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¿En qué consiste la homeopatía? José E. Eizayaga, médico
Departamento de Homeopatía
Facultad de Ciencias de la Salud, Universidad Maimónides
Buenos Aires
http://homeos.org/
E-mail: dr.jose.eizayaga@gmail.com 3ª edición, septiembre de 2018
Contenido
Prefacio a la 3ª edición ............................... 2
Medicamentos homeopáticos ..................... 3
¿Qué es un medicamento homeopático? 3
¿Quién hace y quién receta los
medicamentos homeopáticos? ............... 3
Los medicamentos homeopáticos ¿tienen
toxicidad? ............................................... 3
¿Tienen efectos adversos?...................... 3
¿Qué hay en un medicamento
homeopático y cómo funcionan? ........... 4
¿Qué aspecto tiene un medicamento
homeopático? ¿Cómo se toman? ........... 5
Tipos de medicamentos homeopáticos:
unitarios y compuestos ........................... 5
Diferentes formas de usar la homeopatía:
unicismo, pluralismo y complejismo ..... 5
El tratamiento homeopático ....................... 6
¿Cómo es una consulta homeopática? ... 6
¿Qué se puede esperar de un tratamiento
homeopático? ......................................... 7
¿Qué diferencias hay entre el tratamiento
homeopático y el convencional? ............ 7
¿Son compatibles el tratamiento
homeopático y el convencional? ........... 8
¿Cuál es el campo de acción de la
homeopatía? ........................................... 9
¿Es científica la homeopatía? ¿Cuáles son
las evidencias? ......................................... 10
Otras preguntas frecuentes ....................... 12
¿Qué piensan los médicos homeópatas
de las vacunas? .................................... 12
¿Qué pasa con la cirugía? .................... 13
¿Con qué se confunde la homeopatía? 13
¿Sirve la homeopatía para bajar de peso?
............................................................. 13
¿Cuánto dura un tratamiento
homeopático? ....................................... 13
¿Cuánto cuesta un tratamiento
homeopático? ....................................... 13
¿Existen especialistas entre los
homeópatas? ........................................ 14
La homeopatía en el mundo ..................... 14
Conclusiones ............................................ 15
Agradecimientos ...................................... 16
Referencias .............................................. 16
2
Prefacio a la 3ª edición
Los pocos años que han transcurrido
desde la edición anterior de este documento
nos han permitido ser testigos de una serie
de avances considerables y significativos en
el conocimiento científico que tenemos de la
homeopatía.
Ha comenzado a develarse la estruc-
tura fisicoquímica de las diluciones homeo-
páticas y nuevas investigaciones han sacado
a la luz mecanismos de acción insospecha-
dos, como es el de la activación de grupos
específicos de genes.
Gracias al apoyo de organizaciones
sin fines de lucro como la Fundación Cars-
tens, de Alemania, se ha logrado centralizar
la información científica disponible en bases
de datos de libre acceso.
Varias investigaciones clínicas de
alto rigor metodológico y gran tamaño que
comparan los tratamientos homeopático y
convencional, han mostrado qué sucede en el
mediano y largo plazo con los pacientes que
utilizan la homeopatía en el mundo real (Es-
tudios Epi 3).
En conjunto, los avances han conso-
lidado a la homeopatía como una disciplina
médica y científica valiosa, en un contexto
de popularidad creciente entre los pacientes
y, paradójicamente, de fuertes ataques me-
diáticos que repiten las desinformadas o fal-
sas consignas de que en homeopatía no hay
investigación y que no es más que placebo.
A todos estos temas hace referencia
este escrito. Comenzó hace muchos años
como un simple y nada pretencioso folleto
de divulgación para pacientes, pero con el
paso del tiempo ha ido adquiriendo volumen
y fundamentación creciente y actualizada.
Casi todo lo expresado se encuentra susten-
tado en investigaciones publicadas en revis-
tas científicas indexadas en bases de datos
biomédicos como PubMed, con sus corres-
pondientes citas bibliográficas y enlaces de
Internet.
Se dirige principalmente al público
general que quiera saber más sobre homeo-
patía, pero también a la comunidad médica y
de todos los profesionales de la salud, en
quienes tal vez despierte la curiosidad que
los lleve a profundizar su conocimiento. Si
en el texto aparecen numerosas referencias a
la República Argentina, se debe a que las
ediciones anteriores estaban exclusivamente
enfocadas al público de este país. En esta
nueva versión se procuró universalizar el
texto, teniendo en consideración la termino-
logía y las particularidades que la homeopa-
tía adquiere en otros países.
Introducción
La homeopatía es una rama de las
ciencias médicas y es una forma concreta y
bien definida de tratamiento. Como herra-
mienta terapéutica, enriquece las opciones
que el médico puede ofrecer a sus pacientes.
Está basada en el llamado fenómeno de la si-
militud y en la utilización de sustancias me-
dicinales en pequeñas dosis. Si una sustancia
es capaz de producir determinados síntomas
y desórdenes en un individuo sano, cuando
se la administra en pequeñas dosis en un su-
jeto enfermo desencadena reacciones regula-
doras, reparadoras y, en definitiva, curativas,
aliviando síntomas y corrigiendo desórdenes
similares a los que genera en el sano.
De esta manera, el tratamiento ho-
meopático no busca restablecer el orden o
suprimir las manifestaciones de la enferme-
dad de manera directa, sino que tiene como
objetivo estimular la reacción curativa del
enfermo.
Esta acción restauradora del orden
vital de las pequeñas dosis de sustancias, ad-
ministradas de acuerdo con el fenómeno de
similitud, se verifica en la clínica con seres
humanos, en veterinaria, en plantas, en cul-
tivos y también en modelos experimentales
de animales de laboratorio, tejidos o células.
Las primeras investigaciones en
homeopatía fueron hechas y
sus bases fundamentales
establecidas por el médico e
investigador sajón Christian
Samuel Hahnemann a fines
del siglo XVIII (Meissen 1755
– París 1843). Una publicación suya de 1796
en una reconocida revista médica de su
época, el Journal der praktischen
Azneikunde und Wundarzneykuns, es
considerada como la piedra angular de la
homeopatía.[1]
Debido a que la homeopatía se
puede definir de una manera simple por la
utilización de medicamentos homeopáticos,
se comenzará por la descripción de estos
últimos.
3
Medicamentos homeopáticos
¿Qué es un medicamento homeopá-tico? Los medicamentos homeopáticos se elabo-
ran a partir de extractos de plantas, como la
Belladonna, la Pulsatilla o el Arnica; de sus-
tancias minerales como el
fósforo o el azufre; de sus-
tancias de origen animal
como la abeja o la cantárida.
Con mucha menor frecuen-
cia, de algunas sustancias
químicas de síntesis. Tam-
bién se utilizan en homeo-
patía medicamentos llama-
dos bioterápicos, hechos a
partir de cultivos microbianos u otras sustan-
cias de origen microbiológico.
A partir estas materias primas se si-
gue un procedimiento específico de pasos
sucesivos de dilución y agitación, que lleva
las concentraciones iniciales de principios
activos a niveles muy bajos en el producto
terminado.
La forma de preparación de los me-
dicamentos homeopáticos se
encuentra establecida, defi-
nida y descripta en diversas
farmacopeas. Estas consisten
en formularios oficiales que
reglamentan cuáles son las
sustancias que cada país auto-
riza para su uso en medicina.
Ejemplos de farmacopeas homeopáticas son
The Homoeopathic Pharmacopoeia of the
United States (HPUS) [2], la Pharmacopée
Française, la sección correspondiente de la
European Pharmacopoeia y la Farmacopeia
Homeopática Brasileira (FHB III).[3]
¿Quién hace y quién receta los medica-mentos homeopáticos?
Los medicamentos homeopáticos
pueden ser fabricados por farmacéuticos es-
pecializados o, de manera industrial a gran
escala, por laboratorios farmacéuticos. En la
Argentina, los farmacéuticos son los únicos
autorizados a preparar productos homeopáti-
cos, siempre por indicación de un médico.
En la mayoría de los países latinos
de América y Europa sólo los médicos, los
odontólogos y los veterinarios se encuentran
legalmente autorizados a prescribir
medicamentos homeopáticos. En los países
de habla inglesa y alemana, otros profesio-
nales de la salud están también autorizados a
emplearlos.
Los medicamentos homeopáticos ¿tie-nen toxicidad? Los medicamentos homeopáticos
carecen de toxicidad, porque la cantidad de
sustancia que poseen es suficientemente baja
como para que esta no sea posible. Esto per-
mite su administración segura en todas las
edades de la vida a partir del nacimiento y
durante el embarazo. Para asegurar esta au-
sencia de toxicidad, el Homeopathic Medici-
nal Products Working Group, parte de la red
de agencias europeas de medicamentos, es-
tablece las diluciones mínimas que resultan
seguras para el uso humano.
¿Tienen efectos adversos? Aunque en la práctica no haya posi-
bilidad de toxicidad directa, al igual que en
toda intervención médica, también en ho-
meopatía se puede hablar de efectos adver-
sos, entendiéndolos en su significado más
amplio y actual de cualquier reacción inde-
seada o desfavorable que sigue a la adminis-
tración del tratamiento, tenga o no relación
causal evidente con el medicamento. Es im-
portante recalcarlo: no siempre resulta claro
que los efectos adversos atribuidos a un me-
dicamento sean efectivamente causados por
él. A veces son de aparición meramente
coincidente y casual, ya sea por un agrava-
miento o exacerbación espontáneos de los
problemas de salud del paciente, o por la
aparición de trastornos que nada tienen que
ver ni con la enfermedad de base ni con el
tratamiento y que pueden ser generados por
factores externos o internos de diverso tipo.
Otras veces, estas reacciones adversas son
desencadenadas por la interrupción inade-
cuada en tiempo y forma de otro tratamiento
que el paciente estaba recibiendo.
La cuestión de los efectos adversos
en homeopatía ha sido extensamente estu-
diada y se puede afirmar que son poco fre-
cuentes y habitualmente banales. Esta infor-
mación se ha recabado tanto de la investiga-
ción clínica [4], como de la farmacovigilan-
cia. Una revisión extensa publicada en 2012
detectó que en los 33 años previos habían
sido reportados sólo 1159 casos de
4
reacciones adversas a medicamentos homeo-
páticos a nivel mundial, 90% de ellas leves,
incluyendo algunas causadas por la suspen-
sión de otros tratamientos y otras provocadas
por medicamentos que no eran genuina-
mente homeopáticos.[5] Esta cifra es insig-
nificante cuando se la compara con la inci-
dencia y magnitud de los efectos adversos de
los medicamentos convencionales.
En una investigación hecha en Suiza
se comparó a pacientes que recibieron trata-
miento homeopático con pacientes que reci-
bieron tratamiento convencional. Los prime-
ros tuvieron menos de la mitad de la inciden-
cia de efectos adversos que los segundos (7,3
vs 16,1% de los pacientes).[6]
Otras investigaciones estiman que
con tratamiento homeopático se observan
efectos adversos en 3 a 8% de los pacientes.
La mayoría de estas reacciones son leves.[7,
8, 9]
Un hecho muy conocido que puede
ocurrir al iniciar un tratamiento homeopático
es que los síntomas que tiene el enfermo se
intensifiquen pasajeramente. Este fenómeno
es habitualmente leve y breve, y puede ser
indicativo de que el paciente esté respon-
diendo al tratamiento. De acuerdo con inves-
tigaciones, se observa en un 10 a 24% de los
pacientes.[10, 11, 12, 13]
Cuando tiene lugar, es suficiente con
suspender el tratamiento durante 3 a 5 días
para después retomarlo. Es prudente notifi-
car al médico, quien podrá corroborar si lo
que acontece es atribuible o no al tratamiento
y dar otras indicaciones. Es conveniente que
los pacientes conozcan este fenómeno para
que, si les ocurre, no se preocupen, conser-
ven la confianza en el tratamiento y consul-
ten a su médico.
En resumen, el tratamiento homeo-
pático es seguro. Los medicamentos homeo-
páticos no son tóxicos, pero pueden provocar
efectos adversos o una intensificación de los
síntomas, generalmente banales y pasajeros.
¿Qué hay en un medicamento homeo-pático y cómo funcionan? Hoy hay evidencias científicas de
que las sustancias con las que se preparan los
medicamentos homeopáticos persisten en
los productos terminados en forma de nano-
partículas del material de origen.[14, 15] Es-
tas consisten en una suerte de aglomerados
de sustancias, la mayoría de ellos de menos
de 15 nm de diámetro (1nm o nanómetro = 1
millonésimo de milímetro). Este descubri-
miento debe ser considerado en el contexto
de una emergente ciencia de la nanotecnolo-
gía y tiene importancia en la explicación del
mecanismo de acción de los medicamentos
homeopáticos.[16]
Nanopartículas de Pulsatilla en una dilución 15ch
Gracias igualmente a la investiga-
ción básica, sabemos que la estructura y el
comportamiento físico de las diluciones ho-
meopáticas son específicos de las mismas
[17, 18] y que emiten radiación electromag-
nética de baja frecuencia.[19]
También hay que considerar las es-
trechas vinculaciones existentes entre la ho-
meopatía y el muy conocido y estudiado fe-
nómeno de hormesis. Según esta línea de in-
vestigación, muchas sustancias químicas y
físicas invierten su acción biológica al dis-
minuir sus dosis de administración.[20, 21]
Este mismo fenómeno explica también que
“una dosis baja o subletal de un agente o es-
tímulo estresante es capaz de activar una
respuesta adaptativa que incrementa la re-
sistencia de una célula u organismo frente a
un estrés más severo”. Como dice el dicho
popular y el título de una revisión de este fe-
nómeno, lo que no mata, fortalece.[22]
Otra línea de investigación nove-
dosa ha podido demostrar, en los medica-
mentos homeopáticos estudiados, la capaci-
dad de activar grupos de genes del ADN con
funciones específicas. Un par de ejemplos:
las diluciones homeopáticas de Arnica mon-
tana, un medicamento homeopático muy po-
pular, que es utilizado ampliamente en
5
traumatismos con el objeto de disminuir el
dolor y acelerar la recuperación, son capaces
de activar los genes encargados del proceso
de reparación tisular en los macrófagos, un
tipo de célula que tiene, entre otras, esa fun-
ción. Un fenómeno que se correlaciona en el
laboratorio con una mayor actividad de estas
últimas.[23]
Las diluciones homeopáticas de
Gelsemium sempervirens, utilizado en ho-
meopatía en trastornos de ansiedad y algu-
nos problemas neurológicos, modifican la
expresión génica de las células neurona-
les.[24] Esto explica el efecto sedante que el
Gelsemium tiene en ratas de laboratorio so-
metidas a estímulos estresantes.[25]
Se puede leer más sobre estos temas
aquí y ver estos videos del médico homeó-
pata español Gualberto Díaz [26] y del pre-
mio Nobel de medicina francés, Luc Mon-
tagnier.[27]
¿Qué aspecto tiene un medicamento homeopático? ¿Cómo se toman?
Los medicamentos homeopáticos
pueden administrarse de maneras diversas.
La forma más común y tra-
dicional es la de pequeños
glóbulos o gránulos de sa-
carosa o de una combina-
ción de sacarosa y lactosa,
impregnados con el medi-
camento. También se usan
gotas con diferentes conte-
nidos de alcohol (5 a 20%),
gotas sin alcohol, pequeños
sobres (llamados papeles)
conteniendo 0,5 gramos de lactosa en polvo
o tabletas de lactosa impregnados. Todas las
formas anteriores se disuelven rápidamente
en la boca.
En principio, no hay formas farma-
céuticas mejores que otras, sino que el uso
depende de la preferencia de médicos y pa-
cientes y de situaciones particulares.
Existen también medicamentos ho-
meopáticos en cremas, pomadas, lociones,
óvulos y colirios.
A los lactantes en los primeros me-
ses de vida, se les suelen administrar glóbu-
los diluidos en un poco de agua mineral o
hervida, o se les da gotas sin alcohol.
Los medicamentos homeopáticos
nunca vienen en forma de cápsulas o
comprimidos de colores, como los fármacos
convencionales.
Tipos de medicamentos homeopáticos: unitarios y compuestos
Los medicamentos hechos a partir
de una sola sustancia, llamados unitarios,
tienen en su etiqueta el nombre en latín cla-
ramente identificable de la sustancia original
a partir de la cual fueron preparados y la es-
pecificación de la dilución. Estos nombres
son universales y genéricos. No están acom-
pañados de un folleto explicativo de para qué
se utilizan. Esto se debe a que un mismo me-
dicamento puede estar indicado en patolo-
gías o situaciones muy diversas y, a su vez,
cada enfermedad puede ser tratada con me-
dicamentos diferentes, según cómo ésta se
presente en el enfermo y cuáles sean las ca-
racterísticas del paciente.
Distinta es la situación de los llama-
dos compuestos (o complejos), productos
que combinan varios medicamentos homeo-
páticos con un objetivo terapéutico determi-
nado y que a veces poseen nombre de fanta-
sía (ver abajo).
Diferentes formas de usar la homeopa-tía: unicismo, pluralismo y complejismo El ideal tradicional del tratamiento
homeopático es el de administrar al paciente
un solo medicamento unitario por vez. Esta
manera de usar la homeopatía recibe el nom-
bre de homeopatía unicista. Ponerla en prác-
tica exige del médico una investigación mi-
nuciosa de las características de los proble-
mas de salud, así como de las peculiaridades
generales y anímicas del paciente, además de
requerir de una excelente colaboración y dis-
posición de este último, en un complejo pro-
ceso de individualización del tratamiento. El
unicismo apela a cuestiones esenciales de un
tratamiento médico, como son la simplicidad
y la economía, que aumentan la adherencia
de los pacientes.
Hay situaciones en las que, de
acuerdo con la preferencia, formación y ex-
periencia de cada médico, y según sea la gra-
vedad y diversidad de las afecciones del pa-
ciente, se usan más de un medicamento si-
multáneamente. Esta forma de utilización de
la homeopatía se ha dado en llamar plura-
lista.
6
Finalmente, se pueden combinar va-
rios medicamentos homeopáticos en un
mismo preparado, con un fin terapéutico de-
terminado, práctica denominada homeopatía
no individualizada o complejismo. Estos me-
dicamentos homeopáticos complejos o com-
puestos son los más utilizados por los médi-
cos sin formación homeopática estricta, son
recomendados por farmacéuticos o constitu-
yen productos de venta libre destinados a la
automedicación.
El tratamiento homeopático
¿Cómo es una consulta homeopática? En un consultorio médico se atien-
den dos tipos de pacientes, los crónicos y los
agudos. Los primeros tienen síntomas o pro-
blemas de larga duración (semanas, meses, o
años). Los segundos llevan horas o días en-
fermos.
Cuando un paciente acude por pro-
blemas crónicos, la primera parte de una
consulta homeopática es similar a la de una
consulta clínica convencional. El médico in-
terroga al paciente por los motivos de la con-
sulta, por las características detalladas de sus
problemas, su historia y sus posibles desen-
cadenantes. También inquiere acerca de los
tratamientos realizados, los medicamentos
que el paciente recibe y todos los anteceden-
tes de salud personales y familiares pertinen-
tes.
La principal diferencia reside aquí
en la importancia que el homeópata da a de-
talles acerca de qué factores agravan o ali-
vian los síntomas, elementos semiológicos
llamados modalidades, las sensaciones y los
síntomas accesorios que acompañan a los
principales. Así, por ejemplo, un dolor puede
ser punzante, agravarse por el movimiento,
mejorarse por la presión y las aplicaciones
frías, y estar acompañado de náuseas, cara
roja e irritabilidad. Otro dolor es ardoroso y
paradójicamente mejora por aplicaciones ca-
lientes, aparece a medianoche y se acompaña
de inquietud que saca al paciente de la cama.
Toda esta información resulta decisiva para
la elección de un tratamiento adecuado.
En una segunda parte, propiamente
homeopática, el médico pregunta por una se-
rie de características personales, tanto gene-
rales como psíquicas. Entre otras cosas, se
indagan minuciosamente detalles del sueño,
la transpiración, la sensibilidad al clima, las
temperaturas y otros factores externos; la
función digestiva, deseo, aversión e intole-
rancia a diversos alimentos; agravaciones
horarias; cambios generales y anímicos rela-
cionados con las menstruaciones. Final-
mente, el homeópata preguntará al paciente
acerca de sus estado de ánimo actual, de
cómo son su forma de ser y su carácter o per-
sonalidad, y acerca de acontecimientos trau-
máticos del pasado que pudieran haber sido
desencadenantes o estar relacionados con la
enfermedad y padecimientos actuales.
A continuación, el homeópata exa-
mina al paciente de la misma manera que
cualquier otro médico y evalúa los estudios
de laboratorio e imágenes que el paciente
haya realizado. Con toda esta información
intentará hacer un diagnóstico clínico y su-
gerir un tratamiento. Si lo considera necesa-
rio, solicitará nuevos estudios o interconsul-
tas. Es habitual que una primera consulta con
un médico homeópata insuma entre 40 y 60
minutos.
Cuando se trata de un problema de
salud agudo, la consulta homeopática es más
breve. El interrogatorio se limita al problema
actual y sus antecedentes inmediatos. El exa-
men físico es esencial para un correcto diag-
nóstico y tratamiento.
Desde el punto de vista homeopá-
tico, lo que el médico busca son indicadores
del tratamiento más adecuado. Para la inves-
tigación más precisa de estos indicadores,
hoy se recurre a las herramientas que provee
un tipo especial de estadística, llamada baye-
siana. La información proveniente de esta in-
vestigación es más útil para el homeópata
que la que se obtiene de los ensayos clínicos
tradicionales.[28]
El homeópata necesita del diagnós-
tico clínico de la misma manera que cual-
quier otro médico. Este es el principal mo-
tivo del porqué la homeopatía debe ser utili-
zada sólo por médicos, odontólogos y vete-
rinarios. Un buen diagnóstico permite esta-
blecer un pronóstico y decidir cuáles son los
abordajes más apropiados para cada caso:
cambios en los hábitos de vida, dieta, ejerci-
cio, fármacos convencionales, cirugía, trata-
miento psicológico, etc., incluyendo la ho-
meopatía, que es compatible y puede com-
plementarse con los anteriores.
7
¿Qué se puede esperar de un trata-miento homeopático? La respuesta al tratamiento homeo-
pático tiene algunas características distinti-
vas. En primer lugar, necesita de un tiempo
para manifestarse, que es variable depen-
diendo de la gravedad y el tiempo de desa-
rrollo de la enfermedad, y de la capacidad
del organismo del paciente para reaccionar.
En afecciones crónicas el tiempo de res-
puesta se mide en días o semanas. En proble-
mas agudos, en minutos u horas.
Otra característica importante es que
la respuesta es habitualmente gradual y con
altibajos. En enfermedades de larga dura-
ción, más tiempo de tratamiento permite ob-
tener mejorías más profundas y estables, y el
paciente suele percibir simultáneamente un
aumento progresivo del bienestar global.
La suspensión del tratamiento ho-
meopático no es seguida de una reaparición
rápida de los síntomas, fenómeno conocido
como efecto rebote. Si el paciente ha respon-
dido favorablemente, lo habitual es que siga
bien por períodos de tiempo a veces prolon-
gados, dependiendo de la naturaleza del pro-
blema.
Los estudios observacionales mues-
tran que se puede obtener mejoría clínica
significativa en un porcentaje elevado de pa-
cientes en un tiempo relativamente corto.
Una investigación llevada a cabo de
manera conjunta por 5 hospitales homeopá-
ticos del sistema de salud británico evaluó la
evolución de unos 1800 pacientes que con-
sultaron por 235 afecciones clínicas diferen-
tes. En la segunda consulta se observó una
mejoría clínica significativa en un 35% de
los casos, mientras que en la sexta consulta
lo manifestaba un 59%.[29] Esta publicación
pone en evidencia lo mencionado arriba: ma-
yor tiempo de tratamiento aumenta las chan-
ces de un resultado positivo. Además, inter-
acción progresiva entre médico y paciente
permite al primero una mejor comprensión
de la situación. A veces se necesitan más de
una consulta para encontrar la estrategia más
efectiva en cada caso. Por otro lado, el trata-
miento homeopático a veces requiere cam-
bios de acuerdo con como varían las mani-
festaciones del paciente.
Otro estudio observacional hecho
por el Bristol Homeopathic Hospital (Gran
Bretaña) durante 6 años en 6544 pacientes
consecutivos, mostró cambios beneficiosos
para la salud en 71% de los mismos. Las
afecciones con mayor incidencia de buenas
respuestas fueron el eccema, el asma bron-
quial, la migraña, el colon irritable, las en-
fermedades inflamatorias del intestino y los
problemas de la menopausia.[30]
Una encuesta a casi 500 pacientes
del Royal London Homeopathic Hospital
mostró que la mayoría de ellos había consul-
tado por problemas de salud de más de 5
años de duración (un tercio por afecciones
musculoesqueléticas) y que las principales
motivaciones habían sido la falta de res-
puesta a otros tratamientos y el temor a los
efectos adversos de los medicamentos con-
vencionales. El 90% de los pacientes se sin-
tió satisfecho con el resultado del trata-
miento homeopático, 81% dijo haber tenido
una mejoría marcada, moderada o leve, un
tercio había logrado abandonar la medica-
ción convencional y otro tercio redu-
cirla.[31]
Una encuesta no publicada del De-
partamento de Homeopatía de la Universi-
dad Maimónides a 262 pacientes con afec-
ciones crónicas, muestra que en la segunda
consulta el 76% de los pacientes refirió ha-
ber tenido una mejoría clínicamente signifi-
cativa.[32]
Como dato curioso, la Arctic Uni-
versity (Noruega) posee una base de datos
que reúne información bien documentada de
pacientes con enfermedades serias que han
tenido una evolución excepcional e inespe-
rada a partir de un tratamiento con medicinas
complementarias, entre ellas la homeopa-
tía.[33]
¿Qué diferencias hay entre el trata-miento homeopático y el convencional?
Algunos tratamientos convenciona-
les buscan, por medio de fármacos de acción
química, aliviar o suprimir los síntomas y
manifestaciones patológicas del enfermo de
manera directa, corrigiendo las anomalías fi-
siopatológicas presentes. De allí por ejemplo
el uso de laxantes en la constipación y de an-
tinflamatorios en la inflamación. Pero, de la
misma manera en que los seres vivos reac-
cionan oponiéndose a todos los estímulos
que reciben del exterior, se resisten también
a la acción de estas sustancias medicinales,
dando lugar a los fenómenos de tolerancia,
consistente en una disminución del efecto
8
farmacológico de los medicamentos en el
tiempo, y del efecto rebote, un retorno más o
menos rápido y a veces intenso de los sínto-
mas tras la suspensión del tratamiento.
Como dato interesante, se cree que este
efecto rebote es una evidencia indirecta a fa-
vor del fenómeno de similitud utilizado por
la homeopatía. Por el mismo motivo que la
inflamación puede volver con más fuerza
tras la suspensión de un antinflamatorio con-
vencional (efecto rebote), la inflamación
cede tras la administración de pequeñas do-
sis de una sustancia capaz de producir infla-
mación (fenómeno de similitud homeopá-
tico).[34, 35, 36]
Otras formas de tratamiento conven-
cional, como los antibióticos, los antivirales
o los antiparasitarios, están dirigidos a des-
truir o inhibir el desarrollo de agentes infec-
ciosos. Los antineoplásicos están destinados
a la destrucción de células malignas.
En otros casos de tratamiento con-
vencional, se busca sustituir un déficit endó-
geno del paciente (por ejemplo, hormona ti-
roidea en el hipotiroideo o insulina en el dia-
bético), o reparar una deficiencia nutricional.
Con las vacunas se busca inmunizar a las
personas para prevenir determinadas enfer-
medades infecciosas y sus complicaciones.
Por su parte, el tratamiento homeo-
pático no suprime las manifestaciones pato-
lógicas de manera directa, sino que estimula
la reacción curativa del enfermo. Todos los
seres vivos tienen capacidad de autorrepara-
ción y la homeopatía busca incentivarla.
Esto lo realiza valiéndose de la misma opo-
sición que los seres vivos tienen a los estí-
mulos externos. Es la reacción del paciente
enfermo, desencadenada o intensificada por
la medicación homeopática, la que conduce
al restablecimiento del orden y el conse-
cuente alivio o curación. No hay una mejoría
artificial de los síntomas con el tratamiento
homeopático. Esto explica la ausencia de
efecto rebote luego del abandono del trata-
miento homeopático. Porque recurre a la ca-
pacidad curativa de los seres vivos, y no por
otro motivo, es que el tratamiento homeopá-
tico puede considerarse como más natural.
Otra diferencia entre los tratamien-
tos convencional y homeopático reside en el
modo de abordar al paciente. El primero, por
su propia naturaleza, tiende a fragmentar al
individuo enfermo en órganos y aparatos.
Esto se debe a que la elección del
tratamiento está basada casi exclusivamente
en los diagnósticos clínico y fisiopatológico.
Una consecuencia, sobre todo en la clínica
de adultos, es una visión excesivamente bio-
logicista que hace que el paciente se sienta
poco comprendido como tal y tironeado en-
tre especialistas. Esto no se debe de atribuir
de ninguna manera a un menor interés del
médico por el paciente, sino a características
propias de la medicina, difíciles de evitar.
En cambio, el tratamiento homeopá-
tico considera primariamente al paciente en
su totalidad e individualidad, sin descuidar
los aspectos biológicos. Si bien el viejo afo-
rismo no hay enfermedades sino enfermos es
sólo parcialmente cierto, la observación
muestra que una misma enfermedad se pre-
senta en diferentes sujetos de formas muy
variadas, de acuerdo con sus características
individuales, su constitución física y psí-
quica, y el medio en que se desenvuelve.
También son importantes los conflictos pro-
fundos o las situaciones emocionalmente
traumáticas, ya que son capaces de desenca-
denar enfermedades que son a veces graves.
La investigación de todas las características
individuales de las manifestaciones patoló-
gicas, de todos los rasgos de la constitución
y la personalidad del enfermo y de los posi-
bles desencadenantes emocionales de su en-
fermedad actual forman parte esencial del
método homeopático. Es el conjunto de toda
esta información lo que conduce a la elec-
ción de un medicamento homeopático en pa-
cientes con problemas de salud crónicos.
Es propio del tratamiento homeopá-
tico buscar no sólo el alivio de las manifes-
taciones patológicas concretas del paciente,
sino también el de promover además una
sensación de bienestar general y mejoría del
estado anímico. Estas acompañan al alivio
de los síntomas físicos y a veces las preceden
en el tiempo.
¿Son compatibles el tratamiento ho-meopático y el convencional?
Los dos tipos de tratamiento son ha-
bitualmente perfectamente compatibles.
Aún más, en algunas situaciones resultan
complementarios y puede resultar ventajoso
combinarlos. Cada modalidad terapéutica
tiene sus indicaciones y sus limitaciones, y
son importantes el juicio clínico del médico
9
y las preferencias de los pacientes para deci-
dir la mejor estrategia en cada caso.
Si bien los médicos homeópatas pre-
fieren recurrir en primera instancia a medi-
camentos homeopáticos, utilizan también
medicamentos convencionales cuando los
consideran necesarios o se encuentran frente
a una limitación propia del tratamiento ho-
meopático. Hay situaciones en las que re-
sulta imposible suspender la medicación
convencional que el paciente ya está reci-
biendo.
Es importante que los pacientes que
inician un tratamiento homeopático sepan
que no deben suspender abruptamente los
medicamentos de otro tipo que están reci-
biendo sin adecuado consejo médico, ya que
esto podría ocasionarles trastornos a veces
importantes. La medicación convencional
debe ser interrumpida sólo cuando esto sea
médicamente factible, siempre gradual-
mente y de acuerdo con un esquema adap-
tado a cada situación individual.
¿Cuál es el campo de acción de la ho-meopatía?
El campo de acción de la homeopa-
tía es amplio y difícil de delimitar con preci-
sión. El uso de medicamentos homeopáticos
es especialmente útil en las ramas más gene-
rales de la medicina, como la clínica de adul-
tos, la pediatría y la medicina de familia.
Para estudiar esta cuestión se ha re-
currido a diferentes tipos de investigaciones.
Un primer grupo entra dentro de la llamada
investigación observacional. Esta nos mues-
tra cuáles son los problemas de salud por los
que con mayor frecuencia los pacientes con-
sultan al homeópata y qué diferencias tienen
con respecto a los pacientes que concurren a
médicos convencionales. Una investigación
hecha en la Universidad de Berna y finan-
ciada por el gobierno suizo, muestra que
comparando estos dos grupos, pacientes de
médicos homeópatas y pacientes de médicos
convencionales, son similares los porcenta-
jes de los que consultan por problemas reu-
máticos (17 vs 18%), enfermedades respira-
torias (11 vs 10%), desórdenes mentales y de
comportamiento (6 vs 8%) y enfermedades
digestivas (6% en ambos grupos). Mientras
que los pacientes prefieren la homeopatía en
enfermedades de la piel (5 vs 3%), enferme-
dades del sistema genitourinario (6 vs 3%) y
para síntomas no clasificables (en general
problemas atípicos o sin diagnóstico) (8 vs
4%). Prefieren en cambio a los médicos con-
vencionales en enfermedades del sistema
circulatorio (6 vs 18%) y en traumatismos y
envenenamientos (4 vs 8%).
Es interesante que, en este estudio,
los pacientes que eligieron la homeopatía te-
nían enfermedades de mayor duración y per-
cibida como más severa, y tenían con mayor
frecuencia más de una enfermedad crónica
simultáneamente. Esta observación se corre-
laciona bien con la experiencia de los con-
sultorios. Muchos pacientes consultan al ho-
meópata porque tienen varios problemas de
salud al mismo tiempo y de larga data, para
los que toman muchos fármacos simultánea-
mente.
En esta investigación suiza, más pa-
cientes homeopáticos que convencionales
tuvieron satisfacción completa con el trata-
miento (53 vs 43%). Un dato adicional no
menor y que es muy característico de lo que
ocurre con el tratamiento homeopático, es
que los pacientes homeopáticos refirieron
con mayor frecuencia haber tenido “otros
efectos positivos” no esperados (41 vs 17%).
Estos efectos positivos hacen referencia a la
mejoría anímica y general que comúnmente
experimentan los pacientes con la homeopa-
tía.[6]
Una investigación observacional
multicéntrica del Charité Univesity Medical
Center de Berlín en la que participaron casi
4.000 pacientes con cualquier afección y mé-
dicos homeópatas alemanes y suizos, con-
cluye que “hubo una mejoría marcada y sos-
tenida de la severidad de la enfermedad y la
calidad de vida de los pacientes durante el
tratamiento. Los hallazgos indican que el
tratamiento homeopático podría tener un rol
beneficioso en el cuidado a largo plazo de
pacientes con enfermedades crónicas.” [37]
Una evaluación de los mismos pacientes 8
años más tarde mostró que la mejoría obte-
nida se mantenía, sin importar si el trata-
miento homeopático había sido continuado o
abandonado y a pesar de que, en el momento
de consultar al homeópata, 1 de cada 4 pa-
cientes llevaba 10 o más años de enfermedad
y la mitad tomaba medicamentos convencio-
nales. Ocho años después de la primera con-
sulta, el 33% de los pacientes continuaba con
el tratamiento, el 30% lo había abandonado
por haber sufrido una mejoría mayor y ya no
10
lo necesitaba y el 26% había abandonado por
falta de resultados positivos.[38]
Las investigaciones observacionales
más extensas que comparan los resultados de
los tratamientos homeopático y convencio-
nal, los estudios EPI3, fueron hechas en
Francia, coordinadas por el Departamento de
Farmacoepidemiología de la Universidad de
Burdeos. Involucraron a 6.400 pacientes y
800 médicos homeópatas y convencionales.
Los resultados muestran que los médicos ho-
meópatas utilizaron 46% menos fármacos
antinflamatorios en los pacientes con afec-
ciones musculoesqueléticas, 71% menos
psicofármacos en pacientes con trastornos de
ansiedad y depresión, 75% menos hipnóticos
en los pacientes con trastornos del sueño y
67% menos antibióticos y 46% menos anti-
febriles en pacientes con infecciones agudas
del aparato respiratorio superior. En todos
los casos, con una evolución promedio simi-
lar de los pacientes. Aunque no fue investi-
gado, es de esperar que esta reducción muy
significativa del uso de medicamentos con-
vencionales tenga por consecuencia una me-
nor incidencia de efectos adversos graves y
menor incidencia de resistencia antibiótica,
dos problemas de salud pública actualmente
muy serios.[39-42]
Un nivel más elevado y complejo de
investigación clínica se basa en los llamados
ensayos clínicos controlados y aleatorizados
o RCTs, por su sigla en inglés. Este tipo de
experimento es considerado el “estándar do-
rado” (gold standard) de la investigación
clínica moderna. Básicamente, consiste en
dividir al azar un conjunto de enfermos con
una determinada afección en dos grupos,
para luego administrar a uno de los grupos el
tratamiento que se está evaluando y al otro
un placebo indistinguible del tratamiento
verdadero. Ni los pacientes ni sus médicos
saben quién está recibiendo tratamiento y
quién placebo, con el propósito de evitar la
influencia de la subjetividad. Para que una
droga sea considerada efectiva tiene que de-
mostrar ser superior al placebo en los resul-
tados. El mismo método se utiliza también
para comparar dos o más tratamientos dife-
rentes. La fortaleza de un RCT reside en que
permite determinar cuál es la eficacia de un
tratamiento, aislándolo de muchos otros fac-
tores del contexto. Su debilidad, en que las
conclusiones son válidas en el contexto del
propio experimento, pero difícilmente extra-
polables al mundo real.
En homeopatía se ha recurrido a esta
forma de investigación con frecuencia cre-
ciente. A septiembre de 2018, la Fundación
Carstens, de Alemania, ha podido reunir y
listar en su base de datos de libre acceso
CORE-Hom, 1.240 ensayos clínicos homeo-
páticos.[43]
Un nivel aún más alto de calidad de
evidencia es el que se obtiene de los llama-
dos metanálisis. Estos consisten en una revi-
sión sistemática de todos los ensayos clíni-
cos publicados acerca de un determinado tra-
tamiento, a la que se le aplica procedimien-
tos estadísticos de análisis que aumentan la
validez de sus conclusiones. Un metanálisis
positivo da cierta seguridad acerca de la efi-
cacia de un tratamiento en una determinada
afección. En los últimos años se han publi-
cado metanálisis con resultado favorable a la
homeopatía en el tratamiento de la rinitis
alérgica, alergia respiratoria e infecciones
del aparato respiratorio superior [44, 45, 46,
47, 48]; Arnica en la cirugía de rodilla [49];
la diarrea infantil [50]; el íleo posquirúrgico
[51]; las enfermedades reumáticas [52]; la
artrosis [53]; el vértigo [54] y de algunos
efectos adversos de los tratamientos oncoló-
gicos.[55]
En resumen, los pacientes suelen
consultar por varios problemas de salud si-
multáneos, acompañados de trastornos o ma-
lestares generales y anímicos. El homeópata
intenta abordar esta combinación compleja
en su totalidad, obteniendo a veces resulta-
dos positivos en todos los problemas y otras,
sólo en algunos. Por esto, puede afirmarse
que hay tratamiento homeopático para la
mayoría de los pacientes que se presentan en
un consultorio de medicina general.
¿Es científica la homeopatía? ¿Cuá-les son las evidencias?
Dada la publicación de numerosos
estudios observacionales, ensayos clínicos
(RCTs), metanálisis, estudios comparativos
con otros tratamientos, estudios de costo-
efectividad e investigaciones básicas, algu-
nos de ellos de alto impacto y mencionados
más arriba, la respuesta es evidentemente
que sí: la homeopatía es científica.
¿Desde cuándo? La homeopatía
debe ser considerada con justicia como una
11
farmacología experimental y científica
desde sus mismos inicios. Hahnemann pro-
puso y llevó a cabo la experimentación sis-
temática en sí mismo y en voluntarios sanos
de las sustancias medicinales con el objeto
de conocer sus efectos.1
El primer RCT homeopático publi-
cado data de 1943,[56] 5 años antes que el
primer RCT de la medicina convencio-
nal.[57] En aquel estudio, llevado a cabo du-
rante la 2ª guerra mundial, se evaluó una pre-
paración homeopática de gas mostaza como
posible tratamiento de las quemaduras pro-
ducidas por ese mismo tóxico en voluntarios
sanos. El medicamento resultó ser clara-
mente superior al placebo. El contexto in-
teresante de este experimento es que el Mi-
nisterio de Guerra británico estaba preocu-
pado por el posible uso de gas mostaza por
el ejército alemán y los voluntarios fueron
los mismos médicos homeópatas de los hos-
pitales homeopáticos de Londres y Glasgow.
En 1991, epidemiólogos indepen-
dientes de la Universidad de Limburgo, Ho-
landa, llevaron a cabo la primera revisión
sistemática de la investigación clínica ho-
meopática, publicado por el British Medical
Journal. Evaluaron 106 RCTs homeopáti-
cos, encontrando 81 con resultado positivo a
favor de la homeopatía. De los 23 RCTs con
mayor rigor metodológico, 15 arrojaron re-
sultado positivo. Los autores de la revisión
concluyeron: “La cantidad de evidencia po-
sitiva aun entre los mejores trabajos fue una
sorpresa para nosotros. Basados en esta evi-
dencia estaríamos listos para aceptar que la
homeopatía puede ser eficaz si sólo el meca-
nismo de acción fuera más plausible.”[58]
El primer metanálisis general de
RCTs homeopáticos fue publicado en The
Lancet en 1997. Allí fueron analizados 89
RCTs que cumplían con los criterios de in-
clusión predeterminados por los autores. El
tratamiento homeopático resultó 2,45 veces
superior al placebo. Incluso limitando el aná-
lisis a los 26 RCTs de la más alta calidad me-
todológica, el tratamiento homeopático era
1,66 veces superior al placebo. La conclu-
sión de los autores fue: “los resultados no
son compatibles con la hipótesis de que los
efectos clínicos de la homeopatía son ente-
ramente placebo.”[59]
En una nueva revisión de RCTs de
homeopatía individualizada publicada en
2014 y que restringe el análisis a aquellas in-
vestigaciones de extremadamente buena ca-
lidad metodológica, la homeopatía continúa
resultando superior al placebo.[60] Esto es
de una importancia mayúscula, porque la
mala calidad metodológica introduce incer-
tidumbre en la confiabilidad de las conclu-
siones.
Sin embargo, en un metanálisis pu-
blicado también en The Lancet en 2005, se
compararon 110 RCTs homeopáticos apa-
reados con 110 RCTs de tratamientos con-
vencionales para las mismas afecciones. Una
primera, inesperada y llamativa observación
de los autores, es que los RCTs homeopáti-
cos resultaron ser de mejor calidad metodo-
lógica que sus pares convencionales y de efi-
cacia terapéutica comparable. Pero, apli-
cando a posteriori una serie de filtros arbitra-
rios no predefinidos, una grave falla metodo-
lógica que invalida las conclusiones, los in-
vestigadores seleccionaron sólo 8 RCTs ho-
meopáticos y los compararon con 6 RCTs
convencionales, llegando a la conclusión de
que “los efectos clínicos de la homeopatía
son compatibles con efecto placebo.”[61]
Una comparación cuestionable porque se
trata de estudios para afecciones diferentes
en lugar de iguales, alterando así el proto-
colo, la intención original de la investigación
y atentando incluso contra el título de la pu-
blicación. Revisiones posteriores detectaron
y señalaron hasta qué punto los investigado-
res seleccionaron de manera sesgada el ma-
terial, ocultaron información crucial y mani-
pularon la metodología para poder seleccio-
nar arbitrariamente 8 publicaciones que les
permitieran llegar a la conclusión de que la
homeopatía es placebo.[62, 63, 64] Según
afirma un investigador médico sueco, “para
concluir que la homeopatía carece de efecto
clínico, es necesario ignorar más del 90% de
los ensayos clínicos disponibles”.[65]
Más recientemente, un reporte del
National Health and Medical Research
Council (NHMRC) del gobierno australiano,
concluye que, después de “evaluar riguro-
samente más de 1800 investigaciones
12
homeopáticas, no encontraron evidencias
confiables de que la homeopatía sea efectiva
en ningún problema de salud particu-
lar.”[66] Lo llamativo es que este estudio
utilizó una metodología nunca antes aplicada
en las revisiones de este tipo, definida a pos-
teriori de la obtención de los datos y basó fi-
nalmente sus conclusiones en sólo 5 investi-
gaciones, después de descartar las 1795 res-
tantes. Peor aún y según se descubrió des-
pués, el NHMRC encargó dos veces la
misma investigación y ocultó sospechosa-
mente los resultados del primer informe.
En notable contraste con lo anterior,
el llamado “informe suizo”, encargado por la
Oficina de Salud Pública del gobierno fede-
ral ese país a investigadores alemanes y sui-
zos, concluye: “En los estudios clínicos, te-
niendo en cuenta los criterios de validez in-
terna y externa, la efectividad de la homeo-
patía puede ser vista como clínicamente evi-
dente, y segura cuando es aplicada por pro-
fesionales certificados.” Los resultados de
este informe y un referéndum llevado a cabo
en 2009 llevaron al gobierno suizo a incluir
la homeopatía en la seguridad social a partir
de 2011.[67, 68, 69]
Además de la investigación clínica,
en homeopatía también existe investigación
científica básica o de laboratorio, en los
campos de la física, la fisicoquímica y la bio-
logía. A quien le interese profundizar, dos
números de la publicación británica Homeo-
pathy, los de octubre de 2009 y enero de
2010, están íntegramente dedicados a los
modelos biológicos utilizados en la investi-
gación homeopática.[70, 71]
La Fundación Carstens mencionada
más arriba, ofrece la base de datos Hom-
BRex,[43] con 2.410 experimentos básicos
indexados. Una revisión de estos experimen-
tos mostró que el 90% tuvo por lo menos un
resultado positivo a favor de la acción bioló-
gica de las diluciones homeopáticas.[72]
Otra revisión encontró que 28 modelos ex-
perimentales habían sido replicados en 98
experimentos y que 70% de estos últimos tu-
vieron resultados comparables a la de los ex-
perimentos originales.[73] La replicación de
los experimentos con obtención de resulta-
dos comparables es un requisito fundamen-
tal de la investigación científica, porque au-
menta la confiabilidad de los descubrimien-
tos.
Otros campos de investigación cre-
ciente en homeopatía son la veterinaria y la
agronomía. La base de datos HomVetCR re-
gistra, a la fecha de este documento, 467 ex-
perimentos veterinarios.[43]
A quien le interese profundizar, en
2016 la Sociedad Científica por la Homeo-
patía (WissHom), de Alemania, publicó el
documento Estado actual de la Investiga-
ción en Homeopatía.[74] Un dossier de 2017
de la Revista de Homeopatía, de la Asocia-
ción Paulista de Homeopatía (Brasil), se en-
cuentra íntegramente dedicado al estado ac-
tual de la investigación científica. Puede
consultarse en portugués [75] y en in-
glés.[76]
No deja de ser llamativo que del aná-
lisis del mismo conjunto de evidencias cien-
tíficas se obtengan conclusiones opuestas y
contradictorias. Pero, muchas veces, los in-
vestigadores que afirman que la homeopatía
no funciona han dicho y escrito que no fun-
ciona porque no puede funcionar. Esta
creencia es en realidad un prejuicio anticien-
tífico que lleva a mirar la evidencia científica
de manera sesgada, apelando a la noción de
plausibilidad. Pero la plausibilidad no es un
fenómeno real, sino una idea que está en la
mente de las personas.[77]
En conclusión, la homeopatía es una
disciplina con base científica, con evidencias
a su favor en todos los niveles de la investi-
gación médica.
Otras preguntas frecuentes
¿Qué piensan los médicos homeópatas de las vacunas? Casi el 76% de los médicos homeó-
patas de hablas castellana y portuguesa está
a favor de las vacunas.[78] Al igual que sus
colegas, consideran que hay vacunas más ne-
cesarias, efectivas y seguras que otras. Este
dato es de importancia decisiva en el con-
texto actual de los movimientos antivacunas,
que erróneamente se atribuyen como vincu-
lados a la homeopatía.
En toda vacuna se debe considerar la
relación entre su potencial beneficio y su po-
tencial daño. Esta ecuación cambia de una
vacuna a otra y cambia también con el
tiempo, con la incidencia de las enfermeda-
des y su potencial gravedad, de un país a otro
y con características de los pacientes como
su edad, el riesgo de padecer la enfermedad
13
que se quiere prevenir y el riesgo de sufrir
complicaciones en caso de padecerla. De-
bido a todos estos factores, no es posible ha-
cer afirmaciones generales y mucho menos,
definitivas. Cuando el beneficio de una va-
cuna sobrepasa con creces el riesgo de su uti-
lización, es natural inclinarse a su favor. Es
un hecho incontrastable que varias enferme-
dades gravísimas han sido erradicadas o casi
erradicadas, en gran medida gracias a las va-
cunaciones masivas. Ejemplos paradigmáti-
cos son la viruela, la difteria, la poliomielitis,
el tétanos y el sarampión.
¿Qué pasa con la cirugía? La cirugía es el tratamiento de elec-
ción en muchas enfermedades y problemas
de salud. Aunque existen algunas situacio-
nes en las que a pesar de que la cirugía sea el
tratamiento convencional indicado, el trata-
miento homeopático puede eventualmente
resolver el problema. Ejemplos de esto son
el tratamiento homeopático de las amigdali-
tis bacterianas a repetición [79] y las otitis a
repetición del niño. El buen resultado tera-
péutico en esta última patología fue en su
momento, el motivo más frecuente por el
cual las familias francesas se volcaban al tra-
tamiento homeopático, según una encuesta
oficial hecha en ese país.[80]
¿Con qué se confunde la homeopatía? Muchas veces se vincula errónea-
mente la homeopatía con otras formas de te-
rapéutica complementaria con las que en
sentido estricto no tiene relación. Sin abrir
juicio sobre ellas, la homeopatía debe dife-
renciarse de la acupuntura, el naturismo, la
fitoterapia (tratamiento con plantas medici-
nales), el iridodiagnóstico (diagnóstico de
enfermedades a través de la observación de
alteraciones en el iris), la osteopatía, la qui-
ropraxia, el ayurveda, la macrobiótica o la
terapéutica con extractos florales. La medi-
cina antroposófica mantiene con la homeo-
patía una vinculación lejana.
¿Sirve la homeopatía para bajar de peso?
En este tema conviene ser taxativo:
el tratamiento homeopático no hace bajar de
peso.
Engañosamente, en algunos ambien-
tes y países, se pretende llamar tratamiento
homeopático a la utilización de preparados
farmacéuticos que contienen distintas com-
binaciones de anorexígenos (anfetaminas),
sedantes, laxantes, diuréticos y hormonas.
Esta es una práctica fraudulenta, ilegal y
riesgosa. Con el
mismo proceder,
también se promo-
cionan falsos trata-
mientos homeopá-
ticos destinados a
tratar enfermedades
de diversa índole. Los medicamentos usados
en estas prácticas se conforman de combina-
ciones diversas de fármacos convencionales
y son fáciles de reconocer, ya que contienen
una lista de sustancias químicas de nombres
difícilmente legibles o en clave y son presen-
tados en forma de comprimidos o en cápsu-
las.
¿Cuánto dura un tratamiento homeopá-tico? Esto depende de las características
de la afección, de su gravedad y su antigüe-
dad, de la vitalidad y capacidad de reacción
del enfermo, de sus hábitos y condiciones de
vida, de la coexistencia de otras enfermeda-
des y de los tratamientos previos que este
haya efectuado. La respuesta terapéutica
suele ser mejor en niños y en pacientes vír-
genes de tratamientos previos.[37]
Es importante el concepto de que el
tratamiento no produce mejoría de los sínto-
mas sólo mientras es administrado el medi-
camento, sino que desencadena una reacción
curativa tanto más rápida y profunda cuanto
mayor es la vitalidad del paciente y al revés,
más lenta cuanto más tórpida, crónica, anti-
gua y grave sea la enfermedad. En las afec-
ciones agudas la respuesta favorable es ob-
servable en minutos u horas. En cambio, en
las enfermedades crónicas la respuesta
puede comenzar a observarse de manera gra-
dual en días o semanas. La mencionada reac-
ción curativa persiste habitualmente luego
de la suspensión del tratamiento, a veces por
largos períodos.[38]
¿Cuánto cuesta un tratamiento homeo-pático? El precio de venta de los medica-
mentos homeopáticos es históricamente
bajo, menor que el de sus "equivalentes"
14
convencionales. En los países iberoamerica-
nos, el costo mensual de tratamiento con un
medicamento homeopático varía, en dólares
norteamericanos, entre aproximadamente $3
en México, Chile y Colombia, $5 en la Ar-
gentina, $6 en Brasil, $7 en Perú y $10 en
España. Los honorarios de los médicos ho-
meópatas en su práctica privada no difieren
de los del resto de sus colegas. Debe consi-
derarse que el tiempo que el médico homeó-
pata dedica a sus pacientes en la consulta
suele ser mayor, probablemente el doble.[6]
Una investigación hecha en Francia
y publicada recientemente demostró que,
comparativamente, el costo global del trata-
miento hecho por médicos homeópatas re-
sultó 20% inferior al recomendado por mé-
dicos convencionales. Por costo global debe
entenderse el gasto total en que incurren el
sistema sanitario y los pacientes. Los inves-
tigadores concluyen: “El manejo de pacien-
tes por médicos generalistas homeópatas
podría ser menos costoso desde una
perspectiva global y podría resultar de inte-
rés para la salud pública.”[81]
¿Existen especialistas entre los homeó-patas? La homeopatía se aplica mejor a las
grandes especialidades clínicas de la medi-
cina, como son la clínica de adultos, la pe-
diatría, la medicina de familia y la atención
primaria. Pero debido a que la homeopatía es
fundamentalmente una modalidad terapéu-
tica, como tal puede ser utilizada en cual-
quier especialidad de la medicina y, de he-
cho, el número de especialistas que utilizan
medicamentos homeopáticos es creciente.
Por otro lado, las características in-
trínsecas de la homeopatía, que permiten
considerar al enfermo en su totalidad, termi-
nan muchas veces llevando al médico que re-
curre regularmente a ella más allá de su es-
pecialidad. Es muy frecuente que los médi-
cos homeópatas actúen como médicos de fa-
milia.
La homeopatía en el mundo
Uso de la homeopatía en el mundo, de acuerdo con la OMS (2004)
La homeopatía se encuentra muy di-
fundida en el mundo entero. De acuerdo con
un documento de la OMS de 2004, es la
forma de tratamiento no convencional más
popular en los países con ingreso per cápita
anual superior a los USD15.000.[82] En Eu-
ropa, continente en el que la homeopatía al-
canza la máxima popularidad, de acuerdo
con un informe comisionado por el
15
Parlamento Europeo, 3 de cada cuatro habi-
tantes la conocen y un 29% la utilizan.[83]
En la Argentina, según una encuesta
encargada por el diario Clarín, 93% de los
encuestados la conocen, 40% la han utili-
zado alguna vez y 16% la usan regular-
mente.[84]
En Francia, el 36% de la población
recurre regularmente a la homeopatía y el
44% de los profesionales de la salud la uti-
liza, incluyendo el 95% de los médicos ge-
nerales, dermatólogos y pediatras.[85]
En España, un tercio de la población
utiliza o ha utilizado la homeopatía y 82% de
éstos afirman encontrarse satisfechos o muy
satisfechos con los resultados obtenidos.[86]
En los Estados Unidos, de acuerdo a
las estadísticas oficiales, 5 millones de adul-
tos y 1 millón de niños utilizan homeopa-
tía.[87, 88]
En la India, 100 millones de perso-
nas (10% de la población) dependen de la
homeopatía como único recurso de atención
médica. Hay 200.000 homeópatas registra-
dos con formación universitaria de 6 años,
aunque no son estrictamente médicos en el
sentido occidental. Los hospitales públicos
homeopáticos cuentan con un total de 11.000
camas.[89, 90, 91] Un ministerio del go-
bierno se ocupa directamente de las cuestio-
nes vinculadas con la homeopatía.[92]
Ocho países incorporan la homeopa-
tía en sus sistemas públicos de salud: Fran-
cia, la región de Toscana (Italia), Alemania,
Suiza, India, Pakistán, Brasil y México.[93]
La homeopatía es especialidad de la
medicina en Brasil (desde 1980), México,
Colombia, Costa Rica y Ecuador. En la India
los homeópatas son reconocidos como tales.
En el Uruguay ha sido declarada acto médico
por decreto del Poder Ejecutivo.
Los productos homeopáticos tienen
estatus legal de medicamentos en la mayoría
de los países del globo. La Argentina es en
esto una excepción. En los Estados Unidos
la elaboración y comercialización de los me-
dicamentos homeopáticos se encuentra regu-
lada por la Food and Drug Administration
desde 1938.[94]
La homeopatía se utiliza en hospita-
les públicos. Destacan por su importancia el
Royal London Hospital for Integrated Medi-
cine (anteriormente llamado Royal London
Homoeopathic Hospital), que en la actuali-
dad brinda sólo consultas externas, y el
Hospital Nacional Homeopático de la ciudad
de México, además de la existencia de
11.000 camas en hospitales públicos homeo-
páticos en la India.
Los médicos homeópatas se nuclean
en sociedades científicas y organizaciones
profesionales de orden nacional e internacio-
nal, para la promoción de la investigación, la
formación y la divulgación de la homeopa-
tía.
Se enseña en muchas universidades
del mundo. En la Argentina, las Facultades
de Medicina de la Universidad Maimónides
y de la Universidad Nacional de Rosario
ofrecen enseñanza de homeopatía de pos-
grado para médicos.
Puede consultarse la situación legal
de la homeopatía en la Comunidad Europea
y en cada país europeo en particular en el si-
tio del European Committee for Homeo-
pathy.[95]
Conclusiones La homeopatía es una forma de tra-
tamiento médico con más de 200 años de
historia. Está basada en la experimentación
de las sustancias medicinales en sujetos sa-
nos, el fenómeno de la similitud, la utiliza-
ción de pequeñas dosis y los principios de
individualización y totalidad del caso clí-
nico.
Permite un abordaje global del pa-
ciente y funciona activando los mecanismos
de reparación y regulación. Es efectiva para
el tratamiento de numerosas dolencias y me-
jorar el bienestar y la salud general del pa-
ciente. Es muy segura y bien tolerada en to-
das las edades de la vida y en todas las situa-
ciones clínicas, cuando es utilizada por
16
profesionales calificados. Es compatible con
otras formas de tratamiento.
Se sustenta en una amplia y cre-
ciente evidencia científica, tanto básica
como clínica, acreditada por miles de publi-
caciones en revistas científicas.
Su uso está extendido, es muy popu-
lar en casi todos los países del globo y cuenta
con un elevado nivel de satisfacción de los
pacientes. La utilizan unos 300 millones de
personas en el mundo entero.
Los médicos que la ejercen tienden
a integrarla con el tratamiento convencional
y su incorporación permite una sustancial re-
ducción de utilización de medicamentos
convencionales y del costo de la atención
médica.
La homeopatía se enseña en univer-
sidades y se encuentra integrada a los siste-
mas de salud de varios países.
Agradecimientos Se agradecen la lectura crítica y los
valiosos aportes y sugerencias de mejoras de
este documento efectuados por los médicos
homeópatas Silvia Waisse y Flávio Dantas,
del Brasil; Gualberto Díaz Sáez, de España
y Pedro B. Scala, de la Argentina, y a Támar
Salazar, por sus agudas e inestimables obser-
vaciones estilísticas y gramaticales.
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http://www.fda.gov/ICECI/ComplianceManuals/CompliancePolicyGuidanceManual/ucm074360.htm
95. European Committee for Homeopathy: http://www.homeopathyeurope.org/
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