amor y esperanza gloria ines ortiz -...

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AMOR Y ESPERANZA GLORIA INES ORTIZ Era una tarde soleada. Los rayos de luz se enredaban en los árboles altos que rodeaban el jardín de la casa, y allí sentada en una silla mecedora se encontraba Ella… Una bella, dulce y pálida mujer, aguardando la llegada de su hijo, quien se había ido a un país lejano, y desde allí, ella nunca más volvió a recibir llamada alguna de él. Ella en su corazón guardaba la esperanza de volverlo a ver… Su hijo… Su único amor. Pasaron varios años más, y en una mañana de diciembre, vio una silueta reflejada en la puerta de su habitación, ya no distinguía con sus ojos opacos, los rostros; pero la voz, esa voz nunca la olvidó, cuando dijo: “Madre aquí volví de nuevo a tu lado, nunca te olvidé, siempre guardé la esperanza que cuando saliera del encierro en que me encontraba, por haber caído en las influencias del que decía ser mi amigo, volvería para verte sonreír nuevamente”. Fueron muchísimos años que estuve privado de mi libertad, pero mi corazón y mi mente permanecían ocupados con tus recuerdos… madrecita. Se abrazaron y lloraron como nunca antes lo habían hecho. Y así, volvieron los dos a estar juntos por varios años más, hasta que Dios en su infinita bondad la llevó a la gloriosa eternidad. FIN

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AMOR Y ESPERANZA

GLORIA INES ORTIZ

Era una tarde soleada. Los rayos de luz se enredaban en los árboles altos que

rodeaban el jardín de la casa, y allí sentada en una silla mecedora se encontraba

Ella… Una bella, dulce y pálida mujer, aguardando la llegada de su hijo, quien se

había ido a un país lejano, y desde allí, ella nunca más volvió a recibir llamada

alguna de él.

Ella en su corazón guardaba la esperanza de volverlo a ver… Su hijo… Su único

amor.

Pasaron varios años más, y en una mañana de diciembre, vio una silueta reflejada

en la puerta de su habitación, ya no distinguía con sus ojos opacos, los rostros;

pero la voz, esa voz nunca la olvidó, cuando dijo: “Madre aquí volví de nuevo a tu

lado, nunca te olvidé, siempre guardé la esperanza que cuando saliera del

encierro en que me encontraba, por haber caído en las influencias del que decía

ser mi amigo, volvería para verte sonreír nuevamente”. Fueron muchísimos años

que estuve privado de mi libertad, pero mi corazón y mi mente permanecían

ocupados con tus recuerdos… madrecita.

Se abrazaron y lloraron como nunca antes lo habían hecho.

Y así, volvieron los dos a estar juntos por varios años más, hasta que Dios en su

infinita bondad la llevó a la gloriosa eternidad.

FIN

APAGA TU PANTALLA… CONCECTATE A LA VIDA!!!

CARLOS MORCILLO

Todo empezó a principios del 2010 cuando las personas se entusiasmaron aún

más con aquellos dispositivos portátiles de bolsillo que siempre llevaban consigo y

que les servía para casi todo. Hablar con familiares y amigos, capturar momentos

especiales, realizar pagos, compras y mucho más…

Al parecer realizar todas esas tareas por éstas pequeñas pantallas llenas de

colores era más práctico, divertido y la gente tenía más tiempo….

Y tan excesivo era su uso que las personas al caminar manipulando éstos

aparatitos ya no sostenían su mirada al frente, sino que sus ojos permanecían

más mirando hacia el suelo.

Lucían cabizbajos siempre y apenas percibían la presencia de las demás

personas a su alrededor, pues todos o casi todos hacían lo mismo todo el tiempo.

Aquellos que portaban éstos avanzados dispositivos se sentían más cool y más

populares, pues su círculo de amistades se había ampliado tal; que al no poder

verlos a todos personalmente se enviaban mensajes y fotografías

constantemente…

la comunicación se había vuelto virtual…

Cuenta la historia que Carlitos, era un hombre muy alegre y divertido…con un

poco menos de 75 años, corto de estatura, con pantalones coloridos, y botas en

punta…una persona en vía de extinción para la época actual.

Carlitos por alguna razón era diferente a las personas de las pequeñas pantallas,

cuellos inclinados y cabezas agachadas…

Despertaba muy temprano en las mañanas, se alistaba y se dirigía hacia su lugar

de trabajo con su inseparable amigo…

A pesar de sus años, caminaba siempre con su frente en alto, saludaba con

mucha alegría a las personas a su paso; así algunas solo lo vieran por un

momento y volvieran su mirada hacia sus pantallas.

A diferencia de los demás Carlitos no cargaba dispositivos con pantallas con luces

de colores. En algún momento pensó en tener uno, pero en cuanto lo tuvo entre

sus manos no sintió placer alguno con éstos dispositivos, dijo que eran muy

delicados, sin olor y muy fríos.

Carlitos daba clases de música a un pequeño grupo de jóvenes que como él no

encontraba sentido a las tecnologías actuales y disfrutaban el tocar algún

instrumento musical con el que podían identificarse más y divertirse…

Ver a Carlitos era como estar ante la presencia de un niño:

Su colorida forma de vestir, sus inquietos, grandes y brillantes ojos azules se

movían de aquí para allá mientras hablaba, y hacia muchos gestos con su rostro y

manos.

Todos los alumnos a amaban a Carlitos, quien podía identificar a todos y cada uno

de sus alumnos de una manera sorprendente…

Sabia por ejemplo cuando el glotón de la clase, Oscar, estaba comiendo; por el

aroma a papas fritas que había en el ambiente y que emanaba aquel chico cuando

soplaba su dulzaina…

Conocía el desespero de Raúl cuando empezaba a respirar fuertemente debido a

que no podía con el ritmo de alguna canción.

Sabía cuándo Juliana a veces saltaba de una canción a otra; aun así

escuchándolos a todos tocar al tiempo.

Con el pasar de los años, gracias a las enseñanzas y la paciencia de Carlitos

todos evolucionaron en la música y otras cualidades más.

Hoy es un día normal…pero aun Carlitos no llega… todos saben que es bastante

puntual, pero por alguna extraña razón no escuchan sus saludos fuertes y risas al

llegar a la escuela.

De repente, se escuchan las fuertes y rápidas pisadas de unos zapatos que andan

muy deprisa… es el director de la escuela que se dirige hacia el salón…

Abre apresuradamente la puerta y les comunica a todos que Carlitos no los

acompañará más.

Él y su perro lazarillo fueron arroyados por una persona que conducía su auto muy

rápido mientras miraba su dispositivo móvil…

Ninguno de aquellos chicos sabía lo que era la muerte…durante el tiempo que

llevaban en la escuela de música había compañeros a los que habían dejado de

escuchar debido a personas imprudentes que cuando conducían sus autos y

utilizaban sus dispositivos móviles, los golpeaban muy fuertemente. Ésta

combinación era letal para ellos quienes no podían ver.

Quizás por ésta razón Carlitos nunca tuvo un dispositivo de éstos…

En aquel momento que sostuvo entre sus manos uno de estos objetos, recordó

que ellos eran los causantes de la desaparición de varios de sus alumnos de

clase.

Dichosos Carlitos y sus alumnos que no tuvieron la oportunidad de tener jamás

éste pequeño dispositivo, delgado muy fino y sin olor, que en compañía de

personas imprudentes son unos los causantes de las miles de pérdidas de vidas

en el mundo.

Dichosos aquellos que permanecen desconectados de aquellas pequeñas

pantallas y aun andan por las calles con su frente en alto, recibiendo la luz del sol

o contemplando la noche,

Dichosos los que observan lo hermoso que es la vida, la sonrisa de un anciano,

las travesuras de los niños…

Apaga tu pantalla…conéctate a la vida!!

APOCALIPSIS SERGIO MANCERA

Un extraño sonido invade mis oídos, molesto y a la vez aturdido me levanto de mi

cama, miro el reloj y me doy cuenta de que son las tres de la mañana. La luz de

ésta noche se muestra tenuemente roja, lentamente quito los telones que cubren

mi ventanal temiendo lo que he esperado desde el día en el que vendí mi alma.

No lo entiendo, solo puedo ver el caos rasgando un cielo sin lunas y dejando una

amplia estela roja de fuego y desgracia.

Ante ésta oleada de destrucción y sufrimiento me doy cuenta de que mi momento

finalmente llegó, aprieto mis puños y por medio de mi intercomunicador hago el

llamado a todos aquellos que se prepararon conmigo para el día del Armagedón.

¿Cómo llegué a esto? Para contar esta historia tengo que retroceder diez años en

el tiempo, si… fue el 6 de septiembre de 2114 luego de que finalmente se

descubriera el famoso proyecto “Babilonia” llevado a cabo por el Vaticano y

fundado por aquel papa negro el cual su nombre nunca pude recordar, luego de

cien años escondido 500 metros bajo la plaza de San Pedro, los arcanos,

soldados del gran maestro David revelaron el más oscuro secreto que ha tenido

nuestra humanidad.

Desde siempre el hombre ha soñado con ser un dios, pero nunca pensamos que

esto pudiera llegar a ser una realidad, nunca creímos que la clonación y el tema

del genoma humano llegara tan lejos, la creación de deidades finalmente fue un

hecho, pero los soldados del gran salvador David llegaron a destruir las cámaras

criogénicas de cientos de cuerpos de los líderes más imponentes de los últimos

siglos pero con los poderes que solo ostentaría el mismísimo creador.

Aquel acto heroico solo visto en las películas nos mostró que dioses artificiales

nos podían gobernar fácilmente pero que a su vez solo serían títeres de un

pequeño grupo de ambiciosos de poder. David, aquel carismático líder religioso

siempre se mostró como el salvador de la humanidad, y desde antes fue ganando

popularidad ante el vacío espiritual provocado por la caída del cristianismo, fue así

como nos hizo creer que solo había un camino hacia la salvación.

Recuerdo el día en que lo conocí en persona, no podía creer que alguien de tan bajo rango espiritual como yo pudiera alguna vez tener contacto directo con el salvador. La multitud esperaba dentro del templo Dorado y miles de nosotros, los novicios esperábamos nuestra iniciación, la limpieza de nuestro espíritu. De repente la cúpula de oro se abrió de par en par dejando entrar una luz blanca que iluminó todos los rincones de nuestro punto de adoración principal, todos levantamos la mirada y observábamos como una figura levitaba descendiendo

lentamente hasta tocar el piso, la verdad para nada original puesto que era la entrada típica de todo líder político o estrella de farándula en esos días.

Uno a uno cada novicio fue subiendo al altar, líderes representantes de las

comunidades religiosas arcanas de cada planeta de la galaxia, traían a iniciación a

sus los elegidos para que fueran purificados por el mismísimo David. Así nuestro

nuevo líder espiritual nos tomaba la mano, nos hacía el juramento y nos marcaba

en la frente. En realidad la marca era tan solo una cicatriz que indicaba que

teníamos el chip justo al lado de la cuenta ocular del ojo izquierdo; es cierto, era

una iniciación dolorosa pero le permitía al salvador ver lo que nosotros vemos y

así poder confiar plenamente en que íbamos a cumplir a cabalidad sus órdenes o

más bien las órdenes del libro sagrado.

Y así fue como finalmente me enlisté en la interminable fila de súbditos de David,

ser sus ojos era un privilegio del cual pocos podíamos gozar, significaba que a

nosotros nos encomendaban las tareas más importantes y secretas de las

diferentes misiones evangelizadoras en la galaxia. Con los años llegué a ser

teniente y por ende, el responsable de los resultados en nuestras visitas a cada

planeta, y en cuanto a “resultados” me refiero a la ubicación y captura de aquellos

que cuestionaran nuestra iglesia y nuestra fe y pudieran poner en peligro el

equilibrio espiritual del universo.

Fue durante una misión en Lartinius en donde producto de una rebelión que se

salió de control tuve que intervenir: varios insurgentes abrieron fuego contra

nuestros drones al saber que tendríamos una misión “evangelizadora”, esta misión

era muy especial puesto que nuestro salvador nos había encomendado la captura

y muerte de Jonathan. Esto era muy diferente, solíamos tomar prisioneros y

someterlos al escarnio público para intentar convertirlos o simplemente hacer que

la gente no creyera en sus blasfemias, si la situación se saldría de control en

algunos casos, muy raramente teníamos fatalidades, pero nunca se nos había

solicitado matar sin hacer ningún tipo de pregunta.

Casi derrotados, tuvimos que retroceder hacia unos de los complejos cavernosos

de éste planeta, uno a uno vi morir a los miembros de mi escuadrón hasta que

finalmente me vi rodeado de un ejército de encapuchados, muchos con brazos y

piernas robóticos, como si hubieran sido mutilados y abandonados a su suerte.

Al verme superado en número tuve que rendirme, se me acercó un hombre

tatuado hasta el cuello, fue muy fácil reconocerlo… si… era Jonathan, en ese

momento solo esperaba mi muerte con total tranquilidad puesto que había ofrecido

mi vida y alma en pro del mantenimiento del equilibrio universal y sabía que sería

recompensado en el más allá, él desenfundó su inmovilizador y me invadió un

espectro eléctrico muy potente, no podía moverme, una luz enceguecedora

apuntaba hacia el lado interno de mi ojo izquierdo, hizo un pequeño corte que

destruyó el chip que David nuestro salvador me había implantado en el día de mi

iniciación.

No entendía por qué aún no había muerto, fui llevado a las entrañas de Lartinius

en una jaula sobre un reptil enorme que nunca había visto, fue en los adentros de

esta extraña tierra en donde finalmente me liberaron y donde sostuve una

reveladora conversación con Jonathan:

- Así que eres Alfredo…el mejor evangelizador de David eh??

No sabía que responder, no sabía a donde ir, solo veía un amplio salón ubicado

dentro de un complejo sistema de cavernas del cual así escapara no sabría cómo

salir, Jonathan continuo…

- Yo también fui evangelizador del gran maestro David, de hecho fui su

consejero y su mano derecha, yo también creí en la salvación, hasta que

conocí este planeta lleno de laberintos. Es aquí de donde se va a generar el

apocalipsis.

Jonathan continuo…

- He aquí donde está escondido su ejército de robots “Purificadores”, los que

van a volar los cielos de todos los planetas de esta galaxia, y destruirán

todo lo que conocemos, David salvará solamente a sus seguidores para

crear una nueva era de reconstrucción donde dejará de ser profeta para ser

un dios. Por eso envió esta misión, a acabar con todos los que trabajamos

en este proyecto para así mantener su secreto.

Al ver mi cara de asombro me llevó a la cámara del ”Demonio” donde habita el

corazón del mal, y pude ver todo un ejército de robots que me resultaban muy

familiares: La bestia de siete cabezas y diez cuernos, las langostas, caballos de

guerra con la cola punzante de un escorpión y rostros humanos; y en la parte más

alta de la cámara cuatro figuras sobre corceles blindados cada una de color

blanco, rojo, negro y la última de un color que simulaba la palidez enfermiza de un

cadáver.

De la nada uno de los hombres de Jonathan grito: ¡Nos atacan! … los que

logramos huir de Lartinius nos refugiamos en el planeta Xuporia, el lugar en donde

sabíamos comenzaría la ola de muerte y destrucción desencadenada por David.

De nuevo aquí, en mi ventanal, me estoy poniendo mi armadura mientras veo a

mis hombres, mis hermanos disidentes en sus drones viajando hacia el

enfrentamiento final.

Victoria o muerte… solo el tiempo lo dirá ya voy en camino a la primera batalla de

esta guerra santa, hoy por los nobles habitantes de Xuporia…mañana no lo sé,

solo sé que no dejaré de luchar hasta que el planeta más recóndito esté libre la

tiranía de David.

AVENTURAS ESPACIALES CON UKUMI

ESMERALDA LINARES

PRÓLOGO:

Hola, soy Ukumi, y si se preguntan quién soy yo, soy una especie de serpiente china (muy parecida a la de los carnavales chinos) …pero adorable!,…. Soy muy suave y de todos los tonos del color rosa y aguamarina más brillantes y hermosos que se puedan imaginar.

Ahora, tengo que empacar porque iré a la fiesta 19.200 de “Nepnus”, el planeta hijo de Neptuno y Venus. Sé que Venus será una gran “planemamá” y Neptuno un gran “planepapá”,… y harán una fiesta increíble,… es por eso que estoy tan emocionada!!!!!.

Bueno, ahora paso a contarles que un “Ukumiano” –éste es mi nombre científico-, puede vivir mínimo ¡550 años!, no sé y tampoco me imagino cuanto será lo máximo,… pero bueno,.. Sólo me enfocaré en disfrutar la vida… al máximo!!! Jajaja.

Ahh!!!... Olvidé presentarles a Myle, mi dueña, ella me encontró cuando tenía 7 años, y yo 120, ahora, tengo 125 y ella 11,… y bueno,… ¡este es el año 7.800!,… ya nos vemos…

CAPITULO 1. Viajes.

-Vamos Ukumi!, se nos hace tarde- replica Myle

-Bueno! Ya voy, ya voy,… no actúes como una lo…loca- dice Ukumi algo aburrida, moviendo la cabeza para los lados cuando dice “lo....loca”.

(30 segundos después)

Myle, se colocó su maleta se subió en el lomo de Ukumi, e inesperadamente su hermanita Lizi, también se subió y ¡plush!, Ukumi arrancó. Su viaje sería un poco largo, así que Myle y Lizi se colocaron sus cascos y trajes de astronautas, atadas a unas largas cuerdas al cuello de Ukumi.

-Oigan chicas!! ¿No creen que vamos muy atadas?, me siento ahogada! –dice Ukumi algo atormentada con esas tiras que encierran su respiración-… Bueno Ukumi, ya sabes que debemos recorrer todos los planetas en orden, como dice la ley planetaria, -dice Lizi aclarando esa regla.

Chicas…no creen que deberíamos buscar Ukumianos?,… es tu sueño, no Ukumi? –agrega Myle, con curiosidad.

Pues no lo sé, debemos ir a la fiesta de Nepnus, y dudo que haya tiempo, pero bueno, avancemos! –afirma Ukumi animándolas-

Ok, miren el sol!!! Sí que brilla como tú Ukumi! –dice Myle elogiando a Ukumi-, Oh!!, pues gracias Myle –agradece Ukumi.

Ukumi, a pesar de que eres nuestra “nanamascota”, eres muy divertida y por eso te consideramos como parte de la familia –dice Lizi poniendo esta escena muy tierna-… gracias chicas, me alagan, pero debemos continuar el viaje –interrumpe Ukumi un poco sonrojada por tantas pruebas de afecto- sigamos con esta aventura estelar!!!

CAPÍTULO 2. Horas de acuerdos.

-Miren!! Ya llegamos –afirma Ukumi-… obviamente no se puede entrar al sol, ya que su atmosfera es demasiado caliente, puede quemar todo. Mira Ukumi!!!!,… qué hace la señora Venus? – Pregunta Myle-,.. Pues no sé, miremos qué es lo que hace –dice Ukumi-, sorprendida cuando se acercan y ven a la madre de Nepnus inflar algo parecido a una piscina inflable.

Señora Venus, qué hace? – Pregunta Liz-. Oh!! Qué bueno que llegaron, pues mi primo Mercurio quiere que le ayude a llenar la piñata de mi “planehijo” y no quiero ser algo chismosa, pero no pasaron por él, se lo saltaron –afirma Venus nerviosa, porque espera que no las arresten-

Upsss!!! Estamos en problemas- Ukumi pregunta-. Lizi muy asustada,. No! Tu tranquila, mejor vayamos a verlos antes de que nos vea alguien más. –Susurra Ukumi, tratando de darle valor mientras Ukumi se alejaba con su grupo cada vez más.-

Vio a Mercurio analizando qué luces poner en la piñata,- hola señor Mercurio, qué hace –pregunta Ukumi-. Ah!! Hola señorita Ukuniana, qué le trae por aquí, -pregunta el señor Mercurio, olvidando que le van a colaborar. De hecho señor, -trata de decir Ukumi su mejor presentación y la razón de su presencia-, ay!!!! Casi lo olvido cierto que mi prima Venus les mandó un mensaje con mi ayuda para llenar una buena piñata –interrumpe el señor Mercurio a Ukumi-

(20 minutos después)

Gracias chicos!!, la colocaré aquí –die alegremente el señor Mercurio, después de haber colgado en una gran estrella (que no es sólo el sol). Después Ukumi, Myle y Lizi viajaron hasta llegar a Saturno a patinar en sus anillos!!! Qué aventura llena de locuras!

CAPÍTULO 3. Urano y el hoyo negro.

Ohhh!! Ukumi, esta vez te pasaste! Esto es increíble! O sea, patinar en Saturno! Súper!!! –Afirma Liz muy contenta- Sí, lo sé, pero no creen que aquí ya hace demasiado frío? –pregunta Ukumi curiosa- Sí Ukumi, Lizi no te asustes, pero podríamos morir de hipotermia!, será peor que el polo norte!, Chicas!, mejor súbanse a mi lomo, y vámonos ya, antes de que nos congelemos! – Dice Ukumi apresurada mientras se suben sobre ella las dos niñas-

(Otros 20 minutos después)

¡Miren a Urano!, sólo podremos hablar con él, ya que no podemos entrar en él, porque nosotros ¡PUSH! Con sólo tocarlo –dice Ukumi, graciosamente refiriéndose con una cara jocosa al hecho de congelarse de inmediato con el gesto -¡PUSH!

Bueno!, hola señor Urano, usted es el tío de Nepnus? –gritó Lizi emocionada al poder hablar con él- ¿Qué?, ¿Quién me habla? –Dice Urano muy pacíficamente- ¡ Yo!!!!,… hola tío Urano, cómo estás? –dice Ukumi, interrumpiendo a Lizi-, Oh! Hola Ukumi, Myle y Lizi! –dice Urano sorprendido por su visita-, pues a mi hermanita le gustarían preguntarle si usted es el hermano de Neptuno –agrega Myle, tratando de ayudar a Lizi-, claro que sí!!!, yo soy el hermano mayor de Neptuno y tío de Nepnus, obvio por la línea paterna –die Urano con el fin de atender las dudas-, en serio?, pues entonces ven a la fiesta!! – Afirma Lizi muy contenta-, bueno!! Por qué no?! –afirma Urano mientras da un pequeño giro y sin darse cuenta que Ukumi, Myle y Lizi se están cayendo en “bebé hoyo negro”.

NOOO!!! –gritó desesperado Urano, mientras gritaba con todas sus fuerzas, y llamó a Mercurio, Venus, Tierra, Marte, Júpiter, Saturno, Neptuno, y a Nepnus,… todos juntos tiraron de Ukumi!!, qué fortuna que tus niñas estaban muy bien atadas con grandes cuerdas como dije en el primer capítulo de esta historia, veremos si logran sacarlas y de paso invitan a ¡bebé hoyo negro! a la gran fiesta…

CAPÍTULO 4. Fiesta y reconciliación.

Ukumi!, por qué será que el bebé hoyo negro nos comió?, hablemos con él. –dice Myle curiosa-, porque no? –Dice Ukumi con cara de terror…. –no notan que nunca les conté qué pasó?, sólo les dije que se cayeron, pero no les dije cómo se cayeron, veamos qué fue lo que pasó.

Ok, lo que pasa es que como yo me alimento de estrellas muertas o galaxias, he estado muy triste porque todas se fueron a su fiesta! Y como es semana “galaxiasanta”, se fueron hacia las “galaxiglesias” a orar!,.. Entonces, he estado hambriento –dice el bebé hoyo negro, con dialecto de un niño consentido de cuatro años-,… bueno, pero mira!! En la fiesta de Nepnus hay torta de estrellas muertas para que comas con tus papitos y familia –dice Ukumi alegrando al bebé hoyo negro-.

Así que el bebé hoyo negro los expulsó,.. y Ukumi salió fuertemente con Myle y Lizi montadas en su lomo, debido al jalón que los planetas hacían… todos cayeron encima de la piñata, riéndose de su gran caída inesperada!!, salieron cometas y estrellas fugaces que alumbraron toda la fiesta del sistema solar, y comieron torta de estrellas muertas y cocteles de “frutiasteroides” de frambuesa, todos la pasaron muy felices y cantaron el cumpleaños de Nepnus, quien estaba feliz por la aventura espacial en la que se había convertido su cumpleaños!

Espero que esta historia te haya gustado, espero que te diviertas en tus aventuras especiales… y espaciales!... Nos vemos!!

FIN…

CONTRA-RELOJ

MIRIAM LÓPEZ GÓMEZ

Minutos antes de lograrse ver el amanecer por la ventana de su habitación, Francisco inicia su rutina de cara a un nuevo día de estudio. Meses atrás, su padre era quien se le acercaba a despertarlo. De un tiempo hacia acá, el pequeño Paco ha asumido esta responsabilidad y desde la noche anterior debe dejar programado su reloj-despertador.

En una zona libre de grandes construcciones, se pueden divisar en el horizonte los picos de las montañas. La mayoría de los caminos que Francisco y su familia transitan a diario han sido construidos por la misma comunidad. A lado y lado de los mismos se puede observar el ganado pastando, las huertas de los vecinos, y arrumes de abono.

El recorrido que debe realizar Paco hasta la escuela le permite ser testigo de este majestuoso paisaje, que es en parte una recompensa a la distancia que debe realizar en una pesada bicicleta de adulto adaptada a la necesidad del niño.

Cargado no solo de libros y cuadernos, los sueños de este pequeño parecen ser alimentados en cada impulso con el que logra subir y bajar el descascarado trayecto de varios kilómetros que conecta su vereda con la vía principal del municipio más cercano. Acostumbrado a esquivar charcos, huecos y piedras, estar a salvo de camiones y vehículos parece ser un desafío no mayor.

Completar los estudios escolares para luego poder asistir a un centro de formación profesional son las palabras que sus padres le repiten todos los días. El las tiene muy presentes y es bastante responsable con su primaria obligación aunque a su corta edad está convencido de su proyecto personal. Ese que a diario ha venido alimentando y se ha convertido en su motor de vida.

Hacia mitad de año, el cronograma escolar tiene previstas competencias deportivas para sus estudiantes. Para Francisco montar en bicicleta significa mucho más que un medio para transportarse entre su casa y la escuela. Le ha agarrado un gusto especial al punto de dedicarle horas adicionales.

Al hecho de competir en bicicleta junto a sus compañeros de clase se le agrega un incentivo: El ganador podrá iniciar clases en un reconocido equipo de ciclismo de la capital del departamento.

El pequeño Paco entiende que para ser competitivo debe ser creativo con su preparación. Junto a su padre, se han encargado de sumarle mayor peso a la antigua bicicleta de acero, han diseñado nuevas rutas de entreno con grandes pendientes en zonas de tierra húmeda que llevan a la acumulación de barro entre las llantas, y han construido un espacio físico donde salvaguardar la bicicleta

cuando no está en uso y poderse sentar a definir las estrategias de carrera: el taller del equipo familiar.

Es en este lugar, donde padre e hijo han pasado gran cantidad de tiempo en los últimos días. El trabajo en el taller se ve interrumpido únicamente por las horas de estudio de Francisco y por el momento de la cena en familia. Cada uno disfruta de la actividad y tiempo compartido. Todo viene marchando acorde a lo planificado.

Francisco se ha tomado muy en serio esta tarea. En sus tiempos libres, ha decidido consultar como es la preparación de renombrados ciclistas mundiales y ha encontrado que más allá de los entrenamientos en bicicleta existe un factor determinante en el desempeño deportivo de ellos que es la buena nutrición. En su dieta diaria ha incluido entonces frutas, vegetales y abundante agua, dejando a un lado la comida ´chatarra´ y los dulces que tanto le gustan. Esa ha sido su cuota de sacrificio.

Por ahora los únicos contratiempos presentados en los días previos a la competencia son algunas dolencias en las palmas de las manos de Paco debido al roce de la piel sudada con el duro plástico de los manubrios del timón. Por suerte, a este pequeño inconveniente le han encontrado una solución casera. Se ha ajustado una espumilla alrededor de cada manubrio; ocurrencia dada por su mamá.

Con un día despejado, ha llegado la fecha de la competencia. Así como Francisco recibe indicaciones de sus coequiperos mamá y papá, muchos otros niños escuchan a quienes los han acompañado en esta mañana. Los rostros de los pequeños denotan menos tensión y más emoción que la percibida en los adultos. Todos quieren si o si el inicio de la carrera.

¡Ya salieron todos!, exclamo el coordinador de deportes de la escuela. Se esperaba que 60 minutos después de la partida desde la plaza central del municipio, el ganador se hiciera presente en meta. Gran parte del recorrido podía visualizarse desde este sector. Eso sí, para mayor precisión, los binoculares serian fundamentales para no perderse detalle alguno.

El locutor desde la tarima central narraba al instante lo que venía sucediendo a la distancia. Con su tono de voz describía las sensaciones que debían tener los competidores entre los ascensos y descensos del trayecto, llegando a colmar los nervios de los asistentes. Aunque siempre se escuchaban los gritos de apoyo de los padres y demás aficionados hacia los pequeños.

El padre de Paco ha estado en máxima concentración siguiendo el desempeño de su hijo. Ha permanecido sin cruzar palabra con alguna otra persona. Entiende que parpadear a la distancia puede hacerle perder de vista a su pequeño. A esta altura los muchachos ya han avanzado más de la mitad del total del camino.

De un momento a otro, el padre de Francisco suelta los binoculares. Su señora esposa queda atónita y comienza a preguntarle qué ha sucedido. Allí se escucha la voz del locutor de carrera informando lo que ellos no querían escuchar.

¨Señoras y Señores el líder de la competencia ha sufrido una caída en una cerrada curva. Su nombre es Francisco. Aunque se ha logrado recuperar en pocos segundos, por ahora ha perdido la primera posición ¨.

Este imprevisto ha aumentado la impaciencia de todos los espectadores a solo minutos del final de la carrera. El desenlace estaría para verlo de pie. El ahora nuevo líder sentía los pedalazos de un Paco herido pero con un impulso demoledor. Era tal la desconfianza de quien tenía la primera posición, que cada 5 segundos miraba hacia atrás para darse cuenta de la proximidad de su inmediato oponente.

A metros finales, en una pendiente con mucha inclinación, Francisco se pone de pie sobre su ´caballito de acero-acero´ y deja descolgado a su último rival. Se escucha la desgarrada voz de un emocionado locutor indicar que este muchacho cruza la meta como ganador y los aplausos de todos los asistentes no se hacen esperar. Los padres de Paco lloran de alegría por su pequeño ya campeón. Corren agitados a buscar a Francisco y fundirse los tres en un apretado abrazo de equipo.

CUANDO LA FELICIDAD REAL, LLEGA A TI.

JOHANNA MONCADA

Al sentir un vacío en tu corazón, es muy difícil concentrarte…y conduces tu vida

en forma inequívoca al punto de entrar en desespero y creer que no hay una

salida. Se puede llegar a pensar que esta vida es algo sin sabor e

indiscutiblemente absurda.

No creemos tener la suficiente fuerza y control para continuar, y es por eso que la

tristeza invade nuestra alma y nos obliga a desahogarnos con la persona más

cruel y más dura sobre la faz de la tierra, nosotros mismos.

Esa tarde soleada, simplemente conducía mi auto y observaba como las personas

gozaban un domingo de diversión y entretenimiento, las parejas se besaban y se

notaba en sus rostros el amor que se dedicaban el uno al otro, los niños

jugueteaban con sus padres y por supuesto, no faltaba quien estaba de afán, pues

era ya muy tarde para encontrar un lugar no tan lleno para ir a nadar, y así

disfrutar de una buena piscina, o sencillamente poder hallar un sitio donde comer

algo bien merecido, después de haber laborado sin parar toda una semana entera.

Desde la misma abuelita que se afanaba por llegar temprano a una misa en la

iglesia quien llevaba su rosario y su velo en la cabeza, hasta ella sentía que su

corazón estaba sano y que palpitaba de alegría.

Podía sentirse en todos los rincones de la ciudad por donde transitaba, ya el

aroma de la madera que empezaba a consumirse convirtiéndose en un carbón, la

carne ya estaba lista para poner en el asador, y podía observarse como las

familias juntas, disfrutaban de su compañía y reían de manera tal, que se podía

percibir algo mágico en sus rostros, eso...era alegría.

De manera inesperada creía que por un instante ¿no sé? Talvez habían caído

gotas de lluvia y habían humedecido mi rostro al ingresar el aire por la ventana,

pero después de un momento, me miré al espejo con gran asombro y me di

cuenta que esas gotas no le pertenecían a la lluvia, si no que al contrario

provenían desde el fondo de mi alma, y en mis ojos se mostraban esas gotitas,

porque estaba rebosado de sentimientos encontrados al ver como los demás

podían estar muy bien, mientras yo estaba solo y deambulando por esa gran

metrópoli, de la cual quería escapar pero los recuerdos y el pasado no me

permitían desdoblarme de allí.

Entonces continúe de un lado para otro y poco a poco llegaba el anochecer y fue

ahí, cuando no pude más y detuve mi vehículo. Salí de él y cuando me percaté

me hallaba en un lugar deshabitado, desde el cual se podía ver como en el

firmamento se reflejaba el sol cayendo y el ocaso culminaba un día más.

Me encontraba solo y muy triste, mis lagrimas caían a montones, y sentía mi

cuerpo muy pesado, sin ganas de continuar, ya esas simples gotas saladas de mis

ojos me irritaban hasta la piel y se convertían en un mar, en un océano capaz de

ahogarme en esa fría noche que llegaba, y una vez más me mostraba como las

luces de esa hermosa ciudad, no alcanzaban para mí, no iluminaban el camino

correcto por el cual debía ir.

Así que, aunque tenía muchas ganas de acabar con mi soledad, saque el poco

valor que me quedaba y simplemente me arrodille, y mirando el cielo exclame,

¡Necesito ayuda por favor, ya no puedo más!

Pero el ruido del silencio aturdía una vez más a mi oído y pensé, que simplemente

nadie en lo absoluto me había escuchado, eso fue lo que yo pensé.

En la noche intenté dormir aun cuando muy difícil pude hacerlo. No me percaté

sino hasta que los rayos del día ingresaban a mi puerta y tomé en mis manos lo

que muchos hacemos al despertar, revisar nuestro teléfono celular.

Así que, iluminado por ese caluroso y amarillo sol, se me ocurrió escribir un texto,

uno de esos para saludar simplemente. Pero de manera infortunada, únicamente

pude hallar que se iluminara solo una palomita de mi aplicación, y dejé que mi

rutina me llevara otra vez a realizar mis cosas como siempre solía hacerlas.

Nuevamente me propuse salir a conducir, pero esta vez había algo diferente, el sol

estaba más fuerte que de costumbre, las personas pude verlas con mayor

claridad, y observaba que en sus rostros esa alegría que me contagiaba, era la

causa de mi desahogo y que, por eso con mi alma vacía de preocupaciones, podía

sentir en mi cuerpo algo nuevo.

Por tanto, me decidí por disfrutar ese día puesto que, siendo festivo, no pasaba

por mi mente que, en el transcurso de esa tarde, llegaría a mí algo inesperado.

Entonces me detuve, y leí cuidadosamente la respuesta a ese mensaje mañanero,

que había escrito con temor, pero al mismo tiempo con anhelo.

Y cual sería mi sorpresa que mientras yo leía, nuevamente mire el espejo de mi

retrovisor y me di cuenta que ya no eran lagrimas lo que caían de mis ojos, sino

que mi rostro se llenaba de emoción por esas palabras que aceptaban un

encuentro que no se dio a esperar, porque al fin, ese día, era el día que había

estado esperando toda mi vida.

Claro que tuve miedo, pero sin lugar a dudas imaginaba como iba a ser ese

encuentro, pues ya la noche se acercaba y se adornaba con sus brillantes

estrellas y la luna anunciaba algo increíble por que resaltaba su belleza como

nunca más había ocurrido en este lugar.

Entonces me aproximaba a ese maravilloso regocijo que me causaba el pensar,

que iba a ver a una persona que tanto tiempo atrás, no pude volver a ver porque

las circunstancias no lo permitían.

Lo admito, estaba completamente nervioso y anonadado por esa cita que el

destino me preparaba, pero sabía que no me negaría esa oportunidad de hacer

las paces conmigo mismo, y decidí entonces continuar subiendo a la parte más

alta de esa hermosa ciudad, y mientras subía y subía, mi corazón latía más y más

fuerte, y oh sorpresa cuando me percaté que en el lugar indicado, la gente se

movía como hormigas en el camino, y no podía ver, o mejor, no podía saber cómo

reconocería ese ser tan lindo que aguardaba por mí.

De repente algo muy chistoso ocurrió, pues todo el mundo saca su mano para

hacerle el pare a un autobús o un taxi, pero había algo diferente en esa parada de

vehículos que me llamó mucho la atención y era que estaba allí una hermosa

pierna asomándose como diciéndome oye, aquí estoy.

Y después de tanto tiempo solo, después de haber llorado como un niño triste,

después de haber estado desesperado en busca de consuelo, me encontré con

ella, la mujer más impactante, linda y maravillosa que haya existido sobre la faz de

la tierra.

Y cuando me vio noté su alegría en su rostro, pero lo que más me causó

curiosidad, fue ver que en sus brazos dormía una hermosa princesa que, al verla

descansar irradiaba paz y seguridad en ese regazo maternal.

Lo que pasó después me hizo comprender que en la vida hay adversidades y

problemas, siempre hay una solución y que no debemos desfallecer. Que las

adversidades nos hacen más fuertes y que, aunque la vida nos prueba duramente,

llegara ese ángel del cielo que Dios envía para aliviar nuestro corazón, al fin pude

encontrar la felicidad, cuando ella me dijo: aquí estamos para ti y nunca volverás a

estar solo.

DIARIO DE STRIGIDAE

SONIA LÓPEZ YAYA

¿Cuantas veces se habría preguntado el viejo búho si había sido realmente feliz?, ¿de cuántas maneras habría intentado comprobar que lo era?, ¿por cuánto tiempo habría llegado a pensar que aquello tal vez, no era más que un deseo de su terco corazón y que ya no conseguiría?.

No le bastaría con el claro amanecer que desde su confortable nido, en la copa de ese frondoso árbol, le anunciaba cada día, que ya era la hora del cantar de los pájaros, que con sus alas sacudían la brisa que había dejado la madrugada sobre las coloridas flores del jardín.

Posado sobre el marco de la ventana más grande que daba justo al comedor de los niños, observó, como nadie mejor que él sabía hacerlo; pero, sólo unos minutos después, concentrar su atención hacia un solo lugar, no fue posible; y menos escuchar algo en medio de aquella sinfonía de voces pequeñitas, tiernamente abrumadoras. El sí que sabía contemplar el panorama; había pasado toda su vida viendo el mundo pasar frente a sus ojos gigantes, sin perder la serenidad que llevaba impregnada en sus doradas plumas.

Pero en ese lugar todo era distinto; Mayerly gritaba y sacaba lágrimas sin esfuerzo, no iba a parar hasta que su nuevo amigo, el búho, fijara sus enormes ojos en su pequeñita estatura, la abrazara fuerte y la abrigara con sus calienticas alas como lo hiciera de ahí en adelante, cada vez que se encontraban; claro que ya sin el preámbulo de llanto que sus pulmones de no más de cuatro años, habían entrenado para estallar cada vez que fuera necesario en esa batalla constante pequeños superhéroes.

Aunque cada uno había logrado un lenguaje particular para comunicarse, para defenderse o para esperar simplemente; unos como Mayerly, gritaban sin cansancio superando el nivel de decibeles que pudiera soportarse, otros habían aprendido que sus dientes de leche y sus delgadas y diminutas uñas eran infalibles, otros decidieron desvanecerse en la esquina de una mesa, sin tomar partido como si los cubriera una onda magnética, era la manera de permanecer allí sin saber por qué y mucho menos por cuánto tiempo.

Ninguna de las anteriores, o tal vez todas al tiempo, así era Esmeralda, había aprendido a gritar más duro, a devolver la marca de su sonrisa estampada en el brazo de aquel que dejara una línea rojiza en sus suavecitas mejillas, luego de alguna acalorada riña. Estaba ahí, alerta, despierta, vivaz, y con esa dulzura que se notaba con solo mirar un segundo sus ojitos, escondidos en esa maraña de rizos que enmarcaba su carita estampada con las moras del jugo, el caramelo que trajo la visita y el barro del jardín de columpios.

Con su firme tono de voz, palabras claras y su expresiva mirada, al ver como Mayerly con su nuevo amigo el búho, hacía el compromiso de no explotar en llanto cada vez que quería su atención, la pequeña Esmeralda advierte contundentemente al búho “así como yo…yo no lloro”; y el búho que no acabada de descubrir cuál era la forma correcta de actuar en aquel lugar, hasta ahora desconocido para él, se percata de que a los cuatro años de edad, Esmeralda no se iba a conformar con pasar desapercibida; y cómo, si llevaba gran parte de su vida, y eso es mucho a los cuatro años, despertando todos los días con el tajante llamado de las auxiliares, que apuradas por cumplir la tarea extenuante de organizar a más de 20 chiquitines por cada grupo, no podían detenerse a despertarlos y animarlos con una caricia, pues había que cumplir el horario establecido para pasar al comedor, lavarse los dientes, ir al colegio o pasar al jardín o al cuarto de televisión, participar de alguna actividad programada y de nuevo ponerse la pijama y quedarse dormido antes de las seis de la tarde.

Esmeralda, así como los demás pequeños huéspedes de aquel hogar de niños y niñas, tenían que aprender rápido aquella dinámica donde un abrazo cálido y una caricia pausada en los brazos calienticos de mamá, no era parte de su rutina; cada sonrisa nueva, cada visita inesperada había que aprovecharla.

De manera que el sabio búho, se cuidaba mucho de que ninguna carita se le escapara de sus brillantes ojos; corrían, viajaban al castillo de princesas que quedaba en la casita del árbol, en el barco pirata que conducía el capitán “Jake”, iban a la peluquería y cocinaban una torta de mora y chocolate con chispitas de colores, para la fiesta de cumpleaños de Barbie y sus amigas. Pronto el viejo búho recordó que los personajes fantásticos caben en cualquier estuche y no tienen tope de edad apto para usarse. Volaron aviones de papel y pintaron de colores una y otra vez las hojas de un libro reciclado.

Los días soleados eran perfectos para correr por el jardín y ver el cielo sobre sus cabecitas. Mientras el paciente búho intentaba tejer trenzas en los cabellos enredados de sus simpáticas amiguitas -habitados por minúsculos duendecillos de múltiples patas y punzantes aguijones-, se percató de que ¡Sofía no estaba por ningún lado!.

Enseguida, Esmeralda entrega el informe que solía tener siempre listo, ante cualquier acontecimiento, ella estaba al tanto de todo, así que simplemente dijo “Sofía y su hermano se fueron a otro país, ya tienen papitos nuevos”…el búho no había logrado decir nada cuando nuevamente Esmeralda asegura “a mí también me van a conseguir papitos nuevos”, atónito, el búho, no supo decir ni una palabra; se alegró de saber que la “princesa Sofía” con sus hermosos ojos verdes y su hermano mayor , que no alcanzaba los seis años, ya estarían empezando a vivir una nueva historia, muy lejos de allí, ojala llena de aventuras y mágicos momentos. Él sabía que nunca más volvería a verlos, y descubrió un sentimiento parecido a la tristeza que no había experimentado antes; lo que no sabía, mientras terminaba de hacer las trenzas que tanto reclamaba Mayerly, era que ésta era la última vez que peinaría ese lacio cabello rebelde; esa tarde Mayerly estaba tranquila, lo que no era muy común en ella, mientras repetía las canciones que le

enseñaba el búho plácidamente, su sonrisa era diferente, como si el cálido plumaje abrigara su corazoncito; esa tarde fue especial para los dos.

Por horas, no salió una sola lágrima de aquellas que le sobraban a Mayerly, esa tarde la pequeña Mayerly estuvo feliz. “Se fue con sus papas verdaderos”, fue el informe preciso de Esmeralda, que como siempre estaba al tanto de lo que ocurría en esa casita blanca rodeada de jardines y repleta de juguetes.

No volverían allí, simplemente se fueron así como un día llegaron, y así tenía que ser, no tenía por qué ser diferente, ese era el “final feliz”, aunque en el corazón suceda algo difícil de explicar, incluso en el discreto corazón de un búho.

Pero no había tiempo para pensarlo, ahí estaba la rueda volante del jardín, repleta de pasajeritos esperando que la impulsaran para emprender el viaje, ¡abróchense los cinturones! ¡vamos! ¡un árbol en la vía! ¡poom! ¡nos chocamos!. Había llegado el momento de dar volteretas, no había que hacer esperar a los intrépidos contorsionistas que se encaramaban en las debiluchas garras del amigo búho, para que les ayudara a girar en el aire y aterrizar sobre el colchón de pasto que intentaba crecer en aquel trajinado patio trasero.

Cuánto sabrían las ramas de los ancestrales árboles que sombreaban ese lugar, cuántas veces habrían visto llegar y salir de allí algunos ojitos expectantes, cuántas historias inverosímiles habrían escuchado de esos traviesos narradores, de cuántos porrazos habrían sido testigos y cuántas miles de aventuras estarían todavía por presenciar.

No había tiempo, no había muros ni prohibiciones que limitaran a los insaciables exploradores; solo estaban allí, no sabían las razones ni la duración de su estadía; simplemente había que reír a carcajadas cuando lo merecía la travesura, llorar con ganas si tocaba, hablar sin parar o callar; sonreír solo unos segundos después de haber llorado, brincar por todo lado y dormir luego de uno día igual a todos los demás pero sin mortificarse pensando en ello.

Así era, ¡simplemente así era!, no había nada que preguntar, ni si quiera aquella cuestión que rondaba la cabezota del inquieto búho; la “felicidad” al parecer, consistiría, entonces en no preguntarse por ella, en no salir desesperadamente a buscarla, en contemplarla y dejarse envolver por ella sin saberlo y en no extrañarla cuando se aleja.

Ser feliz, sería serlo simplemente, ser feliz, un verbo irregular en infinitivo, una idea verbal abstracta, sin expresar modo, tiempo, aspecto, número o persona, modificado por un estado relativo y ambiguo; en últimas aquello que había inquietado al búho durante tanto tiempo resultaba no ser el destino sino el camino, resultaba ser simplemente, ser capaz de percatarse de aquellas cosas que hacen que vivir merezca la pena.

EL ADIÓS DE DON GREGORIO FERMÍN MONTOYA MOJICA El último domingo de marzo fue especial para los abuelos del Totumo. Muy temprano y luciendo sus mejores trajes acudieron a la escuela El Manglar donde se encontrarían con siete jóvenes estudiantes de secundaria. Sus atuendos eran los mismos que habían usado para la misa del domingo de Ramos. El salón quedó pequeño y algunos debieron escuchar desde el corredor las palabras de bienvenida del presidente de la Junta de Acción Comunal. Ernesto, explicó el motivo del encuentro haciendo gala de sus dotes de orador incipiente: “Queremos que nos concedan el placer de enseñarles a escribir a ustedes, quienes por cosas de la vida no lo pudieron hacer en su juventud, juventud que hoy es la nuestra”. El aplauso fue rotundo. Monchi venció la timidez y agregó que sería una bonita experiencia porque después de todo lo más importante es que “seremos nosotros quienes vamos a aprender de ustedes, de su experiencia, de su sabiduría”. Doña Abigail levantó la mano como niña de primaria: -“yo aprendí de niña con tiza y pizarrón, pero ya se me olvidó y ahora le toca a mi nieta que tenga paciencia y me lea la Santa Biblia” Hubo risas y más aplausos. Doña Imelda expresó lo mismo, al igual que don Tenorio, don Jacinto, doña Pastora, doña Evangelina, doña Susana y don Cantalicio. Don Gregorio, el más anciano, también se levantó del puesto y en medio de una tos persistente -que casi no lo dejaba hablar- y con los ojos aguados logró decir: -“yo también ‘quero’ aprender a rasguñar mi nombre más cuando sea. No conozco la o ni por lo redonda, ‘t'oy’ viejo y solo, vivo en ese rancho donde ‘t'a’ el burro ‘Lanetas’- señaló con sus manos temblorosas y ajadas por el tiempo. Su rostro y su mirada se quedaron suspendidos en el tiempo, esta vez el aplauso fue más sonoro, con la ruana se limpió el rostro cansado. Zenaida, la niña bonita del grupo, tomó el listado de quienes emprenderían la expedición del saber, la aventura de aprender. Veintisiete entusiastas alumnos, diez y seis mujeres y once hombres. Don Gregorio fue el último, no recordaba el número de la cedula, pues a sus ochenta y nueve años la memoria se estaba perdiendo, la tos no le permitía hablar. -La otra semana a lo mejor me acuerde y la traigo-, dijo. Los domingos se habían vuelto motivo de alegría, el ritual se repetía armónicamente desde el primer canto del gallo hasta la puesta del sol. Sólo se cambiaba la rutina de planas y cantas y risas de la escuela para la celebración del día de la madre o el día del campesino, San Pedro y las fiestas patronales de Santa Rita de Casia.

Del rancho de don Gregorio siempre se veía salir humo a través de las paredes. El fogón de leña permanencia encendido como prueba de que el anciano estaba bien a pesar de la despiadada tos. Don Gregorio vivía de vender leña que recogía de los montes vecinos, de troncos viejos que morían a la orilla de la quebrada, de madera que abandonaba el cauce del río en su viaje para buscar el mar, de la generosidad de los obreros ferroviarios que hacían mantenimiento a la carrilera del tren y le regalaban las traviesas que nos servían. No sólo era la leña que los obreros compartían con don Gregorio, también era el almuerzo que el degustaba mientras contaba sus historias: -Tuve muchas novias-, contaba con vanidad y se reía de las travesuras de la juventud. –Nos veíamos a escondidas y les regalaba duraznos. Nos poníamos citas ‘endespués’ de misa y en la comunión hacíamos fila detrás de ellas para recordarles lo convenido. Nos hacíamos contratar p’a los convites p’a lo que ‘juera’ con tal de verlas o hablar con ellas o hacerles risitas. Todo era de lejos y si les tocábamos la mano era para saludarlas, los tiempos cambian. -Tuve mujer y dos hijos. Ella murió hace muchos años y a un hijo lo mataron en el ejército y el otro cogió p’a Venezuela. Nunca más supe ‘del’. Dios quiera que aparezca antes de que la ‘pelona’ me lleve-. Sus ojos se aguaban y su mirada se perdía en la montaña, la tos no lo dejaba solo. -Estas piedras y estos árboles han visto pasar la historia. Trabajé en estos rieles cuando llegó el primer tren, el ganado corría desaforado como si vieran el diablo. Era la locomotora negra y grande que funcionaba con carbón. La trajeron unos gringos alemanes que hablaban gangoso y se ponían rojos como un ají de tanto 'jartar' guarapo-. Las lágrimas retornaban a sus ojos. -La gente se volvió minera y se olvidó del campo o agarraban p’a Venezuela, mi muchacho jamás volvió-. Todos se decían lo mismo: -Qué será de nuestras vidas cuando estemos viejos-. Historias que don Gregorio que también contaba a los jóvenes profesores. Las clases pasaban tan rápido como la capacidad que tenían los ancianos para aprender y recordar. La semana treinta y dos amaneció más tempano. Los siete jóvenes se encontraron en el parque y emprendieron la ruta del tren hasta la estación. Se sintió un frío extraño en el salón. Solo había veinte seis alumnos, la silla junto a la ventana estaba vacía. Era la silla de don Gregorio, se hacia allí para ver a través del cristal al burro ‘Lanetas’, su compañero fiel. Todos corrieron hacía la ventana, ‘Lanetas’ revoloteaba de un lado a otro y por las paredes del rancho no salía humo. Los muchachos se repartieron las tareas, cuatro quedaron en la escuela y los otros tres en compañía de doña Ifigenia salieron corriendo para la casa del abuelo. El camino parecía cerca pero la travesía tardó más de una hora.

-Hola Topacio-, dijo Zenaida. El saludo era para ‘Lanetas’. La puerta del rancho estaba entre abierta. Doña Ifigenia empujó la puerta presintiendo lo peor, las bisagras oxidadas crujieron, el estruendo sirvió para que don Gregorio comenzara a toser. Estaba sudoroso y frío, tenía la garganta maltratada, había pasado una noche terrible. No había podido dormir, se sentía agotado. -Cristo bendito, menos mal…-suspiró largo doña Ifigenia. Se cruzaron varias miradas sin pronunciar palabra. Prendan el fogón, hagan caldo para todos. Ernesto encendió el fogón pero el humo lo hizo llorar. -El caldo es solo para mi viejito adorado-, diño la niña bonita. Les preparé un tinto pero lo cuelan en los dientes-, dijo doña Ifigenia. Todos soltaron una carcajada enorme que le provocó otra vez tos al abuelo, que con dificultad los invitó para que se repartieran la cuajada que estaba en la estera de caña colgada en el corredor. Monchi fue a remudar a ‘Lanetas’. -Esta sin herraduras, si me dejan el otro domingo venimos y lo erramos-, agregó Monchi. Es que nosotros los arrieros... Sobre el medio día doña Ifigenia pidió a los muchachos que regresarán a la escuela y ella se quedaría con el anciano, le dicen a la comadre Hortensia que haga el ‘javor’ y me traiga los cuadernos. Ernesto abrazó al abuelo, luego lo hizo Monchi y, por último, la niña bonita le limpió el sombrero, le peinó el poco pelo blanco que aun tenía, le limpió la cara, lo abrazó con fuerza y le dio un beso en la frente. Los dos lloraron en silencio. Los miró marcharse, sintió la amargura de la soledad y su pensamiento voló lejos. -Si mi muchacho llegara de Venezuela. Si volviera, si volviera... Había sido un año apasionante, por la mente de nadie había pasado la idea de conocer tanta gente sencilla y llena de bondad y ternura. En cada frase que los ancianos campesinos dejaban salir brotaba sabiduría, refranes, pensamientos, historias cocidas a la tierra, al azadón a la labranza, al surco a la parcela, a la hoz, al arado. Gente que amaba los animales, devotos de la virgen y orgullosos de su pasado. A los ancianos se les rompía el alma viendo como las industrias y la mano insensible del hombre maltrataban la naturaleza. Todos aprendieron a leer y escribir, a rasguñar su nombre. Los muchachos, los jóvenes estudiantes aprendieron más que letras y conceptos, aprendieron a valorar la vida y la tierra y la naturaleza. Volvieron para Navidad, regresaron a la escuela con regalos para todos y medicinas para don Gregorio, pero del rancho del abuelo ya no salía humo de las paredes y no se veía a ‘Lanetas’, un pensamiento premonitorio embargó a los muchachos, abrazos silenciosos, lágrimas de desconsuelo, cerca del rancho una cruz de madera sin tallar, flores marchitas, soledad, nostalgia, pesadumbre; la niña bonita empujó la puerta, de nuevo las bisagras crujieron y junto al fogón de leña

un cuaderno sucio y viejo con trazos incompletos... Gregorio Rojas, Gregorio Rojas -Hijo: “Sí algún día viene a buscarme, ya no estaré solo. Estaré con Dios.”

EL ÁNGEL DE MI VIDA – YAKO

YENNY BELTRÁN

En un país no tan lejano nació un ángel, aquel hermoso ser, no conocía ni entendía el lugar al que había llegado ; un lugar fascinante lleno de curiosidades a veces cálido a veces frío, con variedad de olores, colores y sonidos todo un paraíso por explorar.

Aquel ángel era un sueño, sus ojos de un color azul profundo que al mirarlos te sientes sumergir en el mar más bello e inmenso, su respirar tan apacible y penetrante, su cuerpo un singular grupo de formas finamente delineadas, todo su ser un hermoso paisaje.

A su lado su madre fatigada y delgada pero con una dulce mirada tranquilizadora dándole la bienvenida.

Sus primeros pasos una aventura, cada lugar desconocido, cada espacio deslumbrante, cada momento un descubrimiento y él taciturno en esa inmensidad.

Un día se encontraba merodeando cuando de repente se sintió observado, atraído por esa sensación buscó entre las siluetas y se encontró con otros ojos que lo admiraban fascinados, aquel sería el encuentro más maravilloso nunca antes imaginado, quién se atrevería a pensar lo que de ese hermoso momento perduraría para toda la eternidad.

Despeinada y traviesa lo perseguía una joven, él simplemente huía y se refugiaba hasta que en un instante logro caer en sus brazos, ella lo acariciaba como si nunca antes hubiera visto algo similar, él al sentir sus caricias se sentía encantado, habían hecho una conexión y de ahí en adelante todos sus días se los pasaron en juegos y risas nunca sus vidas habían sido más felices.

Un día el Ángel curioso por todo lo que le rodeaba vio una mariposa, tratando de alcanzarla corrió y corrió sin darse cuenta del camino que llevaba, sin querer este se convirtió en un paseo inesperado pero sin la compañía de su nueva amiga, pero estaba tan entretenido que no notaba que cada vez se aleja más de su casa, seguía correteando a la mariposa hasta que esta huyo y finalmente al sentirse agotado bajo su mirada y de inmediato desconoció el lugar en donde se encontraba, sin pensarlo salió corriendo tratando de encontrar el camino de regreso pero su esfuerzo fue en vano, sentía que cada vez se alejaba más porque sencillamente no sabía hacia donde dirigirse y ya caída la noche, la oscuridad lo acechaba, sabia que había sido un largo recorrido y no se había percatado de marcar el camino de regreso; asustado continuaba su búsqueda pero sin obtener ningún resultado, trataba de encontrar el lugar de dónde provenía pero ninguno se le hacía conocido, tenía frío y ya no tenía más remedio que sollozar.

En casa su amiga también estaba muy preocupada empezó a buscarlo por todos lados y tampoco lo encontraba, daba gritos desesperados confiando que su ángel

la escuchará, temía porque le hubiera pasado algo malo, porque no pudiera hallarlo, ya cansada de caminar se sentó un momento pero siempre atenta en el silencio tratando de detectar cualquier sonido que le ayudará a dar con el paradero de su amigo, confiando que su ángel estaría bien y ese amargo sentimiento de soledad desaparecería, cuando de pronto sus deseos se hicieron realidad.

A lo lejos escucho un murmullo en un tono triste y desconsolador, presto toda su atención para ver de donde provenía ese sonido; su corazón empezó a latir ansiosamente, sus ojos indagaban con entusiasmo en la oscuridad y las estrellas parpadeaban alegremente; como si el mismo cosmos se regocijara de este feliz reencuentro, ella impaciente espera, hasta que de repente con un suave destello de la luna sus ojos cristalinos brillan y ahí está; inundada de sentimientos de alegría y gozo, su voz entrecortada por la emoción lo nombra y él con su inocente mirada acude felizmente a su llamado.

Nuevamente juntos sus corazones se invaden de un indescriptible júbilo, que se extiende en silencio, sin reproches, sin peleas, en total serenidad.

Regresan a casa a descansar complacidos de tan loca aventura, donde ambos conocieron y desarrollaron nuevos sentimientos como el miedo y la soledad y es así que gracias a esto valoraron aún más su grata compañía; el profundo amor que los unía y la fuerza de su cariño.

Así transcurrieron los días, los meses y los años, cada uno con algo nuevo que contar y disfrutar y su cariño cada día más fortalecido, un cariño que muchos no conocían que los atraía y enamoraba de solo verlos. Que satisfacción para ellos todo lo que compartían y vivían, momentos tan felices que no querían que terminarán nunca.

Pero como en toda historia no todo es color de rosa y cosas buenas, no faltan las personas envidiosas que quiere hacer el mal y que la felicidad de otros es su desdicha.

Cierto día llaman a la puerta, el hermoso ángel se encuentra plácidamente descansando ha sido un día caluroso y una suave brisa rosa su rostro; él no desconfía de nadie, es un ser inocente y puro que no conoce la maldad, se levanta y es sorprendido por un suculento manjar, sin pensarlo disfruta de tan exquisito plato sin siquiera preguntarse como había llegado eso allí.

Al regresar a casa la bella joven sintió que algo no estaba bien, su adorable compañero no había salido a recibirla, aún si lo llamaba él no respondía, intento ubicarlo pero tampoco lo veía.

Su familia cariñosamente le explicó que no entendían lo sucedido el Ángel ya había partido porque el veneno de la envidia se lo llevo.

Desde lo más profundo de su ser se escuchó un estremecedor lamento; las lágrimas brotaron sin aliento, la perdida era su cruel tormento y su frágil corazón se desgarro por dentro, su bello ángel había muerto.

El cielo se vistió de negro, las estrellas se escondieron y la bella joven lloro en silencio, su dolor la consumía y de aquello un nuevo sentimiento; “La ira”, de no poder hacer nada, de no haber estado ahí para cuidarlo, la impotencia de no poder defenderlo, las ganas de acabar con aquel que le arrebato su felicidad. Ya de tanto sufrimiento se quedó pensativa, suspiraba profundamente cuando de repente sobre su mejilla sintió una pequeña caricia, cálida y dulce, una caricia que solo ella conocía, que al sentirla todo su dolor se desvanecía y el amor florecía.

Aquella sintió que era la caricia de su ángel que aún no la había abandonado, él seguía fortaleciendo su espíritu y creando en ella un ser de luz, él no permitiría que su noble corazón se contagiara de sentimientos impuros y fríos, él quería que ella siguiera amando a muchos seres más como él, que disfrutará de su vida y que lo recordará para siempre.

Esa caricia fue tan gratificante, que su cuerpo se estremeció y sin decir nada, ella reaccionó no sabia si aquello había sido un sueño o si en verdad el había venido a despedirse de ella y brindarle su consuelo, solo se sentía más tranquila y un poco desconcertada, como puede ser que un ser tan maravilloso deje tan marcada tu vida, que con sus dulces travesuras cambie tu mundo, que con su dulce mirada penetre tu alma y con su inmenso amor se interne en tu corazón.

De aquel instante en que sus miradas se cruzaron la primera vez, nació un sentimiento que muy pocas personas conocerán, el amor por un ángel; si! por un ángel de cuatro patas, un ángel que estába inmerso en el cuerpo de un gato.

Aquel que me enseño que el amor trasciende a todo tipo de ser, sin importar clase, cultura, religión, raza o género.

FIN

EL BAILE Y LA PANADERIA

ADRIANA DIAZ SALAZAR

Érase una vez un reino lleno de primorosas princesas, apuestos caballeros y por

su puesto un rey y todo lo que se puedan imaginar en un encantador reino. Este

rey tenía dos hijos específicamente una niña llamada Aisha y su hijo, el

primogénito llamado Arthur y su hermosa esposa, que trágicamente fallece, pero

eso no le impide al rey Rohland ser feliz, algo que todos deberíamos conceder.

Este rey busca una nueva esposa en su pequeño pueblo llamado Folhas.

Una mañana muy feliz y desesperado el rey sale con sus cocheros y derbis

mágicos hacia el reino. Estos tales derbis mágicos no son cualquier tipo de

criatura, son una especie de unicornio alado, y si, podían hacer magia. Este rey

tras su viaje por el reino. Siente que su estómago esta vacío, él se dirige a la

panadería a comer. En la panadería se encuentra a una bella niña llamada

Xiomara que le atiende el pedido. Cuando el pedido llega la mama de la niña se

dirige al rey, este se levanta y le hace la propuesta de matrimonio inmediatamente

a la señora cual nombre era Diana, obviamente como en cualquier cuanto esta

señora dice “Si”.

Cuando llegan todos al castillo el rey les hace un recorrido para que lo conozcan y

a sus nuevos hermanos e hijos, Arthur las recibe con las manos abiertas, pero en

cambio Aisha siente celos por esta tal Xiomara. Xiomara inicia a hacer amistades

en el reino. El siguiente día Xiomara, Aisha y Arthur se dirigen a la escuela

encantada, donde estudian príncipes y princesas de todos los reinos. En el recreo

Aisha le inicia a plantear una serie de bromas para hacerla quedar mal enfrente de

toda la escuela, cual le disgusta a Xiomara y comienza a sentir algo extraño entre

Xiomara y Aisha. También había un hechicero real en el palacio llamado Cletus,

era muy malvado y quería robarle a Xiomara sus zapatillas mágicas que le daban

poderes cuando hacia cosas buenas. Una noche al rey Rohlan se le ocurrio hacer

un baile para darle la bienvenida a Xiomara y a Diana. En el baile se le rompe el

vestido a Aisha y eso la pone triste y no va al salón del baile. En el baile el

hechicero hace un encantamiento que duerme a todos menos a Xiomara cual

huye en busca de alguien que la pueda ayudar. En el pasillo Xiomara escucha un

llanto que era de Aisha porque se le había roto el vestido, pero Xiomara logra

coser el vestido y hacer las paces con Aisha, luego rompen el hechizo haciendo el

mejor baile del mundo para Xiomara. Y vivieron felices para siempre.

MENSAJE: A pesar de todas las adversidades ten un corazón bondadoso,

perdona y sigue adelante

EL CASO DE LAS MONEDAS

JOSE GUSTAVO SERENO

No siempre por el hecho de estar impecablemente vestido y lucir una grata presencia, estàs ante una gran persona o ciudadano de bien, o si no, presta atención a lo sucedido en esta historia.

En cierta región de la antigua Europa Socialista deambulaba por ciudades y aldeas Kazimir un estupendo violinista ciego, con su viejo violìn debajo del brazo. Talentoso y siempre jovial, divertia a la gente con sus conciertos. Durante gran parte de su vida había logrado reunir una apreciable cantidad de monedas de oro, para solventar su vejez. Como carecía de un sitio fijo donde vivir, no tenia como guardarlas; por tal razón y temiendo ser victima de una desgracia llevaba el preciado botìn debajo de su camisa, dentro de una bolsa de tela.

Un dia de primavera con el sol en su apogeo y la brisa acariciando suavemente la estepa, Kazimir empezó a interpretar finas melodías al centro de un grupo de turistas. Poco tiempo después apareció un personaje de aspecto joven y muy bien vestido mezclándose entre quienes disfrutaban de la sinfonía. El fulano que causaba buena impresión, se acercò al ciego y empezó a detallarlo cuidadosamente.

Cuandò terminò el espectáculo el grupo se dispersò. En ese momento el elegante joven recién llegado se abalanzò sobre nuestro artista y rasgàndole la la camisa le arrebatò la bolsa. El violinista agarrándolo por la manga del saco, empezó a gritar: A mi, venid a mì, este tipo me roba mi dinero, Ayuda, por favor!

Varias personas acudieron precipitadamente y lo atraparon gritándole. Ladròn!, porquè te metes con un ciego?. El astuto bandido intentaba escaparse y repetia insistentemente: No se dan cuenta? no ven que es èl quien intenta llevarse mi bolsa? acaso creen que un ciego posea tanto dinero?. Sin embargo, la gente no le creìa nada y a empujones lo llevaron a la Gendarmeria para obligarlo a devolver lo robado y fuera encarcelado.

Despuès de escuchar a los testigos el inspector Stephanek exclamò: Bellaco, confiesa tu delito. Robar a un pobre y peor aùn ciego es un crimen que se castiga severamente, se te dictarà sentencia. Pero el joven ladròn ni se inmutò y por el contrario sonriendo cìnicamente después de un rato exclamò:

-Oficial, còmo puedo yo que soy descendiente de una familia acomodada y noble, cometer esta fechoría tan baja? que necesidad tengo de robar a este miserable?. Si es asì, ripostò el inspector Stephanek , tus ilustres antepasados deben estar revolcándose en las tumbas por haber generado a un descendiente criminal como tu.

Mis padres son muy conocidos y son del circulo de amigos íntimos del Rey Baduino!, dijo fantòchemente el pícaro. Quedose perplejo el inspector y preguntò preocupado –Quiènes son tus padres?. -Los venerables Miroslav y Hanna, condes de Ostrava, respondió el pillo. Stephanek acariciándose el mentón declaró sonriendo nerviosamente: La verdad no veo muy claro este asunto por el que se te acusa, como ya es tarde esperemos hasta mañana para tomar la desiciòn final.

A continuación se encerraron en celdas separadas al ciego Kazimir y al ladròn. En la madrugada el delincuente hizo llegar al inspector una buena cantidad de monedas de oro. A la mañana siguiente en la sala de audiencias el ladronzuelo fue puesto en libertad por orden de la Gendarmerìa. Ciego infame, vociferò el inspector Stephanek al pobre violinista, porquè en vez de tratar de apoderarte de la riqueza de los otros no llevas una vida honesta? te has dado cuenta de la magnitud de tu falta?

Kazimir, después de lo sucedido comprendió que se estaba cometiendo una gran injusticia, no se castigaba al ladròn y menos se le obligaba a devolverle lo hurtado y en cambio si se le acusaba a èl de ser el culpable, debía hacer algo ràpidamente. Taciturno, el violinista se agachò y empezó a frotar las baldosas con ambas manos. Luego se inclinò a un costado y arrimò su oreja al piso tratando de escuchar algo. Esta acción sorprendió a Stephanek.

Què haces? interrogò el inspector; oficial, contestò Kazimir, me parece oir tintineo de monedas y quiero extraerlas para ofrecèroslas, estoy privado de la visión pero tengo oídos muy agudos y veo mejor a la gente como usted con los ojos del alma. Esto me ha servido para darme cuenta de que la mayoría de veces el dinero cae en manos de la justicia para corromperla.

Estas palabras causaron viva inquietud al inspector y súbitamente se retirò del recinto no sin antes ordenar la libertad del violinista, cabe destacar que callò lo del dinero recibido.

Kazimir contento continuò tocando, como siempre, por las aldeas que iba. Tiempo después se supo que el inspector Stephanek había sido destituido y encarcelado, por sus delitos contra la justicia y que el joven y mentiroso ladròn terminò ahorcado, como era la costumbre por aquel entonces ya que siguìò en sus fechorías.

EL HOMBRE MISTERIOSO

MARÍA ALEJANDRA NÚÑEZ RENGIFO

En una casa abandonada, rodeada de oscuridad y desgracia, llena de terror y

telarañas, habitaba un señor muy sucio y mal vestido, tenía un bigote largo y

blanco que llegaba hasta el piso. El señor vivía solo, siempre estaba de malgenio

y en sus ojos se percibía el dolor y la nostalgia, nadie en el vecindario sabía lo que

le había sucedido, lo único valioso que lo acompañaba era un fonógrafo muy

bonito que exactamente a las 3:00 reproducía un sonido muy suave y relajante.

Todas las tardes al regresar del colegio pasaba por esta casa, tenía mucha

curiosidad de saber la historia de este señor.

Llegue a mi casa como de costumbre, almorcé y empecé a hacer mis deberes,

tenía que ir a la tienda por una cartulina y me lleve una gran sorpresa; el

fonógrafo no había sonado, espere unos minutos y no resistí más la tentación de

entrar a la casa abandonada y por fin conocer en persona a este señor que tanto

nos atemorizaba. Entré muy sigilosa y lo vi sentado en una silla mecedora,

tomando un café oscuro, el cual tenía un olor muy agradable y solemne; era una

mezcla de amor, tristeza y amargura; esa amargura que se compara con la

soledad de la noche. Pasé muy callada y precavida por su lado, pero una lámpara

se cayó y me delató. El señor muy asustado al igual que yo, me miró por un largo

rato sin decir ni una palabra, yo tomé la iniciativa, lo salude muy amigable y

estreche su mano, le conté la verdadera razón por la que estaba ahí, él muy

amable sonrió y decidió contarme su historia.

Era una historia muy trágica en un accidente de avión, su esposa y sus hijos

murieron por una falla técnica, en este viaje él no quiso acompañarlos porque

tenía un mal presentimiento, pero ellos no le hicieron caso. Cuando se enteró de lo

que le sucedió a su familia se culpó y prometió no volver a salir de su casa, ni

hablar con nadie, yo, aturdida por lo que había escuchado decidí darle un abrazo

al señor, le tome su mano y mire unos segundos sus ojos melancólicos y nublados

por las grandes lágrimas que se asomaban pero que no podían salir; él se levantó

se limpió con un paño las lágrimas y me miró muy tiernamente jurándome que iba

a volver a ser el mismo que era antes cuando estaba con su familia, también le

pregunté sobre su fonógrafo, él me contó que era el primer regalo de su hija

menor cuando nació y que siempre lo ha acompañado después de esta terrible

tragedia, todas las tardes lo pone para acordarse de su familia y sentir que aún

ellos están ahí. Después de dos horas llenas de conmoción, entre los dos

arreglamos su casa por dentro y por fuera, el señor se arregló, se puso su mejor

ropa y decidió dar un paseo conmigo por el vecindario, lo presenté a cada vecino

y todos lo recibieron con un cálido abrazo. Desde ese día los dos nos hicimos

grandes amigos y cada tarde lo acompaño y bailamos como padre e hija esa

música suave y relajante que se reproduce en ese hermoso y majestuoso

fonógrafo.

EL INCREIBLE CASO DE AMY

LAURA CAMILA ARIZA LÓPEZ

A pocas horas de la capital colombiana se encuentra ubicada La Florida, una pequeña vereda con habitantes que no se dejan hacer pequeños. Como es el caso de Amy, una chica de 20 años, un tanto rebelde, amorosa, talentosa y apasionada por lo que ama hacer, el futbol.

Desde que cumplió 4 años se le veía jugar con balones, en lugar de muñecas, y desde ese momento, la magia que se siente al ir pateando un balón de futbol por un césped, la cautivo. Sus padres, con los recursos que tenían, le ayudaban a costear sus entrenamientos. Desde luego el futbol era su amor, pero nunca dejó el estudio de lado, al contrario, era su prioridad. Cuando entro al Instituto Municipal de La Florida a hacer el bachillerato, le tocaba levantarse muy temprano en la mañana, ya que el instituto quedaba bastante lejos; por suerte, Drake, su mejor amigo, vivía en la finca de al lado y se podían ir juntos.

Ya culminando su último año de colegio, Amy salió del instituto con Drake como normalmente lo hacían; llegaron a la finca, Amy se cambió de ropa, comieron algo y volvieron a salir juntos, ya que Drake entrenaba en el mismo lugar que Amy. Había dos formas de llegar al lugar de entrenamiento, la primera era caminar por la carretera principal de la vereda, y la segunda era caminar por un campo abierto, y, por ahí, la distancia era más corta. Ese día iban con mucha prisa así que decidieron tomar el camino más corto. Ya les quedaba, aproximadamente, quince minutos para llegar cuando, de repente, Drake escucho una fuerte explosión demasiado cerca de ellos, pero por el impacto de la misma él se fue al suelo. Cuando volteo a ver dónde estaba Amy y qué era lo que había sucedido, se dio cuenta que Amy estaba rodeada de un mar de sangre y en shock, al mirar detalladamente se dio cuenta que Amy había pisado una mina y había perdido su pierna derecha. Al ver esto, Drake rasgo su camisa y con lo que pudo le hizo un torniquete para detener un poco la hemorragia mientras que la trasladaba al centro de salud.

Drake está demasiado preocupado al pensar en lo sucedido y en el estado en el que había llegado Amy al centro de salud. Pocos minutos después llegaron los padres de Amy y muy angustiados le preguntaron a Drake como había sucedido todo.

Dos horas más tarde salió el doctor que había recibido a Amy y les comento que ya estaba fuera de peligro, pero que estaba muy débil por toda la sangre que había perdido y que había perdido la pierna derecha por completo. Sus padres estaban muy tristes, pero Drake lo único que hizo fue preguntarle al doctor si podría volver a jugar, ya que hace poco la habían convocado para participar en unos nacionales. La respuesta no fue lo que Drake esperaba, el doctor le dijo que era muy complicado que se acostumbrara a una prótesis ya que había perdido su pierna derecha por completo, pero que no era imposible.

Pasaron unas semanas y Amy pudo irse para su casa, estaba muy aferrada a la a sus sueños, así que comenzó la rehabilitación y a los 6 meses ya manejaba a la perfección su prótesis.

Amy tuvo la oportunidad de ir a un lugar en el que hay más personas, que como a ella, les sucedió una situación tan fuerte, se sintió muy identificada. Aunque lo que más aporto en su recuperación fue el apoyo por parte de su familia y de Drake, claro que fue una noticia nacional, y sobretodo el hecho de haber demostrado que con fe, amor y disciplina si se alcanzan los sueños.

Ahora a sus 20 años de edad comparte su historia con el mundo, ya que logro llegar a ser futbolista profesional, ya ha ido a mundiales y es catalogada como la mejor jugadora de futbol en el mundo.

En Colombia nos acostumbramos a ver este tipo de historias todos los días, se puede decir que es “el pan de cada día”, pero, porque acostumbrarnos? Hagamos la diferencia, luchemos por nuestro país, abramos nuestra mente a las oportunidades que nos da Dios y la vida, y aprovechémoslas.

EL MISTERIO ANIMAL

ELIANA MARILYN ALVAREZ ESTRELLA

Se dice que en una lejana isla del occidente existe una creatura mística de

naturaleza destructora, al parecer es un gorila de gran tamaño quienes lo han

visto, cuentan que mide aproximadamente unos 20 metros, por cierto es muy

fuerte y se podría decir que muy peligroso.

Cierto día 2 cazadores decidieron ir en busca del animal lo que no fue fácil,

tormentas y rayos protegían la isla de quienes pretendieran explotarla. Al mirar

esto, los cazadores pidieron refuerzos, solos no podrían lograrlo, eso es lo que

ellos imaginaban….esperaron largos días hasta que llegaran pues ya se habían

alejado bastante, un gran helicóptero acorazado transporto un gran equipo de

cazadores, la tormenta no cesaba, pero esto no fue obstáculo para lograr su

objetivo, una foto de este animal los haría muy famosos y sobresalientes, les daría

prestigio y saciaría entre otras cosas su curiosidad.

En la profundidad de la isla descubrieron una gran caverna, fue el primer indicio, el

miedo se apodero de ellos cuando los pasos de gigante se sentían cada vez más

cerca….y llego el momento esperado…. estaba ahí, ellos se miraban como

pequeñas personitas indefensas ante ese gigante que ni siquiera se percató de

que ellos estuvieran ahí, sino hasta que ellos empezaron a lanzar grandes garfios

de un lado para otro y de esta manera inmovilizarlo, mientras el acorazado desde

los aires lanzaba una sustancia que lo adormecía pero ocurrió lo inesperado, el

gigante estornudo tan fuerte que el helicóptero se derribó, los hombrecitos fueron

lanzados a muchos metros, se dieron cuenta que era alguien invencible y que lo

mejor era volver a casa pero era muy tarde, el gran gigante se percató de todo y

uno a uno los absorbió con su boca y los encerró en una jaula, de donde jamás

salieron, cuentan que aún se escucha el llanto y gritos de quienes se han quedado

sumergidos en la isla bajo el poder del gran gigante.

La gente siempre cuenta esta historia que no termina aun, los constantes

temblores son producto de sus pasos, los grandes vientos de sus bostezos, y los

rayos y tormentos producto de su ira.

EL TESORO DE LOS HERMANOS

WILSON PEÑALOZA

En un lejano reino vivían 4 hermanos que trabajaban arduamente ayudando a su

padre en las labores del campo. A pesar de no contar con grandes tierras o

riquezas, los hermanos disfrutaban de su vida y se divertían en los ratos libres

compitiendo en pruebas de fuerza y lucha con armas

Sin embargo, el menor de ellos que también compartía el gusto por el trabajo de

su padre, difería con sus hermanos en la necesidad de sobresalir con su fuerza

física y por el contrario prefería dedicar su tiempo a la lectura y aprendizaje de los

misterios del universo. A pesar de la burla de los otros, el más joven dedicaba

horas y horas a leer solo en su habitación, mientras los otros cada día se volvían

más hábiles y fuertes

Un día los hermanos fueron llamados por el rey para ser parte del ejército que en

ese entonces luchaba ferozmente por conquistar nuevas tierras. Los hermanos

partieron con la promesa a sus padres de regresar y honrar el buen nombre de su

familia

La guerra se extendió durante cinco años y al final, con la satisfacción del deber

cumplido los 4 hermanos emprendieron un largo viaje de retorno, pero en su afán

por llegar más pronto, decidieron acortar distancia y atravesar un peligroso

desierto

En su recorrido, los hermanos encontraron un palacio abandonado en el cual

yacía un gran tesoro. Con alegría frente el extraordinario hallazgo, los hermanos

decidieron repartirlo de manera proporcional según la cantidad de adversarios que

cada uno había derrotado. Sin embargo, el menor incapaz de tomar la vida de otra

persona no contaba con ningún adversario vencido y se conformó con una sola

moneda de oro mientras los otros se repartían el resto del botín

Los hermanos continuaron su camino pero la inclemencia del desierto empezó a

debilitarlos. Los 3 mayores a pesar de ser más fuertes, se cansaban más rápido

por el peso del tesoro y el menor con una capacidad física reducida, era incapaz

de soportar las situaciones adversas del recorrido

En medio de su fatiga, los hermanos eran observados por un maléfico duende que

durante siglos vago por el desierto atrapado en una maldición que adquirió al tratar

de robar el tesoro del palacio. Consciente el duende que la única manera de

hacerse de su quimera era si se la entregaban de manera voluntaria, diseño un

plan para engañarlos

Aprovechando que el hermano más fuerte hacia guardia mientras los demás

descansaban, el duende se le apareció ofreciendo un negocio:

- Ese tesoro es demasiado pesado para cargar por un desierto y hace días terminaron las provisiones y agua que traían. A cambio de ese oro te daré la manzana de la perdición, una fruta que te dará una fuerza extraordinaria y te quitará el hambre de por vida

El hermano asombrado por semejante poder y desesperado por el hambre, aceptó

el trato y mordió la manzana ofrecida

El duende conocedor del efecto adverso de la fruta, que llena de envidia y rencor a

quien la come, sugirió al joven tener cuidado de sus hermanos ya que a sus

espaldas conspiraban para quedarse con la gloria de ser el mejor guerrero

Enceguecido por la ira, el guerrero fue a buscar al siguiente hermano que lo

seguía en fuerza y aprovechando su sueño lo mato arrojando el cuerpo a un

barranco. Sin embargo, su corazón se lleno de tristeza al ver el crimen que había

cometido y decidió poner fin a su vida lanzándose al vacio. De esta forma el

duende se hizo del tesoro de dos 2 hermanos

Al amanecer, los hermanos restantes preocupados por la ausencia de los otros

dos empezaron su búsqueda. Al ver lo largo del terreno que debían cubrir

decidieron separarse y así el duende aprovecho la soledad para aparecerse al

tercer guerrero diciéndole:

- Noble guerrero, de que servirá llegar a tu hogar si la tristeza de tus padres será infinita si no encuentras a tus hermanos. El desierto acaba con tus pocas fuerzas y necesitas líquido para hidratarte ante este insoportable calor. Te ofrezco cambiar el tesoro por la fuente inagotable de la vida, la cual te dará una cantidad ilimitada de agua y podrás vivir los años que necesites para buscar a tu familia

- El guerrero desesperado por la angustia y sed, aceptó el trato y empezó a tomar

del agua sagrada. Pero pasados varios minutos notó algo inusual ya que no podía

parar de tomar el líquido y su cuerpo empezó a colapsar, mientras el duende le

decía:

- Eres un fuerte guerrero pero demasiado ingenuo. La fuente inagotable de vida nunca termina de satisfacer a quien la toma, al final la persona muere por hiperhidratación. – Así el duende se hizo del tesoro del tercer hermano

El menor de los hermanos continuó la búsqueda de sus compañeros de viaje por

varios días pero solo encontró la manzana de la discordia tirada en la arena y la

fuente inagotable. Sabiendo la tragedia que escondían estos elementos según los

libros que había leído decidió hacer algo para aprovecharlos sin perecer

Cabo un pequeño agujero y sembró una semilla de manzana, después regó con el

agua de la fuente inagotable pero la cantidad excesiva de agua que se debordaba

ante la reseca arena, terminó creando un pequeño arrollo y al cabo de algunas

horas un gran estanque que nacía junto un hermoso árbol de manzanas que

creció de manera acelerada ante la magia de la fuente. El joven comió de las

raíces del árbol que a pesar de no ser tan deliciosas como el fruto, no compartían

tampoco su efecto adverso; también esperó pacientemente la noche de luna llena

que anulaba la maldición del agua y se dispuso a beber de la misma, con bastante

satisfacción

Mientras el hermano se libraba del hambre y de sed, el duende contaba y

recontaba en su cueva las monedas de oro buscando la moneda que hacía falta.

Suponiendo que solo el hermano restante podría tenerla fue en su búsqueda, pero

cual sería su sorpresa cuando encontró un enorme árbol junto un hermoso lago en

medio del desierto

El duende comprendió que tendría que ser muy hábil para engañar al último

hermano, así que ofreció un trato que no podría rechazar el joven:

- Podrás sobrevivir un buen tiempo en este lugar con ese árbol y ese lago, pero quien le contará a tus padres que aún estas vivo?, te ofrezco cambiar el legendario Pegaso, el único caballo volador capaz de salir de este desierto por solo una moneda de oro

El hermano recordó que el Pegaso solo obedecería a una nueva persona si el

dueño anterior moría, así que de inmediato entendió el engaño y quiso utilizarlo a

su favor:

- No tengo interés de salir de este lugar pero tampoco deseo estar solo, sé que un poderoso duende como tú tiene muchos artículos valiosos y seguramente tendrás la legendaria flauta de los dioses capaz de traer a cualquier ser del inframundo…De esta forma podría traer a mis hermanos de regreso

El duende creyendo tonto al joven aceptó el cambio y se marcho feliz con la

moneda faltante de oro. Sin embargo, el joven no deseaba traer a su hermano y

por el contrario llamó a la mismísima muerte quien apareció diciendo con tono

soberbio:

- He conocido muchas personas que tratan de evitarme pero eres la primera que me busca a voluntad, espero que tengas una buena razón para hacerlo

El joven contestó:

- Es cierto, llevo mucho tiempo en este solitario desierto y tengo miedo a la muerte. Cometí un error al llamarte, pero si perdonas mi vida te regalaré esta increíble manzana que te llenará de la vida que careces

Incrédula la muerte probó la manzana y con sorpresa vio de regreso su juventud y

fuerza. Con orgullo empezó a alardear de su vitalidad hasta que el joven la

interrumpió

- Sin duda eres un ser poderoso pero lamento decir que no el más grandioso, conozco un extraordinario duende que posee la vida eterna y tiene una cueva llena de tesoros inimaginables

Enfurecida la muerte, buscó al duende que desafiaba su grandeza, tomó su alma

para autoproclamarse como la única poseedora de la vida eterna y se marchó de

regreso al inframundo

El joven tomo el tesoro de sus tres hermanos incluyendo su moneda, ensilló al

Pegaso que con la muerte del duende paso a ser de su propiedad y partió a su

casa dispuesto a contar la extraordinaria aventura que había vivido

INFANCIA FELIZ ISLADE OLARTE VIVAS. Noche larga, duermo y despierto sobresaltada. Mañana iremos de vacaciones a la finca de la abuela Valentina tras un largo viaje. No sé si viajaremos en bus, demora cinco horas su recorrido, la carretera sin pavimentar; o si iremos en tren, también su recorrido es largo pero no sentiremos esa polvareda, es más cómodo. Mamá conseguirá un carro que nos lleve hasta la finca, solo serán 15 minutos. Qué alegría volver a ver a la abuela Valentina y los tíos Merceditas y Marcelo con sus hijos. Allí me encontraré con mi prima Edith quien también irá con su madre. Por fin amanece, dormí poco, no importa, es tanta la dicha! Isaura, nuestra madre, mujer hermosa física y espiritualmente; alta, delgada, con facciones delicadas, cabello crespo, ojos hermosos, muy joven, se casó de 17 años con Gabriel, nuestro padre. Ella sola, pues papá se va a trabajar, lidia con cuatro hijos; siempre con su hermosa sonrisa, arregla maletas -nunca se queja de nada- llevamos dos catres portátiles, tantas cosas, vamos a estar en la finca un mes, pobre mamá, hace de todo, eso me ha enseñado a ser guerrera. Vamos en el tren, llevamos dos horas, empezamos a sentir cansancio. “Mamá, falta mucho?”, ella con su linda sonrisa responde: “un poco!”. Mi hermano Nelson y yo nos paramos de nuestros asientos intranquilos, inquietos. Mamá va con mi hermana Mirian y en brazos lleva a mi hermanita Liliana. Conversa con un señor. Me acerco, ella sonríe y le dice: “Juan, esta es Gloria”, se dirige a mí y me dice: “él es Cruz Vivas, primo de mi papá”. Yo lo miro admirada, sonríe muy simpático, va también para el pueblo cercano a la finca, donde nació mamá. El sonido del tren me encanta, suena el pito del tren, llegamos a la Estación destino final, mi corazón se acelera. Nos apresuramos a bajar, mamá se despide de Cruz, se verán después en el pueblo con la familia. Todo el pueblo es familia. Mi padre se burla de esto porque vamos caminando por las calles empedradas y todo el que saluda es primo de mi madre. Los Vivas fundaron el pueblo, qué más se puede esperar. Mamá consigue una camioneta que nos lleva con nuestros corotos hacia la finca. Feliz veo el hermoso paisaje del Cauca, cordilleras azules al fondo, verdes de todos los matices las más cercanas, bosques de pino y de eucalipto, olor a monte, a yerba húmeda, el humo que sale de las casitas pues cocinan con leña, son de bahareque unas, otras de barro, veo gallinas, patos y pavos en el patio de tierra color rojizo, la polvareda de la carretera, vemos caballos, vacas, todo es hermoso!. Por fin la casa anhelada de paredes blancas, puertas, ventanas y parales en madera roja. Me admira ver las ventanas con doble puerta, las exteriores en solo madera, las interiores con vidrio. Piso en cemento gris muy brillante, hermosas macetas florecidas colgando de las vigas del techo alrededor del corredor, jardín por los tres lados de la casa. La abuela Valentina, alta, delgada, su pelo recogido en moña, viste falda larga negra, blusa blanca de florecitas pequeñitas de manga

larga, alpargates de cabuya; tiene más de 80 años, llora de emoción al vernos, nos abraza con un amor infinito. Todo es alegría. Nos organizamos en un cuarto. Salimos al patio en tierra color rojizo, muy bien barrido, corro a mirar el aljibe, tiene un muro bajo y de dos palos con uno atravesado, cuelga un balde amarrado a un lazo. Sacan agua de 30 metros de profundidad para bañarse y hacer aseo. El agua de consumo se trae del “hueco”, así le llaman a una bajada de mata de guadua donde hay un nacedero de agua. Todos bajamos con ollitas, vasijas, porque es un “paseo” delicioso bajar corriendo esa montaña, lo difícil es subirla cargados con agua. La cocina me impacta, la pared al lado de la estufa de leña tiene un color negro brillante, miro asombrada ese detalle. El humo ha creado una capa negra como barniz negro. La abuela Valentina se pone a tostar café en la estufa de leña, en una vasija grande de barro, revuelve con una cuchara de madera. Todo esto es fantástico para mí. En la ciudad no se viven estas cosas. Se alumbran con velas. No hay energía. Son las 6:00 p.m., llaman a comer; todos en una gran mesa, conversan los mayores; me pregunto por qué se come tan temprano. Empieza a oscurecer, claro, no hay luz, todos se organizan en sus cuartos a rezar el rosario a la luz de la vela. Mi prima Edith, muy alegre, comienza a echar cuentos, reímos, las tías también cuentan sobre el “duende”, la “pata sola”, la “viuda alegre”, sentimos susto por esos seres tan miedosos, por fin nos dormimos. Amanece, día esplendoroso. Salgo al patio y el tío Marcelo nos está armando un “burro” con guadua. Entierra un trozo de guadua en vertical, coloca otro largo y veo que en el centro hace un roto. Nos hace subir en cada extremo y empezamos a subir y bajar o a girar. Alegría total. Luego nos lleva por la huerta donde hay palma de chontaduro altísima, platanales, café, piñas, árboles frutales como naranjos, guamos, guayabos, aguacates, nísperos. En un árbol de aguacate inmenso nos organiza un columpio. Con mi hermano Nelson y mi prima Edith, nos turnamos a empujarnos. Mi hermano nos hace gritar, nos lanza muy fuerte, él ríe burlándose de nosotras. Vamos al pueblo a visitar la casa del abuelo quien falleció recientemente; mis tíos son muy jóvenes aún. Los cuadros en las paredes tienen una cinta negra en diagonal, pregunto a mamá “por qué esto”?. Ella me responde: “Por el luto”. En un gran patio interior hay cantidad de bultos de café, los tíos llegan con caballos cargados de garrafas de leche, vienen de la finca “Los Alpes”, traen bultos de guayaba. La tía Dora nos prepara un espeso jugo de guayaba en leche, qué delicia!. Mamá con su primo Cruz nos llevan al trapiche del tío Manuel; un rancho con piso de tierra. Un caballo amarrado a unos palos que salen del trapiche gira alrededor de una gran paila y sale el jugo de la caña de azúcar; al lado, en dos pailas de cobre hierve al fuego ese jugo y al espesar lo vierten en moldes de madera. Es la panela. Al día siguiente los tíos irán por mi hermano y por mí en caballos para subir a “Los Alpes” y estar todo el día en el pueblo. Estamos jugando en el patio “rayuela” con mi prima Edith, cuando llegan por nosotros. Traen dos caballos adicionales. Montamos y nos dirigimos por el

“camino viejo”; es el camino de herradura de toda la vida, encontramos varios campesinos, nos saludan y pienso que en la ciudad no te saludan así sin conocerte. Pasamos un pequeño riachuelo, comemos moras silvestres, guayabas. Empezamos a subir una calle empedrada muy pendiente y llegamos al pueblo. Recorremos el pequeño pueblo a caballo, nos presentan a muchos familiares, recuerdo lo que dice mi padre, ¡todo el pueblo es familia!. Vamos a la finca “Los Alpes”, subimos y empieza el ordeño, cogemos hojas de guayabo y nos dan espuma de leche, ¡algo nunca vivido!. Regresamos, llega la tarde, debemos volver a la finca. Después de un gran día, descansamos mi hermano y yo dichosos, contando en la noche todo lo vivido en el pueblo. Nuestro padre viene el fin de semana, ansiosos esperamos que pasen los buses, para ver en cuál llega. Por fin baja del bus acompañado del tío Argemiro, primo de mi madre, mi segundo padre. Nos traen muchas cosas. Nos han invitado al otro lado de la montaña; justo enfrente de la casa hay otra gran casa, los Rivera, familiares de Argemiro, vamos a pié toda la familia, bajamos con resbaladas y caídas por ser muy pendiente el terreno, reímos alegres, todo es un pastizal, no hay cercos que impidan el paso, hay un riachuelo en el fondo del cañón que forman las dos montañas, tenemos que saltarlo, y empezamos a subir. Llegamos ahogados por el esfuerzo. La gran familia nos atiende con “alfandoque”, dulce sacado de la caña, como hay cosecha de maíz, preparan “envueltos”, mucha comida, empieza a oscurecer, los adultos a tomar trago y los niños a dormir; bailaron hasta el otro día con música de cuerda, no había energía, algo inolvidable. En la mañana de regreso a la finca de la abuela Valentina. Felices pasamos esos dos cortos días con mi padre y el tío, regresan a la ciudad, lloramos extrañando a nuestro padre. En casa de la abuela Valentina, almorzamos un delicioso pescado; mi hermanita Liliana, la más pequeña, accidentalmente se traga una espina de pescado, todos angustiados; nos mandan a mi prima Edith y a mí a la finca de enfrente que queda en una bajada para que nos regalen limones. Llorando corremos asustadas; hay que bajar montaña, contamos a los vecinos lo ocurrido y regresamos con lo encomendado. Todo pasa y vuelve la tranquilidad. Es domingo vamos a pié al pueblo para misa con la abuela Valentina por el “camino viejo”. Muchas personas van al mismo destino, la abuela conversa con algunos. Bajamos y subimos montañas por un estrecho camino de tierra donde están las huellas de las herraduras de los caballos. El olor característico del campo me embarga. Veo indígenas con vestimentas coloridas, son los “guambianos”, van descalzos con los zapatos en la mano, al llegar al riachuelo, se lavan los pies y se calzan para llegar al pueblo. Cosa curiosa. Subimos la empinada cuesta empedrada de entrada al pueblo y rumbo a la iglesia. Regresamos, el sol está muy fuerte, llegamos sudorosos a almorzar a casa. Escucho el sonido de una alarma, despierto, es mi celular. Debo levantarme a preparar el desayuno de mi nieta que va al colegio.

LA LA LA! JAIR Y SU SEÑAL

LINA MARCELA SANTOS VELASQUEZ.

Este relato inicia en una pequeña sala, cuya acústica era maravillosa…

¡Vete y no vengas más! La música no es para ti. Al escuchar a su profesora Jair se

puso muy triste y completamente confundido y frustrado, abandonó la clase de

canto. No hay nada más triste para un niño que oír de labios de un mayor en el

que confía, que justo lo único que desea hacer en su vida no es para él.

Por suerte, Jair era un niño muy seguro de sí mismo; y la negativa de su profesora

de canto de seguir enseñándole, le sirvió como impulso para buscar su propio

camino. Le esperaban momentos de mucha desesperación que sabría enfrentar

con todas sus energías. Comenzó escuchando todo lo que llegaba a sus manos y

entrenando su oído con disciplina. Una tarde se dijo ‘si aprendemos a hablar

imitando, ¿por qué no hacer lo mismo con la música?’ Así fue como empezó a

imitar a sus cantantes favoritos. Pero tampoco conseguía demasiado con ello;

podía imitarlos pero algo había en su voz que sonaba sumamente raro y

descontrolado.

Una tarde, mientras dejaba pasar el día sentado en el banco de un parque, se le

acercó un joven que traía un inmenso armatoste en una mano, su contrabajo. Se

pusieron a conversar; Jair no perdía un sólo momento para aprender más cosas

relacionadas con el mundo de la música del que se sentía totalmente enamorado.

En un momento el joven le dijo ‘Tú tienes una voz maravillosa. Tu problema es

que no confías en ti e intentas hacer lo que hacen otros; no dejas fluir tu propia

voz. Sería bueno que tomaras clases para aprender cuestiones importantes

respecto a la técnica, pero antes de ello tienes que encontrar tu voz’.

Desde ese día la vida de Jair cambió para siempre. Comenzó a soltarse y lo que

encontró que era capaz de hacer con su voz lo dejó asombrado. Atrás había

quedado ese día en que la profesora lo echó de la clase; pero no en vano.

Aprendió que la única manera de lograr algo en la vida es trabajar en ello

duramente. Da igual que seas Músico, Escritor, Atleta o Empresario, no hay otro

camino. Si lo haces ganarás, si no lo haces, no.

Una tarde mientras ella disfrutaba de un concierto importante que se realizaba en

su ciudad descubrió que Jair era uno de los cantantes principales. Al finalizar el

concierto se le acercó y le pidió disculpas por haberlo tratado tan duramente

aquella tarde. Jair ya había andado demasiado y se sentía a gusto consigo mismo;

le dijo que lo sentía muchísimo pero que no la recordaba, ‘pero le agradezco que

haya venido a verme’, le dijo. Y ella abandonó el teatro cabizbaja mientras él

continuaba saludando a la gente y haciéndose fotos con el público.

Ahora creo que Las cosas buenas llegan a los que saben esperar. Las mejores a

los que no se rinden y luchan. Y las grandes bendiciones a los que creen.

LA CHICA DEL PARQUE

ANGÉLICA MARÍA QUIMBAYA ARISTIZABAL

Y en ese momento llegó ella, estaba acompañada de dos amigas más y tomaron

asiento en una silla del parque del barrio, estaban terminándose de comer un

helado, el de ella era de fresa, la brisa de la tarde de las 5:00 pm le hacía

balancear su cabellera de un lado para otro, era de color rojizo y le combinaba

perfectamente con su color de piel bronceado, tenía unos ojos que transmitían

fuego se veía tan linda, tan sonriente, tan feliz.

Yo estaba sentado en una silla también pero no tan cerca como para poder

escuchar lo que hablaban, solo contemplaba como se reía a carcajadas con sus

amigas, en ocasiones era dulce y en otras se veía tan malvada pero era tan ella.

Al llegar las 6:00 pm las amigas se fueron y ella quedo sola, me llamo tanto la

atención ver como su carita cambiaba inmediatamente, dejo de ser la mujer

sonriente de hace un rato y solo denotaba tristeza y decepción, me sentí tan mal

que no pude evitar acércamele, no niego que me dio pena y miedo de pensar en

su reacción, no sabía si sería amable o me rechazaría de plano, pero que linda

sorpresa cuando vi que mientras caminaba hacia ella volvió a sonreír.

Le pregunte que si la podía acompañar un rato a lo que sin dudar ella me

respondió que sí, nos quedamos callados, el silencio era de esos que no era

incomodo pero si necesario, yo sentía como de una manera u otra iban sanando

sus heridas, ella me miraba de una manera extraña pero dulce e inmediatamente

bajaba de nuevo su mirada, yo sentía como si la conociera desde hace mucho

tiempo, sentía como se complementaban mi alma con la suya, como cuando uno

encuentra al amor de su vida, como cuando uno consigue a la persona con la que

quisiera pasar el resto de sus días, era una sensación única e indescriptible, no

necesitaba tocarla para poder sentirla porque la sentía tan mía, tan nosotros.

Juro que en ese momento no quería hacer otra cosa que cuidarla, protegerla,

quería que fuera la mujer más feliz del mundo, la mamá de mis hijos, mi amor

eterno, pero transcurría el tiempo y ella no mencionaba palabra alguna, y estaba

bien porque yo sentía que el silencio lo decía todo, nos abrazaba el alma y de una

manera u otro nos daba regocijo. Yo solo la miraba pero a pesar de todo no podía

dejar de sentir ese vacío al ver su carita, yo me preguntaba el porqué, porque una

mujer tan bella tenía el corazón tan triste, que le había pasado, porque no me

hablaba, todo sin conseguir respuesta.

Fueron pasando los minutos y las horas y nosotros seguíamos ahí sentados sin

mencionar palabra alguna, hasta que de un momento a otro acercándose las 8:30

pm ella me miro fijamente con lagrimas en sus ojos y me dijo que me perdonaba,

que me había amado como nunca había amado a nadie y que me deseaba de

corazón que yo fuera muy feliz de ahora en adelante; yo me quede atónito, no

sabía que responder ante sus palabras, solo empecé a llorar como niño chiquito

cuando le quitan un dulce, ¿por qué me sentía así?, ¿quién era ella?, ¿por qué

lloraba y porque me dijo esas palabras que retumbaron en mi alma?.

Ella se levanto y empezó a caminar sin mirar atrás, yo me quede ahí sentado sin

tener consolación alguna, hasta que la perdí de vista, empecé a darme golpes de

pecho, sentía como mi corazón se iba partiendo en pedazos y que todo

absolutamente todo había sido mi culpa.

Eran las 4:00 am cuando pegue un grito y desperté llorando, estaba solo en mi

habitación, en el nochero tenía un portarretrato con una foto muy amorosa entre la

chica del parque y yo, fue cuando recordé quien había sido ella en mi vida, ella era

la mujer más buena y noble que había conocido y fue en ese momento que

comprendí el sueño que había tenido.

Nosotros habíamos tenido tal vez la relación amorosa más linda de todas, de esas

que ya no se ven en este tiempo, nos disfrutábamos el uno del otro, éramos felices

con solo hacernos compañía, no necesitábamos nada más; teníamos gustos muy

diferentes pero eso no hacía que fuéramos el uno para el otro.

Y recordé como esa chica del parque por la cual moría por cuidarla y protegerla

había sido mía por muchos días, meses y años, me había entregado su corazón

por completo, había confiado en mi ciegamente y yo, el estúpido yo, la había

hecho pedazos, yo había sido el culpable de borrar esa hermosa sonrisa que me

enamoró la primera vez que la vi.

No sé que me paso, solo se que un día desperté y sentí que todo había cambiado,

sabia lo valiosa que era ella, estaba consciente de que difícilmente iba a conseguir

mujer como ella, pero la había perdido y no hice nada para solucionarlo.

Ya había transcurrido un año desde de que terminamos, ella ahora volvió a sonreír

al lado de un nuevo hombre que si supo valorar lo que yo no, todas las noches

tengo el mismo sueño, mi soledad me reprocha por no haberla seguido después

de que se levantó ese día de la silla del parque como parte de su despedida, yo

por mi parte la extraño todos los días y espero que algún día la vida, el destino o

Dios la vuelva a reunir conmigo.

FIN

LA GRAN IMAGINACIÓN DE ALICE

LINA MARCELA VALENZUELA

Alice era una chica con una gran imaginación; le gustaba imaginar que estaba en cualquier parte del mundo. Como tenía una gran capacidad para imaginar cualquier cosa, se disponía a viajar por todo el mundo dentro de su mente, esté en donde esté, sea cual sea la hora.

En la escuela a la que Alice asistía tenía muchos problemas, ya que todo el tiempo se la pasaba viajando en su mente sin poner atención a lo que había a su alrededor. Alice tenía una amiga llamada Camile, a la cual Alice se le hacía muy graciosa y por eso la quería tanto. Por otro lado, había una chica que era muy cruel con Alice, la cual se llamaba Sarah y le gustaba burlarse y aprovecharse de los demás, a los chicos inteligentes de la clase les pagaba para que ellos hiciesen su tarea.

A Alice no le importaba lo que Sarah le dijera, pues para ella lo único en lo que tenía que pensar era en sus viajes imaginarios y a donde iría la próxima vez.

Pensaba que sus viajes eran eternos, y que podía ir a donde se le antojase: A Paris, Londres, Nueva York, Roma, Grecia, Egipto, y cantidad de otros lugares en el mundo. Además de tener la capacidad de viajar a lugares, también podía imaginar épocas, como el Imperio Romano, Paris en los años veinte o El Antiguo Egipto.

Ella tenía una gran imaginación la cual impresionaba a los demás niños de su clase. Sarah envidiaba que todos le pusieran atención a Alice y no a ella, así que trataba de hacerle la vida imposible. A pesar de todos sus intentos por hacerla sentir mal, a Alice no le importaba, porque para ella Sarah no era más que una molestia, que no le permitía estar en paz, por lo que hacía lo posible por no prestarle atención. A Sarah le molestaba mucho esto, por lo que le hacía distintas bromas: Le escondía la maleta, le tiraba sus cosas al piso mientras nadie estaba en la clase, le subía la cartuchera al techo, en fin, tantas cosas para impacientar a la pobre Alice.

Pero ya hablamos mucho de la vida escolar de la protagonista, así que hablemos de su vida en casa; Alice vivía en una bonita casa ubicada en el centro de la ciudad, en un lindo barrio llamado “los crisantemos”, ya que había un santuario de plantas donde crecía mucho esta clase de flores.

Ella vivía con su padre y su madre y además su hermanita Ashley, la cual era testigo de la gran imaginación de Alice, y la usaba como su modelo a seguir. A Ashley le gustaba imitar a Alice, hacer lo mismo que ella, caminar igual que ella, vestirse igual a ella y hablar igual a ella. De vez en cuando, Alice invitaba a Camile a casa y jugaban juntas a las fiestas de té. Cómo le gustaba eso a Ashley.

Su padre era un importante empresario conocido a nivel nacional, y su madre era una profesora de matemáticas en uno de los mejores colegios de la ciudad, por lo

que ella quería que Alice estudiara matemáticas y se convirtiera en una profesora de matemáticas en la universidad a la que ella fue, pero Alice odiaba las matemáticas, le parecían de lo más aburridas, ya que tenía lecciones todos los días y eso la aburría mucho, por lo que le tomo pereza a las matemáticas.

Sus clases favoritas eran geografía e historia, ya que combinaban sus dos grandes especialidades: Geografía por todos los países y sus bellos paisajes e historia por la gran historia que cada uno tenía. Se llevaba muy bien con la profesora de geografía, quien era la misma que daba lecciones de historia, algo que a Alice le gustaba mucho. A pesar de ser muy buena en esas dos materias, también era buena para el resto y eso les gustaba a sus padres, pero ella no se sentía satisfecha, pues para ella, a sus padres les importaban más sus notas escolares que su talento y gran imaginación.

Lo que más le gustaba a ella era sentarse con Ashley y dibujar los lugares más exóticos y hermosos que imaginaba. Ashley le preguntaba sobre los lugares, y Alice le enseñaba sobre su historia y donde estaban ubicados. Para Ashley, ninguna maestra suplantaría a su hermana, ya que se divertía mucho con sus lecciones, cosa que no se compara a ninguna otra, en opinión de Ashley.

A pesar de ser muy buena en la parte académica, Alice se distraía mucho en sus clases, tanto así que le debían llamar la atención ya que no estaba escuchando a ninguna de las lecciones de sus maestros. Al pasar esto, sus compañeros se reían de ella, y esto al parecer le gustaba a Sarah, aunque Alice no le ponga mucha atención. Después de todo eso, Sarah vino corriendo hacia Ashley y le dijo:

— Hola Alice, ¿Vienes a mi casa? Jugaremos mientras mis padres están en una reunión y tenemos toda la casa para nosotras y mis amigos.

— Bueno, sí iré. — ¡Genial! Te espero.

A Alice se le hizo extraño, ya que Sarah lo decía de una manera tan amable, que hasta le hizo pensar si no estaría en alguno de sus pensamientos.

Cuando Alice llegó a casa de Sarah, está la acompañó hacia una habitación muy bonita, que era su cuarto. Era todo color rosa, con objetos de alto valor como porcelana, mesas finas hechas a mano y demás preciosos artículos.

Entonces, Sarah agarró la mano de Alice y la encerró en un armario. Todo fue tan rápido, que pareciera haber pasado en fracciones de segundo. Afuera se podía escuchar las risas de Sarah y sus compañeros. Por un momento Alice pensó que había sido una mala broma, pero luego se dio cuenta: des pues de todo lo pasado, Sarah había cumplido lo que tanto quería.

Alice empezó a sentir que todo era un sueño, y trato de salir de aquella pesadilla. Imaginaba que estaba en su casa, jugando con Camile y Ashley a las fiestas de té, pues solo quería olvidar que estaba allí en aquel oscuro armario. A pesar de intentar todo lo posible, Alice no pudo salir de aquel lugar, y se sintió mal. Las risas de Sarah y sus compañeros la afectaban mucho. Esta vez sí iba en serio.

Sarah y sus compañeros bajaron a comer algo y a ver una película, pero mientras tanto Alice intentaba de imaginar que salía de ahí y volvía a su casa.

Mientras Alice se quedaba dormida adentro, se escucharon unas voces familiares en el piso de abajo. De repente, todo el mundo se quedó callado y se escucharon unos pasos por las escaleras, lo que asustó mucho a Alice.

Los pasos se acercaban cada vez más, y Alice cerró los ojos, al mismo ritmo en que la puerta se abría. Eran su madre y su padre con Camile y Ashley.

Alice se alegró mucho de verlos les preguntó cómo se habían dado cuenta de que ella estaba ahí, entonces Camile de dijo:

— Pensamos que no estabas bien o que te había pasado algo, así que llame a tus padres y vinimos lo más antes posible, enserio estábamos preocupados.

Alice contó todo lo que había pasado con Sarah, y sus padres, indignados, llamaron a los de Sarah para que se disculpara con Alice ante ellos.

Y de ahí en adelante, Alice siguió imaginando y disfrutando de la vida, junto con las personas que de verdad la apreciaban.

LUIS FABIAN CERÓN CEBALLOS

Había una vez una hada que se llamaba “Arcoíris”, ella vivía en un castillo lleno

de oro; Arcoíris tenía un gran sueño, tener sus dientes de oro con el fin de enseñar

a los niños a cuidar sus dientes lavándolos todo el tiempo.

A Ella, también le gustaba recoger los dientes que se les caían a los niños, y en

cambio les dejaba un bello regalo, esto era algo que hacía desde que era una niña

cuando a ella se le cayó su primer diente, hace ya mucho tiempo atrás.

El hada Arcoíris cuidaba a los niños porque no tenían padres quienes velaran por

ellos, entonces ella soñaba también con crear unos muñequitos quienes serían

sus padres, dándoles una voz mágica a cada uno y poder enseñarles a ellos el

cuido de sus dientes.

Entonces Arcoíris un día tomo un vidrio de oro y diseñó los muñequitos, y con su

corona mágica les dio luz y tuvieron así vida, con esto Arcoíris se puso muy feliz,

pues los niños tendrían padres maravillosos y buenos que cuidarían de sus hijos y

enseñarían a cuidar sus dientes.

Un día, los padres de los niños, le pidieron a Arcoíris una crema dental mágica

para tener dientes de Oro; y así fue, Arcoíris les concedió el deseo creando una

crema dental mágica para cada niño y para cada uno de sus padres.

Arcoíris decía: - “niños todos los días tienen que lavarse los dientes, después del

desayuno, después del almuerzo y finalmente después de la cena, para que así

con el tiempo tengamos dientes limpios, sanos y lograremos tener esos dientes de

oro”.

Los niños muy contentos saltaban de alegría, pues ellos tenían unos dientes muy

dañados; y muchas veces no entendían el porqué de sus dientes se veían tan

maltratados; sus padres siguieron las recomendaciones de Arcoíris, pues ella con

el uso de esta crema mágica logro tener unos dientes de oro.

Una mañana, Arcoíris decidió tener en su castillo una caja de oro donde guardaría

los elementos para sus dientes de oro (cepillo de dientes y crema dental mágica) y

esto lo hizo también para los niños, para que ellos llevaran a sus casas, pues

todos días los días llegaban a su castillo niños que no tenían padres ni tampoco

quien cuidara de ellos, y Arcoíris siendo una hada maravillosa ayudaba siempre a

que los niños comieran, se alimentaran y de la misma forma enseñaba a que ellos

tengan unos dientes sanos, brillantes como el oro.

Todos los días el hada de los dientes de oro, en su castillo recibía a los niños con

dientes maltratados pero luego salían con dientes sanos y brillantes, eran niños

realmente pobres que no tenían familia, ni tampoco quienes cuidaran de ellos;

pero Arcoíris con todo el oro que habitaba en su castillo los acogía y ayudaba

cada día.

Obviamente los detalles que tenía Arcoíris con los niños no se los ganaban tan

fácil, pues ellos tenían que ayudar con los quehaceres del castillo para ganarse los

méritos de la cajita de oro que contenía la crema mágica dental y el cepillo de

dientes, y así, fue, los niños que llegaban a su castillo podaban los árboles y

plantas y todo lo que había en ello.

Felizmente los niños jugaban luego de terminar los quehaceres del castillo,

comían, bebían, en fin se alimentaban pero luego seguía las instrucciones de

Arcoíris en el cuido de sus dientes.

Finalmente el hada Arcoíris con sus dientes de oro que siempre llevaba sonreía y

no paraba de sonreír a los niños y padres de los niños, pues ella les enseño que la

sonrisa es la clave para vivir mejor todos los días. Pero que esta sonrisa debe ser

cuidada con lindos dientes todo el tiempo.

Y a quienes llegaban a su castillo les enseñaba el lindo habito de la sonrisa,

porque si se tiene una linda sonrisa, las personas, como los niños, jóvenes y

adultos podremos convivir mejor, en un mundo sano y saludable pues tener los

dientes blancos y brillantes nos hace sentir más felices, y si, los niños siempre

salían felices del castillo de la hada con sus dientes de oro.

Colorín colorado este cuento se ha acabado.

LA MANZANA DE ORO

ODILIA YANETH PALOMINO MONTES

En un país muy lejano llamado CHARUMANINGA existía una comunidad de duendes traviesos y picaros, les encantaba atesorar riquezas a consta de los humanos que vivían cerca; eran muy felices, contaban con toda clase de comodidades, sus casas eran hermosas, sus jardines tenían árboles frutales de todas las especies; las aves alegraban a todo el valle con sus lindos trinos.

Había también hermosos arroyuelos con aguas puras y cristalinas, las hojas de las plantas del jardín eran de oro y plata, lo más hermoso, sus flores, de diamantes,

rubís y esmeraldas. Todos Vivian felices se sentían orgullosos de sus tierras de sus cultivos, de sus familias. No tenían líderes pues todos mandaban por igual y tomaban las decisiones en común acuerdo. Un día uno de los más experimentados duendecillos llamado SAMESIM sintió que por ser el que más conocimientos tenia, debía ser el rey de la comunidad, quería extender

el dominio de las tierras, y que los humanos sintieran miedo de acercarse a ellos, para que así no pudieran tomar venganza por todas las travesuras que les hacían. Quería una comunidad temida y respetada por todo el país.

Entonces empezó a convencer uno a uno los duendes de la comunidad para que escogieran un líder, que fuera capaz de tomar decisiones rápidas sin tener que consultar a nadie ni esperar a una reunión para actuar en pro de la comunidad. A muchos les agrado la idea; pues veían en él un buen compañero, amigo y por su gran experiencia lo admiraban mucho. Siguió en su lucha más o menos dos lunas, hasta que un día por fin se reunieron todos los duendes y decidieron nombrarlo el rey de la comunidad.

Empezó su liderazgo con mucha entereza, autoridad y seguro de sus capacidades, su amplia experiencia en asustar y poner acertijos a los

humanos hizo que obtuvieran grandes riquezas y que fueran muy reconocidos en todos los pueblos aledaños. Crecieron tanto que su poder se expandió como Samesim lo había imaginado; eran temidos, respetados y admirados. Sin embargo, un día Samesim sintió que CHARUMANINGA no era suficiente para él y empezó a conquistar más y más comunidades, Samesim decidió formar un gran ejército, para que en caso de que no se rindieran ni cedieran ante sus pretensiones fueran fuertemente castigados. Ayyyyyy…… pobre de CHARUMANINGA pues su rey se había convertido en un ser ambicioso y dictador ya no le importaba su pueblo quien lo había elegido con tanto amor y confianza. “Lo único que le importaba eran las riquezas y el poder”.

Pasaron varias lunas conquistando más y más pueblos.

Un día se reunieron en secreto algunos duendes y pensaron que CHARUMANINGA ya no era la misma, tenían que huir o resignarse a vivir bajo el poderoso mando de Samesin. Entonces una linda duendecilla llamada Maximiliana se propuso informar y hablar con la comunidad para que huyeran de Charumaninga. Logro reunir a unos 154 duendes los cuales añoraban con todo su corazón recobrar la paz y la alegría perdida; planearon por más de 3 lunas su huida y con tres mil

cuatrocientas treinta monedas de oro emprendieron un nuevo camino hacia el valle de COOFILANDIA tenían la convicción que allí podrían renacer. Lamentablemente había un traidor dentro los que Maximiliana reunió; entonces SAMESIN se enteró y quiso apresarlos y darle un fuerte castigo. Mando a un pequeño ejército a perseguirlos, pero los lobos quienes eran muy amigos de Maximiliana los ayudaron a huir. Solo 54 duendes lograron atravesar el valle; Con mucho dolor de ver a sus amigos caídos tuvieron que continuar hasta llegar al tan añorado valle de COOFILANDIA en donde SAMESIM no tenía poder ni dominio. Con gran alegría encontraron un valle virgen en donde podían tener una nueva y hermosa comunidad lejos de las malas dictaduras de SAMESIM, quien empezó a quedar solo, desprotegido y vulnerable. Se vio sumergido en una profunda desesperación y pensó que podía continuar haciendo de las suyas, pero un grupo de humanos que ya le venían siguiendo los pasos lo sorprendieron, y una madrugada lo emboscaron en su castillo, lo apresaron en una jaula de hierro y llevaron al pueblo en donde lo encarcelaron. Samesin murió solo, sin amigos y con la humillación de haberlo perdido todo.

MAXIMILIANA quien era muy astuta había recolectado semillas y raíces de todas las especies del tan…. recordado valle de CHARUMANINGA le dio a cada familia algunas raíces y semillas para que empezaran a hacer sus huertas y con el dinero que tenían compraron materiales y construyeron lindas casitas…… que hermoso se veía su nuevo valle, lo denominaron LA MANZANA DE ORO. ¡A COOFILANDIA continuaron llegando muchas comunidades aledañas y actualmente viven en el valle más de 4.062 duendes y cuentan que tienen más de

2.077 monedas de oro!!! ahhhh pero no dejaron de seguir asustando a los humanos moviendo cosas, y poniendo acertijos.

Maximiliana siguió liderando el valle de COOFILANDIA con gran valentía, dulzura y amor siempre dispuesta a recibir más duendes en su comunidad. Propuso que el valle de Coofilandia debía tener seis principios fundamentales como la lealtad, honestidad, solidaridad, transparencia, calidez y pertenencia, estos principios los ayudarían a convivir sanamente y vivir felices por siempre.

FIN…..

Moraleja:

El corazón puro se conoce cuando se tiene poder; es allí donde sabes si eres capaz de vencer toda la maldad del mundo o si por el contario la maldad del mundo te vence a ti. Y aunque la vida nos ponga miles de dificultades siempre hay un DIOS que todo lo ve y utiliza a quien él vea necesario para que tú y yo encontremos un final feliz.

Tomado de la historia de COOFIPOPULAR en donde Dada la difícil situación económica que se afrontaba en la ciudad de Cali en 1965, el Doctor Maximiliano Bellaiza, funcionario del Departamento Jurídico del Banco Popular, tuvo la idea de fundar una Cooperativa que ayudara a los empleados del banco a suplir las necesidades básicas y calamidades domésticas. Empezó entonces el Doctor Maximiliano, la dura tarea de convencer a sus compañeros de trabajo en improvisadas reuniones y charlas espontáneas de las bondades y beneficios de organizar una Cooperativa de Ahorro y Crédito, orientada, dirigida e impulsada por sus propios gestores. Con un esfuerzo enorme, se logró ahorrar y recoger la suma de tres mil cuatrocientos treinta pesos, con un aporte inicial de cinco pesos por asociado. Y empezaron la cooperativa con 54 asociados. Su valores son lealtad honestidad solidaridad transparencia calidez y pertenencia. En la actualidad cumplio 52 años y cuenta con 4062 asociados y un capital de 2.077 millones.

LA MOCHILA DE LOS HILOS DE ORO

MARIA VIRGINIA FERNANDEZ

Era un hermoso atardecer, de

esos que enamoran al cielo con el

canto de la sirena, donde el frio de

la montaña y el canto de las aves

se envuelven en la belleza de un

cañahuate florecido, solo se

escucha el rumor del viento en la

ciudad del cacique upar. Allí a

orillas del rio guatupuri, simón y su

familia contemplan los follajes de la

siempre viva trinitaria.

Como de costumbre cada domingo

al caer la tarde, esta familia

caminaba hasta el rio en compañía

de sus hijos, Santiago mateo y

juan.

Santiago, quien era un niño intrépido e inteligente, durante el camino le gustaba

jugar con Mateo, él tenía poca paciencia; mientras que su hermano juan, solía

caminar al lado de su mama, no le gustaba estar lejos de ella. A los chicos les

gustaba recoger piedras de muchos tamaños y colores para competir entre ellos

tirándolas al fondo del rio hasta llegar.

Bajo un frondoso caracolí, colgaban una hamaca para exhibir las mochilas

arahuacas que tejía esta familia para sobrevivir, eran tan

hermosas que al caer la noche regresaban a casa sin una

sola mochila, todas las vendían.

Ese día esperaban a Ájala (tierra) indígena arhuaco con

piel tostada por el sol, cabellos negro azabache, de ojos

negros y profundos, se veía cansado de ir y venir.

Siempre traía su vestido de tela firme de algodón, se

adornaba con joyas de oro, penachos de plumas, mantas pintadas adornadas con

cristales de cuarzo (coralina), jaspe y otras piedras engarzadas en oro.

Ájala, además de venderles la lana, también buscaba una hermosa mochila

por eso, ese domingo fue diferente y especial, pidió que manuela tejiera para

él.

Simón y Manuela, que en ese

momento atendían las ventas, vieron

acercar a sus dos hijos con Ájala,

Santiago traía entre sus manos

varias manejas de lanas, Mateo

jugaba con unas de ellas, al

saludarles Ájala le pidió a manuela

tejerle una hermosa mochila para el

domingo siguiente.

Santiago y su hermano al recibir la

lana de Ájala, notaron que esta tenía

un brillo especial, siendo más dorada

de lo habitual por lo que pensaron

que este se había equivocado y

quisieron sacar provecho de esto,

cosa que manuela desconocía en su

totalidad.

Los hermanos al ver lo hermosa que era

la lana quisieron venderla a un gran

precio, la madeja, hecha con hilos de oro,

finas lanas, textura delicada y hermosa

apariencia, mostraba los colores del

arcoíris adornado con el brillo del oro, no

existe otra mochila igual.

Juan, sabía que Santiago escondía

la madeja debajo de su almohada,

prefirió callar antes de tomarla ,pensó que si hablaba con Santiago las cosas

cambiarían sin embargo, Santiago sabía que el indígena había depositado

toda la confianza en su familia ,ahí, solo en su habitación; dejo fluir ese

sonido de la voz interior que le hablaba a su mente diciendo: “No eres malo

porque mientas, todos lo hacen tranquilo”; a su vez escuchaba esa melodiosa

y dulce voz, que nos invita a reflexionar desde la profundidad del corazón,

dejando en alto nuestros valores y principios que son fundamentados en el

hogar. , ¿me conozco? ¿Quién soy?

Allí, Tendido en su cama mientras dormía lo sedujo una melodiosa y encantadora

voz. Que hablaba a su corazón: “nada ni nadie podrá destruir el regalo que haz

recibido de tus padres, esa confianza que han depositado en ti, ese amor

incondicional acompañado por el respeto hacia tu familia”. Al despertar vio como la

habitación se ilumino con una gran estrella brillante; era la madeja de los hilos de

oro.

Desde ese día los hermanos Santiago y mateo decidieron no volver a mentir,

siguiendo los consejos de sus padres prefirieron ser fieles a sus principios,

pensaron que era un sueño, corrieron hasta donde sus padres para mostrarles lo

sucedido, pero para su sorpresa al volver a la habitación todo estaba normal.

Manuela tejió esa hermosa mochila para Ájala, Simón les practico a sus hijos la

importancia de ser honestos y sincero ya que es uno de los mayores valores del

ser humano para vivir en convivencia.

EL TROMPO LA RAYUELA Y EL YOYO

DALIS PATRICIA CORREA

En un hermoso pueblo vivía una familia que tenían dos alegres y divertidos niños,

siempre jugaban juntos con sus juguetes preferidos, El trompo, quien era muy

orgulloso por su fina punta de diamante que brillaba con mucho esplendor, el

yoyo era fuerte con su fina cuerda y brillaba con todos los colores del arcoíris y la

rayuela presumía su gran tamaño, pues toda la familia se reunía alrededor de ella

y la hacían sentir la más importante.

Un día los padres de los niños, fueron a la ciudad y compraron unos aparatos

electrónicos muy interesantes, un televisor, un celular, una tableta y un

computador, es así como cada integrante de la familia tomó un aparato y se

entretenían de forma individual, Papá con el celular, Martin con el televisor, Daniel

jueguitos con la tableta y Mamá escribía y escribía en el computador, fueron

pasando los días y siempre lo mismo cada uno con un aparato diferente de

manera individual, los niños no salían al patio y sus risas no eran tan sonoras,

papá no hablaba con mamá y mamá no salida del computador. Mientras esto

sucedía el trompo ya no tenía su punta brillante de diamante, el yoyo no reflejaba

los colores del arcoíris y la rayuela no se veía grande, cada vez se acercaban a

un abismo oscuro lleno de polvo, telarañas y lejano, hasta cayeron por completo a

ese oscuro bosque llamando olvido, los juguetes estaban muy tristes y asustados,

cuando de pronto… Vieron una luz que cada vez se acercaba más, se trataba de

Activo, un fuerte caballero acompañado de su caballo centella, Activo siempre

estaba dispuesto a ayudar y les preguntó ¿Por qué están aquí? Ellos le contaron

que habían sido olvidados por su familia y ya no tenían sus grandiosas

características, Activo llamó a su amigo alegría y entre los dos pensaron un plan,

el cual permitiría que la linda familia fuera unida y se integraran más como lo

hacían antes, fue así como se les ocurrió pedirle el favor a sus amigas las nubes

que formaran un gran tormenta con fuertes rayos y así fue esos rayo descargaron

energías que bloquearon todas las corrientes eléctricas y en la casa de la familia

dejaron de funcionar los aparatos eléctricos, todo quedó totalmente oscuro los

niños corrieron y abrazaron a mamá y papa los padres cayeron en cuenta que

hacía mucho tiempo no compartían actividades juntos, a la maña siguiente a un,

no había energía eléctrica todos salieron al patio y encontraron un tesoro muy

especia se trataba del trompo, el yoyo y la rayuela quienes al ver de nuevo sus

amigos volvieron a tomar su grandes características con más fuerza el trompo

brillaba más el yoyo mostraba sus hermosos colores y la rayuela crecía sin parar,

los padres jugaban con los niños compartían en familia y es así como entendieron

que los aparatos electrónicos son muy interesantes pero no hay que descuidar

compartir con la familia. Colorin colorado este cuento se terminado.

LA TRAGEDIA QUE SE CONVIRTIÓ EN LUZ

ELIZABETH FORERO PRIETO

Han pasado casi 31 años, desde aquella fatídica fecha del 13 de noviembre de 1985, cuando ese día por poco la vida se me desvanece.

Cierro mis ojos y llegan a mi mente muchos recuerdos, nostálgicos que deseo compartir con ustedes y reconozco que cada uno de esos recuerdos de mi vida son un milagro muy grande de Dios, es esa oportunidad de vida convertida en bendición.

Mi vida antes de la tragedia de Armero, era “feliz”, sin preocupaciones, rodeada de todo lo que quería, me sentía orgullosa de vivir en un pueblo sano, pujante, de gente trabajadora, alegre, de buenas costumbres, en donde se podía dejar la puerta principal de las casas de par en par y nada pasaba, donde todos nos conocíamos, donde en la época de la navidad se compartía con los vecinos la natilla, los buñuelos, no podían faltar los tamales y la lechona, en donde se disfrutaba con los paseos de olla, las novenas de navidad en todas las casas, las rumbas en el club los pijaos y social con reconocidas orquestas de la época, asistir en familia a cine a los dos teatros, que habían, el Bolívar y Colombia.

Apenas había terminado materias de mi carrera profesional como abogada, desde marzo de 1984, me encontraba haciendo la judicatura, para obtener el tan anhelado título de abogada, razón por la cual para esa fecha del 13 de noviembre de 1985, trabajaba en Guayabal como Inspectora Departamental de Policía, una población ubicada a 10 minutos de Armero, por lo que todos los días iba y volvía, inclusive a la hora de almuerzo.

Hasta ese momento, el único trago amargo y nostalgia que me invadía, era la pérdida de mi madre, con este nefasto suceso sentí y comprendí de manera directa la muerte, que nos arrebató a ese ser querido, a quien amaba mucho, pero ese gran dolor me dio la fortaleza y el valor, que además de la tristeza profunda que sentía también me lleno de esperanza y con la ayuda de Dios, me impulsó a seguir luchando por mis ideales y propósitos, cuál era en ese momento culminar mis estudios y hacerme profesional en derecho.

Nosotros los armeritas, estábamos amenazados por una gran represa en el rio Lagunilla, me acuerdo, que era un tema de mucho comentario, hablaban de cómo actuar en el evento de que dicha represa se reventara, pues al parecer según se decía, nos afectaría una gran inundación, para lo cual nos advirtieron tener flotadores (neumáticos) en las casas, pero nunca de la magnitud de la hecatombe que vivimos, pues, no recuerdo que nos hayan informado, ni advertido de las consecuencias y cómo prepararnos para la erupción del nevado del Ruíz, el cual estaba a muchos kilómetros de Armero, pues la verdad se olvidó que dicho rio Lagunilla, nacía en ese nevado y que al producirse la erupción generó el deshielo

y tal como así aconteció, se rompió la represa, arrasando con todas las laderas del cañón por donde bajaba el rio, el cual desembocaba justo en nuestro terruño, además dicha avalancha, devastó con todo lo que encontraba a su paso, formado una gran mole de piedras, inclusive de la misma piedra de la represa, lodo, lava y todo lo que encontraba en su recorrido y lo iba llevando hacia Armero.

Al llegar a Armero, la avalancha venía con mucha fuerza, a una altura de aproximadamente 10 metros y por eso arrasó con todas las edificaciones de raíz, hasta el punto de levantar los pisos de las viviendas y pavimentos de las calles, así como a su paso iba llevando la gran cantidad de paisanos que murieron allí.

Nunca me imaginé que tenía que vivir esa trágica experiencia y mucho menos que iba a ser testigo de la desaparición de mi pueblo, lo cual ocurrió en segundos, como efectivamente así sucedió y más aún, que la historia y la vida iba a cambiar de una manera abrupta, para los que sobrevivimos de ella.

Ese día del miércoles 13 de noviembre de 1985, a las 2 de la tarde, empezó a caer ceniza sobre Armero y sus alrededores al igual que caía una leve lluvia. A eso de las 6 y 30 p.m., cuando regresé de Guayabal a Armero, estaba cayendo un fuerte aguacero, motivo por el cual me bajé a la entrada en el mercadito, en la casa de mi hermano Carlos, (qepd), con quien me salvé, para que él me llevara luego a mi casa, pues esta era bastante alejada, (ubicada en la carrera 23 número 10-35), frente al parque infantil, que por su ubicación a la salida hacia el corregimiento de San Pedro, fue una de las primeras que arrasó la avalancha y en donde no quedó nada, una que otra baldosa del corredor interno.

Mi hermano no se encontraba, llegó dos horas después, cansado y como casi todos en el pueblo esa noche se puso a ver un partido de fútbol que estaban transmitiendo, por lo que me dijo que más tarde me llevaba.

En ese momento empecé a sentir una sensación de preocupación, de ansiedad, de desespero que no sabía por qué era y para completar la única emisora de Armero (Radio Armero), empezó a difundir que nos tranquilizáramos y que alistáramos agua antes que la ceniza la contaminara y pañuelos para taparnos la boca y nariz y que por favor no saliéramos de las casas.

Transcurría la noche y mi hermano me dijo que me quedara que en la mañana bien temprano me llevaba, por lo que casi como a las 10 y 30 nos acostamos; pero yo no podía dormir, sentí de pronto un ruido extraño en el techo y que ya no era lluvia, por lo que de inmediato salí descalza al patio de la casa y por entre las rejas de la puerta saqué mi mano para verificar qué era lo que estaba cayendo en ese momento y cuán mi sorpresa que no era lluvia como así lo estábamos creyendo la mayoría por estar encerrados, sino que mi mano en segundos se llenó de arena, por lo que de inmediato llamé a mi hermano y a su esposa para que vieran lo que estaba sucediendo y se levantaran, cogí el teléfono y llamé a mi hermana que vivía conmigo en la casa familiar, junto con una sobrina de apenas dos años y otro hermano menor, para decirles que se preparaban que ya íbamos por ellos, pues

estábamos escuchando gritos de la gente en la calle y nos habían tocado en la puerta, para decirnos que había que salir de Armero de inmediato.

Cuando estaba hablando con mi hermana, que se disgustó porque la desperté, se fue la luz y se escuchó un gran estruendo, la tierra se estremecía, como si estuviera temblando, salimos en el carro un Suzuki SJ410, el cual estaba pinchado y alcanzamos a llegar hasta el hospital, no se podía avanzar más, hacía arriba no quedaba nada, mis hermanos y sobrina murieron, por lo que empezamos a buscar las otras salidas del pueblo lo cual fue imposible porque la avalancha ya estaba encima, observé con terror como se desboronaban las edificaciones, la angustia y el desespero de las personas que no sabíamos para donde correr, pues esa mole estaba cubriendo el pueblo, se sentía impotencia, parecía el fin del mundo.

Hubo un momento que me agaché, abracé a uno de mis sobrinos que llevaba en mis piernas, me eché la bendición, cerré los ojos, pedí perdón por mis pecados y pensé que en ese momento mi vida terminaba, pues estábamos atrapados, vi un árbol de ceiba el cual tenía enredado los rieles del ferrocarril que se venía hacia nosotros, mi hermano continuaba manejando aún con el vehículo pinchado, lleno de gente que se nos colgó a lo largo de la travesía, todos en silencio, llenos de pánico, de pronto una luz nos invadió y no sé cómo vimos frente a nosotros una loma que queda frente al cementerio, donde nos salvamos, gracias a Dios y a las maniobras de mi hermano, allí nos refugiamos lo que restaba de esa fatídica noche.

Fue una larga y oscura noche, nuestras mentes quedaron en blanco, como en show, no se podía pensar, solo enfrentados al miedo, al dolor, tanto físico como del corazón, del alma por todo lo acontecido. En segundos Armero estaba destrozado y 25.000 paisanos muertos, al día siguiente entendí que Dios me había dado una oportunidad de vida, nuevamente esa luz que me hizo comprender que tenía que hacer un cambio en mi vida, que debía dar prioridad a lo espiritual que a las cosas materiales, que debía dejar la vanidad, el orgullo, el egoísmo y ser una persona comprensiva, noble, tranquila, solidaria como lo trato de ser hoy en día. También aprendí que debemos estar siempre preparados porque a cualquier instante la vida se nos puede escapar, por eso hay que saber vivir, pues las catástrofes no avisan y no somos dueños de la vida, sólo Dios es el dueño y él decide.

Siento que después del 13 de noviembre de 1985, volví a nacer. Hoy me siento realizada en todos los aspectos, a pesar que ese recuerdo amargo no lo puedo dejar, me siento contenta y agradezco por esa experiencia de vida y por todas las bendiciones que he recibido.

MARIO CÁNDELO TATIANA MOYA Escribir un cuento, requiere más que imaginación, requiere pasión, ganas e inspiración, no soy escritor pero me gusta sentir como las palabras comunican, lo que mi alma vive y como mis pensamientos quedan plasmados en el papel para la posteridad. Al pensar en un cuento pienso en mí, en mi vida y en los deseos más profundos que nacen en la misma esencia donde la alegría toma forma para transformar el mundo, Hoy voy a escribir sobre Mario Cándelo. Mario cándelo tiene el corazón como un carbón, es un hombre de piel gruesa oscura, alto, de 60 años de edad, Pensionado por las minas de carbón, vive en un pueblo de la costa colombiana cuyo nombre ha sido olvidado por la ingratitud de su gente, vive en su propia casa de dos pisos con un balcón amplio, un lugar humilde, relativamente espacioso, Son los años 40, la tv no ha llegado allí, la luz eléctrica es un privilegio de las empresas mineras, del estado y de pocas personas adineradas, Cada tarde, durante los últimos tres años, Mario sale a su balcón a sentarse en su silla mecedora a Narrar cuentos, cuentos de terror, de amistad, de idiosincrasia, de Guerra y por su puesto de amor, la mayoría de los cuentos se escurren en la memoria de quienes lo escuchan, Los niños del pueblo todas las tardes al llegar el ocaso, se reúnen y se sientan frente a su casa, casi todos en el piso polvoriento, Los adultos llevan sus sillas, los hombres mayores tienen una cerveza en la mano y las mujeres abanicos, El público escucha 2 0 3 cuentos, durante dos o tres, De vez en cuando, Mario no sabe que cuento inventar y permite que algunos hombres intervengan en su función sin mucho éxito, por supuesto, como Mario cuenta sus cuentos Ninguno, Nadie sabe de dónde el saca sus ideas, además es poco estudiado, Muchos se preguntan ¿de dónde sale tanta imaginación?. Eso no importa, al final muchos salen contentos y emocionados, Unos salen con ilusiones y otros con suspiros, y no falta el aterrorizado y la preocupada, en fin, carcajadas se oían y al final, Sin importar el cuento nadie le aplaudía. Sin embargo ocurría algo, cuando Mario terminaba, cerraba las puertas de su balcón, y se tiraba a su cama a llorar, llorar y llorar, por horas y horas en silencio, La nostalgia y el dolor sale por sus ojos, tantas personas y el tan solo que se siente, - a nadie le importo – Pensaba, llego el día en que su llanto duro toda la noche, esa tarde no salió, y algunos de sus oyentes fieles se preguntaron si ese día no había función, Mario sin muchas ganas de vivir dejo 7 días sin salir, más sus fieles oyentes se extrañaron, igual no pasó nada, con el correr de los días, algunas personas se empezaron a preguntar, si él se había ido del pueblo sin avisar, tal vez estaba enfermo murmuraban, Tal vez murió decían los negativos y tal vez está cansado decían quien más lo soportaban, en realidad esta situación poco importaba para los adultos pero, para los niños. Los niños si lo extrañaban Su desesperación llego a tal punto que varios de ellos tiraron piedras y rompieron las ventanas, Cual si fueran unos vándalos, con la esperanza de que Mario saliera a regañarlos pero no ocurrió nada, su mejor amigo, extrañando por los absurdos comentarios y teniendo dudas, decidió ir a la casa, miro, golpeo la puerta por 10 minutos, nadie abrió, un poco asustado forzó la puerta y entro, y allí, Allí vio a Mario en su cama, tirado sin hacer nada, sin bañar con varias botellas de licor

vacías, - ¡Mario! -Exclamo - ¿Mario, que pasa, estás vivo? Despertando de su letargo, respondió -No insistas Ricardo, no me necesito levantar, ¿para qué?, igual a nadie le importo y yo soy el hazme reír del pueblo- Ricardo replico – No, no es así, Levántese hombre, no ves que no hay nadie que te reemplace, vamos hombre ve a la ducha y salimos un rato-, -Para qué- , respondió airoso Mario, usted piensa que yo no puedo morir en paz- por supuesto que si Mario pero hoy no, y menos estando yo aquí, vamos no sea terco,- dijo Ricardo, sin entenderle que le pasaba, lo convenció y así se realizó, esa misma tarde, más tarde de lo habitual Mario salió a su balcón estaba oscureciendo y Grito - quien tenga oídos que vea con su corazón Quien quiera mirar que escuche con su alma - muy pocos se sentaron a mirar lo que pasaba, Solo se veía la sombra de Mario en el balcón, la penumbra cubría todo el espacio, y en momentos era algo más que aterrador, Mario empezó a decir ¡Hoy voy a contar un cuento diferente, voy a dejar que mi imaginación vuele y voy a transformar este pueblo! Veo, veo un pueblo con sus casas pintadas de colores vivos, colores que atraigan las miradas de las mariposas, casas con fachadas de diferentes tonalidades, muy coloraditas estarán las puertas. Finalmente su cuento fue muy extraño y corto, algunos pensaron que no era El, Mario se devolvió a su cama. Pensando en lo que había dicho. Al día siguiente Mario salió a su balcón muy de noche y su público había aumentado considerablemente se escuchaban muchos murmullos y Mario Grito - quien tenga oídos que vea con su corazón Quien quiera mirar que escuche con su alma - ¡Hoy voy a contar un cuento diferente, voy a dejar que mi imaginación vuele y voy a transformar este pueblo! Veo, veo un pueblo con calles pavimentadas con lindos ladrillos, de formas cuneiformes, muy bien puestos, para que todos puedan correr, y los niños jugar futbol sin sentir el polvo asfixiante, la lluvia no formara más barro al caer. Que cuento más raro decía el público. Al día siguiente, ¡Milagro! ¡Milagro!, escucho desde su cama Mario, igual el ruido esa tarde Mario salió a su balcón y su público había aumentado considerablemente, es como si todo el pueblo estuviera allí, y como se había vuelto habitualmente, Grito - quien tenga oídos que vea con su corazón Quien quiera mirar que escuche con su alma - ¡Hoy voy a contar un cuento diferente, voy a dejar que mi imaginación vuele y voy a transformar este pueblo! Veo, que cada casa tiene hermosos jardines, casas con bellas flores que emiten luces y pájaros cantando en las calles, mientras una tenue lluvia cae sobre el rostro de los niños y se refrescan las plantas. ¡Oh! ¡Oh! Exclamaba el público. Al día siguiente, con duros golpes en la puerta, Mario fue despierto por varios de sus amigos y unos desconocidos, - Mario, - Mario, despierta, Sal a la calle y míralo con tus propios ojos, - le Decían. Mario Al salir a la calle, ve una muchedumbre que en silencio lo miraba, sorprendido no entendía lo que pasaba hasta que una tenue lluvia lo despertó completamente, escucho el canto de los pájaros, vio el suelo empedrado, las casas de colores y hermosos jardines, WOOW todo lo que conto era una realidad, fue tan emocionante que empezó a recorrer el pueblo de extremo a extremo, durante horas, admirando como todo era como él lo había imaginado, de regreso a su casa, varios de sus amigos lo estaban esperando, -Mario, por favor pide que todos tengamos agua potable, Otros le pedían alimentos, dinero, luz eléctrica, salud y hasta televisores, le solicitaron aquellos- así Mario paso muchas noches imaginando cosas y hechos para toda las personas que lo visitaban, era como si todos tuvieran que hacer una

visita obligada, cuando el salía a su balcón, El alboroto era tal, que hasta la iglesia dejaron de visitar, un día Mario salió a recorrer el pueblo, vio a la gente sonreír por todos los favores recibidos, y se sorprendió a ver una casa gris, sin jardín, ni pájaros, se veía muy humilde, era su propia casa, tal impacto causo esto, que entro corriendo a su casa, no salió al balcón y solo pensaba porque el aun no tenía nada, se le ocurrió por fin, pedir algo para él, se imaginó a la mujer más hermosa, a la morena más bella y joven, que lo haría reír en los días y lo complacería en las noches una morena que lo atendería como se lo merecería, Mario se acostó pensando en ella, al amanecer fue despierto por el beso de una chica morena, era ella, tal cual la había imaginado, su nombre era candela, pasaron el día y la noche juntos, se amaban y Mario recobro toda la fuerza de su juventud, pasaron varios días sin salir de su casa, muchos se preguntaban, y a todos les preocupaba, - ahora quien nos cumplirá los deseos, que egoísta es Mario, ya no quiere dar nada – Murmuraban, luego de unos días, sus amigos entendieron lo que estaba pasando y una trampa le tendieron, entraron a su casa y a la morena se llevaron en la madrugada, en un barco llenos de marineros, lejos se la llevaban, al darse cuenta, Mario a todos les preguntaba, y en voz unánime el pueblo le decían que ella lo había abandonado porque enamorada de un marinero estaba, cada día Mario estaba más y más inquieto, todos le pedían cosas pero desconsolado él estaba, no lo podía creer, siguió preguntando hasta que su mejor amigo Ricardo le confeso lo que había pasado y lo que el junto con el pueblo había realizado, con el corazón roto pero sin odio deseo a la muerte, porque él no podía vivir sin el amor que le habían quitado, Con esos pensamientos se acostó y a las 3 am despertó, mucho frío sintió, y al ver a la muerte se quebrantó, lista para llevárselo Mario reacciono y vio que la muerte era una mujer muy bella, de ojos negros y una mirada profunda, pero su gran tristeza guardad en su corazón no le permitía responder con palabras, Mario le hablo a la muerte le rogo y le pidió que se lo llevara dormido, la muerte se llevó una gran sorpresa, en general muchos humanos la odiaban y se asustaban al verla, finalmente ella accedió. Al despertar Mario vio a la muerte durmiendo en el otro extremo de su cama, y tal como él había imaginado, ella cayó en un profundo sueño que duro varios días, ella al despertar, no entendía que había pasado, pero al ver la mirada como fuego de Mario, quedo enamorada, por primera vez sintió la mirada penetrante de un humano que era como la fogata de deseo más ardiente y ella hizo lo único que estaba prohíbo para la muerte, una orden divina que le había el mismo DIOS desde el inicio de los tiempos, dejar de hacer su trabajo, y así fue, no había muerte en el mundo, a pesar de horrorosos accidentes y curiosos sucesos, las funerarias no facturaron y los curas no tenían misas que dar, fue tal el deseo de Mario y la complacencia de la muerte que habían pasado varios días, la muerte le conto a Mario muchas historias de como los humanos le temían, sus ilusiones y sus fantasías, cosas extrañas y misteriosas, la muerte hablaba y hablaba y Mario escuchaba y escuchaba, se contemplaban y se amaban con la mirada. Un día muy en la madrugada, Mario sintió como el frio salía por la ventana de su balcón, entreabrió los ojos y vio cómo se escapaba una sombra, asustando voltio mirar y ella no estaba, salió rápidamente al balcón, y vio a lo lejos, como la muerte corría muy rápido hacia la playa, la muerte corría tan rápido que sus lágrimas se evaporaban al tocar sus mejillas, al llegar a la playa, la piel se le empezó a

desprender, el dolor de su corazón, hizo que se arrancara su piel, fue tan intenso y tan rápido que la muerte quedo irreconocible. Desde ese día se cuenta que la muerte es fea y huesuda, que los cuentos algo enseñan y no solo provienen de la imaginación, y que Mario tiene el corazón negro, negro por el fuego de la muerte, que le carbonizo el corazón, desde aquella madrugada la muerte no puede vivir porque no tiene a su amor al lado, y Mario Cándelo no puede morir porque su amor lo ama.

PETALO DE ROSA

WILSON PEÑALOZA

Dos amigos se rencontraron después de muchos años y decidieron tomarse unos

tragos. En medio de la charla, el primero de los amigos con voz trascendental dijo:

- Bueno, no me puedo quejar de mi paso por el mundo, he logrado los triunfos que

he soñado, he comprado lo que he querido comprar, he conocido lo que he

querido conocer y por supuesto he amado lo que he podido amar

El segundo replicó:

- Vaya si eres arrogante, te conozco desde que éramos niños y siempre has vivido en la misma vieja casa de tus padres y no sé cual de las prendas que tienes puestas lleva más años…de hecho creo que sumando los años de todas me superan en edad, tu viaje más largo es el de todos los días a la estación central de autobuses y no nos olvidemos el amor….

- ¿Qué pasa con el amor?

- Ehhhhh, no te conozco novia alguna…Incluso la gente duda de tus gustos…Jajajaja

- Vaya, así que soy importante para la gente…No lo había notado

- De igual forma, no interesa lo que hablen de ti, el punto es que te jactas de

una felicidad que no existe y subestimas la realidad de los demás

El primer amigo cambiando su expresión con un suspiro, sacó del bolsillo una hoja

arrugada con tinta roja y la colocó sobre la mesa

Con tono de burla el segundo se manifestó:

- Ahora me vas a decir que detrás encontraré una poesía de un amor

escondido?

- Ojala fuera tan simple, pero no es así…Recuerdas hace años cuando me

echaron de ese trabajo al cual dedique gran parte de mi valioso tiempo

- Claro que lo recuerdo, es más, recuerdo también las muchas veces que te

recomendé que buscaras un mejor trabajo…Pero en fin, sígueme contando

- Pues veras…fue una época difícil donde recorrí la ciudad repartiendo hojas de

vida, caminando…o mejor aún, arrastrándome odiando al mundo por mi suerte,

maldiciendo todo lo que me rodeaba y sintiéndome el ser más infeliz del planeta

- No pensé que te sintieras tan mal…lo lamento

- No lo lamentes, era parte de algo que tenía que vivir…en fin, así era mi día a día

esperando que el siguiente fuera el último, pero por cosas del destino una tarde

paso algo que como un relámpago iluminó la oscuridad de mi corazón. Me

encontraba caminando cuando de pronto vi un grupo de personas en estado de

indigencia que al acercarme noté eran una familia, papá mamá y dos niños

- Cerca de mi trabajo veo indigentes todo el tiempo y te aseguro que lo único

que han iluminado es el celular que me robaron hace algunos meses

- Tienes razón, el cuadro de indigencia por si mismo es triste pero no logra mover

el corazón de alguien tan perdido de una manera tan radical. Sin embargo, lo que

si llamó mi atención de inmediato era que estaban jugando…se reían y compartían

entre ellos en una situación que parecía más una fiesta que una desdicha

- Sin duda si es una escena rara - Me fui a mi casa ese día tratando de entender porque esas personas en una

realidad tan precaria si podían reír y ser felices y yo que aparentemente estaba

mejor, vivía deprimido y triste. Entonces, al llegar a mi hogar tome una hoja y

empecé a colocar un punto rojo por cada momento que podía recordar debía

agradecer algo a la vida y un punto negro por cada momento de mi pasado que

no era tan agradable; cada segundo o minuto en el cual pude reír o alegrarme era

un punto rojo, el juguete esperado en navidad, el examen aprobado en la

universidad, la primera cita y muchísimos momentos más invadieron mi mente

- Y es esta hoja?, porque la veo solo roja…No hay puntos negros? - Si los hay, los instantes de soledad, la lágrima por la pérdida inevitable, el

engaño no merecido o el conflicto que no se pudo evitar. Sin embargo, están

debajo de los rojos…han sido tanto los puntos rojos que he colocado desde ese

día de mi pasado y mi presente, que la tinta roja a cubierto la oscuridad del negro

El segundo amigo no muy convencido con la historia, continuó la charla tratando

de cambiar el tema, hablando de futbol, de películas y al final devolvió la hoja

diciendo: “Ojalá en la próxima, si podamos ver por lo menos un pequeño punto

negro”

Pasaron un par de años después de esa noche y el primer amigo falleció. En su

funeral aterrado por la pronta partida de su compañero, se presentó el segundo

amigo y estando allí se acercó una mujer preguntándole: ¿Tú eres Enrique?

- Si soy yo, y si no me equivoco usted es la mamá de Sergio - Así es, solo quería darte este sobre que te dejó y que me pidió especialmente

que te entregara en el momento que llegara su muerte

Enrique sorprendido abrió el sobre y encontró una hoja con un punto rojo y otro

negro con una nota que decía:

“Querido amigo, el mismo día que nos encontramos me enteré que tenía una

enfermedad muy grave y quiero que me perdones por no haberlo dicho. Al llegar

ese día a mi casa y tomando en cuenta tu comentario de que la hoja ya era

demasiado roja y no se veía nada del negro, decidí empezar una nueva con un

punto negro por la terrible noticia que había recibido y uno rojo por la gran alegría

de volverte a ver después de tantos años. Te darás cuenta que no me quedó

mucho tiempo para llenar todo el espacio, pero estoy seguro que en tus manos se

volverá una hoja tan roja como un pétalo de rosa…Mi gran amigo, por favor se

feliz que yo trataré de hacer lo mismo donde esté”

RECUERDOS DE CANCÚN

YAMILITZA LEONOR TORO

Llegué con mi familia al aeropuerto El Dorado alrededor de las nueve de la mañana. Mi familia era en ese momento mi mamá, mis tres hermanas, y mi perro; entonces los seis entramos por las puertas del aeropuerto y subimos las escaleras hasta el segundo piso, donde se encontraban los vuelos internacionales. Mientras más nos acercábamos al lugar donde se realizaba el check in, pude ver más y más a mis compañeros, muchos de ellos junto a sus familias con uno que otro cachorro en brazos, y entonces, vi a mis amigas, ellas corrieron a saludarme y yo hice lo mismo, podía ver la ansiedad en sus rostros, y muy seguramente en el mío también. Estaba muy entusiasmada por esta excursión, primero porque era mi primera vez en otro país, el cual no era tan distinto a Colombia, pero lo era, conocería México; segundo, porque sería un viaje sola con amigos del colegio, sin padres, podíamos ser quienes quisiéramos, era una idea muy tentadora. Después de saludarlas, y de ellas saludar a mis hermanas y mamá, procedí a realizar el check-in de mi vuelo y dejé mis maletas para volver al lugar donde estaba el resto del salón. El profesor nos llama a reunirnos a todos para una foto, y, como era de esperarse, también otros papás sacaron sus celulares y nos tomaron fotos con nostalgia. Sonreímos por unos segundos y luego volvimos a dividirnos en nuestros grupos más allegados del salón. Veía a mi mamá hablar con los padres de mis amigas a lo lejos, y a mis hermanas charlar y burlarse entre sí con nuestro caniche entre sus brazos; mientras yo bromeaba con mis amigos sobre cosas que haría cuando llegásemos a Cancún. Pasaron los minutos, y por fin había llegado el momento por el cual aguardamos por más de tres años, pero no tan esperado por nuestros padres, el momento de abordar nuestro vuelo. Hubo abrazos, muchos de ellos, más fotos, una que otra lágrima, sonrisas melancólicas, y entonces cruzamos las puertas.

Primero debíamos pasar por los agentes de migración Colombia. Cada uno pasaba a hablar con un agente distinto. El agente que me correspondió preguntó sobre mi familia, después que con quién iba a viajar y qué haríamos allá; esto mientras revisaba mis papeles. En mi caso todo fue bien, en unos minutos el de migración ya había terminado conmigo; a diferencia de una de mis amigas, ella se puso muy nerviosa y su entrevista duró, por lo que me pareció, un poco más de veinte minutos. Aguardamos por ella hasta que salió victoriosa de ese lugar. Seguimos por unos pasillos llenos de tiendas internacionales: Victoria's secrets, Hugo Boss, Coco Chanel…Luego llegamos a la sala de espera. Era bastante grande, y nosotros veinticinco estudiantes, aparte de nuestro profesor. Esperamos media hora entre juegos y otras fotos. Pronto abordamos el avión; fue un largo viaje. Me la pasé viendo capítulos de Modern family con una de mis amigas. Al llegar, nos bajamos del avión y sentí una holeada de calor entrar por todo mi cuerpo, me sentía en la Costa. Esperamos en el aeropuerto un largo tiempo por nuestras maletas, y cuando ya las teníamos, nuestro profesor nos dirigió hasta un autobús que nos conduciría a nuestro hotel. Al llegar nos dividimos los cuartos, me quedé en el mismo que tres de mis amigas, dejamos las maletas y luego fuimos a

recorrer el hotel; era rústico. Vi iguanas en árboles no tan altos pero frondosos. Más al fondo había una piscina con una malla de voleibol encima, y al lado e ella había un comedor muy grande. Nos dirigimos en otra dirección y pasamos por un pasillo lleno de más dormitorios y, entonces, vimos otra piscina y detrás de ella sentí la brisa del mar. Nos acercamos a la playa, era bella. Por la noche nos vestimos para ir a comer todos juntos al comedor, nos dieron tacos al pastor; me encantaron, a excepción de la salsa mexicana que suele ser picante. El picante no va conmigo. Ese día no hicimos nada más; estábamos lo suficientemente cansados como para hacer otra cosa. El segundo día, por la mañana, viajamos a Chichén Itzá, uno de los principales sitios turísticos de México. Nos hicieron un tour por toda la arqueología mientras explicaban la historia. La arquitectura era inmensa. Caminamos por todo el lugar y los vendedores con su carisma nos invitaban a comprar artesanías; hasta que caí y compré una estrella en cerámica por un dólar; estaba tallada a la perfección. Mi amiga compró tres monitos en cerámica que hacían caras chistosas, como los emoticones de WhatsApp. Después nos reunimos con otros de nuestros amigos y nos tomamos fotos en un pequeño mirador que había en la zona y de dónde se podía admirar la mayoría de templos. Salimos del lugar alrededor de la 1 y nos llevaron a un pequeño pueblo cerca donde había un restaurante típico mexicano y afuera de él, varios chamanes realizando rituales de lecturas del alma con matas «divinas». No pude aguantarme y cuando acabé de comer, fui a «leer mi alma» con un amigo. Primero le realizaron el ritual a él, el chamán lo golpeaba con estas matas mientras decía cosas en un idioma que no entendía, ni mi amigo. Cuando hubo terminado le dijo que su alma era muy pura y que Dios lo había enviado para hacer obras muy buenas en la tierra; no obstante, cuando empezó a leer mi alma, me hizo repetir unas palabras que, como era de esperarse, no entendía, pero las repetí, y cuando terminó conmigo me dijo que mi aura estaba atormentada porque me rodeaba de gente que envidiaba mis triunfos, eso fue bastante raro y a la vez agobiante; entonces después de pagarle, salimos de ahí. Para cuando regresamos al hotel ya era de noche y nos encontrábamos muy cansados, por tanto, nos metimos a la playa; el agua estaba helada, mas con el paso del tiempo ya no se sentía así. Nos quedamos ahí toda la noche hasta ver la luz del sol salir de entre las nubes. La puesta de sol más linda que he visto. Luego, nos fuimos a dormir hasta el siguiente día por la tarde. Ese mismo día, nuestro tercer día en Cancún, nos bañamos en una de las piscinas por horas y horas hasta no poder más, y fuimos a caminar por la ciudad. No era tan distinto a Colombia: grandes calles, buses, edificios, centros comerciales… y gente acogedora. Cuando ya era de noche nos llevaron en cuatro camionetas grandes al lugar donde están los mejores bares de Cancún, eran varios de ellos y atiborrados de gente; gente dentro de los bares y gente fuera de ellos. Entramos a uno llamado Mandala; me sorprendió lo grande que era, y la música era la misma que escucharía en un bar de Colombia, por unos segundos extrañé Bogotá, pero olvidé ese sentimiento cuando empecé a bailar con mis amigos y con otros mexicanos del bar que se sentían intrigados por nosotros; hasta bailamos con personas en disfraces de payazos. Terminamos la noche entre música, comida y bebidas, hasta que nos llevaron al hotel por la madrugada, y de lo cansados que estábamos nos quedamos dormidos hasta la tarde cuando mi mejor amigo tocó la puerta del cuarto, salí a recibirlo y fuimos a

almorzar juntos. Más tarde, en nuestro cuarto día, algunos del salón fuimos en lancha a la playa mujeres; esta playa era exclusiva, lo que le brindaba un toque de soledad. Su arena era blanca y muy finita; era increíble. Pasamos gran parte de la tarde sentados en sillas playeras, bajo sombrillas, y tomando piña colada; mientras nos enamorábamos más y más de la vista; hasta que regresamos en la misma lancha a nuestro hotel por la noche. Al día siguiente fuimos todos al parque Xcaret, un parque eco arqueológico. Era el último día de nuestro viaje así que procuramos gozar lo máximo posible, y así lo hicimos. El parque era magnífico, estaba rodeado por agua muy clara con animales volando libremente, atracciones sobre el mar en mallas o carritos, y bajo el mar, buceando con animales marinos; también viajes en pequeñas lanchas de madera y chozas acogedoras; era un paraíso ecológico, pero tuvo que acabar y regresamos a nuestro hotel. Esa noche nuestro profesor nos dijo que nos vistiéramos todos de blanco, que festejaríamos nuestro último día en México juntos. Nos reunimos en un comedor del hotel donde, afortunadamente, servían comida internacional. Nos sentamos de modo que todos pudiéramos vernos las caras a todos y cada uno pasó a decir unas palabras en el centro del círculo que formábamos; hubo lágrimas otra vez, recuerdos de aventuras juntos, bromas épicas, y risas sin parar. Posteriormente pasó el profesor y dijo que cerráramos los ojos. Mientras lo hacíamos, él dejó un sobre con cartas dentro frente a cada estudiante; eran cartas de nuestros familiares, y como era de esperarse, nos hicieron llorar nuevamente. Más tarde, fuimos todos a la playa y elevamos esas lámparas de papel que vuelan. Iluminaron las olas tranquilas y silenciosas de la playa. Presenciar ese momento me hizo pensar en que, a pesar de que mi padre ya no estaba con nosotros, podía seguir adelante, porque todo iba a estar bien.

UN MUNDO MÁGICO CARMEN MILENA PARRA MARTÍNEZ -Isa, despierta ya tienes 16 años- Isabel a pesar de que tenía mucho sueño abrió los ojos, lo primero que observó fue a sus padres junto a su cama, deseándole un feliz cumpleaños, aunque ella nunca había sido fanática de las celebraciones. Cuando se fueron de su cuarto, Isabel se levantó para arreglarse, algo en su corazón le decía que ese día iba a ser único. Como siempre había hecho o al menos desde que tenía memoria, se paró en frente de su espejo, el mismo que había tenido por tantos años; vio su cabello rojo, sus hermosos ojos verdes y las ojeras producto de leer tantas noches hasta la madrugada, buscaba un refugio en sus libros que eran mucho más interesantes que su vida. Después, bajó a buscar algo de comida, pero algo le llamó la atención, cuando pasó por la habitación de sus padres oyó que estaban discutiendo, a ella le ganó la curiosidad y se detuvo a escuchar lo que sucedía. -Ya tiene 16, pronto se enterara de todo- -¡No!, Yo soy su madre, la ví crecer, no puedo permitir que nadie me la quite- -Tiene derecho a saber la verdad- Isabel sin pensarlo entró en la habitación -¿De qué verdad están hablando?- Sus padres al verla quedaron en shock, se veían muy nerviosos era evidente que ocultaban algo. Su padre la miró y dijo: -Ya es hora de que sepas todo-. La madre de Isabel no soportó la situación, ella se fue, con sus ojos llenos de lágrimas. -Espero que algún día puedas perdonarnos- le dijo su padre. -¿De qué hablas?-Isabel -Nosotros no somos tus verdaderos padres. Un día tu madre te trajo con nosotros, nos dijo que cuando tuvieras 16 estarías lista para volver a… Isabel no podía creer lo que estaba escuchando, se fue corriendo hasta su cuarto, allí se encerró a llorar, aunque estaba muy triste, una parte de ella lo aceptaba. Algunas veces cuando le preguntaba a su madre porque no habían tenido más hijos, ella evitaba el tema y se ponía muy triste. Ahora Isabel entendía ese silencio, su madre nunca había tenido hijos, ella era una mentira, pero entonces ¿Quiénes eran sus padres?, ¿No la querían?, ¿Por qué la dejaron con otras personas? Por un momento Isabel creyó ver algo en el espejo, pero pensó que fue sólo algo de su imaginación. Después de unos minutos, cuando ya se había tranquilizado un poco, volvió a notar algo en el espejo, esta vez fue más claro, fue como si una luz blanca pasara por el espejo, cómo cuando se ve un rayo. Esto le llamó mucho la atención, por lo que fue a mirar más de cerca, pero lo único que vio fue a si misma reflejada en él, tuvo un impulso que la hizo levantar su mano para tocar el vidrio del espejo, de repente sintió como si algo la jalara hacia él.

Cuando despertó se encontró en una habitación muy amplia, muy bonita, ella quedó desconcertada, no sabía dónde estaba, ni por qué o cómo había llegado allí. Fue hasta la ventana, donde quedó maravillada con la vista, habían montañas, un río y también se veían muchas casas. -Es hermoso, ¿No crees?- Isabel se sobresaltó, creyó que había estado sola en la habitación, pero se equivocó, cuando volteó, vio un chico, era alto, tenía el cabello oscuro y ojos verdes, como los de ella, no podía dejar de mirarlo, aunque no sabía nada de él. -Soy Alex, yo fui quien te encontró, es raro estabas desmayada en frente de la casa, nunca te había visto por acá, ¿Cómo llegaste?- -Soy Isabel, no sé, no recuerdo nada- Con sólo escuchar que ella se llamaba Isabel, fue como si Alex hubiera visto un fantasma. -¿Qué pasa he dicho algo malo?- Isabel -No, es sólo que hay una profecía, que dice que cuando, la elegida cumpla los 16, cambiará el destino de este mundo, además de su propio destino, si vive o muere- Alex. Justo en ese momento llegó Clarisa. -Mira ella es mi madrina, una de las brujas más poderosas- dijo Alex. Por la cabeza de Isabel pasaban tantas cosas, sus padres, no sabía dónde estaba, se sentía muy atraída por Alex, tras del hecho ahora ¿brujas?, ¿profecías?, no entendía nada. -Hola, Isa- dijo Clarisa, al ver su expresión, le respondió: -Si sé tu nombre, sé que tienes muchas dudas, éste es el momento de resolverlas; yo soy tu madre, soy una bruja muy poderosa, estamos en Wonderland, es un mundo mágico, no tiene nada que ver con el lugar donde has vivido siempre, aquí hay magia; hay brujos, vampiros, lobos y muchas más criaturas mágicas. Hay una profecía sobre ti, por eso tuve que alejarte, para poder protegerte, cuando cumpliste un año, te deje en el mundo humano, con la familia que creciste, les pedí que te cuidaran, mientras llegaba tu momento de volver. Yo hechice tu espejo, que realmente es un portal, lo arregle para que se abriera cuando fuera el momento. Tuve que hacerlo porque corrías un grave peligro, tú eres una gran amenaza para otros.- -Como mi hermana Cristina, ella es muy poderosa, pero muy malvada- dijo Alex -Es verdad, durante años el poder de Wonderland, ha estado en manos de un representante de cada familia de seres mágicos, un hada, un lobo, un vampiro y un brujo, para mantener la paz, pero Cristina siempre ha estado cegada por el poder, quiere ser ella quien controle todo, causar una gran guerra, aun así tú puedes evitarlo, eres la única que la puede vencer.- dijo Clarisa. Isabel ante tanta información, se desmayó, cuando despertó, a su lado estaba Alex, sentado acariciando su cabello, entre ellos dos era evidente que había cierta conexión especial. De repente apareció, de la nada una mujer, muy bonita, alta, de cabello y ojos oscuros, a Isabel no le costó mucho darse cuenta que era Cristina.

Era muy parecida a su hermano, pero mientras él le provocaba seguridad, ella le causaba miedo. -Así que ella es la elegida, hermanito no te encariñes mucho porque pronto morirá- al decir esto Cristina desapareció nuevamente como por arte de magia. Pasaron unas cuantas semanas, Isabel se acostumbró más a su nuevo mundo. En este tiempo fue descubriendo sus poderes, también era una bruja, tenía su propia varita mágica, cuando la usaba sentía como si se llenara de energía. Se acercó más a Alex, se conocieron mejor e inevitablemente terminaron enamorados uno del otro. Sin embargo Alex estaba muy preocupado, aunque no se lo decía, porque no quería asustarla, pero era muy difícil saber que el amor de su vida y su hermana se iban a enfrentar a muerte, sin que él pudiera hacer algo para evitarlo. El día de la profecía por fin llego, Isabel ya había tenido varias semanas de entrenamiento, ahora era el momento de demostrar todo su poder. Nadie se quería perder este momento, si Isabel ganaba todos podrían vivir en paz como hasta ahora, sería feliz con Alex, conocería más a su madre, sólo ella podía derrotar a Cristina, ese era su destino, pero si no, lo iba a perder todo, con sólo 16 años iba a morir, de los cuales 15 habían sido una mentira, además Cristina tomaría el poder para hacer con Wonderland lo que ella quisiera. Pero algo paso, fue como si el tiempo se detuviera, cuando Isabel abrió sus ojos estaba en su cama, aparentemente todo había sido un sueño. Se miró al espejo, la duda de si lo que había vivido fue real o no, nunca salió de su mente.

UN NIÑO, UNA HISTORIA

CATALINA SILVA FANDIÑO

En un pueblo de Santander, vivía un niño llamado Andrés, vivía con su abuela en una pequeña casa, él estudiaba en un colegio público, donde todos lo rechazaban porque su abuelita lo cuidada y consentía mucho.

Un día en el colegio Andrés estaba almorzando, cuando unos estudiantes de un grado superior le quitaron el almuerzo, una compañera llamada Lina, se dio cuenta de la situación y decidió compartir su almuerzo con él.

Andrés estaba muy contento por el apoyo de ella en ese momento y porque hizo una nueva amiga. Cuando llegó a su casa le contó a su abuela lo sucedido, ya que ella siempre lo apoyaba en todo, la abuela se alegró mucho. Ella le tenía de regalo una chaqueta que quería que él la usara en el colegio.

Al día siguiente efectivamente él se llevó la chaqueta y todos sus compañeros se burlaban porque en ella tenía un mensaje que decía “Para mi lindo bebé”.

Andrés se sintió muy mal y se enojó mucho; cuando regresó a su casa ignoró a la abuela, estuvo todo el tiempo callado y así pasó la tarde y noche. Al día siguiente al regresar al colegio, le contó lo sucedido a su amiga Lina, quien le reprochó su actuación y le hizo ver que la abuela lo hizo con mucho amor y pensando en lo mejor para él, por lo cual Andrés reflexionó y se sintió muy mal por su actitud y decidió regresar a casa y disculparse con la abuela.

Pero al volver la encontró tirada en el piso, inconsciente, se asustó mucho y no sabía qué hacer, de pronto decidió salir corriendo a buscar ayuda de sus vecinos quienes le ayudaron a llevarla al hospital, pero era demasiado tarde, su abuela había fallecido.

Esta situación hizo que Andrés se deprimiera por mucho tiempo, no volvió al colegio, estaba solo. Una tía debió hacerse cargo de él, pero no podía cuidarlo como la hacía su abuela, porque ella trabajaba todo el día, situación que hizo imposible la estadía de Andrés en esa casa.

Andrés le contaba todo a su amiga Lina, quien al ver la situación le ofreció su casa, pero con la condición que él volviera al colegio, lo cual él aceptó y los dos continuaron estudiando y esta convivencia hizo que se convirtieran en los mejores amigos.

Años después Lina terminó el colegio y tenía que ir a la ciudad a continuar sus estudios, Andrés se quedó muy triste a pesar que seguían en contacto, pero no era igual, pues con el tiempo cada uno continuó con su vida.

Después de quince años Lina tuvo la idea de buscarlo y generar un reencuentro con Andrés, lo cual fue muy emocionante para los dos y desde ahí no se han vuelto a separar porque su amistad de convirtió en amor.

Así termina la historia de Andrés.

UN PASEO TRÁGICO

CARMEN MILENA PARRA MARTÍNEZ

Había una vez una joven llamada Daniela, ella era una persona muy alegre y amigable, vivía junto a su familia. Un día se reunió con sus dos mejores amigas Alexandra y Andrea, las tres se conocían desde que eran niñas, habían crecido juntas, por lo cual se querían mucho. Un día entre las tres planearon ir de paseo, porque querían salir de la rutina y distraerse un poco.

El destino que eligieron para su viaje fue ScaryCity, aunque era un lugar poco conocido, parecía muy tranquilo.

Al llegar allí lo primero que quisieron hacer fue buscar un lugar para quedarse, ellas preguntaron en muchos lugares, pero nadie las quiso recibir, cuando iban por la calle se encontraron con una señora, que parecía muy extraña, a quien le preguntaron si sabía de algún lugar donde se pudieran quedar, ella lo único que les dijo fue que nunca debieron ir a este lugar y que lo peor estaba por pasar.

Al escuchar esto ellas tres se sintieron muy asustadas, no solo por lo que les dijo esa señora tan extraña, sino también porque ya era tarde, no había gente en las calles, y ellas no tenían donde quedarse. Daniela era la más asustada, ella se quería ir de allí porque presentía que algo malo iba a pasar, pero sus otras dos amigas la convencieron que no sucedía nada, además pronto iban a encontrar un lugar donde pasar la noche.

En ese momento, Daniela recordó un sueño que había tenido un par de días antes del viaje, ella soñó que estaba junto a sus amigas en una casa, encerradas sin poder salir, después empezaban a ocurrir cosas espeluznantes, y hasta hay quedo el sueño, porque ella tuvo un gran susto y se despertó muy aterrada. Daniela nunca le dijo nada a sus amigas porque no le vio importancia, sin embargo después de estar en un lugar tan extraño, sin conocer a nadie, no paraba de pensar en que algo malo les iba a ocurrir.

Siguieron caminando por un largo tiempo hasta que ya a las salidas de ScaryCity se detuvieron porque quedaron maravilladas con una hermosa casa, al no encontrar otro lugar para quedarse, no dudaron en entrar, golpearon por un largo tiempo, hasta que de pronto la puerta se abrió, adentro estaba muy oscuro, por esta razón ellas no pudieron ver quien abrió, querían hablar con el dueño de la casa para ver si les permitían quedarse allí, al ver que nadie salió, ellas decidieron entrar. Cuando ya estaban las tres adentro, la puerta se cerro, ellas se asustaron mucho; Alexandra dijo que esta era una casa embrujada, pero Andrea que no creía mucho en fantasmas, ni brujas, ni nada parecido, dijo que sólo fue el viento, y para comprobarlo fue a abrir la puerta de nuevo, sin embargo, esta no abría, se había quedado trabada.

A los pocos minutos empezaron a escuchar ruidos extraños y cuando menos se dieron cuenta ya no tenían sus maletas, estaban totalmente incomunicadas, sin la posibilidad de poder salir. Al ver que la puerta no abría, decidieron ir a buscar otra

forma de salir, dieron vueltas y vueltas por toda la casa, pero no encontraban nada, solo había gran oscuridad, escuchaban ruidos demasiado escalofriantes, gritos y pasos, sentían como si alguien las estuviera observando. Aparentemente la casa por fuera era hermosa, pero por dentro era demasiado aterradora.

Se sentaron en un pequeño sofá que había en esta casa, al pasar el tiempo se quedaron dormidas, cuando despertaron se dieron cuenta de una nota que había junto a ellas. Sintieron curiosidad y decidieron leerla, pero al hacerlo un gran miedo invadió su corazón, la nota estaba escrita con sangre y decía “dos morirán y la otra vivirá para contarlo”. Ellas quedaron muy desconcertadas porque no entendían que significaba esto.

De repente se escucho un gran ruido en el baño, fueron corriendo a ver qué había pasado, cuando llegaron había sangre por todos, de un momento a otro en el espejo apareció una imagen de una niña, tenía la cara pálida, los ojos negros y una mirada muy intimidante, el cabello revuelto por la cara, llena de sangre arañazos por todo su cuerpo, -Tú sigues, disfruta tus pocas horas de vida –dijo la niña, con una voz muy tenebrosa y desapareció, Alexandra y Daniela al principio no entendían, pero luego se miraron y se dieron cuenta que Andrea ya no estaba con ellas, de inmediato se fueron de ahí, y cuando iban por el pasillo, vieron una sombra, las dos pensaron que era Andrea a si que decidieron ir detrás.

El pasillo era largo, mientras más caminaban más largo se hacia, las paredes estaban llenas de sangre, después de caminar mucho, por fin llegaron a un cuarto, muy oscuro, cuando iban llegando las luces empezaron a prender y apagar, luego vieron que algo horrible venía hacia ellas, era su amiga, aunque, estaba llena de sangre, tenía los ojos rojos, parecía como si estuviera poseída, las miraba con odio como si las quisiera asesinar, Alexandra al ver este espanto, y pensar que era “su amiga”, quedo paralizada, no se podía mover, Daniela quiso ayudarla, pero era imposible, al sentir que posiblemente ella era la siguiente víctima, salió corriendo y vio que la puerta se abría, sin dudarlo dos veces salió de esa horrible casa.

Daniela nunca volvió a ser la misma de antes, no volvió a reír, ya no hablaba con nadie, se la pasaba todo el tiempo sola y en las noches no podía dormir porque siempre soñaba con sus amigas Andrea y Alexandra. La última vez que la vieron fue en un manicomio, pero una noche desapareció de la nada y nunca se volvió a saber más de ella.

¡VENGA LE CUENTO!

JESSICA BAYONA PATIÑO

En una ciudad donde pasaban muchas cosas, pero donde a Natalia pareciera no ocurrirle nada, se levantó un día, miro por su ventana y se dijo a si misma – Natalia, hoy es tu día, hoy vas a ser especial para alguien, hoy harás el día mejor para alguien – diciendo estas palabras se duchó, desayunó un café y salió tarareando la canción “Happy” de Pharrell Williams.

Natalia es una mujer de contextura promedio, de treinta y tantos, con un espíritu optimista, enérgica y apasionada por sus ideales, sin embargo ella observaba que en numerosas ocasiones se veía presa de la rutina. Ésta vil iba acabando con su magia y su positivismo a lo que Natalia solía decirse a sí misma – Esto es solo una etapa, tranquila, ya vendrán cosas mejores- .

Ese día cambio la ruta hacia su trabajo, Natalia trabaja en un almacén de ropa en el Norte de la Ciudad, tomo un bus en lugar de su normal B5. Leyó el letrero del bus con mucho esfuerzo a pesar de su terrible miopía, solo pudo leer que el letrero decía “Andino”. Al subirse se sorprendió que hubiese algún puesto desocupado, se sentó y saco su libro, Natalia acostumbraba leer durante el trayecto a su trabajo. La nueva ruta demoró un poco más de 30 minutos de lo que ella estaba acostumbrada, lo que ocasiono que llegase tarde. Ella explicó a su jefe que había tomado una ruta nueva y que no pensó demorar tanto. Su jefe que es un hombre un tanto gruñón le hizo entender que para la compañía era muy importante contar con la puntualidad de sus empleados ya que los clientes eran su prioridad y había que estar siempre disponibles. Tomás, el jefe de Natalia, es el encargado de administrar las tiendas de ropa en la zona Norte, tiene bajo su responsabilidad alrededor de 50 empleados y metas muy ambiciosas en ventas por parte de la gerencia, esto hacia que fuese estricto y perfeccionista.

Al llegar a su trabajo Natalia como era su costumbre, se cambió de ropa y se puso su uniforme , se maquilló e inicio su jornada, ésta consistía en verificar el inventario de ropa que estaba en el almacén, realizar el estudio de las ventas del día anterior y hacer la proyección de éstas para ese día, esto implicaba asegurar que se contaba con toda la mercancía que tenía probabilidad de venta, igualmente ella debía informar a Martín sobre el estado de las ventas y comunicarse con los demás administradores de locales de la zona Norte. Todos los administradores debían conocer el stop de ropa y los productos más vendidos por los demás locales.

En algunas ocasiones Natalia apoyaba a su equipo de vendedores con la atención al cliente, esa mañana entró una viejita al almacén a comprar una corbata para su esposo que estaba de cumpleaños, Natalia la recibió con una sonrisa de oreja a oreja, se presentó y le informo a la señora que hoy ella sería la encargada de atenderla. La viejita paseo todo el local, hizo sacar más de 20 corbatas de tamaños regulares y de colores parcos, ella decía constantemente – A mi viejito le gustan las corbatas clásicas- después de casi una hora, la señora encontró una

bella corbata, de color gris ratón con unas suaves rayas en color blanco, Natalia le facturó la corbata y le ayudó a empacarla como regalo, la viejita le agradeció.

A eso de las 9:30 a.m. cuando salió del local la viejita, Natalia observó que la señora estaba algo desconcertada, ella salió y le preguntó si le pasaba algo, la señora le respondió que había olvidado la dirección de su casa, que ella estaba iniciando el Alzheimer y que se había negado a aceptar la ayuda de una enfermera constantemente, esto conmovió el corazón de Natalia y rápidamente la hizo entrar de nuevo al local, verificaron los datos de la señora en el sistema y encontraron un número de teléfono, llamaron y respondió uno de los hijos de la señora llamado Camilo. Natalia explicó la situación a Camilo y él le pidió el favor de cuidar a su mamá mientras él llegaba al Andino y recogía a su mamá. La señora permaneció en el local y mientras le hacía plática a Natalia preguntándole por su familia y sus estudios, Natalia respondía todas las preguntas de la señora mientras observaba que Tomás le hacía mil gestos gruñones, lo cuales solo decían que volviera a su trabajo.

Al llegar Camilo al local abrazó a su mamá y le hizo prometer que siempre tendría su celular a la mano y que el número de él sería el primero en su lista por si volvía a ocurrir un percance así, Camilo agradeció a Natalia su cortesía y le dejo su tarjeta, Camilo es corredor de bolsa y trabaja en la BVC. Igualmente, ella le entregó la suya y le dijo – Cuando necesite un buen traje puede contar con nosotros, vuelva pronto que yo mismo lo atenderé-.

Con todo esto se le pasó la mañana a Natalia, para las once de la mañana ella ya había reportado las ventas de su local, había enviado el listado de prendas que necesitaba para surtir el almacén y también se había comunicado con los demás administradores, igualmente sus vendedores ya habían ubicado cuidadosamente las prendas y cambiado los maquis según las imágenes recibidas por los diseñares del almacén, Natalia era extremadamente cuidadosa con este tema, ya que parte del éxito del local radicaba en poner las prendas perfectamente para atraer a sus clientes.

Natalia acostumbraba tomar su hora de almuerzo pasada la una de la tarde, pero ese día el hambre la atacó y la intercambio con uno de sus vendedores. Ella subió a la plaza de comidas y se sentó en su local favorito “Patacones”, pidió un patacón con carne molida y queso costeño, lo acompañó con una deliciosa limonada de coco. Mientras ella almorzaba continuaba la lectura de su libro, sin embargo un estruendoso ruido la apartó de su lectura, en la cocina del restaurante sonaron gritos y objetos cayéndose, ella muy curiosa se asomó y noto que uno de los chef estaba teniendo un ataque de epilepsia, el instinto de Natalia hizo que se acercará al chef, lo ladeara y le puso un trapo en su boca, igualmente le decía con voz muy calma – tranquilo todos tus amigos estamos acá y estamos para ayudarte, solo ten calma – mientras ella hacia esto daba instrucciones a la persona encargada de la caja para llamar al 123 y solicitar apoyo médico. Rápidamente el personal de emergencias del Centro Comercial llegó y atendió el percance; felicitaron a Natalia por su ayuda, la cual había sido clave para salvar la vida del chef.

Natalia conocía como prestar esta ayuda debido a que su hermanito menor también sufría de epilepsia y en ocasiones a ella le había tocado ayudarlo a sobrellevar estos ataques. Natalia volvió a su mesa, el chef se acercó y le dio un gran abrazo como muestra de agradecimiento, igualmente le dijo que cuando quisiera volviera, que él le prepararía el mejor patacón del mundo, esto hizo feliz a Natalia y ella prometió volver pronto.

Natalia volvió al local y retomó sus actividades, verificó que cada cosa estuviese en su lugar, revisó un par de cifras, organizó el nuevo stand de perfumes que la compañía estaba lanzando al mercado, probó cada uno de los olores.

Esa tarde a eso de las 3 p.m., notó que Emma, una de sus vendedoras, estaba algo pálida e impaciente, ella se acercó y le preguntó si le sucedía algo, Emma le respondió casi que en murmullo – Tengo un retraso de casi 20 días, mi esposo y yo llevamos 4 años intentando quedar en embarazo, ha habido momento en que estos retrasos nos ilusionan, pero al hacer la prueba esta sale negativa y no quiero volver a ilusionar a mi esposo con esto-. Natalia, muy conmovida con la historia de Emma, la cual le extrañaba no conocer ya que ella llevaba trabajando en el local más de un año, le propuso un plan a Emma – Voy a comprar una prueba en la droguería, vamos al baño juntas y miramos a ver qué pasa, si sale negativa pues no le comentas nada a tu esposo, en caso de ser positiva buscamos una manera original para contarle a él la buena nueva - .

Emma se sintió apoyada y le respondió a Natalia con un Si rotundo. Natalia salió apresurada del local, llego al Locatel y solicitó la prueba de embarazo, no espero ni a que la facturaran y salió volada rumbo a buscar a Emma, cuando llego la agarró por el brazo y se dirigieron al baño del Centro Comercial. Las dos entraron emocionadas y mientras Emma orinaba, Natalia recorría el pasillo como una loca, Emma salió y pusieron la prueba de embarazo sobre el lavamanos, las dos miraban detenidamente la prueba y poco a poco fueron apareciendo las rayitas, Emma estaba embarazada, las dos metieron un grito de alegría, lloraron y se dieron un fuerte abrazo, Natalia felicitó a Emma y le dijo que contaba con ella. Para dar la noticia a su esposo, Natalia y Emma fueron a Mothercare y compraron un par de medias para bebé, las empacaron en una caja del tamaño de la prueba de embarazo y le colocaron una nota adentro que decía “Hoy es el inicio de una vida caóticamente hermosa, de hoy en adelante seremos tres en nuestra familia” y tenía un corazón y un beso que Emma plasmó en el papel.

Al finalizar la tarde, Natalia apoyó el cierre del local, realizó el arqueo de caja, se cambió de ropa y se envió los resultados de las ventas a su correo para adelantar en la noche, ella quería realizar una proyección de ventas junto con los demás datos de los otros locales, tenía en su cabeza la idea de diseñar e implementar una nueva estrategia de ventas, para esto contaba con el apoyo de Tomás quien siempre y cuando fuese mejorar las ventas estaba dispuesto a escuchar y apalancar las ideas de Natalia, después de todo ella era su mano derecha y la persona que había ayudado a mantener y mejorar las ventas del local.

Cuando Natalia iba para su casa, recibió una llamada a su celular de un número desconocido, era Camilo, él la estaba invitando a comer, ella sin pensarlo dos veces aceptó la invitación. Llego a su casa, se duchó, se peinó, se maquilló y se puso su mejor vestido, Camilo llego por ella a las 9 de la noche tal y como habían acordado. El la llevó a comer a un restaurante ubicado en Usaquén llamado “14 Inkas”, de entrada pidieron uno delicioso Pulpo al olivo y un cebiche de ají amarillo, de plato fuerte Linguini Frutos del Mar y una Chaufa Mixto, todo esto lo acompañaron de un vino recomendado por el chef José Luis Zárate. Mientras iban cenando Natalia y Camilo hablaron de mil cosas, se reían e iban compartiendo sus gustos por temas como el cine, el fútbol, la lectura y la tecnología. Al Terminar la cena, Camilo llevó a Natalia hasta el apartamento, él se despidió de ella con un suave beso en la mejilla y le hizo prometer que seguirán en contacto.

Natalia entró brincando en una pata a su apartamento, abrazó a su Gata Mishy, se miró al espejo, y con una sonrisa de oreja a oreja se dijo a si misma – Natalia, hoy le has hecho el día mejor a alguien, hoy fuiste especial para alguien -.

Realizó su rutina nocturna, la cual consista en lavarse muy bien los dientes, limpiar su cara y aplicarse su crema de noche, porque los años no vienen solos vienen con arrugas incluidas, igualmente revisó su correo, afinó su proyecto de ventas y se lo reenvío nuevamente, se metió a su cama, feliz , con una deliciosa taza de café y amando un poco más su vida.