11 discipular lideres espirituales
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Lección 11
TEXTO CLAVE
“En aquellos días él fue
al monte a orar, y pasó
la noche orando a Dios.
Y cuando era de día,
llamó a sus discípulos, y
escogió a doce de ellos,
a los cuales también
llamó apóstoles”Lucas 6:12-13
INTRODUCCION
1. La elección de líderes.
2. El conocimiento intelectual del líder.
3. La experiencia espiritual del líder.
4. Las cualidades morales del líder.
5. El líder de éxito.
AUNQUE JESÚS SIEMPRE se mantuvo activo en su obra de hacer discípulos, reconocía que su jornada terrenal era corta. Por lo tanto, se concentró en entrenar a discípulos para que continuaran la obra después de que él se fuera. Era tanto su Señor Maestro como su Señor Entrenador. Aunque enseñar y entrenar están relacionados, enseñar generalmente se refiere a la comunicación de conocimiento, mientras entrenar sugiere la formación o la calificación por medio de la práctica y la disciplina.
“En aquellos días él fue al monte a orar, y pasó la noche orando a Dios. Y cuando era de día, llamó a sus discípulos, y escogió a doce de ellos, a los cuales también llamó apóstoles” (Lucas 6:12-13)
Jesús mismo escogió el modelo de organización para la Iglesia: “Y él mismo constituyó a unos, apóstoles; a otros, profetas; a otros, evangelistas; a otros, pastores y maestros, a fin de perfeccionar a los santos para la obra del ministerio, para la edificación del cuerpo de Cristo” (Efesios 4:11-12)
Aunque todos los creyentes somos iguales, no todos tenemos las mismas responsabilidades.
Dentro de esta organización, cada uno debe fortalecer a la Iglesia según el cometido que Dios le ha asignado.
La estadía terrenal de Cristo fue relativamente corta. Por lo
tanto, adiestrar discipuladoresera imperativo.
¿Quiénes debían ser elegidos? Los discípulos de Jesús sin duda
eran centenares. ¿Debían todos recibir una
educación masiva? Cristo comprendió que el
liderazgo era cultivado con efectividad en grupos
pequeños, y no en masa por medio de conferencias.
Un número limitado sería escogido para la clase de
graduados iniciales.
¿Qué es necesario para que un creyente pueda ser líder de la Iglesia?
ELECCIÓN
• Por medio de la oración, Dios elige a los líderes.
CAPACITACIÓN
• Dios capacita a los líderes con los dones espirituales necesarios para la realización de sus funciones.
INSTRUCCIÓN
• La Iglesia debe instruir a los líderes para que puedan realizar su liderazgo con la máxima eficacia posible.
“En aquellos días él fue al monte a orar, y pasó la noche orando a Dios. Y cuando era de día, llamó a sus discípulos, y escogió a doce de ellos, a los cuales también llamó apóstoles” (Lucas 6:12-13)
Los doce apóstoles retuvieron la identidad de ser los más
estrechamente vinculados a Jesús; llevaban la mayor responsabilidad y,
por lo tanto, requerían un entrenamiento y un compromiso más
intensos. Esta disposición señala con claridad
una estructura organizativa intencional entre los primeros cristianos.
Dentro de esa organización, Cristo invistió espiritualmente a los líderes con las capacidades y la educación
proporcionales a las tareas asignadas.
REFLEXION
Piensa en las
implicaciones del
tiempo que pasó Jesús
en oración.
¿Qué debería decirnos
esto acerca de nuestra
vida de oración?
¿Cómo te ayuda la
oración?
“Así dijo Jehová: No se alabe el sabio en su sabiduría, ni en su valentía se alabe el valiente, ni el rico se alabe en sus riquezas. Mas alábese en esto el que se hubiere de alabar: en entenderme y conocerme, que yo soy Jehová, que hago misericordia, juicio y justicia en la tierra; porque estas cosas quiero, dice Jehová” (Jeremías 9:23-24)
El conocimiento intelectual es bueno y deseable para un líder espiritual, pero no imprescindible.
El conocimiento imprescindible en un líder espiritual es el conocimiento bíblico, afirmado y dirigido por el Espíritu Santo.
“Mas el Consolador, el Espíritu Santo, a quien el Padre enviará en mi nombre, él os enseñará todas las cosas, y os recordará todo lo que yo os he dicho”(Juan 14:26)
Lee Juan 16:7 al 14. ¿Qué dice Jesús aquí
que nos ayuda a comprender cuán
limitado es el conocimiento
intelectual para comprender y
experimentar el verdadero
cristianismo?
El conocimiento bíblico junto con el Espíritu de Dios constituyen la combinación espiritual que transforma a las personas y a las socie-dades. El discipulador necesita esforzarse, con fe y estudio, por tener ambos elementos. El cristianismo tiene en alta estima la inteligencia, el pensamiento y la imagina-ción. La existencia de pensamiento razonado en todas las Escrituras, el tremendo respeto ofrecido a los maestros dentro del judaísmo, la invalorable atención que los escribas dedicaban a conservar los escritos antiguos, todo testifica de la importancia del conocimiento.
ESTUDIO DE LA BIBLIA ESPIRITU DE DIOS
La existencia de las Escrituras contrarresta esta fascinación por la experiencia. La experiencia sin el conocimiento llega a ser un misil sobrecargado y sin dirección. Inversamente, el conocimiento sin experiencia está muerto o llega a ser legalista. Los verdaderos líderes cristianos comprendieron la necesidad de cultivar ambos elementos tanto en ellos mismos como en aquellos a quienes están discipulando.
PEDRO Y JUAN PABLO Y BERNABE
“No hay nada que esté mejor calculado para
vivificar la mente y fortalecer el intelecto que el
estudio de la Palabra de Dios. Ningún otro libro es
tan potente para elevar los pensamientos, y dar
vigor a las facultades, como las amplias y
ennoblecedoras verdades de la Biblia. Si la Palabra
de Dios fuera estudiada como debiera serlo, los
hombres tendrían una amplitud de opiniones, una
nobleza de carácter y una estabilidad de propósito
que rara vez se ve en estos tiempos. La búsqueda
de la verdad recompensará a cada paso al que ande
tras ella; cada descubrimiento abrirá campos más
ricos para su investigación”
E.G.W. (Consejos para los maestros, cp. 65, pg. 444)
REFLEXION
Piensa en todas las
buenas razones que
tienes para tu fe.
Al mismo tiempo,
¿qué lugar ha jugado
la experiencia?
¿Por qué necesitamos
ambas?
“Pero a vosotros los que oís, os digo: Amad a vuestros enemigos, haced bien a los que os aborrecen; bendecid a los que os maldicen, y orad por los que os calumnian” (Lucas 6:27-28)
Con la ayuda del Espíritu Santo, el líder espiritual debe tener una experiencia personal con Cristo para poder liderar a la Iglesia y llevar a otros a vivir este tipo de experiencia salvífica.
Para evitar ser “ciegos guías de ciegos” (Mt. 15:14), debemos mantener un equilibrio entre el conocimiento y la experiencia.
“La fe no se manifiesta en emociones o sentimientos; por el contrario, los pensamientos y las emociones deben ser probados por la Palabra”
(E.G.W., The Bible Echo, 11/6/1894)
El amor, el perdón u otras cualidades espirituales no pueden aprenderse a través del intelecto humano.
El conocimiento espiritual es indispensable para la transformación espiritual.
Cristo mismo era considerado como el Señor Maestro. En medio de aulas abiertas a orillas del mar, en las montañas y entre las maravillas creadas por Dios, Cristo diseminaba conocimiento
transformador. El Espíritu Santo despertaba conciencias antes cauterizadas para
aceptar estas verdades. El hacer discípulos es incompleto sin experiencia, pero la
experiencia debe ser dirigida por el conocimiento.
Los discipuladores del siglo XXI deben relacionarse completamente con las Escrituras, la fuente de la información espiritual auténtica. Del mismo modo, deberían diseminar doctrinas y enseñanzas sin
tomar en cuenta si son populares o convenientes. Dios espera que los creyentes maduros no retengan nada y guíen
con paciencia a los conversos infantes a una comprensión y aprecio, siempre en expansión, de las maravillosas verdades del cristianismo que transforman las vidas, especialmente la verdad
presente de los mensajes de los tres ángeles.
REFLEXION
Al fin, una combinación
de conocimiento y
experiencia produce un
amor abnegado, y este
será la fuerza más
poderosa que pueda
poseer cualquier
discipulador.
“Llevad mi yugo sobre vosotros, y aprended de mí, que soy manso y humilde de corazón; y hallaréis descanso para vuestras almas” (Mateo 11:29)
La mansedumbre y la humildad son imprescindibles para que el Espíritu Santo pueda moldear nuestras vidas, haciéndonos líderes aptos para dirigir al pueblo de Dios.
El que no está dispuesto a humillarse ante Dios, no podrá ser ensalzado por él a un puesto de liderazgo (1ª de Pedro 5:5)
“Si los educados y nobles no querían hacer la obra para la cual estaban preparados, Cristo iba a elegir hombres que serían obedientes y fieles en hacer su voluntad. Eligió a hombres humildes y los relacionó consigo, a fin de que pudiese educarlos para que llevasen adelante por toda la tierra la gran obra cuando él la dejase” (E.G.W., Consejos para los maestros, cp. 73, pg. 498)
“Buscad, pues, hermanos, de entre vosotros a siete varones de buen testimonio, llenos del Espíritu Santo y de sabiduría, a quienes encarguemos de este trabajo” (Hechos 6:3)
Cuando se eligió al sucesor de Judas, o a los diáconos, los dirigentes de la Iglesia perfilaron las características de los nuevos líderes espirituales (Hechos 1:21-22; 6:3)
1. Tener una experiencia personal con Jesús.
2. Dejarse guiar por el Espíritu Santo.3. Recibir sabiduría de lo alto.
LO QUE JESÚS DEJÓ
Las siguientes genera-ciones dieron testimo-nio del éxito de los es-fuerzos anteriores. Siempre que estos generan resultados duraderos, deberían estudiarse y repetir-se los principios sobre los que se basan esas realizaciones. ¿Produ-jeron resultados impor-tantes los métodos queCristo usó para hacer discípulos?
Por supuesto que sí. Cambiaron al mundo. En realidad, ninguno de nosotros estaríamos leyendo esta Guía de Estudio de la Biblia más de dos mil años más tarde si no fuera por el éxito de Cristo al entrenar a los líderes de la iglesia primitiva.
EL CRISTIANISMO DEL SEGUNDO SIGLO
Lee Hechos 1. ¿Qué nos muestra este primer capítulo, en la formación de la iglesia primitiva, sobre la necesidad de líderes ordenados por Dios? ¿Qué buscaban en un líder? (Ver el vers. 22.) ¿Cuáles de estas características tendríamos que tener en cuenta en nuestra búsqueda de buenos líderes?
“Desde su ascensión, Cristo ha llevado adelante
su obra en la tierra mediante embajadores
escogidos, por medio de quienes habla aún a los
hijos de los hombres y ministra sus necesidades.
El que es la gran Cabeza de la iglesia dirige su
obra mediante hombres ordenados por Dios para
que actúen como sus representantes.
La posición de aquellos que han sido llamados
por Dios para trabajar en palabra y en doctrina
para la edificación de su iglesia, es de grave
responsabilidad. En lugar de Cristo han de
suplicar a los hombres y mujeres que se
reconcilien con Dios; y pueden cumplir su misión
solamente en la medida en que reciban
sabiduría y poder de lo alto”
E.G.W. (Los hechos de los apóstoles, pg. 289)
El
Discipulado
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