bourdieu, p y g balazs (1999), 'el interrogatorio', en pierre bourdieu (dir), la miseria...
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.{ as encuestes adtninistradvas, de ias que aqlli ana-
,¡! lizen-ros algunos e jemplos, son interesantes por
J*"á varias razones. En prirter lugar, porque clan libre
crirso a lr¡s efectos que, salvo vigil:rncia especial, amena-
zan con pesarsobre toda relación de encuesta y permiten
ásí :Lpreciar ¿7 contr¿trio Ia import:rncia del esfrrerzo que,
en Ia realización de una entrevista, hay que hacer para
neutralizarlos: se trata de un caso en que, ef'ectivamente.
corno lo señrlaJohn Gumperz, "pese a las aparicncias de
igualdacl, reciprociclzrd y corclialidad, los roles cle los
perticipantes, es decir, el clerecho a la palabra y la
obligación cle responder, están predetenrlinaclos o, al
menos, constituyen el objeto de una fuerte coacción".r
Si la violencia simbólica inherente a la asimetría entre
interlocutor€s muy desigualmente provistos de capital
económico ysobre toclo cultural puede ejercerse con unzt
ausencia tan per{ecta de discreción, es porque los agentes
encargaclos de Ilevar adelante el interrogatorio se sienten
con n-rancl¿to y arrtorizeción del Estado, poseedor del
monopolio de ia violencia simbólica legítirna, y porque,
pese a toclo, se los coooce y reconoce corno teles. Prlleba
de ello, lzr réplica, cligna de Kafka, de esa mujer que,
sornetiaif, a Lln cuestionlrio muy exigente sobre su sallld,
se asonbra: "Hasta eso preguntan", sugiriendo que [a
nlismrl encuestxdora no es tnás que el iostlr.tlrrento cie tur:t
intención elaborada en otra parte, 'en las altas esfems".
EI anírlisis de las grabaciones de algun:rs entrevistas
reelizacl:rs por Llna olicina de esru.lios (que sin duda
nos perdonerá que le nuntengaulos en el anonit¡rato. . . )
El interrogatorioPietre Bou"clieu y Gabrielle Balazs
a pecliclo clel Ministerio cle lnvestigación y Tecnologí:r,
con vistas a evaluar el u despr-iés cle res años de srt pues-
ta en vigor, pemrite clptar lo que sep:rra el intelrogato-
rio I¡uroc¡ático cle las otras fon.n:rs de interrogatorio de
Estaclo, en especial, la polici:rl p{a iuclicial, y Io que tie-
ne en cc¡rnún con ellas 1r, m:is r-Lmpliamente. con toclas
ias encuest¿rs burocrirticas corrientes.r Aunclue -a clif'e-
rencia de la investigeción iLrclicial y, sobre toclo, de Ia po-
licial- se plesente (y se viva) como Llna investigación
cientítlca. la encuesta xdministrativx, estrech:lmente de-
teminada por fines burocráticos, está íntegrxmente di-
rigida por intenciones nr-¡rmltiv:rs. Además, tocio: el mo-
mento cle realizarla (el año mismo en qtle la comisión
nacional cle evaltt:rción del mr debe sotneter su infor
me al primer trinistro), el lugar de su re:ilización (las ofi-
cinas de las alcalclí¿s o ios centros comunales de acción
social encargados cle los contratos cle inserción), el con-
tenicio y la forma de las preguntas (hasta trescientas para
una sol:r entrevista, hecl-ras sin descanso y ;1 lrenudo por
dos encuestadores); tocio, decíamos, incit¿ a Ios encues-
t2rclos e sentirse en ia obligación cle establecer la legi-
timidad de su srar¿¿s cie benefici:rrios clel Rrü (como otros,
p:rr:r obtener un subsitlio, una p:'Lsantí:r o une vivienda,
deben iustific:rrsu iclentid:rd :rdministrativa de "solicitante
de empleo", "deSocupaclo con clerechos vencidos', "jo-
ven sin calificación", 'pzrdre aishdo" o "sin clomicilio fijo")
La alternancia cle preguntas lrívolas o irtisori:ls (con
respecto, ciesde itrego, a la situación y las preocttpzrcio
nes cle l:rs pelsonas interrogf,dls: '¿Cuírl es su esparci
,-t f
1.
Jrc*"p*r, E"S,1ger la conl,erscltiott, intro.Luction A la so(¡olingLlísti(frc ¡nteractk)nltelle. Pxís. lvlinuit, 1989, col Le sens
commun, p. 15.
)Agrr¡*.s*,q.rí, <1e.sde luego sin pocLer hacerlo con nornbre ¡,apellido, a La personl que nos transrllitió esas grab¿lciones,
y "renirimos,
pr,, ,o.i", las infbrnaciones sol¡re esta encuesta, a la obra colectiva cle Il ruH¡ lNf ission interministérielle pour
Ir reclrerche, Nlisión Internlnlsterial parx ia investigaciónl y el l)lan urbain, ¿e n\lt ti l éprelLue cles fails: Terríto¡re, ¡nsert¡ot!
société, ?aús, Ecl. Syros Alternarive, 1991. Esta invesrigación también .lio lugar a un coloquio, efecturclo ei 8 y 9 cle noviembre
rle 1ggt. Prm los ¿nálisis regionales, hay que rernitirse ¡ los 13 informes proclucidos Por é1.
El ¡ntetrogotorio
miento pref-erido?") y preguntas tramposas enunciadascon un tono jovial ("¿Es un trabajo declarado?,, o *¿En
qué ocupa sus dÍas?") o bíen formulaclas de una manerairónica ("Vamos, vaflros, su apariencia no es la de unenfermo..."), confiere ;l veces a la entrevista unaviolencia tanto mils insostenible cuanto que se ejercecon toda inocencia, con la buen¿ concienci¿r de quiencuenta con la doble legitimided del orden científico yel orden moral.
Nunca se acabaría de enumerar los presupuestosinscriptos, en cieÍa fomra, en la estructura misma de larelación de encuesta, cuando, como aquí, la asimet¡íainherente al interrogatorio brrrocrático encuentra, en ypor la distancia enÍe los recursos y disposicionessociales del encuestador y los del encuestado, las concli-ciones de su plena realización. La relación de fuerzas es
tal que el interrogador no tiene que preocuparse porsaber si los problemas que (se) plantea, problemasinstirucionales que no tienen interés más que para elorganismo solicitante de la encuesta, también le surgena la persona :r quienes los presenta.
El postulado fundamental del intercambio esrá ins-cripto sin ducla, en esra imposición de problemáticas,basada en la universalización del interés particular cle lasburocracias. Pero eso no es todo. El interrogatono,llevado adelante en la lógica de la sospecha, trata alencuestado como disirrrulaclor y sülulador potencial alque hay que pescaren la trampa_ Además de las preguntassobre la forma en que los erremistas se intbrmaron sobrela existencia del subsidio, lo que piensan de la ley y a quépafte del preslrpuesto don.réstico se afecta el n¡r, estántambién las que apunran a descubri¡si el encuest¿cio tieneingresos no declarados, si clispone cle otros recursos, sivive solo (o más bien sola, porque esra pre!íunta se clirigelas más de las veces a las mujeres) como lo:rfinna, si nohebri pcclido el Rrl pxrir cot.lsegr¡ir rrna cobcnura *ocial.Como pesa sobre él la sospech:r cle la aÍirnaña interesaday la falta cle civismo, se le pregunta si vota, con unacorrección instanánea que se pretende cón-rplice; .,¡No lepreguntamos por quién!".
torio. Trastomadas, desorganizeCas. es¡:rs :-rd:s no entranen las categorías previsrzs por ei cresdomrio estánclar,concebido para genemr respuestas hon:ogéne-as e inca_paz de capurla dir.ersidad delas siruaciones quepudieronconducir a la solicirud de un subsidio de supen ivencia.Los signos de asombro. los reproches conreniclos y Iacondescendencia --cuya form:r suprema es. sin cluda, laconrniseración- son otf,rs nnns manifesnciones de lospfesupuestos --o de los preluicio* consúrudvos de lavisión burguesa o pequeño-burguesa ciel munclo: in_troducen toda una serie de postulados sobre la compo-sición "conveniente" de una familia, los vínculos quedeben r¡antenerse con ella y las ,,elecciones"
escolareso profesionales que definen una ,,carrer¿,, digna cle esenombre.
Cuando la.mujer que ha percliclo un hijo y se separóde su mariclo-declara que renunció a un empleo de unmes porque su hija, IiceÍsta, acababa de tener unacriatur¡, razón por la cual prefería queclarse con ella, ledicen: ';Su instinto de madre era más fiienel,,. peroadvierte. por ora parte, que le reprochan Io que laencuesadora percibe como una in\.ersión de los roles:"¿Cómo es eso, su hija para la olla?,,. .{ una joven empleadadoméstica. madre solter¡. se le pregunta como si fuera elrema de una redacción: "¿eué significa para usted estarsola?" o ''¿Es imporLlnte para usted ver crecer a su hi.jo?,,.
¿Y qué decir de esm pregunra pseudoanalítica sobre losrecuerdos infantiles, que se formula mecánicamente,pese a la reticencia de Ios encuestaclos a hacer conficlen_ci;ls o evocar recuerdos dolorosos? ,,Todo eso está muytejos [...J no me acuerdo,,, conresu, por eiemplo, unajoven doméstica que pasó su infancia cle hogar en hogar,sin conocer a sus padres. lVlientras que otros, como elmanipulador de mercaderías que cle niño perdió a sumadre, oponen su silencio:
ENcupsrsoctp: ¿Puede bablanne de nt infanc¡a?Erucursre¡o: [Silencio.)
Ettcuasr.aon: ¿Qué reawdos ttene de ese Derío.lo?ENcuEsrroo: LS¡lencio.l
En los tres casos presentaclos aquí --el cle una mr.rjer E¡tcursr;oon: ¿No tiene ningún recterdoz
cle unos 50 años, que clejó a sr¡ nuriclo artesano luego ENCUESTADo: sí'
clel fallecimiento cle su hijo, la cu:rl, no tenía experiencia Evcuesr'too*: ¿ti' o quiere babtar de eso: De actterclo.
en trabaios asalariaclos; el de un pequeño comerciante Sin ser nunce complenmente conscrentes r. cínicos,de 59 años que regenteó LIn restaurante en una barriada los encuestadores. iler.ed.os pcr sus ciisoosicrones de cla-popularhastaquer¡naer:I'ermedaclleirnpidiópermane- se, entran en una reiación ambigu.e ir5isrencia y vi-cer cle pie, y el de un joven manipulaclor de mercaderías, gilancia, acti¡ud maternel v sospeche. i- :n rnáiisis máscriado por su abuela pofiera a r¡íz de la muefte cle su sisternático de u n cotpus más e-xrenso perniüría. sln clu-madre- las preguntas llegan'.r lzr violencia del rnterroga- cla, cor.uprobar que la composición del equipo de en-
El interrogotorio
cuesta según el sexo, la edad, el origen social y el srrrr¿rs
profesional afectx muy tlirectamente l¿r manera de reco-
ger los datos e iflterpretarlos. AsÍ, tal o cual hipótesis cle
la encuestadora con respecto a Ia vivienda sólo cobra
sentido por referencia a una definición tácita de lo que
en su universo se considera conveniente para un2r
farnilia cle "pobres" como Ia de [a encuestada: "iEs caro!
¡Yo creía que ustecl vivía en. . . luacilctciót't'\, e¡ una o dos
piezasl". Como para disculparse, la encuestada se ve obli-
gacla a explicer que ahora que vive con su hija y su nieto,
ese departatnento de cuatro xmbientes le resulta ape-
nas un poco más caro, gracias al subsiclio a la vivienda,
que el cle dos ambientes que ocupaba antes.
De la misma fbrrna, la encuestador¡ pregunta al pe-
queño comerciante que reside en un b:rrrio en renova-
ción: "¿Y qué le procluce saber qr-re lo van a dernoler,
que. . . lse rectifical que su casa. . . ? [. . . J ¿Es una cma, quiero
decir, un peque ño cltalet o un departamento? [. . .1 ¿Y [a
casa es de sus padres? [...] ¿Siempre l;r misma, desde ha-
ce cuántos años?". Al dejar traslucir su visión sobre el ín-
dice aclecuado de ocupación, se sorprencie e insiste en
la cifra: "¿Así que en una época ustedes eran. . . seis en es¿r
cas:r?". Luego calcul:r en voz alta: "Dos hi1os, los padres y
sus padres... Está bien. ¿Y ahora sus padres están...?"
(silencio, han fallecido). La encuestadora, siguiendo el
hilo de su pensamiento y su cálculo, concluye, como si
Ia aliviara saber que hay más lugar: "¿Así que son dos?".
Es includable que ia violencia alcanza su punto cul-
minente cuando Ia filosofía de la acción qlle sostiene to-
do el interrog:rtorio conduce a buscar en intenciones y
razones el oligen de la totalidacl de las llcciones de to-
dos los agentes, a los que se supone igualmente dueños
de su destino, y a erigir así tácitamente a los erremis-
tas en responsables de su miseria. Los "¿por qué?" que
escanden las palabras sobre la pérdicla dei empleo, la
separ:rción del cóny'uge, el lLr¿.rnclono cle la escuela, la
salud, la desocupación, cleian pensar que todo lo que Ie
sucedió a la persona interrogacla fue el resultado de una
Iibre elección. Por ejemplo, a una emplezrcla doméstica
que dejó la escuela a los 12 ¿ños se Ie pregunta "por qué
razón Io hizo", e incluso se ie ¿c[:rm: "¿Porque quiso o
porque estaba obtigada?". Se postulx con ello que cacllr
uno puede y debe rlurneier ¿r su modo sll c:1[rera y sLl
vid¿.
ENcupsru¡ou2: [Se rectificr.] ¿\'por .Pt'é razón dejó
el ba.r?
ENCUESTADIM -1: Por enf'ermeclad...
ENcrrEst¡¡o: Porque no podía hacerlo más.
ENcuesr¡oou 2: Por razones de sahtd, entonces. LEI
encuestado añade que "cstuvo veinte años en el Correo
y después clejó".J
Eucuesrsooz¡ 1: ¿Así qu.e el motiuo por el que deió ese
tra bajo fue uerd acleratnente s u esposa?
ENCUESTADo: Así es.
E¡tcuxrqaonc 1: ¿Si no, se bubiera qu.edaclo en él?
ENcuesr.rLxr: Oh, estaría jubilado... ah no, no del todo.
E¡cLnsr¡oopt 2; lPerdida.] ¿El motiuo por el cltLe dejó
qué trabajo?
ENcrcsr.aons 1: El coneo.
ENcuesr¡oc¡ru 2: ¿Dejó a cau.sa cle su. ruttjer? ¿Por qtté,
ella no...?
ENcrrsrr¡o: LObligado a repetir.l Era depresiva, ya no
podía hacer su tr¿bajo, así que.,.
Eucursr¡oon¿ 2.'lRepite.l ¿Y de qtté trabajaba?
ENCUEsTADo: Contal¡ilidad.
ENcuesrtor¡u 1.' Entonces ustecl clecidió: renttncio.
ENCUESTADo: Ah, Sí.
ENCUEST.-\D1M 1: ¿Y después le grrstó eI...?
ENcuesr¡Do: ¿A mi muier?
ENCUESTADOIA 1: ¿El bcr.r?
ENCUESTADo: ¡No! No, pero, bueno... se acostul-rl¡ró.
lSilencio.l Y yo también.
ENctesrtoont 1: Sí, l¿t cosa cantbia, eb.
ENcuESTADo: Claro.
ENCüESTAD1R.A 1: ¿Hizo trabajos nlenores antes de en-
trar al coneo?
Excursr¡oo: ¡Ah, sí! 41 principio era peluquero. Mi
primera profesi<in fue la de peluquero.
ENcuesr,tooan l: [Tono admirativo.] iQtLé trayectoria/
lEleva la voz.) ¿Tenía u.n c.tp?
ENCLTE5TADo: Sí.
ENcupsraont 1. ¿)' ejerció... ?
ENcursr.q¡o: No rnucho, porque no cornpensaba. Sólo
cuatro ¿ños; en ese l.nomento, los peluqueros se morían
de hambre.
E\ctnsrtooan 1: ¿Ab, sí?
Eucursrsoon¿ 2: ¿En qné época era? ¿Qué año?
ENCLTESTADo: Entre 1945... freJlexional,1945 y 1949.
Euct¡rsr¡oou 1: ¿Qtté lección scr.có del oJicict cle pelu-
qu.era, prirnero, _y desprLés del oficio de...?
ENCUESTADo: Que algunas veces uno aprende un oficio
y clespués no le sirve p¿ra gran cosa. Depende cle los
oficios. Nunca (luise ser peluquero-
E¡tcutsrsoont 2: ¡Ab, buenol ¿Y por qLÉ lo bizo?
ENcriesr¡»o: Porque... quería ser carpintero embarcado.
En esa época, al médico -se murió, afortunaclzrmente- le
pareció que em den'Lasiado enclenque. Era enclenque.
El interrogotorio
ENcutsrsooru 2 lTono burlóo.) Abora no parece en-clencpte; se recuperó...
ENcuesrADo: Y ahí tiene, era demasiaclo chico, todo eso,
para ser carpintero. Él los veía grandes y gordos a los. . .
y después, eso es. . . clespués rne propusieron.. . tarnbién
había que trabajar; después de la guerra era durc¡.
Los "¿por qué?" repetidos exigen una reflexión reros-pectiva sobre las intenciones de la ¿rcción y tienclen así
a constituir a la víctimx en responsable (incluso, a sus
propios ojos) de una situación que supuestamente
quiso, al menos negativamente, :rl mostlarse incapaz cle
"tomarla en sus manos". dsí, la encuestadora ironiza
sobre el hecho cle que el comerciante, cuya esposa,
contaclora del bar, sigue:r cargo de las tare;rs :rdministra-
tivas, no sepa si IIenó los papeles y si firmó el fámoso
"contrato de inserción" ("es chino" ), por lo que lo llama
al orden.
ENcuxrno¡¿t 1. ¿Y cu.ándo le pagaron?
ENcLmsrloo: Dos o tres meses después, creo, no sé
exactimente; en principio yo no me ocupo, la que se
octtpr L-le los p:tpclrs es rni nrujrr.
E¡vctrsrtoou 1: lImm, qu.ién se ocLlpa. ¿Y L{sted
recibió el monto d p¿túir del 1" de enero o. . . ?
ENcmsnDo: No, no sé... exactaüIente no sé. No me
encargo de eso.
Euctnsr¡octns 1: ¿No sabe? lTono de reproche.) ¿Sabe
a cuánto tiene clerecho?
ENcussr¡oo: Sí, 2.300... 2.300 Lsilenck¡] y unos centavos
más, a lo mejor.
ENcuesr¡oona 2 [El contrato cle inserción.l ¿Nct sabe si
lo Jirmó o no?
E¡¡cursre¡o: No sé.
Eucutsrsor¡an 2; De tocl¿ts manera1 es u,sted el que
solicitó el kvrL es usted el Ete lo percibe o... ¿es usted?
ENcuesrloo: Sí, soy yo.
Eh-cuEsTADoM 2: Entonces fu.e ustecl el qtrc tuuo q'ue
firmar, lógicanlen¡e...
Fncuestrrdu: No mc lcuerdo.
E¡tcr¡nsraooa¿ 1: Es a cctmbio de u.n trabajo, ttsí que ¿l
lo mei or te ncl ríct q r.t e aco rcltt rs e.
La discordanci:r estructural es generadora cle m¿rlen-
tencliclos erplícitos. A¡ií, la encuestadoñt que no escuchó
que el joven rnanipulaclor de mercancías perdió e su
rnldre r los 12 años, y se preocupa por La regularidadcle los vínculos lhmiliares más que por su existencia,
pregllnta si ia sigue vienclo. "¡Ahl Perclóneme", suelta,
ctranclo él exhibe un silencio asombr¿do. \'una \.ez que
el joven dice que no ve a su padre. ella deduce que está
muerto, cuando en realidad vive en el ertrenjero. Delr.nismo modo, el comerciante, uno de cuvos hi;os adul-
tos vive en la casa paterna, se embrolla en su respuesta
cuando l¿r encuestadorf,. con tono de est:tr diciendo al-go obvio, le pregunu en reiación con sus hiios: 'Que ya
no viven con ustecl, supongo'. \o. Ifi hijo. . \'iene a ca-
sa." "¿Vive en la c...? ¡No! ¿Va?" Viene a ca-sa. Está domi-ciliado en casa, digarnos. '
Puecle suceder incluso que la er-idenci¿ absoiuta deuna experiencia de Ia eistencia fundacie en el dominiodel tiempo (y del dinero) conduzca it -rors que se
codean con el desprecio: así, al ntanipulacior que cuen-
ta con una mezcla de amargur:r v \ er-quenz¡ que se "de-jó trampear" -uando
trabajaba en negro. p<lr un em-pleador que no le pagó su salario. Ia elcuc>tadora lepregunta si :rlguna vez logró cobra¡ nom-rrlmente... Y,
un poco rnás adelante, cuando él cice que no encontrónada en la.q¡¡pe, ella [e suelta con un iono iigero: "¿Qué
iba a hacer a la lNp¿?". Toda Ia di:nncia enrre dosconcliciones, y las dos visiones del;nundo correspon-
dientes, estalla en l:r réplica, llena de ccndescendenciaprotectora, que la encuestarlora, con un rono jovial, Iedirige a una empleacla doméstica que dice sentirse
molesta por tener qlle declarar su enplec: No es
deshonroso. En todo c:lso, es un trabajo que conocentodas las mamhs".
Dos interrogatorios
Sólo reproducrremos dos extractos bastante Iargosque condensan rodos los esquemas puestos en práctica
en una enclresta administrariva de control. Solicirados e
incluso intimados a infbrm:rr el estado de sus recursos ysu salucl, su maner:l cle vivir, su historia tamiliar, su in-tirnidacl, los erremistas resisten, se¿ a rr¿r,és de Ia bre-vedad de sus respLresta-s. la economía de palabras y elsilencio, sea, en los más endurecidos. rnedian¡e diversasformas de puesta en escena de le miseria. de las que lamás frecuente es e.l discurso para asistentes soci¿les.
La sospecha
lJn poco turbada, la encuesteda e-xplica que acumr"rló
clesgracia tras desgracia: afectada de depresión despuéscle Ia muerte cle su hiio a causa cle un cáncer. cuando
El interrogotorio
tenía unos 20 años, se separó de su marido artesano y
vive ahor:r con su hija, liceísta, que acaba de tener Lln
bebé. (Por otr:r parte, vino con su nieto, a quien Ie da el
biberón durante la entrevista.) Como si fuera un poco
inconveniente sllfrir tantas desgracias, se burla de sí
misr.na y se ríe al evocar un problema complementario:
clespués de esos sucesos, en efecto, su salud se deterioró'
Tanto tacto escapa x la encuestadofe que, en busca
cle su objetivo, intentx verificxr en qllé momento se trató,
p:rra controlar si la solicitucl clel nu¡ no se presentó en
oportunidad clel traumiento y con visürs a obtener la
cobeilum soci;rl que ese ingreso incluye. Ignorando las
infbn¡aciones que la misrna encuestzrcla ie había dado
espontánearnente con respecto a su depresión, el intento
de psicoanalizarse y la afécción del sistema inrnunoló-
gico que suf're, la encuestadora des¿rr¡olla toda la parte
médica clel cuestionario.
Erycutsr.aoa¡: ¿Y .fite ct uer a Lt.n psicoan¿tLista por
propid iniciatiua?
ENCULST,\DA: Sí.
ENcttsrsooan. ¿Permaneció en anáLisis o'.'?
Enculsrr¡r: No [. . .]. Lo hice clurante clos rteses'
ENCUESTADI&); ¿Despttés {le la separutción?
E¡cuEst¡o¡: No, no, eso no tenía nada que ver' En fin,
sí, er:r toclzr una mezcla. Estaba la mr-rerte cle mi hiio,
esnba la separación, estaba Ia situación de rni hiia; eran
much:ts cosas- Niuchas, muchas cosas.
ENCUEITADIR4: ¿Sctcó ctlgo de ese... le parece (lLLe ld
ayttdó o... ?
Escunsr¡o,t: Creo que:r lo mejor, conlo con lo de mi hijo
nrdé clos rños, me parece, en comprencler realmente
las cosas. Ahí tembién h¿rbría necesitaclo tiempo Tardé
en comprencler las cosas, pero lo hubiera conseguido
sola. Pero couo había un problema cle salud que se
:rgregaba. . .
Excuesrtaoan: Ah, bu.ent>. tettía .
ENcLnstcor: Sí, un... [se ríel probierna de salud, lo cuai
es una cosa más. Así que, sí, pese a todo era bast:lnte
Llrgente qLle alguien rne... que alguien tratxra cle l.tyrl-
danne, pero rtre ayrdó porque hablé [. .J.
E^-ctiEST.tDoLA: vatnt¡s tt bablar de su salutl, porqu'e
me clijo que tenía problemas. ¿CLLítnto llace que tie'
ne.. . ?
ENCUEST.{DA: Oh, hace... lstxpiral descle 1982, en 1982
me hicieron esruclios porque tenía alergias, me salía
eccenrt, tenía uÍic:rrie, rsí que I'rasta 1986 hicieron
toclos los análisis y el médico me dijo: "Señora F , tlsted
es alérgica a todo, .tsí qlle tome esto y confórmese"'
Et'tt:uxr.aoat.., QLLé era, un a ntialérgico?
ENcuEsr.ru: No, no. . .
ENcutsrsaoru: ¡Ab, si, es .tlér'Sica a toclo!
ENCLTTsTADA:.Eso es, ere alérgica a todo. Y después un día
también pensé, ctije, bueno, Ia rnuefte de Éric trastornó
e toclo el r.nunclo y además puede ser que sea el mal,
el sulrimiento que sele esí; y desde el día que entendí
eso, poco a poco ernpezó a desaparecer.
Excur-srsoctpt. Sí, eJectiuamente, ustecl l¡abía hecbo
sLt. omálisis.
ENcu¡sr¡¡a: sí, lo hice, pero rarclé un tiempo en hacerlo.
Y aclemás, de toclas maneras no entenclía. Y cuando tuve
problemasconmi marido, enfin, problemas... de nuevo,
volvió a empezar. Pero ahí era mucho más serio. Y em
pezamos con todos Los anírlisis en el hospital. Después
se clieron cuenta de que había r-rn problema inmunoló-
gico, así que l-rice unienfemedaci autoinmunológica.
E»cu*nooru. ¿Y ahí la cc¡ntrolcm?
ENCUESTADA: Sí.
ENCupsrAooaA; ¿Va regtdannente a lo de ..?
ENcuEsrrol; Sí, todos los tneses. Nfe dan cortisona, ya
hace (¿en qué estamos?, ah, en octubre), ya clebe de
hacer ocho meses.
E*auesr,¿oont: ¿El becbo de cobtar el rut le pennite
ttnnbién tener l¿t coberhtra social?
ENcrmsr,r¡l: No era, de veras no es :rsí.
E^-cuESr.4Dok4: Na, pero yo no so? pctlicía, en la lógica,
bltsco lcts lógicas: quiere decir qu.e su nombre ntt'n'ca
apdrecerti en n.inguna p¿t.¡'te. Trato de pensctr sinxpLe'
mente'en términc>s de recorriclo, por qué eso correspon-
tlería más bien a la cobertura social que la uiuienclct
ENCUEsTADA: No, cuando solicité el ull no se habí¿n hecho
los estuclios, cluiero decir, ni siquiera habían descubier-
to la enf'emeclad; no habí:r h:rbiclo trámites. Y no fue ¿n-
tes cle lbril, fue en el tnes cie allril. Así que como era be-
neficiaria desde.enero, quiero clecir, no es para nada eso
Io que hizo... Pero en ese :rspecto debo reconocer que
ahora con todo. . .
Eucuxrtoou: ¿.Son tratanien os cosrosos-1
ENcupite¡¡: Los tratxmientos no, pero los análisis, sí'
ENct¡rsrs»oan. Es decir que le bacert análisis cle" '
Encunsru¡e: En los estuclios había anhlisis cle plaquetasi
en fin, .lllr¿nte un tiempo erx cacla clos, tres clíes, despr-rés
se reclujo porque se había estabilizado, entonces erx to-
clas l¿s semanas, clespués fite cada 15 días y ahora cada
tres semanls. Y e[ trxtamiento, lógic:rmente, va x temli-
nar [...]; pero hubo estuciios cle ios ojos porqlle tolnaba
un medicamento, mientras que ahora tonlo cortisona
[...] y ciespués mmbién Ia intern2lción [. .] al principio
i*9 ;i!
¡
I
n]e internaron porque no sabían para nada qué era. Y¿demás pensaron que era un virus, después dijeron que
era otra cosa y después talr-rbién estuve internada por-que las plaquetas habían bajado mucho, así es 1...1.
ENCUESTAD)tu4: Sí, sobre ese asunto, sobre estct bistoria
cle que el kvr sirue Íinalntente pard u.na protección
social, ¿qué puecle decirme?
ENCUESTADA: Digo que es importante. Es muy importante.ENCUESTAD)RA: Sí, porque está efectiudmente el aspec-
toJinanciero, a3tudct inntediatd, pero también el dere-
cbo a la cobeñu.ra. no sé.
ENcuEsTADA: En eso es verdaderamente muy, pero muymuy importante. Quiero decir que resultó así, pero
verdaderamente es una gran ayuda y una gran preocu-
pación menos; verdaderamente, una gran preocupación
r¡enos [...].Euctnsrtoou: lRetoma su cuestionario.l ¿Abora qué
es... duerme bien?
ENcuesrr¡e: No [se nb-y rt.lzrt la uoz, asombracla, insis-
tiendo en el "eso"). ¿Hasta eso preguntan?
E¡¡cuxrsooa¿: Sí... ¿Se despiefia a la nocbe?
ErcururrL,r: ;Ah, síl lSe ne.l Tengo insomnio.
ENcr,nsrnoru. ¿Toma pastillas para dormir?ENcu¡sr.qor: No. Como máximo uoos [meclicamentostrctnqu.iliz¿tntes).
ENcrtrsrsoou: ¿Se siente con ganas, pese a toclo? Cosas
placenterds, ganas. ¿No?
ENcursa¡a: [Se n?.] No.
Euctnsrt»ont: ¿No tiene ganas de nada? ¿Tiene icleas
negras?
ENcu¡srr¡¡: No... ah, algunas veces, pero no...ENcttesr¡ooan: ¿De uez en cuanclo?
ENCunsr¡De: De vez en ctrando.
E.vct z:r.aou.. rTiene d ifi c t r I tades pa ra L'on cen t ra rse.,
ENCUESTADA: Sí.
E¡r:uasruooa+ ¿Un poco, mucbo? ¿O para nada...?ENcu¡sr¡¡a: No, un poco.
Eucursrsoa*e: ¿Le falla la memoria?
Excu¡st¡oe: ¡Bueno, es la edacl!
ENcuesTsoou: ¿Y sírztom.as respiratorios: opresión,
.thogos. . . ?
ENCLTEsTADA: Sí, claro. .. Pero es inherente a la enlérmedad
y cuando estoy un poco depre; es todo.
El tribunal del buen sentido
Dos encuestadoras, una joven, la otra un poco más
grande, cle voz aguda, frente a un pequeño comerciante
enfermo, de voz cansada, agobiada, y próximo a Ia eclad
de la lubilación, que renunció a su negocio luego de unaintervención quirúrgica.
Si Ia situación no fuera tan dolorosa (se puede adver-tir desde el inicio de la entrevista, cuando el encuesta-do habla de su "vergüenza" por ser erremista: "Cuanclo
uno trabajó toda una vida... ¡llegar a esto, eh!"), podríapensarse en una comedia de reiter¿ciones voluntaria-mente puesta en escena. En efecto, una buena parte delas preguntas se plantea dos veces, una primera por la
encuestadora joven (Encuestadora 1), y una segunda porla responsable local de la encuesta (Encuesradora 2), quellega más tarde. Las mismas pregunlas, los mismos asom-bros, los mismos comentarios y finalmente la misma in-comprensión. Sólo el lin¿l el rnciano proresr:t por rcr:-.r
que "exhibir de esta nlanera su currículum'.
t...1
Evcutsrsoon¡ 1: ¿Y cómo se enteró del wt? ¿Cótno oyóhablctr de él?
ENcuesr¡oo: Por distintos laclos. Y aden¡uis, también unpoco por necesidad, eh.
Eucuartaons 1. Sí, ¿cómo bizo, cómofue que...?
ENcr-,mnoo: Fui a inscribirme al empleo v...Eucuesuoon¿ 1; Al empleo [traduce inmediatamente
al lenguaje institucionall, o sea... ¿estuuo en la.Lryps?
ENcursreoo: Sí. Me inscribí, pero no pedía empleo. A miedad...
Euctasrsoont 1: ¿Qué edad. tiene. se¡1or?
ExcursrrDo: Voy a ctrmplir 60. Los cumplo en agosto.Cincuenra y nueve, digemos.
Eucursrtoont 1: ¿Yfuea inscribine a la _t.t.r-. a qué se
d.eclicaba?
Ercuer¿.oo: Antes era comerciante.
Euctnsrtoops 1. ¿Comercio de qué tertía?
ENCUESTADo: Un bar.
Evcutsrtooru 1: Vamos a uolt'er a la ezperienciaprofesional Ltn poco más adelanteLen el cuesrionariol;así que fir.e a ld ANzE, ya no tefiía derecbos. eeb... nisttbsidicts ni nacla, ¿yftr.e abí... cuando le bablan¡n delRMt? Un.t percona de l¿l s¡¡pt, entonces.
ENCI,ESTADo: Sí.
ENCUESTADIM 1: Llstecl mismo estuw alló, ¿eb?Ervcuesr¡oo: Sí.
Evcuarsoont 1: ¿Qué \e... aconsejó?
ENcuesreoo: {Silencio.l IvIe dijo que tenía derecho a algo.Eso fue todo.
Eucursuoons 1: ¿Qué sensación tuuo cuando le enuict-
ron sLL primer subsidio?
El interrogatorio
ENcuesr¡»o: lMuy bajo.l Una sensación de vergüenza'
Eucutsraoox¡ 1: ¿Por qué?
ErccuLsrADo: Porque sí. Cuando uno trabajó toda una vi-
da... Ímu:tt bajo, con un sLtspirol... y llegar a esto, eh'
Eucutsr¡oon¿ 7, [Asombro.] ¿Trabajó toda una uida
y no tiene derecbo a nada?
ENcuEs-rADo: Sí, pero dentro de un año. ' . sólovoy a cobrar
la iubilación dentro de un año.
ENCUE|TAD'RA 1: ¡Ab, es así! Ld situación es prouisia'
nal, entonces. , .
ENCLESTADo: A5í es.
Eucuesuoon¡ 1: ¿Cr,tándo dejó de trabajar?
ENCUESTADo: A fines cle 1989. En noviembre de 1989; a
fines de noviembre de 1989.
ENCUESTADIM 1: ¿Y Por qué dejó?
ENCUESTADo: Porque no podía trabaiar'
ENcuES'rADoR| 1: ¿Estaba. ?
ENcussmoo: Enfermo.
Eucursr¡oon¿ 1: ¿Estaba enfermo?
ENcuestl¡o; Me dolían las Piernas y tuve que operanne'
ENcuasr¿oont 1: Espere, porque bay un ast¿nto sobre
la salud [en el cuestiona rio1, uo1 a pasar directamente
dbí; entonces, ¿qué teníd en las piemas?
Excursr¡»o: Un..., várices, un¿ enfermedad de la circu-
lación de la sangre.
Eucursr¡oon¿ 1: ¿y (Jetr.ls del bar estaba siempre de
.pie?ENcursr¡oo: Así es.
Erycuartooan 1: ¿Lo oPeraron?
ENctiEsr.{Do: Sí.
ENC uEst4DoM 1 : ¿Ctrlind.o?
Ercuqsre»o: LCon un su*iro.l A fines de abrii' El 28 de
abril, me parece; Ya no tne acuerdo.
ENcuesruoon¿ 1: ¿Y tltuo que quedatse en cama?
ENCrrEsrADo: Sí.
ENcwsr¡ooat 1: ¿CLtánto tiefiPo?
ENcuEsrADo: Digamos unos diez... Unos diez días'
ENCUESÍADIRA 1: ¿Y abí decidió deiar? ¿Fue después de
esta oPeración Erc decidió...?
Er.,rcuEs.rrDo: Ah, bueno, no, incluso ¿ntes, porque no
podía más.
Evcuesr.aon¡ 1: ¿Hacía tienxpo qüe babía dejado?
ENcuESTADo: No, pero en cuanto a deiar, había dejado de
trabajar porque no podía seguir más. Y ahí, claro, los
doctores me operaron, pero... bueno, ya estoy meior;
pero no va más; ya no tengo 3O años, rnire'
E¡tcutsr¡oon¡ lr [Tono leve de conversación'l ¿Firmó
un contrato de inserciórr?
Excurstroo: ¿Cómo dice? Pata mí, esas palabras son
chino. Jamás me ocupé del papelerío. - . en ese asPecto,
soy completamente ignorante.
ENcutsr¡oone 1: En realiclad es su esposa la que.. .
ENcussr¡oo: Es mi secretaria [se ríe].
EN<:r,orrsoond 1: Quiere decir qu-e no le bicieronf'rmar
un contrctto personLlmente, o se6 qu'e a cambio del nuL
el Estado alienta a la gente a inser-tarse, o sea ..
ENCUESTADo: No, no.
Eryr:uxraoon¿ 1 : ¿No finnó?ENcuEsr¡Do: No, creo que no. No me acuerdo.
E¡vcursrdoon¡ 1: ¿QLté piensd de esta le/ENcuest¿Do: Está bien, pero... Esá bien.
t...1
Eucutsr¿oon¿ 1: ÍAlza la voz.l Varnos a empezar Ltn
poco con sus empleos. El Liltimo, entonces' es el bar;
¿clesde cuánclo se dedicó agso?
ENcuEsrADo: Desde 1974; sí, 1974'
Eucupsr¡oon¿ 1: Así qtr'e cornpró e1... [...] ¿Cómo
decid.ió instalar ese bar, cómo se le ocwrió la idea?
ENcurst¡Do: Ah, bueno, fue curioso. Mi mujer era em-
pleada contable y tuvo... era depresiva y tenía que
cambiar de trabajo. ¿Para hacer qué?'Yo estaba en el
correo y presenté Ia renuncia. Y compramos Lln comef-
cio. Así fue.
Eucupsrtoon¿ 1: ¿Qué bacía en el coteo?
ENcrms¡-qoo: Hacía heliografía. Antes estaba en las líne¿s
y clespués pasé a heliografia. Tiraie, distribución de ii1'planos.
ENcutsn»on¿ 1: Sí, está bien. Y antes era.. '
Ewctrysr¿non¿ 2: Ab, buenos días. Buenos días, señor'
ENCUESTAD»RA 1: La señora es la encargacla de la
encuesta.
Eucuesr¡oont 2: Yo. .. no sabía que babían empeza-
do... no Paran un minttto ..
ENct¡xr¡ooz¿ 1: Acabamos de empezar' El señortenía
un bar, lo dejó'no bace mucho, espera la jubilación"
ENcu¿srloo: Ve a hacer un eño.
ENCUEST,IDIR-A 2: ¿Tenía u.n bar ¿lónde?
[Con tono cansado, el hombre menciona el barrio
popular que ya había citado antes.l
E¡¡cuasr¿ooan 1: ¿H¿lsta qué eclad fue a la esatela?
ENcuest{Do: Hasu los 14.
t...lEucursraon¿ 1: ¿Entonces aprobó el cer despttés?
ENcrnsreoo: DesPués.
E^¡cutsr.aoan 1: Sí, entonces lo obttt'uo a los 16 años'
¿t'to?
Eucurs-r¡»o: A los 16 años y medio. A los 16 años y
medio tenía el r¡¡.
El interrogatorio
Et\CUEst:tDOk) 1 . ¿ Y en la escuelcL le ib¿t. bien?
ENcmsr¡>o: Blteno, no tiri mucho porque vino la guerra
y estaba... córno deci¡... evacu:rdo. Sí. Quiere decir que
durante tres años y n-reclio, cuatro, no fui a la escuela.
E,\c:t'tsr-toctr¿¡ 2: ¿Y clóntle estaba clLLrctnte lu guena,
entonces?
E¡rcr¡esr.u¡o: En los Pirineos.
ENarsrsor¡p¿ 2: ¿En los Pirtneos? Cort sLt fctrnilia...E:,.r E¡t.roo: No, no, no. Solo.
Exct'rsrsooa¿ 1 ; ¿ Solo?
Ea]LiEST. D)RA 2: Si, bueno... ¿en LLna ¡nstittLciótx?
ENcLrsr.rDo: En una grani:r.
t,lEtcuesr;ac:nt 2: ¿Y por qtñ lo habí¿tn euacttado?
ENcuEsr.r¡o: Porque tenía llieclo. Cuando sonaba Ia
sirena, me caía reclondo.
Elr:t¡tsru¡,..;aa 2.. ¿?'Lleran slr.s padres los qt te lo decidie-
ron?
ENcu¡sr.cDo: Bueno, sí, fue el médico, no era nomel.ENct'¿sT,tpr.tru 1.. ¿Y en ¡d granjd treúajaba?
Eilcuar¡¡o: Sí. Aclemás ire gustaba.
Exctnsr¿oozt 2: Sí, le gtstaba... ¿conserua un buen
recuerdo de...?
ENcuesr¿Do: Eeh, sí y no. Era un poco tlistón.
i...1
ENCL'EsrADokl 1. ,lsí tpLe la escuela, era una buen¿t
razón... ¿sefue a es() cle los 1O años, no sé? ¿La clejó...?
E¡cuesreoo: En el cromento oportuno dejé Ia escuela,
cuando era lo n-rás importante.
i...1
Euctr-s¡-toou 2: Bueno, el señor nofirmó el contrato
¡le insercicin, en fin, creo...
ENCL¡ESI.4DaR-A i/; lExplica.] Su mLtjer le hace cle secre-
taria.
Excrresr¡»o: Ivli n-rujer se ocupa de todo, yo nunca me
ocupé cle los pepeles.
E,vctnsr;oou 2; \'¿t tto sé, no fengo el eapecliente. ¿Nct
salrc si lo.finnó o nrt?
Erucrl¡sr¡nt>: No sé.
ENCL'EST;DORI 2: De to¿las t]t[ilxeras, es usted el cpLe
sol¡citó el p.vt, es usted el que lo percibe o... ¿es usted?
ENcussr-r¡o: Sí, soy yo.
Eucursuot)u 2; Entonces Jir.e ttstecl el que tuuo qLLe
finnar, lógicamente...
ENcn¿:r-q¡o: No me 'lcuerclo.
Exc ues rt ao a¿ l : Es a c utl bi o ¿l e r, t n t rct ba.i o. tts í qu e a lo
mejo r telx.l ría qLrc acot clane.
Exctesrtrx.tu 2: O de iltxLt- pctsd.ntíd..
ENt:uesr¡Do: No, no hice ninguna pasxntÍa.
E¡vctrsrsoozt 1. ¿Le proptsieron alguna?Ercu¡srr¡o: ¡Nol Hay jóvenes que esperan... yo ltovoy 4...
Excuar¡oont 7. lHoiea las páginas, v vueh'e atrás..1
Peluqu,ero, cltdtro años; ¿despttés entró al correo o...?ENcuasrl»o: No, no dilectamente, hice cos¿s sueltas aquíy allá. Había que trabajar, eh. Entré al Correo.
E,vct:esrtoou 1: ¿Había clejado, tenía stt local. no. . . ?
Et¡cuest.roo: No, no, no.
ENct'esr¿ooan 1. Trabc{ctba en lo de otro pelllqLlero. . .
f¡, r e.tr¡o: Ohrcro, obrelo...Excr.'esrsoont 1: Obrero. sí. -t,deió, Jsizo casrx sueltas,
es d.ecir que hizo trabajos ntenores..
Eucur:rloo: De una casa a la otra. Siempre trabajé, eh.
lb:r aclonde se podía ganer dinero. eso es rcdo.
8,"¡(: L¡ESrA DaRÁ.2 : ¿ Y c t L á n t o le fa h a pa ra I a j u b i I ct c ión ?
ENcuesrr¡r¡: Diez meses llatgo silencio).
Evctesr¿ooan 2: l'entre tanto, .a qué se tleclica, bctce
trctbajcts rnenores... eeb?
ENcuesrADo: No, no, no. Salgo, r,ov a [o de nri hermana,que vendió su casa, hago arreglos en el jardín, me ocupocle eso, digamos.
ENc:LlESrADoR4 2 [Con un tono tranquilizador, para
inclicarle que pr:ede hablar sin remor del rrabalo en
negro.) Porqu.e nosotros no tenemos nada que t'er conl,t asistente social, no estamos para. .. entendió bien, no
es¡Lilnos. . .
ENcuesr¡¡o: Sí, ella me expiicó, Ia señom ila encltesta-,lora l). Lr senora rne crplicri...
ENcuxrsoou 2: ...para... si bace Irabajitos, nos
interes.t, si LLstecl quiere, en u.n plano más ben científicos¿tber cuál es el peso de los trabajos menores, así qttepuecle decirlo, no uamos a ir ct conta8elo. . .
E¡rcu¡sr.r¡o: No, no, no. Nada de ir:lbaio en negro.
E¡tct¡esrsoost 2. Na, potqLte eDentu¿rl¡nente poclría,
usled está... .tparentemente no t¡ene problemas tlesttltt¿I...
ENcuesuoo: Sí, las pie|nas. Ahora las tengo erruinadas.
E¡ct:esrtoon¡ 1: ¿Así qu-e L,a d bacertrabajo de iarclín?lCorno si se trzt2lra de algo incongruenre.l
ENcrrsr.rl¡o: Jarclinerí:r... &le ocupo, clov fe,
Exclxr]J)on¡ 2: ¿Cómo ocupa su clítt, o...? ,'Apatte de
uettir ¿l L¡entos, pero eso no son mtLcbas »eces....1
Excu¡srl¡o: Trabajo en el jardín, leo... catnino; tengo
que caminar, así que carnino. Nada del orro mundo, eh.
ENcr-,esr:oont 2: ¿Erd la casa de sus padres?
ExcussuDo: De mis padres.
EN-cLESl:1Do.-4 2: En estos clías es raro uer gsnte que
está. . .
ENcuEsr.r¡o: Aclemás nos van a demoler para reubicar-
nos doscientos tletros más a1lá. Fí1ese que no es una
lástima porque es un poco... [...1
ENCL,EsrADoru 2: ¿Qtté siente al saber qtte kt ua¡t a
d.emoler? Que lvacllactÓn se rectific:11 su casa...
ENcunstr¡o: Hace un año que lo sabemos. lvle enferma-
ba. Ah, estaba enlénno. Y después, ahora, en ei fonclo
estoy contento, voy a vivit'en un lugar nuevo. PorqLle
ahí es puro remiendo.
EtycuESTADaRa 2: ¿Cree qtte el becbo cle saber qtre iban
a clemoler la casa cle slrs paclres -porqLte pese a todo es
la cclsafam.iliar- tttuo infhrcncia en su traba.io?
ENCUEsT.{Do: No, no, no [largo silertciol.
ENcuesr¿oou 1: ¿Es una cdsa, es decir, es Ltn pequeño
chalet? ¿O es Lax dePatfamento?
ENcr.nsrloo: No, es una casucha. Medianera
ENcuesraooan 1: ¿Y sl!'s pddres Diuieron con usted. ?
ENcu¡sr.q¡o: Siempre viví con mis padres.
ENCUESTADzRA 1: ¿Ab, sí?
ENCUEsTADo: Me casé, y volví a la casa
ENcuwr,aop,t 1: ¿Había lugar sLLficiente?
Excuesr¡¡o: Sí.
ENCUESTADI&A 2: ¿Y no tiene. . no tiene biios?
ENcuest'too: Sí una hija que tiene 37 años y un varón
de 36.
ENcuesrsoon¿ 2, [Tono de estar diciendo aigo obvio']
QLrc ))d no oiuen con LLstecles, sltpongo.
ENcurst¡oo: No. IvIi hijo... viene a casa.
E.trutst¡aoa¿ 2..¿Viu? en vt c.... no ua?
ENcuTsreDo: Viene a casa. Está dorniciliado en casa,
digarnos.
ENcursr.tooas 1. ¿Trabaja su bijo?
ENCTEsTADo: ¡Sí! Está en el Correo-
ENCL¡ESI.4Da&A 1: Está en el Coreo... lsilencio] ¿l's¿¿
bijd?
EncLrssrrDo: Mi hija no trabaja.
E¡¡cups¡.toctx¿ 1: Sí, ¿está casada?
Eucuesr¡oo: Ah, sí, ahora trabaia- Trabaja
trámite cle divolcio, esá...
Está en
Etcuesr¿oo*,t 2 [Se ríe.] iPero eso no es Ltn n'obajo . !
ENcussr¡¡o: No, trabaia, ¿dónde es que trabaja? Liceo'
liceo... por el lado de las Allées, no sé, ¿hay algún
liceo?
Evctrsr¡oc¡ru 1: En un liceo, ¿es celadora o. ?
ENcuesru¡o: Sí, no sé, inicia a los chicos efl... lrepitel
inicia... ¡caramba! ¡Ay, no me va a salir el nombre '! En
inform:ática.
EuctarutoB,t 7: [Expresa su asombro.] ¡Ab, sí! ¿Sabe
infonnátic6t?
El interrogatorio
E¡qcuesrroor Sí, aprobó no sé qué, pero creo que no en
alto nivel, aprobó una pasantia...
ENCUEsrADoRl Tr [Tono asombrado.] ¡Ah, sí! [. . .lENCUEST.{Do: &li lijo también está... no está casado, pero
en tin, es Io mismo.
E,\cuESrADoR-4 1: VTte [svbraya cada sílaba] marital-
tnente, como suele clecirse,
ENCULSTADo: Vive maritahlente, eso es.
Efl'cüESrADoR4 2 [Se ríe.] Cc¡mo rJicen los tecnócrdtas.
Eucuesrs»oru, 1: ¿Y la casa es de stts padres, es cle.. ?
ENcuesr¡oo: Ah, no, no, es de las uut¡ Sí.
E»cuxrtooaa 1: ¿Y es siempre la misma, desde bace
cLtdlxtos años?
Er¡cusstADo: Desde 1930. Yo nací e¡ 7931
E*ct¡esrtDop¿ 1: ¿Entonces, en algttna época, eran
seis tn la casa?
ENCUEST,\DO: Sí.
E¡¡cursrtooat 1.. Dos bijos, los paclres y sLls padres. .
Está bien. Y abora stts padres están...
Ercrr¿¡re¡o: lSilenc io.1 F¡llecieron.
ENcrjrsrsooz¿ 1: ¿EnÍonces ctbc¡ra son, clos?
ENcunsr¡oo: Sí, somos dos.
Excunsr¿ooru 1: ¿H[ty udrios... cótno es de grande?
ENcuesmoo: T¡es dormitolros [...].
Euctrsr¡oon¿ 1: Sí... ¿es conJbnable su casa?
ENcumraoo: Ahora ya no. Es vieja, es... además ya no
hago nada, quería volver a empapelar y no puedo
subirme más a la escalera; cle todas maneras lo dejamos,
vamos a vivir un año asÍ.
ENcuesr¡Doan 1: ¿Y cómo fue xt i4fancia, se quecló
en...?
ENCUFsT.{Do: Muy birn.E¡scurst¿oona 1: Se quedó entonces .. ¿Tenía bernta-
l'tos?
ENCUESTADo: Sí.
ENcuar¿ooa¿' 1 : ¿Ctúntos?Erucuesru¡o: Éramos cinco varones y una chica. Hay dos
fallecidos: los dos mayores lallecieron.
ENcuur¿oon¿ 1: ¿Fallecieron cuclndo er¿tn ióuenes,
btrcno, niños, o...?
E¡rcuestl»o: No, uno alos 11años y el otro a los 50."
ENcutsr¡oon¿ 1: Esta bien; de modo clue eran seis de
JZtmilia.. .
ENCUEsTADo: Yo era el írl¡irno de los varones.
ENcuesraou 1: Viuían en esa cdsa..
EucuEsr,q¡o: Sí, pero era demasiado chica.
Eucursr¡ooan 1; [Le hace coto.] Era tlemasictclo cbica'
ENCUEST,4DORA 2: Sí, debía... y ttsted uiuió .
ENCUESTADO: Sí.
lll
i
il
El interrogotorio
E¡tcusrtoon¡ 2 lTranquilizadort.) Dicen que faltalugar, perc en esa época debía de baber mucba gente
que tod.auía uiüía.. .
t...1
Eucrcsrtoopa 7. [Tono serio.l ¿Hubo algún vtceso
parlicltldr en nr. infancia que desemperió un papel
imporlante, se acuercla de algo destacado...?
EncuEsm¡o: La guerrar.. la guerra, desde ya.
ENCL:ESTADzM 2: Es un ctsunto gordo.
Eucwsr¡oon¡ 1: Ia guena, uts desmayos.
ENctrsr¡oo: Sí, pero, ah, pero eso no era nada. Mi her-
rranodeportado, hubo muchas cosas, enñn... [rnanifiesta
que no quiere segttir bablando de esol, está lejos, ahora
ya no pensamos r¡ás en eso.
Encuestadora 2: ¿Y al que rnurió a los 44 años lo
deportarcn?Excuesr.q¡o: Sí, murió del corazón, era cardíaco.
Excuesr¿noa't 2: Sí, pero, en fin, ¿eso fue lo. . . ?
E¡',¡cuesrADo: No, no fue por eso.
ENCUEITAD¡RA 2 lTono conmiser¿tivo.] No, porque,
pese ct toclo, a los deportados los priuaron de mucbas
COSAS, . ,
ENcuEsreoo: Sí. Sí. Pero, en fin, no fi:e por eso. Ya dejoven
estaba enfermo del corazón.
E¡vctrsraoou 2: Ab, sí, está bien. Eso no ayudó en
nacla lsilencto).
Excrrsre¡o: No lo ayrdó.
ENcutsrsoou 1: ¿Y usted tiene recuer¿los infantiles, cle
su familia, de sus pctdres? ¿Qué bacían sus padres? Su,
padre erut...
ENcursreoo: Mi padre trabajaba en el puerto. Y mi madre,
en casa. Siempre la veía en casa.
ENCUESTAD)R 1: ¿Y qué bacía en el pu.erto?
ENcr¡esr¡oo: Era capataz.
ENcwsrsoo n ¿ 1 : ¿Tenían... ee b ? ¿ Ec onómic arnente,
la cosa carninaba?
E¡vcr,nsr¡.oo: ¡Ah, sí! Sí... desde luego, no nadábamos en
oro pero teníar¡os todo 1o que hacía falta.
ENcuasr¡oont 1: ¿Es unaJamilia u.nida?
ENcumr¡oo: Muy lsilencio).
ENcuarsooa¿ 1: ¿Y a su.s bermanos los ue?
ENCUESTADo: Sí. Sí.
ENcttesr¡»ont 1, ¿ S í, rcgularmente?
Erucuesr¡.oo: Sí. I.los vemos.
ENCUESTADIRA 1: ¿Van a slt castt, usted ua a las de ellos
o...?
ENcuEsrADo: Voy a lo de ellos, ahora ya no recibo porque
la casa no está en condiciones, no los recibo. Pero pese
a todo nos vemos.
ENcutsr¿oons 1: ¿En casa de ellos. entonces? Y bueno,
¿sale confrecuencia de su banio o. . . ?
ENCr,LsrADo: No. Digamos que ahora vivimos como viejos,
no sé.
ENcutst¡oon¿ 1: ¿Cuánto salen? ¿L'na uez por se-
mana?
E¡¡cursr¡¡o: No. No salimos. No, no salimos. ¿Quiere
decir, a espectáculos y todo eso? No.. . ts. ts.. . Nunca.
ENcusr¿tx:ns 2 [Tono dulzón.] ¿Aul es su esparci-
rniento preferido?
ENcuesre¡o: La pesca. l-a pesca y la ctza- Y después, el
fútbol, también... Ahora mi¡o a los derruás.
t...1
EN1|ES-TÁDoRA 7: ¿Y nunca tutr¡ relación cLm los traba-jadores sociales?
'"'
ENCT,ESTADo: Nunca.
ENCUEITADIM 1: ¿En su Jamília. nadie ntuo proble-mas?
Eucuesr¿rtons 2: ¿Sólo cuando se io obligado a soli-citar el RMr?
ENctns'¡¡oo: Sí. En fin, ni siquiera lo habría pedido, nosabía que... existía algo así.
ENcupsr¿oon¡ 1: ¿Fue en la -+¡pr: en la.+ve me diio?
ENctmrnoo: Debe de haber sido en la -*r, sí.
Eucunsr¿oons 2: ¿Habrán sido ellos los qe lo aconse-jaron?ENCUESTADO: Sí.
Eucursuoona 2 lAlmibarad¿.] ¿Y cumplítt los reEtisi-tos de la asignación con¡licionada a las rccunos?
ENcuesrADo: Sí, porque no tengo recrlrsos.
ENcursr¿oon¡ 2: ¿Cttánto bace que 6ta en esa situa-ción?
ENcu¿sr¡oo; Desde noviembre del año pasado, de 1989,
digamos.
ENc¡,rsruoona 2:lRetoma una pregrnre -rz formtrlada.l
¿Y por qué el bar que terría...'/ ¿El barfite su últimaocu.pación, no?
ENcussraoo: Sí, sí, sí.
Euctnsrsoou 2. ¿Por qtÉ razón...?ENcLmsreDo: Porque no podía rabajar m:is.
E¡tctursooru 2: ¡Ab! Está bíen. era 1r:r razones cle
salu¿1.
[El encuestado cuenta la puesta en venra del bar,
que no resultó muy bien por estar ubic-ado en un barriopopular. Las encuestadoras comparan el estilo del bar
con los cafés elegantes del centro.lENcuur¡oon¿ 1: Y ttsted conocía gente. . - ¿Del art no
o1tó hablctr mucbo, en reali¡lctcl?
ENclpsr¡no.No v rdemás no h¡hlo
El interrogotorio
ENcursr,aont 1: Sí, ¿no babla?
ENcuesru¡o: Ni siquiera, no.
ENCUEST ADIRA 2: ¿QLté pienso del nw, de la ley del wn?
ENcu¡sr¡oo: Está bien, pero... No debería existir.
ENcursr¡oou 2: ¿Qtr'é tluiere decir?
ENcuesruoo: No sé. Es una impresión, en fin, personal-
mente, me molesta una enotmidad.
ENCL'FS\AD\M 2: No, pero es importante, lo que usted
rne clecía, un Poco. ..
ENcur¡te»o: Casi me da vergüenza, ya se lo dije antes.
Hxy quienes hace años que lo aprovechan, está... está
bien para los ancianos. Que los ayuden a. .. Lcomo si se
habla¡a a sí mismol. Pero si falta trabajo, los jóvenes no
pueden inventarlo...
Eucursrtoc:p,r 2: [Jsteól siente Ltn poco de uergüenza'
¿por qué? ¿Me lo puede explicar Ltn poquito?
E¡¡cuesu»o; ¡Pero no sé! Porque después de haber
trabaiado, no tendría que necesitar esto.
E¡tctnsrsoon¿ 2: Considera qu'e despttés de baber
trabctjado toda la uida...
ENcuesr¡Do: Sí, así es, sí. Contar su vida y todo eso. . . No,
ahí no estoy de acuerdo.
ENcuesr¡oont 2 lEscandalizada.) ¡Ab, no, pero nctclie
lo obliget a eso.r
ENcunstl¡o: Nr¡, está bien, pero en fin, igual uno habla. .
ENCL'FS\AD)R 2: Si usted q'uiere, estamos u'n poco
clescortectaclos del aw local.
ENCULsTADo: En cualquier lugar, en todas p¿rtes, hay que
exhibir el currículum.
Eucursr¡oou l'lTono de agotamiento.) Sí, en toclas
partes, ya sea con kx .tsistentes sociales, en el sNrt, en
toclas Partes...Erucursreoo: ¡Así esl
Exc: uar¡octu 2 : . . . h ay que exb ibir. . . Eso no le gt $tct. .
ENcuesruDo: ¡Ah, no, en absoluto! Ni siquierz venir acá-..
ENCUESTIDIRA 2: Entonces se lo uantos a agrad.ecer
tloblemente.. . brsas), porque eso nos ctyuda.
ENcursrtoont 1: Mtt'cbo más, se lo podemos clecir,
porque los señores prácticamente no uienen a las citas
qr.te les damos.
ENCUESTADo: ¿No? Ah, bueno.
ENcuxraoons 1: Las mujeres uienen mu.cbo más; los
señores tienen otras cosas qtte bacer o... no sé.
Erucursuoo: Fíjese, honraclamente, si hubiese sabido, a lo
mejor no venía. Fue m.i rmrjer la que...
ENcutsrunon¿ 1: i|)b, no somos tan malas! lRisas.)
ENcuesrr¡o: No, está bien, pero, en fin... Es un poco
molesto.
Excutsrtoou 2:lUntuosa.l Sabe, entienclo que lo uiua
efectiuamente como Lti't. poco molesto...
ENCTILSTADo: Pese a todo, uno tiene un poquito de orgullo.
Eñcrnsr¿oon¡ 2. 5í, totalmente, comprenclo que io
uiDa como aLgo molesto, esto dicbo por nosolras, que lo
uemos mucbo...
Er'cupsrq¡o: Plra ustccles, ('so no ('xmbia nreh. Sí. en
eso estoy de acuerdo, por suPuesto.
ENcutsr¡oosa 1: Sí, y ctdemás nosotras bacemos nues-
tro tro.bdjo, así qu.e apa.r'te tenem()s elementos... Y almismo tiempo, tanxbién es un contacfo. . .
ENcrmsr,rDor Sí, por supuesto, entiendo.
ENcuesrtooRl 2: A lo mejor necesitamos efectiuanxen-
te mater¡ales. . . como lct señora lla primera encuestado-
ral debe de baberle explicctdo el objetiuo cle...
¡¡c¡sslADo: Si...
Eucutsrsooat 2 [Por fin encuentra un argurnento.l
Llstect pcttiicipa en u.nd inuestiSaciórt científica. ¿.Se cla
cuenta? [Se ríe a Irandíbula batiente.]
ErqcunsrADo: Está muy bien. Habré servido para algo.
ENCUEST,4D¡RA 2r [Se ríe.] Lln eslaboncito de la ,qran
caclena.. .
Excr:rsr¿.oo: Un eslabón muy chico, entonces.
Eur:utsrunop,t 2: No, los eslabones cbicos son los que
bacen las grancles cadenas. {...1 Si no, ¿.le parece uerda-
deramente mu1 molesto estar obliSado d. reiterar cacla
uez... ?
ENCUESTADo: ¡Ah, síl ¡Eso sí!
Etvcuesr.aou 1: ¿Repetir stt uicla, no sé?
ENCUES-rADo: Ah, sí. Sí, sí... Es tluy desagradable..
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r§*st**mry:s *xryxlrffi rlftrs[* I** w§c]t¿ q§,ry {ryc*s>s I*s
fi* §r¡ P*im* r¡yts {"{>§}s{irynfc {§rffi
p#ri{ ¡c§*,ngix ct"r*}cluit:ftr É:§} }¿r r"r€$§i
rciqlm qfe §**s riH§)*e$k ¡rcr+ fle§i${ft FEr.r {§r"r#
r gry*lt{ry Efu: GJh$:e*, *ryk: r'ftIp}rr.} f#rr%u
¿Eíaxs,*
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r"§f*
Post- scriptumPierre Bourdieu
I mundo político se celró poco :1 poco sobre sí mismo, sobre sus rivaliclades internes, sr-rs
problemas y sus apuestas. Corno los grandes tribunos, los políticos capaces c1e comprendery expresar las expectativas y reivindicaciones c1e s¡ls electores so¡ cacla vez más raros y
distan de situarse en el primer plano en sus tbrmaciones. Los futuros dirigentes .se designzrn en los
debates televisivos o los cónclaves de aparato tr¡g9]=."11§1J:t¿qal9§g§_q-e-_un qnto-rno
tranquilizador de jóvenes tecnócratas que a rnenudo ignoran prácticamente toclo lo referente 4 la
rg1...6¡I411",§!§-s;rlqudtAtlr;s; ñluienes-natlierecuercla eSá 1gñóáncia L9r pgJlo-chsl1s,
sometidos a 1as coacciones que hacen recaer sobre ellos las presiones o las censuras de los poderes
internos y externos, y sobre todo la competencia -y por 1o tanto la urgencia, que jarníLs f'.rvoreció
la reflexión-, a menudo proponen descripciones y análisis apresurados, y muchas veces impruden-tes, cle los más canclentes problemas; y el efecto qué p6c[ñer¡ tanto en el universo intelectual comoen el político, es en ocasiones mucho más pernicioso, porque están en condiciones de beneliciarse
mutuamente y cont¡olar la circulación de los discursos rivales, como los de la cienci'.r social. Queclan
lqr g!919:Bal9§.!y:oj11g"ci9 e-s- de llmenqar'. Ahora bien, hay algunos que no dejan de hablar, a
menuclo "demasiado pronto", acerca cle la inmigración, la política habitacional, las relaciones labora-
les, la burocracia, el n-rundo político, pero para decir cosas que no se quieren entender, y en su lengua-
i",EtSl"ig§qlienc1e. Nosgusta más, en Aéfinltiláiffiároici,:,s, porsr.crtot;ii" elgÍrn rlesprc'
. cio, a quienes l-rablan a tontas y a locas, sin preocuparse desmesurad¿rnente por los ef-ectos que pueden
producir palabras mal pensadas sobre cuestiones mal planteaclas.
Y sin embargo están presentes toclos los signos de todos los malestares que, por no encontrar
su expresión legítima en el munclo político, se reconocen a veces en los delirios de la xenofobia y el
racismo. Nfalestares inexpresaclos y con frecuencia inexpresablei, que las organizaciones políticas,
que para pensarlos sólo disponen cle la categor'ía anticlrada cle 1o "social", no pueden ni percibir ni,
con mayor razón, asumir. No poclrían h'"rcerlo sino con la condiclón c1e ampliar [a visión mezquina c1e
Lo "político" qr-re heredzrron clel pasado e inscribi¡ en ella no sólo toclas las reivindicaciorres insos-
pechaclas qr-re los movimientos ecológicos, antirracistas o feministas (entre otros) lleveronalapla'za
--pública, sino también todas las expectativas y esperanzas difusas que, por afectar a menudo la iclea
que la gente se hace de su identidad y su clignidad, parecen competer al orcien cle lo privado y, porlo tanto, estar legÍtimamente excluidas de los debates políticos.
))'
Una política realmente democrática debe darse los medios de escapar a la alternativa de Ia
arrogancia tecnocrática que pretencle hacer l'.r f'elicictacl cle los hornbres pese a ellos, por una parte,
y, por otra, Ia dimisión dernagógica que acepta, sin una mínima morlificación, la sanción de lademanda, ya se manifleste a través de las encuestas de mercaclo, las mediciones de audiencia o las co-
tas de popularidad. Los progresos de la "tecnología social", en efecto, son t¿rles que en cierto senti-
Post-scriptum
do se conoce demasiado biqn la d9m44!4 qpar eq!g, aqlqal q (ác!l de actualizar. Pero si la ciencia so-
-. ";,.;;.;(í;¿"o:i*plqffgdi".1§fI,"-d"!q4s¡los fines posibles, 2trnenaza con convertirse en el instrumento ciego de una fotma racionaliz:¡da cle
aémCgógE no puede cornbatir por sÍ sola la inclinación de los políticos a dar satisfacción a Ia deman-
da superficial para asegllrarse el éxito, hacienclo de la política una forma epena s disfrazad:¡ de maf:het ing
' Con fiecuencia se comparó la políticir con la n-redicina. Y basta con releer la Colección
hipocrática", como lo hizo recientemente Emmanuel Terray, para descubrir que, igual que el
médico, el político consecllente no puede conlolmarse con las informaciones proporcionadas por
el registro de declaraciones qlle, en más de un caso, son literalnente producidas por una
interrogación inconsciente de sus efectos: "El registro ciego de los síntomas y las confidencias de
los enfermos está al 2rlcance de todo el munclo: si eso bastara para intewenir con eficacia. no habría
necesidad de médicos". I El rnédico debe consagrarse a descublir las enfermedades no evidentes
(aclela), es decir, precisamente aquellas que el practicante no puedg "ver con sus ojos ni escuchar
con sus oídos": en efecto, las quejas de los pacientes son vagas e incienas; Ias señales emitidas porel cuerpo mismo son oscLlras y sólo levelan su senticlo muy lentamente. 1- a menudo a destiempo.
Así, pues, corresponcle demandar al rzrzonamiento (logisruos) la revelación de las causas estructu-
rales que las palabras y los signos aparentes no develan m:rs que velándolas.:
Así, anticrpándose a las lecciones de la epistemología moderna, [a medicina grie-ea atirmaba
cle entrada la necesidacl de construir el objeto de la ciencia mediante una rupturil con lo qr-re
Durkheim llamaba "prenociones", es decir', las representaciones que los agentes sociales se hacen
de su estado. Y así como la medicina naciente ctebía contar con la corrpetencia desleal de los adi-vinos, los magos, los hechiceros, los charlatenes o los "labricantes de hipótesis", la ciencia social se
enf¡enta l-roy a todos aquellos que están segLlros de interpretar los signos más visibles del m¿rles-
ir* tar social, por ejernplo, el especto de un ridículo designaclo como "velo islámico': a todos esos
"semicapacitados" que, armados de su "buen sentido" v su pretensión, se preciprran a los diariosy fiente a las cámaras para clecir qué ocurre con un mundo social que no tienen medio eiicaz algu-
no de conocer o comprender.La verdadera meclicina, siempre según la tradición hipocrática, comienza con el conocimien-
to de las enfermeclades invisibles, vale decir, de los hechos de los que el enfermo no habla, ya sea
porque no tiene conciencia cle ellos o porque olvida cornunicarlos. Sucede Io mismo con una ciencia
social preocupada por conocer y cornprender las verdaderas causas del maiestar que sólo se expre-sa a la hrz del día a tr¿rvés de signos sociales difíciles cle interpretar por ser, en apariencia. demasiado
evidentes. Pienso en los desencadenamientos de violenci¿ gratuita en los estadios u otros lugares,
en los crímenes racistas o los éxitos electorales de los profetas de la desgracia, apurados por explo-tar y amplificar las expresiones más primitivas del sulrimiento rnoral que, tlnto como la rrriseria y
la "violencia inelte" de las estructules económices y sociales, y aún más que ésras, engendran to-
das las pequeñas miserias y violencias leves de la existencia cotidiane.Para ir rnás allá cle las manif'estaciones evidentes, a propósito de las cuales llegan a 1as manos
quienes Platón [amaba doxósofbs, "técnlcos de la opir-rión qlle se creen eruditos", eruditos aparen-
tes de le apariencia, hay que remontarse desde luego hasta los vercladeros determinantes económi-
1.E. Terray, La Politique dans la cauente, París, Serril, 7990, pp. 92 93.
rbíd.
Post-scriptum
cos y sociales cle los innumerables atentados a la libertad de las personas, a su legítima aspiración
a la felicidad y 1a autorrealización, que plantean hoy no sólo las implacables coacciones del rnerca-
do laboral o habitacional, sino también los veredictos del mercado escolar o las sanciones abiertas
o las agresiones insidiosas de la vida profesional. Para ello, hay que atravesar la pantalla de las
proyecciones a menudo absurdas, y a veces odiosas, detrás de las cuales el malestar o el sufrimiento
se enmascaran tanto como se expresan.
Hacer conscientes ciertos mecanismos que hacen dolorosa e inclusc¡ intolerable la vida no
signiiica neutralizarlos;sacar a Ia luz las contradicciones no significa resolverlas. Empero, porescépti-
co que uno sea respecto de la eficacia social clel mensaje sociológico, no es posible considerar nu-
lo el efecto que puede ejercer al permitir a quienes sufren descubrir la posibilidad de atribuir ese
sufiirniento a callsas sociales y sentirse así disculpados; y al hacer conocer con amplitud el origen
social, colectivamente ocultado, de la desdicha en toclas sus formas, incluidas las rnás íntimas y
secretas.
Comprobación que, pese a las apariencias, no tiene nada de desesperante: lo que el rnundo so-
cial l-ra hecho, el mundo social, armado de este saber, puede deshacerlo. Lo seguro, en todo caso, es
qtre nada es menos inocente que e\ laisser-falre: si es verdad que la mayor'ía de los mecanismos
económicos y sociales que están en el origen de los sufrimientos más crueles, en especial los que regu-
lan el mercaclo laboral y el rnercado escolar, son difíciles de fienar o modificar, lo cierto es que toda
política que no aproveche plenamente las posibilidades, por reclucidas que sean, que se ofrecen a
la acción, y que la ciencia puede al,udar a clescubrir, puecle considerarse culpable de no asistencia
a una persona en peligro.Y aunque su eficacia y por lo tanto su responsabilidad sean menores y, en todo caso, lnenos
clirectas, sucede lo mismo con las filosofías hoy triunfantes que, a menudo en nombre de los usos
tiránicos que pudieron haberse hecho de la referencia a la cienci¿ y It rtzón, apuntan a invalidar
tocla intervención de la razón científlca en política: la ciencia no necesita en absoluto la alternativa
entre la clesmesura totalizadorx de un racionalismo ciogmático y la dir¡risión de esteta de un irra-
cion¿llismo nihilista; se contenta con las verdades parciales y provisionales que puede conquistar
contra la visión común y la doxa intelectual, y que son capaces de procurar los únicos medios
racionales cle utilizar plen2lmente los márgenes de maniobra clejados a la libertad, es decir, a Ia ac-
ción polÍtica. *
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