estadio III (severa). Salpingitis con formación de absceso tu-boovárico.
• Estadio IV (muy severa). Ruptura del absceso tuboovárico y choque séptico.
13
Se recomienda la hospitalización de las pacientes con EPI en las siguientes situaciones (Evidencia Nivel III, Recomendación Grado B):2
• Diagnóstico incierto: no es posible excluir apendicitis.
• Absceso pélvico.
• Paciente con enfermedad grave.
• Pacientes que no responden al tratamiento ambulatorio.
• Pacientes con difícil control médico.
• Pacientes con inmunodeficiencias.
Las recomendaciones de antibioticoterapia ambulatoria o in-trahospitalaria para pacientes con EPI se muestran en los Cuadros 2 y 3; en la Figura 1, se propone un algoritmo para diagnóstico y antibioticoterapia. Es importante proporcionar el tratamiento an-timicrobiano adecuado a la(s) pareja(s) sexual(es) de la paciente.
CUADRO 2Antibioticoterapia ambulatoria de EPI
(Evidencia Nivel Ib; Recomendación Grado A).4-7
Esquema A
Ceftriaxona 500 mg, IM, dosis únicaseguida por:
Doxiciclina 100 mg, VO, c/12 horas x 14 díascon o sin:
Metronidazol 500 mg, VO, c/12 horas x 14 días
Esquema B
Ceftriaxona* 500 mg, IM, dosis únicaseguida por:
Moxifloxacino* 400 mg, VO, dosis diaria x 14 días
Esquema C
Ceftriaxona* 500 mg, IM, dosis únicaseguida por:
Ofloxacino* 400 mg, VO, c/12 horas x 14 díascombinado con:
Metronidazol 500 mg, VO, c/12 horas x 14 días
* En el caso de los tratamientos con quinolonas, se recomienda iniciar con ceftriaxo-na cuando se sospeche de Neisseria gonorrhoeae y no se conozca su sensibilidad.
14 Enfermedad pélvica inflamatoria (EPI)
CUADRO 3Antibioticoterapia hospitalaria de EPI
(Evidencia Nivel Ib; Recomendación Grado A).
Esquema A(paciente que NO tolera la vía oral)
Gentamicina 2 mg/kg, IM o IV, dosis únicaseguida por:
Gentamicina 1.5 mg/kg, c/12 horas, hasta mejoría clínicacombinada con:
Clindamicina 900 mg, IV, c/8 horas, hasta mejoría clínica
Una vez que la paciente tolere la vía oral:Clindamicina 600 mg, VO, c/8 horas, hasta completar 14 días
Esquema B(paciente que SÍ tolera la vía oral)
Ceftriaxona 2 g, IV, c/24 horas, hasta mejoría clínicaseguida por:
Cualquiera de los Esquemas del Cuadro 2 por VO, hasta completar 14 días
Perfiles mexicanos de resistencia y su impacto en la antibioticoterapia local
Aun cuando otros países enfrentan la problemática de resistencia de fluoroquinolonas a gonococo, en nuestro país los datos de sus-ceptibilidad a antibióticos de los principales patógenos mencio-nados son limitados; por ello, puede seguir considerándose a las fluoroquinolonas para el manejo de esta condición clínica. Moxi-floxacino, con cobertura anaerobia, permite su uso como monote-rapia (Evidencia Nivel Ib, Recomendación Grado B).4
Para una adecuada prevención y promoción de la salud, debe-rá sugerirse a la paciente monogamia y uso de métodos de barre-ra. El médico tendrá que sospechar oportunamente esta entidad clínica con el fin de extender el tratamiento oportuno y, así, dismi-nuir las secuelas.
15
FIG
UR
A 1
. A
lgor
itm
o pa
ra d
iagn
ósti
co y
anti
bioti
cote
rapi
a de
pac
ient
es c
on e
nfer
med
ad p
élvi
ca in
flam
ator
ia (E
PI).
Lapa
roto
mía
exp
lora
dora
o la
paro
scop
ia o
pera
tori
a
Esqu
ema
A(p
acie
nte
que
NO
tol
era
la v
ía o
ral)
Gen
tam
icin
a 2
mg/
kg, I
M o
IV, d
osis
úni
case
guid
a po
r:G
enta
mic
ina
1.5
mg/
kg, c
/12
hora
s, h
asta
mej
oría
clín
ica
com
bina
da c
on:
Clin
dam
icin
a 90
0 m
g, IV
, c/8
hor
as, h
asta
mej
oría
clín
ica
Una
vez
que
la p
acie
nte
tole
re la
vía
ora
l:Cl
inda
mic
ina
600
mg,
VO
, c/8
hor
as, h
asta
com
plet
ar 1
4 dí
as
Esqu
ema
B(p
acie
nte
que
SÍ t
oler
a la
vía
ora
l)Ce
ftri
axon
a 2
g, IV
, c/2
4 ho
ras,
has
ta m
ejor
ía c
línic
ase
guid
a po
r:Cu
alqu
iera
de
los
Esqu
emas
del
Cua
dro
2 po
r VO
, has
taco
mpl
etar
14
días
De
no e
xisti
r res
pues
ta fa
vora
ble,
ate
nció
n in
trah
ospi
tala
ria
EPI G
RA
DO
II, I
II, IV
EPI G
RA
DO
I
Cuan
do s
e so
spec
he d
e EP
I por
N. G
onor
rhoe
ae
y no
se
cono
zca
su s
en-
sibi
lidad
a q
uino
lona
s se
rec
omie
nda
inic
iar
el tr
atam
ient
o co
n Ce
ftri
axon
a 50
0 m
g, IM
, do
sis
únic
a se
guid
o po
r m
oxifl
oxac
ino
u ofl
oxa-
cino
(Esq
uem
as B
y C
)
Esqu
ema
A
Ceft
riax
ona
500
mg,
IM, d
osis
úni
ca s
egui
da p
or: D
oxic
iclin
a 10
0 m
g, V
O, c
/12
hora
s x
14 d
ías
com
bina
do c
on M
etro
nida
zol
500
mg,
VO
, c/1
2 ho
ras
x 14
día
s
Mox
iflox
acin
o 40
0 m
g, V
O, 1
vez
al
día
x 1
4 dí
as
Esqu
ema
B
Oflo
xaci
no 4
00 m
g, V
O, c
/12
hora
s x
14
días
com
bina
do c
on: M
etro
nida
zol
500
mg,
VO
, c/1
2 ho
ras
x 14
día
s
Esqu
ema
C
Culti
vo v
agin
al p
ositi
vo, l
euco
cito
s en
froti
s va
gina
l,se
dim
enta
ción
glo
bula
r y
prot
eína
C r
eacti
va e
leva
daU
ltra
soni
do tr
ansv
agin
al, r
eson
anci
a m
agné
tica,
lapa
rosc
opia
dia
gnós
tica
Posi
ble
EPI:
Dol
or a
bdom
inal
baj
o, d
olor
a la
mov
iliza
ción
cer
vica
l y a
nexo
s, d
ispa
reun
ia, fi
ebre
(> 3
8° C
), se
crec
ión
vagi
nal n
orm
al
16 Enfermedad pélvica inflamatoria (EPI)
Referencias bibliohemerográficas
1. Moniff GR. The staging of acute salpingitis and its therapeutics ram-ifications. Am J Obstet Gynecol 1982; 143: 489-95.
2. Casanova-Román G. “Enfermedad pélvica inflamatoria”. En: Infec-ciones de transmisión sexual, cap. 19. Alfil, México, 2004.
3. Narcio RML, Arredondo GJL, Zaldívar NA, et al. Etiología microbia-na de la enfermedad pélvica inflamatoria leve y moderada. Ginecol Obst Mex 1998; 66: 309-15.
4. Centers for Disease Control and Prevention. Pelvic inflammatory disease: guidelines for prevention and management. Agosto 04, 2006, Atlanta, EUA.
5. Ross J, Judlin P, Nilas L. European guideline for the management of pelvic inflammatory disease, 2008. Disponible: http://www.iusti.org/regions/Europe/PID_v5.pdf, consultado: 05 de octubre de 2010.
6. Royal College of Obstetrician and Gynaecologists. Management of acute pelvic inflammatory disease, guideline 32, 2009, RCOG, UK. Disponible: http://www.rcog.org.uk/womens-health/clinical-guid-ance/management-acute-pelvic-inflammatory-disease-32, consul-tado: 05 de octubre de 2010.
7. Quentin R, Lansac J. Pelvic inflammatory disease: medical treat-ment. Eur J Obstet Gynecol Reprod Biol 2000; 92 (2): 189-92.
Ésta es una de ocho Guías Mappa
Las Guías Mappa están disponibles en:
www.guiasmappa.com.mx
top related