1ra temporada
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Lucero Herrera Princeton; Love Happens
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INDICE
Prologo . _ Bicho raro
Capitulo 1. _ Si sueñas con una persona„
Capitulo 2. _ Dirección de un hotel.
Capitulo 3. _“Ser amable de vez en cuando”
Capitulo 4. _ Mi amigo Ethan.
Capitulo 5. _ Paparazzi
Capitulo 6. _ La Huida
Capitulo 7. _ Padres contra hijos
Capitulo 8. _ Nunca va a dejar de ser una estrella
Capitulo 9. _ El engaño
Capitulo 10. _ La ironía tiene un pésimo sentido del
humor
Capitulo 11. _ Viaje sin escalas
Lucero Herrera Princeton; Love Happens
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PRINCETON
Love happens
Lucero Herrera Princeton; Love Happens
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Relatado por Natalie
Lucero Herrera Princeton; Love Happens
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Bicho Raro
Porque los finales felices no existen?
siempre me lo he preguntado , y aunque
tengo varias teorías al respecto, sigue sin
agradarme.
Donde quedaron los príncipes
encantados? nunca me considere una
princesita de quien proteger „Siempre fui
lo bastante fuerte para ser yo la que
proteja, pero cada vez que me rodeaban
sus brazos todo signo de independencia
desaparecía, me volvía tan débil como un
dócil gatito.
Hoy en día me sigo preguntando, porque
yo? Porque habiendo chicas mucho mas
guapas que mi persona, el había decidido
fijarse justamente en mi.
Recuerdo la primera vez que lo vi„
Se imaginaran que fue perfecto se enamoro
de mi, y fuimos felices„ pero en realidad no
lo fue, no por completo, eso paso cuando
el me vio„ pero la primera vez que yo lo vi,
ilógica, irracional e incluso estúpidamente,
me rompió el corazón.
Una epidemia arraso con todos
inmediatamente después de que la nueva
película de amor adolescente fue
estrenada, inesperadamente„ y digo
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inesperadamente pues nunca he seguido las
modas ni me han interesado, pero sin
siquiera pensarlo me toco a mi. Compre el
libro, vi la película al menos 10 veces,
artículos comerciales y cualquier cosa
que se pudieran imaginar, mi error fue
enamorarme del protagonista de la
historia.
Sebastián Kanes... hasta ahora me doy
cuenta de que me hubiera enamorado de
cualquiera que representara al personaje
del libro , de aquel libro que me encantaba
,todo lo que hacia era estar al pendiente
de la historia, pero en realidad no estaba
enamorada del actor„ estaba enamorada
de un personaje que prácticamente no
existía.
Cuando me entere que Sebastián venia a mi
ciudad, me salto el corazón del pecho
(metafóricamente hablando). Tome todos mi
libros y Salí corriendo por la puerta, sin
pensar siquiera como me veía, o que ropa
traía puesta. Poco después me daría cuenta
que no importaba si traía la colección de
Armani, o me salía en camisón roto.
Estuve formada tres horas, una fila muy
larga para cualquier paciencia gusto.
Cuando estaba apunto de conocerlo, me
llegaron mil preguntas a la cabeza, como
iba a ser? Se iba a fijar en mi? que le iba a
decir?, al pensar en la ultima pregunta me
quede congelada.
–Cual es tu nombre?–
La primera línea que salió de su boca,
dirigida hacia mí.
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–Natalie–dije.–Natalie Cole–.
Aunque me escuchaba bastante emocionada
como para que pensara que era una fan
psicópata, ocultaba mucho más de que lo
mostraba. Firmo mi libro y un poster.–
Gracias por venir–.
Jadeé ante la decepción.
–Siguiente!!–oí gritar al guardia, e intente
salir de ahí sin llorar, no al menos hasta
llegar a los sanitarios.
Estaba Derrumbada, llorando en los
baños de un centro comercial, por aquella
estupidez, que para mi en se momento
significaba la vida. Irónicamente mi
consuelo es que ni siquiera me había
volteado a ver.
–Seguramente se hubiera enamorado de mí–.
Fueron mis patéticas palabras de auto–
consolación, en la cabina de aquel
sanitario.
En ese momento agradecí que mi mejor
amigo considerara mi obsesión una
estupidez y no me hubiera acompañado a la
firma de autógrafos, no pudiera imaginarme
la vergüenza que sentiría si me veía de esa
forma, no quería ver mi rostro yo misma.
Aunque en ese momento lo necesitaba
tanto...
Estúpida! Gritaba en mi fuero interno.
Me permití fantasear, aunque solo
fortalecía mi dolor de adolecente, había
tenido cien fantasías formada en la fila, lo
cual no era raro, había pasado mas de tres
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horas esperando para verlo, pero deje a
mi imaginación volar una vez mas.
–No puedo imaginar las comparaciones que
harían si nos vieran juntos por las calles–.
Salí del sanitario para dirigirme a los
espejos.
Lo que vi fue una chica de tez blanca con
cabello castaño claro, delgada„ al fin!
pensé. No veía nada asombroso, ni digno de
una estrella de película.
Tenia los mismos ojos azules que mi
abuela, lo cuales odiaba, por cierto. Mi
hermana solía molestarme desde niña
porque a la luz del sol parecían un par de
gargajos. Un rostro, cuerpo y
personalidad de niña afligida.
–Nada especial–
Logre susurrar , sin darme cuenta de que
dos chicas rubias estaban atrás de mi
,riéndose (naturalmente) viéndome como si
fuera un “bicho raro”.
Salí corriendo de los baños, para entrar a
mi contour negro donde podría llorar sin
ser molestada. Me asegure de secar mis
lágrimas antes de pasar por la fila otras
fans tan esperanzadas como yo lo estaba.
Al pasar vi a Sebastián coqueteando con
una chica bastante parecida a mí,
Igualmente formada en la misma fila en al
que yo había estado.
Me llene de rencor que no pude describir,
no eran celos, era Odio, o humillación, tal
vez un poco de ambas.
Aunque la única palabra que salió de mi
boca fue “suertuda”, sentí que aquella
chica movió la cabeza al escucharme, pero
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no volví para fijarme, estaba ilógicamente
herida.
Subí a mi auto y conduje a toda velocidad a
mi casa, lo cual fue tonto pues solo
conseguí una maldita multa de transito
.Que arruino mi “huida resignada”.
Entre a mi cuarto y arroje todas las
películas, libros y artículos, o cualquier
cosa que tuviera su rostro. Rompí todas
mis cosas y comencé a llorar hasta
quedarme dormida.
Pasaron los días, semanas y finalmente
meses, y todo se borro de mi mente como
si no hubiera pasado nada. (Que en realidad
no había pasado nada).
Evitando sus películas, comerciales, o
cualquier cosa que me recordara lo
estúpida que me había visto ese día, y
cambiando de tema cada vez que alguien
comenzaba a decir lo guapo que el actor
estaba.
Es divertido acordarse de ese día, y
sentirme como una tonta. Estaba tan
esperanzada con que se fijara en mí, y
cualquiera de mis fantasías, por más
pequeña que fuera, se volviera realidad. Es
tonto, pero ahora que tengo la mente en
blanco me doy cuenta, en ese momento
significaba la vida entera para mí. Es como
cuando pasa algo malo y la única frase
que nos viene a la cabeza es “nos reiremos
de esto en cinco años”, bueno„ no han
pasado cinco años aun y ya me estoy
riendo.
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TODO LO QUE LLAMAMOS AMOR.––¡Codicia y amor!
¡Cuan diferentes sentimientos despierta en nosotros cada una de estas palabras! Y, sin
embargo, tal vez se trata de un mismo instinto. Nuestro amor al prójimo ¿No es un
imperioso deseo de una nueva posesión? El que ama quiere poseer, el solo, a la
persona amada, aspira tener poder absoluto sobre alma y cuerpo, quiere ser el único
amado, morar en aquella otra alma y dominarla cual si fuese lo mas elevado y
admirable.
Federico Nietzsche
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Lucero Herrera
A mi sobrino… Alejandro. Gracias por ser la persona a la que mas he querido y gracias por haberme salvado de esa persona
tan terrible que quería hacerme daño… yo misma.
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Si sueñas con una persona…
Cause nothing last forever, and we both
know hearts can change–
Estaba cantando en mi habitación, mientras
leía “The da Vinci code” de Dan Brown, era la
quinta vez que lo hacia, y solamente no me
cansaba de repasar las mismas letras que
ya antes había visto desde que me habían
regalado el libro en mi ultimo cumpleaños.
Estaba recostaba sobre la cama de mi
habitación, rodeada de los colores
oscuros que decoraban a esta, Ethan
siempre se burlaba de que, mi poster de “El
rey León” era la única cosa alegre en mi
cuarto„ pero eso no lo hacia olvidarse de
reír, igualmente de que era una historia
para niños.
Durante las vacaciones había decidido
tomarme un descanso, sin salir de mí casa
o siquiera tener contacto con el mundo„
aunque después de unas semanas tenia que
dar viajes de regreso a la realidad, solo
un corto camino a la biblioteca por unos
cuantos libros para entretenerme o
comprar algunas películas para ver en mi
home teather y después regresaría a
encerrarme en mi burbujita antisocial.
Eran las cinco de la mañana de un martes, y
no podía dormir. Apague mi mp3 antes de
bajar las escaleras en cuando escuche
que crawling empezó a reproducirse desde
mi lista de “favoritos”, me dirigí hacia la
cocina, me serví un vaso de agua que me
termine enseguida, cuando un libro votado
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en la mesa del comedor principal llamo mi
atención.
Aquel libro que había estado intentando
evitar durante meses estaba justamente en
la mesa de mi comedor. Y Aunque había
podido superar lo nopasado con
Sebastián, tendría que regañar a mi
hermana por dejar tiradas sus cosas„
pero al fin y al cabo, era un buen libro y
me ahorraría una vuelta a la biblioteca por
la mañana.
Pero antes de empezar a leer, o siquiera
coger el libro escuche el timbre del
teléfono, tuve que ir a descolgar el
articular antes de despertar a alguien.
–Hola?–
Se escucho un hombre dudando por el
otro lado de la línea.
–Hola–respondí alegremente, en cuanto
reconocí la
Voz–Ethan!!–
–Natt, Como estas?–
–Molesta contigo–. Hice una mueca.–como se
te ocurre llamar a esta hora?–
–Perdona–rio.–Pero sabía que no estabas
dormida.–
El tenia razón, desde hace ocho años que
tenia problemas para dormir y no tenia
porque cambiar ahora, no pude evitar
sonreír.
–Eso no justifica, no vivo sola,
recuerdas?–no lo pude engañar, intentaba
sonar enojada, pero insinuaba una sonrisa
por la forma en que lo decía.
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–Bueno, aquí son las 7 de la noche–. Reímos
al mismo tiempo.
–Espero que la estés pasando bien–dije
muy desanimada.–me dejaste abandonada
todo el verano–
–Lo siento, he estado algo ocupado–
–Que Quieres?–pregunte con enojo fingido,
se rio.
–Solo quería ver como estabas–sonreí.
No podía negar que Ethan me gustaba
mucho, aunque solo lo podía ver como un
amigo. Mi mejor amigo y nada más.
El era de esos amigos que te conocen de
verdad, incluso recién levantada sin tener
lavados los dientes.
–porque estas hablando tan bajo?, parece
que te estas escondiendo de alguien–
Solo pude escucharlo aclararse la
garganta, con vergüenza.
–tu padre esta ahí„–pero antes de dejarme
terminar empezó a defenderlo, como
siempre, empezaba a ser aburrida esta
rutina.
–„no tiene nada contra ti, enserio! Solo no
quiero hacer ruido, tiene visitas–
No estaba escuchando, era un mal
mentiroso, así que cuando lo defendía
empezaba a recordar aquellos tiempos
cuando no tenía ningún problema conmigo,
y nos dejaba jugar juntos desde el Kínder
Garden hasta la secundaria.
Comenzó a hablar de nuevo, interrumpiendo
mis pensamientos.
–En realidad quería avisarte que voy a
regresar el próximo viernes–dijo como si
no tuviera importancia, y con voz más
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preocupada añadió.–y espero una fiesta de
bienvenida–
Intente sonar casual. Fallé.
–Regresas el viernes?–pregunte casi
gritando. Lo extrañaba mucho, aunque el lo
sabia, era lo único que me hacia salir los
viernes por la noche, o ir a tomar café con
los amigos, aunque tan reservada como
era yo, los únicos amigos con los que
salía era con los suyos.
Espere el viernes con emoción, sabia que
lo decía enserio cuando me lo pidió, pero
no había organizado una fiesta de
bienvenida. Pero no me preocupe, porque
sabia que me perdonaría, teníamos mucho
que contarnos y no pensaba hablar a
gritos en algún club nocturno.
Fui a recogerlo al aeropuerto, aunque el
no me lo pidió.
Tal vez se preguntaran como una chica
promedio como yo había conocido al hijo
de un “empresario exitoso”, bueno yo lo
conocí antes de que su padre se volviera
rico, famoso y cotizado. Lo que me agradó
es que Ethan no se volviera igual que su
padre, el era igual de humilde que cuando
lo conocí, hace muchos años cuando los
dos jugábamos en el receso en quinto de
primaria. Volvamos al aeropuerto.
En cuando lo vi bajando del avión no pude
ver nada mas, me lance corriendo para
brincar sobre el y abrazarlo, pero al
estar a tres pasos cerca de el su padre se
interpuso.
–Buenas tardes señor Preston–dije
cortésmente. No tenia porque ser grosera
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–bienvenido– el solo se limito a asentir y
seguir hablando por teléfono.
Abrase fuertemente a Ethan antes de que
su padre regresara.
–Así que„ Natalie–dijo mi nombre con
amargura, eso me molesto.–como
estuvieron tus vacaciones?–
–Excelentes señor Preston, gracias–dije
tartamudeando un poco.
–Que hiciste ?–respondió sonriendo con
aire engreído, esperando que contestara
alguna holgazanería, por mas que quisiera
sabia que no lo iba a decepcionar.
–En realidad no mucho–conteste, y las
comisuras de mis labios de doblaron hacia
abajo.
Se quedo mirándome con frialdad e hizo
una mueca antes de voltearse. Ethan me
apretó la mano mientras su padre se
alejaba.
A la mañana siguiente, me despertó el olor
a huevos fritos, nadie mas podía estar en
la casa, supuse que era mi hermana,
Elizabeth.
Como describir mi relación con Elizabeth?
Digamos que no había una, ni buena ni mala,
solo no teníamos una.
Vivíamos prácticamente solas, nos
habíamos cambiado a West Virginia hace ya
varios años, con mi padre, que no era del
tipo hogareño y aunque nos tenia mas o
menos bien atendidas económicamente nos
dejaba solas la mayoría del tiempo.
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Tome una ducha, y me vestí rápidamente para
bajar a desayunar, estaba muy nerviosa,
las vacaciones habían terminado y era mi
primer día en la Universidad, había escogido
una carrera que me gustaba, psicología,
aunque yo soy mas del tipo “artístico” mi
padre solo me apoyaría con una carrera
que dejara dinero. Tontamente, en un
intento de que mi padre me ayudara a pagar
clases de arte, con mis buenas
calificaciones salí becada en la
universidad, tendría que pasar
prácticamente todo el día en el campus
haciendo servicio social para mantenerla,
pero pensé que así, sin tener que pagar una
colegiatura completa a mi padre no le
molestaría„ me equivoque, y ahora solo,
no tenia tiempo libre porque hice el
compromiso en la escuela antes siquiera
de consultarlo con mi papa.
Por eso y algunas otras razones, no tenia
ganas de ir a la escuela, aun así, me
apresure para llegar antes y desayune en
silencio con mi hermana, solamente me
dirigió la palabra para preguntar la hora
del día.
Sentía escalofríos, estar en el colegio
sin Ethan tenia sus pros y sus contras,
esta vez no estaría presionándome para
salir con sus amigos aunque en realidad ya
no tenia tiempo libre, pero nunca habíamos
estado en escuelas diferentes y sin el me
sentiría como un niña entre estudiantes
universitarios.
Pasé de una clase a otra, sin mirar ni
hablar a nadie, como no era la única nueva,
no creo ningún alboroto ni curiosidad,
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solamente se me acercaron dos personas,
amables, pero invente cualquier excusa
para quedarme sola.
Pensé que había sobrevivido al primer día,
fue un alivio la ultima hora en servicios
sociales, cuando un chico lindo, alto y
bastante musculoso se me acercó con
intenciones que describiría yo, muy
morbosas.
–Hola–No lo pude dejar de mirar
sorprendida, era el tipo de chico al que
todos le tienen miedo. Y yo no era la
excepción.
–Eres Natalie, cierto?–dijo con una gran
sonrisa en su rostro.
–Si– agache la cabeza esperando a que se
alejara.
–Mi nombre es Drew– dijo con una sonrisa
deslumbrante.
Normalmente no me fijaba en estas cosas,
pero el era muy atractivo. Aun así, sabia
que no quería tener nada que ver con el,
se movía impaciente sobre el asiento
continuo esperando una respuesta.
No le conteste, esperando a que se fuera,
hasta que vi que se empezó a incomodar.
Se aclaro la garganta bastante fuerte –Me
tengo que ir, si necesitas algo, bueno„
estamos en la misma clase– Rio.
Tampoco quería ser grosera,
–Gracias–le conteste amablemente.
Pero inmediatamente me arrepentí, solo lo
animo a permanecer hay y prosiguió con un
discurso introductorio aunque yo no
estuviera escuchando, mi mente estaba en
otro lugar, yo solo entendía bla, bla, bla.
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–„te podría ayudar a entrar a una
fraternidad, depende de cómo seas–
–Del tipo solitario–dije casi en un susurro.
Sonrió.–De acuerdo, creo que entiendo–
De verdad había entendido?
–Aunque no cuentes mucho con ello aquí–
se alejo unos cuantos pasos, antes de
volver la mitad del cuerpo para gritar–
entonces„ te veo luego–.
Fue un alivio que se fuera, aunque me
empecé a preguntar por medio segundo, si
pensaba que había hablado con una
retrasada. Yo era rara, eso no era un
secreto para la poca gente que me
conocía, pero la duda se retiro tan rápido
como vino cuando me vi cuenta de que no
me interesaba lo que el pensara, nunca me
interesaba lo que pensaran de mi.
Vi de reojo que una chica pelirroja con
uniforme y cabello con rizos me estaba
observando con cara de rabia, incluso
odio. Intente ignorarla pero su rostro era
muy obvio.
Me quede congelada en cuanto vi que se
acercaba a mí con una sonrisa
deslumbrante en el rostro.
–Jessica Miller–se presento, y se adelanto
a saludarme con un clásico beso en la
mejilla.
–valla! Drew, lo conoces?–
Su pregunta me tomo desprevenida, aunque
entendí porque estaba tan molesta.
–En realidad no–la mascara de felicidad se
le escapo por un momento, pero la
recupero enseguida.
–Bueno, pensé que deberías saber que ha
estado preguntando por ti todo el día– su
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expresión decía claramente que se
preguntaba el porque?.
–de verdad? no se porque–.
–Bueno, para ser honestas yo tampoco–
aunque lo dijo con tono “amable” se
escucho con más rabia de la que debería si
quería que me creyera su actuación de
amiga. Con una mueca, como si hubiera
adivinado mis pensamientos agrego –No me
lo tomes a mal, eres linda, pero lo
conozco de años„ y no eres su tipo–
Me limite a ignorarla, aunque eso la
empezó a irritar –bueno, que estoy
diciendo? Probablemente tienes novio– dijo
esperando claramente que la respuesta
fuera si.
–Mira„ detente, si todo esto es por el,
mejor te aviso que no me interesa en lo
mas mínimo –quería que me dejara de tomar
como competencia, me equivoque. Eso le
molesto todavía más.
–Deja los jueguitos y mantente alejada,
de acuerdo?–
Antes de dejarme contestar me empujo
arrojándome contra el piso, no me
lastimé, pero me enojo mucho.
Nunca antes había peleado con alguien,
aunque muchas chicas buscaban tener
problemas conmigo, por la única cosa que
parecía importarles a esta edad,
manejadas por las hormonas„ hombres.
Parecía que no hubiera forma de
explicarles que no me interesaban “sus”
chicos cuando se me acercaban, pero
cuando llegaban a terminar sus
relaciones, o las negaban como
pretendientes buscaban una excusa y/o
alguien para culpar por los rechazos,
básicamente me buscaban a mi, si había
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mantenido al menos una conversación con
alguno de ellos.
Me sorprendió ver que alguien me ayudaba
a levantarme, pero de repente estaba de
pie, aunque aun no había visto quien me
ayudo hasta que hablo.
–te encuentras bien?– Esa voz bastante
masculina, daba miedo, pero al mismo
tiempo atractiva.
–Si, gracias–
Me saco arrastrando del salón antes de
que alguien mas se diera cuenta, pero
alcancé a ver la cara enojada de Jessica y
no pude evitar reírme de su expresión.
Sonó la campana de salida, lo cual
agradecí mucho, por mas que quisiera
permanecer en los brazos de Drew, era
incomodo, y no quería que malinterpretara
las cosas.
–Muchas Gracias, no debiste molestarte–
logre articular y no entiendo porque
razón, pero espere a que el contestara –Mi
Placer, no te preocupes por ella, esta
loca!– rio y no pude evitar reírme con el.
–Lo note–pero lo dije demasiado bajo para
que el entendiera.
–Que?–pregunto.
–Nada, debo irme–esta vez no espere una
despedida, salí corriendo del lugar, lo
escuche gritando que esperara, pero no
intento seguirme.
Me daba miedo caminar sola de noche, pero
mi carro estaba descompuesto y no tenía
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precisamente un compañero para regresar
a casa.
Pase todo el camino debatiendo lo
sucedido en la escuela, no me interesaba
Drew de esa forma, de la forma que “la
loca” pensaba, pero no era del todo feo„
No, tenía mas cosas en que concentrarme,
este día había sido de los mas pesados que
había tenido académicamente, pasar de
clase a servicios sociales me lleva
prácticamente todo el día, y no estaba
segura de poder aguantarlo hasta el
próximo cuatrimestre, para poder renunciar
lastimosamente ala beca.
Antes de terminar el pensamiento llegue a
mi casa, donde me encontré con una
sorpresa.
Alguien estaba esperándome en la entrada.
–Ethan!– grite y salte sobre el –Que estas
haciendo aquí?– me baje al darme cuenta
que lo había lastimado.
–Ey Natt–dijo un poco extrañado por mí
reacción–solo vine a ver como te fue en tu
primer día–
Hice una mueca
–Tan Mal?–pregunto.
–Que Esperabas?–pregunte un poco triste –
vamos, esta helando aquí afuera–.
Podíamos estar encerrados en mi
habitación sin que nadie digiera una
palabra, hiciéramos algo o no, Elizabeth
no se enteraría, ni le interesaba saber,
pero sabíamos que no pasaría nada entre
nosotros, como dije, era mi amigo y nada
mas„
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Entramos a mi habitación, cuanto tiempo no
había pasado yo encerrada en estas cuatro
paredes? parecía que había sido hace
mucho tiempo, pero estaba tan
acostumbrada al color blanco que
predominaba la decoración.
Ethan no necesitaba invitación, entro antes
que yo y se sentó en el sillón de cuero
negro, donde se sentaba cada vez que
entraba a mi cuarto, era “su sillón” o por
lo menos así bromeábamos, yo me
apresure a la computadora para empezar
con los deberes. Parecía que este
cuatrimestre seria el peor de todos,
escuela, trabajo, tarea„
–Sigues con ese poster ridículo–bromeo,
refiriéndose a mi pieza de “El rey León”–Es
una historia para niños, no se si te lo
habían dicho–.
–Que tiene de malo? deja en paz mi cuarto!,
mejor dime a ti como te fue–
–En realidad bastante bien, bueno, no es
tan horrible como imagine–
Medicina? De verdad? Tú ibas a ser el
mejor chef de West Virginia! Que te paso?–
–Como dijiste, iba a ser, las cosas no son
tan fáciles, y si a esas vamos tu ibas a ser
la mejor artista de West Virginia y
escogiste psicología!–
–Me gusta la psicología–
–pero no tanto como el arte– dijo tomando
uno de las docenas de dibujos que tenia
en mi cuarto, porque justamente tubo que
tomar el de Sebastián? Debía recordar de
esconderlo la próxima vez.
–Solo mira esto, idéntico al original, tú
deberías estar estudiando arte–
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–No juegues con eso, sabes porque
estudio psicología, por cierto, recuerdas
las comida que hiciste para mi hace tres
cumpleaños? Todos, incluso„–no me dejo
terminar, puso la mano en mi boca antes de
hablar.
–Tienes razón, disculpa„ pero eres mejor
en la pintura que cualquiera que haya
conocido, sabes que sin problemas te
podría ayudar a pagar la Universidad de
arte de Michigan pero si„–
–No es tan fácil–
–Nunca lo es, o si?–
Me dedico una sonrisa deslumbrante con
sus perfectos dientes blancos. Me quede
paralizada y todo signo de tristeza o
preocupación desapareció.
Eran increíbles las cosas que podía hablar
con el, le conté lo que paso en la
escuela, y la burla no termino hasta que
lo envié a casa.
Han escuchado un dicho que dice “si sueñas
con una persona, es porque esta se durmió
pensando en ti”, bueno, es una tontería, esa
noche, sorpresivamente soñé con
Sebastián y dudo que siquiera supiera el de
mi existencia.
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La dirección de un hotel.
Los días en la escuela eran muy
aburridos. Desde hace unos días Drew era
oficialmente mi novio. Ethan sabia que lo
hacia por compromiso y no disfrutaba
mucho su compañía, era amable, un
caballero y simplemente no podía haber
alguien mas atractivo (bueno, solo
conocía una excepción) pero era demasiado
extrovertido para mi, y así tan fascinante
como era, era exactamente lo opuesto a mi.
Estaba con el por soledad, debía admitirlo.
Y obtenía un bonus cuando recordaba las
caras de fastidio en el rostro de Jessica,
me hacían querer continuar con el.
–El solo te ve como un premio–me decía
Ethan
–Solo te quiere de adorno–repetía.
Si no lo conociera tan bien y supiera que
de verdad se preocupaba por mí„ hubiera
jurado que estaba celoso.
Un día más, como cualquier otro, o al
menos, eso creía. Salí de Athens road para
dirigirme a la escuela, desde la ventana de
mi habitación se notaba un alboroto por
las calles, tal vez una manifestación, por
lo que decidí ir caminando.
Note unas chicas gritando y llorando
formando un circulo, “están locas”
murmure, pero decidí no darle importancia y
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seguir mi camino, hasta que mis ojos se
toparon con un chico que juraba había
visto antes.
Intente convencerme de que estaba
equivocada, pero parecía el mismo chico,
las niñas gritando„ me tarde en hacerlo,
pero de pronto entendí.
El mismo chico atractivo, demasiado
atractivo a decir verdad, una estrella de
cine.
Rubio, de ojos claros, aunque había leído
el cotilleo en una revista que se trataban
de pupilentes, bastante alto y algo
musculoso.
El me volteo a ver, en ese momento me
quise desmayar, así que concentre los
nervios que sentía en caminar más rápido.
Pase por una tienda de ropa y alcance a ver
por el vidrio del escaparate a Sebastián
viéndome, mientras firmaba algunos
autógrafos eh intentaba librarse de las
docenas de chicas gritando alrededor de
el.
Sebastián Kanes. Un fuerte dolor en el
pecho me inundo, no sabia porque, pero el
me estaba viendo a mi.
En ese momento me pregunte porque no lo
había hecho hacia unos meses atrás,
aunque no le di importancia y con
arrogancia disfrute viendo la cara de
imbécil que hacia, cada vez que yo le
regresaba la mirada.
Decidí irme cuando empecé a dudar, si
efectivamente, era a mi a la que estaba
viendo., la adrenalina cada vez era mas
dolorosa, y no quería imaginarme en como
se sentiría si estaba equivocada con
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respecto a sus miradas, seguí mi camino
como si nada„ aunque había pasado todo.
Estaba luchando por no salir corriendo al
colegio, o por no reírme en alto. Y me
estaba concentrando en no parecer como
una loca, no puedo siquiera describir los
nervios que sentía en ese momento.
Cada vez que aceleraba mi paso, el también
lo hacia, pero por mi sentido común seguía
dudando si era a mi a quien buscaba, y mi
inseguridad me hacia preguntar el porque.
Aumente la velocidad hasta el punto de
casi estar corriendo, yo no era muy rápida,
aunque creo que tampoco el porque no
lograba alcanzarme.
Al estar a una calle de la Universidad,
entre corriendo a los edificios, tuve una
gran satisfacción al notar que me gritaba
que aguardara, pero hice caso omiso y
entre sin voltear a verlo. La persecución
había acelerado mi ritmo cardíaco al triple
de velocidad.
Mi corazón se había vuelto loco.
Pase todo el día pensando en esa mañana,
era raro, pero no podía dejar de pensar en
su cara. La había visto cientos de veces en
tv, pero no creo que nadie haya visto la
desesperación como se mostro en su
rostro cuando lo ignore, bueno “ignore”
porque estaba cien por ciento pendiente de
sus pasos. Me estaba siguiendo a mi? de
verdad quería hablarme? y si estaba
equivocada y no me noto en lo mas mínimo?
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No seria nada fuera de lo común, ya lo
había hecho antes, ignorarme como si no
existiera, la preocupación se asomo en mi
rostro y aborde el pensamiento
dejándome ser feliz fantaseando otra vez.
Después de la última clase me dirigí a la
biblioteca, me detuve en seco cuando
escuche a alguien decir mi nombre, sin
hablarme a mí realmente.
–Natalie Cole? si la conozco, esta becada,
y trabaja en servicios sociales conmigo.–
Reconocí la voz de Jessica Miller y note
que hablaba con dos hombres diciendo mi
nombre con satisfacción. Ellos me había
descrito y Jessica aprovecho la
oportunidad
–Esta en problemas?–no pudo contener su
sonrisa.
–No le puedo decir nada linda, pero gracias
por su ayuda–Contesto uno de los
sujetos, se alejaron y el pánico me
congelo.
Al entrar a servicios sociales mi mente
estaba dividida en dos partes, la primera
estaba concentrada en Sebastián, y la otra
mitad estaba en la conversación de Jessica
con los sujetos de esta mañana, pero
nada de mi estaba concentrada en mis
obligaciones, agradecí que Drew había
salido de viaje con su familia y no llegaría
hasta el Lunes. En realidad me había
invitado, pero no estaba lista para ese tipo
de compromiso, y sobre todo, no quería
tenerlo específicamente con el.
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Jessica y compañía se reían, demasiado
obvias, apuntando en mi dirección, no me
preocupo hasta que vi que se acercaba.
–Ey Natalie –rio– Unos policías o algo así,
como sea, preguntaron por ti, me tome la
libertad de decirles que estarías aqui,
espero que no te moleste„–<preocupación
fingida>.
–No me sorprende– aunque ella no sabia si
me beneficiaba, o afectaba, era estúpido
decirles mis clases sin saber que pasaba,
aunque la verdad era, que yo tampoco lo
sabia.
–Claro„–se interrumpió, viendo hacia la
puerta con cara maliciosa que no me
intimido en lo más mínimo.
Lo que si me preocupo fueron los mismos
hombres con los que hablo entrando en la
habitación, caminando directamente hacia mí,
obviamente. Parecían policías de películas
antiguas, y no tenia idea de para que me
querían, me asuste.
Trate de simular mi mueca con una sonrisa,
pero ella se dio cuenta. Todos ahí se
habían dado cuenta, me pregunte si tendría
algunos problemas con los profesores
por esto.
Los policías me alcanzaron, y me pidieron
que los acompañara sujetándome del
brazo, no tenia la menor pista de que
pasaba, pero era mejor que quedarme, no
quería pelearme con Jessica, nunca lo
había hecho„ y aunque no lo daba a
demostrar, incluso, le tenia miedo.
Mientras me alejaban alcance a escuchar
voces, burlas, pero lo único que entendí
claro fue “tan calladita que se veía„”
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Al salir del aula recorrimos el campus en
silencio, al llegar a la puerta se
detuvieron y me voltearon a ver con una
sonrisa. Eso me tranquilizo, se veían
compasivos, y hasta felices„ como si
trajeran muy buenas noticias, por un
minuto creí que me había sacado la lotería.
–Srita. Natalie Cole?–
–Estoy bajo arresto?–intente que sonara
como una broma, pero creo que no lo
logré, rieron inmediatamente.
–No somos policías– Eso era bueno.
–No estoy en problemas?–
–Hasta donde sabemos no– seguían
burlándose, así que quise ser más
grosera.
–Entonces que quieren?– pregunte
fastidiada, por un momento me asuste de su
respuesta„
–En realidad tenemos algo para usted– me
entregaron una bolsa de tienda
departamental, no reconocí o siquiera me
sonó la marca en el logotipo.
–Que es?– con mucho cuidado, como si
creyera encontrar un arma o algo
parecido, abrí la caja, al ver lo que había
dentro, entendí de que se trataba todo
esto.
Era un collar, y probablemente el mas
hermoso que hubiera visto.
Me sentí, alagadamente ofendida en ese
preciso momento. Que se creía que yo era?
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Esto en lugar de hacerme sentir bien, me
sentía como una prepago.
No, no iba a ser así, porque yo no me iba a
ver con el.
Tan arrogante lo había convertido la fama?
Yo sabia la respuesta a eso, si.
Rieron al ver mi expresión –lea la tarjeta–.
Efectivamente en la tarjeta venia su nombre
escrito, con una dirección.
Sunny Drive 302 b, era la dirección de un
hotel.
–Que? Pero„–
–Es todo lo que teníamos que hacer,
supongo que la espera, buenas noch„–
–No– le entregue la caja, con el presente–
díganle que no me espere–.
–sabe usted de quien estamos hablando
señorita?– pregunto mitad confundido y
mitad divertido.
–Sebastián Kanes–dijo el otro. Mirándome,
preguntándose si era una retrasada.
No me moleste en responderles, solo me
aleje (aprovechando que me habían sacado
del Campus) cualquier rastro de diversión
había desaparecido de sus rostros. Pero
me moleste aun mas cuando vi la„
sorpresa.
Llegue a mi casa enseguida, estaba tan
molesta!, su arrogancia había borrado
cualquier rastro de fascinación que sentía
por el. No soporto a la gente arrogante, y
el era el mayor que hubiera conocido.
Me sentía realmente ofendida, y no era
justo! Ya no podía rebajarme mas por el,
se había vuelto físicamente imposible, y aun
así, estaba el intentándolo. Me odiaba mas
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al saber que estaba tentada a verlo, no a
hacer absolutamente nada con el, solo el
verlo, pero si ese era el precio que tenia
que pagar, podía, efectivamente, regalarle
su collarcito a una prepago.
Al día siguiente me desperté muy cansada,
pero sabia que no podía fingir alguna
enfermad para faltar a clases, mis
estudios dependían solo de mi sin tener
que darle cuentas a nadie, pero no iba a
dejar que esa estupidez arruinara mi
carrera, cuando ni siquiera la había
comenzado.
Me vestí con lo primero que encontré y
salí directo a la escuela sin desayunar.
Agradecí que por primera vez después de
mucho tiempo pudiera llevar mi auto, por
lo que no tarde ni diez minutos en llegar.
Estúpida e inconscientemente al llegar a la
escuela, lo primero que hice fue verificar si
no estaba el, o cualquiera de los tipos de
anoche esperándome.
Aunque se, lo hubiera rechazado con mucha
satisfacción esperaba que por alguna
extraña casualidad siguiera insistiendo.
Pero resulto que además de ser arrogante
era muy orgulloso.
Procure que no me importara, pero de
repente miraba alrededor para ver si no
llegaba el mismo a secuestrarme como en
una película de los ochentas. Aborde
deprisa el pensamiento, era una estúpida.
Aun, sin que hubiera pasado nada, había
sido humillada por el varias veces, y ahí me
tenia. Odiaba ese hecho, lo odiaba a el por
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ello, y odiaba ser de las que se ilusionan
con una mirada.
Lo único bueno de mi día podría haber sido
que Ethan fue a visitarme al Campus, hubiera
apostado a que, con solo decir su
apellido, o el nombre de su padre, podían
haberlo dejado pasar hasta el cuarto de
los archivos..
–Que hay Natt?– Hizo una mueca –te veo„
triste–.
Reí sin mucha alegría –No me creerías
aunque te lo digiera–
–De acuerdo, prometo no creerte y reírme
de cualquier cosa que digas–
Le saque la lengua como una niñita y se rio.
–De verdad me preocupas, incluso he
llegado a pensar en que extrañas a Drew–
–A quien?–rio.
Aunque no intentaba ser graciosa, tenia
que regresar a la tierra, desde hace unos
días estaba tan concentrada en Sebastián
que no recordaba que Drew no tardaría en
regresar.
Probablemente me escuchare como una mal
novia, aunque si era la peor, pero era la
única en la escuela que no estaba al
pendiente de el, cuando comentaban sobre
su viaje yo solo asentía con la cabeza sin
escuchar realmente y nunca preguntaba
por el.
–Tierra llamando a Natt–bromeo mientras
agitaba sus manos enfrente de mi rostro –
Que te pasa?– ya se escuchaba preocupado
–estas mas distraída que de costumbre–
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–No es nada, confía en mí–
–De acuerdo, pero con una condición–
–Cual?–
–Mi papa– hice una mueca, se detuvo un
momento y continuo –mi papa va a organizar
una fiesta para mi el próximo sábado, ven
conmigo! Distráete un rato–se veía muy
animado.
–Pensé que ya estaba más distraída que de
costumbre–defendí.
El solo sonrió–Vas a venir?
–Cual es la ocasión?–
No me di cuenta de que se había molestado,
de repente toda su cara era una muestra de
decepción, dolor y resignación.
Tomo sus cosas y se despidió amablemente.
–Dije algo malo?–pregunte, verdaderamente
preocupada.
–No puedo creerlo! De verdad no recuerdas
que día es?–Me detuve a pensar a hacer
cuentas con los dedos, era agosto,
aunque no estaba segura que día del mes,
o incluso que día de la semana era. No me
había dado cuenta de cuanto lugar en mi
cabeza estaba ocupando Sebastián los
últimos días, cuando identifique que día era
me sentí terrible.
–Oh Ethan!– corrí a abrazarlo, por un
momento se negó, pero después me
devolvió el abrazo –de verdad lo siento!–
–No se que te pasa estos días, amm„ tal vez
porque no me lo quieres decir–horror
cómico–pero olvidar mi cumpleaños te va a
costar varios días de tortura„ si quieres
que te perdone, claro. –
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Supe que me había perdonado –lo siento, lo
siento, lo siento. No se donde tengo al
cabeza estos días–
Por culpa del olvido no me pude negar ir a
la fiesta, así que mi cabeza tuvo mas
preocupaciones, que iba a usar, y como me
iba a comportar.
Pensé en ir al supermercado después de
servicio social a comprar un regalo, era
lo bueno de tener a Ethan de amigo, no era
tan frívolo como su padre, y aunque no le
pudiera regalar algo muy costoso o
llamativo, para el, el detalle era lo que
contaba.
Al día siguiente salí corriendo del Campus,
ni siquiera me di cuenta de que tropecé con
alguien hasta que mis cosas estaban en el
suelo.
Genial!, no era el mejor momento para
detenerme.
Me disculpe sin prestar mucha atención en
quien era, y empecé a recoger mis cosas
metiéndolas sin tener cuidado de nuevo a mi
bolso.
–No hay cuidado– la voz me resulto
familiar, pero no tenia tiempo de quedarme
o siquiera voltearme para ver quien era.
Me subí a mi carro, y gracias a la falta de
transito llegue rápido al supermercado.
Llegué quince minutos antes de que
cerraran, no sabia exactamente que
comprar para la fiesta de cumpleaños de
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Ethan, pero llevaba todos mis ahorros de
cuatro meces y destinados a mi próximo
cuatrimestre, y seguramente alcanzaría
para regalarle algo suficiente bueno para
su padre.
Odie el tiempo en el que empezó a
preocuparme más porque quería su padre
que por lo que prefería Ethan.
Escogí unos jeans que había sugerido hace
unas semanas como broma para su
cumpleaños.
Eso y una carta sin letras, ya pensaría en
algo que escribirle.
No pude ocultar la pena ya estando en
caja cuando note que no estaba mi
cartera. Entre en pánico, era el único día en
el que cerraban lo suficientemente tarde
para que yo alcanzara a llegar saliendo
de la universidad y ese mismo día tenia que
perder la billetera.
Intente a hablarle a mi hermana para saber
si la había dejado en mi habitación pero
cuando tome el móvil, recordé el accidente
de esta tarde.
No solo me faltaba mi cartera, también
teníamos los celulares equivocados.
Sabia que recuperar mi cartera seria caso
perdido, pero en mi celular tenia todos mis
datos y no podía darme el lujo de
perderlo ahora.
Lo peor era que nunca me había aprendido
mi número de celular y no sabia a donde
marcar para recuperarlo.
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Busque en el celular que tenia en mis
manos los últimos números marcados, el
primero estaba registrado como hotel,
marque para probar mi suerte„
–Diga?– Contestaron, reconocí la voz de
esta tarde y me quede congelada en el
teléfono.
–Bueno?–seguían llamando por la otra
línea.
“Ser amable de vez en cuando”
Si?–apenas logre articular.
–Quien habla?– Estaba demasiado
confundida, parecía que al otro lado de la
línea intentaban no reír.
–Lo siento, creo que tiene mi„ móvil–
–Si– Dejo escapar una risita tonta
–lamento el accidente de esta tarde.
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–No hay problema–dije con apenas un
susurro.
No estaba segura de si era el, o solo era
una coincidencia, pero el corazón me
palpitaba tres veces mas rápido de lo
normal, y había perdido el habla.
–No te importaría que nos viéramos para
intercambiar teléfonos„ y regresarte tu
cartera, oh si?–
–Para nada– conteste muy rápido.
–De acuerdo, por el lugar donde„–pensó un
segundo antes de contestar–„
tropezamos, vives cerca de la Universidad
de Princeton, verdad?–
–En realidad no, pero estudio hay, así que
tengo que ir todos los días–
–Para ser honestos, yo no paso muy
seguido, fue una„ casualidad–Rio.
–Que lasti„–me interrumpió, odiaba que la
gente hiciera eso.
–Pero podemos vernos cerca de la
cafetería de tu escuela, la conoces,
cierto?–
Obviamente, la tenia que conocer.
–Claro–Puse los ojos en blanco, pero me
sentí como una tonta al comprender que el
no se daría cuenta.
Estaba hablando con Sebastián? Eso no lo
sabia, no estaba segura, aunque había
muchas posibilidades, de cualquier forma
no lo iba a aceptar tan fácil por el merito
de regresarme mis cosas personalmente.
No me preocupaba mucho mi cartera, sabia
que a Ethan no le molestaría que llegara
sin regalo si le comentaba lo sucedido,
pero estaba segura que su padre no me
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dejaría olvidarlo. Noté que
inconscientemente me había arreglado mas
de la cuenta, aunque llevaba los
obligatorios jeans de siempre estaba
usando una blusa lila que por el escote,
había jurado nunca usar.
Llegue a la cafetería con algo de prisa,
pues tenia que entrar a mis clases, espere
para ver si alguien conocido–oh no–se
acercaba, pero no pasó nada.
Pase toda la mañana esperando como una
tonta. A cinco minutos de llegar tarde
tomé mis cosas dispuesta a salir del
lugar, cuando sentí una mano tomándome
del brazo para evitar mi salida.
–Hola, lamento mucho el retraso–por un
simple reflejo me gire para ver de quien se
trataba, pero mi mirada se quedo en una
brillante sonrisa blanca, con dientes
perfectos–tu debes ser„?–
El hombre seguía esperando respuesta,
pero yo no podía dejar de mirar su
sonrisa, estaba atónita.
–Lo siento, voy a llegar tarde–
Logre soltar mi mano y me salí del lugar
sacudiendo la cabeza, como si esperara
despertar de algún trance.
–Espera– Gritaba la misma voz masculina,
hasta que me volvió a sujetar del brazo
para hacerme voltear el cuerpo –no
quieres tu móvil de regreso?–
–Si– me obligue a mi misma a no verlo a la
cara –gracias–.
Tome mi teléfono de sus manos poniendo
en lugar el suyo, me di la vuelta siguiendo
mi camino.
–Espera!– Había tenido razón antes, no era
muy hábil corriendo, o quizás no quería
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ser grosero, por cualquiera de las dos
razones seguía sin poder alcanzarme –
supongo que también querrás tu cartera
de regreso–.
Instintivamente me volví, no había
escuchado lo que había dicho, pues seguía
viendo el mismo rostro una y otra vez en mi
cabeza, ni siquiera podía ver por donde
caminaba, a estas alturas era un milagro
que no me haya golpeado con algo.
–Perdón?– dije, pero me arrepentí, su
expresión se preguntaba si estaba
hablando con una retrasada, tenia ese
efecto en la gente cuando me perdía en mis
pensamientos.
–Tu cartera?–empezó a revisar en sus
bolsas muy torpemente, después de unos
segundos habló.–lo siento pero creo que
la olvide–
Muy lenta y peligrosamente se acerco los
dos pasos de distancia que había entre
nosotros dos y puse sentir como el
cuerpo se me paralizaba, sentía las
mariposas en el estomago de las cuales
había escuchado hablar miles de veces, y
me quede sin habla ni respiro durante los
primeros segundos de este acercamiento,
al final dijo con una voz totalmente
seductora y muy natural –tal vez podamos
vernos después para poder entregártela–.
Me odiaría a mi misma por hacerlo, pero me
di la vuelta cuando vi que decisivamente iba
a poner sus manos en mi cintura, o muy
cerca de ese lugar.
–No gracias– logré articular con un
susurro, se me quebró la voz al principio
de la primera palabra, me aclare la
garganta y ya estando unos pasos
alejada de el grite –no es necesario– .
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Aunque fue muy rápido, alcance a ver como
estaba pensando muy concentrado en
algo, entre directo al instituto sin voltear
atrás.
Definitivamente esta no era mi semana, mi
mente durante las horas de clase estaban
en todas partes, menos en el aula, la única
conversación que escuche fue la de unos
compañeros preparando alguna fiesta para
el regreso de Drew, –Es el sábado por la
noche Natalie, quieres venir?–respondí que
si sin darme cuenta de lo que me habían
preguntado.
–Genial–dijo Jackson Wallace.
–A Drew el va a encantar–escuche de lejos
a alguien que no pude identificar.
Conforme el tiempo iba pasando, me
convencía a mi misma que no había sido real,
que tal vez era un sueño muy vivido, que
seguramente tuve antes de despertarme
para venir a la escuela.
Al final del colegio noté que había mas luz
de lo habitual, tal vez por el horario de
verano, pero por primera vez en mucho
tiempo había salido de la escuela a plena
luz del día, pensé que tal vez me daría
tiempo de ir a comprar algo para Ethan,
pero no estaba segura de la hora del día.
Revisé mi reloj para ver si las clases no
se habían adelantado, pero efectivamente
eras las 7:36 pm.
Para ser honestos, odiaba permanecer
todo el día en el instituto, sabia que
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costaría más trabajo y decían que así lo
apreciaría mas, pero de alguna forma
quería fallar y perder la beca. No, no podía
permitir eso. Era tedioso permanecer hasta
a estas horas, pero debía hacerlo, se había
vuelto en un castigo y reto personal.
Fije mi mirada hacia el frente de regreso a
casa, cuando noté a alguien con gorra y
lentes oscuros mirándome fijamente.
Me aterré , al ver que me estaba mirando,
rápidamente volví la vista hacia mi reloj
muerta del miedo, observe desde el
reflejo de un coche que pasaba, tenia la
perfecta imagen de un asesino en serie ,
pero lo más aterrador era que me estaba
viendo fijamente a mi.
Pensé en reunirme con el grupo de
becados, o a esperar haber si algún
caballero se ofrecía a llevarme pero al
pensar lo poco probable que era eso,
empecé mi camino a casa, andando con las
piernas temblando por la acera.
Al llegar a la misma cafetería de esta
mañana, una calle que para mi mala suerte
siempre estaba deshabitada. Ni siquiera
paso por mi mente lo que había sucedido
con Sebastián esta mañana, solo podía
concentrarme en caminar lo más rápido
posible y en llegar a la casa de Ethan, que
desde donde yo me encontraba quedaba
más cerca que la mía.
Una mano me tomo, me congele, pero
instintivamente y sin siquiera pensarlo di el
golpe mas fuerte que pude al voltearme,
este lo esquivo tomándome de los brazos
intentando estabilizarme cuando estuve a
punto de caer.
–Cálmate!–estaba diciendo,–esta bien!–
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Cuando reconocí la voz deje de moverme
casi completamente, pues aun estaba con
la respiración muy agitada.
–Planeas matarme de un susto?– dije de lo
mas casual aunque jadeando, sabia con
quien estaba hablando, pero el alivio de
saber de quien se trataba, y que
técnicamente no estaba en peligro era mas
fuerte que la sensación de los nervios.
Empezó a reír, mientras yo intentaba
zafarme de su abrazo, aunque el no notaba
mis intentos de lucha como si no estuviera
haciendo esfuerzo alguno.
–Lo siento– dijo, aunque claramente se veía
que no lo hacia–no quise asustarte.–
mientras se quitaba los lentes y la
bufanda que cubrían su rostro perfecto.
–Si, claro!–dije lo mas sarcásticamente que
pude–el disfraz de secuestrador es solo
un atuendo casual de todos los días. Me
equivoco?–
–No del todo–dijo aun riendo–es difícil de
explicar.–
–Bueno, podrías soltarme?–dije viendo que
aun seguíamos abrazados. Tan juntos.
–Claro–y lo hizo, aunque vi que para mi
satisfacción estaba muy poco dispuesto a
hacerlo.
–Traje tu cartera–dijo señalando sus
bolsillos, pero sin aparente intención de
sacarla.
–Gracias–dije muy secamente poniendo los
ojos en blanco y extendiendo mi mano para
que me la diera.
Al dármela me volví muy rápidamente
esperando que me sujetara aun del brazo,
pero no lo hizo, al notarlo disminuí el
paso, solo un poco, pero no tuve mas
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opción que seguir con mi drama, y
continuar mi camino.
Alguna vez han reaccionado de la forma
opuesta a la que quieren y si saber
porque? A mi me pasaba seguido, pero este
no era el caso, seguía aun enojada por su
insinuación y arrogancia. Cuando mire la
cartera que me había entregado vi que era
rosada con piedras incrustadas, si mi
memoria no me fallaba, así no era mi
cartera. Me volví para reclamarle pero ya
no estaba y en ese momento sonó el
teléfono en mi pantalón.
–Diga?–
Cuando reconocí la risa al otro lado del
teléfono, agradecí que no se fuera a
rendir tan rápido.
–Que quieres?–
–En realidad nada– dijo –solo vi que
regresaste para decirme algo, pero ya no
pude volverme para ver que se te ofrecía–.
Murmuré algo escéptica, Que coincidencia!,
pensé para mi misma –Si, te equivocaste de
cartera, no es la mía–.
–Oh– me extraño ver que la sorpresa en voz
se escuchaba real, pero después de todo„
el era un actor –Lo siento, Supongo que
mañana podré ir a tu colegio a darte la
correcta, como es tu cartera?–
–Si, supongo que muy seguido te tropiezas
“accidentalmente”– dije marcando mucho la
ultima palabra –„con diferentes chicas.
Entre cuantas carteras exactamente
buscarías la mía?
Su risa burlona había desaparecido –En
realidad, si pasa muy seguido–contesto en
defensa –Pero ellas son las que se
tropiezan “accidentalmente” conmigo–
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–Debes tener tu colección– dije muy
seriamente –Amenos que tu aprovecharas la
oportunidad para entregarlas
personalmente– le reproche –
personalmente creo que la dueña de esta
era un poco tonta. Rio –En realidad no lo
se, nunca tuve la oportunidad de verla, y si
lo hice, no la recuerdo, entre tantas
caras es difícil acordarse de una en
particular–
Muy obviamente trataba de hacerme
enojar„ o encelar, pero no e iba a dar esa
satisfacción. Sonreí.
–En tal caso, porque intentaste„–hice una
mueca al recordar que aun no tenia mi
cartera–„ regresármela a mi?–
–Lamento mucho molestarte, se llama ser
amable, deberías intentarlo de vez en
cuando– iba a hablar, pero me interrumpió –
la próxima vez que quieras tropezar
conmigo “accidentalmente” mejor acércate
en vez de tener que pasar por todo esto–
–Que? yo no...–pero ya había cortado la
comunicación.
Nunca se iba a rendir? para mi gusto
conocía la respuesta, no, no lo haría.
Me amargaba el pensar que solo era un
capricho para el, y que solo me insistiría
mientras lo siguiera rechazando, aunque
no sabia por cuanto tiempo iba a continuar
haciéndolo, yo si quería estar con el,
después de todo, pero no podía al saber
que probablemente me dolería en cuanto
me dejara, así son todas las celebridades,
creía yo, pues hasta Sebastián no había
conocido a ninguna.
Reí a medía calle pareciendo como una
tonta, en vez de regresar a mi casa me
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apresuré a ir en donde Ethan para contarle
lo sucedido.
–Que?– Dijo riendo, asombrado obviamente –
Sebastián? Sebastián Kanes!–
–Lo se, puedes creerlo?–
–No me malinterpretes, eres muy linda–
volteo la mirada para no verme a la cara –
pero, porque te esta siguiendo„ a ti–
–En realidad no tuvimos una charla con
toda la descripción de la palabra, pero le
preguntaré por ti la próxima vez que lo
vea– dije con sarcasmo.
–Así que tú lo quieres ver otra vez–
Aseguro, acercando su rostro esperando
un claro si de respuesta.
–En realidad no lo se– mentí –es arrogante,
descarado y me hecha en cara las miles de
conquistas que ha tenido iguales a„ a la
que esta intentando ahorita–
–Si Natt, pero tu lo sacaste primero, pero
honestamente„ te debo de creer que no lo
quieres ver?–
Me detuve pensando la respuesta antes de
contestar, cuando voltee hacia la ventana
vi que ya era muy de noche y salí disparada
del cuarto disculpándome y dejando atrás
las suplicas de que le diera mi respuesta
antes de irme.
–Natt, piensas venir el sábado, cierto?–
–Claro, ahí estaré– aunque me recordó que
faltaban dos días y aun no tenia el regalo.
Suspire.
Al día siguiente, salí de mi casa con mas
perfume del que nunca antes había usado, y
con la mejor ropa que tenia en mi viejo
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closet , un pantalón de tela color caqui y
una blusa ombliguera negra para ser
exactos , aunque esta ultima cubierta por
un suéter gris ligero.
Seguí mi camino directo hacia la escuela,
revisando en cada esquina discretamente
con la esperanza de verlo, aunque sabia
que me estaba comportando como una niña
tonta y sabiendo que al final le iba a decir
que si, no quería dejar de hacerlo sufrir
un rato. Sonreí maliciosamente ante el
pensamiento.
Cuando doble en la esquina para ir a la
avenida principal estaba esperándome, con
una cartera en sus manos diferente a la de
ayer, que seguía sin ser la mía. Ya había
entendido el juego.
Cuando pase donde estaba el rápidamente
me crucé al otro lado de la calle,
ignorando sus gritos de: aguarda un
momento, esperando mientras terminaban
de pasar los carros entre nosotros.
Seguí mi camino, suplicando que me pudiera
alcanzar, y efectivamente unos segundos
después estaba llevando mi paso.
En realidad no quería comportarme así con
el, pero era parte de su juego.
–Hola– dijo con una sonrisa en su rostro.
–Hola– conteste muy fríamente –se te
ofrece algo?– me detuve para quedar
justamente frente a el.
–Si, supongo que te vine a entregar tu
cartera.–dijo alzando la mano para dejar
ver la cartera color negra con algunas
calaveras y huesos dibujadas en blanco.
–De verdad– dije –agradezco el gesto, pero
sigue sin ser la mía–dije negando un poco
con la cabeza.
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–Enserio?–contesto algo incrédulo y como
si estuviera pensando en algo.–porque no
mejor vamos a tomar algo, mientras me la
describes.
Aunque la idea sonaba muy tentadora, me
urgía mas llegar a clases para entregar un
trabajo.
–Lo siento– conteste dejando ver una cara,
que según pretendía yo, decía que no lo
sentía para nada –pero tengo cosas que
hacer– y seguí mi camino.
Me alcanzo enseguida tomando del brazo
otra vez y girándose con cara de tortura
en el rostro.
–De acuerdo, supongo que empezamos con
el pie izquierdo– dijo –lamento
comportarme„ como lo hice–
–No hay problema– dije mientras me
intentaba soltar de su mano, sin intentarlo
realmente, se dio cuenta de eso y rio.
–Supongo que no querrás tomar un café
conmigo, me equivoco?–
–Invitar una taza de café– Dije riendo –Eso
ya esta gastado.
–Esta bien, lo voy a intentar de nuevo–
suspire agradecida por eso –Te gustaría
salir conmigo alguna vez?– Dudo y luego
continuo –o salir conmigo ahora mismo?–
Lo estuve pensando por un momento, pensé
en las palabras que había dicho anoche
“Ser amable de vez en cuando”, el tenia
razón, ya había tenido suficiente, pero
tomaría las cosas con calma. Sonreí.
–Supongo que no me haría daño–.
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Mi amigo Ethan.
Nos dirigimos hacia la cafetería donde
había sido nuestro segundo encuentro
(aunque solo yo sabia que era el
segundo) pedí un frapuccino de moca, sin
darme cuenta de que era lo que había
pedido el.
–Así que– comenzó a hablar después de
unos segundos– cual es tu nombre?–
sonreí.
–Natalie, aunque estoy segura„ de que eso
ya lo sabias– levante una ceja esperando a
que lo negara, pero no me contesto nada
al respecto.
–En tal caso, un placer– dijo con una
sonrisa maliciosa –mi nombre es Sebastián„
aunque estoy seguro de que eso ya lo
sabias– puse mis ojos en blanco.
–Supongo que nunca voy a recuperar mi
cartera, oh si?– sonrió mas abiertamente.
–Si, por supuesto, pero no por el momento,
es el único pretexto que tengo para
esperarte cerca de tu escuela– admitió sin
avergonzarse, aunque yo me sonroje.
Notamos a unas chicas sonriendo
estúpidamente y señalando a Sebastián.
Debatiéndose en alto el si acercarse o no.
Sebastián se dio cuenta de que me
molestaba y se limito a decir –no te
preocupes, te irás acostumbrando–
Levante una ceja –acostumbrando? estas
dando por hecho que voy a seguir
aceptando–
–En realidad si– se encogió de hombros –
una vez que aceptas, amenos que pase algo
muy malo en la primera cita, vas a seguir
Lucero Herrera Princeton; Love Happens
49
aceptando si te invito– Y Supongo que no te
avergüenzas de sonar como un„ amm– dude
buscando la palabra para decirlo sin que
sonara estúpida –experto?– Se limito a
sonreír.
–De acuerdo, según tu„ experiencia, que va a
suceder si ahorita pasa algo malo?–
–Entonces ya no depende de mi– dijo sin
siquiera pensarlo un poco –tu escogerías
si quieres volver a salir conmigo o no.–
Me reí un poco, pero el pareció tomarlo
como algo enserio, el asunto de la
experiencia, no era broma.
–Entonces esto lo debería tomar como una
cita„ supongo– dije sonriendo, el se limito
a asentir con la cabeza y sonreír también.
Salimos de la cafetería unas horas
después, me sentía realmente mal por
haber faltado al colegio, pero quería
seguir saliendo con el, no porque fuera
Sebastián kanes, quería ver si cada cosa
que decía para sonar arrogante era real,
pensé, ignorando las probabilidades, que
tal vez no era tan malo como parecía,
aunque muy en el fondo yo misma sabia que
me iba a decepcionar.
–Así que, psicología?– dijo cambiando de
pronto el tema.
–En realidad fue idea de mi papa, aunque no
me quejo– sonreí –si me gusta„ como
sabias que estoy estudiando?–
Rio disimuladamente –No esperabas que te
viera entrar y salir diario sin averiguar que
hacías hay„ Oh si?–
–Si, no me imagino porque alguien de mi
precisa edad quisiera entrar a una
universidad para estudiar–.
Lucero Herrera Princeton; Love Happens
50
Rio –Gracias por todo– saque las palabras
antes de arrepentirme de decirlas, aunque
sabia que lo iba a terminar haciendo –me la
pase muy bien contigo, me refiero a que„–
–Estas hablado como si ya se hubiera
terminado– dijo seguro de si mismo,
cuando me di cuenta íbamos tomados de la
mano, y aunque recorría estas calles a
diario, no sabia a donde nos dirigíamos, y
empezaba a dudar si el tampoco lo sabia.
–no?– pregunté, de verdad sorprendida.
Pero antes de protestar, o siquiera
terminar de preguntar un auto paso al
lado de nosotros arrojándome un charco
de agua directamente al suéter, que para mi
desgracia estaba helada. Sentía que me
moría de la vergüenza, y para empeorar las
cosas Sebastián estaba conteniendo las
ganas de reír.
–Diablos!–
Sebastián volvió a sujetarme la mano y me
llevo hasta la parte trasera de los
arbustos, dude de sus intenciones, pero
no me resistí, estaba distraída viendo el
parque enfrente de nosotros, nunca antes
lo había visto, había decenas de niños
jugando, días de campos y parejas
recostados en la hierba.
–Quítate tu„ suéter– dijo aun conteniendo
las ganas de reír.
Antes de pensarlo levante el suéter hasta
la altura del pecho cuando me asegure que
Sebastián no estaba mirando, pero una
brisa muy fría en el abdomen me hizo
regresarlo a su lugar instintivamente.
–No– conteste jadeando por el frio –no
puedo–
Lucero Herrera Princeton; Love Happens
51
Se volteo, revisando antes si estaba
presentable, me gusto eso, pero antes de
que digiera algo me apresure a contestar
–Lo siento, no puedo, es mi„ blusa–
–Esta mojada también?– dijo son una
sonrisa maliciosa en su rostro–te la
puedes quitar–Vi que se estaba quitando tu
sudadera, me apresure a pegarle en pecho
cuando vi que se estaba acercando.
Rio –Es para ti– dijo terminándose de quitar
su suéter, acercándomelo a mí. Esto era
verdaderamente incomodo.
–Gracias, pero lo siento, me quiero ir a
casa–
Eso borro la sonrisa de su rostro
–Vamos Natt–claramente ya desesperado –
no hagas esto–.
–Solo Ethan me llama Natt– esto me calmo –
mira„ no puedo, es ombliguera–
Suspire esperando su reacción, vi por un
momento como se enfadaba, después solo
se quedo pensativo y agregó, incrédulo–es
solo por eso?–
–No es suficiente razón?–pregunté ya
bastante incomoda como para agregarle la
revelación de algunos complejos míos.
Se acerco a mi a paso lento, dudando , al
estar mas cerca que la ultima vez que sentí
este cosquilleo, tomo mi suéter desde la
parte de abajo y lo subió poco a poco
hasta la cabeza . Yo no me opuse, aunque
estaba helando no me incomodo en lo mas
mínimo por la forma en que lo retiró. Al
ver que estaba tiritando me puso
lentamente la sudadera que el se había
quitado, me sentía estúpida llevando ropa
de niño. Después de una rápida exanimación
contesto –Te ves muy bien– sonrió.
–Solo tratas de ser amable– defendí.
Lucero Herrera Princeton; Love Happens
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–Crees que yo te mentiría?– No quise
contestar a esa pregunta, ya sabía la
respuesta, pero seria más triste al decirla
en voz alta, yo no creía nada, estaba
segura.
Entramos al parque y el me guio hasta la
hierba, donde nos recostamos por un
momento, nunca antes había echo algo
parecido, y me encantaba la idea de que, la
primera persona con la que lo hacia era el.
–Quien es Ethan? – pregunto después de un
momento de silencio.
–Es mi amigo– Reí, era estúpido que el se
celara de el –El único– después agregue
tristemente.
–Me sorprende– parece que en tu
universidad saben de ti–
–Solo por Drew– afirme, no me arrepentí de
haberlo mencionado, aunque me avergoncé
demasiado, tenia que decirle la verdad,
estaba saliendo con alguien, aunque parte
de la verdad fuera, que no quería en
realidad estar con Drew.
–Otro amigo? – contesto al ver mi reacción.
–En realidad no– Comencé –El es mi„ novio–
finalice agachando mi mirada.
–Cuando pensabas decirme que tenias
novio? – No parecía sorprendió, en
realidad, parecía que ya lo sabia, en ese
caso no entendí que hacia aquí conmigo.
–No estaba intentando ocultarlo–
–Que haces aquí conmigo? – pregunto
repentinamente alterado.
–Quieres que me valla? – pregunte,
ofendida, y entristecida de tener que
hacerlo, supongo que entonces, de verdad
no sabia lo de Drew.
Lucero Herrera Princeton; Love Happens
53
–No, no quiero que tengas problemas con
tu„ novio– finalmente contesto.
Que ironía, el preocupado porque yo
tuviera problemas con el, y con la única
persona con la que me importaba tener
dificultades era con Sebastián.
–No me interesa tener problemas con el–
–A que se debe eso? – estaba extrañado.
–Quiero ser honesta contigo, pero no
puedo–
–Porque no? – pregunto, ya claramente
frustrado.
–No es tan fácil–
–Puede serlo–
–No lo se, no es fácil ignorar le miedo a
que no me vayas a creer, es absurdo, lo
se–
–Inténtalo– me reto.
Suspire. –Si tengo una relación, pero no es
nada en serio, y es raro, porque es un
chico genial, todo el mundo lo quiere,
pero simplemente no me e enamorado de el,
el no me hace sentir de la forma en la que
tu lo haces, nunca lo hizo– Saque las
palabras demasiado rápido, pero no me
volví a ver su reacción. Tenia miedo, y aun
mas, porque había revelado demasiado, la
manera en la que quería sentirme, la
manera en la que me sentía cuando estaba
con el aquí a mi lado. En ese momento ya
tenia una lagrima cayendo por mis mejillas.
–Entonces que es lo que haces con el? –
su voz se escucho calmada, seguía aun sin
querer ver su rostro.
–No se, creo que me canse de esperar el
sentir las mariposas en el estomago– Reí
un poco –Nunca te paso a ti? – pregunte.
Lucero Herrera Princeton; Love Happens
54
–En realidad„ nunca espere sentirlas–
Contesto sonriente, solo en ese momento
me gire a verlo.
–Bueno, aun no me haz contestado mi
pregunta–
–Cual? –
–Porque psicología? – Reí por lo alto.
–Fue idea de mi papa–
Estaba alegrada de que hubiera cambiado
el mismo la conversación.
Me acompaño hasta mi casa, donde me
debatí el dejarlo besarme o despedirme
simplemente con la mano, lo cual se me
hizo estúpido, después de todo se había
portado tan bien...
No, no podía, ya le había revelado que tenia
novio y por mas que yo quisiera o
intentara, el no me permitiría hacerlo.
Se apresuro a susurrarme al oído –buenas
noches– entonces la necesidad de besarlo
de presento como nunca.
Acerco su rostro, por un momento pensé
que iba a pasar, pero se apresuro a darme
un beso en la mejilla y empezar su camino
de regreso. Jadee, pero solo lo deje
pasar porque supe que, tarde o temprano„
el me besaría.
Abrí la puerta.
Esa misma noche intente hablarle por
teléfono a Drew para terminar con el,
sabia que le molestaría, pero no le
dolería, lamentablemente no contestaba,
así que tenia que esperar.
Lucero Herrera Princeton; Love Happens
55
Le conté a Ethan lo sucedido mas tarde de
ese día, al terminar mi relato simplemente
me felicito rápidamente y agrego con voz
nerviosa.
–Puedes venir mañana antes de la fiesta?–
–¿Qué pasa?–Ethan estaba actuando muy
raro, así que pensé en obligarlo a decirme
antes de terminar peleados.
–No pasa nada Natt– estaba negando!, era
mas grave de lo que pensaba.
–y esperas que te crea, porque„ ?–
–Te quiero presentar a un amigo– eso me
sorprendió, por un minuto pensé que
quería “emparejarme” con alguien, pero lo
negó tan rápido como lo mencione. Alivio.
–Solo ven en la mañana antes de la fiesta–
sonaba muy preocupado –por favor–
suplico.
–Claro! pero dime que pasa„–colgó el
teléfono.
Gracias a mi queridísimo amigo, en vez de
soñar y fantasear toda la noche con las
mariposas en mi estomago pesando en
Sebastián, solo me estaba preocupando
por Ethan y la conversación en el
teléfono.
¿Para que quería el presentarme con
alguien? ¿Quién era ese amigo suyo? ¿Por
qué sonaba tan nervioso cuando lo
menciono?
Al día siguiente me metí a bañar muy
temprano, a decir verdad casi no había
podido dormir, pero mientras me vestía
estaba el doble de preocupada por Ethan,
de lo que estaba emocionada por
Sebastián, y eso ya decía mucho por si
solo.
Lucero Herrera Princeton; Love Happens
56
Me tarde treinta minutos mas de lo
acostumbrado en arreglarme, no por
Sebastián, ya estaba demasiado nerviosa
por la fiesta de Ethan, como para
agregarle que su padre estuviera
criticando mi vestimenta toda la velada.
Baje las escaleras corriendo y me salí sin
desayunar, cuando encontré en la puerta
de mi casa tres ramos de rosas rojas y
una caja con una nota escrita a mano.
“Ayer fue increíble! muchas gracias por tu compañía … Sebastián
P.S. por favor, no lo devuelvas esta vez”.
Sonreí.
Abrí con cuidado la caja, no lo devuelvas
esta ves?
Era el mismo collar de diamantes que me
había enviado la primera vez que rechace su
invitación.
No me había tomado el tiempo para verlo la
vez pasada. Era enorme. Sentí a Elizabeth al
lado de mi de repente y me ayudo a meter
todas las rosas y tuvo la misma reacción
que yo al ver el collar. A pesar de los
“consejos” que me dio, de regresarlo,
usarlo o hasta venderlo, Yo sabia
exactamente que hacer con el.
No lo devolvería, el me lo había pedido, y si
me gustaba el collar, aunque no llegaría a
usarlo, lo tendría de recuerdo sobre esta
experiencia con Sebastián, sabia que en
algún momento tendría que acabar, y
aunque hubiera usado de recuerdo incluso
una sola rosa, que el me haya dado, no
había sido así, aceptaría este regalo, pero
seria el primero y el último.
Regresarlo seria una grosería, y yo se que
el no lo aceptaría, aunque muchos
Lucero Herrera Princeton; Love Happens
57
pensaran que me vería como una
oportunista, yo sabia que no era así.
Yo quería a Sebastián, yo„ estaba
enamorada de el?
Lo estaba. Pero tenia que convencerlo de
que lo estaba, no le diría nada„ se lo iba a
demostrar.
No iba a intentar nada con el hasta que
terminara con Drew, se lo había prometido
la noche anterior, y si simplemente me
entregaba a sus brazos teniendo novio, y
sin haber estado nunca antes con nadie,
solo demostraría lo contrario, tenia que
enseñare lo mucho que significaba para mi.
Estaba enamorada de Sebastián, esta vez,
no de el personaje que interpretaba, ni del
actor„ si no de la persona. –Lo amo–dije.
Elizabeth entendió perfectamente de que se
trataba, pero no pregunto nada.
Aun sonriendo empecé mi camino hacia la
casa de Ethan.
–Hey Natt!– Me abrazo –Gracias por venir–
–Por nada, porque te escuchabas tan
nervioso anoche?– Le recordé
inmediatamente, aunque esta mañana parecía
mas calmado.
–No es nada, ven te quiero presentar a
alguien–
Apenas termino de decir esas palabras
llego un joven muy apuesto, de nuestra
edad mas o menos, de cabello Oscuro y
podía apostar que era de la “clase social”
de Ethan.
–Natt, el es Jackson Wallace, estudia leyes
en tu universidad–de acuerdo, ahora si me
estaba preocupando, de repente el tono de
Lucero Herrera Princeton; Love Happens
58
su voz cambio, parecía que estuviera
confesando un crimen de asesinato.
–Mucho gusto– Me limite a sonreír y asentir.
–Tú debes ser la famosa Natalie, Ethan me
ha hablado mucho de ti–
Lancé una mirada envenenada a Ethan
mientras le contestaba–Ojalá pudiera decir
lo mismo–. Ethan se hirió así que intente ser
mas amable–pero supongo que te me haces
conocido de la escuela– sonreí.
Se escucho una voz gritando desde el
interior de la casa, de la cual salió un
hombre idéntico a Jackson, solo que mas
grande que el original.
–Jackson, ven a ayudar de una buena vez!–
Le estaba gritando como si tuviera diez
años.
–Enseguida padre–grito hacia donde
provenían los gritos.
–Con permiso–a sentí y se retiro hacia la
casa de Ethan. Me volví hacia este.
–Natalie–Ethan nunca me llamaba Natalie–y
que opinas?–
A que se refería? –de que?–pregunte.
–De Jackson, por supuesto–dijo
emocionado a una respuesta, sentía que la
explicación de esto estaba enfrente de mí,
pero por alguna razón no la lograba, o
quería ver.
–Oh– murmure –pues en realidad no tuve la
oportunidad de charlar con el, pero se ve
amable–.
Fuimos a caminar hacia los jardines de
atrás, noté que se estaba poniendo cada
vez más nervioso.
De repente dejo de caminar enfrente los
lirios y casi grito.
Lucero Herrera Princeton; Love Happens
59
–Natt, no puedo dejar de pensar en el–
–En quien?–
–En Jackson–
Creí haber comprendido –oh, se a que te
refieres– hice una mueca.
–Que quieres decir? te agrada?–
–Pues ya te dije que no hable con el, pero
se ve que es„ educado–
–Entonces a que te refieres?–insistió.
Claramente desesperado.
–Pues yo también estoy preocupada– fruncí
el ceño –parecía que su padre lo iba a
golpear–reí con disimulo.
–Creo que no lo estas entendiendo–.
–Entonces„ de que estas hablando?– Esta
vez yo era la desesperada.
–Natalie Ann Cole–se detuvo un momento,
estaba temblando–creo que estoy
enamorado de Jackson– soltó las
palabras con un suspiro.
–Wow!–solamente fui capaz de exclamar.
Lucero Herrera Princeton; Love Happens
60
Paparazzi
y„ que piensas? El rostro de Ethan se
mostraba ya muy preocupado.
–pues„ es una sorpresa– y un desperdicio,
pensé para mi misma –pero„ –lo golpee muy
fuerte en el brazo –porque no me lo habías
dicho?–
–Que?– pregunto algo divertido.
–Porque no me dijiste?... o porque no se lo
haz dicho a nadie? –dude antes de continuar
–cuando?... desde hace„– era físicamente
imposible de terminar mis frases.
Era increíble pensar que alguien con el
físico, y experiencia sobre mujeres de
Ethan, pudiera ser homosexual„ vaya las
vueltas que da la vida. El había estado con
decenas de mujeres en solo algunos
años, y le basto con un hombre para
descubrir quien era.
Lucero Herrera Princeton; Love Happens
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Aun estaba nervioso, pero se podía ver el
alivio en su cara al ver como lo tomaba tan
fácilmente. Empezó a caminar indicándome
que lo siguiera.
–Pues, en realidad no lo se, nunca pensé o
incluso imagine que yo„–su cara se
congelo por un momento, pero tan rápido
como paso de volvió a suavizar–„ desde
hace unos meses, cuando lo conocí.
–Wow! es„–no encontraba palabras que
decirle, que podía hacer? Reconfortarlo
para hacerle creer que era malo„ o tal vez
“felicidades”? –pero tu padre no lo
sabe?–
–no!– Exclamo gritando, alguna gente del
personal se volteo hacia nosotros –y por
favor no le digas a nadie!–
–Ethan, yo„–
–Solo promételo–
–De acuerdo, lo prometo–dije haciendo una
mueca.
–Así que, como lo conociste?–
–Que?– Pregunto como si hubiera
interrumpido algún pensamiento –oh, en
realidad lo conocí por unos negocios
entre mi padre y el suyo, amigo de la
familia– sonrió.
–Y ustedes dos„ ¿juntos?– no pude reprimir
una mueca, yo no era homofóbica, para
nada, pero si era un desperdicio, los dos
eran tan atractivos. El solo rio.
–En Realidad casi no nos vemos, tampoco
sabe su padre, y me va a matar Jackson si
se entera que te dije. Natt„–abrió la boca
para decir algo e inmediatamente la cerró.
–Vamos– dije –Suéltalo–
Lucero Herrera Princeton; Love Happens
62
–Natt, te quiero mucho, así que entendería
si quisieras dejar de hablarme, o„– se le
rompió la voz a la mitad de la frase
inconclusa.
–Ethan!– Dije en tono de reproche –como se
te ocurre siquiera pensar eso?–
–Sigues siendo Ethan, cierto?– rio
demasiado complacido de que nuestra
amistad siguiera intacta ante su confesión.
Nos detuvimos a descansar en la fuente,
todo seguía igual, estaba con la cabeza
recargada en sus piernas mientras el
estaba sentado, justo como solíamos
hacer desde hace años.
–Voy a terminar con Drew–dije de repente.
Me sorprendió al ver que no dijo nada. Lo
golpee.
–Perdón!– dijo riendo –pero cual es la
sorpresa? Nunca haz querido estar con el–
–Bueno, ahora te estoy diciendo que voy a
terminar con el, ten la decencia siquiera de
preguntar porque–
Rio –por quien?– Yo también reí, el de verdad
que me conocía.
–Anoche le dije a Sebastián que tengo
novio–Eso si le sorprendió.
–Enserio? que te dijo?–
–Nada en realidad, pero no me beso ni
intento nada cuando nos despedimos–
–que crees? Se va a alejar porque tienes
novio?–
–No! de hecho me mando un collar y
docenas de rosas esta mañana–dije
sonriendo al recordarlo.
–A quien quieres engañar? Natt!–me
reprocho
–Tu quieres estar con el!–
–No quiero engañar a nadie, pero„–
–Vamos, Suéltalo–me cito.
Lucero Herrera Princeton; Love Happens
63
Reí –Los dos sabemos que en cuanto lo
acepte me va a dejar de buscar, soy su
capricho, lo quiero dejar sufriendo otro
rato– reí por lo alto maliciosamente.
–Lo quieres?– pregunto seriamente.
–Lo amo–conteste.
–Entonces avísame si necesitas algo–me
beso en la frente.
–Grac„– pero antes de terminar de
contestar un teléfono empezó a sonar.
Ethan puso los ojos en blanco en cuanto
revise mi teléfono, yo casi nunca recibía
llamadas, pero para sorpresa de los dos,
el teléfono que sonaba si era el mío.
–Diga?– Solo esperaba a una persona, pero
para mi sorpresa era Drew.
–Naty, hermosa– se escucho un beso por el
articular, Ethan puso cara de horror. Me
reí, pero Drew lo interpreto como
respuesta a su beso.
–Ayer intente hablar contigo–le dije.
–Lo se, ya me extrañas– rio –pero no pude
contestar–
–Estaba con otra– dijo Ethan por lo bajo.
–Cállate– le grite
–Que?– se escucho por el teléfono.
–Nada, quería hablar contigo para decirte„–
no era fácil terminar con alguien, nunca lo
es, pero al recordar lo que le había
prometido a Sebastián solté las palabras
de mi boca tan rápido que no me
comprendió.–„ para decirte que, esto se
acabo–
–Que?–de verdad no me había entendido.
–Ya no quiero salir contigo, lo siento
Drew–
–Y lo tenías que decir por teléfono?–
Lucero Herrera Princeton; Love Happens
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–De verdad lo siento, pero regresas hasta
el lunes y„–
–Que? Yo no regreso el Lunes, hubo cambio
de planes, me hacen una fiesta hoy en la
noche, ni siquiera sabias eso?–
–Drew, lo lamento–No, no lo hacia.
–Tienes a alguien mas?–
–No– mentí, de todas formas siempre
preguntan eso.
–Hasta Luego–dije y colgué el teléfono. Lo
peor había pasado. Ahora había que esperar
a verlo en la escuela.
–Como te sientes?–pregunto Ethan.
–Muy bien, en realidad, lo quería hacer
desde hace meses–Sonreí.
Volvió a sonar al teléfono, inmediatamente
pensé que era Drew para hablar, así que le
pedí a Ethan que contestara y le digiera
que no estaba.
Encendió el altoparlante.
–Diga?–pregunto.
Ethan contesto inmediatamente –Quien es?–
Por el otro lado de la línea se escuchaban
molestos.
–Quien habla?, se encuentra Natalie?–
–Es Ethan, Natt no se encuen„–le arrebate
el teléfono de las manos.
–Sebastián?– pregunte mientras quitaba el
altoparlante.
–Hola– dijo un poco extrañado –No querías
hablar conmigo?–
–No!– Exclame –„ pensé que eras alguien
mas–
–Tu novio?– No lo dijo en tono de broma,
así que solo me puso nerviosa.
–En realidad si– conteste.
–Quiero verte– después de varios segundos
de silencio, respondió.
Lucero Herrera Princeton; Love Happens
65
En ese momento se escucharon las burlas
tontas de Ethan. Como había escuchado?
Tuve que regresar mi cabeza al teléfono.
–Natt?– pregunto, desesperado por una
respuesta.
–Yo también quiero verte– respondí apenada.
–Te quiero preguntar algo– me aterré. Solo
vi que Ethan levanto las cejas.
–Natalie? Por favor–suplico.
–De acuerdo, donde quieres que nos
veamos?– Lo primero que se me ocurrió fue
ir a la cafetería„ nuestra cafetería.
–Puede ser en tu casa?– Que? Eso me saco
que quicio.
–Claro conteste, nos vemos ahí– después
de dudarlo.
–En una hora, pero antes„ te gustaron las
rosas?–Sonreí.
–Si, mucho, pero„–
–Por favor, no digas nada„ no quiero que lo
devuelvas–
–Lo se– Reí –Lo anotaste con letra grande
en la tarjeta–.
–Nos vemos en tu casa– soltó en una voz
pacifica que me podía poner de rodillas.
–Te amo– dije una vez que había colgado.
Estaba actuando como una tonta, lo sabia,
pero me encantaba el cambio.
Siempre había sido la fuerte, la única
persona con la que me permitía ser débil
era con Ethan, pero por razones muy
diferentes.
Con Sebastián era permitirle que me
protegiera. El amar a alguien es eso, darle
el poder para destruirte, y confiar en que
nunca lo hará. Honestamente, no estaba
segura de confiar completamente en lo
segundo, pero no me importaba. Cualquier
Lucero Herrera Princeton; Love Happens
66
cosa que pasara después, sin importar
cuanto doliera, valía la pena. Lo valía el.
Empecé a conducir de regreso hacia mi
casa, una vez que Ethan me dejo ir,
habiéndole prometido regresar para su
fiesta.
Note que un carro negro me venia
siguiendo, alcance a ver por el retrovisor
que tenia una cámara.
En ese momento sonó el teléfono en mis
bolsillos, era Elizabeth. Eso me extraño
más que el auto. Nunca me llamaba ella.
–Que pasa?–
–cuando fue la ultima vez que viste las
noticias?–dijo enseguida.
–Que? De que estas hablando?–
–Sebastián Kanes? Porque no me lo dijiste?–
En ese momento entendí, aunque entendiera
no quería decir que me agradara.
Estaba saliendo yo en los noticieros por
salir con Sebastián? Por un momento me
pregunte porque si Drew ya lo sabia, no lo
había mencionado.
–No hay nada que decir Elizabeth, apaga la
tele, voy para allá–
Los„ reporteros, me estaban siguiendo
mas de cerca. Por segundos fue que no me
pase un alto, pero fueron los suficientes
como para que ellos ya no pudieran
seguirme.
Al llegar a mi casa volvió a sonar el móvil,
genial! Pensé para mis adentros.
–Bueno?–
–Natt, después de que te fuist„–
–Porque diablos están preguntando por ti
en mi casa?–Era Ethan, y luego el Sr.
Preston, siendo menos amable por
supuesto.
Lucero Herrera Princeton; Love Happens
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–Déjame hablar con ella–le estaba gritando
mi amigo.
–Ethan? Que pasa?–
–Natt, después de que te fuiste llegaron
unos paparazzi preguntando por ti, hay
varios de ellos afuera de la casa.–
–Ethan, de verdad lo siento, también me
siguieron a mi, no se que esta pasando–
–En serio te preguntas la razón?–Pregunto
incrédulo.
–La razón no, pero llevaba más de una
semana pretendiéndome y nada de esto
había pasado–
–Ya viste la televisión? estas en todos los
canales de paga–
–Déjame hablar con el, discúlpame con tu
padre, díganles que ustedes no saben nada
y que se vayan–
–Natt„ suerte– por dios santo! Ya cuelga
Preston!
–Gracias„–pero ya no me escuchaba.
Entre corriendo a mi casa, y pude entrar
sin interrupciones, Elizabeth estaba en su
habitación, entre desapercibida.
Llegue al comedor suspirando de alivio.
Segundos después tocaron la puerta.
–Sebastián!– grité, nadie lo seguía pero se
veía claramente cansado. Le abrí la puerta
con mucho cuidado por si estaba
equivocada. Lo abrace fuertemente antes
de pasarlo a la sala, y darle un vaso de
agua para que descansara. Me senté a un
lado de el. Solo nos mirábamos el uno al
otro, hasta que el empezó la
conversación.
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–Lo siento mucho–empezó a decir.
–Lo se–
–Natalie, no tenemos mucho tiempo, tengo
que regresar pasado mañana a Los
Ángeles– Jadee –Recuerdas la pregunta que
te quería hacer?–
Claro que la recordaba! Había estado
pensando en ella desde hace semanas...
quería pedirme que me acostara con el
para que se pudiera ir en paz habiendo
cumplido su capricho, me destroce. Tuve
que resistir las ganas de llorar, todo se
había terminado.
–Si, la recuerdo– dije ya con lágrimas en
los ojos.
–Porque Lloras?–pregunto.
No podía decirle la verdad, no podía
decirle que lloraba por lo que me iba a
pedir, odiaba el hecho de mentirle, pero a
veces era necesario. No quería que se diera
cuenta de mi debilidad y delirio –Todo esto
es demasiado–concluí.
El pareció decepcionado, triste,
destrozado incluso. Pasamos los minutos
en silencio hasta que yo hablé.
–Que es lo que querías preguntarme?– dije
finalmente.
–Te gustaron las rosas?–
–Eso es lo que me querías preguntar?–
–No– respondió –pero no preguntes, por
favor–
–Me tengo que ir–dijo mientras se
levantaba del sofá.
Se había arrepentido, pero, que era eso lo
que significaba? Acaso no quería estar
conmigo? Era un alivio por un pequeño
lado, pero no dejaba de dolerme este
hecho, automáticamente mi autoestima bajo
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doscientos puntos abajo. Pero solo
asentí y lo acompañe hasta la puerta
trasera. Pensé en detenerlo, quería estar
con el, porque se había arrepentido? De
verdad el no quería? Las lágrimas no
paraban de salir de mi rostro. Tenia que
saber.
Me detuve a pensar en las posibilidades,
tal vez si no quería estar de esa manera
conmigo, era porque, de verdad, el sentía
algo por mi. No, eso no podía ser posible,
pero si no era eso, que era?
Lo detuve antes de que saliera, pero el ya
parecía calmado.
–Como te piensas ir así? corriendo de
nuevo–pregunte intentando dejar de
llorar.
Sonrió ante mi excusa –Me esta esperando
un auto afuera, lo llame en cuanto entré–
así que no se pensaba quedar.
–Natalie„ adiós– esta vez no se despidió de
la mejilla siquiera.
No sabia que decir, hasta luego? Hasta
nunca?
–Adiós– lo iba a dejar de ver sin siquiera
haberle dicho que lo amaba. Las lágrimas
empezaron a salir otra vez.
Cerré la puerta y me deje caer en la
entrada destrozada.
Elizabeth me ayudo a subir las escaleras y
se quedo conmigo en mi cuarto mientras
lloraba hasta que caí en mis sueños. Nunca
antes había pasado aquello, pero siempre
iba a estar agradecida con ella por
haberlo hecho solo ese día.
Desperté alrededor de las ocho de la
mañana al siguiente día, consecuencia de
haberme dormido aun temprano. Aunque
Lucero Herrera Princeton; Love Happens
70
había dormido bastantes horas, me sentía
totalmente cansada y más que eso,
destruida.
Fui directamente a lavar mis dientes, mi
hermana aun estaba dormida en mi cama, una
rápida inspección en el espejo me
convenció de meterme a la ducha. Me
arregle lo más que pude, pues parecía que
no tenía remedio, tenia bolsas bajo mis
ojos que parecían hematomas y labios
bastante resecos. Revise mi móvil, tenia diez
llamadas perdidas, todas de Ethan.
Inmediatamente le marque a mi amigo para
ver que sucedía„ o había sucedido.
–Ethan, perdona, que paso?–
–Natalie?–pregunto sorprendido.
–quien mas iba a ser de este teléfono?–Reí.
–Perdón„ pensé que ya no me querías
hablar–
–Que?– pregunte gritando –de donde sacas
eso?
–Entiendo perfectamente, ayer no
regresaste„ pensé que tal vez„–
–Ethan! De verdad lo siento tanto! –
–Natalie no necesitas darme explicaciones,
entiendo perfectamente, solo desearía no
habértelo dicho para que todo siguiera
igual– se le quebró la voz.
–Tu me conoces mejor, mas que nadie,
sabes que yo no haría eso–
–La Natt que conozco no se le hubiera
olvidado mi cumpleaños, la amiga que
conozco no hubiera faltado a la fiesta
después de prometer estar ahí, que quieres
que crea?– contesto a la defensiva. Yo no
sabia que responder.
–Gracias por todo Natalie, te quiero„
Adiós–
Lucero Herrera Princeton; Love Happens
71
Eran dos despedidas en las pasadas doce
horas. Me volví a acurrucar en mi cama para
empezar a llorar otra vez.
Elizabeth me despertó a las dos de la
tarde del mismo día, tenía los ojos
hinchados de tanto llorar. Estaba muy
emocionada, parecían buenas noticias, pero
no había nada que me pudiera ánim„
–Hola Natt–
Si había algo que me pudiera animar en este
momento.
–Sebastián? que estas haciendo aquí?–
Sonreí.
La Huida
Miro a Elizabeth que estaba aun con
nosotros en el cuarto, enseguida capto la
indirecta mi hermana y nos dejo solos.
Rodeo la habitación hasta sentarse a mi
lado en la cama, me limpio el rastro de
algunas lágrimas que aun tenia.
–Que pena– dije sonrojándome.
El solo rio, se estaba debatiendo entre
decir algo o no, así que lo ayude.
–Que pasa? Pensé que ya estabas camino a
Los Ángeles–
–Debería de estarlo en estos momentos–
Rio –pero no pude–
–tienes que irte, olvidaste algo? –dije
bromeando.
–Olvide preguntarte algo– respondió.
Lucero Herrera Princeton; Love Happens
72
Sabía a donde quería llegar, entonces, no
se había arrepentido de querer estar
conmigo, aquellos doscientos puntos de
autoestima siguieron en el lugar que
habían descendido.
–que pasa?– no quise mas largas.
–Lamento haberme ido anoche, entre los
paparazzi, las fans, todo se volvió
bastante loco y pensé que tu„–
Lo calle. Tome su rostro entre mis manos,
tal vez se volvería a ir y no lo volvería a
ver jamás pero yo necesitaba saber cual
era la maldita pregunta.
–Pregúntame–le dije.
Pero en vez de hacer eso„ me beso.
Nunca antes nos habíamos besado, pero
fue increíble. Tuve problemas
devolviéndoselo, no porque no quisiera, si
no porque estaba casi congelada, me
estaba abrazando y besando en mi
habitación, algo que pensé nunca pasaría
en cuanto lo vi salir de mi casa la noche
anterior.
Cuando terminamos me miro fijamente al
rostro, y pronuncio aquellas palabras
que yo tenia tanto miedo de decir.
–Te amo–susurró.
Eso no era una pregunta.
En ese momento no le creí, todo era
demasiado bueno para ser verdad, pensé
que estaba soñando. Aferre su rostro en
mis manos para asegurarme que era
verdad„ pero el no podía amarme, como se
atrevía a mentir de esa manera?
Nunca había estado con nadie, había estado
nerviosa desde que cumplí los quince años
esperando el momento en que pasaría.
Alguien a quien yo amara, por supuesto,
pero después de tanto tiempo pensé que no
Lucero Herrera Princeton; Love Happens
73
llegaría a querer a nadie„ y por lo tanto
nadie me querría a mí.
–Te amo–susurré. Estaba Lista. Aunque yo
creía que sus palabras eran falsas (lo
fueran o no), las mías eran reales.
Lo volví a besar hasta que el me dejo sin
una prenda, el tenia problemas para
respirar, pero yo estaba respirando muy
rápido, murmuro mi nombre–Natalie– eso me
dijo que, aunque yo no tenia experiencia
alguna, el si la tenia.
Yo lo estaba besando y abrazando
mientras el me sujetaba las caderas y el
cuello, estaba encima de mi. Estábamos más
juntos que nunca.
Me dormí tranquila, aun sabiendo que
cuando despertara no lo iba a encontrar.
El había cumplido su capricho y mañana por
la mañana tenia que regresar a Los
Ángeles para trabajar. Era absurdo
pensar que el dejaría su carrera por
estar conmigo.
–Resígnate–Lo había estado repitiendo para
mi misma desde que me ignoro en la firma
de autógrafos, y me lo volví a repetir cada
vez desde que me volvió a encontrar en mi
Universidad. Para mi sorpresa alguien me
respondió al lado al otro lado de cuarto,
seguía desnuda por lo que me asusté
creyendo que era Elizabeth, o peor„ mi
padre.
–Dijiste algo?–preguntaron.
Me volteé esperando algún grito de
regaño o grito de asombro, pero la
sorprendida fui yo, al ver que Sebastián
Lucero Herrera Princeton; Love Happens
74
seguía en mi habitación, me apresure a ver
el reloj despertador, eran las ocho de la
noche y aun no se había ido.
En que estaba pensando?
–Que sucede?–pregunto.
Yo estaba molesta, yo no quería que se
quedara para despedirme de el en el
aeropuerto, no quería volver a llorar, si
se iba a ir de todas formas, quería
recordarlo abrazándome en mi cama antes
de quedarme dormida, no separados en
algún aeropuerto. Me levante
apresurándome a vestir, el ya traía su ropa
puesta de nuevo.
–Natt que pasa?–Seguía preguntando.
–No me sucede nada– mentí.
–Eres pésima mentirosa– Rio. Yo no lo hice.
–Natalie„ háblame por favor–
Me volví para verlo al rostro. Yo estaba
molesta, ya había llorado suficiente una
noche. El no me tenía que hacer pasar por
aquello de nuevo.
–Acaso no„ te gusto?–pregunto.
–No es eso– con que facilidad pude hablar
de este tema con el–fue asombroso–
sonrió –pero te vas a ir a Los Ángeles– Se
quedo callado por un momento.
–Eso tu ya lo sabias–defendió.
–Si, pero ya llore suficiente anoche, no me
quiero volver a despedir–susurre en la
ultima oración.
Me deje caer en la cama, el me imito,
quedamos juntos abrazados, no sabia si
estaba alguien mas en la casa, y no me
interesaba.
Me tenía que volver a despedir.
–No tiene que ser así– No lo comprendí en
cuando pronuncio las palabras, y aunque
Lucero Herrera Princeton; Love Happens
75
mi mente seguía dándole vueltas al asunto,
no podía procesarlas.
–a que te refieres?–
–La pregunta que te quería hacer ayer„–se
detuvo.
–Se que es lo que querías–me miro con
asombro–ya lo tuviste, pero quería
recordarte así, y no tener que despedirme
otra vez con cientos de fans y paparazzi„–
No me dejo terminar.
–Natalie, creo que no me estas
entendiendo, Déjame preguntarte algo–
–Esta vez si lo vas a hacer?–Rio.
–Me creíste cuando te dije que te amaba?–
No supe que contestar, yo quería creerle,
pero una parte de mi no me dejaba, no tenia
nada que ver con el.
–No lo hiciste–Adivino.
–No tiene nada que ver cont„–ya estaba
defendiendo.
–Si no me creíste„ porque te acostaste
conmigo?–
No escucho mis excusas, quería una
respuesta directa. No sabia que contestar,
yo si lo amaba, era todo lo que me
importaba.
–A que te refieres?–no sabia como
contestarle.
–Nunca antes habías estado con alguien–
Adivino.
–Como lo sabes?– pregunté, también había
mandado investigar eso?
–No te investigue de esa forma– Rio –Solo
me di cuenta– una novata, por supuesto.
Estaba demasiado apenada, no por hablar
de este tema, si no a donde nos había
llevado la conversación, tantas cosas que
teníamos que decir, y ninguno se atrevía a
Lucero Herrera Princeton; Love Happens
76
hacerlo. Yo ya estaba desesperaba, cual
era la pregunta?.
El vio como me sonrojaba, tomo mi rostro
entre sus manos y dijo algo de lo que
nunca voy a olvidar.
–Te amo– me beso –Me encantaría que me
creyeras, pero lo hagas o no, te amo, y
eres la única chica a la que he llegado
siquiera a querer. No se porque, pero es
así. Me volviste loco desde que te conocí–
Me reí.
–Te estas riendo de mi?–pregunto
extrañado, pero no ofendido.
–Quieres saber algo gracioso?, el día que
me seguiste a la universidad no fue la vez
que me conociste–Reí.
–Fue en una firma de autógrafos hace
tiempo, ni siquiera volteaste a verme– Se
quedo sin hablar durante un momento,
después contesto.
–Lo se– Claro que no lo hacia.
–ni siquiera me miraste, como podrías saber
que fui yo?–
El estaba riendo, pensé que se trataba de
una broma, pero continúo.
–Si te vi, no te note al principio, pero te mire
en cuanto jadeaste, pensé que era algo
raro, lo admito, solo por eso te mire. Pero
lo hice. Por eso regrese a buscarte.–
Yo no sabia que decir, si me había visto ese
día? Había pasado el día entero llorando
por aquella estupidez„ pero ahora me dice
que si se fijo en mi? Que tan absurdo
sonaba eso?
–Mentiroso–Le acuse.
–Que tengo que hacer para que me creas?,
si te amo! Y si te mire ese día. Solo haz
cuentas, llevo desaparecido de la prensa
Lucero Herrera Princeton; Love Happens
77
más de tres semanas y te encontré hace
seis días.
Como recordaría que jadeaste ese día,
habiendo visto miles de fans en una tarde?
Porque te mentiría? Como dices, si solo me
hubiera querido acostar contigo, ahora no
estaría aquí.–
Todo aquello era cierto, pero eso me
llevo a pensar en otra osa.
–Que querías preguntarme anoche?–
–No lo voy a hacer, no tienes sentido si no
me crees–
Me levante fastidiada de mi cama, cuantas
veces la iba a esquivar? Tenia tanta
urgencia de hacer la pregunta hacia unos
días, y ahora no le interesaba?
Me tomo de los brazos, impidiéndome
levantarme, después me jalo de regreso
hasta que quede acostada sobre el. Me
beso.
–Te amo–susurro.
–Te am„–
–No me digas eso, dime que me crees–
Me detuve pensándolo por un minuto,
después de todo tenia razón, si no sentía
aunque fuera algo por mi, que hacia en mi
habitación si ya había obtenido lo que
quería?
Al principio no lo dije enserio, aunque
después dejo de ser así, por el momento
solo quería saber cual era la pregunta.
–Te creo„ y te amo–conteste.
Sonrió y me volvió a besar.
Fuimos interrumpidos en el momento en el
que entró Ethan a mi habitación, estaba
temblando, asustado. Elizabeth estaba
atrás de el, parecía que lo había dejado
entrar.
Lucero Herrera Princeton; Love Happens
78
Sebastián y yo nos levantamos rápidamente
de la cama.
Por suerte, ya estábamos vestidos.
–Que pasa?–
Corrió a abrazarme, pude ver el fastidio en
el rostro de Sebastián.
–Ethan que sucede?–
–Natt, necesito tu ayuda, lamento lo que te
dije anoche, pero„–
–Me ofendiste, sabes, pero tenías razón, no
falté porque te quisiera dejar de ver, pero
es algo que no hubiera„–
–Eso no importa ya–
–Si importa, no quiero que pienses que„–
–Lo se, solo estaba molesto–
Sebastián y Elizabeth parecían muy
incómodos en el cuarto, sin entender la
conversación.
Lo golpee en el brazo –Sabes lo que me
hiciste pasar?–
–Lo siento, pero de verdad te necesito
ahora–
Me tranquilicé, respire hondo y le pregunté
que sucedía.
–Me voy a escapar con Jackson–Me
contesto.
Para que necesitaba mi ayuda?... y porque la
urgencia?.
Me pregunte.
Lucero Herrera Princeton; Love Happens
79
padres contra hijos
Sebastián se interpuso entre mi amigo y
yo, me llevo hasta el otro lado de mi
habitación, los celos lo estaban volviendo
loco.
–Natalie, que esta pasando?–
–Cálmate, todo esta bien– le dije.
–Quieres que me calme? Quien es el?–
Empecé a reír. El solo se impacientó.
–Estas celoso– lo acuse.
Ethan también empezó a reír.
–Natalie, quien es el?–
–Es Ethan, un amigo– marque mucho la
palabra
–y esperas que te deje ir con el y el otro
tipo?–seguía a la defensiva.
Ethan se apresuro a decir algo, era
absurdo que pensaran así de nosotros,
pero Sebastián no lo sabia.
Este se precipito contra Ethan
golpeándolo contra la pared, tuvimos que
ponernos en medio mi hermana y yo para
que se calmara, pero seguía furioso. Se
balanceo de nuevo contra el, así que tuve
que romper la promesa que le había hecho
a mi amigo„
Lucero Herrera Princeton; Love Happens
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–Es gay– empecé a decir –Es absurdo que
estés celoso de el, Ethan es gay–
–Que?– eso, definitivamente lo calmo, solo
vio cuando Ethan se levantaba del piso,
bastante molesto, por cierto.
–y aunque no lo fuera„ no confías en mi?–
Se intento disculpar con Ethan, y conmigo.
Pero era mejor darse prisa y dejar eso
para después, el no sabía nada después de
todo.
–“Gracias” Natt, veo que cuando dijiste
prometo no decirle a nadie lo decías
enserio –
–Quieres que te golpee?–defendí.
–Ya no importa, Natt, el papa de Jackson
nos encontró, tenemos que irnos antes de
que le diga a mi papa–
–oh, Ethan, lo lamento„–
–Lo se, pero debemos apurarnos–
–pero„ ya no te voy a ver?– Negó con la
cabeza.
–Te hablare por teléfono seguido, lo
prometo, y nos veremos de vez en cuando„
si no tienes problema manejando algunas
horas–
–Ethan, te voy a echar de menos–corrí a
abrazarlo lo mas fuerte que pude, el me
devolvió el abrazo susurrando “te quiero
Natt” mientras yo le contestaba lo mismo.
Esto pareció no importarle a Sebastián. Reí.
–Que pasa?–preguntaron todos al mismo
tiempo.
–Nada, tenemos que darnos prisa, existe la
tecnología de los celulares, tu padre ya
debe de estarte buscando, donde esta
Jackson?–
Lucero Herrera Princeton; Love Happens
81
–Esta abajo, en el auto, tenemos algo de
efectivo así que no tendremos problemas
para irnos–
–claro, pero para que me necesitas?–
–Necesito que le mientas a mi padre„ y me
prestes tu auto–finalizo.
–Natalie, necesito hablar contigo– seguía
insistiendo Sebastián, mientras
esperábamos la llamada del señor
Preston en mi cocina.
–Es urgente–repetía.
–Ahora no, cuando todo esto terminé
hablaremos, lo prometo– me apresure a
besarlo en los labios. Pero el parecía
seguir incrédulo.
–Esta sonando el teléfono, pásamelo–grite
desesperada, ansiosa y nerviosa. Solo
podía ser una persona.
–Bueno?–
–Natalie?– preguntaron.
–Si, señor Preston? Que sorpresa–
Sebastián estaba negando con la cabeza
sonriendo. Era pésima actriz, yo lo sabía.
–Natalie, esta Ethan contigo?–
–No señor, pero no debe de tardar en venir–
–a que te refieres?–
–Hace unos minutos llamó diciendo que
venia para acá, sonaba muy preocupado, así
que no debe tardar.
–Tienes alguna idea de lo que te iba a decir?–
–No–conteste–dijo que me contaría en
cuanto estuviera aquí, que no me moviera,
porque? Paso algo malo?
Lucero Herrera Princeton; Love Happens
82
–pero el ya había colgado. Perfecto.
Sebastián salió corriendo hacia el carro
de Ethan, donde estaba Lizy. Nunca me lo
perdonaría por haberlo hecho hacer esto,
pero no podía dejar a Ethan en estos
momentos.
Debían salir a dar vueltas a lo tonto
alrededor de la casa, mientras llegaba el
señor Preston, después, irreconocibles
pues tenían la cabeza cubierta, debía
llegar lo más lejos posible a la dirección
contraria de Ethan con los padres
furiosos persiguiéndolos„ yo mientras,
debería esperar en la casa impaciente para
que se tragaran todo el teatrito.
Pasados cinco minutos tocaron a mi
puerta, abrí inmediatamente y paso el señor
Preston sin ser invitado. Acompañado de,
dos de sus guardaespaldas.
Lo saque a empujones y me puse delante de
la puerta para no dejarlo entrar, el solo
me miro incrédulo.
–Disculpe, pero estoy sola y no puede
pasar, aun no llega Ethan, si gusta
esperarlo, espéralo afuera –Eso
obviamente lo hizo enojar, pero el señor
Preston debería de verlos pasar en el auto
de Ethan en cuanto regresaran.
Dos minutos después, lo hicieron. Sr.
Preston dio la orden inmediatamente a sus
guardaespaldas que los siguieran, en ese
momento me preocupe por Lizy y Sebastián,
mis gritos de desesperación ya no eran
falsos.
–Esperen!!–estaba gritando.
Lucero Herrera Princeton; Love Happens
83
Tome el auto de Lizy y fui a alcanzarlos,
manejaban demasiado rápido, así que
alcanzaron el auto de Ethan enseguida. Yo
me tarde unos segundos más en llegar,
pero cuando vi ya estaban sacando del
auto a Sebastián y a Liz, amenazándolos
con pistolas.
–Esperen, déjenlos ir, ellos no saben
nada–dije.
–Eso ya lo se querida, ya le mande un
mensaje de texto a Ethan, si ellos no se
aparecen, sus amiguitos pagaran las
consecuencias, el sabe donde vamos a
estar„–.
–No– jadee.
Guiaron los autos hacia los llanos vacios
de Princeton, pues es una población rural.
Yo no tenia idea de donde estábamos, pero
parecía que significaba algo para Ethan y
su padre.
Nos tomaron a Sebastián, Lizy y a mi como
Rehenes, apuntándonos con armas (los
dos guaruras y los padres enfadados)
esperando a que Ethan y Jackson se
aparecieran. Debía haberlo sabido, todo
parecía muy fácil, pero el Sr. Preston no
era ningún idiota.
Lizy estaba llorando, mientras yo la
tomaba de las manos, Sebastián me estaba
abrazando y besando tanto como podía,
susurrándome–Te amo–.
Yo me sentía tan culpable, por haberlos
involucrado en esto, no era su pelea, era
la de Ethan y su padre, yo solo era un
arma de batalla, mis seres queridos no
tenían la culpa de nada.
Lucero Herrera Princeton; Love Happens
84
Medía hora después apareció el auto de
Jackson, solo nosotros dos sabíamos
que ellos no estaban en ese auto,
enseguida uno de los guaruras se
apresuro contra ellos, con el arma en las
manos, de verdad eran capaces de
dispararle a sus propios hijos? Sr.
Preston era un maldito, pero no lo creía
capaz de tanto.
Salió del carro un amigo que conocía de
Ethan, lo había visto algunas veces en
alguna fiesta, aunque no sabía su nombre.
Tenia un celular en la mano, el Sr. Preston
se apresuro a tomar el móvil, dos
segundos después sonó. Era un Radio, no
un móvil. Por lo tanto, se escuchaba a lo
lejos.
–Papi–contesto Ethan.
–No soy tu padre–
–que pasa? Es que ya no me quieres?
Descubriste que tu hijo es un marica y
dejo de ser tu marioneta?– Rio, pero se
escuchaba la agonía en su voz.
–Entonces para que me quieres?, me
quieres matar?–
–No seas imbécil, no voy a manchar mis
manos con un„–
–Un marica? Vamos! Dilo! Cuantas veces no
me lo dijiste cuando no era cierto, ahora
te da pena?–Lo reto.
–En donde estas?–
–No te importa–
–Si, claro que si, en especial a ti, si quieres
que deje ir a tus amiguitos–
–Déjalos en paz–
–Se querían meter, cierto?– en ese momento
se acero con el arma tocándome la
Lucero Herrera Princeton; Love Happens
85
cabeza, solté un grito de dolor, quemaba,
había sido disparada recientemente.
–Déjala!–Gritaron Sebastián e Ethan al
instante.
Sr. Preston se acerco a Sebastián,
dándole un golpe seco con el arma en la
cabeza, callo inconsciente sobre mis
piernas. Tenía una herida grave. Me quería
morir.
–Quieres seguir toda la noche? Tu amigo
necesita un hospital! Y puede ser igual con
las otras dos„ si no dejo a mis guaruras
divertirse un rato con ellas–
Los dos hombres sonrieron maliciosos.
–Mira, así de fácil, déjalos escapar y te
alcanzare donde estas–
–Si te interesara hubieras venido desde un
principio, a mi no me interesan lo mas
mínimo tus amigos, tu sabes lo que yo
quiero–
–Te conozco, no soy estúpido– intentaba
sonar enojado, pero la preocupación no
pasaba desapercibida –No te haz dado
cuenta de quien esta hay, cierto? Ya llame a
todos los medios locales, lo están
buscando, si lo encuentran así, en esa
posición– Rio –bueno„ vas a estar perdido–.
–Claro, tengo al presidente de los
Estados Unidos conmigo, lo había
olvidado„ deja tus estup„–
–a Sebastián Kanes–contesto Ethan.
En ese momento el Sr. Preston se acerco a
nosotros, yo estaba intentando parar el
sangrado con mi ropa, estaba llorando
incontroladamente, besándolo. El se dio
cuenta de eso, y empezó a reír.
–Mira nada mas– hablo con la radio –le
rompí la cabeza a una celebridad– El otro
señor y los guaruras empezaron a reír.
Lucero Herrera Princeton; Love Happens
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–Tienes cinco minutos para aparecerte con
la maleta por aquí si no quieres que la
próxima sea Natalie– seguido aventó la
radio hacia la carretera, donde se rompió
en varios pedazos.
Maleta? Era eso lo que quería?.
El Sr. Preston se regreso hacia nosotros,
fumo un cigarrillo, impaciente a que se
apareciera su hijo. No olía como un
cigarrillo normal, pero intente no pensar
en eso.
–Sabes Natalie?, en realidad nunca me
agradaste–empezó a decir.
–Por supuesto, en cuanto me volví rico
empezaste a ser poca cosa para Ethan,
pero desde antes me desagradabas, eres
rara– Rio –como una Emo.
–Y te odiaba todavía mas porque pensé que
ibas a terminar casándote con mi hijo o
algo parecido„ mira que tener una relación
así y no poder mantenerlo heterosexual,
digo„ además de poca cosa, debes ser
poca mujer, bien formadita desde la ultima
vez que lo note„–seguido esto empezó a
tocarme los hombros, pero solo eso.
–Lo que mas me sorprende es que te hayas
conseguido a alguien asi–Rio todavía mas
fuerte, se estaba burlando –Rico, lo
opuesto a ti, atractivo y social, lo
contrario de ti„ que paso? lo tienes
drogado?–Los cuatro hombres se
empezaron a carcajear.
A lo lejos se escucho una patrulla,
también cientos de voces. Pero antes que
nada vimos llegar mi auto, Ethan y Jackson
habían decidido aparecer.
Lucero Herrera Princeton; Love Happens
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–Cinco minutos exactamente, siempre tan
putual–seguía burlándose.
Estos bajaron del Auto.
–Déjalos ir–empezaron a decir.
–Todavía no–Tiro el cigarro al suelo y le
disparo, intentando apagar la colilla.
Todos saltamos por el ruido.
El Sr Preston se acerco medio segundo, y
vi sus pupilas muy dilatadas, estaba
drogado. Por eso se podía comportar
como un maldito sin conciencia, todo el
tiempo debía estar drogado, y cuando no
lo estaba se limitaba a ignorar.
Este dio un silbido, enseguida uno de los
guaruras y el Sr. Wallace se aceraron a
Ethan, al tenerlo sometido empezaron a
golpear, mientras el otro guarura
inmovilizaba a Jackson.
Todos estábamos gritando, suplicándoles
que pararán!
–No los traen con ellos Sr.–grito uno de
los guaruras
–No los dejen– empezó a decir furioso –
deben de estar en el auto–
Encargue a Sebastián con Lizy, que lo
cuidara un momento, no nos habían atado y
ya no estábamos siendo amenazados con
las armas. Desde hacia tiempo las sirenas
se estaban escuchando a lo lejos, pero
parecía que no encontraban el lugar
exacto.
Empecé a quemar la madera que había para
que el humo los atrajera, pero escuche el
ruido de un arma cargarse y me voltee
cuidadosamente, tenia otra vez el arma del
Sr. Preston en mi cabeza. Solo podía ver en
su rostro de malicia mientras se preparaba
Lucero Herrera Princeton; Love Happens
88
para cometer un asesinato a sangre fría,
mientras se preparaba para disparar.
Alguna vez te dijeron que ves tu vida pasar
ante tus ojos cuando vas a morir? Bueno,
es una vil mentira. Tenía un arma en la
cabeza, manejada por un sujeto drogado y
yo no vi nada. No estaba siquiera
esperando salvarme, estaba segura de que
iba a morir.
–Que decepción–comenzó a decir.
–Yo siempre te creí tan inteligente–
–Que es lo que quieres?–estaba llorando.
–Ethan sabe lo que quiero–
El maniaco se acerco aun apuntando con el
arma, intentando silenciarme. Una vez que
estuvo cerca puso su mano en mi boca, y
volvió a acerar el arma contra mi cabeza.
Quemaba.
–No te preocupes, no te va a doler–
Yo solo cerré los ojos pensando
“Sebastián te amo”. No quería que lo ultimo
que dijera o pensará fueran palabras de
miedo por causa de ese animal.
–Te digo un secreto, siempre te encontré
muy atractiva, desde que eras niña–d
espués me beso en la mejilla, me dio asco,
pero cuando abrí los ojos vi que Jackson
tenia el arma en las manos, y el segundo
guarura estaba en el piso. Este aprovecho
la oportunidad disparándole en la pierna
al otro guarura, y después de cruzar una
palabras con su padre, le disparo en el
brazo.
Al Sr. Preston pareció no darle
importancia, creyó que los heridos habían
sido su hijo, y Jackson.
Lucero Herrera Princeton; Love Happens
89
Este llego apuntándole con el arma al Sr.
Preston, después, guiados por el sonido
de los disparos se escucharon algunas
patrullas, sirenas de ambulancias y
flashes de las cámaras apareciendo por la
carretera. Ethan no había bromeado.
La multitud se empezaba a cercar más y
más.
Este me arrojo contra el suelo, la cabeza
me dolió intensamente y fue lo último que
recuerdo.
Lucero Herrera Princeton; Love Happens
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Nunca va a dejar de ser una estrella
Me despertó el ruido de varias voces y
luces sobre mi rostro, segundos después
apareció una enfermera corriendo a una
multitud.
Estaba desorientada, no tenia idea de que
día era, o en donde estaba. Me senté
deprisa.
–Cálmate linda, no quieres volver a
desmayarte–
–Donde esta Sebastián?– empecé a gritar al
recordar lo que paso –donde estoy?–
–tranquilízate, estas en el hospital,
Sebastián esta dormido, al pobre le toco
la peor parte–
–Donde están los demás?–
–Tu hermana?, salió hace un rato, no debe
tardar–
–Ethan y Jackson?–pregunté.
–Quienes linda?– Empezó a preguntar, pero
en ese momento entro Lizy a la habitación.
–Buenos días dormilona–
–Las dejo a solas–dijo la enfermera antes
de salir por la puerta.
–Cuantos días estuve dormida?–pregunté
confundida, todos menos una autoridad
podían aclararme lo que había sucedido.
–Días?– Rio –Apenas unas horas, son las
once de la mañana, el golpe lo recibiste
ayer en la madrugada.
Cuando lo menciono varias imágenes de
anoche llegaron a mi cabeza. Sebastián
Lucero Herrera Princeton; Love Happens
91
herido, Ethan siendo golpeado, el arma en
mi cabeza y luego todo negro.
–Que paso?–
–Te digo la versión que sabe la policía? O
lo que de verdad paso?–
–Esa, la real–me estaba sobando la cabeza.
–En cuanto caíste inconsciente, Craigh„–
–Quien?–
–El Sr. Preston, intento dispararle a
Jackson, este le ganó y lo mato. El pobre
no dejo de llorar–
–Y donde están?–
–Escapando, los dos juntos, resulta que
Craigh los buscaba porque “el efectivo”
que traían era un robo que le habían hecho
a sus padres„ estamos hablando de miles,
inmediatamente que llego la policía estos
dos huyeron. A ti y a Sebastián los
llevaron en la ambulancia a Urgencias, El
perdió mucha sangre, pero tu solo tienes
un golpe–.
–Sebastián, donde esta? Quiero verlo!–
–No puedes, esta en terapia intensiva–
–Que?–me pare deprisa.
Ella solo rio –No es cierto, esta dormido,
le tuvieron que coser la herida, dijeron
que si no hubieras hecho lo que fuera que
hiciste con tu ropa, casi hubiera muerto–
–Cállate, en donde esta?–Ya me estaba
poniendo mi ropa, yo no necesitaba
cuidados médicos, yo tenía que cuidar a
Sebastián, era mi culpa que estuviera así.
–Habitación doscientos unos, por si
quieres ir a verlo„ aunque te recomendaría
una peinada antes de„–Rio.
Salí de mi habitación preguntando como
loca por el número doscientos uno,
cuando salí un montón de paparazzi estaba
Lucero Herrera Princeton; Love Happens
92
esperando en el pasillo del hospital, los
guardias de seguridad tuvieron que
escoltarlos a la salida, casi quede ciega
por tantas Luces de las cámaras.
Entre al doscientos uno, y lo vi, estaba
inconsciente con su hermana (sabia yo por
las revistas) y su mejor amigo, Lauren y
Adam. El segundo inmediatamente empezó a
correrme de la habitación –Todo esto es tu
culpa!– estaba gritando. Yo me limite a
guardar silencio, porque sabía que era
cierto.
–Adam, cierra la boca– se volteo a verme
Lauren –eres mas linda que en las fotos,
ignóralo es un neurótico, vamos afuera
para dejarlo descansar–
Me guio hacia la salida hasta sentarnos en
los pasillos del hospital.
–como esta?–pregunté.
–El esta bien, solo es el efecto de la
morfina, pero el esta perfectamente–.
Suspire de Alivio.
–Sabes, Vittoria ha estado preguntando
varias veces por el, incluso vino en
persona una vez, pero no pudo pasar por
no ser familiar–
–Quien?–
–Tú sabes, Vittoria Williams– empezó a reír,
creyendo que estaba bromeando.
–Supongo que me suena el nombre–no tenia
idea de quien era.
–Mira, no importa, quiero hablar de algo
más importante, lo que pasó anoche–
–Lo siento, pero creo que no te incumb„–me
jalo de la blusa y me hizo regresar en
cuanto empecé a irme.
Lucero Herrera Princeton; Love Happens
93
–Lamento decirte que si me incumbe, a mi, a
su manager y a las miles de fans que están
llorando por el ahora mismo–.
–Son problemas de„–
–parejas?, perdón„ entonces es tu novio o
algo parecido?– No pude contestar,
éramos algo siquiera? Yo lo amaba, y el
juraba que me amaba, pero no habíamos
utilizado la palabra “novios” oficialmente.
–Mira, las dos sabemos que Adam tiene
razón, esto no hubiera pasado si hubiera
estado en un avión camino a Los Ángeles,
cierto?–Asentí.
–Y creo que lo conoces lo suficiente como
para saber que no se puede tener una
relación enserio con el, siempre va a ser
una estrella con miles de fans atrás,
crees que vas a poder vivir con eso? Lo vas
a querer lo suficiente para confiar en el
de esa forma?– Me puse a pensarlo por un
momento –Si. Si lo hago– pero no se lo dije.
–Adam no quiso ser grosero, pero desde
hace meses que estaba obsesionado
contigo„ ya estuvieron juntos, supongo„
ya cumpliste tu fantasía, es tiempo de
seguir adelante y superarlo– Lo estaba
diciendo con voz amable, pero sus
intenciones no eran las mejores, pero
entonces era verdad, el si me había
buscado y si me había visto en la firma de
autógrafos, Sonreí.
–Con todo respeto, no es de tu
incumbencia–me levanté y fui con la
enfermera para que me avisaran en cuanto
Adam y Lauren se fueran. Tenia que ver a
Sebastián.
Lucero Herrera Princeton; Love Happens
94
Regrese a mi habitación, donde estaba Lizy
esperándome.
–Hey, como esta?–
–No lo se, apenas entre su hermana y su
agente me corrieron–dije desanimada.
–Pobrecita– dijo haciendo un cómico
puchero. Reí.
–Por cierto, Ethan dejo una carta para ti,
tal vez la quieras leer– dijo mostrando
esta misma.
–Que? dámela!–dime arrebatándola de sus
manos. Vi que estaba abierta–ya la leíste?–
–Ni una línea– contesto –la abrieron los
del hospital, han revisado la tonelada de
obsequios que le llegaron a Sebastián,
incluso algunos a ti–. Sonrió –me voy,
tengo hambre, descansa–
–claro„ Lizy, gracias–sonreí pacíficamente
al ver que estaba bien–y perdón por
haberte metido en esto.
–Para eso somos hermanas–me mando un
beso y después salió por la puerta. Aunque
después grito bromeando–Para ponernos
en peligro de muerte noche y día– Rio por
lo alto antes de desaparecer de mi vista.
Yo solo puse los ojos en blanco. No
había conocido a Elizabeth de esta forma,
desde que teníamos once años no nos
habíamos hablado para nada mas que
preguntar la hora del día, o preguntar
donde estaba papá. La muerte de nuestra
madre nos había separado por completo
pero anoche me di cuenta de cuanto
extrañaba a Lizy. Sonreí.
Después de sentarme en la cama Abrí la
carta y empecé a leer, no era mucho lo que
hacia escrito, pues estaba hecho a mano:
Lucero Herrera Princeton; Love Happens
95
Natt
Lamento haberte metido a ti y a la gente que quieres en mis problemas, no sabes cuanto lo
siento…
Siento no haberte dicho antes lo que era, no es que no confiara en ti, tenia miedo de que te
alejaras de mi, ahora se que nunca harías eso y te quiero mas por haberme aceptado, eso me
ayudo mucho.
Perdón por lo que le paso a Sebastián, espero que les vaya bien juntos, hacen una pareja
increíble, el te ama, lo se, por la forma en que te mira, no lo dudes ni pienses un solo minuto en
dejarlo ir, promételo.
No te voy a poder escribir, pues la policía esta buscando a Jackson, y no lo puedo dejar solo.
Pero te enviaré algunos correos electrónicos, diciéndote como estoy.
Te quiero, cuídate mucho…
Ethan
P.S. Recupera tu relación con Lizy, ella te extraña. Besos. Adiós. Siempre vas a ser
mi mejor amiga.
–Tú también siempre serás mi mejor amiga–
dije riendo por lo alto.
Guarde la carta en mis bolsillos y sonreí.
Después de una hora, un hombre adulto, de
tez obscura entro a mi habitación a
avisarme que Lauren y Adam se habían ido, y
que Sebastián había despertado, fui
corriendo hacia su habitación a ver como
se encontraba, necesitaba hablar con el.
Me quede recargada contra la puerta hasta
que el me vio.
–Hola– dije susurrando.
–Natt– no se veía enojado.
Entre. Me senté en la silla que tenía a un
lado de su camilla, le tome las manos y
Lucero Herrera Princeton; Love Happens
96
empecé a besarlo desesperadamente en la
herida, con cuidado de no lastimarlo.
–Lo siento tanto– empecé a decir, una
lágrima salió de mi mejilla –Adam tiene
razón, no estarías aquí si no fuera por mí–
–Hablaste con Adam?–
–No exactamente– conteste haciendo una
mueca.
–Ignóralo, y quítate esas ideas, no es tu
culpa, tu no me obligaste a ir, yo lo decidí„
dime que hubieras pensado de mi si te
dejaba sola cuando me necesitabas?–
–Yo no los necesitaba, los necesitaba
Ethan, ustedes no tenían porque pagar las
consecuencias„–empecé a decir, pero me
interrumpió, siempre hacia eso, pero todos
estaban de acuerdo que era la única forma
de callarme.
–De acuerdo, si convencerte de lo
contrario va a ser tan difícil como
conquistarte„–Reí. Aun sacando mis
lagrimas–entonces si, esta, apenas visible y
peligrosa herida fue tu culpa entonces„
pero te perdono–Sonreí.
–Sabes porque?– pregunto levantándose de
su camilla, haciéndome señas para que yo
me acercara.
–porque?– pregunte, antes de besarlo.
Cuando nos separamos contesto–porque
te amo– Sonreí mas abiertamente.
–Sabes algo de lo que paso anoche?–
–Amor„– me gustaba como se escuchaba –yo
si estaba consiente, la que se desmayo
fuiste tú. No me podía parar, pero escuche
todo lo que paso„–se detuvo un momento.
–Fue muy valiente lo que hiciste–dijo
–Muy estúpido–replique.
Lucero Herrera Princeton; Love Happens
97
–Solo el cobarde le dice estúpido al
valien„–lo interrumpí.
–Espérate, entonces si estabas consiente?–
alegue –A mi me dijeron que apenas
llegaste vivo al hospital–
Empezó a reír por lo alto.
–Nunca creas lo que vez en la tele, estoy
seguro de que eso lo dijo Adam para
hacer publicidad– Hice una mueca.
Ya casi no tenia lagrimas, estaba contenta
de saber que el se encontraba bien.
–Nunca me dijiste que me querías
preguntar–dije riendo.
Se unió a mis risas, después de pensarlo un
momento continuo„–quieres que te lo diga
ahora?–
–Si, por favor–dije dudando.
–Ven a Los Ángeles conmigo?–pregunto
como que día era. Se me detuvo la
respiración.
Me calle un momento, tenia que pensarlo,
habían mas contras que pros al pensar en
irme a vivir con el, acababa de recuperar la
relación con mi hermana, no podía dejarla,
y acababa de empezar mis estudios, habían
muchas cosas que pensar, yo si quería irme
a vivir con el, pero las cosas nunca podían
ser tan fáciles. Después de unos minutos
conteste:
–Lo voy a pensar–el iba a empezar a discutir,
estaba segura que quería la respuesta
ahora. Pero lo silencie–vas a quedarte
unos días aquí– alegue –te prometo una
respuesta para cuando salgas– Después la
enfermera me corrió de la habitación para
anestesiarlo. Lizy ya no estaba, y me habían
quitado mi habitación en cuanto me vieron
caminar por el hospital. Así que espere en
Lucero Herrera Princeton; Love Happens
98
el pasillo, pensando en la propuesta que
me hizo.
Pensé “Los príncipes encantados si existen„
unos días después agregué;„ los finales
felices, en cambio no”
El Engaño
Ya te tomaste tus pastillas?–
Sebastián puso los ojos en blanco.
Continué.
–El doctor dijo que„–
–Se lo que dijo– Respondió mi novio –
Cuando me sienta mal me las voy a tomar,
lo prometo –termino cuando cruzamos la
entrada de mi casa. Hacia unas pocas horas
que lo habían dado de alta del hospital.
–Lizy„ estas en casa?–comencé a gritar.
Lucero Herrera Princeton; Love Happens
99
Mi hermana bajo las escaleras para
encontrarse con nosotros en la sala,
hacia dos días que había superado su
tartamudeo al ver a Sebastián. Reí por el
recuerdo.
–Bienvenido! Que tal se siente estar fuera
de cuatro paredes blancas?–
–Bastante bien, a decir verdad – Sonrió
Sebastián.
–Lizy, acompaña a Adam– Iba a empezar a
protestar, así que continué.–„ al teléfono
por favor–
Con cara de disgusto indico a Lauren y
Adam que la acompañaran a la cocina. Una
vez que desaparecieron me volví hacia
Sebastián.
–Pensé que yo debería estar molesta con
ellos, pero creo que ella lo hace
bastante bien por mi, no crees?–
–No entiendo porque no quieres que le
reclame por haberte„–
–No– lo interrumpí –Tu mismo nos diste la
razón, recuerdas? Si fue mi culpa„ solo
estaba preocupado por ti–
Hizo una mueca, no conocía muy bien su
relación con ellos, pero definitivamente no
creía en nada de lo que le acababa de decir.
Después me tomo de la mano y me indico
que lo acompañara.
–a donde vamos?– Pregunte
–A tu cuarto–Sonreí.
Apenas empezamos a subir las escaleras
Adam, Lauren y Lizy aparecieron saliendo de
la cocina. El puro rostro de Adam me hacia
poner de mal humor, y aunque Lauren no
era tan mala conmigo, sus indirectas eran
cada vez peores. No le agradaba, pero era
un buena fingiendo lo contrario.
Lucero Herrera Princeton; Love Happens
100
–Que sucedió?–Sebastián fue el primero en
hablar.
–Nada, los boletos de avión ya fueron
pedidos–dijo viéndome a mi en lugar de a mi
novio. Nos molesto a los dos –Tenemos
que irnos mañana–
–De acuerdo, nos vemos en el hotel en la
noche–Contestó, después agregó
retándolo con una sonrisa –O quieren
quedarse a„ comer con nosotros?–Lizy
lanzó una mirada amenazadora a Sebastián,
el solo continúo riendo.
–No, gracias tenemos que ir a empacar– se
adelanto a contestar Lauren,
inmediatamente jalo a Adam con ella hasta
la puerta.
Una vez que salieron Lizy habló–
Seguramente le van a pagar a alguien para
hacerlo, pero no me quejo– Mi novio rio,
yo no.
No me gustaban estas situaciones tan
tensas, y últimamente se estaban dando (o
provocando) muy seguido. No me agradaba
ninguno de los dos, pero eran familia para
Sebastián, no debía, ni quería estar
peleando con ellos„ aunque a veces era
tan difícil evitarlo.
Lizy empezó a salir por la puerta.
–a donde vas?–
–A dar una vuelta– dijo volteando a ver a
Sebastián.
–No quieres quedart„?–
–No– me interrumpieron los dos.
–Yo también tengo vida –contestó mi
hermana a la defensiva –No quiero hacer
mal tercio, por cierto, mi papa no debe
tardar en llegar, aun no sabe nada de lo
sucedido– Me guiño el ojo y después salió
Lucero Herrera Princeton; Love Happens
101
por la puerta. En ese instante me
controlaron los nervios.
Sebastián me guió el resto del camino a mi
cuarto, una vez que cruzamos la puerta se
sentó en la cama, haciendo señas para que
yo hiciera lo mismo.
–Si es para„ lo que creo que estas
pensando– dije apenada –No creo que sea
buena idea, acabas de salir del Hosp...–
–No boba– Rio –Ven– Me indico.
Me paré enfrente de Sebastián en la cama,
me abrazo y beso antes de continuar
–Estas seguro?– Insistí maliciosamente. El
lo pensó un momento observándome,
después finalmente agregó –Después– Alcé
una ceja. El se limito a seguir negando con
la cabeza.
–Que sucede?– pregunté. Ya sabia a donde
iba a llevar la conversación, aun no le
había respondido lo que me dijo estando
en el hospital. Ven a Los Ángeles conmigo?
Aun había decidido nada, y no me gustaba
pensar en ello, no importaba cuanto
quisiera, o que tantas vueltas le diera al
asunto en la cabeza, el resultado seguía
siendo el mismo„ no podía ir.
–Recuerdas lo que te pregunté en el
hospital?–
Agaché la cabeza –Si– Tenía un nudo en la
garganta.
–Si no mal recuerdo„–dijo sonriendo. Se
dio cuenta de mi reacción y me intentaba
alegrar. Amaba esas cosas de Sebastián –
me prometiste una respuesta para cuando
saliera. Y aquí estoy– concluyo mientras
seguía riendo y jugando con mis manos.
Estaba nervioso.
Lucero Herrera Princeton; Love Happens
102
Pasaban los segundos y seguía sin
contestar, que iba a decirle? Podría ser lo
suficientemente egoísta como para decir
que si, y huir con el?
Me senté en la cama al lado de el y lo
abracé. Le había prometido una respuesta
para cuando saliera, pero aun no la tenia„
y no quería decir que no.
–Debo suponer que eso es un no?–
pregunto entristecido. Sentía tantas ganas
de llorar.
–No lo se–conteste.
–No lo sabes? No sabes si quieres venir
conmigo?–
–No es eso, si quiero ir contigo pero„–
–Entonces cual es el problema?–
interrumpió.
–Es la escuela, es mi papa, es Lizy, no me
puedo ir como si nada dejando todo eso–
–No te estoy pidiendo que lo hagas, puedes
seguir estudiando en L.A, Lizy esta de
acuerdo en que vayas„ y bueno, ya eres
mayor de edad, no necesitas permiso para
irte„si tu quieres– en cuando pronuncio las
ultimas palabras, comencé a llorar.
Como podía siquiera pensar eso? Porque
dudaba si quería ir a vivir con el? Era como
dudar que yo lo quisiera.
–No es tan fácil, Sebastián„si quie–
–No lo digas, si es tan fácil como eso–
Esta vez estaba gritando, pero no parecía
que estará furioso.
–Porque te molestas? Ni siquiera he dicho
q„–
–Porque no quiero excusas ni lastima–
Gritó –Si no quieres ir, no necesitas
inventar mil excusas para quedarte, nada te
obliga–
Lucero Herrera Princeton; Love Happens
103
–Todo es tan fácil para ti, cierto?– Yo
también estaba gritando, pero a nadie
engañábamos, ni a nosotros mismos,
estábamos agonizando más que estar
enojados„ o por lo menos lo estaba yo –
Tu no tienes que preocuparte por nada, te
tengo noticias la vida real no es como tus
películas, no es tan fácil como tu tienes
las cosas– replique.
Reacciono un momento, pensó un minuto
que contestar, pero en vez de hacerlo
salió de mi cuarto azotando la puerta,
alcance a escucharlo bajando de las
escaleras hasta salir de la casa. Me deje
caer en el suelo llorando.
Quería que las cosas fueran tan fáciles
como el decía, pero la realidad era„que no
funcionaba así.
Por más que Lizy me apoyara en mi decisión,
sabia que la entristecería, acabábamos de
hablarnos de nuevo y no quería dejarla
otra vez.
No necesitaba que mi padre me diera
permiso, tenia razón, yo era mayor de
edad„ pero no podía dejarlo solo, no
después de cómo me había apoyado.
Quería ir a Los Ángeles con Sebastián, mas
que nada. Me hería que no confiará en eso.
Yo ya le había demostrado que lo amaba,
no era justo!
Unas horas después me levante y limpie las
lagrimas antes de salir de mi habitación,
estaba dispuesta a salir, no sabia a donde,
solo necesitaba salir de la casa. Me
encontré a mi papá entrando, me obligue a
controlar mi expresión antes de
saludarlo.
Lucero Herrera Princeton; Love Happens
104
–a donde vas?–
–a Los Ángeles– respondí„ sin pensarlo.
No tenia idea de donde había venido eso, ni
porque lo había dicho, al menos no
conscientemente.
–Que?– pregunto molesto –con permiso de
quien? Con quien?–
–Con Sebastián–respondí.
Empezó a dar un alegato que yo ya no
estaba escuchando.
Si iba a ir con Sebastián a Los Ángeles. No
sabía de donde diablos había decidido así
como si nada, pero no lo iba a pensar. Tal
vez no estaba siendo racional, y no me
importaba, iba a aprovechar estos cinco
minutos para irme. Irme enseguida.
Me apresuré a abrazar y darle un beso en
la mejilla a mi papa, seguía gritando y
diciendo mil cosas para detenerme, pero yo
no lo estaba escuchando, lo único en lo
que pensaba era en ir a ver Sebastián, y no
lo iba a escuchar para hacerme cambiar de
opinión, porque se que lo hubiera hecho.
Me subí a mi auto y empecé a conducir
camino a su hotel. Vi por el retrovisor que
mi padre salió de la casa aun gritando, sin
darle importancia seguí por la calle hasta
la avenida principal. Iba a ver a mi papa
antes de irme a Los Ángeles, pero estaba
segura de que para entonces se calmaría.
Yo, repentina y sorprendentemente había
tomado ya la decisión, y con Sebastián a mi
lado estaba segura de que nada me haría
quedarme.
Llegué a su hotel unos minutos después,
había unos cuantos paparazzi, pero en
Lucero Herrera Princeton; Love Happens
105
cuanto el personal del hotel me vio me
ayudo a entrar.
Pregunte por Sebastián, pues la verdad
nunca antes había estado en su hotel,
solo recordaba la dirección por el día que
me mando el libro. Vi de reojo que unas
chicas me estaban viendo con la misma
mirada que tenia Jessica el primer día en la
universidad, reí un poco, no era atracción o
sensualidad lo mío„ solo suerte,
supongo.
Me acompaño el botones hasta el tercer
piso, donde me indicaron cual era su
habitación. No toqué.
Me quede unos minutos sentada en el piso
al lado de la puerta, traté de no pensarlo,
tenia miedo de cambiar de opinión. Una vez
que se lo digiera a Sebastián no habría
vuelta atrás.
Me levante titubeando, pero antes de tocar
llegó Lauren por el pasillo.
–Natalie, cierto?–
–Hola– dije nerviosa y decepcionada.
–Pensé que estarías con Sebastián, que
haces aquí?–
–En realidad lo estoy buscando– conteste.
Me indico que tocará la puerta, me tarde
unos segundos frente a esta mientras
Lauren me veía raramente. Después de unos
momentos toque. No tardaron nada en
entender.
Del cuarto de Sebastián salió una mujer.
Era increíblemente hermosa, dolía. Pero
dolía aun mas que no estaba,
completamente vestida. Me obligué a mi
misma a responder.
–Hola niña, una fan?–
–Una amiga– respondí.
Lucero Herrera Princeton; Love Happens
106
–Que pasa Natt? Creí que eras su novia–
dijo Lauren muy bajo desde atrás de mí.
–Ex– corregí, esto no le molesto en lo más
mínimo.
–Ahorita estamos algo ocupados, si
regresas después, tal vez te de un
autógrafo, te parece?– Respondió antes de
cerrar la puerta.
Había sido humillada, no por la chica, por
Sebastián.
Había confiado en el, y había dejado la
lógica para creer que las cosas eran tan
fáciles como el decía, había dejado la
lógica para ir con el a Los Ángeles.
Me sentía tan estúpida. Salí por el pasillo
ignorando a Lauren, hasta que esta me
alcanzo. No iba a aprovechar la
oportunidad de burlarse.
–Natalie, no tienes porque malinterpretar
las cosas linda–
–Es solo una amiga, el te lo va confirmar–
–No finjas interés– le pedí, mientras baje
por las escaleras.
–Todo va a salir bien–seguía gritando esta,
alcancé a ver como sonreía antes de
voltearse.
“Siempre va a ser una estrella”
Salí por la puerta de atrás.
No quería llegar a mi casa a hacer el
ridículo con mi papa.
Es increíble como cambian las cosas, esta
mañana estaba feliz porque dejaban salir
a Sebastián del hospital„ ahora deseaba
no haberme levantado de la cama.
Lucero Herrera Princeton; Love Happens
107
Me sentía terrible, no sabia donde estaba
Lizy, ya no estaba Ethan para llorar en sus
hombros, y no podía llegar a mi casa„
Todo por culpa de Sebastián!
Detuve mi auto enfrente de mi escuela,
cerré las puertas y ventanas antes de
pasarme al asiento de atrás, comencé a
llorar.
Mi sola imagen en ese momento era
patética.
–Natalie? Dime que sucede–
–Nada, Lizy vete por favor–
–No haz salido de tu cuarto desde que
llegaste, que pasa?–
–Dije que nada, déjame en paz–
–pero Sebastián te esta esperando abajo y
ya tiene un rato preguntando por ti, no vas
a bajar?–
Diez minutos de insistencia se debían a eso,
a el, nuevamente.
Abrí la puerta ignorando a Elizabeth al
pasar. Bajé las escaleras corriendo.
–Que haces aquí?–pregunté.
Quería decirle tantas cosas, era triste
pensar que había tantas cosas malas que
decirle„ me había decepcionado. Aunque
eso a el no le importaba.
–Tenemos que hablar–
–No, no tenemos que–conteste a
groseramente. Estaba muy a la defensiva,
aunque tenia motivos de sobra el se
sorprendió. El no sabía que yo vi a la otra
chica.
–Natt, amor, se que estas molesta per„–
Lucero Herrera Princeton; Love Happens
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–No me llames así– dije, sentía la necesidad
de llorar, pero no le iba a dar ese lujo?
–De acuerdo, como te llamo?–
–Que estas haciendo aquí Sebastián?–dije,
baje la guardia.
–Solo veté, a Los Ángeles, con la otra
chica„ a donde quieras, pero vete.–
–Que? Cual otra chic„?– Lo comprendió –No,
espera un minuto, no es lo que piensas–
–Vete– conteste.
–Natt, déjame explicarte, te juro que no
sucedió nada–
Me di la medía vuelta para subir de nuevo a
mi cuarto.
–Natalie, no hagas esto por favor, créeme–
–Ya lo hice una vez– dije antes de voltearme
de nuevo –y resulté perdiendo, ahora a
menos que sea tu hermana, y no lo es„ no
hay ninguna razón para que estuviera ella
ahí desnuda! porque debería de creerte?
Siempre vas a ser una estrella–
–Créeme, porque no pasó nada, porque es
la verdad y confías en mí–
–Ponte en mis zapatos, que hubieras hecho
si me hubieras visto a mi con alguien en un
hotel? Conociste a mi mejor amigo y lo
golpeaste!–
–Era diferente–
–Porque eras tu?– negué con la cabeza.
–Solo vete–
–Natalie„–dijo mientras me intentaba
detener una vez que me di la vuelta y me fui,
me tomo de los brazos, sin lastimarme –
por favor, cree que no sucedió nada.–
–No puedo– me zafe y me subí las escaleras
corriendo. Cerré la puerta de mi cuarto
antes de llorar.
Lucero Herrera Princeton; Love Happens
109
Elizabeth subió enseguida conmigo, parecía
que en mi vida solo podía confiar en ella, ni
siquiera antes de volvernos hablar me
dejo abandonada cuando mas lo
necesitaba„ Maldito Sebastián! Estaba
gritando, llorando inconsolable a pesar
de los intentos de mi hermana.
No salí de mi habitación hasta la noche
siguiente, cuando vi en las noticias que
Sebastián había llegado a Los Ángeles.
Ahora si, alguien ponga la sierra en mi
garganta y presione por piedad.
ASOMABA A SUS OJOS UNA LÁGRIMA
Y a mi labio una frase de perdón;
Hablo el orgullo y enjugo su llanto,
Y la frase en mis labios expiro.
Lucero Herrera Princeton; Love Happens
110
Yo voy por un camino, ella por otro;
Pero al pensar en nuestro mutuo amor,
Yo digo aun; ¿por que callaste aquel día?,
Y ella dirá: ¿Por qué no llore yo?
Gustavo Adolfo Bécquer
La ironía tiene un pésimo sentido del humor
Tres semanas habían pasado desde que
Sebastián se había marchado, y aquellos
días habían sido insoportables.
Lucero Herrera Princeton; Love Happens
111
Desde hacia tres semanas no salía de mi
habitación, no comía, no dormía, no
sonreía, no era feliz y lo único en lo que
pensaba era en ese hijo de perra.
Después de todo, que tan verdad podía ser
su discurso si había regresado a Los
Ángeles el mismo día que nos peleamos.
Gracias al amor de mi vida, me había vuelto
una amargada. Quieren un consejo?; no se
enamoren, nunca. Nunca.
–Natalie, sal a comer, por favor–gritaba
por decima vez Lizy por el otro lado de mi
puerta.
Me levante de la cama como pude, y me dirigí
a la ventana„ desde antes de abrirla
estaba debatiendo el arrojarme por el
borde, o ir por una navaja.
–Natalie, no piensas salir?–Continuaba mi
hermana.
No es que estuviera enojada con Elizabeth,
para nada.
Al contrario, estaba agradecida por el
apoyo que me estaba dando„ pero por la
misma razón no quería que me soportara
con este humor del asco, y la había evitado
desde hacia quinientas cuatro horas mas o
menos.
Había pasado una semana, y yo seguía sin
noticias de Ethan, maldita sea!
Parecía que todas las desgracias en mi vida
habían iniciado con Sebastián. Ya no se
encontraba a mi lado, mi mejor amigo había
desaparecido y yo estaba encerrada,
aunque voluntariamente, pero como perro
en mi habitación. Sobrevivía gracias a la
comida que dejaba Elizabeth en mi puerta.
“Wake up call, caught you in the morning
Lucero Herrera Princeton; Love Happens
112
With another one in my bed
Don’t you care `bout me anymore.
You care about me? I don’t think so„
Mi reproductor de mp3 era sabio, sabia que
canciones tocar y en que momento
hacerlo.
Maldita ironía, si no hubiera decidido ir a
Los Ángeles, no habría descubierto lo de
la otra chica, seguiría ignorante y todo
estaría bien„. A veces el no saber nada es
mejor, porque entonces eres feliz.
Después de tanto meditar había descubierto
que tenia un pésimo sentido del humor,
justo cuando decido ir con el, la moneda
cambia de cara„. La ironía se reía de mi
frente a todos.
Mire por la ventana y un “Flashback” se
atravesó por mi mente. Mire en la entrada y
recordé que tan emocionada me sentía el
día que había recibido las rosas,
nuevamente comencé a llorar.
Aun tenia su collar, aunque no había
decidido exactamente que hacer con el
después, por el momento lo tenia
arrinconado en el fondo de mi armario.
Había probado el cielo, la droga que era
el, y después había tenido que dejarlo sin
alguna oportunidad de recuperarlo.
Hubiera preferido no haberlo hecho nunca.
Hubiera jurado que mis sollozos se
escuchaban hasta las casas de al lado,
pero no apostaría pues no había salido de
mi casa desde había días y me podría
equivocar. A este punto hubiera jurado con
mi vida sin problema alguno.
Lucero Herrera Princeton; Love Happens
113
Se podían ver todavía algunos paparazzi
pendiente de mi casa, esperando a que diera
una explicación sobre ese maldito, no
gracias.
Cuando volví a cerrar la ventana, sentí un
fuerte pinchazo en mi mano izquierda, acto
seguido vi (y sentí) toda la sangre
deslizando por ms dedos.
Demonios! Di un fuerte golpe sin
importarme el dolor contra mi ventana,
pude ver los vidrios cayendo sobre mi
patio antes de voltearme a arrancar mi
poster de “el rey león”.
Comencé a arrojar todo lo que tenia a mi
alcance hacia la nada, estos ataques de irá
se me estaban dando seguido desde hacia
unas semanas„ tres para ser exactas.
Empecé a escuchar los sollozos de mi
hermana por el pasillo, al parecer estaba
al pendiente de todo mi espectáculo.
No solo me lastimaba a mi, también,
inconscientemente hería a Lizy.
Termine sentada en el suelo, a los pies de
mi cama, tome una de mis sabanas y la
enrede sobre mi mano, inmediatamente esta
se lleno de sangre, tanta que daba miedo.
Elizabeth tenia tanta suerte de no tener
novio, de no haberse enamorad„.
La verdad era que no lo sabia, todo el
mundo (literalmente) estaba al pendiente
de mi relación con Sebastián, pero nunca
me había detenido a pensar siquiera si Lizy
tenia una situación igual„ o peor.
Al darme cuenta de esto, me sentí como una
basura, un maldito y egoísta pedazo de
basura.
Lucero Herrera Princeton; Love Happens
114
Me levante del suelo, y con cuidado de
revisar que no hubiera nadie en el pasillo,
abrí la puerta.
Me dirigí al baño por el botiquín de
primeros auxilios y comencé a limpiar mi
herida. Con alcohol, ardía y mucho pero no
solté ni un solo chillido.
Me dirigí a la habitación de Elizabeth,
efectivamente seguía llorando.
Bien, esta seria la parte difícil, pedir
disculpas.
Yo no era una persona orgullosa, pero
seria vergonzoso admitir mi egoísmo y si
era una persona inhibida.
–Lizy– comencé.
Sus ojos se abrieron tanto al verme que
por un momento pensé que iban a saltar de
su rostro, pensé en que era una mirada
acusadora, pero después recordé que no
había salido del cuarto hacia días„ veintiún
para ser exactos, con siete horas y
veinticinco minutos.
Mi hermana se levanto de su sillón a
abrazarme, con tanta urgencia que todo el
asunto de pedir disculpas se volvió de
repente diez veces más difícil.
–Natalie, como estas?– Su mirada se dirigió
hacia mi mano, pero yo sabia que no se
refería a la herida. Solo rogaba que no
llegara a la conclusión estúpida de que me
había intentado suicidar„ al menos
conscientemente.
–No importa, y como estas tu?–le dije.
Nos quedamos platicando prácticamente
toda la noche, me comento sobre su novio,
Lucero Herrera Princeton; Love Happens
115
Ryan Dawson, quien la había engañado hacia
unos días. No solo estaba llorando por
mi, entonces.
Me sentí como una basura nuevamente, que
Sebastián fuera famoso no hacía su dolor
menor que el mío.
Me dijo sobre los fastidiosos
fotógrafos que la seguían a la escuela,
mientras le preguntaban por mi y Sebastián.
Alrededor de las cinco de la mañana de
ese día llegó mi papa de nuevo„ Lizy me
informo que apenas yo me salí de la casa,
diciendo que me iba a Los Ángeles, el se
había ido enojado y hasta ese momento no
había regresado a la casa, aunque la
verdad yo no estaba pendiente de el.
Subió directamente hacia mi cuarto, y por
un momento pensé que se sorprendería de
no verme hay.
–Ann– me estaba llamando.
–Que sucede?– pregunte.
–Papa, yo„–comencé con las disculpas de
nuevo.
–Déjame hablar antes, si quieres irte vete,
no me voy a enojar, no voy a dejar de
hablarte ni estar en contacto, pero si es
lo que quieres„ yo mismo te ayudo a
empacar– rio.
Definitivamente la Ironía tenía un pésimo
sentido del humor. Lloré.
Logre alcanzar a decir entre lágrimas que
no iría a ningún lado, antes de encerrarme
de nuevo en mi cuarto.
Encendí mi televisor y vi en MTV, el video de
mi drama hacia unas horas, y los malditos
Lucero Herrera Princeton; Love Happens
116
habían agregado con photoshop una imagen
de Sebastián riéndose de la escena.
Llore, llore y llore hasta quedarme
dormida.
Al día siguiente me sentía peor que con
resaca, estaba totalmente cansada de
tanto drama, y logre dormir solo dos
horas.
Al salir de mi casa, dispuesta a regresar al
colegio tuve que llamar a la policía para
correr a los fotógrafos por invasión de
propiedad privada, jajaja. Llegue tarde a
clases„ pero valió la pena al verlos
corriendo huyendo de la patrulla.
Apenas di un paso al aula de mi primera
clase, todo mundo se me quedo mirando,
todos„ pero nadie me dijo una sola
palabra.
Solo Drew se acerco a preguntar si estaba
bien, pero no menciono a Sebastián, lo cual
agradecí con toda el alma.
Terminé el día de escuela poniendo atención
lo mas que pude a mis clases, me di cuenta
que realmente estaba atrasada desde hacia
un mes„ para ser exactos desde que me
había encontrado con Sebastián.
Me dirigí a mi contour desde la facultad,
por ausencia, había perdido mi beca, genial,
ahora que necesitaba ocupar todo mi
tiempo libre y mis energía, no pasaría todo
el día en la facultad, cosas que antes,
habría agradecido. Al subirme me detuve un
momento sin encender el motor. Perdí la
conciencia solo unos segundos, viendo sin
mirar, escuchando sin oír y sin poner
Lucero Herrera Princeton; Love Happens
117
atención realmente a lo que sucedía a mi
alrededor, cuando un golpe contra el
vidrio de mi puerta me hizo despertar de mi
alucinación.
–Drew!– Casi grite saltando –Me asustaste!–
–Lo siento Naty–
–Que sucede?–
–En realidad„ vamos a ir al cine unos
amigos de la facultad, me preguntaba si
quisieras ir con nosotros–
No tenia ninguna ansiedad por ir con el,
pero cuanto tiempo mas pensaba seguir
encerrada en mi casa por Sebastián? Era
solitaria, si lo era„ pero estar sola en
estos momentos no era igual de
placentero que unas semanas atrás, cada
vez que estaba sola no podía reprimir las
ganas de llorar, en público podía
contenerme todo lo que tuviera.
Estar sola era pensar, y mi cabeza
recordaba todos los momentos que viví
con el, era recordar mi estúpida obsesión
que controlo mi vida durante meses, era
recordarlo a el y recordar que ya no lo
podía tener.
Si salía, era seguro que no iba a
distraerme, cada minuto igualmente estaría
pensando en el, pero iba a intentar estar
con ellos aunque mi cabeza y mi corazón
estuvieran en otra parte.
–Seguro– dije lo más emocionada que pude,
Drew asintió con una mueca en sus labios.
Pase la siguiente semana intentando hacer
contacto con la gente, y todos se
extrañaban por eso. Sabían que era la
ultima persona que quería ir a una fiesta o
a pasar el rato con los amigos, pero
Lucero Herrera Princeton; Love Happens
118
ahora todos me veían intentando salir lo
mas posible„ aunque en realidad no era el
alma de la fiesta, pues iba a todos los
eventos posibles, pero siempre estaba ahí
como un cuerpo sin vida y distante.
Regresando de casa de una compañera, de
la cual nunca me entere de su nombre, subí
a mi contour rojo, la fiesta había
terminado pero estaba pensando en un
lugar público al que pudiera ir yo sola,
rodeada de gente para evitar llorar.
Todo el tiempo tenia ganas de llorar, cada
segundo del día intentaba reprimir una
mueca, un llanto o un ataque de locura.
Tocaron la ventana de mi auto, gire sin
mucha emoción pero al ver quien era me
quede sin aliento..
No podía ser cierto!
–Natalie, necesito hablar contigo– un
fuerte dolor me inundo.
–Que demonios haces aquí Lauren?–
–De acuerdo, supongo que me lo merezco–
contesto sin estar a la defensiva –pero,
por favor, déjame entrar antes de que
alguien vea–
–No, aléjate– dije, antes de encender mi
carro y dirigirme a casa.
Era, literalmente un peligro para el
transito y los peatones en ese momento
estando al volante, y era un milagro que
no atropellara a alguien estando tan
distraída como lo estaba.
Casi podía ver a un ángel y un demonio a
cada hombro diciéndome que hacer, una
Lucero Herrera Princeton; Love Happens
119
mitad mía (la destructiva) me estaba
diciendo que regresara por Lauren y le
rogara que me llevara con Sebastián„ y la
otra mitad„ en realidad quería lo mismo,
pero tenia la decencia de no admitirlo y
quedarse callada.
Llegue a mi casa, pero antes de entrar me
dirigí al jardín de atrás, donde aun estaban
los columpios con los que jugábamos
Lizy y yo cuando éramos niñas.
Me senté en uno, sin mecerme.
Sorprendentemente ningún pensamiento
habitaba mi cabeza.
Pude haberme quedado unos segundos, o
algunas horas y yo no me habría dado
cuenta. El punto es que desperté de nuevo
de mi alucine cuando Lizy me vino a avisar
que Lauren me esperaba dentro de la casa.
–Como sabias donde estaba?–le pregunte.
–Te vi llegar genio!– Rio –Quiere hablar
contigo–
Cuando pronuncio esas palabras, pensé en
una persona diferente a Lauren.
Entre a regañadientes a mi casa, y le
conteste groseramente y de mala gana
para ser honestos, que esperaba?
–Sabe el que estas aquí?–pregunte.
–No, no tiene ni idea, yo decidí venir–
–Porque?–
–Porque el esta infeliz, y es mi hermano–
alcé una ceja dudando, y retándola a decir
la verdad, hasta que sínicamente se rio.
–De acuerdo, a faltado a todas las citas, y
estamos perdiendo dinero, si tienes que
estar tu para que siga con la carrera, esta
bien, pero no quiero perde„–
Lucero Herrera Princeton; Love Happens
120
–Entiendo– la interrumpí, como podía hablar
de esa forma, era una desalmada –y porque
no vino el?–
–mmm por que creo que en este momento
esta tomando, y debe estar cayéndose de
borracho„ por ti, si puedo agregar–
–Porque no ha venido? y porque se fue?–
–No fue voluntariamente, esa noche Adam
lo encontró inconsciente en su habitación
y lo llevo así a LA–
–Que no es eso ilegal?–
–Demándame– me reto sonriente.
Como podían ser de esa forma con
Sebastián? No podía entender, después de
todo era su hermana, y Adam era su “mejor
amigo” de toda la vida. No merecían a
Sebastián, no, claro que no.
–y que hay con la otra chica?– pregunte
retante.
–Vittoria?, enserio no la reconoces?–
–No–
–Estas perdida! Es la actriz con la que va a
grabar para fox, no hay nada entre ellos,
y Sebastián apenas la soporta, ni siquiera
estaba en la habitación cuando la viste
semidesnuda–
Podía confiar en ella? Yo sabía la
respuesta, no. Pero el angelito y el diablo
en mis hombros estaban gritando al
insomnio “regresa con Sebastián”.
Antes de tomar cualquier decisión subí a mi
cuarto, yo sola, dispuesta a desarrugar el
único dibujo del amor de mi vida que había
guardado.
Que debía hacer? Era muy diferente pensar
en lo que debía hacer, y lo que quería y las
voces en mi cabeza me estaban empezando a
Lucero Herrera Princeton; Love Happens
121
preocupar, normalmente son una señal de
que te estas volviendo loco.
Minutos después subió mi hermana.
–Lauren se tubo que ir, pero te dejo el
nuevo numero de Sebastián, Adam lo
cambio–dijo apenada.
–Gracias–respondí con una sonrisa
forzada.
Mencione que estaba harta del drama?
Apenas me quede sola en mi habitación,
tome mi celular de entre las cosas
regadas, llevaba días apagado, apenas lo
prendí marque al buzón de voz.
Quince mensajes nuevos.
Suspire.
1 de mi papa
2 de Drew, 11 del número que Lauren me
acababa de dejar, y otro más de Ethan.
“Natalie, lamento tardarme en comunicar,
márcame a este numero 5547764003,
escuche todo lo que paso en las noticias,
lamento mucho no poder estar conti„” se
cortó.
Inmediatamente marque al numero que
indico en el mensaje, tardaron mucho en
contestar.
–Hola?–
–Ethan!– grite lo mas fuerte que pude. Dos
segundos después me arrepentí.
–Natt, te extraño tanto–
–Yo igual–
–cuales son las buenas nuevas?–
–Las malas dirás–dije tristemente.
Lucero Herrera Princeton; Love Happens
122
–Bueno, para ser honestos aquí no están
nada mejor– rio.
–y eso porque?–
–Falta de dinero–contesto apenado.
–Si pudiera te ayudaría, pero tengo apenas
para mi colegiatura– mientras decía eso,
realmente estaba pensando en si me
quedaría en la escuela, o no.
Todo lo que decía Lauren resultaba
incómodamente convincente, pero no podía
creerle. Aunque quería hacerlo con toda mi
alma, no podía. Solo agradecía que hubiera
venido ella en lugar de Sebastián, si lo
hubiera tenido frente a mi hubiera cedido
débilmente, por lo menos siendo Lauren
podía pensar las cosas con calma„ cosa
que también maldecía.
–Natt, estas ahí?–
–Si, disculpa Ethan, cuando nos vamos a
poder ver? Soy capaz de manejar diez
horas si es necesario–dije sonriente.
–No será pronto, estoy bastante lejos–
–donde estas?–
Tardo en contestar, bastante más de lo
normal, hasta que a regañadientes añadió –
Los Ángeles–
Se me hizo un nudo en la garganta.
–Natalie, me tengo que ir, de acuerdo?–casi
no estaba escuchando.
–Se te aprecia mucho, jamás lo olvides–
colgó antes de que pudiera contestar.
No tenia interés en escuchar los mensajes
de Drew o mi papa, y me lleve una terrible
decepción al ver, que todos los mensajes
que tenia del numero que me ido Lauren
eran de ella misma o de Adam explicándome
Lucero Herrera Princeton; Love Happens
123
lo sucedido de once diferentes formas,
pero antes de terminar de escucharlos,
abrieron la puerta de mi habitación.
Mi respiración se detuvo.
–No ya te habías ido?– pregunte molesta.
Era Lauren, de nuevo.
–Sabes que? Eres una hipócrita– replico
enojada.
–que?–
–Eres una hipócrita!–
–Si vas a insultar no tengo nada de que
hablar contigo–
–Cuanto tiempo mas vas a fingir que no haz
decidido ir con el?–
–De que estas„?–
–No juegues conmigo, de acuerdo? Si
quieres a Sebastián vas a regresar
conmigo a los Ángeles, si no te importa
que arruine y desperdicie su vida, puedes
seguir de hipócrita en tu escuelita de
segunda–
Ouch, era la única palabra, si es que es una
palabra, que se pasaba por mi cabeza, pero
no solo una vez, pues seguía resonando
con ganas de fastidiar repetidamente.
Como podía hablarme así? Quien se creía
que era? Ni siquiera estaba preocupada por
Sebastián, solo por su carrera„ aunque.
Después de toda tenia razón, yo si quería
regresar, y apenas había escuchado donde
se encontraba Ethan lo había decidido.
Me levante de la cama dispuesta a buscar
una maleta.
–Tienes razón„ cuando nos vamos?–
Lucero Herrera Princeton; Love Happens
124
Viaje sin escalas
La espera se me hizo interminable
mientras nos llamaban por el altavoz para
tomar nuestros respectivos vuelos.
Estaba temblando.
–Relájate! Ordeno Lauren, claramente
desesperada con mi actitud torpe e infantil
desde que salimos de mi casa.
Despedirme de Lizy había sido la parte más
dolorosa, y despedirme de mi papa, ya
desesperado por mis cambios repentinos,
había sido lo más difícil. Pero ahora me
encontraba en el aeropuerto esperando
para abordar el avión que me llevaría a los
brazos de Sebastián„ sin escalas.
“Pasajeros del vuelo 186 con destino a
California, el vuelo a sido retrasado hasta
Lucero Herrera Princeton; Love Happens
125
nuevo aviso, recuerden que hay salas de
entretenimiento en el aeropuerto, muchas
gracias”
No podía ser cierto! Llevaba casi una hora
sentada esperando abordar, bueno valía la
pena.
Lauren regresaba del sanitario, estaba muy
alarmada.
–Escuchaste eso?–
–Si, hasta nuevo aviso–respondí frustrada.
–y„ piensas esperar?–
La mire sorprendida, que otra opción
había?
–Realmente debes quererlo–contesto
finalmente, y comprendí.
Baje el rostro sonrojado.
Si era tan influyente y rica porque no
solucionaba esto? Porque tenia que
esperar con todos los demás para
abordar el avión? No podía simplemente
pedir un jet privado o algo parecido? Digo,
no me estaba quejando, de un modo u otro
iba a ir con Sebastián, pero me sorprendió
que Lauren, siendo quisquillosa como era,
no estuviera dando pataletas con la
recepcionista para que la dejaran
abordar.
Me quede dormida en uno de los sillones
del aeropuerto, no podía decir que era una
pesadilla, estaba soñando con Sebastián
después de todo pero el sueño no era de
mi agrado.
Estaba todo oscuro, en medio de la nada
alcanzaba a ver el cuerpo de Sebastián
llamándome, empecé a correr hacia el, lo
mas deprisa que podía pero nada era
suficiente, mis pulmones me dolían por el
Lucero Herrera Princeton; Love Happens
126
esfuerzo, pero parecía que no había
avanzado ni un solo metro. Comencé a
llorar y caí al suelo derrotada, cuando
levante la vista estaba el frente a mi. Se
veía molesto, no había articulado ni una
sola palabra, pero yo sabia que me estaba
reclamando, era por haberme rendido.
No tenia ni una sola palabra que decirle,
como podía excusarme de eso?
El sueño se fue sintiendo cada vez más
real, hasta que sentí la necesidad de
explicarme realmente con Sebastián, no el
de mis sueños, el que esperaba mí llegada
en California. Pero, que le iba a decir?
Como iba a ser el reencuentro? Una ola de
pánico me abatió.
Entre sueños escuche que llamaban por mi
nombre, me desperté al comprender, que
realmente me estaba hablando. Aun estaba
agitada.
–Natalie, despierta–
Me senté, aun dormitando en el sofá,
Lauren estaba desesperada por hacerme
reaccionar. Pase mis manos por el cuello,
y note que estaba sudando.
Recordé el sueño frustrada, que le iba a
decir?
Sentí deja vu y mi mente regreso a la firma
de autógrafos hacia meses en West Virginia,
recordé estar formada con otras
trescientas fans y la única frase que
resonaba en mi cabeza era esa„ que le iba a
decir?
Luego recordé lo mal que habían salido
las cosas ese día y me entristecí.
Lauren seguía tratando de llamar mi
atención, hasta que me volví hacia ella y
respondí.
–que pasa Lauren?–
Lucero Herrera Princeton; Love Happens
127
Me dio el teléfono que tenia en sus manos
y se fue sin decir palabra alguna.
Sin tener idea de quien era, pregunte con
toda seguridad„
–quien es?–
La voz en la otra línea me erizo la piel.
Bien, el momento había llegado, pero
seguía sin idea de que le iba a decir.
–No puedo creerlo– respondió.
No había reproche en su voz, solo alegría,
y nervios. Exactamente igual que yo.
–Hola extraño–bromee.
Se escucho una risa llena de dicha e
incredulidad por el otro lado. Sonreí a mi
misma, pero deseando que el pudiera ver
esa sonrisa, le pertenecía a el, el la había
causado y probablemente el seria la única
razón de mis alegrías durante un buen
tiempo. Podía vivir con eso.
–Es verdad?–pregunto esperanzado.
No necesitaba decir nada, yo sabía a que se
refería.
–Si, voy hacia Los Ángeles– Concluí.
No había nada más que decir sobre el
asunto por el momento.
El tiempo se me paso muy rápido hablando
con Sebastián en el teléfono
Ninguno de los dos quisimos tocar el tema
de su partida, ni el engaño. Aun no era el
momento, ya abría tiempo para amargarnos
cuando estuviera en Los Ángeles y no
pudiera dar marcha atrás. Ahora lo único
que importaba era que íbamos a estar
juntos, eso y nada mas.
Lucero Herrera Princeton; Love Happens
128
Antes de darme cuenta ya nos estaban
hablando para abordar el avión, me levante
de mi asiento y salí corriendo hacia la
puerta de abordaje, como una niña chiquita
entrando por primera vez a un parque de
diversiones.
Cuando me gire para mirar a Lauren, vi que
estaba poniendo los ojos en blanco.
Todo el camino de regreso no pude hablar
por teléfono con el, Lauren me sugirió que
me calmara y me animo a tomar un vaso de
vino.
Nunca antes había tomado en mi vida, no
sabía que reacción tendría en mí al hacerlo.
Me anime dado que nada mas me podía
calmar y rápidamente termine con mi vaso
de un trago.
–Calma! No quieres llegar borracha a ver a
Sebastián, relájate ya, me están dando
ganas de lanzarte por la ventanilla– Reí
por lo bajo.
Me dirigí hacia el baño, al cerrar la puerta
abrí la llave del agua y moje mi cara y
cuello de una sola vez. Comencé a
masajear mis hombros y mi sien en un
desesperado intento por relajarme.
Vi mi patética imagen en el espejo y por
milésima vez me pregunte que fue lo que
Sebastián había visto en mí. Aun no lo
comprendía y me dolía la cabeza de tanto
darle vueltas al asunto. Al final decidí que
fuera lo que fuese simplemente iba a
agradecer y aprovecharlo mientras durara.
Amaba a Sebastián con todas las fuerzas
que mi débil corazón me lo permitía y yo
sabia que de alguna forma, y por alguna
razón no aparente el también me amaba a mi.
Lucero Herrera Princeton; Love Happens
129
Mi pulso se empezó a acelerar, puse mi
mano en el corazón en un intento de que
este no saliera de su lugar.
–De verdad crees que te ama?–escuche una
voz poco legible.
Automáticamente me volví para ver de donde
provenía, pero no había nadie.
–Teniendo miles de mujeres mejores que tu,
porque crees que Sebastián Kanes te quiere
a ti?
La voz continuaba resonando. Provenía de
mi cabeza. Ahora si podía decir con toda
confianza„ que me había vuelto loca.
Salí del sanitario y me dirigí rápidamente a
mi asiento, estaba aturdida y con miedo a
haber perdido la cabeza.
La voz que escuche había sido tan clara„.
Parecía que había alguien mas conmigo en
la habitación, parecía tan real.-
Intente quedarme dormida, pero no pude,
faltaba aun medía hora para llegar y cada
minuto que pasaba pensando en las voces
en mi cabeza se me hacia eterno.
No me preocupaba haber escuchado las
voces, me preocupaba lo que decían.
De verdad crees que te ama? Eso no estaba
a discusión, yo sabia que si, ya me lo había
demostrado antes.
Sabia que aquellas voces venían de mi
inconsciente, salían de mi propia cabeza,
pero por mas que las repetía no me podían
convencer de que Sebastián no me amaba,
simplemente no podían„
Lucero Herrera Princeton; Love Happens
130
El vuelo aterrizo y me sentí aliviada de
poder moverme al fin.
Salí al lado de Lauren y al cruzar la
puerta lo primero que vi fue a Sebastián„
esperando por mí.
Sonríe y me balancee sobre el corriendo,
al alcanzarlo salte encima de el y el me
cargo adivinando que es lo que iba a hacer.
Lo abrace.
Lo abrace tan fuerce que pude haber
lastimado a alguien, estaba feliz.
Sin bajarme de el ni zafarme de su abrazo
me aleje un poco para verlo al rostro,
quería asegurarme de que estaba con el.
Y así sin más me beso.
Era mejor de lo que recordaba, parecía
que en la habitación solo estábamos el y
yo, yo no tenia conciencia de nada mas y
parecía que el tampoco.
Cuando nos alcanzo Lauren tome
conciencia que no estábamos solos y me
baje con el rostro ruborizado de la pena.
Había un grupo de gente viéndonos con
extrañeza y reconocimiento. Me limite a
agachar la cabeza, sentí la mirada de
Sebastián en mi y lo abrace. De nuevo„ no
me cansaría rápido de hacerlo.
Nos fuimos en el auto en la parte de atrás,
el y yo solos. Pero no dijimos una sola
palabra, recuerdo me iba abrazando y
besando cada vez que podía, y siempre que
volteaba a verlo tenía una sonrisa de
satisfacción en su rostro.
Al llegar a su casa me quede sin habla.
Era una mansión digna de una estrella de
Hollywood, eso era obvio pero verla con
mis propios ojos y el estar ahí fue
extraño.
Lucero Herrera Princeton; Love Happens
131
En la entrada había una reja de dos metros
sobre el piso, innumerables cantidades de
áreas verdes en cada lado de la reja, y
del camino que conducía hasta la entrada.
La casa era blanca en su totalidad a
excepción de aquellas enormes ventanas
relucientes que dejaban ver una
decoración roja y negra dentro de la
sala de estar. Me pregunte cuantas salas
de estar como aquella había en toda la
mansión.
En el patio había un garaje con puerta
cerrada, pero fuera de este había dos
carros estacionados, no se muy bien de
autos, pero reconocí la Hummer Blanca y
el otro auto convertible parecía un
clásico.
No me concebía a mi misma viviendo en una
casa así, no podría, aquello era
demasiado. Fuera había una piscina de
proporciones Olímpicas, que parecía en
realidad, estaba solo de decoración, ,
decenas de áreas verdes con fuentes
brillantes, con rosales bien cuidados, con
el tipo de atención que una persona
normal no tiene el tiempo para aplicar a
sus jardines, una piscina mas chica en el
patio, con propio mini bar y sillas para
asolearse, al lado de una puerta
reluciente de vidrio que dejaba ver una
sala de juegos, entre ellos alcance a ver
un pool, una maquina de “the house of dead”
y una maquina simuladora de motocross.
Fue todo lo que alcance a percibir al
llegar, pero sabía que debía haber
Lucero Herrera Princeton; Love Happens
132
muchísimo más. Y mientras comprendí por
que Sebastián no estaba dispuesto a dejar
aquella vida por estar conmigo. Por que a
pesar de todo me insistía para que fuera
con el a su hogar.
El auto se detuvo y pensé en bajar
inmediatamente, pero Sebastián me tomo del
brazo y me lo impidió. Cuando Lauren bajo,
y con ella los empleados cargados de sus
maletas, el auto volvió a arrancar.
Sebastián reía como niño chiquito,
terminando de hacer alguna travesura. No
pude evitar sonreír al verlo así.
–Que pasa?–pregunte.
–Vamos a otro lugar, donde podamos estar
solos–contesto. Sonreí más abiertamente
ante esa idea.
El auto nos dejo en otra casa, solo a
unos metros de la playa, era de una sola
habitación, pero estaba bastante amplia y
bien iluminada, con pisos de madera y
ventanas en cada una de las paredes que
abarcaban todo lo ancho de estas. Me
sentía más cómoda ahí.
Estábamos acurrucados en uno de los
sillones, sin ninguno decir una palabra,
aunque no era un silencio incomodo, era
mas bien la paz absoluta después de la
tormenta.
El desastre ya lo habíamos sobrevivido
los dos al sepáranos, ahora no podíamos
desperdiciar el momento de tranquilidad
Lucero Herrera Princeton; Love Happens
133
correspondiente a eso. Jamás me había
sentido tan bien.
Alce mi rostro para besarlo, el único
detalle para hacer el momento perfecto.
Me aleje y suspiré acercando mas mi
cuerpo hacia el.
–Porque regresaste?–pregunto
sorpresivamente el.
Sentí que algo se rompía dentro de mi, a
que se refería con eso? Acaso no me
quería ahí con el? No era„
–No lo tomes a mal, por favor, me alegra!
Pero quiero saber que te hizo cambiar de
opinión–respondió.
Suspire aliviada y rio. Me conocía bastante
bien.
–Yo quería hacerlo, en ningún momento me
quise alejar de ti, pero cuando pensé que
me habías engañado„ sabía que tenía que
hacerlo–
–Pero yo no te engañe–comenzó.
Los dos callamos durante otro momento.
De repente el rompió el silencio de nuevo
para susurrarme –Te amo–al oído.
–Lo se– sonreí complacida, viéndolo
directamente a los ojos.
–El no te ama, puedes ser tan egocéntrica
como para pensar lo contrario?– escuche
de nuevo aquella voz del avión. Me levante
asustada rápidamente. El me imito, al ver la
expresión en mi rostro se alarmo.
–Que sucede?–pregunto.
Es solo que„ Nada–concluí. Y sonreí
acercándome para besarlo nuevamente.
No iba a dejar que esa voz, fuera lo que
fuese me arruinara mis momentos con
Sebastián, no podía.
–Te amo–le dije.
Lucero Herrera Princeton; Love Happens
134
Bueno, no era todo perfecto, recordé, aun
había algunos asuntos pendientes de que
hablar.
–Así que, quien era aquella chica? –
Comencé.
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