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Contenido POLÍTICA ECONÓMICA ........................................................................................................................ 3
1.- DEFINICIÓN DE POLÍTICA ECONÓMICA .......................................................................................... 3
1.1 ECONOMÍA POLÍTICA. ........................................................................................................... 3
1.2 ECONOMÍA POSITIVA. ........................................................................................................... 3
1.3 ECONOMÍA NORMATIVA. ...................................................................................................... 4
2. OBJETIVOS E INSTRUMENTOS DE LA POLÍTICA ECONÓMICA. .................................................... 4
2.1. OBJETIVOS DE LA POLÍTICA ECONÓMICA. ............................................................................ 4
2.2 LOS INSTRUMENTOS DE LA POLÍTICA MACROECONÓMICA. .................................................... 8
2.2.1 LA POLÍTICA FISCAL. ........................................................................................................... 8
2.2.2 LA POLÍTICA MONETARIA. .................................................................................................. 9
2.2.3 ASPECTOS CAMBIARIOS DE LA POLÍTICA MONETARIA. ................................................... 10
2.2.4 CONCORDANCIA ENTRE EL NÚMERO DE OBJETIVOS Y EL DE INSTRUMENTOS DE LA
POLÍTICA ECONÓMICA. ............................................................................................................. 10
2.2.5 LOS ESTABILIZADORES AUTOMÁTICOS DE LA ACTIVIDAD ECONÓMICA. ........................ 11
2.2.5.1 IMPUESTO SOBRE LA RENTA. ........................................................................................ 12
2.2.5.2 LOS PAGOS DE DESEMPLEO Y OTRAS TRANSFERENCIAS. ............................................. 12
3.- ALCANCES Y LIMITACIONES DE LA POLÍTICA ECONÓMICA. ......................................................... 13
3.1 CHOQUES TRANSITORIOS O PERMANENTES. ......................................................................... 13
3.2 LOS REZAGOS QUE ENFRENTA LA POLÍTICA ECONÓMICA. ..................................................... 13
3.2.1 EL REZAGO EN LA DETECCIÓN DE UN DESAJUSTE O CHOQUE MACROECONÓMICO. ..... 14
3.2.2 REZAGO DE DECISIÓN. ...................................................................................................... 14
3.2.3 REZAGO DE EJECUCIÓN. ................................................................................................... 15
3.3 MEJORAMIENTO EN LA EFICACIA DE LA POLÍTICA ECONÓMICA. ........................................... 15
3.4 LA CURVA DE PHILLIPS Y SU CRÍTICA. ...................................................................................... 15
3.5 CICLO ECONÓMICO-ELECTORAL.............................................................................................. 16
3.6 LA ESCUELA MONETARISTA DE CHICAGO. ............................................................................. 17
3.6.1 POLÍTICA MONETARIA CONTRACCIONISTA. ..................................................................... 18
3.6.2 POLÍTICA FISCAL CONTRACCIONISTA. .............................................................................. 18
3.6.3 POLÍTICA MONETARIA EXPANSIONISTA. .......................................................................... 18
3.6.4 POLÍTICA FISCAL EXPANSIONISTA. ................................................................................... 19
2
4 PANORAMA DE LA POLÍTICA ECONÓMICA EN MÉXICO. ................................................................ 19
4.1 LOS GOBIERNOS DE LA REVOLUCIÓN MEXICANA. .................................................................. 19
4.2 LA GRAN DEPRESIÓN Y LA POLÍTICA ECONÓMICA MEXICANA. .............................................. 20
4.4 EL INICIO DE LA SEGUNDA POSGUERRA. ................................................................................ 23
4.5 EL DESARROLLO ESTABILIZADOR............................................................................................. 24
4.6 LA INDUSTRIALIZACIÓN POR SUSTITUCIÓN DE IMPORTACIONES. ......................................... 25
4.6 LA IMPORTANCIA DEL CAMPO MEXICANO. ............................................................................ 25
4.8 LA BANCA CENTRAL COMO INSTRUMENTO DEL DESARROLLO NACIONAL. ........................... 26
4.9 LA POLÍTICA FISCAL DE LOS GOBIERNOS DEL “DESARROLLO ESTABILIZADOR”. ..................... 27
4.10 EL ÁMBITO INTERNACIONAL. ............................................................................................... 27
4.11 EL RÉGIMEN DE LUIS ECHEVERRÍA ÁLVAREZ (1970-1976). ................................................... 28
4.12 EL GOBIERNO DE JOSÉ LÓPEZ PORTILLO (1976-1982). ......................................................... 29
5 PANORAMA DE LA POLÍTICA ECONÓMICA EN MÉXICO (1982-1994) ............................................ 31
5.1 EL GOBIERNO DE MIGUEL DE LA MADRID HURTADO (1982-1988). ....................................... 31
5.2 AJUSTE DEL SECTOR EXTERNO DE LA ECONOMÍA MEXICANA. ............................................... 32
5.3 LA DEUDA EXTERNA Y SU POLITIZACIÓN. ............................................................................... 32
5.4 FINAL DEL SEXENIO. ................................................................................................................ 33
6 EL GOBIERNO DE CARLOS SALINAS DE GORTARI (1988-1994). ...................................................... 33
6.1 LA SENDA DEL CRECIMIENTO ECONÓMICO. ........................................................................... 34
6.2 ESTRATEGIA DE REDUCCIÓN DE LA DEUDA EXTERNA. ........................................................... 34
6.3 EL TRATADO DE LIBRE COMERCIO DE AMÉRICA DEL NORTE (TLCAN). ................................... 34
6.4 ÚLTIMO AÑO DEL GOBIERNO DE CARLOS SALINAS. ............................................................... 35
Bibliografía ........................................................................................................................................ 36
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POLÍTICA ECONÓMICA
1.- DEFINICIÓN DE POLÍTICA ECONÓMICA Directrices y lineamientos mediante los cuales el gobierno regula y orienta el proceso económico
del país; define los criterios generales que lo sustentan de acuerdo con la estrategia general de
desarrollo, los ámbitos fundamentales y los instrumentos correspondientes al sistema financiero
nacional como el gasto público, las empresas públicas, la vinculación con la economía mundial, la
capacitación y la productividad; todo ello pretende crear las condiciones adecuadas y el marco
global para el desenvolvimiento de las políticas social, sectorial y regional. Forma de intervención
deliberada del gobierno para lograr ciertos objetivos, haciendo uso de los medios de que dispone
(política fiscal, de gasto, monetaria, entre otras). Parte de la economía que se encarga del
estudio de la intervención del gobierno para conseguir sus propósitos económicos. Son todas las
actividades de regulación, supervisión y promoción de las actividades económicas que ejerce el
gobierno. Los objetivos de la política económica son: lograr y mantener el crecimiento económico,
abatir el desempleo, evitar la inflación, mantener la estabilidad en la balanza de pagos, evitar la
acción de los monopolios y lograr una distribución justa del ingreso, todo lo cual debe reflejarse en
el incremento del nivel de vida de la población.
1.1 ECONOMÍA POLÍTICA.
En 1615 apareció por primera vez este término en el libro de Antonio de Montchrétien titulado
Tratado de Economía Política, para designar el estudio de la economía en el ámbito social en que
hoy se desenvuelve, ya que el origen de esta ciencia fue el ambiente hogareño. En la actualidad se
usa este término para denominar el enfoque marxista del análisis económico; consiste en la
conjugación orgánica de la teoría general del capitalismo, enunciada por Karl Henrich Marx, con la
teoría leninista del imperialismo y los problemas de la crisis del imperialismo. Estudia la
producción desde la perspectiva de las relaciones existentes entre los hombres en el proceso de
producción, es decir estudia la base de la sociedad. Vladimir Illich Ulianov Lenin dijo que la
economía política no se ocupa en modo alguno de la producción, sino sólo de las relaciones
sociales de los individuos que se dan en la producción; entre estas relaciones figuran las formas de
propiedad de los medios de producción, la posición que tienen los distintos grupos sociales, las
relaciones mutuas entre ellos y las formas de distribución de los bienes entre los hombres. Es la
ciencia del desarrollo de las relaciones sociales de producción, es decir, de las relaciones
económicas entre las personas. Estudia las leyes que rigen la producción y distribución de los
bienes materiales en la sociedad humana a lo largo de las diversas fases del desarrollo. Ciencia que
trata del desarrollo de las relaciones de producción, estudia las leyes económicas que rigen la
producción, la distribución, el cambio y el consumo de los bienes materiales en la sociedad
humana, en los diversos estadios de su desarrollo; la economía política es una ciencia histórica.
1.2 ECONOMÍA POSITIVA.
Practica que busca explicar, de manera objetiva y científica, el funcionamiento del sistema
económico; se ocupa de lo que es o podría ser; estudia la manera en que una sociedad resuelve,
en la práctica, los problemas económicos que se le presentan. Cuerpo sistematizado de
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conocimientos relativos a lo que existe, dando un sistema orgánico de leyes económicas. Disciplina
que busca explicaciones objetivas y científicas del funcionamiento de la economía; esta constituida
por dos partes: la economía descriptiva (que explica la acción económica y observa de modo
sistemático el comportamiento de sus diversos agentes) y la teoría económica (que formula
principios, teorías, leyes o modelos con base en las descripciones y observaciones de la economía
descriptiva. Disciplina que explica los fenómenos económicos que ocurren en una sociedad y sus
causas. Pero no hace recomendaciones sobre política económica.
1.3 ECONOMÍA NORMATIVA.
Política económica que aplica las investigaciones realizadas por la teoría económica; ofrece
prescripciones para la acción basada en juicios de valor personales, se ocupa de lo que debiera ser.
Estudio del sistema que tiene como principal propósito hacer recomendaciones sobre las medidas
que deben tomarse en el ámbito económico.
2. OBJETIVOS E INSTRUMENTOS DE LA POLÍTICA ECONÓMICA.
2.1. OBJETIVOS DE LA POLÍTICA ECONÓMICA.
El objetivo de la inflación.
El mantenimiento de un nivel inflacionario moderado y estable constituye un objetivo de gran
importancia para una economía. Es fácil entender que si los precios aumentan sin control y con
fuertes fluctuaciones, los principales procesos de los que depende la salud económica de una
sociedad se deterioran con gran rapidez. Conviene señalar que la estabilidad del nivel de precios
no significa que dichos precios permanezcan congelados, sino que las alzas de unos y las
disminuciones de otros se compensen entre si, en buena medida, para que el promedio de sus
variaciones se comporte de forma relativamente estable.
Un elevado nivel de empleo.
Otro objetivo macroeconómico de gran importancia consiste en que una economía mantenga un
nivel alto de empleo, es decir, una situación en la cual la mayor parte de la fuerza laboral cuente
con un empleo, es necesario puntualizar que este objetivo no requiere que la totalidad de la
fuerza laboral esté empleada debido a que siempre habrá grupos de individuos que se encuentren
sin empleo por razones no atribuibles al desempeño deficiente de la actividad económica, en todo
momento habrá personas que decidan cambiar de trabajo debido solo a sus necesidades o
preferencias; así mismo, quienes se incorporan por primera vez al mercado laboral acostumbran
realizar una búsqueda relativamente prolongada para lograr las mejores condiciones posibles,
como los estudiantes de medio tiempo que no aceptan el primer trabajo que se les ofrece, por
último las mujeres que abandonaron por un tiempo el mercado laboral y, luego de la crianza de
sus hijos realizan una búsqueda prolongada del empleo que se adapte a sus habilidades y
necesidades. En suma, los individuos que se ubican en las situaciones antes descritas
corresponden al desempleo friccional. Así mismo, hay otros tipos de desempleo, como el de
índole estructural y estacional. El primero consiste en que las habilidades de un sector de la
fuerza laboral ya no son requeridas debido a que la transformación tecnológica las ha vuelto
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obsoletas; piense en la situación que enfrenta el experto en reparar videocaseteras cuando el
avance tecnológico las ha desplazado y sustituido por los reproductores de Blu-ray. El desempleo
estacional es, como su nombre lo indica, aquel que ocurre durante ciertos meses del año debido a
que la naturaleza del empleo lo hace factible solo en un periodo determinado, por ejemplo, el
trabajador agrícola que se ocupa durante la época de cosecha y permanece desempleado el resto
del año. La política macroeconómica busca reducir el desempleo originado por la insuficiencia de
la demanda agregada, es decir, la que ocasiona que muchos trabajadores se encuentren
involuntariamente sin empleo.
El objetivo externo.
Otro objetivo importante atañe al desempeño del sector externo de una economía, en particular
al que se refiere al saldo de la cuenta corriente de la balanza de pagos. En realidad, el objetivo no
consiste en que la cuenta corriente este equilibrada en el sentido de que su saldo sea siempre de
cero, sino que su desequilibrio pueda ser financiado con relativa facilidad por la economía en
cuestión. De esta manera, un superávit o un déficit moderados de la cuenta corriente en general
son apreciados por los economistas y las autoridades gubernamentales prudentes. En particular,
un déficit excesivo de la cuenta corriente contribuye a la vulnerabilidad de una economía frente a
las fluctuaciones externas debido a que la hace depender demasiado del financiamiento de los
capitales del exterior. De igual forma, una economía con un superávit excesivo de su cuenta
corriente, corre el riesgo de que el resto del mundo no cumpla con los compromisos contraídos
con ella y le genere pérdidas. Por tanto, tener un desequilibrio externo moderado, sea éste
déficit o superávit representa un objetivo pertinente para un país.
El crecimiento económico.
El crecimiento económico es otro objetivo de primera importancia, el cual debe distinguirse con
claridad del que consiste en obtener un elevado nivel de empleo, al cual antes se ha hecho
referencia. Que una economía crezca significa que su frontera de posibilidades de producción se
desplaza de manera continua hacia la derecha en el transcurso del tiempo, mientras que lograr un
alto nivel de empleo quiere decir que la economía se desplaza desde su interior hacia la propia
frontera. En suma, el crecimiento económico es un fenómeno de largo plazo, mientras que
alcanzar un alto nivel de empleo es de corto plazo.
El crecimiento económico es un asunto de gran trascendencia debido a que es la manera
primordial con la cual la población podrá elevar su nivel de vida, al contar de modo creciente con
muchos de los satisfactores materiales, culturales e incluso espirituales que desea. En particular,
es importante la tasa de crecimiento del PIB per cápita porque de ella dependerá la rapidez con la
que una economía tenga acceso a mejores niveles de vida. Por ejemplo una economía cuyo PIB per
cápita crece 2% logrará duplicarlo en 35 años aproximadamente, pero si crece al 5% anual lo
duplicará en solo 14 años. El caso de la Republica Popular China es de gran interés ya que, con
tasas de crecimiento del orden del 9% anual, si PIB per cápita se duplica en menos de 8 años. Sin
embargo, para que el crecimiento económico pueda ser sostenido y no sea un fenómeno pasajero,
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un país requiere contar con ahorros suficientes, internos y externos, y su canalización hacia
inversiones rentables y que incorpore la tecnología adecuada.
El combate a la pobreza y la redistribución del ingreso.
Estos objetivos se citan con frecuencia como aspectos de gran importancia, los cuales desearía
lograr una sociedad democrática. El argumento básico es que una sociedad con esa característica
no debe permitir que un sector de su población se encuentre en condiciones de pobreza, es decir,
por debajo de los requerimientos alimentarios, sanitarios, habitacionales y culturales que la propia
sociedad considera como mínimos de una existencia digna. Por otra parte, el objetivo de mejorar
la distribución de la renta se percibe como diferente del recién mencionado, ya que una sociedad
puede haber eliminado la pobreza, sin embargo, ser desigual en lo que a la distribución de la
renta se refiere. Sin embargo, es importante entender el peligro de que, al intentar la distribución
de la renta, se obtengan resultados contrarios a los que se pretenden. Por ejemplo, cuando se
otorga a los productores agrícolas un subsidio por tonelada producida de un bien, lo que en
realidad se hace es beneficiar a los más ricos, es decir a los que producen mas toneladas de dicho
bien, contribuyendo a empeorar la distribución de la renta. Por tanto, cualquier medida
destinada a mejorar la distribución de la renta debe ser planeada con sumo cuidado, tanto para
evitar que se produzcan resultados no deseados como para que no se afecte de manera
significativa el sistema de incentivos de la economía de mercado. Esto último es importante:
imagine una sociedad en la cual todas las personas recibieran el mismo ingreso real, con total
independencia de su contribución a la producción de bienes y servicios; en tales condiciones se
corre el grave riego de que la innovación, la creatividad, el esfuerzo y el deseo de superación de la
mayoría de los individuos disminuyan en forma drástica.
El funcionamiento eficiente de la actividad económica.
Se afirma que un mercado funciona de manera eficiente cuando no es posible mejorar la situación
de un individuo o empresa sin disminuir al menos la del otro individuo o empresa. A esta
definición se le conoce como el óptimo de Pareto, en honor al economista y sociólogo italiano
Vilfredo Pareto, a quien se le atribuye el planteamiento citado. En cambio, cuando si es factible
mejorar la posición de alguien sin deteriorar la de alguien más se le conoce como mejora de
Pareto. Un mercado eficiente permite que las empresas produzcan con los costos mínimos y que
los consumidores obtengan la máxima utilidad, sujeta a la restricción de su presupuesto.
Sin embargo, no todos los mercados funcionan de manera eficiente, debido a que hay diversos
tipos de imperfecciones conocidas como fallas de mercado. Estas ultimas pueden ser situaciones
como las siguientes: mercados con externalidades sean estas positivas o negativas; mercados de
tipo monopólico, oligopólico o de competencia monopolista; o en la producción de bienes
públicos. Cuando un mercado es imperfecto, la teoría de la política económica considera
conveniente analizar si la intervención gubernamental mejora el resultado del mercado en
cuestión, es decir si dicho mercado se aproxima a un funcionamiento eficiente (optimo de Pareto).
Las fallas del gobierno.
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Es importante recordar que no toda intervención gubernamental es capaz de mejorar los
resultados de los mercados imperfectos, debido a que también hay fallas de gobierno, es decir, las
medidas que un gobierno adopta quizá resulten contraproducentes y empeoren la situación que
se pretende mejorar. Por ejemplo, un monopolio privado ineficiente puede ser sustituido por un
monopolio público más ineficiente aún debido a su pesada carga burocrática y a su total ausencia
de interés por producir con costos reducidos. Por tanto, las intervenciones gubernamentales que
pretenden mejorar los resultados de los mercados imperfectos deben realizarse de tal manera que
proporcionen un mejor resultado que el del mercado imperfecto y no que se multipliquen sus
ineficiencias.
Cuando un gobierno decide intervenir en un mercado privado, regulándolo o bien estableciendo
empresas públicas o mixtas, se dice que se han implantado políticas microeconómicas, las cuales
afectan una empresa, un sector o un mercado determinado; en cambio, las políticas
macroeconómicas afectan la economía en su conjunto, es decir, los niveles de consumo, inversión,
producción y empleo agregados.
Finalmente, incluso si todos los mercados de una economía funcionaran con la eficiencia
correspondiente a los mercados de competencia perfecta, la distribución de la renta resultante
podría ser considerada inadecuada desde el punto de vista de una sociedad democrática. Esto
significa que los mercados eficientes remuneran mejor a los factores productivos más capacitados
que a los menos capacitados, por lo cual la distribución de la renta puede resultar demasiado
desigual. Así una sociedad regida por valores democráticos quizá prefiera una distribución de la
renta menos desigual, para lo cual recurrirá a la intervención correspondiente del gobierno. Sin
embargo, las modificaciones que éste realice respecto de la distribución de la renta y todas las
intervenciones que emprenda, deben realizarse con inteligencia, ya que es fácil que intervenga de
modo inadecuado y termine por beneficiar a quienes menos lo necesiten.
Objetivos complementarios y objetivos excluyentes
Cuando se busca lograr dos objetivos de política económica, como disminuir el nivel de pobreza y
aumentar el crecimiento económico, se afirma que ambos objetivos son complementarios. Es fácil
entender el sentido de esta afirmación: cuando un país experimenta crecimiento económico,
aumenta la producción de bienes y servicios, la renta real y el empleo; por consiguiente, muchas
familias pobres tienden a mejorar sus condiciones de vida rebasando la línea de pobreza.
Expresado de otra forma, a mayor crecimiento económico disminuirá el número de familias cuyo
ingreso se sitúa por debajo de lo que desde el punto de vista estadístico se define como “vivir en
condiciones de pobreza”.
En cambio, otro par de objetivos de política económica podría ser de índole excluyente, en vez de
complementaria. Tal sería el caso de la estabilidad del nivel de precios y el logro de un mayor nivel
de empleo: conforme se aplican se aplican políticas monetarias o fiscales expansivas, el nivel de
precios tenderá a incrementarse, debido a que se reduce progresivamente el margen de recursos
desocupados de la economía. Por tanto, a mayor nivel de empleo se ejerce mayor presión de
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demanda sobe la economía y el nivel de precios aumenta. Cuando esto último ocurre, se afirma
que los dos objetivos son de índole excluyente.
2.2 LOS INSTRUMENTOS DE LA POLÍTICA MACROECONÓMICA. Para alcanzar los objetivos macroeconómicos, los diseñadores de la política económica disponen
de un conjunto de instrumentos que atañen, primordialmente, a la gestión fiscal del gobierno y a
la gestión monetaria de la Banca Central. Ambos instrumentos, fiscales y monetarios, tienen una
importante función respecto a la estabilización del ciclo económico de un país. Es decir, en general
las autoridades gubernamentales pretenden suavizar las fluctuaciones que ocurren con los niveles
de empleo, producción, renta e inflación en la actividad económica. Sin embargo, cuando los
instrumentos de la política económica son utilizados de modo inadecuado, o bien, cuando los
gobernantes tienen objetivos desmesurados que les impiden considerar los graves riesgos de una
conducta imprudente, la política económica se convierte, contrario a su propósito expreso, en una
serie de medidas que desestabilizan a la economía.
2.2.1 LA POLÍTICA FISCAL.
Los instrumentos de la política fiscal consisten en el gasto que ejerce el gobierno de un país, así
como la recaudación que realiza a lo largo de un periodo determinado. Los gastos del gobierno
(egresos) son de índole muy diversa puesto que incluyen los siguientes rublos:
a) pagos de salarios para los empleados gubernamentales;
b) desembolsos para la construcción de obras de infraestructura (inversión)
c) pagos de la deuda interna y externa, entre otros.
Como puede apreciarse, algunos de los desembolsos que un gobierno realiza corresponden al
gasto corriente y otros al gasto de inversión.
Por otra parte, el gobierno recibe ingresos por diversos conceptos, los más importantes son:
a) impuesto a las empresas (a las ganancias y al activo)
b) impuesto sobre la renta, el cual se cobra a las personas, en su función de generadoras de renta;
c) impuesto al valor agregado (IVA), el cual se cobra también a las personas, pero ahora en su
calidad de consumidores;
d) impuestos a las importaciones (aranceles); y
e) las multas que el gobierno cobra con motivo de infracciones a los reglamentos que él mismo
establece
La diferencia entre los ingresos y los egresos de un gobierno constituyen su superávit
presupuestal ( en el caso de que los primeros sean mayores que los segundos); o bien, su déficit
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presupuestal (cuando los primeros son menores que los segundos). En otras palabras, la política
fiscal consiste básicamente en la gestión de los ingresos y egresos del gobierno, es decir, en la
gestión de su presupuesto. Un gran número de economistas considera que un presupuesto
gubernamental deficitario, tendrá un impacto expansivo en la producción y el empleo de un país,
siempre y cuando la economía no se encuentre en el pleno empleo o cerca de él. Asimismo, un
presupuesto superavitario tendrá un impacto contraccionista en su actividad económica, es decir,
reducirá la producción y el empleo.
Como es lógico suponer por lo que se ha mencionado, la política fiscal tiene una relación estrecha
con la deuda pública, externa e interna, que ha contraído un país. En otras palabras, los déficit
presupuestales incrementan la deuda gubernamental, mientras que los superávit presupuestales
la disminuyen. Cuando un gobierno contrae deuda interna para financiar su déficit, adquiere
pasivos denominados en moneda nacional, a nombre de todos los contribuyentes, quienes son los
realmente responsables del compromiso contraído. Esto significa, en el caso de México, que el
gobierno recibe pesos mexicanos en el presente, con la promesa de devolverlos en determinada
fecha futura incluyendo, por supuesto, el pago del interés correspondiente. Uno de los
instrumentos financieros más utilizados por el gobierno mexicano para gestionar su deuda interna,
lo constituyen los Certificados de Tesorería (CETES).
Por el contrario, cuando el déficit presupuestal del gobierno es financiado mediante deuda
externa, los pasivos se adquieren en moneda extranjera: por ejemplo, el gobierno mexicano
recibe en el presente dólares estadounidenses con el compromiso de devolverlos (en la misma
moneda) en determinada fecha futura, con los intereses incluidos. Es importante resaltar la
diferencia entre los dos tipos de endeudamiento a los que se ha hecho referencia: la deuda
interna de adquiere y se paga en moneda nacional, la cual es la de uso generalizado en el país
deudor y en la que su gobierno recibe sus ingresos; en el caso de la deuda externa, su pago implica
obtener la moneda extranjera (divisas) mediante la exportación de bienes y servicios, o con un
nuevo endeudamiento con el extranjero.
La Secretaria de Hacienda y Crédito Público lleva a cabo en México la política fiscal; se encarga de
preparar las iniciativas correspondientes al presupuesto de egresos e ingresos de la Federación, así
como de presentarlas ante el poder Legislativo (Cámara de Diputados) para su discusión y, en su
caso, aprobación o modificación. A continuación se explicarán los aspectos básicos del
funcionamiento de la política monetaria.
2.2.2 LA POLÍTICA MONETARIA.
La autoridad monetaria de la mayoría de las economías contemporáneas es el Banco Central: en
México, el Banco de México; en Estados Unidos, la Reserva Federal; en la zona del euro, el Banco
Central Europeo, y en Gran Bretaña, el Banco de Inglaterra. Un Banco Central es una poderosa
institución pública que dispone de diversos instrumentos para influir sobre la oferta monetaria y
las tasas de interés de una economía. En realidad, su influencia directa la ejerce sobre la base
monetaria, es decir, sobre los billetes y monedas en poder del público, así como sobre el nivel de
reservas que el sistema bancario tiene depositado en dicha institución. Cuando el Banco Central
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incrementa la base monetaria, mediante la compra de bonos de la deuda pública, el sistema
bancario dispone de mayores recursos para financiar a las empresas y los individuos, expandiendo
de forma múltiple el crédito y, por tanto, los depósitos a la vista. De esta manera, el incremento de
la base monetaria lleva a un aumento multiplicado de la oferta monetaria: billetes y monedas en
poder del público y depósitos a la vista de los bancos, así como a una disminución de la tasa de
interés. Sería de utilidad recordar lo que ocurre cuando el Banco Central inicia el proceso opuesto,
es decir, una contracción de la base monetaria.
Como ya se ha explicado, el Banco Central influye sobre el nivel de la tasa de interés de una
economía y, por tanto, puede modificar el nivel de gasto de los agentes económicos. Por ejemplo,
si la tasa de interés de los bonos de la deuda pública disminuye, también se reducen muchas otras
tasas de interés, por lo cual se abaratan los créditos concedidos por el sistema financiero y se
incrementa la inversión que realizan las empresas, así como el consumo de los individuos. En el
caso opuesto, un aumento de la tasa de interés contraerá el gasto de las empresas y de los
individuos.
2.2.3 ASPECTOS CAMBIARIOS DE LA POLÍTICA MONETARIA.
Otro efecto importante de la variación de la base monetaria por parte del Banco Central se
produce cuando, al variar la tasa de interés, se influye sobre el tipo de cambio de una economía,
como ocurre cuando hay un régimen de tipo de cambio flotante. Por ejemplo, al disminuir la tasa
de interés de los depósitos en pesos mexicanos (ceteris paribus), se reduce la rentabilidad de estos
últimos frente a la correspondiente a los depósitos en dólares. El resultado es que el mercado de
divisas determina una depreciación del peso respecto del dólar; se cambiaran más pesos por cada
dólar, en relación con el periodo precedente. Si la depreciación nominal del peso no es
compensada por un aumento inflacionario en la misma proporción, habrá ocurrido una
depreciación real del peso. Esto ultimo significa quela producción nacional se abarata en términos
de la producción extranjera; lo cual equivale a decir que la producción extranjera se encarece
respecto de la nacional, incrementándose el saldo de la cuenta corriente de la balanza de pagos de
la economía nacional, proporcionando un aumento de la demanda agregada de dicha economía.
En caso de una disminución de la oferta monetaria y el consiguiente incremento de la tasa de
interés del peso, el efecto será contrario a lo antes expuesto.
Por otra parte, cuando se cuenta con un régimen de tipo de cambio fijo, dependerá de las
autoridades que diseñan la política económica la decisión de devaluar o revaluar la moneda
nacional respecto de las extranjeras. La devaluación de la moneda en términos reales
proporcionará un estímulo a la demanda agregada, mientras que la revaluación experimente el
efecto contrario.
2.2.4 CONCORDANCIA ENTRE EL NÚMERO DE OBJETIVOS Y EL DE INSTRUMENTOS
DE LA POLÍTICA ECONÓMICA.
Para lograr un determinado número de objetivos, el diseñador de la política económica no solo
debe disponer de instrumentos de política económica (como la política fiscal, la monetaria o la
cambiaria), sino que el número de éstos debe ser al menos igual al de objetivos económicos. Para
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entender con mayor facilidad este planteamiento, es factible suponer que, por el contrario, el
diseñador de la política económica dispone de un solo instrumento (la política fiscal) y se propone
alcanzar dos objetivos de política económica. Un alto nivel de empleo (equilibrio interno) y un
déficit moderado de la cuenta corriente de la balanza de pagos al que denominaremos equilibrio
externo, aun cuando dicho déficit no sea cero. Suponga inicialmente que la economía se
encuentra en una situación en la cual hay desempleo, es decir, la producción efectiva es menor
que la producción potencial, al mismo tiempo que hay un déficit de la cuenta corriente mayor al
que se ha considerado como de equilibrio. En otras palabras, la actividad económica se caracteriza
por estar en desequilibrio respecto de la situación del equilibrio interno, así como del equilibrio
externo.
Si la política fiscal es el único instrumento de la política económica, habrá un serio inconveniente
para lograr al mismo tiempo el equilibrio interno y el externo. Primero, se lleva a cabo una
expansión fiscal que reducirá la brecha del producto y elevará el nivel de empleo, sin embargo, el
mayor nivel de producción y de renta de la economía inducirá mayores importaciones y
aumentará el déficit de la cuenta corriente. Es decir, se habrá logrado un objetivo, el equilibrio
interno, pero se habrá alejado el cumplimiento del objetivo externo.
Ahora, imagine que se dispone de la política fiscal como el único instrumento de política
económica y que, al contrario del caso anterior, se aplica una restricción fiscal. Esta medida
reducirá el nivel de producción y de renta real de la economía, con lo cual disminuirá el déficit de
la cuenta corriente hasta lograr el objetivo externo (un déficit moderado); sin embargo, al
disminuir el nivel de producción, de renta y de empleo, la contracción fiscal se alejará aún más del
objetivo interno, es decir, un alto nivel de empleo. En suma, se ha visto la imposibilidad de
alcanzar dos objetivos de política económica si se cuenta sólo con un instrumento de política
económica. Para lograr los dos objetivos mencionados se necesita disponer al menos de dos
instrumentos diferentes de política económica. ¿ Cuál podría ser el segundo instrumento? Seria,
por ejemplo, la devaluación del tipo de cambio, con lo cual se lograría el equilibrio externo. La
solución completa seria utilizar dos instrumentos de política económica, es decir, la política fiscal
expansiva y la `política cambiaria devaluatoria, para obtener el equilibrio interno y el equilibrio
externo.
2.2.5 LOS ESTABILIZADORES AUTOMÁTICOS DE LA ACTIVIDAD ECONÓMICA.
En las economías contemporáneas, la inestabilidad proveniente de las fluctuaciones de la
demanda agregada no se combate sólo con las decisiones de política económica antes expuestas.
Además del uso de las políticas fiscal, monetaria y cambiaria, hay mecanismos que moderan las
fluctuaciones del ciclo económico, el funcionamiento de dichos mecanismos no depende de las
decisiones que deban tomar en cada momento los diseñadores de política económica, sino que es
de índole automática. Debido a sus dos características (función estabilizadora y carácter
automático) se les denomina estabilizadores automáticos de la actividad económica.
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2.2.5.1 IMPUESTO SOBRE LA RENTA.
El primero de los mecanismos mencionados consiste en el impuesto sobre la renta (ISR), el cual, en
la mayoría de las sociedades actuales, es de carácter progresivo. Esto último significa que quien
obtiene un mayor ingreso no sólo debe pagar un mayor impuesto en términos absolutos, sino
también en términos porcentuales. Por ejemplo, quienes obtienen un ingreso de entre $ 5000.00 y
$10 000.00 deberán pagar al gobierno 10%; sin embargo, quienes obtienen entre $10 001.00 y 15
000.00 deberán pagar 12%.
La característica estabilizadora del impuesto progresivo sobre la renta proviene de que, en una
situación en que la demanda agregada es insuficiente y el ingreso de muchas personas se reduce,
su pago de impuestos disminuye no solo en términos absolutos sino también en términos
porcentuales. Piense en un individuo que, al inicio de la recesión, obtiene $12 000.00 y paga
$1440.00 de impuestos; después, su ingreso desciende a $9000.00 y paga solo $900.00 de
impuestos. Su ingreso se ha reducido 25%, sin embargo, sus impuestos han disminuido 37.5%, es
decir, se ha compensado parcialmente la pérdida del ingreso moderando la disminución de la
demanda agregada. Ahora, considere la situación opuesta; el exceso de demanda agregada
propicia un auge económico, el cual eleva el ingreso de muchas personas; por tanto, pasan a un
mayor nivel de imposición fiscal; es decir, su ingreso aumenta, pero su pago de impuestos se
incrementa no solo en términos absolutos, sino también en términos porcentuales. Esto
contribuye a desacelerar el crecimiento de la demanda agregada y a moderar el auge económico.
Además, la índole automática de este mecanismo estabilizador consiste en que, una vez que ha
sido aprobado por el Poder Legislativo, funciona sin que tenga que tenga que legislarse al
respecto.
2.2.5.2 LOS PAGOS DE DESEMPLEO Y OTRAS TRANSFERENCIAS.
Un mecanismo adicional de estabilización automática de la actividad económica corresponde a
los pagos que determinados gobiernos destinan a las personas desempleadas, así como los
relacionados con el bienestar (apoyos a los sectores marginados o a los adultos mayores, entre
otros). En tiempos de recesión aumenta este desembolso gubernamental, proporcionado a
quienes lo reciben una protección parcial de su nivel de vida, lo cual contribuye a moderar en
parte la caída de la actividad económica. En cambio, en épocas de auge económico, conforme
menos personas se encuentran desempleadas y mejora la situación de otras que reciben apoyos,
disminuyen las transferencias gubernamentales, con lo cual se desacelera el crecimiento de la
demanda agregada. El carácter automático de estas medidas proviene, al igual que los pagos por
desempleo, del hecho de que, una vez que han sido aprobadas por la instancia legislativa, su
funcionamiento procede sin ninguna deliberación adicional.
Finalmente, es importante destacar que el efecto estabilizador de los mecanismos explicados no
es tan poderoso como para eliminar las fluctuaciones del ciclo económico, sino que representa
una compensación importante pero de índole parcial.
13
3.- ALCANCES Y LIMITACIONES DE LA POLÍTICA ECONÓMICA.
3.1 CHOQUES TRANSITORIOS O PERMANENTES. Los desajustes que afectan el funcionamiento de la actividad económica pueden ser de índole
positiva o negativa. En el caso de un país productor de petróleo, como México, el aumento del
precio internacional del hidrocarburo constituye un choque positivo, mientras que su disminución
representa uno negativo. el primer problema que se enfrenta un diseñador de política económica,
es determinar el sentido mismo del choque que afecta la economía nacional, es decir, establecer si
este es permanente, o bien si sólo es transitorio. La trascendencia de responder la pregunta
anterior es enorme debido a que de ello dependerá la naturaleza misma de la política económica
que se aplicará. Por ejemplo, al ocurrir el primer debilitamiento del mercado petrolero
internacional durante 1981, el presidente José López Portillo ( 1976-1982) consideró, de manera
errónea, que la disminución de los precios petroleros se revertiría en breve, es decir, lo clasificó
como un desajuste transitorio. Por tanto, el gobierno mexicano, basado en una percepción
equivocada, hizo algunos ajustes moderados del presupuesto gubernamental, entre otras
medidas, que fueron insuficientes. Por el contrario, la caída de los precios apenas había iniciado y,
a lo largo de la década de 1980-89, la economía mexicana debería ajustarse de modo severo.
Entonces, el diseñador de política económica confundió un desajuste permanente con uno
transitorio o temporal, por lo cual concluyó que su respuesta debía ser nula o moderada. Sin
embargo, el hecho de que el problema no se revirtiera por sí mismo en poco tiempo (su índole
permanente), implicaba la adopción de medidas de política económica más contundentes. Por
otra parte; también es factible cometer el error contrario. Éste sería el caso de una economía que
sufre un choque negativo de carácter transitorio, pero que el diseñador de política económica
confunde con uno permanente. En este caso, ante la disminución de los precios petroleros, se
realizarán ajustes importantes en la política económica cuando, debido al carácter transitorio del
problema, lo mejor sería adoptar medidas moderadas o no adoptar medida alguna.
En suma, cometer errores en la determinación del carácter permanente o transitorio de un
choque que afecta la economía nacional puede conducir con facilidad a la transformación de la
política económica en un elemento desestabilizador, lo cual contradice su propósito básico. Sin
embargo, se considera que los diseñadores de política económica son capaces de aprender de sus
propios errores y de mejorar su análisis de los acontecimientos denominados choques negativos o
positivos.
3.2 LOS REZAGOS QUE ENFRENTA LA POLÍTICA ECONÓMICA. Otro de los problemas que afectan la conducción de la política macroeconómica consiste en los
rezagos, es decir, la situación en la cual algunas medidas de política económica no cumplen de
inmediato el propósito para el cual han sido diseñadas. En la política económica hay rezagos, los
cuales complican la tarea de estabilizar la economía de un país. A continuación se explican los
rezagos más relevantes en la implantación de las políticas macroeconómicas y se indica cómo
afectan, en particular, a la monetaria y la fiscal.
14
3.2.1 EL REZAGO EN LA DETECCIÓN DE UN DESAJUSTE O CHOQUE
MACROECONÓMICO.
Los diseñadores de política económica dependen de la información procedente de las
instituciones encargadas de elaborar los indicadores estadísticos correspondientes a los niveles de
desempleo, de la renta, de la producción y la inflación, entre otros. Dicha información debe ser
pertinente, confiable y, en particular, oportuna. ¿De que serviría al diseñador de política
económica en 2015, que la información más reciente con la que contara fuera de 2014? Por tanto,
la oportunidad resulta crucial para la elaboración de las políticas macroeconómicas. Sería incluso,
deseable que la información se obtuviera, procesara y difundiera de inmediato. Sin embargo, esto
no es posible debido a la presencia de un rezago de detección, el cual ocurre de manera natural en
la mayoría de los casos; por ejemplo, cuando aumentan los precios de los bienes y servicios entre
el momento en que los encuestadores del INEGI los verifican, los procesan para construir el índice
correspondiente y los presentan ante la opinión pública, es inevitable que transcurra tiempo. En
esto consiste el rezago de detección.
En suma, si dicho rezago fuera más corto, la tarea de los diseñadores de política económica se
volvería más sencilla, ya que tendrían la oportunidad de actuar con mayor prontitud. Incluso se ha
intentado utilizar indicadores anticipados del ciclo económico, con la finalidad de pronosticar la
ocurrencia de recesiones; esto es, conocer por anticipado la proximidad de una caída de la
actividad económica para tratar de evitar que ocurra. Algunos especialistas llaman rezago
negativo de detección al periodo que transcurre entre el desajuste y su detección; asimismo,
hablan de rezago positivo de detección cuando es factible anticipar el desajuste económico, es
decir, detectarlo por anticipado. Sin embargo, la capacidad de predecir o anticipar los desajustes
económicos no se han desarrollado tanto como sería deseable, por lo cual la política
macroeconómica aún enfrenta, en general, los rezagos negativos de detección.
3.2.2 REZAGO DE DECISIÓN.
Una vez que se ha detectado un desajuste o choque económico (un aumento del nivel de
desempleo o un brote inflacionario), se requiere que los diseñadores de política económica tomen
las disposiciones pertinentes para enfrentarlo. Lo interesante es que no hay un paquete único de
medidas expansivas que pueda aplicarse, es decir, hay diversos instrumentos para lograr el
objetivo establecido; por ejemplo, si el problema consiste en la eliminación de la brecha del
producto para disminuir el desempleo, las medidas expansivas podrían ser:
1.- Una expansión monetaria para reducir en el corto plazo la tasa de interés y, con ello,
incrementar la demanda agregada.
2.- La expansión fiscal: un aumento del gasto público o bien, disminución de los impuestos.
3.- Una expansión monetaria acompañada de un aumento del gasto de gobierno
4.- Una expansión monetaria complementada con una reducción impositiva
15
En otras palabras, los diseñadores de política económica deberán decidir, entre las diversas
opciones señaladas, cuál es la más para lograr el objetivo que se pretende. El tiempo que
transcurra entre la detección del desajuste económico y la elección de las medidas para
enfrentarlo se denomina rezago de decisión.
3.2.3 REZAGO DE EJECUCIÓN.
Una vez que se ha decidido qué hacer para resolver el desajuste económico deberá llevarse a la
práctica el paquete de medidas diseñado. En este aspecto hay que distinguir entre la facilidad con
la cual se ejecuta la política monetaria y la dificultad con la que procede la fiscal. Por su parte, la
monetaria depende de que el Banco Central incremente la liquidez en la economía mediante
adquirir bonos de la deuda pública. En cambio, la política fiscal implica la elaboración de
proyectos, sean de aumento del gasto o de reducciones impositivas, los cuales deberán ser
presentados para su discusión ante el poder legislativo, el cual tendrá la facultad para
enmendarlos o rechazarlos. Así, el rezago de ejecución para la política fiscal puede ser
prolongado, mientras que el correspondiente a la monetaria casi siempre es muy reducido.
La diferencia entre el rezago de ejecución prolongado de la política fiscal y el rezago breve de la
monetaria es una razón por la cual esta última, y no la fiscal, se convirtió en el instrumento más
utilizado por los gobiernos para moderar las fluctuaciones del ciclo económico en las últimas
décadas.
3.3 MEJORAMIENTO EN LA EFICACIA DE LA POLÍTICA ECONÓMICA. Se considera necesaria la intervención macroeconómica del gobierno para regular la demanda
agregada en el corto plazo, con la cual se pretende limitar las fluctuaciones del ciclo económico.
Sin embargo, se ha explicado también que la política económica puede convertirse en causa de la
desestabilización económica. ¿ Cómo resolver este dilema ? los diseñadores de política económica
deben estar más conscientes de las limitaciones de los instrumentos que están a su disposición y,
por consiguiente, ser más prudentes en la elaboración y aplicación de las políticas económicas. Así,
hay una confianza razonada de que dichos diseñadores aprendan de sus errores y mejoren su
desempeño.
3.4 LA CURVA DE PHILLIPS Y SU CRÍTICA. Durante años muchos diseñadores de política económica estuvieron convencidos de que los
gobiernos podrían reducir en forma permanente el nivel de desempleo existente, si estaban
dispuestos a pagar un costo moderado: un aumento, también permanente, en la tasa de inflación.
Por ejemplo, creían posible reducir el desempleo de 6 a 4 %, a cambio de elevar la inflación de 2 a
3.5 % anual. Todo lo que había que hacer era expandir correctamente la demanda agregada,
considerando la curva de Phillips sólo como un menú de opciones. La gráfica que se muestra en el
pizarrón muestra este intercambio entre inflación y desempleo; la reducción del desempleo da
lugar a mayor inflación, por lo que la economía se mueve del punto A al B en la curva de Phillips.
La posición de Milton Friedman, líder de la escuela monetarista, sorprendió hace 40 años a la
mayoría de los macroeconomistas, cuando argumentó que la curva de Phillips no representa una
16
relación permanente sino transitoria, entre la inflación y el nivel de desempleo. Esto es así porque
la capacidad de la expansión monetaria para reducir el nivel de desempleo se debe a una
divergencia entre la inflación esperada de los trabajadores y la que ocurre en realidad. Sin
embargo, en cuanto los trabajadores se percatan del error cometido y lo corrigen, dicha
divergencia desaparece eliminando el efecto expansivo sobre la producción y el empleo. De
acuerdo con Friedman, a la manera de corregir el error de expectativas se le conoce como
expectativas adaptativas o adaptables debido a la forma gradual en que se corrige. La
contribución de Friedman llevó a los economistas a establecer que hay una curva de Phillips a
corto plazo para cada nivel de inflación esperada y que, a largo plazo, dicha curva es vertical en el
nivel de la tasa natural de desempleo, tal y como se aprecia en el pizarrón, en donde, en el corto
plazo, se reduce el desempleo a costa de mayor inflación, pero en el largo plazo la economía
regresa al mismo nivel de empleo, compatible copn la tasa natural de desempleo. Es necesario
mencionar que Edmund S. Phelps llegó, en la misma época y de manera independiente, a
conclusiones similares a las de Friedman respecto a la curva de Phillips. A partir de la crítica a dicha
curva, los economistas aprendieron que la posibilidad de ajustar la actividad económica ocurre
sólo en el corto plazo.
3.5 CICLO ECONÓMICO-ELECTORAL. Con frecuencia los medios de comunicación se refieren a los peligros del llamado ciclo económico-
electoral, el cual desestabiliza el entorno macroeconómico de un país. ¿En qué consiste y por qué
muchos economistas lo consideran como una manipulación perniciosa de los instrumentos de la
política económica? La respuesta debe comenzar explicando por qué le conviene a un gobierno, en
primera instancia, utilizar su política macroeconómica con fines electorales.
Cuando un partido político gobierna en cualquier lugar del mundo, uno de sus propósitos
fundamentales es mantenerse en el poder. Sin embargo, cuando se gobierna en una nación
democrática, la permanencia en el poder depende de su habilidad para ganar las elecciones
siguientes. Es factible que esto ocurra si amplios sectores de la ciudadanía perciben que la
situación económica de su país es favorable en el momento de llevar a cabo la contienda electoral.
A continuación se explica lo que se entiende por situación económica favorable.
Los especialistas en el tema han encontrado que a muchos ciudadanos lo que les importa al
momento de otorgar su voto es la tendencia que perciben del desenvolvimiento de la economía
de su país, más que el nivel económico en que ésta se encuentre. Es decir, si a partir de un nivel de
empleo inadecuado se percibe que la economía tiende a crear más empleos y aumentar el ingreso
de las personas, esto se considera como un logro del gobierno en el poder y, por tanto,
incrementa las probabilidades de triunfo electoral de su partido. En cambio, si el nivel de empleo
es adecuado, pero se percibe que tenderá a deteriorarse, esto se considera como un aspecto
negativo y, en consecuencia, reduce las perspectivas electorales del partido en el poder. Ésta es la
racionalidad del ciclo económico-electoral. A continuación se explica en qué consiste la
manipulación de los instrumentos de política económica que hacen posible el ciclo económico-
electoral.
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Imagine que el gobierno ha tenido éxito en la manipulación de los instrumentos de política
económica de corto plazo de los cuales dispone. Se llegará a la temporada electoral con una
economía que satisfará las expectativas de muchos ciudadanos: el empleo y el ingreso estarán
aumentando cuando crucen las boletas electorales. Por tanto, la posibilidad de triunfo electoral
del partido gobernante se habrá incrementado considerablemente.
¿Cuál es el problema central del ciclo económico-electoral, aparte de la ventaja injustificada que
confiere al partido gobernante frente a sus adversarios políticos? Radica en que la expansión
orquestada por el gobierno, fiscal o monetaria, no tiene como propósito cerrar la brecha del
producto de la economía, es decir, no busca solucionar una situación de demanda agregada
insuficiente. Poe el contrario, la expansión que se realiza es, en gran medida, independiente de los
niveles de producción y empleo de la economía; por tanto la economía resentirá los estragos
inflacionarios de una expansión excesiva, que el gobierno sabe que ocurrirá, pero que espera
hasta después de las elecciones. Ésta es, sin duda, una forma perniciosa de la intervención
macroeconómica del gobierno en la economía, la cual ha tratado de limitarse con diversas
medidas: una de las más importantes es la concesión de autonomía en la conducción de la política
monetaria a los bancos centrales de diversos países, entre ellos el Banco de México. Por tanto la
ciudadanía deberá desempeñar una función más activa de la que ahora ha tenido, para castigar (y
no premiar) con su voto a los gobiernos imprudentes en la utilización de su política
macroeconómica.
3.6 LA ESCUELA MONETARISTA DE CHICAGO. Una de las respuestas a la revolución Keynesiana provino de un grupo de académicos de la
Universidad de Chicago, con Milton Friedman como su líder intelectual. A dicho enfoque, a partir
de la década de 1950, se le conoce como monetarismo, debido a que centra su atención en el
comportamiento de la oferta monetaria como determinante de las fluctuaciones de la economía a
corto plazo. Frente al énfasis de los Keynesianos en torno a la eficacia de la política fiscal, los
monetaristas respondieron argumentando que el aumento del gasto del gobierno conduciría al
desplazamiento (crowding out) de la inversión privada. Por tanto, el mayor gasto gubernamental
conduciría a una menor inversión privada, lo cual no modificaría la demanda agregada pero, en
cambio, si permitiría que el gobierno aumentará su importancia en la economía, en detrimento del
sector privado.
El enfoque monetarista descartó también el intento de estabilizar la economía mediante el uso
discrecional de la política monetaria, argumentando que lo que harían los Bancos Centrales sería
desestabilizar la actividad económica, debido a que los potentes efectos de la variación de la
oferta monetaria actúan sobre la economía con rezagos variables. Esto último significa que, por
ejemplo, cuando un Banco Central expande la oferta monetaria para estimular la economía y
contrarrestar una recesión, no puede calcular adecuadamente el momento en que dejará sentir el
efecto expansivo sobre la economía. Así, afirmaba Friedman, es más probable que, en promedio,
la política monetaria discrecional actúe de manera negativa, desestabilizando la economía. En
contraste con otros enfoques que proponen la desaparición misma de los Bancos Centrales,
Milton Friedman planteó que dichas instituciones podían contribuir a la estabilización económica
18
si se comportaban de acuerdo con una regla monetaria. Dicha regla consiste en que el Banco
Central incremente la oferta monetaria a una tasa de crecimiento anual constante, equivalente a
la del PIB potencial de la economía. De esta manera, los agentes económicos tendrían certeza
acerca de cómo se conduciría la política monetaria, sin importar si la economía está en recesión o
en auge. Los monetaristas consideran que el margen de estabilización de las políticas económicas
queda restringido al coro plazo y depende de los errores que cometen los trabajadores en su
percepción del nivel de inflación presente.
Sin embargo, en la última etapa de su vida, Milton Friedman reconoció haber subestimado la
capacidad de las políticas discrecionales de los Bancos Centrales para mantener bajo control la
inflación ante la evidencia exitosa que, en la actualidad, muestran varias de ellas.
3.6.1 POLÍTICA MONETARIA CONTRACCIONISTA.
Son acciones que lleva a cabo el Banco central, a través de la disminución de la masa de dinero
circulante o del incremento de la tasa de interés, a fin de abatir los niveles de inflación. Una
política monetaria contraccionista es una disminución de la oferta monetaria que pretende
disminuir el producto (ingreso) agregado (Y), ya que el nivel de gasto proyectado para inversión es
una función negativa de la tasa de interés: Cuanto mayor la tasa de interés, tanta menos inversión
proyectada habrá y tanto más bajo nivel de equilibrio del producto (ingreso) agregado(Y). El
ingreso de equilibrio más bajo produce una disminución de la demanda de dinero. Lo que significa
que el aumento de la tasa de interés será menos de lo que sería si no se tomará en cuenta el
mercado de bienes.
3.6.2 POLÍTICA FISCAL CONTRACCIONISTA.
Consiste en una disminución del gasto gubernamental (G)o un aumento de los impuestos netos (T)
que pretende disminuir el producto (ingreso) agregado (Y). Los efectos de esta política son justo lo
contrario de los de la política fiscal expansionista.
La disminución de las adquisiciones gubernamentales o el aumento de los impuestos netos
conduce a la disminución del producto (ingreso) agregado (Y), una disminución de la demanda
monetaria (M) y una disminución de la tasa de la tasa de interés (r). La disminución de Y que va de
la mano con una política fiscal contraccionista es menor de lo que sería si no se tomará en cuenta
el mercado monetario, porque la disminución de r también hace que incremente la inversión
proyectada (I). Este incremento de I compensa parte de la disminución del egreso agregado
proyectado que produce la disminución de G (Claro está que esto también significa que el efecto
multiplicador es menor de lo que sería si no se tomará en cuenta el mercado monetario)
3.6.3 POLÍTICA MONETARIA EXPANSIONISTA.
Consiste en el incremento de la oferta monetaria. Ahora piense qué ocurriría si el Banco Central
decidiera aumentar la oferta de dinero por medio de operaciones de mercado abierto. En primer
lugar, las operaciones en el mercado abierto inyectan reservas al sistema y aumentan la cantidad
de dinero que se ofrece. Como la cantidad de oferta monetaria ahora es superior a la cantidad que
las familias quieren tener en mano, la tasa de interés de equilibrio disminuye. Como bien sabe, el
19
gasto proyectado para inversión (que es un componente del egreso agregado proyectado)
aumenta cuando la tasa de interés baja.
El aumento del gasto proyectado para inversión significa que el egreso agregado proyectado ahora
es superior al producto agregado. Las empresas registran la disminución inesperada de inventarios
y elevan el producto (Y). por tanto, un aumento en la oferta monetaria reduce la tasa de interés y
eleva Y. sin embargo, el aumento del nivel de Y eleva la demanda de dinero, lo cual evita que la
tasa de interés baje tanto como lo haría en otras circunstancias.
3.6.4 POLÍTICA FISCAL EXPANSIONISTA.
Es el aumento de las compras del gobierno (G) o la disminución de los impuestos netos (T). el
gobierno puede estimular la economía , es decir, puede aumentar el producto (ingreso) agregado
(Y), sea mediante el incremento de las compras del gobierno, sea mediante la reducción de los
impuestos netos. Aunque el impacto de un recorte de impuestos es un poco menor que el impacto
de un aumento de G, los dos tienen un efecto multiplicador en el punto de equilibrio de Y. por
ejemplo, piense en un aumento de $ 10 mil millones para las compras del gobierno (G). Este
aumento del egreso hace que los inventarios de las empresas sean menores de lo que se
esperaba. La reducción inesperada de los inventarios estimula la producción y las empresas
aumentan el producto (Y). Pero, como el aumento del producto significa más ingreso, parte del
cual se llega a gastar, el gasto para el consumo (C) también aumenta. De nueva cuenta, los
inventarios serán inferiores a lo proyectado y el producto aumentará incluso más. El punto de
equilibrio último del producto, por tanto, se habrá multiplicado a partir del incremento inicial de
las compras del gobierno.
4 PANORAMA DE LA POLÍTICA ECONÓMICA EN MÉXICO.
4.1 LOS GOBIERNOS DE LA REVOLUCIÓN MEXICANA. En México ocurrió la primera revolución social del siglo XX (1910-1917), antes, incluso, que la
revolución bolchevique ocurrida en la Rusia zarista, en 1917. La revolución mexicana inauguró un
periodo de gran inestabilidad y severa destrucción de capital físico, recursos naturales y vidas
humanas, en la mayor parte del territorio nacional. En los aspectos monetarios y financiero, la
gran inestabilidad afectó numerosos individuos, debido a que cada bando en contienda imprimía a
su arbitrio el papel moneda que requería para financiar sus actividades, provocando con ello
elevadas inflaciones en las regiones que dominaba. Esta situación contribuyó en definitiva a que la
población prefiriera intercambiar sus bienes por oro o plata, o bien, en última instancia, recurrir al
intercambio mediante trueque. Este último implica una forma de intercambio ineficiente, debido
al tiempo y esfuerzo requeridos para concretarlo. Sobra decir que, en esas condiciones, el papel
moneda era rechazado (mientras los individuos tuvieran la opción de hacerlo) e incluso en los años
posrevolucionarios, su aceptación generalizada se retrasó mucho.
Al finalizar el movimiento, en 1916, el gobierno triunfante de Venustiano Carranza se dio a la tarea
de elaborar una Carta Magna que rigiera los destinos de México, al establecer una concepción
moderada del camino que debía seguir su transformación, es decir, lo que algunos autores han
20
denominado “Liberalismo Avanzado”. Sin embargo, una mayoría de legisladores del Congreso
Constituyente de 1917 logró que la propuesta original fuera rebasada, incorporando un contenido
social a los postulados constitucionales que se aprobaron. De esta manera, la Constitución de 1917
incluyó derechos sociales diversos, referentes a la propiedad de la tierra y de los recursos del
subsuelo, a las condiciones laborales y a las limitaciones que el interés público impondría a la
propiedad privada. Además, en el documento quedó establecida la creación de un banco único de
emisión que sería controlado `por el Estado.
El gobierno del general Álvaro Obregón (1920-1924) consumió la mayor parte de su gestión
combatiendo las insurrecciones militares que amenazaban con impedir de modo definitivo la
reconstrucción económica de México y la elevación del nivel de vida de sus habitantes. Sin
embargo, su sucesor, el general Plutarco Elías Calles (1924-1928), cuya influencia decisiva
trascendió a su propia gestión, logró al fin pacificar al país, mediante la cohesión de los diversos
grupos que aceptaron dirimir sus diferencias, ya no con el enfrentamiento armado sino al interior
del Partido Nacional Revolucionario, fundado en 1929. La gestión presidencial del Calles se
caracterizó por el inicio de un largo periodo, en el cual los sucesivos gobiernos de la revolución
establecerían instituciones de gran importancia con las cuales se dispondría de diversos
instrumentos básicos de política económica para conducir la vida económica. Calles creó el primer
programa de seguridad social mediante la Ley de Pensiones Civiles de Retiro, la cual contenía, a su
vez, un programa de créditos hipotecarios y de corto plazo. Entre otras medidas significativas, creó
el Banco de Crédito Agrícola, estableció el impuesto sobre la renta y transformó el marco jurídico
que normaba la vida en sociedad mediante un nuevo código civil. Asimismo, bajo su influencia se
expidió, en 1931, la Ley Federal del Trabajo.
Con un criterio abierto a la experiencia de los países desarrollados del mundo, Calles instauró un
Banco Central, el Banco de México, en 1925, el cual funcionó en sus primeros años más como un
Banco comercial sin ser una verdadera autoridad monetaria. El público no tenía plena confianza en
las autoridades económicas, por lo cual pocos bancos privados optaron por afiliarse. De igual
manera, la gestión del crédito mediante el descuento de documentos se realizó en cuantía
limitada, y la aceptación de los billetes del Banco de México tenía carácter voluntario. En aquella
época, dicha instancia realizaba operaciones de manera directa con el público, lo cual se suprimiría
años más tarde. Por otra parte, era importante el impulso del presidente Calles a la creación de
infraestructura, en especial de vías de comunicación que vincularan el territorio nacional y no sólo
los centros productores con los puertos de salida de las exportaciones, como se había hecho en
décadas anteriores. La influencia de Calles (el jefe máximo) fue tan decisiva que trascendió su
gobierno, a través de lo que se conoce como el Maximato, es decir, el periodo comprendido entre
1928 y 1935. Dicho periodo comprende el gobierno interino de Emilio Portes Gil, el gobierno de
Pascual Ortiz Rubio y el de Abelardo L. Rodríguez.
4.2 LA GRAN DEPRESIÓN Y LA POLÍTICA ECONÓMICA MEXICANA. Durante la década de 1930, la mayor parte del mundo padeció los efectos de lo que se denominó
la Gran Depresión. El aspecto más notable de dicho periodo fue la aguda contracción de la
demanda agregada, lo cual originó una caída significativa de los niveles de producción de muchos
21
países, así como un fuerte aumento del desempleo. Junto con la crisis económica, el nivel de
precios se redujo, afectando de manera adversa a diversos sectores de las economías en crisis.
México sufrió los efectos de la Gran Depresión debido a su cercanía con los mercados de las
naciones afectadas más importantes, en particular con el de Estados Unidos. De esta manera, en
México se redujeron la producción, el empleo y el nivel de precios. Durante la gestión de los
gobiernos mexicanos correspondientes al periodo de 1928 a 1932, la economía mexicana muestra
tasas de crecimiento negativas del PIB que en promedio son superiores al 6 % anual.
El gobierno mexicano respondió a la crisis económica mediante la adopción de medidas de política
monetaria y cambiaria que resultaron contraproducentes, es decir, dichas medidas agudizaron los
efectos adversos de la crisis, en lugar de moderarlos. En 1931 el gobierno de Pascual Ortiz Rubio
expidió una ley monetaria conocida como la “Ley Calles”, debido a que el general fungía como
presidente del Consejo de Administración del Banco de México. En dicha ley se desmonetizó el oro
y se restringió la circulación monetaria sólo a las monedas de plata. Además, se determinó que la
acuñación de estas últimas sería limitada, con el propósito de restablecer la paridad a $2.00 por
dólar, en contraste con el tipo de cambio vigente, que se situaba en $2.50 por dólar. Los efectos
de las políticas monetarias y cambiarias aludidas probaron ser dañinos para la economía, debido a
que acentuaban la contracción de la demanda agregada que provenía de la severa crisis
internacional. Al mismo tiempo que se redujeron la oferta monetaria y el crédito en México, el
gobierno experimentó serios problemas respecto de sus finanzas. En efecto. La reducción del
ingreso nacional ocasionó una menor recaudación tributaria y retrasos en el pago de los salarios
devengados por los servidores públicos. La tensión ocasionada por esta situación provocó la
renuncia en pleno del gabinete del presidente Pascual Ortiz Rubio, quien designó en la Secretaria
de Hacienda a Alberto J. Pani en sustitución de Luis Montes de Oca.
En nuevo secretario propuso al Congreso mexicano la reforma de la polémica Ley Calles, con el
propósito de contrarrestar la deficiente demanda agregada que afectaba la economía nacional. La
respuesta del Congreso fue expedita y favorable, con lo cual Pani ordenó, en Marzo de 1932, una
cuantiosa acuñación de monedas de plata, destinada a aumentar el circulante e inyectar una
mayor demanda agregada a la debilitada economía mexicana. Al mismo tiempo, el gobierno
mexicano se allego de recursos con los cuales resolver sus apremiantes problemas financieros.
Esto último ocurrió debido a que el gobierno se apropiaba de la diferencia entre el valor nominal y
el valor intrínseco de las nuevas monedas de plata acuñadas, lo cual es una de las variantes de lo
que se conoce como señoraje o señorazgo. De esta manera, Pani saldó los adeudos pendientes
con los servidores públicos afecyados, reactivando con ello la demanda de bienes y servicios y, al
mismo tiempo, consolidó la aceptación de los billetes entre el público. En lo que respecta al asunto
cambiario. Pani decretó la flotación del peso, logrando así la paridad de $3.60 por dólar después
de 18 meses de flotación.
Los presidentes que sucedieron al general Calles, es decir, los presidentes del Maximato: Emilio
Portes Gil, Pascual Ortiz Rubio y Abelardo L. Rodríguez, continuaron el impulso callista respecto de
la construcción y solidificación de las instituciones económicas mediante las cuales se deseaba
planear, con ayuda del sector privado, el desarrollo económico de México. Debe considerarse que
22
en las primeras décadas del siglo XX, el ambiente político e intelectual que dominaba las
discusiones sobre la conducción de una nación se inclinaba de manera creciente hacia la
intervención gubernamental en la vida económica de los pueblos. Las experiencias
intervencionistas de la Alemania nazi y de la Rusia soviética, aunque disgustaban a muchos por sus
arbitrariedades políticas, causaban admiración por sus logros en el terreno económico, fueran
éstos reales o inventados.
La llegada del general Lázaro Cárdenas del Río a la presidencia de la República Mexicana (1936-
1940) proporcionó un fuerte impulso a diversas medidas que transformaron la vida económica,
política y social. Entre sus medidas más trascendentes se encuentran las siguientes: una reforma
agraria de amplio alcance, la promoción de los derechos de los obreros, el impulso a un proyecto
educativo con orientación socialista, la organización corporativa de empresarios y trabajadores y
la expropiación de la industria petrolera a las empresas estadounidenses, inglesas y holandesas.
Sin embargo, el conjunto de medidas que caracterizó al proyecto cardenista implicó un fuerte
aumento en las erogaciones gubernamentales, lo cual condujo a la implantación de una política
monetaria expansiva. El resultado inevitable de la relajación monetaria fue un aumento del nivel
de precios y su impacto adverso en diversos sectores de la población, en particular de aquéllos con
ingresos fijos o provenientes del esfuerzo laboral.
En el aspecto político, el gobierno de Cárdenas destacó por su ruptura con el jefe máximo de la
Revolución, el general Calles, y por la fundación en 1938 del Partido de la revolución mexicana en
sustitución del Partido Nacional revolucionario, fundado por Calles en 1929.
4.3 LA IMPORTANCIA DE LA SEGUNDA GUERRA MUNDIAL PARA MÉXICO
Sin lugar a dudas, la Segunda Guerra Mundial, a pesar de lo cruenta que fue en otras latitudes.
Constituyó un acontecimiento de singular importancia en la vida económica de los países
latinoamericanos. Durante esta etapa, estos últimos acrecentaron su importancia económica de
múltiples maneras frente a Estados Unidos. México contribuyó con una parte de los productos
agrícolas e industriales que demandaba el esfuerzo bélico estadounidense, lo cual generó un
impulso favorable para su industrialización. Asimismo, la fuerte demanda de mano de obra
permitió a muchos mexicanos trasladarse a los campos y a las fábricas estadounidenses, con el
consecuente aumento de las remesas hacia México. Por otra parte, los capitales europeos que
abandonaban sus naciones para evitar ser confiscados por el enemigo, encontraron refugio en
México. Esto último ocasionó que el Banco de México, bajo el mandato de Manuel Ávila Camacho
(1940-1946) tomará medidas para impedir que las entradas de capitales extranjeros redundaran
en el incremento de la masa monetaria y que, en consecuencia, se produjera una inflación
indeseable
Como es evidente, la importancia de México frente al gobierno estadounidense creció en forma
considerable. Este último aceptó una negociación benigna para la parte mexicana respecto de
diversas reclamaciones de ciudadanos estadounidenses por daños sufridos durante la contienda
revolucionaria, así como en lo que respecta a la negociación sobre la indemnización de las
empresas petroleras afectadas por Cárdenas en 1938.
23
4.4 EL INICIO DE LA SEGUNDA POSGUERRA. Con el fin de la conflagración mundial terminó para México (y para el resto de los países
latinoamericanos) la etapa de crecimiento generado por el gasto bélico de Estados Unidos. En los
años siguientes, el énfasis de la política exterior estadounidense se dirigió hacia la reconstrucción
europea, la contención del comunismo en el mundo y el fortalecimiento de Japón como nuevo
aliado de los países occidentales, y en dicho contexto, se desaceleró la economía mexicana.
Con el escenario anterior, llego a la presidencia de la República el primer civil de la etapa posterior
a la Revolución, el licenciado Miguel Alemán Velasco (1946-1952). Así mismo, se incorporó a su
gobierno una generación de personas que no había participado en la contienda revolucionaria. El
nuevo gobierno se alineó al bloque de países occidentales liderado por Estados Unidos, debido a lo
cual formó parte, desde su inicio, del sistema del Fondo Monetario Internacional y del Banco
Mundial, aunque mantuvo su rechazo a adherirse al Acuerdo General de Aranceles y Comercio
(GATT, por sus siglas en ingles). Alemán fundo en 1947 el Partido Revolucionario Institucional
(PRI), en sustitución del Partido de la Revolución Mexicana, constituido bajo la presidencia de
Lázaro Cárdenas, en 1938.
En el aspecto económico, Miguel Alemán buscó revertir los efectos de la desaceleración
económica ocasionada por el término de la Segunda Guerra Mundial, mediante un proyecto que
infundiera continuidad a la industrialización mexicana. Logró resultados significativos al conseguir
que la economía nacional recuperara su crecimiento: al mismo tiempo, impulsó diversas obras
públicas que dieron a México una imagen moderna frente al resto del mundo. El gobierno de
Miguel Alemán siguió la estrategia de industrialización mediante la sustitución de importaciones,
por lo cual su política comercial adoptó tintes proteccionistas que incomodaron al gobierno
estadounidense. Desde el inicio de su gestión, Alemán intentó reducir las presiones inflacionarias
que dañaban la economía; sin embargo, no pudo evitar que las fugas de capital redujeran con
severidad las reservas internacionales del Banco de México, forzando una devaluación de la
moneda, la cual llevó la paridad a $8.65 por dólar.
Adolfo Ruiz Cortines (1952-1958) llegó a la presidencia de la República en un momento en el que
debían enfrentarse diversos problemas significativos: había un proceso inflacionario (que surgió en
los gobiernos anteriores) que no había podido frenarse; asimismo, el final de la guerra de Corea
determinaba la desaceleración de la demanda externa para la producción mexicana y su impacto
negativo en el precio de las exportaciones. A su vez, la reducción del ingreso nacional repercutió
en la disminución de la demanda interna, acentuando el estancamiento de la economía. La
respuesta de Ruiz Cortines incluyó:
Establecer un plan agrícola de emergencia para estimular la producción de alimentos, así
como la importación de los mismos para atenuar las presiones inflacionarias.
Reducir el desequilibrio presupuestal con la intención de atenuar la presión de demanda
que, por esa vía, se ejercía sobre los precios.
24
Por su parte, los empresarios mexicanos mostraban una cautela excesiva para realizar sus
inversiones, en espera de que terminará la austeridad presupuestal. por tanto, el gobierno
mexicano orquestó la única devaluación del peso que no ha sido forzada por las circunstancias: la
devaluación del Sábado de Gloria de 1954, en la cual la paridad pasó de $8.65 a 12050 por dólar.
Sin embargo, los dos últimos años del gobierno de Ruiz Cortines se caracterizaron por una nueva
desaceleración del crecimiento económico provocado por la recesión prevaleciente en la
economía mundial. La reacción del gobierno mexicano consistió en:
Mantener irrestricta la libertad de cambios, con el propósito de, motivar el regreso de
capitales.
Conservar intacta la paridad cambiaria del peso frente al dólar, para garantizar la
rentabilidad de los capitales y desalentar la especulación con divisas
Mantener la estabilidad de precios para no afectar las exportaciones mexicanas.
En esta fase final se sacrificó el crecimiento económico y no se estabilizó el nivel de precios, por lo
cual se suscitaron diversos conflictos sociales por parte de grupos importantes de trabajadores.
Esta situación conflictiva se trasladaría al gobierno siguiente, el de Adolfo López Mateos (1958-
1964).
4.5 EL DESARROLLO ESTABILIZADOR. Al periodo comprendido entre 1958 y 1970 se le conoce como el desarrollo estabilizador; esto es
así porque en esta etapa México alcanzó tasas de crecimiento relativamente altas y sus restantes
indicadores macroeconómicos se mantuvieron estables. Como resultado, aumentaron los salarios
reales de los trabajadores mexicanos, lo cual representó otro factor importante para la estabilidad
económica y social. En el aspecto político el PRI ejerció un fuerte control sobre la sociedad y los
distintos niveles de gobierno, en los cuales gobernó con autoritarismo (p.ej. el presidente de la
República dictaba el comportamiento de los medios de comunicación, así como de la mayoría de
las organizaciones obreras, campesinas y empresariales).
En esta fase también ocurrieron en México diversas luchas sociales que chocaron con las
estructuras `políticas imperantes: los ferrocarrileros (1959) los médicos (1966) y los estudiantes
(1968), entre otros sectores; además, se impulsó, en condiciones difíciles, la lucha por la defensa
del voto en distintas zonas.
A pesar del carácter autoritario de la política mexicana, en aquellos años el gobierno adoptó
diversas medidas que contribuyeron al bienestar social, como la creación del Instituto de
Seguridad Social al Servicio de, los Trabajadores del Estado (ISSSTE), el apoyo al Instituto Mexicano
del Seguro Social (IMSS), así como la mejora de las prestaciones contenidas en la Ley Federal del
Trabajo. De igual manera, se realizaron importantes inversiones en infraestructura y de promoción
agrícola, entre otras. Sin embargo, la falta de democracia imperante, así como la hegemonía del
PRI, permitieron y fomentaron la corrupción en la esfera de la obra pública entre funcionarios
gubernamentales y empresarios privados con los cuales se asociaban.
25
4.6 LA INDUSTRIALIZACIÓN POR SUSTITUCIÓN DE IMPORTACIONES. En el ámbito de la política económica, el gobierno mexicano aplicó importantes medidas
intervencionistas que incidieron en la dirección del proceso económico. En particular, se le dio
renovado impulso al proceso de industrialización, utilizando una amplia gama de instrumentos
proteccionistas. A dicho proceso se le conoce como industrialización por sustitución de
importaciones, en el cual se establecieron barreras a la competencia del exterior y se fomentó la
producción interna de las importaciones que antes se realizaban. Se sustituían, primero, las
importaciones de bienes manufactureros de elaboración simple; después, se procedía con bienes
más complicados; por fin, se esperaba lograr la producción interna de maquinaria más compleja.
Con esta estrategia de industrialización, el gobierno fomentó la colaboración de empresarios
mexicanos a los cuales les ofrecía incentivos diversos (exenciones fiscales) para que invirtieran en
las industrias que las autoridades clasificaron como “nuevas y necesarias”. Al mismo tiempo, el
gobierno mexicano promovió el ingreso de capital extranjero, en su modalidad de inversión
directa; tal fue el caso, entre otros de la promoción a la industria automotriz “nacional”. El alto
grado de protección comercial del sector industrial alentó la entrada de inversiones directas
extranjeras, ya que así éstas eludían las medidas proteccionistas mexicanas; por ejemplo, las
importaciones de automóviles extranjeros pagaban altos impuestos a la importación (aranceles),lo
cual daba a las empresas automotrices extranjeras establecidas en México un amplio margen para
operar en el estrecho mercado mexicano. Es cierto que las facilidades que el gobierno otorgaba a
las empresas automotrices redundo en la fabricación de autos caros y de dudosa calidad; sin
embargo, el gobierno consideraba que esto sería transitorio debido a que, con el tiempo, la
industria automotriz sería más eficiente e incluso competitiva, de acuerdo con los estándares
internacionales. Esta perspectiva se conoce en la literatura del comercio internacional como el
“argumento de la industria naciente”. El problema con él es que, una vez que se conceden los
estímulos necesarios para el surgimiento de una industria, los beneficiarios buscarán por todos los
medios que se mantenga su situación protegida, en lugar de saltar a la competencia internacional
por cuenta propia. Por otra parte, no debe olvidarse que cuando se protege a todo un sector
productivo, como se hizo con el sector industrial que competía con las importaciones, se
desprotegía al sector exportador de la economía.
4.6 LA IMPORTANCIA DEL CAMPO MEXICANO. Durante el “desarrollo estabilizador”, el campo mexicano constituyó, en general, una fuente de
apoyo invaluable al proceso de industrialización y modernización de la sociedad mexicana.
Asimismo, en las ciudades provocó problemas de índole social. Por un lado, proporcionó mano de
obra barata en grandes cantidades, que se dirigió tanto al sector industrial como al de los
servicios; por otra parte, generó los llamados “cinturones de miseria”, principalmente en las
ciudades en crecimiento, debido a que la población que emigraba del campo lo hacia sin control
alguno. En lo que respecta a dichos cinturones de miseria (también conocidos como “ciudades
perdidas”), por lo general recibían apoyo de los gobiernos priistas, los cuales proporcionaban, con
relativa prontitud, los servicios urbanos básicos (alcantarillado, agua potable, instalaciones
26
eléctricas, entre otros) sólo para ver multiplicarse con rapidez el número de estas comunidades en
un proceso que, al pretender encubrir la pobreza, parecía no tener final.
Sin embargo, los trabajadores del campo que encontraban trabajo en las ciudades impulsaron la
economía mexicana, ya que dejaban atrás los empleos menos productivos en el campo para
incorporarse a otros de mayor productividad en la industria o en los servicios citadinos. De igual
manera, el campo mexicano apoyó la industrialización mexicana mediante una provisión adecuada
y a bajos precios de los insumos agrícolas y los alimentos para los trabajadores.
Además, el campo realizó otras contribuciones al desarrollo nacional:
La obtención de divisas que provenían de la exportación de los productos agrícolas
tradicionales
Servir de mercado a los bienes elaborados en la industria nacional; y,
Utilizar los ahorros generados en algunas regiones agrícolas, que podían ser canalizados a
través del sistema bancario hacia otras actividades importantes para la economía.
4.8 LA BANCA CENTRAL COMO INSTRUMENTO DEL DESARROLLO NACIONAL. El Banco de México se fundó en 1925, y de manera paulatina adquirió las funciones propias de un
banco central. En particular, durante el “desarrollo estabilizador”, los gobiernos en turno lo
utilizaron como un instrumento de la política económica para potenciar el desarrollo. El Banco de
México regulaba la emisión monetaria para proveer de la liquidez necesaria al sistema económico
en su conjunto, así como para evitar las presiones inflacionarias en la economía.
Sin embargo, el gobierno confirió al Banco de México funciones adicionales que le permitieron
involucrarse en la promoción activa del proceso económico nacional. De esta manera, se le
asignaron diversos objetivos e instrumentos adicionales, en particular, el denominado “encaje
legal” (es decir, la proporción de la captación que la institución financiera no puede otorgar en
préstamo al público), ahora llamado coeficiente de liquidez. El gobierno mexicano utilizó a la
banca central no sólo como instrumento de la estabilización económica, sino como “palanca del
desarrollo”. A continuación se presenta un ejemplo en el que se apreciará la trascendencia de la
medida señalada.
Imagine que el coeficiente de encaje legal era de 10%, es decir, que cada institución financiera
debía destinar 10 de cada 100 pesos del ahorro captado hacia proyectos de inversión específicos,
determinados por el Banco de México. Dichos proyectos de inversión incluían las prioridades de la
estrategia de desarrollo del gobierno mexicano: inversiones en determinadas regiones y
actividades del campo, financiamiento para la construcción de viviendas de bajo costo, así como
inversiones en distintos rubros de la infraestructura nacional, entre otros. A estas asignaciones
específicas de los recursos financieros bancarios, correspondientes al encaje legal, se les
denominó (en el lenguaje de los funcionarios bancarios) “cajones de crédito”. Cabe aclarar que el
encaje referido dada la política neoliberal ya no se aplica.
27
4.9 LA POLÍTICA FISCAL DE LOS GOBIERNOS DEL “DESARROLLO
ESTABILIZADOR”. La conducción de la `política económica, durante los gobiernos de Adolfo López Mateos (1958-
1964) y Gustavo Díaz Ordaz (1964-1970), estuvo a cargo del secretario de Hacienda, Antonio Ortiz
Mena quien, en una estrategia conjunta con el Banco de México, Nafin y otras dependencias
gubernamentales, coordino durante 12 años consecutivos las medidas estabilizadoras de las
políticas monetarias, crediticia y fiscal. La estabilidad de precios, así como un ambiente propicio
para el desarrollo económico, requería moderar el incremento de la masa monetaria y crediticia,
así como contener el déficit presupuestal. La necesidad de completar el ahorro interno con
financiamiento proveniente del exterior fue gestionada con cuidado por las autoridades
correspondientes. De este modo, se contrató deuda externa para proyectos específicos en vez de
recurrir al endeudamiento generalizado, como ocurriría años más tarde.
4.10 EL ÁMBITO INTERNACIONAL. Durante el periodo que se analiza, estuvo vigente lo que se conoce como el Sistema Monetario
Internacional de Bretton Woods, que consistió en el arreglo monetario y cambiario internacionales
conducidos por el Fondo Monetario Internacional y el Banco Mundial. México participó en la
fundación de las instituciones antes mencionadas y adoptó los compromisos correspondientes,
entre los cuales se encontraba establecer una paridad fija respecto del dólar estadounidense, para
lo cual el Banco de México debía financiar de manera específica los desequilibrios de pagos de la
economía mexicana respecto de las transacciones con el exterior. En caso de que México tuviera
un superávit externo ( es decir, que tuviera exceso de dólares y, por ello, tendiera a revaluarse el
peso frente al dólar ) el Banco de México debía comprar los dólares excedentes (incrementando su
reserva internacional de divisas). En cambio, si México tenía un déficit externo ( que hubiera
escasez de dólares y, por tanto, el peso tendiera a devaluarse respecto del dólar ). El Banco de
México debía vender los dólares faltantes (reduciendo su reserva internacional de divisas). Las
variaciones de la reserva del Banco de México debían realizarse en la cuantía suficiente para
mantener la paridad en $12.50 pesos por dólar.
Durante el “desarrollo estabilizador”, la inflación mexicana se mantuvo en niveles reducidos y
estables, ubicándose alrededor de 4% anual, lo cual contribuyó de modo significativo al
mantenimiento de la paridad entre el peso mexicano y el dólar estadounidense. Incluso, los
gobernantes mexicanos concibieron la estabilidad cambiaria de manera exagerada, es decir, se le
identificó con el “orgullo nacional”, en vez de ser considerada como un instrumento más de
política económica.
Al inicio de este apartado se señalo que durante el “desarrollo estabilizador” se incrementaron los
salarios reales de los trabajadores mexicanos. Sin embargo, a pesar se ello, un porcentaje
importante de la población se encontraba en situación de pobreza, en particular en zonas rurales.
Lo anterior muestra que no basta que una economía alcance tasas satisfactorias de crecimiento
económico, sino requiere un conjunto de políticas eficaces en el combate a la pobreza.
28
4.11 EL RÉGIMEN DE LUIS ECHEVERRÍA ÁLVAREZ (1970-1976). El 1 de diciembre de 1970 asumió la presidencia Luis Echeverría Álvarez, quien fue secretario de
gobernación en el sexenio precedente de Gustavo Díaz Ordaz (1964-1970). El gobierno de
Echeverría se caracterizó por su exuberancia verbal y por su intenso activismo en materia de
políticas económicas y sociales, así como por un fuerte protagonismo internacional. En su primer
año de gobierno (1971) dio a la opinión pública la impresión de moderación al seguir una política
de desaceleración económica necesaria (que se conoció en su momento como “atonía”) para
reducir las incipientes presiones inflacionarias. Sin embargo, a partir del segundo año de gobierno
(1972) se mostró con claridad la tendencia que prevaleció el resto de su gobierno. El sector
público creció en exceso, se multiplicaron las dependencias gubernamentales, los fideicomisos y
las empresas paraestatales, y se establecieron diversas regulaciones y disposiciones
gubernamentales. Esta expansión burocrática suscitó criticas en algunos sectores de la opinión
pública debido al aumento del gasto público correspondiente y a la duplicidad de las funciones
que se daba entre las diversas dependencias.
La relación entre Echeverría y el sector empresarial mexicano se volvió difícil al poco tiempo de
iniciada su gestión. Si bien es cierto que, en general, los empresarios realizaron con éxito diversas
inversiones productivas, siempre rechazaron el discurso exaltado del presidente, quien se
presentó como el defensor de los intereses de las naciones del tercer mundo, criticando a los
países imperialistas en la esfera internacional y fustigando a sectores importantes de la comunidad
empresarial nacional, lo cual le ganó muchos enemigos.
Aunque provenía de las entrañas del priismo tradicional y, en particular, del régimen de Gustavo
Díaz Ordaz, Echeverría intentó una “ruptura” con dicho pasado. En el ámbito político proclamó
que su gobierno iniciaba una “apertura democrática”, buscando la cercanía de muchos
intelectuales progresistas y de algunos ex dirigentes del movimiento estudiantil de 1968, el cual
había sido reprimido con crueldad en el sexenio anterior (el 2 de Octubre de dicho año, en la plaza
de las tres culturas de Santiago Tlatelolco). Los resultados obtenidos por Echeverría en su empeñó
de mostrarse como un presidente “aperturista” se vieron seriamente cuestionados debido a
ciertos actos represivos, como la agresión a la manifestación estudiantil del 10 de Junio de 1971,
para la cual “todavía” no hay una explicación cabal de sus causas y de quienes fueron los
responsables.
En lo que respecta al desarrollo, Luis Echeverría pretendió superar el “desarrollo estabilizador” de
los sexenios anteriores y sustituido por algo mejor, el “desarrollo compartido”. El ritmo de
crecimiento económico debía mantenerse, e incluso acelerarse, al mismo tiempo que se repartían
sus frutos de manera más equitativa entre el mayor número de mexicanos. Sin embargo, el noble
objetivo de mejorar las condiciones de vida de muchos mexicanos y moderar las inequidades en la
distribución de la renta, se mantuvo siempre en contradicción con la inestabilidad que
desencadenaban las acciones gubernamentales y el propio estilo personal del presidente. Muchas
medidas se adoptaron al calor del discurso mesiánico, sin haberse realizado los estudios
económicos pertinentes acerca de la factibilidad de los proyectos aprobados e implantados. Por
otra parte, cabe señalar que algunas instituciones importantes creadas durante su gobierno, han
29
perdurado hasta la actualidad. Dichas instituciones promueven el bienestar social de un número
importante de mexicanos; tal es el caso del Fondo Nacional de Fomento al Consumo de los
Trabajadores (FONACOT), del Instituto Nacional de Fomento a la Vivienda (INFONAVIT), del Fondo
para la Vivienda de los trabajadores del ISSSTE (FOVISSSTE), así como de la Procuraduría de la
Defensa del Consumidor (PROFECO):
Al final, el aspecto más importante consistió en que las políticas monetarias y fiscales expansivas
del gobierno de Luis Echeverría terminaron por minar la confianza de la `población acerca de que
el gobierno pudiera conservar el control económico de la nación. Los precios de casi todos los
bienes y servicios se elevaron debido a la inflación producida por los excesos gubernamentales,
mientras que el precio del dólar, en términos de pesos, se mantenía congelado en $12.50 por
dólar.
La desconfianza del público respecto de la capacidad del Banco de México para controlar la
paridad del peso frente al dólar provocó salidas incesantes de capital, las cuales eran
compensadas por la venta de dólares provenientes de la reserva de divisas. Al mismo tiempo, la
autoridad monetaria intentaba engrosar las reservas internacionales mediante el endeudamiento
con el exterior. Sin embargo, esto último tampoco detuvo la fuerte especulación cambiaria que
presionaba cada vez más a la moneda nacional.
Finalmente, los ataques cambiarios en contra del peso mexicano pudieron más que todos los
intentos desesperados del gobierno, ocasionando que Echeverría anunciara, en su último informe
presidencial del 1 de Septiembre de 1976, que el Banco de México se retiraba por un tiempo del
mercado cambiario y que la moneda “flotaría” hasta que el mercado determinara su paridad
frente al dólar. Es decir, anunció la devaluación del peso respecto del dólar. En la cual se superó el
nivel de $19.00 por dólar; asimismo, el gobierno solicitó apoyo financiero del Fondo Monetario
Internacional, el cual establecería condicionamientos respecto de la política económica para que el
país estabilizara su economía en los años siguientes. De esta manera, la política de Luis Echeverría
desencadenó la primera crisis del final de sexenio, misma que fue la primera de varias que
ocurrirían con posterioridad.
4.12 EL GOBIERNO DE JOSÉ LÓPEZ PORTILLO (1976-1982). En medio de un gran malestar generado por los resultados económicos de la gestión presidencial
de Luis Echeverría, y en un ambiente de animosidad política entre el gobierno y varios sectores
sociales, José López Portillo asumió la presidencia el 1 de Diciembre de 1976. Su programa inicial
de gobierno se presentó ante los mexicanos como la solución a los excesos de todo tipo ocurridos
en el sexenio anterior. En otras palabras, el nuevo gobierno concedió prioridad a la moderación en
la política económica y decidió acatar las condiciones del Fondo Monetario Internacional (FMI)
como la mejor manera de recobrar la confianza de la gente y restablecer la estabilidad. Una de sus
primeras medidas consistió en separar la recaudación y el gasto fiscales en dos diferentes
secretarias de Estado: por una parte, la Secretaria de Hacienda y Crédito Público se encargaría de
tomar las decisiones correspondientes a la recaudación fiscal, por la otra, el gasto fiscal lo decidirá
la nueva Secretaria de Programación y Presupuesto. El gobierno consideraba que, al separar las
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dos funciones básicas de la Hacienda Pública (la recaudación y el gasto) en dos instituciones
distintas, se evitarían los excesos incurridos por Echeverría, mismos que condujeron a la
devaluación del peso en 1976, después de 22 años de estabilidad cambiaria. Sin embargo, el
tiempo pondría en evidencia que dicha separación constituía un artificio cosmético, debido a que
el presidente de la República conservaba su prerrogativa para dictar a su arbitrio los lineamientos
de la política económica nacional.
Concluido el primer tercio del gobierno de López Portillo, se anunciaron importantes
descubrimientos de yacimientos petrolíferos en territorio nacional. El presidente explico a la
opinión pública que en adelante su tarea sería “administrar la abundancia”, ocasionando un
vuelco completo a las expectativas económicas de sus gobernados. López Portillo, ensoberbecido
por la riqueza petrolera del subsuelo mexicano, abandonó las políticas económicas moderadas, así
como las restricciones establecidas años atrás en los acuerdos firmados con el FMI. En los
mercados internacionales de capitales, la riqueza petrolera le permitió a México obtener los
créditos que solicitó, al ser considerado como un excelente sujeto de crédito. La deuda externa,
denominada principalmente en dólares estadounidenses, se multiplicaría a lo largo del sexenio. La
consecuencia de tener al “oro negro” como eje del proceso económico fue que la economía en su
conjunto se petrolizó, es decir, dependía en exceso de los ingresos provenientes del petróleo tanto
para el dinamismo del sector privado como para el de propio presupuesto gubernamental. Por
tanto, cualquier aumento (o disminución) adicional del precio del petróleo, tendría efectos muy
amplios y fuertes en la economía.
La estrategia de desarrollo basada en el auge petrolero, con la cual el gobierno pretendía, entre
otras cosas, reducir los niveles de pobreza, pronto logró que la inflación aumentara. Al mismo
tiempo, el gobierno ordenaba al Banco de México defender la paridad del peso frente al dólar.
Mas temprano que tarde, las dos políticas se enfrentaron: el dólar estadounidense se abarataba
progresivamente, en términos reales, conforme se elevaba la inflación interna. Esto último
dificultaba la defensa del tipo de cambio entre el peso y el dólar a la que el presidente había
comprometido al Banco de México. Uno de los intentos por posponer el choque de políticas
contradictorias fue la decisión de la SHCP de permitir que se abrieran cuentas bancarias
denominadas en dólares, en el sistema bancario mexicano. Dichas cuentas (las cuales fueron
incapaces de evitar las fugas de capitales) se llamaron “mexdólares” y tuvieron un final desastroso.
La convicción de que el precio internacional del petróleo se mantendría elevado durante muchos
años más y de que las tasas de interés nominales serían reducidas, se resquebrajó al inicio del
decenio de 1980-1989. Apenas en 1979, el triunfo de la revolución islámica de Irán ocasionó por
segunda vez en la década de 1970, el incremento del precio del petróleo, lo cual fortaleció el
optimismo para los países productores de dicho insumo básico. Sin embargo, se suscitaron
diversas transformaciones en el mercado internacional del petróleo, que disminuyeron la
capacidad de la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP) para mantener elevados
sus precios. Esto derivó en el debilitamiento de la estructura de precios, a lo que el gobierno de
López Portillo reaccionó primero con incredulidad y luego con una restricción moderada del gasto
fiscal, con la finalidad de sortear el problema petrolero y con la esperanza de que este último
31
fuera transitorio. Al mismo tiempo, la Reserva Federal Estadounidense, bajo el gobierno de Ronald
Reagan, emprendió el combate a su inflación interna mediante políticas monetarias restrictivas
que elevaron sus tasas de interés internas y, por consiguiente, las internacionales. Este aumento
de las tasas de interés nominales, aunado a la disminución del precio del petróleo, trajo consigo el
aumento de las tasas de interés reales afectando el servicio de la deuda externa de muchos países,
entre ellos México. Así una nueva crisis de final de sexenio se precipitó sobre la economía
mexicana: fuertes recortes presupuestales, altas tasas de interés internas, inflación a la alza y
recesión, aumentos salariales que resultaban contraproducentes, devaluaciones sucesivas del
peso frente al dólar, entre otras,
La irritación gubernamental por el callejón sin salida en que se encontró su estrategia de
desarrollo llevó a José López Portillo a ejercer represalias sobre distintos agentes sociales. En
primer lugar, nacionalizo la banca privada mexicana, con el argumento de que había servido para
propiciar la fuga de capitales y que ésta a su vez, había conducido a las devaluaciones del peso. En
segundo lugar, sancionó a los propietarios de las cuentas bancarias de “mexdólares” (es decir, a
quienes mantenían su ahorro dentro del sistema bancario mexicano en cuentas denominadas en
dólares) al decretar la conversión forzosa de sus cuentas en dólares a pesos, con un tipo de
cambio de $70.00 por dólar, cuando en el mercado controlado este último se cotizaba a más de
$100.00. en tercer lugar, decretó el control generalizado de cambios, lo que significa que quien
obtuviera un ingreso en moneda extranjera tenía la obligación legal de vender las divisas
correspondientes al Banco de México; asimismo, quienes requerían divisas para realizar cualquier
tipo de pago al exterior, estaban obligados por ley a comprarlas a dicha institución. Por supuesto,
en cualquiera de los dos tipos de cambio que se utilizaría.
5 PANORAMA DE LA POLÍTICA ECONÓMICA EN MÉXICO (1982-
1994)
5.1 EL GOBIERNO DE MIGUEL DE LA MADRID HURTADO (1982-1988). Cuando el secretario de Programación y Presupuesto, Miguel de la Madrid Hurtado, fue
convocado por el presidente López Portillo en 1981 para recibir la noticia de que sería el próximo
gobernante de México, con seguridad no anticipaba los graves problemas que enfrentaría en tal
cargo. Gran número de altos funcionarios del sexenio de López Portillo estaban convencidos de
que el debilitamiento del mercado petrolero internacional sería un fenómeno pasajero, el cual
permitiría al próximo gobierno retomar en poco tiempo la senda del crecimiento económico. Sin
embargo, el precio internacional del petróleo ya mostraba una leve disminución que en los años
posteriores devino en una espiral descendente, ocasionando serios estragos a las economías de
los países petroleros, como México.
Por si esto fuera poco, el ambiente internacional contribuyo con otro factor de gran importancia
para estrechar los márgenes de maniobra de la política económica de Miguel de la Madrid. En
1982 Ronald Reagan llegó a la presidencia de Estados Unidos al derrotar a James Carter, con el
poderoso argumento de que éste había sido incapaz de estabilizar la inflación estadounidense, la
cual alcanzaba un nivel de dos dígitos. En consecuencia, la política monetaria de la Reserva Federal
32
estadounidense se dirigió hacia la contención de la inflación, restringiendo el crecimiento
monetario y aumentando las tasas de interés. De esta manera, en poco tiempo el gobierno
mexicano sufrió el impacto del aumento del servicio de su deuda externa. La situación no podía
ser más problemática para México debido a que la caída del precio internacional del petróleo
reducía severamente los ingresos procedentes del exterior, mientras las altas tasas de interés
aumentaban lasa erogaciones que debían hacerse hacia los acreedores externos.
En suma, el gobierno de Miguel de la Madrid no sólo tuvo que enfrentar los serios problemas de la
crisis heredada del anterior, sino también las turbulencias internacionales que parecían
multiplicarse. El desempleo se incrementó, las tasas de interés domésticas se elevaron como
nunca antes, mientras que el incremento acelerado de los precios amenazaba con convertirse en
un proceso hiperinflacionario fuera de todo control. La política macroeconómica del nuevo
gobierno se dirigió hacia la estabilización de la actividad económica; sin embargo, implicó un alto
costo social para la mayoría de los mexicanos, contribuyendo a crear una fuerte inconformidad de
la población hacía los gobernantes del Partido Revolucionario Institucional (PRI)
5.2 AJUSTE DEL SECTOR EXTERNO DE LA ECONOMÍA MEXICANA. Durante el gobierno de Miguel de la Madrid, México no contó con financiamiento voluntario
proveniente del exterior, es decir, los inversionistas privados extranjeros optaban por dirigirse
hacia otros mercados debido a la desconfianza que la situación económica prevaleciente les
inspiraba. Las únicas fuentes externas de financiamiento con que se contó en aquel periodo fueron
los organismos multilaterales tradicionales, como el FMI y el Banco mundial (BM). En las
numerosas negociaciones entre el gobierno mexicano y sus acreedores externos (en especial los
bancos extranjeros), el FMI actúo en calidad de intermediario ya val. A cambio, dicha institución
financiera multilateral estableció un mecanismo de condicionamiento y de supervisión para las
políticas macroeconómicas mexicanas. En consecuencia, el gobierno mexicano firmó una carta de
intención con el FMI, en la cual se estipularon normas de austeridad respecto de las finanzas
públicas y metas para el comportamiento de los principales agregados monetarios, así como el
mantenimiento de la libertad para los movimientos de capitales entre otras medidas importantes.
La carencia de financiamiento externo voluntario y la continuación del pago del servicio de la
deuda externa influyeron directamente en la capacidad importadora de México. Como toda
economía de un país que realiza una transferencia financiera neta al exterior, la mexicana tuvo
que generar los excedentes exportables congruentes con la magnitud de dicha transferencia. Por
tanto, las importaciones tuvieron que restringirse bastante, mientras que las exportaciones,
expandirse. Los mecanismos que se requieren para la generación del excedente referido incluyen
un tipo de cambio muy depreciado frente al dólar, así como la limitación del gasto de las familias,
de las empresas y del gobierno. En conjunto, las medidas de ajuste del sector externo de la
economía mexicana implicaron la reducción del nivel de vida de la mayoría de los mexicanos.
5.3 LA DEUDA EXTERNA Y SU POLITIZACIÓN. Pocas veces un problema suscita posiciones tan divergentes y debates tan enconados como el
pago de la deuda externa. Como es lógico suponer, en el marco de la difícil situación económica en
33
la que se vivía, surgieron voces que exigían que el gobierno interrumpiera el pago del servicio de la
deuda. A diferencia del endeudamiento que se contrae al interior de un país, en el cual se puede
recurrir a los tribunales nacionales en el caso de incumplimiento, la deuda que un gobierno
suscribe con los acreedores externos, constituye lo que se conoce como deuda soberana. En estas
condiciones, la interrupción de los pagos (moratoria) que realiza un gobierno al exterior ocasiona
la intervención de gobiernos extranjeros y da lugar a fuertes presiones externas, con la finalidad
de que el país deudor reanude con prontitud el cumplimiento de sus compromisos. El gobierno
mexicano estuvo a punto de suspender, unilateral e involuntariamente, los pagos al exterior
debido al desplome del precio del petróleo que, en algún momento, parecía no detenerse. Sin
embargo, pasada la emergencia extrema, Miguel de la Madrid optó por mantener los pagos del
servicio de la deuda, lo cual le valió severas críticas por parte de sus opositores.
5.4 FINAL DEL SEXENIO. Uno de los criterios básicos que se utilizan para evaluar la evolución del bienestar de la población
de un país, es el del comportamiento de su Producto Interno Bruto (PIB) real por habitante. De
acuerdo con este criterio, se observa que durante el periodo de 1982-1988 se redujo el bienestar
para la mayoría de los mexicanos. Esto se debió a que, en dicho lapso, la población aumentó en
varios millones de habitantes, mientras que se estancó el PIB real en México.
La posibilidad de llevar a la práctica la estrategia estabilizadora de Miguel de la Madrid, con los
altos costos sociales implicados en su ejecución, sólo fue posible porque en aquella época el
gobierno detentaba el control político en todos los niveles de gobierno, en las cúpulas del
sindicalismo oficialista, y tenía una gran influencia entre los representantes del empresariado
nacional. Siguiendo la tradición priista que lo había ungido a él mismo, en su momento, como
candidato presidencial, de la Madrid actúa en consecuencia respecto a su sucesor. El secretario de
Programación y Presupuesto, Carlos Salinas de Gortari, contiende en 1988 por la presidencia de la
República y gana en medio de un gran cuestionamiento respecto de los procedimientos
electorales utilizados para lograr dicho triunfo.
6 EL GOBIERNO DE CARLOS SALINAS DE GORTARI (1988-
1994). El gobierno de Carlos Salinas de Gortari represento, en muchos aspectos, la continuidad y la
profundización de las medidas económicas más relevantes emprendidas por su antecesor. Por
ejemplo, se mantuvo la estrategia para reducir la inflación, mediante un ingenioso sistema de
bandas cambiarias, el cual funcionó en forma adecuada hasta el año de 1994, el gobierno
consiguió generar certeza sobre la evolución de la paridad cambiaria del peso frente al dólar,
contribuyendo con esa medida a reducir la tasa de inflación. Con una intensa actividad política, el
nuevo gobierno construyó una imagen de sí mismo que lo mostraba como portador de la
modernidad económica, lo cual se analizará a continuación.
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6.1 LA SENDA DEL CRECIMIENTO ECONÓMICO. Una de las preocupaciones centrales del gobierno de Salinas consistió en lograr que la economía
volviera a crecer, después de los años de estancamiento del sexenio anterior. Sin embargo para
lograrlo debía encontrar la manera de revertir la transferencia neta de recursos al exterior, a la
cual obligaba la continuidad del pago de la deuda externa, así como la falta de financiamiento del
capital privado extranjero. En consecuencia, los funcionarios de Hacienda negociaron con los
bancos acreedores, con el gobierno de EUA y con el FMI, un menú de opciones para aliviar el peso
de la deuda externa, lográndose una reducción de algunos bancos del 35% del monto adeudado,
otros aceptaron reducir la tasa de interés y fijarla en 6.25% anual y, finalmente, los bancos
restantes proporcionarían nuevos préstamos al gobierno.
El gobierno consideró exitosa la renegociación debido a que permitió la reanudación de los flujos
de capitales hacia México, con lo cual se obtenían los recursos para financiar un creciente saldo
deficitario de la balanza de cuenta corriente.
6.2 ESTRATEGIA DE REDUCCIÓN DE LA DEUDA EXTERNA. Los gobiernos posteriores a la Revolución mexicana intervinieron en la actividad económica de
diversas formas: una de ellas fue la creación de un importante sector paraestatal que incluyó
diversas actividades empresariales. No obstante, el gobierno de miguel de la Madrid emprendió
un incipiente proceso de venta de paraestatales. Sin embargo, se vendieron empresas poco
importantes. Por tanto, el gobierno salinista disponía de activos significativos que podía vender
como Teléfonos de México (TELMEX) y los 18 bancos nacionalizados por López Portillo.
El gobierno de Salinas redujo bastante el peso del sector paraestatal en la economía, preservando
la propiedad gubernamental de PEMEX y de CFE, con lo cual pudo financiar un Fondo de
Contingencia, hacia donde se dirigieron los recursos financieros obtenidos. De acuerdo con la
estrategia planteada, el gobierno canalizó hacia el gasto social los montos liberados del pago de
intereses de la deuda externa. Medidas como las mencionadas en las cuales un gobierno reduce el
monto de sus activos para cancelar parte de sus pasivos (deuda interna, en este caso), sólo
pueden realizarse en una ocasión.
6.3 EL TRATADO DE LIBRE COMERCIO DE AMÉRICA DEL NORTE (TLCAN). En un inicio, la estrategia comercial del gobierno salinista contempló el avance de la apertura
comercial con EUA, a través de la suscripción de acuerdos bilaterales, considerando sectores
específicos. Sin embargo, salinas recibió la propuesta de George Bush, en noviembre de 1988,
acerca de la conveniencia de establecer un área de libre comercio entre las dos naciones. La
respuesta de Salinas en principió fue de rechazo, dado que la prioridad era la reducción de la carga
de la deuda externa.
Sin embargo, el escenario mundial se modificó con rapidez en diversas regiones del mundo. Los
países de Europa oriental rompieron con el sistema socialista y se propusieron constituir
economías de mercado, con lo cual comenzaron a competir por los flujos de inversión
internacional. Por otra parte, se integró la Unión Europea y planteó su intención de establecer
35
una zona monetaria común. En el área de influencia de Japón, esta potencia consolidó sus
relaciones comerciales con los países del sureste asiático, y Canadá y Estados Unidos suscribieron
un tratado de libre comercio. En otras palabras, fue evidente que la globalización adoptaría la
forma de bloques regionales, los cuales, los cuales establecerían relaciones estrechas entre sí.
En este escenario, y después de renegociar la deuda externa, Salinas retomó la iniciativa de
negociar la creación de un área de libre comercio entre Estados Unidos y México. Es interesante
observar que el gobierno canadiense, quien ya tenía suscrito un tratado de libre comercio con
Estados Unidos, solicitó participar en las nuevas negociaciones, dando origen al área (trilateral) de
libre comercio de América del Norte.
Cabe subrayar que la negociación entre las tres naciones fue larga y compleja. En ella se
abordaron los aspectos que corresponden a un área de libre comercio, como el acceso a
mercados, la determinación de los periodos y la desgravación arancelaria, la resolución de
controversias, las reglas de origen y los derechos sobre la propiedad intelectual, entre otros. Los
acuerdos suscritos incorporaron disposiciones adicionales que en general no se incluyen en los
tratados de libre comercio, como la liberalización de los flujos de inversión y los servicios
financieros.
En las negociaciones se ejercieron fuertes presiones políticas provenientes de cada uno de los
participantes. Por ejemplo, México presionó para que el TLCAN incluyera una cláusula sobre
migración de trabajadores, a lo cual se negó Estados Unidos; esté último sólo se comprometió a
facilitar la movilidad de los individuos que se encontraran en la categoría de “hombres de
negocios”. Asimismo, Estados Unidos presionó a México para que le concediera, como ya lo había
hecho Canadá años atrás, una cláusula en la que se le garantizara el abasto petrolero; el gobierno
mexicano resistió y no se incorporó en el TLCAN ninguna cláusula al respecto.
6.4 ÚLTIMO AÑO DEL GOBIERNO DE CARLOS SALINAS. El gobierno de Carlos salinas impuso medidas de política económica de gran trascendencia. Su
gobierno centró la atención en ampliar y consolidar la liberalización comercial; disminuir el nivel
inflacionario y fomentar el crecimiento; privatizar los sectores productivos y financieros
importantes; promover la autonomía del Banco de México; renegociar la deuda externa, y reducir
el endeudamiento interno, entre otras acciones.
Sin embargo, muchas de tales medidas suscitaron fuertes críticas de diversos sectores de la
sociedad. Un buen número de analistas consideraron que el TLCAN hubiera podido negociarse en
mejores condiciones para México, tomando en cuenta las asimetrías económicas; cuestionaron el
procedimiento que se siguió en la privatización bancaria y en otras actividades, como las
concesiones que se otorgaron para construir carreteras; consideraron que se puso más empeño en
reducir la inflación que en promover el crecimiento económico; quedaron insatisfechos por la
negociación de la deuda externa; plantearon que el régimen cambiario de la banda de flotación
resultó inadecuado para evitar la sobrevaluación cambiaria y sus consecuencias; criticaron las
limitaciones de la autonomía del Banco de México, y así por el estilo.
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Durante el último año del gobierno, las situaciones políticas y económicas se descompusieron con
rapidez. En el ámbito internacional, la Reserva Federal siguió una política monetaria restrictiva, la
cual elevó en varias ocasiones las tasas de interés en Estados Unidos. Dada la estrecha vinculación
financiera que México tiene con EUA, el alza de sus tasas provocó, no sólo que aumentara el
servicio de la deuda externa, sino también que salieran capitales del país para invertirse en los
mercados financieros estadounidenses. Esta situación presionó la cotización del peso respecto del
dólar y puso en marcha el mecanismo de intervención del Banco de México, que vendió dólares de
su reserva internacional. En el ámbito nacional, el mismo día de la entrada en vigor del TLCAN,
ocurrió en Chiapas un levantamiento indígena, encabezado por el subcomandante Marcos,
dirigente del Ejercito Zapatista de Liberación Nacional (EZLN), quien declaró la guerra al Estado
Mexicano y condeno dicho tratado. Así mismo, ocurrieron otros acontecimientos que propiciaron
un fuerte clima de desconfianza respecto de la clase política, con repercusiones negativas en la
estabilidad cambiaria y el nivel de las reservas internacionales: el homicidio del candidato
presidencial del PRI, Luis Donaldo Colosio y, más tarde, del secretario general del PRI, José
Francisco Ruiz Massieu.
Bibliografía Introducción a la macroeconomía: un enfoque integral para México
Agustin cue y Luis quintana
Grupo editorial patria
Dada la naturaleza del curso se recomienda la lectura del texto:
La política económica neoliberal en México (1982-2006) Marco Antonio gonzález gómez de
ediciones quinto sol
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