campesinos en contra del maíz transgénico
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Campesinos en contra del maíz transgénico
-La defensa de la biodiversidad del maíz. En nuestro país, centro de origen, existen más de 60 razas nativas y
miles de variedades, un enorme legado agro genético, cultural e histórico de los pueblos originarios que nos
permitirá adaptar nuestra agricultura a la crisis climática. Si continuara la invasión del maíz transgénico, toda
esta riqueza se perdería por contaminación, y como productores y consumidores quedaríamos en manos de
Monsanto que a través de las patentes nos haría pagar regalías por producir y comer maíz y sus derivados.
-Existen estudios serios realizados por científicos que no trabajan para las trasnacionales que demuestran la
relación causal entre el maíz transgénico y enfermedades como el cáncer y trastornos en hígado, riñones y
otros órganos vitales.
-Los transgénicos ni siquiera incrementan los rendimientos y es mentira que cuesten menos y que necesiten
menores aplicaciones de agrotóxicos. De hecho, el maíz de Monsanto viene asociado con un herbicida muy
peligroso llamado glifosato o faena del cual hay también estudios que demuestran que causa graves daños a la
salud de la gente y al ambiente.
-El modelo de la agroindustria, el cual está a favor del maíz transgénico, expulsa a las y los campesinos de sus
territorios. Estas políticas hacia el campo han impulsado un proceso de descampesinización forzada, además
de acaparar la tierra, controlar las semillas, destruyendo la biodiversidad y el medio ambiente, generando así
hambre y miseria.
-Las corporaciones que producen semillas transgénicas y que actualmente presionan para abrir la siembra
comercial de maíz transgénico en México, Monsanto, Pioneer-Dupont y Dow, arguyen que los cultivos
transgénicos son una pieza clave para enfrentar el hambre en el país. Nosotros los campesinos les oponemos
los resultados obtenidos en Estados Unidos después de 16 años de siembra: los transgénicos cuestan más y no
han aumentado los rendimientos, pero sí son responsables del aumento en el uso de agrotóxicos.
-Distintos estudios científicos en ratas han demostrado que alimentarse con maíz transgénico puede provocar
daños a la salud, y no queremos convertirnos en esas ratas de laboratorio.
-Para los campesinos los transgénicos significan despojo y control. Nos pretenden despojar de nuestros
saberes cristalizados en las semillas: años de trabajo y experimentación colectiva que hemos puesto al servicio
de la humanidad, de las que las corporaciones se han apropiado y ahora exigen patentes y regalías. Si el
gobierno permite la siembra comercial de maíz transgénico, nuestras semillas nativas se contaminarán. Ni los
agricultores, ni los consumidores podremos decidir no cultivarlas o no producirlas.
-Los campesinos exigen al gobierno actuar bajo el principio de precaución y evitar un daño irreversible a las
razas y variedades nativas de maíz; velar por la salud y bienestar de la población impidiendo que la base de
su alimentación sea maíz transgénico.
-Las corporaciones trasnacionales buscan desaforadamente incrementar sus ganancias mediante el saqueo de
los recursos naturales y aun a costa de la salud de las personas.
-No se debe desdeñar el riesgo para la salud humana reflejado en un estudio4 realizado por la Universidad de
Caen, Francia, donde investigadores demostraron que mamíferos de laboratorio alimentados con las semillas
de Monsanto desarrollaron tumores de varios centímetros, en lo que constituye la prueba científica más
contundente de los peligros asociados a los alimentos manipulados genéticamente. La variedad de maíz
transgénico usada en este experimento fue MON 603, de Monsanto, la que ahora solicitan sembrar de manera
comercial en México.
-Los transgénicos van en contra de los derechos campesinos. “Todas las plantas transgénicas contaminan los
cultivos campesinos a través de genes patentados por las multinacionales, y de esta forma impiden que los
campesinos utilicen sus propias semillas.
http://www.viacampesina.org/es/
-“Los transgénicos no han alimentado a los hambrientos del mundo y no han mejorado la justicia en cuanto a
distribución de alimentos y de los beneficios que se han derivado del usufructo y de la mercantilización de
estas semillas”, afirmó la doctor a María Elena Álvarez-Buylla, investigadora del Instituto de Ecología de la
Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM).
http://www.expoknews.com/2012/07/06/los-transgenicos-no-han-solucionado-el-hambre-unam/
Los Organismos Genéticamente Modificados (OGM) o transgénicos pueden producir efectos en la salud
humana y animal y representan un potencial peligro a los países biodiversos. Particularmente delicada es su
siembra en un país de origen, ya que México domesticó al maíz y el frijol, cuyas plantas se han convertido en
alimento mundial. Debe proteger preventivamente su patrimonio natural ante cualquier riesgo. En cuanto a
aspectos sociales, los procesos de monopolización llevan hacia una concentración de actividades
agroempresariales en manos de pocas empresas transnacionales, destruyendo la economía campesina y los
mercados regionales, creando dependencia tecnológica y por ende, lejos de garantizar la seguridad alimentaria
en el ámbito mundial, encarecen los alimentos básicos. México, con graves problemas de pobreza y deterioro
ambiental, pero siendo uno de los países megabiodiversos, tiene que aplicar principios precautorios que
superen la imperante pobreza, mejoren la equidad a favor de la calidad de vida de todos, protejan la
biodiversidad y cuiden la salud humana ante potenciales riesgos a largo plazo. Sólo un enfoque bioético puede
impedir un deterioro aún mayor de la calidad de vida, de la salud y del entorno.
http://www.revista.unam.mx/vol.1/num3/art2/
¿Por qué no queremos maíz transgénico en México?
Publicado el Viernes, 25 Enero 2013 15:32
Mitos y mentiras sobre los transgénicos:
1. Los transgénicos tienen mayores rendimientos que los cultivos convencionales. FALSO. Con base en los
registros de trece años de cultivos transgénicos en Estados Unidos es posible afirmar que los cultivos
transgénicos no han aumentado los rendimientos. Los rendimientos de maíz y soya (principales cultivos
transgénicos) aumentaron significativamente durante los últimos 15 años pero la causa no fue el uso de
semillas transgénicas, sino el mejoramiento convencional y otras prácticas como la agroecología.
2. Los transgénicos utilizan menos agrotóxicos. FALSO. Entre 1996 y 2008 se utilizaron 144 millones de
kilos más de plaguicidas, que los que se hubieran usado en ausencia de cultivos transgénicos. Esto representa
en promedio un aumento de 356 gramos de plaguicida por hectárea plantada con transgénicos. El uso de
herbicidas en los cultivos transgénicos tolerantes o RR aumentó un 31% entre 2007 y 2008, debido a la rápida
expansión de malezas resistentes al herbicida o supermalezas, antes prácticamente desconocidas.
3. Los transgénicos cuestan menos. FALSO. Los aumentos de rendimientos debido al maíz transgénico Bt,
(que expresa su propio insecticida) durante los primeros años de cultivo, no lograron aumentar el ingreso de
los agricultores para cubrir el costo más alto de las semillas transgénicas. Entre 1996 y 2001, el resultado
final para los agricultores a nivel de todo Estados Unidos fue una pérdida neta de 92 millones de dólares,
equivalente a una pérdida de 3.24 dólares por hectárea. En esa época las semillas transgénicas eran 35 por
ciento más caras que las semillas convencionales, pero las plagas aún no desarrollaban resistencias.
Actualmente algunos insectos se han vuelto resistentes al Bt y además las semillas son más caras, pues
aumentan su precio dependiendo del número de transgenes que contienen. Esto hace suponer que las pérdidas
para los agricultores son mayores.
4. No representan un peligro para las razas y variedades nativas y criollas. FALSO. El maíz es un cultivo de
polinización cruzada, a diferencia de los otros cereales básicos como el trigo y el arroz que se autopolinizan.
Cuando el maíz se reproduce el polen de una planta fecunda a las plantas vecinas y todas las plantas de un
campo de maíz y cada uno de los granos de una mazorca son diferentes entre si y de la generación que les
precede. Bajo condiciones favorables el polen puede trasladarse grandes distancias y ser efectiva su
fertilización. Así el polen del maíz transgénico contamina sin remedio a las variedades nativas y criollas, y es
muy difícil si no imposible eliminar a los transgenes de las plantas en las que se han insertado. México es
centro de origen y diversificación del maíz, existen más de 62 razas y cientos de variedades nativas que corren
el riesgo de ser contaminadas si se siembra maíz transgénico a campo abierto.
5. Los transgénicos son necesarios para adaptarnos al cambio climático. FALSO. Dicen que la transgénesis
es la mejor manera de producir semillas resistentes a la sequía, pero no es cierto. En todos los años de
desarrollo de cultivos transgénicos, se ha producido una sola variedad de un solo cultivo resistente a la sequía
(un maíz para las condiciones de los EEUU). En los mismos años los fitomejoradores convencionales han
lanzado numerosas variedades (sin transgénesis) de maíz, frijol, soya, arroz, grama, sorgo, garbanzo, gandúl,
cacahuate, tomate, etc., resistentes a la sequía. Más allá de esto, los métodos agroecológicos de producción,
como la conservación, cosecha y almacenamiento artesanal de agua, ofrecen abundantes maneras de producir
bien hoy, sin la necesidad de ninguna variedad nueva de ningún cultivo.
6. Los alimentos transgénicos son seguros e inocuos para la salud humana. FALSO. Aunque nos dicen
muchas veces que "no existe evidencia de que los transgénicos sean nocivos para la salud," en los últimos
años se han publicado cada vez más estudios científicos con resultandos alarmantes. Una revisión de la
literatura científica publicada en 2009 concluye que: "pueden causar algunos efectos tóxicos, incluyendo
efectos hepáticos, pancreáticos, renales o reproductivos, y que pueden alterar parámetros hematológicos,
bioquímicos e inmunológicos." El estudio más reciente, de la Universidad de Caen en Francia, dice: "Se
estudiaron los efectos sobre la salud en ratas, alimentadas con un maíz transgénico…durante 2 años. En las
hembras, todos los grupos tratados murieron 2-3 veces más… y con mayor rapidez. … Las hembras
desarrollaron grandes tumores mamarios… La pituitaria fue el segundo órgano más afectado e inhabilitado, y
el balance de las hormonas sexuales fue también modificado por los transgénicos consumidos… Los machos
presentaron cuatro veces más tumores grandes y palpables…" Aunque el estudio fue hecho con ratas, es
probable que se registrarían efectos similares en seres humanos.
7. Los alimentos transgénicos son de la misma o mejor calidad que los alimentos convencionales. FALSO.
Tomamos el caso del maíz en México. Muchos estudios científicos han mostrado que la calidad nutricional de
las variedades criollas de maíz es muy superior a la de las variedades transgénicas, y ofrecen una dieta más
saludable para la población mexicana.
8. No tenemos que depender de Monsanto si los científicos nacionales desarrollan un transgénico mexicano.
FALSO. Casi todas las tecnologías intermedias necesarias para producir un transgénico en un laboratorio
mexicano ya han sido patentadas por las empresas transnacionales como Monsanto, Syngenta y DuPont. No
es posible producir un transgénico sin usar sus tecnologías, y sin pagarles regalias. La idea de un transgénico
mexicano es pura fantasía.
Referencias:
[1] http://www.isaaa.org/resources/publications/pocketk/16/default.asp[2]Doug Gurian-Sherman, Failure to Yield. Evaluating the Performance of Genetically Engineered Crops.Union of Concerned Scientists, 2009.[3] Charles Benbrook, Impacts of GeneticallyEngineered Crops on Pesticide Use in the U: The First Thirteen Years. The Organic Center, 2009.[4] Charles Benbrook, When Does It Pay to Plant Bt Corn?, IATP, 2001[5] CIMMYT, “Assessing the Benefits of International Maize Breeding Research: An Overview of the Global Maize Impacts Study” in: World Maize Facts and Trends, CIMMYT 2000 p. 26[6] http://www.gmwatch.org/component/content/article/31-need-gm/12319-drought-resistance[7]Dona, Artemio y Ioannis S. Arvanitoyannis: «Health Risks of Genetically Modified Foods», Critical Reviews in Food Science and Nutrition, No. 49, 2009, pp. 164-175.[8] -Eric Séralini et al. 2012. “Long term toxicity of a Roundup herbicide and a Roundup-tolerant genetically modified maize. Food and Chemical Toxicology”[9] http://www.ensser.org/fileadmin/files/BriefingPaperMexicanMaize.pdf[10] Matin Qaim. 2009. The Economics of Genetically Modified Crops. Annu. Rev. Resour. Econ. 1:665–93.
http://www.viacampesina.org/es/index.php/temas-principales-mainmenu-27/biodiversidad-y-recursos-gencos-
mainmenu-37/1596-por-que-no-queremos-maiz-transgenico-en-mexico
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