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Post on 31-Mar-2021
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DIOS EN EL PAREDON
Una conversación con Les Levine
Barry Schwabsky
E1 conjunto de vallas publicitarias de Les Levine titulado Echa/e la culpa a Dios se basa en una serie de dibujos que a su vez proceden de fotografías tomadas
por el artista en Irlanda del Norte, y que directamente aluden a las condiciones de violencia y ocupación militar que allí se viven. Cada valla consta de dos palabras: la primera es siempre un verbo en modo imperativo (ataca, tortura, odia, crea, controla, etc.). La segunda, siempre es «Dios».
El proyecto generó considerable controversia. Poco después de que se montaran todas las piezas, una de las agencias que había alquilado las vallas ordenó pegar anuncios encima de varias obras de Levine, al tiempo que representantes de ciertas organizaciones religiosas las denunciaban como ultrajantes.
-¿ Cómo surgió la idea de hacer estas vallas publicitarias en Londres?
-Bueno, yo ya había hecho vallas con anterioridad en diferentes lugares, así que cuando me pidieron que llevara a cabo este proyecto me pareció apropiado hacer algo relacionado con el conflicto de Irlanda del Norte.
-¿Era éste un tema que te interesara antes deque te lo propusieran?
-Con franqueza, si no me hubieran permitidotratar la guerra de Irlanda, nunca habría expuesto en Inglaterra.
-Sin embargo, el tema irlandés no resultó ser elaspecto más controvertido del proyecto ...
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-Eso no es exactamente cierto, a pesar de lareacción de varios pastores y gente de iglesia. Y o no creo que las personas que forman parte del mundo real y que pasan por delante de mis vallas publicitarias se sientan ofendidas al ver que algo aparentemente religioso está siendo ridiculizado, ya que eso se hace a diario en la prensa inglesa. Me refiero a que los vicarios son objeto constante de crítica. La prensa dominical no vende a menos que un clérigo sea importunado.
En la mayoría de los casos, estos supuestos grupos cristianos se quejan de que les estoy imponiendo un cierto tipo de arte, lo que sencillamente es una forma más de intolerancia. Desconozco si deberíamos creer o no en Dios, pero pienso que si existe algo que pueda llamarse Dios, esas personas no saben nada sobre El, o El no sabe nada sobre ellas, porque en lo que parecen estar interesados es en un tipo de respeto represivo que no guarda relación con la forma en la que cualquier ser humano se ve obligado a vivir en estos tiempos nuestros, en esta sociedad en la que, cuando enciendes la televisión, oyes la palabra violación, asesinato, fraude, engaño todos los días de tu vida.
-Esas personas nunca habrían escrito cartas deprotesta contra el hecho de que en la misma valla se les impusiera un mensaje publicitario.
-iüh no, claro que no! Al lado de mis vallaspublicitarias había otras que se adherían a la idea de utilizar la violencia para afianzar el propio ego. Y no pusieron ninguna objeción, porque las auténticas objeciones guardan relación con la forma en la que mis vallas cuestionan el estatus qua del medio, de la publicidad. Es correcto anunciar Rambo -que en esencia es muy
Britania
'·¼L§:dl similar desde un punto de vista conceptual-pero no lo es proclamar este tipo de cosas. lO, sí? Nadie conoce la respuesta. Cuando hablé con las agencias propietarias de las vallas publicitarias, me di cuenta rápidamente de que para ellas lo importante era evitar que el público decidiera lo que podía aparecer en ellas. Lo que mi trabajo consigue, más que cualquier otra cosa, es cuestionar la función de la publicidad.
-Siempre me ha agradado descubrir en el metroesas frases de réplica escritas encima de los anuncios, porque demuestran que la gente comprende que por el hecho de no tener dinero para alquilar un espacio publicitario, no significa que no tenga el mismo derecho a expresar su opinión ante el gran público.
En cierto modo, la gente considera la publicidad como una agresión y quieren defenderse de ella. Francamente, creo que fue un grave error permitir publicidad en el metro, ya que no es un espacio neutral. Estás prisionero en un espacio cerrado, sofocante.
-Sin embargo, tú has utilizado el metro comolugar de exhibición de tus obras. ¿cuál es la diferencia?
-Siempre creí que la publicidad, más quecualquier otra cosa, produce ansiedad y engendra miedo. Incluso los anuncios de los supuestos servicios públicos resultan horrorosos. La publicidad deteriora la naturaleza de la sociedad introduciendo imágenes que crean en los ciudadanos un estado constante de ansiedad. Así que cuando hice para el metro el mural titulado No tenemos miedo, mi intención fue crear un
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anuncio que pareciera oponerse a la ansiedad. Deseaba hacerlo de una manera que no resultara pedante, pero que tuviera cierta luminosidad.
-Las vallas publicitarias con frases como «Ataca a Dios» o «Acorrala a Dios» son mucho más agresivas.
-Bueno, son órdenes. Utilizan el modo imperativo, pero son órdenes ante las cuales no sabes cómo actuar. Si digo, 'dame un vaso de agua', sabes qué tienes que hacer. Pero si digo, 'Acorrala a Dios', ya no está claro. Es una orden «disparatada». Y esa es la estructura del lenguaje con la que juego, de la que me valgo.
-Por otra parte, las imágenes que acompañan aestas frases muestran a personas que se encuentran también bajo órdenes agresivas, ya que la mayoría son policías o militares.
-Una de estas imágenes hace pensar en ungrupo de personas preparándose para un ataque, así que utilicé la palabra ataca. Procuro emplear muy pocos vocablos. No hay muchos que sirvan para mi propósito, por lo que intento racionarlos. En este proyecto decidí usar en cada valla un verbo y la palabra Dios. La idea surgió cuando ví que la gente acostumbra a decir que el conflicto de Irlanda es «una guerra religiosa». Esta frase es una especie de truco publicitario que inmediatamente transporta el problema a otro siglo. Al instante lo ves como algo arcaico. Así que me pregunté qué ocurriría si le daba ese mismo enfoque. lQué pasaría si cogía todos los elementos que forman esta situación y los atribuía a actos divinos?
Les Levine.
Londres, 1985.
La frase «Ataca a Dios» carece de sentido, pero sin embargo parece que lo tiene, y estamos dispuestos a creer que existe algún tipo de acuerdo razonable que le otorga un significado. Pero la imagen modifica el lenguaje. Si prescindiéramos de ella y sólo dispusiéramos del texto, pensaríamos que hace referencia a alguna actividad intelectual en la cual los participantes se levantan y dicen, «Odio a Dios, me resulta insoportable, terrible», y entonces otra persona dice, «Sí, es cruel. Si no fuera por él, el cáncer desaparecería de la faz de la tierra», y así sucesivamente. Pero cuando vemos la imagen que acompaña al texto, nos damos cuenta de que no se trata de eso, de que hay algo más. Percibimos el texto y la imagen como una idea o sensación única.
-La frase «Crea a Dios» de una de las vallaspublicitarias parece guardar menos relación con el contexto pictórico.
-En absoluto. «Crea a Dios» acompaña laimagen del funeral de un miembro del IRA. Los funerales se utilizan constantemente para crear héroes, para hacemos creer que aquel hombre era un héroe, o un dios, si lo prefieres; pero eso sí, un dios publicitario, un dios conceptual.
Les Levine. Londres, 1985.
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Me interesa la capacidad del lenguaje, en conexión con imágenes muy específicas, para simular estados emocionales que sirvan como modelos a partir de los cuales puedas examinar tu propia vida emocional. En otras palabras, puedes imaginar tu estado en relación con esta simulación. Los lingüistas han ignorado la cualidad emocional del lenguaje, la capacidad de las palabras para crear estados emocionales profundos. Se tiende a creer que es la estructura de la lengua la que define su capacidad de comunicación, pero yo considero que no es eso lo que crea niveles profundos de comunicación, sino la sintonía emocional, con la que, a la larga, se alcanza un nivel más profundo, más auténtico.
-¿De modo que guarda más relación con la situación comunicativa en la que ocurre el mensaje que con la estructura del mensaje propiamente dicha?
-Podríamos aclararlo con un ejemplo. Encierta ocasión, en Westchester, me encontré con un clérigo que llevaba una insignia con la palabra «hambre» y una raya roja atravesándola -en la línea de esos anuncios de cigarrillos que aparecen atravesados por un rayo-, y le pregunté,
«lPor qué no empleas la palabra 'inanición'?» Ese término produce un impacto emocional mucho mayor y más directo, logra estremecer. Solemos distinguir entre «lenguaje correcto e incorrecto», y a mí me parece que el «lenguaje correcto» no expresa nada porque el nivel de cortesía que conlleva hace que resulte imposible transmitir cualquier emoción.
-¿ Crees que tu trabajo produce el mismo impacto en una galería o en un museo que en la calle?
-El efecto es totalmente distinto. Si cuandovas por la calle, caminando de un sitio para otro, deseas mirar una cosa, antes tienes que verla; es un proceso de medición, de cálculo. Cuando avanzas a través del espacio, tu equilibrio está en constante amenaza, por lo que te mueves con cuidado, procurando tener un campo visual completo que te permita mantenerse erecto. No eres muy consciente de cómo lo haces, pero lo haces, ya que avanzas y al mismo tiempo mantienes los objetos dentro de tu campo visual. Si se mira a través de una cámara fotográfica se comprende mucho mejor. Te das cuenta de que algunos objetos están enfocados y otros no, y
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aquellos que se mueven se vuelven borrosos. En el ojo ocurre algo parecido, pero dispone de un mecanismo de compensación y ajuste que, cuando vamos por la calle, no deja de funcionar. Si estás en una galería, ese mecanismo no necesita funcionar al mismo ritmo. Comparativamente es una experiencia plana, bidimensional.
En la calle, la obra no está inmunizada por el entorno como lo está en la galería. Por el contrario, el ambiente la agrede; es sólo un elemento más de toda esa sensación. Si colgáramos una de estas vallas publicitarias en una galería, parecería un cuadro de grandes dimensiones. Para mí, lo que resulta interesante es la correlación entre el movimiento exterior y la quietud de la galería. Al interesarme los medios de comunicación y sus efectos, me interesa también el espacio que ocupan estas dos situaciones. Es algo que puede existir en la vida real y también en un contexto más contemplativo.
Yo no creo que ningún valor particular del arte deba beneficiarse del contexto. No tengo esa actitud duchampiana de considerar arte todo lo que está en una galería. El contexto no significa mucho para mí. Debe perdurar en cada situación, pero lo que hace en ambas es identificar la naturaleza de la situación con más claridad.
-¿Estás trabajando en algún otro proyecto cuyosoporte sea las vallas publicitarias?
-Sí. Tengo un proyecto entre manos que seexpondrá en junio en Staten Island. Se titula, «Todos los niños han sido padres en una vida anterior», y se basa en fotografías de lo que parece ser una familia en diferentes épocas. Irán sobre papel pintado, con los textos en rojo. Utilicé esas fotografías porque son de mi familia, de cuando yo tenía cinco años, de mi hermano ... Pero por otra parte, no hablan de mí personalmente, sino de una forma de entender a la gente desde un punto de vista global y también individual. Ves al niño como padre: es cíclico, lo contrario de la dualidad. Desde hacía tiempo deseaba llevar a cabo este proyecto, y me gustaría que también fuera una pieza para el metro. En esta época en la que todo el mundo dice que hay que matar a Gaddafi, y cosas por el estilo, es importante poder pensar que cualquiera es igual que nosotros, tan valioso como nos imaginamos que somos nosotros, y que es la continuación de todo lo que pudimos ser y seremos. En este sentido, creo que es más positivo que el proyecto «Echale la culpa a Dios», aunque este último es también positivo. Ambos comparten la misma idea. Una de las posibles interpretaciones de «Asesina a Dios» o «Ataca a Dios» es que si matas o atacas a alguien, matas o atacas a eDios. Siempre me sentí inclinado a tra-tar este tema.
(Traducción: Beatriz Campón)
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