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Al»o UIl.-N.-29 B/u;celona, sábado 22 de Julio de 1911 íPÁG. 449 lO CENTIMOS,

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  • Al»o UIl.-N.-29 B/u;celona, sábado 22 de Julio de 1911 íPÁG. 449

    lO CENTIMOS,

  • 450 El Diluvio

    ^Qgïï^ CHflRUA iNSÜSTANCIflUlOh, doria Críspala, doncella càndida de genio

    pésimo, de mucha edad, ríase del cólera, aunqueesté próximo, si es que na es fábula, si es que esVerdad!¿Quién es el tímido de pocos ánimos que escu¬

    cha trémulo ese rumor? Compre una lámina,Vaya á que un clérigo le eche sin rémora su ben¬dición. Cualquiera sírvele; San Escolistico, SanLuis, San Teódulo ó San Juli in, del cura el há¬lito es e! higiénico antiepidémico que el bienhará.¿Somos católicos? ¿Es usté escèptica? ¿Quizá

    apagósele la antigua fe? 'Siga iynpertérrita, no

    Casa-torre de ta calle de San Joan, de la barriada delCarmelo, donde recientemente fué descubierta nna,.ié~brlca de moneda falsa.

    Parte posterior de la cesa torre donde fueron sor-frendidos los monederos falsos. X Intrta qne daacceso é los sótanos, donde se procedia á la labri-oaciún de moneda.

    tenga pánico, no existe cólera que mate á usté¿Que está en la Itálica, bdla península que elmar .Adriático baña y bañó? ¡Que allá mantén¬gase el mal gan.iético y que aquí líbrenos nues¬tro Señor!Usté es católica de las más férvidas; con sus

    escrúpulos ofende á Dios. ¿Que llega el términoque Dios impúsole? Diga impertérrita que seacabó y dé el espíritu en paz santísima y al cielováyase mucho con Dios, que esto es lo prácticopara el católico y es esto lo único que mandaDios.

    Si los periódicos hablan del cólera y si estoasústale ¡no los lea usté! Leatrozos bíblicos, libros ascéticos yentone un trémulo Señor pequé.Yo, doña CrísDula, que soy

    escéptico, casi es justísimo, pues¬to en razón, que en estas épocasde dichos lúgubres y acaso es¬túpidos tenga temor, que es faci¬lísimo que el mal espíritu de míapodérese al expirar; pero usté,Cándida paloma fúlgida, no Viertalágrimas, deje el líoyar.Los coros célicos de voz sua¬

    vísima, cuando á usté el hálitollegue postrer, con palmas Cán¬didas y cantos poéticos darán.ásu ánima gusto y placer.Voces proféticas de oscuros

    términos en otras épocas el cieloenvió y éstas pintáronnos lamuerte tétrica corrío senda únicade redención.

    ***Pero ahora, hablando formal, que¬

    ridísimo lector, te diré que es un errorcreer

  • ScFL£MSirro Ilustrado 451

    Máquina de acuñar y otros aparatos de que se valían los falsificadores para la fabricaciónde monedas de cinco pesetas.

    TODO IMtixib

    Así habló el señor feudal,tales fueron sus palabras,y, lleva razón, dijeronlos cabos de las mesnadas;pero es que precisamentepor ser pocas las tajadasy porque en plazo muy brevela breva se nos acaba,hemos de hacer cada cualpor henchir nuestra buchacay por eso está la pazmuy lejos de ser hrmada.

    Sabiendo el desbarajusteque reina entre sus mesnadaspuesto entre Mir y Miróy Lladó con su Vinaixa,airado el señor feudalemprendió al pui.to la marchay en nuestra ciudad condalentró lleno de arrogancia.Juntó sus huestes y dijo:

    — Apreciables camaradas,ciudadanos beneméritosde terribles manos largas

    Uno de los alborotadores lerrouxistas que re¬sultó herido en el mitin del Teatro Circo Bar¬celonés.

    El jefe, meditabundo,poniendo muy mala cara,dijo:—Que hagan lo que qnieran,pues que mi reinado acaba.

    Fedbr SpiEGHl..

    deben ser voces de pazlas que de la boca salgan?jOn menguados, que lleváis,

    por cabezas, calabazas,y que pensáis como piensanlos que no piensan en nadal¿No veis días de sufrimientos,de privaciones amargassin luz, sin ropa ni hogar,sin paz y casi sin patria?Cuando os echen á la calle,cuando salgáis de esa Casadonde se os pone la mesaporque es el pueblo quien paga,tragaos unos á otros,pues que no habrá otra pitanza;pero en tanto que no lleganesas horas de desgraciavivid en paz y comed,pues que hay alimento y ganas.

    y de estrecho entendimientoy de conciencia bien ancha,¿por qué así alteráis la paz?¿Por qué con terrible rabiaos mordéis, os arañáis,llenos de iracunda saca,olvidándoos del peligroque vuestra vida amenaza?¿No estais viendo que muy prontotendréis que dejar la plazay que en la hora de la muerte,en vez de trases amargas,

  • Distribución de premios à los alumnos de la escuela municipal de sordo-mudos

    ÜH TEORlñ V UB PRBCTICfl-Amigo mfo—me düo a^uel buen juez, ému'o —Señor—exclamó—, he sido victima de un robo,

    del célebre Magnau — hay cir. unstanrfas curiosas —¿Dónde? ¿Cuándo?en la penalidad práctica, en el castigo, tai como —En mi tenda, con el mayor descaro, casi ense distribuye. Vea usted un ca o. Cierto tendero mis propias arices.se presentó ante mí, ag.tado, nervioso, rebosando —¿Dónde está su tienda?indignación. —Muy cerca, al volver la esquina.

    —Sí. La conozco. ¿Y qué le¡ / han robado?

    í i i r——Vea, señor. Entró un Ind'vl-r-í "*" / ¡ ^ } '"7 L··-y \ [/ V duo; yo estaba sol •. Pidió medioI I Z. l / ¿C" /L' yy kilo de café. Vuelvo la espaldal ' W" I r Vs yr el cajón y sacailo...

    \

  • LALINOTTE. ENfAyounaamisfa,haceyaaños,á quienllamabanLaLnotte. Hraalegre,servicial;ytubierasi¬ doperfectaánoteneruncarácter románticoquelahaciamirrdeun modotspeciallascosasdelavida. Trabajabaenunaimprenta. Eraunadeesasobrerasquesepa¬ saneldíacomponiendoperiódicosylibrosenunamáquinadelinotipiadeahílaveníaelnom¬ bre—ycuandoqueríaeraunaexcelenteobrera. Otrasvecessobresuimaginaciónpasabanmuchascosas, sedistraíayeradeverelgrannúmerodeerratasquecon¬ teníanlaspáginascompuestasporella. Cuandoteníaquecomponerfolletíneracuandomásse manifestabasucarácterromántico. Primeroleíalascuirti'lasdelanovela,lascomentaba,se interesabaporlospersonajesyhabíavecesqueselapodía vtrinclinadasobrelamáquinalinotípicacomponiendolíneas yllorano,entristecida,porlasuertedealgúnpersonajeque úellalehabíasidosimpático. L-acasualidadhizoquetuvieraquecomponerunanovela 36

    FLORILEGIODECUENTOSdelaqueyoeraautor.Setratabadeunanarraciónverdade¬ ramentesentimentalyespeluznante. Yorelatabaconuncoloryunlujodedetallesverdadera¬ menteasombrosolosamoresdeunbarónadineradoyuna pastora.Lafamiliaseoponíaalmatrimonio,peroelbarón saltabaportodo.Ibayaárealizarse,cuandoporlasrevela¬ cionesdeunguardabosqueciegoydeunaplanchadorajoro¬ badasesabíaquelapastorayelbarónerantiermanos.¡Po. brepastoralElenamor.idolaabandonabayellabuscabala muertesuicidándosesobreunlechodeflores. Miamigacomponíaestanovelacongrancuidado,inte¬ resadaporlasuertedelapastora. Alprincipio,cuandcryoibaporlaimprenta,mehablaba siempredelfolletínquecomponia.Unpersonajelaconmo¬ víaprofundamente;otrolahacíallorar. Pasóalgúntiempoyobservéquesucaráctersemodifi¬ caba,quecantabamenosyquepirecíaestarposeídadeuna graopena,acasodeunadesilusión. Undíamedijo: —Lanovelaesmuybonita,peromuytriste.¿Quévaá serdeesapobremuchachacuandosunoviolaabandone? —Aúnnolosé—ladije. Laverdadesquetodavíanolohabíaresuelto.Mástarde decidímatarla. Lobíce,yaldíasiguiente,cuandofuiálaimprentapara corregirlaspruebas,viáLinotte,medirigíaunamira¬ datriste,perosinhablarme Nolavolvíàverenalgunosdías,yunamañanarecibí unacartasuyaquemehizoircorriendoásucasa. Allíencontréátodalavecindadalborotada. Sehallabalaobreraenlacama,rodeadadefloresypᬠlidacomolacera.¡Habíamuertoasfixiada,comolaheroína deminovelal ¡Nadiemequitadelacabezaquetuveyolaculpadela muertedelapo..reLinottel

    M.Roland.37

  • LA

    MUJERDEL

    PERRO

    1

    RiSTiANAcaminaba

    apresuradamente.Su

    mantón—elquese

    poníaparairá

    la

    es¬

    cuelano

    hacíamucho

    tiempo—erayade.

    masiadocortoy

    demasiadopequeño...

    Ibasin

    nadaá

    la

    cabezay

    en

    susbas¬

    tos

    zapatonesde

    aldeanasuS

    piececitos

    delicadosestabanhelados.

    Nevaba.Era

    una

    nochetoda

    blancabajoun

    cielonegro.

    Mientrasandaba,para

    iníundirsevalor,comolos

    chicosque

    cantanó

    silbanenla

    oscuridad,repetía:

    —Es

    precisoqueyole

    vea;es

    preciso.

    Y

    los

    grandesabetos,llenosde

    nievey

    agitadosporel

    viento,parecían

    inclinarseen

    señalde

    aprobacióny

    murmu*

    rar:"Es

    preciso..

    es

    preciso,...

    Aquelmismodía

    habíanenterradoá

    su

    padre,el

    guarda¬

    bosquesJorancíer,

    muertodes.

    uésde

    unalarga

    enfermedad.

    Fuéun

    entierrode

    pobreque

    quedó

    terminadoenun

    abriry

    cerrarde

    ojosy

    trasel

    cual

    Cristiana,acompañada|

    or

    pa-

    riertes

    indiferentes,se

    había

    encontradosola,en

    unasole¬

    dad

    absoluta,másfría

    que

    aquellanieve...

    Y,sin

    embargo,no

    desesperaba,porquesu

    vidateníaaun

    38

    FLORILEGIODE

    CUENTOS

    co...y

    túno

    tienesmás

    riquezaquetu

    juventudy

    tu

    alegría.

    Tus

    botastienenlos

    taconestorcidosy

    los

    encajesdetu

    fal¬

    danoson

    precisamentede

    Malinas.Tu

    noviohabrá

    pensado

    quetúno

    eresmujerlo

    bastantelinda

    paraquele

    acompa¬

    ñesporel

    centrode

    París.Servirlastansólopara

    Montmar-v

    treensu

    opinión.Pero

    ellanose

    hacíacargode

    razonamientosprud.;ntes.

    Desmejorabaá

    ojos

    vistas.No

    cantabajamásy

    sus

    mejillas

    perdíanlas

    rosasquelas

    adornarontantotiempo.

    Sin

    embargo,sele

    hubierapasadola

    tristeza,porqueno

    se

    muerede

    amorà

    les

    diezy

    ochoaños,cuandoundia

    suce¬

    dióla

    catástrofe.Me

    contólo

    que

    teníacon

    frasesentrecor¬

    tadasy

    lastimosas,ensu

    habitación,siempretan

    limpia,á

    la

    que

    acudieraal

    oiríallorar.Su

    pequeñaalmablancase

    iba

    conlas

    palabrasde

    sus

    labios...

    ¡Ah,

    señora!—me

    decía—.Tengo

    mucâpena

    Ayer,

    viendoentrará

    la

    genteenel

    conciertode

    los

    M.íníres.....

    Figúreseviá

    mi

    novioque

    entrabatambiéndando

    el

    brazoà

    una

    mujermuy

    elegante...vestidaconseday

    en¬

    cajes...y

    un

    gran

    ombrero...Le

    miré.Me

    miró,Y

    nomere¬

    conociósiquiera...Yo

    muero...He

    lloradotanto...Si

    alguna

    vezle

    encuentra...dígale

    que

    Nonochemurió

    amándole...con

    todosu

    corazói...y

    quele

    perdona...

    —¿Y

    aquellanoche?...

    —Sí.

    Aquellanochemurióen

    mis

    hrazos...El

    medicoha¬

    blóde

    una

    complicacióncardíaca...iQuésabenlos

    médicos

    de

    esascosa.sI

    —Puesentonces

    ..

    —Muriódeun

    desengaño...jEsaesla

    verdad!RenhThoü.33

  • Suplemento Iuustrxdo 455

    -Perfectamente, señor.Alto, muy delgado, trajede obrero, blusa larga, bi¬gotes caídos, rubios... iundetalle importante! Hablaun poro gangoso... ¿Seráposible encontr irlo?—Así lo espero. Márche¬

    se tranquilo, que ya se leavisará cuando sea necesa¬rio.—lAh, señor! ¿Quién sa¬

    be si noesdeeste barria?...¡Mi buena fe, mi buenafe!... Yo no podía figu¬rarme...

    Y sale muy conmovido demi despacho.A los dos días recibe una

    citación.— ¿ Encontraron al la¬

    drón? — preguntó de mo¬mento, con expresión desuprema alegría.—¿El ladrón de las pe¬

    sas? Creo que sí Pero élniega. Por eso se le llama,para hacer un careo.

    —Voy al momento.Y, en efect i, pocos ins¬

    tantes después está frenteal detenido.

    — i Este mismo, señor!¡Este mismo es el picaro!Le conozco perfectamente.E! detenido se resigna.

    Se decide á confesar.— Es cierto — dice—que

    robé las pesas. En mi casahabía miseria...—La disculpa de siem¬

    pre. señor; es lo que diccntodos.

    — Basta. ¿Dónde ha ven¬dido usted las pesas?—Ya que hay que confe¬

    sar, lo decl iraré todo. Laspesas están en mi casa ydeseo devolverlas... peronoal tendero, sino al señorjuez.

    — Entonces, ¿para quélas robó?—¿Hí C» usted puchero da pesas para su fami¬

    lia?—grita el tendero—¿Ve usted? lo que digo: ladisculpa de siempre, la miseria.—No es eso—contestó con calma el detenido—;

    quise Venderlas. Recorrí vari.is tiendas de ropa¬vejero... y nadie quiso comprármelas. Puedo dar¬le la lista de I s casas para que les pida declara¬ción V Verá que no miento.—Pero mis pesas Valen dinero.—Es que todos me dijeron y me probaron que

    las pesas...Y el hombre hace una pausa, sonriendo.—¿Qué, qué?— estaban faltas de peso. Y era cierto. Puede

    comprobarse y pido al señor juez que lo co.u-pruebe.

    Créanos V., señor Pórtela,mande á esa gente à paseoque peor que el cólera morboes ese coro de neos.

    Gran consternación en el semblante del ten¬dero.El juez le mira fijamente y exclama:—Lo comprobaremos. Inmediata nente Voy á

    hacer vunir el cuerpo del delito. Entretanto, se»flor t-ndero, el de la buena fe, queda usted de¬tenido, lo mismo que eate hombre.—Sin e nbargo-observa ést j humiidemente—,

    no debiera ser lo mismo, porque yo he robadouna sola vez á un solo hombre y este honradocomerciante de tan bu^na fe ha estajo robandoaños y años á toda su clientela. ¿Cómo debeaquilatarse el castigo de cada uno?

    ***—Ya ve usted—concluyo mi buen amigo—cómo

    la balanza de la justicia suele parecerse á la delcomerciante.

    Leoncio Lasso de la Vega.

  • iÇní faltas gramaticales,(uártas equivocacionesse leen en los carteloresde las catas comercialesiPor esos barrios 3e Dios

    no falta nunca un gandulque ponga de oro y azulá la len¡ ua de Galdós,pues pinta en cualquier fachada•La Valanza Comercial,micelania, sucurzalde "La rozca enamorada,.En una zapatería

    que se encuentra por ahí,ha poro tiempo que viun letri ro que decía:•B tas para cabal'ero

    con orejas seductoras,borreguis para seflorasy señoritas de cuero.Betún de la marca "El Sol,,

    chanclos finos, alpargatas,zapatillas muy barataspara damas de charol,,Y tamrién somos testigos

    de este insolente letrero:

    "¡Párese usté, caballero,porque l aquí están sus hamigos!,¡Vamos, que esto anda muy mall

    Doquier se ve á toda hora"Aceite marca 'La haurora,y retrobo sin ribal..En la taberna "La Siensla»

    se vence "viscocho y uebo,,y en otra "belas de cero,y "ha presios sin competensia,.La "Hele, ante Haristocrasia,

    á tu tienda un tabernero llama;y JO este letreroenconiré en una farmacia:"Elixir de la belleza.

    Muchos médicos dan fede que debe usarlo el quees calvo de la cabeza,.Siguiendo así, el meior día

    leeremos en un zasuán."Harbrosio Lo pes Zan Cuan,profe zor de Hortografía ,

    A cultura de seguro = cualquiera ¡Sanaría; = pero á correr no es tan fácil. = ¡Ole por la valentía!El Pobre Valboena.

    SHBÜDOS RAROSLeyendo los periódicos es como se aprende

    una porción de cosas que á uno no le importannada, pero que tien n mucha gracia.Ahora mismo acabamos de enterarnos de que

    jas fórmulas de cortesía para saludarse dos per-

    senas no son iguales en todos los pueblos de latierra. Cada nación tiene las suyas propias, to-taln ente distintas de las del Vecino, y hay algu¬nas que resultan extraordinariamente raras.Aquí la fórmula usual es la vul;^ar exclamación:

    —¡Hola! íQué tal?Pero existen Varias fórmulas más, entre las

    erales la más digna de respeto es la de esos in¬dividuos que le cTescargan á uno la rrano derechasobre el hombro, con toda su fuerza, diciendo:—¿Qué hay?De estos animales hay que preservarse á tiem¬

    po, porque lo desloman á uno con el mayorafecto.En Roma era diferente la cosa. Parece que allí,

    pera saludarse, se llevaban prim.to la manodiestra á la boca y luego la alargaban hacia el

    amigo, llena de saliva. ¡Una porquería! Pero losromi-nos ro eran rruy escrupulosos, como todael mundo sabe, porque se dice que en la mesa,cuando no podían comer más, se metían los de¬dos hasta el esófago para vaciar el saco y poderatracarse de nuevo. Así al menos lo hemos leídoen un almanaque.Los antiguos franceses se arrancaban un cabe¬

    llo y lo presentaban á los que saludaban. ¡Quésimpáticos! Eso debía querer decir: .ai®—Puede usted tomarme el pelo con toda con¬

    fianza.

  • 458

    Esos pelos ¿se guardarían ó se tirarían?Esto último habría sido un desprecio. In¬dudablemente, se coleccionaban para re¬cuerdo. ¡.Muy espiritual y muy peliagudo!Sólo le hallamos á esa costumbre un In¬

    conveniente: ¡que el que tuviera muchosamigos se quedaba calvo en poco tiempo!...Después de todoC eso era ganancia paralos fabricantes de pelucas. ¡Estos debende haber sido los inventores de ese sa-ludito!En el Japón varía la especie: cuando un

    amigo se encontraba con otro, lo saludabaquitándose una zapatilla. ¡Eso sí tienecA/e.'¿No?...¡Pues entonces tiene algo muyparecido!Durante esta demostración de afecto

    era de muy mal gusto llevarse el pañueloá la nariz. ¡Había que aguantar la cortesíasin moverse!Pero en algunas ocasiones solemnes se

    podía abreviar diciéndole al saludante:-Envaine pronto, amigo.En este caso, no se podía prolongar el

    cumplimiento.Los del indostán se saludan tirándose

    de las barbas. Es una manera fina de re¬cordarse que se deben afeitar.Pero los que tienen mucha gracia son

    los de las islas de Oceania; éstos se salu¬dan frotándose las narices una contra otra.Cuanto más fuerte y prolongado sea elfrote, más estimación indica. Àllí los cha¬tos están de malas; pero, en cambio, Al¬berto Rusiñol sería el hombre más cortésdel archipiélago. Y ¡cualquiera resistíaallí un saludo efusivo de Durán y Ventosa!¿Y los ingleses?... ¡Ah! Estos, según di¬

    cen, agarran por un brazo al que encuen¬tran y lo sacuden vigorosamente,¡Es el puro evangelio!... Y si no, recuer¬

    den ustedes cuando se han encontrado conalgún ingle

  • ELDILUVIOILUSTRADO —(Nadiemeharácreerquenohaynnamorentodoestol —SI...Sindudatieneustedrazán;perolesperiódicosno handichonada...¿QuéIesimportaladesg^raciadeunamu¬ chachaquenuncahizomalánadie? —Entonces...¿Hubounamor? —Sí..Ylomástristeesqueelculpablenomerecerepro¬ ches...¿Quésabiaélloquepasabaenaquelcorazoncito? —¿Vyoconocíaáeseculpable? —Nolellameustedasí...»Seríaunainjusticia...Ustedno

    leconoce.Debevivirlejosdeaquí,enlaEstrellaóenPas- sy.Undía,porcasualidad,vinoáMontmartre,Mirabacon curiosidadlaperspectivadelacalleencuesta.Depronto susojossedetuvieronenNonoche,quemarchabaendirec¬ cióncontrariaálasuya. Elidiliocomenzóporunasonrisaysiguióporunamira¬ damaliciosa. Hablaronypasearonjuntos,deteniéndoseantelosesca¬ parates,charlandodemilcosasfrivolas...Losvidesapare¬ cerporlaesquinadelacalledeOriel... AldíasiguienteNonochemecontóqueerannoviosyque éllahabíaprometidovolverporelbarrio.Estabamuyex¬ trañadadeaquelsúbitoenamoramientoqueseadueñabade sucorazoncito...Jamáshubieracreídoquelepudieransuce¬ dertalescosas. —Nohayqueburlarse.—medecía—.Setratadennamor, deunverdaderoamor. Mereímuchooyéndola.(Parecíamuyfelizlapobre! —¿Cuándovolverásáverátunovio?—preguntéle. —(Undíadeestosl—mecontestóregocijada. Ysiguióhaciendoelelogiodeljoven,áquienencontraba elegante,lindo,gracioso... —¿Yél? —¿El?Novolviómás...Sindudanohabíatomadolacosa enserio...(Unaaventuradeunatardel... Nonochen)seinquietóalprincipio.Teníaciegaconfian¬ zaensuspalabras.Pero,conformepasabanlosdías,inva¬ diólalatristeza.Cambiósucarácter.¿Porquélehabíaofre¬ cidoloquenohabíadecumplir? Yolacompadecíasinceramenteyprocurabadesengañar¬ la.Loshombres—decíala—empleanmuchojarabeenelpi* 34

    FLORILEGIODECUENTOSnnobjeto...Ycaminabacadavezmásdeprisa,fustigadapor

    lafiebre.ElcastillodeDestourvilleestabaaunmuylejos; teníaqueatravesartoloelbosqueyalllegaralotroextre¬ moveríarecortarseenelcielosuamazacotadasilueta... Enaquelpaisajeespectraleracomounapequeñísimay delicalasiluetaqu?producíalaemocióndeunamiradadein* finitadulzuraytristeza,elencantodeuncuerpodediezy ochoaños,esbeit>ygrácil,ápesardelasburdasropas. Eranlasdiezdelanoche.Lajoven,segúncostumbreen elcampo,habíacenaJoconsusparientes,queafectabtn tristezayqueálospostreshablabandemasiadofuerte.A] finsemarcharon.Ellatratódeacostarseydedormirse.Pe* roaquellaeralaprimeravezquesequedabaS)la...Hastael últimoinstanteelguardabosqueslabendijotodaslasnoche^ conun"(Quepasesbuenanoche,hijital,,,queeracomouna cariciamaternalparalapobrecriatura,privadademaire desdesuinfancia.Necesitabaquelamimasen,quelaconso' tas;n... Yluego,¿quéhacer?¿Adóndeir?Apenasteníaunoscuan, lossueldosparanomorirsedehambrelosprimerosdías. YCristiananopodíacolocarsenicomocriada,nicomo mozaenunacasadelabor.Enprimerlugar,habíarecibido ciertainstruccióny,ademis,teníaunsecretoqueáuntiem¬ pomismoleinspirabavergüenzayorgnllo. IvésDestourville,eljovencastellano,sehabíafijadoen ella...Lahabaabladocomoáunaseñorita,conesaspala* brastiernasydulcesquesonelacentodelapasión.Ellase leentregóconlaalegríadeobedecer,denoveryaentre aquellasmanostanfinasytanfuertessinounobjetoinerte ysumiso. Ibaasermadre... YDestourvillenolosabía.Hacíamuchosmesesquees¬ tabaausente,viajando.LuegolehabíaescritodesdeParís unacartamuycortaymuyseca,enlacualleanunciaba queyahabíallegadoparaélelmomentodetomarestafo, quesecasabayquesiellalequeríaverdaderamentedebía aprobarandecisión. CuandorecibióestamisivahallábaseCristianadisputan¬ doásupadreálamuerte.Hubieseconsideradounsacrile¬ gioocuparsedesímismaentalmomentoyserebelócontra39

  • EL

    DILtmOILUSTRADO

    el

    dolorquela

    atenazaba;eraun

    almanoble,conalfodela

    antiguaiortalezaenla

    desgrada.

    Pero,

    desapareadoel

    padre,solaenla

    casa,

    Cristiana

    sentíaquese

    tornabadébil,débil

    comounaniña

    chiquitita.

    Ires

    Uestourrilleestabaensu

    castillo;lo

    sabíaporel

    cartero.Ivéseraun

    hombrehonrado,

    renuncíar'aá

    su

    boda,

    estabasegurade

    ello,y

    ademásel

    mismodiadesu

    marcna

    la

    habladicho:

    jCuántote

    quierol...

    Mientrasandaba

    esforzábaseen

    convencerseá

    si

    misma

    y

    se

    animabaun

    poco.Sobrelas

    ruinasde

    tantasdesgra¬

    ciastalvez

    podríaaun

    edificarsu

    felicidad.Enlas

    novelas

    babialeidoquelos

    reyesse

    casanconlas

    pastoras...Ivés

    la

    deslumhrabacomosi

    hubierasidoun

    soberanoy

    ellaes¬

    taba

    segurade

    ser

    bonita...Era

    imposiblequeélla

    abando¬

    nase,quese

    casasecon

    otra...;además,hablajurado

    amarla

    siempre.Vamos,llegarlay

    le

    diria:«Yves,vasá

    ser

    padre.,.1

    Y

    Descourvillela

    cogerlaentresus

    brazosy

    le

    dírfaconsu

    voz

    cáliday

    grave:«Xianita,queridamia,

    perdóname;te

    amo.»Anteesta

    evocación,sonreía

    Cristianadulcemente,

    olvi¬

    dandosu

    dolor.Ahorahabia

    salidodel

    bosque;vela

    dibujar¬

    sela

    siluetadel

    castillo.

    —Voycomouna

    vagabunda,cubiertade

    nievey

    cho¬

    rreando—pensó—;¡bahl...

    Ya

    estabacercael

    portal.El

    corazónde

    Cristianalatió

    con

    mayorviolencia.¿La

    dejaríanentrar?

    ¿Consentiríansi¬

    quieraen

    anunciarsu

    llegadaal

    amo,quetalvez

    estuviese

    durmiendoya?

    Llamórepetidasvecesy

    al

    finvióunaluzenlas

    cuadras.

    —¿Quiénanda

    ahi?—gritóun

    mozoque

    llevabaun

    farol

    enla

    mano.—Abra

    usted—suplicóCristiana—;soyla

    hijadel

    guar¬

    dabosquesJorancier.Necesitoveral

    señor

    Destourvílle.

    —Yono

    puedo

    abrir—dijoel

    mozo-;

    voyá

    avisaral

    tio

    Lahnche,si

    no

    estáya

    durmiendo.Espere

    usted.

    El

    tío

    Lahuche,porterodel

    castillo,salióconsu

    gorro

    de

    dormir.—¿Quéte

    ha

    entrado,Cristiana,

    paravenirá

    estashoras

    á

    despertará

    la

    gente?A

    cualquierasele

    ocurre...El

    señor

    40

    EL

    DESENGAÑO.o

    EKAmalala

    pobre...¿Verdad,señora

    brancisca?—No eramala,señoraJulia.

    -

    Cuandoveniala

    primavera,se

    pasabael

    dia

    cantandoenla

    ventana

    desu

    casadela

    calledelos

    Mártires.

    Reía,reía

    siempre.

    -

    Cnnociatodaslas

    cancionesde

    moday

    las

    arreglabaá

    su

    manera.

    —iCómome

    hacíarabiarconsus

    picardihuelasi

    —Sabiaburlarsede

    todoel

    mundo,con

    palabrasgracio¬

    sas,que

    bacianreiral

    más

    melancólico.

    —Unavezriñóconun

    agente,Y

    tantascosasle

    dijo,que

    éste

    concluyópor

    alejarsesonriendo.

    —SI...Era

    encantadorala

    pequeñaNonoche.

    —Y.de

    pronto,tornósetristey

    cabizbaja...¿Cómosuce¬

    dió

    esto?—|Vayaustedá

    saberl...Estas

    muchacbítasvivensolas.

    Nadiesabede

    dóndevienenniá

    dóndevan.Rien

    conel

    sol

    luminoso:lloran

    conla

    noche

    sombría.Mientrasel

    pájaro

    cantadentrodela

    jaula,nadiese

    acuerdade

    quenoes

    libre.

    Undia

    amanecemuerto,y

    entoncestodos

    comprendenque

    leha

    muertola

    esclavitud.

    33

  • SUFLRUENTO ILUSTRADO

    —Muy bien, chico; hemoi cum¬ia jornada ha sido buena, [plidoi—(Demasiado!

    —¿Demasiado?—[M* parece que te quejas!—Tú me dirás si con sietechichones en la cabeza.tacados át un silletazo,he de aplaudir la proeza.—(Vaya una cosa! Yo tengoun cardenal en la piernamás grande que el Vaticano;dos chi' IOS en esta orejay nnas quince contusi mesen otras partes diversas.—Si; pero á tí te abonaronsiete pesetas cincuenta,como siempre que hoy jarana,y tú por la suma esatú te dejas cortar algopor importante que sea.Pero yo no cobro nada.|Ní el árnica tan siquiera!—Eres el único; todoscobramos siete cincuenta.Hace un mes que le quitaronuna onza á cada pesade las del Econom itoy con la rapiña estase nos ha pagado á toiossin que hayan sufrido mermalas ganancias patronales,—¡Para paliza tan grandees muy poca recompensa !—jRediós y cómo pegabanlos señores de la izquierda!...—Es que hace tiempo que todos,que todo el mundo nos pega,y la verdad, á mi, chico,ya me va dando vergüenza.—¡Si los nuestros no lo saben!El P ogreso tergiversalos hechos, y ios lectores,que son siempre unos babiecas,creen que de nuestro valorhemos dado gran les mu stras.-|Si, chico; pero entretantonuestras costillas protestan!

    461

    San Jaime Matamoros.

    —[Ayl ¡ayl |ay! (ayl-¿Qué te pasa?

    —La contusión de la pierna,que ahora me duele atrozmente,se me ha corrido la venda...

    —Puet anda y corre á arreglár¬mela,

    que á mi también me atormentanlos chirlos y voy á casaá ponerme árnica nueva.

    JEROGLIFICO TRIPLE Y UNO

    (Dedicada al no charadlsta Esteban Arehé.)

    Letra. Letra. Letra.Letra.

    Constelación.Conocimiento.

    100 Vocal. Vocal-Arbol.

    Artículo |Asi sealConsonante.

    Negación. U. Consonante.50O I 1000

    Preposición.Letra.

    Estos tres jeroglíficos tienen la misma solución.

  • 462 El Diluvio

    Rompecabezas con premio de libros.

    Esta joven se solaza en la playa en compañía desus padres y hermanos; pero no los encuentra. Has¬ta ha desaparecido el perrito que jugaba con su her-manita, que tampoco parece. ¿Dónde se habrán me¬tido?

    SIGNO NUMÉRICOde Jaime Caritg.

    Dedicado á mi buen araiSo F. Casanovas.= Tiempo de verbo.= Nombre de varón.= Mueble.

    6 2 4 52 3 4 5 6

    44 5

    7 61 5

    5 626

    1 57

    1 23 55

    2 6 24

    54 2

    Verbo.Nombre de mujer.Consonante.Pronombre.Artículo.Pronombre.Tiempo de verbo.En li s árboles.Nota.Vocal.Los pájaros.consonante.

    CHARADAde Luis Bu'ehosa.

    (Dedicada é C. Comellas.)ün nombre forma mi todo

    compuesto deprima y dos,nombre de mujer, p r cierto,diprno de contemplación,si lo coloco de un modoresultará ivive DiosIque es isual si lo leyeraen contraria dirección.

    21 82 35 6

    BOMBO NUMÉRICO(Dedicado á Facundo Casanovas.)

    = Consonante.= Tiempo de verbo.= Flor Iplural).= Nombre de mujer.

    9 = Nombre de varón.

    1 85

    93 64 89 65 63 74 56 43

    Adjetivo.Enfermedad.Vocal.

    (Correaposdientes à los qnsbrsdaros de cabeza del 8 de Jnilo.)

    AL ROMPECABEZAS CON PREMIO DE LIBROSTerciando el grabado puede vene á la señora,

    que se halla formada por la mano del esposo y eldelantal del camarero. Cna de las hijas vese, invir-tiendo el dibujo, entre la cabeza del padre y la delviejo que aparece á la izquierda del dinnjo. Entrelas nojas de los arboles se hallan los dos preten¬dientes y la s-gunda hija vese á espaldas del jo¬ven, cerca del camarero.

    A LA SUSTITUCIÓN;Paganini.—Beethoven —Wagner.—Gonnod.-

    Eslava y Saraaate.

    Á LA CHARADALeocadia.

    AL JEROGLIFICO NUMÉRICOCometa.

    AL CUADRA DO

    MANOAMAR

    NATA

    ORAR

    Á LA FUGA DE VOCALESA la Co la de la gana

    al morirse labraréuna lápida de lodoy en ella escribiré:"Consumió de los Consumos

    tanta gallina, jamón,Echegarays y Quevedos,que murió de un atracón."

    -AL LOGOGRIFO NUMÉRICO.âxmengol.

    AL ROMBOTeodoro.

    Han remitido solnclcnes, — Al rompecabezas conpremi < de libros: Balbiiia Manzano, Lolita Picañol. Na¬talia Valdés, Vice.ite boriano, José M. Coll. EnriqueColl, Delfín de la Torre, Antonio Marzano, Jaime Ca¬ritg, Joaquin Picañol, Nick Cartró, R. Graus, Jaime ToÍ-rá, Rafael Mutiló y Eduardo Feu.

    A la sustitución: José M. Coll.A la charada: Jaime Tolré, José M, Coll, Emilio Eró¬

    les, Delfín de la Torre, Antonio Manzano, Vicente So-nano y Julio Pérez Esteva.

    Al jeroglifico numérico: José M. Coll, Delfín de laTorre, Ai toi.io Mi nzano y Jaime Tolrá,Al cuadrado: Joi^é M, Coll, Emilio Eróles, Delffn de

    la Torre y Antonio Manzano.A ta fuga de vocales: José M. Coll, Delfín de la Torre,

    Antonio Manzano y Jaime Caritg,Al logogrifo numérico: Jaime Tolrá, José M. Coll,

    Maurici ' Botines, Delfín de la Torre, Antonio Manzanoy Vicente Soriano,

    Al rombo: Jaime Tolrá, José M. Coll, Mauricio Boti¬nes, Emilio Eróles y Jaime Caiitg.

  • Stiplemento Ildstrado 465

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    ^ENFERMEDADES NERVIOSASELIXIR

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    El Cilrafo de/najnesia Cranu*lar efervescente gBishop es el ni€)or 'refréscame qae secnnoce Puede to¬marse todoeiftño-Delicioso como

    bebida matutina,obra con suavidad en el estóma¬

    go é intestinos.

    Inventado en1857 por AlfredBishop, es insus¬tituible por ser elúnico preparadopuro entre los desu clase.

    Exigir en losfrascos el nombrey señas de AlfredBishop, Id., 48Spelman Street,London.

    OSSCOMFIAR DE IMITACIONES

  • 464 El Diluvio

    El rnUfn contra la guerra, celebrado en el Teatro Circo Barcelonés.

    Salida de los concurrentes al mitin.