carmen linarescarmen linares canta a juan ramón...
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Carmen LinaresCarmen LinaresCarmen LinaresCarmen Linares
canta a Juan Ramón Jiménezcanta a Juan Ramón Jiménezcanta a Juan Ramón Jiménezcanta a Juan Ramón Jiménez
---- Raíces y Alas Raíces y Alas Raíces y Alas Raíces y Alas ----
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Indice Indice Indice Indice
Raíces y Alas: El Disco ……………..… 3 Raíces y Alas: El Disco ……………..… 3 Raíces y Alas: El Disco ……………..… 3 Raíces y Alas: El Disco ……………..… 3
Los cantes ……………………………… Los cantes ……………………………… Los cantes ……………………………… Los cantes ……………………………… 5555
Carmen Linares………………………… Carmen Linares………………………… Carmen Linares………………………… Carmen Linares…………………………13131313
Juan Carlos Romero…………………… Juan Carlos Romero…………………… Juan Carlos Romero…………………… Juan Carlos Romero……………………15151515
Crítica Crítica Crítica Crítica …………………………………………………………………………………………………… 17 17 17 17
CréditosCréditosCréditosCréditos………………………………………………………………………………………………………………………………………… 21 21 21 21
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Disco Disco Disco Disco
Para homenajear a Juan Ramón Jiménez, uno de los más grandes poetas de la
lengua española, nunca faltaran motivos. El reto y el objetivo de “Raíces y Alas”
radican en la responsabilidad y el deseo de hacer un trabajo musical y de
interpretación en consonancia a tanta calidad artística, en este sentido nuestra
exigencia es máxima, conscientes de la maestría del poeta. En este marco la
celebración del 50 aniversario de su muerte en 2008 se convierte en una
oportunidad para dar a tal conmemoración la profundidad artística que merece
la efemérides.
La presencia de Andalucía en su poesía es constante y la música flamenca tiene
márgenes amplios y sentimentalidades variadas para acoger la palabra y el
espíritu de su poesía sin tener que forzar lo más mínimo esta comunión.
Carmen Linares ha emprendido este proyecto con la admiración de una artista
que se emociona cuando canta los versos de Lorca, Machado, Alberti o Miguel
Hernández. Su admiración por el poeta de Moguer siempre ha existido aunque
ella nunca había interpretado sus versos, pero ha llegado el momento.
La gestación de este proyecto discográfico se ha producido después de casi un
año de trabajo en la obra poética de Juan Ramón Jiménez. La composición
musical ha sido creada por Juan Carlos Romero al calor de cada poema, al
perfume de cada palabra. Todo ello tiene un tratamiento sinfónico y flamenco,
para ello se han contado con los arreglos de Jesús Cayuela y con
instrumentistas de la talla de Tino Di Geraldo.
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El lugar donde se ha perpetrado el homenaje es un pequeño estudio en la
localidad de El Rocío. Allí, a escasa media hora de Moguer, los artistas se han
impregnado del aroma de los versos del poeta para construir su homenaje. El
acompañamiento tradicional del flamenco, guitarra, palmas y percusión
enriquecido con algunos instrumentos como contrabajo, oboe, flauta y chelo
formarán un todo en el que lo flamenco y lo andaluz vayan de la mano.
Durante estos últimos diez años cantaora y guitarrista han coincidido en el
escenario en varios espectáculos. El cante y el toque se conocen bien, han ido
adquiriendo una identidad propia y definida dentro del flamenco
contemporáneo. Han compartido escena junto a grandes artistas como Miguel
Poveda, Diego Carrasco, Rocío Molina o Arcángel en espectáculos como
“Territorio flamenco” y “Cuatro esquinas”. Pero esa identidad musical siempre
ha brillado cuando se han enfrentado solos ante los versos de Borges por
malagueñas, la soleá por bulerías de Ortiz Nuevo, la seguiriyas de Valente o la
canción por bulerías “Se equivoco la paloma” con las letra de Rafael Alberti.
La Bienal de Flamenco de Sevilla incluyó el proyecto de Carmen Linares en su
programación y, el espectáculo se estrenó el día 23 de Septiembre en el Teatro
Lope de Vega con un gran éxito de crítica y público.
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Los Cantes Los Cantes Los Cantes Los Cantes
Remembranzas (03:48)
Dejadme en el jardín fragante (04:09)
Moguer, Auroras de Moguer (04:38)
Álamo Blanco (04:01)
El viaje definitivo (04:43)
El desvelado (03:54)
Canción de madre (04:09)
Mares y soles (04:47)
Llanto (04:44)
Con tu voz (02:11)
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Los Cantes Los Cantes Los Cantes Los Cantes
Remembranzas
Recuerdo que cuando niño
me parecía mi pueblo
una blanca maravilla,
un mundo mágico, inmenso;
las casas eran palacios
y catedrales los templos;
y por las verdes campiñas
iba yo siempre contento,
inundado de ventura
al mirar el limpio cielo,
celeste como mi alma,
como mi alma sereno,
creyendo que el horizonte
era de la tierra el término.
No veía en su ignorancia
mi inocente pensamiento,
otro mundo más hermoso
que aquel mundo de mi pueblo;
¡qué blanco, qué blanco todo!,
¡todo qué grande, qué bello!
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Dejadme en el jardín fragante
Dejadme en el jardín fragante, porque
quiero ver el sol en el agua blanca de mariposas;
pues si esta tarde de oro pasa el frío y me muero,
me llevaré mi alma toda llena de rosas.
Ahora que están mis ojos llenos de luz florida,
por Dios, dejadme solo; mi carne es poco fuerte;
quiero oír lo que dice la brisa de la vida
y hay tan poco jardín de la vida a la muerte…
Moguer, Auroras de Moguer
Moguer. Madres y hermanos.
El nido limpio y cálido
¡Que sol y que descanso
de cementerio blanqueado!
Un momento, el amor se hace lejano.
No existe el mar; el campo
de viñas rojo y llano
es el mundo, que el mar adorna solo, claro
y tenue, como un resplandor vano.
¡Aquí estoy bien clavado!
¡Aquí morir es sano!
¡Este es el fin ansiado
que huía en el ocaso!
¡Los álamos de plata,
saliendo de la bruma!
¡El viento solitario
por la marisma oscura,
Moviendo, terremoto
y real, la difusa
Huelva lejana y rosa!
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Álamo blanco
Arriba canta el pájaro
y abajo canta el agua.
Arriba y abajo
se me abre el alma.
¡Entre dos melodías
la columna de plata!
Hoja, pájaro, estrella;
baja flor, raíz, agua.
¡Entre dos conmociones
la columna de plata!
¡Y tú, tronco ideal,
entre mi alma y mi alma!
Mece a la estrella el trino,
la onda a la flor baja.
Abajo y arriba,
me tiembla el alma.
El viaje definitivo
…Y yo me iré. Y se quedarán los pájaros cantando;
y se quedará mi huerto con su verde árbol,
y con su pozo blanco.
Todas las tardes, el cielo será azul y plácido;
Y tocarán, como esta tarde están tocando,
Las campanas del campanario.
Se morirán aquellos que me amaron;
Y el pueblo se hará nuevo cada año;
Y en el rincón aquel de mi huerto florido y encalado,
Mi espíritu errará, nostálgico.
Y yo me iré; y estaré solo, sin hogar, sin árbol
Verde, sin pozo blanco,
Sin cielo azul y plácido …
Y se quedarán los pájaros cantando.
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El desvelado
Mis ojos abiertos
Llevadme a la mar
a ver si me duermo
Mientras estén lejos
No se han de cerrar
Mis ojos abiertos
Lloraran recuerdos
hasta hacer un mar
de llanto y deseo
Si aquel volcán es mi ocaso
Si esta ribera que paso
Tiene en frente mi deseo
Si lo amarillo es mi rosa
Si una estrella es la gloriosa
lumbrera de mi desvelo
Si vivir era, es así
por el tiempo me perdí
y mi espacio es el desierto
Un mar sin consuelo
Que me ha de llevar al desvelo eterno
No imitan los besos
Ni el dulce cantar
La ola y el viento
La ola y el viento
Llevadme a la mar
a ver si me duermo
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Canción de madre
Mi niño se va a dormir
En gracia de la Pastora,
Y por dormirse mi niño
Se duerme la arrulladora
Mediodía; sol y rosas;
todo el pueblo se ha dormido
rosas, cielo azul … Las madres
están durmiendo a los niños
De las sombras de las casas
vienen cantares dolidos
cantares que van llorando
no se que viejos idilios …
Las palabras de las madres
tienen fragancias y ritmos
de llanto, que nadie sabe
dónde los han aprendido.
Yo no se que ruiseñores
Qué remansos cristalinos,
Pueblo blanco; sol y rosas;
hasta el cielo se ha dormido;
rosas, aire azul … Las madres
están durmiendo a los niños
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Mares y soles (A Zenobia)
En el breve celeste de tus ojos,
el mar, tan pequeñito, es tan inmenso
como el mar. Todo en él nubes, espumas,
sal, gaviotas,
se repite en idéntica belleza
a la luz que le sube de tu alma.
Pero ambos mares vamos
Los dos a ti y a mí y a España, a un tiempo;
por ambos mares la hermosura eterna
me sorprende con nuevas armonías
cada hora de oro, o niebla, o sombra;
y miro a uno y otro, y, luego,
no sé qué mar es el mar único;
y me parece el sol esté solito
que tu ojo recoge
y el sol éste del cielo inmenso y puro
el sol de tu alma.
Con tu voz
Clavo débil, clavo fuerte
Alma mía, ¡que más da!
Fuera cual fuera la suerte
El cuadro se caerá
Cuando esté con las raíces llámame tú con tu voz.
Me parecerá que entra temblando la luz del sol
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Llanto
Tibia noche, perfumada
de jazmines, ¿por qué llenas
mi corazón solitario
de dolor y de tristeza?
Entre las selvas sombrías
quiero correr por la tierra,
y llegar al horizonte
donde tiemblan las estrellas.
Tras las flores de los valles
y las nieves de las sierras,
la adorada de mi alma
junto a su lámpara vela
Como estoy solo, se pierden
entre perfumes mis quejas
desde el cielo me llaman
las dulcísimas estrellas.
¿Por qué no hay besos ocultos,
para las almas que sueñan?
¿Por qué es tan larga y tan triste
la vida de los poetas?
Su carita melancólica
más blanca que una azucena
no tiene quien le dé besos
esta triste primavera;
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Carmen LinaresCarmen LinaresCarmen LinaresCarmen Linares "Cantaora" es el título de uno de los discos de Carmen Linares porque ella
es la cantaora indiscutible de nuestra época.
Nacida en Linares (Jaén) ha conquistado por méritos propios un lugar
privilegiado en el mundo del flamenco, habiéndose convertido en una de las
artistas más reclamadas y con más proyección internacional del cante flamenco.
Si Carmen es un pilar fundamental de todo el cante actual, también es quien
mejor nos transmite la herencia de una tradición femenina que siempre ha
anidado en los mismos orígenes del cante jondo. Más quien canta es Carmen
Linares. No copia, aporta su acento, su intensidad interpretativa, para poner al
día un legado musical y literario de primera magnitud.
Su familia la trajo a Madrid en 1965, donde conoció la veteranía cantaora
más ensolerada ----Pepe Matrona, Juan Varea, Rafael Romero o FosforitoPepe Matrona, Juan Varea, Rafael Romero o FosforitoPepe Matrona, Juan Varea, Rafael Romero o FosforitoPepe Matrona, Juan Varea, Rafael Romero o Fosforito-.
Finalizando la década comenzará su andadura profesional, en las compañías de
baile de Paco RomeroPaco RomeroPaco RomeroPaco Romero y Carmen MoraCarmen MoraCarmen MoraCarmen Mora, estrenándose discográficamente en 1970
acompañada por Juan "Habichuela"Juan "Habichuela"Juan "Habichuela"Juan "Habichuela". Vendrá ahora -como gran paso profesional-
el intenso mundo del tablao -Torres Bermejas, "Chinitas"-, que reunía talentos
como Camarón, Enrique Morente, Perla de Cádiz, Serranito, los Habichuela Camarón, Enrique Morente, Perla de Cádiz, Serranito, los Habichuela Camarón, Enrique Morente, Perla de Cádiz, Serranito, los Habichuela Camarón, Enrique Morente, Perla de Cádiz, Serranito, los Habichuela... Así
comenzó todo.
Carmen Linares fue la voz elegida para reestrenar la versión original de "El
amor brujo", de Falla, en la inauguración de la VI Bienal de Arte Flamenco de
Sevilla . Esa búsqueda constante de nuevas formas de expresión, ha
desembocado en un arte enriquecedor capaz de combinar el cante jondo con
agrupaciones de cámara y orquestas sinfónicas. Ha sido una de las primeras
artistas flamencas que, invitada por la Orquesta Filarmónica de Nueva YorkOrquesta Filarmónica de Nueva YorkOrquesta Filarmónica de Nueva YorkOrquesta Filarmónica de Nueva York,
actuó en el Lincoln Center. El diario The New York Times la calificó de cantante
con "un poder expresivo extraordinario". Junto a directores de la talla de
Frühbech de Burgos, Josep Pons y Leo BrowerFrühbech de Burgos, Josep Pons y Leo BrowerFrühbech de Burgos, Josep Pons y Leo BrowerFrühbech de Burgos, Josep Pons y Leo Brower se ha presentado cantando "El
amor brujo" y "La vida breve" en el Teatro Colón de Buenos Aires, en el Teatro
Ópera de Sydney y en el Gran Teatro de Córdoba.
De su revisión de "Las Canciones Populares Antiguas", , , , que Federico García Lorca
había recogido, surgió un álbum discográfico que serviría de soporte sonoro a un
ballet de Victor UllateVictor UllateVictor UllateVictor Ullate y dio pie a la creación de un espectáculo que
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protagonizaron Carmen y la actriz Lola HerreraLola HerreraLola HerreraLola Herrera, "Un rato, un minuto, un siglo...",
estrenado en el Teatro Real de Madrid.
Junto a la gran actriz griega Irene PapasIrene PapasIrene PapasIrene Papas escribirá una página inolvidable, con el
montaje "Apocalipsis, voz de mujer". Esa voz de mujer que dió vida al disco
antológico "La mujer en el cante" (1996), pieza clave en la discografía flamenca,
en la que rescata valiosos documentos del pasado para proyectarlos hacia el
futuro con una voz de ahora y una actitud musical contemporánea. El gran
compositor y guitarrista Manolo SanlúcarManolo SanlúcarManolo SanlúcarManolo Sanlúcar la elige en su última producción
"Locura de brisa y trino"(2000) para rescatar poemas lorquianos armonizados por
modernas composiciones de guitarra.
La obra discográfica de Carmen Linares, algo que ella ha cuidado siempre
con rigor, ha sido aclamada por la crítica y ha recibido importantes galardones:
Premio ICARO (1988), Academia Francesa del Disco (1991), Compás del Cante
(1999), Medalla de Plata de la Junta de Andalucía (1998) y el Premio Nacional dPremio Nacional dPremio Nacional dPremio Nacional de e e e
Música 2001Música 2001Música 2001Música 2001. Actualmente su ultimo trabajo “Un ramito de Locura” (Universal
2002) ha sido candidato en la categoría de mejor álbum flamenco en los Premios
de la Música 2002 y los Grammy Latinos 2003.
Carmen Linares actualmente continua llevando los espectáculos que
constituyen el esqueleto principal de su carrera: “Antología flamenca”,
“Canciones Populares de Lorca”, “El Amor Brujo”, “Un Ramito de Locura” y
“Popular y Jondo”. En el otoño de 2006 se le ha concedido la Medalla de Oro de Medalla de Oro de Medalla de Oro de Medalla de Oro de
las Bellas Arteslas Bellas Arteslas Bellas Arteslas Bellas Artes por su aportación musical a la cultura nacional.
En 2007 ha afrontado nuevos proyectos como “Desde el Alma”, “Falla, Lorca y
Cante Jondo” y “De aire y madera” con los que ha consolidado su trayectoria
musical. Además ha participado en el espectáculo “Poeta en Nueva York”
dirigido y coreografiado por la bailarina Blanca LíBlanca LíBlanca LíBlanca Lí que ha obtenido un gran
éxito y comenzará a girar por los festivales europeos en 2008 teniendo como
punto de partida el Teatro Chaillot de París.
Su cante poderoso y autentico se enriquece con su conocimiento del arte
flamenco y consigue emocionar de manera espontánea y sincera al público … sin
duda alguna el flamenco ha crecido con ella.
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Juan Carlos Romero Juan Carlos Romero Juan Carlos Romero Juan Carlos Romero
Premio Nacional de guitarra en el prestigioso concurso de Jerez de la
Frontera, en su modalidad de concierto.
Manolo SanlúcarManolo SanlúcarManolo SanlúcarManolo Sanlúcar requiere su colaboración y recorre el mundo ofreciendo
conciertos en las salas y teatros de mayor relevancia, así como la incorporación
en los trabajos discográficos del genio sanluqueño; como “Solea” o “Medea”,
que fueron compuestas para el Ballet Nacional de España.
En el año 1992, con ocasión de la Exposición Universal de Sevilla,
participa en la obra “La Gallarda”, de Rafael Alberti, como primera guitarra,
junto a voces y actores como MontserratMontserratMontserratMontserrat Caballé Caballé Caballé Caballé, Ana Belén, José Sacristán, la
coreografía de José Antonio y la Orquesta Sinfónica de Canarias. También es
requerida su actuación en la banda sonora y posterior rodaje de las películas
dirigidas por Carlos SauraCarlos SauraCarlos SauraCarlos Saura, “Sevillanas” y “Flamenco”.
La Bienal de Sevilla de 1994 acoge el estreno de la obra “A oscuras”,
que con gran éxito se estrena en el Teatro de la Maestranza, destacando su
participación junto a figuras como Enrique Morente y Esperanza Fernández.
Sus composiciones son demandadas e interpretadas por artistas tan
significativos como Rocío Jurado, Enrique Morente, Carmen LinaresRocío Jurado, Enrique Morente, Carmen LinaresRocío Jurado, Enrique Morente, Carmen LinaresRocío Jurado, Enrique Morente, Carmen Linares, etc.
En el año 1997 lanza al mercado “Azulejo”, título de su primer trabajo
discográfico en solitario, con el que obtiene el reconocimiento, del público y la
critica especializada. En el siguiente año dentro de la X Bienal de Arte
Flamenco de Sevilla, se presenta con “Abanao” un espectáculo creado y dirigido
por él, añadiendo a sus composiciones para guitarra, el baile de Eva “La Eva “La Eva “La Eva “La
Yerbabuena”Yerbabuena”Yerbabuena”Yerbabuena” y los cantes interpretados por El Pele y la Susi.
En el 2000 interviene componiendo y tocando para Carmen Linares en la
producción del Teatro de la Maestranza de Sevilla “La luz, el júbilo y la
melancolía”. En la Bienal de Arte Flamenco de Sevilla celebrada en 2002 se
presenta en el Teatro Lope de Vega con el espectáculo “Ritmo Jondo” con la
orquesta de “Las Arts” y Big Band, haciendo composiciones flamencas con
tratamiento sinfónico y acompañamiento de metales.
En el año 2003 colabora en el disco “Territorio Flamenco” junto a las
cantaoras Carmen Linares y Estrella MorenteCarmen Linares y Estrella MorenteCarmen Linares y Estrella MorenteCarmen Linares y Estrella Morente. En la primavera del 2004 inicia
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una gira de conciertos por los teatros de Andalucía con la colaboración de
Miguel Poveda al cante y Rafael Campallo al baile.
En el año 2005 publica su segundo disco en solitario que lleva por título
“Romero” editado por Harmonia Mundi y que cuenta con la colaboración de
artistas como Eva “La Yerbabuena” o Estrella Morente. Ese mismo año realiza
una gira de presentación que le llevará a auditorios como el Círculo de Bellas
Artes de Madrid, Teatro Central de Sevilla, Centro de Cultura Contemporánea
de Barcelona y el Carnegie Hall de Nueva York obteniendo gran acogida por
parte de la prensa nacional e internacional.
Por encargo de la Agencia para el desarrollo del flamenco crea el
espectáculo “El Eterno retorno” para la bailaora Rocío MolinaRocío MolinaRocío MolinaRocío Molina. En septiembre de
2006 se presenta, dentro de la Bienal de Sevilla, el ultimo trabajo de Miguel Miguel Miguel Miguel
PovedaPovedaPovedaPoveda “Tierra de Calma” del que Romero es productor y compositor de la
mayoría de la música y letras
Su ultimo montaje, “Suena a Romero”, se estreno en octubre de 2006
en la bienal de Sevilla. En el año 2007 fue uno de los tres nominados por la
Academia Española de la Música, al mejor álbum del año, por su trabajo en el
CD “Tierra de Calma” de Miguel Poveda, del que es compositor, arreglista y
guitarrista.
En este año 2008 ha presentado junto a Miguel Poveda, Rocío Molina, y
Carmen Linares el espectáculo “Cuatro esquinas” que le han llevado a
escenarios internacionales de Nueva York, Miami, Londres y Hong-Kong.
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Crítica Crítica Crítica Crítica
Carmen Linares canta a Juan Ramón
ANGELES CASTELLANO – EL PAIS
Reluciente. Íntima. Delicada. Con una voz a punto de quebrarse pero que nunca se rompió. Anoche Carmen Linares, vestida de plata y acompañada por el guitarrista Juan Carlos Romero, autor de la obra, homenajeó a Juan Ramón Jiménez, de cuyo fallecimiento se cumplen 50 años, con su espectáculo Raíces y alas en el Teatro Lope de Vega de Sevilla, en el marco de la Bienal. Un espectáculo que la pareja de artistas tiene pensado editar como disco el próximo mes.
La puesta en escena, delicada y afinada, acompañó al estreno. Unas mínimas proyecciones para dar marco a la música, una luz que iba variando para situar los momentos (el atardecer, una luz verde de primavera) y la intervención del actor Miguel Palenzuela encarnando al poeta acompañaron al arte de los músicos sobre el escenario. Bulerías, tangos, alegrías, una nana, tonás... Las poesías de Juan Ramón parecían anoche estar escritas para el flamenco. Juan Carlos Romero las ha vestido con melodías envolventes, necesarias para la voz de Carmen Linares.
El teatro estaba lleno y expectante para la presentación de la gran dama del cante y ella no defraudó. Linares cantó susurrante, con una voz tostada pero afinada, con momentos al borde del quebranto, entregada en las notas más agudas y siempre delicada y sutil. Cante y guitarra no necesitaron ningún otro acompañamiento.
La percusión sutil de Tino Di Geraldo, las palmas de Ana maría González y Javier González, el apoyo de Paco Cruzado en la segunda guitarra, y las leves pinceladas de violoncello Gretchen Talbot y Robert Thompson, el contrabajo de Roberto Barroso, el oboe de Ángel Sánchez, el fagot de Juan Manuel Rico y el filscorno de Josefa Robles. Y para no olvidar que anoche el Lope de Vega estaba en Huelva, antes de cantar a Moguer aparecieron desde el fondo del patio de butacas Juan Tenazas y su hijo tocando la flauta y el tamboril rocieros.
El público, que acogió a la de Linares cálido pero contenido, explotó al cierre en una ovación que ella recibió con satisfacción, explicando la importancia que para ella tiene estar en Sevilla. Al cierre, regaló a los presentes unas alegrías rítmicas, rápidas, que pusieron el broche de oro a una gran noche de estreno.
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Zenobia es de Linares
ALBERTO GARCÍA REYES - ABC
La poesía es música en sí misma. Tiene una melodía interna que se oye en el alma de quien lee. Y Juan Carlos Romero no es un guitarrista. Ni un compositor. Es un poeta que se bebe los versos de Juan Ramón Jiménez para arrastrarlos hasta su tradición, la flamenca, sin que rechinen las rítmicas opuestas de la palabra juanramoniana y el compás jondo. El onubense ha ganado el Nobel del flamenco con lo que ha hecho para su Zenobia, que es de Linares y canta con tanta profundidad como Juan Ramón escribió.
Carmen Camprubí se adapta a las composiciones de Juan Carlos como ningún otro artista del género podría. Porque vocaliza con tanta perfección que el verso sale siempre vivo de cualquier resquicio melódico. Y porque no canta. Recita cantando. Que no es lo mismo. Llena de significación las letras con su manera de abordarlas. Y logra que la palabra más alejada de las estructuras jondas suene flamenquísima. Porque ella es flamenca y Juan Ramón también. ¿Cómo no? El flamenco no es una forma, es el fondo. Y la textura juanramoniana entra con holgura por bulerías cuando se acude a la lírica de los «Borradores Silvestres» que el moguereño escribió durante los primeros trece años del siglo XX. A este poemario pertenece la joya que Carmen mete por tangos: «Dejadme en el jardín fragante, porque quiero / ver el sol en el agua blanca de mariposas». Es todo tan sutil que duele de veras. Porque le belleza hiere. Es áspera como la voz de la cantaora, a quien el tiempo le ha robado el brillo de su queja para regalarle un grito mate que a mí me estremece. Sobre todo en la nana popular que el poeta sublima en «Pastorales» en 1911: «Mi niño se va a dormir / en gracia de la Pastora / y por dormirse mi niño / se duerme la arrulladora». Yo no quise renunciar al sueño de escucharla a oscuras cuando abandoló el cante y llevó al genio hasta el tuétano de lo andaluz.
«El arte popular no existe. Existe la tradición popular del arte», escribió el Nobel. Texto que cuadra con lo que anoche se vio en el Lope de Vega. Las raíces y las alas del flamenco y de la literatura. Un rapsoda que teje la obra y cincela la idea escénica de Pepa Gamboa en lo que vendría a ser la tapa del libro que firman Carmen Linares y Juan Carlos Romero. Pues la obra es el fondo, no la forma. Es ese cante por alegrías moguereñas -«Recuerdo que cuando niño / me parecía mi pueblo / una blanca maravilla»-. Es la maravilla blanca de la voz de la gran señora del flamenco cuando se sosiega para decir el «Llanto» que precede al tamboril, gaita del pueblo, origen del arte mayor, del verso culto de las «Auroras de Moguer» entre cuyos álamos de plata salieron de la bruma los fandangos huelvanos. Ay, cómo escribe Carmen Linares. Y cómo canta Juan Ramón la toná de sus desgarros del «Diario de un poeta recién casado»: «Clavo débil, clavo fuerte... / Alma mía, ¡qué más da! / Fuera cual fuera la suerte, / el cuadro se caerá». Pero anoche se fijó bien la alcayata para que no se cayera la hermosura de una obra maestra que ya lo fue sobre el papel y que ahora lo será sobre los escenarios. Porque la bulería con aires mineros que rescata «El desvelado» es un diamante. Como el reposo con el que «arriba canta el pájaro» cuando busca la sombra del «Álamo blanco».
Y entonces llega «El adiós definitivo» por soleá. Una hora después el alma descansa casi yerma mientras degusta la sutilidad de Tino di Geraldo en la percusión, la certeza de Juan Carlos Romero en la composición -que es nueva, pero siempre suena a vieja- y la genialidad de Zenobia de Linares cuando canta, como nadie, aquello que el poeta escribió como él solo.
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Linares encuentra otra obra mayor
JUAN VERGILLOS – DIARIO DE SEVILLA
No estoy de acuerdo con la declaración de uno de los responsables del espectáculo, creo que del propio Juan Carlos Romero, de que Juan Ramón no es un poeta afín al flamenco. Por dos razones. La primera es que el autor de Espacio y Diario de un poeta reciencasado es también uno de los más grandes poetas neopopulares del siglo XX, tanto en los temas como en la métrica. Es verdad que sigue siendo el más moderno, pero conocía bien la tradición popular. Por otra parte, el flamenco ha demostrado hace tiempo capacidad para adaptar la prosa agonizante de Cervantes o el verso libre de los surrealistas. Raíces y alas es, hasta ahora, la obra mayor de Juan Carlos Romero. Esa que buscaba desde hace años. Es algo que comparten los dos onubenses de la noche: considerar el arte como una tarea, una encomienda divina, una religión. Y esa religión le exigió anoche a Romero una renuncia, la de su condición de poeta. Cedió la palabra a Juan Ramón y el acierto ha sido completo. Demostró lo gran músico que es, la capacidad para crear melodías para la guitarra y, lo que es más raro en estos tiempos, para el cante. Anoche Romero se reivindicó como creador, más allá de la Tierra de calma o de la Calle perdía, porque la lírica no lastraba la melodía sino todo lo contrario. Juan Carlos Romero es más Romero que nunca al buscar la melodía oculta en los poemas populares (un adjetivo que no gustaba a Juan Ramón) del de Moguer. Melodías contenidas, muy intimistas, y falsetas lánguidas. También un gusto enorme en los arreglos instrumentales, con unas cuerdas sencillas pero contundentes, como la música de capilla del oboe y el fagot para El adiós definitivo casi plañidero para cerrar la noche. Ayer Romero inventó melodías por alegrías, fandangos, bulerías, tangos, etcétera, jamás antes escuchadas en el repertorio flamenco. No cantes nuevos, porque ese canon del cante ya está cerrado. Sino canto flamenco nuevo. Y eso es una gran noticia. Un verdadero estreno. Emocionado con la grata nueva, casi no tengo espacio para hablarle de la interpretación de Carmen Linares. La gran dama del cante flamenco ha encontrado otro compositor a la altura de su buen hacer. Ningún otro intérprete podría haber acometido y logrado la empresa con tanto éxito. La jiennense demostró su versatilidad para comprender y expresar a compositores tan distintos como Falla o Sanlúcar, en el pasado, o Romero ayer. A Borges, Ortiz Nuevo y, anoche, Juan Ramón. En los primeros momentos del recital la vocalización no estuvo a la altura. Pero pronto la voz entró en calor y Carmen estuvo inmensa en las tonás, en los fandangos de Huelva, en el número final. Sin romperse, contenida, fiel a la música y a la letra. Íntima, dulce, elegante. A ello debemos sumar su enorme capacidad para llenar un escenario de sencillez y elegancia.
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Y quedará Carmen Linares cantando
SILVIA CALADO – FLAMENCO-WORLD.COM
Como un rato de lectura a la sombra de un árbol. Así fue el concierto que, inspirado por la poesía y el espíritu de Juan Ramón Jiménez, estrenaron Carmen Linares y Juan Carlos Romero en el Teatro Lope de Vega. Con calma, con tacto. Sin sobresaltos, sin forceps. Respirando, escuchando, degustando la palabra. No es el típico aflamencamiento de los versos de un poeta, sino un trabajo musical hecho desde el respeto no sólo al poema, sino también al pensamiento de un autor para quien el arte no sólo era vida, sino también ciencia.
‘Raíces y alas’ se lee de una sentada. Son diez piezas, una obrita concisa pero enjundiosa, de muchas escuchas. Diseñada para no molestar a la palabra, sino para ofrecerla al oído de otra manera. Aunque cuando requiere lectura, simplemente se lee. Y de ello se encarga el actor de voz profunda Miguel Palenzuela, con intervenciones medidas y casi camuflada su figura entre las imágenes fijas proyectadas en los telones. Un árbol. Un pueblo. Apenas unos detalles para no dejar la escena desangelada, para ligar lo recitado y lo cantado. Ahí el toque ‘pepagamboa’.
Ya en la obra musical propiamente dicha, Juan Carlos Romero ha querido poner el dardo en la voz. La guitarra se queda en la sutileza, en la atmósfera, en la temperatura. Y así está también pensado el papel de la percusión de Tino di Geraldo, que tejió compases al son de pandero y tabla; el de los coros y palmas de los hermanos González; y el de las cuerdas y vientos, con intervenciones elegantísimas.
Así pertrechada, la dama del cante defendió con maestría la difícil tesitura en la que la sitúa el compositor onubense. Todos los dibujos de su cante están prediseñados por Romero de modo que el verso escogido quede inalterado y, de veras, aún más bello. Ahí el valor de este proyecto. A ella le toca interpretarlo, expresarlo y canalizar las emociones. Algo que, sin duda, logró. Tanto en las piezas ‘ayudadas’ por estructuras flamencas reconocibles (soleá, fandangos de Huelva, alegrías, el martinete en pie micro en mano…), como en las hermosas canciones libres. Y no era fácil, ni el papel de Romero ni el de Linares. No está al alcance de cualquier músico honrar a un artista de mente y pluma tan sofisticadas como las del Premio Nobel de Moguer, ahora un poquito menos olvidado. Cuando se fue, no sólo dejó a los pájaros cantando.
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