1. pies de cierva en las alturas, 13 de julio, 2013
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PIES DE CIERVA EN LAS ALTURASHannah Hurnard
Una condensacin deJavier C Bravo Magaa
conGabriel Zaliv Aquique y Helena Bravo
javiercbravo@gmail.com
PUBLICACIONES DE LA IGLESIA CRISTIANACIUDAD SIN TEMPLONotas biogrficas para mis nietos2013.1
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PIES DE CIERVA EN LASALTURAS
Hannah HurnardUna condensacin de
Javier C Bravo Magaacon
Gabriel Zaliv Aquique y Helena Bravo
Villa de Alvarez, Colima13 de julio, 2013
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I. EL VALLE DE LA HUMILLACION1. Se cuenta en este cuento cmo Muy Miedosa escap
de sus parientes, los Temores, y se fue a vivir al Reino de
las Alturas en donde tambin viva el Pastor, y en donde
el amor perfecto echa fuera el temor. I Jn 4.182. Muy Miedosa ya llevaba muchos aos trabajando para
el Pastor Principal, que apacentaba sus rebaos en el
Valle de la Humillacin. Viva con sus compaeras,
Misericordia y Paz, en una casita blanca, en el pueblo deMuchos Temblores, y amaba mucho al Pastor a quien
serva. Hubiera querido servirle mejor, pero estaba
consciente de que tena ciertos impedimentos que le
estorbaban en su trabajo y cuando estaba a solas sufra y
se avergonzaba por causa de ellos.
En primer lugar, sus deformes pies le producan una
cojera que con frecuencia la haca tropezar cuando
desempeaba su trabajo. En segundo lugar, tena la boca
torcida a tal grado que, por una parte, le impeda hablar
con claridad, y por la otra, le converta la cara en una fea
mueca. Saba que estos defectos seguramente les
causaran asombro y ofensa a los que saban que
trabajaba para el Pastor. Hubiera querido que alguien la
liberara y la transformara en una persona sin defectos,
hermosa, simptica y fuerte, como muchos que
trabajaban para el Pastor. Y sobre todo, hubiera querido
ser como el Pastor mismo. Pero pensaba que no haba
liberacin posible para ella, y que sus defectos iban a
seguir echando a perder el trabajo que haca para el
pastor.
En tercer lugar, y sobre todo, tena el grave defecto de
pertenecer a la familia de los Temores, de los cuales no
poda escapar porque vivan por todas partes del Valle.
Era hurfana, y la haba criado y viva con su ta, la
seora Aprehensiva, y con sus primos, Depresin,Rencor y Temor Cobarde.
3. Como la mayora de los que vivan en el Valle de la
Humillacin, los Temores tambin odiaban al Pastor, y
para ellos era una afrenta que Muy Miedosa trabajara
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para l. Se haban echado a cuestas la tarea de hacerla
volver al buen camino, y con ese propsito la
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buscaban, la atosigaban, la acosaban y la perseguan
constantemente para exigirle que dejara el servicio del
Pastor y se casara con Temor Cobarde.
Un da, todo el da, le haban exigido una vez ms que se
casara con l. Finalmente le haban dicho que los iban a
casar, punto, aunque ella no quisiera. Muy Miedosa
nunca haba aprendido a oponerse a ellos ni a
simplemente ignorarlos y cuando se fueron, slo puedo
acurrucarse horrorizada en el suelo y repetir una y otra
vez que por nada del mundo la haran casarse con Temor
Cobarde.
Despus de un rato, se dio cuenta de que era la hora en
la que el Pastor llevaba a su rebao al abrevadero, junto
a una hermosa cascada y estanque en las afueras del
pueblo. Muy Miedosa tena el hbito de ir all todas lasmaanas para encontrarse con l y recibir sus rdenes e
instrucciones para ese da, y luego, otra vez en la tarde,
para darle cuenta del trabajo realizado. Hacia all se
encamin con la intencin de platicar con l y pedirle
ayuda. Era la hora dorada de la tarde cuando Muy
Miedosa lleg al abrevadero y sin tardanza le hizo saber
su problema.
4. Qu hago? le pregunt, No quiero que me obliguen
a casarme con Temor Cobarde. Ya tengo suficiente con
ser Muy Miedosa y de ninguna manera quiero adems ser
La Seora Muy Miedosa de Temor Cobarde para toda la
vida. Qu hago, cmo puedo escaparme de tan atroz
futuro?
No tengas miedo, Muy Miedosa, le respondi el Pastor
con voz amable y cariosa. T ests a mi servicio y
nadie te va a obligar a casarte con nadie. Pero confa en
m. Luego, en el mismo tono amable y carioso, le dijo:
No deberas ponerle atencin a lo que digan los
Temores. Que no sabes que son enemigos de mi Padre
el Rey, para quien t trabajas?"
El da comenzaba a entrar en su crepsculo. Ms all del
ro, las montaas, como una gran barrera, comenzaban a
teirse de rojo, y los profundos caones y caadas sellenaban de sombra intensa y misteriosa. S, contest
Muy Miedosa. pero no puedo resistirlos, ni
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19.6 La cuarta cosa que aprend, dijo con la cararadiante, es en realidad la primera que aprend aqu, en
Las Alturas. Toda circunstancia de la vida, no importa
cun torcida, deformada y fea parezca, si se responde a
ella con amor, perdn y obediencia a tu voluntad puede
ser transformada. Por lo tanto, comienzo a pensar, mi
Seor, que es a propsito que t permites que nos
encontremos con esas cosas malas y malvadas que t
quieres cambiar. Quizs sea esa la verdadera razn por
la que estamos en el mundo en donde abundan el
pecado, el dolor, el sufrimiento y la maldad, para que tedejemos ensearnos cmo responder, y como crear
hermosas cualidades para vivir para siempre. Esa es la
nica y verdaderamente satisfactoria manera de tratar
con el mal y la maldad; no simplemente atar el mal e
impedirle que cause dao, sino siempre que sea posible,
derrotarlo con el bien. (19.6, 241-242)
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19.7Por fin, el Seor habl. Aprendiste bien la leccin,Gracia y Gloria. Ahora le voy a agregar una cosa ms. En
estas lecciones que aprendiste est el secreto que hizo
posible que te cambiara de Muy Miedosa, la coja y
deformada, en Gloria y Gracia, la de los Pies de Cierva.
Ya puedes correr y saltar por las montaas y seguirme a
dondequiera que yo vaya, para que nunca nos volvamos
a separar.
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ignorarlos, ni escaparme de ellos. Son demasiado
fuertes, estn por todas partes, y despus de sus
amenazas no voy a querer ni asomarme a la ventana por
miedo de que me secuestren y me obliguen a ser la
infeliz esposa de Temor Cobarde. Y mirando hacia las
montaas, exclam: Ah, quin pudiera vivir en Las
Alturas. Quin pudiera escapar del Valle de la
Humillacin y vivir all, en donde ni ellos ni nadie
pudieran ya mortificarme, ni apoderarse de m.
Ms tard en decirlo que el Pastor en responderle: Por
fin, Muy Miedosa, escucho lo que tanto tiempo he
querido escuchar. Yo tambin creo que sera mejor parati vivir en Las Alturas, en las Altas Moradas de mi Padre,
donde yo vivo tambin. Y si confas en m, yo estoy muy
dispuesto a llevarte all, al Reino de mi Padre, que es el
Reino del Amor. A ningn Miedo ni Temor se le permite
vivir en el Reino, porque El Amor Perfecto echa fuera el
temor. I Jn 4.18
5. Muy Miedosa lo mir con muy grandes ojos. Ir a Las
Alturas, al Reino del Amor? Ojal pudiera. Es algo que
siempre he querido, pero- Muy miedosa hizo una pausa
profunda y penosa, y luego mirando sus deformes pies,
complet su pensamiento: Pero soy demasiado fea, coja
y deforme. No podra subir a Las Alturas por esas
escarpadas montaas. Me han dicho que slo los ciervos
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pueden andar en esas alturas, y yo no tengo pies de
cierva. Y rompi a llorar, con llanto silencioso y
abundante.
Es verdad que la subida a Las Alturas es muy difcil y
peligrosa, dijo el Pastor. Pero as tiene que ser para que
ningn enemigo del Amor pueda subir e invadir el Reino.
Nada manchado, nada imperfecto, nada sucio tiene
entrada en el Reino de mi Padre. Ap 21.27 Por eso se
necesitan pies de cierva, como los mos. Yo puedo saltar
sobre los montes y brincar sobre los collados con la
mayor facilidad y con el ms grande placer. Y luego,
mirndola con una mirada amable cariosa, le dijo: Si
quieres, y si confas en m, yo puedo hacerte pies como
de cierva, y llevarte yo mismo a Las Alturas. As podras
servirme mejor y estaras fuera del alcance de todos tus
enemigos. All, dijo con la misma sonrisa amable y
cariosa, ya nunca ms tendras nada qu ver con
Temor Cobarde.
46. Hacerme pies como de cierva? repiti Muy Miedosa
casi con incredulidad. Cmo es posible? Qu diran los
habitantes de Las Alturas cuando me vieran llegar, fea,
lisiada y deforme, si en Las Alturas no se admite nada
manchado ni imperfecto? Es verdad, contest el
Pastor, que no poda mentir, Pero si ests dispuesta a ir
conmigo, yo no slo te ayudara para que tuvieras pies
como de cierva; sino que, all arriba, mientras ms te
acercas a las verdaderas alturas, el aire es fresco y
vigorizante, y fortalece todo el cuerpo; hay tambin
corrientes de agua que tienen maravillosas virtudes
curativas, y a todo el que se baa en esas aguas se le
desaparecen todas sus manchas y deformidades. Pero
todava hay otras cosas que tengo que decirte. No
solamente te hara pies como de cierva; tambin tendra
que darte un nuevo nombre, porque de la misma manera
que ninguno de los Temores puede entrar, sera
imposible que una Muy Miedosa entrara al Reino. Pero si
te doy un nombre nuevo, tambin tengo que cambiarcompletamente tu manera de ser, y hacerte como el
nuevo nombre que recibiras al convertirte en ciudadana
del Reino. Ests dispuesta a tener pies como de cierva y
a llegar a ser como tu nuevo nombre?
7. Estoy dispuesta, contest Muy Miedosa. Pues
entonces, dijo el Pastor, con una grave sonrisa, hay
otra cosa que debo decirte. A nadie se le permite vivir enel Reino del Amor si el rbol del Amor no est dando
flores en su corazn. A ti ya te plantaron la semilla del
Amor en el corazn? Ro 5.5 Muy Miedosa mir los ojos
del Pastor, y supo que l la estaba examinando hasta lo
ms profundo, y que la conoca mejor que lo que ella se
conoca a s misma. No supo qu decir, pero sigui
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mirndolo a los ojos, y entonces se dio cuenta de que los
ojos del Pastor eran como un espejo en el que poda
verse a s misma y ver lo que el Pastor vea en ella. Y lo
que vio en los ojos del Pastor fue su propio corazn
como el Pastor lo vea. Despus de una larga pausa,
contest: Lo que veo en mi corazn, es otra flor. Esa
otra flor es el gran anhelo de conocer el gozo del amor
humano; el deseo de amar y ser amada, de amar con un
amor supremo a alguien que tambin me ame de la
misma manera. Pero creo que aunque ese amor natural
es bueno, no es el Amor del que t hablas
verdad? Por lo menos, no se parece en nada al Amor
que veo en tus ojos. Mt 19.1293
haba sido tentada a dejar de creer en las promesas del
Seor. (15.5) Luego record la catarata de Marah, (15.17)y la tumba entre la niebla, entre las cimas de las
montaas, en donde haba sido atada al altar. (16.3-4)Cuando comenz su viaje, no habra podido imaginarse
todo lo que la esperaba y todas las cosas por las que
tena que pasar por causa de su llamado. Pas, pues, unlargo tiempo en silencio, en ese recuerdo asombroso y
agradecido. Por fin, puso su mano en la del Seor y le
dijo quedamente: Seor, te voy a decir lo que aprend.
Dime, pues, le contest el Seor.
19.4Primeramente, aprend que debo aceptar con gozotodo lo que t permitiste que me sucediera durante el
camino, y todo aquello a lo que el camino me llev; que
no debera nunca tratar de evadirlo, sino aceptarlo y
poner mi propia voluntad sobre el altar y decirte: He
aqu, yo soy Acepto con Gozo, tu pequea sierva, Seor.
(6.9) El asinti con la cabeza, sin hablar, y ella continu:Tambin aprend que debo soportar todo lo que a otros
les ha sido permitido hacer contra m, y perdonarlo sin
ninguna amargura ni rencor; y decirte: He aqu que soy
Soporto con Amor, tu pequea sierva, Seor para as
recibir el poder de sacar bueno de lo malo. (10.2-4) Otravez, l asinti con la cabeza, y ella sonri con mayordulzura y felicidad.
19.5 La tercera cosa que aprend fue que t, Seor,nunca me viste como en verdad era, coja, deforme y
cobarde. Siempre me viste como sera cuando hubieras
hecho en m segn tus promesas y me hubieras trado a
Las Alturas, en donde, se podra decir con toda verdad:
No hay ninguna que camine con esa ligereza de reina, nicon esa gracia, como ella. Siempre me trataste con el
mismo amor y gracia, como si fuera ya una reina, y no la
pobre y desdichada Muy Miedosa. (12.5) Entonces, lomir a la cara, y por un breve momento no pudo decir
nada ms; pero finalmente, agreg: Seor: no puedo ni
decirte cunto anhelo ver a los dems de la misma
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manera en que siempre me viste t. Una hermosa
sonrisa apareci en la cara del Seor, pero no dijo nada
todava; slo asinti con la cabeza por tercera vez y
esper a que ella continuara.
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19.1Gracia y Gloria, le dijo el Seor, t crees que yahayas entendido cmo me fue posible darte Pies de
Cierva y traerte a Las Alturas? Ella se acerc ms al
Seor, y mirndolo con seriedad y propsito, le
pregunt: Cmo lo hiciste, Seor y Rey?
19.2El le contest: Piensa en el viaje que hiciste hastaaqu, y dime qu lecciones aprendiste en el camino. Ella
estuvo un tiempo en silencio, recordando los detalles de
toda aquella travesa que le haba parecido
insoportablemente larga y en algunos lugares cruel,
difcil y hasta imposible. Record los altares que haba
levantado a lo largo del camino; el da en que habahablado con l en el Valle, cuando la haba llamado a
seguirlo a las Alturas. Record cmo haban caminado
hasta el pie de las montaas;) su primer encuentro conPenas y Dolores y cmo haba aprendido a aceptar su
ayuda; record el sobresalto que haba sentido al darse
cuenta del doloroso rodeo que las haba llevado hacia el
desierto (6.1) y las cosas que haba visto ah. (6.5-9)19.3 Luego pens en sus jornadas a lo largo de la Playade la Soledad; (7.1) la pequea baha que el mar haballenado hasta los bordes; (7.3) y la agona, desencanto yfrustracin que sinti en el desierto cuando el camino
una vez ms las alej de Las Alturas. (8.1) Record habercruzado el estero sobre el malecn, (8.4) su avance entrelos bosques y valles hasta el momento felicsimo en el
que el camino haba dado vuelta hacia las montaas.
(9.1) Sus pensamientos la llevaron al Precipicio de lasInjurias (9.2), a los Bosques del Peligro y Tribulacin,(11.1-2) a la gran tormenta, cuando tuvieron querefugiarse en la cabaa. (11.4-5) Y luego, la niebla, laniebla interminable, (12.1) y el momento en que elcamino las hizo descender al Valle de las Prdida, (13.1)y la pesadilla y el abismo de horror que haba visto
cuando consider abandonar su ascenso y regresar al
Valle.(13.2) Record su descenso hasta el Valle de laPrdida (13.4) y la paz que haba encontrado allprecisamente, (13.6) antes de volver a subir hacia LasAlturas en aquellas sillas colgantes; (14.1) y los das quehaba pasado ah durante los que haba sido preparada
para su sepultura. (14.4) Luego, se acord de
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aquella angustiosa subida (15.218) y de la cueva en laque se refugiaron de la inundacin, (15.1-197, 15.3,200) y de cmo ah5
Entonces, Muy Miedosa, me das permiso de plantarte
en el corazn la semilla del verdadero Amor? pregunt
el Pastor. Se necesita tiempo para que se te desarrollen
pies de cierva y puedas subir a Las Alturas conmigo; si te
planto la semilla de Amor en este momento, comenzar
a florecer cuando lleguemos all. Pero Muy Miedosa se
encogi, y dio un paso para atrs tratando de negarse.
Tengo miedo,le dijo al Pastor. He odo decir que si en
verdad amas a alguien le das poder de herirte y causartedolor como nadie ms puede hacerlo. I Cor 13.4-7
8. Cierto, dijo el Pastor. Amar significa ponerse en las
manos del ser amado y exponerse al dolor, y t le tienes
mucho miedo al dolor verdad? Con mucha vergenza,
Muy Miedosa respondi: S, mucho miedo. Pero el
amor te hace feliz,dijo el Pastor con voz queda. Feliz
de amar aunque no seas amada. Eso duele, pero el Amorno le da mucha importancia al dolor.
Muy Miedosa, todava vindolo a los ojos, pens que en
toda su vida nunca haba visto ojos tan pacientes. A la
vez, haba en esos ojos algo que le hera el corazn.
Entonces, dijo rpidamente: No querra amar a nadie sin
estar segura de que tambin me ama. Si te dejo
plantarme la semilla del Amor me prometes que a
cambio de mi amor ser amada? De otra manera, no
podra soportarlo. Entonces, todava vindolo a los ojos,
vio la sonrisa ms dulce y amable que hubiera visto; sin
embargo, igual que antes, haba en aquellos ojos algo
que inexplicablemente le hera el corazn. Claro que
s, le contest. No tengas la menor duda; te prometo
que cuando la flor del Amor est por brotar en tu
corazn, y t ests preparada para cambiar tu nombre, a
cambio de tu amor sers amada.
Muy Miedosa se estremeci de gozo, de pies a cabeza.Aquello no pareca posible, pero era la promesa del
Pastor, y saba que el Pastor no menta. Entonces, por
favor, plntame el Amor en el corazn, dijo con voz
poco audible. Pobre Muy Miedosa, todava senta mucho
miedo a pesar de que se le prometa lo mejor del mundo.
El Pastor se sac algo del pecho y se lo puso en la palma
de la mano. Luego, mostrndoselo a Muy Miedosa, le
dijo Esta es la semilla del Amor.6
9. Sin poder evitarlo, Muy Miedosa lanz un grito de
temor, y dio un paso para atrs. La semilla del Amor
tena la forma de una espina muy larga y afilada. Muy
Miedosa haba visto que el Pastor tena cicatrices y
cortadas en la mano, pero en este momento se dio
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cuenta de que la cicatriz que el Pastor tena en la mano
era de la misma forma y tamao que la semilla del Amor.
Est muy puntiaguda,dijo tratando de negarse. Me va
a doler? Todava sonriendo, el Pastor le contest con
mucha gentileza: La semilla est tan filosa y puntiaguda
que va a entrar rpida y fcilmente. Ya te haba dicho
que el Amor y el Dolor van juntos, por lo menos un
tiempo. Si quieres conocer el Amor, tambin tienes que
conocer el Dolor.
Muy Miedosa mir la espina y se encogi. Luego,
mirndolo a la cara, quedamente repiti la promesa del
Pastor: Te prometo que cuando la flor del Amor est por
brotar en tu corazn, y t ests preparada para cambiar
tu nombre, a cambio de tu amor sers amada. Al
repetir estas palabras, Muy Miedosa se sinti valiente,
como nunca se haba sentido, y dando un paso al frente
dijo Por favor, plntame la semilla del Amor. La cara
del Pastor se ilumin con una sonrisa de gusto y dijo con
voz gozosa: Ahora s vas a poder ir conmigo a Las
Alturas y convertirte en ciudadana del Reino de miPadre. Y presionndola contra su pecho, le clav la
espina en el corazn.
10. Como el Pastor le haba advertido, Muy Miedosa
sinti un dolor que la traspasaba, pero la espina haba
entrado rpida y fcilmente, y casi enseguida, la invadi
una dulzura que nunca antes haba sentido, ni siquiera
imaginado. Era un dolor amargo y dulce, pero la dulzura
era ms fuerte. En ese momento vinieron a su memoria
las palabras del Pastor: Pero el amor te hace feliz, y
sbitamente, las plidas y hundidas mejillas se le tieron
de rubor, los ojos le brillaron y la boca se le distendi
hasta formar una sonrisa de felicidad. Con su rubor en
las mejillas, el brillo de sus ojos y su feliz sonrisa se vea
casi bonita. Gracias, gracias, le dijo, y se arrodill a sus
pies. Cun bueno eres, cun paciente y amable. No hay
nadie en todo el mundo tan bueno como t. Me voy
contigo a las montaas. Pongo en ti mi confianza; a
pesar de lo pobre que soy, me hars pies como de ciervay me dars un lugar en Las Alturas.
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7. Caminaron hasta ella con alegra y regocijo, sin decir
una palabra. Gloria y Gracia les pregunt sus nombres, y
ellas, mirndose la una a la otra, sonrieron de felicidad, y
a manera de respuesta le tendieron las manos como para
ofrecerle ayuda. Gracia y Gloria reconoci ese gesto
inmediatamente y con inmensa alegra les dijo:
Ustedes son Penas y Dolores. No las haba reconocido,
pero cmo anhelaba volver a verlas. Bienvenidas,
bienvenidas. Pero ellas ledijeron: De ninguna manera,
y se rieron, Ya no somos ni Penas ni Dolores, ni t eres
ya Muy Miedosa. No te has dado cuenta de que todo el
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que entra al Reino del Amor es transformado? Desde que
nos trajiste aqu, somos Gozo y Paz.
Que yo las traje? dijo Gracia y Gloria. Pero si fueron
ustedes las que prcticamente me arrastraron hasta aqu.
Sin ustedes no habra yo llegado hasta aqu. Pero ellas
volvieron a negar, y con brillantes sonrisas le dijeron
No, no, no. Nosotras solas no habramos podido entrar
aqu, Gracia y Gloria. Las Penas y Dolores no tienen
cabida en el Reino del Amor. Cada vez que tomaste las
manos que te ofrecamos, cambibamos un poco. Si nos
hubieras rechazado, jams habramos entrado aqu. Al
principio creamos que no podras aceptarnos y queseguiramos siendo Penas y Dolores eternamente. Pero
ya ves que nuestro Seor es bueno, y ahora, Gozo y Paz
sern tus compaeras para siempre. Y entonces, las tres
se abrazaron con amor, y agradecimiento y gozo que no
hay palabras que lo puedan explicar.
8. Y de esa manera fue cmo con un nuevo nombre,
unida con el Rey, y coronada de gloria, Gracia y Gloria,junto con sus compaeras y amigas, subi hasta Las
Alturas, y tuvo entrada al Reino del Amor.
19. EN LAS ALTURAS
[Un tiempo despus de su transformacin y de su
estancia en las Alturas se da la siguiente conversacin
entre Gloria y Gracia, y el Seor]:
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En ese momento, Gracia y Gloria record el da que
estuvo a punto de desechar aquellas piedras, como si
fueran promesas vanas. Si lo hubiera hecho, no habra
habido joyas que la motivaran a alabar y glorificar al Rey,
y no habra habido diadema para su propia cabeza.
6. Entonces, Gracia y Gloria glorific la gracia, amor,
ternura y paciencia que la haba protegido, guiado, ytrado hasta aqu; que no le haba permitido echarse para
atrs, y que ahora haba transformado todas sus pruebas
en motivo de gloria. Entonces, el Rey volvi a hablar con
una sonrisa ms llena de gozo que la anterior, si eso
fuera posible:
Oye, hija, y mira e inclina tu odo. Olvida tu pueblo y la
casa de tu padre; y desear el Rey tu hermosura. Einclnate ante l, porque l es tu Seor. Toda gloriosa es
la hija del Rey en su morada; con vestidos bordados ser
llevada al Rey. Vrgenes irn en pos de ella, compaeras
suyas sern tradas a ti; con alegra y gozo entrarn en el
palacio del Rey.
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Luego, el Rey dijo: Gracia y Gloria, ahora que vas a vivir
conmigo en Las Alturas, y a ir conmigo a donde yo vaya,
y a compartir conmigo la obra que hago en el Valle, es
conveniente que tengas compaeras y ayudantes. He
aqu que te las doy, y ya estn a la puerta.
Gracia y Gloria oy estas palabras y lo mir casi con
lgrimas en los ojos, pues en ese momento se acord de
Penas y Dolores que la haban acompaado y ayudado
todo el camino hasta Las Alturas. Sin ellas nunca habra
podido llegar hasta aqu. Y qu nostalgia sinti, y qu
deseo de que ellas mismas fueran sus acompaantes y
ayudantes. Sin embargo, no alcanz a decir ni unapalabra, porque en ese momento, se abri la puerta y
entraron dos mujeres radiantes de belleza. Sus vestidos
brillaban, y eran ms altas y se vean ms fuertes que
ella. Pero lo que le cautiv el corazn fue el amor que
brillaba en sus ojos.
7Yo estoy ms contento que t, Muy Miedosa, le
contest el Pastor. Y ya comienzas a portarte como el
nuevo nombre que te voy a dar. Ahora tengo que decirte
otra cosa. Te voy a llevar yo mismo hasta el pie de las
montaas para que no peligres por causa de tus
enemigos. Ya al pie de las montaas te voy a dejar con
dos compaeras que yo mismo te escog para que te
guen y te ayuden en todos esos empinados y difciles
lugares mientras todava cojees y tengas que ir
despacio.
No siempre me vas a ver porque yo voy a andar saltando
sobre los montes, y brincando sobre los collados. En este
momentos no me vas a poder acompaar ni caminar a mi
paso. Eso, despus. En cuanto empieces a subir las
montaas, aunque no me veas, yo te podr or. Te
prometo que donde quiera que ests, siempre que me
hables, te oir; y siempre que quieras mi ayuda, acudir
al instante.
Al pie de las montaas te van a estar esperando mis dos
siervas, las que escog para que sean tus guas. Las
escog yo mismo con gran cuidado porque son las ms
capaces de ayudarte a que se desarrollen tus pies de
cierva. Las vas a aceptar con gozo y les vas a permitir
que te ayuden verdad?
11. Claro que s, respondi Muy Miedosa al instante,
sonrindole feliz. Cmo no, si s que t sabes lo que es
mejor para m, y que cualquier cosa que elijas para m
ser lo mejor.Y luego, dijo gozosa, Me siento como si
ya nunca ms fuera a tener miedo.
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El Pastor mir con ternura a aquella joven que acababa
de recibir la semilla del Amor y que se estaba
preparando para subir con l a Las Alturas. Pero tambin
la vio con entendimiento de quin era ella. La conoca
perfectamente, de extremo a extremo del intrincado
laberinto de su corazn. La conoca mejor de lo que ella
se conoca a s misma. Y no haba nadie que entendiera
mejor que l que para llegar a ser como el nuevo nombre
que se recibe se tiene que pasar por un largo proceso.
Gal 4.19 Pero de esto, no dijo nada. Slo mir con
ternura y compasin las rosadas mejillas y los brillantes
ojos que haban transformado tan repentinamente la
ordinaria apariencia de la pequea Muy Miedosa.8
Luego, el Pastor le dijo: Ya te puedes ir a tu casa y
prepararte para el viaje. No debes llevarte nada, pero
deja todo en orden. No le digas nada a nadie, porque el
viaje a Las Alturas debe hacerse en secreto. En este
momento no te puedo dar ni el da ni la hora exacta de la
partida, pero no va a ser mucho tiempo. Tienes que estar
lista cuando pase junto a tu casa y te llame. Te voy a daruna seal secreta; voy a cantar uno de los Cantos del
Pastor que t conoces, y que tendr un mensaje especial
para ti. Cuando oigas ese mensaje sal inmediatamente y
sgueme al Lugar de la Cita.
Como el sol ya se haba puesto, en una llamarada de rojo
y oro, y como las montaas ya se haban cubierto de un
velo de neblina malva y gris, y las sombras ya se
alargaban sobre el Valle, el Pastor se dio la vuelta y se
llev el rebao hacia las majadas. Muy Miedosa se dio la
vuelta para ir a su casa; la emocin y la felicidad le
llenaban el corazn, y se senta todava como si ya nunca
fuera a tener miedo. En el camino, iba cantando uno de
los Cantos del Pastor que todos sus pastorcillos conocan
muy bien. Nunca le haba parecido tan dulce, tan
verdadero para lo que ella senta al caminar hacia su
casa:
Cantar de los Cantares
Es la cancin de Amor, el Rey.
Si con el gozo de este amor otro se comparara,
Se vera muy mal.
Tu Nombre se derrama como ungento
Y hace cantar a todos los que te aman.
Llvame en pos de ti, te seguir corriendo.T eres el escogido,
El preferido de mi corazn.
Llvame a tus moradas para siempre,
Para gozar de tu presencia,
Para escuchar tu voz
Y hacer fiesta, Seor.
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No me desprecien,
Aunque manchada y sucia est.
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4. En segundo lugar, se cumple la promesa de que seras
amada cuando la flor del Amor floreciera en ti y amaras.
Pero, Seor y Rey, dijo Gracia y Gloria rompiendo su
silencio por primera vez. Ya no hay ninguna flor de
Amor en mi corazn. La que haba ardi en el altar.
Ninguna flor de Amor? dijo l, Entonces cmo llegaste
aqu? Ya ests en Las Alturas; en el mismsimo Reino del
Amor. Abre tu corazn y ensame lo que hay en l. Y
cuando Gracia y Gloria se abri el corazn, un dulcearoma que ella no conoca perfum con la fragancia de
una planta llena de flores blancas y casi transparentes
que haba en l.
Pero cmo?, dijo Gracia y Gloria jalando aire Cmo
lleg esta planta ah, Seor? Yo mismo te la plant no
te acuerdas? Es la planta que naci de la semilla como
espina que te plant en el corazn. Pero y la plantaque ardi en el altar?, dijo Gracia y Gloria. Esa era
Anhelo ser amada, la flor del amor humano natural que
te arranqu en el altar. Ahora, la flor del Amor crecer en
tu corazn ya sin estorbo. Entonces t eres el
sacerdote del altar?, dijo Gracia y Gloria. Y yo que cre
que me habas abandonado.
5. Ahora, la tercera promesa, dijo el Rey. Te dije que
cuando la flor del Amor floreciera en ti, seras amada, y
ya lleg el momento. He aqu que he puesto mi amor en
ti, y eres ma. Con amor eterno te he amado. Jer 31.3Ahora, dame la bolsa de las piedras que has guardado.
El Rey recibi la bolsa y la vaci en las manos de Gracia y
Gloria que, jal aire por la boca una vez ms cuando vio
que en lugar de las piedras comunes y corrientes que
haba en la bolsa, caan gloriosas piedras brillantes y
refulgentes, piedras preciosas y muy hermosas.
Entonces, Gracia y Gloria vio que el Rey tena unadiadema de oro en las manos, y lo oy decir Pobrecita,
fatigada con tempestad y sin consuelo; pero yo te
cimentar sobre piedras preciosas, sobre zafiros te
fundar. Is 54.11-12 Y luego, una a una fue incrustando lasdoce piedras preciosas en la diadema, y al terminar, se la
puso a Gracia y Gloria en la cabeza.
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de aquella montaa, pareca imposible. Pero ella no se
preocup. Haba sido llamada y eso era lo importante. En
ese momento, apareci un ciervo, como el que haba
visto en el Paredn de las Injurias y que pareca saber el
camino, pues salt al altar, y de ah hacia un rellano o
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repisa de piedra en el paredn y de ah a otro, y as
sucesivamente hasta que lleg a la parte ms alta de
aquella montaa. Detrs de l, saltaba una cierva que
pona los pies exactamente donde l los pona.
Cuando Muy Miedosa vio cmo ascendan los ciervos
obedeci el impulso involuntario casi instintivo de sus
piernas y salt, casi vol, hacia el altar, y luego hacia el
rellano del paredn, y as sucesivamente hasta llegar a la
parte ms alta de la montaa, en donde la esperaba
quien ella sospechaba que la haba llamado, y que con
una sonrisa divertida le tendi las manos y le dijo: Esa
seora de los pies de cierva, suba ac.
2. Muy Miedosa supo entonces que no se haba
equivocado. Dio un ltimo salto y le tom las manos
extendidas. Como el da en el que se haba
transfigurado ante ella, el Rey llevaba su corona y sus
regias vestiduras. Era el mismo que la haba llevado a Las
Alturas en sus brazos, el que le haba tocado los labios
con la brasa viva que arda junto al Altar del Amor. Era elmismo Seor grave, glorioso y majestuoso, pero ahora
estaba iluminado por la gloria del gozo que exceda
cualquier otro gozo que ella pudiera haber imaginado.
Muy Miedosa se arrodill frente a l, y l le dijo Por fin
llegaste, y aqu termina el llanto de la noche y empieza la
alegra de la maana. Sal 30.5 Lleg el momento decumplir lo que te promet:
3. En primer lugar, tu nombre ya no ser Muy Miedosa.
Y le dar un nuevo nombre; el nombre de su Dios.
Porque sol y escudo es Jehov Dios, gracia y gloria dar
Jehov. No le negar ningn bien a los que andan en
integridad. Sal 84.11 Y se es tu nuevo nombre; de aqu enadelante sers Gracia y Gloria. Ella no haba podido
hablar todo ese tiempo por causa de aquella maravilla de
gozo, agradecimiento, y reverencia que senta.
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Aunque echada a perder,
Tirada en la basura,
El Rey puso su amor en m.
El Rey Amor me perfeccionar,
Y me han de ver hermosa como el da.
12. As cantando, atraves la primera parcela, pero sugozo se acab cuando vio que Temor Cobarde vena
hacia ella. Pobre Muy Miedosa; se haba olvidado
completamente de sus horribles parientes y he aqu, el
ms temido y detestado, vena hacia ella, encorvado,
arrastrando los pies. No haba escapatoria. En cuando
Temor Cobarde la mir, apresur el paso y en un
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momento lleg junto a ella. Enferma de terror, lo oy
decirle: Vaya, vaya. Por fin nos encontramos. De manera
que tenemos que casarnos; a ti qu te parece la idea? Y
le dio un pellizcn como de broma, pero con la
suficiente malicia como para que la hiciera contener el
aliento y apretar los labios para no gritar de dolor.
Muy Miedosa retrocedi ante l, y eso era lo peor que
poda haber hecho porque l se sinti alentado a seguirla
molestando. Si tan slo lo hubiera ignorado, l se habra
desentendido de ella, pero eso era algo que ella nunca
haba sabido hacer. Se puso plida y abri grandes ojos
de terror; eso hizo que l la atrapara entre sus brazospara someterla por completo a su voluntad. Muy Miedosa
apenas pudo lanzar un dbil chillido de miedo y de
dolor, pero fue suficiente. En ese mismo momento,
apareci el Pastor y con su sola mirada y un garrote
levantado en la mano, lo hizo huir como perro apaleado,
buscando un lugar dnde sentirse a salvo.
13. Muy Miedosa comenz a llorar lgrimas devergenza. Debera haber sabido que con slo resistirse
y alzar la voz para llamar al Pastor, el Cobarde habra
hudo. Temor Cobarde la dej con el vestido desgarrado
y un moretn en los brazos, y lo peor, con la vergenza
de haberse comportado una vez ms como su viejo
nombre indicaba, pues haba tenido la esperanza de que
tanto su viejo nombre como su vieja manera de ser
haban comenzado a cambiar. No se atrevi ni a mirar al
Pastor, pero si se hubiera atrevido habra visto la gran
compasin con la que l la vea. No se
10
daba cuenta de que el Prncipe de Amor es tierno y
compasivo con los que tienen miedo. Supona que
como todos, tambin l la despreciara por causa de sus
tontos temores, as que, avergonzada, apenas se atrevi
a balbucir Gracias.
Y aun sin atreverse a mirarlo, se fue a su casa, llorando
por el camino y dicindose a s misma De qu sirve
querer subir a Las Alturas si nunca voy a lograrlo? Hasta
las cosas ms insignificantes me hacen retroceder. Sin
embargo, cuando lleg a su casa comenz a sentirse
mejor, y despus de una taza de te y su merienda, se
haba recobrado lo suficiente como para recordar lo que
haba sucedido junto a la cascada y el estanque. De
repente, con un estremecimiento de emocin record
que el Pastor le haba plantado la flor del Amor en elcorazn, y con slo pensarlo la invadi la misma casi
intolerable dulzura del xtasis dulce y amargo de su
nueva felicidad. El Amor te hace feliz, dijo Muy
Miedosa, y luego repiti El Amor te hace feliz. Esa
noche, despus de poner su casa en orden, se fue a la
cama, rendida por las contradictorias emociones de
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aquel extrao da; y antes de caer dormida cant una vez
y otra vez uno de aquellos cantos del libro de los Cantos
del Pastor:
Hazme saber, oh t, a quien ama mi alma,
Dnde apacientas, dnde sesteas al medioda
Por qu habra yo de andar errante
Y no con tus rebaos?
Si no lo sabes,
Oh hermosa entre todas las mujeres,
Sigue las huellas del rebao
Y junto a m apacienta
Mi pequeo rebao.
Seamos dulce compaa
El uno para el otro.
Y as, cay dormida, con un sueo sin sueos. 3810
palabras
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pero todava con una sensacin de bienestar que la
recorra de pies a cabeza. De pies a cabeza? Volte
hacia sus pies, y he aqu que ya no estaban deformes ni
feos como siempre haban sido. Tena los pies derechos
y bien formados, con una perfeccin que se recortaba
sobre el manto verde de la hierba que pisaba. Entonces,
se acord de las aguas saludables que nacan en Las
Alturas y cuyas virtudes curativas el Pastor le haba
mencionado en el Valle de la Humillacin.
Inmediatamente volvi al agua y se sumergi totalmente.
Luego, busc un espejo de agua y se mir la cara. Y he
aqu, la fea mueca haba desaparecido y la cara que se
reflejaba en el espejo era tan relajada y perfecta como la
de un nio. Sali del ri y comenz a caminar y a comer
las deliciosas fresas y arndanos que crecan silvestres
en las riberas. As lleg al nacimiento de la cada, allugar donde las aguas saltaban hacia el abismo y
formaban la Catarata del Amor. Era el mismo salto
estruendoso y gozoso que ya conoca por su visita
anterior. Por fuera se senta rodeada de una perfecta
paz, y por dentro, tena tal calma y contentamiento que
acallaban todo pensamiento de curiosidad, soledad o
expectativas.
As pas todo el da: caminando, comiendo,
descansando, en siesta, en reposo, en paz y en gozo,
hasta que al caer la tarde regres a la cueva. Se acost
envolvindose en la perfumada envoltura de tela y se
durmi tan profunda y tan apaciblemente como cuando
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el sacerdote del altar la haba acostado ah la noche
anterior.
18. PIES DE CIERVA1. Al tercer da, en la madrugada, Muy Miedosa despert
con la gozosa sensacin de que alguien la llamaba. Sali
de la cueva, y la luna y la estrella matutina todava
brillaban en el cielo. Excepto por el canto de un ave y el
estruendo de la catarata, todo estaba en silencio.
Entonces, volvi a sentir el llamado, y sinti un impulso
involuntario, casi instintivo de acudir, pero a dnde?
El can estaba formado por paredones lisos y la nica
direccin en la que se poda avanzar era hacia la
catarata. Llegar a la cumbre
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mir a su alrededor, y entonces, le vino a la memoria
todo lo que le haba sucedido.
Ella y sus compaeras haban ascendido una alta
montaa en donde encontraron un altar. El sacerdote del
altar le haba arrancado de cuajo el rbol del amor
humano que creca en su corazn, y lo haba quemado
sobre el altar. No tena trazas de ninguna herida, ni la
sombra de una pena o dolor en ninguna parte del
cuerpo. Sali de la cueva y vio que el can que se
formaba entre aquellas montaas, antes invisible, ahora
reverberaba bajo el sol; y vio la multitud de flores como
estrellas multicolores que brillaran en el cielo verde que
era la vegetacin que cubra el can.
En el can, no muy lejos de la cueva, estaba el largo
altar de piedra en el que haba sido atada, pero ahora lo
poda ver, rodeado de verdor y de aves que saltaban de
aqu para all derramando las gotas de roco de los
arbustos cuando se limpiaban el plumaje. Lo ms
hermoso y maravilloso de todo lo que vio fue que debajo
del altar naca un gran ro de agua clara como el cristal.
El ro formaba corrientes y estanques y cadas en todo el
can, hasta que otra vez se reuna en un solo lugar
antes de caer con gran estruendo por un elevadsimo
precipicio. Muy Miedosa se dio cuenta de que ste era el
nacimiento de la Cascada del Amor y que esa gran
catarata naca debajo del altar al cual ella haba sido
atada.
Un gozo y una paz que no entenda le llenaban el
corazn. Estaba sola y no haba ni seales de Penas y
Dolores, ni del sacerdote del altar. Slo se movan las
flores al impulso de la brisa, y las aves en su incesante
saltar y gorjear. Por encima de este paisaje, ms
elevados que las montaas que formaban el can,
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brillaban los picos de Las Alturas, con una blancura
enceguecedora.
2. En cuanto supo dnde estaba, Muy Miedosa se dirigi
y lleg a la orilla del ro que naca debajo del altar. Toc
el agua que, aunque fra como el hielo, era tan agradable
que enseguida se meti toda entera en uno de los
estanques. Nunca haba experimentado un gozo tan
exhilarante, era como estar sumergida en burbujas de
vida. Despus sali del agua, seca como si no se hubiera
metido nunca,
11
II. LA INVASION DE LOS TEMORES1. Al da siguiente, Muy Miedosa amaneci sin traza de
temor, pensando en que el momento de su salida del
Valle de la Humillacin se acercaba y pronto emprendera
el viaje a Las Alturas. A penas pudo sentarse y desayunar
porque el recuerdo de que la semilla del Amor le haba
sido plantada en el corazn la haca cantar, y como todo
mundo sabe, no se puede comer y cantar. Cantaba del
libro de Los Cantos del Pastor, que tan bien conoca:
Cuando mi Amado viene
Soy como nardo que perfuma para l
Soy como mirra, soy el perfume de su Amor
Oh hijas de Jerusaln, no me desprecien
Manchada estoy, como las tiendas de Cedrn
Pero deseable para el Rey
Por fuera llevo la marca del pecado
Pero por dentro llevo el adorno del Amor
Por eso
Se airaron contra m, los hijos de mi madre
Sus vias me mandaron a guardar
Y ya mi propia via no cuid
Pero mi Amado su gracia ha derramado
Slo me mira como ser maanaCuando su Amor transforme mi fealdad
2. Su corazn revoloteaba, a veces con el gozo, a veces
con el miedo de lo desconocido, pero cuando senta la
espina del dolor, su corazn se estremeca con la
dulzura inexplicable del Amor. Le pareca increble que
ella, la pequea lisiada, la Muy Miedosa, tambin pudiera
ser amada. Cuando llegara a Las Alturas toda lahumillacin de su deformidad desaparecera; y cuando
en su corazn estuviera a punto de florecer su amor, su
amor sera correspondido. Pero hasta estos felices
pensamientos a veces se tean con la duda de que todo
fuera un hermoso sueo, no la realidad; cuando eso
suceda, el
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recuerdo de la promesa del Pastor la haca volver a la
vida y corra a la ventana por si ya vena por ella.
As lleg hasta el medioda, y de repente, los Temores
entraron por su puerta sin tocar. Un ejrcito de tas, tos
y primos la rode y todos en turno trataron de
convencerla de su error; y si no, estaban decididos a
secuestrarla ese mismo da hasta que accediera a casarse
con Temor Cobarde. Pero primeramente trataron de
sacarla de su casa por su propia voluntad. No queran
raptarla en pleno da, pues estaban conscientes de que si
alguno de los servidores del Pastor los vean, acudiransin temor a su defensa. Aquel torrente de voces y
argumentos comenz a debilitarla, y lleg el momento
en que se ofusc y ya no supo qu pensar, ni qu decir,
ni mucho menos qu hacer. De repente, se oy una voz
en la distancia.
3. Inmediatamente supieron que era el Pastor, que se
acercaba. Toda la gritera par en seco y se hizo unsilencio tan pesado que se poda sentir. Ahora, el Pastor,
tambin conocido como el Prncipe de los Cantores,
pasaba frente a la ventana, cantando uno de sus propios
cantos:
Es la voz de mi Amado, que viene, como corzo,
Saltando montes y brincando collados:
Levntate, paloma. Sube ac.
Ya se acab el invierno, y lluvia ya no habr.
Ya llegaron las flores, ya lleg la cancin.
Djame ver tu rostro, djame or tu voz.
Sube ac, amiga ma. Hermosa ma, ven.
Vamos a Las Alturas.
4. Muy Miedosa supo inmediatamente que era la hora de
partir. Era el Pastor, que la llamaba a Las Alturas, peroella estaba presa de Miedos y Temores; entre todos la
inmovilizaron, le taparon los ojos y la boca, la sujetaron
de manos y de pies, y la sofocaron hasta que se
desmay. En completo silencio la llevaron a su cuarto y
la dejaron en
85
4. Despus, otra vez completo silencio, como el de una
tumba, pues en verdad, estaba dndole sepultura a susesperanzas: todava no tena pies de cierva, ni haba
llegado a Las Alturas, y por si fuera poco, tena que
sacrificar la promesa del Pastor en el altar. Hasta aqu la
haba trado aquel largo y doloroso viaje, y sin embargo,
antes de renunciar a la promesa y ponerla en el altar,
Muy Miedosa repiti una vez ms la gloriosa promesa
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que la haba impulsado hacia Las Alturas: Jehov el
Seor es mi fortaleza, que me har pies como de cierva y
me har andar en mis Alturas. Al msico principal con
mis instrumentos de cuerdas. Hab 3.19 Entonces, elsacerdote del altar meti la mano en el corazn de Muy
Miedosa, y con el ruido de un desgarramiento y
rompimiento, sac el rbol del amor humano, sin que le
faltara ni una fibra ni una raicilla, ni nada. Y dijo:
Ya estaba maduro y era tiempo de sacarlo. Y con estas
palabras lo puso en el altar y extendi su mano. Al
instante descendi una llama de fuego que pareci partir
el altar, y del rbol del amor humano slo quedaron lascenizas del amor humano mismo y de las penas y
dolores que haban sido sus compaeras durante todo el
viaje.
Un reposo total y avasallador invadi a Muy Miedosa. Por
fin haba hecho su ofrenda y ya nada quedaba por hacer.
Cuando el sacerdote del altar la desat, Muy Miedosa se
inclin sobre las cenizas que haba en el altar y dijo conabsoluto agradecimiento: Consumado es. Y luego,
totalmente rendida, se qued dormida.
17. LAS AGUAS SALUDABLES
1. Cuando por fin despert, el sol ya estaba alto en el
cielo, y Muy Miedosa, desde el lecho en donde yaca en
una cueva, volte hacia el exterior. El sol brillaba
radiante, dorando todo lo que tocaba. Todava sigui en
su lecho, para darse cabal cuenta de dnde estaba. La
cueva estaba tibia y en silencio, empapada en la
fragancia de nardo, incienso y mirra, que vena de una
tela que la envolva completamente. Quitndose aquella
envoltura, se sent y
84
atrs; lo nico que haba en su corazn era la llama desu firme deseo de hacer Su voluntad.
3. Entonces, sintindose al final de sus fuerzas, se meti
la mano al pecho y jal tan fuerte como pudo para
arrancarse del corazn el amor y el deseo humano
naturales. Un penetrante dolor le recorri cada nervio y
cada fibra del cuerpo, y Muy Miedosa supo que las races
de este rbol estaban firmemente plantadas y enredadasen cada parte su ser. Y por ms que jal y forceje y se
esforz, no pudo arrancar ni la ms pequea parte de la
ms pequea raz. Entronces, entr en pnico. Haba
venido desde tan lejos, a tan gran costo, buscando el
cumplimiento de una promesa, y ahora que no tena otro
deseo que el de obedecer al Pastor no poda cumplir su
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deseo por ms voluntad que en ello pusiera. Volte hacia
Penas y Dolores y les pidi ayuda, pero ellas slo
menearon la cabeza. Ya hicimos por ti todo lo que
podamos, le dijeron, pero esto no lo podemos hacer.
Entonces, la figura borrosa que haba estado detrs del
altar todo este tiempo, dio un paso hacia ella y le dijo
Yo soy el sacerdote de este altar. Si quieres, te puedo
arrancar este rbol del corazn. Muchas gracias, dijo
Muy Miedosa sin pensarlo. Por favor, te lo suplico. El
sacerdote del altar lleg hasta ella, todava invisible por
la niebla, y ella sigui hablndole Debo decirte que soy
muy miedosa y cobarde y tengo miedo de que esto meduela tanto que pudiera tratar de oponerme. No quisiera
para nada forcejear mientras se cumple la voluntad de mi
Seor. Por favor inmovilzame, tame al altar para que no
pueda ni moverme. Por un momento, hubo un silencio
total en todo el can. Entonces, dijo el sacerdote del
altar Me parece muy bien. Te voy a atar al altar. Y la at
de pies y manos.
Volteando los ojos hacia Las Alturas que tambin
permanecan invisibles, Muy Miedosa dijo: Seor mo:
heme aqu, en el lugar a donde me enviaste, haciendo lo
que me mandaste a hacer, porque donde t mueras
morir yo y all ser sepultada. As me haga Jehov, y
aun me aada, si excepto por la muerte, cualquier otra
cosa nos separa.
13
la cama, bajo el cuidado de su prima, la Sombra. Y
esperando que pronto llegara la noche, y pudieran
llevarla a un lugar seguro (para ellos) se fueron a la
cocina y asaltaron la despensa buscando qu comer.
Cuando Muy Miedosa volvi en s, casi se vuelve a
desmayar de terror. Con un gemido cerr otra vez los
ojos y se calm lo suficiente como para or que su
vecina, la Seora Valiente, andaba en su jardn, junto a la
ventana del cuarto donde ella yaca. Muy Miedosa se diocuenta de que su situacin era desesperada; era cuestin
de vida o muerte; o gritaba con todas sus fuerzas o
callaba para siempre. Y entonces, se levant
sbitamente, se asom a la ventana, y grit con todas
sus fuerzas antes de que su prima pudiera detenerla.
5. La Seora Valiente oy el grito de ayuda, levant la
vista, y alcanz a ver cmo la cara de Muy Miedosadesapareca de la ventana al mismo tiempo que se
cerraba la cortina. Pero la Seora Valiente haca honor a
su nombre, e inmediatamente se asom a la ventana de
la sala y vio que todos los Miedos y Temores haban
quedado a medio camino cuando se sentaban a la mesa
dispuestos a cenar. Fuera de aqu, intiles Temores. Voy
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a contar hasta tres y voy a llamar al Pastor. Esta casa es
suya, y no quisiera estar en su lugar si los sorprende
aqu. Ms tard en decirlo que los Miedos y Temores
en atropellarse uno al otro buscando la salida antes de
que empezara la cuenta de tres. Cuando la casa qued
vaca de tan indeseable compaa, la Seora Valiente
entr y busc a Muy Miedosa que temblaba de miedo en
su cama.
Sentndose junto a ella, trat de consolarla. De qu
serva regaarla si para ella el miedo era inevitable e
invencible? No en balde se llamaba Muy Miedosa y
perteneca a la numerosa familia de Los Temores.Cuando el temor est en uno mismo, pens, slo el
Pastor puede ayudarnos a vencerlo. Ya se fueron todos,
Muy Miedosa. Ya no tengas miedo. Vamos a la cocina, y
a cenar. A tus parientes se les quit el hambre de
repente porque dejaron todo servido y ni siquiera se
alcanzaron a sentar.
14
Despus de la merienda, la Seora Valiente la mand a
su cama y se fue a su casa. Muy Miedosa qued otra vez
sola en su casa. 1021 palabras
III. HUIDA EN LA NOCHE
1. Cuando la Seora Valiente se fue de su casa, Muy
Miedosa descubri que no se poda dormir. Intilmente
daba vueltas en la cama, se estiraba, se encoga, cerraba
los ojos y contaba ovejas; todo untilmente. Algo la
mortificaba y no saba qu. Finalmente, cay dormida sin
saber en qu momento (pero ya haba pasado la
medianoche) y su sueo fue intranquilo. Aun dormida,
haba algo que la mortificaba, sin que supiera qu;
despus de una o dos horas de ese sueo intranquilo,
despert, y de repente, lo supo, sin lugar a dudas: era un
sofoco doloroso, un tic-tac que corresponda con los
latidos del corazn y repeta en su mente: El Pastor vino
por m y no sal. Qu tal si se va y me deja, pensando
que me arrepent de mi intencin de irme con l a Las
Alturas. Qu pasara si se hubiera ido sin m?
2. Era un pensamiento demasiado doloroso, y cada vez
que le vena a la mente, le volva el doloroso tic-tac del
corazn. Cosa rara, en esos momentos tan penosos, una
cancin de Los Cantos del Pastor le vino a la memoria:
En la noche, busqu en mi lecho
Al que ama mi alma
Lo busqu y no lo hall
Y ahora, por la ciudad
Por las calles y las plazas
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Buscar al que ama mi alma
Pues se ha ido y me ha dejado
No alcanz a repetirlo completo, porque la incertidumbre
la angustiaba: Se haba ido el Pastor sin ella? Tena que
salir de dudas; se levant y se visti como poda, con
una horrible sensacin de miedo que la haca
estremecerse de pies a cabeza: Y si se fue? Quizs
todava la estaba esperando, en el Lugar de la Cita, como
83
era como una tumba abierta, pero las aguas que corran
y caan tenan que ser las de la Catarata del Amor, y por
lo tanto, estaban en el lugar a donde el Pastor las habaenviado. Pero cmo seguir adelante? Tenemos que
saltar, dijeron Penas y Dolores, y Muy Miedosa saba que
eso era verdad. Saltar al vaco o retroceder. No haba
ms opciones. Entonces, Muy Miedosa les dio las manos
a sus fuertes compaeras. Era la ltima vez que
necesitara su ayuda, pero Muy Miedosa todava no lo
saba. Entonces, las tres saltaron al abismo.
2. Sostenida fuertemente por Penas y Dolores, Muy
Miedosa resisti bien la cada, aparte del susto y de
algunos raspones. No vean nada, y a tientas
comenzaron a avanzar hasta que frente a ellas surgi
una imponente losa, lisa y oblonga. Al acercarse vieron
que la losa era como un altar y que atrs de ella haba
una figura borrosa, casi invisible. Aqu es, dijo Muy
Miedosa. En este altar tengo que renunciar a la promesa
del Pastor y a mi amor y deseos naturales y ofrecerlos
como Ofrenda Encendida para l. Y subiendo al altar, se
arrodill y dijo Seor, estoy dispuesta. Podras venir y
ayudarme a hacer mi ofrenda como me mandaste?
Por primera vez, el Pastor no contest, ni acudi a su
llamado. Arrodillada, envuelta por la fra niebla y junto al
altar en aquel valle de sombras, Muy Miedosa record
que Amargura le haba dicho que algn da el Pastor la
pondra en una cruz y la abandonara. Pareca que
Amargura tena razn, pero lo que ni ella ni Amargurasaban en aquel tiempo era que ahora, a cualquier costo,
lo nico que importaba era hacer la voluntad de Aquel a
quien segua y amaba. Pero era curioso que en esta
nueva crisis de soledad y aparente abandono no hubiera
traza de sus enemigos. La tumba en las montaas est a
un paso de Las Alturas y, curiosamente, a este lugar ni
Orgullo, ni Amargura, ni Resentimiento, ni
Autocompasin, ni Temor tienen acceso porque esosenemigos no pueden lanzarse a la tumba.
Muy Miedosa saba a ciencia cierta que nadie, ni el Angel
que detuvo a Abraham, vendra a ayudarla a hacer lo
que ella y nadie ms que ella tena que hacer, pero
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segua all, arrodillada sin esperanzas ni desesperacin,
ni miedo, ni intencin de echarse para
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Voz que le deca Toma de esta agua y sers
reconfortada. Muy Miedosa tom un trago, pero el
lquido era tan ardiente y amargo que no lo pudo
retener, y vomit con violencia. Con voz entrecortada por
el esfuerzo, dijo Seor, mi Seor, no es que no quiera,
pero no puedo tomar esta copa que me ofreces.
Este es el manantial de Mara, dijo la Voz . Toma una
rama de ese rbol que crece junto al manantial y chala
al agua, y el agua se endulzar. El rbol que creca
junto al manantial era un tronco leoso y cubierto de
espinas y de rajaduras; slo tena una rama a cada lado,
y pareca una cruz. Dolores cort un pedazo de una
rama y se lo dio a Muy Miedosa, que lo ech al agua y se
inclin a beber. Esta vez bebi con mucha sed,
abundantemente, y sin ninguna dificultad, y cuando se
hubo saciado descubri que ahora el agua tena
propiedades curativas pues al instante se sinti fresca yfortalecida. Entonces recogi otra piedra, la nmero
doce, y la puso en su bolsa.
18. Despus de un rato de descanso continuaron el viaje.
Muy Miedosa se senta ms fuerte, aunque el camino
estaba cada vez ms empinado y difcil. Casi no senta
fatiga ni desmayo. Esto la fortaleci enormemente, y lo
nico que quera era llegar al lugar que se le haba
indicado, a la catarata del amor, y cumplir el mandato
del Pastor antes de que se le fueran las fuerzas otra vez.
Al tercer da, levantaron la vista y a lo lejos vieron el
lugar hacia donde caminaban, el gran paredn donde
empezaba la catarata. Y al medioda de ese tercer da
llegaron al lugar sealado.
16. LA TUMBA EN LAS MONTAAS1. En este lugar terminaba el camino enfrente de unabismo que no les permita avanzar sin caer. Desde ah,
slo podan seguir adelante lanzndose al vaco, o
retroceder, desobedeciendo al Pastor. Una espesa niebla
y grandes nubes llenaban el abismo y no les permitan
ver el fondo, ni calcular su altura o profundidad. Era
como una tumba que las esperara con las fauces
abiertas. Lo nico que se oa, all abajo, eran las aguas
que corran y caan con estruendo. El abismo15
haban quedado. Y de repente Y si me est esperando; y
si me da una segunda oportunidad? Con este
pensamiento alentador, sali de su casa y camin por las
oscuras calles casi aprisa. Pero ni cien temores cobardes
la hubieran detenido.
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3. De repente, un nuevo pensamiento le vino a la cabeza.
Aunque saba el canto que acababa de cantar, no lo
entenda. Sin embargo, ahora se daba cuenta de que ese
canto hablaba de su propio amor por el Pastor, y de su
propio dolor por haberlo defraudado. Y dijo en voz
audible: Pastor, qu bien dijiste que el Amor y el dolor
van juntos. Ahora lo entiendo. Casi de prisa, lleg a las
majadas y los pastores que estaban de guardia le
informaron que el Pastor los haba dejado a cargo de las
ovejas y se haba ido porque tena que emprender un
viaje a las montaas como haca con frecuencia. Y no
saban cundo regresara. Conque se fue sin m, pensmuy Muy Miedosa, y de nuevo sinti el doloroso tic tac
del corazn. Entonces, record las palabras y los gestos
del Pastor cuando la haba invitado, sobre todo aquella
mirada con la que vea tan dentro de su corazn.
Entonces tuvo nuevas esperanzas: El me conoce bien.
Sabe de mis temores y debilidades, y as y todo me tuvo
compasin y me invit. No es posible que se haya ido
sin asegurarse de lo que en realidad hay en mi corazn.Temor, s; pero tambin amor, tambin dolor.
4. La aurora comenzaba ya. El sol estaba por salir.
Entonces, Muy Miedosa record el resto de la cancin
que haba dejado sin terminar:
En la noche, busqu en mi lecho
Al que ama mi alma
Lo busqu y no lo hall
Sal a buscarlo
Por las calles y las plazas
Se haba ido y me haba dejado
Y entonces, lo encontr
Lo as y ya no lo dej
16
Cmo podra dejarloSi es el que ama mi alma.
Esto le dio nimo para ir a buscarlo al lugar donde el
Pastor la haba citado. Y as, cuando empezaba ya el
amanecer y el cielo se tea de rojo mir y vio al Pastor
que la esperaba junto a la cascada, su rostro iluminado
por la primera luz del da. Muy Miedosa cay de rodillas
frente a l, dicindole: Seor, llvame contigo, como meprometiste. No te vayas si m.
Claro que no, Miedosa. Yo saba que vendras. Por qu
no viniste ayer al Lugar de la Cita? No me oste cuando
pas cantando junto a tu casa y te llam? Quera decirte
que partiramos esta maana cuando saliera el sol. En
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ese momento, el sol sali entre las montaas y los ba
en su luz dorada. Heme aqu, Seor, dijo Muy Miedosa,
todava arrodillada ante l, Estoy dispuesta a ir contigo a
dnde me lleves.
Entonces, el Pastor la tom de la mano, y juntos,
comenzaron a caminar hacia las montaas. 796 palabras
IV. COMIENZA EL ASCENSO A LAS ALTURAS.1. La maana era hermosa. El Valle todava nodespertaba. Slo se oa la risa de los arroyuelos y los
alegres cantos de las aves. Las gotas de roco eran como
chispas de luz sobre la hierba y las flores silvestres
brillaban como joyas. Anmonas color de rosa, moradas
y escarlata salpicaban la pradera de colores, y alzaban
bellas rostros por entre las espinas. A veces, el Pastor y
Muy miedosa caminaban sobre extensos trechos de
florecillas malvas o rosadas, que, a pesar de su extremapequeez, formaban alfombras ms esplndidas que las
de cualquier palacio. En una ocasin, el Pastor se
agach para tocarlas con los dedos de la mano, y al
hacerlo, le dijo a Muy Miedosa: Aprende a ser humilde
como estas florecillas, y descubrirs que es el Amor el
que las hace ponerse de alfombra para ti. Mira
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confiar en l. Job 13.15 Y, guardando otra vez la bolsita,dijo Aunque el mundo entero me dijera que esas
promesas no valen nada, las conservo, y no me deshago
de ellas.
16. Penas y Dolores que la haban estado observando
muy atentamente, soltaron una extraa risa, como de
alivio y de agradecimiento, y dijeron en coro Descendi
lluvia, y vinieron ros, y soplaron vientos, y golpearon
contra aquella casa; y no cay, porque estaba fundada
sobre la roca. Mt 7.25 Y la tormenta ces, y el diluvio depiedras, lodo y rboles ces, y slo qued una ligeraniebla. El estruendo de rayos y relmpagos y torrentes de
agua se perda en la distancia. Y miraron hacia afuera de
la cueva y un pjaro cant en el bosque que estaba al pie
de Las Alturas:
El Rey ya Reina, la victoria es suya. Aleluya.
El Rey ya Reina, la victoria es suya. Aleluya.
El fro entumecedor que haba llegado hasta el fondo de
su corazn se desvaneci, y aferrndose a su bolsita de
recuerdos como si fueran el ms precioso tesoro sobre la
tierra, Muy Miedosa dijo Se acab la tormenta. Ya
podemos seguir adelante.
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17. A medida que avanzaban, el camino se pona ms
empinado y difcil, y hubo momentos en los que lo nico
que Muy Miedosa poda hacer era caminar a gatas, como
se dice. Muy Miedosa hubiera querido sentirse ms
fuerte y tener menos tropezones a medida que seacercaban a Las Alturas, pero en realidad suceda lo
contrario. Cada vez se senta ms dbil y torpe, y por si
fuera poco, se daba cuenta de que sus compaeras,
Penas y Dolores, cada vez parecan ms fuertes, lo cual
era bueno, porque muchas veces cuando la vieron ms
cansada y ms exhausta casi tuvieron que cargarla para
ayudarle a seguir adelante.
Al segundo da de esta penosa ascensin, llegaron a un
pequeo lugar plano en el que haba un hueco en la
ladera de la montaa. De entre las rocas manaba un
burbujeante manantial y el agua formaba una pequea
corriente, y un poco ms adelante, una cada. Se
detuvieron a descansar un momento, y entonces, Muy
Miedosa oy la
80No podr hacer yo lo mismo contigo que con este
barro, Muy Miedosa? T eres como barro en mis manos.Jer 18.6 S, si puedes, contest otra vez Muy Miedosa. Ydevolvi la piedra a la bolsita.
10. A la sexta piedra le corresponda Pobrecita, fatigada
con tempestad y sin consuelo; pero yo cimentar tus
piedras sobre carbunclo, y sobre zafiros te fundar. Tus
ventanas pondr de gatas; tus puertas y toda tu muralla
de piedras preciosas, Is 54.11-12 y Muy Miedosa no pudocontinuar. Llor amargamente y dijo Cmo podra
deshacerse de esa promesa?
11. Y tom la sptima piedra. Mis ovejas oyen mi voz y
me siguen. Jn 10.27 Y yo realmente he odo su voz o mehe estado engaando a m misma todo este tiempo?
Entonces, record la cara del Pastor cuando le haba
hecho esta promesa y dijo Esta tambin la guardo.Cmo podra deshacerme de ella?
12. Y tom la octava. Ahora vers lo que voy a hacer. Ex6.1 Y al recordar aquel paredn, tan terrible y tanimposible de escalar, y cmo el Pastor la haba ayudado
a escalarlo hasta lo ms alto, guard esta piedra
tambin.
13. Yo no soy hombre para mentir. Alguna vez he dichoy no hecho; alguna vez he hablado y no he cumplido?
Num 23.19 Esta vez lo pens largamente, temblando con lapiedra en la mano y luego dijo, Pero esto ya lo resolv
con la nica respuesta posible, Seor, si puedes
engaarme, tienes permiso de engaarme. Y guard
otra vez la novena piedra.
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14. Entonces tom la dcima. Y te prometo que cuando
te desves a la derecha o a la izquierda, una voz detrs
de ti dir Este es el camino, camina en l . Is 30.21 MuyMiedosa se estremeci, pero despus de un momento,record Aunque tienes poca fuerza, has guardado mi
palabra y no has negado mi nombre. Retn lo que tienes
para que ninguno tome tu corona. Ap 3.8-12 Entonces,puso la dcima piedra en la bolsita.
15. Y se agach para recoger una undcima piedra, que
puso en la bolsa, junto a las otras diez, al momento que
deca Aunque me mate,17
cmo se entregan a tus pies. Es el Amor el que las hace
tan humildes y modestas, tan sumisas y serviciales.
Nunca lo haba pensado as, dijo Muy Miedosa,
mirndolo con mucha seriedad. Pero me parece extrao
que esta belleza se d aqu, sin nadie que la vea, sin
nadie que la aprecie, en donde pueden morir aplastadaspor el ganado. No te parece un desperdicio de belleza y
dulzura?
2. El Pastor volte a verla con una hermosa mirada.
Nada de lo que mi Padre y yo hacemos se desperdicia,
dijo con voz queda. Estas florecillas tienen una leccin
qu ensear. Confiadas y de buena gana, entregan su
dulzura y su belleza aunque nadie parezca apreciarlas.
Son como los que entregan su canto cuando no hay
quin los escuche; como los que se entregan en su canto
y dicen que el amor te hace feliz aun cuando no hayaquin lo corresponda. Amar sin ser amado, as es la
entrega de las flores.
Y debo decirte otra cosa que es slo para pocos porque
no hay muchos que la entiendan. Las acciones ms
limpias del alma humana, sus mejores victorias y logros
son aquellos de los que nadie se entera, o de los que
slo se puede imaginar que existen. Cada vez que uncorazn se entrega al llamado del Amor, cada vez que
derrota al amor de s mismo, brota una nueva flor en el
rbol del Amor. As es como muchas vidas comunes y
corrientes, escondidas y desconocidas para el mundo se
convierten en un jardn donde el Amor se entrega,
florece y fructifica con tal perfeccin que el Rey del Amor
en persona se deleita en visitarlo y regocijarse en l con
sus amigos. Algunos que estn a mi servicio hanlogrado grandes victorias visibles en el mundo, y con
razn se les venera y se les ama; pero siempre, sus ms
grandes victorias quedan tan ignoradas como las de
estas flores silvestres de las que nadie parece darse
cuenta.
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3. Muy Miedosa, aprende esta leccin mientras estamos
en el Valle. Te servir de consuelo cuando llegues a las
escarpadas montaas. Ven, los pjaros cantan con tanta
alegra que vale la pena cantar con ellos. Deja que las
flores nos inspiren lo que hayamos de cantar.
18
Y de esta manera, mientras bajaban del Valle, cantaron a
dos voces, cada uno la parte que le corresponda, otro de
los Cantos del Pastor:
Yo soy la Rosa de Sarn
Lirio silvestre
Como el lirio entre las zarzas
As es mi amiga para m.
Como el manzano entre rboles silvestres
As es mi amado entre los jvenes
Bajo su sombra me sent
Prob su fruto de delicias
Aydenme, sostnganme
Enferma estoy de amor
Su esposa no merezco ser
Su nombre soy indigna de llevar
Pero l a su banquete me llev
Su insignia puso sobre m
El sello de su Amor
Que nunca merec
Les encarezco, doncellas de Jerusaln
No lo despierten
Que duerma junto a m
Hasta que l quiera
4. Cuando terminaron de cantar esta cancin, llegaron a
la ribera de un ro que cruzaba el camino por donde
haban de pasar y que entregaba su caudal a unacada de agua un poco ms adelante. Su curso era tan
veloz y su cancin tan fuerte que pareca llenar de risa su
alrededor.
El Pastor levant a Muy Miedosa en sus brazos para
ayudarla a cruzar sobre las resbalosas piedras. Entonces,
ella le dijo: Quisiera saber qu dice la cancin que canta
el arroyuelo. A veces siento que79
4. La montaa se estremeca. La tormenta no cesaba.
Antes bien, creca en estruendo, en violencia, y en
destruccin. Adentro, todo estaba en calma. Entonces,
Muy Miedosa sac la bolsa de cuero donde guardaba los
recuerdos de su viaje, un montoncillo de piedras que
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haba recogido de los altares que haba construido en
obediencia al Pastor. Ah estaban la primera piedra, la
de aquel da en que el Pastor le haba plantado la espina
del amor en el corazn, y la ltima, cuando entraron a la
pequea cueva en donde ahora estaban sentadas, en lamontaa que pareca desgajarse por causa de la
tormenta. Slo le faltaba una orden qu cumplir:
renunciar a la promesa por la que lo haba dado todo. En
esa promesa haba confiado y ahora tena que renunciar
a ella.
5. Muy Miedosa comenz a preguntarse de qu le servan
aquellas piedras si a cambio de ellas slo haba recibidopromesas vanas. Sera mejor deshacerse de ellas. Sac la
primera piedra y record Yo te puedo hacer pies como
de cierva, y llevarte a Las Alturas. Hab 3.19 Con la piedraen la mano lo pens un largo rato y finalmente dijo
Aunque no he recibido pies de cierva, estoy en Las
Alturas, tan alto que era imposible siquiera imaginarlo. Y
si me muero aqu qu importa? Esta piedra la guardo.
6. Luego, record la siguiente promesa, Lo que yo voy a
hacer t no lo sabes, pero lo sabrs de aqu en adelante.
Jn 13.7 Enmedio de un sollozo, Muy Miedosa dijo Por lomenos la mitad de esto es verdad, y no se sabe si la otra
mitad lo ser, pero sta tambin la conservo.
7. Con la tercera piedra, record Esta nueva demora no
es para muerte, sino para la gloria de Dios, para que el
hijo de Dios sea glorificado. Jn 11.4 No es para muerte,dice pero quiere que ofrezca esta promesa como
Ofrenda Encendida? Y devolvi la tercera piedra a su
bolsita.
8. Nadie trilla el pan para siempre, record. Is 28.28
9. Y dejando la cuarta piedra en su bolsita, sac la
quinta.
78
levantaron, y luego, todas tomaron un breve desayuno y
emprendieron la marcha.
3. La vereda iba hacia la cascada aunque la cascada
estaba invisible para sus ojos. Caminaron horas y el
camino se puso cada vez ms empinado, ms difcil y
ms estrecho. De repente, a la distancia, comenz unestruendo de truenos y relmpagos. Se avecinaba una
gran tormenta. Enseguida, desde la parte ms alta de la
vereda que ellas suban vino un gran alboroto de pasos
que corran en direccin contraria y en su violenta
carrera resbalaban y movan piedras que chocaban una
contra otra. Las tres compaeras se pegaron lo ms que
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pudieron al paredn para dejar el paso libre, y oh
sorpresa, fueron apareciendo primeramente Temor;
luego, en ese orden, Amargura, Resentimiento, Orgullo y
Autocompasin. Corran desesperados, como quien
huye para salvar la vida, y cuando las vieron gritaron condesesperacin Retrocedan. Retrocedan inmediatamente.
El cerro se est desgajando en mltiples avalanchas, y
toda la montaa tiembla como si ella misma se fuera a
desgajar. Retrocedan. Corran. Salven sus vidas.
Por primera vez, Penas y Dolores no supieron qu hacer.
Nos regresamos a la cabaa y esperamos que la
tormenta pase?, preguntaron. Pero Muy Miedosa hablpor primera vez desde que las haba despertado en la
maana. No. No debemos regresar. El mandamiento es
subir hasta el nacimiento de la cascada.
Entonces, la Voz habl otra vez. Hay un lugar preparado
para ustedes, aqu junto al camino. Entren y esperen que
pase la tormenta. En ese momento, vieron una pequea
cueva a la que tuvieron que entrar casi arrastrndose, yen la que slo haba lugar para estar sentadas, muy cerca
la una de la otra. En cuanto se sentaron, comenz la
tormenta, y las avalanchas de agua, lodo y rocas que
descendan por la vereda, derribando rboles y
arrasndolo todo a su paso. Eran verdaderos diluvios de
agua, rocas y rboles, y uno de esos diluvios form una
cada exactamente frente a la cueva, pero a ellas, no las
toc ni una sola gota.
19el que pasa por mi casa me repite una y otra vez un
gozoso mensaje que no puedo entender. Creo que todos
los arroyuelos cantan, y si es as, quisiera saber qu dice
su cancin. Dime, Pastor T sabes lo que cantan?
El Pastor no le contest. Slo estuvo en silencio; y
sonrea. Estuvieron as unos momentos, y de repente,
Muy Miedosa sinti como si se le abrieran los odos ycomenzara a entender La Cancin del Ro, que era (ms o
menos as):
Vamos, vamos, vamos
Ms abajo y ms abajo
Corramos la carrera del que baja
Hasta lo ms abajo que se pueda llegar
Esa es la ley que amamos
Bajar te hace feliz
Dulce necesidad, la voluntad
De bajar, y bajar.
El llamado es da y noche
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Saltamos para bajar
De las alturas al valle
Hasta el ltimo lugar
Dulce llamado aunque duelaBajar, bajar y bajar
Dulce llamado, subir
Para volver a bajar.
5. Qu raro,dijo Muy Miedosa, El ro canta feliz, pero
el tema de la cancin es Bajar, bajar y bajar. Y sin
embargo, t me has llamado a Las Alturas. Hay aquotra leccin?
Lo que sucede, dijo el Pastor, es que la carrera
comienza en Las Alturas, desde donde hay que bajar
hasta los lugares ms bajos del mundo. Cuando tengas
pies de cierva y puedas, como yo, saltar
20
sobre los montes y brincar sobre los collados, podrs,como yo, bajar corriendo hasta el Valle, en una gozosa
entrega voluntaria, y luego, subir a Las Alturas otra vez.
Te podrs remontar a Las Alturas ms veloz que las
guilas porque slo ah se recibe el poder de bajar desde
las alturas en una entrega voluntaria de uno mismo.
Esto le pareci muy extrao a Muy Miedosa; de hecho,
no lo entenda. Pero como ya haba entendido la Cancin
del Ro, ahora se daba cuenta de que los arroyuelos que
encontraban por su camino cantaban la misma cancin; y
de que las flores la cantaban tambin con voces decolores, como en un gran coro con millares de cantores:
Esa es la ley con que vivimos:
La entrega de s mismo te hace feliz
Tambin los pjaros cantaban la misma cancin, en su
propio lenguaje de trinos:
Este es el gozo de las aves
Poder amar, te hace feliz
No me haba dado cuenta, dijo Muy Miedosa, de que el
Valle fuera tan hermoso y estuviera tan lleno de cancin.
El Pastor volvi a sonrer: Slo el Amor entiende la
msica, la belleza y el gozo que se plant en todas las
criaturas creadas. Ya se te olvid que t misma tienesya la semilla del Amor? El Amor ya te ha hecho or, ver y
entender estas cosas en las que no te habas fijado
antes. A medida que el Amor crezca en ti, podrs
entender ms lenguajes como stos, y aprender a hablar
el lenguaje del Amor. Pero antes, tienes que aprender el
alfabeto del Amor y a dejar que se te desarrollen pies de
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cierva. Todo esto lo aprenders durante tu ascenso a Las
Alturas. Estamos en el ro todava, pero del otro lado, al
pie de las altas montaas, nos esperan las que sern tus
guas en el ascenso.
6. No me podrs llevar t mismo? implor Muy
Miedosa que se dio cuenta de que haban llegado al pie
de las altas montaas sin darse cuenta cmo. La
presencia del Pastor la haba hecho olvidarse
77
2. Sin embargo, en cierto momento de la madrugada,
cuando todava estaba oscuro, de repente Muy Miedosa
despert. Haba odo su nombre pero no haba nadie conellas y simplemente esper despierta a ver qu suceda.
Entonces oy una Voz que la llamaba: Muy Miedosa, y
ella respondi Heme aqu, mi Seor. Muy Miedosa dijo
la Voz, Toma la promesa que te hice en el Valle de la
Humillacin, cuando te invit a venir conmigo a Las
Alturas. Toma tambin el amor humano natural que
estaba ya en tu corazn antes de que plantara en l mi
propio amor, y sube a donde yo te voy a indicar. All,ofrcelos como Ofrenda Encendida para m.
Muy Miedosa no supo qu decir, pero despus de un
largo silencio pregunt Seor mo, entend bien lo que
me pides? S, dijo el Pastor. Quiero que renuncies a mi
promesa y al amor humano que hay en tu corazn y que
los ofrezcas en un altar como Ofrenda Encendida para
m. Ahora, sal de la cabaa y ven a m. Muy Miedosa
hizo lo que el Pastor le mandaba, y sali sin despertar a
sus compaeras. Todo estaba cubierto por una espesa
niebla, pero entonces, la niebla se abri y Muy Miedosapudo ver la luna y una solitaria estrella que brillaban en
el cielo. Y a la luz de la luna, a la distancia, pudo ver
tambin un pico blanco cubierto de nieve refulgente.
Al pie de aquella montaa estaba el nacimiento de la
Catarata del Amor, el lugar preciso en donde el agua
daba un salto hacia abajo, como ya Muy Miedosa haba
visto el da anterior. Slo eso se vea. Lo dems, estabarodeado de niebla y oscuridad. Ese es el lugar de la
Ofrenda, dijo la Voz. He aqu, Seor, a tu pequea
sierva, Muy Miedosa, dijo ella. Y esper a que
amaneciera. Slo se escuchaba el estruendo de la
cascada que pareca retumbar dentro de su corazn y
repetir Toma la promesa que te di, y el amor natural que
hay en tu corazn, y ofrcelos como Ofrenda Encendida
para m.
Con la primera luz de la maana, Muy Miedosa entr a la
cabaa y despert a sus compaeras de viaje. Tenemos
que irnos ya. El Seor me ha mandado que vayamos al
nacimiento de la catarata, donde la catarata salta hacia el
valle, les dijo. Y ellas, sin tardanza se
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a comenzar a ser feliz. Si sigues el camino en el que vas,
pronto recibirs la promesa y te dar el deseo de tu
corazn. Ya no falta mucho, Muy Miedosa.
14. Un poco despus, llegaron al campamento en donde
Penas y Dolores esperaban su regreso. Ya era hora de
emprender la marcha. El Pastor las bendijo y comenz a
caminar en su propio camino, pero de repente, Penas y
Dolores se arrodillaron delante de l y en voz baja le
preguntaron Seor Qu lugar es ste en donde hemos
reposado y descansado durante estos ltimos das? Y elPastor, tambin en voz baja, les respondi Este es el
lugar a donde traigo a mis amados para ungirlos y
prepararlos para la sepultura.
Muy Miedosa no oy estas palabras porque se haba
adelantado, y porque iba repitiendo una y otra vez
Puedes atreverte a comenzar a ser feliz. Ya no falta
mucho, Muy Miedosa. Pronto te dar el deseo de tucorazn.
15. DILUVIOS
1. El camino que Muy Miedosa y sus acompaantes
seguan ahora, era una pendiente suave que suba por la
ladera de la montaa. La niebla estaba ms espesa que
nunca y casi no se vea nada. Cada una de ellas caminabaen silencio, ocupada en sus propios pensamientos. He
aqu yo vengo pronto, a darte el deseo de tu corazn,
pensaba Muy Miedosa. De Penas y Dolores no sabemos
a ciencia cierta, pero era muy probable que pensaran en
la respuesta que el Pastor les haba dado antes de partir.
La verdad es que se haban vuelto ms solcitas, ms
amables y ms esforzadas en la ayuda que le daban. As
llegaron a otra cabaa que estaba preparada para quepasaran la noche, y ah descansaron el resto del da.
Despus de tomar lo que ya estaba dispuesto para ellas,
se acostaron a dormir. Y durmieron profundamente.
21
totalmente de su cojera y su deformidad. Contigo me
siento fuerte, y estoy segura de que slo t puedesllevarme a Las Alturas. El Pastor la mir amablemente y
le contest: Muy Miedosa, es cierto que podra llevarte
yo mismo a Las Alturas, pero de esa manera nunca se te
desarrollaran los pies de cierva y no podras ir conmigo
a dondequiera que yo vaya. Pero si subes una vez, con
las dos compaeras que te he dado, aunque te parezca
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un viaje largo, difcil y peligroso, te aseguro que tendrs
pies de cierva. Entonces podrs saltar sobre los montes y
brincar sobre los collados, y venir conmigo a
dondequiera que yo vaya. Adems, si te llevo yo mismo a
Las Alturas sin que la semilla del Amor est a punto deflorecer, no podrs entrar al Reino del Amor y quedaras
afuera en lugares en donde tus enemigos todava
podran hacerte dao. Como t sabes, algunos pueden
llegar hasta las partes bajas de las montaas. Estoy
seguro de que te los vas a encontrar en el camino. Por
eso te he escogido las mejores guas que puedas tener
en tu ascenso a Las Alturas. Adems, ni un por un solo
instante estar donde no pueda orte y acudir en tuayuda si me lo pides. Es como si siempre estuviera
contigo, aunque no me veas. Y nuevamente te digo:
hacer el viaje de esta manera es lo nico que garantiza
que se te desarrollen pies de cierva.
Y cuando llegue a Las Alturas me vas a dar un nombre
nuevo?, dijo Muy Miedosa temblando de miedo. De
repente estaba sorda a los cantos de las flores y elriachuelo y las aves y llena de temores y malos
presentimientos. Claro que s, contest el Pastor,
Cuando la flor del Amor est a punto de florecer,
amars y sers amada y recibirs un nuevo nombre.
Haban llegado al puente, y Muy Miedosa se detuvo para
mirar el camino por donde haban llegado hasta all. El
Valle estaba verde y pareca estar en paz; las montaas a
donde haban llegado, parecan altsimas, temibles e
imposibles de escalar. Alrededor del Valle se vea unalnea de rboles, y con un repentino dolor se imagin
que los pastores iban por el sendero, de vuelta a casa, y
record la bonita casita en la que haba vivido tanto
tiempo.
22
Al imaginar estas escenas, las lgrimas comenzaron abrotarle y la espina del Amor a picarle el corazn, pero
en ese mismo momento, volvindose al Pastor, le dijo:
Confo en ti, y voy a hacer lo que t quieras. El Pastor la
mir a los ojos y le dijo:
Veo en tus ojos la belleza de la confianza; tus ojos son
ms bellos que los de muchas bellas reinas. Siguieron
caminando, y un poco despus cruzaron el puente y
llegaron al pie de las montaas en donde el caminocomenzaba a empinarse para el ascenso a Las Alturas.
7. All los esperaban dos figuras cubiertas con velos,
sentadas en las rocas que abundaban en el lugar.
Cuando llegaron junto a ellas, se levantaron y en silencio
le hicieron al Pastor un gesto de reverencia. Estas son
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7/28/2019 1. Pies de Cierva en Las Alturas, 13 de Julio, 2013
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las guas que te haba prometido, dijo el Pastor
quedamente. De aqu en adelante y hasta que terminen
los lugares empinados y difciles sern tus compaeras y
tu ayuda. Muy Miedosa las mir con desconfianza; altas
y fuertes, ciertamente, pero por qu ocultaban la cara?Mientras ms las miraba ms comenzaba a temerlas. Tan
calladas, tan fuertes, tan misteriosas. Ni siquiera la
haban saludado. Quines son?, pregunt en voz baja,
Por qu no me hablan, son mudas?
No, no son mudas, contest el Pastor con voz muy
baja, pero hablan una lengua que t no has aprendido
todava. Ya las conocers y aprenders a entenderlas.Son buenas maestras; pocas como ellas. Son hermanas
gemelas, y en la lengua que t hablas se llaman Penas y
Dolores.
8. Pobrecilla. Cuando oy los nombres se puso plida y
comenz a temblar. A punto de desmayarse, se aferr al
Pastor, y rompiendo en llanto, le dijo: No, Pastor. No me
mandes en esa compaa. Por qu mejor no me mandascon Gozo y Paz, para que me ayuden y me fortalezcan?
El Pastor la mir gravemente. Gozo y Paz? Ya se te
olvid que me prometiste ir con quien yo escogiera? Vas
a confiar en m, o prefieres regresarte? Muy Miedosa se
estremeci. Volver a los Temores, y sobre todo a Temor
Cobarde? Qu difcil situacin; qu penosa, qu doloros
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