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CAMBIAR A VENEZUELA DESDE LA EDUCACIÓN
Ramón Guillermo Aveledo
Presidente del Instituto de Estudios Parlamentarios Fermín Toro
En el Foro Ciudadano
Reconstruir a Venezuela desde la Universidad
Universidad Pedagógica Libertador
Maracay, 09 de mayo de 2018
2
CAMBIAR A VENEZUELA DESDE LA EDUCACIÓN
El gran humanista merideño Mariano Picón Salas, por cierto factor decisivo en la fundación
del Instituto Pedagógico Nacional, institución seminal de esta Universidad Pedagógica
Libertador y pieza clave en la que fue una transformación realmente revolucionaria para la
sociedad venezolana desde la educación, dijo alguna vez que para Venezuela, el siglo XX
había comenzado a la muerte de Juan Vicente Gómez, es decir en diciembre de 1935. En
1948 escribirá acerca de aquella etapa,
En 1936 se abrió como un paréntesis, se comenzó a ventilar la que era empozada
existencia nacional. Tuvimos prensa libre y deseo de renovar nuestra historia. Nos
faltaba educación política que no pudieron transmitirnos los largos años de
“cesarismo democrático”, y aparecíamos de pronto en medio de la vida moderna,
como confundidos e interrogantes ante la variedad de caminos.1
¿Cuándo empieza el siglo XXI venezolano?
Si a este sabio y culto compatriota nos atenemos, los venezolanos llegamos tarde al siglo
XX. Acaso pueda decirse que algo similar nos está ocurriendo en cuanto al siglo XXI, casi
una quinta parte del cual se nos ha ido debatiendo ideas del siglo XIX , cuyo estrepitoso
colapso tuvo lugar a finales de la octava década del siglo pasado, cuando la casi totalidad
de los estudiantes presentes ni siquiera había nacido.
Los venezolanos de hoy y los de mañana que son ustedes jóvenes y que ya están aquí ahora,
tenemos una cita con la Historia. Es el desafío grandioso, fascinante de poner a nuestra
patria al día con su tiempo, en sintonía con su hora. Abrir para Venezuela la puerta del siglo
XXI, para que hoy, como entonces, se comience a ventilar la empozada existencia nacional.
No hay derecho a que por culpa de un retroceso político inconcebible nos quedemos
atrapados en una disputa anacrónica y saldada por la realidad. La compleja causalidad de
1 Mariano Picón Salas: Páginas de Venezuela en Obras Selectas. Americana de Reaseguros-UCAB. Caracas,
2008
3
esta recurrencia de lo peor del pasado arbitrario y el populismo demagógico con disfraz
ideológico sería largo e inoportuno revisar ahora, aunque en repetidas ocasiones me he
referido a ella. Lo que está en juego es el futuro. El futuro que se nos viene encima. Y ese
futuro, que es el futuro de nuestro pueblo todo, de ustedes.
El futuro es ya
Recientemente ha aparecido un libro importante, en edición digital porque es difícil y
costoso editar en papel en Venezuela y más para la academia, otro síntoma de la crisis que
ustedes, docentes o estudiantes conocen y padecen. Se trata de Planteamientos para una
Nueva Visión de Ciencia, Tecnología y Educación Superior en Venezuela.2. Una lectura de
sumo interés actual, a cuyos trabajos recurriré en varios momentos de esta exposición.
Muy a propósito del tema que nos ocupa es el ensayo de Ignacio Avalos titulado,
precisamente ¿Qué hacemos con el futuro? Esa discusión es, precisamente, la discusión.
Esa y no otra.
El nuestro, nos dice el Profesor Avalos en el libro colectivo referido, es
Un país apretado por una crisis política que lo afecta en todos los planos –el
económico, el social, el institucional, el cultural, el ético- tal y como queda
registrado en estudios y estadísticas, pero, sobre todo en la vida diaria de cada
ciudadano. En un país, en fin, absorbido por sus urgencias inmediatas, impedido de
ver los grandes cambios que marcan esta época, al que desde hace un largo rato se
le extravió la brújula, peor aún, parece que se le volvió innecesaria.3
Las “urgencias inmediatas” que absorben nuestra vida día son el dinero que no alcanza y el
efectivo que no existe, las colas para comprar comida o para esperar el transporte cuyas
unidades faltan, la dificultad para someterse a los tratamientos médicos más sencillos, el
2 VVAA: Planteamientos para una Nueva Visión de Ciencia, Tecnología y Educación Superior en Venezuela
(Claudio Bifano e Ismardo Bonalde, Editores). Academia de Ciencias Físicas, Matemáticas y Naturales. Caracas, 2017
3 Ignacio Avalos en Planteamientos…
4
hecho abrumador, asfixiante de que lo más elemental y cotidiano se nos vuelve un
problema, cualquier problema un drama y cualquier drama una angustia.
Los grandes cambios que marcan esta época, la que vive el mundo y a la cual los
venezolanos tenemos que conformarnos por ver por televisión o Internet, son los que
configuran la que ya se llama la “4ª Revolución Industrial”4.
La “Cuarta Revolución Industrial”
La primera Revolución Industrial ocurrió en el siglo XVIII principalmente en Inglaterra
raíz de la invención de la máquina de vapor y el auge del carbón como fuente de energía y
de la industria textil. Su auge planteó la cuestión social.
La segunda revolución industrial transcurre de fines del siglo XIX hasta la I Guerra
Mundial (1914), la trajeron el gas, el petróleo y la electricidad y con ella emerge la fuerza
del proletariado con la influencia social y política de sindicatos y nuevos partidos políticos
que representan o incluyen a esas masas.
Los fines del siglo XX y comienzos del XXI son el escenario para la llamada Tercera
Revolución Industrial5, es la de la revolución científico-tecnológica, la globalización, las
energías renovables.
La Cuarta Revolución Industrial es la convergencia de las tecnologías digitales, físicas y
biológicas. La del complejo tecno-científico del NIBC: nanotecnologías, tecnologías de la
información, biotecnología y ciencias cognitivas que combinan antropología, física y
matemáticas, neurociencias, lingüística, computación e inteligencia artificial.
Se impone reescribir la agenda de prioridades nacionales de un modo que comprenda y
asuma la sociedad del conocimiento y sus demandas. Un mundo con transformaciones
aceleradas. Y esta es una decisión política, radicalmente política, porque tomarla o no,
4 Klaus Schwab: La Cuarta Revolución Industrial. Debate. Madrid, 2016
5 Jeremy Rifkin: La Tercera Revolución Industrial. Paidós Ibérica. Barcelona, 2011
5
cuándo lo hacemos y cómo avanzamos en los consensos expresados en políticas, planes,
programas, legislación y decisiones ejecutivas, afectará a todos, al futuro de todos. ¿Qué
puede ser más político?
Las personas son la riqueza de las naciones
Ya en 1993 Robert Reich, un académico norteamericano que aceptó un ministerio en el
gabinete del Presidente Clinton, planteaba,
Estamos pasando por un transformación que modificará el sentido de la política y
la economía en el siglo venidero. (…) Los bienes fundamentales de una nación
serán la capacidad y la destreza de sus ciudadanos”6
Y veinticinco años después, esa es la realidad que nos envuelve. Y si la capacidad y la
destreza de los ciudadanos es la riqueza de una nación, la batalla decisiva de una sociedad
es la batalla de la Educación. La que no podemos darnos el lujo de perder.
La inquietud no es nueva en quien habla. No se me ocurrió ayer mientras leía y preparaba
mis notas para esta conversación con ustedes hoy. Desde que conversó conmigo el Rector
López Sayago repasé lo que me atreví a plantear en 1995 en mi libro El cambio, con razón
y en debates parlamentarios como Diputado7.Entonces y ahora es mi convicción, mi certeza
que “La cuestión es si dejaremos a los venezolanos del mañana indefensos en el mundo,
disputándose con los países más tristes de los noticieros de televisión las migajas del
planeta, condenados a hacer los oficios que nadie quiere realizar; o sí, por el contrario,
asumimos que el talento y la capacidad de los venezolanos es nuestra única riqueza
perdurable y nos esforzamos en cuidarla, cultivarla, multiplicarla para que puedan agregar
valor a la economía global y estén como los más creativos y los más educados, entre los
6 Robert Reich: El Trabajo de las Naciones. Javier Vergara Editor. Buenos Aires, 1993.
7 Ramón Guillermo Aveledo: El cambio, con razón. Lo viejo, lo nuevo y lo distinto en la política venezolana.
Panapo. Caracas, 1995. Empleado de la Gente: Caracas, 1997. La Alternativa Civil. La Constituyente de 1999 y otros temas de política y Derecho. Caracas, 2000.
6
pueblos mejor alimentados, más sanos, más seguros, habitantes de mejores viviendas en
mejores ciudades del mañana.”
Nos estamos quedando atrás
Y ¿Cuál es la situación hoy?
Veámosla desde afuera. Recurramos a un indicador serio, rigurosamente elaborado sobre
base científica.
El Reporte Global de Competitividad 2017-2018 del Foro Económico Mundial de Davós,
Suiza, nos ofrece una perspectiva interesante y, para nosotros, imposible de ignorar. Hace
un ranking global de competitividad en el cual Venezuela ocupa el lugar 127 de 140 países
estudiados.
Se me dirá que es un índice marcadamente economicista, paradójico alegato en quienes
creen con inquebrantable fe en el determinismo económico y en que “La historia de todas
las sociedades que han existido hasta nuestros días es la historia de la lucha de clases”
como escribiera a cuatro manos con Engels, Carlos Marx, el filósofo alemán cuyo
bicentenario acaba de conmemorarse el pasado 5 de mayo.
Pero en realidad no lo es. El informe se publica desde 1979, así que ha ido ganando
prestigio y reconocimiento a lo largo de ya casi cuatro décadas. Atrás quedaron las
concepciones basadas en el crecimiento a secas. Se trata de la economía, claro, pero no sólo
de economía. Es como la política, la ciencia o cualquier actividad humana, el baremo de su
utilidad es la persona.
Pero, si eso resultara insuficiente, ha decaído nuestra economía, lo leemos en los
indicadores y lo vivimos. Tenemos años decreciendo con la inflación subiendo. Y se nos
dice que nuestro progreso es social, que se ha invertido en la gente. Pero los datos objetivos
no confirman lo que repite la propaganda. El Índice de Desarrollo Humano de Naciones
Unidas combina estadísticas de escolaridad y expectativa de vida con los niveles e ingreso
per capita, para determinar el progreso social de un país. No aparecemos entre los primeros
7
sesenta y dos puestos. Del ámbito latinoamericano y caribeño sí lo hacen Argentina, Chile,
Uruguay, Bahamas, Barbados y Panamá. Nótese que el último dato disponible corresponde
a 2014 y desde entonces la situación venezolana ha empeorado.8 Pero hay más igualdad,
nos insisten, y tampoco es verdad. En punto a desigualdad, medida por el coeficiente de
Gini sobre distribución del ingreso en una sociedad, no figuramos entre los primeros 20
países con mayor igualdad, pero si volteamos la tabla, veremos que de 158 países
estudiados por el Banco Mundial, somos el 26º más desigual del mundo.
En el Reporte Global de Competitividad más reciente, 2017-2018, se insiste en la
centralidad de la persona como protagonista del desarrollo y factor clave de la
competitividad de un país. Esa centralidad no es cuestión de declaraciones o retórica. Se
demuestra en concreto en mejor educación, salud, seguridad e ingreso per capita. Los
países más competitivos son también aquellos cuya población vive mejor. Suiza, Estados
Unidos, Singapur, Holanda, Alemania, Hong Kong, Suecia, Reino Unido, Japón y
Finlandia son los diez primeros países en el ranking. Seis son europeos, tres asiáticos, uno
es de América del Norte,. Ninguno de América Latina, África u Oceanía. El primer país
latinoamericano que aparece es Chile en el puesto 33. Nosotros en el 127.
Para el Foro Económico Mundial, ente internacional especializado, la competitividad de un
país tiene doce pilares, agrupados en tres sub índices. Uno es el de requerimientos básicos,
cuyos pilares son instituciones, infraestructura, entorno macroeconómico y salud y
educación primaria. Otro es el de potenciadores de eficiencia, cuyos pilares son educación
superior y entrenamiento, eficiencia en el mercado de bienes, eficiencia en el mercado
laboral, desarrollo del mercado financiero, preparación tecnológica y tamaño del mercado.
El tercer sub índice es el de factores de innovación y sofisticación, el cual incluye
sofisticación empresarial e innovación.
Del total de 140 países estudiados, en Requerimientos básicos, Venezuela ocupa el puesto
137 en Instituciones, que es el primer pilar. El 117 en infraestructura, el 134 en entorno
macroeconómico y el 99 en salud y educación primaria. Si a este último renglón se le
considera individualmente, ocuparemos en lugar 118.
8 The Economist Pocket World Figures 2017.
8
En cuanto a Potenciadores de eficiencia, sub índice que comprende seis pilares, en
Educación superior y entrenamiento estamos en el puesto 58, en Eficiencia en el mercado
de bienes el 137; mientras en Eficiencia en el mercado laboral somos el 137. En cuanto a
Desarrollo del mercado financiero nuestro puesto es 122; en Preparación Tecnológica el
109 y 52 en cuanto a tamaño del mercado.
Finalmente, está el sub índice de Factores de innovación y sofisticación. Allí, en
Sofisticación empresarial ocupamos la casilla 133 y en Innovación el 131.
Venezuela es 118 de 140 en educación primaria. Posición nada consoladora si entendemos
la importancia personal y social de esa formación básica. Sin embargo, está en el puesto
58, por encima de la mitad de la tabla, en educación superior y entrenamiento. Evidencia de
que todavía nuestras universidades forman buenos profesionales hay en el éxito que
muchos venezolanos tienen en exigentes mercados del exterior. Cierto, también que en este
aspecto estamos por encima de Brasil (79) y Colombia (66), pero no cometamos el error del
triunfalismo en este aspecto. Estamos por debajo de Chile (26), Costa Rica (31), Argentina
(38) o Uruguay (53).
Pero debe llamarnos la atención que la peor posición para nuestro país, aún peor que la de
entorno macroeconómico en un país con hiperinflación, varios años cayendo en Producto
Interno Bruto y con una pavorosa inestabilidad monetaria que ha reducido el valor del
bolívar un millón de veces en diez años, sea en Instituciones, el primero de los
requerimientos básicos considerado.
El cambio principal
La categoría de Instituciones comprende respeto a los derechos de propiedad, ética y
corrupción, influencias indebidas, desempeño del sector público, en todos los cuales
ocupamos el lugar 137 de 140 y seguridad, donde nos ubicamos en la casilla 135.
He allí la naturaleza del cambio principal que nos hace falta como país. Sin que las
instituciones funcionen, no puede un país progresar. Las instituciones son la armazón de la
sociedad y en cuanto a las instituciones públicas, los instrumentos confiables ante la
9
ciudadanía, para que el Estado se organice y funcione con arreglo a la garantía, la
promoción y el desarrollo de los derechos de las personas. Y ese cambio decisivo es, por su
propia naturaleza, político.
Volvamos a la educación.
John Dewey, el pedagogo y filósofo de la pedagogía progresista norteamericana, teórico de
una escuela para la reconstrucción del orden social y un docente que guía, orienta a sus
alumnos en esa travesía, nos dijo que “El valor de todas las instituciones es su influencia
educativa”. Siendo así ¿Cuál será entonces el valor de la institucionalidad venezolana?
Siguiendo la lógica de su pensamiento, la transformación de las instituciones será entonces
necesaria para el cambio en la educación.
Hablamos del mismo pensador que opina que “La educación no es la preparación para la
vida. La educación es la vida misma” Nada menos.
Datos sobre nuestra educación empobrecida
Y vista desde dentro ¿Cómo está la educación de Venezuela?
“45% de los docentes en el país han abandonado las aulas” de acuerdo a lo afirmado por el
Presidente del Colegio de Profesores de Venezuela Seccional Táchira y Director de la
Fundación Red de Educadores por los Derechos Humanos9.
La Federación Venezolana de Maestros denuncia que 250 educadores renuncian al mes en
Carabobo10
. En el Zulia esa deserción superaría el 57%11
. Así hay datos de todo el país.
Pero con los estudiantes es igual o quizás peor. La deserción estudiantil aumenta incluso en
las cifras oficiales, más en Media que en Básica.
9 Crónica Uno
10 Caraota Digital
11 Versión Final
10
En la educación universitaria el problema muestra un rostro aún más preocupante. El año
2017 la matrícula de la Universidad Central de Venezuela, en datos aportados por un
informe de su Secretario, bajó en un 29.1%. Estudiantes de la UPEL de Barquisimeto
denunciaron en noviembre que dos de cada diez profesores deciden dejar de ejercer su
actividad para dedicarse a otra o irse del país, y que solo el 16% de los estudiantes
asignados por la OPSU o admitidos en las pruebas internas formalizan su inscripción.12
Un dirigente de Fetramagisterio declara que para el Primer Trimestre de 2018, sólo
ingresaron 187 nuevos estudiantes en la UPEL en todas sus menciones a nivel nacional.13
No hay para alegrarse, ciertamente. Y es que no podía ser de otra manera. La educación
venezolana muestra los síntomas de la crisis ancha y profunda que vive nuestra sociedad.
El presupuesto, manifiesta y deliberadamente insuficiente; el desestímulo económico y
social hacia la profesión docente; la devaluación del esfuerzo y el trabajo como valores; el
retroceso en la institucionalidad educativa y su informalización, son datos que están ahí,
demasiado visibles como para ignorarlos. Si tomamos solamente el ejemplo de la
Universidad Central, su presupuesto representaba en 2000 el 1.32% del nacional y en 2017
apenas el 0.35%, menos de la cuarta parte de lo que era.
La querella con las universidades que no se rinden en su empeño de mantener su misión
como centros del pensamiento libre, del espíritu crítico, de la búsqueda de la verdad
mediante el conocimiento, del debate de las ideas distintas como fuente de progreso, se
explica cuando vemos convertirse en política de Estado la aspiración de una sociedad
uniforme, unánime, chata y monocolor. Ese pueblo encuadrado que marcha y repite
consignas es todo lo contrario al pueblo libre que mira a la universidad con esperanza,
buscando en ella luces, todo lo contrario al pueblo que a su vez la universidad quiere: culto,
trabajador, inconforme, curioso, deseoso siempre de ser mejor y dispuesto a serlo.
12
El Impulso
13 Crónica Uno
11
Rescatar a Venezuela desde la educación
¿Puede entonces rescatarse a Venezuela desde la educación?
Se puede y se debe.
Y para eso, Venezuela debe rescatar su educación. Rescatar la educación para que la
educación rescate a Venezuela.
Reconocer y protestar el estado de sitio que viven nuestras universidades y el retroceso
objetivo que hemos vivido en la educación venezolana a todo nivel como resultado de una
política destructiva, no implica que nuestra educación sea perfecta o que no necesite
revisarse a sí misma.
Habrá mucho que cambiar cuando el tiempo sea propicio y, para eso, la universidad
venezolana debe estar lista. Con las ideas, con las visiones, con los proyectos para
transformarse y apoyar la transformación del país, para ponerlo al día.
Se puede y se debe, porque mientras más nos demoremos en hacerlo más nos retrasamos,
más ancha se hace la brecha que nos separa de los países avanzados, aquellos que invierten
más en ciencia, tecnología e innovación, tienen más investigadores, producen más patentes,
y así, en más desventaja colocamos al pueblo venezolano.
Este en el que nos toca vivir es el mundo de la sociedad del conocimiento. Estos cambios
cada vez más acelerados nos consiguen desubicados y desprotegidos14
. El progreso de la
educación debe ir de la mano del progreso en ciencia, tecnología e innovación. Así
tendremos que verlo como país y debemos estar preparados para hacerlo. El MIT, Instituto
de Tecnología de Massachusetts, hizo en 2017 una lista de los temas que concentran mayor
atención en ciencia, tecnología e innovación, y el primero es “reforzamiento de la
educación”15
14
Avalos, trabajo citado
15 Carlos Machado-Allison: Ciencia, Tecnología y Producción en Planteamientos…
12
Reforzamiento no es sólo cuestión de presupuesto, aunque desde luego lo es. Pero es
cuestión de orientación, política, contenido y recompensas satisfactorias en las distintas
necesidades humanas.
Por su parte, en su ensayo para el mismo libro, la profesora Sary Levy-Carciente plantea
con lucidez.
La cantidad y calidad del capital humano es uno de esos factores recurrentemente
destacados. La potenciación de los individuos fortaleciendo sus capacidades para
la innovación depende de una educación formal de calidad y del desarrollo de
aptitudes que los haga eficientes ante los retos de la sociedad del talento.
Naturalmente la calidad de los docentes e instructores es particularmente
importante y por tanto el sistema de recompensas sociales y económicas asociadas
a esta labor.16
Bifano y Machado-Allison17
exponen que la actualización académica es la preocupación
central para autoridades universitarias, profesores y gobernantes en los países que avanzan.
Por esta debemos entender la revisión de las ofertas de estudio, la acreditación de los
estudios de pre y postgrado, la actualización curricular, las políticas de investigación y
postgrado o la implantación de sistemas eficientes de educación a distancia. Entre nosotros,
la comunidad universitaria, en medio de penurias y privaciones, debe conformarse con la
supervivencia.
Valorizar la educación en la sociedad y, por lo tanto, en los niveles de poder político y,
dicen los académicos citados, despojar a la universidad de vicios, rémoras y prejuicios. Ese
es “el trabajo que está por venir”. ¿Difícil? Ciertamente, pero ellos lo creen posible.
Tomará tiempo, empeño e ideas claras, hará falta liderazgo universitario,
tenacidad de los profesores y compromiso de Estado y del sector privado, para
lograr una universidad mejor de la que tenemos.18
16
Sary Levy-Carciente: en Planteamientos…
17 Claudio Bifano y Antonio Machado Allison: La patología de las universidades en Planteamientos…
18 Bifano y Machado-Allison en trabajo citado
13
El cambio es posible
El cambio es posible. Hay experiencias históricas que nos lo demuestran. Tomemos en caso
de Corea del Sur, bien explicado por el profesor de la USB Marino González19
. En 1960,
los surcoreanos estaban muy por detrás de nosotros en PIB per capita, expectativa de vida
al nacer y mortalidad infantil. Hoy su ingreso por habitante es de $ 28.166 frente a $ 8.154
de nosotros, su expectativa de vida al nacer nos supera en ocho años en los hombres y seis
en las mujeres, y nuestra mortalidad infantil cuadruplica la de allá. Lo mismo que su Índice
de Desarrollo Humano de 89.8 está 13.6 puntos por encima del que hemos alcanzado.
¿Qué hicieron?
Tomaron decisiones de políticas económica, educativa y de ciencia y tecnología orientadas
al mismo objetivo y se realizaron.
Es de esas experiencias que debemos aprender. Sin complejos. No para copiarlas
simplemente, sino para aprovecharlas. En Asía, en América Latina, en países cuyos
problemas y retos no eran demasiado distintos a los nuestros. Y en esa nación asiática más
pequeña que la nuestra y superpoblada invierte el 17% de su presupuesto en educación.
98% de las personas hasta 34 años de edad han completado la educación media. Y el 70.9%
de esos graduados va a la universidad. Los estudiantes coreanos reciben más horas de clase
al día que el promedio internacional. Los educadores gozan de un sitial de respeto social
alto y sus condiciones de trabajo son mejores que en otros empleos y el sistema los rota en
los planteles cada cinco años.
El trabajo del profesor González antes citado, nos ubica en una perspectiva interesante:
Quizás la mejor lección de la experiencia de Corea del Sur para Venezuela, es la
demostración de que antes que los detalles de las políticas está la decisión sobre la
orientación general del tipo de sociedad que se aspira para las próximas décadas.
Si esa visión apunta a construir una sociedad de bienestar a partir del desarrollo
productivo de alta complejidad, entonces es posible encontrar las alternativas que
permitan darle sostenibilidad a esa estrategia.
19
Marino J. González R.:Ciencia, Tecnología e Innovación: las lecciones de Corea del Sur en Planteamientos…
14
Aquí cerca, en nuestra América Latina y el Caribe, están sucediendo cosas importantes20
.
Más niños y jóvenes van a la escuela (80% en 2015). Perú, Colombia y Trinidad & Tobago
mejoraron sus resultados en matemáticas, ciencia y lectura en las pruebas PISA 2015 y los
tres se encuentran entre los diez países que a nivel global mejoraron más en el aprendizaje
de ciencias. Casi todos los estudiantes tienen acceso a una computadora en su centro
educativo. Se está invirtiendo más en educación en la región y en eso destacan Costa Rica y
Jamaica. Si bien hay mucho que mejorar aún en cuanto a las desigualdades de origen socio
económico, actualmente se gradúa una proporción mayor a nivel medio.
Cada experiencia es original, pero de todo y de todos siempre podremos aprender.
Tener clara una visión del modelo de sociedad que queremos ser. Una sociedad
democrática, próspera, moderna, equilibrada, justa. Fijar ese rumbo y avanzar hacia él con
decisión, superando obstáculos, corrigiendo errores y, en la ruta, que no será corta ni libre
de inconvenientes, aprovechar la experiencia, asomarnos al mundo, atrevernos a lo nuevo.
Seamos dignos de Venezuela y del futuro
Creo que la educación cambiará este país y que este país debe cambiar su educación y, para
eso, propiciar el cambio político que lo permita.
Hace 176 años uno de los más grandes venezolanos de todos los tiempos, Andrés Bello, un
maestro como ustedes quieren ser, dijo a estudiantes y profesores de la universidad que
inauguraba: “Haced más, tratad asuntos dignos de vuestra patria y de la posteridad”.
Hoy estamos ante la misma convocatoria. Siempre podemos hacer más, para ser dignos de
Venezuela y del futuro que nos pertenece.
20
BID: 5 Avances clave de la educación en América Latina y el Caribe.
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