comercio, mercado y circuitos pecuarios x usar
Post on 24-Sep-2015
261 Views
Preview:
DESCRIPTION
TRANSCRIPT
-
CENTRO DE ESTUDIOS HISTRICOS
COMERCIO, MERCADOS Y CIRCUITOS PECUARIOS
EN EL NUEVO REINO DE GRANADA Y LA
AUDIENCIA DE QUITO, 1580 -1715
Tesis que para optar por el grado de
DOCTOR EN HISTORIA presenta
Yoer Javier Castao Pareja
Director de Tesis: Dr. Bernd Hausberger
MXICO, D.F. MARZO DE 2015
-
CENTRO DE ESTUDIOS HISTORICOS
______________________________________
PRESIDENTE
______________________________________
PRIMER VOCAL
______________________________________
VOCAL SECRETARIO
-
AGRADECIMIENTOS
Para la realizacin de esta tesis doctoral cont con el apoyo de diversas instituciones
e individuos. El auxilio de stos fue crucial a lo largo de mis estudios de postgrado en
Mxico y en el proceso de elaboracin de esta investigacin. Unos y otros me
ayudaron de diversas formas, ya fuera con su aporte econmico, con sus comentarios
o crticas, con recomendaciones documentales y bibliogrficas o con las palabras de
aliento que fueron necesarias para superar las situaciones de desasosiego que a
menudo me embargaron. Sin la beca que me otorg primero la Secretara de
Relaciones Exteriores de Mxico y posteriormente El Colegio de Mxico, sencillamente no hubiera podido llevar a cabo mi doctorado. Con ambas instituciones
estoy infinitamente agradecido. Le reitero mi gratitud a esta ltima institucin (en
particular al Centro de Estudios Histricos), pues financi generosamente mis
estancias de investigacin en diversos centros documentales de Colombia, Ecuador,
Espaa y Alemania. Asmismo, agradezco las continuas sugerencias, acertadas
observaciones, datos bibliogrficos e informacin sobre documentos y archivos que
me ofreci con desinters, amabilidad y mucha paciencia mi director de tesis, el
doctor Bernd Hausberger. Doy tambin las gracias a diversos profesores tanto del
Centro de Estudios Histricos de El Colegio de Mxico como de otras instituciones
de educacin superior pues con sus crticas constructivas y recomendaciones me acompaaron en este largo camino. Entre ellos cabe mencionar a los doctores Carlos
Marichal, Antonio Ibarra, Mara Cristina Zuleta, Fernando Ciaramitaro, Carlos
Sempat Assadourian, Herbert Klein, Salvador Bernabu y Stefan Rinke. Igualmente,
expreso mi gratitud a los diversos miembros (docentes y estudiantes) del programa
ENTRE ESPACIOS, pues debido a las discusiones y dilogos que se llevaron a cabo
tanto en la ciudad de Mxico como en Berln retom muchos elementos que me
ayudaron no slo a madurar este proyecto sino tambin a apasionarme mucho ms
por los estudios globales y transnacionales. De la misma manera agradezco la buena
atencin que recib por parte del personal de los diferentes archivos y bibliotecas que
visit para recolectar el material documental de esta investigacin. Sin la ayuda de
estas personas esta tarea hubiese resultado an ms engorrosa y complicada. Adems doy mis a agradecimientos a mis buenos amigos Carlos Murgueitio, Henry Carvajal
Jaramillo y Luis de Pablo Hammeken, pues en muchas ocasiones me brindaron su
auxilio incondicional para iniciar y culminar la aventura intelectual que supuso la
realizacin de esta tesis. Finalmente, agradezco el amor ilimitado y la confianza en
mis talentos que siempre han manifestado los miembros de mi familia, en especial mi
querida madre Beatriz Pareja Arenas.
-
NDICE
Introduccin 1
EL MBITO DEL CONSUMO
Captulo 1. Las polticas del abasto durante el perodo colonial y
el sistema de aprovisionamiento de las zonas aurferas del primer
ciclo de auge de la minera neogranadina.
33
1.1. El consumo crnico en las zonas mineras del Bajo Cauca
Antioqueo, 1580-1630.
38
1.2. El perodo de la crisis de la minera aurfera: 1630-1680. 55
Captulo 2. Los sistemas de abasto y el consumo en las ciudades
de Quito y Santaf.
67
2.1. El comercio clandestino de ganados en la ciudad de Quito. 84
2.2. Las agresivas crisis de mantenimientos de Quito durante la
segunda mitad del siglo XVII y su dependencia de la oferta
crnica proveniente del Valle del ro Cauca.
86
2.3. El funcionamiento del abasto crnico en la neogranadina
ciudad de Santaf.
97
2.4. Algunas industrias de transformacin de materias primas
pecuarias.
115
2.5. Y mucha mortandad por la calamidad del tiempo. 126
LA ESFERA DE LA DISTRIBUCIN Y EL
INTERCAMBIO
Captulo 3. Los agentes operadores de la actividad pecuaria. 134
3.1. Los tratantes y diezmeros. 137
3.2. La participacin del clero en los negocios pecuarios. 148
3.3. La intervencin de las autoridades coloniales en la venta y
comercio de ganados.
159
3.4. Operaciones y mecanismos de pago en el comercio pecuario. 166
Captulo 4. Las rutas, las distancias y los gastos del comercio
pecuario.
183
4.1. Las rutas pecuarias que articulaban al Alto Magdalena con
Popayn, Pasto y Quito.
190
4.2. La ruta desde Timan a Almaguer y Quito. 198
4.3. La va del comercio clandestino de ganados. 199
4.4. La disputa entre Santa F y Quito por la oferta pecuaria del
Alto Magdalena.
207
4.5. El trfico de ganados hacia la dehesa de Bogot y la ciudad
de Santa Fe.
219
4.6. El trnsito de bovinos desde el valle del ro Cauca hacia el
Sur (Popayn, Pasto, Ibarra, Riobamba y Quito) y los distritos
232
-
mineros de la provincia de Antioquia.
EL UNIVERSO DE LA PRODUCCIN
Captulo 5. Las zonas de produccin pecuaria del Nuevo Reino
de Granada.
246
5.1. Las reas de produccin pecuaria proveedoras de la ciudad
de Santaf.
251
5.1.1. Las reas productoras de carneros para el abasto de
Santaf.
252
5.1.2. La sujecin de los pueblos de la sabana cundiboyacense a
los requerimientos santafereos.
255
5.2. Produccin y comercio de ganados mayores y menores en la
hacienda de Susa.
260
5.3. La ceba y engorde de reses forasteras en la Dehesa de
Bogot.
262
5.4. Las zonas de produccin de Tierra Caliente. 274
5.5. Los pastizales del Alto Magdalena. 284
5.5.1. La cra y comercio de mulas en la jurisdiccin de Timan. 295
5.5.2. Las amenazas de la tribu andaqu sobre la produccin y el
comercio pecuario del Alto Magdalena.
298
5.5.3. Estancias y mano de obra del Alto Magdalena. 302
5.5.3.1. La esclavizacin de los indios tama. 307
5.6. Las dehesas del Alto Magdalena dejan de ser las ms
importantes despensas crnicas de Santaf, 1730-1750.
312
Captulo 6. La produccin pecuaria en el valle del ro Cauca. 318
6.1. Estancias y ganaderos en las jurisdicciones de Buga y
Cartago.
326
6.2. El Hato Real de Roldanillo. 333
6.3. El comercio de ganados vallecaucanos en la Audiencia de
Quito.
340
6.4. El nuevo despegue de la actividad minera neogranadina,
1700-1730.
347
Conclusiones generales 359
Siglas y referencias bibliogrficas 373
Anexo 1. Equivalencias de monedas, pesos y medidas. 387
-
NDICE DE TABLAS
Tabla 1. Precios del ganado en pie y sus productos derivados en las
zonas mineras del Bajo Cauca Antioqueo.
45
Tabla 2. Algunos ganados remitidos desde la Gobernacin de Popayn
y valle del ro Cauca hacia la provincia de Antioquia.
47
Tabla 3. Precio de la arroba de carne y de los subproductos pecuarios
en las minas de Chisquo.
53
Tabla 4. Precio (en granos) de la arroba de carne, la libra de velas y el
quintal de sebo en las carniceras de Quito.
95
Tabla 5. Carneros y vacunos sacrificados en la Dehesa de Bogot para
el abasto de Santaf, 1669-1670.
102
Tabla 6. Precios de la carne y de la libra de velas en Santaf (en
granos).
108
Tabla 7. Nombres, salarios y raciones de algunos trabajadores de los
rastros de Santaf y Zaragoza.
125
Tabla 8. Bovinos provenientes del Alto Magdalena adquiridos por los
tratantes Domingo lvarez de la Bandeira, Francisco Flix Beltrn de
Caicedo y don Alonso Ramrez de Oviedo.
142
Tabla 9. Algunas compras de ganados efectuadas por el cura Antonio
Ruiz Navarrete (o sus apoderados) a criadores del valle del ro Cauca.
150
Tabla 10. Ganado vacuno sacado de contrabando desde el Alto
Magdalena hacia Popayn y Quito, 1687-1738.
204
Tabla 11. Nmero de ganados vacunos en los pueblos del partido de
Ubat (Altiplano Cundiboyacense), 1700-1701.
258
Tabla 12. Ganados remitidos desde el Alto Magdalena e ingresados a
la Dehesa de Bogot y hacienda de El Novillero para su venta en
Santaf (segn los protocolos notariales).
272
Tabla 13. Ganados oriundos de la Tierra Caliente ingresados a la
Sabana de Bogot (segn los protocolos notariales).
277
Tabla 14. Precios de las mulas (en patacones) en la jurisdiccin de
Timan.
297
Tabla 15. Nmero de cabezas de ganado existentes en la dehesas del
valle del ro Cauca en 1721, segn clculos realizados para el cobro de
los diezmos.
318
Tabla 16. Algunos ganados remitidos desde las dehesas de los valles
de los ros Cauca y Pata hacia la Audiencia de Quito y otros espacios
de la Gobernacin de Popayn.
342
-
NDICE DE GRFICOS
Grfica 1. Produccin de oro en Remedios, Cceres, Zaragoza y
Guamoc, 1576-1635.
43
Grfica 2. Produccin aurfera en Anserma, 1606-1638. 54
Grfica 3. Carneros sacrificados en las carniceras de Santaf,
1710-1711.
103
Grfica 4. Novillos sacrificados en las carniceras de Santaf,
1710-1711.
104
Grfica 5. Precio (en reales) de los novillos introducidos a la
Dehesa de Bogot durante el siglo XVII para el consumo
santafereo.
107
Grfica 6. Entrada de cueros de carnero y de novillo en la tenera
de la Dehesa de Bogot, 1710.
123
Grfica 7. Ganados de la provincia de Neiva sacados
clandestinamente hacia Popayn y Quito.
203
Grfica 8. Perfil de la ruta pecuaria Buga - Quito, siglo XVII. 236
Grfica 9. Algunos criadores de Tierra Caliente (Tocaima e
Ibagu) en 1703.
279
Grficas 10 y 11. Principales criadores de ganado del Alto
Magdalena en 1694.
293
Grfica 12. Vecinos de Toro, Cartago y Buga que haban sacado
beneficio del ganado cimarrn existente entre las jurisdicciones de
Buga y Cartago (1616-1617).
329
Grfica 13. Principales compradores de ganado en el Hato Real de
Roldanillo, 1596-1687.
335
Grfica 14. Oscilaciones del precio de los novillos en el Hato Real
de Roldanillo, 1620-1680.
338
-
NDICE DE MAPAS
Mapa 1. Terra Firma et Novum Regnum Granatense et Popayn,
1635.
4
Mapa 2. Lugares destinados para la cra de ganado en el valle de
Aburr, s. XVII
50
Mapa 3. Ncleos del consumo pecuario y epicentros de la
produccin ganadera.
64
Mapa 4. Ejidos y zonas de abasto ganadero adyacentes a la ciudad
de Quito.
76
Mapa 5. Rutas del trfico ganadero. 240
Mapa 6. Principales zonas de produccin pecuarias del Nuevo
Reino de Granada.
249
Mapa 7. Pueblos proveedores de ganado mayor y menor para la
ciudad de Santaf.
262
Mapa 8 (detalle). Ganados cimarrones en el occidente
neogranadino, s. XVII.
329
Mapa 9 (detalle). Algunas propiedades ganaderas en las
jurisdicciones de Buga y Cartago, s. XVII.
331
-
1
INTRODUCCIN
1. Presentacin
Esta es una investigacin que se concentra en un mbito de la historia econmica diferente
a los grandes flujos de minerales preciosos americanos en el comercio internacional durante
el perodo colonial temprano. Tampoco aborda el trfico trasatlntico o transpacfico de
bienes de consumo o elementos suntuarios durante los siglos XVI y XVII. En otros
trminos, las vinculaciones econmicas externas no son los protagonistas de este texto.
Antes bien, en este escrito se examinan aquellos elementos que propiciaron el desarrollo
interior de estrechos lazos y eslabonamientos materiales en los Andes septentrionales, como
lo fue la circulacin de ganado y sus materias primas derivadas. A la luz de los trabajos en
su momento pioneros de Carlos Sempat Assadourian1, Juan Carlos Garavaglia
2, Marcello
Carmagnani3 y Enrique Tandeter
4, esta investigacin se orienta hacia el anlisis de la
integracin comercial que se dio entre diversos espacios internos del continente americano
durante el perodo colonial y por ende el presente estudio intenta revelar las relaciones que
se establecieron y operaron dentro de una porcin del enorme territorio colonial que de
ninguna manera era para entonces un bloque cerrado y homogneo concentrado en
actividades autrquicas o de simple autosubsistencia.
Al igual que los autores mencionados, para lograr este objetivo no se recurre al uso
anacrnico de espacios econmicos limitados por las actuales fronteras nacionales, pues
estas son camisas de fuerza que limitan el anlisis histrico y la comprensin de las
dinmicas materiales de aquellas sociedades premodernas. Igualmente, a la luz de aquellos
trabajos se enfatiza en el concepto del intercambio como un proceso social general y
regular en el que las mercancas (como cosas externas al hombre, transferibles y
1 Assadourian, Carlos Sempat, El sistema de la economa colonial, Lima, Instituto de Estudios Peruanos,
1982, 339 p. 2 Garavaglia, Juan Carlos, Mercado interno y economa colonial, Mxico, Grijalbo, 1983, 507 p.
3 Carmagnani, Marcello, Los mecanismos de la vida econmica en una sociedad colonial: Chile 1680-1830,
Santiago, Direccin de Bibliotecas, Archivos y Museos/Centro de Investigaciones Diego Barros Arana, 2001,
421 p. 4 Tandeter, Enrique, Coercin y mercado. La minera de la plata en el Potos colonial: 1692-1826, Buenos
Aires, Sudamericana, 1992, 332 p.
-
2
enajenables) trascienden los limites locales al pasar de unos individuos independientes a
otros gracias a un acto de voluntad recproca, previo concierto o mutuo asentimiento entre
las partes involucradas. Vinculado a este trmino se encuentra el de circulacin, con el cual
se hace referencia a la reciprocidad y al crculo de dependencias generados entre dos o ms
sujetos que segn sus necesidades y deseos sustituyen sus propios bienes por otros ajenos.
Esta es una relacin de complementaridad a partir de la cual se genera el movimiento
cclico de transformacin o de metamorfosis de la mercanca en dinero o en otra mercanca
de diferentes caractersticas. Sus elementos constitutivos son los procesos de la venta y
compra, es decir, dos corrientes contrarias que mutuamente se integran.
Pero a diferencia de las obras de aquellos investigadores, que se concentraron sobretodo en
estudiar las dinmicas mercantiles, las lgicas de la circulacin y los efectos econmicos
que se generaron a partir de dos polos o ejes como lo fueron Lima, Potos y otros centros
mineros de Alto Per (alrededor de los cuales gravitaba la produccin agrcola y pecuaria
de zonas como Tucumn, Chile, Paraguay, el sur de Brasil y el Ro de la Plata), mi escrito
pretende dilucidar las dinmicas de un vigoroso intercambio econmico propiciado por el
trfico de una mercanca de inestimable valor durante el perodo colonial (ya que provea
alimento, fuerza motriz y materia prima) como lo era el ganado (mayor y menor) y sus
productos derivados en un rea relativamente perifrica y marginal para los intereses de la
Metrpoli, como lo fue la parte septentrional de la cordillera de los Andes, esto es, en el
espacio que se conoca como las audiencias de Santa F y Quito.
Sus sectores econmicos dominantes eran el oro en la primera y los tejidos en la segunda.
La demanda pecuaria se efectuaba en los ncleos mineros aurferos, en las capitales de
ambas jurisdicciones administrativas y en otros centros urbanos de menor escala en donde
eran atrados los vacunos para ser posteriormente distribuidos hacia otros confines. Estos
eran los tres ejes articuladores que ejercan encadenamientos directos o indirectos sobre
diversas reas geogrficas, en especial sobre las vastas zonas ganaderas que emergieron
entre sus valles interandinos. As que en esa parte de Sudamrica tambin emergi un
espacio econmico integrado y ligado por la reciprocidad mercantil.
-
3
2. El espacio/Las regiones
Este comercio interno de ganado preponderantemente bovino vinculaba a diversas
provincias de lo que hoy se conoce como las repblicas de Colombia y Ecuador. Este vasto
espacio geogrfico estaba caracterizado por su heterogeneidad paisajstica y diversidad de
nichos ecolgicos, ya que el sistema andino presenta a lo largo de su perfil altitudinal (en
sentido de orientacin transversal y sucesin escaleriforme) una serie de pisos trmicos o
microclimas distribuidos en escala correspondientes a los cambios de altura (que oscilan
desde el abrazador calor de la costa hasta el entumecedor fro de los pramos) que
determinan que la temperatura, la humedad, la pluviosidad, el clima, la flora, la fauna y
otros factores biticos y abiticos se trasformen a medida que se avanza o se retrocede
verticalmente en aquella cordillera.5 De modo entonces que la existencia de estos
microclimas favoreci la emergencia de economas especializadas superpuestas y con una
vigorosa vinculacin simbitica; es decir, posibilitaron una distribucin regional de las
actividades productivas.6 A la par, en su parte septentrional aquella cadena montaosa se
divide en tres grandes ramales, en cuya extensin se encuentran algunos valles
intramontanos (unos moderadamente clidos, otros templados) por donde discurran
libremente (generando cinagas y meandros) varias fuentes hdricas que con sus
desbordamientos cclicos suministraban de frtiles sedimentos a las tierras aledaas. La
fecundidad de estos terrenos, las famosas propiedades alimenticias de sus pastos, la
abundancia de ojos de sal que tendan a existir en estas reas fueron componentes
geomorfolgicos que posibilitaron la temprana introduccin de la actividad pecuaria en
estos suelos, especialmente en las llanuras que aparecen como protagonistas a lo largo de
este escrito. Adems la escasez de mano de obra indgena de estas zonas (diezmada a lo
largo de varias dcadas por las enfermedades, la guerra sistemtica, el trabajo forzado en
5 Este factor fue hbilmente aprovechado por los incas (cuya influencia material y cultural lleg hasta el
puente de Rumichaca, actual frontera entre Ecuador y Colombia) para mantener abastecido a su imperio de
los recursos provenientes de aquellas dismiles ecosistemas gracias a la estrategia de complementaridad
vertical. Ver: Murra, John V., El control vertical de un mximo de pisos ecolgicos en la economa de las
sociedades andinas, Hunuco, Universidad Hermilio Valdizan, 1972, pp. 429-476; Murra, John V., La
organizacin econmica del estado Inca, Mxico, Siglo XXI, 1989, 270 p.
6 Vase: Condarco, Ramiro y John Murra, La teora de la complementaridad vertical ecosimbitica, La Paz,
Hisbol, 1987, pp. 7-8; Deler, Jean Paul, Ecuador: del espacio al estado nacional, Quito, Banco Central del
Ecuador, 1987, p. 65.
-
4
los placeres aurferos y la huida masiva hacia zonas selvticas inaccesibles) dej
disponibles miles de hectreas de tierras que fueron acondicionadas para la produccin de
los ungulados de origen ibrico que se demandaban tanto en los itinerantes distritos
mineros de las zonas bajas y clidas como en los grandes centros de poblacin asentados en
los fros altiplanos. La ganadera introducida en estos grandes valles transversales (pobres
en mano de obra y minerales) le permiti a sus ocupantes vincularse directa e
indirectamente con varios circuitos econmicos interandinos y liberarse de las cadenas del
aislamiento.
Mapa 1. Blaew, Guillermo Janszoon, Terra Firma et Novum Regnum Granatense et Popayn, 1635, en: Atlas de Colombia, Bogot, Instituto Geogrfico Agustn Codazzi, 1977.
Ahora bien, desde el punto de vista de las divisiones polticas de aquel entonces, la presente
investigacin se circunscribe a los bloques central, suroriental y suroccidental del Nuevo
Reino de Granada y al altiplano norcentral de la audiencia de Quito. Para finales del siglo
XVI, diversos cronistas y cosmgrafos sealaban al Nuevo Reino de Granada como una
entidad territorial que integraba todo aquello que haba en el distrito de la Audiencia de
Santa Fe (establecida en 1549) y las gobernaciones de Santa Marta, Cartagena y Popayn
(que hasta 1580 incluy a la provincia de Antioquia) y la provincia de San Juan de los
-
5
Llanos. Por aquel entonces, el Nuevo Reino de Granada tambin inclua bajo su distrito a
las ciudades de San Cristbal y Mrida, con sus respectivas jurisdicciones.7 Con el
advenimiento de la dinasta borbnica y sus intentos por fortalecer al Estado y ampliar su
alcance, fue erigido definitivamente el virreinato del Nuevo Reino de Granada en 1738.
Bajo el gobierno de esta nueva unidad administrativa (cuya capital era Santa F de Bogot)
estaban comprendidos los territorios de lo que hoy se conoce como Colombia, Ecuador,
Panam, Venezuela y las islas de Trinidad y Margarita sobre los cuales, valga decirlo, se
ejerca una poder muy poco efectivo. Debido a esto, en 1777, las zonas costeras de
Venezuela fueron separadas del virreinato y puestas bajo la jurisdiccin de la Capitana
General de Caracas.
Por su parte, la audiencia de Quito (que a lo largo de nuestro perodo de estudio estaba
integrada al virreinato del Per) fue establecida en 1563 y abarcaba tres grandes
componentes macrogeogrficos del oeste del continente sudamericano: la costa pacfica o
llanuras del litoral, la sierra andina y el oriente amaznico. Comprenda los territorios de
Jan, Valladolid, Loja, Zamora, Cuenca, La Zarza, Guayaquil, La Canela y Quixos.8 Junto
con la aludida audiencia de Santaf tambin ejerci jurisdiccin sobre la extensa
gobernacin de Popayn, un territorio que, al igual que un eslabn, vinculaba a estos dos
centros de poder y sus respectivos espacios jurisdiccionales. Era, pues, segn Jean Paul
Deler una zona de transicin entre el ncleo histrico de Quito propiamente dicho y el del
Nuevo Reino de Granada.9 As que la aludida gobernacin de Popayn (con una evolucin
demogrfica divergente frente al espacio quiteo meridional) tena una caracterstica
especial: una parte de ella estaba bajo la autoridad de la Audiencia de Santa F, mientras
que la otra era parte de la de Quito. As, pues, administrativamente dependa
simultneamente de ambos epicentros polticos. De este modo, ciudades como Pasto,
Popayn, Cali, Buga, la villa de Chapanchica y el pueblo de Guachicono estaban integradas
7 Para 1680, la recopilacin de indias indicaba que el distrito del Nuevo Reino limitaba por el medioda, con
la audiencia de Quito y tierras no descubiertas; por el poniente y por el septentrin con el mar del Norte y
provincias que pertenecen a la real audiencia de La Espaola; y por el poniente con la Tierra FirmeCitado por: Mayorga Garca, Fernando, La Audiencia de Santa F en los siglos XVI y XVII, Bogot, Instituto
Colombiano de Cultura Hispnica, 1991, p. 152. 8 Larrea, Carlos Manuel, La Real Audiencia de Quito y su territorio, Quito, Ministerio de Relaciones
Exteriores/Direccin General de Informacin, 1987, p. 34; Deler, Ecuador: del espacio pp. 52-53. 9 Deler, Ecuador: del espacio p. 99.
-
6
al gobierno de esta ltima audiencia. En trminos generales, la gobernacin de Popayn se
extenda desde los inciertos lmites con la provincia de Antioquia (al norte) hasta los
trminos del pueblo de Otavalo (al sur). Hacia el oriente (allende la cordillera central de los
andes neogranadinos) abarcaba el valle de Neiva y una extensa rea de la cuenca superior
del ro Magdalena y hacia el occidente (ms all del ramal occidental de los andes
neogranadinos) inclua la tierras bajas del actual pacfico colombiano y la porcin
meridional de las indmitas tierras del Choc (que fue segregada de la gobernacin de
Popayn en 1726), cuyas condiciones geogrficas la convertan en una zona aislada, de
difcil control administrativo, donde el contrabando de oro y esclavos constituan una
actividad cotidiana.
De hecho, durante los siglos XVI y XVII la mayor parte del occidente colombiano, una
enorme extensin de la cuenca del rio Cauca y la parte superior del valle del ro Magdalena
estuvieron bajo el gobierno de Popayn. En palabras de Marta Herrera ngel, entre otras
caractersticas de la provincia de Popayn durante el perodo colonial estaban la vastedad
de su territorio, su variedad geogrfica y socioracial, la relativa inestabilidad de sus lmites
jurisdiccionales y la falta de correspondencia entre estos ltimos y los definidos para
efectos de su administracin religiosa.10
En el aspecto eclesistico, la provincia estaba
igualmente dividida en dos partes: el obispado de Popayn, que no cubra, por lo dems,
toda la provincia, estaba supeditado al arzobispado de Bogot, mientras que la regin de
Pasto dependa del obispado de Quito, que estaba subordinado al arzobispado de Lima. Era
pues usual en este mbito tanto el ajuste imperfecto de las diferentes divisiones territoriales
como la superposicin de circunscripciones.11
3. El Modelo
Pero para dar contenido a este sistema de relaciones econmicas que traspasaron las hoy
vigentes divisiones polticas nacionales y que determinaron histricamente la organizacin
de la vida material en aquel fragmento del espacio colonial fue necesario disear un modelo
10
Herrera ngel, Marta, Popayn: la unidad de lo diverso. Territorio, poblacin y poblamiento en la
provincia de Popayn (siglo XVIII), Bogot, Universidad de Los Andes, 2009, p. 24. 11
Deler, Ecuador: del espacio pp. 104-105.
-
7
(inspirado en la obra de Carlos Sempat Assadourian) compuesto por dos piezas
fundamentales, como lo son una produccin econmica dominante y unos centros
coordinadores o polos de crecimiento. En el modelo de este autor, que ha sido aplicado para
explicar el funcionamiento econmico del virreinato peruano, el primero de estos
componentes (la plata) recibi su impulso de crecimiento por la demanda externa, sostuvo
el intercambio con la metrpoli y cohesion interiormente aquel territorio colonial en
particular. El segundo de aquellos elementos (en este caso Potos y Lima) debido a su
trascendencia no solamente como mercados de consumo masivo sino tambin como
epicentros econmicos, polticos y demogrficos generaban efectos econmicos de arrastre
que directa o indirectamente espoleaban diversas actividades productivas especializadas
sobre diferentes conjuntos geogrficos e irradiaban impulsos claves para la dinmica de
estructuracin del espacio peruano. Ambos piezas de aquel mecanismo posibilitaron
entonces la emergencia de un espacio regionalmente integrado y con un alto grado de
autosuficiente econmica.
Ahora bien, en aquel entorno de los Andes septentrionales (o espacio de estudio de esta
investigacin) la produccin econmica dominante que decida el rango y la importancia de
todas las otras producciones regionales era el oro, el cual lleg a constituirse como la
principal mercanca de exportacin para el Nuevo Reino de Granada, el ms relevante
elemento econmico que la vinculaba con la metrpoli y el sector productivo que ms
ingresos le generaba a la Corona en ese territorio perifrico del orbe indiano. Adems no
hay que olvidar que el descubrimiento y explotacin de este mineral estimulaba el comercio
y el asentamiento permanente. Ello a pesar, en primer lugar, de los largos perodos de crisis
y depresin que padeci durante esos aos tal actividad extractiva, en particular durante
gran parte del siglo XVII, como consecuencia de las atrasadas tcnicas de explotacin, el
agotamiento del material aurfero superficial y la escasez generalizada de mano de obra que
se desencaden no solamente con la reduccin paulatina de la fuerza de trabajo indgena,
sino tambin con el descenso de la trata e importacin de esclavos que advino con la
separacin de Portugal de la Corona castellana. Segn John Tepaske, el Nuevo Reino de
Granada provea por lo menos el 50% del oro producido en Hispanoamrica. El 94% de la
-
8
produccin minera neogranadina estaba representado por aquel dorado mineral y slo un
6% por la plata extrada en el rea de Mariquita.12
Y en segundo lugar, para el caso neogranadino el oro fue el principal generador de
impuestos y gabelas para la Real Hacienda durante esas centurias a pesar de su alto ndice
de contrabando, su salida ilegal hacia naciones enemigas de la corona castellana, los
fraudes cometidos por algunos funcionarios de la Real Hacienda y la produccin de oro en
polvo (tan apreciado por todo tipo de mercaderes) que eluda la amonedacin y acuacin
en las cajas reales, y por ende, no pagaba el quinto real. Y aunque el oro amonedado y
acuado tenda a ser slo vehculo del intercambio en las ms altas esferas del comercio y
slo estaba a disposicin de unos pocos y privilegiados agentes econmicos, era utilizado
como un instrumento de la medida de valor incluso en aquellas transacciones en las cuales
no se haca uso del dinero, lo que era recurrente en una economa preindustrial
caracterizada no solamente por carecer de completa libertad y autorregulacin (dada la
ingerencia de diversos agentes extraeconmicos), sino tambin por la coexistencia y
superposicin de la economa natural con la monetaria.13
Por otra parte, los ejes articuladores y vertebradores que jalonaban dicho tipo de comercio
interno interprovincial y que por ende daban pie a enlaces y encadenamientos (directos o
indirectos) sobre diversos conjuntos geogrficos proveedores de medios de produccin y de
vida estaban constituidos por tres prototipos heterogneos y complementarios entre s. En
primer lugar, aquellos mercados que he denominado como permanentes, conformados por
capitales como Santa F y Quito, ambas sedes de audiencia, en las que resida
continuamente el poder poltico y religioso de aquellas unidades administrativas y que
posean una economa mucho ms diversificada o con mayor acceso a diversos tipos de
rentas e ingresos. Estos eran centros urbanos que crecan constantemente de tamao y cuya
12
Tepaske, John, A New World of Gold and Silver, Leiden, Brill, 2010, p. 261. 13
Al respecto consltese: Romano, Ruggiero, Mecanismos y elementos del sistema econmico colonial
americano; siglos XVI-XVIII, Mxico, El Colegio de Mxico/Fideicomiso de Historia de las Amricas/FCE,
2004, 480 p; Romano, Ruggiero, Moneda, seudomonedas y circulacin monetaria en las economas de
Mxico, Mxico, El Colegio de Mxico-FCE, 1998, 292 p; Grafe, Regina, Distant Tyranny. Markets, Power
and Backwardness in Spain, 1650-1800, Princeton, Princeton University Press, 2012, 291 p.
-
9
demanda de ganado en pie y sus productos derivados escapaba a las posibilidades de
suministro de las fuentes cercanas. As que su relevancia en trminos demogrficos y
administrativos les daba un lugar de primer orden como centros de demanda y ncleos de
consumo de medios de subsistencia.
Adems estos espacios eran nodos comerciales de alto nivel que se caracterizaban por tener
en su mercado una amplia variedad de bienes, poseer una cantidad significativa de
establecimientos dedicados al comercio, contar con ms grandes volmenes de negocios y
sostener mayor nmero de intercambios en el mercado interregional. Al mismo tiempo,
estos epicentros captaban en sus cajas reales centrales el oro amonedado y acuado que
provena de otras provincias y eran los canales que vinculaban a aquel fragmento de los
territorios de ultramar con la metrpoli, lo cual les permita tener acceso a los medios de
cambio necesarios para saldar los grandes volmenes de importaciones que controlaban los
comerciantes asentados en tales capitales. As que la relativa estabilidad material de dichas
capitales y su capacidad de coaptacin del oro las dotaba de una capacidad de compra que
las haca muy atractivas para la oferta ganadera. Solamente en la ciudad de Quito este
ganado era requerido con varios fines: 1. Para abastecer los rastros locales. 2. Para
satisfacer la demanda de las rdenes religiosas asentadas en esta capital (y que tambin
tenan el papel de revendedoras de ganado). 3. Para obtener a cambio de estos animales la
plata, el oro en polvo y los tejidos que circulaban en este centro urbano. 4. Para aliviar sus
recurrentes crisis de mantenimientos. 5. Para suplir la demanda de los tratantes de ganados
asentados en la villa de Ibarra y sus llanos de Carangue y Cayambe.
El segundo mbito de demanda estaba integrado por reas que he denominado como
captadoras-redistribuidoras, es decir, ciudades y villas intermedias como Cartago, Cali,
Popayn, Pasto e Ibarra que, por un lado, requeran ganado para alimentar a su creciente
poblacin residente y flotante; y por el otro, emergieron como el centro de asiento y acopio
de reses y novillos para ser comerciados desde all por tratantes grandes y pequeos hacia
distritos urbanos y mineros circunvecinos, lo que era facilitado por su estratgica ubicacin
sobre las principales rutas del trasiego pecuario, la disponibilidad de dehesas y ejidos para
el engorde del ganado y porque desde ellas se desprendan vas de comunicacin alternas
-
10
que permitan adentrarse (aunque con muchas dificultades) a zonas marginales y
perifricas.
El tercer mbito de demanda estaba conformado por aquellos mercados que he nombrado
como itinerantes o fluctuantes, es decir, por reas mineras de una efmera vida productiva,
pero que durante sus breves perodos de auge atraan a una gran cantidad de gente, entre
ellos muchos comerciantes que negociaban ganados en pie y sus productos derivados. Estos
mercados tenan, por lo tanto, una fisonoma geogrfica cambiante dado que cuando una
crisis de produccin aurfera sobrevena sobre determinada rea minera su abasto pecuario
y de sus materias primas cesaba, y en poco tiempo, aquellas reas mineras viejas eran
rpidamente reemplazadas por nuevos focos de produccin aurfera en donde se pagaban
con creces los animales de labor que se requeran para las actividades extractivas, as como
las reses y la carne salada que se necesitaban para alimentar a los mineros y a sus
cuadrillas. Estos animales podan ser pagados con el oro fundido y acuado en las cajas
reales locales; sin embargo, a pesar de las restricciones puestas en marcha para evitar
evasiones al erario real, en las reas mineras del occidente neogranadina lo ms corriente
era la circulacin abierta del oro en polvo, es decir, mineral sin amonedar y con el cual
recurrentemente se eluda el pago del quinto real a la Corona.
Durante los perodos de auge, estos cambiantes distritos mineros propiciaban la
introduccin masiva de mano de obra esclava y el aumento demogrfico de estas reas con
poblacin fija y flotante. A la par, como consecuencia de estos dos aspectos y del aumento
de la capacidad de consumo y gasto propiciado por el apogeo minero, se daba un
incremento exponencial de la demanda de bienes de consumo bsicos y suntuarios en esas
zonas. De modo que el Nuevo Reino de Granada careci de polos permanentes de
produccin minera, como lo llegaron a ser en el virreinato del Per los grandes distritos
argentferos de Potos y Oruro. Por el contrario, los distritos aurferos de esta rea del
imperio espaol (el Nuevo Reino de Granada) tenan un carcter vacilante, debido en parte
a que preponderaba la explotacin de aluviones (y no de vetas o filones) con uso intensivo
de mano de obra esclava y rudimentarias tcnicas de extraccin. Por ende, la frontera
minera estaba siempre supeditada a una serie de reordenamientos y reajustes, lo que era
-
11
motivado no solamente por la escasez del mineral sino tambin por sus atrasados mtodos
de explotacin.
As que en este territorio no lleg a emerger un gran eje minero articulador con tanta
estabilidad como lo fue Potos (en el Alto Per) que generara efectos econmicos de
arrastre sobre diferentes conjuntos geogrficos durante largos espacios temporales, tal
como es evidente en el modelo planteado por Carlos Sempat Assadourian para explicar la
circulacin interna del capital minero en el virreinato del Per. Antes bien, el panorama en
el Nuevo Reino de Granada estaba caracterizado por una continua sucesin de ncleos
mineros aurferos, ya que mientras unos decaan otros emergan, y por ende, al vaivn de
este movimiento oscilatorio se reorganizaba y reconfiguraba continuamente el rostro de
este importante mercado para la produccin pecuaria.
Esta esfera econmica de la produccin ganadera no tenda siempre a estancarse como
podra pensarse ante el colapso de uno de estos mercados itinerantes ni se padecan las
mismas circunstancias descritas por Assadourian para explicar los efectos de la crisis de la
minera peruana a partir del segundo cuarto del siglo XVII: detencin de la demanda,
estancamiento de la produccin, cese de las exportaciones, declive de los precios,
sustitucin de antiguas fuentes de ingresos por otras, predominio de la economa natural y
proceso de ruralizacin. Antes bien, ante el hundimiento de estos centros mineros las zonas
ganaderas neogranadinas buscaban otros escenarios para dar salida a sus excedentes de
novillos o bien adoptaban una serie de estrategias para hacer frente a dicha situacin. Una
de estas tcticas fue la diversificacin de sus actividades productivas y otra de ellas fue la
concentracin en actividades de intercambio en donde estaba ausente el dinero o cualquier
otro material circulante que asumiera el papel de intermediario o de equivalente general en
las transacciones, dada la desmonetizacin generada por el colapso transitorio de la
actividad aurfera.
En otros trminos, el Nuevo Reino de Granada no cont con un sector minero que fuera
capital intensivo. As, la capacidad de la minera neogranadina de generar efectos de
arrastre como los descritos por Assadourian con respecto a los Andes era muchsimo ms
-
12
limitado en intensidad y extensin dado que sus distritos mineros estaban menos
concentrados y eran mucho ms transitorios. De manera entonces que la economa
neogranadina de aquel perodo no se adapta al modelo bipolar de Assadourian. Antes bien,
las dinmicas internas de este espacio se adecuan mucho ms a un patrn multipolar, cuyo
semblante era susceptible de constantes transformaciones debido a lo errtico que era la
produccin aurfera. As que la actividad productiva de estos distritos mineros estaba
marcada por la incertidumbre y las contingencias derivadas del agotamiento del mineral, la
escasez de mano de obra, las rudimentarias tcnicas de extraccin y la apertura de nuevas
fronteras.
Por esta razn tendan a ser mercados inestables y vacilantes para los productos pecuarios
particularmente cuando entraban en crisis, y cabe agregar que generalmente los mineros
adquiran la mayor parte de estos elementos al fiado, y por ende, se mantenan
continuamente endeudados con los proveedores de suministros pecuarios. A pesar de ello,
vale la pena reiterarlo, los distritos mineros actuaban como motores que generaban una
densa aunque fluctuante interaccin econmica interprovincial. En otros trminos, pese a
la inestabilidad de estos epicentros de la demanda de productos pecuarios, durante sus
perodos de bonanza se convertan en ejes articuladores que durante tres o cuatro dcadas
estimulaban la cra, ceba y comercializacin de bovinos, equinos, caprinos y porcinos (as
como la produccin de tasajo, cecinas, sebo y embutidos) ora en reas geogrficas
circunvecinas que gozaban de praderas naturales, ora en espacios alejados pertenecientes a
otras provincias y jurisdicciones cuya riqueza resida en los miles de animales cimarrones
que deambulaban por sus extensas dehesas favorecidas por la abundancia de agua, sal,
pasto y otras bondades agroclimatolgicas. De modo que el comercio ganadero
neogranadino estaba inmerso entonces en una lgica ambivalente, pues era estimulada
como se ha dicho hasta el momento por unos polos relativamente estables y otros
completamente vacilantes.
Aquellos tres tipos de mercados favorecieron no solamente el trfico y flujo de ganado en
pie y sus productos derivados a nivel local, regional e interprovincial, sino que tambin
estimularon la emergencia de zonas especializadas en la actividad pecuaria, propiciaron la
-
13
ampliacin de la frontera ganadera (o de las tierras destinadas a pastizales) para as dar
abasto a una demanda crnica creciente, estimularon la comercializacin de las manadas de
animales cimarrones que deambulaban entre las jurisdicciones de Buga y Cartago y
posibilitaron la diversificacin de la produccin pecuaria para colmar sobre todo las
necesidades alimentarias de la poblacin asentada en las reas mineras durante sus breves
lapsos de prosperidad. De modo que tanto aquellos mercados fijos como los itinerantes
llegaron a ser los motores de un espacio econmico acoplado y ligado por el intercambio
mercantil, y ello a pesar del mal estado de sus comunicaciones terrestres.
As que por su capacidad de mercados de consumo masivo y la posible compra de insumos
dichos polos originaban efectos que se transmitan y extendan a otros espacios. Asimismo,
al crear zonas especializadas para satisfacer los requerimientos de su proceso productivo,
dichos mbitos del consumo pecuario posibilitaron encadenamientos productivos con muy
heterogneas reas geogrficas, es decir, dieron lugar a la articulacin de un vasto espacio
econmico, de un conjunto de regiones integradas por la divisin geogrfica del trabajo y la
consiguiente circulacin mercantil.14 De igual modo, estos ncleos eran atractivos para los
criadores y tratantes de ganado mayor por cuanto en ellos se concentraba el capital
circulante. As, con el comercio de sus reses podan tener acceso a la moneda de la que
crnicamente carecan para llevar a cabo sus respectivos inversiones y gastos o por lo
menos en esos mbitos tenan la posibilidad de adquirir a trueque de sus novillos diversas
manufacturas que luego revendan con lucrativas ganancias en sus lugares de origen.
Desde esta perspectiva, en su papel de mercanca (y como objetivacin del trabajo humano
con pleno valor de uso y valor de cambio), el ganado vacuno fue uno de los vectores que
particip en varios circuitos econmicos. En tales movimientos o transacciones circulares
(cuyos componentes eran mutuamente recprocos y complementarios) dicho producto
facilitaba el acceso al escaso dinero que circulaba o a otras mercancas. As, en ciertos
mbitos y perodos (especialmente cuando estuvieron en auge las minas de Antioquia y
posteriormente las del Choc) el comercio de novillos permiti obtener un capital lquido
14
Assadourian, El sistema pp. 114-115.
-
14
(oro en polvo o acuado) que posteriormente se inverta en la adquisicin de mano de obra
esclava (M-D-M), la construccin de trapiches productores de aguardiente de caa o en el
consumo de bienes suntuarios importados. Tambin se dio el caso de que bvidos
vallecaucanos y porcinos pastusos se intercambiaban por oro en polvo proveniente de los
distritos mineros antioqueos. Posteriormente, este mineral era permutado por la plata
peruana que circulaba en Popayn y Quito en reales y patacones, una transaccin que
generaba amplias mrgenes de ganancias y a largo plazo daba pie a la acumulacin de
capitales (M-D-D-D). En otras oportunidades (especialmente en las pocas de crisis
minera y escasez de circulante) las reses se trocaban por tejidos finos y ordinarios de Quito
que a su vez se permutaban por otros bienes o bien se reciba por su venta algo de moneda
circulante (M-M-D). En otras circunstancias, el ganado favoreca la obtencin de mineral
(bruto o amonedado) que luego se gastaba en vino, sal, aguardiente de uva y otras
importaciones provenientes del Per o por gneros procedentes de Cartagena y Panam (M-
D-M).
En general, los enunciados epicentros de la demanda vacuna se provean de esta mercanca
semoviente desde dos grandes reas de produccin pecuaria paralelas entre s y separadas
por la escarpada cordillera central de los Andes (cadena montaosa que al ingresar a
territorio neogranadino se divide en tres ramales). La primera de ellas se ubicaba en las
partes altas y medias del ro Cauca, cuyo cauce corre a lo largo de un ancho valle que
separa los ramales occidental y central de los Andes neogranadinos. En particular, las ms
ricas dehesas y la produccin pecuaria se concentraban en las jurisdicciones de las ciudades
de Cali, Buga, Caloto, Cartago y el pueblo de Roldanillo. La segunda rea (de
especializacin ganadera tarda) se encontraba allende la cordillera central, en la parte alta
del ro Magdalena, entre los verdes y abundantes pastizales que pertenecan a las
poblaciones circunvecinas de Neiva, Timan y la Plata, cuyas praderas fueron ocupadas
definitivamente con grandes haciendas ganaderas una vez fueron pacificados diversos
grupos indgenas hostiles como los paeces y pijaos hacia el primer cuarto del siglo XVII.
Ambas zonas de produccin no permanecieron ajenas e independientes la una de la otra,
pues como veremos ms adelante en algunos perodos tales reas pecuarias compitieron por
-
15
el abasto de un mismo mercado, sus productos transitaron simultneamente hacia una
misma rea de demanda o en ciertos momentos una de ellas reemplaz temporalmente a la
otra en el aprovisionamiento de zonas de consumo tanto tradicionales como emergentes.
Asimismo, en otras ocasiones entre una y otra se dieron entrecruzamientos y sinergias, pues
lleg a darse el caso de que en una parte se adquiran las reses y novillos que
posteriormente se trasladaban hacia la otra para diversos fines tales como repoblar sus
menguados hatos, cebarlos y engordarlos para luego revenderlos en los ncleos mineros o
sencillamente para destinar sus materias primas (grasa, cuero, cuernos, carne y huesos) para
una serie de industrias de transformacin cuyo peso era ostensible dentro de la economa
colonial.
Los vaivenes del abasto ganadero y crnico de estos mercados pueden encuadrarse bajo las
siguientes fases temporales que sealan cambios sustantivos en el devenir de la actividad
pecuaria. En general, la transicin de un ciclo a otro estaba marcado por diversas
situaciones coyunturales, entre las cuales cabe destacar por una parte el auge y colapso de
la produccin aurfera (lo que estaba ligado al agotamiento y hallazgo de nuevos placeres
aurferos), y por la otra parte el aumento del consumo y la demanda en determinadas
capitales como consecuencia del incremento de su poblacin o por la imposibilidad de las
reas comarcanas de asegurar su aprovisionamiento crnico (lo cual incida en el aumento
general del precio del ganado en pie y de la arroba de carne). Asimismo, factores como la
crisis del hato ganadero en determinada zona de produccin (como resultado de plagas,
sequas, sobrepastoreo y el descenso del nmero de hembras reproductoras) y el
surgimiento tardo de nuevos polos de produccin pecuaria ms cercanos a las zonas de
consumo y cuyo aprovisionamiento exiga menores costos poda incidir en el eclipsamiento
y abandono paulatino de una antigua rea ganadera. Igualmente, la apertura de nuevos
mercados poda generar una diversificacin de las actividades productivas en zonas
tradicionalmente ganaderas y tambin poda causar leves transformaciones en su primitiva
vocacin productiva a fin de adaptarse a las nuevas condiciones imperantes.
4. Periodizacin
-
16
De este modo, con base en las oscilaciones de la demanda pecuaria que se suscitaron en los
mercados y centros de consumo arriba sealados, se han distinguido cinco lapsos
temporales que marcan diferentes ritmos, pautas y reorientaciones en el comercio pecuario
neogranadino, como lo son: 1. 1580-1630: El auge de los distritos mineros antioqueos y la
introduccin masiva de esclavos en aquella rea gener la demanda constante de grandes
contingentes de ganados producidos en la zona pecuaria del valle del Cauca y en menor
medida de las llanuras interandinas cercanas a tales ncleos aurferos. De igual manera la
produccin minera de los epicentros aurferos de la jurisdiccin de Caloto y de Anserma,
cuya produccin haba decado para ese entonces como consecuencia del desplome
demogrfico de la poblacin indgena a finales del siglo XVI, an estimulaban tanto la
oferta de ganado en pie y sus subproductos derivados (tasajos y sebo) como la acelerada
reparticin de grandes heredades en aquella gran rea de pastizales. As que la demanda de
unos y otros distritos mineros propiciaron entonces una mayor ocupacin del suelo (formal
y no real) de aquella zona de llanuras con una ganadera extensiva que requera muy poca
mano de obra y cuyos vacunos fcilmente se volvan cimarrones. Asimismo, el mercado
minero de aquel perodo convirti el gratuito presente (y bienes mostrencos) del ganado
cimarrn de la cuenca del ro Cauca (que por entonces ascendan a unas 42.000 cabezas) en
una fuente de ingresos para algunos vecinos de Cartago, Caloto, Buga, Roldanillo y Toro
que se volcaron durante el primer cuarto del siglo XVII a esta actividad extractiva que
careca de racionalidad y organizacin.
2. 1630-1680: El declive generalizado de la actividad aurfera neogranadina durante estos
aos provoc un descenso paulatino del ingreso de ganados forneos a esta rea dado que
no haba capital circulante con que adquirirlo, la mayor parte de la mano de obra esclava
fue diseminada para efectuar la exploracin y bsqueda de nuevos placeres aurferos o esta
misma fuerza de trabajo fue destinada hacia actividades agrcolas de autosubsistencia y
hasta trocada a cambio de diversos bienes. En general, el colapso de la actividad aurfera
produjo algunas secuelas que se tratarn con mayor profundidad en su momento, entre ellas
la desactivacin de muchas piezas de cautivos dado que sus propietarios, aquejados por las
deudas y la iliquidez, los utilizaron para cancelar viejos prstamos o bien estaban
imposibilitados de sufragar sus costos de subsistencia. Por lo tanto, la oferta ganadera
-
17
vallecaucana no se contrajo ni tampoco se debilit como corrientemente se cree, pues se
orient fundamentalmente en esos aos hacia la audiencia de Quito, cuyas crisis internas de
mantenimientos y aumento demogrfico progresivo estimularon la entrada de ganados
provenientes de la gobernacin de Popayn. Un factor que influy en el aumento de la
poblacin a lo largo de la sierra central ecuatoriana durante la primera mitad del siglo XVII
lo fueron las oleadas de inmigrantes indgenas provenientes del Alto Per y de la
gobernacin de Popayn. Los primeros huan del sistema de la mita minera. Los otros
haban abandonado sus pueblos y sus encomiendas para evadir el trabajo en los filones
aurferos. Al mismo tiempo, la circulacin de plata peruana en la audiencia de Quito y el
auge de la produccin de tejidos en los obrajes de la sierra central favorecieron su
intercambio por ganados vacunos vallecaucanos, pues aquella zona careca de las
caractersticas geomorfolgicas necesarias para llevar a ser autosuficiente en la produccin
bovina.
3. 1680-1700: La ciudad de Quito y otras reas urbanas circunvecinas padecieron por estos
aos una grave sequa que diezm los rebaos de ganado mayor y menor, y a la par, una
serie de pestes mataron a un importante fragmento de la fuerza de trabajo de las estancias
de aquel rea que destinaban su hatos para el mercado local. Esta serie de calamidades
fueron agravadas por los movimientos telricos que durante la dcada de los noventas
sacudieron a este territorio y que causaron grandes daos a la infraestructura fsica y
provocaron la prdida de mltiples vidas humanas. Simultneamente, la oferta ganadera
vallecaucana mengu durante las ltimas dcadas del siglo XVII como consecuencia del
estancamiento en el crecimiento de sus manadas dado el agotamiento de las hembras
reproductoras, las sequas y las plagas de langosta que por entonces asolaron la regin.
Ante estas circunstancias adversas, el precio del ganado en pie y el de la arroba de carne
aument considerablemente en aquel mercado meridional. El incremento del valor de los
novillos y de sus productos derivados en Popayn y la audiencia de Quito estimularon la
oferta de ganados provenientes del Alto Magdalena, un espacio pecuario que desde tiempo
atrs haba provedo casi exclusivamente a la ciudad de Santaf y que para entonces se
convirti en un rea satlite de la demanda quitea. As que por casi una dcada dichas
-
18
dehesas del Alto Magdalena suplantaron al entonces deprimido valle del Cauca con su
oferta ganadera hacia tales mercados.
4. 1700-1730: Se dio el inicio de un nuevo ciclo minero en el rea neogranadina con la
explotacin de los ricos epicentros mineros del Choc. Para garantizar el abasto alimenticio
de su creciente mano de obra esclava los mineros de esta rea requeran importar ganado
mayor y menor en pie al igual que carne salada y sebo desde las dehesas del valle del ro
Cauca, que para entonces ya se haban recuperado de la crisis padecida unos quince aos
atrs. Otros gneros provenientes de Lima, Guayaquil y Panam eran ingresados a este
territorio legal e ilegalmente (a cambio de oro en polvo y doblones) a travs de los puertos
de Buenaventura y Chirambir. A la par, para aquellos aos la ciudad de Quito implant
medidas para reducir el precio de la arroba de carne dentro de su distrito dado la sobreoferta
de ganados que provenan desde los valles de Neiva, Timan y La Plata. Ante ambas
situaciones los criadores caleos no rompieron completamente sus lazos comerciales con
aquella capital, pero la calidad y cantidad de los hatos que eran enviados desde esta rea
pecuaria hasta esos territorios del sur se haban menoscabado, pues preferan enviar sus
mejores ganados hacia los nuevos ncleo aurferos sealados. Mientras tanto, desde 1695
las autoridades santafereas haban iniciado una disputa con el gobierno de Quito para
mantener su monopolio de comercializacin sobre los ganados del Alto Magdalena e
implantaron diversas medidas restrictivas para impedir el trfico de novillos desde este
espacio pecuario hacia aquellos mercados rivales del suroccidente.
5. 1730-1750: El crecimiento demogrfico de la ciudad de Santaf y la necesidad creciente
de abastecimiento crnico impulsaron a las autoridades locales y al virrey Eslava a
establecer diversas medidas para asegurar el aprovisionamiento crnico de esta capital y
terminar de una vez por todas con las crnicas carencias de bastimentos que padeca desde
varias dcadas atrs debido a su dependencia con el ingreso de novillos desde el Alto
Magdalena y Tierra Caliente. De este modo, las adyacentes llanuras del Casanare se
convirtieron paulatinamente en fuentes proveedoras de dicha capital al igual que las
estancias jesuitas establecidas tanto en este territorio como en la sabana de Bogot. La
emergencia de estos centros de produccin pecuaria junto con una serie de plagas que
-
19
diezmaron el ganado del valle de Neiva durante estos aos provocaron que poco a poco las
normas prohibitivas que obstaculizaban la distribucin de novillos desde esta zona hacia
Popayn y Quito no se pusieran en prctica. Al mismo tiempo, las dehesas del Alto
Magdalena fueron perdiendo gradualmente su protagonismo en el aprovisionamiento
crnico de Santaf, debido a que la demanda de esta capital era satisfecha en su mayor parte
por los nuevos centros de produccin pecuaria que se encontraban a menor distancia de
dicho mercado y, por ende, esto incida en que fueran ms reducidos los costos en el
transporte y distribucin de los bovinos desde dichos pastizales hacia aquella urbe.
La anterior periodizacin subyace a lo largo del texto como otra de las columnas que le dan
sostn. A grandes rasgos, los dos grandes perodos de auge de la economa aurfera
neogranadina abren y cierran nuestro lapso de estudio, sin que esto signifique que el orden
expositivo de esta tesis sea estrictamente cronolgico. En el intervalo entre una y otra
demarcacin temporal se abordaron los tres ejes funcionales de tal actividad econmica,
como lo fueron el consumo, la distribucin y la produccin. Dentro de estos mbitos estn
inmersos los tres factores enunciados en el ttulo de este escrito, como son los mercados, el
comercio y los circuitos. Comenzamos por los mercados atenindonos al modelo de
Sempat, es decir, iniciamos esta investigacin enunciando las caractersticas de los polos
motores que le daban dinamismo a tal sector econmico. Posteriormente, nos enfocamos en
varios elementos que hacan posible el trfico del ganado desde los centros de produccin
hasta los de consumo, como lo eran los sistemas de caminos, las redes de intermediarios y
los instrumentos que permitan el intercambio o la transmutacin de la mercanca ganadera
en dinero o en otra mercanca. Por ltimo, sealamos algunos de los rasgos funcionales de
los centros de produccin aludidos a lo largo del texto, como lo eran la tierra, la mano de
obra y algo de su capital.
5. Fuentes
Las oscilaciones del sector ganadero que han sido sealados a lo largo del texto (y que
estn resumidas en la anterior periodizacin) fueron detectadas a travs del contraste entre
fuentes que provean tanto informacin cualitativa como datos cuantitativos. En resumidas
-
20
cuentas, no tuvimos la fortuna de contar con una tipo documental cuantitativo que fuera
homogneo y regular, como lo hubiera sido un impuesto de extraccin de ganados o los
registros de sacas de novillos (que tan tiles han sido en los estudios sobre la ganadera
en Nueva Espaa). Por tal razn, tuvimos que recurrir casi exclusivamente a los protocolos
notariales para intentar levantar series temporales que nos permitieran comprender no slo
las posibles magnitudes de la demanda pecuaria en los focos de consumo aludidos sino
tambin los movimientos del precio del ganado en pie.
Igualmente, para lograr este fin nos auxiliamos de algunos libros de cuentas de carniceras
y de ciertos registros de sisas y alcabalas dispersos algunos de ellos por los ms recnditos
e impensados fondos y series documentales. Algunos precios de la arroba de la carne y de
sus derivados las hallamos al escrutar tanto las actas del cabildo existentes como las
posturas presentadas por los encargados del suministro crnico de las capitales. Algunos de
los datos numricos sobre los envos de ganados realizados desde el Hato Real de
Roldanillo hacia el resto de la gobernacin de Popayn y las tierras antioqueas las
hallamos en el fondo Contadura del AGI entre los informes presentados por los oficiales de
la Real Caja de Cali al Consejo de Indias. Entre estos informes tambin haba una buena
relacin de los salarios que reciban el mayordomo y vaqueros de esta heredad, al igual que
anotaciones sobre los principales compradores y precios de aquellos novillos. Esta
informacin fue verificada y complementada con otros manuscritos que sobre tal unidad
productiva encontramos en el Archivo Central del Cauca. A la par, las modestas cifras que
presentaremos sobre las sacas subrepticias de ganados desde el Alto Magdalena hacia
Popayn y Quito durante las postrimeras del siglo XVII y las primeras dcadas de la
siguiente centuria fueron levantadas con base en la informacin proporcionada por decenas
de juicios civiles y criminales. Esta labor de recoleccin de datos cuantitativos no slo se
vio entorpecida por la falta de continuidad en los acervos heursticos, sino tambin por la
catica clasificacin en que se encontraban ciertos fondos as como por el notable estado de
deterioro en que se encontraban otros.
Ahora bien, pueden resultarle tiles al lector una breve consideracin acerca de otras
fuentes y tcnicas de investigacin que he usado. Al respecto, la presente tesis se elabor
-
21
con base en las fuentes manuscritas halladas, recopiladas y transcritas en centros
documentales de envergadura internacional, nacional y local, como lo fueron el Archivo
General de Indias (Sevilla-Espaa), El Archivo General de la Nacin (Bogot-Colombia),
El Archivo Nacional del Ecuador (Quito), El Archivo Metropolitano de Historia (Quito), El
Archivo Central del Cauca (Popayn-Colombia) y diferentes acervos documentales
ubicados en Medelln, Cali, Cartago, Ibagu, Neiva, Garzn, Pasto e Ibarra. Pero dado que
la mayor parte de la informacin se encuentra muy dispersa y fragmentaria, fue necesario
comenzar por aquellos tipos documentales que ofrecan visiones generales o globales y
concluir con aquellas que daban informacin ms especfica. Entre las primeras son
relevantes los informes y cartas enviadas por oidores, gobernadores, obispos y cabildos
(tanto seculares como eclesisticos) al Consejo de Indias, dado que la mayor parte de las
veces brindan indicios sobre las producciones econmicas, las relaciones comerciales y los
obstculos al trfico mercantil predominantes en las reas bajo su mando. Fueron tambin
de gran ayuda los expedientes que resultaban de las visitas realizadas por oidores a ciertas
zonas para verificar que se cumplieran las leyes instituidas por la Corona para proteger a
los indgenas, evaluar el funcionamiento de las encomiendas y realizar nuevos
repartimientos pues proveyeron vestigios importantes sobre las dinmicas del gasto, las
prcticas del consumo y las reas proveedoras de los distritos aurferos.
Ahora bien, cuando se est iniciando una investigacin de la envergadura citada se
requiere, primero que todo, formarnos una idea inicial y tentativa de las estrategias de
comercializacin, sistemas de distribucin y volmenes negociados, as como detectar las
posibles reas de produccin y ncleos de consumo de una mercanca en particular, todas
ellas variables de la menos esquiva esfera de la circulacin. Por lo tanto, con dicho fin,
vali la pena concentrarnos en particular en un tipo documental de origen notarial como lo
fueron las cartas de compraventa, ya que ofrecen indicios (que despus se deben contrastar
con otras fuentes documentales) sobre las cantidades de objetos traficados, la periodicidad
de estos intercambios, sus lugares de produccin, sus centros de consumo, sus precios, los
nombres de los proveedores y de los demandantes. Y en algunas ocasiones, dan pistas
sobre los trayectos de la distribucin desde las reas productoras hacia las consumidoras y
-
22
hasta de los factores que pudieron influir en el costo final de la mercanca en sus
respectivos mercados.
En este estudio tambin se usaron crticamente las fuentes publicadas o editas. Entre ellas
fueron de especial relevancia las relaciones geogrficas de los siglos XVI y XVII que
describan las Audiencias de Quito, Santaf y la gobernacin de Popayn. Tambin se
consultaron las que provenan del virreinato del Per (recopiladas por Marcos Jimnez de la
Espada), pues no hay que olvidar que una enorme porcin de los Andes septentrionales
estuvieron incluidos dentro de su jurisdiccin. Y es que para el historiador que se adentra
en aquellos perodos tan tempranos es necesario comprender muy bien las divisiones
administrativas y eclesisticas de aquel entonces (con todo su entramado de
yuxtaposiciones) pues esta es una herramienta de imprescindible ayuda en la fase heurstica
de la investigacin, ya que posibilita realizar la bsqueda de fuentes con rigor, eficiencia y
ahorro de tiempo. Tales relaciones geogrficas son documentos de gran valor informativo
(no slo para los historiadores sino tambin para los estudiosos de otras disciplinas), pues
proporcionaron datos y ofrecieron pistas sobre la demografa, cultura material, recursos
naturales y articulaciones econmicas de las reas que hemos seleccionado como nuestro
objeto de estudio. As mismo, este tipo documental muchas veces dio cuenta de las
transformaciones del espacio y aprovechamiento del ecosistema realizadas por los hombres
de aquellos tiempos pretritos.
Una vez debidamente sopesada y evaluada aquella informacin recolectada y seleccionada
en tan variados centros documentales, fue posteriormente registrada en fichas digitales. A
continuacin, la informacin fue agrupada en categoras y sujeta a referencias cruzadas,
para lo cual fueron utilizadas herramientas informticas. Con auxilio de stas tambin se
realizaron bases de datos, se levantaron mapas y se elaboraron tablas y grficos. La
informacin as organizada y las evidencias recogidas fueron contrastadas una y otra vez
con las preguntas e hiptesis de trabajo preliminarmente planteadas. Y como es comn en
el mbito investigativo, al ir armando este inmenso rompecabezas con piezas tan
heterogneas se fueron suscitando interrogantes y planteamientos que no haban sido
tomadas en cuenta en el proyecto o derrotero precedente de esta investigacin.
-
23
6. Estado de investigacin
A la par, este escrito se apoy en ciertos textos que hacen parte tanto de la historiografa
colombiana como de la ecuatoriana. De la primera de estas se aprovech alguna
informacin fragmentaria ofrecida en algunos libros y publicaciones peridicas que
abordaban tangencialmente a la actividad pecuaria. De este sector econmico durante el
perodo colonial hay algunos apuntes en obras que se han concentrado en el estudio de la
actividad minera15
, algunas haciendas coloniales16
, las empresas agropecuarias de los
jesuitas17
, los modos de alimentacin y prcticas de consumo de algunas poblaciones18
, el
funcionamiento del sistema de abasto santafereo19
, la produccin agropecuaria de los
valles del Magdalena y Cauca20
, la historia socioeconmica de los llanos orientales21
y
recientemente algunas visiones panormicas del devenir de la ganadera en Colombia desde
los tiempos de la conquista hasta nuestros das.22
Casi todas ellas se han concentrado en el
15
Colmenares, Germn, Historia econmica y social de Colombia, 1537-1719, Medelln, La Carreta, 1975,
477 p; West, Robert, La minera de aluvin en Colombia durante el perodo colonial, Bogot, Imprenta
Nacional, 1972, 131 p; Barona Becerra, Guido, La maldicin de Midas en una regin del mundo colonial:
Popayn (1730-1830), Cali, Universidad del Valle/Fondo mixto para la promocin de la cultura y las artes del
Cauca, 1995, 335 p. 16
Tovar Pinzn, Hermes, Grandes empresas agrcolas y ganaderas: su desarrollo en el siglo XVIII, Bogot,
Cooperativa de Profesores de la Universidad Nacional de Colombia-Ediciones CIEC, 1980, 210 p;
Colmenares, Germn, Cali: terratenientes, mineros y comerciantes, s. XVIII, Bogot, Banco de la Repblica-
Universidad del Valle-Colciencias-Tercer Mundo Editores, 1997, 187 p; Villamarn, Juan A, Haciendas en la Sabana de Bogot, Colombia, en la poca colonial: 1539-1810, en Florescano, Enrique (ed.), Haciendas, latifundios y plantaciones en Amrica Latina, Mxico, Siglo XXI, 1978, pp. 327-345; Gutirrez Ramos, Jairo,
El mayorazgo de Bogot y el marquesado de San Jorge, Bogot, Instituto Colombiano de Cultura Hispnica,
1998, 154 p. 17
Colmenares, Germn, Haciendas de los Jesutas en el Nuevo Reino de Granada: siglo XVIII, Bogot,
Universidad del Valle-Banco de la Repblica, 1998, 114 p; Prez ngel, Hctor Publio, La hacienda
Caribabare: estructura y relaciones de mercado, 1767-1810, Yopal, Corpes Orinoquia, 1997, 276 p. 18
Saldarriaga, Gregorio, Alimentacin e identidades en el Nuevo Reino de Granada, siglos XVI y XVII,
Bogot, Editorial Universidad del Rosario, 2011, 333 p; Jimnez Meneses, Orin, La conquista del estmago: viandas, vituallas y racin negra, siglos XVII XVIII, en Geografa Humana de Colombia (Tomo VI), Bogot, Instituto Colombiano de Cultura Hispnica, 1998. pp. 221 240. 19
Vargas Lesmes, Julin, La sociedad de Santaf colonial, Bogot, Cinep, 1990, 382 p. 20
Soulodre-la France, Rene, Regin e imperio: el Tolima Grande y las reformas borbnicas en el siglo
XVIII, Bogot, Instituto Colombiano de Antropologa e Historia, 2004, 247 p; Clavijo Ocampo, Hernn,
Formacin Histrica de las elites locales en el Tolima, Bogot, Banco Popular, 1993, Tomo I, 407 p. 21
Rausch, Jane, A tropical plains frontier: the Llanos of Colombia, 1531-1831, Alburquerque, University of
New Mxico, 1987, 317 p. 22
Sourdis Njera, Adelaida, Ganadera en Colombia: cinco siglos construyendo pas, Bogot, Fedegn, 2008,
381 p; Florez Malagn, Alberto (editor), El poder de la carne: historias de ganaderas en la primera mitad
del siglo XX, Bogot, Pontificia Universidad Javeriana, 2008, 439 p; Sourdis Njera, Adelaida, Estructura de la ganadera en el Caribe Colombiano durante el siglo XVIII, en Boletn de Historia y Antigedades, LXXXII:790, (sept., 1995), pp. 611- 629.
-
24
siglo XVIII (en particular en su segunda mitad), y muy pocas de ellas se remiten a perodos
ms tempranos. En general, cualquier referencia a la centuria decimosptima casi siempre
est ausente. Asimismo, la mayor parte de estos textos se circunscribe a ciertas regiones o
jurisdicciones y otra porcin mucho menor se limita a los mrgenes del actual territorio
nacional. En general, gran parte de este material bibliogrfico se consult (junto con otros
textos provenientes de otros espacios del mundo iberoamericano y de la Amrica
Anglosajona) en las bibliotecas Daniel Coso Villegas (El Colegio de Mxico), Luis ngel
Arango (Bogot-Colombia), la Biblioteca Nacional de Colombia (Bogot), la Escuela de
Estudios Hispanoamericanos (Sevilla-Espaa), el Instituto Iberoamericano (Berln-
Alemania), entre otras.
A grandes rasgos, pudimos constatar que, a pesar de la existencia de esta informacin
bibliogrfica tan dispar, no hay trabajos serios y visiones holsticas de historia sobre la
ganadera en la conquista y la colonia, y que an siguen siendo muy exiguas las obras que
abordan el estudio del abasto y aprovisionamiento de las villas y ciudades neogranadinas.
En otras palabras, no existe una visin sistemtica del conjunto de la economa agrcola y
pecuaria en el Nuevo Reino de Granada durante los siglos XVII y XVIII (en su estructura y
funcionamiento) producto de la investigacin detallada en los archivos. Tampoco han sido
utilizadas apropiadamente las fuentes manuscritas para la reconstruccin del mundo
agropecuario del perodo colonial, y por ello no hay trabajos sobre las alteraciones
medioambientales generadas por la introduccin de la actividad ganadera en aquellos
ecosistemas, no existen estudios sobre las plagas de langosta y la epizootias que diezmaron
el hato vacuno en aquellos aos y apenas estn en paales los anlisis sobre las sequas y
alteraciones meteorolgicas que afectaron a tal sector productivo en determinados
territorios. Igualmente, sobre algunas industrias de transformacin de materias primas
pecuarias hay tan slo unos tmidos atisbos, son exiguos los trabajos que se concentren en
el impacto de la cra de cabras y chivatos en la economa de los pueblos de indios del
altiplano muisca y en cuanto a anlisis sobre los diezmos (y su importante rol para evaluar
-
25
la produccin agropecuaria) slo hay una vieja tesis doctoral norteamericana limitada a la
segunda mitad del siglo XVIII.23
Fuera de ello, la historiografa colombiana contina aferrada a dos paradigmas que
continan limitando el anlisis histrico de aquellas economas precapitalistas. El primero
es la anacrnica imposicin de las divisiones nacionales en muchos de los estudios de
historia econmica colonial y en otros casos la estricta delimitacin de las investigaciones a
las anteriores jurisdicciones administrativas o a slo un fragmento de stas. Pareciera como
si se temiera vincular a estos territorios con los espacios vecinos, establecer estudios
comparativos con otras reas del espacio iberoamericano y abandonar la comodidad (y
dispendio en recursos financieros) que implica llevar a cabo estudios circunscritos a ms
vastas escalas. Esto ha provocado la invisibilizacin de las sinergias materiales (y de otra
ndole) que estableci el Nuevo Reino de Granada con el resto del conjunto de las Indias
Occidentales y a que tal ensimismamiento haya impedido la clara percepcin de las
particularidades, similitudes y contrastes de tal rea en el marco del orbe indiano.
La segunda es la marcada tendencia a caracterizar (sin suficientes indicios) a la economa
de aquel segmento de los Andes Septentrionales como fragmentada internamente en
espacios aislados unos de otros, y que al modo de islotes o archipilagos estaban sumidos
exclusivamente en mezquinas prcticas autrquicas o de simple autosubsistencia y, por
ende, carentes casi completamente de cualquier contacto entre s. Tras esta percepcin
subyace no slo un peligroso determinismo geogrfico sino tambin una serie de maniqueas
generalizaciones que han menospreciado a ciertos renglones productivos (que como el
comercio de ganados) establecieron redes internas que vinculaban a muy heterogneas
reas geogrficas, permitieron a sus agentes articularse con otros circuitos materiales
(algunos de ellos de dimensiones interprovinciales e intercoloniales) y brindaron a los
individuos alicientes para superar las barreras geomorfolgicas que los condenaban al
encierro. As mismo aquel lugar comn (que en parte se ha transformado en un estorbo
cognitivo) ha subestimado tanto la capacidad de aquellos hombres para sobreponerse a los
23
Brungardt, Maurice Philip, Tithe Production and Patterns of Economy Change in Central Colombia: 1764-1833, PHD Dissertation, Austin, University of Texas, 1974, 503 p.
-
26
condicionamientos del medio fsico como la extraordinaria movilidad de los seres humanos
y de las mercancas a lo largo y ancho de aquel espacio del mundo andino. Por ende, hoy
en da es necesario confrontar, refutar y transgredir este mito fundacional (reproducido a lo
largo de varias generaciones) que ha imposibilitado comprender los mltiples matices y
claroscuros de la economa colonial neogranadina. Salvo por unas cuantas alusiones y por
ciertas investigaciones que recientemente han incursionado en el anlisis de la vinculacin
de Cartagena de Indias con el espacio histrico caribeo24
, en general la historiografa
colombiana carece de obras acadmicas que relacionen al espacio neogranadino con otros
mbitos de la monarqua hispnica, especialmente con el dinmico mundo andino
meridional, esto es, con la Audiencia de Quito y el virreinato del Per.
Las dificultades orogrficas del territorio, su enorme extensin, su baja densidad
demogrfica y la escasa capacidad de consumo de la mayor parte de esta poblacin han
sido algunas de las razones expuestas para defender esta controvertida tesis. El historiador
Guido Barona Becerra en su libro titulado La maldicin de Midas en una regin del
mundo colonial (1730-1830) ha expresado que la fragmentacin poltica y la marcada
autonoma de las elites locales (derivado del poco control ejercida por la Corona sobre estos
mbitos) incidieron en esta propensin hacia el aislamiento, en particular en la gobernacin
de Popayn. A ello se aade la existencia de grandes espacios vacos en esta provincia o de
reas carentes de la vida en polica establecidos por los parmetros hispnicos. As
mismo, el control de su elite regional sobre las haciendas y las minas (que les permiti
monopolizar la actividad comercial, evitar la entrada de competidores externos y coaptar la
mayor parte del oro en polvo) as como el carcter espasmdico de la produccin minera
(y por ende la carencia de mercados dinmicos) remarcaron esta tendencia hacia la
insularidad y autosuficiencia. As que para este autor, el flujo y movilidad de mercancas en
dicho espacio y por aquel entonces era sumamente reducido, y hasta casi inexistente.25
Esta es, sin duda, una perspectiva simplista que desdibuja las relaciones econmicas
interprovinciales de los Andes septentrionales a fin de no refutar los viejos cnones e ideas
24
Vidal Ortega, Antonino, Cartagena de Indias y la regin histrica del Caribe: 1580-1640, Sevilla, Escuela
de Estudios Hispanoamericanos/Universidad de Sevilla/Diputacin de Sevilla, 2002, 323 p. 25
Vase: Barona, La maldicin de Midas 310 p.
-
27
preconcebidas. Al mismo tiempo, es una visin que castra la capacidad expresiva de los
datos empricos para as amoldarlos y hacerlos encajar forzosamente a miopes modelos
explicativos. De igual modo, este es un enfoque que niega la capacidad de las economas
subrepticias e informales (o que se ejercan tanto al margen del control del poder real como
de las autoridades locales) para integrar y vincular grandes espacios geogrficos. Y como si
esto no bastara, tal punto de vista no slo menosprecia la capacidad del ganado de
trasladarse por s mismo hacia los epicentros que lo demandaban (y ello a pesar de su poca
regularidad estacional), sino que tambin subestima su papel en la conformacin de
encadenamientos productivos que lo hacan rentable tanto para sus productores como para
sus distribuidores. Adems, a travs de tales conjeturas no se advierte la capacidad de los
centros mineros neogranadinos (a pesar de su inestabilidad) y de las zonas urbanas de
generar efectos econmicos de arrastre, y ello aunque no hubieran alcanzado las
magnitudes (productivas y demogrficas) de los ejes coordinadores altoperuanos. Y por
ltimo, dichas elucubraciones desdean las densas relaciones econmicas que a travs del
ganado en pie y sus productos derivados se establecieron entre los valles del Cauca y
Magdalena con Quito a lo largo del siglo XVII, lo que en parte se explica ora porque el
autor no alude a la superposicin jurisdiccional de la gobernacin de Popayn mencionada
anteriormente, ora porque ignora u omite a los enlaces establecidos entre esta rea con los
Andes meridionales.
En una situacin similar de abandono se encuentran los estudios sobre dicho sector
productivo en Ecuador. Los pocos escritos existentes versan sobre la comercializacin de
ovinos y sus materias primas hacia el Per, y de cmo est ganado menor suplant a los
camlidos durante el siglo XVI en parte debido al despegue de la produccin textil en los
obrajes de la sierra norcentral.26
As mismo, en aos recientes se han realizado estudios
sobre los gremios de artesanos de la Audiencia de Quito, en donde se resalta la importancia
de la manufactura de cueros sobre todo en la jurisdiccin de Cuenca tanto para proveer a las
zonas mineras adyacentes como a la distante plaza de Lima.27
En otros estudios histricos
26
Borchart de Moreno, Christiana, La audiencia de Quito. Aspectos econmicos y sociales (s. XVI-XVIII),
Quito, ediciones del Banco Central del Ecuador, 1998, 405 p. 27
Paniagua Prez, Jess y Deborah L. Truhan, Oficios y actividad paragremial en la Real Audiencia de Quito
(1557-1730). El corregimiento de Cuenca, Len, Universidad de Len, 2003, 626 p.
-
28
generales sobre este corregimiento, se ha destacado la importancia de sus teneras, el
comercio local de carne vacuna y la exportacin de reses, cerdos y caballos hacia
Riobamba, Quito y el Per durante la segunda mitad del siglo XVI.28
Unas cuantas
anotaciones sobre el rengln ganadero yacen diseminadas en obras que se han concentrado
en explorar diversos temas tales como la produccin minera interna de este territorio29
, el
desarrollo del sector textil30
, las propiedades y negocios de los jesuitas31
, el crecimiento
demogrfico del altiplano durante el siglo XVII32
, los grupos de poder local33
y las
dinmicas del comercio domstico.34
En general, resulta sorprendente que, a pesar del loable esfuerzo del Archivo Metropolitano
de Historia por transcribir, compilar y publicar las actas capitulares de Quito (de los siglos
XVI y XVII) y de la riqueza documental del Archivo Nacional del Ecuador, no existan
trabajos que aborden el funcionamiento del abasto crnico de esta capital durante el perodo
colonial, las pautas del consumo alimenticio de sus habitantes, el proceso de absorcin y
desaparicin de sus ejidos y mucho menos sobre el trfico de ganado mayor y menor que
estimulaba esta ciudad desde espacios internos y externos a su jurisdiccin. Asimismo, no
existe an una obra acadmica que profundice en los lazos econmicos de la Audiencia de
Quito con las zonas mineras y centros pecuarios neogranadinos, pues de ello slo hay unas
simples anotaciones realizadas por Lane, Estupin Viteri y Borchart de Moreno en sus
respectivos libros.
28
Chacn Zhapn, Juan, Historia del corregimiento de Cuenca (1557-1777), Quito, Banco Central del
Ecuador, 1990, 675 p. 29
Lane, Kris, Quito 1599. City and Colony in Transition, Alburquerque, University of New Mexico, 2002,
292 p. 30
Tyrer, Robson Brines, The Demographic and Economic History of the Audiencia of Quito: Indian Population and the Textile Industry, 1600-1800, PHD Dissertation, Berkeley, University of California, 1979, 445 p. 31
Cushner, Nicholas P, Farm and Factory. The Jesuits and the Development of Agrarian Capitalism in
Colonial Quito (1600-1767), Albany, State University of New York, 1982, 231 p. 32
Newson, Linda A., Life and Death in Early Colonial Ecuador, Norman, University of Oklahoma Press,
1995, 505 p; Minchom, Martn, El pueblo de Quito, 1690-1810. Demografa, dinmica sociorracial y
protesta popular, Quito, Fondo de Salvamente del Patrimonio Cultural de Quito (FONSAL), 2007, 303 p;
Vieira Powers, Karen, Andean Journeys. Migration, Ethnogenesis and State in Colonial Quito, Alburquerque,
University of New Mexico, 1995, 236 p. 33
Ortiz de la Tabla Ducasse, Javier, Los encomenderos de Quito, 1534-1660, Sevilla, Escuela de Estudios
Hispanoamericanos, 1993, 377 p; Phelan, John Leddy, The Kingdom of Quito in the Seventeenth Century.
Bureaucratic Politics in the Spanish Empire, Madison, University of Wisconsin, 1967, 432 p. 34
Estupin Viteri, Tamara, El mercado interno en la audiencia de Quito, Quito, Ediciones del Banco Central
del Ecuador, 1997, 224 p.
-
29
A grandes rasgos, es notoria la existencia de un desbalance en la historiografa econmica
ecuatoriana, pues se le ha dado un papel muy relevante a los mercados del virreinato del
Per como centros de absorcin de su produccin interna (ovinos, cueros, tejidos, etc.)
mientras los neogranadinos han sido simplemente desdeados en particular para el perodo
anterior a 1680. De este modo, la gobernacin de Popayn (cuya porcin meridional
conformaba la parte norte de esta audiencia) ha sido visto como un espacio accesorio slo
importante para este centro administrativo por cuanto procuraba una cantidad considerable
del oro que ingresaba a su caja real. Por otra parte, la demanda de los textiles producidos en
la sierra quitea tanto en los campamentos mineros de esta provincia y que desde Popayn
eran redistribuidos hacia el valle del Cauca, el Alto Magdalena y la provincia de Antioquia
(y que llegaban a trocarse por ganado mayor) slo son mencionados por la emergente
relevancia que adquirieron cuando decayeron las exportaciones de tal mercanca hacia el
Altoper a finales del siglo XVII.35
Y casi ninguna informacin existe sobre la dependencia
de Quito respecto de la produccin pecuaria proveniente desde los valles intramontanos
neogranadinos a lo largo del siglo XVII y principios del XVIII. Asimismo, no ha sido
destacado el p
top related