ALMA HUMANA

, JOSE M. CANTILO

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BUENOS AIRES

IMPRENTA DE PABLO E. CONI, ESPECIAL PARA OBRAS

60 - CALLE POTosí - 60 ,

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Hay un momento augusto para el hombre En su rápido paso por la tierra, En que algo estraño en el cerebro bulle, y sed de la verdad la vida encierra ; En que acaban los sueños é ilusiones Los locos devaneos Que encienden la cabeza Con la fiebre voraz de los deseos.

Entónces replegada en el misterio Ostenta su poder la intelijencia Derramando su esencia En el revuelto mar' de las ideas. El hombre en su carrera se detiene

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Quiere hallar el misterio de la vida Que acá en la tierra á vislumbrar no alcanza, y la mente atrevida Hácia el misterio impávida se lanza.

Los mágicos cambiantes de natura, tas brisas perfumadas y las flores, N o consuelan del hombre los dolores Ni sus secretas penas, Hay algo. mas allá que se presiente Sin vínculos, sin lazos, sin cadenas, Que concibe la fuerza inteligente; La fuerza creadora, Que en plena libertad tiende sus alas En la suprema esfera Donde la ley de lo inmutable impera I

¿ Qué es la nocion profunda de lo eterno 1 ¿ Cómo nace, se forma y se dilata Esa grandiosa concepcion humana Que al espacio sin fin nos arrebata? Contemplando el inmenso firmamento La luz de cada estrella, y esa region ignota De cuyos antros y misterios brota El flamígero rayo y la centella.

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Allá vá sin esfuerzo Vagando por el mar de lo insondable En vértigo insaciable, No tiene fin ni límite su anhelo; Siempre hay el mas allá, siempre el vacío, Siempre el inmenso cielo, Siempre el espacio aterrador, som brío I

Atraviesa regiones Alumbradas por lámparas eternas, y un dia en su soberbia En sus vuelos geniales, A sorprender llegó las maravillas De las evoluciones siderales.

¿ Qué le detiene ni le fija zona A tu jigante paso? ¿ Qué noche de los tiempos No alumbras con tu luz sol sin ocaso?

Ya te ciernes audaz en el vacío Donde giran los astros, O te arrojas al mundo Descubres los secretos de los mares Y del volean profW1do, y nunca fatígada,

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y siempre poderosa y siempre alada Sin límite á tu imperio, No reconoce tu potente esfuerzo He la cárcel mortal el cautiverio.

En medio á las espléndidas ciudades O en solitaria choza, Do quiera exista un hombre Allí tiene su trono y tiene un nombre La luz de la existencia misteriosa.

Soplo vital I generador principio, Espíritu, conciencia, Inestinguible llama, 1, De qué se forma tu admirable esencia? ¡. Por qué tu lumbre mi cerebro inflama?

Tu alientas mi vivir sobre este mundo Concibiendo lo eterno y lo infinito, y en el vértigo envuelto de tu vuelo Hasta Dios me remontas y hasta el cielo! y aunque llevada por tu propia fuerza Es ella tan audaz, tan atrevida, Que inteligencia misma se detiene Por tu poder jigante sorprendida I

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Sublime inspiracion I Rayo del cielo! Espíritu creador que me arrebatas A la rejion de la inmutable calma, Tu fuego es eternal! TÚ ERES EL ALMA!

Eres el alma humana Que concibe, que crea, y asciende de la tierra á lo infinito Por la escala de luz del pensamiento Eslabon de la idea con la idea !

Eres el alma humana El jénio de la gloria, Que trazara sus huellas luminosas En las págiuas de oro de la historia.

Eres el alma humana, eres acento Que conmueves el mundo, Eres gérmen de vida, eres aliento Poderoso y fecundo!

Eres la voluntad que nérvio imprime Al esfuerzo del hombre, Eres la fuerza cp-rebral, sublime, Que de la eterno i!1spiracion recibe y lo absoluto y lo eternal concibe!

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¿ En qué edad -de los tiempos no brillaste? ¿ En qué ambito del globo Tu huella luminosa no dejaste? ¿ En qué accion de la vida, en qué batalla Del hombre del progreso, N o cerniste tu vuelo Cuando temblaba conmovido el suelo?

¿ Qué esfuerzo varonil no has impulsado? ¿ Qué empresa colosal, magna, jigante, Tu chispa no ha inspirado? ¿ A qué abismo aterrante No descendió tu lumbre fulgurante?

¿ En qué insomnio tenaz, en qué velada Del pensador que vive de la idea, ~o levantas del hombre]a mirada y le prestas tu luz inagotable Para que el sábio en el futuro lea?

El primer grito del humano pecho, El primer himno á la inmortal grandeza. Las plegarias primeras, En el espacio aún jímen lastimeras; Corno vibra en los aires todavía J.a primera armonía,

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Que estremeció naturaleza otrora y en sus alas llevó la onda sonora.

Es que el primer quejido, La primera plegaria, La onda sonora que estasió el oido De la natura en la prime« mañana, Llevaban en su seno El gérmen inmortal del alma humana I

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El soldado valiente que sucumbe Abrazado á su espada y su bandera. En la hora postrera Agoniza sonriente Confiado en -tu poder omnipotente.

El preclaro varon que se modela En la virtud cumplida, Siente en sí mismo el fuego de la vida I Es tu soplo inmortal que le conmueve. Es tu palabra que á su oido vibra y del deber austero Retempla sin cesar la oculta fibra.

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El mártir de la idea Que en medio á las tinieblas del engaño. Lleva la lumbre de su ardiente tp.,a, Si cae apostrofado, Por las turbas frenéticas vejado, lleva en su frente augusta la victoria, Que tu imprimes el sello de la gloria!

Los vínculos secretos de la vida El amor maternal, la amistad tierna, La abnegacion con el martirio unida Responden al principio De tu existencia eterna!

Ah si I tú eres el alma, Eres el alma humana Que á rejiones etéreas te levantas, Que de la cárcel de materia insana Los VÍnculos quebrantas, y si eras hasta ayer de ella cautiva Te alzas al cielo al fin libre y altiva!

Tú animas la materia y das impulso Al cuerpo fatigado, Que sigue de la vida en el camino,

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Por tí siempre guiado Como estrella polar de su destino.

Así en el cuerpo vives Lo estremeces, agitas y apasionas, y luego lo abandonas Cuando á la vida humana sobrevives, Cuando nos hiere el rayo de la muerte y en polvo miserable nos convierte I

El hombre cáe en la batalla humana y se apaga la luz en su pupila, Mas refleja su frente En el supremo instante La aureola de tu luz resplandeciente.

Tú surges del abismo de la tumba Desplegando tus alas invisibles, y te pierdes despues en el espacio En el caos profundo, y en tu carrera rauda, Parece que dejaras sobre el mundo El surco luminoso de tu caudal

III

Tú no puedes rendirte con el hombre y apagarte en la luz de aquellos ojos, Los humanos despojos Son carne miserable y corruptible Mientras tú eres espíritu invisible, Eres chispa inmortal, eres esencia, Fuerza generatriz de la existencia!

¿ Qué fuera nuestra vida Si cuando en noche de pavor sucumba La raza de los hombres Todo acabára al borde de la tumba? ¿ A qué este batallar y esta fatiga A que este afan constante

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Por seguir adelante y adelante? ¿ A qué ese eterno anhelo De la ciencia profunda de los hombres Por descorrer de lo insondable el velo? ¿A qué la abnegacion, á qué el martirio Si todo fuera mundanal delirio? ¿ A qué ese ambicionar por ver cumplida La ley de la virtud en nuestra vida? ¿ A qué combatir tanto el egoismo Si todo el huracan precipitara De la tumba del hombre en el abismo?

Ah I no puede caber tanta miseria En lo que no es materia I Ni puede terminar en el sepulcro Ni convertirse en polvo deleznable Lo que es inmaterial y es impalpable, Ni puede sujetarse Al cálculo tanjible de los hombres La fuerza inteligente Que lo inmortal y lo eternal presientel

La mente humana en su ambicion constante Quiso seguir tu vuelo y descorrer de tu misterio el velo, Quiso seguir tu paso y atrevida

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Sin fuerza y sin aliento En tu foco de luz siempre encendida Se abatieron las alas del talento I

Suprp,mo instante de ansiedad sentida Inútil batallar, mísera suerte Comprender la estrechez de nuestra vida Ignorando lo grande de la muerte I

El misterio profundo, el hondo arcano N o llegará jamas á revelarse 11 pensamiento humanol

Mas le basta á la ciencia de la vida Adquirir la nocion de lo infinito, Para sentir el vínculo que empalma El alma de la tierra con otra almal

Buenos Aires. Enero de 1878.