balance de la campaña de excavaciones 2015 en los yacimientos de la sierra de atapuerca
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BALANCE DE LA CAMPAÑA DE EXCAVACIONES 2015 EN LOS YACIMIENTOS DE LA SIERRA DE ATAPUERCA
La campaña de excavación 2015 en los yacimientos arqueológicos y paleontológicos de la sierra de Atapuerca se ha desarrollado con absoluta normalidad. Se han logrado notables avances en las excavaciones de cada yacimiento, debido a una mayor duración de la campaña de campo con respecto a los años 2013 y 2014. Los resultados más significativos de cada yacimiento han sido los siguientes: Fundación Atapuerca
YACIMIENTOS DE LA TRINCHERA DEL FERROCARRIL
SIMA DEL ELEFANTE
Los objetivos planteados al inicio de la campaña de excavación han sido cumplidos de forma
satisfactoria. Los objetivos eran principalmente: 1. Excavar la base del nivel TE9c y descubrir
en toda la superficie de excavación el nivel TE9d. 2. Realizar un sondeo bioestratigráfico (de
unos dos metros cuadrados) en el nivel TE7 del yacimiento con el fin de conocer la potencia
del paquete sedimentario así como la naturaleza de los restos fósiles existentes en este
nivel.
El primero de los objetivos ha sido alcanzado con éxito. Así, en prácticamente toda la
superficie de excavación hemos descubierto el nivel TE9d. Este nivel presenta restos
arqueopaloentológicos de diferentes restos animales como gamos o ciervo gigante, que en
algunos casos presentan marcas de corte producidas por los homínidos al procesar el
animal para ser consumido. Respecto al segundo objetivo planteado, hemos comprobado
que el nivel TE7 es rico en registro paleontológico, como se aprecia con los restos de ciervo
gigante e hipopótamo, así como con los abundantes restos de micromamíferos. Sin
embargo, hasta el momento no hemos recuperado ninguna evidencia de actividad antrópica
en este nivel. No obstante, teniendo en cuenta que hemos excavado una extensión muy
pequeña del nivel TE7, la ausencia, hasta el momento, de evidencias antrópicas no significa
que no hubiese grupos humanos en la sierra de Atapuerca durante la formación de este
nivel.
GALERÍA
La campaña de 2015 en el yacimiento de Galería se ha centrado en la excavación de la
Unidad GIIIa en toda la superficie intervenida. Esta unidad, datada en 270.000 años, ha
proporcionado abundantes restos de fauna y algunas herramientas líticas (lascas de sílex y
percutores de cuarcita, principalmente). Los restos faunísticos recuperados (costillas,
vértebras y elementos craneales) pertenecen principalmente a caballos y a ciervos, aunque
también han aparecido restos pertenecientes a carnívoros, entre los que destaca un cráneo
de lobo, el más completo recuperado en Atapuerca hasta la fecha.
Siguiendo la dinámica funcional de esta cavidad, todo apunta a un aprovechamiento humano
de los animales que caían por la trampa natural situada al Este de la cueva. Transportaban
los elementos esqueléticos más ricos en masa muscular, abandonando en Galería los restos
pertenecientes a la caja torácica. Estos elementos abandonados eran, posteriormente,
aprovechados por los carnívoros, como lo atestiguan las mordeduras halladas en los restos.
Los trabajos de esta campaña han permitido, además, alcanzar los niveles más ricos
detectados durante las excavaciones antiguas. Por lo que las futuras campañas permitirán
recuperar un mayor número de restos y, así, profundizar en el modo de vida de los grupos
humanos del Pleistoceno Medio en la sierra de Atapuerca.
GRAN DOLINA
NIVEL TD10
Desde el día 16 de junio, un equipo de 25 personas ha estado excavando en la parte superior
del yacimiento de Gran Dolina, en una superficie de 90 m2. Concretamente, se ha trabajado
en el tramo medio del nivel TD10.3, de unos 450.000 años de antigüedad.
El paquete de sedimentos de las capas superiores del nivel TD10 se caracterizaba por
presentar las mayores concentraciones de restos arqueológicos documentados hasta la
actualidad en los yacimientos pleistocenos de la sierra de Atapuerca. Estos restos se
acumularon en la entrada a la cueva de Gran Dolina, a lo largo de los períodos en que ésta
fue usada por los homínidos como enclave referencial dentro del entorno de la Sierra.
La capa excavada este año contiene una gran colada de bloques calizos, entre los que se
ha documentado una menor concentración de restos con evidencias de actividad humana.
Han aparecido pocos instrumentos líticos, y los huesos con marcas de procesado por parte
de homínidos son escasos. Sin embargo, destaca la alta representación de grandes
carnívoros (león, lobo...), tanto en forma de elementos de su esqueleto en sí como de marcas
sobre los huesos de sus presas (en este caso, mayoritariamente caballos). Así, TD10 ofrece
de nuevo una espléndida oportunidad para establecer los modelos, en este caso sobre la
actividad de estos depredadores, y sobre el modo en que compartían el espacio con los
homínidos.
Las diferentes modalidades de ocupación documentadas en la secuencia de TD10
(campamento central, matadero de bisontes…), así como los datos obtenidos en otros
yacimientos del Pleistoceno medio de Atapuerca, como Galería o la Sima de los Huesos,
nos permiten estudiar como en muy pocos lugares del mundo los ecosistemas de hace entre
300.000 y 500.000 años, y, muy especialmente, cómo los grupos de homínidos
(preneandertales en este caso) los explotaron y se adaptaron a ellos.
SECTOR INFERIOR (TD4)
TD4 – Entre hienas y rinocerontes
Hace aproximadamente 1.000.000 de años, los homínidos que habitaron la sierra de
Atapuerca asistieron a unos cambios importantes en el medio, protagonizados por la
aparición de nuevos animales que pronto se harían dueños de los ecosistemas. Este evento
tan interesante recoge la extraña combinación entre unos animales que podrían
considerarse arcaicos, tales como los eucladoceros (cérvidos gigantes de grandes astas),
los rinocerontes etruscos, los asnos de tipo estenoniano y los osos dolinenses, con los
primeros representantes de las formas modernas que hoy nos parecen tan comunes, como
los ciervos y las hienas manchadas y rayadas. Gran Dolina, que hasta entonces había
permanecido aislada del exterior como una burbuja en la montaña, sufrió en aquel periodo
un derrumbe de su techo, convirtiéndose en una torca más de la Sierra y en una trampa de
más de 15 metros de profundidad para muchos de estos animales. Así, las excelentes
propiedades de conservación de los sedimentos que rellenan su base (nivel TD4) y la
espectacularidad de sus fósiles, convierten a este yacimiento en un referente mundial para
el estudio de este evento de reemplazamiento faunístico.
La presencia humana en la cavidad se ha puesto de manifiesto a partir del descubrimiento
de una pequeña colección de herramientas líticas, principalmente percutores y lascas, que
indican sus actividades carroñeras relacionadas con el aprovechamiento de los cadáveres
de ungulados caídos en la torca. Sin duda, estas evidencias ayudan a rellenar el vacío de
400.000 años existente entre los homínidos de la Sima del Elefante (de 1,2 millones de años
de antigüedad) y Homo antecessor(datado alrededor de los 800.000 años), contribuyendo a
establecer una mayor continuidad temporal de las poblaciones humanas del pleistoceno
inferior en la sierra de Atapuerca y, por tanto, en toda Europa.
CUEVA DEL MIRADOR
En la cueva de El Mirador se ha finalizado la excavación del sepulcro colectivo calcolítico
(alrededor de 4.600 años de antigüedad), que se ha estado interviniendo los últimos años,
y donde se han recuperado los restos de un mínimo de 23 individuos, acompañados de un
reducido número de objetos: cuencos hemisféricos lisos bruñidos, candiles de ciervo
fracturados y valvas de conchas fluviales. Por debajo del depósito sepulcral ha aparecido un
nivel de ocupación similar al que se está excavando en el extremo opuesto de la cavidad.
Ambos niveles, uno perteneciente al Bronce medio (en torno a los 3.400 años), y otro
correspondiente probablemente, a falta de realizar dataciones radiocarbónicas, al Neolítico
final (sobre los 5.000 años), corresponden a momentos en que la cueva fue utilizada como
cueva redil donde guardar los rebaños. En estos dos niveles se está recuperando gran
cantidad de material cerámico y lítico, así como abundantes restos de fauna doméstica
(ovicaprinos, bovinos y equinos) y salvaje (ciervo, corzo y jabalí), y restos vegetales, entre
ellos restos de gramíneas y leguminosas cultivadas. El estudio de este material contribuirá
a mejorar el conocimiento de las primeras comunidades agrícolas y ganaderas que poblaron
la sierra de Atapuerca.
YACIMIENTOS DE CUEVA MAYOR
En la campaña de este año se ha intervenido en tres yacimientos enclavados en el interior
de la Cueva Mayor de la sierra de Atapuerca: El Portalón, la Galería de las Estatuas y la
Sima de los Huesos.
SIMA DE LOS HUESOS
Enclavado en una profunda sima de una de las galerías de la Cueva Mayor, el yacimiento
de la Sima de los Huesos, datado en una antigüedad de algo más de 430.000 años, es el
mayor del planeta en cuanto a número de fósiles del género Homose refiere. Desde que
comenzaron las excavaciones sistemáticas, en 1984, se han recuperado allí alrededor de
7.000 fósiles humanos correspondientes a todas las regiones del esqueleto, que
pertenecieron al menos a 28 individuos de ambos sexos y distintas edades de muerte.
Las investigaciones realizadas a lo largo de las tres últimas décadas sobre la extraordinaria
colección de fósiles humanos de la Sima de los Huesos han esclarecido muchos aspectos
que eran muy poco conocidos en la evolución humana. En los dos últimos años, los
descubrimientos realizados en los fósiles humanos de la Sima de los Huesos pueden
considerarse históricos, destacando la extracción y secuenciación de ADN fósil (el más
antiguo, con mucho, recuperado hasta la fecha) y la publicación de diecisiete cráneos
reconstruidos a lo largo de treinta años de excavaciones e investigaciones.
La campaña de este año puede calificarse de histórica pues en ella se ha terminado de
excavar el área del yacimiento en la que se han venido produciendo los grandes hallazgos
desde el descubrimiento, en 1992, del Cráneo 5 (Miguelón) y del Cráneo 4 (Agamenón). Se
han descubierto nuevos e importantes fragmentos craneales, algunos de los cuales servirán
para completar los cráneos ya conocidos mientras que otros, muy posiblemente, serán el
comienzo de un nuevo cráneo hasta la fecha desconocido. También se han concluido
trabajos cruciales en el conocimiento de la geología del yacimiento que han permitido
corroborar la cronología del mismo. Además, también se ha avanzado decididamente en la
localización de la antigua entrada a la cavidad, la misma que utilizaron los humanos de hace
430.000 años para llevar a sus muertos hasta la Sima de los Huesos.
Se cierra, pues, una etapa de más de veinte años de excavación en un sector del yacimiento
con inmejorables resultados, que permite abordar la excavación del resto de la Sima de los
Huesos, que se extenderá aún por décadas, desde un profundo conocimiento científico del
mismo.
GALERÍA DE LAS ESTATUAS
En la Galería de las Estatuas se ha excavado en dos sectores distintos que corresponden a
un momento del Pleistoceno superior en el que la sierra de Atapuerca estaba habitada por
neandertales. Se han recuperado tanto restos de industria lítica producida por los
neandertales como de fauna cazada por estas poblaciones. De los restos de macrofauna,
los más abundantes corresponden a équidos, tanto de caballo como de asno salvaje.
También se han recuperado restos de ciervo. Muchos de los restos de macrofauna muestran
marcas de corte, lo que indica que fueron consumidos por los neandertales. Además hay
evidencias de que los carnívoros también utilizaron la cavidad de manera esporádica. En
esa línea cabe destacar la presencia de hiena manchada, carnívoro que fue relativamente
abundante durante el Pleistoceno en Europa. Entre la fauna de menor tamaño destacan los
hallazgos de marmota, un roedor de gran tamaño de la familia de las ardillas, que hoy en
día está asociado a ambientes montanos.
EL PORTALÓN DE CUEVA MAYOR
Desde la campaña del año pasado se está excavando un nivel Neolítico, con una cronología
aproximada de 5.800 años de antigüedad (CalBP). Este nivel se caracteriza por la presencia
de estructuras habitacionales (suelos preparados, hogares, muretes de piedras, etc.) de
gran calidad, en los que se han encontrado materiales líticos y cerámicos típicos de este
período y abundante fauna doméstica y salvaje.
Este año se han puesto al descubierto numerosos restos muy completos de caballo y vaca
en lo que se denomina un suelo activo sobre el que también aparecen pequeñas hogueras,
y entre los restos materiales destacan algunos pequeños punzones realizados en hueso,
utilizados probablemente para decorar cerámicas, y algunas cuentas de collar milimétricas
realizadas con gran esmero.
ASENTAMIENTO AL AIRE LIBRE. FUENTE MUDARRA
Durante esta campaña se ha trabajado en el Nivel 4B del yacimiento de Fuenta Mudarra. Se
trata de un lugar que hace 56.000 años los neandertales que vivían en la sierra visitaban
frecuentemente. Las herramientas de sílex y cuarcita recuperadas son sobre todo restos de
la fabricación de cuchillos, raederas y denticulados con los que estos grupos de cazadores-
recolectores despellejaban y descuartizaban a los animales que cazaban. En este paraje
cercano a la margen izquierda del río Pico se abastecían de materia prima, agua, vegetales
y animales. Aquí fabricaban herramientas, y las huellas de uso estudiadas en los filos de
estos útiles nos demuestran que los utilizaban con piel, carne y hueso.
Fuente Mudarra es un yacimiento al aire libre que forma parte del paisaje cultural de los
neandertales que habitaron la sierra de Atapuerca durante el Pleistoceno superior.
LABORATORIO DE LAVADO DE SEDIMENTOS DE LA TRINCHERA EN EL RÍO
ARLANZÓN
Los trabajos de lavado y triado de los sedimentos de las excavaciones de la Trinchera han
permitido, como en campañas anteriores, conocer mejor la microfauna de estos yacimientos.
Hay que destacar, como en campañas anteriores, el entusiasmo que anima el trabajo del
llamado ‘equipo del río’. Estudiantes y especialistas de todas las edades y procedencias
colaboran en el lavado de los sedimentos de los yacimientos de Atapuerca, para recuperar
la microfauna fósil. Pero además, como desde hace años, colabora la Fundación Aspanias
y un grupo de vecinos de Ibeas de Juarros. En el “laboratorio del Arlanzón” se han
desplegado un año más paciencia, pasión y entusiasmo para conocer la vida de los
pequeños animales que vivieron en Atapuerca. El equipo de microfauna busca saber cómo
vivieron estos animales del pasado, y cómo eran sus paisajes. La extinción y aparición de
nuevas especies es una forma muy eficaz de medir el tiempo. Los animales pequeños
(mamíferos, anfibios, reptiles, aves, peces) evolucionan muy rápidamente, por lo que son
especialmente útiles para saber la edad de las unidades estratigráficas en las que aparecen.
Los pequeños animales cuyos restos se encuentran allí están adaptados a ambientes muy
concretos, como por ejemplo el castor y los anfibios al agua, los lirones al bosque, los topillos
a los prados o los hamsters a las estepas. Por eso ayudan a detectar las variaciones
climáticas y ambientales de la Tierra a lo largo de su historia, en este caso en la sierra de
Atapuerca en el último millón y medio de años.
SOBRE LAS PROSPECCIONES
Por último, hemos iniciado prospecciones mediante georradar (GR) y tomografía de
resistividad eléctrica (TRE) en zonas próximas a la Trinchera del Ferrocarril. El objetivo de
estas prospecciones ha sido detectar posibles yacimientos, relacionados o no con lugares
ya conocidos (Gran Dolina, Covacha de los Zarpazos y Galería). En particular, queremos
destacar las labores realizadas en la denominada “Cueva del Fantasma”, que se conoce
desde hace tiempo. Este lugar fue protegido por la Junta de Castilla y León a raíz de su
expolio a finales de los años 1990. En la presente campaña se ha procedido a la detección
de posibles rellenos fosilíferos en este lugar. Se ha limpiado una parte del área donde se
ubica la cueva y se han realizado análisis mediante GR y TRE. A continuación, se ha
practicado un sondeo mecánico mediante la correspondiente perforación. El acceso a la
“Cueva del Fantasma” se ha realizado por una zona desprovista de vegetación, donde se
acumulaban los derrubios de una antigua cantera.
Por otro lado, se ha realizado un sondeo mecánico en el lugar señalado por los análisis de
GR y TRE para la posición de la cavidad que conecta las cuevas de la Gran Dolina y
Covacha de los Zarpazos.
Los testigos obtenidos en estos sondeos serán analizados para determinar su magnetismo
remanente, obtener dataciones y examinar la posible existencia de rellenos fosilíferos.
Estos trabajos representan el comienzo de un proceso, que continuará en sucesivas
campañas y que tiene como finalidad la determinación del potencial arqueopaleontólogico
del área que circunda la Trinchera del Ferrocarril en las proximidades de los yacimientos
que se excavan en la actualidad.
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