el corte de leÑa en cabana- ancash
Post on 14-Feb-2017
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EL CORTE DE LEÑA- CABANA- ANCASH- EWVS
Faltando muchos meses para celebrar la Fiesta Patronal, cuando el sol dora todavía
las sementeras del pueblo y antes que caigan las
primeras lluvias se efectúa "El corte de leña".
En este trabajo comunal, el pueblo está
llamado voluntariamente a cooperar con los devotos;
designándose así a las personas que, en la tarde del
24 de julio de cada año, en forma espontánea tomaron
las borlas del guion para tener a su cargo la
realización de las fiestas patronales. Es entonces
cuando el pueblo presta su colaboración con el obsequio de palos, corte, rajado y acarreo de
la leña.
Señalado el día para "El Corte", todos los habitantes, desde el mismo prioste y autoridades
hasta el más humilde campesino, portando sus hachas y
machetes bien afilados, sierras debidamente engrasadas,
largos cables de cuero o cabuya, acerados tecles, se dirigen
al lugar, prestos a cortar añejos eucaliptos.
Se aprecia entonces en la realización de esta faena
colectiva una verdadera
organización. Las
mujeres casadas, al mando de la más experta en el arte
culinario, preparan los potajes más exquisitos que han de
saborearse en el almuerzo.
Un grupo de hombres, los más diestros en estos
menesteres, son los que dan el corte a los eucaliptos
procurando que el tajo sea derecho y el madero caiga en campo abierto y no malogre a otras
plantas o sembríos.
Los jóvenes, con sus machetes acerados,
trituran las ramas de los árboles caídos hasta
dejarlos listos para "el destronque"; tarea que lo
realizará otro grupo de campesinos entusiastas,
reconfortados siempre con chicha de jora,
"compuesto" de cañazo y música ejecutada por
los hábiles chirocos.
Luego, una pareja de fornidos leñadores
"descascara" el tronco de eucalipto dándole ligeros golpes
con el lomo de sus hachas. Comienza así una verdadera y
atractiva competencia para "el rajado" de la leña.
Animados por la banda de músicos que interpreta
sonoros huaynos, así como por los chirocos de Aija,
Huambo o San Martín, quema de cohetes y licores
variados, especialmente de la infaltable "pura" de
alcohol; uno de los leñadores clava con potencia su
acerada hacha en el borde del tronco; mientras el otro,
también con gran ímpetu y adoptando una postura
singular, lanza su herramienta cortante, procurando abrir
una grieta ancha y conseguir después de varios golpes
alternados, la primera y siguientes rajas de leña. Esta
faena la repiten
uno, dos, tres,
muchos grupos de leñadores; arriba, abajo, aquí, allá:
Todos con un ánimo indescriptible.
Mientras esto sucede, en otro lado, las mujeres
jóvenes, casadas y viudas, en las anchas faldas de sus
trajes o polleras van recogiendo las astillas
desprendidas durante "el destronque", tarea en la cual
contribuyen también, los niños y niñas.
Comienzan luego a formarse "los castillos", para
lo cual, una hilera de jubilosos pobladores, alternados
entre hombres y mujeres, gastando sugestivas bromas y
entusiasmo se emplazan desde donde la leña se encuentra
acumulada hasta el lugar elegido para ponerla a secar. Y
de brazo en brazo van pasando las húmedas "rajas" hasta
que llegan a las personas encargadas de formar
verdaderos "castillos" de leña.
Promediando la hora de servirse el almuerzo, los
leñadores calmadamente se van concentrando por
grupos, junto a las
grandes ollas y
cazuelas, ubicadas
siempre en lugar
plano y
sombreado. Allí
las mozas chinas
con sus habilidades características, tienden en el suelo
largos manteles floreados, rociados con abundante
cancha, mates de ají y porongos de chicha. Alrededor
de ellos se ubican los trabajadores, listos a saborear
los potajes preparados para la ocasión: sopa de
chochoca con costilla de chancho, mote graneado,
seco de ternera, locro y puchero abundante. Mientras
se van saboreando estos platos, entre broma y broma
se hacen comentarios de las dificultades o chascos
ocurridos en las primeras horas de la jornada.
Terminado el almuerzo, los leñadores se retiran al
reposo momentáneo y de paso para darse una "armada" con
su talega de coca, checo y caleador. Luego se continuará
con el desganche de ramas, descascare, rajado, recojo de
astillas y "pirca" de la leña, siempre con entusiasmo
inusitado y derroche incansable de energías.
Muy avanzada la tarde y después de concluir esta
agotadora faena se sirve a todos los leñadores una suculenta sopa de chochoca,
complementada con un gran trozo de carne, mote de trigo cocido y abundante cancha de maíz
paccho.
Esta tarea comunal, totalmente
voluntaria, después de una tarde agitada y
bulliciosa, culmina con un alegre baile por
todos los trabajadores y concurrentes,
quienes han hecho la leña, elemento
indispensable para la preparación de los
famosos banquetes, chicha, panes, dulces
que han de servirse durante la Huillana y en
la Fiesta Grande del Patrón Santiago.
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