2011-10-16 las crónicas del #15o [periodismo humano]
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Las crónicas del #15O
Os contamos la jornada del 15O en Madrid, Barcelona, Sevilla, Málaga, Londres, Nueva York, Berlín, Roma, París, Israel, Buenos Aires, México.... y muchos otros lugares.
16.10.2011 · periodismohumano · Coordinación: Patricia Simón · Juan Luis Sánchez, Armando Camino, Rubén Sánchez, Antonio Rull, Rocío Muñoz, Carmen Rengel, Cristina Pérez Galán, Mariana Díaz, Pedro J. Ortega, Samuel Rodríguez. Adriana Giménez, Luna Bolívar, Noelia Vera, Leila Nachawati, Cristina Pérez Galán, Majo Siscar, Natalia Román, Rubén Sánchez
#15O Madrid
Sol se vuelve a sentir el centro del Universo por Juan Luis Sánchez
Momento de la manifestación en Madrid (Juan Luis Sánchez)
Se había extendido cierto pesimismo. El otoño había recogido al 15M fragmentado y
exhausto, incapaz de seguir su propio ritmo de movilizaciones. El „Toma la bolsa‟ había
inundado de creatividad las redes pero fue una gran apuesta que no consiguió reunir a
mucho más de mil personas en la calle. Muchos de los más fieles al movimiento se
despertaban este sábado 15 de octubre con el estómago encogido. Todo lo que no fuera
igualar la manifestación del 19 de junio, o al menos las marchas indignadas de julio, sería
sentido como una decadencia.
A las cuatro de la tarde, el 15O era decadente. La marcha Norte, de las muchas que
partieron a lo largo de todo el día en varios barrios de la ciudad, apenas arrancaba con cien
personas. Del otro extremo de la ciudad llegaban imágenes parecidas. Las prisas
descuidaban la fotogenia de la manifestación, muy estirada, y la visión aérea del Paseo de
la Castellana no soportaba comparaciones con la de cuatro meses atrás.
Pero aquella debilidad era un efecto visual o una mala jugada del pesimismo. Cuando
confluyeron todas las marchas de la ciudad en Cibeles, la euforia sembraba una gran fiesta
en Sol, abarrotado de nuevo.
La plaza tomada ya era otra vez el centro orgulloso de la indignación, esta vez a escala
global. Nos cruzamos con Javier y le preguntamos qué siente. “Que es un día importante”,
nos responde.
Y nos cruzamos con Carolina, una de las mentes que más ha trabajado por coordinar la
convocatoria global. Le preguntamos qué siente. “Que todo es posible”, nos responde.
Y lo ves en las caras. Que la gente sonríe y se siente cómplice, poderosa, referente, fuerte,
aliviada, renovada, útil, sabia, preparada para más. Por la megafonía piden que ya no entre
más gente en Sol, que no se cabe, que rodeen la plaza. Y que por favor el que no lo
necesite apague el móvil porque la cobertura 3G para usar las redes sociales está
saturada.
La Solfónica, la orquesta del 15M, despliega sus instrumentos frente a “la ballena”, que es
como llaman a la moderna boca de Metro de la plaza, abovedada y de cristal. La euforia se
prepara para el éxtasis y a las ocho y media de la tarde comienza el ritual: miles de
personas caen al suelo como muertos para luego renacer al ritmo del último movimiento de
la 9ª Sinfonía de Beethoven. Un grupo de danza representa la lucha del tirano contra las
bondades del hombre y la naturaleza. Manos al viento, risas, lágrimas. ¿Qué es una
victoria? Esto.
Y desde arriba “la ballena” asomaba el lomo zambullida entre un mar de gente.
Decenas de miles de personas en Sol. 15.10.2011 (Mónica López)
Se había extendido la euforia. Y, sin embargo, una bofetada de realidad cortó en seco la
noche tan pronto como comenzó la asamblea general y masiva que pretendía empezar a
responder a la pregunta “¿y ahora qué?”. La asamblea se hizo ingobernable – “se nos ha
ido de las manos”, admitieron desde megafonía – y se cerró de la misma manera que se
cerró la última gran asamblea de Sol, en junio, la que decidió levantar la acampada de la
plaza: que cada uno haga lo que quiera porque entre todos no nos vamos a poner de
acuerdo. Escepticismo por la metodología y fragmentación. Ejemplo de lo primero, la
espantada de cientos de personas que perdieron la paciencia en los primeros turnos de
palabra, muy reflexivos, poéticos y poco centrados en el futuro. Ejemplo de lo segundo
hubo todo el resto de la noche.
Ante la falta de consenso sobre qué hacer, la mayoría se fue a casa, dando por concluída
la jornada de fiesta y reivindicación. Un grupo de unas 300 personas se quedó en Sol,
debatiendo. El grupo de Economía lo hizo aparte. Otro núcleo se propuso visitar ya de
madrugada la sede de varios medios de comunicación. Y, sobre las dos y media de la
madrugada, unas cuarenta personas entraron en un hotel abandonado de la calle Carretas,
el Hotel Madrid, y lo ocupan con el apoyo de unas cien personas que hacen sentada y
asamblea en la puerta. “Propongo que entreguemos este edificio a las familias afectadas
por desahucios”, se empieza a debatir.
¿A quién representan los que se quedan? ¿A quién representan los que se van? Varios de
los impulsores del 15M y del 15O se acercan al lugar e intercambian miradas de
frustración. “Esto es carnaza para los medios”, dice uno. “Pero esto no se puede evitar. Yo
creo que ya todo el mundo entiende que el 15M es una cosa compleja, que cada uno tiene
sus métodos, y que lo importante es lo que nos une”, dice otro. Y apostilla un tercero en
Twitter: “Me encanta la okupación, pero okupar durante 15o es como llevar banderas de un
partido al 15M. Si yo dejo la mía, tu dejas la tuya, ¿o no?”.
#15O en Barcelona
Tres columnas: sanidad, educación y vivienda por Arianna Giménez y fotos de Samuel Rodríguez
.
Alejo Cuervo en su casa (Samuel Rodríguez)
Alejo busca un rotulador a toda prisa. Queda menos de una hora para la manifestación
Global del 15O en Barcelona y aún no tiene su pancarta preparada. Su lema: “Gran
hermano ha muerto. Bienvenidos al futuro”.
No podría ser de otra manera. Este editor de literatura fantástica ve en la red “el virus de la
revolución”. “Ser conscientes que tenemos nuestros propios medios de comunicación y
que los medios tradicionales ya no tienen el monopolio de la información cambia el mundo.
Nosotros estamos formando la opinión pública, no los medios tradicionales.” De entre
“nosotros” tres son los grupos responsables de este movimiento de cambio: lo jóvenes, los
emigrantes y los frikis. Esto es, “los que vivían en la red (ya fuera por ocio o por estar en
contacto con los suyos).” Participar de un mecanismo sin fronteras como es Internet, se
presenta como la más poderosa de las alternativas al realismo inculcado hasta el
momento, a su rigidez y a los mecanismos de control en que se sustenta, sostiene Alejo. “
El sistema político y las estructuras verticales actuales son lentas, caras e ineficaces. La
calidad de las decisiones, aunque sea tomada por un experto, no son competitivas con la
calidad del grupo.” Y el grupo puede llegar a ser tan grande como lo es una red social
donde se crea “un discurso colectivo que se elabora solo y que nadie lo controla.”
Alejo Cuervo en la manifestación (S. R.)
Este discurso ha hecho que hoy ciudadanos de cerca de un millar de ciudades de todo el
mundo hayan salido a la calle. ¿El objetivo? “Un mundo mejor”. ¿Es posible? “Sí.” En
Barcelona, una vez más, centenares de pancartas han clamado contra los responsables de
la crisis económica, los recortes sociales o los desahucios por las hipotecas. 300.000
persona, según los organizadores, y 185.000 según un cálculo propio del Setmanari de
Comunicació, han recorrido el centro de Barcelona hasta llegar al Arco de Triunfo. Allí las
protestas se han dividido en tres marchas: la de sanidad, la de educación y la de vivienda.
La primera ha acabado su recorrido en el Hospital del Mar. La segunda ha llegado a la
Facultad de Geografía de la Universidad de Barcelona, ocupada desde el viernes y con
voluntad de seguir así hasta el lunes. La tercera, ha ocupado un bloque de pisos propiedad
de un banco y cerrado desde hace seis años para alojar a familias desahuciadas.
Y es que entre las consignas de siempre destaca una nueva: el 15M pasa a la acción.
Huerto improvisado durante la manifestación
Miles de personas se dirigieron en la columna dedicada a la sanidad al Hospital del Mar. Aquí haciéndose
los muertos para denunciar los recortes
Manifestante haciéndose la muerta para denunciar los recortes en sanidad ante el Hospital del Mar
#15O en Sevilla
“Política y poesía” por Rocío Muñoz y fotografías de Antonio Rull
.
Ferran Fernández (A. R.)
Poesía y política. Son las citas que Ferran Fernández tiene marcadas en su agenda para el
15 de octubre. Dicen, repiten, que es una fecha que marcará la historia, que aquí comienza
el cambio global. Él escucha y mantiene ese gesto de los que dudan, de los que han visto
demasiadas derrotas, y no se deja embargar por la esperanza fácil aunque la ilusión de
veterano militante le obligue a susurrar: “No sé por qué / pero aún me emociono/cuando
veo a gente desfilar/por la calle/enarbolando banderas/ de derrota.”
Desde que los últimos condenados a muerte del franquismo lo sacaran por primera vez a
la calle, allá por 1975, no ha parado de moldear con sus manos de poeta-editor-profesor de
periodismo el intento de un mundo mejor, más justo, más igualitario y, en ese intento, nace
su propia versión del humanismo: “A veces siento / un dolor muy profundo / pero no es
mío”.
El derecho a la dignidad, al descanso, a la alegría, el derecho a una vida que merezca ser
vivida lo empuja hoy también a la calle. La cita es a las seis en la plaza de España, en
Sevilla. En esa ciudad está casualmente, convocado por Perfoposía, otra cita cultural que
ha estado a punto de ser sacrificada en el altar de los recortes. Allí, rodeado de poetas y
editores, su apuesta por la buena literatura, casi siempre fuera del control del mercado, su
discurso crítico con la poesía subvencionada y su menosprecio a lo fácil, provocan también
polémica. No es habitual que un editor se salga de la lógica empresarial y lo diga
públicamente. No es habitual que alguien se salga de la lógica del mercado, a secas, dice
él.
Acudir a la manifestación le obliga a aparcar algunos actos poéticos. Pero pasa antes por
el centro cultural de Santa Clara para recoger unos libros. Santa Clara es uno de esos
nuevos espacios amplios, minimalista diría alguno, que fue recuperado para fomentar la
cultura pero que es criticado por estar vacío, por tener muy poca actividad cultural.
Mientras, cerca de allí, los vecinos y las vecinas del centro de la ciudad están invitados a
una comida popular para ir animando el ambiente antes de la protesta.
Desde las cinco y media hay gente en los alrededores de la plaza de España. Cerca de las
seis van llegando los diferentes grupos de barrios y pueblos que nutren la manifestación.
Hay mucha agitación, muchas ganas, pero es difícil poner cifras. La marcha comienza a
andar y Ferran se suma. En la primera recta se empieza a poner cifras, la primera
estimación, 10.000 personas. La cabeza llega al Rectorado y los gritos repiten “Queremos
becas, no hipotecas”. Ferran grita también, es profesor asociado en la Universidad de
Málaga, lleva 20 años en esa labor, primero en Barcelona y luego en Málaga, pero sabe
que su futuro laboral no pinta bien como lo saben los interinos que, desde hace semanas,
están encerrados en la catedral para pedir la derogación del decreto 302. Antes de que la
manifestación llegue allí, el colectivo de interinos sale a recibir a los ciudadanos y
ciudadanas que protestan. La cola de la manifestación aún no ha empezado a andar. Se
empieza a hablar de 30.000 personas.
Recta final, camino de la plaza de la Encarnación, de las setas, del que sigue siendo
corazón del 15M de Sevilla. La escalinata está llena. Los lemas empiezan a ser
contundentes, las cosas tienen que cambiar, la realidad es injusta y tiene culpables “Botín,
vamos a por ti”, “Sí hay dinero, lo tienen los banqueros”, “Tenemos la solución, los
banqueros a prisión”. Ferran distiende el rostro, se siente más cómodo. Hace un momento,
frente a la oficina central de Correos, los lemas divertidos le ensombrecieron su gesto: “No
está la cosa para chistes. ¿Hará falta una vuelta de tuerca más para que saquemos la
rabia?”.
Las setas bullen, van llegando los manifestantes y no cabe nadie más. 60.000 según los
organizadores. Una proyección va lanzando imágenes de otras protestas, se recogen
firmas para la reforma de la Iniciativa Legislativa Popular (ILP) y para un plan de movilidad
que haga más respirable la ciudad. Turnos de palabras. Se habla del 15M, del trabajo de
los grupos y de las comisiones, de los retos, del futuro, de la esperanza que crea el éxito
de esta convocatoria. Ferran vuelve a los recitales que cierran esta edición de Perfopoesía.
De regreso, la plaza 15M, que cobijó la acampada, aparece vallada. ¿Metáfora? Política y
poesía.
#15O en Málaga
“El 15M presenta al Pueblo a las elecciones nacionales”
por Pedro J. Ortega
.
A las seis de la tarde partía desde el edificio del Ayuntamiento la manifestación malagueña
bajo la convocatoria global del 15O. Si bien la incertidumbre era patente a primeras horas
de la tarde en cuanto a la acogida que tendría, comparándola con las anteriores
convocatorias, a las seis en punto quedaba disuelta cualquier duda. Decenas de miles de
personas se aglomeraban a lo largo y ancho del Paseo del Parque, una de las principales
arterias de la capital malagueña.
La manifestación, convocada bajo el lema “Paremos los recortes, rescatemos a las
personas” ha trascurrido en algo más de tres horas llegando a su punto de destino, la
Plaza de la Constitución, donde se ha leído el manifiesto final y miembros de la plataforma
DRY han llamado a la movilización durante toda la campaña electoral. Para el día 5 de
noviembre, fecha en la que los partidos políticos harán el disparo de salida hacia el día de
las elecciones, ya conoceremos la campaña con la que “el 15M participará en la campaña
hacia los comicios” ha anunciado un representante de DRY, donde “llevaremos como
candidato al Pueblo y como línea programática, el rescate a la ciudadanía”.
La falta de previsión ante una convocatoria multitudinaria, ha provocado caos en algunos
momentos de la concentración cuando la marcha recorría esta vía que no había sido
cortada en sus dos sentidos, dejando el lateral más cercano al puerto, libre al tráfico
rodado. La ocupación de la vía por parte de los manifestantes ha mantenido atrapados a
los ocupantes de coches que circulaban en mitad de la marcha.
La Plaza de la Constitución, que ha albergado el fin de la concentración, ha sido escenario
de polémica en los días previos en la ciudad. Colectivos convocantes de la marcha
denunciaron la ocupación de la plaza por un stand publicitario del Banco Santander para el
sorteo de un Ferrari, que finalmente ha sido retirado en la mañana de hoy, a fin de evitar
incidentes.
#15O en Granada
“Cuando se nace indignada y sin miedo” por Noelia Vera
.
A Hortensia no le asusta salir a la calle a reclamar lo que considera suyo y de los suyos.
Nació indignada y sin miedo. Tiene la experiencia, la fortaleza y el ánimo suficiente para no
permitir que su conciencia se duerma y por eso hoy ha vuelto a gritar alto junto a 10.000
granadinos más, según datos de la asamblea de la ciudad, que las cosas tienen que seguir
cambiando; que es necesario alcanzar un cambio global.
“¿Pero qué hacía falta para que esta sociedad saltase?”, se preguntaba a sí misma al
encontrarse con uno de sus tantos amigos con una expresiva sonrisa de alivio y de
satisfacción. “No todo estaba perdido”, añadía.
Y es que, aunque Hortensia creció en una familia obligada a la separación por su
compromiso político y social durante épocas de guerra y dictadura; aunque acompañó a su
por aquel entonces marido en el exilio a Argentina y presenció algunos de los capítulos
más delicados de la Historia del país, antes de que este movimiento estallase seguía
creyendo que “contra Franco se estaba mejor”.
Hoy, tras años de democracia en los que la mayoría de las personas “o se ha acomodado o
se ha vuelto demasiado reaccionaria”, según opina Hortensia, la Asamblea de Granada
asegura que la ciudad alcanza su máximo histórico de paro con 95.473 desempleados; que
1.784 familias han perdido su casa en los dos últimos años; que se ha reducido la inversión
en política social en un 48,28% y que existe una amplia problemática medioambiental,
entre otras cosas. Hortensia añade: “¿Para esto hemos luchado tanto?”
En esta tarde de otoño algo recordaba a la pasada primavera. La pancarta principal de la
manifestación en Granada lideraba el mensaje: “Contra la dictadura del capitalismo, por un
cambio de sistema. Tod@s decidimos”. El ambiente de “lucha positiva” y los lemas como
“Si el vuelo de una mariposa puede provocar un huracán, ¿que no pueden hacer millones
de personas” lo secundaban hasta que se perdían en el horizonte visual.
Los manifestantes siguen convencidos: “esto no ha hecho más que comenzar”. Y para que
el debate y la participación crezca esta vez la manifestación culmina con una asamblea
para analizar la evolución del movimiento 15M en Granada desde su origen hasta ahora y
para “seguir aprendiendo a luchar de cara a las próximas elecciones generales”. Ahí estará
Hortensia. Y sonriendo.
El #15O con activistas de la „Primavera Árabe‟ por Leila Nachawati
.
Acudimos a la manifestación del 15 de octubre en Granada acompañados de amigos
tunecinos, sirios, egipcios y libaneses que participaban en el encuentro Campus Party
Milenio. Éramos miles de personas desde la plaza de La Caleta hacia la Gran Vía entre
batukadas, sentadas espontáneas y los mismos lemas que se repiten desde hace meses
en todo el país: “No nos representan”, “Lo llaman democracia y no lo es” y “Estas son
nuestras armas”. Desde Periodismo Humano compartimos la manifestación en directo,
esta es una selección de algunos momentos.”Estas son nuestras armas”:
#15O en Nueva York
“De la ética del dinero a una humana” por Rubén Sánchez
Apoyada en una valla que impide a los manifestantes invadir la séptima avenida a la altura
de Times Square, Elizabeth Sabo observa los carteles y pancartas que al otro lado de la
calle exhiben miles de personas. “Estoy aquí para representar, para alzar mi voz y para
escuchar a los demás”, explica esta mujer de mediana edad.
La peculiar morfología de Times Square, una intersección entre la calle Broadway que
avanza en diagonal y la séptima avenida, ha obligado a la policía a agrupar a los
manifestantes en las aceras de ambos lados de las dos calles para asegurar el flujo del
tráfico en un punto neurálgico de la ciudad. Esto ha hecho que las 5,000 personas que
según los organizadores han llegado a Times Square no hayan podido juntarse y formar un
bloque compacto.
Protesta en Nueva York (Mary Altaffer / AP)
Pero el sentimiento de unidad no se ha visto afectado. “Estamos en un sistema global que
traiciona a la clase media y a las clases más empobrecidas”, dice Sabo, “tenemos que
cambiar este sistema que permite la corrupción corporativa y que perjudica a la mayoría de
las personas en el mundo”.
Rodeada por carteles contra los partidos políticos, contra la avaricia, el capitalismo extremo
y a favor de la separación Corporaciones-Estado, Sabo grita con el resto “This is what
democracy looks like” (Esto es democracia) en respuesta a un manifestante que al otro
lado de la séptima avenida había gritado “Tell me what democracy looks like?” (Qué es la
democracia?)
“Esta es la democracia que tenemos” dice con una mezcla de rabia y decepción Jill
MacManus, apuntando a los inmensos carteles publicitarios que alumbran Times Square.
Esta periodista retirada dice que en EE.UU. todo está orientado a los negocios. “Este país
no tiene alma, no se valora la familia, ni la privacidad ni la justicia”.
Sabo le da la razón. “Esto es la ética del dinero, no es una ética humana”. Y empiezan una
conversación en la que McManus explica que con tal de hacer dinero, las empresas se
llevan los trabajos a otros países y culpa a EE.UU. de la mala situación global.
“Sí pero ojo con culpar de todo esto a la población norteamericana. Vivimos en un sistema
que no podemos controlar, estamos gobernados por una oligarquía”, responde Sabo.
“¿Cómo podemos lograr cambios sin violencia?”, pregunta McManus. Llena de convicción,
Sabo señala a la multitud y responde “así es cómo lo hacemos”.
Sabo trabajó como contable durante muchos años y ahora es autónoma. Enseña a
administrar las finanzas del hogar. “Los sueldos no han subido en los últimos 30 años
mientras que el beneficio de las empresas ha subido muchísimo”, explica.
McManus responde que hay que obligar a las empresas a pagar más impuestos y a pagar
por los desastres naturales que causan. “Lo hemos intentado pero las empresas se han
apoderado del Gobierno”, explica Sabo, “tenemos que sacar el dinero procedente de
empresas privadas del Gobierno”.
Poco antes de las seis de la tarde, la policía ha cortado uno de los carriles de la séptima
avenida. “Cuando veo a la policía me preocupa la expansión del estado policial en este
país”, dice Sabo para luego añadir que “poco antes de que empezara el movimiento de
Ocupa WallSt., el banco JPMorgan Chase hizo una donación de millones de dólares a la
Fundación de la Policía de Nueva York”.
Efectivamente, en la web de JPMorgan Chase & Co. se lee textualmente que “empezando en 2010, JPMorgan Chase ha donado tecnología, tiempo y recursos valorados en 4,6 millones de dólares a [dicha fundación], incluyendo mil ordenadores portátiles nuevos para los coches de policía. El regalo ha sido el más grande que jamás haya recibido dicha fundación y permitirá al Departamento de Policía de Nueva York mejorar la seguridad en la Gran Manzana.” En la misma información se dice que la policía neoyorquina ha expresado una “profunda gratitud” a JPMorgan Chase por su generosidad.
Sabo dice que en su tiempo libre procura informarse todo lo que puede y hacer periodismo
ciudadano: “he publicado fotografías en la BBC”. En busca de una instantánea aérea, Sabo
sugiere subir al segundo piso de un bar. Allí saca algunas fotos y se pone a hablar sobre la
concentración con un hombre joven. “Ese chico está a favor de Ron Paul [político
Republicano que opta a ser elegido candidato de los republicanos a la presidencia de
EE.UU. y muy crítico con la política exterior del gobierno norteamericano] y está de
acuerdo con el movimiento Ocupa WallSt. Esto demuestra que estamos ante un
movimiento ciudadano, que no es solo un grupo de izquierdistas.”
Volvemos a la calle donde los turistas se abren paso entre los manifestantes que siguen
erigiendo pancartas y coreando diferentes cánticos de manera pacífica. Personas de todas
las edades, etnias y clases manifestándose por un mundo diferente contrastan con
enormes pantallas que venden todo tipo de productos mediante imágenes de hombres y
mujeres bellos y aparentemente felices. “Vivimos en una sociedad que promueve el
consumo. Hemos pasado de ser un colectivo de humanos a una suma de consumidores
individuales”, dice Sabo.
A través del twitter nos enteramos que desde la octava planta del hotel Marriott se pueden
sacar buenas fotos. Sabo no se lo piensa dos veces y allí nos dirigimos. Sentadas en una
mesa semicircular que da a un gran ventanal, dos madres con sus respectivas hijas cenan
mientras observan Times Square. “Qué suerte hemos tenido de encontrar este sitio. En la
calle la gente te empuja, aquí estamos seguros”, dice una de las madres. Sabo pregunta a
una de las niñas si en la escuela hablan de Ocupa WallSt. y si piensa contar en clase lo
que ha visto hoy. La respuesta a ambas preguntas es negativa.
Mientras salimos del hotel Sabo dice que mucha gente aposentada de EE.UU. se declara
liberal en política social y conservadora en política económica. “Están en contra de la
sociedad del bienestar, en contra de las ayudas a los más pobres. Creen que cada uno
debe arreglárselas por sí mismo”, explica, “pero esta gente no reconoce que no todo el
mundo tiene las mismas oportunidades.”
El grupo de manifestantes presente en Times Square empieza a reducirse. Están
convocados para una asamblea general en Washington Square y allí nos dirigimos. En el
metro, pregunto a Sabo si esta manifestación en concreto y el movimiento en general
servirá de algo. “Sí, esto marcará la diferencia. Esto es el principio pero ya está teniendo
sus efectos. Vi a una chica con una pancarta que decía „Tengo esperanza por primera vez
en mucho tiempo‟. Este movimiento ayuda a que la gente reaccione, responda y se vea
obligada a tener una opinión de todo lo que está pasando. Una señora me ha dicho „nunca
había visto una protesta global en todo mi vida‟”.
Salimos del metro por un pasillo plagado de anuncios a los que Sabo no presta ninguna
atención. “Hemos estado tan distraídos durante los últimos 30 años. Nos hemos convertido
en meros consumidores. Ahora es la publicidad la que conforma nuestra identidad. Y ¿qué
hace la publicidad? Te hace sentir inseguro para que compres un producto con la promesa
de que así gustarás a la gente”.
(Seth Wenig | AP)
Llegamos a Washington Square donde cientos de jóvenes y personas de mediana edad
están dispuestas en círculo a punto de empezar la asamblea general. “Este es un
movimiento orgánico, es una reacción auténtica. Esto no es como el Tea Party que fue
financiado por los hermanos Koch. Este es un movimiento de base real”, afirma Sabo.
Mientras conversamos, un grupo de manifestantes entra a Washington Square y se une a
la asamblea entre aplausos y gritos de júbilo. “Espero que esto pueda ser el fin del
capitalismo pero esto no lo puedes decir muy alto porque la gente adora el libre mercado y
si hablas en contra del mismo, te tachan de antiamericano”, explica Sabo.
La asamblea general empieza iluminada por la luz que desprende el arco del triunfo
situado en la parte norte de Washington Square. La primera en dirigirse a la asamblea es
una mujer extranjera que felicita a los neoyorquinos por lo que están haciendo. Les cuenta
lo importante que es el movimiento y sus reivindicaciones. “No nos daremos por
satisfechos con pequeñas mejoras” dice mientras sus palabras son repetidas al unísono
dos veces para que todos los presentes puedan oírla, “tenemos que ir hasta el final”
exclama mientras Sabo y los presentes levantan los brazos y agitan las manos en signo de
aprobación.
Según informa la agencia de noticias Associated Press, más de 70 personas fueron
arrestadas en la jornada de manifestaciones del 15-0 en Nueva York, 45 de ellas en Times
Square poco después de las ocho de la noche. Según la policía, los detenidos fueron
avisados tres veces de que debían dispersarse. Dos policías resultaron heridos, uno de
ellos en la cabeza.
#15O Buenos Aires”
“La soja y la mina sólo traerán hambruna” por Armando Camino
.
Daniel Yagüez (izquierda) grita tras una 'wiphala' en la avenida 9 de Julio. (A.C.)
No lleva un cartel con frase reivindicativa propia y quizá sea mejor así, porque hubiera
resultado un engorro para organizar sobre el terreno el desarrollo de la manifestación del
15O en Buenos Aires, con la participación de más de un millar de personas por céntricas
avenidas porteñas. Y, además, tampoco pasa nada porque Daniel Yagüez, de 47 años y
miembro de Democracia Real Ya Buenos Aires desde sus inicios, colabora con el traslado
de la pancarta principal, ocho metros de tela negra con el lema en letras blancas “Unidxs
por un cambio global”, y no para de corear consignas como “lo llaman democracia y no lo
es”, “la tierra no se vende, la tierra se defiende” o “la soja y la mina solo traerán hambruna”.
Eso, claro está, cuando no anda acompasando el ritmo de avance de la furgoneta en
vanguardia o coordinando las acciones con otras organizaciones sociales adheridas a la
movilización global.
La marcha 15O, ante el Congreso de la Nación. (A.C.)
Así fue, por ejemplo, a lo largo de toda la semana con ciudadanos de Jujuy acampados en
plena avenida 9 de Julio como protesta por la represión sufrida en la provincia norteña tras
la ocupación de terrenos para construir viviendas y, meses antes, con las cooperativas
laborales y otras organizaciones populares surgidas de la crisis económica argentina a
finales de 2001. De hecho, “siempre hubo un debate y una conciencia para contextualizar
el movimiento y entender la realidad social, económica y política argentina”, recuerda
Yagüez sobre los inicios del 15M en Buenos Aires, cuando se decidió acampar ante la
Embajada de España. Por aquel entonces, “me uní por ilusión, porque me motivó que
surgiera un movimiento con mis ideales después de vivir experiencias similares en la
época de Menem. Ya venía vinculado con redes de autogestión y, ahora, para mí es
fundamental buscar una forma de vida y crear una alternativa económica después del
15O”, argumenta Daniel, catalán de origen y argentino de adopción tras afincarse con
intermitencias en el país austral desde la década de los 80. Por ello, pretende aprovechar
su indignación para salir del desempleo mediante la constitución de una cooperativa junto
a otros compañeros de @acampadabaires.
Pintadas en una sucursal bancaria. (A.C.)
Menores protestan del 15O se convocan en otras ciudades del país como Córdoba, San
Miguel de Tucumán, Mar del Plata, Mendoza, San Salvador de Jujuy, Rosario. Sin
embargo, pese a la “indiferencia” general a causa de la estabilidad política, con la
previsible tercera reelección presidencial de la familia Kirchner el próximo fin de semana, y
económica, con un crecimiento sostenido gracias a la exportación de materias primas en
medio de una crisis mundial, la indignación contra el actual sistema ya camina también por
las calles argentinas y, según se lee en un cartel, cuestiona a la ciudadanía: “¿pensás o
sos normal?”. Sin dudar, la argentina Mafalda responde en otro letrero: “Si uno no se apura
a cambiar el mundo, luego el mundo lo cambia a uno”
Aunque la protesta frente a la Embajada se levantó a finales de agosto, DRY mantuvo sus
asambleas semanales y los contactos permanentes con colectivos sociales argentinos,
sobre todo aborígenes y ecologistas. Y, de hecho, las wiphalas (emblema indígena andino)
y los jallallas (expresión aymara de esperanza) se combinan este sábado con los gritos
contra McDonald‟s y las pintadas en la fachada del banco Santander Río durante la marcha
desde el Congreso de la Nación a lo largo de las avenidas Callao y Corrientes hasta
finalizar en el acampe jujeño, justo en la confluencia de las arterias 9 de Julio y Mayo.
Tras un recorrido sin incidentes pese al corte total del tráfico, el 15O porteño arranca con la
lectura delmanifiesto global una asamblea de un par de horas antes de finalizar con un
festival de música. “Acá la situación política y económica es diferente, pero esto es un
cultivo de la conciencia con muchas organizaciones y se ha visto que la intención es de
darle continuidad con una asamblea abierta donde la gente tenga la posibilidad de plantear
sus reivindicaciones o acciones y se estrechen lazos de solidaridad y lucha. Es el inicio de
un espacio asambleario sin partidos políticos, de la creación de una red de colectivos y
personas, de una conciencia de unidad. Para mí, ya es más que positivo y estoy muy
contento”, sonríe Daniel Yagüez. .
Manifestante 'anónimo' antifascista. (A.C.)
Corte de tráfico en la avenida 9 de Julio. (A.C.)
#15O en Londres
“Tenía que estar aquí” por Cristina Pérez Galán
.“I had to be here” (Tenía que estar aquí). Glyn Harries, jardinero, de cuarenta y nueve
años, responde así, sin dudar un ápice, a la pregunta de por qué ha venido hoy a ocupar la
bolsa de Londres. Hacia el mediodía, siguiendo la convocatoria hecha desde Twitter y
Facebook, la plaza de Saint Paul se ha ido llenando de gente de lo más variada. Los
españoles, que hoy han acudido en masa a la catedral de Saint Paul, bromean con que
aquí también va a salir el sol. El clima acompaña, el ambiente es relajado y, a pesar de que
la policía bloquea la entrada a la Bolsa de Londres, la concentración transcurre con
normalidad.
Manifestación 15O en Londres (S. G. R)
Glyn es un hombre comprometido políticamente, con una larga trayectoria en
manifestaciones y movimientos políticos en Reino Unido que, sin embargo, se muestra
sorprendido de lo que está pasando. Conocía el 15M español en Londres, e incluso se
acercó a alguna asamblea y convocatoria como la del 19J, pero asegura que el detonante
para que más de tres mil personas hayan tomado la plaza hoy en Londres ha sido
la ocupación de Wall Street.Son más cercanos a Estados Unidos, apunta, desde la lengua
hasta la manera de ver el mundo. Han asimilado que somos ese 99% (quizá, dice
sonriente, somos pocas personas todavía y no alcancemos más que un 65%, pero somos
muchas ya). Para Glyn es fundamental, insiste, asumir que la calle es el espacio más
adecuado para reclamar no ya trabajo y dinero, o no ya para luchar contra la crisis, sino
para luchar por una democracia real. Dice una y otra vez que esto es el principio de un
cambio, de un movimiento y no sólo de una protesta. Que es global y que es una
obligación para ellos generar algo que mueva a todas las personas que han tomado
conciencia de que el mundo que les rodea está cambiando y de que no les están dejando
formar parte de esas decisiones.
La plaza elegida, frente a la imponente catedral, es un sitio muy fácil de controlar para la
policía, que hacia las dos de la tarde ha decidido cerrar la zona (hacer un kettle, le llaman a
la acción). Durante un par de horas nadie ha podido entrar ni salir de Saint Paul a
excepción del fundador de Wikileaks, Julian Assange, que ha acudido cual mesías para
dirigirse a los ocupantes de la plaza y, literalmente, tirarles caramelos en una acción que
no todo el mundo ha aprobado.
Julian Assange en Saint Paul el 15O (Sara Gordon del Riego)
Cuando se ha marchado Glyn, hacia las cinco de la tarde, las cosas en la plaza estaban
tranquilas de nuevo. Se celebraba una asamblea multitudinaria, de más de dos mil
personas, en la que se repetían normas básicas de comportamiento ante la policía. No
había intervenciones al estilo de Sol, en las que los asistentes contaban qué les había
llevado ahí, sino que se insistía en preparar la ocupación de Saint Paul de esta noche.
Había más forma que fondo, algo que quizá sí se comentaba en pequeños grupos
formados entre las personas allí reunidas, muchas de ellas españolas que se vincularon
hace cinco meses al movimiento en Londres pero que, por circunstancias variadas, habían
ido “desapareciendo”. Hoy, sí, como pensábamos por la mañana, el Sol volvía a salir en
Londres.
Sin embargo, conforme han pasado las horas han llegado más policías a Saint Paul y en
torno a las ocho de la tarde la situación se ha vuelto muy tensa. La ciudad de Londres es
otra después de las revueltas del pasado agosto y el despliegue policial ha sido masivo,
algo que no ocurrió en los disturbios. Antidisturbios, unidades de intervención con perros y
muchas furgonetas con policías para formar un doble cordón en la plaza que no permitía
acceder a nadie al interior. Cualquier movimiento “extraño” era respondido con violencia
por la policía lo que ha hecho abandonar a muchas personas la zona interior del cordón
policial por miedo.
Dos horas después los rumores siguen entre quienes nos congregamos en la plaza.
Algunos dicen que quieren despejar la plaza para mañana, que no van a permitir la
ocupación, y otras personas aseguran que la policía ya no va a intervenir. El tráfico rodado
se interrumpe por momentos y dos helicópteros sobrevuelan, desde mediodía, todo el
entorno.
#15O Israel
“No podemos parar, estamos consiguiendo logros” por Carmen Rengel
.
Dana y Ohad, en su casa de Holon (sur de Tel Aviv), con las camisetas de la plataforma J14.
Dana Savariego y Ohad Kravchick llevan días frotándose las manos. Literalmente. No
logran sacar de debajo de sus uñas la pintura de dedos con que han hecho pancartas con
su sobrinos, los hijos de sus amigos, los chavales de su barrio en Holon, al sur de Tel Aviv.
Son parte de los 140.000 israelíes que se han echado a la calle en este 15O, concentrados
especialmente en Haifa, Jerusalén y Kryat Shmona, esos que han llegado con la lengua
fuera a la jornada mundial, enfrascados como están en la “manifestación del millón de
hombres” convocada para el día 29 y para la huelga general oficiosa del 1 de noviembre.
Dana y Ohad, profesora de Infantil y contable, no participaron apenas en las protestas del
verano –“creíamos que eran unos incendiarios”-, pero ahora han leído, han revisado, han
debatido, han asistido a asambleas y han consultado por internet lo que se hace en otros
lugares del mundo, y han tomado conciencia de que “la lucha global por un reparto mejor
de la justicia, los derechos y la riqueza es necesaria”.
Un compañero del trabajo de Ohad, Dan, tiene parte de culpa. “Él nos ha hecho ver que la
base, el pueblo, puede tomar decisiones, que no basta con ser gobernado. Es un líder
nato”, reconoce riendo su colega. Es en casa de Dan donde pasan las horas previas a la
gran manifestación de Tel Aviv. Desde allí, desde Jaffa, han ido caminando hasta la plaza
del Museo de Tel Aviv, donde tres brazos distintos de manifestantes se han ido
congregando lentamente, muuuuy lentamente. Israel está en fiesta estos días, el Sukot, y
tocan comidas familiares. Eso ha ralentizado la convocatoria en todo el país. Dana y Ohad
hacen lo mismo: barbacoa con los amigos, siesta para los niños tras un rato de PSP (no
respetan el shabbat) y caminata hasta el centro.
Más allá de la sugestión de su compañero, ¿por qué pelean hoy? “Yo hablo por mí y por mi
entorno. Nosotros trabajamos los dos, estamos en los 30 años, queremos tener niños y no
podemos ni física ni económicamente. No lo podemos pagar, la sanidad pública no pasa
nada, hay que pagarlo en la privada, y luego no podríamos abonar las guarderías, no hay
públicas hasta los tres años. Nuestros dos sueldos pagan el piso de un dormitorio [unos
750 euros] y la comida. No nos sobra un shekel a fin de mes. No podemos darnos lujos. No
tenemos coche porque la gasolina sube y sube. Hace cinco años que no tenemos
vacaciones… ¿Que no morimos de hambre? Verdad, pero estamos en un país que crece un
6% anual y con un paro mínimo y no le vemos el beneficio… ¿Dónde se queda? ¿En qué
manos? ¿Por qué las privatizaciones y las grandes concentraciones se dan en Israel como
en ningún otro lugar del mundo? ¿Por qué la inversión en educación es la más baja de la
OCDE? ¿Dónde ha quedado el tiempo de los intelectuales, los que hoy ganan el Nobel de
Química, que vienen de tiempos en los que la investigación era un valor en Israel?”,
enumera, casi sin aliento, este contable concienciado.
Dana reconoce que, a los israelíes, les mueve más la palea nacional, que la empatía con el
resto del mundo ha tardado en llegar, pero que han sabido tejer una red de información
que, con los días, ha hecho ver que la problemática es idéntica. “Se han hecho muchas
conferencias y hasta programas de la tele con jóvenes que han estado en reuniones
internacionales y nos cuentan que, si no hablamos del conflicto, estamos en el mismo
plano. Que importa el capital y no los servicios y que el ser humano se ha convertido en un
mero pagador de impuestos y mano de obra. Hemos pervertido el sistema de convivencia y
hemos forjado un sistema de bolsa para la vida. Es el valor que lo mueve todo ahora”,
lamenta.
¿Sirve de algo la pelea? “¡Claro!”, contestan a coro. “Mira en Israel”, dice Dana. Aquí, es
cierto, la presión ha llevado al Gobierno a crear un grupo de expertos y a aprobar medidas
como el recorte en 600 millones de euros del presupuesto de Defensa, dinero que ahora irá
a Educación, o la promesa de construir 196.000 viviendas en cinco años. “Lo hemos
logrado con la mayor movilización de la historia del país. Si en cada estado pasa igual, los
Gobiernos no podrán quedarse quietos. Así que no podemos parar. Estamos consiguiendo
algunos logros y vamos a pintar un mundo mejor”.
#15O en Alemania
“Todos somos griegos” por Luna Bolívar
.
Manifestantes en frente del Banco Central Europeo, en Fráncfort (Thomas Lohnes / AP)
Algo está cambiando en Alemania. Se nota desde hace unas semanas. Al grito, casi
unísono o al menos muy sonoro, que acusaba a los griegos de vaguedad, ineficiencia y
parasitismo, y por extensión al resto del sur de Europa, le va ganando decibelios el rumor
de que probablemente desde la Cancillería berlinesa les han estado vendiendo la moto; de
que el dinero que supuestamente era “para salvar a Grecia” se estaba en realidad
invirtiendo en salvar bancos.
Berlín 15 de Octubre (Maja Hitij/AP Photo)
Por supuesto, tal constatación no llega hasta los lectores del Bild Zeitung, que son la
mayoría. Pero sí a otros. A los miles – entre 5.000, según la policía, y 8.000, según la
organización; ambas cifras muy por encima de los 200 esperados – que protestaban este
sábado en Fráncfort. Muy al estilo alemán: desde jubilados a familias con niños pasando
por activistas de Attac. Algunos se manifestaban por primera vez en su vida. Otros lo
hacían a pesar de no sentir económicamente ninguna necesidad. Y es que la ira es grande.
“Todos somos griegos”, podía leerse en las pancartas, un eslogan que seguramente sirva
para cerrar más heridas que cualquiera de los discursos de solidaridad pronunciados por
Angela Merkel, detrás de los que se sospechan tantas mentiras. La marcha se inició en la
Rathenauplatz y a la sombra de los rascacielos que componen el centro neurálgico de las
finanzas germanas anduvo hasta el Banco Central Europeo. En la plaza que porta el
nombre del mítico ex canciller Willy Brandt, frente a la sede de BCE, se inició la acampada.
“Occupy Frankfurt” era el lema. Diez tiendas de campaña tienen permiso policial para
quedarse ahí hasta el miércoles. Muy al estilo alemán: diez tiendas se colocaron y el resto
de los congregados se fue yendo poco a poco a casa, a juzgar por los comentarios en
Twitter, contentos de haberle dicho a los mercados: “¡especuláis con nuestra vida!”.
Manifestación en Berlín (Axel Schmidt / AP)
También en Berlín se intentó un “Occupy Bundestag”, el Parlamento que se encuentra a
pocos metros de la Cancillería, pero aquí la ocupación era espontánea y carecía de la
licencia correspondiente con lo que, fue desmontada en pocos minutos por la policía. A las
calles de la capital salieron unas 10.000 personas. En toda Alemania lo hicieron
aproximadamente 40.000. Hubo referencias a España: ante los alrededor de 1.000
manifestantes reunidos en Hamburgo habló un sindicalista español y el movimiento
germano ha adoptado la traducción de “democracia real ya”, “echte Demokratie jetzt”. Pero
sobre todo ha ejercido influencia Estados Unidos. Los “occupy” fueron recurrentes en la
mayoría de las 50 ciudades en las que se celebraron actos y textos como “solidaridad con
el 99% de los griegos” reflejaban que los acontecimientos en Wall Street han llevado a
muchos más de los previstos a decir basta.
Y es que, aunque el desempleo baje constantemente y en el país no se note la crisis,
algunos miles de alemanes parecen haber entendido para qué sirven los paquetes de
rescate y percibido la amenaza. “Desarmad a los mercados financieros, nos han declarado
la guerra”, se pedía en Dusseldorf.
#15O en Quito
“Indignémonos por las personas que mueren de hambre”
por Edu León
.
Unas 150 personas se han manifestado en Quito durante la jornada del 15O
#15O en Roma
Frente a una minoría violenta por Mariana Paz
.Pretendía ser una manifestación pacífica pero lo que hemos visto esta tarde en Roma nos
deja con un sabor amargo. Decenas de heridos entre manifestantes y miembros de la
policía, algún coche y edificio en llamas fruto de un pequeño grupo de violentos, de no más
de 500 personas, que han intentado sabotear una marcha que ha movilizado a más de
200.00 personas en Italia.
Pretendía ser una manifestación pacífica pero lo que hemos visto esta tarde en Roma nos
deja con un sabor amargo. Decenas de heridos entre manifestantes y miembros de la
policía, algún coche y edificio en llamas fruto de un pequeño grupo de violentos, de no más
de 500 personas, que han intentado sabotear una marcha que ha movilizado a más de
200.00 personas en Italia.
Provenientes de 80 provincias italianas, familias, jóvenes, ancianos han llenado el centro
de Roma pacíficamente. En Italia el desempleo juvenil ha alcanzado el 27,6 por ciento, las
últimas reformas económicas han aumentado el IVA de 1 punto (del 20 al 21 por ciento),
han reducido las ayudas sociales y los fondos disponibles para la salud, la educación y la
cultura. Esto sumado a los recientes problemas judiciales de Berlusconi ha hecho crecer la
rabia y la frustración de la ciudadanía. “Esta marcha es la única manera que encuentro
para lograr que alguien me escuche, para llamar la atención. Yo estudie cinco años en la
universidad y nada de lo que me prometieron se ha cumplido. Tengo un contrato de trabajo
que caduca cada tres meses. Siempre estoy con el miedo de quedar sin empleo. Así no
puedo proyectar mi vida y ya tengo 30 años”, se desahoga Luca, actor y arquitecto.
A este movimiento se han ido sumando diferentes asociaciones: de estudiantes, de
profesores, de trabajadores precarios, de desocupados, por el derecho a la vivienda, entre
otros. Estos últimos han protagonizado la ocupación de la Basílica Santa María la Mayor.
“Los sin casa sí votamos por Dios”, expresa la pancarta que colgaron en el frente de la
Basílica. “En Italia el problema es cultural – nos explica Luca – la política y los bancos son
sólo una escusa. Necesitamos un cambio de mentalidad y espero que con esta gran
manifestación podamos lograrlo”.
La “contramanifestación”
Desde Plaza de la Republica partieron ciudadanos pacíficos que creían en la marcha y en
el valor simbólico del 15 Octubre. Familias con niños, bailes y música caminaban hacia el
Coliseo. Los pocos policías que habían en el lugar se mantenían al margen y reinaba la
tranquilidad. Al cabo de algunos minutos un grupo de encapuchados se unió a la
manifestación y fue cuestión de un instante lo que necesitaron para que comenzaran los
primeros desórdenes. Una sede de la agencia de empleo temporal Manpower fue una de
las primeras en ser incendiada. Con piedras y palos rompieron las puertas para lanzar
cocktails molotov al interior. Luego fue el turno de un edificio del ministerio de Defensa, de
los coches y de algunas casas. Hasta que los mismos manifestantes comenzaron a pedir
que abandonaran el lugar.
La Plaza San Giovanni se convirtió en el desafortunado centro de la manifestación. Las
familias, los globos de color, las orquestas fueron reemplazadas por golpes y violencia.
Arrojaron piedras a la policía y a las personas que caminaban pacíficamente. Ambos
grupos, pacifistas y encapuchados, llegaron a la Plaza San Giovanni por las calles
laterales y aquí se produjo una batalla campal entre a tres frentes: policías, encapuchados
y algunos manifestantes.
Las personas que marchaban en forma pacífica comenzaron a pedir ayuda a la policía. La
rabia era mucha y dirigida hacia los grupos de encapuchados. “Esta es gente que viene
solo a hacer desorden, no tienen idea de la crisis, no saben lo que es esforzarse por lograr
tus metas. Hay grupos que los manipulan, incluso les pagan para que vengan a ensuciar
nuestra marcha. Esta es una contra-manifestación. Me gustaría saber quiénes son”. Nos
cuenta Marilena, una estudiante italiana de 25 años.
#15O en Bruselas
Europa, “aquí es donde hay que estar” por Georgina Mombo
.
Pancarta durante la manifestación:"Tengo un sueño". (G.M).
Objetivo cumplido: el 15M, hoy 15O, llegó a Europa. Alrededor de 6500 personas, según
medios oficiales, y casi 10 000, según la organización de los ciudadanos, tomaron las
calles de Bruselas para hacer valer su malestar. Ríos de personas procedentes de España,
Bélgica, Francia, Alemania, Grecia, Italia y de distintos países magrebíes y
latinoamericanos, entre otros tantos, frenaron el ritmo normal de vida de la capital belga.
Ver este fenómeno a través del objetivo de una cámara de
Héctor grabando al comienzo de la manifestación. (G.M).
televisión de Alta definición es “como un sueño”, declara Héctor, miembro de la marcha y
uno de los cámaras principales (junto con dos más) del movimiento desde que salieron de
Madrid. “Grabar a la gente y darle la importancia que se merece” es lo que le mueve a la
hora de cargar con un aparato de más de dos kilogramos durante horas y horas.
La Marcha salió a las 14h30 de la Estación Norte de Bruselas, para recorrer más de siete
kilómetros a pie durante cinco horas. Entre vítores y cánticos de tipo “no somos mercancía
a disposición de las autoridades” o “solidaridad con los pueblos de todo el mundo”, la
manifestación se desarrolló sin altercados ni intervención policial.
El momento de mayor emoción tuvo lugar frente al edificio de la Bolsa de Bruselas, en
pleno corazón de la ciudad. Allí, con un sol que no lucía desde hacía varios días en Bélgica,
los participantes realizaron una sentada masiva, dando protagonismo a carteles en
diferentes idiomas como “People, rise up”(Pueblo, levántate) o “I have a Dream” (“Tengo
un sueño”). “Me siento sorprendido al ver el poder que sigue teniendo este movimiento
pacífico, a la vez que orgulloso y reconocido por la unidad de la gente”, valora Héctor, que
ha filmado cada detalle: las principales paradas frente a sucursales bancarias, actuaciones
de mimos o cárteles significativos. Cada plano tiene un valor, como demostró el vídeo que
grabó durante el desalojo de la Bolsa de París en septiembre, y por eso su trayecto no ha
sido en un único sentido: de la cola a la cabeza de la manifestación, del lateral derecho al
izquierdo y en diagonal, y sin ningún cartel, sin ninguna pancarta ni motivo reivindicativo.
Su único elemento de protesta es su cámara, cómo él dice: “Prefiero escuchar las
demandas de la gente”, lo que lleva a determinar el motivo qué le llevó a unirse a
la Marcha Meseta, salida de Madrid el pasado mes de julio rumbo a Bruselas: “Quiero
hacer llegar las demandas del pueblo, como se trató de hacer ante el Congreso de los
Diputados en España”, aclara este Técnico superior en sistemas de telecomunicaciones e
informática de origen asturiano, con nueve años de experiencia en el mundo de la
televisión. “Ya hemos tomado la calle, hemos tomado Madrid, Barcelona, París. Ahora, que
se tome la televisión, porque, hoy en día, quien está controlando la tele (en referencia a la
clase política y a grandes empresas) está controlando el pueblo. Y las cámaras no están
hechas para los políticos sino para la realidad, que es la que vive la gente de a pie”,
puntualiza este joven de treinta años que se apuntó a la Marcha Meseta en calidad de
socorrista dada su implicación con la Cruz Roja.
Los manifestantes en su llegada al edificio de la Bolsa. (G.M).
Victoria también ha venido a Bruselas a manifestarse. A sus más de sesenta años, esta
mujer procedente de Pravia (Asturias) tomó un avión desde Madrid para unirse a sus
compañeros, que conoció durante los veintiún días de acampada en Avilés y a lo largo del
mes de marcha que realizó a pie desde Asturias hasta la Puerta del Sol, dejando en casa a
sus hijos y nietos. “Soy la abuela del grupo”, bromea en las escaleras del edificio de la
Bolsa. Cuando se le pregunta que por qué ha venido hasta Bélgica, en lugar de quedarse
en España, afirma que, lo primero, porque tenía que reencontrarse con las personas que
conoció en la marcha y, lo segundo, porque ella ya no está indignada, sino “cabreada. Esta
juventud merece algo más. No es una generación perdida, si no que están haciendo que
se pierda”.Valora el 15M y el 15O como algo muy enriquecedor.
Careta de la bandera de la Unión Europea. (G.M).
Tanto Héctor y Victoria como otras personas venidas desde distintos puntos de Europa
coinciden en que si en Bruselas se barajan las principales políticas que nos afectan a todos
es “aquí donde hay que estar”.
Las principales paradas de los ciudadanos se realizaron frente al Financial Tower y las
sucursales del banco franco-belga Dexia que, por segunda vez desde que estallara la crisis
financiera, está siendo rescatado. Allí las marchas se rompieron para dar lugar a colectivos
de protesta frente a las puertas de dichos edificios.
La manifestación culminó en el parque del Cincuentenario, cerca del barrio europeo, donde
la manifestación dio paso a una Asamblea Popular en la que se debatió la posibilidad de
acampar. Una idea sin muchas opciones dado que la policía cerró, alegando cuestiones de
salubridad, el único sitio en el que se alojaban: una facultad cedida por la universidad, al
norte de la ciudad, en la que casi quinientas personas han sido acogidas desde que
llegaran el pasado sábado a la capital y en la que se han desarrollado decenas de
actividades y asambleas.
#15O en París
“Despertemos París” por Natalia Román
.
Puente de Nôtre Dame ocupado por las furgonetas policiales ante la mirada atónita de los turistas
Dos de la tarde, estación de Châtelet. Los turistas siguen al pie de la letra sus guías y las
familias salen a disfrutar de los ocasionales rayos de sol. Una decena de furgonetas
policiales están preparadas varias horas antes, ocupando de un extremo a otro el puente
de Notre Dame. Ni rastro del movimiento, la idea de presenciar una gran manifestación
comienza a disiparse.
Tres de la tarde, Gare du Lyon. Una treinta de personas decide ponerse en pie,
literalmente, tras una asamblea donde la habitual cortesía francesa queda patente. Quien
está al mando del micrófono habla suavemente y con calma. Sus últimas palabras antes de
partir: esto no es una manifestación, es una marcha, ¡despertemos París! Comienzan a
caminar por la acera como quien pasea un soleado sábado, sin obligaciones. Caminan,
charlan y de cuando en cuando irrumpen sus conversaciones para gritar al aire.
Conforme se acercan al punto neurálgico el flujo de personas va creciendo, llegan de las
calles adyacentes, y se desborda por las aceras ocupando el carril contiguo. Los coches
con suma paciencia se apartan y miran incrédulos. Aquel que no respeta la prioridad del
carril de los indignados sufre sus reproches: “¡respeta a la Democracia!”. Se oyen gritos de
“Tout va bien” (todo va bien), una máxima que a muchos en España les puede sonar
conocida, y cruel.
El movimiento español está muy presente entre los indignados, es un referente para esta
ocasión tan especial en la que se lanza por primera vez una convocatoria a nivel mundial.
Tanto es así que en una de sus consignas gritan a todo pulmón, en un español que no
consigue desprenderse de su característico acento: “el pueblo unido, jamás será vencido”.
Todavía está en caliente la última manifestación del pasado 17 de septiembre. Ese día, las
Marchas Populares llegaban a la ciudad de las luces desde España con el objetivo de
concluir su viaje en Bruselas, recorriendo así más de 1.500 kilómetros. Pero antes de llegar
a la Bastilla, símbolo de la Revolución Francesa, los manifestantes fueron cercados y
rociados con gases lacrimógenos por parte de la policía. Separa y vencerás, una estrategia
que conocía perfectamente la gendarmería. Isabel García, redactora en una agencia de
prensa internacional, lo presenció. Fue arrastrada por el suelo junto a otros manifestantes y
llegaron a romperle el bolso que llevaba consigo. “Pero esta vez va a ser diferente, no nos
van a parar” afirma animadamente. En este caso el movimiento cuenta con el permiso de
manifestación.
Todas las asambleas convocadas en las principales estaciones de la ciudad desembocan
en la plaza del Hôtel de Ville, a mar abierto, donde turistas e indignados se fusionan y las
pancartas reflejan por doquier. Incluso los propios organizadores de la convocatoria
confiesan su sorpresa por la gran asistencia.
Mar Kramer posa junto a su pancarta, sonríe a los medios que se acercan a él y se mueve
con desenvoltura ante las cámaras. “Creo que hacía mucha falta que las diferentes
generaciones se unieran, todas ellas están siendo atacadas por la dictadura financiera”,
afirma en un perfecto español este periodista americano residente en París. A sus 67 años
conserva una sonrisa infantil y habla con cariño de su país de acogida: “son muy
tranquilos, pero cuando el francés tiene la espalda contra la pared es capaz de convocar a
millones de personas para salir a la calle, como cuando el año pasado quisieron aumentar
la edad de jubilación.” Y asegura firme “es necesario que esto continúe porque la clase
dominante, el 1% que lo controla todo, piensa que nos vamos a cansar. Por ello, hay que
encontrar una manera de sostener esto en el tiempo frío, porque va a ser muy duro”. Pero
lo más importante para Kramer es que “se rompan las fronteras en cuanto a los
movimientos sociales”.
Antes de marcharme de ese escenario, echo una mirada atrás y veo un gran cartel con
ocupa parte de la fachada del Ayuntamiento de la ciudad que dice lo siguiente: Francia
está comprometida con la libertad de todos los rehenes del mundo.
#15O en México
“Hoy nació una organización” por Majo Siscar
.
La movilización global prendió la mecha de la indignación en México, donde hasta ahora eran menos de
50 manifestantes. M.S
Amanda se levantó el sábado emocionada, pero estaba haciendo sandwiches para
compartir en la plaza y los nervios se le arremolinaban en el estómago. “¿Cuántos
vendrán? ¿Cómo irá?”, se preguntaba. Amanda tiene 26 años y era una de las pocas
personas que han organizado el #Méxicotomalacalle, el movimiento de los indignados
mexicanos. Hasta el 15-O eran menos de 50, pero la convocatoria global prendió la mecha.
Este sábado, el monumento a la Revolución, donde se reunieron, cobró vida. La plaza se
volvió un hervidero, de gente, de ideas, de actividades, de propuestas.
“Estamos indignado/as de la farsa democrática en la que vivimos, la cual sólo ha traído una
falta de desarrollo adecuado del país, que ha roto su tejido social, que ha sido incapaz de
generar el empleo necesario y que nos impone el pago de las deudas interna y externa de
las que no somos responsables, mientras la clase política se enriquece con los recursos
que
El rechazo a la violencia, del Estado y del crimen organizado, fue una de las principales demandas de lxs
indignadxs mexicanxs. M.S.
su coto de poder les proporciona. El clima de violencia actual provocado por el engaño, la
negligencia y corrupción del aparto político, auxiliado de los poderes fácticos, ha generado
a todo lo largo del territorio nacional una urgente necesidad de transformación profunda”,
leyeron en un manifiesto en el Monumento a la Revolución, ante más de un millar de
personas. En una ciudad, el Distrito Federal, donde hay manifestaciones cada semana por
las más variopintas demandas, estas personas decidieron cambiar la estrategia. Su
indignación tomó el espacio público y se recreó en un mercado de trueque, performances,
teatro, danza, conciertos, y debate, mucho debate. Hubo cuatro asambleas paralelas
sobre: economía solidaria, democracia real, educación y No violencia, por las que pasaron
más de un millar de personas. “Se trata de empezar a creernos que podemos cambiar las
cosas, y hacerlo con el otro, generando un lenguaje compartido, un pensamiento
colectivo”, explica Amanda ya en el monumento a la Revolución. No es un camino fácil, y
menos en el contexto de precariedad económica y de violencia que vive este país.
“A nivel personal todo el mundo tenemos perspectivas muy distintas pero hay un
descontento que nos une a todos, lo que pasa es que responder a la crisis económica es
mucho más claro que combatir la inseguridad. En México nos enfrentamos a un monstruo
que es el crimen organizado institucionalizado o no”, señala Amanda. Sin embargo, lo cree
una necesidad urgente, por eso ella y sus compañeros, convocaron por todas las redes
sociales, por las universidades, incluso subían al metro con su nariz de payaso para animar
a la gente a sumarse. “Sal a la calle antes de que entren a tu casa”, era uno de los lemas
principales con los que animaban a la gente.
Amanda (al fondo) en una de las mesas de reflexión, donde participó gente de todas las edades y de
diversos países. M.S.
“El país se precipita en el desastre de la violencia cotidiana y generalizada”, resumen lxs
indignadxs. Ante esto la asamblea por la No violencia propuso combatir las intimidaciones
cotidianas, esas pequeñas agresiones que cometemos todos diariamente. En un marco
más grande rechazaron la Ley de Seguridad Nacional que se debate en el Congreso y que
de aprovarse instauraría un estado de excepción de facto. Saben que es muy difícil
articular un país como México, pero el sábado Amanda, y tantos otros, vieron “realizarse un
sueño”. Amanda lleva desde febrero participando en una asamblea callejera contra la
censura que luego se unió al Movimiento por la Paz impulsado por Javier Sicilia, y a
mediados de mayo, al calor del 15-M español se convirtió en la Asamblea Permanente de
Indignadxs Mexicanxs. Pero hasta ahora eran cuatro gatos. Ayer fueron centenares.
Lxs Indignadxs mexicanxs copiaron la metodología de las Asambleas de Sol, tal como ellos reconocen.
M.S.
Una cincuentena de Indignadxs acamparon por vez primera en México, delante de la Bolsa de Valores.
M.S.
“Estamos despertando de la apatía”, resume Jorge López, otro de los iniciadores del
Movimiento mexicano. Y en ella salieron múltiples demandas. Además del fin de la
violencia, exigiron poner fin a la corrupción y la impunidad,más partipación democrática,
recortar los presupuestos de partidos y los sueldos de los políticos, aumentar
drásticamente el salario mínimo y más inversión en la educación. Y para ello hacer más
contundentes sus demandas, después de 8 horas de debates decidieron ir a acampar
delante de la Bolsa de Valores, símbolo máximo de la especulación financiera en un país
donde el hombre más rico del mundo, Carlos Slim, convive con 60 millones de
compatriotas que sobreviven bajo el umbral de la pobreza.“Si no hay dinero para vivir
dignamente, es porque en la Bolsa está acaparado”, subrayan. Así, siguiendo el ejemplo
de Nuevo York, una cincuentena de personas acamparon ante la Bolsa.
Amanda, una de las fundadoras de la Asamblea de Indignadxs Mexicanos. M.S.
Antes de la medianoche la policía los desalojó, pero finalmente consiguieron instalarse a
pocos metros y siguieron la asamblea hasta la madrugada, donde discutieron propuestas
concretas para continuar en movimiento. “Hoy nació una organización”, concluye Jorge
López entrada la noche. “¿Qué crees que conseguirán?”, le pregunto a Amanda. “No sé
hacia donde vamos, pero de momento sembramos la esperanza de que en México también
es posible hacer un cambio”, asevera. Además de la Ciudad de México, en el país se
movilizaron 28 ciudades, desde la frontera con Estados Unidos, donde las consignas se
centran contra la violencia del narcotráfico, hasta el sureste del país, donde el zapatismo
retoma la idea de la revolución mundial.
http://periodismohumano.com/sociedad/libertad-y-justicia/las-cronicas-del-15o.html
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