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I+i en Salud Urbana
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Alfredo Sánchez Monteseirín. ESCUELA NACIONAL DE SANIDAD. Abril de 2015.
I+i en Salud Urbana
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1. Introducción a la salud urbana
1.1. El enfoque urbano de la salud
1.2. La gestión de la salud urbana
1.3. La acción local en salud
1.4. El impacto de los entornos urbanos en la salud
1.5. Foros internacionales de salud urbana
2. Investigación en salud urbana
2.1. Salud y hábitos urbanos.
2.2. Medio urbano y salud. Investigación sobre espacios verdes y salud urbana.
2.3. Investigación social y salud urbana.
2.4. Principales temas de investigación en salud, calidad de vida y espacio público
urbano.
2.5 Progreso y salud.
3. Innovación en salud urbana
3.1. Innovación urbanística
3.2. Movilidad sana
3.3. Contaminación y salud urbana
3.4. Estrategias innovadoras sobre prevención y reciclaje de residuos
3.5. Innovación en la obtención de energía desde los residuos sólidos urbanos
4. I+D+i en la producción de energías saludables
4.1. Crecimiento verde
4.2. Energía limpia
4.3. Movilidad verde
4.4. Las ciudades inteligentes
4.5. Estilos de vida
5. Innovación en organización y prestación de servicios de salud urbana
5.1. Las dinámicas de la democracia local. Aumentar la participación ciudadana en
la gobernanza urbana.
5.2. Gestión urbana integrada y liderazgo urbano. Innovación organizativa para
lograr una gestión urbana integrada.
5.3. Políticas y prácticas para asegurar el desarrollo sostenible
5.4. Principios fundamentales de la investigación urbana (URBAN-NET)
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5.5. Informe OMS 2013 investigaciones para una cobertura sanitaria universal
1. Introducción a la salud urbana La salud urbana es un concepto nuevo en su formulación, pero bien conocido en la realidad
histórica: la urbanización está vinculada a muchos problemas de salud relacionados con el
agua, el medio ambiente, la violencia y las lesiones, las enfermedades no transmisibles…
El mayor porcentaje de problemas de salud pública, hoy, no se resuelve con más servicios
(obesidad, tabaquismo, otras adicciones, accidentes, violencia, algunos problemas de salud
mental derivados del modelo social…). Para resolverlos hay que trabajar con los otros sectores
y contar con la ciudadanía, potenciando el concepto de salud como un derecho, como un
valor; una inversión y un requisito de desarrollo y bienestar. Todo esto, en el nivel local, es de
una gran potencialidad en Salud, porque el nivel local es el más efectivo, por la proximidad de
la ciudadanía, porque es allí donde se desarrolla su vida cotidiana; es allí donde identifican la
capacidad de actuación en el territorio y esta es la clave de valor de los ayuntamientos en el
ámbito de la salud. Hay que llevar el valor salud a las diferentes agendas locales haciendo una
llamada al liderazgo de los alcaldes y alcaldesas, y de los decisores locales en general, ya que
son los únicos capaces (competentes) de integrar estas acciones en el territorio (gobernanza
local) y así conseguir la incorporación de los objetivos de salud en las políticas municipales de
los diferentes sectores, dentro de la estrategia de Salud en Todas las Políticas.
Las personas demandan, cada vez más, una asistencia sanitaria de calidad que resuelva sus
problemas de enfermedad, pero además requieren que sus entornos (social, laboral, de ocio...)
sean cada vez más seguros y saludables, así como favorecedores de las opciones más sanas, y
que se les garantice la seguridad de los alimentos, la calidad del aire que respiran y la
potabilidad de las aguas que consumen. Es precisamente en el municipio, el territorio más
cercano a la ciudadanía, donde cobran especial importancia las acciones para promover
conductas más sanas y para hacer más saludables los entornos como los barrios y los pueblos,
donde viven, conviven y trabajan las personas y sus familias.
En este nuevo marco se inscribe la acción local en salud, en la que son los Ayuntamientos–
representantes directos de los ciudadanos- los llamados a liderar y coordinar las actuaciones
de los diferentes sectores, tanto públicos como privados, contando con la ciudadanía, para
proteger la salud de la población, cuidando su entorno medioambiental (agua potable, salud
alimentaria, residuos, etc.) así como promoviendo estilos de vida saludables, para conseguir
una mejor calidad de vida, más sana.
La Salud Urbana es una nueva mirada de la Salud Pública enfocada a través de políticas
públicas orientadas al ámbito territorial, en el marco de la Estrategia de Salud en Todas las
Políticas, con el objeto de promover las conductas más sanas y hacer más saludables los
entornos como los barrios, los pueblos y las ciudades, donde viven, conviven y trabajan las
personas y sus familias. Desde esta perspectiva, el sector Salud, está llamado a asumir una
actitud proactiva con el resto de las políticas públicas que tienen que ver con los
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determinantes sociales de la salud, en definitiva, con el concepto de la salud en todas las
políticas.
1.1. El enfoque urbano de la salud
El enfoque urbano de la salud es hoy día muy oportuno y muy pertinente por las
siguientes razones:
• La mayoría de la población mundial vive actualmente en zonas urbanas, y esta proporción se
espera que crezca y que la salud urbana se convierta en un foco importante de la política
mundial de salud pública. Mientras que la urbanización y el crecimiento de las ciudades se
asocia con aumento de la prosperidad y la buena salud en población en general, en muchas
realidades urbanas se dan algunas de las disparidades de salud del mundo más importantes,
tanto en países de bajos y altos ingresos, ya sea por la rápida migración desde las zonas rurales
como y el crecimiento poblacional, que cada vez ejercen más presión sobre los limitados
recursos en las ciudades.
• Hay evidencia de modelos de desarrollo urbano mal planificados o no planificados que tienen
por sí mismos consecuencias muy negativas para la salud y la seguridad de las personas, como
un mayor riesgo de traumatismos causados por el tráfico y en general el aumento de los
factores de riesgo.
La gestión de la creciente complejidad urbana exige :
• Ofrecer soluciones a los retos de la sociedad del siglo XXI: sostenibilidad y sociedad del
conocimiento
• Asumir el modelo de ciudad mediterránea, compacta, compleja, eficiente y cohesionada
socialmente
• Promover una organización intergubernamental y transversal que contemple los principios
de la gobernanza: apertura, participación, eficacia, responsabilidad y coherencia.
• Establecer mecanismos de formación (reglada y no reglada) y aprendizaje continuo, capaces
de afrontar un nuevo enfoque para la enfermedad cardíaca, el cáncer, la diabetes y las
enfermedades pulmonares crónicas, debidos a la inactividad física y las dietas poco saludables.
√ En cuanto a los principales problemas de salud en las ciudades, cada ciudad tiene
una serie de retos y problemas. Sin embargo, los más compartidos por todas ellas son:
• Las cardiopatías o enfermedades del corazón, la presión arterial alta, la diabetes y la
obesidad están relacionados con estilos de vida en las ciudades
• Las enfermedades causadas por alimentos y agua insalubres o por la contaminación del aire
urbano debido a condiciones de hacinamiento
• El grave riesgo de los accidentes de tráfico y sus secuelas
• Trastornos de salud mental y abuso de sustancias.
√ En lo que se refiere a los factores o determinantes sociales que tienen que ver con la salud
urbana es importante abordar las crecientes disparidades en la salud entre los diferentes
grupos en las ciudades: por ejemplo, hay una diferencia de 28 años en la esperanza de vida de
las personas que viven en barrios distintos dentro de Glasgow en el Reino Unido. Pero las
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ciudades, en su conjunto, se enfrentan a una común amenaza para la salud: enfermedades
agravadas por malas condiciones de vida, enfermedades crónicas derivadas de hábitos no
saludables, como el consumo de tabaco, las dietas malsanas, la inactividad física …y el uso
nocivo del alcohol y otras drogas…Estos son el resultado de un complejo interacción de
diversos factores determinantes de la salud, incluidas las infraestructuras insuficientes o
deshumanizadas o los servicios públicos más o menos accesibles para la población, que en
particular impactan en la salud no sólo de los habitantes de barrios marginales y pobres, sino
en general, dadas las condiciones de vida y de trabajo de las urbes, que aunque varían
ampliamente dentro y entre las ciudades de todo el mundo, son las compartidas “causas de las
causas” de la mala salud.
1.2. La gestión de la salud urbana
Es el nivel local el de encuentro más cercano a la ciudadanía, donde ésta desarrolla su
convivencia, establece sus relaciones y construye su entorno. Es, además, donde los
ciudadanos y ciudadanas toman decisiones relevantes sobre mucho de los asuntos
determinantes de su salud a nivel individual, familiar y colectivo. Los municipios, y las
instituciones y entidades ciudadanas, como socios estratégicos para la acción
periférica, se convierten así en agentes claves de la salud pública, por su capacidad de
rentabilizar todas aquellas actuaciones poblacionales y del entorno en relación a la
salud. (tratamiento de aguas/ vivienda y urbanismo saludables/ polución/ energías
limpias/ fomento de la actividad física/prevención primaria/ carril bici/ zonas verdes/
espacios de convivencia/ participación…) y otras de competencia municipal.
Para promocionar y proteger la Salud Urbana la primera tarea ha de ser, según la OMS,
la de informar y apoyar a los responsables públicos a desarrollar y poner en práctica
políticas adecuadas, sostenibles y favorables a la salud, en las que participen no sólo,
ni fundamentalmente, los servicios sanitarios sino todos los sectores pertinentes, tales
como el transporte, la educación, la vivienda, el agua y saneamiento, e implicar a toda
la comunidad en la formulación de estas decisiones. Más específicamente:
• La ciudadanía, los técnicos, los directivos y las autoridades han de asumir que muchos
aspectos de la vida en las ciudades tienen un impacto en la salud y que una buena planificación
urbana que implique en la toma de decisiones cotidiana los criterios saludables puede hacer
frente a estos desafíos mejor que cualquier servicio asistencial.
• Las ciudades han de planificarse, desarrollarse y mantenerse de manera que toda la
ciudadanía pueda acceder a las instalaciones y servicios que favorecen un estilo de vida
saludable, garantizando así unas mejores condiciones de vida sana mediante el acceso a los
servicios básicos, así como a las instalaciones urbanas de recreo y tiempo libre.
• Los habitantes de las ciudades han de concienciarse de la necesidad de adoptar
comportamientos saludables para vivir en la urbe y participar activamente en la toma de
decisiones públicas teniendo en presente y muy en cuenta como pueden afectar a su salud
individual y comunitaria.
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¿Qué departamentos deben participar en el logro de una mejor salud urbana? Para
conseguir los objetivos marcados se necesita el compromiso multidisciplinar de todos
los sectores, no solo de los organismos especializados en temas relacionados con
urbanización: agua, medio ambiente, seguridad vial, prevención de accidentes…
Aunque el sector de la salud puede ser el jugador central, esto no siempre tiene que
ser así. Por ejemplo, la policía y los servicios de transporte público podrían combinarse
para tomar medidas (carril bus, restricciones al vehículo privado, peatonalizaciones)
para reducir los accidentes de tráfico, o la contaminación del aire urbano, objetivos de
salud pública, sin la participación directa del sector salud.
El documento Acción Intersectorial en Salud: Guía práctica de acciones sostenibles en
salud urbana (© Centro de la OMS para la el Desarrollo de la Salud, Kobe 2011)
resume una serie de recomendaciones, lecciones y enfoques de la acción intersectorial
en salud como una estrategia general para la gestión pública. El documento presenta
una serie de pasos que los responsables políticos pueden tomar para promover
iniciativas multisectoriales de salud en todos los niveles de gobierno y la necesidad de
avanzar hacia la acción interdisciplinar para impactar positivamente en la salud de la
población y la equidad sanitaria. Este documento tiene como objetivo presentar en
lenguaje claro algunas sencillas medidas que los responsables públicos en todos los
sectores puedan trabajar más sistemáticamente para mejorar la salud y la equidad
sanitaria de su ciudadanos.
1.3. La acción local en salud
La Acción Local en Salud persigue la creación de este escenario de convergencia en el
municipio– el territorio más cercano a la ciudadanía-, entre todos los sectores y
actores públicos y privados, capaz de reorientar recursos y organizar la respuesta de
manera conjunta y compartida, de forma que las acciones se centren en políticas
territoriales organizadas (salud, desigualdades, medioambientales, migración,
urbanismo, consumo, etc.) y se establezca con claridad el papel de cada administración
en la organización. De ahí que hablar de acción local en salud es hablar de gobiernos
locales, comunidades y territorios, bajo la óptica de salud como un valor de calidad de
vida, enfocada más hacia las características que la determinan, que hacia las
consecuencias de la enfermedad.
En este nuevo marco de Acción Local en Salud son los Ayuntamientos –representantes
directos de los ciudadanos- los llamados a liderar y coordinar las actuaciones de los
diferentes sectores, tanto públicos como privados, contando con la ciudadanía, para
proteger la salud de la población, cuidando su entorno medioambiental (agua potable,
salud alimentaria, residuos, etc.) así como promoviendo estilos de vida saludables,
para conseguir una mejor calidad de vida, más sana.
En este contexto se establecen y desarrollan las redes locales de acción en salud, que
trabajan para la mejora de la salud de la población del municipio, con la vocación de
perdurar en el tiempo y según un proceso de planificación que se concreta en un
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instrumento clave: el Plan Local de Salud. Como herramienta de planificación
imprescindible para la acción local en salud en las entidades locales, el Plan Local de
Salud, representa una nueva forma de hacer, e incorpora las respuestas a los
principales problemas y situaciones de riesgo en la localidad mediante acciones
concretas y específicas.
La Acción Local en Salud se enmarca, pues, en los principios establecidos por las
estrategias de Salud en todas las políticas, de Salud en todos los Sentidos y de
Evaluación del Impacto en Salud. Estas estrategias reconocen el carácter transversal de
la salud pública y abogan por la integración de la perspectiva de la salud pública en el
ejercicio de las competencias de las distintas políticas y acciones públicas, desde la
consideración sistemática de los determinantes de salud, la igualdad de oportunidades
y la equidad en salud. Y defienden que los poderes públicos potencien que la
perspectiva de la salud pública esté presente en la elaboración, ejecución y
seguimiento de las disposiciones normativas y de las políticas en todos los ámbitos de
actuación, considerando sistemáticamente las prioridades y necesidades propias de la
salud colectiva, teniendo en cuenta su incidencia en la situación específica de las
personas y grupos de población, al objeto de adaptarlas para mitigar los efectos
discriminatorios y fomentar la equidad en salud.
Este concepto transversal de la salud se ejercitará, de acuerdo con las nuevas leyes, “a
través de la coordinación y cooperación intersectorial y multidisciplinaria, como
elemento de cohesión de las políticas públicas de las entidades e instituciones con
responsabilidades sobre la salud pública”. Ha de darse prioridad “a la
intersectorialidad en las áreas de educación, bienestar social, políticas de igualdad,
medio ambiente, agricultura, consumo, empleo y vivienda”. Además, desde la
Administración se deben dar “fórmulas de cooperación con las Administraciones
locales para el desarrollo de las competencias de salud pública y de los planes locales
de salud”, y fomentarse “las alianzas estratégicas con otras Administraciones públicas,
universidades, centros de investigación y otras entidades, autonómicas, nacionales e
internacionales que aporten elementos de interés para la salud pública “.
1.4. El impacto de los entornos urbanos en la salud Como explica Antonio Daponte en “Medio ambiente construido, vivienda y salud”
(Introducción a ´Urbanismo, medio ambiente y salud´ ), a pesar de sus orígenes comunes,
salud pública y urbanismo, se han mantenido como esferas de saber relativamente
independientes hasta no hace mucho. En sus inicios ambas disciplinas compartieron objeto y
sujetos de estudio, al punto de que sude situarse el origen de la disciplina urbanística en las
normativas sanitarias y leyes de expropiación que en el siglo XIX se proponían para mitigar los
problemas sociosanitarios derivados de las condiciones de insalubridad y hacinamiento en las
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periferias urbanas industriales (Benevolo, 1992). Urbanistas e higienistas coincidían en sus
propuesta ensanches, conductos de agua potable, colectores de aguas sucias y recogida de
pluviales, tendidos eléctricos, etc. Aún hoy en día proliferan muchas publicaciones
académicas de estudios orientados a demostrar una vez más que las características de la trama
urbana pueden afectar la dinámica espacial de las enfermedades transmitidas por vectores y
deben considerarse al diseñar políticas de salud pública. Por ejemplo, en el Journal of Urban
Health Corentin M. Barbu, Andrew Hong, [ ... ] , y Michael Z. Levy expusieron su investigación
SALUD URBANA: LOS EFECTOS DE LA CALLES DE LA CIUDAD EN UN VECTOR DE LA
ENFERMEDAD.( http://bvsalud.org/portal/resource/es/mdl-23341756)
Con el paso del tiempo, el éxito de estas intervenciones, junto con los descubrimientos y desarrollos en el plano de la microbiología y la teoría del germen de la enfermedad, fueron desplazando el interés desde el estudio de las causas sociales hacia un modelo de causa universal (“una enfermedad, una causa”). De esta forma, la focalización de la investigación epidemiológica en la búsqueda del agente patógeno, desplazando el interés por la intervención en el medio urbano, fue marcando la separación como disciplinas de urbanismo y salud pública.
Desde el siglo XIX, las ciencias sociales han venido destacando la especificidad social de las
comunidades urbanas. Las definiciones culturalistas de la ciudad cargan la esencia de lo urbano
en la forma de vida y relaciones que son típicas del entorno urbano industrial. Sin embargo, esa
distinción no es nueva, suele citarse como referente la distinción que hacían en la Roma clásica
entre lauthis (lo físico, lo urbano) y lacivitos (lo social, lo humano). También la polis griega se
definía por ser el hábitat del zoon poIitikón, el marco de vida y acción de los ciudadanos,
entendidos éstos como aquellos habitantes que tenían el derecho a participar y decidir en los
asuntos públicos. Por curiosidades del lenguaje, ha quedado lo urbano para designar la esfera
técnico-política (urbanismo) y lo social (civitos, la ciudad) para designar el continente en lugar
del contenido. De esta forma, si el componente físico, la infraestructura, las dimensiones, las
formas y elementos definen el paisaje urbano, la ciudad no está completamente definida sin
atender la forma de convivencia de sus habitantes.
Mientras que las estrategias informativas y educativas que se siguen en la actualidad han
demostrado su utilidad para que la población adopte conductas más saludables, también han
demostrado sus limitaciones. Las características del medio ambiente construido determinan
las posibilidades que las personas tienen de adoptar conductas más saludables, y afecta de
forma directa a la salud física y mental de las personas. Para desarrollar estrategias que
promuevan un diseño más saludable del medio ambiente construido, es necesario identificar
las asociaciones entre distintos factores y características de la vivienda y el medio ambiente
construido y la salud física y mental en la población.
Existe un debate científico muy reciente acerca de la mejor forma de abordar los efectos de las
características de la vivienda y del medio construido en la salud. Mientras cualquiera de los
marcos conceptuales ha hecho aportaciones relevantes para conocer esta relación, la visión
fragmentada que aporta cada uno de ellos deja importantes lagunas. Por eso en la actualidad
se propone un abordaje más holístico de la vivienda y su entorno, aunando los abordajes de
los distintos marcos conceptuales.
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Particularmente, un abordaje más integral de la relación entre la vivienda y salud es necesario
para el desarrollo de políticas eficaces. Estas políticas deberán promover y establecer las
condiciones de los lugares donde las personas desarrollan sus vidas, para facilitar que los
individuos puedan desarrollar estilos de vida saludables, protegerles de riesgos derivados de
las tecnologías y del medio construido en el que viven, y contribuir a una política de vivienda
saludable, como valor añadido para la salud pública.
En España y en Andalucía, como se recoge también en
http://www.easp.es/project/urbanismo-medio-ambiente-y-salud-serie-nueva-salud-publica/
existe muy poca información disponible sobre las características de la vivienda la calidad de
vida y la salud, a diferencia de otros países desarrollados (Palacios, 2008). Un aspecto
importante es el desarrollo de instrumentos metodológicos para el estudio de la vivienda y el
medio construido adaptados a Andalucía. La inmensa mayoría de los estudios en este campo, y
por tanto de la información disponible, está generada en países anglosajones. Las diferencias
culturales, del urbanismo de las ciudades, de las preferencias y los valores de las personas, del
clima, de las tecnologías domésticas, etc. de Andalucía con respecto a esos países pueden ser
un factor relevante en relación a los resultados en salud.
De ahí la importancia del proyecto de investigación en esta materia del impacto en la salud de los entornos urbanos que desde 2013 está en marcha un en la ESCUELA Andaluza de Salud Pública con Antonio Daponte como I.P.
1.5. Foros internacionales de salud urbana La función de liderazgo que poseen las ciudades a la hora de dar con soluciones a problemas
sanitarios asociados a núcleos de población elevada, compleja y diversa- y en concreto los
comportamientos sanitarios y los factores que influyen en la salud- son objeto de
investigación y puesta en común en múltiples foros internacionales, de un tiempo a esta parte
especialmente, entre las personas y las organizaciones que participan en el estudio y la
respuesta a los comportamientos de salud y bienestar en el entorno urbano ,examinando
conjuntamente en conferencias, congresos y redes permanentes cómo las ciudades de todo el
mundo responden a los cambios poblaciones y se adaptan a los cambios de hábitos de salud , a
garantizar y promover la salud y el bienestar de reflejar diversos grupos y culturas.
Esta necesidad se debe fundamentalmente, como refiere la OMS, a que por primera vez en la
historia la mayoría de la población mundial vive actualmente en zonas urbanas y la proporción
sigue creciendo. El ritmo de crecimiento y las nuevas condiciones económicas que en muchos
casos la capacidad del gobierno abrumado regular, planificar o proporcionar los servicios
básicos, especialmente a los más pobres. Nos es probable que veamos un nuevo descenso en
la calidad de vida urbana en la próxima década - incluso en Europa, como lo demuestran los
recientes acontecimientos en Grecia, España y Portugal. Estas circunstancias han dado lugar a
un gran número de respuestas de la comunidad "de abajo arriba " para satisfacer las
necesidades en materia de salud y bienestar.
Los focos de la comunidad internacional en relación a la salud y el bienestar urbano están
centrados en los siguientes elementos (http://www.cityhealthinternational.org/2013 ):
•Nos concentramos en los comportamientos de salud - incluyendo el alcohol , el tabaco y el
consumo de drogas , la dieta , el comportamiento sexual , la violencia - y también examinar su
impacto en poblaciones específicas y grupos - los migrantes y turistas , por ejemplo.
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• Adoptamos un enfoque ' incluyente ‘, con la participación de organizaciones no
gubernamentales, proyectos de la comunidad, grupos de defensa, así como académicos,
responsables políticos y los que prestan servicios.
• Presionamos e innovamos para la aplicación de políticas e intervenciones efectivas - en
especial ejemplos de enfoques intersectoriales y multidisciplinarios - para mejorar la salud y el
bienestar de las comunidades. La clave para Ciudad Salud Internacional es la adhesión robusta
a un enfoque basado en la evidencia, situando la interrelación entre académicos, profesionales,
activistas y responsables políticos en el centro de todo lo que hacemos. El enfoque de
colaboración está diseñado para fomentar la participación en todos los niveles, desde las
personas que trabajan en proyectos dentro de las comunidades, a los defensores de la
comunidad, a los académicos , a los encargados del desarrollo de políticas y la implementación.
La creación de “lugares saludables para un futuro saludable " es el horizonte para el examen
de las políticas y la práctica actual en relación con la salud pública y el bienestar en las
ciudades. Destaca en todo el mundo la consideración de la innovación como instrumento para
un desarrollo urbano sano y los retos futuros de las ciudades saludables , que refleja un
interés en las cuestiones de interés en materia de salud urbana en todo el mundo .
SOSTENIBILIDAD Y SALUD EN LOS FOROS INTERNACIONALES
La Estrategia de Salud para Todos en el siglo XXI, adoptada por la comunidad sanitaria mundial
en la 51ª Asamblea Mundial de la Salud en 1998; subrayó que la salud, que es la base sobre la
que descansa todo el esfuerzo humano, y es fundamental para el desarrollo en consonancia
con la Agenda 21.
La Declaración de Atenas (1998), de los municipios integrantes de la Red de Ciudades
Saludables de la OMS, impulsó los principios de Salud para Todos en el siglo XXI y los criterios
de sostenibilidad establecidos en la Agenda 21.
El desarrollo sostenible es un proceso creativo que busca el equilibrio social, económico y
ambiental en todos los ámbitos de la toma de decisiones públicas, privadas y de los
ciudadanos; cuya definición tiene su origen en el informe Brundtland: “Nuestro futuro común”
de 1987, y cuyo fundamento constituye las conclusiones de la Cumbre de la Tierra de 1992. El
desarrollo sostenible fue definido por la Comisión Brundtland (1987), como el “desarrollo que
satisface las necesidades del presente sin comprometer la capacidad de las generaciones
futuras para satisfacer sus propias necesidades”. Considera que todos los sectores, incluidos el
sanitario, deben contribuir a su consecución. La Cumbre de la Tierra, celebrada en Río de
Janeiro, en 1992, anunció una nueva manera de considerar el desarrollo y la planificación
ambiental a todos los niveles. Los líderes del mundo, cuando adoptaron los principios de la
Declaración de Río y la Agenda 21, como vía hacia el desarrollo sostenible en el siglo XXI,
reconocieron la importancia de invertir en la mejora de la salud y el medio ambiente de las
personas, como requisito indispensable para un desarrollo sostenible.
En este contexto el Desarrollo puede entenderse como la capacidad o habilidad de una
sociedad para identificar, concertar y solucionar sus problemas con la mayor eficiencia
ecológica, social y económica.
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El Desarrollo Sostenible es, por tanto, el nuevo paradigma que viene a sustituir a los conceptos
tradicionales de desarrollo y de medio ambiente. La concreción territorial del Desarrollo
Sostenible se ha instrumentalizado, mediante la figura de las Agendas 21 Locales; apoyadas en
el contexto europeo por la Carta de Aalborg (1994), la Declaración de Lisboa (1996), la
Declaración de Hannover (2000), y las Conferencias Europeas Regionales de Ciudades y
Pueblos Sostenibles (Turku 1998, Sofía 1998, Sevilla 1999 y La Haya 1999).
La Carta de las Ciudades Europeas hacia la Sostenibilidad de 1994 (Carta de Aalborg) fue el
primer resultado notable de la Campaña Europea de Ciudades y Poblaciones Sostenibles,
destinada a animar y prestar apoyo a las ciudades y pueblos para que trabajen en pro de la
sostenibilidad.
La Promoción de la Salud es el proceso que permite a los individuos y las comunidades estar en
condiciones de ejercer un mayor control sobre los determinantes de su salud; y, de ese modo,
mejorar el estado de la misma. Proceso en el que es fundamental que exista una participación
comunitaria efectiva en la identificación y definición de los problemas de salud, y en las
medidas a adoptar para solventarlos (EURO-OMS, 1987).
Promoción de Salud es una forma de entender la Salud Pública, de pensar en salud (OMS,
1986); donde se entiende que algunas ideas e instrumentos son realmente importantes para
interpretar y mejorar la salud de las gentes. Aspectos relevantes que están contenidos en la
Carta de Ottawa (1986), en los llamados “campos de acción” de la Promoción de la Salud.
Estos campos de acción de la “Carta de Ottawa”, son la estrategia propuesta para mejorar la
salud. Comprenden: “elaborar políticas públicas saludables”, “fomentar estilos de vida y crear
un medio ambiente favorable para la salud”, “fortalecer la acción social en salud” y “reorientar
los servicios sanitarios”. Estrategia que conlleva una “forma de trabajar” basada en la
“intersectorialidad”, en la asunción de “nuevos espacios de intervención en salud” distintos a
los estrictamente sanitarios, en la “preocupación por las desigualdades en salud” como motor
de las actuaciones (buscando la perspectiva social de la intervención en salud), así como la
“inclusión de las ciencias sociales y de su metodología” como ciencias de la salud, la
“importancia del apoyo social” como recurso de intervención, la “participación ciudadana”
como recurso indispensable en el diseño, implementación y, por último, la evaluación de las
intervenciones en salud y, asunción de “los ciudadanos” como protagonistas fundamentales de
esas intervenciones.
El Proyecto “Ciudades Saludables” creado por la Oficina Regional para Europa de la
Organización Mundial de la salud (OMS-EURO, 1987), es la aplicación de este concepto y modo
de actuar a nivel de ciudad, a nivel local. Asume una concepción sobre la salud pública en la
que se es consciente, de que la solución de los problemas sanitarios actuales tiene un techo en
la exclusiva aplicación de la medicina asistencial. Y ello, al evidenciarse que la mayor parte de
las causas de morbi-mortalidad son prevenibles; especialmente si se tienen en cuenta como
determinantes de la salud -además de la biología humana y la eficacia de los sistemas de
asistencia sanitaria-, el medio ambiente y los estilos de vida. Aspectos que aparecen ligados, a
las opciones que se adopten en materia política, económica, social, cultural y medioambiental.
De esta forma, se ha desarrollado un movimiento municipalista (“Ciudades Saludables”), que
ha definido un modelo de gestión en salud pública basado, de un lado, en la prevención de la
enfermedad y en la promoción de la salud como filosofía de trabajo, y, de otro, en la actuación
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intersectorial y la participación ciudadana como metodología de trabajo con el e compromiso
de las ciudades participantes es centrar sus esfuerzos, en la adopción y desarrollo de políticas y
planes estratégicos integrados al nivel de la ciudad, basados en:
los objetivos y estrategias definidas por la OMS para el siglo XXI para la región europea en su
documento “Salud Para Todos para el siglo XXI” (1998),
los acuerdos y recomendaciones de la Cumbre de Río sobre desarrollo sostenible (Agenda 21
Local), y,
la necesidad de una planificación integral de todos los sectores que influyen en la salud de los
ciudadano/as. Centrándose en hallar un enfoque integrador, tanto en el análisis de los
problemas, como en las soluciones, de los aspectos medioambientales, urbanísticos y sociales.
Los eventos relevantes que han jalonado la evolución de los conceptos de Promoción de la
Salud y Sostenibilidad Ambiental, ponen de manifiesto que ambos son complementarios:
La carta de Ottawa para la Promoción de la Salud, adoptada en la Iª Conferencia Internacional
sobre la Promoción de la Salud, (Ottawa, Canadá; 1986); donde se sistematiza por primera vez
este concepto, ya subraya la importancia de favorecer el medio ambiente de cara a alcanzar la
salud de las gentes.
La IIª Conferencia (Adelaida, Australia; 1988): “Políticas Públicas favorables a la salud”, debate
el cómo conseguir implantar políticas públicas saludables; proponiendo combinar iniciativas de
medio ambiente y económicas en pro de la salud pública.
La IIIª, desarrollada en Sundvall, Suecia (1991), sobre “Entornos propicios para la salud”;
enfatizó la necesidad de contar con un medio ambiente favorable a la salud en sentido amplio
e integral. A su vez, se destacó la interdependencia entre salud y ambiente, en sus
dimensiones físicas, culturales, económicas y políticas.
En 1997, en Yakarta (Indonesia) la IVª Conferencia: “La Promoción de la Salud en el Siglo XXI”,
deja lugar a dudas sobre la necesidad de integración de políticas, si se quiere optar al mejor
nivel de salud posible. Integración que alcanza a la Promoción de la Salud y Sostenibilidad
Ambiental.
La Vª Conferencia Mundial de Promoción de la Salud (Ciudad de México, México; 2000), se
centró en las prioridades de la Promoción de Salud en el siglo XXI; de entre las cuales se
destaca, nuevamente, la tendencia generalizada de procurar alianzas entre políticas afines,
como el mejor medio de promoción de la salud.
El proceso de Río hunde sus raíces en la Conferencia de Estocolmo de 1972, que fue la primera
Conferencia Mundial de la Naciones Unidas sobre el Medio Ambiente y el Desarrollo.
En 1992 se produjo, probablemente, el hito más importante de confluencia entre Promoción
de la Salud y Sostenibilidad Ambiental: La IIª Conferencia de Naciones Unidas sobre el Medio
Ambiente y Desarrollo (Cumbre de Río o la Tierra; Río, 1992). Emitiéndose, entre otros, dos
importantes documentos: la “Declaración de Río sobre Medio Ambiente y Desarrollo” y el
“Programa 21”.
El primer principio de la Declaración de Río equipara la salud, la producción y el desarrollo
sostenible, colocándolos en el mismo plano de relevancia. En el octavo, se insta a los Estados a
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procurar una mejor calidad de vida para las personas, lo que implica, necesariamente, la
promoción de la salud en un entorno de sostenibilidad ambiental.
La Agenda 21 dedicó el capítulo seis, de forma específica, a la protección de la salud, y en otros
capítulos se trataron los determinantes importantes para la salud.
En el ámbito de la sostenibilidad urbana e inspirados en Agenda 21, se celebra la Iª
Conferencia Europea sobre Ciudades Sostenibles, en Aalborg, (Dinamarca, 1994); de donde
surge la “Carta de Aalborg”.
La Carta de Aalborg consta de tres partes dedicadas, respectivamente; al consenso de las
ciudades europeas hacia la sostenibilidad, a la campaña de ciudades europeas sostenibles y a
la participación en las iniciativas locales. La Carta de Aalborg, siguiendo las directrices de
Agenda 21, se ha convertido en el referente de la sostenibilidad local; en la que figura la
noción y principios de sostenibilidad ambiental, englobando la salud pública.
Apoyándose en la Carta de Aalborg, se celebra la IIª Conferencia Europea sobre Ciudades
Sostenibles, (Lisboa, Portugal; 1996), que emite el documento: “El Plan de Acción de Lisboa: de
la Carta de Lisboa 1996”. Documento, en el que se vuelve a insistir sobre la necesidad de
utilizar instrumentos participativos ciudadanos, como medio de alcanzar los mejores acuerdos
intersectoriales. Ambas conferencias, Aalborg y Lisboa, constataron, la conveniencia –incluso
la necesidad- de integrar las políticas de salud y sostenibilidad ambiental.
La IIIª Conferencia Europea sobre Ciudades y Municipios Sostenibles, (Hannover, Alemania;
2000), en su documento de conclusiones: la “Declaración de Hannover de los Lideres
Municipales en el Umbral del Siglo XXI”, ratifica el Plan de Acción de Lisboa 96, así como las
Declaraciones de las cuatro Conferencias Regionales de Ciudades y Pueblos Sostenibles (Turku
1998, Sofía 1998, Sevilla 1999 y La Haya 1999).
Siguiendo la trayectoria de integración entre políticas de salud y medio ambiente, en el ámbito
de la Unión Europea, cabe destacar el Sexto Programa de Acción en Materia de Medio
Ambiente 2000-2010: “Medio Ambiente 2010: El Futuro en Nuestras Manos”. El Sexto
Programa incide especialmente en cuatro áreas de acción, una de ellas es: “Medio Ambiente y
Salud”. El Sexto Programa insiste reiteradamente; tanto en la integración de políticas, como en
la indisolubilidad del binomio medio ambiente-salud.
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Comparado con otros modelos urbanos, el de la “Ciudad Europea” cuenta con ventajas basadas en su compacidad, su estructura funcional y su ciudadanía y presenta buenas condiciones para un desarrollo sostenible. Este valioso modelo común, ampliamente reconocido, ofrece una buena base desde la que comenzar a trabajar. En la actualidad encontramos que muchos problemas urbanos no se circunscriben a las fronteras nacionales. Desafortunadamente, hasta ahora, en Europa la investigación integrada sobre sostenibilidad urbana ha estado fragmentada y no ha sido prioritaria. URBAN-NET propone la adopción de un enfoque paneuropeo en la investigación y las políticas urbanas, incidiendo en una colaboración transnacional en la investigación. El proyecto URBAN-NET aborda la cuestión de la sostenibilidad urbana en Europa. Su objetivo principal es el aumento de la cooperación y la coordinación entre los Estados Miembro y los estados asociados a través del trabajo en red y de la colaboración en actividades conjuntas de investigación. Los objetivos específicos de la red son:
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Hacer hincapié en el papel de las ciudades europeas en la investigación y el desarrollo urbano sostenible.
Coordinar programas de distintos campos de investigación planteados en el marco de las políticas nacionales.
Generar valor añadido tangible a través de los resultados de la investigación. Sentar las bases para una cooperación permanente y una plataforma de coordinación
para la financiación de programas en este campo de investigación. URBAN-NET surge del Sexto Programa Marco de la Comisión Europea, dentro de las ERA-Net (Redes del Espacio Europeo de Investigación). El proyecto tiene una amplia representación geográfica y cultural gracias a la colaboración de 16 participantes de 13 países. Se gestiona mediante un consorcio formado por los participantes y tendrá una primera fase de cuatro años de duración, hasta julio de 2010. URBAN-NET trabaja sobre las políticas de investigación urbana en Europa y tendrá como resultado una coordinación transnacional duradera, en primer lugar mediante programas de investigación de financiación conjunta. El objetivo de URBAN-NET es complementar, fortalecer y dar información sobre las actividades y posibilidades de los programas financiados tanto por la Comisión Europea como a escala nacional. La red considera adecuado el desarrollo y fortalecimiento de una red europea de financiación de la investigación y la coordinación con actividades de la UE y con otras redes relacionadas. El Marco Estratégico de Investigación es la culminación de los esfuerzos realizados por URBAN-NET en el análisis de los programas nacionales y regionales de investigación urbana en todos los estados miembro y países candidatos, seguido del compromiso de los participantes y otros agentes interesados en definir finalmente lo que esperamos sea una agenda coherente para fomentar los esfuerzos de colaboración en investigación urbana a escala europea e internacional. Un marco para la investigación europea El avance paneuropeo requiere una investigación estratégica y orientada, que afronte tanto los desafíos actuales, como los emergentes y los futuros. Este marco promueve la visión de la ciudad sostenible centrándose en las nuevas actividades y necesidades de investigación, que estimularán la planificación, la financiación, la realización, la difusión y la aplicación de la investigación entre todos los agentes a todos los niveles: local, regional, nacional, transnacional y europeo. Mediante un proceso de participación con presencia de los distintos agentes interesados se han decidido cuatro áreas prioritarias de investigación entre los 15 campos de acción e investigación previamente definidos. Las áreas prioritarias de investigación abarcan temas y cuestiones de investigación novedosos. Puesta en marcha del marco Los miembros de URBAN-NET consideran que se puede conseguir un claro valor añadido adoptando el Marco como la principal referencia en la coordinación de actividades nacionales y transnacionales de investigación en desarrollo urbano sostenible. Los participantes están realizando una amplia gama de actividades para potenciar este Marco. Puesta en práctica La puesta en práctica del marco estratégico de investigación de URBAN-NET incluirá actividades tales como:
Influir en los programas de financiación de la investigación y en los proyectos de investigación nacionales y de la Unión Europea.
Coordinar los contenidos y prioridades del marco estratégico con las de las políticas nacionales cuando sea posible.
Identificar las oportunidades de financiación y facilitar la creación de acciones conjuntas de cooperación.
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URBAN-NET aprovechará plenamente el repertorio de instrumentos de investigación públicos en la colaboración transnacional incluyendo actividades conjuntas como:
Convocatorias comunes: Convocatoria Piloto en 2008 y Primera Convocatoria en 2009. Coordinación y agrupación de proyectos de investigación en curso financiados
nacionalmente. Programación conjunta. Establecimiento de un equipo de seguimiento de convocatorias europeas de
investigación. Difusión de los resultados de la investigación, particularmente de buenas prácticas por
ejemplo a través de eventos comunes. Intercambio de buenas prácticas de programación. Intercambios y formación para directores de programas de investigación. Seguimiento de prácticas (mediante el método shadowing), intercambios entre
investigadores y profesionales. Intercambio de evaluadores (base de datos de evaluadores).
La sostenibilidad urbana tiene un marcado carácter transversal y URBAN-NET cuenta con Puntos Nacionales de Contacto para promover una relación continua con las comunidades nacionales, incluyendo a otros agentes relevantes de investigación y a los responsables de las políticas de investigación. Esto ayudará a garantizar que los aspectos relevantes de los programas nacionales de organizaciones no asociadas sean incorporadas al enfoque de URBAN-NET a través, por ejemplo, de programas de registro en la base de datos de URBAN-NET o invitando a las organizaciones a participar en actividades transnacionales específicas. URBAN-NET además establecerá y desarrollará relaciones de trabajo con otros foros europeos
e internacionales dedicados a temas de sostenibilidad urbana, incluyendo entre otros URBACT
(intercambio de experiencias), EUKN (transferencias de resultados de investigación), EURA (red
de centros de investigación), Eurocities (red de ciudades), ICLEI (red de gobiernos locales), y
Social Polis (plataforma social sobre cohesión social en ciudades).
URBAN-NET ve este marco como una herramienta clave para ayudar a la creación de una
plataforma de cooperación y coordinación a largo plazo que sirva para financiar programas de
investigación sobre sostenibilidad urbana.
2. Investigación en Salud Urbana
2.1. Salud y hábitos urbanos. Una serie de factores relacionados con las transformaciones sociales y los nuevos paradigmas
en salud pública han contribuido a la emergencia dela salud urbana (entendida como el
estudio delas relaciones entre el contexto urbano y la distribución de la salud y la enfermedad
de la población) como un ámbito clave de investigación.
En las últimas décadas la investigación de los factores determinantes de la salud en las
áreas urbanas ha retomado interés con resultados de cambios a nivel teórico,
metodológico y técnico. Existe una gran cantidad de artículos, revisiones y trabajos
científicos que destacan la conexión de las diferentes características del entorno
urbano sobre el seguimiento de hábitos saludables y la mayoría de Las causas
principales de morbimortalidad en La actualidad. En este ámbito, se conjugan de
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formas variables una miríada de conceptos, definidos y medidos de múltiples maneras.
Diferentes autores y autoras, como recoge el volumen 5 de la serie “Nueva Salud
Pública” que publica la EASP, han tratado de “establecer marcos generales para dar
cuenta de las relaciones entre el medio urbano y La salud. La mayoría de estos
modelos integrales sobre los determinantes de la salud en entornos urbanos,
muestran esta distinción entre ambiente físico y ambiente social, mientras La
dirección, intensidad y centralidad de sus componentes constituyen el espacio de
discusión científica”. Desde el estudio de la influencia del entorno urbano en la salud
se trata de ver cómo los elementos del ambiente social, la forma en que nos
relacionamos, la forma en que afrontamos las demandas del medio repercuten en
nuestros niveles de salud.
Por otro lado, los cambios acaecidos en las últimas décadas en los patrones de
morbimortalidad de las poblaciones, con el declive de las enfermedades transmisibles
y la emergencia de las no transmisibles, así como el aumento en la esperanza de vida,
la prevalencia de las enfermedades crónicas y el envejecimiento de la población han
propiciado el ‘reencuentro’ del urbanismo y la salud pública, al enfocar las prioridades
de investigación e intervención sobre aspectos relacionados con las condiciones y
estilos de vida: laobesidad1 la contaminación, la vida sedentaria, sus consecuencias
diabetes, cardiopatías, enfermedades respiratorias, estrés y salud mental, etc.
La mayoría de las investigaciones sobre factores psicosociales y salud se ha centrado
en explorar sus relaciones con la salud mental. Sin embargo, algunos estudios se
centran en el impacto de estos factores sobre hábitos de salud (actividad física,
consumo de sustancias o tabaquismo) o resultados en salud física como el estado de
salud. Algunos estudios mencionados por Jesús Venegas en “Entornos urbanos y
factores sociales” (Urbanismo, medio ambiente y salud/ Virginia Ballesteros , editora)
relacionan la disponibilidad de redes de relaciones con mejores valores de salud
percibida, menor incidencia de cardiopatías, mejor salud mental e incluso menor
riesgo de mortalidad (Duncan et aI., 2005; Lavin et al., 2006; Lorenc et al. 2008). En
una metarevisión sistemática Egan et al. (2008) analizan un total de 31 revisiones
sistemáticas que abordaban el estudio del efecto en la salud (física y mental) de los
factores psicosociales. Los/as autores/as concluyen que en general existe evidencia
para sostener que ambiente psicosocial y salud se relacionan. Los resultados más
destacados vinculaban la calidad de las redes sociales y de apoyo social con menores
riesgos de padecer enfermedad coronaria y cáncer (especialmente cáncer de mama).
En el mismo estudio, también se halló evidencia en estudios realizados en EE.UU. de
que experiencias relacionadas con la discriminación racial aumentaban el riesgo de
padecer estrés y se relacionaban con un peor estado de salud a nivel físico y hábitos de
salud poco saludables.
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2.2. Medio urbano y salud. Investigación sobre espacios
verdes y salud urbana.
Se ha propuesto un marco conceptual para la investigación del ecosistema humano
formado por las interacciones entre procesos y patrones sociales (demografía,
tecnología, economía, instituciones, cultura, información), los procesos ecológicos
(producción primaria, poblaciones, materia orgánica, nutrientes, alteraciones),
englobados por las condiciones externas políticas y económicas e incluyendo las
interacciones entre los sistemas humanos y los sistemas naturales, lo que favorece el
estudio de la salud en la ciudad, que es una expresión de complejas interacciones
sociales y ambientales.
Este modelo, explicado en http://www.easp.es/project/urbanismo-medio-ambiente-
y-salud-serie-nueva-salud-publica/ distingue entre los aportes al sistema (personas,
información, energía, agua, materiales, biodiversidad), los procesos y sistemas urbanos
(gobiernos, procesos industriales, provisión de servicios, diseño urbano y desarrollo) y
las salidas del sistema (habitabilidad, salud, salud ambiental, cultura; calidad urbana
ambiental, aire agua, ruido; desechos y emisiones) (Redman, 2004; Kearns, 2007).
Además este modelo refleja la necesidad de integrar la investigación social y de
realizar más estudios con el doble propósito de mejorar la gestión y restauración del
ecosistema urbano y la mejora de la calidad de vida, salud y bienestar de los
habitantes (Redman, 2004; Kearns, 2007).
En el ecosistema urbano hay procesos que es importante conocer para entender la
complejidad del conjunto y completar el conocimiento necesario sobre las
interrelaciones con la salud: las dinámicas espaciales y temporales de determinantes
sociales y ambientales de la salud en los sistemas urbanos, quién enferma y dónde; las
medidas de la salud en diferentes entornos urbanos, la resistencia urbana a desastres,
el mantenimiento de servicios de ecosistemas y producción de alimentos, el capital
social para adaptarse y sobrellevar el cambio en paisajes que se urbanizan, la
adaptación de población de medios rurales a un medio urbano (Keams, 2007).
EI imparable proceso de urbanización, por el que más de la mitad de la población
mundial reside hoy en entornos urbanos, ha introducido profundos cambios en la
relación entre la especie humana y el medio. Cambios que tienen impactos y efectos
sobre la salud de las poblaciones. Las proyecciones dibujan un mapa en el que las tres
cuartas partes de la humanidad serán urbanícolas en 2030 (UNFPA, 2007). Esta
enorme expansión urbana, que ha recibido el nombre de segunda ola de urbanización,
presenta características que la hacen muy distinta de los estadios anteriores del
proceso de urbanización. Según las estimaciones de la División de población de las
Naciones Unidas en esta nueva ola, los mayores incrementos en los porcentajes de
población urbana ocurrirán en los países en desarrollo y tendrán como escenario
ciudades (hoy) medianas y pequeñas. Además, este crecimiento se sustentará en el
crecimiento vegetativo de la población y no en la migración. Esto plantea problemas y
desafíos de planeamiento, dotación de infraestructuras y servicios urbanos (viviendas,
energía, agua, saneamiento, calles, instalaciones...). Al mismo tiempo este proceso de
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urbanización creciente propicia un aumento de la pobreza: gran parte de la población
urbana mundial vive en tugurios (UN Habitat, 2003; UNFPA, 2007).
Existe un gran número de investigaciones y publicaciones que plantean la relación
entre los espacios verdes en el ámbito urbano y la salud y el bienestar físico y mental.
Estos estudios se plantean cómo diversas características del espacio abierto y dotado
de elementos naturales pueden afectar a la salud a través de su impacto sobre el
entorno (aire, niveles de ruido, clima) y los hábitos (vida social, actividad física). En
estos estudios se destacan no sólo la disponibilidad o existencia de estas áreas, si no
también, y especialmente, su accesibilidad, su estado físico o la distribución de las
mismas a lo largo del espacio urbano.
La disponibilidad, accesibilidad y condiciones de los espacios verdes, zonas peatonales
y plazas en entornos urbanos influye en la salud física, mental y en el bienestar social
de múltiples formas. Los impactos más descritos y estudiados guardan relación con la
calidad ambiental (contaminación atmosférica), la actividad física, la siniestralidad y el
bienestar psicosocial.
Otra de las más destacadas características del modelo predominante de desarrollo
urbano es el descenso en la densidad de habitantes y ocupación del espacio urbano. El
desarrollo urbanístico difuso, fragmentado se ha relacionado en la investigación sobre
salud urbana con un mayor uso del automóvil y menores niveles de desplazamientos
activos (Frumkin, 2002). Por el contrario, se relaciona una alta densidad habitacional y
la concentración de empleos, con mayor número de desplazamientos a pie o en
bicicleta (Panter, Jones, 2010).
Por eso mismo, las características físicas y económicas de los barrios se han
relacionado con una gran variedad de problemas de salud, hábitos y estilos de vida.
Así, se ha desarrollado un corpus relativamente extenso de evidencia sobre la
influencia de las condiciones materiales, el diseño urbano, la disponibilidad de
servicios y áreas de esparcimiento, etc., en el desarrollo de enfermedades
cardiovasculares y respiratorias o la realización de actividad física.
2.3. Investigación social y salud urbana Una parte cada vez mayor de las investigaciones en salud que tienen como objeto el entorno
urbano dirigen también su mirada hacia la búsqueda de conexiones entre la forma en que
vivimos y nos relacionamos y la salud. Los nuevos enfoques en salud pública se han orientado
hacia los factores sociales como elementos determinantes de la salud, y fruto de este cambio
de paradigma conceptos como apoyo social, cohesión, eficacia colectiva, participación social y,
sobre todo, capital social han ganado en los últimos años presencia en la literatura científica.
De esta forma, la mayoría de los modelos conceptuales diseñados para acercarse de manera
holística a la salud en entornos urbanos, muestran esta distinción entre ambiente físico y
ambiente social, mientras la dirección, intensidad y centralidad de sus componentes
constituyen el espacio de discusión científica.
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Si bien la metáfora corporal, como relata Richard Sennett (1997), y la retórica sobre la
salud/enfermedad de las ciudades nunca abandonó el discurso urbano y urbanístico, la ciudad
como marco para el estudio de la salud y lo urbano como determinante de la salud, fue
progresivamente relegado a un papel secundario. Así, durante las últimas décadas, la
investigación en salud urbana se centró en el estudio de la causa de enfermedad en zonas
urbanas depauperadas o en el estudio de la salud de grupos excluidos, relegando a un segundo
plano el papel que el entorno social y urbano juega en la situación social y el estado de salud
de los grupos. De este modo, buena parte de la investigación sobre VIH y consumo de drogas,
ha estado centrada en el estudio de los comportamientos individuales de riesgo, ignorando las
condiciones y forma de vida en los entornos urbanos (Rhodes, 1997; Galea, Vlahciv, 2005)
La constatación de que la explicación basada en factores biológicos no explicaba de manera
completa la morbilidad y mortalidad de la población y mucho menos las diferencias existentes
entre distintos grupos sociales ha llamado la atención de la comunidad científica sobre los
posibles impactos que el contexto social y los factores psicosociales pueden tener en la
explicación de los distintos patrones de salud y enfermedad. En el libro “Urbanismo, medio
ambiente y salud” editado por la EASP, varios autores hacen referencia a “la constatación de
que la explicación basada en factores biológicos no explicaba de forma completa La morbilidad
y mortalidad de La población y mucho menos Las diferencias existentes entre distintos grupos
sociales ha llamado La atención de la comunidad científica sobre los posibles impactos que el
contexto social y los factores psicosociales pueden tener en la explicación de los distintos
patrones de salud-enfermedad”.
Aunque diversos elementos del “entorno social” están presentes en los modelos sobre las
relaciones entre medio urbano y salud, lo cierto es que la evidencia en este campo es aún
escasa y dispersa. Primero porque se trata de conceptos y temas complejos, que implican La
relación de muchos elementos y que dan un alto grado de disenso, visiones, teorías y escuelas
enfrentadas (Egan et aI, 2008). Como señala Muntaner (2004) mientras está generalmente
aceptada la importancia de los riesgos psicosociales para comprender el entendimiento de las
diferencias existentes entre distintos grupos de población en resultados específicos en salud,
existe controversia acerca de la fuerza de la evidencia sobre los efectos de los factores
psicosociales en la mortalidad general y enfermedades específicas”.
La investigación de la salud y la planificación urbana no ha de centrarse exclusivamente en el
impacto del medio ambiente físico y ha de actuar en mayor medida con un carácter
intersectorial o multidisciplinar, enfocándose en cómo podrían ser influenciados todas las
áreas que actúan en una población urbana para reducir la morbilidad y mortalidad y mejorar
la calidad de vida, la salud y el bienestar de sus ciudadanos.
2.4. Principales temas de investigación en salud, calidad de
vida y espacio público urbano.
Avanzar en el conocimiento, en la compresión del curso de las enfermedades, puede
generar innovación en técnicas y tecnologías sanitarlas y en nuevos medicamentos y
terapias, lo que contribuye indudablemente a lograr mejoras para la salud de la
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ciudadanía. Desde esta premisa y para este objetivo se impulsa y orienta la
investigación biomédica hacia el ciudadano, en toda su trayectoria, es decir, desde que
surgen las ideas y se generan los conocimientos, hasta que éstos se transforman en
innovación y se aplican a nuevos productos y servicios, generando, en última instancia,
salud y progreso para la sociedad. Por otra parte, la vigilancia de la salud, las alertas
sanitarlas y las posibles crisis de salud son cada vez más frecuentes y de mayor
intensidad, pese a que cada vez existe más control sobre los factores de riesgo que
amenazan la salud y aunque se hayan conseguido niveles de salud en la población
nunca alcanzados previamente y se disponga de unos dispositivos asistenciales de
cobertura universal, con un desarrollo científico y tecnológico sin precedentes,
preparados para responder tanto a situaciones normales como extraordinarias.
La ESTRATEGIA ESPAÑOLA DE CIENCLA Y TECNOLOGÍA Y DE INNOVACIÓN trata de
trascender las fronteras establecidas entre la investigación científica, el desarrollo y la
innovación, muchas de ellas resultado de un artificial enfrentamiento y diferenciación
fruto de la naturaleza de los agentes responsables de la ejecución de las distintas
actividades de I+D+i aborda la innovación a todos los niveles e incluye, por tanto, a
todos los agentes que comparten la responsabilidad de innovar y su impulso, fomentar
la educación, incentivar la modernización tecnológica, la investigación científica, el
desarrollo industrial, las infraestructuras, etc. Esta visión compartida es imprescindible
para transformar una sociedad que ha de desenvolverse en un entorno de creciente
complejidad, incertidumbre y competitividad.
Más de la mitad de la población mundial vive en ciudades, un número que se espera
que aumente desde los 3.300 hasta los 5.000 millones en 2030. Este crecimiento
urbano sin precedentes plantea riesgos y desafíos sociopolíticos inmensos, pero
también ofrece un potencial significativo para soluciones innovadoras y profundas. Es
conveniente fomentar económica, social y ecológicamente la sostenibilidad de las
áreas urbanas. Lo que significa que las ciudades tienen que hacerse más sostenibles,
satisfaciendo las necesidades actuales sin comprometer la capacidad de las
generaciones futuras de poder hacer lo mismo.
Fue el PLAN URBAN URBAN-NET («Urban-ERA-NET: coordinación de la financiación
sobre investigación urbana en Europa») el que estableció el marco estratégico de
investigación en el campo de la sostenibilidad urbana, con los siguientes contenidos:
Campos de acción de la investigación sobre desarrollo urbano sostenible Gestión urbana integrada y liderazgo urbano Uso sostenible del suelo en las áreas urbanas Cambio climático en el contexto urbano Salud, calidad de vida y espacios públicos Proximidad, accesibilidad, transporte y movilidad Estabilidad social y barrios vulnerables Eficiencia energética y gestión de las infraestructuras Competitividad urbana y adaptación a la globalización.
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Gestión medioambiental y conductas sociales Cambio demográfico – oportunidades y consecuencias para las ciudades Emigración y diversidad como desafío y oportunidad Patrimonio, identidad, cultura, turismo y marketing urbano Ciudades menguantes Localización comercial y áreas centralizadas de suministro Vivienda y diseño urbano en diferentes modelos urbanos
¿Cuáles son los enfoques, principios y modelos adecuados para alcanzar estos objetivos?
Hacer una ciudad más sostenible requiere inversión: inversión en dinero, en compromiso político y ciudadano y también inversión en el conocimiento, necesario para permitir a las ciudades hacer frente a los múltiples problemas y riesgos que afrontan. Por lo tanto, la investigación en sostenibilidad urbana es un elemento fundamental. Es indispensable para proporcionar conocimientos básicos y aplicados apropiados para desarrollar soluciones a los problemas del desarrollo urbano. Un marco de investigación efectivo debe reconocer y estimular determinadas metodologías y enfoques. Es necesario entender en profundidad los retos y la complejidad de la gobernanza y la gestión urbanas. Es necesario desarrollar nuevos enfoques y modos de pensar, así como soluciones, metodologías y herramientas innovadoras. Además, es esencial difundir, discutir y debatir los resultados, hallazgos y conclusiones, para aumentar la sensibilización y estimular la transformación urbana.
La sostenibilidad en las ciudades El espacio público es importante para permitir y mantener la calidad de vida y promover los estilos de vida activos y saludables. Estos espacios facilitan una gran variedad de interacciones sociales que generan bienestar tanto personal como social. Además pueden contribuir a la biodiversidad, el control de la contaminación del aire y del agua y ayudan a combatir el cambio climático. Los gobiernos y las agencias no gubernamentales promueven diversas políticas, estrategias e iniciativas para fomentar la planificación y provisión de espacio público en forma de infraestructuras ecológicas (verdes y azules). La Carta de Leipzig sobre la sostenibilidad de las ciudades europeas pone un especial énfasis en “crear y garantizar espacios públicos de gran calidad” y enfatizan que “debe prestarse especular atención a los aspectos culturales y de salud”.
Cambio climático en el contexto urbano El cambio climático antropogénico (generado por el hombre) y sus consecuencias son un gran reto para las ciudades europeas. Las ciudades europeas han sido construidas tradicionalmente en localizaciones geográficamente estratégicas a lo largo de los ríos o cercanas al mar, un número importante de estas ciudades van a experimentar previsiblemente impactos directos a causa del cambio climático como inundaciones o temperaturas extremas. URBAN-Net considera necesario que la ciudad del futuro sea:
Un sistema complejo y adaptativo, que evalúe y gestione los riesgos e incertidumbres a escala urbana;
Un sistema integrado, de cero emisiones, post-carbono, con baja generación de residuos, uso equilibrado del agua, autosuficiencia local y buena conexión regional;
Una comunidad concienciada, en la cual residentes, ciudadanos y consumidores estén bien informados por los líderes y responsables políticos locales.
Lucha contra el cambio climático en las ciudades
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Existe una gran necesidad de constituir Ciudades Resilientes, áreas urbanas capaces de absorber los cambios, con su economía reorganizada e integrada y desarrolladas socio-cultural y ecológicamente. Son necesarias estrategias para mejorar la capacidad de respuesta colectiva y la preparación de los individuos, instituciones y servicios frente a las inevitables consecuencias del cambio climático. El objetivo de la mitigación es reducir la emisión de gases con efecto invernadero y evitar el cambio climático producido por el hombre mediante la reducción del consumo energético, la mejora de la eficiencia energética, la sustitución de los combustibles fósiles y el cambio de los usos del suelo. Las respuestas de adaptación y mitigación deben realizarse conjuntamente. Las sinergias y antagonismos entre ambas respuestas deberán tenerse en cuenta y ser evaluadas minuciosamente a todos los niveles y en todos los sectores.
PRINCIPALES TEMAS DE INVESTIGACIÓN Principios, modelos y herramientas para desarrollar Ciudades Resilientes. Vulnerabilidad y estrategias de adaptación al cambio climático y desarrollo de
principios comunes para intervenciones conjuntas. “Frenar el cambio climático” mediante el planeamiento nacional y regional y los
códigos de la edificación. Análisis de la relación beneficio/coste de diversas opciones, incluyendo la opción de
“no hacer nada”. Enfoques no normativos en relación con los efectos del cambio climático. Uso de indicadores “universales”, seguimiento y uso de herramientas de
benchmarking para comparar el comportamiento de distintas ciudades. Beneficios para la comunidad por la instalación de infraestructuras de mitigación
(eólica, solar, bombas de calor). Divulgación e implantación del conocimiento disponible. Obstáculos a la implantación de modelos de mitigación. Sinergias/intercambios entre las estrategias de adaptación y las de mitigación. Vivir con el cambio climático – calidad de vida
La aparición del estrés térmico, las complicaciones cardiorrespiratorias, las enfermedades parasitarias e infecciosas, las inundaciones, las sequías, etc… representarán inevitablemente una amenaza mayor para las comunidades pobres y desfavorecidas, particularmente en zonas de alto riesgo. La educación, los servicios sanitarios, la salud pública, el desarrollo de las infraestructuras y la economía van a adquirir una mayor importancia en el mantenimiento de unos niveles aceptables de calidad de vida.
PRINCIPALES TEMAS DE INVESTIGACIÓN Definición paneuropea de calidad de vida, incluyendo estándares mínimos comunes. Impactos sociales, particularmente psicosociales, del cambio climático. Tendencias y datos socioeconómicos y su influencia en la vulnerabilidad soclal ante el
cambio climático. Aumento de la conciencia social e impulso de un cambio de actitud. Participación de la ciudadanía para hacer frente a las consecuencias del cambio
climático. Gestión de la incertidumbre: evaluación y gestión del riesgo
La evaluación y gestión del riesgo son cruciales para preparar las áreas urbanas frente el cambio climático. La información sobre los impactos (tanto espaciales como temporales) que provocan los fenómenos climáticos extremos y las tendencias en aumento servirán de referencia para la evaluación de riesgos en todas las esferas de la planificación urbana así como su gobierno. Será necesario incorporar en la toma de decisiones las metodologías para tratar incertidumbres.
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PRINCIPALES TEMAS DE INVESTIGACIÓN Modelos de alta resolución de los entornos urbanos y regiones. Escenarios socioeconómicos en situaciones de riesgo potencial para la toma de
decisiones políticas a nivel local y regional. Herramientas de apoyo a la decisión para la evaluación y gestión del riesgo
considerando las incertidumbres. Base de Información de referencia mínima para la Comunidad Europea sobre
evaluación de riesgo local. Políticas ante la perspectiva del cambio climático – un enfoque integrado
Es necesario que las autoridades locales respondan de manera oportuna y adecuada a los nuevos desafíos. Dichas respuestas deben además incluir la toma de medidas impopulares o la toma de decisiones basadas en riesgos inciertos. Por ello es esencial que todos los ámbitos del gobierno local estén plenamente implicados en la toma de decisiones frente al cambio climático. De la misma manera es necesario que la toma de decisiones y las futuras acciones políticas estén conectadas a las decisiones y políticas de escala regional, nacional, europea e internacional.
PRINCIPALES TEMAS DE INVESTIGACIÓN Opciones para mejorar las competencias administrativas tanto en el ámbito local como
regional. Implicación ciudadana en las estrategias frente al cambio climático. Capacitación investigadora a nivel local y regional para acortar distancias entre teoría y
práctica Planificar, diseñar y gestionar
El nivel de participación de los ciudadanos en el planeamiento urbano y el diseño varía según el lugar de Europa del que hablemos. Esto condiciona la medida en que la oferta de espacios públicos adecuados cubre las necesidades locales satisfactoriamente. También existen diferencias en la oferta y gestión de servicios públicos realizada por planificadores y promotores o por gobiernos locales. Estos distintos modos de ofrecer los servicios dan como resultado modelos y calidades de desarrollo diferentes. Se necesita flexibilidad y garantía ante el futuro para hacer frente al cambio climático, los cambios demográficos y las necesidades sociales, por ejemplo. Es necesario tener en mente la necesidad de adaptación en las etapas de concepción y diseño.
PRINCIPALES TEMAS DE INVESTIGACIÓN La influencia de los distintos modos de gestión e instrumentos de planeamiento en la
creación de espacio público de calidad. Modelos de gobernanza urbana que faciliten la participación ciudadana en la
planificación del espacio público. Valoración de la eficacia que tienen las herramientas de planificación urbana a la hora
de garantizar que los espacios públicos respondan a las necesidades de los ciudadanos. Instrumentos de evaluación normativa como la auditoría de espacios libres, la
evaluación del impacto en la salud y su contribución a la oferta de espacios públicos de calidad.
Herramientas de evaluación y promoción de criterios de sostenibilidad en el diseño. Implicaciones en el diseño de las ciudades. Incorporación del espacio público para promover una vida sana y activa de la
población. Bienestar social – relación e integración
En las zonas urbanas más desfavorecidas encontramos a menudo espacios públicos mal diseñados y mal gestionados, lo que agrava la sensación de deterioro físico y social. Los
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espacios públicos en buen estado son cruciales para el desarrollo de la infancia. Estos espacios ofrecen oportunidades para el desarrollo de las habilidades sociales, cognitivas y físicas. Pueden suponer un desahogo emocional y espiritual para los adultos. Los espacios públicos bien diseñados fomentan los vínculos sociales y crean identidad cultural, dotando de un sentido de pertenencia a las comunidades locales.
PRINCIPALES TEMAS DE INVESTIGACIÓN Ejemplos de espacios que permitan y creen cohesión social y cultural. Análisis de cómo la falta de acceso a buenos espacios libres va en contra del bienestar
de las comunidades y cómo este patrón aparece a lo largo de Europa. Estudio sobre si los espacios de buena calidad mejoran el éxito educativo. Proyectos de fomento de “identidad local” y de “marcas locales” y su beneficio en la
construcción de capital social para los residentes. La relación de los espacios públicos con el desarrollo comunitario y la cohesión, y cómo
cambiar la “cultura del gueto” por la “cultura del barrio”. Uso diferencial del espacio público por parte de distintos grupos culturales y beneficios
que se podrían lograr mediante espacios de calidad. El cambio de las necesidades de los usuarios a lo largo del tiempo. Efectos de la creación de espacios públicos segregados para distintos usuarios y de los
espacios integrados que responden a los intereses de diferentes grupos de usuarios. Servicios ambientales, ocio y esparcimiento
En línea con los principios del desarrollo sostenible, las decisiones políticas podrían beneficiarse del mejor conocimiento de las contribuciones de los servicios ambientales que aportan los ecosistemas al bienestar económico y social en el contexto urbano. La investigación puede ayudar a determinar cómo incorporar los beneficios de los servicios de los ecosistemas en las políticas de mercado y cómo las políticas puede incorporar medidas para mantener, restaurar y mejorar estos servicios ambientales.
PRINCIPALES TEMAS DE INVESTIGACIÓN Relación entre el buen estado de los ecosistemas y la salud humana. Porcentajes normativos de infraestructuras ecológicas (verdes y azules) para ayudar a
mitigar la contaminación del aire, los efectos de la isla de calor y el ruido. Principios básicos de salud preventiva y de apreciación del significado y la eficacia de
los espacios naturales en los entornos urbanos. Los beneficios físicos y psicológicos de hacer ejercicio al aire libre comparado con
hacerlo en interiores, ¿cuáles son los factores de motivación para usar el espacio público?
Accesibilidad y seguridad Los diferentes métodos de planificación, diseño y gestión del espacio público pueden ayudar a disipar los temores que impiden usarlos a los colectivos más vulnerables. Un objetivo clave del diseño y la gestión del espacio público es equilibrar los modos de transporte que pueden entrar en conflicto y con ello mejorar la seguridad. Las calles y el espacio público se pueden diseñar para lograr entornos urbanos más seguros y adecuados para los peatones y ciclistas. La división en distintas zonas puede mostrar las ventajas de habilitar zonas compartidas entre residentes y peatones, no sólo la reserva de paso para el tráfico motorizado.
PRINCIPALES TEMAS DE INVESTIGACIÓN La preocupación de los ciudadanos en materia de seguridad como barrera al uso del
espacio público y la diferencia entre los niveles de criminalidad reales y percibidos en los distintos tipos de espacio público.
Gestión espacial destinada a evitar comportamientos antisociales, especialmente respecto al desplazamiento de personas y usos conflictivos.
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Mejora del espacio público y su capacidad de actuar como catalizador para el cambio en una comunidad y opciones de activación del capital comunitario a través de la creación de capital ambiental.
La importancia del desarrollo de vínculos entre espacios públicos naturalizados y modelos de movilidad.
Los beneficios de los espacios naturales en la ciudad en relación con los problemas y riesgos para la salud derivados del cambio climático.
2.5. Progreso y Salud
Progresar en salud, en este contexto de investigación e innovación en salud urbana en el que
nos estamos moviendo, significa conseguir un marco colaborativo entre los agentes implicados
que garantice la gestión de la información, y la generación e incorporación del conocimiento y
la tecnología orientada a la mejora de la salud, en un escenario de equidad y responsabilidad
compartida para la generación y aplicación de conocimiento en base a las necesidades de
nuevos bienes, servicios y procedimientos que impacten positivamente en la salud de la
ciudadanía.
En el Plan Andaluz de Salud , desde nuestra perspectiva de innovación e investigación en Salud
Urbanas, se propone en términos generales:
Incluir a la ciudadanía en el proceso de planificación de la I+D+i y de la toma de
decisiones en la incorporación de nuevas tecnologías y su distribución geográfica.
Promover la integración de la información disponible sobre la ciudadanía en las
diferentes administraciones públicas de cara a la eficacia y eficiencia de los servicios
de salud.
Impulsar los mecanismos que fomenten la generación e incorporación de
conocimientos y tecnologías de calidad que garanticen el servicio a la ciudadanía en la
mejora de su salud.
Desarrollar aquellos mecanismos adecuados de integración entre las políticas que
llevan a cabo las entidades que producen y gestionan conocimiento en el SSPA (EASP,
Progreso y Salud), con el fin de hacer más eficientes la traslación del conocimiento al
ámbito de las tecnologías puestas al servicio de la Salud.
La ESTRATEGIA DE INVESTIGACIÓN E INNOVACIÓN EN SALUD I+i 2014/2018 recoge mandatos
en esa dirección de la accesibilidad ciudadana, de los que destacamos:
Asegurar la aplicación de los resultados de la investigación en términos de salud de la
ciudadanía.
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Garantizar la participación de los y las profesionales y de la ciudadanía en el diseño y
desarrollo de las políticas e instrumentos de investigación en salud, en colaboración
con la Estrategia de participación ciudadana.
Generar un Sistema de Información coordinado y permanente sobre investigadores e
investigadoras, actividades de investigación y resultados de la investigación accesible a
la ciudadanía.
El proceso de la investigación clínica incluye la identificación de problemas de salud de la
ciudadanía, el establecimiento de estrategias para resolverlos y la evaluación de la eficacia y
eficiencia de las estrategias diseñadas para resolverlos. Por este motivo la investigación clínica
incluye el desarrollo de ensayos clínicos que evalúan la eficacia o seguridad de diversas
estrategias terapéuticas o diagnósticas, el estudio de cohortes que identifica nuevos
problemas en grupos de población, etc.
La Fundación Progreso y Salud, organización del Sector Público Andaluz, dependiente de la
Consejería de Salud de la Junta de Andalucía, es la entidad central de apoyo y gestión de la
investigación del Sistema Sanitario Público de Andalucía. Se encarga, por tanto, de impulsar de
forma efectiva la investigación e innovación en Salud en nuestra comunidad autónoma.
La articulación de la investigación biomédica en el Sistema Sanitario Público andaluz confiere a
la Fundación Progreso y Salud -en coordinación con las estructuras locales existentes- un papel
facilitador, de apoyo, soporte, y puesta en común de servicios a los centros y grupos de
investigación a lo largo de todo el proceso científico: desde el desarrollo de los recursos
necesarios (infraestructuras, financiación, desarrollo y movilidad del talento…) a la puesta en
marcha y realización efectiva de la producción científica (en metodología, gestión, etc.), hasta
la transferencia de los resultados de las investigaciones a la industria y, tras ella, a la sociedad.
Así mismo, la Fundación Progreso y Salud asume la gestión directa de proyectos estratégicos
de la Consejería de Salud en este campo.
Mediante la puesta en común, para todos los centros e investigadores, de información,
servicios y herramientas para la gestión, desarrollo y transferencia de la producción científica
en Salud, la Fundación Progreso y Salud se convierte en un elemento vertebrador para la
investigación biomédica en el Sistema Sanitario Público de Andalucía.
Su funcionamiento se orienta a servir de apoyo a la generación de conocimiento a través de la
investigación biosanitaria y hacer eficiente su gestión, para lo que la Fundación Progreso y
Salud impulsa el uso compartido de los recursos y estructuras que mejor respondan y se
adapten a las necesidades de los investigadores. La Fundación Progreso y Salud trabaja para
contribuir en la construcción de una gran comunidad de conocimiento e innovación que, a su
vez, permita crear unas condiciones de excelencia investigadora que hagan posible continuar
situando a Andalucía a la vanguardia de la investigación biosanitaria.
Http://www.juntadeandalucia.es/fundacionprogresoysalud/
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3. Innovación en salud urbana
3.1. Innovación urbanística. De algunos trabajos realizados en referencia a determinados agentes ambientales y la salud
humana se ha llegado a estimar que en los países industrializados un 20% de la incidencia total
de enfermedades puede atribuirse a factores medioambientales (Comisión Europea, 2003).
Estos factores nos llevan a considerar la salud como componente esencial en la sostenibilidad
de las ciudades, más aún si tenemos en cuenta que en España el 8S% de la población vive en
núcleos urbanos, podemos constatar el elevado número de personas que pueden estar
sometidos a problemas de salud. Ello nos lleva a considerar la salud como componente
esencial en la sostenibilidad de las ciudades, y por tanto en los modelos urbanos posibles,
principalmente entre la ciudad compacta y compleja y la ciudad dispersa.
La importancia del entorno físico y social (el entorno urbano) en el bienestar y la salud es
enorme, no sólo como factor que influye directamente en el estado de salud, sino como
elemento de oportunidad para desarrollar hábitos o estilos de vida saludables.
Es muy reciente la incorporación de criterios ambientales a los planes urbanísticos, que aún se
encuentran en proceso de reflexión y búsqueda de protocolos que garanticen procesos
simples y eficaces. En ese sentido, el modelo de ciudad o el urbanismo real que cada municipio
lleva a cabo es determinante en la posibilidad de desarrollar un modo de vida saludable.
Hasta el momento, la salud no estaba incluida de manera explícita como vector importante
entre los temas que el urbanismo considera a la hora de diseñar sus políticas urbanas o su
modelo de ciudad. Lo fue en tiempos de supervivencia, cuando la pobreza y la falta de
condiciones mínimas de habitabilidad fueron dos de las causas esgrimidas por los higienistas
en el nacimiento de este campo de conocimiento.
“Las ciudades congregan a multitud de personas, ofrecen multitud de posibilidades, pero
también esconden multitud de amenazas para la salud. Es posible planificar, diseñar y
administrar las ciudades de manera que se favorezca la salud y se proteja a la población contra
esas amenazas. Los determinantes principales de la salud en las áreas urbanas no dependen
directamente del solo sector de la salud. Esos determinantes son de carácter social y cultural, y
pueden ser configurados por las políticas que se llevan a cabo en otros muchos sectores… En
general, las poblaciones urbanas están mejor que sus contrapartes rurales al tener un mayor
acceso a los servicios sociales y de salud y una esperanza de vida más larga. Pero en las
ciudades también se pueden concentrar amenazas para la salud, tales como el saneamiento
inadecuado y la recogida de basuras, la contaminación, los accidentes de tráfico, los brotes de
enfermedades infecciosas, así como estilos de vida poco saludables " (Dra. Margaret Chan,
Directora General de la Organización Mundial de la Salud).
EL PLANEAMIENTO URBANÍSTICO SALUDABLE…
Incorpora un análisis integrado del metabolismo urbano, garantizando que las
funciones urbanas se pueden realizar satisfactoriamente con el menor consumo de
recursos, agua, energía y materiales y con la menor producción de residuos posible.
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Establece en la planificación urbanística un nivel mínimo de energía renovable y un
determinado grado de autosuficiencia energética que combine la generación y las
medidas de ahorro y eficiencia.
Establece en la planificación y en la proyección urbanística un nivel mínimo de
autosuficiencia hídrica que combine las medidas de captación con las medidas de
ahorro y eficiencia.
Establece en los planes y proyectos urbanísticos los tipos de materiales a utilizar,
procedencia y toxicidad así como el porcentaje mínimo de materiales reciclados y
reutilizados.
Habilita en la edificación (habitación, vivienda y edificio) los espacios e infraestructuras
que hagan posible una gestión de residuos basada en las 3R.
EL URBANISMO SOCIAL
Algunos observadores han señalado que, en realidad, el proceso que denominamos
globalización es un proceso doble. Mientras que ciertas actividades económicas
precisan espacios cada vez más amplios para su desarrollo y de este modo pierden todo
carácter local, los hombres buscan espacios cada vez más pequeños en los que poder
sentirse como en casa y en los que desarrollar un sentimiento de pertenencia. "Pensar
globalmente, actuar localmente", este es el lema con el que Ralf Dahrendorf, Premio
Príncipe de Asturias de las Ciencias Sociales en 2007, describe esta tesis.
Hoy nadie discute el papel de los municipios como grandes motores económicos, así
como su capacidad de convertirse en los núcleos donde más fácilmente puede
favorecerse la innovación política y social. Son la administración que mejor puede
funcionar como unidad integradora de la compleja sociedad moderna. Los
ayuntamientos son las administraciones que mayor capacidad de adaptación a las
demandas de los ciudadanos han demostrado, incluso en ámbitos que no son de su
competencia, a pesar de sus problemas de financiación que, por necesidad en unos
casos, e irresponsabilidad en otros, muchos municipios han hecho recaer sobre la
gestión urbanística.
Así explica Alfonso Rodriguez Gómez de Celis en un artículo en EL PAÍS lo que Richard Florida
había convertido en los últimos años en el referente de una innovadora forma de entender el
urbanismo: el factor humano.
Florida defiende que el "factor humano" es más importante que otros factores económicos y ha
establecido el concepto de "clases creativas". Florida concluye que las clases creativas buscan
ciudades creativas para vivir, en las que buscan seguridad, oportunidades e infraestructuras
para el desarrollo personal y profesional, un liderazgo político de altura, respeto y tolerancia y,
lo más importante, auténtico carácter, alma. La política urbanística debe trascender de la
preocupación, casi exclusiva, por la ordenación del territorio y la arquitectura. Necesitamos
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puntos de vista que coloquen al ser humano en el centro del discurso, para lo que debemos
propiciar aproximaciones multidisciplinares al fenómeno urbano. Para ello hemos apostado por
el urbanismo social que pone los instrumentos y recursos del urbanismo al servicio del ser
humano y que bebe también de las fuentes de un urbanismo cívico que tiene como grandes
pilares la transparencia y la participación ciudadana. Se trata, en definitiva, de un modelo de
urbanismo sostenible, transparente y participativo, que busca proteger a los más débiles, que
se preocupa por el pleno desarrollo de todos los barrios de la ciudad, que apuesta firmemente
por la construcción de vivienda protegida y que quiere mejorar la calidad de vida de nuestra
generación, y de las generaciones que nos van a suceder.
3.2 Movilidad sana
La posibilidad de desplazarse a lo largo del área urbana, como vemos, implica la
posibilidad de disfrutar de todas las oportunidades y recursos que ésta brinda. Así,
el transporte constituye un factor determinante de la salud, facilitando el acceso a
los otros determinantes socioeconómicos de la misma.
El acceso a medios de transporte permite mitigar los efectos del aislamiento y la
segregación espacial mediante el disfrute de oportunidades de desarrollo personal
y profesional, aumenta las opciones para el ocio y las vacaciones, favorece el
intercambio de bienes y servicios, y permite mayores posibilidades de contacto y
relación entre personas. En este sentido, el transporte puede constituir un
mecanismo de inclusión social. Una investigación realizada en el Reino Unido
mostró que en torno a un 40% de las personas en busca de empleo referían.
La falta de acceso al transporte o la precariedad de las opciones disponibles para
su movilidad como una barrera a la hora de conseguir un puesto de trabajo. La
presencia de medios e infraestructuras determinadas de transporte tiene
importantes efectos sobre la salud física y el entorno, produciendo fuentes de
contaminación atmosférica y acústica. Estos efectos tienen diferentes
consecuencias a nivel social e individual ya que inciden en el cambio, por ejemplo,
de los hábitos de viaje o los medios de transporte empleados. De esta forma, se
han establecido relaciones entre las actitudes y comportamientos en materia de
movilidad (entendida como la tendencia al empleo de formas de transporte activo)
y vahos aspectos subjetivos del entorno, es decir ligados a la percepción de éste
como seguro, atractivo.
EI uso deformas de transporte activas como caminar o trasladarse en bicicleta se
ha relacionado con mayor nivel de actividad tísica, pero también como un
elemento que aporta beneficios a nivel social facilitando encuentros sociales e
interacciones . Por otra parte, el tiempo empleado en desplazarse, aparte de sus
consecuencias a nivel psicológico aumentando los niveles de estrés o agresividad
vial, tiene importantes impactos sobre la vida social de las personas.
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La necesidad de recorrer largas distancias para desplazarse entre el lugar de
residencia y el trabajo puede afectar la cantidad y calidad de encuentro e
interacciones con las redes sociales próximas.
EL MODELO DE SEVILLA
Sevilla venía sufriendo, con mayor intensidad en el Centro Histórico, todos los
problemas derivados de una intensa movilidad motorizada: consumo de
combustibles, contaminación asociada, fuerte impacto acústico, congestión, etc.
El cambio en el modelo de ciudad se decidió con la participación ciudadana y se
consensuó en dos documentos fundamentales: el Plan Estratégico Sevilla 2010 y el
Plan General de Ordenación Urbana, que tienen como objetivo favorecer el
tránsito peatonal y ciclista en toda la ciudad.
Con la peatonalización, el Centro Histórico, antes dominado por un tráfico denso y
ruidoso, se ha transformado en un lugar apacible y agradable. Para el fomento de
los medios no motorizados también se diseñó y construyó una red de vías ciclistas
de 77 kilómetros de longitud, distribuidas en ocho itinerarios que conectan los
barrios periféricos con el centro.
La implantación de la red ciclista ha generado otras iniciativas como el servicio de
préstamo de bicicletas públicas, el programa Bus+Bici del Consorcio de
Transportes del Área Metropolitana y la creación de órganos para la participación
y la coordinación política, como la Comisión Cívica y la Oficina de la Bicicleta.
Dentro de las medidas para el fomento del transporte público destacan la
renovación de la flota de autobuses utilizando nuevos combustibles y la
implantación del tranvía en el centro histórico a partir de la restricción del acceso
rodado a la zona.
Fechas Clave
•2003 -- Acuerdo plenario del Ayuntamiento para redactar un Plan Director de la
Bicicleta.
•2004 -- Adhesión al Pacto Andaluz por la Bicicleta.
•2005 -- Acuerdo del Consejo de Gobierno de la Gerencia de Urbanismo, por el
que se aprueban las Bases y estrategias para la integración de la bicicleta en la
movilidad urbana de Sevilla.
•2006 -- Aprobación definitiva del Plan General de Ordenación Urbana de Sevilla.
•2007 -- Aprobación del Plan Director para el Fomento del Transporte en Bicicleta.
•2007 -- Cierre al tráfico de la Avenida de la Constitución, la Plaza Nueva y la
Puerta de Jerez
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•2007 -- Inauguración de la línea Metrocentro.
•2007 -- Entrada en vigor de la Ordenanza de Circulación de Peatones y Ciclistas.
Descripción.
Contexto y problemática de partida
Sevilla es el centro de un área metropolitana con una orografía esencialmente
plana ligada a la meseta aluvial del río Guadalquivir. Su centro histórico es uno de
los más extensos de Europa.
La intensa movilidad motorizada tanto en la ciudad como en su área metropolitana
presenta agudos problemas: consumo de combustibles y la contaminación
asociada, fuerte impacto acústico, congestión, etc; estos impactos eran
especialmente intensos en el Centro Histórico.
Según el análisis sobre contaminación ambiental elaborado por el Departamento
de Química de la Escuela Técnica Superior de Ingenieros en el periodo 2000-2002,
entre el 80 y 90 por ciento de la contaminación del aire en Sevilla provenían de los
gases que emiten los vehículos privados y otros medios de transporte.
El informe alertaba también de que la Avenida de la Constitución y sus aledaños
soportaban un nivel de dióxido de azufre, elemento que se encuentra suspendido
en el aire y principal generador del problema conocido como mal de la piedra, de
28 microgramos por metro cúbico, afectando especialmente al numeroso
patrimonio monumental. También la contaminación acústica era elevada, y la
avenida soportaba 72 decibelios en horario diurno.
El sector del transporte es el que presentaba mayor consumo energético, casi un
38% del consumo de energía final, siendo responsable del 44,2% de emisiones
equivalentes de dióxido de carbono.
En el área metropolitana de Sevilla, con 1.499.653 habitantes (INE 2008), se
producen un total de 1,78 millones de viajes mecanizados al día, utilizándose el
vehículo privado en el 70,6% de los viajes. Según la Agencia Local de la Energía del
Ayuntamiento, la ciudad es origen y/o destino del 85,4% de los viajes en vehículo
privado del área. Por otra parte, el 19,3% de los desplazamientos, más de 250.000
viajes diarios, tienen su destino en el Casco Histórico.
Objetivos, estrategias e instrumentos
Las propuestas para el cambio en el modelo de movilidad de Sevilla se formularon
con la participación de la ciudadanía y están contenidas fundamentalmente en dos
documentos elaborados por el Ayuntamiento: el Plan Estratégico Sevilla 2010 y el
Plan General de Ordenación Urbana (PGOU).
Un objetivo estratégico del nuevo PGOU ha sido la alianza ambiental de los modos
de transporte no motorizados y del transporte público, de forma que su
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integración constituya una alternativa atractiva frente al tráfico motorizado de
automóviles privados.
Dentro de ese objetivo se han contemplado los siguientes aspectos:
•La recuperación de espacio público para los modos alternativos.
•La mejora de la seguridad y accesibilidad peatonal.
•El fomento de la intermodalidad.
•La reducción de los impactos ambientales (contaminación, ruido, etc).
•La valoración ciudadana de los modos alternativos de transporte.
•La implicación de la distintas administraciones (local, autonómica, etc),
instituciones (universidad, empresas, etc) y de la ciudadanía en general.
El nuevo PGOU otorga a la bicicleta un papel relevante en la movilidad urbana.
Integra la red de itinerarios ciclistas propuesta en el Documento de Bases como
parte de la estructura general de la ciudad. El Plan incluye como novedad la
obligatoriedad de dotar de plazas para bicicletas a los nuevos aparcamientos y
garajes construidos en la ciudad, en una proporción de una por cada diez plazas
para vehículos a motor. Por otro lado, plantea una serie de actuaciones que
complementan la red de carriles bici inicial, completándola con un sistema que
denomina ‘Red verde: paseos de peatones y ciclistas’ en la que se incluyen las
riberas de los ríos y otros proyectos de diferentes administraciones. También se
incluye la reordenación del trazado ferroviario Sevilla-Cádiz. En total serán unos 55
kilómetros de carriles y paseos ciclistas que estarán operativos conforme se vayan
ejecutando los diferentes proyectos de regeneración y puesta en valor de espacios
verdes. En los diseños de urbanización, el PGOU indica que todos los proyectos de
urbanización deben incluir una propuesta concreta de vías ciclistas que den
continuidad a las existentes.
En lo que respecta a la Cooperación interinstitucional y transferibilidad de
experiencias, Sevilla lidera el proyecto UrBike que es una iniciativa incluida en el
marco del Programa Comunitario Interreg IIIC. Su objetivo es estudiar los
problemas de movilidad y proponer la maximización del uso de la bicicleta como
medio de transporte alternativo. Las actuaciones del proyecto han finalizado pero
continúa la cooperación entre los miembros de la red. Además se han
intercambiado experiencias con los miembros de las redes Baltic Sea Cycling y
MoCuBa , lo que suma un total de 13 países, 38 municipios y 4 millones de
habitantes.
Sevilla pertenece también a la Red Española de Ciudades por el Clima y ha
participado activamente en la reciente creación del Grupo Internacional de
Ciudades para el Fomento de la Bicicleta Pública y mantiene contactos con varias
ciudades españolas: Murcia, Santiago, Badajoz, Zaragoza y San Sebastián.
Alternativas para la movilidad sostenible
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Movilidad peatonal
Favorecer el tránsito peatonal en toda la ciudad mediante ejes y plataformas
específicas y/o compartidas con la bicicleta constituye un objetivo fundamental del
Plan General. Los ejes peatonales se organizan mediante plataformas de aceras
amplias con continuidad física en todas las intersecciones, al nivel del peatón,
estableciendo rampas y espacios de coexistencia para los vehículos de personas de
movilidad reducida.
La determinación de los ejes peatonales que se integran en la estructura urbana
responde a los siguientes principios:
•Continuidad: Se establecen prioridades según la jerarquía del itinerario para
garantizar la continuidad física en los recorridos de viandantes y ciclistas.
•Multifuncionalidad: Los ejes no sólo se consideran como conexiones en el barrio
y en la ciudad, se diseñan también como «infraestructuras verdes» atendiendo a
otras funciones, como son la de soporte de la vegetación, o la de espacio para un
ejercicio saludable y de estancia en un ambiente con contaminación reducida.
•Entorno amable: Se busca incrementar la legibilidad y la funcionalidad del espacio
libre, mediante la señalización específica de los itinerarios y destinos, la
continuidad de la vegetación en los sistemas peatonales, la creación de elementos
para el descanso y el encuentro, la protección ambiental frente a los grandes flujos
motorizados, etc.
Los ejes definen distintos tipos de itinerarios: ejes peatonales sobre cursos
fluviales; ejes ligados a la ronda del centro histórico y a la conexión con sus
puertas; ejes de barrio como elementos de nueva centralidad ligados a
equipamientos, espacios verdes y centros intermodales.
La peatonalización de una amplia zona del casco histórico constituye una apuesta
decidida por la accesibilidad y la mejora de los espacios públicos. La reorganización
de la circulación rodada sirve no sólo para eliminar el tráfico de una de las zonas
más emblemáticas de la ciudad, sino también para conseguir la continuidad
peatonal de los itinerarios norte-sur y este-oeste del centro histórico.
La intervención consistió en la peatonalización desde la Calle San Fernando, en la
que se encuentra la Universidad de Sevilla, pasando por la Avenida de la
Constitución, en donde se ubican, entre otros edificios singulares, la Catedral y el
Archivo de Indias, y su conexión con la Plaza Nueva, en la que se levanta el
Ayuntamiento y donde se accede a la línea 1 de la red de Metrocentro.
La estrategia para el centro histórico se basa en la coexistencia del peatón con el
resto de medios en un contexto de pacificación del tráfico y de jerarquía de pasos
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y de prioridades sensiblemente distinto al preexistente. La escasez de espacio se
resolvió con la adaptación de las calles y la expulsión de los vehículos no
compatibles. Se permite la circulación ciclista sobre el viario peatonal en
determinadas condiciones de conducción y velocidad, que se determinan en la
Ordenanza de Circulación de Peatones y Ciclistas. En aquellas calles cuya
saturación peatonal es evidente se fija un horario de prohibición de circulación de
bicicletas que por lo general coincide con el horario comercial.
Movilidad ciclista
La presencia y el uso de la bicicleta como medio de transporte urbano, así como la
demanda de infraestructuras y de espacios específicos para la misma, vienen
experimentando un crecimiento importante desde la década de los años noventa
en la ciudad de Sevilla. Por ello y por la clara intención del Gobierno municipal de
convertir la bicicleta en uno de los medios de transporte fundamentales en la
configuración de la movilidad sevillana al servicio de un nuevo sistema de
accesibilidad, se ha diseñado y construido una red de bicicarriles de 77 kilómetros
de longitud, que conecta los barrios periféricos con el centro, se han redactado ya
los proyectos de ejecución de 30 kilómetros más que se ejecutarán durante el año
2009.
La red ciclista se ha concebido como un elemento fundamental del Sistema
General Viario de la ciudad, aprovechando las ideales condiciones topográficas y la
existencia de un clima benigno durante la mayor parte del año. Se trata de una red
estructurada de vías ciclistas que no se compone de tramos dispersos sino de una
auténtica infraestructura para la movilidad urbana, de bajo coste y fácil
implantación, que seguirá extendiéndose al mismo ritmo en que lo haga la ciudad.
La red consta actualmente de ocho itinerarios. Casi todos son radiales excepto dos
que rodean el centro: uno, al otro lado del río por Triana y Cartuja, y otro por las
rondas de Pio XII y el Tamarguillo, entre las dos áreas universitarias de Medicina y
Reina Mercedes. Se han adoptado dos criterios básicos a la hora de planificar la
integración de la bicicleta en el viario urbano y la definición de la red ciclista, a
saber:
•La reducción del número de encuentros entre los ciclistas y el tráfico de
automóviles a velocidad elevada, mediante la separación física de la circulación
(en avenidas con gran densidad de tráfico y con disponibilidad de espacio).
•La reducción de la velocidad de los vehículos motorizados en aquellos puntos
donde esa separación sea imposible por motivos de falta de espacio o porque se
adopte en ellos estrategias de coexistencia (zonas 30).
Estos criterios han generado dos tipologías básicas de vía ciclista: •La integrada en
coexistencia, bien sea con el tráfico, con los peatones o con el transporte público.
•La segregada de los tráficos motorizado y peatonal.
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La separación física se aplica en aquellas vías principales de tráfico motorizado
donde existe espacio para la bicicleta, conseguido en gran parte a costa del
aparcamiento en doble fila, una práctica que genera un espacio funcionalmente
inútil en lo relativo a la movilidad. Cuando no es posible la segregación, se reduce
la velocidad de los automóviles.
La implantación de la red de vías ciclistas atiende a los siguientes criterios de
conectividad y estructuración territorial:
•Adecuación y puesta en valor de lo existente: se completan las vías ciclistas ya
existentes, tanto en su conectividad como en su funcionalidad, mejorando el
diseño y los elementos de control y regulación.
•Proyección de futuro: se considera la continuidad con respecto a itinerarios
futuros que conecten la red de la ciudad con la red metropolitana en sus
diferentes modalidades (carriles sobre carreteras, vías y corredores verdes).
•Continuidad de la infraestructura ciclista, no solamente en el recorrido sino
también en el tratamiento. Se evita el cambio de tratamiento —de acera a calzada,
de segregado a coexistencia— como criterio general de cada itinerario. En algunos
casos puntuales, en los que esto no es posible, queda claramente indicado con la
correspondiente señalización.
•Conexión de los barrios: las barriadas disponen de un canal de conectividad con
los centros de atracción de la ciudad: Centro Histórico, nodos e intercambiadores
de transporte, centros universitarios, parques, etc.
Se adoptan como directrices complementarias en la ejecución de los itinerarios los
siguientes criterios:
•Se opta por carriles bidireccionales de 2,5 metros de anchura media.
•Se concede prioridad a los medios no motorizados en las zonas centrales de la
ciudad y de los barrios.
•Se tiende a minimizar las longitudes en los desplazamientos.
•Se intenta minimizar el tiempo de espera en los cruces.
•Se aprovecha la localización clave de algunos parques, especialmente el Parque
de María Luisa.
La red de vías ciclistas se completa con otra de aparcamientos para bicicletas en
puntos estratégicos y accesibles de la ciudad. La previsión inicial para el periodo
2007-2010 era de 2.800 plazas, sin embargo, se cuenta ya con 119 aparcabicis
instalados que ofrecen servicio a 1.428 bicicletas. Para atender a la larga lista de
solicitudes se ha contratado la instalación de 4.000 plazas más durante el año
2009. El contrato se encuentra actualmente en ejecución. Estos aparcamientos se
sitúan en los principales centros de atracción, como son parques, mercados,
oficinas, calles comerciales, puertas intermodales en la entrada del Centro
Histórico, etc. Un tercer tipo son los aparcamientos de los Centros de Servicio de la
Bicicleta, destinados a los grandes intercambiadores de la ciudad, que contienen
además otros muchos servicios para la bicicleta.
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La creación de una red de vías ciclistas es un elemento que hace idónea la puesta
en marcha de una iniciativa de bicicleta pública a gran escala. Durante 2007 se ha
contratado la puesta en marcha del servicio con la instalación de 250 estaciones y
un total de 2.500 bicicletas. Actualmente el Sevici está en funcionamiento y se
estudia una posible ampliación del servicio.
También se ha puesto marcha una iniciativa del Consorcio de Transporte del Área
Metropolitana de Sevilla denominada Bus+Bici, que consiste en facilitar una
bicicleta gratuita a los viajeros que llegan a Sevilla en autobús, procedentes del
área metropolitana. Además, se ha colaborado en la ejecución del carril que
comunica Sevilla con el municipio de Camas y, con la Confederación Hidrográfica
del Guadalquivir, se ha trabajado para la ejecución de las vías verdes en riberas y
arroyos.
Para asegurar la participación ciudadana, se creó la Comisión Cívica de la Bicicleta,
bajo el auspicio de la Delegación de Participación Ciudadana. Están representados
las empresas del sector, las dos universidades de la ciudad, asociaciones de
ciclistas urbanos, asociaciones ecologistas, asociaciones de patinadores y otros
colectivos. Su labor incluye sugerir ideas, validar proyectos y debatir en torno a los
aspectos más relevantes del fomento de la bicicleta. La Comisión ha tenido un
papel particularmente relevante en la tramitación de la Ordenanza de Circulación
de Peatones y Ciclistas. El Plan Director de Fomento del Transporte en Bicicleta
propone la continuidad de esta Comisión, aumentando el número de colectivos y
personas participantes, y dotándola de presupuesto.
Los proyectos de vías ciclistas se encuentran entre las opciones más votadas de los
Presupuestos Participativos, junto a las peticiones de aparcamientos de bicicletas y
otras actividades relacionadas.
También se creó la Oficina de la Bicicleta, una instancia de ámbito local con
capacidad de actuación sobre la materia dentro de la ciudad, integradora y
coordinadora de las políticas desarrolladas por cada departamento municipal. Sus
competencias son:
•Intervenir en la planificación, coordinación, ejecución y mantenimiento de las
infraestructuras ciclistas.
•Poner en marcha el registro de bicicletas, previsto en la Ordenanza Municipal de
Peatones y Ciclistas (actualmente hay 1.050 bicicletas registradas).
•Canalizar quejas y sugerencias de los ciudadanos con relación al uso de la
bicicleta.
•Ejecutar el Plan Director para el Fomento del Transporte en Bicicleta que
contempla diez programas sectoriales. Estos programas van dirigidos al mayor
número de colectivos ciudadanos diferenciados, bien para que utilicen la bicicleta
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como medio de transporte, bien para que acojan favorablemente el incremento
del uso de la misma y la extensión y ubicación de la infraestructura necesaria para
que su uso sea eficaz y seguro.
Fomento del transporte público
Una vez peatonalizados 50.000 metros cuadrados del Centro Histórico de Sevilla,
era necesario elegir un transporte capaz de ofrecer un servicio similar al que
anteriormente atendía el autobús y que, además, estuviera conectado con otros
sistemas de transporte. Por ello se optó por el tranvía (Metrocentro) como medio
público confortable, rápido, fiable, y seguro.
La velocidad comercial del tranvía es superior a la del autobús y a la del coche
privado, al tener preferencia de paso en los semáforos.
Los andenes de las paradas tienen unos 45 metros de largo, y están elevados sobre
el nivel de la calle, y cuentan con marquesinas y cortavientos.
En cuanto a la red de autobuses, destaca la incorporación continua de vehículos
ecológicos a la flota de Transportes Urbanos de Sevilla (TUSSAM), como forma de
atajar el problema de la contaminación. En el año 2007 casi la mitad de la misma,
188 unidades, utilizaba energías alternativas, como el ‘biodiésel’ (100 autobuses),
o el gas natural comprimido (86) y o estaba formada por vehículos eléctricos (2).
La estación de carga de gas natural será ampliada en dos años para tener una
capacidad de 190 vehículos y actualmente está en pruebas en cuatro autobuses la
viabilidad del combustible denominado e-diesel (mezcla de bioetanol y gasóleo),
como parte del proyecto de investigación «Agrobihol».
Resultados obtenidos
Reducción del impacto ambiental
El cierre al tráfico de la Avenida de la Constitución, la Plaza Nueva y la Puerta de
Jerez, ha supuesto un descenso de la contaminación ambiental y acústica. Los
estudios elaborados por el Departamento de Química de la Escuela Técnica
Superior de Ingenieros determinan que, una vez eliminado el tránsito rodado en la
zona, el dióxido de azufre pasó a menos de 5 microgramos por metro cúbico, nivel
de fondo o nivel mínimo en un ámbito urbano. También el monóxido de carbono
se ha reducido en la zona peatonalizada por debajo de 5 miligramos, valor que
corresponde al nivel de fondo.
La contaminación acústica de 72 decibelios que soportaba la Avenida de la
Constitución ha quedado reducida a 56 decibelios.
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La utilización de combustibles alternativos en la flota de autobuses urbanos de
TUSSAM redujo en dos mil toneladas la emisión de dióxido de carbono.
Calidad del espacio público
La supresión completa del tráfico de una zona del Centro Histórico (50.000 metros
cuadrados) ha brindado la oportunidad de reordenar y mejorar la vegetación,
creando un ambiente amable para el peatón, quien ha visto como lo que antes
estaba dominado por un tráfico denso y ruidoso se ha convertido en un lugar
apacible y agradable.
Referencias:
HABITAT. UNIVERSIDAD POLITÉCNICA DE MADRID. Ciudades para un futuro más
sostenible. Buenas Prácticas > Españolas > Movilidad sostenible y espacio urbano (2010) >
http://habitat.aq.upm.es/bpes/mseu/bp-sevilla.
3.3. Contaminación y salud urbana Existen trabajos de investigación, estudios de laboratorio, epidemiológicos y toxicológicos que permiten estimar posibles riesgos, pero las variables son muchas y se hace difícil concretar la relación causa-efecto en cuestiones como alérgenos, radiaciones ionizantes, contaminantes del aire, preparados químicos carcinógenos, aunque por debajo de ciertos niveles no son peligrosos. Históricamente se han considerado diferentes efectos en la relación entre medio ambiente urbano y salud, pudiendo citar aquellas que han sido más significativas (Rubio, 2008):
Las características naturales y condiciones climáticas del lugar.
La naturaleza y composición del suelo, junto con el impacto de residuos.
La contaminación atmosférica del aire.
La calidad del agua.
El ambiente sonoro.
La contaminación electromagnética.
Los impactos olfativos y de olores próximos.
Intoxicaciones alimentarias. El informe La salud de las ciudades y sus ciudadanos (urbanismo y salud pública municipal), sugiere líneas de investigación e innovación en salud para evitar los impactos que afectan más directamente a las condiciones de salud de la mayoría de la población urbana en nuestro entorno: el ruido, la contaminación atmosférica, la accidentalidad, la generalización de las alergias y las afecciones relacionadas con la exposición a sustancias nocivas.
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Los nuevos desarrollos urbanos deberían tener como condicionante el tratamiento in situ de la materia orgánica con compostadores individuales o colectivos. Ello supondría reducir alrededor del 40% en peso de las basuras domésticas, reduciendo sustancialmente el transporte y el uso de abonos inorgánicos que son a su vez muy demandantes de energía en su fabricación. Durante los años en que se ha realizado el Informe Anual de Sostenibilidad en España, los indicadores han ido matizándose y son: calidad del aire, exposición al ruido, exposición a sustancias peligrosas y relación entre la morbilidad/mortalidad temprana con los factores ambientales Desde el análisis ambiental, los Informes Döbriss sobre Medio Ambiente Urbano en Europa, a cargo de la Agencia de Medio Ambiente Europea, integran un capítulo sobre el medio ambiente y la salud humana, en el que se profundiza en los impactos de la contaminación, junto a otros aspectos, como el acceso a zonas verdes y la calidad ambiental. Con estos procesos de reflexión sobre la sostenibilidad de los municipios, y a través de los indicadores ambientales, es donde surge la sinergia en temas que son a la vez factores de salud y vectores ambientales (contaminación, ruido, modos de transporte no motorizados, etc.).
3.4. Estrategias innovadoras sobre prevención y reciclaje de residuos El informe La salud de las ciudades y sus ciudadanos (urbanismo y salud pública municipal), entre otras cosas, recoge iniciativas muy interesantes en la línea de valorización no contaminante de los residuos sólidos urbanos. Los nuevos requerimientos legales Directiva 2008/98/CE Valorización de material antes del 2020, 50% mínimo de peso. Restricción del uso de la fracción orgánica a fin de garantizar un alto nivel de protección de la salud y del medio. Directiva 1999/31/CE Diminución de entradas en vertedero de los residuos biodegradables, reducción de un 35% en 2016 La normativa estatal básica sobre residuos está establecida en la Ley 10/1998, de 21 de abril, de residuos; modificada por la Ley 62/2003, de 30 de diciembre, de medidas fiscales, administrativas y de orden social. Esta normativa, asigna a las Entidades locales (Art. 4.1) competencias en la gestión de los residuos urbanos, en los términos de la propia ley y en los que, en su caso, dicten las comunidades autónomas, estableciendo como servicios obligados la recogida, el transporte y, al menos, la eliminación de los residuos urbanos, en la manera en que establezcan sus respectivas ordenanzas, sin distinciones en razón de su población, modificando así lo expresado en la Ley de Bases de Régimen Local. Esta misma Ley de residuos amplía los deberes de los ayuntamientos de más de 5.000 habitantes (Art. 20.3), incluyendo la necesidad de implantar sistemas de recogida selectiva de residuos urbanos…, sin perjuicio de lo dispuesto sobre los envases y residuos de envases en su normativa específica. Así pues, las entidades locales tienen la potestad de decidir su modelo de gestión de residuos y los instrumentos que se desarrollaran para conseguir los objetivos fijados.
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La Estrategia Europea sobre prevención y reciclaje de residuos La política comunitaria ha fijado los siguientes cinco grandes objetivos para la gestión de los residuos durante los últimos años: • La prevención de la generación de residuos a través del fomento de tecnologías y procedimientos poco contaminantes y que producen pocos residuos, así como la fabricación de productos ecológicamente satisfactorios y reutilizables (y, se debería añadir, valorizables), • El fomento de la recuperación, reutilizando y valorizando los residuos para reincorporarlos en el ciclo productivo como productos y/o materias primas, con el subsiguiente ahorro de recursos y de impactos ambientales y socioeconómicos. • La mejora de la eliminación de los residuos a través de medidas de control medioambiental más severas a escala europea, en particular, en forma de disposiciones legales, • La intensificación de las disposiciones en materia de transporte de sustancias peligrosas, • El saneamiento de las zonas contaminadas. En la vigente Estrategia Europea sobre prevención y reciclaje de residuos (cabe destacar que el título completo de la estrategia incluye “un paso adelante para el consumo sostenible de recursos”) se plantean unos objetivos un tanto diferentes de los que hasta ahora se habían proclamado, aceptando que la prevención, que había sido la meta principal durante muchos años, ha sido uno de los objetivos alrededor de los cuales se han desarrollado menos políticas específicas y el que está más lejos de conseguirse. Plantea como objetivos de una política evolutiva sobre residuos en la UE, que ésta contribuya a reducir el impacto sobre el medio ambiente de la utilización de recursos en general. Prevenir la generación de residuos y promover el reciclaje y la recuperación aumentará la eficiencia en la utilización de recursos en la economía europea y reducirán el impacto medioambiental negativo derivado de su utilización. Esto contribuirá a mantener una base de recursos fundamental para un crecimiento económico continuado y sostenible. Los objetivos básicos de la política de residuos de la UE actualmente vigente –prevenir los residuos y promover la reutilización, el reciclaje y la recuperación para reducir el impacto medioambiental- siguen siendo válidos, aunque matizados por la incorporación del concepto de impacto en el ciclo de vida. Si la política medioambiental tradicional se ha centrado en las fases inicial y final del ciclo de vida (extracción, transformación y fabricación, por un lado, y gestión de residuos, por otra) hoy en día se reconoce que el impacto medioambiental de muchos recursos va ligado a la fase de utilización. Todas las fases del ciclo de vida de un recurso deben ser tomadas en cuenta, ya que pueden producirse efectos cruzados entre las diferentes fases, y las medidas adoptadas para reducir el impacto medioambiental en una fase podrían empeorar el de otra. La política medioambiental, en este caso, la política de gestión de residuos, debe minimizar las repercusiones
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negativas para el entorno a lo largo de todo el ciclo de vida de los recursos. Si se aplica este concepto, es más fácil determinar prioridades y políticas, de forma que el medio ambiente saque el máximo provecho del esfuerzo realizado. En efecto, la Directiva 2008/98/UE tiene como principales novedades la introducción, aclaración y modificación de algunas definiciones, la modificación de la jerarquía de residuos, la inclusión de la incineración con recuperación energética como valorización energética siempre que se cumplan unos determinados requisitos de eficiencia44, así como la determinación de nuevos objetivos de reciclado para 2020. La Directiva también introduce nuevos requisitos sobre prevención de residuos y, aunque no incorpora objetivos específicos, si determinó que la Comisión tenía que presentar al Parlamento Europeo una política de Ecodiseño y formular un plan de acción europeo con el objetivo de modificar los actuales modelos de consumo. A finales de 2014 deberá establecer, además, unos objetivos de prevención para el 2020. También obliga a los Estados miembros a formular sus propios programas de prevención de residuos, que deberán incluir objetivos e indicadores. Cabe destacar el tratamiento específico que hace de los biorresiduos, instando a los Estados miembros a adoptar medidas para impulsar su recogida selectiva, tratamiento y uso ambientalmente seguro de los materiales producidos. El objetivo a largo plazo es que la UE se convierta en una sociedad del reciclaje (quizás sería mejor decir, de la eficiencia) que se propone evitar los residuos y utilizarlos como recurso. Con normas medioambientales de referencia rigurosas, el mercado interior facilitará las actividades de reciclado y recuperación. De estos objetivos reflejados en la normativa europea más reciente, se desprende que aunque aún no se desliga crecimiento económico de necesidad de consumir recursos, sí se reconoce la relación hasta ahora indisoluble entre crecimiento económico tal y como se calcula ahora y consumo de recursos (sean estos de origen “reciclado” o no).
3.5. Innovación en la obtención de energía desde los residuos sólidos urbanos Cada año se generan 1.500 millones de toneladas de residuos sólidos urbanos en todo el
mundo y más del 75% acaban en el vertedero, mientras que de cada kilogramo de basura
orgánica se puede extraer combustible suficiente para recorrer 7 km en automóvil, reduciendo
además drásticamente las emisiones de CO2 y gases de efecto invernadero .
El abuso en la utilización de los recursos no renovables para generar energía ha tenido grandes
impactos ambientales, originando una preocupación sobre el uso eficiente de energías así
como sobre la generación de energías limpias. Los altos índices de contaminación originados
por el uso de combustibles fósiles han impactado fuertemente debido a la generación de gases
de efecto invernadero, los cuales se consideran como una de las principales causas de
contaminación atmosférica y del calentamiento global (los gases de efecto invernadero
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impiden que se escape el calor que la Tierra recibe del Sol, por lo que se altera el equilibrio
natural y ocasiona que el clima se comporte de manera errática).
En el vertedero convencional, confluyen una serie de problemas irreparables de carácter
ambiental tales como la generación de metano y otros compuestos nocivos, así como la
contaminación de acuíferos subterráneos y la necesidad de una vigilancia intensiva durante
generaciones. Hasta ahora sólo existía la posibilidad de recuperar energía de los RSU a través
de dos mecanismos: el primero sería a través de su incineración - proceso conocido como
conversión de Residuos-a-Energía (WTE, Waste-to-Energy)- y el segundo por la recolección de
gas metano y su empleo para la generación de energía eléctrica. Aunque el termino biomasa
incluye todos los materiales que producen energía provenientes de fuentes biológicas, tales
como madera o residuos de madera, productos residuos de la industria alimenticia, agua
residual, residuos sólidos urbanos (RSU) y otros materiales biológicos, los únicos recursos de
biomasa conocidos generalmente eran la leña y el carbón vegetal. La utilización de materias
primas como los cereales para estos fines tiene un aprovechamiento poco eficiente y puede
entrar en conflicto con el uso de plantas para fines alimentarios.
En ese marco, la eliminación de los residuos sólidos urbanos mal resuelta es el origen de
multitud de problemas de gestión y ambientales. De hecho, la fracción orgánica de los residuos
constituye la columna vertebral de la gestión de residuos municipales. Una línea de actuación
recomendada por el Libro Verde es diseñar planes de gestión de residuos urbanos teniendo
como objetivo, entre otros, un balance energético favorable.
Tanto la incineración, con o sin recuperación de energía, como las tecnologías alternativas de
gasificación y pirólisis son modelos de gestión de residuos urbanos con impactos ambientales
que afectan la salud de las personas, al igual que los rellenos sanitarios o basurales a cielo
abierto:
Generan dioxinas y furanos, sustancias extremadamente toxicas, cancerígenas, persistentes y
bioacumulables que poseen la capacidad de dispersarse grandes distancias de su fuente.
Emanan cloruro de hidrogeno, un gas incoloro irritante y corrosivo en contacto cualquier tejido
y provoca complicaciones al sistema respiratorio.
Emiten metales pesados que no se destruyen y atraviesan los filtros de las chimeneas
transportados en finas partículas que luego son respiradas y asimiladas por la población.: el
plomo provoca daños en el cerebro y en los riñones y es un potencial teratogénico; el mercurio
produce daños irreparables al sistema nervioso por ser bioacumulable y persistente.
Generan hidrocarburos aromáticos polinucleares producto de la combustión incompleta de
petróleo, gas, carbón, residuos y otros compuestos orgánicos y existen evidencias de que
algunos de ellos son cancerígenos.
Cuando se planifica la energía de un nuevo desarrollo o incluso de áreas urbanas existentes
deberían incluirse como energías renovables todas aquellas que pudieran disponerse aparte
de las energías solar y geotérmica. En los residuos hay un potencial energético nada
despreciable. Tanto la generación de biogás procedente de la materia orgánica, como, en su
caso, la incineración de residuos, previa la recuperación de todos los flujos con opción a ser
reciclados, pueden suponer un monto energético considerable…Se propone la incineración de
residuos para la generación de energía eléctrica y en su caso para agua caliente destinada a un
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distrito de calor o frío, únicamente cuando ya se han realizado todos los esfuerzos de selección
y recuperación de materiales. En ese caso y sólo en ese, se justifica la incineración de residuos.
Lo que se incinera ha de estar exento de materia orgánica (precursora de las dioxinas y furanos
y portadora de agua que reduce el rendimiento energético) y materiales recuperables.
Un modelo de gestión de residuos más sostenible tiene, como objetivo primero, considerar los
flujos de los materiales como recursos potenciales y no como residuos, es decir, materiales
destinados al abandono. La materia orgánica es una fracción que bien gestionada supone
beneficios sustantivos.
Cuando el volumen de la fracción orgánica es elevado y el porcentaje de impropios es reducido
(<10%) se propone la metanización de ésta con el fin de obtener biogás, el cual puede ser
utilizado para generar energía eléctrica o como combustible. Una aplicación interesante es el
uso del biogás como carburante en el transporte público. El esfuerzo de la separación
domiciliaria se potencia con el uso del biogás en el transporte público, un medio considerado
más “ecológico” por la población y con menor impacto contaminante.
La producción de Bioetanol a partir del residuo sólido urbano supone un gran avance
tecnológico en el modelo de gestión de residuos, ya que permite aumentar la tasa de
recuperación y minimizar la huella ambiental, creando grandes beneficios para la sociedad.
La tecnología ‘waste to biofuels’ (W2B) hace posible obtener eficientemente de los residuos
sólidos urbanos (RSU) bioetanol apto como combustible (biocombustibles de segunda
generación) mediante un tratamiento de fermentación e hidrólisis enzimática y con viabilidad
técnica y económica. Se trata de un tratamiento innovador que supone una revolución en la
gestión de los residuos sólidos urbanos ya que permite, de manera simultánea, resolver la
gestión eficiente de RSU y producir energía de forma sostenible.
Durante el proceso de transformación, la materia orgánica se somete a diversos tratamientos
para producir fibra orgánica, rica en celulosa y hemicelulosa, que posteriormente será
convertida a bioetanol y esta nueva tecnología no se limita al tratamiento de la fracción
orgánica de los RSU, sino que permite además el aprovechamiento del resto de componentes,
tanto de los reciclables como de los no reciclables y otros plásticos, mediante diferentes
métodos para la obtención de biodiesel, y la valorización energética para la generación de
vapor y energía eléctrica.
4. I+D+i en la producción de energías saludables
4.1. Crecimiento verde El crecimiento verde consiste en abordar el cambio climático de una manera decisiva
mientras que, al mismo tiempo, hace de las tecnologías e industrias verdes necesarias para
combatirlo las impulsoras del crecimiento económico nacional.
Ahora bien, también se trata de algo mucho más importante que esto. Supone un nuevo
paradigma social y de civilización que abandona las hipótesis de negocios y estilos de vida de la
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era industrial para seguir una nueva trayectoria que satisface la necesidad del crecimiento
económico y la responsabilidad social y corporativa, así como la integridad del medio
ambiente. Es un cambio de pensamiento que ya no opone “verde” a “crecimiento”.
Con el fin de hacer “verde” y “crecimiento” compatibles, existen tres requisitos clave.
En primer lugar, es precisa una voluntad política y capacidad de dirección inquebrantables
para hacer la transición a un nuevo paradigma. La energía renovable es fundamental para
crear economías más ecológicas, nuevos empleos e industrias, asegurar el suministro de
energía y proteger el clima y el medio ambiente. Se habla de la habilitación de la economía
ecológica como una de las medidas normativas más eficaces para alentar el tránsito de los
combustibles fósiles que calientan al planeta hacia una energía verdaderamente renovable.
As lo expone Le Myung-Bak , Presidente de Corea, en la revista de medio ambiente de la ONU,
donde se analizan un gran cúmulo de experiencias de diseño y aplicación, buenos y malos, y
examinan los retos que las políticas y la energía renovable en general encaran,. Y concluye:
Sin duda la estrategia de crecimiento con bajo carbono se está manifestando como la solución
viable para el desafío ambiental mundial actual. Con una población del mundo que se prevé
alcance los 9.000 millones para 2050 y con un sistema climático cambiante que amenaza
nuestro único hábitat, es imperativo que encontremos un método que responda al crecimiento
económico y aborde el cambio climático. Es por lo que tenemos que hacer un cambio de
paradigma. Esta es la elección que hice cuando declaré “bajo carbono, crecimiento verde”,
como la visión nacional de la República de Corea, el 15 de agosto de 2008. Durante años, los
que creían que hacer frente al cambio climático sería una carga para la economía han
dominado el debate en la República de Corea. La mayor parte de los dirigentes del mundo de
los negocios y del gobierno arguyeron que deberíamos demorar la adopción de medidas para
combatirlo con el fin de “asegurar una competitividad mundial” como si la inacción a largo
plazo, fuese un beneficio para la República de Corea. Estimé que era necesario un nuevo
paradigma de pensamiento para salir de este punto muerto. Si una nueva vía de crecimiento
era inevitable, no deberíamos resistirnos, sino adoptarla plenamente. Esta es la filosofía en la
que se basa la estrategia “bajo carbono, crecimiento verde”. En la República de Corea,
establecí un comité presidencial para supervisar la integración de la visión del crecimiento
verde en todos los sectores de la sociedad, desde los gobiernos centrales a los locales al sector
de los negocios y los grupos cívicos. Con el fin de garantizar que la visión tenga prioridad sobre
todas las políticas pertinentes, la Asamblea Nacional aprobó la Ley Básica sobre Crecimiento
Verde con apoyo de todos los partidos. Como parte del plan de crecimiento verde quinquenal
del gobierno, estamos gastando el 2% de nuestro producto interno bruto al año para impulsar
las políticas, cifra superior a la recomendada por el PNUMA.
El Foro de Grandes Economías sobre la Energía y el Clima determinó diez esferas de
tecnologías transformacionales para combatir el cambio climático mundial,
Cualquier discusión sobre el cambio climático debe incluir no sólo “cuánto” reduciremos, sino
“cómo” lo lograremos. Todos los países deben encontrar su estrategia específica para lograr el
crecimiento verde. Y dado que no hay un método unívoco para lograrlo, debemos ayudarnos
mutuamente a este respecto.
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“Para empezar a actuar, hay que poseer conocimientos… Todos los países deben encontrar su
estrategia específica para lograr el crecimiento verde. Y dado que no hay un método unívoco
para lograrlo, debemos ayudarnos mutuamente a este respecto…Debemos de trabajar todos
juntos para forjar la vía al crecimiento verde. Y ciertamente creo que los que tomen primero
las medidas recogerán los frutos del nuevo mundo verde”.
(http://www.unep.org/pdf/OP_Feb/SP/OP-2010-02-sp-FULLVERSION.pdf)
Joan Martínez Alier, una de las voces de mayor prestigio nacional e internacional de la
economía ecológica, afirma acertadamente en que “parece aconsejable un keynesianismo
verde que aumente la inversión pública en conservación de energía, en instalaciones
fotovoltaicas, en transporte público urbano y rehabilitación de viviendas, en agricultura
orgánica. Pero no lo parece continuar en la fe del crecimiento económico. En los países ricos
debe darse un ligero decrecimiento económico que sea socialmente sostenible”. Esto implica,
por un lado, que la economía decrezca en términos materiales y de consumo energético y, por
otro, una oportunidad para cambiar nuestro modo de vida. Un keynesianismo verde
acompañado de un decrecimiento sostenible puede ser una salida de la crisis económica que
conduzca hacia una sociedad más sostenible: impulsar una “economía de la energía” que
implica como principales medidas, por un lado, una apuesta por las energías renovables y, por
otro, una norma de limitación del consumo de gasolina y de reducción de emisiones aplicable a
los nuevos modelos de automóviles para el 2011. La idea central de la Economía Verde es
crear un nuevo motor económico que, a la vez, cree empleo y luche contra el cambio
climático.
La pinza de la doble crisis energética que padecemos –final de la era del petróleo barato, y
desestabilización del clima del planeta– atenaza las posibilidades de vida humana decente
sobre el planeta Tierra. Desde el punto de vista socioeconómico, la guerra de los ricos contra el
mundo llamada neoliberalismo prosigue básicamente sin control. Estamos en la cuenta atrás y
quizá en la siguiente gran crisis sistémica no tengamos ya ni el mínimo margen de maniobra
necesario para llevar a cabo una transición no catastrófica. Jorge Riechmann (Frente al
abismo, Revista Papeles) apuesta por poner en el centro la acción sociopolítica y reactivar la
política en sentido fuerte. Ni la democracia puede ser asunto de políticos profesionalizados, ni
la sostenibilidad cabe dejarla en manos de ecologistas e ingenieros ambientales: son los
asuntos básicos donde nos va la vida, donde nos jugamos el todo por el todo; nos atañe a
todos y todas. Tiene que ser objeto de una política avecindada con la ética y practicada desde
la base por la ciudadanía.
4.2. Energía limpia
Al arribar al aeropuerto de Copenhague, los viajeros observan las turbinas eólicas sobre el
agua. Al llegar a la ciudad, tal vez les impresione el enorme número de ciclistas y los carriles
para bicicletas. Menos visibles son los kilómetros y kilómetros de tuberías de calefacción
subterráneas. La energía térmica y eléctrica combinada, muy utilizada en la zona de
Copenhague y que ahorra dinero y combustibles fósiles, junto con la incineración de los
desechos sólidos, forma parte integral del sistema de energía de la ciudad.
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Gracias a estos progresos, las emisiones de gases de efecto invernadero de Copenhague ya no
son tan altas en comparación con la mayoría de las capitales del mundo, pero sí respecto del
objetivo establecido por el Concejo Municipal de que Copenhague se convierta en la primera
capital neutra respecto del carbono en 2025.
Para lograr este objetivo, el Ayuntamiento presentó una serie de iniciativas para reducir
medio millón de toneladas de emisiones en diez años, tras lo cual habrá reducciones aún
mayores. Los resultados se han supervisado desde entonces y se presentaron informes
anuales con el objeto de adoptar nuevas medidas de al no alcanzarse las metas intermedias.
Se necesita para avanzar en ese horizonte no sólo ahorro de energía, sino mayor eficiencia
energética, más fuentes de energía renovable, transporte más verde, edificios de bajo
consumo de energía y cambios en el estilo de vida.
No obstante, como cualquier otra ciudad, Copenhague es parte de la sociedad circundante,
desde donde viaja gente diariamente, y depende de las decisiones gubernamentales y las
tendencias generales de desarrollo, por lo cual no es posible alcanzar la neutralidad plena
respecto del carbono solo dentro de sus límites.
Por eso, el municipio está comprometido y participa en proyectos externos, como el
establecimiento de nuevos parques eólicos para neutralizar las emisiones de carbono que aún
persistan. El Teniente de Alcalde de Ingeniería y Medio Ambiente Klaus Bondam, señaló que
Copenhague ya cuenta con algunas de las centrales térmicas y eléctricas combinadas más
eficientes del mundo.
No obstante, y pese al uso de energía eólica, biomasa e incineración de residuos, la mayor
parte de la electricidad utilizada en Copenhague proviene de combustibles fósiles,
especialmente carbón y gas natural. Así pues, sería muy importante reconvertir las centrales
eléctricas para que utilicen residuos en lugar de carbón, construir nuevas centrales
combinadas basadas en fuentes de energía renovable e instalar más turbinas eólicas en la
zona de Copenhague. El incremento del uso de energía geotérmica.
El Plan de Copenhague sobre el Cambio Climático prevé la instalación de sistemas de
almacenamiento de energía, como depósitos de agua con bombas de calor, promocionar las
baterías para automóviles eléctricos y la producción de hidrógeno para células de
combustible en vehículos e instalaciones estacionarias.
Reconociendo que otras ciudades también tienen planes ambiciosos en relación con el cambio
climático, el edil agrega: “Está por verse si Copenhague será la primera y única ciudad neutra
respecto del carbono. Nos complacerá competir con otras, especialmente si desean
alcanzarnos o incluso estar a la vanguardia”.
4.3. Movilidad Verde
La creciente movilidad verde, como andar en bicicleta y caminar, representa el 10% de las
metas de reducción del Plan sobre el Cambio Climático de Copenhague, ciudad considerada
como “la ciudad de los ciclistas”, que ha inspirado a ciudades como Melbourne y Nueva York
a reservar carriles semejantes para bicicletas.
Actualmente se está invirtiendo más dinero para mejorar los carriles y construir nuevas vías y
puentes exclusivos para peatones y ciclistas. Se ha planificado el estacionamiento de bicicletas
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en centros de transporte público y un sistema de rutas de bicicleta para los que viajan todos
los días a la ciudad. Se está modernizando el transporte público para que sea más cómodo y
confiable y se reduzcan los tiempos de viaje. Las empresas de autobuses tienen la obligación
de reducir las emisiones de carbono en un 25% y periódicamente se plantea la fijación de
restricciones de acceso o peajes por el uso de las carreteras y zonas ambientales en el centro
densamente poblado de las ciudades.
Poco a poco, el parque automotor municipal va incorporando automóviles eléctricos o
impulsados por hidrógeno y se instalan estaciones de carga con aparcamiento gratuito y otros
“privilegios” para automóviles eléctricos e híbridos.
4.4. Las ciudades inteligentes
Pueden obtenerse grandes reducciones de las emisiones mejorando las normas de
construcción y renovando las estructuras existentes. Un Ayuntamiento puede maximizar el
ahorro de energía renovando escuelas, instituciones y otros edificios municipales y destinando
los ahorros del consumo de electricidad a la financiación de nuevos proyectos.
Los edificios nuevos, al cumplir normas energéticas y criterios de conservación de energía
muy rigurosos y de forma análoga a lo que sucede en otros tipos de dieta, no solo producen un
a ahorro al evitar el exceso de consumo de energía sino que también mejora la calidad de
vida, como resultado de las mejores condiciones ambientales, brindando un mejor clima
interior e iluminación en las escuelas, instituciones, centros deportivos y otros edificios con
beneficios para la salud y una disminución del ausentismo.
Ante la falta de suelo para crecer hasta el infinito, con leyes ambientales cada vez más
restrictivas, problemas de contaminación de todo tipo, y envueltas en una crisis económica
que ya no deja margen para grandes ni pequeñas alharacas en el gasto público, las ciudades se
van sumando a lo que el gigante de la consultoría IDC llama “la explosión de la economía
inteligente, donde las smart cities son la parte más visible de lo que está por venir. Existe la
necesidad de definir un nuevo modelo de desarrollo urbano basado en este concepto, que
permita gestionar de forma sostenible las grandes ciudades que ahora necesitan evolucionar
para prevenir su propio colapso”. (Sara Acosta en Cinco Días)
Según los cálculos que la consultora Booz and Company arroja en su estudio Urbanización
sostenible, publicado en el mes de septiembre, la inversión en infraestructuras urbanas
alcanzará la friolera de 250.000 millones de euros hasta 2035. “Ser inteligente ya no es solo
una cuestión higiénica, es algo estratégico para atraer talento, inversiones y visitantes”,
explica Gildo Seisdedos, experto en gestión urbana y profesor de la IE Business School.
Además, ahorra dinero a las arcas públicas. La firma IDC ha calculado que los atascos en las
ciudades de los países emergentes y de los industrializados se comen entre el 1% y el 3%
del PIB.
IBM puso nombre hace cinco años a lo que hoy es un arrebato de iniciativas de empresas
tecnológicas para acompañar a las urbes en este proceso, que arrancó vinculado a una
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mejor gestión de la energía y de la movilidad y hoy se ha extendido como una mancha de
aceite a todos los servicios. La compañía, líder en la creación de las mejores herramientas
para obtener información inteligente, ha invertido 14.000 millones de euros en el último
lustro y ha absorbido hasta 250 empresas de software para el desarrollo de su concepto
smarter cities, o sea, ciudades capaces de interconectar toda la información que generan, lo
cual no solo solventará los crecientes problemas de servicios e infraestructuras, sino que
además ofrecerá un nuevo tejido económico que atraiga empresas y talentos en multitud
de sectores.(…)
Si la economía ecológica aporta la idea de decrecimiento sostenible, la teoría política verde
reciente ha contribuido con la idea de que la ciudadanía constituye una clave fundamental
de la sostenibilidad a través de la noción de ciudadanía ecológica. El reto de la ciudadanía
ante la crisis ecológica es en estos momentos fundamental porque, por un lado, es el eje de
una cultura sostenible y de una conciencia medioambiental, y, por otro, porque es la base
de un cambio de hábitos y prácticas, es decir, de un cambio en el modo de vida hacia una
sociedad verde. Así, la ciudadanía se convierte en uno de los ejes de la transformación
social necesaria para combatir los problemas económicos y ecológicos que padecemos.
Aunque las buenas prácticas medioambientales se ejercen también en el ámbito de lo
público, tienen su lugar privilegiado en ámbito de lo privado. Las prácticas de reciclaje, el
consumo racional de agua, la utilización del transporte público o el uso racional del coche
privado son, en el fondo, cambios en los comportamientos y hábitos individuales que luego
tienen una dimensión pública si son seguidos por una gran mayoría de ciudadanos. En
todos los casos, el propósito es impulsar una mayor conciencia medioambiental y una
educación cívica medioambiental que valore la construcción de una sociedad sostenible
como un fin políticamente relevante.
LA CIUDAD COMPROMETIDA
Según el informe de 2010 sobre la calidad del aire de Ecologistas en Acción, en España hay
34,6 millones de personas (el 74% de la población) que están expuestos a niveles que
superan el máximo recomendado por la OMS de partículas PM-10 (polvo, cenizas, hollín,
partículas metálicas, cemento o polen). Las ciudades españolas necesitan de un nuevo
modelo para reducir sus niveles de contaminación y buscan formas urbanísticas para
convertir las ciudades en lugares más habitables, provocar una necesaria transferencia de
conocimiento y preocupación en universidades, administraciones públicas, grupos de
trabajo e investigación, asociaciones vecinales o individuos, en torno a la gestión social de
la ciudad, la habitabilidad, la rehabilitación y reactivación de lo construido, la gobernanza y
la educación, entre otros. http://granadablogs.com/gr-arquitectos/tag/sevilla/
4.5. Estilos de vida
Ninguna de estas metas en Salud Urbana se alcanzará si las innovaciones en todas estas
esferas siguen rodeadas por un constante aumento del consumo y enfrentadas a estilos de
vida inviables. Por consiguiente, la investigación debe incluir siempre herramientas referidas a
la información, concienciación y formación ciudadana, incluyendo el establecimiento de redes
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en Internet, la promoción de asociaciones empresariales y la creación de modelos de
referencia. Se prestará atención especial a niños y jóvenes. El que fuera teniente de Alcalde
de Infancia y Juventud de Copenhague, Bo Asmus Kjeldgaard decía: “Los niños y jóvenes
consumen grandes cantidades de energía, pero también son una parte de la solución. Una vez
que aprenden mejores hábitos, los transmiten a sus padres. Los niños son embajadores
climáticos excelentes. Y en última instancia son ellos los que heredarán la nueva Ciudad
neutra en función del carbono” (http://www.unep)
La cuestión aquí es la siguiente: ¿cuál es el papel de la ciudadanía en la consecución de una
sociedad sostenible? Como dice Ángel Valencia Sáiz, catedrático de Ciencias Políticas y de la
Administración en la Facultad de Derecho de la Universidad de Málaga en El reto de la
ciudadanía ante la crisis ecológica, no podemos olvidar que para la política verde, como para
cualquier otra, el buen funcionamiento de las instituciones y las normas emanadas por ellas es
fundamental…
Sin embargo, la defensa del medio ambiente –como ocurre con las políticas sociales o con la
garantía de los derechos individuales– no puede desarrollarse sin la colaboración activa de los
ciudadanos, es decir, sin referencia a la virtud cívica de los mismos. Esto implica un trabajo en
dos direcciones complementarias. Por un lado, una mayor participación política de la
ciudadanía y, por otro, una actitud de los ciudadanos que subordine sus intereses particulares
a los bienes compartidos. Igualmente, si construir la sociedad sostenible requiere buenos
ciudadanos, la formación de los mismos a través de la educación ambiental se convierte en
una parte importante de la educación ciudadana democrática. En última instancia, si la
relación entre ecologismo y civismo es fundamental para conseguir la sociedad sostenible, la
idea de construir una ciudadanía verde parece plausible. Ahora bien, ¿hasta qué punto es una
idea viable desde el punto de vista económico?
Mejorar las infraestructuras de agua, ahorrar energía, reducir drásticamente el tráfico,
adelgazar el alumbrado público o vestir de verde los espacios son algunos de los gestos de
decenas de Ayuntamientos y municipios de todo el mundo que empiezan a tomar conciencia
del reto que representa el éxodo planetario a la ciudad para mejorar la calidad de vida de sus
ciudadanos y, de paso, crear una nueva cultura económica que apueste por el más es menos.
De no abrazar esta cura de modernización y adelgazamiento, los expertos en gestión urbana
auguran el colapso de las ciudades, donde ya se concentra más de la mitad de la población
mundial, y donde el 75% de las almas de todo el planeta se aglutinará en los próximos 20 años.
LA CIUDAD COMPACTA
El arquitecto sevillano Juan Ruesga escribía:
Una ciudad avanzada no es aquella en la que incluso los pobres tienen auto, sino aquella en
la que hasta los ricos utilizan el transporte público". Con esta rotunda frase el antiguo
alcalde de Bogotá, Enrique Peñalosa, ha presentado una conferencia sobre la movilidad en
las ciudades en desarrollo. La verdad es que hace pensar. Les recomiendo que si tienen
tiempo oigan la intervención completa en el enlace que aparece al final de este artículo. La
idea esencial que plantea es que la movilidad en las ciudades, más que una cuestión de
dinero o tecnología, es una cuestión de igualdad, de equidad. Y que la igualdad en movilidad
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urbana se basa en una eficiente infraestructura de opciones de transporte, empezando por
las aceras, los carriles bici y terminando por los carriles para autobuses públicos. Parece
muy obvio, pero a veces olvidamos lo que tenemos delante de nuestros ojos: las ventajas de
vivir en una ciudad compacta, como las nuestras. Y además no demasiado grandes.
¿Cómo es una ciudad compacta? Una ciudad de alta densidad y en la que los distintos usos
(residencial, oficinas, comercios, espacios libres, equipamientos...) están mezclados. Su
tamaño ideal es aquel que permite llegar a cualquier parte de la ciudad caminando por
aceras en no más de una hora. En líneas generales corresponde a una ciudad de unos
quinientos mil habitantes. En el otro extremo, está la ciudad dispersa, basado en el modelo
americano, con enormes extensiones de viviendas unifamiliares y centros comerciales de
gran tamaño y aislados. Entre ambos extremos existen múltiples matices, como podría ser
el caso de Estocolmo, y alguna ciudad británica o alemana, con el centro de ciudad
histórico, con múltiples usos, conectado con ferrocarriles a múltiples barrios residenciales de
más baja densidad.
Puede que alguno de ustedes no compartan las virtudes de la ciudad densa, compacta, y
que disfruten de su vida en alguna de las urbanizaciones del Aljarafe. Pero les aseguro que si
se paran a pensar comprobarán que la mayoría de los desafíos de la ciudad en los próximos
años: ahorro energético, movilidad, equipamientos de salud, educación y cultura al alcance
de todos, etcétera, tienen más fácil solución en la ciudad compacta. Y la solución pasa por
no crecer indefinidamente. En la economía más ajustada de hoy en día, el modelo
suburbano es insostenible para muchas familias. Uno de los aspectos positivos, por
buscarlos, de la crisis económica actual, es que el crecimiento físico de la ciudad se ha
detenido y podemos reflexionar. En la Sevilla actual, es fácil reconocer dónde se acaba la
ciudad compacta: dónde terminan las aceras. Y ahora con los carriles bici, los
desplazamientos por la ciudad compacta son más eficientes en tiempo. Hay otras maneras
de pensar en las virtudes de la ciudad compacta: suponga que no tiene usted automóvil, y
que se ha quedado sin pan en casa para comer. Si lo puede resolver vive usted en una
ciudad compacta. En caso contrario, ya veremos cómo se las apaña. “
http://www.ted.com/talks/enrique_penalosa_why_buses_represent_democracy_in_action.html
5. Innovación en organización y prestación de
servicios Ni la democracia puede ser asunto de políticos profesionalizados, ni la sostenibilidad cabe
dejarla en manos de ecologistas e ingenieros ambientales: son los asuntos básicos donde nos
va la vida, donde nos jugamos el todo por el todo; nos atañe a todos y todas. Tiene que ser
objeto de una política avecindada con la ética y practicada desde la base por la ciudadanía.
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La cuestión aquí es la siguiente: ¿cuál es el papel de la ciudadanía en la consecución de una
sociedad sostenible? Como dice Ángel Valencia Sáiz, catedrático de Ciencias Políticas y de la
Administración en la Facultad de Derecho de la Universidad de Málaga , no podemos olvidar
que para la política verde, como para cualquier otra, el buen funcionamiento de las
instituciones y las normas emanadas por ellas es fundamental…
Sin embargo, la defensa del medio ambiente –como ocurre con las políticas sociales o con la
garantía de los derechos individuales– no puede desarrollarse sin la colaboración activa de los
ciudadanos, es decir, sin referencia a la virtud cívica de los mismos. Esto implica un trabajo en
dos direcciones complementarias. Por un lado, una mayor participación política de la
ciudadanía y, por otro, una actitud de los ciudadanos que subordine sus intereses particulares
a los bienes compartidos. Igualmente, si construir la sociedad sostenible requiere buenos
ciudadanos, la formación de los mismos a través de la educación ambiental se convierte en
una parte importante de la educación ciudadana democrática. En última instancia, si la
relación entre ecologismo y civismo es fundamental para conseguir la sociedad sostenible, la
idea de construir una ciudadanía verde parece plausible. Ahora bien, ¿hasta qué punto es una
idea viable desde el punto de vista económico?
Mejorar las infraestructuras de agua, ahorrar energía, reducir drásticamente el tráfico,
adelgazar el alumbrado público o vestir de verde los espacios son algunos de los gestos de
decenas de Ayuntamientos y municipios de todo el mundo que empiezan a tomar conciencia
del reto que representa el éxodo planetario a la ciudad para mejorar la calidad de vida de sus
ciudadanos y, de paso, crear una nueva cultura económica que apueste por el más es menos.
De no abrazar esta cura de modernización y adelgazamiento, los expertos en gestión urbana
auguran el colapso de las ciudades, donde ya se concentra más de la mitad de la población
mundial, y donde el 75% de las almas de todo el planeta se aglutinará en los próximos 20 años.
Si la economía ecológica aporta la idea de decrecimiento sostenible, la teoría política verde
reciente ha contribuido con la idea de que la ciudadanía constituye una clave fundamental de
la sostenibilidad a través de la noción de ciudadanía ecológica. El reto de la ciudadanía ante la
crisis ecológica es en estos momentos fundamental porque, por un lado, es el eje de una
cultura sostenible y de una conciencia medioambiental, y, por otro, porque es la base de un
cambio de hábitos y prácticas, es decir, de un cambio en el modo de vida hacia una sociedad
verde. Así, la ciudadanía se convierte en uno de los ejes de la transformación social necesaria
para combatir los problemas económicos y ecológicos que padecemos.
Aunque las buenas prácticas medioambientales se ejercen también en el ámbito de lo público,
tienen su lugar privilegiado en ámbito de lo privado. Las prácticas de reciclaje, el consumo
racional de agua, la utilización del transporte público o el uso racional del coche privado son,
en el fondo, cambios en los comportamientos y hábitos individuales que luego tienen una
dimensión pública si son seguidos por una gran mayoría de ciudadanos. En todos los casos, el
propósito es impulsar una mayor conciencia medioambiental y una educación cívica
medioambiental que valore la construcción de una sociedad sostenible como un fin
políticamente relevante.
Es importante tener muy en cuenta, antes que nada, el variopinto listado de competencias
que nuestra legislación atribuye a las Corporaciones Locales, con un presupuesto que limita las
pretensiones políticas, con empleados públicos que informan e impulsan los procedimientos,
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con empresas concesionarias que prestan servicios o realizan obras, oficinas municipales de
atención ciudadana, policías locales y voluntarios sociales, con museos, teatros… depósitos de
vehículos, grúas de extinción de incendios, contenedores de basuras, columpios y
toboganes….Y plantas de tratamiento de residuos.
Como se describe muy gráficamente en El libro de la gestión municipal, los ayuntamientos son
organizaciones complejas que proveen bienes y prestan servicios públicos a los ciudadanos.
Son administraciones que desarrollan un amplio surtido de actividades, a cuál de ellas más
dispar. En el ámbito privado no es fácil encontrar un consejo de administración, una junta
general de accionistas, una comisión de compras, un comité de calidad o cualquier otro órgano
de decisión que sea responsable de servicios tan variados. Tampoco creo que el sector público
cuente con un ente político o técnico que, en términos generales, alcance un listado de
competencias tan extenso y heterogéneo. Y es que la enumeración incluye a expedición de
certificados de empadronamiento, la sepultura de los fallecidos, el alumbrado de calles, el
sueldo de los conserjes, las licencias para viviendas, el alcantarillado y la depuración de aguas
residuales, los fuegos artificiales de las fiestas patronales, la inspección de alimentos y bebidas
en cafeterías y restaurantes, el albergue municipal para transeúntes, la poda de árboles, el
agua del grifo, la atención personalizada a mayores, la conservación de duchas en las playas, la
celebración de la Feria del Libro, el mantenimiento de colegios de primaria, los bomberos, la
oficina de información juvenil, la demolición de ruinas, la reparación de semáforos, la
organización de los campeonatos deportivos municipales, las multas y sanciones de la policía
local, la promoción en las ferias de turismo, el reciclaje de cartones y embalajes, el bacheo de
los pavimentos, el embargo de morosos por impago de impuestos locales, los autobuses que
conectan la ciudad de punto a punto, las autorizaciones para la venta ambulante, el cuidado
del césped del estadio municipal, la conservación de las fuentes públicas, la entrega de
premios del carnaval, el barnizado de los bancos de parque, la cabalgata de Reyes... y la
recogida y eliminación de los residuos sólidos urbanos.
5.1. Las dinámicas de la democracia local. Aumentar la
participación ciudadana en la gobernanza urbana. La globalización está haciendo que disminuyan las políticas y la gestión urbana de base local y como consecuencia está debilitando la legitimidad democrática de los gobiernos locales, urbanos y regionales. Es necesario investigar las dinámicas de la democracia local para determinar cómo fortalecer la legitimidad democrática de los sistemas locales de gobernanza. Principales temas de investigación
La relativa capacidad de financiación de las autoridades locales en relación con la capacidad local de afrontar retos colectivos.
Modelos de gobernanza aplicados a ciudades y áreas urbanas en distintos países para identificar las fortalezas y debilidades de los modelos alternativos.
El papel de los técnicos en el gobierno local y cómo alcanzar el equilibrio adecuado entre conocimiento especializado y capacidad general de gestión.
Relaciones novedosas entre distintos niveles de la administración, por ejemplo conveni0s, contratos, régimen de prestaciones y protección constitucional.
Enfoques alternativos sobre innovaciones de los servicios públicos en distintos países y contextos.
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Las fuerzas de la globalización han debilitado la capacidad de muchas comunidades de definir sus necesidades y su desarrollo respondiendo a las prioridades y preocupaciones locales. Los rápidos movimientos migratorios hacia y desde las ciudades europeas han creado nuevas presiones sobre los procesos políticos. Las ciudades sólo pueden ser sostenibles en la medida en que los ciudadanos adopten estilos de vida, valores, comportamientos y actitudes sostenibles. Para ello hace falta diseñar, desarrollar, adoptar y adecuar formas de gobernanza participativas, inclusivas y cohesivas en todos los sectores y jerarquías – individuos, comunidades, autoridades y representantes. Principales temas de investigación
Nuevos enfoques centrados en la participación comunitaria. Necesidades de los distintos grupos étnicos en la participación comunitaria. Liderazgo comunitario y toma de decisiones participativa, por ejemplo presupuestos
participativos. Aplicación de iniciativas interactivas, para aumentar las aportaciones de la población
en la toma de decisiones. Capacidad de las comunidades para organizarse e influir en la toma de decisiones. El papel de los políticos como facilitadores de la participación pública. Implicación del tercer sector y las ONGs en los procesos participativos.
5.2. Gestión urbana integrada y liderazgo urbano. Innovación
organizativa para lograr una gestión urbana integrada.
Los cambios cada vez más rápidos en las sociedades modernas requieren enfoques más integrados que se centren en cómo los gobiernos planifican y gestionan las ciudades y áreas urbanas. Estas nuevas aproximaciones y modos de trabajo requerirán un mayor diálogo entre los distintos actores implicados en la transformación y regeneración urbanas. Además, estas adaptaciones se realizarán en un contexto de evolución continua de las herramientas y tecnologías de la comunicación. Es necesario modernizar las instituciones del gobierno para responder a las nuevas necesidades de la sociedad. La investigación es necesaria para comparar y contrastar la eficacia de distintas estrategias de reforma institucional. Se diferencian tres factores de cambio interconectados:
La reestructuración económica global, significa que las ciudades y áreas urbanas compiten y colaboran de maneras muy distintas a como lo hacían en el pasado. La situación global ha propiciado iniciativas de gobernanza metropolitana y acuerdos de colaboración entre ciudades en muchas partes de Europa.
El paso de “gobierno” a “gobernanza” requiere que los gobiernos locales sean más eficaces a la hora de trabajar con otros agentes.
Las demandas ciudadanas de servicios públicos que respondan a sus necesidades globalmente, determinan los principales retos a los enfoques tradicionales de toma de decisiones.
Principales temas de investigación Análisis de fortalezas y debilidades de los acuerdos institucionales alternativos y de los
modelos metropolitanos de gobernanza. Modelos y estrategias alternativos de cooperación entre los distintos organismos
públicos a escala de ciudad o de área urbana.
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Modelos de evaluación y seguimiento del impacto a largo plazo de las reformas organizativas, para equilibrar los intereses políticos a corto plazo con los objetivos a largo plazo.
Comparación de distintos modos de funcionamiento en distintos sectores del gobierno y la administración con el fin de estudiar las barreras a un modelo de gestión urbana más integrada y holística.
5.3. Políticas y prácticas para asegurar el desarrollo sostenible
Es necesario investigar las políticas, instrumentos y enfoques considerados más
efectivos a la hora de promover el desarrollo urbano sostenible. La investigación
puede ayudar a entender las políticas, procedimientos y prácticas desarrolladas en
distintos contextos y también puede ayudar a identificar y desarrollar procesos de
aprendizaje y enfoques innovadores.
Principales temas de investigación
• Evaluación de políticas y herramientas de desarrollo sostenible a escala local,
nacional y europea.
• Prácticas urbanas de desarrollo sostenible, intra y transnacionales.
• Marcos teóricos e indicadores “universales” para el seguimiento comparativo
del funcionamiento de las ciudades en su contexto nacional y europeo.
• Procesos de aprendizaje que puedan utilizar las administraciones para mejorar
su capacidad de promover el desarrollo sostenible.
• Nuevas redes de investigación urbana sostenible destinadas a consolidar el
intercambio internacional en las políticas urbanas.
5.4. Principios fundamentales de la investigación urbana (URBAN-
NET)
El funcionamiento eficiente de las ciudades es un prerrequisito decisivo para el desarrollo económico de un país, y una clave para la calidad de vida. La convivencia de los ciudadanos se debe organizar de modo que:
Las ciudades sigan siendo habitables; Las infraestructuras de transporte funcionen adecuadamente; Se reduzcan los problemas ambientales; Se minimicen el consumo de recursos y la producción de residuos; Se asegure el acceso universal al agua y la energía.
PRINCIPIOS FUNDAMENTALES DE LA INVESTIGACIÓN URBANA (URBAN-NET) Para conseguir un mayor valor añadido y mejores relaciones coste-beneficio URBAN-NET recomienda adoptar los siguientes “principios fundamentales de la investigación urbana” para futuras investigaciones a escala europea y transnacional:
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• Dar respuesta a las lagunas del conocimiento más restrictivas, a los problemas complejos que se avecinan y a los desafíos futuros que sean significativos a escala europea. • Asegurarse de que el conocimiento ofrece soluciones a medio y largo plazo, que sean de largo alcance y que proporcionen un valor añadido claro a los ámbitos nacionales de investigación, políticos y profesionales. • Promover una fuerte integración horizontal y vertical que ayude a identificar, examinar e incorporar interdependencias y relaciones entre los distintos sectores, servicios y ámbitos de gobernanza. • Desarrollar enfoques centrados en la resolución de problemas, inter y transdisciplinares, que reúnan a científicos y profesionales en la generación de nuevos conocimientos con capacidad de influir en las decisiones políticas y en la práctica profesional. • Fomentar las iniciativas experimentales, desarrollando más proyectos piloto y proyectos demostrativos, más métodos innovadores de difusión y más oferta formativa. • Desarrollar modos de investigar y metodologías que incluyan aspectos de difusión, demostración y transferibilidad de los resultados de la investigación. • Apoyar los planteamientos de la investigación que comprendan: > Casos de estudio multidimensionales sobre determinados temas o localizaciones. > Análisis comparativos transnacionales sobre temas específicos. > Estudios de evaluación de las fortalezas y debilidades de los enfoques alternativos. > Mejora de las bases de datos comparativas sobre formas organizativas de gobernanza. > Proyectos de investigación que generen conocimiento desde proyectos demostrativos. > Estudios centrados claramente en el desarrollo de buenas prácticas. > Indicadores “universales” para el seguimiento de la evaluación de la sostenibilidad urbana.
5.5. Informe OMS 2013 investigaciones para una cobertura
sanitaria universal Todos deberían tener acceso a los servicios de salud que necesitan sin verse empobrecidos al
pagar por ellos. En el informe 2013 se afirma que la cobertura sanitaria universal -junto con el
pleno acceso a servicios de calidad en materia prevención, tratamiento y protección contra los
riesgos financieros- no puede alcanzarse sin los datos objetivos que proporciona la
investigación científica. Se sostiene que todas las naciones deberían ser productoras de
investigaciones tanto como consumidoras. El proceso de descubrimiento debería tener lugar
no solo en los centros universitarios sino también en los programas de salud pública en los que
las personas buscan atención sanitaria y utilizan los servicios proporcionados. Las
investigaciones, desde los ensayos clínicos hasta los estudios sobre políticas de salud, pueden
ayudar trazar el rumbo hacia la mejora de los resultados sanitarios y la reducción de la
pobreza, pero para tener éxito es preciso que cuenten con el respaldo nacional e internacional.
INFORME OMS 2010 LA FINANCIACIÓN DE LOS SISTEMAS DE SALUD: EL CAMINO HACIA LA
COBERTURA UNIVERSAL.
En los últimos años, las crecientes demandas de una mejor cobertura sanitaria han situado la
salud en lo más alto de las agendas políticas. Como resultado de ello, los gobiernos de todo el
mundo están tratando de encontrar la mejor manera para satisfacer las expectativas de los
ciudadanos. Todos los Estados Miembros de la OMS se han fijado el objetivo de desarrollar sus
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sistemas de financiación sanitaria, de manera que sean capaces de garantizar y mantener, de
manera prioritaria, una cobertura universal. Al hacerlo, se enfrentan a tres preguntas
fundamentales:
1. ¿Dónde y cómo pueden encontrar los recursos de financiación?
2. ¿Cómo pueden proteger a las personas de las consecuencias económicas de una mala
salud?
3. ¿Cómo pueden utilizar los recursos de una manera óptima?
Mientras se esfuerzan para encontrar respuestas a estas preguntas, también deben tener en
cuenta la necesidad de garantizar una cobertura equitativa (en lo que fallan muchos sistemas
actuales) y establecer mecanismos fiables y útiles de supervisión y evaluación de los progresos.
La Organización Mundial de la Salud identifica con este informe lo que pueden hacer los países
para modificar sus sistemas de financiación, para que puedan avanzar más rápidamente hacia
la cobertura universal y mantenerla una vez se haya conseguido. El informe se basa tanto en
las lecciones aprendidas como en las nuevas líneas de investigación y proporciona a los países,
en todas las etapas de desarrollo, un programa de actuaciones sobre lo que pueden hacer a
nivel nacional. También propone las formas con las que la comunidad internacional puede
respaldar mejor los esfuerzos de los países con pocos recursos para conseguir una cobertura
universal y mejorar los resultados sanitarios.
Mientras el mundo se enfrenta a los desafíos conjuntos de la desaceleración económica, la
creciente globalización del sistema económico y de las enfermedades, y las demandas cada vez
mayores de la atención a los enfermos crónicos, la necesidad de una cobertura sanitaria
universal y una estrategia de financiación que la mantenga nunca han sido tan grandes.
El primer mensaje clave del informe 2010 sobre la salud mundial es que no existe una solución
mágica para conseguir el acceso universal. No obstante, la gran variedad de experiencias
procedentes de todo el mundo nos lleva a pensar que los países pueden avanzar más rápido
que en el pasado o pueden tomar medidas para proteger lo que se ha logrado. Recaudar
fondos adicionales y diversificar las fuentes de financiación es posible. Así como también es
posible alejarse de los pagos directos hacia el prepago y la mancomunación (o asegurar que los
esfuerzos para contener el crecimiento de los gastos no aumente, necesariamente, la
dependencia de los pagos directos) y ser más eficiente y equitativo en el uso de los recursos.
Los principios están bien establecidos. Se han aprendido las lecciones de los países que han
puesto estos principios en práctica. Ahora es el momento de tomar esas lecciones y construir
sobre ellas, dado que existe la posibilidad para todos los países de hacer algo con el fin de
acelerar o sostener el progreso hacia la cobertura universal.
REFERENCIAS PRINCIPALES Urbanismo, medio ambiente y salud. Serie Nueva Salud Pública/5. Escuela Andaluza de
Salud Pública: http://www.easp.es/project/urbanismo-medio-ambiente-y-salud-serie-nueva-
salud-publica/
PLAN URBAN URBAN-NET («Urban-ERA-NET: coordinación de la financiación sobre
investigación urbana en Europa»)
Caminando hacia un marco conceptual de salud urbana.
http://www.laciudadviva.org/opencms/export/sites/laciudadviva/recursos/documentos/Otros
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_Documentos/Textos/Textos_de_Salud/Org_Panamericana_de_Salud-
Caminando_hacia_un_marco_conceptual_de_salud_urbana-2007.pdf
Ciudades para un Futuro más Sostenible .Catálogo. Grupo de Investigación en Arquitectura, Urbanismo y Sostenibilidad de la Universidad Politécnica de Madrid.
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