antonio cornejo polar- la formación de la tradición literaria en el perú
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7/23/2019 Antonio Cornejo Polar- La Formacin de La Tradicin Literaria en El Per
1/99
-
7/23/2019 Antonio Cornejo Polar- La Formacin de La Tradicin Literaria en El Per
2/99
cEP,9',i
-i989
Cardtula:
Gilmer
Torres
Foto:
Sigfried
Hartmann
Tomada
de:
Pablo
Macea
(ed,)
Pintores
populures
anclirtos.
Siglo
XIX,
'[-ima: Banco
de
ios Andes, 1979,
p. 209.
Cortesa
de
la
Biblioteca
lr{acional
CENTRO DE
ESTUDIOS
Y
PUBLICACIONES
(CEP)
Jr.
Lampa
808
-
Oi.
601
:
i\partado
6118
Lima
*.Per
MAYO
1989
H"a fforsaaacmsp
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-
7/23/2019 Antonio Cornejo Polar- La Formacin de La Tradicin Literaria en El Per
4/99
Ieadice
Irtroduccin
CAP.
{
L,A INTERDICCION
POLITICA
DE
LA HISTORIA
El
costumbrismo
El
incaismo
La omisin
de la historia
Las
opciones tnicas
y
sociales
CAP.II LA NACIOI\ALIZACION
DE
LA
HERENCIA
COT"ONIAI.
La
"nacionalizacin"
de
la
literatura
colonial
Ricrrdo Pllma
CAP. IN
EL
DESVIO HNSPANISTA
Riva-Agero
Entre
el conquistador
invencible
y
el
mestizo
imperial
CAP.
TV LAS OPONES SUtsOR.DtrNADAS:
DEL
TNDIANISMO A [-A
MODERNID.4,D
La bsqueda
cle
la modernidad
El indianismo
11
21.
25
31
35
38
43
46
51
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DIICJ{C\
Los
nucvr;s suietcls sociles
I-e
rccnpr:raciitir
r-le
la
herencia
prehispnica
{-a
filr:logia viva
Maritegui
Los
indigenistirs
La otra
murlcrnidacl
CA,P.
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NOT.A SOIBtRE
[-AS
TRADICXONES
E{ARGTNA[-ES
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l7s
Jrunodu,ecm
n
Amrrica Latina
la
histcria
de
le literaturlt
es
unr
disciplina en receso,
rlcorralada
por
el
trrillo
veccs
engaoso
de
los
estuclios
sincr-
nicos,tcasi siemprc
re
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7/23/2019 Antonio Cornejo Polar- La Formacin de La Tradicin Literaria en El Per
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l opaca eiuiirrilon
del
posil"tv:itr.,,
qr-rLi
;icrmula
inforrnacln
para
luego
simplicartra
rncdiau
trr
erg.riicai;iones r:rccnicas
e ingenuas,
dr:soladorltmcn
rc
ronias;
y
oitt-r- r'cio,
c{)n
la
ausencia
de
altcrnativls
tericamente slidas
y
nre.todolgicamente
vilrbles,
ca-
plces
cle
procesar
una historia
rlensa
y
comple.ja,
lgre-
l;ivirmr.ilte
hete
r(tclita,
en
[a
que
se crLlz]n vlrios
y
dis-
tintos
tiempos,
inclusive
den_trr:
clel
ntarcc_,
rcstringiclo
cie
la
iiteratura
hegemnica.3
For
io dcrmiis,
en
el
debte
de lr
crtica
contcmpo-
rinea,
la
historia
de la literatura
ha
estatlo
ominosa-
mdrlte
ilusente.
La respuest
al
inmanentismo
cstllv()
a
cargo
de
ia sociologia
de la
literature,
pero
cl
loco
de
la
discusin
no
fue
el
tenta
de la
necesiclaci
cle
la
historia
*o
cle
su impertinencia*
sino el
aslrnto
de la
utonoma
del
objeto
literario
o
su remisin
a
la
sociedad.
De
hecho
buena
parte
de
la sociologa
literari
latinoamericanu
ablnclona
suicidamente
la
dinrensin
histrica,
esencializanclo
categcrras
tan
mLctrables
colto
la
de
clase,
para
encltlistrarse
tant-
bin en
ia
sincrona.
con
lo
que
olviamente
tergive
rsrr
su
sentido
miis
preciso:
imbricar proce.\o.\
sociules
y
li terarios"
a
3.
Sobre los
prob.iemas
dc
nucstra
historiosrefa.
ver:
Beatriz Gonz-
lez
1epfi,
Contribucin
al
esdo
d
la
ltistoriografih
literaria
hispanoamerican
.
(Caacas:
Academia
Naciona.l
d Historia,
19U5)
y
La
historiograJa
literaria
det
liberalismo
hispanoamerical
no.Llel
siglo.XlX
1L:t
llebanu:
Casa de
lus
Americas,
1987).
T:im_
rrlen rrl rtlculo
"Los
sistemas
literarios
c()mo
oatcgorils
histri-
cas"
/Rcursra
de
Crtica
I-iteraria
Latinoanerican
,
fV,
:S,
ii-r,
,ier.
semcste
1989)
que
crntina
la
retloxin
conteni
"ir..tas
itcratuas.maiginales
y
la cca:
una
pLopue:;ta,',
"n,
S*,if
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norvski (ed),.lugttsto
Roa
Bastos
tt
la
ociuccin
cLtlrural
ameri
cfld
(Buenos
\.ires: Eriiciones
tte
li
l;loi,
l9g6).
L''lo
esr dens
aaclir
ciule
;la
perspr:
crit
lo{llitx,
:ii
lien
es
liroduct/a
'porque
ctrescompone
al
sujeto
de
1a
litr:ratura en
varios
y
antagiljcos,
ciotntlolos
ademis
de
contenidos
materiaies, sllele simpliticar
el
proble-
ma al
suponer
que
cada
uno de
esos
sujetos
guarcla
coherencia consigo
mismo, siempre.
En la versitin
marxista
ms comn,
tales
sujetos
corresponden
a
las
clases
-y
a
veces
a
slls
fracciones*,
pero
coll
dema-
siada
tiecuencia
unas
u
otras
quedan
situadas al
mar-
gen
de l
historia
o
son
consideradas
como
esencits
que
reryonden de
distintas
maneras tiente
a distintls
L:ircunstancilrs, aunque
siempre tlescle
su invariable
identidad.
En el
primer
caso
se
olvida todo
el mirxis-
mo,
qlle
es
ante
y
sobre
todo una teor
de
la historia,
y
de
ninguna
manera
una
topografa
social:
y
en
el se-
gllndo,
por
lo menos,
una
de sus
leccir:nes bsicas:
que
la
lucha de
clases traspasa
e impregna
a
cada
lna de
ellas.
De esta
manera
el sujeto
socil
no
desaparece
,
ni
mucho menos,
pero
uclqtriere
un cariicter
interna-
mente
complejo
y
ambiguo.
En otras
palabras,
los
conflicttrs entre
las
clases
son a la vez,
ile
alguna ma-
nera, contlictas
dentr:
de las
clses.
For supuesto,
cuando
las contradicciones
clasistas
se
inezcl:ln con
otras
de
contenido
tnico, como
es
e[
caso elel
Perl
,
doncle
ambas
categorias
se entrecrlizan
sin
cesar,
la
umbigedad
de
los
sujetos
sociales
se
hace
mucho ms
literatura
y
crt'tica latinramericanas
{Carcas:
universidad
Cen-
ual
,le
Venezuela,
1982).
Un
esclarecedor
tostimoio tie tas
difi-
cultades
que
enlienta
la
rticulacin
de la sociologr'e
y
la historia
literrias
se
encuentra en
los libros
preliminares
del-proyecto rus-
prciado
por
IILC relutivo a
la elu.boracin tle
uni
historiu sooiul
dc l literatura latinaomericila.
Ana
Pizrro
(ed):
Ia
[iterafttra
lainmericana como
proceso
(Buenos
Aies: Ccntro
Editor
de
r\rndrica
Latin,
1985)
y
Hatia una historia
de
laliteratllrd
lati-
namericana
Mdxico:
Colego
dc Mxicr-r
y
Universidad
Sirndn
Bolivlr, i987)
y
los tres
volmenes
de hs
actirs
,le[ proyecto
em-
prendido por
AELSAL, iniciimente
bajo
la
direcr:in
de
Alejan-
dro
I-osadar
I
(Neuoirtel,
AiiLSAL, t985),
II
(ld,
1986), nII
ttd.
l98B).
l'.n
-'ila:a
unr
agenrla
problcrniticl
rie l
citicl
literarra
latinot_
f:r,,.,.,?r:
diseo
prelirnrn.ur,,
(Casa,le
lat
Amritar,
.XKI,
tlg,
LJ.fl:rbane,.
mayo-junro
l98i)
nott
estl
carencia
de
nuestr
sr.rcrolrrgra
dc
lu literlturu.
Este
estudio
se eproduio
ctt
Stbri
ll
l3
-
7/23/2019 Antonio Cornejo Polar- La Formacin de La Tradicin Literaria en El Per
7/99
,;ctun[lii..
aompiejs
re
por
it. f,ci'se,oaracio,
ias
,:la-
ses
y
las
etnias,
cuando i]tlarecen.iitnias
-v
mixturldas,
:;on
vercladeros
aLisrnos
de
inestabilidad
y pc.liforrnis-
ill().
Nuestra
historiografa
litcraria
no ha
drdo
casi
ningn tratarniento
a
esta
problernitica.
Su tendencia
a compre
nder
eI
proceso
liierarjo
como
secuencia uni-
lineal,
crncejatoria
y
pert-ecti'ra
tre
impide captar
la
coexistencia de sistemas
literarios
clif'erenciaclos,
ca
-
7/23/2019 Antonio Cornejo Polar- La Formacin de La Tradicin Literaria en El Per
8/99
pltrLriIo,
L].ue itenc
irir
iaz vist[]le
cn
lii
elaborar.:ion
Llc
nminas
de
paradigrnas y
ntimodelos:
Vallej.o
y
nrr
Cliocano, o
inciusive
el ltimo \/ailejo'mds
que
el
pri-
illcro)
por
ejemplo. Opciones
como
istas
tejen
las
trt-
tjiciones
parciales
en
el
tiempo
medio
y
breve,
y
tienrn
que
ver con
una vasta
constelaiin
de
hechos
y
valo-
res, desde
la
variacin
de
las
poticas
hasta
el
cambio
de
pblico,
o de sus
gustos,
tdo
lo cual remite,
aun-
que
sesgadamente,
condiciones histrico-sociales
re-
lativamen
te
precisas.
El
asunto
es
extraordinariamente
mds
complejo
cuando
se
trata de
la
lbrmacin
de
una
tradicin
lite-
raria
nacional,
obviamellte
mis
abarcadora
quc
[a
su-
ma
de sus
tradiciones
parciales.
Aqu
intervienen
al-
ternativas
iiterarias,
con
su especificidad, y
otras
gent-
ricamente
icleolgicas:
intervienen.
sobre
todo,
prc
ycctos
nacionales
tan
totalizantes
como
conflictivos.
En'otras
palubras:
una
tradicin
literaria
nacional re-
produce
a
su
manera
las
imiigenes
con
que
cada
sujeto
social construye
su
idea
de
naci(:n,
lo
que
implica
que
pueden
existir
al
mismr_r
tiempo y
en
Ltna
misrna
socit:_
dad
dos
r:
mis
tradiciones
literarias.
Es
tuncirin
pri_
mordial
de la
historia
literaria,
en este
caso,
examinar
la contienda
entre las
tradiciones
diversas,
rastrer
sus
dinmicas,
con
la
variabiliclad
de
sus
posiciones
de
he_
gemonia
o
srbordinacin,
de emcrgencia
o
resisten_
cia,
con
sus
mltiplcs
matices,
y
construir
el
marco
clentro
del
cual
el
contlicto
entre
[s
tradiciones
beli-
gerantes
o
alternativas
adquiere
-precisamente
por
slls
contraclicciones-
un
sentido
de trttliciad.?
7.
Sobre
cI
asurtL]
puedc
leerse
mi
ssludio
"l_
literaturl
peluana;
tL)titlidad
contradicforia".
que
parece
como
lpntlice
tli
cste
li-
bro. Los
trminos
quc
rhtlrl
empleumos
hegemona,
sutortlinl-
clon, etc.)
corresponrien
un interpretcin
muy
libre
y
hartr:
hete.rodoxa
del
pensamiento
de Gramsci,
por
un lado,
y
tle
Ray-
mond
Williams,
por
el
otro.
E; irunoni.ailre a;iaeiir
qnr:
,la reiacin entre
proyec-
to
nacit-nll
y
traq-licii
ii teraria nc es ni mecnica
ni
unilineal; no lo es, sntre otras muchas razones,
por-
que
la
trarlicin
literaria
cs en
parte
generadora
dei
proyecto
nacional
y
no slr simple retlejo. Despus
de
todo,
la
versin
colonial del
Feru tanto
est reflejada
en
Frlnra
como
-y
ms- construida
por
sus Tradi-
ciones.
Esto explica
que
el
debate
literario
sea tam-
bin.
ai
mismo tiempo, una
discusin sobre los pro-
yectos
nacioales en
pllgna.
No
otra
cosa representa
la
poimica
entre
Riva-Agero
y
Maritegui,
sobre
el
carcter
general
de
la literatura
peruana,
o
la
ms
es-
pecfica,
entre Maritegui
y
Snchez, acerca
del
senti-
dr:
y
[a importancia
del
indigenismo.
Estos
y
otros
enfientamientos
similares
confirmn
qlle
en un solo
momento
coexisten
varias
tradiciones
literarias, con
fiecuencia combativamente
antagnicas.
Por
supuesto,
la construccin
cle una tradicin
li-
teraria
tiene
su signiticado
ms
t'uerte en
las instancias
ternpranas
de
un
determinado
desarrollo
literario
na-
cional,
especiulmente
cuando
se
trata
de
procesos
contlictivos
por
el carcter
complejo,
desmembrado
y
heterogneo de
las
formaciones
nacionales de
base,
como
es
el caso de buena
parte
de
Amrica Latina.
En
relacin
con
el Per,
es indispensable
tener
presente
que
se
trata
cle
una literatura
'ono orgnicamente
na-
cional",
reproductora
de
contradicciones
tnicas
y
so'
ciales
muy
agudas
y
todava
no resuelta
por
la
l'tisto-
ria.8 Dentro
de
este
contexto
las
relaciones
entre
proyecto
nacional
y
literatura
se
hacen
mucho
ms
es-
treciras,
pero
tambin
mucho
mds
conflusas,
porque
la
literatura
asume
tlnciones
f'ormativas
y
de
legitima-
8.
Josd
Carlos
Maritegui,
7
ensayos de interpretacin
de
la
realidad
peruana
(Lima:
Amauta, i969, l7o.
ed,),
p.
236" La lera.
ed.
dta de 1928.
l6
t1
-
7/23/2019 Antonio Cornejo Polar- La Formacin de La Tradicin Literaria en El Per
9/99
cin,
inslailciose
eanto
en
el
proceso
rie consl.ruccin
cie
nue'as
realidades
(en
la
constnccin
de [a
nacin
en
ttimo
trmino),
cuanto en la
secuencia invc.rsa
que
interpreta
el
sentido
del
pasado
(esto
es,
tle la
his-
toria
nacional)"e
Los
sujetos
sociales de
estas
opera-
ciones no se limifan
a expresar
a
travs
le
ellas
itieolo-
gas
o
interses
preexistentes,
aunque
evidentemente
1o
hacen
de
manera
consistente
pese
a sus
conflictos
internos, sino
se
autoconstruyen
a
travs del
ejercicio
de
su
propio
discurso. En
este
sentido no esti
dems
insistir
en
que
el
colonialismo
responcle
a
cierto orden
de
la realidad,
que
lo explica,
pero
estd
hecho con la
materia
que
le
confiere
el lenguaje
y
la
irnaginacin
de
Palma
y
los suyos.
Bajo
xtos
supuestos
nos
preguntamos,
entonces,
por
el modo
como se han forjado las
tradiciones lite-
raias
en
el Fer;
o
si se
quiere,
de
qui
mAnera
se
han
construido
-y
a travds de
qud
rperaciones
artsticas
e ideolgicas-
las
historias de nuestra literafura.
Es-
tas preguntas
permitinin
comprender
que
la historia
no sblo
marcha
hacia el t'uturo,
con la
produccin y
eslabonamiento
incesantes de
nuevas
obras,
sino
tanr-
bidn
hacia
atrs,
remodelando
en
cada momento
el
pasado
y
definiendo cul
es el
que
tunciona como
ma-
triz de todo
el
proceso.
Se observar
entonces
que
la
historia
no es
siempre
la
misma,
que
cada instancia
decisiva del desarrollo
cie
ia sociedad
y
cultura
perua-
nas la recompllso
y
modific en
t-uncin de
proyectos
nacionales
dismiles,
aunque
dstos fueran incipientes,
irrealizables
o burdamente
restrictivos,
y
que
nunca
9.
Cf,
Adalbert Dessau, "Literatua
y
sociedad
en
las
obras de
Jos
Calos
Maridtegui",en
:
Varios,
Maridtegut tres
esrudios
(Lima'.
Amauta, l97l)
y
Alberto
Flores
Galind
-
7/23/2019 Antonio Cornejo Polar- La Formacin de La Tradicin Literaria en El Per
10/99
Captulo
I
La
interdiccin
poltica
d,e
la
historia
construccin
de
una
tradicin
literaria
supo-
ner
en
primer
trmino,
la seleccin
de
un
pasa-
tlo
como
pasado
propio.
Es
obvir
que
para
las
generaciones
de
la
emancipacin
esa
tarea
result ser
excepcionalmente
conflictiva;
y
no
slo
en rnateria
literaria,
por
cierto. Resultado
tanto
de
factores
inter-
nos
cuanto
de
fuerzas
exteriores,
la
nueva
rep'blica
se
instala en medio
de muchas
y
mlry
graves
indecisio-
nes
y
ambigedades
ideolgicas. Interesa una; la
que
tiene
que
ver
con ia concienci de su
propia
historia,
caacterizada
por
la ambivalencia
con
que
se
juzga
el
pasado
colonial.
En
trfecto,
parx
esas
generaciones,
la colonia
signi-
ficaba
una larga
y
dolorosir
etapa negadrra
de
la
na-
cionalidad,
clausurada
por
la accin de
las
armas
y
la
"voluntad
generai
de
los
pueblos", pero
tambin, al
mismo
tiempo,
una poca
de
grandeza,
pan
y prospe-
ridad,
tanto mds
apetecibles
cuanto
eI caos
republica-
I
-
7/23/2019 Antonio Cornejo Polar- La Formacin de La Tradicin Literaria en El Per
11/99
no se
hca
,ns
agudo
y
extencliclo. Detrs de ambas
actiiudes
se alza
ia evidencia de le superficilitlad
del
corte
histrico
producido
por
la
emancipacin,
acon-
tecimiento
que,
como se sabe,
fue ms
pol
tico
que
econmico
y
social.
r
Aquella
arnbigedad
explica
que
en nuesto
primer
intento
Ce
bosquejar
la
lristoria
general
del
Fer se condene agriamente
al rgimen
co-
lonial
pero
se
concluya, ccntradictoriamente, con
este
encendido
elogio
de
la
vida
social antes de
l
Bl
l:
la alegra,
la tranquilidad
del
corazn,
el
buen
humor,
eran
consecuencia
de
esta
abundrncia
de medios
para
ad-
quirir
los
gozos
de la
vida.
En
el interior
de las
casas
ms
humildes
se
vea
ia
sonrisa de
satisfaccin,
y
en
las
cuadras
de
los
mds
afortunados,
se
vean
en
magnficos
espejos,
multiplicados los
grupos
de sernblantes
telice.s.
contentos
tanto unos
como otros.
I
En
la
mayora
de
pases
hispanoamericanos la
per-
sistencia
del
"espritu colonial"
fue vista como
una
amenaza
para
la
independencia
de
las repblicas
re-
cin
formadas
y
corno
un
estorbo
en
el camino
que
deba
conducir
a
una
ernancipacin
de
la
cultura
y
el
arte anericanos.
La
dlite letrada
liberal
se
obsesion
1. Cl- Heraclio Bonilla
y
otros, 1,a
independencia en el
Per
(Lima-
Insiituto
de
Llstudios
Petuanos, I97'l)
y
Julio
Cotlcr,
Clases,
esta'
do
y
nacin
en
el
Peni
(Linal
Instituto de
Estudios
Feruanos,
I
978).
:.
Josd Manuel
Vldez
y
Palaci
-
7/23/2019 Antonio Cornejo Polar- La Formacin de La Tradicin Literaria en El Per
12/99
lPero
si
el
americanismo
resultaba
e.xcesiv()
llilr.il
un
sociedad
que
rodavla
funcionaba
coionial,reutc.
c{
hispanisrnr
no
tena
capacidad
por
entonccs
plrl
ir
en
contra
de un
historia
vivid
en
la
vspere
y
en
ten_
dida,
mal
que
bien,
como plasmacin
de
valoies
y
he-
roicidades
por
el
momento
incontrovertibles.
,
n
lc,
que
respecta
a
la
conciencia
histrica
sobre
lt
colonia
y
sus
relaciones
con
la repblica,
es
claro
que
el
tem_
ple
poltico
de
esos aos
signific
ra
interdiccin
de
toda
perspectivr
histrica
que
traspasara
el
limite
de
la
gesta
emancipadora.
La
literatura
de la
dpoca
pretiri
inserttrsc
e n
el
pasado
inmediato,
en el
futuio
que
se
ebrru
a
partir
de la
independencia
y
-sobre
totjo,
en la
cotidianei_
dad
dei
presente.
De
lo
primero
hay
nr:tridas
mucstras
en,la
poesa
patdtica
que
ceiebra
ras
hazaas
blicas
y
los
actos
cvicos
cle
la
emancipacin
y
en
el
teatrt:
que
festeja
los
mismos
hechos
con
obras
ms
lricas
que
dramticas,
coincidentes
en
un
tono
hmnicr,
fuertemente
retorizadg, que
inevitablemente
riespro_
blematiza
la
historia.
B
Lo
segunclo
qrrecla
pilsrrrarlo
pe
Fardo
y
A.liasa".
en
llamenaje
a
Aureli
Mirtj
eut:suda l.ina.
.L-Villanueva,
I
9g 7
)_
7
"
[a
mayora
de las
cticas
o
conclc_na
los
..uxcesos,,
democatizado-
res
de
la
independcncia
o
_al
erds
_
L, ,"n"r".,"s
autrritaias
dc
l3:-ti['^t1^"':'
v
s
rs
conhnuaaor"'
",i
"i-pJj;;i,;;'';i;";;#
lonrrmente
se
cuesfiont
la
in^dependencia-cn
cuanto
tal.
l..s si-gn-i_
llcg.:":.:i, :qbargo.
que
t^
C,iiifi'a
"
iJo,.,,,
de
l
e2r
rn_
rorrne
quc
el
descalabro
de
los
altesanos,
ante
Ia
compelencia
in-
tcsa,
los
conrinuos
robos
que.;;
i;;;;
y
el
exceso
rte
ls
contibuciones
han
creado'un
.ii*i
jL'*ri"ia1:
..el
pueulo
(est)
tan
aburidoy
tan des-esperao
qu..r,
turri'r-pu"*to
y
cantan p-
blicamente
vrias
canciones
a
livr.lr
ii:l
Rey
.or."rt.
estnbillo:
.Vi-
va
la
Corona
y
Muera
la
prrriuiJrn,ir:;'
;1.'i'i,.r
[[ercli,
I],,r_
\,
I'l
per
ente
ta
ndrp.ri4";;,,
l,"to
.*lo)'ri*
L.tttt
-
7/23/2019 Antonio Cornejo Polar- La Formacin de La Tradicin Literaria en El Per
13/99
se inserran cn
ia
vivaz
dinmlca
de
diarios
y pcriodi-
cos,
aslrmiendo
sin
conflicto
las condicioncs
cue
irn_
ponen
esos
medios,
desde
ia
liviandad
y
graci;r
del es-
tilo
hasta
la
brevedad
de
la
composicin,
pasanclo
-como
es
claro- por
el
reciarno
de
tctualidad que ya
se.
ha menci
-
7/23/2019 Antonio Cornejo Polar- La Formacin de La Tradicin Literaria en El Per
14/99
,icnt'rs
"'.'
'iie';a
\
I
7L)7
)
o de
lias
satiras de
,L'avir.:dcs
trirecliados
del
XVtril.
o
inclusive
de
las
anteriorori de
R.osas
rXe
qucncio
(l'inlles
del .KVl),
tlero
en el
ine.j
-
7/23/2019 Antonio Cornejo Polar- La Formacin de La Tradicin Literaria en El Per
15/99
pnoalrericanas,
inctrusive
en acluillos
en
las
cLrc
r:i
terna
era
planteado
consenadamente,
como
en
,Chiie
durante
la
hegemona
tlel
pernsamiento
cie:\nr.lrs
Bello,
y
por
supuesto
en casos,
como el
de
,{rgentina,
donde un
precoz
romanticismo
ahond la
volunta
-
7/23/2019 Antonio Cornejo Polar- La Formacin de La Tradicin Literaria en El Per
16/99
i:St;] llLerAttji.A
iOnS;irUye
i,tl-i
nC,.(O
i't'lLly
rj:t-{lcrtlj"trr',.jit-
ire
la
gran
-
7/23/2019 Antonio Cornejo Polar- La Formacin de La Tradicin Literaria en El Per
17/99
Corno
se sabe,
Ohnedo
emplea
[a
iiguru de Huaina
Cpac
para
enlazar la descripcin
de
la
batalla
de
Ju-
nn
y
el elogio a sus
hroes
con
la
fingida
premoni-
cin
de la
victoria
de Ayacucho,
pero
tambin
para
realizar la operacin ideolgica
tpica
del
incasmo:
unir la
repblica
al
incario
mediante
la
liguracin
de
la indeperrdencia
como acto
de
vintliita
histrica
y
de
reconquista
de
la soberana
perdida.
Esta
interpreta-
cin
de
la
emancipacin suscita
la
mordacidad
del
propio
Bolvar
que
acude
a la
pura
evidencia
para
pro-
sificar,
en ese
punto
concreto,
el
sentido
de
su
haza-
a:
la nueva
repblica
no slo
es
ajena a
la tradicin
incaica
sino
representa
la
afirmacin
del dominio
de
los
descendientes
de los conquistadores
sobre
la
tierra
usurpada
a los indios.22 Como
en
tantos
otros
casos,
la
praxis
poltica
desmantela,
casi
con crueldad,
el
idealismo
potico-
Por
lo demds,
como
sucede
en
toda
[a
poesa
inde-
pendentista,
en la
oda de
Olmedo
se
evidencia
la con-
tradiccin entre
un
contenido
emancipador,
que
ex-
plcitamente
descree
de
las
"luces,
costumbres, reli-
gin
y
leyes"
impuestas
porlos
espaoles,23y
una for-
m
que
reproduce
tielmente
el
canon
artstico
penin-
sular.
[nclusive
la
algo
abrupta
presencia
del
ltimo
gran
inca,
que
poda
significar
el
intento
de
construir
una
mitologa alternativa,
americana,
pierde
sentido
ante
la
masiva
utilizcin
del repertorio
neoclsico
Independencia.
Compilacin,
prlogo
y
notas de
Emilio
Clrilla
(Caracasl
Biblioteca
Ayacucho,
1 979).
22. Cf
.
Cermn
Wettstein.
"Lenguale
alegrico
e ironia
pedaggica
en
el quehacer
poh'tico
e Bolivai",
ci Casa
de
las
Amrius,
XXI,
la3,
La
Habna,
mazo-abril
1984.
Transcribe
ta
carta de Bolva
a
Olneo
en
la que
desenmascara
la
ticcin
incasta:
los,
ejrcitos
libertadores
son
i'aunque
vengadores de
su sangte
(del
Inca)
des-
,
cendientes
de los
que
aniquilaron
su imperio",
p.
J
l.
23. "La
victorra
de
Junn",op. cit.
verso416.
:-1::iS if;:iir; t,l-)i,i;.[L.
"
:.-:
i;
,1
ir
ts 1,li-c,iigi,;eCias
,i.ie
'lmedc..
:ilre nil
in,rariciirn
ia imlrcrtancia de
su c;bra,
:;i,t
ilur..,ll 1 ins
vilosa
rienti:
cle
la
pocsa
d;
ia
Jpocr,
iiuiatirn iii irrconsistcnci;r iiel incuis'rno
y
la
magnitud
de ia;
cor:tradicciones
(lue
no
purdo
resoi-
ver.
En
realidad el
nrusmo tergiversaba demasiado
artificiosmerrie {u
rtrinllica
y
ci
sentido tiel
proceso
dc iiintiacin
y
consoiidlcin
ije
ll reptibiica
cri,rlla.
?
s
La
ormrision
cie
da histuria
Enti'e
lBl
I
y
l84i se
lgotir
lir
insprracin heroica,
fracasa la
opcin incLtiste
y'
ei
colonialismo
y,
ei
hispa-
nismc
cieben
retrocei.ler,
casi
avergonzados
ante el im-
pcrio poitrco
rie
k:s
icleales
independentist::s, dejando
para
mis
trrle
el
esl:lbonlmiento
histrico
de
[a repr-
blica
,-:on
k:s
tres
siglos coloniales
cue
[a antecedie-
ron. En
rsa estre
cha lranja
ternporai?r'
se
entraba
Ia
con,rienci
de
la historia
y
el
discLlrs
-
7/23/2019 Antonio Cornejo Polar- La Formacin de La Tradicin Literaria en El Per
18/99
ila aiternativa
incat'sta
por
su
encesiv
artificiosiclad,
la
verdad
es
que
este
proceso
debe leerse
en nelacin
con
una ausencia:
la del
universo colonial.
Supuesto
el carcter
criollo
de la
repblica,
los
si-
gios
coloniales
eran,
en
ef'ecto,
la
nica
tradicin
posi-
ble
para
na
sociedad
que
no haba
variado
sustancial
mente
con la declaracin
de
la
independencia.
En
concreto, para
la literatura
peruana
de
la poca, el
ol-
vido
de
sa tradicin
equivala
a
la
prescindencia
de
toda
tradicin.
Como
ya
est
insinuado,la supresin
de
la
memoria
colonial obedece al clima
politico
de
esos
aos,
con
su
casi obligado
entusiasmo
patritico
e
independentista,
que
impeda
asumir
como
pasado
propio
el
que
acabab
de ser
negado con
las armas.
Sobrd
ese
pasado y
sobre
la conciencia
histrica
que
hubiera
podido
insertarlo
en el
presente
pesa
una
efl-
caz interdiccin
poltica,
eficaz
pero
transitona.2l
Por lo
dems,
el
grupo
social
que
pudo
haber in-
tentado
la
articulcin
con la
colonia emigr
a
Espaa
y
sus restos
fueron
derrotados
al
tiacasar
el
proyecto
monrquico
sanmartiniano
y
al
quedar
al
descubierto
las imperdonables
indecisiones
y
ambigedades
(para
no
usar trminos
ms
contundentes)
de
la dlite repre-
sentada
por
Tagle
o Riva Agero.
El
fusilamiento
de
Berindoaga,
desoyendo
las
protestas
de
Ia
clase
alta li-
mea,
muestra
el declive
del sector
mrs ligado
al
rgi-
men
virreinal.
El
costumbrismo
se
instala
entonces
en
un tiempo
precario,
sin
historia
y
sin tradicin,
hecho solamente
con
el
presente. Firmemente lnclado
en
la actualidad
1,7. Aunque
inicialmente
planteado en
tirminos
similares,
el
problema
de
la'apopiacin
nacionl
do
la
colonia
lue resuelto
de oa
mane-
,a
"n
A.eentina.
Cf' Beatdz
Srtlo,
Juan
Martla
Gutirrez:
historia-
,lor v
cr{tico
de
nuestra
literatura
(Buenos
Aires:
Escuela,
1
967).
unas
precisa.J.r-:ort:r
rla
mulz dbin
apenacin
al
progreso
social
que
provendra
de
su
crtica a
ios
hbitos
mal-
sanos
que
afeaban
Ia
vida republicana.
el
costumbris-
mo
privilegia
en su
inmersin
en
el
presente
un espa-
cio:
la
capital,
y
una
perspectiva:
la
que
enfoca lo
cir-
cunstancial
y
anecdtico
y
rehuye [a
problematiza-
cin
de
los
asuntos
ms
graves
de
la nacin.
El
apego
a
la
crrntemporaneidad
se convierte as
en
un
culto
a
las instancias menos
comprometedoras
del
diario
vivir
social.
De esta
manera,
conjuntamente con la histo-
ria,
desaparecen
las resonancias sociales
ms
profun-
das.
Contemporaneidad
y
cotidianeidad
son
los
par-
me
tros
del
imaginario
costumbrista.
No
deja
de
ser
asombroso
que
as
fuera.
Las
gra-
vrsimas
tensiones
de la poca
pasan
de largo,
sin
ser
aprehendidas,
frente
a la
conciencia
que
produce
la
literatura hegemnica, incapaz no slo
de
todo empe-
o consistentemente
problematizador
sino,
inclusive,
de
un
gesto
testimonial suficientemente esclarecedor.
Un
abismo
separa,
por
consiguiente,
la
dramaticidad
de esos
aos,
en
la
que
todos los asuntos nacionales
estaban
por
resolverse,
de la empidrmica
y parcelada
agenda
costumbrista.
Este
divorcio
en
parte
tiene
que
ver
con las
convenciones
literarias
del
modo costum-
brista,
que
de
alguna
manera
le obligan a
prescindir
de
ciertos
grandes
temas,
o.a
sobrevolarl
-
7/23/2019 Antonio Cornejo Polar- La Formacin de La Tradicin Literaria en El Per
19/99
r,1All1
.f:tzr.t
ji:
i:-,t
'
l'traliiiA,-;,r--:,
(l;rit
i.l,)ijL:j:
iiti'',
ilt.;C
.'rl.'
,t'e(lisajllcn
tc 1.1:, ,r'. ,
ls
'-ii.;L'
f
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e ut':lr.
t.Jn-iJ-
y
riistii:g';ir
r las
nLlcy]s
iei-n.iDlicirs,
Ea:il:;crltla
r-tue
el costun-llrrismo ,sttrni
gr::rii
s
ia
tarr:l
tle
,:;nlicitar
i.s
dii'erencias
nacionaies.
tor-l:ts
elias
tirnrarctdas
en el
"gnero
de
vida"
-r'sto
cs.
en
ias
costurnbres-
cle
l:ts
nller&s
scr:iedades
republicanas.
Pcr t:olil;itl'-trcn tc. si
"'el
cosiumbrislno
no
define
r:rs clue il
r:piclerrnis"
'-'s
porque "lnicamente
la
ericterrlis':lr
r-icl'ini
blr.''.
?s
Es cierto
clue
el
ccstunllrismo,
con
stt
epcgo a
la
':r:tidianeidrd,
comple taba
el
relt:r,rmiento literirio de
ia
gran
lristoria, la de las
hrzairs hercicas
y
dc la
na-
'rr-r'alc:za
americanis,
rlotnLloir:
r.ii:
la t:oncrcsin
-v"
de
la circui-l.stancilidad
inmediaia
que
ie
fltaba,
pero
cie
ningrtna
manera esa illenciiln ui
vivir
ile ttrltts
los
das
tenia
que
agot:rrsc
en ii s,-ttlsificie dcl
ilcontec$r
Ei
dfici
t
r-lel
costr-ti'tt:rismo
p:r.i:ccrt
remitir,
mLt(lht)
nis
qne:
al
rno
-
7/23/2019 Antonio Cornejo Polar- La Formacin de La Tradicin Literaria en El Per
20/99
que
marcan
en
grueso
el
espacio literario reconocido
corno
nacional,
las
sociales aciogen a
las
clases
medias
y
altas
y
marginan
a
ese
vasto
cong-tomerado social
que
entonces
se conoca como la
plebe, privilegiando
adems
la
insercin
urbana
y progresivamente,
con-
forme
decaen
los centros regionales,
capitalina. Aun-
que
estos
son sin
duda
los
sujetos
sociales
de
la litera-
tura
de
los
primeros
tramos
republicanos, no
estn to-
dava
aclaradas las
vinculaciones especficas de
cada
uno
de
ellos
(en
sf mismos
poco
definidos)
con la
pro-
duccin
literaria de la poca,
salvo
en
casos
tan
evi-
dentes
como
el de
Pando
que
exilcitamente
asume
la
representacin
de la clase
terrateniente.2q
De
alguna
manera,
la
persistencia
del orden colo-
nial
desdibuja las
identiflcciones
clasistas
al
englobar-
las
dentro
de
un
sistema mucho
ms
rgido
de
estrati-
ficacin
tnica.
Esto explica
que
las diferencias
entre
Pardo
y
Segura,
con
ser
socialmente
relevantes,
en
la
medida
que
contraponen
una experiencia
aristocrtica
a otra
de clase
media,
sean a
la
larga
menos
signiticati-
vas,
o
menos
contundentes
si se
quiere,
que
las
que
se-
paran
y
oponen
a ambr:s
de
la
elusiva
produccin
po-
pular
e
indigena
de la
poca.30
Por
consiguiente,
si
bien
en
los aos
iniciales
de la repblica
ni
se
constru-
ye
una
tradicin
literaria,
por
la
omisin
del legado
29.
JosdMarl'a
Pando
lue
tal
vee
el
mds ilustrado de
los consevadores'
Esta
ideologa,
marcada adema's
pot
un sesgo-autoritario,
se
expre-
sa
en su sbia
iiteaia
ms
impoiunte
{"Epr'stola
a
Prspero",
de-
dicada
a Bolva
en
1826),
pero
su
foeto Reclamacin de
|os de'
rechos
de
los hacendados
de
las
provincias
litorales
del
departa'
mento'de
Lina
(1833) permite
inserm
esa ideologa
general en
una
situacin
econmico-social
muy
precisa.
L;r
"Eprltola"
apare-
ce
en
la
poestb
de
la
Etruncipcin
(op.
cit.
pp-
523
y
ss.)
y
oos
escritos
p-olltico-administativos en el
vol.
I
t
de
la
Coleccin
Do
cumental
de
la
Independencia
del Peni
(Lima:
Comisin
Nacional
del
Sesquicentenuio
de
la Independencia del Per,
l9?4).
30.
El
maco
tnico+ocial
restrictivo
denro
del
que
se
tunda la litora-
tlrra
republicana
margina
por
1o
menos
aL75'olo
de
la
poblacin
cotonial
y
la i'atui,1ad
de
ia
apelacin
incaica,
ni
se ela,
bora
un
proyecto
de desarrollo
de
unra
literatura espe-
cficamente
nacional,
lo
que
no
obsta
para
que
el cos-
tumbrisrno
encauce
una
cierta manera
literaria
de
lar-
ga
descendencia,
lo cierto
es
que
entonces
se
establece
(o
mejor,
se
reafiima)
el
espacio
desde
el
cual
se
pro-
ducird la
literatura
que
asume,
desplazando
a otras,
la
representacin
del
Per
todo.
Modificar
esta
situa-
cin
llevar
casi
un
siglo.
{que
cs el
rirdice de
analfbensmo
que
seala
el
lrimo
censo
vi-
rreinal)-
Ls literaturas
indgenas
y
populares
circulan
oralmente
y
casi. siempre
teminan
perdindose.
De
Ias
primeras
casi no hay
testimonios
relativos
a
ta
problemitca
de
la
ipoca;
de las
segunrlas
que.dan pocas
muestras
en
cancioneros
y
otras
recopilaciones
de es-
ta rhdole.
En
este
caso,
ademds,el Imite ente
lt
iulto
y
[o
popu-
lar es fluctuante,
tal
vez
porque
en
algunas ocasiones
to
l.populir',
fue
trabajado
oomo un
estilo
por
ciettos
autores
cultos,
y
son
pre-
cisamente
estos
ejercicios
-y
no
las
sbas
propiamenie
popirla-
res_-.
los
que
han llegado
hasta
nosotros.
La
.letra
de la
ancin
ms
popular
de entonces, 'La
chicha",
es
de
un
poeta
culto
iJosi
de
la
Torre
Ugarte
o
Juan
Ugarte)
y
[a
msica
de
un
compositor
como
Bernrdo Alcedo,
autor
no
solamente
del Himno
Ncional
sino
de numeosas
obas cultas
religiosas
y
prof'anas.
El
texto de
"La chicha"
ha
sido recogido en
ln
poestb
de la Emancipacin,
op.
9i1-
ppil4
y
ss.Cf. linrique
Pin1lta,
Informe
sobre
la mtjsica
en
el
Peni,
en Historia
del
Pe
(Lima:
iuair
Meja
Baca,
1980, t.
Ix)-
40
4l
-
7/23/2019 Antonio Cornejo Polar- La Formacin de La Tradicin Literaria en El Per
21/99
t
a
maco..fiffiffi#
de Ea
l'lerenncia
cof,oniaf,
entrabamirrnto
que
el
clirna
poltico
de
la
indep*ndencia
proclirjo
en
la concienci
histrica
acerca del
pasado
colonial
clebi
ser
r))
Lry
inf
enso. pues
af-ect
por
igtral
a
[iberales
y
conscrvadoree,
pero
sjll
duda
fue
lugaz:
pocos
aos
clespuds,
casi
espon
tner
y
consensuaimen
tc,
la
colonia
es
asumida
como
tradicin
propia,
nacion:rl, y
su
imagen
ocupa
buena
parte
de Ia
fantasa
evocadora
de
nuestrcs
romnticos.
1
Este
hrcho
representa
aigo
Prescindimos
del detrate
sobrc
Ia
autenticidtd
o
inuutenticidacl
rJel
omanticismo
peruno
y
empleamos
cl
trmino cn
su
sentido ms
amplio
parl
designar
cl
proceso
litcrair
que
comienza
hacia
h
mi_
tad dcl
riglo
XfX.
,\qrrcil
deiate
se inicii
muy
ternprano.
en reali-
dad
clrn el
cucstionumiento
qlrc
haccn
lr.s
rropios-romunticrrs
de
sus
ohras
dejuvcntud.
se
torni mds
incisivr;
con las crticas
de
VL.ntura
Gre
rir
Ce.ldcrdn
(',I
litcratura
perwrna
(1535-1
914),,
en
Rewte
lisponiqr.re,
XXXi,
8Lr. New
york-pns,
.\ot
191,4).
con
las
dr R:lril
Porrus
Barren.-(jir..,:t.luc
lo ealiljcl
dc.'into.,titliuin
(.
.
.
)
firto
de un
contrlo
irnpir:visto
y
fordneo,,
(.,il
senrido
ia-
t.liL'ional
en la literaru;.n
)et._tuj.la.
t,ima:
lnstitut
-
7/23/2019 Antonio Cornejo Polar- La Formacin de La Tradicin Literaria en El Per
22/99
ilrr
corn
la
coi'lcitiiacin dc
nt-leslra
triterturra
con la
ndole
prof,unda
de
[a
rcatriclad republicana,
que
prrr-
seraba
notorios
contenidrs
crloniai.es,
pero
tiene
que
ver
tambin,
en lo
inmediato,
Qon
un haz
de
fenme-
nos sociales
de
rndole muy
tlispar.
For l'o
pronto,
el decaimiento de
los
scntimicntos
anti-espoles,
pese
ai rebrote
causacio
por
el
combate
del
Callao
en
1866,
se
ensambla
con la
necesidad
de
delinear
el
espacio
geogrfico
de
la nacin
y
de distin-
guirse
de
los
pases
vecinos.
En
los
numerosos con-
flictos
fronterizos
las
tesis
peruanas
remiten
casi
sin
excepcin
a
instrumentos
legales
cle
la colonia
y par-
ten del
supuesto
de
que
el Per es el
sucesor
legtim
del
virreinato.
Esos conflictos
producen
una
nueva
sensiblidad
patritica
que
no
puede
menos
que
ao-
rar
"la primaca
jer;irquica
del
Per
y
su apogeo de
cortevirreinal".2
De
esta
suei'te,
las expectativas
pt>
lticas
contribuyen,
dentro de otro
contexto,
a
forta-
lecer
el
vrnculo
antes
eludido
entre
la
repblica
y
la
colonia.
La
situacin
es,
sin
embargo,
harto
ms compleja.
No hay
que
olvidar
que
hacia
1840
comienza
el
perio-
do de
"[a
prosperidad
talaz",]generada
por
la
explo.
berto
Snchez
para quren
el
rom:Inticismo
perucno
luc
oba
de
una
"bohemia
literaia, nominal
y
i:npeda"
lLa
literatwa
perua'
na.
Lima'-
Ediventas, 1965,
n.
III
,p.
963).
Desemboca
tinalmen-
te
en
los
estudios de Josd
Miguel
Oviedo
("til
romancismo
perua-
no) una
impostura"
en Letras
Penanas,
14, Lima,
setiembre 1963)
y
Alejandro Losada
("Rasgos
especficos
de
ia
produccin
literaria
ilustada
en
Amrica
Latin"
en
Revista de Crt'tica Literaria
l.ati'
noamercana, III,6, Lima, 2do-
semeste
197'l
v
l-a
literafitru
en la
sociedad
de
Amdica Latina
Per
.v
el Rti de la
Phta:
llJ7-1880.
Frankl'ut Verlag Klaus
Dieter Vervuert,
I
981).
2.
Ral
Porras
Barrenechea,
E'l sentiLlo tradicional...
op.
cit.
p.37.
3.
Es
la
denomracin
empleada
por
Jorge
Basadre
en
Historia de
la
Repblica
del
Per
(Lima:
Editorial
Universitaria,
1968). Sin du-
da
es
el mejor estudio
de
r:onjunto sobre este
pedodo.
tacin
tlet
gtrello
y
pcrJl
sagaz
"Dragr'lratisino
aiet
presi-
dente
Castilla,
y
que
por
entonces el Per reformula
su
articlllacin
intentacional
y
liquida las dos institu-
ciones
de ,rns
evidente
signiticado
colonial:
la esclavi-
tucl
dc
los negros
y
la contribucin de
los indios,
pro-
cluciendo
as
no
tanto
un nuevo orden
econmico-so-
cial,
cuyo
estatuto colonial se
manti'ene,
como
un
nuevo
espacio de contradicciones
cada
vez ms gu-
das.a
De hecho la inmensa riqueza
guanera
se
adminis-
tr y
dispendi
en el
mejor estilo colonial,
revitalizan-
do
comportamientos
sociales
del
temple
virreinal,
co-
mo
el
culto casi barroco
por
la ostentacin
del
poder
econmico,
aunque
-al
mismo
tiempo-
esa
impen-
sada
bonanza
lleg a
remecer algunos
pilares
del
viejo
rdgimen.
Se
establece as
una
tensin
entre los
arres-
tos
de la
modernizacin
(con
su
smbolo
preclaro:
el
ferrocarril)
y
las
estructuras
arcaicas
que
preservan,
pese
a todo, su
vigencia.5
Aunque
parezca
paradjico,
estos
cambios
favore-
cen
la identificacin
histrica
de
la
repblica
con
la
colonia.
En
algunos
casos,
como
recurso destinado
a
reivindicar
un
orden aristocrtico
que
las nuevas
for-
tunas
ponan
en
peligro, pero
tambin,
a
la
inversa,
como requerimiento de los estratos en
ascenso
ernpe-
ados
en
ganar
para
s una
tradicin
prestigiosa.
De
alguna
manera, entonces,
la colonia
se
convierte en un
4.
Cf.
Heraclio
Bonilla,
Guano
y
bwgtesth
en el Peni
(Lima:
Institu-
to
rle
Estudios
Peruanos,
1914)y
Entre
la
Independe.ncia
y
la
gue'
rra con
Chile,
en
Hstoria
del
Per
(Lima:
Juan Meju
Baca,
1980,
tm.
Vl).
5.
Quien
ha
estu
-
7/23/2019 Antonio Cornejo Polar- La Formacin de La Tradicin Literaria en El Per
23/99
espaoi
cie rn u i
tip
les
con./ergL' r-tci as, atrinqr.li I
as
i
ru: r',ras
que
coniltiycn
en 1
-y
eu
la consilLrccin cie su
ima-
gen
social--
no
siempre sean compilti bies
y
rir
algu-
nos casos
representen
opciones contr;.tdiclorias
y
has-
ta
antagnicas.
E-a
'oracionaizacin"
de la liferatura colonial
En
1862,
con
la aparicin
de
El rilbum
de Ayacu-
cho,6
concluye
el
primer
y
mds importantc'
ciclo cle
las antologas
que
recopilan composiciones
varias trr
torno a
un hecho histrico
decisivo,
y
comicnza, con
El
Parnaso
Petaano de
Jos
Toribio
Folo
l
serie de
antologas
especificamente iiterarias.? Si aqudllas
cli-
cen
poco
aerca
de la
formacin
cle l tradicin
litera-
ria
nacional,
porque
en su
criterio
de seleccin
prima
sot:re
crialquier otro
ac,r
la
pertincncia
temtica,
s-
tas,
en
cambit-r, remiten
directamente a ese
proceso
formativo
y
de
alguna
manera
lo
constituycn: s()n
parte
esencial
de
Ia trama mis
visible
de
la
tradicin.
Irnplican
una
cierta deilnicin
de
lo
que
se entiencle
por
literatura
perlana
y
con
lrer:uencia
postulan
unl
lectura de
su
desarrollo
hisfrico-
Siguiendo
una
vieja
tradicin,
Jos
Toribio
Folo
sume
la
tarea antolgica
con
nirno
patritlco"
dis-
puesto
a
servir
bien
a
la honra
y
ai
prerstigio
naciona-
6"
Jos
Hiplito
I'lerrera
(comp.),
b'l
lbum
de
A-vacucho.
Coleccit
de los
principales
documentos
de
la
guerra
de
la
Independencia
.v
de
los
cantos
de
victoria
y
poesas
relati'as
a
ella
(Limt
lipogra-
la
Alfho,1862).
1 .
Jos
'Ioribio
Polo, 7
Parttaso Peruano
o
repertorio
tle
pbesrlas
na-
cionales
antigttas
y
modernas
(Lima:
[mprcnta La
fipor:a,
1862).
Aunque
el cstudio
de Rosalba
Campra
"L;rs
arrtologas hispano-
mericanas del
siglo
XlX"
(en
Cizs,
-XXVtll,162,
L
Habana.
nra-
yo-junio
1987) examina slo
tas
lntologas
gencrules de Ilispantra-
mdricu, su lectura
es
lxisica
para
cntcndcr
r:l
tcnla
(luc
trata
cstc
cap
riulo:
les
mediante
la dif"usin
cie
las
obras
rie
los
poetas
que,
dan
glona
al
Fer1.8
En el
",Prospecto"
d,el
Farnaso
se
seala
que
la
olra
estari
consfituicia
por
tres
vohime-
nes,
uno
dedicdo
a
l
poesa
culta,
otro
a
..las
poesias
annimas
y
a los
rasgos
ligeros",
y
el
tercero
-al
que
llama
"Cancionero"-
que
incluir
'.yaraves,
huailas, huainos
y
otros
cantares,
ya
en
quechua
ya
en
casrellano""e
Al
parecer
los
dos ltimos
nunca
salie-
ron
a
la
luz
y
el
primero
-editado
por
entregas-
no
lleg
a
culminar.
En
todo
caso,
con respecto
a
ste,
contamos
con
l nmina
de autores
seleccionados:
va
de Ruiz,
Caviedes,
Peralta,
Melgar
y
Olavide,
mencio.
nados
en
esc
orden, hasta
los
romntjcos,
como
Pal-
ma,
Mrquez
o
Salaverry.
En
la
"Introduccin",
que parece
corresponder
slo
ai
primer
volumen,
Polo
advierte
que
tiene ante
s
"los
materiales
confirsamente
acurnlllados
por
tres
siglos",
y
establece
un
criterio
de
periodizacin
al in-
dicar
que
en ese
lapso
hubo
dos
grandes
momentos
li-
terarios
en el
Feni:
el
primero,
al
que
llama "ml'stico-
crudito",
que
invalida por
ser
obra
de la
"musa adoc-
trinada
lpero)
no
inspirada",
y
el
segundo,
denomina-
do "atstico",
con el
que
comienza
la
antologa.
En
8.
Los
primeros
proyectos
historiogrficos
coloniales
se
alimentan
de
esa
necesidad
de
rlirmar
y
difundir
[a obra
de los ingenios
criollos
o
indianos como
muestrc
de la
aptitud
croaLiva
del-hombre
ame-
ricano.
Pa.a
ci
caso
perulno,
Josd
Eusebio
LIano Zapata
cs quien
mas explrcitamente
afirma
esta perspectiva.
Debo
a Beatiz bon_
zalez
Stcphan copia
de la
"(hrta
persuasiva
al seor
don
Ignacio
Escandn
(.
.
.
)
\obre
asunto
de escibir
la
historia
literaia*de
[a
.{mirica meridional"
publicadu
en
Cadiz
en
I
76g
V
i^pr.r,
en
Lima
un
.o despueis.
CI .
el
libro
de lu
protesora
Conzlez,
t.a.
histonograf{a
literaria
del
liberalismo
hispan
-
7/23/2019 Antonio Cornejo Polar- La Formacin de La Tradicin Literaria en El Per
24/99
esrie
uitim
parece
encoritrar
ilasta
cuatrc
pruntos
de
inf,lexin.
En
ef'ecto,
se
trata de una
...
era de
t'ecundacin
que
en
la
poesru
iniciaron
Peralta
y
Caviedes;
que
acaudillaron
Olavide,
Ruiz
y
Melgar; que
siguieron
Larriva
y
Valdez;
y
que
cuent
un
crecido
nme-
ro
de ingenios laboriosos
y
de
jvenes
que
cantan arrastra-
dos
por
las corrientes
eldctricas
que
nos
envra
el
viejo
mundo
en
sus
libros
cle Goethe,
Schiller,
Byron, Espronce-
da, Lmartine
y Vctor
Hugo.
lo
Es
claro,
entonces,
que
para
Polo
la literatura
pe-
ruana
de
su dpoca
forma
parte
de
una historia
que
co-
mienza
en
la colonia, concretamente
a
mediados
del
siglo XVII
con la
renovacin
que
entonces
habrtan
producido
Peralta
(1664-1743)
y
Caviedes
(c
1645-
c 1697), aunque
ms
adelante
expresa
dudas
sobre
ei
valor artstico de
la obra de
Peralta.
Tomando
en
cuenta
las
incongruencias
del
Bosqueio
de
Valdez,
puede
decirse
que
E/
Parnuo
Peruano
de Polo ofiece
una
primera sistematizacin del proceso de la
literatu-
ra
nacional
e
instaura
una
tradicin
qltc
traspasa
sin
esfuerzo
el lmite de
la
independencia
para
buscar
sus
orfgenes
vrios
siglos
antes,
en la literatura
colonial.
Constituye
de
este
modo un testimonio definido
de
la
conciencia
histrico-literaria
que
rompe
la clausura
del
presente
y
del
pasado
inmediato,
como
haba
sU-
cedido
pocas
ddcadas
antes,
y
se abre
hacia una
pro-
tundidad histrica
de
tes
siglos.
Aunque,
como
se
ver
luego,
esta
es
la conciencia
hegemnica de
las
generaciones
rominticas,
ella
no se
plasma
en
la
otra
gfan
antologa
de
la
poca, la
que
10.
Op.
cir.
pp.
tv-v.
r;rr-r etr n"lisrno titr'rio
de Parnasa Feruana
edita
el chile-
no
Jos Domingo
Corts
en
1871,
cuya nmina de
poetas
incluye
solarnente
a
quienes
nar;ieron
despuds
de
l82l o
se incorporaron, aun sjendo
mayores,
a
la
literatura
republicana, con
la
nica excepcin
de
Mel
gar,
que
obviamente
no aparece como
poeta
colonial
sino
como.precursor cle la independencia.
I I
En
cualqLlier
caso,
Jos
Toribio
Poio no
expresa
una
opcin
nicamente
personal.
Por los
mismos
aos
nuestros romnticos
-con
Palma
a
la
cabeza-
se
sumergen
en
la
memoria
de
la
colonia,
tal
vez
guiados
por
el ilpetito de
historia
que
distingue a
los
rornnticos
europeos,
pero
sobre todo
estimulados
por
un
contexto
social
claramente
favorable a la
rea*
nudcin
del
vinculo histrico
con la colonia
e
inclu-
sive
con Espaa. Aunque la segunda
t'echa es algo
tar-
da,
es
interesnte
recordar
que
uno
de
los
ms valio-
sos
representantes
del
romnticismo,
Luis
Benjamrn
Cisneros,
tuvo un
exito tan
resonante
can
El Pabelln
Peruano
(1856)
cuanto
con
su eKtensa
elega
"A
la
muerte
del
rey
don Alfonso
XII"
(1886),
en una
de
cuyas
estrotas
se
lee
lo siguiente:
Qud
importa
que
las
jvenes
naciones
en
cuyas
venas
hierve
sangre
de Espaa
bajo
el
sol
de
Amdrica,
i 1.
Josd
Domingo
Catts,
Parnaso
Peruano
(Valparar'so:
Imprenta
Al-
bin
de
Cox
y
Tylor, 1871). Incluye
44
poetas,
desde
Larriva,
Pado
,r
Valdez
hasta
-el
ma's
joven
-
Mquez, nacido
en
1846.
Como
se
anota
en el
texto,
Melgar
es
la
nic excepcin.
En
su
brcvr'simo
prlogo,
Cortes
no expcita ningn criterio
historio-
grfico
y
se limita a repetir
que
su obra sirve a
[a
difusin de
las
glorias
litcrarias
nauionales, [mentablernente
poco
conocidas.
Lxs
entologas
de
ouas literaturas
hisplnoamericanas que
prcp:r-
Cortds
tienen
los mismos
lrinites.
Como
en el caso
del
Pama-
so
Peruano
de
Ventua Caca
Calden
(Barcelona,
Editorial
i\{aucci,
1914)
parece
ser
que
la intencin
de estas
colecciones
era
dar
a
conocer
en sl extranjero
a
los
poetas
republicanos.
48
-
7/23/2019 Antonio Cornejo Polar- La Formacin de La Tradicin Literaria en El Per
25/99
ostenten sus
variados pabellones
por
tierra
y
mar
en
la
extensin estrica,
si
hay uno que
a
los
vdstagos
y
a la
madre
es comn,
si
hay
una
sola
bandera
que, cubierta
del
prestigiosopolvo
de
los siglos,
el mundo admia
y
teme
doquiera
que
tremola,
y
es
la'baro
de
amor
y
de esPeranza
para todos
sus
hijos;
la espaola'?
Qu
pabelln
mds
bello,
venerado
y
heroico
que
el
de Espaa?I2
Lo
fundamental de la incursin
romntica
en el
pasado
colonial
es
que
significa,
por
encima
del
his-
panismo
desbocado,
como
el de
Cisneros,l3la
apropia-
cin de
ese
periodo
histrico, su
"nacionalizacin".
Y
no se trata
en
modo
alguno
de
un
gesto
exotista,
convocador de
extraezas
y
lejanlas,
sit.to
del
recono-
cimiento
*sesgado
por
la
potica
en
uso*
de
un
he-
cho
macizo'. la
tenaz
persistencia
colonial
en
el
tejido
12.
"A la muerte
del rey don
Alfonso
XIl",
en
Obras Completas
de
Luis
Beniamth
Cisneros
(Lima:
Imprenta
Cil,
1939,_
tm.
I,
p.
t45)"
La
tayectoria
de Cisneros
enlaza la lilerature
hrmni-
ca-de
la
emancipacin,
en
cttyo
espacio
se
insta-la
8/
Pabelln
Peruano
pese
a Ju
data,
con
el
presensmo
tpico
del
costum-
brismo,
que
dl
reelabora
en sus dos novelas
romahtrcas:
fulia
o
Escenas
de la
vida en Lima
(18l)
y
Edgardo
o Un
ioven
de
mi
generacin
(1864),
ambas
en el
tm.
II
de
las Obras
Completas,
y
con
Il
apertura
hacia
la
herencia
colonial.
animada
en este
caso
por
un espr'ritu hispanista.
Lamentablemunte
casi
no hay estdios
iobre
la obra de Cisneros.
El ma's sugestivo
sigue siendo
el
de Al'
berto
Tauro, "Pensamiento
burguds
Jn la
poesra
de
Luis
Benjamrh
Cisneros",
en Revrsf
[berumeicana,
XIV,
27,
Mdxico,
junio
1
948.
13.
Lln
ealidad
I
variante hispanista
del
proceso
de
nacionalizacin
de
1a literatua
colonial termina
por
instaurar
una
propuesta
especfi-
ca sobre
el
cadcter
de
la tradicin
literaria
peruanai
distinta de
la
que
estudiarnos en este captulo. Se
le
analizard
en
su expresin
mat depurada
que
coresponde
al
pensamiento
de Riva-Agero.
rnis
honcio
rie
ia
vida
repubiicana
.y
-po:r'
coolgulen"
te-
dei
lazo
que
une arnbas
etapas
como
segmentos
de
un
solo
proceso.
Esto
es
[o
que
propone
Ia
perio-
r.lizacin
cle
Poio
y
una
de
las dos
alternativa
que
sur-
gen
del
Bosqueio
rJe Valdez
y
Palacios-ra
Interesa
remarcar
que
la apropiacin
del
universo
colonial
supone
que
la literatura
peruana
gana
para
s
nada
menos
que
tres siglos
de
tradicin
occidental,
preferentemente
en su
versin
hispnica,
con manifes-
laciones
renacentistas,
barrocas
y
neoclsicas.
El
pe-
trarquismo
de
Carcs,
la
pica
religiosa
de
Hojeda
o
el
culteranismo
de
Espinoza
se
articulan
entonces
con
sus
fuentes
peninsulares
pero
*y
esto
es
lo
decisivo-
dentro
de
un
proceso
nacional
que
desemboca
sin
so-
bresaltos
en
el
neoclasicismo
que
cubre
por
igual
los
ltimos
aos
coloniales
y
los
primeros
de la
vida
repu-
blicana.
Se
gana
tambin
un
espacio
de
poesa
popu-
lar,
desrle
las
coplas
de
la
conquista
hasta
un
nutrido
romancero,
ligado
ntimamente
al
acaecer
de
esos si-
glos.
Est
por
estudiarse
el modo
como la
poesa
co-
lonial
popular
se
engarz
con
la
poesa
republicana
del
mismo
signo.
Ciertamente
lo
esencial apunta
hacia
la
nacionali-
zacin de
la tradicin
literaria
colonial,
en la
que
se
encuentra
el origen
de
una experiencia
artstica
que
desemboca
en
el
presente,
pero
por
ese camino
pue-
de
producirse
una
ampliacin
mayor, abarcadora
del
14. Como
se
seal
en
el
captulo anterior,
Valdez
propone
dos
perio-
dizaciones:
en una de
ellas el
primer
periodo
va
de
mediados
del
XVIII
hasta
la independencia,
pero
en la otra
--a la
que
aludimos
ahora* acaba l
comenzar
el
siglo
XlX,
con
lo
cual
el
segrnento
final
de
la
iiteratua
colonial
se
confunde
con
el
primero
de
la
repblica.
Josd
Manuel
Valdez
y
Palacios. Bosqueo sobre
el
esta'
d
politico,
moral
y
literario
del
Pe
en
sus
tres
grandes
pocas
(Liiral
Biblioteca
Nacional del
Per, 1971).
Esta
segunda
versin,
p.45.
50
5l
-
7/23/2019 Antonio Cornejo Polar- La Formacin de La Tradicin Literaria en El Per
26/99
proceso
literario
rnretroponitano
l/
rje
sus
rnltipies
races europeas.
.[ohn
Eeverly
ha
postulldo
que
la ii-
teratura colonial
hispanoamericna
es
en
realidad
un
'segmento
de
un
corpus mucho
mds
amplio,
que
po-
dna
denominarse
"literatura
del
pcriodo
imperial,,,
y
qLle
abarcara
las creaciones
producidas
a
uno
y
otro
lado
del
ocano,
15y
Richard
Morse
no
duda
de
que
la
"prehistoria"
cultural
de Amrica
corres-
ponde
al
tiempo
europeo
que
comienza
en
el
siglo
XII.
r6
No es
posible
discutir
ahora
estas
ideas,
pero
ellas
de
alguna
manera
estn
implcitas
en
la opera-
cin
destinada
a
hacer
de Ia
literatura
colonial
-y
por
consiguiente
de sus anclajes-
parte
de la tradicin
literaria nacional. En cualqurer caso,
sea cual
tuere
el
juicio
sobre
esta materia,
lo cierto
es
que
la
inmer-
sin
de
la
literatura
peruana
en
el curso
que
nace
en
la colonia
suscita
la
occidentalizacin
-siempre
con-
flictiva*
por
cierto- de
nuestra experiencia
artisti-
ca.
Aunque
luego
se
retomar este
tema, es
bueno
adelantar
que
la
apertura hacia Occidente
por
la va
de
la apropiacin
de la literatura
colonial
supone
una
operacin ideolgica
distinta,
y
en
algrn
caso
opues-
ta,
a
la
que
subyace en
el hispanismo.
r7
Limitando
ia
reflexin
a
ese
hecho central,
relati-
vo
a
la nacionalizacin
de
la
literatura
del
periodo
co-
15-
John
Beverley,
Del Lazarillo
al
Sandinismo.
Estudios
sobre
la
fun-
'
cin
ideolgica de
la
literatura espaola e
hispanoamericona
(Mi-
,
nnesota: Institute for
the
Sndy
of
ldeologies
and
Literature,
1987),p"
ll.
16.
Richad l
.
Mtrse. El
espejo
de
Prspero.
Un
csrudio
de la dialc-
ica lel Nuevo Mundo
(Mxico:
Siglo XXI
.
I
982)
p.
)4,
pasirn.
17.
Uno
de los esultados de la investigacin
rue da origen
a
estc Ii-
bro
consiste
en poder
separar,
como proyectos rdeolgieos
drs-
tintos,
e[ colonialismo
(como
apropiacin
nacional
de la-colonia)
del
hispanismo (que
puede
ser
nticolonial).
El
tema ser
tatado
en cl
c:rpriulo
siguiente.
ionial,
conr/iene
anaiizar
aigunos aspectos
mds
concre-
tos,
todos
ellos depenrJientes
de
una conciencia
gene-
ratrizada
que
afirrna
la continuidad del
tiempo
colo-
nial
-salvo
como organizacin
poltica*
en
el
desa-
rrollo
republicano. Despuds
de todo,
rr:pblica
de
y
pra
criollos,
el
Fer
reivindica su
ancestro
virreinal
y
se
identifica
con
esa
tradicin.
El primero
de
estos aspectos
tiene
que
ver con
la
produccin
historiogriifica.
Despuds
de
1850 comien-
T.an
a
aparecer
con relativa
frecuencia obras
que
de
manera
directa
asumen
la historia colonial como
par-
te
de
la
historia
delPer-
r8
Aun
dependiendo del
an-
tiespaolismo
de
Prescott,
o
preservando
un
natural
resentimiento
tiente
a la
dominacin
colonial, los his-
toriadores
de
entonces
se
esmeran en
construir
un
es-
pacio
que
incluye
lo
virreinal
y
le confieren, sin duda
alguna,
rango nacional. En ilgunos de
ellos es visibie
una
cierta
ambigedad
en la ejecucin de
esa
opera-
cin: afirman
por
cierto tra
validez
de
esa
secuencia
histrica,
pero,
al
mismo
tiernpo,
condenan
el
pasado
colonial
y
subrayan
su
situacin
personal
de
ciudada-
nos
de
una repblica
en
gestacin.
Conviene apuntar algunos
casos
ejemplares. Ma-
nuel de
Odrir:zola organiza sus
Documentos en
perio-
dos
que
van
desde
"el
coloniaje
(.
"
.
)
hasta el
presen-
te",
implicando
que
entre un
extremo
y
otro
corre
una misma continuidad
histrica,
re
y
Manuel
de
Iti.
Hay
prt:cedentes.
Uno
es
el
ya
oitado
de
Valdez
y
Palacios;
oo,
mcncjonrdo
por
Nez
en el
prlogo
a
la e+dicin del Bosque'
/o
de
Valdez,
serti el de
Josd
Mar de
Cdova
y
Urrutia-
ls
es
pocas del
Per
(Lima,
Imprenta
del
utor,'1844)'
El sentido
de la
incorporacin
del
periodo prehispnico
ser
visto
ma
adelan-
te.
Paa
una intormacin puntual
sobre
la historiografr
peruana
del XIX,
of.
la
parte
correspondiente del
Ral
fuvera Serna,
flis'
toria
de la historia,
en Hisioria del
Peni
(Lima:
Juan Mej Bac:r,
1980), n. X.
19.
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