enseñanzas del papa francisco no. 124 (catequesis y ángelus, semana 14 al 20 de septiembre 2015)
Post on 17-Feb-2017
521 Views
Preview:
TRANSCRIPT
Enseñanzas del Papa Francisco No.124
El 16 de septiembre dijo en su última catequesis sobre el matrimonio y la familia: …El actual pasaje de civilización
aparece marcado por los efectos a largo plazo de una sociedad administrada por la tecnocracia económica.
La subordinación de la ética a la lógica de la ganancia tiene grandes recursos
y de apoyo mediático enorme.
En este escenario, una nueva alianza del hombre y de la mujer se convierte no solo en necesaria
sino también en estratégica por la emancipación de los
pueblos de la colonización del dinero.
Esta alianza ¡debe volver a orientar la política, la economía
y la convivencia civil! Esta decide la habitabilidad de la tierra,
la transmisión del sentimiento de la vida, los vínculos de la memoria y de la esperanza.
De esta alianza, la comunidad conyugal-familiar del hombre
y de la mujer es la gramática generativa, el “nudo de oro” podemos decir.
La fe la recoge de la sabiduría de la creación de Dios: que ha confiado a la familia, no el cuidado de una
intimidad en sí misma, sino con el emocionante proyecto de hacer “doméstico”
el mundo.
La familia está al inicio, a la base de esta cultura mundial que nos salva; nos salva de tantos, tantos
ataques, tantas destrucciones, de tantas colonizaciones, como aquella del dinero o como
aquellas ideologías que amenazan tanto el mundo. La familia es la base para defenderse.
…La creación de Dios no es una simple premisa filosófica: ¡es el
horizonte universal de la vida y de la fe! No hay un designio divino
diverso de la creación y de su salvación.
Es por la salvación de la creatura -de cada creatura-
que Dios se ha hecho hombre: «por nosotros los hombres
y por nuestra salvación», como dice el Credo. Y Jesús resucitado es el «primogénito de cada
creatura» (Col 1,15).
El mundo creado está confiado al hombre y a la mujer:
lo que pasa entre ellos da la marca a todo. El rechazo de la bendición de Dios llega
faltamente a un delirio de omnipotencia que arruina cada
cosa. Es lo que llamamos “pecado original”. Y todos
venimos al mundo con la herencia de esta enfermedad.
A pesar de eso, no somos malditos,
ni abandonados a nosotros mismos.
La antigua narración del primer amor
de Dios por el hombre y la mujer,
¡tenía ya páginas escritas con fuego,
al respecto! «Pondré enemistad entre ti y la mujer, entre tu linaje y
el suyo» (Gen 3,15a).
Son las palabras que Dios dirige a la serpiente
engañadora, encantadora. Con estas palabras Dios
marca a la mujer con una barrera protectora contra el
mal, a la cual ella puede recurrir –si quiere-
por cada generación.
Quiere decir que la mujer tiene una secreta y especial bendición,
¡para la defensa de su creatura del Maligno! Como la Mujer del Apocalipsis, que corre a esconder el hijo del Dragón. Y
Dios la protege (cfrAp 12,6)
¡Piensen cuál profundidad se abre aquí! Existen muchos lugares comunes, a veces incluso ofensivos,
sobre la mujer tentadora que inspira el mal. En cambio hay espacio para una teología de la mujer
que esté a la altura de esta bendición de Dios ¡para ella y para la generación!
La misericordiosa protección de Dios hacia el hombre y la mujer,
en cada caso, nunca falta a ambos. ¡No olvidemos esto!
El lenguaje simbólico de la Biblia nos dice que antes de alejarlos del jardín del Edén, Dios hace al hombre
y a la mujer túnicas de piel y los viste (cfr Gen 3,21).
Este gesto de ternura significa que también en las dolorosas
consecuencias de nuestro pecado, Dios no quiere que nos quedemos desnudos y abandonados a nuestro destino de
pecadores.
Esta ternura divina, este cuidado hacia nosotros, la vemos encarnada en Jesús de Nazaret, hijo de Dios «nacido de mujer» (Gal 4,4). Y siempre san Pablo dice
todavía: «mientras éramos todavía pecadores, Cristo ha muerto por nosotros» (Rom 5,8).
Cristo, nacido de mujer, de una mujer. Es la caricia de Dios sobre nuestras llagas, sobre
nuestros errores, sobre nuestros pecados.
Pero Dios nos ama como somos y quiere llevarnos hacia adelante con este proyecto, y la mujer es la más
fuerte que lleva adelante este proyecto.
La promesa que Dios hace al hombre y a la mujer, al inicio de la historia, incluye todos los seres humanos,
hasta el final de la historia. Si tenemos fe suficiente, las familias de los pueblos de
la tierra se reconocerán en esta bendición.
De todos modos, cualquiera que se deja conmover por esta visión,
a cualquier pueblo, nación, religión pertenezca, se ponga en camino
con nosotros. Será nuestro hermano, nuestra hermana.
Sin hacer proselitismo, no… Caminamos juntos, bajo esta bendición, bajo este objetivo de Dios, de hacernos
a todos hermanos en la vida, en un mundo que va hacia adelante que nace propio de
la familia, de la unión del hombre y de la mujer.
¡Dios les bendiga, familias de cada rincón de la tierra! y ¡Dios les bendiga a todos ustedes!
El 20 de septiembre, dijo en la Habana Cuba, en sus palabras previas al rezo del
ángelus:…Hemos oído en el evangelio cómo los
discípulos tenían miedo de preguntar a Jesús cuando
les habla de su pasión y su muerte.
Les asustaba y no podían comprender la idea de ver a Jesús sufriendo
en la Cruz. También nosotros tenemos la tentación de huir de las cruces propias y de las cruces de los demás,
de alejarnos del que sufre.
Al concluir la Santa Misa, en la que Jesús se nos ha entregado de nuevo con su cuerpo y su sangre, dirijamos ahora nuestros ojos a la
Virgen, Nuestra Madre. Y le pedimos que nos enseñe a estar junto a la cruz del hermano que
sufre.
Que aprendamos a ver a Jesús en cada hombre postrado en el camino de la vida; en cada hermano
que tiene hambre o sed, que está desnudo o en la cárcel o enfermo.
Junto a la Madre, en la Cruz, podemos comprender quién es verdaderamente «el más importante»,
y qué significa estar junto al Señor y participar de su gloria.
Aprendamos de María a tener el corazón despierto y atento a las necesidades de los demás. Como nos enseñó en las Bodas de Caná,
seamos solícitos en los pequeños detalles de la vida, y no cejemos en la oración los unos por los otros, para que a nadie falte el vino del amor nuevo, de la alegría
que Jesús nos trae.
En este momento me siento en el deber de dirigir mi pensamiento a la querida tierra de Colombia,
«consciente de la importancia crucial del momento presente, en el que, con esfuerzo renovado y movidos por la esperanza, sus hijos están buscando construir
una sociedad en paz».
Que la sangre vertida por miles de inocentes durante tantas décadas de conflicto armado, unida a aquella del
Señor Jesucristo en la Cruz, sostenga todos los esfuerzos que se están haciendo,
incluso en esta bella Isla, para una definitiva reconciliación.
Y así la larga noche de dolor y de violencia, con la voluntad de todos los colombianos, se pueda
transformar en un día sin ocaso de concordia, justicia, fraternidad y amor en el respeto de la institucionalidad y del derecho nacional e internacional, para que la paz
sea duradera.
Por favor, no tenemos derecho a permitirnos otro fracaso más en este camino de paz y
reconciliación.
Les pido ahora que se unan conmigo en la plegaria a María,
para poner todas nuestras preocupaciones y aspiraciones cerca del Corazón de Cristo.
Y de modo especial, le pedimos por los que han
perdido la esperanza, y no encuentran motivos para seguir luchando; por los
que sufren la injusticia, el abandono, la soledad;
pedimos por los ancianos, los enfermos,
los niños y los jóvenes, por todas las familias en
dificultad, para que María les enjugue sus lágrimas,
les consuele con su amor de Madre, les devuelva la esperanza y la alegría.
Madre santa, te encomiendo a estos hijos
tuyos de Cuba: ¡No los abandones nunca!
En twitter dijo: Dios prefiere a los humildes. Cuando vivimos con
humildad, Él transforma nuestros pequeños esfuerzos y hace
cosas grandes.
A pesar de la injusticia y el sufrimiento, la victoria del Señor es segura.
Los invito a rezar conmigo por mi viaje a Cuba y a los Estados Unidos. Necesito sus oraciones.
Si deseas recibir mails, relacionados con la Iglesia: que
contienen diapositivas, vida de Santos, Evangelio del
Domingo, etc. Escribe a:
unidosenelamorajesus@gmail.com
con el título suscripciones. Servicio Gratuito.
Que Dios te llene de bendiciones.
Y que permanezcamos unidos en el amor a Jesús.
top related