didactica magna

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Didactica magna - Comenio

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Comenio. Didáctica Magna - Selección

 Cap X

En las escuelas hay que enseñar todo a todos. No quiere decir que todos tengan que tener conocimientos de las todas las ciencias y las artes. Debemos ser instruidos acerca de los fundamentos, razones y fines de las principales cosas que existen y se crean.

 

En las escuelas:

Se debe instruir sobre los entendimientos en las artes y ciencias.

Se deben cultivar los idiomas. Se debe formar en las costumbres con

honestidad. Se debe adorar a Dios.

Escuelas como TALLERES DE HUMANIDAD

Escuelas como TALLERES DE HUMANIDAD para que los hombres se hagan HOMBRES: criaturas racionales, señores de las demás criaturas, criaturas delicias de su creador. Esto se logra si las escuelas procuran formar hombres sabios de entendimiento, prudentes en sus acciones y piadosos de corazón.

Triple fin:

servir a Dios, a las criaturas ya nosotros mismos, y gozar de los bienes que provienen de nosotros mismos, de las criaturas y de Dios.

La esencia del alma está formada por tres potencias-facultades:

entendimiento (estudiar las diferencias entre las cosas),

voluntad (elección de las más favorables) y

memoria/conciencia (guardar para el futuro aquello que fue objeto de la voluntad y del entendimiento). Tres adornos del alma: erudición, virtud, y piedad.

La vida depende de la primera edad y de su educación y es allí donde deben ser preparados para todas las cosas de la vida.

En la escuela deberán enseñarse a todos cuantas cosas hacen referencia al hombre completo, aunque hayan de ser después de mayor uso para unos que para otros.

Cap XIII

Todas las cosas disponen de un único orden.

No dispone de otra cosa el arte de enseñar que una ingeniosa disposición del tiempo, los objetos y el método. Se debe dar a las escuelas una organización que responda al modelo del reloj ingeniosamente construido y alegremente decorado.

Cap XVI 

Requisitos generales para aprender y enseñar.

 Sembrar en las almas las semillas de las doctrinas de Dios.

 Acomodar las operaciones de este arte a la norma de las operaciones de la naturaleza.

Nada acontece fuera de su tiempo. Las escuelas fallan en dos cosas:

No utilizan el tiempo adecuado para el desarrollo del entendimiento.

No disponen de ejercicios con tal cuidado que todo se verifique por sus pasos.

La formación del hombre debe empezarse en la primavera de la vida: en la niñez.

Las horas de la mañana son las más adecuadas para los estudios.

Todo cuanto se ha de aprender debe escalonarse conforme a los grados de al edad.

 

Fundamento II   La materia antes que la forma.   La naturaleza prepara la materia antes de empezar a darle forma.

PERO la escuela no cumple con este fundamento porque:   No cuidan de tener dispuestos para el uso sus instrumentos de

trabajo: libros, tablas, modelos, etc., con anterioridad sino a medida que lo van necesitando.

Porque en los mismos libros que tienen las escuelas no se guarda el orden natural de que proceda la materia y siga la forma. (las palabras antes que las cosas, la gramática antes del autor, las artes antes de las ciencias y la moral, las reglas en abstracto y después los ejemplos).

 

Para corregir el método se debe

:   Que estén dispuestos de antemano los libros y

demás instrumentos. Que se forme el entendimiento antes de la lengua. Que ninguna lengua se aprenda por la gramática,

sino mediante el uso de autores adecuados. Que las enseñanzas reales vayan antes de las

orgánicas Que los ejemplos procedan a las reglas.  

Debe hacerse adecuada la materia para recibir a la forma 

 La escuela se equivoca al no seguir las leyes de la naturaleza que toma para sus operaciones los sujetos a propósito y para hacerlos aptos los prepara antes adecuadamente.

  Se debe:   Todo el que ingrese a la escuela debe tener perseverancia. Para cualquier estudio que haya que emprenderse hay

que preparar el espíritu de los discípulos Hay que despojar de los impedimentos a los discípulos.

 

La naturaleza no se confunde en sus obras. Procede claramente en cada una de ellas. Todo se forma claramente sin confusión alguna.

  En las escuelas existió la confusión de

enseñar a los discípulos muchas cosas a un tiempo. Los discípulos se deben ocupar en cada momento de una sola cosa.

   

La naturaleza empieza todas sus operaciones por lo más interno

.   La escuela se equivoca. Se debe:   Formar primero en el entendimiento de

las cosas, después la memoria, y por último la lengua y las manos.

El preceptor debe considerar todos los medios de abrir el entendimiento

La naturaleza parte de la formación de todas sus cosas de lo más general y termina por lo más particular.

  La escuela se equivoca porque. Se

enseñan muy mal las ciencias cuando antes no van precedidas de un diseño general de la cultura. También se enseñan mal las artes, las ciencias y los idiomas sin previos rudimentos

Se debe en cambio:

Echar los cimientos de la erudición general desde el primer momento de la formación de la inteligencia de los niños.

Cualquier idioma, ciencia o arte se enseñe primero por los más sencillos rudimentos para que se tenga de ella total idea. Luego los preceptos y ejemplos. En tercer lugar el sistema completo con la excepciones y por último, los comentarios

La naturaleza no da saltos, procede gradualmente

El núcleo de los estudios debe distribuirse cuidadosamente en las clases, a fin de que los primeros abran los caminos a los posteriores.

Hay que hacer una escrupulosa distribución del tiempo para cada año, mes, día y hora.

Debe observarse estrictamente la extensión del tiempo y del trabajo para que nada se omita nos e trastorne.

La naturaleza que así comienza, no cesa hasta terminar.

Al que va a la escuela se lo debe retener hasta que se convierta en erudito, de buenas costumbres y religioso.

La escuela debe estar en lugar tranquilo Lo que debe hacerse, debe hacerse sin

interrupción. No debe otorgarse a nadie salidas ni

vagancias.

La naturaleza evita diligentemente lo contrario y nocivo. 

No se puede proponer controversias en el comienzo de los estudios a la juventud.

  Es conveniente:   Que los discípulos tengan abundancia de libros. Que los libros estén de tal modo que de ellos se

aprenda sabiduría, piedad y buenas costumbres. No deben tolerarse en las escuelas ni cerca de

ellas compañías disolutas.  

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