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Conferencia del Episcopado Dominicano
Comisión Nacional de la Misión Continental
Manual del Misionero
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Plan Nacional de Pastoral
2009
Créditos
Colaboradores:
3
CELAM: La Misión Continental para una Iglesia Misionera,
Comisión Nacional de Catequesis, Comisión Nacional de la
Misión Continental, Instituto Nacional de Pastoral
Corrección: Alicia Guerra, isa
Diagramación:
Yoel S. Olivero Carrasco
Arte final:
Jesús Pérez
Portadas:
Werner Olmos
Impresión: Editora Amigo del Hogar
Manuel María Valencia #4
Santo Domingo, D. N. Tel.: 809.548.7594
4
Índice Primera Parte: “Como el Padre me envió, así los envío
yo” (Jn 20,21)
Primer Capítulo: Una Misión Continental para realizar la
misma y única misión de Cristo
Segundo Capítulo: La Misión Continental: significado y objetivos
Tercer Capítulo: La Misión Continental realizada como un
proceso de iniciación cristiana
Cuarto Capítulo: El desarrollo y contenido de la Misión
Continental
Quinto Capítulo: Los medios de la Misión Sexto Capítulo: Criterios a tener en cuenta para la realización
de la Misión
Séptimo Capítulo: Destinatarios y Responsables de la Misión
Capítulo Octavo: Espiritualidad del Misionero
Segunda Parte: Preparen el camino del Señor (Lc 3,5)
Capítulo Noveno: Organización de la Primera Etapa
Tercera parte: «Les recuerdo el Evangelio que les
proclamé... Lo primero que les transmití, como lo había
recibido” (1 Cor 15,1)
Décimo Capítulo: Significado de Kerygma
Undécimo Capítulo: Los seis temas claves del Kerigma
Duodécimo Capítulo: Metodología del Anuncio del Kerigma
casa por casa.
Decimotercero Capítulo: Metodología del Anuncio del
Kerigma para grupos grandes y pequeños.
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Cuarta Parte: “Permanezcan en mi amor” (Jn 15,9). Décimo Cuarto Capítulo: El proceso de iniciación cristiana
Décimo Quinto Capítulo: Primera Etapa de la Iniciación
Cristiana: Kerygma e inicio de la comunidad
Décimo Sexto Capítulo: Segunda Etapa de la Iniciación Cristiana: El Catecumenado.
Décimo Séptimo Capítulo: Tercera Etapa: Iluminación y
Elección. Cuarta Etapa: La Mystagogia
Décimo Octavo Capítulo: La comunidad cristiana en el proceso de iniciación cristiana
Décimo Noveno Capítulo: El proceso interno de una
comunidad cristiana en proceso de iniciación cristiana
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Presentación General
Me complace sobremanera presentar a toda la Iglesia
que peregrina en la República Dominicana este Manual del
Misionero que será utilizado para la formación de los
misioneros y misioneras que realizarán la Misión Continental y
que servirá de guía para el trabajo a seguir en su Primera
Etapa.
Este Manual del Misionero está estructurado en
cuatro grandes partes, siguiendo la opción que hicimos en
Aparecida ―de desarrollar en nuestras comunidades un proceso
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de iniciación en la vida cristiana que comience por el kerygma
y, guiado por la Palabra de Dios, que conduzca un encuentro
personal, cada vez mayor, con Jesucristo, perfecto Dios y
perfecto hombre, experimentado como plenitud de la
humanidad, y que lleve a la conversión, al seguimiento en una
comunidad eclesial y a una maduración de fe en la práctica de
los sacramentos, el servicio y la misión‖ (DA 289).
La primera parte titulada “Como el Padre me
envió así los envío yo” (Jn 20,21), partiendo de este
mandato misionero del Resucitado a sus apóstoles nos hace entrar en el significado, los objetivos, el contenido, la
pedagogía, los medios, los criterios, los destinatarios, los
responsables y la espiritualidad de la Misión Continental, como
expresión y continuación de la misión de Cristo a través de su
Iglesia. La segunda parte con el título: “Preparen el
camino del Señor” (Lc 3,5) describe la organización de la
primera etapa con todos los pasos y todas las funciones de
personas y de las comisiones necesarios para el desarrollo de la Misión, de modo que todo esté bien dispuesto para que el
Señor entre en los corazones y realice su obra de salvación.
La Tercera parte inspirada en las palabras de San
Pedro: “De esto somos testigos: Dios ha hecho Señor y Cristo a este Jesús Crucificado, resucitándolo de entre
los muertos” (cfr Hch 2,32.36). nos presenta el kerigma,
sus temas claves y la metodología para su anuncio casa por
casa y en la Casa Misión.
La Cuarta parte motivada por la invitación de Jesús a
los suyos: ―Permanezcan en mi amor‖ (Jn 15,9), profundiza en
el proceso de iniciación cristiana y en sus diferentes etapas
vivido en pequeñas comunidades eclesiales en las que se vivan
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las cuatro dimensiones de la vida cristiana que son la Palabra,
la Liturgia, la Comunidad y el Servicio a los demás, en especial,
a los pobres. Todo este rico material está basado fundamentalmente
en el Documento de Aparecida y el Documento del Consejo
Episcopal Latinoamericano titulado ―La misión continental para
una Iglesia misionera‖ así como del Directorio General de
Catequesis de la Congregación para el Clero y el Ritual de
Iniciación Cristiana de Adultos.
Agradecemos a la Comisión Nacional de Catequesis, al Instituto Nacional de Pastoral y a la Comisión Nacional de la
Misión Continental por sus esfuerzos en la elaboración del
presente.
Los Obispos que conformamos la Conferencia del Episcopado Dominicano ponemos en sus manos este Manual del
Misionero recordándoles las palabras de Jesús: “Vayan, pues,
y hagan discípulos a todas las gentes bautizándolas en el
nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo, y enseñándoles a guardar todo lo que yo os he mandado. Y
he aquí que yo estoy con ustedes todos los días hasta el
fin del mundo.» (Mt 28,19-20).
+ Nicolás de Jesús Cardenal López Rodríguez
Arzobispo Metropolitano de Santo Domingo.
Primado de América. Presidente de la Conferencia del Episcopado Dominicano
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Propuesta de Programa de los
Talleres de Formación de Misioneros
PRIMERA FORMACIÓN Primer día
8:00 am. - Inscripción. Animación.
8:40 - Oración con el Tema I: Una Misión Continental para
realizar la misma y única misión de Cristo. 9:15 - Tema II: La Misión Continental significado y
Objetivos
10:15 - Receso
10:45 - Tema III: La Misión Continental realizada como
un proceso de Iniciación Cristiana
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y Tema IV: Desarrollo y contenido de la Misión
Continental
12:30 - Comida. 1:30- Animación 1:45 - Tema VI: Los Medios de La Misión.
2:45 - Tema VII: Criterios a tener en cuenta para la
realización de la misión.
5:00 pm. - Oración final
Segundo día
8:30 - Animación
9:15 - Oración con el Tema IX: Espiritualidad del Misionero 10:15 - Tema VIII: Destinatarios y Responsables de la
Misión
11:00 - Receso.
11:30 - Tema X: La Organización de la Misión 12:30 - Comida. 1:30- Animación
2:00 - Organización de la Misión. Organización de la
primera formación.
2: 30 - Trabajo por Zonas y parroquias.
4:00 pm. - Eucaristía. SEGUNDA FORMACIÓN
Primer día
8:00 am - Inscripción. Animación.
8:40 - Oración con 1 Corintios 15, 1-11: «Les recuerdo el Evangelio que les proclamé... Lo primero que les
transmití, como lo había recibido” (1 Cor 15,1)
9:15 - Tema X: Significado de Kerygma
10:15 - Receso
10:45 - Tema XI: Los seis temas claves del Kerigma 12:30 - Comida. 1:30- Animación
1:45 - Tema XII: Metodología del Anuncio del Kerigma casa
por casa.
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2:45 - Tema XIII: Metodología del Anuncio del Kerigma para
grupos grandes y pequeños.
5:00 pm. - Oración final
Segundo día
8:30 - Animación
9:15 - Oración con Hebreos 11, 19-39: Mantengámonos firmes.
10:15 - Tema XIV: El proceso de iniciación cristiana
11:00 - Receso.
11:30 - Tema XV y XVI: Primera Etapa de la Iniciación Cristiana: Kerygma e inicio de la comunidad.
Tema XVI: Segunda Etapa de la Iniciación Cristiana: El
Catecumenado.
Tema XVII: Tercera Etapa: Iluminación y Elección. Cuarta Etapa: La Mystagogia
12:30 - Comida. 1:30- Animación
2:00 - Tema XVIII: La comunidad cristiana en el proceso de
iniciación cristiana
2: 30 - Tema XIX: El proceso interno de una comunidad cristiana en proceso de iniciación cristiana
Trabajo por Zonas y parroquias.
4:00 pm. - Eucaristía.
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Primera Parte:
“Como el Padre me
envió, así los envió yo”
(Jn 20, 21)
Primer Capítulo
Una Misión Continental
para realizar la misma y única misión de Cristo
La Misión Continental es una continuación de la gran
misión de Cristo, que El entregó a la Iglesia como don, tarea y
mandato desde su Resurrección hasta que El vuelva gloriosamente. Es una manera concreta de realizar hoy, en la
situación actual de nuestros pueblos y con métodos y
estrategias de nuestro tiempo, la misma y única misión de
Cristo Jesús. Por eso, antes de entrar a considerar la Misión Continental en sí misma, es necesario que contemplemos la
Misión de Cristo, del Espíritu Santo y de su Iglesia.
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1. “Como el Padre me envió”.
La palabra misión y misionero vienen de una palabra latina que significa enviar. De ahí que misionero quiere decir
―enviado‖. Jesucristo es el primer misionero del Padre, porque
Él es el enviado del Padre para realizar su plan de salvación.
Jesucristo mismo se define a sí mismo como el enviado del Padre, como quien ha venido a la tierra a cumplir la misión que
el Padre le encomendó.
El se presenta como el enviado por excelencia, como
aquel del que hablaba Isaías cuando en la sinagoga de Nazaret abrió el texto y dijo que esas palabras del profeta se cumplían
hoy en El: ―El Espíritu del Señor está sobre mí, porque me ha
ungido para anunciar a los pobres la Buena Nueva, me ha
enviado a proclamar la liberación a los cautivos y la vista a los ciegos, para dar la libertad a los oprimidos y proclamar un año
de gracia del Señor‖ (Lc 4,16-22) a de su amor hacia nosotros
(1 Jn 4,9.14).
Él fue el primero y más grande evangelizador. Anunció
el Reino de Dios, (Cf Mc 1,15) como nueva y definitiva intervención divina en la historia, y definió este anuncio como «
el Evangelio », es decir, la buena noticia. A él dedicó toda su
existencia terrena: dio a conocer el gozo de pertenecer al
Reino, (cf Mt 5,3-12) sus exigencias y su « carta magna », (Cf Mt 5,1-7.29) los misterios que encierra, (Cf Mt 13,11) la vida
fraterna de los que entran en él, (Cf Mt 18,1-35) y su plenitud
futura. (Cf Mt 24,1-25.46)
2. “Así los envío yo”.
La misión de Jesús en el designio del Padre tenía un
espacio y un tiempo muy limitados aquí en la tierra. «No he
sido enviado más que a las ovejas perdidas de la casa de
Israel.» (Mt 15,24). El plan del Padre era que Israel, una vez
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aceptara a su Hijo, cumpliese la misión de dar testimonio de
Dios y de su Reino ante todas las naciones del mundo.
Ahora esta misión de Jesucristo se prolonga a través de sus enviados, los doce, que por esta misma razón llevan el
nombre de apóstoles que en griego significa ―enviado‖. A ellos y
a los discípulos, viviendo todavía entre ellos, Jesús los envía de
dos en dos delante de Él (Lc 10,1) para predicar el Evangelio y curar a los enfermos y endemoniados (Mt 9,38).
Ellos realizan la misión de Jesús y lo representan de tal
modo que El dice: «quien a ustedes les escucha, a mí me
escucha; y quien a ustedes los rechaza, a mí me rechaza; y quien me rechaza a mí, rechaza al que me ha enviado.» (Lc
10,16).
Al despedirse de ellos para volver al Padre les deja este
mandato misionero: ―Vayan…‖ a anunciar el Evangelio (Mc16, 15), a hacer discípulos a todas las gentes (Mt 28,19), a llevar
por todas partes su testimonio (Hch 1,8). Así el Señor alcanzará
a todas las naciones a través de la misión de los apóstoles y de
su Iglesia.
Es la misma misión que dio a Pablo cuando lo llamó y lo eligió para ir a los que no eran del pueblo de Israel: ―Ve. Quiero
enviarte lejos, a las naciones‖ (Hch 22,21). Esta salvación
universal es la que ofrece desde ese tiempo hasta hoy los
apóstoles y la Iglesia anunciando como mensajeros del Señor el Evangelio de Jesucristo que oyéndolo despierta la fe en el
corazón de las personas.
3. Con la fuerza y la unción del Espíritu Santo, el enviado
del Padre y del Hijo.
Para realizar esta misión no estamos solos ni
abandonados a nuestras propias fuerzas. Estamos ungidos y
fortalecidos por el Espíritu Santo, quien es el primer misionero
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y primer protagonista de la continuación de la misión de
Jesucristo en la tierra hasta que El vuelva glorioso a completar
su obra de salvación. Jesús habló de la misión propia del Espíritu Santo
cuando al hablar de su futura venida dijo: ―el Paráclito, el
Espíritu Santo, que el Padre enviará en mi nombre, se lo
enseñará todo y les recordará todo lo que yo les he dicho‖ (Jn 14,26); ―cuando venga el Paráclito, que yo les enviaré de junto
al Padre, el Espíritu de la verdad, que procede del Padre, él
dará testimonio de mí‖ (Jn 15,26).
Esta misión del Espíritu Santo se inició en Pentecostés y durará todo el tiempo que dure la Iglesia haciéndonos testigos
de Jesús (Hch 1,8), comunicándonos la alegría y valentía
necesarias para proclamar a Jesús como Señor y Salvador y
para realizar los signos del Reino de Dios en medio de los pueblos de la tierra.
Por eso, decimos que el misionero principal es el Espíritu
Santo, ya que es Él quien ―impulsa a cada uno a anunciar el
Evangelio y quien en lo hondo de las conciencias hace aceptar y
comprender la palabra de salvación… sólo El suscita la nueva creación, la nueva humanidad a la que la evangelización debe
conducir‖ (EN 75).
4. La misión de la Iglesia es evangelizar. La Iglesia proclama con alegría que ―evangelizar consti-
tuye, en efecto, la dicha y vocación propia de la Iglesia, su
identidad más profunda. Ella existe para evangelizar‖ (EN 14).
Evangelizar, en el lenguaje y mente de los griegos, era el anuncio de una buena noticia siempre relacionada con la vic-
toria o un éxito militar del emperador o con acontecimientos de
la vida de la corte imperial considerados como salvación y dicha
para todo el imperio. Los cristianos tomaron esta palabra y le
dieron un nuevo significado: Evangelio es la Buena Noticia de la
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victoria de Cristo sobre la muerte, el pecado y toda opresión.
Más concretamente esta Buena Noticia es Jesucristo mismo
cuyo anuncio provoca alegría y contiene salvación para los que lo reciben (ver Lucas 1,10).
Hay otros verbos que van unidos a evangelio: anunciar,
proclamar, hablar, enseñar, transmitir, confesar, testimoniar.
Por eso, siguiendo al Nuevo Testamento, podemos decir que evangelizar es: la proclamación o el anuncio público y
solemne de la salvación de Dios ofrecida a todos los hombres y
mujeres en Jesucristo muerto y resucitado.
Es decir, anunciar con palabras y testimonio de vida ―el nombre, la doctrina, la vida, las promesas, el reino, el misterio
de Jesús de Nazaret Hijo de Dios‖ (EN 22).
Como se puede ver, la evangelización es una realidad
rica, compleja y dinámica, con elementos variados como son: ―renovación de la humanidad, testimonio, anuncio explícito,
adhesión del corazón, entrada en la comunidad, acogida de los
signos, iniciativas de apostolado. Estos elementos pueden ser
vistos como contrastantes, incluso exclusivos. En realidad, son
complementarios y mutuamente enriquecedores. Hay que ver siempre cada uno de ellos integrado con los otros‖ (EN 24).
En otras palabras, ―el mandato misionero de Jesús
comporta varios aspectos, íntimamente unidos entre sí: «
anuncien» (Mc 16,15), « hagan discípulos y enseñen», (Mt 28,19-20) « sean mis testigos », (Hch 1,8; Lc 24,48) «
bauticen», (Mt 28,19) « hagan esto en memoria mía » (Lc
22,19), « ámense unos a otros » (Jn 15,12). Anuncio,
testimonio, enseñanza, sacramentos, amor al prójimo, hacer discípulos: todos estos aspectos son vías y medios para la
transmisión del único Evangelio y constituyen los elementos de
la evangelización.
Se trata de ―alcanzar y transformar con la fuerza del
Evangelio los criterios de juicio, los valores determinantes, los
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puntos de interés, las líneas de pensamiento, las fuentes
inspiradoras y los modelos de vida de la humanidad‖ (EN 19).
Los objetivos de nuestra misión evangelizadora son
claros y precisos:
La fe, que es adhesión de corazón a Jesucristo, a su
persona, a su estilo de vida y a su misión. Adherirse a alguien es unirse a él, de tal modo, que llega a hacerse
parte de esa persona y hace suyas su vida, sus ideas y
proyectos. Adhesión de corazón a Cristo quiere decir:
―Adhesión a las verdades que en su misericordia el Señor ha revelado. Pero más aún, adhesión al programa
de vida- vida en realidad ya transformada- que El
propone. En una palabra adhesión at reino, es decir, al
―mundo nuevo‖, al nuevo estado de cosas, a la nueva manera de ser, de vivir, de vivir juntos, que inaugura el
Evangelio‖ (EN 23).
La conversión: Esta adhesión a Cristo conlleva ne-
cesariamente ―un total cambio interior, que el Evangelio designa con el nombre ―metanola‖, una conversión radi-
cal, una transformación profunda de la mente y del co-
razón‖ (EN 10). Esta conversión es cambiar de manera
de pensar, de juzgar, de ver la vida y el mundo para adoptar la manera de pensar, de juzgar, de ver la vida y
el mundo como Jesús. De ahí que evangelizarse es hacer
propios los mismos sentimientos de Cristo Jesús (ver
Filipenses 2,5-11).
Integración a la Iglesia: ―Quienes acogen con
sinceridad la Buena Nueva, mediante tal acogida y la
participación en la fe, se reúnen pues en el nombre de
Jesús, para buscar juntos el reino, construirlo, vivirlo‖
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(EN 13); ―entran en una comunidad que es en sí misma
signo de la transformación, signo de la novedad de vida:
la iglesia, sacramento de visible de la salvación‖.
Acogida de los signos sacramentales: ―En el
dinamismo de la evangelización aquel que acoge el
Evangelio como Palabra que salva lo traduce normalmente en estos gestos sacramentales: adhesión a
la Iglesia, acogida de los sacramentos que manifiestan y
sostienen esta adhesión.‖
Transformación de la humanidad: Toda verdadera evangelización lleva necesariamente a renovar a la
misma humanidad. ―La verdad es que no hay
humanidad nueva si no hay en primer lugar hombres
nuevos, con la novedad del bautismo y de la vida según el Evangelio‖ (EN 18). Por eso, ―lo que importa es
evangelizar- no de una manera decorativa, como un
barniz superficial, sino de manera vital, en profundidad y
hasta sus mismas raíces- la cultura y las culturas del
hombre‖ (EN 20). Además, ―no se puede disociar el plan de la Creación del
plan de la Redención que llega hasta situaciones muy
concretas de injusticia, a la que hay que combatir y de
justicia que hay que restaurar.... En efecto, ¿cómo proclamar el mandamiento nuevo sin promover,
mediante la justicia y la paz, el verdadero, el auténtico
crecimiento del hombre?‖ (EN 31).
Dinámica para presentar este tema:
Se puede hacer en forma de oración de inicio del Curso
haciendo vivir cada uno de los puntos del tema:
a) Introducción general
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b) Alguien dice la frase de Jesús: ―Como el Padre me envió
así los envío yo‖.
c) Momento de acción de gracias al Padre por enviarnos a su Hijo. Basándose en el tema se da gracias por Jesús el
Enviado del Padre y por su misión.
d) Momento de dar gracias por enviarnos Jesús a realizar
su Misión. e) Pedir el don del Espíritu Santo para realizar la Misión de
Cristo
f) Oración de remar mar adentro con el punto de la Misión
de la Iglesia: - Se invita a tomarse de las manos para reconocer
que todos unidos como Iglesia estamos llamados
a evangelizar.
- Luego se inicia el gesto de remar mar adentro indicando los elementos propios de la
evangelización
- Luego, se rema mar adentro para lograr los
objetivos de la Evangelización
- Se concluye con el canto: ―Alma misionera‖. Luego de la oración se puede pedir que lean en silencio este
capítulo y luego compartirlo con el que esté a su lado. El que
dirige puede resumir destacando los títulos de cada punto del
capítulo.
Segundo Capítulo
La Misión Continental: Significado y Objetivos
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Los Obispos de América Latina y el Caribe en Aparecida,
recordando el mandato de ir y de hacer discípulos (cf. Mt 28, 20), hicieron un compromiso de
realizar una misión continental que
implica despertar un gran impulso
misionero en todos los católicos que vivimos en esta región del
mundo (DA 549).
Así lo expresaron ellos:
“asumimos el compromiso de una gran misión en todo el
Continente, que nos exigirá
profundizar y enriquecer todas
las razones y motivaciones que permitan convertir a cada
creyente en un discípulo
misionero” (DA 363).
Esta iniciativa fue impulsada
por el Papa Benedicto XVI, quien ―nos ha invitado a ―una misión evangelizadora que convoque
todas las fuerzas vivas de este inmenso rebaño‖ que es pueblo
de Dios en América Latina y El Caribe: ―sacerdotes, religiosos,
religiosas y laicos que se prodigan, muchas veces con inmensas dificultades, para la difusión de la verdad evangélica‖ (no. 551).
Su objetivo principal es que toda la Iglesia de América
Latina y del Caribe se abra al impulso del Espíritu Santo para
promover la conciencia y la acción misionera permanente de los discípulos. Por eso, es continental porque realizada en cada
país latinoamericano y caribeño y en cada Iglesia Diocesana
llegará a todos los hombres y mujeres de este Continente y a
todo El Caribe.
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Este Objetivo General de la Misión Continental tiene
cuatro consecuencias prácticas, que se convertirán en sus
grandes objetivos específicos y que nos darán a conocer su significado. Ellos son:
1. aprovechar intensamente esta hora de gracia;
2. implorar y vivir un nuevo Pentecostés en todas las
comunidades cristianas; 3. despertar la vocación y la acción misionera de los
bautizados, y alentar todas las vocaciones y ministerios
que el Espíritu da a los discípulos de Jesucristo en la
comunión viva de la Iglesia. 4. salir al encuentro de las personas, las familias, las
comunidades y los pueblos para comunicarles y
compartir el don del encuentro con Cristo, que ha
llenado nuestras vidas de ―sentido‖, de verdad y amor, de alegría y de esperanza (DA 549).
Es decir que esta Misión Continental tiene dos direcciones muy
claras y precisas: una hacia dentro de la Iglesia y otra hacia
fuera de la Iglesia. Miremos estos grandes objetivos en ambas direcciones.
I- Objetivos de la Misión Continental dentro de la Iglesia
Estos objetivos se refieren a los que ya son discípulos
comprometidos dentro de la Iglesia, es decir, Obispos,
presbíteros, diáconos, consagrados y consagradas y laicos y
laicas integrados en la vida y misión de la Iglesia.
1. Primer Objetivo: Aprovechar intensamente esta hora
de gracia.
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En la Biblia, la historia humana aparece sembrada de
acontecimientos que, ocurridos una vez, han supuesto una
intervención divina decisiva para el futuro. Estos momentos se llaman, en el leguaje bíblico, kairós,
que quiere decir tiempos oportunos y favorables en los que
Dios manifiesta su amor y derrama su gracia de manera
especial para regalarnos su salvación. El acontecimiento de gracia más grande de la historia es
Jesucristo, su muerte, resurrección, ascensión al cielo y el envío
del Espíritu Santo.
A lo largo de la historia de la Iglesia, esos momentos y horas de gracia se han dado y se seguirán dando para hacer
presente a Jesucristo y su salvación en medio de la humanidad.
Por ejemplo, el Concilio Vaticano II, Medellín, Puebla, Santo
Domingo, Jubileo del Año 2000, Aparecida, nuestro Plan de Pastoral y tantos momentos personales, familiares,
comunitarios, parroquiales, diocesanos y nacionales en los que
hemos experimentado la acción del poder y del amor de Dios a
favor de su pueblo.
Los Obispos reunidos en Aparecida sintieron que el Espíritu de Dios los fue conduciendo,‖ suave pero firmemente,
hacia la meta‖ (DA 548) y los inspiró a convocar esta Misión
Continental con el fin de aprovechar esta hora de gracia del
Espíritu Santo que nos impulsa a la misión hacia dentro y hacia fuera de la Iglesia.
Este dinamismo misionero surge en un momento
de la historia de nuestros pueblos como un momento
oportuno y favorable para realizar esta gran Misión, ya que se está abriendo paso un nuevo período de la
historia con desafíos y exigencias, caracterizado por el
desconcierto generalizado que se propaga por nuevas
turbulencias sociales y políticas, (globalización); por la
difusión de una cultura lejana y hostil a la tradición
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cristiana, (secularismo) y por la emergencia de variadas
ofertas religiosas, que tratan de responder, a su manera,
a la sed de Dios que manifiestan nuestros pueblos (pluralismo religioso) (DA 10).
Ante esta situación ―nos encontramos ante el desafío de
revitalizar nuestro modo de ser católico y nuestras opciones
personales por el Señor, para que la fe cristiana arraigue más profundamente en el corazón de las personas y los pueblos
latinoamericanos como acontecimiento fundante y encuentro
vivificante con Cristo‖ (DA 13)
2. Segundo Objetivo: implorar y vivir un nuevo
Pentecostés en todas las comunidades cristianas.
Nuestros Obispos en Aparecida, después de analizar la
situación social, económica, política y cultural de nuestros países así como la situación de la vida y del trabajo de la
Iglesia, descubren que “necesitamos desarrollar la
dimensión misionera de la vida en Cristo. La Iglesia
necesita una fuerte conmoción que le impida instalarse
en la comodidad, el estancamiento y en la tibieza, al margen del sufrimiento de los pobres del Continente.
Necesitamos que cada comunidad cristiana se convierta
en un poderoso centro de irradiación de la vida en Cristo.
Esperamos un nuevo Pentecostés que nos libre de la fatiga, la desilusión, la acomodación al ambiente; una
venida del Espíritu que renueve nuestra alegría y nuestra
esperanza” (DA 363).
Como todos sabemos que sólo con la fuerza y el impulso del Espíritu Santo la Iglesia puede ―navegar mar
adentro para una pesca abundante. Se trata de salir de nuestra
conciencia aislada y de lanzarnos, con valentía y confianza
(parresía), a la misión de toda la Iglesia‖ (DA 364).
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Por eso, “¡necesitamos un nuevo Pentecostés!
¡Necesitamos salir al encuentro de las personas, las
familias, las comunidades y los pueblos para comunicarles y compartir el don del encuentro con
Cristo…! No podemos quedarnos tranquilos en espera
pasiva en nuestros templos, sino urge acudir en todas las
direcciones para proclamar que el mal y la muerte no tienen la última palabra, que el amor es más fuerte, que
hemos sido liberados y salvados por la victoria pascual
del Señor de la historia, que Él nos convoca en Iglesia, y
que quiere multiplicar el número de sus discípulos y misioneros en la construcción de su Reino en nuestro
Continente” (DA 549).
De ahí, que para implorar y vivir este nuevo Pentecostés
―se volverá imperioso asegurar cálidos espacios de oración comunitaria que alimenten el fuego de un ardor incontenible y
hagan posible un atractivo testimonio de unidad ―para que el
mundo crea‖ (Jn 17, 21) (DA 363).
3. Tercer Objetivo: despertar la vocación y la acción misionera de los bautizados y alentar todas las
vocaciones y ministerios que el Espíritu da a los
discípulos de Jesucristo en la comunión viva de la
Iglesia. Para realizar esta Misión Continental es necesario
―animar la vocación misionera de los cristianos, fortaleciendo
las raíces de su fe y despertando su responsabilidad para que
todas las comunidades cristianas se pongan en estado de misión permanente‖ (La Misión Continental para una Iglesia
Misionera, Celam, 2).
―Se trata de despertar en los cristianos la alegría y la
fecundidad de ser discípulos de Jesucristo, celebrando con
verdadero gozo el ―estar-con-Él‖ y el ―amar-como-Él‖ para ser
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enviados a la misión‖ (idem). Es lo que dice nuestro lema del
año: “Con Cristo en el corazón, evangelicemos la Nación”
Este despertar misionero ―buscará poner a la Iglesia en estado permanente de misión‖ y llevará ―nuestras naves mar
adentro, con el soplo potente del Espíritu Santo, sin miedo a las
tormentas, seguros de que la Providencia de Dios nos deparará
grandes sorpresas‖ (DA 552) y de que el mismo Espíritu despertará en nosotros la creatividad para encontrar formas
diversas para acercarnos, incluso, a los ambientes más difíciles,
desarrollando en el misionero la capacidad de convertirse en
―pescador de hombres‖. Entonces “esta firme decisión misionera debe
impregnar todas las estructuras eclesiales y todos los
planes pastorales de diócesis, parroquias, comunidades
religiosas, movimientos y de cualquier institución de la Iglesia. Ninguna comunidad debe excusarse de entrar
decididamente, con todas sus fuerzas, en los procesos
constantes de renovación misionera, y de abandonar las
estructuras caducas que ya no favorezcan la transmisión
de la fe” (DA 366).
Para convertirnos en una Iglesia llena de ímpetu y
audacia evangelizadora, esta Misión Continental nos deberá
llevar a: ―a ser de nuevo evangelizados y fieles discípulos‖ por lo
que ―no hemos de dar nada por presupuesto y
descontado‖ (DA 550).
a ―recomenzar desde Cristo‖, “a reconocer y seguir su Presencia con la misma realidad y novedad, el
mismo poder de afecto, persuasión y esperanza,
que tuvo su encuentro con los primeros discípulos
a las orillas del Jordán, hace 2000 años, y con los
“Juan Diego” del Nuevo Mundo. Sólo gracias a ese
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encuentro y seguimiento, que se convierte en
familiaridad y comunión, por desborde de gratitud
y alegría, somos rescatados de nuestra conciencia aislada y salimos a comunicar a todos la vida
verdadera, la felicidad y esperanza que nos ha sido
dado experimentar y gozar” (DA 550).
A recorrer juntos un itinerario de conversión que nos lleve a ser discípulos misioneros de Jesucristo. En
efecto, ―discipulado y misión son como las dos caras de
una misma medalla: cuando el discípulo está enamorado
de Cristo, no puede dejar de anunciar al mundo que sólo El nos salva (cf. Hch 4, 12)‖ (DA 146).
A un proceso de maduración que nos capacite para ir al
encuentro de toda persona, hablando el lenguaje
cercano del testimonio, de la fraternidad, de la solidaridad, que a partir del Kerigma, reavive nuestro
encuentro con Cristo vivo y fortalezca nuestro sentido de
pertenencia eclesial, para que pasemos de
evangelizados a evangelizadores (CELAM, 3).
A recobrar ―el fervor espiritual‖, el valor y la audacia apostólicos, a conservar ―la dulce y confortadora alegría
de evangelizar, incluso cuando hay que sembrar entre
lágrimas‖, siguiendo el ejemplo de ―Juan el Bautista,
como Pedro y Pablo, como los otros Apóstoles,.. y de ―esa multitud de admirables evangelizadores que se han
sucedido a lo largo de la historia de la Iglesia – con un
ímpetu interior que nadie ni nada sea capaz de
extinguir‖ (DA 553). A no ser evangelizadores tristes y desalentados,
impacientes o ansiosos, sino ―ministros del Evangelio,
cuya vida irradia el fervor de quienes han recibido, ante
todo en sí mismos, la alegría de Cristo y aceptan
28
consagrar su vida a la tarea de anunciar el Reino de Dios
y de implantar la Iglesia en el mundo‖(DA 553)
A la conversión personal que despierte ―la capacidad de someterlo todo al servicio de la instauración del Reino
de vida‖ (DA 367).
A una actitud de permanente conversión pastoral de
Obispos, presbíteros, diáconos permanentes, consagrados y consagradas, laicos y laicas,‖ que implica
escuchar con atención y discernir ―lo que el Espíritu está
diciendo a las Iglesias‖ (Ap 2, 29) a través de los signos
de los tiempos en los que Dios se manifiesta‖ (DA 367). A una renovación eclesial, ―que implica reformas
espirituales, pastorales y también institucionales‖ (DA
368) que nos haga pasar ―de una pastoral de mera
conservación a una pastoral decididamente misionera‖ (DA 371).
A vivir y promover una espiritualidad de comunión y
participación, propia de ―las comunidades de discípulos
misioneros en torno a Jesucristo, Maestro y Pastor. De
allí, nace la actitud de apertura, de diálogo y disponibilidad para promover la corresponsabilidad y
participación efectiva de todos los fieles en la vida de las
comunidades cristianas‖ (DA 369). Cada uno aportando
según el carisma que Dios le ha dado para el bien común… todos edificando el mismo cuerpo (cfr. 1 Cor.
12,7.12). A dar testimonio de comunión eclesial y la
santidad, que son hoy una urgencia pastoral. La
programación pastoral ha de inspirarse en el mandamiento nuevo del amor (cf. Jn 13, 35) (DA 369).
II- Objetivos de la Misión Continental
hacia todas las Personas y Pueblos
29
1. Cuarto Objetivo: Salir al encuentro de las personas, las
familias, las comunidades y los pueblos para
comunicarles y compartir el don del encuentro con Cristo.
Esta Misión Continental tiene como tarea inmediata:
―salir al encuentro de las personas, las familias, las
comunidades y los pueblos para comunicarles y compartir el don del encuentro con Cristo, que ha llenado nuestras vidas de
―sentido‖, de verdad y amor, de alegría y de esperanza!‖ (DA
549).
La decisión es llegar a todos y a todas; a cada persona y a todas las personas; a todos los ambientes y a todas las
manifestaciones de la cultura y a todos los campos de la
sociedad. ―Es un afán y anuncio misioneros que tiene que pasar
de persona a persona, de casa en casa, de comunidad a comunidad‖ (DA 551).
Estamos convocados a ser ―testigos y misioneros: en las
grandes ciudades y campos, en las montañas y selvas de
nuestra América, en todos los ambientes de la convivencia
social, en los más diversos ―areópagos‖ de la vida pública de las naciones, en las situaciones extremas de la existencia,
asumiendo ad gentes nuestra solicitud por la misión universal
de la Iglesia‖ (DA 549). ―Esa misión evangelizadora abraza con
el amor de Dios a todos y especialmente a los pobres y los que sufren‖ (DA 551).
Se trata ―de atraer a quienes han abandonado la Iglesia,
a quienes están alejados del influjo del evangelio y a quienes
aún no han experimentado el don de la fe‖ (Celam, 2).
La misión es compartir la
Vida que nos transmite Cristo. ―El
Amor es el que da la vida; por eso
la Iglesia es enviada a difundir en
30
el mundo la caridad de Cristo, para que los hombres y los
pueblos ―tengan vida y la tengan en abundancia‖ (Jn 10, 10).
“Aquí está el reto fundamental que afrontamos: mostrar la capacidad de la Iglesia para promover y
formar discípulos y misioneros que respondan a la
vocación recibida y comuniquen por doquier, por
desborde de gratitud y alegría, el don del encuentro con Jesucristo. No tenemos otro tesoro que éste. No tenemos
otra dicha ni otra prioridad que ser instrumentos del
Espíritu de Dios, en Iglesia, para que Jesucristo sea
encontrado, seguido, amado, adorado, anunciado y comunicado a todos, no obstante todas las dificultades y
resistencias. Este es el mejor servicio -¡su servicio!- que
la Iglesia tiene que ofrecer a las personas y naciones.
(DA 14).
Dinámica para la presentación de este tema:
Se invita a que cada uno y cada una busque a uno de los
participantes que menos conozca. Se presentan mutuamente y
contestan estas preguntas: ¿Qué es la Misión Continental? ¿Para qué es la Misión Continental?
Luego se invita a que esa pareja busca otra pareja. Se
presentan y se hacen las mismas preguntas. Uno de los 4
escribe las respuestas. Después se invita a que Los 4 busquen otros 4. Se presentan y se hacen las mismas preguntas. Uno de
los 8 escribe las respuestas. Si el grupo es grande se invita a
que los 8 busquen otros 8. Se presentan y se hacen las mismas
preguntas. Uno de los 16 escribe las respuestas. Se puede dar una cartulina o papelógrafo para que pinten lo
que ellos creen que es la misión continental y sus objetivos.
Luego buscan una cita bíblica para su dibujo. Se invita a que
uno de cada grupo presente su dibujo y su cita bíblica.
31
De inmediato recoge, amplia y profundiza lo escuchado. Se
puede dejar tiempo para la lectura personal.
Y luego, hacer la síntesis.
32
Tercer Capítulo La Misión Continental
realizada como un proceso de Iniciación Cristiana
Los Obispos en Aparecida
analizando la vida de nuestro
pueblo sintieron ―la urgencia de desarrollar en nuestras
comunidades un proceso de
iniciación en la vida cristiana que
comience por el kerygma y, guiado por la Palabra de Dios, que
conduzca un encuentro personal,
cada vez mayor, con Jesucristo,
perfecto Dios y perfecto hombre, experimentado como plenitud de la
humanidad, y que lleve a la
conversión, al seguimiento en una
comunidad eclesial y a una
maduración de fe en la práctica de los sacramentos, el servicio y la misión‖ (DA 290).
A esta necesidad quiere responder la Misión Continental
entendida como un proceso de iniciación cristiana, siguiendo
todos los pasos y etapas que ella supone y como se ha vivido a lo largo de la historia de la Iglesia y establece el Ritual de
Iniciación Cristiana de Adultos (RICA).
Analicemos lo que establece este proceso de
evangelización, para que así lo realicemos adecuadamente dentro de este proceso de Iniciación Cristiana.
1. Los cinco aspectos fundamentales de este proceso de
iniciación cristiana.
33
Un verdadero y permanente proceso de evangelización
incluye cinco aspectos fundamentales, que aparecen de diversa
manera en cada etapa del camino, pero que se compenetran íntimamente y se alimentan entre sí:
El Encuentro con Jesucristo.
La Conversión.
El Discipulado. La Comunión
y la Misión (DA 279).
Esto implica: conocer las búsquedas de las personas -y los pueblos-
que Dios nos confía, y llevarlas a un encuentro con
Jesucristo vivo,
que suscita una actitud de conversión, y la decisión de seguir los pasos de Jesús,
para que, viviendo en común-unión con Cristo, como
con-vocados por Él35, dentro de la comunión de la
Iglesia, crezca y sea vivo un fuerte sentido de
pertenencia eclesial, y un proceso de formación integral, kerigmática,
permanente, procesual, diversificada y comunitaria, que
contemple el acompañamiento espiritual,
los bautizados asuman su compromiso misionero y pasen de evangelizados a evangelizadores, a fin de que
el Reino de Dios se haga presente y así nuestros pueblos
latinoamericanos y caribeños tengan vida en Él.
Estas dimensiones del camino de fe podemos explicarlas
con palabras que encontramos en el mismo evangelio, y que
describen el proceso de encuentro, formación y envío, de
quienes reciben la vocación de ser discípulos misioneros para
que los pueblos tengan vida en Cristo36:
34
o Todo comienza con una pregunta: “¿Qué buscan?” (Jn 1,
38). Comenta el documento de Aparecida 279 a:
―Quienes serán sus discípulos ya lo buscan. Se ha de descubrir el sentido más hondo de la búsqueda, y se ha
de propiciar el encuentro con Cristo que da origen a la
iniciación cristiana‖. (Búsqueda)
o Los discípulos, que quieren encontrarse con Cristo, le preguntan: ―Maestro, ¿dónde vives?‖ (Jn 1. 38).
Jesucristo los invita a vivir una experiencia: “Vengan y
lo verán‖ (Jn 1, 39), “Yo soy el Camino, la Verdad y la
Vida” (Jn 14, 6). (Encuentro) o Encontrando a Felipe le dijo: “Sígueme”, (Jn 1,49-50) y
más tarde, junto al lago de Galilea, asombrados por la
enseñanza del Maestro y por la pesca milagrosa,
también Pedro, Andrés, Santiago y Juan, “dejándolo todo, le siguieron” Lc 5,8-11)(Juan 1, (Conversión y
Discipulado)
o Los llamó “para que estuvieran con El” (Mc 3, 14) y
“permanecieran en su amor”, formando una comunidad
de discípulos, que más tarde fue conocida por su solidaridad, y por su unidad en la oración, en la fracción
del pan y en la enseñanza de los apóstoles. (Comunión)
o Pero la llamada de Jesús al discipulado es inseparable de
la vocación misionera. Ya en el encuentro a orillas del lago les manifiesta su propósito: “Les haré pescadores
de hombres”, y cuando llama a los doce les dice
explícitamente que los llama para ―enviarlos a predicar”
(Mc 3, 14). Y antes de ascender a los cielos, los envía ―a hacer discípulos a todos los pueblos,
bautizándolos...” (Misión).
2. Los cuatro ejes del proceso.
35
Para lograr este proceso, y recuperar a personas
que se han alejado “hemos de reforzar en nuestra
Iglesia cuatro ejes”: “un encuentro personal con Jesucristo, una
experiencia religiosa profunda e intensa, un anuncio
kerigmático y el testimonio personal de los
evangelizadores, que lleve a una conversión personal y a un cambio de vida integral‖;
“la vivencia comunitaria [pues] nuestros fieles buscan
comunidades donde sean acogidos fraternalmente … Es
necesario que nuestros fieles se sientan realmente miembros de una comunidad eclesial y corresponsable
en su desarrollo‖;
“una formación bíblica-doctrinal […]‖ que es
necesaria para madurar la experiencia religiosa y se percibe como una ―herramienta fundamental y necesaria
en el conocimiento espiritual, personal y comunitario‖;
“el compromiso misionero de toda la comunidad…
que sale al encuentro de los alejados, se interesa por su
situación, a fin de reencontrarlos con la Iglesia e invitarlos a volver a ella‖ (DA 226).
3. Los dos grandes momentos de la Misión Continental
para realizar este proceso de iniciación cristiana. Para conseguir este objetivo de que la Misión
Continental realice este proceso de iniciación cristiana la hemos
organizado en dos grandes momentos:
La Misión intensiva en la que proclamaremos con fuerza el Kerygma, animando un encuentro personal con
Jesucristo que lleve a la fe inicial y a una conversión
inicial y a la integración en una comunidad (Duración de
4 meses).
36
El desarrollo de las siguientes etapas de la iniciación o
reiniciación cristiana, de acuerdo al Ritual de Iniciación
cristiana de adultos (RICA) que durará varios años, con una profunda formación bíblica y doctrinal
acentuadamente vivencial y comunitaria y que conduzca
a un compromiso misionero.
4. Caminando al ritmo del Plan Nacional y
Arquidiocesano/Diocesano de Pastoral de nuestra Iglesia
en la República Dominicana.
Todo este proceso de iniciación cristiana lo haremos al ritmo de nuestro Plan de Pastoral que pretende llegar a todos y
a todas con el mensaje del Señor. Son muchos los que se
integrarán al proceso de iniciación cristiana en pequeñas
comunidades, pero serán muchísimos los que no lo harán. A ellos estamos obligados como misioneros a llegar con otro
método de proceso de iniciación cristiana abierto y lanzado a la
multitud como lo es nuestro Plan de Pastoral.
Además con su metodología de un tema anual con su
lema, que se va viviendo a lo largo de los doce meses del año con un tema y un lema mensual
nos permite ir juntos todos
como un solo pueblo. Por otro
lado, será ocasión para que la pequeña comunidad no se
quede encerrada en sí misma,
camine con todo el Pueblo de
Dios y actúe como misionera. Recordemos que nuestro
Plan de Pastoral se propone ser un
proceso de evangelización
permanente, del cual la Misión
37
Continental será una parte y será un impulso para su realización.
La Iglesia, Pueblo de Dios que peregrina en la República Dominicana,
Centrada en Jesucristo, acompañada por la Virgen María y animada
por sus pastores,
Vive y celebra su fe, en un proceso permanente de evangelización,
Testimonia la comunión y la participación en una pastoral orgánica,
que integra la diversidad de carismas y ministerios;
Con espíritu misionero, convoca a todos a la santidad,
Promueve la justicia y la solidaridad, especialmente, con los más
pobres,
Y es fermento de transformación de la sociedad.
Y nuestro Objetivo de la Primera Etapa, se cumplirá ya que el
fruto de la Misión será la formación o avivamiento de las pequeñas
comunidades, el fortalecimiento de las familias:
PRIMERA ETAPA
El Pueblo de Dios que peregrina en la República Dominicana,
está organizado en familias, grupos de vida y comunidades,
aceptando y valorando su identidad y sensibilizando a la fraternidad y a la solidaridad,
para ser signo del Reino de Dios
Reforzados por la Misión Continental continuamos con:
El Equipo de Coordinación de cada Sector que
anima y coordina la vida de la Iglesia en el Sector (12 personas: 4 hombres, 4 mujeres, 4 jóvenes).
La Carta Mensual del Párroco: cada mes el Párroco
envía una Carta a cada familia de la Parroquia con el
38
tema del mes y su lema; testimonios sobre el tema del
mes; avisos y con el tema y el lema del mes en la
portada bien atractivo y motivador. La red de mensajeros (1 X 10 familias), que llevan
la Carta Mensual y se transforman en sus mensajeros.
La realización de la ACCION SIGNIFICATIVA en las
familias y en el sector de acuerdo con el tema y el lema del año.
Promoción del tema y el lema del mes con
cartelones, afiches, cruzacalles y calcomanías,
programas de radio, artículos en la prensa, murales, canciones.
Encuentros de evangelización o asambleas familiares o
grupos de vida con aquellos que no se han integrado a
las comunidades de iniciación cristiana: para estudiar por grupos en los sectores del tema del mes para
profundizar el tema con el folleto mensual.
Celebración de la Eucaristía Dominical en la que se
celebra el valor del mes unida a la Palabra del
Domingo. Trabajo de las Comisiones, que realizando lo
específico de su área asume el valor del año, y de cada
mes.
Organización y trabajo del Equipo Diocesano, Zonal y Parroquial de Animación Pastoral.
Vivencia y promoción de la Espiritualidad de la
comunión.
Es importante recordar que es necesario realizar todos
estos pasos para lograr el objetivo del Plan de Pastoral como
proceso de evangelización permanente de todo el Pueblo de
Dios en una dinámica interesante con la que se llega a toda la
39
gente y se va junto con la multitud desde la comunidad de los
discípulos, animados y coordinados por los agentes de pastoral.
Es decir, que con la Misión Continental lograremos vivir el discipulado de manera intensa dentro de nuestro objetivo de
formar comunidades como establece con el Plan Pastoral. Al
mismo tiempo, la metodología del Plan Pastoral nos ayudará a
mantenernos siempre en actitud misionera hacia la multitud.
Dinámica para este tema:
Este tema es muy importante y debe dejar claro que la
Misión se hará como un proceso de iniciación cristiana con todos sus pasos. Se puede dramatizar los 5 pasos dando todos
juntos los 5 pasos de la evangelización: El Encuentro con
Jesucristo. La Conversión. El Discipulado. La Comunión y
la Misión (DA 279). Luego, se pueden dramatizar los 4 ejes extendiendo y
moviendo el brazo de un lado como si fuera un eje en
movimiento: “un encuentro personal con Jesucristo; “la
vivencia comunitaria; “una formación bíblica-doctrinal” y
“el compromiso misionero de toda la comunidad”. Luego se presentan los dos momentos de la Misión
integrando el grupo en 2: uno dice MISION INTENSIVA y
otro ETAPAS DE INICIACION CRISTIANA.
Después se dramatiza “al ritmo del Plan Pastoral” haciendo un juego con los 12 pasos del Plan de Pastoral. A cada
grupo se le encarga uno de los pasos. Sale el primero cantando
o voceando el paso que le tocó en medio de la Asamblea. Luego
le sigue el segundo paso y así se sigue. El facilitador puede hacer una síntesis. Luego se deja
tiempo para lectura personal y breves comentarios.
40
Cuarto Capítulo
El desarrollo y contenido de la Misión Continental
Todos los misioneros y las misioneras deben estar
conscientes y conocer bien el proyecto completo de nuestra Misión Continental en la República Dominicana con su programa
de acción integrado en dos grandes momentos que son la
Misión Intensiva y el desarrollo de las etapas propias de la
Iniciación Cristiana. Es necesario que estemos claros de que un verdadero
misionero debe trabajar para que se realice cada momento de
la Misión Continental dentro de nuestro Plan de Pastoral.
No basta que la gente se anime y emocione con el
anuncio del Kerygma. Somos responsables para que esa
41
primera decisión por el Señor continúe con el discipulado
siguiendo las diferentes etapas de la iniciación cristiana. Sólo
así se quitará el miedo al compromiso y tendremos más y más misioneros del Señor.
Con esta intención estudiemos todo el programa que
incluye esta Misión Continental en la República Dominicana.
I- Primera Etapa: Anuncio del Kerygma
Primer Momento: Convocatoria. Visiteo por las casas. Entrega
del Tríptico por las casas (Símbolo de la Misión). Invitación a participar en la Misión. Promoción con carteles, guaguas-
anunciadoras.
Segundo Momento: Misión. Anuncio del Kerygma. 8 temas (una semana, fines de semana, dos veces por semana
según posibilidades, un Equipo, al estilo kerygmático: anuncio,
testimonio, música).
Tercer Momento: Retiro para integrarlos a la comunidad (fin de semana: Viernes (noche) Sábado (tarde y noche)
y domingo (todo el día).
Cuarto Momento: Inicio de la vida en comunidad, con catequesis
kerigmática.
16 encuentros/ Participación en la
acción significativa del Sector siguiendo el itinerario del Plan Nacional y
Diocesano de Pastoral.
Quinto Momento: Convivencia. Paso
a la Segunda etapa.
42
II- Segunda Etapa: Discipulado de Iniciación Cristiana
Esta segunda etapa comprende siete momentos en el
que se profundizará en la fe desarrollando los cuatro medios de
vivencia de la fe: la Palabra, la Liturgia, la vivencia comunitaria
y el servicio. 1º. LA HISTORIA DE LA SALVACIÓN.
2º. LA VIDA DE JESUCRISTO.
3º. LA IGLESIA.
4º. EL CREDO. 5º. LOS SACRAMENTOS.
6º. LA VIDA CRISTIANA.
7º. EL PADRE NUESTRO.
III- Tercera Etapa:
Iluminación, Elección, Recepción o
renovación del Bautismo,
Confirmación y Eucaristía
Esta tercera etapa conlleva la
experiencia de la purificación interior, la
elección de la Iglesia y la recepción o renovación del Bautismo,
Confirmación y Eucaristía que culminará con este proceso y llevará a un compromiso misionero decidido.
1. Purificación. Iluminación
2. Elección o llamada decisiva
3. Rito de Elección 4. Iluminación
5. Recepción o renovación del
Bautismo, Confirmación y la
Eucaristía
(Preferiblemente en la Vigilia Pascual).
43
IV- Cuarta Etapa: Mystagogia
Entramos, profundizamos y saboreamos el misterio de
nuestra salvación celebrado en los sacramentos y nos
disponemos a la misión permanente en nuestra vida y vocación.
1. Catequesis Mystagógicas.
2. Celebraciones Litúrgicas.
Dinámica de trabajo: El facilitador introduce dando una idea general del
contenido. Luego, lectura personal, comentarios y
preguntas.
44
Quinto Capítulo
Los medios de la Misión
Como todos sabemos la evangelización es todo lo que
hace y dice la Iglesia para continuar la misión de Jesús,
haciendo visible el Reino de Dios y siendo instrumento a su
servicio. El gran anuncio de Jesús es que el Reino de Dios es una
realidad entre nosotros. Ese Reino que es un nuevo estilo de
ser y de actuar en comunión con Dios como Padre, en
comunión con los otros como hermanos y en comunión con la naturaleza como señores. Convocada y consagrada por el Señor
la Iglesia a través de muchos medios y signos anuncia,
testimonia, sirve, convoca y promueve el Reino de Dios.
Especialmente, lo hace a través de cuatro signos que son:
La Palabra: La Iglesia proclama el Reino a través del
ministerio de la Palabra, ―La fe entra por los oídos‖ (Rom
10, 9). La Liturgia: La Iglesia celebra el Reino en la Liturgia, en
la que Dios se hace presente en medio de su Pueblo y
comunica su salvación. ―Hagan esto en memoria mía‖
(Lc 22,19). La Comunidad: La Iglesia testimonia el Reino a través
de la comunión fraterna. ―En esto conocerán que son
mis discípulos: si se aman unos a los otros‖ (Juan 14,1)
El servicio en especial a los más pobres: La Iglesia
realiza los signos del Reino en el servicio dentro de la
45
comunidad y especialmente a los más pobres. ―Lo que
hicieron a uno de estos mis hermanos más pequeños a
mí me lo hicieron‖ (Mt 25,31).
Estos serán los
grandes medios de la
Misión Continental, que concretaremos en
diferentes iniciativas
acentuando lo que más
necesitamos en este momento. Estudiemos
estos diferentes medios tal
como los propone
Aparecida y busquemos la forma concreta de desarrollarlos en nuestra acción misionera.
1. Beber de la Palabra, lugar de encuentro con
Jesucristo.
Si el objetivo central de la Misión es llevar a las personas a un verdadero encuentro con Jesucristo, el primer
espacio de encuentro con El será el conocimiento profundo y
vivencial de la Palabra de Dios, de Jesucristo vivo, en la Iglesia,
que es nuestra casa. (DA 246). La proclamación alegre de Jesucristo muerto y
resucitado, a quien buscamos, y al ―que Dios ha constituido
Señor y Mesías‖ (Hech 2,36), ya es encuentro con la Palabra
Viva, con Jesús mismo, la Palabra que salva. Para entrar y permanecer en este lugar de encuentro con Cristo
que es la Palabra, instrumento privilegiado de la misión, hay
que destacar cinco metas particulares:
el fomento de la “pastoral bíblica”, entendida como
―animación bíblica de la pastoral, que sea escuela de
46
interpretación o conocimiento de la Palabra, de
comunión con Jesús u oración con la Palabra, y de
evangelización inculturada o de proclamación de la Palabra‖ (DA 248);
la formación en la Lectio divina, o ejercicio de lectura
orante de la Sagrada Escritura17, y su amplia divulgación
y promoción; (DA 249) la predicación de la Palabra, de manera que
realmente conduzca al discípulo al encuentro vivo, lleno
de asombro, con Cristo, y a su seguimiento en el hoy de
la vida y de la historia; el fortalecimiento, a la luz de la Palabra de Dios,
del tesoro de la piedad popular de nuestros pueblos,
―para que resplandezca cada vez más en ella ―la perla
preciosa‖ que es Jesucristo, y sea siempre nuevamente evangelizada en la fe de la Iglesia y por su vida
sacramental‖ (DA 549).
La presentación de la vida de los santos, en
especial de la Virgen María, como páginas
encarnadas del evangelio que tocan el corazón y motivan el camino del discípulo hacia Jesús y del
misionero hacia la gente (cf DA 271).
―Por esto, hay que educar al pueblo en la lectura y la
meditación de la Palabra: que ella se convierta en su alimento para que, por propia experiencia, vea que las palabras de Jesús
son espíritu y vida (cf. Jn 6,63). De lo contrario, ¿cómo van a
anunciar un mensaje cuyo contenido y espíritu no conocen a
fondo? Hemos de fundamentar nuestro compromiso misionero y toda nuestra vida en la roca de la Palabra de Dios‖ (Discurso
Inaugural del Papa, 3).
2. Alimentarse de la Eucaristía.
47
Un segundo medio para la misión es la Sagrada Liturgia,
en especial, los sacramentos de la Iniciación Cristiana, signos
que expresan y realizan la vocación de discípulos de Jesús a cuyo seguimiento somos llamados. De forma significativa, la
Eucaristía es lugar privilegiado del encuentro del discípulo con
Jesucristo. Y es, a la vez, fuente inagotable de la vocación
cristiana y del impulso misionero; ―allí, el Espíritu Santo fortalece la identidad del discípulo y despierta en él la decidida
voluntad de anunciar con audacia a los demás lo que ha
escuchado y vivido‖ (DA 251).
Dentro de este segundo medio misionero, hay que destacar cuatro metas particulares:
Conducir, mediante la iniciación cristiana, a la
incorporación viva en la comunidad, cuya fuente y
cumbre es la celebración eucarística, y dedicar tiempo y atención al
seguimiento de
quienes son
incorporados a la
comunidad; Cultivar en la
celebración
eucarística su
dimensión de renovación de la
Nueva y Eterna
Alianza, lugar de encuentro con el Padre, el Hijo y el
Espíritu Santo, con los ángeles, los santos y entre los hermanos, de ofrecimiento de la vida del discípulo,
cargando con su cruz, a la vez que de envío misionero.
fomentar el estilo eucarístico de la vida cristiana, y
recrear y promover la “pastoral del domingo (DA
252), dándole ―prioridad en los programas pastorales‖,
48
para un nuevo impulso a la evangelización del pueblo de
Dios (DA 252);
en los lugares donde no sea posible la Eucaristía, fomentar la celebración dominical de la Palabra,
“que hace presente el Misterio Pascual en el amor
que congrega (cf. 1Jn 3, 14), en la Palabra acogida (cf.
Jn 5, 24-25) y en la oración comunitaria (cf. Mt 18, 20)‖
(DA 253).
3. Construir la Iglesia como casa y escuela de comunión.
Un tercer espacio de encuentro con Jesucristo es la vida comunitaria. ―Jesús está presente en medio de una comunidad
viva en la fe y en el amor fraterno. Allí Él cumple su promesa:
―Donde están dos o tres reunidos en mi nombre, allí estoy yo
en medio de ellos‖ (Mt 18, 20)‖ (DA 256). Formar comunidad implica abrazar el estilo de vida de Jesús, asumir su destino
pascual con todas sus exigencias, participar en su misión, estar
en actitud de permanente conversión y mantener la alegría del
discípulo misionero en el
servicio al Reino. Dentro de este tercer medio
para la misión, hay que
destacar cinco metas
particulares: fomentar la
conciencia de
comunión a nivel
familiar para que cada hogar se
convierta en una iglesia doméstica, en un santuario de
la vida, donde se le valora como don de Dios y se forma
en ese sentido a las personas, una verdadera escuela en
49
la fe, un espacio en que crecen misioneros de la
esperanza y de la paz;
formar pequeñas comunidades cristianas, abiertas y disponibles, en sus diversas formas y expresiones.
Cultivar en ellas la pastoral de la acogida para que las
personas experimenten su pertenencia a la Iglesia de
modo personal y familiar; profundizar la dimensión comunitaria a nivel
parroquial, para que la parroquia sea en verdad una
comunidad de comunidades (Cf RMi 20).
animar a las comunidades de Vida Consagrada para que busquen compartir su testimonio de comunión
misionera con la gran comunidad eclesial;
todo esto orientado a la renovación de las
estructuras pastorales, a fin de impulsar una nueva forma de ser Iglesia: más fraterna, expresión de
comunión, más participativa y más misionera (DA 367).
4. Servir a la sociedad, en especial, a los pobres.
Un cuarto medio de encuentro con Jesucristo y de acción misionera es el servicio a la
sociedad para que nuestros
pueblos tengan la vida de
Cristo y, de un modo especial, el servicio a los pobres,
enfermos y afligidos ―que
reclaman nuestro compromiso
y nos dan testimonio de fe, paciencia en el sufrimiento y
constante lucha para seguir
viviendo‖ (DA 257).
Como Iglesia estamos
conscientes de que ―el encuentro con Jesucristo en los pobres
50
es una dimensión constitutiva de nuestra fe en Jesucristo‖ y
que la fidelidad de la Iglesia a Jesucristo se juega en nuestro
servicio a ellos. La misma adhesión a Jesucristo es la que nos hace amigos de los pobres y solidarios con su destino (DA 257).
Dentro de este cuarto medio para la misión, hay que destacar
cuatro metas particulares:
la fraternidad con los más pobres y afligidos, hermanos nuestros en quienes nos encontramos y
servimos al Señor, y la defensa de los derechos de los
excluidos (DA 257), ya que allí se juega la fidelidad de
la Iglesia a Jesucristo (DA 257); la renovación y fortalecimiento de la pastoral
social, a fin de que exprese en signos concretos la
opción preferencial por los pobres y excluidos,
especialmente con las personas que viven en la calle, con los migrantes, los enfermos, los adictos
dependientes, los niños en situaciones de riesgo y los
detenidos en las cárceles (DA 399-430);
la atención pastoral de los constructores de la
sociedad, que tienen la misión de forjar estructuras justas, que estén al servicio de la dignidad de las
personas y de sus familias; como asimismo de los
comunicadores sociales, para que alienten el crecimiento
de una cultura que sea manifestación del reinado de Dios.
el apoyo decidido a todas aquellas personas e
instituciones que ―dan testimonio de lucha por la
justicia, por la paz y por el bien común, algunas veces llegando a entregar la propia vida‖ (DA 256).
5. Signos y gestos comunes de la Misión Continental.
Ubicados dentro de estos medios deseamos
realizar signos y gestos comunes que sean expresión de
51
comunión y de realización común y al mismo tiempo de la
Misión Continental.
Entrega de la Biblia y del Tríptico con breve catequesis sobre su significado, especialmente a modo de un ―altar
familiar‖ para cada hogar.
Oración para la Misión continental inspirada en la oración
del Papa para la V Conferencia y aquella con que termina su Discurso Inaugural;
Logotipo de Aparecida como logotipo de la Misión para
indicar su relación y continuidad con Aparecida.
Elenco de canciones misioneras y eventualmente un Himno basado en la oración oficial, que se puede hacer a
través de concursos nacionales.
Algunas celebraciones de grandes fiestas litúrgicas con
sentido misionero: o Epifanía, Pascua, Pentecostés, Fiesta mariana de
cada país.
Producción e intercambio de subsidios formativos
misioneros.
Material divulgativo: Poster sobre la misión; Spots televisivos y radiales; Página Web sobre la misión;
Videos sobre la Misión (elaborados con los tiempos de
TV).
Dinámica de trabajo con el tema:
Se puede hacer como un panel simulando un programa de
televisión desde TeleMisión. Se buscan 5 panelistas que
presentan cada uno de los medios y de los signos de la Misión. Las personas que intervendrán deben empaparse bien de los
temas para que su participación sea lo más natural. El
presentador o la presentadora puede intervenir con preguntas y
completando el tema. También, se pueden nombrar 5
observadores que completen o enfaticen algunos de los puntos
52
presentados por los expositores. Es importante que se haga con
gracia.
Sexto Capítulo
Criterios a tener en cuenta para la realización de la
Misión
Un criterio es una norma de acción, que la inspira y la
guía para lograr su objetivo. En Aparecida encontramos algunos
criterios importantes para la realización de la Misión tal como
los recoge el Documento del CELAM titulado: ―La Misión
Continental para una Iglesia Misionera‖, números 7, 5.2 y 5.3.
53
1. Conversión personal y pastoral.
La misión exige una indispensable conversión pastoral, tanto de las personas como de las mismas estructuras de la
Iglesia. Se deben reconocer las estructuras caducas y buscar
las nuevas formas que exigen los cambios. ―La conversión
pastoral de nuestras comunidades exige que se pase de una pastoral de mera conservación a una pastoral decididamente
misionera. Así será posible que ―el único programa del
Evangelio siga introduciéndose en la historia de cada
comunidad eclesial‖58 con nuevo ardor misionero, haciendo que la Iglesia se manifieste como una madre que sale al encuentro,
una casa acogedora, una escuela permanente de comunión
misionera‖ (DA 370).
―No resistiría a los embates del tiempo una fe católica reducida a bagaje, a elenco de algunas normas y prohibiciones,
a prácticas de devoción fragmentadas, a adhesiones selectivas
y parciales de las verdades de la fe, a una participación
ocasional en algunos sacramentos, a la repetición de principios
doctrinales, a moralismos blandos o crispados que no convierten la vida de los bautizados. Nuestra mayor amenaza
“es el gris pragmatismo de la vida cotidiana de la Iglesia en el
cual aparentemente todo procede con normalidad, pero en
realidad la fe se va desgastando y degenerando en mezquindad”.
A todos nos toca recomenzar desde Cristo,
reconociendo que no se comienza a ser cristiano por una
decisión ética o una gran idea, sino por el encuentro con un acontecimiento, con una Persona, que da un nuevo
horizonte a la vida y, con ello, una orientación decisiva”
(DA 12).
54
2. Atención a los signos culturales: inculturación y
presencia en nuevos areópagos.
Hay que tener en cuenta la compleja y variada realidad de nuestro continente, como es el caso de las megápolis, los
ambientes suburbanos y de las grandes periferias, como
asimismo de los ambientes campesinos, mineros y marítimos,
sin olvidar los hospitales, los centros de rehabilitación y las cárceles, lo mismo que las peculiaridades de las Iglesias en las
diversas regiones.
La misión, siendo única, deberá ser al mismo tiempo
diversa. Por eso, es necesario estar atentos a los signos culturales de la época, de tal manera que las nuevas
expresiones y valores se enriquezcan con las buenas noticias
del Evangelio de Jesucristo, logrando, ―unir más la fe con la
vida y contribuyendo así a una catolicidad más plena, no solo geográfica, sino también cultural‖ (DA 479).
3. Dentro del Plan Pastoral.
La realización de la misión continental le dará
dinamismo a nuestro Plan de Pastoral y será parte integrante y fundamental del mismo. Recordemos nuestra Idea Fuerza de
nuestro Plan Nacional de Pastoral, que encaja directamente con
los objetivos propios de la Misión:
La Iglesia, Pueblo de Dios que peregrina en la República Dominicana,
Centrada en Jesucristo, acompañada por la Virgen María y
animada por sus pastores,
Vive y celebra su fe, en un proceso permanente de evangelización,
Testimonia la comunión y la participación en una pastoral
orgánica, que integra la diversidad de carismas y ministerios;
Con espíritu misionero, convoca a todos a la santidad,
55
Promueve la justicia y la solidaridad, especialmente, con los
más pobres,
Y es fermento de transformación de la sociedad.
4. Con nuevos lenguajes: comunicación.
En la misión es necesario tener muy en cuenta la cultura
actual, la cual ―debe ser conocida, evaluada y en cierto sentido asumida por la Iglesia, con un lenguaje comprendido por
nuestros contemporáneos. Solamente así la fe cristiana podrá
aparecer como realidad pertinente y significativa de salvación.
Pero, esta misma fe deberá engendrar modelos culturales alternativos para la sociedad actual‖ (DA 480).
Esto ayudará a ―comunicar los valores evangélicos de
manera positiva y propositiva. Son muchos los que se dicen
descontentos, no tanto con el contenido de la doctrina de la Iglesia, sino con la forma como ésta es presentada‖ (DA 497) y
vivida.
En la misión hay que ―optimizar el uso de los medios de
comunicación católicos, haciéndolos más actuantes y eficaces,
sea para la comunicación de la fe, sea para el diálogo entre la Iglesia y la sociedad‖ (DA 497 b).
Será muy importante hacer presente el anuncio
misionero en los medios de comunicación en general, así como
en los espacios virtuales, cada vez más frecuentados por las nuevas generaciones. Así como en radio y televisión ya existen
experiencias de programas educativos en la fe, también un
portal interactivo puede ser una opción útil en el desarrollo de
la misión.
5. Tener en cuenta los caminos hacia el encuentro con
Cristo.
Una auténtica propuesta de encuentro con Jesucristo debe
tener en cuenta los siguientes elementos:
56
Una experiencia de la presencia de Jesucristo en la
vida personal y comunitaria del creyente: en la lectura
meditada y eclesial de la Sagrada Escritura; en la celebración eucarística, fuente inagotable de la vocación
cristiana y fuente inextinguible del compromiso
misionero; en el dinamismo de una vida comunitaria,
participativa y fraterna; y en el servicio a los pobres y excluidos;
Una revalorización de la piedad popular, la cual es
una ―manera legítima de vivir la fe, un modo de sentirse
parte de la Iglesia y una forma de ser misioneros, donde se recogen las más hondas vibraciones de la América
profunda‖ (DA 264).
Un fortalecimiento de la presencia cercana de
María, ―imagen acabada y fidelísima del seguimiento de Cristo‖ (DA 270)a la vez que madre y educadora de
discípulos misioneros de Jesucristo;
Un rescate de los testigos del Evangelio en América,
varones y mujeres que vivieron heroicamente su fe en
un camino de santidad, junto a aquellos que derramaron su sangre en el martirio‖ (DA 275).
6. Desarrollar la pedadogía del encuentro.
La misión debe realizarse dentro del dinamismo de la pedagogía del encuentro que puede darse de persona a
persona, de casa en casa, de comunidad a comunidad (DA
550).
Siendo que todo pastor –lo que vale también para cada misionero- ha de reflejar al Buen Pastor, es evidente que
nuestra pastoral tiene que estar entretejida de encuentros, en
la sencillez, la cordialidad, la solicitud, la escucha y el servicio a
los demás.
57
‖En este esfuerzo evangelizador, la comunidad eclesial
se destaca por las iniciativas pastorales, al enviar, sobre todo
entre las casas de las periferias urbanas y del interior, sus misioneros, laicos o religiosos, buscando dialogar con todos en
espíritu de comprensión y de delicada caridad‖ (Benedicto XVI.
Homilía a los Obispos de Brasil).
7. Desarrollar una pedagogía de Comunión.
Es importante realizar la misión en el continente como
gran expresión de comunión. Que se manifieste la comunión
con Dios en la oración unánime, implorando con María, la madre de Jesús, el Espíritu Santo, y la unidad con el Papa,
entre las Conferencias Episcopales y entre las Iglesias
particulares, ayudándose recíprocamente en su realización,
especialmente en personal y recursos; ―Toda Iglesia particular debe abrirse generosamente a
las necesidades de las demás. La colaboración entre las
Iglesias, por medio de una reciprocidad real que las prepare a
dar y a recibir, es también fuente de enriquecimiento para
todas y abarca varios sectores de la vida eclesial. A este respecto, es ejemplar la declaración de los Obispos en Puebla:
―Finalmente, ha llegado para América Latina la hora... de
proyectarse más allá de sus propias fronteras, ad gentes. Es
verdad que nosotros mismos necesitamos misioneros. Pero debemos dar desde nuestra pobreza… La misión de la Iglesia es
más vasta que la ―comunión entre las Iglesias‖: ésta, además
de la ayuda para la nueva evangelización, debe tener sobre
todo una orientación con miras a la especifica índole misionera‖ (RMi 64).
8. Convocación comunitaria.
La parroquia sigue siendo una referencia fundamental en
el proceso evangelizador, con sus comunidades eclesiales de
58
base, movimientos y grupos apostólicos. La misión está llamada
a ser un dinamismo permanente de gran importancia para que
la parroquia se haga “parroquia misionera”. La misión exige una convocatoria a los discípulos
misioneros y a las comunidades eclesiales. En la misión se debe
aprovechar el potencial educativo de la Iglesia, a través de sus
escuelas e institutos de formación, valorando el dinamismo misionero de los miembros de la comunidad educativa.
9. Formación de misioneros.
Jesucristo es gran modelo de formador de discípulos misioneros, en él tenemos que fundamentarnos. Aparecida
asumió una ―clara y decidida opción por la formación de los
miembros de nuestras comunidades, en bien de todos los
bautizados, cualquiera sea la función que desarrollen en la Iglesia‖ (DA 276).
La formación debe estar impregnada de espiritualidad
misionera, que es impulso del Espíritu que ―motiva todas las
áreas de la existencia, penetra y configura la vocación
específica de cada uno. Así, se forma y desarrolla la espiritualidad propia de presbíteros, de religiosos y religiosas,
de padres de familia, de empresarios, de catequistas, etc.
Cada una de las vocaciones tiene un modo concreto y
distintivo de vivir la espiritualidad, que da profundidad y entusiasmo al ejercicio concreto de sus tareas. Así, la vida en el
Espíritu no nos cierra en una intimidad cómoda, sino que nos
convierte en personas generosas y creativas, felices en el
anuncio y el servicio misionero. Nos vuelve comprometidos con los reclamos de la realidad y capaces de encontrarle un
profundo significado a todo lo que nos toca hacer por la Iglesia
y por el mundo‖ (DA 285). El Espíritu entreteje vínculos de
comunión entre las diversas vocaciones para que realicen la
59
única misión como miembros complementarios de un solo
Cuerpo.
10. Realización de signos y gestos de cercanía y
dignificación de los más pobres.
―Por eso, no puede separarse de la solidaridad con los
necesitados y de su promoción humana integral: ―Pero si las personas encontradas están en una situación de pobreza – nos
dice aún el Papa –, es necesario ayudarlas, como hacían las
primeras comunidades cristianas, practicando la solidaridad,
para que se sientan amadas de verdad. El pueblo pobre de las periferias urbanas o del campo necesita sentir la proximidad de
la Iglesia, sea en el socorro de sus necesidades más urgentes,
como también en la defensa de sus derechos y en la promoción
común de una sociedad fundamentada en la justicia y en la paz. Los pobres son los destinatarios privilegiados del Evangelio
y un Obispo, modelado según la imagen del Buen Pastor, debe
estar particularmente atento en ofrecer el divino bálsamo de la
fe, sin descuidar el ‗pan material‘‖ (DA 550). La evangelización,
como acción privilegiada hacia los pobres, debemos vivirla teniendo presente que los más humildes nos evangelizan.
Dinámica para la presentación de este tema:
Se pueden buscar 10 personas que presenten cada uno de los criterios de manera sintética o a través de dibujos, de un canto
o de una poesía. Luego se da tiempo para la lectura personal y
comentarios en cuchicheo y a nivel general.
60
Séptimo Capítulo Destinatarios y Responsables de
la Misión
En Aparecida está expresado de múltiples formas
que ―todos los cristianos son a la
vez destinatarios y sujetos de la
misión. Es necesario tener en cuenta que el discípulo se forma
para la misión y, a la vez, la misión
forma al discípulo. Por eso, al
realizar la acción misionera, al mismo tiempo que los discípulos se
renuevan en la vida de Jesucristo,
se preparan también para llevar la
Buena Noticia a todos los pueblos‖.
Destaquemos los diferentes destinatarios y responsables de la Misión, para descubrir su papel
particular en el desarrollo de la Misión.
I- Los destinatarios o interlocutores: La Misión es para todos y todas
Los destinatarios son aquellos a quienes va dirigida la
Misión. Ellos y ellas se convertirán en nuestros ―interlocutores‖, es decir, los que nos escuchan y nos responden en un diálogo
de salvación. En Aparecida queda claro que estos destinarios de
la misión somos todos y todas. Es decir,
todos los discípulos misioneros que animan el proceso
evangelizador
61
especialmente debe dirigirse a los pobres, a los que
sufren y a los alejados (DA 550),
los constructores de la sociedad para impulsarlos a vivir su misión cristiana de transformarla.
los más alejados,
los indiferentes,
los que no creen en Cristo los que se nos han ido de nuestra Iglesia
los que viven la religiosidad popular
los que tienen una fe dormida
los bautizados y bautizadas no iniciados en la fe ni integrados en la comunidad cristiana.
II- Los responsables de la Misión Continental:
La Misión es tarea de todos y de todas
1. La Conferencia Episcopal o el conjunto de los Obispos del
país son responsables de la Misión a nivel nacional. La
realización de la misión ―requerirá la decidida colaboración de
las Conferencias Episcopales y de cada diócesis en particular‖ (DA 551).
Las Conferencias Episcopales como espacios de comunión
entre las Iglesias locales necesitan reavivar su identidad y
misión, para apoyar especialmente a las Iglesias con menores recursos, motivando la generosidad y apertura.
2. El Obispo es el primer responsable de la misión en
cada Iglesia particular y es quien debe convocar a todas las fuerzas vivas de la comunidad para este gran empeño
misionero: ―sacerdotes, religiosos, religiosas y laicos‖ (DA
551).
62
3. Los Presbíteros y Diáconos: portadores primeros de
todo este impulso misionero.
Para los Ministros Ordenados es un gran momento de gracia que les pide renovar la comunión de los Presbíteros y Diáconos
con el Obispo y de ellos entre sí. Así como el entusiasmo y la
entrega al servicio del evangelio. Ellos estarán sensibilizados
especialmente en el espíritu y conversión pastoral de Aparecida.
―La renovación de la parroquia exige actitudes nuevas en los
párrocos y en los sacerdotes que están al servicio de ella. La
primera exigencia es que el párroco sea un auténtico discípulo de Jesucristo, porque sólo un sacerdote enamorado del Señor
puede renovar una parroquia. Pero, al mismo tiempo, debe ser
un ardoroso misionero que vive el constante anhelo de buscar a
los alejados y no se contenta con la simple administración‖ (DA 201).
4. El papel privilegiado de los laicos, cualquier esfuerzo
misionero exige, de manera particular, la participación activa y
comprometida de los fieles laicos en todas las etapas del proceso. ―Hoy, toda la Iglesia en América Latina y El Caribe
quiere ponerse en estado de misión. La evangelización del
Continente, nos decía el papa Juan Pablo II, no puede
realizarse hoy sin la colaboración de los fieles laicos (cf EAm 44).
Ellos han de ser parte activa y creativa en la elaboración y
ejecución de proyectos pastorales a favor de la comunidad.
Esto exige, de parte de los pastores, una mayor apertura de mentalidad para que entiendan y acojan el ―ser‖ y el ―hacer‖
del laico en la Iglesia, quien, por su bautismo y su
confirmación, es discípulo y misionero de Jesucristo. En otras
palabras, es necesario que el laico sea tenido muy en cuenta
con un espíritu de comunión y participación‖ (DA 213).
63
La Misión Continental debe tener especial penetración en
los sectores culturales, políticos y de dirigentes sociales y económicos que identifican a nuestra sociedad globalizada.
Para que esto sea posible, debemos reafirmar vigorosamente la
misión peculiar y específica del laico en el mundo secular50,
evitando la tentación de motivar a los laicos más comprometidos con su fe, tan sólo a involucrarse en los
servicios que necesita la comunidad eclesial para formarse,
sostenerse y crecer.
5. La misión inestimable de la Vida Consagrada, para los
miembros de los Institutos de Vida Consagrada, varones y
mujeres que están llamados a dar un testimonio convincente de
la alegría de ser pertenencia de Dios como discípulos y misioneros de Cristo, y de prodigarse generosamente al servicio
de sus hijos, especialmente de los más marginados, y de
manifestar en la Iglesia la multiplicidad de los dones
carismáticos del Espíritu Santo, su participación en la Misión
Continental, como grandes colaboradores de los Pastores, contribuirá fuertemente al despertar misionero de América
Latina y del Caribe.
6. Las Diócesis: Cada Diócesis necesita robustecer su conciencia misionera, saliendo al encuentro de quienes aún no
creen en Cristo en el ámbito de su propio territorio y responder
adecuadamente a los grandes problemas de la sociedad en la
cual está inserta. Pero también, con espíritu materno, está llamada a salir en búsqueda de todos los bautizados que no
participan en la vida de las comunidades cristianas (DA 168).
En la diócesis, el eje central deberá ser un proyecto orgánico de
formación, aprobado por el Obispo y elaborado con los
organismos diocesanos competentes, teniendo en cuenta todas
64
las fuerzas vivas de la Iglesia particular… Se requieren,
también, equipos de formación convenientemente preparados
que aseguren la eficacia del proceso mismo y que acompañen a las personas con pedagogías dinámicas, activas y abiertas (DA
281).
7. La parroquia: La Parroquia ha de ser el lugar donde se asegure la iniciación cristiana y tendrá como tareas
irrenunciables: iniciar en la vida cristiana a los adultos
bautizados y no suficientemente evangelizados; educar en la fe
a los niños bautizados en un proceso que los lleve a completar su iniciación cristiana; iniciar a los no bautizados que, habiendo
escuchado el kerygma, quieren abrazar la fe. En esta tarea, el
estudio y la asimilación del Ritual de Iniciación Cristiana de
Adultos es una referencia necesaria y un apoyo seguro (DA 293). Los mejores esfuerzos de las parroquias, en este inicio
del tercer milenio, deben estar en la convocatoria y en la
formación de laicos misioneros (DA 174).
La renovación de las parroquias, al inicio del tercer milenio,
exige reformular sus estructuras, para que sea una red de comunidades y grupos, capaces de articularse logrando que sus
miembros se sientan y sean realmente discípulos y misioneros
de Jesucristo en comunión (DA 172).
La renovación misionera de las parroquias se impone tanto en la evangelización de las grandes ciudades como del mundo
rural de nuestro continente, que nos está exigiendo imaginación
y creatividad para llegar a las multitudes que anhelan el
Evangelio de Jesucristo. Particularmente, en el mundo urbano, se plantea la creación de nuevas estructuras pastorales, puesto
que muchas de ellas nacieron en otras épocas para responder a
las necesidades del ámbito rural (DA 173)
65
8. Las pequeñas comunidades eclesiales: Señalamos que
es preciso reanimar los procesos de formación de pequeñas
comunidades en el Continente, pues en ellas tenemos una fuente segura de vocaciones al sacerdocio, a la vida religiosa, y
a la vida laical con especial dedicación al apostolado. A través
de las pequeñas comunidades, también se podría llegar a los
alejados, a los indiferentes y a los que alimentan descontento o resentimientos frente a la Iglesia (DA 310).
9. Los movimientos y nuevas comunidades: En la vida y la
acción evangelizadora de la Iglesia, constatamos que, en el mundo moderno, debemos responder a nuevas situaciones y
necesidades. La parroquia no llega a muchos ambientes en las
megápolis. En este contexto, los movimientos y nuevas
comunidades son un don de Dios para nuestro tiempo, acogen a muchas personas alejadas para que puedan tener una
experiencia de encuentro vital con Jesucristo y, así, recuperen
su identidad bautismal y su activa participación en la vida de la
Iglesia. En ellos, ―podemos ver la multiforme presencia y acción
santificadora del Espíritu‖ (DA 311).
10. Los organismos e institutos misioneros: La opción por
la Misión Continental y su finalidad de impulsar la misión
permanente, otorga a los organismos e institutos misioneros una responsabilidad particularmente importante
para dinamizar su labor habitual y ofrecer apoyo subsidiario a
los diferentes niveles eclesiales.
11. Voluntariado misionero: Un fenómeno importante de
nuestro tiempo es la aparición y difusión de diversas formas de
voluntariado misionero, conformado en buena parte por
jóvenes, quienes están dispuestos a dar tiempo y talento para
la misión (DA 372).
66
12. Misioneros para las misiones específicas: La Misión
Continental quiere llegar a todas las personas en su propia vocación y su ubicación en la vida. Para lograr este objetivo se
organizarán las llamadas misiones específicas, que necesitará
de misioneros específicos de esas áreas.
Entre ellas están: Misión en la comunidad educativa: ―En la misión se
debe aprovechar el potencial educativo de la Iglesia, a
través de sus escuelas e institutos de formación,
valorando el dinamismo misionero de los miembros de la comunidad educativa‖. La misión se realizará en
colegios y universidades, con los educadores, con las
familias de los alumnos.
Misión con los niños: Mención especial merecen los grupos y asociaciones de niños misioneros, pues esto
crea una dinámica especial en las familias.
Misión con los jóvenes: dirigida hacia ellos y con
ellos.
Misión con los adolescentes: dirigida hacia ellos y con ellos.
Misión con los emigrantes.
Es importante la labor de los emigrantes como discípulos
misioneros, quienes ―están llamados a ser una nueva semilla de evangelización. Entre nosotros, realizaremos
de modo especial, la Misión con nuestros hermanos
haitianos.
Misión con las Familias: Aunque las familias recibirán de muchas formas el mensaje, tendremos en el mes de
Noviembre una Misión Familiar Especial con motivo del
mes de la Familia.
Misión con los enfermos a través de la Pastoral de
la Salud para llegar hacia ellos de modo especial y
67
para animarlos a convertirse en misioneros desde
su propia realidad.
Misión con los internos en las cárceles a través de la Pastoral Penitenciaria.
Misión con profesionales a través de las
asociaciones católicas que los agrupan.
Misión con los académicos a través de la Pastoral Universitaria.
Misión con los empresarios, políticos,
trabajadores.
Misión con los comunicadores sociales. Misión en el mundo castrense y policial a través
del Ordinariato Castrense.
Dinámica para presentar este tema: Primero se lee la lista de los destinatarios y luego se se
presentan los responsables, lo que puede hacerse de dos
maneras:
a) Se pueden buscar uno que haga de Obispo, si no
está el Obispo, un sacerdote, un diácono, una consagrada, los laicos y laicas que digan lo que les
corresponde en la Misión.
Luego uno en nombre de la Diócesis, un párroco o laico que
presente lo que le toque a la Parroquia; otro de las pequeñas comunidades eclesiales, otro de los movimientos, voluntarios
misioneros y luego se invita a ponerse de pie a los que son de
Comisiones que les toca la Misión específica.
b) Si están presentes personas que corresponden a los responsables de la Misión se van presentando y se
les invita a que se coloquen delante y el facilitador
dice brevemente lo que les corresponde.
68
Octavo Capítulo
Espiritualidad del Misionero
La misión en verdad es obra del Espíritu Santo, pero Él
actúa a través de aquellos que El llama para que sean
misioneros del Señor. Tan es así, que Jesucristo se identifica
69
con el misionero cuando dice: «quien a ustedes les escucha, a
mí me escucha; y quien a ustedes los rechaza, a mí me
rechaza; y quien me rechaza a mí, rechaza al que me ha
enviado.» (Lc 10,16).
Se podría decir que el misionero mismo ya es una
misión con su testimonio mismo y que la experiencia de fe
propia del misionero es lo que El comunica.
Esto implica que el misionero está llamado a vivir una
espiritualidad misionera. Recordemos que espiritualidad es la
forma concreta como cada persona o comunidad vive según el Espíritu Santo. Espiritualidad del misionero es la manera propia
cómo el misionero se deja guiar por el Espíritu Santo en su
misión.
1. Los elementos propios de la espiritualidad: Con el deseo de que destaquemos diferentes elementos
propios de la espiritualidad misionera nos valdremos de
la lectura orante de Juan 15, 1- 17, siguiendo estos
pasos: a) Se escucha con atención la proclamación del texto
b) Cada uno lee en silencio el texto tratando de
identificar 9 elementos propios de la espiritualidad
misionera c) Escribe en las líneas siguientes esos 9 puntos con
sus citas.
Elementos propios del misionero Versículo donde se
encuentra
70
d) Comparte con los vecinos los elementos descubiertos.
e) Participa en el plenario para hacer tus aportes.
2. Los elementos propios de la Espiritualidad Misionera que descubrimos en este texto:
a) El Padre es el viñador (Jn 15,1): El misionero
necesita estar consciente de que la Misión es obra
del Señor; que él es instrumento de su amor. “No tenemos otra dicha ni otra prioridad que ser
instrumentos del Espíritu de Dios, en Iglesia, para que
Jesucristo sea encontrado, seguido, amado, adorado,
anunciado y comunicado a todos, no obstante todas las
dificultades y resistencias‖ (DA 14). Es Él quien llama y
71
quien elige. No depende del misionero de que la gente
se convierta y se integre a la Iglesia. Eso es obra del
Señor. Por eso, debe dejar a Dios hacer su trabajo cuando El quiera, como El quiera y donde El quiera. Al
misionero sólo le corresponde preparar el ambiente y
el camino al Señor; lo demás le toca a Él.
b) Jesucristo es la Vid y nosotros los sarmientos. El misionero y Jesucristo están tan unidos que sólo
permaneciendo en El podemos dar frutos (15,1.4-6).
―Sin mí no pueden hacer nada‖ (15,5); se seca y lo
cortan y lo echan al fuego (v.6). El misionero vive de Jesús y Jesús vive en el misionero. ―Permanezcan en mi
amor‖ (v.9).
c) “No me han elegido ustedes a mí, sino que yo los
elegí a ustedes” (v. 16). Es el Señor quien nos ha elegido en su gran amor, sin merecimiento propio. Por
eso, con Aparecida está llamado a decir: ―Conocer a
Jesús es el mejor regalo que puede recibir cualquier
persona; haberlo encontrado nosotros es lo mejor que
nos ha ocurrido en la vida, y darlo a conocer con nuestra palabra y obras es nuestro gozo‖ (29).
d) “A ustedes los he llamado amigos, porque todo lo
que he oído a mi Padre, se lo he dado a conocer”
(v. 15). El misionero es un amigo de Jesús, porque conoce la Palabra, con la cual lo ha purificado y ha
quedado limpio (v.3). El es un amigo que nos ama con
gran amor; el amor propio del Padre: ―como el Padre me
amó, yo también los he amado a ustedes‖ (v.9). e) El misionero es discípulo de Jesucristo que guarda
sus mandamientos (15,10); siguiendo su ejemplo
que supo guardar los mandamientos de su Padre y
como señal de que somos sus amigos (v.14). Esa
72
es la gloria del Padre que el misionero sea
discípulo de Jesús.
f) El discípulo es aquel que es capaz de vivir el amor fraterno. Su mandato es claro y preciso: “Amense
unos a otros como yo los he amado” (v.12.17). Ese
es el fruto de la santidad: al estar unidos a Dios
podemos dar los frutos del amor a los demás, que es la gloria del Padre. Al vive mismo tiempo, es la
señal para que la gente crea en Jesucristo y los
descubra como sus discípulos (ver Jn 13,34-35).
Ese amor fraterno será la primera predicación del misionero. Es interesante que el Señor habla
siempre de “ustedes”, indicando que la misión
siempre se realiza con otros. Se trata de ―dar un
testimonio de proximidad que entraña cercanía afectuosa, escucha, humildad, solidaridad, compasión,
diálogo, reconciliación, compromiso con la justicia social
y capacidad de compartir, como Jesús lo hizo‖ (DA 364).
g) El misionero es aquel que es capaz de dar la vida
por sus amigos, por su pueblo que El evangeliza en nombre del Señor. “Nadie tiene mayor amor que el
que da la vida por sus amigos” (v.13). El misionero
cuenta siempre con la cruz, con los sufrimientos
del que se o entrega totalmente. Así ―la Iglesia debe cumplir su misión siguiendo los pasos de Jesús y
adoptando sus actitudes (cf. Mt 9, 35-36). Él, siendo el
Señor, se hizo servidor y obediente hasta la muerte de
cruz (cf. Fil 2, 8); siendo rico, eligió ser pobre por nosotros (cf. 2 Cor 8, 9), enseñándonos el itinerario de
nuestra vocación de discípulos y misioneros. En el
Evangelio aprendemos la sublime lección de ser pobres
siguiendo a Jesús pobre (cf. Lc 6, 20; 9, 58), y la de
anunciar el Evangelio de la paz sin bolsa ni alforja, sin
73
poner nuestra confianza en el dinero ni en el poder de
este mundo (cf. Lc 10, 4 ss). En la generosidad de los
misioneros se manifiesta la generosidad de Dios, en la gratuidad de los apóstoles aparece la gratuidad del
Evangelio‖ (DA 31).
h) El misionero cuenta con el poder amoroso del
Padre, a quien acude confiado como Jesús y en su nombre (v. 16). En la oración está su fuerza y su
esperanza. “Pidan lo que quieran y lo conseguirán”
(v. 7).
i) El misionero está lleno de la alegría que da Jesús. ―Les he dicho esto para que mi gozo esté en ustedes y su
gozo sea colmado‖ (v.11). Los dones que el Espíritu
Santo da al misionero para la misión es la valentía y la
alegría. Sólo así puede comunicar vida y esperanza a los demás. ―Nuestra alegría, pues, se basa en el amor del
Padre, en la participación en el misterio pascual de
Jesucristo quien, por el Espíritu Santo, nos hace pasar
de la muerte a la vida, de la tristeza al gozo, del absurdo
al hondo sentido de la existencia, del desaliento a la esperanza que no defrauda. Esta alegría no es un
sentimiento artificialmente provocado ni un estado de
ánimo pasajero. El amor del Padre nos ha sido revelado
en Cristo que nos ha invitado a entrar en su reino. Él nos ha enseñado a orar diciendo ―Abba, Padre‖ (Rm 8, 15;
cf. Mt 6, 9)‖ (v. 19).
3. Hagamos un análisis de nuestra vivencia de la espiritualidad misionera:
Delante del Señor revisemos nuestra espiritualidad
misionera, mirándonos en este texto y en esos nueve
elementos propios de los misioneros. Vea en cuáles estoy más
fuerte y en cuál estoy más débil.
74
Momento de oración: con alabanzas, acción de gracias,
peticiones por elegirnos como misioneros y pidiendo fuerzas
para permanecer fieles y activos en la misión.
75
Segunda Parte:
“Preparen el camino del Señor (Lc 3, 5)
76
Noveno Capítulo
Organización de la Primera Etapa
Para que una acción
evangelizadora logre sus
resultados necesita una
preparación adecuada y detallada de modo que todo
esté a punto para que el
Señor realice su obra de
liberación y salvación en las personas y comunidades que
se nos han confiado. Esta
organización es nuestra parte en la Misión y el Señor pondrá lo
demás. Somos los precursores del Señor como Juan Bautista
para preparar el camino del Señor, enderezar sus sendas; rellenar todo barranco, rebajar todo monte y colina, rectificar
lo tortuoso y hacer de las asperezas que se presenten caminos
llanos para que todos vean la salvación de Dios (cf Lc. 3,5-6).
Recordemos que toda acción tiene un antes, un durante y un después que es necesario preparar con antelación
teniendo en cuenta todos los detalles. La Misión tendrá un
antes que lo llamaremos PREMISION o Preparación a la Misión;
un durante que será la MISION INTENSIVA que durará 4 meses y un después que es la POSTMISION o Seguimiento de las
Etapas de la Iniciación Cristiana.
En este capítulo nos fijaremos en la Primera Etapa ya que para
la Segunda Etapa tendremos una capacitación y un material de
trabajo posterior.
77
I- Los pasos previos para la realización
de la Misión en su Primera Etapa
1. Primer Paso: La decisión y entusiasmo del Párroco por
la Misión junto a su Consejo Parroquial y Equipo
Parroquial de Animación Pastoral. El primer paso necesario para la realización de la Misión
es que el Párroco haga suyo este proyecto misionero como
pastor de la comunidad parroquial. Como apunta el Papa en su
Discurso Inaugural de Aparecida: ―los primeros promotores del discipulado y de la misión son aquellos que han sido llamados
―para estar con Jesús y ser enviados a predicar‖ (cf Mc 3,14),
es decir, los sacerdotes (no. 5).
―Pero, sin duda, no basta la entrega generosa del sacerdote y de las comunidades de religiosos. Se requiere que
todos los laicos se sientan corresponsables en la formación de
los discípulos y en la misión‖ (DA 201). ―Los Consejos
Pastorales Parroquiales tendrán que estar formados por
discípulos misioneros constantemente preocupados por llegar a todos‖ (DA 202).
3. Segundo Paso: Creación de la Comisión Zonal y
Parroquial. Para un adecuado funcionamiento de la Misión
Continental es necesario crear una estructura de organización
zonal y parroquial. Aquí citamos dichas Comisiones y más
adelante se encontrarán sus funciones y organigrama.
a) Organización de la Comisión Zonal:
La función principal de esta Comisión es organizar,
animar y coordinar junto con el Vicario Zonal o el Arcipreste la
Misión Continental en su Zona. Está compuesta por el Vicario
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Zonal o el Arcipreste que la preside, los Párrocos, 1 laico, un
diácono, una consagrada o consagrado por cada Parroquia y un
delegado de cada Movimiento o Comunidad de mayor presencia en la Zona.
b) Equipo Ejecutivo de la Comisión Zonal:
Este Equipo elegido por el Arcipreste o el Vicario Zonal es el Equipo Ejecutivo de la Comisión Zonal, quien trabajará
muy de cerca con el Arcipreste o Vicario Zonal. Está formado
por el Vicario Zonal o el Arcipreste, el coordinador o
coordinadora zonal, el secretario o secretaria y un represente de cada área de la Misión Continental a nivel zonal.
c) Comisión Parroquial de la Misión Continental:
La función principal de esta Comisión es organizar, animar y coordinar junto con el Párroco la Misión Continental en
su Parroquia. Está compuesta por el Párroco que la preside, el
Vicario Parroquial si lo hay, diáconos si lo hay, un laico o una
laica por sector, un diácono, una consagrada o consagrado por
cada comunidad que viva en la Parroquia y un delegado de cada Movimiento o Comunidad de mayor presencia en la Zona,
el Equipo Parroquial de Animación Pastoral.
d) Equipo Ejecutivo de la Comisión Parroquial: Este Equipo elegido por el Párroco es el Equipo Ejecutivo
de la Comisión Parroquial, quien trabajará muy de cerca con el
Párroco. Está formado por el Párroco, un coordinador o
coordinadora, un secretario o secretaria y un representante de cada área de la Misión Continental a nivel parroquial.
3. Tercer Paso: La sectorización de la Parroquia.
Como contempla nuestro Plan de Pastoral toda
Parroquia se integrará en unidades territoriales para llegar
79
mejor a más y más personas compuesta por un máximo de de
mil personas que llamamos sector.
El Documento de Aparecida nos lo recuerda: ―teniendo en cuenta las dimensiones de nuestras parroquias, es
aconsejable la sectorización en unidades territoriales más
pequeñas, con equipos propios de animación y coordinación
que permitan una mayor proximidad a las personas y grupos que viven en el territorio‖ (DA 372).
A la hora de sectorizar es importante tener en cuenta lo que
sigue:
Aprovechar los límites naturales y espontáneos que la gente ha hecho en un área urbana o en un barrio o en
un campo. Con frecuencia encontramos que un mismo
barrio tiene sus propios sectores que ellos han ido
definiendo de acuerdo a muchas circunstancias. Pintar un mapa de toda la Parroquia destacando sus
diferentes sectores con sus respectivas calles, man-
zanas, callejones y lugares de interés común.
Es importante que se haga Hacer un censo rápido del
número de familias, de niños, jóvenes, adultos y su situación religiosa que ayudará a preparar mejor la
Misión y a responder a las necesidades concretas del
Sector. Ver anexo de modelos de Censo del Sector
Es importante Tener a mano la cantidad de casas y familias que viven en cada manzana o cuadra o
vecindario. Esto es básico para distribuir los mensajeros
o misioneros en cada sector.
Cada Sector contará con un Equipo de Coordinación formado preferiblemente por 12 personas (4 hombres, 4
mujeres, 4 jóvenes) del mismo lugar.
4. Cuarto Paso: La elección de la Casa Misión.
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En cada Sector se elegirá una CASA MISION que será el
lugar de encuentro para el anuncio del Kerygma y el
seguimiento de la comunidad. Si hay una Capilla o Centro del Sector sería la CASA MISION.
En muchos casos, la Casa Misión será la casa de una
familia del Sector. Esta Casa Misión deberá tener estas
condiciones: a) Una casa que tenga las condiciones para recibir un grupo
de personas como tener una sala grande o una
marquesina amplia o un patio.
b) Todos los de la casa estén de acuerdo de que la casa sirva para la Misión. Esto es fundamental para evitar
malos entendidos y asperezas entre los participantes y
los miembros de la familia. El ideal es que todos y todas
los de de la Casa estén muy integrados en la Misión. c) Estar en un lugar lo más céntrico posible del Sector y de
fácil llegada.
d) Sea una casa aceptada por todas las personas del
Sector, de modo que puedan ir libremente y a gusto.
e) Colocar en lugar visible el letrero de la Casa Misión.
5. Quinto Paso: Selección de los Misioneros.
Cada Párroco deberá seleccionar sus Misioneros para la
Misión quien los presentará a la Comisión Zonal y Arquidiocesana a través de una ficha firmada por él mismo.
Para la Misión Continental necesitamos tres clases de
misioneros: a) Misioneros Visitantes: son aquellos que van de una Zona
o Parroquia a otra Parroquia a colaborar con el anuncio del
Kerigma y el Retiro Kerigmático. Ofrecen esos días enteros o
las tardes y las noches del tiempo de la Misión. Su tarea
termina al concluir esos dos momentos de la Misión.
81
b) Misioneros Parroquiales: son aquellos misioneros que
pertenecen a la misma Parroquia y realizan la Misión dentro de la misma parroquia desarrollando todas las partes de la Primera
Etapa: convocatoria, anuncio del Kerigma, Retiro Kerigmático,
Catequesis Kerigmática, inicio de la Comunidad y seguimiento
de las Etapas. Los Misioneros Parroquiales junto con su Párroco
realizan nuevas tandas de la Primera etapa cada año o cada
seis meses.
c) Los Misioneros Anfitriones: son aquellos misioneros que
como Juan Bautista preparan el camino del Señor invitando a
las personas a la Misión, realizando diferentes actividades
dentro de las Áreas de logística, de espiritualidad y liturgia, de animación, de comunicación, de la Misión. Estarán atentos a
todo lo que se necesita para que el camino esté bien dispuesto
para que el Señor realice su obra.
Para la elección de los misioneros es importante tener en cuenta las siguientes condiciones:
Sean personas que amen a Dios y tengan deseos de
servirle. Sean personas de oración y eucarísticas.
Que amen su Iglesia Católica y estén convencidos de su enseñanza.
Que amen a la gente, las sepan acoger y comprender.
Estén dispuestos a capacitarse para realizar su misión y
tengan el tiempo para hacerlo. Sean aceptados por el Sector donde viven por su buena
conducta y rectitud moral.
Gocen de buena salud física y psicológica.
Sepan trabajar en equipos con otros.
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Estén dispuestos a ir sin condiciones donde quiera y
con quien sea.
Puedan participar en las reuniones de coordinación y evaluación de la Misión.
Tengan capacidad para la tarea que se le asigne.
Sean capaces de vencer el miedo a las dificultades del
momento actual. Estar dispuestos a realizar la Misión ―con el estilo
adecuado, con las actitudes del Maestro‖ y así ―dar un
testimonio de proximidad que entraña cercanía
afectuosa, escucha, humildad, solidaridad, compasión, diálogo, reconciliación, compromiso con la justicia social
y capacidad de compartir, como Jesús lo hizo‖ (DA 363).
Para más detalles véase lo que se dice sobre los
Misioneros.
6. Sexto Paso: Elaboración del Calendario
Arquidiocesano/ Diocesano, Zonal y Parroquial de la
Misión y de todo el Plan Pastoral.
7. Séptimo Paso: Crear un ambiente propicio para este
anuncio casa por casa.
Este ambiente propicio que prepara los corazones para
recibir el mensaje tiene que ser creado en primer lugar entre los que participan activamente en la Parroquia o se hacen
presentes en las celebraciones litúrgicas.
Toda la Parroquia está llamada a vibrar y a
responsabilizarse con esta obra del Señor. Para lograrlo todos deben estar informados, tenidos en cuenta y entusiasmados
para la acción misionera que se planea realizar.
El Consejo Parroquial, el Equipo Parroquial de Animación
Pastoral (EPAP), los consejos sectoriales, los consejos
comunitarios, las comunidades eclesiales, los movimientos
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apostólicos, las diferentes instituciones y grupos de servicio
parroquiales serán los protagonistas principales de esta
campaña misionera.
En segundo lugar, crear este ambiente propicio en todo
el territorio parroquial preparando así los corazones para este
encuentro con el Señor. Muchas son las formas y posibilidades. Aquí proponemos algunas:
- afiches colocados en lugares estratégicos;
- cruzacalles, distribución de cartas a las familias;
- una guaguita anunciadora dando noticia de estas visitas; - preparación de franelas con el lema general de esta actividad
misionera;
- adhesivos con el lema; - una procesión o marcha por las calles;
- llamadas telefónicas; etc.
8. Octavo Paso: Organizar una campaña intensa de
oración en toda la parroquia, sectores y comunidades.
Todos estamos claros que la obra evangelizadora es
obra del Señor por la acción del Espíritu Santo. Somos sus co-laboradores inmediatos y visibles, pero El es protagonista y el
dueño de todo lo que hagamos.
Entonces, es necesario que tanto los misioneros como
todos los que participan activamente en la Parroquia
emprendan una campaña intensa de oración invocando el Espíritu Santo, de modo que vaya preparando los corazones de
las familias que visitaremos y que ponga palabras de vida
eterna en los que anunciarán el Kerigma.
Una ayuda práctica es distribuir la oración escrita con el compromiso de ser rezada tres veces al día por todos los
feligreses. También se puede organizar una cadena de oración
por teléfono; grupos de adoración ante Jesús Eucaristía
presente en el Sagrario; rezo del Rosario con esta intención;
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oración de familias; penitencias o peregrinaciones por la
aceptación del mensaje de parte de los visitados; los Vía Crucis,
etc.
9. Noveno Paso: Seguimiento y supervisión de todos los
procesos de la Misión integrados en cuatro etapas tal
como lo ha aprobado la Conferencia del Episcopado Dominicano.
II- Responsabilidades de las personas
que intervienen dentro de la Misión Continental
1. El Arzobispo o el Obispo:
El Señor ha edificado
su Iglesia sobre el cimiento de los apóstoles, cuya
misión continúa en el
ministerio de los Obispos en
cada Iglesia Local. Son los
Obispos quienes se han comprometido a realizar
esta Misión Continental
animados y urgidos por el
Espíritu Santo. Son ellos los primeros responsables de la Misión de Jesucristo en su propia
Diócesis y como dice el Concilio Vaticano II, de ellos depende,
en cierto grado, la santidad y la salvación de sus fieles.
Esto es tan así que el Plan de Pastoral y la Misión Continental como parte de ella funcionará en la medida que el
Arzobispo o el Obispo con sus presbíteros, con sus diáconos,
con los consagrados y consagradas, con sus laicos y laicas
comprometidos esté a la cabeza y coordine todo lo relativo a la
Misión.
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Veamos entonces sus funciones antes, durante y después de
esta Primera Etapa.
ANTES: a) Crea la Comisión Arquidiocesana o Diocesana de la MISION
CONTINENTAL.
b) Nombra los integrantes de la Comisión.
c) Nombra el Equipo coordinador. d) Convoca a los sacerdotes, diáconos, personas de vida consagrada,
laicos comprometidos y a todo el Pueblo de Dios a la Misión a través
de circulares y de todos los medios a su alcance. e) Orienta, define y aprueba todo lo relativo a la Misión: fechas,
modalidades, acciones de las Comisiones.
f) Preside las Reuniones de la Comisión. g) Presenta la Misión Continental, junto con la Comisión Diocesana,
a su presbiterio, a los diáconos, a la vida consagrada, Comisiones
Diocesanas, Movimientos y Comunidades, Instituciones eclesiales. h) Promueve la Misión en todas las actividades y visitas que realiza.
i) Recibe los informes de la Comisión Diocesana y de sus áreas.
j) Comunica a través de los Medios de Comunicación este Proyecto
de la Misión Continental a toda la sociedad. k) Crea las Comisiones de las Misiones Específicas.
DURANTE: a) Preside el Envío de los Misioneros.
b) Visita las Parroquias o grupos en Misión.
c) Anima a través de los Medios de Comunicación Social. d) Da seguimiento a la Comisión Diocesana durante la Misión.
e) Preside la clausura de la Primera Etapa.
f) Preside los actos arquidiocesanos/diocesanos de las Misiones Específicas.
DESPUES: a) Recibe y analiza los informes de la Misión Parroquial y de la
Misión Específica.
b) Evalúa con la Comisión Diocesana las tareas realizadas.
86
c) Felicita, orienta y anima al seguimiento de las Parroquias y grupos específicos.
d) Convoca a la Segunda Etapa.
2. El Vicario Zonal y el Arcipreste:
Nuestras Arquidiócesis y Diócesis, dada la extensión y el gran número de habitantes que tienen, se integran en Zonas
Pastorales para una mayor atención y cercanía de las personas
y comunidades. Para coordinar y animar cada Zona Pastoral el
Obispo nombra un sacerdote. En la Arquidiócesis de Santo Domingo este sacerdote recibe el título de Arcipreste y en las
otras Diócesis el de Vicario Zonal.
A nivel de la Misión el Vicario Zonal/ el Arcipreste asume las
siguientes funciones:
ANTES: a) Crea la Comisión Zonal de la MISION CONTINENTAL.
b) Nombra los integrantes de la Comisión.
c) Nombra el Equipo coordinador.
d) Convoca a los sacerdotes, diáconos, personas de vida consagrada, laicos comprometidos y a todo el Pueblo de Dios de la Zona a la
Misión.
e) Organiza todo lo relativo a la Misión de acuerdo a lo aprobado por el Obispo: fechas, modalidades, acciones de las Comisiones.
f) Preside las Reuniones de la Comisión Zonal.
g) Presenta la Misión Continental, junto con la Comisión Zonal, a los presbíteros, a los diáconos, a la vida consagrada, Comisiones Zonales,
Movimientos y Comunidades, Instituciones eclesiales presentes en la
Zona. h) Promueve la Misión en todas las actividades y visitas que realiza.
i) Recibe los informes de la Comisión Zonal y de sus áreas.
j) Crea a nivel Zonal las Comisiones de las Misiones Específicas.
DURANTE:
a) Participa en el Envío de los Misioneros.
87
b) Visita las Parroquias o grupos en Misión. c) Anima a través de los Medios de Comunicación Social.
d) Da seguimiento a la Comisión Zonal durante la Misión.
e) Participa en la clausura de la Primera Etapa. f) Preside los actos arquidiocesanos/diocesanos de las Misiones
Específicas.
DESPUES:
a) Recibe y analiza los informes de la Misión Parroquial y de la
Misión Específica. b) Evalúa con la Comisión Zonal las tareas realizadas.
c) Envía un informe escrito al Arzobispo o al Obispo sobre la Misión
en su Zona. d) Participa en la evaluación arquidiocesana.
e) Felicita, orienta y anima al seguimiento de las Parroquias y grupos
específicos.
f) Convoca a la Segunda Etapa en su Zona.
3. El Párroco:
La Iglesia local está integrada, también, en
comunidades de fieles más pequeñas llamadas parroquias,
cuyo pastor propio es el Párroco, elegido y nombrado por el
Obispo como delegado suyo. Es el primer responsable de la Misión en su territorio parroquial y de él dependerá en mucho la
marcha de la Misión.
Como indica el Documento de Aparecida, los presbíteros
como misioneros están ―movidos por la caridad pastoral: que los lleve a cuidar del rebaño a ellos confiados y a buscar a los
más alejados predicando la Palabra de Dios, siempre en
profunda comunión con su Obispo, los presbíteros, diáconos,
religiosos, religiosas y laicos‖ (DA 199). A nivel de la Misión el Vicario Zonal y el Arcipreste asume las
siguientes funciones:
ANTES:
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a) Crea la Comisión Parroquial de la MISION CONTINENTAL. b) Nombra los integrantes de la Comisión.
c) Nombra el Equipo coordinador.
d) Convoca a los sacerdotes, diáconos, personas de vida consagrada, laicos comprometidos y a todo el Pueblo de Dios de la Parroquia la
Misión.
e) Selecciona los mensajeros. f) Estudia y hace suyos todos los componentes de la Misión
Continental.
g) Organiza todo lo relativo a la Misión de acuerdo a lo aprobado por el Obispo: fechas, modalidades, acciones de las Comisiones.
h) Preside las Reuniones de la Comisión Parroquial.
i) Presenta la Misión Continental, junto con la Comisión Parroquial, a los diáconos, a la vida consagrada, Comisiones Parroquiales,
Movimientos y Comunidades, Instituciones eclesiales presentes en la
Zona.
j) Promueve la Misión en todas las actividades que realiza. k) Recibe los informes de la Comisión Parroquial y de sus áreas.
l) Crea a nivel Parroquial las Comisiones de las Misiones Específicas y
les da seguimiento.
DURANTE:
a) Recibe a los Misioneros. b) Visita los Sectores en Misión.
c) Da seguimiento a la Comisión Parroquial durante la Misión.
d) Coordina el Retiro Kerigmático, catequesis kerigmáticas e inicio de la segunda etapa.
e) Preside y coordina los actos parroquiales de las Misiones
Específicas.
DESPUES:
a) Recibe y analiza los informes de la Misión Parroquial y de la
Misión Específica. b) Evalúa con la Comisión Zonal las tareas realizadas.
c) Envía un informe escrito al Arzobispo o al Obispo sobre la Misión
en su Zona.
d) Participa en la evaluación arquidiocesana.
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e) Felicita, orienta y anima al seguimiento de las Parroquias y grupos específicos.
f) Convoca a la Segunda Etapa en su Zona.
4. Los Misioneros:
Los misioneros y misioneras son los protagonistas de la Misión Continental y son los obispos, presbíteros,
diáconos permanentes, consagrados y consagradas, laicos y
laicas seguros de que ―nosotros somos ahora, en América
Latina y El Caribe, sus discípulos y discípulas, llamados a navegar mar adentro para una pesca abundante‖ (DA 363).
Como ya explicamos los Misioneros se pueden clasificar
en tres categorías: misioneros visitantes, misioneros
parroquiales y misioneros anfitriones.
a) Las funciones de los Misioneros visitantes son:
ANTES: a) Disponer su mente y su corazón para la Misión Continental a través de la oración.
b) Participar en los dos momentos de formación.
c) Estudiar y rezar los temas de la Misión y del Retiro Kerigmatico.
d) Orar por las personas, parroquias y sectores que el Señor les encomendará misionar.
DURANTE: a) Llegar a tiempo a todas las actividades de la Misión.
b) Trabajar junto con el Párroco y los Misioneros Parroquiales en el
desarrollo de la Misión. c) Mantenerse en oración por el éxito de la Misión.
d) Hacer las Visitas en la tarde.
e) Hacer el anuncio del Kerigma por las noches.
f) Participar en la evaluación de cada día.
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g) Acoger con amor a todos los del Sector y de la Parroquia donde le corresponda.
h) Participar en el Retiro Kerigmático si el Párroco lo solicita.
DESPUES:
a) Participar en la Evaluación Zonal.
b) Entregar un informe escrito de su experiencia misionera. c) Seguir su formación misionera en la Escuela Zonal o Parroquial de
Formación.
b) Las funciones de los Misioneros Parroquiales son:
ANTES: a) Disponer su mente y su corazón para la Misión Continental a través de la oración.
b) Participar en los dos momentos de formación.
c) Estudiar y rezar los temas de la Misión y del Retiro Kerigmatico. d) Orar por las personas y sectores que el Señor les encomendará
misionar.
e) Participar en la convocatoria parroquial por los Sectores.
DURANTE:
a) Llegar a tiempo a todas las actividades de la Misión.
b) Trabajar junto con el Párroco y los Misioneros Visitantes en el desarrollo de la Misión.
c) Mantenerse en oración por el éxito de la Misión.
d) Hacer las Visitas en la tarde. e) Hacer el anuncio del Kerigma por las noches.
f) Participar en la evaluación de cada día.
g) Acoger con amor a todos los del Sector y de la Parroquia donde le corresponda.
h) Participar en el Retiro Kerigmático.
i) Dar seguimiento a las comunidades que surjan del Retiro Kerigmático.
j) Dar seguimiento a las Catequesis Kerigmáticas.
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k) Dar seguimiento a las otras etapas del proceso de iniciación cristiana.
DESPUES: a) Participar en la Evaluación Zonal y Parroquial.
b) Entregar un informe escrito de su experiencia misionera.
c) Seguir su formación misionera en la Escuela Zonal o Parroquial de Formación.
d) Dar seguimiento a las comunidades y a su formación.
c) Las funciones de los Misioneros anfitriones son:
ANTES: a) Disponer su mente y su corazón para la Misión Continental a través de la oración.
b) Participar en los dos momentos de formación.
c) Orar por las personas y sectores que el Señor les encomendará misionar.
d) Participar en la convocatoria parroquial por los Sectores.
e) Integrarse a uno de los Equipos de las Áreas de la Misión.
f) Ocuparse de todo lo relativo a la Misión: lugar, sonido, alimentación misioneros, convocatoria, etc.
DURANTE: a) Llegar a tiempo a todas las actividades de la Misión.
b) Acompañar a los Misioneros en el desarrollo de la Misión.
c) Mantenerse en oración por el éxito de la Misión. d) Hacer las Visitas en la tarde con los Misioneros.
e) Participar y ayudar en el anuncio del Kerigma por las noches.
f) Participar en la evaluación de cada día. g) Acoger con amor a todos los del Sector y de la Parroquia donde le
corresponda.
h) Participar y ayudar en el Retiro Kerigmático.
DESPUES:
a) Participar en la Evaluación Zonal y Parroquial.
92
b) Entregar un informe escrito de su experiencia misionera. c) Seguir su formación misionera en la Escuela Zonal o Parroquial de
Formación.
5. Los animadores musicales:
Los animadores musicales son los que motivan con sus
canciones y dinámicas el tiempo de la proclamación del
Kerigma y otros momentos de la Misión Intensiva en cada Sector y Parroquia.
Nuestra gente se entusiasma mucho con los cantos y el
ritmo, por lo que es necesario que pongamos música a nuestra
evangelización.
Sus funciones son:
ANTES: a) Disponer su mente y su corazón para la Misión Continental a
través de la oración. b) Participar en los dos momentos de formación.
c) Estudiar y rezar los temas de la Misión y del Retiro Kerigmático
para elegir las canciones adecuadas. d) Orar por las personas y sectores que el Señor les encomendará
misionar.
e) Ensayar bien las canciones y dinámicas.
f) Ponerse de acuerdo con el Equipo de Animación de la Misión para los detalles de la animación.
g) Preparar hojas con las canciones.
DURANTE:
a) Llegar a tiempo a todas las actividades de la Misión.
b) Combinar con los Misioneros y anfitriones los momentos de animación.
c) Mantenerse en oración por el éxito de la Misión.
93
d) Ensayar con la gente los cantos. e) Participar en la evaluación de cada día.
f) Participar en la animación del Retiro Kerigmático.
DESPUES:
a) Participar en la Evaluación Zonal y Parroquial.
b) Entregar un informe escrito de su experiencia misionera.
c) Formar Coros en los Sectores.
III- Funciones de las Comisiones
y Equipos de la Misión Continental
1. Comisión Arquidiocesana/Diocesana de la Misión Continental.
La función principal de esta Comisión es organizar,
animar y coordinar junto con el Arzobispo o el Obispo la Misión
Continental en su Arquidiócesis/Diócesis. Está compuesta por el Arzobispo/Obispo que la preside, el Vicario de Pastoral, los
Vicarios Episcopales, los Vicarios Zonales/ Arciprestes, 1 laico,
un diácono, una consagrada o consagrado por cada Zona y un
delegado de cada Movimiento o Comunidad de mayor presencia en la Iglesia Particular.
Aunque parezca numerosa es muy importante que sea
así para involucrar todas las fuerzas vivas de la Diócesis y que
todos se sientan vinculados directamente. Analicemos ahora
sus funciones antes, durante y después.
ANTES: a) Sirve al Arzobispo/Obispo en la organización de La Misión
Continental.
b) Asume la animación y coordinación de la Misión Continental en la
Iglesia local.
c) Integra las diferentes Áreas y Equipos de Apoyo como son n AREA DE FORMACION DE MISIONEROS, AREA DE LOGISTICA,
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AREA DE MISIONEROS, AREA DE ESPIRITUALIDAD, AREA DE
COMUNICACIÓN, AREA DE REDACCION, AREA DE LA PRIMERA ETAPA, AREA DE LAS ETAPAS DE INICIACION CRISTIANA,
AREA DE FINANZAS.
d) Organiza las diferentes actividades de la MISION CONTINENTAL. e) Apoya, anima y da seguimiento a las Comisiones Zonales y
Parroquiales de la Misión Continental
f) Y sus diferentes áreas.
g) Facilita la formación de los misioneros. h) Da seguimiento a las diferentes actividades de cada Área.
i) Prepara los eventos diocesanos de la Misión.
j) Anima las Comisiones de las Misiones Específicas.
DURANTE:
a) Visitas de animación y seguimiento a las Parroquias que estén misionando.
b) Participa en las diferentes actividades generales de la Misión:
Envío, Clausura de la Etapa. c) Apoya a las Parroquias en los Retiros Kerigmáticos.
d) Supervisa el momento de las catequesis kerigmáticas.
DESPUES:
a) Evalúa junto al Obispo las diferentes actividades de la Misión.
b) Realiza los correctivos necesarios para las otras tandas de la
Misión. c) Recibe los informes de cada Área.
d) Programa la tanda siguiente.
2. Equipo Coordinador Arquidiocesano/Diocesano de la
Misión Continental. Este Equipo elegido por el Arzobispo o el Obispo es el
Equipo Ejecutivo de la Comisión Arquidiocesana/Diocesana de
Pastoral, quien trabajará muy de cerca con el Arzobispo o el
Obispo. Está formado por el Vicario de Pastoral, Director Diocesano de la Misión, la Secretaria de la Misión, un
representante de cada área de la Misión Continental.
95
Sus funciones son:
ANTES: a) Da seguimiento a los acuerdos tomados en la Comisión Central
para la preparación de la Misión.
b) Elabora las agendas de las reuniones de acuerdo con el Arzobispo
o el Obispo. c) Lleva los archivos de la Misión.
d) Crea una base de datos de los misioneros, estadísticas de la
Misión y de sus tandas. e) Coordina y anima las diferentes áreas en su trabajo ordinario.
f) Supervisa las diferentes actividades de las áreas y comisiones
zonales y parroquiales. en la fase de preparación.
g) Lleva el control de las diferentes actividades de preparación.
h) Prepara los eventos diocesanos de la Misión.
DURANTE:
a) Coordina los eventos arquidiocesanos/diocesanos.
b) Da seguimiento a la Misión en las Zonas, en las Parroquias y en las Misiones Específicas.
c) Supervisa los Retiros Kerigmáticos, las catequesis kerigmáticos y
la convivencia.
DESPUES:
a) Evalúa junto al Obispo y la Comisión Central las diferentes actividades de la Misión.
b) Archiva los informes de cada Área.
c) Coordina los correctivos necesarios para las otras tandas.
d) Coordina la tanda siguiente y las otras etapas.
3. Comisión Zonal de la Misión Continental.
96
La función principal de esta Comisión es organizar,
animar y coordinar junto con el Vicario Zonal o del Arcipreste la
Misión Continental en su Arquidiócesis/Diócesis. Está compuesta por el Vicario Zonal o Arcipreste que la preside, los
Párrocos, 1 laico, un diácono, una consagrada o consagrado por
cada Parroquia y un delegado de cada Movimiento o
Comunidad de mayor presencia en la Zona.
Analicemos ahora sus funciones antes, durante y después.
ANTES: a) Sirve al Vicario Zonal o Arcipreste en la organización de la Misión
Continental en la Zona. b) Asume la animación y coordinación de la Misión Continental en la
Zona.
c) Integra las diferentes Áreas y Equipos de Apoyo como son n AREA DE FORMACION DE MISIONEROS, AREA DE LOGISTICA, AREA
DE MISIONEROS, AREA DE ESPIRITUALIDAD, AREA DE
COMUNICACIÓN, AREA DE REDACCION, AREA DE LA PRIMERA ETAPA, AREA DE LAS ETAPAS DE INICIACION CRISTIANA, AREA DE
FINANZAS.
d) Organiza las diferentes actividades de la MISION CONTINENTAL en la Zona.
e) Apoya, anima y da seguimiento a las Comisiones Parroquiales de la
Misión Continental
f) Y sus diferentes áreas. g) Facilita la formación de los misioneros.
h) Da seguimiento a las diferentes actividades de cada Área en la
Zona Pastoral. i) Anima las Comisiones de las Misiones Específicas.
DURANTE: a) Visitas de animación y seguimiento a las Parroquias que estén
misionando.
b) Participa en las diferentes actividades generales de la Misión:
Envío, Clausura de la Etapa.
97
c) Apoya a las Parroquias en los Retiros Kerigmáticos. d) Supervisa el momento de las catequesis kerigmáticas.
e) Da seguimiento a las Misiones Específicas.
DESPUES:
a) Evalúa junto al Vicario Zonal o Arcipreste las diferentes actividades
de la Misión. b) Realiza los correctivos necesarios para las otras tandas de la
Misión.
c) Recibe los informes de cada Área.
d) Programa la tanda siguiente.
4. Equipo Coordinador Zonal de la Misión Continental.
Este Equipo elegido por el Arcipreste es el Equipo Ejecutivo de la Comisión Zonal, quien trabajará muy de cerca
con el Arcipreste o Vicario Zonal. Está formado por el Vicario
Zonal o el Arcipreste, la Secretaria de la Misión, un represente
zonal de cada área de la Misión Continental.
Sus funciones son:
ANTES: a) Da seguimiento a los acuerdos tomados en la Comisión Zonal para
la preparación de la Misión. b) Elabora las agendas de las reuniones de acuerdo con el Arcipreste
o Vicario Zonal.
c) Lleva los archivos de la Misión. d) Crea una base de datos de los misioneros, estadísticas de la
Misión y de sus tandas.
e) Coordina y anima las diferentes áreas en su trabajo ordinario. f) Supervisa las diferentes actividades de las áreas y comisiones
parroquiales y de misiones específicas en la fase de preparación.
g) Lleva el control de las diferentes actividades de preparación.
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h) Prepara los eventos zonales de la Misión.
DURANTE:
a) Coordina los eventos zonales. b) Da seguimiento a la Misión en las Parroquias y en las Misiones
Específicas.
c) Supervisa los Retiros Kerigmáticos, las catequesis kerigmáticos y la convivencia.
DESPUES: a) Evalúa las diferentes actividades de la Misión.
b) Archiva los informes de cada Área.
c) Coordina los correctivos necesarios para las otras tandas.
d) Coordina la tanda siguiente y las otras etapas.
5. Comisión Parroquial de la Misión Continental.
La función principal de esta Comisión es organizar,
animar y coordinar junto con el Párroco la Misión Continental en
su Parroquia. Está compuesta por el Párroco que la preside, el Vicario Parroquial si lo hay, diáconos si lo hay, un laico o una
laica por sector, un diácono, una consagrada o consagrado por
cada comunidad que viva en la Parroquia y un delegado de
cada Movimiento o Comunidad de mayor presencia en la Zona,
el Equipo Parroquial de Animación Pastoral..
Analicemos ahora sus funciones antes, durante y después.
ANTES: a) Sirve al Párroco en la organización de la Misión Continental en la
Parroquia. b) Asume la animación y coordinación de la Misión Continental en la
Parroquia.
c) Integra las diferentes Áreas y Equipos de Apoyo como son AREA DE FORMACION DE MISIONEROS, AREA DE LOGISTICA, AREA DE
MISIONEROS, AREA DE ESPIRITUALIDAD, AREA DE COMUNICACIÓN,
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AREA DE REDACCION, AREA DE LA PRIMERA ETAPA, AREA DE LAS
ETAPAS DE INICIACION CRISTIANA, AREA DE FINANZAS. d) Organiza las diferentes actividades de la MISION CONTINENTAL en
la Parroquia: envío, clausura, retiro, inicio de comunidades, etapas de
seguimiento. e) Apoya, anima y da seguimiento a los Equipos de Coordinación de
los Sectores y las diferentes áreas de la Misión.
f) Facilita la formación de los misioneros.
g) Da seguimiento a las diferentes actividades de cada Área en la Parroquia.
h) Anima las Comisiones de las Misiones Específicas.
DURANTE:
a) Visitas de animación y seguimiento a los Sectores que estén
misionando. b) Participa en las diferentes actividades generales de la Misión:
Envío, Clausura de la Etapa.
c) Coordina y anima los Retiros Kerigmáticos. d) Supervisa el momento de las catequesis kerigmáticas.
e) Organiza la Convivencia final de la Primera etapa.
DESPUES:
a) Evalúa junto al Vicario Zonal o Arcipreste las diferentes actividades
de la Misión.
b) Realiza los correctivos necesarios para las otras tandas de la Misión.
c) Recibe los informes de cada Área. Programa la tanda siguiente.
d) Da seguimiento a cada comunidad en cada una de sus etapas,
según el itinerario de cada etapa.
6. Equipo Coordinador Parroquial.
ANTES: a) Da seguimiento a los acuerdos tomados en la Comisión Parroquial
para la preparación de la Misión.
b) Elabora las agendas de las reuniones de acuerdo con el Párroco.
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c) Lleva los archivos de la Misión. d) Crea una base de datos de los misioneros, estadísticas de la
Misión y de sus tandas.
e) Coordina y anima las diferentes áreas en su trabajo ordinario. f) Supervisa las diferentes actividades de las áreas y comisiones
parroquiales y de misiones específicas en la fase de preparación.
g) Lleva el control de las diferentes actividades de preparación. h) Prepara los eventos zonales de la Misión.
DURANTE: a) Coordina los eventos zonales.
b) Da seguimiento a la Misión en las Parroquias y en las Misiones
Específicas. c) Supervisa los Retiros Kerigmáticos, las catequesis kerigmáticos y
la convivencia.
DESPUES: a) Coordina con el Párroco las diferentes actividades de la Misión.
b) Archiva los informes de cada Área.
c) Coordina los correctivos necesarios para las otras tandas.
d) Coordina la tanda siguiente y las otras etapas.
7. Área de Formación de los Misioneros.
En la misión es de gran importancia la formación de los
misioneros que serán junto con el Espíritu Santo los
protagonistas de la Misión directamente en las Comunidades. De ahí, que la formación de estos Misioneros es muy necesaria
si queremos lograr los objetivos propuestos en la Misión.
La formación de los misioneros para la primera etapa incluye dos momentos de formación que son:
A. La Primera formación que está integrada en tres
partes:
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Primera Parte: ―Como el Padre me envió así los envío
yo‖ en el que se descubre la Misión de dentro de la
misma y única Misión de Cristo y de su Iglesia y se detalla la Misión Continental en sus diferentes
componentes.
Segunda Parte: ―Preparen el camino del Señor‖ que es una explicación de la organización propia de la Misión
Continental.
(poner nuevo orden)
B. La Segunda Formación incluye:
Tercera Parte: “De esto somos testigos: Dios ha
hecho Señor y Cristo a este Jesús Crucificado, resucitándolo de entre los muertos” (cfr Hch
2,32.36). Se trata del Kerygma, de su significado,
objetivos y se entrena en la metodología de la
proclamación del Kerigma por las casas y en las Casas
Misión y otros lugares a nivel general
Cuarta Parte: “Permanezcan en mi amor” (Jn 15,9)
en la que se estudia la Iniciación Cristiana, las
comunidades cristianas, la metodología de formación de comunidades y las catequesis kerigmáticas.
C. La Formación para la Segunda Etapa, Tercera y Cuarta
Etapa que se continuarán según el proceso. Los encargados de esta Área tendrán las siguientes funciones:
ANTES DE LA MISION: a) Forma el Equipo Arquidiocesano, Zonal y Parroquial de Formadores
de Misioneros.
b) Recibe la capacitación para la formación de Misioneros.
102
c) Organiza los dos momentos de formación a nivel diocesano, zonal y parroquial.
d) Reparte y prepara los temas para la formación.
e) Determina los recursos didácticos necesarios, dinámicas, equipos. f) Establece los horarios de los temas.
g) Adquiere los materiales de formación de los misioneros.
h) Facilita la formación específica a los misioneros anfitriones. i) Facilita la formación específica a los misioneros anfitriones en las
Parroquias y Sectores.
j) Prepara a los misioneros de la Parroquia que darán seguimiento a la Misión.
k) Elabora un banco de datos de los misioneros participantes.
l) Monitoreo de los participantes para asegurar una buena selección.
DURANTE LA MISION:
a) Monitoreo de los misioneros en sus diferentes actividades.
b) Provisión de materiales necesarios en caso de necesidad.
DESPUES DE LA MISION:
a) Participa en la evaluación arquidiocesana, zonal y parroquial. b) Realiza los correctivos necesarios para lograr una mejor formación.
c) Programa la formación de los misioneros parroquiales para el
seguimiento.
d) Continúa la formación de los misioneros para las otras etapas.
8. Área de Logística.
Esta Área de Logística es la que prepara el lugar del
encuentro y todo lo necesario para que todo funcione
adecuadamente. Se encarga de la decoración, de las sillas, sonido, de la acogida, inscripción, orden distribución de
materiales, comida o meriendas, de las mesas.
Las funciones del Área de Logística vale tanto para las
actividades arquidiocesanas, zonales y parroquiales. ENCARGAD0/A :
1.- ANTES:
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- Hacer inventario de lo que hay y de lo que hace falta para la Misión
- Preparar sonido, local, sillas, mesas, lugares de ventas, tarima,
planta, carpas, mesas. - Hacer la decoración del local con frases, símbolos, flores,
- Organizar la acogida de los participantes.
- Organizar el Equipo de Orden. - Establecer las reglas de orden, parqueo, distribución de
materiales, acomodación de personas y equipos de trabajo.
- Organizar el transporte de los misioneros. - Organizar la inscripción de participantes.
- Organizar la alimentación de los misioneros, lugar de
descanso. - Hacer presupuesto de la logística.
2.- DURANTE: - Control del sonido, sillas, mesas, lugares de ventas,
acomodación de personas, distribución de materiales, parqueo.
- Distribución del personal de logística. - Inscripción de participantes.
- Acogida y acomodación de participantes y equipo de trabajo.
- Cumplimiento del horario (inicio, receso, entrada y salida) - Transportación de Misioneros.
- Limpieza y decoración en cada día.
3.- DESPUES: - Recoger materiales, organizar la limpieza del local,
- Dar un informe a la Comisión Parroquial, Zonal,
Arquidiocesana. - Entregar facturas y reporte de gastos a Finanzas.
- Participar de la evaluación.
9. Área de los Misioneros.
En la Misión como ya hemos dicho los misioneros son la
pieza clave. De ahí que es necesario que haya un área dispuesta para ellos, que tenga en cuenta su elección, su
capacitación, su espiritualidad, su situación humana y familiar y
104
le dé seguimiento después de la Misión Intensiva para que
sigan dando al Señor lo mejor de sí. Los Misioneros pueden ser
sacerdotes, diáconos, personas de vida consagrada, laicos y laicas.
Recordemos que el criterio acordado es que el Párroco
es quien selecciona los Misioneros. Sólo se pueden aprobar
como Misioneros aquellos que presenten su ficha firmada por el Párroco. Hay muchas personas con buena voluntad, pero que
no reúnen las condiciones para ser misioneros. Eso sólo lo sabe
el Párroco y su Comisión de la Misión. Es su responsabilidad
hacer una buena y verdadera selección.
Esta Área de Atención a los Misioneros tiene las
siguientes funciones:
ENCARGAD0/A :
1.- ANTES:
- Selección de los misioneros en las Zonas y Parroquias.
- Inscripción de los misioneros con las fichas adecuadas. - Listado de los misioneros parroquiales y anfitriones.
- Envío a los diferentes momentos de formación.
- Elaboración de una base de datos de los misioneros. - Coordinar los Misioneros Parroquiales, Visitantes y los
Misioneros Anfitriones.
- Informar a la Zona los Misioneros visitantes que se necesitan. - Distribución de los Misioneros en las Parroquias.
- A nivel de Zona preparar listado y selección de misioneros a
ser enviados a otras Parroquias. - Organizar la visita de los Misioneros Parroquiales con la Carta
del Párroco.
- Elabora presupuesto de su Área para presentarlos a Finanzas.
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2.- DURANTE: - Distribución de los Misioneros en los Sectores.
- Acogida de los misioneros visitantes.
- Visitas a los sectores para animar los misioneros. - Preocupación por la atención brindada a los misioneros en los
sectores.
- Organización de la despedida de los Misioneros. - Coordinar la evaluación de cada día con los Misioneros.
- Organiza momentos de oración con los misioneros.
3.- DESPUES:
- Participación en la Evaluación Parroquial o Zonal o
Arquidiocesana. - Reunión de evaluación con los Misioneros Parroquiales y
Anfitriones.
- Redacción de un informe sobre los Misioneros. - Carta de felicitación y gratitud a los misioneros.
10. Área de Espiritualidad y Liturgia.
La función de esta Área es cuidar de la espiritualidad y
de la liturgia dentro de esta experiencia de la Misión
Continental, de modo que Dios sea glorificado y el pueblo santificado a la vez que los misioneros son fortalecidos en su
tarea.
A este Equipo le corresponde preparar los momentos de
oración y las Celebraciones Litúrgicas que se realicen durante la Misión, teniendo en cuenta los diferentes elementos como son:
la Palabra a proclamar, los cantos, el lugar, la decoración, las
oraciones, los ornamentos, las ofrendas, la colecta, el sonido, la
visibilidad y las diferentes personas que deben servir:
celebrante que preside, ministros del altar, diácono, lectores, monitores, presentadores de ofrendas, cantores, colectores,
ministros de la comunión, personas de la acogida, del orden,
maestro de ceremonia y otros servicios.
ENCARGADA/O
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1.- ANTES DE LA MISION: - Contactar a las Casas de Oración, monasterios de Clausura,
Movimientos de Espiritualidad para que intercedan por la
actividad. - Contactar programas de oración en Radio y TV para que
intercedan por la actividad.
- Preparar una amplia campaña de oración por la Misión en la Arquidiócesis, en las Zonas y en las Parroquias: equipos de
adoradores, equipos de oración,
- Preparar las celebraciones litúrgicas de la Misión a nivel arquidiocesano o zonal o parroquial.
- Elegir las personas que tendrán algún servicio en las
celebraciones litúrgicas y en los momentos de oración. - Hacer una agenda de cada Celebración.
2.- DURANTE LA MISION: - Coordina con el Equipo de Formación la celebración del Día de
Envío con el tema de la Espiritualidad del Misionero, el Acto
Penitencial y la Eucaristía. - Colaborar con los momentos de oración según se le pida o
dirigir esos momentos.
- Realiza actos de oración: rosario de la Aurora, adoración. - Tener un grupo de intercesión en la Parroquia.
- Coordinar las diferentes celebraciones litúrgicas durante la
Misión.
- Realiza el Rosario Misionero.
3.- DESPUES DE LA ACTIVIDAD: - Agradecer a los que han colaborado con su oración,
informando sobre la realización de la Misión.
- Dar un informe a la Arquidiócesis o a la Zona o a la Parroquia.
- Participar en la evaluación. - Organizar la Comisión de Oración y Espiritualidad para motivar
a la oración permanente por la Misión y sus etapas.
11. Área de Comunicación.
El Área de Comunicación es muy necesaria para el desarrollo de la Misión
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Continental y de todo el Plan de Pastoral. En la medida que se
comunica y esta comunicación llega clara, concreta, rápida y a
todos las actividades pueden lograr sus objetivos. La comunicación abarca desde las cartas, circulares,
boletines, afiches, cruzacalles, guagüita anunciadora hasta el
uso de los medios radiales, televisivos, teléfono y la red del
Internet. Este Equipo de comunicación involucrará a los que más
pueda en esta red de comunicación y tratará de captar muchos
colaboradores dentro y fuera de la Iglesia.
ENCARGADA/O:
1.- ANTES:
- Crea la Comisión de Comunicación.
- Envía cartas de convocatoria a los diferentes momentos de la Misión.
- Crea una red de comunicadores parroquiales y zonales.
- Realiza una campaña publicitaria a través de afiches, cruzacalles, cuñas radiales, spots televisivos.
- Crea página WEB diocesana.
- Contacto telefónico y correo electrónico con los Vicarios, párrocos, directores de Comisiones, coordinadores de zona del
Equipo Arquidiocesano/Diocesano de Pastoral, miembros de la
Comisión de la Misión, congregaciones religiosas. - Solicitar espacios en la Televisión, radio y prensa escrita.
- Realizar ruedas de prensa para comunicar las actividades.
- Elaborar comunicados de prensa. - Elaborar un boletín.
- Hacer presupuesto para la comunicación.
- Enviar por fax o email, un aviso motivador.
- Aprovechar todas las actividades eclesiales y sociales para promover la Misión.
2.- DURANTE:
- Hacer reportajes con grabadora, fotografías.
- Grabación, fotos. - Hacer crónicas y comunicado de prensa de lo que va
108
aconteciendo. - Dar seguimiento a los misioneros y misionados a través de los
Medios de Comunicación.
- Continuar con la campaña publicitaria.
3.- DESPUES: - Entrega de crónica del evento a la Parroquia, Zona y
Arquidiócesis con fotografías, video, grabación.
- Publicación de una nota a la prensa.
- Lleva archivo de noticias, videos CDs de la actividad. - Participa en la evaluación.
- Agradece a los colaboradores internos y externos.
12. Área de Animación.
La Misión es una comunicación alegre de la Buena Noticia que es Jesucristo que nos convoca a seguirle como sus
discípulos misioneros. Es muy necesario que este anuncio se
exprese en canciones motivadoras, atrayentes y llenas del
contenido de las enseñanzas de Jesucristo así como de dinámicas que muevan a la participación y a que el Evangelio
llegue a lo profundo del ser.
De ahí la importancia del Área de Animación que le
corresponde ponerle música y dinámica a la evangelización.
Esto que vale para cualquier lugar, es necesario en nuestro país que es muy festivo, alegre y dinámico.
Las funciones de esta Área son las siguientes:
ENCARGADO/A:
1.- ANTES:
- Contacta personas y grupos de animación. - Elabora Calendario de su participación.
- Selecciona las canciones y dinámicas a realizar.
- Presentación del programa a los que animan. - En conjunto con logística prepara lo que se necesita para la
animación y supervisar lo que les corresponde.
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- Presenta presupuesto para la animación. - Prepara un Cancionero Misionero.
2.- DURANTE:
- Acoge a las personas y grupos de animación.
- Conducirlas al lugar que le corresponde. - Está atento a lo que necesitan los grupos de animación.
- Prepara refrigerio para el grupo de animación.
- Despedida del grupo de animación.
3.- DESPUES:
- Agradece por escrito al grupo participante. - Hace un informe de su trabajo con evaluación.
- Participa en la evaluación de la Misión.
13. Área de las ETAPAS DE INICIACION CRISTIANA.
Esta Área se encarga del Seguimiento de las Etapas de
Iniciación Cristiana que siguen al tiempo del Kerygma y de los primeros pasos en la Comunidad Cristiana. Estará formada por
el Equipo Arquidiocesano, Zonal y Parroquial de Iniciación
Cristiana.
El Equipo que lo dirigirá se encargará de la organización, supervisión y desarrollo del proceso de iniciación cristiana en
esas etapas que siguen.
ANTES: a) Forma el Equipo Arquidiocesano, Zonal y Parroquial de Iniciación
Cristiana. b) Recibe la capacitación para la Iniciación Cristiana en cada etapa.
c) Organiza los momentos de formación para las etapas de Iniciación
Cristiana a nivel diocesano, zonal y parroquial. d) Reparte y prepara los temas para la formación.
e) Determina los recursos didácticos necesarios, dinámicas, equipos.
f) Establece los horarios de los temas. g) Adquiere los materiales de formación de los misioneros que dan
seguimiento a las Etapas.
h) Elabora un banco de datos de los misioneros de las Etapas.
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i) Monitorea el trabajo de los Equipos Zonales y Parroquiales.
DURANTE:
a) Monitoreo de los misioneros en sus diferentes actividades en cada etapa.
b) Provisión de materiales necesarios en caso de necesidad.
c) Organiza retiros y cursos de actualización con los Equipos. d) Organiza celebraciones con los Equipos y Comunidades.
DESPUES: a) Participa en la evaluación arquidiocesana, zonal y parroquial del
proceso de las Etapas.
b) Realiza los correctivos necesarios para lograr una mejor formación. c) Programa la formación de los misioneros parroquiales para el
seguimiento de acuerdo a las necesidades que se presenten.
d) Informa por escrito al Arzobispo, Arcipreste/Vicario Zonal y al
Párroco sobre la marcha del proceso.
e) Continúa la formación de los misioneros para las otras etapas.
14. Área de Finanzas.
Para poder realizar la Misión Continental se necesitarán
recursos materiales y financieros que le tocará a esta Área diligenciar de diversas maneras tanto a nivel arquidiocesano,
zonal y parroquial. Siempre el Señor tiene en cada comunidad
personas que saben promover actividades para adquirir los
fondos necesarios. Es importante recordar que las obras de
Dios las mantiene el Pueblo de Dios y que los recursos después que se tienen claros los objetivos y se está dispuesto a
lograrlos se buscan los medios para conseguirlos.
ENCARGADO/A:
1.- ANTES:
- Hacer presupuesto de la actividad: entrada y gastos.
- Aprobar el presupuesto de cada Área. - Buscar apoyo para la Misión con actividades concretas.
111
- Hacer campañas pro-fondos materiales y financieros. - Organizar las ventas que se realizarán: Libros, comida,
establecer precios.
- Con logística, combinar lugar de la venta, y lo necesario para las ventas.
- Organizar las colectas en los actos de la Misión: Momento,
personas, fundas o recipientes. - Hacer las compras necesarias para la actividad.
2.- DURANTE: - Supervisar las ventas.
- Colocar las personas de venta en sus respectivos lugares.
- Recibir el dinero de colectas. - Entregar materiales y recursos necesarios en la Misión.
- Llevar el control de entradas y costos.
3.- DESPUES:
- Recibir los informes de gastos de las otras áreas.
- Pagar facturas. - Hacer un informe detallado de entradas, gastos y balance.
- Agradecimiento a donantes y colaboradores.
- Participar en la evaluación.
Dinámica para este Capítulo: Se pueden leer y comentar con todo el grupo los ocho
pasos. Luego los Coordinadores Parroquiales se reúnen con el
Vicario Zonal o el Arcipreste y estudian las funciones de cada
persona y de cada área y analizan cómo se están organizando: lo que tienen y lo que les falta.
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Tercera Parte: “El tiempo se ha cumplido y el Reino de Dios está cerca:
conviértanse y crean en la Buena Nueva” (Mc 1,14-15).
« Les recuerdo el Evangelio que les proclamé... Lo primero que les transmití, como lo había recibido”, fue esto: Que Cristo murió por nuestros pecados, según las Escrituras; que fue sepultado y resucitó al tercer día, según las Escrituras » (1 Co 15, 1-4). “De esto somos testigos: Dios ha hecho Señor y Cristo a
este Jesús Crucificado, resucitándolo de entre los muertos” (cfr Hch 2,32.36).
Primera Etapa de la Misión: El Kerygma
113
Décimo Capítulo
Significado de Kerygma
El Documento de
Aparecida nos insiste que el
proceso de iniciación cristiana se
ha de comenzar con el anuncio
del Kerygma, ya que ―el kerygma no sólo es una etapa, sino el hilo
conductor de un proceso que
culmina en la madurez del
discípulo de Jesucristo. Sin el kerygma, los demás aspectos de
este proceso están condenados a
la esterilidad, sin corazones
verdaderamente convertidos al Señor. Sólo desde el kerygma se
da la posibilidad de una iniciación
cristiana verdadera. Por eso, la
Iglesia ha de tenerlo presente en todas sus acciones‖ (DA 281, a).
Para realizar adecuadamente esta proclamación del
Kerygma es necesario conocer qué significa Kerigma y cuáles
son sus objetivos.
1. Significado de Kerigma.
114
La palabra Kerigma quiere decir en griego PROCLAMAR,
gritar, anunciar con fuerza y alegría alguna noticia o acon-
tecimiento importante. En la Iglesia llamamos Kerigma al primer anuncio del Evangelio, proclamando con alegría y
convencimiento a Jesucristo, muerto, resucitado y glorificado
por el Padre, que lo ha constituido para nosotros Señor y
Salvador. Este anuncio del Kerigma tiene estas características:
es anuncio gozoso, lleno de alegría;
es un anuncio entusiasta, lleno de la unción del Espíritu
Santo; es un anuncio testimonial, es decir, es dar testimonio
de lo que ya se ha experimentado en su propia vida.
Se anuncia no una simple teoría o palabras huecas sino una
experiencia viva. ―Lo que hemos oído, lo que hemos visto con nuestros ojos, lo que contemplamos y tocaron nuestras manos
eso es lo que les anuncio‖ (1 Jn. 1,)
es un anuncio vibrante, que hace estremecer el corazón
del que lo escucha y provoca una respuesta.
es un anuncio valiente, de alguien que lleno del Espíritu Santo ha roto las cadenas de la muerte y se lanza a
proclamar al Señor Resucitado.
En conclusión, el anuncio Kerigma esta lejos de ser un
discurso o sermón ilustrado, una charla, una clase, una catequesis, una doctrina desarrollada ni una reflexión teológica.
2. El Contenido del Kerigma:
En el Kerigma se anuncia una Buena Noticia: que es Jesucristo vivo, su persona misma, su misión del Reino y sus
hechos de salvación que son actuales y eficaces hoy.
Se anuncia el misterio pascual que es el hecho de la sal-
vación lograda en Cristo por su Muerte, su Resurrección y su
Ascensión y su don del Espíritu Santo en Pentecostés.
115
Esta salvación que es liberación de la muerte, del
pecado y de toda opresión, para ser hijos del Padre, hermanos
de todos y hombres de la creación, nos lo ha logrado Cristo a precio de su muerte y a través de su resurrección y nos hace
participar de ella por el Espíritu Santo que El ha derramado en
nuestros corazones.
Este anuncio es precisamente el ANUNCIO DE LA BUENA NUEVA del Reino de Dios.
El modelo del Kerigma lo encontramos en el Kerigma que
predicaron los Apóstoles: La persona viva de Jesús y sus hechos de salvación.
El servicio de Jesús renovado y confesado.
La promesa del don del Espíritu Santo en Pentecostés.
Invitación a dar una respuesta: la fe y la conversión. Experiencia personal y comunitaria del poder amoroso
del poder de Dios.
Para comprobarlo leamos en los Hechos de los Apóstoles
―los 6 discursos Kerigmáticos‖ que son la síntesis de la predi-cación primitiva: Hechos 2, 14-39 3,12-26; 4,9-12; 5, 29-30,
10, 34-43; 13, 16-41 y destaquemos sus características y su
temática.
3. El Objetivo del anuncio del Kerigma:
Provocar un encuentro personal, vivo, de ojos abiertos y
corazón palpitante con el Señor Resucitado.
En otras palabras, se pretende preparar un encuentro personal con Jesucristo, que lleve a dar un sí inicial a El en la fe, iniciar
el proceso de una conversión sincera y verdadera y proclamar a
Jesús como Salvador y Señor.
Se trata de propiciar una profunda experiencia de Dios,
en la que la persona sienta que Dios ha entrado en su
116
vida, ha tocado su corazón y ha movido de tal manera
su corazón que no podrá hacer otra cosa que vivir con
Dios y para Dios. Este anuncio busca entusiasmar a los oyentes con la persona
de Jesús, con su Palabra y su misión.
Se pretende enamorar a los que reciben el Kerigma con
la vida y el mensaje de Jesús. Se quiere lograr una respuesta personal a Jesús,
reconociéndolo como Salvador y Señor y Mesías.
Se dirige a la voluntad, al corazón, a los sentimientos
provocando una primera respuesta al amor del Padre que se manifiesta en Jesucristo.
4. Para proclamar el Kerigma se necesita UN TESTIGO
LLENO DEL ESPIRITU SANTO, Que da testimonio de su propia experiencia con el
Señor Jesús.
Se trata de una persona de corazón transformado, llena
del Espíritu, en la que en su propia vida se ha realizado
la experiencia salvadora. Alguien que contará a sus hermanos las maravillas que el Señor ha realizado en su
vida.
Es alguien que se deja guiar por el Espíritu Santo, para
que ponga en su boca las palabras del Señor.
5. La forma clave de Proclamar el Kerigma: EL
TESTIMONIO.
El testimonio es contar a viva voz a una persona o a un grupo cómo Dios ha actuado en la propia vida del testigo, es decir,
cómo ha experimentado en su vida la salvación de Dios. Es
vivencial y personal, contando hechos concretos en los que ha
entendido que Cristo lo ha liberado y salvado. Es narrar las
maravillas que Dios ha realizado en su vida.
117
Para que sea un testimonio que llegue de verdad al corazón de
los oyentes deberá, ser:
a) Testimonio alegre: el Evangelio sólo puede transmitirse
con el gozo del que Jesús estaba lleno (Lc. 10, 21) y también
los Apóstoles (1 Tes 1,6; 1 Jn. 1,4, 2). Esta alegría será el
primer testimonio de que se ha encontrado a alguien que lo ha hecho vivir, amar y esperar.
b) Testimonio breve: los relatos largos cansan. Lo importante
es ir a lo esencial. Se cuenta lo que tenga relación directa con la propia vida sin entretenerse en las historias largas de su
propia vida ni dando nombres de personas ni exagerando
pecados o situaciones personales.
c) Testimonio centrado en Cristo: lo que se proclama en el
testimonio es a Cristo actuante en su propia vida. Miremos el
ejemplo de María: Lc. 1,49. A quien ella destaca es al Señor.
No aparece tanto el propio yo como el nombre de Dios.
d) Testimonio que destaca cuatro momentos:
Antes de Cristo: se dice brevemente cuál era nuestra
situación antes de conocer a Cristo.
Encuentro con Cristo: se relata cómo se tuvo este gran encuentro con el Señor.
Después de Cristo: resaltar lo que ha cambiado mi
vida, lo que ha pasado en mí.
Motivación: invitar a los demás a dejarse llenar del Señor y aceptarlo dejando ver que lo que El ha hecho en
mí lo puede hacer en las demás personas.
Recogemos este esquema que puede ayudar para dar un
testimonio kerigmático:
118
Dios me amaba. Pero yo no lo experimentaba por mi pecado. Y,
sin embargo, El estaba conmigo. Hasta que tuve mi encuentro
personal con Cristo, que murió por mi pecado y me dio Nueva Vida. Lo experimenté cuando lo creí y me convertí.
Confesándolo como mi Salvador personal. Y el Señor de toda mi
vida. El me dio nueva vida por su Espíritu
Y ahora vivo en la familia de Dios.
6. Para el Diálogo en os Grupos:
Dinámica para profundizar el significado de Kerigma:
1. Se distribuyen a cada uno de los grupos uno de los discursos kerigmáticos pronunciados por los Apóstoles. Cada grupo
destacará los elementos propios del Kerigma que se descubren
en la predicación de los Apóstoles. Luego escribirán un
telegrama de no más de 10 líneas dando cuenta al plenario de su descubrimiento.
Hch 2,14-99; 3,12-26; 4, 9-12; 5~29-32; 10,34-43; 13,16-41.
7. Preguntas para Profundizar:
1. Explique en breves palabras qué es el Kerigma. Compárelo con una catequesis o una predicación sobre un tema.
2. ¿Cuál es el objetivo principal del Kerigma?
3. ¿Describa la relación que hay entre testigo, testimonio y
Kerigma? 4. Escriba en su cuaderno las características que debe tener el
anuncio del Kerigma.
119
Undécimo Capítulo
Los 6 temas claves del Kerigma
Como ya hemos explicado
anteriormente el anuncio del
Kerigma consiste en el anuncio
gozoso y con unción de Jesucristo muerto, resucitado y glorificado,
constituido Señor y Salvador
nuestro invitando a creer en El,
convertirse, recibir el don del Espíritu e integrarse en la
comunidad de sus seguidores.
El contenido de este
anuncio brota de dos fuentes
principales: en primer lugar, del
120
plan de salvación de Dios tal como nos lo cuentan las Sagradas
Escrituras En segundo lugar, la predicación de los Apóstoles tal
como nos la transmiten el libro de los Hechos y las Cartas de los Apóstoles.
Así tenemos los seis temas básicos que recogen el contenido
esencial de este anuncio kerigmático:
1. El amor de Dios 2. El pecado
3. La salvación de Jesús
4. Fe y conversión
5. Don del Espíritu 6. La comunidad
Es importante recordar que estos temas forman una sola
unidad bien entrelazada y concatenada de tal manera que al tocar uno de los temas se incluyen los otros cinco temas.
Además, vale insistir que a la hora de compartir estos
temas no estamos transmitiendo simplemente ideas y ra-
zonamientos, sino que estamos comunicando una vivencia. Por
eso, más que saberse los temas o saber manejar las palabras lo más importante es que sea la transmisión de una experiencia
vivida por el evangelizador. Podrá exclamar con el Apóstol
Pablo: "porque les transmití, en primer lugar, lo que a mi vez
recibí" (1 Cor 15,3). Presentamos unos esquemas de los seis temas para ser
interiorizados y profundizados en vista a su proclamación en los
hogares o en pequeños grupos o asambleas o para anunciarlos
a viva voz. Al estudiarlos no lo hacemos para saber más sobre ellos, sino para vivenciarlos más y transmitir mejor nuestra
experiencia de Jesucristo.
Como se notará fácilmente lo que se ofrece es una guía
para la presentación de estos temas. Hay muchas formas y
posibilidades de presentarlos. Pero, queremos ofrecer las ideas
121
centrales y esenciales de cada tema con el deseo de que
seamos fieles al mensaje y haya unidad de contenido en el
anuncio.
I- El amor de Dios. Dios Te Ama. Objetivo del tema: Motivar a que cada participante experimente el
amor personal e incondicional de Dios que le ama
1. Dios te ama personalmente:
a) Con amor eterno (Jer. 31,3).
b) Te llama por tu nombre, Is. 43, 1); c) Te tiene grabado en la palma de su mano (Is. 49, 15-17).
2. Dios te ama gratuita e incondicionalmente: a) Sin mérito tuyo (Dt. 7, 7-í0; 11, t-4).
b) No importa tu pasado ([s. 1,18), ni tu condición actual:
El te ama como eres (Os. 14, 5; Is 54, 10)
3. Dios quiere lo mejor para ti:
a) El toma la iniciativa (1 Jn. 4,10); te creó a su imagen y semejanza
(Gen. 1,26). b) Precisamente, porque te creó por amor, quiere lo mejor para ti;
tiene un plan único para cada uno, superior a lo que nuestra
imaginación pueda llegar (Is. 55,8)', hacemos hijos suyos (Rem. 8, 15-18).
4. Por amor envió a Su Hijo único: (Jn. 3, 16; Lc. 15, 11-32) 5. Dios te ama porque El es amor: (1 Jn. 4, 8-10).
6. Ábrete al amor de Dios: (Jer. 29, 12-13), y a su Salvación.
II- El Pecado: Rechazo del amor de Dios. Objetivo del tema: Cada uno de los participantes se sienta pecador
necesitado de salvación, Darse cuenta que ningún hombre o mujer
puede quitar el pecado que es causa de todos los males.
1. El problema: Somos pecadores. (Salmo 51,7)
122
a) Acción del pecado en el mundo (1 Jn. 5, 19): guerras, pobreza, suicidios, enfermedades, vicios, etc.
b) Causas: El pecado: es desconfiar del amor de Dios; hacer las cosas
par sí solo independientemente de Dios y rebeldes contra su Voluntad (Rem 14,3); con odio, orgullo, envidia, egoísmo, falta de te, ambición
de dominio y poder (Rem. 1,28-32; Mc. 7, 21-23).
c) El hombre va por caminos errados: brujerías, espiritismo, astrología, horóscopos, ciencias ocultas, magia, etc., tratando de
encontrase a si mismo y la felicidad, apartándose de Dios que es la
única verdad. d) El hombre ha querido dar sus propias soluciones: falsas filosofías,
humanismo sin Dios, materialismo, control mental, meditación
trascendental, etc., queriendo así quitar la angustia, ansiedad, temor, depresión, aislamiento, soledad, etc., que experimenta, sin obtener
ningún resultado positivo, porque el hombre no puede salvar su propia
vida ni alcanzar su salvación eterna.
e) Todos somos pecadores (1 Jn. 1, 10).
2. Reconoce tu problema: (Jn 9,41; Lc 18, 9-14).
III- Jesús, Solución de Dios, Quien nos libera del Pecado y de la Muerte.
Objetivo de este tema: Presentar a Jesús, muerto, resucitado y glorificado como la única solución para el mundo y para cada persona,
1. La Buena Noticia: Jesús es la Salvación! (Jn. 3,17).
a) Su mismo nombre significa su misión (Mt. 1,21; Hch. 4, 12). b) El ha vencido al príncipe de este mundo (Jn. 12, 31; Jn. 16,11).
c) El es el cordero de Dios que quita el pecado de este mundo (Jn. 1,
29; Mt. 1, 21) olvida nuestros pecados (Jer. 31, 34). Hizo suyas nuestras debilidades y cargó con nuestras dolencias (Mt. 8, 17). El
canceló nuestra deuda (Col 2,13-14).
d) Nos comunica la vida divina (Jn. 10, 10). Ver Jn 8,3-11; Lc 19,1-10.
2. Por tanto, Cristo nos ha salvado y nos ha dado la verdadera
libertad: (Rom. 8, 1-2; Col. 1, 13)
123
a) Por su encarnación haciéndose en todo semejante a nosotros, menos en el pecado (Jn. 1, 14; Hb 4,15).
b) Por su muerte (Rom. 5, 10; Col. 1,20; 2 Cor 5,21).
c) Por su resurrección (Roto 4, 25). d) Jesús es la solución de Dios (Hch 4,12; Efesios 2,1-6).
3. Dios quiere tu Salvación personal: (Jn. 3, 16). a) De toda tu persona: Cuerpo, alma y Espíritu.
b) De todas tus situaciones: familias, sociedad, estructuras.
4. Dios quiere que todos los hombres se salven: (1Tim. 1, 15)
a) La salvación es un don gratuito (El. 2. 8-9).
b) Es más que poder ir al cielo. c) Es aceptar y vivir aquí en la tierra la nueva vida que El nos ofrece
(Jn. 4, 14), personal y comunitariamente.
IV- Fe y Conversión. Objetivo de este tema: Propiciar un encuentro personal con Jesús
que lleve a un acto de fe y conversión.
1. La Fe:
Necesitamos creer para poder vivir la vida nueva que Jesús nos regala
(GaL 3, 14). a) La salvación llega a nosotros por la fe! (Efesios 2,8; Hch 13,38;
Roto. 5, 1-2; Hechos 18, 43)
b) La fe es un don, y una respuesta nuestra de confianza, dependencia
de Dios c) La fe es una decisión total del hombre que envuelve todo su ser y
compromete toda su persona (Rom. 10, 9-10).
d) La forma más concreta como se manifiesta la fe es la conversión. (Hch. 3, 19).
2. La conversión: arrepentimiento y conversión (Lc. 15, 7) Dios quiere:
a) hacemos hombres y mujeres nuevos (El. 4, 24).
b) despojamos del hombre viejo (El. 4, 22) dejando atrás nuestra
manera anterior de vivir.
124
c) volvemos a El en arrepentimiento. Para esto necesitamos: honradez, humildad, renuncia, pedir perdón, alejarnos del mal
(espiritismo, brujería, lectura de taza, de barajas, astrología, etc. (Dt
18,10); chismes, envidia, rencores, mentiras, vicios (Gal 5,17-21). d) Iniciar el proceso de conversión y profundizado en nuestra vida
(Hch 26,18), que es proceso de toda la vida.
V- El Don del Espíritu. Objetivo de este tema: Presentar al Espíritu Santo quien al
renovamos interiormente nos capacita para vivir la vida nueva.
1. La Promesa del Padre: (Lc 24,49; Hch 1,8; Ez 11,19-20; Jer
31,33).
2. Dios cumple su promesa (Hch 2,1-4) nos da su Espíritu, fuente de vida, para que realice la obra de Jesús en nosotros.
a) Dando testimonio de El. (Jn. 15, 26).
b) Guiando a los suyos hasta la verdad completa. (Jn. 16, 13). c) Santificándolos y uniéndolos para formar un solo Cuerpo. (El. 1, 13)
d) Despertando en nosotros el querer y el obrar de acuerdo ai
pensamiento de Cristo. (Fil. 2, 13). e) Sin el Espíritu Santo no podemos pertenecer a Cristo (Rom. 8, 9).
f) El nos da su Espíritu gratuitamente y sin merecerlo. (Ap. 22,
VI- Llamados a Ser Iglesia. Objetivo: Procurar que cada participante reconozca que la fe se vive
en comunidad y se anime a integrarse en ella.
1. El Espíritu Santo suscita en nosotros mayor amor a Dios y al
prójimo, así como el afán de unidad.
a) Nuestra vocación cristiana debe llevamos a la Comunidad. (Hch. 2, 44)
b) La Comunidad es ambiente propicio para compartir la fe y el amor y
para crecer en la vida de Dios. c) El fruto de nuestra oración personal diaria debe reflejarse en la
oración comunitaria, de ahí la importancia de perseverar en un grupo
de oración.
125
d) Comunidad: célula viva dentro del Cuerpo de Cristo que da consistencia y transmite vida a las otras células (Ej. de la Vid y los
Sarmientos, Jn. 15, 1 1; 1Cor. 12, 14-26).
e) Nosotros, siendo muchos, no formamos sino un solo Cuerpo de Cristo, siendo un miembro de los otros, (Rom. 12,
5).
f) Ustedes son linaje escogido, sacerdocio real, nación santa., pueblo
adquirido...., ahora son pueblo de Dios, (1 Pe. 2, 9-10).
Dinámica para profundizar los seis temas:
El objetivo de estudiar los seis temas fundamentales del
Kerigma no es aprendérselos de memoria para luego recitarlos
ante un grupo. Se trata de que cada participante lo reciba nuevamente en su corazón, se llene de esta Palabra y así pueda
comunicarla ya experimentada, de modo que pueda decir con
San Juan:
"Lo que hemos oído, lo que hemos visto con nuestros ojosDIOS. Lo que hemos mirado y nuestras manos han palpado
acerca de la Palabra que es vida... se lo damos a conocer" (1 Jn
1,1.3).
Después que se tenga la proclamación del tema (unos 20 a 25
minutos), se distribuirán en grupos de diálogo, formados lo más
por 3 o 4 hermanos. Se puede seguir este orden en cada
grupo:
1. Cada uno comparte lo que se le quedó más grabado en su
mente y en su corazón. Es importante que se diga lo que le ha
llegado personalmente. Es bueno evitar el "nos dice"; el
"nosotros". Se quiere que cada uno empiece a dejarse cuestionar por la Palabra y a testimoniar a otros su paso por la
propia vida.
126
2. Luego toman las citas bíblicas y las van leyendo una a una.
Cada uno esté atento a las lecturas que más le llegan y vaya
anotándolas.
3. Después de escuchadas las lecturas se dejan unos 5 minutos
de silencio dejando que Dios hable a nuestro corazón.
4. Se hace oración partiendo de las lecturas que más le han
movido interiormente ya sea de acción de gracias, alabanza,
petición de perdón o de intercesión.
5. Se vuelve al plenario. Algunos pueden testimoniar lo que han
vivido en su pequeño grupo. Se termina con una oración
común.
Duodécimo Capítulo
Metodología del Anuncio del Kerigma casa por casa
127
Ya llega el momento
de hacer realidad el mandato de Jesús: "Vayan
y anuncien..." (Mt 28,20).
De acuerdo a nuestro Plan
de Pastoral con esta Misión Continental queremos que
el nombre de Jesús sea
escuchado y aceptado por
todo nuestro pueblo. Por eso, iremos a su encuentro
empezando por la visita a los hogares, ya que la casa es el
ambiente propio de cada persona y teniendo en cuenta la
importancia de las familias en la vida personal y social. En estas visitas casa por casa nosotros seremos instru-
mentos de Jesús quien dice a cada persona que encontraremos:
" Mira que estoy a la puerta y llamo; si alguien escucha mi voz
y me abre, entraré en su casa a comer, Yo con él y él conmigo"
(Ap 3,20). Para que estas VISITAS CASA POR CASA den el resul-
tado esperado se necesitan dar pasos muy concretos que
iremos detallando a continuación.
I- Antes de la Misión Continental
Primer Paso: Carta del Párroco a las familias invitando a
la Misión Continental para recibir con alegría los misioneros.
Los mensajeros del Sector distribuyen la Carta del
Párroco convocando a la Misión Continental y creando el
ambiente propicio para recibir la Visita para el anuncio del
Kerygma.
128
Segundo Paso: Distribuir la visita por las Casas.
Para realizar la visita siempre irán de dos en dos, siguiendo el ejemplo de Jesús que " los envió de dos en dos
delante de si, a todas las ciudades y sitios a donde él habla de
ir" (Lc 10,1). Ya que tenemos la Red de Mensajeros en cada
sector se facilitará mucho la distribución de las visitas a las casas.
Desde el comienzo del taller se debe orientar, ayudar e
incentivar a los participantes en la formación de los equipos mensajeros. Se tendrán en cuenta estos criterios:
1. Los mensajeros del Sector acompañarán a los misioneros
visitantes. Ellos deben recibir la formación del Kerygma.
2. Se recuerda que cada mensajero sólo debe tener diez casas
para visitar. En el caso que no haya suficientes mensajeros del
Sector hasta que se tengan los otros mensajeros y durante la
Misión Continental se les pueden asignar más casas. No se trata de un maratón de visitas. La medida no es la cantidad,
sino la calidad.
3. En la Parroquia se debe tener un listado de los mensajeros y se le asignarán los misioneros visitantes por Sector.
4. El Párroco, el Equipo Parroquial de Animación Pastoral
(EPAP) y la Comisión para la Comisión Parroquial de la Misión Continental estarán muy atentos al trabajo de los equipos.
5. El párroco hará el envío de los mensajeros con una
celebración especial en la Parroquia. Ellos no van por su cuenta
129
ni a predicarse a sí mismos sino en nombre de Cristo que los
envía a través de su Iglesia.
II- En el Momento de la visita Evangelizadora en cada
Casa
Los misioneros visitantes y mensajeros del Sector inician sus visitas proclamando la Buena Nueva. Se anunciará el
Evangelio puerta por puerta, sin saltar ni correr hasta visitar
todas las familias asignadas.
En estas visitas se seguirá este proceso:
1. Al llegar a la casa: saludamos con cariño y nos
identificamos diciendo que somos católicos. Desde el primer
momento demos a conocer lo que somos.
2. Familiarizarse con la persona: Se presentan, dicen sus
nombres, de dónde vienen y dicen porque están visitándolos.
Se interesan por conocer sus nombres.
3. Testimoniar la propia experiencia personal del Señor y
de su Iglesia: Uno de los mensajeros da su propio testimonio,
con las características que hemos indicado. Puede seguir este
modelo:
Hoy hermano(a) te traemos una Buena Noticia, y es que Dios te ama, a ti personalmente, incondicional, ese amor es para ti,
Él toma la iniciativa. Pero nosotros no lo podemos percibir y nos
alejamos por el pecado, el cual nos impide recibir ese amor que
Dios quiere darnos. Pero ¡qué bueno que hemos recibido esa buena noticia para
que tú y yo seamos salvos!. Es que en su infinito amor nos dio
a su Hijo único amado, para que el que crea en Él no se pierda
130
y tenga vida eterna; por eso Él murió en la cruz por ti y por mí,
pagando a precio de sangre nuestra salvación. Él quiere que
hagas tuya esa salvación por la fe, quiere que tú creas en Él, que le creas a Él, y creyendo en Él haya un cambio en tu vida,
que es la conversión, que no es cambiarte de Iglesia, ni de
vestidos, sino un cambio de corazón y de vida, y que lo reflejes
a Él. Esto lo logramos cuando recibimos el Espíritu Santo, Espíritu de
verdad, de vida y alegría, y así él nos capacita para vivir una
vida en comunidad, con la Iglesia, con los hermanos que viven
la misma fe.
4. Invitar a la persona a que acepte a Jesús en su co-razón y a orar juntos.
Se le hace esta pregunta directa y de frente: ¿Quiere
usted aceptar a Jesucristo en su corazón como su Señor y su
Salvador? ¿Quiere usted que oramos juntos para pedir por su
entrega a Jesucristo y para avivar en usted la presencia del Espíritu Santo en su vida?
Se hace una oración con la persona: imponiéndole las manos.
Puede valer esta oración:
Señor Dios, te alabo y te bendigo porque Tú me amas tanto. Me reconozco pecador y te pido perdón por mis pecados.
Creo que Cristo murió por mí, pagando con Su vida por mis
pecados.
Abrimos nuestro Corazón a Ti y te aceptamos como único Salvador, Rey y Señor de nuestra vida.
Te pedimos Señor nos llenes de Tu Espíritu Santo para
comenzar una Nueva Vida.
Gracias Jesucristo.
131
5. Antes de salir de cada visita se le invita a la CASA
MISION donde se tendrá la MISION CONTINENTAL y se les
entrega una imagen del Señor con un anuncio del Kerygma.
Orientaciones para los Misioneros:
Las siguientes orientaciones pueden ser aplicadas en cualquier
situación cuando se visiten los hogares:
1. Confía en el Señor, no en la habilidad humana o en métodos,
para un ministerio efectivo.
2. No te preocupes de los resultados. Los triunfos o los fracasos
no pueden ser determinados desde un punto de vista humano.
Siempre y cuando el visitador plante la semilla de amor, el
Señor se encargará de la cosecha.
3. Con tu propio entusiasmo y espiritualidad haz a Jesús y a la
Iglesia atractivos a los demás. Las acciones dicen más que las
palabras.
4. Al visitar, trata de evitar las horas de comidas u otros
momentos que puedan ser un inconveniente para la familia.
5. Mide el tiempo de la visita cuidadosamente. No la hagas tan corta que no haya tiempo para comunicarse adecuadamente, ni
tan larga que se haga aburrida.
6. Recuerda que las personas están en diferentes niveles de desarrollo espiritual y requieren enfoques diferentes. Determina
de antemano las necesidades de la persona y elabora tu plan
de acuerdo a tales necesidades.
132
7. Organícese el plan de visitas para que nadie sea pasado por
alto o se le haga sentir sin importancia.
8. Esfuérzate, sin ser impertinente, en involucrar a la persona
visitada en la Iglesia, empezando con su participación en la
Misión. Las necesidades básicas de las personas incluyen la
necesidad de aceptación, reconocimiento y logros, y la Iglesia puede proveer cauces para satisfacer tales necesidades.
9. Sé sincero. Las personas se dan cuenta cuando uno no lo es.
Así que no trates de fingir nada.
10. Haz sentir a la persona que es importante y necesaria,
nadie más puede ocupar su lugar en el Cuerpo de Cristo, y la
persona debo saberlo. Es propio decírselo.
11. Aunque el entrenamiento para este ministerio es útil, el
verdadero requisito para un buen evangelizador efectivo es un
corazón lleno de amor.
12. No te desanimes ni te preocupes por las malas ex-
periencias.
13. El seguimiento es indispensable. Sigue asistiendo con tus oraciones a las personas que has visitado. Los mensajeros del
Sector les darán seguimiento llevando la Carta Mensual del
Párroco a su pueblo.
14. No olvides que este ministerio es tanto por el Señor como
por los demás. Jesús dice: "En verdad les digo que cuando lo
hicieron con alguno de estos mis hermanos más pequeños, lo
hicieron conmigo". (Mt. 25.40).
133
15. Nunca discutas. La polémica no lleva a nada, ni es el
propósito de una visita evangelizadora. No te dejes provocar
por personas que insulten, desprecien o quieran discutir de religión, de política o del deporte.
III- Después de la Visita
Orar y evaluar:
Después de cada visita los mensajeros continúan orando
por las personas visitadas. Además evaluarán su trabajo
preguntándose: ¿cómo sirvió al Señor en la visita? ¿qué no quedó bien? ¿qué pudo hacerse mejor? ¿qué dijo? ¿qué no dijo?
Asimismo, debe tomar notas, apuntar nombres,
opiniones, observaciones a fin de preparar mejor la forma de
presentar lo que deba tratar en la próxima visita. Al final les anexamos un modelo de informe sobre las Visitas a las casas
Participar en la reunión de los mensajeros y testimoniar
sobre la acción de Dios en la visita evangelizadora.
Se evaluará y se planificará el trabajo siguiente.
Dinámica para estudiar este tema
Dinámica para prepararnos mejor para las visitas:
La preparación principal es que cada persona haya tenido un verdadero encuentro personal con el Señor y esté
empapado del contenido del Kerygma. Ahora haremos unas
prácticas de cómo anunciar el Kerygma a otras personas. Se
piden dos voluntarios para que visiten a unos y unas del grupo que harán de familia. Se pueden presentar diferentes
situaciones: unos que aceptan; otros que no aceptan; gente
que se entusiasman y otros que quieren discutir.
También, se pueden estudiar las diferentes orientaciones
que aparecen en este tema. Se juntarán en grupitos de dos o
134
tres y se irán leyendo unos a los otros las orientaciones para las
visitas que aparecen en este tema. Es bueno que al
comunicarlas se le añadan breves comentarios o se cuenten experiencias.
A cada grupito se le pedirá que presente al grupo vecino
las tres orientaciones que ellos consideraron más importantes.
Se termina con una oración pidiendo para que el Espíritu Santo nos dé fuerza para realizar esta misión. Para esta oración
se pueden formar grupos y orar con las manos juntas. También
se pide por aquellos que nos recibirán. Se termina con el Padre
Nuestro. Ave María.
Décimo Tercero Capítulo Metodología del Anuncio del Kerigma
para grupos grandes y pequeños
Las visitas por las
casas tienen como objetivo
que aquellos que se decidan
a seguir a Jesús se integren en la Iglesia, ya sea en las
comunidades y grupos
existentes en la Parroquia o
en grupos. Por eso, es importante invitar a las
familias a participar en la
CASA MISION o algún acto
masivo en el Sector para que escuchen el anuncio del Kerigma y se integren a la comunidad o núcleo comunitario que surja de
esta Misión Continental.
Es bueno recordar tres elementos propios del Kerigma que no
pueden faltar:
135
1. El Kerigma es una proclamación a viva voz de
Jesucristo muerto, resucitado y glorificado. Esto quiere decir que lo importante es que se anuncie y que se escuche.
Aunque se dé participación al grupo lo más importante que los
misioneros testimonien su experiencia de salvación.
2. El Kerigma es un anuncio actual para cada persona y
para la sociedad. No se trata de un hecho del ayer; un relato
de algo que sucedió ayer y que es muy interesante y nada más.
Es el anuncio del "hoy" de la salvación de Dios que es Jesucristo y que vivo entre nosotros, que pretende que hoy nin-
guno endurezca su corazón, sino que acepte la salvación de
Dios en su propia vida.
3. El Kerigma es un anuncio directo a cada uno y a todo
el grupo. El objetivo es llegar a cada uno tocando a fondo en
su corazón, disponiéndolo para que tome una decisión.
Nota: En el libro de temas de la Primera Etapa encontrarán desarrollados los temas de proclamación del Kerigma a grupos
pequeños y grandes.
I- Preparación antes de la Proclamación del Kerygma en las Casas Misión o en un lugar publico del Sector
1. Es importante que quienes proclamen el Kerygma sean
testigos que testimonien con alegría lo que Dios ha hecho en ellos y lo comunica seguro de que Dios puede hacer lo mismo
en sus oyentes. El mismo misionero por si solo está llamado a
ser un mensaje, un Kerigma viviente.
136
2. Hacer una agenda de trabajo por escrito especificando a
quién y cuándo le corresponde realizar este trabajo.
3. Asegurar la música y las canciones que creen alegría y
vayan con el tema del día. Atrae mucho a la gente cuando
hay música. Es necesario en nuestro país ponerle música a la
evangelización.
4. Seleccionar bien la casa o el local donde se reunirá la
gente. Todos los invitados sabrán el lugar y cómo llegar a él.
Es conveniente, cuando se trata de casas, que sean de personas bien aceptadas por todos.
5. Los misioneros prepararán con oración y estudio el
tema, los cantos, los momentos de oración, los signos y dinámicas de cada encuentro. Los misioneros son
instrumentos del Señor para realizar su obra en ese grupo
determinado. Todo lo que nos toque a nosotros es importante
que esté bien dispuesto y a punto. El nerviosismo, las
improvisaciones, las discusiones o la inseguridad de los misioneros pueden perturbar la escucha atenta del Evangelio.
6. Crear un ambiente agradable y familiar para el
momento de la proclamación. Los misioneros anfitriones tendrán todo a punto: decoración del lugar, colocación de las
sillas, limpieza, letreros de acuerdo al tema del día, flores,
lugar para la Palabra de Dios.
7. Acoger con cariño a los participantes, interesarse por
ellos y buscarán por todos los medios que se sientan como en
su casa.
II- Durante la Proclamación del Kerygma
137
Proponemos un esquema general para este momento:
1. Recibimiento de los participantes y momento de
conversación espontánea. Este primer momento es muy
importante, sobre todo, para los que nunca han participado
para que se sientan bien acogidos. También ese momento de conversación libre y espon-
tánea, de saludos y comentarios generales de lo que acontece
en el sector, ayuda a conocerse y a romper la timidez que se da
en las personas.
2. Cantos motivadores del tema. Es bueno ensayar con el
grupo que va llegando los cantos que se usarán más en este
anuncio del Kerigma. Sobra decir que el canto ayuda a interiorizar y a que uno aprenda más fácilmente el mensaje.
Además nosotros los dominicanos la música la llevamos en la
sangre.
Estos cantos serán vivos, alegres, entusiasmante, que
lleven a entrar en el tema a tratar y que ayuden a crear un ambiente propicio a la experiencia de Dios. Los cantos serán
más motivadores si son acompañados con instrumentos.
3. Momento de oración. Se invoca la presencia del Espíritu Santo para que sea El quien mueva los corazones e instruya a
los presentes. Hacer esta oración con unción, tranquila,
dejando oportunidad a que algunos pidan el Espíritu Santo.
4. Motivación del tema. Se busca crear las condiciones para
la escucha de la Palabra. Es bueno después del primer tema
recordar rápidamente los temas anteriores para ubicar a los
participantes y conectar el tema a tratar con lo que se ha dicho
anteriormente.
138
5. Proclamación de la Palabra. Es el tiempo del anuncio del
Kerigma que responde a las preguntas o a los hechos de vida a través de la Palabra en que Dios revela su plan amoroso de
salvación realizado en su Hijo. Cada día se toca un tema.
Luego, de la Palabra uno de los misioneros profundiza el tema
del día. Se busca que todos puedan decir como los discípulos de Emaús: "¿No estaba ardiendo nuestro corazón dentro de
nosotros cuando nos hablaba en el camino y nos explicaba las
Escrituras?" (Lc 24,32).
6. Canto.
8. Testimonio: Uno del Equipo testimonia cómo se ha
cumplido en él o en ella lo que se ha proclamado en ese tema. Es bueno recordar que el testimonio es alegre, breve y centrado
en Cristo.
9. Oración final. A partir del tema de la Asamblea se hace
esta oración, pidiendo la actuación del Señor en cada uno para que podamos hacer vida nuestra lo que se ha compartido en la
Palabra. Ayuda mucho hacer esta oración a partir de un signo
que permita interiorizar más lo que se ha tratado.
A nuestra gente le llegan mucho los símbolos y le permiten vivir y captar más el Mensaje. También se puede
hacer una oración especial para algunos que la pidan. Se
termina con el Padre Nuestro, Ave María, petición de bendición
al Señor.
10. Avisos. Compromiso hasta la próxima Asamblea, Se puede
encomendar a cada uno un pequeño compromiso para
continuar en su casa y en su vida diaria. Puede ser una lectura
bíblica, una oración, un gesto de amor hacia los demás.
139
También se aprovecha para recordar el próximo encuentro o
dar cualquier otro aviso.
11. Cantos alegres. Cada participante debe salir bien mo-
tivado para volver al próximo encuentro. Abrazo de Paz.
III. El programa de la proclamación del Kerigma en la
Misión Intensiva
1. Primer día: Inicio en el Domingo.
a) Visitas por las casas.
b) Primer tema en la Casa Misión: El Señor nos ha invitado a encontramos con Él y a seguirlo.
c) Segundo Tema: Dios te ama. Dios nos ama.
2. Segundo día: Lunes.
a) Visitas por las casas. b) Tercer tema en la Casa Misión: El pecado. Jesús ten
compasión de mí.
3. Tercer día: Martes. a) Visitas por las casas.
b) Cuarto tema en la Casa Misión: Jesucristo, nuestro
Salvador.
4. Cuarto día: Miércoles.
a) Visitas por las casas.
b) Quinto tema en la Casa Misión: Jesús espera tu
respuesta: La fe.
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5. Quinto día: Jueves.
a) Visitas por las casas.
b) Sexto tema en la Casa Misión: La conversión. c) Donde se pueda se ofrece la posibilidad del Sacramento
de la Reconciliación.
6. Sexto día: Viernes. a) Visitas por las casas.
b) Sexto tema en la Casa Misión: Jesús nos da el Espíritu
Santo.
7. Séptimo día: Sábado.
a) Rosario de la Aurora con el noveno tema: María modelo
de respuesta a la llamada del Señor.
b) Visitas por las casas. c) Octavo tema en la Casa Misión: Jesús nos llama a vivir
en la Iglesia.
8. Octavo día: Celebración Parroquial con todos los sectores.
Nota: Donde harán sólo dos o tres días por semana
elaboran el Calendario a su modo.
Dinámica para el estudio del tema: Se lee despacio el tema. Luego se da el tiempo
necesario para preguntas. Se tiene un ensayo por grupos del
anuncio del Kerygma en Casa Misión.
141
Cuarta Parte:
“Permanezcan en mí Amor” (Jn 15,9).
142
El Proceso de Iniciación Cristiana en Comunidades
Décimocuarto Capítulo
El proceso de iniciación cristiana
Los Obispos en
Aparecida hicieron una
opción clara y decidida por la
Iniciación Cristiana: ―Sentimos la urgencia de
desarrollar en nuestras
comunidades un proceso de
iniciación en la vida cristiana que comience por el kerygma y,
guiado por la Palabra de Dios,
que conduzca un encuentro
personal, cada vez mayor, con
Jesucristo, perfecto Dios y perfecto hombre, experimentado
como plenitud de la humanidad, y que lleve a la conversión, al
seguimiento en una comunidad eclesial y a una maduración de
fe en la práctica de los sacramentos, el servicio y la misión‖ (DA 289).
143
Para realizar este proceso de iniciación cristiana es
necesario conocer bien el significado de la iniciación cristiana
(¿qué es?), la justificación de esta opción por la iniciación cristiana (¿por qué?), su finalidad (¿para qué?), sus
destinatarios (¿para quiénes?), sus responsables (¿quiénes?) y
su pedagogía (¿cómo?)
Al mismo es necesario conocer sus diferentes etapas para llevarlas de acuerdo a este proceso que nos permita
conseguir los frutos.
1. Significado de la iniciación cristiana. La Iniciación cristiana es un proceso integral,
sistemático, ordenado, gradual, por etapa, en el seno de la
comunidad. Un camino de adhesión y conversión de fe. Una
introducción al misterio de la salvación. Educación para la vida cristiana. Eslabón necesario entre acción misionera y pastoral.
Tiempo de instrucción y maduración de la fe inicial.
―La iniciación cristiana, propiamente hablando, se refiere
a la primera iniciación en los misterios de la fe, sea en la forma
de catecumenado bautismal para los no bautizados, sea en la forma de catecumenado postbautismal para los bautizados no
suficientemente catequizados. Este catecumenado está
íntimamente unido a los sacramentos de la iniciación:
bautismo, confirmación y eucaristía‖ (DA 288) ―Se trata de una experiencia que introduce en una
profunda y feliz celebración de los sacramentos, con toda la
riqueza de sus signos. De este modo, la vida se va
transformando progresivamente por los santos misterios que se celebran, capacitando al creyente para transformar el mundo‖.
(DA 290)
―La iniciación cristiana da la posibilidad de un
aprendizaje gradual en el conocimiento, amor y seguimiento de
Jesucristo. Así, forja la identidad cristiana con las convicciones
144
fundamentales y acompaña la búsqueda del sentido de la vida‖
(DA 291).
2. Urgencia de la iniciación cristiana.
―Tenemos un alto porcentaje de católicos sin conciencia
de su misión de ser sal y fermento en el mundo, con una
identidad cristiana débil y vulnerable‖ (DA 286). ―Esto constituye un gran desafío que cuestiona a fondo
la manera como estamos educando en la fe y como estamos
alimentando la vivencia cristiana; un desafío que debemos
afrontar con decisión, con valentía y creatividad, ya que, en muchas partes, la iniciación cristiana ha sido pobre o
fragmentada. O educamos en la fe, poniendo realmente en
contacto con Jesucristo e invitando a su seguimiento, o no
cumpliremos nuestra misión evangelizadora‖ (DA 287).
3. Finalidad.
Para llegar ser verdaderos discípulos del Señor,
convertidos a Cristo; cristianos que den verdadera razón de su
fe. (287-288 de Aparecida 287-288). ―Como rasgos del discípulo, al que apunta la iniciación
cristiana destacamos: que tenga como centro la persona de
Jesucristo, nuestro Salvador y plenitud de nuestra humanidad,
fuente de toda madurez humana y cristiana; que tenga espíritu de oración, sea amante de la Palabra, practique la confesión
frecuente y participe de la Eucaristía; que se inserte
cordialmente en la comunidad eclesial y social, sea solidario en
el amor y fervoroso misionero‖ (DA 292).
4. Contenido.
―Un proceso de iniciación en la vida cristiana que
comience por el kerygma y, guiado por la Palabra de Dios, que
conduzca un encuentro personal, cada vez mayor, con
145
Jesucristo, perfecto Dios y perfecto hombre, experimentado
como plenitud de la humanidad, y que lleve a la conversión, al
seguimiento en una comunidad eclesial y a una maduración de fe en la práctica de los sacramentos, el servicio y la misión‖ (DA
289).
5. Destinatarios. ―Iniciar en la vida cristiana a los adultos bautizados y no
suficientemente evangelizados;…iniciar a los no bautizados que,
habiendo escuchado el kerygma, quieren abrazar la fe‖ (DA
292). A los adultos, a los jóvenes, a los niños en edad catequística.
6. Sujetos-agentes.
Obispo, presbíteros, diáconos, catequistas de iniciación cristiana, consagrados y consagradas.
Toda la comunidad eclesial diocesana y de manera
particular la comunidad parroquial (cf DA 292).
―Para iniciar este proceso ―es necesario asumir la
dinámica catequética de la iniciación cristiana. Una comunidad que asume la iniciación cristiana renueva su vida comunitaria y
despierta su carácter misionero. Esto requiere nuevas actitudes
pastorales de parte de obispos, presbíteros, diáconos, personas
consagradas y agentes de pastoral‖ (DA 291).
7. Pedagogía.
Tiene cuatro etapas:
Kerygma, Catecumenado
Elección y Recepción o Renovación del Bautismo,
Confirmación y Eucaristía.
y Mistagogia
146
A través de la Palabra, vida comunitaria, celebraciones,
experiencias de espiritualidad, de misión y de servicio.
Décimo Quinto Capítulo Primera Etapa de la Iniciación Cristiana:
Kerygma e Inicio de La Comunidad
El proceso de
Iniciación Cristiana cristiana comienza con el Kerygma
que lleva a una fe y
conversión iniciales y a
integrarse en una pequeña comunidad. En este capítulo
veamos el significado del
Kerygma (¿qué es?), la
justificación de esta etapa (¿por
qué?), su finalidad (¿para qué?), sus destinatarios (¿para
quiénes?), sus responsables
(¿quiénes?) la pedagogía que
utiliza (¿cómo?) su contenido, su duración (¿cuándo?).
1. Significado del Kerygma.
Es la proclamación clara y decidida del Dios vivo y de
Jesucristo enviado para la salvación de todos. ―Anuncio gozoso, básico y fundamental de Cristo muerto y
resucitado que salva y que lleva a la conversión‖. (CPIC
#5 DGC61 y CT17)
147
Es la etapa de acogida, convocatoria e inicio en la
comunidad cristiana que lleva al despertar de la fe desde
donde se hace la primera evangelización.
2. Justificación de esta etapa.
Jesús nos manda: ―Vayan, pues, por todo y hagan que
todos los pueblos sean mis discípulos‖ (Mt. 28,19-20). Muchos no han recibido el mensaje. Crece la cantidad de
niños, adolescentes, jóvenes y adultos que no han
conocido a Jesucristo.
Una gran parte de los bautizados no han vivenciado la iniciación cristiana sólida y fundamental. ―Son muchos
los creyentes que no participan en la Eucaristía
dominical, ni reciben con regularidad los sacramentos, ni
se insertan activamente en la comunidad eclesial‖. Este fenómeno nos interpela profundamente llevándonos a
imaginar y organizar nuevas formas de acercamiento a
ellos‖ (DA #286). ―Tenemos un alto porcentaje de
católicos sin conciencia de su misión y de su
compromiso bautismal, con una identidad cristiana débil o vulnerable‖ (DA286).
La realidad actual nos exige dar respuesta de convicción
y de verdadera adhesión a la fe que decimos profesar.
Va creciendo el número de personas para quien el cristianismo no es significativo.
3. Finalidad.
Para que el simpatizante y el bautizado no iniciado se abra a la acción de la gracia, a la fe y a la conversión inicial, y
que sienta la necesidad de integrarse a la comunidad cristiana.
―Para que el poder del Espíritu y de la Palabra contagie a la
persona y los lleve a escuchar a Jesucristo, a creer en El como
su salvador, a reconocerlo como el que da pleno significado a
148
su vida y a seguir sus pasos‖ (DA279). Para que se abra a una
verdadera iniciación al discipulado.
4. Destinatarios.
Toda persona bautizada y no bautizada que necesite un
verdadero proceso experiencial de iniciación en la fe cristiana o
una renovación de la misma. Para los no creyentes o quienes han hecho una opción de indiferencia a la fe.
5. Pedagogía.
Convocatoria, cartas, celebraciones, motivación ―vocacional‖, de encuentros, ―cara a cara‖, visita casa
por casa, entre otras.
Una misión de una o dos semanas que terminen en un
retiro espiritual que lo lleve a formar parte de una comunidad.
Vivenciar una catequesis kerigmática.
El catequista forma a la comunidad para que
participen en equipos de preparación de los
temas que les corresponda.
6. Tiempo: seis meses: que incluye misión y retiro de tres
días.
7. Liturgia: Acogida en la celebración comunitaria, paso a la
comunidad y entrega de la Palabra.
8. Sujeto-agente: El obispo, párroco, diácono, misioneros,
catequistas y animadores de comunidades.
149
9. Contenido:
a) Primer momento: Convocatoria.
b) Segundo momento: Misión Intensiva
1. El Señor nos ha invitado a encontramos con El y a seguirlo.
2. El amor de Dios. Dios te ama.
3. El pecado. Jesús ten compasión de mí.
4. Jesucristo el Salvador. 5. Jesús espera tu respuesta: Fe
6. La conversión.
7. Jesús nos da su Espíritu.
8. Jesús nos llama a vivir en la Iglesia. 9. María modelo de respuesta a la llamada del Señor
.
c) Tercer Momento: Retiro de integración a la
comunidad.
1. La Palabra (celebración y entrega de la Palabra de Dios). 2. Liturgia (Celebración eucarística).
3. La comunidad (elementos, composición, servicio,
discipulado y misión).
d) Cuarto Momento: Catequesis para el inicio de la
comunidad
1. Escucha la Palabra.
2. Conoce la Palabra. 3. Acepta la Palabra.
4. Encuentro de Jesús con los primeros discípulos.
5. Encuentro de Jesús con Felipe.
6. Encuentro con Zaqueo.
7. Encentro de Jesús con el joven rico.
150
8. Encuentro con la Samaritana
9. Encuentro con la mujer adúltera
10. Jesús nos llama a ser sus amigos. 11. El amor fraterno.
12. La unidad.
13. El perdón.
14. La comunidad cristiana y sus características. 15. La oración.
16. Identidad católica: La Eucaristía.
17. Identidad católica: La sucesión apostólica.
18. Identidad Católica: María.
Nota: La pequeña comunidad participará y colaborará en la
realización de la Acción Significativa del Sector para vivir y
celebrar el valor del mes que propone el itinerario del Plan de Pastoral.
e) Quinto Momento: Encuentro del compromiso.
"Lámpara es tu Palabra para mis pasos Señor"
1. Estudio y vivencia del salmo 119 (118). 2. Entrega de La Palabra.
3. Paso al Catecumenado.
Dinámica para estudiar estos temas de las Etapas de iniciación cristiana:
Lectura comunitaria de cada una de las Etapas. Luego se
pueden integrar varios grupos para que estudien algunas de las
etapas y la presenten de manera animada a todo el grupo.
151
Décimo Sexto Capítulo Segunda Etapa de la Iniciación Cristiana:
El Catecumenado
Una vez que la persona
acepta a Jesucristo como su
Señor y Salvador y se integra en una comunidad comienza el
tiempo del discipulado que le
llamamos catecumenado. La
palabra catecumenado es una palabra utilizada desde el siglo II
en la Iglesia para llamar el
proceso de catequesis que vivía
una persona que pedía el Bautismo.
Luego, por diversas
circunstancias históricas esta
experiencia se redujo a pocos
grupos dentro de la Iglesia y en otra forma de realizarlo. Hoy, la
Iglesia lo ha recuperado como un camino necesario para el
desarrollo y fundamentación de la fe de los ya bautizados pero
no iniciados ni catequizados. Hay muchas formas de realizar hoy este catecumenado
en la Iglesia. Aquí presentamos el que la Conferencia del
Episcopado Dominicano ha adoptado para la Misión Continental
para esta iniciación cristiana, siguiendo el Ritual de Iniciación Cristiana (RICA).
Como en los otros capítulos indicaremos el significado
del Kerygma (¿qué es?), la justificación de esta etapa (¿por
qué?), su finalidad (¿para qué?), sus destinatarios (¿para
quiénes?), sus responsables (¿quiénes?) la pedagogía que
152
utiliza (¿cómo?) su contenido, su duración (¿cuándo?).
1. Significado del catecumenado. El catecumenado es un tiempo prolongado, en que los
candidatos reciben la instrucción pastoral y se ejercitan en un
modo de vida apropiado, y así se les ayuda para que lleguen a
la madurez de las disposiciones de ánimo manifestadas al inicio
de la comunidad.
2. Justificación. Porque desde el momento de la aceptación del kerigma
la Iglesia los acoge con amor y cuidado maternal.
Porque ya vinculados a ésta empiezan a ser
alimentarlos con la Palabra de Dios y los cuidados de los hermanos, que les ayudan a la maduración y el
creciendo en la fe.
3. Finalidad.
Para consolidar la opción que el catecúmeno hizo en una primera etapa y prepararse para dar razón de su fe.
Para lograr un seguimiento en la conversión y en la vida
comunitaria ya iniciadas.
Para que el catecúmeno, mediante una catequesis
gradual y sistemática, llegue a ser un discípulo de Jesús que sabe convivir en una comunidad cristiana y asume
su misión misionera.
Para que los catecúmenos coloquen en el centro de sus
vidas a Jesucristo, logren un espíritu de oración, sean amantes de la Palabra, practique la confesión frecuente
y participen de la Eucaristía.
153
Para que los bautizados puedan vivir una vida más plena
y los venidos de otra religión puedan tener una base
cristiana católica.
5. Destinatarios.
El catecumenado está dirigido para aquellas personas
que han pasado por el primer tiempo de la primera etapa y han recibido el kerigma y quieran profundizar en el camino del
catecumenado.
El catecumenado está dirigido a aquellos adultos, jóvenes,
adolescentes y niños no bautizados que movidos por la gracia deciden seguir a Jesucristo, al igual que aquellos, que estando
bautizados, desean volver a su fe o necesitan completar la
iniciación cristiana en la edad que sea.
6. Pedagogía.
Para realizar esta catequesis, el Ritual de Iniciación Cristiana,
nos propone cuatro caminos:
Una catequesis apropiada, dispuesta por grados, pero
presentada íntegramente, y acomodada al año litúrgico y basada en las celebraciones de la Palabra.
Ejercitarse en la práctica de una vida cristiana y
ayudarles con el ejemplo de sus padrinos, más aún por
toda la comunidad. Participar de ritos litúrgicos oportunos que ayudan al
catecúmeno en su camino.
Los catecúmenos deben cooperar activamente en la
evangelización de la fe.
Para realizar estos cuatro caminos del Ritual de
Iniciación Cristiana (RICA), es necesario recurrir a las
siguientes herramientas:
154
a) S
e utilizará la andragogía, que es la ciencia y el arte de la educación y el aprendizaje del adulto que se desarrolla a través de la participación y la horizontalidad; y cuyo proceso es orientado por el Facilitador del aprendizaje de modo que , permite incrementar el pensamiento, la autogestión, la calidad de vida y la creatividad del participante adulto, con el propósito de proporcionarle la oportunidad para que logre su auto-realización.
El catequista forma a la comunidad para que
participen en equipos de preparación de los
temas que les corresponda.
b) Metodología (el ver, el juzgar y el actuar): que siempre se
tenga en cuenta la realidad, la Palabra y la acción.
c) Medios didácticos diversos que ayuden a la creatividad en la presentación de estos temas.
7. Contenidos.
El itinerario del catecumenado tendrá en cuenta estos siete pilares de la catequesis.
1º.LA HISTORIA DE LA SALVACIÓN.
- Estructura de la Biblia. _La creación‖el Dios de los orígenes.
155
_El Dios de Abraham.
_La promesa de Abraham, Isaac y Jacob.
_La liberación de los esclavos. Moisés. _La Alianza del Sinaí. Pueblo de Dios.
_La conquista de Canaán. Josué y los jueces.
_Sólo Dios es Rey. La monarquía.
_Profetismo. _Dios habla a su pueblo.
_Infidelidad del pueblo. Exilio a Babilonia.
_Regreso del exilio. Esdras y Nehemías.
_Lucha por la identidad del pueblo. Los Macabeos. _Las grandes lecciones del Antiguo Testamento.
Retiro: Mi historia de salvación
Rito: Entrega de anillo Misión: Ir casa por casa con la Biblia para explicar la
importancia de ella
2º. JESUCRISTO.
_El tiempo en que vivió Jesús. _El Hijo de Dios se hace hombre.
_Jesús anuncia el Reino de Dios.
_Las obras de Jesús inauguran el Reino de Dios.
_El Sermón del Monte programa del Reino _Jesús ora y nos enseña a orar.
_Jesús nos enseña quien es Dios Padre.
_Jesús nos enseña quien es él.
_Jesús nos enseña quien es el Espíritu Santo. _La Trinidad es la mejor comunidad.
_Jesús edifica la Iglesia.
_Jesús se entrega libremente por nosotros.
_Jesús resucita a una vida nueva.
_Jesús por su Pascua establece la Nueva Alianza.
156
_Seguir a Jesús, actitudes fundamentales del discípulo.
_Jesús nos concede su Espíritu.
_El Espíritu Santo nos da sus dones. _El Espíritu Santo produce en nosotros frutos de vida y
santidad.
Retiro: ¿Quién dice la gente que soy yo? ¿Y tu, quién soy
yo para ti? Rito: Entrega de la cruz e imagen del corazón de Jesús
Misión: Llevar la cruz casa por casa
3º. LA IGLESIA. _El nuevo pueblo de Dios.
_Misión de la Iglesia. Evangelizar.
_Iglesia sacramento universal de salvación.
_La Iglesia es Una, Santa, Católica y Apostólica. _Discípulos de Cristo. Laicos, clero y vida consagrada.
_Iglesia comunión y participación.
_La mujer y la Iglesia.
_El Papa y los obispos.
_María en la historia de salvación. _María como discípula y modelo de la Iglesia.
_La Iglesia en los primeros siglos .
_Historia de la Iglesia.
_Historia de la Iglesia Latinoamericana. _Historia de la Iglesia Dominicana.
_Otras Iglesia cristianas, sectas y la posición de la Iglesia
católica ante el ateismo.
_La comunión de los santos.
Retiro: Reflexión – Cuerpo de Cristo – 1 Cor. 12
Rito: Entrega de la imagen de Altagracia
Misión: Llevar la imagen de la Virgen: casa por casa y
explicarla
157
4º. EL CREDO.
_Creo en Dios Padre. _Creo en Jesucristo, Hijo único de Dios.
_Creo en el Espíritu Santo.
_Creo en la Santa Iglesia Católica.
_Creo en el perdón de los pecados. _Creo en la resurrección de la carne
_Creo en la vida eterna.
Retiro: Credo Niceno y mi propio Credo Rito: Entrega del Credo
Misión: Profesar mi ante la comunidad parroquial y ante
las personas de mi ambiente
5º. LOS SACRAMENTOS.
_Signos y símbolos de la Iglesia y de los sacramentos.
_En los sacramentos la Iglesia actualiza la salvación.
_La iniciación cristiana.
_ ¿Qué es el Bautismo? _Para vivir y celebrar el Bautismo.
_ ¿Qué es la Confirmación?
_Para vivir y celebrar la Confirmación.
_Eucaristía como sacrificio. _Eucaristía como cena familiar.
_Para vivir y celebrar la Eucaristía.
_ ¿Qué es la Reconciliación y la Penitencia?
_Para vivir y celebrar la Penitencia. _ ¿Qué es la Unción de los enfermos?
_Para vivir y celebrar la Unción de los enfermos.
_ ¿Qué es el Matrimonio?
_Para vivir y celebrar el Matrimonio.
_Orden sagrado.
158
_Los sacramentales.
_Los funerales cristianos.
Retiro: Opción vocacional, ministerios y servicios.
Rito: Unción con el óleo catecumenal.
Misión: Celebración Familiar para bendecir a los hijos.
6º. LA VIDA CRISTIANA.
_Nuestra vocación a las bienaventuranzas.
_La persona humana es libre.
_La conciencia. _La moralidad de los actos humanos.
_El pecado.
_Virtudes que afectan la totalidad de las relaciones. Fe,
esperanza y caridad. _Virtudes que afectan relaciones especificas. Dios, prójimo, uno
mismo y naturaleza.
_La ley moral, humana y cristiana. Los Mandamientos y el
Sermón del Monte.
_1er. Y 2do. Mandamientos. ―Amar a Dios sobre todas las cosas y respetar su Santo Nombre‖.
_3er. Mandamiento. ―Santificarás las fiestas‖
_4to. Mandamiento. ―Honrar padre y madre‖
_Responsabilidad de los padres con sus hijos. _5to. Mandamiento. ―No matar‖. Respeto a la vida y al medio
ambiente.
_6to. y 9no. Mandamiento. ―No cometer actos impuros. El
regalo de la sexualidad. _7mo. Y 10mo. Mandamientos. No robar ni codiciar. Dios nos
llama a compartir los bienes.
_8vo. Mandamiento. No mentir, caminemos en la verdad.
_Las Bienaventuranzas: el estilo de vida de Jesús.
_La persona y la sociedad.
159
_Participación en la vida social.
_Construyendo la nueva sociedad.
_El discernimiento cristiano. La conciencia crítica. _Los sistemas políticos y económicos son un desafío al
cristiano.
_Somos responsables del bien común (justicia social).
_Doctrina Social de la Iglesia. _Opción por los pobres y pastoral social.
_El trabajo.
Retiro: Escrutinio Mt. 18 y Gal 4 – Conversión Comunitaria – mirando el positivo y el negativo de cada
una persona
Rito: Lavar los pies
Entrega: bandera y escudo Misión: Colaborar en obras de bien social: visitar
enfermos, conocer los grupos solidarias de parroquia.
7º. EL PADRE NUESTRO.
_La oración en la vida. _La espiritualidad cristiana.
_ ¿Qué es la oración?
_Maneras de orar como cristianos.
_El Padre Nuestro y las siete peticiones. _Celebrar la fe desde la Liturgia de la Iglesia.
_Religiosidad popular dominicana.
_El culto a la Virgen y a los santos.
_Instrucción del rezo del Rosario.
Retiro: Padre Nuestro – 7 peticiones
Rito: Entregar Padre Nuestro
Misión: Rezar el rosario
160
Tiempo
El catecumenado, es decir, la disciplina o instrucción pastoral de
los catecúmenos, se alargará cuanto sea necesario para que madure su conversión y su fe, y, si fuere preciso, por varios
años.
El tiempo debe estar condicionado a la finalización de los temas
propuestos. En todos los casos, este tiempo de catecumenado debe finalizar al inicio de la cuaresma después de vivir el
proceso.
Liturgia _Celebración de la Palabra de Dios.
_Exorcismos menores.
_Bendiciones de los catecúmenos.
_Las entregas (celebrar una entrega y dar una misión después de finalizar cada pilar de la catequesis) Ej. el Rosario, la imagen
de la Altagracia y símbolos patrios, además que los que son
propios de los ritos catecúmenales (Credo y Padre Nuestro).
161
Décimo Séptimo Capítulo Tercera Etapa: Iluminación y Elección
Cuarta Etapa: La Mystagogia
I- Tercera Etapa de Iniciación Cristiana
1. Significado.
Es la celebración en la
que los catecúmenos que están
preparados y tras indagaciones y trayectorias son hallados dignos
de recibir los sacramentos de
iniciación para dar respuesta a la
llamada de Dios.
Esta llamada, ahora resuena públicamente en la
iglesia por la voz del Obispo o de
su representante. Así toda la
vida cristiana se interpreta como una vocación como un don de
Dios que invita al hombre y a la
mujer a participar más
intensamente.
2. Finalidad.
Para hacer que aparezcan en el corazón de los llamados
cuando hay en ellos debilidad y de maldad, para curarlo y
cuanto hay de bien, de bueno y de santo para reforzarlo. Para
162
transmitir lo más preciado, que la iglesia tiene: el símbolo de
la fe (El Credo) y el Padre Nuestro.
3. Justificación.
Por que han sido elegidos a prepararse para recibir los
sacramentos de Cristo y el Don del Espíritu Santo.
4. Destinatarios.
Para los que han sido elegidos por la comunidad.
5. Pedagogía. A través de tres momentos: elección, iluminación, retiro
de preparación al Bautismo y acto penitencial. Se refuerzan los
escrutinios, exámenes o iluminación, que son espacios que
alcanzan a los futuros bautizados acerca del sentido de la lucha en la cual ellos están unidos, a las renuncias y rupturas a las
cuales son llamados.
Supone de parte de los catecúmenos, el deseo de
purificación y aceptación de la redención ofrecida por Cristo
que, ellos son llamados a colaborar con la acción divina, por un sincero conocimiento de sí mismo, una seria reflexión y una
penitencia verdadera, que le hace descubrir el sentido del
pecado, y el compromiso de una vivencia ética, de corriente de
la enseñanza de Jesucristo y el compromiso del Reino de Dios. Debe acontecer en una celebración penitencial de los
bautizados, durante la cuaresma, en vista de que todos los
bautizados se renueven, juntamente con los futuros bautizados,
en el espíritu de reconciliación y penitencia. Cada momento seguirá un texto evangélico, que se refiere a la
conversión, y corresponden a los tres evangelios del año
litúrgico A, del tiempo de la Cuaresma y que expresan también
las tres dimensiones de la vida nueva ofrecida por Cristo.
163
_El Evangelio de la samaritana (Jn. 4, 5-42), hace descubrir
que, para ―adorar al Padre en Espíritu y Verdad‖, los
catecúmenos deben aproximarse a Jesús, fuente de agua viva. _El evangelio del ciego de nacimiento (Jn. 9, 1-41), invita a los
catecúmenos a entrar en el reino de la luz, que es Jesús,
rechazando el pecado.
_El Evangelio de la resurrección de Lázaro (Jn. 11, 1-45), muestra a los catecúmenos la vida nueva con Cristo y lo torna
participante de su resurrección.
Se seguirán los ritos propios del RICA.
6. Sujeto-agentes.
DGC. 222-223.
El Obispo es el primer o responsable de la catequesis.
(DGC 222-223). Los Prebísteros, ―educadores en la fe‖. Tratan de que
los fieles de la edad, se formen adecuadamente y
alcancen la madurez cristiana.
Los padres, en el caso de los niños y niñas, primeros
educadores de la fe de sus hijos. La iglesia convoca particularmente a las personas de
vida consagrada a la actividad catequética.
Los Catequistas Laicos.
II- Cuarta Etapa de Iniciación Cristiana: Mystagogia
Referencias: Ritual 37-40; 235-239, Aparecida 289 –
242, Directorio GC. 88
1. Significado.
Es el tiempo de la profundización en la experiencia de la
vida sacramental y de la vida en la comunidad.
164
2. Justificación.
Los neófitos necesitan continuar esa vivencia y sentir el
acompañamiento de la comunidad.
3. Finalidad.
Los neófitos crezcan como miembros de la iglesia,
madurando, practicando su fe y su compromiso de ser cristiano.
4. Destinatarios.
Para los neófitos en su comunidad.
5. Pedagogía.
La participación activa en la liturgia del tiempo pascual y
el seguimiento en su comunidad.
6. Sujeto.
Todos los responsables del acompañamiento: Párroco,
Catequistas, Padrinos, Animadores de grupos y la Comunidad.
Párroco: Acentuar la acogida y la presentación de los neófitos a la comunidad.
Catequistas: Acompañarles en todas las celebraciones y
continuar las catequesis pascual.
Padrinos: Acompañarles tanto en la celebraciones, como en la vida familiar y social.
Animadores de grupos: Darles a conocer su experiencia de
vida de fe en la comunidad.
Comunidad: Acogerlos, animarlos y expresarles la alegría por haberse incorporado a la comunidad.
7. Contenido: Catequesis Mystagógica.
a) Cristo Resucitado, presente en la palabra, la Eucaristía y
el hermano.
165
b) La Iglesia, Comunidad de ministerios.
c) Camino progresivo hacia la libertad interior: vida en el
Espíritu. d) Sacramento de la reconciliación, la oración personal y
Comunitaria, el discernimiento de carismas y ministerio.
8. Liturgia. Al seguir las celebraciones propias del Tiempo Pascual,
destacar los signos, símbolos y los mensajes de la palabra que
se refiera a ellos.
a) Reservar un lugar especial para los neófitos y sus padrinos.
b) Tenerles en cuenta en la Homilía y en la Oración de los
fieles.
c) Invitar al Obispo a un encuentro con los neófitos para animarles a continuar su formación por la catequesis
permanente.
d) Concluir el Tiempo Pascual con una celebración litúrgica
y social.
e) Celebrar el aniversario de su Iniciación Cristiana, para dar gracias a Dios e intercambiar sus experiencias.
9. Estructura.
Las celebraciones de Pascua.
10. Tiempo.
Desde Pascua hasta Pentecostés.
11. Misión:
En la celebración festiva final del Neofitado, expresar los
compromisos concretos para la comunidad y la sociedad, que
han descubierto y asumido durante el proceso de
acompañamiento.
166
12. Vida de comunidad en catequesis permanente. Se
continúa en la comunidad y se sigue el proceso de catequesis permanente según el Plan Diocesano.
167
Décimo Octavo Capítulo La comunidad cristiana en el proceso de iniciación
cristiana
El anuncio del Kerigma, como hemos insistido
repetidamente, es un primer
paso que abre camino a todo
un proceso cuyo objetivo
principal es llegar al ―conocimiento pleno del Hijo de
Dios, al estado de hombre
perfecto, a la madurez de la
plenitud de Cristo‖ (Ef 4,13). Por eso, al realizar de la
Misión Continental en forma de
proceso de iniciación cristiana el paso lógico y necesario que
sigue es integrar a todos los que acepten al Señor en pequeños grupos, gérmenes de las futuras comunidades, en los que:
—con una adecuada catequesis, se vayan introduciendo en la
vida de la Iglesia,
—se inicien en los sacramentos,
—vayan dando los signos del amor y de la unidad; y
168
—comiencen a testimoniar a Cristo en su propio ambiente
buscando su transformación en todos los órdenes de la vida.
Pero, esta idea no es un invento nuestro. Es el plan del Señor tal como nos lo transmitieron los Apóstoles y sus
comunidades. Si tomamos el libro de los Hechos en su capítulo
2, encontramos este itinerario:
—Venida del Espíritu Santo que impulsa a los Apóstoles a proclamar a Jesucristo. (Hch 2,1-13)
—Pedro proclama el Kerigma con alegría y valentía (2,14-36).
—Respuesta de la multitud: ¿qué tenemos que hacer? (2,37).
—Propuesta de Pedro: Fe y conversión, bautismo (2,38-39) —Aceptación y bautismo de tres mil (2,41).
—La comunidad (2, 42-47)
Entonces, nuestro gran reto es lograr que todas las Parroquias de nuestra Arquidiócesis/Diócesis se conviertan en
una red de comunidades o comunión de comunidades (cfr
Conclio Plenario Dominicano 762; DA 170) en las que todos los
iniciados por la proclamación del Kerigma encuentren su lugar,
es decir, su camino de seguir a Jesús. Así nos lo pide también Aparecida cuando dice: ―la
vocación al discipulado misionero es con-vocación a la
comunión en su Iglesia. No hay discipulado sin comunión. Ante
la tentación, muy presente en la cultura actual, de ser cristianos sin Iglesia y las nuevas búsquedas espirituales
individualistas, afirmamos que la fe en Jesucristo nos llegó a
través de la comunidad eclesial y ella ―nos da una familia, la
familia universal de Dios en la Iglesia Católica. La fe nos libera del aislamiento del yo, porque nos lleva a la comunión‖. Esto
significa que una dimensión constitutiva del acontecimiento
cristiano es la pertenencia a una comunidad concreta, en la que
podamos vivir una experiencia permanente de discipulado y de
169
comunión con los sucesores de los Apóstoles y con el Papa‖
(158).
I- Descripción de una Comunidad Cristiana
Como vemos en Hechos 2 los frutos inmediatos de la
presencia del Espíritu en Pentecostés es la predicación alegre y valiente de los Apóstoles y la formación de la primera
comunidad cristiana que es el modelo a seguir en todos los
tiempos (cfr DA 369).
La experiencia apostólica marca toda la vida eclesial de todos los tiempos. En ella encontramos las características
propias de la Iglesia Iglesia universal y de las Iglesias
particulares, que constituyen la comunidad cristiana referencial
y que se hace ―cercana y se visibiliza en la rica variedad de las comunidades cristianas inmediatas, en las que los cristianos
nacen a la fe, se educan en ella y la viven: la familia, la
parroquia, la escuela católica, las asociaciones y movimientos
cristianos, las comunidades eclesiales de base...‖ (DGC 253),
pequeñas y nuevas comunidades (cfr DA 180, 307, 311, Concilio Plenario 754).
Esta primera comunidad tenía unas características
propias que están muy bien detalladas en Hch 2,42-47; 4,32-37 y son las que inspiran toda comunidad cristiana de todos los
tiempos:
a) Acudían asiduamente a la enseñanza de les Apóstoles
(2,42). b) ―A la fracción del pan y de las oraciones‖; ―acudían al
Templo todos los días con perseverancia y con un mismo
espíritu‖ (2,46); ―alababan a Dios y gozaban de la
simpatía de todo el pueblo‖ (2,47).
170
c) Acudían asiduamente a la comunión (2,42); ―la multitud
de los creyentes no tenía sino un solo corazón y una sola
alma. Nadie llamaba suyos a sus bienes, sino que todo era en común entre ellos‖ (4, 32).
d) ―No había entre ellos ningún necesitado‖ (4, 34).
Inspirado en este modelo de comunidad cristiana, el Concilio Plenario Dominicano establece que ―para que una
forma comunitaria sea aceptada como nivel básico eclesial es
necesario que llene los siguientes requisitos:
a) Conciencia clara de una relación particular y original con el Padre, por Cristo, en el Espíritu Santo.
b) Acogida de la Palabra de Dios para conocer siempre el
designio de Dios sobre los hombres.
c) Interpretación de la Palabra de Dios en la Biblia según la Tradición y el Magisterio de la Iglesia.
d) Celebración de la fe, particularmente en los
Sacramentos,
e) Comunión con el párroco y a través de él con el Obispo y
por medio de éste con la Palabra f) Oración comunitaria y personal a la luz de la Palabra de
Dios y como respuesta a esa Palabra
g) Fraternidad en el amor
h) Conciencia de la misión universal e ímpetu misionero (que hace de la comunidad un lugar de irradiación para
otras comunidades)
i) Reconocimiento de las propias limitaciones y por
consiguiente de la necesidad de abrirse a otras comunidades.
j) Opción por los pobres, empeño por la justicia y por la
liberación integral‖ (no. 756).
171
En este sentido, podemos concluir que la comunidad
cristiana o comunidad eclesial que nos proponemos formar en
este proceso de iniciación cristiana es:
Un grupo estable de personas
convocadas por el Padre
que han aceptado a Jesucristo como su Señor y Salvador y se comprometen con su Reino
escuchan la Palabra de Dios siguiendo un proceso
permanente de evangelización
viven y celebran su fe, se unen en un solo corazón por la acción del Espíritu
Santo viviendo la comunión fraterna a través de
relaciones cercanas, abiertas y solidarias
están en comunión con toda la Iglesia: parroquial, diocesana y universal
se comprometen en la evangelización con espíritu
misionero realizando diversos carismas y servicios
promueven la justicia y la solidaridad, especialmente,
con los más pobres, y es fermento de transformación de la sociedad de
acuerdo a los criterios del Evangelio.
II- Profundicemos las características de las Comunidades
Eclesiales al estilo de las Primeras Comunidades
Cristianas
Para hacernos más conscientes de las características
propias de estas comunidades detengámonos a considerarlas
más detenidamente, destacando que estas comunidades son
comunidades de la Palabra, litúrgicas, de comunión fraterna,
evangelizadoras, servidoras, liberadoras y apostólicas.
172
1. Comunidades de la Palabra.
La comunidad cristiana nace de la Palabra, se alimenta, crece y se desarrolla con ella tal como nos la han transmitido
los Apóstoles. La enseñanza de los Apóstoles de la que nos
habla el libro de los Hechos se nos ha transmitido a través del
Nuevo Testamento y a través de la Tradición, que recoge y comunica la profundización y la vivencia de la Palabra realizada
por las generaciones cristianas desde los Apóstoles hasta hoy.
Precisamente, lo que hace la catequesis es organizar
esta enseñanza de una manera sistemática y ordenada y pedagógicamente comprensible a cada grupo de personas.
Toda comunidad cristiana necesita desarrollar una catequesis
inicial y básica que es la iniciación cristiana y una catequesis
permanente, para que pueda realmente echar raíces y ser fecunda. El nivel de una comunidad se mide en mucho por la
calidad de la catequesis que se imparta en ella.
Hacemos nuestra la propuesta de Aparecida:
―Proponemos que el proceso catequístico formativo adoptado
por la Iglesia para la iniciación cristiana sea asumido en todo el Continente como la manera ordinaria e indispensable de
introducir en la vida cristiana, y como la catequesis básica y
fundamental. Después, vendrá la catequesis permanente que
continúa el proceso de maduración en la fe, en la que se debe incorporar un discernimiento vocacional y la iluminación para
proyectos personales de vida‖ (DA 294).
2. Comunidades Litúrgicas. La escucha de la Palabra exige una respuesta de sus
oyentes. Esta respuesta se hace oración en sus muchas formas:
alabanza, bendición, acción de gracias, petición de perdón,
intercesión, ofrecimiento.
173
Pero, esta oración no es un monólogo, sino un diálogo
de amor. Dios mismo por medio de su Hijo Sumo y Eterno Sac-
erdote en el Espíritu Santo se hace presente en la Liturgia y realiza en ella su obra de salvación en el hoy de cada comu-
nidad que celebra su fe. Así Dios es glorificado y la comunidad
es santificada.
De ahí que la Liturgia se hace fuente, manantial, fuerza vital para el caminar de los cristianos. Y al mismo tiempo se
vuelve cumbre porque nos lanza hacia el futuro, haciéndonos
pregustar el Reino en su plenitud final.
Por esto, hablar de comunidad cristiana es hablar de una comunidad que celebra su fe, especialmente en la Eucaristía,
signo de la unidad con todos, que prolonga y hace presente el
misterio del Hijo de Dios hecho hombre (cf. Fil 2,6-8), ―en la
cual se fortalece la comunidad de los discípulos‖ , ― renueva su vida en Cristo‖, tiene una escuela de vida cristiana‖, se prepara
―en orden a dar frutos permanentes de caridad, reconciliación y
justicia para la vida del mundo‖ (DA 175).
3. Comunidades de Comunión Fraterna. Los signos visibles de una comunidad cristiana son el
amor y la unidad. Así testimonian claramente a Jesucristo: ―En
esto conocerán todos que son discípulos míos: si se tienen
amor Ice unos a los otros‖ (Jn 13,34). ―Como tú, Padre, en mí y yo en ti, que ellos sean también uno en nosotros, para que el
mundo crea que tú me has enviado‖ (Jn 17,21). ―Nosotros
sabemos que hemos pasado de la muerte a la vida porque
amamos a los hermanos‖ (1Jn 3,14). Este amor se manifiesta en detalles concretos: compartir
la alegría, comer juntos, estar presentes en las buenas y en las
malas y en compartir los bienes (cfr. DA 356). Ese amor se
hace servicio oportuno y eficaz. Así testimonian el Reino de
Dios que ya está entre nosotros
174
4. Comunidades Evangelizadoras.
Estas comunidades son de por sí evangelizadoras. Formadas por personas que han descubierto el tesoro que es
Cristo y que están llenas de entusiasmo al descubrirlo en toda
su hermosura proclaman con palabras y hechos a este
Jesucristo Señor y Salvador. Este servicio evangelizador será, a su vez, la mejor
muestra de que estas comunidades realmente están en proceso
de evangelización permanente y que de verdad aceptan la
acción del Espíritu Santo en su interior, tal como lo expresa Aparecida: ―la alegría que hemos recibido en el encuentro con
Jesucristo, a quien reconocemos como el Hijo de Dios
encarnado y redentor, deseamos que llegue a todos los
hombres y mujeres heridos por las adversidades; deseamos que la alegría de la buena noticia del Reino de Dios, de
Jesucristo vencedor del pecado y de la muerte, llegue a todos
cuantos yacen al borde del camino, pidiendo limosna y
compasión (cf. Lc 10, 29-37; 18, 25-43). Conocer a Jesús es el
mejor regalo que puede recibir cualquier persona; haberlo encontrado nosotros es lo mejor que nos ha ocurrido en la vida,
y darlo a conocer con nuestra palabra y obras es nuestro gozo‖
(no. 29).
5. Comunidades de Servicio y de Liberación Integral.
La comunidad cristiana es toda ella ministerial, es decir, servidora. En ella se vive en actitud de servicio como algo
natural y propio. Servicio hacia dentro de la misma comunidad
como servidores de la Palabra, de la liturgia, de la animación y
coordinación y de la solidaridad fraterna.
175
Servicio hacia fuera que se vuelve promoción humana
en favor de los más pobres. El ideal de la primera comunidad
cristiana de que ―no había entre ellos ningún necesitado‖ es para cualquier comunidad cristiana de cualquier lugar una lla-
mada constante y permanente a la solidaridad y trabajo por la
justicia.
Nuestro objetivo en ese servicio es realizar el proyecto de Jesús que es ―instaurar el Reino de su Padre. Por eso, pide a
sus discípulos: ―¡Proclamen que está llegando el Reino de los
cielos!‖ (Mt 10, 7). Se trata del Reino de la vida. Porque la
propuesta de Jesucristo a nuestros pueblos, el contenido fundamental de esta misión, es la oferta de una vida plena para
todos. Por eso, la doctrina, las normas, las orientaciones éticas,
y toda la actividad misionera de la Iglesia, debe dejar
transparentar esta atractiva oferta de una vida más digna, en Cristo, para cada hombre y para cada mujer de América Latina
y de El Caribe‖ (DA 361).
En sociedades como la nuestra donde muchísimos
hermanos cristianos pasan necesidad causada por injusticias,
estructuras de pecado, negligencias e ignorancia y tantas otras causas ninguna comunidad cristiana puede estar tranquila y
despreocupada.
Como dice Aparecida: ―las condiciones de vida de
muchos abandonados, excluidos e ignorados en su miseria y su dolor, contradicen este proyecto del Padre e interpelan a los
creyentes a un mayor compromiso a favor de la cultura de la
vida. El Reino de vida que Cristo vino a traer es incompatible
con esas situaciones inhumanas. Si pretendemos cerrar los ojos ante estas realidades no somos defensores de la vida del Reino
y nos situamos en el camino de la muerte: ―Nosotros sabemos
que hemos pasado de la muerte a la vida porque amamos a los
hermanos. El que no ama permanece en la muerte‖ (1Jn 3, 14).
Hay que subrayar ―la inseparable relación entre amor a Dios y
176
amor al prójimo” que ―invita a todos a suprimir las graves
desigualdades sociales y las enormes diferencias en el acceso a
los bienes‖. Tanto la preocupación por desarrollar estructuras más justas como por transmitir los valores sociales del
Evangelio, se sitúan en este contexto de servicio fraterno a la
vida digna‖ (DA 358).
Sería alejarse de su Señor que describía como signos de su Reino que ―los ciegos ven y los cojos andan, los leprosos
quedan limpios y los sordos oyen, los muertos resucitan y se
anuncia a los pobres la Buena Nueva‖ (Mt 11,5).
No es por otra razón que la Iglesia latinoamericana hace una opción preferente por los más pobres del Continente y del
Caribe, como lo ratifica el Documento de Aparecida: ―nos
comprometemos a trabajar para que nuestra Iglesia
Latinoamericana y Caribeña siga siendo, con mayor ahínco, compañera de camino de nuestros hermanos más pobres,
incluso hasta el martirio. Hoy queremos ratificar y potenciar la
opción del amor preferencial por los pobres hecha en las
Conferencias anteriores.
Que sea preferencial implica que debe atravesar todas nuestras estructuras y prioridades pastorales. La Iglesia
latinoamericana está llamada a ser sacramento de amor,
solidaridad y justicia entre nuestros pueblos‖ (DA 396).
6. Comunidades Apostólicas.
El testimonio de los Hechos insiste en la unión de la
comunidad con los Apóstoles, a quienes Dios constituyó como
sus cimientos. Ellos transmiten la enseñanza del Señor, comunican el Espíritu de Jesús, animan y guían la comunidad
en nombre de Aquel que nos convocó a ser su Iglesia.
Este ministerio apostólico permanece entre nosotros a
través del ministerio de los Obispos y del Papa, quienes son
sucesores de los Apóstoles y de Pedro. Ellos aseguran la unidad
177
de la fe, unen en el mismo amor, guían en la caridad a los que
Dios les encomendó.
Una comunidad cristiana será tal en la medida que esté unida a los Apóstoles, representados en el Obispo de su
Diócesis e integrándose en el proyecto de pastoral diocesana
(cf DA 179) De esta comunión apostólica recibirá la
autenticidad de la fe, ya que sabrá distinguir lo que corresponde al Evangelio y lo que es engaño (ver Ap 2,2) y la
seguridad que dan los cimientos fuertes a una construcción (ver
Mt 7, 24-25; Ap 21,14).
Este proyecto de comunidad cristiana que nos propone el Señor es hermoso y de mucha dedicación y entrega. Así lo
expresan nuestros Obispos en el Concilio Plenario Dominicano:
―deseamos que la mayoría de nuestras parroquias se
estructuren como comunidad de comunidades. Recordamos que esto es un proceso, proceso no fácil‖ (no. 762).
III. Manos a la obra
Cada Parroquia se esforzará por hacerlo realidad dentro de este proceso de iniciación cristiana que quiere emprender la
Misión Continental. Les proponemos una forma concreta de
formar estas comunidades, aunque reconocemos que hay
muchas formas y estilos de formar las comunidades, pero lo importante es que en todas se desarrollen de una manera
global estas características esenciales y comunes (cf Concilio
Plenario Dominicano, no. 763).
De lo contrario, será un grupo con un objetivo grande e interesante, pero limitado a destacar algún que otro aspecto del
misterio de Cristo. Por supuesto, que exigirá trabajo.
Multiplicará tareas y reclamará nuevos y mayores esfuerzos. La
catequesis deberá estar bien preparada para la formación
integral. La Liturgia implicará una mejor y esmerada
178
preparación. Habrá que coordinar a los animadores de las
comunidades. Se pedirán visitas y encuentros directos. Las
solicitudes de diálogo serán más frecuentes. La vida traerá más vida y más gente y más necesidades.
Pero todo ese se verá recompensado con frutos
abundantes que llenan de alegría y de vida a quien ha sabido
gastarse en los duros trabajos del Evangelio. El Señor hará su obra en el anuncio del Kerigma. Ahora nos toca a nosotros
cultivarla y favorecer para que crezca y dé muchos frutos.
Dinámica para estudiar las características de la primera comunidad:
—En pequeños grupos, uno lee voz alta: Hch 2, 42-44; 4, 32-
37; 16,5.
—Cada uno en silencio lo vuelve a leer. —Intervienen los participantes.
—Se vuelve a leer destacando los verbos o acciones de cada
uno de los participantes.
—Se vuelve a leer y se dicen las principales características de
las primeras comunidades cristianas. —Nos preguntamos: ¿qué dicen esas comunidades primeras a
nuestras comunidades cristianas de hoy?
—Se hace un momento de silencio para interiorizar la Palabra.
—Se estudia a nivel personal y comunitaria la profundización de las características de las comunidades
—Se da oportunidad para expresar algunas oraciones
espontáneas.
179
Décimo Noveno Capítulo El proceso interno de una comunidad cristiana en
proceso de Iniciación Cristiana
Para que todo lo que
hemos dicho sea una realidad
es importante que se siga un proceso que permita iniciar,
desarrollar y llevar a la
madurez en Cristo (cf Ef 4,
13-16). En este capítulo les ofrecemos una guía para la
formación y consolidación de
estas comunidades de
iniciación cristiana, estructuradas alrededor de la Palabra, la Liturgia, la Comunión
y el Servicio a la sociedad en especial al servicio de los pobres.
I- El inicio de la Comunidad
Para iniciar una comunidad en este proceso de iniciación
cristiana es necesario tener claro que la formarán sólo las
personas que después de escuchar el anuncio del Kerygma se
deciden en el Retiro Kerigmático a formar una comunidad cristiana como fruto de su encuentro personal con Jesucristo y
para seguir este proceso de iniciación cristiana.
Es importante que se tengan en cuenta los siguientes criterios a
la hora de la integración de estas comunidades: a) Los compromisos que asumen los que se decidan a
formar la Comunidad son:
Participar en una reunión semanal de estudio de la
Palabra
180
Participar en la Eucaristía del Domingo de acuerdo a las
posibilidades de la Parroquia. Si no hay Celebración
Eucarística se participará en la Celebración de la Palabra.
Participar cada mes en la Acción Significativa del Sector.
Participar cada 5 semanas en una convivencia de un día
o un mínimo de 4 horas. Estar disponible para el servicio a los demás, en
especial, a los más pobres.
b) Los integrantes sean personas del mismo Sector, preferiblemente, de modo que se puedan reunir
fácilmente y sean fermento del Evangelio en medio de
su Sector.
c) Pueden ser de diferentes niveles sociales, económicos, educativos, casados, solteros y de diferentes edades.
Sólo nos toca recibir a los que el Señor vaya llamando
tal como dice el libro de los Hechos: ―el Señor agregaba
al grupo a los que cada día se iban salvando‖ (Hch
2,47). d) La edad mínima debe ser 14 años en adelante. Pero, si
hay niños que quieran integrarse no se les puede cerrar
el paso por aquello que dijo Jesús:‖ Dejen que los niños
se acerquen a mí‖ (Mt 19,14), siempre teniendo en cuenta su edad y su capacidad de perseverancia a la vez
que se les anima a la catequesis de niños.
e) El número de personas puede ser de 30 personas a 12
personas que permita una relación entre ellos, facilidad de reuniones y delegación de funciones. Ni muy grande
ni muy pequeña es el criterio. Es necesario contar con
que muchos y muchas por diversos motivos se alejan o
dejan la comunidad, por lo que si son muy pocas se
desbaratan. También, es importante que las
181
comunidades puedan rotar los trabajos propios de la
comunidad para que todos se sientan y sean parte
activa de la comunidad. f) Sólo podrán participar en las reuniones internas de la
Comunidad, como los encuentros semanales, retiros,
convivencias y otros momentos especiales, aquellos que
participaron del Retiro Kerigmático con la finalidad de que haya crecimiento en la formación y en la vivencia
comunitaria.
g) Cada comunidad será dirigida por un Equipo de personas
de 3 a 5 de acuerdo al número de personas que la integran. Se elegirán por votación secreta de sus
integrantes, quedando como coordinador o coordinadora
quien obtenga el mayor número de votos. Si votan por
una persona casada cuyo esposo o esposa está en esa comunidad los votos de uno valen para el otro y se
suman juntos; de modo que si sale uno de ellos
automáticamente queda elegido el otro o la otra.
Aunque no votasen por el esposo o la esposa al elegir
uno de los dos queda elegido el otro y la otra. h) La votación debe contar con la aprobación del Párroco.
i) Poco a poco se irán descubriendo los carismas de los
hermanos y hermanas que los irán cultivando y
poniendo al servicio de la comunidad tales como el canto, la decoración y acomodación del lugar, atención a
la vida comunitaria, etc.
j) El Párroco y su Equipo de las Etapas de Iniciación
Cristiana dará seguimiento a las comunidades y al proceso de iniciación cristiana.
k) La comunidad participará con todos en las
Celebraciones Eucarísticas y en todas las actividades
programadas por la Parroquia.
182
l) Cada cinco semanas se tendrá una Convivencia de una
duración mínima de 3 horas o de todo el día con todas
las Comunidades donde se profundizará la Palabra, se celebrará la Liturgia de las Horas y cuando sea posible
la Eucaristía, se compartirá la comida y la fraternidad y
se tendrá la revisión de vida personal y comunitaria a la
vez que se cultivará la solidaridad social analizando la realidad actual de su Sector y de la sociedad.
m) En los tiempos fuertes litúrgicos se tendrán Retiros, Acto
Penitencial y Celebración gozosa de la Pascua y de la
Navidad.
II- Escucha y vivencia de la Palabra de Dios
Como expresa Aparecida: ―se hace, pues, necesario proponer a los fieles la Palabra de Dios como don del Padre
para el encuentro con Jesucristo vivo, camino de ―auténtica
conversión y de renovada comunión y solidaridad‖. Esta
propuesta será mediación de encuentro con el Señor si se
presenta la Palabra revelada, contenida en la Escritura, como fuente de evangelización‖ (DA 248).
En este sentido, la comunidad se reunirá tres veces al
mes a escuchar, estudiar y aplicar la Palabra de Dios en su
vida, siguiendo la guía de temas preparada por la Comisión Nacional de Catequesis y aprobada por la Conferencia del
Episcopado Dominicano.
Estos temas centrados en la Palabra de Dios contienen
una reflexión adecuada para dar seguimiento de la iniciación cristiana, motivando al compromiso cristiano a nivel personal,
familiar y social.
Serán desarrollados con diversas metodologías como la lectio
divina (cfr DA 249), el método ver, juzgar y actuar,
celebraciones de la Palabra y otras dinámicas.
183
Lo importante es que todos los integrantes de la
comunidad vayan asumiendo poco a poco su vocación de
sacerdotes, profetas y reyes en Cristo. La finalidad es que toda la comunidad se vaya haciendo protagonista de su propia
evangelización.
Para que esta escucha de la Palabra surta su efecto es
necesario abrir el corazón y preparar bien las lecturas, moniciones, la guía de la reunión, los cantos, la profundización
del tema, la decoración del lugar, el orden de los
asientos, la luz necesaria y todo lo que haga falta para que la
Palabra penetre a lo más profundo del ser. El Equipo de coordinación de la Comunidad se reunirá para
preparar la reunión semanal. Luego, dentro del proceso se irán
asociando los otros miembros de la comunidad de modo que
todos sean parte activa del proceso y se vayan haciendo sujeto de la evangelización asumiendo pequeños compromisos.
Una vez al mes se unirá al Sector para celebrar la Acción
Significativa del Sector, de acuerdo al itinerario del Plan de
Pastoral, ayudando a su organización y desarrollo.
En el Retiro a celebrarse cada cinco semanas se tendrá tiempo suficiente para escuchar la Palabra, que siempre se tomará del
tema y el lema del mes correspondiente al Plan de Pastoral.
III. Celebración de la Liturgia
Conscientes de que ―encontramos a Jesucristo, de modo
admirable, en la Sagrada Liturgia. Al vivirla, celebrando el
misterio pascual, los discípulos de Cristo penetran más en los misterios del Reino y expresan de modo sacramental su
vocación de discípulos y misioneros‖ (DA 250) la comunidad es
una comunidad litúrgica.
Ya que la Eucaristía ―es el lugar privilegiado del
encuentro del discípulo con Jesucristo‖ y que los fieles deben
184
vivir su fe en la centralidad del misterio pascual de Cristo a
través de la Eucaristía, de modo que toda su vida sea cada vez
más vida eucarística‖ todos los que participan de una comunidad se comprometen a participar en la Eucaristía del
Domingo, ya sea en horario sabatino o en el Día del Señor.
Cada comunidad elegirá la Eucaristía que participarán juntos en
la Comunidad Parroquial. Cada comunidad ayudará a preparar con esmero la
Celebración Eucaristía según le sea asignado por el Equipo de
Liturgia de la Parroquia. Después de escuchar con atención y
con tiempo la Palabra de Dios prepararán moniciones a viva voz, las lecturas, escogerán los cantos, las ofrendas, los signos
litúrgicos, la decoración y limpieza del lugar. Este Equipo se
turnará y se conformará por personas distintas de la comunidad
de modo que todos aprendan a preparar y celebrar dignamente la Liturgia.
Se cultivará también la Liturgia de las Horas como
oración oficial de la Iglesia, especialmente, en los Retiros y
Encuentros mensuales así como en algunas de sus reuniones.
También, se tendrán Actos Penitenciales debidamente preparados en los momentos litúrgicos fuertes de Adviento y
Cuaresma y en otras ocasiones especiales de la comunidad.
Se le dará importancia a la celebración de los demás
sacramentos, especialmente, del Bautismo, la Confirmación y el Matrimonio que se prepararán y se celebrarán con una
consciente y esmerada participación.
IV- Vivencia de la Comunión fraterna
La comunión fraterna tiene como modelo y como
fundamento la comunión de la Trinidad: ―los discípulos de
Jesús están llamados a vivir en comunión con el Padre (1Jn 1,
3) y con su Hijo muerto y resucitado, en ―la comunión en el
185
Espíritu Santo‖ (2Cor 13, 13). El misterio de la Trinidad es la
fuente, el modelo y la meta del misterio de la Iglesia: ―un
pueblo reunido por la unidad del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo‖, llamada en Cristo ―como un sacramento, o signo e
instrumento de la íntima unión con Dios y de la unidad de todo
el género humano‖. La comunión de los fieles y de las Iglesias
Particulares en el Pueblo de Dios se sustenta en la comunión con la Trinidad‖ (DA 155).
De ahí, que ―el encuentro de los discípulos con Jesús en
la intimidad es indispensable para alimentar la vida comunitaria
y la actividad misionera‖ (DA 154). La pequeña comunidad está llamada a ser como una
gran familia, donde se respeta la dignidad humana, reina el
amor, la armonía, la justicia y la paz. Esto atrae a los demás a
compartir la fe e integrarse en ella. Cada uno de sus miembros es reconocido porque tiene su nombre propio, un rostro, una
historia única, irrepetible e insustituible. Cada uno es
importante y valioso para la comunidad, porque es un hijo o
una hija de Dios.
La opinión de la minoría es oída, atendida y respetada. Las decisiones son apoyadas unánimemente.
Tienen experiencia de comunicación, responsabilidad,
libertad, solidaridad, respeto mutuo, confianza, sencillez,
ayuda, comprensión, tolerancia y perdón. Recordemos que la comunidad es para SER, para vivir, para formarse con otros y
experimentar la presencia de Dios junto y en los hermanos. De
ahí, que aprenden juntos una nueva manera de vivir, trabajar,
servir, divertirse y relacionarse con todos y todas. No es para hacer. Eso le toca a los Equipos que tienen asignadas tareas
concretas como veremos en el siguiente punto.
La comunión fraterna se expresará en señales muy
concretas como son: el compartir alegre en las reuniones; la
comunicación abierta y sincera entre sus integrantes tanto de
186
sus pensamientos, de sus sentimientos y de sus proyectos; la
alegría de estar juntos, de rezar juntos, de comer juntos, de
preparar juntos, de caminar juntos, de servir juntos; el entusiasmo de los proyectos comunitarios; el compartir los
bienes; el perdón mutuo, sincero y fraterno en los momentos
de conflictos; la solución de los conflictos en la verdad; el tener
detalles de unos con otros; el tenerse en cuenta en todos los momentos de su vida no sólo cuando se encuentran reunidos,
sino también fuera de la comunidad y (cfr DA 356, 383).
En concreto, esta comunión fraterna se hará visible en
las reuniones, celebraciones, encuentros, convivencia, en la celebración de cumpleaños, de las fiestas de Pascua y Navidad,
en los paseos comunitarios, en los momentos de dolor, de
enfermedad y de muerte de algún familiar.
También, se mostrará la comunión fraterna en los momentos especiales dentro de los encuentros comunitarios
donde se comparte lo que se va viviendo en el día a día, las
penas y las alegrías, los éxitos y los fracasos, los esfuerzos por
vivir el Evangelio y las caídas e incoherencias en el seguimiento
del Señor. Por eso, es indispensable aprender a decir la verdad, sin esconder las cosas para quedar bien o para
aparentar que todo va bien. Y será necesario aprender a
escuchar la verdad sobre sí mismo en los momentos de revisión
de vida personal y comunitaria que incluirá la corrección fraterna que ayuda a crecer y a desarrollarse.
Otra manera de vivir la comunión fraterna será el
compartir los bienes materiales para los gastos de la
evangelización y del servicio a los más pobres con la colaboración mensual de acuerdo a sus ingresos para los gastos
de la comunidad parroquial, de la pequeña comunidad y de su
servicio a los más pobres. Así viviremos el sentido del diezmo
bíblico, que nos enseña a reconocer la soberanía de Dios sobre
todas las cosas, el compartir fraterno de los bienes y la
187
corresponsabilidad con nuestra Iglesia. Cada mes recibirá un
sobre para esta colaboración mensual que se entregará a la
Parroquia, quien dispondrá de la mitad para gastos parroquiales y la otra mitad para los gastos de la comunidad.
Recordemos que la comunidad es para SER, para vivir,
para formarse con otros y experimentar la presencia de Dios
junto y en los hermanos. De ahí, que aprenden juntos una nueva manera de vivir, trabajar, servir, divertirse y
relacionarse con todos y todas. No es para hacer. Eso le toca a
los Equipos que tienen asignadas tareas concretas como
veremos en el siguiente punto.
V. Servicio a la sociedad, en especial, a los pobres
La pequeña comunidad cristiana como en las primeras comunidades cristianas está llamada a compartir los bienes y
los dones de cada uno, poniéndolos a disposición de los
demás, a compartir según las necesidades de cada uno, a
procurar el bienestar de todos y a trabajar en la solución de los
problemas que les afectan. Por eso, se formarán Equipos de trabajo y de servicio, distribuyéndose las tareas que se
necesiten realizar para el buen funcionamiento de la
comunidad.
Al mismo tiempo, sus miembros estarán disponibles para a servir de acuerdo a los carismas, capacitación y
posibilidades de sus integrantes a las necesidades propias del
Sector, de la Parroquia y de la Arquidiócesis/Diócesis en los
diversos equipos diocesanos, parroquiales o de sector. Poco a poco, a su debido tiempo y de acuerdo a su
propio desarrollo, los que forman la comunidad, además de su
testimonio de vida se irán transformando en comunidades
misioneras participando por ejemplo como mensajeros del
Sector, como catequistas, cantores, promotores de la
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evangelización directa y de la promoción humana y social. Cada
uno dará parte de su tiempo a la semana para algún servicio
eclesial. Cada comunidad cristiana vive dentro de una sociedad
donde tristemente existe mucha desigualdad económica y social
que genera pobreza e injusticia. Por eso, estará muy atenta a
las necesidades de su Sector; aprenderá dentro del proceso de su formación a analizar la realidad; juzgarla a la luz de la
Palabra de Dios y desarrollará acciones que respondan a esa
realidad para transformarla.
De ahí, que dentro del programa propio de la comunidad se tendrá un espacio especial para este ver, juzgar y actuar que
permita ir desarrollando una conciencia social que le lleve a ser
luz del mundo, sal de la tierra y levadura en la masa.
Pero, además, dentro de la formación se integrará la vida que acontece donde buscaremos la presencia y la llamada
de Dios que nos habla y se aprenderá a tener oídos para
escuchar lo que el Espíritu dice a la Iglesia en los
acontecimientos de la vida y la acción que nos reclama realizar.
Se educará para suscitar en sus integrantes « la opción preferencial por los pobres » que lleva consigo « el compromiso
por la justicia según la función, vocación y circunstancias de
cada uno ». (Directorio de catequesis 104; DA 257).
De ahí que la comunidad está llamada a ser defensora de los débiles; mano amiga a todos y los más pobres y
enfermos; promotoras de la vida humana y de su desarrollo
integral, escuelas de participación eclesial y ciudadana, y
transformadoras de la realidad del sector donde viven. La comunidad animará y formará a cada participante a
ser luz, sal y levadura en medio de su trabajo diario ya sea en
una profesión y oficio dando testimonio del Evangelio con su
manera de hacer bien lo que le corresponde realizar así como
por sus criterios de juicio ante las situaciones que se le
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presenten. También, impulsará a la participación en
organizaciones comunitarias y profesionales para promover la
dignidad de la persona humana y del bien común.
VI. Elementos propios de la
Reunión Semanal y de la Convivencia
La vida de la
comunidad se irá
formando a través de las
reuniones semanales, las celebraciones litúrgicas,
las convivencias, los
Retiros y las acciones
comunes que se realizan dentro y fuera de ella.
Pero, la vida de la
comunidad como realidad
estable e integral va más allá de las reuniones, buscando
desarrollar las cuatro maneras de vida y de misión de la Iglesia que son la PALABRA, LA LITURGIA, LA COMUNION FRATERNA Y
EL SERVICIO en todo momento para llegar a caracterizarse
por la vivencia de la fe, del amor, del servicio, de la
celebración, de la alegría y de la fraternidad.
a) Reuniones Semanales.
Presentamos una guía de la reunión que es bueno seguir
con el orden y la disciplina necesarios para ir creando una base, que se irá adaptando poco a poco. Es importante destacar que
no se trata de pasar de un folleto a otro folleto sin más. Se
necesita desarrollar poco a poco los cuatro elementos de la
PALABRA, LA LITURGIA, LA COMUNION FRATERNA Y EL
SERVICIO tanto dentro de las reuniones como fuera de ella.
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1. Acogida fraterna: mientras todos van llegando se
saludan y conversan mutuamente. Puede ayudar hacer
cantos alusivos al tema o tener una canción que exprese el tema del día.
2. Momento de oración: para invocar el Espíritu Santo.
Es un momento de oración para abrirse al Espíritu de Dios, para disponerse a la escucha de la Palabra. Puede
tener una duración de 5 a 10 minutos, dando tiempo
suficiente para entrar en la presencia del Señor.
3. El tema del día, centrado en la Palabra de Dios que
ilumina nuestras vidas y nuestra realidad. Se sigue
el orden de los temas tal como propone la guía de
temas que presenta la Arquidiócesis/Diócesis. En el desarrollo del tema se incluye la participación de cada
integrante de la comunidad que permitirá compartir la
experiencia personal con Dios, las alegrías y las penas
en su vida personal, familiar y social. La duración del
desarrollo del tema puede ser de 45 minutos.
4. Momento intenso de oración a partir del tema
tratado que permita la comunicación con el Señor, la
interiorización del tema y la oración de unos por otos. Pueden ser 20 minutos.
5. La vida de la comunidad: es un momento para
compartir alguna experiencia de la vida personal y comunitaria en la semana transcurrida. Se ponen de
acuerdo para alguna actividad comunitaria o parroquial.
De este modo van desarrollando poco a poco el servicio
a los demás, especialmente, a los más pobres. Se
concluye con una oración para pedir la bendición y
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algunas veces se tiene un compartir fraterno de
alimentos. 20 minutos.
b) Las Convivencias de la Comunidad.
En las Convivencias de la Comunidad se desarrollan
las cuatro dimensiones de la vida y de la Misión de la Iglesia de
una manera más detallada.
1. Momento intenso de oración iniciado con la Liturgia
de las Horas (Laudes o Vísperas) con una lectura
tomada del tema y lema del mes, dejando tiempo suficiente para su estudio, profundización, oración y
contemplación. 1 hora y media. Cuando se pueda se
tiene la Eucaristía.
2. Momento para compartir nuestra vida: Es un
momento de cada comunidad para compartir lo que Dios
va haciendo en nuestras vidas, lo que voy
experimentando. Es un tiempo para expresar la
situación personal, familiar y social en que se encuentra cada uno. Es momento de revisión de su vida ante el
Señor y los hermanos. Es momento de apoyo mutuo, de
escucha llena de amor y de acogida de la persona en su
propia situación. Es momento de revisión de la vida personal y de la comunidad. 1 hora y media mínimo.
3. Momento del servicio a la sociedad, en especial, a
los más pobres: Se analiza una situación del Sector, o de la Parroquia o del país que esté afectando a la
sociedad. Se descubre lo que está pasando, por qué
sucede y qué cosa concreta podemos hacer para
solucionarlo. 1 hora.
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4. Momento de comunión fraterna: Se comparten
alimentos alegremente. Cuando es de todo el día, se
puede tener un momento de canciones, poemas, dramas, chistes que vayan ligados al tema del día.
c) Participación en la Acción Significativa del Sector.
Cada mes la comunidad participará con las otras comunidades, grupos y los que viven en el Sector de la Acción
Significativa del Sector, siguiendo el tema y el lema del mes tal
como nos propone el Plan de Pastoral.
Las comunidades ayudarán a su preparación y a su ejecución. Es un momento interesante de misión y de sentirnos
parte de todo el Pueblo de Dios, compartiendo con todos y
todas las personas del Sector, lo que nos permitirá unirnos más
y mas y trabajar juntos para que el Reino sea cada vez más visible entre nosotros.
Dinámica para estudiar los temas:
Se lee detenidamente el tema y se va comentando.
Luego en los grupos se estudia el tema y se traen comentarios y preguntas.
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