george yúdice - estudios culturales
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ESTUDIOS. Revista de Investigaciones Literarias. Año 4, Ne 8. Caracas. jul{ic' 1996' pp. n - ll2
ESTUDIOS CULTURALES Y SOCIEDAD CIVLGroncrYúpIc
Hunter CollegeUniversidad de la
Ciudad Nueva York
Si hay alguna esperanza de que Ia modernización prevalezca
sobre la decadencia y los Estadas se renueven a fin de reasutnir
el interés público, la hallaremos principalmente en la sociedad
civil, Lo poco que se ha hecho en los últimos años en esla tarea
cultural priorítaria que es desfatalizar el programa neoliberal ycuestio¡ar el absolutismo del mercado, swgió dc alll. Pero ¿quiénpuede decir a esta altwa quz debe enlend¿rse por sociedad civil?l
¿Quién puede decir qué debe entendene por sociedad civil? Esta pregun[a fue
abordada tácita o explícitamente por los participantes en el Primer Encuentro de laRed Interamericana de Estudios Culturales en México en mayo de 1993. Fundada en
este encuentfo, la Red reunió unos 60 represenLT¡tes de doce países con el propósito
de promover investigaciones comparaüvas y colaborativas y contribuir perspectivas
alternaúvas a la emergente transdisciplina de los Estudios Culturales, que hasta lafecha así ha sido denominada por investigadores estadounidenses e ingleses.2 A pesar
de la gran diversidad de temas abordados, el foco de interés y de debate giró alrededor
de los problemas que enfrenta cualquier proyecto de fortalecimiento de la sociedad
civil, especialmente a partir de los cambios ocurridos en los años 80 y 90: la implantación
de la política económica neoliberal y consiguientemente el abandono estaüal del sector
Nestor Garda Candini, Una no&rnidad quc atrasa: L¿ cultua bajo Ia regresün tuoconservdora'
Pcrencia present¿da en el Primer encuentro de la Red Interamericana de Estudios Culturales, 3 de mayo
de 1993.
En¡rc los otros proyectos de la Red se encuentran: la publicación de un boletín sernianual y de w¡a serie
de libros ----en castellano, portugués e inglés- que se puedan diseminar a través de todo el hemisferio; l¡formación de un sisrema de'üstservices" (especialmente fuentes bibüográficas) y de confercncias
electrónicas para que los socios predan mantenerse en conlacto y llevar adelante sus colaboraciones;
facilitar el trueque de materiales; el patrocinio de conferencias anuales.
97
público; la crisis de identidades nacionales y la concomitante consdn¡ción de nuevas
identidades grupales; la permeación de lo público por las comunicacionesmassmediáticas.
I.os Estudios Culnrales hoy día tienen que enfrentarse al reto de la sociedad civil,y particularmente al carácter de lo público, pues es en este teneno que se viene
estudiando (y operando sobre) la cultura, siguiendo a Gramsci, como el conjunto deprácticas simbólicas a través de las cuales se llega a un convenio discunivo entre los
diversos sectores y se produce una imagen de la otalidad de la sociedad- Ahora bien, si
la sociedad civil es un constructor de la totali'lad social, ¿cómo puede concebírsele
hoy día cuando la sociedad se viene desterritorializando? En las últimas dos décadas,
esla comprensión de la cultura-y la imagen social que debe proyectarse a partir de
ella-ha entrado en crisis, no sólo en los países más asediados por la desintegración,como es el caso en la Europa oriental, sino en todo el mundo, tanto en los países del"centro" de la ecomomía mundial como en los de la "periferia." Llámese"fragmentación" o "democratización de las diferencias", estos procesos dedesarticulación (¿y rearticulación?) corresponden, enEe otros factores: a los nuevos
procesos globalizadsre5 de "acumulación flexible" postfordista (llarvey) o de'tapitaldesorganizado" (Lash y Urry) y su deslegitimación de la metaffuica del trabajo en que
descansan tanto capitalismo como marxismo;3 a la diseminación de las comunicaciones
massrnediáticas y su nivelación de valores y autoridad moral; a las migraciones circularesy su hibridación cuando no caotización de las identidades (nacionales, políticas ygrupales); a las nuevas tecnologias de producción simbólica que priorizan la informaciónpor sobre el conocimiento, el consumo de imágenes por sobre el pensamiento crítico.Todos estos factores, en resumidas cuentas, producen una "desinocenta[ción de] lossignos" que, al deci¡ de Nelly Richard, siwen para "fundamentalr] y certifica[r] elvalor" que a su vez se apoya en el poder (metropolitano).4
El hecho mismo del surgimiento de los Estudios Culturales está implicado en esta
nueva (desFoyuntura" Por una parte, los Estudios Cultu¡ales pretenden da¡ cuen[a de
los procesos de desteniorialización ('descentramiento de los cenFos," según Richard)desde odas las ópticas, es decir, conforme a una transdiscipünariedad omnivalorizante.Por otra parte, se interesan por las crisis de identidades nacionales desatadas por los
3 D.üd Hutr"y, Tlc Condition of Postnoderaity (Cambridge: Basil Bl¿ckwell, 1989); S. L¡sh and J. Urry,
TlvEúof OrganizedCapitalbm(Madison: Univenityof Wisconsinhess. 1987). Véasetambiénaeste
rcspeco el trabajo de María Mil¡gros lópez, Pos t-Work Selves atú Entitle¡tuü 'Attitnfus' ín Peripheral
Post-Ittdt¿strial Pu¿rto Rico. Pcrencia presen¡ada en el Primer Encuent¡o de l¡ Red Interamericana de
E¡tudios Cuttwales,4 de mayo de 1993.a N"Uy Richard, Las & Iineanientos del saber acaümico; Ilrcas de furza y pulos ,1" frso' Pone¡¡ci¡
presentada en el Primer Encr¡entro de la Red Interameicznade Estt¿dios Cullt¿¡ales,4 de mayo de 1993.
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procesos de globalización, en todo el mundo y según nuevos flujos de influencia entre
occidente y oriente, norte y su¡. No obstante, no deja de inquietar el que no haya
desaparecido la asimetría inherente a lo que antes se llamaba imperialismo, es decir, a
las relaciones desiguales enEe "centro" y "periferia." Los Estudios Culturales-losque llevan ma¡ca de patente metropolitana-nacen en Inglaterra según un impulsodemocratizador-valorizar y legitimar la cultura popular (v.gr., Hoggart oWilliams)-, luego se massmediatizan y pluralizan respecúvamente en el consumismoy en la política de idenúdades minoritarias en Estados Unidos, para entonces diseminarsepor todo el mundo, como si se tratara de otra cocacolización o nintenüzación, sólo que
intelectual y marginocentraüzante.
De ahí la suspicacia de algunos intelectuales periféricos respecto de una cenralidaddescentrada que procura relegitimarse en un contexto globalizante a través de
apelaciones a alteridades, marginalidades, subalternidades, etc. desde sus propios
aparatos académicos de producción de saber y con la participación de intelectualespostcoloniales radicados en ellos. En otras palabras, los Estudios Culturalesmetropolitanos se esmeran por periferiza¡se ahora que lo "marginal" rinde capitalcultural e institucional. En el mejor de los casos, se apropian de perspectivas oriundasdel sur pero para mantener su hegemonía corno vanguardia intelectual. SegrÍn Richard,"el tan comentado 'nomadismo' de un poder dispersado y ramihcado (deslocalizado)no signihca que se hayan borrado las marcas que siguen graficando la desigualdad enla superficie del mapa postcolonial... La red internacional de controles e influencias es
la que administra el 'capital simbólico' de la teoría metropolitana, valorizando aquellos
manejos discursivos que gozan del crédito académico e institucional de una vinculaciónautorizadaalacadena de 'las universidades, las revistas, los institutios, las exhibicioneS,
las series editoriales' que aficulan la vigencia y el senüdo de los debates en curso,representando alavez sus puntos de mayor condensación y densidad de signos."s Lacrítica al potencial cooptador de los Estudios Cultu¡ales metropolitanos üene que verfundamentamente con el problema de la sociedad civil, pues destaca la necesidad deque los estudiosos de las esferas públicas nacionales reconozcan el hecho de que hoydía todo discurso público está recorrido por úansacciones y mensajes transnacionalesy recepciones locales extraviantes cuando no resistentes. Pero dejo la üscusión delpeligro colonizador de los Estudios Culturales meEopolitanos para el comentario más
abajo del atractivo democratizador del multiculturalismo, tal como se vieneconstituyendo en Estados Unidos.
En su comentario a los trabajos de Jesús MartÍ¡r Barbero y Rosa MaríaAlfaro sobre
el papel de los medios comunicativos en la actual crisis de la sociedad civil en Colom-bia y Peni, Jean Franco rüLona que el concepto de esfera púbüca presenta problemas
5 Richard, pág. 12.
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para la elaboración de una teoría del potencial político de los procesos culturales.
Propone, como alternativa, partir de la nociónde espacio públíco,qaeno lleva el lastre
idealizante de una categoria que se deltne como independiente de la economía y del
estado (e.g., Ilabermas).6 k esfera pública ha sido definida desde Kant a }labermas
como el foro a través del cual la sociedad civil (el tereno institucionalizado o en vías
de institucionalización del mundo vital o Lebenswelt) transmite ideas y opiniones
someridas a la discusión crítica para la conducción política de la socie¿adJ El concepto
de espacio público no presupone esta función autónoma, que de todas maneras no
opera así ni en los países "periféricos" o en vías de democratización ni en las democracias
desarrolladas del "centro." Acaso el mejor ejumplo de esta falta de autonomía (y
acompañante falta de crítica) es el de las comunicaciones massmediáticas, comentado
por muchos participantes en el encuentro, pues los medios están atravesados-acaso
irremediablemente-por la lógica del mercado e intereses políticos. No obstante, para
Franco, esta falta de autonomía no invalida el examen de los espacios púbicos para
detectar zonas abiertas a la participación inanticipada de grupos subordinados; al
contrario, el modo de imbricación del espacio púbüco con estos intereses ofrece una
perspectiva para entender cómo se negocian las demandas de diversos grupos o sectores
sociales (mujeres, minorías étriicas y raciales, jóvenes, etc.) que usan o transitan por
estos espacios. Es en las apropiaciones de los espacios púbücos, por ejemplo, que se
procura satisfacer necesidades y demandas que no figu¡an en la fundación de esos
espacios. Uno de los ejemplos dilectos de Franco es el de los centros comerciales que
además de servir los intereses de los comerciantes se usan como lugares de encuentro
para jóvenes y para funciones no programadas en un principio.Ahora bien, Franco no ofrece este caso como ejemplo de un espacio de discusión
crítica, al estilo de la esfera pública idealizada por Habermas. Pa¡a Franco no hay
espacios públicos no comprometidos, que podrían reflejar el interés común (y por
ende desinteresado) de una colecúvidad. Todo espacio está atravesado por intereses y
su potencial político reside en los modos en que se deja usar o es for¿ado a abri¡se a
prácticas no concebidas de antemano. lIay en esta perspecüva resonancias de la "eslafa"
ftterruquelque Michel de Certeau atribuye a los grupos subordinados que desestabilizan
los sistemas impuesúos mediante sus recepciones subversivas y nomádicas'8 Pero no
hay garantia de que la "subversión al sistema" como estrategia o tácüca sirva para
6 Jiitg*Habermas,TlesrructuralTransfonrctionoftlurPublicSphere: AnlnquiryintoaCategoryofBurgeois Society, rrans. Thomas Burger (Cambridge: MIT Press, 1989). La fedra de la primera edición
alemana es 1962.?
J"utr L Cohen y Andrew Anw,Civit Sociery and PoliticatTtvory (Cambridge: MIT Press, 1992), iLt Mi"h"l de Cerreau, Ttv Practí4uc of Everyday Life, trans. Steven F. Rendall @erkeley: University of
Califomia, l9S4),25. Véasetambiér¡laelaboraci&¡delaperruque enHenryJenkins,TarulPoachers:
Television Fans & Participatory Cultrue QJew Yo*: Routledge, 1992).
100
ampli͡r la sociedad civil en un camino democratizante, pues es fan probable que un
espacio sea aprovechado o "estafado" por narcotrañcantes o justicieros derechistas
como porjóvenes subalternos que no tienen otro lugar donde satisfacer su voluntad de
estilo y sus pulsiones eróticas.9 Pero lo importante es que en estos espacios' como en
las tertulias que cita Habermas, se gestan las bases de las identidades de los grupos
sociales. Incumbe, pues, a los investigadores entender cómo se producen estos
fenómenos y no menospreciarlos porque no se prestan a un discurso crítico necesario
para la conducción del proceso polírico formal.Es esta la ta¡ea que se propone elucida¡ Jesús Martín-Barbero en el campo de las
comunciaciones massmediáúcas, especialmente en relación a la cultura joven urbana.
I¿ contribución de Martín-Ba¡bero loca muchos problemas importantes en relación a
los medios pero para los propósitos de este informe me limitaré a lo que aporta a los
debates en torno de la sociedad civil y la esfera pública" En primer lugar, Martín-
Barbero aboga por la superación de los lastres teóricos e ideológicos que sólo permitían
entender "las relaciones y conflictos entre industrias culturales y culturaspopulares...como exterioridad o resistencia en sí."10 Al superat estos lasEes se abre laposibiüdad de "repensar las relaciones entre cultura y política, ...conectar la cuestión
de las políücas culturales con las t¡ansformaciones de la culturapolítica justamente en
lo que ella tiene de espesor comunicativo, esto es, de t¡ama de interrelaciones en que
se constituyen los actores Sociales" y así pensar la cOmunicación masiva no "cOmO
mero asunto de mercados y consumos" sino "como espacio decisivo en la redefinición
de lo priblico y en la construcción de la democracia-"ll Es precisamente respecto de
esta tarea que se "interpeneraln] los estudios culmrales y de la comunicación." Siu¡ando
su examen de la comunicación en el contexto postmoderno y transnacionalizante de
nuestra Contemporaneidad, Martín-Ba¡berO destaca dOS resultados-{rno "positivo" y
otro "negaúvo"-de las fragmentaCiOnes, descenüamientos, hetercgeneizaciOneS e
hibridaciones que acarrean. Por una pafte, en la medida en que se "desa¡ticula[n] los
espacios tradicionales de encuentro colectivo, [o cual] hace que...la vida cotidiana se
des-urbanice [y] la ciudad se use cada vez menos" [...] los medios audiovlsuales, y la
televisión en especial, serán los encargados de devolvernos la ciudad, de reinsertarnos
en ella," en Sus "lerritorios imaginarios."l2 Por OEa pafte, este espacio púbüCO puede
tener un aspecto "fantasmático," al'decir de Walter Lippmann,l3 pues "el espacio
9 ParaunacríricaalaposicióndeCerteau,véase MargirulityandtluEth:rcsofSttrviwl,UniversalAbandon?Th¿ Polits of Postmdernism, ed. Andrew Ross (Minneapoüs: Univeniry of Mirmesot¿ Press, 1988),
2t4-236.r0
Jesús MartÍ¡-Barb¡o,It comuicación en las transfornacbncs &l campo culturaL Ponencia presentada
en el Primer Encuentro de la Red Interamericar¡a de Estudios Cultwales, 4 de mayo de 1993.rr lbid.L2 lbid,14.13 W.lrer Lippmann,Tlc PlantomPublic (New York: Macmillan' 1927).
l0l
tecnológico de la comunicación se ha vuelto decisivo en el diseño y reorganización deunas sociedades [aquf Martín-Barbero se refiere a la integración de los paíseslatinoamericanos según la lógica del mercadol en las que el Estado se retira dejandosin piso y sin sentido a lo que hasta hace poco entendíamos por espacio y serviciopúblico."l4 1¿ ironía es que la integración de América Latina se esté llevando a cabo através de la creaciór¡ de "públicos neuEos."
Ia reconfiguración de la sociedad civil en la era de la reproducción electrónica dehoy día es una navaja de dos filos. Por una parte abre espacio, pero por otr4 produceun conocimiento fanrasmático. l¿ tarea de los Esn¡dios Culn¡rales deberfa ser, pues,ayudar a pensa¡ cómo proporcionarle un aspecto verdaderamente democrático a estosespacios. Quiás debido a la falta de ponentes que ofrecieran la perspectiva de losllamados nuevos movimientos sociales, en nuestro encuentro no hubo propuestaslatinoamericanas más esperanzadoras que las de lvfartfn-Barbero. Por una parte, hubocríticas que hicieron eco de la posición de Adorno ante la cultu¡a popular. BearizSarlo, por ejemplo, si bien no descarta la posibilidad de que ciertas indust¡ias culturales(viz. el cine) vehicuücen una culn¡ra crítica, no obstante opina que las nuevas técnicaselecrónicas (especialmente los video-games) no infunden el distanciamiento requeridopara el desarrollo de una capacidad crítica, particularmente cuando estas técnicas yprácticas de uso se subordinan a la lógica del mercado consumista- En contraste con eltexto literario (Sarlo pone como ejemplo el Martln Fierro), que produce estedistanciamiento a través de su autonomía o "sus propias leyes de velocidad [de lecu¡ra]y semanticidad," el video-game produce, en el mejor de los casos, destrezas de"velocidad y de contacto con superficies.'Is Para Sarlo "la adquisición de desEezaselementales en discursos no massmediáticos plantea el requisito de una temporalidadmás lenta y por tanto de una atención más continuada sobre mensajes que no üenden ala repetición sino a la diferencia. Leídos con las desEezas de la cultura audiovisual,estos discu¡sos parecen semánticamente pobres, porque la información que rindenrequiere más tiempo p¿ua ser leída e incorporada"l6 Pero arÍn cuando la culturaaudiovisual pudiera proporcionar destrezas cdücas (como razonaron algunosqueescuvieron en desacuerdo con esta posición), Sarlo apunta a otros problemas que tienenque ver con problemas de participación y acceso a est¿s técnicas. Por una parte, no hayla posibilidad en América Latina de un adiesramiento amplio en la cultura audiovisualporque no existen los recursos para equipar a las escuelas. Y arín cuando los hubiese,se requerriría "una intervención simMüca fuerte y no sólo basada en la espontaneidad."
ra lbid.É B""tti" S"tlo, Mdernifud y d,espués: la cuhwa cn süuación dz hegutonla npssttudiática. Ponenci¡
prcsentad¡ en el Primer Enc¡¡enrro de l¡ Red L¡rerameric¡n¡ de Est¡dios Cultr¡r¡les. 4 de mayo de 1993.L6'Ibi¿-
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Por otra parte, la cultura auüovisual es caracterizada por una desigualdad sexual, pues
el video-game, por ejemplo, se limita a un '!úbüco predominantemenúe masculino"(observación que también fue rebatida por otros participantes). De ahf que eladiestramiento no sea universal y no av¿rnce la democratización de la sociedad civilEn resumidas cuentas, para Sarlo no se justifica el "optimismo comunicacional,"particularmente hoy día cuando el Estado se está reti¡ando de la vida pública, dejandoa la lógica del mercado la circulación y producción de la videocultura En es0e caso,
los verdaderos organizadores del espacio púbüco resultan ser "los gerentes de la indusriacultural privada" y no las instituciones públicas. De ahí, a su vez, la necesidad de
apoyar políticamente la intervención del Estado en la constitución de la esferapública,pero ya no una esfera independiente de los intereses políticos. Podría objetársele aSarlo que se le encargue al Estado facilitar las condiciones de una cultura crítica ydesinteresada, lo cual implica un optimismo ya no comunicacional sino polftico, cuyainviabilidad caructenza históricamente a América l¿tina y que en años recientes se
exüende también a casi todo el mundo.
Si Sarlo duda del optimismo comunicacional, Teixei¡a Coelho, a su vez, ahonda en
un pesimismo cívico arrollador, omando como punto de partida una de las frases más
famosas de la cultura brasileña contemporánea: "Yo no vine para explicar, vine para
confundi¡."I7 Lamodemidad, diceTeixeira Coelho,no ha esclarecido nada; alconEario,tanto en las indusrias culturales como en la cultura política, peor que una esfera púbüca
fan¿asmática ha producido una "cultura contra el pueblo." Desde los'escritores cuyas
obras no pueden ser leídas por las masas analfabetas o mal alfabetizadas hasta latelevisión que ve al público como un mercado, el campo cultural no ofrece resistencias
de ningún tipo.'Ante estepanorama-..promover investigaciones queprocuren detectar
los componentes del imaginario (cultural) serían pura pérdida de tiempo y dinero." En
su lugar, Teixei¡a Coelho recomienda que los Estudios Culturales promuevan una totalransformación del campo cultural "Más urgente lque la investigación] sería promover
repetidas e intensas reuniones con grupos de intelecn¡ales denno y fuera de la universidadpara ver esta cuesúón volteada, debatida, reformulada y si fuera posible ransformadaen progr¿rma operativo, en una acción de desentorpecimiento generalizado y de
incitación a la brÍsqueda de opciones culturales viables para el momento social que
vivimos..."l8Sin endosar un "optimismo comunicacional" muchos participantes rechazaron la
posición de Teixeira Coelho, pues aun cuando propusiera unarevisión del campo culnnalno era evidente desde qué espacios podrfu llevarse a cabo. Es decir, si el campo culnrral
17 José Teixeira Coelho Neuo, (Jma cultwa contra o poyo. Ponencia prcsent¿da e¡r el Primer Encr¡ent¡o de
l¡ Red Interamerican¿ de Estudios Culorales,4 de mayo de 1993.rt lbi¿.
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está tan minado por el cinismo y la falta de interés por las mayorías, ¿cuáles son entonceslos espacios en que se podría rabajar por cambiar esta situación? Algunos defendieronlas buenas intenciones de los intelectuales y académicos brasileños (y por extensiónlatinoamericanos); ot¡os hicieron referencia a la resistencia de las capas populares y demovimientos alternativos en el campo de las comunicaciones. Agusln Lao, en su
comentario a las ponencias de Jesris Martín-Barbero y Rosa María Alfa¡o, ya habíapreguntado por qué no se habÍa hecho referencia a los movimientos de video y TValternativa consütuidos por grupos populares e indígenas en el Brasil, Chile y otrospaíses. Para I¿o esúos movimientos consütuyen esferas públicas contestatarias que
requieren el reconocimiento y validación de los intelec¡:ales y académicos. Sin desca¡tarla importancia de los esfuerzos alternativos en el campo de los medios, Alfaro procuróproblematizarlos, haciendo referencia a una práctica alternativa en su propia insütución,la Asociación de Comunicadores Sociales "Calanüia-" Investigadoras de Calandriaproyectáron una película antifeminista a un grupo de mujeres. La película dramatiza laviolación de una monja, su persecución del estuprador, el arrepentimiento de éste y laresolución del dilema en el "final feliz" del casamiento de los dos. Para sorpresa de lasinvestigadoras, que esperaban una crítica de parte del público conscientizado, la películale gustó al grupo. Con este ejemplo Alfaro quiso mostrar que los proyectos decomunicaciones alternativas tienen que enfrentarse a la segmentación de los grupospopulares que se pretende concientiza¡ o acompafrar en sus luchas de emancipación.En este caso, se descubrió que las demandas políticas no se casan simétricamente conla manera compleja en que están constituidos los públicos, en este caso mujeres. Porañadidura, toda interpelación a un gupo tiene que estar pendiente de este tipo defragmenlación entre, por una parte, deseos y placeres consútuidos en tomo a narativastradicionales que reproducen relaciones desiguales de poder y, por otra, las demandaspolíticas que presuponen una ruptura con dichas estructuras concienciales. Así, pues,
aún en el caso del optimismo comunicacional del video alternativo se pueden encontrarobstáculos a la formación de esferas púbücas efectivamente contrahegemónicas.Ello no quiere decir que no haya bases para los Estudios Culturales que apoyen una"cultura a favor del pueblo." Partiendo de la premisa de que hoy día "los medios sonmediaciones culturales y políticas, no sólo en el ámbito discu¡sivo, sino en el tipo deconocimientos y oiálogos entre actores,'I9 Alfaro hace referencia a insti¡¡ciones de lasociedad civil que no se acomodan a la "construcción de consensos y obtención derespaldos" para intereses políticos.20 Instituciones como la Asociación deComunicadores Sociales "Calandria," a la que perteneceAlfaro, analizan las maneras
en que los medios diseminan "signos de desorientación," particularmente en los
re tu¡¿,ti-ta.b lbid,2a.
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noticieros y los programas de "participación del pueblo" (en su definición consumista),
indaganldo] sobre "los comportamientos, estrategias y uso de los medios por los
polídcos, observando actuaciones y variaciones, éxitos y ftacasos."2l Su objetivo eS el
áporte al examen crítico de los medios en el contexto de la sociedad civil, a la
"renova[ción de] la enseñanza universitaria y al diálogo que la academia debe establecer
con los medios y la política, en bien del desanollo de nuesúos países y sus atribuladas
democracias."Con Teixeira Coelho, podríamos preguntarnos si basta la investigación académica,
si no debiera haber otro tipo de intervención, en la dirección que señaló Guillermo
Bonfil Batalla en sus últimos trabajos: redefini¡ al investigador como un colaborador
en los proyectos de las comunidades subalternas. Bonfil hace referencia a una crisis de
paradigmas en las ciencias sociales, razonando que con las transformaciones políticas
recientes (e.g., neoliberalismo, privati"ación) la anfopologfu deja de frnciona¡ conforme
al pacto Estado-Sociedad Civil tal como fue negociado por el cardenismo en La época
de la integración nacional. Hoy día, cuando la integración de México al Tratado de
Libre Comercio con los Estados Unidos requiere un cambio en ese proyecto nacional,
ya no üene sentido producir conocimientos para la adminisfación de comunidades,
pues lo que se necesita es una práctica de defensa ante la retirada de los escasos servicios
públicos proporcionados por el est¿do. Los anropólogos deben "alia¡se a la sociedad,"
es deci¡, .¡"t..t su oficio en pro de las comunidades y los movimientos sociales.22
Hubo va¡ias discusiones en el encuentro sobre las maneras en que podría colabora¡
el académico en la expansión democratizadora de la sociedad civil. Mary Louise Pratt,
por ejemplo, hizo una defensa de la "política de la identidad" ejercida por gupos
feministas, "minorías" raciales o de orientación sexual en Esüados Unidos, los cuales
vienen cuesúonando los criterios de producción de conocimiento y de participación en
las instituciones sociales. La apertura de estas instituciones a otras maneras de pensar,
arraigadas en el ethos de diversos grupos, puede servir a su vez como plataforma para
la reestructuración de la sociedad civil. Norma Ala¡cón y oEas participantes hicieron
referencia al feminismo como el movimiento social que más resultados ha producido
en la sociedad civil estadounidense. También expresaron disgusto ante el hecho de que
en este encuentro las propuestas elaboradas en base a perspecúvas que incluyen la
categoría de género sexual como factor analÍtico sólo fueran ofrecidas por las mujeres
presentes y se propuso que en futuros encuent¡os de la Red se incluyera la categoría ce
género en los análisis y propuestas sobre temas diversos, pues su radio de aplicabilidad
no se limita a temas "femeninos."
2r lbi¿,24.2 G.;'llermo B wfiTBatalLa, Desafros a la antropologb en la socicd¿d conlemporánea. Izlapalap,ll)4(1991): l8-19.
105
La ransformación de la sociedad civil, sin embargo, no se puede lograr sólo apartir de la política de la identidad, arguyó este autor. Por una parte, los "grupos deidentidad" no se mantienen fijos e iguales en el curso del cambio socia[ por om parte,
no hay garantías de que los éxitos de la políúca de Ia identidad en una formación socialdada (pongamos por ejemplo los Estados Unidos) se pueda reproducir en otras(pongamos por ejemplo Peni o Argentina). La diferencia del potencial político de laidentidad tiene que examinarse en el terreno específico de la economit las institucionessociales y los aparaos políticos de las sociedades en cuestión. Como razono más abajo,la apertura multiculturalista estadounidense descansa en parte en la compleja relaciónentre la constin¡ción de "grupos de identidad," la brÍsqueda de reivindicaciones en elsistemajudicial, su incorporación como clientes del estado benefactor y su segmentaciónen mercados consumistas coincidentes con estos grupos. Todo análisis efectivo de lapolítica de la identidad tiene que tener en cuenta el impacto formador de estos mediossociales de identidad, particularmente el consumismo, pues aun cuando se resista, lasconductrs esperadas a gran paíe de las prácticas de los "grupos de identidad" descansa
en lapuesta en tela de juicio de lasrepresentaciones generadas a partir del consumismo,que a menudo reproducen cuando no robustecen prejuicios y estereotipos arraigadosen el consenso ideológico que caracteriza ala sociedad civil vigente.
La política de la identidad ha logrado una relaüva democratización de ciertasinstituciones (especialmente las escuelas, la universidad y los museos y espacios deexposición). No obstante, esta apertura no ha afectado para nada la conducción de lasmacropolíticas de la economía, las relaciones externas, las fuer¿as armadas, lainvestigación del espacio extraterrestre, etc. También hay que reconocer que no hay unconsenso fijo entre los diversos "grupos de identidad"" Hoy día se está produciendouna ruptura entre la política de grupos "latinos" y "afroamericanos," pues con elempeoramiento de la economía se ha producido un repudio fuerte a la inmigración porpa¡"te de estos. El caso estadounidense es harto complejo y no puede reducirse alsimplismo de una mala normatividad (anglo y eurocénrica) por una parte y de una"buena" pluralización multicultual porotra- Yaun el multiculturalismo (que en realidadconsiste en varios multiculturalismos que tienden en varias direcciones diferentes peroque no siempre se destacan níúdamente en la práctica) muestra una voluntad dedominación globalizante, pues muchos cre€n que a partir del modelo estadounidensedebe representarse las diferencias del mundo entero,23 representación que legitimaríasu status como única superpotencia. De los millares de aserciones al respecto, eüjo unaque vincula el mulricultu¡alismo en las artes con la pretensión de globalidad y que
aparece en una de las revistas de arte postrnoderno más "progresistas"-Hígh Per-
formance:
3 Véase George Yrldice, Wc are NOT ttu World, Soc't¿l Text,3l-32(lgy2).
106
Los Estados Unidos se encuentran al borde de un nuevo límite
-un mundo tanto interno como extranjero, que se encuentra en
flujo y fuera de quicio... El nuevo límite es unacompleja sociedad
global que requerirá el poder de la imaginación y las fuer¿as de
regeneración para superar los desafíos.
Pa¡a los artisras y las instituciones culturales deAmérica [sic]ésta es una época de gran oportunidad. Podemos ofrecer más que
una bandera vistosa y un himno que apoye esta búsqueda.
Aportamos nuestras capacidades hasta ahora no utilizadas como
constructores de puentes, traductores, solucionadores de
problemas. Aportamos el lenguaje y la tecnología de latransformación [...]
America [sic], la única "superpotenc ia' que queda, ahora tiene
que aprender a operar en un ambiente de jerarquías mudables,
desmoronadas y aplanadas-un mundo en que la tecnología
informática, las finanzas multinacionales, la hambruna munüal,los conflicos éuricos y el desgaste del ozono son sólo algunos de
los hilos que tejen la emergente tela global [...]Mientras observábamos la transformación del mundo en CT'{N,
los EE.UU. también sufrieron una metamorfosis. El dramático
traslado de la población del norte/este al su¡/oeste, el cambio de
una economía industrial a una tercia¡ia e informal, el continuo
deterioro de la infraestructura de nuestros servicios humanos, de
la educación y de obras públicas, nuest¡o enonne desafecto
político, y nuestra emergencia como la primera sociedad verdadera
multicultural del mundo, son sólo algunos de los indicadores de
los cambios monumentales que están ocurriendo.24
z 'Th" U.S, stands on the edge of a new frqrtier -¿ world bo¡h home and abroad, ttnt is in flux ¡nd out of
balance... The new frontier is a complex glo,bal society that will demand üe power of the imaginarion
and the forces of regeneraúcr to meet its challenges.
For America's artists and cr¡ltural institutiq¡s üisis a time of great opportunity. We can offer more thar¡
a colorful ba¡u¡er ar¡d a rheme song in support of this guest We bring our unrapped capacities as bridge
builders.translatorsandproblemsolver. Webringüelanguajeandtechnologyoftransformation[...]Americ¡, the lone remaining 'superpowe/', must now leam o operate in an environment of shifting'
oppling, and even flattening hierarchies -a world famine, ethnic coriflict 8nd ozone depletion are but a
few of üe interconnecting threads in the emerging global fabric [.'.]Whjle we were watching üe rransformation of the world on CNN, the U.S. has undergcte a met¿mor-
phosis as weü. The dramaric shifi in population frqn norily'e¿st o soutly'west" the move frqn an indus-
¡rial ro a service* and information based economy, the orgoing daeriorarion of qrr human services,
educarion and prbüc wo¡ks infrastructures, or¡r wide-spread poürical disaffection, and or¡r emerle¡rce ag
the globe's ñnr truly muhiculoral society, arc but a few indic¿¡ions of the mor¡umenul changes uking
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Este eufórico manifiesto multiculturalista no se diferencia demasiado de losproyectos empresariales de diversificar la mano de obra con miras al futuro, pues dentrode pocas décadas se espera que la mayoría de la población sea de 'tolor." En otraspalabras, ha surgido un multiculturalismo empresarial a la par de y en relación almulticulturismo social y estético que reconoce que los intereses económicosesfadounidenses dependen no sólo del adiestramieno de obreros de "color" sino tambiénde su integración no conflictiva a través del reposicionamiento de algunas jerarquias.Dice uno de los manuales de "gerencia multicultu¡al": "Para prosperar en el futuro hayque valorizar, entender y utilizar mejor nuestra diversidad en los negocios, la educación,el gobiemo y, gerreralmente, en la sociedad."25 Anádase a es¡o el que tanto en la cultu¡aartística como en la cotidiana la mayoría de los estadounidenses, inclusive muchos quepertenencen a gupos minoritarios, se opongan a la inmigración de latinoamericanos(por temora la pérdida de trabajos cuando no por motivos de alterización) y se entiendeque el multiculturalismo, por más que democratice internamente a la sociedadestadounidense, no por eso ha podido desarrollar una crítica a las políticas globalizantesde los Estados Unidos en lo que atañe a negocios y diseminación cultu¡al.
Para el latinoamericano como para el coreano o el paquistaní que visita un museonorteamericano debe ser sorprendente verse interpelado en exposiciones y afirmacionescomo estAs conforme a una identidad que se articula de otra manera en su propiasociedad. El multiculturalismo estadounidense se ha encargado de "emancipar" a todosujeto de tercer mundo mediante la impugnación del "blanco" y del eu¡ocentrismo.26Basándose en la reivindicación de la "diferencia," ests mulúculturalismo acaba,paradójicamente, homogeneizando una diversidad de subjeüvidades. De ahí, pues, que
el anti-eurocentrismo característico de los multiculturalistas estadounidenses sea vistocautelosa cuando no sospechosamente por latinoamericanos que están acostumbradosa lo que antes se llamaba imperialismo cultural. Acaso debido a esta suspicacia nohubo recepción entusiasta entre los participantes latinoamericanos pam la propuesta
de combatir la "aha" teoría europea (Derrida, Foucault, Bourdieu, etc.) en un frentehemisférico mulúculturalista. Según la dinámica multiculturalista estadounidense laperspectiva euro- y angloamericana que infunde la "alta" teoría sirve de obstáculo a lavalorización de las identidades subaltemas. Pero ¿no existe la posibilidad de que elnuevo multiculturalismo (que se ha encargado de definir las representaciones de los
place". William Cleveland, Bridges, Translations and C'trange: The Arts as Infrast¡ucture in 2lst CenturyAmerica", High Perfonance" Fall 1992: 84-85. Tr¿ducción BeauizGonzÁlez
É Worldorce Anurica! Matuging Employee Diversity as aVital Resourc¿, citado en L.A. Kauffman, -ThDivenity Game: Corporate America Toys Wiü ldenrity Poürics",Thz Village Voice Ql de agosto de1993": 30.6 Pu* * aruiüsis de la política cultural respecto del 'blanco" en un contexto mulúcr¡ltural, véase GeorgeYúdice, 'Neither Impugnng nor Disavowing Whiteness Do a Viable Culü¡rd Politics Make: enWe anNOT lhc World: Identty Politics and Represenalion in a Clobal Contex (Dvke Univenity Press, anprensa).
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"oúos') reemplazca al imperialismo cultu¡al angloamericano de antaño?
Esta cautela respecto del multicultu¡alismo requiere un análisis detenido en vistade la transformación que vienen sufriendo las culturas nacionales en América l¿tinaJosé Manuel Valenzuela Arce aborda este tema al considerar la fragmentación de lacultura joven en México justamente en la época de adopción de políticas neoliberalesencaminadas al Tratado de Libre Comercio con Estados Unidos. Ia*d&ada perdida"
de los 80 produjo "importantes carencias de oportunidades para los jóveneslatinoamericanos, a muchos de los cuales conjuntamente con el dem¡mbamiento delas expectativas de progreso, se les expropió la idea de futuro... lA]pa¡ecieron en Méxicouna glan cantidad de jóvenes pobres organizados en barrios, bandas y clicas, quienes
han tenido una conspicua presencia en las expresiones de los cholos, punks, roquerosy chavos banda, y han construido importantes recreaciones culturales a partir de las
cuales formaron fuertes identidades grupalss."27 Valenzuela compara estos grupos dejóvenes con los "afroamericanos" o "latinos" esladounidenses pero habría que preguntarhasta qué punto sus prácücas pueden tener un efecto expansivo en las esferas públicas(fantasmáúcas o no) mexicanas semejante al que los "grupos de identidad" han logradoen Estados Unidos. El senüdo que estos grupos tienen en Estados Unidos resulta de uncomplejo de factores, entre ellos la manera en que tanto el estado benefactor como elcapitalismo consumista contribuyen a definir esas identidades. Respecto de los jóvenesque participan en la cultura hip-hop, por ejemplo, habría que reconocer, con Paul Gilroyy Greg Tate, que sin consumismo no habría hoy día la diseminación del ethos hip-hop.28 Así pues, puede esperarse que la rearticulación de la idenúdad nacional entrelos grupos de jóvenes mexicanos tome oEos derroteros que la de los jóvenes
estadounidenses, pues la experiencia de estos se da en relación a otro aparato estafal,
onas instituciones, otra economía laboral, oro dpo de consumo, y otra inserción delpaís en el sistema global.
IIay otra experiencia que caracteriza a los jóvenes latinoamericanos que los distinguesobremanera de los estadounidenses. En la conclusión de su ponencia sobre el uso delespacio urbano por parte de los jóvenes en Sáo Paulo, Antonio A¡antes explica que es
difícil elaborar una metodología de esrudio a largo plazo de estos usos, pues la velocidadque caracterizalavida urbana también carac¡Erzala breve vida de estos jóvenes que
suelenmori¡antesdelos2laños.29 EnsucomentarioalaponenciadeArantes,TeresaCaldeira observó que en Sáo Paulo fueron asesinados casi 9OOjóvenes en l99l (lamayorÍa de ellos a manos de la policía militar o grupos "jusücieros") en comparación
a José Manuel Valenz¡ela Arce,'l¡s identidades cr¡lturales frente a la glob¡lización". Ponencia presenrada
en el Primer Encuentro de la Red Interameicma de Estt¿dios Cultu¡ales,4 demayo de 1993. Pág. I l.4 Ver Paul Gil¡o¡ 'It's a Farnily Atraü-, B lack Popular Cultlre, A project by Michele Wallace, ed. Gina
Dent (Seatde: Bay Press, 1992),3W y Greg Thte, Vibe (/92): 15.29 Aororrio A.*res, *A Guerrs dos l,ugars: Escavando o TempolEspago e, Sdo Par¡Io". Ponencia prcsenuda
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con23 muerúos en circunstancias parecidas en NuevaYork.3oAun teniendo en cuentalas profundas frustraciones que el levantamieno de Los Angeles hizo patentes entrelos jóvenes minoritarios, la violenciapoücialparacon los jóvenes subalternos enmuchasde las ciudades latinoamericanas es peor. Esta violencia, a su vez, hace que una "políticade la representación" análoga a la estadounidense fracase como proyecto dedemocraüzación.
Recalcando algunos de los comentarios sobre la función del estado en la crisisactual, Fred¡ic Jameson aseveró que la relación ante el estado tendría que ser diferenteen Estados Unidos en comparación con los países de América Latina. Razonó que enel Norte hay sociedad civil pero se necesita recuperar el estado, mientras que en el Suracaso sea necesario desarrollar la sociedad civil para susütuir al estado disfuncional.Pero ésta, como cualquier ot¡a propuesta, üene que tener en cuenta la economia. ¿Esfactible un estado democratizador sin fondos? Esta necesidad económica hace que se
tenga que pensar en las relaciones económicas internacionales, pues como punnralizanlvlanuel Castells y Roberto l¿sema.
l¿s fuer¿as que luchan por el cambio social en América I¿tina han oscilado, du-rante décadas, enre el callejón sin salida del popuüsmo y el paraíso a¡tihcial delmantismo dogmático. Cuando, en los años S0,lademocracia fue dolorosay parcialmenterestablecida en Ia mayoría de los países, hubo una serie de intentos de pragmáticoreformismo que trata¡on de allanar el camino hacia una lenta pero sóüda reconstruccióndel tejido social, lo cual sin duda constituye la condición básica para el desarollo.Pero las diñcultades impuestas por el proceso más amplio de la reesEucturaciónintemacional, junúo con los antiguos demonios de lapolíticalatinoamericana (incluyendosus Fuerzas Armadas, tan frecuentemente antagónicas a las demandas populares), hanfrenado y obstaculizado la mayoría de estos esfuerzos reformistas, poniendo en peügrola democratización y abriendo el camino al viejo ciclo pendular entre demagogia yrepresión. Y sin embargo, más allá de las limitaciones de muchos de los actuales líderesy partidos políticos, la perspectiva de una cauta pero profunda reforma social, queatraviese no sólo lo económico y tecnológico, sino también lo político e institucional,e incluso lo cultural, parece ser la única salida en los marcos de la d¡amáticatransformación del sistema mundial que estamos viviendo. El desafío para Américal¿tina es [a invención de una política que sea capaz de articular procesos de reformasocial y modernización tecnológica en los marcos de la democratización y la
en el Primer Encr¡entro de la Red Inter¿merican¡ de Estudios Cultu¡ale.s,4 de mayo de 1993.3 D"rd.lo"go,
"r, Estados Unidos se vive en un atmósfera sumamente violent¿ No obsrante, la mayorfa de
muertes por armas de fuego entre jóvenes son ocasionadas por otrosjóvenes, y no sólo en los barriosmaryinales de Nueva York y Los Angeles. En 1992 e¡¡ Estados Unidos fuerqr muertoc entre 6.000 y7.000 por armas de fuego. Véase James Brmke,'Big Outcry Does't Slow Killing of Youths in Rio", IlaNew YorkTurcs (3-l-94): A9.
ll0
participación competitiva en la economía mundial.3l
En nuestro encuentro predominaron las críticas a los obstáculos a la formación de
sociedades civiles democráticas más que propuestas efecüvas para su invención.
Pareciera que la "década perdida" en lo económico de los 80 se haya prolongado en la
pérdida de esperanzas en la renovación de la sociedad civil en los 90. En la conclusión
áe so ponen.i4 Néstor García Cancüni declara sus dudas respecto de la posibilidad de
a¡ticular los "grupos atomizados" en una viable sociedad civil a la vez que se piensen,
a partir de ella, nuevas maner¿¡s de reanima¡ las eConOmías: "Un rasgo Común de estas
'cbmunidades'atomizadas es que se nuclean en [omo a consumos simbólicos más que
en relación con procesos productivos. Cuesta imaginar, por eso, cómo podrfun contribuir
a reanima¡ la economía"32 Y luego agega que "al no ser políticos no estamos obügados
a cuida¡ calculadoramente los límites de lo gobernable y el realismo del poder" . EsOy
de acuerdo en que no se deben reproducir los lasEes del "intelectual politizado" de
antaño ni "cuidar" de la política "calculadoramente." Pero ello no impide que se conciba
y se practique los Estudios Culturales como una nueva tentativa de inventar (al conrario
de las disciplinas académicas tradicionales que defienden la autonomía de su campo
de conocimienúo) nuevos cruces intelectuales e institucionales que produzcan el efecto
político de expandir la sociedad civil. lvfantenernos en la esfera autónoma de lia
producción y estudio de Ia cultura en sí-las "tafeas propiamente culturales"-no me
p.""" deseable, pues la cultura no puede evadir ni el mercado ni la política. Flabría
que pensar los Estuüos Culturales y su contribución a la sociedad civil a partfu de
estos supuestos. Los Estudios Culturales--+omando inspiración en el feminismo y en
los movimientos sociales---ofrecen la posibilidad de articular la investigación con la
apertura de la sociedad civil a partir de la democratización de las instituciones sociales.
¿Cómo hacer esto? ¿Desde la perspectiva estadounidense y desde la
latinoamericana? En primer lugar, me parece que, no la solución a estos problemas
pero sí una manera de comenzar a abordarlos, es lucha¡ por la reconfiguración de los
sistemas de valoración. Ello se puede intenar dando lugar para su intervención a actores
latinoamericanos (y de otras partes del mundo) en las instituciones que generan criterios
de valor a escala global, con gÍrn influencia en los aparatos culturales locales. La
sociedad civil estadounidense ya no puede circunscribirse a su territorio nacional, como
trampoco puede hacerse en otros países. Ya se han movilizado las instituciones
financieras, las empresas, las industrias culturales y los sindicatos. Los Estudios
Culturales no pueden desatender estos fenómenos transnacionales. Una manera de
organizar la intermediación es, pues, constituir, nuestros propios cuerpos
transnacionales, una de las motivaciones de la formación de la Red Interamericana de
3L Davidy Golü¡t¡, Año XVItr,I'P 45 (ulio 1989):16? 'Una modemidad que atrasa", ióü, 14.
lll
Estudios Cultu¡ales.Por buena que parezca esta recomendación, veo dos escollos. En primer lugar, la
transnacionalización de la intermediación sólo logra expandir la política de larepresentación, no hacerla responder a la necesidad de transformar infraestrubturas.En segundo lugar, la transnacionalización de la intermediación deja sin contesta¡ unapregunta fundamental ¿cómo serán seleccionados los participantes en es¡os circuitos?Si esta decisión se deja a la discreción de los intelecn:ales estadounidenses (simpatizantesdel multiculturalismo), es probable que se seleccionen latinoamericanos (e inclusivelatinos estadounidenses) que se acomoden a una política cr¡ltu¡al üderizada desde elnorte. Si se deja a la discreción de los intelectuales latinoamericanos es probable quelas clases privilegiadas predominen (como de hecho se'corroboró en este PrimerEncuentro). Sin embargo, quizás en acciones conjuntas los distintos grupos deintermediadores logren articula¡ críticas recíprocas que adelanten los procesos dedemocratización y cambio a escala transnacional. Ello haría posible la formación deesferas públicas transnacionales que contribuyan a la conducción de las sociedadesciviles particulares.
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