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Historia Universal Siglo XX a.C. - XVI d.C. | Krismar Educación
CAPÍTULO 8 Región Andina
Chavín Localización: Andes Centrales (actualmente
Perú)
Principales ciudades: Chavin de Huantar
Época: 1200-200 a.C.
La primera manifestación cultural producida
en el área andina recibe el nombre de Cha-
vín. La consolidación de la agricultura seden-
taria, el perfeccionamiento de la técnica de
elaboración cerámica y la difusión de un esti-
lo artístico que habría de mantenerse en pe-
ríodos posteriores, fueron las características
fundamentales de esta cultura.
La civilización chavinoide se desarrolló en
el Perú preincaico entre los años 900 y 200
a.C. Los vastos territorios del altiplano sep-
tentrional y de la zona costera del norte del
Perú vieron florecer esta importante cultura,
que extendió su dominio incluso a las tierras
centrales del Perú.
Los vestigios principales de esta cultura son
los de Chavín de Huántar, en la cordillera Oc-
cidental de los Andes, que posiblemente fue
el centro religioso y artístico. Importantes
muestras regionales de la cultura chavinoide
se encuentra en Kotosh y Cunturhuasi, y en
los valles de Nepeña, Casma y Chicama, en
la costa.
El templo de Chavín de Huántar, conocido
como el Castillo, se eleva sobre una estruc-
tura aterrazada y tiene forma de pirámide
truncada; delante de esta edificación de ca-
rácter religioso, una gran plaza abierta realza
los muros, lo que confiere una mayor eleva-
ción y sobriedad al conjunto. La completa es-
tructura del templo representa una perfecta
combinación entre el arte arquitectónico y el
cálculo matemático. El edificio presenta una
serie compleja de laberintos que se cruzan
entre sí, formando una sucesión de pasadi-
zos y galerías. Estos túneles se hallan tam-
bién comunicados mediante largas escaleras
y desembocan en salas rectangulares, de las
que salen, de nuevo, diferentes laberintos.
Lo más destacado de la cultura chavinoide
se distingue por el estilo artístico de la ce-
rámica, los tejidos y la escultura. Las piezas,
muy elaboradas, representan, en la mayoría
de los casos, motivos religiosos y simbólicos.
Felinos, cocodrilos, serpientes, águilas y gro-
tescos seres antropomorfos se combinan en
esculturas y bajorrelieves formando las abi-
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garradas y fantásticas composiciones que ca-
racterizan el arte chavinoide. Entre las pie-
zas escultóricas más notables de Chavín de
Huántar figuran el Lanzón, que representa a
un dios sonriente, el obelisco Tallo, el Cóndor
y la estela Raymondi. La figura del tigre pare-
ce tener una relevancia especial. Este felino
suele representarse con formas sinuosas, er-
guido sobre sus dos patas traseras, y situado
en el centro geométrico de la escena, a veces
ornamentado con cabezas de serpientes que
acaban en una gran cresta de cóndor.
En lo referente a técnicas agrícolas, elabora-
ción de piezas de cerámica y de confección
de tejidos, la cultura chavinoide recogió y
perfeccionó la tradición de los pueblos asen-
tados en la región desde el año 1800 a.C.
Antes de los Incas
Tras la decadencia de Chavín, tres grandes
culturas se desarrollaron en la zona andina
durante el primer milenio de nuestra era: la
de Nazca y la moche o mochica, en las costas
del Pacífico y la de Tiahuanaco y Huari en las
tierras altas de los Andes. Los pueblos nazca
moche fueron extraordinarios ceramistas y
tejedores. Practicaron la agricultura de riego
y explotaban distintas especies marinas me-
diante la pesca y buceo.
Los centros ceremoniales de estos pueblos
fueron construidos de adobe. En la región del
valle de Moche, por ejemplo, existen los res-
tos de una enorme pirámide, en cuya cons-
trucción se emplearon más de 50 millones
testimonios de estas culturas han desapare-
cido. Además, los buscadores de tesoros han
causado muchos daños en las zonas arqueo-
lógicas.
Las culturas de Tiahuanaco y Huari se desa-
rrollaron unos 200 años después. La primera
tuvo su centro en las cercanías del lago Ti-
ticaca, en Bolivia, y la segunda en las altas
mesetas cercanas a la actual ciudad de Aya-
cucho, en Perú. Ambas crecieron en forma
independiente, pero mantuvieron durante
siglos un intenso intercambio de formas artís-
ticas y de ideas religiosas. El centro ceremo-
nial de Tiahuanaco es notable. Sus platafor-
mas y templos están construidos con enormes
bloques de piedra, cortados con exactitud.
Algunos pesan más de 100 toneladas y no es
fácil en tender cómo fueron transportados y
colocados en su lugar.
Tiahuanaco está situado a casi 4 mil metros
sobre el nivel del mar. En esas alturas la
agricultura no es fácil; fue necesario que los
campesinos construyeran con grandes traba-
jos obras para mejorar y conservar la tierra.
Esas obras nos hablan de una población dis-
ciplinada y de un grupo gobernante con gran
autoridad.
Hacia el año 700 Tiahuanaco entró en deca-
dencia. Ocho siglos después, los incas perfec-
cionarían formas de organización social prac-
ticadas en la vieja cultura.
Incas Localización: Llega por el norte a Pasto (Co-
lombia) y por el sur hasta Talca (Chile). Abar-
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caba algunos territorios de los actuales países
de Argentina, Bolivia, Brasil, Chile, Colombia,
Ecuador y Perú)
Principales ciudades: Machu Picchu, Cuzco,
Perú.
Época: Siglo XV y XVI
Su nombre significa en quechua “rey” o “prín-
cipe”. Los incas crearon uno de los imperios
más grandes de América, extendiéndose por
grandes zonas con un territorio de 4,000 kms,
con una ciudad que coordinaba, Cuzco.
Originariamente fueron una pequeña tribu
que habitaba en la región al sur de las tie-
rras altas de la cordillera central del Perú,
las cuales alrededor de 1100 d.C. empezaron
a desplazarse hacia el valle de Cuzco, donde
durante casi 300 años llevaron a cabo grandes
incursiones donde impusieron tributos sobre
pueblos vecinos. El avance territorial más im-
portante fue en la penetración de 32 km al
sur de Cuzco, bajo el reinado de Inca Roca,
en el siglo XIV. Luego hasta el siglo XV no lle-
varon ningún avance territorial importante.
Con el octavo monarca, Viracocha Inca, se
realizó la verdadera expansión territorial, en
el año 1437 en donde se amplió el imperio
hasta 40 km más allá de la capital. Después
durante 30 años dos personajes ampliaron y
unificaron este territorio, el hijo de Viraco-
cha llamado Pachacutec Inca Yupanqui quien
llegó a conquistar el valle de Nazca y una vez
establecido allí su dominio, se expandió has-
ta el centro de lo que es hoy Chile, además
de conquistar además gran parte de Colom-
bia y el segundo, su hijo Tupac Inca Yupanqui,
quien conquistó el pueblo de Quito, al norte
de ecuador, y en la costa invadió el reino Chi-
mú y su gran ciudad de Chan-Chan, así como
todos los valles del sur. El imperio alcanzó su
mayor extensión con el reinado de Huayna
Cápac entre los años 1493 y 1515. Esta ex-
pansión, se llevó a cabo con fervor casi re-
ligioso, pretendiendo comunicar a pueblos
más ignorantes su fe y sus conocimientos en
materia de ciencia y técnica, y ya hacia 1525
el territorio bajo control inca se extendía
por la zona más meridional, como Colombia,
Ecuador, Perú y Bolivia y por zonas norte de
Argentina y Chile, abarcando un área de más
de 3,500 km de norte a sur, y de 805 de este
a oeste, siendo habitada por una cantidad de
habitantes entre los 3.5 y 15 millones.
Se encontraba además la ciudad de Machu
Picchu, que está situada a 130 kms al noroes-
te de Cuzco y a una altitud de 2,045 m so-
bre el nivel de mar. Los restos de esta ciudad
cubren aproximadamente unos 13 km2, en
donde están construidas una gran cantidad
de terrazas destinadas al cultivo además de
la enorme ciudad que constaba de aprox. 150
viviendas. Seguramente fue construida des-
pués de 1450, y fue descubierta en 1911. Sólo
se sabe que esta ciudad no aparece mencio-
nada en las crónicas españolas.
En 1525 muere Huayna Cápac, antes de que
tuviera un sucesor, por lo que provocó la divi-
sión del imperio, porque sus dos hijos se esta-
ban peleando el trono, Huáscar y Atahualpa,
encarnizando luchas entre ambos las cuales
terminaron con la llegada del conquistador
español Francisco Pizarro, quien desembarcó
en la costa con una flota de 180 hombres, pu-
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diendo éste controlar el imperio, altamente
centralizado haciendo prisionero a Atahualpa
en su propio Palacio, quien para lograr su li-
bertad ofreció al conquistador como rescate,
llenar una pieza de oro en una habitación,
pero el 29 de Agosto de 1533 cuando se esta-
ba acumulando ornamentos de oro por todo
el imperio, Pizarro ejecutó a Atahualpa.
Ese mismo año los españoles ocuparon Cuzco
y permitieron que Manco Cápac II, un herma-
no de Huáscar, acceder al trono, pero más
tarde éste hombre dirigió una revuelta con-
tra los españoles, y fue derrotado y obligado
a buscar refugio en las montañas donde fue
asesinado. El último pretendiente al trono
inca fue Túpac Amaru I, hijo menor de Manco
Cápac II, pero éste fue decapitado en 1572
por orden del virrey Francisco de Toledo.
La conquista por parte de los españoles supu-
so el triste final del imperio Inca. Su religión
quedó abolida y sus costumbres destruidas,
con lo cual aquel pueblo perdió al parecer el
deseo de vivir. Ascendió la tasa de mortalidad
accediendo a niveles catastróficos, y los que
lograron sobrevivir no tuvieron otra opción
que trabajar para los españoles.
La ciudad de Machu Picchu, ubicada a 130
kms al noroeste de Cuzco. Esta ciudad no fue
descubierta por los españoles por lo cual per-
maneció escondida por largos años. Esta ciu-
dad posee un gran avance arquitectónico y en
ella se encuentran más de 150 edificios.
La sociedad
Los incas habían desarrollado un sistema po-
lítico y administrativo muy bueno. Tenía una
agricultura, rígidamente organizada en dos
grupos sociales y dominada por el todopode-
roso Inca, que era adorado como un verdade-
ro dios viviente. Por debajo de éste, estaba
su familia, que ocupaba altas jerarquías del
imperio y poseía las mejores tierras. Además
se encontraban otros grupos de la clase más
privilegiada en este pueblo como es el caso
de la aristocracia, los administradores impe-
riales y curacas, nobles de carácter social. Ya
un poco más debajo de la escala se hallaban
los artesanos y los campesinos, los hatunru-
na, que cultivaban sus propias tierras y de
forma gratuita trabajaban las de la nobleza,
en concepto de tributo y además se hallaba la
clase más baja de todas, en donde se encon-
traban los siervos o yanaconas y los mitimaes
o los prisionero de guerra.
Todo el territorio estaba dividido adminis-
trativamente por 4 regiones o cuarteles, y
es así como es llamado el verdadero impe-
rio, (tahuantinsuyo) que significa “tierra de
los Cuatro Carteles”. Aquí se encontraban las
provincias de Antisuyu, Collasuyu, Cuntisuyu
y Chincasuyu, las cuales a la vez se dividían
en unidades socioeconómicas menores, de las
cuales una de las más pequeñas correspon-
día a la propiedad de tierra familiar conocida
como ayllu, de los cuales sus cultivos estaban
en estricto control oficial, quienes les daban
todos los conocimientos de regadío, técni-
cas de drenaje, fertilización, irrigación con
canales y acueductos y creación de terrazas
por lo cual un porcentaje de esta cosecha era
entregado al estado y almacenado en caso de
hambrunas.
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Las autoridades de Cuzco lograron mantener
un estrecho contacto con todas las partes del
imperio, poseyendo una compleja red de ca-
minos, y los que permitían esta comunicación
eran los mensajeros llamados chasquis.
No tenía escrituras pero hacían cálculos y
mantenían registros de tropas, suministros,
datos de población e inventarios generales los
cuales se llevaban a cabo mediante los qui-
pus, que consistían en un complicado sistema
de cordeles de diferentes nudos y cordones.
Su idioma era el quechua, denominados por
ello el runa, y fue clave en la dominación de
otros pueblos ya que al llegar incas a otros
sitios imponían como forma predominante su
idioma.
Los incas adoraban al sol y a otros dioses de
la naturaleza en ceremonias, en las que los
sacerdotes hacían sacrificios de animales y
raras veces de humanos.
El Arte
En el arte, se hallan los templos que constru-
yeron, además de los palacios, las obras pú-
blicas y las fortalezas estratégicamente em-
plazadas, como la ciudad de Machu Picchu.
Hicieron enormes edificios de mamposte-
ría encajada cuidadosamente sin argamasa,
como el templo del sol en Cuzco, que fueron
edificados con un mínimo de equipamiento
de ingeniería. Construyeron también puentes
colgantes, algunos de los cuales llegaban a
medir hasta casi 100 metros, canales de re-
gadío y de acueductos. El bronce se usó am-
pliamente en herramientas y ornamentos. Es-
tas manifestaciones artísticas supusieron una
continuidad con las tradiciones anteriores,
desarrollaron una arte sencillo al que fueron
incorporando las técnicas y la habilidad de los
pueblos conquistados, y se convirtieron en un
arma propagandista de gran importancia. En
la escultura los trabajos eran principalmente
de piedra de los cuales se destacan en tem-
plos y en ciudades. Fue principalmente con
motivos zoomorfos y antropomorfos, y en su
gran parte correspondía a figuras geométri-
cas.
Producían tejidos para el uso propio y algunos
destinados para fines ceremoniales en don-
de se trabajaba de una manera minuciosa y
delicada. Trabajaron el cobre, el bronce, la
plata y el oro siendo el repujado y repujado y
calado de láminas el procedimiento más uti-
lizado. Los utilizaban además con fines para
hacer alfileres y prendedores, los que alcan-
zaron difusión y popularidad. En la cerámica
las formas y tamaños derivan de las necesida-
des cotidianas y de la cerámica destinada a
los templos o a carácter ceremonial, las cua-
les se distinguían por su delicadeza, belleza,
etc. las piezas eran colocadas además como
ofrendas en las sepulturas.
Tiahuanaco Localización: Altiplano boliviano en la mar-
gen oriental del río Tiwanaku, cerca del Lago
Titicaca (La Paz, Bolivia)
Principales ciudades: Tiahuanaco
Época: Del 900 a 800 a.C.-Siglo X d.C.
La cultura de Tiahuanaco se fundó antes del
año 300 de nuestra era, dejando rastros has-
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ta el siglo X. Este imperio tuvo su capital en
la ciudad del mismo nombre Tiahuanaco, que
significa “ciudad de los Dioses”, está situada
a unos 3,880 metros sobre el nivel del mar, y
está ubicada en Bolivia, al suroeste del Lago
Titicaca. A esta ciudad se le considera como
un centro ceremonial usado únicamente por
el pueblo aymara, el cual se considera como
el pueblo fundador de la ciudad. Se dice ade-
más que esta ciudad fue un gran centro urba-
no sustentado por un sofisticado sistema de
agricultura en terrazas, bien adaptado, para
producir alimentos en esa altitud. Su exten-
sión geográfica abarcó desde el sur del Perú
hasta el norte de Chile, siendo un centro reli-
gioso con enorme poder.
Tiahuanaco tuvo un intenso intercambio de
formas artísticas y de ideas religiosas con la
cultura e Huari, ubicada en las altas mesetas
cercanas a la actual ciudad de Ayacucho, en
Perú.
El centro ceremonial de Tiahuanaco es nota-
ble. Sus plataformas y templos están cons-
truidos con enormes bloques de piedra, cor-
tados con exactitud. Algunos pesan más de
100 toneladas y no es fácil en tender cómo
fueron transportados y colocados en su lugar.
En esas alturas la agricultura no es fácil; fue
necesario que los campesinos construyeran
con grandes trabajos obras para mejorar y
conservar la tierra. Esas obras nos hablan de
una población disciplinada y de un grupo go-
bernante con gran autoridad. Hacia el año
700 Tiahuanaco entró en decadencia.
Éste es un dios que está representado con
varias figuras geométricas, típicas de la ar-
quitectura de este pueblo. Posee una cabe-
za cuyo borde está adornado con cabezas de
puma y sostiene báculos que terminan en ca-
bezas de águilas.
Chimúes Localización: Costa central y gran parte de la
costa norte de los Andes Centrales (Perú)
Principales ciudades: Chan Chan
Época: 1100-1470 d.C.
Fue un imperio que es llamado también Rei-
no de Chimor, y se extendiendo sus dominios
por el río Rimac hasta Ecuador. Se estima que
existió entre los años 1,000 al 1,466 d.C.
Eran un pueblo costero que trabajaba de la
arcilla y adoraba la luna. Su capital era Chan
Chan hermosa ciudad de 15 km2, con casa de
piedras, pirámides escalonadas, canales de
regadío y depósitos de agua. Tenían un co-
mercio fluorescente y confeccionaban su ar-
tesanía en serie. Los tejedores trabajaban en
lana y os alfareros creaban miles de cacha-
rros y estatuillas.
Esta cultura estuvo comprendida por nueve
monarcas, el último de ellos fue Minchanca-
man, que fue derrotado por los incas, quienes
conquistaron el imperio hacia el año 1470.
Este pueblo fue uno de los últimos que opuso
resistencia al pueblo inca.
La agricultura dependía de un complejo siste-
ma de irrigación basado en la canalización de
las aguas destinadas al regadío.
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Chibchas o muiscas
Localización: Altiplano cundiboyacense (De-
partamento de Santander, actual Colombia)
Principales ciudades: Aguazuque y Soacha
Época: 800-1539 d.C.
Son llamados también como muiscas, muix-
cas o moscas por los españoles. Habitaron las
regiones centrales de lo que más tarde sería
Colombia.
Esta cultura se caracterizó por tener comple-
jas estructuras sociales y políticas, por su ac-
tividad comercial y artesanal. En el momento
de la llegada de los españoles, en 1526, los
chibcas tenían una población de casi medio
millón de habitantes, pero esta cultura fue
sometida por los españoles dos años más tar-
de, lo que hizo que se derrumbara, y se deja-
ra dividir y someter a los nuevos integrantes
de América.
Esta civilización conoció un gran florecimien-
to económico, y en la agricultura, la principal
base de su actividad fue el maíz y de diver-
sas legumbres. Crearon rutas comerciales a
grandes extensiones, comerciando principal-
mente la sal, ya que la cordillera le permitió
a este pueblo encontrar yacimientos de este
mineral. Ocuparon además el oro haciendo
hermosas piezas que se conservan en diversos
museos del mundo.
Poseían sacerdotes los cuales estaban a car-
go de mantener numerosos templos y santua-
rios, además de encargarse de ceremonias y
rituales. El sol era su máxima deidad, además
de poseer otros dioses a los cuales les ofre-
cían cultos a través de sacrificios de animales
e incluso humanos. Poseían una artesanía con
decoraciones de animales y hombres, ade-
más de seres fantásticos de su imaginación,
además hacían hermosos tejidos entre otras
cosas.
Moche Localización: Valle del río Moche, actual pro-
vincia de Trujillo, Perú
Principales ciudades: Huascas del Sol y de la
Luna, Pacatnamú, Huaca Cao viejo, Huaca de
dos Cabos
Época: 200-700 d.C.
En el período cultural conocido como desa-
rrollos regionales existió en la costa norte del
Perú un pueblo poderoso y muy guerrero co-
nocido como la sociedad Mochica, tuvo su há-
bitat en el valle homónimo, desarrollándose
entre los territorios de Huarmey al sur y Piu-
ra al Norte; ocuparon los valles de la Leche,
Lambayeque, Jequetepeque, Chicama, Mo-
che, Virú, Chao, Santa, Nepeña y Huarmey.
Dentro de esta secuencia cultural se ubica al
misterioso, y mágico pueblo milenario Mochi-
ca, cuya antigüedad se estima entre los 100
años a.C. hasta los 700 años d.C. De acuerdo
a los testimonios arqueológicos registrados
se ha determinado que las culturas norteñas
como Cupisnique (Chavín costeño), Salinar,
Vicús y Virú, han contribuido al nacimiento
de esta cultura en sus primeras épocas; por
eso podemos afirmar que la Cultura Moche o
Mochica, luego de este largo proceso, apare-
ce como una síntesis regional autónoma, con
mayores aportes tecnológicos e ideológicos
Historia Universal Siglo XX a.C. - XVI d.C. | Krismar Educación
CAPÍTULO 8 | Región Andina 8
que cualquiera otra cultura norcosteña y an-
dina.
Históricamente fue conocida como Protochi-
mú por Max Uhle; Gordon Willy la denominó
Clásica; Muchik, Julio C.Tello, y Chimú Tem-
prano (Early Chimu) por Kroeber en 1925. En
la actualidad, Mochica o Moche es el nom-
bre más empleado en el lenguaje científico.
Pero fue Max Uhle (1899) quien dio a conocer
por primera vez la existencia de esta cultu-
ra luego de realizar trabajos de investigación
en el valle de Moche. Uhle excavó alrededor
de 50 tumbas entre las Huacas del Sol y de
La Luna, que le permitieron identificar hasta
cuatro distintas culturas que habitaron suce-
sivamente en el valle: Protochimú (Mochica),
Tiahuanacoide, Chimú e Inca.
En base a la cerámica, Don Rafael Larco Hoyle
(1948) la clasificó en cinco fases estilísticas,
tomando para esto ciertos criterios de for-
ma y dimensiones de los picos, asas estribo
y cuerpo, así como las decoraciones. Las dos
primeras con una arraigada herencia de los
estilos Cupisnique, Salinar y Virú; la tercera y
cuarta etapa denominada clásica y la quinta
fase la considera como la época de decaden-
cia con fuertes influencias foráneas.
Larco Hoyle caracteriza cada una de las fases
con las siguientes particularidades:
Fase Mochica I. La cerámica es pequeña, de
aspecto sólido, en algunos casos de forma
lenticular; de asas proporcionales y circula-
res con picos cortos y fuertes rebordes. Las
formas comunes son: vasos retratos, antro-
pomorfos de cuerpo entero, zoomorfos, fito-
morfos, cántaros sencillos con asa de estri-
bo. Colores crema y rojo, crema y ocre, rojo,
crema y anaranjado; crema y negro. Hay una
influencia de la decoración negativa. Los mo-
tivos más comunes son los puntos grandes, los
círculos, rombos, cabezas de lagartijas esti-
lizadas, triángulos con círculos concéntricos,
signos escalonados, bandas cuyos temas pic-
tóricos en colores están delineadas por inci-
siones.
Fase Mochica II. El grosor de las paredes dis-
minuye. La cerámica se alarga y no se ob-
serva tendencia en darle la misma altura que
ancho, se inicia con esto la esbeltez de los
vasos. El asa y el pico crecen proporcional-
mente, y mientras el asa no pierde la forma
redondeada, el pico pierde el reborde pro-
nunciado, quedando tan sólo un pequeño ri-
bete.
Existen vasos retratos, antropomorfos de
cuerpo entero, fitomorfos y zoomorfos. Pre-
dominan los colores crema y rojo, crema y
ocre, rojo y crema plomizo, marrón y anaran-
jado, crema y ocre.
Fase Mochica III. Se inicia el refinamiento
de esta cultura. Las paredes de los vasos se
afinan sin perder su solidez, el ceramio está
cubierto por una fina capa de engobe cuida-
dosamente pulida. Los hornos abiertos con
abundante oxigenación fueron perfecciona-
dos. La cerámica es un poco más grande que
Mochica II. Los recipientes son de mayor ca-
pacidad. Las asas y los picos se afinan nota-
blemente, siendo las primeras elípticas y los
picos pequeños, acampanulados y con rebor-
de casi imperceptible. Los ceramios son de
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CAPÍTULO 8 | Región Andina 9
líneas armónicas y proporcionadas. Las escul-
turas antropomorfas son verdaderos retratos
de personas. La escultura religiosa adquiere
importancia.
Fase Mochica IV. Los motivos escultóricos
y pictóricos se multiplican y adquieren ma-
yor complejidad. El artista mochica trata
de perennizar en su cerámica no solamente
los asuntos comunes de su vida diaria, sino
también las actividades de sus instituciones
organizadas. El rico acervo de su vida espiri-
tual es sintetizado en las escenas pictóricas
que cubren los numerosos vasos de caracte-
res religiosos. Los vasos se alargan y también
proporcionalmente el asa, que ya no es chata
sino, redonda o ligeramente angular. La ma-
yoría de los picos son largos y rectos, aun-
que hay algunos más angostos en la punta con
bordes levemente afilados.
Fase Mochica V. La cerámica de este perío-
do, por sus formas y decorado, constituye el
"arte barroco" de la cultura mochica. Se re-
duce en tamaño pero el asa se alarga, siendo
el pico más pequeño. El asa toma una forma
triangular acentuada y el pico es de natu-
raleza troncocónica con bordes afilados del
interior hacia afuera. Las representaciones
geométricas abundan. El motivo escultórico
pasa a segundo plano, desplazado por el arte
pictórico. Las técnicas de manufactura que
mayormente conocieron fueron el moldea-
do y el estampado. Por el gran dominio de la
cerámica escultórica y pictográfica se le ha
denominado, y con mucha justicia, el Período
de los Maestros Artesanos. Dada la calidad es-
tética y temática de su innumerable produc-
ción se ha convertido en el mejor espejo de
su vida cotidiana y espiritual.
Los Mochica, fueron excelentes ceramistas;
emplearon la arcilla con contenidos de hierro
(roja) y de alúmina (blanca). Como fundentes
usaron el carbonato cálcico o polvo de hue-
sos y, como temperantes, cuarzo, silex, pirita
molida y arena fina. Manejaron temperatu-
ras de 800º C a 1000º C. Como combustible
usaron leña de algarrobo y huarango. El sitio
de Cerro Mayal, que se encuentra en la par-
te baja del valle de Chicama; ha proporcio-
nado informaciones valiosas para la recons-
trucción de las actividades que se realizaban
en un gran taller especializado de cerámica;
identificándose la variación de los productos
manufacturados y reconstruyéndose así la na-
turaleza tecnológica de fabricación, como el
uso de moldes y hornos.
Los motivos pintados en el entorno de los
cuerpos globulares de los ceramios incluyen
temáticas variadas de su mundo ecológico,
de sus actividades básicas de caza, pesca, re-
colección, tecnologías, batallas, danzas, se-
xualidad y un complejo mundo de represen-
taciones ritualistas: ceremonias de sacrificios
humanos, transformaciones míticas: antro
zoomórficas, antro-ictiológicas, antroorni-
tomórficas; complementado con una serie
de elementos tipo geométricos, como signos
escalonados, grecas, cruces, círculos, orlas,
volutas, etc.
La arquitectura Mochica recibió influencias
de la cultura Virú, especialmente en el ma-
nejo del espacio con la forma de la "pirámide"
escalonada. Tanto la arquitectura de carácter
monumental y la doméstica, se caracteriza-
ron, principalmente, por estar construidas a
base de adobes en forma rectangular para-
lelepípeda de constitución sólida, elaborados
en moldes de madera. En la cara superior se
advierten diversas marcas hechas a presión o
incisiones anchas, posiblemente identifican-
do a los diferentes grupos totémicos que par-
ticiparon en la construcción del monumento,
probable alusión a un sistema de trabajo de
carácter corporativo o al cumplimiento obli-
gatorio de tributos religiosos a sus deidades
supremas.
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CAPÍTULO 8 | Región Andina 10
Hasta el momento en los diferentes monu-
mentos principales, se han registrado más
de un centenar de aquellos símbolos. Las di-
mensiones de estos adobes, que por lo gene-
ral son de color beige, son de 43 x 27 x 17 y
de 33 x 20 x 15 cm. Los arquitectos moches
también utilizaron la piedra como elemento
constructivo, pero de menor uso que el ado-
be, y prioritariamente para las bases de mu-
ros y terrazas.
La forma más típica de las estructuras cere-
moniales y domésticas es la rectangular, a
excepción de las estructuras construidas con
muros circulares en las cimas de cerros, como
en el caso de Galindo, en el valle de Moche
o de Huaca Cholope en el valle del Santa.
Galindo ofrece, igualmente, arquitectura do-
méstica en un área aproximada de 5,000 m2,
siendo su patrón la edificación de viviendas
unifamiliares sobre plataformas de piedras.
Los complejos arquitectónicos monumentales
que cumplieron funciones religiosas o admi-
nistrativas están constituidas por varias te-
rrazas escalonadas que abarcan todo el ancho
del edificio, guardando orden simétrico con
rampas inclinadas hacia patios o plazas.
Estas son las características generales de los
templos o huacas. Los adobes rectangulares
se encuentran unidos con mortero de barro,
dispuestos en forma de paneles modulares
que dan la apariencia de grandes columnas,
apoyados unos con otros desde su base, lo-
grando así resistencia y perennidad antisísmi-
ca; también los adobes están dispuestos de
canto, de cabeza y de soga. La arquitectura
básica de la cultura Moche, en conclusión,
fue monumental, doméstica y defensiva.
Lo monumental está representado por impre-
sionantes edificios "piramidales". La domés-
tica era pequeña, de varios cuartos comuni-
cados con entradas rectangulares, con arcos
en la parte superior e inclinados a dos aguas.
Las de defensa eran erigidas en grandes for-
tificaciones.
Sitios más representativos de esta arquitec-
tura monumental los tenemos en Pañamar-
ca (Valle de Nepeña- Ancash), Fortaleza de
Cholope (valle del Santa- Ancash), Huaca del
Sol y de La Luna, Galindo, Huaca "Florencia
de Mora" (Valle de Moche), Huaca Mocollope,
Huaca Cortada, Huaca Cao, Huaca Blanca,
Huaca Cartavio, Huaca Amarilla o Mochón,
Pacatnamú (Valle de Chicama), Huaca Ra-
jada- Sipán, Pampa Grande (Lambayeque),
Complejo Arqueológico San José de Moro (Va-
lle de Jequetepeque), etc.
En el Valle de Moche podemos destacar la
presencia de las Huacas del Sol y de La Luna,
ubicadas en la Campiña de Moche, a pocos
kilómetros de la ciudad de Trujillo. Esta im-
ponente Huaca, debió haber alcanzado una
altura promedio de 50 metros; los adobes
usados para su construcción son medianos,
y fueron dispuestos en hileras horizontales y
verticales.
La plataforma que sirvió de base estuvo com-
puesta de cinco terrazas, el acceso se daba a
través de un terraplén de 90 metros de largo
por 6 metros de ancho, que al parecer servía
de entrada al edificio. En seguida, hay una
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CAPÍTULO 8 | Región Andina 11
gran "pirámide" que corona toda la región
meridional constituida por cinco plataformas
escalonadas. Es muy probable que estuviera
decorada con pinturas murales como en la
Huaca de La Luna.
Nazca
Localización: Chincha por el norte, Arequipa
por el Sur y por el Este Ayacucho (Perú)
Principales ciudades: Cahuachi, Tambo viejo,
Huca del Loro, Pampa de Tinguina
Época: Siglo I-siglo VII d.C.
Esta cultura se caracterizó por sus grandes
necrópolis funerarias, viviendas semisubte-
rráneas, pirámides de uso ceremonial y sus
inigualables tejidos. Su economía estaba ba-
sada en la agricultura, la pesca y la ganade-
ría, ocupando el comercio y la guerra un lu-
gar muy destacado.
Para sus construcciones utilizaban muros de
adobe. Existían construcciones públicas con
templos piramidales rodeados de plazas ha-
bitacionales.
Se distinguen 3 estilos de la decoración que
tenían para sus cerámicas y templos: uno
geométrico dispuesto en frisos; otro natura-
lista con representaciones vegetales, anima-
les y humanas; y uno simbólico y abstracto
con motivos fantásticos, antropomorfos y
zoomorfos, de difícil interpretación. Traba-
jaron el metal con láminas de cobre, plata y
oro. Se encuentran diseñados pájaros de gran
tamaño, arañas, ballenas y figuras surrealis-
tas.
Las líneas, que se extienden a los largo de
muchos kilómetros, muestran que Nazca fue,
como ahora un desierto de constante sequía
y se estima que estas líneas se hicieron hace
más de 15 siglos y que se les utilizó para rea-
lizar observaciones astronómicas o bien como
“árboles” genealógicos simbólicos, entre
otras ideas.
Las líneas de Nazca
El mayor misterio de esta cultura es la vas-
ta red de “líneas”, un fantástico conjunto de
rectángulos y cuadrados trazados en la arena
y grava del desierto. Están dibujadas en casi
50 kilómetros de longitud y 15 de ancho. Las
líneas abarcan hasta cuatro pampas: Palpa,
Ingenio, Nazca y Socos, localizadas entre los
kilómetros 419 y 465 de la carretera Paname-
ricana Sur.
El suelo de esta región, una de las más secas
del mundo, es de color marrón -según María
Reiche- y bajo una primera capa se encuentra
otra de color amarillo. Esa es la razón porque
una pisada deja una perdurable mancha blan-
ca, que se fijará para siempre. Las figuras se
hallan en un desierto, donde el suelo no es
sólo arena sino que está cubierto de piedras
de color verdusco. Sus enormes dimensiones
y la exactitud de su hechura sugieren ser
comparadas por los expertos con las pirámi-
des de Egipto.
Es el lugar un gran tablero de dibujo, con
líneas rectas anchas y angostas de diversas
longitudes, atravesado por grandes cuadri-
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CAPÍTULO 8 | Región Andina 12
láteros como si fuera una gran red. Pero su
complejidad de líneas sólo puede ser apre-
ciada desde el aire a una altura de 1500 pies.
Recién desde allí pueden verse con claridad
unos hermosos diseños, que en su mayoría re-
presentan grandes figuras de animales.
Los arqueólogos que han estudiado las Pam-
pas de Nazca acreditan los dibujos a las cul-
turas Nazca y Paracas, entre los siglos 300
a.C. y 900 d.C. Se cree, además, que su cons-
trucción debe haberse extendido sobre un
período largo por el extraordinario número
de dibujos. Su perfecta proporción y enorme
tamaño destacan la armonía y el equilibrio
geométrico sobre todo en las figuras de ani-
males.
Figuras geométricas y humanas
Según María Reiche suman más de treinta los
jeroglifos hasta hoy encontrados en las Pam-
pas de Nazca. Se trata de animales marinos
y terrestres, figuras geométricas y humanas.
Los dibujos geométricos están compuestos de
seis elementos básicos: cuadrángulos, trián-
gulos, dos tipos de líneas zigzagueantes, lí-
neas oscilantes y centros estrellados. A esto
podemos añadirle las figuras en espiral, las
cuales aparecen muy frecuentemente. La
profundidad de las líneas nunca excede 30
cm y algunas son simples rasguños en la su-
perficie, pero aun así pueden ser reconocidas
cuando el sol está bajo y el relieve se acen-
túa.
Los dibujos son menores en cantidad compa-
rados con los diseños geométricos que consis-
ten en cientos y cientos de líneas, triángulos
y cuadrángulos que ocupan grandes extensio-
nes de terreno. Su técnica de construcción
fue cuidadosa mediante la que los topógrafos
del pasado llevaron las líneas a cerros y ba-
rrancos sin desviarse de su dirección original.
Entre los geoglifos de mayor tamaño están un
pájaro de casi 300 m, un lagarto de 180 m,
un pelícano de 135 m, un cóndor de 135 m,
un mono de 135 m y una araña de 42 metros.
Estas dimensiones son motivo de admiración.
Hay un ave tan grande que uno puede colo-
carse en la punta de una de sus alas y no se
puede ver ni la cabeza, ni la otra ala, sólo
es posible percibir unas pocas líneas sobre
el suelo, se tendría que sobrevolar el área
para poder apreciarla en su conjunto. Por el
contrario, la figura más pequeña encontrada
hasta el momento es un espiral que tiene un
diámetro de 3 metros. Casi la mitad de las
figuras están constituidas por espirales y di-
seños concéntricos de varios tamaños.
Entre los diseños de los animales que se per-
ciben en Nazca figuran: una ballena, un perro
con patas y cola largas, dos llamas, diversas
aves como la garza, la grulla, el pelícano, la
gaviota, el famoso colibrí y el loro. En la ca-
tegoría de reptiles, un lagarto, que fue cor-
tado al construirse la Panamericana Sur, una
iguana y una serpiente. Por otro lado se en-
cuentran las imponentes figuras del mono, la
araña y el caracol, entre otros.
• El Pájaro Fragata: La cabeza de este gi-
gantesco pájaro está hecha de segmentos
de círculos cuyos radios varían entre 10 y
20 centímetros La figura es estilizada ya
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CAPÍTULO 8 | Región Andina 13
que de perfil dos círculos de igual diáme-
tro podrían representar sus dos ojos.
• El Lagarto: Mide 188 m de largo. Sus patas
traseras fueron borradas con la construc-
ción de la Panamericana, que dividió la
figura en dos.
• El Mono: Famosa figura que mide aproxi-
madamente 135 m y muestra al animal
con solo nueve dedos y una cola en forma
de espiral. Esta es una de las figuras más
relevantes y se cree que representa a la
Osa Mayor.
• La Araña: Figura de 46 m de largo que se
ubica entre una red de líneas rectas y es
parte del borde de un enorme trapezoide.
• El Colibrí: Es otro de los geoglifos más
famosos por su armoniosa proporción. La
distancia entre los extremos de sus dos
alas es de 66 metros.
• El Pájaro Gigante: Esta figura, elaborada
al lado de un trapezoide, muestra un gran
pájaro con cuello de culebra cuyo pico se-
ñala al sol naciente. Esta gigantesca ave
tiene una longitud total de 300 m y una
anchura de 54 metros Es considerado por
los científicos estudiosos de las pampas
como el "Anunciador del Inti Raymi" (fiesta
incaica de adoración al sol), pues si en las
mañanas del 20 al 23 de junio nos situára-
mos en la cabeza y siguiéramos con la vista
la dirección de su enorme pico, podríamos
observar la salida del sol, exactamente en
el punto señalado por esta dirección. ≥
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