berberian y salazar 2009
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La Provincia de Catamarca, ubicada dentro nicas, desde los pobladores iniciales que in-
de la región Noroeste de la República Argen- gresaron hace unos 10.000 o 12.000 años,
tina, se caracteriza por presentar una impor- hasta los grupos que alcanzaron alto desarro-
tante diversidad ambiental. Esto se debe a llo sociocultural y que con una compleja red
que los límites políticos actuales, que han de- política entraron en fricción con los conquis-
finido su territorio, no coinciden con los de tadores hispánicos. Perdida finalmente la ba-
ninguna unidad geográfica en particular, si- talla por la defensa de sus tierras y libertad,
no que por el contrario, incluyen varias uni- fueron incorporados al sistema colonial, en
dades, como la puna, quebradas y valles. un proceso que implicó tanto continuidades
Esta extensa y variada geografía fue preferen- como rupturas de los tradicionales modos
temente elegida por las entidades aborígenes de subsistencia, de pensamiento y de con-
que habitaron la región en épocas prehispá- ducta.
Introducción
Mapa provincial con la distribución de las dos principales áreas ambientales.
0706C
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Salta
Tucumán
La Rioja
PUNA
VALLES
Coord. deSambenaventura
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3Por la magnitud e importancia de los vesti- mundo americano con el europeo. Ello posi-
gios arqueológicos que cubren casi toda su bilitó confeccionar una secuencia por etapas
geografía, la provincia de Catamarca fue la del desarrollo de las comunidades aboríge-
primera en concitar el interés de los investi- nes que habitaron en el sector central de la
gadores, cuando en la mayoría de las restan- región de Valles y Quebradas, diferenciando
tes estos estudios eran totalmente descono- distintos contextos que se asociaron a dife-1
cidos. Sin embargo, durante mucho tiempo, rentes momentos temporales: cazadores y re-
prácticamente hasta mediados del siglo pasa- colectores, productores de alimentos, a su
do, al prevalecer el criterio –por otra parte co- vez subdividido en Formativo (o temprano),
mún en casi toda la arqueología nacional– Floreciente regional (medio) y Desarrollos
que consideraba que todas las culturas abo- Regionales (tardío). Finalmente, el periodo
rígenes del noroeste eran contemporáneas y de dominio efectivo producido por la expan-
posteriores al siglo XI d.C., todos los restos sión Incaica y el momento de los primeros
materiales exhumados eran atribuidos, sin contactos y conflictos con los conquistado-
ninguna distinción, al grupo étnico conoci- res españoles, o período Hispano-Indígena.
do genéricamente como “Diaguitas”, los últi-
mos que habían entrado en contacto con los Este modelo de periodificación, con el apo-2 yo del método del carbono radioactivo españoles. Por ello, se supuso que los cono-
(C.14) que permitía fechar los materiales or-cimientos relativos a la vida, costumbres y
gánicos en el laboratorio y a través de ellos, lenguas de los pobladores indígenas podían
los objetos que se encontraban asociados, conocerse prioritariamente a través de las
fue de gran utilidad para la ordenación de fuentes documentales de la época de la con-
los conjuntos de materiales recuperados. No quista (crónicas, declaraciones de méritos y
obstante pronto se observó que la idea de servicios, actas capitulares, etc.), desesti-
“contexto cultural” no era suficiente, ya que mándose el potencial de los estudios arqueo-
implicaba “la adición mecánica de rasgos o lógicos.
pautas culturales sincrónicos, encontrados
en repetida asociación en un área, o sea la Las investigaciones realizadas en la década
simple reunión de elementos que coexistían de 1950 en el Valle de Hualfín, con nuevos
en una dimensión cultural-espacial-enfoques teóricos y metodológicos y el análi-4
sis de la colección Muñiz Barreto, deposita- temporal determinada”.
da en el Museo de la Plata, procedente en su
mayoría de materiales reunidos en la pro- La atención de los investigadores se con-
vincia, permitió modificar el criterio anterior centró en el reconocimiento de grupos socia-
y otorgarle a los antiguos pobladores de la re- les o entidades socioculturales y ya no de
gión una profundidad temporal muy supe- contextos, entendidos como asociaciones de
rior a los últimos siglos antes del choque del objetos. La perspectiva histórica, en este sen-
1 La primera monografía estrictamente arqueológica se debe a I. Liberani y R. Hernández: “Excursión arqueológica a los Valles de Santa María, Catamarca-1877”2 Boman, E. 1923, Marquéz Miranda, F. 19463 González, A.R. 19554 Núñez Regueiro, V. 1974:170.
tido, ha dado lugar al análisis de los compor- renciados por relaciones de parentesco, géne-
tamientos sociales que tuvieron lugar al inte- ro, edad, acceso a recursos o posiciones de
rior de un grupo circunscribible a partir del poder. Esta tendencia ha generado una vi-
reconocimiento de cierta unidad de prácti- sión enriquecida del pasado prehispánico y
cas sociales, entre las cuales se incluyen las de los procesos que en él se estructuraron.
estrategias de aprovechamiento de los recur-
sos medioambientales. La arqueología ha En síntesis, una vez determinadas las se-
complementado su mirada histórica con cuencias de desarrollo de las comunidades
una nueva perspectiva tomada de la antro- americanas (esto es, definidas periodizacio-
pología, con cuyas categorías intenta com- nes históricas de larga duración) y caracteri-
prender el cómo y el por qué del cambio cul- zados, en términos generales sus contextos
tural; en otras palabras, se busca una expli- (asociaciones de objetos y pautas culturales),
cación al complejo problema de la variabili- hoy es posible estudiar las prácticas sociales
dad cultural en el tiempo y el espacio. específicas de entidades socioculturales reco-
nocibles de manera particularizada, y de las
Recientemente el interés de las investiga- personas que las constituyeron. En otras pa-
ciones ha girado hacia la búsqueda de las va- labras, de una arqueología de “objetos” se ha
riaciones y los conflictos internos de dichos pasado a una arqueología de “etapas” y des-
grupos, intentando reconocer dentro de esos de allí, a una arqueología de “prácticas socia-
colectivos sociales, las prácticas y estrategias les”.
específicas de individuos o subgrupos dife-
0908
La historia prehispánica de la ocupación ambientales y las posibilidades de obten-
del territorio de la actual provincia de Cata- ción de los recursos faunísticos y vegetales.
marca se inició, de acuerdo al estado actual Tal circunstancia, puede comprobarse en los
de los conocimientos, a finales del período sitios arqueológicos a cielo abierto con arte-
geológico conocido como Pleistoceno y co- factos trabajados en piedra y canteras que
mienzos del Holoceno, es decir en la última proporcionaban el material lítico indispen-
etapa del período glaciar y retirada de los hie- sable para la elaboración de los instrumen-
los en gran parte del continente americano. tos. Pareciera que se tratara de pequeños gru-
Podría ubicarse temporalmente entre los pos dispersos por amplios territorios, ocu-
12.000 y 10.000 años antes de nuestra era. pando refugios por poco tiempo.
La información arqueológica disponible nos
revela que los primeros grupos humanos pro- Los vestigios más antiguos localizados has-
venían del sector andino de América del ta el presente en la provincia de Catamarca,
Sur, en un momento en que las condiciones correspondientes a estos reducidos grupos
ambientales eran diferentes a las actuales, de “exploradores iniciales”, se encuentran
más frías pero también más húmedas. Por ló- en las altas planicies de la región de la puna 5gica, carecemos de información escrita acer- salada, en el noroeste provincial, en alturas
ca de esta vasta etapa de nuestro pasado, y siempre superiores a los 3.300 m snm. En
sólo es posible indagar sobre las característi- una extensa zona del departamento de Anto-
cas socioeconómicas de los pobladores ini- fagasta de la Sierra, con centro en el sitio
ciales, a través de los materiales que nos pro- Quebrada Seca 3, se ubica un conjunto de si-
porcionan las investigaciones arqueológicas. tios, a cielo abierto o en cuevas, que corres-
ponden a distintos asentamientos de los ca-
Los primeros grupos de cazadores recolec- zadores recolectores tempranos. Por el con-
tores que ingresaron a este nuevo territorio, trario, para esta etapa inicial no hay aún evi-
debieron implementar distintas estrategias dencias que puedan datarse con exactitud
adaptativas, basadas en una amplia movili- para la zona de los valles mesotérmicos del
dad, de acuerdo a las significativas variables oriente catamarqueño.
Los primeros habitantes
5.Troll, C. 1958
1110
En dos sitios arqueológicos de la región pu- Los más antiguos restos arqueológicos en
neña, denominados Peñas de las Trampas esta región meridional puneña, han sido
1.1 y Cueva Cacao 1A, se exhumaron en los identificados en un abrigo rocoso, Quebrada
niveles estratigráficos inferiores, excremen- Seca 3, -4100 m snm- ubicado a unos 15 km
tos y fragmentos óseos de megafauna extin- al Este de la población de Antofagasta de la
ta, correspondientes a un gran perezoso (Me- Sierra. Los materiales obtenidos en niveles
gatheriinae) y a caballo (Hippidion sp.). Las estratigráficos ofrecieron una secuencia de
dataciones radiocarbónicas les otorgan una ocupaciones que cronológicamente pueden
antigüedad de aproximadamente 13.000 establecerse, según dataciones radiocarbóni-
años AP. Aún cuando no se encuentran en cas, entre los 10.000 y 2.500 años AP. (antes
asociación con restos humanos o culturales, de 1950). Trasladadas al calendario cristiano
tienen importante significado por el casi sin- corresponderían aproximadamente, entre el
cronismo entre antiguos animales desapare- 8000 a 600 antes de nuestra era.6
cidos y las primeras ocupaciones humanas.
7. Aschero, C.A. y J.G. Martinez 20018. Rodríguez, M.F. 19999. Pintar, L. 2004
Mapa provincial con la distribución de sitios Cazadores Recolectores mencionados en el texto.
La caza, procesamiento y consumo de los cazadores recolectores, debido a la condicio-
camélidos silvestres, en particular la vicuña nes desfavorables, debieron implementar
(Lama vicugna) y en menor proporción el distintas estrategias para la subsistencia.
guanaco (Lama guanicoe), tuvieron una sig- Además de los niveles correspondientes de
nificativa importancia como recurso energé- Quebrada Seca 3, ubicado entre 7200 y
tico para la subsistencia desde los primeros 6000 AP, en un sitio recientemente excavado
grupos que ocuparon la microregión. El apro- en la misma región de la puna salada, la Cue-
vechamiento de estas especies se habría va Salamanca 1, se obtuvieron varios fecha-
mantenido constante hasta momentos tar- dos radiocarbónicos dentro de un rango en-
díos, cuando ya predominaban prácticas tre 7500 y 7600 años antes del presente. El
agrícolas y pastoriles. registro arqueofaunístico denota que se con-
tinuó con el consumo intensivo de caméli-
Se ha propuesto un modelo aproximado dos, agregando especies animales de menor
de lo que pudieron ser las técnicas de caza porte, como vizcachas y otros roedores.7
en los momentos iniciales. Se señala que
La presencia de especies vegetales co-posibilitado por la amplia disponibilidad de
mienza a aumentar en los niveles corres-recursos faunísticos, las actividades cinegé-
pondientes a fines del Holoceno temprano y ticas se habrían planteado en espacios abier-
principios del Holoceno medio, evidencian-tos mediante el uso del propulsor, instru-
do ocupaciones más prolongadas y de un mento que precedió al arco y la fecha, y que
mayor número de personas. La exhumación a manera de brazo de palanca multiplicaba
en estas capas de astiles de proyectiles he-la fuerza humana, tenía mayor alcance e im-
chos sobre madera de sauce criollo (Salix primía precisión a los disparos. Estos dardos
humboltiana), instrumentos formatizados pa-arrojadizos estaban provistos de un astil de
ra encender el fuego, de algarrobo (Prosopis madera en uno de cuyos extremos se sujeta-
torquata) y trozos de caña (Rhipidocladum ban las puntas de forma triangular, en un pri-
neumannií), todas especies vegetales no loca-mer momento y luego con limbo de iguales
les, procedentes de sectores más bajos, de-características, pero provista de un pe-
muestran una alta movilidad o la probable dúnculo para su amarre. Esta asociación es-
existencia de relaciones socio económicas taría inferida por los hallazgos de puntas de 8
proyectil con tales morfologías en los estra- con otros grupos. El hallazgo en estos con-
tos inferiores de la cueva Quebrada Seca 3, textos asociados a los restos faunísticos y bo-
entre 9800 y 7400 AP. tánicos, de una mano de moler con mani-
fiesto desgaste, estaría evidenciando el pro-9Después de estas ocupaciones iniciales, y cesamiento de molido de vegetales.
una vez entrado en el período Holoceno me-
dio (unos 7000 años AP), con el incremento A partir de finales del Holoceno medio
de la temperatura y la aridez ambiental que (5000 AP), los sitios y las evidencias corres-
se produce durante el Altitermal, los grupos pondientes a sociedades cazadoras recolec-
6. Martínez, J.G. et al. 2004 ; Olivera, D.E. et al. 2003.
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Salta
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Antofagasta de la Sierra
toras en Antofagasta de la Sierra se multipli- llas protegiéndolas de otros predadores, para
can. El modo de vida no sería ya igual que finalmente llegar a su domesticación. De ma-
en los primeros momentos del poblamiento, nera concomitante tuvo una importancia cre-
registrándose un proceso de emergencia de ciente la alimentación con vegetales, eviden-
complejidad. Desde los comienzos del perío- ciada por la presencia de un pseudocereal y
do, alrededor del 4500-5000 AP., la densidad maíz fechado en 3800 AP en el alero Punta 11de población habría crecido y la movilidad de la Peña 4.
comenzado a reducirse, con retorno a luga-
res preestablecidos, en un sistema de asenta- Hacia el final del proceso (2000 AP) recién
mientos semi-sedentario o de recorridos esta- se establecerían asentamientos con un alto
cionales bien demarcados. grado de sedentarismo, con control de los re-
cursos basados en prácticas agro-pastoriles.
Esta complejidad se demuestra además, El pastoreo parece que fue la estrategia pro-
por la aparición de sitios de diversa funcio- ductiva más importante, mientras que la agri-
nalidad, como enterratorios y ofrendas de ca- cultura era realizada en los sectores aluvio-
rácter simbólico-ritual, constituidas, entre nales del fondo de la cuenca. La tecnología
otras, por trenzas de pelo humano, calaba- se modifica de forma sustancial y comien-
zas pirograbadas, sandalias de cuero y vello- zan las primeras evidencias de la manufac-
nes de lana, y de otras ocupaciones con ca- tura y uso de la cerámica, acompañada de
racterísticas y organización no existentes has- numerosos artefactos destinados a la mo-
ta el momento (estructuras internas de pie- lienda. En los sitios se observa un cambio en 10
dra). el componente alfarero con fuertes relacio-
nes con los valles mesotérmicos de menor al-
Para estos momentos se observa también titud, especialmente el valle de Abaucán, lo
una intensificación en la explotación de los que estaría indicando que los grupos vallis-
camélidos, mediante la caza especializada, y tos se movilizaron hacia la Puna sur a co-12en algunos sectores el resguardo de las tropi- mienzos de la Era Cristina.
10. Hocsman, S. 200211. Hocsman, S. 2002:20912. Olivera, D.E. et al. 2004:243
14
La organizaciónde las comunidades en aldeas
Unas cinco o seis centurias antes de nues- producción de alimentos, tanto en la agricul-
tra era, se fueron consolidando en las distin- tura mediante cultivos de especies como el
tas regiones de la provincia, sociedades cuya maíz (Zea mays var. microsperma), zapallo
subsistencia se basaba principalmente en la (Curcubita maxima), maní (Arachis hypo-
Mapa provincial con la distribución de sitios Formativos y Aguada mencionados en el texto.
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gaea) y poroto (Phaseolus vulgaris), como en mo los intercambios de materias primas (vg. 15el pastoreo de llamas (Lama glama), com- obsidiana) y tecnofacturas (vg. alfarería), en-
plementada en menor medida por la caza y tre las poblaciones de los valles mesoterma-
la recolección de frutos silvestres como el al- les y las de la puna, o aún con sectores tan
garrobo (Prosopis sp) y el chañar (Geoffroea alejados como las yungas. Este tipo de inte-
decorticans). El predominio de cada una de racciones constituyó finalmente un comple-
estas estrategias dependía de las característi- jo cuadro de identidades.
cas ecológicas (puna o valles mesotérmicos)
en que se asentaban las poblaciones. El mayor número de emplazamientos al-
deanos se ubicó en el ámbito de valles y que-
Esta etapa del proceso cultural es conocida bradas siendo, entre los más conocidos, el
en el Area Andina Meridional con la deno- Alamito en el Campo del Pucará, Condor-
minación de Formativo y está ligada a la huasi y Ciénaga en el Valle de Hualfín, Saujil
adopción de un modo de vida sedentario y en el Valle de Abaucán, Caspinchango y
al surgimiento de una amplia gama de tec- Andalhuala en el Valle de Yocavil y muchí-
nologías, entre otras, la producción de cerá- simos sitios más con los patrones de asenta-
mica, la metalurgia, la textilería, y el puli- mientos característicos del sistema formati-13
mento de la piedra. vo ( vg. Loma Alta, Tesoro y Buey Muerto en
las faldas occidentales del Aconquija, Yuto-
Las relaciones de los grupos ya no estaban pián en el Valle del Cajón, etc.). En la Puna,
dirigidas a macroambientes, sino a espacios los asentamientos se hallan en forma más es-
más reducidos constituidos por un área que paciada y frecuentemente vinculados a cuen-
incluye un foco central dado por los campos cas con concentración de los recursos u oa-
de cultivo, el conglomerado de viviendas do- sis. Se destacan el poblado de Tebenquiche,
mésticas y sus alrededores, generalmente los en el Salar de Antofalla, y los asentamientos
más apropiados para el mejor acceso a los re- dispersos en Laguna Blanca y Casa Chávez 14 Montículos, en Antofagasta de la Sierra.cursos.
Las aldeas variaban según la concentra-El registro arqueológico, sin embargo, de-
ción de las viviendas, la morfología de las nota un alto grado de movilidad espacial y
unidades habitacionales y los materiales uti-de redes de contactos intergrupales, por cu-
lizados en paredes y techumbres, en res-yas vías circulaban bienes, productos e in-
puesta a la desigual distribución de recursos formación. Los vínculos se dieron a distintas
en las distintas áreas y a los procesos socia-escalas, pudiendo relacionar a poblados cer-
les vividos en cada una de ellas. canos dentro de un mismo valle, o sectores
lejanos en distintos ámbitos ecológicos, co-
Las viviendas de planta cir-
cular o elíptica, conformando
un trazado alveolar o “patrón
Tafí” definido en el valle homó-
nimo en la Provincia de Tucu-16
mán, tuvieron una presencia
dominante. Frecuentemente se
disponían en pequeños con-
juntos, dispersos en terrenos
cultivables, con o sin estructu-
ras agrícolas asociadas.
En el Campo del Pucará (Departamento Este tipo de asentamiento se ve reflejado
Andalgalá), los grupos de agricultores y pas-en el sitio Loma Alta, en la falda occidental
tores conocidos como “Alamito”, se estable-del Aconquija, donde las viviendas son de
cieron con un patrón constructivo muy com-planta subcircular y paredes de piedra, y se
plejo, diferente a los localizados en otras zo-encuentran dispersas entre estructuras agra-
nas, que se caracterizó por presentar varias rias o “canchones de cultivo” y corrales, evi-
habitaciones de planta rectangular o trape-denciando una economía mixta que tendía a
zoidal con un pasillo restringido en la entra-17la autosuficiencia.
da, dispuestas en forma de anillo en torno a
un patio central deprimido. Los recintos se La utilización de materiales perecederos
construyeron con muros de tierra apisonada en la construcción, ha provocado que en
y columnas de piedras. En el sector oeste del otros sectores no se reconozcan las caracte-
conjunto se establecían dos estructuras de rísticas de los asentamientos, como ocurre
piedra de planta rectangular con fines cere-en los casos de Condorhuasi y Ciénaga en el
moniales valle de Hualfín. Sin embargo en el valle de
Abaucán, relacionado espacial y cultural-Tras éstas construcciones, se localizaba un
mente con el anterior, se ha podido recono-gran montículo donde sistemáticamente se
cer un patrón peculiar, caracterizado por ha-19
depositaron desechos y basura.bitaciones de adobe o tapia de planta cua-
drangular, distribuidas regularmente, for-El patrón de estos sitios y el contexto ar-
mando grupos, los que se asignan a la llama-queológico de los mismos, ha llevado a plan-18
da “cultura Saujil”.tear que no constituían simples aldeas, sino
que eran verdaderos centros ceremoniales re-
(fig.1).
13. Núñez Regueiro, V. 1974, Olivera, D. 2001, Albeck, M. 2000, Tarragó, M. 1999, González, A.R. 1999, Oliszewski, N. 2004 14. Núñez Regueiro, V. 1974; Tarragó, M. 199915. Lazzari, M., 1996; Yacobaccio et al. 2004
16. Berberián, E. E. 198817. Scattolín C 200118. González A R y C Sempé de Gómez Llanes 1975
Figura 1. Croquis de un sitio Alamito: M. Montículo mayor, P. Plataforma; PC, Patio Central; A, Recintos “A”; B, Recintos “B” (Tomado de Tartusi M y V Núñez Regueiro 2001).
1918
presentados por un espacio socialmente orga-
nizado para desempeñar funciones cúlticas,
donde residían sacerdotes y shamanes que
ofrecían servicios a las comunidades disper-20
sas en las áreas aledañas.
En este proceso de formación de aldeas y
poblados dispersos, se adoptaron pautas tec-
nológicas relacionadas a las nuevas necesi-
dades, tanto económicas, como sociales e
ideológicas.
La alfarería fue uno de los desarrollos tec-
nológicos incorporados. Se utilizaron vasijas
con fines domésticos (cocción, consumo y al-
macenamiento de alimentos), transporte de
bienes o como urnas funerarias para el ente-
rratorio de párvulos, es decir niños de corta
edad. En casi todas las comunidades aldea-
nas tempranas las formas más comunes fue-
ron los jarros -recipientes de morfología gene-
ralmente cilíndrica con un asa en forma de
cinta de disposición vertical-, y platos pro-
fundos, conocidos arqueológicamente con el
nombre de pucos o escudillas, de color gris o
negro, decorados con técnica incisa o bien
pintados con dos colores y diseños geomé-
tricos.
En el valle de Hualfín (Dpto. Belén), la cerá-
mica temprana (200 a 300 d.C.) ha sido exhu-
mada fundamentalmente en contextos fune-
rarios. En sitios como Condorhuasi y Las Ba-
rrancas, se encuentra un estilo de altísima ca-
lidad artística, donde se destacan vasijas mo-
deladas con formas de animales (zoomorfas)
o humanas (antropomorfas), pintadas con
motivos geométricos en negro delimitados
con una fina línea en blanco sobre un fondo
de engobe rojo pulido. Sus representaciones
más notorias son personas en actitudes ram-
pantes o sentadas, exhibiendo detalles de
adornos corporales como el uso de pintura o
tatuajes, del tembetá o botón labial y de nari-
gueras.
Dentro de las imágenes zoomorfas predo-
minan las representaciones de felinos en cu-
yo cuerpo se observan círculos concéntricos
como indicación de las manchas del animal
En Las Barrancas, se excavó una tumba
constituida por dos cámaras sepulcrales de
planta circular, separadas entre sí por una
rampa de acceso. Cada una contenía
el esqueleto de un solo individuo, acompa-
ñado por un complejo ajuar funerario. Uno
de ellos estaba conformado por cinco vasijas
de alfarería, un fragmento de hueso aguzado
en un extremo y cinco cuentas circulares de
malaquita con perforación central. La otra
tumba contenía nueve piezas de alfarería,
cuatro recipientes de piedra y una pequeña
lámina de cobre Junto a uno de los
cuerpos inhumados se ubicaron los restos
óseos de un camélido, posiblemente una lla-
ma. La complejidad de la construcción y de
los materiales depositados es indicativa de la
importancia que había tomado el ritual fune-
rario y de la cantidad de trabajo artesanal
que se podía destinar para este tipo de fi-21
nes.
(fig. 2).
(fig. 3).
(fig. 4).
.(fig. 5).
19. Nuñez Regueiro V 197120. Tartusi M. y Núñez Regueiro V 2001
Figura 2. Vasos antropomorfos modelados.Estilo Condorhuasi policromo.
Figura 3. Vaso modelado con representación zoomorfa estilizada. Procede de un enterratorio Condorhuasi, en Las Barracas (Dpto. Belén)
2120
en tierra, colocando los cadáveres en posi-En momentos posteriores al 300 dC, las co-ción genupectoral (flexionados) acompaña-munidades de agricultores que habitaban el dos de numerosos elementos que consti-sitio La Ciénaga en el Valle de Hualfín, efec-tuían el ajuar funerario. La diferencia en el tuaban los entierros de adultos directamente número (una o dos hasta veinticinco o trein-
ta piezas de cerámica) y variedad (objetos en
metal, piedra, cerámica, etc.) nos estaría indi-
cando un distinto tratamiento de las perso-
nas al momento de la muerte. Por el contra-
rio, existían verdaderos cementerios de pár-
vulos en urnas funerarias, de unos 30 a 50
cm de alto, provistas de dos asas laterales co-
locadas horizontalmente. Estas vasijas son
predominantemente de color negro o gris
con representaciones geométricas y también
se identifican otras pintadas en dos colores,
uno de base, blanquecino o rojizo, sobre el
cual diseñan líneas negras o rojas (fig. 6).
21. Berberián E E y F. Massidda 1975
En las restantes formas, la técnica decorati-
va consiste básicamente en motivos geomé-
tricos, como escalonados, rombos, cruces,
bandas y en menor medida antropomorfos y
zoomorfos (llamas o felinos), elaborados en
base a líneas rectas, donde se manifiestan co-
mo diseños esquemáticos y sumamente rígi-
dos, sin ninguna clase de movimiento.
Algunas entidades como Ciénaga, Condor-
huasi y Alamito consiguieron lograr un alto
desarrollo en el trabajo de la piedra, que no
fue superado en épocas posteriores. Además
de morteros esculpidos con motivos zoo-
morfos y antropomorfos, fuentes y vasos con
grabados geométricos o personajes en relie-
ve, los objetos más destacados por sus carac-
terísticas artísticas y estéticas son las másca-
ras de piedra y las esculturas líticas conoci-
das como “suplicantes”. Consisten en repre-
sentaciones antropomorfas concebidas en
un bloque que combina planos y espacios
envolventes, en cuyo extremo superior se
ubica un rostro de nariz prominente y ojos ci-
líndricos dirigido hacia arriba. Del cuerpo sa-
len los brazos levantados hacia la cabeza, lo
que da la impresión de una persona supli-
cando
Las sociedades formativas de Catamarca
proveen los primeros indicios del uso de me-
tales cupríferos en el noroeste argentino. En
los enterratorios de La Ciénaga y Condor-
huasi y en las excavaciones de los sitios ar-
queológicos de Alamito, se obtuvieron dis-
(fig. 7).
Figura 6: Urna bicolor. Estilo Ciénaga
23
Figura 4. Planta y secciones de un enterratorio Condorhuasien Las Barrancas (Dpto. Belén)
Figura 5: Vista de una cámara sepulcral y ajuar asociado en un enterratorio Condorhuasi, en
Las Barrancas (Dpto. Belén)
cos, anillos, pequeñas pinzas depilatorias de
dos valvas, campanillas, placas, agujas, etc.
Los pobladores que habitaban el Alamito ex-
traían los minerales de cobre (como la azuri-
ta y la malaquita) de sitios no muy lejanos (a
unos 40 km de distancia), lo fundían y lo tra-
bajaban mecánicamente, tanto por aplasta-
miento o martillado como por estirado o tre-22
filado. Esta actividad desarrollaría una tra-
dición artesanal que trascendería por varios
cientos de años más, hasta la llegada a la re-
gión de la expansión incaica.
Los grupos aldeanos sedentarios, cuya sub-
sistencia se basaba en la producción agríco-
la-pastoril, fueron sociedades fundamental-
mente igualitarias, constituidas por un dis-
creto número de familias, con acceso a los re-
cursos agrícolas, las que podían vincularse
para realizar ciertas obras comunitarias. El
incremento de la productividad, dada por la
incorporación de especies vegetales de ma-
yor rendimiento o de mejores técnicas de cul-
tivo, pudo generar ciertos excedentes agríco-
las. Esto habría posibilitado liberar el tiempo
de algunos miembros, diferenciar las activi-
dades y permitir el desarrollo de un comple-
jo conjunto de tecnologías, cuyo fin no sólo
era utilitario, sino también simbólico, ritual
y político. Las vasijas Condorhuasi, las es-
culturas de Alamito, la metalurgia Ciénaga,
son materiales arqueológicos que lo eviden-
cian.
Este proceso de complejización de la so-
ciedad, es decir de la división de las activi-
Figura 7. Representación antropomorfa esculpida en piedra o “suplicantes”
dades en los distintos grupos y de la apari-
ción de diferencias sociales, sería más nota-
ble a partir del 600 dC, cuando las distintas
sociedades de carácter local se integran bajo
una super-estructura de carácter simbólico,
conocida como la “cultura de La Aguada”, la
cual parece haber tenido su centro en el Va-
lle del Ambato.
22. Pifferetti, A. 1999; Angiorama, C. 1995.
2524
Entre los años 500 y 850 d.C. aproximada- este complejo se podía aislar, otorgándole vi-
mente, se manifiesta claramente en el sector gencia independiente. Se los identificó con
de los valles de la provincia de Catamarca la designación de “Cultura de La Aguada”
un sistema cultural, que a través del tiempo, nombre del sitio homónimo ubicado en un
ha recibido distintas denominaciones. Ini- vallecito tributario del Valle de Hualfín en el 25cialmente algunas vasijas cerámicas elabora- departamento Belén.
das con excelente técnica y estilo artístico
fueron aisladas bajo el nombre de “alfarería Por último, se propuso al Valle de Ambato
draconiana” puesto que la figura que las ca- como el centro de origen de la “cultura Agua-
racterizaba se interpretaba como un dragón. da”, dado que sobre un sustrato Formativo in-
ferior Alamito-Ciénaga instalado en la re-
El término “draconiano” fue pronto recha- gión, se habría iniciado una transformación
zado, por cuanto se afirmó que el personaje social cualitativamente importante, que 26central no era otro que un felino o jaguar de abrió el camino para una unidad distinta.
características realistas o convencionales, 23
con atributos humanos o astrales. Con el El área más sensiblemente ocupada por es-
tiempo, se fueron dando a conocer nuevas tas poblaciones fueron los bolsones y valles
piezas cerámicas, procedentes en su mayo- del Este y Centro de la provincia de Cata-
ría de tumbas, en las que el motivo felínico marca, extendiéndose al noroeste de la pro-
no era excluyente, sino que también apare- vincia de La Rioja. Es notorio que a medida
cían otras figuras zoomorfas, humanas y aún que nos alejamos de este centro de alta fre-
geométricas. Todo el conjunto fue llamado cuencia, el estilo Aguada disminuye sensi-24
por entonces “Cultura de los Barreales”. blemente y se encuentra numéricamente
Con posterioridad se pudo demostrar en las subordinado a los de las comunidades loca-
investigaciones realizadas en el valle de les.
Hualfín que una parte de los materiales de
Expresiones de una incipiente sociedad teocrática
23. Levillier, R. 192624. Debenedetti, S. 193125. González, A.R. 1964.26. Perez,J. y O.Heredia 1975
27
pados, es muy probable que la recolección tro está rodeado por muros de piedra cons-
de especies como el chañar (Gourleia sp.) y truidos en aparejo irregular con excepción
el algarrobo (Prosopis alba) fueran un com- de la fachada norte, donde ha sido elaborado 29 con rigurosa técnica de sillería. Los accesos a plemento sustancial en la dieta diaria.
la plataforma se realizan por dos rampas
construidas con doble hilera de piedras y re-En Aguada se observa una organización de
llenas de tierra, una de posición frontal y mayor complejidad social que en las etapas
otra lateral. Dentro de la plataforma, la fun-anteriores, donde se destaca el rol de la reli-
cionalidad ritual queda sugerida por la pre-gión en la formalización de estructuras de po-
sencia de restos de animales y humanos, der. Algunas de estas consideraciones eran
fracturados e incinerados, los que en su acu-hasta hace unos años intuidas, tomando co-
mulación han contribuido a elevar su altura.mo base casi exclusiva los motivos felínicos
que ornaban en forma preferencial los arte-
El patio, con una longitud N-S de 82 m, es factos integrantes del registro arqueológico,
una superficie semicerrada por un muro y lo que permitía atribuirle un sentido princi-
abierta hacia el Oeste. Se ubica a bajo nivel palmente ritual.
en relación a la plataforma. Las viviendas y
patios se distribuyen al Norte y Este del gran Un nuevo aporte, muy importante en este
patio. Son de planta cuadrangular o rectan-sentido, ha sido el descubrimiento de un cen-
gular y fueron construidas con la técnica de tro con funciones ceremoniales y residencia-
columnas de piedras superpuestas, simétri-les en La Rinconada, sobre una terraza de la
camente enfrentadas entre sí para facilitar el margen derecha del Río Los Puestos, en el Va-30 tendido de las vigas del sostén del techo. Los lle de Ambato.
perfiles de las paredes de tapia poseen un re-
fuerzo basal a la manera de una banqueta.La instalación conocida por los lugareños
como “Iglesia de los indios” tiene en su con-
La instalación de La Rinconada se integra junto forma de U y está segmentada en cua-
en su magnífico contexto edilicio planeado, tro grandes componentes: a) una plataforma
provisto de un eje formal: plataforma calza-piramidal; b)un gran patio frontal a la plata-
da, con una orientación Norte-Sur. Sobre el forma; c) una calzada perpendicular a la pla-
sector occidental la plaza hundida y hacia el taforma y d) un sector residencial ubicado
Norte y Este, el sector destinado a las habita-hacia el norte y este del conjunto
ciones.La plataforma ceremonial parece ser el fo-
co de crecimiento del patrón Ambato. Es
Es claro en este trazado la intencionalidad una estructura piramidal de planta rectangu-
escenográfica. La plataforma con su fachada lar y de unos 3 m de altura. Todo su períme-
(fig. 8).
Las investigaciones iniciales se concentra- delimitadas generalmente con paredes de ta-28ron principalmente en el estudio de cemen- pia con columnas de piedras. Por ello, aún
terios y las ofrendas funerarias que se encon- cuando no se han excavado todavía pobla-
traban en cada tumba, omitiendo la conside- ciones con mayores evidencias de recintos
ración de aspectos más integrativos, como ocupacionales, se anota el pleno conoci-
los patrones habitacionales y los medios de miento de la arquitectura en piedra, la que
subsistencia, que ofrecen mayor informa- fue preferentemente utilizada en la cons-
ción sobre la estructura y conducta de los sis- trucción de los centros cúlticos o ceremonia-27
temas culturales precolombinos. les.
Los asentamientos Aguada se encuentran La base económica que sustentó a las po-
a orillas de los ríos sobre depósitos sedimen- blaciones Aguada, no experimentó sensibles
tarios. El patrón de las unidades residencia- modificaciones con relación a la etapa ante-
les no se ha podido precisar en muchos sec- rior. Se continúa con la agricultura, domesti-
tores provinciales por tratarse de construc- cación de animales, caza y recolección, que
ciones realizadas con materiales perecede- posibilitaban el autoabastecimiento. El culti-
ros. No obstante, en el valle de Ambato, se vo del maíz señala la incorporación de nue-
pudo identificar una gran variabilidad de vas variedades (Zea mays var. oryzaea y var.
unidades habitacionales, diferenciadas por amylacea –maíz capia–) que se suman a la
su tamaño y estructuras combinadas. Las var. microsperma (maíz perla), acrecentando
unidades más pequeñas (15m por 14 m) –si- los recursos disponibles y la posibilidad de
tios Martínez 1 y 4- conforman una sola fila lograr excedentes mediante una economía
de recintos adosados, que debieron ser ocu- productora a mayor escala. Por las condicio-
padas por un grupo doméstico de tamaño re- nes ambientales de los valles que fueron ocu-
ducido. Otras, más grandes – Martínez 2- es-
tán formadas por dos hileras de recintos cua-
drangulares dispuestos paralelamente sobre
los lados menores de un rectángulo que con-
forma el patio central. Finalmente, los
conjuntos más amplios –sitios Cerco
de Palos o el Bañado- combinan
más de un módulo del tipo ante-
rior, con más de un patio. Estas
estructuras de tipo residencial
nucleadas en aldeas, estaban
27. Berberián, E. y R. Raffino 199128. Juez, S. 1991; Herrero, R. y A. Avila 1991; Assandri, S. y A. Laguens 2003.
29. Los cultígenos exhumados arqueológicamente y correspondientes a poblaciones Aguada pueden consultarse en: González A. y J. Pérez, 1968, Sempé de Gómez Llanes, M. 1977 y Lagiglia, H., 2001.30. Las investigaciones iniciales fueron realizadas por A.R.González en 1977. Luego fueron continuadas y ampliadas significativamente por Gordillo, I., 1995, 2004, 2007.
Figura 8. Perspectiva de La Rinconada o “Iglesia de Los Indios”, en el Valle del Ambato (Tomado de Gordillo,I.2004)
Figura 9. Pintura Rupestre. Dos Motivos. Un personaje contocado cefálico y portando armas y un felino (Sierra de Ancasti)
2928
tropomorfos, en colores blanco, negro y rojo,
cuyas cabezas a veces están cubiertas con
máscaras que representan a felinos. Estos
personajes, engalanados en ocasiones con to-
cados cefálicos, portan en sus manos ha-
chas, lanzas, cetros y hasta un posible crá-
neo trofeo (
Los motivos zoomorfos están dominados
por las representaciones del felino, ícono dis-
tintivo de Aguada, representado con sus fau-
ces abiertas y circunferencias en el cuerpo,
que indican las manchas de la piel del ani-
mal.
El sitio más significativo en esta área es La
Tunita, donde las representaciones han sido
ejecutadas en las paredes de un alero de for-
ma esferoidal que se encuentra ubicado es-
tratégicamente sobre un afloramiento rocoso
con amplia visibilidad del entorno, consti-
tuido básicamente por el bosque de cebil
(Anadenanthera colubrina), planta alucinó-
gena significativa como elemento ritual en to-
do el noroeste del país. Este marco natural lo
convierte en un escenario relevante al mo-
mento de comprender la posible función del
panel para los pueblos que lo ejecutaron.
Quien estudió inicialmente a la llamada formación. En este marco, tanto el complejo “cultura” Aguada, propuso que los motivos, felínico como la figura del Shamán, estarían particularmente la figura felino-humana, for- vinculados a lo mítico y sobrenatural, donde maban parte de un lenguaje convencional es- los alucinógenos tienen un papel preponde-
33tabilizado, con un significado preciso para rante.quienes lo emitían y para quienes los reci-
32bían. Es decir, su función se hallaba direc- En el mismo marco de la transmisión de in-tamente relacionada a la transmisión de in- formación, otros consideran que el arte ru-
fig. 10).
de sillares y doble rampa fue emplazada pa- les, ya vislumbrados en los sitios de El Ala-
ra ser visualizada desde el patio hundido, mito. Estas instalaciones conjugan, además
produciéndose un efecto visual que le con- de una estructura ceremonial, sectores resi-
fiere mayor alzada. Estas características esce- denciales sofisticados, destinados a los indi-
nográficas, conjuntamente con la cualidad viduos encargados de actividades relevantes,
arquitectónica habitacional nos derivan a como las prácticas artesanales y religiosas.
una interpretación concreta del sitio. La Rin- En muchas ocasiones fueron interpretadas
conada representa en el noroeste argentino como centros ceremoniales, asociados fuer-
el advenimiento de las construcciones ritua- temente al ejercicio del poder político. Re-
cientes estudios integrales del Valle de
Ambato han evidenciado nueve sitios más
de estas características, poniendo en seria 31
discusión la centralidad de los mismos.
Las personas responsables de la construc-
ción de instalaciones planeadas, bajo estí-
mulos receptados en su esfera ritual, elabo-
raron también las magníficas pinturas rupes-
tres, cerámicas, esculturas líticas y metalúr-
gicas que tipifican a La Aguada. El motivo fe-
línico y el personaje antropomorfo de carác-
ter guerrero y religioso, fueron ampliamente
representados en sus elementos artesanales
y dominan el mundo ideológico-religioso
El arte rupestre parietal, específicamente
las representaciones pintadas sobre una su-
perficie rocosa, constituyen una de las ex-
presiones más relevantes dentro del patri-
monio simbólico de Aguada. En cuevas y ale-
ros de rocas graníticas dispersos por una
franja de varios kilómetros sobre la ladera
oriental de la Sierra de Ancasti, en el ámbito
de la provincia de Catamarca, se encuentran
los principales grupos pictóricos. En las pare-
des de estos abrigos se visualizan motivos an-
(fig. 9).
31. Cruz P.J. 2007.32. González, A.R. 1974: 7933. Kusch, F. 2000
Figura 10. Pintura Rupestre. Personaje con máscara felínica (Sierra de Ancasti)
Figura 9. Pintura Rupestre. Dos motivos. Un personajecon tocado cefálico y portando armas y un felino.
(Sierra de Ancasti)
3130
la aleación de metales (cobre, estaño) que las
minas de la región les proporcionaban. Per-
feccionaron los instrumentos de uso corrien-
te que ya existían (agujas, brazaletes, cince-
les, campanillas, etc.) y produjeron objetos
de bronce de excelente calidad estética, co-
mo placas circulares o rectangulares y ha-
chas ceremoniales. Estas últimas en algunos
ejemplares, exhiben en sus hojas representa-
ciones naturalistas de felinos, y en el contor-
no del talón, la misma representación, pero
modelada
Las placas de bronce, altas expresiones ar-
tísticas de La Aguada, están decoradas
con personajes antropomorfos que
llevan complejos atuendos en la ca-
beza y torso y portan en sus ma-
nos similares atributos a los que
aparecen en la alfarería. Comple-
mentan los motivos, representacio-
nes felínicas que normalmente, en
un par, se ubican a ambos costa-
dos del personaje central. Entre
éstas, es casi necesario destacar
e ilustrar el famoso disco de La-
fone Quevedo, nombre tomado
de quien fuera su descubridor
Este personaje ha sido in-
terpretado como una representa-36
ción directa de la deidad solar. La
pieza fue realizada mediante la com-
pleja técnica de la fundición por cera
perdida, que consiste en elaborar el mode-
lo original en cera o goma vegetal, que luego
se recubre con un caparazón de arcilla. Lle-
vado al fuego, se cocina la arcilla y se funde
(fig. 11).
(fig. 12).
pestre Aguada participaría en principalmente durante las expediciones Ba-
la estrategia de fijar límites en- rreto realizadas entre 1922-1929, cientos de
tre grupos, es decir demarcado- tumbas que formaban verdaderos cemente-
res territoriales que establecen rios. El tipo de enterratorio común consistía
el acceso a determinados re- en un simple pozo cilíndrico de 2 a 3 m de
cursos o hitos que reflejan la profundidad, aún cuando se han registrado
existencia de tensiones y excepcionalmente otros de mayores dimen-34 siones. Las inhumaciones, tanto de adultos conflictos sociales. En este
como de párvulos, eran directamente en tie-sentido, se plantea que los
rra. En algunas ocasiones se encuentran es-motivos antropomorfos
tructuras de piedras, como pequeñas pare-portando armas, tocados
des, que delimitan totalmente o en algún sec-cefálicos o incluso cabe-
tor a los cuerpos enterrados. El contenido de zas cercenadas, son ele-
cada una de las tumbas podía variar entre mentos que están rela-
un individuo o dos, llegando excepcional-cionados con la re-
mente a seis. Puede interpretarse en éste últi-presentación de po-
mo caso que se trataba de cistas colectivas, der o estatus, por tan-
de tipo familiar, o bien que existía la práctica to con grupos de pres-35 –documentada para culturas andinas poste-tigio o elites de poder.
riores- de que a la muerte de un personaje
importante, se producía el sacrificio ritual de Dentro de los vestigios de carácter ritual de-
otros individuos, para que lo acompañaran. ben incluirse además, los peculiares geoglifos-
Algunas tumbas no incluyen ajuar funerario estrellas y cruces formadas con piedras multi-
ni elementos de uso personal o éste es redu-colores sobre estructuras tumuliformes con
cido; en ocasiones se hallaron asociados a ápices truncos, correspondientes al sector prin-
los esqueletos, conjuntos significativos de cipal de asentamiento La Aguada (provincias
piezas cerámicas, de piedra y de metal. Esta de Catamarca y La Rioja). La filiación cultural
diferencia marca dentro del grupo un distin-de estos montículos es incuestionable no sólo
to tratamiento al momento de la muerte. Pro-por la asociación “in situ” de restos Aguada, si-
bablemente respondía a los roles jerárquicos no además, porque las estrellas están reprodu-
que los individuos ostentaban en vida den-ciendo uno de los diseños registrados en la al-
tro del contexto social.farería de este estilo.
Es en la metalurgia donde se observan los Las prácticas funerarias debieron tener
avances tecnológicos más significativos. Lle-también vinculación con las ideas religiosas.
garon a dominar los procesos de fundición y En el valle de Hualfin se han exhumado,
36. González, A.R. 2004
Figura 11. Hacha de bronce con motivos felínicos
Figura 12. Pieza de bronce conocida como el “Disco Lafone Quevedo”.
Potrero de Chaquiago, Andalgalá”
3332
34. Gordillo, I. et al. 200035. Aschero, C. 1996
plomizas grabadas la cera dejando en el y en menor medi-interior una impresión da pintadas, mien-perfectamente detalla- tras que en el valle de da del modelo origi- Ambato son negras o nal. El metal derreti- marrones bruñidas, do es vertido dentro y en el valle de Ca-del molde y cuando tamarca los moti-se ha solidificado, el vos se representan molde es fácilmente con pintura polí-quebrado para liberar croma y de manera
37la pieza fundida. peculiar (Estilo Porte-
38zuelo).
A pesar de haber alcan- zado un desarrollo tan nota- La figura humana, repre-ble en sus técnicas en el trata- sentada con sentido naturalista o miento de los metales, aparentemente portando máscaras felínicas, fue un moti-no llegaron a fabricar otros instrumentos u vo decorativo frecuente en la cerámica. En objetos que no fueran exclusivamente de muchos casos estos personajes se muestran adorno o ceremoniales. con complejos tocados cefálicos y exhiben
en sus manos armas, cetros o cabezas trofeosEl alto nivel alcanzado por Aguada en algu-
nos aspectos de la producción, como en la
cerámica, por la complejidad de su iconogra- Entre las figuras de animales, predo-fía y la calidad tecnológica, no fue superado mina el motivo “draconiano” reproducido por ninguna otra entidad indígena de la re- de distintas maneras, aunque también es co-gión. Desarrolló patrones decorativos pinta- mún la representación de la fauna local (ofi-dos y grabados. Los primeros, en colores ne- dios, aves, batracios y llamas) gro, amarillo y púrpura. La cerámica grabada
es gris o negra y de formas variadas (escudi- Un detalle que llama la atención es la pre-llas, jarros y ollas pequeñas) Sin em- sencia de figuras de simbolismo complejo, bargo, dentro de sus representaciones se pue- que ha llevado a considerarlas como real-den distinguir diferentes estilos, que hacen mente fantásticas. Se pueden señalar los tanto a variaciones temporales como regio- monstruos felínicos de múltiples cabezas y nales. En el valle de Hualfín, por ejemplo, las combinaciones de figuras con cuerpos las vasijas son predominantemente grises draconianos y cabezas humanas. A veces, es-
(fig. 14).
(fig. 15).
(fig. 13).
37. Biloni et al 1990. Para la descripción más completa deeste método, se puede ver : González, L. 1993-94:17138. Cremonte, M., M. Baldini y L. Botto, 2003
Figura 13. Guerrero ataviado con complejotocado cefálico (estilo Aguada gris grabado).
Figura 14. Guerrero tocado cefálico y lanzas. Estilo Aguada gris grabado.
Figura 15. Vasija con motivo zoomorfo inciso. Estilo Aguada.
34 35
mos como Aguada. Sin embargo, otras pos-
turas hacen énfasis en las grandes y explosi-
vas transformaciones dadas hacia el 500 d.C.
en Ambato, lo cual supondría un verdadero
“cambio revolucionario”, que rompería con
el pasado de las sociedades aldeanas ante-44
riores.
Las causas del colapso del sistema cultural
Aguada resultan todavía más inciertas. Ha-
cia el 900 d.C. sus manifestaciones se desva-
necen prontamente. Los motivos decorativos
comienzan a deformarse, desnaturalizándo-
se hasta convertirse en figuras geométricas
en las que los modelos son casi irreconoci-45
bles y pierden su significado original.
Uno de los ámbitos ceremoniales más im-
portantes del Valle de Ambato, fue destruido
e incendiado, colapsando los techos sobre su-
perficies y materiales en uso. La gente que lo
habitaba abandonó en conjunto repentina-
mente el lugar, dejando artefactos útiles, obje-
tos simbólicos y alimentos sin consumir. Ese
espacio, antes tan significativo, sufrió un des-
poblamiento colectivo, sincrónico y definiti-46
vo.
Hacia finales del siglo IX d.C. la presencia
de Aguada desaparece de súbito. El ámbito
de los valles y quebradas de Catamarca que-
da dividido en señoríos regionales, corres-
pondientes a los genéricamente llamados “in-
dígenas históricos”.
43
39. Berberián E. E. y R. Raffino 199140. Pérez Gollán, J A 199141. Raffino R 1994
42. Cruz, JP 2007 43. Núñez Regueiro V y M Tartusi 200244. Laguens A 200445. González A.R. 199846. Gordillo I. 2004
Figura 16. Felino de cabezas múltiples representado con técnica negativa.
tos motivos están rea- cuanto se señalaba que los elementos Aguada
lizados con “técnica ne- habrían estado circunscriptos a sólo una frac-
gativa”, la cual consiste ción espacial de la región y la dispersión de
en grabar la figura a par- las características estilísticas se habría limita-
tir del contorno, que- do a objetos, sobre todo la alfarería, relaciona-
dando ésta determi- dos con el simbolismo. Por el contrario, en lo
nada por el fondo que concierne a otros rasgos (vg. arquitectóni-
natural de la pieza cos y urbanísticos) asignables a esa entidad,
su proyección espacial resultaba aún más limi-41
tada.
Finalmente, tam-
bién se encuentran El planteo de la existencia de una forma de
vasos, preferentemen- organización social basada en el señorío con
te del tipo gris o negro el ejercicio del poder ritual y político centra-
grabado, que muestran única- do en la Iglesia de los Indios ha recibido du-
mente motivos geométricos (aserrados, esca- ras críticas, por la dudosa centralidad de este
lonados, rombos, etc.). último sitio. Numerosos indicadores proce-
dentes de los patrones de asentamiento y de
Dentro del proceso cultural prehispánico la materialidad arqueológica han llevado a
del noroeste argentino, algunos han pro- plantear a aguada como una sociedad com-
puesto que la entidad sociocultural Aguada, pleja en la cual se destacaban numerosas re-
sería el exponente de un estadio Floreciente des sociales (relacionadas por lazos de pa-
Regional, caracterizado por un complejo teo- rentesco o alianzas) en conflicto permanente 42crático, donde el poder residía en un grupo que no llegaron a eclipsarse unas a otras.
39de sacerdotes con fuerte énfasis militarista.
Para otros, la nueva configuración del poder, Indudablemente, los aspectos más difíciles
más abarcativa y multicomunitaria, habría de establecer son los relacionados con la gé-
roto con la autonomía de las aldeas autosufi- nesis y Apocalipsis de los grupos sociales. Pa-
cientes preexistentes, dando surgimiento a la ra Aguada se afirma que el surgimiento se ha-
organización política de una jefatura o seño- bría producido como resultado de la conti-
río con centro en Ambato, la que se habría nuidad creciente que se daba en las distintas
extendido a otros grupos sociales de gran par- sociedades agrícolas-pastoriles de la etapa
te del noroeste, constituyendo el período de- anterior como Condorhuasi-Alamito y Cié-40
nominado “de Integración Regional”. naga, las cuales habrían ido conjugando sus
conocimientos, ideas y tecnologías para for-
Esta última propuesta fue observada, por mar gradualmente una síntesis que conoce-
(fig. 16).
3736
Alrededor del 800-1000 de nuestra Era, el llos Regionales. Estos grupos son los que a
noroeste argentino comenzó a sufrir trans- mediados del siglo XV fueron sometidos al
formaciones, tanto ambientales como cultu- poder imperial de los Incas y en el siglo XVI
rales, que condujeron a nuevas formas de vi- enfrentaron a los españoles en su marcha de
da. La bibliografía arqueológica lo recepta tra- conquista, para finalmente ser vencidos e in-
dicionalmente con la denominación de pe- corporados al sistema colonial español.
ríodo Agroalfarero Tardío o de los Desarro-
Las Sociedades de los últimos tiempos Prehispánicos
Mapa provincial con la distribución de sitios del Período de Desarrollos Regionales e Inka mencionados en el texto.
39C
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Paralelamente, se habría dado un proceso cultura de regadío, ganadería y extracción
de intensificación en la explotación de los re- metalífera como La Alumbrera y Coyparcito
cursos mediante la aplicación de tecnologías en Antofagasta de la Sierra, los que habrían
agrícolas más productivas como el regadío ar- estado relacionados culturalmente a los habi-
tificial y el control de la erosión del suelo por tantes de los valles de Hualfín y Abaucán.
medio de intrincados sistemas de terrazas y
parcelas de cultivo y la utilización racional En la quebrada de Jujuil, perpendicular al
de sectores de pasturas para el sustento de valle de Yocavil y ubicada a 8 km al sur de la
los camélidos. ciudad de Santa María, se ha registrado un
conjunto de diferentes tipos de sitios arqueo-
El desarrollo de las bases productivas mar- lógicos disociados espacialmente entre sí, pe-
chó en estrecha relación con el crecimiento de- ro articulados funcionalmente, constituyen-
mográfico, el cual se evidencia por la prolife- do un patrón de asentamiento complejo.
ración del número de instalaciones arqueoló- Este se habría caracterizado por el emplaza-
gicas en relación al período anterior, la coloni- miento de los poblados conglomerados habi-
zación y poblamiento de regiones que hasta tacionales en sectores elevados con buena vi-
ese momento permanecían libres de ocupa- sibilidad y de los sitios productivos en cotas
más bajas ción y a la captación de nuevos espacios para
la producción mediante la utilización de
obras arquitectónicas que requirieron un nota-49
ble esfuerzo de trabajo colectivo.
Los sectores más densamente poblados fue-
ron los valles semi-áridos relegando los espa-
cios marginales, como las pampas de altura,
a instalaciones especializadas en la obten-
ción o explotación de recursos específicos.
Se destacan los grandes asentamientos de
Rincón Chico, Fuerte Quemado, Las Moja-
rras, Loma Rica de Shiquimil y Loma Rica
de Jujuil en el Valle de Yocavil, Famabalasto
en el del Cajón y Loma Negra de Azampay,
Puerta de Corral Quemado y el Eje en el del
Hualfín.
En la puna se establecieron algunas insta-
laciones dedicadas mayormente a la agri-
(fig. 17).
Los principales valles estuvieron sujetos a nantemente de planta rectangular o subrec-
un clima semidesértico, con bajas precipita- tangular y paredes de piedra simples o do-
ciones y progresivo desecamiento y erosión bles y a veces circunscriptos por murallas pe-
de los suelos. La escasez de agua, factor limi- rimetrales. Los núcleos más importantes in-
tante para comunidades de economía bási- cluían otros tipos de edificaciones con fun-
camente agrícola, produjo un reacomoda- ciones de plazas, vías de comunicación, ce-
miento de la población, emplazándose en menterios y corrales, lo que indica una ma-
los terrenos fértiles de fondo de valle con ac- yor jerarquía y complejidad en los emplaza-48ceso directo a la irrigación. Los primeros po- mientos.
blados de este período, son los de Hualfín y Shi-
quimil, que aún se constituyen de pocas vi-
viendas algo separadas entre sí y vinculadas di-47
rectamente con la infraestructura agrícola.
Estas tierras cultivables probablemente
no fueron suficientes para sustentar a una
población francamente creciente, lo que
provocó la voluntad de las comunidades
por consolidar sus espacios territoriales y la
competencia por el dominio de los mismos,
situación que llevaría a desencadenar in-
tensos conflictos bélicos intergrupales.
Lentamente los asentamientos residencia-
les fueron abandonando sus patrones de
dispersión en áreas agrícolas y se produjo el
surgimiento de aldeas urbanizadas de ma-
yores dimensiones, emplazadas en lugares
naturalmente defendidos por su posición
elevada y de difícil acceso, conocidos como
pucaras (fuerte o fortaleza). No obstante, es
necesario precisar que estas poblaciones ca-
recen de arquitectura militar defensiva, atri-
butos que recién son incorporados por los
Incas. Estos poblados se conformaban de
numerosas unidades de vivienda, predomi-
47. González A R 1955, Perrota E. y C. Podestá 197048. Raffino R 1991 49. Berberián E y R Raffino 1991
4140
los motivos en negro sobre blanco o negro y
rojo sobre blanco. La decoración central con-
forma una figura muy abstracta, de caracte-
rísticas humanas provista de grandes cejas
curvadas, boca y ojos rasgados del que sue-
len desprenderse lagrimones. Esta misma fi-
gura aparece sobre el cuerpo de la urna, jun-
tando sus brazos en una actitud de rezo o sú-
plica, a veces sosteniendo un pequeño reci-51
piente de cerámica. Los numerosos campos
que se formaban en el cuerpo de la vasija
eran rellenados con guardas, dameros, reti-un poco más de medio metro de altura, es-
culados, escalonados y motivos zoomorfos tán divididas en tres partes: la base, de forma
(ofidios, batracios, suris, etc) o antropomor-cónica y provista de asas simétricas, una sec-
fos, generalmente ataviados con tocados cefá-ción media o cuerpo, de forma ovoidal y el
licos y portando escudos. Estas urnas eran ta-cuello de aspecto cilíndrico con bordes
padas con pucos, o platos profundos, pinta-abiertos. Manufacturadas en hornos abier-
dos con los mismos colores y diseños tos, la pasta toma una coloración rojiza, pro-
La producción cerámica estaba destina-pia de la oxidación de los minerales de hie-
da también para cubrir otras actividades, co-rro que componen la arcilla. Sobre ella, en to-
mo la fabricación de vasijas para la cocción das las secciones indicadas, están pintados
(fig.
18).
Los sitios Morro Blanco y Loma Rica, se
ubican en los terrenos altos de las lomas -
con todas las características de los poblados
estratégicos defensivos- y están constituidos
por 22 y 60 estructuras respectivamente, de
morfología frecuentemente subrectangular e
irregular, que se adaptan a las características
topográficas. Las unidades habitacionales in-
cluyen no más de tres recintos, delimitados
con muros dobles de piedra, y articulados
por puertas interiores, con una sola salida al taria de etapas anteriores para dar paso a or-exterior, frecuentemente en la estructura ma-ganizaciones más complejas, que han sido yor, o patio. Las intervenciones han com-equiparadas a los “cacicazgos”, presididas probado que en su interior se realizaba una por un jefe acompañado por los linajes o fa-amplia gama de activi-milias de prestigio y, en rango sucesivo, los dades, como el proce-artesanos y campesinos. Los poblados de ca-samiento de alimen-da región se articularon entre sí formando tos, hilado y tejido y complejos sistemas políticos con asenta-confección de útiles y
50 mientos de distinta magnitud y jerarquía, de-herramientas. finiéndose algunas cabeceras con numero-
sos pueblos bajo su control. En las terrazas fluviales
próximas al curso de agua, Estas comunidades lograron un gran desa-cuyos suelos sedimentarios
rrollo de diversas artesanías, definiéndose esti-son óptimos para el cultivo los regionales muy diferenciados entre sí, los se disponen las instala-que se plasmaron en la cerámica, metales, tex-ciones productivas, co-tiles, madera y en el arte rupestre. Entre los mo el sitio Pie de la Lo-más reconocidos de la provincia se destaca-ma y el Churcal, los ron el estilo “Santamariano” y el “Belén”. cuales están constitui-
dos por andenerías dis-El estilo Santamariano, dio homogeneidad puestas en forma perpen-
en diversos aspectos de la cultura material a dicular a la ladera y algunos la totalidad de los Valles Calchaquíes y de Yo-recintos aislados.cavil. La cerámica santamariana se destaca
por la abundancia de urnas para la inhuma-Durante los “Desarrollos Regionales”, la in-ción de infantes. Estas urnas, que alcanzan tegración social supera la estructura segmen-
50. Roldán, M.F. 1992
Figura 19. Urna Belén pintada en negro sobre rojo.
Figura 18.Urna funeraria de estilo Santamariano utilizada para la
inhumación de párvulos
Figura 20. Urna Belén pintada en negro sobre rojo con rostro en relieve.
51. Berberián, E.E. y R. Raffino, 1991.
4342
y consumo de alimentos y bebidas y para el
almacenaje de granos y frutos.
En el Valle de Hualfín y el de Abaucán, se 52
destacó el estilo conocido como “Belén”.
Las urnas y las escudillas que le servían de
tapa aparecen decorados en negro sobre un
fondo rojo o rojo morado bruñido
Las urnas son más bajas y anchas que las
santamarianas. La decoración es predominan-
temente geométrica, apareciendo en el centro
del cuerpo un motivo zoomorfo, en especial
una serpiente, o bien una cara de rasgos huma-
nos con cejas, nariz y ojos modeladas por tiras
de arcilla en alto relieve
Temas similares quedaron plasmados en
numerosos tejidos de lana de camélidos te-
ñidos con colorantes ocres, rojos y
verdes, formando diversos ele-
mentos decorativos como
guardas que combinan ser-53
pientes y escalonados.
La metalurgia si-
guiendo una tradición
arraigada, adquirió un
extraordinario desarrollo,
en especial en el valle de
Yocavil, donde se estandari-
zó la producción del bronce ar-
senical. Los objetos más destaca-
dos son los discos planos de unos 40 o
(fig. 19).
(fig. 20).
(fig. 21).
30 cm de diámetro que presentan decoracio- tran formando verdaderos cementerios, dis-
nes realizadas en relieve con líneas delgadas, puestos en sectores específicos de los asenta-
formando frecuentemente rostros humanos mientos. Uno de ellos fue excavado en Zára-
y motivos antropomorfos armados, repre- te, departamento Trancas en la provincia de
sentando guerreros Asimismo se Tucumán
produjeron hachas ceremoniales, Las cistas, cuya altura oscilaba entre 0,85 y
con mango y hojas decoradas, y grandes 1m, podían contener uno o varios cuerpos,
campanas, que presentan, en su borde infe- enterrados de manera simultánea o disconti-
rior, pequeñas cabezas ovales. De menor por- nua, conformando verdaderos panteones,
te, se incluyen diversos objetos, como aros, presumiblemente familiares. Estos eran
brazaletes, pinzas depilatorias, campanillas, acompañados preferentemente por vasijas
agujas y cinceles. de cerámica, puntas de proyectiles y ador-
nos personales. Con carácter de excepción se
Las prácticas funerarias de estas socieda- constató la práctica de inhumar adultos en
des, se caracterizan por la costumbre de efec- paquetes funerarios y en urnas santamaria-
tuar los enterratorios de párvulos en urnas y nas tricolor, de las utilizadas comúnmente
la de los adultos en cistas, es decir, cámaras para párvulos. Estos dos casos estarían de-
de planta oval o circular delimitadas con pa- mostrando que se trataba de entierros secun-
redes de piedra y tapadas con una falsa bóve- darios de adultos, donde el abandono psico-
da. A veces, ambas concepciones se concen- lógico del muerto se habría producido en
(fig. 22). (fig. 24).
(fig. 23)
52. Sempé de Gómez Llanes, C 199953. Berberián EE 1969
53. Berberián EE 1969
Figura 22. Disco de bronce, con ostro humano y serpient s.r e
Figura 23. Hacha de bronce. Probable insignia de mando.
Figura 24. Vista de un Cementerio Santamariano en proceso de excavación.
4544
múnmente para la inhumación de párvulos-
y un puco utilitario con evidencias de ho-55
llín.
Si bien la cultura material segmenta y dife-
rencia las distintas regiones, esto no sólo no
inhibió las relaciones e interacciones entre és-
tas, sino que el comercio llegó a adquirir esca-
las inimaginables, ayudado por la utilización
intensiva de las llamas como animales car-
gueros, quedando representadas las carava-
nas en los paneles con arte rupestre.
El crecimiento demográfico, la aglomera-dos etapas: la de la exposición y descarne, ción de personas en poblados concentrados primero, y luego la definitiva en urna o pa-
54 y la intensificación y especialización de la quete funerario.producción, posibilitaron un aumento en la
complejidad sociopolítica de las comunida-Un rasgo peculiar de esta época en yaci-des que habitaron los distintos valles. Dentro mientos Belén, es la aparición de enterrato-de ellas se produjo una diferenciación social rios de adultos en urnas de cerámica en el si-que puede haberse plasmado en el acceso de-tio “Río Chaquiago” en el bolsón de Andal-sigual a los recursos y a las posiciones del po-galá. Esta costumbre era prácticamente des-der. Los grupos ubicados en las jerarquías conocida en la región, salvo en los grupos más altas habrían movilizado y organizado que ocupaban la yunga y el piedemonte andi-el trabajo comunal y, en especial, la produc-no, lo cual ha llevado a inferir sobre una posi-ción de artesanías que implicaron complica-ble migración desde estas zonas hacia los va-dos procesos tecnológicos, como la metalur-lles y serranías del noroeste. En un caso, se gia. Los objetos resultantes constituyeron bie-trataba del entierro de un adulto de sexo mas-nes con alto significado simbólico, como los culino dentro de una gran urna sin decora-discos, las hachas y las campanas, que pres-ción y con una tapa también de cerámica y tigiaron y legitimaron en el poder a quienes de considerables dimensiones. El cuerpo ha-los portaban. Se constituyeron así socieda-bía sido envuelto en un tejido de lana. A su des jerarquizadas de escala considerable don-alrededor y acompañando el enterratorio, se de los individuos o grupos de individuos se ubicaron tres vasijas en posición invertida, diferenciaban según su ascendencia y lazos con los clásicos motivos ajedrezados en ne-
56de parentesco.gro sobre rojo de estilo Belén -utilizadas co-
(fig. 25).
54. Berberián, E.E. y D. Soria 197255. Berberián E 1969. Esta práctica continuó durante la época de dominación Inca, donde aparecen materiales Belén asociados con vasijas de factura Inca local. Ver: Lafone Quevedo, S. 1892 y Williams, V. 2001.56. González, L y M Tarragó 2004 y 2005, Sempé de Gómez Llanes, C 1999
4746
Figura 25.Entierro de adulto en urna en el Río Chaquiago (Andalgalá).
La etnia Inca fue uno de los pueblos emi- das por los incas y expulsadas de la región.
grantes que se asentaron en el valle del Cuz- No obstante, durante mucho tiempo no pu-
co, Perú, donde ya existían otros grupos au- dieron expandir nada de su reducido entor-
tóctonos, con los cuales tuvieron prolonga- no geográfico. Simultáneamente, los Chan-
dos enfrentamientos o acuerdos, según la si- cas constituían un Estado poderoso por el
tuación planteada. Sobre su origen, tanto norte y los reinos Collas por el sur, y agran-
las fuentes documentales del siglo XVI y daban sus posesiones con victorias y con-
XVII como las leyendas, apuntan a las ve- quistas.
cindades e islas del Lago Titicaca. Desde allí,
en postrimerías del siglo XII iniciarían la Fue a partir de Pachacútec –el noveno go-
marcha hacia las tierras fértiles del Cuzco y bernante de la dinastía Inca- cuando logra-
valle de Urubamba, en busca de un espacio ron resolver el problema de la constante ame-
vital. naza de los belicosos Chancas sobre el Cuz-
co. Más de una batalla hubo entre Chancas y
Los incas tenían distintivos que los dife- Cuzqueños, hasta que finalmente éstos lo-
renciaban de otros grupos. El jefe exhibía en graran derrotarlos. Como bien lo dice un im-
su frente una borla de color rojo con hilos de portante investigador andino: “De haber los
oro, cuyos flecos le caían hasta las mismas chancas cosechado los laureles, la etnia Inca
pestañas. Portaban insignias, vasos rituales y habría pasado al anonimato y ahora todos so-
el hacha. Usaban pendientes redondos, tan lamente hablaríamos de la “historia del impe-
largos que encajados en los lóbulos dilata- rio y cultura Chanca” y de sus formidables lo-
ban sus orejas llegándoles a rozar los hom- gros basados en la reciprocidad y distribu-57 58
bros , de allí la denominación de orejones, ción”.
dignidad que habría de trasladarse en el fu-
turo, solamente a la nobleza incaica. Para otros, la guerra contra los Chancas pu-
do ser un componente, pero no el exclusivo,
Finalmente, las pequeñas etnias que vivían para posibilitar el inicio de la consolidación
en los alrededores del Cuzco fueron derrota- y expansión de los Incas. Se afirma que fue
Bajo el dominio de los “Orejones” del Cuzco
57. Espinoza Soriano, W. 199758. Espinoza Soriano, W. 1997:75.
4948
tectónicas (centros administrativos o tributa- esta síntesis reseñar las características de to-
rios, tamberías, fortalezas de defensa, san- dos y por ello nos limitaremos a aquellos
tuarios en las altas cumbres), y una red vial más sobresalientes, dentro de los tipos de ins-
que unía la capital del imperio con los dis- talaciones señaladas.
tintos territorios anexados. También se mani-
fiesta por los artefactos en cerámica, textiles, Entre de los principales centros adminis-
metalurgia, artesanías en madera, hueso o trativos o tributarios fundados por los Incas
piedra, etc., exhumados en yacimientos ar- se destacan Potrero-Chaquiago, en el bolsón
queológicos de la región y que fueron elabo- de Andalgalá, Hualfin, en el valle del mismo
rados en el Cuzco y desplazados a estas lati- nombre, Watungasta en el Valle de Abaucán
tudes o bien confeccionados localmente bajo y El Shincal de Quimivil, ubicado en la se-
imitación de modelos cuzqueños. rranía meridional del Valle de Hualfín, a
unos 5 km. de la villa de Londres en el de-
En el territorio de la provincia de Catamar- partamento de Belén. Hemos optado por se-
ca se encuentran numerosos establecimien- ñalar la características principales de éste úl-
tos Inca. Por cierto, resultaría imposible en timo, por cuanto el investigador que realiza-
el resultado de las transformaciones de las camente se reconocen tanto el control direc-
instituciones sociales, económicas y religio- to (imposición forzosa), como el control indi-
sas, las que motivaron en definitiva el surgi- recto, a través de alianzas con las elites loca-59 les para el sometimiento de la población y el miento del imperio Incaico.
reconocimiento de cierto grado de autono-
mía política al poder local. A partir de Pachacútec se produce el cam-
bio en el destino político y militar del Estado
Gracilazo de la Vega, en sus “Comentarios Inca o Tahuantinsuyo. Además de organizar
Reales” en 1609, refiere a cómo se produjo el Cuzco, preparó y emprendió sus expedi-
la incorporación de esta región:ciones de conquista y anexión de territorios.
“...Estando el Inca en la Provincia de Char-Durante su reinado, realizó dos avanzadas
ca, vinieron Embajadores del Reyno llamado sobre el Collasuyo –designación asignada a
Tucma, que los Españoles llaman Tucumán, la región de los reinos andinos meridionales-
que está docientas leguas de los Charcas, al , pero fue su hijo y sucesor Túpac Inca Yu-
Sueste; y puestos ante él le digeron... los Cu-panqui quien no se detuvo en su marcha de
racas de todo el Reyno de Tucma, envían a conquista hasta incorporar al imperio una
suplicarte, aias por bien recibiros debajo de gran porción del norte y centro de Chile y el
tu imperio...” noroeste y oeste de Argentina.
Algunos autores han rechazado este relato Según una versión tradicional, basada en
de Gracilazo, negando la posibilidad de que las afirmaciones del cronista Cabello de Bal-
los aborígenes del Tucumán hayan ofrecido boa, la conquista del noroeste argentino se
espontáneamente su vasallaje al Inca. Pero habría producido a partir de la asunción de
ésta pudo ser la fórmula final para “firmar” Túpac Inca al gobierno, ocurrida alrededor 60 la paz, un acto que siempre estuvo revestido del 1470 d.C.. Sin embargo, los aportes lo-
de los rituales de ruegos, dones y contrado-grados con las dataciones mediante el méto-
nes entre los que participaban en un trato. do del Carbono 14, permiten inferir que la
En este caso, el relato de Gracilazo corres-presencia inca en Catamarca y otras provin-
pondería al último acto de un largo proceso cias norteñas de Argentina, se habría produ-6261 conflictivo.cido con varias décadas de anticipación.
El efectivo control incaico sobre las distin-La estrategia de control territorial, consistía
tas regiones del noroeste argentino (puna, en la ocupación y gobierno directos del po-
quebradas y valles) se comprueba por la pre-der imperial sobre los espacios correspon-
sencia de importantes instalaciones arqui-dientes a los grupos dominados. Arqueológi-
59. Espinoza Soriano, W. 1997:75.60. Williams, V. 200061. Rowe, J. 194662. Lorandi, A.M. 1982
50
Figura 25.Vista de una Kallanka restaurada. Centro administrativo Incaico “El Shincal de Quimivil” Dpto. Belén - Catamarca.
20 m de lado mayor- con muros rústicos de dad, que los objetos cerámicos encontrados
piedra que se elevan a más de 1,80 m de altu- correspondían preferentemente a estilos pro-
ra y los hastiales hasta los 3,50 m. Poseen va- pios de grupos indígenas de otras regiones,
rias puertas o ventanas de perfil trapezoidal como de los valles de Yocavil, del norte de
y hornacinas en su interior. Estos últimos Hualfín y aún de la región chilena de Copia-
son elementos definitorios de la arquitectura pó. Esta circunstancia estaría comprobando
inca. La techumbre fue a dos aguas como lo que se trataba probablemente de mitimaes,
determinan los hastiales en forma de moji- costumbre inca muy arraigada, que consistía
nete. El registro arqueológico obtenido en las en provocar el traslado masivo de gente, de
excavaciones realizadas en su interior, per- una región a otra del imperio, ya sea con pro-
mite inferir que en estas regiones habrían pósitos defensivos o para acrecentar las ren-
cumplido la función de “albergues de traba- tas estatales directas. Los grupos afectados
jadores de turno o soldados, en esencia afec- eran liberados de sus obligaciones tributa-
tados a explotaciones mineras y a la protec- rias hacia sus señores naturales e instalados 65 en tierras reales destinadas a engrosar direc-ción de esas exploraciones”.
tamente las rentas del Estado y/o la nobleza.
Al sudeste de la gran plaza y separado de
El centro administrativo de Shincal estaba la misma, se encuentra un conjunto arqui-
abastecido de agua a través de un acueducto tectónico compuesto por veinte recintos ha-
de piedra que partía desde el Río Quimivil y bitacionales de planta rectangular, distribui-
se dividía en dos ramales dentro del conjun-dos en dos sectores. Uno de ellos, el mayor,
to. En sectores marginales se encuentran nu-está rodeado de una muralla de piedra, deta-
merosas collcas (lugares de almacenamien-lle propio de la arquitectura Inca y denomi-
to), y en el sector meridional se destacan dos nado en la nomenclatura arqueológica como
colinas aterrazadas sobre las cuales se obser-“recinto perimetral compuesto”. Original-
van construcciones de piedra, elaboradas mente se interpretó que podría corresponder
con técnica inca. Otro lugar importante se le-a un “sinchihuasi” (en quecha casa del gue-
vanta sobre una colina situada al Oeste de la rrero), una especie de cuartel destinado a las
plaza, con edificios en la porción superior y guarniciones de soldados al servicio del
escalinata de acceso. Inca, para garantizar sus comunicaciones y
explotaciones económicas, bastante común
Tanto el Shincal como otros centros admi-en otras regiones del incanato. No obstante,
nistrativos o tributarios dispuestos en la re-las excavaciones realizadas y los materiales
gión, representaban enclaves fundamentales reunidos, pusieron de manifiesto que en rea-
para el almacenamiento de los recursos y pa-lidad se trataba de lugares ocupados por los
ra el flujo de energía y servicios; en suma, encargados de la construcción y manteni-
son los sitios donde vivieron las autoridades miento de los edificios. Con una particulari-
ra los más amplios trabajos de campo y pla- juraba obediencia al Inca o a la autoridad
nificara su conservación, considera que por que lo representaba. Corresponde a una pla-
la magnitud de los vestigios arquitectónicos, de- taforma sobreelevada de 16m de lado y 2 m.
bió cumplir la función de capital de una pro- de altura, delimitada por muros dobles de 63 piedra con relleno interior de barro. Cuenta vincia (huamani o wamani) inca.
con un acceso en uno de sus lados, formado
por una escalinata de piedra de nueve pel-Concebido con una planificación previa
daños. Las excavaciones realizadas en su in-que reproducía el centro del Cuzco, aunque
terior pusieron en evidencia que debajo de en menor escala, el centro cívico del pobla-
los niveles con sedimentos y materiales ar-do se extiende por unas 12 hectáreas. Entre
queológicos asociados, se encontraba un pi-sus estructuras de piedra se observa una
so empedrado constituido por abundante gran plaza de armas (aukaipata en quechua), 64
y presidiendo el conjunto, dentro de la mis- cantidad de guijarros.
ma, el trono (ushno). Este es una especie de
escenario principal donde, entre otras acti- Alrededor de esta plaza fueron construi-
vidades, el gobernador local impartía justi- dos cinco grandes edificios o galpones (ka-
cia, se celebraban ceremonias religiosas y se llankas). Son de planta rectangular –más de
(fig. 26).
63. Raffino, R. 200464. Raffino, R. 2004: 75T
65. Raffino, R. 2004: 98
5352
Figura 26. Perspectiva del centro administrativo Incaico “El Shincal
de Quimivil”, en el Departamento Belén (Tomado de Raffino, R. 1991).
SITIO
SHINCALPROVINCIA DE CATANARCA
PERSPECTIVA DEL CONJUNTOSECTOR DESTRUÍDO
A la vera del camino real incaico, sin una
específica relación con áreas ecológicas defi- En la provincia de Catamarca se documen-
nidas, se encuentran a tramos regulares de tan unos treinta sitios con funciones de tam-
una jornada o algo menos de marcha, -las bos al costado del camino real. Entre algu-
crónicas de la conquista hablan de cuatro le- nos de los más conocidos se encuentran
guas- construcciones denominadas indistin- Intihuatana en Fuerte Quemado; más al sur,
tamente tamberías o tambos (tampus en Ingenio del Arenal Médanos; en el valle de
quechua). Su función principal era la de sim- Hualfín, el tambo de Quillay, asociado a un
ples postas destinadas para el descanso y verdadero centro metalúrgico. Los tampus
aprovisionamiento de hombres y animales. de Huehuel y Campo Colorado a 3700 y
Allí se alojaban las caravanas de funciona- 4700 m de altura, se los encuentra ascen-
rios, servidores, ejércitos enviados por el diendo a los Nevados del Aconquija. En el
Inca para la conquista o para conjurar rebe- valle de Abaucan los tambos incas de Costa
liones y portadores de llamas cargadas de de Reyes, Mishma y Ranchillos. En Antofa-
bienes desde y hacia el Cuzco. gasta de la Sierra, la tambería de Laguna Dia-
mante a 4500 m. de altura. Finalmente, una
La técnica de construcción era típicamente sucesión de instalaciones con estas caracte-
incaica. Consistía en un conjunto de recin- rísticas se localizan en el camino que desde
tos de planta generalmente rectangular, for- el Shincal, se dirige a Watungasta y desde 69mando unidades simples y compuestas y ro- allí en busca de la cordillera de Los Andes.
deadas por una pared perimetral exterior
que delimitaba un amplio espacio. Dentro Para garantizar el efectivo dominio en el
del mismo se ubicaba, además de las habita- Collasuyo, los Incas no escatimaron en cons-
ciones indicadas, un gran patio central y una truir importantes sitios con arquitectura mili-
serie de recintos menores. La mayor o me- tar. Se trata de las instalaciones defensivas
nor complejidad de otras estructuras asocia- conocidas en el mundo andino con el nom-
das, dependía básicamente del ambiente en bre de “Pucaras”. En el noroeste argentino se
que se encontraban y la función que éstas localizan una serie de estas guarniciones,
cumplían (campos agrícolas, explotaciones ubicadas en la frontera Este del imperio, en
mineras, depósitos, etc.). el límite entre las tierras andinas y las selvas
orientales. Estos pucaras Inca tenían como
La uepresencia de alfarería alóctona en algu- misión no sólo consolidar y proteger la viali-
nos de estos sitios, puede sugerir la ocupación dad, sino también servir como contención
del lugar por grupos q tenían su origen en otras ante la permanente amenaza que significaba
poblaciones y que eran trasladados para cum- la presencia de grupos guerreros como los
plir con el tributo del trabajo en estas tamberías. Chiriguanos y Lules.
locales y se ejerció buena parte de la redistri- factores ambientales o por la acción del hom-
bución y tributos. Es probable también que bre, como la construcción de rutas moder-
en todos los enclaves administrativos relevan- nas sobre el antiguo camino inca. Hay sec-
tes, se obtengan evidencias arqueológicas de tores que han sido localizados como resulta-
la presencia de mitimaes o grupos de trabaja- do de las investigaciones arqueológicas,
dores transferidos desde otros ámbitos. otros a través de la documentación histórica,
algunos se infieren por la presencia de esta-
El imperio Inca en su expansión, logró ocu- blecimientos de neta factura Inca. Se reco-
par una enorme extensión del territorio andi- noce, no obstante, que el camino real de los
no correspondiente a los actuales países de Incas (capacñam o inkañam), ingresaba al te-
Ecuador, Perú, Bolivia, Chile y Argentina. Es rritorio catamarqueño desde el norte por el
evidente que para potenciar la transmisión Valle de Yocavil, pasaba por Quilmes en el
de información y el desplazamiento de gru- actual territorio tucumano y continuaba has-
pos humanos con diferentes objetivos ta Punta de Balasto. Allí se producía una bi-
(transporte de bienes, movilización rápida furcación. Un camino seguía con rumbo
de ejércitos, etc.), debía contar de manera im- S.O. hacia el Valle de Hualfin a través del
prescindible con una red vial. Para ello, dis- Campo del Arenal, pasando luego por el
puso de más de 20.000 km. de caminos, si- Shincal y Watungasta, para internarse en te-
guiendo dos ejes principales, uno por Chile, rritorio de la Provincia de La Rioja y conti-
llamado “camino de la costa” y otro por el al- nuar por el paso cordillerano de Comecaba-
tiplano de Bolivia y Argentina o “camino de llos con destino final al valle de Copiapó en
la sierra”. Construyeron además caminos se- Chile. A partir de Punta de Balasto se des-
cundarios o transversales, vinculados espe- prendía del camino principal un ramal que
cialmente con lugares de aprovisionamiento subía en dirección al poblado de los Neva-67o de control. De esta manera pudo consoli- dos del Aconquija, unos 20 km al S.E..
dar su dominio y transportar hacia el Cuzco,
los metales, granos, piedras semipreciosas, Tramos del camino incaico también han si-
hombres y camélidos necesarios para tantos do individualizados en la región de la Puna 66
servicios y tributos. sur catamarqueña en el departamento Anto-
fagasta de la Sierra. Estos ramales parciales,
En la provincia de Catamarca se estima están vinculados preferentemente con el ac-68que deben existir unos 500 km de caminos ceso a recursos mineros, uno de principales
incaicos, aún cuando al presente sólo en- móviles que impulsaron el dominio incaico
cuentran 200 km debidamente identifica- en el noroeste argentino.
dos. Muchos tramos han sido destruidos por
66. Berberián,E.E y R. Raffino, 199167. Hyslop, J. y J. Schobinger, 1991. Estos autores señalan que desde los Nevados del Aconquija, se alcanza a ver el Campo del Pucará, 60 km hacia el sur. Sobre el cerro que lo bordea se halla el Pucará de Andalgalá. Dada la importancia de ambos sitios, estiman que habría que pensar en la posibilidad de la existencia de un camino que los uniera en forma directa.68. Olivera, D.E. 1991. 69. La lista completa y ubicación geográfica de los tambos incas en la provincia puede consultarse en Raffino, R. 2004: 48.
5554
sencia de una construcción cir-
cular y parapetos asociados a una
muralla de defensa que protege
toda la edificación en esta parte
del cerro. Llama la atención la al-
tura de las paredes –más de
1,80m-.
El segundo sector se subdivide
en dos grupos –B y C– y se trata
del conjunto arquitectónico más
importante. Consta de cinco edi-
ficios principales, de gran factura
técnica, presumiblemente desti-
nado a la residencia de persona-70
jes prestigiosos. Esta hipótesis se
ve potenciada por la existencia
de una doble hilera de muralla re-
forzada, que constituye un rasgo
excepcional en el sitio. El sector
C, por último, posee un edificio
principal, dos torres cilíndricas al
norte de él y media docena de re-
cintos circulares (collcas).
Debe destacarse en el Pucara de
Aconquija, la conservación de las
murallas defensivas. La altura os-
cila entre 2 m y 4 m, en tanto su
espesor es de 1,50 m en la base y 0,60 m en bién se pudo registrar la presencia de refuer-la parte superior. Las troneras, cuyas dimen- zos con banqueta, a la manera de antepecho. siones varían entre 0,20 y 0,30 m de luz, son Por último, no se puede dejar de mencionar de forma trapezoidal y están ubicadas a 2 m que las murallas están ubicadas estratégica-del suelo. Existen además varias entradas de mente defendiendo los accesos más desprote-2 a 3 m de ancho, que conducen al interior gidos, como se observa en la doble hilera de del fuerte y que se encuentran situadas en murallas localizadas al noreste del sector B. los puntos más accesibles del cerro. Tam-
Estos enclaves defensivos-militares están Resulta imposible dejar de señalar el esta-
siempre ubicados en lugares estratégicos, en do de abandono en que se encuentra esta im-
mesetas y cimas de cerros y en relación a los ponente instalación incaica y los beneficios
caminos a los que protegen. En el patrón de que podría traer la implementación de un
instalación prevalece el trazado y los rasgos proyecto de investigación y revalorización
militares defensivos: la “kancha” inca, dentro del mismo, para el desarrollo económico, so-
del perímetro defensivo, los torreones, las mu- cial y cultural de la provincia.
rallas perimetrales reforzadas y las troneras.
El grupo de ruinas que conforman el puca-
En la provincia de Catamarca, la guarnición ra se sitúa en la cima de una meseta de 273
defensiva más importante la constituye el Puca- m de altura en relación con su entorno. De-
ra de Aconquija (a veces indistintamente deno- bido fundamentalmente a la presencia de fal-
minado en la literatura arqueológica como Puca- deos sumamente empinados y a numerosas
ra de Andalgalá o Pucara del Inka), ubicado en quebradas, el acceso se torna dificultoso. Las
el departamento de Andalgalá. Segmentos del construcciones están dispuestas en dos pla-
camino del Inca se encuentran en las proximi- nos o sectores . En el primero –sector
dades y constituiría un ramal secundario desti- A– se identifica un conjunto habitacional de
nado a conectar esta guarnición fronteriza planta rectangular, con patio cercado por
oriental con el camino principal una pirca baja. También se detectó la pre-
(fig. 28)
(fig. 27).
70. Raffino, R. 1991
5756
Figura 27. Muralla defensiva del Pucará de Aconquija (Dpto. Andalgalá)
30) como en la decoración (vg. urnas santa-
marianas con iconografía imperial).
La incorporación del noroeste bajo el do-
minio del Estado Inca, significó también pa-
ra éste el aprovechamiento de la abundante
riqueza en minerales metalíferos que se en-
cuentran en distintos sectores de la región.
Las comunidades locales podían exhibir
una larga tradición en la producción de obje-
tos metálicos. Los grupos aldeanos, de co-
mienzos de la era cristiana y aún un poco an-
tes, practicaban ya el laboreo de metales. El
desarrollo de la metalurgia mediante la fun-
dición del cobre a altas temperaturas y su
aleación con el estaño para la producción de
objetos de bronce estaba presente en las co-
munidades identificadas como Aguada. Sin
embargo, son los grupos posteriores de la eta-
pa de los Desarrollos Regionales, los que per-
feccionan la tecnología y generalizan la fa-
bricación de objetos de bronce, oro y plata.
Para el momento de la llegada de los Incas
la producción, en algunos sectores de los va-
lles catamarqueños, estaba organizada sobre
la base de talleres manejados por personal es-
pecializado ( vg. Quillay, en el valle de Hual-
fín y Rincón Chico en el valle de Yocavil),
que continuaron funcionando durante la
ocupación Inca. En este último lugar se ha
podido establecer que la implementación de
la administración cuzqueña trajo como con-
secuencia cambios sustanciales en la pro-71
ducción de metales. Aun cuando se conti-
nuó privilegiando la confección de elemen-
tos ornamentales sobre los utilitarios, la pro-
Además de los pucaras fronterizos, se en- con distintos estilos, están decoradas con di-
cuentran otros asentamientos defensivos, seños geométricos, en tonalidades rojas, ne-
que están ubicados dentro del espacio incai- gras y blancas y corresponden a distintas for-
zado y vinculados con centros administrati- mas típicas. Entre ellas, los conocidos “aríba-
vos y a enclaves de explotación económica. los”, vasijas de cuerpo globular, base cónica,
Entre ellos incluimos el Pucara de Coyparci- cuello estrecho, labios evertidos y asas late-
to ubicado pocos kilómetros del pueblo ac- rales utilizadas comúnmente para el trans-
tual de Antofagasta de la Sierra en la región porte de granos de maíz, papas o incluso be-
puneña meridional, Fuerte Quemado y Pun- bidas, que se trasladaban en recuas de lla-
ta de Balasto en el valle Yocavil, Asampay y mas a puntos a veces muy distantes. Otra de
Puerta de Corral Quemado en Hualfín. las formas características son los llamados
“pucos patos”, especie de platos planos pro-
Durante mucho tiempo se reconoció la pre- vistos de un apéndice con la figura de un
sencia Inca en el noroeste argentino toman- ave . Finalmente debemos incluir a
do como elemento diagnóstico exclusiva- los keros en cerámica, vasos de base plana y
mente a las tecnologías mobiliares, tales co- paredes ligeramente abiertas hacia la boca,
mo: alfarería, metalurgia, textilería, lapidaria que los incas heredan de la vieja tradición
y trabajos en madera. Podía tratarse tanto de cultural de Tiahuanaco.
objetos traídos directamente desde el Cuzco
o sus proximidades, o bien elaborados por ar- Por el contrario, los estilos locales
tesanos locales bajo una clara influencia im- Inka-Paya en el Valle Calchaquí, Famabalas-
perial, pero con cierta distorsión del estilo to-Inka en el valle de Yocavil o Belén-Inka en
original. el valle de Hualfín, denotan una clara in-
fluencia Cuzqueña, pero con modificaciones
Las piezas de alfarería importadas desde la producidas por los artesanos locales, tanto
capital, designadas como “Cuzco Imperial” en la forma (vg. aríbalos con base plana)
(fig. 29)
(fig.
71. González, L.R. 2002
Figura 30. Aribaloide Inca localFigura 29. Puco pato y asa en anillo. Estilo Inca imperial.
5958
ducción se incrementó durante este periodo,
cubriendo las necesidades locales y logran-
do un excedente que sirvió para cubrir las de-
mandas de un sistema de intercambio ma-
yor. Además de los objetos clásicos (vg. dis-
cos, tumis (cuchillos) y campanas) se prepa-
raron lingotes de diversos tamaños, proba-
blemente destinados para ser transportados
hacia el Cuzco u otro lugar, para su posterior
procesamiento. En concordancia con ello se
suele mencionar el informe del Gobernador
Ramírez de Velazco en 1587, con relación a
la entrada de Diego Almagro, donde se ex-
presa: “...e oydo decir al capitán blas pon-
ze...y a otras personas que eran los que es-
tauan poblados en londres prouincia desta
gouernacion de tucuman por gouernadores y
capitanes del ingá del cuzco señor del piru
que cobraran en oro y plata sus tributos y los
enuiaban al ingá sacados de las minas deste
londres y que al tiempo que paso el adelanta-
do almagro al rreyno de chille y conquista del
por este londres llebaba quinientos soldados
y mas de dos y tres mill indios de servicio es-
tos yngas enbiauan una parte del tributo a su
señor el ingá en nobenta andas que llaman
aca angarillas...y en cada una destas yban
de justo nobenta mill pesos de oro fino de
veynte y dos quilates en tejuelas y cada tejue-
lo pesaba sesenta e dos pesos de oro y yba
marcado con la marca del ingá y hazia e
tambo del toro camino rreal del ingá labrado
a mano de mas de cinquenta pies de ancho 72
que yo le he uisto...”.
72. En: Raffino, R. 2004 :39-40
6160
Imagen que muestran el laboreo de las tierras agrícolas por parte de los Inkas. (El Dibujo fue realizado por el cronista indiano Guamán Poma de Ayala a principios del siglo XVII)
La desestructuración del universo indígena
La entrada en el escenario sudamericano poder incaico se orientó básicamente a la ob-
de las huestes hispánicas capitaneadas por tención de indios de mita, tributos y al apo-
Francisco Pizarro, en los comienzos del siglo yo de estos pueblos conquistados frente a
XVI significaron el inicio del colapso del nuevas expansiones. En consecuencia, se
Imperio Inca y consecuentemente la modifi- mantuvieron las estructuras de poder nati-
cación histórica de los pueblos del noroeste vas, aunque integradas y dependientes del
argentino. En esos momentos, el territorio de Inca cuzqueño. Los jefes locales aceptaron la
Catamarca conformaba la provincia (hua- Pax Inca y pudieron extraer beneficios de su
mani) Inca de Quire-Quire. Estaba integrada posición en el sistema previo de poder.
por un conjunto de cacicazgos que compar-
tían una serie de características culturales y La verdadera desestructuración del mun-
lingüísticas. Los documentos de la conquista do indígena local se produce con la presen-
los registran con los nombre de “Yocaviles”, cia hispánica en la región. El comienzo de es-
“Caspinchangos”, “Hualfines”, “Abaucanes” te proceso puede ser fechado ya en el año
“Andalgalas” y “Capayanes”, todos ellos iden- 1536 cuando Diego de Almagro penetra en
tificados históricamente con la denomina- la región del Noroeste argentino en su cami-
ción genérica de “Diaguitas”. no a Chile, desarticulando el flujo de bienes
hacia el Cuzco mediante la incautación de
Durante la época incaica estas jefaturas ha- los tributos en oro. Sin embargo, los pueblos
bían padecido una fuerte limitación de su po- nativos de la antigua Catamarca pudieron re-
der territorial debido a la redistribución de sistir por más de cien años a la presencia es-
sus tierras y a la nueva organización del tra- pañola, mediante estrategias redefinidas en
bajo, que implicaba desplazamientos de la función de la nueva situación de conquista.
población nativa. Ello produjo serias trans- La confederación de pueblos, así como el sur-
formaciones en sus estructuras políticas y de- gimiento de movimientos milenaristas que
mográficas. Sin embargo, el dominio Inca se prometían una vuelta a la antigua Pax bajo el
realizó sobre la base de lo previamente exis- dominio del nuevo Inca, el asalto a los cami-
tente y no se orientó a la negación de las pau- nos, y otros, son respuestas que les permitie-
tas originarias; el objetivo perseguido por el ron mantener un espacio de libertad y oposi-
verimagen
6362
Perspectiva del Centro Administrativo Chuiquiago (Potosí, Bolivia) construido por el Tawantinsuyu en su expansión por los Andes meridionales.
ción al sistema colonial por más de un siglo. control sobre la fuerza de trabajo y la menta-
Sin embargo, en la década de 1660 la entra- lidad de los pueblos sometidos.
da militar del gobernador Alonso de Merca-
do y Villacorta a la región ya no pudo ser re- Sin embargo, a pesar del éxito de estas es-
sistida y se produjo su conquista definitiva. trategias de sometimiento colonial, la histo-
Los desplazamientos de población a otras re- ria prehispánica de Catamarca aún pervive
giones de la gobernación (Córdoba, por ejem- en sus monumentos arqueológicos, en las
plo) o a otras gobernaciones (Buenos Aires), modalidades de vivir la religiosidad cotidia-
como castigo por la insurrección a la Corona na, en sus fiestas, rituales, en modalidades
española, la distribución de las familias en de la expresión artística.
encomienda y la evangelización completa-
ron el proceso final destinado a ejercer el
6564
El patrimonio arqueológico de Catamarca
La mayoría de los países americanos, fun- mientos arqueológicos
damentalmente a partir de su organización fueron materia de un sis-
como repúblicas independientes, se han temático saqueo por parte
preocupado por la sanción de leyes que con- de coleccionistas, comer-
templen la protección de su patrimonio ar- ciantes de antigüedades y hasta de curiosos
queológico y de las medidas que deben cum- sin responsabilidad. Importantes coleccio-
plimentarse para realizar investigaciones nes de objetos arqueológicos, principalmen-
dentro de su territorio. te del noroeste argentino, fueron trasladadas
al exterior con la finalidad de su venta.
En la Argentina, la primera preocupación
por regular específicamente la protección de Esta circunstancia, aunada a las fuerzas
este patrimonio se concretó con la Ley Na- destructivas de la naturaleza y al rápido pro-
cional N° 9080 (1913) que declaraba de pro- greso de la colonización de tierras y obras pú-
piedad de la nación los yacimientos y obje- blicas, como represas, carreteras, sistemas de
tos localizados en el suelo de nuestro país y riego, gasoductos, tendidos eléctricos o pro-
regulaba las investigaciones que en él se rea- yectos de desarrollo urbano, trajo como con-
lizaran. secuencia complementaria, que numerosos
vestigios del pasado precolombino corrieran
Esta ley, a pesar de su validez, nunca tuvo el riesgo de desaparecer sin ser analizados
efectiva aplicación. Esto fue debido, en algu- científicamente.
nos casos, a la falta de una buena organiza-
ción del organismo competente nacional Las provincias directamente perjudicadas
creado por la misma ley y en otros, por el in- frente a las depredaciones de sus yacimien-
cumplimiento por parte de aquél, de las fun- tos y al éxodo de piezas de singular valor,
ciones de contralor y aplicación de las san- reaccionaron mediante la promulgación de
ciones establecidas en la ley y su respectiva leyes tendientes a proteger el patrimonio ar-
reglamentación. queológico local.
Ante la inexistencia de un instrumento le- La provincia de Catamarca, una de las más
gal adecuado para su protección, los yaci- importantes del país en cuanto a la riqueza
6766
de su patrimonio arqueológico, sancionó la complementarlas, sin que aquéllas alteren
Ley N° 4218 con fecha 7 de diciembre de las jurisdicciones locales”.
1984. Por el art. 1° se declaraba de propiedad
exclusiva del Estado Provincial, todos los ves- La mayoría de los Estados provinciales, en-
tigios, restos y/o yacimientos arqueológicos y tre ellos Catamarca, todavía no han incorpo-
antropológicos existentes en su territorio. Por rado en sus ordenamientos legales los pre-
el art. 4° se prohibía en forma expresa la ven- ceptos establecidos en la ley nacional. Algu-
ta, comercialización y apropiación de los re- nas provincias han adecuado su legislación
feridos elementos, como asimismo su expor- a la ley marco, pero además, en muchos as-
tación y/o salida de la provincia, salvo casos pectos, como verdaderas depositarias del do-
excepcionales. Asimismo se establecía que minio público de estos bienes culturales y
para la “explotación y estudio de vestigios, ejecutoras del poder de policía, han introdu-
restos y/o yacimientos” (art. 2°) era necesario cido en su articulado importantes innova-
disponer de la correspondiente autorización ciones y/o modificaciones.
del Poder Ejecutivo. En el decreto reglamenta-
rio de esta ley (N° 1.479/1993) se determina La ley nacional reconoce el dominio pro-
que el organismo de aplicación de la ley es la vincial sobre los bienes arqueológicos. Com-
Dirección de Antropología de la Provincia. partimos plenamente este criterio no sólo
porque así corresponde legalmente, sino bá-
Hace muy pocos años, en el 2003, el Con- sicamente por cuanto la descentralización
greso de la Nación sancionó la Ley 25.743 que ello produce, es la manera más razona-
que abre una nueva etapa en la protección e ble de distribuir y hacer responsables a los
investigación del patrimonio arqueológico respectivos organismos competentes provin-
ya que se tienen en cuenta los nuevos ade- ciales –que se encuentran más próximos que
lantos teóricos y metodológicos experimen- nadie a los yacimientos arqueológicos– de to-
tados por la arqueología en las últimas déca- das las funciones de registro y catalogación,
das. Este dispositivo legal, constituye sola- protección, conservación y de policía ar-
mente una ley marco, a la cual las provin- queológica.
cias deben ajustar sus disposiciones, de
acuerdo a sus propias realidades locales. En la actualidad, aunque algunas mas ac-
Esta afirmación, se fundamenta en el man- tualizadas que otras, podemos afirmar que
dato constitucional contenido en el art. 41 se dispone de leyes provinciales, lo que apa-
donde expresamente se establece como obli- rentemente induciría a pensar que está solu-
gación “...a la nación dictar las normas que cionada la gestión de los vestigios de nuestro
contengan los presupuestos mínimos de pro- pasado. No obstante, se puede fácilmente ob-
tección y a las provincias, las necesarias para servar que la situación de los yacimientos ar-
queológicos, como la regulación de las in- distintos niveles y a la población en general,
vestigaciones en sus respectivos territorios, a través de programas educativos y de divul-
no ha experimentado cambios sustanciales. gación, sobre el valor de estos bienes y las
consecuencias negativas del saqueo de sitios
Esta circunstancia se manifiesta en el va- y comercialización de antigüedades. No es ta-
ciamiento de distintos museos y colecciones rea fácil, porque para ello se necesita la vo-
privadas y la destrucción de yacimientos ar- luntad y la participación de todos –el Estado,
queológicos, debido a una imparable ola de los profesionales, los educadores, los ciuda-
robos y saqueos, con la finalidad de vender danos, los medios de comunicación, etc. El
los materiales en el exterior donde quintu- programa debe incluir nociones sobre la exis-
plican su valor, lo cual ha sido una constante tencia de una ley que protege los yacimien-
más o menos acentuada en los distintos pe- tos y objetos arqueológicos y que éstos se en-
ríodos de nuestra historia reciente. cuentran dentro del dominio público del
Estado. Que ante el conocimiento o el hallaz-
Nuestro objetivo en esta ocasión consiste go de materiales arqueológicos, se debe ilus-
en proponer algunas medidas para transfor- trar de cómo se puede colaborar y ante quién,
mar tal situación y alcanzar el efectivo res- facilitando la información del descubrimien-
guardo de los bienes arqueológicos. to. Enseñar sobre el valor que tales bienes en-
cierran en cuanto a la identidad de la provin-
Un primer paso, imprescindible para re- cia, a los efectos que su conocimiento, permita
vertir la situación, es contar con disposicio- contribuir a su conservación, pues solo se pro-
nes legales que tengan efectiva validez. Con- tege aquello que se valora.
sideramos, en este punto, la urgente necesi-
dad que tiene la provincia de Catamarca de Un aspecto que necesariamente debe ser te-
contar con una nueva ley, acorde con los re- nido en consideración es el de los derechos
querimientos actuales de la ciencia arqueo- de las comunidades locales en la gestión del
lógica. Para ello es necesario armonizar las patrimonio cultural. Existe la necesidad de
competencias mediante una participación buscar fórmulas que integren a quienes es-
efectiva y amplia de representantes de los tén radicados dentro del área donde se en-
parlamentarios y también de los científicos cuentran los recursos culturales a fin de que
en la elaboración de un proyecto ajustado a participen en los procesos de preservación
la realidad del momento. de dichos bienes.
En segundo lugar, habría que desarrollar La razón de ello se debe a que no se puede
una amplia campaña de educación pública. plantear la interpretación del patrimonio de
Se debe concienciar a los estudiantes de los espaldas a los intereses y voluntades de la
6968
población. La implicación de la comunidad tros, sino también las generaciones que ven-
es necesaria ya que en muchos casos, la po- gan detrás nuestro, no tendrán la posibilidad
blación local no se siente identificada con de conocer algo a lo que tenían derecho y
proyectos en los que no ha participado. que en teoría tendríamos que haberles trans-
mitido en perfectas condiciones. En tal sen-
Finalmente, debemos recordar que cuan- tido, somos meros depositarios de un patri-
do un yacimiento u objeto arqueológico se monio que en el futuro debe seguir cum-
pierde o se destruye, se pierde para siempre pliendo su misión de informar como fueron
la información que podría haber ofrecido. Y y vivieron nuestros ancestros americanos.
para siempre, quiere decir que no sólo noso-
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