enseñanza miércoles 27 de 2013

San Lucas 21, 12-19Nuestro Seor Jesucristo no dice que seamos como aquellos apstoles.

Que seamos misioneros de Cristo, con nuestros familiares, amigos y conocidos, en vuestros ambientes de estudio o trabajo, entre los pobres y enfermos.

Que hablemos de su amor y bondad, sin temores. Nuestro Seor Jesucristo nos dar fortaleza para ello.

Debemos de escuchar su palabra y contarle con confianza que es lo que deseamos, y hacia dnde queremos llegar con l, tambin contarle nuestras penas y las de las personas que veamos y que les hace falta consuelo y esperanza.

Jess nos dice que ser discpulo, no es un camino fcil ni agradable. Sern traicionados por sus padres, hermanos, sus parientes y amigos.

Sern odiados por causa ma, dice el Seor. El odio, traicin, soledad... estos y otros ms, son los recursos que el maligno utiliza ante el triunfo que ya nos ha alcanzado el Seor.

Hermanos, nuestra recompensa no es en la tierra sino en el cielo. Y todo por causa de la Verdad, del Evangelio.

Slo el Seor puede darnos la gracia de mantenernos firmes en la fe ante las contrariedades de la vida, por eso nosotros debemos estar preparados para recibirlas.

Cmo nos vamos a preparar?

En primer lugar, hay que esperar todo de Dios, saber que la fuerza viene de l, confiar ciegamente en l, y desconfiar de nosotros y de "nuestras" capacidades, pues son dones recibidos.

Pobre aquel que espera vivir sin dificultades, imprevistos, sin dolor, sin sufrimiento...! An no hemos alcanzado el cielo! Seguimos desterrados!

Cristo nos ensea a ser obedientes: Filipenses 2, 8-9 Se humill hacindose obediente hasta la muerte en la cruz, por eso Dios le dio el ms alto honor y el ms excelente de todos los nombres. Palabra de Dios, te alabamos Seor.

En segundo lugar, l est siempre esperando nuestra respuesta afirmativa, "s quiero, Seor". Tiene que nacer del corazn y con responsabilidad. Slo Jesucristo puede revestirnos de "un lenguaje y sabidura que no podrn contradecir ninguno de nuestros adversario".

Que ante cada dificultad en el camino, veamos las huellas del Maestro que va por delante y que como buen Maestro, ya ha experimentado en su persona todo lo que tengamos que padecer nosotros.

Nuestro Seor Jesucristo nos demuestra que ya venci al mundo: San Juan 16, 33 les digo todo esto para que encuentren la paz en su unin conmigo. En el mundo, ustedes habrn de sufrir; pero tengan valor: YO HE VENCIDO AL MUNDO.

Mantnganse firmes, para poder salvarse!

PropsitoParticipar, sin ningn temor, en mi apostolado, poniendo todo en manos de Dios.