el submarino oberon de la marina britanica arribara el martes

El anterior «Oberon» - que entró en servicio en 1926- ya disponía del sistema asdic, decisivo en la Se-gunda Guerra Mundial para detectar submarinos

Para las primeras horas dela mañana del martes está pre-vista la llegada al puerto deSanta Cruz de Tenerife del sub-marino «Oberon», de la Marinade Guerra británica que —almando del comandante N.H.L.Harris— aquí permacerá hastaque, el próximo sábado, se ha-ga de nuevo a la mar.

El submarino «Oberon» es elprototipo de una serie de treceunidades, que con los dos de laclase «Sealion», constituyen elgrueso de las flotillas de buquesconvencionales que —posible-mente el próximo año— comen-zarán a dar paso a los nuevos«2.400», de 2.400 toneladas yclasificados como submarinosde patrulla.

En los últimos años de la dé-cada de los años 50, la RoyalNavy proyectó nuevas unida-des para sustituir a las de lasclases «T» —una de ellas, el«Talent» estuvo en Santa Cruz—y «A». Tales nuevos submarinosfueron los ocho de la clase«Porpoise» —de 2.030 toneladasy 90 metros de eslora— que,con los experimentales «Excalí-bur» y «Explorer», dieron pasoluego a los «Oberon» y ios nu-cleares «Warspite» y «Valiant».De los submarinos de la clase«Porpoise» por Santa Cruz re-cordamos al «Finwhale»— quenavegaba con el destructor«Brocklesby» para experimen-tar el sonar remolcable y deprofundidad variable, y el«Cachalot», ambos ya dados debaja y desguazados.

El «Oberon» —numeral «S-

09»— fue construido en el arse-nal de Chatham, donde se arbo-ló la quilla el 27 de noviembrede 1957, y botado el 18 de juliode 1959, tras las pruebas demar fue recibido por la RoyalNavy el 24 de febrero de 1961.De 1.610 toneladas estándard,2.030 en superficie y 2,410 eninmersión, son sus principalesdimensiones 90 metros de eslo-ra por 8,1 de manga.

El equipo propulsor del«Oberon» está compuesto, paranavegar en superficie, por dosmotores Adiniralty StandardRange 1 -tipo 16 VMS- que,con 3.680 Bhp sobre dos líneasde ejes, le dan 12 nudos de me-dia. Para navegar en inmersióndispone de dos motores eléctri-cos —que desarrollan 6.000Shp— y alcanza media de 17nudos. En superficie, el radiode acción es de 9.000 millas y,normalmente, su dotación laintegran siete oficiales y sesen-ta y dos suboficiales, cabos ymarineros.

Como sus gemelos, el «Obe-ron» está armado con ocho tur-bos lanzatorpedos de 533 mili-metros; seis van montados aproa y, los otros dos, a popa y,estos últimos, están adaptadospara disparar torpedos cortosantisubmarinos. En total, la do-tación de torpedos es de 24 detales armas, tres para cada unode los tubos del buque. En estasunidades, por vez primera seutilizó plástico en la construc-ción de submarinos ingleses,especialmente en las zonasproel y popel de la torre, que

son de fibra de vidrio lamina-da. El «Orpheus» —entregado ennoviembre de 1960— tiene lasuperestructura construida dealeación ligera de alumino.

La hélice del «Oberon» —sub-marino que puede sumergirsehasta una cota de 275 metros—es de tres palas, tiene un diá-metro de un metro y gira a ra-zón de 400 revoluciones porminuto.

El «Oberon», primero de laserie, costó 2,430.000 librasesterlinas, cifra que en la cons-trucción de «Onyx» ascendió a3.600.000 libras. Los sistemaselectrónicos son muy comple-tos y modernos, con radar«1002» y sonar de los tipos«187» y «2007», esnorquel siste-ma de exhaustación, comuni-caciones, periscopios, etc., sonproductos de las MacTaggart yScot and Co, Ltd,

El «Oberon» —que ostenta eltítulo de «Buque de guerraadoptado por Mílíbrd Haven»—en sus primeros años de marestuvo destinado en el 7°, Sub-marine Squadron, con base enSingapur, del que regresó aPortsmouth el 5 de septiembrede 1967 y, con los Orpheus» y«Oportune» —del mismo tipo—fue luego sometido a obras degran carena. Volvió en 1969 alcitado escuadrón con base enExtremo Oriente y, mientrasduró su estancia en aquellasaguas, a proa de la torretamontó un cañón de 20 milíme-tros.

De nuevo en aguas metropo-litanas, el «Oberon» fue equipa-

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El submarino «Oberon»,británica, arribará

En él se han adiestrado las dotaciones destinaddo con nuevos sistemas paraque sirviese de buque de prácti-cas y entrenamiento inicial pa-ra las dotaciones que, poste-riormente, iban a marinar lossubmarinos nucleares de los ti-pos «Turbulenta, «Swiftsure»,«Valiant» y «Ghurchill»,

LOS GEMELOS DEL «OBEROH»

Buen tipo de buque por suscaracterísticas —con líneas fi-nas y limpias que le permitenuna navegación submarina sinruidos— estuvo a punto de serconstruido para la Marina deGuerra española cuando, en losaños 60, se iniciaron negocia-ciones para, bajo licencia, obte-ner sus planos y los de las fra-gatas tipo «Leander».

Sin embargo, otras Marinashicieron realidad tal tipo de bu-que en sus fuerzas navales. En-tre 1967 y 1977, Australia reci-bió de la Scotts Shipbuildingand Co, Litd., de Greenock, lossiete de la ciase «Oxley» que,modernizados recientemente,ahora disponen de misiles«Harpoon» y nuevos sistemaselectrónicos.

Tal fue el interés de la Mari-na canadiense por ios «Obe-ron», que sobre grada adquirióel primer «Onyx», que fue bota-do con el nuevo nombre de«Gjibwa» en febrero de 1964.Tras él lo hicieron —en 1965 yaño siguiente— los «Onondaga»y «Okanagan», también produc-tos del arsenal de Chatham.

Chile, que en 1920 había ad-quirido tres submarinos de laantigua clase «Oberon», recibióde los astilleros de la Scott-Lithgow los «Hyatt» y «O'Brien»que, en 1976, fueron dados dealta en las fuerzas navales dedicha nación.

Los gemelos brasileños del«Oberon» son bien recordadosen Santa Cruz de Tenerife,puesto que el «Riachuelo» arri-bó —en viaje de entrega— almando del comandante FeioObino que, hace unos días, vol-vió a Tenerife, ya como capitánde navio, con el buque-escuela«Custodio de Mello».

Los «Oberon» de la Marinade Guerra brasileña —«Humai-tá», «Tornelero» y «Riachuelo»—fueron construidos por la Vickers en sus astilleros de Ba-rrown y, recientemente, se lesdotó de los nuevos torpedos«Tigerfish», de modelo y manu-factura británica.

Para los nuevos submarinosde la clase «2.400» —que susti-tuirán a los «Oberon» —ya sehan seleccionado algunos nom-bres, «Unseen», «Úrsula» y «Uni-corn», y, para el próximo año,está prevista la botadura delprimero de ellos.

El actual «Oberon» alcanza 17 nudos en inmersión y est

LOS ANTERIORES «OBEROH»

El submarino «Oberon» es elsexto buque que luce tal nom-bre en la Royal Navy. El prime-ro comenzó a navegar en 1805pero, con el que el martes llega-rá a puerto, destacan los dosanteriores, un destructor y unsubmarino que, respectivamen-te, participaron en la Primera ySegunda Guerra Mundial.

Entre 1914 y 1916, la RoyalNavy recibió 85 destructoresdel tipo «M», buques de 1.042toneladas, 84 metros de esloray 8,5 de manga. Equipados conturbinas de vapor, que desarro-llaban 25.000 Hp sobre tres lí-neas de ejes, en pruebas supe-raron los 34 nudos sin esfuerzoalguno y, diseñados y construi-dos para operar en el Mar delNorte, su autonomía les permi-tía altas velocidades por perío-dos prolongados.

Como sus gemelos, el «Obe-ron» —botado en 1916 en los as-tilleros de la Doxford, en Sun-derland— estaba artillado contres piezas de 76 milímetros,una en el castillo, otra en la tol~dille y, la tercera, entre la chi-menea central y la popel. Acrujía llevaba dos equipos do-bles de tubos lanzatorpedos, de533 milímetros, y estaba tripu-lado por 98 hombres.

De este tipo de buque, los«Néstor» y «Neniad» se perdie-ron en la batalla naval de Ju-tlandia y, otros —«Parthian»,«Peyton», «Nprth Star», etc.— endiversas acciones de guerra. Lamayoría llegó en 1918 a la citacon la paz pero, al pertenecer aun tipo ya superado, con rapi-dez se vendieron para desgua-zar, triste suerte que en 1921corrió el «Oberon».

De los varios tipos de subma-rinos construidos por la RoyalNavy durante la Primera Gue-rra Mundial —los «S», «W», «V»,«F», «H», etc.— destacaron lostres de la clase «M», artilladoscon un cañón de 305 milíme-tros, y los pertenecientes a las

tres series «L», que, en total, su-maban 56 unidades. En este ti-po, el «L», fue en el que se basóel nuevo submarino que laRoyal Navy necesitaba despuésde que, en 1922, no se llegó aun acuerdo para renovar el tra-tado naval anglo-j apones.

De acuerdo con los presu-puestos de la Royal Navy para1923, en marzo del año si-guiente se inició en el arsenalde Chatham la construcción del«O I» —luego «Oberon»— que,botado el 24 de septiembre de1926, fue recibido por la Mari-na el 31 de diciembre del mismo año. De 2.950 toneladas ensuperficie y 1.350 en inmer-sión, eran sus principales di-mensiones 82,3 metros de eslo-ra por 8,5 de manga. Estabaarmado con ocho lanzatorpe-dos de 533 milímetros —seis aproa y dos a popa— y, en la to-rreta llevaba un cañón de 102*mm. y dos ametralladoras paratiro antiaéreo.

Con motores diesel, el «Obe-ron» alcanzaba media de 15nudos en superficie —con 2.950Hp sobre dos ejes— y, con moto-res eléctricos que tenían poten-cia de 1.350, mantenía 9 nudosen inmersión. Con 185 tonela-das de combustible en sus tan-ques, el radio de acción era de6.500 millas a la velocidad eco-nómica de 10 nudos y, normal-mente, su dotación estaba com-puesta por 56 hombres.

Ya avanzada la construccióndel «O 1», para la Marina aus-traliana se inició la de los «AO2» y «AO 3» que, posteriormen-te, pasaron a la Royal Navycon los nombres de «Otway» y«Oxley». Chile encargó luegotres tipo de «Oberon», los «Capi-tán O'Brien», «Capitán Thop-son» y «Almirante Simpson»que, en viaje de entrega, en1929 recalaron por Santa Cruzde Tenerife.

El «Oberon» destacó por suscondiciones marineras pero, enespecial, por los equipos y siste-mas técnicos. Montaba un as

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y que se celebrará el lunes, día 3 de noviembre, a las 6 de la tarde,en el Salón de Actos de la Escuela de Ingeniería Técnica Agrícola

de la Marinael martes

as a los de propulsión nuclear

á armado con seis tubos lanzatorpedos de 533 milímetros

dic «116» que, perfeccionado,fue decisivo en la lucha anti-submarina durante la SegundaGuerra Mundial. Los perisco-pios eran dos, de 9 metros, ylas atenas de la radio iban enpalos ligeros, de 18 metros dealtura y telescópicos. Los hi-drófonos, del tipo «709» y el ra-diogoniómetro «SF», completa-ban, con un equipo Fessendenpara señales submarinas, lasinnovaciones que contribuye-ron a crear un tipo de buqueque, posteriormente, se desa-rrolló en los de las clases«Gdin» y «Parthian».

Poco antes de la SegundaGuerra Mundial, el «Oberon»formaba parte —si bien comounidad de reserva— de la 5a.flotilla de submarinos que, conbase en Portsmouth, estaba almando de un capitán de navioque arbolaba su insignia en el

destructor «Winchelsen». Supe-rado por los nuevos tipos desubmarino —los numerosos delas clases «P», «Talismán», «Un-dine», «Vampire», etc.— durantela guerra realizó algunas misio-nes de patrulla pero, más tar-de, se le utilizó como buque-es-cuela y entrenamiento para lasnuevas promociones de subma-rinistas. Así continuó hastaque, en 1945, de nuevo llegó lapaz al mundo. Dado de baja ydesarmado, el 24 de agosto de1945 fue vendido para desgua-zar a la empresa Clayton andDavie y, en Dunston, al «Obe-ron» se le corrió soplete y, con-vertido en informes montonesde chatarra, pasó a la historiade la Royal Navy.

Juan A. PadrónAlbornoz

In memoriam del maestro jubilado y fenecido

U N clásico de nuestra lite-ratura, en obra famosa,que ha pasado a la poste-

ridad, dijo: «La vida es un sue-ño» pero... no siempre sucedeasí, ya que muchas veces se con-vierte en tétrica «pesadilla» quenos agita y atormenta durante lanoche. Menos mal que cuandodespertamos, la ilusión vuelve denuevo a invadir todo nuestro or-ganismo y la vida, especialmentedurante nuestra juventud, surgebrotando de nuevo con mayor vi-gor.

Hay momentos, cuando dor-mimos, que nuestra mente se en-tenebrece matando toda ilusiónpara dar paso a la terrible pesa-dilla que, con su falsa realidad,barroquisando nuestra alma, nosatormenta con supuesta desgra-cia.

En otras ocasiones las viven-cias del día, y los amigables diá-logos de los compañeros de cla-se, o de profesión, y los paseos,constituyen la temática, muchasveces deformada, del ilusionadosueño o de la detectada pesadilla.

Muchas han sido las anécdo-tas que podría contar, pero real-mente la que me ha parecido másoportuna, en el momento presen-te, fue la que sucedió a un com-pañero de magisterio. Un día dehace algunos años; un día clási-co de invierno lagunero, lleno deagua y de frío, como dice la co-pla, en que llovía mucho. El, convarios amigos, se acogió junto ala mesa de un bar muy próximoal entonces llamado asilo de an-cianos de La Laguna y entabla-ron una animada conversación.Al momento vieron abrirse laspuertas del mencionado estable-cimiento benéfico para dar pasoa un tosco y desnudo féretro demadera, acusador de una drásti-ca pobreza. La comitiva deacompañamiento la constituían

El antiguo cementerio de San Rafael y San Roque, hoy en elcentro de Santa Cruz

solamente las cuatro personasque portaban el ataúd. Aquelloimpresionó, hasta tal punto, algrupo de jóvenes, que decidieronacompañar hasta el campo san-to a la persona difunta. Segura-mente irían pensando en la pa-tética filosofía becqueriana:«¡Dios mío, que solo se quedanlos muertos!».

Allí, entre el frío silencio se-pulcral de las tumbas y el calva-rio de las cruces, aguardaba a miamigo una honda sorpresa, pues-to que al destapar el ataúd sur-gió ante la retina la figura sinvida de su primera maestra, laque pacientemente le había en-señado las primeras letras de suacervo cultural infantil. Una lá-grima y una oración se fundie-ron en simbiótica unión y juntasbrotaron desde lo más profundodel corazón. Mientras sus manoscogieron, de un rosal cercano,una rosa blanca que Dios quiso

prolongara su vida para que elantiguo alumno pudiera mostrarsu gratitud perenne a la feneci-da educadora en su viaje a laeternidad, y la depositara enaquel cuerpo sin vida, mientrasla mente, posiblemente, recorda-ba al poeta Martí en su bellopoema:

Cultivo una rosa blanca,En julio como en eneroPara el amigo sinceroQue me da su mano franca,Y para él, cruel que me arrancaEl corazón con que vivo;Cardo ni oruga cultivo:Cultivo la rosa blanca.

Aquella noble mujer, otroraforjadora de tantas inteligenciasinfantiles, rectora y consejera detantas generaciones juveniles, ya-cía, allí, sola, sin cortejo, aban-donada de una sociedad ingratay olvidadiza, incapaz de valorar

los méritos de una entrega totalhasta su muerte y en espera deque la tierra, más humana ycomprensiva, la acogiera en suseno.

Los sepultureros procedierona su enterramiento. Allí aguarda-ba la fría fosa al cuerpo despro-visto ya del fúnebre arcón comu-nal; dispuesta a fundirse conella, recordándonos una vez másque: «Somos polvo y que al pol-vo hemos de volver».

Mi conciencia, desde enton-ces, la emprendió a latigazos conmi corazón, haciéndome pensarsi tal vez yo estaría entre los in-gratos. ..

En el nocturnal silencio queprecede al sueño, cuando el in-somnio me lo permitía, soñabacon la maestra, para mí, desco-nocida, localizando en ella a to-dos mis profesores, la mayoría yafallecidos. Veía en mi loca fan-tasía que de la rosa blanca quemi amigo colocó con hondaemoción en la tumba, brotaronotras muchas rosas blancas quecubrieron toda la sepultura enfloral alfombra y en la que cadapétalo se convertía en alba luce-cita con la que, mediante el ve-hículo inolvidable del «recuerdo»seguían, nuestros mentores ya fa-llecidos, iluminando nuestrasmentes ávidas de su brújulaorientadora, en esta sociedad queamenaza zozobrar por falta de ti-monel.

Valgan estas líneas desdibuja-das, pero sentidas, como testi-monio fiel de profundo agrade-cimiento que una vez más nosobliga a exclamar: «¡Bienaventu-rados los que enseñan con cari-ño y vocación porque ellos ve-rán a Dios!». «Bienaventuradoslos que enseñan al que no sabeporque ellos cumplen con unabella obra de misericordia».

Antonio Mederos Sosa

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