en la pasión y en la violencia, entre códigos y resistencias
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En la pasión y en la violencia, entre códigos y resistencias.
La violencia en torno al fútbol profesional en Chile, una aproximación desde la hinchada Los de Abajo.
Tesis para optar al título de Antropólogo y al grado de Licenciado en Antropología.
Autor: Gabriel Ruete Núñez
Profesor patrocinante: Jorge Iván Vergara Del Solar
Santiago de Chile, Abril del 2016
1
La violencia que se ejerce sobre los pueblos latino americanos es una violencia constante,
minuciosa y sistemática… Una violencia cotidiana.
Para dominar al hombre no son necesarios aun el napalm ni los gases tóxicos.
Existe una infinidad de recursos político, económicos, culturales tan eficaces como las armas bélicas.
Fernando “Pino” Solanas - La hora de los Horno (1968)
Soy el problema, sí, el responsable, la culpa de los que no se respetan
y un problema pa’ sus padres, un adicto, un drogadicto conflictivo,
así nos llaman cuando por la hierba se nos pierden los sentidos sigo siendo tu enemigo, sigo siendo el hampa,
una arma que se cría al gusto tuyo y de tu escuadra, nací con vigilancia, aparte, al otro bando,
y de tanto que nos culpan ya nos fuimos acostumbrando.
Inkognito - Una bala del hampa (2014)
__________________________________________
Mis más sinceros agradecimientos a todos y todas, que de alguna u otra forma colaboraron
para que esta investigación haya sido posible.
2
Resumen
La siguiente investigación busca analizar la violencia expresada en el fútbol profesional en
Chile, desde la mirada del barrista, específicamente desde la hinchada “Los de Abajo”,
simpatizantes del Club Universidad de Chile. Con ellos se buscó generar un conocimiento crítico
que pueda aportar en la construcción de alternativas a la solución de este conflicto. Sobre las bases
de un enfoque etnográfico, y mediante métodos y herramientas que son propias de la investigación
cualitativa, se intentó describir las dinámicas del grupo e identificar las formas de violencia con
sus respectivos contextos y los significados atribuidas a ellas.
Palabras claves: Antropología crítica, fútbol, hinchada, formas de violencias.
Abstract:
The following research seeks to analyze the violence expressed around professional
football in Chile, from the perspective of the fans. Specifically, I will focus on a group called “Los
de Abajo”, supporters of the Universidad de Chile Football Club. With them is seeks to generate
critical knowledge as to contribute to create alternative solutions to this conflict. Supported by an
ethnographic perspective, and using relevant methods and tools for a qualitative investigation, this
research seeks to describe the dynamics of the mentioned group and, therefore, being able to
identify the types of violence and their contexts and meanings ascribed to them.
Keywords: Critical Anthropology, football, team supporters, forms of violence
3
Índice Introducción: ................................................................................................................................................ 5
Motivaciones que originaron la investigación: .............................................................................................. 5
Antecedentes generales del problema ............................................................................................................ 5
Objetivos ........................................................................................................................................................ 8
Estrategia Metodológica ................................................................................................................................. 8
Técnicas de producción de información .......................................................................................................11
Proceso de análisis .......................................................................................................................................15
Estructura del texto ......................................................................................................................................16
Capítulo I: Perspectiva teórica del estudio ..........................................................................................17
Marco conceptual: ....................................................................................................................................21
Estudios sociales del deporte en Latinoamérica y Chile ..........................................................................27
Las hinchadas como sujetos de estudios ..................................................................................................29
Capitulo II: Discutiendo en la noción de Hinchada ............................................................................31
La violencia no es el elemento aglutinador del grupo ..............................................................................36
La diversidad de organizaciones ..............................................................................................................41
Capitulo III: Entre códigos y resistencias ............................................................................................45
La articulación de la exclusión .................................................................................................................46
Ni a los pacos, ni a la represión… ............................................................................................................50
No importa si vamos en cana, siempre al bulla seguiremos .....................................................................52
Ni a la mentira de la televisión .................................................................................................................54
El piño al choque ......................................................................................................................................57
Entre hinchas azules .................................................................................................................................58
Contra los pacos somos los primeros .......................................................................................................60
Al borde de la tragedia .............................................................................................................................61
Capítulo IV: Conclusiones .....................................................................................................................65
Retomando los objetivos y las preguntas de investigación ......................................................................65
Pertinencia de los estudios actuales con respecto a la violencia en las hinchadas de fútbol ....................66
Los diferentes tipos de violencia y sus respectivos contextos ..................................................................67
Sentidos atribuidos a las violencias ..........................................................................................................69
Aportes de esta investigación: ..................................................................................................................70
1) Aportes teóricos................................................................................................................................70
2) Aportes metodológicos .....................................................................................................................73
4
3) Aportes políticos ..............................................................................................................................74
Más allá del horizonte ..............................................................................................................................75
Bibliografía ..............................................................................................................................................77
Anexos..........................................................................................................................................................82
5
Introducción:
Motivaciones que originaron la investigación:
La primera motivación que me lleva a realizar esta investigación es mi participación como
hincha de la Universidad de Chile y miembro de “Los de Abajo”. Desde pequeño he participado
en el mundo de las hinchadas del fútbol, primero desde regiones y luego desde la capital. He podido
comprobar en mi vivencia, la riqueza cultural y social que albergan estos espacios, como también
así ilusionarme con el potencial contra hegemónico que pueden tener dichas organizaciones. La
primera motivación es, por ende, sentimental; siento el deber de contribuir y aportar al devenir de
este grupo humano, mediante las herramientas y las influencias que la disciplina antropológica me
ha entregado. Mi interés en los estudios sociales del deporte, me llevó a encontrarme con diferentes
sorpresas y obstáculos, que también aportaron a mi decisión de realizar mi memoria en un tema,
abordado en reiteradas oportunidades, la violencia en las hinchadas de fútbol. A pesar de la
multiplicidad de temas interesantes qué investigar en el entorno del fútbol, decidí tratar el tema de
la violencia, porque el contexto político-social actual ha tensionado aún más la vida de quienes
domingo a domingo se organizan en cuanto a sus clubes de fútbol. Quise dar cuenta de una serie
de ausencias que la academia no ha considerado a la hora de analizar la violencia en estos espacios.
Las recientes privatizaciones de los clubes deportivos y las medidas aplicadas por los gobiernos
desde la aparición del Plan Estadio Seguro han cimentado los pilares de un nuevo escenario, que a
mi parecer se hace necesario registrar. La urgencia por poner en valor los testimonios y vivencias
de los protagonistas en cuanto a lo que ellos y ellas evalúan como violencia, es la principal
motivación que lleva dicha investigación, sobre todo cuando la voz de estos protagonistas suele
estar excluida del debate público.
Antecedentes generales del problema:
En Chile el espectáculo del fútbol se ha transformado en un escenario de conflicto. Las
hinchadas, que están compuestas en su mayoría por jóvenes, diferentes aparatos represivos para su
control, y otros actores que interactúan entorno al fútbol, han hecho cotidiana la violencia
transformándola en un problema de seguridad pública, que hasta el momento no ha tenido una
solución. Pareciera necesario realizar un análisis de la violencia expresada en dichos espacios,
particularmente en una de las hinchadas más representativas del país como “Los de Abajo”, con el
fin de contribuir a la discusión e intentar de visualizar posibles soluciones.
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Resulta de suma importancia comprender el contexto histórico en el cual se incrementaron los
episodios violentos entorno al fútbol, asociado al fenómeno social de las denominadas “Barras
Bravas”. Es necesario recordar que los episodios de violencia han estado presentes durante toda la
historia no solo del fútbol, sino que del deporte chileno en general. Sin embargo, es a partir de la
década de los 80’ (tiempos violentos de por sí), en que el fenómeno comenzó a destacarse por su
aumento exponencial tanto en incidentes, como en número de personas involucradas. Este
incremento constante que se vivía en las galerías, venía enraizado de un profundo sentido de
pertenencia, con expresiones culturales, lenguaje, símbolos y códigos propios, consolidando los
pilares identitarios de estos grupos. Es por eso que mi análisis histórico se inicia en la década del
80’ y no antes.
La modernización en Latinoamérica se ha plasmado en diferentes proyectos. En Chile, este
adoptó un claro rumbo neoliberal desde 1973. Las décadas posteriores fortalecieron los cimientos
para una sociedad de mercado, al mismo tiempo que se profundizaron las desigualdades sociales y
se agudizó la segregación social, dejando como resultado una sociedad fragmentada. Dentro de
estas exclusiones, las juventudes han sido una de las principales afectadas y han modificado
constantemente su sentido de pertenencia. (Hopenhayn 2011). Para algunos autores, esto sería parte
del florecimiento de las “microidentidades” en las sociedades contemporáneas (Balenciaga y Gallo
2007)
La sociedad chilena, y en particular su juventud, a partir de los años 80’ fue mutando y, se
formaron otro tipo de organizaciones, que buscaban canalizar las identidades que habían sido
quebrantadas, alejándose de la política institucionalizada. Las identidades colectivas habían sido
rotas de manera abrupta. La sociedad civil, tuvo que volver a articularse en nuevas redes
ciudadanas, autónomas, localistas y multifuncionales (Salazar y Pinto 1999). Las barras bravas en
Latinoamérica, generalmente tuvieron su origen en una subcultura juvenil de carácter urbano,
donde se buscaba la pertenencia a un grupo determinado. (Gómez 2012). Parte de la juventud que
había quedado excluida, con un gran componente en las clases bajas, encontraron una especie de
refugio en estas organizaciones.
El término “Barra Brava”, es una expresión surgida en Argentina por los años 1950, utilizado,
principalmente por la prensa, para caracterizar a un colectivo que escapaba de los patrones
conocidos entorno al espectáculo del fútbol, por lo cual cabe destacar que es un término impuesto,
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no es “autóctono” o surgido desde los mismos grupos. (Moreira 2007). El fenómeno que
primeramente explotó en Argentina y Brasil, fue re significado también en nuestro país, como en
casi todo el continente de América del sur.
Históricamente en nuestro país han sido dos las hinchadas más populares, cuya presencia y
adeptos se extienden a lo largo de todo el territorio nacional. “Los de Abajo”, representantes de
Universidad de Chile, y la “Garra Blanca”, de Colo Colo. Ambas organizaciones surgieron en
Santiago en la década de los 80’, a la llegada del fenómeno de las Barras Bravas. Estas, al igual
que la mayoría de las organizaciones que surgen en la década del 90’, cuando el fenómeno se
extiende a los equipos de regiones y de menor popularidad, nacieron como rupturas de barras
juveniles tradicionales, que por profundas diferencias con los nuevos tiempos, no daban respuestas
satisfactorias al enorme contingente de jóvenes. Antes de la conformación de “Los de Abajo”,
existía “Imperio Azul”, y antes de la “Garra Blanca” existía “Barra Juvenil Colo-Colo”, o sea,
siempre existieron organizaciones que pretendían congregar a los hinchas de cada institución
deportiva. Sin embargo estas no fueron capaces de absorber y encauzar la fuerza, pasión y
descontento que traían consigo una generación formada en dictadura, en una época en que para el
régimen militar, la juventud representaba un problema de seguridad pública, como protagonistas
del clima violento que nuestro país vivía en ese tiempo. (Villablanca 2009)
En el Chile actual, las hinchadas de fútbol representan una capacidad de cohesión social notable
e incomparable cuantitativamente hablando. Todos los fines de semana reúnen y organizan a miles
de personas, hombres y mujeres, jóvenes y adultos, no solo en la capital, sino que en cada una de
las regiones y provincias del país. Son capaces de crear un sentido de pertenencia e identidad
transversal; de delimitar un grupo social; de establecer patrones de conductas; de generar redes de
apoyo y; de ser una organización con voz en variados escenarios. Sin embargo, y al mismo tiempo,
las hinchadas de fútbol han sido un espacio propicio para el desarrollo de violencias.
La violencia entorno al fútbol llegó, según autoridades gubernamentales y prensa, a un punto
crítico, siendo necesario en el 2012 implementar el “Plan Estadio Seguro”, y el 2015 a modificar
la Ley de Violencia en los Estadios. El mes de Junio entró en vigencia la Ley 20.844, sobre
“Derechos y deberes en espectáculos de fútbol profesional”. Las modificaciones principales han
sido la ampliación de la Ley a hechos y contextos fuera del estadio, el endurecimiento de penas
para delitos (se duplican los períodos de prohibición de ingreso y se establece la condena a pena
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efectiva), la regulación del derecho de admisión y, el aumento y la capacitación del contingente
policial y de seguridad privada. (Ministerio de Justicia 2015). Por todo ello, el contexto en el cual
se realiza la investigación requiere de especial atención.
Por lo general el tema de la violencia ligada a las hinchadas se ha tratado de una manera
superficial, siendo pocos los que han indagado en su diversidad de formas o sus diferentes
significaciones, intentado una caracterización adecuada del fenómeno. De esta forma se han
simplificado sus explicaciones y por ende también sus posibles soluciones.
Buscando un análisis completo de las violencias que rodean el espectáculo del fútbol en nuestro
país, se han planteado las siguientes preguntas de investigación:
¿Quiénes componen“Los de Abajo” y como son sus relaciones? ¿Qué tipos de violencias se
desenvuelven en este espacio? ¿En qué contextos se desenvuelven las diferentes formas de
violencias?, ¿Qué significados le atribuyen los hinchas a las violencias?
A través de la respuesta de estas interrogantes se pretende cumplir el objetivo general de la
investigación.
Objetivos
General:
Comprender las formas actuales de violencia y los sentidos atribuida a ella en la hinchada de
“Los de abajo”.
Específicos:
Identificar los diferentes tipos de violencia y sus respectivos contextos.
Analizar los significados atribuidos a las violencias.
Revisar la pertinencia de los estudios actuales con respecto a la violencia en las hinchadas.
Estrategia Metodológica
Mi objeto de estudio es la barra "Los de Abajo" representante de la hinchada del Club de
Fútbol Universidad de Chile, perteneciente a Azul-Azul S.A. Abarca el comportamiento histórico
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y actual de la hinchada de “Los de Abajo” en torno a la violencia, tanto como ejecutores como
objeto de violencia, cualquiera que sea su contexto.
Por las características propias del fenómeno social del fútbol, creo que la mejor manera de
aproximarnos y tratar de comprender esta realidad, es desde la tradición cualitativa. El enfoque
metodológico cualitativo, en un sentido amplio, hace referencia a un tipo de investigación que se
define por “producir datos descriptivos, específicamente las propias palabras de las personas,
habladas o escritas, y la conducta observable” (Taylor y Bogdan 1987:20). Dicha tradición se
puede definir a partir de tres características principales. Primero está fundada en una posición
filosófica interpretativa en el sentido de que se interesa en las formas en las que el mundo social es
interpretado, comprendido, experimentado y producido; segundo se basa en métodos de generación
de datos flexibles y sensibles al contexto social en el que se producen, y por último es sostenida
por métodos de análisis y explicación que abarcar la comprensión de la complejidad, el detalle y el
contexto (Vasilachis de Gialdino 1992).
Dicho lo anterior, el trabajo presenta una perspectiva etnográfica, buscando comprender la
violencia no de manera aislada, sino que dentro de su contexto de ocurrencia, reconociendo y
situándome como investigador, en las dinámicas propias del grupo. Considero que solo desde el
interior de las barras podemos acercarnos a una posible interpretación de las diferentes formas y
sentidos de la violencia practicada o sufrida por o contra ellas.
El enfoque etnográfico, para efectos de este estudio, será comprendido y trabajado a partir
de la etnografía desde sus tres dimensiones. En primera instancia, como enfoque que se propone
comprender los fenómenos sociales desde la perspectiva de sus protagonistas. En su segunda
dimensión, como método, en cuanto privilegia el contacto directo con los sujetos de estudio y las
herramientas para la obtención de la información a través de la observación participante,
observación sistemática y entrevistas no estructuradas, enmarcadas en el “trabajo de campo”. Y
por último, como texto, que es el producto textual en donde se plasma los resultados que obtuvo el
antropólogo en su investigación y en la que intenta dar a conocer un hecho particular de la realidad
social inspeccionada desde los niveles anteriormente descritos (Guber 2001).
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Al presentar la cultura como un sujeto de análisis y crítica, la perspectiva etnográfica
desarrolla una influencia mutua entre diferenciación de lo familiar y familiarización de lo diferente.
En este caso, se hace necesario precisar, que junto con mi papel de investigador, mi
posicionamiento también es como hincha y perteneciente a la barra desde pequeño. De esta forma,
resulta inevitable considerar también mi experiencia personal como una categoría analítica. Tal
como afirma Rosaldo (2000) en “Cultura y Verdad”:
Según las etnografías clásicas, el observador imparcial es el ejemplo ideal de neutralidad
e imparcialidad, lo cual se toma como garantía de objetividad, porque la realidad social se
convierte en central sólo si es observada desde cierta distancia. Si no, se considera que los lentes
del etnógrafo no ven con claridad a sus sujetos humanos. De acuerdo con eso, el investigador debe
deshacerse del sesgo del observador, volviéndose el equivalente emocional, cognitivo y moral de
una pizarra en blanco. (Rosaldo 2000:195)
Considero que la crítica de Rosaldo, formulada hace una década y media atrás, continúa
teniendo vigencia hoy en día. Para el autor “el vicio” disciplinario de nuestros días, es la tendencia
a que el Yo, absorto en mí mismo, pierda de vista al Otro culturalmente diferente. Los
planteamientos del autor, integran un factor fundamental a la hora de reflexionar sobre el
posicionamiento del etnógrafo, la dimensión emocional. Esta adquiere una importancia relevante
para esta investigación, pues al estudiar las violencias, podemos entender que el componente
emocional que las atraviesa es significativo a la hora de sus interpretaciones. Es algo que en sus
estudios sobre los “ilongot” y la práctica de cazar cabezas, denomino como “la fuerza cultural de
las emociones”.
La fuerza emocional de un deceso, por ejemplo, nace no tanto de un hecho brutal abstracto,
cuanto de la ruptura permanente de una relación íntima particular. Tiene que ver con los
sentimientos que se experimentan al darse cuenta, por ejemplo, de que el niño que acaba de ser
atropellado por un automóvil es el propio hijo y no un extraño. En lugar de hablar de la muerte
en general, debemos considerar la posición del sujeto dentro de un determinado campo de
relaciones sociales, con el fin de captar la experiencia emocional del individuo. (Rosaldo 2000:23)
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En el mismo sentido, en lugar de hablar de violencia en general, debemos considerar la
posición del sujeto dentro de su campo de relaciones sociales, de esta forma podremos dimensionar
la fuerza de la experiencia emocional en los procesos de significación de las diferentes violencias.
De modo que, considerando mi posición como hincha/investigador, he incorporado mi propia
experiencia como una fuente de conocimiento en la investigación.
Lo anterior me acerca a la reciente corriente de la autoetnografía en el continente
latinoamericano. Esta corriente tiene su principal campo de influencia en el mundo anglosajón, a
partir de la crisis de la racionalidad científica en el mundo global occidental, pronunciándose en
favor de aquellas otras formas de conocer, marginadas, suprimidas y desacreditadas por la ciencia
moderna. Así es posible considerar el enfoque de la autoetnografía como una alternativa para la
generación de aquellos conocimientos relegados. (Blanco 2012)
Técnicas de producción de información
Para el modo de producción de información de la presente investigación, se utilizaron
esencialmente las técnicas de, observación participante, grupo de discusión y conversaciones a
profundidad e informales, que me permitieron obtener los contenidos, es decir, la palabra de los
sujetos y el comportamiento observable, que luego fueron analizados, a través de una matriz de
análisis que integra los elementos externos e internos que afectan a los grupos. Así, con el objetivo
de identificar las diferentes formas de violencias y sus sentidos desde la barra de “Los de Abajo”,
en primer lugar he realizado un trabajo de un año y medio de duración, asistiendo a variadas
actividades con diferentes grupos que hacen parte de la hinchada. En segundo lugar, se realizó un
grupo de discusión que tuvo una alta convocatoria, y, por último se llevaron a cabo conversaciones
en profundidad en los viajes a regiones o en las reuniones de organización de la barra;
conversaciones informales que, por lo general, tenían lugar al término de estas reuniones.
Observación Participante
Esta viene a ser la mejor herramienta para conseguir mis objetivos. Es esencial asistir y
compartir con los grupos en variadas situaciones, con el fin de no ser un obstáculo que obstruya la
naturalidad de sus relaciones. La siguiente investigación pretende abarcar la multiplicidad de
espacios en que se desplaza la hinchada, y su relación con la violencia. La mayoría de los trabajos
existentes se centran en el estadio como espacio único apropiado por las barras, siendo este solo
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un contexto más en el cual se expresa la violencia así como otras expresiones de sociabilidad. Por
ello, se buscó participar de otro tipo de actividades, principalmente las que tienen que ver con el
hincha organizado, identificando situaciones a las que determinados miembros otorgan mayor
valoración. La observación participante se desarrolló desde principios de enero, hasta finales de
diciembre de 2015, es decir, un año completo de observación y participación sistemática
principalmente en Santiago, y secundariamente en los viajes a regiones del país.
La Asociación de Hinchas Azules
Nació el 2014, a partir de la necesidad de tener un espacio de encuentro y organización
transversal de agrupaciones e hinchas de la Universidad de Chile, orientándose a construir,
mediante metodologías de democracia participativa, un plan de trabajo colectivo que permita
recuperar la participación de los hinchas en la toma de decisiones dentro del Club, la reconstrucción
del vínculo histórico con la Casa de Bello y el desarrollo del rol social-comunitario del Club. El
trabajo ha sido estructurado a través de varias comisiones y proyectos que incluyen esferas
económicas, políticas, comunicacionales, jurídicas, etc., e iniciativas como talleres y actividades
abiertas para la hinchada, conversatorios, recopilación documental, observatorio de derechos de
los hinchas, una editorial, un centro de estudios sociales, entre otras.
Las reuniones de directorio se realizan semanalmente, en las que se discuten los problemas
de la hinchada y los proyectos en curso, tienen un promedio de 30 personas asistentes. Las
asambleas se realizan cada 4 meses aproximadamente contando con alrededor de 130 participantes.
Mi participación en este espacio se transformó en un aspecto clave para la investigación,
principalmente por tres aspectos. En primer lugar, me permitió conocer discursos y prácticas de
hinchas, diferentes al de la mayoría. En segundo lugar, al ser un espacio que congrega a diferentes
organizaciones/individuos, me posibilitó conocer variados grupos con los cuales pude compartir
en otros escenarios relevantes, como el estadio, aspecto que contribuyó a la comprensión de la
heterogeneidad de la hinchada como instancia de participación colectiva. Por último, al respecto,
el participar de esta organización me otorgó una especie de “credencial”, para poder participar en
espacios en los cuales los códigos de la cultura barra se hacen presentes, como las reuniones de la
organización de la hinchada, en donde no se asiste como individuo sino que debe existir un grupo
de representación detrás de la persona participante.
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El estadio
La participación en este espacio constituyó un aspecto crucial para la investigación. Es aquí
el lugar en donde las pulsaciones son más fuertes, donde el componente emocional toma mayor
relevancia y podemos observar una mayor variedad de formas de violencia. Se observaron en total
36 partidos de fútbol, los cuales fueron registrados a través de notas de campo y posteriormente
sistematizados.
Viajes
Los viajes son también un elemento importante para la comprensión de las formas de
violencia, pero sobre todo para comprender sus significaciones. La posibilidad de entablar
conversaciones más extensas y consolidar lazos de confianzas con grupos/individuos de la barra,
se hace potencia en este espacio. El viajar adquiere también un estatus simbólico de respeto,
mientras más lejos sea el viaje, mayor será el esfuerzo para llegar, por lo cual mayor también la
admiración por aquel sacrificio. Para dicha investigación fueron considerados, viajes a las ciudades
de Calama, Quillota, Rancagua, Temuco, Talcahuano y Valparaíso.
Reuniones
Durante un periodo de 4 meses en el año de investigación, se llevaron a cabo reuniones que
pretendían congregar a un sector amplio de la hinchada, con el fin de organizar diferentes
actividades, y tomar decisiones frente a determinada situaciones. A estas reuniones asistían
diferentes grupos y piños de la barra de Los de Abajo. La participación me permitió acceder a la
organización central de la hinchada, aspecto fundamental para comprender por sobretodo la
cotidianeidad de la violencia.
Las reuniones se realizaban semanalmente y después del período señalado, dejaron de
citarse por conflictos internos. Es importante señalar que aspectos fundamentales para los objetivos
de esta investigación ocurrían durante las reuniones. A mi parecer, lo esencial se conversaba
después de estas, en un ambiente más tranquilo y entre grupos más pequeños.
Otras actividades
Como ya se señaló, esta investigación intenta abarcar la multiplicidad de espacios de
convivencia de la hinchada, por lo cual mi participación en otro tipo de actividades (más allá del
estadio y los viajes) también fue parte importante. Entre las más destacadas me gustaría nombrar;
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al aniversario 88 del club, celebrado en el Parque La Bandera con más de 15.000 asistentes; la
marcha nacional contra el fútbol de mercado, convocada por la Barra durante la realización de la
Copa América 2015; la conmemoración del 11 de septiembre en el cementerio general; el
banderazo previo al clásico con Colo Colo; campeonatos de baby-fútbol y actividades a beneficio.
Grupo de discusión
Como técnica de la investigación cualitativa se asume explícitamente que tiene por objeto
el habla. “Lo que se dice, se asume como el nudo crítico en que lo social se reproduce y cambia:
como el objeto de las Ciencias Sociales y el objetivo de las investigaciones sociales. En el hablar
o decir se articularía el orden social y la subjetividad: en el hablar la sociedad se subjetiviza y la
subjetividad se socializa.” (Canales y Binimelis 1994:107-108)
El grupo de discusión aplicado para dicha investigación tiene sus fundamentos en la técnica
planteada por Ibáñez, en el sentido de que a diferencia de un grupo focal, la unidad de producción
de información es el grupo, su intención es reflexiva apuntando hacia una conversación más que a
la búsqueda de respuestas y su moderación no es directiva. (Ibáñez 1979) El habla investigadora
se mezcla con las voces investigadas en la forma de conversación. El investigador habla con un
grupo que conversa.
Sin embargo, el grupo de discusión realizado no cuenta con una de las condiciones premisas
que el autor español señala. Al ser convocado a un público que sí forma parte de una misma
organización, la hinchada de Los de Abajo, los participantes de alguna u otra forma no eran
totalmente desconocidos entre sí. Conserva, por tanto, una característica del grupo focal, a pesar
de que en su planificación y ejecución fue llevado como grupo de discusión.
La técnica de grupo de discusión, titulado “Más allá de la Ley; discutiendo la violencia en
el fútbol” operó sobre la base de la reunión de un conjunto de 33 personas (9 mujeres y 24 hombres)
y, fue convocada desde los medios de difusión de la Asociación de Hinchas Azules, lo cual
posibilitó su alta convocatoria, siendo realizada en el “Centro Cultural y Político Casa Bolívar”.
Es necesario mencionar, que al ser convocada y planteada desde la asociación, la actividad
contó con la participación de diversos profesionales. También es importante señalar que, más allá
de los fines académicos en pretender cumplir con los objetivos planteados en esta investigación, el
grupo de discusión también tuvo un carácter formativo y con objetivos políticos. En medio de las
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ya aprobadas modificaciones a la Ley de Violencia en los Estadios, se quiso dar cabida a aquella
voz excluida del debate público, juntando a hinchas de la U para compartir los diferentes puntos
de vistas sobre el asunto, y obtener a partir de ello una imagen de lo que piensan y viven los y las
hinchas.
Para ello fue estructurada en dos partes. En la primera, se plantearon las siguientes preguntar
para abrir la discusión “¿qué entendemos por violencia?, ¿Cómo nos afecta esta violencia?, y
¿Quiénes resultan afectados?”y fue iniciada con una breve ponencia que brindó información sobre
los aspectos judiciales de la Ley. En la segunda parte se discutieron los elementos políticos de dicha
temática, esto es:¿cómo se posiciona la hinchada?, y, al igual que en la discusión anterior, se abrió
con una presentación de antecedentes de las transformaciones del Club y de los cambios en el
posicionamiento político de los/as hinchas. Las presentaciones fueran realizadas por voluntarios de
la Asamblea de Hinchas Azules.
Durante la realización del grupo de discusión, realicé intervenciones en los momentos que
consideré necesarias y con el único fin de aprovechar la profundidad en algunas temáticas. El
investigador provoca la constitución del grupo en una conversación: el discurso producido en un
grupo de discusión tiene la forma de una conversación entre los participantes, que se articula con
una segunda conversación (aquella que surge entre el grupo y el investigador) (Canales y Binimelis
1994). Así, fue fundamental mantener temas de discusión, estimulando la discusión entre los
participantes, sin dirigirla desde afuera. De esta manera se logró un resultado de calidad, sobre todo
en lo que respecta el segundo objetivo de esta investigación, el identificar las formas y los contextos
de las violencias.
Proceso de análisis
A partir de los discursos de los participantes en los grupos de discusión y conversaciones,
pero también de la observación del comportamiento humano en contextos específicos, pude
acceder a datos de diversos tipos: auditivos (canticos, consignas), verbales (testimonios) y no
verbales (hechos), que fueron utilizados para el análisis a partir de lo planteado en los antecedentes,
panorama conceptual y metodología.
Se realizó el esfuerzo por comprender en profundidad los contextos de los grupos/sujetos
participantes, explicar situaciones, ambientes, sensaciones, hechos, relatar historias, relaciones
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sociales y de poder. Se intentó hallar sentido a los datos, para poder interpretar los resultados desde,
la perspectiva teórica de la investigación.
A partir de lo anterior, se realizó la clasificación y posterior categorización a partir de
criterios previamente establecidos en una matriz de análisis. De esta forma, se procedió al
ordenamiento de la información producida, para posteriormente llevar acabo la interpretación y
presentación de los resultados.
Matriz de análisis de la violencia en Los de Abajo
Tipos violencias Violencia
directa
Violencia
estructural
Violencia
simbólica
Violencia latente
Contextos
Factores
externos
Factores
internos
Significados
Estructura del texto
La tesis consta de una Introducción y cuatro capítulos. En la Introducción abordamos las
motivaciones que dieron lugar a la realización del estudio y algunos aspectos generales en cuanto
al tema de investigación. Presenta los antecedentes del problema de investigación, dando cuenta
del contexto que posibilitó el surgimiento de las denominadas Barras Bravas. Luego se procede a
explicitar la estrategia metodológica utilizada, incluyendo argumentación respecto el enfoque,
técnicas, y estrategias de producción y análisis de información.
En el Capítulo I se presentarán las principales dimensiones epistemológicas y teóricas del
problema de investigación. Se comienza clarificando la postura crítica del estudio, centradas
17
principalmente en la propuesta de descolonizar el saber. Posteriormente se plantea el panorama
conceptual en cuanto al estudio de las violencias, el cómo serán entendidas y abordadas. El
siguiente apartado es una revisión sobre lo que hasta ahora han sido los estudios sociales del deporte
en Latinoamérica y Chile. Se finaliza con una breve reseña sobre la construcción de las hinchadas
de fútbol como objeto de estudio, y se introducen los aspectos claves para los siguientes capítulos.
El capítulo II comienza presentando los resultados obtenidos de la investigación. Es en
estas páginas en donde se da el espacio para plantear una postura crítica hacia las investigaciones
hasta ahora existentes, rediscutiendo la composición de la hinchada y sus relaciones. Planteando
tres aspectos centrales; la deconstrucción del Barra Brava como sujeto estático, la violencia no es
el elemento aglutinador del grupo y la hinchada no solo está compuesta por organizaciones
territoriales.
El capítulo III concentra el grueso de la investigación, pues es en este en donde se exponen
las formas de violencias con sus respectivos contextos y sentidos. ¿Cuáles son estas violencias?,
¿Cómo se viven? ¿Cómo se interpretan?
Por último, el capítulo IV expone las conclusiones finales volviendo hacia el objetivo
principal y específicos de esta investigación. Se comentan los aportes teóricos, metodológicos y
políticos que derivan de este trabajo. Para finalizar abarcando aristas políticas tanto externas como
internas a las hinchadas, con el fin de dar sugerencias, pistas investigativas y proyecciones para
posibles transformaciones al fenómeno social de las violencias entorno al fútbol profesional en
Chile.
Capítulo I: Perspectiva teórica del estudio
El punto de partida de la presente investigación se encuentra en la formación de la
antropología crítica latinoamericana en los primeros años de los 70’, principalmente ligada a los
movimientos y procesos políticos e intelectuales que se desarrollaron por todo el continente. Una
característica esencial de esta es la retroalimentación desde adentro y fuera de la academia.
Aquellos años marcaron por primera vez, la consolidación de posturas críticas hacia las corrientes
antropológicas imperantes, principalmente el culturalismo estadunidense, criticando el poco
compromiso político de los profesionales de las ciencias sociales hacia las poblaciones
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marginalizadas a las cuales estudiaban bajo la autoridad de la objetividad científica. (Rastrepo
2009).
Así, desde las premisas que habían sido planteados desde Horkheimer, los hechos sociales
son considerados como un producto histórico, y tanto el sujeto como el objeto de estudio están
delimitados socialmente y son susceptibles a ser modificados. Es posible investigar y dar con las
posibilidades y vías de transformación de esta realidad. (Horkheimer 2000).
Siguiendo esta línea, Rento Rosaldo, ha sido uno de los referentes en cuanto al desarrollo
de la antropología crítica, que precisamente ha tenido un especial avance por el continente latino
americano. En “Renato Rosaldo: Ensayos en antropología crítica” (2006), se da cuenta como
comenzó denunciando que la producción teórica como discursos de poder, actuaba como un
impulso que silencia e invisibiliza la diversidad, planteando un desarrollo unilineal y mono cultural
de las sociedades. De esta forma se silenciaban las propias conceptualizaciones de los grupos y se
homogeneizaban sus perspectivas del mundo, haciendo una severa crítica a la “objetividad” que
por algunos años se había atribuido la disciplina antropológica, y argumentando en contra del
colonialismo discursivo, es que el autor llama a ver la dimensión cultural en nuestras propias
prácticas.
De dicho antecedente derivan diferentes dificultades, teóricas y prácticas, para abordar un
fenómeno social, las cuales posteriormente serian profundizadas por una amplia gama de autores.
Para el presente caso, el estudio de la violencia en relación con el fútbol latinoamericano, también
ha tropezado con aquellas dificultades. Los estudios sociales que se han dedicado al análisis de las
hinchadas de fútbol en el continente, no han sido plenamente capaces de construir un marco teórico
propio de interpretación, como también en indagar las diferentes posibilidades que existen para
disminuir la violencia como fenómeno asociado a la práctica del fútbol. Según Santos Sousa
(2013), son dos los principales factores de raíz teórica, que refuerzan la necesidad de tomar
distancia de la teoría crítica y avanzar hacia una descolonización del saber (2013) y hacia una
ecología de los saberes (2007).
En primer lugar se refiere a lo que denomina la “perdida de sustantivos críticos”. Con el
pasar de los años la teoría crítica ha demostrado su incapacidad para hacerse de teorías propias
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contra hegemónicas. Lo cual tiene una consecuencia cognitiva, refugiarse en adjetivos de carácter
derivado de las teorías hegemónicas, limitando directamente los debates.
Una segunda razón de raíz teórica para tomar distancia de la tradición eurocéntrica, y de
mayores consecuencias para el tema tratado, es la “relación fantasmal entre teoría y práctica”.
Esta se refiere a la enorme discrepancia entre lo que ha previsto y prevé la teoría y las practicas
transformadoras que han tenido su curso en el continente latino americano. Los últimos treinta
años, las luchas más avanzadas han sido protagonizadas por grupos sociales muy heterogéneos
(mujeres, inmigrantes, indígenas, desempleados, entre otros) cuya presencia histórica no fue
prevista por la teoría crítica eurocéntrica. La historia reciente ha dejado en evidencia esta
desconexión, fundamental para el desarrollo de las ciencias sociales.
Muchas de estas agrupaciones no solo se organizan de otras formas de las que las diferentes
teorías críticas anunciaban, sino que también lo hacen desde la particularidad de sus territorios,
mediante lenguajes propios, y con propuestas conceptuales bastante alejadas de lo que la
producción teórica pensaba y proponía.
La ceguera de la teoría acaba en la invisibilidad de la práctica y por ello en su
subteorización, mientras que la ceguera de la práctica acaba en la irrelevancia de la teoría. En lo
que respecta a dicha investigación, la ceguera de la teoría se puede evidenciar en dos elementos
significativos. El primero, es en la manera en que los diferentes estudios sociales han abordado la
temática de las hinchadas en el continente y en particular en Chile, recurriendo a un reduccionismo
cultural, limitando así sus alcances, como también invisibilizando una serie de prácticas relevantes.
Algo similar a lo que Rosaldo (2000) ya había denunciado sobre las “recetas genéricas” que
utilizaba la antropología para estudiar el luto y la muerte.
Sin embargo, a mi parecer, la principal ceguera consiste en haber ignorado constantemente,
y hasta el día de hoy, el potencial de transformación contra hegemónico que albergan las hinchadas
de fútbol.
El problema esencial es que la teoría, ha dejado de estar al servicio de las prácticas futuras,
relegándole así, nada más que un rol legitimador o deslegitimador de ciertos hechos. Ha sido
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incapaz de servir a modo de orientación a las diferentes reivindicaciones sociales, como también
de dotarlas de una base epistemológica propia. Por lo cual, en la práctica, el actuar de las hinchadas
se ha desarrollado con una total irrelevancia desde y hacia la teoría. “La distancia con relación a
las versiones dominantes de la modernidad occidental conlleva así a la aproximación a las
versiones subalternas, silenciadas, marginalizadas de modernidad y de racionalidad, tanto
occidentales como no occidentales”(De Sousa Santos 2013:24).
De esta forma la distancia frente a la tradición crítica eurocéntrica tiene por objetivo abrir
espacios analíticos para el conocimiento de “nuevas” realidades, que realmente no son nuevas, pero
han sido producidas como no existentes, y en donde puedan brotar emergencias de liberación.
En esta línea, dicha investigación se adscribe en lo que sería una antropología de las
ausencias, es decir una investigación que tiene como fin mostrar que lo que no existe, es producido
como no existente, o como una alternativa no creíble (De Sousa Santos 2013). El autor identifica
cinco formas sociales de producir ausencia o inexistencia, todas derivadas de la misma racionalidad
mono cultural eurocéntrica. Para las cuales profundizaremos solo en dos de ellas, que son las que
permean con mayor profundidad el fenómeno analizado.
La primera, se basa en la mono cultura del tiempo lineal, es decir la idea según la cual la
historia tiene un sentido y una dirección única. La modernización del fútbol es un claro ejemplo
de esto. Se ha instaurado como proceso global, en donde al frente de esta línea tiempo están los
países centrales del sistema mundial, con sus instituciones, sus prácticas culturales y sus formas de
sociabilidad. Esta lógica produce ausencia en el sentido que declara como atrasados a todo lo que
según la norma temporal es asimétrico. Las normativas que regulan las prácticas del espectáculo
deportivo a nivel mundial, están pensadas desde este proceso de modernización, por lo cual
cualquier práctica que quede fuera de sus cánones será declarado como retrasado, y a la vez como
individuo/colectivo que retrasa el progreso y la modernización del deporte.
En lo que respecta la segunda lógica analizada por De Sousa Santos, la clasificación social,
se trata a grandes rasgos de la naturalización de las diferencias. Funciona a través de la distribución
de las poblaciones por categorías que naturalizan jerarquías, las raciales y sexuales son las
manifestaciones más evidentes de esta lógica. Para el caso, funciona bajo la figura de “lumpen”, o
como los llaman ahora diferentes autoridades y dirigentes respecto al tema, “los que se apartan de
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la comunidad del fútbol”(José Roa 2015)1. La ausencia es en este caso producida bajo la forma de
inferioridad insuperable, por lo cual, los que entran en esta clasificación, no pueden ser
considerados como una alternativa creíble frente a quien es superior. Por ende la justificación de
su exclusión se asume como una condición natural y lógica. “La clasificación social se basa en
atributos que niegan la intencionalidad de la jerarquía social. La relación de dominación es la
consecuencia y no la causa de la jerarquía y puede ser, incluso, considerada como una obligación
de quien es clasificado como superior” (De Sousa Santos 2013; 25)
De esta forma se impone como una obligación para toda la comunidad del fútbol, que no
es calificada como “lumpen” el trabajar por la exclusión de aquellos que no van a cambiar sus
formas, pues su condición es natural. En el caso particular, la no existencia es más evidente, pues
aunque físicamente el denominado “lumpen” es y ha sido protagonista en los estadios, en el
discurso y en la práctica hegemónica no son parte de la comunidad del fútbol, puesto que por su
clasificación social, son producidos como ausentes.
La sociología de las ausencias (en su planteamiento original), busca alimentar acciones
colectivas de transformación social, lo cual tiene una dimensión emocional significativa;
entusiasmo–indignación, victoria–derrota. Dichas experiencias nos permiten alejarnos de la
tradición crítica occidental y nos posibilitan la construcción de las epistemologías del sur. (De
Sousa Santos 2009)
Marco conceptual:
La violencia es uno de los más enigmáticos y al mismo tiempo más serios, fenómenos
sociales. Su complejidad radica principalmente en la alta gama de formas y características que
presentan. Como antropólogos debemos ser cuidadosos al distinguir el tipo de acciones y los
contextos en los cuales se desenvuelven. Cada una de ellas puede consignar o no la forma de
abordarlas, es decir, pueden estar determinadas metodológicamente a un tipo de análisis.
(Tonkonoff 2014)
La violencia puede tener variadas caras y raíces, dependiendo de las realidades históricas y
sociales. Existe una vinculación entre el tejido de relaciones socioculturales en medio de los cuales
1José Roa, Jefe del Plan Estadio Seguro, desde marzo del 2014
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la violencia se envuelve y los marcos valóricos y normativos de la sociedad que definen la
legitimidad o ilegitimidad de la existencia de esta. Por lo general guarda dependencia entre el
contexto histórico y geopolítico y las características propias de la cultura (Recasens 2005). Para
lograr descifrar su complejidad, debemos segmentarla en modalidades significativas, en este caso
la violencia en una hinchada de fútbol.
Es necesario precisar que cuando nos referimos a la violencia (referencia particular al
contexto hinchada), nos referimos inevitablemente a relaciones de poder, las cuales pueden ser
asimétricas cuando existen diferencias considerables en las posiciones sociales de cada
grupo/individuo. De esta forma entendemos que la violencia tiene lugar en las diversas maneras en
que un grupo determinado se vincula con las diferentes estructuras micro y macro social. (Ferradiz
y Feixa 2004); en el caso de un grupo de la hinchada, cómo este se relaciona con otros grupos de
la hinchada, con otras hinchadas, con la fuerza pública, con la empresa dueña del Club, etc.
Una mirada antropológica de la violencia supone el ejercicio constante de búsqueda de
formas de pensar, interpretar estas complejas relaciones entre actos de violencia, significación,
representación, hegemonía o resistencia. “Se trata de estudiar la violencia no tanto como un acto
sino como continuo, no tanto como excepción sino como normalidad, no tanto como política sino
como cotidianidad, no tanto como estructura, sino que como símbolo, no tanto como amenaza de
guerra sino como negociación de paz.”(Ferradiz y Feixa 2004: 160)
El sentido de la violencia apunta a los significados que esta tiene para quienes la viven, es
decir, cómo los propios protagonistas, sienten y evalúan las diferentes formas de violencia. Lo que
aquí interesa explorar es como los protagonistas, definidos como individuos que se comportan
violentamente, elaboran y otorgan conjuntamente un valor y una interpretación sobre aquellas
violencias. En su investigación sobre los sentidos de la violencia en casos de robo con violencia o
intimidación, Barros (2003), afirma: “los sentidos de la violencia que aquí se intentan explorar
corresponden a los significados con que la cultura de los ladrones percibe la violencia y que los
sujetos han interiorizado con intensidad variable” (Barros 2003: 9)
Asimismo, el hablar de sentidos de la violencia, refiere a los significados con que la cultura
de los hinchas percibe las diferentes formas de violencia a las cuales se ven expuestos.
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Ahora bien, para identificar los diferentes tipos de violencia que concurren en la vida
cotidiana de un hincha, utilizaremos un modelo interpretativo que ha ganado terreno en los últimos
años en el análisis de los fenómenos violentos. Ha sido desarrollado por José María Tortosa (entre
otros), sociólogo español, derivado principalmente del enfoque estructuralista, pero también
retomado por autores latinoamericanos efectuando sus respectivos aportes. (Goicovic 2005, Pinto
2006, Lozoya 2014 y, Pérez 2008) Dicho enfoque plantea un modelo interpretativo que se asemeja
bastante a la visión que los y las informantes de esta investigación identificaron, acercándome así
a una descripción Emic de la violencia.
Se plantea a la violencia como un complejo relacional en el cual concurren tres condiciones.
En primer lugar, la injusticia social o violencia estructural, refiriéndose a todos los conflictos y
contradicciones que afectan a una sociedad, y que pueden derivar en fenómenos violentos
generalmente relacionado a la violencia estatal. En segundo lugar, refiere al comportamiento
violento directo de unos sobre otros, lo que llama violencia directa. El tercer componente que
permea a la violencia refiere a las legitimaciones culturales o ideológicas que tiene una sociedad
sobre las violencias anteriormente nombradas. Esta sería la violencia simbólica. (Tortosa 2013)
Para la segunda condición nombrada, el brasileño MunizSondré (2001), en su análisis sobre
la violencia y pobreza en las favelas de Brasil, integra el concepto de violencia latente. Está, se
caracteriza por ser indirecta; e incluye los diversos modos de presión (económicos, políticos y
psicológicos) que están a disposición de las elites de poder, y el recurso a la fuerza ostentado por
Violencia
Estructural
Directa
Simóblica
Latente (Sondré)
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el estado. (Sondré 2001) Es la amenaza del empleo de fuerza. Dicho concepto será fundamental
para comprender la realidad y la visión de los grupos estudiados en dicha investigación.
Esto no implica sustentar la tesis de que la violencia o la agresividad individual se
expliquen como mera reacción defensiva en vista de las circunstancias hostiles o de un Estado
indiferente, sino que se trata de apuntar a las circunstancias particulares (en el caso, Brasileñas)
en que aparece ese lado de la energía pulsional del sujeto (individuo o grupo) designado como
violencia. (Sondré, 2001: 19)
Es por eso que los contextos requieren de un especial análisis. Teniendo en cuenta que la
crecida de violencia ligada a las hinchadas del fútbol en Chile es una consecuencia histórica de las
relaciones establecidas en la sociedad chilena a partir de la década de los 80’ hasta la actualidad.
En este sentido, la entiendo como la respuesta ante un proyecto excluyente y desigual de sociedad,
por lo cual nos encontramos también ante riesgos y responsabilidades políticas. Para un
pensamiento que se quiere crítico, los peligros más evidentes derivan en la posibilidad de colaborar
sin saberlo con la reproducción, y aun con la extensión, del sufrimiento y del orden social que se
considera injusto, por lo cual un análisis de las formas de las violencias y de sus significados, desde
las ciencias sociales puede contribuir a una posibilidad de transformación. Algo que en el libro
“violencias ocultadas” (2013), se describe como la necesidad de visibilizar las violencias.
Descubrir las diversas formas de violencias no aceptadas en la “opinión publicada” es
una tarea urgente. Aún las mismas violencias delincuenciales, visibles y visibilizadas, se explican
de alguna manera también por las violencias estructurales, sin negar que esta violencia directa
puede tener también, y tiene otros orígenes. Sin embargo, solo centrar la atención en las violencias
directas, desconociendo los otros tipos de violencia, no sólo que resulta imposible, sino
abiertamente peligroso, pues impide la búsqueda de respuestas que permitan realmente abordar
un tema tan enmarañado como el combate a la violencia en todas sus manifestaciones.(Tortosa
2013: 11)
La gran mayoría de los análisis (académicos y no académicos) de la violencia en los
espacios de hinchadas ha procurado estudiar únicamente la violencia directa como componente
esencial de los grupos de barristas. Otros trabajos se han abogado al estudio de la violencia
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simbólica, segmentándola sólo al análisis de los medios de comunicación. Aquellas violencias son
las que han sido visibilizadas en la sociedad por acción del poder, ya sea por un discurso
hegemónico, los medios de comunicación o la academia. Sin embargo aún continúan una serie de
violencias ocultas, o mejor dicho en palabras de Tortosa; ocultadas, para Santos Sousa; producidas
como no existentes.
En el análisis realizado por Santos Sousa (2013) del pensamiento occidental como
pensamiento abismal, afirma: “Este consiste en un sistema de distinciones visible e invisible. Las
invisibles constituyen el fundamento de las visibles”. Las distinciones son establecidas mediante
“líneas abismales”, la realidad social es dividida en dos universos, de “este lado de la línea” y “del
otro lado de la línea”. El otro lado de la línea desaparece como realidad, es producido como no
existente.
Las primeras líneas radicales fueron establecidas bajo el colonialismo clásico, en la zona
colonial, luego estas líneas han ido variando según su campo y sus formas. A este lado de la línea,
la modernidad occidental como paradigma socio-político, fue aplicada bajo la dicotomía entre
apropiación/violencia, la cual sería impensable de aplicar al otro lado de la línea, donde
históricamente ha operado la dicotomía regulación social/emancipación social, con un supuesto
papel universal. La co-presencia de ambas lógicas no se contradice, por el contrario, la dicotomía
apropiación/violencia (invisible) constituye la justificación de regulación social/emancipación
social (visible). De esta forma se violan los DD.HH con el fin de resguardarlos, se destruye la
democracia para consolidarla, se elimina la vida para defenderla o se violenta por la paz.
Apropiación y violencia toman diferentes formas según las líneas abismales por las cuales
operan. El conocimiento moderno y el derecho moderno representan las más consolidadas
manifestaciones de líneas abismales. Cada cual es capaz de crear un subsistema de distinciones
visibles e invisibles de tal modo que las invisibles se convierten en el fundamento de las visibles.
En el campo del conocimiento, consiste en otorgarle a la ciencia moderna el monopolio de la
distinción universal entro lo verdadero y lo falso, exceptuando dos únicas alternativas de
conocimiento; la filosofía y la teología. Todas ellas se erigen sobre la invisibilidad de formas de
conocimiento que no pueden ser adaptadas a ninguna de esas formas. Conocimientos populares,
laicos, plebeyos, campesinos o indígenas, se encuentran más allá de la verdad y de la falsedad. En
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el campo del derecho moderno, consiste en la distinción universal sobre lo que se considera legal
o ilegal como únicas dos formas relevantes de existir. Esta dicotomía central, solo opera de este
lado de la línea, pero abandona todo el territorio social donde la dicotomía podría ser impensable
como un principio organizativo, ese es el territorio sin Ley, lo a legal.
En cada uno de estas formas, ciencia y derecho, las divisiones son establecidas por las líneas
abismales hasta el extremo que naturalmente eliminan cualquier realidad que este al otro lado de
la línea.
El otro lado de la línea abismal es el reino de más allá de la legalidad y la ilegalidad (sin
Ley), de más allá de la verdad y la falsedad (creencias, idolatría y magia incomprensible). Juntas,
estas formas de negación radical resulta en una ausencia radical, la ausencia de la humanidad, la
subhumanidad no son candidatos concebibles para la inclusión social. La humanidad moderna no
es concebible sin la subhumanidad moderna. La negación de una parte de la humanidad es un
sacrificio, ahí se encuentra la condición de la formación de esa otra parte de la humanidad la cual
se considera a sí misma como universal. (Santos Sousa 2013: 38)
Ambas formas serán analizadas para el presente caso. En primer lugar, concibo al estadio
como un lugar al otro lado de la línea, como una paradoja, pues destaca como un lugar muy
regulado por la Ley, pero que se contradice en cuanto los derechos básicos que supone el derecho
moderno. Muchas cosas que suceden al interior de los recintos deportivos, serían impensadas fuera
de ellos, incluso la vulneración de derechos es interiorizada y aceptada por los y las hinchas.
En segundo lugar, defino al hincha organizado, como individuo/colectivo, también al otro
lado de la línea, guiado por la “irracionalidad” del fanatismo y la idolatría, por lo cual sus
conocimientos y opiniones no son consideradas válidos. Ambas formas dan cuenta de la condición
de subhumanidad a la cual es relegado el hincha organizado, el cual no califica para la inclusión
social, aquellos que no cumplen con las condiciones para ser parte de la comunidad del fútbol. La
negación de este grupo humano, constituye la justificación de otra parte de la sociedad que se
considera portadora de las buenas prácticas.
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Estudios sociales del deporte en Latinoamérica y Chile
La atención de las ciencias sociales por el fenómeno del deporte en Latinoamérica lleva
apenas treinta años de transcurso. Los estudios socioculturales del deporte y principalmente del
fútbol, han tenido una muy rápida propagación por las diferentes casas de estudios del continente.
Si bien no han adquirido aun una gran relevancia académica significativa, han sido capaces de
derribar varios “mitos” o “barreras” y también de irse planteando nuevos desafíos. “Es difícil que
la afirmación “el fútbol es importante para las identidades sociales/etarias/de género/raciales”
pueda a esta altura sorprender a alguien: la cuestión estriba en indagar cómo, de qué manera,
desde cuándo, en qué lugar y con qué inflexiones. Y con qué rigor, además, se escapa a la
vulgarización periodística”(Alabarces 2011: 15)
Brasil y Argentina, han sido los principales propulsores de esta área de estudio, contando
con el mayor número de profesionales dedicados y la mayor producción académica. Sin embargo,
prácticamente todos los países latinoamericanos cuentan con algún referente en alguna de las más
destacadas casa de estudio de sus países o el extranjero. Prueba de esto es la fundación, en el año
2007 en la ciudad de Guadalajara, México, de la Asociación Latinoamericana de Estudios
Socioculturales del Deporte (ALESDE). De esta forma, “ALESDE toma como premisa el
entendimiento del deporte como fenómeno socio-cultural y los significados contemporáneos,
ampliado en sus perspectivas y posibilidades, con sujeción a criterios de análisis en el histórico,
sociológico, antropológico, político, filosófico, económico, etnográfico y otros.”(ALESDE 2008)
La antropología brasileña ha sido la disciplina fundante de esta corriente, rediscutiendo y
derribando la noción de “alienación” en el deporte, gracias a los aportes de Da Matta en trabajos
como “Universo do Futebol” (1982). En este mismo sentido es necesario destacar los aportes de
Simoni Laud Guedes. Describe al fútbol como un significante privilegiado, un vehículo cuya
exigencia de significación es tan grande que lo único que no admite es la ausencia de significado
(Guedes 2009). Entiende al fútbol como una zona de libertad y creatividad, como una institución
la cual tiene diferentes apropiaciones y significaciones sociales, lo que la autora llama “institución
cero”, en la cual los procesos de construcción identitaria están siempre latentes. Se puede decir
que, la mayoría de los estudios académicos del país tropical, o al menos, los más destacados, han
ido en la línea de considerar al deporte como elemento fundamental en la construcción de la
identidad nacional. De ahí los trabajos sobre los mundiales como espacios rituales para expresar
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la brasileñidad (Guedes 2002) o, la atención prestada a las narrativas nacionales a través de la
prensa (Guedes 2009), entre otros.
En Argentina tiene lugar su propio y destacado desarrollo académico. Eduardo Archetti fue
uno de los principales propulsores de esta línea de investigación, con publicaciones como “El
deporte en Argentina 1914-1983” (2005). En un comienzo, su atención también estuvo
concentrada en la construcción de discurso e identidad nacional (Villena 2003, Alabarce 2006,
entre otros), para luego pasar a una clara tendencia a estudiar a las barras bravas y al papel
protagonista de la violencia entre estas (Moreira 2008, Garriga 2007, Alabarce 2003, Ferreiro 2003,
entre varios otros). De esta forma se trabajó en base a la “teoría del aguante”, que constituye un
complejo sistema de honor y prestigio que valora positivamente la valentía, el coraje, la bravura y
el enfrentamiento físico. Dicho antecedente adquiere relevancia ya que influyó en los inicios de los
estudios sociales sobre las hinchadas en Chile.
En nuestro país, la creciente producción de estudios académicos enfocados en demostrar
las relaciones entre deporte, cultura y sociedad, la política pública o las diversas instituciones
abogadas al desarrollo deportivo, ha asumido diversas líneas. La producción continúa estando
desconectada de cualquier esfera de poder con capacidad de incidir en la transformación misma de
la realidad. Entiéndase esto como la elaboración de políticas públicas (Centro de Entrenamiento
Regionales, de Alto Rendimiento, Plan Estadio Seguro o cualquier determinación estatal en
relación al deporte), los clubes deportivos u organizaciones privadas. Al parecer para el Estado y
las esferas de poder en general, la relación entre deporte y cultura continua siendo inexistente.
Algo que los diferentes profesionales y organizaciones interesados a esta área hemos
identificado como un problema. Con objeto de remediar la situación anterior, el 25 de Septiembre
del 2015, diferentes organizaciones e individuos, constituimos la Red Chilena de Estudios
Socioculturales del Deporte, con el fin de generar comunicación entre todas las personas que
investigamos el deporte desde una arista social. Este organismo autónomo, reúne a profesionales
de diferentes disciplinas (trabajadores sociales, sociólogos, antropólogos, psicólogos sociales,
historiadores y, pedagogos, entre otros) con el fin de generar una red de apoyo, que pueda darnos
un sustento de credibilidad y legitimidad a la hora de analizar los diferentes temas ligados a la
actividad física en el país.
29
Las hinchadas como sujetos de estudios
Siguiendo la idea de “institución cero”y aplicándola a nuestro contexto actual, diferentes
grupos significan y vinculan de variadas formas con el fútbol, los profesionales que viven de él,
los empresarios, los dirigentes, el Estado y, los diferentes grupos de hinchas (entre otros grupos).
Su espacio particular, el estadio, congrega relaciones inter-clases, en donde las diferencias de las
apropiaciones son expuestas y también exaltadas. Los estadios y el fútbol, desde esta perspectiva,
se han convertido en vitrinas sociales que exponen los niveles de conflicto y manejo de violencia
presentes en ciudades de todo el mundo (Elias y Dunning 1992).
La construcción de las hinchadas como objeto de estudio, conlleva diversas dificultades
debido principalmente, a su alto componente heterogéneo. En nuestro continente a algunas de estas
les han impuesto, para luego haber apropiado el término de “Barras Bravas”. En Chile, las barras
que han adquirido la connotación de “bravas” son en su mayoría agrupaciones de jóvenes, con
preponderancia de adeptos del sexo masculino, cuyas edades varían entre los 15 y 35 años y
mayoritariamente pertenecientes a asentamientos urbanos populares surgidos de un proceso de
erradicaciones forzosas que cambiaron la dinámica urbana en la década de los ochenta,
principalmente en Santiago, pero también en otras zonas urbanas del país. (Sepúlveda 2003). Estas
hinchadas poseen un orden social complejo, son jerárquicas, y se organizan a través de barrios,
poblaciones u organizaciones territoriales, autodenominados “piños” (Moreira 2007).
En su descripción sobre las dos hinchadas más grandes de Chile, Sepúlveda (2003) afirma
que la violencia en las “Barras Bravas”, está condicionada al “el ethos de los piños”, el aguante.
La ideología del aguante somete continuamente al individuo, y se potencia en el grupo, a la
superación de situaciones adversas como a la confrontación con rivales, posibilitando una
autoafirmación como barra brava. A través de esto es que diferentes estudios plantean a esta
confrontación como el elemento central articulador de estos grupos, como lo sostiene la mayoría
de investigaciones sobre la violencia en las hinchadas de fútbol en nuestro país.
La segunda dificultad para definir el objeto de estudio, es la composición de la hinchada
como estructura. Se ha dado por sabido, qué son los diferentes piños (organizaciones territoriales)
y las relaciones entre quienes los componen, en este caso, la barra “Los de Abajo”.
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De aquí deriva otro problema, pues cada piño tiene su estructura propia y se mueve bajo
sus propios códigos, aunque resulta difícil ignorar los elementos comunes que los congregan en un
mismo espacio. Este alto grado de heterogeneidad sólo entre “piños”, nos evidencia la complejidad
que tienen las hinchadas como estructura.
El asunto se vuelve más complejo aun si consideramos que, dentro de la hinchada también
existen otras organizaciones cuyo elemento articulador no es el componente territorial. En efecto,
hay otros tipos de organizaciones, no territoriales, que también participan del complicado
entramado de relaciones que componen la hinchada de “Los de Abajo”. En algunas de estas, es el
componente político el articulador de los grupos.
En primer lugar, me parece errada la descripción “del barra brava” como sujeto o grupo
estático, de carácter permanente. Considero más adecuada la idea de “lo barra brava” como
condición modificable según el contexto. Es en el estadio donde “lo barra brava” alcanza su mayor
esplendor y puede disminuir o aumentar según las situaciones en donde se desenvuelvan los
individuos y los grupos, pudiendo incluso hasta desaparecer, dejando de ser barra brava en
determinados escenarios.
Las investigaciones realizadas resultan insuficientes para dar un marco explicativo al
fenómeno de la violencia en dichos espacios, pues la teoría del aguante la simplifica bastante.
Partiendo de dos premisas centrales, pretendo hacer una pequeña contribución. En primer lugar se
ha dado por supuesto que la violencia es el elemento aglutinante del grupo. Por mi parte, considero
que la violencia está siempre latente pero que se activa solo en determinados momentos y
circunstancias que será necesario caracterizar y, en consecuencia, la violencia no es el único
vehículo de integración social de las hinchadas del fútbol, incluso así de los grupos que se
autodenominan como Barras Bravas. Es necesario romper con la imagen de dichas hinchadas como
grupos netamente violentos. Por el contrario, son sus complejas formas de sociabilidad las que
explican su permanencia en el tiempo.
En segundo lugar, las hinchadas se deben de entender como un conjunto internamente
heterogéneo, lo cual no ha sido considerado apropiadamente en los trabajos sobre el tema. La
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diferencia entre grupos y “piños” sostiene la sociabilidad de la barra. Estos grupos mantienen entre
sí relaciones de alianzas, competencias y amiguismos que no solo son de hostilidad.
Capítulo II: Discutiendo en la noción de Hinchada
El desarrollo del fútbol a nivel global, y los procesos que trajo consigo en las tribunas, han
sido un tema recurrente para las ciencias sociales. Ciertamente es difícil evitar las comparaciones
entre el fenómeno de las hinchadas a nivel global, o entre países vecinos, debido a que suceden en
torno a la misma práctica deportiva. Pero si de verdad queremos analizar a un colectivo de manera
seria, debemos partir de una premisa esencial. Las hinchadas de fútbol no son comparables entre
sí, las barras en Chile distan mucho de la realidad de las hinchadas Argentinas, o de las torcidas
organizadas en Brasil, así mismo de nuestros pares en Bolivia o en Perú, y para qué nombrar las
diferencias abismales con las agrupaciones del clubes europeos. Existen diferencias como por
ejemplo en la autoidentificación de sus miembros, su organización, su orgánica, sus códigos, sus
expresiones culturales, sus orígenes, entre varias cosas más. Los fenómenos en sí son diferentes,
deben ser analizados desde sus contextos propios, trabajando con sus similitudes y tomando
distancia en sus diferencias. Así mismo, las ciencias sociales han trabajado los fenómenos de
manera similar, estableciendo y planteando conceptos totalizantes para la realidad del fútbol. Ser
Barra Brava no significa lo mismo para los hinchas peruanos que para los chilenos, o tener
aguante, no significa lo mismo para los argentinos que para los colombianos. Si bien, ambas
categorías son conceptos que los protagonistas manejan, por lo cual considero que deben ser
analizados con mayor detención, son nociones resignificadas de diferentes maneras, y he ahí en
donde como antropólogo pongo énfasis. En aquellos procesos de apropiación y transformación,
algunos más radicales que otros.
En este sentido, “Los de Abajo” emergen en 1988, como dije antes en ruptura a la
organización de una hinchada ya existente, y lo hacen apropiándose del concepto de “Barra Brava”,
proveniente de Argentina. LDA2 nace como tal, a diferencia de lo que afirma Gil, que en el país
trasandino “es poco probable que un hincha se autodefina como barra brava o violento”(Gil
2Siglas Los De Abajo, que utilizare de ahora en adelante.
32
2007:34) aquí en Chile, no, o “el término barra brava no es una categoría que los propios actores
manejen para sí mismo” (Gil 2007: 74), para los hinchas de nuestro país, sí.
El proceso de apropiación del concepto es algo que me atrevería a decir ocurrió con la
mayoría de los grupos de seguidores de equipos profesionales durante la década de los 90’ en
nuestro país. Las re significaciones varían entre grupos, incluso dentro de una misma hinchada,
adquiriendo características propias para cada colectivo, y que por cierto no son estáticas, lo que es
ser o no ser Barra Brava muta constantemente. Sobre la apropiación del concepto (cabe recordar
fue impuesto desde el discurso judicial y popularizado por la prensa Argentina) un ex líder y
fundador de la barra LDA escribe en una de las redes sociales:
“El concepto ‘barra brava’ en nuestro país está muy por el suelo, ser un barra brava no es
sinónimo de delincuencia sino de personas que lo entregan todo incondicionalmente por su
equipo… Es saber de lluvia, frio, calor, hambre y muchas veces derrotas de nuestro equipo, digo
nuestro equipo, porque soy hincha de la Universidad de Chile y te sigo de los 80’ cuando la U no
ganaba nada y tu enemigo lo ganaba todo. Eran tiempos difíciles, donde orgullosamente
defendimos los colores y dimos un ejemplo de amor al equipo para otras instituciones. Para mi ser
barra brava es saber de problemas sociales, marginalidad, pobreza, desigualdad social, etc... El
luchar para llegar bien a tu población con alimento, educación y salud para los tuyos y ver la
desigualdad de los sueldos de un obrero a un gerente y tener que cada día a día liderar con todo
esto te convierte en un barra brava porque para nosotros nada ha sido fácil te digo que nuestros
problemas son bravos y la vida y desigualdad es brava en este país, con orgullo digo soy barra
brava” (Facebook, 7.5.2012)
Dicha afirmación habla de una apropiación que transforma el sentido del concepto. De la
negatividad pasa a tener características positivas. De pasar a ser “grupos que concurren a las
canchas con el único objeto de promover desórdenes y provocar daño a las personas y en las
cosas”3 (Romero, 1994, 68-69), se trasforman, en palabras de sus protagonistas, en una especie de
luchadores sociales. Las interpretaciones del concepto en este caso particular son abismalmente
diferentes, pasan de un polo a otro, de negativo a positivo. Creo que esto tiene que ver con el
contexto político y social en el cual se desenvolvía la sociedad chilena al momento de la formación
de las Barras Bravas. La dictadura marcó claramente a esta generación de Barras Bravas, que
3La definición que en 1967 fue incorporada oficialmente a la jerga jurídica en argentina.
33
utilizaron el concepto como refugio y como resistencia. De ahí, que el ser Barra Brava se
transforma en ser un luchador, un individuo que va contra la adversidad y que resiste con la frente
en alto. Este hecho es significativo pues ocurre desde la fundación de LDA.
Hasta hoy en día, un gran número de individuos y colectivos se autodefinen como Barras
Bravas. El auto proclamarse como Barra Brava, tiene una valoración positiva para la miles de
miembros de la hinchada. Precisamente algunos de estos grupos, desde hace un tiempo, se
encuentran en una disputa constante por la organización de la barra. Las cosas han cambiado, los
que fueron líderes fueron expulsados de la galería, otros grupos y nuevas generaciones han tomado
el protagonismo en LDA. Estas disputas, que muchas veces derivan en violencias directas dentro
o fuera del estadio, exacerban más las diferencias en cuanto a las apropiaciones de los conceptos
anteriormente expuestos. Para los nuevos grupos, los antiguos líderes no cumplían con lo que ellos
definen el ser Barra Brava, faltando a códigos que serían lo suficientemente graves para justificar
su expulsión de la hinchada. Así mismo para los antiguos líderes, los colectivos actuales carecen
de aguante, y los califican despectivamente como “lumpen”.
También es una disputa territorial, por ocupar un espacio específico de la galería del Estadio
Nacional, donde el equipo juega de local la mayoría de sus partidos, la puerta 14. Esta puerta se
encuentra justo en el centro de la Galería Sur, lugar que históricamente ha utilizado la barra. El
ubicarse en este sector adquiere varios beneficios, como decidir la canción que se entona, tener las
mejores ubicaciones en cuanto a la visibilidad para colgar sus lienzos, entre otras. Estos grupos
buscan ser la “voz oficial” de la hinchada, siendo a la vez una lucha por la apropiación del capital
simbólico que representa la totalidad de la barra, los lienzos oficiales, los bombos, las banderas y
el artificio. “…Son ellos los que se presentan como dueños de la pasión, los que pueden colocar
las banderas en cualquier lugar” (Gil, 2007;32).
La totalidad del capital simbólico nombrado anteriormente se encuentra prohibido por la
Ley. Es decir no se puede ingresar a los estadios, lo que no quiere decir que no suceda, de hecho
con los lienzos y artificio sucede regularmente. El día 17 de febrero, en la primera fecha por Copa
Libertadores ante Emelec, miembros de LDA, no solo ingresaron lienzos y gran cantidad de
pirotecnia, sino que también un bombo, el símbolo máximo de una hinchada. Este hecho, junto con
la gran cantidad de bengalas que se logró introducir, fue bautizado por los hinchas como “El Día
de la Astucia”. El partido estuvo detenido por varios minutos y acarreó sanciones para el equipo
34
por parte de la CONMEBOL4, como también posteriores represalias de la concesionaria Azul Azul
S.A contra los hinchas.
Las prohibiciones han contribuido a otorgarle nuevas valoraciones a las expresiones
culturales que los barristas manifiestan a dentro y fuera de los estadios. Lo que antes era calificado
como carnaval por casi todos los miembros de la hinchada, ahora adquiere diferentes
interpretaciones. Para algunos se ha transformado en un elemento repudiable y condenable,
mientras varios grupos encendían bengalas y cantaban aquel 17 de Febrero, el sonido de las pifias
era similar al de los cantos. Para otros se ha transformado en símbolo de resistencia, frente a un
intento institucional de matar la fiesta en el fútbol, se han utilizado como medidas de presión y
como instrumento para demostrar que “NUESTRA FIESTA ES TU FRACASO”5.
“‘Ellos saben cómo funciona esto. Las cosas entran de noche y el juego consiste en
ocultarla y ellos deben hallarlas, sabemos que revisarán el estadio, pero esta vez fuimos más listos
que ellos, en otras oportunidades perdimos importantes cantidades de artificio. Esta vez no. Fue
una jornada redonda’, cuentan miembros de la barra. Lo de ayer fue un triunfo, paradójico
considerando lo que pasó en la cancha.” (El Gráfico, 19/2/2015)
El contexto político actual contribuye constantemente a la transformación de los conceptos.
Otros ejemplos: con la prohibición del bombo se torna más complicado coordinar y mantener el
canto, lo que contribuye a que algunos colectivos e individuos afirmen que los actuales miembros
no tengan aguante, ya que no se escucha fuertemente los 90’ minutos (rasgo esencial de un(a) barra
brava). “Yo canto y peleo” comentaba un miembro actual de la “voz oficial” de la barra brava
(ambas afirmaciones autoproclamadas). Para los Barras Bravas actuales el tener relación con la
contra (la Garra Blanca) es una transgresión de los códigos más fundamentales y característicos de
lo que es ser Barra Brava. Con la contra se pelea, algo que al parecer cada vez adquiere mayor
valoración por el grupo, frente a otros elementos característicos de los Barras Bravas, como, seguir
al equipo por todo el país, estar en los momentos malos y cantar durante todo el partido, entre otras.
Antes los implementos para armar la fiesta eran coordinados con la administración del equipo, con
la privatización de los clubes, en un comienzo se hacía, luego se prohibió y se penalizó por la Ley,
actualmente se volvió a legalizar el que dirigentes establezcan contactos con miembros de las
4 Confederación Sudamericana de Fútbol, ente que regula las competiciones en nuestro continente 5La frase que llevaba un lienzo que se mostró el 5 de Marzo, en un partido de Copa Libertadores ante TheStrongers; ANEXO 1
35
barras, y al parecer se está buscando modificar la Ley nuevamente. El transar o no transar con los
actuales administradores de Azul Azul S.A, también se transformó en un tema de conflicto entre
los miembros de la hinchada y contribuye a resignificar lo que es tener o no aguante y lo que es ser
o no Barra Brava.
No es el objetivo de esta investigación detallar dichas transformaciones, sino que dar cuenta
de la pertinencia de los estudios sociales en cuanto a cómo se ha tratado la violencia en estos
espacios. Los conceptos de barra brava y de aguante guardan directa relación con esto. La academia
argentina los incorporó y desarrolló sus investigaciones utilizándolos como pilares, influyendo a la
academia chilena, replicándolos y legitimándolos, sin observar con la claridad adecuada de que nos
encontrábamos ante fenómenos diferentes. A través de esto es que diferentes estudios plantean a la
confrontación violenta como el elemento central articulador de estos grupos. Dichas influencias
son importadas de Argentina, el estudio del Barra Brava como sujeto estático, que maneja
determinados códigos y prácticas, que se comporta de una forma en el transcurso de su vida, o la
teoría del aguante, utilizada como comodín explicativo6 a las interpretaciones sobre las violencias
en el fútbol
A mi parecer, para el caso particular, es adecuado plantear lo de Barra Brava como una
condición variable, existirían espacios y contextos para ser Barra Brava y a la vez otros que no. En
Chile el ser Barra Brava representa parte del compuesto identitario, las personas también son
trabajadores, estudiantes o pertenecen a algún otro grupo que aporta elementos a los procesos de
conformación de sus identidades. La mayoría de los individuos no actúa como Barra Brava en
todos los contextos de su vida, en el estadio se alcanza su mayor esplendor, pero disminuye o
aumentar según los contextos donde se desenvuelvan los grupos. Incluso, puede desaparecer,
dejando de ser Barra Brava en determinados escenarios. Es común escuchar testimonios de hinchas
donde el ser Barra Brava aparece como referencia a sus pasados, como una etapa asociada a la
juventud, y superada.
A modo comparativo, sobre el proceso de apropiación y transformación de estos conceptos.
Las hinchadas en Colombia, dan cuenta de un proceso bastante interesante, desde finales del 90’,
algunas de estas deciden abiertamente declararse en contra del término Barra Brava. Un hincha de
Atlético Nacional y miembro de “Los Del Sur”, su hinchada, comenta:
6Debo dicho concepto a Nicolás Cabrera, quien lo utilizo durante el grupo de trabajo 72 de la RAM 2015.
36
“Una de las primeras acciones que hicimos como Los Del Sur fue desmarcarnos de ese apelativo,
que proviene desde el cono sur del continente y nombra despectivamente a un tipo de
organizaciones de aficionados del fútbol. Es un término negativo del que es muy difícil salir.
Generalmente nos califican así desde los medios de comunicación, dado que no han leído y ni
siquiera pensado un poco sobre el tema. En Los Del Sur nos autodenominamos Barra popular, por
nuestro compromiso social. Puede que visualmente seamos parecidos pero nuestros
comportamientos son diferentes. Por supuesto que tomamos elementos de las hinchadas del Río de
la Plata, pero también de Chile. De hecho, el humo de color y los bombos gigantes los aprendimos
de la Garra Blanca y de Los de Abajo. Las banderas gigantes las tomamos de las torcidas
brasileñas.”(FútbolAsociado, 27/11/2015)
Personalmente creo que el trabajar con este concepto desde la academia ha contribuido a la
estigmatización de estos grupos. Así, Recassens (1999), en una de las primeras investigaciones
sobre el tema en nuestro país, realiza una clasificación sobre el público asistente en los estadios
chilenos, dividiendo y caracterizando en espectadores, hinchas y Barras Bravas. Esta idea ha
permeado las formas en cómo abordar dichos grupos y cómo trabajar las temáticas atingentes a
estos espacios. Si se debe trabajar con alguna clasificación en cuanto al público en los estadios, me
parece que la más adecuada seria trabajando en base a una distinción entre el hincha organizado y
el no organizado. Las otras categorías son demasiado subjetivas y están cargadas de pre nociones,
el barrista también es hincha, y me imagino que el espectador también, así como alguien puede
transitar por cualquiera de estas categorías durante el transcurso de su vida. La categoría del hincha
organizado, engloba a todos aquellos seguidores para los cuales su equipo representa una
institución de organización. Por supuesto esta puede ser de una amplia gama de formas, que va a
depender de los fines y elementos identitarios de cada colectivo. Desde quienes se organizan para
poder armar la fiesta dentro de los estadios, pasando por grupos con elementos políticos, o los que
tienen que sortear los diferentes obstáculos que la distancia pone para ver a su equipo al vivir en
regiones, como también por aquellos grupos que tienen un trabajo más activo y sistemático en
cuanto a las temáticas atingentes al club. Volveremos sobre este tema más adelante.
La violencia no es el elemento aglutinador del grupo
Los estudios que han derivado de esta herencia teórica plantean a la violencia como el
elemento de integración más relevante en los grupos de barristas. Considero dicho planteamiento
equivocado, los diferentes colectivos de hinchas, agrupados en los diversos tipos de organizaciones
37
que pueden haber entorno a un equipo, en este caso de Universidad de Chile, se agrupan en primer
lugar por compartir un mismo sentimiento de seguimiento por el club, por sus colores, por su
historia. Los episodios de violencia son posteriores a la afiliación de un individuo a algún grupo de
hinchas. A mi parecer, aquí no existe un rito de paso, una forma de iniciación como algunos autores
han intentado de estudiar o incluso de caracterizar. Uno comienza a ser parte de la comunidad de
una barra de fútbol en el momento en que por diferentes motivos, ya sea tradición familiar, el barrio
o población en donde uno creció, por mero gusto, por las más variadas anécdotas; decide
convertirse en un seguidor e hincha del fútbol. El papel que juega la violencia dentro de las
diferentes agrupaciones es un tema posterior. Evidentemente para algunos grupos la violencia sí
representa uno de los elementos más esenciales y característicos en sus identidades, pero aun así
su vehículo de integración primario es otro, el compartir la misma afiliación por un club. En este
sentido; “Fenómenos como el misticismo, el sensualismo, la indiferencia, o la violencia no se han
de atribuir por tanto a la naturaleza interna de la juventud, sino a los contextos históricos
cambiantes…” (Feixa 1999:60) La violencia adquiere determinados valores según su contexto,
pudiendo ser uno de los elementos más importantes de cohesión del grupo, como también no tener
un valor relevante, incluso pudiendo ser un elemento condenable.
A mi parecer, existen elementos identitarios claves en cada grupo de hinchas, ciertas
características que se encuentran en la profundidad de la conformación de una hinchada, estos
serían los elementos aglutinantes para los barristas. No podemos pasar rápidamente por el hecho
de que hoy han pasado 27 años desde que la hinchada de la “U” se constituyó como “Los de Abajo”.
Ha cambiado el contexto político (local y global), las TIC han modificado fuertemente las
relaciones y los movimientos juveniles, la sociedad en general ha cambiado a un ritmo acelerado,
y esta organización ha permanecido y permanece más vigente que nunca. Pensar que se ha
mantenido estática, sería un error evidente, muchas cosas han cambiado, su organización,
personajes, prácticas culturales, entre otras. A pesar de esto, continúa siendo una organización que
congrega a miles de personas que se siguen identificando bajo este nombre y lo que ello conlleva.
Así, el nacimiento de esta hinchada, está marcado por una serie de elementos constitutivos
que darán sentido a las relaciones y al desarrollo futuro de la barra. Esta idea no es algo nuevo,
algunos autores ya han trabajado estas aristas, identificando aspectos claves para la conformación
identitaria de LDA, pero no se le ha dado la relevancia suficiente.
38
Para los años de conformación de LDA, la Universidad de Chile ya contaba con la
popularidad que lo colocaba en la disputa por ser el equipo más popular del país, pese a su irregular
presente futbolístico.
“Luego de una gloriosa época7, el primer impulso para convertir al equipo en una
institución popular. (…) Ahí es cuando la historia se vuelve inexplicable. En un cuarto de siglo
(1969-1994), la Universidad de Chile acumula fracaso tras fracaso, humillación tras humillación.
Y sin embargo, aparte de la fidelidad de sus viejos hinchas, sigue sumando más y más fanáticos.
Son ‘hijos de la dictadura’ que no alcanzaron a vivir las glorias del Ballet Azul. Y Cuando la U
volvió al primer plano con el título de 1994, ya tenían entre 13 y 19 años.” (Matamala 2015: 163)
Los de Abajo se comenzaban a consolidar así con un fuerte componente juvenil. Y como
afirma Santa Cruz (1996), con una serie de elementos que terminan configurando la identidad de
este grupo.
"... Una identificación y fidelidad incondicional, la construcción de un mito referencial
como fue el " Ballet Azul" como expresión de un tiempo histórico no olvidado, la acumulación de
frustración, primero de no ser campeones y luego de no estar en primer plano (...) La carencia de
organización interna, como decisión explícita y un elemento importante es el pluriclacismo y
heterogeneidad social y cultural así como la existencia de un amplio espectro político (...) Un
sentimiento de entrega a una causa, a la defensa de un ideal, lo que genera una base de identidad
colectiva suficiente para dar sentido a una actividad común...” (Santa Cruz en Aguilar y Bustos
1997:43)
“En los tiempos del régimen militar, el “bulla8” era el único que metía bulla. Su barra
armaba escándalos, sus futbolistas eran mejores para reclamar que para jugar, sus hinchas eran
“protestones” e insolentes. Era el equipo que estaba en contra. Era la oposición a todo. Partiendo
por ser opositores a ellos mismos, o mejor dicho, a sus autoridades.” (Matamala 2015: 165)
"Uno se hace barrista alentando al equipo en las buenas y en las malas. Eso es lo esencial.
Todos somos uno, todos somos iguales. En la barra, el rico y el pobre son iguales." En esta barra
sus miembros atestiguan una férrea unión entre ellos. Hablan del «lazo azul» que ata a la «familia
azul» (color que distingue al club de la Universidad de Chile del resto y que usa en sus camisetas,
71959-1969 el equipo bautizado como “Ballet Azul”. 8Apodo que manejan los hinchas para su equipo Universidad de Chile.
39
banderas y otros símbolos). Dicen sentir a la barra de la «U» como una familia, lo que produce
como resultado que tenga entre ellos una relación de hermanos. (Recasens 1999:12)
Incluso hay autores que se atreven a posicionar al papel de la dictadura como el eje
articulador de LDA (Figallo y Muñoz; 2003). Lamentablemente, para dar con aquellos elementos
claves de articulación en la hinchada, se requiere de un trabajo focalizado y especializado en el
tema, su profundidad y complejidad superan los objetivos de mi memoria, e incluso su material
daría para la redacción de otra. Sin embargo para no dejar todos estos elementos en el aire,
comentaré brevemente algunos de estos elementos nombrados, que han aparecido tanto en la
bibliografía, como en los testimonios de los hinchas que han sido parte de esta investigación.
Claramente la fidelidad se trasforma en uno de los elementos significativos para el grupo,
el que la barra se haya formado durante un período de sequías en triunfos deportivos que duro 25
años, ha perdurado hasta los días de hoy. De aquí nace también uno de los aspectos fundamentales
para la diferenciación en oposición al otro, a la contra. LDA, a diferencia de lo que se les critica a
sus rivales, los hinchas de Colo Colo, no viven de copas ni de los triunfos deportivos, pues durante
ese tiempo no existían. “25 años yo esperé, salir campeón, por una copa yo no cambio mi pasión,
soy del león…” dice una de las más famosas canciones de la barra que se entona hasta el día de
hoy; pese a que muchos de los hinchas que la cantamos no vivimos aquellos años de espera; se ha
transformado en un mito referencial, la fidelidad que caracteriza a LDA.
El contexto político de la dictadura claramente marca un hecho relevante para la
caracterización de LDA. El hecho de que un amplio sector político se manifestaba dentro de la
hinchada, encausó más a la identificación del grupo. Es cierto que varias organizaciones de
izquierda formaban y forman parte de la barra, sin embargo resulta errado tratar de identificar a la
barra con alguna corriente política en particular, ya que su heterogeneidad es enorme, a pesar de
que se sigue entonando “Somos los hinchas, más anarquistas, los más borrachos los más
antifascistas…”. Este hecho por supuesto tiene explicaciones ideológicas, pero sus raíces más
firmes a mi parecer, están en la relación que ha ocupado la política y el fútbol en el país, algo que
Matamala refleja muy bien en su libro. Augusto Pinochet, era socio honorario de Colo Colo, los
hinchas azules veían en la dictadura la figura de su archirrival, que para ponerle más condimento
pasaba por quizás su período más exitoso. Este elemento continúa siendo un factor esencial para la
identidad de un miembro de LDA, aquella diferenciación se intenta resaltar hasta el día de hoy.
40
“LDA es la hinchada de la Chile, LDA es la hinchada popular, LDA no acepta maricones, ni
tampoco donaciones del gobierno militar”, “recuerdo cuando Pinocho les compró un estadio
entero, con la plata que a mi pueblo le robó…”, “vamos a romper, vamos a romper, vamos a
romper el estadio de Pinochet”, “a veces me pregunto, si es que Allende existiera, no tendrían
estadio, esos hijos de perra”. Son algunos de los canticos que continúan buscando exaltar aquella
diferenciación.
Así, el hecho de que sus hinchas eran “protestones”, también es un elemento que ha
perdurado a las transformaciones de la barra. Hoy en día LDA cuentan con un amplio historial de
marchas y acciones directas que la han llevado a ser calificada como “el mayor dolor de cabeza
para las autoridades”(La Segunda 24/07/2015). Incluso durante este año se desarrolló la primera
marcha nacional de LDA en contra del fútbol de mercado, “En Chile nos robaron el fútbol y
mataron la fiesta” fue el mensaje que se intentó mostrar al mundo entero en plena realización de
la Copa América 2015 organizada en nuestro país. Este hecho es relevante, pues demuestra la
capacidad organizativa que tiene la barra, logrando coordinar marchas en la mayoría de las
capitales regionales del país, la principal, la de Santiago, fue fuertemente reprimida por la fuerza
pública, finalizando de manera abrupta.
En las citas de Recasens se habla mucho sobre la heterogeneidad social como un aspecto
clave en la conformación identitaria de la barra. Se utilizan conceptos como “lazo azul”, “familia
azul”, de que en la barra todos somos iguales más allá del pluriclasismo de su composición. Esto
sería reflejado en lo que el hincha azul reconoce como camaradería. Esta sería también uno de los
componentes claves en la identidad del barrista, sin embargo según los testimonios de mis
informantes y mi experiencia vivida, es algo que paulatinamente ha ido desapareciendo, aunque
sigue estando en la memoria colectiva del hincha. Hoy las cosas son diferentes, no me tocó vivir
aquel ambiente de familiaridad azul en la galería, la fragmentación se ha hecho presente y ha
provocado que este elemento se vuelva cada vez más escaso. Si bien existen otras instancias en
donde se vive y expresa la camaradería como son, navidades azules, campeonatos, actividades a
beneficio, los viajes a regiones donde compartimos con personas que nunca habíamos visto antes,
entre otras, lamentablemente el estadio y la galería han dejado de ser un espacio constante de esta.
Estos serían algunos de los aspectos identitarios claves para un miembro de LDA. Por
supuesto, como dije antes, dichos resultados requieren de una investigación propia, que por lo
41
demás, sería de gran ayuda para empezar a comprender, desde una nueva perspectiva, a los grupos
de barristas, alejándonos de los estigmas y desplazando a la violencia como elemento principal.
La diversidad de organizaciones
Hasta el momento, se han caracterizado a las hinchadas como instituciones jerárquicas
compuestas por organizaciones territoriales, aquí en Chile denominadas “piños”. Como se presentó
en el capítulo I, la heterogeneidad en la diversidad de organizaciones ha sido una tema que no sido
caracterizado adecuadamente. Dentro de LDA, también existen otras organizaciones cuyos
elementos articuladores no son el componente territorial y que también forman parte del complejo
entrelazado de relaciones que componen la hinchada. Mi trabajo en terreno me permitió acercarme
y conocer algunos de los diferentes colectivos. La presente cita, resume en cierta forma algunas de
las diferencias más esenciales entre las diversas agrupaciones:
“Los autores de las CCSS tendieron a establecer claras diferencias entre las subculturas
juveniles obreras y las contraculturas de los jóvenes de clase media: mientras las primeras son
estructuras colectivas compactas que toman la forma de banda, las segundas son medios difusos
más individualizados, unas surgen de la dicotomía entre el mundo institucional (familia, escuela,
trabajo) y el tiempo libre, otras plantean una síntesis (el trabajo es un juego) o bien proponen
instituciones alternativas (la cooperativa, la comuna), unas tienden a ser territoriales (apropiación
del gueto), otras tienden a ser universales (éxodo para crear un nuevo gueto: las utopías rurales),
en las primeras la vivencia predomina sobre el discurso, en las segundas no hay vivencia sin
discurso ideológico justificativo…” (Feixa1999: 83)
Las organizaciones más comunes, autodenominadas “piños” han sido ya descritas por
diferentes investigaciones, y a mi parecer de una manera adecuada. Los piños se ubicarían entre
los primeros grupos descritos en la cita. Para ellos se ha evidenciado la importancia del territorio y
su apropiación a través de diferentes manifestaciones culturales. Muchos de sus lienzos, llevan
sencillamente escrito los nombres de sus poblaciones, comunas, regiones o ciudades, y en sus
territorios se pueden ver los colores representativos del club, junto con grandes murales callejeros.
Estos serían los piños más “clásicos” por decirlos de alguna forma. El estar presente en los
diferentes lugares donde juega la “U”, engrandecería no solo al colectivo, sino que también al
territorio al cual dicen representar.
42
“A través de la función de territorialidad la subcultura se enraíza en la realidad colectiva
de los muchachos, que de esta manera se convierten ya no en apoyos pasivos, sino en agentes
activos. La territorialidad es simplemente el proceso a través del cual las fronteras ambientales
son usadas para significar fronteras de grupo y pasan a ser investidas por un valor sub cultural.
(…)La territorialidad, por tanto, no es sólo una manera mediante la cual los muchachos viven la
subcultura como un comportamiento colectivo, sino la manera en que la subcultura se enraíza en
la situación de la comunidad” (Cohen en Feixa, 1999: 95).
Un aspecto fundamental respecto de lo señalado Carlos Feixa es que, para estos grupos la
vivencia predomina por sobre el discurso. Algo que en el lenguaje de la hinchada es conocido como
“tener kilómetros”; para poder entablar relaciones de confianza o alianza con algunos piños o
individuos, debes haber sido visto en los estadios más recónditos del país o el extranjero, o en
situaciones adversas en las cuales se debe poner el aguante aprueba, sin lo cual es poco probable
obtener respeto y confianza.
Muy similares son otras agrupaciones también identificadas como piños, en donde el
componente territorial tiene el mismo valor simbólico que lo anteriormente descrito, pero dentro
del estadio. Colectivos que se reúnen según la localización que utilizan en el estadio, algunos
grupos más pequeños, identificados con la numeración de alguna de las puertas que existen en el
Estadio Nacional; “Puerta 13”, “La Banda de la 16”, “La 26 Norte”, entre otras. Algunas
agrupaciones son más grandes, por lo general representan una red de alianzas entre piños que
utilizan un mismo lugar para ver los partidos; “Codo Izquierdo”, “Codo Derecho”. Tienen un
trabajo conjunto para, armar la fiesta dentro y fuera del estadio, realizar actividades benéficas o de
cualquier tipo, verdaderas redes de apoyo mutuo. Posibilitan también una integración más sencilla,
pues como la territorialidad predominante es la ubicación de la galería, algún hincha que utiliza el
mismo espacio se hace visible y su constancia determina su integración o no al grupo. A diferencia
de los primeros piños descritos, en los cuales la multiplicidad de espacios gira en torno a sus barrios,
los espacios de integración son diferentes, los traslados desde y para sus hogares en los días de
partidos, las relaciones con la contra en sus territorios, entre otras situaciones ligadas a sus espacios
cotidianos.
Como se afirmó anteriormente, existen otras agrupaciones de hinchas, que también
participan en la totalidad de la hinchada. Algunas se asemejan a las descritas en las caracterizadas
43
por Feixa como contraculturas. Estos colectivos tienen una composición más heterogénea en
cuanto a las clases de pertinencia de sus adeptos, algunas proponen instituciones alternativas de
agrupación, diferentes a los “tradicionales” piños, tienden a ser universales en el sentido que están
en la constante de integrar nuevos miembros y, estos son mucho más rotativos que en las
organizaciones territoriales. Y la principal diferencia, según mi parecer, es que no hay vivencia sin
discurso ideológico justificativo.
En la mayoría de las organizaciones de este tipo, el eje articulador de sus miembros es
político. Así existen diferentes colectivos, que a través de una serie de puntos ideológicos
coincidentes que integran al grupo. “El NO oficial”, “Sentimiento Antifascista”, o “La Asamblea
de Hinchas Azules”, son algunos ejemplos de estas agrupaciones. Estas transitan contantemente
entre los códigos de la barra y su propio discurso, algunas veces contradictorios entre, lo que hace
más compleja la situación aún. Aquí no se necesitan kilómetros, ni demostrar aguante, incluso
existen algunos que, ni siquiera asisten a los estadios desde la privatización del club. Todas
características que para las organizaciones territoriales serian faltas graves a los códigos de la
hinchada. Estos se caracterizan por participar y organizar otro tipo de actividades, diferentes al de
las más comunes del entorno hinchada. Las más diversas marchas políticas, programas de radio,
conversatorios, foros, e instancias recreativas, entre otras, son parte de las actividades comunes de
estos colectivos. Esto se entiende en la medida que el punto articulador es el discurso ideológico,
el grupo crece o se engrandece a medida que el discurso es propagado y logra convencer a otros
miembros de la hinchada.
Para ejemplificar, profundizare en una de estas organizaciones en la cual participé durante
el período de investigación, la Asamblea de Hinchas Azules. Esta surgió como consecuencia de un
proceso de exclusión política y social de los hinchas, quienes rebelándose frente a la adversidad
externa y la división interna de la hinchada, deciden apostar por un espacio de deliberación y
organización política que permitiera avanzar seria y colectivamente en la recuperación de los
espacios y derechos que los hinchas consideran que deben tener dentro del club.
A partir de esa necesidad y diagnóstico, fueron 30 agrupaciones de la “U” quienes se auto-
convocaron a fines del 2013 para proponer al resto de la hinchada un espacio de encuentro, diálogo,
participación y organización horizontal, “sin capos ni jefes”, donde todos pudieran aportar de
manera igualitaria. Así, basándose en herramientas de metodologías participativas, en dos años se
han realizado 7 asambleas con 130 participantes promedio, donde se ha deliberado y acordado
44
avanzar colectivamente en líneas de trabajo orientadas a la recuperación del club y la fiesta en la
galería. De esta manera, en la actualidad se desarrollan trabajos y proyectos en un nivel político-
parlamentario, entablando reuniones con diferentes políticos para analizar las posibles
modificaciones a la Ley, con la hinchada, con la Universidad de Chile (casa de estudios), o los más
diversos proyectos culturales, como la Editorial Tucúqueres, el Observatorio de Derechos del
Hincha, la Brigada Tinta Bullanguera, entre otros.
El proyecto llamado “Casa de Bello” tiene como objetivo reconstruir el vínculo histórico
de la Universidad de Chile (en tanto institución educativa) con los hinchas de la “U”, a través del
vínculo de estos con la comunidad universitaria triestamental, como también a partir de la
potencialidad que tiene el mundo del fútbol para la universidad en tanto espacio relacional de
estudio, retroalimentación y acercamiento entre el mundo académico y el mundo social. Es
importante recordar que la Universidad de Chile (institución educacional), a nivel de correlaciones
de fuerza, es la otra gran comunidad olvidada, aparte de los hinchas, por la concesionaria, contando
con sólo 2 de 11 cupos de representante en el directorio de Azul Azul.
Con la hinchada se tiene un trabajo de colaboración en actividades como campeonatos de
fútbol, que se desarrollan a pasos del Estadio Nacional, donde hace 3 años participan haciendo
deporte más de 150 jóvenes barristas pertenecientes a más de 12 comunas diferentes de la Región
Metropolitana. Se trabaja conjuntamente entre la Asamblea y miembros de LDA en proyectos
referidos a la celebración y/o conmemoración de fechas e hitos institucionales como son el
aniversario del club, la quiebra, días del niño, navidades azules, marchas, entre otras iniciativas.
El trabajo es organizado mediante objetivos, metodologías, plazos y recursos, permitiendo
que el espacio de la Asamblea sea también un espacio de emprendimiento de iniciativas sociales.
Cualquier persona que tenga una idea de trabajar con gente de la “U” y para la “U”, la puede
desarrollar en el marco de la asamblea y su personalidad jurídica que la constituye legalmente en
Asociación sin fines de lucro capaz de postular a diversos fondos públicos del Estado. De esta
forma, a través de proyectos sociales y culturales orientados al desarrollo humano y social de los
hinchas de la “U”, se han ido restableciendo los lazos profundamente afectados desde la división
interna por el liderazgo de la barra, integrando a nuevas personas y agrupaciones al proceso social
de recuperación del club y la fiesta. Así, desde la confianza, democrática y participativamente se
ha iniciado un proceso de construcción de unidad y mayoría, social y política, con vocación de
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poder transformar la realidad adversa a la que nos toca vivir los hinchas de la “U” en el actual
contexto de fútbol de mercado.
Consideraciones finales:
A modo de resumen del capítulo II, he planteado tres premisas centrales. La primera hace
referencia a la necesidad de mirar la realidad de las hinchadas desde sus propios contextos locales.
La importación de conceptos (aguante y Barra Brava) desde la academia Argentina, no ha aportado
para la comprensión de estos grupos, por el contrario ha fomentado su estigmatización, al centrar
la confrontación violenta como elemento central de estos grupos. Ante esto, sostengo que existen
dentro de cada barra, ciertos aspectos valóricos e ideológicos que consolidan los procesos
identitarios de cada grupo, estos últimos constituirían los elementos aglutinantes de los grupos. Se
requiere de investigaciones que identifiquen aquellas claves, lo que representaría una importante
contribución para comprender la realidad de las hinchadas y para potencializar un dialogo social y
político. Por último, destaqué la heterogeneidad interna que existe en la hinchada. Estos espacios
no han sido caracterizados adecuadamente. Es más, se tiende a la homogenización de sus
colectivos. Pero el problema es que existen una amplia gama de organizaciones, aquí he buscado
caracterizar dos de aquellas, las territoriales y las políticas, sin embargo existen otras, en las cuales
la articulación de los grupos puede depender de otros factores, como lazos de parentesco, o gustos
musicales. Todas ellas forman parte de las relaciones sociales que componen la barra LDA.
Por lo expuesto anteriormente, propongo trabajar bajo la categoría de hinchas organizados,
categoría que engloba a todos los grupos, sin hacer distinciones entre ellos, pues para el tema de la
violencia resulta necesario un concepto que logre englobar las diferentes realidades de los
colectivos.
Capítulo III: Entre códigos y resistencias
El modelo interpretativo utilizado para desglosar la diversidad de violencias que toman
forma alrededor del grupo humano analizado, ha sido de gran ayuda para poder visualizar aquellas
violencias que son producidas como no existentes, aquellas violencias que se mantienen ocultadas
sobre la condena de otras. Sin embargo, este también ha presentado sus dificultades en cuanto a
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que existen también otras violencias que serían difíciles de clasificar bajo estos parámetros. A su
vez la alta gama de violencias identificadas por los protagonistas de dicha investigación, algunas
más explícitas que otras, fueron complejizando cada vez más el panorama en cuanto a los límites
y objetivos de la investigación.
El presente capítulo lleva el título “entre códigos y resistencias”, pues esta relación
representa, a grandes rasgos, los sentidos en que los y las hinchas le atribuyeron a las diferentes
violencias. Ambas son categorías derivadas del propio testimonio de miembros de LDA. Los
códigos, hacen referencia misma a la “cultura de la hinchada”; es decir, a aquellas violencias que
están condicionadas por los códigos de honor que los miembros de este grupo manejan. A
diferencia de otros contextos en donde verdaderamente el código es un elemento silencioso-
invisible, que asigna elementos valorativos y estructura ciertas situaciones. Aquí, el hablar de
códigos resulta algo común para miembros de la barra, pese a que estos no son del todo claro para
quienes los manejan; existen violencias que están netamente relacionadas a estos, y así lo
reconocen sus protagonistas.
Las resistencias son aquellas violencias que los protagonistas identifican como parte del
proceso de exclusión del hincha organizado de la comunidad del fútbol. Aquellas violencias
comparten responsabilidad con los otros actores del fútbol, y responden a una planificación
estratégica de lo que el poder económico y político ha querido hacer con el fútbol en nuestro país.
La idea de que la barra es un espacio de resistencia frente al contexto político actual, ya es algo
común para sus miembros.
Cada violencia identificada lleva su propia complejidad en su proceso de interpretación,
incluso “entre códigos y resistencias”es algo literal, pues existen sentidos que transitan de uno al
otro, ciertas situaciones en las cuales sus significados se ven permeados por ambas dimensiones.
La mayoría de los subtítulos en este capítulo son fragmentos de canciones que entona la hinchada.
La articulación de la exclusión
Como consecuencia de un largo período de asentamiento del neoliberalismo, se
desencadenó en los años 2000, como finalización de un proceso de privatización de los bienes
públicos, la fraudulenta quiebra de los clubes de fútbol profesiónales chilenos. Situación que se
encuentra en estrecha relación también con el avance de la política de privatización y
47
mercantilización del fútbol que propuso Havelange9 desde su llegada a la FIFA en los años 70 y
que sin duda marca el desarrollo de este deporte a nivel mundial.
Dicen los y las hinchas que el proceso de quiebra fue fraudulento, pues los clubes de fútbol
profesional, eran corporaciones sin fines de lucro que de pronto pasaron a tener una deuda
gigantesca con el fisco que nadie se explica cómo y dónde surgió. Siendo estos las primeras
corporaciones sin fines de lucro en ser declaradas en quiebra por la Tesorería General de la
Republica.
Así, con este difuso panorama, el año 2002, a través del vigésimo segundo juzgado de
Garantía de Santiago se decretó la quiebra en primera instancia de Colo Colo, y posteriormente el
año 2006, la del Club de Fútbol Profesional Universidad de Chile, lo que sentó las bases de la
transformación total del modelo administrativo del fútbol en nuestro país y el desmantelamiento
de los clubes con sus estructuras sociales. Si bien la Ley se promulgó en 2005, recién en noviembre
de 2006 se hizo obligatorio para todos los equipos convertirse en Sociedades Anónimas -
exceptuando las corporaciones que quisieran constituirse como fondos de deporte profesional-
dando inicio formal al sistema de administración privado del balompié profesional. Debido a esto,
hoy en día nuestra estructura administrativa e institucionalidad deportiva, admite solo a las
Sociedades Anónimas Deportivas (SAD), concretándose el cambio de paradigma administrativo.
Así, la concesionaria Azul Azul S.A se adjudicó la administración del club Universidad de Chile,
hasta el día de hoy.
Los años posteriores a la llegada de la administración privada del club, marcan una
transformación en el trato hacia el hincha. La calidad de socio dejó de existir, los espacio con los
que contaba el pueblo azul para socializar fueron clausurados, el club fue cerrado para unos pocos.
Aquel hecho cabría dentro de lo que definimos como violencia estructural, y es interpretada como
una de las principales por parte de los hinchas organizados. Un participante del conversatorio
comenta:
Violencia es la condición que vivimos más allá de cómo somos tratados. Hoy no tenemos
nada. La Concesionaria nos dejó en la calle. No contamos con espacios que nos podamos apropiar.
No tenemos relación con el equipo, no tenemos sede, ni escuela. ¡Nos despojaron de todo! Incluso
9Joao Havelange, presidente de la FIFA (Federación Internacional de Fútbol Asociación) desde 1974 hasta el 8 de junio de 1998.
48
los mecanismos de expresión en el estadio que era lo único que nos quedaba. (Conversatorio “más
allá de la Ley; discutiendo la violencia en el fútbol”)
La transformación del hincha a consumidor, es un proceso que se ha implementado a través
de una serie de medidas. La privatización de los clubes sociales y deportivos y la desarticulación
del componente social de estos, fue la primera gran jugada, que vendrían seguida de una serie
hechos políticos que buscarían la exclusión del hincha organizado de la comunidad del fútbol. Así
la resistencia para sus protagonistas se trata en primer lugar de algo emocional, de un sentimiento
de que le están tratando de arrebatar algo muy propio.
El sentimiento perdura, está ahí por siempre. Eso no nos lo pueden quitar,
afortunadamente, pero el hecho de que nos despojen de nuestra voz en la construcción del destino
de aquello que amamos es algo que no solo molesta, sino que además menoscaba la dignidad y no
solo nuestra dignidad como hinchas, sino también como ciudadanos, no poder participar, no poder
contar con ese derecho tan básico, es la desnaturalización total de lo que significa ser hincha (…)
En el marco de fútbol de mercado que hoy impera, tú hincha, con toda tu pasión, tan real como el
amor por tus hijos o tus padres, quedas reducido a un mero cliente. Tu única función es
incrementar las ganancias de una empresa. Tu único derecho es, después de pagar, disfrutar de
un espectáculo. (Zepeda 2015:19)
AA10 introdujo la figura del hincha abonado. Un modelo que si bien existían en
administraciones anteriores, esta vez es fuertemente promocionado por la concesionaria y
promovido como el “espectador ideal”. El abonado, debe inscribirse con sus datos en las oficinas
de la concesionaria, y pagar anualmente por una tarjeta, con la cual tiene el ingreso a todos los
partidos que la “U” juega de local. Los abonados tiene ingresos propios para entrar al estadio, los
que generalmente son menos estrictos en cuanto a la revisión policial. Muchas de las veces en que
hubo incidentes durante el año, ya sea ingresos a la cancha por parte de hinchas, el uso de pirotecnia
durante los partidos, riñas entre pares o con la fuerza pública, la concesionaria ha optado por
sancionar al público no abonado. Es decir para los siguientes partidos, AA solo ha dejado entrar al
estadio a quienes tengan la calidad de abonado. Ante estas situaciones un hincha comenta:
No somos nadie para cuestionar el amor a la “U” de nadie, de los abonados, o los que van
a tal o cual sector. Cuando Azul Azul dice que solo abonados pueden ir, o comprar entradas para
10Azul Azul S.A. sigla que utilizare de ahora en adelante.
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ir, o cuando se encuentra a alguien que hace algún ilícito y se culpa al no abonado traspasan la
responsabilidad a un hincha para con otro, de un hincha sobre otros hinchas. Cuando se venden
entradas solo abonados para ir al Monumental11, y ponen buses además para llevarlos, es una
exposición clara y directa a la violencia. (Conversatorio “más allá de la Ley; discutiendo la
violencia en el fútbol”)
La situación comentada refiere a un ejercicio constante de violencia, a lo que Sondré llama
violencia latente. En este caso esta forma de violencia es muy explícita, pues se aplica
constantemente a través de los medios económicos y políticos que la concesionaria maneja. El
precio de las entradas, es otra forma de exclusión, contamos con los precios más elevados del
continente, pagando incluso cifras superiores a $10.000 por un espacio en la galería. Las formas de
compra de estas también se inscriben en esta constante. Ahora solo se puede comprar vía internet,
abriendo una cuenta en determinada empresa de tickets, y con la obligatoriedad de contar con una
cuenta bancaria que permita realizar transacciones electrónicas. Los tratos diferenciados según el
sector por el cual uno ingresa al estadio, o los castigos arbitrarios por parte de AA a la gente. Todos
estos detalles también son identificados como violencia por parte de los hinchas.
“Tiene que haber un cierto mecanismo de control o revisión en el estadio. No dependiendo
de cuánto pagues va a ser el trato que recibes… Debe haber cierto mecanismo de control, igual
para todos. Pero más allá, el plan de seguridad está mal hecho, por gente que no va a los estadios.
Hay muchos fracasos… Buscan instancias, provocan instancias, para avalar el plan. Actitudes
como bajar a una persona de una silla de ruedas para revisarlo genera reacciones, a veces derivan
en violencias.” (Conversatorio “más allá de la Ley; discutiendo la violencia en el fútbol”)
“No hay confianza como para llevar a niños porque las tocaciones son demasiado violentas
para exponerlos. ¿Cómo nos hacemos cargo de esto? ¿Aceptamos, naturalizamos que nos toquen?
¡No es normal, ni legal! Es un abuso que alguien te toque sin tu autorización. Tendemos a
aceptarlo porque si no, no nos dejanentrar a ver a la “U”. Pareciera un país aparte.”
(Conversatorio “más allá de la Ley; discutiendo la violencia en el fútbol”)
Comentan dos hinchas durante el conversatorio sobre los ingresos al estadio y los tratos
diferenciados que hay por sector en este. La violencia latente a mi parecer es la que predomina en
el contexto de las hinchadas. Verdaderamente un ejercicio constante, desde que uno decide ir al
11Estadio de Colo Colo, clásico rival.
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estadio hasta lograr volver al hogar, y también efectivo, pues logra intimidar a los y las hinchas.
Una nota de campo durante la previa de un partido, grafica un poco lo comentado.
“Más de 50 minutos esperando una micro en Av. Matta, casi 2 horas desde que salí de
Peñaflor rumbo al estadio Nacional. Ya es la quinta micro que no nos para… cada vez se junta
más gente… el partido ya está que comienza… la desesperación y las ganas de ver a nuestro equipo
son cada segundo más fuertes… cada minuto que pasa pinta para peor… algunos corren buscando
separarse del grupo, pensando que así tienen más opciones de llegar a tiempo. Algunos de los que
se separan son interceptados y revisados por la policía…una micro se ve obligada a detenerse en
el momento que se ve rodeada de hinchas, todos nos subimos como podemos, sin saber para dónde
irá la micro… por las presiones la micro avanza rumbo al Nacional….nos intercepta la policía…
todos corremos… algunos caen detenidos. Corro hacia un pasaje, me cambio mi polera de la U
por una cualquiera, color naranja… vuelvo a la avenida…le ruego a un auto que esperaba la luz
verde que me dejara subir… accede… logro salir del conflicto y entro al estadio media hora del
partido ya comenzado… aún falta la salida…” (Cuaderno de campo, 26/04/2015)
Las diferentes discriminaciones que toman forma al momento en que uno se pone una
camiseta resultan sorprendentes para alguien ajeno a este contexto. Sin embargo para quienes la
viven, es algo normalizado, es algo que se sabe, algo que se tiene que tener en cuenta al momento
de salir de la casa y planificar el traslado al estadio. Sumado a las preocupaciones sobre alguna
posible emboscada por parte de hinchas rivales, lleva a los protagonistas, según sus propios
testimonios, a estar en un constante estado de alerta, “hay que estar vivo siempre”.
Ni a los pacos, ni a la represión…12
Ante esto la incondicionalidad aparece como elemento esencial para resistir estas
violencias. Pese a los obstáculos, a las trabas, a las revisiones, a las persecuciones, a los precios de
las entradas, a todo lo anteriormente descrito por parte de los protagonistas, la incondicionalidad
aparece como un factor interno propia de la cultura de la hinchada, que provoca que los
protagonistas no den un paso al costado, y sigan organizándose partido a partido para ver la mejor
forma de sortear los problemas para poder seguir alentando a la “U”.
12Canción completa en ANEXO 8
51
“El estadio es tierra de nadie, en el que debemos renunciar a todos nuestros derechos. En
Falabella13 se nos respeta, en el estadio no. Tiene que ver con el miedo. Depende de la voluntad
de Carabineros, que si quiere llevarte te va a llevar, dando lo mismo si uno tiene méritos. Ir a ver
a la “U” es al costo que sea…” (Conversatorio “más allá de la Ley; discutiendo la violencia en el
fútbol”)
Esta observación refleja la realidad que viven todos los fines de semana. Ir al estadio es
sinceramente una tómbola. Nunca es igual a una vez anterior, durante un mismo ingreso puedes
encontrarte con revisiones tenues o te pueden desnudar completamente para ver si ingresas algo
ilegal. Pero el riesgo está siempre.
Un episodio registrado en mis observaciones participantes grafica la situación. Para el
partido ante Audax Italiano, disputado el 2 de marzo del 2015 en el Estadio Nacional, durante el
ingreso, personal de Carabineros me pidió dirigirme al carro policial para realizarme revisiones
más minuciosas. Al momento de ingresar al carro policial, donde se encuentran cinco efectivos de
las fuerzas especiales, me solicitaron desnudarme totalmente al interior del carro, por supuesto que
accedo, el partido estaba que comenzaba, y alguna otra respuesta u observación a las órdenes puede
significar quedar afuera, o incluso fuera de los estadios por un período mayor, aparte de ser
golpeado. Al momento de constatar que no portaba nada ilegal y que mis antecedentes estaban
limpios, me proceden a golpear entre cuatro policías, provocándome una herida sangrante.
Finalmente me piden que me vista, me rompen mi entrada, me limpian la sangre de mi rostro y
descienden para expulsarme del recinto deportivo.
Hasta ese minuto no había dicho ni una palabra, primero por el miedo a la situación,
segundo porque sabía que nada se podía decirle a esos funcionarios. Me lleva hasta la salida el
mismo individuo que me pidió que subiera al carro. Le pregunto qué por qué me estaban haciendo
esto si no había incurrido en ninguna ilegalidad, absolutamente ninguna, su respuesta; “quédate
callado, sino te aplico el 10214”.
La verdad, esta situación no era de gran extrañeza para mí, no era primera vez que
presenciaba algo similar o que algún cercano mío le ocurriera, incluso en otras ocasiones había
13La comparación con Falabella Retail S.A, se debe a que el grupo Bethia S.A uno de sus propietarios, es también controlador mayoritario del club de fútbol Universidad de Chile. 14El código 102, es una sanción que prohíbe el ingreso a los estadios para hinchas que infrinjan la Ley por un período de hasta dos años. Más adelante se profundizará sobre esto.
52
tenido que lidiar con acciones parecidas. Sin embargo lo que llamó más mi atención fue lo que
sucedió después. Una vez fuera del recinto deportivo, sin entrada, con mi polera manchada con
sangre, me pongo a buscar ayuda con tal de poder denunciar aquella injusticia. Con el pasar de los
minutos se han ido restableciendo los lazos profundamente afectados, y tenía aun la esperanza de
poder ingresar aunque sea al segundo tiempo. Pero a cada persona a la cual llegaba a solicitar
ayuda, recibía una respuesta negativa. Guardias privados de seguridad, otros hinchas, familias,
representantes de la concesionaria, otros policías, todos. Yo era el presunto culpable de aquella
situación, mi versión de los hechos era puesta en duda desde el primer minuto. “Alguna cosa
estabas pasando”, “algo tuviste que haber dicho”, “¿seguro que no tomaste nada?” fueron
algunas de las respuestas de quienes solicité ayuda. Finalmente un carabinero me vuelve amenazar
con el código 102 y me retiro, con odio e impotencia.
La amenaza del empleo de fuerza, la violencia latente, se ejerce en forma permanente a
través de la discriminación y exclusión, la persecución policial camino al estadio por andar con
camiseta es un ejemplo claro de esto. La amenaza policial, con el derecho de hacer y deshacer
prácticamente lo que les plazca, que el hincha no cuente con ninguna institución u organización
que los resguarde o apoye (aparte de la hinchada), son también otras expresiones de esta violencia.
Esta, tiende a naturalizarse incluso entre nosotros los hinchas, que asumimos la situación como
normal y olvidamos ejercer nuestros derechos. Una vez con la cabeza fría y reflexionando sobre el
hecho, pensaba que efectivamente jamás hubiese aguantado aquellas revisiones en algún otro lugar,
jamás hubiese permitido una injusticia tal sin reclamar durante el proceso, pero aquí si lo había
hecho.
No importa si vamos en cana, siempre al bulla seguiremos15
La situación recién descrita, nos lleva a otro plano de la argumentación. Las violencias, sea
cual sea su forma, establecen una relación directa entre el contexto social en el cual se desenvuelve
y las estructuras normativas y valorativas que definen la legalidad/ilegalidad o
legitimidad/ilegitimidad de esta. Estas normativas y legitimaciones son también parte de la
violencia simbólica.
Contamos con una estructura legal que sitúa al hincha como ejecutor exclusivo de violencia,
mediante una normativa que nos señala como el problema y un plan que nos niega la existencia
15Canción completa ANEXO 8
53
como cuerpo social. Es necesario recordar que prácticamente solo han sido hinchas los procesados
por la Ley 20.84416, ninguno de los otros actores de lo que ahora autoridades llaman la comunidad
del fútbol desfilan por tribunales, a pesar de los altos niveles de abusos y represión que se viven en
los estadios.17
En el discurso de la autoridad, los hinchas aparecen tipificados como posibles infractores,
son ellos quienes no pueden entrar bombos, ni lienzos a los estadios, mientras que los clubes si
pueden. Es más, el PES exhorta a las sociedades anónimas hacer uso del derecho de admisión
contra aquellas personas que estas estimen convenientes (Albornoz 2015: 70)
La Ley establece la posibilidad de aplicar el derecho de admisión (la prohibición de ingresar
al estadio) de dos formas diferente, una es la aplicación del código 102, que lo aplica directamente
la concesionaria, a quien estime conveniente, y el código 101 que lo aplica la fiscalía, generalmente
ante delitos más graves. La nueva Ley amplió su aplicación ya no solo a los estadios, sino que a
cualquier contexto en donde pueda participar algún miembro de alguna hinchada. Traslados desde
y hacia el estadio, entrenamientos, banderazos, poblaciones, entre muchas otras. La arbitrariedad
en la aplicación de este artículo es preocupante, prácticamente cualquier persona que cometa alguna
infracción vistiendo uniforme de algún equipo puede ser procesado por la Ley. Hecho que no solo
puede costarle la prohibición de pisar cualquier estadio del país durante 4 años, sino que también
integra una serie de penas efectivas.
Uno de las grandes injusticias de la nueva Ley (aparte de que ciertos elementos están
permitidos para algunos y para otros significan pasar por las fiscalías) es que establece una moción
de agravamiento frente al delito; es decir, ante a un mismo delito existen condenas diferentes,
pudiendo hasta duplicarse las penas. Algo similar con lo que sucede con la conocida Ley Anti
Terrorista18 y su aplicación sobre el pueblo Mapuche. Este 2015, un reconocido hincha organizado
fue condenado a 100 días de presidio efectivo, por el hecho de intentar ingresar al estadio con la
cédula de otra persona, ya que AA ya había aplicado el código 102 sobre él.
16 “Derechos y deberes en espectáculos de fútbol profesional” 17En Abril del 2014, Jeason Silva, jugador de Colo Colo, fue procesado y condenado por la Ley, siendo este el único “otro actor”, aparte de hinchas en pasar por tribunales. 18 LEY N°18.314, para informarse más sobre esta y su aplicación leer Aylwin 2010
54
La mayoría de las influencias de la Ley actual vienen directamente desde Europa,
principalmente de Inglaterra, y de cómo trataron con “la mano dura de la dama de hierro19” a los
conocidos hooligans. El hincha organizado siente que lo están buscando, y ante esto han derivado
diferentes mecanismos de resistencia, observatorios de derechos del hincha en el estadio, la
constitución de organizaciones con personalidad jurídica o demandas a las concesionarias
responsables de los espectáculos deportivos, entre otras.
Ni a la mentira de la televisión20
Dichos antecedentes en las dimensiones normativas, constituyen también grandes
influencias al aspecto valórico que finalmente termina por otorgar legitimidad a algunas violencias
ante la condena de otras. El hecho de que solo hinchas sean procesados por la Ley, crea un
imaginario de hincha violento, y lo sitúa como el único ejecutor de violencia, por ende único
responsable en el conflicto. Este imaginario es potenciado fuertemente por los medios de
comunicación.
“A través de la prensa se caricaturizan las situaciones que convienen para sus intereses,
nunca van a hablar de esas otras cosas que hacemos y que son positivas, nunca van a mostrar
nuestras navidades, ni la ayuda que llevamos a Valparaíso cuando se incendió o al norte... Aunque
tengan una sola imagen de violencia, van a usarla una y mil veces para legitimar su abuso de
poder…” (Conversatorio “más allá de la Ley; discutiendo la violencia en el fútbol”)
El imaginario es potenciado bajo la figura de lumpen, según el discurso mediático se trataría
de individuos que nada tiene que ver con la cultura ni la comunidad del fútbol, es más, serían
delincuentes que concurren a la cancha con el único propósito de delinquir. El 18/07/2015, luego
de los incidentes ocurridos en Talca (describiremos este episodio detalladamente más adelante), el
diario La Tercera publicó en una de sus páginas una nota titulada “el nuevo perfil del Barra Brava”.
Dentro de los elementos para distinguirlos se encuentran los siguientes; son de corriente ideológica
anárquica, no tienen trabajo, asisten a barricadas y provocan caos en otros tipos de marchas, portan
armas blancas y/o de fuego, y consumen drogas y alcohol21.
19Las medidas que impuso el gobierno de Margaret Thatcher en Inglaterra por los años 90’. 20Canción completa ANEXO 21Ver ANEXO 2.
55
Otro ejemplo mediático, luego de los incidentes entre Colo Colo y Santiago Wanderers,
TVN dedicó un programa22 solo para tratar la violencia en el fútbol. El sociólogo deportivo, Andrés
Parra, comentó en aquel reportaje: “estos mismos delincuentes que entraron a la cancha, son los
mismos que hacen los portonazos23, son los que te asaltan en la calle…”
La construcción de este enemigo público, repercute directamente en la definición de la
legitimidad de las violencias para la sociedad en general. Basta con preguntar a cualquier persona
en la calle su opinión sobre los grupos organizados de hinchas del fútbol, el hincha violento habita
en los imaginarios de la mayoría, siendo condenados por el común de las personas. De esta forma
se logra legitimar una violencia, ante la condena de otras, por ejemplo la justificación del actuar de
la fuerza pública, o el endurecimiento de las penas.
Ahora, este imaginario del hincha violento también tiene consecuencias para el mismo
grupo humano puesto en cuestión, produciéndose una internalización de aquel discurso. Este
proceso, a mi parecer, sucede en dos direcciones opuestas. Para unos este imaginario se internaliza
bajo la figura de un falso hincha, de que efectivamente hay gente que no ama al equipo, que no le
interesa que el equipo gane. Entonces emerge la desconfianza entre los de pares, produciendo una
división interna dentro de la misma organización de hinchas. Dos participantes del conversatorio
comentan sobre el tema:
“Una de las formas en que nos afecta la violencia es la división que se produce en la
hinchada por la misma violencia. El tema bengalas, por ejemplo, genera una pelea entre los
‘oveja’ y los ‘simios24’. Antes teníamos unidad, hoy estamos divididos. Es quizás el peor efecto de
la violencia. Cuando se abrieron los portones en Talcahuano porque el atochamiento de gente no
daba más, la gente trata de ‘simio’ a quienes lo hacen y no nos queda otra que responder a la
violencia.” (Conversatorio “más allá de la Ley; discutiendo la violencia en el fútbol”)
“Durante las bengalas hacen repudio y se adjudican una autoridad moral del buen hincha.
Las personas están cansadas de sociabilizar, porque corren el riesgo de ser reprimidos y se
separan de los otros. Dan un paso al costado y se vuelven un buen consumidor. Esos buenos
22 El Informante 10/12/2015 23Acción delictiva que se ha popularizado en el país, concite en robar un auto al momento que ingresan o salen de sus hogares. 24Adjetivo despectivo que se utiliza para llamar un hincha, o cualquier lumpen, en general.
56
espectadores no saben que existen un millón de cosas que nos llenan al ser hinchas. No podemos
dejar que nos apaguen la llama, hay que revivirla en las actividades sociales que hace lo que es
la hinchada de la “U”. (Conversatorio “Más allá de la Ley; discutiendo la violencia en el fútbol”)
Los hinchas identifican una situación de división, para la cual, ambos testimonios finalizan
con una acción que buscaría contrarrestar aquel escenario. Precisamente en estos relatos podemos
identificar un sentido de resistencia frente a una violencia que estigmatiza y termina legitimando
la expulsión de los hinchas organizados de los espacios del club y el fútbol en general. Para el
primer testimonio, no queda otra que responder a la violencia que recibimos. En Talcahuano
cerraron los portones del estadio CAP, dejando a miles de hinchas con sus entradas afuera, el
aglutinamiento de personas se hacía insostenible, hasta que los portones cedieron y la hinchada
entro en lo que se conoce como avalancha, golpeando a guardias y policías, quienes mantenían el
acceso cerrado.
De acuerdo con el segundo testimonio, la división entre el buen hincha y el falso hincha,
tiene que ver con la conversión de hinchas a consumidores. Sin embargo su llamado es a no dejar
que se apague el fuego de lo que es ser hincha, hace un llamado a revivirlo, en cada contexto en
que la hinchada se mueve.
“En el partido con la Unión Española, cuando se prenden las bengalas, la gente alrededor
pifiaba, pero al lado había un niño… ahí mismo… estaba vuelto loco de alegría saltando y
moviendo su bandera. Sin embargo el público lo está haciendo cómplice de un delito…él va a ser
criminalizado.” (Conversatorio “Más allá de la Ley; discutiendo la violencia en el fútbol”)
El anterior comentario refleja la otra internalización del discurso. Los medios de
comunicación se concentran en emitir repetitivamente imágenes de incidentes, de las bengalas
encendidas, de las ilegalidades en general. Si se habla de las hinchadas, por lo general utilizan
imágenes en donde figuran elementos prohibidos, como las banderas, bombos o el artificio. Así,
este imaginario para otros se internaliza pero a modo de potenciarlo. Es decir le asigna valores
positivos, finalmente son aquellas prácticas las que figuran en los medios y también para las que la
cultura de la hinchada se le asigna mayor importancia. Se transforma entonces, de una manera a
destacarse en el medio.
57
El piño al choque25
Las violencias directas, es decir los episodios de agresiones físicas de unos contra otros,
también reflejan estas tensiones entre códigos y resistencia, a pesar de que en su mayoría guardan
sus sentidos principalmente en los códigos culturales que los grupos dicen manejar. Estas suelen
ser las únicas condenadas y las que cuentan con mayor atención desde la academia. Tienen espacios
en las diversas maneras en que un grupo determinado se vincula con las diferentes estructuras micro
y macro social. En el caso de un grupo de la hinchada, por lo general, los autodenominados piños,
cómo se relacionan con otros grupos de la hinchada, con grupos de otras hinchadas, con la fuerza
pública, con los dueños del club, etc...
Para sus protagonistas, estas violencias toman forma principalmente a través de tres
situaciones, violencias con hinchas de otros equipos, violencia entre hinchas azules y violencia con
la policía.
La primera de estas, está condicionada directamente a los códigos, es la más estudiada por
las ciencias sociales y también la más difundida por los medios de comunicación. Sus
interpretaciones han ido a través de las teorías sobre la masculinidad, teoría del aguante, o las
teorías de la juventud. Cada cual tiene sus aciertos como también sus limitaciones. La
confrontación con un otro, es parte esencial para el componente identitario de muchas de estas
organizaciones, esto provoca que este tipo de violencia sea engrandecida por los grupos. Hoy en
día, es la principal forma de adquirir capital simbólico26 dentro de la hinchada, por lo cual el
principal acceso a la confianza y el respeto de los pares. Si determinada organización logra hacerse
de este capital simbólico, deberá adquirir también capital social27, para luego poder ascender dentro
de la jerarquía de la organización.
Más allá de las diferentes interpretaciones teóricas por explicar esta violencia, las violencias
entre excluidos suelen dejar un sabor amargo para quienes desde un pensamiento crítico
pretendemos colaborar a la trasformación de una realidad. Su incremento solo demuestra cuán
fragmentada se encuentra la sociedad chilena contemporánea, convirtiéndose este en un espacio
más de confrontación, que limita la posibilidad trasformadora que pudiese albergar.
25Canción completa ANEXO 8 26 Entiendase este como estatus, prestigio. 27 Alianzas con otro grupos
58
“Todos sabemos que hay tanta o más violencia social en las poblaciones, en las calles en
toda la sociedad y no solo en el estadio. Lo que ocurre en el estadio es la confluencia de mucha
gente, que por lo tanto actúa como masa humana. Fuera del estadio, o un día martes en la mañana,
esa misma persona, ese ciudadano hincha que constituye ‘en la cancha’ una masa humana, sigue
estando en un clima de violencia, alimentado día a día por razones que escapan al mundo del
fútbol” (Albornoz; 2015: 72)
Las condiciones de pobreza y marginalidad por las cuales transitan varios de los colectivos
que son parte de las hinchadas, en medio de un sinfín de desigualdades que ofrece el Chile actual,
son ya factores bastante relevantes por si solos, a la hora de comprender las violencias. En este
sentido, el Club social y deportivo de la Universidad de Chile cumplía un rol real de integración a
la sociedad chilena. Con la privatización del Club, se cortaron los mecanismos de participación con
los que contaban los socios. Los espacios con los que contaba la hinchada también fueron cerrados,
como la Escuela Los de Abajo, sumado a un contexto de prohibiciones sobre las expresiones
culturales y carnavalescas de los hinchas, han contribuido a que finalmente la violencia directa sea
sino el único, el elemento primordial para adquirir capital simbólico en el grupo. A pesar de que
los espacios de participación dentro del club fueron coartados, la hinchada como organización ha
continuado su labor de integración sobre miles de nuevos miembros, quienes crecen y se forman
en este ambiente.
A modo de contrastar nuevamente con Colombia, una de las medidas adoptadas por sus
autoridades para la diminución de la violencia entre hinchas de diferentes equipos fue la de
fomentar la competitividad sana. Dentro de estas, se encuentran por ejemplo el carnaval,
permitiendo a los hinchas el uso de prácticamente todos los elementos de animación característicos
de las hinchadas en Sudamérica, incluida la pólvora. Actividades culturales y artísticas, también
son parte de esta competitividad.
Entre hinchas azules
La violencia entre hinchas azules se encuentra atravesada nuevamente por los códigos de la
barra. Los lienzos suelen ser el detonante principal, lo cual comprueba su poder simbólico dentro
del grupo. Los diferentes espacios para colgar los trapos van adquiriendo diferentes valores, según
su ubicación, principalmente por su visibilidad. Así, el alambrado se transforma en un espacio de
disputa, pues no cualquiera puede llegar y poner un lienzo, por lo general estos ocupan los mismo
59
lugares partido a partido. En ocasiones, para tener un espacio, se requiere tener alguna alianza con
otra organización de hinchas. Esta situación deriva muchas veces en enfrentamientos entre
miembros de la misma barra. Violencias que por lo general son rechazadas por el parte de la
hinchada.
A la vez, el alambrado, representa un ejemplo de cómo los grupos pueden mantener alianzas
de cooperación entre sí. Hay partidos, por lo general en regiones, en que el número de lienzos
supera ampliamente la superficie para colgarlos, muchas veces en aquellas ocasiones, los grupos
generan alianzas, intercambiando los lienzos que se van poniendo en las rejas. Una forma de
cooperación a veces no tan amistosa, pero una manera de resolver o evitar conflictos.
Si el lienzo de algún grupo llega a ser robado por hinchas rivales, situación que a través de
las redes social se ha hecho mucho más visible y fácil de difundir, aquel grupo quedará con una
prohibición de volver a colgar su trapo en el estadio, pues según los códigos habría puesto en
deshonra a la totalidad de la hinchada. Evidentemente, la violencia directa es la forma de hacer
respetar esto.
Es importante recordar que hace unos años atrás esta situación no era tan recurrente como
hoy. Los lienzos estaban permitidos y el total del alambrado llevaba, por lo general, un solo gran
lienzo con alguna frase identitaria aludida al grupo o al rival. No había espacio para que cada
colectivo colgara sus lienzos. Esta situación aconteció también durante el año de investigación,
precisamente en los dos últimos partidos del campeonato, en donde a través de conversaciones con
la concesionaria se pactó el ingreso de ciertos elementos, entre ellos un lienzo “oficial” y una
bandera gigante. Se puede observar, nuevamente, como el contexto político-social tiene
repercusiones sobre las violencias ocurridas en la galería.
La estructura vertical que posee la barra también es responsable de muchas de las violencias
ocurridas entre pares de la hinchada. Muchos de los elementos que atraviesan estas disputas fueron
descritas durante el capítulo II. Las disputas por la apropiación del capital simbólico y la exaltación
de algunos conceptos son claves para comprender estas violencias. Si bien los conflictos entre
hinchas organizados por el liderazgo de la barra han ocurrido en la galería, no fue el caso durante
este año de investigación. Estas violencias por lo general, han estado presentes en momentos
específicos y de forma esporádica hasta que los conflictos son “resueltos”, pero en ningún caso
60
alcanzan a tener la relevancia ni la constancia que ha adquirido en otros países, por ejemplo, en
Argentina o Perú.
Contra los pacos somos los primeros28
La última situación en cuanto a la violencia directa tiene relación con los enfrentamientos
con la policía. Como ya se mencionó, la violencia entre hinchas y policías es probablemente la más
recurrente en torno al estadio. Esta tiene para los hinchas una connotación relevante, el
enfrentamiento con la fuerza pública adquiere un status simbólico de alto grado. En primer lugar,
por las condiciones de desigualdad del enfrentamiento, que por lo general confronta a fuerzas
especiales, quienes tienen ropa con protección, cascos, escudos, lumas, entre otros elementos,
frente a hinchas que la mayoría de las veces no se encuentran armados, sino que dependen de los
elementos que puedan encontrar en el mismo momento de la confrontación. En segundo lugar,
porque la lucha también es desigual ante la Ley, ningún personal de Carabineros ha sido procesado,
ni sancionado, en situaciones de abuso y extrema violencia. En la otra vereda, los hinchas que
llegan a ser detenidos en estos escenarios, son procesados y sancionados con la rigurosidad de la
Ley.
Así la confrontación con la policía se trasforma en uno de los elementos que mayor capital
simbólico otorga a quienes la practican, demostración de una de las principales manifestaciones
del aguante. Por aquello esta violencia engrandece a los grupos que combaten físicamente a la
fuerza pública. Esta violencia ha sido constante desde la formación de la barra, se identifica en la
policía un enemigo de los hinchas, por lo cual también estas acciones están atravesadas por un
sentido de resistencia, a quienes nos atacan domingo a domingo.
Un episodio ocurrido 16 de julio de 2015, es la demostración empírica de muchas de las
violencias directas descritas en este capítulo. Mi presencia en aquel partido en Talca, fue clave para
plantear muchos de los elementos principales sobre las significaciones a las violencias, lo que
denominé “entre códigos y resistencias”. Los hechos que ahí ocurrieron, junto con los posteriores
testimonios de hinchas sobre lo sucedido, grafican de manera ejemplar el sentido de las violencias.
El contexto en cual se jugó este partido, otorgó una riqueza extra al conflicto. Se jugaban las
primeras fechas del balompié nacional, luego de la culminación de la Copa América 2015, la cual
28Canción completa ANEXO 8
61
finalizó sin incidentes en las galerías y con un comportamiento destacable, según autoridades y
medios.
Al borde de la tragedia
Era una tarde de invierno que se jugaba en el estadio Fiscal de Talca, U de Chile enfrentaba
a Rangers, por la segunda fecha de la fase de grupos de la Copa Chile. Aquella semana había estado
marcada por una seguidilla de incidentes que habían obligado a suspender más de un partido, lo
que contrastaba abismalmente con la realidad vivida solo unas semanas atrás durante la Copa
América. Los estadios de estándares internacionales, no habían dado abasto para recibir a las
hinchadas nacionales, quienes ante los grandes descuidos que las autoridades dejaron pasar, se
enfrentaron en batallas en varias localidades del país. El partido de la U no sería la excepción.
Desde un comienzo el viaje era tenso, era el primer partido fuera de Santiago de la U en
varias semanas, se sabía que la hinchada llegaría en gran número. El ingreso al estadio ya hacía
presagiar lo que ocurriría posteriormente: entradas totalmente saturadas de gente y, largas filas que
eran formadas a lumazos por la policía. La puerta que estaba preparada para recibir el grueso de la
hinchada no media más de 1,5 metros, se podía pasar de a dos personas, cuando por momentos
miles esperábamos afuera. Logré ingresar y situarme en un puesto más o menos cómodo, al menos
veía la cancha. La situación en el ingreso no mejoraba, por el contrario, dos avalanchas terminaron
por copar la galería con gente y provocar el refuerzo del contingente policial para el definitivo
cierra de las puertas, quedando mucha gente con su entrada afuera.
Ya adentro del estadio el ambiente se transformó, la amplia mayoría de hinchas azules
permitió que el aliento al equipo fuera constante y que nos convirtiéramos en los protagonistas de
la fiesta. Adentro no habían policías y el mal rato del ingreso se olvida con el resultado a favor de
nuestro equipo, 2-0 indicaba el marcador en el momento que finaliza el primero tiempo. Durante
gran parte del partido, varios hinchas que se ubicaban a un techo que se encuentra en la parte
superior de la galería, colgaron sus lienzos y observaron el encuentro desde ese sector.29 El techo
en el cual se encontraban los hinchas colindaba con la galería del equipo rival, creando una especie
de pasillo que conectaba a ambas hinchadas.
29Ver Anexo 3
62
Faltaban solo minutos para que iniciara el segundo tiempo, y comenzó una pelea en el techo,
dos miembros de “Los Rojinegros”, la hinchada de Rangers, subieron al techo y se enfrentaron
con un hincha azul. El lugar de la pelea era un lugar muy visible, se podía ver desde prácticamente
todas los sectores del estadio, además que estaba justo en frente de las cámaras que transmitían el
partido, lo cual posibilitó que fuera grabado y transmitido con lujo de detalles. El asunto fue que,
a la vista de todos y todas, el hincha azul perdió la pelea, posibilitando el robo de un lienzo que se
encontraba en el techo por parte de los hinchas de Rangers, quienes luego de tomar la tela bajaron
y volvieron a refugiarse en su galería.
Aquel instante se sintió como el estallido de una bomba para la gente de la hinchada de la
U. Las rejas que separaban las barras fueron derribadas, la guerra se desató en segundos. El hecho
de que se perdiera un lienzo, que más allá del piño que pertenecía, llevaba los colores que
representan a la totalidad de la hinchada, constituía un deshonor para la barra y, peor aún, a la vista
de todos. El poder simbólico que posee para el grupo el lienzo, provocó una reacción colectiva a
atacar a la hinchada rival, pues bajo este entendimiento, había que recuperar la honra del grupo.
Miles de asientos sirvieron como proyectiles para quienes, enardecidos ante aquella
situación, buscaban atacar a los responsables de robo. En minutos la situación ya era insostenible
e ingresaron numerosos piquetes de fuerzas especiales para acrecentar aún más la gravedad de la
situación. Ante la imposibilidad de llegar hacia la hinchada rival, el escenario otorgó una nueva
oportunidad para “recuperar la honra y demostrar el aguante”. Muchos nos acordamos de los golpes
que recibimos al ingresar, del aglutinamiento y del caos, que ameritaban una ejemplar revancha,
que parecía imposible de evitar.
Ya en ese momento el partido se encontraba suspendido, y los enfrentamientos con la
policía en la galería coaptaban toda la atención, tanto de los jugadores quienes desconcertados
trataban de calmar la situación desde la cancha, como de los medios quienes nuevamente tenían la
oportunidad de mediatizar en alta definición el enfrentamiento. Los efectivos policiales se vieron
altamente sobrepasados por una masa enfurecida que lanzaba lo que encontraba.
Muchas de las personas que intentaban evacuar la galería (por la única puerta, donde cabían
dos personas) quedaron atrapadas siendo apretados contra la reja de contención. Hasta que lo peor
sucedió, ante las constantes idas y venidas del combate con fuerzas especiales, la reja cedió,
dejando caer al pozo de contención a cientos de hinchas que se asfixiaban ante la estampida de
63
gente que huía de los incidentes. La imagen bordeaba la tragedia, la desesperación gobernaba la
situación, la gente invadía la cancha en busca de ayuda, de ambulancias que pudieran trasladar a
los pares que estaban inconscientes. Mientras tanto, en la galería, unos pocos seguían enfrentándose
a la policía.
Yo me ubicaba en la cima de una reja, que por suerte no fue una de las que cedieron, me
dediqué a observar con cuidado y a ayudar a subir niños, quienes en la desesperación de sus padres
me pedían que los levantara y los colocara al otro lugar de la reja donde podían estar a salvo de la
estampida humana.
El estadio fue evacuado, y la sensación era extraña. Los testimonios posteriores por parte
de miembros de la hinchada, presentes aquel día, daban a entender que pese a haber perdido una
batalla (el lienzo), habíamos ganado la guerra. Desde la lógica de sus protagonistas, el
enfrentamiento con la policía, habría posibilitado demostrar que LDA, es una hinchada brava, a la
cual no se le puede faltar el respeto, sin esperar alguna reacción violenta. Muchos justificaban la
reacción en contra de Carabineros por las represalias recibidas en el ingreso, o simplemente por la
persecución constante. No siempre se dan las condiciones para golpear públicamente a un piquete
de policías, y esta había sido la ocasión. Poniendo en la palestra la resistencia, como lucha constante
contra la represión personificada en la fuerza policial, aportando al estatus de la barra con el poder
simbólico que tiene para el grupo este tipo de violencia.
Por supuesto que los otros códigos descritos anteriormente cayeron con rigurosidad sobre
el grupo aludido en aquel lienzo, también sobre la individualidad de aquel hincha que perdió la
batalla. Lo cual derivó en algunos incidentes durante los partidos posteriores. Las reacciones
posteriores de los medios, como ejemplificamos anteriormente con esta misma situación,
provocaron también en los hinchas una serie de reacciones a las que los mismos reconocen como
un ataque, trasladando así el eje interpretativo nuevamente a la resistencia.
Consideraciones finales
Para ir cerrando el capítulo III y pasar a las conclusiones generales de la tesis. A través de
los testimonios y comportamiento de los diferentes grupos de hinchas durante el 2015, logré
identificar una amplia gama de otros tipos de violencia que los mismos protagonistas reconocen
como tales. Los respectivos contextos de cada violencia contribuyen también a los diferentes
significados que los hinchas le asignan a cada violencia. Es importante también destacar que
64
evidentemente estas no son todas las violencias que se desenvuelven en este espacio. He preferido
darle prioridad a las identificadas por los propios protagonistas. Sin embargo, como investigador,
también me he percatado de otras violencias, que para los y las hinchas muchas veces pasan
inadvertidas, como por ejemplo la violencia de género. Pese a que esta se vive de manera constante
en el mundo del fútbol, ya que el rol de la mujer es constantemente desvalorizado, poniendo en
cuestión su capacidad de tener aguante, y a que el conversatorio realizado contó con una alta
participación femenina, esta violencia no fue nombrada ni discutida por nadie.
Sobre las violencias nombradas, transitaron constantemente entre códigos y resistencias,
situaciones que no serían posibles de explicar sin estas significaciones otorgadas por sus
protagonistas. La expulsión del hincha de la comunidad del fútbol a través del proceso de
privatizaciones de los clubes sociales deportivos, y posteriormente a la implementación del Plan
Estadio Seguro y las modificaciones de la Ley 20.844, son comprendidas como parte de la violencia
estructural que vive el hincha. La resistencia se transforma en la manera de darle un sentido aquel
contexto, que ha derivado en una serie de nuevos procesos que hinchas organizados han llevado en
adelante y que será necesario analizarlos en su transcurso para ver cuales pudiesen ser sus alcances.
Las persecuciones sufridas en las actividades relacionadas a la hinchada, las revisiones
minuciosas al ingresar al estadio y la constante amenaza policial, forman parte de la violencia
latente que el hincha sufre a diario. Esta violencia es normalizada por el hincha, y permeada por el
código barra de la incondicionalidad. Violencias que deben de soportarse para poder ver al equipo,
y continuar el lazo afectivo.
La estructura legal que sitúa al hincha como único infractor y responsable de los conflictos
que se viven en los estadios, se ha endurecido planteando sanciones más radicales que incluyen
penas efectivas. La mediatización de la imagen del hincha violento, como único actor al cual se le
cuestiona dentro de la comunidad del fútbol, contribuyen a las legitimaciones sociales de ciertas
violencias, ante la condena de otras. Tanto la estructura legislativa como valorativa que define
quienes pueden ejercer violencia y quienes no, como así también la función que cumplen los
medios de comunicación para tratar el tema de las hinchadas, son partes de la violencia simbólica.
Aquella imagen es también interiorizada en la barra, provocando dos efectos diferentes, uno
asignándole connotaciones negativas y otras positivas. Ambas finalmente terminan por contribuir
a la división interna de LDA.
65
Los piños de choque, son aquellos grupos que viven en carne propia la violencia física,
principalmente a través de tres situaciones, peleas con hinchas rivales, con mismo miembros de la
barra y con la policía. La mayoría de estas violencias guardan sus sentidos en los códigos que se
manejan en la hinchada, siendo hoy, los lienzos los principales elementos detonadores. Las disputas
internas por los liderazgos también toman protagonismo a la hora de comprender la violencia entre
miembros de la barra. La lucha con la policía transita más evidentemente entre ambas
significaciones, los códigos y las resistencias. Esta aporta un status simbólico relevante y hacen
gráfica la resistencia.
Ante este panorama de violencias y respectivas interpretaciones, me referiré a modo de
cierre final a algunas proyecciones a partir de las violencias descritas en este capítulo, abarcando
las artistas y desafíos políticos, intentando dar sugerencias, pistas investigativas y proyecciones
para posibles transformaciones a esta realidad.
Capítulo IV: Conclusiones
A partir de los resultados presentados, expondré las conclusiones finales volviendo hacia el
objetivo principal y las preguntas de investigación. Luego analizaremos los posibles aportes
teóricos, metodológicos y políticos de este estudio, realizando un breve recuento sobre el
planteamiento teórico-epistemológico y una reflexión sobre mi posicionamiento como hincha-
investigador. Finalmente, discutiré sobre algunas proyecciones que se abren a través de los
hallazgos de este estudio, integrando aristas políticas y judiciales e intentando dar sugerencias,
pistas investigativas y proyecciones para posibles transformaciones sobre la realidad estudiada.
Retomando los objetivos y las preguntas de investigación
La siguiente investigación partió de la interrogante por conocer las formas de violencia a
las cuales se veían expuestos las y los miembros de la hinchada Los De Abajo. A su vez, se
pretendió conocer los significados que los protagonistas le otorgaban a cada una de sus diferentes
manifestaciones. Así me propuse como objetivo general el describir y comprender las formas
actuales de violencia y los sentidos atribuidos a ella en la barra anteriormente nombrada, en medio
de un contexto donde se señala y se piensa al hincha sólo como ejecutor de violencias y nunca
66
como receptor de esta. Es por eso que la perspectiva adoptada para cumplir dicho objetivo,
comienza en la necesaria distinción de reconocer a la violencia como un entramado de relaciones
que toma diferentes expresiones, situando a sus protagonistas en medio de tensiones dinámicas y
multidimensional de factores estructurales, institucionales, culturales y situacionales.
He intentado superar aquellas teorías que entienden la violencia en las hinchadas de manera
superficial y naturalizada, es decir, como actos individuales aislados producto de desviaciones
patológicas o resultado de un impulso instintivo y a la vez tomado una distancia respetuosa sobre
las perspectivas que la entienden como fenómeno colectivo intrínseco a la condición de las
organizaciones de hinchas o a cierta edad relacionada a la juventud, como también a la auto-
afirmación de la masculinidad, desde las cuales no se dan alternativa alguna de transformación
social. Teniendo a la vista la posibilidad de emancipación de todos quienes nos vemos envueltos
en las diferentes violencias, trataré de concluir y aportar ciertos elementos sobre el conflicto de las
violencias en el fútbol chileno desde una perspectiva socio-histórica y centrada desde quienes las
viven en primera persona.
Pertinencia de los estudios actuales con respecto a la violencia en las hinchadas de fútbol
Los alcances que propuse en el proyecto de investigación que sentó las bases de esta tesis,
me situaron ante un problema nuevo, que no había sido considerado en un comienzo dentro de los
objetivos de este trabajo. Para identificar las formas de violencias que atraviesan a este grupo
humano, en primer lugar tuve que plantearme una primicia central y básica: ¿Quiénes componen
“Los de Abajo” y como son sus relaciones? Ante la inminencia de encontrar un sustento teórico
en la extensa bibliografía sobre violencia en hinchadas, me vi en la necesidad de volver a analizar
ciertos conceptos y premisas, para evaluar la pertinencia de estos en el contexto actual. Así, en el
capítulo II: discutiendo en la noción de hinchada, planteo que existen ciertas desconexiones entre
lo que plantea la academia con el acontecer actual de una de las más grandes hinchadas en Chile.
En primer lugar, destaqué la urgencia de observar nuestras realidades en el acontecer
futbolístico bajo nuestros propios matices, haciendo énfasis a los contextos locales. La
incorporación académica de los conceptos de aguante y barra brava en Argentina para interpretar
nuestra realidad, no han aportado elementos significativos para la comprensión de los grupos
67
organizados de hinchas. En su contraparte, han contribuido a la estigmatización de estos colectivos,
situando a la violencia como su mecanismo primordial de cohesión.
Dicha tesis plantea que existen, dentro de cada hinchada, elementos valóricos e ideológicos
que consolidan los procesos identitarios en cada colectivo. Aquellos aspectos serían los
aglutinantes del grupo. Considero necesario el desarrollo de investigaciones focalizadas en
identificar aquellos elementos claves en cada barra, estos resultados podrían contribuir
considerablemente a la comprensión de la realidad de las hinchadas y podrían posibilitar un dialogo
fructífero.
En efecto, al observar y participar en Los De Abajo con el primer fin de comprender su
composición, constaté la existencia de una heterogeneidad interna en la hinchada, que escapa en
general a las descripciones aportadas por los estudios sociales. Los de Abajo está compuesta por
una gama de organizaciones, de las cuales se describieron dos, las territoriales (las más clásicas y
mejor descritas, sino únicas, por la academia) y las políticas, colectivos donde los elementos de
cohesión son ideológicos. Sin embargo, se destaca la posibilidad de encontrar otro tipo de grupos,
cuyas razones de agrupación pueden ser aún más variadas. Todos estos grupos mantienen en sus
relaciones, rivalidades y alianzas, lo que a través de la adquisición de capital simbólico y social,
van determinando el posicionamiento dentro de la jerarquización y el liderazgo de la hinchada.
Los diferentes tipos de violencia y sus respectivos contextos
El grueso de esta investigación transitó, en primera instancia, en identificar las diferentes
formas de violencia que se materializaba en la vida de las y los hinchas. Para responder las dos
preguntas centrales ¿qué tipos de violencias se desenvuelven en este espacio? y ¿en qué contextos
se desarrollan las diferentes formas de violencias?, la observación participante se trasformó en la
herramienta primordial, situándome en diferentes circunstancias a lo largo de un año de trabajo de
campo.
El modelo interpretativo de las violencias me acercó a la perspectiva Emic, fue de gran
pertinencia para el estudio, pues permitió identificar una gran cantidad de formas de violencias y
comprenderlas en sus respectivos contextos, sin embargo es necesario aclarar que evidentemente
existen violencias que quedan fuera de este marco interpretativo.
68
En primer lugar, es necesario comprender las violencias en el contexto político y social
chileno, bajo un sistema de privatizaciones de los bienes públicos y una desconexión abismal entre
las demandas civiles o de los movimientos sociales y la estructura político-institucional. Así la
violencia estructural se trasforma en el primer elemento necesario para la comprensión de las otras
formas de violencia. Para el escenario particular, la privatización de los clubes sociales y deportivos
y las condiciones de pobreza y desigualdad en las cuales viven muchos de los integrantes de estos
grupos, se transforman en otros tantos aspectos fundamentales a la hora de comprender los
fenómenos de violencia asociados al fútbol.
La denominada violencia latente significó un acierto teórico, pues durante la investigación
los protagonistas comentaban la presencia de un tipo de violencia que no coincidía con ninguna de
las definiciones de violencia utilizadas hasta ese momento respecto del tema. Así, la incorporación
de este concepto me ayudo a identificar esta violencia que se ejerce de manera constante desde los
poderes económicos y políticos, materializada a través de la exclusión y la discriminación del
hincha organizado.
Potenciando aquellas acciones, la violencia simbólica viene a otorgar legitimidad y
legalidad a la violencia ejercida en contra de los hinchas, y a su vez ilegalidad y deslegitimación a
la violencia que emana desde los hinchas. La estructura legal, sus influencias en la idealización de
los modelos europeos y el rol de los medios de comunicación en las apreciaciones valorativas del
común de la gente, serían sus expresiones principales, posibilitando la construcción de un enemigo
público, encarnando en los jóvenes de sectores populares que constituyen el grueso de la hinchada
organizada de los clubes de fútbol.
Por último, la violencia directa, que para los protagonistas toma tres formas diferentes: 1)
entre hinchas de la misma hinchada, en donde los liderazgos y el clima de prohibiciones sobre las
expresiones culturales, son dos grandes factores para comprender su contexto; 2) con hinchas de
otros equipos de fútbol, en donde la fragmentación de la sociedad chilena se encarna en la violencia
de unos contra otros; 3) y la violencia desde y contra la policía, en donde el clima de represión y
hostilidad en el cual se vive en los estadios aportaría elementos suficientes para la justificación de
sus protagonistas.
69
Sentidos atribuidos a las violencias
El segundo gran pilar de la investigación suponía concentrarse en las interpretaciones que
los protagonistas otorgan a las violencias previamente identificadas. Para responder esta pregunta,
fue primordial el conversatorio realizado y los viajes a partidos en regiones, obteniendo un
testimonio de primera mano sobre los sentidos que los individuos le otorgan a las violencias
asociadas a la pertenencia a una hinchada de fútbol.
La información recopilada aquí, fue fundamental proporcionando incluso el título de esta
tesis. Entre códigos y resistencias, representan los sentidos atribuidos por los miembros de la
hinchada a las violencias que se ven expuestos, y son categorías que derivan de sus propios
testimonios. En lo que respecta a los códigos, estos refieren a las violencias que se condicionan a
ciertos pactos de honor que los grupos dicen manejar, estos estarían directamente relacionados con
la cultura de estadio, de hinchada y darían sentido a varias de las violencias descritas. Por otro lado,
las resistencias son significaciones que los hinchas otorgan a aquellas violencias vinculadas al
proceso de exclusión y discriminación que viven actualmente.
Los sentidos atribuidos a las violencias, están en un constante transitar en los códigos y las
resistencias. Cada una de estas guarda una complejidad particular, algunas adquieren ambas
interpretaciones, otras guardan sus significados solo en una de estas. Así, código o resistencia, o
ambas significaciones, dan sentido a las violencias que los barristas viven en su cotidiano.
Ante el despojo de los socios del Club de Fútbol Universidad de Chile luego de su
privatización, el cierre de los espacios con que contaba la hinchada, y el Plan Estadio Seguro con
sus prohibiciones, las resistencias se materializaron de variadas formas, dando paso a nuevos
procesos sociales en la organización de las hinchadas de fútbol. La constitución de organizaciones
con personalidad jurídica, las luchas por recuperar el club en manos de la sociedad anónima, el
ingreso de elementos prohibidos o violencias directas contra autoridades, pueden ser algunos
ejemplos.
Aquellas resistencias también están permeadas por los códigos del mundo de la barra, por
ejemplo, por las connotaciones positivas que tiene para el grupo ingresar elementos prohibidos o
combatir contra la policía. Otras violencias que refieren a las resistencias son las violencias latentes
y directas a las cuales los hinchas somos víctimas, y que se encuentran atravesadas por el código
70
de la incondicionalidad. Así las violencias recibidas son normalizadas por los hinchas y deben de
ser soportadas para encarnizar “el que nunca fallaremos”.
Las estructuras legales y valorativas sitúan a la violencia simbólica en la misma tensión
entre ambos sentidos. Existen resistencias a estas expresiones, como observatorios jurídicos y de
derechos del hincha o grupos que trabajan por cambiar el imaginario del hincha violento. Pero a la
vez, aquella imagen potenciada desde los medios de comunicación y que influye directamente en
las legitimaciones de las violencias, es interiorizada por miembros de la hinchada, tanto positiva
como negativamente, aportando a la división interna del grupo.
Las violencias directas se encuentran en su mayorías permeadas por los códigos, salvo la
lucha física con la policía que también adquiere sentidos de resistencia. Los enfrentamientos con
otros hinchas, guardan sus sentidos más profundos en aquellos códigos de rivalidad, que otorgan
capital simbólico a los grupos. A la vez la violencia entre hinchas de la misma hinchada estaría
condicionada principalmente a los códigos de los lienzos y a las luchas y alianzas establecidas en
la estructura de poder de la hinchada.
Aportes de esta investigación:
1) Aportes teóricos
Los aportes teóricos de esta tesis radican, a mi parecer, en la perspectiva en cómo abordar una
problemática ya recurrente para las ciencias sociales como es el de la violencia en las sociedades
modernas. La voluntad transformadora de dicho proyecto marca una clara tendencia en cómo
abordar el estudio de la violencia en las hinchadas de fútbol.
Humildemente, desde mis herramientas teóricas y metodológicas, me esmeré en tratar de
reducir la distancia en la relación entre teoría y práctica, intentando a través de la investigación
social alimentar las prácticas futuras transformadoras que pudiesen tener curso a través de las
hinchadas de fútbol en el continente latinoamericano. El ejercicio de observarnos desde y para
nosotros, alejándome de las nociones eurocéntricas, constituyó no solo un aporte de esta
investigación, sino que un desafío a futuro. El ser capaces a través de la academia de
retroalimentarse con las luchas y demandas sociales que se encarnar en nuestros territorios,
representan sino el mayor desafío para una perspectiva desde el sur.
La revisión de la bibliografía sobre el tema me llevó contantemente a la reformulación de
mi proyecto, donde muchas de las interpretaciones sobre los fenómenos analizados aspiraban a
71
establecer conclusiones de carácter general. Ciertamente me cuesta entender la relación entre los
hooligans y sus violencias con lo que ocurre en nuestros aconteceres. Esta ceguera de la teoría, no
solo se materializa en como abordamos el problema académicamente, sino que también en como
país elaboramos y aplicamos la política pública y en este caso de seguridad.
A la vez, el plantearse desde una perspectiva que aboga por la valoración de aquellas
visiones que son excluidas del discurso hegemónico, posibilita la puesta en valor y como propuesta
de trabajo, el espacio de la hinchada de fútbol, como un lugar que materializa aquellas voces
marginalizadas, aquellas versiones subalternas a la modernidad.
Aquellas marginaciones que son producidas bajo el mismo razonamiento eurocéntrico, me
permiten plantear a las hinchas del continente latinoamericano como un espacio de resistencia a
aquella modernidad de pretensión universal. La modernización del fútbol se ha instaurado como
proceso global. El fútbol es un deporte mundial, prácticamente todos los países del globo lo juegan.
El valor que han adquirido las ligas y los clubes de Europa como mega eventos deportivos, son
realmente impactantes a nivel mundial, sobre todo a la hora de analizar los territorios coloniales.
El hemisferio sur ha sido colonizado a través del fútbol, no resulta difícil encontrar hinchas de los
más exitosos clubes europeos, en países africanos, asiáticos u orientales, lo que contrasta
abismalmente con la casi nula adhesión u desarrollo futbolístico local de estas mismas naciones.
Las ligas europeas son transmitidas y admiradas de manera global, encontrando seguidores en los
más variados territorios.
El continente latinoamericano no ha sido penetrado del todo, pese a la contante
mercantilización global del fútbol y de sus prácticas. Nuestras ligas siguen siendo las de principal
interés para nuestros habitantes, las hinchadas como organizaciones, continúan siendo uno de los
componentes que logra mayor cohesión a nivel urbano. Lo cual me permite pensar a estos grupos
también como escenarios de resistencia cultural.
El escenario que entregó Chile el 2015 es ejemplificador al respecto. Los contrastes entre
el público asistente a la Copa América, quienes observaban el partido sentados, respetaban el himno
del rival, hacían mosaicos30 y comían hamburguesas, frente a quizás uno de los años más violentos
30Expresión artística que se utiliza en los estadios europeos en donde cada asistente levanta una parte de una gran figura.
72
en cuanto a las hinchadas del campeonato local, nos contrastan ambos procesos. El público que si
ha sido colonizado y el que no.
“En el primer partido de la Copa América en el Estadio Nacional el público representó al
‘Chile que todos queremos’. Cuando se interpretó el himno nacional de Ecuador, el público guardó
respetuoso silencio y muchos levantaron una tarjeta verde que les habían dado como testimonio
de que, a diferencia de siempre, no iban a silbar la canción nacional del adversario.
Hubo quejas porque en el curso del partido el público estaba bastante silencioso. Es que
era gente tranquila y civilizada, que no está acostumbrada a gritar todo el tiempo. Nadie lanzó
objetos a la cancha ni fue preciso usar grandes paraguas o quitasoles para proteger a los
jugadores ecuatorianos que iban a servir un tiro de esquina.
Ese público chileno no se diferenciaba en su comportamiento del de cualquier país
civilizado del norte de Europa. Entonces por unanimidad dijimos que ése era “el Chile que todos
queremos””. (Pérez de Arce; 14/06/2015)
Más allá de la posición conservadora de quien escribió esta columna, grafica a grandes
rasgos la situación comentada. En nuestro país, la construcción de la barra brava como enemigo
público, ha posibilitado la exclusión de los grupos organizados de hinchas de cualquier esfera. En
las mesas de trabajo levantadas por el gobierno, se encuentran las más diversas organizaciones que
participan de la comunidad del fútbol; vecinos colindantes a los estadios, árbitros, municipalidades,
los clubes, el ministerio, entre otros. Sin embargo, sarcásticamente, ningún grupo de hinchas
organizados. Nuestra ausencia en la planificación de cualquier evento no solo resulta
incomprensible, sino que también irrisoria, finalmente somos nosotros quienes damos vida a este
espectáculo y quienes asistimos domingo a domingo a los estadios del país. La condición se asume
como insuperable y como natural, somos quiénes no clasificamos para la inclusión social, quienes
nos apartamos (de acuerdo a su interpretación), por voluntad propia de la comunidad del fútbol.
En fin, el visualizar aquellas violencias constituye la muestra de una realidad que
evidentemente no es algo nuevo, ni que haya sido descubierto por mí, pero ha sido producida como
no existente. Pese a que cualquier hincha organizado podría dar cuenta de los diferentes tipos de
violencia a los cuales se ven expuestos. O sea, algunas violencias son destacas y condenadas, las
de los hinchas entre si y, por supuesto, en contra de la policía. Otras son simplemente ignoradas
como la violencia de la policía, que aparece como fuente permanente de restauración del orden; y
73
la violencia latente que ampara la exclusión de amplios grupos de personas en la sociedad chilena,
en este caso, de jóvenes de sectores populares crecidos al amparo del modelo neoliberal.
2) Aportes metodológicos
A modo de concluir sobre mi trabajo metodológico ya con la investigación finalizada, es que
me gustaría rescatar mi posicionamiento como investigador. Para el presente tema en estudio,
sensible socialmente ya que las pulsaciones suelen ser fuertes cuando se habla o se vive la violencia,
considero que mi posicionamiento como hincha-investigador me otorgo muchas virtudes.
Muchas de estas violencias no podrían ser entendidas sin la experiencia que tengo como hincha.
Y no me refiero al año de trabajo de campo con el que cuento en esta investigación, sino que me
refiero a mi experiencia de vida. Dudo que el trabajo de campo por un año sea suficiente para
comprender esta realidad. La riqueza informativa a la cual me permite llegar mi posicionamiento
a través de mis experiencias y contactos anteriores, me parece que sobrepasa cualquier metodología
rigurosa. Las vivencias entre pares, es decir de igual a igual, entregan una confianza que es difícil
de conseguir de otra forma.
Sin embargo, pese a los aspectos positivos que rescato de mi posicionamiento en cuanto a la
riqueza informativa a la cual me permite acceder y comprender, en el momento de trabajar con
aquellos elementos es que me he visto limitado.
Mi posicionamiento y trabajo como hincha, no se limita a esta tesis, de hecho, la considero
como un inicio. El estar inmerso dentro de la hinchada me sitúa en un complejo dilema entre lo
qué puedo y lo qué no puedo decir. Evidentemente hay cosas que no puedo escribir públicamente,
por más académicas o transformadoras que sean mis intenciones. Ciertas situaciones o testimonios,
que por lo general transitan por la ilegalidad, me serían imposibles de trabajarlas bajo este medio,
pues estaría faltando gravemente a los códigos de la hinchada, pudiendo ser visto como traidor.
Esta situación me posicionó muchas veces en momentos complejos, pero finalmente supe darle
coherencia y redactar con los elementos necesarios.
Considero que no existe un posicionamiento ideal para la investigación antropológica. Cada
estrategia metodológica utilizada guarda sus virtudes y defectos, entregando ventajas y desventajas.
Considerar solo una posición como válida me parecería un error teniendo en cuenta los tiempos
por los cuales transita la producción antropológica actual.
74
3) Aportes políticos
Durante el análisis de la información producida en esta investigación me he encontrado con
aspectos relevantes que subyacen tanto a los capítulos II y III de esta tesis. En la redacción de estos,
enfocado en los objetivos de esta investigación, me topaba con el hecho de como el contexto
político tiene repercusiones directas sobre las violencias que tiene espacios en torno al fútbol.
Discutiendo en la noción de hinchada, me permitió darme cuenta cómo el contexto de
prohibiciones sobre las expresiones culturales de los hinchas afecta y condiciona las apropiaciones
sobre conceptos que los mismos hinchas manejan. Qué es tener aguante y qué es ser Barra Brava,
es algo en constante transformación. Pudimos evidenciar cómo aquellas apropiaciones en su
momento exaltaron más aun las diferencias entre grupos, produciéndose así divisiones al interior
de la hinchada y enfrentamientos violentos.
Las prohibiciones establecidas desde el Ministerio del Interior han llevado a volver a significar
y otorgar nuevos valores a las mismas prácticas que tenían lugar en el estadio en el pasado.
Entregando a los hinchas un nuevo escenario y posibilitando nuevas violencias en las galerías. Así,
las bengalas son hoy en día un tema de conflicto al interior de la hinchada, como también la
situación de los lienzos descrita durante el capítulo III.
El contexto político que posibilitó y llevó a cabo las privatizaciones de los clubes deportivos
también es responsable directo de muchas de las violencias que se encarnan a través del fútbol. La
eliminación de la categoría de socio y el cierre de los espacios con los que contaba la hinchada son
dos antecedentes muy relevantes a la hora de comprender estas violencias. Hoy en día, el hincha
ha quedado sumergido en un ambiente en donde su único espacio de socialización y participación
es la hinchada, a lo cual se suma el que este prácticamente todo prohibido.
Los clubes dejaron de ser una institución que integra y socializa individuos, pues solo con
dinero se puede acceder a participación dentro de Azul Azul S.A. Sin embargo la hinchada siguió
catalizando fuertemente a nuevas generaciones. Con el cierre de los espacios, el único vehículo
para adquirir capital simbólico dentro de la hinchada, ha sido la violencia, lo cual podría explicar
su aumento en los últimos años (2011-2015).
Antes, por ejemplo, aquel voluntario que se desempeñaba como profesor en la “Escuela Libre
Los de Abajo”, podía ser respetado y adquirir un status dentro de la hinchada, pese a que quizás no
hubiese sido un Barra Brava como en ese entonces se consideraba. Así mismo, quienes tenían
75
habilidades para confeccionar banderas gigantes o tocar algún instrumento musical también podían
adquirir cierto capital simbólico. Existían espacios de participación y socialización, los cuales
permitían a los integrantes adquirir status de otra forma diferente a la violencia.
Hoy en día no queda nada. Entonces resulta pertinente cuestionarnos las responsabilidades
políticas en cuanto a las violencias ocurridas en el fútbol chileno.
Más allá del horizonte
“Ir más allá del horizonte” dice metafóricamente un fragmento del himno de Universidad
de Chile. Avanzar hacia lo que no vemos, ir más allá de lo conocido, o incluso quizás hacia lo que
no existe. Precisamente es este el camino que considero hay que seguir con miras a futuro. Los
resultados de esta investigación intentan contribuir a aquel camino, más allá de lo conocido, en el
sentido de que no existe fórmula ni legislaciones a imitar, sino que debemos de ser capaces de
construir alternativas propias a la solución de nuestros conflictos.
Por lo general las políticas públicas pretenden suprimir y acabar con la violencia “venga de
donde venga”, clausurando de esta forma el debate y con ello la posibilidad de gestionarla como
sociedad y comunidad. En este sentido es necesario no idealizar una sociedad con riesgo cero y
asumir la existencia de sociedades que apuesten por la gestión política de las violencias (Vera,
2013: 93). Desde aquí la solución participativa que me imagino tiene que ver con procesos
deliberativos y comunitarios, donde se busque abordar los términos de la relación, reconociendo el
valor de la colectividad y convirtiendo en política la regulación del conflicto. Desde este punto de
vista, resultan impensables los lineamientos actuales que ha adoptado el gobierno. La exclusión de
ciertos grupos o individuos nunca terminarán con las violencias ligadas al fútbol, pues las
hinchadas continuarán existiendo como instituciones locales y nacionales de participación inter
generacional, que reclutan constantemente a nuevas voces que suelen estar excluidas de alguna otra
esfera de participación social.
En esta línea, creo que la capacidad de propuesta en este caso debe de estar necesariamente
acompañada la re-construcción de un club que consolide una participación auténtica de sus hinchas,
donde se incluyan representantes de grupos de variados intereses y donde se consoliden espacios
de socialización y participación estructurada para que las diferentes voces puedan ser escuchadas
y articuladas. Los cientistas sociales debemos trabajar en este camino, intentando de dar con las
76
claves identitarias que permitan la comprensión de los fenómenos ligados al mundo de las
hinchadas de fútbol, apostando por la construcción de aquellos espacios.
De la misma forma, creo que el mayor de nuestros aportes se produce justamente en la
retroalimentación que se da entre la academia y el mundo social del cual procedemos y en el cual
nos organizamos cotidianamente, con la esperanza de aportar en la transformación de un fútbol
más social, democrático y participativo, para todos y todas.
Ante esta situación resulta una necesidad que los y las hinchas también asumamos una
posición activa y en unidad, pese a las diferencias. Definirse como hincha, identificarse como tal,
es el primer paso. Pero más importante es definir qué hincha queremos ser, si actores o
sencillamente espectadores. Como espectadores nos encontramos sometidos a la toma de
decisiones de los demás, cuestión que hasta el momento no ha significado más que castigos por
culpas propias y ajenas. Por el contrario, como actores debemos trabajar por lograr mejorar nuestra
situación, lograr participación en la toma de decisiones de la que nos encontramos excluidos, lograr
soluciones frente a las violencias. Vale decir, significa asumir la responsabilidad de nuestro rol
protagónico, abandonar la actitud infantil e irresponsable.
Este posicionamiento político a lograr requiere tiempo y trabajo, acciones colectivas
decididas en un espacio abierto y democrático. Desde ellas creo que como hinchas actores, es
posible y necesario construir una alternativa, para dejar de ser sindicados como la causa de las
violencias y apostar por ser la solución.
De a poco, nuestro país debe de ir comprendiendo la necesidad de que las barras en Chile y
Sudamérica aportemos en la construcción de sociedades más justas y solidarias. Nuestros aportes
al fenómeno mundial del fútbol deben ser desde la construcción y desarrollo de proyectos sociales
y culturales que transformen a las hinchadas en grupos potenciales de trabajo por su club, su barrio,
su comuna, su ciudad o su región. Tampoco es algo nuevo, pues no hay nada nuevo en las prácticas
de solidaridad al interior del pueblo. Sin embargo, cabe señalar que apostar también a que estas
prácticas de solidaridad y autogestión se den también en el seno de las hinchadas, es dotarlas de un
potencial emancipador y transformador. Creo que los jóvenes comprometidos con una práctica de
solidaridad y camaradería, en espacios de socialización y participación efectiva, difícilmente
encontrarán motivos para agredir a otro joven por una camiseta, por una posición diferente frente
a la vida, por su tendencia sexual, religiosa o política.
77
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82
Anexos Anexo 1: Foto Javier Valdes Larrondo. Agencia UNO
Anexo 2: La tercera 18/07/2015
83
Anexo 3: Fotos tomadas en terreno en Talca 16/07/2015
84
Anexo 4: Planillas de actividades realizadas durante el 2015
Partidos y viajes
Mes Estadio Viajes
Enero 10 - v/s O’Higgins (Estadio Nacional, Ñuñoa,
Santiago) 31 v/s Antofagasta (Estadio Nacional,
Ñuñoa, Santiago)
17- v/s S.Wanders (Estadio
Elías Figueroa, Valparaíso)
Febrero 3- v/s Iquique (Estadio Nacional, Ñuñoa,
Santiago) 13- v/s U. Española (EstadioFe
Nacional, Ñuñoa, Santiago)
17 V/s Emelec (Estadio Nacional, Ñuñoa,
Santiago)
7- v/s Huachipato (Estadio
CAP, Talcahuano)
Marzo 2- v/s Audax (Estadio Nacional, Ñuñoa,
Santiago) 5- v/s TheStronger (Estadio
Nacional, Ñuñoa, Santiago) 14- v/s ColoColo
(Estadio Nacional, Ñuñoa, Santiago) 22- v/s
Palestino (Estadio SEK, Independencia,
Santiago)
Abril 11- v/s Cobreloa (Estadio Nacional, Ñuñoa,
Santiago) 16- v/s Internacional (Estadio
Nacional, Ñuñoa, Santiago) 19- v/s Barnechea
(Estadio SEK, Independencia, Santiago) 26- v/s
Ñublense (Estadio Nacional, Ñuñoa, Santiago)
Mayo 3- v/s Calera (Estadio Lucio
Fariña, Quillota)
Junio
Julio 9- v/s Curico (Estadio Nacional, Ñuñoa,
Santiago) 19- v/s O’Higgins (Estadio Nacional,
16- v/s Rangers (Estadio
fiscal de Talca, Talca)
85
Ñuñoa, Santiago) 26- v/s Antofagasta (Estadio
Nacional, Ñuñoa, Santiago)
Agosto 1- v/s Rangers (Estadio Nacional, Ñuñoa,
Santiago) 16- v/s San Luis (Estadio Nacional,
Ñuñoa, Santiago)
5- v/s Rangers (Estadio
Fiscal de Talca, Talca) 19-
v/s O’Higgins (Estadio El
Teniente, Rancagua)
Septiembre 9- v/s San Luis (Estadio Nacional, Ñuñoa,
Santiago) 15- v/s Audax (Estadio Bicentenario,
La Florida, Santiago) 23- v/s Cobresal (Estadio
Nacional, Ñuñoa, Santiago)
30- v/s U. Conce (Estadio
German Becker, Temuco)
Octubre 21- v/s Cobreloa (Estadio Nacional, Ñuñoa,
Santiago) 3- v/s Union Española (Estadio
Nacional, Ñuñoa, Santiago) 25- v/s S.Wanders
(Estadio Nacional, Ñuñoa, Santiago) 31- v/s
ColoColo (Estadio Monumental, Macul,
Santiago)
15- v/s Cobreloa (Estadio
Zorros del Desierto, Calama)
Noviembre 19- v/s U de Concepción (Estadio Nacional,
Ñuñoa, Santiago)
4- v/s U. de Concepción
(Estadio CAP, Talcahuano)
7- v/s Iquique (Estadio Elías
Figueroa, Valparaíso)
Diciembre
Reuniones y otras actividades
Mes Reuniones Otras Actividades
Enero
febrero
86
Marzo 28-Grupo discusión “Más
allá de la Ley, discutiendo la
violencia en el fútbol” Casa
Simón Bolívar, Santiago
Centro
Abril 6- Oficina Cut, Santiago Centro / 13- Paseo
Ahumada, Santiago Centro / 20- Paseo
Ahumada, Santiago Centro / 27- Paseo
Ahumada, Santiago Centro
15- Intervención junta de
accionistas Azul Azul S.A,
25- Marcha contra plan
estadio seguro, Santiago
centro
Mayo 4-Paseo Ahumada, Santiago Centro 11-18 de
Septiembre, Santiago Centro 18- Bellas Artes,
Santiago Centro 25- Paseo Ahumada, Santiago
Centro
9- Campeonato baby-fútbol,
Villa Olímpica, Ñuñoa,
Santiago, 23- Celebración
aniversario 88 del club
(Parque la bandera, San
Ramón, Santiago, 27-
Caminata Familiar Casa
Central U de Chile.
Junio 1- Bellas Artes, Santiago Centro 8- San Ramón,
Santiago 15-Bellas Artes, Santiago Centro 22-
Paseo Ahumada, Santiago Centro 29- Paseo
ahumada, Santiago Centro
27- Marcha Nacional Los de
Abajo, Santiago
Julio 13- Bellas Artes, Santiago centro, 27- Bellas
Artes, Santiago Centro
1 y 2- Seminario
internacional sobre estudios
sociales del deporte.
Universidad de Santiago y
Universidad Católica de
Valparaíso.
87
Agosto 10- Bellas Artes, Santiago Centro, 17- Bellas
Artes, Santiago Centro, 24-Bellas Artes, Santiago
Centro
Septiembre 7- Bellas Artes, Santiago Centro 13- Conmemoración 11 de
Septiembre, marcha “LDA
Antifacista”. (Cementerio
General, Recoleta Santiago)
Octubre 8- Foro Club v/s S.A,
Santiago Centro, Santiago.
10 y 11- Campeonato Baby
Fútbol, Villa Olímpica,
Ñuñoa, Santiago. 30-
Banderazo, Estadio Nacional,
Nuñoa, Santiago- 31-
caminata hacia Estadio
Monumental. (Villa Tokio,
La Florida, Santiago)
Noviembre
Diciembre 2-XI Reunión de
Antropología del Mercosur,
Expositor en Mesa de
Trabajo “Antropología del
Deporte, entre la Copa del
Mundo y los juegos
olímpicos” (Montevideo,
Uruguay) 12- 6ta Asamblea
de Hinchas Azules.
(Independencia, Santiago)
16- “Bengalazo” en
88
conmemoración 4 años de la
muerte del “Killer
89
Anexo 5: Matriz Sistematizadas
Forma Violencia Simbólica
Legalidad/ilegalidad Legitimidad/ilegitimidad
Contextos Hincha
ejecutor
exclusivo
Mismo
hechos
diferentes
condenas
Penas
efectivas
Imaginario hincha violento
Factores
externos
Modificación de la Ley (inspiración
eurocéntrica)
Medios de comunicación
Factores
internos
Incapacidad de levantar propuestas /
división interna y externa
Internalización del discurso
Sentidos Resistencia Resistencia/Código Barras
Citas Cita1, cita 2 Cita 3, Cita 4, cita 5, cita 6
Forma Violencia latente
Exclusión Discriminación
Contextos Precio
entradas
Formas de
compra
No venta
de
entradas a
no
abonados
Micros que
no paran
La
hinchada
como
grupo de
trabajo
Tratos
diferenciados
por sector
Factores
externos
No participación, lucro, SA Construcción del enemigo público
Factores
internos
Incondicionalidad Delito y choreza
90
Sentidos Resistencia Código Barras
Citas Cita7, cita 8 Cita 9, Cita 10
Forma Violencia estructural
Contextos Privatización del club Pobreza y marginalidad No consideración del
hincha
Factores
externos
Situación política actual Desigualdad Desvinculación de las
organización sociales y
la estructura político
institucional
Factores
internos
Poca organización /
división interna
Aglutinamiento División de la barra
Sentidos Resistencia Resistencia Resistencia/Código
Barras
Citas Cita 11, cita 12, cita 13 Cita 14
Forma Violencia directa
Contextos Entre hinchas azules Con la contra Con los pacos
Factores
externos
Prohibiciones Fragmentación sociedad
chilena
Ley actual, represión
Factores
internos
Liderazgos Engrandecimiento Engrandecimiento
Sentidos Código barra Código barra Resistencia/Código
Barras
91
Citas Cita 15 Cita 16
Anexo 6: Acta Conversatorio “Más allá de la Ley; discutiendo la violencia en el fútbol”
28/03/2015 10:45-14:00
Casa Bolívar, Av. Brasil 658, Santiago
Presentes [34]: 9 mujeres, 25 hombres.
1 DISCUSIÓN: ¿QUÉ ENTENDEMOS POR VIOLENCIA?
¿Cómo se explica que los hinchas de la U sean los más imputados por Ley de violencia en los
estadios?
Las querellas han aumentado mucho.
Esto tbn tiene que ver con la asistencia a los estadios. A mayor asistencia, más detenidos.
Tiene que haber un cierto mecanismo de control o revisión en el Estadio. No dependiendo de cuánto
pagues va a ser el trato que recibes.
El plan de seguridad está mal hecho. Está diseñado por personas que no van al estadio. Ha dado
muchas luces de fracaso. Se busca provocar al hincha para justificar el plan.
Cuando uno se siente violentado empieza a generar violencia. La represión genera inseguridad y
vulnerabilidad. La violencia entonces responde a actos represivos y violentos. No hay criterios.
Nosotros tenemos que hacernos cargo de esto: quedándonos callados, aceptando que te toquen, se
naturaliza el abuso (nos sorprende cuando no nos tocan). Se vuelve cotidiano. Esto se puede evitar
con el empoderamiento, por ejemplo, conocer salidas legales. Entender que, por ejemplo, nos
toquen en el estadio no está permitido. Esto es responder de manera inteligente.
Es una instancia única en el país.
El hincha no hace valer sus derechos. No cuestiona.
92
Los controles, las medidas represivas alejan al hincha del estadio. Uno no quiere exponerse a eso.
Los hinchas dejamos que esto ocurra. Y al permitir eso nutrimos estas medidas.
Hay que hacer comunión, comunidad, barrio, a través de iniciativas, como primer paso para hacer
frente a la violencia. Por ejemplo, iniciativas como la del conversatorio, haciendo una lucha más
organizada, a fin de discriminalizar al hincha, que es lo que han hecho los medios.
Desglosar real significado de la palabra violencia:
Múltiples dimensiones. No hay un tipo de violencia. La violencia es múltiple.
Hay una violencia física, pero también hay otra violencia simbólica, institucionalizada, que es por
ejemplo la que ejerce la Conmebol. Esta violencia es generadora de esta otra violencia física. Por
ejemplo, la discriminación. La violencia simbólica se traduce en violencia física.
La organización también es entendida como violencia por parte de las autoridades.
El subir las entradas, la segregación al momento de comprar las entradas, etc., también es violencia.
El tratamiento que le dan los medios de comunicación a la hincha, la criminalización, es súper
violenta. Y esto está súper naturalizado.
Falta unión de los hinchas de la U. Se ha perdido la camaradería. Y esto entre nosotros también es
violento. Hay una responsabilidad de la hinchada por el hecho de no estar unida, como antes.
El estadio es tierra de nadie. Hay una vulnerabilidad, una renuncia de derechos.
Hay tratos diferenciados. En este sentido la violencia es discriminatoria, según NSE, según edad,
etc.,
El hincha renuncia a todo para entrar a ver a la U al costo que sea, y se arriesga todo también.
Violencia es la condición que vivimos más allá de cómo somos tratados. Hoy no tenemos nada. La
Concesionaria nos dejó en la calle. No contamos con espacios que nos podamos apropiar. No
tenemos relación con el equipo. Nos despojaron de todo; incluso los mecanismos de expresión en
el estadio que era lo único que nos quedaba.
93
División de la hinchada como consecuencia de la violencia. Por ejemplo, las bengalas. Se traduce
en una pelea entre “los ovejas y los simios”. Nos despojaron la organización y la unión de la
hinchada. Esta división viene impuesta desde arriba, es artificiosa.
La exclusión, la segregación son formas de violencia.
La organización constituye una forma de contraviolencia.
Hay una relación directa entre barras bravas y violencia. Esto da insumos a la autoridad para
establecer estas medidas. ¿Cómo nos hacemos cargo de la violencia que nosotros mismos
generamos? ¿Qué permite que estos discursos tengan llegada en la gente? Hay personas que buscan
y exaltan la violencia. Las autoridades marginan a estas personas.
Esto se debe a que la hinchada dejó de organizarse. Hace años que no existe una organización seria
en la barra. Nos desarticularon. Cuando empezó a hacerse la campaña criminalizadora no tuvimos
nada para responder a ella, porque no existe la organización de la hinchada que se exprese en la
cotidianidad.
Violencia: fenómeno cultural y social, y multicausal.
Qué intensión hay detrás de esta forma de querer eliminar la violencia. Porque en efecto la violencia
no es buena, y a nadie le gusta la violencia. Hay dos formas de explicar el fenómeno. 1. La culpa
es del otro, y por tanto, al otro lo margino, lo invisibiliizo, le quito sus derechos. Esto se hizo con
el hincha. Sólo se invisibiliza el fenómeno. 2. La violencia es multifocal, tiene muchas aristas,
muchas fuentes. Frente a esto la mejor solución es sentarnos a conversar sobre cómo lo
solucionamos y no tratar de hacerlo desaparecer. Hay una marginación. Hay que hacer valer nuestra
opinión sobre todas las cosas que entendemos por violencia.
Poderes que existen bajo esa violencia. La gente que permite hablar de violencia son los poderes
fácticos que se ocultan bajo esta tela de decir que los demás son culpables y que ellos se tienen que
hacer responsables. La violencia la instauran los mismos poderes. ¿Cuáles son los criterios? Estos
poderes legitiman a otros para ejercer esta violencia sobre el hincha, los empoderan.
La persona que infringe la violencia valiéndose de su poder es el que dice que todos podemos
acceder a todo, cuando eso es una mentira. Esto hay que empezar a develar, elaborando
94
mecanismos, herramientas que permitan develar estos hechos de los que no tienen criterios y que
aparentan que todos tenemos derechos y accesos (apariencia).
Existe un poder súper fuerte de los medios de comunicación. La prensa legitima estos discursos y
acciones, caricaturiza. Se legitima el abuso de poder.
La violencia viene de la dictadura en adelante. ¿Es posible contrarrestarla hoy?
En el estadio se reproduce la represión del Estado a nivel societal. Se desorganizan todos los
ámbitos sociales. La barra es uno de estos espacios organizados. No es particular lo que vivimos
como barra.
No podemos caer en la lógica de dividirnos. Esto nos deja de manos amarradas para actuar. Actuar
de modo violencia contra violencia nos va a salir más caro a nosotros. Hay que tomarse los espacios
y empezar a exigir nuestros derechos. La Ley igual nos protege, y hay que usarla a beneficio de
uno.
El fútbol moderno requiere de espectadores, no de hinchas. Producto de la dictadura, las personas
están cansadas de sociabilizar, de luchar, porque así corren el riesgo de ser reprimidos. De este
modo optan por ser espectadores. Hay que potenciar el carácter social del club para contrarrestar
esto.
Dentro del espacio social hay debilidades, que hay que ir cambiando. Por ejemplo, la falta de
camaradería o la misma violencia que generamos. Cómo vamos a tratar el tema de los valores, de
discutir la violencia y por otra parte la ejercemos también?
Nosotros no somos nadie para cuestionar a personas abonadas o a personas no abonadas. Hay algo
más delicado en esto, y es que la venta de entradas a abonados responsabiliza al hincha del actuar
de otros hinchas en el estadio.
No tenemos que caer en el juego de ellos.
Terminada la dictadura había que cambiar a la imagen del guerrillero. Esto se ha hecho, por
ejemplo, con la Ley antiterrorista y con la misma Ley de violencia en los estadios. Hubo un cambio
de idiosincrasia cultural. Se ha construido la figura del barrista en estos términos.
La opción es la organización. Tenemos que hacernos cargos de esta legitimación o no legitimación.
El que salgan piños responde a cosas más profundas que acontecen a nivel de la sociedad. No hay
95
que condenar altiro, ni caer en el juego de categorizar al hincha. Estamos siendo atacados y de
alguna forma hay que resistir.
SEGUNDA PONENCIA: ELEMENTOS POLÍTICOS DE LA VIOLENCIA EN EL FÚTBOL
Antecedentes de Ley y del estado actual de la U de Chile (privatización del club deportivo).
Se hace una presentación que brinda antecedentes de las transformaciones del club y de la
organización de la hinchada.
Los hinchas viven proceso de adaptación al nuevo estado del club.
Las transformaciones del club están relacionadas o conllevan transformaciones de la hinchada, y
responden a transformaciones sociales.
Expropiación del folklore de la hinchada. Queda a cargo de la empresa.
SEGUNDA DISCUSIÓN ¿CÓMO PASAMOS A LA ACCIÓN?
Definir posición del hincha, de su rol. ¿Cuál es nuestro espacio? ¿Cómo podemos desarrollarnos
dentro de él? Para hacer la distinción con el hecho de ser espectador. Es una lógica distinta, y hay
que abordarlo así.
Cómo llegamos a los camaradas.
Cómo recuperamos cosas que nos robaron.
Debemos de tener un rol activo, dejar de ser observadores.
Esta Ley no nos representa porque no somos delincuentes. Evidenciar quiénes componen la
organización, y que en base a ella vamos construyendo educación, para que futuras generaciones
vengan con otra mentalidad.
Nos criticamos entre nosotros, y no tratamos de convivir.
El espacio que nos corresponde es el estadio. Es aquí donde tenemos que cuidarnos, es el único
lugar donde nos vemos todos los fines de semana, y que aunque no sea nuestro lo sentimos como
propio.
96
En el ejercicio de dejar la pasividad vamos a tener que definir qué somos, cómo nos queremos
desarrollar en ciertos espacios, porque igual hay diferencias. Hay gente que apuesta a que vuelva
el bombo y la bandera, pero hay otros que no apuestan sólo a eso. ¿Cuáles son los objetivos de la
hinchada? Puede haber múltiples propósitos y esto va a generar tensiones.
La hinchada con la SA no son compatibles.
Relevancia del patrimonio cultural y material, para que no nos vengan a decir cómo tenemos que
ser hinchas.
Definir qué es hincha. Trabajar en el concepto de hincha y darlo a conocer a la opinión pública.
Elaborar comunicado, con carácter abierto, interpelando directamente a las personas que realizan
esta Ley: comisión de deportes de cámara de diputados, que van a conformar la Ley. Estableciendo
cosas que han salido aquí: no representatividad de la Ley, Ley excluyente, no nos considera. Que
están matando nuestro modo de ser hincha.
Buscar apañe de políticos.
Genocidio cultural. Las barras patrimonio inmaterial. Componentes sociales, colorido, etc.
Atacar medios de comunicación y oficializar posiciones.
Doble moral, doble discurso. Se utilizan las mismas imágenes para representar al hincha y luego,
al delincuente.
Cómo tomamos una decisión como AHA, si las opiniones son tan diversas. Ver qué cosas resultan
condenables, cuáles no.
Cómo nos enfrentamos a la Ley:
1. Desde la legalidad. Conseguir abogados que puedan representar. Dificultad de que esto requiere
mucha plata.
2. Desde la calle, ¿cómo? Habría que definir qué es ser hincha, y qué es ser un hincha combativo.
Disputa de espacios públicos. Escribir cartas, columnas de opinión, llegar a políticos.
En la calle. Hacerse cargo de cuestiones como de cantar “a balazos se van a tirar”.
97
Cómo vamos cambiando la dinámica de ir en búsqueda de la violencia. Por ejemplo, de buscar
indios o monjas antes del clásico.
No estamos en un contexto favorable. Es latente la aprobación de la Ley. Pero esto puede verse no
tan negativamente, ya que sirve para polarizar aún más las cosas. La Ley de violencia no es el
trasfondo, sino que cómo se administra el fútbol, y esto tiene que ver con la Ley de sociedades
anónimas deportivas. Este es el fondo al que hay que llegar.
Esto va a agudizar más las contradicciones que existen.
Hay que perder miedo a la opinión pública, que no es la que vive lo que vivimos nosotros. Que la
gente criminalice al hincha de la U no es lo más importante. No obstante, se genera una opinión
diferente, ya que hay que entender que la gente no está en una posición cercana a la problemática,
y por tanto no tiene por qué saber lo que realmente sucede en el estadio. Entonces sí importa esta
opinión pública, que al final, el día de mañana, sí se va a necesitar para la lucha de fondo que es la
recuperación del club.
Qué tiene que hacer el hincha de la U: tiene que participar de los procesos del club; tiene que ser
capaz de apoyar a otro hincha de la U.
Generar instancias de participación social, donde se vive la camaradería, donde se mantienen los
momentos de esparcimiento de la hinchada, de conocer a otros hinchas. Si se va a regiones,
compartir con la gente de regiones también. Hay cosas que son transversales a nosotros.
Qué somos, qué es el hincha.
Ver el modelo que se quiere generar a modelo societal. Lo de las barras es parte de algo más grande.
La necesidad de modificar una actual Ley puede ser una tarea poco productiva hoy. Pero sí atacar
no sólo la literalidad de la Ley sino que también la estrategia de la Ley, que es marginar una
determinada forma de vivir el fútbol. Invisibilizar al hincha como actor, y posicionándolo como
criminal. El núcleo de esta propuesta no está en la Ley de violencia en los estadios, sino en cómo
hoy se maneja el fútbol moderno; que margina a los hinchas. Para esto sí hay tiempo para trabajar.
Buscar resquicio legal de la Ley de la violencia no implica que el Estado nos va a entregar el club.
Generar transformaciones cotidianas. No apelar tanto a la Ley, que es una tarea más a largo plazo.
98
Atacar por todos los frentes.
Transformando el discurso. Empecemos a grabar para denunciar. Mostrar contradicciones de la
Ley con la realidad.
Dan recuerda objetivo de cuarta asamblea, que ya tomó decisión de trabajar en propuesta de
administración del club.
La batalla madre es la lucha por el club.
El objetivo de la jornada de hoy es brindar insumos para una discusión mayor, que es la de la
recuperación del club.
Visibilización. Propuesta de filmación de lo que pasa en los estadios. Por ejemplo, lo que hizo el
Milkhouse con el video de acceso, denuncia.
Presenta también la iniciativa de los obsrevadores de ddhh en los estadios.
Se da el mail de denuncias para recabar evidencias.
Interpelar directamente a la Concesionaria sobre puntos específicos, como por ejemplo, abrir el
CDA. Dan le dice que esto se hico luego de la tercera AHA.
Especificidades del hincha de la U. Esto es histórico. Tenemos una noción de lo que es el hincha
de la U. Podemos hacer una campaña en ese sentido. Podemos hacer una suerte de barrido de las
transformaciones del hincha de la U.
Nos hace falta tomarnos espacios, tomarnos atribuciones (ser vehementes).
Hay que dar mayor difusión a las actividades de la AHA.
Hay que establecer consciencia, lo cual es un trabajo a largo plazo. Hacer más ruido, informar a la
gente.
Generar fanzine con propuestas y entregarlas, por ejemplo, en el estadio.
99
Anexo 7. Resumen sistematizado conversatorio
¿Qué entendemos por violencia?
Violencia-Hinchas
¿Cómo se explica que la hinchada de la U sea la más imputada
por la
Ley de violencia en los estadios? Aumento de querellas.
Mayor asistencia al estadio, clásicos y partidos de alta
convocatoria.
Se expresa en el
acceso a los estadios
Falta de criterios de control en los accesos.
Violencia
discriminadora
Trato diferenciado.
Normativa impuesta
por personas
externas al estadio
La normativa está hecha por personas que no asisten al estadio.
Normativa no
funciona
Normativa ha dado luces de fracaso.
Justificación Ley: en
base a la
provocación al
hincha
Se busca provocar al hincha para justificar la Ley.
Se genera a partir de
otras violencias
La violencia se genera producto de otra violencia. Al sentirse
uno violentado genera violencia. La violencia responde a actos
represivos y violentos.
Genera inseguridad y
vulnerabilidad
La violencia genera inseguridad, vulnerabilidad.
100
Naturalizada,
cotidiana
La violencia se vuelve cotidiana y se naturaliza. “Nos
quedamos callados, aceptamos que nos toquen.
Posicionamiento Empoderamiento.
Posicionamiento Conocer salidas legales.
Posicionamiento Responder de manera inteligente.
Anomia del hincha El hincha no cuestiona.
Anomia del hincha El hincha no hace valer sus derechos.
Anomia del hincha Los controles y medidas represivas alejan del estadio, porque
las personas no quieren exponerse a ellos.
Anomia del hincha El hincha deja actuar, y al hacerlo nutre estas medidas.
Posicionamiento Un primer paso para hacer frente a la violencia es hacer
comunidad, que permita una lucha organizada.
Posicionamiento Hay que hacer una contra campaña de descriminalización de la
hinchada.
Violencia Física y
Violencia Simbólica
La violencia tiene múltiples dimensiones. No hay un solo tipo
de violencia: Violencia física y violencia simbólica,
institucionalizada.
La violencia simbólica se traduce en violencia física.
Para los poderes
fácticos violencia es
organizarse
Las autoridades entienden que la organización también es
violenta.
Violencia en la venta
de entradas
La forma en que se venden las entradas para los partidos hoy en
día también es violencia, porque discrimina al hincha.
101
Medios de
comunicación
Los medios de comunicación plantean una imagen súper
violenta del hincha.
Falta de unión de la
hinchada
Falta de unión de los hinchas de la U. Falta de camaradería.
Autoevaluación Autocrítica: los hinchas de la U también ejercemos violencia.
Autoevaluación Autocrítica: Los hinchas de la U tenemos cierta responsabilidad
por el hecho de no estar unidos como antes.
Estadio “Estadio como tierra de nadie”: vulnerabilidad, renuncia de
derechos.
Violencia
discriminadora
La violencia es discriminadora: hay tratos diferenciados según
edad, NSE.
Despojamiento El hincha de la U renuncia a todo para ir a ver a la U.
Despojamiento
Es la condición que vivimos más allá de cómo somos tratados.
Tiene que ver con que hoy no tenemos nada: no tenemos
espacios que nos podamos apropiar, no tenemos relación con el
equipo. Nos despojaron, incluso, de nuestros mecanismos de
expresión.
Genera división
interna
La violencia infringida desde arriba divide a la hinchada. La
propaganda que relaciona al hincha con violencia, que a su vez
es violenta, divide, debido a que hay quienes-dentro de la
misma hinchada- interiorizan ese discurso.
Es segregación,
exclusión
La violencia es segregación, exclusión.
Posicionamiento Organización: contraviolencia.
Justificación Ley: La violencia está relacionada con las barras bravas. Esta
relación sirve de sustento a las Leyes de estadio seguro y otras.
102
Violencia-barras
bravas
Autoevaluación
Hay violencia que también es ejercida por la hinchada. ¿Cómo
nos hacemos cargo de ella? Incide esta violencia en la llegada
que tienen los discursos criminalizadores en las personas?
Anomia del hincha La criminalización del hincha se potencia ante la carencia de
organización que se exprese en la cotidianidad.
Fenómeno cultural
Fenómeno
multicausal
La violencia es un fenómeno cultural, social y multicausal.
Invisibilización
Despojamiento de
derechos
Trasfondo de esta problemática: se culpa a otro de ser violento
para invisibilizarlo y quitarle sus derechos.
Posicionamiento Hay que hacer valer nuestra opinión sobre lo que entendemos
por violencia.
Instaurada por
poderes fácticos
La violencia es instaurada por los poderes fácticos, que se
ocultan culpando al otro (hincha), haciéndose responsables.
Estos poderes legitiman, empoderan a otros para reprimir la
violencia a través de la misma violencia.
Violencia implícita
La violencia de estos poderes es implícita. Se ejerce mediante
la apariencia de que “todos podemos acceder a todo”. Esto es lo
que hay que develar.
Medios de
comunicación
La violencia es propiciada por los medios de comunicación,
que funcionan como herramienta de los poderes fácticos. La
prensa legitima estos discursos y acciones. Caricaturiza.
Legitima abuso de poder.
103
Contexto Social Origen de esta violencia: dictadura.
Contexto Social
La violencia ejercida en el fútbol es expresión de la violencia
que se ejerce a nivel societal. Es a nivel general que se busca
desarticular en todos los ámbitos, y la barra era uno de esos
espacios organizados. No es particular lo que vivimos como
barra.
Posicionamiento Hay que tomarse los espacios y exigir derechos.
Posicionamiento Hay que utilizar la Ley a beneficio de los hinchas.
Anomia del hincha
¿Por qué las personas dejan ser reprimidas? Porque producto de
lo que vivieron en la dictadura están cansadas de luchar. Optan
entonces por ser espectadores del fútbol.
Posicionamiento Hay que reposicionar el carácter social del club.
Autoevaluación
La violencia es permitida por las debilidades de la misma
hinchada: falta de camaradería, falta de organización, la
violencia ejercida por nosotros mismos.
Violencia en la venta
de entradas
Se ejerce violencia cuando hace que los abonados se hagan
responsables de la misma al momento de comprar entradas.
Violencia-Barras La violencia es constituyente del barrista. Esta es la imagen que
se ha construido tras dictadura.
Posicionamiento La opción es la organización.
Posicionamiento No podemos condenar otras formas de acción.
Causa: Provocación
Se provocan instancias para avalar el Plan.
Cuando uno se siente pasado a llevar se vuelve violento.
Ej.: Bajar a una persona de una silla de ruedas para revisarlo
genera reacciones, que a veces deriva en violencia(s).
104
Abusos en accesos:
menores
No hay confianza con el Plan para llevar niños al estadio.
Ej.: tocaciones son demasiado violentas para exponerlos.
Abusos en accesos:
intimidación
Pareciera no haber límite a lo que se le pide al hincha para
poder entrar. Carabineros intimida, y eso obliga a aceptar las
vejaciones.
Criminalización Roa y el Plan criminalizan toda organización de hinchas.
Criminalización
Abuso: sin
presunción de
inocencia
Somos agentes violentos por nosotros mismos, y por lo tanto la
condena es previa.
Terrorismo de
Estado
Tiene que ver con el miedo. Depende de la voluntad de
Carabineros, que si quiere llevarte te va a llevar, dando lo
mismo si uno tiene méritos.
Abuso: despojo de
espacios
Se nos quitó el espacio de participación en el Club.
Ej.: Banderazos: ir al Caracol, se podía. Ahora el CDA cerrado
al hincha.
Terrorismo de
Estado
Genocidio cultural
Segunda Parte: Elementos políticos de la violencia en los estadios
Elementos Políticos: ¿Cómo nos posicionamos en este contexto?
Definir posición del
hincha.
Definir desarrollo
Necesidad de definir posición del hincha. De definir su
espacio, definición de su desarrollo. En esta definición
debemos distinguirnos del espectador. Hay que definir cómo
105
Definir espacio
Definir formas de
relación con los
camaradas.
Definir estrategias de
recuperación.
Definirnos con un rol
activo.
llegamos a los camaradas. Definir estrategias de recuperación.
Hay que definirnos con un rol activo.
Definirnos y dar a
conocer quiénes
somos.
La Ley de violencia en los estadios no nos representa.
Debemos evidenciar quiénes somos.
Dejar de criticarnos Debemos dejar de criticarnos entre nosotros mismos, y
convivir.
Empoderarnos del
estadio: lugar de
encuentro de la
hinchada.
Debemos empoderarnos del estadio. Es el único lugar de
encuentro de la hinchada. Es un espacio que lo sentimos
propio, aunque en términos formales no nos pertenezca.
Definir objetivos. Debemos definir los objetivos de la hinchada. Estos pueden
ser múltiples, lo que generaría tensiones.
Definir a la hinchada
en contraposición a la
SA.
En nuestra definición cabe señalar que la hinchada y la SA no
son compatibles.
Definir dando
relevancia al
patrimonio cultural y
material
Importancia del patrimonio cultural y material en la definición
de hincha.
106
Dar a conocer quiénes
somos
Hay que dar a conocer esta definición de hincha.
Dar a conocer nuestra
postura frente a la
Ley: elaborando un
comunicado
Propuesta de elaborar comunicado, con carácter abierto, que
interpele a los ejecutores de esta Ley (Comisión de Deportes
de la Cámara de Diputados). Este comunicado debería decir
que la Ley no es representativa, que es excluyente, que no nos
considera.
Buscar apoyo de
representantes
políticos
Propuesta de buscar apañe de representantes políticos. Por
ejemplo, Gabriel Boric.
Genocidio cultural En este contexto se está produciendo un genocidio cultural, en
el sentido de que las barras son consideradas patrimonio
inmaterial.
Dar a conocer
posiciones: atacando
los medios
Propuesta de atacar a los medios de comunicación. De
oficializar posiciones.
Definir posiciones:
dificultades
Se percibe una dificultad de consensuar posiciones como
hinchada.
Enfrentar la Ley:
desde la legalidad y
desde la calle
Cómo enfrentar a la Ley: 1. Desde la legalidad. 2. Desde la
calle.
Dar a conocer quiénes
somos y nuestra
posición en espacios
públicos.
Disputar espacios públicos: escribir cartas, columnas de
opinión, etc.
107
Definirnos
haciéndonos cargo de
nuestra propia
violencia.
Haciéndonos cago de nuestra propia violencia; por ejemplo,
desnaturalizando la violencia que está tan arraigada en
nuestros cánticos (a balazos se van a tirar).
Hay que ir al
problema de fondo:
administración
privada del fútbol.
La inminente aprobación de la Ley nos sitúa en un contexto
desfavorable. No obstante, esto puede verse en términos
positivos, ya que polarizará aún más la situación y la volverá
más problemática, llevándola al fondo del asunto: la
administración privada del fútbol, la Ley de sociedades
anónimas deportivas. Se agudizarán entonces las
contradicciones.
Definir relevancia de
opinión pública.
¿Cuánto nos importa la opinión pública? Dos posiciones,
aquella que le resta importancia, y aquella que se la da.
Definir al hincha
como partícipe de los
procesos del club.
El hincha de la U tiene que participar en los procesos del club.
Generar instancias de
participación, de
camaradería, de
esparcimiento.
Debemos generar instancias de participación, de camaradería,
de esparcimiento.
Definición política Nuestra propuesta debe remitir a una más global, a una
definición política de la sociedad.
Problema de fondo:
administración actual
del fútbol
Debemos enfocarnos no en la literalidad de la Ley, sino en su
trasfondo, en su estrategia, que es marginar, excluir,
invisibilizar, criminalizar. Esto remite a la administración
actual del fútbol moderno.
Generar acciones
cotidianas.
Debemos generar acciones cotidianas. Atacar por todos los
frentes.
108
Transformar el
discurso.
Evidenciar
contradicciones entre
realidad y Ley.
Hay que transformar el discurso, evidenciando las
contradicciones entre Ley y realidad.
Recuperación del club Relevancia de objetivo de cuarta AHA: RECUPERACIÓN
DEL CLUB
Definir al hincha
retrospectivamente.
Ver transformaciones.
Propuesta de hacer barrido histórico de las transformaciones
del hincha de la U.
Dar a conocer
posición
Hay que crear consciencia; informar, lo cual es un trabajo a
largo plazo.
Dar a conocer
posición: fanzine
Se propone generar fanzine con propuestas, con información,
para difundir, por ejemplo, en el estadio.
Definir Identidad
social
Exponer Identidad
Manifestar Identidad
Denunciar
Tenemos una lógica distinta, particular, que tenemos que
expresar y exponer. Nadie nos puede decir cómo ser hinchas.
Carta abierta que emane de este conversatorio.
Columnas y artículos en medios alternativos y masivos.
Uso adecuado de instancias de manifestación. Ej.: no salir a
marchar cantando “A balazos se van a tirar”.
Contrastar PES, Ley vs. hechos a través de la visualidad.
Usar nuestra identidad para ganar en vehemencia defensiva.
Uso crítico de Leyes y
tratados
Las Leyes nos criminalizan pero el Estado adscribe a cartas
internacionales de derechos humanos.
Cambiar Ley de Violencia en los Estadios.
109
Cambiar Ley SADP.
Ej.: Derechos de las y los niños, de género, la conservación y
respeto del Patrimonio Cultural Inmaterial.
Trabajar confianza
interna
Autoeducación
Regenerar el tejido social que reconoce a todo hincha. Dar un
ejemplo y un espacio para generaciones jóvenes.
Expandir un punto de vista abierto y crítico frente a hinchas
que se quedan con el discurso oficialista, muchas veces cerca
de nosotros.
Invitación a sumarse a la iniciativa y fortalecer en números.
Contactos y redes
Parlamentarios afines al tema y postura. Ej.: Gabriel Boric
Organizaciones de Derechos Humanos.
Medios de comunicación.
Casa de Estudios.
Empoderamiento:
Legalidad y
Participación
Utilizar la Ley para defenderse defender camaradas.
Resolver la no-participación de los Hinchas en los Clubes y en
las tomas de decisiones en general.
110
Anexo 8: Canciones citas en el texto
1-“Todos saben de un gran amor
de un bullanguero que no se vendió
ni a los pacos, ni a la represión
ni a la mentira de la televisión
la más fiel de la capital
la más gloriosa a nivel mundial
a esta hinchada no la callaran
no la callaran
Bulla de mi vida, Bulla de mi amor
puro sentimiento, más que una pasión
vallas donde vallas, siempre te acompaño
y con esta hinchada, vamos a ser campeón”
2-“Al bulla lo quiero, lo llevo en el corazón
lo sigo, lo aliento, siempre sobre el tablón
la hinchada, más brava, reventando zorras
el piño al choque, no da ni un paso atrás
Ser del bulla es tener aguante, aguante incondicional
sentimiento inexplicable, que no se puede acabar
vamos bulla que el campeonato, no se nos puede escapar
que este año en la plaza Italia, vamos a dejar la caga”
3-“Yo canto por una barra, que está muy descontrolada
te sigue a todas partes en las buenas y en las malas
no importa si vamos en cana, siempre al bulla seguiremos
111
la hinchada estará presente aunque no vallan primero
Se lo dedicamos a todos, a todos los que no cantan
se lo dedicamos al zorra, al zorra conchetumadre”
4-“Somos los de abajo, la hinchada más brava
la que va a la cancha y nadie la calla
rompimos San Carlos, quemamos Pedreros
y contra los pacos, somos los primeros
El león, el león, el león es mi pasión
El león, el león, el león es mi pasión”
5-“LDA es la hinchada de la chile,
LDA es la hinchada popular,
LDA no acepta maricones,
ni tampoco donaciones del gobierno militar”
6-“Recuerdo cuando pinocho les compro un estadio entero,
con la plata que a mi pueblo le robo, indio cagon
ahora no te salva nadie, zorra y la conchetumadre
la mitad más uno, la tiene el león
El indio hueco ya cago, está en la quiebra que dolor
la mierda flota en el zorramental, señores no se puede caminar
su presidente se escapó, y les chanto el par de dos
te llevaremos agua y jabón, te canto con aguante esta canción”
7-“Vamos a romper, vamos a romper,
vamos a romper el estadio de Pinochet”
112
8-“A veces me pregunto, si es que Allende existiera,
no tendrían estadio, esos hijos de perra”
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