el arte colonial hispanoamericano

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Siglos XVI, XVII y XVIII

El arte colonial hispanoamericano

ISPED GUALEGUAYCHU – Prof. José Cardoso

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• El arte colonial hispanoamericano es el desarrollado en las colonias españolas en América, desde su descubrimiento por Cristóbal Colón en 1492 hasta la independencia de los diversos países americanos a lo largo del siglo XIX (los últimos Cuba y Puerto Rico en 1898).

• Vemos en el arte colonial los mismos estilos artísticos que se desarrollan paralelamente en el continente europeo, principalmente el Renacimiento, el Barroco y el Rococó.

• iglesias y catedrales, dado el rápido desarrollo de la labor de evangelización de los pueblos nativos americanos, pero también edificios civiles como ayuntamientos, hospitales, universidades y palacios y villas particulares.

• En pintura y escultura, en las primeras fases de la colonización fue frecuente la importación de obras de arte europeas, principalmente españolas, italianas y flamencas, pero enseguida comenzó la producción propia, inspirada en inicio en modelos europeos, pero incorporando signos distintivos de la cultura precolombina.

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La influencia gótica, renacentista y barrocaArquitectura, pintura, escultura

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Las primeras muestras de arquitectura colonial en América tuvieron cierta pervivencia de rasgos góticos, preferentemente un tipo de iglesias fortificadas, en un conjunto almenado con iglesia, convento, un atrio y una capilla abierta –llamadas “capillas de indios”–, como el Convento de Tepeaca, el de Huejotzingo y el de San Gabriel en Cholula. Las diversas órdenes religiosas rivalizaron en cuanto a dimensiones y decoración de sus construcciones: los agustinos, dominicos y franciscanos fueron los que realizaron edificios más monumentales y ornamentados, como los conventos de Acolman, Actopan y Yuriria. Primera mitad S. XVI)

Convento de Tepeaca Convento de Huejotzingo

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Convento de Acolman

Convento de Yuriria

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A mediados de siglo XVI se empezaron a construir las primeras grandes catedrales, como las de México, Puebla y Guadalajara. Se sigue por lo general la planta rectangular con testero plano, tomando como modelos la Catedral de Sevilla, la de Jaén y la de Valladolid. La principal muestra, la Catedral de Ciudad de México, se construyó sobre un templo azteca, a lo largo de 250 años (1563-1813), con una sucesión de estilos desde el renacentista hasta el neoclasicista.

Catedral de Puebla. Catedral de la Asunción de María de México Catedral de Guadalajara

7Catedral del Cuzco Catedral de Lima

En Perú, en 1582 se inició la Catedral del Cuzco y, en 1592, la de Lima, ambas obras del extremeño Francisco Becerra. En Argentina destaca la Catedral de Córdoba, obra del jesuita Andrés Blanqui. En ciertas zonas de Sudamérica central se recibió la influencia mudéjar, principalmente en los artesonados decorados con mocárabes, como en San Francisco de Quito. Esta última iglesia destaca asimismo por su fachada de estilo manierista italiano, con una escalinata de inspiración bramantina y serliana.

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Catedral de Córdoba Iglesia de San Francisco, Quito

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La arquitectura barroca colonial se caracteriza por una profusa decoración (Portada de La Profesa, México; fachadas revestidas de azulejos del estilo de Puebla, como en San Francisco Acatepec en San Andrés Cholula y San Francisco de Puebla), que resultará exacerbada en el llamado “ultrabarroco” (Fachada del Sagrario de la Catedral de México, de Lorenzo Rodríguez; Iglesia de Tepotzotlán; Templo de Santa Prisca de Taxco). En Ciudad de México, la arquitectura civil alcanzó cotas de gran lujo y ostentación, con la construcción de grandes palacios de los ricos magnates del negocio minero (Palacio del Conde San Mateo de Valparaíso, actual Banco Nacional; Palacio del Marqués de Jaral del Barrio; Palacio del Conde de Santiago Calimaya, actual Museo de la Ciudad de México).4En Perú, las construcciones desarrolladas en Lima y Cuzco desde 1650 muestran unas características originales que se adelantan incluso al barroco europeo, como en el uso de muros almohadillados y de columnas salomónicas (Iglesia de la Compañía, Cuzco; San Francisco, Lima). En el siglo XVIII la arquitectura se orientó a un estilo más exuberante, otorgando un aspecto inconfundible al barroco limeño (Palacio del Marqués de Torre-Tagle, actual Ministerio de Asuntos Exteriores). La Iglesia de San Agustín de Lima (1720) destaca por su fachada, concebida como un gran retablo. Otras obras de relevancia son las iglesias de la Compañía de Arequipa (1698) y Quito (1722-1765).

San Francisco de Puebla

10San Francisco Acatepec en San Andrés Cholula

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Iglesia de la Compañía (Quito)

Templo de Santa PriscaSagrario metropolitano

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San Francisco de Lima Palacio de Torre Tagle, Lima Iglesia de San Agustín, Lima

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Pintura y escultura colonialesLas escuelas de Quito, Cuzco y Chiloé

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Las primeras muestras de pintura colonial fueron las de escenas religiosas elaboradas por maestros anónimos, realizadas con medios precolombinos, con tintas vegetales y minerales y telas de trama áspera e irregular. Destacaron las imágenes de la Virgen con el Niño, con una iconografía de raíces autóctonas donde, por ejemplo, se representaban los arcángeles como arcabuceros contemporáneos. La producción artística hecha en Nueva España por indígenas en el siglo XVI es denominada arte indocristiano. Adentrado el siglo XVI surgieron los grandes frescos murales, de carácter popular. Desde mediados de siglo empezaron a llegar, procedentes de Sevilla, maestros españoles (Alonso Vázquez, Alonso López de Herrera), flamencos (Simon Pereyns) e italianos (Mateo Pérez de Alesio, Angelino Medoro).En cuanto a la escultura, las primeras muestras fueron nuevamente en el terreno religioso, en tallas exentas y retablos para iglesias, confeccionadas generalmente en madera recubierta con yeso y decorada con encarnación –aplique directo del color– o estofado –sobre un fondo de plata y oro–. A principios del siglo XVII nacieron las primeras escuelas locales, como la quiteña, la cuzqueña y la chilota, destacando la labor patrocinadora de la orden jesuita.

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La Escuela Quiteña alcanzó su época de mayor esplendor entre los siglos XVII y XVIII, llegando a adquirir gran prestigio entre las otras colonias americanas e incluso en la corte española de Madrid. También se la considera como una forma de producción y fue una de las actividades más importantes desde el punto de vista económico en la Real Audiencia de Quito.

Los Negros de Esmeraldas. Andrés Sánchez de Gallque, siglo XVI

16Virgen del Rosario. Anónimo, siglo XVII La Piedad. Gaspar Zangurima, siglo XIX.

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La célebre Escuela de pintura cusqueña o pintura colonial cusqueña, quizá la más importante de la América colonial española, se caracteriza por su originalidad y su gran valor artístico, los que pueden ser vistos como resultado de la confluencia de dos corrientes poderosas: la tradición artística occidental, por un lado, y el afán de los pintores indios y mestizos de expresar su realidad y su visión del mundo, por el otro.El aporte español y, en general europeo, a la Escuela cusqueña de pintura, se da desde época muy temprana, cuando se inicia la construcción de la gran catedral de Cusco. Es la llegada del pintor italiano Bernardo Bitti en 1583, sin embargo, la que marca un primer momento del desarrollo del arte cusqueño. Este jesuita introduce en el Cusco una de las corrientes en boga en Europa de entonces, el manierismo, cuyas principales características eran el tratamiento de las figuras de manera un tanto alargada, con la luz focalizada en ellas.

18"Virgen del Tránsito". Barroco Cuzqueño. S.XVIINuestra Señora de Belén, pintura anónima

del siglo XVII

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La Escuela chilota de imaginería, también denominada Escuela hispano-chilota de santería, es una manifestación artística y cultural que se desarrolló en el archipiélago de Chiloé a partir del siglo XVI en el marco de la misión circular evangelizadora instaurada por los misioneros jesuitas, y que alcanzó su punto cúlmine a finales del siglo XIX.Su carácter de escuela viene dado por constituir estas imágenes un «tipo» que alteró el arquetipo propio de la imaginería americana o española de los siglos barrocos, desarrollándose localmente a partir de modelos venidos de Europa y países americanos, no ciñéndose a las características propias de las imágenes peninsulares, quiteñas o cuzqueñas, apreciándose en ellas diferencias en la técnica, en los materiales empleados y el estilo, formando un arte de características propias.

Cristo de procesión, Caguach (s. XVIII)

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Dentro del conjunto de piezas realizadas, y que permiten realizar una clasificación de esta imaginería, se puede mencionar la presencia de al menos cuatro técnicas:Bulto entero: representadas como una sola pieza tallada en madera, y que por algunos autores son raras en el archipiélago. Aquí, se tienen como referentes a las imágenes de San Miguel y San Francisco en el Convento Franciscano de Castro, Nuestra Señora del Patrocinio en Quilquico, o San Ignacio en Achao (siglo XVIII), entre otras.Candelero o Bastidor: estas figuras se caracterizan por poseer una cabeza, manos y pies tallados, mientras que el cuerpo se simula con un fastuoso traje. De gran predominancia en los artículos que se encuentran identificados (quizá porque este tipo de imaginería aparece en Chile en el siglo XVI), se cubren -la gran mayoría- con ropajes coloridos y gran cúmulo de accesorios como collares, anillos, coronas y rosarios, entre otros. Dentro de sus exponentes, se pueden mencionar a la Virgen del Rosario (siglo XIX) presente en Chaulinec.Tela encolada: imágenes que aparecen durante el siglo XVIII, se caracterizan por utilizar en vez de madera en la construcción del cuerpo, tela (lienzo y brin) rigidizada con yeso, representando una anatomía corporal que de hecho no existe. Sus tamaños fluctúan entre 250mm y 1.500mm.12Articuladas: de gran difusión en el siglo XVIII, también fue utilizada como técnica en Chiloé; en particular se caracterizan por la presencia de tallados completos (de calidad mixta y tamaño variable) con la presencia de sistemas que daban movimiento a cabeza, brazos y piernas, provocando un efecto realista. Aquí, la mayor elaboración se encuentra normalmente en la cabeza y las manos, mientras que el tronco se talla sin pulir, cubriéndose luego con ropajes.

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Bulto enteroNuestra Señora de Nahuel Huapi

Izquierda: San Ignacio: imagen de bulto del siglo XVIII (Achao). Derecha: Virgen del Rosario: imagen de candelero del siglo XIX, con una decena de vestes una encima de la otra (Chaulinec, Capilla Antigua).

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Virgen del CandeleroMadera policromada, s. XIX.Parroquia de Tijarafe, La Palma.

La Cofradía de la Soledad (iglesia de San Francisco de esta Ciudad de los Reyes, Lima), en su afán de dar mayor realce a la celebración del Viernes Santo, contrató en 1619 al escultor catalán Pedro de Noguera para que le hiciera una imagen de Cristo, articulado en cabeza y brazos, de modo que pudiera colocarse en una cruz el Viernes Santo, reclinar su cabeza al momento de expirar, y luego ser descendido para ser trasladado en un catafalco en procesión por las calles de la ciudad.

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La pintura de la época colonial en nuestra regiónLas escuelas locales y sus producciones: Vírgenes triangulares y arcángeles arcabuceros

Durante la dominación colonial española, la pintura se desarrolló principalmente como arte religioso en las iglesias, destinado a cristianizar a los pueblos indígenas. La pintura religiosa colonial fue muchas veces realizada por indígenas encomendados o reducidos y esclavos afroamericanos, bajo el poder de las órdenes religiosas.Otra fuente de la pintura colonial son los libros y manuscritos realizados por colonizadores, sacerdotes, científicos y visitantes. Entre estos se destacan los dibujos y acuarelas del jesuita alemán Florián Paucke (1719-1789).En el actual noroeste argentino y sobre todo en Jujuy, se desarrolló en las iglesias, la escuela cuzqueña, con sus imágenes de arcángeles arcabuceros (relacionados con los conquistadores) y vírgenes triangulares (sincretismo del culto a la virgen María y la Pachamama).Los arcángeles arcabuceros integran un estilo pictórico estrictamente americano que se desarrolló en el Marquesado de Yavi en la puna de Jujuy, por entonces perteneciente a la provincia del Tucumán, siendo su maestro Mateo Pisarro. Se trata de ángeles asexuados se encuentran vestidos con ropas de soldado y armado de un arcabuz. Hoy solo hay dos colecciones: en Uquía (escuela cuzqueña) y en Casabindo (maestro de CTC).

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Orígenes y contexto

25Bajando miel (1749-1767), Florián Paucke.

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La Virgen María y la Pachamama son pintadas como una. Los pintores mestizos e indígenas de la época colonial no sólo representaron a la madre de Jesús como se lo hizo tradicionalmente desde el siglo XV, sino que le dieron una nueva figura, que conjuga devoción y sello vernáculo. Fue así que nació la serie de vírgenes triangulares, las que también simbolizan a la Madre Tierra, el cerro sagrado. Las pinturas de vírgenes que fueron apareciendo en el período virreinal lucen una decoración profusa: oro, perlas, estrellas, auras, coronas, mantos multicolores... Normalmente están representadas dentro de un altar y acompañadas de querubines y/o ángeles, así como de elementos tradicionales como las rosas, las palmas o el cuarto de luna creciente, que simboliza el momento de la concepción de Cristo. No obstante, los íconos triangulares resaltan por el sincretismo cargado en sus lienzos, que también se trasladó a la escultura o el tallado. No se desecha que estas representaciones tengan su fuente en la Virgen de Copacabana, aquella figura mariana con tres ángulos que fue esculpida por Francisco Tito Yupanqui, aquel indígena convertido al catolicismo que creó una figura que se hizo famosa por sus milagros. Entre los temas más expresivos de la pintura de las Escuelas Andinas, están las extraordinarias Series Angélicas: las Jerarquías, los Arcángeles Arcabuceros y los Arcángeles Músicos. En la primera serie, los seres celestiales llevan faldas femeninas, que se combinan con botinas y, a veces, con corazas, yelmos, espadas y escudos de las legiones romanas, y se identifican con los espíritus de la Naturaleza. En la segunda serie, los arcángeles visten según la costumbre militar española del tiempo de la conquista y portan arcabuces, lanzas, alabardas y banderas, considerándose los protectores de la casa. Los arcángeles músicos, finalmente, son representados tocando instrumentos musicales de la tradición europea o andina, visten ropa romana o española, y traen alegría a las habitaciones que los hospedan.

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Coronación de la Virgen por la Trinidad, de autor anónimo paceño, hacia 1730

Nuestra Señora de Pomata. Principios del siglo XIX

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Músico. Arcángel Guitarrista. Siglo XVIII?Virgen de la Merced. Principios siglo XIX

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Jerarquía. Arcángel San Gabriel de la Abundancia. Principios del siglo XIX

Arcabucero. Arcángel Aspiel. Principios del siglo XIX

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Para una mayor información sobre arte colonial pueden verse los videos de esta lista de reproducción en Youtube:• https://

www.youtube.com/playlist?list=PLEA69VU7ZjuoQIvcouqNhd6tkkKNSTLhw

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Fuentes, referencias y uso

Recursos propiosWikipedia.orgCommons.wikimedia.orgSlideshare.netImágenes de Google

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