aÑo i.-nÚmero extraordinario. precio 5 centimos …los del gremio —ya no existe dinldaz en...
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AÑO I . - N Ú M E R O EXTRAORDINARIO. PRECIO 5 CENTIMOS M A D R I D . ~ 3 0 JUNIO 1888
1
V A L E N T I N M A R T I N
i l
Mereces muchacho, que te toquen palmas, porque eres tú nno de los que trabajan, haciendo las suertes igual que Dios xhanda. A l g ú n tiempo hace tomaste la espada,
y matas al pelo, pegando estocadas de las que á Frascuelo le dieron gran famet. Arriba, chiquillo, avanza y avanza, y gran nombradla de fijo que alcanzas.
E L T O R E O C O M I C O
S E Ñ O R E S C O L A B O R A D O R E S Amallo (D. Francisco). Caamaño (D. Angel). Carmena y Mlllán (D. Luis) . Domínguez (D. José). Estrañi (D. José). Infante (D. Lamberto). J iménez (D. Ernesto). López Silva (D. José). Martos J iménez (D. Juan).
<Mayorga (I). Ventura).
¿¿ ¡Síínguez (D. Federico). M Mora (D. José).
P e ñ a y Goñi (D. Antonio). Kebollo (D. Eduardo). Reinante (D. Manuel). Eodrlguez Chaves Angel). Rodríguez (D. José). Ros (D. Vicente). Sánchez de Neira (D. José). Sánchez de Neira (D. Gonzalo).
Sentimientos. Sobaquillo. Soriano (D. Manuel). Taboada(D. Luis ) . Thehussen (Doctor). Todo y Herrero (D. Mariano del) Vázquez (D. José). Vázquez (D. Leopoldo). Yrayzoz (D. Fiacro). Yufera García (Francisco).
S U M A R I O T E X T O : Buena es una y enmendarse, por Gonzalo Sánchez de ífeira, (conclusión) .
—Los del gremio, por Benito Zurita Nieto.—El volapié , por Francisco Amayo. —Duodéc ima corrida de abono, verificada el día 29 de Junio de 1888.
G R A B A D O S : V a l e n t í n Martín.
BUENA ES UNA Y ENMENDARSE (Conclusión)
Llegamos por fin á la. piara; escogimos seis hermosos bichos y nos dispusimos á almorzar; pero como se hace en estas fiestas, en campo abierto y como si todos hubiéramos nacido el mismo día y bajo el mismo techo.
Pero como no hay dicha que cien años dure, y Tomás había dejado de ser víctima del destino hacía más de cuatro horas, quiso el cielo proporcionarle el último disgusto, que para ser el úl t imo fue de húten, como decía Cañamón.
Fué el caso que estábamos saboreando el rico Champagne con que nos había obsequiado el ganadero, cuando á veinte pasos del sitio en que nos hallábamos aparece un utrero, y Pamplina tira de capa y dice: «Va por ustedes.»
E l becerro arranca , y después de seis lances muy en corto y muy buenos, que me dieron tiempo á subirme á un árbol, el bicho abandona el engaño y á Pamplina, dirigiéndose á Tomás , quien, algo embebido en la bebida, no había bebido poco y se tambaleaba; quiso quebrar en corto, pero se vió quebrado; derribóle el becerro, y metiendo, al recogerle, el asta por la boquilla del pantalón, Uevósele arrastrando larga distancia, hasta que el cuerno salió por la cintura del calzón y le hizo doá una pernera/
E l vino, el traqueteo y la desesperación de verse todo hecho una lástima, causaron tal efecto en Tomás que cayó al suelo sin sentido.
Se le arregló una cama, se le instaló en ella, y pude tranquilizarme cuando, previo detenido examen, me convencí que, si bien la ropa no había sitio en que no tuviese deterioro, el cuerpo se conservaba incólume. ' Durmió toda aquella ta íde: por la noche regresamos á Madrid. En Pozuelo nos entregaron el sombrero que el aire se había llevado en la víspera, y que sé mantuvo en un arroyo y á flor de agua, según cálculos, siete horas.
Tomás, al ver su sombrero, que más bien que tal prenda parecía una esponja, exclamó mirándole:
—Bueno se va á poner el Maragato. Dejé á Tomás en su casa, fuíme á la mía y me acosté. A la
noche siguiente, y chocándome la ausencia de Tomás, fui á verle.
Le encontré pálido. — ¿Qué ha pasado, hombre? — Nada, que el Maragato, el Mantecas y el Curiana han ve
nido por sus prendas. —¿Y se han enfadado? — Así, así; pero yo no me achico, y gracias á m i patrona
que ha intervenido en la cuestión, si no... me patean. — ¿Y qué has decidido? — l-̂ e escrito á casa pidiendo á m i padre cincuenta duros.
Les pagaré sus prendas y4se acabó. Ahora bien, querido amigo, «buena es una y enmendarse», JSTo volveré á jira de ninguna clase, y mucho menos vestiré de prestado.
Salí de casa de m i amigo con la seguridad de que serán vanos cuantos esfuerzos intente para llevarle conmigo á otra fiesta de especie semejante.
Cuando estaba próxima la terminación de esta verídica historia, que en forma tan rutinaria doy á conocer á los lectores, recibo la visita de m i desgraciado amigo, quien con los
ojos casi llenos de lágrimas me dice entregándome un sobre: —¿Ves? Hasta el correo está en contra mía. La carta dice así:
«Villazopeque, 3 Abri l . »Querido hijo: La carta en que me pedías cincuenta durog
no ha sido en m i poder. Los correos están cada día peor. »Te quiere tu padre,—Peííro.» Miro á m i amigo, venero su candidez, y, á trueque de ayu
nar después de las pasadas vigilias, le entrego cincuenta pesos que no espero reunir jamás.—Gr. SÁNCHEZ DE NEIRA.
4 Abri l 1888. X ^ C S C Í ^ J - —
L O S D E L G R E M I O — Y a no existe dinldaz
en npestra clase, IfemKas. - G á y a t e , hombre; ¿qué ba de haber, si esto está cosa perdía? — Y a no hay torreros de sangre m á s que t ú y yo.
— iQue lo digas! Nosotros, que no tenemos pretensiones de levita, como tien los que se yaman toreros de escuela fina, que rebajan á l a clase cuando se ponen la bimba, y ye van chaleco blanco, y guantes de cabritilla, y panta lón negro, ing lés , y van haciendo visitas con mucho de rendibú y mucho de l a pol í t ica. E l torero que es torero, ¿sabes tú? es persona dina, que se canta peteneras, que se bebe manzanil la, que en la taberna del Chato se da cuatro pataítas . —O veinte si á mano viene. —O treinta si se precisa. Eso es pa que veas t ú c ó m o nos desacreditan, y aluego dirán los lores lo .que quieran.
—Con justicia. Porque un torero es torero, ¿sabes tú? y el que se fila de torero y no lo es, no esterero.
— E s la purís ima. —¡Ya lo creo!
r-lTies razón! —¡Que si tengo!
—¡Manzaniya! que aquí se hayan dos presonas
Valladolid.
que tienen l a sangre dina, que llevan siempre coleta, que visten de chaquetiya y chaleco con escote, con chorreras la camisa, blanca y siempre bien planchada, sin corbata n i t ir iya, y el p a n t a l ó n ceñ id i to , y jaberas que se filan , y que van por donde pasan dando á las chicas peniyas, y que roban corazones, y que matan!...
— ¡Que lo digas! ¡Estas sublime!
—¡Lo só! — ¡Paeces un libro de misa! —Gracias; pero ¿qué hay de eso? ¿Nos contratan?
-TNO —¡Injust ie ia!
Y luego irán los maletas, esos que yevan levita, á cobrarse buenos charpes y á cogerse las corrías. Y no saben qué es un pase, n i una estocá buena y limpia, como las que yo me sé —¿Pero has motao?
—Otavía no ha yegao el caso, n i espero, porque esta tierra mardita aplaude á los que prisumen, y á los que saben olvida.
Así, t ú y yo, que sabemos qué es matar con gracia y chispa, no saldremos de Vallecas capeando.
—¡Que lo digas! — Si sé yo bien lo que pasa en esta tierra, Penillas.
BENITO ZÜEITA NIKTO.
E L V O L A P I E (Cont inuación. )
E n suerte natural está el toro para el volapié desde los tercios hasta la valla, siempre que dé el costillar izquierdo álas tablas. Lo está también en los tableros mismos, aumentándose la dificultad de la ejecución á medida que se recuesta en ellos por el poco terreno en que el matador ha de hacer la faena. En esta clase de estocadas adquirió su celebridad Antonio Sánchez^ por encontrarse equilibradas su destreza y prontitud para entrar y salir del centro con su habilidad para colocar debidamente al toro.
Desde los tercios hasta los medios, en eátando debidamente cuadrada la res, hay suerte lucida de matar de frente. A»
E L T O R E O C Ó M I C O
ha matado muchos toros á verdadero volapié el afamado diestro Lagartijo en la plaza vieja, y varios en la nueva, aunque no tantos.
Si existen querencias, puede muy bien aprovecharse de ellas el matador, bien dejando al toro su viaje natural hacia lo que haya elegido, ó bien, si de ella no le ha podido arrancar, igualándole sobre el mismo terreno de defensa del toro con tal que el diestro le deje cumplida salida.
Mas aún es factible para el torero que quiere cumplir su cometido con aquella bravura é inteligencia que supone su cargo de matador, pues en las muchas ocasiones que se presentan de cuadrarse los toros frente á una querencia puede tomarle el terreno de adentro dando la espalda á las tablas, invirtiendo la colocación á modo de la suerte de vara del se-fior Zahonero.
El volapié en esta forma es suerte lucidísima y de mérito, y los aficionados han tenido ocasión de verla ejecutar airosa-ineiite al bravo matador Frascuelo en algunas ocasiones.
Sentados estos preliminares, empecemos por exigir á los matadores de á toro parado que sepan ante todo colocar debidamente al bicho para la suerte que van á ejecutar, y vamos en segundo término á decirles algo respecto de la actitud ó posición en que han de dejar parado al enemigo para poder acometerle.
Esta segunda parte depende del manejo de la muleta, ó sea del trasteo, que ha de tener por único objeto cansar á la ñera, hacerla que lleve bien la cabeza, é irla ganando terreno para que pueda el diestro colocarse sobre corto cuando aquélla quede parada.
El matador ha de dar los pases según el vigor que aún conserve el toro, sus tendencias ó sus resabios, su nobleza ó su sentido.
El pasar de muleta con acierto demuestra gran conocimiento de las reses bravas y conciencia en el matador de la suerte que ha de ejecutar después.
No es torear de muleta dar pases sin orden ni concierto, unas veces por alto, otras por bajo ó en redondo, ya cambiados ó de pecho, sin ir encaminados á un fin.
Por más que la frescura ó gallardía con que estén ejecutadas estas suertes arranquen á veces los aplausos de la muchedumbre, estoslances nada significan en el buen condepto torero
Los pases se han de amoldar á la condición de la res, teniendo siempre en cuenta el matador las tendencias y resabios de los toros para emplear con ellos el trasteo que les conviene al objeto de poderlos poner en situación favorable para darles la estocada de frente.
Para exigir á los diestros el toreo de muleta que deben emplear, es preciso hacer mención de las dificultades que en esta suerte suelen presentar los toros.
|Los boyantes y nobles, no traen más trabajo que el quitarles las facultades para que se cuadren. En este trabajo debe de lucirse un matador toreando con la izquierda en poco terreno.
En los que no se cuadran debe el diestro hartarlos de trapo hasta que se cansen, pero recogiéndolos bien al remate de los pases, pues de esta manera es fácil que se paren; y si se los pasa mucho dejándolos marchar, es más probable que se aburran, y entonces difícil es poderlos poner para el volapié.
En los que se afirman en los tableros basta igualarlos sin darles mucho trapo, y en los que se defienden en los caballos muertos no es preciso más que ponerlos del lado de afuera, de modo de que den con el costillar izquierdo hacíalas tablas. Esto suponiendo que los caballos no se hallen en los medios, en cuyo caso el matador tiene más salida y le bastará igualar de modo que dé el toro su lado izquierdo á l a querencia, ó en el caso de que dichos caballos se hallen arrimados á la valla, cuya contingencia hace que la fiera tenga más ventaja si allí se defiende, y tendrá el matador que colocarla en dirección oblicua hacia la barrera para de este modo tener algo más de erreno para su salida.
En todas estas faenas, lo más esencial es ver cómo trae la afoeza el toro; pues si la lleva natural la suerte es factible, y i humilla resoplando la tierra, se encampana desarmando ó ace otra pelea descompuesta para no dejar llegar, dicho se
crftá que no hay caso para la suerte del volapié, pues la ventaja está de parte del toro.
Por uno de este género fué desgraciadamente cogido el buen torero Antonio Sánchez el Tato, que con su notable arrojo se echó al volapié sobre el toro Peregrino, que estaba humillado y le ganó la salida en el derrote. Esj;o servirá de lección á los matadores posteriores.—F. AMALLO.
(Se continuará.)
••• . :¡lll •• i'itili . i . , , : : : , : . iTuiimiiiiiitmmiimmiiuiiimiimiin,
PLAZA DE TOROS
(MIDA 1 2 1 ABONO M f I C A M EL DIA 29 DE J1I0 DE 1888 Se suspendió la corrida
por causa del temporal el domingo que pasó; y volviéndola á anunciar, se verificó ayer tarde con dos bicharracos más, que á modo de regalito la Empresa nos quiere dar. Don Francisco Arjona Reyes es la enorme novedad que nos dispara la Empresa v Romero, Flores y tal,, el cual don Francisco Arjona es torero de verdad, y en contadas ocasiones digno hijo de papá. Hay quien dice que Currito se propone demostrar con los toros este año un arte piramidal, y que los va á recibir, y va á parar al pasar, y va á bregar más que nadie, y no va á tener rival. Será fácil; pero yo,
v que no me sé entusiasmar, opino, repito y digo igual que Santo Tomás.
Para alternar con Currito anunció el cartel á Hermosilla, Cara-ancha y Espartero, y éstos, acompañados de su gente, se presentaron en correcta formación á la hora señalada. Se rompieron las filas, se retiraron al foro los personajes secundarios, la seda se entregó á los amigos, y provisto todo el mundo de lo necesario para la brega, empezó la lidia de tres bichos de Castrillón, tres de Miura y dos de Bertólez.
~>*<~ Primero, de Castrillón. Cataclismo de nombre, y huido y
sin codicia ninguña. Entre Salguero y Medina le tentaron la piel (colorada, ojinegra) cuatro veces, dos superiormente Canales. Los piqueros sufrieron tres zamarrazos y la pérdida de un arpa. Currito y Espartero hicieron los quites en este toro.
Zayas y Jiménez colocaron tres pares muy regularcitos, haciendo Antonio dos salidas falsas, la primera por no hacer el toro por el muchacho. Después del primer par, el buey dió un soberbio salto frente al 7. Vuelto al ruedo, se encontró con Arjona vestido de verde y oro, cuyo diestro, novedad de la tarde, fizo lo siguiente:
Uno natural sin acercarse, otro de la misma calaña, cuatro con la de cobrar, otros tantos por alto y un pinchazo.
Cuatro con la derecha, dos altos para una delantera aprovechando, que hizo caer al de Castrillón. (Algunas palmas.)
De Miura fué el segundo. Su nombre Cigarrero. Negro, bragao y corto, y fino de armamento.
Tres verónicas le soltó Hermosilla así como de mala gana, y empezó la pelea con los de los camellos, demostrando Cigarrero bravura y cabeza, aunque tardeando. Salguero, Canales, Fuentes y Trigo fueron por cigarros en cinco ocasiones, y se vinieron sobre el mostrador tres veces, dejando dos fundas de cajetilla en el suelo. La de Canales salió disparada, y Con-to la soltó un recorte.
Cambiada la suerte, Guerra (A.) dejó medio par caído polla izquierda. Corito id. id. por la derecha para igualar. Repitieron ambos chicos bien. En este tercio Antolín bregó mucho, exponiéndose á cada momento á un desavío.
D. Manuel Hermosilla apareció luciendo vestimenta verde y oro. Con ^ran prosopopeya se fué al toro, y aquí está lo que el hombre ejecutó.
E L T O R E O C O M I C O
Uno natural, tres con la derecha, cinco altos, dos cambiados y un pinchazo sin soltar.
Tres derecha, cinco altos y otro pinchazo bueno. Dos altos y uno cambiado para una contraria volviendo
todo lo que hay que volver, y se acabó.
Copa-alta, de Castrillón, salió en tercer lugar, y fué el buey más solemne que vieron los nacidos. Castaño, lombardo, bra-gao y desigual fué el tío, que se arrimó cuatro veces á los piqueros de refilón sin querer ver un caballo, por lo que fué sentenciado á estufa de trueno. Se coló al callejón frente al 1, llevándose de calle á toda la tropa que allí se reúne, y achuchando al Espartero.
Salió Currinche, y ¡pam!, medio par. Salió Antolín, y ¡pem!^ medio par. Repitió Currinchej y ¡pim!, medio par. Y, por último, Antolín, ¡pom, pum!, medio par.
Vayan ustedes con Dios, y para portarse así no parezcan por aquí ninguno de ustedes dos.
De azul y plata vestía el de Algeciras, y empezó su faena con un cambio superior, dos altos, dos cambiados de lo más bueno, y tres redéndos, soltando una estocada caída pero entrando con fé.
Uno con la derecha, siete altos y tres redondos para media estocada bien puesta.
Uno alto, y media volviendo la cara al buscar la salida, pues el toro se le vino de golpe. (Muchas palmas.)
Un Judio con pelo negro, bragao, muy apretado de defensas y pequeñito nos soltó el Sr. Miura en cuarto lugar. Con bravura arremetió á la gente de caballería nueve veces, apretando de veras Trigo en dos puyazos. La caballeriza experimentó dos bajas, y un golpe amistoso las costillas de Trigo.
Los chicos del Espartero pusieron un par y dos medios, correspondiendo éstos á Ju l ián , todo por lo malito, y el de Sevilla, con traje azul y negro, nos dió la mar de sustos en las siguientes faenas:
Primera: Dos naturales, nueve con la derecha, dieciséis altos con una colada horrorosa, cinco cambiados con otra colada fenomenal, seis redondos con un desarme, y uno de pecho obligado, bueno, para media estocada en buen sitio, un tantico perpendicular.
Segunda: Tres derecha, catorce altos y un buen pinchazo, saliendo por la cara.
Tercera: Ocho altos, sufriendo una arrancada que libró con un barullo, del que no salió en los cuernos por liarse á brazo partido con el toro, y otro pinchazo saliendo mal.
Cuarta: Uno con la derecha, otro alto y otro pinchazo malo, saliendo como Dios quiso.
Quinta: Varios pases de todas categorías, un intento de descabello que encojó al animal, otro intento, otro, dos avi
aos, y se acabó. ¡Ya era hora! (Pitos.)
De Castrillón fué el quinto. Galeote de nombre, negro bragao de peto y desigual de herramientas. Con mucha blandura recibió siete picotazos, dió dos caídas y un salto frente al 10, y despenó un obispo.
Los chicos del Curro pusieron tres pares y medio, y Cuchares petit, entre los siseos del público, muleteó venticinco veces al hoy, y le mechó con un pinchazo malo entrando desde largo, una corta y delantera entrando más largo aún, y un Conato de descabello.
Salió un toro de Bertólez por Greñudo conocido, con más cuernos que la luna y pelo basto y retinto, y si yo no me engañé de seis años bien cumplidos. Con alguna voluntad, mas sin fijeza, á los tíos de los pencos se arrimó siete veces; dos metidos les sopló contra la tierra, y mató dos jacos finos.
Un puyazo de Fuentes fué de lo que no se usa. E l toro intentó saltar frente al 8 tras Guerra.
Corito metió un par algo pasado, pero llegando bien. Guerra, llegando mejor, dejó uno muy bueno, y Corito colocó al
sesgo uno que no prendió; repitió otra vez la misma operación; y, por último, metió un par delantero. Las dos salidas al sesgo con exposición.
HermOsilla endilgó ventitrés pases nada superiores, tiró la montera con mucha calma, y metió un metisacá, una algo tendida entrando con fe, y un buen descabello.
Cotorro, de Miura, fué el séptimo, colorado claro, girón, bragao, listón y bien puesto. Empezó asustándose de los capotes; pero en cuanto se desengañó resultó un buen toro. Doce varas le pusieron, derribó á los jinetes seis veces y mató tres guitarrillos. Una de las caídas de CarO fué al descubierto, y Hermosilla se estuvo tan fresco viendo cómo el toro corneaba á caballo y jinete.
A l tocar á palos se chupó una bronca el Sr. Concejal, y entre Currinche y Antolín pusieron dos pares y medio malos-dando Cara uno natural, cinco cambiados (dos buenisimós), dos redondos y cuatro altos, para un pinchazo bueno. A l engendrar un pase Cara fué cogido y derribado, sin más que la rotura de la chaquetilla. A l quite todos, y el toro se echa con sólo el pinchazo mencionado, sin duda algo descordado. Cara abandona la plaza con su cuadrilla, y es despedido con palmas y cigarros.
Cerró plaza Tendero, de Bertólez. Retinto oscuro, albardao, grande, largo y velete de cuernos. Con bravura y mucho poder se dejó tentar el pelo seis veces, por seis caídas que dieron lugar á soberbios quites del Espartero. Tres burros quedaron deshechos.
Lolo y Julián colocaron dos pares y medio, y Manolo nos despidió con treinta y tres pases, dos desarmes, una pasada sin herir, media tendida y pescuecera, media trasera y caída, un pinchazo bajo saliendo mal, media en buen sitio y un descabello.
Y F I N A L M E N T E / De los toros, el mejor el segundo de Bertólez. Después los
de Miura. Los de Castrillón, bueyes carreteros. Pusieron buenas puyas Canales, Trigo y Fuentes. Caro con
voluntad. ÍT-'-""̂ Délos banderilleros. Guerra y Corito en el sexto toro. Corito
muy valiente al sesgar á aquel éornalón, que infundía respeto á todo el mundo. Los gritos y silbidos de algunos, intempestivos é injustos.
CURRO hacía hoy su presentación, por decirlo así, y de todo tuvo. En su primero, que huía de su sombra, estuvo cerca y aprovechó bien, quitándose de en medio á su enemigo con una estocada entrando á matar. En su segundo fué el CURRO de siempre, bailando más que un peón, y mostrando una desconfianza injustificada al arrancar desde Sevilla. En quites diligente, pero éin lucimiento.
HERMOSILIA demostró mucha voluntad en su primero; pero repitió lo de volver la cara, y no le diremos que eso es feo, pues demasiado lo sabe él, resultando lo que pasa cuando se hacen las cosas á sabiendas.
En su segundo estuvo pesadísimo por demás, y en quites poco activo y oportuno. Si el séptimo toro vé bien á Caro, lo hace polvo por la sansfagon de Hermosilla.
CARA fué el héroe de la tarde. Su primer toro, que hizo huyendo la lidia, se tránsformó en noble á la hora de la muerte, y Cara le tomó de muleta con arte y maestría. A l matar entró con gran fe. En su segundo también quedó á buena altura con la muleta, y el pinchazo fué bueno. Nuestra felicitación por el buen resultado del percance, que pudo ser funesto á no tener el toro la cara tapada con un capote^
ESPARTERO, sin estar superior, nos gustó más que otras ve-ees, pues ya no arquea tanto el brazo. Con la muleta valiente y defendiéndose, pero comprometidísimo toda la tarde. Desacertado al pinchar, y archi superior en quites.
La entrada floja, acertada la Presidencia en todo, menos en lo de apresurarse á tocar á palos en el séptimo.
Conque hasta pásado mañana.
EL BARQUERO.
T IE I J 33 O- JE l -A- JML -A. S CÁDIZ 29 (9 n.).—Toros Cortina, medianos; caballos, 17; Ga
llo, bien toreando y regular hiriendo; Mazzantini. regular.— Amigo.'
BARCELONA 29 (8,50 n.)—-Dos Carriquiris cumplieron. Ba-rrionuevos, buenos. Lagartijo bien. Guerra bien. Parearon cuarto. Caballos, 15; entrada, media.—Yw/fera.
Imprenta de E . Anglés, Costanilla de San Pedro, 2.—MADBID.
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