cerros el salvador y la asomadera resumen...
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CERROS EL SALVADOR Y LA ASOMADERA
RESUMEN EJECUTIVO
PROYECTO PLANES DE MANEJO Y GESTIÓN INTEGRAL Cerros Tutelares de Medellín
Marzo de 2006
Convenio Interadministrativo 4800000616
Corporación Académica Ambiental - Universidad de Antioquia Secretaría de Medio Ambiente de Medellín
Área Metropolitana del Valle de Aburrá
FORMULACIÓN DE LOS PLANES DE MANEJO Y GESTIÓN INTEGRAL DE LOS CERROS TUTELARES DE MEDELLÍN
Convenio Interadministrativo No. 4800000616 de 2004
SECRETARÍA DEL MEDIO AMBIENTE
PERSONAL DIRECTIVO
MARTHA RUBY FALLA GONZÁLEZ SECRETARIA DEL MEDIO AMBIENTE
ALEJANDRO GONZÁLEZ VALENCIA SUBSECRETARIO DE PLANEACIÓN AMBIENTAL
LIDA PATRICIA GIRALDO MORALES SUBSECRETARIA DE METRO RÍO
MAURICIO FACIO LINCE PRADA SUBSECRETARIO DEL SIMPAD
HERNÁN PORRAS GALLEGO SUBSECRETARIO DE CULTURA AMBIENTAL
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SECRETARÍA DEL MEDIO AMBIENTE
EQUIPO DE INTERVENTORÍA
ALEJANDRO GONZÁLEZ VALENCIA INTERVENTOR
OLGA LUCIA BALBÍN MEDINA COORDINADORA DE INTERVENTORÍA
LUZ STELLA CARMONA APOYO A INTERVENTORÍA
TERESITA VÉLEZ ÁLVAREZ APOYO A INTERVENTORÍA
GABRIEL JAIME ESCUDERO MONTOYA APOYO A INTERVENTORÍA
ETHEL YULIANA TEJADA ROJAS APOYO A INTERVENTORÍA
OSCAR GABRIEL CÁRDENAS HERNÁNDEZ APOYO A INTERVENTORÍA
JUAN DAVID ALZATE TAMAYO APOYO A INTERVENTORÍA
CARLOS ARTURO BOZÓN PÉREZ APOYO A INTERVENTORÍA
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EQUIPO TÉCNICO
DIRECTOR
CARLOS ALBERTO ZÁRATE YEPES DIRECTOR CORPORACIÓN ACADÉMICA AMBIENTAL
COORDINADOR GENERAL
JORGE LUIS VÁSQUEZ MUÑOZ INGENIERO FORESTAL
COORDINADORES TÉCNICOS
BIBIANA MERCEDES PATIÑO ALZATE DIMENSIÓN URBANÍSTICA
MARÍA CRISTINA PACHECO GARCÍA
DIMENSIÓN AMBIENTAL
ALBERTO HERNÁN ARCILA GAVIRIA DIMENSIÓN SOCIOCULTURAL
CARLOS ALBERTO ZÁRATE YEPES
DIMENSIÓN JURÍDICO – ADMINISTRATIVA
DIMENSIÓN SOCIOCULTURAL
JOSÉ DAVID BETANCUR PATIÑO TRABAJADOR SOCIAL
MAURICIO ALBERTO MUÑOZ ZAPATA
EDUCADOR AMBIENTAL
FREDY ALONSO VILLA VANEGAS ANTROPÓLOGO
MARCELA SÁNCHEZ ALZATE INGENIERA ADMINISTRATIVA
BYRON SIERRA FIGUEROA
ECONOMISTA
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ADRIANA ZAFRA KIASUA TRABAJADORA SOCIAL
CAROLINA ZABALA GRANDA
TRABAJADORA SOCIAL
MYRIAM LUZ JARAMILLO GIRALDO HISTORIADORA
DIMENSIÓN URBANÍSTICA
CÉSAR AUGUSTO SALAZAR HERNÁNDEZ ARQUITECTO COORDINADOR TALLER
ELEAZAR GÓMEZ FERNÁNDEZ
ARQUITECTO COORDINADOR TALLER
ELKIN FERNANDO RODRÍGUEZ ARQUITECTO
CÉSAR AUGUSTO MARÍN CLAVIJO
ARQUITECTO
PAULA MÁSMELA DÍAZ ARQUITECTO
JAVIER ESTEBAN HENAO HERRERA
ARQUITECTO
ANGELA MILENA ALZATE NAVARRO ARQUITECTA
MÓNICA ELIZABETH MEJÍA ESCALANTE
ARQUITECTO DISEÑADOR
HUBERTO LEÓN ACOSTA RODÍGUEZ INGENIERO CIVIL
MIGUEL ANTONIO FRANKLIN MELÉNDEZ
INGENIERO CIVIL
DIMENSIÓN AMBIENTAL
LINA MARÍA RAMÍREZ VELÁSQUEZ INGENIERA AMBIENTAL
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GUILLERMO SILVA PÉREZ TECNÓLOGO FORESTAL
ANA MARÍA MONSALVE CUARTAS
INGENIERA FORESTAL
HERNANDO LÓPEZ GONZÁLEZ INGENIERO GEÓLOGO
LUZ LILIANA PERÉZ MADRID
FITOPATÓLOGA
SISTEMA DE INFORMACIÓN GEOGRÁFICA
VALENTINA CASTELLANOS BERNAL INGENIERA AMBIENTAL, ESPECIALISTA EN SIG
LUZ ANDREA MONSALVE GARRO
INGENIERA AMBIENTAL, ESPECIALISTA EN SIG
DIMENSIÓN JURÍDICO – ADMINISTRATIVA
ANA YADIRA SALDARRIAGA ABOGADA
JUAN CAMILO MEJÍA WALKER
ABOGADO
SECRETARIA ADMINISTRATIVA
GLORIA PIEDAD MENESES GARCÍA TECNÓLOGA EN SISTEMAS
AUXILIARES
JUAN CARLOS MOLANO MESA AUXILIAR ING. GEOLÓGICA
ANA MARIA QUINTERO ELEJALDE
AUXILIAR ING. SANITARIA
HAMILTON BURITICÁ MANCO AUXILIAR ING. SANITARIA
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LADY CRISTINA LÓPEZ BLANDÓN AUXILIAR ING. SANITARIA
JOHNNY DANN CORREA SIERRA
AUXILIAR GEODATABASE
LUIS FELIPE CASTAÑEDA GARCÍA AUXILIAR ING. SANITARIA
CONSULTORES
GABRIEL JAIME CASTAÑO VILLA ING. FORESTAL
GABRIEL JAIME COLORADO ZULUAGA
ING FORESTAL
MAURICIO ARROYAVE GIRALDO ING. FORESTAL
SILVIA NAVIA JARAMILLO
DISEÑADORA INDUSTRIAL
MARIANA QUINTERO ROBLEDO DISEÑADORA GRÁFICA
ROMÁN DARÍO DÍAZ MARTÍNEZ
DISEÑO 3D
GIOVANNY ANDRÉS HERNÁNDEZ POSADA DISEÑO 3D
ASESORES
MIGUEL ANTONIO RUIZ ARIZA COMUNICACIONES
IVÁN DARÍO PINEDA LONDOÑO FORMULACIÓN DE PROYECTOS
FELIPE MARTÍNEZ OCHOA GESTIÓN DE PROYECTOS
ANDRÉS FELIPE ESPINAL MONTOYA
HIDRÓLOGO
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DIANA WIESNER CEBALLOS
ARQUITECTA PAISAJISTA
GUSTAVO WILCHES CHAUX EXPERTO EN GESTIÓN DEL RIESGO
GERMÁN CAMARGO P. DE LEÓN
ECÓLOGO URBANO
DIEGO FERNANDO FRANCO MORENO PLANIFICACIÓN TERRITORIAL
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INTERVENTORÍA EXTERNA
COLOMBIA LIMPIA LIMITADA
MARÍA ALEJANDRA ECHEVERRI A. GERENTE COLNET LTDA.
ALEJANDRO GIL S.
DIRECTOR INTERVENTORÍA
JUAN CARLOS ROJAS C. COMPONENTE GEOLÓGICO
JUAN FELIPE HOYOS G.
COMPONENTE FORESTAL
DANIEL RUÍZ C. COMPONENTE HIDROCLIMATOLOGÍA
LUZ ELENA MARTÍNEZ
COMPONENTE ARQUEOLÓGICO
DIEGO A. FRANCO R. COMPONENTE SIG
JUAN DAVID CHAVARRIAGA G.
COMPONENTE JURÍDICO
RICARDO GUZMÁN L. COMPONENTE BIÓTICO
MYRIAM SUÁREZ S.
COMPONENTE SOCIO-ECONÓMICO
ANDRÉS ECHEVERRI L. COMPONENTE SIG Y AMBIENTAL
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CONTENIDO
Pág.
PRESENTACIÓN 25
1 LOCALIZACIÓN 27
2 SÍNTESIS DIAGNÓSTICA 31
2.1 DIMENSIÓN SOCIOCULTURAL 31
2.1.1 Arqueología 33
2.1.2 Estructura y Dinámica Poblacional 34
2.1.3 Aspectos económicos 36
2.1.4 Actores sociales 39
2.2 DIMENSIÓN URBANÍSTICA 39
2.3 DIMENSIÓN AMBIENTAL 44
2.3.1 Geología y geomorfología 45
2.3.2 Flora 49
2.3.3 Avifauna 52
2.3.4 Clima 55
2.3.5 Agua 55
2.3.6 Aire 58
2.3.7 Residuos Sólidos 59
2.3.8 Servicios ambientales 62
2.4 DIMENSIÓN JURÍDICA Y ADMINISTRATIVA 63
2.4.1 Cerro La Asomadera 63
2.4.2 Cerro El Salvador 63
2.5 MATRIZ SÍNTESIS DEL DIAGNÓSTICO TERRITORIAL 63
3 FUNCIONES URBANAS Y OBJETIVOS DE MANEJO 67
4 PROSPECTIVA Y ZONIFICACIÓN DE MANEJO 71
4.1 CONSTRUCCIÓN DE ESCENARIOS PROSPECTIVOS 71
4.1.1 Escenario deseado por las comunidades locales 76
4.1.2 Escenario Deseado por los Actores Institucionales 81
4.1.3 Escenario Objetivo 84
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Pág.
4.2 ZONIFICACIÓN 85
4.2.1 Zonas de Manejo para el Cerro El Salvador 85
4.2.1.1 Zona de Recuperación Ambiental y Paisajística 85
4.2.1.2 Zona de Protección del Patrimonio Histórico-Cultural 86
4.2.1.3 Zona de Uso Intensivo 86
4.2.1.4 Zona de Consolidación de Borde 87
4.2.2 Zonas de manejo Cerro La Asomadera 87
4.2.2.1 Zona de Recuperación Ambiental y Paisajística 87
4.2.2.2 Zona de Uso Intensivo 88
4.2.2.3 Zona de Consolidación de Borde 89
5 ESTRATEGIAS, PROGRAMAS, Y PROYECTOS DEL PLAN DE MANEJO DEL CERRO EL VOLADOR 93
5.1 ESTRATEGIAS DE MANEJO PARA EL SISTEMA DE CERROS TUTELARES 94
5.2 DEFINICIÓN DE LOS PROGRAMAS DE MANEJO 97
5.2.1 Programa Urbanístico 98
5.2.2 Programa Ambiental 105
5.2.3 Programa Sociocultural 108
5.3 IDENTIFICACIÓN DE LOS PROYECTOS ESTRATÉGICOS 111
6 CONCLUSIONES 119
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LISTA DE TABLAS
Pág.
Tabla 1. Parámetros climáticos para los cerros El Salvador y La Asomadera. 55
Tabla 2. Ubicación del punto de análisis. 58
Tabla 3. Concentración de emisiones. 58
Tabla 4. Categoría de calidad atmosférica. 59
Tabla 5. Matriz Síntesis del Diagnóstico Territorial Integrado para los cerros El Salvador y La Asomadera. 64
Tabla 6. Función Principal y Complementaria de los cerros El Salvador y La Asomadera. 68
Tabla 7. Calificación de influencia dependencia entre problemas, cerros El Salvador y La Asomadera. 73
Tabla 8. Priorización de problemas por parte de líderes comunitarios, cerros El Salvador y La Asomadera. 74
Tabla 9. Relación Problema – Zona de Manejo – Proyecto del Plan de Manejo. 112
Tabla 10. Proyectos del Plan de Manejo para los cerros El Salvador y La Asomadera. 114
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LISTA DE FIGURAS
Pág.
Figura 1. Localización de los cerros El Salvador y La Asomadera. 29
Figura 2. Actividades económicas cerros El Salvador y La Asomadera. 38
Figura 3. Esquema de Problemas Ambientales para los cerros El Salvador y La Asomadera. 72
Figura 4 Zonificación de manejo para los cerros El Salvador y La Asomadera. 91
Figura 5 Estructura del Programa Urbanístico. 100
Figura 6 Categorías de análisis en el programa ambiental para los cerros El Salvador y La Asomadera. 106
Figura 7 Categorías de análisis, problemas estructurales y acciones estratégicas del Programa Sociocultural para los cerros El Salvador y Asomadera. 109
Figura 8. Proyectos del Plan de Manejo de los cerros El Salvador y La Asomadera. 118
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PRESENTACIÓN
El proceso de formulación de los Planes de Manejo y Gestión Integral de los Cerros
Tutelares de Medellín ha llegado al final de su primera etapa, como quiera que al ser
asumido el Plan de Manejo y Gestión inicia el reto de su implementación.
Nos hemos ocupado intensivamente, por espacio de nueve meses, para entender cómo
se encuentran, cuáles son sus dinámicas, y cuales sus deseables desarrollos territoriales.
Nuestro deseo es que los cerros se incorporen armónica y efectivamente en la estructura
ambiental de la ciudad y en el mapa de los afectos sociales, para que el Plan de Manejo
se constituya en un instrumento útil para la administración municipal y la ciudad.
El proceso de estudio y análisis de estos sistemas ambientales, el desencadenamiento de
una estrategia de participación y el desarrollo de un ejercicio prospectivo y proyectivo, han
sido los pilares sobre los cuales se ha construido una mirada sobre estos ambientes de
tanto potencial para la ciudad.
El análisis y la prospectiva territorial para la construcción de una política ambiental
estratégica, exigieron un esfuerzo importante de síntesis diagnóstica y de puesta en
común de las múltiples miradas disciplinares del equipo de trabajo, así como de esas
aspiraciones y ambiciones de los diferentes actores sociales con interés en los sistemas
territoriales comprendidos por los Cerros Tutelares.
Generamos variados espacios de intercambio con los diferentes actores sociales, a través
de las comunidades y de sus representantes sociales, con las instituciones, técnicos y
funcionarios de la administración municipal, con agentes de procesos análogos de
planificación actualmente en curso y con algunos expertos visitantes. Esto nos permitió
incorporar nuevos datos al análisis, nuevos imaginarios y visiones que pusieron a prueba
nuestras consideraciones y juicios, derivados del estudio metódico del acervo técnico y
documental existente sobre los cerros, así como de la experiencia de indagación, estudio
e investigación en campo.
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Convenio Interadministrativo No. 4800000616 de 2004 Página 26
En ese proceso hemos tratado poner en evidencia las problemáticas de mayor dinamismo
e impacto en los cerros, así como el modo en que interactúan y se relacionan. De esta
manera entendimos la lógica de operación de los conflictos y dilucidamos los modos y
estrategias proyectuales que contribuyan al desarrollo armónico del Sistema de Cerros.
Los objetivos de manejo propuestos, como orientación y énfasis de la proyectación, son la
consecuencia de sopesar y ponderar sus determinantes biofísicas, sociales y urbanas,
además de establecer esos usos y funciones recomendadas, que deberían comandar la
acción social e institucional. Esta no es una tarea sencilla en ámbitos que soportan tantos
intereses, presiones y conflictos territoriales y que están llamados a contribuir a la
solución de temas neurálgicos como el espacio público, el patrimonio ambiental, la
expansión y redensificación habitacional y las infraestructuras y equipamientos urbanos.
Lo expresado en el Plan de Manejo constituye entonces una apuesta, pues expone unos
criterios y refleja una opinión sobre aquello que consideramos importante, necesario,
deseable, y/o prioritario para el mejoramiento ambiental del cerro. El Plan lee, interpreta y
asume una postura frente a las posibilidades de mejoramiento ambiental del cerro. Pero
considera como premisa la inestabilidad de estos sistemas territoriales, ese mapa
tremendamente dinámico al que asistimos en Medellín, donde usos y discursos cambian
en el tiempo con una velocidad que hace muy complejo pensar prospectivamente y donde
es común asistir a la reevaluación de los paradigmas que edifican la construcción
simbólica de la ciudad. Sin embargo, las conductas colectivas permanecen sustantivas y
se expresan en la necesidad de espacios para el libre esparcimiento, de una vivienda
digna, de unas infraestructuras y equipamientos que den orden a un modo de
emplazamiento territorial, que den cobijo y amparo a un sistema de relaciones sociales.
Es ese el reto de cualquier proceso planificador: tratar de considerar todos los elementos
del sistema territorial en cuestión, tener la agudeza para ponderar sus niveles de
importancia, para entender sus modos relacionales y predecir e imaginar la evolución de
dichos factores, anticipándose en la medida de lo posible a las aspiraciones y demandas
futuras de la ciudad, concientes de ese afán de reinventarse que parece estimularla
continuamente. A eso es a lo que aspiramos con la Formulación del Plan de Manejo, que
sintetizamos en el presente documento.
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1 LOCALIZACIÓN
La metodología desarrollada para delimitar físicamente cada uno de los Cerros Tutelares,
se llevó a cabo, haciendo uso de mediciones, análisis ambientales, urbanísticos,
administrativos y sociales, que fueron integrados y que complementaron el criterio
meramente físico y morfológico del Cerro Tutelar.
La localización del cerro El Salvador en la ciudad es la siguiente:
Zona de la ciudad: Suroriental, Comuna 9
Altura en la base: 1.522 msnm
Altura en la cima: 1.578 msnm
Extensión: 9,29 hectáreas
Entorno Territorial: Barrio El Salvador.
Como resultado se definen para efecto de este Plan de Manejo los siguientes límites para
el cerro El Salvador:
Partiendo de la esquina de la calle 42 con la carrera 40, por ésta sigue hacia el norte,
continuando por la calle 46 (Maturín), hasta encontrarse con la carrera 38, por ésta hacia
el sur hasta el cruce con la calle 40, por ésta hasta la carrera 38A, por ésta hasta la calle
40A, por ésta hacia el occidente hasta la calle 42, por ésta hacia el norte hasta la esquina
con la carrera 40 punto de partida (Figura 1).
La localización del cerro La Asomadera en la ciudad es la siguiente:
Zona de la ciudad: Suroriental, Comuna 9
Altura en la base: 1.480 msnm
Altura en la cima: 1.612 msnm
Extensión: 33,53 hectáreas
Entorno Territorial: Barrios Gerona, Loreto, La Asomadera 1, Las Palmas y San Diego.
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Como resultado se definen para efecto de este Plan de Manejo los siguientes límites para
el Cerro La Asomadera:
Partiendo de la avenida Las Palmas (carrera 38), a la altura del límite norte del
condominio San Bartolomé (X: 835.215,48 – Y: 1.180.691,11), se desciende por el borde
oriental de esta vía en dirección norte hasta encontrar el predio de la Subestación Metro-
San Diego (X: 834.909,76 – Y: 1.181.656,57), bordeando el límite oriental de éste,
buscando la calle 38 (X: 834.967,06 – Y: 1.181.711,26), ascendiendo por ésta hasta el
cruce con la carrera 43A (X: 835.108,80 – Y: 1.181.690,19), asciende bordeando los
predios residenciales hasta encontrar la esquina de la calle 39A con la carrera 43 (X:
835.187,17 – Y: 1.181.740,29), por ésta hacia el norte hasta la calle 39C (X: 835.217,27 –
Y: 1.181.915,38), asciende bordeando los predios residenciales hasta encontrar la calle
39A, continuando por ésta hasta el cruce con la carrera 38C (X: 835.418,46 – Y:
1.181.762,85), continuando por el costado norte del colegio Ana de Castrillón, hasta el
punto (X: 835.447,66 – Y: 1.181.754,22), desciende bordeando los predios residenciales
en dirección N-E hasta el punto (X: 835.495,80 – Y: 1.181.805,62), gira hacia el oriente
bordeando los predios residenciales hasta encontrar la carrera 38A, siguiendo por ésta en
dirección sur hasta la altura del barrio El Hormiguero (X: 835.422,22 – Y: 1.181.384,61),
bordeando los predios residenciales hasta encontrar la calle 34 (X: 835.334,84 – Y:
1.181.356,60), por ésta desciende hasta la esquina con la carrera 36 (X: 835.410,84 – Y:
1.181.309,54), desde este punto continúa la proyección de la transversal intermedia hasta
la urbanización Sierra Morena (X: 835.478,15 – Y: 1.180.929,79), continúa bordeando el
límite norte de las urbanizaciones Sierra Morena, Terrazas de San Diego y el Condominio
San Bartolomé, hasta encontrar la avenida Las Palmas punto de partida (Figura 1).
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Figura 1. Localización de los cerros El Salvador y La Asomadera.
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2 SÍNTESIS DIAGNÓSTICA
2.1 DIMENSIÓN SOCIOCULTURAL
El paisaje de Medellín en el siglo XIX, es el resultado de las modificaciones impuestas por
los españoles durante la conquista y la colonia, por los cambios de uso y las modalidades
de tenencia de la tierra, resultado a su vez de la adjudicación de tierras a los primeros
españoles asentados en estos territorios. El sistema de adjudicación o encomienda
incluía a los indígenas como mano de obra, cultivos y herramientas, para empezar a
cambiar el paisaje con el establecimiento de cultivos, y convertir estas áreas en pastizales
o para abandonarlos a fin de iniciar la sucesión secundaria.
Para la segunda década del siglo XX, los suelos presentaban una vocación “natural” para
acoger el hecho urbano, debido a que existían suelos aptos para abastecer la región de
víveres incluyendo carnes, el clima medio tenía una vocación agrícola y existía una red de
caminos y cruces importante.
Estas características ayudaron a crear una estructura dada por el río, donde el casco
urbano se situaba alrededor de la plaza de Berrío y se extendía hacia el oriente, evitando
poblar lugares muy altos y bajos. De esta manera, a finales del siglo XX, la ciudad
constaba de 114 manzanas, 7 plazas (5 de ella de la Colonia), y 4 plazuelas (dos de ellas
de la Colonia). En ella, se levantaban diversas instituciones educativas, religiosas y
culturales, de gran importancia para la ciudad, con vías amplias y rectas, manzanas
cuadradas.
El centro de la ciudad estaba ocupado por la élite y lo que se encontraba fuera del
perímetro urbano se consideraba rural. Los cerros La Asomadera y El Salvador se
encontraban por fuera de éste perímetro, siendo referentes urbanos por sus atributos, ya
que La Asomadera servía de camino para el sur, hasta que se volvió Camellón (camino
de salida y entrada a la población), que con el tiempo se fue llenando de casas,
inicialmente sobre el costado oriental en forma de fincas, luego el proceso se aceleró y
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cuando ya todo estaba cubierto de viviendas recibió el nombre de Camellón, reservado a
los lugares cercanos a los arrabales.
El nombre de La Asomadera provino del simple hecho de que quienes llegaban por este
camino a la población, desde cierto lugar podían divisarla “a su gusto” en la totalidad.
Fue una vía de confluencia para crear una relación constante y positiva entre regiones
cercanas, incluso con zonas más allá de los límites provinciales, y todavía más lejos, la
servidumbre que por siglos mantuvo la vigencia de una cultura indígena.
Es de anotar que La Asomadera y El Salvador (antes morro de Las Cruces, referente
físico de la ciudad con gran significado indígena hasta el siglo XIX), se empalmaron antes
del siglo XIX, siendo parte de “un camino antiguo muy grande” utilizado para el comercio
con los pueblos del oriente, y que viniendo del sur pasaría por La Asomadera, El
Salvador, Pan de Azúcar y llegaría al oriente cercano.
Para comienzos del siglo XX, la ciudad crece hacia diversos sectores; los ricos se mueven
hacia el norte, los pobres ocupan lugares más altos hacia el oriente (Cerro El Salvador,
Sucre, zonas vacías de Buenos Aires) y hacia el sur (Niquitao), y en la parte alta de la
ladera oriental. En 1913 la élite planteaba un rechazo a la situación existente, a la
incomodidad, a una estética fundamentada en lo pueblerino, en un pasado de
dependencia colonial.
El homenaje al Salvador que se lleva a cabo en estos años, sobre un elemento o podio
natural, no sólo tiene intenciones morales, sino también urbanas, era la idea de
monumento, de ornato, que hacía parte a su vez de la idea de civismo. De esta manera,
en la búsqueda por tener condiciones para la comodidad y la estética, se propone una
circunvalar que pasara por encima del mausoleo de San Lorenzo, iniciara en el Cuchillón
(Loreto), y la parte superior del morro del Salvador; la calle San Juan se ampliaría para
empalmar con esa vía. El plano propone desaparecer el viejo camino de La Asomadera
para configurar una trama como la desarrollada en el norte. Los caminos que
comunicaban la ciudad con el oriente debían desaparecer, es decir, el camino de la
Ladera, el de Rionegro, y el de la Asomadera, para poder mantener la continuidad y el
orden “que sólo la racionalidad podía proporcionar”.
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A partir de los años 20, La Asomadera y El Salvador entran a formar parte del plano
urbano de Medellín, asumen un uso urbano, residencial, obrero, que incluye el morro de
Las Cruces, desde 1910 del Salvador y el camellón de La Asomadera, el cual pierde su
referente natural, de mirador y de camino, pero continúa con su aire de fiesta, de
bohemia, de desacato y es poblado por migrantes campesinos.
En 1920 ya se ha urbanizado Buenos Aires y El Salvador, con un crecimiento mesurado
hasta ese año; luego se aceleran las migraciones intraurbanas, y se empieza a lotear por
urbanizadores privados y piratas, estimulado en parte por el proceso de industrialización,
para luego abrir paso al proceso de consolidación urbana que se dio hasta 1945.
Hoy los barrios han logrado una alta consolidación, aunque haya una pérdida como
referente geográfico natural, al menos para el conjunto de habitantes de la ciudad, pues
para quienes habitan los barrios aledaños continuarán siendo miradores urbanos
excepcionales, de donde se desprende las toponimias de La Asomadera y El Salvador.
2.1.1 Arqueología
Para estos dos cerros, no se cuenta con fuentes secundarias que den reporte de
procedimientos en rigor científico de sus hallazgos; no obstante, se conocen artefactos
arqueológicos que de forma fortuita se han hallado en modificaciones del paisaje por
actividades productivas, de vivienda o de infraestructura pública; o por saqueo
arqueológico o “guaquería”.
Con base en la arqueología, se puede decir que todos los cerros referidos, han
evidenciado ser lugares de ocupación de sociedades prehispánicas, desde épocas que
van desde el siglo IV a.C. (antes de Cristo), hasta el siglo XV y XVI d.C. (después de
Cristo), con la llegada de la época de conquista española. Lamentablemente, el
acelerado proceso de urbanización de Medellín, no le ha dado tiempo a la arqueología (y
a la ciudad), de actuar para la protección e investigación del patrimonio en la totalidad de
su territorio, por lo cual sólo se cuenta con inicios de investigación en los cerros El
Volador y Pan de Azúcar, así como con recomendaciones para El Salvador (San Lorenzo)
y por relación de cercanía, La Asomadera.
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No obstante, estos hallazgos dan cuenta de la existencia de ciertas sociedades culturales;
que hacen pensar que los cerros son unidades que se configuran como parte de una
relación sistémica, desde lo biofísico, así como desde lo sociocultural e histórico, por lo
tanto referirnos a ellos, significa configurar contextos históricos asociativos de usos,
ocupación y valoración socio ambiental.
Las fuentes secundarias permiten plantear un escenario de ocupación del Valle de Aburrá
con un amplio rango temporal, pero sobre todo con una exigencia de precisar procesos.
Principalmente por sociedades agroalfareras, que son denominadas por los rasgos de su
producción cerámica como La Cancana, Ferrería, Marrón Inciso y Tardío.
Los cerros La Asomadera y El Salvador, tuvieron un importante significado indígena,
donde la guaquería logró situarse, ya que abundaban las “guacas” o sepulturas de indios.
Así, los datos encontrados en diferentes estudios (Arcila 1977, Benítez 1988, Vélez y
Botero 1997), pueden inferir que esta zona fue un cementerio indígena desde antes de la
llegada de los españoles, dada su conocida denominación como “alto de las sepulturas”,
con anterioridad a que se construyera allí el cementerio de San Lorenzo. De igual forma
se puede deducir que el cerro San Lorenzo, también fue un lugar destinado a cementerio
en la época de la colonia. Hoy, el cementerio y su área de influencia son patrimonio
cultural, declarados mediante Acuerdo 062 del municipio de Medellín.
La ausencia de estudios arqueológicos e históricos con énfasis en la zona, no permite
plantear asociaciones claras a nivel cultural ni cronológico. No obstante, es posible
plantear que el área referida a los cerros Salvador – La Asomadera, constituye un hito
histórico importante desde la época prehispánica, así como en la colonia y en el proceso
de consolidación de la ciudad en tiempos republicanos.
2.1.2 Estructura y Dinámica Poblacional
A los cerros La Asomadera y El Salvador pertenecen los barrios de Gerona (24,81 ha), El
Salvador (35,77 ha), Loreto (65,89 ha), La Asomadera 1 (56,83 ha), Las Palmas (31,85
ha) y San Diego (71,49 ha), donde se cuenta con una población total de 66.300 habitantes
según el Anuario Estadístico. Se clasifican en los estratos 2 a 4 (estrato bajo, medio –
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bajo y medio). El Salvador, es el barrio que presenta una condición más crítica para la
habitación humana, ya que cuenta con el mayor número de personas por unidad de área
(453 habitantes/ha); al contrario de La Asomadera 1 y San Diego, que reflejan una
situación más favorable al respecto (92 y 91 habitantes/ha, respectivamente).
El nivel educativo de los habitantes del cerro puede calificarse como bajo, ya que el
45,1% de ésta ha terminado la primaria, y sólo el 1,4% ha tenido acceso a la educación
superior; es de resaltar que el barrio Las Palmas es el que tiene el mayor nivel de
analfabetismo (21,8%) y Gerona el menor (15,8%).
La cobertura total de salud de los cerros, se encuentra en un estado crítico teniendo en
cuenta que la mayoría de la población se encuentra ubicada en el estrato medio y más del
70% de ésta, no cuenta con ningún tipo de afiliación a los servicios de salud, siendo los
barrios El Salvador y Las Palmas, los que presentan el mayor déficit en este aspecto
(76% de su población no tienen ninguna afiliación), con relación a la población de cada
barrio.
En estos dos cerros, las tensiones por hacinamiento son relativamente similares entre los
barrios de influencia; siendo los barrios Gerona y El Salvador los que presentan el mayor
promedio de familias por vivienda (1,6), y Las Palmas y San Diego el menor número (1,3).
Con relación al saneamiento básico, en promedio el 27% de la población total, no cuenta
con el servicio de acueducto y alcantarillado municipal, siendo grave la condición del
barrio San Diego, pues más del 64% de sus habitantes no poseen este servicio, lo cual
está fuertemente influenciado por el estrato socioeconómico, ya que gran parte de las
viviendas son de estratos 1 y 2. Además, es el barrio que hace un uso más inadecuado
de las aguas residuales (32,4% no tienen sanitario o alcantarillado municipal). El barrio
Loreto se encuentra en mejores condiciones de saneamiento básico para el sector (6,2%
de las viviendas disponen mal las aguas residuales y 11,2% no cuentan con acueducto y
alcantarillado municipal). Sin embargo, con respecto a los residuos sólidos el barrio
Loreto es el que menos hace una disposición adecuada, arrojándolos a campo abierto y
basureros públicos.
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Con respecto a la tenencia de la vivienda, es relevante decir que la mayoría de los
núcleos familiares no poseen vivienda propia (80,5%), siendo los barrios Las Palmas y El
Salvador, donde se mantiene la mayor proporción de habitantes sin casa propia (87,4 y
83,2%, respectivamente) y el barrio Loreto donde se encuentran menos núcleos familiares
en esta misma condición (75,7%), considerado de cualquier modo, un valor alto.
En la dinámica poblacional, las condiciones de hacinamiento influyen en la calidad de vida
de los habitantes y en las formas de relación interpersonal y con el entorno, lo cual se
manifiesta en la pérdida de valores como la tolerancia, la resolución de conflictos, el
diálogo, entre otros. Además, el hecho que predominen tantos habitantes sin vivienda
propia afecta negativamente la forma de percibir el cerro, ya que tienen menos sentido de
pertenencia y van a participar poco en campañas que conlleven a la rehabilitación
ambiental del mismo.
Las condiciones anteriores unidas al desempleo, crecimiento de la población y la poca
presencia estatal son factores detonantes que generan detrimento del desarrollo social de
esta comunidad y por ende, inciden en el mantenimiento de la estructura ambiental del
cerro.
2.1.3 Aspectos económicos
En los cerros La Asomadera y El Salvador la población pertenece principalmente al
estrato medio, por lo que sus condiciones económicas son aceptables, lo que se traduce
en una menor presión sobre los recursos naturales y un nivel educativo que abre la
posibilidad de una valoración cultural de los mismos. Igualmente, la mayor inserción en la
vida urbana, hace que exista un mayor control por parte del Estado, lo que hace que las
decisiones sobre el futuro tengan a las instituciones como un actor fundamental.
De acuerdo al índice de desarrollo humano – IDH – la situación para las comunas Buenos
Aires y La Candelaria, que son las comunas a las que pertenecen los dos cerros, se
califican como de nivel medio (0,77 y 0,78, respectivamente); por lo que las condiciones
de infraestructura física, servicios públicos básicos y vivienda, no son tan carentes como
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en El Picacho y Santo Domingo, pero de cualquier modo inferiores a las del cerro
Nutibara.
Al calificar los dos parámetros anteriores (estratificación e índice de desarrollo humano),
en la matriz de valoración económica, se muestra que estos cerros son de los que tienen
mejor condición socioeconómica, con altos niveles de ingresos para la población y habita
en viviendas grandes, cómodas, de mejores diseños y coberturas totales de servicios
públicos domiciliarios. Cabe resaltar que el resultado se puede ver alterado de alguna
manera por el hecho de encontrarse haciendo parte de la comuna 10 (La Candelaria), la
cual mantiene un nivel de IDH catalogado como medio alto para este estudio (0,778); sin
embargo, los cerros se encuentra en la periferia de dicha comuna, por tanto, no refleja la
realidad de ella, sino que se acerca más a las condiciones de las comunas con las cuales
limita. Además, el nivel de ingreso de la población se puede calificar como bajo, ya que
sólo el 29% de ésta recibe algún tipo de ingreso.
En los barrios que hacen parte de ambos cerros, sobresalen económicamente las
actividades del sector servicios (33%), comercial (23%), e industrial (8%); aunque las
actividades eclesiásticas y sociales también son importantes (Figura 2). Sin embargo, el
uso residencial es el más extendido, ya que a éstos pertenecen barrios tradicionales e
históricos de la ciudad que ameritan ser conservados como memoria urbana (como es el
caso del barrio El Salvador).
El sector de la industria (127 establecimientos), está representado por pequeñas
industrias de transformación casera o fami empresas, donde se destaca la producción de
alimentos que se distribuyen en las tiendas del sector o que son vendidas en el centro de
la ciudad, por miembros de la misma familia; también se encuentran fábricas de zapatos y
prendas de vestir bajo la modalidad de maquila.
En el sector comercial se encuentra una variedad de sitios (se registran 208
establecimientos comerciales), donde se distribuye todo tipo de mercancía (graneros,
restaurantes, comidas rápidas, panaderías, almacenes, papelerías, licoreras, peluquerías,
legumbrerías, carnicerías, droguerías, depósitos, entre otros); generalmente, se
concentran en sitios aledaños a las parroquias y en torno a las principales vías de
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comunicación. La mayoría de las veces, los negocios se encuentran en los primeros
pisos de las construcciones, dejando los segundos y terceros para las viviendas.
Figura 2. Actividades económicas cerros El Salvador y La Asomadera.
ACTIVIDADES ECONÓMICAS CERROS ASOMADERA-SALVADOR
8%
23%
33%
36% INDUSTRIAL
COMERCIAL
SERVICIOS
OTROS
.
Se destacan en este tipo de negocios a Fedco, Oduperly, Tennis, Optivision, Almacenes
Sterling, Viajes Universo, Intercontinental de Aviación, calzado juventud, Cooperativa
Colanta, Tania, entre otras. Existe además, una gran cantidad y variedad de pequeños
negocios de carácter ambulante, donde se vende todo tipo de mercancías y que se
convierte en una opción de empleo informal para muchos habitantes que buscan el
sustento diario.
El sector de servicios (171 establecimientos), ocupa una posición prioritaria, donde
sobresalen las constructoras, distribuidoras y comercializadoras; pero también se
encuentran sectores de gran dinámica comercial y de afluencia de personas, algunos de
ellos con un carácter ambulante; entre los que más se destacan están los servicios de
telefonía celular, el revelado de fotografías y los servicios de Internet y de computación.
El uso institucional se encuentra representado por predios del Estado, como Instituciones
educativas, de salud (Metrosalud), Corvide, Inurbe, Municipio de Medellín-fondos
comunes y Empresas Varias, entre otros. Estos predios además de ser fundamentales
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como prestadoras de servicios del Estado, constituyen una base de predios que sirven a
futuros desarrollos.
También es importante reconocer las actividades de tipo religioso y social, a través
organizaciones como La Comunidad de Hijas de Maria Auxiliadora, la Conferencia de
Hermanos Menonitas, el Seminario Conciliar de Medellín, la parroquia de Nuestra Señora
del Pilar y la Fundación Solidaridad Por Colombia.
En el sector primario, se desarrollan actividades pecuarias en inmediaciones del cerro y
extractivas, donde se aprovecha madera para la construcción de viviendas o como
combustible de leña.
2.1.4 Actores sociales
En el cerro La Asomadera se identificó y caracterizó sólo un actor clave, que es la
Corporación Ecológica Parque La Asomadera, de carácter privado, la cual ejerce
presencia directa, a través del desarrollo de actividades ambientales, donde sobresale el
cuidado y mantenimiento del Parque La Asomadera.
Esta corporación es un actor altamente cualificado, ya que ejerce presencia directa en el
cerro, a través de acciones ecológicas; siendo reconocidos ampliamente por su gestión,
para el mantenimiento adecuado de todas las especies sembradas y vigilancia de
linderos. Es un actor estratégico, clave en los desarrollos sucesivos del Plan de Manejo, y
un aliado para la gestión, dispuesto a trabajar con proyectos en pro del cerro, con un
alcance de participación funcional.
2.2 DIMENSIÓN URBANÍSTICA
Bajo esta dimensión del análisis, el Plan de Manejo de los Cerros El Salvador y La
Asomadera tiene como énfasis principal la evaluación del nivel de integración de estos
cerros al sistema de espacios públicos de la ciudad, sistema abierto y dinámico que
reconoce en su complejidad los diferentes estratos que configuran y estructuran lo
urbano.
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La posibilidad de utilizar ciertos espacios protegidos como espacios públicos reta la
imaginación de planificadores y diseñadores urbanos que más que ampliar las
posibilidades de su utilización, deben velar por la conservación de los atributos que son
inherentes a ellos: ecológicos, lúdicos, recreativos, educativos, paisajísticos, ya que estos
espacios tienen como función principal la de recrear en la ciudad, el disfrute de los valores
de la naturaleza.
Los estratos que se reconocen como de mayor incidencia en la configuración de lo urbano
son: las Infraestructuras de vías para la movilidad y el acceso, los Equipamientos como
dispositivos para los servicios que demandan los diferentes actores urbanos, los
Asentamientos como las configuraciones residenciales y de aglomeración urbana, y las
Espacialidades Públicas como estructuras del comportamiento colectivo.
Movilidad: los sectores de movilidad en los Cerros El Salvador y La Asomadera son:
San Diego– Palmas, Palmas–Salvador, Cerros, Asomadera, Salvador parte alta y
Bomboná, donde las tramas viales no lineales irregulares, vías de servicio principalmente,
se presentan muy consolidadas y permiten la interconexión vehicular fácilmente, aunque
existen conflictos vehículo-peatón por presentarse andenes discontinuos muy
fraccionados. La trama vial lineal regular (vías arteriales y colectores de importancia
jerárquica), existente posee andenes adecuados en su mayoría, proporcionando
seguridad al peatón y conectando las áreas aledañas al cerro con el centro y la zona sur
oriental de la ciudad. Se crean muchas conexiones peatonales a través de senderos y
escalas que conducen directamente a los bordes de los cerros y que pueden ser
potenciadas para tal uso.
Estos cerros poseen una adecuada movilidad vehicular, en sus sectores de influencia
(especialmente por los costados oriental y norte), aunque el costado occidental de La
Asomadera, limitado por la avenida Las Palmas, es de difícil acceso por la pendiente del
terreno y porque no posee en la actualidad ninguna estructura que proponga y suscite el
interés por cruzar el cerro desde esta avenida. La accesibilidad vehicular se califica de
media a alta en el 30% del área y es baja sólo en el 4% del área de influencia directa.
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Existe también una alta movilidad peatonal, a través de una red de senderos, que conecta
zonas de espacio público y permite recorrer el cerro La Asomadera. El acceso peatonal
de mayor importancia y que se encuentra en muy buen estado es el que se conecta con la
carrera 38A con la calle 36, aunque su pendiente es muy fuerte. Por esto, los cerros se
califican con una accesibilidad peatonal media a alta (51,2% del área), y con relación a los
otros cerros del Sistema, se puede decir que El Salvador y La Asomadera tienen un nivel
de accesibilidad medio.
Equipamiento: aunque los cerros Asomadera y Salvador poseen una oferta de
equipamientos y servicios bastante alta, especialmente educativos y religiosos, debido a
que se encuentran muy influenciados por el centro tradicional y metropolitano, por lo
general, no están integrados al sistema de centralidades, sino que se encuentran
aislados.
Al interior del cerro La Asomadera se encuentran diferentes áreas de concentración de
equipamientos, desde instituciones educativas hasta recreativas, lo que posibilita un nivel
de apropiación alto y una intervención mixta que combina programas recreativos y de
educación ambiental. Aunque también se encuentra un equipamiento de infraestructura
de baja jerarquía y tipo que restringe en la zona occidental del cerro la posibilidad de
apropiación, accesibilidad desde el metro y la relación con la estructura urbana. Hacia el
costado occidental, sobresalen equipamientos comerciales y de salud de alta jerarquía,
los cuales poseen un nivel muy bajo de estructuración con respecto a los cerros,
sobretodo a La Asomadera, debido a las altas pendientes en ese costado y a la doble
calzada de la vía Las Palmas, que restringe sus posibilidades de relación.
El área con menor grado de equipamiento en La Asomadera se encuentra en la zona sur,
donde además, su relación con el sector del Poblado es baja.
Por lo anterior, la propuesta deberá ir dirigida a la integración del cerro con estos
equipamientos, de tal forma que se puedan eliminar restricciones y permitan construir una
relación clara a partir de la reestructuración o cesión de algunos sectores.
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Asentamientos: en el cerro La Asomadera; existe una alta tendencia a la
redensificación por subdivisión o adición de predios, especialmente en las zonas de alto
riesgo, donde se configuran construcciones de consolidación media – media de hasta tres
niveles. Este fenómeno, se da en el perímetro del cerro dentro de una zona residencial
altamente consolidada de casas independientes y con una excelente accesibilidad.
También existe otra zona de consolidación media – baja, con casas de 1 a 3 pisos, con
daños en las estructuras. En estas zonas es necesario intervenir desde la reubicación de
las construcciones.
Fuera del límite del cerro, se encuentran construidas y proyectadas urbanizaciones de
más de 10 pisos, limitando la visibilidad y el acceso desde la ciudad por el sector de la vía
Las Palmas; no obstante existe una alta consolidación, por lo que, la estrategia de
intervención es restringir el crecimiento en altura, especialmente al borde del cerro y
mejorar la conexión por la vía Las Palmas.
El cerro El Salvador se encuentra completamente urbanizado, presenta una alta
consolidación, en barrios abiertos de 1 a 4 pisos con muy buena accesibilidad; no
obstante hay una tendencia fuerte, tanto en redensificación en altura, como en subdivisión
o adición de predios. Es de resaltar que el barrio El Salvador se encuentra bajo
Tratamiento de Preservación Urbanística, por lo que existe una buena posibilidad de
mantener su estructura urbana, limitando las intervenciones que puedan descalificar su
configuración y emplazamiento.
Lo anterior, permite juzgar los cerros como de tendencia media a las afectaciones
visuales, especialmente La Asomadera, debido a las edificaciones de más de ocho pisos.
Posee además una calificación media en cuanto a la tendencia a la expansión. El
Salvador se califica como de baja tendencia a la expansión, con una alta consolidación en
el desarrollo de las zonas residenciales.
Espacio Público: con base en el Decreto 1504 de 1998 es posible reconocer los
cerros La Asomadera y El Salvador como elementos constitutivos naturales del espacio
público. Sin embargo, esto no es suficiente para que estos cerros cumplan la función de
elemento de integración al sistema de espacialidades públicas se refiere; pues dichos
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espacios deben conectarse aún con los más próximos y adyacentes, siendo necesaria la
existencia de ciertas condiciones de accesibilidad y libre tránsito para asegurar la efectiva
incorporación a la estructura urbana y/o su conexión con los elementos constitutivos
naturales en suelo rural en aquellos cerros que se encuentran en situación de frontera,
tales como La Asomadera, que tiene alguna posibilidad de vincularse activamente como
Espacio Público y corredor ambiental urbano con las vertientes de la Q. Santa Elena, El
Seminario y El Indio.
Espacio público construido. Entre los espacios construidos los que más sobresalen son
los escenarios deportivos y los parques infantiles de carácter público, en los barrios El
Salvador, Las Palmas y en el parque La Asomadera; los cuales se encuentran en buenas
condiciones físicas y pueden ser jerarquizados a nivel zonal, agrupando diferentes
barrios.
Es importante señalar que el costado oriental de La Asomadera posee un alto grado de
consolidación del sistema de espacio público construido, tanto por la cantidad, como por
la posibilidad de relación que tienen entre ellos, gracias a que disponen de una
accesibilidad alta ante una malla vial regular y en buenas condiciones en un terreno de
bajas pendientes. Igualmente se destaca la directa conexión que tiene este borde con el
conjunto de espacios que conforman la parte alta del cerro La Asomadera, el cual posee
un sistema conformado por escenarios deportivos, parques infantiles, kioskos y senderos,
prolongándose hasta las inmediaciones del barrio San Diego o borde occidental, sector
que por su claro nivel de consolidación espacial, es atractivo para los distintos grupos
sociales para la realización de actividades deportivas y de recreación que le son propias.
Los miradores y parques culturales son los escenarios con menos jerarquía para el
encuentro y esparcimiento del la comunidad, y son apropiados por pocos habitantes de
los barrios, aunque cuentan con una buena accesibilidad. No obstante, futuras
intervenciones y readecuaciones como el Parque Cementerio de San Lorenzo pueden
repercutir directamente en la cohesión de dicho sistema.
Espacio público natural. En cantidad, prevalecen las áreas verdes sobre los parques
lineales. En estas categorías, la zona mejor calificada es el sector norte del cerro La
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Asomadera, que a su vez relaciona los barrios San Diego y El Salvador, ya que presenta
senderos en buenas y aceptables condiciones, rodeados además de una extensa
cobertura vegetal que le imprimen el carácter de parque.
Una segunda área abarca la zona comprendida entre la avenida Las Palmas y la línea de
alta tensión, que a pesar de poseer características naturales valiosas, presenta un mal
estado de los senderos, bajas especificaciones técnicas y un nivel de integración zonal
débil, haciendo que pierda cohesión y que carezca de lugares de permanencia definidos.
Las zonas de más baja calificación se encuentran en el sector suroriental y nororiental del
cerro. Esta calificación se debe a la fuerte tendencia que tiene este sector a la
especulación inmobiliaria o la inclusión de usos no apropiados para mantener las
características naturales del sector.
A partir de los parámetros evaluados, es posible caracterizar los cerros La Asomadera y
El Salvador, con una calificación de media–baja y baja respectivamente en visibilidad,
baja en expansión, aunque los riesgos en este aspecto son decididamente mayores en La
Asomadera. La calificación es alta en accesibilidad, media–alta en redensificación y media
en cobertura de equipamientos. Este panorama se traduce en la búsqueda de estrategias
que ayuden al mejoramiento de la calidad escénica del paisaje y la senderización del
espacio natural en el cerro La Asomadera, a la creación de incentivos al mejoramiento y
restricciones al crecimiento en altura, se estructure el sistema peatonal al sistema vial de
la ciudad, y se realice una implementación del mobiliario, señalización e iluminación en la
parte de equipamientos.
2.3 DIMENSIÓN AMBIENTAL
Los cerros de Medellín son, en esencia, espacios públicos. Pero además de esto, son
ecosistemas estratégicos de escala metropolitana. Y si lo estratégico se fundamenta en
los servicios ecosistémicos o naturales, podemos definirlos como espacios que aseguran
la sostenibilidad de algunos bienes y servicios ambientales demandados por el sistema
urbano. Los cerros hacen parte de los elementos que constituyen esta categoría, se
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distingue su valor ambiental como suelos de protección, cumpliendo una función
ecológica equilibrante entre el medio natural y el espacio urbano construido.
2.3.1 Geología y geomorfología
Los cerros La Asomadera y El Salvador se encuentran subyacido por rocas ígneas
intrusivas, correspondientes al Stock Gabroico de San Diego y por rocas metamórficas
(anfibolitas) del grupo Ayurá–Montebello, sobre las cuales suprayacen extensos depósitos
superficiales (flujos de lodo y/o de escombros), así como depósitos aluviales del río
Medellín y llenos antrópicos.
A nivel de afloramiento esta roca se encuentra por lo general profundamente meteorizada,
con desarrollo de suelos residuales limo arcillosos y de tonalidades claras (amarillo y
blanco con manchas pardas), variando comúnmente a arenas limosas. Son suelos
profundos que pueden alcanzar hasta 45 m de espesor, como en el área del Seminario
Mayor.
Las anfibolitas se encuentran en las partes más altas de los cerros. Sobre El Salvador,
estas comprenden una pequeña área irregular, localizada entre las carreras 38B y 39A
entre las calles 40B y 40C aproximadamente correspondiendo prácticamente con el
Parque de El Salvador. En La Asomadera, comprenden una franja elongada que se
extiende en el sur desde la prolongación de la calle 33 hasta la calle 40 con Carrera 38C
al norte y desde la carrera 35A al este, hasta la carrera 39B al oeste, comprendiendo la
parte alta de los barios San Diego, Las Palmas, El Salvador, Gerona y la parte baja de La
Asomadera 1, incluyendo el Liceo Ana de Castrillón y el Parque La Asomadera.
Las anfibolitas, constituidas esencialmente por hornblenda y plagioclasa descansan sobre
un cuerpo ígneo Gabroico (Stock Gabroico de San Diego) aparentemente mediante
contacto intrusivo, en el cual las rocas metamórficas describen un cuerpo semejante a un
“techo colgado”, identificable por generar escarpes abruptos en sus bordes.
Suprayaciendo a las anfibolitas, aparecen algunos pequeños depósitos superficiales
(coluviones y llenos antrópicos) sobre la porción suroccidental del Parque La Asomadera.
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Las rocas ígneas intrusivas conforman casi todo el basamento de los cerros, ocupando
las partes intermedias de éstos, llegando hasta las partes bajas sobre el centro comercial
San Diego, la avenida Las Palmas, barrio Las Palmas y El Salvador y conformando la
cuchilla del Seminario, extendiéndose en direcciones E y SE principalmente, definiendo
un área de forma irregular.
Estas rocas definen vertientes cortas e inclinadas de superficies subredondeadas al norte
del cerro el Salvador a planoconvexas en los sectores W, S y SE, con disección media a
profunda, formación de cuchillas alargadas de cima subredondeada con control
estructural aparente, vallecitos cortos, y drenaje incipiente. Soportan procesos de erosión
concentrada, pequeños desgarres, formación de cárcavas y focos erosivos en los
costados W y SW del cerro La Asomadera. Se encuentran densamente urbanizadas
sobre el cerro El Salvador, el costado norte de La Asomadera y la cuchilla del Seminario
en el barrio La Asomadera No. 1 y cubiertas por pastos y árboles aislados en las
vertientes W y S del cerro La Asomadera.
Se observan además depósitos de flujos de lodo y/o escombros, maduros y frescos,
coluviales, aluviales y llenos antrópicos.
Los depósitos superficiales del tipo flujo de lodo maduros son los más significativos por su
extensión y predominancia, se presentan en las partes bajas de los cerros principalmente
sobre la cuenca de la quebrada La Palencia (barrio El Salvador) en los costados NE y N
de los cerros prolongándose al NW desde el cementerio San Lorenzo hasta la
subestación eléctrica Metro San Diego en el bario Las Palmas. Sobre el costado SW del
cerro La Asomadera, estos depósitos ocupan la parte intermedia de la cuenca de la
quebrada Loreto, Avenida Las Palmas y barrio San Diego, llegando hasta la carrera 42A
junto al Centro comercial San Diego.
Están compuestos principalmente por bloques rocosos heterométricos posiblemente
derivados de anfibolita y gabros, inmersos en una matriz granular a limosa. Tanto los
bloques como la matriz poseen grado de meteorización de moderado a alto. Desarrollan
una morfología irregular, de vertientes medias con pendientes suaves a moderadas,
superficies inclinadas a onduladas, medianamente disectadas hacia la cuenca de la
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quebrada La Palencia y fuertemente disectadas en los alrededores de la subestación
eléctrica Metro San Diego.
Los depósitos de flujo de lodo y/o escombros “frescos” se presentan en La Asomadera
como una unidad aislada localizada en inmediaciones del caño San Diego, desde la calle
43C al W hasta la parte media-alta del caño junto al parque La Asomadera. Es una
acumulación de suelos y materiales meteorizados removilizados de naturaleza ígnea y
metamórfica, compuesta por una matriz areno arcillosa de color pardo rojiza con
moteados pardos y cafés por acumulaciones de materia orgánica que envuelve
fragmentos de roca heterométricos de tamaño decimétrico.
Los depósitos coluviales se presentan en el costado SW del cerro La Asomadera entre el
parque La Asomadera y la avenida Las Palmas, como unidades aisladas dispersas de
forma y tamaño irregular, principalmente en las vertientes medias y baja del cerro.
Morfológicamente desarrollan geoformas suaves a manera de peldaños sobre la
pendiente, sus superficies son por lo general, plano convexas con muy bajo grado de
incisión hacia los bordes.
Los depósitos antrópicos son grandes extensiones caracterizadas por acumulaciones de
materiales diversos removilizados por acción antrópica (resultado del proceso de
urbanización y redesarrollo permanente de la ciudad. Bordean el globo de terreno
conformado por los dos cerros, descansando sobre los flujos de lodo y/o escombros
maduros (Qfm), así como sobre los depósitos aluviales (Qal).
Corresponden a la removilización de los flujos de lodo y/o escombros maduros, así como
de los depósitos aluvio-torrenciales de la quebrada La Palencia y en parte de los
aluviones del río Medellín, pero dada la morfología desarrollada suavemente inclinada y
ondulada que exhiben en superficie, se registran cartográficamente con esta
denominación, diferenciándose de otros depósitos superficiales que muestran rasgos
originales más evidentes.
Se separaron las unidades geomorfológicas: unidad de cerros (Uc), unidad de vertientes
suaves (Uvs), unidad de planicies de vertiente (Upv) y unidad de vertientes medias (Uvm).
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La unidad de cerros (Uc) corresponde al conjunto de los cerros El Salvador y La
Asomadera. Se caracteriza por una geoforma de base amplia y alargada, con un
estrangulamiento definido, que marca la división entre los dos cerros; cima alargada,
subredondeada a plana de forma irregular para el cerro La Asomadera y cima redondeada
de forma irregular para el cerro El Salvador. Laderas o vertientes cortas a medias e
inclinadas, superficies subredondeadas a plano convexas en El Salvador, con disección
media a profunda, formación de cuchillas alargadas de cima subredondeada con control
estructural aparente y vallecitos cortos.
En las vertientes medias se encuentran los barrios El Salvador y San Diego y abarca
sectores que van desde la quebrada La Palencia al noreste, pasando por el cementerio
San Lorenzo en el noroeste y culminando en el barrio San Diego en inmediaciones de la
Subestación eléctrica Metro San Diego. Se caracteriza por superficies convexas,
suavemente onduladas e inclinadas hacia los flancos de los cerros y tiene un drenaje
incipiente y nulo.
La planicie de vertiente, abarca los barrios El Perpetuo Socorro y barrio Colombia. Como
elementos geomorfológicos principales se tienen escarpes cortos caracterizados por
cambios bruscos en la pendiente, el estrangulamiento que separa los cerros El Salvador y
La Asomadera y un encañonamiento estrecho ubicado al oriente del liceo Ana de
Castrillón.
Los procesos morfodinámicos se encuentran asociados exclusivamente al cerro La
Asomadera, donde actúan procesos puntuales relacionados con el desgarre de materiales
a pequeña escala. En el cerro El Salvador, completamente urbanizado, los procesos solo
podrían actuar a nivel de algunos solares de casas y ni el trabajo de campo ni la
evaluación fotogeológica no mostró evidencias en tal sentido.
En el cerro La Asomadera se tiene referenciada una pequeña área en el flanco occidental
correspondiente a una zona de alto riesgo asociada con un flujo de lodos fresco que ha
mostrado cierta dinámica, sobre todo en épocas de invierno. El área se presenta
arborizada y no muestra viviendas que puedan verse afectadas por un deslizamiento;
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además, las condiciones de la vertientes son secas, lo que no propicia el
desencadenamiento de un fenómeno de remoción en masa.
Los taludes de la avenida Las Palmas, muestran buen estado de conservación, así como
toda la ladera sur del cerro La Asomadera. Allí, mientras prevalezcan las condiciones
actuales, es poco probable que se desencadenen deslizamientos o desgarres de suelo,
caso contrario a si no se controla el arrojo indiscriminado de escombros en la parte
superior del cerro, lo cual haría posible la caída de materiales por esta vía con
consecuencias negativas para los eventuales transeúntes.
2.3.2 Flora
La cobertura vegetal presente en el cerro La Asomadera, cerca de 30 ha, es el resultado
de intervenciones antrópicas, por lo que su composición y estructura es el resultado de
programas de selección y establecimiento vegetal sin contemplar criterios ecológicos o
permitir procesos de sucesión natural espontánea, por lo que se realiza una selección y
establecimiento inadecuado de especies. Predomina el uso y establecimiento de
especies exóticas como eucalipto, urapán y ciprés, especies poco adecuadas para
originar variedad en el hábitat; además, las áreas verdes disponibles en el cerro se cubren
de césped que se maneja como cultivo con podas periódicas para controlar su
crecimiento, lo que lo convierte en un hábitat con limitaciones para especies silvestres de
flora y fauna.
Se identificaron las siguientes unidades de cobertura vegetal: pasto manejado–
reforestación mixta (4,3 ha), pasto manejado (2 ha), plantación ciprés–eucalipto–árboles
ornamentales (2 ha), reforestación mixta (5,7 ha), plantación eucalipto–reforestación mixta
(6,4 ha), pasto enmalezado (0,7 ha), árboles ornamentales (1,7 ha), plantación urapán
(0,8 ha) y plantación eucallipto–leucaena (1,7 ha). En los pastos, la especie dominante es
yaraguá; para las plantaciones se han utilizado especies introducidas como, Pinus patula,
Fraxinus chinensis y Eucalyptus saligna, las cuales se encuentran en estado adulto.
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En las coberturas identificadas no se presenta regeneración de especies nativas porque
son eliminadas en el corte de pasto y en las actividades de pastoreo, por parte de equinos
y vacunos presentes ocasionalmente en todo el cerro.
En los últimos años se han establecido, en diferentes densidades de siembra, especies
nativas de Colombia, en un gran porcentaje juveniles ubicadas al azar. Entre las especies
que se han establecido se encuentran guayacanes (Tabebuia rosea), cedros (Cedrela
odorata); y en menor proporción manos (Mangifera indica), algarrobos (Hymenaea
courbaril), miconias (Miconia archeri), cedro negro (Juglans neotropica), anones (Annona
sp), entre otras. De las 153 especies registradas, 18 se identificaron en las parcelas
levantadas y 263 especies son reportadas en la información secundaria.
En la cobertura de pasto enmalezado, a pesar que la especie predominante es el
yaraguá, no se hace mantenimiento continuo, por lo que se caracterizó la vegetación,
para mirar qué especies se alcanzan a establecer bajo esta condición. Se encontró que,
como especie más abundante Mangifera indica y el pasto cola de zorro (Andropogon
condensatus).
De acuerdo al muestreo realizado, es notable que los individuos adultos de eucalipto son
la cobertura dominante en el cerro La Asomadera, haciéndose necesario su reemplazo a
mediano plazo, con el fin de permitir el desarrollo de las especies nativas establecidas
bajo su dosel, cuyas características pueden aportar una mayor diversidad, potencial de
hábitat y variedad y representatividad al arboretum. Es de resaltar la diversidad de
especies arbóreas presente en este cerro, asimismo, el vivero donde se encuentra una
colección de palmas y otras especies de flora importantes.
El Cerro el Salvador se encuentra totalmente urbanizado, siendo el parque el elemento
público más predominante en cuanto al establecimiento de vegetación. Los árboles
plantados en él, están limitados y condicionados en su desarrollo por el amoblamiento,
tornándose en riesgoso su propio crecimiento, pues cuando superan tamaños manejables
se convierte en amenaza para la población y para el equipamiento urbano. Sin embargo,
esta área arbolada es un pulmón verde que presta un gran servicio local como parque
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urbano en un sector exclusivamente residencial con reducidos lugares para el
esparcimiento.
Sólo se diferencia una cobertura vegetal, denominada pastos manejados con arborización
(1,4 ha), la cual se ubica en el parque principal del Salvador; donde la diversidad de
tamaños de la arboleda, hace que presente una estructura vertical muy heterogénea. Se
censaron los individuos, 103 en total, pertenecientes a 36 especies, siendo el urapán
(Fraxinus chinensis) y la palma payanesa (Archontophoenix cunninghamiana) las más
comunes; aunque también se encuentran especies nativas como, Hymeneae courbaril,
Erythrina glauca, Calliandra pittieri, Tabebuia chrysantha, Tabebuia rosea, Hibiscus
tiliaceus, entre otras.
Se puede afirmar que la gran mayoría de disturbios desde el punto de vista fitosanitario,
se deben a la mala siembra de los árboles. Esta labor se lleva a cabo en hoyos
profundos, no se presiona suficientemente el suelo para asegurar que el árbol quede
estable y sin espacios vacíos para evitar cámaras de aire y acumulaciones excesivas de
agua que puedan favorecer las pudriciones radiculares.
En los ejemplares de Tabebuia rosea, se observan daños causados por insectos
coleópteros de la familia Chrysomelidae. La mayoría de individuos de Cedrela odorata,
establecidos en altas densidades, presentan clorosis severa y defoliación de los brotes
terminales, daño que es causado por larvas de insectos Lepidópteros. En el caso del
urapán (Fraxinus chinensis), los chinches de la familia Pentatomidae fueron los
principales agentes causantes de daños, manifestándose como manchas o puntos
cloróticos sobre las hojas. En árboles de Mangifera indica fue común observar insectos
chupadores como el “piojo blanco”, que pertenece al orden Homóptero y a la familia
Diaspididae, aunque su incidencia no llega a ser significativamente importante.
En el cerro La Asomadera, se registraron 14 árboles que representan algún tipo de riesgo;
el 71% de ellos se encuentran cerca a redes de energía; entre las especies se
encuentran: Erythrina glauca, Terminalia cattappa, Eucaliptus sp, Leucaena leucocephala,
Senna sp, entre otras. Es importante mencionar el riesgo para los niños y personas en
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general, por el establecimiento de especies como la palma mariposa (Caryota sp), debido
a que sus semillas y frutos pueden producir alergias al estar en contacto con ellas.
Entre las afectaciones registradas en el Cerro El Salvador se destacan: daños
ocasionados por Thrips, particularmente la especie Gynaikothrips ficorum atacando el
follaje de laurel (Ficus benjamina); una baja incidencia de piojo blanco sobre ejemplares
de mango (Mangifera indica), y algunos síntomas de manchas foliares y amarillamiento en
el follaje de árboles de guayacán amarillo (Tabebuia chrysantha), ocasionado por insectos
chupadores (Hemípteros) de la familia Pentatomidae. Entre los árboles que están
generando algún tipo de afectación; se tienen cinco de las especies Erythrina glauca,
Pytecellobium dulce, Ficus elastica, Cassia spectabilis y Fraxinus chinensis, cuyas copas
y/o ramas laterales están generando riesgo probable de desprendimiento por su cercanía
a las redes de energía.
En lo que concierne a la conectividad ecológica, los cerros La Asomadera y El Salvador
presentan un tipo de cobertura vegetal exclusivamente cultural (pastos, cultivos,
plantaciones forestales, silvicultura urbana, reforestación mixta), sin ningún indicio de
naturalidad, rastrojos bajos o rastrojos altos; por lo que no tienen potencial para propiciar
su conectividad con fragmentos o corredores naturales. Como principales indicadores del
impacto humano; es decir, de la ausencia de naturalidad en estos dos cerros, se incluye la
presencia de especies exóticas, que unido al tipo de actividades recreativas y deportivas
que allí se desarrollan, limitan el desarrollo de hábitat para especies que no sean
comunes al ambiente urbano.
2.3.3 Avifauna
En el cerro La Asomadera, se registraron un total de 42 especies asociadas a 17 de las
87 familias reportadas para Colombia. En el contexto de ciudad, el cerro preserva una
cantidad representativa de especies confinadas a hábitats completamente
antropogenizados (43%), así como a otras grandes áreas verdes urbanas (55%), mientras
que sólo el 2% está asociado a áreas rurales. Aunque se registraron 42 especies (un valor
elevado para un parque bien arbolado), de las que el 40% son poco comunes, como
Buteo magnirostris, Elanus leucurus y Falco sparverius (aves rapaces que se observan a
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lo largo del valle), tienen una riqueza inferior a la que presenta, por ejemplo, el cerro El
Volador. Por otra parte, entre las especies más comunes se tiene, Coragyps atratus,
Columba livia, Columbina talpacoti, Amazilia tzacatl, Pyrocephalus rubinus, Tyrannus
melancholicus, Notiochelidon cyanoleuca, Troglodytes aedon, Turdus ignobilis, Molothrus
bonariensis, Coereba flaveola, Thraupis episcopus, Thraupis palmarum, Saltator
striatipectus, Tiaris olivacea y Zonotrichia capensis.
En este cerro no se presentó ninguna especie con distribución exclusiva a La Asomadera;
el 93% de sus aves se encuentran también en El Volador, excepto Falco sparverius,
Streptoprocne rutila y Icterus chrysater. De este modo, los procesos de reforestación que
se han adelantado en su interior, seguramente han mejorado las condiciones ambientales
y han favorecido las poblaciones de aves que en él residen. El grupo de la aves
insectívoras fue el de mayor número de especies con 15, seguida por las granívoras con
9, las frugívoras–insectívoras con 6 y por último las frugívoras con 3. Los resultados de
los análisis no dan un gran valor para la conservación de este cerro, debido a su baja
riqueza de especies con relación a otros cerros como El Picacho y Volador. Además, al
tener en cuenta su estructura vegetal, fáunica y usos actuales por parte de la comunidad
del entorno, se considera pertinente la preservación de la avifauna actual, más no su
potenciación a través de procesos de restauración ecológica, que posiblemente no
consigan ningún efecto positivo sobre las necesidades de la actual avifauna residente. De
igual manera que para otros cerros urbanos como El Volador, en éste se debe priorizar la
preservación de la biodiversidad actual desde perspectivas educativas que involucren las
comunidades vecinas.
También es importante resaltar que el cerro sufre una alta presión antrópica que lo hace
vulnerable, debido al manejo inadecuado de basuras en el cerro (escombreras y
botaderos a cielo abierto), lo cual atrae ratas y gatos que son depredadores de huevos y
aves; el uso pecuario en ciertos sectores, altera la estructura vertical de las áreas
reforestadas o dañar las plántulas, ocasionando deterioro en la calidad de los hábitats;
evidencias de incendios que destruyen la estructura del hábitat y pueden ocasionar la
pérdida de especies o la reducción de sus poblaciones; las actividades recreativas que se
llevan a cabo en el cerro, pueden tener un alto impacto sobre la avifauna, ahuyentándolas
ya que no se encuentran familiarizadas con el hombre y el ruido que genera y los
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asentamientos subnormales del sector sur pueden generar problemas por el manejo
inadecuado de aguas residuales y residuos sólidos, lo que influye negativamente en la
calidad del hábitat.
En el Salvador se registraron 28 especies, pertenecientes a 14 familias, lo cual parece
sorprendente (tiene la quinta riqueza más alta dentro de los siete cerros tutelares), debido
a que este cerro se encuentra completamente urbanizado y el único espacio arbolado es
el parque principal, con una extensión cercana a 1 ha.
A nivel urbano, el cerro El Salvador preserva una cantidad representativa de especies
confinadas a hábitats completamente antropogenizados (61%), y a áreas verdes urbanas
(39%); no se registraron especies asociadas a áreas rurales. Las 17 especies netamente
urbanas, son especies fácilmente observadas en toda la ciudad: Cathartes aura,
Coragyps atratus, C. livia, C. talpacoti, Z. auriculata, Amazilia tzacatl, Pyrocephalus
rubinus, P. sulphuratus, Myiozetetes cayannensis, Tyrannus melancholicus, Notiochelidon
cyanoleuca, Troglodytes aedon, Turdus ignobilis, Coereba flaveola, T. episcopus, T.
palmarum y Z. capensis. Además, el grupo de la aves insectívoras fue el de mayor
número de especies con 8, seguida por las granívoras con 6, las frugívoras–insectívoras
con 4 y por último las frugívoras con 2 (Euphonia laniirostris y Saltator striatipectus); el
bajo número de estas últimas especies, puede estar asociado a que en ambientes
altamente perturbados se favorece el establecimiento de especies generalistas en su
dieta más que el de especialistas.
En el cerro El Salvador no se observaron problemáticas relacionadas con la perturbación
de hábitats, la expansión urbana, el manejo de basuras y las actividades recreativas que
en él se desarrollan. Tal vez el único problema que afronta para la conservación de su
avifauna es la presencia de palomas (C. livia) que actúan como competidoras directas por
recursos de especies silvestres como la tortolita (C. talpacoti) y la tórtola (Z. auriculata).
Por todo lo anterior, el valor para la conservación de la avifauna presente en este cerro,
es la más baja de las registradas para los otros cerros tutelares, esto se debe no sólo a la
baja riqueza de especies, sino a lo común que es dentro del sistema urbano la avifauna
que en él habita.
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2.3.4 Clima
Los pisos térmicos que comprenden esta zona son el templado que se localiza entre la
llanura aluvial del río Medellín (cota 1.450) y la carretera las Palmas (cota 2.000), con una
temperatura media anual de 22C y de este punto a la divisoria de aguas (cota 2.750) se
denomina piso térmico frío con una temperatura promedio anual de 15C.
De acuerdo a la estación pluviométrica Miguel de Aguinaga, la precipitación media anual
para los cerros es de 1.431 mm y posee un comportamiento bimodal.
Los valores de las variables climáticas analizadas en los cerros El Salvador y La
Asomadera se presentan en la Tabla 1.
Tabla 1. Parámetros climáticos para los cerros El Salvador y La Asomadera.
Altura (msnm)
Patm (Pa)
T (ºc) Td (ºc) e
(hPa) es
(hPa) HR
Evtp (mm/año)
Evtr (mm/año)
1.610 83,75 19,60 15,92 18,09 22,82 0,79 1.232,11 981,74 1.600 83,85 19,66 15,97 18,15 22,90 0,79 1.234,58 983,06 1.550 84,34 19,97 16,23 18,46 23,34 0,79 1.246,98 989,68 1.500 84,83 20,27 16,50 18,78 23,78 0,79 1.259,52 996,29 1.480 85,02 20,39 16,60 18,90 23,96 0,79 1.264,57 998,94 1.578 84,06 19,79 16,09 18,29 23,09 0,79 1.240,02 985,97 1.555 84,29 19,93 16,21 18,43 23,30 0,79 1.245,74 989,01 1.550 84,34 19,97 16,23 18,46 23,34 0,79 1.246,98 989,68 1.536 84,47 20,05 16,31 18,55 23,46 0,79 1.250,48 991,53
Donde: Patm: presión atmosférica; T: temperatura; Td: punto de rocío; e: presión de vapor del agua en la atmósfera; es: presión de vapor de saturación del agua a la temperatura del aire; HR: humedad relativa; Evtp: evapotranspiración potencial; Evtr: evapotranspiración real.
2.3.5 Agua
Este conjunto de cerros se distingue hidrográficamente por su alta intervención antrópica,
la cual determina la inexistencia total de corrientes superficiales naturales en el cerro El
Salvador y una incipiente red de drenaje superficial sobre el cerro La Asomadera. La
principal corriente que se identifica en este conjunto de cerros es el caño San Diego que
discurre desde el parque La Asomadera hasta inmediaciones de la Subestación Eléctrica
San Diego.
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Cuenca de la quebrada Loreto: se encuentra al sur del área de estudio entre el cerro
La Asomadera y la quebrada El Indio. Su cauce principal recibe el nombre de quebrada
Loreto y nace sobre la cota 1650 y desemboca en el río Medellín en la cota 1.480 con una
longitud total de 2500 m. El patrón de drenaje es lineal y se clasifica como de orden 1.
En la zona de estudio la quebrada Loreto se extiende desde la cota 1.575 hasta la 1.519
mostrando una longitud de 266 m en distancia horizontal y presenta un área aproximada
de 183.714 m2.
La quebrada discurre sobre un cañón en forma de V estrecho aguas arriba y se amplía a
medida que se acerca a la avenida Las Palmas donde la quebrada es recibida por unas
estructuras puntuales accesorios de la vía.
Cuenca del caño San Diego: esta Cuenca se ubica en la vertiente occidental del
cerro La Asomadera en el sector del barrio San Diego. Posee un patrón de drenaje lineal
con el cauce principal en dirección E / W y presenta orden 1. El área aproximada en la
zona de estudio es de 105 895 m2, dando lugar a una cuenca forma rectangular.
En el área de estudio el caño aparece en la cota 1606 y se extiende hasta la cota 1486
para una longitud de aproximadamente 527 m en distancia horizontal. El caudal de este
caño está sometido a las fluctuaciones del clima, lo cual determina como intermitente.
El Caño posee un cañón amplio, con abundante cobertura vegetal, en su cuenca alta; ya
que en su parte baja la cuenca ha perdido su fisonomía original y ha sido modificada por
estar ubicado en una zona de uso residencial.
Los drenajes identificados para los cerros El Salvador y La Asomadera, presentan
problemas relacionados principalmente el alto grado de intervención urbana, ya que en la
mayoría de los casos se han implementado construcciones que han obviado las
condiciones naturales de las microcuencas y sus cauces.
De esta manera, en la cuenca media del caño San Diego se modificaron las condiciones
morfológicas, al construir equipamientos de espacio público (canchas y parques
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infantiles), que generaron taludes con manejos inapropiados, pues se encuentran
descubiertos, sometidos a la acción de agentes erosivos y en un grado avanzado de
remoción de materiales. Además, al caño se le han construido una serie de estructuras
de conducción de aguas, insuficientes para conducir el caudal en épocas lluviosas y que
debido a los problemas erosivos se encuentran colmatados de sedimentos lo que impide
su normal funcionamiento.
En la parte baja del caño San Diego, en inmediaciones de la subestación de energía se
encuentra instalada una torre de conducción de energía de alto voltaje sobre el cauce.
Esta estructura causa desviación del flujo de agua en épocas lluviosas, lo que genera una
desviación de sus aguas a la vía.
En la quebrada Loreto se observaron problemas originados por el asentamiento de
viviendas sobre el cauce en la cuenca media. Estas viviendas generan una serie de
vertimientos que no presentan ningún tipo de revestimiento, lo que implica la generación
de procesos erosivos en la zona.
Hacia la cuenca media se evidenciaron problemas erosivos de áreas significativas debido
a la dinámica de las vertientes que poseen pendientes con grado medio a alto y que son
potenciados por el sobrepastoreo presente en la zona.
Durante la construcción de la avenida Las Palmas se realizaron un conjunto de llenos con
materiales provenientes de la ampliación de la vía. Estos llenos fueron dispuestos sobre
el cauce en su parte baja, lo que genera una problemática debido a la filtración y
desviación de las aguas.
Como estructuras accesorias a la vía se construyó un sistema de canaletas y cajas de
derivación, que debido a los problemas que generan los llenos se encuentran en alto
grado de colmatación, razón por la cual las aguas provenientes de la quebrada se desvían
hacia la vía.
Por lo anteriormente explicado y la intensidad de los procesos erosivos estas cuencas
fueron calificadas con grado medio de amenaza por movimientos en masa.
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2.3.6 Aire
En la Tabla 2 se presenta la ubicación de los sitios de muestreo para el análisis de la
calidad del aire en los cerros La Asomadera y El Salvador.
Tabla 2. Ubicación del punto de análisis.
Punto Altura
(msnm)
Coordenadas planas (m) Ubicación
X Y
La Asomadera
Más alto 1.610 835.431,30 1.118.740,56 Escuela Ana de Castrillón
Más bajo 1.480 834.907,23 1.181.666,22 Diag. 42 Cra 44
El Salvador
Más alto 1.578 835.678,68 1.182.048,50 Monumento al Cristo Salvador
Más bajo 1.536 835.586,92 1.182.150,58 Cll 44 Cra 39B
Los resultados obtenidos de las mediciones, se muestran en la Tabla 3.
Tabla 3. Concentración de emisiones.
Unidad Sitio Concentración
NO2 NO O3 CO SO2 CH4
La Asomadera
g/m3 Liceo Ana de Castrillón 19,53 3,44 141,06 1874,29 0,54 14,56
g/m3 Diag. 42 Cra 44 26,85 2,68 164,18 1965,71 1,41 38,53
El Salvador
g/m3 Monumento Cristo Salvador 23,47 2,69 152,42 1931,43 1,06 26,64
g/m3 Cll 44 Cra 39B 21,59 2,85 143,41 1897,14 0,85 20,24
Fuente: Modelación realizada por la Ing. Maria Victoria Toro, UPB.
Para el CO, se puede observar que este no supera la norma máxima establecida por el
decreto 02/82 y la establecida por la EPA (5.000 y 4.000 g/m3 respectivamente);
además, es observable que el punto que mayor concentración presenta de este gas, en
una hora de medición, es el punto más bajo del cerro El Salvador, asociado a una mayor
cercanía con las vías de alto flujo vehicular y que poseen una gran influencia del centro de
la ciudad. De igual manera, las concentraciones de Ozono no superan los valores
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permisibles, tanto del decreto 02/82, como de la EPA, (170 y 235 g/m3 respectivamente)
presentándose la mayor concentración en el punto más bajo (Tabla 4).
Tabla 4. Categoría de calidad atmosférica.
Parámetro Calidad atmosférica
Buena Aceptable Inadecuada Mala
CO (mg/m
3) X
SO2 (g/m3) X
NO2 (g/m3) X
O3 (g/m3) X
Aunque para los demás gases no se puede determinar el grado de afectación que pueden
ejercer, sí se observa que sus concentraciones son más bajas en comparación con el CO
y el O3. Además, se puede observar que el punto más bajo (cerro El Salvador), presenta
un grado de contaminación más alto, a excepción del NO, el cual presenta una
disminución en su concentración.
Como se observa en la comparación de las concentraciones determinadas y los rangos
para la determinación de la calidad del aire, los cerros La Asomadera y El Salvador se
encuentra en una calificación buena, excepto el O3, el cual se presenta en niveles
inadecuados.
2.3.7 Residuos Sólidos
En los cerros La Asomadera y El Salvador se desarrollan intensivamente actividades de
recreación, educación y residencial, que se constituyen en altas generadoras de residuos,
por tanto, se deben presentar diferentes tipos de tratamiento.
Por esta diversidad de usos, el tratamiento hacia estos sectores debe ir muy enfocado a la
educación ambiental y al acompañamiento continúo de los procesos para lograr así
resultados óptimos.
En el cerro El Salvador, cuyo principal uso es residencial, la generación de residuos es de
carácter orgánico y posee una cobertura del servicio de recolección de un 100%, lo que
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nos enfoca a mirar en una actividad más de educación para el manejo adecuado de los
residuos y lograr así una integralidad entre los objetivos planteados por los macro
proyectos encaminados a la solución del problema de residuos sólidos que se presenta en
estos momentos en el Área Metropolitana.
La generación de residuos entre los dos cerros es aproximadamente de 36,5 toneladas
diarias, con una población de 66.300 habitantes en los cerros y su entorno inmediato, los
cuales generan una producción promedia per cápita de 0,55 Kg-hab/día. Para el análisis
de la generación es importante el conocimiento de la generación que se da en el parque
ubicado en la parte superior de cerro La Asomadera, del cual no se tiene un dato exacto,
debido a que el recorrido de recolección se realiza dentro de la programación del barrio
Asomadera sin presentar ningún tipo de distinción entre los residuos recolectados.
El tipo de residuos generados son de carácter comercial, doméstico, institucional y
hospitalario, predominando los residuos orgánicos generados por el sector doméstico.
El cerro La Asomadera presenta una alta cobertura de canecas públicas de basuras en
postes de luz colocadas por EEVV y en pilares de madera ubicadas por la Secretaría del
Medio Ambiente, ubicadas en la zona de espacio público del parque La Asomadera. De
igual manera, el cerro El Salvador cuenta con una alta cobertura en el parque central del
Cristo, donde se encuentran canecas públicas dispuestas por EEVV, las cuales se
encuentran en buen estado.
No obstante, en ninguno de estos cerros se identifican canecas que permitan una
separación desde la fuente.
El servicio de recolección, transporte y disposición final es prestado por EEVV, el cual
pertenece a la zona número 3, ofreciendo una cobertura de recolección en las comunas 8,
9 y 10 del 100%, con una frecuencia de dos días por semana, los miércoles y sábado sin
tener un horario establecido de tránsito.
En ambos cerros se cuenta con el servicio de barrido de calles, del cual se desconoce la
frecuencia y el número de ruta establecida para esta zona, sin embargo, no se cuenta con
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el servicio en algunas calles del cerro El Salvador, presentando un cubrimiento del 100%
del parque por parte de EEVV.
No se presenta ningún grupo de recuperadores asociados o cooperativa en este sector,
pero existe un número indefinido de recuperadores informales que realizan labores de
recuperación.
Los principales problemas se presentan debido a la actitud de la gente frente a la
disposición de basuras, en su gran mayoría los habitantes del lugar sacan las basuras
hasta con un día o más de anterioridad provocando que los animales, transeúntes, niños,
etc., rompan las bolsas generando olores, obstrucción de las redes colectoras de aguas
lluvias, cebaderos para insectos, roedores y perros, que pueden convertirse en vectores
de enfermedades en las poblaciones mas vulnerables y empobrecimiento paisajístico del
lugar.
Otro problema radica en la falta de equipamiento para la separación de los residuos lo
que hace que la labor del recuperador informal se dificulte un poco por presentarse
deterioro de los residuos aprovechables.
Sobre el costado oriental del Cerro la Asomadera se identifican tres sitios como botaderos
tanto de escombros y de basuras ordinarias, los cuales se encuentran en lugares
cercanos a viviendas.
En los dos cerros existe una cobertura de recolección de basuras del 100%, sin embargo
la comunidad no ha solicitado la recolección de escombros a la empresa prestadora del
servio de aseo, que para el caso es EEVV, dejando acumular este problema de basuras
en un lugar muy puntual del Parque La Asomadera, lo que deteriora la belleza escénica
del lugar y pude provocar desestabilización del terreno debido a la carga portante.
Los botaderos de escombros y de basuras fueron identificados, así como dos sitios de
poda, los cuales evidencian estar allí establecidos durante un periodo de tiempo largo, por
presentarse un material seco.
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2.3.8 Servicios ambientales
Actualmente el cerro La Asomadera se califica como de alto valor en la generación de
servicios ambientales, porque en él se encuentra ubicado el parque La Asomadera, el
cual cuenta con un arboretum al interior. Entre los valores más importantes que ofrece
dicho parque se tiene el hecho de servir de mirador, es un espacio propicio para la
recreación y la educación ambiental, para la conservación de la biodiversidad y para la
fijación de carbono y gases de invernadero. Con un valor medio se tiene que sirve de
barrera natural para la expansión urbana, valor social del paisaje y la protección de
suelos. Con bajo valor ambiental se calificó el soporte de la conectividad ecológica, la
regulación y el abastecimiento hídrico, la regulación climática - masas de viento y la
respuesta sísmica.
La matriz de calificación muestra que el cerro presenta calificación alta en la generación
de servicios ambientales, por lo que se infiere fácilmente que la condición es buena, sin
embargo mediante la corrección o mitigación de los impactos producto de actividades
inadecuadas se aumentaría su capacidad de aporte de bienestar a la ciudad. De esta
manera, el cerro posee valores ambientales con alto grado de funcionalidad, que pueden
aumentar (especialmente servicios ambientales calificados como de valor medio y bajo),
si se corrigen o mitigan los impactos negativos de ciertas prácticas inadecuadas, que
aunque no son graves, generan cierta problemática ambiental.
Los problemas de mayor incidencia sobre el cerro son los ocasionados por mal
establecimiento de plantaciones, seguida por incendios forestales provocados, los cuales
son esporádicos y se hacen sobre la zona de pastizales y no en el arboretum. De
cualquier manera, es importante emprender acciones de manejo tendientes a mejorar las
condiciones del cerro y mitigar los impactos producidos.
El Salvador, a su vez, es un cerro urbanizado totalmente, por lo que no cuenta con
elementos naturales que sean generadores de servicios ambientales; el único elemento
que desde la visión ambiental está en capacidad de cumplir esta función, es el parque
ubicado en la cima, con una porción interesante de cobertura vegetal por la cantidad de
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especies encontradas en un espacio tan reducido; no obstante, éstas tienen más valor
ornamental, que de otro tipo.
2.4 DIMENSIÓN JURÍDICA Y ADMINISTRATIVA
2.4.1 Cerro La Asomadera
De acuerdo a la información catastral, se encuentran 17 predios en el barrio San Diego y
uno en La Asomadera, todos ubicados en zona urbana. El número de matrículas ficticias
y reales es igual en ambos, cada uno con nueve predios. En cuanto al tipo de propiedad,
también se encuentra igual número de propietarios de carácter público como de personas
naturales, cada uno con nueve. De los predios públicos, aparecen como propietarios el
municipio de Medellín, con cinco y bienes de uso público de Corvide – BUPC, con tres.
Sobre la relación de la propiedad, sobresalen los propietarios únicos sobre los otros tipos
de relación (usufructo, dueños de lote, nudo propietario proindiviso).
2.4.2 Cerro El Salvador
En el área delimitada como cerro El Salvador se encuentran 903 predios en su mayoría
de propiedad particular, todos ubicados en el área urbana de Medellín. También es
notable que predominen los predios con matrículas reales, ya que hay 841 predios con
titularidad de dominio, sobre 62 ficticias. En cuanto al tipo de propiedad, es mayor el
número de propietarios catalogados como personas naturales (895). Sólo existen cuatro
predios del sector público, que son propiedad del municipio de Medellín. El número de
empresas o compañías del sector privado es sólo de cuatro. Sobre la relación de la
propiedad, sobresalen los propietarios únicos sobre los otros tipos de relación (usufructo,
dueños de lote, nudo propietario proindiviso).
2.5 MATRIZ SÍNTESIS DEL DIAGNÓSTICO TERRITORIAL
En la Tabla 5 se presenta la matriz de síntesis diagnóstica de los cerros El Salvador y La
Asomadera donde se muestra de forma simplificada, y a través de la consideración de 21
variables del análisis territorial, el nivel de criticidad territorial del cerro, como expresión de
la situación actual de este ecosistema urbano frente a los otros cerros que integran el
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conjunto de Cerros Tutelares. Asume los datos, hallazgos y resultados de todas las
categorías de análisis contempladas para la caracterización y diagnóstico, y los usa para
establecer una clasificación comparativa del sistema de cerros.
Tabla 5. Matriz Síntesis del Diagnóstico Territorial Integrado para los cerros El Salvador y La Asomadera.
Variables del análisis territorial Factor pond
La Asomadera El Salvador
Valor Absoluto
Valor Ponderado
Valor Absoluto
Valor Ponderado
Situación Socioeconómica 0,30 3 0,90 4 1,20 Organización Social 0,25 6 1,50 7 1,75 Uso Educativo 0,15 3 0,45 7 1,05 Valor Histórico 0,10 2 0,20 1 0,10 Valor Arqueológico 0,10 4 0,40 5 0,50 Reconocimiento Ciudadano 0,10 7 0,70 6 0,60 Subtotal Dimensión Sociocultural 1,00 25 4,15 30 5,20 Presión habitacional sobre los bordes 0,25 3 0,75 1 0,25 Espacio Público Natural 0,20 2 0,40 6 1,20 Accesibilidad 0,20 3 0,60 4 0,80 Adición-subdivisión de predios 0,15 5 0,75 4 0,60 Espacio Público Construido 0,10 1 0,10 5 0,50 Equipamientos 0,10 3 0,30 4 0,40 Subtotal Dimensión Urbanística 1,00 17 2,90 24 3,75 Amenaza geológica 0,25 4 1,00 1 0,25 Riqueza de flora 0,25 1 0,25 7 1,75 Naturalidad del ecosistema 0,15 4 0,60 7 1,05 Riqueza de la avifauna 0,10 3 0,30 5 0,50 Valor ecológico de la avifauna 0,10 3 0,30 6 0,60 Calidad del aire 0,05 4 0,20 7 0,35 Situación del recurso hídrico 0,05 3 0,15 1 0,05 Manejo de residuos 0,05 3 0,15 1 0,05 Subtotal Dimensión Ambiental 1,00 10 2,95 9 4,60 Situación Predial 3,00 4,00 Subtotal Dimensión Jurídica 4,00 3,00 Total Criticidad Global del Ecosistema 56 14,00 66 16,55
Para su elaboración se usaron las variables más relevantes del análisis territorial, 21 en
total, pertenecientes a 4 dimensiones del análisis: Lo Sociocultural, Lo Ambiental, Lo
Urbanístico y Lo Jurídico. Se establecieron clasificaciones de Criticidad Territorial para
cada una de dichas variables, a través de una calificación simple: se juzgó con mayor
Clave de lectura de la criticidad territorial
Muy Alta
Alta Media Alta
Media Media
Media Baja
Baja Muy Baja
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valor (+7) el cerro que presentaba la condición MÁS CRÍTICA, mientras aquel cerro que
tuviera la condición MÁS FAVORABLE fue calificado con el valor de uno (+1). La suma
de los valores parciales ofrece entonces una Síntesis del Nivel de Criticidad Global del
Ecosistema Urbano, entendida como el cúmulo de factores que obran negativamente para
un total desarrollo de las potencialidades de los Cerros Tutelares y de su efectiva
integración a la estructura urbana y a la vida pública de la ciudad. Adicionalmente este
ejercicio permite realizar una valoración por dimensiones específicas del análisis y
establece el uso de ponderadores de las variables del análisis territorial, según su
importancia relativa para el Sistema de Cerros Tutelares.
El análisis parcial, según las dimensiones consideradas, arroja los siguientes resultados
síntesis y permite interpretar los aspectos puntuales de mayor peso en la situación y las
tensiones actuales de los cerros El Salvador y La Asomadera:
Esta calificación ubica al cerro El Salvador en un nivel de criticidad alto y, a La Asomadera
en un nivel medio-medio, en lo que respecta a la dimensión sociocultural.
En lo atinente a la dimensión urbanística, el cerro El Salvador presenta una criticidad
media-baja, mientras en La Asomadera esta es baja.
La evaluación de las variables agrupadas bajo la dimensión ambiental del análisis,
considera el cerro El Salvador en un nivel de criticidad medio-alto, mientras que La
Asomadera este es bajo.
En lo correspondiente a la situación predial, ambos cerros se encuentran en un nivel de
criticidad medio, considerado en relación con el resto de cerros tutelares, aunque la
condición del cerro La Asomadera sea levemente más compleja que en el cerro Salvador.
La criticidad territorial global, valora La Asomadera en una condición media-baja, y al
cerro El Salvador en una condición media-media.
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Del análisis de dependencia-influencia realizado por el equipo técnico del Proyecto, se
identificaron los siguientes problemas estructurales, que actualmente afectan las
posibilidades de desarrollo sostenible de los cerros El Salvador y La Asomadera:
Alta vulnerabilidad a incendios forestales
Prácticas silviculturales inadecuadas
Manejo inadecuado de residuos sólidos
Deterioro ecológico por especies exóticas
Deterioro del suelo por procesos erosivos
Fragmentación ecológica
Presión habitacional sobre los bordes
Baja conciencia ambiental en la comunidad local
Deficiente señalización del cerro
Bajo numero y perfil de los programas de educación ambiental
Baja promoción de actividades de esparcimiento y encuentro
Baja articulación al sistema de espacio público de la ciudad
Baja gobernabilidad
Débil intervención institucional
Incumplimiento de la normativa urbanística
Deterioro de las calidades paisajísticas del cerro
Conflictos en el uso del suelo
Debilidad de las organizaciones comunitarias
Estas problemáticas, así como las cualidades territoriales de los cerros El Salvador y La
Asomadera, expresadas en términos de sus potencialidades y amenazas, dan lugar a las
funciones deseables para el cerro dentro del contexto urbano, así como a definir sus
objetivos de manejo y gestión.
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3 FUNCIONES URBANAS Y OBJETIVOS DE MANEJO
Los Cerros Tutelares, elementos estructurantes del sistema de espacios públicos de la
ciudad se comportan como entidades complejas, en su interior las relaciones ambientales,
urbanas y sociales se tejen de formas diversas haciendo de cada uno de ellos un
elemento único, parte vital del sistema por la posición que ocupan, la función que cumplen
y el valor que poseen como elemento autónomo y a la vez dependiente de las relaciones
de demanda y oferta existentes entre los ciudadanos y sus espacios naturales.
Cada uno de los cerros participa de las tensiones y funcionalidad de los espacios
ubicados en sus áreas de influencia. Estas relaciones de mutua dependencia permiten
caracterizar de forma funcional cada uno de los cerros, desde los más ligados a
actividades masivas de carácter cultural, pasando por los estructurados a espacios
educativos de distintos niveles, metropolitanos o barriales, hasta los más “marginales” o
apartados, estructurados a espacios dedicados a la protección ambiental y la recreación
pasiva.
Como producto de la síntesis diagnóstica y de acuerdo con las características y dinámicas
territoriales de los cerros El Salvador y La Asomadera, se presenta su “deber ser”,
entendido como función dentro del ámbito urbano como espacio público (Tabla 6).
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Tabla 6. Función principal y complementaria de los cerros El Salvador y La Asomadera.
Cerro Función principal Función
complementaria Justificación
EL SALVADOR Conservación Urbanística Recreación pasiva Conservación ambiental
Declaratoria de Bien de Interés Cultural del Municipio Bajo generador de servicios ambientales actual y potencial Parque del Salvador es el único espacio verde representativo a nivel local Gran variedad de flora en relación a su área (40 especies). Referente simbólico e histórico de la ciudad
LA ASOMADERA Conservación ambiental y
paisajística Recreación Activa
Educación ambiental Recreación pasiva
Colección importante de árboles nativos de Colombia y del trópico Presencia de infraestructura y equipamientos para la actividad recreativa Es un alto generador de servicios ambientales actual y potencialmente (barrera para la expansión urbana, mirador natural, apreciación del paisaje, protección de suelos, recreación pasiva, educación ambiental, conservación de la biodiversidad) Alberga una cantidad representativa de especies de aves urbanas Hace parte de un corredor con alto valor paisajístico, y es considerado centralidad ambiental de acuerdo con Arbeláez y Vélez (1999) Uso coincidente con el escenario deseado de la comunidad Declaratoria Parque Ecológico San Diego Clasificado en el POT como suelo de protección y área de importancia ambiental y paisajística
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Las funcionalidades se definen y justifican bajo los siguientes criterios:
Accesibilidad y visibilidad.
Valores ambientales
Parámetros de importancia ecológica
Iniciativas de manejo y adecuación
Coincidencia con el escenario deseado de la comunidad
Las funciones definidas dan origen a los objetivos de manejo, como norte de la actuación
sobre ambos cerros. Es así como de aquí en adelante, se debe apuntar siempre a dar
cumplimiento a éstos de manera que desde ellos se aporte al mantenimiento de la
Función Principal y Complementaria.
Los Objetivos de Manejo son el fundamento para la gestión de los Cerros Tutelares. La
acción estratégica deberá estar orientada a garantizar que dichos objetivos se logren, a
través de proyectos y programas que cumplan los propósitos prefijados, con miras a
superar las dificultades operativas, normativas y gestionales para un desarrollo adecuado
de las potencialidades territoriales de estos ecosistemas.
Los objetivos de manejo establecidos para los cerros El Salvador y La Asomadera se
pueden resumir del siguiente modo:
El Salvador
Garantizar la preservación del patrimonio urbanístico existente en el barrio El
Salvador.
Mantener y proteger la vegetación existente en el parque por su valor ambiental a
nivel local y su alto número de especies de flora.
Garantizar el uso regulado de sus áreas de influencia y de las zonas de mayor
fragilidad visual.
Propiciar la conectividad urbana a través de la estructuración del espacio público.
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La Asomadera
Consolidar el cerro como ecosistema estratégico por la generación de servicios
ambientales actual y potencial (mirador natural, apreciación del paisaje, recreación pasiva,
educación ambiental, conservación de la biodiversidad).
Garantizar la conservación de la colección de árboles nativos de Colombia y del
trópico por su alto potencial para la investigación y como banco de germoplasma.
Conservar la estructura de espacios públicos consolidada al interior del cerro.
Garantizar el uso regulado de sus áreas de influencia y de las zonas de mayor
fragilidad visual.
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4 PROSPECTIVA Y ZONIFICACIÓN DE MANEJO
4.1 CONSTRUCCIÓN DE ESCENARIOS PROSPECTIVOS
La construcción de escenarios prospectivos, se realizó con la integración de la
información generada en el diagnóstico, de manera que se contara con claridad suficiente
sobre las situaciones actuales de manejo del cerro.
Con base en esta información, se precisaron los problemas y zonas de atención
prioritaria, de tal forma, que se facilitara posteriormente la definición de los escenarios
futuros, que son la base de la formulación de proyectos, como procedimiento para la
solución de la problemática actual y la modificación de tendencias negativas.
Los problemas identificados por el equipo técnico del proyecto en sus diferentes
dimensiones de análisis para los cerros El Salvador y La Asomadera se ilustran en la
Figura 3 y se listan a continuación.
Manejo inadecuado de residuos sólidos
Fragmentación ecológica
Deterioro ecológico por plantaciones de especies exóticas
Prácticas silviculturales inadecuadas
Deterioro de suelos por procesos erosivos
Deterioro de las calidades paisajísticas
Alta vulnerabilidad a incendios forestales
Bajo número y perfil de los programas de educación ambiental
Baja conciencia ambiental en la comunidad local
Debilidad de las organizaciones comunitarias para el manejo del cerro
Baja gobernabilidad
Conflictos en el uso del suelo
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Figura 3. Esquema de Problemas Ambientales para los cerros El Salvador y La Asomadera.
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Débil intervención institucional
Baja promoción de actividades de esparcimiento y encuentro comunitario
Incumplimiento de la normativa urbanística
Presión habitacional sobre los bordes
Baja articulación al Sistema de Espacios Públicos de la ciudad
Deficiente señalización del cerro
A partir de la identificación de los problemas en los cerros El Salvador y La Asomadera, el
análisis de influencia–dependencia ayudó a comprender las relaciones de causalidad de
los problemas como parte de sistemas ecológicos y territoriales, donde unos fenómenos
y/o problemas son consecuencia de unos y causa de otros (Tabla 7).
Tabla 7. Calificación de influencia dependencia entre problemas, cerros El Salvador y La Asomadera.
# Problema Dependencia Influencia
1 Alta vulnerabilidad a incendios forestales 18 2 2 Prácticas silviculturales inadecuadas 12 5 3 Manejo inadecuado de residuos sólidos 21 8 4 Deterioro ecológico por especies exóticas 12 9 5 Deterioro del suelo por procesos erosivos 8 0 6 Fragmentación ecológica 18 0 7 Presión habitacional sobre los bordes 15 6 8 Baja conciencia ambiental en la comunidad local 9 29 9 Deficiente señalización del cerro 10 7 10 Bajo número y perfil de los programas de educación
ambiental 16 37
11 Baja promoción de actividades de esparcimiento y encuentro
20 18
12 Baja articulación al sistema de espacio público de la ciudad
16 5
13 Baja gobernabilidad 15 47 14 Débil intervención institucional 12 50 15 Incumplimiento de la normativa urbanística 13 6 16 Deterioro de las calidades paisajísticas del cerro 7 2 17 Conflictos en el uso del suelo 19 8 18 Debilidad de las organizaciones comunitarias 16 4
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Validación del ejercicio con los líderes comunitarios: la priorización de los problemas
listados, se validó con líderes comunitarios de trascendencia, a través de una calificación
como se muestra en la Tabla 8.
Tabla 8. Priorización de problemas por parte de líderes comunitarios, cerros El Salvador y La Asomadera.
Problemas identificados Escala
Valorativa Promedio
Alta vulnerabilidad a incendios forestales 4 1 Prácticas silviculturales inadecuadas 4 1 Manejo inadecuado de residuos sólidos 12 3 Deterioro ecológico por especies exóticas 6 1,5 Deterioro del suelo por procesos erosivos 10 2,5 Fragmentación ecológica 9 2,25 Presión habitacional sobre los bordes 12 3 Baja conciencia ambiental en la comunidad local 12 3 Deficiente señalización del cerro 12 3 Bajo numero y perfil de los programas de educación ambiental 11 2,75 Baja promoción de actividades de esparcimiento y encuentro comunitario
10 2,5
Baja articulación al sistema de espacio público de la ciudad 12 3 Baja gobernabilidad 11 2,75 Débil intervención institucional 11 2,75 Incumplimiento de la normativa urbanística 8 2 Deterioro de las calidades paisajísticas del cerro 8 2 Conflictos en el uso del suelo 12 3 Debilidad de las organizaciones comunitarias para el manejo del cerro
9 2,25
Presencia permanente de ganado ubicado en el cerro 12*** 3 Concentración de agentes de policía en un solo sector, sin cubrir el cerro
12*** 3
Bajo mantenimiento de la flora 6*** 1,5 Carencia sistema de riego 6*** 1,5
***Problemas adicionales propuestos
En síntesis, la distribución de las problemáticas bajo el análisis realizado es el siguiente:
En el Cuadrante 1 – Zona de Poder
Baja conciencia ambiental en la comunidad local
Bajo número y perfil de los programas de educación ambiental
Baja gobernabilidad
Débil intervención institucional
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Debilidad de las organizaciones comunitarias para el manejo del cerro
En el Cuadrante 2 – Zona de Trabajo
Presión habitacional sobre los bordes
Conflictos en el uso del suelo
Alta vulnerabilidad en los procesos de convivencia pacífica
Baja articulación al sistema de espacio público de la ciudad
En el Cuadrante 3 – Zona de Salida
Alta vulnerabilidad a incendios forestales
Incumplimiento de la normatividad urbanística
Manejo inadecuado de residuos sólidos
Baja articulación al sistema de espacio público de la ciudad
Inseguridad y estigmatización del cerro
En el Cuadrante 4 – Zona de Problemas Autónomos
Deterioro ecológico por especies exóticas
Deficiente señalización del cerro
Prácticas silviculturales inadecuadas
Deterioro del suelo por procesos erosivos
Incumplimiento de la normativa urbanística
De acuerdo al análisis anterior, encontramos que los problemas que se ubican en el
primer y segundo cuadrante son aquellos relacionados con lo institucional y lo estructural.
Son estos problemas los que están determinando el comportamiento de los demás,
ubicados en los sectores 3 y 4, por lo que requieren atención especial y una solución
gradual “a largo plazo” para incidir positivamente sobre el resto de problemáticas. Otro
elemento de análisis es que no son problemas de competencia única del Municipio, sino
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también de entidades de otros caracteres y en algunos casos incluso de entidades de
carácter regional y nacional como el Ministerio de Cultura, el ICAN, CORANTIOQUIA,
Área Metropolitana.
Los problemas ubicados en los cuadrantes 3 y 4 están totalmente condicionados por
aquellos de los cuadrantes 1 y 2, así que con la solución de los primeros, se influenciaría
positivamente a los problemas de los cuadrantes 3 y 4, lo que lograría la mitigación y
erradicación de estos problemas, pero como ya se dijo arriba, estos problemas
“estructurales” son de solución en el largo plazo, por lo que se debe trabajar
simultáneamente en estos últimos para evitar la degradación de los pocos recursos aún
existentes.
Como puede verse, los problemas ubicados en los cuadrantes 3 y 4 son los más visibles,
a menudo los que provocan efectos más perjudiciales o los que están generando un
mayor impacto y en un alto grado coinciden con aquellos que los líderes, a través del
ejercicio de priorización, consideraron más importantes para la comunidad. Esta última,
es otra razón para considerarlos con carácter de urgencia, si se quiere contribuir
paulatinamente a la solución de los problemas estructurales.
Se puede evidenciar que en los cuadrantes 3 y 4 están ubicados los problemas más
agudos desde el punto de vista ambiental y urbanístico, como: el mal manejo de residuos,
la fragmentación ecológica, los problemas de contaminación hídrica, la presencia de focos
erosivos, el incumplimiento a la normativa urbanística, la presión sobre los bordes para
uso habitacional, etc., problemas que requieren una solución inmediata “a corto plazo”,
permitiendo amortiguar la afectación que tienen los de cuadrantes 1 y 2 aportando
soluciones parciales, evitando además que los recursos se agoten en el corto plazo.
4.1.1 Escenario deseado por las comunidades locales
La comunidad aledaña a los cerros El Salvador y La Asomadera manifiestan que se debe
conservar el componente forestal de los dos cerros, particularmente en La Asomadera,
donde deberían implantarse prácticas silviculturales como son la realización de programas
de podas, fertilizaciones, plateos, remoción y/o reubicación para los árboles ya
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establecidos. Además, para proteger la vegetación existente se debe restringir el
pastoreo de caballos y vacas. Consideran que el componente forestal debería
fortalecerse con especies nativas, mediante la remoción gradual de eucaliptos y
urapanes. Todas estas ideas estarían respaldadas mediante una ampliación y
mejoramiento del vivero, además del establecimiento de un palmetum y una zona de
protección de helechos arbóreos.
La comunidad considera que el fomento de la recreación y la lúdica en el cerro La
Asomadera es prioritario, en cuanto disminuye en la población infantil y juvenil el riesgo de
caer en vicios y también la probabilidad de conformar grupos delincuenciales o bandas
juveniles, ya que tendrían actividades en que invertir productivamente el tiempo y los
espacios para la lúdica y el esparcimiento que les permita la sana y constructiva
utilización del tiempo libre a nivel individual y grupal.
De otro lado, también es claro para la comunidad que la adecuación, mejoramiento e
implementación de escenarios recreativos y deportivos, fomentarían la integración
comunitaria. Este hecho posibilita la sensibilización, el fortalecimiento de la identidad
barrial y el sentido de pertenencia por el cerro, los cuales son un mecanismo para la
construcción de ciudadanía, que se vería reflejada en la participación e integración social
de los habitantes del sector.
Mejorar las condiciones de seguridad en los cerros El Salvador y La Asomadera y en los
sectores aledaños fortalece los vínculos y las relaciones de solidaridad entre los
habitantes, esto se visualiza en la reducción de desconfianzas, miedos y temores, en la
libertad para recorrer los barrios, la tranquilidad mental de los propios y extraños; además
de una proyección positiva del cerro y desmitificación de un sitio inseguro y peligroso para
el resto de la ciudad, el ideal es poder intercambiar con vecinos de otros sectores de
Medellín.
Para que los programas y proyectos en los cerros El Salvador y La Asomadera sean
efectivos y viables, se debe concienciar a la comunidad. Primero, a través de las
escuelas aledañas a los cerros, mediante proyectos de educación ambiental que luego se
amplifiquen a las familias, con el objeto de fortalecer la valoración que los habitantes
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tienen sobre estos lugares de la ciudad. Este sueño se entrelaza con elementos del
segundo sueño definidos como sensibilización y fortalecimiento de identidad frente a
factores ambientales, como también a la comprensión del valor social de los dos cerros y
la importancia que tienen en la ciudad.
En el caso particular de La Asomadera, este debe ser valorado como un pulmón para la
ciudad y un jardín botánico que es necesario conservar y ampliar. Por eso, es importante
que la misma comunidad local y la ciudad en general, conozcan la existencia de este
lugar.
En el aspecto urbano arquitectónico, la comunidad manifiesta que se debería mejorar la
calidad de acceso al cerro La Asomadera, como son los senderos y las escaleras que
permitirían integrar a los barrios aledaños con el cerro. Algunos manifiestan la necesidad
de construir piscinas en el sector de San Diego y de dos canchas más en el sector de San
Martín en el barrio Salvador. Y también se deberían definir el lugar de los miradores del
cerro, además de implementar el mejoramiento y promoción de la actual pista de
ciclomontañismo, la cual tiene una longitud de 5,7 km. Particularmente la comunidad
considera muy importante la instalación de hidrantes, y servicios públicos en el cerro La
Asomadera. También ven necesario la adecuación para una planta de reciclaje de
escombros, ya que este es uno de los mayores problemas de contaminación que aquejan
a este cerro.
Con respecto al cerro El Salvador, la comunidad opina que una obra importante sería la
recuperación del Cristo Rey que se encuentra en su cima, por ser un referente importante
para este sector de la ciudad.
Algunos miembros de la comunidad consideran que el cerro La Asomadera deberían
cercarlo por seguridad, además de incentivar mayor vigilancia por parte de los
Guardaparques y reactivar el Comité Local de Emergencias.
Para otro segmento de la comunidad, es prioritario el tema de la educación, mediante la
implementación y el fomento de programas para sensibilizar a la comunidad en temas
ambientales; además de clamar por más inversión en la educación y el posicionamiento y
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continuidad de los Guardaparques. Estas iniciativas irían encaminadas a la creación de
sitios de investigación para la fauna y la flora aprovechando las potencialidades
ambientales del cerro La Asomadera, lo cual contribuiría también al fortalecimiento del
sentido de pertenencia e identidad con los dos cerros.
Resultados frente a las acciones a realizar para convertir los sueños en posibles
perfiles de proyectos para la “Formulación de los Planes de Manejo y Gestión de
los Cerros Tutelares de Medellín”
RECREACION
Más sitos de recreación para la comunidad
Diversión poleas desde Parque La Asomadera hasta San Diego
Piscina y tobogán en San Diego
Más escenarios deportivos, Canchas sector retorno las Palmas (se deben adquirir
terrenos) canchas de squash y raquetball, para integrar al cerro La Asomadera los
estratos 4, 5 y 6.
Mejoramiento y promoción pista de ciclo montañismo (tiene un total de 5,7 km).
SEGURIDAD
Cercar el cerro La Asomadera
Mas vigilancia de los Guardaparques
La recuperación de Cristo, disminuye eventos violentos
Reactivación del Comité de Emergencia
EDUCACIÓN
Fomentar programas para sensibilizar a la comunidad en temas ambientales
Tener más inversión en la educación
Posicionamiento de los Guardaparques
Crear sitios de investigación para la fauna y la flora
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Fortalecer el sentido de pertenencia e identidad con los dos cerros.
MEJORAMIENTO DE FAUNA, FLORA Y RECURSO HÍDRICO
Reubicación de aves
Recuperación y/o protección a los nacimientos de agua
Definición y establecimiento de un palmetum
Mantenimiento integral del componente forestal del cerro La Asomadera (en la
actualidad no se realizan programas de podas, fertilizaciones, plateos, remoción, y/o
reubicación para los árboles establecidos en el cerro)
Control de pastoreo (caballos y vacas, de propiedad ajena al cerro)
Ampliación y mejoramiento del vivero
Extracción de especies foráneas (se presenta una alta densidad de eucaliptos y
urapanes que ameritan su remoción para dar lugar al desarrollo óptimo de las especies
nativas establecidas).
Consolidación del terreno del sector la Guamala
Definición y establecimiento de una zona de protección especial de helechos arbóreos
INFRAESTRUCTURA
Mejoramiento de escalas e integración del barrio Las Palmas con los cerros
Adecuación de plantas de reciclaje de escombros
Construcción de parque de atracciones y un pequeño centro comercial
Mejoramiento de las vías de acceso a ambos cerros
Construcción de canchas de tenis en el sector de San Martín (Salvador)
Adecuación de balcones-mirador para potenciar la panorámica desde los cerros
Construcción de sistema de hidrantes
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4.1.2 Escenario Deseado por los Actores Institucionales
Primer Taller con Actores Institucionales
Carácter y Uso de los Cerros Tutelares: de la consulta e interacción realizada con los
actores institucionales interesados en el Sistema de Cerros Tutelares se deriva que, los
usos que se establezcan como prevalentes para cada uno, deberían resaltar ante todo su
condición natural de miradores y sitios paisajísticos.
La función principal que se considera deseable para el Cerro La Asomadera, según los
actores sociales participantes en el primer Taller Institucional, es el de una protección y
recuperación ambiental que cumpla igualmente una función recreativa, aunque finalmente
todos parecen coincidir en que esta última prevalezca sobre la primera. Apelativos como
recuperación ambiental, recreación pasiva, parque ecoturístico, centro deportivo, lúdico,
ambiental, de protección fueron usados para designar el carácter y la identidad a
fortalecer para el Cerro La Asomadera.
La función principal que se considera deseable para el Cerro El Salvador es el de
preservación paisajística y de recreación pasiva. Sus cualidades ambientales,
importantes a escala barrial y su carácter de mirador son resaltadas unánimemente y se
considera que el manejo y gestión futura de este cerro debería favorecer su calidad como
mirador, pulmón verde de la ciudad, y sitio para la recreación pasiva. Esto nos sugiere la
idea que se concibe el cerro El Salvador sólo como el parque ubicado en su cima,
menoscabando la importancia y las características presentes en toda su extensión.
Administración de los Cerros Tutelares: El organismo que las diferentes entidades de
orden municipal identifican como pertinente para que administre y coordine la gestión del
Sistema de Cerros Tutelares parece ser la Secretaría de Medio Ambiente. Sin embargo,
a menudo se propusieron también la Secretaría de Obras Públicas, el Área
Metropolitana, y Corantioquia.
Cuando se consultó acerca del ente que debería regir la administración del Cerro La
Asomadera, no fue posible obtener una posición de consenso. Se propusieron cuatro
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entes diferentes para ello: Secretaría de Obras Públicas, Área Metropolitana, y de manera
recurrente Metroparques y Secretaría de Medio Ambiente.
Para El Salvador, además de las entidades o dependencias municipales ya mencionadas,
se propuso a las Empresas Varias de Medellín como ente rector de su administración.
Algunos establecen una suerte de división entre cerros recreativos y cerros ambientales.
En este sentido se considera que los cerros asignados a Metroparques sean aquellos que
tienen una prioritaria destinación recreativa, como cerros y parques de integración a la
comunidad y aquellos donde la protección ambiental sea dominante en los objetivos de
manejo, de la Secretaría de Medio Ambiente.
Limitantes al Desarrollo e Integración Urbana de los Cerros Tutelares: Dentro de los
factores o elementos que han limitado la integración de los Cerros Tutelares a la ciudad
se identifican la inseguridad, las dificultades de acceso, y la falta de promoción y
operación institucional. Otro factor de peso mencionado fue la condición presente en
varios de ellos, como zonas de alto riesgo no recuperable.
Otro aspecto resaltado es que “en la planificación de la ciudad no se han definido
debidamente los Cerros y su correspondiente área de amortiguación y/o influencia. Su
uso y manejo ha dependido básicamente de las decisiones de cada administración
presentando algunas saturaciones de usos y elementos y otros un casi total abandono”.
Se dice además que el Plan de Espacio Público debe posicionarlos con las instituciones,
la empresa privada y los pobladores, para que esta integración a la ciudad sea efectiva.
Dentro de los factores limitantes para integrar adecuadamente el cerro La Asomadera a la
ciudad, se identifica en primer lugar las dificultades de accesibilidad, el poco
reconocimiento por parte de la ciudadanía y las amenazas a la seguridad. La escasa
promoción que se realiza de sus calidades ambientales y recreativas también es
considerada un fuerte factor limitante para el desarrollo e integración del cerro a la ciudad.
A juicio de algunos, la indefinición acerca de su administración también incide en su poco
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aprovechamiento y para estos sería necesario hacerlo rápidamente para poderlo
“mercadear”.
Dentro de los factores limitantes para integrar adecuadamente el cerro El Salvador a la
ciudad, se identifican inseguridad, falta de promoción, ausencia de atractivos como sitio
de visita y otros más consideran que no han existido tales limitantes.
Segundo Taller con Actores Institucionales
A continuación se presenta la sistematización de lo sucedido en el segundo taller
desarrollado con actores sociales institucionales, quienes en representación de las
diferentes Secretarias del Municipio hicieron parte del ejercicio. El objetivo de dicho
encuentro era socializar y empezar a convalidar la propuesta de zonificación construida
por el equipo técnico del Proyecto Planes de Manejo y Gestión de los Cerros Tutelares de
Medellín, además se tenía presupuestado conocer sus apreciaciones de prospectiva de
los cerros, considerando los diferentes perfiles que tienen las Secretarias.
Para la construcción de este documento se tomó como insumo principal las apreciaciones
de los asistentes, las cuales fueron consignadas en un formato preelaborado, destinado
para tal fin. Las variables que se abordaron fueron: función principal y complementaria del
cerro, objetivos de manejo, problemas encontrados y zonificación del manejo.
Funciones principales y complementarias: se pudo establecer a través del desarrollo
del taller, que existe una aceptación y aprobación generalizada, con relación a la
propuesta de función principal y complementaria de los Cerros Tutelares, realizada por el
equipo técnico del proyecto. Se aprecia que dichas propuestas tienen sincronía con los
lineamientos de desarrollo de las diferentes secretarías y dependencias. Se destaca que
en las observaciones y recomendaciones, los funcionarios únicamente hacen
apreciaciones que detallan la forma como debería cumplir su función urbana, pero no se
oponen a la función como tal.
Objetivos de Manejo de los Cerros Tutelares: en esta categoría se encontró que las
recomendaciones hechas por los asistentes, son acciones con prospectiva o tendencia a
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proponerse como proyecto; las recomendaciones se enmarcan en los siguientes ejes
temáticos principales:
Se propone realizar obras de infraestructura, como: adecuaciones de senderos,
vías, accesos, terminación de obras, miradores y en general, obras de adecuación
para el confort y el uso del espacio público.
Desde la variable social se propone la construcción de tejido social en los barrios
aledaños desde la articulación de elementos como la recreación pasiva y el
fortalecimiento de las organizaciones comunitarias, como base para el desarrollo
sostenible de los cerros.
El componente jurídico se retoma haciendo énfasis en proponer una figura que
regule, en donde se promueva el desarrollo de los cerros considerando la articulación
a la normatividad ambiental y velar por el cumplimiento de las mismas. Se considera
para todos los cerros la regulación del uso del suelo, en lo que tiene que ver con la
redensificación en altura y densidad.
Problemáticas de los Cerros Tutelares: Se puede afirmar que el sentir de los
funcionarios municipales con relación a los problemas existentes en los cerros, es que
estos son factibles de ser mejorados, a través de la inversión de recursos económicos y
fomento de procesos educativos. Argumentan que un elemento que agudiza los
problemas radica en que los programas y proyectos ejecutados en esos lugares son
discontinuos y desprovistos de seguimiento de logros, lo que dificulta la consecución o
consolidación de los objetivos propuestos. El uso del espacio público y el aumento
incontrolado de asentamientos no planificados son consideradas como problemáticas
críticas en el proceso de manejo de los cerros. A lo anterior se propone hacer uso de la
normatividad existente para afrontar y regular dicha situación.
4.1.3 Escenario Objetivo
El escenario objetivo es aquel que sirve de traductor político de las aspiraciones sociales,
las consideraciones técnicas y las miradas institucionales alrededor de cada uno de los
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Cerros Tutelares. La construcción de dicho escenario recoge los objetivos de manejo (Ver
Numeral 3) y se materializa en la formulación de unas zonas de manejo para el Cerro,
como definición y concreción espacial de las diferentes intenciones, énfasis y tratamientos
proyectuales que consideramos oportunos, necesarios, y/o urgentes para el mejoramiento
ambiental de este ámbito de tan alto valor para la ciudad.
4.2 ZONIFICACIÓN
La zonificación se plantea a partir de la integración de propuestas formuladas desde las
dimensiones ambiental, urbanística y valorado el trabajo con la comunidad y los actores
institucionales; de esta manera, se orientan las posibilidades y necesidades de acción,
intervención y restricción al uso público y privado de dichas áreas, según la potencialidad
y fragilidad ecológica, ambiental y paisajística identificada.
Las propuestas de zonificación han tenido como punto de partida la revisión y articulación
con las propuestas de usos y restricciones establecidas en el Plan de Ordenamiento
Territorial, el Plan de Desarrollo Municipal y con las orientaciones sobre planeación y usos
del suelo establecidas por Corantioquia y el Área Metropolitana del Valle de Aburrá,
atendiendo a conceptos del Consejo de Estado en el sentido de que cuando se trata del
ordenamiento ambiental del territorio, las autoridades ambientales y los municipios deben
buscar ante todo la concertación y articulación en las propuestas de zonificación y
manejo. Por lo tanto, según las categorías definidas en la parte técnica de esta
propuesta, se acató los mandatos legales y constitucionales a favor del interés público y
social, en clara correspondencia con las funciones que en tal sentido le asigna la
Constitución Política de Colombia y la Ley a los Municipios.
4.2.1 Zonas de Manejo para el Cerro El Salvador
4.2.1.1 Zona de Recuperación Ambiental y Paisajística
Extensión: 0,442 hectáreas (4,74% del área)
Condición: corresponde a la zona del parque principal, presenta el establecimiento de
especies arbóreas nativas y exóticas como eucalipto y urapán. Zona con condiciones de
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mayor uso para la comunidad barrial especialmente grupos de ancianos jubilados y niños.
Presenta un alto número de especies en relación con su área efectiva.
Intención de Manejo: recuperación de la zona para uso de recreación pasiva y
esparcimiento, mejoramiento escénico, incremento de servicios ambientales, prácticas
silviculturales y conservación de zonas de especial interés para la comunidad.
Tratamientos: emprender acciones silviculturales para el mejoramiento de la cobertura
arbórea existente que permita mejorar sus servicios ambientales y de valor escénico,
manejo de equipamientos, que incrementen por su ubicación las condiciones del parque
para ser visitado y recorrido.
4.2.1.2 Zona de Protección del Patrimonio Histórico-Cultural
Extensión: 8,45 hectáreas (90,90% del área)
Condición: corresponde al área del barrio El Salvador declarado como parte del
Patrimonio Urbanístico de la ciudad.
Intención de Manejo: mantener las características de valor arquitectónico del barrio,
restringir el uso de construcciones que alteren la condición actual.
Tratamientos: ofrecer incentivos para el cuidado y mantenimiento del ambiente urbano-
arquitectónico generado en este sector por años de evolución urbana, evitando mediante
restricciones claras de crecimiento en altura, principal enemigo de la visibilidad desde y
hacia el cerro y por tanto, minimizador de su posibilidad de reconocimiento como hito
urbano y cultural.
4.2.1.3 Zona de Uso Intensivo
Extensión: 0,293 hectáreas (3,14% del área)
Condición: hacen parte de esta zona las áreas duras que estructuran el parque, las
cuales presentan un buen estado con exigencias normales de mantenimiento.
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Intención de Manejo: garantizar el uso y apropiación del espacio público para las
prácticas recreativas y deportivas pero con claros parámetros de convivencia con los
elementos naturales, garantizando la conservación y mejoramiento de sus calidades
escénicas, con el fin de reforzar su carácter como referente ambiental para la ciudad.
Tratamientos: propiciar actividades culturales y educativas que permitan la utilización y el
uso de estos espacios a la vez que generen lazos afectivos y sentido de pertenencia por
el cerro como espacio público integral.
4.2.1.4 Zona de Consolidación de Borde
Extensión: 0,111 hectáreas (1,19% del área)
Condición: Corresponde a los asentamientos ubicados en el costado oriental del parque,
con alto grado de consolidación. Estas viviendas deben adaptarse a las exigencias
escénicas de este espacio considerado una importante centralidad barrial.
Intención de Manejo: consolidación y mejoramiento arquitectónico de los asentamientos
ubicados en el borde del cerro como respuesta a las exigencias de calidad escénica de un
lugar considerado referente urbano.
Tratamientos: implementación de programas de mejoramiento de fachadas y conexiones
de estos espacios directamente con el parque y con su entorno inmediato para garantizar
la permeabilidad visual y peatonal del parque.
4.2.2 Zonas de manejo Cerro La Asomadera
4.2.2.1 Zona de Recuperación Ambiental y Paisajística
Extensión: 29,75 hectáreas (88,73% del área)
Condición: zona altamente intervenida por establecimiento de especies arbóreas nativas
representativas del territorio colombiano y plantaciones con especies exóticas como
eucalipto y urapán. Se encuentra un alto número de senderos con trazado inadecuado y
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sectores con mayores cualidades visuales que se encuentran actualmente afectados por
la presencia de especies arbóreas de alto porte como el eucalipto.
Son frecuentes las malas prácticas silviculturales como deficiencia en siembras y altas
densidades de especies como el cedro, el establecimiento de árboles de alto porte bajo
las líneas de alta tensión y mal manejo de residuos (botadero de escombros).
Intención de Manejo: recuperación de la zona para uso de recreación pasiva y
esparcimiento, protección de suelo, incremento de servicios ambientales e incremento de
la calidad escénica del cerro mediante el manejo de senderos, manchas de cobertura
vegetal nativa y exótica, identificación de hitos, recorridos, zonas de especial interés para
la comunidad.
Tratamientos: para el caso de las plantaciones forestales con especies exóticas se
podrán emprender acciones silviculturales como manejo y reposición con especies
vegetales nativas forestales, arbustivas y de cobertura baja, que incrementen por su
ubicación las condiciones del cerro para ser mirado desde la ciudad, recorrido y mejorar
sus servicios ambientales y de valor escénico. Es importante además emprender
acciones de protección de la colección arbórea, fomentar un banco de germoplasma y
procesos de investigación y de educación ambiental dirigida a las comunidades e
instituciones educativas de la zona.
4.2.2.2 Zona de Uso Intensivo
Extensión: 3,01 hectáreas (8,99% del área)
Condición: esta zona la conforman dos áreas, la superior, habilitada para recreación de
carácter intensivo, corresponde al área con infraestructura para este fin como la piscina,
las canchas, los parques infantiles y el colegio, ubicados en la parte superior del cerro
estructurándolo espacialmente con los barrios aledaños, El Salvador y La Asomadera I.
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El área inferior en límites con los barrios San Diego y Las Palmas está integrada por un
sistema de canchas para prácticas de escuelas deportivas y espontáneas, adaptado al
entorno natural y al sistema de senderos que caracterizan este cerro.
Intención de Manejo: garantizar el uso y apropiación del espacio público para las
prácticas recreativas y deportivas pero con claros parámetros de convivencia con los
elementos naturales, garantizando la conservación y mejoramiento de sus calidades
escénicas, con el fin de reforzar su carácter como referente ambiental para la ciudad.
Tratamientos: restablecimiento de las áreas que presentan algún tipo de deterioro y que
requieran de intervenciones puntuales para posibilitar su uso y mejorar sus condiciones
funcionales, consolidar la red de senderos que articula y permite el recorrido fluido por
estos sitios de interés recreativo.
Propiciar actividades culturales y educativas que permitan la utilización y el uso de estos
espacios, a la vez que generen lazos afectivos y sentido de pertenencia por el cerro como
espacio público integral.
4.2.2.3 Zona de Consolidación de Borde
Extensión: 0,75 hectáreas (2,26% del área)
Condición: corresponde a dos áreas identificadas en los frentes de mayor presión urbana
hacia el barrio Asomadera II y San Diego, el fenómeno de expansión sobre este cerro es
localizado y de niveles primarios pero exige la estructuración de estos espacios al sistema
urbano.
Intención de Manejo: el establecimiento de áreas o corredores de borde que sirvan
simultáneamente como barreras físicas para la expansión urbana, espacios públicos de
uso activo y límites visibles que faciliten la vigilancia y el control de cualquier tipo de
ocupación ilegal.
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Tratamientos: implementación de corredores de borde compuestos por franjas de
alamedas o parques lineales, franjas arborizadas con alto valor paisajístico y barreras
forestales. Los accesos deben estar claramente definidos y su tratamiento urbanístico y
el de los parques de borde debe estar regido por los parámetros establecidos en la Guía
de Componentes del Espacio Público de los Cerros Tutelares propuesta por este
proyecto.
En la Figura 4 se presenta la zonificación para los cerros El Salvador y La Asomadera.
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Figura 4 Zonificación de manejo para los cerros El Salvador y La Asomadera.
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5 ESTRATEGIAS, PROGRAMAS, Y PROYECTOS DEL PLAN DE MANEJO DEL CERRO EL VOLADOR
Definir las estrategias de manejo para los Cerros Tutelares de Medellín exigió en primer
lugar el desencadenamiento de un proceso de integración del diagnóstico realizado desde
todas las dimensiones del territorio, con sus diversas variables y categorías del análisis,
que permitió dar cuenta del estado y valor actual de estos ecosistemas urbanos y en
consecuencia, de sus necesidades y posibilidades de mejoramiento y restauración. La
labor de identificar los roles urbanos de los Cerros Tutelares y de fortalecerlos o
revertirlos, fue entonces consecuencia directa de ponderar y entender sus funciones en el
sistema municipal, metropolitano, e incluso regional.
Estas funcionalidades urbanas, pueden resumirse así:
Los Cerros como componente fundamental del sistema de Espacio Público, en
cuanto ámbitos naturales de soporte al sistema de espacialidades públicas de la ciudad, y
por ello, sujetos a suplir demandas de ocio, disfrute paisajístico, recreación y cultura.
Los Cerros como Ecosistemas Estratégicos de escala local, que les confiere la
característica de generar algunos servicios ambientales de importancia para la ciudad.
Estos roles urbanos, aparentemente dicotómicos, no son excluyentes, por el contrario,
aparecen como una oportunidad estratégica –e histórica– de posicionar en la ciudad,
componentes del sistema natural, como soporte o integradores fundamentales de su
carácter (clúster diferenciador) y por ello, de la civilidad, el encuentro colectivo y la
deseable ambición de una ciudad equilibrada y sostenible.
Un trabajo detallado de lectura y percepción ambiental del territorio, de comprensión de
los subsistemas urbanos ordenadores, y de entendimiento de sus dinámicas
socioespaciales, fue útil para concretar la línea base de manejo del Sistema de Cerros
Tutelares.
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Como consecuencia de dicha valoración territorial, de los roles y funcionalidades de los
cerros en el sistema ambiental urbano y de las potencialidades identificadas, se pudo
establecer los tipos de énfasis de acuerdo con la dominancia específica de considerarlos
como Espacios Públicos o Ecosistemas Estratégicos.
Debido a su alto grado de urbanización, la dominancia de su estructura funcional
orientada a usos habitacionales, y las cuestiones centrales que plantea su gestión, el
énfasis de la intervención en el cerro El Salvador es de tipo urbanístico. El propósito
central reside en consolidar la estructura existente, preservar el trazado urbano como
huella viva en el territorio, propender por el mantenimiento y mejoramiento de sus
calidades urbanísticas que lo hacen patrimonio cultural de la ciudad, asegurar la
preservación de su parque y fortalecer la centralidad barrial que posee, garantizando el
uso regulado de sus áreas de influencia, lo cual es indispensable para impedir que su
carácter de tutelar venga a menos.
Por su parte, el cerro La Asomadera presenta valencias y amenazas de carácter múltiple,
y por ello, un énfasis múltiple para su manejo. Dichas valencias y amenazas se expresan
básicamente en las virtudes del arboretum que posee, en las presiones por el uso
habitacional y en las situaciones puntuales pero significativas de degradación ambiental
derivadas de la inadecuada disposición de residuos y escombros, así como del pastoreo
de equinos y bovinos en sus laderas.
Así concebidas, estas orientaciones globales para el manejo de los cerros El Salvador y
La Asomadera, deben marcar y dirigir las voluntades políticas de intervención, a través de
acciones, programas y proyectos, contemplados en una gestión integral que considere los
determinantes socioespaciales y ambientales de su estructura y función urbana.
5.1 ESTRATEGIAS DE MANEJO PARA EL SISTEMA DE CERROS TUTELARES
Se definen aquí algunas líneas estratégicas de manejo para los siete cerros tutelares de
Medellín, considerados como elementos de un sistema ambiental que amerita un
tratamiento con miras a su gestión integral.
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Como consecuencia del énfasis de intervención anteriormente expuesto, así como de las
perspectivas y posibilidades reales del uso social del espacio, de las capacidades de
carga de estos territorios en contraste con sus demandas hacia el uso recreativo
intensivo, de las urgencias de la gestión ambiental y los problemas centrales por
dimensión en cada uno de los cerros, se configuran algunas estrategias de intervención
en el Sistema de Cerros Tutelares, que sumariamente deben contemplar:
Estrategia 1: Configuración de los cerros tutelares como sistema. Entender y
posicionar los cerros no como hechos puntuales, sino como elementos isomórficamente
interrelacionados con los demás componentes de la estructura ecológica de soporte del
sistema territorial del Valle de Aburrá.
Estrategia 2: Preservación y restauración ecológica. Coadyuvar procesos de
restauración ecológica en las áreas con deterioro de los valores ambientales y preservar
los reductos en los cuales estas aún mantienen características de valor.
Estrategia 3: Protección y recuperación de las calidades visuales de los cerros.
Garantizar la protección y preservación del atributo territorial más significativo de los
cerros; esto es, de su carácter tutelar; rescatando y poniendo en valor su uso
consuetudinario como miradores e hitos dominantes de la forma urbana de la ciudad, y de
la condición geográfica del Valle.
Estrategia 4: Calidad y cobertura urbanística de los cerros y sus áreas de
influencia. Emprender acciones de mejoramiento, preservación y/o restauración de la
estructura urbana y habitacional que define el entorno de los cerros y a ellos en sí
mismos, para alcanzar indicadores adecuados de calidad y cobertura urbana, que
garanticen el equilibrio de estos sistemas interdependientes (cerro/ área aferente).
Estrategia 5: Incorporación de los cerros a la estructura urbana de la ciudad.
Generar las condiciones urbanísticas necesarias para la adecuada integración de los
cerros a la estructura urbana, en términos de conectividad, accesibilidad, visibilidad,
publicidad; esto es, con su condición pública, patrimonial y de memoria.
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Estrategia 6: Pedagogía y formación ambiental urbana. Generar estrategias
pedagógicas que permitan desde la educación ambiental, garantizar la incorporación de
los cerros en el imaginario ciudadano, hacia la potenciación de sus calidades, la
preservación de sus valores, la autogestión y corresponsabilidad colectivas en su
sostenibilidad y disfrute.
Estrategia 7: Manejo y gestión administrativa del sistema de Cerros Tutelares.
Definir un mapa para la gestión, manejo y sostenibilidad del sistema de cerros apalancado
en las fortalezas de la SMA, el Área Metropolitana, CORANTIOQUIA, las secretarías y
entidades descentralizadas del Municipio; que incentiven la participación,
corresponsabilidad e inversión del sector privado y la comunidad medellinense.
Estrategia 8: Sostenibilidad financiera del sistema de Cerros Tutelares. Definir e
implementar mecanismos, estrategias y herramientas de gestión financiera que permitan
garantizar la sostenibilidad del sistema de cerros tutelares, desde una plataforma mixta
entre el estamento público y los privados.
Estrategia 9: Fortalecimiento de las redes sociales en torno a los cerros.
Sensibilizar, capacitar y fortalecer el perfil de las organizaciones sociales y comunitarias,
así como de los diferentes actores locales y de ciudad con incidencia en el sistema de
cerros, hacia la preservación, puesta en valor y uso sostenible de los mismos.
De otra parte, se pueden identificar algunas acciones de necesaria implementación en
todo el Sistema de Cerros Tutelares, en el corto y el mediano plazo, para garantizar su
adecuado uso y gestión:
Garantizar las labores culturales de mantenimiento de las coberturas vegetales.
Garantizar la correcta operación de unos comités de emergencia locales.
Garantizar el mantenimiento de las infraestructuras y los servicios básicos de
saneamiento y aseo.
Garantizar la seguridad, la vigilancia y el control social en toda la extensión del
Cerro.
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Asumir estos principios rectores de la intervención territorial en los Cerros El Salvador y
La Asomadera obraría positivamente en su recuperación, restauración y mejoramiento
ambiental global. La deseable ambición de integrar estos cerros entre sí y con sus
entornos urbanos y de explotar adecuadamente sus funciones como espacialidades
públicas, puede encontrar eco en el corto y mediano plazo, sí y solo sí, se asume la
necesidad de fortalecer procesos de cohesión y organización social alrededor de ellos y
de estimular algunos intereses masivos sobre su suerte y destino. Esta es una labor que
compete a la ciudadanía en su conjunto, pero que la administración municipal, y
específicamente la Secretaría de Medio Ambiente debe tomar como bandera de su acción
estratégica, mirada a la preservación y el incremento de los factores de confort y bienestar
ambiental de los ciudadanos.
5.2 DEFINICIÓN DE LOS PROGRAMAS DE MANEJO
El Plan de Manejo y Gestión Integral de los Cerros Tutelares de Medellín busca contribuir
a la construcción del espacio público y de sus valores naturales como elemento
estructurante de la ciudad, factor clave del equilibrio ambiental y de la construcción de
ciudadanía.
El Plan de Manejo de los cerros El Salvador y La Asomadera busca que estos estén
estructurados al sistema de espacio público natural de la ciudad de Medellín y articulados
en un sistema de programas y proyectos de manejo y gestión integral.
El propósito definido para el Plan de Manejo del cerro El Salvador es que se constituya en
referente urbano e histórico de la ciudad, hito y elemento de orientación urbana.
Por su parte, el propósito del Plan de Manejo del cerro La Asomadera es que sea
reconocido por sus cualidades ambientales y paisajísticas y como un escenario para la
práctica deportiva, la recreación pasiva y la educación ambiental.
El Plan de Manejo de los Cerros El Salvador y La Asomadera se constituye de tres
programas de acción:
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5.2.1 Programa Urbanístico
El propósito central de este programa es que el cerro El Salvador se constituya en
espacio público estructurado, referente visual y mirador urbano
En La Asomadera, el programa urbanístico del Plan de Manejo tiene como propósito un
cerro como espacio público estructurado, dotado de equipamientos para la educación
ambiental, las prácticas deportivas y recreativas.
El programa urbanístico más que un simple ejercicio de ordenación debe convertirse en
una herramienta óptima para espacializar los objetivos propuestos por el plan de manejo e
identificar mediante ejercicios de simulación los impactos socioeconómicos y ambientales
de las intervenciones propuestas, permitiendo la evaluación de las autoridades públicas y
de los actores que directa o indirectamente están relacionados con las transformaciones
de su entorno, pues son las conclusiones de este proceso, las que darán inicio al
momento siguiente: el proyecto propiamente dicho.
Aunque el ideal del programa urbanístico es su materialización en intervenciones
contundentes, proyectos tan complejos como el de los Cerros Tutelares de Medellín,
exigen considerar varios componentes que expliquen las relaciones directas e inducidas
entre las acciones físicas y las no físicas. Asumiendo la realidad urbana de nuestra
ciudad y el valor ambiental y paisajístico de los siete cerros tutelares que nos concentran
en esta propuesta no podríamos pensar en un proyecto que se reduzca por estrategia o
por táctica a la (re)construcción de infraestructuras y del espacio público, realizando o
recalificando los encuentros entre distintas áreas, no se puede considerar como un simple
proyecto sectorial (de ingeniería municipal o de paisajismo) ya que su fin es producir
efectos sobre espacios integrados al imaginario colectivo.
El programa urbanístico se constituye en un proceso de ejecución para el espacio público
con un conjunto de reglas procesales o formales para los elementos urbanos que se
espera que puedan ser inducidos por la intervención. Este ejercicio exige una propuesta
urbana definida por proyectos de intervención adaptable a la autonomía de sus
componentes. No se trata de un programa que defina todo al mismo tiempo y al mismo
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nivel, subestimando los procesos y el factor tiempo, ni de otro que defina intenciones o
coordenadas de referencia para proyectos parciales que subestimen la importancia de la
configuración y de la continuidad espacial.
Atendiendo a los alcances de los Planes de Manejo y Gestión Integral de los Cerros
Tutelares del Municipio de Medellín, es pertinente la elaboración de un programa
urbanístico que teniendo en cuenta el análisis de la realidad urbana del sistema ambiental
de los cerros, elabore una propuesta de lineamientos urbanos estructurantes, la
programación de proyectos específicos y la revisión de instrumentos de normatividad
urbanística.
La formulación del programa urbanístico de los Cerros Tutelares del municipio de Medellín
debe tener por objeto dar viabilidad a una propuesta integral para la expedición de
proyectos específicos, su coherencia se soporta en la Figura 5
Las categorías de análisis, utilizadas para la lectura sistemática de los cerros como
espacios urbanos se encadenan directamente a la identificación de cuatro problemas
estructurales a estos espacios asociados, ya listados en el numeral 5 del Plan de Manejo.
Incumplimiento de la normativa urbanística
Presión habitacional sobre los bordes
Baja articulación al sistema de espacios públicos de la ciudad
Deficiente señalización en los cerros
Baja calidad de los equipamientos e infraestructuras del espacio público
Baja estructuración de los espacios recreativos al interior del cerro
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Figura 5 Estructura del Programa Urbanístico.
Espacio Público Equipamientos Asentamientos Movilidad
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A continuación, se definen las acciones en que se enmarcan los proyectos propuestos
para la intervención urbanística en los cerros El Salvador y La Asomadera. Estas nueve
acciones se constituyen en la respuesta estructural a las problemáticas halladas y se
materializan en los proyectos más adelante presentados.
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Acciones del programa urbanístico del Plan de Manejo de los cerros El Salvador y
La Asomadera
Adquisición, regularización, reubicación o afectación de predios
En miras a la consolidación de los Cerros Tutelares como espacios públicos de alta
calidad ambiental y paisajística, es necesario emprender acciones para el control de las
formas de habitar y asentarse de la comunidad en sus bordes. Durante las diferentes
fases del proyecto, diagnóstico, prospectiva y zonificación y esta última de formulación, se
han encontrado diversas situaciones que exigen acciones jurídicas y normativas para el
avance de los proyectos en el cumplimiento de los objetivos de manejo:
Adquisición de predios (a propietarios a poseedores)
Regularización de asentamientos
Reubicación por alto riesgo no recuperable
Reubicación por afectación del programa urbanístico
Afectación por utilidad pública
Implementación de instrumentos de gestión territorial (integración inmobiliaria,
declaratoria de desarrollo o construcción prioritaria, compensaciones, transferencia de
derechos de construcción y desarrollo, etc.).
Consolidación del borde
Los Cerros Tutelares de Medellín son espacios públicos naturales subsumidos en un
sistema urbano creciente y desbordado que ejerce presión constante sobre ellos, por
tanto sus bordes se convierten en lugares mixtos donde se deben mitigar las acciones
constantes de esta presión, donde deben convivir las distintas formas de expresión del
paisaje, donde se sufre ese gradiente formal y funcional entre la caótica dinámica urbana
y el pausado ritmo de lo natural.
La transformación en los bordes no es meramente física, la secuencia parte de una
transformación mental, de las categorías bajo las cuales se perciben, clasifican y valoran
los elementos y relaciones con estos espacios, sobre los cambios culturales, es decir, de
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los consensos, los símbolos y valores que conllevan a los cambios físicos. Gracias a la
influencia del entorno y a su propia inercia estructural estas franjas son las más creativas,
donde se puede permitir el encuentro con los usos más intensivos y la diversidad
programática, donde se permite la implementación de equipamientos colectivos que
preserven el vínculo constante de la comunidad con el cerro en busca de su
reconocimiento como espacio activo en la dinámica urbana y cultural de la ciudad.
Los espacios de borde exigen acciones urgentes de contención, conexión, mitigación,
activación, pero esencialmente de consolidación, deben convertirse en franjas “estables”
que contengan y absorban los flujos y las demandas funcionales de la ciudad urbanizada
y las programáticas de la comunidad ávida de espacios para el encuentro cultural,
educativo y recreativo.
Mejoramiento de las vías de acceso
Continuidad espacial y funcional son uno de los mayores retos de estos espacios
“marginados” del sistema urbano y en muchos casos de la memoria colectiva, las
posibilidades de uso y apropiación de estos espacios públicos están directamente ligadas
a las posibilidades de acceso ofrecidas por la estructura urbana dominante.
Las infraestructuras y formas de transporte deben garantizar el acceso constante y
adecuado de la comunidad a estos espacios públicos, la coherencia del sistema
estructurante de la movilidad, su adecuación a las condiciones paisajísticas naturales y la
implementación de sistemas de transporte apropiados para la incorporación de estos
cerros a las rutas deportivas, culturales y recreativas son garantías de su uso y
reconocimiento como estrategia activa de conservación.
Implementación y adecuación de accesos
Esa línea tenue entre lo público y lo privado, entre lo natural y lo artificial debe ser
representada sinuosamente en espacios de tránsito que concentren de forma eficiente la
información que cualquier visitante requiera para el aprovechamiento máximo de un
espacio con altas calidades ambientales y paisajísticas. La generación estratégica de un
sistema de accesos más que restringir, debe promover la igualdad en las posibilidades de
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uso de estos espacios de las diferentes áreas de la ciudad, al mismo tiempo que,
direccionan de forma estimulante el uso de las rutas internas diseñadas para mayores
cargas en beneficio de los espacios con altos niveles de naturalidad que exigen un uso
más restringido para su conservación.
Implementación y adecuación de miradores
La característica de hacer parte del sistema de miradores de la ciudad es propia y
representativa del sistema de Cerros Tutelares, la implementación de un sistema de
miradores de diferente capacidad de carga que se adapte a los lugares más privilegiados
para mirar hace parte de las acciones más estratégicas a implementar en miras del
reconocimiento y potenciación de uso de estos espacios.
La posibilidad de mirar y ser mirado hacia y desde cada uno de los demás cerros
garantiza un estímulo constante para la consolidación de un sistema integrado que
reconoce estos espacios como privilegiados para la observación de la ciudad y su devenir
no solo ambiental sino también cultural.
Implementación y adecuación de espacios recreativos
El bajo índice de espacio público y la baja calidad de algunos de los equipamientos que la
ciudad y en especial el que la población infantil utiliza para ejercer su derecho a la
recreación y el deporte, obligan a generar espacios de calidad en ambientes cualificados
para el desarrollo de estas actividades.
Generar posibilidades de uso, apropiación y recreación en consonancia con actividades
de contemplación propias de la conservación, exige el diseño y la implementación de
espacios recreativos con un alto nivel de adaptación a las condiciones propias del lugar
donde se emplazan, que sin agredir estimule el uso intensivo de ciertos espacios
destinados para tal fin, concentrando o dirigiendo de forma indirecta la intensidad y las
formas de apropiación de los cerros como espacios públicos abiertos a suplir las
demandas de recreación activa y pasiva de la ciudad y sus habitantes.
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Tratamiento paisajístico
La calidad ambiental y paisajística de estos espacios naturales se convierte más allá de
su principal servicio ambiental en uno de los valores más llamados a conservar, el
equilibrio entre los espacios naturales y construidos, la calidad escénica y el valor
simbólico de los espacios naturales en una ciudad, se convierten hoy día en parámetros
de ecoeficiencia y competitividad, el turismo, la recreación y el ocio son actividades
altamente productivas en un sistema de competencia global.
La contención natural en miras de la prevalencia de lo público, la demarcación de límites
entre estos espacios naturales y sus entornos altamente urbanizados es uno de los
objetivos concretos de las intervenciones urbanísticas que integran el paisajismo como
una de sus mejores herramientas.
Aplicación de la Guía de los Componentes del Espacio Público para los Cerros
Tutelares
La adecuación de estos espacios naturales para el soporte de la demandas del uso
público exige una interpretación y ampliación de los elementos y parámetros existentes en
el Manual de Espacio Público de Medellín, la incorporación de nuevas posibilidades
formales, nuevos materiales y nuevos conceptos, es necesaria a la hora de proyectar los
diferentes sistemas que estructuran estos espacios, miradores, senderos, parajes, cruces,
se convierten en espacios aptos para la educación y formación ambiental.
La incorporación de señales educativas, preventivas e informativas deben responder a las
exigencias del entorno natural que las adopta, la calidad escénica del paisaje natural se
convierte en la mayor exigencia para implementar cualquier elemento ajeno a su
estructura, el minimalismo, la contundencia funcional y la capacidad de mímesis hacen
obligado el ejercicio proyectual de los elementos de arborización, mobiliario y señalética
que se pretenden incorporar a la estructura general de cada uno de los cerros.
La posibilidad de construir una imagen que represente a los Cerros Tutelares dentro de la
iconografía mental de los ciudadanos de la ciudad, se convierte en objetivo estratégico de
este Plan de Manejo, la conservación de estos espacios como relictos naturales y
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paisajísticos dentro de la trama urbana obedece directamente a la capacidad que se tenga
de hacerlos parte de los imaginarios e intereses colectivos.
Implementación y adecuación de una red de senderos
La configuración de una red jerarquizada de senderos más que garantizar el uso efectivo
de los espacios del cerro, se debe convertir en una medida para el direccionamiento de
las formas e intensidades de uso de estos espacios, la disposición formal y paisajística de
los recorridos permitirá limitar la apropiación de espacios más frágiles y vitales para la
conservación ambiental del cerro.
El manejo de materiales, las formas de adaptación a las pendientes, las calidades
escénicas y climáticas condicionan de forma contundente las posibilidades de apropiación
y formas de uso, su adecuado manejo puede permitir también ampliar el espectro de
usuarios o restringirlo, según sea la intención o el objetivo de manejo de cada cerro.
5.2.2 Programa Ambiental
Propósito para El Salvador: La cobertura vegetal del cerro El Salvador conservada.
Propósito para La Asomadera: El cerro La Asomadera consolidado como ecosistema
estratégico y con alta calidad de servicios ambientales para la ciudad.
Entendido este Plan de Manejo como un instrumento que orienta el manejo y la gestión de
los cerros El Salvador y La Asomadera, armonizando los diferentes intereses presentes,
de acuerdo a las características y potencialidades propias de cada uno de ellos, el
componente ambiental da las bases para la comprensión de las dinámicas ecológicas y
ambientales, que determinan la función de los cerros en términos de la definición de
valores de conservación desde la perspectiva de la generación de servicios para el
municipio.
La puesta en marcha del programa ambiental se logra mediante la formulación de
proyectos que contribuyan a lograr la intención de manejo expresada en la zonificación.
Estas acciones corresponden directamente a la condición ambiental de cada cerro. Sobre
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cada una de las zonas se formulan proyectos específicos que deben orientar la gestión de
las instituciones con competencias en las áreas de estudio.
El Programa Ambiental es un eje estructural del ordenamiento ambiental de los Cerros
Tutelares, que se establece atendiendo a los siguientes objetivos:
Sostener y conducir los procesos ambientales esenciales, garantizando la
generación de servicios ambientales en cada uno de los cerros.
Elevar la calidad ambiental y balancear la oferta ambiental en correspondencia con
la función de cada uno de los cerros.
Promover la apropiación sostenible y disfrute público de la oferta ambiental por parte
de la ciudadanía, a partir de la integración con los demás componentes, mediante la
formulación de proyectos concretos.
Las categorías de análisis evaluadas para dictaminar sobre el estado ambiental de Los
cerros El Salvador y La Asomadera (Figura 6, se encadenan directamente a la
identificación de los problemas estructurales asociados a estos ecosistemas urbanos, ya
citados y expuestos en el numeral 5 del Plan de Manejo:
Deterioro de suelos por procesos erosivos
Deterioro de las calidades paisajísticas
Prácticas silviculturales inadecuadas
Fragmentación Ecológica
Deterioro ecológico por monocultivos de especies exóticas
Manejo inadecuado de residuos
Contaminación de fuentes hídricas
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Figura 6 Categorías de análisis en el programa ambiental para los cerros El Salvador y La Asomadera.
A continuación se definen las acciones en que se enmarca el abanico de proyectos
propuestos para la intervención ambiental en los cerros El salvador y La Asomadera.
Estas tres acciones se constituyen en la respuesta estructural a las problemáticas
halladas y se materializan en los proyectos más adelante presentados.
Recuperación de la funcionalidad ecológica
La sostenibilidad ambiental de Medellín y el Valle de Aburrá está atravesada por la
conservación de ecosistemas que se encuentran espacialmente alejados. Los servicios
ambientales básicos de los cuales la ciudad depende, implican la sumisión de áreas
distantes al sistema metropolitano. Sin embargo, los Cerros Tutelares en su conjunto,
están llamados a cumplir importantes servicios como espacios públicos. El uso activo de
estos, como en el caso del cerro La Asomadera, no debe necesariamente implicar una
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renuncia a estimular la diversidad y la funcionalidad ecológica del cerro. Aumentar la
complejidad biótica equivale a conservar mecanismos de regulación ambiental y
elasticidad evolutiva como hábitat y cultura para nuestra ciudad.
Manejo vegetal para la recuperación paisajística
Gracias a sus cualidades paisajísticas y a su fuerte uso recreativo, el manejo del
componente forestal debe concentrarse en la generación de ambientes y hábitats
confortables y paisajísticamente atractivos para los visitantes, que esperan encontrar
todas las condiciones para su uso y disfrute. Acciones de sustitución gradual de la
arboleda existente, conservando criterios de diseño paisajístico de espacios con altas
demandas recreativas, así como la aplicación de la Guía de los Componentes del Espacio
Público de los Cerros Tutelares de Medellín, contribuirían sensiblemente a la recuperación
paisajística del lugar para un mayor y mejor uso por parte de la ciudadanía.
5.2.3 Programa Sociocultural
Propósito: Habitantes de Medellín reconocen, se apropian y disfrutan de la oferta
ambiental de los cerros El Salvador y La Asomadera y participan de sus procesos de
gestión y manejo.
Las aspiraciones del programa sociocultural para los Cerros Tutelares, conformado por
tres proyectos de carácter fundamental para el buen desarrollo de los Planes de Manejo,
se pueden sintetizar del siguiente modo:
Mantener a las Organizaciones comunitarias interrelacionadas y participando de los
procesos de concertación, planeación y desarrollo emprendidos por la municipalidad, a
través de espacios de análisis, concertación y diálogo permanente frente a la situación de
los Cerros Tutelares.
Motivar en las comunidades la inserción de una cultura de lo ambiental y lo público
que se traduzca en el fortalecimiento de las organizaciones comunitarias generando
credibilidad y confianza en sus líderes e impulsando procesos de gestión social que las
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beneficien y que garanticen la permanencia de los cerros como unos espacios públicos de
ciudad que sean ambiental, social y económicamente sostenibles.
Desarrollar en los líderes de las organizaciones comunitarias y sociales de los barrios
del entorno inmediato de los cerros, un conocimiento y valoración de estos, bien como
patrimonio cultural, histórico y arqueológico, bien como patrimonio ambiental de la ciudad.
Estimular procesos de formación y pedagogía ambiental de las cualidades y virtudes
ambientales de los Cerros Tutelares, que contribuyan a su valoración y preservación
como espacios públicos con calidad ambiental para la ciudad.
Generar una corriente de opinión pública favorable al uso sostenible de los Cerros
Tutelares, a través de actividades, eventos y diversas propuestas temáticas y
programáticas.
Propiciar la generación de conocimientos sobre los factores de riesgo ambiental que
amenazan la vida para buscar alternativas de habitabilidad no riesgosa.
Propiciar la simbolización del patrimonio natural ambiental como hito urbano que
favorece la identidad ciudadana, el sentido de pertenencia y la convivencia para
transformarlo en espacios públicos para el encuentro, la recreación y la comunicación
ínter barrial.
Las categorías de análisis evaluadas para dictaminar sobre el estado y la dinámica
sociocultural de los cerros El Salvador y La Asomadera (Figura 7, se encadenan
directamente a la identificación de los problemas estructurales asociados a estos
ecosistemas urbanos, ya mencionados y descritos en el numeral 5 del Plan de Manejo:
Alta vulnerabilidad de los procesos de convivencia pacífica
Baja promoción de actividades de esparcimiento y encuentro ciudadano
Baja conciencia ambiental en la comunidad local
Inseguridad y estigmatización de los cerros tutelares
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Figura 7 Categorías de análisis, problemas estructurales y acciones estratégicas del Programa Sociocultural para los cerros El Salvador y Asomadera.
Bajo número y perfil de los programas de educación ambiental
Debilidad de las organizaciones comunitarias para el manejo del cerro
Bajo reconocimiento y apropiación ciudadana de los cerros
Inseguridad y estigmatización de los cerros tutelares
Bajo número y perfil de los programas de educación ambiental
Debilidad de las organizaciones comunitarias para el manejo del cerro
Bajo reconocimiento y apropiación ciudadana de los cerros
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Acciones del Programa Sociocultural del Plan de Manejo de los Cerros El Salvador
y La Asomadera
Fortalecimiento de las Organizaciones Comunitarias para la Gestión Ambiental
Identidad y promoción de los Cerros Tutelares para el reconocimiento ciudadano
Educación para el Fortalecimiento de la Conciencia Ambiental en los Cerros
Los programas urbanístico, ambiental y sociocultural del Plan de Manejo para los cerros
El Salvador y La Asomadera se concretan a través de las propuestas proyectuales que a
continuación se identifican y relacionan.
5.3 IDENTIFICACIÓN DE LOS PROYECTOS ESTRATÉGICOS
A continuación, se relacionan los proyectos a formular dentro del Plan de Manejo de los
cerros El Salvador y La Asomadera, haciendo evidente su relación con la zona de manejo
en la que se inscribe y con los problemas detectados durante la fase de caracterización y
diagnóstico.
Dicha exploración, que se alimenta de las relaciones de causalidad entre los problemas,
permite que los proyectos formulados contribuyan significativamente a la solución de las
situaciones negativas que afectan ambos cerros, conservando de este modo, la
coherencia necesaria en un instrumento de pensamiento y planeación territorial.
La viabilidad técnica y administrativa de los proyectos formulados en los Planes de
Manejo se construye considerando cuatro niveles de análisis:
Coherencia con las funciones recomendadas, esto es, la formulación de proyectos
como respuesta a una intención global que apunta al logro de los objetivos de manejo.
Consecuencia de la zonificación de manejo, que se constituye en premisa y enfoque
de la intervención territorial.
Correspondencia con el análisis estructural; es decir, con los problemas que el análisis
de dependencia-influencia realizado por el equipo técnico del proyecto, ayudó a identificar
como estructurales y/o prioritarios.
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Sintonía con las situaciones que las comunidades de base y los actores institucionales
identificaron en el marco de la Estrategia de Participación del Proyecto, como claves para
la intervención territorial.
En la Tabla 9 se presenta la relación Problema–Zona de Manejo–Proyecto, que hace
explícito el proceso de concepción de los proyectos, mostrando la consecuencia y
coherencia de los mismos, con las zonas de manejo y con las tensiones y problemáticas
detectadas en fase de diagnóstico.
Tabla 9. Relación Problema – Zona de Manejo – Proyecto del Plan de Manejo.
Problema Zona de manejo Proyecto
Prácticas silviculturales inadecuadas
Uso Intensivo + Recuperación Ambiental y Paisajística
MANEJO PAISAJÍSTICO DEL MIRADOR ANA DE CASTRILLÓN
Manejo inadecuado de residuos sólidos Deterioro ecológico por especies exóticas Deterioro del suelo por procesos erosivos Presión habitacional sobre los bordes Deficiente señalización del cerro Bajo número y perfil de los programas de educación ambiental Baja promoción de actividades de esparcimiento y encuentro Baja articulación al sistema de espacio público de la ciudad Deterioro de las calidades paisajísticas del cerro Prácticas silviculturales inadecuadas
Recuperación Ambiental y Paisajística + Uso Intensivo
MANTENIMIENTO DE LA COBERTURA VEGETAL EN ZONA DE RECUPERACIÒN AMBIENTAL Y PAISAJÍSTICA DEL PARQUE EL SALVADOR
Presión habitacional sobre los bordes Baja promoción de actividades de esparcimiento y encuentro Deterioro de las calidades paisajísticas del cerro Alta vulnerabilidad a incendios forestales
Recuperación Ambiental y Paisajística
RECUPERACIÓN DE LA FUNCIONALIDAD ECOLÓGICA POR MEDIO DEL ESTABLECIMIENTO DE UN BOSQUE DE ESPECIES COLOMBIANAS
Prácticas silviculturales inadecuadas Deterioro ecológico por especies exóticas
Fragmentación ecológica
Deterioro de las calidades paisajísticas del cerro
Uso Intensivo DISEÑO ARQUITECTÓNICO DEL MIRADOR ANA DE CASTRILLÓN
Presión habitacional sobre los bordes Baja conciencia ambiental en la comunidad local Bajo numero y perfil de los programas de educación ambiental Baja articulación al sistema de espacio público de la ciudad
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Tabla 9. Continuación.
Problema Zona de manejo Proyecto
Presión habitacional sobre los bordes Recuperación Ambiental y Paisajística
DEFINICIÓN DEL BORDE NORORIENTAL
Baja articulación al sistema de espacio público de la ciudad Incumplimiento de la normativa urbanística Deterioro de las calidades paisajísticas del cerro Deficiente señalización del cerro
Consolidación de Borde + Uso Intensivo
CONSOLIDACIÓN DEL CIRCUITO RECREATIVO DE LA CIMA
Bajo numero y perfil de los programas de educación ambiental Baja promoción de actividades de esparcimiento y encuentro Deterioro de las calidades paisajísticas del cerro Deterioro del suelo por procesos erosivos
Uso Intensivo REACTIVACIÓN ACCESO SURORIENTAL
Presión habitacional sobre los bordes Baja conciencia ambiental en la comunidad local Deficiente señalización del cerro Baja articulación al sistema de espacio público de la ciudad Deterioro de las calidades paisajísticas del cerro Conflictos en el uso del suelo Presión habitacional sobre los bordes
Recuperación Ambiental y Paisajística + Consolidación de Borde
CONSOLIDACIÓN DEL PARQUE DE BORDE OCCIDENTAL
Baja conciencia ambiental en la comunidad local Deficiente señalización del cerro Baja articulación al sistema de espacio público de la ciudad Deterioro de las calidades paisajísticas del cerro Conflictos en el uso del suelo Presión habitacional sobre los bordes
Consolidación de Borde + Uso Intensivo
RECUALIFICACIÓN URBANA DEL BORDE NOROCCIDENTAL
Deficiente señalización del cerro Baja articulación al sistema de espacio público de la ciudad Conflictos en el uso del suelo Alta vulnerabilidad a incendios forestales
Recuperación Ambiental y Paisajística
MANEJO PAISAJÍSTICO DEL COSTADO OCCIDENTAL DEL CERRO, TRAMO AV. LAS PALMAS
Prácticas silviculturales inadecuadas Deterioro del suelo por procesos erosivos Baja articulación al sistema de espacio público de la ciudad Deterioro de las calidades paisajísticas del cerro
Por su parte, en la Tabla 10 y la Figura 8 se identifican y proponen los proyectos para los
cerros El Salvador y La Asomadera, enmarcados en los diferentes programas y
estrategias. Es importante aclarar que aunque un proyecto esté inscrito en una estrategia
específica, su puesta en marcha contribuirá con mucha probabilidad al desarrollo de otras
estrategias, gracias a la integralidad en la concepción y formulación de los mismos.
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Tabla 10. Proyectos del Plan de Manejo para los cerros El Salvador y La Asomadera.
Propósito del Plan de Manejo: El cerro La Asomadera reconocido por sus cualidades ambientales y paisajísticas, como un escenario para la práctica deportiva,
la recreación pasiva y la educación ambiental // el cerro El Salvador como referente urbano e histórico de la ciudad, hito y elemento de orientación urbana. Programa Urbanístico: El Cerro La Asomadera como espacio público estructurado, dotado de equipamientos para la educación ambiental, las prácticas
deportivas y recreativas; el Cerro El Salvador como espacio público estructurado, referente visual y mirador urbano. Programa Ambiental: El Cerro La Asomadera consolidado como ecosistema estratégico y con alta calidad de servicios ambientales para la ciudad; el Cerro El
Salvador con su cobertura vegetal conservada. Programa Sociocultural: Habitantes de Medellín reconocen, se apropian y disfrutan de la oferta ambiental de los cerros El Salvador y La Asomadera y participan
de sus procesos de manejo y gestión.
Estrategia Programa Proyecto Objetivo Beneficiarios Nivel de
formulación
Configuración de los Cerros Tutelares como Sistema
Sociocultural 11. Fortalecimiento de la Identidad y Promoción de los Cerros Tutelares
Fortalecer la identidad, reconocimiento y uso adecuado de los cerros tutelares como espacio público
Población de los cerros (225.000 aprox.) Población del Valle de Aburrá (3.100.000)
1
Protección y Recuperación de las Calidades Visuales de los Cerros
Ambiental 10.Manejo paisajístico del costado occidental del Cerro La Asomadera, Tramo Avenida Las Palmas
Mejorar la calidad escénica en el costado occidental de La Asomadera en un tramo de la Avenida Las Palmas.
Población del Valle de Aburrá (3.100.000 aprox)
3
Ambiental 2. Mantenimiento de la
cobertura vegetal en zona de conservación ambiental y paisajística del parque El Salvador
Incrementar la calidad ambiental y paisajística del cerro mediante el manejo de la cobertura arbórea y el ajardinamiento en el Parque de El Salvador
Población del Valle de Aburrá (3.100.000 aprox)
1
Ambiental 8.Manejo paisajístico del
mirador Ana de Castrillón Mejorar la calidad ambiental y paisajística del mirador aledaño a la Institución Educativa Ana de Castrillón para contribuir al reconocimiento del cerro La Asomadera como un escenario para la práctica deportiva, la recreación pasiva y la educación ambiental
122.343 personas pertenecientes a la Comuna 9, además del resto de la población del Valle de Aburrá (3.100.000 aprox.)
1
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Tabla 10. Continuación.
Estrategia Programa Proyecto Objetivo Beneficiarios Nivel de
formulación
Preservación y Restauración Ecológica
Ambiental 9. Recuperación de la funcionalidad ecológica por medio del establecimiento de un bosque de especies colombianas en zona de recuperación ambiental y paisajística del Cerro La Asomadera
Establecer una plantación pionera- clímax con especies de diferentes zonas de Colombia para restaurar la funcionalidad ecológica de la cobertura vegetal, con calidades escénicas y servicios ambientales mejorados para la comunidad del Valle del Aburrá.
Población del Valle de Aburrá (3.100.000 aprox)
1
Calidad y Cobertura Urbanística de los Cerros y sus Áreas de Influencia
Urbanístico 2. Adecuación Sendero Ecológico - Ruta de Ciclomontañismo
Dotar el Cerro La Asomadera de espacios acondicionados para prácticas deportivas de carga moderada
Población de las comunas 9 y 10, así como el resto del Área Metropolitana del Valle de Aburrá
3
Urbanístico 1. Consolidación del Parque
mirador del Cerro El Salvador Consolidar el parque como referente geográfico e hito urbano de la ciudad
122.343 personas pertenecientes a la Comuna 9, además del resto de la población del Valle de Aburrá (3.100.000 aprox.)
3
Jurídico 14. Gestión Predial del Plan de
Manejo de los Cerros Tutelares Contribuir a la articulación de los cerros con el sistema de espacio público y a la contención y recualificación de sus bordes mediante compra y adquisición de algunos predios necesarios para el desarrollo del Plan de Manejo y Gestión de los Cerros Tutelares de Medellín.
Población del Valle de Aburrá (3.100.000 aprox)
1
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Tabla 10. Continuación.
Estrategia Programa Proyecto Objetivo Beneficiarios Nivel de
formulación
Calidad y Cobertura Urbanística de los Cerros y sus Áreas de Influencia
Urbanístico 7. Reestructuración Circuito de la Cima para la Recreación y el Deporte en el Cerro La Asomadera
Equipar y calificar el Cerro La Asomadera para la práctica deportiva y recreativa
Directos: 66.300 habitantes
de los barrios aledaños a los Cerros El Salvador y La Asomadera, así como 122.343 personas pertenecientes a la Comuna 9. Indirectos: Población del
Valle de Aburrá (3.100.000 aprox.)
3
Incorporación de los Cerros a la Estructura Urbana de la Ciudad
Urbanístico 1.Adecuación acceso principal cerro La Asomadera
Contribuir al reconocimiento del cerro como referente simbólico de la ciudad a través de la adecuación de su acceso principal y un manejo espacial y paisajístico adecuado que permita visibilizarlo ante la ciudad
Directos: 66.300 habitantes
de los barrios aledaños a los Cerros El Salvador y La Asomadera, así como 122.343 personas pertenecientes a la Comuna 9. Indirectos: Resto de la
población del Valle de Aburrá (3.100.000 aprox.)
2
Urbanístico 5. Consolidación Borde Nororiental
Cerro La Asomadera Estructurar el borde nororiental del cerro al sistema urbano, y dotarlo para su aprovechamiento como espacio público
Población de las comunas 9 y 10, así como el resto del Área Metropolitana del Valle de Aburrá
3
Urbanístico 3.Consolidación del Parque
Deportivo del Borde Occidental Cerro La Asomadera
Articular y equipar el Cerro La Asomadera para la recreación pasiva en su sector occidental
Población de las comunas 9 y 10, así como el resto del Área Metropolitana del Valle de Aburrá
3
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Tabla 10. Continuación.
Estrategia Programa Proyecto Objetivo Beneficiarios Nivel de
formulación
Incorporación de los Cerros a la Estructura Urbana de la Ciudad
Urbanístico 4.Adecuación del Acceso y Sector Suroriental Cerro La Asomadera
Adecuar el acceso de la Carrera 34 en el Cerro La Asomadera para articularlo al sistema de espacio público y equiparlo para la recreación pasiva.
Población de las comunas 9 y 10, y de todo el Valle de Aburrá
3
Urbanístico 6.Adecuación Borde Noroccidental
Cerro La Asomadera El Cerro La Asomadera articulado, con accesos definidos y equipado para actividades de recreación pasiva
Población de las comunas 9 y 10, así como el resto del Área Metropolitana del Valle de Aburrá
3
Pedagogía y Formación Ambiental Urbana
Sociocultural 13. Educación para Generar Conciencia Ambiental en los Cerros Tutelares
Desarrollar una estrategia de educación ambiental que incluya las comunidades y representantes institucionales con el fin de mejorar la conciencia ambiental en las mismas.
Directos: 45 docentes y 180 miembros de la comunidad; Indirectos: 2500 estudiantes
1
Fortalecimiento de las Redes Sociales en torno a los Cerros Tutelares
Sociocultural 12. Fortalecimiento de las Organizaciones Comunitarias para la Gestión Ambiental
Organizaciones comunitarias interrelacionadas y participando en los procesos de planeación, concertación y desarrollo emprendidos por las comunidades y la municipalidad, en donde la cultura ambiental, el uso y respeto por el espacio público se refleje en cada uno de los cerros tutelares.
Organizaciones Comunitarias de los Cerros Tutelares
1
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Figura 8. Proyectos del Plan de Manejo de los cerros El Salvador y La Asomadera.
Nota: Los números corresponden a los proyectos relacionados en la Tabla 10.
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Convenio Interadministrativo No. 4800000616 de 2004
6 CONCLUSIONES
Queremos resaltar la importancia práctica que significa para el Manejo y Gestión de los
Cerros Tutelares la definición de unos límites concretos. En diferentes reuniones con la
interventoría, la oficina de Planeación Municipal y la Secretaría del Medio Ambiente, este
aspecto fue permanentemente requerido, como quiera que poseer unos límites claros de
los cerros, en este caso de El Salvador y La Asomadera, brinda seguridad técnica y
jurídica a la administración para la intervención político–administrativa del mismo.
En atención a la proximidad física, ambos cerros deben tratarse unificadamente para
efectos del manejo, pues pertenecen a un mismo sistema montañoso, concretamente a
uno de los valles transversales al río Medellín, que desciende por la vertiente oriental del
mismo.
La configuración y situación ambiental, físico-espacial, y social de ambos cerros, hacen
factible y necesario su tratamiento integrado, en aras a la conservación de sus valores y
potencialidades territoriales. Son históricos los nexos y relaciones urbanas entre La
Asomadera y El Salvador, tal y como lo demuestran diversos relatos y crónicas de inicios
del siglo XX. La Avenida Las Palmas, límite occidental del Cerro La Asomadera, opera
hoy como barrera física y social para la apropiación del cerro por parte de la comunidad,
lo cual ha reforzado las estrechas relaciones de vecindad existentes con el Cerro El
Salvador. La adecuación y/o creación de las infraestructuras de acceso y movilidad para
ambos cerros, así como la programación de actividades e intervenciones, deben aceptar
como premisa la red de comunicaciones existente y las relaciones de vecindad física y
social existentes, para una adecuada integración de ambos cerros al sistema de espacios
públicos de la ciudad.
A pesar de presentar extensiones muy disímiles, y situaciones particulares, ambos cerros
poseen atributos ambientales complementarios, pues El Cerro El Salvador, es antes que
todo un ambiente altamente urbanizado, y luego un parque para estar y disfrutar
pasivamente. De otra parte, el Cerro La Asomadera, por su mayor extensión y por poseer
un área verde importante a escala de la ciudad, se constituye en un ámbito de calidades
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ambientales y con capacidad de soporte para una recreación más activa. La conformación
de estos dos cerros, a partir de elementos como la infraestructura recreativa, la
accesibilidad, sus valores y potencialidades ambientales, sus usos actuales, la
apropiación social, etc, hacen deseable, a todas luces, un manejo y gestión integrada, que
no los considere como entes autónomos sino como espacios públicos de valor y uso
complementario para el disfrute de la ciudadanía.
En razón a su proximidad física, los Cerros El Salvador y La Asomadera, constituyen para
las comunidades del entorno, especialmente para los barrios El Salvador, Gerona, Las
Palmas, Trincheras, espacios integrados física y ambientalmente, aptos al uso público
como parques y lugares de esparcimiento. Las rutinas y actividades de ocio de los
habitantes de los barrios citados, incorporan y conciben estos ámbitos con un alto nivel de
integración. Se resalta el hecho de que ambos cerros constituyen, en los imaginarios y
afectos territoriales, entidades indivisibles, ligadas a la historia y a la evolución de esta
parte de la ciudad.
Los límites propuestos para los cerros El Salvador y La Asomadera, además de la
zonificación propuesta, pueden ser incluidos en la actual revisión del POT de Medellín
para efectos de ordenación y manejo.
De lo anterior, se resalta la conformación y estructuración territorial de las comunas en las
que se encuentran los Cerros El Salvador y La Asomadera. Éstos, ligados a la historia de
este sector de la ciudad, constituyen centralidades ambientales de carácter zonal pero
con impacto y lugar en el imaginario de la ciudad, especialmente el Cerro El Salvador.
En general, sobre La Asomadera actúan procesos erosivos puntuales relacionados con el
desgarre de materiales a pequeña escala, así como la erosión concentrada a lo largo de
la cuchilla que parte de la subestación eléctrica Metro San Diego. Se observó también la
formación de una cárcava remontante bajo las líneas de alta tensión que desde el cerro
La Asomadera, descienden hacia la subestación eléctrica Metro San Diego, en la parte
más alta.
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Algunos procesos de remoción en masa inactivos muestran cicatrices sobre los taludes de
la avenida Las Palmas. La intensidad de los procesos de erosión es moderada y su
magnitud es reducida abarcando pequeñas áreas de pocos metros cuadrados de
extensión.
El cerro El Salvador se encuentra totalmente urbanizado, siendo el parque el elemento
público predominante y el área verde más significativa. A pesar de presentar una
modesta dimensión, el Parque del Salvador es un hito histórico y cultural de la zona y un
sitio de reposo y esparcimiento importante, con una arboleda abundante y diversa para
tan breve espacio.
En el muestreo de flora de los Cerros Tutelares se reconocieron 215 especies, de las
cuales el 68% se reportaron en el cerro La Asomadera, siendo el cerro con mayor reporte
de especies. En el cerro El Salvador se encontró el menor número de especies (16%),
comparado con los demás cerros.
El cerro La Asomadera no presenta en su cobertura vegetal indicios de naturalidad,
rastrojos bajos o rastrojos altos, su estructura vegetativa y diversidad estructural, las
cuales se pueden describir a través de atributos que informan sobre las cualidades
inherentes de la vegetación como el porcentaje de área neta cubierta por vegetación o
cobertura vegetal que es un factor que contribuye a la salud ecológica y es usado como
hábitat por la fauna. El porcentaje de vegetación nativa y la diversidad estructural de la
vegetación es bajo en comparación con cerros como El Picacho y El Volador
Los árboles recién plantados están expuestos a daños por el pastoreo libre de caballos y
presentan limitaciones para su desarrollo por el desconocimiento de los requerimientos
ecológicos de las especies. Otro problema, es la alta densidad de siembra de especies
susceptibles a plagas como cedro y nogal cafetero, lo cual las expone a daños continuos
por plagas que se pueden controlar con un espaciamiento adecuado. No obstante, son
innegables las potencialidades de este sitio como espacio para la educación ambiental,
dadas sus condiciones de diversidad tropical.
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La avifauna del Cerro El Salvador, al ser netamente urbana, no se resiente de la
presencia humana. No se observaron particulares problemáticas relacionadas con la
perturbación de hábitats, como el manejo de basuras. Las actividades de recreación
pasiva y activa que en él se desarrollan no afectan la existencia de las aves ya presentes.
Tal vez el único problema que afronta para la conservación de su avifauna es la presencia
de palomas (C. livia) que actúan como competidoras directas por recursos de especies
silvestres como la tortolita (C. talpacoti) y la tórtola (Z. auriculata)
El cerro El Salvador presenta, a la luz de la evaluación realizada, una prioridad media-
baja para la conservación de la avifauna asociada a esta localidad. Esto se debe a su
baja riqueza de especies (28), comunes a muchos de los cerros y todas ellas asociadas
con hábitats urbanos; y adicionalmente cuenta con una baja presión antrópica que no
amenaza en gran medida la conservación de las especies que en él actualmente habitan.
En el parque de El Salvador se registraron 28 especies de aves, lo cual resulta
sorprendente para un pequeño parque. La mayoría de las especies presentes en él son
las típicas urbanas y el resto posiblemente provienen del cerro La Asomadera que se
encuentra tan sólo a un par de cientos de metros de distancia. El valor para la
conservación de la avifauna presente en este cerro, es la más baja de las registradas para
el sistema de cerros tutelares, considerando estrictamente su valor ecológico; esto se
debe no sólo a la baja riqueza de especies, sino a lo común que es dentro del sistema
urbano la avifauna que en el habita. No obstante, su mérito se encuentra en el valor que
posee este parque como centralidad ambiental de la zona y sitio de interés público para el
esparcimiento y la recreación pasiva, en donde es posible interactuar con un fragmento de
naturaleza urbana
En La Asomadera, aunque se registraron 42 especies (un valor elevado para un parque
bien arbolado), su riqueza es inferior a la que presenta, por ejemplo, el cerro El Volador.
Gracias a los procesos de reforestación que se han adelantado dentro de este cerro, hoy
en día se ha convertido en un gran arboretum. Esto seguramente, ha mejorado las
condiciones ambientales y ha favorecido las poblaciones de aves que en él residen.
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En especial esta área arbolada en la zona suroriental del valle puede funcionar como
conexión con otros hábitats de las partes medias y altas de la cuenca de la quebrada
Santa Elena. Lo anterior manifiesta la posible importancia que juega este cerro como sitio
de transito o descanso para muchas aves en sus largos recorridos hasta sus cuarteles de
invierno en Sudamérica. No obstante, en la evaluación de conectividad ecológica
realizada se encontró que para este cerro no arrojó datos positivos, por lo cual se puede
concluir que éste se encuentra aislado de los fragmentos y corredores presentes en la
zona de estudio evaluada. Esta ausencia de conectividad puede también estar asociada
a situaciones como las características ecológicas de las especies establecidas, las
actividades de recreación activa, y la carencia de rastrojos o bosques con algún grado de
regeneración natural, dando lugar a una restringida oferta de hábitat y nichos ecológicos
para especies de aves distintas a aquellas comunes al ambiente urbano, como fue
registrado en el análisis de la avifauna.
Debido al grado de intervención antrópica y a la intensidad de los procesos erosivos las
cuencas caracterizadas en el Cerro La Asomadera fueron calificadas con un grado medio
de amenaza por movimientos en masa.
En lo relativo a las concentraciones determinadas y los rangos para la determinación de la
calidad del aire, los cerros La Asomadera y El Salvador se encuentra en una calificación
buena, excepto el O3, el cual se presenta en niveles inadecuados.
La matriz de calificación muestra que el cerro La Asomadera presenta una alta calificación
como generador de servicios ambientales; sin embargo, mediante la corrección o
mitigación de los impactos producto de actividades inadecuadas se aumentaría su
capacidad de aporte de bienestar a la ciudad. Por la capacidad del cerro para generar
servicios ambientales actual y potencialmente, éste debe ser considerado como
Ecosistema Estratégico para la ciudad de Medellín.
El Salvador es un cerro urbanizado totalmente, por lo que no cuenta con elementos
naturales que sean altos generadores de servicios ambientales, aún cuando sea un
elemento importante para la ciudad en términos urbanísticos, el único elemento que
desde la visión ambiental está en capacidad de cumplir aunque de manera incipiente esta
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función, es el parque ubicado en la cima, con una porción interesante de cobertura
vegetal por la cantidad de especies encontradas en un espacio tan reducido; no obstante,
ésta poseen más un valor ornamental que de otro tipo.
Se puede apreciar que en La Asomadera no existen problemas que ocasionen impactos
ambientales de gran magnitud, los de mayor incidencia sobre el cerro son los
ocasionados por mal establecimiento de plantaciones, seguida por incendios forestales
provocados; situación que no es permanente, dándose únicamente sobre la zona de
pastizales con especies de fauna generalistas, por lo que es menor el daño provocado, en
contraste con el que se daría en la zona del arboretum, donde los daños sobre la flora y
su fauna asociada sería de mucho mayor impacto.
Los Cerros El Salvador y La Asomadera han estado presentes en la historia de la ciudad
desde antes que Medellín fuera considerada un gran conglomerado urbano moderno. Su
ubicación en la zona centro oriental donde se emplazó la ciudad inicialmente, hace que
ambos cerros hayan tenido una ocupación temprana, lo que explica la consolidación de
sus barrios y la pérdida como referentes geográficos naturales (más en el caso del Cerro
El Salvador), al menos para el conjunto de habitantes de la ciudad, pues para quienes
habitan los barrios aledaños continuarán siendo miradores excepcionales.
En lo que respecta al poblamiento y ocupación histórico antigua asociada a los cerros El
Salvador y La Asomadera, a manera de síntesis se puede inferir a partir de los datos
encontrados en los estudios, que esta zona fue un cementerio indígena desde antes de la
llegada de los españoles, dada su conocida denominación como “alto de las sepulturas”
tiempo antes de que se construyera allí el cementerio de San Lorenzo. De igual forma se
puede deducir que el cerro San Lorenzo, también fue un lugar destinado a cementerio en
la época de la colonia.
Otro hito antiguo importante lo constituye la presencia del hoy llamado “Camino de Cieza”,
también referenciado para el Pan de Azúcar, que bordeaba el cerro de San Lorenzo y que
comunica el Valle de Aburrá con el altiplano de oriente. El cementerio de San Lorenzo y
su área de influencia fue declarado patrimonio cultural, mediante el acuerdo 062, del
municipio de Medellín.
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La ausencia de estudios arqueológicos e históricos con énfasis en la zona no permite
plantear asociaciones claras a nivel cultural ni cronológico. No obstante, es posible
plantear que el área referida a los cerros El Salvador y La Asomadera, constituye un hito
histórico importante desde la época prehispánica, así como en la colonia y en el proceso
de consolidación de la ciudad en tiempos republicanos.
A pesar de que los expertos dictaminan una baja probabilidad de hallar restos
arqueológicos en el Cerro La Asomadera, consideramos necesario aumentar el nivel de
conocimiento sobre la posibilidad de hallar vestigios arqueológicos, especialmente en las
áreas que aún no han sido ocupadas por los desarrollos urbanísticos. De cualquier modo,
una labor en este sentido implicaría ingentes recursos, pues se considera que los actos
de vandalismo y guaquería probablemente ya han extraído todo lo que se encontraba en
este cerro. Para el caso del Cerro El Salvador consideramos poco más que improbable
un hallazgo prehispánico, pues el estado actual de urbanización y consolidación
residencial del cerro inviabiliza la realización de estudios y prospecciones metódicas.
La población asociada a los cerros El Salvador y La Asomadera es la más numerosa del
conjunto de los Cerros Tutelares, representando cerca del 30% de la población total de
los mismos. Según los datos reportados acerca del nivel educativo, la población sin
ningún tipo de estudio representa cerca del 18% del total, mientras que una fracción del
36% de los pobladores de los barrios asociados a El Salvador y La Asomadera tiene
como mínimo un nivel de escolaridad de secundaria, lo que refleja una situación
interesante como potencial de uso y valoración de ambos cerros.
De acuerdo con las variables analizadas en este diagnóstico de las características
sociales, se puede deducir que los cerros El Salvador y La Asomadera, cuentan con
déficit en aspectos determinantes de la calidad de vida, dado que se destaca como uno
de los cerros más densamente poblados, con altas cifras de muertes violentas, con
tendencia de núcleos familiares que no cuentan con vivienda propia, entre otras
características que lo constituyen como foco de atención prioritaria para el estado, las
organizaciones sociales, y demás actores que pueden emprender acciones de
mejoramiento de la calidad de vida de sus habitantes.
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La Asomadera se encuentra en rangos medios de valoración en las diferentes variables
consideradas para el diagnóstico urbanístico, con una visibilidad baja y una accesibilidad
media, es considerado un espacio importante para Mirar la ciudad; por tanto, el énfasis de
su intervención deberá estar encaminado a la implementación de infraestructuras que
permitan la recreación en este espacio natural, ante esta perspectiva resulta muy
preocupante y se convierte en un riesgo la alta valoración de la variable de
Redensificación.
El cerro El Salvador refleja frente a su valoración una realidad muy similar a la de La
Asomadera, su virtud principal radica en ser un excelente mirador, pero el crecimiento el
altura se convierte en su mayor peligro, no sólo por la interrupción abrupta de las visuales,
sino porque ha impedido también de algún modo que este cerro haga parte cotidiana de la
memoria del habitante de la ciudad.
El costado sur del cerro La Asomadera marca una tendencia a incorporarse a este
sistema ya consolidado, debido a que los senderos se extienden desde dicho sector hasta
desembocar en la avenida Las Palmas, la cual registra una apropiación de habitantes y
visitantes para el ejercicio físico. Oportunidad de capturar dicho flujo de deportistas y
dirigirlo hacia este lado del cerro, más aún cuando este presenta bajos niveles de
apropiación y actividad por este costado
Enfocando el análisis en el costado que rodea el cerro El Salvador, es posible observar un
panorama distinto. El nivel de integración se ve reducido, un poco por la disminución de
los escenarios para el encuentro del colectivo, pero sobre todo por baja cohesión que
existe entre éstos, pues la claridad del sistema vial del costado oriental, sobre este sector
varía por su configuración orgánica sumado en ciertos lugares altas pendientes, lo que
hace que los espacios encontrados en esta zona sólo sean del disfrute y goce por los
habitantes del barrio, pero no tanto por quienes conforman los otros barrios de la zona, y
menos aún por habitantes provenientes de las otras zonas de la ciudad. Futuras
intervenciones y readecuaciones como el Parque Cementerio de San Lorenzo pueden
repercutir directamente en la cohesión de dicho sistema.
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Tramas viales no lineales irregulares muy consolidadas, permiten la interconexión
vehicular de manera fácil en los Cerros El Salvador y La Asomadera. Existen conflictos
vehículo-peatón por presentarse andenes discontinuos muy fraccionados. Esta situación
se da en las vías de servicio principalmente, aunque el flujo vehicular por estas es bajo.
Las vías arteriales y colectores existentes, poseen andenes adecuados en su mayoría
proporcionando seguridad al peatón. Esta trama vial está contenida por una trama lineal
regular formada por vías de importancia jerárquica que conectan las áreas aledañas al
cerro con el centro y la zona sur oriental de la ciudad. Se crean muchas conexiones
peatonales a través de senderos y escalas que conducen directamente al borde del cerro
que pueden ser potenciadas para tal uso.
Los análisis indican una media o alta accesibilidad peatonal y comparándolo con los otros
cerros, éste se encuentra dentro de los cerros con niveles de accesibilidad intermedios.
Las zonas más fácilmente alcanzables se encuentran por los costados orientales y norte,
el borde occidental que limita con la avenida Las Palmas presenta alta dificultad para ser
accedido, influenciado este resultado por las fuertes pendientes de los taludes existentes,
sin embargo, se abren ciertos corredores desde este costado que deberán ser tenidos en
cuenta para la conexión de los espacios en el cerro.
Los cerros El Salvador y La Asomadera poseen un alto grado de influencia del centro
tradicional y metropolitano lo que le permite una oferta de equipamientos y servicios
bastante alta. Por tanto, la propuesta deberá clarificar el nivel de relaciones entre el
centro y sus equipamientos de mayor influencia sobre el cerro y los cerros y sus áreas de
influencia inmediata.
Dentro del costado occidental del cerro existe gran concentración de equipamientos
comerciales y de salud de alta jerarquía, los cuales poseen un nivel muy bajo de
estructuración con respecto al cerro, debido a las altas pendientes en este costado y a la
doble calzada de la vía Las Palmas que restringe sus posibilidades de relación. La
propuesta deberá ir dirigida a la integración del cerro con estas áreas de concentración de
equipamientos.
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Convenio Interadministrativo No. 4800000616 de 2004 Página 128
En lo atinente a la dimensión urbanística, el cerro El Salvador presenta una criticidad
media-baja, mientras en La Asomadera ésta es baja. La evaluación de las variables
agrupadas bajo la dimensión ambiental del análisis, considera el cerro El Salvador en un
nivel de criticidad medio-alto, mientras que en La Asomadera este es bajo. En lo
correspondiente a la situación predial, ambos cerros se encuentran en un nivel de
criticidad medio, considerado con relación al resto de Cerros Tutelares, aunque la
condición del cerro La Asomadera sea levemente más compleja que en el cerro El
Salvador. Este ejercicio de criticidad territorial global, valora La Asomadera en una
condición media-baja, y al cerro El Salvador en una condición media-media.
En el Cerro El Salvador, la función principal recomendada es la de conservación
urbanística, y las funciones urbanas complementarias están asociadas a la recreación
pasiva y la conservación ambiental.
Por su parte, en La Asomadera se tratará de cumplir como funcion principal la
conservación ambiental y paisajística del cerro, así como la recreación activa, y como
funciones urbanas complementarias se tiene la educación ambiental y la recreación
pasiva.
Las zonas definidas para el manejo del cerro El Salvador son: Zona de Recuperación
Ambiental y Paisajística, Zona de Protección del Patrimonio Histórico-Cultural, Zona de
Uso Intensivo, Zona de Consolidación de Borde.
Por su parte, las zonas definidas para el manejo del Cerro La Asomadera son: Zona de
Recuperación Ambiental y Paisajística, Zona de Uso Intensivo, Zona de Consolidación de
Borde.
Para el Plan de Manejo de los Cerros El Salvador y La Asomadera se han formulado
básicamente tres programas: uno ambiental, uno sociocultural, y uno urbanístico. Estos
programas se concretan a través de proyectos cuya viabilidad técnica y administrativa se
construyó considerando cuatro niveles de análisis:
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Convenio Interadministrativo No. 4800000616 de 2004 Página 129
Coherencia con las funciones recomendadas, esto es, la formulación de proyectos
como respuesta a una intención global que apunta al logro de los objetivos de manejo.
Consecuencia de la zonificación de manejo, que se constituye en premisa y enfoque
de la intervención territorial.
Correspondencia con el análisis estructural; es decir, con los problemas que el análisis
de dependencia-influencia realizado por el equipo técnico del proyecto, ayudó a identificar
como estructurales y/o prioritarios.
Sintonía con las situaciones que las comunidades de base y los actores institucionales
identificaron en el marco de la Estrategia de Participación del Proyecto, como claves para
la intervención territorial.
Finalmente, fueron formulados 16 proyectos, 4 de ellos ambientales, 8 urbanísticos, y 4
transversales a todo el sistema de cerros, que se anexan a este Plan de Manejo.
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