el sentido inutil
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" Él no responde, se reclina, espera.
Ella sonríe. No es silencio: sabe."
Jenaro Talens
El largo aprendizaje
Se pudiera trazar una parábola
en el centro del tablero de backgammon
mientras el mundo se reproduce,
muere, se reproduce...
Se pudiera.
Cruje el himen
pero no lo oyes,
ensimismado como estás
en golpearle con saña,
en oír sus protestas
y su llanto.
eyaculas sin orgasmo
ensimismado como estás
en sus ojos vidriosos,
en ese charco que se hace grande
enigmáticamente.
Te espero abandonado
sobre mármol, con esquirlas
de mármol que me cubren
ruido sordo, música negra
fastuo mortuorio,
prendas desechadas,
cadáver corrupto,
te espero con mi cráneo
pelado.
Aguacate con limón,
tournedo con mostaza,
salchichón solo
en nuestra habitación vacía
hueca
rellena de pasas y piñones,
rebosando gula
con barrigas que aumentan
con los años.
Cae el mar
telón sin gotas
auge de cantos petrificados
frente a frente.
Todo dedicado al siempre
estrepitoso epílogo ahora
busca comienzo...
¿ Dónde empezar ?
Un dolor profundo en una sien
y el mar cae. Sin ruido.
Amo a los hombres vacíos
amo a los hombres desesperados
siento palpitar las sienes
de mi río. Y el bullicio
de sus alas, el enjambre
de seres humanos que murmuran
acrecentan mi amor,
prenden de mí
acaso un glaciar lejano
que cruje a cada paso.
¡Cómo amo a esos hombres!
Salsa espachurrada
en una estructura cónica
y resbala. Quieres toser
y los paneles de polietileno
te aíslan del ruido
no te sientes
lames tu carne de gallina
y tiemblas. Sientes miedo.
La salsa resbala
y a ella sí la oyes.
PORTALES
Enfría
y el viento sopla
de oreja a oreja
como Homeless
de puerta en puerta
buscando hojas de un bloc
desmembrado.
Oíste algo
era el viento
los portales.
Sin pechos
la niña tumbada boca abajo
y la toco toda. Nalgas
tiernas, nuevas. El cabello fino
se gira a mí
Házmelo de nuevo
Su tono, qué lástima, ya no es
de niña.
Pota en mi espalda
caliente aún,
cierra en un momento
su fe, destila amabilidad
ambigüa, trilateral, escéptica
y vuelve a potar,
ahora suavemente
gozando de la extroversión.
Resbala por tu mentón
como el deshielo en Mayo
con pausa, retozando
lamiendo tu barbilla,
discurriendo sedoso
pintándote tranquila,
resbala por tu mentón
como por tus piernas.
Somos peonzas inmóviles
caídas en un patio sombrío.
Cuando morimos,
si hemos dejado atrás Arte,
parte de nosotros,
entonces giramos en spin furioso
movimiento imparable
que se extingue –quizá—
en un infinito futuro.
El patio está lleno
de peonzas inmóviles.
Triángulo de sexo femenino
chorrea simpatía por ti,
de mujer a mujer, ósmosis diaria
que lleva a la inversión pletórica
sobre ausencias indeseadas
y lenguas bien adentro.
¿ Qué es amor ?
Tantas definiciones encuentro
que ninguna acierta
y en el error sombrío
caigo sin temor
creyendo tener un sentimiento nuevo
dejando atrás
amor, amor y amor
y buscando adelante
amor.
Finezas queréis oir,
pero mi alma de espantapájaros
hediondo os lo impide.
Suena un disco crepitante
--aún no hay láser –
un pianoforte desbocado
escupe dedos muertos,
metacarpios en un cementerio
en un nicho encerrados.
¿ Queréis oir finezas ?
Jodeos.
Mantuve el tiempo justo
su cabeza bajo el agua
y al quedar quieta
--tras agitarse intensamente—
flotando entre dos aguas
pude por fin quitarle su bikini
y contemplar aquellos triángulos blancos
que me hipnotizaban.
Espejismos en fundidos crecientes
como arado en un campo
son las marcas oscuras paralelas
que aparecen
como magia televisiva. Pero
es físico, cruel, real
el espejismo surgiente
de las masas musculares
hechas cebras
por tu fusta restallante.
Cada noche intento
dormir pronto.
Cada noche
me descubro
hasta la madrugada
cantando monsergas
a la botella vacía blanca
que apesta a alcohol.
No, que soy yo
el aroma.
Rumbos de bonanza,
sentidos desviados, inútiles
mástiles de fragilidad aparente
izan su imagen en un horizonte
de amanecer salitre.
Tomo el sentido más inútil,
cerrar y abrir, ápice
de un limbo oculto;
la dirección, la misma
los valores, desperdigados
en todos los sentidos.
Parezco un pulmón de acero
averiado.
Las plagas de Egipto
volvieron
y jamás imaginaste
cómo se desenvuelven,
qué bien transitan
los insectos
por las ciudades,
túneles de Metro,
por los cines.
TIEMPO DE LUCHA
Luchamos entre múltiples redobles de dolor
unos frente a otros
frío acero en la espalda
sonrisas gélidas en amargura cotidiana
fresas y sangre.
Cercanos en un horizonte de papel carbón
negro
arrastramos un lastre centrípeto, aplastante
reíd, reíd ahora que llueve ácido
la corrosión os dejará luego calaveras
y no podréis dejar de sonreir.
Relámpago sin flash
piltrafa sedienta de humanidad
de ti. Antes de la lluvia
el termómetro baja un par de grados
--no lo mires—
él nos oye, nos contempla
echa chaparrones difusos
¿No lo notas?
Junto al camino encharcado
una bicicleta tirada
es vida parada. No está muerta.
Siempre que comía ajos
brotaban de sus ojos rayos láser
porompompeaba su lengua
en vibración tamborinante
y sumergía su cabeza
en una pecera vacía de peces,
sólo con agua destilada
para ver el mundo más claro,
sin oírlo, sólo notarlo
en el paladar
y escucharlo en silencio.
Estoy entre tus piernas
me ciñes, me rodeas,
cruzas tus tobillos en mi espalda,
me juntas a ti,
me haces entrarte,
me acaricias, lames, gritas,
espasmas.
A mí, lo que más me gusta
es el lado interno de tus piernas.
Vestidor desnudo de niña
uñas crecidas en la sombra
de tu tiempo
arañan ahora las espaldas
de tu ayer,
mueren contigo, con tus ratoneras
y las golondrinas disecadas
de tu vitrina.
Gritar afuera
con la ventana abierta
en una húmeda noche
pegajosa
y liberarse de la rabia
--tanta rabia—
en un rugido aterrador
que degarra la noche
y conmueve las almas
que no saben sufrir.
¡¡ Fú !!
Con un soplido
apagas tu deseo
y esperas al año que viene
para pagar al pastelero
una esquina de su apartamento
un crédito de un coche
de un soplido.
Sabes, otra vez,
que tu deseo, ÉSE deseo,
no se cumplirá.
¡¡ Fú !!
Frenesís alocados en el piso de arriba
bajo blancas sábanas agitadas por los cuerpos
y en el sótano
abuela pensativa, esperando –olor a moho—
aquellos nietos que el futuro dejará prendidos
en su pelo.
Fundamentos, orígenes, raíces...
...todo esto.
Aspiras fragancias asfixiantes
vapores de recauchutados
y a través del ventanuco
--allá a lo lejos—
ves crecer amapolas, ves tormentas
y aire limpio.
Tú sigues aspirando mierda.
Flota el corcho
en el mar,
destellos de salpicaduras
iluminan mi rostro
y los peces asoman sus boquitas
para insuflar aire.
Les mojo con mi ducha-teléfono
y se revuelven,
inquietos por algo incomprensible,
por tragar
agua sin sal.
Hay un macho cabrío suelto
que galopa entre dientes de león
buscando una grupa en la que copular.
Es barbilampiño, sonríe a las hembras
y va disfrazado de hombre honesto.
A veces, sólo a veces
canta las excelencias
de la utilidad del amar, amar, amar...
De sus cópulas y cabalgamientos
multitud de pequeños cabritos
corretean por el mundo.
Poeta de lo inútil,
algo cansado ya del quehacer
sin dónde. Debo fustigarme
arrearme y procurar ser feliz
sin serlo.
Se me escapan tiempo,
juventud, amores y éxito.
Añoro ya el Olimpo y no veo
el momento
de lanzarme a un campo verde
de frescor fulgurante. Siempre digo
y lo veo en pretérito.
Estoy desvencijado, adusto
y polvoriento.
para probar fortuna en otra ruleta.
(No apuestes por mí)
Solaz paupérrimo
del solitario en boca de ninguno
en calles yermas
mientras, seguramente lejos,
una orquesta toca merengue,
boleros antiquísimos
sin masturbaciones dolorosas.
Es una estancia cerrada y olor rancio.
Miramos los estantes y
no hay libros. Sólo pisapapeles
pesados. Es nuestra colección
y somos nosotros los que olemos
a viejo.
Encerrados sin lámparas
poco a poco nos pudrimos.
Te deslizarás suavemente
por aguas profundas, propias,
sin cadenas, cisne de tus movimientos
pausados, espontáneos y aéreos.
El momento es tuyo,
deslízate, yace en tí misma,
cisne,
deslízate por tus aguas;
no te seguiré
aquí te espero, quiero verte
despegar
más blanca y flamante,
llegar a las cimas, tocar estrellas,
quiero verte triunfar.
Sin la protección de tu divina
providencia eres carne de cañón
mosca sin alas. Con la violencia
cercándote, llegándote directa
por tus venas, eres algo. Eres
verano caliente con grillos
con incendios. Eres sequía
y nadie oye
tu golpear de puños
apenas se notan
y la calle no ha dejado de andar.
Eres nadie.
Chirrido estridente agudo en la noche
lamento inacabable tembloroso
casi sierra mecánica
deja tu garganta, gorgorito de amor
abandonado.
Voy andando con maleta
tu chillido rasgado me sigue
me tira de la manga, del vientre
para que vuelva a ti. Me detengo
oigo mejor tu dolor de soledad futura
y sigo, Finis Terrae me espera.
Crepitan arrugas
en un salón-comedor
lleno de viejos. También repiquetean
tacitas de té de juegos recompuestos,
pegados y sin cucharillas.
Bajo la puerta
circula el gas. Va entrando,
tímido al principio, cruel después.
Dentro, la reunión
va terminando.
No tengo insomnio
tras mis párpados cerrados
es sólo
niñez no asumida,
aparición sorpresiva,
patadón en mis partes
primitivas
y se acabó el insomnio.
Ahora sólo quedan las píldoras.
EPITAFIO
Garras bajas de un poeta volátil
rozan en la superfície del estanque
y una estela
de transparencia creciente tras de sí;
orilla de civilización, perfumes salvajes,
todo pendiente de un hilo pegajoso,
ausencia de viento
y silencio, sobre todo mucho silencio.
Con un plegar de alas callado
se aleja la vida del poeta
reflejada en el estanque inmóvil.
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