especial de 2do aniversario no. 3: texto rosario garcía y fotografía karely ramírez pérez
Post on 31-Mar-2016
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Dirección General:
Mario Eduardo Ángeles.
Textos: Rosario G. Towns.
Fotografía: Karely Ramírez Pérez.
Consejo Editorial: Diana Isabel Enríquez, Bardo Garma, David Morales, Miguel Escamilla, Pedro M. Serrot, Erich
Tang, Mo. Eduardo Ángeles y Jesús Reyes.
Agradecimientos especiales a Roxana Jaramillo, Pauli-na Romero, Flor de Liz, Tzolkin Montiel, Enrique Ibarra,
José Manuel Bañuelos y Óscar Édgar López.
Contacto:
latestadural i terar ia@gmai l .com
México, Junio 2014.
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Los derechos de los textos publicados pertenecen a sus auto-
res. Cuida el planeta, no desperdicies papel.
CONTENIDO
Demasiado Tarde
Rosario García Towns
1er. Festival Nacional de
Muñecas Artesanales
Karely Ramírez Pérez
Demasiado tarde
Rosario García Towns
La Testadura 2do. Aniversario 6
Demasiado tarde
Eran las 19:30 y Adela estaba prepa-
rada para una velada especial. Retocó su
peinado, se colocó los pendientes de oro
y se aplicó un aura de delicado perfume.
Giró del espejo hacia la habitación, repa-
sando cada detalle de la misma y, al
tiempo que soltaba una lágrima, cerró la
puerta tras de sí con el modo de quien da
la vuelta a la página final de un libro.
Recorrió lentamente el pasillo miran-
do los retratos, los diplomas y ornamen-
La Testadura 2do. Aniversario 7
tos que se habían acumulado durante
diez años al lado de Joaquín, su esposo;
aquel hombre garboso y maduro que la
impresionó desde el primer encuentro y
del cual se enamoró siendo apenas una
estudiante, sólo: la señorita Adela Fietre,
en la Universidad de Parguentel.
Optó por aguantar en la penumbra la
llegada de Joaquín. Se dejó caer en lasi-
tud sobre el sofá y encendió un cigarro,
permitiendo que los recuerdos fluyeran
mientras contemplaba la espléndida me-
sa a la que hubo dedicado varias horas
esa tarde.
La Testadura 2do. Aniversario 8
Las memorias de los primeros años
eran agradables, como cuando ambos
pasaban largo rato charlando, paseándo-
se sin rumbo fijo por la ciudad o la vibran-
te emoción de entrelazar su juvenil cuer-
po con el de su apuesto profesor. Incluso
la batalla contra los prejuicios de su ro-
mance, tenía sitio entre lo grato de esos
días porque el triunfo ante ésta les llevó a
unir sus vidas en un mismo camino, el
cual se volvió tortuoso poco después…
-Buenas noches, Adela – dijo Joaquín
en tono común, acercándose a ella guia-
do únicamente por la punta brillante de
su cigarrillo.
La Testadura 2do. Aniversario 9
-¡Quín, no te sentí entrar! – respondió
ella un tanto sorprendida.
Él extendió su mano hacia el muro
devolviéndole luz a la estancia, descu-
briendo a Adela bella y sensual como
cada vez que la ocasión lo requería. Lue-
go volteó hacia el comedor y sonrió al ver
la champaña y copas altas, una rosa fres-
ca en cada plato y un abanico de sucu-
lentos bocadillos al centro del mantel
nacarado.
-¡Vaya, gracias!- le dijo, despojándo-
se de su portafolios y desanudando su
corbata.
Adela se incorporó alisándose el vesti-
La Testadura 2do. Aniversario 10
do y se dispuso a tomar su sitio a la me-
sa. Joaquín enriqueció el momento con
música suave y se sentó frente a ella.
-Décimo aniversario, ¿no? ¡Cómo se
han ido los años!- comentó con aire
inusual.
-Si, Quín, se han ido- suspiró ella.
Joaquín destapó la fría botella y lleno
las copas con su rubio burbujeante. Le
ofreció una a su esposa y ambos la alza-
ron haciendo sonar el cristal.
-¡Brindo por nuestra historia!- fueron
las palabras de Quín.
-¡Yo por el resto de esta historia!-
recitó ella enseguida.
La Testadura 2do. Aniversario 11
En tanto Joaquín le relataba a detalle
los hechos de esa jornada, Adela se em-
bulló más en su hilado de memorias y
haciendo inevitables comparaciones en-
tre el ayer y el hoy. Lo único de lo que
estaba segura, era del mañana…
Cuando estas vidas se cruzaron, Joa-
quín era un reconocido catedrático con
ansias de ascender a otros niveles. Esto
poco a poco se fue dando y hubo mucho
que sacrificar, pero en el transcurso, todo
lo relacionado con el amor se fue debili-
tando a pesar de la insistencia de Adela
de hallar un modo de mantener un equili-
brio entre lo profesional y lo personal.
La Testadura 2do. Aniversario 12
Alcanzaron un punto en que ella, por
cariño y admiración, hubo de resignarse a
un:
-“Después, Adela”. “Comprende, Ade-
la”. ”Pronto será, Adela”-Más, esa abne-
gación nunca logró ser una renuncia total
a la Adela que ella soñaba para sí mis-
ma…
-¡Adela, Adela! ¿me estás escuchan-
do?- inquirió él.
–Disculpa Quín, sólo sé que tantos
nombres y situaciones que me confundo
fácilmente, pero estoy atenta a tus siem-
pre interesantes asuntos- repuso.
-¿Deseas más champaña?- Le ofreció
La Testadura 2do. Aniversario 13
con sutileza.
-No gracias; conoces mi reacción al
licor- contestó.
-Reconozco que los canapés estuvie-
ron sensacionales y las flores han sido un
toque de tierna elegancia- dijo galante-
mente, su compañero.
-Me alegro que fuera de tu agrado,
Quín; sabes que eternamente intento
complacerte, ¿no?...-expuso Adela con
voz irónica.
La pareja tenía por buena costumbre
intercambiar algún obsequio en una fe-
cha tal, y ese momento había llegado.
Adela se dispuso unos instantes y se diri-
La Testadura 2do. Aniversario 14
gió a la cocina, de donde volvió con un
paquete entre las manos.
-¿Eso es para mí?- preguntó inocente-
mente Quín, en actitud de recibimiento,
pensando en el regalo que él guardaba
para ella.
-Si Joaquín, es tu regalo - dijo ella con
ansiedad.
El tomó la caja y, puerilmente, la agitó
en un intento de adivinar su contenido,
pero falló repetidas veces, así que co-
menzó a desenvolverla con tal emoción y
cuidado que Adela recordó la ya lejana
última vez que habían hecho el amor,
cuando Quín la despojó lentamente de su
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bata y jugó con sus curvas por largo rato,
musitando apasionadas frases que reavi-
varon temporalmente su ánimo, su espe-
ranza.
-Bien, Adela- dijo Quín dejando de
lado el listón y el papel fantasía.
-¡Destapa la caja de una vez, Quin!
Sólo quiero que aceptes y comprendas lo
que contiene- insistió nerviosa, encen-
diendo otro cigarro.
-Ade, Ade, me turba tu actitud y eso
no es bueno a mi edad, ¿No crees?- de-
claró con risa limitada.
Adela tomó asiento; con rigidez apretó
las manos y cerró los ojos hasta que es-
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cuchó la tapa del estuche deslizándose.
Joaquín permaneció inmóvil y confundi-
do.
-Adela, es… no sé qué... bueno, ah,
una colección de… - articuló con dificul-
tad.
Su gesto denotaba sorpresa, sin em-
bargo dignamente fue tomando con pulso
tembloroso, cada pieza de las bastantes
que le aguardaban:
Un par de boletos para la temporada
de ballet a la cual no asistieron por uno
de los tantos viajes de Quín al extranjero,
las reservaciones para Playa Wells que se
perdieron debido a una importante reu-
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nión en alguna embajada; la invitación al
Gala de Mozart que no atendieron por
una cena con el representante de Holan-
da; una tarjeta de cumpleaños no leída
porque Joaquín sostuvo una sesión extra-
ordinaria; una nota que rezaba: “Cariño
estoy en la bañera. Trae el vino de la ne-
vera”. También, un cortapapeles con:
“Amado Joaquín “, grabado en el mango,
que jamás utilizó; un recorte del reconoci-
do: Diario Vertiente, felicitando a la pare-
ja Monreal por su V Aniversario de bodas,
que pasó por alto al ir siempre directo a
la sección de negocios; una lista de posi-
bles nombres para bebé, que él había
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prometido leer en un rato libre; las foto-
grafías de la boda de Luisa McGregor
(mejor amiga de ambos), a la que Adela
se presentó sola debido a que él estaba
en un misión diplomática ; un muestrario
de colores para la redecoración de casa
(decisión que Adela tomó porque Quín no
tuvo tiempo), y, suficientes objetos-
papeletas- más…
Joaquín, por largo rato, estuvo dedica-
do a tomar uno a uno los elementos y a
analizarlos pensativo; a veces sonriendo
y, otras, con los ojos encharcados.
Cuando hubo concluido, volvió la mi-
rada hacia Adela, quien había permaneci-
La Testadura 2do. Aniversario 19
do vigilando el penoso episodio.
-Me has sorprendido, Adela- dijo no-
toriamente descompuesto.
-Lo sé Joaquín, lo sé – fue su corta y
seca réplica.
Él entre suspiros, retornó los docu-
mentos y artículos, al interior de la caja
que, en silencio denominaba: “féretro”,
ya que su contenido eran momentos
muertos y ocasiones idas.
Colocó la tapa nuevamente y la acercó
a su rostro para sellarla con un beso a
modo de despedida.
En ese instante, Adela soltó la segun-
da lágrima de la noche y se liberó parcial-
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mente de la tensión.
Joaquín la ubicó sobre la mesa y aca-
rició la rosa yaciente junto a su plato.
Adela se había preparado para cualquier
reacción, excepto sosiego y mansedum-
bre en Joaquín.
-Estoy sufriendo, Adela. Que esta cal-
ma y compostura no te demuestren lo
contrario. Ahora mismo sé dónde se aloja
el alma entre la carne. Por mi sangre co-
rre el miedo desesperado, el desconsuelo
y el vacío. Un grito se rebota entre las
viseras y toda el agua de mi entraña es
amarga- decía, balanceando la rosa ya
no tan fresca.
La Testadura 2do. Aniversario 21
La bocina de un auto interrumpió su
monólogo. Adela miró discretamente el
reloj que apuntaba ya las 22:30 y, en un
suspiro, se puso de pie sin otro movi-
miento.
La bocina sonó por segunda vez y ella
tomó el último sorbo del cristal.
Joaquín, adherido al asiento, tragaba
hiel con torpeza queriendo continuar,
pero hubo una tercera llamada a la que
Adela reaccionó pasando sus manos por
entre sus rizos y girando hacia la estan-
cia.
Joaquín advirtió que la bocina no sólo
había cortado su confesión, sino también
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turbado la atención de Adela.
-Quiero que sepas que a pesar del
torrente de conmoción que me agobia,
precisamente hoy haré lo que debió ser
hace tantos años y que me has pedido
mucho soportar y poco dudar. Eso: Com-
prender y aceptar- dijo, no repuesto.
Adela esgrimió una mueca dolorida y
él la miro como a una obra de arte que se
valora y se desea pero que es imposible
tener y, menos aun, retener.
Sin romper en palabras, ella se inclinó
y tomó una valija que había ocultado bajo
la mesa, como el toque supremo de su
plan. Retrocedió lento hasta la puerta,
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depositó sus llaves sobre la repisa y salió
con el corazón desajustado.
Cada peldaño que ella bajaba, era un
eslabón roto y un paso a la verdadera
vida.
Joaquín se secó el rostro y se aproxi-
mó a la ventana, mirando hacia abajo
donde estaba estacionado un auto mo-
desto y un hombre joven, con la porte-
zuela abierta, sostenía un ramo de mag-
nolias, sin duda, para la hermosa y nun-
ca más suya: Adela.
Cuando escuchó al auto ponerse en
marcha, Joaquín contuvo el llanto pese a
cómo apretó la rosa; ésa que ya no guar-
La Testadura 2do. Aniversario 24
daba ni ternura ni elegancia.
El vehículo salió de vista por la aveni-
da y Quín, en un último esfuerzo, tomó del
bolsillo interior en su saco un elegante
sobre con lacre y el rótulo:
Don Joaquín Montreal y Gallarda:
aceptación de retiro
-Yo también te tenía un regalo, Adela,
pero ya es demasiado tarde para París-
1er. Festival Nacional de
Muñecas Artesanales
Karely Ramírez Pérez
Fotografía
La Testadura 2do. Aniversario 26
Ana Karely Ramírez Pérez (Querétaro,
1993)
Fotógrafa de eventos de una página
de información del municipio de Amealco
vía internet.
Capturas de momentos, capturas de
sentimientos trasladados a un recuerdo
sin caducidad, a un recuerdo trascen-
dente. Impregnados de texturas, de colo-
res, de formas, de sensaciones… y de un
sentir; traspasa las letras, y atrévete a
observar más allá de tu mirada.
La Testadura 2do. Aniversario 27
¡Cómo sea y de la manera que
deseen, vivan a exposición!
12 Mayo, 2014
Fotografías tomadas durante el marco
del 1er Festival Nacional de Muñecas
Artesanales, que se llevó a cabo durante
el periodo del 15 al 17 de Noviembre, en
el municipio de Amealco, Querétaro.
Se presentaron un aproximado de
106 piezas de 13 entidades divididas en
cuatro categorías: Muñecas elaboradas
en textiles, Alfarería, Fibras Vegetales y
Nuevos diseños.
Plaza de los Fundadores local
44 frente al templo de La Cruz.
Rosario G. Towns (Mexico). Cuenta con vasta
publicación escrita y oral, en diversos medios y
formatos; ha fungido como: jurado, prologuista,
crítica y organizadora así como presentadora e invitada
especial en eventos culturales; se ocupa en la búsqueda y
toma de espacios para dar expresión a lo propio y de otros
creativos. Ha sido fundadora y/o miembro, de varias agru-
paciones literarias, editoriales y musicales. Espera la pala-
bra exacta hasta alcanzar: el poema.
De mano en mano,
de pantalla en pantalla
¡Que la voz corra!
La Testadura, una literatura de paso,
hecha para olvidarse en salas de espera y/
o lugares públicos.
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