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Capítulo 2. Los Hechos Estilizados del Desarrollo Económico
Un hecho estilizado es una regularidad empírica que la teoría debe tratar de
explicar. Así, la idea de “hecho estilizado” resulta muy interesante puesto que se
refiere a cuestiones empíricas que inspiran el razonamiento teórico. Los hechos
estilizados permiten construir, refutar y reformular hipótesis diversas1. Es también
un instrumento metodológico que permite poner en la mesa de discusión el objeto
mismo de las disputas teóricas. La teoría no es sino la manera en que diferentes
observadores miraron e interpretaron hechos estilizados.
El objetivo de este capítulo es presentar y discutir algunos de ellos. No todos
responden a una causa única ni siquiera a un grupo de causas fácilmente
identificables. A veces existen posturas divergentes acerca de las razones que los
provocan o que los sustentan. Cuando existen disputas teóricas de esta naturaleza,
se buscará resumir las posturas divergentes y se explicarán las razones que
subyacen a la defensa de una u otra de tales posiciones.
Pero antes de entrar en tema es necesario realizar algunas precisiones conceptuales.
Dado que el Capítulo 3 está enteramente dedicado a tratar la definición de
“desarrollo” basta aquí acercar una idea más bien intuitiva de su significado. En este
sentido, probablemente todos los autores estarían de acuerdo en definir al desarrollo
como el proceso de ampliación de las capacidades de las personas: capacidad para
producir más, para aumentar el bienestar material, para vivir más y mejor, para
comunicarse, para participar en la vida comunitaria, etc. En consecuencia, el estudio
del desarrollo, la Economía del Desarrollo, se ocupará de analizar los progresos de
la humanidad en esas dimensiones y de explicar las razones de por qué tantas
personas en el mundo no han logrado todavía acceder a las capacidades ampliadas
disponibles. Un punto que debe quedar muy en claro desde ahora es que el
desarrollo es un fenómeno multidimensional y que si bien aquí se lo aborda desde
una perspectiva (podría decirse) más “económica”, es conveniente ser precavido y
no descuidar las otras dimensiones que lo definen.
1 La idea de “hecho estilizado” fue usada por primera vez en el trabajo de Kaldor (1961), en el que lista 6 hechos que a su juicio la teoría del crecimiento debería ser capaz de explicar.
2
Se ha organizado este capítulo de la siguiente manera: en la próxima sección se
listan los hechos estilizados fundamentales relacionados con algunas dimensiones
básicas del desarrollo y se proporciona una breve explicación de cada uno de ellos.
Las secciones que siguen (hasta la 2.8) se ocupan de aportar evidencias más
específicas y profundas para formarse una idea del estado de la cuestión en el
mundo en general y en la Argentina en particular. En la sección 2.9 se ensaya un
ejercicio de interacción entre las dimensiones analizadas en las secciones
precedentes y se discuten, en torno a ellas, algunas hipótesis que serán tratadas con
mayor detalle en algunos de los capítulos posteriores.
2.1. Siete hechos fundamentales
De ninguna manera el listado que sigue pretende agotar la temática de los temas que
se discuten en la teoría del desarrollo, sino se trata más bien de una agenda de
trabajo, de tópicos a los que la literatura económica le ha dedicado unas cuantas
(muchas) páginas hasta el momento de redacción de estas notas.
Hecho 1. El ingreso per cápita aumentó a lo largo del tiempo. El bienestar material
potencial2 de una buena parte de la población mundial aumentó de manera notoria y
ostensible desde que se cuenta con datos medianamente confiables. Dicho de otra
manera, el “progreso” o “bienestar” de las personas, medido a través del ingreso per
cápita, fue ostensible, al menos durante los últimos 50 años.
Hecho 2. Los logros fueron heterogéneos entre regiones, entre países dentro de las
regiones y entre sectores sociales dentro de los países. El aumento del ingreso per
cápita no fue de ninguna manera parejo. Algunos países aumentaron más que otros
sus ingresos per cápita. Aunque hay un grupo de economistas que sostienen que los
niveles de bienestar, medidos por el ingreso per cápita, tienden a converger a lo
largo del tiempo, y proporcionan razones teóricas sensatas de por qué puede llegar a
esperarse esto para los años que le esperan transitar a la humanidad.
Hecho 3. Aumentó la longevidad (cayó la mortalidad). La longevidad se extendió
ostensiblemente. Este progreso, medido por la esperanza de vida al nacimiento y a
2 Se dice “potencial” para enfatizar que no siempre el fruto de una productividad más elevada fue captado por la población y transformado en aumentos de productividad. Algunos países aumentaron el ingreso más que otros (ver Hecho 2) y algunos sectores sociales se vieron más favorecidos que otros por el aumento de la productividad.
3
diferentes edades del ciclo de vida individual, se dio por la retracción de la
mortalidad infantil y, dentro de ésta, por la mortalidad post-neonatal, entendiéndose
por tal la correspondiente a niñas y niños entre 1 mes y 11 meses de vida3.
Hecho 4. Disminuyó la fecundidad. La fecundidad descendió marcadamente. El
número promedio de hijos por mujer cayó en casi todos los países que
experimentaron cambios económicos y sociales durante los últimos decenios, pero
ese descenso se dio unas décadas después del ascenso de la esperanza de vida.
Hecho 5. Cambió el tamaño y la estructura por edad de la población. Como
consecuencia de los dos hechos comentados anteriormente (caída de la mortalidad
primero, disminución de la fecundidad después) e ignorando —al menos
transitoriamente— los desplazamientos territoriales (migraciones), la tasa de
crecimiento de la población en muchos países se situó en un nivel cercano a cero. Si
se sigue el derrotero temporal de esta variable, se observa que esta tasa aumentó
primero y descendió después, para estabilizarse en un nivel bajo. Muchos países
parecen aproximarse al estado estacionario. Estos cambios en el ritmo de
crecimiento de la población generaron el fenómeno conocido como
“envejecimiento poblacional”, que tiene muchas y muy importantes consecuencias
para el funcionamiento de la sociedad, principalmente en su dimensión económica.
Hecho 6. Se produjeron transformaciones en la estructura productiva y el empleo.
El progreso material estuvo acompañado de un cambio en la estructura productiva y
en la estructura del empleo. Los países avanzaron desde una estructura productiva
centrada en la producción de bienes primarios hacia una estructura productiva con
fuerte contribución de los servicios. En el intermedio tuvo un crecimiento muy
importante la producción manufacturera. La estructura del empleo acompañó esos
cambios. Se verificó un aumento considerable de la participación de las mujeres en
las actividades económicas remuneradas y una leve retracción de la participación
económica de los hombres. Aumentaron los salarios, se redujeron las horas
trabajadas y mejoraron las condiciones laborales, a pesar de lo cual, en muchos
países persisten déficit importantes de lo que la Organización Internacional del 3 Esta es la etapa de la vida en que el ser humano tiene su primer contacto directo con la naturaleza. Al dejar de alimentarse con leche materna entra en contacto con los alimentos y con diversos objetos. El “blindaje” que en este sentido le proporcionaba su madre no está más y ahora es más vulnerable.
4
Trabajo ha llamado Trabajo Decente. En muchos países se verifica una fuerte
incidencia de trabajo infantil y adolescente, y de población que no trabaja ni busca
trabajo por problemas de nutrición. El cambio tecnológico trajo aparejado aumentos
del desempleo, y a pesar del aumento en el nivel educativo de la población en
general y de la ocupada en particular, el cambio tecnológico sesgado hacia las
calificaciones provocó la subutilización de la mano de obra disponible, lo que en
algunos países se tradujo en inserción laboral de población en empleos de baja
calidad.
Hecho 7. Persiste la pobreza y aumentó la desigualdad de activos e ingresos. A
pesar del aumento en el bienestar material promedio, buena parte de la población
mundial vive en condiciones de pobreza. No toda la población se benefició (y no
todos los que se beneficiaron lo hicieron de manera pareja) de los cambios
registrados en el ingreso por habitante. Muchos habitantes de los países menos
desarrollados quedaron fuera del proceso de cambio estructural. La pobreza está
estrechamente ligada a la desigualdad de activos y riquezas, y al crecimiento
económico. En muchos países se observan sectores sociales con diferentes
posibilidades de acceso a los beneficios del crecimiento y del desarrollo.
2.2. El aumento heterogéneo del ingreso per cápita
Los hechos 1 y 2 aluden al crecimiento del producto per cápita. El primero, a su
nivel; el segundo a las diferencias entre los países.
El aumento del ingreso per cápita es un fenómeno reciente en la historia económica
mundial. Podría decirse que comenzó con virulencia a partir de la segunda
postguerra. Claro que los primeros síntomas del fuerte crecimiento de la
productividad y de los ingresos que algunos autores llaman “crecimiento económico
moderno” habrían de comenzar luego de la Revolución Industrial4. En el Cuadro 1
se muestra que entre 1820 y 1998 aumentó no sólo el producto por habitante de los
cuatro continentes considerados (Hecho 1), sino también su dispersión (Hecho 2):
los países más ricos se hicieron más ricos que los que comenzaron siendo más
pobres, con una tendencia más pronunciada a partir de los años 1950.
4 Como veremos un poco más detalladamente en el Capítulo 5, es posible segmentar este período de expansión del capitalismo en dos grandes tramos temporales: 1820-1870 y 1870-1913.
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*Cuadro 1*
En la Argentina, durante los últimos 60 años (período 1950-2009), el Producto
Bruto por habitante se multiplicó por 2,2, lo que arroja una tasa promedio del 1,4%
por año, un crecimiento por demás modesto si se lo compara con el 2,8% de Brasil,
el 2,5% de Chile y más aún el 4,1% de Japón y aún del 2% de los Estados Unidos.
Los productos de estos países se multiplicaron por casi 5 (Brasil) y por 10 (Japón)
desde 1950. Debe tenerse en cuenta que este dato incluye la década de 1980, muy
complicada para Argentina, con una caída cercana al 2% por año. Sin embargo,
durante el período hubo en América Latina experiencias más desalentadoras que la
de Argentina, tal es el caso de Bolivia. Además, la década de 1980 parece haber
sido dura incluso para los países que crecieron más rápidamente.
Lo dicho en el párrafo anterior puede constatarse en el Gráfico A.1, donde se
muestra esta evolución de la Argentina y se la compara con la de otros países de
América Latina que comparten vecindad espacial. Se aprecia allí que Argentina fue,
durante muchos años, el país con el nivel económico relativamente más alto de los
incluidos en el gráfico, siendo superado sólo recientemente por Chile. Una
característica del PBI de Argentina es su gran volatilidad, lo que hace que el
promedio del período no sea una medida representativa del bienestar promedio de la
población, fuertemente afectado por las fluctuaciones de corto y mediano plazo.
De los cuatro países incluidos en el gráfico, sólo Bolivia permaneció en un nivel de
bienestar material similar al registrado al comienzo del período de observación. Es
decir, el ciudadano medio boliviano tenía en el año 2009 un bienestar similar al que
registraba un ciudadano promedio de ese país en el año 1950. Si se deja a un lado a
Bolivia, las otras tres economías incluidas en el gráfico dan cuenta de un importante
crecimiento. El crecimiento de Brasil comienza a fines de los años 60, y el de Chile
a fines de los 70, siendo este último llamativamente más vigoroso y con
perspectivas de perpetuarse. Como resultado de estas dispares tasas de crecimiento,
la situación relativa de los países cambió de manera rotunda. Mientras que en el
primer quinquenio de los 50 la diferencia entre Argentina y Chile era de 1,6
(favorable a Argentina), en el quinquenio de 2000-04 la diferencia cambió a 0,9,
6
favorable a Chile. Algo similar ocurrió con Brasil, aunque se mantiene todavía la
diferencia a favor de Argentina.
Noruega, Islandia y Australia (NIA) no estaban lejos de Argentina a principios de la
década de 1950, a juzgar por sus ingresos per cápita. Pero, durante más de 50 años
esos países se dedicaron a crecer de manera inexorable, lo que contribuyó
seguramente, a que en la actualidad sean los países que ocupan los primeros lugares
del mundo medidos por indicadores diversos entre los que se encuentran el Índice
de Desarrollo Humano (IDH). En el Gráfico A.3 se presenta la información que
permite comparar la situación de estos tres países con la de Argentina. La pregunta
que emerge de manera casi obligatoria es: ¿por qué Argentina no pudo crecer como
NIA partido de un punto común? Debe notarse que a principios de la década del 50
la diferencia con Noruega era de 1,7, mientras que hacia 2009, se había ampliado a
3,6.
Pero la situación de los países que se esforzaron por crecer y lo lograron, contrasta
con la de otros que, como Mali, Sierra Leona y Niger (MSLN), están en los puestos
más bajos del ranking de desarrollo mundial. Comparados con estos países, el
crecimiento económico Argentina parece vigoroso y promete un futuro muy
próspero a las generaciones futuras (Gráfico A.4). Este hecho ilustra a las claras el
carácter relativo de las evaluaciones del desarrollo y el por qué algunos autores
dedicados a estos temas ubican a la economía Argentina en una situación
intermedia en el nivel de desarrollo mundial. También alerta acerca de la
importancia del crecimiento económico para alcanzar niveles de bienestar más
elevados y con perspectivas de mejoras en el plazo más largo. Nótese que MSLN,
no sólo no crecieron en términos económicos, sino que su producto per cápita en
2009 es en algunos casos menor que el que registraron en 1950, a pesar del
crecimiento de su población y de los conocimientos que le permitieron a la
humanidad alcanzar niveles insospechados de bienestar material, si se observa la
situación desde hace sólo un poco más de medio siglo.
Como analizaremos en el capítulo 5 de estas notas, alrededor de los hechos
descritos en los párrafos precedentes se estructuran no sólo la teoría de crecimiento
económico, sino también lo que se ha dado en llamar la teoría clásica del desarrollo.
7
2.3. Los progresos en la esperanza de vida
Como se dijo antes, el concepto de “bienestar” es multidimensional, por lo que el
análisis de su evolución requiere incorporar otros indicadores, además del ingreso
por habitante, siendo este requerimiento todavía más acuciante en los países que
muestran un ingreso per cápita muy bajo como MSLN.
La esperanza de vida al nacimiento es uno de esos indicadores, y muestra el número
promedio de años que vivirá una persona, nacida en un lugar y en un momento
determinado. Este concepto de longevidad no se debe confundir con el de
longevidad potencial que alude más bien al máximo número de años que un ser
humano puede vivir y que se cree que sobrepasa en la actualidad los 110 años. A
diferencia de éste, la esperanza de vida nos informa de la longevidad efectiva: el
número de años que, en promedio, efectivamente vive una persona.
La esperanza de vida al nacimiento viene aumentando desde que se disponen de
datos fiables. Así, en el Egipto romano entre los años 33 y 258 a. C., una persona
vivía aproximadamente 24 años, cifra similar a la de Inglaterra entre 1300 y 14255.
Datos franceses provenientes de estudios de reconstitución familiar estiman para
1749-59 una esperanza de vida de 24,8 años y para 1820-50 (fecha aproximada en
que comienza a producirse la transición demográfica) de 38,8 años.
En el período que va de 1950 a 2000 la esperanza de vida al nacimiento mundial
aumentó en más de 18 años. Esto quiere decir que un niño que nacía en 1950 tenía
en promedio una esperanza de vida aproximada de 46 años; mientras que uno que
nacía en el año 2000, tenía una vida media esperada de 65 años. Las diferencias
entre regiones del mundo son igualmente sorprendentes, llegando en algunos
casos a más de 20 años. En el año 2000, África tenía una esperanza de vida de 50
años, mientras que Europa había alcanzado ya los 73 años y América Latina 69.
A nivel de países las diferencias son aún más marcadas. Hacia fines de la década
de 1990 Ruanda registraba una esperanza de vida de 35 años y Burundi de 39
años, mientras que Japón había superado los 82 años, Suecia los 80, y la
Argentina los 74 años. La esperanza de vida de Ruanda es la que se registró en
5 Los datos de Egipto romano provienen de los censos romanos, mientras que los de Inglaterra de registros financieros.
8
Inglaterra a principios del siglo XVIII (1726-51) y la de Burundi hoy, es similar a
la de Inglaterra a principios del siglo XIX.
Por su parte, a pesar de lo avanzado que parece el valor de Argentina al
compararlo con Ruanda y Burundi, es un nivel comparativamente bajo, similar al
que arrojaba Noruega en el primer quinquenio de los años 50. En el Gráfico A.5
puede verse la evolución de este indicador a lo largo de los últimos 50 años, como
así también la situación de Argentina en relación con sus vecinos. En el Gráfico
A.6 se muestra información similar, pero se compara Argentina con los tres países
más avanzados del mundo, y en el Gráfico A.7 con los menos avanzados.
Recientemente, la Organización Mundial de la Salud advirtió acerca de un
fenómeno muy analizado ya, pero presente en la actualidad. Las diferencias de
mortalidad o longevidad entre grupos o sectores de la sociedad. Esto es, si se
estratifica a la sociedad por nivel socioeconómico, por etnias o por áreas
geográficas internas, se encuentran diferencias sorprendentes y, lo que es más
llamativo aún, disparidades que son independientes del nivel de desarrollo
alcanzado por el país a nivel mundial. Por ejemplo, la esperanza de vida de
indígena australiano varón es 17 años menor que la de otro australiano varón; o
bien, en el área Calton de Glasgow, la esperanza de vida promedio es de 54 años,
comparada con los 82 años de Lenzie. Entre ambos lugares sólo hay unos pocos
kilómetros de distancia (Stevenson, 2008).
La esperanza de vida al nacimiento es simplemente una medida resumen del
número promedio de años que se espera vivan las personas en un momento del
tiempo y en un área geográfica determinada. Permite saber si la gente vive hoy
más que antes, o si en el país A más que en el B, pero ningún caso informa acerca
de cuánto mejor o peor es esa existencia, de la calidad de vida. Pero a pesar de
eso, la prolongación de la longevidad es un avance, siempre bajo el supuesto
simplificador (pero no disparatado) de que la gente prefiere vivir más a menos.
Como dijimos para el caso del crecimiento, las tendencias observadas en la
esperanza de vida generaron un fuerte y acalorado debate acerca de las causas
que, al menos en principio, podrían haber desatado el aumento de la longevidad:
¿fueron los descubrimientos científicos de la medicina originados a partir de la
9
“teoría del germen”?; ¿fue el aumento de la productividad y de los ingresos que la
Revolución Industrial puso a disposición de la gente y que el Estado de Bienestar
se encargó de distribuir un tanto más igualitariamente entre la población?; ¿o
fueron quizá los avances en la salud pública que pusieron los descubrimientos
científicos al servicio del hombre?
2.4. La caída de la fecundidad
La fecundidad se refiere a la procreación efectiva de la población y la forma más
común de medirla es a través de la tasa global de fecundidad, que alude al número
de hijos que en promedio tuvo cada mujer al completar su ciclo reproductivo.
Cuando se habla de “procreación efectiva” se trata de diferenciar la fecundidad de
la fertilidad. Este última alude a la procreación potencial, esto es el número
máximo de hijos que una mujer podría tener a lo largo de su ciclo vital de no
mediar control de su fecundidad. Estos temas se tratarán con mayor detalle en el
Capítulo 5 al hablar del cambio demográfico ocurrido en el mundo.
La fecundidad ha disminuido en todos los países del mundo, pero esa disminución
tuvo lugar a ritmos diferentes lo que genera hoy a grandes disparidades entre los
países. Otro hecho a destacar es que la caída de la fecundidad se dio tiempo
después de que se redujera la mortalidad, adjudicándosele, por ello, un importante
rol en el fuerte crecimiento demográfico que tuvo lugar especialmente en los
países con menor nivel de desarrollo relativo.
A diferencia de lo que ocurre con la prolongación de la esperanza de vida, una
menor fecundidad no es vista por todas las personas como un fenómeno
necesariamente bueno y deseable, lo que complica las cuestiones relacionadas con
la política pública. Las diferencias de opinión son muy marcadas y tienen un
importante componente religioso y moral. Se quiere resaltar con esto que con la
fecundidad no existe consenso en cuanto a la dirección deseada de la tendencia.
Lo que es un hecho indiscutible es que la fecundidad bajó, que lo sigue haciendo,
que en los países con menor ingreso per cápita la fecundidad es más alta, y que la
diferencia se debe a su componente no deseado6.
6 Hay muchas encuestas que indagan acerca de la fecundidad no deseada. Esto lo hacen combinando preguntas acerca del número de hijos tenidos y el número de hijos deseados, siempre
10
En el Gráfico A.9 puede apreciarse cómo evolucionó la fecundidad en Argentina y
en tres países de América Latina que comparten vecindad geográfica: Bolivia,
Brasil y Chile. En el Gráfico A.10 se hace lo propio con los tres países más
desarrollados del mundo: Noruega, Islandia y Australia (NIA); mientras que en el
Gráfico A.11 con los países menos desarrollados (MNSL). Por último, en el
Gráfico A.12 se procede a comparar Argentina con Estados Unidos y Japón. De
tales comparaciones surgen otros hechos estilizados además del más general de
todos y que alude a la reducción de la fecundidad media mundial.
En primer lugar puede verse que la fecundidad argentina ya era muy baja al inicio
del período considerado: 1950. A partir de ahí no experimentó cambios marcados.
Además puede verse Chile se ubicó con Brasil, entre los países con más baja
fecundidad de todos los comparados en el Gráfico A.9. También puede decirse
que a pesar del aún persistentemente elevado nivel actual de la fecundidad
boliviana, hubo una convergencia en los niveles de fecundidad de la Región. Por
último, pero no menos importante, la caída parece ser inexorable (y esto vale no
sólo para América Latina sino para el resto de los países).
Si bien la Argentina aparecía en el Gráfico A.9 como un país con una fecundidad
relativamente baja, no es lo que surge al compararla con los países más
desarrollados del mundo: NIA (Gráfico A.10) y menos aún si se la compara con el
nivel de Japón (Gráfico A.12). En Noruega se aprecia un proceso de recuperación
ocurrido a lo largo de la década de 1980, luego de que el descenso verificado entre
1960 y 1980 había acercado su nivel de reproducción por debajo del necesario
para el reemplazo generacional (alrededor de 2 hijos por mujer). Algo similar
ocurrió en Islandia en la segunda mitad de la década de 1980. Por último, la
tendencia de la fecundidad argentina hace prever una posible convergencia con el
nivel alcanzado por los países con los cuales se la compara en el Gráfico A.10.
Estos países, indudablemente, convergieron hacia un nivel bajo de fecundidad,
fenómeno que pudo observarse también entre los países latinoamericanos
comparados previamente.
a mujeres que completaron su período fértil. Lo curioso es que, al parecer, no existe dispersión en las tasas de fecundidad deseada (muy cercana a 2 hijos por mujer) y que toda disparidad se explica por la fecundidad no deseada.
11
Esta convergencia no es muy clara en los tres países menos desarrollados del
planeta: MSLN. En el Gráfico A.11 se muestra la evolución de la fecundidad en
estos países y se incluye a la Argentina. Como puede verse ahí en MSLN la
fecundidad no ha disminuido en los últimos 50 años, o lo ha hecho de manera
prácticamente imperceptible. Además en Níger la fecundidad actual es incluso
mayor que la registrada a principios de la década de 1950: las mujeres nigerianas
tienen en promedio 7 hijos a lo largo de su vida reproductiva.
2.5. El crecimiento y la estructura de la población
Hay dos maneras de aproximarse al crecimiento demográfico: directamente,
analizando el aumento de la población, o indirectamente, atendiendo a los
componentes de esa transformación: la fecundidad, la mortalidad y las
migraciones. Desde esta última perspectiva y concentrados sólo en el crecimiento
vegetativo (fecundidad y mortalidad), la evidencia disponible sugiere la
mortalidad comenzó a descender antes que la fecundidad, aproximadamente en el
año 1820. Mientras la fecundidad se mantuvo sin cambios el crecimiento
demográfico provocado por el descenso de la mortalidad fue muy fuerte. La caída
de la fecundidad comenzó a hacerse efectiva en Europa recién a principios del
siglo XX y menguó, en cierta forma, ese ritmo de progreso de la población. Estas
tendencias de largo alcance pueden inferirse de la información de países europeos
(Francia, Inglaterra, Suecia, entre otros) en lo que se hicieron ingentes esfuerzos
para estimar el valor de estos útiles indicadores.
Los cambios en la fecundidad y la mortalidad no sólo impactaron en el tamaño de
la población y en su ritmo de crecimiento, sino también en su composición por
edades. En América Latina, por ejemplo, la fecundidad comenzó a descender
recién a mediados de los años 70. Del 2,7% anual medio de crecimiento registrado
para la década del 60, se pasó al 1,7% durante los 90. Como en todo proceso de
transición demográfica, la caída de la mortalidad precedió a la de la fecundidad y
los cambios en ambas variables se dieron a mayor velocidad que la registrada en
los países de Europa durante el siglo XIX y mediados del XX.
En lo que hace a la composición por edades, el descenso de los niveles de
mortalidad, fecundidad y de la consecuente caída de la tasa de crecimiento, se
12
tradujo en un aumento importante la proporción de población de edades más
avanzadas. Este es el proceso conocido como de “envejecimiento demográfico”,
conducido desde la cúspide de la pirámide por una prolongación de la longevidad
promedio, y desde la base de dicha pirámide por la reducción de la fecundidad.
Este fenómeno puede ser cuantificado calculando la tasa de crecimiento de la
población de 60 y más años de edad, o bien la edad mediana de la población7.
Los gráficos A.13 hasta A.16 fueron construidos con el propósito de dar cuenta de
este proceso en el mundo y en América Latina y el Caribe. En el primero de esos
gráficos se muestra la evolución de la edad mediana de la población desde 1950 a
2010. En varios países se aprecia un descenso primero y un aumento monótono
luego, desde 1965 aproximadamente y hasta el final de la observación. Para analizar
el envejecimiento de la población puede verse que en 1950 la edad mediana de la
población en la Argentina era 10 años menor que la observada al concluir la primera
década del presente siglo. Comparando los gráficos puede verse también que los
países de la Región muestran un nivel de envejecimiento ostensiblemente más bajo
que los países más desarrollados (NIA), y que se encuentran mucho más
envejecidos que los países menos desarrollados del planeta (MNLS). Además si
bien se observa lo antedicho en cuanto a la velocidad de crecimiento del proceso de
envejecimiento, esta fue marcadamente menor que la registrada, por ejemplo, en
Japón.
Además, si bien puede hablarse de una convergencia de los niveles de
envejecimiento de los países de la región, esto dependerá de qué países se
comparen. Por ejemplo, cada vez se parecen más Argentina, Brasil y Chile, pero la
diferencia entre Chile (el más envejecido del gráfico) y Bolivia era en 2010 más
elevada que la registrada en 1950.
El envejecimiento biológico es irreversible, lo que no ocurre con el envejecimiento
demográfico. Nótese que algunos de los países menos desarrollados del mundo
experimentaron un rejuvenecimiento de sus estructuras demográficas. También en
los países más avanzados en la transición demográfica puede apreciarse que hay un
tramo descendente de la edad mediana, al que le sigue el aumento monótono. Esto
7 Esto para simplificar y mencionar sólo dos de los indicadores de envejecimiento más usados.
13
tiene que ver con la secuencia de los cambios en la mortalidad y en la fecundidad:
primero cae la mortalidad, se dijo, pero a esa caída precede la reducción de la
mortalidad infantil. Entonces, hasta que esa cohorte de mortalidad menor llegue a
los sectores más alto de la pirámide (mayores de 59 años para ser más preciso), la
edad que separa los de 0-59 años de los 60 y más será más baja cuanto más baja sea
la mortalidad infantil.
El envejecimiento puede analizarse también consultando cómo cambia la estructura
por edades de la población. Las pirámides dibujadas en los gráficos A.17 a A20
dan cuenta de este fenómeno. Se muestran allí las pirámides del Mundo y la
correspondiente a la Región de América Latina y el Caribe. El proceso, cuyo avance
es inexorable, se dio con cierta similitud en estos dos agregados demográficos. La
importancia creciente de los adultos mayores y la importancia decreciente de las
niñas, niños y adolescentes en el total de la población quedan de esta manera
completamente evidentes.
Dentro de la Región los países que enfrentan con mayor urgencia los desafíos que
impone el envejecimiento demográfico son Uruguay, Argentina y Chile (Gráfico
A.15). Si bien el nivel alcanzado por cada uno de estos países dista aún del
observado en ciertos países de Europa y del Norte de América (Canadá y los
EEUU), los temas relacionados con las presiones sobre la seguridad social y los
sistemas de salud van cobrando fuerza en estos países, mientras que temas tales
como la educación para los más jóvenes van disminuyendo su importancia relativa
conforme avanza el proceso de envejecimiento.
De esta manera, estos fenómenos afectan claramente el bienestar de los países y
condicionan su crecimiento económico. A medida que las poblaciones envejecen
demandan más servicios de salud y de cuidado que servicios educativos. Los
sistemas de seguridad social deben enfrentar el reto que provienen de un cada vez
más prologado período de consumo que de aportes; el crecimiento económico se ve
resentido también por una población económicamente productiva cada vez menor
en términos proporcionales. Todos estos cambios requieren respuestas del sistema
económico y del sistema social y operan como desafíos a resolver, ya que son sólo
desencadenantes de un proceso positivo: la caída de los niveles de mortalidad.
14
Antes de pasar al próximo hecho estilizado, conviene recordar que en todo el
examen anterior se ha omitido hacer consideraciones acerca de los desplazamientos
de la población en el espacio; a las migraciones. Tales movimientos se ven
afectados por fenómenos económicos: es un fenómeno bien conocido que la
bonanza económica de un país actúa como factor de atracción a los residentes en los
países cuyo bienestar económico es menor. Lo mismo vale para unidades espaciales
menores que países: provincias o regiones.
Además, las migraciones suelen en muchos casos nivelar la distribución del ingreso
a escala mundial o nacional mediante el envío de remesas. Un hecho que ha
suscitado interés a la teoría del desarrollo es el desplazamiento de la población de
áreas rurales a áreas urbanas en expansión. El empleo rural de baja o nula
productividad ha servido como una base para teorizar sobre el salario de reserva de
los trabajadores no calificados y las posibilidades de la expansión capitalista a
escala nacional, primero, y a escala planetaria luego (globalización).
2.7. La situación del trabajo
El indicador más usado del funcionamiento del mercado laboral es la tasa de
desocupación, que muestra el porcentaje de población activa que busca trabajo y
no lo encuentra. Sin embargo ese indicador no acusa fuerte relación con el nivel
de desarrollo de los países. En el Gráfico A.14 se muestran los niveles de
desempleo de un grupo de países, algunos de los cuales están en lo más alto del
ranking de desarrollo humano (NIA), otros en lo más bajo (MSLN), algunos
latinoamericanos y Argentina. Como puede verse ahí, el patrón dista mucho de ser
sistemático. Uno de los países más pobres del mundo como Níger registra una tasa
de desempleo muy baja (2%), todavía menor a la de otros ostensiblemente más
ricos, como Islandia (3% aproximadamente). Los desajustes del mercado laboral
que generan tasas de desocupación diferentes no obedecen ciertamente al nivel de
desarrollo de los países.
Quizá sí exista diferencia entre países con distinto nivel de desarrollo, tanto en la
calidad de vida de los desocupados, como en la calidad de los empleos en los que
se inserta la población. Es altamente probable, que sea más duro estar desocupado
en Argentina que en Noruega. Los sistemas de protección al desempleo difieren
15
mucho de un país a otro. También es probable que existan fuertes diferencias en lo
que hace a la productividad del trabajo, mucho más baja en los países menos
desarrollados. Respecto a este último punto, hacia principios de los años 70, un
informe de la Organización Internacional del Trabajo (OIT) advertía que el
verdadero problema de los países más pobres del mundo (el informe se refería
específicamente a Kenia) no era el desempleo sino el empleo de baja calidad. Es
por ese motivo que uno de los temas centrales que tendrá que enfrentar la
Economía del Desarrollo se refiere las disparidades en la calidad de los empleos y
a las razones de formación de segmentos en el mercado de trabajo; segmentos que
se caracterizan por cierta homogeneidad interna, disparidad de resultados
(ingresos por ejemplo) entre ellos y escasa (o nula) movilidad.
Por otra parte, el proceso de crecimiento está estrechamente ligado al cambio
tecnológico y este último trae consigo el requerimiento de nuevas destrezas y
habilidades por parte de la población. Las transformaciones económicas, sociales
y políticas ocurridas desde la segunda posguerra pusieron en tela de juicio el papel
del trabajo y dejaron al descubierto los desequilibrios entre los requerimientos de
la estructura productiva y la oferta efectiva de mano de obra (relación entre
desempleo y vacantes). Este problema está estrictamente ligado con el comentado
en el párrafo precedente: es común ver las calles de los países en desarrollo
atestada de vendedores ambulantes, que no aportan dinero al estado en concepto
de impuestos, que se desenvuelven en la economía informal, que registran escasa
o nula productividad y cuya única funcionalidad es el alimentar a un importante
grupo de personas que utilizan estos empleos como medios de subsistencia.
Más recientemente se está planteando que el cambio tecnológico que
antiguamente estaba orientado a reemplazar mano de pobra no calificada, se está
dirigiendo en la actualidad a mecanizar tareas realizadas por mano de obra
calificada. Estos son los desafíos que enfrenta el mercado laboral en el mundo y
en especial en los países en los que las firmas más productivas funcionan como
enclaves que generan empleo e ingresos para un sector muy reducido de la
población.
2.8. Pobreza y desigualdad
16
La pobreza ha sido, quizá, el hecho que ha contribuido más a la construcción del
marco conceptual conocido como la teoría del desarrollo. El problema es el
siguiente. Si bien en un principio se pensó que el crecimiento económico
contribuiría a eliminar las desigualdades sociales y la pobreza absoluta, los datos
disponibles para numerosos países daban cuenta de situaciones de crecimiento
económico con cambios poco significativos en los niveles de pobreza y
desigualdad.
Para el análisis de estos fenómenos los datos son más escasos y de calidad más
dudosa que el de otros hechos examinados antes, como los demográficos. Si bien
el análisis económico de la pobreza y de la desigualdad tiene ya muchos años8,
sólo recientemente se ha manifestado el interés de la comunidad internacional de
medirla y compararla. Estos intentos de medición y comparación de los niveles de
pobreza permitieron construir el Gráfico A.16 en el que aparece la situación de los
continentes del mundo entre 1980 y 2005. Puede decirse que en América Latina y
el Caribe y en el Este de Asia, la pobreza ha descendido en ese período. En el
resto de los continentes, la situación de pobreza se ha mantenido y, en algunos
casos, ha aumentado. Además, que los niveles de pobreza medidos por tasas de
incidencia no hayan mejorado o hayan incluso empeorado, significa que el
número absoluto de personas pobres ha aumentado sólo debido al crecimiento de
la población, hecho de por sí preocupante y a partir del cual podrán comprenderse
los intentos de la humanidad para darles una respuesta clara y contundente.
Si conseguir datos de pobreza es de por sí difícil, los datos sobre desigualdad
económica son todavía más escasos. En el Gráfico A.17 se muestra el valor de
uno de los indicadores de desigualdad más usados: El coeficiente de Gini, cuyo
dominio de variación va de cero (perfecta igualdad del ingreso) a cien (perfecta
desigualdad). Como puede verse en el Gráfico A.17, los hechos estilizados que
surgen son los siguientes: a) La mayor pobreza no implica ni proviene de una
situación de desigualdad mayor, ni el crecimiento económico asegura una
distribución del ingreso más igualitaria; b) los países con distribuciones más
8 Puede situarse el inicio del interés por estos temas en el estudio realizado por Rowntree en 1901 de las condiciones sociales de York, Inglaterra.
17
desigualitarias son los de América Latina y el Caribe, que en términos de ingreso
per cápita ocupan una situación intermedia a nivel mundial.
2.9. Relaciones entre algunos hechos y el comienzo del camino
Hasta ahora sólo se han descrito algunas tendencias históricas y asimetrías
contemporáneas de variables que definen, de una manera u otra, el bienestar
(potencial o actual) de las poblaciones. Pero el camino del estudio del desarrollo
comienza cuando esas variables se interrelacionan y permiten formular hipótesis
acerca de sus determinantes, desde los más simples y visibles, hasta los más
profundos y muchas veces no tan evidentes. Quizás estás hipótesis puedan
interpretarse también como hechos estilizados, aunque más complejos; pero se
han separado de los 7 listados en la sección anterior porque hay en ellos ya una
relación que incluye al menos dos variables.
El crecimiento de la población, el cambio en su composición y la creación de
capital físico pueden ser denominados en conjunto las “fuentes del crecimiento
económico” y si se quiere, agregarle el adjetivo “moderno”, para llamar la
atención de que se está hablando del aumento del ingreso per cápita que tuvo
lugar en el mundo desde la Revolución Industrial. Pero se aprecia también que si
el mundo tuviera hoy la población de hace dos mil años podría producir casi 13
veces más los bienes que producía hace dos mil años. Hubo un cambio muy
importante en la productividad; esto es un cambio en la capacidad productiva que
puede ser adjudicado tanto a la cantidad y calidad de los medios de producción,
como así también a la calificación de la fuerza de trabajo.
Se produjeron asimismo cambios institucionales y en la organización social que
repercutieron de manera notoria en el bienestar de las poblaciones. En muchos
países, la aparición de un sistema de retiro de la actividad económica desplazó la
función que cumplían los hijos en un sistema de organización social rural y generó
incentivos para el ahorro y, en consecuencia, fondos disponibles para la creación
de capital. El avance de los sistemas de salud pública y la invención de ciertos
productos aplicables a la salud humana hicieron posible desplazar la frontera de
capacidad productiva de un ser humano, la esperanza de vida se prolongó en parte
porque los estados usaron el dinero público para proveer a la población de
18
servicios que le permitían no sólo vivir más, sino mejor. La tecnología médica
aplicada al control de la fecundidad, hizo posible la planificación familiar y el
ejercicio de lo que luego se llamaría la procreación responsable, permitiendo a las
familias determinar su tamaño óptimo y liberando tiempo, especialmente de las
mujeres, que sería usado para producir bienes para el mercado y para generar
ingresos.
Como puede observarse nítidamente en los Gráficos A.12 y A.13, las relaciones
entre las variables demográficas y las económicas son muy claras y permiten al
analista arriesgar las hipótesis que se han esbozado en los párrafos anteriores entre
muchas otras más. Permiten también sólo invirtiendo los términos de las
relaciones, avanzar en el análisis de las consecuencias económicas de los cambios
demográficos. Por ejemplo: ¿qué desafíos impone a los actuales sistemas de
seguridad social el indiscutible cambio en la estructura por edades de la
población? ¿Qué efectos podrá tener sobre el crecimiento del producto el
envejecimiento de las poblaciones humanas? ¿Podrá dicho crecimiento ser
sustentable ante una sociedad que envejece inexorablemente?
19
Apéndice de Gráficos y Tablas
Gráfico A.1a Producto Bruto Interno (PBI) por habitante (precios constantes): 1950-2009. Argentina con sus vecinos
Fuente: Alan Heston, Robert Summers and Bettina Aten, Penn World Table Version 7.0, Center for International Comparisons of Production, Income and Prices at the University of Pennsylvania, May 2011..
Gráfico A.1b PBI por habitante (precios constantes): 1950-2009 Argentina, USA y Japón
Fuente: Ídem Gráfico A.1a.
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Gráfico A.1c PBI por habitante (precios constantes): 1950-2009 Argentina y países con alto nivel de Desarrollo Humano
Fuente: Ídem Gráfico A.1a.
Gráfico A.1d PBI por habitante (precios constantes): 1950-2009 Argentina y los países con bajo nivel de Desarrollo Humano
Fuente: Ídem Gráfico A.1a.
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Gráfico A.2a Esperanza de vida al nacer (años). Argentina y vecinos
Fuente: United Nations, Population Division of Economic and Social Affairs. World Population Prospects: The 2010 Revision.
Gráfico A.2b Esperanza de vida al nacer (años). Argentina, USA y Japón
Fuente: Ídem Gráfico A.2a.
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Gráfico A.2c Esperanza de vida al nacer (años). Argentina y los tres mejores en Desarrollo Humano.
Fuente: Ídem Gráfico A.2a. Gráfico A.2d Esperanza de vida al nacer (años). Argentina y los tres peores en Desarrollo Humano.
Fuente: Ídem Gráfico A.2a.
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Gráfico A.3a Tasa global de fecundidad (hijos por mujer). Argentina y vecinos
Fuente: Ídem Gráfico A.2a. Gráfico A.3b Tasa global de fecundidad (hijos por mujer). Argentina, USA y Japón.
Fuente: Ídem Gráfico A.2a.
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Gráfico A.3c Tasa global de fecundidad (hijos por mujer). Argentina y los tres mejores en Desarrollo Humano.
Fuente: Ídem Cuadro A.2a. Gráfico A.3d Tasa global de fecundidad (hijos por mujer). Argentina y los tres peores en Desarrollo Humano.
Fuente: Ídem Gráfico A.2a.
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Gráfico A.4a Argentina. Edad mediana de la población. Argentina y vecinos.
Fuente: Ídem Gráfico A.2a. Gráfico A.4b Argentina. Edad mediana de la población Argentina, USA y Japón.
Fuente: Ídem Gráfico A.2a.
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Gráfico A.4c Argentina. Edad mediana de la población Argentina y los tres mejores en Desarrollo Humano.
Fuente: Ídem Gráfico A.2a. Gráfico A.4d Argentina. Edad mediana de la población Argentina y los tres peores en Desarrollo Humano.
Fuente: Ídem Gráfico A.2a.
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Gráfico A.5a Efectivos de los grupos quinquenales de edad en un total de 100 personas. Población del mundo, 1950.
Fuente: Base de datos de CELADE-División de Población-Comisión Económica para América Latina y el Caribe (http://www.cepal.org/celade).
Gráfico A.5b Efectivos de los grupos quinquenales de edad en un total de 100 personas. América Latina y el Caribe, 1950.
Fuente: Ídem Gráfico A.4a
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Gráfico A.5c Efectivos de los grupos quinquenales de edad en un total de 100 personas. Población del mundo, 2050.
Fuente: Ídem Gráfico A.4a
Gráfico A.5d Efectivos de los grupos quinquenales de edad en un total de 100 personas. América Latina y el Caribe, 2050.
Fuente: Ídem Gráfico A.4a
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Gráfico A.6 Índice de Envejecimiento Demográfico. Países de ALyC, ronda de censos de 2000
Fuente: SISE-CELADE ( Gráfico A.7 Tasa de desocupación. Países seleccionados, mediados de los 2000
Fuente: Construcción propia con datos de OIT (
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Índice de Envejecimiento Demográfico. Países de ALyC, ronda de censos de 2000
CELADE (www.eclac.cl).
ón. Países seleccionados, mediados de los 2000
Fuente: Construcción propia con datos de OIT (www.ilo.org)
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Tasa de desempleo (%)
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Gráfico A.8a Tasas de pobreza para regiones seleccionadas, 1980-2005
Fuente: Construcción propia con datos de Datt y Ravallion (2008).
Gráfico A.8b Desigualdad del ingreso y PBI ph, Mundo
Fuente: Construcción propia con las bases de datos del Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo (UNDP): www.undp.org.
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Gráfico A.9 Coeficiente de Gini para un grupo seleccionado de países, 2007-09
Fuente: Construcción propia con datos de la base del banco Mundial (www.worldblak.org)
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Honduras
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Tailandia
Liberia
Panamá
Paraguay
México
Costa Rica
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República Dominicana
Perú
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Côte d'Ivoire
Argentina
Mozambique
Bulgaria
Cambodia
Uganda
Macedonia (ERY)
Uruguay
Rusia, Federación de
Georgia
Qatar
Marruecos
Sri Lanka
Turquía
Guinea
Moldova, Rep. de
Lituania
Viet Nam
Tanzanía, República Unida de
Indonesia
Lao, República Democrática Popular
Mongolia
Bosnia y Herzegovina
Letonia
Albania
Polonia
Níger
Croacia
Azerbaiyán
Kirguistán
Timor-Leste
Hungría
Rumania
Kazajstán
Armenia
Montenegro
Tayikistán
Serbia
Ucrania
Belarús
Chile
Seychelles
Valor del coeficiente de Gini
32
Gráfico A. 10 Longevidad y PBI. Mundo, 2011
Fuente: Construcción propia con las bases de datos del Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo (UNDP): www.undp.org. Gráfico A.11 Educación y PBI por habitante. Mundo, 2011
Fuente: Ídem Gráfico A.9.
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33
Cuadro 1 Producto Bruto Interno por habitante (dólares de 1990) y algunos indicadores de distribución. Cuatro continentes, 1820-1998
Región 1820 1870 1913 1950 1973 1990 1998
Europa 1270 2086 3688 5013 12159 16872 18742
América Latina 665 698 1511 2554 4531 5055 5795
Asia 579 552 679 713 1725 2781 3565
África 418 444 585 852 1365 1385 1368
Medidas de nivel
Media (U$S) 733 945 1615 2283 4945 6523 7367
Desvío (U$S) 372 768 1443 2003 5013 7063 7795
CV (%) 50,8 81,2 89,3 87,7 101,4 108,3 105,8
Crecimiento
Promedio 0,5 1,2 0,9 3,4 1,6 1,5
Desvío 1,4 1,5 0,9 4,0 2,0 1,2
Fuente: Maddison (2002) y cálculos propios.
34
Anexo: Sinopsis de los países incluidos en las comparaciones con la Argentina
Figura 1: Países del mundo.
Fuente: http://www.aularagon.org/files/espa/atlas/Mapas_politicos_index.htm.
Bolivia
Bolivia, oficialmente llamado Estado Plurinacional de Bolivia, es un país situado
en el centro-oeste de América del Sur, miembro de la Unión de Naciones
Sudamericanas (UNASUR), que cuenta con una población de cerca de 10 millones
de habitantes. Con un 60% de pobreza nacional (año 2007) y con una esperanza de
vida al nacer de 66 años (2009), es clasificado por el Banco Mundial como un país
de ingreso mediano bajo.
El territorio boliviano es el sexto más extenso de América Latina. Políticamente,
Bolivia se constituye como un Estado pluricultural, descentralizado y con
autonomías. Se divide en nueve departamentos. La ciudad de Sucre es la capital y
sede del órgano judicial, mientras que la Ciudad de La Paz es la sede de los órganos
ejecutivo, legislativo y electoral.
Brasil
Brasil, oficialmente República Federativa del Brasil, comprende la mitad oriental
del subcontinente y algunos grupos de pequeñas islas en el océano Atlántico. Ocupa
35
el quinto lugar a nivel mundial en territorio sólo superado por Rusia, Canadá, China
y Estados Unidos y tiene fronteras con todos los países de América del Sur,
exceptuando a Chile y Ecuador.
El país tiene aproximadamente 200 millones de habitantes, siendo el quinto más
poblado del mundo, aunque presenta un bajo índice de densidad demográfica por su
gran extensión. Brasil es una república federal conformada por la unión de 26
estados federados y por el Distrito Federal.
Este país es clasificado por el Banco Mundial como un de ingreso mediano alto, al
igual que Argentina y Chile. Tiene una tasa de pobreza del 21%, 73 años de
esperanza de vida al nacimiento y una tasa de alfabetización del 90%.
Chile
En el año 1978 Chile fue dividido políticamente en 13 regiones, subdivididas en
provincias y éstas en comunas. En 2012, el país cuenta con 15 regiones, 54
provincias y 346 comunas. Según algunos especialistas, el 95% de la población
chilena pertenece a los grupos étnicos denominados criollos y mestizos. Este
últimos proviene de una mezcla entre españoles e indígenas pertenecientes a los
pueblos Chango, Picuche, Diaguita y Mapuche.
La República de Chile tiene actualmente alrededor de 17 millones de habitantes. Es
clasificado por el Banco Mundial como un país de ingreso mediano alto (al igual
que Argentina y Brasil), pero los indicadores sociales resultan ser más elevados que
los del grupo al que pertenece por ingreso per cápita: la esperanza de vida al nacer
(79 años) está pronta a superar el umbral de los 80 años, el 99% de la población
mayor de 14 años es alfabeta y el 98% de la población urbana tiene acceso a
instalaciones sanitarias. Por su parte, las tasas de emisión de CO2 están por debajo
del conjunto de países de ingreso mediano alto, pero muy por encima de la
registrada para América Latina y el Caribe.
En el año 2010, Chile sufrió un terremoto de 8,8 de intensidad (escala de Richter).
Afectó principalmente a la ciudad de Concepción y cobró la vida de
aproximadamente 300 personas. Las pérdidas económicas provocadas por el sismo
fueron cuantiosas, estimándose entre 15 mil y 30 mil millones de dólares. Más de la
36
mitad de los daños económicos se han producido en estructura y edificios
residenciales.
Malí
La República de Mali es un país africano del norte. Es el séptimo país más extenso
del continente limitando con Argelia, Níger, Mauritania, Senegal, Costa de Marfil,
Guinea y Burkina Faso. Las actividades económicas principales son la agricultura y
la pesca, aunque también tiene recursos naturales tales como oro y uranio.
Malí es un país de ingreso bajo, según la clasificación propuesta por el Banco
Mundial. Tiene una población que supera los 15 millones de habitantes. La tasa de
pobreza por ingresos es del 47% y su población registra una esperanza de vida de
50 años. El 26% de la población de 15 años y más es analfabeta, aunque la tasa de
escolaridad está aumentando con el paso del tiempo.
Níger
La República del Níger es un país con una extensión territorial comparable a la de
España. Sus zonas septentrional y central se encuentran en las áreas desérticas del
Sahara y el Sahel. Tiene una población de unos 15 millones de habitantes,
mayoritariamente musulmana.
Níger está dividido en siete departamentos y el distrito de su ciudad capital,
Niamey. Es una ex colonia europea del África Occidental Francesa, que accedió a la
independencia en 1960. Es uno de los países más pobres del mundo. Los minerales
(principalmente el uranio) son sus principales recursos. Su sistema político ha
sufrido varios golpes de estado en las últimas décadas, el último en febrero de 2010,
cuando se depuso al presidente Tandja Mamadou tras 10 años en el poder.
Níger es un país de ingreso bajo, según la clasificación del Banco Mundial y tiene
una población de 15,5 millones de habitantes. Estos dos aspectos lo asemejan con
Malí. Además la tasa de pobreza es cercana al 60% de la población, la esperanza de
vida no alcanza los 55 años y casi un tercio de la población adulta es analfabeta.
Sierra Leona
Sierra Leona es un país de ingreso bajo, según los estándares del Banco mundial.
Tiene una población de casi 6 millones de habitantes. Con un 66% de población que
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no alcanza a cubrir la canasta necesaria para no ser pobre, Sierra Leona tiene una
esperanza de vida de 47 años y 41% de la población adulta analfabeta.
Noruega
Noruega es un estado monárquico septentrional que junto con Suecia forma la
península escandinava. Noruega, Dinamarca, Suecia y Finlandia conforman
Escandinavia. El crecimiento económico noruego fue muy intenso desde la
finalización de la SGM. Al igual que otros países escandinavos, el sistema de
protección social es en Noruega muy importante.
País miembro de la OCDE, está clasificado por el Banco Mundial como de ingreso
alto. Tiene una población de alrededor de 5 millones de habitantes, y su esperanza
de vida al nacer había superado los 80 años en el año 2010. A pesar del elevado
nivel de desarrollo, sus emisiones de CO2 están muy por debajo de la media del
grupo.
Islandia
Este país está localizado en el extremo noroeste de Europa. Es uno de los miembros
de la OCDE considerado con menor presión impositiva. El Estado de Bienestar
vigente provee servicios de salud y educación gratuita a todos sus habitantes. En
2009 fue clasificado por la ONU como el tercer país más desarrollado del mundo.
Islandia se divide en regiones, circunscripciones, condados y municipios. En la
actualidad el país cuenta con 79 municipios que regulan no sólo asuntos del
gobierno local, sino también aspectos ligados a la educación (escuelas), al
transporte y uso del suelo.
Islandia es un país de ingreso alto para los estándares del Banco Mundial. Es muy
pequeño en términos de población: apenas 317 mil habitantes en 2010. La
esperanza de vida al nacer superior a los 80 años.
Australia
Australia es un país de Oceanía, muy cercano a Indonesia y Nueva Zelanda. Es el
sexto país más grande del mundo evaluado por su superficie de casi 7,7 millones de
km2. Una vez culminada la SGM, el gobierno australiano inició un programa para
atraer inmigración europea, que atrajo principalmente población del Reino Unido.
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Se estima que entre 1948 y 1975 ingresaron al país alrededor de 2 millones de
personas.
La esperanza de vida en Australia había superado ya los 80 años al entrar en la
década de 2010. Tiene una población total de más de 22 millones de habitantes y es
clasificado por el Banco Mundial como un país de ingreso alto.
A pesar de los valores que arrojan los indicadores de desarrollo Australia es uno de
los países con más bajo niveles de satisfacción en el trabajo del mundo. No obstante
estos hallazgos, que provienen en su mayoría de las encuestas de felicidad están
siendo actualmente revisados.
USA
Es una república federal compuesta por 50 estados y un distrito federal (Washington
D. C.). Estados Unidos se disputa el tercero o cuarto lugar más grande del mundo
tanto por su superficie (casi 10 millones de km2) como por el tamaño de su
población.
Los Estados Unidos es un país de ingreso alto, miembro de la OCDE. Tiene una
esperanza de vida de 78 años (año 2009) y una población total de 310 millones de
habitantes. Su elevado crecimiento económico hace que las emisiones de CO2,
medidas en toneladas métricas per cápita, superen con creces la media del grupo.
Japón
Japón está ubicado al este de Asia entre el océano Pacífico y el mar del Japón (ver
mapa). Es un país formado por cuatro islas, que forman más del 95% de la
superficie total. Japón es miembro de la ONU y del Grupo de los 8.
Japón se parece mucho a los Estados Unidos en términos de crecimiento per cápita,
aunque sus indicadores sociales superan a los de aquel país. Con una población de
127,5 (la ubicada en el puesto N° 10 del mundo) millones de habitantes, Japón tiene
la esperanza de vida más alta del planeta: 84 años. Además a diferencia de los
EEUU, el crecimiento económico japonés no ha sido contaminante. La tasa de
emisión de CO2 se encuentra muy por debajo del promedio del grupo.
Un dato importante: en marzo de 2011, Japón sufrió un terremoto de intensidad 9.
Es más importante en magnitud desde los últimos 140 años. A raíz del terremoto
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murieron 14 mil personas y 23 mil desaparecieron. Las pérdidas económicas se
valuaron en 150 mil millones de euros.
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Recuadros
Viejos y nuevos hechos estilizados de la Teoría del Crecimiento Económico
Kaldor (1961)
1. Crecimiento sostenido de la productividad del trabajo.
2. Crecimiento sostenido del capital por trabajador.
3. Estabilidad de la tasa de interés real o rendimiento del capital.
4. Estabilidad de la razón de capital a la producción.
5. Participación estable del capital y del trabajo en la distribución del ingreso.
6. Diferencias apreciables en las tasas de crecimiento de los países de rápido
crecimiento.
Jones y Romer (2009)
1. Aumento en la extensión de los mercados.
2. Aceleración del crecimiento.
3. Variabilidad de las tasas de crecimiento
4. Altos ingresos per cápita y marcadas diferencias en la PTF.
5. Aumentos en el capital humano por trabajador
6. Estabilidad de largo plazo de los salarios relativos
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