evolución de las tumbas egipcias

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Arquitectura egipciaEvolución de las Tumbas

Este tipo de enterramiento se mantiene

desde el comienzo de la civilización hasta el

Imperio Nuevo. Es muy característica del

Bajo Egipto, como podemos ver en las

necrópolis (ciudad de muertos) cercanas

a Menfis, aunque los faraones dejaron de

enterrarse en ellas a partir de la III Dinastía.

La razón pudo estar en el deseo de los

soberanos de destacar sobre sus súbditos.

Es la tumba por excelencia del soberano.

Se levanta dominadora sobre las

mastabas que la rodean y sobrecoge pese

a su sencillez y al paso de los milenios.

Está concebida para perdurar y para

transmitir muchos mensajes

simbólicos/religiosos (cálculos

matemáticos y orientación).

Las pirámides carecen de fachada y en su

interior apenas hay unos corredores

rectilíneos

que atraviesan la estructura maciza de

piedra y

que sólo se abren en pequeñas cámaras

funerarias.

Estos pasillos como la entrada quedaban

cerrados y ocultos después del entierro.

Al pie de las pirámides se construía un

complejo funerario con templos donde

atender al faraón muerto, almacenes y

pozos donde guardar sus riquezas y

edificios y espacios donde realizar diversos

ritos religiosos. Una vía procesional cubierta

comunicaba estas dependencias con un

templo/embarcadero junto al Nilo.

El continuo saqueo de las

antiguas tumbas faraónicas

y lo costoso de su

construcción debieron ser

factores decisivos para el

triunfo del hipogeo.

Se utilizó en el Imperio Nuevo

cuando se llevó a cabo el

enterramiento de varias dinastías

de Tebas al otro lado del Nilo,

en el paraje desértico que

conocemos como Valles de los

Reyes y Valle de las Reinas.

Los primeros hipogeos eran

simples: un pasillo y una cámara

funeraria. Los de los grandes

faraones y reinas del Imperio

Nuevo se hicieron más complejos y

se decoraron lujosamente con

pinturas. También poseían

un complejo funerario, pero al otro

lado de la montaña, junto al río.

La pirámide de Keops

La pirámide de Keops es la más grande de las tres

pirámides de la meseta de Giza, a las afueras de El

Cairo (Egipto), es la única de las Siete Maravillas

del Mundo antiguo que aún sigue en pie.

Se halla en la ribera izquierda del Nilo, y es la más

septentrional. Se considera que dicho monumento

fue edificado durante el reinado de Keops o de

Koufou, reyes de la IV dinastía, o sea, entre 3.000

y 2.500 a.C. Se supone que Melquisedec o Enoc

fueron los arquitectos que trazaron los planos.

Por su altura cercana a los 150 metros, y su base de

más de cinco hectáreas, no es comparable a ningún

edificio levantado por manos humanas, y aún hoy se

asombran los arquitectos y los ingenieros modernos el

pensar en los medios empleados para acumular tal

montaña de piedras.

Unos creen que ésta, junto a las otras dos

pirámides, servían como tumbas, otros, como

templo, lo cierto es que las tres grandes pirámides de

la meseta de Giza están distribuidas sobre el desierto

de manera idéntica a como estaban las tres estrellas

del "cinturón" de la constelación de Orión, esto según

el ingeniero angloegipcio Robert Bauval.

Estudios de este ingeniero revelaron

que para los antiguos egipcios Orión

era el equivalente celestial del dios

Osiris, y su "cinturón" era lo que los

egipcios llamaban el Duat, una

especie de "puerta" por la que el

alma del faraón debía pasar para

llegar al Amenti, al más allá.

Está construida en forma de que sus lados se

orienten hacia los cuatro puntos cardinales, y de

modo que el reflejo de las sombras acusara con

una exactitud cronométrica los puntos esenciales

del año solar, dando las fechas precisas de los

equinoccios de primavera y otoño y los solsticios

de invierno y verano. Además, sumando las dos

diagonales de la base, aparece una cifra en

pulgadas piramidales que es, precisamente, el

número de años que se requiere para que los

equinoccios vuelvan a la misma posición y tengan

lugar sobre el mismo punto.

Dice Herodoto que cien mil hombres trabajaron

durante veinte años y que se emplearon diez años en

construir la calzada por donde debían arrastrarse las

piedras. Este camino tiene 925 metros de largo por 19

de ancho y 15 de alto en su mayor elevación es de

piedras pulidas y está ornamentado con figuras de

animales. Las piedras, conducidas ya labradas, eran

enormes, algunas tenían cerca de diez metros de

longitud.

Durante siglos conservó un revestimiento de piedras de

colores diversos tan hábilmente aglutinadas que se

parecía que se trataba de un solo bloque de piedra

desde la base hasta la cúspide

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