catalina magdalena hoopensteiner wallendiner hogan logan bogan se llamaba

Recontado e ilustrado por Tedd Arnold

Su nombre era muy raro, pero poco le importaba; su madre se lo puso porque a ella le gustaba.

Catalina Magdalena Hoopensteiner WallendinerHogan Logan Bogan se llamaba.

Tenía dos pelos muy largos encima de la cabeza, uno era de color negro y el otro de color cereza.

Catalina Magdalena HoopensteinerWallendiner Hogan Logan Bogan se llamaba.

Movía sus dos ojos muy rápido, rápido como flecha. Uno miraba a la izquierda y el otro hacia la

derecha.

Catalina Magdalena Hoopensteiner WallendinerHogan Logan Bogan se llamaba.

Debajo de su nariz tenía dos grandes agujeros. Uno para las manos…

Y el otro para otros dedos.

Catalina Magdalena Hoopensteiner WallendinerHogan Logan Bogan se llamaba.

En su boca había dos dientes que adornaban sus encías. Uno apuntaba hacia abajo y el otro iba

hacia arriba.

Catalina Magdalena Hoopensteiner WallendinerHogan Logan Bogan se llamaba.

Sus brazos era muy largos, se arrastraban por el suelo; siempre se los ensuciaba cuando iba de

paseo.

Catalina Magdalena HoopensteinerWallendiner Hogan Logan Bogan se llamaba.

Sus pies eran muy anchos y completamente planos. Eran incluso más grandes que la alfombrita del

baño.

Catalina Magdalena HoopensteinerWallendiner Hogan Logan Bogan se llamaba.

Catalina Magdalena Hoopensteiner WallendinerHogan Logan Bogan se llamaba.

Dentro de la cabeza, su cerebro descansaba. Pero en cuanto abría la boca, decía lo que pensaba.

Catalina Magdalena HoopensteinerWallendiner Hogan Logan Bogan se llamaba.

Una vez alguien me dijo que su aliento olía bien. Pero antes de comprobarlo, yo prefiero oler sus pies.

Catalina Magdalena Hoopensteiner WallendinerHogan Logan Bogan se llamaba.

Y, aunque la lluvia es buena para rosas y amapolas, Catalina no contaba con un diluvio en su

boda.

O-o-o-o-o-o-o-o-o-h

Catalina Magdalena Hoopensteiner WallendinerHogan Logan Bogan se llamaba.